educación e investigación en la “prosperidad democrática”
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Educación e Investigación en la “Prosperidad Democrática”:Globalización, Plan Nacional de Desarrollo 20102014 y Nueva Ley de
Educación.
Resumen:
El objetivo fundamental del presente trabajo consiste en evidenciar, de manera general, la estrecha relación existente entre la globalización del mercado de capital privado y la transformación de los fines misionales de la educación pública superior en la Universidad Nacional de Colombia. Se muestra cómo la internacionalización de la economía, bajo la denominación de sociedad del conocimiento y a través de la política pública colombiana expresada en el Plan Nacional de Desarrollo 20102014, allana el camino que le permite modificar los fines misionales de la institución, para asignarle la tarea de soportar la innovación y la productividad del sector privado de la economía. Cabe resaltar que este documento intenta abordar una temática tan compleja como extensa, y que de manera inevitable se encontrarán discontinuidades en la hilación y descripciones bastante generales de la misma, pero, como apuesta primera, propende por un tratamiento serio, con el interés fundamental de abrir el camino del debate tanto para trabajos exhaustivos que lo decanten, como para el fortalecimiento del pensamiento crítico que lo traduzca en acción concreta.
La Globalización como Sociedad y Economía del Conocimiento
Los antecedentes inmediatos del nacimiento del concepto de Sociedad y Economía del Conocimiento se remontan a la Segunda Guerra Mundial. Este conflicto de intereses económicos entre las potencias mundiales, encubierto bajo la lucha bélica contra el fascismo, definió un conjunto de prioridades políticas y geoestratégicas, como el desarrollo armamentístico, el control del campo de batalla, la interceptación y encriptamiento de información, etc, que permitiera poner a favor el desenlace final del conflicto con la consiguiente apertura de nuevos mercados, para lo cual era necesario impulsar la implementación sistemática de conocimientos científicos y tecnológicos con el apoyo de los sectores privado y académico1. Una vez finalizado el conflicto, y reconociendo los aportes prestados por aquellos especialistas que se articularon en las labores estratégicas como, por ejemplo, el proyecto Manhattan, la política de defensa de estos países se enfocó en incorporar de manera continuada a científicos, ingenieros, técnicos, etc, para que realizaran labores conjuntas de investigación de alta confidencialidad que permitieran materializar los requerimientos de las agencias estatales de inteligencia y defensa2, lo que se denominaría más adelante como tanques de conocimiento (Think Tanks) y en el que jugaron un papel preponderante las universidades.
Finalizando la década de los 50, la lucha por la conquista del espacio, inscrita
1 Mattelart, Armand; “Historia de la sociedad de la información”, Ediciones Paidós Ibérica, Barcelona, 2002, pág. 58.
2 Ibídem, pág. 58.
en el marco de la guerra fría en la que Estados Unidos necesitaba contrarrestar la puesta en órbita del Sputnik I por parte de la Unión Soviética, llevó a que el Departamento de Defensa del primero creara la Agencia para Proyectos de Investigación en Defensa Avanzada (DARPA) encargada de coordinar contratos federales de investigación con el fin de tener disponibilidad de información para gestionar y ejecutar proyectos, especialmente nuevas tecnologías de uso militar para la detección de misiles balísticos y pruebas nucleares, para lo cual era necesario construir un medio físico que garantizara el intercambio en tiempo real de la información, lo que se conseguiría en la década siguiente gracias tanto al surgimiento de la teoría matemática de la información como a la construcción de la Arpanet, una red de telecomunicaciones precursora de la actual Internet, dando inicio a los primeros trabajos informáticos enfocados en el procesamiento computacional, el comportamiento humano y los nuevos materiales3.
Durante las décadas de los 60 y 70, y debido al traslado de nuevas tecnologías del campo militar al campo civil, así como a los progresos de la teoría de probabilidades, los informáticos lograron consolidar la teoría de la información en la que es posible considerar su flujo y cuantificación, independientemente de su origen, carácter y contenido, y es precisamente esta capacidad de medir y controlar la información, y su potencial implementación en los sectores industrialmilitar e industrialcomercial, lo que impulsa a los Estados Unidos en 1977 a encargar el estudio profundo del tema, que, como consecuencia, desemboca en la creación y presentación ante la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) de un modelo norteamericano de clasificación de todos los países en una escala de competitividad económica4 cuyo indicador es la disponibilidad, tratamiento e implementación de la información en sus procesos industriales y comerciales, enmarcando todo en el crecimiento o acumulación de capital, y omitiendo deliberadamente la redistribución de la riqueza al darla como supuesta implicación directa del incremento del producto interno bruto (PIB). Lo anterior, sumado a las formalizaciones conceptuales del tema hechas por sociólogos, epistemólogos, filósofos, etc, condujo al planteamiento de una nueva forma de organización social global en la que la productividad económica y el poder político estuvieran soportados por la generación y el flujo de información, es decir, la “sociedad de la información”.
La década de los 90 comenzó con la caída del bloque soviético y la masificación de las telecomunicaciones, ello permitió que occidente diera vía libre para gestionar la sociedad de la información como política global5. El primer gran paso se dio con el Consenso de Washington6, que promulgó sus lineamientos como los requisitos fundamentales que deberían seguir los países en vías de desarrollo, es decir, la política económica que les permitiera a aquellos Estados perimetrales obtener préstamos de las instituciones internacionales de comercio (BM, FMI, OMC). Dichos requisitos incluyen la privatización de los servicios públicos, entre
3 Ibídem, pág. 62.4 Ibídem, pág. 69.5 Crovi, Delia; “Sociedad de la información y el conocimiento. Entre el optimismo y la desesperanza”, en
Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales Nº 185 mayo-agosto 2002, pág 13.6 Casilda, Ramón, “América Latina y el consenso de Washington”, Boletín Económico del ICE Nº 2803, 26
de abril al 2 de mayo de 2004, pág. 20-23.
estos las telecomunicaciones, la salud y la educación, la apertura respecto de la inversión extranjera directa y la desregularización comercial hacia el mercado global, entre otros. Con el Consenso de Washington se reafirmó, además, el vínculo entre el modelo político neoliberal, la globalización del capitalismo, y la sociedad y economía del conocimiento7, esta última como reformulación simplemente discursiva de la sociedad de la información. Posteriormente, el G7 la incluye en su agenda y en 1998 la ONU, junto a la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), proponen la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información que se realizó en 2003 y 20058 para darle el definitivo carácter global esperado.
La concepción que se difunde sobre la sociedad y economía del conocimiento es, fundamentalmente, la que plantea a la información como recurso clave que sustituye en importancia estratégica tanto al capital, como a la posesión de la tierra, en la generación de la riqueza9, ya que, según su lógica, garantizar su gestión y control permite la optimización de los procesos productivos a través de la innovación como aplicación sistemática del conocimiento científico y tecnológico, que redunda en competitividad y, por ende, en ganancias para la acumulación. De igual manera, se afirma que será en la convergencia de las tecnologías de la información y la comunicación (TICs) donde se darán las formas de integración social y los modos de construcción de personalidad, debido a que será el medio en el que las personas y las empresas gestionen la aplicación del conocimiento sobre los procesos productivos, y a través del cual pueden relocalizar y reinvertir capitales en cualquier parte del mundo interconectado. También se sostiene que, como resultado natural de la competitividad, el estado normal de la economía de mercado debe ser el desequilibrio y la imprevisibilidad, pero que será justo en la medida en que el sistema garantice el flujo de información, y que, gracias a los modelos educativos basados en competencias, el sujeto podrá administrar sus capacidades para competir en la venta de servicios. De la misma forma, se afirma que el despliegue tecnológico enfocado en el transporte en tiempo real de información será garante de la democracia y, por tanto, permitirá la tan anhelada concordia universal y “el fin de las ideologías”.
Hablar de la construcción de una sociedad global basada en la información y el conocimiento constituye un tema polémico pues, mas allá de la ambigüedad del discurso que la ampara con terminologías aparentemente humanistas y benefactoras, se trata en realidad de un proceso que parte de una plataforma similar al modelo político y económico neoliberal10, ya que sus orígenes se remontan a las orientaciones macroeconómicas de los modelos propuestos por los pensadores clásicos de la economía liberal. La sociedad y economía del conocimiento es un proyecto que se pensó y desarrolló en los países centrales y más industrializados, amparados por el capital financiero internacional, que apunta
7 Andrade, Jesús; “Sociedad de la información: desde los clásicos hasta los neoliberales de la información”, Revista Venezolana de Ciencias Sociales vol. II - Nº 2, 2007, pág. 224.
8 Unión Internacional de Telecomunicaciones, “Cumbre mundial sobre la sociedad de la información – documentos finales – Ginebra 2003, Túnez 2005”, Naciones Unidas, Ginebra, 2005.
9 Casas, Rosalba; Dettmer, Jorge; “Sociedad del conocimiento, capital intelectual y organizaciones innovadoras”, en Sociedad del conocimiento, México, FLACSO / Mac Graw Hill, 2005.
10 Andrade, Jesús; “Sociedad de la información: desde los clásicos hasta los neoliberales de la información”, Revista Venezolana de Ciencias Sociales vol. II - Nº 2, 2007, pág. 224.
primordialmente al incremento de la productividad y a la elaboración y distribución de bienes y servicios a través del uso intensivo de tecnologías y medios digitales. En la construcción de la sociedad y economía del conocimiento se impone el carácter privado sobre la visión pública de las estructuras socioeconómicas, lo que posibilita la aparición de un fenómeno de integración de mercados bajo el control de empresas transnacionales y de corporaciones anónimas que dan soporte al fenómeno hoy llamado globalización.
El papel de Colombia en la División Internacional del Trabajo
La globalización, como proceso de internacionalización del capital privado en un único mercado, trae consigo la distribución de funciones para cada EstadoNación, de acuerdo con los lineamientos establecidos por las propias corporaciones financieras que la sustentan, es decir, la especialización de las economías nacionales en la producción de determinados bienes y servicios. La producción industrial, soportada sistemáticamente en la ciencia y la tecnología, corresponde a las potencias económicas pertenecientes a la OCDE. A los países perimetrales11 les corresponde una economía enfocada en los renglones primarios de sus competencias comparativas, específicamente, producción agrícola, y explotación y extracción de recursos naturales renovables y no renovables. Esto quiere decir que los países del tercer mundo continuarán importando productos con alto valor agregado, mientras sus exportaciones se enfocarán en abastecer de materias primas la base industrial del primer mundo.
El Banco Mundial afirma que la cantidad de tierra cultivable disponible en el planeta es del orden de los 123 millones de hectáreas (Ha), y mientras los países industrializados, para el 2030, retirarán la función de cultivo a 27 millones de Ha, a los países en “vías de desarrollo” les corresponde cultivar 74 millones de Ha adicionales a las ya cultivadas actualmente12. Aún mas, la producción agrícola debe transformarse en agroindustrial, pues solo las plantaciones extensas “pueden estar capacitadas para acceder a los mercados financieros globales donde el capital es mas barato que en los domésticos”13. Esto quiere decir, que existe un grupo de actores comerciales transnacionales especializados en la producción de alimentos, interesados en desarrollar cultivos en tierras alquiladas a rentas fijas en Estados perimetrales, pues la compra constituye en una pérdida de capital a largo plazo, bajo la modalidad del cultivo extensivo y monopólico, lo que afecta directamente la soberanía y seguridad alimentaria de la población endémica.
Igualmente, las investigaciones en biotecnología e ingeniería genética, los nuevos materiales y la demanda de energía, que se realizan a gran escala en los países potencia, ponen a los recursos naturales, renovables y no renovables, en el primer plano de sus importaciones. Los inventarios genéticos, los biocombustibles y agrocombustibles, la minería y derivados del petróleo, etc, constituyen el interés
11 Ahumada, Consuelo; “El nuevo orden mundial: ¿postindustrialismo o nueva división internacional del trabajo?”, pág. 2. Este artículo forma parte del libro “El modelo neoliberal y su impacto en la sociedad colombiana”, de próxima publicación por El Áncora Editores, Bogotá.
12 Banco Mundial, “Generando interés global sobre la tierra de cultivo: perspectiva global”, 2010, pág. 4.13 Ibídem, pág. 18.
principal de los sectores industrialcomercial e industrialmilitar.
En este contexto, a Colombia, dada su capacidad agroproductiva y su reserva aún considerable de recursos naturales, le corresponde14 una economía basada en la producción de alimentos, tanto para consumo humano como para la producción de combustible de origen orgánico, la extracción minera, la explotación de petróleo y carbón mineral, que, a grandes rasgos, constituyen una economía primarizada, es decir, un sector productivo basado en las actividades primarias y la extracción. Por esta razón, hay una clara contradicción en el discurso estatal y empresarial al afirmar que la producción nacional tendrá resultados con valor agregado, cuando los modos de producción distan bastante de procesos industriales basados en ciencia y tecnología. Además, hablar de crecimiento económico general sostenido en una economía primarizada, es desconocer, deliberadamente, que la estabilidad de la economía nacional queda supeditada a los arbitrios del mercado internacional que fija los precios según le convenga, y generalmente bajo la modalidad de burbujas especulativas15.
El modelo económico de la Prosperidad Democrática y su impacto social
El rumbo que el Estado colombiano pretende asignarle a todos los aspectos de la política nacional, especialmente en términos económicos y sociales, se puede apreciar con precisión a través del “Plan Nacional de Desarrollo 20102014: Prosperidad para Todos” presentado por el gobierno del presidente Santos. Es posible encontrar en las líneas principales de esta política, la estrecha sintonía que guarda con las exigencias de la economía global que demandan las corporaciones financieras internacionales.
El plan postula cinco renglones de la producción nacional como los promotores del crecimiento económico, y plantea estrategias para garantizar su consolidación, dentro de las cuales están las que redefinen los propósitos y compromisos de la educación pública en función de la competitividad y productividad del sector privado. Esos cinco factores de producción son llamados “las cinco locomotoras del crecimiento”16 y consisten en lo siguiente:
1. Desarrollo Minero y Expansión Energética: el argumento es que este sector es el que posee mejores posibilidades de competir en el mercado internacional, y, para ello, la estrategia es incrementar la participación de compañías mineras extranjeras a través de la elaboración de esquemas regulatorios que motiven su confianza inversionista17, es decir, disminuyendo a su más mínima expresión el porcentaje de regalías y los condicionamientos legislativos en cuanto a impacto
14 Banco Mundial; “Colombia, competitividad agrícola y rural”, Dirección Subregional para Colombia y México, Departamento de Desarrollo Ambiental y Socialmente Sostenible. Región América Latina y el Caribe, 2003, pág. 3.
15 Zerda, Álvaro; “Colombia: del Japón de sudamérica a la confianza inversionista, dos estrategias para un patrón de crecimiento reprimarizante con iniquidad”, Centro Editorial Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia, pág. 16.
16 Departamento Nacional de Planeación; “Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014, Prosperidad para Todos”, Bogotá, 2010, Pág. 55.
17 Ibídem, pág. 215.
ambiental y social se refiere.
2. Producción Agroindustrial: se destaca la importancia del sector agropecuario, solo en la medida de su aporte al Producto Interno Bruto y del potencial de expansión de la frontera agrícola asociada con la disponibilidad de tierras18. A esto se suma que, el problema de la tenencia de la tierra y una posible reforma agraria se dejan de lado y solo se plantea un ambiguo programa de restitución condicionado por el principio de sostenibilidad fiscal19.
3. Infraestructura de Transporte y Comunicaciones: reconoce el proyecto las falencias que en términos de carreteras y medios de transporte posee el país, y la urgencia de superarlos con el objetivo de disponer eficientemente los productos agrícolas y mineros en las zonas francas y puertos marítimos para su exportación20. También habla de la consolidación del Sistema de Transporte Masivo y el Sistema Integrado en el territorio nacional, como solución a la movilidad urbana21, bajo un único esquema administrativo como en el caso del sistema que se encuentra en actual funcionamiento en las principales ciudades del país.
4. Nuevos Sectores basados en la Innovación: se postula la creación de una estructura productiva basada en la innovación y la formación de capital humano22. Se habla del desarrollo del sector industrial nacional focalizando las capacidades en ciencia, tecnología e innovación en cuestiones como biotecnología, energía y recursos naturales, tecnologías de información y comunicaciones, materiales y electrónica, salud, diseño y creatividad y logística , pero las estrategias no demuestran cómo se puede alcanzar aquello en términos específicos, lo que si es posible evidenciar es el papel que en esta locomotora se le asigna a la educación y la investigación científica. Esto se aclarará más adelante.
5. Vivienda y Ciudades Amables: se define la productividad en la construcción como uno de los renglones más importantes en la economía nacional y de la necesidad de la urbanización constante y la movilidad interna urbana como factores claves en el crecimiento económico23.
Si bien todos estos temas adquieren importancia en cuanto al propósito de este texto, el objetivo central es destacar los elementos que arrojen luces sobre el papel de la educación y la investigación científica en el modelo económico y social que se pretende implementar a través del PND.
Así, entonces, el gobierno nacional habla de la “implementación del plan de choque para la formación, en el corto plazo, de competencias laborales que permitan el avance en el nivel de productividad de los sectores locomotora. Los sectores agropecuario, mineroenergético, infraestructura de transporte y comunicaciones, vivienda y sectores basados en la innovación; deberán definir en el 2011 cuáles son sus necesidades de recurso humano (en términos de perfiles, competencias y programas de formación requeridos), de tal manera que el MEN,
18 Ibídem, pág. 180.19 Ibídem, pág. 186.20 Ibídem, pág. 196.21 Ibídem, pág. 204.22 Ibídem, pág. 156.23 Ibídem, pág. 226.
como regulador de la formación del recurso humano, la capacitación y aprendizaje, genere los incentivos a las instituciones de educación para el trabajo y el desarrollo humano, para priorizar la formación y el desarrollo de competencias laborales específicas de acuerdo a las necesidades definidas por estos sectores ”24.
La transformación a la educación se da en todos los órdenes, ya que el Ejecutivo encarga a sus organismos de ejecución y control, entre ellos al Ministerio de Educación y a Colciencias, que redefinan sus políticas de acuerdo a las prioridades de los sectores de crecimiento económico para que “cuenten con las metodologías, procesos, estándares y el desarrollo institucional requerido; así como en el sistema educativo, como parte de la estrategia de formación en competencias laborales del personal docente en todos los niveles”25. En términos de control se solicita a los mismos organismos la publicación de “lineamientos y guías que permitan conocer los requerimientos mínimos de cualquier agente privado o público para la construcción de normas de competencias laborales y currículos académicos basados en competencias, y ser incluidos en el MNC (Marco Nacional de Cualificaciones)”26.
Esto quiere decir, que la política pública nacional para la educación, debe adaptarse a los factores del crecimiento económico. El papel de la educación como gestor de un proyecto integral de Nación, como sistema para el desenvolvimiento de las potencialidades humanas y como factor de desarrollo social en términos culturales y científicos, se transforma en formación para el trabajo. Aquello que se consideraba una parte de todo el esquema general de educación, es decir, la formación para el trabajo, se constituye ahora como el cuerpo único y el propósito fundamental de la educación humana.
El papel de la Investigación Científica en el Plan Nacional de Desarrollo y las políticas de Colciencias
Pero no solo en términos educativos se dan dichas políticas, también en términos de producción científica. Colciencias ha definido los lineamientos, que en términos de investigación científica, se deben dar en el territorio nacional27, a través de cuatro áreas prioritarias: “Primero: el tema agrícola, que incluye medio ambiente, biodiversidad, biotecnología y agua. Segundo, la minería, porque allí el país tiene una potencialidad enorme. Tercero, la TIC: todo lo que tiene que ver con software y nuevos desarrollos de información y comunicación. Y cuarto, los temas sociales, que incluyen salud, educación, vivienda, saneamiento básico, violencia y seguridad”28. Aún más, el PND sostiene que “Con el objetivo de incrementar las capacidades de investigación del sector productivo, el Estado cederá los derechos de propiedad intelectual que le puedan corresponder sobre los resultados de proyectos de ciencia, tecnología e innovación financiados con recursos del
24 Ibídem, pág. 93.25 Ibídem.26 Ibídem.27 Entrevista al director de Colciencias, doctor Jaime Restrepo, consultado el día 22 de octubre de 2010 en
http://innovacionydesarrollodenegocios.blogspot.com/2010/08/entrevista-al-director-de-colciencias.html28 Ibídem.
presupuesto nacional cuando éstos sean ejecutados por micro, pequeñas y medianas empresas ”29. Entonces, el sector privado no solo administrará la economía nacional, sino que, además, determinará qué y cómo se debe enseñar, y qué se debe investigar en el país, de acuerdo, evidentemente, a sus prioridades de crecimiento y productividad.
Estas áreas prioritarias de investigación están acordes con el proyecto gubernamental de impulso económico al sector productivo privado, a través de las cuatro locomotoras mencionadas. Aquello acarrea, por lo menos, los siguientes problemas para la investigación en tecnociencia para Colombia:
a) La investigación estará orientada al “impulso” de una economía primarizada, extractiva y, por ello, intrínsecamente dependiente. Economía que, así mismo, está relacionada con la inversión privada transnacional en los sectores estratégicos. Esto tiene como consecuencia que la investigación en estas áreas será por su propia dinámica bastante reducida y restrictiva. Teniendo en cuenta que el sector primario de la economía para Colombia tiene en su proceso de producción escaso valor agregado y, por ello, desarrollos de investigación limitados.
b) La eventual investigación que implique procesos complejos y elaborados se hará mayoritariamente en los países de origen de las grandes compañías foráneas que invierten en Colombia. Por supuesto, esto castra, de ante mano, el impulso a una investigación avanzada propia.
c) El papel relevante de la inversión extranjera que se le otorga al impulso de la economía trae como consecuencia una dependencia tecnológica del país, ya que los conocimientos relevantes, las tecnologías de punta, y el desarrollo científicotecnológico que se hagan a partir de nuestros recursos naturales, serán propiedad de las grandes empresas multinacionales. No existe una política clara de transferencia tecnológica desde estas compañías para favorecer los intereses nacionales.
d) La “triple alianza” UniversidadEmpresaEstado (ver más adelante), en el contexto del modelo económico del gobierno Santos, restringe enormemente las potencialidades humanas de la investigación, no sólo porque relega al Estado, en última instancia, al papel de mediador entre la Universidad y la empresa, y con ello limita la capacidad de las instituciones públicas para desarrollar políticas de investigación que favorezcan el bien común; sino por que limitan el papel de la investigación científicotecnológica al simple factor de apoyo de las “locomotoras” económicas, olvidando que la investigación tiene como una de sus funciones contribuir a la solución de los problemas nacionales y mejorar el bienestar social. Por ello la participación de sectores y organizaciones sociales, comunidades, asociaciones de usuarios, etc, debe ser fundamental a la hora de definir las políticas estratégicas en investigación y desarrollo.
El PND es la concreción de los estándares de la globalización en el territorio colombiano30. Los principios de la política neoliberal, que son los mismos de la
29 Departamento Nacional de Planeación; “Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014, Prosperidad para Todos”, Bogotá, 2010, Pág. 86.
30 De Zubiría, Sergio; “La política educativa del plan Santos: tecnocracia y neoliberalismo”, en revista
globalización, se manifiestan de manera directa en el modelo económico que se está llevando a cabo: “el mercado hasta donde sea posible y el Estado hasta donde sea necesario”31. Que se resume mejor cuando “el Estado es quien despeja el camino fija las reglas de juego y dirime los conflictos pero el sector privado es quien lo construye y lo recorre”32. La política social se relega cuando se prioriza el crecimiento económico del sector privado. La tesis del PND de que el crecimiento implica directamente el desarrollo social es falsa. Colombia ha tenido política de crecimiento desde la década del 70, y en la última década el crecimiento del sector privado en la economía ha estado en el orden del 4%, y no por ello ha disminuido la pobreza, ni los índices de desocupación, ni han mejorado los indicadores de redistribución de la riqueza. Un proyecto de Nación con carácter social requiere un conjunto de políticas que transciendan el orden económico, supeditando precisamente este último a las necesidades humanas en el orden social y no en el orden mercantil.
Ahora bien, para concretar un poco más el carácter economicista de la política pública en cuanto a la educación se refiere, y de la incidencia directa de la globalización y de la política del gobierno nacional, se resaltarán los elementos centrales que han sido la base de la reforma académica en la Universidad Nacional de Colombia, los cuales pueden trasladarse, en términos generales, a todo el sector educativo del país, pues obedecen al mismo esquema.
La Reforma Académica en la Universidad Nacional de Colombia
A continuación, se presentará un análisis de la reforma académica, aplicada a la Universidad Nacional de Colombia, como prototipo general de la política pública educativa desarrollada e implementada por los gobiernos posteriores a la apertura económica del noventa, destacando los rasgos que la delinean y su relación con la sociedad del conocimiento.
La Universidad Nacional de Colombia ha experimentado una reforma académica y administrativa profunda, planteada e iniciada en el año 2003 por el entonces rector Marco Palacios, y continuada por las administraciones siguientes hasta la del actual rector Moisés Wasserman. Esta reforma ha estado enmarcada en la llamada Revolución Educativa, formulada un año antes de la fecha indicada por el gobierno de Álvaro Uribe y, al igual que otras políticas públicas como el Plan Nacional de Desarrollo, el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, etc, está sustentada en las exigencias que trae consigo el proceso de globalización a través de la sociedad de la información y el conocimiento, y la economía de los servicios, que definen nuevos factores para el cambio de los contenidos curriculares y la función académica de la educación, especialmente de la educación superior. Según la argumentación presentada por los administrativos en cuanto a la reforma por ellos aplicada, es imprescindible ejecutar dichos cambios pues, de lo contrario, la universidad quedaría rezagada con respecto a las inevitables modificaciones en el
Izquierda N° 9, marzo de 2011, pág. 16.31 Departamento Nacional de Planeación; “Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014, Prosperidad
para Todos”, Bogotá, 2010, Pág. 16.32 Ibídem.
trabajo, la producción de conocimiento y el aprendizaje que conlleva esta nueva forma de organización global social33. Específicamente, plantean lo siguiente:
Modificaciones en:
1. El Trabajo: el surgimiento de la sociedad del conocimiento trae consigo modificaciones en la producción de bienes y prestación de servicios, y dado que, dentro de este modelo globalizador, la educación solo cumple la función de proveer recursos humanos capacitados laboralmente, dichas tendencias en el mundo del trabajo afectan significativamente los criterios de definición y diseño curricular, privilegiando la importancia de perfiles ocupacionales específicos que dependen directa y unívocamente de la demanda del mercado laboral. Asimismo, el alto grado de indeterminación e imprevisibilidad, inherente a las transacciones del capital privado en el mercado mundial, exige un modelo curricular de competencias para el aprendizaje y la recalificación continuas, cuyo resultado sea un profesional adaptable a las exigencias y condiciones cambiantes del mundo laboral.
2. Producción de Conocimiento: según la globalización, las formas tradicionales de organización y delimitación de disciplinas y profesiones ya no son funcionales en la comprensión y el análisis de los problemas que planteará la nueva forma organizacional del mercado, pues su complejidad superaría lo que el modelo de investigación actual puede proveer. Por ello, postula un nuevo modelo de producción de conocimientos que ponga mayor énfasis en la aplicabilidad y que se caracterice por la interdisciplinariedad, entendiendo estas como hibridaciones disciplinarias que arrojen resultados más eficientes en la optimización de los procesos productivos, y no como el desarrollo de nuevas categorías de conocimiento.
3. El Aprendizaje: la sociedad del conocimiento asigna como factor determinante en el proceso de aprendizaje a las tecnologías de la información y la comunicación (TICs), ya que cumplen con los requisitos de eficiencia económica y gestión administrativa que solicita la globalización34. Los beneficios que el discurso oficial le asigna a las TICs radican en la flexibilización que conlleva sobre la oferta educativa, es decir, en su configuración curricular basada en la formación por ciclos cortos y la modularización de las unidades de aprendizaje, lo que implica la eliminación o, en el mejor de los casos, la reducción significativa de la educación presencial debido a la desterritorialización del proceso educativo, así como a la supresión de la injustamente recriminada subjetividad del docente, el cual, además, cambiaría de papel, ya que estaría centrado en el diseño y evaluación de los módulos, y en función de tutorías y seguimientos al estudiante. En la sociedad y economía del conocimiento los centros educativos no desaparecen como instituciones, pero su modalidad de enseñanza se basaría exclusivamente en sistemas virtuales como los elearning y los home schooling35, pues estos se sustentan
33 Gómez, Víctor; Celis, Jorge; “Factores de innovación curricular y académica en la educación superior”, en Serie de documentos de trabajo Nº5 “Reforma Académica ¿en qué va el debate?”, Rectoría Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2005, pág. 10.
34 Unimedios, “Hacia una formación universitaria en campus virtuales”, en Claves para el debate público Nº 11, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2008, pág. 2.
35 Unimedios, “La educación virtual, un modelo de formación para la aldea global”, en Claves para el debate público Nº 6, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2007, pág. 8.
en modalidades de aprendizaje con tutores a través de herramientas electrónicas como el chat, los email y los foros virtuales, en ciclos cortos de formación por módulos, o en modalidades combinadas como los blearning que son semipresenciales.
En el caso particular de la educación superior, la sociedad del conocimiento plantea un conjunto de estrategias que le permiten materializar su visión sobre el papel de la academia, la ciencia y la tecnología en el mercado mundial, de la siguiente manera:
La sociedad del conocimiento “enfatiza que la contribución de la educación superior al desarrollo no está dada fundamentalmente por la cantidad de estudiantes, o por la cantidad de instrucción recibida, sino, en gran medida, por la efectividad con que el aprendizaje se vincula al proceso de mejoramiento de la tecnología disponible en las empresas”36, es decir, por la contribución que la academia puede hacer a la optimización de los procesos industriales y comerciales. En esta medida, las políticas públicas educativas deben estar enfocadas hacia la diversificación de los recursos, es decir, a la disminución progresiva de los subsidios económicos gubernamentales, entendiéndolos como gastos públicos y no como inversiones para la nación; a la proliferación de los programas de estímulos sectoriales hacia las plantas académicas e investigativas como fuente de financiación alternativa para el funcionamiento de éstas; y a la búsqueda de criterios de excelencia que justifiquen la utilidad del sistema educativo e investigativo desde la perspectiva de la optimización de los recursos y no desde su función social. A continuación se analizarán cada uno de estos tres esquemas de diversificación de los recursos en el contexto de las problemáticas que afectan la Universidad Nacional de Colombia:
En el caso de la desfinanciación de la educación, esta se da en dos frentes: la eliminación del subsidio a la oferta y la disminución progresiva del presupuesto de las instituciones universitarias. El primero ha sido implementado respaldando el esquema de vouchers como modalidad de financiación a través de préstamos a la demanda de educación, sustituyendo el sistema tradicional de subsidio a la oferta37. Este modelo se da inicialmente en Estados Unidos en el año 2002, cuando la Corte Suprema de ese país valida los vouchers, argumentando que este mecanismo de demanda por educación reforzaría la tendencia a la creación de nuevos tipos de escuelas y modalidades de aprendizaje, especialmente los elearning, home schooling, instituciones privadas e instituciones confesionales, que entran en abierta competencia con la oferta de la educación publica tradicional, pues aseguran que esta no cumple con los nuevos valores de competencia, desregularización y libertad de escogencia o flexibilidad curricular necesarios para que el profesional se califique para el mercado.
El segundo tema relacionado con el recorte presupuestal progresivo hacia las instituciones públicas de educación superior en Colombia se da desde la
36 Departamento Nacional de Planeación, “Visión Colombia II centenario: fundamentar el crecimiento y el desarrollo social en la ciencia, la tecnología y la innovación”, Imprenta Nacional de Colombia, Bogotá, 2006, pág. 27.
37 Gómez, Víctor; Celis, Jorge; “Factores de innovación curricular y académica en la educación superior”, en Serie de documentos de trabajo Nº5 “Reforma Académica ¿en qué va el debate?”, Rectoría Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2005, pág. 17.
implementación de la Ley 30 de 1992, que en su artículo 86 ata el presupuesto de la universidades al crecimiento del índice de precios al consumidor (IPC), siguiendo así los lineamientos planteados por la globalización frente a la educación. Esta modalidad de asignación presupuestaria no constituye un real incremento, pues no se corresponde con los gastos en funcionamiento e inversión reales de las instituciones, lo que ha desembocado en un déficit presupuestal que hace insostenible la educación de calidad y pone en riesgo de quiebra las universidades.
En el caso de las fuentes alternativas de financiación, la sociedad del conocimiento retoma la idea de la triple hélice UniversidadEmpresaEstado38 como alianza estratégica que permita aunar esfuerzos financieros para la competitividad. Bajo esta modalidad se le otorga a la universidad el único papel de productora de conocimientos cuyas investigaciones en ciencia y tecnología están financiadas por la empresa, y la relación esta mediada por el Estado como ente de control. Para Colombia, se resalta el modelo estadounidense de la postguerra en el que el vínculo entre “las instituciones educativas y el sector productivo es tan estrecho que los currículos académicos están estrechamente adaptados a los requerimientos de las posiciones que los graduados asumirían”39 en la empresa. En Colombia este proyecto comenzó a materializarse en el año 2003 cuando la Universidad de Antioquia, en sus políticas de extensión, creó el comité UniversidadEmpresaEstado cuyo “objetivo más importante era buscar una vinculación de la universidad con las empresas, con un horizonte de largo plazo, fundamentado en la investigación aplicada y el desarrollo tecnológico, en el que las universidades tienen capacidades fundamentadas en los grupos de investigación y las empresas tienen necesidades en las demandas del mercado para generar nuevos productos o servicios o mejorar los ya existentes”40.
Fines Misionales sociales de la Universidad Pública y Autonomía Universitaria
El modelo de sociedad del conocimiento, por tratarse de un modelo economicista y exógeno a las condiciones propias del país, trae consigo implicaciones perjudiciales en cuanto a los fines misionales fundamentales que se le asignaron históricamente a la Universidad Nacional de Colombia como la institución que propende por la construcción de comunidades nacionales, regionales y locales, ayudadas por profesionales capaces de reflexionar críticamente las problemáticas, las necesidades, las potencialidades, etc, propias del contexto colectivo colombiano.
La Universidad, como concepto, tiene como fin formar seres humanos con capacidad creadora, que contribuyen a mostrar el camino del progreso social al
38 Unimedios, “Universidad-Empresa-Estado, alianza para el desarrollo y la competitividad del país”, en Claves para el debate público edición especial Nº 12, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2008, pág. 2.
39 Departamento Nacional de Planeación, “Visión Colombia II centenario: fundamentar el crecimiento y el desarrollo social en la ciencia, la tecnología y la innovación”, Imprenta Nacional de Colombia, Bogotá, 2006, pág. 27.
40 Unimedios, “Universidad, Empresa y Estado en Colombia”, en Claves para el debate público Nº 37, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2010, pág. 10.
país41. En ese proceso de formación, la Universidad capacita para el ejercicio de profesiones y produce conocimiento a través de la investigación científica. La capacitación para el ejercicio de profesiones, y la producción de conocimiento, son subproductos, aunque importantes, del fin fundamental que es la formación de seres humanos con capacidad creadora.
Cuando a la Universidad se le asigna como fines la venta de servicios y bienes con ánimo de lucro, la realización de negocios, la capacitación para oficios exigidos por las empresas, ella pierde su razón de ser, su misión fundamental.
El PND viene acompañado por la propuesta de reforma a la Ley 30 que funciona como garante de las transformaciones requeridas sobre la educación. Sus implicaciones sobre los fines misionales de la Universidad pueden verse en, al menos, los siguientes aspectos:
a) La llamada “sociedad del conocimiento”, inspiradora de las políticas centrales, se equipara a la “sociedad de la información”. En este contexto, “conocimiento” es equivalente a “información”. Producir conocimiento se reduce a procesar y sistematizar información, con el ánimo de optimizar procesos. La educación que requiere esta “sociedad del conocimiento”, particularmente para los países periféricos, se reduce a la capacitación en “competencias” para procesar y sistematizar la información interconectada globalmente gracias a las nuevas tecnologías. Se hace bastante evidente que la formación de ciudadanos creadores, capaces de incidir en el progreso social, no tiene importancia en este caso.
b) Que la educación responda fundamentalmente a las necesidades de las empresas, en un contexto donde el aparato productivo nacional es deficiente y con escasa iniciativa, impide que los universitarios se formen para pensar y crear soluciones que realmente respondan a las necesidades de la mayoría de ciudadanos, aquellos que con sus impuestos financian la Universidad pública. Así mismo, genera una conciencia exógena y dependiente. Incapaz de observar con claridad los problemas nacionales, al captarlos siempre con lentes foráneos. Esto es equivalente a un suicidio cultural para la Nación.
c) Orientar los programas y los estándares de calidad a los requerimientos exclusivos del mercado convierte, de facto, a la Universidad en una institución confesional, cuando debería ser una institución abierta a todos las vías de aproximación al conocimiento. La inexistente “verdad absoluta” queda determinada por la Verdad última del mercado. Esto transforma a la Universidad en una institución que busca ya no la formación para la creación y la producción de conocimiento sin reconocer verdades absolutas, sino en una institución inspirada en una Teodicea: su objetivo, el “progreso económico”; su Dios, el Mercado. Y en este contexto la Autonomía universitaria no es necesaria.
En cuanto a la autodeterminación de la política académicoadministrativa de la institución, es necesario aclarar que, en el contexto nacional, así como para el resto de América Latina, la autonomía universitaria no se restringe a la libertad académica, sino que, además, involucra de manera importante la distribución de
41 Conde, Alfonso; “El rumbo de la universidad pública”, documentos propios, pág. 3.
poder político, es decir, las conquistas de la sociedad frente al Estado42. La autonomía universitaria es el marco jurídico que le permite a las instituciones direccionar sus quehaceres de acuerdo a ordenes académicos y sociales, y no a supeditaciones de orden políticoeconómico. Por ello, la autonomía es el elemento central que hace que la universidad sea partícipe y responsable de su contexto social y ambiental, pues le posibilita jerarquizar los intereses generales de la sociedad sobre los intereses particulares del sector privado y político.
Conclusión:
Las políticas del gobierno Santos establecidas en la Nueva Ley 30, en el Plan Nacional de Desarrollo, en el Plan de Ciencia y Tecnología, etc, determinan el impulso a una economía primarizada y extractiva, peligrosamente dependiente. Ello sienta las bases de un proyecto de Nación débil e insostenible.
En el plano educativo las consecuencias de ese modelo están determinadas por los proyectos que pretenden profundizar el modelo de universidad basado en la educación por “competencias” y la capacitación para oficios establecidos por las empresas. Además de la búsqueda de financiamiento privado y la venta de servicios. La universidad pública entra a competir en el mercado de la educación pervirtiendo su fin misional y socavando su autonomía. Todo ello enmarcado en el contexto de la “sociedad del conocimiento” como concepción exógena, que coloca a los países periféricos, en el marco de la división internacional del trabajo, en la labor de capacitar mano de obra funcional a los intereses extranjeros.
Ya es hora de pensar la realidad nacional con pensamiento propio, de acuerdo a nuestros intereses, necesidades y sentires culturales, sean cuales ellos sean. Nos negamos a convertirnos en universidades cercenadas en todas sus potencialidades, incapaces de formar seres humanos creadores, sujetos siempre al papel que las grandes instituciones internacionales nos asignen.
Si los gobernantes sólo ven con ojos foráneos la realidad nacional y con ojos mercantilistas nuestras riquezas naturales y humanas, los universitarios debemos ver con nuestros propios ojos un proyecto de Nación como modelo de sociedad endógena, sustentable y solidaria.
Ciencia, Tecnología y Sociedadsemillero de investigación
Facultad de Ciencias – Universidad Nacional de Colombia“liberando y creando conocimiento científico y tecnológico, endógeno e integral, para un nuevo modelo de sociedad sustentable y
solidaria”
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42 Borón, Atilio; “La libertad académica en América Latina”, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), octubre de 2005, pág. 3.
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