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Comentario de texto: Jovellanos , abril 2012.
Autor: Eduardo Bernardo Rodríguez Jimémez, (erodrigue1146)
Centro asociado:UNED Calatayud
Curso: 2011-12
2 Eduardo Bernardo Rodríguez Jiménez (erodrigue1146) Centro asociado UNED Calatayud
COMENTARIO:
“¿Y por qué no podré yo combatir aquí uno de los mayores vicios de nuestra vulgar
educación, el vicio que más ha retardado los progresos de las ciencias y los del espíritu
humano? Sin duda que la subdivisión de las ciencias, así como la de las artes, ha
contribuido maravillosamente a su perfección. Un hombre consagrado toda su vida a
un solo ramo de instrucción pudo sin emplear en ella mayor meditación y estudio; pudo
acumular mayor número de observaciones y experiencias, y atesorar mayor suma de
luces y conocimientos. Así es como se formo y creció el árbol de las ciencias, así se
multiplicaron y extendieron sus ramas, y así como nutrida y fortificada cada una de
ella, pudo llevar más sazonados y abundantes frutos.
Mas esta subdivisión, tan provechosa al progreso, fue muy funesta al estado de las
ciencias, y al paso que extendía sus límites, iba dificultando su adquisición y trasladada
a la enseñanza elemental, la hizo más larga y penosa, si ya no imposible y eterna.
¿Cómo es que no se ha sentido hasta ahora este inconveniente? (…)”
Jovellanos, G. M. de: Antología de escritos pedagógicos de Gaspar Melchor de
Jovellanos. Edición de Olegario Negrín Fajardo. Madrid, Sanz y Torres, 2010, p.147
1.- INTRODUCCIÓN.
El texto que vamos a analizar y comentar corresponde a la obra: Antología de escritos
pedagogicos de Gaspar Melchor de Jovellanos. Edición de Olegario Negrin Fajardo.
Madrid, Sanz y Torres, 2010,p 147.
Jovellanos, nació en Gijón (1774-1811) escritor y político español, ha sido y se puede
afirmar que sigue siendo símbolo de intelectual liberal y progresista español
perteneciente a la minoría ilustrada, teórico de la educación renovadora, a igual
distancia del radicalismo revolucionario francés y del conservadurismo. Es de resaltar
su personalidad integradora y equilibrada, al mismo tiempo que la coherencia
demostrada entre su ideario y sus actos en la vida privada y pública.
La época en la que se desarrolla el texto, es la España del S. XVIII, más conocida por el
periodo de la Ilustración. Estamos ante un documento histórico, “Oración sobre la
necesidad de unir el estudio de la literatura al de las ciencias”, en un acto inaugural en el
Real Instituto Asturiano,
3 Eduardo Bernardo Rodríguez Jiménez (erodrigue1146) Centro asociado UNED Calatayud
2.- ANÁLISIS DEL TEXTO.
Haciendo una lectura detenida del texto se encuentran las ideas siguientes:
� combatir aquí uno de los mayores vicios de nuestra vulgar educación,
� vicios: la subdivisión de las ciencias, y las artes,
� la subdivisión, es provechosa para el progreso, pero la subdivisión, dificulta su
adquisición y la hizo más larga y penosa, si ya no imposible y eterna.
� la subdivisión fue muy funesta al estado de las ciencias.
Podemos resumir todas estas ideas en:
� la necesidad de no subdividir las ciencias.
� la necesidad de unir el estudio de la literatura a las ciencias.
El autor cree firmemente que es imprescindible, la necesidad de unir el estudio de la
literatura al de las ciencias, en la que defiende la necesidad de que los nuevos
científicos tengan una formación humanística que contribuyera a ordenar el
pensamiento, analizar las ideas y exponerlas con la mayor elegancia y claridad,
planteando su principal necesidad, enseñar solo lo que denomina el <<arte de hablar>>.
3.- COMENTARIO DE TEXTO.
Jovellanos, hace más de doscientos años, se dirigió a unos estudiantes del Instituto
Asturiano, ufanos por ser doctos en ciencias, para convencerles del estudio de las letras
porque sólo así sabrían comunicar lo aprendido y, sobre todo, podrían convertirse en
mejores seres humanos.
En su Instituto de Gijón, después del plan de estudios inicial de 1794 con las disciplinas
instrumentales y las materias científicas, a la altura de 1797 defenderá la necesidad de
unir el estudio de la literatura al de las ciencias. El viraje hacia las humanidades se lo
impuso, salvada siempre la sólida base humanística de la propia formación, la misma
realidad educativa. La comparación del Discurso inaugural de 1794 con este otro
pronunciado tres años después arroja luz decisiva sobre este proceso de su pensamiento
pedagógico.
En el primer Discurso, el propósito de cultivar las matemáticas y las ciencias naturales
se acusa neto y cobra más relieve hacia el final. Toda prosperidad y riqueza se deberán,
en suma, al nuevo modelo de educación que propone. El segundo discurso, manteniendo
la prioridad de los estudios para los que el Instituto se funda, desarrolla la tesis de la
necesidad de introducir la formación literaria en el currículo de estudios para los futuros
4 Eduardo Bernardo Rodríguez Jiménez (erodrigue1146) Centro asociado UNED Calatayud
técnicos que allí se preparan. No duda en contraponer el tipo del humanista al de mero
científico. Y es que Jovellanos, no pretendía tan sólo preparar a aquellos jóvenes en
matemáticas, náutica, geografía y mineralogía, todas ellas ciencias útiles a la sociedad,
sino también ofrecerles una enseñanza que les formara como personas de bien, útiles a
la consecución de "felicidad pública", sirviéndose para ello del estudio de la lengua y de
la literatura castellanas, de la meditación de clásicos en la formación moral como su
admirado Cicerón.
Sin embargo, quien tenga en cuenta la obra de nuestro autor en toda su extensión,
encontrará en ella un humanismo pedagógico superador de estas y otras discordancias
porque para él la educación está en definitiva al servicio de la persona.
Jovellanos fue uno de los miembros más notables de la ilustración española,
especialmente en los campos de la educación, el autor es conocedor de las carencias
formativas existentes en la España del siglo XVIII, donde un porcentaje elevado de la
población española era analfabeta, solamente la clase burguesa tenía acceso a la
instrucción y a la educación.
El autor, asegura que la clave de la enseñanza esta en conseguir que con los nuevos
métodos y los contenidos a explicar, ordenados convenientemente, para que a los
alumnos en su estudio, les resultaran fáciles, breves y provechosos.
La época de Jovellanos bien ha podido ser denominada «siglo educador». Además de
toda la importancia concedida a la educación por el movimiento de las luces, nos
hallamos a finales del XVIII y principios del XIX en plena efervescencia de la apuesta
por la generalización del saber y de la instrucción.
Jovellanos está influenciado pedagógicamente en los avances de la revolución francesa
donde el autor más representativo seria Concordet, también se encuentra influenciado y
coincide con Condillac, Locke, con Rousseau, con Pestalozzi, en la defensa de una serie
de principios pedagógicos que se oponían al rigor con el que se miraba hasta entonces el
arte de enseñar, que era un arte de amaestrar con el uso de la disciplina severa y la
fuerza. Ahora no sólo se parte de un objetivo intelectual, formativo, repetitivo y
memorístico, sino que pasan a tener importancia los valores educativos del sentimiento.
Jovellanos fue uno de los miembros más notables de la ilustración española,
especialmente en los campos de la educación, de la economía, de la reforma política y
de la literatura (poesía, teatro, ensayos), temas sobre los que varios de sus escritos se
encuentran entre los mejores de la España del siglo XVIII.
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Otras muchas áreas fueron cultivadas por el espíritu enciclopédico del autor (historia,
derecho, geografía, filosofía…) y mostro una persistente preocupación por la situación
de Asturias y en su particular Gijón, su villa natal. Lector incansable y escritor prolífico,
sus obras más principales son:
• El delincuente honrado (1774)
• El informe de la ley agraria (1795)
• Y la memoria en defensa de la Junta Central (1811).
Fue más un pensador reformista que un político activo; como ministro de Gracia y
Justicia solo permaneció 9 meses, y unos dos años como miembro de la Junta Central
(1809-1810).
Recibió un amargo maltrato por la monarquía de Carlos IV y la persecución de la
Inquisición, que culmino con una vejatoria prisión en Mallorca durante siete años
(1801-1808) donde desarrollo, sus ideas en las obras pedagógicas más relevantes:
• Memorias Pedagógicas (1790–1809).
• Memoria sobre la educación pública o sea El tratado teórico practico de la
enseñanza (1802)
• Bases para la formación de un plan general de Instrucción Pública. (1809).
4.- CONCLUSIONES.
En conclusión, la historia de la pedagogía podrá seguir aceptando que Jovellanos fue un
gran propulsor de la enseñanza técnica en España. Sin embargo, estamos ante un
hombre responsable con la educación de un país, cuya propuesta es clara y clásica:
completar la instrucción, uniendo la literatura al estudio de la ciencia. Jovellanos
encarna lo más avanzado del espíritu de la época y sorprende hoy por la vigencia de
algunas de sus propuestas, en referencia a facilitarse la verdadera importancia de la
literatura en la educación. Reserva el nombre de la educación, a la comunicación de
verdades (saberes) metódicamente concebidas.
Resulta extraordinario que el discurso del autor resulte tan actual. En estos tiempos
donde en educación importa todo menos lo importante, “saber expresarse
adecuadamente”, es más necesario que nunca el plantearse hacia dónde queremos llevar
la enseñanza. ¿No es más importante aprender a hablar, a escribir, a leer y pensar? –
como advierte Jovellanos, que ser docto en ciencias.
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