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C.E.I.P. “NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN”
CURSO 2016/2017
4º DE PRIMARIA
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El día 3 de abril de 2017, siete niños
de la clase de 4º de primaria del colegio de
Nuestra Señora de la Asunción, estaban
celebrando la Semana Cultural de su
colegio, “ESPERA QUE TE CUENTO”.
Como final de fiesta, habían planeado ir al
bosque para compartir aventuras…..nunca
hubieran podido imaginar que iban a vivir
su GRAN AVENTURA, lo que sí sabían era
que lo iban a pasar muy bien.
Efraín, Lucía, Mario, Julio, Nuria,
Iván y Adrián decidieron ir de acampada a
un bosque cercano. Habían preparado
tiendas de campaña, sacos, pijamas y sus
peluches favoritos. En una gran mochila
llevaban las provisiones para pasarlo muy
bien. Sólo tenían que esperar un poco.
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Salieron a primera hora de la mañana
hacia un bosque cercano. Caminaron por
el bosque hasta que encontraron un lugar
estupendo para acampar. Además, cerca,
había un río. Montaron las tiendas de
campaña, buscaron piedras y palos para
hacer una hoguera y, algunos, bajaron
hasta el río a buscar agua.
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Cuando fueron a buscar agua, Mario,
descubrió que cerca había un zoo. Como
era muy curioso, se acercó a una valla y
vio cómo comía un tigre. Despavorido se
dirigió al campamento y se lo contó a
todos. Les contó que se podían ver los
animales por un agujerito. Iván le pidió a
Mario que le llevase al lugar desde donde
se podía ver al tigre. A todos les pareció
genial y juntos se dirigieron con Mario
hacia el lugar. ¡Seguro que podrían ver
otros animales! Vieron leones,
camaleones, cocodrilos, serpientes, un
elefante, una jirafa…
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Después de ver los animales,
caminaron hacia el campamento. Por el
camino, colgada de un árbol, encontraron
una llave con una letra, la letra “A”. De ella
colgaba un trocito de papel con una nota.
La nota decía “Si queréis un tesoro,
tendréis que encontrar 7 llaves más”.
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Continuaron el camino y, de repente,
Adrián vio en una piedra una flecha. ¿Sería
la señal que les ayudaría a encontrar el
camino para conseguir todas las llaves?
Se preguntaba. Algo rojo asomaba por
debajo de la piedra, con mucho cuidado, lo
cogió y…¡Cariocas!...Eran ¡Cariocas!
Empezaron a jugar con ellas. Nuria se
sorprendió cuando en su carioca encontró
una llave con una letra, la letra “C”.
Jugaron a lanzarlas, girarlas…; después de
jugar un rato, las guardaron. En otra de las
cariocas había una nota que decía “Seguid
el camino “.
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Volvieron a tomar el camino
comentando lo lejos que habían
conseguido lanzar las cariocas y lo
divertido que había sido. En ese momento,
Iván tropezó con una cuerda que estaba
escondida y, al tirar de ella, aparecieron
siete parejas de zancos que estaban
escondidos. Se pusieron los zancos y en
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los de Lucía, había una llave escondida;
una llave con la letra “N”. Era divertido
caminar sobre los zancos, de vez en
cuando, se caían y reían todos juntos. Se
sentían muy bien compartiendo y jugando.
Cuanto más jugaban mejor lo pasaban. Era
bonito formar una pandilla, la pandilla de
4º.
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Cada vez estaban más cerca del
campamento. Pasaban el tiempo tan
entretenidos que... Efraín metió uno de sus
zancos en un agujero y cayó. Parecía que
volaba mientras caía, puso las manos y,
afortunadamente, no se hizo nada. Con
curiosidad miró en el agujero… Entonces
destapó lo que parecían unos bolos. ¡Sí,
eran bolos! Al principio les pareció
estupendo el hallazgo, pero…realmente
era una pena porque no tenían bolas para
poder jugar. Adrián tuvo una idea: podrían
utilizar piñas para jugar a los bolos. El
mejor fue Mario derribando bolos. Mientras
lanzaba Efraín, Iván se dio cuenta que en
una de las piñas había una llave; una llave
que tenía la letra “I”
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¡Estaban entusiasmados! Tan
contentos estaban que no vieron una goma
entre dos árboles. Al pasar por ella, todos
cayeron redondos, entre carcajadas y
bromas Adrián propuso jugar a la goma.
Así lo hicieron, Mario saltaba muy alto,
Lucía muy rápido… Cuando Nuria saltó
sobre la goma, al caer, pisó algo, se
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agachó y ¡Sorpresa! ¡Una llave! Llave que
tenía la letra “U” ¡Otra más! ¡Qué bien se
lo estaban pasando! Lucía cogió la goma y
se la guardó en el bolsillo. Recordó que en
los recreos en ocasiones jugaban a la
goma y se lo pasaban muy bien.
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Siguieron caminando y comentando
todo lo que les estaba ocurriendo. Un
destello de luz llamó la atención de Nuria.
Se quedó parada mirando, se agachó y
cogió lo que parecía una piedra rosa, una
piedra brillante rosa. ¡Una piedra preciosa!
Efraín dijo, “¿Jugamos a la Rayuela?”. A
todos les pareció una buena idea. El juego
transcurría de forma divertida hasta que
llegó el turno de Adrián. Cuando lanzó la
piedra, se produjo una pequeña explosión
y se rompió en muchos trozos. Al
recogerlos se dieron cuenta que entre ellos
había una llave, una llave con la letra “O”.
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Mientras tanto, algunos ya empezaban
a tener hambre. Julio dijo que ya era la
hora de comer y decidió ir al campamento
a preparar la comida para todos los
compañeros. Preparó bocadillos y decidió
darles una sorpresa, pondría los bocadillos
en platos como si fuera un gran banquete.
Cuando fue a buscar los platos, se
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sorprendió al ver que había un plato
diferente. Cuando lo sacó se dio cuenta
que no era un plato, ¡Era un frisbie!, en el
frisbie había una llave, una llave con la
letra “S”. De la llave colgaba una
cuerdecilla en la que había una nota que
decía “Sólo os falta una llave y con ella
podréis formar la palabra que os llevará a
un lugar mágico”.
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Julio empezó a gritar. ¡A comer, a
comer…! ¡Tengo una sorpresa! Les contó
cómo había encontrado la llave. Estaban
inquietos y un poco nerviosos porque no
creían lo que les estaba pasando. Se
preguntaban cuál podría ser la sorpresa.
¿Encontrarían la llave que faltaba?
Los bocadillos estaban riquísimos, la
verdad es que Julio había hecho un buen
trabajo. Adrián recordó que su madre había
metido en la nevera una botella de cola sin
cafeína. Fue a buscarla y cuando abrió la
nevera no encontró la botella de cola, lo
que encontró fue un “Vaivén” y la última
llave. Llave que les iba a llevar al tesoro si
todo era cierto. La llave tenía la letra “N”.
Todos saltaban de alegría y empezaron a
sentir unas cosquillas en sus estómagos…
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Nuria, Mario, Julio, Iván, Lucía, Adrián y
Efraín mezclaron todas las llaves una y
otra vez buscando una palabra:
UNSACIÓN, SANUCIÓN, UCINOSA…pero
no tenían mucho sentido.
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Estaban todos tan concentrados que
cuando apareció la palabra “ASUNCIÓN”
abrieron sus ojos como platos, esa podía
ser la palabra. Pronunciaron juntos la
palabra en alto y algo mágico ocurrió en
ese momento. “¡Estaban en un parque de
atracciones!” Subieron en todas las
atracciones del parque, en los coches
chocones, el tren, en la casa del terror, en
la noria, en la montaña rusa…
¡Qué bien lo habían pasado! Esto
seguro que no lo olvidarían nunca.
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¡QUÉ AVENTURA HABÍAN VIVIDO!
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