cantos de la visera (1912-2012) -...
Post on 07-May-2018
218 Views
Preview:
TRANSCRIPT
CANTOS DE LA VISERA (1912-2012) CIEN AÑOS DE ARTE RUPESTRE
EN LA REGIÓN DE MURCIA
M auro S. Hernández Pérez*
"El Arabí fue un gran centro de vida primitiva y entre sus breñas y cinglas puede determinarse toda la evolución primitiva, desde la etapa que nzuestra las pinturas maravillosas de los cantos de la Visera, hasta las estilizaciones de los mismos abrigos de la Visera y de la Cueva del Mediodía, el castro del Arabilejo y las cazoletas" .
C. de Mergelina: 1922
Hace ya algunos años con ocasión de las Primeras Jornadas de Historia de Yecla, organizadas en homenaje a Cayetano de Mergelina, tuve ocasión de comentar la impresión que en aquel los momentos me sugerían las excepcionales pinturas y grabados rupestres del Monte Arabí. Con don Jerónimo Malina, visité en reiteradas ocasiones este excepcional conjunto arqueológico murciano e, incluso, llegué a plantearme su estudio, tanto de los grabados, que en su momento le ay udé a calcar, como de sus pinturas , en el marco de una inicial propuesta de puesta en valor, de la que se viene ha-
blando desde hace varias décadas y que ahora, con motivo del primer centenario del descubrimiento de Cantos de la Visera, se lleva a cabo con el decidido impulso y apoyo del Excmo. Ayuntamiento de Yecla, a través del recién reinaugurado Museo Arqueológico Municipal, y del Gobierno de la Región de Murcia.
Mi intervención en aquella ocasión respondía a una invitación que, sin duda, venía moti vada por los trabajos que desde 1980 realizaba en las vecinas tietTas alicantinas , a partir de los cuales interpreté las pinturas de Cantos de la Visera y del Abrigo del Mediodía, destacando, según las descripciones y cal c¡;os publicados (Breuil1 935; Breuil y Burkitt 1915; Cabré 1915), el interés de sus temas y superpostcwnes para una mejor comprensión de la secuencia artística de la España mediten·ánea. Al mismo tiempo señalaba que "la realización de nuevos calcos y el detenido estudio de las superposiciones, técnicas y coloración de sus pinturas posiblemente obliguen a modificar muchas de las sistematizaciones
33
• Catedrático de P rehistoria. Universidad de Al icante.
1 Los trabajos de estos "dos extranjeros", según expresión de J . Zuazo ( 1915: 20), son analizados por B. Martí y J. Juan-Cabanilles en este mismo volumen.
34
existentes en torno a las fases del Arte Levantino, cuyo origen neolítico es, en base a los nuevos y redentes hallazgos alicantinos, evidente" (Hernández Pérez 1996: 48). Esta valoración inicial , sin duda apresurada y demasiado influenciada por los descubrimientos alicantinos de aquellos años, tanto de arte rupestre como mueble , y su repercusión nacional tras su presentación en el Congreso de Salamanca de 1982 (Hernández y C.E.C. 1983), ha sido reiteradamente utili zada en los trabajos sobre el arte rupestre de la Región de Murcia para descartar una posible relación entre los motivos geométricos de Cantos de la Visera II y el arte Macroesquemático y cuestionar mi propuesta , compartida por otros investigadores , sobre la cronología neolítica del Arte Levantino. Al mismo tiempo rechazaba la presencia del arte Lineal-geométrico en el yacimiento murciano. En mi opinión este horizonte artístico era "exclusiva mente mueble", aunque sus serpentiformes me recordaban a algunos de los delgados y perfi 1 ados trazos del arte Macroesquemático y las retículas al arte mueble de la Cueva de la Cocina (Dos Aguas , Valencia), como había señalado F. J. Portea al identificar este horizonte a1tístico (Portea, 1976) .
En el marco de la conmemorac ión del Primer Centenario del descubrimiento de las pinturas rupestres de Cantos de la Visera, Liborio Ruiz Malina de nuevo me ha ofrecido la oportunidad de participar en estos actos con una reAexión
sobre el arte rupestre postpaleolítico en la Región de Murcia , entre el que los yacimientos del Monte Arabí mantienen un singular protagonismo . En efecto , han transcmrido los años, se han descubierto nuevos conjuntos de arte rupestre y algunos de arte mueble, se han excavado yacimientos de hábitat y sepulcrales en algunas de las cuevas con arte rupestre o en su entamo más inmediato, que han aportado una excepcional información sobre el poblamiento prehistórico de Murcia, y se ha publicado mucho y bien. Son , por tanto, muchas las novedades que se han registrado en los últimos años en el arte prehistórico de la Región de Murcia, tanto a ni vel de descubrimientos como de estudios y publicaciones, unas de carácter general y otras dedicadas a conjuntos comarcales o municipales y a abrigos aislados. En unas actualizadas síntesis (San Nicolás 2005 y 2009) , a las que remito por su interés , se realiza una exhaustiva relación bib liográfi ca sobre el arte rupestre regional, se proponen nuevos caminos en su investigación, con
- novedosos planteamientos sobre su ubicación y distribución espacial , y se abordan di versas cuestiones relacionadas con su gestión.
Hace cien años J. Zuazo descubría pinturas rupestres en la Cueva del Mediodía (fig. 1) y en dos cuevas de Los Cantos en el Monte Arabí (Zuazo 1915). En los años siguientes serían "redescubiertas" por H. Breuil y M . Burkitt, que las estudimian en junio de 1914 1 y pu-
Fig. l . Abrigo del Mediodía. Foto Mavix i.
blicarían al año siguiente (Breuil y Burkitt 1915), al igual que J. Cabré (19 15) (fig. 2). Diez años después del primer descubrimiento en el mismo Monte Arabí se identificó un excepcional conjunto de cazoletas y canalillos (de Mergelina 1922), que recordaba a otros grabados descubiertos por L. Siret en el Sudeste peninsular, entre los que se encontraban los del Lomo de Bas, en Mazanón (Si.ret 1999: 220). 20 años después de aquellas iniciales publicaciones, H. Breuil incluye en su monumental corpus sobre el arte Esquemático de la península !bética las pinturas de la Cueva del Mediodia, algunos de los motivos de Cantos de La
Fig. 2. Cantos de la Visera (calco de J . Cabré).
Visera y las de la Cueva del Tfo Labrador y Los Paradores, en Lorca (Breuil 1935) (figura 3). A partir de estos hallazgos los yacimientos murcianos, en especial los de Cantos de la Visera , se incorporan a
· la discusión sobre el origen y cronología del mte Levantino y su relación con el mte Esquemático.
A
:•·· ···················
:e
Fig. 3. Cuevas del T ío Labrador (Calco - modificado- de H. Breui l).
El descubrimiento en agosto de 1939 de pinturas mpestres en la Cueva del Peliciego o de Los Morceguillos, en Jumilla, tendría amplia difusión en la
35
36
prensa local (Martínez y Abellán, 2005). En éstas se insistía en la necesidad de realizar excavaciones en la cueva y proteger sus pinturas, entre las que se indicaba la presencia de un bisonte (Fernández, 1940), identificación calificada de "imposible" (Beltrán 1969: 224), como demostrarían los nuevos calcos y descripciones realizados por F. J. Portea y S. Corchón (Portea 1974).
Tras estos pioneros descubrimientos, los trabajos de A. Beltrán marcarían una inflexión en el estudio del arte rupestre regional. En su conocida monografía sobre el Arte Rupestre Levantino describe las pinturas de Cantos de la Visera, incorporando los calcos de J. Cabré que consideraba más fieles que los de H. Breuil y M. Burkitt, y las de la Cueva del Peliciego (Beltrán 1968: 222-224) . Da cuenta, asimismo, de los nuevos descubtimientos en Cieza - Los Grajos- y Mora talla -Cañaica de Calar y Fuente del Sabuco-, sobre los que publicada sendas monografías (Beltrán 1969 y 1972) , con calcos a buen tamaño y una precisa descripción de sus motivos. En las últimas · décadas se han sucedido los hallazgos , constatándose la presencia de manifestaciones rupestres - pinturas y grabados- , agrupadas en diferentes horizontes artísticos , que en ocasiones comparten pared en un mismo yacimiento o de ün abrigo próximo, pero también de otros muchos donde sólo se registra una de estas manifestaciones, algunas de ellas no exentas de polémicas discusiones, a menudo
interesadas, acerca de su autenticidad (Beltrán y San Nicolás 1988) (fig. 4).
LAS PINTURAS DE LAS CUEVAS DE PEÑA RUBIA
(Crhrgín, Murria)
1
\
ANTONIO BELTRAN MAI!TINE7.
MIG UEL SAN NICOLAS DEL TORO
CONSii.JERIA DE CULTUIIA COMUNII>AD AIITONOMI\ I>~ MIJHCIA
INSTITIIf'ION FERNANDO EL CATOI ICO
Fig. 4. Portada del libro sobre las pinturas de Peña Rubia, en Cchegín .
De interés son , asimismo, las excavaciones practicadas en yacimientos con pinturas en sus paredes. A los pioneros trabajos de H. Breuil y M. Burkitt en Cantos de la Visera , de los que dan cuenta en esta misma monografía B. Mattí y J. Juan-Cabanilles, se unen las de realizadas en las cuevas de Los Grajos, en Cieza (Lomba, Salmeron y Báguenas 2006; Walter 1972), de Peña Rubia , en Cieza (San Nicolás 1987) , La Serreta,
en Cehegín (Martínez Sánchez 1996; Salmerón 1989 y 1999) y, en especial, en los abrigos del Pozo, en Calaspana (Mmtínez Sánchez 1994).
También para la Región de Murcia cabría destacar la temprana realización de analíticas de sus pinturas (-Montes y Cabrera 199111 992), que ahora todos consideramos impresc indibles , la preocupación por su difusión y protección (Gázquez 2009; Giménez y San Nicolás 2009; Martínez y Melo 2009; Martínez y San Nicolás 2009; San Nicolás 2009 a y 2009 b), la consolidación de los soportes y la limpieza y restauración de algunos conjuntos de Cehegín, Cieza, Moratalla y Yecla, con resultados que considero excepcionales al incorporar nuevas imágenes, antes apenas visibles o prácticamente desaparecidas, de los que son buenos ejemplos los trabajos recientes en Cantos de la Visera .
Tampoco se puede ignorar la agresión que han sufrido algunos de los conjuntos y motivos por parte de auténticos "delincuentes". El Abrigo del Mojao, en Lorca, es un tri ste testimonio del que, de alguna manera, todos somos responsables , unos por no cuidar y vigilar el pattimonio y otros por no haber sabido difundir e inculcar a todos su valor histórico, artístico y patrimonial.
Artes rupestres en la Región de Murcia Los pioneros descubdmientos de Cogul, en Lélida, y Charco del Agua Amarga, en Teruel, en la primera década del pasado
siglo, permitieron identificar en la Prehistoria de la España mediteJTánea dos horizontes atiísticos, pronto conocidos como artes Levantino y Esquemático, claramente diferentes al arte Paleolítico cantábrico, que tantas dudas y discusiones sobre su autoría había generado años antes . El primero, en la actualidad distribuido por la fachada oriental de la Península Ibérica, desde Huesca a las tien·as andaluzas de Los Vélez, en Almería, y de la zona montañosa de Jaén , se caracteriza por el naturalismo y cuidada ejecución de sus motivos pintados, en los que los animales y las figuras humanas , aisladas o formando escenas, se convierten en protagonistas. Al arte Esquemático, de amplia distribución penjnsular, se asocian aquellas imágenes de fi guras humanas y de animales reducidas a sus líneas básicas, hasta el punto que en ocasiones no resul ta fác il identificarlas con éstas, mientras otras evocan motivos astrales o de la naturaleza o, simplemente, se componen de simples barras, gmesos puntos o manchas. También se han señalado diferencias en composición y técnicas entre ambas manifestaciones, asociándose (Grimall992) el arte Levantino con el trazo fino y perfilado, como ya se había indicado para los conjuntos del Maestrazgo castellonense (Porcar 1943), mientras los motivos esquemáticos son más gruesos y de bordes in·egulares , a menudo descrito como de "trazo baboso". La realid~sf , sin embargo, es mucho más compleja y de ella el arte rupestre
37
38
de M urcia se convie1te en un buen referente . Lamentablemente no se dispone de un exhaustivo corpus del arte mpestre en Murcia , aunque cada día son más numerosos los estudios monográficos, tanto los dedicados a las síntesis regionales , comarcales o municipales como a conjuntos aislados. Destaca en este sentido los iniciales inventarios regionales (García del Toro 1988 y 1996; Montes y Salmerón 1998), con breves descripciones de sus motivos y algtmas reproducciones de ellos, o los más exhaustivos dedicados al Noroeste y Tienas Altas de Lorca (Martínez Rodríguez 1993; Mateo Saura 1999), al término municipal de Moratalla (Mateo Saura, 2005 a) o a un abrigo o a varios de ellos concentrados en los términos municipales de Cara vaca, Cartagena, Ceheguín , Cieza, Yecla, Jumilla, Lorca, Mula y Totana (fig. 5). Estos hallazgos siguen el camino iniciado por A. Beltrán y que , de manera intermitente, otros descubrimientos han continuado hasta completar un registro en 2004 de 11 2 yacimientos, algunos de e llos inéditos o sólo conocidos por imágenes ai sladas, de los cuales 4 corresponden al arte Paleolítico, 28 al arte Levantino, 60 al arte Esquemático, 13 con artes Levantino y Esquemático y 7 con arte rupestre indeterminado (San Nicolás 2005 a: 206).
En el marco de esta con-memoración pretendo destacar a partiT de los conjuntos del Monte Arabí la singularidad e importancia del arte rupestre post-paleolítico de la Región de Murcia, incluido en
Fig. 5. Portada del libro sobre las pinturas de Cañaica del Calar U, en Mm·ataUa.
1998 en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO junto a otros conjuntos del Arco Meditenáneo de la Península Ibé1ica. También el Monte Arabí se puede considerar el paradigma de los criterios utilizados a lo largo del tiempo en la protección de los abligos , desde aquellos que los convertían en auténticos conales (fig . 6) a los que penniten la visión de las pinturas (fig. 7), respetando los entornos al tiempo que permiten conocer su dominio visual (fig. 8).
No obstante , también quisiera llamar la atención sobre el extraordinario interés de las pinturas paleolíticas localizadas en varias cuevas/abrigos del término municipal de Cieza (Salme-
Fig. 6. Cantos de la Visera. Antiguo cien·e. Foto Mavixi .
Fig. 7. Cantos de la Visera. E l nuevo sistema de cien·e dificulta e l acceso a las pinturas al tiempo que permite su visión. Foto Mavixi.
Fig. 8 . Cantos de la Visera. Cicn e perimetral que facili ta el control visual del tenitorio . Foto Mavixi.
rón y Lomba 1995) , que por su propia temática, ubicación de los paneles y la estratégica posición de los propios yacimientos, entre los conjuntos andaluces de Almería - Cueva Ambrosio y Piedras Blancas- y Jáen - Cueva del Morrón-, albacetenses -Cueva del Niño-, alicantinos -Cava Reinós y Cova Fosca- y valencianos -Parpal ló y Meravel]es-, conforman un excepcional registro de Arte Paleolítico en la España mediterránea (Villaverde 2005 y 2009), al que, en mi opinión, no pertenecen los serpentiformes pintados de Cantos del Visera como se ha sugerido en alguna ocasión (Mateo Saura 1995) .
En el otro extremo cronológico se encuentran las denominadas pinturas his tóricas, cuyo estudio en Murcia ha sido objeto de un singular interés. Su ex istencia ya fue señalada por A. Beltrán a propósito de un "hombre esquemático" y de un "signo rojo" del covacha ll de Los Grajos, que en su opinión "nada extrañaría que hubiesen sido pintados en la Edad Media" (Beltrán 1969: 47) . Se ha registrado la presencia de estas pinturas "postprehistóricas" (Mateo S aura 1 999: 249-255) en cuevas y abrigos de Cehegín - Peña Rubia-, Moratalla -Esquilo , Alubias , Cape!, Charán y Barranco de la Fuente-, Mula -Abrigo de Charcón- y Lorca - del Tío Labrador I y Covaticas TI -, en ocasiones en un abrigo con pinturas prehistóricas o en otros próximos a éstas . La _cruz , como ocutTe en otras zonas , se convie11e en la imagen más
39
40
representada en estas pinturas y grabados "históricos". Esta imagen se encuentra ligada a la tradición religiosa local, a antiguos espacios de culto popular, a cristianizaciones de lugares y edificios paganos o se convierte en simple motivo decorativo que ha perdido su originario carácter religioso (fig. 9). En Murcia los cruciformes de la Cueva del Esquilo 1 y Abrigo de Capel - quizás también los más "toscos" de Alubias 1 y II- se relacionan, por su característica forma de doble brazo, con el culto a la Veracruz de Caravaca. De interés , asimismo, es el escudo heráldico y el barco de la Cueva del Esquilo 1 -un tema recurrente en los grqfitti pintados o grabados en las paredes de edificios religiosos y civiles de los
siglos XIV al XIX-, identificado como una nao de finales del siglo XV o inicios del siglo XVI (Eiroa 1994).
En relación con el motivo cruciforme conviene llamar la atención sobre su interpretación como antropomorfos esquemáticos de cronología prehistórica, ya que en un no despreciable porcentaje pueden corresponder a cruces históricas. En muchos casos la propia técnica de ejecución, el tipo de pigmento, la posición de los brazos , la presencia de sudarios y peanas o su relación con otros motivos del mismo abrigo constituyen argumentos suficientes para una con·ecta adscripción o, al menos , para no adoptar rígidas y excluyentes posiciones en uno y otro sentido .
Fig. 9. Cruciformes de la Calesita, en Jumilla. Foto F. J. Fortea.
De cronología postpaleolítica son las pinturas identificadas como levantinas y esquemáticas, para las que se han propuesto diferentes adscripciones culturales y cronológicas, sobre las que los yacimientos murcianos tienen un desta- · cado protagonismo. La iconografía, las superposiciones y una no bien prec isada relación entre los yacimientos con pinturas y los lugares de habi tación y necrópolis han sido los argumentos utilizados para fundamentar las diferentes posiciones sobre su cronología. De nuevo, reitero la ausencia en la Región de Murcia del Arte Macroesquemático, re lación se ha establecido a partir de una lectura interesada de una interpretación que, cuando menos, ahora considero precipitada (Hernández Pérez 1986) y que abandoné muy pronto y no he vuelto a plantear.
Primero Cantos de la Visera y luego las cuevas del Mediodía y Peliciego marcaron las características y cronología del arte rupestre regional , en el que tanto los motivos levantinos corno los esquemáticos re fl ejan la diversidad de convencionalismos que posteriores hallazgos han ido conformado (Alonso y Grimal 1999; Beltrán 1999, San Nicolás 2005).
Imágenes levantinas En la actualidad, tras más de un siglo de descubrimientos y estudios, se insiste en la necesidad de "redefinir"' el llamado Arte Levantino, tanto a n ivel de su distribución espacial y características técnicas como de sus imágenes y composiciones.
Sobre estas cuestiones la información que aporta el Arte Levantino en la Región de Murcia se puede considerar excepcional , ya que el nivel alcanzado en el análisis de l registro permitirá abordar, en un futuro que todos deseamos próximo, algunas de estas cuestiones en especial cuando se publiquen los resultados de las revisiones actualmente en curso, entre las que se encuentran las de Cantos de la Visera, y las excavaciones realizadas en las proximidades de los paneles pintados. Se necesita, as imismo, disponer de un registro exhaustivo de imágenes de calidad y cuidadas descripciones, del que es buen ejemplo las monografías publicadas en los últimos años.
Frente al acusado naturalismo que re fl ejan algunos de los zoomorfos levantinos de Cantos de la Visera I y ll (fig. 1 O) las imágenes del Peliciego mostraban una extraordinaria tosquedad, por lo que en ocasiones se han identificado como levantinas, esquemáticas o se han fechado en la Edad del Bronce (fig. 11 y 12). En este sentido conviene recordar la reflexión de F.J. Portea acerca de que "el p intor de Peliciego, perteneciente a la escuela levantina, conocía el desarrollo coetáneo de la pintura esquemática y mezcló los dos artes . Lo único que indica es que ambos artes coexistieron en un momento dado y en la mentalidad del artista que los utilizó" (Portea 197 4: 39).
Esa misma tosquedad sería señalada por A. Beltrán en otros conjuntos murcianos al identificar pinturas de esti-
41
42
Fig. LO. Cantos de la Visera. Foto Mavixi.
lo levantino clásico y de estilo levantino evolucionado, incluyendo en este último una serie de imágenes con "un grado de estilización o tosquedad muy singular", que a menudo se catalogaban como subnaturalistas, seminaturalistas, infranaturalistas o desmañadas.
En esta inicial aproximación al Arte Levantino regional también cabe señalar la existencia de dos grupos claramente diferenciados a nivel espacial. Por un lado se encuentra el Altiplano de Yecla/Jumilla, con Cantos de Visera como paradigma, y por otro el Noroeste, con Cañaica de Calar II y, en menor medida, Fuente de Sabuco Il y La Risca como yacimientos más signi ficativos (fig. 13).
Éstos encajarían en lo que , siguiendo las orientaciones de A. Beltrán, se considera Arte Levantino clásico, mientras el Levantino evolucionado, también presente en los grupos anteriores, se localiza a lo largo de la cuenca del Segura, con una significativa concentración en el térrriino municipal de Cieza y Cehegín, sin alcanzar las sierras de Canascoy y Espuña y cadenas montañosas del litoral , ya que el cáprido de la Cueva de la Higuera de Cartagena (Martínez Andreu 1985) no lo considero levanti no al .igual que algunos de los moti vos identificados como tales en otros abrigos . En los conjuntos del Altiplano, tradiciona lmente relacionados con los albacenteses de Alpera y
Fig. 11. Pelic icgo. Foto: F. J. Fortea
Hellín , por otro lado no tan uniformes como a menudo se ha planteado, llama la atención la ausencia de escenas de caza, presentes en los conjuntos del Noroeste que conectan con otros de Nerpio y Jaén. De gran in terés por su ubicación, composición y temática es el interesante conjunto de El Mojao, en Lorca, lamentablemente mutilado , con características propias que lo alejan de otros del noroeste murciano (Mateo S aura , J 999) o de los almerienses de Los Vélez (Martínez García 2005).
La cronología del Arte Levantino y, en menor medida, su periodizac ión se ha convertido en una de las cuestiones más debatidas en la Prehistoria hispana. Descartada una datación paleolítica, todavía
/': '"" ~.1'~~~ )~ . ~ . ._ . .) ,l'F· .-.!>- ~t -~~
\ ··~, • / .
··~y~~.;~t . ~1' -11\ 1 .~ ·.-
Fig . 12. Peliciego. Calco: F. J . Portea y M" S. Corchón.
43
44
Fig . 13. Cañaica de Calar. Foto Mavixi.
defendida , al menos para sus orígenes , por algunos investigadores, a partir de los estudios de E. Hernández Pacheco y M. Almagro en la primera mitad del pasado siglo se impone una datación postpaleolítica - Epipaleolitico y/o Mesolítico- y su perduración hasta el Neolítico, adscripción esta última que sería defendida tímidamente por 1. Martínez SantaOlalla y desaiTollada F. Jordá. En efecto, en estos momentos el debate sobre la aparición del Arte Levantino, se sitúa, según autores , en una horquilla cronológica que oscila entre el 10.000 a .n.e . y el
6.000 a.n.e . con una cierta predilección por el 8.000 a.n .e. Por mi parte , mantengo coh argumentos que he ido ma-
-durando con el tiempo una adscripción neolítica (Hemández 2005 a), propuesta compartida por otros investigadores, sin descartar que en algunas zonas del amplio "territorio levantino", cuya neolitización se sitúa en momentos epicardiales, las últimas poblaciones mesolíticas pudieran tener cierto protagonismo en su origen y desarrollo , como comentaría el profesor Beltrán a propósito de algunas de mis propuestas (Beltrán 1999: 216),
cuando se asociaba la aparición del arte Levantino con los epipaleolítilcos en vías de neoütización dentro del denominado modelo dual para explicar la expansión del Neolítico en la fachada oriental de la península Ibérica. En aquellos años se señalaba que el Arte Levantino pudo surgir en el momento de contacto entre neolíticos y epipaleoliticos, al tiempo que no se descartaba una cronología inicial más tardía cuando el duali smo cultural había desaparecido (Hernández y Marti 2000-2001). En el amplio " territorio levantino" el sustrato epi-mesolítico y su posterior neolitización refleja una ext:raordinaria diversidad de "situaciones" y "momentos" (Juan y Martí 2002) que sería necesario conocer en profundidad e integrar en este proceso la aparición y desarrollo del Alte Levan tino -y también del Alte Esquemático-, que en cada "región" tiene cm·acterísticas propias a nivel de imágenes y escenas y un diferente desanollo temporal.
Todas estas propuestas se apoyan en diferentes lecturas de la iconografía , las superposiciones y los contextos m·queológicos. Las superposiciones tienen el interés de mostrar una secuencia , indicando una sucesión temporal poco precisa, mientras la iconografía refleja la mentalidad de sus auton~s . a menudo relacionada con unos mitos que se desconocen y cuyos contenidos simbólicos pueden variar con el tiempo e incluso ser diferentes entre los integrantes de un ntismo grupo humano. Para los contextos
arqueológicos la información es desigual al depender del nivel de investigación en el propio yacimiento y en los entornos más o menos inmediatos de las zonas con manifestaciones rupestres, aunque los trabajos de campo -cartas arqueológicas, inventarios de los fondos de los museos, prospecciones, seguimientos de obras, ... - han sido muy intensos en los últimos años y determinados vacíos no se pueden seguir justificando con el tópico de "ausencia de investigaciones".
Las superposiciones han sido objeto de una especial atención en los estudios de arte rupestre murciano. Sobre Cantos de la Visera se dispone de numerosas referencias que ahora deben someterse a revisión tras la realización de nuevos calcos y estudios, de los que se disponen de una primera propuesta (Alonso y Grimal 2004: 41 y 2010) y se da cuenta en sendos artículos en esta misma monografía, en los que se ofrecen diferentes lecturas de su estratigrafía . También sería de interés revisar Los Grajos , tras su reciente limpieza , con objeto de cmroborm· las superposiciones de color señaladas por A. Beltrán (1969: 53-63) en un conjunto que había incluido entre los de "estilo levantino evolucionado" y también su sospecha sobre el leve alisado de la roca previo a la realizac ión de las primeras pinturas. En otros yacimientos (Alonso 1999; Mateo y Jordán 2007: 384-385) se pintan motivos levantinos sobre otros también levantinos -Fuente de Sabuco ll, Cañaica del
45
46
Calar II, Abrigo del Milano y Ban anco del Buen Aire- y de esquemáticos sobre levantinos -Abrigo de la Risca I , Abrigo del Monje JI, Molino de Capel- , no constatándose superposiciones de motivos levantinos sobre esquemáticos, que, si bien en menor número, se registran en otros yacimientos peninsulares, por cuanto las aves zancudas de Cantos de la Visera , a menudo identificadas como esquemáticas, las considero levantinas. De extraordinario interés son los trazos geométricos infrapuestos a un equino levantino en el Barranco del Buen Aire l , sobre los que convendría precisar su adscripción, no indicada en la descri pción publicada (Mateo Saura 2005 b: 55), cuyo calco recuerda a Jos motivos considerados esquemáticos en abrigos de la Región. Otros motivos geométricos, como los serpentifmmes de Benizar III ha sido identificados como levantinos (Alonso y Grima! 2002), esquemáticos (Mateo Saura 2005 a) o del arte Esquemático Antiguo (Hemández 2008).
La iconografía es el argumento básico para la adscripción del Arte Levantino al Epipaleolítico al insistirse en las escenas de caza como reflejo de las actividades depredadoras de sus autores, aunque éstas también están presentes en las manifestaciones artísticas de otras culturas protohistóricas e históricas. En Murcia se han señalado algunas escenas de caza, tanto con la participación de un solo arquero -Cañaica del Calar y Abrigo del Mojao- , de dos - Abrigo de la Risca
III- o de cuatro - Fuente de Sabuco II-, un reducido registro si se compara con otras áreas levantinas. También las escenas de enfrentamientos humanos , como las de la Fuente del Sabuco se re lacionan con el Epipaleolítico, aunque desde antiguo se han interpretado como el reflejo de luchas entre diferentes grupos humanos, uno de ellos, al menos, neolítico. Algunas escenas son indudablemente atemporales -"desfile" de hombres en Fuente del Sabuco I y "danza" de mujeres en Los Grajos- y otras por su composición y posición de los animales - rebaño de bóvidos de Cantos de la Visera- difícilmente se explicarían en el Epipaleolítico, al igual que el cánido de Fuente de Sabuco, al menos que se trate de un lobo. Por otro lado, la abundancia y protagonismo de las representaciones femeninas, la composición de algunas escenas y algunos elementos de su vestimenta y adornos encuentran mejor acomodo en las sociedades neolíticas (fig. 14 y 15).
La informac ión disponible acerca del Epipaleolítico!Mesolítico y el origen del Neolítico en la Región de M urcia , pese a las importantes aportaciones de los últimos años (García Atiénzar 2009; Martínez Andreu 2003; Martínez Sanchez 1988 y 1994; Martínez Sánchez y San Nicolás 2003) , es escasa y fragmentaria, hasta el punto que en la última síntesis sobre el poblamiento y procesos cul turales en la Penínsu la Ibérica entre el VII y V milenios a.n .e. (J uan y Martí
Fig. 14. Los Grajos. Foto Mavixi.
Fig. J 5. Los Grajos. Foto Mavixi .
47
48
2002) no se incluyen yacimientos murcianos del Epipaleolítico-Mesolitico reciente, Fases A -VITI milenio BP- y By cardiales y epicardiales antiguos - 1 a mitad del Vil milenio BP- , cuando sí se registran en las vecinas tierras de Alicante, Albacete y Jaén. Algunos fragmentos de cerámica cardia1, todos ellos descontextualizados -Hondo de Cagitán, Grajos II y Cueva del Cabezo de los Secos- y a menudo relacionados con los yacimientos villenenses, dos dataciones absolutas y la abundancia y amplia dispersión de las cerámicas decoradas con impresiones de instrumento e incisas avalan el inicio del Neolítico regional en momentos epicardiales y postcardiales , sin poderse precisar el nivel del poblamiento epipaleolítico/mesolítico previo, del que se conocen unos pocos yacimientos, entre los que destaca la Cueva del Búho , en Mula, con microlitos geométricos relacionados con Cocina 1 (Martínez Andreu 1986: 125). Las más antiguas dataciones absolutas para el Neolítico murciano con·esponden a las cuevas del Pozo - 6.260 ± 120 B.P- y Grajos II -7.200 ± B.P.- , ambas sobre carbones (Eiroa y Lomba, 1997-1998), en la primera con pinturas esquemáticas, mientras Los Grajos II tienen "pinturas en toda la superficie rocosa, de muy diversas épocas, unas levantinas, otras esquemáticas ... y.algunas tal vez medievales (Beltrán 1969: 9) y en sus proximidades se localizan otras dos -Grajos I y Til-, con pinturas levantinas y esquemáticas. También en Grajos lli
se detectó (Lomba et alii 2000) una ocupación neolítica anterior a su utilización como necrópolis colectiva. No obstante, no es posible establecer una segura re lación entre las pintw-as levantinas de estas tres cuevas con su ocupación neolítica, aunque ésta no puede descartarse, teniendo en cuenta sus propias características y la ausencia, al menos por el momento, de niveles mesolíticos en estas cuevas.
En este punto conviene retomar de nuevo algunos ejemplos murcianos que confirman la existencia de varios momentos en sus manifestaciones rupestres, ya intuidos por A. Beltrán al comentar, como ya se ha señalado más arriba, la existencia de unos conjuntos del Arte Levantino clásico junto a otros evolucionados, caracterizados estos últimos por toscas figuras naturalistas, entre las que cita los del Peliciego, Los Grajos, La Higuera y en las cuevas de Las Conchas, El Humo y Las Palomas, en e l conjunto de Peña Rubia (Beltrán y San Nicolás 1988; San Nicolás 1987) . Sobre la Cueva del Pelic iego F. J. Fortea había
. señalado que los motivos levantinos se podrían encuadrar en la última fase de las propuestas de A. Beltrán y E. Ripoll, ya en momentos avanzados del Neolítico , lo que corroboraría la propia excavación de la cueva, en la que, descartada la presencia de cerámica cardial, las puntas de flecha y las cerámicas sitúan su ocupación inic ial en el ID milenio a.n.e. (Fortea 1974). Idéntica cronología tienen los materiales recuperados en las
cuevas de Peña Rubia (Beltrán y San Nicolás 1988; San Nicolás l 987) , entre los que se encuentran restos humanos en una interesante asociación de pinturas mpestres y necrópolis en un mismo recinto , en este caso cuevas alejadas de los tradicionales abrigos levantinos; que en feliz expresión ha sido identificado como arte rupestre ftmerario del IIl milenio a.n .e. (San Nicolás 2005 : 209-210) . También en el conjunto de Los Grajos se ha constatado en cuevas con pinturas levantinas una ocupación neolítica -cerámica cardial en Grajos U- y entenamientos múltiples eneolíticos sobre un nivel neolítico indeterminado en Grajos m, también con pinturas que han sido relacionadas con las de Peña Rubia (Lomba, Salmerón y Báguena 2000). Este conjunto de pinturas , al que se podría asociar las de La Tienda, en el vecino Hellín (Salmerón , Lomba y Cano 1999), ha sido objeto de una diferente valoración. Descrutada su ejecución reciente, en cuyas dudas iniciales sin duda pesó su ubicación , colm·ación y tipología de las imágenes, la discusión se centra en considerarlas levantinas o esquemáticas. En mi opinión se trata de debate , cuando menos, estéril . Son incuestionablemente prehistóricas , en este caso de finales del IV y III milenios a.n.e., cronología que de una manera más o menos explícita todos parecen aceptar. Según los clásicos -y todavía vigentes- criterios para identificar los artes Levantino (Beltrán 1968) y Esquemático (Acosta 1968), compatten elementos de
uno y otro, por lo que, en principio, me inclino por no incluirlos en uno u otro horizonte artístico, a la espera de la redefinición de ambos en el marco de un estudio general del arte rupestre peninsular, en especial de algunos conjuntos de Cádiz, Portugal e interior peninsular. En este sentido los conjuntos mmcianos de Cieza, a los que se deberían asociar otros de la misma Región y de Albacete , se convertirán en un futuro , que todos deseamos próximo, en uno de los tenitorios donde se podría redefinir el arte rupestre postpaleolítico peninsular.
Todos estos conjuntos de la Región de Murcia, en especial los de Cantos de la Visera, se convierten por sus especiales características en principales protagonistas de las discusiones sobre el origen y periodización de Arte Levantino y de su relación con el Arte Esquemático tradicional, discusiones que deben abordarse sin perjuicios previos y con absoluta libertad, como lo están siendo los reiterados estudios sobre la interpretación antropológica de sus motivos y escenas (Jordán Montés 2005), como ya ha señalado para los abrigos de Yecla (Jordán y González 2000).
Imágenes esquemáticas En la Región de Mmcia abundan, asimismo, las manifestaciones rupestres identificadas como esquemáticas, entre las que destaca un importante conjunto de grabad~~ rupestres y otro , no menos excepcional , de pinturas rupestres.
49
50
Los primeros fueron señalados por L. Siret en el Lomo de Bas (Siret 1999: 220) y más tm-de por C. de Mergelina en el Monte Arabí (de Mergelina 1922), que en la actualidad constituye uno de los más importante conjuntos de grabados prehistóricos de la España mediten·ánea (Ruiz Malina 1999) (fig. 16), a los que se han incorporado otros, también en el mismo Altiplano (Blázquez y Forte 1983; Malina Gm-cía 1986 y 1990; Ruiz Malina 1989), y más recientemente en otros lugares de la Región (Jordán y Rodríguez 2008), entre ellos la Bastida de Totana (Ayala y Jiménez 2005), que confirman la adscripción a la Edad del Bronce de muchos de ellos, aunque
otros, no menos abundantes y complejos , son de cronología posterior e, incluso, relativamente recientes. Algunos de estos grabados, en especial las cazoletas y canalillos, parecen responder a rituales relacionados con el agua y la fertilidad de tierras y animales (Hernández Pérez 2005 b) o astronómicos (Gil y Hernández 200 1) (fig. 17).
Los conjuntos murcianos presentan un extraordinario interés en el marco de la discusión actual sobre el origen, cronología y di stribución espacial de ]a pintura rupestre esquemática peninsular y su relación con otras manifestaciones artísticas (Martínez y Hernández 2006). En una inicial aproximación conviene
Fig. 16. Grabados rupestres del Arabi lejo. Foto F. J. Portea
Fig. 17. Grabados rupestres del Arabilejo , después de un día de lluvia . Foto Mavixi
señalar su presencia en abrigos con Arte Levantino , ya que a los tempranos descubrimientos de Cantos de la Visera y en el Peliciego se unen otros más recientes en Ca]aspana, Cartagena, Jumilla, Lorca, Moratalla, Mula y Yecla , en los que se constata una extraordinaria diversidad de motivos, siempre descritos a partir de la sistematización de P. Acosta , que pese al tiempo transcurrido (Acosta 1968) continúa siendo el referente para todos los estudios sobre la pintura esquemática en España. En la Región de Murcia se registra la presencia de varios tipos de fi guras humanas y de animales, junto a motivos geométricos - desde los más simples como el punto , la barra y
el círculo a los más complejos de los ramiformes y serpentiformes- y otros identificados como simbólicos , entre los que destacan los denominados esteliformes/so] iformes y, en especial, los ídolos, aunque en realidad todos podrían considerarse simbólicos. Al mismo tiempo se ha descartado (Alonso y Grima! 20 JO) la presencia de jinetes que H. Breuil localizó en la Cueva del Mediodía (Breuil 1935: 61-62).
También es objeto de debate la cronología de la pintura esquemática que , de asociarse tradicionalmente con las primeras comunidades metalúrgicas del Eneolíüéo, ha pasado a fecharse en el Neolítico Antiguo con un posterior de-
51
52
san-olio hasta los inicios de la Edad del Bronce (Hernández 2006 y 2008; Martínez y Hernández 2006), a partir de sus paralelos muebles y, en menor medida, de su relación con el Arte Levantino.
En la revisión de los Cantos de la Visera H. Breuil identifica tres series de pintmas esquemáticas en los abrigos del Monte Arabí. En la primera, que sitúa en un momento de transición entre el Arte Levantino, que denomina art réaliste , y el Arte Esquemático, incluye junto amotivos plenamente esquemáticos a las dos aves, que en mi opinión corr-esponden al Arte Levantino (fig. 18), mientras en la tercera serie, que considera neo-eneoliticas, incorpora junto a antropomorfos, zoomorfos y motivos geométricos, los ídolos pintados en Cantos (fig. 19) .
. En la actualidad se .identifican dos momentos, aunque sólo uno de ellos tenga motivos exclusivos. Este último corresponde al Arte Esquemático Reciente con el que se asocian diversos tipos de ídolos, característicos del Eneolítico, con varios ejemplares pintados y muebles bajo diferentes formas y tamaños (San Nicolás 1986; García Atiénzar 2006), a los que recientemente se han incOJ·porado dos excepcionales objetos de piedra y hueso con decoración antropomórfica (Martínez Sánchez et alii 2006) en un contexto claramente eneoiítico en el casco mbano de Larca.
Los restantes motivos tienen una mayor amplitud cronológica a juzgar por sus paralelos muebles. Es el caso de los
antropomorfos en doble Y, como los lorquinos del Abrigo de los Paradores, soliformes/esteliformes , con excepcionales ejemplos de los abrigos de Moratalla, o de los ciervos con cornamenta en forma de peine de la Cañaica del Calar y Abrigo del Buen Aire (fig. 20), con representaciones similares en las cerámicas impresas del Neolítico Antiguo alicantino (Domingo et alii 2007; Martí 2006).
Las primeras cerámicas decoradas en Murcia también se asocian a momentos antiguos del Neolítico regional -aquí epicardiales y postcardiales- y se caracterizan por motivos en zig-zags -Hondo del Cagitán de Mula y Siena de la Puerta de Cehegín- que recuerdan a los serpentiformes pintados en varios yacimientos , entre los que destacaría los serpentiformes del Abrigo de la Fuente y Abrigo de Benizar m que me recuerdan a otros del Levante peninsular que he incluido en el denominado Arte Esquemático Antiguo (Hernández Pérez 2006 y 2008) . Mayores dificu.ltades ofrecen los restantes motivos por su larga perduración según sus paralelos muebles. Es e~ caso de los soliformes (fig. 21) , ramiformes , zig-zags , y antropomorfos en doble Y, que en las tienas valencianas se constatan desde el Neolítico Antiguo y se repiten hasta el Calcolítico (Martí 2005) y en Murcia se sitúan entre el Neolítico Medio y el Calcolitico, de los que los fragmentos cerámicos decorados con incisiones o pinturas de Las Casicas (Caravaca), Poyo Miñano (Cehegín) , Las Palomas
Fig. 18. Cantos de la Visera. 1" serie ~egún H. Breuil.
Fig. 19. Cantos de la Visera. 3" serie según H . Breuil.
53
54
(Cehegín) o Cueva de los Tiestos (Jumilla) constituyen excepcionales ejemplos (San Nicolás 1984 y 1 987; Malina Grande 1990; Molina-Burguera 2003), que , junto a otros, conforman un conjunto de cerámicas con decoración simbólica, junto a vasos de yeso y varios objetos de arte mueble , que en Murcia convendría catalogar, analizar y estudiar actualizando los ya clásicos registros de J . Lomba (1991-1992) y M. San Nicolás (1989) (figura 22) .
De extraordinario interés para explicar el origen y desarrollo del Arte Esquemático regional son los resultados de las excavaciones en los Abrigos del Pozo de Calasparra y de la Cueva de la
Serreta de Cehegín. De la primera destaca su amplia secuencia -del Paleolítico Superior a época medieval , con una datación absoluta del 5170 cal BC sobre carbones para un nivel neolítico con cerámicas incisas e impresas y restos de pigmentos mezclados con el sedimento (Martínez Sánchez 1994). También en la cueva-sin1a de La Sen·eta, bajo un interesante - y también extraño- conjunto de pinturas esquemáticas se recogieron, en un nivel neolítico con cerámicas incisas y brazaletes de caliza (Martínez Sánchez 1996), "cientos de pequeños pegotitos de colorante rojo resultado de las salpicaduras que se produjeron durante alguna de las fases de realización del panel
Fig. 20. Abrigos del Buen Aire , en Jumilla. Ciervo. Foto Mavixi.
Fig. 2 1. Cañaica del Calar, en Moratalla. Soliforme. Foto Mavixi.
pictórico" (Salmerón 1999: 143), por lo que sería conveniente abordar en ambos yacimientos 1igurosos análisis de estos restos de pigmentos y de todas sus pinturas con objeto de contrastar su composición e, incluso, su pos ible datación.
El camino recorrido en estos cien años de descubrimientos y estudios sobre el Arte Rupestre de la Región de M urcia se in ició en el emblemático Monte Arabí. La valoración de sus resultados es positiva , a pesar de algunos momentos que permaneció en oscura o , al menos, en penumbra. Ahora vuelve de nuevo al
punto de partida para inic iar una nueva etapa en la que los trabajos actualmente en curso en Cantos de la Visera, tanto en investigación como en conservación y difusión, deben servir de modelo, como lo son, sin duda, las reflex iones de J. Zuazo y Palacios en el momento de su descubrimiento:
"verdaderos artistas f ueron los autores de dicho tesoro arqueológico que el ánimo se extasfa contemplándolo y pensando que el hombre siempre es hombre, es cle.Yi1~ que es una mentecatez el sostener que el ser primitivo carecía
55
56
de inteligencia, pues sin un gran grado de buen gusto y de mentalidad no es posible trazar los magníficos dibujos que hoy un buen pincel no desdeiiaría firmm·Los" (Zuazo 1915:20).
Fig. 22. Cantos de la Visera , en Yecla. Ídolo oc ulado. Foto Mavixi.
Bibliografía Acosta, P. (1968): La pintura es
quemática en Espaiia. Salamanca Alonso, A. (1999): "Cultura artís
tica y cultura material: ¿un escollo insalvable?". Bolskan, 16, pp. 7 t-107. Huesca.
Alonso, A. y Grima! , A. (1999): "Consideraciones generales sobre el arte rupestre epipaleolítico de la comunidad de Murcia". En XXIV Congreso Nacional de Arqueología, Cartagena 1997, vol 1, pp. 175-184. Murcia
- (2002): "Investigaciones sobre arte rupestre de Moratalla. lii campaña" . Memorias de Arqueología. Región de Murcia, 11 , pp. 67-116 . Murcia.
- (2004): "Prospecciones y estudios sobre arte rupestre prehistórico en la comarca del altiplano, ténnino municipal de Yecla: IV campaña, año 2003". XV Jornadas de Patrimonio Histórico y Arqueología de la Región de Murcia , pp. 41-42. Murcia.
- (2010): "Prospecciones y estudios sobre arte rupestre prehistórico en el término municipal de Yecla. Campaña 11-IV (2001 -2003)". Memorias de Arqueología de la Región de Murcia , 15, pp. 173-187. Murcia.
Ay ala , Ma M. y Ji ménez , S. (2005): "Las cazoletas del yacimiento de la Edad del Bronce La Bastida de Sotana". AnMurcia , 21, pp. 39-45. Murcia.
Beltrán Martínez, A. (1968): Arte rupestre levantino. Zaragoza.
- (1969): La Cueva de los Grajos
y sus pinturas rupestres, en Cieza. Murcia.
- (1972): Los abrigos pintados de la Cañaica del Calar y de la Fuente de Sabuco, El Sabinar (Murcia). Zaragoza.
- (1987): "Las pinturas en el interior de cuevas de la Peña Rubia (Cehegín , Murcia). Historia, anécdota y estudio". Caesaraugusta , 64, pp. 7-86. Zaragoza.
- (1999): "Consideraciones generales sobre el mte rupestre de la zona de Murcia". En XXIV Congreso Nacional de Arqueología, Cartagena 1997, vol. I, pp. 23-29. Murcia.
Beltrán Martínez, A. y San Nicolás del Toro , M. ( 1988): Las pin ruras rupestTes de la PeFía Rubia (Cehegín, Murcia). Zaragoza.
Blázquez Miguel, J. y Porte Muñoz, A. (1983): Las cazoletas y petroglijos de Yecla (Murcia) . Yecla.
Breuil , H. ( 1935): Les Pein.tures rupestres Schématiques de la Péninsule lbérique . Vol. TV. Lagny.
Breuil, H. y Burkitt, M. (1915): "Les peintures rupestres d 'Espagne. Les abris peints du Monte Arabí, pres Yecla (Murcie)" . L'Anthropologie , XXVI , pp. 313-331. París.
Cabré, J . ( 19 15): El arte rupestre en Espaiia. Madrid.
De Mergelina, C. (1922): "El Monte Arabí. El problema de las cazoletas" . En Coleccionisnw , X, pp. 85-102. Madrid.
Domingo, l., Roldán. C.. Perrero,
J. L. y García , P. (2007): "Nuevas aportaciones sobre un fragmento cerámico con ciervos incisos de la Cova de l 'Or (Benian·és, A licante)". T.P. , 64.: 169-176. Madrid.
Fernández de AvHés, A. (1940): "Las pinturas rupestres de la Cueva del Peliciego, en término de Jurnilla (Murcia)" . Boletín deL Senúnario de Estudios de Arte y Arqueología, VI, pp. 35-46. Valladolid .
F01tea Pérez, F. J. (1974): "Las pinturas rupestres de la Cueva del PeJiciego o de los Morceguil los (Jurnilla, Murcia)" . Ampurias, 36 , pp . 21-39. Barcelona.
- ( 1976): "El arte parietal epipaleolítico del 6° al 5° milenio y su sustitución por el Arte Levantino" . En IX Congres de l'U.I.S.P.P., pp. 121-133. Niza.
García Atiénzar, G. (2006): "Ojos que nos miran. Los ídolos oculados entre las cuencas de los ríos Júcar y Segura" . En Arte Esquemático en la Península Ibérica, pp. 223-234. Almería.
- (2009): Territorio Neolítico . Las primeras c01nunidades campesinas en la fachada oriental de la península Ibérica (ca. 5600-2800 caL BC). BAR 2021. Oxford.
García del Toro , J.R. 1988: Las pinturas prehistóricas de La Región de Murcia. Murcia.
- ( 1995): "Arte rupestre prehistórico (revi sión y catalogación" . En J .J. Eiroa (ed.) Pre.J;istoria de la Región de Murcia, pp. 139-177. Murcia.
57
58
Gázquez Milanés , J. A. (2009): "Arte rupestre y turismo. La gestión del arte mpestre como elemento dinamizador del territorio : la Cueva-Sima de la Serrerta, Cieza (Murcia)" . En EL arte rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica, pp. 259-265. Valencia.
Gil González, F. y Hernández Carrión , E. (2001): "Conocimientos astronómicos y aritméticos en sociedades prehistóricas. Su refl ejo en algunos conjuntos de insculturas". Pleita, 4 , pp. 22-40. Jurnilla.
Giménez Belló , F. J. y San Nicolás del Toro, M. (2009): "Los cierres en los sitios de atte rupestre Prehistórico de la Región de Murcia: La Cueva-Sima de la Serreta (Cieza) y los Abrigos del Pozo (Calasparra)". En El arte rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica, pp. 233-240. Valencia.
Grímal , A. (1992): "Consideracions tecniques pictoriques de 1a pintura rupestre postpaleolítica i la seva relació amb la cronología" . En IX Col.loqui Internacional d'Arqueologia de Puigcerda , pp. 52-54 . Puigcerda-Andorra.
Eiroa García, J. J. (1994): "El barco de Bagil (una pintura rupestre histórica en M01·atalla, Murcia". Anales ele Prehistoria y Arqueología , 7-8, pp. 23 1-239. Murcia.
Eiroa García, .J. J . y Lomba, J. (2001): "Dataciones absolutas para la P rehistoria de la Región de M urcia. Estado de la cuestión". Anales de Prehistoria y Arqueología, 13-14, pp . 81-118.
Mmcia. Hernández Carrión, E. (2003):
"Pinturas rupestres del Peliciego (Jumilla, Murcia)". XIV Jornadas ele Patrimonio Histórico y Arqueología de la Región de Murcia, pp. 34-35. Murcia.
Hernández Pérez, M. S. (1986): "Cantos de la Visera y el arte postpaleolítico de la Península Ibérica" . 1 Jornadas de Historia ele Yecla , pp . 43-49. Murcia.
- (2005 a) : "Del Alto Segura al Turia. Arte rupestre postpaleolítico en el Arco Mediterráneo". En Arte rupestre en la Espaiía Mediterránea, pp. 45-70. Alicante.
- (2005 b): "El agua que fecunda la tierra . Uso y gestión del agua en la Prehistoria del Sureste" . En La cultura del agua en la cuenca del Segura, pp. 45-49. Murcia.
- (2006): "Arte Esquemático en la fachada oriental de la Península Ibérica". Zephyrus, LIX, pp. 199-2 14. Salamanca.
Hernández Pérez, M. S. y Centre d 'Estudis Contestans (1983): "Arte Esquemático en el País Valenciano. Recientes aportaciones". Zephyrus, XXXVI , pp. 63-75. Salamanca.
Hernández Pérez, M. S. y Martí Oliver, B. (2001): "El arte rupestre de la fachada mectiten ánea: entre la tradición epi paleolítica y la expansión neolítica". Zephyrus, Lill-LIV, pp. 241-265 . Salamanca.
Jordán Montés , J. F. (2005): "Ano-
taciones bibliográficas para la investigación de las interpretaciones antropológicas en el arte rupestre levantino español". Verdolay, 9, pp. 35-50. Murcia.
Jordán Montes , J . F. y González Celdrán , J. A. (2000): "Grull as y chamanes en Cantos de la Visera (Monte Arabí, Yecla, Murcia)" . Pleita, 3, pp. 38-46 . Jumilla .
Jordán Montes, F. J. y Rodríguez Gómez, M . (2008): "Petroglifos en el Molino de Benizar (Moratalla, Murcia) y en la Cresta del Gallo (Murcia): La seducción de la roca y del agua en el arte rupestre" . Verdolay, 11, pp . 87-110. Murcia.
Juan-Cabanilles, J. y Martí Oliver, B. (2002): "Poblamiento y procesos culturales en la Península Ibérica del VII al V milenio A.C. (8000-5500 BP). Una cartografía de la neolitización". En El paisaje en el Neolítico mediterráneo , pp. 45-77 . Valencia.
Lomba, J. 1991/1992: "La cerámica pintada del Eneolítico en la Región de Murcia". Anales de Prehistoria y Arqueología, 7-8, pp. 35-46. Murcia .
Lomba, J ., Salmerón , J. y Báguena, J.C. (2000): "El entetTarn.iento colectivo calcolítico de Los Grajos III (Cieza, Murcia)" . En Memorias de Arqueología, 9, pp. 92-106. Murcia.
Martí Oliver, B . (2006): "Cultura material y arte rupestre esquemático en el País Valenciano, Aragón y Cataluña" . En Arte Rupestre Esquemático en la Península Ibérica, pp. 119-147. Almería.
Martínez Abellán, R. y Abellán Carrión , Ma V. (2003): "Noticias del descubrimiento de las pinturas rupestres de la Cueva del Peliciego o de Los Morceguillos en el Diario Linea" . Revista Plei-
·ta , n° 6: 41 -53. Jumilla. Martínez Andreu , M. (1985): "Las
pinturas rupestres de la Cueva de la Higuera, isla Plana (Cartagena)" . Caesaraugusta, 61-62, pp. 79-93. Zaragoza.
- (2003): "Nuevas propuestas para el estudio de las sociedades cazadoras-recolectoras en el sureste peninsular". En Estudios de arqueología dedicados a la profesora Ana María Muíioz Anúlibia, pp. 145-154. Murcia.
Martínez García, J. (2005): " Andalucía Oriental y la periferia sur del Arte Rupestre Levantino". En Pintura Rupestre Levantina en Andalucía. Catálogo, pp. 9-35. Sevilla.
Martínez García, J. y Hemández Pérez, M.S . (eds .) (2006): Arte Rupestre Esquemático en la Península Ibérica. Almería .
Martínez García , J. J. y San Nicolás, M. (2009): "La difusión a través de Internet del arte rupestre del AI·co Mediterráneo: www.arterupestre .es". En El arte rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica, pp. 24 1-246. Valencia.
Martínez Martínez, S . V. y Melo de Lucena, A. (2009): "Centro de interpretación de arte rupestre Casa del Cristo de Murcia" . En El arte rupestre del Arco MecliterÍ·dneo ele la Península Ibé-
59
60
rica, pp. 229-232. Valencia. Martínez Rodríguez , A. (1983):
Arte rupestre en Larca. Exposición Homenaje . Murcia .
Martínez Sánchez, C. (1988): "El Neolítico en Murcia". En El Neolftico en España, pp. 167-194. Madrid .
- (1994): "Nueva datación de C- 14 para el Neolítico de Murcia: los abrigos del Pozo (CalasparTa)". EnTrabajos de Prehistoria, 51, n° 1, pp. 157-161. Madrid .
- (1996): "Cueva-sima de la Serreta (Cieza). Un yacimiento neolítico en la Vega Alta del Segura" . En Memorias de Arqueología 1990,5, pp . 43-57. MurCia .
Martínez Sánchez, C. y San Nicolás, M. (2003): "El Neolítico en Murcia. Continuidad y cambio dmante el Calcolítico". En Estudios de Arqueología dedicados a la profesora Ana María Muíioz Amilibia, pp. 155-173. Murcia.
Martínez Sánchez, C. , San Nicolás, M. , García, L. A. y Ponce, J. (2006): "Figuraciones esquemáticas pintadas procedentes de una sepultura de finales del liT milenio en Larca (Murcia)". En Arte Esquemático en la Península Ibérica, pp. 513-520. A1mería.
Mateo Saura, M. A. (1992): "Acerca los signos reticulares de Cantos de la Visera. Yecla (Murcia)". Yakka , 4 , pp. 9-13 . Yecla.
- (1995): ¿Hay Arte Paleolítico en Cantos de la Visera? Yakka , 6, pp. 7-1 1. Yecla.
- (1999): Arte rupestre en Murcia. Noroeste y Tierras Altas de Larca. Murcia.
- (2001 ): Arte Levantino adversus pintura esquemática. Puntos de encuentro y divergencias entre dos horizontes culturales de la prehistoria peninsular". Quaderns de Prehistoria i Arqueología de Castello , 22, pp. 183-212. Castellón.
- (2003): "Catálogo de la Comunidad Murciana". En V.V.A.A. Catálogo del Arte Paleolítico de la Península Ibérica , vol. Pp. 197-221. Valencia.
- (2005 a) : La pintura rupestre en Moratalla (Murcia). Murcia.
- (2005 b): "El arte rupestre prehistórico del Barranco del Buen Aire (Jumilla , Murcia)". Verdolay , 9, pp. 51-70 . Murcia.
Mateo Saura , M .A . y Jordán Montes , J. F. (2007): "Arte Rupestre Levantino en la Comunidad Murciana". En VV.AA. Catálogo del Arte prehistórico de la Península Ibérica y de la España insular, vol. I, pp. 371-421. Valencia.
Molina-Burguera, G. (2003): Fronteras culturales en la Prehistoria Reciente del Sudeste peninsular. La Cueva de los Tiestos (Jumilla . Murcia). Jumilla .
Molina García, J. (1985): "Campo de petroglifos de Tabanillas. Yecla (Murcia)". Noticiario Arqueológico Hispánico , 25, pp. 135-161. Madrid.
- ( 1986): "Un escutiforme en el Monte Arabí, de Yecla, Murcia". M urge-
tana , 70, pp. 47-53. Murcia, 70, pp. 47-53. Murcia.
- ( 1989-1 990): "Podomorfos humanos en el complejo epilítico del Arabilejo. Yecla (Murcia)". Anales de Prehistoria y Arqueología, 5-6, pp. 59-67. Murcia.
Malina Grande, Ma (1990): "La Cueva de los Tiestos (Jurnilla , Murcia). La cerámica pintada". En Homenaje a Jerónimo Malina , pp. 51-72. Murcia.
Montes Bernárdez, R. (2003): "Introducción a la Prehistoria en Yecla. Del Paleolítico al Eneolítico". Yakka , 13, pp. 41-53 . Yecla.
Montes , R. y Cabrera, J . M. (199111992): "Estudio estratigráfico y componentes pictóricos de Murcia (Sureste de España)". Anales de Prehistórica y Arqueología, 7-8, pp. 69-74. MurCia.
Montes, R. y Salmerón , J. (1998): Arte rupestre prehistórico en Murcia . ltinerarios didácticos. Murcia.
Parear, J. B. (1943): "El trazo por impresión directa y el trazo caligráfico en el arte rupestre de Ares de Maestre" . Boletín de la Sociedad Castellonense de Cultura, XVlll, pp. 262-265. Castellón.
Ruiz Molina, J. (1989): "El petroglifo esteliforme de Tabanillas la Baja, Yecla". Yakka , 1, pp.1 3-22. Yecla.
- (1999 a): "Consideraciones sobre el contexto material del arte rupestre en la región de Murcia. El Monte Arabí de Yecla (Murcia)". Yakka, 9, pp. 27-32. Yecla.
- (1999 b): "Aspectos arqueológicos del Monte Arabí (Yecla, Murcia)" . En Las claves del Monte Arabí, pp. 34-48. Yecla.
Salmerón Juan, J. (1 989): "Cultura material y pintura rupestre en Los Almacenes (Cieza, Murcia". En Actas del XIX Congreso Nacional de Arqueología. Ponencias y comunicaciones, vol. II, pp. 169-178. Zaragoza.
- (1999): "La cueva-sima de La Serreta (Cieza). Santuario de arte rupestre , hábitat neolítico y refugio tardorromano". En Menwrias de Arqueología 1993 , 8 , pp. 140-154. Murcia.
- (2006): "La cueva-sima de La Seneta (Cieza): Campaña de 1993-1 996" . Memorias de Arqueología 1999, 14, pp.173-184.Murcia.
Salmerón Juan, J. y Lomba Maurandi, J. (1995): "El arte rupestre paleolítico". En Historia de Cieza, vol. I , pp. 71-90 . Murcia.
Salmerón Juan, J., Lomba Maurandj , J. y Cano, Ma C. (1999): "Nuevos hallazgos de Arte Levantino en Albacete: los conjuntos rupestres de La Tienda I y II (Hellin, Albacete )" . En XXV 1 Congreso Nacional de Arqueología, Cartagena 1997, pp. 197-208. Murcia.
San Nicolás del Toro, M. (1984): "El vaso cerámico con motivo solar de Caravaca de la Cruz (Murcia) . Anales de la Universidad de Murcia , XLTI, pp. 49-50. Murcia.
- (198'6): "Aproximación al conocí miento de los ídolos tipo Pastora:
61
62
Los oculados en Murcia". En El Eneolítico en el Pafs Valenciano , pp. 165-174. Alicante.
- (1987): "Materiales arqueo lógicos procedentes de las cuevas naturales de Las Palomas, Conchas y Humo (Peña Rubia , Cehegín, Murcia)". Caesaraugusta, 64, pp. 87-118. Zaragoza.
- (1989): "Los vasos de yeso en el Museo de Murcia". Verdolay, 1, pp. 196-200. Murcia.
- (2005 a): "Arte rupestre de la Región de Murcia. Aspectos sobre el estado actual y perspectivas de futuro". En Actas del Congreso Arte Rupestre en la España Mediterránea, pp. 205-221. Alicante.
- (2005 b): "Siete años después de la declaración de Patrimonio de la Humanidad del A1te Rupestre del Arco MedtetTáneo de la Península Ibérica". Cuadernos de arte rupestre, 2, pp. 221-235. Moratalla.
- (2009): "El arte rupestre prehistórico en Murcia: 1998-2008)" . En El arte rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica, pp. 206-212. Valencia.
Santa Yago, F. (1999): "Grupo de cazoletas de la Casa de Don Felipe". Yakka, 9, pp. 23-25. Yecla.
Siret, L. ( 1893): España prehistórica. En L. y E. Siret (1 999) Del Neolítico al Bronce, pp. 183-238. Almería .
Villaverde, Y. (2005): "Arte Paleolítico de la región mediterránea de la Península Ibérica: de la Cueva de La Pileta
a la Cova de les Meravelles". En Actas del Congreso Arte Rupestre en La Espaí1a Mediterránea, pp. 17-43. Alicante.
- (2009 a): "Alte rupestre en la vertiente mediterránea ibérica: novedades y tendencias de la investigación" . En El arte rupestre en la Marco Mediten·áneo de la Península Ibérica, pp . 9-22. Valencia.
- (2009 b): "La cueva-sima de La Seneta en Cieza. Estado de la cuestión". XX Jornadas de Patrimonio Cultural , pp. 143-151. Murc ia.
Walter, M. J. (1972): "Cave dweUers and cutitics of the neothermal period in southeastern Spain". The transctions of the cave research group of Grectt Britain, 14, pp. 1-22. Londres.
Zuazo y Palacios, J. (1915): La Villa de Montealegre y su Cerro de los Santos. Madrid.
top related