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REDES SOCIALESCmo influyen en nuestro comportamiento y emociones
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NUEVAS TECNOLOGAS
INTELIGENCIA 2.0
EDUCACIN
POR QU FALTAN A CLASE?
PSICOLOGA
VIOLENCIA DE GNERO
NEUROCIENCIA
SINAPSIS DURMIENTES
PSICOBIOLOGA
LA ADICCIN
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SUMARIO
EDUCACIN
16NOVILLOS ESCOLARES
Margrit Stamm
Casi todos los jvenes dejan alguna vezde ir a clase. Los motivos no deben bus-carse exclusivamente en los alumnos:los maestros y las escuelas tienen granparte de responsabilidad.
PSICOLOGA SOCIAL
20VIOLENCIA DE GNERO
Francisca Expsito
La asimetra social en las relacionesentre mujeres y hombres favorece laviolencia de gnero. Es necesario abor-dar la verdadera causa del problema: sunaturaleza ideolgica.
DROGAS Y CEREBRO
26 LA TRAMPA DE LA ADICCIN
Christian Lscher
Drogas como la cocana y la herona blo-quean, a travs de mecanismos neuro-nales aprendidos, la capacidad de tomardecisiones con conocimiento de causa.Qu ocurre en las neuronas?
PLASTICIDAD NEURONAL
32SINAPSIS DURMIENTES
Mark Hbener
Montar en bicicleta, tocar la guitarra,leer en francs. Con facilidad logramosreactivar capacidades que creamosperdidas. Aunque no utilicemos lasconexiones nerviosas correspondientesdesde hace largo tiempo, una vez anuda-das, permanecen.
MIMETISMO
48CAMALEONES SOCIALES
Arnd Florack y Oliver Genschow
La capacidad inconsciente de imitar ellenguaje, los ademanes o los gestos deotras personas nos facilita la relacincon los dems; tal mimetismo tambinpuede influir en nuestros hbitos deconsumo.
CONTAGIO SOCIAL
54 JUNTOS SOMOS DIFERENTES
Nikolas Westerhoff
Familia, compaeros de trabajo, vecinos,amigos. Cada persona participa en di-versas redes sociales, las cuales influyenen los pensamientos, sentimientos ycomportamientos de cada uno, inclusoinvaden la vida privada.
Mayo / Junio de 2011 N 48
48 MIMETISMO SOCIAL
78 CIBERACOSO
INTELIGENCIA Y TECNOLOGA68
MALOS TRATOS20 SINAPSIS Y APRENDIZAJE32
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REDES SOCIALES
60 COMUNIDADES VIRTUALES
David Disalvo
Facebook, Myspace, Twitter, Tuenti yotras redes sociales en Internet hanevolucionado en pocos aos hacia unfenmeno global. Cmo influyen estetipo de relaciones en la psique de losusuarios?
SECCIONES
5 Encefaloscopio Creatividad... Estados de nimo...
Sociabilidad... Subconsciencia... Relaciones
afectivas... Neurociencias... Neuroimagen.
9 Retrospectiva Desde el manicomio a la psiquiatra
comunitaria
36 Punto de vista Psicoterapia a partir del escner cerebral?
40 Mente, cerebro y sociedadBioelectricidad cerebral
y patologas neurolgicas.
Red de protenas en el alzhimer.
Origen prenatal de la esquizofrenia.
Adiccin a Internet.
84 Syllabus Movimiento de masas
90 Ilusiones Dos ojos, dos visiones
94 Libros Potenciacin radical
tica y naturaleza
COGNICIN
68INTELIGENCIA 2.0
Christian Wolf
Navegar en Internet y jugar a videojue-gos aumenta la inteligencia visuoespa-cial y la atencin. Sin embargo, su usorelega el desarrollo de otras facultadescognitivas esenciales.
ISTOCKPHOTO
/NATALIASILYCH
REDESSOCIALES54 JUNTOS SOMOS DIFERENTES
60 COMUNIDADES VIRTUALES
66 GLAMOUREN FACEBOOK
ENTREVISTA
75 CAMBIO FUNDAMENTAL EN LAS
ESTRUCTURAS DE PENSAMIENTO
Desde hace dcadas crece el prome-dio de cociente intelectual en todo elmundo. El psiclogo Heiner Rinder-mannaclara la razn del fenmeno yla funcin que desempean en ello losnuevos medios.
CONDUCTA
78MOBBING 2.0
Dieter Krowatschek
Desde SMS ofensivos hasta alusionesridculas en Internet. El cyberbullying, oacoso ciberntico, supone una variantede violencia entre los jvenes. Qu cau-sas originan el fenmeno? Cmo debenactuar padres y maestros para evitarlo?
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LUISBOU:Encefaloscopio,Ilusiones;F. ASENSI:Novillos escolares,Punto de vista,Mobbing 2.0; M.aDOLORESESCARABAJAL: Violencia de gnero;IGNACIONAVASCUS:
La tramp a de la adiccin , Sinapsis durmientes; ROLF GSER: Camaleonessociales; NOELIADELATORRE:Juntos somos diferentes; BRUNOMORENO: Glamouren Facebook; S IXTOJ . C ASTRO: Inteli gencia 2.0 ,Cambio fundamental en lasestructuras de pensamiento; MARSANZPREVOSTI: Syllabus
COLABORADORES DE ESTE NMERO
ASESORAMIENTOYTRADUCCIN:
Portada: Dreamstime / Luba V Nel
DIRECTORA GENERAL Pilar Bronchal GarfellaDIRECTORA EDITORIAL Laia Torres CasasEDICIONES Yvonne Buchholz
Anna Ferran Cabeza
Ernesto Lozano TellecheaPRODUCCIN M. Cruz Iglesias Capn
Albert Marn GarauSECRETARA Purificacin Mayoral MartnezADMINISTRACIN Victoria Andrs LaiglesiaSUSCRIPCIONES Concepcin Orenes Delgado
Olga Blanco Romero
EDITA
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Gehirn & Geist
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MENTE Y CEREBRO 48 / 2011 5ENTE Y EREBR 4 1
CREATIVIDAD
El cerebro del artista
Pruebas fisiolgicas sobre la relacin entre la inventiva y el trastorno mental
L a creencia popular de que los artistas y pensadores origi-nales poseen algn ramalazo de locura se encuentra muyarraigada. Los mulos de Vincent van Gogh o Sylvia Plathhan hecho pensar que la creatividad y la locura van de la
mano. En el pasado, ciertas investigaciones establecieron una
correlacin entre ambas: estudios epidemiolgicos indicaban
que en las familias de individuos sumamente creativos era
ms frecuente la enfermedad mental,
lo que indicaba un vnculo gentico. Un
estudio realizado en Suecia expone un
mecanismo biolgico: individuos sanos
y creativos comparten con las personas
con esquizofrenia ciertos rasgos en su
qumica cerebral.
Un equipo de investigadores del Insti-tuto Karolinska de Estocolmo ha estudia-
do un grupo de trece personas de ambos
sexos, todas ellas creativas. Como indi-
caban en su artculo publicado en PLoS
ONE, otros cientficos haban observado
con anterioridad que en el pensamiento
divergente (la capacidad de escapar del
marco) interviene el sistema dopamni-
co del cerebro. El equipo determin, mediante tomografa por
emisin de positrones, la abundancia en estos individuos crea-
tivos de un sensor, esto es, de cierto receptor de dopamina enel tlamo y en el estriado, regiones cerebrales que procesan y
clasifican la informacin antes de que se torne en pensamiento
consciente, y que tambin se relacionan con la esquizofrenia.
El equipo observ que los individuos que exhiban menor
actividad talmica del receptor obtenan
mayores puntuaciones en las pruebas de
pensamiento divergente: daban mlti-
ples soluciones a un problema.
Trabajos anteriores haban demos-
trado que los sujetos con esquizofrenia
exhiben, asimismo, una actividad infra-
normal en el receptor de dopamina. Estallamativa semejanza pone de manifies-
to un vnculo clave entre la creatividad
y la psicopatologa. Para salirse del
marco puede ser conveniente no tener-
lo completamente intacto, escribe el
autor principal, Fredrik Ulln, experto
en cognicin del Karolinska.
Elizabeth King Humphrey
Aunque a muchos de nosotros nosrepelen los trabajos intiles, queacabamos realizando sin prestar aten-
cin, tales tareas pueden mejorar nues-
tro estado de humor, siempre y cuando
exista una excusa para desarrollarlas.
Psiclogos de las universidades de Chica-
go y Jiaotong de Shanghi ofrecieron a
sus probandos la posibilidad de elegir
entre rehacer una pulsera de cuentas o
sentarse sin hacer nada durante quince
minutos. La mayora prefiri la segunda
opcin, salvo si se les permita reordenar
las cuentas del brazalete a su gusto. En
otro experimento, los probandos deban
cumplimentar un cuestionario; despus
podan optar entre entregrselo a un
ayudante que se encontraba en la sala y
esperar a que empezase la segunda parte
del experimento, o bien matar el tiem-
po con una caminata hasta otro edificio
para entregar el documento y volver. En
todos los casos se recompensaba a los
estudiantes con un dulce al depositar su
ejercicio. Los probandos solo optaron por
el paseo si las golosinas en uno y otro
lugar eran diferentes.
Ambos experimentos parecen indi-
car que cuando existe una justificacin,
como expresarse de forma artstica u
obtener una recompensa distinta, las
personas prefieren ocuparse en alguna
actividad. De hecho, quienes optaron
por la versin ms activa de la situacin
informaron de promedio sentirse al fi-
nal de la prueba de mejor humor que
aquellas que permanecieron desocupa-
das. Sirva de consejo: la prxima vez que
deba esperar por algn motivo, piense en
alguna actividad que le mantenga ocu-
pado. Incluso acciones sencillas, como
pasear u organizar un armario, pueden
mejorar el estado de nimo.
Allison Bond
ESTADOS DE NIMO
Excusas para ocuparse
Quienes encuentran razones para ocupar su tiempo son ms felices
ENCEFALOSCOPIO
GETTYIMAGES
ISTOCKPHOTO/PRILLMEDIENDESIGN&FOTOGRAFIE
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6 MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
SOCIABILIDAD
Ayuda hormonal para el autismo
La administracin de oxitocina parece aumentar las destrezas sociales
En las interacciones sociales ntimas es probable que inter-venga la oxitocina, la llamada hormona de la confianza,fundamental para establecer relaciones normales. Incluso unavariante sinttica podra reforzar los sentimientos de seguri-
dad. La oxitocina podra corregir, asimismo, algunas de las
deficiencias interpersonales que experimentan las personas
autistas.
En un estudio publicado en losPro-
ceedings of the National Academy of
Sciences USA, trece adultos autistas de
gran capacidad participaron en un vi-
deojuego que requera ir pasando un
baln entre tres personajes ficticios
controlados por el ordenador. Algu-
nos de los jugadores apenas coope-raban, por lo que para triunfar en el
juego era necesario identificarlos y no
pasarles la pelota. Tras administrarles
un placebo, los voluntarios autistas se
manifestaban incapaces de discrimi-
nar unos de otros jugadores, situacin
que cambiaba si reciban oxitocina:
los probandos lograban puntuaciones similares a las que re-
gistraban los individuos no autistas, gracias a que favorecan
a los jugadores ms cooperativos.
Bajo los efectos de la oxitocina, los autistas no solo partici-
pan ms en las actividades sociales, sino que logran comprender
las conductas de otros y responder de forma acorde, explica
Angela Sirigu, coautora del estudio y directora de investigacin
en el Centro de Neurociencia Cognitiva de Bron en Francia.En estudios anteriores se haba observado que la oxitocina
refuerza la capacidad de los autistas adultos para percibir emo-
ciones en el habla y amortiguar el comportamiento repetitivo,
otro sntoma que se da con frecuencia en dicha enfermedad. El
compuesto ayuda tambin a los nios
autistas a discernir mejor las inten-
ciones de otras personas a travs de
lo que expresa su mirada.
Tales estudios apenas son compro-
baciones iniciales pero inducen a pen-
sar que la oxitocina, si se administra
al poco de un diagnstico de autismo,podra facilitar las interacciones so-
ciales tempranas y orientarlas a favor
de un desarrollo ms normal. No obs-
tante, sern necesarios muchos ms
ensayos antes de que sea aprobado un
frmaco. No contamos con un gran
nmero de medicamentos para tratar
los sntomas centrales del autismo, incluso podra sostenerse
que no disponemos de ninguno, explica Thomas R. Insel,
director del Instituto Nacional de Salud Mental de EE.UU., as
que si este posee algn efecto, valdra la pena ensayarlo.
Nikhil Swaminathan
Aveces resulta fcil saber cundo unarelacin romntica va a fracasar. Siresulta preferible ordenar calcetines que
tener una cita con la pareja o si a ningu-
no de los dos se le ocurre nada que decir,
parece que el asunto decae. Otra mala se-
al es que conscientemente o no se
asocie al ser amado con palabras como
muerteo ataque.
En un estudio basado en asociacin de
palabras, psiclogos de la Universidad
de Rochester solicitaron a 222 personas
de ambos sexos, todas ellas casadas, pro-
metidas o con relaciones estables, que
clasificaran las palabras que les presenta-
ba un ordenador. Los probandos deban
emparejar los nombres o peculiaridades
de sus parejas con trminos que evocaban
ideas gratas (paz, atencino cario) o, por
el contrario, negativas (fastidioy crtica);
todo ello con la mayor rapidez posible.
Dicha prueba est diseada para des-
cubrir en los sentimientos implcitos de
las personas prejuicios que no se saben o
no se quieren reconocer de forma expl-
cita. Los resultados del test demostraron
que cuanto ms erraban los probandos
en aparear palabras asociadas a sus pare-
jas con palabras de significado positivo,
mayor era la probabilidad de que se sepa-
raran al cabo de un ao; incluso al tener
en cuenta variables como satisfaccin
o conflicto en la relacin. Tras efectuar
SUBCONSCIENCIA
Pensamiento delator
Un test de prejuicios ocultos pronostica el declive de una relacin
CORBIS/JOHN-FRANCISBOURKE
DREAMSTIME/MARCINPAWINSKI
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RELACIONES AFECTIVAS
No sin mi madre
El vnculo maternal da forma a decisiones y estados de nimo
L os fuertes lazos emotivos entre ma-dres e hijos aumentan la disposicinde los nios a explorar el mundo. Un efec-to que se ha observado en humanos, mo-
nos e incluso en araas. Cuanta mayor se-
guridad tenemos en nuestro vnculo con
mam, ms proclives somos a ensayar
cosas nuevas y a asumir riesgos, efecto
que perdura hasta la edad adulta. La mera
evocacin de una caricia de la madre o su
voz por telfono bastan para cambiar el
estado de nimo y las opiniones de los hi-
jos; tambin afecta en forma mensurable
las decisiones de los vstagos.
En un estudio publicado en lnea enPsychological Science, un grupo de estu-
diantes de economa deba elegir entre
apostar sobre seguro o arriesgarse en op-
ciones inciertas, por ejemplo, entre bonos
con una rentabilidad anual garantizada
del cuatro por ciento o una participacin
en acciones con retornos mucho ms fluc-
tuantes. En la mitad de los casos, los ex-
perimentadores dieron a los participantes
una palmadita en el hombro de un segun-
do de duracin al tiempo que les propor-
cionaban verbalmente instrucciones para
la prueba. Los estudiantes de uno y otro
sexo tocados por una experimentadora
eligieron con mucha mayor frecuencia la
opcin ms arriesgada, en comparacin
con aquellos alentados por un hombre o
quienes no contaron con tal aliento en ab-
soluto. El contacto alentador de una mujer
pudo evocar asociaciones afectivas muy
tempranas, inspirando la misma dispo-
sicin por explorar que la que se observa
en los nios pequeos cuyas madres son
afectuosas, segn explica Jonathan Levav,
profesor de economa en la Universidad
de Columbia y autor del estudio.
Para confirmar que el contacto feme-
nino vincula sentimientos de seguridad
con la adopcin de riesgos, se pidi a un
grupo distinto de estudiantes que efec-
tuasen decisiones financieras despus de
realizar un ejercicio escrito. Una mitad
de los probandos deba redactar expe-
riencias en las que se sintieron seguros y
respaldados, mientras que la otra mitad
de los participantes deba escribir sobre
momentos de soledad e indecisin. La
evocacin de sentimientos de inseguri-
dad torn a los estudiantes del segundo
grupo receptivos a los toquecitos alen-
tadores de las experimentadoras y les
dispuso mucho ms a asumir un riesgo,
al igual que un nio que participa en
una excursin escolar puede buscar el
abrazo tranquilizador de su madre antes
de subir al autobs.
Sin embargo, no es el contacto fsico
la nica fuente de confortacin mater-
na. En un estudio publicado tambin en
lnea en Proceedings of the Royal Socie-
ty B, investigadoras de la Universidad
de Wisconsin-Madison estresaron a un
grupo de nias de siete a doce aos: les
exigieron que realizasen ejercicios de
matemticas y que hablasen en pblico.
Despus, algunas nias se reunieron con
su madre; otras solo pudieron hablar con
ella por telfono. Las ltimas liberaron
iguales dosis de oxitocina, la hormona
que induce vnculos sociales, que aque-
llas abrazadas por mam. Ambos grupos
presentaban similares niveles bajos de
cortisol (hormona del estrs), lo que po-
dra explicar por qu tantas personas,
sean jvenes o adultas, llaman a su ma-
dre cuando se sienten tristes.
Se trata de un fenmeno con carcter
muy fundamental, afirma Levav. En el
fondo, se reduce a que nuestra madre fue
la primera en abrazarnos. Los efectos de
ese vnculo perduran.
Ferris Jabr
FOTOLIA/SMAILHODZIC
dos experimentos que utilizan clases
de palabras ligeramente diferentes, los
participantes que puntuaron por deba-
jo de la media en asociaciones positivas
con su pareja y por encima de la media
en las negativas presentaban una pro-
babilidad de un 70 o un 75 por ciento
de romper en el plazo de un ao, frente
a valores del 11 al 14 por ciento de los
otros voluntarios.
Los resultados demuestran que las
actitudes negativas implcitas hacia un
compaero sentimental pueden reflejar
confusiones o quejas demasiado sutiles
como para reconocerlas de forma cons-
ciente o lamentables para admitirlas.
Mas no es posible ignorar por siempre
jams el propio subconsciente.
Siri Carpenter
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8 MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
Entre los miles de millonesde neuronas de nuestrocerebro corren sin cesar im-pulsos elctricos que generan
campos elctricos, que a su vez
lo envuelven como una nube
invisible. Un estudio publica-
do en lnea en Neuron conje-
tura que el campo elctrico
del encfalo no constituye un
subproducto pasivo de su acti-
vidad neuronal, como se crea.
Este campo puede contribuir
a regular de forma activa el
funcionamiento del cerebro,sobre todo durante el sueo
profundo. Se saba desde hace
tiempo que las fuentes exter-
nas de electricidad (como la
terapia por electrochoque)
pueden alterar la funcin ce-
rebral; ahora se dispone de la
primera indicacin directa de
que el campo elctrico nativo
del cerebro modifica la forma
de conducta del mismo.
En el estudio, dos neuro-
bilogos de la Universidad de
Yale, David McCormick y Fla-
vio Frhlich, envolvieron un
corte, vivo todava, de cerebro
de hurn en un campo elctri-
co que remedaba al que pro-
duce un encfalo intacto dedicho mustlido en la fase
de ondas lentas del sueo. El
campo aplicado amplificaba y
sincronizaba la actividad neu-
ronal que todava exista en el
corte. Tales resultados indican
que el campo elctrico gene-
rado facilita las mismas reac-
ciones neuronales que crea-
ron el campo en un inicio, al
igual que la nube de entusias-
mo que envuelve a una mul-
titud de espectadores cuando
animan a su equipo incita al
gento a seguir animndolo.Dicho de otro modo, el campo
elctrico cerebral no constitu-
ye un subproducto: se trata
de un bucle de retroalimen-
tacin.
Se saba que los perodos
de elevada actividad neuro-
nal sincronizada (como la del
sueo profundo) revisten una
importancia crucial para el
mantenimiento del funcio-
namiento normal del cere-
bro, pero nunca estuvo claro
de qu forma se coordinaban
esas fases estables, ni por quse descarriaban en trastornos
como la epilepsia. El estudio
apunta la posibilidad de obte-
ner algunas respuestas sobre
la funcin del campo elctrico
del encfalo, que es sorpren-
dentemente activo.
Se trata de un descubri-
miento muy nuevo e intere-
sante, afirma Ole Paulsen,
neurocientfico de la Univer-
sidad de Cambridge, quien notom parte en la investiga-
cin. Sabamos que campos
elctricos dbiles podan in-
fluir en la actividad cerebral,
pero nadie haba comprobado
con anterioridad que los cam-
pos generados por el cerebro
pudieran influir en su propia
actividad.
Frhlich contempla asi-
mismo posibles aplicaciones
teraputicas, sobre todo en el
perfeccionamiento de la esti-
mulacin transcraneana por
corriente continua (tDCS, por
sus siglas inglesas). Dicha tc-
nica se basa en la aplicacin de
campos elctricos dbiles sobre
el cuero cabelludo con el obje-
to de tratar la depresin o los
dolores crnicos, entre otras
dolencias. En su aplicacin
tradicional, la tDCS se centra
en campos elctricos estndar,
que no varan mucho, a dife-
rencia de los dinmicos utili-
zados en el presente estudio
para remedar un cerebro vivo.
El paso lgico siguiente con-
sistira en utilizar estas formas
de onda ms complejas en un
contexto clnico y comprobar
si mejoran el tratamiento,
opina Frhlich.
Ferris Jabr
NEUROCIENCIAS
Retroalimentacin neuronal
El cerebro genera campos elctricos que influyen en su propia actividad
NEUROIMAGEN
Tres son multitudLa estructura del cerebro podra explicar
la dificultad de efectuar varias tareas a la vez
Si hemos de realizar dos cosas al mismo tiempo,
nuestro cerebro escinde, en sentido estricto, la
tarea en dos. As se afirma en un estudio publicado
en Science. Los investigadores midieron la actividad
cerebral en tareas de emparejamiento de letras.
Cuando los probandos tenan que habrselas con
dos ristras de letras y realizar al mismo tiempo
dos tareas de emparejamiento, la actividad de una
mitad del cerebro corresponda a una de las tareas,
mientras que el trabajo de la otra mitad, a la otra
labor. Ello podra explicar nuestra notoria torpeza
para llevar a cabo tres o ms tareas a la vez. Cuan-
do las actividades son ms de dos... nos quedamos
sin hemisferios.
Graciela Flores
DREAMSTIME/KTS
DREAMSTIME/ARNE9001
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RETROSPECTIVA
R egresemos a los aos cincuenta delsiglo XX,en el sanatorio psiquitricoprovincial Nuestra Seora de la Fuencisla
en Segovia. Durante mi etapa adolescente
comenc a frecuentar este manicomiosituado en el bello paraje serrano entre
Segovia y La Granja de San Ildefonso. All
trabajaba mi padre, el tambin psiquiatra
Agustn Jimeno Cattaneo, siguiendo las
normas asistenciales de La psiquiatr a
activade H. Simon: todos los enfermos,
incluso los catatnicos, deban estar ac-
tivos. En Segovia, las mujeres en corro,
en el patatero de la cocina, pelaban len-
tamente patatas, algunas faenaban en la
alpargatera, otras en el costurero donde
bordaban en la mejor artesana segovia-
na preciosos manteles y juegos de sba-
nas. Los hombres se empleaban en las
vaqueras, en la labranza, en el cuidado
de cerdos y gallinas. Mi padre llevaba fi-
chas de cada uno de los pacientes en la
laborterapia, nombre por aquel enton-
ces todava en desuso. El hospital no solo
era autosuficiente, sino que abasteca al
Hospicio, y al Hospital Provincial. En una
limpia aunque pobre enfermera se admi-
nistraban electrochoques y curas de Sakel
de insulina, como se haca en los mejores
centros sanitarios. Hoy sin embargo nos
horrorizaramos de las precarias condi-
ciones de aquellos tratamientos.
Exista en la finca paludismo endmi-
co, herencia de las tropas de regulares que
se albergaron all durante la Guerra Civil.
Mi padre realiz observaciones sobre el
paludismo espontneo en los esquizofr-
nicos a semejanza de las curas eficaces
con paludismo que empleaba J. von Jau-
regg para el tratamiento de las parlisis
cerebrales. De este modo constat que lafiebre produca una disminucin mera-
mente sintomtica de la agitacin y la
ansiedad, aunque solo durante los abs-
cesos de fiebre.
Las instalaciones recientes y relativa-
mente pequeas del sanatorio permitan
evitar las peores lacras de los asilos ma-
nicomiales. Se hallaba en una magnifica
finca de la diputacin provincial, propie-
dad anterior de los condes de Mallada
denominada ya en ese entonces Quita-
pesares por encontrar all solaz la reina
regente Mara Cristina y su marido mor-
gantico, Muoz.
Unidad de agudosMuy pocos hospitales generales en Espa-
a contaban por entonces con una uni-
dad de psiquiatra de agudos. La diferen-
cia entre esta y una unidad de crnicoshaba marcado trayectorias biogrficas
y posiciones doctrinales en Alemania y
Francia; es decir, en la psiquiatra dirigen-
te de la poca. Una de las escasas unida-
des de agudos en Espaa se hallaba en el
Clnico de Madrid, donde trabajaron Ro-
drguez Lafora, B. Llopis y J. J. Lpez Ibor,
entre otros. Las salas se encontraban en
un magnfico edificio, hoy el Museo Reina
Sofa. All, como asistente voluntario y
alumno de doctorado, asist a la aparicin
de nuevos frmacos, a las psicosis agudas
del alcoholismo y al kif(lase marihuana,
a la que eran adictos antiguos militares
DESDE EL MANICOMIOA LA PSIQUIATRA COMUNITARIAUna biografa profesional y personal resume 60 aos de la historia psiquitrica
en Alemania y Espaa
AGUSTN JIMENO VALDS
AGUSTN JIMENO
en el Instituto Max Planck de Mnich en 1960. TODASLASFOTOGRAFASDEESTEARTCULO:CORTESA
DELAUTOR
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10 MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
que haban prestado servicios en Marrue-
cos), y tambin a brotes agudos de psico-
sis endgenas. Todo ello en pacientes
casi todos indigentes, asistidos por la
Beneficencia Provincial.
En 1960 continu mi formacin en
calidad de mdico interno en la Casa de
Salud Valdecilla de Santander, otro de
los centros en Espaa que contaban con
unidades de agudos. En el pabelln 20
se encontraban las tres unidades: una de
psiquiatra de hombres, otra de mujeres
y una tercera de pacientes neurolgicos.
No estaba claro el concepto asistencial.
Haba casos de ataxia de Fridreich y demiotona de Thomsen. La neurociruga
tambin era bastante elemental, pues en
esos aos no se contaba con la posibilidad
de realizar angiografas. Sin embargo, bajo
la direccin de J. M.aAldama Truchuelo se
llevaba a cabo una asistencia individual
con la mxima calidad de la poca: tc-
nicas de sugestin, de narcoanlisis, de
electrochoques, as como curas con los
psicofrmacos disponibles.
Con la apertura por las hermanas hos-
pitalarias de un hospital para mujeres enCueto, en las laderas de El Sardinero, se
produjo una innovacin asistencial im-
portante. All se traslad a las enfermas
procedentes de Santander que se hallaban
dispersas por Espaa, sobre todo en los
grandes hospitales de Palencia. La apertu-
ra de un centro especfico para hombres
tuvo que esperar algunos aos; con todo,
la coordinacin entre ambos centros era
muy buena, pues el doctor J. M.aAldama
Truchuelo era tambin director del centro
de Cueto. Empezamos a trabajar y a hacer
guardias, lo que nos proporcion, amn
de un modesto estipendio econmico, el
estudio simultneo de pacientes agudos
y de crnicos, adems del seguimiento
parcial de las escasas altas. Se iniciaba la
colaboracin asistencial entre psiquiatrade agudos y de crnicos.
La casa de salud Valdecilla ofreca enor-
me experiencia, aunque escasa formacin
docente y nula posibilidad de desarrollar
una tesis doctoral. Ello contrastaba con
su magnfica trayectoria en los aos an-
teriores a la guerra, perodo en el que tra-
bajaron all Lpez Albo y Lorente de No,
uno de los primeros investigadores que
dise redes neuronales con capacidad de
desarrollar funciones complejas.
Experiencia en AlemaniaTras terminar en junio de 1962 la tesis
doctoral en el Instituto Max Planck de
psiquiatra de Mnich, trabaj como asis-
tente mdico de la Clnica Universitaria de
Neuropsiquiatra en Giessen (Nervenkli-
nik), puesto anlogo al del MIR, durante
cuyo desempeo se adquira el ttulo de
especialista en enfermedades nerviosas
y mentales. El lugar permita conocer las
RESUMEN
poca de reforma
1En los aos sesenta del siglo XX,
muy pocos hospitales generales
en Espaa contaban con una unidad
de psiquiatra de agudos.
2Los servicios psiquitricos alema-
nes ofrecan mayor posibilidad
para la formacin, adems de un
ejemplo a seguir para el cambio ne-
cesario en la asistencia de los centros
espaoles.
3El Sanatorio de Conjo, en Santia-
go de Compostela, fue uno de
los primeros en Espaa en adoptar
mejoras en el sistema asistencial delos enfermos mentales.
HOSPITAL PSIQUITRICO DE HEILIGENHAFEN
El centro dispona de un servicio especializado en alco-
holismo y toxicomanas. Como todo hospital alemn, el
personal iniciaba la jornada con el intercambio de informa-
cin sobre cada paciente.
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caractersticas asistenciales tradicionales
de la psiquiatra en Alemania.
A mediados de los aos sesenta, se divi-
dieron las ctedras y sus servicios en neu-
rologa y psiquiatra. Sin embargo, el ttulo
de especialista comprenda ambas discipli-
nas, por lo que la formacin obligaba a ro-
tar por ambos servicios, al menos dos aosen cada uno. En neurologa tom el cargo
de direccin F. Erbslh, quien falleciera de
manera trgica asesinado por la madre de
uno de sus pacientes. Erbslh era un espe-
cialista de fama mundial en enfermedades
neurodegenerativas. El responsable de psi-
quiatra era A. Derwort, interesado, sobre
todo, en neurofisiologa cerebral.
El trabajo asistencialLa clnica universitaria de Giessen careca
de Aufnahmepflicht; es decir, obligacinde ingresar. Durante las guardias sufr
en ms de una ocasin el acoso de pa-
cientes, familiares, urgencias y mdicos
de familia que demandaban por telfono
o en la puerta el ingreso del enfermo. Si
haba cama disponible, ingresaba siempre
a los pacientes ante la tremenda dificultad
que supona discutir en mi alemn toda-
va precario. La estancia me permiti un
amplio trabajo docente y de investigacin
sobre todo en psicopatologa.
Ya con el ttulo de especialista bajo el
brazo, me traslad al Hospital Psiqui-
trico (Landeskrankenhaus) de Heiligen-
hafen, un pueblo remoto en las orillas
del mar Bltico, perteneciente al Land
de Schleswig Holstein. Ello me permiti
conocer de primera mano una reforma
asistencial. Se trataba de un manicomio
tradicional albergado en un magnfico y
antiguo cuartel de la marina alemana que
tena sus arsenales en la cercana ciudad
de Kiel. El hospital creaba entonces un
servicio especializado en alcoholismo y
toxicomanas al que me incorpor con el
jefe de servicio (Oberarzt) H. Derwort.
Como en todas las clnicas alemanas, la
jornada comenzaba a primera hora con una
reunin de todo el personal para comentar
e intercambiar informacin de cada uno de
los pacientes. Tambin se realizaban dos
veces por semana y en cada unidad reunio-
nes a modo de terapia grupal.
Dichas terapias cumplan dos objetivos:
por un lado, el de recoger informacin so-
bre el enfermo; por otro, de conversacin
libre para los enfermos, quienes podan
exponer su caso sin sentirse presionados.
Se intentaba excluir toda atmsfera emo-
cional o pseudo mstica, a diferencia de
como es frecuente hoy en algunos grupos
y comunas en el tratamiento de toxic-
manos. Los familiares apenas existan.
Adems, el hospital se encontraba lejos
de los centros urbanos.
La mayor parte de los pacientes asis-
tan a los talleres. La organizacin del
personal del hospital se prestaba para
comprender la organizacin funcionarial
alemana, la cual no resultaba tan patente
en la Universidad de Giessen por primar
all la organizacin acadmica. El funcio-
nariado alemn en general constaba de
tres carreras (Laufbahn): alta, media e
inferior; cada una de ellas con jerarquas
diferentes, con sus correspondientes suel-
dos y denominaciones. En cada carrera
se ascenda por antigedad y mritos.
Sin embargo, el cambio de una carrera a
otra exiga pruebas especficas. As pues,
el hospital mantena la organizacin y el
funcionamiento tradicional de antes de
las reformas psiquitricas. Todo ello me
recordaba al cursus honorumde la Rep-
blica Romana, en el que seguramente se
inspir Federico de Prusia para establecer
tal organizacin funcionarial. Como anc-
dota, se refiere que despus de la Guerra,
los militares de EE.UU. ocupantes no lo-
graban aclararse en ese bosque de deno-
minaciones que los alemanes tan puristas
intentaban perpetuar. En tal coyuntura se
dice que los estadounidenses arreglaron el
asunto llamando a todos Herr Doktor.
Sin embargo, la dificultad mayor en el
trabajo del da a da consista, como tan-
tas veces despus volv a experimentar,
en la adecuada actitud y colaboracin del
personal. Es decir, en su transformacin
desde la actitud paternalista y autoritaria
a la tcnica y de colaboracin en los trata-
mientos teraputicos.
Actividades extrahospitalariasAl margen de las estrictas obligaciones en
el hospital, contactamos y colaboramos
con diversos grupos activos en la lucha
A finales de los sesenta,los servicios psiquitricos alemanes se organizaban en
tres tipos de centros que, aparte de su propio personal de plantilla, reciban
investigadores becados alemanes y de todos los pases, as como psiquiatras
que gozaban de un ao sabtico que dedicaban a la investigacin. Estos cen-
tros eran:
Las clnicas universitarias de agudos.Desde finales del siglo XIXcasi todas las
escuelas de medicina mantenan unidades psiquitricas o neuropsiquitricas,
puesto que englobaban a la neurologa. Dirigidas por el catedrtico u ordinario,
no estaban adscritas a un rea geogrfica ni tenan obligacin de ingresar:
podan escoger a sus pacientes en razn a su inters para la investigacin o
para la docencia.
Los grandes asilos o manicomios (Landeskrankenhaus).Como en todas partes
a mediados del siglo XX,eran instituciones fundamentalmente de beneficencia,
cerradas y con numerosos ingresos judiciales. Tales centros tenan obligacin de
ingreso, fuese por orden de las autoridades mdicas, judiciales o policiales, o
por su rea de referencia, generalmente muy amplias. Los directores no eranprofesores, ni los centros se utilizaban para la docencia.
Centros de Investigacin pura. Los ms famosos eran los acogidos a la de-
nominacin de la posguerra de Institutos Max Planck que sucedieron a los
institutos Kaiser Wilhelm (Emperador Guillermo). El de Mnich fue fundado
por E. Kraepelin y sufragado por la Fundacin Rockefeller americana.
Centros psiquitricos en Alemania
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antialcohlica. Los nombres de estas ins-
tituciones son anlogos a los de las ONG
actuales: alcohlicos annimos, orden de
los Buenos Templarios, la Cruz Azul (orga-
nizacin dependiente de la iglesia evangli-
ca y con potentes medios) y la Cruz de Oro
(organizacin de la Iglesia Catlica).
En Heiligenhafen aprend las tcnicasintra y extrahospitalarias de tratamiento
y prevencin del alcoholismo, experiencia
que facilit el contacto con los equipos es-
paoles dedicados al tema. En concreto,
con J. Santodomingo y F. Alonso Fernn-
dez. Estos contactos me ayudaron a volver
a Espaa en 1968, ao en que F. Soto Yarri-
tu me apoy para conseguir una plaza de
jefe de servicio en el Hospital Psiquitrico
San Francisco Javier de Pamplona. El cen-
tro psiquitrico se hallaba en el barrio de
la Rochapea. Se trataba de un edificio in-menso, casi escurialense. Con un enorme
cuadrado de pasillos y trnsitos anchsi-
mos y altsimos de techo; con ventanas
solo en lo alto, de forma que el exterior era
invisible. A la mitad de uno de los lados,
la entrada principal; a la derecha, todas las
unidades de hombres, a la izquierda, las de
mujeres. Una gran capilla haca de lmite,
de tal forma que los y las pacientes no se
mezclaban ni vean.
Los pabellones, unos veinte, colgaban,
por as decir, de los trnsitos que forma-
ban los lados del cuadriltero. Todos ellos
La reforma del Sanatorio de Conjo, en Santiago de Compostela, ofrece un
ejemplo de los avances que la asistencia psiquitrica estaba viviendo en Espaa
entre los aos sesenta y setenta del siglo pasado. Consisti en tres grandes
mejoras:
Instalaciones.La transformacin arquitectnica supuso la dotacin de espacios
de intimidad, con mdulos de ocho a diez camas como mximo por sala. Tam-
bin se instalaron salas de estar, agua caliente, servicios higinicos suficientes
y accesibles, calendarios, televisores y espejos. Adems, se dot a los pacientes
de vestimenta adecuada.
Funcionamiento mdico y social.Se instaur la revisin y puesta al da de todos
los pacientes (DNI, actualizacin de posibles derechos, pensiones o ayudas).
Asimismo se asign a cada paciente una cartilla de ahorro en la que se ingre-
sara el dinero procedente de la laborterapia u otras ayudas. Se empezaron a
aplicar tratamientos psicoteraputicos (terapia ocupacional o laboral, reunio-
nes de grupo), actividades ldicas dentro y fuera del sanatorio (romeras, baile,salidas a la ciudad, al cine o a la playa, entre otras). Por otro lado, se puso
nfasis en la formacin y seleccin del personal, transformando los celadores
y cuidadores en auxiliares sanitarios, supervisores de unidad, etctera.
Sistema asistencial.Se decidi por la cancelacin del sistema manicomial y la
sectorizacin. Cada provincia se hara cargo de sus pacientes. As, se desarro-
llaron servicios extrahospitalarios crendose una red de dispensarios por La
Corua y zonas limtrofes de la provincia. Tambin se realiz un intenso esfuerzo
por disminuir el censo de pacientes ingresados y suprimir camas (entre 1972 y
1978 se pas de 1400 a 800 camas en el Sanatorio de Conjo). En el sistema de
financiacin se incluyeron los servicios ambulatorios esenciales para mantener
a los enfermos en la comunidad.
Transformacin de un sanatorio espaol
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disponan de diversos patios y dependen-
cias. Las instalaciones de servicios, como
cocinas y roperas, se situaban de forma
anloga respecto a los trnsitos. Cada pa-
belln contaba con servicios de comedor,
patios, salas de estar y dormitorios.
Los pabellones ostentaban en la entrada
su nombre oficial, que, como era habitual,corresponda al de algn santo: San Fer-
mn, San Francisco... Sin embargo, en la
vida cotidiana la alusin a los grupos de
pacientes se sustitua por descripciones
ms expresivas y funcionales: sucios,
agitados, trabajadores, tranquilos,
tontos o epilpticos. Haba unos 600
enfermos. Muchos de ellos activos en las
dependencias del hospital o con permisos
de salida en rgimen custodial. En resu-
men, se trataba de un ejemplo de lo que
no deba ser un hospital de acuerdo conlas normas de rehabilitacin psiquitrica
que haba aprendido en Alemania y que
deba poner en prctica en el centro psi-
quitrico de Pamplona.
La verdad es que dentro de su contex-
to y poca, el Hospital era magnfico. Se
trataba de un manicomio, pero se haban
hecho algunos esfuerzos de renovacin.
En concreto, la construccin de un pabe-
lln de agudos totalmente nuevo delante
del vestbulo principal antiguo y de ar-
quitectura moderna y ms adecuada, con
despachos que albergaban las oficinas ad-
ministrativas; tambin reproduca en par-
te las separaciones por sexos del Hospital
antiguo, con dos reas de 30 camas cada
una. Aun as, parece que las discrepancias
respecto al personal ms las divergencias
del director respecto a la administracin
y a la Comunidad de Religiosas (de la Ca-
ridad) del Hospital retras su puesta enfuncionamiento.
Falto de ayudas oficiales, no pudo avan-
zarse prcticamente nada en la reforma
asistencial del hospital ni en la instalacin
de psicoterapias y tcnicas de rehabilita-
cin, motivo por el cual me centr en el
problema del alcoholismo. En el Hospital
me hice cargo de todos los alcohlicos, con
un seguimiento despus del alta. Tambin
prediqu la lucha antialcohlica por
toda Navarra, en gran parte con la inesti-
mable ayuda de las ctedras ambulantesde la Seccin Femenina.
Reforma en GaliciaEl Sanatorio (manicomio) de Conjo, en
Santiago de Compostela, tambin fue uno
de los pocos centros de Espaa que experi-
ment en los aos setenta un plan asisten-
cial moderno. J. M.aHernndez Cochn, a
la sazn director del Instituto de Sanidad,
y J. L. Montoya, procedente del Hospital
Psiquitrico de Oviedo, encabezaron la ini-
ciativa, en la que me integr tras el corres-
pondiente concurso, como jefe de servicio.
El Sanatorio estaba instalado en el barrio
de Conjo. Los edificios, el sanatorio como
institucin, el personal y todo el resto
pertenecan a la mitra, es decir, el arzo-
bispado poderoso y magnfico de la gran
sede arzobispal de Santiago. La mitra ha-
ba arrendado el Sanatorio a una sociedad
mercantil. El arzobispo cardenal QuirogaPalacios decidi, en valiente criterio, que la
situacin no poda continuar as, por lo que
conmin a que se disolviera la sociedad y
vendiera el centro a la Diputacin Provin-
cial de La Corua, organismo que habra de
proceder a las necesarias reformas.
El plan de construccin consista en un
nuevo sanatorio con 2000 camas para Gali-
cia, Len y el norte de Portugal. La primera
lucha de Montoya y nuestra fue frenar esa
tcnica del ladrillo y convencer a todos de
que el plan consistira en la descentraliza-cin, la supresin del manicomio, el de-
sarrollo de dispensarios y la obligacin de
que cada provincia gallega se responsabili-
zase de sus enfermos y de su psiquiatra.
El estado del sanatorio de Conjo era la-
mentable: unos 1500 asilados, abundancia
EL SANATORIO DE CONJO
Los enfermos se hacinaban en los patios y las
celdas. El centro careca de cuidadores y cela-
dores suficientes. Abundaban las infeccionespor sarna, piojos y, sobre todo, tuberculosis.
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La culminacin en el centro de Conjo se
produjo entre el 2 y el 7 de julio de 1975,
con una huelga general salvaje: abandono
de los puestos de trabajo bajo las presiones
de los piquetes y que resolvi el presiden-
te de la Fundacin con la supresin de la
docencia y la expulsin de responsables
en puestos superiores. En los meses si-guientes, con nuevas convocatorias de
especialistas y residentes, volvi poco a
poco el centro a recuperar los niveles asis-
tenciales anteriores y continu la reforma.
El 7 de julio de 1976 se declar un terrible
incendio en el Hospital, en el que fallecie-
ron siete pacientes y quedaron destruidas
200 camas. Aunque nada pudo probarse,
todos aceptamos que aquel incendio fue
provocado.
Cuando el centro recuper su ritmo,
con la ayuda de V. Conde Lpez, pudetrasladarme en mayo de 1978 al Hospital
Clnico y Facultad de Medicina de la Uni-
versidad de Valladolid como jefe de sec-
cin responsable de la unidad de agudos
y profesor adjunto interino en la Facultad
de Medicina, posteriormente profesor ti-
tular numerario hasta mi jubilacin. Co-
menzaba el sistema de las autonomas. En
Valladolid existan las consultas de neu-
ropsiquiatra, los centros de diagnstico
de Sanidad y el antiguo Hospital Psiqui-
trico Doctor Villacin. En esos primeros
aos nos esforzamos en que la unidad de
agudos del centro recibiera a los pacientes
difciles de toda Castilla y Len. De esta
manera, recibiramos pacientes de toda
la comunidad autnoma, ya que, por otra
parte, no existan unidades de agudos en
ningn otro lugar, salvo en Salamanca.
Posteriormente cada provincia fue con-
tando con sus centros y en Valladolid
mismo se crearon dos sectores o reas, de
las cuales una pas a ser responsabilidad
nuestra en el Hospital Clnico.
Quo vadispsiquiatra?En el futuro cabe esperar que cada vez
ms los trastornos menores y los snto-
mas psicolgicos individuales sean asu-
midos por no mdicos. El psiquiatra
se transformar de esta manera en su-
perespecialista capaz de aplicar tcnicas
de condicionamiento y aprendizaje, o de
administrar medicamentos bajo anlisis
genticos o de liberar el producto exac-
tamente en las clulas diana; o de actuar
como electrofisilogo y cirujano cerebral
y capaz de realizar sutiles investigaciones
en neuroimagen, neuroqumica y neuro-
electrofisiologa en tiempo real; as como
implantar marcapasos o controlar Hol-
ters (registros electrocardiogrficos) que
supervisen en todo momento conductas,
pensamientos, emociones y deseos del
paciente.
Puede que muchos se estremezcan ante
tal descripcin, quizs exagerada, de la
manipulacin de las funciones humanas,
pero en la psiquiatra se trata precisamen-
te de eso, de manipulacin, modificacin
e intervencin para curar, de la misma
manera que un cirujano manipula una
pierna o un ojo extirpndolo. Lo impor-
tante y esencial, aunque por desgracia
escasamente logrado, es que todo ello se
realice bajo frreas normas morales. Kon-
rad Lorenz, uno de los padres de la etolo-
ga, ya advirti que el problema central
de nuestra civilizacin es el enorme auge
de la tcnica frente al enorme atraso de
la moralidad y la ley a escala mundial. En
este camino, la funcin de la psiquiatra
resultar cada vez ms relevante.
Agustn Jimeno Valdsestudi medicina en
Valladolid. Desde 1978 hasta su jubilacin en
2005, ha sido jefe de la Unidad de Hospita-
lizacin de psiquiatra del Hospital Clnico de
Valladolid y profesor titular de psiquiatra de su
universidad.
BIBLIOGRAFA COMPLEMENTARIA
ALCOHOLISMO EN NAVARRA. EPIDEMIOLO-
GA 1969, 1970, 1971.A. Jimeno Valds
enArchivos de Neurobiologa, vol. XXVI,
n.o 5, pgs. 393-410, 1973.
CINCO AOS DE PSIQUIATRA SECTORIAL
A PARTIR DEL SANATORIO PSIQUITRICO
DE CONJO EN SANTIAGO DE COMPOSTE-
LA.A. Jimeno Valds en Archivos de
Neurobiologa, vol. XLII, n.o 2, pgs. 87-
114, 1979.
LA CASA DEL TEJADO COLORADO.
MEMORIA GENERAL DEL MANICOMIO DE
NAVARRA.L. J. Lizarraga Larrin. Depar-
tamento de Salud, Gobierno de Navarra;
Pamplona, 1992.
SETENTA AOS DE VALDECILLA.Coordina-
do por J. M. Izquierdo. Caja Cantabria;
Santander, 1999.
CONCIENCIA HISTRICA DE LA PSIQUIA-
TRA. PRIMERA ENTREGA.Coordinado
por J. Santodomingo Carrasco. Colegio
de Psiquiatras Emritos. KRK Ediciones,
coleccin Delirema; Oviedo, 2009.
Tres aspectoscaracterizaban a la psiquiatra en ese perodo:
Poco experimental:Exista un distanciamiento de la psicologa experimental, a
pesar de los esfuerzos de Kraepelin, discpulo de Wundt. Ello fue consecuencia
de los espectaculares triunfos en la identificacin de la parlisis cerebral y de la
enfermedad de Alzheimer que dirigieron la investigacin a la neuropatologa.
Poco psicodinmica:Alejamiento asimismo de las corrientes psicodinmicas.
Demasiado filosfica:Contaminacin, tras el rechazo del psicoanlisis por muy
doctrinal y poco cientfico, por conceptos holsticos, humansticos, filosficos
(existencialismo) y aun religiosos, situacin que la alejaba de los paradigmas
cientficos puros necesarios para su progreso. Casi todas las monografas de
los mejores profesores, sobre todo en Europa, revelaban ms reflexin que
investigacin.
La psiquiatra a mediados del siglo XX
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R esponda con la mano en el corazn: nuncase escabull de ir a clase cuando era nio?Algunos piensan que haberlo hecho ocasional-
mente es motivo de prestigio y hablan a favor
de la autoafirmacin de los alumnos. Estamos,por tanto, ante un delito de caballeros?
Si hacemos caso a los medios de comunica-
cin, la respuesta es: no. Suele leerse que en Ale-
mania medio milln de alumnos hace novillos
por sistema y que este nmero va creciendo de
forma alarmante. En realidad no existen datos
fiables que lo confirmen. Tambin suele decir-
se que quien hace novillos tiene ms probabi-
lidades de caer en la criminalidad o de seguir
cualquier otro descarriado camino. Los padres,
preocupados, se preguntan: los novillos son
algo balad o constituyen un problema que hay
que tomar en serio? O tambin: qu ha movido
a huir de clase a los nios y jvenes que lo han
hecho?
Por desgracia es difcil encontrar estudios
amplios que se ocupen de este complejo pro-
blema. Para disponer de ms informacin sobre
el absentismo escolar en Suiza, hemos realizado
una encuesta por todo el pas y hemos entre-
vistado a casi 4000 alumnos de entre 13 y 17
aos, escogidos al azar. Por un lado, constata-
mos que el fenmeno est muy difundido; por
el otro, llegamos a la conclusin de que no es
posible definir un prototipo de alumno que
hace novillos.
El 95 por ciento de los escolares reconocen
haberse ausentado de clase al menos una vez.
Pero menos de la mitad de ellos lo hace de vez en
cuando. En los seis meses anteriores a la encues-
ta estos alumnos que hacen ocasionalmente
novillos no se ausentaron injustificadamente
de clase ms de una vez. Alrededor del 13 por
ciento de todos los alumnos declararon hacer
novillos muy a menudo (por ejemplo: durante
RESUMEN
Absentistas,por qu?
1Los motivos por los
que los jvenes se
ausentan de clase son
mltiples: desde el can-
sancio o desinters esco-
lar hasta evitar exmenes
o profesores.
2
No existe un vnculo
claro entre absentis-
mo y rendimiento escolar:
muchos de los alumnos
absentistas sacan buenas
notas.
3Sin embargo, una
ausencia prolongada
de la escuela puede de-
sembocar en un abandono
completo de los estudios.
Novillos escolaresCasi todos los jvenes dejan alguna vez de ir a clase. Los motivos no deben buscarse
exclusivamente en los alumnos: los maestros y las escuelas tienen gran parte de responsabilidad
MARGRIT STAMM
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QUIN FALTA?
La mayora de padres y maes-
tros creen que solo hacennovillos los malos alumnos.
Los resultados de las investiga-
ciones indican lo contrario: no
hay relacin alguna entre las
notas obtenidas y el absentis-
mo escolar.
el perodo de la encuesta se ausentaron toda o
media jornada escolar ms de cinco veces).
Una encuesta de 2004, centrada en los jve-
nes alemanes y dirigida por el socilogo de la
Universidad de Colonia Michael Wagner, arroj
cifras similares. Se llega a la conclusin de que
en ambos pases hay un volumen nada despre-
ciable de alumnos que faltan a clase; entre ellos,el sexo masculino es predominante. En nuestra
encuesta, los alumnos hacan el doble de novi-
llos que las alumnas. En el estudio de Colonia
tambin se observ una clara diferencia.
Los motivos por los que los jvenes adoptan
esta conducta son mltiples. Las respuestas ms
frecuentes se refieren al cansancio escolar o al
desinters por la enseanza. Otros dicen que no
van a clase porque no quieren asistir a ciertos
exmenes, porque necesitan tiempo para hacer
los deberes domsticos o porque quieren alejar-
se de determinados profesores.
Rechazo a las horas iniciales y finalesTan variadas como los motivos son las estrate-
gias seguidas para hacer novillos. Algunos se au-
sentan de las desagradables clases del comienzo
o del final de la jornada escolar, otros huyen de
determinada asignatura. Segn los resultados
de nuestro estudio, la mayora pertenecen a los
GEHIRN
&
GEIST/MANFREDZENTSCH
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que huyen de las horas marginales o de asig-
naturas poco gratas. Tambin se dan aquellos
que prolongan las vacaciones por su cuenta y seausentan del primer o del ltimo das de clase.
Tan solo uno de cada diez llega a faltar varios
das a la escuela.
Es, de hecho, muy corriente que los escolares
se ausenten de clase al menos de forma ocasio-
nal. Supone, por tanto, un problema que no ha-
bla solo de un grupo de alumnos flojos. En los
institutos son precisamente las clases iniciales y
finales, as como determinadas asignaturas, las
que experimentan ms ausencias, incluso por
parte de muchos estudiantes buenos. Es, por
ende, falso que el absentismo represente una
seal de alarma que delate problemas escolares,
en contra de lo que muchos padres, profesores
e incluso investigadores creen?
Es probable que sean justo los mejores alum-
nos quienes se ausenten reiteradamente de clase
porque se sientan exigidos por debajo de sus po-
sibilidades. Dado que aprenden ms rpidamen-
te y con mayor autonoma, los adolescentes ms
dotados pueden obtener rendimientos iguales
o incluso superiores a los de sus compaeros.
Es posible que para ellos los novillos supongan
simplemente una inteligente estrategia para al-
canzar sus objetivos con el mnimo esfuerzo?
Hemos investigado tal interrogante en otro
estudio centrado en la comparacin entre el
absentismo y el rendimiento escolar de los
alumnos altamente dotados y el del resto de sus
compaeros. El resultado muestra que no puede
establecerse relacin alguna entre la inteligencia
y la frecuencia de absentismo escolar.
Muchos de los alumnos altamente dotados
pertenecen a un grupo al que denominamos
alumnos con tendencia a hacer novillos. Se
trata de jvenes con un alto perfil intelectual
que solo de forma ocasional se ausentan de cla-
se. Es el caso, por ejemplo, de un alumno que
dijo: Cuando tengo muchas cosas que hacer,
necesito imperiosamente disponer de un par de
horas libres. O tambin: Algunas asignaturas
son tan aburridas que seguro que no me pierdo
nada si no voy a clase. Este tipo de alumnos al-canzan un buen rendimiento escolar y no parece
que vaya a tener problemas en el futuro.
Sin embargo, tambin para los alumnos alta-
mente dotados es cierto que una ausencia que al
principio parece no suponer ningn problema
puede desembocar de forma paulatina en un
gran distanciamiento que lleve a malos rendi-
mientos escolares e incluso, finalmente, a una
completa ruptura con la escuela, pese a disponer
de buenas condiciones intelectuales para una
carrera exitosa.
Algo as resulta problemtico en el grupo dealumnos que podemos tipificar como distan-
ciados. Son jvenes que, con frecuencia, obtie-
nen varios suspensos, a pesar de tener buenas
dotes. En los tests de inteligencia consiguen
buenas calificaciones. Pero tienen poco inters
por aprender y obtienen unos rendimientos es-
colares inferiores a la media.
Quien falta a clase sale perdiendoHay distintas razones que explican dicho fe-
nmeno: al principio ciertos alumnos pueden
permitirse el lujo de saltarse alguna clase, mas
luego fracasan en asignaturas concretas y tienen
que repetir todo el curso. De esta forma, pier-
den el inters por otras materias supuestamente
fciles, de las cuales se ausentan cada vez con
mayor frecuencia. Otros alumnos muestran ya
en primer o segundo curso una conducta absen-
tista, en algunos casos justificada incluso por los
padres, so capa de enfermedad.
Nuestro estudio anterior ya haba mostrado
cmo el absentismo frecuente pone en peligro
el posterior desarrollo de nios y jvenes. En
comparacin con los alumnos que faltan a clase
en contadas ocasiones, quienes no asisten con
asiduidad obtienen peores notas y repiten curso
con casi el doble de frecuencia. El pronstico a
largo plazo tambin les es desfavorable: aquellos
que faltan con reiteracin tienen especial peligro
de no conseguir el certificado escolar final, con
lo que disminuyen sus posibilidades de acceder
a una plaza de capacitacin superior.
Fuera de la escuela, estos alumnos con ausen-
cias frecuentes tienen ms probabilidades de
entrar en conflicto con la ley. El 51 por ciento de
Por qu los alumnos faltan a clase
64%
42%
40%
31%
20%
19%
22%
19%
7%
Falta de motivacin:ningn inters por la escuela
Querer dormir ms
Enseanza aburrida
Evitar los exmenes
Preparar los exmenes en casa
Hacer los deberes
No entenderse bien con el maestro
Hacer novillos junto a otros amigos
Acoso y violencia por partede compaeros de escuela
El factor
clave para
la prevencin
de los novillos
escolares es una
relacin de
plena confianza
entre maestros
y alumnos
(Datos de Margrit Stamm)
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ellos ya ha cometido delitos de lesiones corpora-
les, mientras que solo el 23 por ciento de los que
se ausentan ocasionalmente han perpetrado ta-
les actos. Quienes hacen novillos con frecuencia,
sobre todo si son varones, se encuentran ms
involucrados en delitos de robo, participan con
mayor frecuencia en delitos de daos a la pro-
piedad y cometen ms falsificaciones de firmaso de certificados.
Trabajos realizados por cientficos que desde
hace tiempo se ocupan del problema en otros
pases obtienen datos semejantes. Ya en los aos
noventa del pasado siglo, el investigador y peda-
gogo Ken Reid, de la Universidad Metropolitana
Swansea de Gales, demostr que el absentismo
escolar va emparejado con una elevada delin-
cuencia juvenil. Segn Reid, aun no tratndose
de una relacin constante, el absentismo escolar
es un factor de riesgo para el abandono de la
enseanza y la cada en la delincuencia.Hace tiempo que los investigadores indagan
las causas de los novillos escolares en la persona-
lidad de los jvenes y en sus relaciones familia-
res. Se extiende la opinin de que el absentismo
supone no tanto un problema individual como
un problema del que tiene que responsabilizar-
se la escuela. Dicho crudamente: las escuelas
con unas elevadas cuotas de absentismo estn
negando a sus alumnos el derecho a recibir for-
macin.
Puede que la razn del absentismo escolar
resida en la enseanza? Habla a favor de ello el
hecho de que el nmero de ausencias a clase
vara mucho de unos colegios a otros, incluso
cuando el nivel educativo y social de los padres
es anlogo. En un mismo barrio suele haber
escuelas con elevadas y otras con bajas cifras
de absentismo. De ah que algunos expertos
tiendan a pensar que la cuota de absentismo
constituye un ndice de la calidad de las escue-
las, lo mismo que lo es el resultado del informe
PISA. Hay buenas razones para suponer tal cosa,
puesto que un bajo absentismo puede elevar el
rendimiento global de los alumnos. Los maes-
tros necesitaran, entonces, invertir menos tiem-
po en alumnos problemticos; todo el clima
escolar mejora.
Oficializar los novillos?Algunos cantones suizos intentan afrontar el
problema mediante los llamados das como-
dn. Se trata de das del curso escolar que los
alumnos pueden tomarse libre de forma com-
pletamente oficial. Es dudoso, sin embargo, que
con esta medida se consiga reducir las faltas a
clase, pues los proyectos modelo todava no per-
miten demostrar la repercusin que estos das
comodn puedan tener en el absentismo.
Qu ms pueden hacer las escuelas? En pri-
mer lugar han de tomar el problema en serio.
Para ello, conviene que empiecen formando a
los maestros. En nuestra encuesta, la mayora de
ellos no conocan la magnitud del absentismoen su centro. Dos terceras partes de los docen-
tes tenan la impresin de que en sus clases no
se haca en absoluto novillos. Solo un ocho por
ciento crea que entre sus alumnos haba algu-
nos que hacan novillos con elevada frecuen-
cia. Parece ser que este porcentaje depende en
gran medida de la conducta de cada maestro en
particular. Lo esencial para la prevencin de los
novillos es una relacin de confianza entre los
profesores, los alumnos y los padres, adems
de que todos se propongan afrontar las causas
del problema.Conocer la magnitud del absentismo esco-
lar es una premisa necesaria. En Inglaterra, a
ciertos investigadores de la educacin que tra-
bajan con proyectos modelo les ha resultado
una buena experiencia mantener un registro
homogneo y centralizado. En l, los profesores
inscriben las ausencias de todos sus alumnos,
tambin aquellas que supuestamente se deben
a enfermedad. Cuando las faltas llegan a un de-
terminado nmero, hablan del problema con
los padres. Solo este hecho, incluso cuando se
presentan dificultades de contacto, suele pro-
ducir una mejora.
En Oer-Erkenschwick (Renania del Norte-
Westfalia, Alemania) se ha dado un paso ms.
En enero de 2009, el ayuntamiento puso en
marcha un discutido proyecto centrado en las
familias de los alumnos que se ausentan de la
escuela. Los padres de escolares que faltan con
frecuencia a clase disponen de una especie de
tarjeta en la que registran cundo sus hijos se
presentan puntualmente a clase y cundo acu-
den al mdico. Al final del curso escolar pueden
canjear estos puntos por objetos de un valor de
hasta cien euros.
Resta por ver que este proyecto de recompen-
sa repercuta en un cambio de conducta. En todo
caso parece una medida ms inteligente que las
reacciones de la mayora de las escuelas ante las
ausencias en clase: esperar, hacer la vista gorda
y, a lo sumo, realizar controles espordicos de
absentismo.
Margrit Stammdirige el departamento de ciencias de la
educacin de la Universidad suiza de Friburgo.
PALABRAS CLAVE
Novillosy absentismoescolar
Por hacer novillos suele
entenderse un rechazo
consciente de las reglasque siguen los adultos.
El absentismo escolar hace
referencia sobre todo a
casos ms difciles: estos
objetores son nios con
problemas emocionales y
de conducta que, a menudo
con el conocimiento de los
padres, abandonan por
completo la asistencia a cla-
se. En ocasiones, el miedo
o la fobia a la escuela juegaun papel importante [vase
Absentismo escolar, por
Gerd Lehmkuhl; MENTEYCE-
REBRO, n.o31]. Sin embargo,
no pocas veces el rechazo o
incluso el abandono escolar
comienza con unos inocen-
tes novillos.
BIBLIOGRAFA
COMPLEMENTARIA
DIE PSICOLOGIE DES SCHU-
LESSCHWNZENS: RAT FR
ELTERN, LEHRER UND BILDUNS-
POLITIKER.M. Stamm. Huber.
Berna, 2008.
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20 MENTE Y CEREBRO 48 / 2011
La definicin ms aceptada de violencia degnero es la propuesta por la ONU en 1995:
Todo acto de violencia sexista que tiene como
resultado posible o real un dao fsico, sexual
o psquico, incluidas las amenazas, la coercin o
la privacin arbitraria de libertad, ya sea que
ocurra en la vida pblica o en la privada.
En este marco conceptualizamos la violencia
como la coaccin fsica o psquica ejercida so-
bre una persona para viciar su voluntad y obli-
garla a ejecutar un acto determinado. Puede
adoptar formas diferentes: fsica, verbal, psqui-
ca, sexual, social, econmica, etctera. Unas for-
mas de coaccin que se han ejercido, en mayor o
menor medida, a lo largo de la historia.
Un binomio inseparableLa violencia de gnero ha ido impregnndose
con el tiempo de significado social, adulterando
de esa manera su definicin original basada en
el binomio inseparable de violencia y gnero.
As, de satisfacer una necesidad de superviven-
cia se ha convertido en una conducta instru-
mental que introduce desigualdad en una rela-
cin interpersonal o mantiene una desigualdad
subyacente y estructural. Es precisamente en
este sentido que la violencia y el gnero se con-
vierten en un binomio inseparable, ya que la
primera se usa como mecanismo para conseguir
un plus de presencia o influencia respecto a lo
segundo.
Para explicar la conducta del maltratador se
ha apelado con frecuencia a la existencia de una
serie de psicopatologas: carcter agresivo, falta
de control de la ira o una infancia marcada por
experiencias de malos tratos. Dichas explicacio-
nes tienden a buscar una causa externa, por loque reducen el grado de responsabilidad de la
persona que lleva a cabo la accin.
As, los principales modelos tericos sobre
violencia de gnero proponen teoras asenta-
das en problemas de tipo individual, investigan
alteraciones de la personalidad, disposiciones
biolgicas o experiencias violentas a temprana
edad que puedan explicar tales reacciones. Las
teoras basadas en la dinmica familiar asumen
que la violencia es el resultado de problemas
derivados de una interaccin inadecuada en la
familia y de los patrones desadaptativos de re-
solucin de problemas de pareja o familiares (o
ambos) inherentes en sus relaciones. Las teoras
sociales y culturales, por su parte, abogan por la
existencia de valores culturales que legitiman
el control del hombre sobre la mujer.
Tales hiptesis surgen precisamente ante la
necesidad de explicar el fenmeno emergente
de la violencia de gnero. Mas tal enfoque, en
el que las mujeres aparecen a menudo como
las vctimas y los hombres como los victima-
rios, no seala a las disposiciones biolgicas o
de interaccin como factores que aclaran por
s solos la violencia de gnero: ni las mujeres
nacen vctimas ni los varones estn predeter-
minados para actuar como agresores. De hecho,
los estereotipos sobre cmo unos y otras deben
comportarse, las experiencias que refuerzan la
conducta estereotpica y la estructura social que
apoyan la desigualdad de poder entre gneros
ha contribuido a que se originen patrones de
violencia a lo largo de nuestro ciclo vital.
En las sociedades en las que no existe una
jerarqua formal de privilegios de unos grupos
Violencia de gneroLa asimetra social en las relaciones entre mujeres y hombresfavorece la violencia de gnero. Es necesario abordar la verdadera causa
del problema: su naturaleza ideolgica
FRANCISCA EXPSITO
RESUMEN
Agresinencubierta
1La cultura ha legiti-
mado la creencia de
la posicin superior del
varn, lo cual ha facili-
tado que las mujeres se
sientan inferiores.
2
El agresor acta de
forma coherente con
su propio objetivo de su-
misin y control, por lo
que no existe un nico
perfil de maltratador.
3Al tratarse de manio-
bras habituales, no
parecen dainas. Las vc-
timas deben reconocer
el maltrato y rechazarlo.
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NI AGRESIVOS NI PSICPATAS
La violencia es un recurso que
la sociedad y la cultura pone a
disposicin de los hombres para
su uso en caso de necesidad.
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sobre otros, donde hombres y mujeres ejercen el
mismo poder, los niveles generales de agresin
y de violencia contra la mujer son inferiores. En
cambio, el sistema social del patriarcado inte-
gra un mensaje claro que afirma que los ms
poderosos se hallan en su derecho de dominar
a los menos poderosos y que la violencia se
contempla como una herramienta vlida y ne-cesaria para ello. Hasta hace poco, un artculo
del cdigo penal espaol recoga la forma de
proceder de los hombres (maridos o padres),
otorgndoles derecho pleno sobre las mujeres
en determinadas circunstancias: El marido que,
sorprendiendo en adulterio a su mujer, matare
en el acto a los adlteros o a alguno de ellos,
o les causare cualesquiera lesiones graves, ser
castigado con la pena de destierro. Si les produ-
jera lesiones de otra clase, quedar exento de
pena. Estas reglas son aplicables, en anlogas
circunstancias, a los padres respecto de sus hijasmenores de veintitrs aos y sus corruptores
mientras aquellas vivieren en la casa paterna.
El contenido de este artculo no es ms que el
reflejo de una sociedad en la que las relaciones
entre hombre y mujer se articulaban en torno
a la relacin de gnero y poder.
Objetivo: sumisin y control
El ejercicio del poder tiene dos efectos funda-
mentales, uno opresivo (uso de la violencia para
conseguir un fin) y otro configurador (redefine
las relaciones en una situacin de asimetra y
desigualdad). El sometimiento se convierte en
la nica salida posible para mantener la nueva
situacin. La cultura ha legitimado la creencia
de la posicin superior del varn, reforzada a su
vez a travs de la socializacin. Todo ello ha
facilitado que las mujeres se sientan inferiores
y necesiten la aprobacin de los hombres para
sentirse bien consigo mismas y con el papel en
la vida para la que han sido educadas.
La asimetra de poder de un gnero sobre otro
ampara las diferencias y configura el diseo
apropiado de proceder en las relaciones: los
varones ofrecen la proteccin a las mujeres a
cambio de la obediencia y el sometimiento. Ellos
ocupan as una posicin de control y dominio.
El carcter sutil y encubierto de dicho tipo de
sexismo (sexismo benvolo) dificulta su de-
teccin al tiempo que obstaculiza las reacciones
de rechazo por parte de las afectadas.
Si la violencia de gnero es una cuestin cul-
tural que resulta de un proceso de socializacin,
cabra preguntarse entonces si todos los hom-
bres son maltratadores o si existe una psicolo-
REGALOS ENVENENADOS
En la fase de remisin o luna
de miel, el agresor refuerza a
su vctima con regalos o signos
de arrepentimiento, para man-
tenerla junto a l.
ga del maltratador. Segn la bibliografa y mi
experiencia profesional, no se trata de hombres
agresivos ni de psicpatas. La violencia es un
recurso que la sociedad y la cultura ponen a dis-
posicin de los hombres para su uso en caso de
necesidad, dejando a criterio de cada uno cun-
do surge ese requerimiento. No es posible, por
tanto, establecer un perfil nico de maltratador:cada cual representa el papel de forma distin-
ta y se comporta de manera diferente. Existen
formas diversas de ejercer la violencia contra las
mujeres. La cuestin estriba en poner nfasis en
la clave del problema: quin agrede y por qu?
El agresor acta de forma coherente con su ob-
jetivo de sumisin y control, lo que contribuye
a que no exista un nico perfil del victimario,
ya que cada uno experimenta el poder y la ame-
naza de forma distinta y acta en consecuencia.
As, solo podemos inferir que el elemento nico
en comn entre los maltratadores masculinoses su condicin de varn.
Pese a la dificultad para determinar un perfil
concreto, existen una serie de rasgos comunes
de comportamiento en todos los hombres que
maltratan a sus parejas o ex parejas. Responsa-
bilizan a la mujer de la situacin. Ellos son las
vctimas, arguyen. De hecho, con frecuencia
se escucha en los grupos de tratamiento con
hombres maltratadores comentarios como:
[...] ella saca lo peor de m; [...] lo hace para
provocarme. O se aferran a ideales masculi-
nos tradicionales. La violencia resulta para ellos
una conducta aprendida y legtima, as como una
forma de simbolizar su poder. Muchos afirman
que es la nica manera de calmarla y ponerla
en su sitio.
A los anteriores rasgos se suman una empata
pobre, una necesidad elevada de reafirmacin,
una intolerancia a no situarse a la altura de su
papel, un pensamiento rgido, la creencia de te-
ner siempre la razn en sus actos ([...] lo hago
por tu bien) y una minimizacin de las con-
secuencias de su comportamiento, adems de
sentimientos de autoestima baja, inseguridad,
dependencia y celos. Estos ltimos suponen una
actitud posesiva ms all del aspecto puramente
sexual, ya que sirven de mecanismo para conse-
guir el aislamiento social de la vctima.
Nuestro estudio cuestiona los estereotipos
relacionados hasta ahora con la conducta y los
rasgos del maltratador (como el consumo de
alcohol y drogas, las vivencias traumticas en
la infancia, la violencia inherente al varn, los
problemas psquicos) y destaca, en cambio, la
normalidad del agresor.
Uno de losprincipales
sntomasque
experimenta
la vctima de
malos tratos
es elsndrome
del estrs
postraumtico
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Sndrome de la mujer maltratadaTal como mantiene Luis Bonino, psiquiatra y
director del Centro de estudios de la condicin
masculina, existe una serie de micromachismos
que dificultan la visualizacin del fenmeno del
maltrato. Se trata de maniobras normalizadas
que desarrollan los varones y que prcticamente
aceptan las mujeres. Los micromachismos sir-
ven para mantener el dominio y la superioridad
de los hombres frente a las mujeres, para recu-
perar la dominacin ante la que se rebela o para
poner resistencia al aumento de poder personal
o interpersonal del sexo femenino actual. En po-
cas palabras, el denominador comn es atentar
contra la autonoma de la mujer.
Al tratarse de maniobras habituales, en oca-
siones encubiertas, no parecen dainas. Incluso
se presentan antes de que afloren las situaciones
de violencia. Entre tales maniobras destacan la
insistencia abusiva (el varn persiste en imponer
su punto de vista hasta que la mujer cede por
cansancio) o la intimidacin (el autor insina
que si no se le obedece, puede suceder algo).
Asimismo, las actuaciones encubiertas pueden
producirse durante la situacin abusiva o de vio-
lencia, de tal manera que la mujer muestra difi-
cultades para interpretarlas de forma correcta.
Es el caso del paternalismo protector (el hombre
argumenta actuar siempre por el bien de la mu-
jer; porque la quiere), las maniobras de desau-
torizacin (descalifica cualquier trasgresin del
papel tradicional) o incluso el impedimento de
que la vctima busque ayuda para poner fin a
una relacin abusiva, mediante estrategias de
lstima (el hombre se muestra incapaz de cui-
darse solo, se abandona fsicamente) o con m-
ritos (regalos, promesas de cambio y conductas
de seduccin).
Sin embargo, la violencia domstica es una
interaccin. Qu sucede con la mujer? Existe
un perfil para la vctima? Desde que la psicloga
Leonor Walker describiera en 1984 el sndrome
de la mujer maltratada, se han llevado a cabo
mltiples estudios en torno al tema.
Variables sociolgicas como la edad, el estado
civil, la ocupacin y la distribucin del trabajo
domstico aparecen como algunos factores de-
finitorios en el maltrato a la mujer. No obstan-
te, de igual forma que en el intento de definir
una psicologa del maltratador, la insistencia
de un perfil concreto para la vctima dificulta
la comprensin del proceso. Resulta ms eficaz
estudiar los obstculos de las mujeres afectadas
para terminar con una relacin de abuso.
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Final mortal
De enero a abril de 2011
han fallecido un total de
19 mujeres en Espaa vcti-
mas de violencia de gnero.
Solo 5 de ellas solicitaron
medidas de proteccin y
presentaron denuncia. La
franja de edad de las afecta-
das y los victimarios oscilaba
en un 31,6 por ciento de los
casos entre 41 y 50 aos.
Un 68,4 por ciento de las
mujeres viva en convivencia
y un 52,6 por ciento en
relacin de pareja.
(Fuente: Ministerio de Sanidad,
Poltica Social e Igualdad)
Maltratadores normales
No existe un perfil nico de maltratador.Tampoco se trata de hombres agresivos ni de psicpatas. Nuestro estudio pone en
cuestin los estereotipos relacionados hasta ahora con la conducta y los rasgos del maltratador, como puede ser el consumo
de sustancias txicas y de alcohol, la vivencia de experiencias traumticas en la edad infantil o los problemas psquicos. En este
ltimo aspecto, los datos del patrn de personalidad de un grupo de maltratadores basados en el inventario clnico multiaxial
Millon-II sealan a la compulsividad como rasgo ms destacado de estas personas; no obstante, el percentil no supera el gradode normalidad, por lo que se descarta la posibilidad de una psicopatologa. Otros rasgos, como la esquizofrenia, la personalidad
lmite, paranoide o la neurosis depresiva, muestran un percentil an menor (a). De todos modos, el tratamiento psicolgico
contribuye a que la sintomatologa especfica de los maltratadores mejore, segn demuestran los datos del inventario SCL-
90-R aplicado en un grupo de maltratadores. Este cuestionario indica, asimismo, la normalidad en los rasgos de personalidad
de los victimarios (b).
a b
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Normalizacin de las conductas
Con frecuencia nos preguntamos cmo una
mujer puede permanecer en una relacin de
maltrato. La respuesta es multidimensional.
Por una parte, interviene la idea que las mu-
jeres tienen del maltrato. Al tratarse de un
fenmeno cultural, muchas de ellas estn
socializadas en la aceptacin de patrones deconducta abusivos sin ser conscientes de ello.
Segn un estudio reciente, en torno al 90
por ciento de las entrevistadas consideraba la
agresin fsica como nica forma de maltrato
y las participantes de mayor edad asociaban en
menor medida el hecho de sufrir golpes con la
idea de malos tratos. Los resultados reflejan la
normalizacin de determinadas conductas
en las relaciones de pareja.
El ciclo de la violencia descrito por Walker no
solo constata las diversas fases del fenmeno
(tensin-agresin-remisin), sino que tambinrecoge las principales sintomatologas de la
mujer maltratada, de tal manera que revela la
trampa en la que muchas mujeres caen y per-
manecen hasta incluso morir.
En la fase de remisin (o luna de miel), el
agresor refuerza a su vctima con regalos o
signos de arrepentimiento para mantenerla jun-
to a l y evitar que acte, de manera que elude
las denuncias y el abandono de la relacin. Se
trata de una ideologa ambivalente que com-
bina refuerzos y castigos, y dificulta a la mujer
detectar la situacin y actuar. Si el marido se
muestra unas veces hostil y otras benevolente,
la esposa tiende a pensar que su propia conducta
precipita el maltrato, por lo que se atribuye la
responsabilidad de lo ocurrido. La frecuencia
y peligrosidad de dicho ciclo aumenta con las
reincidencias. De cada recad
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