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TERCERA EPOCA - REVISTA HISPANO - AMERICANA - NUM. 249

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TERCERA EPOCA - REVISTA HISPANO - AMERICANA - NUM. 249

"Nuestros pueblos, por desgracia,

padecen una tendencia ya secular

a confundir la autoridad con el poder,

el poder con el mando

y el mando con la opresión."

Salvador de Madariaga

Pa.trooina .dores:

B. BARRERA Y CIA. DE MEXICO, S. A.

CIA. INDUSTRIAL MEXICO, S. A.EL PINO, S. A.

FABRICA DE JABON LA CORONA, S. A.

FABRICA DE JABON LA LUZ, S. A.

HILADOS SELECTOS, S. A.IMPRESOS REFORMA, S. A.

LA MARINA, S. A.

LAMINAS ACANALADAS INFINITA, S. A.

LIBRERIA UNIVERSITARIA INSURGENTES

MADERERIA LAS SELVAS, S. A.

M. ALONSO Y CIA. (MADERERIA CARDENAS)

REDES, S. A.

RESINAS SINTETICAS, S. A.

RESTAURANTE JENA

NORTE1[k^ titn [1' ', .A L vICTv 141H1 vN ' ',k^1 i;1:avn No. 249

SUMARIO

CARTAS DE LA COMUNIDAD 5EDITORIAL 6LA FAMILIA HISPANA EN LA FAMILIA UNIVERSAL. Salva-

dor de Madariaga 8LA MUERTE DE HIDALGO. Salvador Rasura 12CASTELAR EL POLITICO. Angel Pulido 15HERNAN CORTES. Lic. Alfonso Francisco Ramírez 18LOS ARABES. Antonio Conde 19SOBRE UN INTENTO DF PSICOANAIISIS DE CERVANTES.

Ana María Navales 23"SALUTACION DEL OPTIMISTA". Rubén Darío 24DEL DIARIO DE GABINETE DE JOSEPHUS DANIELS 25LOS DEFENSORES DE LA BURGUESIA. Eduardo Avilés Ra-

mírez 27DE LOS DOCUMENTOS DF LA ELOCUENCIA. Francisco

José Artiga 29EROS Y TANATOS. Walter C. Alvarez 30EVOCACION POR EDUARDO ZAMACOIS. César Tiempo 32LOS BUSCADORES DE ORO. Lucy Etel García Vargas 37ENTREVISTA CON EL PINTOR OSCAR H. CASTRO 40ECA DE QUEIROS. Joaquim Montezuma de Carvalho• 52NAPOLES MARAVILLOSO. Vincenzo Granato 55AL SUICIDIO. Fredo Arias de la Canal 58LO QUE OPINA SOBRE "DON QUIJOTE" SIGMUND

FREUD. José Cabezudo Astráin 62"LA CANCION DEL AGUA". Pilar Plascencia 64"TU ME CALMAS..." Luisa Cruces 64"MI VOZ". Esperanza Navarro 65"LA CANCION DE CANCIONES". Pura Vázquez 66"LUNA". Aurora Venturini 67"ESTAS DORMIDA". Liliana Echeverría Drummond 69UNA EMPRESA RENACENTISTA DF ESPAÑA. Salvador tos-

cano 70PORTADA: "Mictlán". Oscar H. Castro

Publicación bimestral del Fren-te de Afirmación Hispanista, A.C.Lago Ginebra No. 47 C, México17, D.F. Tel.: 541-15-46. Regis-trada como correspondencia de2a. clase en la Administraciónde Correos No. 1 de México, D.F.el día 14 de junio de 1963.

Fundador: Alfonso CamínMeana.

Miembro de la Cámara Nacionalde la Industria Editorial.

DIRECTOR

Fredo Arias de la Canal L.A.E.

ASESORES CULTURALES

Leopoldo de SamaniegoMiguel Malo Zozaya

COORDINACION

Daniel García Caballero

DISEÑO GRAFICOJorge Silva lzazaga

SECCION POETICA

Juan Cervera

COLABORADORES: VíctorMaicas, Emilio Marín Pérez,Albino Suárez, Braulio Sán-chez Saez, J o a q u í m Monte-zuma de Carvaiho, AgustínContin, Berenice Garmendia,Juan López, Ernesto LehfeldMiller y Cuauhtémoc Resén-diz N.

El contenido de cada artículopublicado en esta revista, esde la exclusiva responsabili-dad de su firmante.

Impresa y encuadernada enlos talleres de IMPRESOS RE-FORMA, S.A., Dr. Andrade 42Tels.: 578-81-85 y 578-67-48,

México 7, D.F.

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Cartas de 1co munida

Distinción , jerarquía literaria, pre-sentación de admirable postura clási-ca, sintetizan los valores de la revistaliteraria que usted tan sabiamentedirige.

Muchos nombres amigos esparcensus exquisiteces poético -literarias ymuchos que no conozco pero queimpactan con su talento . Es real-mente sorprendente que tengamos ladicha de deleitarnos en los tiemposque corremos con algo semejante,por eso no he podido dejar pasarel tiempo sin hacerle llegar mi adhe-sión más grande a tan meritoria obraliteraria , antes de felicitarlo por suminucioso estudio psicoanalítico so-bre la vida y el tiempo de ese por-tentoso personaje que vivió e hizovivir momentos de grandeza sin iguala la España conquistadora del NuevoMundo.

Su profundo estudio del alma deeste hombre excepcional ha dejadohuellas en mi espíritu y largamentepensé en su búsqueda ansiosa a tra-vés de ese laberinto llamado "psiquisdel hombre".

Todo lo posible reflejarán sus pa-labras, desde la niñez con su enormeprevalencia en el futuro del ser hu-mano hasta su amarga despedida delmundo conocido ; sus altibajos aní-micos, su despliegue de valerosaenergía , sus rebeldías en momentosinconvenientes , su dolor ante la in-comprensión de los poderosos y suposterior y definitiva desazón hastasus días postreros...

Ironía de los dioses , con su tor-cida e incomprensible balanza de lajusticia . Talento , sin poder ; y éxitosin mérito ; pero la posteridad fue,es y será incapaz de oír sus sufri-mientos sin sentir dolor ... y sin dudaadmiración por la deslumbrante obrarealizada . Para el insigne HernánCortés y para usted , estudioso delalma humana , mi admiración y migratitud.

Dr. Edmundo A. Morrone

Inesperadamente recibo dos ejem-plares de NORTE. Uno de la delegadamundial en Chile de "Madre Enti-dad", escritora Liliana EcheverríaDrummond. Otro de la delegada mun-dial en Uruguay , educacionista MaríaOfelia Huertas Olivera y el asombroenriquece el alma poeta que, porDios, siente y vibra ante la bellezaculta de las páginas que formanNORTE.

Maravilla inesperada que encierraotras incontables maravillas, entrearmónicas páginas , decoradas con es-mero y gracia , con talento y luz.

Revista -comunicación , lazo humanovestido estéticamente que enriqueceel espíritu , eleva el alma y sacu-de el corazón para seguir haciendo eneste momento en que la siesta atraepara quienes la lucha no existe, lalucha que es base sólida para hacerhaciendo , para mirar con fe y vo-luntad.

Leonel BrandimartDirector de la entidad artísticay cultural "Madre".

NORTE/5

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Esta inscripción lapidaria, que hasta hoy se puedeleer en una de las columnas de las ruinas del templode Delfos, es uno de los mandatos más terribles quenos legaron los antiguos, y a pesar de haber transcurrido2,400 años desde que fue cincelada esta frase, el hom-bre apenas ha llegado a los umbrales del conocimientode sí mismo en este, siglo.

Me hace observar González de Cosío la máxima latinanomen est ornen (el nombre es el augurio) y pregunto,respondiéndome Gutierre Tibón que Segismundo significaetimológicamente: "el que protege con la victoria", yasí le llamó a Freud su madre, mujer que siempre creyóque su hijo iba llegar a ser una persona extraordinaria...creamos pues en el amor e intuición maternales. Peroasí como los genios necesitan de otros genios para quelos interpreten, así Freud no se explica a sí mismo sinoa través de los descubrimientos psicoanalíticos de Ed-mundo Bergler. Leamos esta estrofa de Francisco JoséArtiga:

Por esta razón los sabioslas ciencias con llaves cierrany sólo para los doctosdejan la llave maestra.

Y ha podido Bergler interpretar a Freud , por la sen-cilla razón de que las teorías de don Segismundo encajanperfectamente en el descubrimiento de la neurosis básica,o sea , el masoquismo psíquico, efectuado por don Ed-mundo , nombre que significa etimológicamente segúnme apunta Tibón: "el protector de la riqueza".

Fue pues , Bergler , el protector de la riqueza deconocimientos adquiridos por Freud al descubrir el in-consciente dinámico , con cuyo suceso (victoria) sigueprotegiendo este genio a una humanidad que puededar razón de todo menos de su conducta.

EDITORIAL

CONOCETE A Ti MISMO

A través de una paciente investigación con miles decasos clínicos, llegó Bergler a descifrar por el métodoinductivo la raíz de la conducta humana. Una vez en-contrado el hilo, fácil fue dar con el ovillo, pero lo queverdaderamente preocupa es que tanto el hilo, ovillocomo descubridor están todavía cubiertos por el espesovelo de la ignorancia humana.

Otro Salvador, pero este, de Madariaga, en su libro:De la angustia a la libertad , nos da una muestra delcompulsivo afán del hombre por conocerse:

"El fin del hombre en la vida es conocerse (...) Elconocimiento de sí mismo implica conocimiento delmundo y conocimiento de Dios . El pan del espíritu espues precisamente el saber : y por lo tanto el hambredel espíritu queda y quedará siempre insatisfecha (...)Sin embargo, el hombre verdaderamente humano, a loque consagra su vida es precisamente a procurar co-nocer estos tres incognoscibles ; y sólo en cuanto seconsagra a esta labor cesa de ser bestia o muñeco".

¿Pero qué mejor forma de acometer el conocimientode uno mismo , que el estudio de la mecánica mental?Esas fuerzas inconscientes y poderosas de que se com-pone la mente humana , las adaptaciones inconscientesde los temores infantiles y sus efectos inmediatos enla conducta consciente e inconsciente del ser humanohan sido confirmados por esos miles de casos clínicos,pero la aplicación de estos resultados no la conocenmás que unos cuantos psiquiatras de la escuela freud-berglerista , que los transmiten a sus pacientes a cambiode una alta retribución pecuniaria. Es evidente queestas teorías necesitan de una comunicación inmediataa las aristocracias intelectuales del mundo , porque hoy,más que nunca , conviene educar a los estadistas paraevitar la destrucción de la humanidad.

Prosigue Madariaga a discernir entre intelecto yvoluntad:

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"La voluntad no se explica bien sin la inteligenciani la inteligencia sin la voluntad . ¿Cómo dará el hombreun paso por el camino del conocimiento sin el auxiliode su voluntad? ¿Y no es evidente que toda acción,sobre todo si requiere esfuerzo especial , es también eta-pa hacia el conocimiento?"

Aquí habría que estudiar la importancia de la volun-tad. Recordemos a Juana de Asbaje demostrarnos queen ella primero fue el impulso: la voluntad:

"A mi, no el saber (que aun no sé ), solo el desearsaber me le ha costado tan grande (...) ¡Y que hayasido tal esta mi negra inclinación , que todo lo haya ven-cido!" (Respuesta a Sor Filotea de la Cruz).

Es pues la voluntad, lo que lleva al conocimiento,pero este aspecto de la voluntad no es otra cosa queel deseo de conocer, de ver, de saber. Y este deseo deconocer es sólo una defensa contra el reproche de con-ciencia de que desea uno ignorar. ¿Pero cómo se formael deseo inconsciente de ignorar? Haciendo uso de lateoría bergierista, se explica de la siguiente forma:El bebé nace con un sentido de omnipotencia, él todocree poderlo, él todo lo cree saber, y al no poder saberpor qué le ocurre algo desagradable, como puede serel no saber porqué no le dan su comida a tiempo, sele crea el temor de no saber, y este temor, se erotiza,se libidiniza, se le convierte en el deseo inconsciente deno saber, y el deseo inconsciente de no saber es el deseoinconsciente de ignorar. Veamos cómo lo intuye Juanade Asbaje:

¡Oh, si como hay de saber,hubiera algún seminarioo escuela donde a ignorarse enseñaran los trabajos!

Pero hay bebés que tienen un mayor temor de igno-rar que otros , dependiendo ésto del grado de aflicción

que hayan experimentado, pues no es lo mismo queno les hayan dado la comida a tiempo a que los hayandejado sin comer tres días. En consecuencia, a mayortemor, mayor es el deseo inconsciente de- ignorar. Asípues, el "esfuerzo especial" del que nos habla Mada-riaga sólo se da en aquellos individuos que han tenidomayores temores en su infancia que el común. Entonces,contra el gran deseo inconsciente de ignorar, sobrevieneel desmedido deseo de conocer, que no se da con talintensidad, mas que en unas cuantas personas. Estedeseo de conocer, que es la voluntad de conocer, loexplica Madariaga así: "Hagamos pues constar que elejercicio de la voluntad suele dirigirse hacia la satisfac-ción del hambre original de conocimiento que es el rasgoesencial del espíritu humano".

Como última etapa de la mecánica mental tenemosuna defensa eq contra del segundo reproche de la con-ciencia: de que es uno curioso, que todo lo quiereuno ver: conocer. Esta defensa es: `ufo no quiero ver,quiero que me vean ". He aquí el exhibicionismo quepuede ser: corporal, literario, musical, científico, etcétera.Pero cuando es un exhibicionismo aprobado por el yo-ideal, o sea, por las buenas costumbres, entonces setorna en sublimación que es el estado perfecto del hom-bre especial. Veamos qué nos dice don Salvador: "Elhombre siente la necesidad de crear , de inventar, dededicarse a lo que pudiéramos llamar variaciones sobreel tema de la vida . Todo el arte sale de esa aficiónhumana . También siente la ambición de elevarse porencima de si mismo, de lograr lo sobrehumano".

Por último observamos cómo Madariaga intuye lafuerza reprochadora de la conciencia, simbolizándola enDios: "Y aun es cosa de preguntarse si no es más fuertesu acción sobre los rebeldes, cuyo orgullo excita, y sobrelos ateos, cuya vanidad halaga , que sobre los creyentesy buscadores que lo aceptan. Problema accesorio depura psicología".

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La Familia ii'Hispana

en idram il1a

T.Tnivra 1 Salvador de Madariaga

El español es un europeo . No vengamos a perder eltiempo dando beligerancia a los tontilocos que todavíavan por ahí repitiendo eso de "Africa empieza en losPirineos" y otras lindezas producto de la envidia retra-sada, el miedo retrospectivo, y la arrogancia o la igno-rancia. Lo español es uno de los componentes másimportantes de lo europeo. Para comprender lo españolhay pues que intentar un esbozo de lo europeo.

Para mí, lo esencial de Europa, aquello que la dis-tingue entre los demás continentes, es el predominiode las facultades individuales del espíritu, que son lainteligencia y la voluntad. Ya en otro lugar ( Bosquejode Europa) he expuesto más ampliamente este tema, quesólo puedo esbozar aquí. Hay facultades del espírituque podríamos llamar superiores; la intuición por ejem-plo; otras, que podríamos llamar inferiores, por ejemplo,el instinto. En estas facultades superiores e inferio-res no se distingue el europeo de un modo especial. Sonfacultades colectivas, no individuadas. Pero donde eleuropeo sobresale , es precisamente en las facultadesmedias, que son las individuadas; la inteligencia y lavoluntad.

Distinguen además al europeo otras dos caracterís-ticas a este respecto. Una es la íntima relación entrela inteligencia y la voluntad, que hace en el europeo lavoluntad inteligente y la inteligencia activa. El saberdel europeo no es contemplativo y desinteresado, sinoadquisitivo y emprendedor. Su voluntad no es mero im-pulso de acción ciega o poco enterada, sino movimientoactivo muy consciente del terreno que aspira a invadir.La otra característica de la voluntad-inteligencia deleuropeo es el equilibrio entre ambas facultades. En elindio oriental adivinamos una ventaja de la inteligenciasobre la voluntad; en el norteamericano, una ventajade la voluntad sobre la inteligencia. En el europeo,las dos facultades como que se equilibran en perfectaarmonía.

Toda la vida europea cobra su ritmo de estos rasgosfundamentales de su carácter. Primero, el individualismo.Ya hemos visto que las facultades en que sobresale eleuropeo son precisamente las más individuadas. El indi-vidualismo será, pues, una modalidad típicamente euro-

pea, casi pudiera decirse un invento de Europa.Este individualismo explica las dos corrientes domi-

nantes del espíritu europeo; la socrática y la cristiana.Ambas constituyen seculares actitudes defensivas de lasdos facultades europeas por excelencia: el socratismoescuda la inteligencia ; el cristianismo la voluntad. Elsocratismo defiende la libertad de pensamiento de cadacual; el cristianismo .garantiza la integridad de la personahumana . El primero tiene como ideal la verdad; el se-gundo, la caridad.

Este espíritu individualista del europeo engendra asu vez el sentido de la calidad. Todo lo que es vital escualitativo . Lo cuantitativo es mineral. La individuaciónda de sí la calidad , que es una síntesis de diferencias decantidad , pero con una gracia su¡ generis , que rehuyetoda medición . Así pues todo lo que sea meramentecuantitativo es contrario al espíritu de Europa.

Pero ¿ para qué la calidad ? Y aquí topamos con otrode los rasgos europeos (aunque no exclusivo) que esindispensable para completar su retrato ; el sentido delvalor supremo de lo inútil . La economía , que tiende ainvadirlo todo en nuestros días, nubla y obstruye a veceseste rasgo no obstante esencial, de Europa. Hemosvisto que la inteligencia europea no era desinteresada,como la de los asiáticos ; y que su voluntad se aliabaa la inteligencia para apoderarse del.mundo . Pero másallá de esta etapa utilitaria de su actividad , el europeoaspira al goce del ocio y de la vida en sí tal como esen el momento en que es ; o dicho de otro modo, eleuropeo comprende instintivamente que toda cadena deactos útiles, en la que la utilidad de uno solo se explicapor la del que le sigue , pierde sentido si no se coronacon un momento de alta y bella inutilidad de dondecuelga toda la cadena de lo útil.

Finalmente , observemos en el europeo un ritmo ter-nario profundo debido al juego natural de la voluntady de la inteligencia. Ante un objeto del mundo exterior,avanza primero la voluntad para apoderarse de él; acudeluego la inteligencia para imponer orden ; y la operacióntermina en una síntesis de ambas facultades. Este ritmose observa en todas las actividades europeas . Bien clarose echa de ver por ejemplo en la ciencia , donde se

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produce primero el análisis o colección de hechos; luegola hipótesis o su ordenación; finalmente la síntesis, paraarmonizar los hechos con la hipótesis más o menos re-tocada para satisfacerlos en su integridad.

Lo español es fiel ejemplo de lo europeo en todolo que antecede, claro que con sus matices especiales,como cualquier otro europeo los presenta. Ya me doycuenta de que los poco observadores admitirán másfácilmente la voluntad que la inteligencia del español.Error profundo, aunque explicable, como luego se verá.El español es uno de los pueblos más inteligentes deEuropa ; y aun diré uno de los pueblos en cuyo seno sehalla mejor repartida la inteligencia . Esto es así hastael punto de que de ello procede precisamente uno delos obstáculos más graves para la vida política de Es-paña: la indisciplina social , consecuencia de una diferen-ciación insuficiente entre los dirigentes y los dirigidos.

Entramos ya aquí en el terreno de los matices quedistingue lo español dentro de lo europeo. Hay en todavoluntad humana dos componentes: una, que podríamosllamar "horizontal' actúa en las relaciones con otroshombres y con las instituciones, y entreteje las accionescolectivas; otra, que podríamos llamar "vertical", queaspira al zenit de la vida propia, universal y divina, y porsu misma orientación tiende a rehuir lo colectivo y er-guirse sobre lo permanente individual. El matiz de loespañol en lo europeo consiste en que la relación entreestas dos componentes da una ventaja considerable ala vertical sobre la horizontal. Casi todas las singulari-dades de lo español pueden deducirse de esta obser-vación inicial.

Así por ejemplo, el español es quizá el más inutili-tario de los europeos, el que instintivamente se da mejorcuenta de que el fin de la vida es la vida misma. Estees el fondo intuitivo que nutre la típica expresión espa-ñola ante el buscavidas en perpetua actividad: "Y todoeso para llegar a muerto."

Por su alta verticalidad, es también el español tanreligioso entre los europeos. No necesariamente de talo cual religión, ni aun de religión alguna; sino religiosointrínseco. De las dos componentes a que antes aludí,en efecto, la vertical es la religiosa, la horizontal es la

1moral; la primera une al hombre con Dios, y la segundacon los demás hombres. Quizá sea esta la causa de laafición de los españoles al catolicismo; que en la prác-tica y los hechos sino en la teología y los libros, esla más religiosa o vertical y la menos moral u horizontalde las formas cristianas.

La misma causa explica el sentido universal del espa-ñol. Parece a primera vista que para llegar a lo universalfuera vía más natural y directa lo que antes llamé la com-ponente horizontal. Por aquí se va a lo municipal , lo polí-tico, lo nacional y finalmente lo universal . Pero la lógicaabstracta no coincide aquí con la lógica vital. En estecamino que atraviesa círculos concéntricos se erizan ba-rreras a cual más formidables: la nacional , la racial. Aquídel tiro por elevación que practican los artilleros. Lacomponente vertical lleva al hombre , a todos los hom-bres, alzándose hacia Dios, donde todos se encuentran.En sus relaciones humanas, es el español el más uni-versal de los europeos.

Ya comenzamos a vislumbrar alguna de las causasde ese descuido de la ciencia que también matiza loespañol dentro de lo europeo. A él se debe el que nopocos malos observadores hayan llegado a menospreciarnuestra inteligencia . La ciencia , en particular la cienciatécnica , está situada en la trayectoria de la componentehorizontal. Es una forma muy europea de la actividad,y de aquí también procede algo de lo que se quieredecir con eso de "Africa empieza en los Pirineos ", sobretodo si se aborda el tema con deseo de exagerar. Que alfin y a la postre, aunque descuido y desvío hay, no esla negligencia total ni tampoco puede hablarse de in-capacidad científica.

La técnica es dominio sobre la materia . Requierepaciencia y objetividad, virtudes algo escasas entre es-pañoles , por ser ellas horizontales y verticales ellos.Recordemos aquella discusión entre Unamuno , vertica-lista si los hubo entre nosotros españolísimo como buenvasco, y Ortega , madrileño, horizontalista en su intelectoaunque vertical en su corazón. Al lamento de Ortegasobre la pobreza técnica de España , ¿qué respondía Una-muno? "Que inventen ellos"; y se zafaba del reprochede pereza haciendo valer a San Juan de la. Cruz, la

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1 FORO DE NORTE

1alondra de vuelo más vertical en nuestro aire místico.

Este descuido de la ciencia, sobre todo en su aspectotécnico, se nos ha reprochado por otros europeos. Bas-taría, en efecto, con definir a Europa específicamentecomo el continente de la ciencia para echar del conti-nente a los españoles sin excesiva, aunque con alguna,injusticia. No falta quien lo haya hecho explícita o im-plícitamente. Ya se ha dicho más de una vez que lo quelos españoles llevaron a América no fue su civilización,sino la de los europeos , es decir, las técnicas que elloshabían importado primero a España a través de los Pi-rineos. Conviene detenerse un momento ante esta argu-mentación para sacar a luz los dos errores en que seapoya.

El primero es un error de hecho. Bien que la ciencianuclear, el avión y la ciencia eléctrica deban poco alos españoles. Apenas si podríamos citar a la Cierva, enla aviación, como uno de esos genios aislados y singu-lares del tipo Ramón y Caja¡, de quienes vale argüir encontra que una golondrina no hace el verano. Pero eldescubrimiento y la conquista de América se hicieroncon técnica española y con espíritu hondamente euro-peo en cuanto a su ansia de saber. Los navegantes ypilotos del siglo XVI se lanzaron al descubrimiento demares y costas; los tratados de navegación de los espa-ñoles, El arte de navegar, de Pedro de Medina , el Brevecompendio , de Martín Cortés y otros, sirvieron de textoen toda Europa durante siglos. Dicho sea de pasada, eshora de hacer justicia a un autor norteamericano, granconocedor de las cosas de España en América, el pro-fesor Haring, de la Universidad de Harvard , que de estoha escrito muy bien. Las grandes rutas marinas, losespañoles las descubrieron. La circunnavegación, ¿quiénla hizo antes que nadie? ¿Quién se acercó jamás a lospaíses nuevos con más curiosidad humana y científicaque los españoles? Cortés no pasa por los volcanes sinmandar a Ordás que los vaya a investigar. Los librosinteligentes sobre el país, sus habitantes, fauna y flora,lenguajes y costumbres, se suceden sin cesar. La Coronaorganiza cuestionarios de información que asombran alsociólogo moderno por su amplia curiosidad. ¿Qué sequería de España? ¿Qué en el siglo XVI hablase ya de

los isótopos?No. No se quería nada . Pura ignorancia , con su mez-

cla usual de arrogancia . En su famoso Outine of Histay(¿se lee todavía?) H. G. Wells dice : "Es un infortuniopara la ciencia que los primeros europeos que llegarona América fueran esos españoles tan escasos de curio-sidad, sin pasión científica , sedientos de oro, y llenosde la ciega beatería de una reciente guerra de religión.Hicieron pocas observaciones inteligentes sobre los mé-todos e ideas indígenas de estos pueblos primordiales.Los exterminaron y bautizaron ; pero tomaron muy pocanota de las costumbres y de los motivos que cambiabanante su ataque ." El pobre Wells era un ignorante, inca-paz de expresarse en otra lengua que la suya. No habíani oído hablar de Sahagún, de Sarmiento de Gamboa, deDurán , de Monardes; y si alguien le hubiera mencionadoa Torquemada , el autor de la Monarquía indiana, sehabría aterrado pensando en el Gran Inquisidor.

Conste pues que en la llamada leyenda negra hayquizá más ignorancia que malevolencia . Y por aquí en-tramos en el segundo error de la tendencia a definirEuropa como el continente de la ciencia . La definiciónpeca de estrecha . Excluye al cristianismo y reduce elsocratismo a la mera técnica . Vaya como ilustración uncontraste elocuente . Doscientos años después de queun Sahagún o un Sarmiento de Gamboa estudiasen coninteligencia técnica digna de cualquier moderno las cos-tumbres de los indios, Sir Jeffrey Amherst , general enjefe de las fuerzas inglesas en las colonias americanasde Inglaterra, le escribía a su subordinado el coronelBouquet desde Fort Pitt (1763): "Hará usted bien enintentar contaminar a los indios (quiere decir con viruela)por medio de mantas así como en probar cualquier otrométodo que sirva para exterminar a esa raza execrable."Y el nada indigenista general añade : "Celebraría que elplan que usted tiene de cazarlos con perros dé buenresultado ." Esto no deja de tener su, intríngulis. El co-ronel contesta a su jefe: "Procuraré contaminar a los...(por lo visto no se atreve a ser tan franco como su jefe)con unas mantas que vayan a dar a sus manos; megustaría aplicar la manera española de cazarlos conperros". Resalta aquí la confusión entre el sistema y la

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FORO DE NORTE

excepción , la ley y el crimen . Y también entre la técnica(Sócrates) y la humanidad (Cristo).

Y esto nos lleva de la mano a considerar el aspectosocrático -cristiano de los españoles . Ha habido épocasy casos desde luego en que lo socrático y lo cristiano nohan ido muy de acuerdo . Lo cristiano ha temido que losocrático le fuera perjudicial . Y vino la intolerancia re-ligiosa y aun la Inquisición . Pero cuidado ; no vayamosa caer en los errores vulgares que en este terreno secometen. Recordemos , por ejemplo , que los Espinosa,familia de judíos leoneses que se fuga por Portugal aHolanda huyendo de la Inquisición , se encuentra conuna intolerancia y una persecución no menores porparte de los rabinos de la judería ortodoxa de Amster-dam. Descartes , aun viviendo en Holanda , tuvo que es-conder algunos de sus manuscritos . Rousseau anduvode la ceca a la meca en Europa perseguido por susideas en Francia y en Suiza . El libro de Suárez sobreLa Monarquía lo quemó el verdugo en Londres perocirculaba libremente en Madrid. Y creo recordar que aServet lo quemó Calvino en Ginebra por obstinarse enno quitar una coma de donde le estorbaba al Dictadorginebrino . Concedo que si Servet se hubiera quedadoen España lo probable es que habría muerto a la mis-ma temperatura ; pero esto no hace a España menossino más europea.

Que Europa proceda de la síntesis de dos corrien-tes de tradición , no excluye ni que una u otra de esascorrientes sea impura y venga cargada de limos que tie-ne que ir decantando ; ni que al encontrarse una con otrano se embrollen y embarullen mutuamente a veces.

Los españoles , como todos los europeos , pecarona veces contra el espíritu socrático y contra el espíritucristiano . Pero en su conjunto, la labor española en Amé-rica ha sido socrática y cristiana . A ella se deben resul-tados concretos que conviene recordar.

En primer lugar un sentido humano de la coloni-zación . Este hecho evidente ha quedado oscurecido porla crítica lascasiana , a su vez debida al mismo huma-nismo de los españoles . Pero nadie que haya estudia-do el tema con perspectiva puede dudar de que en sis-tema y conjunto, y a pesar de las excepciones , fallas y

maldades que lo afean en ciertos lugares y tiempos,el régimen español se fundó en el postulado de la hu-manidad de los indios . Aquí daré otro ejemplo de laignorancia de nuestros críticos. En un libro que el emi-nente biólogo inglés y ex director general de UNESCOJulian Huxley publicó en 1935 en colaboración con A. C.Haddon , libro que precisamente se llama We europeans(Nosotros los -europeos), se dice : "Los españoles excu-saron sus malos tratos para con los indios americanosalegando que no descendían de Adán y Eva." Ahora bien,da la casualidad de que la conquista española de Amé-rica es el único caso conocido en que los conquistado-res, por imposición regia tienen, que espetarles a losindios una declaración formal instándoles a que se de-jen convertir , declaración que empieza precisamenteafirmando que todos los hombres son hijos de Adán yEva, y sobre esta base , por el camino del Dios únicoy del Papa su representante en la tierra , se justificabala conquista . Pero ni Huxley ni Haddon han oído hablardel doctor Palacios Rubios , consejero de los Re-yes Católicos que redactó tan sincera como ingenuadeclaración.

En segundo lugar , este humanismo funda por do-quier universidades que en vez de enseñar a lo hispano,como lo hubiera hecho cualquiera otra nación europea,enseñan a lo universal . Así se crea en Hispanoaméricay en las Filipinas una cultura universal y no sólo es-pañola , que es en sí ya una preparación a la indepen-dencia . De cada universidad hispanoamericana brotó unanación , con su carácter propio y su arte nacional.

En tercer lugar , los españoles , pese a sus malos tra-tos en ciertos tiempos y lugares , trataron en general bienal indio ; y así permitieron este hecho incontrovertibleque había en Hispanoamérica (dejando aparte las An-tillas) más indios al terminar que al comenzar el ciclohispano. La nación europea que pueda decir otro tanto,que alce el dedo.

Tomado de: Presente y Porvenir de Hispanoamérica . EditorialSudamericana, 1959.

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"A la Sociedad Chihuahuense de Estudios Históricos"Salvador Rasura

El historiador, en su afán de ilustrarse y encontrardocumentos desconocidos o que sirvan como comple-mento de los que ya son del dominio público, busca yrebusca entre los papeles viejos, en las bibliotecas anti-guas de ciudades, pueblos y rancherías u hogareñas, enlos archivos, en todo lugar donde existen papeles, libroso un algo antiguo. Cuando encuentra algo interesante,si puede, lo compra; si no lo pide prestado o solicita,sin ambajes, el obsequio de ello; porque el historiadortiene, hacia los viejos papeles o todo documento u obraantigua, un cariño entrañable, un amor sin límites: se-meja a los antiguos galanes, a los que nada les impor-taba el tiempo, las penas o los combates con tal deobtener de la dama de sus ensueños el amor ambicio-nado. La dama y su amor, en el historiador, son esospapeles viejos, mugrientos muchas veces; rotos o incom-pletos; casi ilegibles a veces; pero que hablan del ayerdel mundo. "Investigar el pasado, estudiar el presentey servir al futuro", he allí el lema de la "Sociedad Chi-huahuense de Estudios Históricos", allí está nuestramisión.

Pues bien, por allí ha tiempo que nos salió un ejem-plar de la Revista mensual CORDOBA, el número 8, delTomo 1o., editado en H. Córdoba en Diciembre 1o.de 1896. En él, se publica una carta del Teniente PedroArmendáriz encontrada, gracias a la paciente y concien-zuda investigación del -entonces- joven escritor LuisGonzález Obregón, que a continuación copiamos tex-tualmente.

El documento dice así:

CARTA DEL QUE SUSCRIBE.

"Ciudad de Santa Fee del Nuevo Méjico, 17 deFebrero de 1822, Segundo de la Independencia.

Sr. Impresor de "La Abeja Poblana".Muy señor mío: es demasiado el cariño que tengo

á V. en consecuencia á que lo reconozco por un com-pleto independiente, y decidido por el bien generalde sus semejantes, pues así me lo han asegurado unoú otro papel, que he tenido la fortuna de haber habido

á las manos de los que V. imprime, y llevado del cariño,y de lo justo, me ha parecido acertado darle la noticia,que puede ser ignore.

El año de ochocientos once, me hallaba en Chihua-hua de Ayudante de plaza del señor Comandante GeneralSalcedo; mi empleo era Teniente de presidio, Comandan-te del segundo escuadrón de Caballería de reserva, yvocal de la Junta de Guerra: como tal sentencié entreotros á muerte, á los señores cura Don Miguel-Hidalgoy Costilla, Don Ignacio Allende, Aldama, Jiménez y San-tamaría: fuy el testigo de vista más inmediato de susmuertes, con motivo á que á mi cuidado se fiaron encapilla, hasta que como principal verdugo los hacíapasar por las armas: siempre he oido hablar con varia-ción de dichos señores acerca de los últimos momentosde su vida en términos, que según los acriminan hancreído muchos eran hereges, y para sacar de dudasdigo: que el señor Hidalgo luego que llegó a Chihuahuase puso preso con las seguridades necesarias en elcuartito número lo. del Hospital: muy a menudo seconfesaba, se condujo con la mayor resignación y mo-destia, hasta que llegó el día horroroso, en que hallán-dose en otro calaboso se sacó para ser degradado. Saliócon un garvo y entereza que admiró a todos los con-currentes, se presentó y arrodilló orando con cristianadevoción al frente del Altar que estaba al lado derechode la puerta de la botica: de allí con humildad, se fuédonde estaba el Juez Eclesiástico, concluidos todos lospasos de la degradación, que con la misma humildadsufrió, se me entregó: lo conduje a la capilla del mismoHospital, siendo ya las diez de la mañana en dondese mantubo orando a ratos, en otros reconciliándose,y en otros parlando con tanta entereza, que parecíano se le llegaba el fin a su vida, hasta las nueve de lamañana del siguiente día, que acompañado de algunossacerdotes, doce soldados armados y yo, lo condujimosal corral del mismo Hospital a un rincón donde le espe-raba el espantoso vanquillo, la marcha se hizo con todosilencio: no fué exhortado por ningún eclesiástico enatención á lo que iba haciendo por sí en un librito quellevaba en la derecha, y un Crucifico en la izquierda;llegó como dije al vanquillo dió a un sacerdote el librito,

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y sin hablar palabra , por sí se sentó en el tal sitio, enel que fué atado con dos portafusiles de los molleros, ycon una venda de los ojos contra el palo , teniendo el cru-cifico en ambas manos, y la cara al frente de la tropaque distaba formada dos pasos . á tres de fondo y á cua-tro de frente : con arreglo a lo que previene le hito fuegola primera fila , tres de las balas le dieron en el vientrey la otra en un brazo que le quebró : el dolor lo hizo tor-cerse un poco el cuerpo , por lo que le safó la vendade la cabeza y nos clavó aquellos sus hermosos ojosque tenía : en tal estado hice descargar la segunda fi-la, que le dió toda en el vientre , estando prevenidos quele apuntasen al corazón : poco estremo hizo, sólo sí lerodaron unas lágrimas muy gruesas : aún se manteníasin siquiera desmerecer en nada aquella hermosa vista,por lo que le hizo fuego la tercera fila que volvió aerrar no sacando más fruto que haberle hecho pedazosel vientre y espalda, quizá sería porque los soldadostemblaban como unos azogados : en este caso tan apre-tado y lastimoso, hice q' dos soldados le dispararanponiendo la boca de los cañones sobre el corazón, yfue con lo que se consiguió el fin. Luego se sacó á laPlaza del frente del Hospital , se puso una mesa ala derecha de la entrada de la puerta principál , y sobreella una silla en la que lo sentaron para que lo viera el

público que cuasi en lo general lloraba aunque sorbién-dose las lágrimas , después se metió adentro, le cortaronla cabeza que se saló , y el cuerpo se enterró en el cam-po santo.

Los cuatro siguientes señores nombrados murieronantes que el señor Cura: fueron encapillados juntos en lamisma Capilla, y á mi cuidado estubieron en ella veinte ycuatro horas, luego se condujeron atados de los molleroscon los portafusiles hasta la plazuela que queda a es-paldas del Hospital dicho, en donde estaban los ban-quillos esperándolos: llegaron al frente de ellos segúnles había de tocar; el señor Allende luego que enfrentóal que debía ocupar , volvió la para al campo, se levantóla venda que le cubría los ojos, estuvo mirando toda lagente , se volvió a cubrir toda la vista , y se dirigió al ban-quillo en donde por sí se sentó : los otros tres fueron sen-tados y todos atados a los palos de los molleros conlos portafusiles, á una par se les descargaron cuatro ti-ros a cada uno por la espalda , y fueron suficientes paraque con igualdad murieran: á poco se quitaron de losbanquillos, se fueron tendiendo allí sobre una mesa,excepto Santamaría , les quitaron las cabezas que des-pués se salaron , ,y sus cuerpos se sepultaron en el cam-po santo remitiendo con la cabeza del señor Cura Hidalgolas otras a Guanajuato.

Los mencionados señores , tubieron excelentes pre-paraciones para morir confesándose muchas ocasiones,su resignación y entereza causaba admiración , princi-pálmente cuando ya fueron encapillados: en las veintey cuatro oras que durante ellas fueron exhortados porellos mismos en ratos en latín y en otros en castellano,tomaba uno la palabra , y así que se cansaba la tomabaotro y así sucesivamente las veinte y cuatro oras eceptoel señor Allende que aun allí lo trataban los otros conel mayor respeto: este último murió defendiendo porjusta la independencia, en términos que antes cuandose le tomaba su declaración, viéndose tan apretado porel fiscal, se vió en la necesidad por su defensa, detomar la corta plumas de sobre la mase y se tiró trescortadas al viente que no le rompieron el cuero: Ji-ménez solo encargaba á su mujer y su hijito; y Santa-maría antes se había fingido loco para escapar la vida,

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pero después fué admirable su resignación y disposición.Estos Héroes son dignos de que se perpetuen en

nuestras memorias , no sólo por los conocimientos quenos acarrearon con habernos mostrado el verdaderocamino de la libertad , sino que según sus últimas de-mostraciones murieron tan cristiánamente como los me-jores cristianos, por cuyas virtudes sírvase V. intere-sarse á que por un monumento en Chihuahua seaneternizados.

V. dispense esta mi piadosa confianza y dispongade la buena voluntad de su affmo . atento , seguro ser-vidor, y amigo . Q. B. S. M.

Pedro Armendáriz."

Como complemento sólo debemos agregar: que en"La Abeja Poblana " fué el primer periódico en que sepublicó el Plan de Iguala , motivando el que su redac-tor y editor fueran encarcelados . Aunque la carta nomenciona fechas , es sabido que el 30 de julio de 1811fusilaron al Cura Hidalgo.

Al transcribir esta carta se ha respetado la redac-ción y ortografía.

Monumentos a Hidalgo los hay en todo el país; fal-ta que la Secretaría de Educación y el Profesorado con-tribuyan a difundir, entre todas las clases sociales, elverdadero cariño , respeto y admiración que se mereceel iniciador de la Independencia Mexicana , el bene-mérito Cura Don Miguel Hidalgo y Costilla.

Chihuahua, Oct. 1955.

S. RASURA.

Tomado del Boletín de la Sociedad Chihuahuense de EstudiosHistóricos. 1938-1955. Tomo 9 No. 6.

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Angel Pulido

Alma tan sensible hubiera podido agotar sus copio-sas fuentes de amor y ternura en la mujer y en loshijos, donde los más apasionados hallan campos quedevoran las mayores opulencias del sentimiento; peroCastelar huyó de todas estas aplicaciones , y profesan-do el principio , que muchas veces le escuché, de quela política , como el sacerdocio eclesiástico , es una re-ligión que necesita de célibes , contrajo todo el riquísimocaudal de amores que podía haber derrochado en suvida de sesenta y seis años , a un solo inmenso culto:el amor a la patria.

Y haciendo de esta abstracción una encarnaciónpalpitante , una belleza real y tangible , dotada de su-blimes perfecciones consagróla a amores varios, quecambiaron con la edad y la experiencia . Allá, en los pri-meros años de su juventud , la amó con la irreflexivay exaltada impaciencia de quien lo sacrifica todo a laposesión precipitada , y expresa su sentimiento conla seductora letanía de las frases ardientes y los pinto-rescos lauros. La patria era una visión seductora a laque había que aplicar los más dulces adjetivos; y loslabios del inspirado tribuno crearon una encantadoray nueva deidad , que hizo palpitar con emociones nuncasentidas cuantos hogares españoles y americanos pro-nunciaban la hermosa lengua de Castilla . Mal calcu-lador entonces de las tremendas e incontrastablesfuerzas que rigen la vida de los pueblos y las evolucio-nes de la Historia , entregado a la deplorable inexpe-riencia en que incurren las ardientes imaginaciones delos apasionados políticos . siempre fáciles a la obra dedesatar tempestades que luego no pueden reprimir, noacertó a comprender con cuánta exactitud la patriaera un ser real , dotado de carne , sangre y nervios, detemperamento y hábitos , de idiosincrasia y fatalidadesbiológicas hereditarias ... y que , por esto , violentar losresortes de su organización y las leyes de su existenciacon alteraciones y cambios bruscos , era condenarla agravísimas enfermedades y a peligros de muerte, envez de magnificarla y servirla . Su pasión honrada, sucivismo puro y generoso , sufrieron un día terrible es-panto y dolor ante la inesperada catástrofe ; las tem-pestades nerviosas producidas y la anarquía de funcio-

nes desatada en el organismo nacional, hicieron caerde sus ojos la venda, y abriendo entonces su razón dejoven alocado a las espantables enseñanzas de la ex-periencia, la cual demuestra que para los pueblos, co-mo para los individuos, hay cariños que matan, sin-tió una nueva y más prudente pasión, temiéndolo yatodo, mirando con terror cuanto pudiera trastornar latranquilidad y la integridad de su adorada patria, y dis-curriendo con su poderosa inteligencia leyes de tran-quila evolución , distintas a las convulsiones sangrien-tas, hasta entonces señaladas para su engrandecimientoy felicidad. En estas conversiones, su contrición y susconfesiones públicas fueron sublimes y heroicas, por-que nadie sufrió tanto dolor, nadie habló tan acerba-mente, nadie le ganó en sinceridad y en sacrificios,nadie puso sobre la propia frente la ceniza que él puso,ni aplicó a sus carnes el cilicio que él se ciñó, ni, con-denando las gloriosas pasadas apoteosis, renunció parasiempre a todos los destinos y magnificencias de unporvenir merecidísimo, contrayéndose a ser no más queel luctuoso y severo amonestador de las irreflexivas ilu-siones y de las patricidas aventuras. ¡Con cuánta jus-ticia, Sagasta, Silvela, Maura, Romero Robledo, Moya,Sol y Ortega y cuantos levantaron su voz para honrarla memoria de este hombre. en la sesión que le dedicóel Congreso de los diputados, ensalzaron el sublimeheroísmo que le llevó al sacrificio de todo lo más gratoa su nombre y sus intereses, por servir a la patria!

Díganlo también aquellos republicanos de Granaday Alcira que escucharon los primeros discursos de sunuevo apostolado por los años de 1875 y 1880; dígan-lo aquellos interminables párrafos donde sus alientos yresistencias oratorios, propios de un Estentor homérico,se rendían al largo relato de calamidades infinitas, detrenos inconsolables y de terrores sin alivio, que evo-caba luego con frecuencia para que, con su recuerdo,la democracia aprendiera saludables y necesiarios es-carmientos; párrafos en los cuales presentaba rota launidad de la patria ; relajados los lazos sociales; triun-fante como nunca la anarquía; en Málaga resistenciasa obedecer la autoridad central y admitir la fuerza pú-blica; desarmada la guarnición e indisciplinado el Ejér-

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1cito en Barcelona ; peleando con lucha sangrienta loscarabineros y el pueblo en Granada ; dictadura munici-pal en Cádiz ; cantón presidido por los reaccionarios enValencia ; quemadas las fábricas y asesinados los probosciudadanos en Alcoy; convertidos a una guerra civil lospertrechos acumulados en Cartagena para defender lapatria; la escuadra gloriosa, ilustrada por las hazañasde la Historia , a merced de quien quisiera apoderarse deella en el mar , nacional o extranjero ; los carlistas aso-lando en el Norte , en el Maestrazgo , en las montañasde Cataluña y en el Bajo Aragón ; en las Cortes la mi-noría federal expidiendo diputados a las provincias enson de guerra ..., y su corazón de patriota condenado,por los propios errores y los de sus correligionarios, apresenciar la agonía de España , amenazada de conver-tirse en una nueva Polonia , y de caer sin tener a sufavor los votos de los pueblos , ni la compasión de laHistoria , negados siempre a quien sucumbe por su malcon insensatos e imperdonables suicidios.

Desde entonces señaló ya como el primero de todoslos principios , el orden público , que defiende y amparalas leyes , que vigoriza y sostiene la autoridad, que obligaa cada ciudadano a encerrarse en su derecho , a respetarel derecho de los demás, y á pedir todo aquello que lecorresponda y pertenezca , no con violencias, no por lasarmas , no en medio de las calles y sobre las barricadas,sino por procedimientos jurídicos , y ante aquellas Auto-ridades encargadas en todos los pueblos cultos de dis-tribuir y realizar la justicia . Advirtió que el pueblo es-clavo se distingue del libre en que apela siempre á lafuerza , nunca al derecho ; que jamás pueden ser puebloslibres los de genio inquieto y de temperamento revo-lucionario, para quienes la ley es una tormenta continuay la democracia una demagogia desenfrenada ; pueblosque sólo oven la voz de exaltados profetas , y sólo en-trarán en la sociedad regular y pacífica conducidos,como el ganado , por un ser que los sujeta, llamándosenaturaleza superior á ellos en habilidad, en inteligenciaó en fuerza . Previno , en fin, que toda reforma que segana por un accidente feliz , se pierde por otro accidentedesgraciado , y sólo prosperan y arraigan aquellas refor-mas que han nacido de la reflexión, se han propagado

1por las libres dissiones, y han puesto su base en lavoluntad y en lá ciencia de los pueblos; que por ex-ceso de autoridad" mueren las Monarquías, como porexceso de privilegios las aristocracias y por exceso delibertad las democracias; y que así se halla siempremuy cerca del hielo de la muerte, quien por exaltadafiebre tiene un calor excesivo.

Ningún político.ni hombre de Estado miró con másmenosprecio y aun odio que Castelar las efímeras vani-dades del poder; y por eso fue como nadie un adoradorplatónico de la patria. Desde el día en que la abdicaciónde D. Amadeo de Saboya puso ante su vista la posesióndel mando, sintió verdadero miedo, y como había con=sagrado anteriormente todas sus fuerzas a precipitarese suceso, las consagró desde entonces a retrasarlo,apoyando cuantos gobiernos se sucedían , y queriendodisciplinar y contener aquellas fuerzas sociales que habíarevuelto con su mágica palabra.

Apoyó primero á Figueras hasta el último momento;apoyó luego a Pi constantemente; apoyó después a Sal-merón, haciendo cuanto le fue posible para que no seretirase del Gobierno, y cuando el poder fué a susmanos lo recibió como una desgracia y compromiso dehonor inevitables, y con él, frente a todo el mundo,sostuvo aquella política gubernamental y transigente conla cual creía posible la salvación de la patria y de larepública, desplegando ese civismo y honradez que lepermitían decir en su discurso del 6 de Abril de 1876:«Cuando yo he alterado mis creencias las he alterado.delante de una Cámara en que aquellas creencias esta-ban en mayoría; a otros, el alterar sus creencias les havalido subir al poder; el alterar las mías me ha cos-tado a mí bajar del poder.» Así, pues, renunciando parasiempre a goces de gobierno; pronto a sacrificarlo todo:popularidad, cargos, partidos, periódicos, correligiona-rios... en aras de la paz y del orden, pasó a ser undefensor de la perduración de todos los gobiernos, cua-lesquiera que ellos fuesen , liberales ó conservadores, por-que creía que con todos se podían obtener aquellosprogresos de la democracia, conquistas del derecho yreorganización de la Hacienda, en que cifraba la felici-dad posible de España.

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J

En esta situación , cuando sus enojos eran mayoresy veía a los gobiernos comprometer las libertades con-quistadas, y negar las necesarias al triunfo de una de-mocracia pacificadora, les conjuraba al buen camino,señalándoles con proféticas amenazas los peligros queencerraba su desacierto, y les decía, como en su discur-so del 16 de Marzo de 1876: «¿Tan felices os creéis quenada puede turbar vuestra felicidad? Si no teméis lascatástrofes de mañana , muy desmemoriados andáis norecordando las terribles catástrofes de ayer. Yo de mísé decir que no se apartan un momento de mi corazóny de mi memoria!»

Sería difícil hallar en la historia de los hombres po-líticos rectificación más honrada , más sincera y de másnobles y puras confesiones . Bajo este aspecto, comobajo otros muchos, es incomparable con ningún otrohombre de Estado. Porque huía del poder y desdeñabala censura, había en su alma un sereno estoicismo quese sobreponía a todas las ingratitudes de los apasio-nados sectarios de los partidos. Atento siempre a losdictados de su conciencia , guardadora desconfiada ydolorida de los males de la patria , y puesto su pensa-miento en la justicia infalible y serena de la historia,leía con benevolencia las acusaciones más violentas delos que le llamaban traidor a la república , y causantede que no se restableciera esta forma de gobierno; lacual, profeta acertadísimo , anunció no verían jamás enEspaña cuantos contribuyeron a la muerte de la queuna vez la casualidad puso en sus manos.

La desgracia que alecciona, cambia y ennoblece,así a las colectividades como a los individuos, impregnóde tal melancolía sus discursos, impuso tan cuidadososreguladores a sus consejos tan prudentes y acertadasadvertencias a sus propagandas , tan distintos procedi-mientos al logro de sus aspiraciones, que ya en vez dehalagar a las muchedumbres prefirió persuadir a los mi-nistros y jefes de gobierno; en vez de provocar alboro-tos, imponer respetos; en vez de escuchar aplausostributados a sus deslumbrad oras fantasías , debatiramistosamente con los directores todos de la política,visitándoles en su casa , recibiéndoles en la propia, sen-tándoles a su mesa, lisonjeando sus debilidades, com-

partiendo en el silencio sus tareas, inspirándoles susdiscursos, disuadiéndoles de sus errores, moviendo alos perezosos, calmando a los enojados, y recabando detodos benevolencia, entusiasmo, actividades armónicas,para encarnar en las leyes las conquistas políticas de-seadas, sin que la nación se diera cuenta de quién erael autor intimo de aquellas reformas.

En estas gestiones Castelar no veía más que la pa-tria, no servía más que a la patria, ni ansiaba otro bienque el engrandecimiento y la felicidad de la patria. Ellaera una abstracción ideal inmaculada; podrían sus hijoslos españoles pecar, pero ella era siempre pura; podríanequivocarse, pero ella era siempre infalible; podrían mo-rir, pero ella seria siempre inmortal, duraría más quetodas las instituciones, y era como la imagen de laVirgen, cuyos pies quebrantaba la cabeza a la serpientedel mal, y la frente se ocultaba entre las estrellas delcielo.

Así nunca se le oyó quejarse de España porque fueraingrata con él, no rindiera a sus merecimientos tales ocuales homenajes, ni acudiese a sus necesidades par-ticulares -¡él, que vivió siempre en la angustia de sufalta de recursos!-. Como un espíritu locamente ena-morado, cuanto simbolizaba a España, o era fruto legí-timo de ella, despertaba en su alma caricias, ternurasy delicadezas inefables. Reconocía y cantaba las gran-dezas históricas de otros pueblos y sus bellezas pano-rámicas, pero ninguno era más heroico ni más hermosoque su España, cuyas comarcas numerosas y variadas,cuyo cielo luminoso y transparente, cuyo litoral verde-gueante y florido, y cuyos mares, el Mediterráneo a unlado, el Atlántico al otro, le enardecían y exaltaban,poniendo en sus labios cantos inspiradísimos, estrofashiperbólicas de los grandes poetas, que entonaba confuego, aun en sus reuniones más íntimas y en las con-versaciones más vanales.

Fragmento tomado del prólogo a Patria. Emilio Castelar. Li-brería de Fernando Fe. Madrid, 1904.

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Iniciativa presentada por el señor licenciado don

Alfonso Francisco Ramírez en 1950.

(Quien fue Diputado al Congreso de la Unión en 1940,y más tarde Ministro de la Suprema Corte de Justicia

de la Nación.)

H. CAMARA DE DIPUTADOS:En el recinto parlamentario figuran grabados en

letras de oro los nombres ilustres de quienes nos die-ron Patria , y los de otros insignes varones que la hanenaltecido con sus hechos heroicos o de hondo al-cance social. Pero se advierte la ausencia del de unode los creadores de la nacionalidad mexicana : HernánCortés.

Es tiempo ya de que le hagamos justicia, y hon-rando su memoria, nos honremos a nosotros mismos.Creemos definitivamente disipadas las tinieblas que laincomprensión y la ignorancia acumularon sobre unade las más grandes figuras que contemplaron los si-glos, y que la verdad se ha impuesto con la evidenciade su resplandor incontrastable.

Nos deslumbran como al que más las virtudes pre-claras de la raza indígena y sus realizaciones magnifi-centes a través de las décadas atormentadas de nuestrahistoria, como sinceros y fervientes admiradores delindio y de las grandiosas culturas autóctonas. Peroel México actual , el de esta hora de renovación fecunda,no es el conglomerado de las razas primitivas, sinola síntesis de su amalgama con el elemento hispano,que nos trajo su sangre generosa , las más puras esen-cias de la civilización occidental y un nuevo sentido dela vida , envueltos en el manto del más suntuoso idiomade la modernidad.

Y fué el Conquistador uno de los ejecutores de es-ta magna empresa que, si bien no se vió limpia de ex-cesos y crueldades, buscó en cambio la fusión indiso-luble y amorosa de dos razas, lejos de extirpar a losvencidos, como hicieron otros pueblos en sus aventurasimperialistas.

Al reivindicar a Cortés, rendimos homenaje a laMadre España , no. a la de hoy ni a la de un recienteayer, sino a la España eterna , artífice de pueblos, ge-neradora de las repúblicas que florecen en estas ar-dientes tierras de América y una de las más altasconcreciones del espíritu humano.

la crítica científica ha valorado ya su obra coloni-zadora, destacando como, a la vera de los afanes delucro y poderío, alentó siempre una fragante y robus-ta idealidad. Y que de las jornadas sangrientas de laconquista, salieron el dolor y la violencia trasmutadosen ciudades espléndidas, en universidades, en cami-nos, en legislación y en arte excelso.

Es Cortés, no sólo uno de los capitanes más nota-bles de todos los tiempos, sino el símbolo de esa Es-paña grande, noble y ubérrima. Y, sobre todo, es como,se deja apuntado, uno de los forjadores de la naciona-lidad mexicana, que es la feliz conjunción de las razasindígenas y de la raza española, en una síntesis indivi-sible y magnífica.

Por estas consideraciones, brevemente enunciadas,nos permitimos proponer el siguiente proyecto dedecreto.

Artículo único.-Grábese con letras de oro, en elsalón de sesiones de la Cámara de Diputados, el nom-bre Hernán Cortés.

Sugerimos además, como complemento de lo ante-rior, que se hagan las gestiones necesarias para queuna de las principales calles de la capital lleve el nom-bre del Conquistador.

México , D.F., 27 de agosto de 1940.

LIC. ALFONSO FRANCISCO RAMIREZ.

Lic. Víctor Alfonso Maldonado Lic. Ignacio Lizárraga.

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Antonio Conde

IDe como Almanzor honraba á los doctos , y de otros

sucesos.

Se detenía poco tiempo Almanzor en las fronteras,y mientras estaba en Córdoba su casa era como una aca-demia de sabios y de hombres de ingenio : la frecuentabael Malagueño Obada ben Abdala ben Méasemai AbuBecri , que era de los mejores poetas de este tiempo enAndalucía , y escribió la historia de los poetas españoles,y una célebre borda ó elogio de Anabi Muhamad, ypara pedir licencia para visitar al Wazir de AlmanzorAhmed ben Soaid ben Hezam hizo unos versos muyelegantes de improviso , y le dió el Wazir cien dinaresde oro , y su casa franca á todas horas : también con-curria á casa de Almanzor Abdelwariz ben Sofein, y mu-chos otros de las familias ilustres de Córdoba . EstablecióAlmanzor una academia de humanidades , y solo teníanasiento en ella hombres doctos , ya conocidos por obrasútiles ó ingeniosas de varia erudicion en prosa ó ver-so. Visitaba las madrisas ó escuelas, y las aljamas ycolegios , y se sentaba entre los discípulos, y no per-mitia que se interrumpiese la enseñanza á su entradani á su salida ; daba premios á los maestros y á losdiscípulos más sobresalientes . Por este medio acer-taba en la eleccion de Mocríes y alchatibes lectores ypredicadores para las mezquitas, y de doctos Cadíespara las aljamas principales del Reyno . El Rey Hixémcontinuaba en el retiro de sus alcázares holgándose ensus deliciosos jardines : ninguna persona podia visitar-le sin licencia de la Reyna su madre , ó del Hagib Muha-mad ben Abi Amer . No se hacia mencion de él sino enla chotba ú oracion pública del juma, en las monedasé inscripciones , precisos y únicos testimonios de suexistencia. Cuando concurria en las pascuas y otras fies-tas á la mezquita no salla de la Maesura 1 hastaque todo el pueblo había ya salido de la mezquita, yentonces salia rodeado de su séquito y guardia, y sevolvia á su alcázar , que estaba cercano , apenas vistode la gente.

Desde el año trescientos sesenta y cinco estabaAlhasan ben Kenuz en la corte del Soldan de Egipto

Nazar ben Maad, y ahora entrado el año trescientossetenta y tres escribió Nazar al caudillo Balkin, quemandaba en su nombre en Africa, para que favorecieseá Alhasan en sus empresas en tierra de Magréb. LlegóAlhasan á Tunez, y le recibió con mucha honra Balkinben Zeiri ben Menad, y vistas las cartas del Soldan ledió tres mil caballos, y le siguieron algunas alcabilasde Berberíes voluntarios, y con ellos entró en Alma-gréb, y fue aclamado en varios pueblos. Vino esta nue-va á Córdoba, y al punto envió el Hagib Almanzor á suWazir Abu Alhakem Omar ben Abdala ben Abi Amer conmuy escogida caballería, y le dio el gobierno de Alma-gréb y sus dependencias. Luego que Alhasan tuvo no-ticia del paso de estas tropas vino á encontrarlas á cer-canías de Cebta, y las acometió en el momento de sudesembarco, y en la misma costa del mar se dieronsangrienta batalla, y los Andaluces quedaron vencidos,y se acogieron á la ciudad de Cebta, y en ella los cercóAlhasan algunos días. Escribió Omar su desgracia á Cór-doba, y el Hagib Almanzor ordenó que luego partieseá Africa su propio hijo Abdelmelic Abu Meruán, aunquemuy mozo ya bien acreditado por sus prendas milita-res. Pasó sin tardanza al auxilio de su tio Omar conmuy buena hueste.

Entretanto Almanzor hizo entrada con grandes fuer-zas en España oriental, salió con él la caballería deCórdoba, pasó por Garnata, Baza, Lorca y Tadmir: enesta ciudad se detuvo esperando que llegasen las gen-tes de Algarbe y las naves de aquellas costas: se hos-pedó en casa del Ami¡ de la ciudad Ahmed ben Al-chitéb ben Dagim, que en veinte y tres dias que allíestuvo dió de comer espléndidamente á todos loscaballeros y caudillos que acompañaban al Hagib, y átoda la caballería y peones que llevaban, sirviendo á losprincipales con delicados baños de agua de rosa, y conprofusión de arómas en sus concurrencias y comidascada día, y se les ponían á todos estos ricos lechosde preciosos paños de seda y oro, y á todos en ge-neral muy cómodas posadas. A la despedida dijo Alman-zor delante de sus caudillos y caballeros: en verdadque Ahmed no sabe aposentar gente de guerra, yo meguardaré de enviar por aquí tropas de algihed ni fron-

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teros, para quien sus arreos son las armas , y el des-canso el pelear; pero también es cierto que no ha na-cido para vulgar pechero un hombre de tan generosacondición, y así en nombre de nuestro señor el ReyHixém yo le hago franco de pagar tributos durante suvida. Fue esto el dia doce de la luna de Dylhagia delaño trescientos setenta y cuatro, en la vigésima terceraexpedicion de Almanzor contra Cristianos. Se refiereaue cuando esta jornada de Muhamad ben Abdala benAbi Amer Almanzor, salió con él desde Córdoba AbuOmar Ahmed ben Chatéb, llamado Alhazin, y los hos-pedó en su casa en. Murcia cuando Almanzor pasabaá la expedición de Barcelona con su séquito y hueste,y tuvo en su casa á todos los principales, y á AbenSohaid prefecto de asadaca; y el hijo de este Ahmedllamado Abulasbag Muza hospedó al hijo de Almanzory á sus caballeros en su viaje, y por esto tuvieron fran-quezas en las puertas de Córdoba que les concedieronlos Meruánes, y en el dia esta insigne familia está talvez despreciada, y viven pobres y oscuros como mise-rables Alarabes: Dios lo sabe. Cuenta Hayan en su his-toria de los Alameríes, que la jornada de Almanzor áBarcelona fue en el año de trescientos setenta y cinco,y era la vigésima tercia de sus entradas, y llevó sucamino por la parte oriental de España por Elbira,Basta, á Tadmir, y se hospedó en Murcia, Alcaidía deTadmir, en-casa del Alcaide Aben Chatéb, que los ob-sequió trece días á él, sus criados y caballeros, lleván-doles á sus posadas pan, carne y frutas con mu-cha abundancia cada dia, sin interés alguno, que todolo pagaba Aben Chatéb, y se servía a Almanzor y á suscaudillos cada día diferentes y espléndidas comidas,sustancias, conservas y frutas, que era maravilla. Comoentendiese Almanzor á la partida que todo lo había su-plido y pagado Chatéb por las relaciones de los Waziresque llevaban las cuentas del gasto, á nombre de suSeñor le dió gracias: refiriendo esto á su vuelta al ReyHixém le propuso el hacer libres de derechos á Cha-téb y á su familia. Convidó Almanzor á Chatéb á Cór-doba, y le honró mucho, y le llamaba el obsequioso, yá su partida le regaló una linda esclava de su alcázar,y luego se tornó á su amelia ó gobierno de Tadmir, y

conservó sus derechos y privilegios. Cuenta Abu BecriAhmed ben Said ben Abilfayadh en su historia, la tra-ducida en hebreo, que para la gazua de Almanzor áBarcelona salió de Córdoba dia martes trece de la lunade Dylhagia del año trescientos setenta y cuatro, quefue cinco de Mayo, y estuvo en Elbira, de allí pasó áBasta, á Lorca y á Murcia, donde estuvo veinte y tresdias hospedado en casa de Ahmed ben Dagim ben Cha-téb, y en la de su hijo Abulasbag Muza ben Ahmed, queninguno de la hueste gastó ni un dirham, que cada diasirvieron á Almanzor con diversas comidas y frutas endiferentes y preciosos vasos, y se le ponia el baño siem-pre de agua de rosa: que maravillado de esto Almanzorle dió muchas gracias, y• le confirmó en su amelia, yse celebró mucho su hospitalidad. Acompañaba enton-ces al Hagib Almanzor Omaya ben Galib el Morori, desu patria Moror, uno de los buenos ingenios en poesía,que celebró la generosidad del tadmiri en elegantes ver-sos. Allegó Almanzor en su marcha gente y caballeríade Valencia, Tortosa y Tarragona, y fué á los campos deBarcelona. Salió contra él con infinito gentío el Rey2de Afranc, y aunque doblaban el número de los Mus-limes, el valor de éstos, la pericia de Almanzor y laayuda de Dios hizo que facilmente rompiesen y des-

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baratasen aquella muchedumbre de gente montaraz ybaldía, que nunca pelea bien, y menos cuando tienecerca algun asilo, que presto busca su seguridad enla fuga: acogiéronse con desórden á la ciudad, y losMuslimes los cercaron en ella con tan resuelto em-peño y ardor, que el Señor de Afranc no esperando po-derla defender, ni que le llegase socorro de ningunaparte, huyó de noche por mar favorecido de la oscuridad,que no le pudieron ver las naves de Algarbe que guar-daban la marina. Dos dias despues se entregó la ciudadpor avenencia, salvas las vidas, pagando el tributo desangre por cabeza. Aseguró la frontera, y se volvió áCórdoba por enmedio de España, despedidas las tro-pas de Valencia y de Tadmir: visitó al paso las ciuda-des, y en todas quedaron memorias suyas por las obrasque mandó hacer en ellas para su seguridad y como-didad. Cuando llegó á Córdoba movido de la celebridady fama de Said ben Edris ben Yahye, el Salemi, Mocride la Aljama de Sevilla, hombre muy docto que hablaviajado á Oriente y hecho su alhig ó peregrinación san-ta, y era admirable por su virtud y excelencia de susonora voz, le hizo prefecto de azala en la mezquita delRey Hixém, y en este cargo de Imán permaneció hastala guerra civil en que se retiró á Sevilla, y allí falleció

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lleno de años en fin del cuatrocientos veinte y ocho.En Almagréb cuando Alhasan ben Kenuz, que tenía

cercado en Cebta á Omar ben Abdala ben Abi Amer,supo que iba contra él Abdelmelic el hijo del Hagib Al-manzor con escogida gente, se tuvo por perdido, y malaconsejado se quiso poner en manos de sus enemigos,y así envió á la ciudad pidiendo avenencia y seguro parasí y para su familia, ofreciendo á Omar que pasaría enEspaña á la merced del Rey Hixém: respondióle Omarcomo deseaba, y avisó á Abdelmelic de esto, y éste loconsultó por medio de los forénicos con su padre Al-manzor, que les escribió que apresuraran aquel negociodando á Alhasan ben Kenuz cuantas seguridades pidiese,y que viniese á Córdoba. Así se hizo, y este Príncipeluego pasó á Andalucía: avisado Almanzor de su hijo decomo ya estaba en su poder, escribió el Hagib que sinembargo de lo concertado convenía al servicio del Reyque luego le cortasen la cabeza y la enviasen á Córdoba,y sin atención al seguro y palabra dada le cortaron lacabeza en el campo, cerca de Alcazar al Ocáb en tierrade Tarifa, y dicen que al mismo tiempo que le desca-bezaban se movió un bravo viento que arrebató el Babande los hombros del Príncipe Alhasan ben Kenuz, y des-apareció que no se halló después. Enterraron allí sucuerpo los de su desconsolada familia, y los caballerosencargados por Almanzor entraron en Córdoba con sucabeza, en la luna Giumada primera, año trescientossetenta y cinco. Fue el imperio de Alhasan ben Kenuzdiez y seis años la primera vez, desde el trescientoscuarenta y siete hasta el de trescientos sesenta y cua-tro, y después la segunda un año y nueve meses. Losparientes de Alhasan se establecieron en Córdoba en laaljama de Magarawa, y en el divan del Rey, hasta quereynó en Córdoba despues de los Omeyas Aly ben Hamud,y se renovó la memoria de esta insigne familia. Con lamuerte de este Aben Kenuz acabaron los Edrises en Al-magréb, dinastía que habla principiado el día de la juraEdris ben Abdala ben Hasan en Medina Velila, en juevesá siete de Rebie primera, año ciento setenta y dos,hasta ahora cuando fue asesinado alevosamente esteAlhasan Aben Kenuz, en Giumada primera de este añotrescientos setenta y cinco, y fue todo el tiempo de este

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imperio doscientos y dos años y cinco meses. Era laextensión de su estado desde Sús Alacsá hasta MedinaWahran, y fue cabeza del imperio la ciudad de Fez, ydespues la de Biserta . Estaba este imperio como en elcorazón de las dos poderosas dinastías que lo rodeabanpor Oriente y Occidente , por Oriente la de los Beni Obeidseñores de la provincia de Africa, Barca y Egipto, y porOccidente la de los Beni Omeyas señores de España yde Almagréb, y por esta causa siempre estuvieron eninquietudes y guerras, ya señores de casi todo Almagréb,ya dueños solo de algunas fortalezas como Azila, HijarAnosor y Biserta , y hasta Telencen , hasta que acabósu soberanía : solo Dios es eterno , y señor de eternadominación.

El Hagib Almanzor mandó construir en Fez paraornato de la Aljama una alcoba ó capilla, y su cúpulasobre columnas en medio del gran patio, donde estabala torre vieja, y puso sobre su altura un talisman comolos que había antes sobre la cúpula de la capilla delMihráb, que era de los que sabían hacer los antiguos,como aquellos que se hicieron en tiempo del Xiyei. Sepuso el talisman sobre una barra de hierro encima dela cúpula : uno era el del Alfar ó del raton , y con él nuncase halló raton alguno en la Aljama , y si entraba no anda-ba que luego se descubria y moría: el del Acrab ó alacranera otro , y con él nunca se vió entrar alacran en laAljama , y el que entraba quedaba como helado y perecia;y de esto hay testigos fidedignos como el Alfaqui AbenHaron : el talisman de la columna de metal amarillo teniauna figura de haya ó serpiente , y nunca se vió serpientealguna en la Aljama. Estos eran conocimientos de losGenios. El hijo de Almanzor Almudafar Abdelmelic edificóel hospicio y le surtió de agua por una acequia que la-bró, que la tomaba de Wadilhasan que corre fuera dela ciudad á la puerta de hierro. Mandó labrar pata laAljama un Alminbar ó púlpito de madera de onab y deébano de preciosa labor con esta inscripción: en el nom-bre de Dios clemente y misericordioso, bendiga Dios áMuhamad y á los suyos con perfecta felicidad: estomandó que se hiciese el Califa vencedor , espada delIslam, siervo de Dios , Hixém el Muyad Bila, prolongueDios su permanencia, por manos de su Hagib AbdelmelicAlmudafar, hijo de Muhamad Almanzor ben Abi Amer,manténgalos Dios altísimo; y esto en luna Giumada pos-trera año trescientos setenta y cinco.

Sosegadas las cosas de Almagréb , en el mismo añode trescientos setenta y cinco entró Almanzor en lasfronteras de Galicia, corrió la tierra, puso cerco y entrópor fuerza de espada en Medina Coyanca, destruyó susmuros, y valiéndose de algunos Cristianos principalesque estaban en su compañía como refugiados por des-avenencias que entre ellos había , fomentó sus discor-dias, y entró por sus tierras hasta las marismas de Ga-licia, y robó la iglesia de Zacúm, y tomó de ella muchasriquezas : en el otoño taló y corrió las tierras de Naharay los montes Albaskenzes, y á la vuelta castigó á los deUxama, Alcoba y Atincia, que se habían levantado, y vol-vió a Córdoba cargada su gente de despojos. En estaocasión el erudito poeta Zeyadatala ben Aly le presentósu Kitéb Alhimám , libro de la muerte, lleno de elegantes

y conceptuosas poesías. En este tiempo Almanzor nombróCadi de Toledo al Wali-Xúri de Córdoba Ahmed benHakem ben Muhamad el Ameri, conocido por Aben Le-bána de Córdoba, hombre docto y de mucha celebridad;y puso en su lugar á Ahmed ben Abdelaziz ben Faregben Abi el Hubéb; cordobés muy erudito, que hablasido maestro de su hijo Abdelmelic.

En este año trescientos setenta y cinco , avisado elHagib Almanzor de haber entrado Balkin ben Zeiri enAlmagréb, luego ordenó que partiese el caudillo Ascalehacon gente africana y de Andalucía, y fueron á MedinaFez, y la entraron por fuerza , y apoderados de ella sehizo otra vez la Chotba por los Omeyas de España, quese habla interrumpido con las novedades de los teiriesde Sanhaga : quedó por Ami¡ de los Obeidies en elbarrio de los Alcairvanes Muhamad ben Omar de Mekinez,que no pudieron los Andaluces ocuparle hasta el añosiguiente.

1 Maesura era una tribuna un poco levantada sobre el pavi-mento en la parte principal de la mezquita , rodeada de verjasdoradas , donde se ponían los Reyes cuando asistían á la zala.Los mozos estaban en las mezquitas detras de los viejos, y lasmugeres detras de los muchachos apartadas de todos los hombres;y no se movían los hombres hasta haber salido las mugeres: ylas doncellas no iban á la mezquita donde no había lugar apar-tado, y todas las mugeres iban muy bien tapadas y cubiertasde sus velos.

2 Era este Rey de Afranc, ó de los Francos, Borel conde deBarcelona: todo el Pirineo y sus valles y vertientes, así á laparte de España como á la de Francia , estaban en estos tiemposdivididos en pequeños señoríos, y nuestros Arabes á todos losllamaban Reyes y Señores de Afranc.

Tomado de: Historia de la dominación de los árabes en España.

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Ana María Navales

f[110 Arias dQ 111 2 11 enlas catorce páginas de su "Intentode psicoanálisis de Cervantes", haabierto una vía más hacia la penetra-ción, de nuestro escritor . La trascenden-cia de su trabajo , publicado en México,ha sido grande entre los críticos del Quijotey estudiosos en general , algunos de los cuales novacilan en admitir la necesidad de una revisión de susopiniones . Elegimos al azar las palabras de Ubaldo diBenedetto , que escribe: "Mucho tendré que reexaminaren vista de sus trascendentales aportaciones."

El punto de partida de Arias de la Canal ha sido lostrabajos del doctor Edmund Bergler , destacado alumnode Freud , que en su The writer and Psychoanalysis ana-liza los motivos de la conducta del escritor en general.Esto va unido a un hondo conocimiento de la obra cer-vantina y a las ideas de Benjumea , biógrafo de Cervantes,que recoge su fondo psicológico masoquista resumién-dolo como " la filosofía de la adversidad ". Cita tambiénel autor a Papini -no olvidemos su Don Quijote . Figurashumanas . Retratos--, y aplicando un método científicoextrae sus conclusiones de la analogía y relación entrelas enseñanzas de la psicología y los datos de la perso-nalidad cervantina sacados del contenido de sus obras.

Así, Cervantes queda como el padre de la filosofíaexistencialista tras haber sido analizado conjugando lostextos con su biografía en los aspectos : pseudoagresión,fantasía de rescate , ironía , regresión oral,'autodaño...,hasta lograr la identificación de nuestro escritor con DonQuijote en el plano ideal. "Como no ha logrado alcan-zarlo , cumplirlo , realizarlo , serlo en realidad -afirmaen su comentario Osvalda Rovelli-, su "ego " debe de-fenderse de su "ego ideal " utilizando los recursos desu filosofía y agredirlo mediante el manejo sutil de laironía."

Es éste un estudio serio , inteligente , muy personal,lleno de aciertos , sin duda, pero que causa cierta sor-presa . Si al estudiar una obra literaria tenemos que apli-car, además del análisis sociológico , estilístico , retórico,y otros métodos , el psicoanálisis , uno no está*muy segurode dónde va a llegar , mejor dicho , de si no va a per-

derse en esa maraña de la actua-ción de la conciencia humana y en

vez de psicoanalizar no va a resultarpsicoanalizado.

Y se escriben con temor las últimasfrases , intuyendo que puedan ser califica-

das como mecanismo de autodefensa. Peroaprovechándonos de que "el escritor , al sublimarse,

está tratando de resolver un conflicto interior por mediode sus escritos y poemas " (Arias de la Cañal ), y de lamano también de Bergier , " la sublimación es la piezamaestra de la salud ", ya que Cervantes -dicho con lamenor frivolidad posible- no puede defenderse, y elautor, al enviarnos este interesante trabajo , tuvo la gen-tileza de aplicar paralelamente el mismo método a un li-bro nuestro de poemas , habría que añadir el margen dela duda -después de salvar todas fas distancias-,pues eso del psicoanálisis se le puede aplicar a cual-quiera.

Sin entrar en materia , pues uno no debe hablar desí mismo , máxime si se le han aplicado términos de elo-gio, y pesa sobre nosotros la amenaza de ser interpre-tados , nos sigue pareciendo lo más prudente aplicar estemétodo psicoanalista a escritores no contemporáneos.No tanto para tener la suficiente perspectiva psicológica,como podría decir algún estudioso norteamericano, sinoporque quizá se cometa más de un error al intentarsacar a flote los conflictos interiores del autor de laobra literaria.

Seguramente a esto y otras probables objeciones nosquiere contestar Fredo Arias de la Canal cuando ponecomo lema de su escrito , breve , pero de amplia reper-cusión , la frase de Platón : "Los poetas dicen grandes ysabias cosas, las que ellos mismos no entienden ." Y paradescubrirlas será bueno poner en juego toda clase deanálisis.

"El Heraldo de Aragón" 3 de febrero de 1972.

&@ElTUM@Z

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Inclitas razas ubérrimas sangre de Hispania fecunda,espíritus fraternos, luminosas almas, ¡salve!Porque llega el momento en que habrán de cantar nuevos himnoslenguas de gloria . Un vasto rumor llena los ámbitos ; mágicasondas de la vida van renaciendo de pronto;retrocede el olvido , retrocede engañada la muerte,se anuncia un reino nuevo , feliz sibila sueñay en la caja pandórica de que tantas desgracias surgieronencontramos de súbito, talismánica, pura riente,cual pudiera decirla en sus versos Virgilio divino,la divina reina de luz, ¡ la celeste Esperanza!Pálidas indolencias , desconfianzas fatales que a tumbao a perpeuo presidio condenasteis al noble entusiasmo,ya veréis al salir del sol en un triunfo de liras,mientras dos continentes, abandonados de huesos gloriososdel Hércules antiguo la gran sombra soberbia evocando,digan al orbe: la alta virtud resucita,que a la hispania progenie hizo dueña de siglos.Abominad la boca que predice desgracias eternas,abominad los ojos que ven sólo zodiacos funestosabominad las manos que apedrean las ruinas ilustreso que la tea empuñan o la daga suicida.Siéntense sordos ímpetus de las entrañas del mundo,la inminencia de algo fatal hoy conmueve a la tierra;fuertes colosos caen , se desbandan bicéfalas águilas,y algo se inicia como vasto social cataclismosobre la faz del orbe. ¿Quién dirá que las savias dormidasno despiertan entonces en el tronco del roble gigantebajo el cual se exprimió la ubre de la loba romana?¿Quién será el pusilánime que al vigor español niegue músculosy que al alma española juzgue áptero y ciega y tullida?No es Babilonia ni Nínive enterrada en olvido y en polvoni entre momias y piedras rE+ina qué habita 9 swinla nación generosa , coronada de orgullo inmarchito,que hacia el lado del alba fija miradas ansiosas,ni la que tras los mares en que yace sepulta la Atlántidatiene su coro de vástagos, altos, robustos y fuertes.Unanse, brillen , secúndense, tantos vigores dispersos;formen todos un solo haz de energía ecuménica,Sangre de Hispania fecunda , sólidas , ínclitas razas,muestren los dones pretéritos que fueron antaño su triunfo.Vuelva al antiguo entusiasmo , vuelva el espíritu ardienteque regará lenguas de fuego en esa epifanía.Juntas las testas ancianas ceñidas de líricos laurosy las cabezas jóvenes que la alta Minerva decora,así los manes heroicos de los primitivos abuelos,de los egregios padres que abrieron el surco prístino,sientan los soplos agrarios de primaveras retornosy el rumor de espigas que inició la labor triptolémica.Un continente y otro renovando las viejas prosapias,en espíritu unidos, en espíritu y ansias y lengua,ven llegar el momento en que habrán de cantar nuevos himnos.Latina estirpe verá la gran alba futura,en un trueno de música gloriosa , millones de labiossaludarán la espléndida luz que vendrá de Oriente,Oriente augusto, en donde todo lo cambia y renuevala eternidad de Dios, la actividad infinita.Y así sea esperanza la visión permanente en nosotros.Inclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda!

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11@fl IZOR1o OfflHUM@ 10

Martes, 20 de mayo de 1913

El SertrÍO Grr oQn r guntó Sera qMéxico había protestado contra la Arizona Alien land

Act (ley de Tierras Extranjeras de Arizona). El Sr. Bryandijo que no se ha recibido esa protesta; pero que BaronChinda, tomando en consideración la declaración delGobernador Johnson de California en el sentido de quesi Arizona promulgara una ley similar a la de California,provocaría la protesta del Japón contra esa acción, de-claró que el gobierno japonés no conocía la promulga-ción en cuestión en esa época; pero que se oponía tantoa la ley promulgada por ese Estado como a la aprobadaen California. El Secretario de la Guerra preguntó si eracierto el informe de que México y Japón habían con-cluido un acuerdo secreto, por el que México cedía alJapón la Bahía Magdalena .' El Secretario Wilson, en unaaudiencia ante el Congreso, tuvo conocimiento de laexistencia de ese tratado; pero no había vuelto a tenerninguna información al respecto. Los secretarios Burle-son y Lane, que viven cerca de México, dijeron que seles había asegurado que no se había ratificado ni tomadoen consideración ningún tratado semejante. El SecretarioLane creía que todo se debía al hecho de que hay ungran cuerpo de tierra de 480 kilómetros de longitud y80 km de anchura en Bahía Magdalena, propiedad deun sindicato, que ofreció vendérselo al Japón con finesde colonización; pero que el trato no había tenido éxitoy que todos los rumores en el sentido de que Japóniba a recibir Bahía Magdalena tenían ahí su origen. ElSr. Bryan declaró que había leído en los periódicosmatutinos que, en una reunión en el Japón, el condeOkuma2 había dicho, hacía cincuenta años que Japónera tan ignorante respecto a las naciones extranjeras quelas despreciaba a todas y que tenía un espíritu provincialestrecho; pero que había aprendido tanto sobre los ex-tranjeros y progresado tanto que estaba ya en condicio-nes de observar bajo perspectivas adecuadas la acciónpoco acertada de California. "Virtualmente, estábamostan ignorantes de los extranjeros", dijo, "hace cincuentaaños, como lo está California en la actualidad", y de-seaba que los japoneses consideraran la acción empren-

dida desacertadamente por California como algo quesería superado cuando California llegara a ser tan pro-gresiva y prudente como el Japón, del mismo modoque éste había logrado vencer su hostilidad hacia losextranjeros . Esa declaración hecha por el conde Okuma,dijo el Sr. Bryan , le daba gran aliento , que Japón podíaaceptar esa visión de las cosas y dejar que el tiempoajustara las diferencias con mayor seguridad de lo quepodían arreglarse recurriendo a las armas . El Secretario

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Garrison , volviendo a la situación mexicana, dijo quecreía que el reconocimiento del gobierno de Huerta erala única alternativa a la intervención y que le gustaríaleer en el Gabinete un editorial de Paul Hudson,3 re-dactor del Heraldo Mexicano , que proporcionaba firmesrazones en pro del reconocimiento por los Estados Uni-dos del gobierno de Huerta . Declaró que estaba total-mente de acuerdo con ese editorial . El Presidente co-mentó : "Esto me recuerda una afirmación hecha porCarlyle, que dijo que todos consideramos un editorialen el periódico como muy acertado e inteligente , cuandoexpresa nuestras propias opiniones" , implicando que elSecretario Garrison aplaudía el editorial del Heraldo por-que expresaba sus mismas ideas. El Secretario Lane dijo:"Debería saber a qué bando pertenece Paul Hudson,antes de dar mucho peso a lo que escribe ". "No me

,^ rt u n o do" recó el Secretario G irhson^poaq l"si lo expresara un fonógrafo y fuera algo inteligente,lo aceptaría con la misma rapidez". A continuación,procedió a leer el editorial y en dos o tres lugares, elPresidente hizo observaciones, demostrando que algunasde las afirmaciones del escrito no eran ciertas y, cuandoterminó la lectura, alguien hizo notar que aquélla habíasido la primera vez que se leía un editorial en unareunión del Gabinete -(y no creo que sea la última)-.Le pregunté al Sr. Lane qué quería decir con su frase"Debería saber a qué bando pertenece Paul Hudson",y replicó que era bien sabido que Hudson y su periódicohabían estado subsidiados durante mucho tiempo porpersonas, partidos e intereses que deseaban gozar deprivilegios especiales en México, y lo que dijo debe to-marse con amplio criterio. El Sr. Lane pensaba que elreconocimiento al gobierno de Huerta haría que losestados norteños de México , que eran hostiles a Huerta,se enojaran tanto con los Estados Unidos que destruye-ran las propiedades de estadounidenses en ese país.El Sr. Garrison estaba convencido de que no podríandestruirlas más de lo que ya lo estaban haciendo.

1 A strategic site in Lower California (Un lugar estratégico enBaja California). Durante 1912, el senador Lodge y otros líderesestadounidenses habían expresado su preocupación por rumores

en el sentido de que el Japón estaba tratando de adquirir enalquiler la Bahía Magdalena, una base naval potencial que ame-nazaría las comunicaciones de los Estados Unidos con el Canalde Panamá, que ya estaba casi' terminado.

2 Shigenobu Okuma, importante estadista japonés, subsecuen-temente primer ministro, 1914-1916.

3 Residente en la Ciudad de México desde 1896, editor y re-dactor del Mexican Herald , en lengua inglesa, expresidente delColegio Americano (American School) en México.

Tomado de: The Cabinet Diaries of Josephus Daniels 1913-1921.Editado por David Cronon, Universidad de Nebraska.

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Los Defensoresde la Burguesía

Eduardo Avilés Ramírez

lhieis d^^oid ^mi^^l¢meme lo qu¢ ¢s la ^rJum -hoy ta denrada y im nustamte atacada- en las páginas de su libro "Los Ricos". Uno veallá la ascensión y la consolidación de la burguesía.Entre otras cosas Thiers nos dice:

"El padre era campesino, obrero en una manufac-tura, marino en un navío. El hijo, si el padre fue la-borioso y económico, será hacendado, manufacturero,capitán de navío. El nieto será banquero, notario, abo-gado, médico y hasta jefe de Estado. Las generacionesse alzan así, las unas por encima de las otras, y vegetanparecidas a esos árboles que, a cada primavera, fa-brican nuevas ramas, las cuales, frescas, tiernas yverdes como la hierba, toman en el otoño el color y laconsistencia del bosque; y después, siendo ya solo pe-queñas ramas, al año siguiente se cubren de otras ra-mas verdes y terminan, con el tiempo, por ser a suvez gruesas ramas, que reemplazarán al mismo troncoprincipal. Parecido fenómeno se produce al mismotiempo en el bosque, cubriendo el suelo con su mag-nífica sombra".

Ese es uno de los más bellos elogios de la bur-guesía que habremos leído. Bello sobre todo porqueel que lo escribió era precisamente un burgués salidodel seno de una vieja familia burguesa de Francia quien,habiendo hecho sus primeros estudios en un modestí-simo liceo de Marsella (de la Marsella pequeña. y po-bre de Napoleón Primero), llegó a ser diputado, se-nador, Presidente de la República, orador insigne, his-toriador eminente. ¡Y con qué acento sincero hizo elelogio de la burguesía! Como una mazorca de maíz quecantara el maizal del cual ha salido.

En las páginas de una interesante revista de Mé-xico, titulada "Norte" (creada por el poeta AlfonsoCamín y dirigida en la actualidad por el ensayista Fre-do Arias de la Canal) encuentro, como un eco de aque-llas páginas admirables de Adolphe Thiers una tambiénadmirable defensa de la burguesía debida a la plumade Salvador de Madariaga quien entre otras cosasescribe:

"Casi toda la civilización occidental se debe a lasclases medias occidentales; y las artes, las ciencias,

i

gas ameoid^a ^¢I O^^ideme ^o ^^ radas c^eacio-^^ de homó^ de la ese med^. S^Nespea^e, ^^cantes, Goethe, Dante, Spinoia, Kant, Montesquieu,Galileo, Rembrant, Voltaire , Veláiquei, Volta, Pasteur,Hegel, Hernán Cortés, Napoleón, Gladstone, Bismarck,Descartes, Lincoln, Wilson, Einstein, nombres vertidosal papel al azar de la memoria , son todos hijos de laburguesía . (...) El fondo de la civilización es esencial-mente burgués, a la burguesía se debe casi la totalidadde las grandes cumbres que han reflejado sobre la Hu-manidad la luz de la inspiración y del genió".

Madariaga se pregunta, escandalizado, cómo es po-sible que sea la burguesía lo bastante pasiva y neciapara permitir en silencio la vituperación y el insulto auna clase, por un lado inocente de los males del ca-pitalismo, y por otro, creadora de casi toda la civili-zación, y por añadidura y en particular del espíritugeneroso de libertad, sin el cual no habría ni socialismo.

El 80 por ciento de los "revolucionarios" que ata-can a la burguesía con sus discursos o en sus escritosignoran qué cosa es en el fondo la burguesía; ignoransobre todo sus creaciones infatigables a través de lossiglos; ignoran también que la burguesía no puededesaparecer, porque es una clase determinada dentrode las clases que componen la sociedad humana. Que-rer hacerla desaparecer gritando "¡ Mueran los burgue-ses!", es tan tonto como pretender hacer desaparecerde la sociedad a los hombres pequeños de estatura, oa los que no tienen la piel blanca, o a los que son calvos,o a los que son demasiado gordos, o a los que son de-masiado flacos, o a los que fuman, o a los que no fuman.

En el seno mismo de los países comunistas hay mi-llones de burgueses, o gentes que naturalmente e irre-sistiblemente tienden hacia la burguesía, como el perrode caza vuela hacia la pieza cazada, o como el monjesueña con la paz de su claustro: porque es una clasedentro de las clases y una raza entre las razas. Pre-tender extirparla del concierto de las otras clases escomo querer suprimir a una clase determinada de lafauna marina, o a una planta del reino vegetal: en elfondo una obra temeraria por imposible.

Durante toda la Revolución Francesa se le dio caza

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al burgués , al que se colgaba del primer farol del alum-brado público, por el solo pecado de ser burgués. In-mediatamente detrás de los colgados vino Thiers y vi-nieron millones de Madariagas . El perro cazador, pormucho que se haga en contrariarlo , correrá a la pie-za cazada , y el monje entrará en el claustro , y el negroseguirá siendo negro , y el flaco seguirá siendo flaco.Sencillamente porque Dios los hizo así.

ENVIO: a ese joven majadero que cree matar a to-dos los burgueses de la Tierra , sólo porque , desde elbalcón de la columna que le han dado en su periódico,se pone a gritar mueras tan inocentes como estentó-reos contra la burguesíá.

(Artículo pu blicado simultáneamente en 42 periódicos deAmérica.)

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Si el arte de la Elocuencia,Hijo, quieres alcanzar,has de observar tres preceptos,que son estas tres palabras:DECORA, IMITA Y ACUERDA,

agudezas y elegancias,y sus preceptos , que en estola Elocuencia está fundada.

No temas el decorar,pues que se decoran tantascomedias, versos y juegosque no valen para nada.

Que es esto tan importanteque a los más rudos aclarael ingenio y los enseñaa hablar con alguna gracia.

Como sucede a los ciegos,que aun siendo ignorantes parlan,conversando la Elocuenciade oraciones decoradas.

Si has de saber Elocuencia,lo primero es DECORARLA,que por eso la hice en verso,porque mejor decoraras.

Hecho ésto, lo segundoes IMITAR con gran gracialos ejemplares que escribocon estas letras vastardas.

Esto es, componiendo tus otrosa la misma semejanza,parecidos en el modo,distintos en las palabras.

Rumiándolos , o escribiendo,cuando más ocioso te hallas,o ya en la cama sin sueño,o desocupado en casa.

Y en cualquier puesto te hallareslos podrás usar con gracia;pues no se agravia aun la Iglesia,.de el orar con elegancia.

Mira que esta IMITACIONes el fundamento parasaber , porque el saber lograel hombre por semejanza.

Lo tercero y más precisoes acordar siempre que hablas,que hay Elocuencia, y probartea hablar con sus elegancias.

Sea en la escuela, si arguyes,o en la calle cuando parlas,o en la Iglesia cuando orasy aun en casa cuando mandas.

Que yo te aseguro, quesi usas bien de estas tres trazas,sólo en tres meses consigasen tus voces alabanzas.

Porque en tres meses se puededecorar, y para usarla,no hay sino imitar, porqueel imitar no es hurtarla.

La IMITACION tu maestraha de ser, pues todas cuantasciencias , artes y primoresen la IMITACION se fraguan.

Porque como el ser del Hombrese fundó en la SEMEJANZAde DIOS, en quien se halla todo,por SIMILITUD lo alcanza.

Y así, el Hombre a hablar aprende,IMITANDO a aquel que habla,IMITANDO aprende a andar,IMITANDO a aquel que anda.

IMITANDO el cantar logra,IMITANDO a aquel que canta,IMITANDO hace pinturas,IMITANDO a las pintadas.

IMITANDO se hace santo,IMITANDO a cosas santasy aun IMITANDO a Dios se haceun Dios en la SEMEJANZA.

Y últimamente, IMITANDOagudezas y elegancias,será elegante y agudosi el ingenio le acompaña.

Tomado de: Epítome de la elocuencia española.Huesca , España, 1725.

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Walter C. Alvarez

Todos los médicos conocemos a personas que, enuna crisis de enfermedad, no progresan correctamente,debido a que no tienen deseos de curarse o están con-vencidas de que van a morirse . Aprendí a reconocera ese tipo de personas cuando era joven y me dedi-caba a administrar anestésicos a los pacientes de mipadre, que era doctor. Después de varios "individuostristes" que declararon que estaban seguros de quese iban a morir al sufrir una operación quirúrgica demenor cuantía, y estuvieron a punto de fallecer, ledije a mi padre que nunca volvería a darle anestési-cos a un hombre que dijera estar convencido de nosobrevivir.

Sé muy bien que, en algunos casos raros, hay per-sonas que se mueren verdaderamente de miedo, locual resulta evidente , ya que la muerte acaece antesincluso de que se les aplique la anestesia . Nunca meolvidaré de un hombre que murió en la sala de ope-raciones , mientras preparaban su pared abdominal pa-ra la intervención quirúrgica. Otro hombre murió mientras extraían un poco de líquido de su rodilla con unajeringa hipodérmica.

Un caso muy triste fue el de una mujer latina exce-sivamente emotiva, que iba a sufrir una operación dela vesícula biliar. Al hablar conmigo, me confesó queesperaba morir en la mesa de operaciones. Le pregun-té por qué pensaba así y me respondió que se debíaa que su hermana había muerto en una operación. De-bido a la experiencia que tenía con esas personas, mepuse en comunicación con el cirujano que iba a efec-tuar la operación y le rogué que anulara la intervenciónquirúrgica; sin embargo, no temía como yo a esas per-sonas y, por ende, siguió adelante. Desgraciadamente,en cuanto se le puso la anestesia , la mujer murió y,en la autopsia , no pudimos hallar ninguna causa orgá-nica del fallecimiento.

Otra paciente de la que me acuerdo muy bien erauna misionera de 40 años de edad que , al regresardel Oriente, acudió a mi consultorio, en San Francisco,para someterse a un examen médico . Descubrí cálculosbiliares; pero como no estaban presentando síntomasde ninguna clase , le aconsejé que no se preocupara por

ello. Sin embargo, la mujer insistió inmediatamenteen que se le extirparan y, como lo había temido, encuanto concluyó la operación entró en agonía. Su tem-peratura ascendió a 40 grados , su pulso llegó a serde 130 palpitaciones por minuto y al cabo de los cua-tro días estaba muerta , a pesar de todos los esfuerzosque se hicieron para salvarla.

Puesto que la autopsia no demostró la existenciade ninguna causa física del fallecimiento , le preguntéa la mujer que la había acompañado , si había expre-sado algún deseo de morir. La respuesta de la mujerfue: "Sí. Deseaba morir, porque , como misionera, enel Oriente , se descubrió que mantenía relaciones ilíci-tas con un hombre casado y me enviaron de regresoa casa. Al perder mi reputación, sentí que mi vida ha-bía concluido

Con frecuencia, el poderoso efecto de la mente pue-de ejercerse en favor de una persona, del mismo modoque como lo hace en su contra. El 'deseo de vivir pue-de tener resultados tan sorprendentes como el de mo-rir. Con frecuencia, los doctores tienen que empleartoda su energía para persuadir a un paciente de quedebe luchar contra la enfermedad.

Por ejemplo, hace cierto tiempo encontré a unavieja amiga, cuyo urólogo le había descubierto un cán-cer en la vejiga . Me sentí muy abatido al ver que lamujer se había decepcionado completamente con la no-ticia y había abandonado su deseo de vivir. Me confesóque no podía enfrentarse a una batalla contra el cán-cer. Con gran esfuerzo, logré convencerla de que debíaanimarse y seguir adelante. Tal y como le dije, si teníasuerte, el urólogo quemaría su pequeño cáncer conchispazos eléctricos y, a continuación, podría vivir to-davía muchos años en buena salud.

En realidad, el urólogo pudo destruir el tumor ma-ligno, como me lo había Imaginado y, en la actualidad,la mujer está bien. Esta historia puede servir como lec-ción muy provechosa para todas las personas que creenque el diagnóstico del cáncer es siempre una muertesegura.

En otra ocasión, hace años, cuando los doctoresno teníamos drogas , sulfa ni penicilina para ayudar-

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nos a luchar contra la pulmonía , conseguí salvar lavida de un hombre, cuando todo hacía presumir que laenfermedad lo mataría . Lo sacudí literalmente por loshombros y le dije: "Escuche con cuidado. Usted no pue-de morir. Tiene una esposa y siete hijos adorables quenecesitan que los cuide. Anímese y luche , para curarse".Y se restableció.

Muchas veces , como lo sabemos muy bien todoslos médicos, lo único que separa a la vida de la muer-te es el deseo de vivir. Tomado de: The news. Febrero de 1972.

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César Tiempo

Lo que no pudieron los implacables anzuelos, lasduras vicisitudes , los años terribles , la larga indigencia,la vida a salto de mata, lo pudo el inmisericorde vera-no porteño , despiadado como una divinidad caldea. AEduardo Zamacois no lo mataron sus muchos años, unprodigio de agerasia ; lo mataron la hipertermia y ladeshidratación que al 31 de diciembre de 1971 se lle-varon a más de cien ancianos en Buenos Aires. El 17de febrero último habría cumplido 99 años y pudo ha-ber superado donosamente los cien , pues estaba talla-do en madera de quintañón por un cuchillo de dos tajos:ágil de cuerpo , fresquísimo de entendimiento . Una exis-tencia en áscuas.

La verdad es que se nos fue el amigo entrañableque había hecho de su vida un pasatiempo y una can-ción. Zamacois no aspiró a poder decir como Sieyés:He vivido . Siempre decía : voy a vivir , corriendo detrásde la hora futura . No languideció nunca en un museode bellas senectudes . Vivió en un tiempo eternamentecreador , en un tiempo dinámico que no conoció la horarezagada , ni la melancolía del pretérito . Nunca corrióel peligro de convertirse en una estatua de sal. Zama-cois miraba siempre hacia adelante . Proyectándose, pro-digándose, creciendo . Siempre nos hablaría con unavoz nueva de un libro nuevo, rejuvenecido por la con-ciencia súbita de una edad que no conoció las angus-tias del límite . Su ocaso sería siempre un amanecer.

Apartado de -cenáculos y monipodios Zamacois de-sarrolló una obra tan primorosa como numerosa queconcedió a su nombre una acústica bicontinental. Cuan-do lo elogiaban solía encogerse de hombros mientrassus labios insinuaban un esguince irónico . Sólo lo en-tusiasmaban la presencia electrizante de una mujerhermosa , el advenimiento de un nuevo valor artístico,la rueda de la amistad . Su lema parecía ser: doy más.Se prodigaba generosamente y recuerdo con qué fer-vor lo recordaba Florencio Parravicini, que fue uno desus amigos más hondos, y el enorme Cansinos-Assensque se honraba con su presencia en las tertulias del Colo-nial, de Madrid , y toda la gente de mi tiempo que acudíaa escucharle en los vivacs nocturnos de la calle Corrien-tes o en las reuniones que organizaba en su almanda-

rache de la calle Miralla ese filadelfo ejemplar queresponde al nombre de Arturo P. León. Entonces laceja engatillada de don Eduardo se disparaba hacia lasalturas, mientras la nariz, cuidadosamente dibujada, as-piraba el aire con recelo como reprochándole al inter-locutor que le robase el oxígeno que iba a necesitarpara vivir cien años más.

El gran novelista nació en la provincia cubana dePinar del Río, llamada vulgarmente Vuelta Abajo. A los4 años fue llevado a Bruselas. De los 5 a los 9 vivióen París (donde pudo ver a Víctor Hugo asomado albalcón de su casa). De los 10 a los 15 residió en Sevillaen cuyo Instituto cursó el bachillerato y tuvo de com-pañeros de aula a los hermanos Serafín y Joaquín Alva-rez Quintero. Luego estudió Filosofía y letras en laUniversidad Central de Madrid y cuatro años de medi-cina. Uno de sus profesores fue el sabio Santiago Ra-món y Cajal. Muy pronto olvidó todo para dedicarseexclusivamente a las letras. En la buena andanza nose sabe el pesar. Nunca se arrepentirá de haber aban-donado dos carreras que suelen dar de vivir por unoficio que, generalmente, no da de vivir. Pero da de so-ñar. Y esto vale mucho más. El autor de Punto negropertenecía a una familia de pintores, actores, escritoresy músicos. Y trotamundos. El los superó a todos. Inclusoa su primo Miguel, que figura desde hace rato en lasenciclopedias pero a quien nadie lee, cosa que no ocurrecon el autor de Un hombre que se va, las ediciones decuyos libros se multiplican sin tregua. Gale mata luto.Su extraordinaria vocación del buen decir, la vitalidadde sus criaturas, el color y el calor de sus paisajes ysus personajes, su comunicativa condición humana sepega al linaje de sus obras y las levanta. Lo más impor-tante, dijo cierta vez, no es la inteligencia sino la ima-ginación. Se repite en todas las épocas y todos los paíseslo peor de la vida, que es la falta de imaginación.

Tenía 19 años cuando publicó su primera novela, Laenferma, a la que siguió Punto negro , llevada al cineen la Argentina, muchos años después, por Luis Moltura.El poderoso escritor que nació en Cuba treinta añosantes de que Cuba se emancipara de España, recorrióEuropa Africa y América-. Estuvo en Buenos Aires en

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1910 y en 1916 y a partir de 1940 se radicó definitiva-mente entre nosotros. Fue corresponsal de guerra de"La Tribuna", de Madrid, en 1914. Dirigió revistas -lasprimeras revistas literarias que pagaron a sus colabo-radores-, pronunció conferencias, tradujo libros funda-mentales y novelas volanderas para Garnier, de París,escribió y dirigió teatro, pero fue substancial y decidida-mente un novelista. Un formidable novelista y un estu-pendo cronista. Según Sáinz de Robles, uno de sus másagudos y entusiastas exégetas, de 1928 a 1936 Zamacoisescribió sus mejores novelas, novelas de neto realismo,limpias de toda bastardía naturalista o erótica. Son lassuyas novelas que se leen siempre, se vienen leyendodesde hace muchos años y se seguirán leyendo. Conocíla emoción de descubrir libros suyos en los escaparatesde sendas librerías de París, de Roma, de Dusseldorf, deCaracas...

El otro, la opinión ajena , Memorias de un vagón deferrocarril , Una vida extraordinaria , las raíces , Los vivosmuertos son algunos de sus títulos. También ha escritocuentos excelentes, memorias de viajes, libros de crítica,confesiones. Y planeando sobre toda su obra, se afirmósiempre la presencia de un hombre bueno que tuvo elarte de la amistad armoniosa y una gracia tocada deserenidad, y supo honrarnos prosiguiendo entre nosotrossu hermosa tarea, con la pasión de los años mozos,aventurero involuntario que vivió como nadie la heroicay apasionada aventura del escritor pobre que supo po-nerle siempre al mal tiempo buena cara. Zamacois ubicósu labor en la agonía de la inteligencia. La gente creeque agonizar es irse muriendo y no es así. Agonizar escombatir. La agonística era la ciencia de los combatesen la Grecia antigua. En ese resplandor y ese combatedesenvolvió su obra el hombre que se fue, una obraenriquecida por los encajes y los imperativos vitales quesubyacen en el fondo de la belleza que no se inhibe yla verdad que no pacta.

A lo largo de tantos años de auténtica filadelfiaconversamos mucho con don Eduardo. La memoria -tanfiel como emocionada- quiere recordar ahora algunasde las preguntas y, sobre todo, las respuestas del maes-tro, testimonio de una inteligencia en constante ignición.

He aquí algunas:-¿Qué le parece nuestra ciudad , don Eduardo?-Una de las capitales modernas más hermosas. Yo

la llamo el Nueva York de Sud América. Pero, latino ynefelibata, prefiero el Buenos Aires de hoy a aquel otroapacible y romántico que conocí en 1911.

-¿Y, de nuestras mujeres qué puede decirnos?-"No repares en la belleza de la mujer , y no desees

a la mujer por su belleza", recomendaba el Eclesiastés.Lo notable del caso es que el Eclesiastés fue escrito porSalomón quien, según el libro de los Reyes, tuvo sete-cientas esposas y trescientas suplentes ... ¿Serían todasfeas? Salomón , en Buenos Aires, de acuerdo con aquellasentencia, habría hecho voto de castidad.

-¿Le ha hecho usted daño a alguien?-Pues... sí, a mi querido e inolvidable amigo En-

rique García Velloso , y fue sin mala intención, un díaen que , estando en un café con varios camaradas, Enri-que se despidió de nosotros diciendo que iba a retra-tarse.-Lo que debería usted hacerse , le espeté, es unaampliación ... Y como él era muy pequeñito estoy se-guro que mi ocurriencia le lastimó.

-¿Es usted fatalista ? ¿Cree en el destino?-Sí; creo que la vida que vivimos se reduce a mo-

vernos al dictado de una fuerza superior a nosotros.Recuerdo haber leído en alguna obra de Víctor Hugoque "el canto de los pájaros influye . en el movimientode los astros ", con lo que el gran lírico quiso decirque en el cosmos nada es fortuito y consiguientementeque la vida universal donde todo a la vez es causa yefecto , es una sucesión de hechos determinados aleterno.

-¿Cómo le agradaría vivir?-Siempre fui hombre de ciudad. Pero ahora sería

feliz en un pueblo costero y con una escopeta, unabarca y un perro.

-¿Y cómo querría usted morir?-De súbito y en cualquier parte menos en mi cama,

que en tal momento sería para mí una especie de mue-ble o de andén donde un grupo de personas se habríareunido para decirme adiós.

-La biografía de qué personaje -famoso o no-

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¿le habría gustado escribir?-La del doctor Ramón Carrillo, un hombre y un

sabio fuera de serie. Le estoy hablando del ministrode Salud Pública de Perón que realizó una labor cien-tífica fabulosa, fue un hombre en todo el tiro de lapersona, como decís vosotros, y murió abandonado enuna remota ciudad brasileña . No se ha hecho nada porrepatriar sus restos. Era un santiagueño maravilloso queno conoció la solemnidad , ese paraguas de los maja-deros. Unos nacen para moler y otros para ser molidos.Carrillo molía humor y amor con una generosidad inau-dita. No dejemos al mejor jugador sin cartas , recomien-dan los expertos. A Carrillo lo dejaron sin cartas cuandomás las necesitaba . Algún día habrán de volver las aguasa su cauce y alguien dirá en el libro y en el mármoltodo lo que fue ese médico que llegó a la sabiduríapor el camino de la perfección, siempre cuesta arriba.Yo habría llamado a su biografía: "Vida de San RamónCarrillo".

-¿Le gusta discutir?-No. Amo a Harpócrates , el dios del silencio, vene-

rado por el Egipto faraónico. Lo que ensancha y escla-rece nuestro espíritu es la meditación , que no el discu-tir, según cree el vulgo.

-¿Le ha gustado a usted la vida de café?-¿Y a eso llama usted vida...?-¿Cree usted en la puntualidad?-Sí, pero me hace sentirme muy solo.-¿Duerme usted bien?-Profundamente . Y nunca más de cinco horas.-¿Cuántas novelas lleva escritas?-¿Novelas? Pasan de sesenta ; más una veintena de

libros de crónicas: crónicas de viaje, de guerra, repor-tajes... También he hecho teatro : media docena deobras . Total: unos setenta volúmenes . Si es cierto aque-llo de "lo que abunda no daña ", espero que me seaperdonado el desparpajo de haber nadado en la abun-dancia...

-¿Cuál fue su primera novela?-Debuté con La enferma , siendo estudiante de me-

dicina . La obra se vendió bastante mal. Fracaso que mivanidad de autor atribuye a la portada , en la que ver-

deaba un sauce y blanqueaba una tumba. "Lo que quieredecir (pensaría el público) que la enferma murió; y siya conozco el desenlace, ¿para qué leer el libro?

-¿Cómo nació en usted la afición a escribir?-La peligrosa afición a escribir más que nacer en

mí nació conmigo. Digo esto porque a los 7 años em-pecé a darme cuenta de que en mi casa no sucedía nada:mis padres comían a horas fijas, se acostaban a lamisma hora (tuvieran o no sueño), hablaban de las mis-mas cosas. . . y fue entonces cuando asomó en mí elnovelista. Para romper aquella monotonía redacté unacarta que decía poco más o menos: "Soy un niño infeliz.Mis padres me tienen secuestrado: no me dan de co-mer. Avise usted a la Guardia Civil". Este anónimo-digno del más truculento folletín- lo metí en un so-bre donde había escrito: "Señor transeúnte" y lo echéa la calle. Un señor que pasaba lo recogió. Yo, desdemi balcón, le vi rasgar el sobre... y todo mi ser seestremeció de alegría, de curiosidad, de miedo... Afor-tunadamente, para mis padres, la Guardia Civil, no sepresentó.

-¿De sus novelas, cuál es la preferida?-La opinión ajena , una novela de ironía, que es

como una sonrisa ininterrumpida a lo largo de cuatro-cientas páginas.

-Y de las ajenas , ¿cuál es la que prefiere?-Don Quijote . . . Después Una vida , de Maupassant.-¿En cuál de sus novelas hay más autobiografía?-En la titulada Una vida extraordinaria donde re-

fiero ciertas aventurillas que, aunque inocentes, no mehe atrevido a confesar que son mías.

-¿Cómo concibe sus novelas?-No sabría decirlo concretamente. A veces la no-

vela surge de un hecho. La antorcha apagada, por ejem-plo, me la inspiró un pallaka , como los llamaba Demós-tenes. En otras ocasiones la novela brota de una idea.Y luego, alrededor de esta especie de semilla, voy agru-pando figuras y escenas.

--¿Es cierto que estuvo usted en presidio una largatemporada para escribir una novela de ambiente car-celario?

-Así es. Durante seis o siete meses vestí volunta-

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riamente el traje presidial y viví en presidio . Lo hicepara escribir Los vivos muertos , y mis observacionesme convencieron de que el cincuenta por ciento de lospresos debía estar en la calle y encarcelado el 95% delos carceleros...

-¿A qué personajes famosos ha conocido usted?-Son legión : a Pérez Galdós , a Unamuno , a Ramón

y Cajal, a Emilio Zola (cuando se ventilaba el asuntoDreyfus), a Anatole France , a Colette , a Sarah Bern-hardt, a Oscar Wilde... En el estudio de Rodin -a quienserví de modelo cuando trabajaba en la puerta delinfierno-, conocí a Rostand... También he conocido aLandrú, el auténtico , no menos extraordinario como ase-sino que lo que fue como poeta Gabriel D 'Annunzio.

-¿Cree en la popularidad?-Mas que una recompensa es un tóxico.-¿Qué opina de la monarquía?-"Advertid -escribió Quevedo en la vida de Marco

Bruto- que hay quien pone la corona en la cabezapara quitar la cabeza con la corona..."

-¿Qué puede decirme de sus Memorias?-Recuerde que las titulo Un hombre que se va.

Andan por la segunda edición . Libro de buen humordonde hablo poco de mí y mucho de los demás, y metrato siempre en broma , único modo de conseguir quela gente nos tome en serio.

El hombre que se va se ha convertido súbitamenteen el hombre que se fue. Ahora es todo espíritu. Lasabiduría del alma es total como la luz. Zamacois haconquistado la forma más alta de la libertad humana.Y si como él mismo decía , su vida fue un pasatiempo,hoy es una lección . Sentimos que desde la eternidadsu mano , siempre cálida , se apoya en nuestro hombro.

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Lucy Etel García Vargas

los buscadores de oroComo tierra de fábula , en que la leyenda nos so-

brecogía de espanto o estremecimiento ; lejos, eterna-mente cubierta de hielo o nieve , en la bruma de loinaccesible , azotada por los vientos devastadores yobstinados , se nos presenta Tierra del Fuego, aquel ca-prichoso archipiélago , seguramente desprendido del res-to del Continente por algún cataclismo en los tiemposoriginarios.

Así era Tierra del Fuego; rodeada de laberintos decanales , costa abrupta y rocosa, de entre las que emer-gen troncos y ramas de árboles ennegrecidos , duros,tétricos , quemados por los hielos, doblados por los vien-tos. Bosquecillos de hayas , matorrales de helechos gi-gantescos y otros arbustos entre los que abundan al-gunos comestibles de sabor dulce , como el apio, y queponen su nota verde en los acantilados.

Todo es inménso; el mar, la nieve, la luz, la sole-dad, hasta el tronar de las cascadas que se vuelcanestrepitosamente desde los erizados torrentes que ba-jan de las montañas ; las playas doradas sirven de recreoa bandadas de los esbeltos pingüinos , en tanto en losdías de sol, miles de lobos marinos , adormecidos sobrela roca musgosa , disfrutan del aire tibio.

Tierra con hermosas y coloridas bahías , entre ellasuna con nombre de reminiscencia indígena ; Ushuaia,donde se levantaron las misiones y luego un tenebrosopresidio. En el extremo austral, una roca oscura; el Ca-bo de Hornos. La cordillera de los Andes , después depasar por ella , señalando su grandeza en la nevadapunta de sus picos, se hunde en el mar...

Tierra del Fuego era como extremo maldito, olvi-dado , temido . Abandonada por siglos , después del dra-ma de la expedición de Sarmiento Gamboa; únicamentecruzada por piratas en sus correrías. Tierra de paisajesblancos , lluviosos , polares.

Pero a veces , el día es diáfano , y el mar parece unespejo ; entonces la playa se ofrece en su belleza to-tal, la vegetación toma el fresco color verdoso de lastierras húmedas y calientes ; días en que pueden ad-mirarse sus magníficos paisajes , con sus cambiantes co-lores, el amarillo , gris, rosado , azul de las rocas im-ponentes, que la luz multiplica en desmesurados pris-

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máticos donde cada vértice tiene un distinto matiz.Recién en el siglo pasado , llegaron hasta el límite

austral argentino los científicos , investigadores de aque-llas culturas que ofrecían tan rico campo al estudio,entre otros, el famoso Darwin. También llegaron mili-tares, mercaderes, loberos, misioneros y. . . ¡los busca-dores de oro...!

Los primeros barcos en llegar fueron los ingleses,uno de ellos, con cuyo nombre se bautizó el canal máshermoso y panorámico del mundo , que separa la Islagrande de islas , islotes , rompientes ; el Canal de Beagle.

Los barcos se internan en aquel laberinto de cana-les, que a veces se angostan tanto, que semejan es-trechos desfiladeros entre los cerros, sorteando enor-mes témpanos de hielo que se deslizan a la deriva, co-mo fantasmas , saliendo en una siniestra aventura alencuentro de los navíos ; la navegación se hace máspenosa, los crueles y obstinados vientos y el oleaje bra-vío estrellándose contra la roca oscura y yerma. Peroesta visión , cambia a medida que se navega , apare-ciendo a la vista playas extensas y praderas de suavespendientes. En este tiempo, la Tierra del Fuego pudo serverificada, estudiada, conociéndose su fisonomía, su to-pografía, la vida de sus indígenas, el rico material de-positado en sus cavernas.

Un día, hace casi cien años, unos pescadores quearrastró la tempestad hasta Cabo Vírgenes, a la entra-da del Estrecho de Magallanes , mientras cavaban unpozo para extraer agua y saciar la sed, descubrieronentre la arenilla arcillosa, partículas de oro puro. ¡Cuánno sería el asombro de estos náufragos semidesnudosy hambrientos ante lo inusitado e imprevisto del ha-llazgo!

¡Oro, oro... oro en Tierra del Fuego!Como en la lejana California nuestra tierra austral,

comenzó a ser el centro de los buscadores de oro. Lanoticia corrió como sucede con las cosas prodigiosas,despertando la fiebre y la avidez. Había oro, posible-mente.fuentes auríferas a lo largo de la costa; desdeZanja a Pique hasta el Cabo de Hornos, por los ca-nales hasta Punta arenas . ¿ Habría generosas minascomo en California, Siberia, Nueva Zelandia? No; pre-

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cisamente , el aluvión aurífero llegaba desde el mar,se hallaba después de las tempestades...

Las olas inmensas al golpear contra las rocas , arras-traban en sus furias , caudales de residuos de pétreos,cascajos , masas rocosas que eran trituradas , deshechas,pulverizadas y arrojadas luego sobre las playas y las cos-tas, quedando diseminadas las escamas y pepitas de oropuro que brillaban entre las arenas.

Era la época en que las misiones evangelizaron lastribus fueguinas . Mientras el misionero en sacrificiosinigualables levantaba la palabra de Dios , los otros hom-bres rudos , hostiles , presos del virus especulativo sedisputaban un lugar a balazos donde creían o suponíanencontrar un filón de oro y que otro se lo quitara.

Fue un momento que podríamos llamar exactamen-te "la quimera del oro " que la remota y anónima Tie-rra del Fuego , ofrecía para escándalo y delirio de verda-deros contingentes de buscadores de oro, que impre-vistamente se instalaron en cualquier clase de viviendas,en las costas , usando de los procedimientos más rudimen-tarios , hasta el elemental buceo del agua y la arena conlas manos , extrayendo lo que podían en partículas,escamas o pepitas del precioso metal que tan gene-rosamente se brindaba a la avidez y ambición delhombre.. .

Entre los años 1887-1889 se extrajo de Tierra delFuego , 480 kilogramos de oro . Se había formado, tam-bién, por iniciativa de un ingeniero -que atraído poraquel delirio , se plegó a los aventureros y reconocióla posibilidad de aquella fuente aurífera- llamado JulioPopper , una planta ; "Compañía Lavaderos de oro delSur".

Corridos por este organizador que había restauradoallí un régimen dictatorial y conseguido interesar a lasautoridades argentinas , los buscadores de oro, que sedisputaban a tiros un lugar , una caricia de la india enlas tinieblas de aquellas soledades , que habían arreba-tado en una tarea quimérica y codiciosa al mar su regiotributo , se fueron ; tan inusitadamente como habían lle-gado, dejando quemadas , deshechas , trituradas tantasambiciones y las nostalgias de la aventura prodigiosa...

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