ambientales 36

Upload: claraselva

Post on 30-May-2018

213 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    1/57

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    2/57

    1

    diciembre 2008 - N 36 - ISSN 1409-2158

    Revista semestral de laEscuela de Ciencias Ambientales,

    Universidad Nacional

    Telfono: 2277-3688Fax: 2277-3289

    Apartado postal: 86-3000Heredia, Costa Rica

    [email protected] www.ambientico.org

    Consejo editor Marielos Alfaro

    Gerardo BudowskiEnrique Lahmann

    Enrique LeffOlman Segura

    Rodrigo Zeledn

    Director y editor Eduardo Mora

    Fotografawww.galeriaambientalista.una.ac.cr

    Asistencia, administracin

    y diagramacinRebeca Bolaos

    Foto de portadaGregory Basco

    C O N T E N I Presentacin

    Proyecto de desarrollo turstico del Barva y conflictos por elagua en 2006-2007 Karol Cisneros y Javier Salazar

    Degradacin ambiental y caficultura en Tarraz entre 1970 y2006 Rafael ngel Ledezma y Roberto Granados

    Inundaciones en el ro Tempisque: historia y percepcionessociales (1900-2007) Yanina Pizarro y Jorge Marchena

    Colonizacin agrcola e impacto ambiental en la cuenca del rGeneral (1914-2004) Carlos Hernndez

    La palma perfecta y los productos del capital gentico (19202005) Patricia Clare

    Guerras y semillas. Ciencia y geopoltica en los orgenes de lRevolucin Verde Wilson Picado

    23

    11

    19

    28

    34

    46

    mailto:[email protected]:[email protected]://www.ambientico.org/http://www.ambientico.org/http://www.galeriaambientalista.una.ac.cr/http://www.galeriaambientalista.una.ac.cr/http://www.galeriaambientalista.una.ac.cr/http://www.ambientico.org/mailto:[email protected]
  • 8/14/2019 Ambientales 36

    3/57

    2

    Historia ambiental de Costa Rica: algunos temas

    Si se piensa en su organizacin, la historia ambiental ha tenido un desarrollo relativamente tardo en comcin con otros campos de estudio de la mitolgica Clo. Los dos grandes referentes mundiales, la Sociedadricana de Historia Ambiental y la Sociedad Europea de Historia Ambiental, se fundaron en 1977 y 1999, retivamente. Y la Sociedad Latinoamericana de Histo-

    ria Ambiental se consolid apenas en el nuevo siglo,celebrando sus primeros encuentros en 2003. Pero enun sentido temtico, la preocupacin por el anlisishistrico ambiental tiene antecedentes lejanos en eltiempo, que, en el decir de un destacado historiador ambiental -Donald Worster-, nos llevara hasta Dar-win y su comprensin sistmica de la evolucin.

    En la Universidad Nacional, la historia ambientalno es una visitante extraa. Su Escuela de Historia hadesarrollado durante tres dcadas numerosos estudiossobre el pasado agrario de Costa Rica que, de unmodo o de otro, han implicado problemas, teoras ymetodologas hoy objeto de atencin y uso de loshistoriadores ambientales. Aunque abordados en sumomento con una genuina perspectiva socio-agrarista, temas como la tenencia y el uso del suelo,la colonizacin de las tierras de baldos, la tecnologaagrcola y la produccin de caf, e incluso los pro- blemas sociales existentes en las zonas bananeras,vistos a la distancia constituyen temas esenciales para comprender el desarrollo histrico de la sustentabilidad biental en Costa Rica. Entendido de otra manera, y tambindicho a la distancia, el peso y la calidad de esta heren-cia acaso hayan perfilado el inters de los investigadores de la Universidad Nacional que durante los ltimose han acercado a la historia ambiental. Por una parte, la aproximacin a lo ambiental, ms all de ser vista cuna transicin o un cambio de tendencia, se ha procurado entender como una ampliacin natural de los enfoprecedentes, lo que sin duda ha reducido el peligro de hablar de nuevas escuelas y paradigmas aferrados a lda. Y, por otra parte, estos vnculos tambin han ayudado a fortalecer terica y metodolgicamente la inve

    cin ambiental, de forma tal que la preocupacin polas fuentes y los mtodos contine siendo el motor dedesarrollo de los estudios.

    Esta edicin, dedicada a diversos aspectos de lahistoria ambiental de Costa Rica, est hecha en cola boracin con el programa de investigacin (perteneciente a la Escuela de Historia de la Universidad Nacional)denominado Sustentabilidad y desarrollo enperspectiva histrica, que tiene como objetivo esen-cial discutir sobre la pertinencia -y las condicionerequeridas- para la inclusin de ladimensin histrica en la comprensin del problema de la (in) sustentabi

    lidad. En principio, el programa est compuesto porcuatro ejes: el problema de los contenidos tericos metodolgicos de la sustentabilidad, el problema de lviabilidad (ambiental, econmica y social) de las ca-denas de produccin y comercializacin, el problemde las polticas pblicas y las dinmicas sociales (c

    munales) y el problema del desarrollo de los ecosistemas, las cuencas y los fenmenos (amenazas) naturaleartculos presentes en esta edicin ilustran algunos avances en el desarrollo investigativo en esos mbitosrrollo al que vienen tambin contribuyendo, con valiosos aportes, varios colegas de la Universidad de Costa

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    4/57

    3

    Inicio Siguiente

    Proyecto de desarrollo turstico del Barvay conflictos por el agua en 2006-2007

    por KAROLCISNEROSy JAVIER SALAZAR

    RESUMEN

    Desde la perspectiva histrica, se analiza el proceso de conflictividad social desencadenado en Barva de Heredia raz del proyecto de desarrollo turstico del macizo del Barva: sus causas, los actores sociales involucrados y la participacin del Estado y el poder local. El perodo cubierto es 2002-2007.

    From the historical perspective, there is analyzed the process of social conflict unleashed in Barva, Heredia immediately after the project of tourist development of the clump of the Barva: this reasons, the social involved actors and the participation of the State

    and the local power. The covered period is 2002-2007.

    as races inmediatas del conflicto reciente por el agua en el macizo del Barva (Heredia, Costa Rica) drastrearse en el ltimo quinquenio y en las acciones emprendidas por distintos actores -instituciones eviduos- opuestos en sus objetivos: unos buscando mejorar el acceso a la denominada Seccin Volcn

    va del Parque Nacional Braulio Carrillo y otros intentando detener ese emprendimiento por considerarlo nrespecto de la vulnerabilidad del recurso hdrico. El anlisis de los conflictos por el agua en la regin badurante el perodo 2006-2007 deja al descubierto una serie de caractersticas que los diferencian de los enmientos ocurridos tres dcadas atrs. La dinmica contenciosa es sumamente distinta a la que se suscit a mdos de la dcada de los setenta del siglo XX, tanto en sus motivaciones como en los canales empleados pactores para buscar una solucin satisfactoria al problema. Precisamente por lo apuntado hasta aqu es que pafirmarse que la interaccin contenciosa del perodo 2006-2007 constituye un conflicto ambiental propiadicho.

    El periplo hacia el enfrentamiento se vislumbr desde las postrimeras de mayo de 2005, cuando la Munlidad de Barva empez a conocer un proyecto de contrato entre esta instancia, el Ministerio de Obras PblTransportes, el Ministerio de Ambiente y Energa (Minae) y el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), tete a mejorar la Seccin Volcn Barva del Parque Nacional Braulio Carrillo y los servicios que el rea podadar ante un eventual aumento en la afluencia de turistas. El mejoramiento de la va hacia el Barva se enmaen un proyecto de remozamiento de los parques nacionales y otras reas protegidas con el propsito de que jesen una mayor cantidad de turistas nacionales y extranjeros (Asesor jurdico de Municipalidad de Barva05: 3).

    Luego de la visita a la zona realizada por representantes de las cuatro instituciones interesadas, se proyefirma de un convenio interinstitucional que diera al emprendimiento forma y contenido presupuestario. Lanicipalidad de Barva aprob el Convenio de Cooperacin entre ella y el ICT en la sesin extraordinaria n2005 del 11 de agosto de 2005. Ambas partes -representadas en las personas del alcalde y del ministro demo- refrendaron dicho Convenio el 30 de agosto de 2005 en los siguientes trminos: con el propsito de pcionar un acceso seguro a los turistas se rehabilitara la va de acceso al volcn Barva en el tramo Sacramentrada a la cima volcnica. El ICT y la Municipalidad destinaran en forma conjunta 75 millones de colpara la rehabilitacin de la va. El ICT transferira al cuerpo municipal 50 millones de colones y ste aportamillones, al tiempo que asumira la responsabilidad de gestionar la obtencin de los recursos necesarios pconclusin de la obra y velar por su mantenimiento y buen uso.

    El anuncio del desarrollo turstico del Barva se realiz desde fines de septiembre de 2006. El da 29 de ese inaugur un nuevo puesto de guardaparques en la entrada a la cima volcnica. De acuerdo con la prencaseta era el primer paso en la consolidacin de la declaratoria del Barva como parque nacional, esfuerz

    L

    Los autores, especialistas en historia ambiental, son estudiantes de posgrado en la Universidad Nacional.

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    5/57

    4

    esperaba lograrse en 2009. El emprendimiento formaba parte del Plan Heredia 2006- 2010. Una nueva forma dehacer poltica, promovido por quien en el momento de su presentacin-julio de 2005- era el candidato a diputado Fernando Snchez. El plan se haba fijado como meta primordial ejecutar los programas y proyectos defini-dos, optimizando el aprovechamiento de los recursos naturales, humanos, econmicos, institucionales y tecgicos (Snchez 2008: 1) de la provincia herediana.

    Desde septiembre de 2006 empez a circular el primer borrador del proyecto Desarrollo de la Seccin Barvadel Parque Nacional Braulio Carrillo y su zona de influencia. Ante cuestionamientos de personeros del Macadmicos y comunidades del septentrin herediano, en enero de 2007 se dio a conocer un segundo bor

    denominado Desarrollo de la Seccin Volcn Barva del Parque Nacional Braulio Carrillo y su Ruta de AccComo las comunidades siguieran mostrndose inconformes, en junio de 2007 un trabajo de posgrado en arqtura finalizado el ao anterior conel ttulo Propuesta de Desarrollo de infraestructura para uso pblico y oficen el Sector Volcn Barva del Parque Nacional Braulio Carrillo, Sinac-Minae adquiri el rango de propuestaoficial del proyecto.

    El primer borrador del proyecto salido del seno de la Asociacin Pro Parques, anunciaba que sus ejes tecos eran el compromiso con la ecologa de la montaa, el fomento recreativo, turstico e investigativo y elrrollo tecnolgico tendente a dar a conocer la riqueza bitica del Barva (Minaeet al . 2007: 3). Para lograr la con-servacin y restauracin de las cuencas hidrogrficas y de las reas de recarga, el proyecto procurara que nae y las municipalidades involucradas (de los cantones Barva, Santa Brbara, San Isidro y San Rafael) prgaran y velaran por el cumplimiento de decretos, planes reguladores y acuerdos municipales. stos habrnormar la construccin de viviendas, hoteles, urbanizaciones e instalaciones tursticas en general. Tambinlaran el uso del agua, el tratamiento de las aguas servidas y la proteccin de las cuencas superiores y de lasde infiltracin.El proyecto afirmaba que ni el macizo ni la zona de influencia adyacente se haban desarrollado an de mra idnea. El volcn poda constituirse en el corazn de un emprendimiento mucho mayor que aprovechara las riquezas naturales como socioculturales del lugar. En ese esfuerzo se incluiran elementos como el cacolonial del asentamiento barveo, sus tradiciones, la gastronoma regional, las ofertas de turismo recreatiSan Jos de la Montaa, la existencia de un Museo de Cultura Popular en Santa Luca de Barva, las celebrnes religiosas y populares, etctera. Respecto de la forma de dar a conocer la riqueza bitica del macizo, se pcedera a disear y construir la carretera de acceso as como las instalaciones tpicas de un parque nacicentros de visitantes, reas de almuerzo, senderos, miradores, estacionamientos, estacin biolgica, etctera

    En diciembre de 2006, Rafael Gutirrez, director del rea de Conservacin Cordillera Volcnica Centrarigi una misiva a Mario Boza, de la Asociacin Pro Parques, donde haca observaciones y comentarios al bdor del proyecto turstico barveo. En primer lugar, se opona a individualizar la Seccin Barva por considuna inconveniente fragmentacin de ecosistemas. Por otro lado, rechazaba las ideas sobre construccin de elctricos u otros medios de transporte internos puesto que el sitio es ideal para caminatas guiadas y observacinde flora y fauna. Comunicaba, adems, que se estaba solicitando a la Universidad Nacional y al Servicio Nanal de Riego y Avenamiento (Senara) los estudios de impacto ambiental y de fragilidad hdrica de la zonacontar con un apoyo tcnico seguro acerca de lo que se quera realizar y la forma de mitigar sus efectos entorno (Gutirrez 2006). Gutirrez terminaba su reflexin recalcando dos cosas: su extraeza ante la idea dentre las entradas econmicas del parque se incluyera la venta de agua y la preocupacin de varios grupos pimpactos ambientales que podra traer la apertura de una carretera mucho ms amplia que la existente.

    El segundo borrador del proyecto turstico apareci en enero de 2007. Aunque en esencia las ideas sesiendo las mismas, se eliminaron o modificaron aquellos elementos del texto precedente ante los que las adades del rea de Conservacin Cordillera Volcnica Central mostraron aversin. Hubo otros tres aspectose conservaron ntegros del texto anterior y que merecen atencin. En primer lugar, la aseveracin de que dites autoridades nacionales y locales haban desplegado desde haca tiempo actividades tendientes a lograr

    habilitacin de la va de acceso al macizo. En segundo lugar, se consideraba que el movimiento generado pvisitantes vendra en beneficio de los habitantes de la regin: abrira la posibilidad para el establecimiento operativas y pymes (pequeas y medianas empresas) que ofrecieran productos y servicios, convirtiendo al paen polo de desarrollo econmico, social y cultural, en el que se diversificaran las posibilidades de inverempleo. Por ltimo, se destacaba el carcter de esfuerzo conjunto del proyecto, promovido por el Minae, lana del diputado Snchez, la Municipalidad de Barva, la Asociacin Pro Parques y otras instituciones pblica

    Con la publicacin del segundo borrador, se hizo palmaria la existencia de una serie de actores que adv ban la propuesta de desarrollo turstico del Barva. Desde junio de 2006, la Unin Cantonal de AsociacionDesarrollo de Barva (Uca-Barva) haba empezado a mostrar recelo ante las posibles consecuencias de uprendimiento turstico en las zonas de recarga. En noviembre de 2006, las fuerzas vivas del cantn, en una misiva ala Municipalidad de Barva, argumentaron que se quera vestir a un santo desvistiendo a otro y, al tiempo

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    6/57

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    7/57

    6

    que compartan ambas partes-, y, por otra parte -y ste era el elemento que distanciaba a los propulsores ddetractores-, conservar la naturaleza para el disfrute de los visitantes, lo que implicaba dotar al sitio de las s-talaciones tpicas de cualquier parque nacionaldesarrollado : carreteras, estacionamientos, casetas de entradcentros de visitantes, senderos, miradores, estaciones biolgicas, cafeteras y reas para acampar y para alzos campestres (Boza 2007: 3).

    Boza consideraba que el emprendimiento turstico no representaba peligro para el Parque, puesto que exestudios tcnicos sobre su impacto ambiental, se mejorara una va de acceso existente, la zona a desarrollnfima respecto de la superficie total del rea protegida y exista una ley que declaraba inalienable un amp

    pacio fuera del Parque. Desde su perspectiva, la amenaza provena ms bien de un desarrollo desordenadconstrucciones a lo largo de la carretera al volcn que la Municipalidad fuera incapaz de controlar. A pesar reservas de los ciudadanos de Barva -argumentaba Boza-, otros actores como los propietarios de fundCmara de Turismo de Barva y diversas organizaciones presionaran hasta lograr el asfaltado de la va. Eciente flujo de visitantes tendracomo consecuencia lgica el surgimiento de ventas y actividades tursticas,

    que podra desembocar en un desarrollo sin planificacin, igual al que existe en la mayora de nuestras playel litoral pacfico y en lugares como La Fortuna. Era precisamente sobre ese aspecto que los vecinos deban ejcer una accin vigilante, para denunciar y usar los instrumentos legales ambientales con que contamos,exigir un desarrollo verdaderamente sostenible ( Ibid .: 5).

    Los detractores del proyecto tampoco se quedaron de brazos cruzados. En junio de 2007, tambin empecircular la versin oficial del proyecto turstico con el nombre Propuesta de desarrollo de infraestructurauso pblico y oficial en el Sector Volcn Barva del Parque Nacional Braulio Carrillo, Sinac-Minae y sus adver-sarios atacaron el texto desde distintos flancos. En primer lugar, consideraban que exista una contradiccigrante ya que, mientras se afirmaba que era necesario un estudio minucioso de la capacidad de carga para una visitacin incontrolada, se estaba mejorando la carretera de acceso sin parar mientes en que eso poda nir en una democratizacin del sector que nada tena que ver con un turismo de bajo impacto y amigable c

    Laguna del Barva Vctor Acosta

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    8/57

    7

    ambiente. Asimismo, recalcaban dos hechos que ya de por s cuestionaban el carcter ecolgico de la propPor una parte, la afirmacin de que era necesaria la aprobacin del plan regulador de Barva antes de iniciobras; por otro lado, la aseveracin de que el turista convencional acuda a un sitio natural para realizar actdes que poco o nada tenan que ver con el inters por la ecologa (Brenes 2007).

    Haciendo un balance general de las tres versiones del proyecto, los vecinos de las comunidades barveacluan que un componente esencial era la reparacin, ampliacin y asfaltado de la carretera que una a Sacrato con la entrada al sector del lago volcnico (primera etapa) y la ampliacin y mejora de la ruta entre la cde Barva y Sacramento (segunda etapa). Otro elemento de primer orden era sin duda el desarrollo y la con

    cin de infraestructura dentro del rea protegida con una extensin superior a los 4.000 metros cuadradosemprendimientos anteriores se dirigan hacia un solo objetivo: lo que persiguen, en sntesis, es crear las condi-ciones viales y de infraestructura para convertir a la regin en un nuevo polo de desarrollo alrededor del tuteniendo como imn las bellezas del Parque Nacional Braulio Carrillo y su cercana con la capital y el Aeroto Internacional Juan Santamara si bien la propuesta se ha ido mimetizando para tratar de ocultar la inn-cionalidad y propsitos ante la oposicin que la misma ha generado (Movimiento Regional por la Defen2007).

    Los impulsores del proyecto deseaban emprenden una accin que para los detractores pona en riesgo unde recarga acufera sumamente vulnerable. Los intereses de unos y otros eran incompatibles, pues el prodefendido por unos ocasionara externalidades negativas para los otros. Ahora bien, los argumentos de los tores evidenciaron constantemente que, si bien el problema fundamental se relacionaba con la vulnerabilidrecurso hdrico y la posibilidad de contaminacin de los mantos acuferos, el factor ambiental tena vasos cnicantes con otras problemticas. Los cuestionamientos acerca de la falta de voluntad poltica para que las ldades involucradas participaran activamente en la elaboracin de la propuesta, las dudas alrededor de los mnismos que se emplearan para que los beneficios llegaran efectivamente a las comunidades y no quedarmanos de unos pocos, el temor de que el cambio cultural en la zona -a raz de la mayor afluencia de extranpudiera degenerar en problemas sociales como subempleo y drogadiccin son solo algunos ejemplos.

    El problema de la distribucin de los beneficios pecuniarios generados por el proyecto merece una conscin aparte. Desde el punto de vista de los vecinos de Puente Salas y San Jos de la Montaa, las externalinegativas que generara el proyecto turstico en el Barva se distribuiran de forma desigual entre los distintores y algo semejante sucedera con las ganancias. El planteamiento, por tanto, era doble: unos saldran ms ficiados que otros; algunos deberan pagar facturas ms altas que el resto por la alteracin del entorno. Codeterminacin de quines seran los beneficiarios y quines saldran perjudicados con el emprendimiento tudependa de una relacin de fuerzas en la que entraba en juego el poder poltico y la capacidad adquisiticada actor, se puede afirmar que el conflicto tena una faceta distributiva (Martnez 2008: 63). Los barveoan ser quienes llevaran la peor parte en el reparto, puesto que ellos mantenan una relacin directa con e biente que se quera modificar.

    En el segundo semestre de 2007, la frrea oposicin al proyecto turstico por parte de los habitantes de PSalas, San Jos de la Montaa y de otros sectores, devino en que las autoridades municipales y nacionales pran mayor atencin a las demandas de los vecinos. Cuando aqullos no lograron obtener respuestas satisfaca nivel local no cejaron en su empeo, sino que ms bien se dirigieron a instancias superiores. Es en ese coen el que ha de entenderse la recurrencia a la Sala Constitucional a travs de un recurso de amparo.

    A finales de julio, la Unin Cantonal de Asociaciones de Desarrollo de Barva (Uca-Barva) present antela Constitucional un recurso de amparo en el que aparecan como recurridos el Minae, el Ministerio de SaluMunicipalidad de Barva, Senara, el Instituto de Acueductos y Alcantarillados (Icaa) y el Instituto NacionVivienda y Urbanismo (Invu). En el texto, los suscritos (entre quienes se encontraban Marlene Murillo, preta de laasada [asociacin administradora de acueducto] de Puente Salas de San Pedro de Barva, Jos AntoRamrez y Carolina Ruiz, vecinos de San Jos de la Montaa) exponan en 32 puntos su oposicin al Proy

    de Infraestructura para el Parque Nacional Braulio Carrillo, Sector Volcn Barva Sinac-Minae. Partiendo delhecho de que el Ministerio no haba realizado una consulta a las comunidades (carcter inconsulto de la prota), iban desgranando todos los aspectos que, desde su perspectiva, evidenciaban la inviabilidad del empmiento.

    La reaccin de la Municipalidad no se hizo esperar y el 31 de julio volvi a abordar el tema de construccy transacciones en la zona en disputa. Basndose en un informe del asesor jurdico, donde se afirmaba qMunicipalidad tena competencias irrenunciables, intransferibles e imprescriptibles en materia de conservaproteccin de aguas subterrneas que no pueden declinar y se deben ejercer de forma efectiva en aras del da un ambiente sano y ecolgicamente equilibrado, se conclua que la entidad deba proteger el manto acuBarva para ofrecerle a las futuras generaciones la posibilidad de contar con el preciado lquido. Por tanto, n-tras se aprobaba el plan regulador y se resolva el recurso de amparo planteado por la fundacin Fuprov

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    9/57

    8

    contra la Municipalidad respecto de la aplicacin del Decreto LXV de julio de 1888, se acord prohibir construcciones, urbanizaciones, fraccionamientos, segregaciones, condominios o cualquier otro tipo de asentamurbano, actividades agrcolas intensivas y comerciales en el rea protegida.

    Aunque no se hizo mencin al recurso de amparo de Uca-Barva, es evidente que el Concejo Municipal itaba responder a los cargos que se le imputaban. Por un lado, se neg a otorgar permisos en todo el cantncualquier actividad o inmueble que no contara con planta de tratamiento para aguas residuales y para cashabitacin cuyas aguas servidas no descargaran en el alcantarillado pblico. Asimismo, se acord solicitarnae, Senara, Icaa e Invu, por separado o en conjunto, una serie de estudios en los cuales se especificaran de

    damente elementos relacionados con la gestin del agua. Entre ellos se inclua zonas de recarga acufera, ntes idneos para el servicio de caera y la manera de protegerlos, mapas hidrogeolgicos y de vulnerabpertinentes para fijar y alinear los permetros de proteccin, reglamentos sobre restricciones en el uso de sulas zonas de recarga y descarga y un plan de recuperacin, expropiacin o compra de terrenos en los que setaban o en los que subyacan recursos hdricos (Municipalidad de Barva 2007). Estas investigaciones eran camente las mismas que Uca-Barva requera de cada una de las instituciones mencionadas en su recurso dparo.

    El Minae dirigi a la Sala Constitucional una nota de descargo en la que aseguraba que el 18 de abril depersoneros suyos se haban reunido con los miembros de laasada de Puente Salas para discutir el proyecto turstico. La presidenta de esaasada , Marlene Murillo, en nota enviada al Ministerio el 3 de septiembre, desmintiaseveracin. Por el contrario, Murillo exiga que el Minae aclare esta situacin y con quines se reuni rean-te, ya que nuestra Asociacin ni siquiera ha sido convocada para tratar ese importante asunto (Murillo 2 Mientras la Universidad Nacional y la Universidad Nacional a Distancia declaraban pblicamente que su prsin conjunta era colaborar en la definicin de lineamientos claros que regularan y favorecieran un desasostenible en el macizo barveo, mediante la valoracin de aspectos como la fragilidad hdrica, la vulnerabde los acuferos, las emisiones de aire y los impactos socioeconmicos y culturales ( La Nacin 16-11-07: 13), Ra-fael Lpez Alfaro denunciaba ante la Sala Constitucional que se estaban iniciando las construcciones sin comisin integrada por ambas universidades hubiese rendido su informe. La Sala, en procura de la tutela ambiente sano y ecolgicamente equilibrado y en aplicacin del principio precautorio, orden al Minae lpensin inmediata de las obras de construccin del proyecto hasta que se resolviera el recurso presentadUca-Barva (Zrate 18-12-07: 6).

    Antes de terminar, conviene rescatar un elemento que Mario Ramrez considera propio de los conflicto bientales y que se evidenci claramente en el caso estudiado. Segn el autor, aunque los problemas ambieson, en primera instancia, desbalances biolgicos y fsico-qumicos -es decir, mayoritariamente objetivosmedida en que pueden percibirse sensorialmente-, son tambin subjetivos, en la medida en que los umbralespercepcin dependen de patrones socio-culturales aprendidos, transmitidos y transformados (Ramrez 2008).Las percepciones culturales jugaron un papel de primer orden en la conflictividad del perodo 2006-200ejemplo de lo anterior lo constituyen las ideas alrededor de la funcin de las reas protegidas. Para los defede la propuesta, un parque nacional no solo deba asegurar la integridad ecolgica de los ecosistemas sino bin conservar la naturaleza para el disfrute de los turistas. En ese sentido, era necesario dotar al Barva elementos de desarrollo necesarios para que los visitantes -nacionales, extranjeros e internautas- pudierancerlo sin contratiempos ni incomodidades. Los opositores, en cambio, consideraban que el macizo tena unacin nica: preservar los mantos acuferos, fbricas subterrneas de agua. La idea de desarrollar la montaaabrirla a las bondades del turismo poda dar al traste con el propsito original que se tuvo al proteger el vo

    Cuando se revisa la documentacin, se cae en la cuenta de que las valoraciones cientficas o periciales dieron y acompaaron las percepciones acerca del problema que desarrollaron los habitantes de la zonareservas del director del rea de Conservacin Cordillera Volcnica Central, de Senara, de los ingenieros foles de la Empresa de Servicios Pblicos de Heredia, de miembros de la Comisin Interinstitucional de M

    cuencas de Heredia y de acadmicos de la Universidad Nacional fueron acogidas, internalizadas e incorpoen el discurso de los vecinos. Salta a la luz una situacin comentada por Ramrez en torno a los conflicto bientales y que el autor denomina la denuncia que la comunidad cientfica ha hecho en relacin con los sisecolgicos globales y los denominados problemas globales o tragedia de los comunes ( Ibid .). El recurso de am-paro presentado por Uca-Barva ante la Sala Constitucional muestra la preocupacin vecinal ante la posibilidque, como lo indicaran distintos estudiosos, el desarrollo turstico de la montaa afectara un sistema naturasuministraba agua no solo a la provincia herediana sino que sustenta, mantiene y protege la salud y la vidgran parte del valle Central y Puntarenas (Unin Cantonal de Asociaciones de Barva 2007: 3).

    Cabe aadir que la interaccin contenciosa reciente alrededor del recurso hdrico en Barva evidenci umensin poltica digna de mencionar: larelacin de fuerzas determin la expresin de la problemtica en forma dconflicto y los mecanismos empleados para su solucin. En la fase inicial, ambos contendores definieron

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    10/57

    9

    mente su posicin respecto del proyecto turstico. Cuando los actores adquirieron una postura determinadentr en una fase latente: los argumentos esgrimidos por cada uno evidenciaban que sus objetivos eran conttorios y esa incompatibilidad era reconocida pblicamente. Finalmente, la contradiccin de intereses devinun conflicto manifiesto (Lpez 2002: 22-23). Ante la ineficacia de las acciones emprendidas (cierres simbliconotas a la Municipalidad, publicaciones en la prensa nacional), los habitantes de los distritos barveos oppor recurrir a una instancia superior, la Sala Constitucional, para impetrar de ella una declaratoria definitivrededor de lo que consideraban agresin a la estabilidad ecolgica de la montaa y de los acuferos subyace

    ConclusionesEn un primer momento, los investigadores que suscriben este artculo proyectaron estudiar los conflictciales por el agua en Barva a lo largo del perodo 1976-2007. Posteriormente, ante la premura y la compldel objeto de estudio se acord que lo ms conveniente era estudiar dos momentos lgidos en la dinmicatenciosa que se desarroll durante el perodo: 1976 y 2006-2007. La revisin de las fuentes y su confrontacila teora arroj un resultado digno de mencin: los conflictos protagonizados por los vecinos de San JosMontaa y Puente Salas durante 1976 eran de naturaleza distinta a los enfrentamientos ms recientes (22007). En artculo posterior se abordar los conflictos sociales por el recurso hdrico desarrollados en 1976.

    En los conflictos por el agua durante el perodo 2006-2007, los vecinos salieron en defensa de un recurcual no estaban faltos pero que consideraban vulnerable, susceptible de contaminacin por las actividadeductivas que se pretenda desarrollar en la cima del Barva. Mientras los impulsores del plan aseveraban qureportara beneficios econmicos para la regin barvea porque sta se integrara en un circuito turstictendra al macizo como centro neurlgico, los habitantes de la zona pensaban que un proyecto en cuya formcin no haban participado y cuyas externalidades negativas para el ambiente no estaban definidas era el mnismo empleado por quienes pretendan enriquecerse sin importarles el dao causado a bienes que pertenectodos. La falta de voluntad de las autoridades locales para mediar en el conflicto condujo a los barveos a rea una instancia superior: presentaron ante la Sala Constitucional un recurso de amparo en el que sistematizlos argumentos por los cuales consideraban nocivo el proyecto y a los que el cuerpo municipal de Barva prestado muy poca atencin.

    Un estudio futuro deber analizar en profundidad el momento y la forma en que se configuran los confambientales del perodo 2006-2007. Por el momento, la prudencia recomienda nicamente esbozar algunpectos que habrn de tomarse en cuenta en ese emprendimiento investigativo:

    En primer trmino, la terciarizacin de la economa costarricense en el ltimo cuarto de siglo y el descenla participacin del sector primario, fenmenos relacionados con las polticas de los programas de ajuste estral. El efecto de esos procesos ha sido un aumento en el consumo elctrico y de combustibles y un mode

    desarrollo predador con altos costes ambientales: uso insostenible del suelo, deforestacin, prdida de bioddad, contaminacin del recurso hdrico, emisin excesiva de gases e insostenibilidad de la estructura ener(Orozcoet al . 2000).

    Otro aspecto digno de tomar en cuenta se relaciona con el desarrollo de la educacin ambiental y la elacin de polticas pblicas tendientes a crear en la poblacin una cultura conservacionista. Desde la Conferde Ro (1992) se ha ido incorporando la cuestin ambiental como tema transversal en los programas de ecin en todos los niveles de la educacin formal. El esfuerzo ha traspasado la esfera estatal, involucranacadmicos y profesionales de muy diversas disciplinas y a organizaciones no gubernamentales dispuestas bajar en y con las comunidades para crear conciencia de los actuales problemas ecolgicos. No han sido pocaocasiones en que distintos actores han hecho causa comn para hacer denuncias y asumir luchas en pro de biente.

    Finalmente, resalta la presencia creciente de la empresa privada en lo que Barlow y Clarke (2004:14) hamado lacomercializacin de los bienes comunes , en este caso especfico del recurso hdrico. En un contexto de reducin alarmante de las reservas mundiales de agua dulce, que en diversas regiones ha alcanzado el rango de gencia, no son pocas las compaas que han tenido xito en obtener derechos exclusivos sobre fuentes por lpagan sumas risibles y de las que obtienen grandes ganancias. Una parte significativa de las nacientes barvhalla en manos de unas pocas compaas que han sabido sacar ventaja de su posicin en la zona y del reque obtienen fcilmente y con el que lucran incluso fuera de nuestras fronteras.

    Los tres aspectos mencionados son apenas algunos elementos que han de tomarse en cuenta en el momde estudiar el proceso de transformacin de los conflictos sociales de contenido ambiental en conflictos ambles propiamente dichos para el caso de Puente Salas y San Jos de la Montaa. Tal emprendimiento ha de obligatoriamente ligado al trabajo con las comunidades de la zona, adalides en lo que a la defensa del prelquido se refiere. El estudio propuesto contribuira a arrojar mayor luz sobre todo lo dicho hasta aqu, al tieque posibilitara la comprensin por parte de los actores sociales barveos de un proceso que ha culminad

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    11/57

    10

    su adopcin de una conciencia ambiental madura, fortalecida por la accin colectiva y evidenciada en la dede las montaas y los acuferos de Barva.

    Referencias bibliogrficasAsesor Jurdico de la Municipalidad de Barva. 27-5-05. Informe: Visita al Parque Nacional Braulio Carrillo, Sector Volcn Barva .Barlow, M. y T. Clarke. 2004.Oro azul. Las multinacionales y el robo organizado de agua en el mundo . Paids. Barcelona.Boza, Mario. Proyecto: Desarrollo de la Seccin Volcn Barva del Parque Nacional Braulio Carrillo y su ruta de acceso , en Ambientico 166, julio2007.Brenes, J. 20-7-2007. Carta a Carmen Acosta, coordinadora de la Comisin de Ambiente de la Municipalidad de Barva.

    Camacho, Antonieta. Conflictividad por el ambiente en el macizo del Barva, en Ambientico 164, mayo 2007.Gutirrez, Rafael. 11-12-2006.Carta a la Fundacin Pro Parques . Oficio D- 1206. La Nacin. 16-11-2007. Uned y Una pretenden un desarrollo sostenible en el volcn Barva. Lpez, Alexander. 2002.Cambio ambiental y conflictos sociales: explorando y analizando los vnculos . Funpadem. San Jos.Martnez Alier, J.Los conflictos ecolgico-distributivos y los indicadores de sustentabilidad, en Dialnet 2008.Minaeet al . 2007. Plan Heredia. Proyecto Desarrollo del Parque Nacional Braulio Carrillo y su Ruta de Acceso (Segundo borrador) . San Jos.Movimiento Regionalpor la Defensa de las Montaas de Barva. Ciudadanos de Barva contra desarrollo turstico en sus montaas, en Ambientico 164, mayo 2007.Municipalidad de Barva. 8-8-2007. Oficio SM-1428-07.Murillo, Marlene. 3-9-2007. Carta al Minae.Orozco, J.et al . Cambio estructural y ambiente en Costa Rica: una aproximacin emprica, en Frst, E. (ed.). 2000.Costa Rica. Cambio estructural en la economa y el ambiente. Evaluacin de mltiples criterios . Efuna. Costa Rica.Procuradura General de la Repblica. Opinin Jurdica 118-2004, 27-9-2004, sin foliar.Ramrez, M. Problemas, protestas y conflictos ambientales en la cuenca del ro Virilla: 1850-1900, en Dilogos. Revista electrnica de Historia .Sabatini, F. Chile: conflictos ambientales locales y profundizacin democrtica, en Ecologa poltica 1997. BarcelonaSnchez, Fernando. 2008. Resumen Ejecutivo del Plan Heredia, en Snchez, Fernando. Pgina Oficial de la Campaa Electoral 2006- 2010 (http://www.fernandosanchez.org/. Visitado el 12 de febrero de 2008).Zrate, A. Sala IV frena proyecto turstico en zona del volcn Barva, en La Nacin 18-12-2007.

    Laguna del Barva Elicer Duarte

    http://www.fernandosanchez.org/http://www.fernandosanchez.org/http://www.fernandosanchez.org/http://www.fernandosanchez.org/
  • 8/14/2019 Ambientales 36

    12/57

    11

    Inicio Siguiente

    Degradacin ambiental y caficulturaen Tarraz entre 1970 y 2006

    por R AFAEL NGELLEDEZMAy R OBERTOGRANADOS

    RESUMEN

    Se da cuenta de los cambios que se han generado dentro de las prcticas agrcolas cafetaleras a raz de la degrada-cin ambiental provocada por la implementacin de una caficultura intensiva, tecnificada y en expansin que tuvolugar durante la segunda mitad del siglo XX en el cantn de Tarraz. Se resalta el papel que jugaron institucionespblicas y privadas en la promocin de una caficultura ms sostenible ambientalmente.

    The article explores the changes that have been generated within the coffee farming practices in the wake of environmental degrada-tion caused by the implementation of an intensive coffee farming, tech and expansion that took place during the second half of the twentieth century in the canton of Tarraz. In this process, it is necessary to highlight the role played institutions, both public and private, in promoting a more sustainable coffee farming with the environment.

    partir de la dcada de los setenta del siglo XX, en el cantn de Tarraz -en San Jos-, se inici la sucin de las variedades de caf poco productivas y de porte alto, como las arbigas, por otras ms protivas y de porte bajo, como la caturra. Asimismo, fue a partir de esa dcada que las innovaciones

    nolgicas en el agro, incentivadas por la Revolucin Verde, comenzaron a tener mayor auge en los sistemproduccin agrcola. Las innovaciones tecnolgicas acarrearon no solo cambios en la dinmica de la agrictradicional, sino tambin alteraciones en el ambiente que se manifestaron en una constante degradacin del

    agrcola y en contaminacin de los ros. Durante la dcada de los ochenta los problemas ambientales se hicevidentes, ante lo cual los caficultores, asesorados por instituciones como el Instituto del Caf (Icaf) y Corraz, tuvieron que introducir cambios en su sistema de produccin. El presente artculo da cuenta de una itigacin que analiz los efectos ambientales de la actividad cafetalera y la forma en que esos efectos han ciado cambios dentro del sistema de cultivo de caf en Tarraz.

    Aproximacin tericaAlgunos investigadores han afirmado que el estudio de la actividad cafetalera se ha orientado a elogiar

    portancia que sta, como actividad econmica, le otorg histricamente al pas. De acuerdo con ellos es nerio recalcar otros aspectos, tales como su impacto ambiental y la manera en que ha afectado la dinmica desaje natural. As, el historiador Carlos Granados afirma que [c]omo resultado de la actitud elogiosa con qmateria ha sido tratada, el tema del impacto ambiental de la caficultura tampoco ha recibido mayor intercluso en la obra de Hall, gegrafa de profesin, las referencias al caf como problema ambiental, que las haescasas. Esto ltimo no es de extraar si se considera que el movimiento mundial ecologista era apenas incicuando el libro fue escrito as, aunque la produccin cafetalera hayasido sealada como responsable de nume-rosas complicaciones ambientales, la conciencia social de estos males, por los que el pas paga hoy un elprecio, es muy restringida la investigacin se ha dirigido a mejorar la productividad cafetalera, dejano almargen la consideracin de sus repercusiones ambientales (Granados 1994: 1).

    La historia ambiental es una especialidad que comenz a tener auge a partir de la dcada de los sesenta dglo XX, poca en que el ser humano mostr mayor preocupacin por conocer mejor los efectos que sus accprovocaban en el ambiente. La historiadora Silvia Melndez afirma que [l]o importante de tener en cuenque este proceso de consolidacin del campo de la historia ambiental se da debido a que los problemas amb

    A

    Los autores, especialistas en historia ambiental, son estudiantes de posgrado en la Universidad Nacional.

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    13/57

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    14/57

    13

    cantn, destinado a obtener mejores rendimientos de cosecha y mtodos de conservacin de la plantacinrentables y eficientes.

    La evolucin tecnolgica de la caficultura costarricense es un largo proceso que se inicia durante la prmitad del siglo XIX. El historiador Carlos Naranjo ha realizado importantes estudios sobre las recomendacen caficultura hechas en el siglo XIX a partir de los que es posible afirmar que la obra de mayor trascendendicha materia, publicada durante esa centuria, fue un pequeo folleto titulado Memoria sobre el cultivo del caf arre-

    glada a la prctica que se observa en Costa Rica , escrito por Manuel Aguilar a solicitud del Consulado de Comercio Guatemala en 1845. En las pginas de ese texto se describe la manera en que se deba de sembrar un cafeta

    hacerlo ms productivo. Los manuales y folletos destinados a mejorar los rendimientos de las cosechas dfueron elaborados por extranjeros, generalmente viajeros, que por sus estancias cortas solan visitar las plannes de los productores ms acomodados para elaborar y publicar sus recomendaciones. Por esto, ellos no scataron de la gran diversidad de unidades de produccin que hubo en tal actividad agrcola durante ese (Samper 2000: 17).

    Dicho manual recomendaba sembrar rboles frutales de gran tamao con una distancia de 10 varas entrey otro, colocar una calle de pltanos que quedara a tres varas de distancia de los cultivos de caf y dedicardel rea central de la unidad al almcigo, otra al cultivo de rboles frutales y hortalizas y una, ubicada en etro de la unidad de produccin, a la casa de habitacin, oficinas y patios (Samper 2000: 17). Con base edescripcin se puede apreciar un inters por organizar territorialmente la unidad de produccin, promovsiembra de rboles y centralizar en la misma el complejo residencial y agroindustrial.

    Durante el siglo XX, el proceso de tecnificacin comenz a tener nuevas manifestaciones gracias al augmaturo de la industria qumica que surgi durante la primera mitad de ese siglo. En Costa Rica, dicho profue impulsado por los paquetes tecnolgicos elaborados por la Oficina del Caf, el Ministerio de Agriculturcentros de investigacin agronmica. Con esta tecnificacin se pretendi obtener un mayor rendimientomanzana cultivada y hacer un constante uso de agroqumicos para lograr una alta densidad de siembra (Sa2000: 41). La evolucin tecnolgica de la caficultura es un proceso de largo plazo que no se inici con la Rcin Verde de mediados del siglo XX. Durante la primera mitad de esta centuria se elaboraron programas buscaban mayor rendimiento en el sistema de cultivo a travs del uso de agroqumicos (plaguicidas y ferttes). De esta manera, la Revolucin Verde es el producto concreto que se obtiene despus de un largo proceexperimentacin tecnolgica, que inicialmente se aplic a los cultivos de cereales.

    De acuerdo con Paul Sfez, durante las dcadas de 1920 y 1930, en Estados Unidos y Europa la agricucomenz a experimentar cambios tcnicos importantes tales como la utilizacin cada vez mayor de herramn-tas mecnicas sofisticadas, que aprovechaban la fuerza de motores. Asimismo, recurri de modo importanuso de fertilizantes y plaguicidas que produca una industria qumica en pleno desarrollo (Samper 2000: Posteriormente, estos cambios se fueron extendiendo hacia otras latitudes igualmente desarrolladas, mientraen los pases menos desarrollados, como Costa Rica, persistan los modelos agrarios heredados del siglo XI

    En las zonas tropicales, la Revolucin Verde fue implementada con el objetivo de desplazar los modelosrios tradicionales. En el caso de la caficultura, se dio la adopcin de nuevas variedades de caf de porte bauso constante de agroqumicos. En Costa Rica, la caficultura adopt de manera ms directa estos cambios atir de la segunda mitad del siglo XX, de manera que, poco a poco, la variedad arbiga de porte alto fue sustpor otras de porte bajo, tales como el hbrido tico, la caturra y el catua.

    Paul Sfez caracteriza la plantacin cafetalera que implant la Revolucin Verde como un sistema constituidopor una plantacin homognea de caturra o catua. La densidad de siembra de los cafetos se sita entre 5.7.000 plantas por hectrea. El tiempo para la entrada en produccin es de dos a tres aos y la vida til de lostos es de unos 15 aos. El nivel de rendimiento es de entre 35 y 60 fanegas por hectrea, segn el grado de insumos, el tipo de poda y las condiciones especficas del ambiente(Samper 2000: 67).

    Durante la dcada de los cincuenta del siglo XX, en Tarraz predominaban los sistemas de cultivo org

    Segn Wilson Picado, en esa poca no ms del cinco por ciento del total [de campesinos] aplicaban abonoqumicos y eran menos aun los que disponan de automotores o fuentes de energa artificial como generadoelectricidad (Picado 2000: 70). Este panorama lleg a cambiar cuando laRevolucin Verde trajo el cambio enlas tcnicas de cultivo, transformndose no solo el paisaje del cafetal sino tambin la forma de fertilizar losy de combatir las enfermedades. Haciendo un enfoque detallado, es posible identificar ya en 1963 una tecncin incipiente en la caficultura de Tarraz. La fuerza motriz no era comn, ya que predominaba la fuhumana para las labores agrcolas y la animal para el transporte de la produccin y la labranza. Adems, unnmero de explotaciones utilizaba insumos qumicos. De un total de 558 explotaciones agropecuarias, 265 raron utilizar abonos y, de stas, siete informaron utilizar herbicidas, trece fungicidas y dos insecticidas. Adde las 558 explotaciones un 44 por ciento trabajaba con tcnicas orgnicas de cultivo, mientras que el aboextendi hacia la mayora de las explotaciones pero de una manera desigual, representando un 48 por ciento

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    15/57

    14

    fincas con riego ascendan a un cinco por ciento, mientras que las que utilizaban fungicidas representaban upor ciento. Asimismo, solo un uno por ciento aplicaba herbicidas dentro de sus explotaciones, fenmenocobr mayor auge en las dcada de los setenta y ochenta (ver tabla 1).

    Tabla 1.

    En cuanto a las variedades de caf, la transformacin fue lenta. Comenz a mediados de los sesenta, cuvariedades como la caturra todava no se haban introducido. La variedad predominante era la arbiga, preen 473 unidades de las 485 registradas como cafetaleras. La segunda variedad presente fue el hbrido con plotaciones (tabla 2).

    Tabla 2.

    El proceso de tecnificacin agrcola incidi considerablemente en la produccin cafetalera despus de senta. En los ochenta, el cultivo de caf en Tarraz experiment un importante incremento en los rendimieEn los ltimos veinte aos, la produccin de caf en Tarraz se expandi de manera extraordinaria. Los m- brados del grano cruzaron los lmites de la zona intermedia y se extendieron en todas direcciones, pero ppalmente hacia al sur del cantn. El crecimiento territorial de los sembrados y el uso intensificado de la teca contribuyeron para que la produccin creciera, en trminos porcentuales, con mayor fuerza que los promnacionales, y que lo hiciera, adems, en una coyuntura de precios decrecientes en el mercado nacional (Picad2000: 189-190).

    Degradacin ambiental El beneficiado de caf tuvo un papel protagnico en la degradacin ambiental durante la segunda mita

    siglo XX en Tarraz. El beneficiado hmedo, que ha sido el proceso tradicional ms utilizado por los benedel cantn para procesar la cosecha, consiste en un sistema de procesamiento en el que se utiliza agua parpulpar el grano y eliminar las mieles naturales. El mismo da se despulpa,hacindolo pasar por las pilas de fer-mentacin, donde se deja en reposo sin agua para que por fermentacin natural se corte la miel La separde la pulpa (despulpe) se efecta en mquinas llamadas despulpadoras, las cuales se encargan de separar l

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    16/57

    15

    primeras coberturas del fruto: la pulpa (exocarpio o cscara) y el muclago (mesocarpio) (Ugarte 2004: 3. Elproceso de eliminar las mieles se denomina correteo y generalmente se produce en canales con agua con inclinacin para hacer efectiva la separacin. Las aguas que se desechan contienen estas mieles y pulpas cson vertidas en las vas fluviales ms cercanas al complejo agroindustrial.

    En pocas anteriores, en Tarraz fueron comunes los malos olores y la propagacin de enfermedadestrointestinales, como manifestaciones ms palpables de esa problemtica. Los testimonios expuestos por locultores permiten corroborar esta situacin: Antes era la broza, todo lo echaban las cooperativas, ahora den cuando vacan las lagunas,un agua que sobra ah, y, diay, el ro siempre est contaminado antes la bro

    usted la vea en todo lado amontonada, casi ni bajaba el ro, porque era tanta broza y poca agua, viera ustemo ola, aqu no se poda, aqu en verano usted sala, las casas con las puertas cerradas (Araya 2008).El caficul-tor que as se manifest, posteriormente, a la pregunta sobre quines tiraban esos desechos a los ros, respde la siguiente manera: Todos los beneficios, la Cooperativa ms que todo, que era la que estaba ah a la par;pero lleg el Ministerio de Salud y entr duro y no permitieron ms brozas de nada. Tuvieron que hacer laglargo y, a veces, las sueltan, pero ya es agua, agua que baja y en un par de horas se baja, diay, siempre estntaminando (Araya 2008). Pero no solo la contaminacin de las aguas ha sido manifestacin palpable del impto ambiental provocado por la caficultura en Tarraz.

    Coopetarraz, que en la actualidad cuenta con 2.600 asociados, ha elaborado programas institucionalesgidos a tratar los materiales slidos y lquidos que produce el beneficiado. Adems, realiz un estudio explica el proceso de degradacin de los suelos en las plantaciones de caf y cmo esto afecta la productivel rendimiento de cajuelas por hectrea. El objetivo de esa investigacin, realizada por el ingeniero Ricardoga, coordinador del departamento tcnico, fue advertir que la cada en la productividad nacional de las plciones cafetaleras no se debe nica y exclusivamente a la edad de los cafetales, sino a la destruccin de los la cual fue incentivada por el cambio tecnolgico a escala general. Segn los resultados publicados de ese e[l]a productividad por rea de los cafetales de Costa Rica pas de un promediode 29,54 fanegas por hectrea alao, en el periodo 2000-2001, a apenas 23,86 fanegas por hectrea en el ao 2005-2006, segn el informede Icaf. En la zona atendida por Coopetarraz se calcula que la produccin por rea era de 35 fanegashectr ea hace 20 aos. Actualmente, el promedio de la regin est en 28 fanegas por hectrea al ao (Barq2-4-2007).

    Esta problemtica se debe, de acuerdo a la investigacin, a la implementacin de paquetes tecnolgicohan aplicado un conjunto de recomendaciones que aumentaron la erosin del suelo y el uso de herbicidastando por quitar la sombra en los cultivos.Los productores y dirigentes de Coopetarraz consideran un error aplicacin de paquetes tcnicos que eliminaron la sombra en los cafetales y estimularon la aplicacin de hedas para eliminar la mala hierba. En la dcada de los ochenta, record Ziga, se disemin la tendencia dminar totalmente la sombra en las fincas de caf. Los viejos cercos que presentaban por, banano, pltano neo, aguacates, naranjas, jocotes y otras especies asociadas al caf, pasaron a ser historia. De esa manera, min la incorporacin natural de materia orgnica en el suelo. Ya son casi 30 aos de vida cafetalera sin quplantaciones obtengan este aporte de materia, advirti Ziga. Paralelo a este problema surgi otro igual decil: al eliminar la sombra se da paso a una mayor aparicin de mala hierba en el cafetal. Los abuelos usabpala para eliminarla, pero con los nuevos paquetes se estimul la aplicacin de los herbicidas. Esa prcticatribuy a erosionar los suelos en la zona (Barquero 2-4-2007).

    Con base en los resultados expuestos de esa investigacin, en la informacin obtenida de la fuente orallos censos agrcolas, se observa cmo la tecnificacin implementada por la Revolucin Verde en Tarrazuna problemtica ambiental manifestada en la degradacin de los suelos agrcolas. Adems, esta situaciimpacto ambiental se vio complementada con la contaminacin de las aguas fluviales del cantn a raz del ficiado de la cosecha recolectada.

    Ante este panorama, las instituciones que promovieron las prcticas agrcolas basadas en el uso de agroq

    cos, y que contribuyeron con la contaminacin de las aguas, han identificado en la actualidad un problema biental que les preocupa, ya que perjudica la productividad de las plantaciones sujetas a sus recomendacEsas instituciones, Icaf y Coopetarraz, recientemente han empezado a hacer recomendaciones que represun nuevo cambio en el sistema de produccin. Esta realidad comprueba cmo las instituciones, o los produligados a una actividad econmica, construyen y reproducen, como actores sociales, la percepcin del proambiental. En el caso analizado, dicha construccin ha respondido a un criterio de productividad.

    Cambio tecnolgico por degradacin ambiental La degradacin ambiental provocada por la caficultura en Tarraz hizo posible la aparicin de nuevas pr

    cas de cultivo destinadas a mantener el rendimiento de las cosechas, prcticas que comenzaron a ser promoy ejecutadas a partir de los noventa.

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    17/57

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    18/57

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    19/57

    18

    Referencias bibliogrficasBarquero, Marvin. Destruccin de los suelos baja produccin en caf,en La Nacin 2-4-07.Cardoso, Ciro y Hctor Prez. 1979. Historia econmica de Amrica Latina. vol. 1. Editorial Crtica. Barcelona.Centeno, Jos Luis. 1975. Implicaciones geomorfolgicas del ro Pirrs en el cantn de Tarraz . Escuela de Geografa de la Universidad Nacional. CostaRica. Clves, Rodrigo. 1995.Tecnologa en beneficiado de caf. San Jos.Conicit. Conicit y Coopetarraz impulsan investigacin en manejo de desechos, enhttp://www.conicit.go.cr .

    Damais, Gilles. 1986. Estudio sistmico de la realidad agraria de una microregin de Costa Rica: Nicoya-Hojancha. III tipologa de los sistemas de produccin .Escuela de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional, Cooperacin Tcnica Francesa y Ministerio de Relaciones Exteriores. Costa Rica.Granados, Carlos. 1994. El impacto ambiental del caf en la historia costarricense. Departamento de Geografa de la Universidad de Costa Rica. San Jos.Hall, Carolyn. 1991 El caf y el desarrollo histrico-geogrfico de Costa Rica. Editorial Costa Rica. San Jos.Hilje, Brunilda. 1997. La colonizacin agrcola de Costa Rica (1840-1940). Euned. San JosIcaf. 2001.Conservacin de suelos. Icaf. Costa Rica.Icaf. 2003. La sombra en el cultivo del caf. Icaf. Costa RicaIfam. 1987.Cantones de Costa Rica: Tarraz . Instituto de Fomento y Asesora Municipal. San Jos.Mata, Alfonso y Franklin Quevedo. 2005. Diccionario didctico de ecologa. EUCR. San Jos.Melndez, Silvia. La historia ambiental: aportes interdisciplinarios y balance crtico desde Amrica Latina, enCuadernos digitales: Publicacinelectrnica en Historia, Archivstica y Estudios Sociales, 19, noviembre de 2002, Costa Rica.Naranjo, Carlos. 1997. La modernizacin de la caficultura costarricense 1890-1950. Universidad de Costa Rica. San Jos. Picado, Wilson. 2000. La expansin del caf y el cambio tecnolgico desigual en la agricultura del cantn de Tarraz, Costa Rica: 1950-1998 . Universidad Na-cional. Costa RicaRamrez, Mario. Problemas, protestas y conflictos ambientales en la cuenca del ro Virilla. 1850-1900. Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidadde Costa Rica. San Jos. Rojas, Gladys. 2000.Caf, ambiente y sociedad en la cuenca del ro Virilla, Costa Rica. 1840-1955. EUCR. San Jos.Samper, M., C. Naranjo y P. Sfez. 2000 Entre la tradicin y el cambio: Evolucin tecnolgica de la caficultura costarricense. Universidad Nacional e InstitutoPanamericano de Geografa e Historia. Costa Rica.Samper, Mario (comp.). 2001. Metodologas convergentes e historia social del cambio tecnolgico en la agricultura. Editorial Progreso. San Jos.Ugarte, Jimena. 2004. Recibidores y el caf en Costa Rica. Instituto de Arquitectura Tropical. San Jos.Zamora, Luis. 1998. Manual de recomendaciones para el cultivo del caf. Icaf. San Jos.

    Entrevistas

    Araya, Mainor. 2-5-08. San Miguel de Tarraz, El Salado, Costa Rica.Naranjo, Elpidio. 2-5-08. Oficina Regional de Icaf en Los Santos, San Marcos de Tarraz, Costa Rica.Valverde, Carlos. 26-4-08. El Rodeo de Tarraz, Costa Rica.Valverde, Bernardo. 26-4-08. San Marcos de Tarraz, Costa Rica.

    Caf Gregory Basco

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    20/57

    19

    Inicio Siguiente

    Inundaciones en el ro Tempisque: historiay percepciones sociales (1900-2007)

    por YANINAPIZARROy JORGEMARCHENA

    RESUMEN

    Se aborda la problemtica de las inundaciones del ro Tempisque desde la perspectiva de la historia ambiental, enfa-tizando en el desarrollo de ella a lo largo del siglo XX y concentrando la atencin en los poblados de Filadelfia, LaGuinea, Ortega y Bolsn, localizados todos en las mrgenes del Tempisque. Se pretende demostrar que las inunda-ciones no son eventos nuevos ni provocados nicamente por la naturaleza, sino que estn ntimamente relacionadoscon actividades humanas y procesos extractivos de muy antigua data. Asimismo, se toma en cuenta las diversas per-cepciones sociales como una herramienta til para entender las inundaciones desde la perspectiva particular de lospobladores.

    The present article is about the subject of the floods from the perspective of the environment history, making emphasis on the devel-opment of this problem in the course of the twentieth century and concentrated in the populations of Filadelfia, La Guinea, Ortegaand Bolsn, all settled in the margins of the Tempisque river. The objective of this work is to demonstrate that floods aren t new or trigger only by nature, but are also linked to human activities that for decades has used the natural resources of the basin. Like-wise, social perceptions are considered like a tool to understand the floods from the position of his inhabitants.

    n los ltimos aos, las noticias acerca de la ciudad de Filadelfia -en Guanacaste-, asolada por grainundaciones, han sido frecuentes, lo mismo que el temor a que el dique local ceda, provocando unayor tragedia. La situacin de Filadelfia no es excepcional, ya que tambin otros poblados del cant

    Carrillo, como La Guinea, ubicado en la margen derecha del ro Tempisque, y las localidades santacruceOrtega y Bolsn, ubicadas en las inmediaciones de algunos afluentes del mismo ro, se encuentran afectAnte esta situacin, resulta indispensable un anlisis en perspectiva histrica, como una va efectiva para colos cambios y permanencias del entorno y el papel que en stos ha jugado la accin humana.

    Historia de las inundaciones del TempisqueNo sonpocas las personas que afirman que cada inundacin del Tempisque haba sido la peor de todas

    ahora son ms peligrosas que las de antes, o bien que en el impreciso pasado jams se haban inundadollevarse algunas casas o bienes materiales y obligar incluso a la evacuacin de varios pueblos, las aguas gmente arrastran hasta el olvido la memoria histrica de otras inundaciones. A tal extremo que hasta las lledel mes anterior rpidamente se pierden en el olvido. Los actores sociales en zonas aledaas al ro Tempsuelen no recordar que, mucho antes de que ellos colonizaran esta cuenca, ya era normal que el ro ocasion

    mente se desbordara.Recordar y entender las inundaciones conduce a reconstruir el paisaje que rodeaba al Tempisque. La benatural de Guanacaste es evidente, pero lamentablemente es solo un vestigio de la original. Siglos atrs, dula poca precolombina, en la cuenca del Tempisque imperaban los densos bosques y la abundante fauna. cambi un poco durante la Colonia, pero sobrevivieron sin mayor alteracin vastos bosques hasta el siglocomo lo demuestran diversas crnicas de viajeros europeos en las que, hacia mediados del siglo XIX, sereferencia a las mrgenes del Tempisque, uno de los ros ms hermosos del mundo (Melndez 1974: 234).

    De igual forma, a principios del siglo XX distintos viajeros describan Puerto Humo, en el Tempisque, cun lugar ampliamente cubierto de bosques altos que fueron mermando con la tala, dando paso a un panor

    E

    Los autores, especialistas en historia ambiental, son estudiantes de posgrado en la Universidad Nacional.

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    21/57

    20

    repleto de maraa en la vegetacin superficial y abundantes bancos de arena. Entre las especies de rbole ban el por-por, el guayabo, el guanacaste y el cedro amargo. Las aves eran garzas de tipo real, azul y grcomo gallinetas, algunos lagartos, monos congo, cariblancos y loros. El ancho del ro, de acuerdo con estero, era de 400 o 450 metros (cerca del actual Bolsn). En estas primeras dcadas del siglo XX ya existan expotreros, pero coexistan con amplias selvas, aunque no es claro si eran bosques primarios o secundarios.

    Desde la poca colonial y hasta las primeras dcadas del siglo XX, el paisaje del ro se caracteriz poexuberante vegetacin y por la diversidad de fauna. No obstante, los cambios en el uso del suelo, la intencin de la actividad ganadera, la agricultura comercial (de granos bsicos y de caa) y la sobreexplotacin

    rera (para la elaboracin de muebles y exportacin) condujeron a un paulatino deterioro de la cuenca, quagrav notablemente despus de 1950.Las inundaciones han sido un problema comn desde la poca colonial (Peraldo 2004: 7), debido a lo

    del terreno y a que los ros se llenan en el periodo lluvioso. No obstante, desde 1883 la ciudad de Filadelfientonces la ms grande de la zona) haba intensificado la explotacin maderera para su exportacin hacia dos Unidos y Europa y, tambin, para el mercado interno. Por entonces, los vecinos solan vender derechosla corta de madera, y fue tal la cantidad de rboles talados que, segn referencias debidamente constatada balsas se formaban con miles de tucas que luego arribaban a Puerto Ballena para su posterior exportaciclaro que los bosques fueron masivamente talados.

    Paralelamente a la tala, y desde antes de 1910, las mrgenes del Tempisque estaban degradndose rpidate. La zona se torn arenosa de exigua vegetacin, en lugar de arcilla y aderezo de rboles (Melndez375). Estas carencias de rboles y dems pronto degeneraran en mayor aridez de la tierra, por el rpido miento de los potreros, entre otros cambios, que globalmente influyeron en la conformacin de espaciosexpuestos y frgiles a los estragos de las inundaciones. Inicialmente, en 1905, los primeros problemas provopor las inundaciones se relacionaron con la incomunicacin y el aislamiento de Filadelfia, ya que en la lluviosa queda incomunicada con el interior de Liberia pues solo un globo puede viajar en esa poca ( El Noti-ciero 4-11-1905). Sin embargo, pronto el problema se agrav, dado que las inundaciones alcanzaron los cincde altura (153 cm.). En 1907, las poblaciones debieron desplazarse a otros sitios por la fuerte crecida del rtraa consigo grandes rboles y arrastraba cultivos de arroz, frijoles y maz; asimismo se perdi gran cantidganado.

    Al tiempo que el problema se agudizaba, en la fase anterior a 1940, con ayuda del Servicio Tcnico Intericano (Stica) las grandes haciendas construyeron profundos pozos y algunos canales para regar cultivos, ldemuestra que muchas de estas modificaciones giraban en torno a los beneficios generados por el ro, yapor acceso al agua o mejoras en las rutas comerciales, por lo que el ambiente se estaba alterando sensiblemsin que se tomara en cuenta los potenciales riesgos que se originaban a mediano y corto plazo. Ya para 19Municipalidad de Filadelfia se haba sumado a los intentos por controlar el ro, construyendo un borde o code cemento en el cauce; sin embargo, el problema persista y, por ello, poco tiempo despus el Ministerio dmento destin 25 mil colones para construir dichas defensas ( La Gaceta 18-5-1939).

    Las inundaciones del Tempisque no son aisladas, generalmente las acompaan desbordes en los ros CLas Palmas, Enmedio, Dira, Charco y Bolsn, que perjudican en un efecto domin (cuando se inunda unocede lo mismo con los otros) a los poblados ms cercanos, como Paso Tempisque, Ro Caas, Barrio LimSanta Brbara. As, por ejemplo, el ro Caas se desbord en 1954 arrastrando casas, cultivos y puentes, ense registraba inundaciones en todo el resto de la regin estudiada ( Pampa 10-1954). Nuevamente, en 1955 y 1959,el Tempisque asol la regin y comunidades como Filadelfia, Bolsn, Ortega y La Guinea enfrentaron inuciones entre septiembre y octubre, que se extendieron por ms de tres das, alcanzando alturas mayores a utro. stas se consideraron ms hostiles que las de aos anteriores, ya que, adicional a la llena, se dio la carevveres y medicamentos, fuertes corrientes, incomunicacin (perjudic la carretera interamericana) y todregiones agrcolas de Carrillo resultaron anegadas, con las consecuentes prdidas totales en cultivos.

    En estos aos se advierten diferencias en el discurso en torno a las inundaciones. Por una parte, la causprincipal se relacionaba con una fuerza descontrolada de la naturaleza (huracanes) y cada vez el ro era mderoso y perjudicial, es decir, ya no se trataba solo del ro, sino que se daba la concurrencia de una fuerza mNo obstante, no solo las inundaciones se haban modificado sino tambin el entorno humano, pues ahoranuevas carreteras de asfalto impedan la permeabilidad del suelo o se convertan en literales diques, mientrotras calles funcionaban como cauces anexos de los ros (como suceda en el centro de Filadelfia). Por otraotro aspecto novedoso fue la mayor importancia concedida a la proteccin de la agricultura de granos bque a partir de 1950 cobr mayor fuerza y reclam grandes extensiones de tierras antes cubiertas por bosque

    Las medidas bsicas -como el dragado de ros-, que en estos primeros aos demandaban la remocin de les cados en los cauces, resultaban insuficientes. Estas prcticas se convirtieron, en 1955, en un reclamo cde los vecinos al Gobierno, el cual procur satisfacerlo por medio de Defensa Civil (germen de la futura C

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    22/57

    21

    sin Nacional de Emergencias). Aunque los ms perjudicados no fueron los pobladores, sino la Cmara dnaderos, que en esos aos report prdidas superiores a los cinco millones de colones en todo el sector del co. En la dcada de 1960, alternaron las inundaciones y la sequa, pero las primeras fueron de una intensnotable. De acuerdo con lvaro Cascante, vecino de Ortega, la inundacin de 1960 fue la ms grande quevisto (Cascante 2008); la altura fue tal que ninguna, ni siquiera las posteriores, se le aproxim. Este peqtemporal, como la prensa lo calific, oblig a una masiva evacuacin que se prolong por tres das y despms de 200 familias. En estas inundaciones, principalmente las de 1960 y 1969, los daos materiales y humfueron considerables. A diferencia de la creencia popular imperante, en la regin afectada s hubo muertos e

    ocasiones, pero este hecho fue totalmente olvidado y solo en la prensa o en otros documentos se menciona,con un incierto nmero de vctimas.En la dcada de 1960, las inundaciones se describen como ms extensas, de ms o menos una semana d

    racin, con nuevos ros desbordndose y con mltiples evacuados, como en Bolsn con 387, en Corralill112, en Ortega con 498 y en La Guinea, donde toda su poblacin fue evacuada. Cabe recordar que, ante1950, estas localidades estaban escasamente pobladas, por lo que la llena no es que fuera ms fuerte sinafect a una mayor poblacin.

    Es a partir de este periodo que se puede construir un patrn generalizado de las inundaciones, que se mancon pocas variaciones hasta el presente. Por lo general, la zona donde se concentra la atencin meditica esdelfia, aunque esto no implica que sea la ms perjudicada; La Guinea debe ser evacuada casi totalmente cadque se da una inundacin severa, y Ortega-Bolsn permanecen incomunicados.

    En la dcada de 1970, las mismas poblaciones se inundaron encarando los mismos trastornos y efectos.vez los habitantes presentaron fuertes crticas y reclamos, con el fin de que se construyera un dique o mucontencin, resguardando especficamente la zona de Filadelfia. Tal obra fue construida hacia 1974 y palevantamiento se requiri de la colaboracin de los vecinos del centro de Filadelfia, quienes tuvieron que dentregar parte de sus solares o terrenos para la efectiva construccin del dique. A la postre, el muro protectouna longitud superior a los tres kilmetros y una altura promedio de seis metros, extendindose desde el a barrio Los Jocotes, en el norte de la ciudad, hasta el barrio Los Bambes, en el sur.

    El tipo de dique hecho en Filadelfia es de los ms baratos y rpidos de construir, lo cual explica que deslevantamiento ha presentado diversas deficiencias: se encuentra desprotegido respecto del margen del rouna escasa vegetacin), est expuesto a la erosin y las filtraciones de agua y es propenso a fracturas. Estaciencias no tardaron en hacerse manifiestas, ya que en el mismo ao -1974- nuevas inundaciones asolaron na, aunque no el centro de Filadelfia. La situacin del principal poblado estuvo lejos de ser afortunada aunque no hubo inundacin, las calles ubicadas a los extremos del dique, se convirtieron en cauces temporla ciudad, en esta y las siguientes inundaciones, qued convertida en una isla, totalmente rodeada de aguacomunicada por va terrestre.

    La inundacin de 1974 afect a las comunidades de la zona de manera severa y, aun as, las personas dcomunidad no lo recuerdan. Contrariamente, la prensa y los sectores productivos s lo tuvieron presente: el septiembre La Nacin anunciaba: Temporal interrumpe vas y causa inundaciones en Guanacaste; dos ddespus remarcaba que haba Millones de colones de prdidas por inundaciones en Guanacaste ( La Nacin 19-9-1974 y 21-9-1974). En estos artculos se describa la zona de inundacin, pero los montos de las peconmicas eran imprecisos, como se denota en la siguiente cita: Las inundaciones en la provincia de Gua-caste, causadas por el desbordamiento del ro Tempisque, en todo el valle del mismo nombre, han dejado pdas que se calculan en varios millones de colones Grandes extensiones de terreno, cultivadas en su macon arroz, y fincas ganaderas, situadas a ambas mrgenes del ro, estn totalmente cubiertas de agua y en allugares tienen hasta tres metros de alto en extensiones de cinco kilmetros a cada lado. ( La Nacin 21-9-1974).Resulta ms que evidente que en esta informacin el poblador estuvo ausente de las afectaciones del ro y verdadera emergencia estuvo representada por los daos en infraestructura y, ms aun, por las prdidas en

    vos de arroz y en las haciendas ganaderas, situadas en las mrgenes del Tempisque.Las inundaciones reaparecieron en 1979, afectando esta vez las zonas desprovistas de dique, es decir, Lanea, Corralillos y las incomunicadas comunidades de Ortega-Bolsn. Por supuesto, se dieron masivas evacnes y el ro se desbord al norte de Filadelfia en Paso Tempisque y en Catsa (Central Azucarera del TempisqA.). Tras los funestos procesos de cambio y las alteraciones provocadas por las obras de infraestructura, esque tanto la dinmica del ro, como el mismo paisaje se haban modificado sustancialmente y, con esto, scuentemente, el grado de impacto de las inundaciones. La cuenca del Tempisque actualmente no ofrece variedad de vida, para muchos pobladores ms bien ha comenzado a lucir como un rea agonizante.

    Adems de la gran tala ya antes referida, en la segunda mitad del siglo XX se extrajo gran cantidad de con el propsito de extender las zonas agrcolas. En el paisaje de la dcada de los setenta quedaban residuvegetacin en los potreros que servan como sombra para el ganado. En las zonas aledaas al ro se poda e

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    23/57

    22

    trar los llamados playones, propicios para las actividades recreativas de la comunidad. Con posterioridadconstruccin del dique, el ro se encontraba a unos 200 metros de se, por lo que an eran abundantes la vecin y la tierra firme. Este espacio fue reducido considerablemente en las ltimas dcadas por la continua trboles y la falta de reforestacin, lo que, sumado a las inundaciones y a la erosin, alter el cauce, y alconsideran que ahora es ms estrecho (Canales 2008).

    Otro factor que ha cambiado el cauce ha sido los nuevos asentamientos humanos. En Filadelfia, antiguanas agrcolas cercanas al ro, como los Jocotes, La Guinea y Corralillo, paulatinamente han sido ocupadas pcreciente poblacin y han sido ms afectadas por inundaciones. En ello ha tenido que ver la sobreexplotacisuelo para cultivos y pastos, adems de la predisposicin a desbordes en estos terrenos y la carencia de un de contencin. A la anterior situacin habra que agregar que, aos despus de la construccin del muro, dula dcada de los ochenta, se formaron los dos barrios denominados Los Bambes, el primero como un prode vivienda de inters social y el segundo como un precario de inmigrantes extranjeros. Este ltimo se ubicdel rea protegida por el dique, contiguo al ro, en una zona que, como ms adelante veremos, se ha tornadoinestable y propensa no solo a inundaciones sino tambin a deslizamientos. En resumen, la situacin es de clamentable degradacin e, incluso, en diversas fotografas areas se advierte la disminucin de la coberturcosa en el ro, y en muchas zonas como las urbanizaciones ya citadas casi no existe, y, en otras, son solo delfranjas. Algunos manglares desaparecieron, no hay pesca a causa de la contaminacin y las aguas lucen incasi sin vida, en gran medida por la contaminacin de las agroindustrias, los residuos de agroqumicos y tampor la basura vertida junto con otro tipo de desechos humanos.

    El problema de la contaminacin no es reciente. Desde 1981 se menciona masivas muertes de peces y avel Tempisque, ocasionadas por el lavado irresponsable de contenedores de pesticidas. Ante denuncias, el Mrio de Agricultura hizo investigaciones, pero era iluso esperar una recuperacin del lugar. Adems de la connacin, en los ochenta irrumpi la sequa, causada no simplemente por el cambiante clima del trpico

    Costa Rica Comisin Nacional de Emergencias

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    24/57

    23

    sino por la acumulacin de daos humanos: deforestacin masiva, erosin aparejada, sobreexplotacin, actdes productivas excesivas y abuso de las reservas de agua por parte de los asentamientos humanos.

    Paralelamente a la sequa, en esos aos se estableci el Proyecto de Riego Arenal-Tempisque con el prode aliviar la escasez de agua y reactivar la produccin de la regin. No obstante, las grandes empresas y hdas optaron por aplicar la tecnificacin construyendo mltiples canales, diques y pozos e instalando bombextraccin de agua (aun ms grandes que las de los aos cuarentas), que con facilidad se observan a ambosde las mrgenes del Tempisque. Adems de estas obras, el Proyecto de Riego Arenal-Tempisque, a travtrabajo conjunto del Servicio Nacional de Riego y Avenamiento y la Comisin Nacional de Emergencias en

    ( La Gaceta 24-3-1999),corrigi el cauce del Tempisque, arguyendo que as se ayudaba al buen desplazamiede las aguas, pero pareciera que, ms bien, se agreg nuevos problemas, como el continuo dao/alteracicauces o canalizaciones sin planificacin. Todo esto ha conllevado una sobreexplotacin del agua que pconstituir un potencial problema o desastre para los sectores productivos y para el conjunto de la poblaci buena parte de la pennsula de Nicoya.

    Este paisaje alterado con canales y dems ha implicado un fuerte cambio en los cauces de los ros; el agha contenido pero no siempre se ha desaguado, y si las inundaciones no afectan directamente a Filadelfia s judican a otras zonas, debido a que el Tempisque, con su caudal excesivo, no se desagua y, con la fuerte men la desembocadura (en el golfo de Nicoya), el agua puja por otra salida, que termina siendo los mismos cde los ros tributarios, como el ro Las Palmas, que corre paralelo al Tempisque y, junto con ste, rodea a Fifia, o el ro Caas, que corre hasta Santa Cruz perjudicando diversos poblados, como barrio Limn y Ro CLo anterior implica que las inundaciones han sido forzosamente desplazadas a otras zonas, perviviendo tamalgunas de las tradicionales. Regularmente, en los meses de octubre del periodo 1980-1985, la regin nuevase inund, dndose como explicacin que se trataba nicamente de un sistema de baja presin que afecespecialmente a La Guinea, zona indefensa ante inundaciones.

    En la dcada de los noventa se repitieron afirmaciones en el sentido de que la inundacin de 1995 fue la mgrande de todas, afirmndose lo mismo de la de 1998, de la de 1999 y de otras posteriores al ao 2000. inundaciones se consideraron provocadas por huracanes, pero pocas fueron las veces en que se mencion lla influencia de otras actividades productivas o la creciente extraccin arenera, consolidada a finales de lventa. Esta inculpacin a los huracanes se puede deber a la tendencia de los medios de comunicacin a tipifdesastre como un evento exclusivamente natural o del todo ajeno a la influencia humana. Tales inundacifueron severas en lo econmico, con varios miles de millones de colones en prdidas, y obligaron a la reubiparcial de poblados en riesgo (principalmente de Los Bambes y de poblaciones de Paso Tempisque). Por esorprende que cada ao se prometa, se espere, se proteste y se incumpla el traslado o ayuda a estas comunid

    De igual forma, se exige constantemente la reparacin y extensin del dique de Filadelfia, el cual se repasi todos los aos para, poco despus, quedar en igual o peor estado. Quizs a raz de esto las comunidades esan (por la prensa escrita y otros medios) que las inundaciones han empeorado, que zonas que antes no se daban ahora se ven afectadas, que las llenas tienen mayor duracin y que hay ms agua. Esto, como ya dicho, es solo parcialmente cierto, pues en realidad lo que sucede es que los nuevos ros que tienden a inunson los tributarios del Tempisque, muchos pequeos y con bajo caudal, que a causa de los bloqueos existenel ncleo de la cuenca ahora se sobrecargan y, por ende, tardan ms tiempo en desaguar, inundando inclusorante semanas.

    En los ltimos aos, la continua tragedia de las personas luce como un simple aadido o apostilla del prma y, entonces, de una forma muy materialista, el sector ms afectado resulta ser el econmico y no se sosuficientemente las necesidades de la poblacin local. De este modo se remarca que las actividades produms afectadas han sido la caa de azcar y, ms recientemente, el meln, ya que ambos sustituyeron a los g bsicos. Llamativamente, si bien el arroz ha manifestado sus reclamos por las inundaciones, los expertos afque, al contrario, ste se beneficia mucho de las inundaciones (Retana y Solrzano sin fecha: 8). Este bie

    quizs se pueda extender a otras actividades, dado que las inundaciones pueden arrastrar sedimentos que nulos suelos y que, a largo plazo, mejoran la productividad general de la zona. Prescindiendo de lo anterior, terrenos han mostrado una alta fertilidad, pero en el discurso de las grandes empresas lo importante de subes las prdidas econmicas a corto plazo para solicitar reajustes crediticios, subsidios y otras facilidades q beneficien ( La Repblica 20-10-1995).

    Dentro de este marco de desequilibrio progresivo, las inundaciones se han hecho ms frecuentes a partao 2000, y en algunas zonas su impacto es muy severo. Lo anterior, como ya se expuso, fue causado por laracin de los cauces y por los distintos efectos derivados de la ocupacin de terrenos por diversas poblacionlimitaciones socioeconmicas, pues antes de 1990 prcticamente no existan precarios tan grandes en laestudiada, y ya en 1995 se report daos serios en casas que estaban virtualmente en el lecho del ro o en teplanos que en poca de inundaciones se convierten en salidas de l.

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    25/57

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    26/57

    25

    qu una casa en Beln y llevamos colchones y comida para cocinar, pero, gracias a Dios, no salimos, peestbamos preocupados (Canales 2008). Las inundaciones, a diferencia de otros eventos como erupciones sismos, no siempre son repentinas, en muchos casos son paulatinas y las personas pueden monitorearlas, prarse para evacuar o tomar otras medidas de emergencia. Asimismo, los desbordes son progr esivos; el ro se lle-na por varias horas o das, por lo que el desborde en muchos casos no es tan violento, exceptuando, entre los casos de las llamadas cabezas de agua. Por ende, esas emociones se asocian a la incertidumbre, ya qpersona teme verse afectada, a pesar de que en muchos casos no es seguro que ocurra la inundacin, e inexiste la posibilidad de que el ro disminuya su caudal antes de impactar a la comunidad.

    Tras expresar sus emociones ante una inundacin, que son vagas y se reducen en esencia a lo ya mencioel damnificado detalla ampliamente las curiosidades del evento y los daos materiales. Las personas generate olvidan en qu ao exactamente fue la inundacin o qu lugares afect, pero s precisan muchos detalles rescos, por eso no es extrao escuchar ancdotas acerca de cerdos nadadores, chanchas en pangas y rparidas, lagartos que pasan por la calle, bares acuticos y gallinas mojadas; incluso, muchos manifiuna paradjica alegra ante las inundaciones. No es para menos: ante una vida cotidiana rutinaria, un evextraordinario excita la imaginacin y las emociones, y stas se expresan eventualmente con humor. La inucin, irnicamente, permite que la persona se sienta escuchada, que la sociedad sin nombres se detenga pinstante y escuche la voz de personas que, en general, son olvidadas y pasan desapercibidas.

    De la exploracin del imaginario y las actitudes ante la catstrofe resulta llamativo el que la prioridad paafectados no siempre fue salvaguardar sus vidas, sino asegurar sus bienes materiales, evitando los daos dipor el contacto con el agua, la cual en muchos casos estaba contaminada: hay mal olor, todas las cosas lleva, el arroz, la comida, los trastes, la ropa (Bonilla 2008). Asimismo, muchos permanecieron en las vivn-das para evitar convertirse en vctimas del vandalismo, que, de acuerdo con varios entrevistados, es muy cdurante las inundaciones, por lo que la verdadera amenaza que perciben muchos afectados por la inundacies por parte de sta sino del crimen, ante lo cual el abandono de sus casas se vuelve imposible, teniendo mveces las autoridades que obligar al desalojo.

    Otra visin reiterada que se manifest en las personas consultadas se refiri a la estada en albergues. tualmente, los refugios son considerados sitios incmodos, con deficiente alimentacin y donde el damnifdebe competir por un lugar para dormir, proteger a su familia y, en algunos casos, confrontar violentamentotros afectados, as como lidiar con robos y otros actos delictivos. Por eso, la vida en un albergue es muyes triste, hay que compartir los baos, la comida, a veces hasta el mismo plato donde se est comiendo (Can-te 2008). Las enfermedades tambin son un asunto comn en los albergues -y en general en poca de inundnes-, sobresaliendo la gripe, la depresin, los problemas gastrointestinales y el dengue (pululan los zancudntro de los albergues). Entre los nios las enfermedades son similares, pero para ellos uno de los principale blemas es emocional, por el alejamiento del hogar, e incluso de sus familias, durante la evacuacin.

    Interesantemente, las inundaciones son enfrentadas distintamente segn gnero. Desde la visin patriarcla que el hombre es el principal proveedor del hogar y la mujer se limita a las funciones domsticas y el cude los infantes, las funciones de los varones en la inundacin son salvaguardar la integridad fsica de la vivproteger del crimen los bienes, conducir a sus familias a los albergues y, despus de la inundacin, manteaprovisionamiento bsico de la familia. Tambin desde esa visin se afirma que el hombre posee la capafsica para enfrentar al agua y las fuertes corrientes, mientras que la mujer es ms frgil, invisibilizandoreduciendo, el papel de sta. Pero algunas ancdotas de los entrevistados connotan que el papel de la muigual o aun ms trascendente que el de los varones.

    Por la edad, las percepciones tienden a ser distintas. Las personas en edades medias tienden solo a recinundaciones recientes, mencionando rara vez las acaecidas antes de 1995. Mientras, los ancianos recuealgunas ms especficas, debido a que dejaron huella en sus vidas. Esas percepciones ms que contradictoricomplementarias, pues, conforme crece, la persona toma ms conciencia del problema, acrecentndose su

    cidad de colaboracin ante esos eventos.En cuanto a la percepcinlocal de las inundaciones, varios vecinos en Filadelfia aseguran que son algo mreciente debido a tres grandes razones ya explicitadas: la carencia de un dique en ciertos sectores, la extraccarena y la excesiva altura de la carretera interamericana, que impide el rpido desage. Por eso comentanlos areneros se benefician con las inundaciones sube la arena, un metro vale cinco mil los asociadosganan bien ... hay muchas argollas (Obando 2008). En esta comunidad, los pobladores tambin comentarolas autoridades, principalmente la Municipalidad, les prometieron que el dique se extendera hasta cubrir en Liberia y con un presupuesto que alcanzara los mil millones de colones ( La Nacin 17-1-2008), pero la prome-sa aun permanece incumplida.

    Los vecinos del centro de Filadelfia aseguran que esta regin no se inunda desde la construccin del mu1974, pero que los medios de comunicacin y el resto del pas desconocen o malinterpretan la situacin, pu

  • 8/14/2019 Ambientales 36

    27/57

    26

    localidad solo permanece incomunicada durante los desbordes del ro. Asimismo, el centro de Filadelfia aglos principales comercios, instituciones y autoridades del cantn, por lo que goza de una ventajosa situacicioeconmica, de una mayor disposicin de recursos y de mejores vas de comunicacin, como carreteras yde aterrizaje para atender las emergencias. Al sur de la ciudad de Filadelfia se encuentran los ya mencion barrios marginales de Los Bambes, ampliamente expuestos a inundaciones. Si bien las promesas de ay bonos de vivienda han sido abundantes, la realidad es la pobreza y, como los vecinos afirman, simplemeresignan a vivir en tales condiciones.

    Por otra parte, las comunidades de Corralillo y La Guinea constituyen la regin que, de acuerdo con la m

    parte de los entrevistados, es la ms perjudicada, despus de Los Bambes. Estas comunidades presentan vproblemas: Permanecen aisladas e incomunicadas en tiempo de inundaciones, por lo que la evacuacin debrpida y afrontando diversos obstculos. Adems, La Guinea se encuentra junto al Tempisque, en un meade ste, totalmente expuesta a las inundaciones -ambas localidades se encuentran muy asociadas al IngenViejo, que en muchos casos ha facilitado su maquinaria para el desplazamiento y rescate de los afectadofinalmente, Ortega y Bolsn son afectados por inundaciones originadas en ros menores o quebradas de la ca, que se desbordan cuando el Tempisque presenta un excesivo caudal; ambos pueblos permanecen incomcados y los barrios perifricos en algunas ocasiones son perjudicados con las llenas, pero, generalmente, elcomunal de Ortega es el receptor de los damnificados de la zona, especialmente de los provenientes de Cory otros barrios.

    Un punto en comn de muchas de estas percepciones es, a la vez, un encuentro para la discordia: el diqpartir del que se tejen superficialmente las diferencias inter-locales, ya que para los poblados ms afectaproblema se reduce a la carencia de tal muro, en tanto que las percepciones de los pobladores del centro dedelfia, resguardados por el dique, son de dos tipos: por un lado, de plena tranquilidad, y, por el otro lado, dmor a que el dique colapse y arrase la comunidad: el dique es un falso sentimiento de seguridad, ya que, antesde ste, Filadelfia siempre se inundaba el ro puede tener ms fuerza si se revienta (Chanto 2008). Si unlas percepciones de toda la zona, el deseo compartido por la poblacin es que se construya un superdique que pro-teja a todos los poblados de la cuenca baja del Tempisque. En este caso, simplemente se cree que el diquesolucin definitiva, ya que es fcil de construir (pero carece de calidad y resistencia) y por casi treinta ao