algunas reflexiones sobre el lugar de las imágenes

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154 EDUCAR LA MIRADA Badiou, Alan: "El cine como experiencia filosófica", en Gernrilti (comp.), Pensar el cine I. Imagen, ética y filosofía, Bueno. 1 Manantial, 2004. Barbagelata, Norma: "Introducción", en Carlos Giusti y Nornu I | gelata (comps.), Psicoanálisis y cine. Un dispositivo en exti Santa Fe, Universidad Nacional del Litoral, 2004. Kuri, Carlos: "Psicoanálisis y cine: el inconsciente y lo óptico", i n los Giusti y Norma Barbagelata (comps.), Psicoanálisis y dispositivo en extensión, Santa Fe, Universidad Nacional del 1 Itfl 2004. Ranciére, Jacques: La división de lo sensible. Estética y polítií.i, i manca, Centro de Arte de Salamanca, 2002. Viñao, Antonio: Sistemas educativos, culturas escolares y refon% Continuidades y cambios, Madrid, Morata, 2002. ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE EL LUGAR DE LAS IMÁGENES EN EL AMBITO ESCOLAR Laura Malosetti Costa I .is imágenes visuales son estímulos poderosos para la mente humana. Esos poderes han sido ampliamente reconocidos y utili- ' idos como instrumentos de persuasión y dispositivos de poder Vsde mucho antes de la invención de los medios mecánicos de 1 1 'inducción audiovisual. Pensemos solamente en el uso que hi- zo de ellas la Iglesia Católica, cuando concibió el despliegue de imágenes en las catedrales como la "biblia de los iletrados", en 11 ' nnvicción que alimentó las querellas iconoclastas, en la ener- en asombrosa con que la conquista española encaró la destruc- i de los ídolos indígenas en América, los dispositivos especta- 11 1 .i res que desplegaron las monarquías absolutas en Europa, •Itre otros muchos ejemplos que podrían evocarse, aun en la es- . i ni contemporánea. Hace ya un tiempo que el pictorial turn -en palabras de WJT Mitchell- va sustituyendo el giro lingüístico en el análisis de la significación de las imágenes visuales en la escena cultural. Las discusiones se van reordenando y las consideraciones en clave masiva de la invasión de imágenes producida por los medios au- diovisuales e internet van dejando lugar a la reflexión acerca de la naturaleza de las imágenes y los mecanismos de la representa- ción visual. 1 Conceptos como representación, imagen e iconología son ob- jeto desde hace ya algunos años de revisiones y redefiniciones, se abren nuevas perspectivas de análisis a partir de la relectura crí- 1. Véase W. J. T. Mitchell (1986).

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Teoría de la imagen

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  • 154 E D U C A R L A M I R A D A

    Badiou, A l a n : " E l cine como experiencia filosfica", en Gernrilti (comp.), Pensar el cine I. Imagen, tica y filosofa, Bueno. 1 Manant ia l , 2004.

    Barbagelata, N o r m a : "Introduccin", en Carlos Giusti y N o r n u I | gelata (comps.), Psicoanlisis y cine. Un dispositivo en exti Santa Fe, Universidad Nacional del Litoral , 2004.

    K u r i , Carlos: "Psicoanlisis y cine: el inconsciente y lo ptico", i n los Giust i y N o r m a Barbagelata (comps.), Psicoanlisis y dispositivo en extensin, Santa Fe, Universidad Nacional del 1 Itfl 2004.

    Rancire, Jacques: La divisin de lo sensible. Esttica y polti.i, i manca, Centro de Arte de Salamanca, 2002.

    Viao, Antonio : Sistemas educativos, culturas escolares y refon% Continuidades y cambios, M a d r i d , Morata , 2002.

    ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE EL LUGAR DE LAS IMGENES EN EL AMBITO ESCOLAR

    Laura Malosetti Costa

    I .is imgenes visuales son estmulos poderosos para la mente humana. Esos poderes han sido ampliamente reconocidos y u t i l i -' idos c o m o instrumentos de persuasin y d ispos i t ivos de poder Vsde m u c h o antes de la invencin de los medios mecnicos de

    11 ' induccin a u d i o v i s u a l . Pensemos solamente en el uso que h i -z o de ellas la Iglesia Cat l i ca , cuando concib i el despliegue de imgenes en las catedrales c o m o la " b i b l i a de los i l e t r a d o s " , en 11 ' nnviccin que al iment las querellas iconoclastas , en la ener-en asombrosa con que la conquis ta espaola encar la destruc-

    i de los dolos indgenas en Amrica, los disposi t ivos especta- 111 .i res que desplegaron las monarquas absolutas en E u r o p a , Itre otros muchos ejemplos que podran evocarse, a u n en la es-. i n i contempornea .

    H a c e ya un t iempo que el pictorial turn - e n palabras de W J T M i t c h e l l - va sust i tuyendo el g i r o lingstico en el anlisis de la significacin de las imgenes visuales en la escena c u l t u r a l . L a s discusiones se van r e o r d e n a n d o y las consideraciones en clave masiva de la invasin de imgenes p r o d u c i d a por los medios au-diovisuales e internet v a n de jando lugar a la reflexin acerca de la naturaleza de las imgenes y los mecanismos de la representa-cin v i s u a l . 1

    Conceptos c o m o representacin, imagen e iconologa son ob-jeto desde hace ya a lgunos aos de revisiones y redefiniciones, se abren nuevas perspectivas de anlisis a par t i r de la relectura cr-

    1. Vase W . J . T . Mitchel l (1986).

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    tica de autores largo t i e m p o soslayados c o m o A b y W a r b u n ' H a n surgido tambin nuevas categoras c o m o la de cul tura sual y la cuestin del poder de las imgenes avanza en la esi en | de los anlisis y los estudios cu l tura les . 2 Pueden ser ledas I i imgenes? Son sistemas de signos decodif icables c o m o t c x i " Porqu algunas imgenes se o l v i d a n fcilmente y otras no Porqu desde t i empo i n m e m o r i a l los seres humanos h a n crea (y creen) que ciertas imgenes estn dotadas de poder? Don.l radican esos poderes? Por qu algunas imgenes se inc luyen en el canon artst ico y tantas otras no? Desde P l i n i o el V i e j o hal l nuestros das son muchas las explicaciones que se h a n venido en sayando para stas y muchas otras preguntas. Y no es raro qn en la cantera de la supuestamente envejecida his tor ia del arte encuentren a lgunos tesoros insospechados que, b ien utilizad se vuelven instrumentos preciosos para nuevas aprox imac iones la crtica y el anlisis c u l t u r a l .

    Los poderes de la imagen c o m o lugares de m e m o r i a , el pode de persistencia de ciertas conf iguraciones visuales a travs de I siglos como m e m o r i a c u l t u r a l de los i n d i v i d u o s y las socieelade fueron el centro de las reflexiones de A b y W a r b u r g en las prime ras dcadas del s iglo X X . Su proyecto de atlas iconogrf ico (q l lam Mnemosine) qued inconc luso , y an hoy sus alcances n han sido explorados en toda su dimensin, pero las lneas de m dagacin inauguradas en su inst i tuto (pr imero en H a m b u r m i luego en L o n d r e s , luego de la persecucin del naz ismo) const j v a n plena v igenc ia en abordajes renovados de aquel las cuestid nes que quedaron abier tas . 3

    U n o de los autores que ta l vez c o n m a y o r agudeza ha incur-s ionado en estos p r o b l e m a s fue L o u i s M a r i n . E n su l i b r o /)

  • 158 E D U C A R L A M I R A D A

    en la m e m o r i a co lec t iva son operaciones que o c u p a n un ln nada desdeable en el arte ac tual .

    Y o quis iera aqu p r o p o n e r retrotraerse u n m o m e n t o a la pi p ia in fanc ia , para ensayar una propuesta que, aunque a primi i vista parezca u n e jercicio decons t ruc t ivo , puede sugerir algn vas de t raba jo e d u c a t i v o , a p r o v e c h a n d o ese poder act ivadoi ili intereses y emociones de las imgenes visuales.

    E n las aulas , en los l ibros de h i s tor ia , en las tapas y s o b i n U biertas de manuales y cuadernos escolares, los retratos de los IK roes nacionales nos h a n m i r a d o en las horas largas de la escin I i Representaron (hab lo , inevi tablemente , de m i experiencia pi i sonal) a lgo as c o m o refugios para descansar de la tensin o I z o z o b r a frente a la exigencia que i m p l i c a b a el aprendizaje de (I digos precisos y abstractos - l a lectura y la esc r i tura - , y la incoi poracin de conceptos respecto del patr io t i smo y la nacionalul .nl no menos abstractos y alejados de la exper iencia i n f a n t i l . 1 .1 imgenes n o parecen haber ten ido n u n c a u n papel ms impoi tante o dec is ivo que los textos, en el mejor de los casos fueron c o m o pistas de despegue para viajes errticos de la imaginacin Se sabe: los retratos de los hroes nacionales , los juramentos, l u tallas, cab i ldos , abrazos trascendentes o revistas mil i tares han si d o construcc iones ideales y funcionales a las ideas que fueron construyendo la idea de nacin y que persisten, inculcadas por la educacin escolar.

    Pero su presencia en la escuela n o parece haber s ido decisn | p a r a nadie . R e p r o d u c i d o s hasta la nusea , t ienen el v a l o r de " i l u s t r a c i o n e s " , s iguen s iendo las " f i g u r i t a s " que acompaan el aprendiza je a r d u o de conceptos t r a n s m i t i d o s c o n muchsim.i m a y o r precisin p o r el lenguaje verba l y la p a l a b r a escrita. H o y esas imgenes c o m p i t e n p o r la a tencin i n f a n t i l c o n u n u n i v c i so ms a t r a c t i v o y a b i g a r r a d o que n u n c a en c u a n t o a la ofert de est mulos v isuales . Y parece o b v i o que esas i lustrac iones es-colares , los bustos de bronce y hasta los grandes m o n u m e n t o s en la va pbl ica estn c o n d e n a d o s a perder todas las batal las se h a n vue l to invis ib les . L o s nios rec iben p o r m e d i o de la tele-visin u n f lu jo de imgenes permanente . Pueden hacer z a p p i n g o navegar en la red in formt ica y a b u r r i r s e rpidamente , ex i g i e n d o s iempre est mulos m s y ms veloces , eficientes y "des-l u m b r a n t e s " .

    A L G U N A S R E F L E X I O N E S S O B R E E L L U G A R D E L A S IMGENES 159

    Qu hacer c o n esas viejas imgenes de la h i s tor ia nac ional? I ejar que ca igan en el o l v i d o ? Crear otras nuevas, ms " m o -

    l> i n . is" y/o "correc tas"? Preservar su m e m o r i a o, por el contra -i i " , c o n t r i b u i r a destruir las tanto s imblica c o m o f sicamente?

    i por lt imo: Es posible resignificarlas? Pueden ser ut i l izadas Como p u n t o de p a r t i d a p a r a u n a ref lexin crt ica sobre a q u e l l o que ponen en escena?

    Y:\ m o v i m i e n t o que en estos lt imos aos l l evan adelante a l -unas organizac iones de pueblos or ig inar ios y grupos de arte ca-

    llejero ( G A C ) p a r a ex ig i r que n o se cont ine g l o r i f i c a n d o al ge-neral J u l i o A . R o c a en la t o p o n i m i a y se destruya su m o n u m e n t o i \ un buen e jemplo para a n a l i z a r estas cuestiones. L a exigencia i. onoclasta de estos grupos tal vez nunca se realice (y es de espe-i n que as sea, a u n c u a n d o se la " d e s t r o n e " de su e m p l a z a m i e n -io actual) , pero los carteles, p inturas callejeras, declaraciones en los diar ios y manifestaciones en t o r n o al m o n u m e n t o han reacti-vado la discusin acerca de la m e m o r i a de ese personaje que lle-vo adelante las campaas de ex termin io de los pueblos indgenas en la A r g e n t i n a . Su m e m o r i a , adems, c o m o general f u n d a d o r de la nacin, se encuentra en los billetes de cien pesos, que han puesto en circulacin mi l lones de reproducciones del retrato del general y presentan en el anverso la glorificacin de la " c a m p a a Bel des ier to" en el inmenso c u a d r o de Juan M a n u e l Blanes que se encuentra en el M u s e o Histr ico N a c i o n a l .

    E l m o n u m e n t o a R o c a era una de esas imgenes " i n v i s i b l e s " que c o n f o r m a n el paisaje c o t i d i a n o de u n lugar de paso de m u -chos miles de personas por da en pleno centro de Buenos A i r e s . Su reactivacin a part ir de la polmica, no es acaso un excelente punto de pa r t id a para el t raba jo cr t ico c o n temas c o m o la dis-criminacin, la v io lenc ia r a c i a l , la creencia en la s u p e r i o r i d a d de los " m s b l a n c o s " sobre la sangre indgena, entre muchos otros?

    H a b r posiciones encontradas , c la ro , pero a u n las voces ms reposadas, aquellas que p r o c u r a n devolver la discusin acerca de la f igura de R o c a al r igor his tr ico del anlisis del proyec to de nacin de la generacin del ochenta , n o podrn menos que repa-rar en que el tema tiene i m p l i c a n c i a s de fuerte ar ra igo en la rea-l i d a d c o n t e m p o r n e a . Inci tar la discusin en el a u l a de cuestio-nes aparentemente tan alejadas de la experiencia d i a r i a c o m o u n m o n u m e n t o en el centro de Buenos A i r e s en relacin c o n la v i o -

  • 160 E D U C A R L A M I R A D A

    lencia y la discr iminacin, no contr ibuir a a la reflexin ,l s i tuaciones ms acuciantes y dolorosas y, sobre t o d o , diIu ili . ili manejar para todos aquel los impl i cados?

    A l g u n a s intervenciones de grupos de artistas contempor. ini i n t r o d u c e n , adems, en temas tan " s e r i o s " y controversialcs , unit cuota de h u m o r v i sua l que c o n t r i b u y e a interesar al trans mili a p u r a d o en una cuestin que - s i n dejar de ser considerada " m r rec ta " , " i m p o r t a n t e " o " n e c e s a r i a " - difcilmente lo conmucv i m o v i l i c e . E l G A C , p o r e jemplo , ha hecho afiches en los que ip.i rece una gran roca en el lugar del general h o m n i m o , aplasi.nli p o r el la c o n c a b a l l o y t o d o , o rplicas " f a l s a s " del billete de u n pesos en el que aparece su retrato c o n c a p u c h a de verdugo.

    O t r o e jemplo de una reactivacin crtica en clave humorra u | de u n m o n u m e n t o en la va pblica fue la "pues ta en movimie i i t o " del M o n u m e n t o al T r a b a j o de R o g e l i o Y r u r t i a , que realiz r l g r u p o L a P iedra en 1991 , a l acompaar los rec lamos de los juhl lados . T o t a l m e n t e vestidos y p in tados de b l a n c o , i m i t a r o n lo m o v i m i e n t o s de los personajes del m o n u m e n t o , ar ras t rando uno inmensa p i e d r a de te lgopor , y l l e v a r o n esa imagen p o r las cali , hasta el C o n g r e s o de la Nac in , donde se v o t a b a n decisiones qui reducan el empleo y de jaban a los jub i lados en la indigencia .

    V a r i o s artistas part ic ipantes en la expos ic in colect iva M . u cas Of i c ia les , real izada en M o n t e v i d e o en 2 0 0 4 e inaugurada e n Buenos A i r e s en el C e n t r o C u l t u r a l Reco le ta en n o v i e m b r e d e 2 0 0 5 (con la curadura de Sant iago T a v e l l a y G r a c i e l a Taquin i ) t raba jan, precisamente, r e t o m a n d o c o n u n a l to conten ido crtico esos lugares de m e m o r i a co lec t iva instalados p o r los m o n u m c n tos y tradiciones escolares. L e o n e l L u n a , A l e j a n d r o Sequeira, K a ria E l A z e m , P a b l o U r i b e , C a r l o s M a s o t t a entre o t ros , se apro p i a n de imgenes de las f igur i tas escolares, los escudos, loa m o n u m e n t o s y los billetes de banco para indagar crt icamente en la escena c o n t e m p o r n e a , su v a c i a m i e n t o de sent ido o las mise-rias que encubren.

    Durante las jornadas de rebelin p o p u l a r luego de la crisis del 19 y 2 0 de d ic iembre de 2 0 0 1 , fueron frecuentes las r e a p r o p i a -ciones de u n a imagen emblemtica de la tradicin pictr ica ar-gentina: Sin pan y sin trabajo, de Ernesto de la Crcova , y artis-tas c o m o Jorge Prez, T o m s E s p i n a y a lgunos colect ivos de arte callejero, l l e v a r o n la imagen reapropiada a los piquetes, a las ex-

    A I . G U N A S R E F L E X I O N E S S O B R E E L L U G A R D E L A S IMGENES 161

    |n i ' . iciones en a p o y o a las fbricas recuperadas y a las marchas

    ii la Plaza de M a y o . 5

    Es evidente que tales operaciones se vuelven m u c h o ms dif-i des y complejas fuera del c i rcui to art st ico, y parecera una em-|HTsa i m p o s i b l e en el mbi to educat ivo . S in embargo , la presen-i la de tales manifestac iones en el espacio pblico puede ser u n excelente p u n t o de p a r t i d a p a r a la discusin y la reflexin c o n los estudiantes no slo del lugar de tales tradiciones en la c u l t u -M contempornea s ino tambin de las contradicc iones y prob le -mas que esas obras artsticas conceptuales p o n e n en escena, a menudo c o n u n agudo sentido del h u m o r .

    V o y a p r o p o n e r u n e jemplo de c u a n d o fu i escolar en el U r u -guay. T e n g o todava grabada en m i m e m o r i a la imagen que i lus-i i a b a las tapas de los cuadernos " T a b a r " en los que escrib mis primeras letras en M o n t e v i d e o . M u c h a s veces mir distradamen-te esa i m a g e n fascinante : u n i n d i o m o r i b u n d o c o n la cabeza vuelta hac ia m, a d o r n a d a c o n p l u m a s de colores , a g o n i z a b a en una posicin que h o y parece absurda p o r su t e a t r a l i d a d , pero DJe entonces me e m o c i o n a b a . E l cuerpo del i n d i o se a c o m o d a b a I) el m a r c o de u n paisaje i d e a l i z a d o , c o r o n a d o p o r unas letras construidas c o n ramas que o t o r g a b a n u n n o m b r e c o n c o n n o t a -i iones de " p r i m i t i v i s m o " al personaje y al cuaderno (era su mar-ca c o m e r c i a l ) . Es c u r i o s o : n o creo haber h a b l a d o nunca de esas lapas c o n mis compaeros de escuela, t a m p o c o recuerdo c o m e n -tario a lguno de las maestras. Pero la imagen qued guardada en d recuerdo c o n n i t i d e z . S u p o n g o que m u c h o s de el los evocarn inmediatamente, leyendo estas lneas, una vieja presencia o l v i d a -da, pero que conserva la capac idad de regresar, intacta , a la me-m o r i a despus de haber a l imentado quin sabe cuntos vuelos distrados de la imaginacin i n f a n t i l . 6

    5. Vase Laura Malosett i Costa (2003). 6. Agradezco a una de mis compaeras y amigas de entonces, Amelia Ujgar-

    tcmenda, haber encontrado para su reproduccin con este texto, una de aquellas portadas. Por otra parte, Javier Garca Mndez, en "Tabar o la leyenda blan-ca" , una ponencia presentada en el coloquio L'hidien: natssance et volution d'u-nc instance discursive, celebrado en Montreal en abril de 1991 recordaba estas mismas tapas en su evocacin del arraigo del poema de Zorr i l l a en la cultura uruguaya: "Recuerdo que los cuadernos de escuela de mi infancia eran de la mar-

  • 162 E D U C A R L A M I R A D A

    M u c h o ms tarde volv sobre esa imagen que haba quedmlii indeleble en m i recuerdo en relacin c o n el texto que le d i o of] gen: Tabar, el p o e m a escrito p o r J u a n Z o r r i l l a de San M i en 1884 y del cua l se aprendan y recitaban sus versos como p n te del aprendizaje escolar. Tabar tiene para los uruguayos el 0| rcter de p o e m a n a c i o n a l . Su evocacin aparece c o n frecueni | en la t o p o n i m i a y m u c h o s u r u g u a y o s siguen e l ig iendo ese i | bre para sus hijos c o m o una m a r c a de ident idad or ien ta l . El po( m a es una elega al f in de la raza charra, una evocacin posib a f i n del s iglo X I X en una nacin que haba e x t e r m i n a d o i || cuenta aos antes a los ltimos indgenas en u n episodio tan V#| gonzoso c o m o p o c o c o n o c i d o . 7

    Tabarees una histor ia romntica y trgica: la del a m o r impi sible de u n i n d i o mest izo (de ojos celestes, h i jo de u n caciqUjj charra y una caut iva blanca) p o r una joven espaola ( l l a m a d a redundantemente , B lanca) . L a ilustracin refera al m o m e n l l cu lminante de la t ragedia : la muerte v iolenta e injusta de T a b e a a manos de los espaoles c u a n d o intentaba rescatar a Blanca del rapto de o t r o m i e m b r o de su p r o p i a t r i b u y d e v o l v e r l a ; i l o blancos. N a d a ms triste que ese poema para ensear a los m n o el f in de la raza charra en aras del progreso y de la c i v i l i z a ij europea. Tabar, el p o e m a , despliega u n fuerte d iscurso racista evoca a los indgenas c o m o fieras salvajes, no deja espacio a mn gn m a t i z de d u d a respecto de la s u p e r i o r i d a d " n a t u r a l " de l o , espaoles. E l p o e m a ocup u n lugar especial en el aprendizaje la l i teratura y las t radic iones nacionales en u n pas que se enoi gullece de ser de los ms " b l a n c o s " de Amrica l a t i n a .

    L a tapa de los cuadernos no era una gran obra de arte, es evi dente. Pero fue la imagen de T a b a r que aliment la imaginacin de sucesivas generaciones de nios en el U r u g u a y . G r a c i a s a ella, p o r e jemplo, se imagin el aspecto de los charras , se aprendi

    ca Tabar y que su cartula mostraba a un joven agonizante vestido de aborigen, Y fue en los libros de escuela donde aprend, como todo nio uruguayo, a coni padecerme de ese personaje vaporoso, recitando cuartetos y sextetos cuyas ca-dencias mecen an mi memoria" . Vase http://[email protected]

    7. La matanza de charras a manos de Bernab Rivera en 1831-1832 no el un hecho destacado en los programas de enseanza de la historia. A l menos iu> lo era cuando yo era estudiante.

    A L G U N A S R E F L E X I O N E S S O B R E E L L U G A R D E L A S IMGENES 163

    11 origen de la nacin en clave trgica, se imagin en el cuerpo le ese i n d i o , en la apar iencia de sus adornos , en la forma de esos ,n boles de yeso, el aspecto de unos ancestros lejanos, y el paisaje del or igen .

    L a imagen, por o t ra parte , re toma una larga tradicin en la representacin del hroe m u e r t o . E l escorzo dramtico que pre-senta a ese cuerpo casi " c o l g a d o " ante los ojos de cada joven es-pectador plantea una presencia trgica y sensual de la his tor ia y la leyenda. N o parece que su presencia en los cuadernos haya si-do un ingrediente menor en la persistencia de la imagen de T a b a -le en nuestra m e m o r i a . L a reflexin crt ica sobre este t ipo de imgenes, la recuperacin de las ideas y creencias que ponen en escena t a m p o c o parece un ejercicio intil.

    R E F E R E N C I A S BIBLIOGRFICAS

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