alfredo jaar, secuestro de las imagenes y proyecto ruanda

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Alfredo Jaar; el secuestro de las imgenes y el Proyecto Ruanda___________________________

Adolfo Vsquez Rocca

1.- Aproximacin polticoesttica al fenmeno de la guerra.

La guerra es un fenmeno especficamente humano. El hecho de que la guerra haya mutado de manera tan radical a lo largo de los tiempos evidencia claramente que se trata de un producto de la cultura. Desde una perspectiva antropolgica y una aproximacin esttico-poltica de la guerra segn el modelo inaugurado por Jnger y sus Tempestades de Acero [1] y continuada por Sloterdijk en sus Temblores de Aire [2], podemos sostener que la guerra moderna ha cambiado de modo radical con el hecho logstico no menor de no poder verle el rostro al enemigo, esto hace que ya no pueda hablarse de un

Frente. En el frente ya no se hayan actores humanos sino monitores, cmaras (la imagen reemplaza a las palabras escritas, con su aplastante fuerza visual y meditica), ya no se ve el rostro del adversario ni el de las vctimas slo mercados, edificios devastados y oficinas de monitoreo con evaluadores militares. Las guerras modernas son, pues, aspticas, son guerras donde no se ven las vctimas, donde no hay sangre ni quejidos de heridos [3]. El paradigma de la guerra meditica fue la noche del 17 de enero de 1991 cuando las imgenes enviadas por la CNN dieron la vuelta al mundo, una guerra donde no se vean las vctimas, donde no haba sangre ni quejidos de los heridos... La imagen reemplaza a las palabras escritas, con su aplastante fuerza visual.

2.- El Proyecto Ruanda o cuando el horror no tiene rostro.

En la ltima dcada hemos sido testigos de un fenmeno esttico-poltico de gran alcance, una operacin poltico gubernamental de blanqueamiento de imagen, de manipulacin de imgenes o si se quiere de su secuestro, perpetrado por pases como Estados Unidos, que bajo alianza estratgica con bancos de datos como los de Microsoft, no dejan circular ciertas fotografas y registros visuales que comprometen su imagen en el concierto internacional: imgenes de la intervencin militar en Iraq o las prcticas de encierro y tortura en los campos de prisioneros en las bases militares de Guantnamo. Probablemente por ello, por este secuestro de las imgenes y a diferencia de Vietnam donde el rol jugado por los corresponsales de guerra fue decisivo para sensibilizar a la poblacin civil la cobertura extensiva de la guerra en Iraq mantuvo el nivel de conformidad pblica en los Estados Unidos, a pesar de la vociferante oposicin masiva. Durante la invasin de Iraq, desde marzo hasta mayo de 2003, se produjeron ms imgenes ya fuera en televisin, en fotografa o en Internet que en cualquier otro perodo comparable de la historia, sin embargo aqu ha tenido lugar, en el decir del artista visual Alfredo Jaar, un secuestro de las imgenes. Las mismas que l ha intentado recuperar, mediante su prolfico trabajo de documentacin de catstrofes y genocidios como el acontecido en Ruanda [4]. Jaar trabaja con la idea de la desaparicin de las imgenes. En esta misma instalacin encontramos la idea de la manipulacin de las imgenes, su privatizacin y posterior desaparicin. Esto obedecera a la conviccin de los gobiernos acerca del poder de las imgenes, tesis refrendada histricamente por el caso de Vietnam, donde las imgenes detuvieron una guerra, jugando all un rol preponderante los corresponsales de guerra que lograron sensibilizar a gran parte de la poblacin civil. A esto se le teme, por ello no se deja a las imgenes circular y ms bien se les secuestra.

A esta lgica, esto es al aprendizaje de la leccin de Vietnam, corresponde el as denominado efecto CNN, donde por medio de una gran operacin meditica de maquillaje se presento una aparente guerra asptica e indolora. La Guerra del Golfo, con sus mentiras y falsa creencia de que poda retransmitirse una guerra limpia e indolora, sin sufrimiento y en directo, inaugur una nueva poca en cuanto al tratamiento de los conflictos por parte de los medios de comunicacin, preparando el terreno de lo que luego sera otra operacin meditica maquillada: Somalia. Desde entonces se habla del llamado efecto CNN, para describir la existencia de un tremendo poder de influencia de la televisin para desencadenar respuestas polticas ante determinados escenarios conflictivos, en los que el sufrimiento de las personas es retransmitido en directo.

Ahora bien, a partir de los aos '80, paralelamente al proceso de desregulacin de los sistemas de comunicacin, de la privatizacin de las telecomunicaciones y del crecimiento de los conglomerados donde estaban reunidos el software y el hardware, hubo una desestabilizacin conceptual. Es decir, muchos conceptos que tenan un slo sentido, se volvieron polismicos. Paralelamente, tambin, surgieron nociones como globalizacin, mundo libre que nuclearon los debates internacionales. En una primera etapa el concepto de globalizacin se us en los sistemas financieros y luego se expandi a partir del uso de la red de Internet. Y esto sucedi en un contexto triunfalista del modelo de desarrollo neoliberal.

3.- Alfredo Jaar: El lamento de las imgenes.

Alfredo Jaar, uno de los ms importantes artistas visuales latinoamericanos, desarroll su obra-proyecto Ruanda con miras a la sensibilizacin sobre el genocidio acontecido en 1994, y sobre el cual hubo un silencio cmplice por parte de la comunidad internacional. Conmovido por el genocidio de Ruanda de 1994, viaj all, y en lugar de mostrar imgenes cruentas de una de las peores matanzas de la edad moderna, opt con sabia sensibilidad por focalizar el hecho en los ojos de Nduwayzu un pequeo sobreviviente imagen que reitera copindola un milln de veces hasta formar una montaa de un milln de diapositivas, se trata del Lamento de las Imgenes, el reverso de su instalacin donde se experiencia una luz cegadora, donde ya no quedan imgenes posibles para representar el horror. Para ciertos analistas convencidos del efecto CNN en Ruanda no se actu durante los dos meses de apogeo genocida por la ausencia de imgenes, mientras que el desembarco meditico s se produce cuando surge el xodo de millones de personas y se extiende el clera y la muerte, con escenas que el gran pblico no puede soportar-consumir [5].

4.- El espectculo humanitario.

Ciertos tratamientos mediticos de las crisis humanitarias, y en virtud de las posibilidades de retransmitir en directo, han logrado convertir autnticos dramas humanos, xodos masivos o epidemias de gran mortalidad en espectculos de gran audiencia. Hemos comentado ya el caso dramtico de Ruanda en 1994, cuando se produce un genocidio sin apenas periodistas internacionales que pudieran explicarlo, y mucho menos mostrarlo. No es hasta dos meses despus, cuando el clera se cobra decenas de miles de muertos en los alrededores de Goma, que centenares de periodistas de todo el mundo se acercan a la zona, invaden todos los hoteles de la ciudad, ocupan el aeropuerto con un impresionante despliegue de parablicas y ordenadores, y se organiza un autntico escaparate telemtico de la muerte, cuando no una verdadera bsqueda y captura del agonizante ms esqueltico o el cadver de mayor impacto visual, adems de mostrar las proezas de los nuevos hroes, los humanitarios. Roskis puso el dedo en la llaga cuando sealaba que no fue la guerra civil, la masacre planificada de centenares de miles de tutsis y de opositores hutus, lo que inspir ms a las cmaras, peridicos, magazines y televisores, sino la liturgia humanitaria, xodo y sacos de arroz, hurfanos y dispensarios, humanidad maltratada y benefactores decididos, imgenes de desgracia y movimiento de salvadores [6].

Periodistas y humanitarios se vieron obligados a compartir mesas en hoteles y restaurantes, pero acompaados a veces de unos recin exiliados: militares y polticos del defenestrado gobierno ruands, los planificadores del genocidio y los escuadrones de la muerte, sin que fueran realmente interpelados por nadie, porque la atencin meditica no pasaba por adentrarse en las causas de cuanto suceda, ni en sealar los causantes de tanta muerte, sino nicamente en mostrar el espectculo de las consecuencias. Y as durante semanas y meses, consumiendo imgenes de muerte y desolacin, sin atinar en que si hay vctimas es que tambin, forzosamente, ha de haber culpables. De esta forma, el espectculo humanitario basado en operaciones para su consumo meditico se convierte en el peor enemigo de la misma accin humanitaria, porque dicho espectculo no significa el retorno al altruismo, sino el confort moral, nueva modalidad de la satisfaccin hedonista [7].

___________________ NOTAS:

[1] JNGER, Ernst, Tempestades de Acero, Ed. Tusquets, Barcelona, 2005 [2] SLOTERDIJK, Peter, Temblores de aire, en las fuentes del terror, Ed. Pre-Textos, Valencia 2003 [3] VSQUEZ ROCCA, Adolfo, Sloterdijk; Entre rostros, Esferas y Espacio interfacial. Ensayo de una historia natural de la afabilidad, En EIKASIA, Revista de Filosofa, N 17 2008, ISSN 1885-5679 - Oviedo, Espaa, pp. 221-235 http://www.revistadefilosofia.com/17-05.pdf [4] El Tribunal Internacional de la ONU que juzga el genocidio de Ruanda ha condenado recientemente (diciembre de 2008) al ex coronel ruands Theoneste Bagosora a cadena perpetua como principal instigador del genocidio que asol Ruanda en 1994. El coronel Bagosora es culpable de genocidio, crmenes contra la humanidad y crmenes de guerra, sentenci la corte del Tribunal Penal Internacional. El ex coronel Bagosora lider la matanza de cientos de miles de tutsis y hutus en 1994. La masacre cobr la vida de 937.000 personas. Para ello Bagosora, puso en pie las temibles milicias Interahamwe, formadas por hutus extremistas, que fueron las que llevaron a cabo gran parte de las matanzas. En apenas tres meses, acabaron con la vida, con mtodos tan salvajes como el machetazo, de cientos de miles de personas, principalmente tutsis. [5] FISAS, Vicenc, Cultura de paz y gestin de conflictos. Ediciones UNESCO, Barcelona, 1998, p. 69 [6] ROSKIS, Edgard, Fotografa y Verdad, Le Monde Diplomatique, diciembre 1996, pp. 26 29. [7] BRAUMAN, Rony, L'action humanitaire, Flammarion, 1995, p. 89.