alejandro ezquerra - al otro lado del púlpito

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AL OTRO LADO DEL PÚLPITO ALEJANDRO EZQUERRA

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Perspectiva de la actividad pastoral

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AL OTRO LADO DEL PLPITOALEJANDRO EZQUERRA

Derechos reservados 2014 Alejandro Ezquerra.Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida por cualquier medio, grfico, electrnico o mecnico, incluyendo fotocopias, grabacin o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperacin de informacin sin el permiso por escrito del editor excepto en el caso de citas breves en artculos y reseas crticas.Puede hacer pedidos de libros de WestBow Press en libreras o ponindose en contacto con:WestBow PressA Division of Thomas Nelson & Zondervan1663 Liberty DriveBloomington, IN 47403www.westbowpress.com1-(866) 928-1240Debido a la naturaleza dinmica de Internet, cualquier direccin web o enlace contenido en este libro puede haber cambiado desde su publicacin y puede que ya no sea vlido. Las opiniones expresadas en esta obra son exclusivamente del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor quien, por este medio, renuncia a cualquier responsabilidad sobre ellas.Las personas que aparecen en las imgenes de archivo proporcionadas por Thinkstock son modelos. Este tipo de imgenes se utilizan nicamente con fines ilustrativos.Ciertas imgenes de archivo Thinkstock.ISBN: 978-1-4908-3088-9 (libro electrnico)Fecha de revisin de WestBow Press: 03/14/2014

ContentsPrlogoMi HistoriaYo Les Dar DescansoHijos Del Mismo PadreConfesiones De Un MinistroAbre Los Ojos De Este SiervoAl Otro Lado Del Pulpito

PRLOGOLos cinco captulos que estructuran esta excelente obra de Alejandro Ezquerra constituyen una aportacin al nunca suficientemente debatido tema del ministerio cristiano y, ms concretamente, del hombre que cada domingo ocupa el plpito para anunciar la salvacin en Cristo y edificar a la congregacin de los redimidos. Todos aquellos a quienes Dios ha llamado para transmitir Su Palabra, todos, de cualquiera familia denominacional a la que pertenezcan, tienen aqu una valiosa herramienta de trabajo y tambin un blsamo para las heridas que, desde tiempos de Pablo, suelen afligir al hombre de Dios.Ezquerra escribe con fuerza expresiva y capacidad para ahondar en el corazn del lector. Su escritura eclosiona en luminosos prrafos de una agudsima conciencia cristiana, siempre sujeta a la Biblia que tan bien conoce.AL OTRO LADO DEL PLPITO no slo es un libro recomendable, es un libro imprescindible para los cristianos en general y especialmente para quienes ocupan cada semana ese otro lado del plpito.Juan Antonio Monroy, periodista y escritor espaol, autor de 52 libros, conferenciante internacional.

Cuando pregunt a algunos de mis colegas sobre qu imaginaban al escuchar el ttulo de este libro, respondieron que tratara sobre tcnicas para ser un mejor orador. Otros, me comentaron que sonaba como el ttulo de un libro que expondra los pecados de ministros o predicadores. Otros, simplemente me entregaron una ensalada de respuestas, decan: Se enfocar en comparaciones y diferencias entre denominaciones, Lo que realmente piensan los ministros de sus iglesias o Las dificultades que enfrenta un predicador de tiempo completo. Todos estos son temas interesantes, algunos apelan a la necesidad de actuar y otros simplemente al morbo. Lo que me propongo alcanzar con este libro es motivar al lector a tener una mente abierta a la diversidad religiosa, concientizar sobre el papel que los ministros tienen y convencer a los pastores de que existe otro lado del plpito. Bsicamente, este libro es el resultado de la experiencia personal obtenida visitando diferentes iglesias en mi periodo sabtico de 40 das.Alejandro Ezquerra

MI HISTORIALa tauromaquia, ese arte que ha permeado en diversas reas del saber, entreg al castellano una emblemtica frase: No es lo mismo ver los toros desde la barrera. En su connotacin ms simple, esta frase expresa que la magnitud de una dificultad es, sin duda, menor al estar en el lado seguro del ruedo. Mientras el matador se encuentra haciendo sus faenas, el pblico mira con intil asombro desde la seguridad de su lugar. Esta frase tambin deja claro que en el asiento del aficionado, el torero no tiene qu preocuparse de recibir una cornada. El otro lado del plpito es cmodo, seguro y libre de peligro. Pero cualquier matador, con sangre de autntico torero, podr decir que no hay mayor gloria, honor y satisfaccin que estar frente al burel, dispuesto a dar su vida al otro lado de la barrera.He vestido de luces la mitad de mi vida y he salido al ruedo con valenta. He hecho frente a los toros y resistido las embestidas. An esta fresca en mi memoria la primera vez que me par detrs de un pulpito con estoica audacia. A partir de ese da, mi existencia no sera la misma. La puerta grande se convirti en el camino angosto, la montera se transform en el yelmo de la justicia, y la estocada en la Palabra de Dios.Al otro lado del pulpito es una crnica ministerial. La iglesia vista desde una perspectiva diferente. En el 2014 estar celebrando 10 aos de ministerio a tiempo completo. Mis aos de estudiante y lder congregacional, no los cuento como ministerio a tiempo completo. Al Otro Lado del Pulpito es un libro que apunta hacia esa direccin. Es muy fcil hablar de toros desde el lado seguro de la barrera. Asimismo, es muy sencillo explicar el Evangelio desde la comodidad de una silla. La labor del ministro es indubitablemente una de las ms nobles, pero a la vez una de las ms menospreciadas y criticadas.Fue en el mes de agosto, no recuerdo el da; El agua del bautisterio era escasa, fra y con una mezcla interesante de insectos muertos que emocionara a cualquier maestro de Entomologa, aun as, yo estaba decidido a nacer de nuevo. Estuve visitando la iglesia por los ltimos 11 meses y haba escuchado muchas lecciones conmovedoras acerca del amor de Cristo. Por supuesto, la primera vez que asist lo hice, no por algn inters en la salvacin o anhelo de conocer la teologa, lo hice porque me fascinaba la hija del Pastor. El pase final que us el Torero de Beln para rendirme a sus pies fue el testimonio de mi novia y futuros suegros. La primera advertencia que recib de mi ahora esposa fue: Si no eres del Seor, no eres para mi. Fue ah, donde El Diestro no solo gan mis orejas, sino mi corazn.Mi debut como predicador ocurri dos meses despus de mi bautismo. Al ser una iglesia pequea y que se reuna en nuestra casa, era de esperarse que yo contribuyera con algo ms que los 3 dlares de ofrenda. La evolucin de mi carrera ministerial fue la siguiente: Encargado del departamento de acomodamiento de sillas y mesas, director del llenado de copitas para la Cena del Seor y la ms demandante de todas las tareas, predicador. El tiempo desde que me convert hasta mi ordenacin fue muy corto. No dur mucho tiempo al otro lado del pulpito.He trabajado en dos iglesias. La tarea que Dios me ha permitido completar ha sido sustentada por su mano. Me he dado cuenta que nunca se est lo suficientemente preparado, estudiado o experimentado. Aquel que anhela ministerio, debe recordar que se avanza simplemente por la gracia de Dios. En cierta ocasin, le una frase en una pared de la ciudad de Bogot, en Colombia, que deca: Yo tampoco he vivido antes, tambin estoy improvisando.

YO LES DAR DESCANSOLuego dijo Jess: Vengan a mi todos los que estn cansados y llevan cargas pesadas, y yo les dar descanso. Mateo 11:28El tema del descanso es uno de los menos predicados desde los pulpitos. Al cristiano se le ha implantado el programa Martha 1.0 1 con todas sus actualizaciones. Nos gusta estar ocupados. No solo hace sentirnos importantes, demuestra que amamos a Dios y que anhelamos lo mejor para su iglesia. Sin embargo, esto se encuentra muy lejos de la realidad. Son innumerables los casos de soldados desanimados y cansados por su servicio a Dios y, peor an, de la iglesia. Muchos hijos de cristianos fieles no perseveran en el camino o guardan resentimiento contra la hermandad. Acusan a sus padres o familiares de pasar ms tiempo con la iglesia que con su familia. La verdad es que el descanso no figura en el vocabulario regular de los hijos de Dios.La intencin de Dios no fue cargarnos con responsabilidades. No funcion la primera vez, por qu habra de estipular una segunda edicin de la Ley de Sina? Desde los comienzos, Dios nos dio ejemplo de la importancia del descanso. Trabaj por seis das, y descanso el sptimo2.Hoy, la fe de los hijos de Dios es medida a travs de la exigente bscula del trabajo. Aquellos que no estn involucrados en actividades, eventos o programas, experimentarn la marginacin y, por ende, la culpabilidad. Esto aplica con mayor severidad para los que dicen ser ministros de la iglesia.Los ancianos de la congregacin donde sirvo (Bammel Church of Christ) tuvieron misericordia de mi y de mi familia al otorgarme un mes de descanso. A estos tiempos se les conoce como sabticos. El principio es muy sencillo: Se libera toda responsabilidad de una forma temporal para concentrarse en el crecimiento y desarrollo espiritual-personal. Ese periodo designado por mis pastores, llego como agua en tiempo de sequia. La congregacin donde sirvo, atraves por difciles ajustes durante el 2013, y esto me dej sin fuerzas. Tom el tiempo sabtico como el nufrago se aferra del madero en un fatdico hundimiento. En el primer domingo de mi sabtico escrib en mis notas: Es domingo. El primer domingo de mi sabtico! y est lloviendo. Mi plan es visitar tres iglesias. Me espera un da largo, pero con grandes enseanzas. Ese da, mi mente comenz a absorber el verdadero sentido del sabtico. La lluvia me despert suavemente con su msica arrulladora y un sentimiento de paz profunda. En un domingo regular, ya me habra despertado con la preocupacin de que debido a la lluvia algunos se ausentaran de la reunin: Qu pasara con la ofrenda?, podrn los diconos hacerse cargo del servicio?, etctera. Me qued acostado otros veinte minutos, solo acostado, siendo deleitado por la sinfona de gotas y la ausente presin. Di gracias a Dios por ese da, por la lluvia, y la paz de saber que l tiene cuidado de su iglesia.No es la costumbre en las iglesias. El hecho de solicitar a sus ministros tomar un tiempo de descanso puede ser considerado una conducta extraa. La expectativa es que los ministros no se cansen. El ministro debe estar enteramente preparado para toda buena obra, entre las cuales est el no cansarse nunca. El cansancio que el predicador puede experimentar va desde lo emocional hasta lo fsico. El primero se niega, el segundo se ignora y se desatiende con ms frecuencia.Para mi primer ronda de visitacin a iglesias, me puse una camisa con un ligera mancha de aceite en el cuello. No estaba preocupado en lo absoluto sobre lo que fueran a pensar de mi, si estaba bien vestido o no, en la imagen que algn visitante tuviera de mi, Pues yo sera el visitante! El mismo sentimiento fue compartido por mi esposa e hijas.Es tiempo de regresar a lo bsico. El descanso fue creado por Dios y es una de las manifestaciones ms grandes de la gracia. Antes de que Cristo llegara a nuestras vidas, vivamos bajo la ley de la carne. A mayor actividad, mayor reconocimiento o favor de los dems. Ahora vivimos por lo que El ha hecho. Por supuesto que esto no significa un abandono o pereza espiritualizada, significa que las obras que hacemos son para su gloria. La libertad prstina es aquella que se utiliza y disfruta. De nada sirve decir que somos libres, si tenemos que demostrarlo. Dios es el Dios de los ejrcitos!, pero tambin los ejrcitos necesitan descansar.

HIJOS DEL MISMO PADRE No somos hijos del mismo Padre? No fuimos creados por el mismo Dios? Entonces, Por qu nos traicionamos unos a otros, violando el pacto de nuestros antepasados? Malaquas 2:10Boz es mi amigo y he aprendido mucho de l. No solo me ha ayudado a mejorar mi Ingls sin barreras, sino que con su ejemplo me ilustr en el arte de amar y servir a los dems. En nuestras conversaciones constantemente intercambiamos elementos del argot de nuestras respectivas culturas. El es Serbio, yo Mexicano. Una de las frases que me ense es la expresin americanizada: A brother from another mother. Esta frase es una de mis favoritas. Es usada por aquellos que mantienen una amistad tan cercana que se consideran hermanos. Nunca imagin que algn da usara esta frase para ilustrar el sentido de este captulo.En mi viaje por diferentes congregaciones, encontr que hay ms similitudes y cosas en comn entre las iglesias que desigualdades vlidas. Al otro lado del plpito, no hay diferencias. Cada lugar tiene sus particularidades, sus prcticas y sus liturgias, pero el mensaje sigue siendo el mismo. Las iglesias estn compuestas por personas. La gente siempre tendr limitaciones y dificultades. En cada iglesia, hay familias tomadas de la mano, parejas que tienen dificultades relacionales y madres solteras. Las historias se repiten en cada lugar. Las necesidades son las mismas. La confusin y miedo son clones distribuidos en diferentes zonas de la ciudad.Durante mi sabtico, pude experimentar esta gran verdad. En un mismo da, escuch tres sermones, presentados por predicadores de tres nacionalidades, en localidades diferentes. El mensaje fue exactamente el mismo. La gracia de Dios, la familia, el pecado y la necesidad de Cristo en la vida del hombre. Cmo puede una iglesia donde se adora a ritmo de merengue predicar el mismo mensaje que aquella con adoracin contempornea? Al final, lo que nos hace semejantes no es la liturgia, sino la predicacin de Cristo.Entonces, por qu nos mantenemos alejados los unos de los otros? La respuesta est en nuestros orgenes. Segn la Biblia, todos tenemos el mismo Padre3. Pero aun la naturaleza nos ensea que un mismo padre, puede tener hijos completamente diferentes. Las similitudes se acentan o se desvanecen dependiendo del origen. Los llamados hijos gemelos son aquellos que comparten el mismo tero durante la gestacin. Sus rasgos son idnticos, comparten sentimientos e incluso sus expresiones son sorprendentemente parecidas. A estos, les siguen los conocidos en Latinoamrica como cuates. Los mellizos son hijos del mismo padre y madre, pero se desarrollan en diferentes placentas a causa de la biparticin del vulo. Estos comparten a sus padres, pero son individuos marcadamente diferentes. Por ltimo, estn los hijos del mismo padre y de diferente madre. Los cuales llegan a crecer en contextos distintos, pero definitivamente conservan algo de los rasgos de sus progenitores. En una forma extensiva, cada iglesia da a luz a sus propios hijos. Cipriano de Cartago, expres: Uno no puede tener a Dios como su Padre, si no tiene a la iglesia como su madre. Dios dispuso en el corazn del hombre la necesidad de buscarle. Ha sido la iglesia, la encargada de trazar las diferentes formas o caminos que conducen al Creador. Es as como encontramos el mismo principio en la gran mayora de las iglesias: Amar a Dios con todo tu corazn, con toda tu alma y con toda tu mente Y amar al prjimo como a ti mismo. 4 La diferencia radica en las tradiciones y costumbres que la madre iglesia ha instituido en sus hijos.Somos hijos del mismo Padre y enfrentamos el mismo problema de apata.En una de las congregaciones que visit, la directora de alabanza tuvo grandes problemas para animar a la audiencia. En repetidas ocasiones les tuvo que recordar que lo que estaba ocurriendo en ese momento era una fiesta. Es tan difcil animar a un pueblo que no quiere ser animado! Qu hace falta? En ocasiones, se acusa a los instrumentos de emocionar a la audiencia con sus notas y que por ello las iglesias denominacionales reciben multitudes. Pero lo anterior result una falacia, al visitar mi primer destino encontr un edificio bien decorado, los participantes del programa muy animados y con buena presencia; pero, aun as, el edificio estaba vaco y quienes llegaron respondan con una actitud aptica. En momentos as, parece que lo sublime es obligacin. La adoradora se esforz por crear una atmosfera de adoracin. Personalmente, creo que la adoracin se origina en el corazn. Cuando hay un deseo sincero e intenso de acercarse a Dios, se produce inevitablemente que el saln se llene del Espritu y los cimientos se estremezcan.En la gran mayora de los lugares descubr el mismo patrn. El canto congregacional es nulo. La participacin de la audiencia se reduce a las contadas excepciones en las que se les requiere un grito de jbilo. En uno de los comentarios, la directora de adoracin dijo: DIOS SIGUE SIENDO EL MISMO. Esto hizo eco en mi mente, al pensar que Dios es el mismo independientemente de la iglesia en la que se invoque su nombre. Dios no se pone una sotana en la iglesia catlica y una bata en la iglesia anglicana. Dios no toma la guitarra elctrica en la iglesia internacional y un pandero en la iglesia pentecostal. Dios no toma la cena del Seor en copitas o la celebra cada mes en culto especial. Dios es Dios, como dijo a Moiss: Yo soy el que Soy5, no dependiendo de circunstancias, tradiciones o prcticas.No importando la fama del pastor, la excelencia en logstica o lo impecable de las instalaciones, pude observar un marcado ausentismo. En una de las iglesias etiquetada como la ms numerosa de la ciudad, el edificio no estaba lleno; si bien la capacidad del auditorio es para 10 000 asistentes, en el lugar haba unas 2 500 personas. Al igual que la iglesia anterior, la asistencia dej mucho que decir.Somos hijos del mismo Padre y tenemos el mismo problema, el argot.Como si existiera un manual de las iglesias, hay palabras, expresiones y conductas que son un comn denominador en todo lugar. Es cierto que en algunas asambleas, los pastores tienen sus expresiones muy peculiares que rayan en lo caricaturesco; por ejemplo: Los redimidos en la casa!- Una nueva moda para pedir a la audiencia que emita un grito. O la de: Hello, cuando dicen una verdad y esperan que la audiencia haya sido confrontada. Pero a excepcin de casos contados, usamos las mismas expresiones.Sea por casualidad o como resultado de un profundo anlisis (lo cual dudo mucho), me di cuenta que en las iglesias se acostumbra a emitir rdenes de todo tipo. Un total de 70 edictos de diferente ndole. Desde Dgale al que est a su lado a Pngase de pie, y una de mis favoritas, No mires el reloj. En fin, las amables peticiones que una persona habr de recibir en un servicio de adoracin, son de lo ms variadas. Algunas son: Canta con gozo! No te distraigas Dselo Abre tu corazn Ponte de pie Abre tu Biblia Preprate Dile al que est a tu lado Repite conmigo Sintate Saluda al que est cerca de ti Dselo a l Hazlo as No mires a nadie Apludele a l Hazlo dos veces Dale el aplauso! Si se lo vas a dar, dselo fuerte Crelo Levanta tus manosSomos hijos del mismo Padre y tenemos el mismo problema, legalismo.El sndrome del fariseo no es sedentario. El legalismo tiene sucursales en todo lugar Y sigue expandiendo su territorio! Su presencia es tangible en toda casa de adoracin. En uno de los templos de alabanza, el director de cantos explic que en ese lugar se levantan las manos para mostrar la fe. Un esfuerzo apologtico para apaciguar las mentes legalistas. Cada iglesia se enfrenta contra sus propios concilios y sanedrines.En otro lugar, durante un servicio al que llaman evangelstico, disfrutamos de msica magistralmente ejecutada. El gozo de Dios era el tema de la mayora de las canciones. Irnicamente, la cara del director del programa y del pastor que estaban junto al plpito, deca cosa contraria. Cuando pregunt al respecto se me inform que es bblico Hacer todo decentemente y con orden. Las mujeres en esta misma congregacin deben ser recatadas. No pueden usar joyera, maquillaje o peinados ostentosos. Su vestimenta debe incluir faldas largas y hombros cubiertos. Los hombres se visten con traje y corbata. En el recinto se puede respirar la formalidad, la religiosidad y la reverencia. La esposa del pastor hizo entrega de los anuncios los cuales fueron opacados por un tono de lamento y tristeza; no debe ser fcil vivir bajo la suela del legalismo.

CONFESIONES DE UN MINISTROTodos me abandonaron; que no se lo tomen en cuenta. Apstol Pablo (2 Timoteo 4:16)No fue nada fcil. Mi familia y yo visitamos un total de 7 iglesias en un periodo de 40 das. Aprend mucho de los dems, pero lo que ms me sorprendi fue lo que aprend de mi mismo. Me di cuenta que soy una persona carnal y con poca espiritualidad. Mi verdadera personalidad sali a flote. Es muy difcil aceptarlo, pero debo confesar, no estoy cerca de ser lo que Cristo quiere que sea. Durante mi sabtico y visitacin a diferentes congregaciones fui confrontado conmigo mismo y tengo algunas confesiones que hacer:Debo confesar que gran parte del tiempo me comport como el marido inconverso de mujer creyente. Mientras todos adoraban de pie, yo estaba sentado tomando notas. Cuando todos inclinaban sus rostros y cerraban sus ojos para orar, yo me quedaba con los ojos abiertos. Cuando el plato de la ofrenda pasaba, yo solo lo miraba con desdn y era el primero en ponerme de pie cuando el predicador anunciaba que haba concluido el servicio.Debo confesar que mantuve la filosofa equivocada. Durante mi sabtico defend la posicin: Yo no hago la diferencia. Es decir, yo no hara la diferencia en la iglesia que visitara ese da. Sera un visitante mas, uno entre la multitud. Esto libera de muchas responsabilidades. No me sentira mal si llegaba tarde. Tampoco enfrentara sentimientos de culpa por no ayudar con la construccin o remodelacin de ningn templo. Mantuve una actitud indiferente y, lo peor de todo, es que comenc a acostumbrarme.Debo confesar que mi actitud era reprobable. Me senta contento cuando llegaba a iglesias con limitaciones, porque las comparaba con la congregacin donde yo ministro y senta que nosotros s estbamos haciendo las cosas bien. Por otro lado, el demonio de la envidia y su letal hermano, celos, me acechaban cuando llegaba a iglesias con recursos abundantes. Al ver su prosperidad, me senta menos. Ca bajo en mi pecado. Incluso, llegue a adjudicar la prosperidad de estas iglesias a falsas enseanzas y lavado de cerebro, en lugar de la poderosa influencia del Espritu Santo.Debo confesar que no tuve un encuentro cercano con Dios. Al estar expuesto a tantas iglesias, lo natural, lo lgico y lo esperado, sera que experimentara a Dios en cada una de las reuniones. No fue as. Con excepcin de una iglesia (Eclessia,) cada asamblea resultaba tediosa, superficial y vaca. Mis momentos de mayor conexin fueron durante mis devocionales personales, en la soledad de mi estudio. La fraseologa, repeticin y clichs que las iglesias empleamos, me resultaban distractores que alejaban de mi, la concentracin en la Divinidad.Debo confesar mi enojo. Mi molestia fue notable cuando me di cuenta que gran parte de las personas que adornan las filas de las mega- iglesias son el resultado del trfico de ovejas. Que no les interesa servir a Cristo, sino ser parte de un ministerio con renombre. Presumir que son miembros de la iglesia tal o cual, o que son ovejas del pastor fulano de tal.Debo confesar que experiment placer al leer la Biblia. No tuve que preparar un sermn, tampoco una leccin. Le la Palabra por voluntad propia y con sed como la del ciervo. Qu placer es buscar a Dios y tener la dicha de encontrarle! No haba una fecha lmite, tampoco un tema especfico. Le la Palabra solo por el placer de leerla. El riesgo de leer la Biblia por obligacin es uno al que los ministros nos enfrentamos con frecuencia. Puedo decir que Jehov- Rafa me cur de mi mal. Ahora le busco no para cumplir, sino por necesidad y placer.Debo confesar que ahora comprendo con mayor facilidad a la hermandad. Para el ministro es fcil discernir una verdad bblica despus de leer comentarios, hojear diccionarios bblicos y tener un conocimiento general de las costumbres e idiomas de la Biblia. Sin embargo, para un miembro regular, comprender las profundas verdades bblicas, sin estas herramientas, puede resultar un lento proceso. Ahora entiendo que los ministros estamos en una posicin de ventaja y que aquellos que no tienen la oportunidad y acceso que nosotros tenemos, merecen nuestro apoyo y comprensin.

ABRE LOS OJOS DE ESTE SIERVOEntonces Eliseo or: Seor, abre los ojos de este joven para que vea! 2 Reyes 6:17En mi recorrido por diferentes iglesias busqu respuesta a varias preguntas. Algunas de ellas fueron contestadas; otras, simplemente ignoradas. Muchas de ellas fueron sugeridas por apreciados colegas. El propsito del cuestionario era evaluar el desempeo de las diferentes iglesias visitadas. La lista de interrogantes inclua: Cuntas personas me saludaron?, Es una iglesia activa en su comunidad?, Es fcil llegar al lugar?, Fueron amigables?, Qu tan accesible fue hablar con el Pastor?, Qu cosas tiene en comn con otras iglesias?, Qu cosas son opuestas a otras iglesias?, Cul fue la experiencia?, Qu me hara regresar a ese lugar?, Recib alguna llamada despus de mi visita?, Fue el mensaje edificante?, Qu sent al estar ah?, El sermn fue relevante y bblico ?, El orador fue carismtico?, La msica fue atrayente o distractora?Estoy convencido que la exposicin prolongada a ciertas cosas, nos lleva al nivel conocido como triangulo de las Bermudas. Este es un punto ciego. La persona o, en este caso, las iglesias, no se percatan de las deficiencias, ya que han estado expuestas tanto tiempo a ellas que les resulta difcil identificarlas. Fue as como me encontr con algunos detalles que a mi juicio son nocivos para el cuerpo de Cristo y que al parecer son solo visibles a los visitantes.Cmo se ve la iglesia, la adoracin, el sermn, el predicador, desde la silla de un miembro regular o un visitante? La siguiente es una recopilacin de mis experiencias en un quijotesco viaje por algunas comunidades religiosas hispanas de la ciudad de Houston.En una de las iglesias viv la Gran Tribulacin. Fui expuesto a una tortura al tener que escuchar a una seora, (no tengo la menor idea de quien es ni el ms nfimo deseo de averiguarlo) que trajo el mensaje. A este punto, me di cuenta que es una falta de respeto comenzar a hablarle a una audiencia sin ni siquiera presentarse. Esta persona se abstuvo de explicar las razones que le calificaban para dar el mensaje. Tambin llegu a la conclusin que es una falta de respeto para los pastores no mencionar su ausencia y las razones para esta. Todo invitado a predicar debe agradecer pblicamente la oportunidad y el privilegio de compartir el plpito.Dios abri mis ojos espirituales. Pude darme cuenta que cuando una persona asiste por primera vez a la iglesia est a la defensiva. Se siente abrumado, asustado y fuera de lugar. No quiere atencin exagerada. Esto lo pudimos experimentar mi familia y yo en los diferentes lugares que visitamos. El centro de adoracin donde nos sentimos perfectamente bienvenidos y sin presiones, ni siquiera not nuestra presencia. No hubo bienvenida, palabras de bendicin o llena esta tarjeta. Fue natural y sin exageraciones. Dar un regalo es importante para abrir camino a la conversacin con los visitantes. Pero creo que no es necesario el reconocimiento o solicitar informacin. Creo que es invadir el espacio personal. Si la persona desea regresar, lo har sin necesidad de que le llamen o reciba una visita del pastor.Es necesario que las iglesias abramos los ojos. El respeto que damos a los que laboran en la grey es muy limitado. En una de las iglesias que visit, me di cuenta que cuando se habla del pastor, se hace con estima y devocin. A pesar de estar ausente, se puede sentir que su iglesia le tiene en un lugar prominente. Cuando el predicador pas al frente, se pidi a la audiencia que se pusiera de pie y le diera un aplauso. El orador invitado abri su mensaje con las siguientes palabras: Los pulpitos no se confan a todo mundo, es un privilegio. Tiene razn.La bienvenida que nos dieron en la primer iglesia fue efusiva y muy amistosa. Cuando mi familia y yo llegamos a la entrada, una seora con sonrisa de oreja a oreja, nos recibi con un saludo efervescente. A tal punto fue su gozo, que me hizo pensar que ya la conocamos y que en verdad se alegraba de vernos. Esa primer impresin es muy saludable en la mente de cualquier ser humano. Saberse bienvenido es vital. Ms tarde, el pastor listo para dar su sermn, detuvo la noble enseanza para dar una bienvenida especial. Desde el plpito dijo mi nombre. Baj del estrado para darme un abrazo y saludar a mi familia completa. Pidi a la congregacin que nos saludara. As que todos se pusieron de pie y comenzaron a recitar la bendicin sacerdotal dada a Aarn y a Moiss en el libro de Nmeros. La nica diferencia con aquella bendicin es que cuando llegaron a la palabra paz, la repitieron siete veces. Lo mismo ocurri con la palabra proteccin. La verdad, es un poco incmodo estar parado en medio de un grupo de personas desconocidas que repiten la misma palabra ms de tres veces. Aprecio la intencin, sin duda, pero qu momento tan vergonzoso!Algo que aprend durante mi sabtico es la necesidad de empata. Los que hablamos a diferentes audiencias necesitamos de retroalimentacin. Siempre es conveniente y un acto de cortesa del pblico para cualquier orador, el hecho de asentir con la cabeza, sonrer, dar un amn o incluso dar un aplauso cuando ha dicho algo acorde. Estos contribuyen al mensaje cuando son limitados y no exagerados.Algo que pocas veces los oradores nos damos cuenta (o no reconocemos) es el impacto que nuestra voz ejerce en el mensaje. An ms, la transparencia que se puede sentir al otro lado del plpito. La audiencia sabe reconocer cuando un orador es sincero y aplica su enseanza a su vida personal. La audiencia sabe reconocer cundo un mensaje es salido de la mente y cundo este es salido del corazn.Es tan importante dejar saber a la audiencia hacia dnde nos dirigimos como oradores. Cul es el mapa del mensaje?, Por qu nos dirigimos para all?, Por qu eres t quien nos lleva de la mano? En ocasiones, los gesto y ademanes de un orador en lugar de resultar de ayuda en la presentacin y nfasis del mensaje, se convierten en un distractor. Ese es el caso del predicador de esta congregacin. Qu es entonces lo que atrae a la gente?- Probablemente la calidad musical o las instalaciones, tal vez los programas de ayuda social.La mejor experiencia al visitar iglesias ocurri en una congregacin ubicada en el corazn de Houston. Su msica perfectamente ecualizada y ejecutada prepara al adorador para una experiencia de conexin espiritual. Nadie da la bienvenida en la entrada. No hay tarjetas para llenar o informacin que entregar. El aroma de caf invade la casa. La sencillez de su gente, paredes y muebles, hace del lugar un santuario libre de prejuicios, donde gente de todas las denominaciones son bienvenidas. Participamos del pan y del vino, elementos ausentes en la totalidad de iglesias visitadas anteriormente. El mensaje fue entregado con sencillez y a la vez con profundidad. Conceptos como el diezmo, la prosperidad o la declaracin, estuvieron ausentes. La Biblia, abierta en el captulo 3 de Gnesis, dirigi el bien elaborado mensaje del pastor. No hubo show. No hubo gritos. No hubo referencia al pastor, al ungido. No hubo presin para dar dinero. No hubo sobres de ningn tipo. No hubo invitaciones largas y tediosas. No hubo un mensaje largo y fuera de lugar. No hubo exageraciones en la vestimenta.El ltimo domingo decidimos quedarnos en casa. No acudimos a ningn centro de adoracin. La idea de que la iglesia somos nosotros, la gente, y no el edificio, es comparable al concepto de hogar y casa. La casa no hace a la familia. La familia est formada por seres vivos, pensantes, llenos de emociones. La misma idea abarca a la iglesia. Decidimos participar del pan, cantar y leer la Palabra, desde la comodidad de nuestro hogar. Pero al igual que una casa sin familia es solo un conjunto de ladrillos bien acomodados; una familia sin casa enfrenta muchas dificultades. No es el orden natural.Esto nos hara pensar que es mejor hacerlo as cada semana. De ninguna manera, la asistencia al centro de adoracin o iglesia es necesaria para el crecimiento y desarrollo espiritual.

AL OTRO LADO DEL PULPITOAl estar en la banca, al otro lado del plpito aprend mucho. Las lecciones que recib de parte de Dios fueron simples, pero, con todo, han dejado profunda huella en mi. El ministerio que Dios me ha encomendado sufri una confrontacin y mis intenciones al igual que Belsasar han sido contadas. Es tanto lo adquirido en esta experiencia que he decidido compartirlo:Al otro lado del pulpito valor el tesoro de compartir la Palabra. Al estar escuchando tantos mensajes, no dejaba de experimentar la necesidad de hablar. El sentimiento de nostalgia me hacia aorar el plpito. Me indignaba ante la irresponsabilidad de algunos que presentaban el mensaje. Predicar la Palabra es mi existir, la razn de mi vida, mi todo.Al otro lado del pulpito me inspir. Al otro lado del plpito di gracias a Dios por mi llamado, por mis talentos y por el privilegio de hablar su Palabra.Al otro lado del pulpito descubr que hay puntos ciegos. Es muy fcil identificar los errores de otros. Si mi propsito para este libro hubiese sido criticar los errores de las iglesias que visit y sus lideres, pginas me habran faltado. Este libro hubiera sido ms sencillo de escribir si me hubiese enfocado en las deficiencias. Pero esa no es mi intencin. Mi propsito es aprender y compartir tal conocimiento.Al otro lado del pulpito aprend que el estudio de la Biblia es indispensable para el ministro de Dios. Que la memorizacin del texto es imprescindible y que el testimonio personal es inexorable.Al otro lado del pulpito aprend que tengo una gran responsabilidad. Las palabras de un predicador son absueltas de duda por mentes frgiles. Hay personas que creen ciegamente lo que se dice desde un pulpito, sea por negligencia, inocencia o confianza en la tica pastoral. Estar al otro lado del plpito despert en mi, la necesidad de seguir preparndome, ofrecer al oyente un mensaje orgnico; es decir, sin saborizantes, no diluido en las aguas del postmodernismo o adulterado con los qumicos de la trivialidad.Al otro lado del pulpito llegu a la conclusin de que los predicadores cometemos el error del len. Es ampliamente conocido el dicho que reza: El len cree que todos son de su condicin. Se expresa cuando alguien da por sentado que otros ven las cosas igual que l. Por ejemplo, Juan, te quedaste dormido durante el sermn. A lo que Juan responde: Jos, solo porque t te quedas dormido durante los mensajes, no significa que yo lo haga. Los expositores de la Palabra damos por sentado que la audiencia entiende de qu estamos hablando. Esto es un grave error. El que presenta el mensaje, ha dedicado horas de estudio (se espera) para su exposicin. El oyente ni siquiera sabe de qu se iba a predicar ese da.Al otro lado del pulpito es fcil poner en duda cualquier palabra del orador. Ser escptico no es una tarea complicada, es natural. Ser crtico se convierte en un deleite difcil de evitar. Al otro lado del pulpito es sencillo ser erudito.Al otro lado del pulpito aprend que los mejores mensajes son aquellos llenos de sencillez. Aquellos mensajes fciles de entender. Sin adornos. Carentes del abuso de definicin y regionalismos. Mensajes tiles, relevantes y aplicables a la vida cotidiana. Profundos, pero no carentes de sensibilidad. Llenos de emocin, pero no un pretexto para la falta de preparacin.Al otro lado del pulpito aprend que no hace diferencia si en una iglesia se adora con instrumentos o no. Si se tiene ministerio de danza o no. Si el predicador es Apstol o simplemente un laico con buena elocuencia.Al otro lado del pulpito recibes lo que quieran darte de comer. El ideal es que ningn ser humano se deje alimentar a voluntad ajena. Comer cuando otro lo decide, comer lo que otros deciden, dejar fuera la voluntad y las necesidades individuales. La tabla de nutricin espiritual es tan extensa que no se puede dar la misma clase de alimento de una forma genrica.Al otro lado del pulpito renov mi pacto con Dios: Presentar su mensaje con excelencia. Respetar el podio, el plpito y sobre todo a la audiencia. Valorar la Palabra, ponerla al frente de cada mensaje, apegarme a ella, estudiarla, memorizarla y ensearla con amor y pasin.

ENDNOTES1 Lucas 10:38-422 Cuando lleg el sptimo da, Dios ya haba terminado su obra de creacin, y descanso de toda su labor. Gnesis 2:23 Y un solo Dios y Padre de todos, quien esta sobre todos en todos, y vive por medio de todos- Efesios 4:64 Mateo 22:37-395 xodo 3:14