agua belen y luis franco

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1 Apuntes Líquidos sobre el Agua en Belén. Franco y la Revuelta por el Agua Por Gonzalo Reartes Prof. de Filosofía y Cs. de la Educación Resumen “¡Antes venía agua, ahora meado parece!”. Esta afirmación es el resumen perfecto del trabajo que se presenta. “Antes venía agua” refiere a una situación del sistema de riego por acequias, en la primera mitad del siglo pasado en Belén (Catamarca, Argentina), que abastecía a la población con agua fundamental para diferentes tareas de la vida cotidiana. Por ese bien hubo que luchar, como lo muestra la reconstrucción de la revuelta contra los “ahijados del Gobierno”. “Ahora meado parece” es la denuncia a un sistema de riego abandonado en donde la agricultura cada vez más es un privilegio de pocos. Este trabajo, que carece de mucha solidez, está compuesto con las palabras, en su mayoría, de pobladores de más de 75 años de Belén; posee una escritura que oscilante, un carácter de relato biopolítico; es una narración sin generalidad posibles y sumamente subjetivo, que pretende denunciar los abusos y abandonos del agua; es, en suma, un apunte líquido que reflexiona sobre las políticas de agua, y cuyo fluir cuestionan a las políticas de conocimiento. Palabras Claves: Belén – Agua – Luis Franco – Revuelta - Memorias. Liquid Notes On The Water In Belen. Franco and the revolt for the water “¡Before it was coming water down, now pissed seems!” This affirmation is the perfect summary of the work that one presents. “Before it was coming water down” it says to a situation of the system of irrigation for irrigation ditches, in the first half of last century in Belen (Catamarca, Argentina), that it was supplying the population with fundamental water for different tasks of the daily life. For this good it was necessary to fight, since the reconstruction of the revolt shows it against the “Godsons of the Government”. “Now pissed seems” is the denunciation to a system of irrigation left where the agriculture increasingly is a privilege of few ones.

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Page 1: Agua Belen y Luis Franco

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Apuntes Líquidos sobre el Agua en Belén. Franco y la Revuelta por el Agua

Por Gonzalo Reartes

Prof. de Filosofía y Cs. de la Educación

Resumen

“¡Antes venía agua, ahora meado parece!”. Esta afirmación es el resumen perfecto del

trabajo que se presenta. “Antes venía agua” refiere a una situación del sistema de riego

por acequias, en la primera mitad del siglo pasado en Belén (Catamarca, Argentina), que

abastecía a la población con agua fundamental para diferentes tareas de la vida

cotidiana. Por ese bien hubo que luchar, como lo muestra la reconstrucción de la

revuelta contra los “ahijados del Gobierno”. “Ahora meado parece” es la denuncia a un

sistema de riego abandonado en donde la agricultura cada vez más es un privilegio de

pocos.

Este trabajo, que carece de mucha solidez, está compuesto con las palabras, en su

mayoría, de pobladores de más de 75 años de Belén; posee una escritura que oscilante,

un carácter de relato biopolítico; es una narración sin generalidad posibles y sumamente

subjetivo, que pretende denunciar los abusos y abandonos del agua; es, en suma, un

apunte líquido que reflexiona sobre las políticas de agua, y cuyo fluir cuestionan a las

políticas de conocimiento.

Palabras Claves: Belén – Agua – Luis Franco – Revuelta - Memorias.

Liquid Notes On The Water In Belen. Franco and the revolt for the water

“¡Before it was coming water down, now pissed seems!” This affirmation is the perfect

summary of the work that one presents. “Before it was coming water down” it says to a

situation of the system of irrigation for irrigation ditches, in the first half of last century

in Belen (Catamarca, Argentina), that it was supplying the population with fundamental

water for different tasks of the daily life. For this good it was necessary to fight, since

the reconstruction of the revolt shows it against the “Godsons of the Government”.

“Now pissed seems” is the denunciation to a system of irrigation left where the

agriculture increasingly is a privilege of few ones.

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This work, which lacks many solidity, is composed by the words, in the main, of settlers

of more than 75 years of Belen; it possesses a writing than oscillating, a character of

biopolitic statement; it is a story without generality possibly and extremely subjectively,

that tries to denounce the abuses and abandons of the waters; it is, in sum, a liquid note

that thinks about the water policies, and which to flow they questions to policies of

knowledge.-

Key words: Belen- Water - Luis Franco - Revolt – Memories

1. A modo de presentación y justificación

Sabemos que existen distintas formas de conocimiento y que entre las mismas se

ha establecido algo así como una jerarquía que a medida que los años y las épocas se

suceden, se modifica. Cada tanto en tanto una forma de conocimiento se impone sobre

las demás. Los conocimientos a la vez, conforman formas de sensación, percepción y

pensamiento del mundo. Un saber verdadero es sobre todo un saber sólido, un saber

fuerte, sin grietas ni fisuras aparentes. Un saber sólido hoy en día sobre todo es aquel

que posee una coherencia lógica y empírica, que ha sido obtenido siguiendo un método

riguroso y preciso. Un saber sólido es aquel que, supuestamente, es objetivo,

independiente de intereses particulares o comunales, y sin embargo útil a interese

políticos y económicos. Un saber sólido es uno que se relata por sujetos legitimados y

sujetos a ciertas “academias”. Un saber sólido es también uno que promete fecundidad y

generalidad.

Este trabajo, bajo tales parámetros no parece ser muy sólido. El mismo se halla

construido mediante entrevistas a sujetos que cuentan su historia de vida, la mayoría de

más de 75 años, agricultores y artesanos del pueblo de Belén. Una parte de los libros

que aparecen son los menos “académicos” posibles, o por lo menos no reconocidos

académicamente. Entre ellos comentarios y ensayos del escritor belicho1 Luis Franco.

Por otro lado, la escritura oscila entre la académica -muy a pesar mío-, y la poética

literaria y el relato de ficción como estrategia para la reconstrucción histórica. No se

logra imaginar posibles generalidades de esta narración, y por otro lado es sumamente

1 Gentilicio de quien ha nacido en Belén (Provincia de Catamarca Argentina). A demás se usa como un adjetivo amplio para diferentes situaciones que se refieran a Belén. También se puede decir belenisto.

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subjetivo. Y para colmo es un texto que habla en su mayoría del agua. Esto parece ser

un texto líquido, parecen ser apuntes líquidos sobre el agua.

A la falta de solidez le sumamos también que estos “apuntes” tiene un carácter de

relato biopolítico, modo de hacer discursos políticos que no gozan de un total

reconocimiento en algunos ámbitos académicos. Así, el trabajo dentro de este orden,

invoca “figuras apagadas del discurso histórico” que han defendido un recurso vital.

Hay una pequeña pretensión en cooperar a la reflexión filosófica situada desde este

modo de abordar los acontecimientos políticos, entendido como abordaje que examina

las condiciones de gestión, por así decirlo, de la vida. Este ensayo es también una

denuncia a la utilización de recursos que afectan la administración de la vida, denuncia

que se inspira en la figura de Franco, pero que sirve para mirar nuestro presente

biopolítico. Para ello se recupera la metáfora del monstruo político de Antonio Negri,

pues ella propone examinar los acontecimientos susceptibles de mutaciones que pueden

invertir, convertir o revertir las condiciones de la vitalidad.

El siguiente trabajo consta de cinco momentos: un recorrido por las prácticas en

torno al agua en la Villa de Belén, localidad cabecera del departamento homónimo

(Catamarca, Argentina), en la primera mitad del siglo pasado. Luego, el levantamiento

que unos regantes del pueblo, entre ellos Luis Leopoldo Franco, efectúan exigiendo una

justa distribución del agua. Continuamos con un examen de la situación actual del agua

en Belén. Ya en la última parte se realizan unas reflexiones sobre el proceso de

producción del presente trabajo, y el último parágrafo está dedicado a las proyecciones

que se desprenden.

2. El agua en Belén de la primera mitad del siglo pasado

“¡Antes venía agua, ahora meado parece!” Así es como doña Jesús Hortensia

Vázquez resume su sorpresa e indignación, al igual que otros vecinos, ante la

percepción de la actual situación del agua para riego. Doña Jesús tiene 75 años, y según

cuenta ha vivido toda su vida en el barrio La Cañada de Belén. Pues a la falta de

administración y distribución de las horas de agua de riego, se suma la disminución en

el afluente, el deterioro y abandono de acequias y la pésima calidad del agua. Dicho en

otras palabras, “además de poca, ¡sucia!”

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El agua que viaja por las acequias y cuyo fin es, actualmente, el riego de terrenos

dedicados a la agricultura por habitantes de Belén, en otras épocas, fue una de las

fuentes principales para distintas actividades de la vida belicha.

La Villa de Belén, en 1930, tenía unos 5000 habitantes aproximadamente2, la

mayoría vivía de la agricultura (Hermitte y Klein 1972; Hermitte 1972). Un agricultor

podía trabajar en sus propias tierras o emplearse y trabajar en las ajenas, obteniendo por

el mismo dinero o “al partir”3. Pero eran muy pocos los casos de las personas que no

poseyeran una parcela de tierra para la agricultura, aunque sea mínima, y cuyo fin era el

autoconsumo.

El agua que irriga a Belén es la que viene desde el norte por el Río del mismo

nombre. Éste crece su cauce alimentado por el San Fernando y Agua Clara4. El agua

que recoge no es de gran cantidad, pero sirve para alimentar la ciudad de Belén. A unos

3 km. aproximadamente al norte de la ciudad, se encuentra el actual Dique. En la

primera mitad del siglo pasado, a esa misma altura, funcionaba “La Toma de Agua”,

como la llamaban sus habitantes, en donde se recolectaba el agua que trae el Río Belén

y luego se la distribuía en el pueblo por las acequias. Los encargados del primer trabajo

eran llamados “tomeros”, y los segundos “repartidores”.

Según planos consultados en el Archivo Histórico de la Provincia de Catamarca5,

en la Villa de Belén en el año 1922 se pueden contar 12 acequias principales que

distribuían el agua y que recorrían Belén de norte a sur. Las acequias recibían los

nombres según a las zonas o barrios a las que se dirigían, y de ella nacían acequias más

2 La estimación de 5.000 habitantes se da a partir de algunos datos estadísticos. Hermitte y Klein (1972) observan que en 1869, al realizarse el cuarto censo en lo que comprendería el territorio del departamento Belén (los anteriores habían sido en 1756, 1770 y 1812), había una población de 1.372 habitantes. Según Cuello (2001), que maneja otros datos, observa que el tercer censo en el Departamento Belén fue en 1914, realizado por Guillermo Correa, que dio un total de 8.946 habitantes. Hermitte (1972) aporta otros datos estadísticos posteriores a la década de 1930, y señala que en 1947 hay un censo realizado por la Dirección de Estadística y Censo de la Provincia de Catamarca, en donde se informa que el Departamento Belén posee un total de 14.159 habitantes. En 1970, el Departamento tiene una población de 15.920 habitantes, y en la Villa se registraban un total de 6.028. 3 Forma de contrato laboral que consiste que en una de las partes pone la tierra, herramientas, agua, semillas, y la otra la fuerza y horas de trabajo. La producción o la ganancia de la misma de divide entre las partes según términos acordados anteriormente. 4 El Río San Fernando es la continuación del río Corral Quemado, el cual a su vez recibe los caudales de los ríos Papachacras y Vicuñapampa. También suma su caudal el río Hualfín, que recoge las aguas de los ríos Villa Vil y el Nacimiento. El Rió Agua Clara es abastecido por los ríos de La Toma, Yaco Tula, Pozo de Piedra, Las Juntas, Las Barrancas, Condor Huasi y Las Estancias. Todos pertenecientes a localidades que se dedican a la agricultura. Por otra parte, el río Belén en épocas de crecidas importantes, generalmente en el verano, vuelca parte de su caudal en el Salar de Pipanaco pero, por lo general, sus aguas se pierden por evaporación e infiltración. Datos extraídos de www.catamarcaguia.com.ar. 5 Carpeta Nº 948. Dirección General de Irrigación. Plano Catastral para Obras de Irrigación de Belén. Consultado el 1 de julio de 2009.

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pequeñas e internas a los terrenos particulares. Las arterias principales se llamaban

Acequia de la Peña, Acequia de la Plaza, Acequia de Alpamicuna, Acequia del Alto,

Acequia del Duraznito, Acequia El Chañaral, Acequia de La Cañada, Acequia de

Artaza, Acequia Los Calderos, Acequia de Las Rosas y Acequia de La Banda. “Había

acequias por todos lados”, recuerda con nostalgia doña María Segunda Palavecino.

Hacia el norte, en la ciudad de Belén, se encuentra el Barrio el Molino, llamado

así porque antes funcionaba ahí uno de los dos molinos con los que contaba el pueblo.

El otro se encuentra hacia el este, antes de cruzar el río, en el Barrio Molino Santa Rosa.

En el Molino vivió durante su infancia y juventud Doña María Segunda Palavecino, hoy

de 92 años, se dedicó en general al trabajo del telar. Pero en su casa, y en terrenos que

tenía su familia para La Banda y El Tiro –barrios de Belén- recuerda que se practicaba

una agricultura para el autoconsumo. Se “sembraban trigo, chacras, zapallos, porotos,

de todo lo que se comía, y había de todo. Sandías, unos montones que se daban”. A

demás, en cada casa se criaban animales, había “toros, vacas, gallinas, ovejas, cabras

que había tan muchas, caballos, burros, muchos burros”.6

Guillermo Franco Valdez, “Changacha” como lo conocen en Belén, recuerda que

en casa de su abuelo, don Arturo Franco, quien

… era Juez de Paz, tipo de saco y corbata, empleado público que ganaba bien, y sin embargo el tipo tenía semejante casa porque a tras sembraban, había de todo, había naranjos, mandarinos, ciruelos, lo que pidas, uva, todo. Tenía dos quintas más, una en la Banda y otra en El Molino Santa Rosa, sembraba trigo, alfa para los animales, tenían de todo. Criaban chancho, gallinas, pavo, pato. Y en estas vasijas –señalando unas de 1,5 mt aproximadamente-, ponían el vino, el trigo, la sal. Me acuerdo ponían la sal para hacer fiambres. Ellos sembraban el trigo, lo hacían moler en el molino y ahí está el horno –señalando uno horno de barro– donde hacían el pan. Prácticamente de cero a todo.

Ahora bien, para que esta producción sea posible era necesario que se regasen los

terrenos. El agua con la que se regaba era la que venía por las acequias. La falta de agua

ocasionaba daños a la producción. Por otro lado, los animales también deben consumir

agua, y esta es la de acequia. Don Tomas Carrasco, del barrio Alto Vede, con 88 años,

6 Yo, el autor de este trabajo, soy nieto de Segunda Palavecino, recuerdo que siendo chico pude ver aun en casa las acequias, que había tres plantas de damasco, un ciruela, tres durazno, un olivo, un parrón con uvas que recorría gran parte del jardín, tomates, cebolla de verdeo, zanahorias y una variada cantidad de plantas de jardín. Había también un gallinero, del que se consumían los huevos y en ocasiones especiales alguna gallina. Recuerdo haber visto amasar y hornear en horno de barro el pan, carnear algún chivo u oveja. Todo esto en la casa. En el anteúltimo parágrafo, se encuentra una reflexión sobre el lugar desde donde escribo, la intención y sentido que tiene este andar por las huellas de mi infancia y mi pueblo.

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recuerda que se regaba “con acequia de agua. ¡Amigo, estamos pata pila!, quebrando la

escarcha de las acequias por los lados para que corra el agua. Yo he conocido botas a

los 36 años, porque recién han venido las botas de gomas, antes no había. Uno andaba

de alpargatitas, ushutitas7”.

Pero en Belén las obras de agua potable se inauguraron en el año 1949, en la

“presidencia del General de brigada D. J. D. Perón” y “Vicente Saadi gobernador de la

Provincia de Catamarca”, según lo testifica la piedra fundacional que se encuentra en las

actuales instalaciones de Obras Sanitarias Belén. Por lo tanto, el agua que se consumía

era de acequia, la cual era purificada de distintos modos y se la colocaba en filtros8 o

“tinajas de greda o hechas de madera por don Juan Jiménez”, según comenta doña

Rosa Garnica de Rasgido. Las técnicas de purificación y recolección variaban en las

épocas en que el río crecía, y más que agua trae barro. Los relatos de doña Segunda

Palavecino, y don Tomas Carrasco y su esposa son ilustrativos.

Segunda Palavecino dirá:

…y cuando crecía el río y no venía muchos días el agua, porque llevaba toda la Toma, todo, entonces era cuando se cavaban los pozos en la arena –del río-, iba poquito por los lados, y salía ya el agua purificada de la arena, (…) sabían ir con las palas y nosotros con las tinajas para traer agua en la cabeza, o en los baldes, en todo para la casa. … Tomábamos agua de la acequia, y cuando estaba turbia se la aclaraba con la pasacana de los cardones, de unos cardoncitos chicos que los saben llamar waschas, la aclaraban y de ahí se la ponía en los filtros. Acá se la guardaba, igual que en las tinajas.

Don Tomas recuerda que:

…antes íbamos al río, hacer un pocito para levantar el agua, pa´ tomar, porque venían esas crecientes que era barro nomás. Se terminaba aquí pal cerro y teníamos que ir al río con barriles (…). Cuando se enclaraba ya tomábamos de la acequia. Estaba crecido antes 8 días, 10 días. Ya el pozo de balde de la plaza, todo el pueblo iba a traer, se terminaba. Así que la gente venía aquí pal cerro, hay pozos grandes, de ahí alzaban el agua...

Juana Bordón de Carrasco recuerda que:

…se la enclarábamos con carozo de durazno. Con la penca, una planta que decimos la penca, a esa la pelábamos, y esa babitas la mezclábamos

77 La ushuta es un calzado típico de Belén, que consiste en una planta de goma y suela, y una lonja de cuero que rodea el pie uniéndose a otra pequeña correa de cuero, en el “freno”, a la altura del pulgar. 8 Recipiente de piedra y cemento donde se deposita el agua. Por un sistema de filtración va cayendo de gotas en gotas en otro recipiente de madera o cerámica depositado debajo del filtro.

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en los baldes y se enclaraba. Con el carozo, quebrándolo, sacar la pepita y molerla, y echar al balde, y lo mezclábamos con la despumadera en los baldes, las ollas, y así enclarábamos, clarita quedaba.

Recapitulando podemos observar un panorama totalmente distinto al actual. En la

mayoría de las casas había una pequeña huerta y unos cuantos animales que servían para

el trabajo y el consumo familiar. Quien se encargaba del cuidado de estos bienes era la

propia familia. Las verduras, frutas y animales parecen no haber escaseado, o por lo

menos no se registran menciones a la ausencia de alimento. En todo caso lo que se ve es

una evocación feliz, donde la época pasada fue rica. Y rica también en el sentido que

esos alimentos “tenían gusto”, no eran desabridos, “llenos de suero”, “que ni sabor

tienen” o son “asquerosos”. Hay una realidad cuantitativa y cualitativa distinta a la

actual respecto a la producción de alimentos. Por otro lado, no se recuerda el haber

usado fertilizantes industriales. Los que se utilizaba eran la bosta de animales o restos

alimentarios.

El agua que iba por las acequias servía para regar las huertas o quintas, el

consumo de los animales y el consumo humano. El agua, además, servía para hacer

funcionar los molinos. Con la producción molida una parte era usada para el consumo

personal en distintas comidas. Con otra parte se comerciaba o canjeaba –el

“cambalache”- con productos del mismo departamento, otras provincias como Salta,

Tucumán y La Rioja entre las más nombradas. Pero también se hace referencia al

comercio con Chile cruzando los arrieros la cordillera por diversos pasos, llevando tanto

mercadería como animales.

Si bien nuestro interés está puesto en la primera mitad del siglo pasado, hay datos

significativos que observan algunas continuidades. Esther Hermitte (1972) y Andrea

Mastrángelo (2004), dos antropólogas que realizaron trabajo de campo en Belén en las

décadas de 1960 y 1990 respectivamente, a partir de datos estadísticos y etnografías,

consignaron similares características del pueblo, en el cual la agricultura y las artesanías

textiles eran las actividades predominantes. Datos estadísticos de 1960 indican que la

“producción agrícola del Departamento señala la importancia de cultivos cerealeros,

de especies aromáticas y de la vid. Los cereales son ingredientes fundamentales en la

alimentación local” (Hermitte 1972:96).

La agricultura que nos interesa en este trabajo es la del autoconsumo doméstico,

una agricultura para la subsistencia, la de los cereales (avena trigo maíz) y hortalizas

(acelga, pimiento, poroto, tomate, zapallo, papa). Esta práctica domestica, que se

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caracteriza como “rica” en sus dos sentidos, se la puede observar desde antes de la

fundación de Belén. Junto a esta agricultura están las de forrajes (alfalfa), “cultivos

industriales” (anís, comino, tabaco) y frutales (vid, nogal, olivo, mandarino, manzano,

naranjo) que además del consumo local, el excedente es acopiado por un sector de la

población, con diferentes posibilidades económicas e intereses, “los patrones”, quienes

los comercializar en el exterior (Hermitte 1972).

Belén, “verdadero oasis de riego, tuvo que enfrentar como todas las comunidades

este tipo de problema del uso y distribución del preciado pero limitado recurso. El

fundador [Bartolomé Olmos y Aguilera, en 1678] incluyó las condiciones que habrían

de regir para el consumo del agua. El agua de acequia se repartiría prorrata en las

cuadras asignadas y los habitantes cuidarían del mantenimiento de esas acequias a no

ser que estuvieran impedidos” (Hermitte y Klein 1972:7-8). Veremos más a delante

como este “mandato fundacional” es modificado y olvidado.

3. Franco y la rebelión por el agua

En gran parte de la primera mitad del siglo pasado es cuando vivió Luis Franco en

Belén. Dejemos que él nos cuente como vio el pueblo.

Pagos difíciles de descifrar los míos, como carta de amor borrada por las lágrimas… Tierra sin pompa. Si, aquí la vida sonríe sólo a la orilla de algún río, que corre con más ruido que agua, o en las quebradas rociadas de tarde en tarde por algunas de estas nubes que huyen de las travesías como de tierras largadas de la mano de Dios. Pero fuera de sus fríos extremos, capaces de escarchar la sangre o de sus zonas9 que parecen aventar cenizas de incendios recientes, la montaña está llena de innumerables encantos, y gracias a ellas mi amor a todas las figuras de la Naturaleza es mi religión y mi culto… (…) Dije también alguna vez que en mi tierra las montañas son más altas que las nubes. Pero ese hechizo de las cumbres no me vedó nunca mirar hacia abajo y sentir como mía la suerte de los expoliados. Labradores detrás de sus surcos en tierras ajenas como detrás de rejas de cárcel. Hacheros duros como el quebracho, destinados a caer como ellos tronchados antes de hora. Arrieros aporreados hasta la enjutez del cuero curtido por soles, soledades y leguas. Mineros hundidos en la noche sin canto de gallo en el socavón. (Penelas, 1991:14-15).

9 Posible error de impresión. Quizá debía decir “o de sus zonda que parecen aventar cenizas de incendios recientes…”

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Según él nos cuenta, luego de abandonar estudios de abogacía en Córdoba y de

haber hecho el servicio militar y trabajado en una biblioteca en Buenos Aires, decide

regresar a su aldea ya que consideró no haber nacido ni para abogado ni empleado.

Prefería vivir del trabajo de sus manos. Al volver a Belén don Luis se instalará primero

en casa de sus padres, en el centro de la cuidad. Luego estará un tiempo en el barrio de

Huaco hasta que empezará a trabajar en su propia finca en el barrio La Cañada. Esta

zona que era campo lleno de barrancones fue siendo de a poco “domesticada” y

productiva.

Lo que yo tenía entre ceja y ceja era la ambición de ser un hombre sencillamente libre, y sospechaba que tal cosa me sería sumamente difícil si no comprometía en ello la más obstinada voluntad de trabajo y de vivir a lo pobre. Creo que lo cumplí al pie de la letra. Aprendí a manejar la pala, el hacha, el pico, el arado, el lazo, fabriqué la puerta de mis potreros, taladré miles de postes de alambre, pisé barro para adobes y acarreé piedra en angarillas, regué en noches de invierno con agua que se escarchaba al detenerse, empeñado a veces en esa tarea dos días seguidos y la noche intermedia. (…) Comenzó mi lucha con la gramilla y el oficialismo. Encabece una sublevación de los regantes contra las autoridades y fui encarcelado dos veces sin que el abuso cesara. (p. 17)

Es en esta sublevación donde nos detendremos un momento. Este acontecimiento

se lo puede pensar desde la idea de “monstruo político” de Antonio Negrí, pudiendo

observar en Franco y sus compañeros un monstruo que se levanta ante la lógica de los

dominantes y proponen una alternativa al modelo que aquellos intentan imponer. Según

Negri “sólo un monstruo es el que crea resistencia ante el desarrollo de las relaciones

capitalistas de producción; y sólo un monstruo es el que obstruye la lógica del poder

monárquico, aristocrático, populista, siempre eugenésico (2007:103). Es posibles, y fue

parte de la intención de este trabajo, “leer” a Franco y la revuelta desde el punto de vista

del monstruo10, como “producto y umbral de aquellas luchas que nos han liberado de la

10 Siguiendo esta visión, puede señalarse que en la Antigüedad el eugenismo había estado unido a la idea de orden, belleza, bondad, razón y poder, al cual se oponía el monstruo, que oscilaba en los límites del ser y no obstante debía someterse al poder regulador y limitador del eugenismo. Desde el siglo XIX las asociaciones de eugenismo –con belleza, bondad, razón, orden y poder- se empiezan a debilitar y mostrar fisuras que permitirán la metamorfosis del monstruo, éste “deviene bello y bueno, el eugenismo deviene en su infamia” (Negri: 106). Pero al mismo tiempo, el monstruo adquiere poder y es capaz de imponer un nuevo orden alternativo. Ello es posible en la medida que el pueblo se reconoce a sí mismo como monstruo, en que toma conciencia de su realidad y se convierte en un sujeto de acción que produce una zona de incertidumbre política, que oscila entre la destrucción y la posibilidad de creación, entre la

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esclavitud a través de la fuga, del dominio capitalista a través del sabotaje y, siempre, a

través de la revuelta y la lucha” (Negri: 103).

La actitud de los regantes rebeldes “liderados” por don Franco, conforma un

ejemplo de monstruo bioplitico, de una resistencia monstruosa conformada por sujetos

vivos que pelean por un recurso vital: el agua. El monstruo político se presenta “como

un dispositivo de destrucción y/o de construcción (material o utópica), en la historia de

las luchas y en torno a la posibilidad de nuevos mundos”. “El monstruo biopolítico es

un fantasma positivo, una oposición o, mejor dicho, una alternativa ontológica contra

la pretensión eugenésica del poder (...) lo que el rico, el patrón, el capitalista han

mirado con desprecio, con odio, a veces con terror” (Negri: 107).

En el libro Conociendo a Luis Franco11, en donde se ha recopilado testimonios de

personas que lo conocieron, don Carlos Chaile12 comentaba que

… don Luis se levantó con el pueblo en contra de un Ricardo Mercado, que era jefe del pueblo, viene a ser como el intendente ahora, él se creía el dueño de todo y una vez cortó el agua de regadío. Lo llevaba a todo para una finca que tenía a 7 Km. de aquí donde había plantado mandarinos. Claro, el agua ya no pasaba para los rastrojos de estos lados, entonces se reunió el pueblo y mandaron notas13 al gobernador para que le solucione el problema pero no tenían respuestas. Hasta que un día se levantaron para hacer lío, entonces el gobernador mandó un delegado, pero le dio la razón al jefe del pueblo y se fue. Entonces todos se fueron y empezaron a cortar el agua para que no pase para la finca de don Ricardo y el cabecilla era don Luis; después cuando volvían lo agarró el comisario que había, los llevo a todos preso14, hasta el otro día los

corrupción y la generación. Pero el monstruo sigue evidenciando algunas de sus antiguas características: es irracional ante el raciocinio del Estado, es caos ante el orden administrativo y policial, no es normal, pues tiene excesos de inteligencia que se traducen en ironía. Según Negri el monstruo es el pueblo que se reconoce y constituye como potencia política, como clase que pretende imponer un nuevo orden distinto al que mantienen los de origen eugenésico. De modo que el monstruo es un acontecimiento positivo. “La fuerza–trabajo deviene clase (…), reconociéndose como monstruo produce una resistencia monstruosa”, “la fuerza-trabajo, el trabajo vivo se presenta como potencia política” (Negri: 105). 11 AA.VV. Conociendo a Luis Franco. A través de los niños. Editorial Científica Universitaria de la Universidad Nacional de Catamarca, 2008. Esta obra se concreto a partir de un concurso organizado por la Biblioteca Obispo Esquiú de la ciudad de Belén de recopilación de relatos orales sobre Luis Franco por medio de personas mayores de edad que de algún modo lo conocieron. Por otro lado el concurso contó con la expresión plástica de algunos de sus cuentos. Del mismo participaron alumnos de de EGB y Polimodal de diversas partes del departamento Belén. 12 Carlos Teofilo Chaile falleció y tenía 96 años cuando lo entrevisto Ariana Escotorin. 13 Como se verá en los próximos relatos, todo hacen referencia, la mención a estas “notas” o “carta” al gobernador nos pone ante una disyunción. Pues no se puede saber si fue una sólo carta o varías. Esta(s) “carta(s)” fue buscada en el Archivo Histórico de Catamarca, pero no se pudo dar con ella(s). Quizá futuras búsquedas sean más exitosas. 14 Se intento buscar en los archivos de la policía de Belén, pero sólo hay expedientes desde el año 75. Los expedientes anteriores a esta fecha son desconocidos por las autoridades. Por lo tanto no se pudo dar con ningún expediente. En el relato de Antonio Torrente se hace mención a un expediente que él tuvo en sus manos. Él, al igual que Felicidad Carrera en una conversación, dirán que a estos expedientes los tiene una

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tuvieron encerrados. De aquí que don Luis sacó un verso para don Ricardo que decía:

Ricardo no robarías casi la mitad del río, si todo el vino que bebes lo usarás en regadíos.” (pág. 21)

Es en este mismo libro donde aparece una pequeña biografía de Luis Franco. La

misma agrega otro dato importante, como ser el apellido del gobernador de aquella

época.

En alguna oportunidad se sublevó y luchó por las injusticias, habiendo previamente redactado una carta al gobernador Acuña15, y no fue escuchado. Por esto fue encarcelado y la gente hace la primera sentada en Belén, reclamando por su libertad, también liberaron a un grupo de personas más, que en ese tiempo los llamaban caudillos.16

Respecto a las entrevistas17 realizadas es importante tener cuidado con los relatos

de los entrevistados, pues ellos los han construido de fuentes secundarias. No obstante

en los tres18 relatos que se transcriben es posible encontrar algunas similitudes, lugares

comunes de las memorias con las que luego construiremos una versión de la historia.

Como Regina Franco destacaba, “uno está intentando rescatar, porque lo que uno tiene

nieta de Arturo Franco. Que ella, Ofelia Valdés (hija), le habían mostrado. Al comunicarme con ella, ella lo negó… 15 Se refiere a Rodolfo Acuña, Gobernador provincial entre 1932 y 1935. Este pide intervención federal antes de terminar su mandato y toma el poder Mariano Ceballos hasta el año 1936. De1936 a 1940 el gobernador constitucional será Gregorio Cerezo, quien es nombrado por Horacio Pernasetti en su entrevista. Como se verá, las fechas en que supone el señor Pernasetti y el gobernador que él nombra no son compatibles. No obstante los años que el supone ocurrió el levantamiento sí son correspondidos por la gobernación de Rodolfo Acuña. Vicente Leónidas Saadi será gobernador durante cinco meses en el año 1949. Desde el 20 de junio hasta el 22 de noviembre cuando es intervenido por el gobierno de Juan D. Perón, poniendo en su lugar a Félix Antonio Názar (Bazán 1996). 16AA.VV. Conociendo a Luis Franco. A través de los niños. Biografía realizada por Matías Bois. Pág. 80. 17 En las entrevistas no se tuvo el éxito que se esperaba. Pues era intención encontrar por lo menos a un sujeto que hubiese sido participe u observador directo del hecho. Pero no se pudo dar con ninguno. Las personas de edad más avanzadas que se entrevisto recordaban haber “escuchado decir”, pero ellos no conocían y no hablaban de tal. Otros en cambio no recordaban. Si el mayor de los entrevistados tiene 88 años, en la década de 1930 debió tener entre 9 y 18 años. No obstante fue en los entrevistados adultos, y no en los mayores, donde se dio con datos referidos a la revuelta por el agua. 18 Fueron cuatro las entrevistas que giraron sobre el tema del levantamiento por el agua. La cuarta es de Guillermo Franco Valdez, quien reconoce no conocer bastante sobre este hecho, pero dice: “Yo calculo que han ido a pedir agua y no le han dado, entonces ellos empiezan a organizar una movida. (…) Tiene que hacer sido en la época de los Saadi, porque peleando con los Saadis es que el se va de Belén a vivir en Buenos Aires. Y le vende la finca a los Vélez. (…) se hace una movida grande, así en el pueblo, donde marcha gente a caballo, de muchos regantes pobres, que seguramente eran en esa época lo que se llaman eventuales, que nunca le daban el agua (…). Creo que él era el líder del movimiento, conociendo su ideología. Yo he hablado con mucha gente vieja. Era un tipo muy respetado desde joven, por la forma que se movía el tipo, que pensaba, que actuaba, la sapiencia que tenía, el vuelo que tenía siendo incluso un joven.”. Entrevista realizada el 28 de junio de 2009 en la ciudad de Belén.

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son transmisiones orales de los abuelos, de los tíos, de los familiares, pero no un

documento”. La historia oral (Joutard 1986, Rivera Cusicanqui 1987), las historias de

vida (Pizarro 2006), las conversaciones (Haber 2011) con los viejos de mi pueblo

(Urquiza 1995) dio lugar a aprendizajes movilizadores en donde el objeto de estudio

terminó interpelando al sujeto que investigaba. Esas voces de los subalternos, de los

olvidados, los excluidos –a veces recluidos en una sociedad que cultiva el ideal de

juventud-, que a veces gritaban, otras inquietaban en los silencios y pausas, esas

palabras de los viejos del pueblo, fueron las que interesaban, esas que en algunos casos

la conocí en su propia voz, otras en la generación siguiente, en lo que los viejos les

habían contado a las nuevas generaciones. Lo que se encontró fueron memorias de la

historia, de un pasado construido con pasiones, disgustos, dudas y sentidos. Con los

sentidos de la piel de lo que habían experimentado, pero también con el sentido que le

daban a lo que recordaban y olvidaron. Un sentido tensado por justificaciones y

proyectos.

Para exponer los relatos seguiré el orden cronológico de las entrevistas. La

primera fue realizada al señor Antonio Torrente19. Según él

…tiene que haber sido últimos años de la Década Infame, primeros años de la década del 40. En todo caso es antes del advenimiento del peronismo, antes del 45. La chica Correa20 en relación a esto, en la biografía de don Luis, escribe una cosita muy sencilla pero muy explicativa sobre como son los hechos que llevan a la cárcel; pero solamente se pueden entender cuando uno tiene la experiencia del pueblo, de cómo es el manejo del agua del riego. Y conociendo el lugar es que uno puede entender cual necesario, tan vital es el agua para la zona. Se entiende que haya llegado prácticamente la sangre al río. El tema es que habían designado un nuevo presidente del ente que regula la distribución del agua, y el tipo dictaminó, porque tenía poder judicial sobre el agua, y le entregó todos los turnos a los hacendados más poderosos, a un puñado de hacendados. La mayoría que se había perjudicado profundamente han protestado. Una carta que escribió don Luis a nombre de la gente, como una representación, hablan al gobierno para pedir destituyan al tipo y que se recupere el carácter electivo de la dirección del control del agua. Por alguna razón política, sin duda, habían cambiado el mecanismo y lo habían hecho nombrar por el gobernador al responsable del agua. G. R._ ¿Recuerda el nombre? ¿Aparece en alguna parte? A. T._ Me parece que aparece en alguna parte pero no estoy muy seguro. G. R._ ¿Y los apellidos de los hacendados o de las familias?

19 Entrevista realizada el 24 de junio de 2009, en la ciudad de Catamarca. 20 Se refiere a Beatriz Correa y una Biografía que no ha sido consultada.

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A. T._ Hay unos Balboa, creo que son medio parientes de él. Yo lo leí en alguna ocasión pero no lo recuerdo en este momento. G. R._ ¿Y la carta? A. T._ Lo que tiene y es muy llamativo es el nivel de la escritura, muy impropia de los campesinos de Belén. Pero la reivindicación me parece que es lo más llamativo, porque no sólo reclama que lo destituyan al interventor que habían mandado, sino que además solicitan la concreción de elecciones para presidente y la ganan. Gana el representante de los regantes, después se pierde, como todas esas cosas… G. R._ ¿Y de la carta hay copia? ¿Dónde está? A. T._ Debe haber en el Archivo de Catamarca (…). Y ahora que estoy pensando lo que he tenido en mis manos es el expediente. Porque dice Beatriz Correa que tres veces estuvo en cana, dos veces por el tema del agua y la tercera por una infamia, por un anónimo21, donde lo acusan de disolvente, de Sócrates prácticamente, que corrompía a la juventud… Entonces, y que la iglesia también tenía malos antecedente, entonces el comisario lo ha puesto en cana por las dudas sea tan malo como decía el anónimo. Un tiempo, hasta que han intervenido los parientes y lo han liberado. (…) Pero del tema este cuando estuvo preso por el agua es cuando yo rescato la visita de doña María Emilia Azar de Suárez Hurtado, la poeta chacarera (…). Ella era maestra en Belén, y fue una de las pocas que se animó a ir a visitar a don Luis en la comisaría. Es un episodio muy lindo, muy emotivo de don Luis. Él estaba preso, supongo que será la vez que estaba él con varios otros dirigentes del movimiento, y había otro grupo de gente, unos piqueteros a fuera cercándolos para que no los trasladen, y ahí, en el medio entró doña María. Él siempre le tuvo un agradecimiento muy grande por eso.

La segunda entrevista fue realizada a Regina Franco22,

…en el 47 se sublevan los regantes porque vivían de la siembra, no le querían dar el agua, le daban a los acomodados, a los políticos de la época, lo mismo que ahora, exactamente lo mismo, de acuerdo al acomodo político. Entonces un grupo de ocho regantes y él (Luis Franco), se vienen a caballo desde La Cañada, ahí se reúnen y se vienen a tomar la Dirección de Riego. Ahí los toman presos (…). Eran como una especia de caudillos. Al tío Luis lo respetaban (…). Él encabezo esa sublevación, la cabeza principal era Luis Franco. (…) Los toman presos a él y a los otros ocho caudillos, dos, tres días. Lo que ellos querían era que se distribuya el agua. Empiezan abogados, amigos de ellos, gente que los conocían, a mediar para que los dejen. Logran dejarlos en libertad, pero no querían dejar el calabozo porque no habían cumplido los objetivos. Y a la vez, toda la gente ha hecho una poblada a la vuelta de la comisaría pidiendo la liberación de los caudillos de esa época. Se ve que tenían el apoyo de todo el pueblo. Él no quería dejar (el calabozo) por no haber

21 Felicidad Carreras comenta lo mismo. Ella aporta algunos datos interesantes pero inciertos. Como ser el conocimiento del “anónimo”, por razones que ella explica. Estas “infamias” parecen tratarse de las mismas discusiones que tendrá contra el gobierno de Vicente Saadi y el “oficialismo”. 22 Entrevista realizada el 28 de Junio de 2009 en la ciudad de Belén.

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logrado el propósito. Y aun así lo perseguían políticamente porque decían que hacía adoctrinamiento comunista… (…) Cuando lo toman preso y lo quieren sacar de acá del pueblo, entonces el cura mismo sale a favor. Les dice que no, que era un intelectual, que si lo echaban a los intelectuales iban a quedar los burros no más acá23.

Horacio Pernasetti considera que Luis era “el vocero de los regantes”, que tiene

que haber sido “en el año 33 o 34”. Se debió al

…uso indiscriminado (del agua), se la llevaba fuera de las zonas que estaba destinada para riego, por parte de algunos caudillos conservadores, generalmente le daban por el color político, como ahora pasa con el gobierno nacional. (Los conservadores) deben haber sido el gobierno de Gregorio Cerezo y don Carmen Aybar… Hubo una protesta que entonces él (Luis Franco) y otros regantes conspicuos, entre los cuales estaba un tío mío, Antonio Arias, los llevaron detenidos a Catamarca por desacato. En esa época me acuerdo que mi tío recibió de obsequio, decía “A mi compañero de cárcel Antonio Arias, Luis Franco.”, el libro era El General Paz y los dos caudillajes, publicado en aquella época24.

Los conservadores se irán convirtiendo en peronistas con el advenimiento de

estos. Al parecer Luis Franco estuvo enfrentado con los conservadores primero y luego

con los peronistas, partido al que pertenecía Vicente Leónidas Saadi, y con el cual se

mencionan discusiones. Cuando insisto con el señor Pernasetti respecto a Franco y la

rebelión el contestará que “ese es un hecho intrascen… no es intrascendente, pero no es

significativo”

Según los relatos podemos encontrar puntos comunes, pero también algunas

contradicciones y pocas precisiones, sobre todo a fechas, nombres, lugares. Como en

una novela policial se nos abren posibilidades para terminar de cerrar este caso. A falta

de datos certeros debemos mantenernos en la especulación, y quizá recurrir a la ficción,

aunque los historiadores se enojen, para así reconstruir este acontecimiento.

Partamos del hecho que un grupo “privilegiado” ha conseguido la alteración de

los turnos de horas y días de agua de riego. Este grupo puede ser encerrado bajo la

23 En Belén se ha construido un anecdotario bastante grande sobre sus personajes. Don Luis no es la excepción. Respecto a la iglesia y religión se recuerdan travesuras, que en compañía de su hermano Arturo, habrían realizado. Una es la de poner pintura en el agua bendita con la que las personas solían persignarse, con lo cual manchaban la cara de los santiguados. Otro es el atar las pañoletas de las mujeres, con su posterior enredo de cabezas. Según se cuenta don Luis no asistía a misa, aunque si se había aburrido como león de zoológico en el catecismo. No obstante, La hembra humana y El pequeño diccionario de la desobediencia dan cuenta de un conocimiento amplio de la historia de la religión y la Biblia, temas que son más de una vez criticados por considerarlos instituciones y saberes que esclavizan. 24 Las publicaciones de este libro según la bibliografía que aparece en el libro de Penelas, son 1933 Ed. Anaconda, Bs. As.; 1935 Ed. Claridad, Bs. As.; 1946 Ed. Rosario y 1961 Ed. Futuro.

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categoría de “eugenésicos”, grupo que posee el poder de administrar y ordenar el

municipio, poder que le viene dado “desde arriba”, por la tradición familiar, o por ser

cercanos al algún gobernador de turno. Este grupo dispone da las horas de riego para la

utilización privada en sus terrenos. A demás que este mismo grupo parecen ser

“ahijados” del gobierno; y a demás de tener poder de dominio o influencia sobre los que

deciden la administración y distribución del agua, también la tienen sobre las

autoridades policiales. Franco dirá que

… el Estado capitalista tiene dos instituciones próceres: la burocracia civil y la burocracia militar, y ambas se caracteriza, por un lado, por colocar a sus miembros fuera y por encima de las masas del pueblo; del otro por tornarse progresivamente más invasores y más voraces. (2006:150)

La administración injusta y en beneficio de la clase gobernante-capitalista, los

mismos que utilizaban sus producciones para colocarla en circuitos de mercado más

amplios que el local, motivará el levantamiento del pueblo. Entre los nombres de estos

hacendados está el de Ricardo Mercado25. El intendente o el interventor en Belén.

Segundo, que la manifestación de los regantes la podemos colocar dentro de los

años 1933 y 1935. La misma estará conformada por los vecinos del barrio La Cañada,

sito en el sur del pueblo. Estos vecinos eran labradores, fuerza viva de trabajo ajena al

trabajo administrativo o del sector servicio. Entre los caudillos, quizá ocho o más, la

presencia de don Luis Franco será muy notoria. Se presume que él es quien redacta la

carta enviada al gobernador, quizá Rodolfo Acuña. Franco y estos “caudillos” aparecen

como monstruos que se levantan al orden que el municipio, la justicia y la policía,

intentan imponer.

Tercero, la carta parece tener dos partes según su intención, pide la destitución del

interventor y reclama elecciones para la presidencia del ente distribuidor del agua. Por

otro lado no se sabe si es uno o varias las cartas que se envían.

Cuarto, los manifestantes reclamaran primero por “nota” o “carta” al gobernador.

Al no obtener la respuesta esperada, y en cambio la presencia de un “interventor”, quizá

el mismo “delegado” que se hace mención en un relato, el cual se pone del lado de los

hacendados y legitima el “uso indiscriminado del agua”.

25 Otros nombres que han ido apareciendo son el un señor Balboa nombrado por Antonio Torrente, y Gregorio Rivas Ruso, un tal Villagra y Vélez nombrados por Horacio Pernasetti.

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Quinto, los caudillos se levantan, quizá con armas, la rebelión y lucha se hace

presente y amenaza al orden instituido por los “ahijados” del gobierno. Queda

determinar que se hizo. Quizá cortaron ellos las acequias y redistribuyeron el agua; o

quizá fueron directamente a la Intendencia de Riego en el centro del pueblo a reclamar.

O quizá ambos hechos. Y faltaría determinar el orden, seguramente primero el reclamo

en la Intendencia y luego el corte de acequias y redistribución de las horas de agua.

Franco escribiría luego que en

el paso de la sociedad tribal (…) a la sociedad de clases erigida sobre la propiedad privada, la distancia cardinal entre estos dos órdenes sociales estriba en que en el primero el derecho y el deber de armarse corresponde a todos los hombres aptos –el pueblo armado-, y en el segundo se crea un poder público por encima de la población, constituido no sólo por una fuerza armada, sino por las cárceles, la justicia y los de más ordenes de represión, principalmente ese sistema de coerción psíquica llamado educación por el Estado. (…) Pero eso de armar directamente a todo el pueblo combatiente, pone carne de gallina a todos los gobiernos de clase, pues el peligro de reivindicación social es inminente. El primer paso del pueblo armado será acabar con el privilegio y la casta que la disputa (…). El ejercito de la patria, la policía del Estado, harán todo lo contrario: aunque amasados con carne de pueblo, los han insuflado el espíritu de la clase dominante y están dirigidos por sus jefes a su arbitrio. (Franco 2006:148 - 149)

Sexto, son encarcelados. Al parecer dos veces. Posiblemente la primera ante el

reclamo en la intendencia. Y la segunda tras modificar el recorrido de las acequias. En

la segunda encarcelación se los intenta trasladarlos a la ciudad de Catamarca.

Posiblemente con éxito.26

Séptimo, el pueblo hace una “sentada” en apoyo a los caudillos, e intentan evitar

los saquen del pueblo. “La oposición monstruosa hace crecer al sujeto, vuelve

epidémica su existencia y busca destruir al enemigo” (Negri 2007:104). Parte del

pueblo toma acción en estos acontecimientos y apoya el reclamo. Reconocen al otro

sujeto como enemigo y, contra él, devienen potencia. La acción de los caudillos es

positiva y muestra potencia al constituir un grupo, una clase, que se une para luchar por

lo que considera justo, aunque las leyes digan lo contrario.

Octavo, luego de estos problemas la disputa es ganada por los regantes. Se hacen

elecciones y gana el candidato de los caudillos. Aunque después se la pierde. Es acá

26 Ver el relato de Horacio Pernasetti.

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donde aparece un interrogante, ¿Qué paso con el monstruo? Quizá el entrar en la lógicas

de la elección y la democracia, instrumentos que utiliza el Estado, haya debilitado al

monstruo.

Aunque de la reconstrucción total se está muy lejos, se puede extraer un

acontecimiento de suma importancia en esta versión de la historia. Se trata del pueblo

cansado de la opresión de las clases privilegiadas y levantado para reclamar por un

recurso vital. La versión histórica que se reconstruye desde las conversaciones, desde la

memoria local (Pizarro 2006), es significativa y trascienden a la escritura y al silencio

de la historia oficial. Aquella historia que se puede construir desde la oralidad contrasta

y/o completa a la historia escrita. Desde los relatos de los habitantes de Belén se

concluía cómo posibles años de la revuelta por el agua los que van del 33 al 35, y entre

los nombres más mencionados aparecía el de Ricardo Mercado. Una vez reconstruida

esta versión de la historia tal cual se la narra en las líneas anteriores, se procedió a

buscar alguna historia oficial sobre este período. Fue la Historia de Belén (2001) del

Luis Ernesto Cuello la que aportó datos interesantes. Veamos que nos cuenta él,

intentando hacer sobre sus capítulos una lectura horizontal27, de lo que va sucediendo

en la década del 30. En ésta lectura veremos que hay una recurrencia de nombres

asombra.

Partamos del año 1931 cuando “algunos vecinos” de Belén requieren la

intervención y gestión de la Dirección de Obras Sanitarias de la Provincia para acceder

a agua potable, y del Ministerio de Obras Públicas para construir un Dique en la

Quebrada de Belén, en dónde funcionaba La Toma de Agua -he acá lo que podríamos

identificar como las peticiones de modernización del sistema hídrico por parte de

“algunos vecinos”. En agosto de 1932 se conforma una Comisión Municipal para

administrar fondos para realizar “obras provisorias de defensa en la Villa de Belén” ante

el peligro del “avance del río” -una “amenaza” que hasta la actualidad se presenta cada

verano cuando “los ríos crecen” por las fuertes precipitaciones. La Comisión Municipal

27 Esta obra está realizada a partir de los documentos escritos que guardan instituciones de Belén y la ciudad de Catamarca. Los capítulos del libro (en tres tomos) están estructurados en función de las “instituciones”, por ejemplo Cultura, Hídrica, Justicia, Policía, Municipio, entre otras; y los mismos están desarrollados de modo cronológico y fragmentados, diríase vertical. La Historia se limita a dar cuenta de las fechas, los actores y algunas acciones que quedaron documentadas, pero siempre hacia el interior de cada “institución”, sin establecer vínculos entre las fechas o actores, sin una horizontalidad en los datos que muestren procesos que atravesaban al pueblo. Es el pasado aislado, una historia fragmentaria, que permite ver en cada fragmento un desarrollo lineal, pero carece de una mirada articulada y crítica. Cabe indicar que esta obra se encuentra en las bibliotecas públicas de la capital de Catamarca y Belén; y es la única obra específica que a la historia de Belén que se ha encontrado.

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era una suerte de Intendencia de la época. Esa Comisión estará integrada por el

presidente Casildo Aybar, y los vecinos Carmen Aibar, Ramón Moreno y Arturo

Guevara, los últimos dos Juez de Agua y Juez de Paz respectivamente. También en

1932, en octubre de ese año, Carmen Aibar, Eudoro Rivero y Ricardo Mercado,

“vecinos de Belén”, los dos últimos diputados provinciales, solicitan a la Dirección de

Obras Públicas de la Provincia “un subsidio para construir una represa comunera” en el

barrio de La Puntilla. Ese subsidio será otorgado.

En el año 1933 la Intendencia de Riego designa una Comisión para administrar los

fondos enviados por el presupuesto de la Nación para la obra de irrigación y defensa –

aparentemente el pedido del año 31 y que había iniciado en el año anterior. A esta

comisión la integran Arturo Guevara, Casildo Aybar, Miguel Mercado, Ricardo

Mercado y Santo Martínez, que desde el año 1932 hasta comienzos de 1936 será el

Comisario de la Comuna de Belén.

En mayo de 1934 a la Comisión de Riego, al parecer la misma del año anterior,

van a renunciar Arturo Guevara, Ricardo Mercado y Santos Martínez. Quien toma el

mando de la comisión es un interventor del gobierno de la provincia, José María Ibarra,

quien se desempeñará hasta octubre de 1935. Año en que delega el mando al comisario

de Belén, es decir a Santo Martínez, quien debe llamar a elecciones luego de la

intervención que instauro Ibarra. Pero en diciembre de ese mismo año es designado por

el gobierno provincial León Basualdo, “para que se traslade a Belén para verificar las

denuncias por el funcionamiento irregular de la Comisión de Irrigación” (Cuello

2001:91, Tomo II). Esta denuncia podrían ser la/s carta/s que enviaban los vecinos del

barrio La Cañada, o la revuelta propiamente dicha. Durante este periodo del 35, el

gobernador de la provincia de Catamarca era Rodolfo Acuña, pero él es intervenido por

el Gobierno Nacional el 15 de Noviembre de 1935, quedando gobernado Mariano

Ceballos, el próximo gobernador electo democráticamente asumirá el 1 de mayo de

1936, y será el señor Gregorio Cerezo (Bazán 1996). Por lo tanto la intervención de

Basualdo se realiza durante la intervención Nacional, e Ibarra podría ser ese

“interventor” que era amigo de los parásitos de Belén. En el libro de Cuello hay una

anotación inquietante, dice que el “11 de febrero de 1935, por solicitud de los señores

Ricardo Mercado, Antonio Molina, Horacio Bazán, Segundo Ortiz y Lorenzo Sayes, que

se aprueban las resoluciones dictadas por el inspector José María Ibarra” (2001:91

Tomo II). ¿Qué resoluciones?, no se han encontrado esos datos. Es en 1936, el 29 de

febrero, cuando el comisario Santo Martínez presenta su renuncia (2001:175 Tomo II).

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En el capítulo correspondiente a “Hídrica”, no habrá más noticias hasta el año

1941, cuando aparece la designación de Octavio Romero como Juez de Irrigación de

Belén. Seis años de silencio en las fuentes escritas, probablemente los seis años que

suceden a la revuelta por el agua.

Volvamos unos años y veamos que sucede en el municipio. En enero de 1935 la

Comisión Municipal, la suerte de intendencia que había, estará integrada por el Pbro.

Juan José Urquiza como presidente, y los vocales Miguel Mercado quien es el Receptor

de Rentas durante los años 1934 y 1936, por Casildo Aybar -el ex presidente de la

Comisión-, el comisario Santos Martínez y el Juez de Paz Arturo Guevara. Pero esta

comisión no llega a durar cinco meses, pues en junio de ese mismo año, tras una

reorganización –que carece de fecha-, el presidente de la Comisión llegará a ser el ex

diputado Ricardo Mercado, con los vocales Ramón Moreno -quien era el ex Juez de

Agua-, Ramón Díaz y el comisario Santos Martínez. (Cuello 2001:40 Tomo II)

Finalicemos esta revisión con el año 1936, otro año importante para el

“desarrollo” de Belén, cuando Abel Peirano trabajando para la Universidad Nacional de

Tucumán, “descubre” los yacimientos mineros Agua de Dionisio28. Para Cuello este

“descubrimiento” traerá aparejado conflictos jurisdiccionales, económicos y políticos

entre la Provincia de Catamarca y la UNT, pero no observa los conflictos que desde los

90 ocurren al interior de Belén en torno a los proyectos mineros.

Hasta acá la historia de Cuello, ahora intentemos anudamientos y reflexiones. La

recurrencia de nombres en la administración pública durante estos 6 años contrasta con

el silencio de otros nombres y sucesos. Luis Franco no aparece nunca nombrado, sólo

en el capítulo “Cultura”29.

Las peticiones de modernización del sistema hídrico y la construcción de “la

Represa” en La Puntilla por la misma “elite” gobernante, el “irregular funcionamiento”

o las “renuncias” son los procesos en donde se puede enclavar la revuelta por el agua.

En esta Historia hay voces silenciadas, gestos omitidos, nombres olvidados, es una

construcción discursiva del pasado que invisibiliza los conflictos y reclamos de otros

vecinos, pero deja notado y grabado las acciones de los parásitos de gobierno. La

28 El historiador Cuello rescata este testimonio: “según la gente de Hualfín, expresan que dichas minas eran conocidas por ellos por tradición de sus ancestros, y el Sr Peirano había escuchado el comentario; llegó a Hualfín y lo buscó al aborigen Dn. Juan Yampa, y con un vaso de vino lo emborracho e hizo que le enseñara el lugar de las minas” (2001:194; Tomo I). Interesante representación de los pueblos indígenas que se trasluce en este comentario, cargada de estigma sobre su condición. 29 La imagen que aparece de Franco es el “poeta”, censurando sus escritos que critican a la iglesia católica y al gobierno provincial, como así también su lucha política y su poner el cuerpo en la protesta social.

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misma elite gobernante ha dejado rastros para que se escriba su historia. Pero sin

embargo, contra la pretensión de la historia, la re-vuelta sigue en las memorias, pasando

de generación en generación por la vía oral, en la modalidad de la anécdota, del “dicen

que” o de “lo que nos contaron”. ¿Qué más guardarán y construirán éstas memorias

locales en Belén? Por el otro lado, en la Historia están las fechas y nombres lineales

para recordar, “obras públicas” para mirar, actores que pasan de un lugar a otro, que se

mantienen en funciones del gobierno oficial.

Volvamos a las narraciones orales y a producir esas ficciones de la historia para

anudar los mutismos de la escritura. Encontramos la petición de una Represa para la que

se desviará el curso de agua de acequias afectando a vecinos de otros barrios,

quitándoles ese bien precioso que es el agua para diversas actividades. La Represa

puede ser interpretada como condición de la modernización del sistema de producción

de alimentos. A los vecinos del barrio de La Puntilla le hace falta la Represa para

producir alimentos que serán comercializados. La otra parte de este modelo está en la

modernización del sistema hídrico, el Dique y agua potable para consumo humano, pero

sin la posibilidad de uso para la producción de alimentos para el autoconsumo por parte

de los demás vecinos. Utilizar agua potable para sembradío es un absurdo en función

del cloro que lleva el agua potabilizada y del monto que se paga en relación a la

medición de agua usada. Esta modernización impulsada por la elite gobernante en Belén

de la primera mitad del siglo pasado, es el puntapié para otros procesos que se

relacionan y atenderemos más adelante. Esta modernización supone la modificación de

las vitalidades, de los hábitos y relaciones con el trabajo, la alimentación, e incluso las

fiestas, encuentros y descansos que traen aparejada la modernización del sistema

hídrico y la modernización del sistema de producción de alimentos.

Sigamos con algunas otras ficciones que se pueden desprender ¿Por qué renuncian

los parásitos del gobierno en el año 1934? No lo sabemos ni se ha encontrado una

fuente clara y distinta o documento positivo; pero la hipótesis de la revuelta del agua

tiene mucha fuerza. ¿Qué paso con Mercado? Renuncia de la Intendencia de Riego,

pero llega a ser el presidente de la Comisión Municipal. Ricardo Mercado, Arturo

Guevara, Ramón Moreno, Ramón Díaz, Santos Martínez, Rogelio Soto Herrera,

Estanislao Toranzo, Eladio Sueldo, Antonio Arias son nombres que se sucederán yendo

y viniendo de la Comisión Municipal hasta 1941, año en que sus nombres dejan de

aparecer en los registros tomados por Cuello. Durante una década los mismo nombres

en la administración pública, en las instituciones del Estado, una herencia de la

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democracia de enroques de nuestra historia. En un pueblo de 5.000 habitantes

aproximadamente son 9 nombres los que se repiten en la administración pública estatal.

Esther Hermitte (1972) y Andrea Mastrangelo (2004) analizando las prácticas

políticas y económicas que se daban en Belén en la segunda mitad del siglo pasado –y

aun continúan-, sostienen que son las relación de patronazgo-clientelares, y una fuerte

tendencia al nepotismo, en los vínculos que se traman a partir de los parentescos y

figuras simbólicas del paternalismo y el padrinazgo, las que benefician a un sector

privilegiado de la población. Este modo de relacionarse políticamente es el que sostiene

a un sector de la población en sus lugares hegemónicos. Los “bien nacidos” (suerte de

etimología de eu-genismo), los “ahijados” del gobierno que denunciaba Franco y la

recurrencia de nombres durante la década del 30 en Belén que muestra Cuello, invitan a

extender las apreciaciones de las dos antropólogas a la primera mitad del siglo pasado.

Como sostiene Mastrangelo, la “escasa cantidad de población y los vínculos de

parentesco, compadrazgo y patronazgo operando cotidianamente dan a la política de

Belén un carácter doméstico que matiza la convivencia en una sociedad donde las

desigualdades en la distribución de la riqueza son obscenas. (…) La política y los

cargos públicos están relacionados con el sistema de parentesco (2004:47). Pero no

sólo es Belén en donde la política se materializa así, pues la “forma actual e histórica en

que opera el privilegio de parientes y allegados (nepotismo) de un patrón respecto del

llano de su clientela hace que hablar de democracia en Catamarca –porque

periódicamente se realizan elecciones- describa sólo una parte de la vida política de

esa provincia argentina (2004:48).

Negri en su relato menciona ejemplos de monstruos “comunistas” que han

luchado por la propiedad de la tierra. En nuestro trabajo, es Franco y los caudillos los

que aparecen luchando por la distribución del agua. La tierra sólo tiene fertilidad y

producción si hay agua que la riegue. Tierra y agua son dos variables por los cuales el

hombre busca autoafirmarse y liberarse del orden opresor. Un nuevo orden y

distribución, que sea común, es lo que simboliza la revuelta por el agua. “El monstruo

ha impuesto lo común, no sólo como sustancia de todo desarrollo productivo, sino

también como potencia de ciudadanía” (Negri 2007:117).

El agua…

…. que no tiene olor, color ni sabor ni forma, como el alma misma. El agua, sangre de todo lo que vive, anterior y mayor que la otra. Sin ella no hay planta ni animal, ni sentimiento ni lágrima. El agua, más felicidad

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que el amor, más cielo que el otro: cielo líquido. Y el agua, el gorjeo del agua, más que la música de los ángeles. (Franco 2006:86)

El pueblo reclama la devolución y la justa repartición de un bien común que ha

sido expropiado por algunos “parásitos” –como diría Luis Franco- para el uso privado

de ella. Franco parece estar recordando estos hechos cuando escribe

Que la oronda mayoría de los hombres somos como camino de médano, que ni es camino ni deja de serlo… y ahí está: yo llego a creer que si una canallada se está cometiendo a nuestra vista, sin que nosotros alcemos la voz o la mano… es porque ya estamos encanallados. Los más de los hombres ladean los ojos y cierran bien el pico cuando la injusticia o el robo son hazañas de algún ahijado del gobierno o la fortuna. ¡Y no me digan a mí que esa es gente honrada! (Franco 2006:128)

Este grupo de caudillos dejó de ser “médano” y se convirtió en roca. Se volvió

como las montañas, que luego de permanecer escondidas en las entrañas de las tierras,

por movimientos tectónicos y telúricos salen a imponerse a lo más alto, como

gigantes30.

4. El Belén de hoy, distribución espacial, producción ¿y agua?

Un ensayo biopolítico puede invocar figuras apagadas del discurso comunitario

como es el caso de Luis Franco y el levantamiento de los regantes. Pero como Elsa

Ponce explica, también es posible observar en un ensayo de este tipo la exposición y

denuncia de alteraciones en el dominio territorial y ambiental, empujando a parte de la

población al deterioro de sus condiciones de subsistencia, como consecuencia de la

apropiación de los recursos hídricos y el suelo, otrora destinados al microcultivo y el

ganado para autoconsumo. Acciones que se llevan a cabo desde un proyecto político

global que trae consecuencias negativas sobre las pequeñas economías de subsistencia

30 Por otro lado la categoría “regantes” me parece debe ser corregida o por lo menos resignificada. Sucede que los comentarios que se hacen sobre este acontecimiento, utilizan la categoría “regantes” para dirigirse en general a las personas que utilizan el agua de acequia para regar sus terrenos y así obtener la producción agrícola, según se hace hoy en día. Pero como se ha visto en el primer apartado, el agua de acequia era también consumida por las personas. Cuando se dice que los “regantes se levantaron” debe considerarse en un sentido más amplio este término. El cortar el agua de las acequias no sólo afecta su producción agrícola para autoconsumo o venta, sino el consumo de agua para ellos mismos. Si la nominación “el levantamiento de los regantes”, como hecho particular de la vida de los belichos fue realizada por personas que conocieron el sistema de agua potable como medio para la consumición, quizá no advirtieron que los por ellos llamados “regantes”, por tratar con el agua de las acequias, en otro tiempo tuvieron otro trato con esa agua. En aquellas épocas no parece haya sido sólo agua para riego el que va por a acequias, sino para diversos usos vitales. La rebelión no fue sólo de “los regantes”, sino del pueblo por un recurso vital.

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(Ponce, 2006). En la siguiente trascripción de una parte de la entrevista realizada a

Daniel Rasgido, de 83 años, y a su esposa Rosa Garnica de Rasgido, de78 años, es

posible observar como el proyecto político global está siendo puesto en cuestión desde

la mirada de los mayores, quienes observan la disminución del potencial cultivable de la

tierra, la calidad del agua y los alimentos, y hacen explícito sentimientos de miedo y

angustia. Si a esto le sumamos los comentarios en el primer apartado, se ve una

evocación feliz de una época pasada rica. Hay una realidad cuantitativa y cualitativa

distinta a la actual respecto a la producción de alimentos. Así, este escrito es también

una denuncia a la utilización de ciertos recursos, de la administración de la vida, y

algunas consecuencias sobre ella.

Daniel Rasgido_ Ahora nosotros estamos con miedo, porque el chango de aquí nomás cuando quiera construir, o se quiera asfaltar, se la va a cortar al agua del canal. Ahora ya uno no puede tener gallinas, un caballo, chanchos, no puede tener nada, nada. Rosa Garnica de Rasgido_ Ya nos han prohibido eso. No tenemos que tener eso en las casa, ya que dicen que da mal olor, que ya esto y este otro. Gonzalo Reartes_ Y antes no había mal olor? Rosa_ Y antes no habrá habido mal olor, ¿o qué?. (Risas) Que había menos precauciones de lavar, de limpiar. Pero vea… ahora todo nos han prohibido… nosotros teníamos todo... Era una vida muy linda la nuestra… D. R._ En aquella parte de allá –señalando unos terrenos del fondo- ya nadie siembra. Ya no tienen nada. Los del Corralón les han cortado el agua a todos esos de ahí... Todos los vecinos, que ya tenían finquitas la gente, plantitas… R. G._ Por La Cañada ya no riega nadie. D. R._ Mire, de aquí –señalando frente su casa-, de aquí también han hecho ahí un puente y le han cortado el agua a los de ahí –señala la casa vecina. Del canal no pueden sacar, porque tiene que sacar de la acequia que era para ellos. Y así, allá también –señala un terreno de otro vecino- le han trancado el agua por bajo la casa. Tenían naranjo, tenían de todo… ¡no tienen nada! –lo dice con un tono de enojo. R. G._ No le dejan pasar el agua. Te acordas –dirigiéndose a don Daniel-, don Luis Franco, que después decían que ya no tenía para regar. G. R._ ¿No tenía para regar don Luis? R. G._ Y claro. Porque muchos años ya han cortado por ahí. Por La Cañada han cortado más antes.

Este diálogo, que por una parte confirma el corte de agua en el barrio La Cañada,

nos muestra también otros puntos a tener en cuenta. Por un lado, en muchas partes las

palabras “sembrar” y “regar” se vuelven casi sinónimos, más justo es decir correlativas.

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Pero esto da cuenta de la relación necesaria que existe entre una y otra, o por lo menos

desde la percepción del agricultor. La tierra sembrada requiere del agua para producir.

Por otro lado, se pone de manifiesto la expropiación de bienes y el agua de

acequia. Se han quitado los gallineros y corrales, como así también tienden a

desaparecer los terrenos productivos, esto se lleva a cabo por medio de estrategias

disfrazadas de políticas de salud y de la nueva distribución y condición de las

construcciones edilicias y viales en pos de una urbanización moderna. Desde

comienzos del 1990 las políticas de salud exigieron la erradicación de gallineros y

criaderos de animales de las casas de familia. El argumento más fuerte fue la vinchuca y

el Mal de Chagas. El olor y la imagen fueron argumentos que tendieron a mostrar la

diferencia entre estos criaderos y la posibilidad de acceder a alimentos en centros de

compras. Todo una estética –entendida como discursos sobre la sensibilidad y el gusto-

se desenvolvieron para mostrar la belleza que comportaba el adquirir imagen y hábitos

de ciudad ante “la barbarie” en la cual, supuestamente, se vivía. Precisamente por esos

mismos años aparecen en Belén los Supermercados. La nueva disposición de las casas,

su tamaño y ubicación, alentadas por políticas de vivienda provincial y nacional, que se

concretan en “barrios” homogéneos, fueron haciendo muy difícil, sino imposible, el

cultivo de alguna planta con alimento, y la posterior necesidad de acceder a ellos por

medio de locales destinados para proveer verduras y frutas. Todo esto obligó que del

centro se erradicara la producción agrícola hacia barrios más alejados o zonas

específicas. Por ejemplo las localidades del norte de Belén, La Banda y La Puntilla.

Esto trajo aparejado un cambio en la actividad de las personas. Hermitte (1972) y

Mastrangelo (2004) ya habían denunciado el aumento del éxodo poblacional hacia el sur

del país, como consecuencia de la carencia de condiciones laborales y vitales desde la

década del 60 en adelante. En modo simultáneo se dio la concentración en unos pocos

de terrenos aptos para el cultivo, que a demás son quienes poseen recursos económicos

y tecnológicos para la producción y distribución en general. La modernización del

sistema productivo trajo aparejado que cada vez sea menos necesaria la mano de obra

ocupacional para el trabajo en la tierra, que cada vez haya menos lugar para la

agricultura de autoconsumo, que cada vez sea el sector servicios el que asista con

ofertas laborales. Se dio un proceso en aumento, y aun sigue aumentando, de las

actividades administrativas y burocráticas, un incremento de la dependencia laboral del

sector servicio, en desmedro de los trabajos manuales que demandan un ritmo de vida y

esfuerzo físico diferente. A las personas entrevistadas se las pudo escuchar más de una

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vez decir: “Amigo, antes trabajábamos. Yo salía a trabajar por detrás de mi viejo y

hasta la fecha. (…) Ahora son todos unos vagos. Quieren cobrar sin hacer nada.” Cabe

aclara que esta última frase está dedicada a las personas que deberían encargarse de la

distribución del agua. La calidad de este trabajo también parece haber disminuido

sensiblemente. Esta situación de desatención de las acequias de riego contrasta con las

fiestas que se realizaban para las limpiezas de las mismas desde los tiempos

precoloniales, y que incluso Olmos y Aguilera había dejado como mandato fundacional,

al decir que “los habitantes cuidarían del mantenimiento de esas acequias a no ser que

estuvieran impedidos” (Hermitte y Klein 1972:7-8).

A la pregunta de cuánta agua venía antes por la acequie, Tomas Carrasco contesta

Tomas Carrasco_ Mucha, mucha. Había quien la atienda. Había mucha agua. G. R._ Si le cortaban el agua una semana qué pasaba? Juana Bordón de Carrasco_“íbamos a sufrir todo. No se regaba y a los animales llevarlos al río. T. C._ Ahora estamos sufriendo peor porque no la atienden al agua. Hay una punta de vagos que hay en la Intendencia (de Riego), que no se ocupan de salir los repartidores. Antes los repartidores andaban con la orquilla y la pala al hombro. ¿Ahora qué?, ni se allegan a desembalsar a las acequias, dicen que porque no hay quién, ahí están amontonados en la Intendencia.

Junto a la falta de atención. Se ve que muchas personas de Belén no reconocen el

valor que el agua de acequia aun tiene, y sin escrúpulos tiran basuras que, a demás de

contaminar el agua, causan la acumulación de residuos y el posterior deterioro en las

condiciones de las acequias. De este modo el recorrido del agua se ve obstaculizada por

cúmulos de basura que, según se denuncia, no son sacados en tiempo y forma por los

encargados de repartir el agua.

Daniel Rasgido_ el agua se demora porque las acequias están sucias. (…) vienen chanchos, perros, comadrejas, gallinas, todo viene en el agua, pedazos de colchones, bolsas, trapos, ¡viene de sucia! Nosotros que vemos es una asquerosidad, menos mal que hay grifo…

Pero más allá de estos factores, se presume que el caudal de agua ha disminuido

por causas más grandes. Como se dijo antes, el rió Belén es regado por el río Villa Vil.

El documental Asecho a la ilusión de Patricio Schwanek, muestra como Minera

Alumbrera extrae agua para procesos de lavado y transporte de los minerales. Machado

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Araoz denuncia un permiso otorgado por el gobierno de Catamarca para la “extracción

de 1.200 litros por segundo (alrededor de 100 millones de litros por día) de una reserva

natural de agua fósil, ubicada en Campo del Arenal” (2009:209). Esa misma agua fósil

es la que da origen al río Villa Vil. También vimos que en el año 1936 Peirano

“descubría” la minería en Belén. En aquella época, más allá del espíritu modernizador

que acontecía, la minería seguirá bajo la modalidad tradicional de pirquineo, hasta la

década del 90 cuando las políticas nacionales liberan su mercado a los capitales multi y

transnacionales, apareciendo un nuevo proyecto modernizador en la región, el de la

producción responsable y desarrollo sustentable de la Minería (Antonelli 2009; Longo

2010; Svampa 2010). El concepto de “desarrollo sustentable”, comenta Machado Araoz,

se convierte en una estrategia discursiva para “neutralizar” las críticas a un modelo “de

producción y de consumo inequívocamente no sostenibles ni generalizables; esto es,

que implican la planificación deliberada de la producción en masa de excluidos de

bienes alimentarios básicos y de desplazados ambientales a fin de cubrir los consumos

energéticos de una porción cada vez más reducida y selecta de la población mundial”

(en Anbrogi y Cabral 2009).

Los procesos de éxodo, el aumento de la actividad laboral en dependencia del

Estado en el sector servicio, van generando un “vaciamiento del pueblo” y la

construcción de una estética para el turista. El turismo y la megamineria son actividades

complementarias en un sentido ontológico y estético perciben al espacio como un objeto

de extracción y contemplación (Vilca 2010). La mimería y el turismo compiten por el

agua con otras actividades productivas, ella es “un recurso” necesario para su

funcionamiento, consumo y producción. La agricultura para el autoconsumo tiene una

relación distinta con el espacio, el suelo en el que se siembra posee sus tiempos, sus

ciclos. En la producción agrícola para el autoconsumo espacio y tiempo poseen otras

densidades que contrastan con las políticas de desarrollo y producción que se sostienen

en un modelo extractivo y exhaustivo.

Junto a las acciones que realizan la minera y el turismo31 también se presume el

desvío hacia el barrio de la Puntilla, otrora poco productivo, y hoy donde se localizan

31 La minería llega a ser el “recurso estratégico” y fundamental de diversas actividades, por medio de subsidios y paliativos apoya a los sectores municipales de educación, cultura, producción, salud, infraestructura, y turismo entre otras. El turismo minero se convierte en una oferta desde el discurso oficial, a la que acompañan las propuestas de los “restos arqueológicos”, sus monumentos religiosos, el paisaje natural de montañas y quebradas, las aguas termales, y sobre todo las artesanías, entre estas los poncho. Este “modelo productivo y de desarrollo” se resume en el slogan “Belén, la cuna del Poncho y capital de la Minería” que da la bienvenida en un cartel, a la entrada del pueblo por la Ruta 40 desde el

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las mayores producciones. En su mayoría extensos campos que pertenecen a unos pocos

privados. La contracara de esto es la prohibición de tener terrenos pequeños y animales

para el autoabastecimiento, y la “invitación” por parte de las autoridades a consumir

productos del mercado global. Los cuales son percibidos por muchos habitantes como

sin sabor, feos, ordinarios, asquerosos.

Ante el uso indiscriminado de los recursos naturales por parte de los eugenésicos

se ve el desafío de “recrear modos de vida y de coexistencia basados en el uso

responsable de los bienes comunes de la naturaleza”, pero estas formas de vida son sólo

posibles como alternativas al modelo actual de producción. La emergencia de un nuevo

monstruo, como potencia política, como practicas amenazantes pero también

prometedoras es lo que se precisa. Un monstruo que ante la infamia de la eugenesia

proponga una nueva forma de relacionar la naturaleza y el trabajo humano, de habitar en

el mundo y administrar los recursos vitales de modo distinto.

5. “Quién soy y desde dónde vengo”

Un discurso sólido comenzaría dando cuenta del contexto metodológico y

conceptual de la investigación. El estado líquido de estos apuntes ha modificado el

lugar de tal señalamiento colocándolo a final y de un modo, obviamente, líquido.

“Quién soy y desde donde vengo” son dos interrogantes que atraviesan, a veces, a quien

se constituye como sujeto epistémico y se dispone a investigar (EIMPC 2008).

Investigar es andar en las huellas, y ese andar interpela y modifica, a veces, al sujeto

que investiga (Haber 2011). Es en ese andar interpelante en donde ocurrieron giros.

Para la academia, aparentemente, un sujeto nace cuando recibe su título de grado.

Su pasado anterior a ella carece absolutamente de valor epistémico, moral, político.

Ella, muy socráticamente, lo da a luz vaciándolo del mundanal, sombrío y cotidiano

vínculo diario y afectivo. La academia que tiende a la excelencia y al más alto nivel,

construye un sujeto académico con un cerebro en fuga pro-eyectado en búsqueda de

algo más allá, con unos pies que tambalean en el piso y se elevan olvidándose del

cuerpo, el territorio y la identidad (Grosso 2008).

sur, desde hace unos 20 años aproximadamente. El turismo y el pasado no están centrados en la ruralidad y tradiciones del siglo XX, sino que se objetiva en el pasado precolonial, en lo “originario”, “étnico” e “indígena” que “nos llega” en los restos arqueológicos.

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La investigación de la revuelta por el agua, de un problema de biopolítica de

administración de un bien vital, derivó en la reflexionar sobre las políticas de

conocimiento (Grosso 2008), sobre los modos en que se controla la producción de

sujetos epistémicos. La revuelta por el agua en Belén dio lugar a la revuelta del sujeto

que investiga, a la reflexión y crítica a la formación académica. La investigación que

surgió como provocación desde un espacio académico, giró en el andar en la huella en

un hacer asombrando y re-encontrando. La formación académica me había embelesado

con el erudito pensamiento de Europa. Había aprendido a mirar a fuera, a leer libros, a

escuchar el mutismo de la escritura, pero no había mirado a Belén, ni escuchado a su

gente, ni leído sus poetas, ni aprehendido sus problemas. El volver a Belén se tradujo en

una crítica a la formación escolar en general en todos sus niveles.

Las conversaciones (o entrevistas si el lenguaje académico así lo prefiere) se

hicieron durante Mayo, Junio, Julio de 2009 en contextos familiares, en la casa de ellos

y junto a familiares o vecinos. No había preguntas definidas, si palabras que se

mencionaban como “Luis Franco”, “problemas con el agua de riego”, las “acequias”, y

desde ahí comenzaban las conversaciones en interminables tardes compartiendo mates y

anécdotas. Su voz fue grabada con su consentimiento, y en algunos casos regresé a

conversar hasta tres veces. La selección de los “informantes claves” se hizo a partir de

la “recomendación” del “entrevistado” anterior, quien decía “vaya y véalo a fulano de

tal, seguro que él se acuerda de eso”32. Los viejos de Belén me identificaban siempre del

mismo modo, mi pertenencia para ellos era local y familiar, mi identidad se definía por

mi familia y la casa de donde venía, nunca pasé de ser “el hijo de la maestra tal…”, o

“el chico de la casa de… en el barrio tal…”. Silvia Rivera Cusicanqui comenta en una

clase –05 de octubre de 2012, en Catamarca- que “la academia inhibe la memoria oral”.

Desconozco hasta donde el lugar de las entrevistas o mi identidad jugaron un papel en

el desarrollo del trabajo, lo que entiendo es que para los viejos de Belén el sujeto con el

que interactuaban no tenía domicilio académico. Los investigadores sociales que

establecen relaciones asimétricas e instrumentales con aquello que investigan, en donde

son explícitas las diferencias de intereses (Rivera Cusicanqui 1987), era puesta

nuevamente en cuestión con las palabras y gestos de los viejos del pueblo. El trabajo de

investigación fue dejando de ser, poco a poco, una tarea para la academia y pasó a ser 32 Muchos de los recomendados eran personas que estaban enfermas cuando no fallecidas. Los familiares presentes hacían en ocasiones el comentario “recuerde que ya se muerto el finao Don fulano”. En aquel momento las anécdotas y los derroteros de la memoria nos llevaron por lugares sorprendentes y desconocidos ese lugar llamado Belén.

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una exigencia desde y para Belén (el investigador incluido en tanto perteneciente al

pueblo).

La escritura se realizo en diferentes procesos de revisión y evaluación33. En todos

los casos, más allá de la circunstancial exigencia para el cual se lo escribía el lector

ideal era y son los belichos, los interlocutores de este trabajo y los cercanos

afectivamente. En la lectura y reescritura se hacen evidentes los conflictos en los modos

de escribir y dirigir las palabras. El impersonal de la academia es violentado en varias

ocasiones por la aparición del “mi”, “me” y “yo”. Junto a esto la presencia de términos

como “recursos”, “época” o “mayores” son a veces reemplazados por “bienes”; “antes”

o “viejos”. Se han conservado estas variaciones como marcas en la escritura, como una

señal de esos procesos conflictivos que hacen a la construcción de los sujetos que

investigación.

Si bien el texto original tuvo la intención de ser líquido, como una postura de

confrontación con las convenciones de la academia, las exigencias de publicación

hicieron que de a poco lo solidifique. Sin embargo se ha intentado “jugar” para que la

apariencia sólida que las ciencias sociales requieren sea cumplimentada, y aun así

conserve un fondo líquido.

Para finalizar, se explicita que esta comunicación es una composición en dos

sentidos, primero porque el contenido es la recopilación de voces, y la forma que guarda

es la particular posición de ellas a fin dar a conocer las tonalidades de la revuelta. Es en

cierta medida una producción social de conocimiento, y es por ello que el trabajo se ha

construido con elementos heterogéneos, en donde confluyen términos y expresiones que

dan cuenta de sonoridades y modo de decir locales. Conjuntamente con esto, las

lecturas, comentarios y evaluaciones (anónimas o no) son de algún modo aportes

relevantes para volver a pensar lo andado, y así hacen a la composición de esta

producción. Y segundo, porque se considera que el trabajo fue realizado desde una

situación concreta, desde un posicionamiento local, de compromiso y solidaridad con

esas voces de los mayores.

6. Cerrando y abriendo compuertas (para que pase el agua) 33 El primer borrador fue en el 2009 para el espacio curricular de Filosofía Política, en ese mismo año tuvo modificaciones para ser presentado en las Jornadas de Filosofía de la Universidad de Catamarca (UNCa), en donde fue rechazado. Le siguió una versión más pequeña en el 2010 para el “VI Congreso de Ciudades de Pueblos del Interior” de la UNCa. Luego descansó hasta el 2012 cuando fue revis(it)ado para ser presentado para la publicación de esta revista, y en 2013 se realizaron modificación a partir de la evaluación para dicha publicación.

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Belén es conocido por sus finas telas, por sus ponchos. Estos son siempre

creaciones colectivas, varias manos han aportado para su construcción: quien esquila,

hila, trama, teje, borda, hace guardas o reglas, carda, y vende. En los ponchos, a veces

quedan marcas que identifican las manos, que indican caminos, que-dan34 hilos sueltos

que otros pueden hilvanar.

No es un acontecer aislado y exclusivo la revuelta por el agua en Belén de 1930,

es parte de una trama con varios hilos. Es un antecedente de otros conflictos similares

cada vez más visibles, como la “guerra por el agua” del 2000 en Bolivia (Coggiola

2007), y la lucha de las indias mazahuas en México en 2005 (Vigna 2012). Los

conflictos y resistencias políticas del agua son hilos que se entrelazan con otros, como

las resistencias socio-ambientales en el NOA (Noroeste Argentino), que se oponen a los

proyectos megamineros extractivistas y agroindustriales contaminantes. Y a la vez estos

hilos se vinculan con otras resistencias, como las Guerras Calchaquíes del siglo XVII y

el levantamiento de Felipe Varela del siglo XIX. En suma una región signada por

resistencias que conforman un entramado latente que defiende un territorio para vivir y

morir (Sala 2005). Resistencias solidarias en contra de modelos extractivos, todas

huellas para andar, caminos que conducen a pensar una emancipación vital.

Empezamos nuestro recorrido indagando acerca de las políticas de gestión y

administración de un bien vital como es el agua, y llegamos a plantear una reflexión

sobre las políticas del conocimiento, en ambos casos hay modos hegemónicos y

oficiales que someten, se apropian y extraen vitalidades populares, locales, cotidianas,

comunitarias, “baquianas” (Franco 2006). Así planteado todo el recorrido, se abren

líneas para pensar en posición sobre esas políticas extractivas de bienes vitales, entre

ellos el agua y la “materia gris”, de las políticas alienantes que desde el discurso oficial

omiten y callan a aquellos que emprenden las revueltas.

La historia que se reconstruyó desde la palabra de los viejos, deja planteada otro

hilo inquietante, ese que sale en otro lenguaje, en las exclamaciones, gritos, silencios,

palabras cortadas, gestos, en un lenguaje corporal y sonoro que la sólida escritura

académica calla. Queda el lugar de la indignación, enojo, miedo, angustia, alegría, de

las evocaciones y proyecciones cargadas de afectos, sentimientos, deseos y esperanzas

que se expresan en las palabras de los viejos del pueblo.

34 En ambos sentidos, en el dar (que dan) y quedar (quedan).

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La producción del trabajo sobre el agua, no pudo ser traducida en la escritura

impersonal y neutra, abstracta y distante, sino que nació en este torrente de apuntes

líquidos. Un líquido que refresca la mirada, muchas veces enmarcada en teorías

anestésicas. Un líquido que refresca el cuerpo, y demanda pensar y escribir ya no desde

la cabeza, sino desde lo visceral a veces, y otras desde las falanges al tarso, y otras

desde la planta de los pies. De unos pies en el piso.

Dado el líquido, está siempre el riesgo que el rio crezca, y si no se levantan las

compuertas, el agua se lleva todo…

--------Las entrevistas fueron realizadas durante el 2009 en Belén, excepto con Antonio Torrente en la ciudad de Catamarca. En el momento de los encuentros algunos de las personas ya eran de edad avanzada y en la actualidad muchas de ellas ya han fallecido. Los interlocutores fueron María Segunda Palavecino (88), Jesús Hortensia Vázquez (75 - †), Segunda Ríos de Vázquez (78), Rosa Garnica de Rasjido (78), Daniel Rasjido (83), Tomas Carrasco (88 - †), Juana Bordón de Carrasco, Regina “La Ticher” Franco (†), Guillermo “Changacha” Franco Valdez, Horacio “Toto” Pernasetti (†), Rosa Ríos de Aybar (†), Felicidad “Mimí” Carreras y Don Yampa (†). A todos ellos muchas gracias.

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