agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · julie garwood la música de las...

326

Upload: others

Post on 19-Jan-2021

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3
Page 2: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los barones másinfluyentesdeInglaterra,GabrielleSt.BielestambiénunperfectoobjetodeintercambioparaelreyJuan,quenecesitaquelapazlleguealasHighlands.Con ese objetivo, ha dispuesto el casamiento de Gabrielle con unterrateniente.

Pero este matrimonio nunca llegará a celebrarse, debido a un episodioviolento.Gabrielle,deunflechazoquepartedesuarco,acabaconunavida,salvaotraydesencadenaunaguerra.

ColmMacHugh, el hombre más temido de Escocia, encontrará una nuevacausaparaponerdemanifiestosucoraje.Antesupresencia,nielcuerponielcorazóndeGabrielleestaránasalvo…

Página2

Page 3: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

JulieGarwood

LamúsicadelassombrasMaitland-3

ePubr1.0Titivillus17.11.2020

Página3

Page 4: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Títulooriginal:ShadowMusicJulieGarwood,2007Traducción:LauraParedesLascorzEditordigital:TitivillusePubbaser2.1

Página4

Page 5: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Índicedecontenido

Cubierta

Lamúsicadelassombras

Prólogo

Capítulo1

Capítulo2

Capítulo3

Capítulo4

Capítulo5

Capítulo6

Capítulo7

Capítulo8

Capítulo9

Capítulo10

Capítulo11

Capítulo12

Capítulo13

Capítulo14

Capítulo15

Capítulo16

Capítulo17

Página5

Page 6: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo18

Capítulo19

Capítulo20

Capítulo21

Capítulo22

Capítulo23

Capítulo24

Capítulo25

Capítulo26

Capítulo27

Capítulo28

Capítulo29

Capítulo30

Capítulo31

Capítulo32

Capítulo33

Capítulo34

Capítulo35

Capítulo36

Capítulo37

Capítulo38

Capítulo39

Capítulo40

Página6

Page 7: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo41

Capítulo42

Capítulo43

Capítulo44

Capítulo45

Capítulo46

Capítulo47

Capítulo48

Capítulo49

Capítulo50

Capítulo51

Capítulo52

Capítulo53

Sobrelaautora

Notas

Página7

Page 8: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

ParaKendraElyseGarwoodporlaalegríayelamorquehasaportadoanuestrafamilia.Eresuntesoro.

Página8

Page 9: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Huye el malvado sin que nadie lo persiga, pero el justo estáconfiadocomounleón.

Proverbios28:1

Página9

Page 10: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Prólogo

Érase una vez un año en el que desde el mar entraron asolandointempestivamente, violentas tormentas y desde una tierra lejana llegó anuestrasmontañas y a nuestras costas la primera horda de guerreros.Hastadonde alcanzaba la vista, se los veíamarchar en pares, con armas de acerosujetas sobre el pecho y bruñida armadura reluciente como fragmentos decristalalaluzdelsoldemediodía.Nopidieronpermisonilesimportóentrarsin él. No, estaban en una misión y nada se interpondría en su camino.Cruzandonuestrahermosatierra,tomaronnuestroscaballosynuestracomida,pisotearonnuestrascosechas,usaronanuestrasmujeresymataronamuchosdenuestrosbuenoshombres.Sembraronladestrucciónasupaso…todoenelnombredeDios.

Se llamaban a sí mismos los Cruzados. Creían fervientemente que sumisiónerasagradaybuenaporqueasílohabíadichoelPapa,quelosbendijoylesordenóqueviajaranalotroladodelmundo.DebíanvenceralosinfielesyforzarlosaabrazarasuDiosyasureligión.Silospaganosseresistían,lossoldadosdebíanmatarlosconsusespadassagradasybenditas.

ElpasoatravésdenuestrasmontañaseralaúnicarutaquellevaríaalosCruzados a avanzar en su misión, así que lo atravesaron marchando enlegiones, y una vez que llegaron a la bahía al otro lado de las montañas,robaronnuestrosbarcosynavegaronatravésdelmarhaciasudestino.

Eneseentoncesnuestropequeñopaísse llamabaMonchanceux.Éramosgobernados por nuestro tío el benévolo rey Grenier. Era un hombre queamaba a su patria y deseaba protegerla. No éramos un país rico, peroestábamos contentos.Teníamos lo suficiente.Cuando la horda invasoranossaqueó, nuestro rey se enfureció, pero no permitió que la furia guiara sumano. Como era un soberano inteligente, el rey Grenier encontró unasolución.

Al siguiente grupo de invasores le cobraría un peaje para cruzar pornuestrasmontañas.Dadoque el paso eramuyangosto, podía ser defendidoconfacilidad.Nuestrossoldadosestabanacostumbradosalfrío,alanieveya

Página10

Page 11: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

loscruelesvientosnocturnos.Podríanprotegerlacordilleradurantemeses,yelinviernoseaproximabarápidamente.

El líder de esos virtuosos invasores se sintió ultrajado ante la idea depagarpor algo.Él y sushombres estaban enunamisión sagrada.AmenazóconmataracadaalmaquehabitaraenMonchanceux, incluyendomujeresyniños, si se les negaba el paso a él y sus hombres. ¿El rey Grenier y sussúbditos estaban en buenos términos con la iglesia, o eran paganosinterponiéndose en el camino del Señor? La respuesta determinaría susdestinos.

Fue en ese mismo momento que nuestro buen y sabio rey abrazó lareligión.Ledijoallíderdelejércitoqueélytodossussúbditoseranigualdecreyentes,yloprobaríamásalládetodaduda.

ConvocóalagentedeMonchanceuxysedirigióaellosdesdeelbalcóndelpalacio.EllíderdelEjércitoCruzadoestabadepiedetrásdeél.

—DehoyenadelantenuestropaíssellamaráSt.Bielenhonordelsantopatróndemifamilia.Eselprotectordelosinocentes—anuncióelreyGrenier—.ErigiremosestatuasdesanBielypintaremossuimagenenlaspuertasdenuestracatedralparaquecualquieraque llegueanuestrascostas sepade subondad,yleenviaremosuntributoalPapaparamostrarnuestrasinceridadynuestrahumildad.Elpeajequerecaudesedestinaráapagaresetributo.

Ellíderdelatropaviajeraseencontróenunapuro.Sirehusabapagarelpeaje—enoro,porsupuesto,yaqueelreynoaceptaríaotracosa—entonces,¿estaría negándose a permitir que el rey le rindiera tributo alPapa?Y si elPapaseenterabadequeelCruzadosehabíanegado,¿quéharíaelpontífice?¿Loexcomulgaría?¿Loejecutaría?

Despuésdeunalarganochedemeditarydeenfurecerseydespotricarengranmedida, el lídermilitar decidió pagar el peaje. Fue un acontecimientocrucialporquesentóunprecedente,ydeallíenadelante,cadaCruzadoquedeseabapasaratravésdenuestrastierraspagóelpeajesinponerobjeciones.

Nuestroreyfuefielasupalabra.Hizoquederritieraneloroyloconvirtióenmonedas,yencadaunadeellasestabalaimagendesanBiel,conunhaloenlacabeza.

La tesorería real tuvo que ser ampliada para dar cabida a todas lasmonedasdeoro,yunbarcofuepreparadoparaelviajequellevaríalaofrendaalSantoPadre.Undíaunas cajas enormesypesadas fueroncargadas en labodegadel barco y unamultitud de ciudadanos se reunió en el puerto paraobservar su partida hacia Roma. Poco después de ese histórico día,comenzaron a extenderse algunos rumores. Nadie podía verificar que en

Página11

Page 12: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

verdadhubieravistoelorooestimarcuántofueenviado.Variosembajadoresdenunciaron que al Papa solo le había llegado una cantidadmiserable. Lashabladuríasdelavastafortunadenuestroreycrecieronyluegoretrocedieroncomolamareaquelamíanuestrascostas.

Finalmente se descubrió una ruta más rápida hacia Tierra Santa, y losCruzadosyanoviajaronatravésdenuestropaís.Dimosgraciasporeseretiro.

Sinembargononosdejaronenpaz.Cadapocosañosalguienllegabaenbusca del ahora legendario oro.Vinoun barónde Inglaterra, ya que su reyhabíaoídoelrumor,perodespuésdequenuestroregentelepermitierahaceruna búsqueda minuciosa en el castillo y sus tierras, el barón le dijo queregresaríaaInglaterraconestasnoticias:nohabíatesoroqueencontrar.Comoel rey Grenier había sido tan hospitalario, el barón le advirtió de que elPríncipeJohndeInglaterraestabaconsiderandoinvadirSt.Biel.John,explicóel barón, quería gobernar el mundo y estaba esperando impacientementeobtenerlacoronadeInglaterra.ElbarónnoteníadudadequeSt.BielprontoseconvertiríaenotroseñoríodeInglaterra.

La invasión llegó un año más tarde. Una vez que St. Biel pertenecióoficialmenteaInglaterra,recomenzólabúsquedadelorooculto.Lostestigosjuraronquenosedejóunarocasinremover.

Sialgunavezhabíahabidountesoro,sehabíadesvanecido.

Página12

Page 13: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo1

Wellingshire,Inglaterra

LaprincesaGabrielleteníaapenasseisañosdeedadcuandofueconvocadaallechodemuertedesumadre.Escoltándolaibasulealguardia,dossoldadosubicadosacada ladodeella,mientrasprocedíansolemnementeporel largocorredor, andaban despacio para que pudiera seguirles el paso. El únicosonidoeraeldesusbotasresonandocontraelfríosuelodepiedra.

Gabriellehabíasidollamadaallechodemuertedesumadretantasvecesquehabíaperdidolacuenta.

Mientrascaminaba,permanecíaconlacabezabaja,mirandointensamentela piedra brillante que había encontrado. A sumadre iba a encantarle. Eranegra con una pequeña línea blanca zigzagueante que la rodeabacompletamente. Un lado era tan suave como lamano de sumadre cuandoacariciabalamejilladeGabrielle.Elotro ladode lapiedraeraásperocomolaspatillasdesupapá.

CadadíaalatardecerGabrielleletraíaasumadreuntesorodiferente.Dosdíasatráshabíacapturadounamariposa.Teníaunasalashermosas,doradasconpuntoscolorpúrpura.Lamadrehabíadeclaradoqueeralamariposamáshermosaquehubieravistojamás.CuandoGabriellecaminóhacialaventanayladejosalirvolandolaalabóporsertangentilconunacriaturadeDios.

El día anterior Gabrielle había recogido flores de la colina que estabafueradelosmurosdelcastillo.Elaromadelbrezoylamiellahabíarodeado,ypensóqueeldeliciosoaromaeraaúnmásagradablequelosperfumesylosaceites especiales de sumadre.Gabrielle había atado una cintamuy bonitaalrededorde los tallosy tratódehacerun lindo lazo,peronosabíacómoehizounlío.Lacintasehabíadeshechoantesdequeleentregaraelramoasumadre.

Lasrocaseranlostesorosfavoritosdesumadre.Enunamesacercadelacama, tenía una canasta llena queGabrielle había recogido para ella y estapiedralegustaríamásqueninguna.

Página13

Page 14: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Gabriellenoestabapreocupadaporlavisitadeesedía.Sumadrelehabíaprometidoquenoseiríaalcielotanpronto,ynuncarompíaunapromesa.

Elsolproyectabasombrasalolargodelasparedesdepiedraydelsuelo.SiGabriellenohubieraestadoocupadallevandolapiedra,lehubieragustadoperseguir las sombrasy tratardecapturaruna.El largocorredoreraunodesuslugaresdejuegofavoritos.Legustabasaltarenunpiedeunapiedraalaotrayvercuán lejospodía irsincaerse.Aúnnohabía llegadoa lasegundaventanaabovedada,yquedabancincoventanasmás.

Avecescerrabalosojos,abríalosbrazosampliamenteygirabaygirabahastaqueperdíaelequilibrioysederrumbabasobreelsuelo,tanmareadaquelasparedesparecíanvolaralrededordesucabeza.

Más que nada, amaba correr por el corredor, especialmente cuando supadreestabaencasa.Eraunhombremuygrandeymagnífico,másaltoquecualquieradelospilaresdelaiglesia.Supapálallamabayesperabaaqueloalcanzara.Luegolatomabaensusbrazosylalanzabaaltosobresucabeza.Siestaban en el patio, levantaba lasmanos al cielo, segura de que casi podíatocar una nube. Su padre siempre pretendía no poder agarrarla para quepensara que iba a dejarla caer. Sabía que nunca lo haría, pero gritaba condeleite ante la posibilidad.Le envolvía los brazos alrededor del cuello y loapretabamientras él caminaba con grandes pasos hacia la habitación de sumadre. Cuando estaba especialmente contento solía cantar. Tenía una vozterrible y a veces Gabrielle contenía la risa y se cubría los oídos de tanespantosaqueera,peronuncasereíaabiertamente.Noqueríaherirsustiernossentimientos.

Esedía supadrenoestabaencasa.HabíapartidodeWellingshire,paradirigirsealnortedeInglaterra,avisitarasutíoMorganynovolveríaacasaenvariosdías.Gabriellenoestabapreocupada.Sumadrenomoriríasinélasulado.

Stephen, el jefe de los guardias, abrió la puerta de la recámara de sumadreylediounleveempujoncitoentrelosomóplatosaGabrielleparaqueentrara.

—Adelante,princesa—laurgió.Ellasevolvióconunceñodedisgusto.—Papá dice que debes llamar a mi madre princesa Genevieve, y se

suponequeamídebesllamarmeladyGabrielle.—AquíenInglaterrasoisladyGabrielle—sepalmeóelescudoblasonado

queteníaenlatúnica—,peroenSt.Bielsoisunaprincesa.Ahoraid,vuestramadreosespera.

Página14

Page 15: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Al ver a Gabrielle, su madre la llamó. Tenía la voz débil, y se veíaterriblemente pálida. Desde que Gabrielle tenía memoria, su madre habíapermanecidoencama.LehabíaexplicadoaGabrielle,quesuspiernashabíanolvidado como caminar, pero tenía esperanzas y rezaba para que un díarecordarancomohacerlo.LehabíaprometidoaGabriellequesiesemilagroocurría,separaríadescalzaenelfríoarroyopararecogerpiedrasconsuhija.

Ytambiénbailaríaconsupadre.Larecámaraestabaatestadadegente.Ledejaronunpasajeangostopara

quepasara.Elcura,elPadreGartner,estabacercadelaalcobaentonandounaplegaria en un bajomurmullo, y elmédico real, que siempre tenía el ceñofruncido y a quien le gustaba sangrar a sumadre con sus bichos negros ybabosos, tambiénestabapresente.Gabriellesesentíaagradecidadequehoynohubierapuestoningúnbichoenlosbrazosdesumadre.

Lasdoncellas,elmayordomo,yelamadellavesrevoloteabancercadelacama.Sumadredejóelbordadoylaaguja,ahuyentóaloscriados,ylehizoseñasaGabrielle.

—Venysiéntateconmigo—leordenó.Gabriellecruzólahabitacióncorriendo,trepóalaplataformaytendióla

rocahaciasumadre.—Oh, es hermosa—susurrómientras tomaba la piedra y la examinaba

cuidadosamente—.Estaeslamejorhastaahora—añadióasintiendo.—Madre, dices eso cada vez que te traigo una piedra. Siempre es la

mejor.La madre dio unas palmadas en un lugar cercano a ella. Gabrielle se

acercórápidamenteydijo:—Nopuedesmorirtehoy.¿Recuerdas?Loprometiste.—Lorecuerdo.—Papá estaría terriblemente enfadado también, así quemejor queno lo

hagas.—Acércate, Gabrielle —le dijo la madre—. Tengo la necesidad de

susurrar.La chispa en sus ojos le indicó a Gabrielle que nuevamente estaba

jugandoasujuego.—¿Unsecreto?¿Medirásunsecreto?Lamultitudseacercó.Todosestabanansiososporescuchar loqueibaa

decir.Gabriellemiróalrededordelahabitación.—Madre,¿porquéestátodaestagenteaquí?¿Porqué?

Página15

Page 16: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Lamadrelabesóenlamejilla.—Piensanquesédondeseescondeungran tesoroy tienenlaesperanza

dequetedirédondeestá.Gabrielleserio.Legustabaestejuego.—¿Melodirás?—Hoyno—lerespondió.—Hoyno—repitióGabrielleparaqueloscuriososespectadorespudieran

oírla.La madre luchó por incorporarse. El ama de llaves se adelantó con

premuraparaponerlealmohadasdetrásdelaespalda.Unmomentodespuéselmédicoanuncióquesucolorestabamejorando.

—Me estoy sintiendomuchomejor—dijo—.Váyanse ahora—ordenó,con la voz haciéndosemás firme con cada palabra—.Megustaría tener unmomentoasolasconmihija.

Parecióqueelmédicoteníalaintencióndeprotestar,perosemantuvoensilencio,yacompañóalgrupoalasalida.Leshizoseñasadosdoncellasparaque sequedaran.Lasmujeres esperaroncercade lapuertapara cumplir losdeseosdesuseñora.

—¿Te sientes mejor hoy como para poder contarme una historia? —preguntóGabrielle.

—Loestoy—respondió—.¿Quéhistoriategustaríaescuchar?—Lahistoriadelaprincesa—respondióansiosa.Asumadrenolesorprendió.Gabriellesiemprepedíalamismahistoria.—Había una vez una princesa que vivía en una tierra lejana llamada

St. Biel—comenzó lamadre—. Su hogar era unmagnífico palacio blancoqueestabaenloaltodelacumbredeunamontaña.Sutíoeraelrey.Eramuycariñosoconlaprincesa,yellaeramuyfeliz.

Cuandolamadrehizounapausa,Gabriellesoltóimpaciente:—Túereslaprincesa.—Gabrielle,sabesquelosoyyqueestahistoriaesacercadetupadreyde

mí.—Losé,peromegustaoírtelodecir.Sumadrecontinuó.—Cuandolaprincesatuvolaedadadecuada,sehizountratoconelbarón

GeoffreydeWellingshire.LaprincesasecasaríaconelbarónyviviríaconélenInglaterra.

Como sabíaque a suhija le encantabaoír acercade la ceremoniade laboda, los trajes y la música, la narró con gran detalle. La pequeña niña

Página16

Page 17: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

aplaudió con deleite cuando escuchó la parte acerca de la fiesta y delbanquete,especialmenteladescripcióndelastartasdefrutaylospastelesdemiel.Alfinaldelahistoria, lanarrativadesumadresehabíavueltolentaytrabajosa.El agotamiento se estaba apoderandode ella.Laniñapequeña sediocuentay,comoerasuritual,lehizoprometeralamadrequenomoriríaesedía.

—Loprometo.Ahoraestuturnodecontarmelahistoriaqueteenseñé.—¿Cada palabra justo como me la enseñaste, madre? ¿E igual que te

enseñótumadre?Sonrió.—Cadapalabra.Ylasrecordarásyundíaselasenseñarásatushijaspara

queconozcanasufamiliayaSt.Biel.Gabrielleadoptóunaposturasolemneycerrólosojosparaconcentrarse.

Sabíaquenodebíaolvidarniunapalabradelahistoria.Estaerasuherencia,ysumadre lehabíaaseguradoqueundíaentendería loqueesosignificaba.Dobló las manos sobre el regazo y luego abrió los ojos nuevamente.Enfocándoseenlasonrisaalentadoradesumadre,comenzó.

—Érase una vez un año en el que desde el mar entraron asolandointempestivamenteviolentastormentas…

Página17

Page 18: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo2

TodoelqueeraalguienenInglaterrasabíaacercadelaenemistadfamiliar.ElbarónCoswolddeAxholmunodelosconsejerosmáscercanosdelreyJohn,yelbarónPercydeWerke,tambiénllamadoamigoyconfidenteporelrey,sehabíanpasado losúltimosdiezaños intentandodestruirseelunoalotro.Lacompetenciaentre losdoshombreseraferoz.Cadaunoqueríamásriquezasqueelotro,máspoder,másprestigio,yciertamentemásfavoritismodelrey.Peleabanencarnizadamente,portodo,ymásquenadacodiciabanunbotín:laprincesa Gabrielle. Ante la mera mención de su nombre se ponían tanviolentoscomoperros rabiosos.Ambosbaronesestabandecididosacasarseconlapreciadabelleza.

Al rey le divertían sus ataques de celos. A cada oportunidad que se lepresentaba, enfrentabaaunoconelotro.Ensumente, erancomomascotasqueharíancualquiertrucoqueélrequirierasoloparacomplacerlo.Conocíalaobsesiónque teníanconGabrielle, lahijadelbarónGeoffrey,perono teníaintencióndedárselaaningunodelosdos.Erademasiadovaliosa.Encambioprefería, cuando convenía a sus necesidades, esgrimir la posibilidad de quecadahombrepodíaaúntenerlaoportunidaddeganarsumanoenmatrimonio.

TodoelqueeraalguienenInglaterrasabíaquieneraGabrielle.Subellezaeralegendaria.HabíacrecidoenWellingshirenolejosdelpalaciodelrey.Suvida allí había sido tranquila y relativamente recluida hasta que alcanzó laedadyfuepresentadaenlacorte.Consuprotectorpadre,elbarónGeoffreydeWellingshire,asuladohabíasoportadounaaudienciaconelreyJohnquenodurómásdediezminutoscomomucho,peroqueaúnasífuetodoloquesenecesitóparaqueelreyquedaracompletamenteencantado.

John tenía la costumbre de tomar lo que quería cuando lo quería. Sureputacióndelibertinajeerabienconocida.Noerainusualquesedujeraalasdeseosas—yalasnotandeseosas—esposasehijasdesusbarones,yluego,a lamañana siguiente, se jactarade sus conquistas.Sin embargo,no tocóaGabrielle,yaquesupadreeraunodelosmáspoderososeinfluyentesbaronesdeInglaterra.

Página18

Page 19: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Johnteníasuficientesconflictosentremanos.Nonecesitabaotro.Estabasiendo atacado desde todas las direcciones, y pensaba que ninguno de losconflictos era culpa suya. Sus problemas con el Papa Inocencio IIIrecientementesehabíanincrementadodiezvecesmás.Debidoalanegaciónde John a aceptar la propuesta del Papa para que Stephen Langton fueraarzobispodeCanterbury,elPapadeclaróuninterdictosobreInglaterra.Todoslosserviciosdelaiglesiasevieronsuspendidosaexcepcióndelosbautismosylasconfesiones,ydadoquelosobisposylossacerdoteshabíanhuidodesusiglesias para evitar la furia de John, encontrar a uno que practicara uno deesosdossacramentoseracasiimposible.

ElinterdictoenfurecióalreyJohn,quienrespondióconfiscandotodaslaspropiedadesdelaIglesia.

La reacción del Papa fue severa. Excomulgó a John, socavando de esaformasucapacidadpararegirelpaís.LaexcomuniónnosolocondenabalayanegraalmadeJohnaloseternosfuegosdelinfierno,sinoquetambiéneximíaasussúbditosdelosvotosdeobediencia.Enefecto,losbaronesyanoteníanporqueserleleales.

Atravésdefuentesconfiables,JohnseenteróqueelreydeFranciateníalosojospuestoseneltronoinglésyestabasiendoincitadoporalgunosdelosbarones traidores a preparar una invasión. Aunque John estaba seguro decontar con hombres y recursos para enfrentarse a esa amenaza, seguíaconstituyendounaempresacostosayquerequeriríasutotalatención.

También había pequeños problemas que lo importunaban. Loslevantamientos en Gales y en Escocia estaban volviéndose cada vez másorganizados. El rey William de Escocia no era un problema. Ya le habíaprometidofidelidadaJohn.Nay,eranloshighlanderslosquequeríansangre.Aunque El rey William pensaba que los tenía bajo control, los jefes enrealidad no se comprometían a responder ante nadie salvo su propio clan.Cuantomás al norte se viajara,más violentos y despiadados se volvían losclanes.Habíatantasdisputasfamiliaresqueeraimposibleseguirleslapistaatodasellas.

Había solo un laird en lasHighlands del norte que no era una amenazapara los otros y quien actualmente se había ganado un poco de respeto: ellaird Alan Monroe. Era un hombre mayor, de hablar pausado, con unadisposiciónsencilla,cualidadesqueerantotalmentedesconocidasenlosjefesde lasHighlands.Estaba conforme con su vida y no tenía ningúndeseo deincrementar sus posesiones.Tal vez era por eso quede cierta forma era unpocoapreciado.

Página19

Page 20: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

En un sorprendente intento de aplacar a algunos de sus barones másinfluyentes,yatendiendouna sugerenciadel reyWilliamdeEscocia, el reyJohnordenóunmatrimonioentre ladyGabrielleyel lairdMonroe.Aunqueno tenía necesidad de hacerlo, endulzó la dote con una gran extensión detierras en las Highlands llamadas Finney’s Flat, que había adquirido añosatrás.ElhogardellairdMonroeestabaenelextremosurestedeesacodiciadapropiedad.

DeestaformalaspreocupacionesdeJohnacercadelaposiblereunióndeunejércitodelaHighlandsconmuchosdeloslairdsdelafronteradeseandounírseles,con la intencióndeatacara Inglaterra,podríaserolvidadaporuntiempo y el rey William ya no tendría que preocuparse por una posibleinsurrección.Yadeporsíinquietosysimpatizantesdesusvecinosdelnorte,siempreexistíaeltemordequealgunodelosdelasLowlandsseunieraalarebelión.

Cuando la propuesta de casarse con Gabrielle fue puesta a laconsideracióndel lairdMonroe,accedióvehementemente.Tambiénpensabaqueconeledicto realdeJohn terminaría la luchaquehabíaentre los lairdsporelcontroldeFinney’sFlat,yquehabríapazenlaregión.

Solo dos personas se opondrían al matrimonio, Percy y Coswold, peroJohnignoraríalospatéticosruegosyprotestasdelosdosbarones.

El padre de Gabrielle, el barón Geoffrey, también estaba a favor delmatrimonio.Pormuchoquelehubieragustadoquesuhijasecasaraconuncorrecto barón inglés y viviera en Inglaterra, donde podría verlaocasionalmenteytambiénasusfuturosnietos,sabíaqueGabriellenoestaríaasalvomientrasJohnfuerarey.ElbarónGeoffreyhabíavistolalujuriaenlosojosdelreycuandomirabaaGabrielle.Actuabadeunaformamuyparecidaaunaaraña,esperandopacientementeparaatraparydevorarasupresa.YporloqueGeoffreyhabíaoídodebocadelosBuchanan,queeranunosparienteslejanosquevivíanenEscocia,elprometidodeGabrielleeraunbuenhombreque la trataría con gentileza. Realmente era un gran elogio para el lairdMonroe,yaquealosBuchananprácticamentenolesgustabanadiefueradesupropioclan.ElbarónGeoffreyyellairdBuchananestabanemparentadosatravés de un matrimonio, pero el laird apenas si podía tolerar al padre deGabrielle;aunqueerabastanteirónico,ellairdBuchanan,queodiabatodoloinglés,estabacasadoconunadamainglesa.

ConlabendicióndelreyJohnylaaprobacióndelbarónGeoffrey,labodafueprogramada.LaúnicapersonaquenohabíatenidoopiniónenelasuntoylaúltimaenenterarsedelapróximaceremoniafuelaprincesaGabrielle.

Página20

Page 21: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo3

El barón Coswold se convirtió en un creyente el día anterior al que teníaprogramadoparasupartidadeSt.Biel.

ElreyJohnlehabíamandadoarealizarunestúpidoencargo,yCoswoldestaba decidido a terminar la tarea lo más pronto posible, ya que el reyfinalmente lehabíaprometidoque,a su regresoa Inglaterra,Gabrielle seríasuya.YaunqueelpadredeGabrielledespreciabaaCoswold,elreylehabíaaseguradoquenotendríaproblemasenforzaralbarónGeoffreyaaceptarelmatrimonio.

Coswoldtambiénsabíaqueelreyhabíaenviadoasurival,elbarónPercy,en una misión para reunirse con el rey William de Escocia en las tierrassalvajes del norte. Sus ocupaciones tardarían algún tiempo, y CoswoldesperabaestarderegresoenInglaterraparacasarserápidamenteconGabrielleantesdequePercyseenteraradeello.

Las órdenes de Coswold eran específicas. Debía comprobar y verificarque el administrador que el rey John había puesto a cargo en St. Biel, unpequeñohombrequejumbrosollamadoEmerly,noestuvierarobándole.

John había invadido el país varios años antes, y la feroz batalla por laposesióndelmismocasilohabíadestruido.EncuantoSt.Bielestuvobajosucontrol, se dedicó a saquear el palacio y las iglesias. John deseaba saber sihabía quedado algodevalor.El reyno confiaba ennadie, ni siquiera en elhombrequehabíaescogidopersonalmenteparasupervisarelpaísqueahorapertenecíaalaCorona.

Elreytodavíaestabaintrigadoporlosrumoresdeloroescondido,aunquecuando lo presionaban admitía que pensaba que todo era una tontería; sinembargo, en el remoto caso de que hubiera un atisbo de verdad en ellos,quería que Coswold lo investigara. John no confiaba en los informes deEmerly.

CuandoEmerly llegó por primera vez al puerto de St.Biel, interrogó acada hombre y mujer mayor de veinte años que pudiera haber oído algoacercadeltesoroescondido.Todosycadaunodeellosadmitieronhaberoído

Página21

Page 22: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

los rumores, y todos ellos pensaban que el tesoro probablemente hubieraexistido.AlgunospensabanqueelorohabíasidoenviadoalPapa,otrosqueelrey John lo había robado. Nada era concluyente, y después de realizar supropiainvestigación,lasconclusionesdeCoswoldnoerandiferentes.

A última hora de la tarde y bajo un aire decididamente frío, Coswoldpaseaba por los terrenos del palacio de St. Biel para estirar las piernas. Elsendero atravesabauna suavependiente para terminar en el puerto, y podíaver a los hombres cargando sus posesiones en el barco que lo llevaría deregreso a Inglaterra. Antes de que cayera la noche estaría en su camaroteesperandolamarea.

Coswold se envolvió la pesada capa más firmemente alrededor de loshombrosy tiróde la capuchapara taparse losoídos.Nopodía esperar parairsedeesedesoladolugar.

Estaba pasando frente a una de las cabañas con techo de paja cuandodivisóaunancianollevandoramasenlosbrazos,sindudaparaelfuegodeesanoche.

ElextrañonotóqueCoswoldestabatemblandoyledijo:—Sololoshombressinsangrepensaríanqueesteapacibleclimaesfrío.—Es usted un impertinente —dijo bruscamente Coswold—. ¿No sabe

quiénsoyyo?—EvidentementeelhombrenosabíaqueCoswoldostentabaelpoderdelreyJohn,yqueconunasolapalabrapodíaterminarconsuvida—.Hastaeladministrador,Emerly,haríabienentemerme—alardeóCoswold.

Elancianonoparecióimpresionado.—Esoesverdad,noloconozco—admitió—,peroestuveenlacimadela

montañacuidandodelosenfermos.Acaboderegresar.—¿Esusteddoctor?—Nay,soysacerdote.Soyelquecuidalasalmasaquí,ysoyunodelos

pocossacerdotesquequedanenSt.Biel.MinombreespadreAlphonse.Elbaróninclinólacabezayestudióelrostrodelsacerdote.Supielhabía

sido curtida por la edady el clima, pero sus ojos brillaban como los de unhombrejoven.

Coswoldseacercóparaenfrentaralhombre,bloqueándoleelcamino.—Comosacerdotenopuedementir,¿verdad?Sielclérigopensóqueesapreguntaerapeculiar,nolodemostró.—No,ciertamentenopuedohacerlo.Mentiresunpecado.Coswoldasintió,complacidoconlarespuesta.—Deje esas ramas y camine conmigo. Tengo algunas preguntas que

hacerle.

Página22

Page 23: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

El sacerdote no discutió. Dejando las ramas cerca de la puerta de lacabañamáscercana,entrelazólasmanosdetrásdelaespalda,ysepusoalapardelbarón.

—¿CuántotiempohaestadoasignadoaSt.Biel?—preguntóCoswold.—Oh, Dios mío, ya ha pasado tanto tiempo que no puedo recordar la

cantidadexactadeaños.Estoymuycontento.St.Bielsehaconvertidoenmihogarylamentaríatenerqueirme.

—Entonces¿estuvoaquíduranteelalboroto?—¿EsasícomollamaalossoldadosInglesesdesgarrandoanuestropaís,

matando anuestro amado reyGrenier II, y destruyendo lamonarquía? ¿Un«alboroto»?—seburló.

—Cuide sus palabras y sus modales en mi presencia, sacerdote, yrespondalapregunta.

—Sí,estabaaquí.—¿ConocióalreyGrenierantesdequemuriera?ElpadreAlphonseevidenciósuenfado.—¿No querrá decir antes de que lomataran?—Antes de que Coswold

pudieraresponderle,ledijo—:Sí,loconocí.—¿Algunavezhablóconél?—Porsupuesto.—¿ConocióalaprincesaGenevieve?Laexpresióndelsacerdotesesuavizó.—Sí,laconocí.Eralasobrinadelrey…lahijadesuhermanomenor.El

pueblo deSt.Biel la amabamucho.No les gustó que el barón inglés se lallevara.

—ElbarónGeoffreydeWellingshire.—Sí.—Labodafueaquí,¿noesasí?—Eso es correcto, lo fue, y todas los habitantes de St. Biel fueron

invitados.—¿SabíaquelaprincesaGenevievetuvounahija?—Todo el mundo aquí lo sabe. No estamos tan aislados. Las noticias

lleganhastaaquíigualderápidoqueaotraspartes.SunombreesGabrielle,yesdenuestrarealeza.

—ElreyJohnesvuestrarealeza—lerecordóCoswold.—¿Porquémeestáhaciendotantaspreguntas?—No tiene importancia.Habiendovivido aquí durante todo este tiempo

debehaberoídolosrumoresacercadeloroescondido.

Página23

Page 24: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Ah,asíquedeesosetrata—murmuróelsacerdote.—Respondalapregunta.—Sí,heoídolosrumores.—¿Hayalgodeciertoenellos?Elhombresantoconsiderólarespuestacuidadosamente.—Puedodecirlequeunavezhubounagransumadeoroenlasarcasdel

rey.—Esoyalosé.Suspaisanosmehancontadoacercadelonerosopeajeque

sureycobrabaaaquellosqueviajabanatravésdelasmontañas,ytambiénmecontaronacercadelhomenajeasanBielylaofrendaalPapa.

—Ah,sanBiel—elancianoasintió—.Nuestrosantopatrónyprotector.Tenemosungranamorporél.

—Eso es evidente —respondió Coswold mofándose. Señaló a sualrededor, haciendoun ampliogesto con lamano—.Mire este lugar—dijohaciendo unamueca de disgusto—. Su santo está en todas partes. Uno nopuede dar un paso en esta miserable tierra sin que lo persigan esos ojosentrometidosyesaexpresióncompuesta.SielPapaseenteraraqueestepaísadoraaunsanto,losexcomulgaríaatodos.

ElpadreAlphonsesacudiólentamentelacabeza.—No adoramos a ningún santo. Le rezamos aDios; honramos al Papa,

perocreemostenerunagrandeudaconsanBiel.EsnuestroSantopatrón.Haveladopornosotrosatravésdemuchasadversidades.

—Muybienentonces—murmuró—.Enhonordesusantopatrón,¿seleenvióeloroalPapa?

Elsacerdotenorespondió.—Dígame—leordenó—,¿algunavezvioeloro?—A través de los años he visto varias monedas de oro. La princesa

Genevieveteníauna.Estabasiendodeliberadamenteimpreciso,peroCoswoldlopresionó.—¿Vioeloroenlasarcas?—Solounavez—dijoelpadreAlphonse.—¿EsofueantesodespuésdeladonaciónalPapa?Elsacerdotehizounapausadevariossegundos.—Hanpasadotantosaños.Mimentenoestanclaracomounavezlofue.LarespuestaevasivapicólacuriosidaddeCoswold.—Sumenteestálosuficientementeclara,anciano.Leordenoennombre

deJohn,surey,quemelodiga.¿Cuándovioeloro?

Página24

Page 25: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

El padre Alphonse no respondió con la suficiente rapidez. Coswold loagarróporelcuellodelavestidurayloacercódeuntirón.

—Si no me lo dice—reprendió—, le juro que no verá otro día en suamado país, y haré que destruyan y tiren al mar todas las imágenes de subenditosanto.

El padre Alphonse boqueó buscando aire. La mirada en los ojos deCoswoldledijoquecumpliríasuamenaza.

—VilasmonedasdeoroenlasarcasdespuésdequesehubieraenviadounadonaciónalPapa.

—Escucharélosdetalles—dijo.Elsacerdotesuspiró.—Solohabía estado aquí un corto períodode tiempo cuando seme fue

otorgada una audiencia con el rey Grenier I. Era un hombre bondadoso einteligente.Memostróelpalacioylosterrenos…

—¿Lemostrólasarcas?—Sí —dijo—, pero creo que fue por accidente. No creo que el rey

quisiera que las viera. Mientras paseábamos por un corredor conversandoagradablemente,pasamosporlatesorería.Laspuertasestabanabiertasydoshombresestabanapilandobolsasdeoroencimadeotrasbolsas.Lasmonedasdeoro llenabanlosestantesyelsuelodejandosolounangostopasajehacialaspuertas.Nielreyniyoreconocimosloquehabíamosvisto.

—¿Y?Sigahablando.Dígamemás.—El tiempo pasó, y fui llamado al lecho del rey para administrarle los

últimossacramentos,yaqueestabamuriendo.Suhijoestabaasuladoyhabíapasadolasúltimashorasconél,recibiendoinstruccionesparaelcuidadodelreino.Otravez,laspuertasdelatesoreríaestabanabiertasenelmomentoenque pasaba de camino hacia la capilla. Pero entonces la habitación estabavacía.Nohabíaningúnoro,nisiquieraunamoneda,enningúnlado.

—¿Cuántohabíaoculto?—Nolosé.—Adivine—leordenó.—Seespeculaquehabíasuficientecomoparaganarunaguerra.Eloroes

poder.Puedecomprarcualquiercosa…inclusounreinado.—Entonces¿dóndeestáeloroahora?—Nolosé.Solo…desapareció.Talvezfue todoenviadoalPapa.—Se

apartó deCoswold e hizo una reverencia—.Si no tienemás preguntas,megustaríairmeacasaareposarmiscansadoshuesos.

—Vaya—dijoCoswold—.Peronocomenteestaconversación.

Página25

Page 26: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Elsacerdoteasintióenacuerdoycomenzóasubirlacolina.Coswold sonrió con desprecio. ¿Cómo podía un tesoro tan grande

simplementeesfumarsesinquenadiesedieracuenta?Legritóalanciano:—Así que este estúpido rey vuestro escondió el oro y no se lo dijo a

nadie.Sellevóelsecretoalatumba.¿Quétaningeniosofueeso?ElpadreAlphonsesediolavuelta,apenascontrolandoelenfado.—¿Quélehacepensarquenoselodijoanadie?

Página26

Page 27: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo4

ElbarónCoswoldsesentíaultrajado.AcababaderegresardeSt.BielcuandounmensajerodelreylediolanoticiadequeladyGabrielleseibaacasarconel lairdMonroeen laabadíadeArbanedentrode tresmeses. ¿Cómopodíaser?Lasnoticiaslodejaronaturdido.Elmensajerorealtambiénteníaórdenesque darle de parte del rey John, pero al barón le parecía casi imposibleconcentrarse.Lepidióalmensajeroqueselorepitieravariasveces.

Elbarónapenasselasarreglóparacontenerlafuriahastaqueregresóasucasa.Entoncessedejóir.Estabafuriosoconelreyporhaberrotosupromesaunavezmás.Entrórabiandoenelgransalón,levantóunajarrayunplato,yloslanzóalfuegodelachimenea.

Isla, lahijade suhermana, estabaallíparadarle labienvenida.Eraunacriatura tímidaquedesdeeldíaenque lahabíaacogido,había idolatradoaCoswoldyhabíaestadopendientedecadaunadesuspalabras.Enelpasado,Isla había atestiguado varias de las rabietas de su tío y sabía que debíaagacharseenunrincóndelsalónhastaquehubieraterminado.

En su furia se olvidó de que ella estaba en la habitación. Paseó por losalrededores, pateando y tirando todo lo que encontraba en su camino,actuandocomounniñomaleducadoquenolograbasalirseconlasuya.Barrióunacopayunajarradeencimadeunbaúlycuandosehicieronañicoscontralaparedrioconperversasatisfacción.

—Nadiemásqueyotienelaculpa—desvarió—.Soyuntontoporcreeren esementirosohijodeputa. ¿Porquépenséque estavez seríadiferente?¿Cuándohadicholaverdadelreybastardoehipócrita?¿Cuándo?—gritó.

Islasetiródelbliaut[1]ydiountímidopasoapartándosedelapared.¿Seatrevíaaresponderle?¿Tansiquieraquerríaélquelohiciera?Semordisqueóellabioinferiormientraspensabaenello.Sitomabaladecisiónequivocada,podíaocurrirqueel tíovolvierasufuriahaciaella.Yaanteshabíaocurridounavez,yporaproximadamenteunmeshabíacargadoconlosmoretonesenlos brazos en el lugar donde la había agarrado y sacudido. Ese recuerdo laayudóadecidirse.IslapermanecióensilenciohastaqueCoswoldsecalmó.

Página27

Page 28: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Diez minutos después se derrumbó en una silla frente a la mesa ydemandóqueletrajeranvino.Unacriadaseapresuróaentraralsalónconunacopayuna jarra para reemplazar las quehabía roto.Llenó la copahasta elbordeconellíquidocolorrojosangre.Cuandolapusosobrelamesaalgodevino rebasó el borde. Rápidamente limpió lo que había derramado con unpaño,hizounaprofundareverencia,yseapartódelbarón.

Éltomóunlargotrago,seinclinóhaciaatrásenlasilla,ydejóescaparunsonorosuspiro.

—Ya no existen hombres honestos en Inglaterra, en estos días. Ni unosolo.

Agotado,sevolvió,divisóaIsla,ylallamó.—Ven,siéntateconmigo.Cuéntamequenoticiashasoídomientrasestuve

fuera.¿QuésesabedePercy?¿Quéhaestadohaciendoesebastardo?Como mujer sencilla que era, Isla se sintió feliz de que le prestara

atención.Se apresuró a ir hacia lamesay tomóasiento en el ladoopuesto,enfrentedesutío.

—El barón Percy fue enviado a las Highlands en cuanto vos partisteishaciaSt.Biel.

—Esoyalosabía—ledijoconimpaciencia—.¿Havueltoya?—Sí,síhavuelto—respondió—.Perosuescuderomehadichoqueestá

preparándoseparapartirhacialaabadíadeArbaneenlaspróximassemanas.SesientedelomásdesdichadoporelpróximomatrimoniodeladyGabrielleysediceque tiene intencionesdehaceralgo terrible.Elescuderomecontóquehabíallorado.

Era la primera buena noticia que Coswold había escuchado desde quehabía bajado del miserable barco. Se rio ante la idea de Percy sollozandocomounavieja.

—¿Realmentelloró?¿Alguienlovio?Cuéntamemás.Isla estaba a punto de contarle que había oído decir que Percy había

pateado,gritadoytiradocosascuandoseenteródequeladamaibaacasarsecon el lairdMonroe, pero luego se dio cuenta de queCoswold acababa dehacer exactamente lo mismo. Podía ocurrir que no tomara la comparaciónapaciblemente.

—Juró que se casaría con ella con o sin permiso del rey y con o sinpermisodelpadre.

Coswoldserioconsorna.—Siempretuvodeliriosdegrandeza.Ellainclinólacabeza.

Página28

Page 29: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Desearía que bajara sus expectativas respecto de la mujer queconvertiráensuesposa.

Élnoprestóatenciónasucomentario.Coswoldtragóelrestodelvinoqueteníaenlacopa,usólamangaparalimpiarselosrestosdelabarbilla,yluegosesirviómás.

—¿Percy le contó a alguien comoplaneaba llevar a cabo tal asombrosaproeza?

—¿Os referís a como planea casarse con lady Gabrielle sin obtener elpermiso?

—Sí,aesomerefiero.Antes de que pudiera castigarla por dejar vagar lamente y no prestarle

atención,balbució:—Nay,noseloexplicóanadie.Elmismoescuderomecontóquesielrey

noasistealaceremonia,seráelbarónPercyelquelorepresente.—¿AsíqueelreyJohntieneplaneadoiralaabadíadeArbane?Asintió.—Peroelbarónnocreequeelreyllegueatiempo,dadoqueSuAltezale

dijoqueteníamuchosotroscompromisosquedebíaatenderconanterioridad.—YPercytienelaesperanzadequeJohnnoasista,¿noesverdad?—Se

enfurruñómientrashacíalapregunta.UnavezmásIslaasintió.—Percyalardeóqueelreylehabíadadopoderabsolutoparahablarensu

nombreytambiénparatomarlasdecisionesacercadelasbendiciones.ElbuenhumordeCoswoldseapagóanteesasnoticias.—¿El barón Percy puede tomar cualquier decisión?—masculló—. ¿Es

esocierto?—Esofueloquemedijeron.—Islaapoyólasmanossobrelamesaygritó

—.VosdebéiscasarosconGabrielle, tío.Porqueaunqueestemal,yotengosentimientosporelbarónPercy.Losabéisbien.¿Acasonoveiscomosufro?

Coswoldsefrotólamandíbula.—Teadula,Isla,porquesabequeunapalabraamabletealteralamentey

leganatulealtad.Ellasellevóunamanoalcorazón.—Siempreosserálealavos.Cuandomipadremurió,meacogisteisyos

asegurasteis de que todas mis necesidades fueran cubiertas. Os quiero, ynunca jamásos seríadesleal—apresuradamente, continuó—pero sécuántodeseáisa ladyGabrielle,y sioscasarais conella, entonces talvezelbarónPercyse fijaríaenmícomoesposa.Séquenosoy tanbonitacomomuchas

Página29

Page 30: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

otras,perosivosestáiscasado,entoncesyotambiénestaréemparentadaconella,¿noesasí?¿YnomeayudaríaesoconPercy?

Realmente no sabía como responder. Casi le tenía lástima, porque sussueños eran imposibles. Percy nunca se casaría con alguien como ella.Coswold dudaba que algún hombre se interesara por ella, ya que era muypoco atractiva. Su piel era amarillenta y estaba picada por la viruela, y suslabioserandoslíneasfinasquecuandohablabaparecíandesaparecer.AhoraquehabíacrecidosehabíaconvertidoenunabuenacriadayenunacompañíaparaCoswold,yno tenía inconvenienteen tenerlaensucasahastaqueéloella murieran. Pero si Isla ansiaba un matrimonio, ¿a quién podía recurrirCoswoldparacasarla?Noteníamuchadoteanoserqueélañadieraalgoaloque su padre le había dejado. Sabía que si la dote era lo suficientementegrande,tendríamuchospretendientes,peronoestabadispuestoadarnadadelo que tenía. Ahora que sus padres habían muerto, Coswold era el únicofamiliar de Isla.Cuando se diera cuenta que su tío no iba a incrementar ladote,sesentiríacontrariada,porsupuesto,peroselepasaría,yeventualmenteaceptaríasuescasasuerte.Noteníaotrositioadondeir.

—Unosiempredebeconservarlaesperanza—murmuróporfaltadealgomejorquedecir—.Recuerda,Percyyyosomosenemigos.Nocreoqueolvidenuestra animosidad, especialmente si me caso con Gabrielle. Sin embargoparecequeellairdMonroeseráelqueganeesepremio.

—Podríais cambiar eso —dijo Isla—. Sois hábil y muy inteligente.Podríaisencontrarlaformadecasarosconella.Mehandichoquenisiquierasabequevaacasarseconellairdtodavía.

—Piensoqueesprobableque teestéshaciendofalsas ilusiones,peronovoyadesalentarte.

—¿YsimeganaraelcorazóndePercy,medaríaispermisoparacasarmeconél?—preguntóansiosamente.

—Loharía.—Gracias,tío—susurró.Quedándosesatisfechadespuésdehaberlogrado

queseloprometiera,recordósusbuenosmodales—.¿Cómofuetuviaje?¿Tefuebien?

Coswold se aflojó el cinturón alrededor de la cintura, estiró las piernashaciadelanteysedejócaercontraelrespaldodelasilla.

—St. Biel es un lugar miserable. Es frío cuando debería hacer calor yardientementecalurosocuandodeberíahacerfrío.

—¿Encontrasteiseltesoroparaelrey?—No,noloencontré.

Página30

Page 31: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—¿Existe?Larespuestafueinmediata.—No.No tenía sentido decirle lo que realmente pensaba. Enamorada como

estaba de Percy, a Isla muy bien podía escapársele, en un momentoinoportuno, cualquier cosa que él le contara. El amor volvía tontas a lasmujeres.

Coswoldnoleibaadeciranadiequecreíaqueeltesoroexistía.Planeabaencontrarloyconservarlotodoparasímismo.CiertamentenoibaacompartirniunasolamonedadeoroconelreyJohn,quelehabíamentidoporúltimavez. Con una fortuna semejante en la punta de los dedos, Coswold podíalevantar un ejército y tomar lo que quisiera cuando lo quisiera. Ah, elpensamientodetallibertadhacíaqueledieravueltaslacabeza.

Paralograrsussueños,teníaqueserpráctico.Gabrielleconteníalallavedelparaderodeloro.Estabaseguroqueelsecretodeltesoroescondidohabíasido trasmitido de una generación a otra. Si no podía tenerla a ella, parasonsacarle la información, entonces se aseguraría de queGabrielle le fueradada a alguien a quien él pudiera manipular. Y tenía en mente al hombreperfecto.

—Enunospocosdíasdebohacerotrolargoviaje—advirtióCoswold.—¿Debéisirlejos?Asintió.—HastalasHighlands.Ellajadeó.—¿VaisairalaabadíadeArbane?—Primero debo reunirme con el rey John para responder sus preguntas

acerca de St. Biel. Afortunadamente, en este momento está en el norte, ycuandoterminemosconnuestrareunión,seguirécaminohacialasHighlands.

—Hacialaabadía—dijoella,asintiendoconlacabezamientrashacíalaafirmación.

—Tengo otro destino en mente, pero cuando termine allí, me dirigiréhacialaabadía.Deberíallegarconsuficientetiempoparalaboda.

Islatomóunprofundoalientoparareunirvalor.—Séquenoescorrectoquepidaalgomás,pero¿hayalgunaposibilidad

de que pueda ir con vos? Me encantaría ver casarse a la princesa. Estoyseguraqueseráunagranceremonia.

Ahora le estaba mintiendo. No estaba interesada en ver casarse a ladyGabrielle.AllíestaríaPercy,yqueríaverloaél.Coswoldestabaapuntode

Página31

Page 32: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

negarlelapetición,yentoncescambiódeopinión.Susobrinapodíaserledeutilidad.

Bajó la cabeza abatida, aceptando su negativa incluso antes de que laformulara.

—Sí,puedesvenir.Levantólacabezadegolpe.Alborozada,laslágrimasleanegaronlosojos.

Prontoveríaalamordesuvida,yquizásencontraríalaformadehacerquelaamara. Cualquier cosa era posible. E Isla haría cualquier cosa para casarseconelbarónPercy.

Cualquiercosa.

Página32

Page 33: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo5

IbanaenterraralhermanodelMacHughenmediodelcampodebatalla,ypordiversión,decidieronenterrarlovivo.

ElcampoelegidoparasuejecuciónsellamabaFinney’sFlat,yeraterrenosagrado para los MacKenna. El clan ahora llamaba a la llanura ValleMacKenna debido a que muchos de sus excelentes soldados habían sidomasacrados allí. Cuando la última batalla había llegado a su fin, el terrenoestabateñidodenegroconlasangredelosMacKenna.

El laird ColmMacHugh había sido el responsable de la carnicería. Elpoderosojefeysusferocesguerreroshabíancaídosobrelamontañacomouncaldero de aceite hirviendo, su furia ardiente había destruido todo lo queencontró a su paso. Con las espadas brillantes en alto, el unánime grito debatalla había hecho vibrar las rocas dentadas. Para los soldadosMacKennaque habían estado esperando abajo para presentar batalla, había sido unavisiónterrorífica.

MacHughhabía sido lavisiónmás escalofriantede todas.Hasta esedíaalgunos de los soldados MacKenna se habían negado a creer que el lairdexistieraenverdad,yaqueera imposibleque lashistoriasdesudespiadadanaturalezaenlabatallaysushazañasdefuerzahercúleafueranciertas…anoser, como algunos rumores susurrados sostenían, que elMacHugh fuera dehechomásbestiaquehombre.

Losquehabíantenidounatisbodeéljurabanqueeramedioleón,mediohombre;debidoalrostrocincelado,elcabellodoradodeuncolorsimilaraldelamelenadeunleón,yunaferocidadenbatalladignadeunanimal.Sehacíainvisible por un segundo, atacaba al siguiente, desgarrando a su presametódicamente,miembroamiembro.

Oesoeraloquesedecía.Los soldados más instruidos se mofaban ante semejante concepto

fantástico.ElMacHughnoeramásqueunasombraconpodersobrenatural,deliberaban.Desaparecíaavoluntad,perocuandosusombraseaproximaba,una pobre alma solo podía evitar la muerte dejándose caer de rodillas y

Página33

Page 34: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

rogando piedad. El MacHugh era invencible, imposible de alcanzar ocapturar.Laúnicaadvertenciadequeestabaapuntodeatacareralamúsicaque lo precedía.Música sombría. Su grito de batalla se fundía en perfectaarmoníaconelsilbidodesuhojacuandolaespadacortabaelaire.Cuandounsoldadooíaesesonido,yaestabamuerto.

El lairdOwenMacKennasabíademasiadobienqueColmMacHugherade carne y hueso. El año anteriorMacKenna había estado dos veces en elmismo gran salón con él y otros veinte lairds. Se habían reunido paraconferenciar a pedido del rey de Escocia. El poderosoMacHugh no habíahablado directamente con él ninguna de las dos veces, pero igualmenteMacKenna había sentido el aguijón de sus palabras. Cuando se tratabanasuntos concernientes a sus tierras colindantes, el rey y los otros lairds sevolvíanhaciaMacHugh enbuscade instrucciones, como si sus tierras y sufuerzatuvieranmásimportanciaquelasdeMacKenna.Ysiempreendisputaestaba Finney’s Flat. El valle corría adyacente a ambos territorios, el deMacHughyeldeMacKenna.Latierraerafértilsinunasolarocaalavista,perfecta para que las ovejas pastarany tal vez para plantar algode cebada,peroningunodelosdosclanespodíareclamarla.LepertenecíaaJohn,elreyde Inglaterra, lehabía sidootorgadaañosantesporel reydeEscociacomogestoconciliatorio.CadavezqueMacKenna tratabade tomarunpedazodetierraparasímismo,MacHughseencargabadequefueraexpulsado.

Oh,MacKennadespreciabaaesehombre.Concadaalientoquetomaba,suodiocrecíahastaqueamenazóconconsumirlo.Nopasabaniunsolodíasinquealmenostuvieraunpensamientoatrozacercadellaird,yloquemásmortificabaaOweneraelconocimientodequeMacHughnodesperdiciabaniun solominutopensandoenningunode losMacKenna.Ni siquiera eran losuficientementeimportantesparaélcomoparamolestarseenodiarlos.

Owen lo reconocía como un pecado de celos. La envidia se lo estabacomiendovivo,ysesentíaimpotenteyaquenopodíahacernadaalrespecto.SoñabacondestruiraMacHugh,yaunquenoseatrevíaaadmitirsupecadoantesuconfesor,gustosamentevenderíaelalmaaldiabloparaobtenerloquequería.

Su lista de deseos era larga. Quería el poder deMacHugh. Quería susaliados: los Buchanan, los Maitland y los Sinclair. Quería su fuerza y sudisciplina.Quería elmiedoqueel laird infundía en sus enemigos;quería lalealtadque lebrindabansusamigos.Queríasus tierrasy todo lodemásquecontrolabaMacHugh.Másquenada,Owenansiabavenganza.

Página34

Page 35: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Hoyeraeldíaenquefinalmenteselibraríadesuenvidia.Hoyeraeldíaenqueobtendríajusticia.

Yquegloriosodíaeraparaunaejecución…omuchasejecucionessitodoibabienyunagrancantidaddeMacHugheranasesinados.Eraunapenaqueno pudiera observar, pero debía permanecer apartado de los verdugos paraquecuando fuera acusadodel crimen,pudiera alegar su inocenciay tuvieratestigossantosenlaabadíadeArbaneparaquetestificaransupresenciaallí.

Owen había pensado el plan cuidadosamente y había elegidopersonalmentealsoldadoquesupervisaríaelentierro.

—Eltiempo—lehabíaexplicado—,eslomásimportante.Debesesperarhasta que veas al lairdMacHugh en lo alto de la cordillera que domina elvalleantesdeenterrarasuhermano.Sabráloqueocurre,peronoserácapazde impedirlo. No te preocupes. Sus flechas no pueden cruzar semejantedistancia,ysucorcelnopuedevolar.Paraelmomentoenquelleguealladodesuhermanocaído,serádemasiadotarde,ytúytushombres,yaoshabréisescondido. Un contingente de soldados estará esperando en el lado oestedetrásdelalíneadeárboles.EncuantoelMacHughseacerquelosuficiente,lorodearányatacarán.—Sefrotólasmanosenungestodemalévoloregocijoy añadió—:Si todovabien, ambos, el lairdColmMacHughy suhermanoLiamestaránbajotierraantesdequecaigalanoche.

El soldado que Owen había puesto a cargo del entierro era un hombreestúpidoydeanchoshombrosllamadoGordon.Owenlehabíahechorepetirsus órdenes para asegurarse de que había entendido completamente laimportanciadelacoordinacióndeltiempoenelentierro.

Los soldados no habían tenidomuchos problemas para capturar aLiamMacHugh.Lohabíanemboscadomientraspasabaporuntupidobosquecillo.Lohabíangolpeadocondureza,lehabíansacadolasbotas,atadounagruesacuerda alrededor de los tobillos, y lo habían arrastradodetrás de su caballohaciaelprofundoyestrechohoyoquehabíancavadodeantemano.

MientrasesperabanansiosamentequeMacHughaparecieraen loaltodelacordilleraytambiénqueLiamrecobraralaconscienciaparaquesupieraloque iba a pasar, seis de los siete soldados se pusieron a discutir acerca delentierro.

Ladiscusiónseconvirtióenunadisputa.Tressoldadosqueríanenterraralhermano de MacHugh con la cabeza hacia abajo para que solo sus piessobresalierandelatierra.Cuandosusdedosdejarandemenearse,sabríanconcertezaqueestabamuerto.Otrostressoldadosestabanafavordearrojarloal

Página35

Page 36: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

hoyoconlospiespordelante.Queríanoírlegritaryrogarpiedadhastaquelaúltimapaladadetierrafueraarrojadasobresucabeza.

—Puedequenosedespierte—argumentóunsoldado—.Estoyafavordeenterrarlodecabeza.

—Ni siquiera dejó escapar un gemidomientras estábamos golpeándolo.¿Quétehacepensarquecomenzaráagritarahora?—preguntóotro.

—Mira la niebla que se aproxima. Ya está cubriendo la tierra yarrastrándosehaciaarribapormisbotas.Detodasformas,noseráscapazdeversucabezasiestaporqueríasehacemásespesa.

—Quítaleesacapuchaytíralealgodeaguaenelrostroysedespertará—sugirióaúnotromás.

—Irádecabeza.—Lospiesprimero—gritóunsoldado,empujandoaunodeloshombres

queestabaendesacuerdoconél.Gordonsabíaque ladisputapronto sevolveríaalgo físico.Mantuvo los

ojosenloaltodelacordillerayanuncióquesuvotoseríaeldecisivo.LiamMacHughiríaasutumbaconlospiespordelante.

Página36

Page 37: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo6

No era inusual que una novia viera a su novio por primera vez en laceremonia nupcial, pero Gabrielle esperaba al menos tener un atisbo delhombreantesdeeso.LaúnicainformaciónqueteníaacercadellairdMonroeera que se trataba de un hombremayor. Sin embargo, nadie le había dichocuántoy estabamuyagitada. ¿Quépasaba si resultaba ser unogro? ¿O tanviejoqueno fueracapazdemantenerseerguido?¿Osino tuvieradientesysolopudieracomerpapillas?Sabíaquesuedadyapariencianodeberíanserimportantesparaella,pero¿quépasabasisusmodaleseranatroces?Opeor¿qué si era cruel con la gente que tenía a su alrededor? ¿Podría vivir conalguienquemaltratabaaloshombresymujeresquedependíandeél?

Frecuentemente sumadre le había dicho que se preocupaba demasiado,pero ¿no era lo desconocido algo de lo que preocuparse siempre? ParaGabrielleloera.Oh,comodeseabaquesumadreestuvieraallíparaofrecerleconsejoenesemomento.Calmaría los temoresdeGabrielle.Perosumadrehabíamuertohacíadosaños,duranteelinvierno.AunqueGabriellesabíaqueeraunabendiciónhaberla tenido tantosañosensuvida,habíaocasionesenlasqueelansiadehablarconellasevolvíaundolorcasifísico.Hoyeraunadeesasocasiones,yaqueGabrielleibadecaminoasuboda.

VeintesoldadosjuntoconpersonalycriadosacompañabanaGabrielleyasu padre a las Highlands de Escocia. Su destino era la abadía de Arbane,dondeenelplazodeunasemanasellevaríaacabolaceremoniadesuboda.Laabadíaproveeríadehabitacionesalgrupodecansadosviajeros.

La ascensión a las montañas era lenta y trabajosa. Cuanto más seacercabanasudestino,másseretraíaGabrielle.

Lasendaeraangostayaccidentada,perounavezquerodearonunacurvamuy cerrada, su padre pudo cabalgar a su lado. El barónGeoffrey trató depensarenunaformadealigerarsuspreocupacionesacercadelfuturo.

Hizoungestoseñalandoelricovallequehabíaabajo.—¿Tedascuentadecuánverdeestodoaquí,Gabrielle?—Sí,padre,medoycuenta—respondiósinentusiasmo.

Página37

Page 38: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—¿YnotascuánvigorizanteeselairefrescodelasHighlands?—Lohago—dijo.Elbuenbarónestabadecididoalevantarleelánimoasuhija.—Hayhighlanders que creen que estamos lo suficientemente alto como

paratocarelcielo.¿Quépiensastú?NoerahabitualqueelpadredeGabriellefueratanimaginativo.Sumadre

eralaimaginativa,llenadesueñosquelehabíatraspasadoasuhija.Perosupadrenoeraunsoñador.Eraunlíderdehombres,unprotectoryunhombreterriblementepráctico.

—Pienso que están equivocados —respondió—. Aquí no estamos losuficientementecercaparatocarelcielo.SoloenSt.Bielseríaesoposible.

—¿Ycomopodríastúsabereso?—Madre—respondió.—Ah—dijoelbarónGeoffreyconunasonrisamelancólica—.¿Yquefue

loquetecontóexactamente?—Siempre me decía lo mismo, que cuando estaba de pie cerca de la

estatuadesanBielquedominabaelpuerto,estaba tancercadelcielocomopodríaestarloentierra.

Gabrielleacariciócon losdedoselmedallóndeoroque llevabacolgadodeunacadenaquelerodeabaelcuello.HabíasidoelaboradoconunamonedayllevabalaimagendesanBiel.Lohabíatenidodesdequeteníamemoria.Sumadrehabíasidoenterradaconunoexactamenteigualaese.

Élnotóelgesto.—Yo también la extraño —le dijo—. Pero siempre estará en nuestros

corazones.—Luegoconun suspiroañadió—:¿Notascuánazul esel cielo?Tanazulcomolosojosdetumadre.

—Medoycuenta—respondióella—.Ytambiénhenotadocomoseñalasunayotravezcuánencantadoraesestatierra.¿Seráposiblequetengasalgúnmotivoparahacerlo?—bromeó.

—Quieroqueaprecieslosalrededores,yquieroqueestéscontentaaquíycontentacontumatrimoniotambién,Gabrielle.

Ellaqueríadiscutir.¿Lasatisfaccióneratodoaloqueunopodíaaspirar?¿Estaban la pasión, el amor y la emoción reservados solo para los sueños?¿Algunavezeraposible tenerlo todo?Ansiabaplantearestaspreguntasasupadre, pero no podía. Contuvo la lengua. Mientras continuaban, adoptó elfirme propósito de sermás práctica, como su padre. Era unamujer adulta,pronto se convertiría en esposa. Era hora de dejar de lado sus sueñosinfantiles.

Página38

Page 39: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Tratarédeestarcontenta—prometió.Unavezmástuvieronqueaminorarelpasodebidoalapendienterocosa.

Elpadreviolaexpresióndesurostroylatristezaquehabíaensusojos.—Hija —dijo exasperado—, no vas a un funeral. Es tu boda. Intenta

mostrartealegre.—Lointentaré—prometió.Unahoramás tarde cuando la caravana sedetuvoparaque los caballos

pudieran descansar y ellos pudieran estirar las piernas, el padre le pidió aGabriellequecaminaraconél.

Ningunodelosdospronunciópalabrahastaquesedetuvieronadescansardebajodeungrupodeabedulescercadeunfluidoriachuelo.

—ConocíallairdMonroeyaalgunosdesusfamiliares.Serábondadosocontigo.

No deseaba hablar acerca de su futuro esposo, pero su padre parecíadecidido.

—Entoncesyoserébondadosaconél—dijo.Elbarónsacudiólacabeza.—Eresunahijamuyobstinada.Ellasegiróparaenfrentarlo.—Padre,¿quéesloqueteestáresultandotandifícildecirme?Élsuspiró.—Tu vida cambiará cuando te conviertas en esposa. No estarás en

igualdaddecondicionesentumatrimonio,ydebesaceptarlo.—Mimadreeratuigual,¿noesverdad?Élsonrió.—Loera—admitió—,peroeraunaexcepción.—Quizásyotambiénseaunaexcepción.—Coneltiempo,quizásloseas—accedió—.Noquieroquetepreocupes

portufuturoesposo.Measeguraronquenuncatelevantarálamano,ycomosabes,haymaridosqueseríancruelesconsusesposas.—Habíadisgustoensuvozcuandoañadióesehecho.

—Padre,piensoquetúestásmáspreocupadoqueyoporestematrimonio.¿Realmente te estás preguntando que haría si mi esposo, o a los efectoscualquierhombre,melevantaralamano?

Deciertaformamortificado,respondió:—No,nomelopregunto.Séexactamenteloqueharíasporquemeocupé

de tueducación.Noobstante—continuóantesdequepudiera interrumpirlo—, habrá cambios cuando te cases. Ya no serás libre de hacer lo que te

Página39

Page 40: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

plazca.Deberástomarenconsideraciónlossentimientosynecesidadesdetuesposo. Has sido independiente en muchos aspectos, pero ahora deberásaprenderacontenerte.

—¿Meestásdiciendoquedeborenunciaramilibertad?Suspiró.Suhijasonabaespantadaantelaidea.—Deciertaforma—sedefendió.—¿Deciertaforma?—Ycuandoestéscasada—continuóelbarónGeoffrey—,compartirásel

lecho con tu esposoy…—Demasiado tarde comprendióhacia dondehabíallevadolaconversación.Sedetuvo,luegotosióparacubrirsuturbación.¿Enqueestabapensandoparasacarsemejantetema?Leeraimposiblehablardellechomatrimonialconsuhija.Despuésdeconsiderarlounmomentodecidióquelepediríaaunadelasmujeresmayoresqueleexplicaraloqueocurriríaenlanochedebodas.Simplementenoestabaalaalturadelatarea.

—¿Estabasdiciendo?—Loaguijoneóella.—Yaestamoscercadelaabadía—balbució—.Apostaríaqueasolouna

horaoasí,eigualdecercadeFinney’sFlatsicabalgáramosenladirecciónopuesta.

—Es temprano.Hay tiempo de echarle un vistazo al valle antes de queoscurezca.

—¿HasolvidadoquedebopresentarlemisrespetosallairdBuchanan?—Dijo, señalandohaciaeloeste—.Cuando lleguemosa la siguientecuesta tedejaré. Ya estará oscuro para cuando llegue a su casa. Tú y los demáscontinuaranhacialaabadía.

—¿Seríaposiblequemiguardiayyofuéramosalvallemientrasquelosdemáscontinúansucamino?Estoyseguraquenonosllevarámuchotiempoalcanzarlos.Tengomuchacuriosidadporver ladotequeel reyJohnmehadado.

Élconsiderósupedidoduranteunlargominutoantesdeacceder.—Conlacondiciónquetellevesatuscuatroguardias,quelleveselarcoy

lasflechascontigo,yqueseascuidadosa.Ydebesprometermequenodejarásque se te haga tarde y que será una cabalgata sin incidentes. Entonces lopermitiré.

Ellacontuvounasonrisa.—¿Sinincidentes,padre?Viendo la chispa en sus ojos, el barón Geoffrey se sintió súbitamente

sobrecogidoporsuhija.Conelcabellonegroylosojosvioleta,tanparecidosa los de su madre, Gabrielle se había convertido en una dama hermosa y

Página40

Page 41: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

exquisita.Supechosehinchóporelorgullomientraspensabaensusmuchoslogros. Podía leer y escribir, hablar cuatro idiomas, y además los hablababien.SumadresehabíaocupadodequeGabrielleestuvierabieninstruidaenlasartesfemeninasyélsehabíaocupadodequeestuvierabienentrenadaenasuntos más prácticos. Podía montar a caballo tan bien como cualquierhombre,ynoeraremilgadaalusarelarcoylasflechas.Adecirverdad,teníamejorpunteríaqueélmismo.

—¿Sin incidentes, padre? —Repitió Gabrielle, preguntándose por quéestabatandistraído.

Sesacudióasímismo,saliendodesusreflexiones.—Sabesloquequierodecir.Notehagaslainocenteconmigo.Tesientes

inclinadaahacertravesuras.Ellaprotestó.—Nopuedoimaginarporquépensarías…Lainterrumpió.—Prométeme que será una cabalgata sin incidentes y que no harás

travesuras.Quierotupalabraenesto,hija.Ellaasintió.—Loprometo.Noharétravesuras,yseráunatardesinincidentes.Incómodo con los gestos que demostraban afecto, el barónGeoffrey, le

palmeó torpemente el hombroy luego sedirigióde regreso adonde estabanloscaballos.

Gabrielleseapresuróaalcanzarlo.—Padre, te preocupas demasiado. Tendré cuidado como te prometí, así

queporfavordejadefruncirelceño.Novaapasarnada.Doshorasdespuéssevioobligadaamataraunhombre.

Página41

Page 42: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo7

Gabrielleinterrumpióunasesinato.Habíadeseadounpocodeemociónparaapartarlaspreocupacionesdesu

mente,perociertamentenohabíadeseadosertestigodenadatanhorroroso.Lacabalgatacomenzóbastanteagradablemente,dehechofuevigorizante.

DespuésdehaberbesadorespetuosamenteasupadreenlabarbudamejillayhaberledeseadounbuenviajehastalastierrasdelosBuchananparapresentarsus respetos, se forzó a si misma a caminar, sin correr, hasta su caballo,Rogue.HastapermitióalsoldadoStephenquelaayudaraasubiralamontura.Rogue hizo una cabriola sobre las patas traseras por la anticipación,percibiendoqueprontoleseríapermitidoremontarseconelviento.

SeguradequeelbarónGeoffrey laestabaobservando,GabriellehizoelpapeldesumisadoncellaynopermitióqueRogueselanzaraalgalopecomoeralacostumbredelbriosocaballo.Loforzóaarrancaraunpasomuchomáslento. Tenía la sensación de que su padre sabía exactamente lo que estabahaciendo,porloquesostuvolasonrisamientrassevolvíaylosaludabaconlamanounaúltimavezantesdeperdersedevista.

Cuandosesintiólibreparahacersuvoluntad,GabrielleaflojólasriendasygentilmenteespoleóaRogue.Elcaballoselanzóagalopetendido,ycuandollegóalacimadelacolinamáscercana,Gabriellesesentíacomosiestuvieravolando. Se rio del puro gozo que sentía en esemomento. Las cargas quehabíanestadooprimiéndolacomenzaronadesvanecerse.

Como de costumbre, Stephen tomó la delantera. Christien y Lucien laflanqueabanyFaust,elmásjoven,ibaalfinal,protegiéndolelaespalda.Loscuatro soldados podrían haber sido hermanos, de tan parecidos que eran enapariencia, con el cabello rubio casi blanco, ojos azules y la pielprofundamentebronceadaycurtida.Tambiénsevestíandeformasimilar,conuniformesdesoldado,todosdenegro,peroconunpequeñoyapenasnotorioemblemadelacasarealdeSt.Bieljustoencimadesuscorazones.

Sinembargosuspersonalidadeseranbastantediferentes.Talvezdebidoaque era el mayor y el comandante por encima de los otros tres guardias,

Página42

Page 43: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Stepheneraelmásserioyraramentesonreía.Christieneraelquedecíaloquepensaba más frecuentemente y era el más fácil de irritar; Lucien tenía unmagníficosentidodelhumor,yFausteraelmáscallado.

Todoshablabanensu lenguanativa.ComoGabrielle,podíanentenderyhablargaélico,aunquepreferíannohacerlo.

Gabriellesabíacuánafortunadaeradecontarconlalealtaddeesoscuatrohombres.Habían sido sus protectores lamayor parte de su vida.La habíanprotegido cuando su naturaleza aventurera la había llevado a situacionesapuradas, y habían guardado sus secretos… incluso de su padre cuando nodeseabaqueélseenteraradealgunadesusescapadas.Suseguridadsiempreera el objetivo primordial, pero ella también valoraba su confianza. Ennumerosasoportunidades la habían salvadodel peligro, aún a riesgode suspropiasvidas.

Precisamente el mes pasado, Faust había salido en su defensa en elmercado de la aldea. Estaba caminando entre los puestos cuando dosborrachosempezaronaseguirla,sussonrisashacíanevidentessusintencioneslascivas. En el momento que se movieron en su dirección, Faust apareciófrenteaellayderribóaloshombresantesdequeseenterarandeloquehabíasucedido.

Tambiénrecordabaunincidentequehabíaocurridoelañopasado.Ibaendireccióna losestablosdesupadreparaverelnuevopotroqueacababadenacer.Justocuandoestabadandolavueltaalaesquinadelestablo,laamarradelacarretadegranoqueestabaenloaltodelacolinaserompió,liberandolacarreta que salió disparada hacia ella a una velocidad tremenda.Apenas sehabíagiradoparavercomoseleveníaencimacuandoChristienlaagarróporloshombrosylatirófueradesucamino,absorbiendoelimpactodelaruedaen su pierna. El tobillo le quedó tan magullado e hinchado que no pudocaminardurantesemanas.

Seencogióanteelpensamientodelosproblemasqueleshabíacausadoaestos resueltos hombres, pero luego sonrió pensando en otrosmomentos enlosquehabíanestadoallíparacuidarla.RecordabalasnochescuandoeraunaniñapequeñayStephenmanteníalaguardiaparaquepudieraescaparsedesuhabitación para escuchar a los músicos que tocaban en el patio. Tambiénrecordabalatardeque,apesardelasadvertenciasdesupadre,ellaysuamigaElizabethhabíantrepadoaunsaucequeestabacercadelríoyhabíancaídoenlas aguas enlodadas. Lucien había llevado apresuradamente a las pequeñasniñasconlacocineraparaquelaslavaraylesdieraropaslimpiasantesdequeelbarónGeoffreyseenteraradelatravesura.Ynuncapodríaolvidaresavez

Página43

Page 44: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

cuandoteníanueveañosyunabandadevagabundosandrajososacampóenelpradocercanoalcastillodesupadre.Selehabíaadvertidoquepermanecieraalejada de ellos, pero se sintió indignada ya que pensaba que todos losvisitanteseranhuéspedesydebíansertratadoscomotales.Lacocinerahabíaestado horneando tartas de mora para la comida de la noche, y Gabrielleesperó a que las colocaran ante una ventana abierta para enfriarlas y lasamontonóensufalda.Sesintiódichosacuandoloshuéspedesengulleronlosconvitescongranapetito,yhabríaestiradosuvisitaeinclusohabríaaccedidoasuinvitaciónacabalgarconellosporunrato,sinosehubieradadolavueltayvistoaChristienyLucienqueestabanparadosadiezpiesdedistanciaconlos brazos cruzados sobre el pecho y los ceños fruncidos en sus rostros.Cuando esa noche la doncella le preguntó a Gabrielle por las inusualesmanchasenlafalda,losguardiasnomencionaronsudesobediencia,peromástardecuandoestuvieronasolasconlapequeñaniña,leadvirtieronacercadelasmaldadesdelmundo.

Christien y Faust eran los miembros más nuevos de la guardia, peroStephenyLucienhabíanestadoconelladesdeque teníamemoria.A travésde todos los importantes,como tambiénde los triviales,eventosdesuvida,unoomásdeelloshabíaestadoasulado.Inclusoenlosmomentosmásfeos,elloshabían estadoallí.Cuando sumadre empeoróyGabrielle fue llamadaunavezmásasulecho,supoenlomásprofundodesucorazónqueesaseríasu última visita. Durante dos largos y tristes días, su padre y ellapermanecieron sentados con la mujer moribunda, sosteniéndole la mano yacariciándolelafrente.Muchoscriadosydoctoresfueronyvinieronduranteesosmomentos,perofueradelapuertadelarecámara,loscuatroguardiasdeGabrielle permanecieron en vela, cadaminuto de esos dos días. Ni uno deellosabandonósupuesto.

Ahora mientras Gabrielle cabalgaba con ellos hacia Finney’s Flatpensandoentodoloquehabíanhechoporella,dijounaplegariaagradeciendoporesoscuatroamigostanqueridos.

Stephenlasacódesuspensamientoscuandoviróhaciaeleste.Gabriellelo siguió. Después de que los caballos obtuvieron una buena cabalgata,aminoró la marcha. El escabroso paisaje que la rodeaba era escarpado yestaba cubierto por una manta de deslumbrante verdor. Se veían matas debrillante brezopúrpura, blancas pamplinas y raspillas derramándose por loscostadosdelascolinas.SupadrelehabíadichoquetodaEscociaerahermosa,pero Gabrielle, mirando el vasto paisaje, pensó que las Highlands eranimpresionantes.

Página44

Page 45: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Cuantomásaltocabalgaba,másfríosevolvíaelaire.Laesenciadepinoera consistente, y el viento frío se sentía maravillosamente bien contra elrostro.

Habíanestadosubiendocasidoshorascuandosúbitamente llegarona lacima de una meseta. Stephen ya había explorado el área y le explicó aGabriellequerealmentesolohabíauncaminoparallegarasudestino.

—Ya que venimos del sur, la ruta más directa sería seguir recto haciadelante,perocomopodéisver,elcaminocruzaunbosquemuytupido,yesprobable que sea difícil para los caballos. Aunque, es probable quelográramoscruzar.

—¿Ysinolologramos?—preguntóChristien.—Entoncesseguiremosotrocamino—respondióLucien.—¿Finney’sFlatestáalotroladodeesosárboles?—preguntóella.—Sí,princesa.Secubriólosojosconlamanoparaprotegersedelsolymiróhaciaeleste

y luego hacia el oeste. La línea de árboles parecía extenderse hasta dondealcanzabalavista.Lamesetaeraimponente.

—¿Cuánprofundoeselbosque?—preguntó.—Notratédeatravesarloporcompleto—dijoStephen.Miróhaciaarriba

alcieloparaverlaposicióndelsolyluegodijo—:Tenemoslasuficienteluzdeldíacomoparacomprobarlo.

—Siladensidaddelosárbolesesmotivodepreocupación,¿nopodríamosaproximarnosaFinney’sFlatporelesteoporeloeste?—FueLucienelquehizolapregunta.

Christienrespondió.—ElpadredelaprincesaGabriellenosdijoquehabíabosquesenlaparte

estedelasllanuras,yquedetrásdeesosbosquesestabaelLoch[2]Kaenich.TambiénhaybosquesdensosalineadosalolargodelladooestedeFinney’sFlat,ydetrásdeesosbosquesvivenlossalvajesBuchanan.

—¿SalvajesBuchanan?—LuciensesentíacuriosoporladescripciónquehizoChristiendelclan.

—Así es como los llama el barón Geoffrey, y a juzgar por algunashistoriasquehacontado,nocreoqueelnombreseaunaexageración.

—Tengoentendidoqueningunodelosclanesadmiteintrusos—interpusoFaust.

Gabriellefruncióelceñoysevolvióamiraralguardiadevozsuave.—Faust, ahoraestamosen la tierradeMacKenna,ynadieha tratadode

detenernos.

Página45

Page 46: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Nay, princesa —respondió—. No estamos en tierra de MacKenna.Aunque es verdad que sus posesiones limitan con Finney’s Flat por el sur,pero estamos en el extremo sureste, y este pequeño pedazo de tierra escontroladoporellairdMonroe,vuestrofuturoesposo.Esporesoquenonoshaninterceptado.

Lentamenteexaminóelhorizonte.Paraellaeláreaseveíacompletamentedesierta. Desde que habían comenzado su largo viaje a través de lasHighlands,nohabíavistoniaunalma.¿Acasolagentequevivíaenesavastaextensión estaba escondiéndose para no tener que relacionarse conextranjeros, o era que simplemente eran pocos y estaban apartados unos deotros?

—Stephen,¿quépasaríasi tratáramosdecortarcaminoporelesteynosaproximáramosaFinney’sFlatdesdeelladonorte?—preguntó.

—princesa, ¿no veis la montaña que está justo al norte de nuestraposición?—preguntó—.EllairddelosBuchananledijoavuestropadrequecercadelabasedelamontañahayunprecipicioconunsalientedepiedraqueestásobreFinney’sFlat…

—Vuestropadre,elbarón,nosdijoqueelpasajequesedespliegahaciaabajodesdeese salienteeselúnicocaminopara llegaral fondo,yqueestáfuertementecustodiado.Sientornáislosojosunpocoparaprotegerosdelsol,podréisverlo—leexplicóLucien.

—Lamontaña desde la base del camino hasta las tierras de arriba estácontroladapor elClanMacHugh,yno toleran intrusos.—FueFaust elquehizoelcomentario.

—¿Tolerarintrusos?—Sonriómientrasrepetíalaspalabras.—Se…irritanfácilmente—dijoChristien—.Yreaccionanconrapidez.—Nopodemospermitirquevayáisallí—dijoStephen.—EllairdMacHughesunhombrepeligroso—dijoFaust.—Sí,hemosoídoqueelclanMacHughesbastanteferoz,yquesulíderes

unsalvaje—ledijoChristien.Ellasacudiólacabeza.—No me apresuraría tanto a juzgar a un hombre porque alguien ha

habladomaldeél.—Entonces¿cuálessonvuestrosdeseos,princesa?—preguntóStephen—.

¿Cómoqueréisqueprocedamos?—Pasaremos por el bosque que esta directamente frente a nosotros—

respondió—.Es la rutamás rápida, ¿no es así?Y nos hará bien estirar laspiernas.

Página46

Page 47: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Stepheninclinólacabeza.—Comodeseéis,princesa.Ossugeriríaquecabalgáramostanlejoscomo

podamosdentrodelbosqueparaquenuestroscaballosquedenescondidosdecualquier curioso que pueda pasar. Faust, cuando nos veamos forzados acaminar,tequedarásconlasmonturas.

Al final resultóquepudieroncabalgarunabuenadistanciaadentrándoseen el bosque, aunque tuvieron que apretarse entre losmatorrales espinosos.Dos veces tuvieron que volver sobre sus pasos para encontrar otro camino,pero una vez que hubieron cruzado un angosto riachuelo, lograron ganarvelocidad. Cuando llegaron al último grupo de árboles, desmontaron.Entregándole las riendas de su caballo a Faust, Gabrielle siguió a Stephenquienseparabalosmatorralesdelantedeellos.

SepodíaverelclaroasolounasyardasdedistanciacuandosúbitamenteStephensedetuvoyextendióelbrazoparaevitarqueGabrielleavanzaramás.Ellapermaneciódepiejuntoaél,yaguzóeloídoparaescucharlossonidosdel bosque. Mientras esperaba, silenciosamente se ajustó la correa quesostenía elmorral con flechas sobre el hombroy cambió el arco a lamanoizquierda, preparándose. Unos segundos después escuchó un desagradablebramidoderisaseguidoporunafuerteblasfemia.

Sequedóabsolutamentequieta.Oyóhombreshablando,perosusvoceslellegabanatenuadasyeraimposibleentenderlaconversación.

Levantando lamanopara que susguardias no le discutieran, se arrastrólentamentehaciadelante.Estababienescondidaporlosárboles,perocuandosemoviólevementehacialaizquierdatuvounavisiónclaradelaplaniciequehabía adelante.Espío a siete hombres, todos vestidos conhábitos demonjeconlascapuchasmarronespuestassobrelascabezas.

Porunmomentocreyóqueestabanvelandoaunodelossuyos,rezandoporsualmaantesdeenterrarlo.Estabanapiñadostodosjuntoscercadeloqueparecía ser un hoyo. Cerca del hoyo había un montículo de tierrarecientementeexcavada.Cuandocomprendiósusverdaderasintenciones,casise le escapa un grito ahogado. Un octavo hombre estaba en el suelo. Noestabavestidocomomonjesinoqueusabaunsuciotartán.Teníalasmanosylospiesatados,yestabacubiertodesangre.

Gabrielle se acercómás.Sintió lamanodeStephen en el hombro, peronegó con la cabeza y continuó su camino. Aún bajo la protección de losárboles,observóyescuchóladiscusiónqueseestabadesarrollando.

Los hombres estaban discutiendo acerca de la forma de tirar al hombreatado dentro del hoyo. Tres hombres querían tirarlo de cabeza. Los otros

Página47

Page 48: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

discrepaban vehementemente, queriendo tirar al prisionero con los pies pordelante.Elquehabíapermanecidoensilencio,probablementeel líder, tomóladecisiónfinal.

Todos estaban de acuerdo en una cosa: querían que el prisionerodespertaraparaquesupieraloqueestabanapuntodehacerle.

Gabriellesesintióenfermayespantadapor los recortesdeconversaciónque el viento había traído hasta ella. ¿De que pecado era culpable elprisionero? ¿Cuál era su trasgresión? Decidió que no importaba lo quehubierahecho,yaqueningúncrimen,sinimportarloatrozquefuera,merecíauncastigotansádico.Erainhumano.

Mientras escuchaba la creciente disputa, descubrió la verdad. El únicopecado del que era culpable el prisionero era uno por asociación. Era elhermanodellairdColmMacHugh.

Finalmentehablóellíder.—Hamish, mantén tus ojos en ese risco. No podemos poner a Liam

MacHughenlatierrahastaqueveamosasuhermano.—Gordon,noestoysordo.Yamehasdicholoquedebohacer,yloestoy

haciendo.Tengolosojospegadosaesesaliente.Loqueaúnnoséesquesesupone que vamos a hacer si el laird MacHugh no viene a salvar a suhermano.

—Vendrá—respondió uno de los otros—.Y cuando de la vuelta en elsaliente,veráloqueestápasandopero,sinimportarcuánrápidocabalgue,nollegaráatiempo.Cuandollegueharámuchoquesuhermanohabrámuertoynosotroshabremosvueltoalafrontera.

—¿Y como será capaz de adivinar que es su hermano al que estamosponiendoenlatierra?—preguntóotromás.

Gordonlerespondió.—Ya le ha llegado la noticia de que su hermano está en problemas.

Estando a semejante distancia no podrá verle el rostro, pero reconocerá eltartán.

—¿Quépasasinoreconoceeltartándesdetanlejos?—preguntóHamish.—AúnasínosverátiraraLiamdentrodelhoyoyenterrarlo.Losabrá.—Si no puede verle el rostro, tampoco será capaz de distinguir los

nuestros. ¿Entonces por qué debemos usar esta ropa?Me está arañando lapiel. Siento como si tuviera bichos reptando por el cuerpo. También huelemal,comoporqueríadecerdo.

—Dejadequejarte,Kenneth—leordenóGordon—.EstamosusandoloshábitosquerobamosporquenovamosaarriesgarnosaqueMacHughpueda

Página48

Page 49: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

reconocernuestrosrostros.—Si alguna vez se entera que hicimos esto…—Hamish se estremeció

visiblemente—.Haráalgopeorqueenterrarnosvivos.Huboungruñidodeasentimientos.—Tal vez deberíamos dejarlo y partir ahora—dijo Kenneth. Se estaba

apartandoenérgicamentedelhoyo.—Nodigasestupideces—dijoGordon—.EllairdMacHughnuncaseva

a enterar de quienes somos. ¿Por qué piensas que nos trajeron de lasLowlands?—añadióapresuradamenteantesdequepudierasurgirotraqueja—,ypagarontangenerosamente.¿Estásdispuestoarenunciaraeso?

—No,pero…—empezóadecirHamish.—Bastadehablardehuir—dijobruscamente.Sevolvióhaciaelsoldado

que estaba de pie sobre el guerrero inconsciente y dijo—: patéalo, Roger.Mirasisemueve.Quieroqueestédespiertocuandolometamosalhoyo.

Roger hizo lo que le ordenaban, y velozmente lo pateó en uno de loscostados.Liamnosemovió.

—Nocreoqueestavezvayaadespertarse—dijoKenneth—.Piensoqueseestámuriendoenestemismomomento.

—Nodebistehaberlogolpeadotanfuerte,Gordon—murmuróHamish.—Todosnosturnamosparahacerlo—lerecordóRoger.—Solohicimosloquenosordenaronhacer—intercedióotro.Gordonasintió.—Eso es cierto. Solo estábamos siguiendo órdenes, como los buenos

soldadosquesomos.Kennethtirólacapuchahaciaatrás,yserascólaoreja.—Cuéntameotravez.¿QuéfueloquehizoLiamMacHugh?—Yatelohedichodiezveces—gritóGordonmientrasledabaaKenneth

unfuerteempujón,casitirándolodentrodelhoyo.Elsoldadoluchópararecuperarelequilibrio.—Dímelootravez—ledijo.—CapturamosaLiam,yestamosmatándoloparahacerquesuhermano

bajedelamontaña,asílossoldadosqueestánocultosenlosbosquesdelladoestepuedenagarrarlodesprevenido.

Kennethsevolvióarascarlaorejacomosiestuvierasacándoseuninsectomolesto.

—¿Quéharánconélcuandoloatrapen?Gordonsacudiólacabeza.—Matarlo,imbécil,yenterrarlojuntoasuhermano.

Página49

Page 50: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Kennethnosesintióofendidoporelinsulto.—¿Dequeclansonlossoldados?Yasabes,losqueestánescondidosallí.

—Hizoungestoconlamanohaciaeleste,bizqueandoparaversipodíaveralgunodeellos.

—Note importaaqueclanpertenecen—lerespondió—.Cuantomenossepas,mejorparati.

—¡Mira!Puede serqueLiamseestédespertando—anuncióotrode lossoldados,empujandoalprisioneroconelpie.

Rogercacareódeplacer.—Bien.Sabráloqueleestapasandocuandolotiremosdentrodelhoyo.

¿Tienesunpocomásdeaguaparatirarlealacara,Manus?Paradespertarlodeltodo.

Antesdequelerespondiera,Kennethdijo:—Nuncasedespertó.Heestadoobservandosurostro,ynoha intentado

abrirlosojosnisiquieraunasolavez.Estácomomuerto.—Pero tal vez es como dijoGordon, si le tiramos agua a la cara…—

sugirióotrosoldado.—Use la última que quedaba —dijo Manus—. Podríamos escupirle al

rostro.Loshombrespensaronqueesaeraunabuena ideaycomenzarona reír.

Gabrielle escuchó el nombre de los dos últimos hombres mientras seempujabanymolestabanelunoalotro,actuandocomosiestuvieranenunafiesta. Fergus y Cuthbert. Sabía que era importante recordar los sietenombres,porquealgúndíahabríaunjustocastigo.

LosbufidosderisadeHamishsedetuvieroncuandoatinóamirarhaciaarribaydivisóallairdMacHugh.

—¡Ahí está! ¡Ahí está!—gritóHamishmientras luchabaporponerse lacapuchasobrelacabeza—.¡AhíestáelMacHugh!

Todos, incluida Gabrielle, miraron hacia el saliente. La silueta de unguerreroalomosdeuncaballosemovíacomounamanchadoradacontraelsol.

—Tenemos mucho tiempo —dijo Kenneth—. El MacHugh no puedevolarhastaaquí.

—Miratodosloshombresquelosiguen.Yacontéveinte—gritóManusconlavoztemblandoporelmiedo.

Gordonseestabaponiendonervioso.Pensóquehabíaescuchadounruidoasusespaldas.Segiródegolpe,conlamanopuestaenlaempuñaduradela

Página50

Page 51: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

espada. Cuando no pudo detectar ninguna amenaza, volvió a girarse paramirarhaciaelesteyluegohaciaeloeste.Nada.

—Hemosdesperdiciadosuficiente tiempo—dijo—.Métanloenelhoyo.Tenemosquecubrirlocontierrayponernosenmarcha.

Roger y Cuthbert se apresuraron a ir hacia Liam y tiraron de él paraponerlodepie.Lacabezadelprisionerocayóhaciadelante.Fergusloagarródelcabelloytirólacabezahaciaatrás.

—Susojosestáncerradosotravez—dijo,evidentementedecepcionado.—Susojosnuncaestuvieronabiertos—replicóKenneth.Estaban arrastrando a Liam hacia el hoyo cuando un retumbar distante

captó su atención. Los siete se volvieron al unísono, justo cuando unosguerrerosacaballoirrumpíanatravésdelosárbolesenlapartemásalejadadelvalle.Suscaballosaporreabanlatierramientrasacortabanladistancia.Detanlejos,noeranmásquepuntosenelhorizonte.

—Podrían ser losBuchanan—gritóManus—.Todavía nopuedoverlosbien,peromeimaginoquesonellos.

—¡Nos matarán! ¡Nos matarán a todos! —chilló Hamish. Girórápidamente en círculos como un ratón de campo acorralado tratando dedecidir por qué camino darse a la fuga—. ¿Dónde podemos escondernos?¿Dónde?

Cuthbert y Manus dejaron caer el cuerpo flojo de Liam. La urgenciaagrietabalavozdeGordoncuandoordenó.

—Levántenlo. Apúrense, malditos sean. Levántenlo. Cuando le tiré delcaballoteníalosojosabiertos,asíquesoyelúnicoalquevio.Debomatarloantesdemeterloenelhoyo.Nohaytiempoparaenterrarloydejarquemueraasfixiado.

CuthbertyManusnoobedecieronlaorden.NitampocoRogerniKennethni Hamish ni Fergus, ya que todos ellos estaban corriendo para ponerse acubierto.

Gordonsacó laespada.Almismo tiempo,Gabrielleestiró lamanoparacogerunaflechaylapusoenelarcoanticipándose.

LosguerrerosBuchananestabanaúndemasiadolejosparaquesusflechasalcanzaranalossietehombres,ylosguerrerosMacHughqueseapresurabanabajarlamontañaparasalvaraunodelossuyos,tambiénestabandemasiadolejos.

Repentinamente, se escuchó otro alboroto. Los soldados que esperabanparatenderleunaemboscadaalMacHughirrumpieronatravésdelosárbolesysedirigieronatravésdelaplaniciehacialosBuchanan.Unabatallaentoda

Página51

Page 52: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

reglaestabaapuntodehacererupción.Sinoseapresuraban,Gabrielleysusguardiasprontoseencontraríanenelmediodeella.

GabriellemantuvolamiradafijaenGordon,ellíderdeesehatajoderatas.Suprisioneronosemovía.Liamestabasobrelatierra,yaciendodecostado,yGordoncontinuabamirandonerviosamentehaciaelnorte.Retrocedióunpardepasos,vaciló,yluegovolvióaadelantarse.GabriellesabíaqueGordonnopodíahuirdejandoaLiam,quehabíavistosurostro.

—Stephen,—susurró—.Sifallo…—Noloharéis.—Perosilohago…estatepreparado.Gordon se decidió. Girando en su dirección, balanceó la espada hacia

atrásconlaintencióndecortaraLiamporlamitad.LaflechadeGabriellelodetuvo.Supunteríafuecertera,ylapuntadela

flecha se abrió paso a través de la carne y las costillas, hundiéndose en sunegrocorazón.

Segundosdespuésla tierraparecióondeardebajodesuspiescuandolosBuchananysusenemigosentrechocaronlasarmasenelcampodebatalla.Elsonidodemetalgolpeandocontrametaleraensordecedor.Lamatanzahabíacomenzado.

El pandemónium se movía hacia ella. Gabrielle rezó para que LiamMacHugh no fuera pisoteado por los caballos de los hombres antes de quepudiera llegar a él. Dichosamente, Christien y Faust hicieron un excelentetiempoyllegaronasuladoconloscaballos.GabrielletrepóallomodeRoguey avanzó hacia campo abierto, poniéndose la capa sobre la cabeza con laesperanzaqueenelcaosreinantenadielaviera.

Stephenlebloqueóelcamino.Sabíaloquequeríahacer.—Christienyyonosocuparemosdelatarea.LucienyFaustosllevarán

deregresoalriachueloquecruzamos.Deprisa,princesa.Debéissalirdeaquí.Noperdiótiempoendiscutir.EspoleóaRogueconelpieyretrocedióa

través del bosque. Stephen y Christien los alcanzaron, unos momentosdespuésenelriachuelo.GabriellediograciasaDiosquenosehubieranvistoatrapadosenmediodelabatalla.

—¿Está vivo? —Desmontó y se apresuró a ir hacia Stephen. LiamMacHughestabacolgandosobrelamonturadesucorcel.

—Aúnrespira—respondió.—Apresúrateentonces.Sédondepodemosconseguirayuda.

Página52

Page 53: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo8

Otroespantosogritodebatallahendióelaire.Gritostorturadoslosiguieron.Los MacHugh se habían unido a la batalla. Avanzaban, formando una

línea impenetrable. Los Buchanan siguieron a su líder, y en cuestión deminutoslosdosclaneshabíanatrapadoalenemigoentreellos.Nomostraronpiedad.Eraojoporojo,ycuandohuboterminado,elcampoestabacubiertodecuerpos.

Entonces comenzó la frenética búsqueda de Liam MacHugh. ColmMacHughsaltódesucaballoycorrióhaciaelhoyoquehabíanpreparadosusenemigos para su hermano. Sintió un gran alivio cuando vio que el hoyoestabavacío.Solohabíauncuerpoenelsuelocercadelmontículodetierra.Colm no lo reconoció. Estaba estudiando las inusualesmarcas de la flechahundidaenelpechodelhombrecuandoellairdBrodickBuchananseunióaél.

—¿Quiéndemonioses?—preguntóColm.Brodicksacudiólacabeza.—Nuncalohabíavistoantes.Colmsacólaflechadelpechodelhombremuerto.—¿EsunaflechaBuchanan?—No.Penséqueeratuya.—MacKennaestádetrásdeesto—dijo.Brodicknegóconlacabeza.—Esosqueestánenlatierranosonsussoldados,yestanoesunadesus

flechas. Estas marcas… nunca había visto una como esta antes. No hayseñalesdeMacKennaaquí.—Levantóunpedazodecuerda.Habíasangreenella—.Ataronatuhermanoconesto.

—AúnpiensoqueestodealgunaformaesobradeMacKenna—insistióColm.

—Sinpruebas,nopuedesacusarlo—razonóBrodick.—Liam no puede haber ido lejos.—Colm examinó los bosques que lo

rodeaban—. Continuaremos buscando hasta que lo encontremos o a

Página53

Page 54: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

quienquieraquelotenga.—LosBuchanan están contigo—leprometióBrodick—.El tiempoque

llevevengarestemalvadoacto.Los dos lairds dividieron a sus hombres en grupos más pequeños para

registrarelárea,perodespuésdehorasdebúsqueda,cadagruporeportóquehabían cubierto concienzudamente la planicie y los bosques, sin ningúnresultado.

LiamMacHughsehabíadesvanecidoenelaire.

Página54

Page 55: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo9

Liam MacHugh estaba en malas condiciones. Alguien había fustigado suespalday tenía lapielhechajironessangrientos.Tambiénlehabíanazotadolas piernas y las plantas de los pies, y le goteaba sangre de una heridaprofundaqueteníaenelcostadoderechodelacabeza.

GabriellesabíaquepodríaobtenerayudaparaelguerreroenlaabadíadeArbane, y aún cuando le corría prisa por llegar allí, las necesidades másinmediatasdelhombreheridodebíanseratendidasprimero.

Cabalgaron a lo largo de la orilla del riachuelo hasta que estuvieron losuficientemente lejos de la batalla como para detenerse. Stephen alzó elcuerpoinconscientedeLiamMacHughdelcaballoylodepositóenelsuelocercadeGabrielle.Suavementeellalepusolacabezaensuregazoypresionóuntrapoenlaheridadelasien,tratandodedetenerlahemorragia,luegoconunatiradelinoquehabíaarrancadodesuropainteriorysumergidoenaguafría, limpió rápidamente las otras heridas lo mejor que pudo. El hombrenecesitaba medicamentos para protegerlo de una infección y un ungüentocalmanteparalaespalda.Tambiénnecesitabaaalguienconagujaehiloparaqueunieralosbordesirregularesdepielquecolgabanalrededordelaherida.Noqueríaserlapersonaquelecosiera,yaquenodeseabacausarlemásdolor.

Elrecododelacorrientedeaguaestabaenmediodelopinosaunabuenadistancia de Finney’s Flat. Estaban aislados y esperaba que a salvo deintrusos. Mientras Lucien y Faust hacían guardia, Stephen y Christien sequedaroncercadeella.Justocuandoestabaapuntodellamarasusguardiaspara que lo movieran, la herida de la cabeza de Liam comenzó a sangrarnuevamente.

—princesa,vuestrovestidoestátodollenodesangre—señalóStephen.—Eso no me molesta —respondió—. Pero me preocupa este pobre

hombre.Haperdidomuchasangre.—No creo que vaya a sobrevivir—dijo Christien—. Y debemos estar

preparadosparaesaposibilidad.¿Quéquerréisquehagamosconelcuerpo?

Página55

Page 56: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

GabriellesehorrorizóantelabrusquedaddeChristien.Noestabasiendoinsensible.Eraunhombrecompasivo,perotambiénelmáspragmáticodeloscuatroguardias.

—Simuere,entonceseslavoluntaddeDios,peroharétodoloqueestéenmipoderparaayudarloasobrevivir.

—Como lo haremos nosotros —le aseguró Stephen—. No obstante,Christientieneunargumentoválido.EsteguerreroMacHughnooshavisto.

Ellasonriógentilmente.—¿Cómopodría?Aúntienequeabrirlosojos.—Noentendéis loquequeremosdecir—dijoChristien—.Podríaisestar

enungravepeligro.Stephenestuvodeacuerdo.—No sabemos quienes son estas personas o si alguno de ellos puede

habernosvisto.Vuestraflechamatóallíderdeloshombresqueestabanjuntoalatumba,perolosotrosescaparon.Sidescubrenquevossoisresponsabledesu muerte, podrían intentar vengarse. Nadie debe enterarse nunca de queestuvisteisallí.

GabriellemiróasualrededoralossombríosrostrosdesuscuatroguardiasysediocuentaqueStephenteníarazón.Peronoerasolosuseguridadloquelapreocupaba.SiloshombresdeFinney’sFlatdescubríanquehabíamatadoauno de los suyos, entonces no solo vendrían a por ella; también tomaríanrepresaliascontrasusguardias.Nopodíapermitirqueesopasara.

—¿Quémesugerísquehaga?—preguntó.—Cuando nos acerquemos a la abadía de Arbane, Lucien y Faust os

acompañaran adentro y os escoltarán a vuestras habitaciones —sugirióStephen.

—Podéisusarlacapaparaocultarlasangredelvestido—dijoChristien.—¿Yqueharemosconelhombreherido?—preguntó.—Encontraremos otra forma de introducirlo en la abadía. Los monjes

seguramentetendránlasmedicinasquenecesite.Christienasintió.—Simuere,existelaposibilidaddequeellairdMacHughpuedaculparos.

Oísteisloqueesoscobardesdijeronacercadeél.—Lo llamaron despiadado—dijo—. Aún así iban a enterrar vivo a un

hombreinocente.¿Porquédeberíacreerunasolapalabradeloquedijeron?Losdetuvoantesdequepudierandiscutir.—Este hombre ahora es nuestra responsabilidad. No se lo entregaré a

nadie.Encontraremosunaformadeentrartodosjuntosenlaabadíasinllamar

Página56

Page 57: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

la atención. Solo cuando me asegure que están cuidando bien de élabandonarésulado.

—Peroprincesa…—comenzóadecirChristien.Ellacontinuó.—Esos monjes son hombres de Dios, ¿no es verdad? Simplemente les

pediré quemantengan el secreto de cómo llegóLiama la abadía.Si puedohacerqueloprometan,nopodránfaltarasupalabraynoloharán.

—Hay más ramificaciones —dijo Stephen—. No podéis meteros enmediodeunaguerra.

Ellasabíaquenodaríanelbrazoatorcer.—Debemos llegar a un acuerdo.Una vez queLiam esté a salvo y bajo

cuidado,meharéaunlado.—¿Ynolediréisanadieloquesucedió?—Noselodiréanadie.

Página57

Page 58: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo10

Fue sorprendentemente fácil entrar en la abadía sin ser vistos. No solo lapuerta del extremo sur de la muralla exterior que rodeaba el edificiomonástico estaba destrabada, sino que además estaba abierta de par en par.Unsacerdotehabíacolocadounapiedra frentea lapuertaparaque le fueramásfácilacarrearlossacosdegranodesdelacarretaqueestabaalotroladodelmuro.

Gabrielleysusguardiasloobservaronalabrigodelosárbolesqueestabandetrásdelaabadía.Pensóquelossacosparecíanpesarmásdeloquepesabael cura.Noeraunhombre tanviejo,posiblementeestuvieraaprincipiosdeloscuarenta,conjeturó,peronoeramuymusculoso.Primerointentóponerseel saco sobre el hombro y casi se cae de bruces, por lo que terminóenvolviendo los brazos alrededor de él, dejando que la parte de abajoarrastraraentresuspiernas.

Llevandoasucaballoporlasriendashaciacampoabierto,ellalegritó:—Padre,¿nospermitiríaayudarlo?Alprincipiopareciósorprendido,yluegoasintióvigorosamente.—Agradeceríamucholaayuda—gritóenrespuesta.Lucien y Faust ya habían desmontado y estaban dirigiéndose hacia la

carreta.Luciennotócómoluchabaelsacerdotebajoelpesodelsacoyselocogió.

—¿Dóndelegustaríaquepusieraesto?—lepreguntó.—Justoalotroladodelapuertaalaizquierdahayunalmacén.Siapilael

grano allí, le estaría muy agradecido.—Se sacó un paño del cinturón delhábito y se secó el sudor de la nuca. Sonriendo, comenzó a caminar haciaGabrielle.

—Bienvenida,soyelpadreGelroy.Acababa de cruzar el sendero cuando notó al hombre herido colgando

atravesadoenlamonturadeStephen.—¿Quétenemosaquí?—demandó.Seapresuróairasituarsealladode

Stephen para poder mirar mejor, y se quedó tan impresionado por la

Página58

Page 59: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

condición del hombre que rápidamente se persignó—. ¿Qué le pasó a estepobresujeto?¿Estávivo?

—Loestá—respondióChristien.StephendesmontóycargóaLiamenbrazos.—Como claramente puede ver, este hombre necesita asistencia. ¿Hay

algúnsanadoraquí?—Sí, si lo hay, y más de uno —respondió con premura—. Vamos.

Seguidme.LucienyFaustdescargaronrápidamenteelgrano.Gabrielledesmontóyle

entrególasriendasaLucien.El sacerdote caminó rápidamente hacia una puerta que estaba frente a

ellos.—¿Sabéiselnombredeestehombre?Gabriellerespondió.—SunombreesLiamMacHugh.La reacción del padre Gelroy no se hizo esperar. Se detuvo tan

abruptamentequerealmenteosciló,luegosegiródegolpe.Suexpresióneradeincredulidad,yhabíadesaparecidotodoelcolordesurostro.

—¿LeescuchédecirMacHugh?—Estabatanconmocionado,quegritólapregunta—.Dígamequeno,¿perosí?

—Padre,porfavor,bajelavoz—leordenóStephen.Elsacerdotesellevólamanoalafrente.Gabriellenotóqueletemblaba.—Diosmío.TienenaLiamMacHughyapenasestáconvida.Simuere…Gabrielleseadelantó.—Tenemosesperanzasdequeconlaayudadelsanadornomuera—dijo

quedamente.ElpadreGelroyseforzóasímismoacalmarse.—Sí, sí, todos debemos tener esperanzas —balbuceó—. Les puedo

asegurar esto. Será un infierno si muere. Rápido. Llévenlo adentro. Lahabitacióncontiguaa lamíaestávacía.Lopondremosallí.Unavezque lesmuestre el camino iré a buscar al padre Franklin. Creo que tiene másexperienciaquelosdemás.

Lucien y Faust se quedaron con los caballos mientras que Stephen yChristienentrabanaLiamenlaabadíadetrásdeGabrielleyelsacerdote.Elcorredorporelquelosguioeraoscuro,angostoyolíacomoelinteriordeunacueva húmeda. Todas las puertas eran de seca madera astillada dentro demarcosabovedados.Elpadreseñalóunamientraspasabarápidamentefrenteaellaydijo:

Página59

Page 60: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Esaesmihabitación.Se detuvo frente a la siguiente puerta, y gentilmente golpeó con los

nudillosparaasegurarsedeque todavíaestabadesocupada, luego levantóelpicaporte.Empujólapuerta,entróylasostuvoabiertaparaellos.

La habitación era diminuta, con una pequeña ventana ubicadamuy altasobre el jergón demadera que servía como cama. Unamanta de lana griscubríaelcolchóndepaja.Unbancoyunpequeñobaúleranlasúnicasotraspiezasdemobiliarioenlahabitación.Encimadelbaúlhabíaunajofainayunajarraflanqueadaspordosvelas.

—Pónganlo en la cama.Despacio—dijo el sacerdote—.Acuéstenlo deladoyaquesuespalda…buenDios,supobreespalda…—Tomóalientoylodejósalirlentamente—.CreoqueelpadreFranklinestáenlavíspera.Lediréquetraigasusmedicinas.Cuandoregrese,tomarémiestolaylossantosoleosyledaréaLiamMacHughlaextremaunción.

Gabrielleprotestó.—Peroesossacramentossonsoloparalaspersonasmoribundas.—¿Podéisdecirmequeélnoseestámuriendo?Ellainclinólacabeza.—Nay,nopuedo.—Entonces debe recibir el sacramento de la extremaunción para que

puedaentrarenelparaísoenunestadodepureza.Sevolvióparairse,peroChristienseplantófrentealapuerta,bloqueando

lasalida.—Padre,seríamejorquenadiesupieracomollegóestehombrehastaaquí.—Entoncesprimerodebo saber si algunodevosotros tuvoalgoquever

consusheridas.Esunapreguntainjusta,perodeboobtenerunarespuesta.—Estabaenestascondicionescuandoloencontramos—ledijoChristien.—Eso pensé, ¿sino por qué ibais a cargar con semejante fardo? —El

sacerdote retomó el tema—. Prometo que no diré ni una palabra a nadieacercadelhermanodellairdMacHugh,peromegustaríasaberloquepasó.

—¿Mantendrá eso en secreto también? —preguntó Christien—. Seríamejorquenosupieraquiénessomos.

Elsacerdotenegóconlacabeza.—Metemoqueesmuytardeparaeso.Enelmismoinstanteenquevia

estahermosadamasupequienera.Hacesemanasquesecuchicheaacercadesuvenida.

Segiróhaciaellaehizounaprofundareverencia.

Página60

Page 61: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Esunplacerconoceros,ladyGabrielle.Noospreocupéis,yaquesienelfuturonospresentan,estaréencantadodeconocerosentoncescomosifueralaprimeravez.Vuestrossecretosestánasalvoconmigo.

—Gracias, padre —dijo, pero dudó que la oyera, ya que había salidoapresuradamentedelahabitación.

—Eshoradequeosmarchéis,princesa—dijoStephen.Christienasintióponiendodemanifiestosuacuerdo.—Sí,yaeshora.Losdosguardiasseveíanpreocupados,ylamentabadecepcionarlos.—No puedo dejarlo aún. Está demasiado vulnerable. Alguien debe

cuidarlo mientras está en este estado de debilidad. Antes de irme, deboasegurarme de que lo dejo en manos capaces y que tiene las medicinasadecuadas.

Nopermitiríaquelainfluenciaran.ElargumentodequeelpadreFranklinseríaunhombremásenelquetendríanqueconfiarparamantenerelsecreto,asuentendernoeraválido.ElpadreFranklineratambiénunhombredeDiosynoromperíalapromesaquehabíanobtenidodeél.

—Cuantamásgentelosepa,másposibilidadeshaydequesiganelrastroquellevahastaelhombrequematasteis…—comenzóadecirStephen.

—Lavidadeestehombreesmásimportante.—Nopodemosestardeacuerdoeneso,princesa—dijoChristien—,pero

acataremosvuestravoluntad.Liamaúnnohabíaabierto losojosniemitidosonidoalguno,nisiquiera

ungemidocuandoelpadreFranklin,quienGabrielletuvoqueadmitirqueeramuycapaz, lecosió lapiel.Quisodejarde lado laspuntadasycauterizar laherida con un atizador ardiente, pero ella no lo permitió.No parecía habernecesidaddadoquelahemorragiaporfinsehabíadetenido.Habíaotrarazón.Aunque dudaba de que el guerrero se preocupara por la apariencia, erabastanteapuesto,yunacicatrizdejadapor laspuntadasnosería tan terriblecomolacicatrizdeunaquemadura.

Unavezqueseaseguróquenadamáspodíahacerseporelhombreherido,Gabriellefinalmenteconsintióenconfiarsucuidadoalosdossacerdotes.

ElsolseestabaponiendocuandofinalmenteGabrielleseapartódeLiam.

Página61

Page 62: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo11

La llegadadeGabrielle a laspuertasdelanterasde la abadíadeArbane fuerecibidacongranregocijo.

El abad había dado órdenes de que lo convocaran en cuanto ellaapareciera,yenesemomentoseprecipitóapresuradamente,atándoseelcintoalrededordesurotundoestómagoygritandocasisinalientopidiendocomidaybebida.

Haciendounagranreverencia,tartamudeó.—Esunhonor.Esungranhonorofrecerosnuestrahumildehospitalidad,

milady.Sí,realmentenossentimosmuy,peroquemuyhonrados.Leestrechólamanoyselaapretó.Nolasoltóhastaqueelladiounfuerte

tirónhaciaatráspararecuperarlamano.Presentóasusguardiasalabadydijo:—Le agradecemos el alojamiento, y le agradezco por permitir que mi

bodasecelebreaquí.—Nossentimosdeleitadosporteneresehonor.Yahacealgúntiempoque

todoelmundohaestadohaciendopreparativosparaelsagradosacramento,ypensarqueahorasolofaltaunasemana.Estauniónseguramenteaseguraunpacífico y duradero vínculo entre dos nobles países. —Chasqueando losdedos, le hizo señas a un criado para que se apresurara a hacer lospreparativos—.Debéisestarhambrientaysedienta.Venidadentro.Tenemosrefrescos para vos y vuestros soldados. Tengo entendido que cuando estáislejosdecasanoseapartandevuestrolado.¿Noescierto?

—Escierto,peromealegracontarconsucompañía.Una jovenmuy bonita se apresuró a adelantarse y empujó un ramo de

flores frente al rostro deGabrielle. Gabrielle las tomó y le dio las gracias,sonriendocuandolamujerhizounarápidayextrañareverencia.

—Sonpreciosas—gritómientraslamujerseescabullía.—¿Elviajefueplacentero?—preguntóelabad.Gabrielle no se echó a reír, pero tuvo muchas ganas de hacerlo,

preguntándosequepensaría si ledecía laverdadacercade suviaje.Habían

Página62

Page 63: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

estado dentro de la abadía varias horas, pero el abad no podía saber eso.Gabrielleysusguardiashabíanvueltoamontarensuscaballosyhabíandadounrodeoa travésdelbosqueparapoderaproximarsea laabadíadeArbanepor la puerta principal. Su viaje había llevado unos pocos minutos comomucho, pero dado que guardaban el secreto de LiamMacHugh, solo pudodecir:

—Fuedelomásplacentero,peromegustaríacambiarmeelvestidoantesdetomarunrefresco.

LacapaescondíalasmanchasdesangredeLiam.Perocomoelclimaaúneracálido,elabadibaapensarquesesentíaenfermaparausarunaprendatangruesa.

—Sí, por supuesto. El hermanoAnselm os está esperando adentro paramostraroselcaminoavuestrashabitaciones.Rezoparaqueseandevuestroagrado.

—Estoyseguraqueestarésumamentecómoda.—Comenzamosapreocuparnoscuandovimosquepasabaeltiempoyvos

nollegabais.Osesperábamoshacehoras.—Siento haber causado tantas preocupaciones. Su campiña es tan

hermosaqueperdílanocióndeltiempo.El abad pareció satisfecho con su respuesta. La tomó por el brazo y

comenzóacaminar.—Hace días que empezaron a llegar los invitados e instalaron sus

campamentos fuera del monasterio. La mayoría es de Inglaterra como seesperaba,peroalgunosvienendelugarestanlejanoscomoFranciayEspaña,todos trajeron regalos para distinguir tan auspiciosa ocasión.El contingenteprovenientedeSt.Biel, lapatriadesufamilia, trajoelquecreoeselregalomásmaravillosodetodos.Esunaencantadoraesculturadesusantopatrono.Nospidieronquelamantuviéramosenlasacristíadenuestracapillaparaqueestuvierasegurahastalaboda,yestoysegurodequeellairdMonroequerráponerlaenunlugardehonorensupropiacapilla.Veréisalgunosdelosotrospresentesenelbanquete…

Gabriellesonreíayasentíamientraselabadcontinuabacharlandode losregalosylosvisitantesylosfestejos.Eraevidentequelaabadíanuncahabíapresenciado una celebración semejante, y le complacía consentir suentusiasmo.

Acababandeentraralsalóncomunalcuandoelabadsedetuvoyseñalóaunhombrequesecruzabaensucamino.

Página63

Page 64: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Debeconoceral lairdMacKenna.Él, también,esun invitado,perosevadentrodepoco.Laird—lollamó,levantandolavoz—.VengaaconoceraladyGabrielle.Alfinhallegado.

El hombre se volvió y caminó hacia ellos con una sonrisa que parecíagenuina y cálida. Caminaba con pasos largos, y tenía un porte orgulloso.Llevabaelonduladocabellonegropeinadohaciaatrásdespejandolafrente,yno tenía ni una sola cicatriz en sus perfectas facciones. Ella pensó que eraindudablequellevabaunavidafácil.

Lehizounareverencia.—Habíaoídodecirqueeraisunabelleza,ydeboadmitirquenoerauna

exageración.—Osagradezcoelcumplido.—SéqueestáisenteradodequeladyGabrielleestáaquíparacasarsecon

ellairdMonroe—dijoelabad.—Porsupuestoquelosé—respondióellairdMacKenna—.Esmiamigo

—ledijoaGabrielle—,yapedidosuyoconcurriréalacelebración.Seráungrandíaparaambospaíses.DevolverelValle…quierodecirFinney’sFlat…a un highlander traerá la paz entre los clanes, ya que el laird Monroe seocupará de que se use prudentemente. Espero con ansias la ceremonia.—Hizootrareverencia—.Hastaentonces…—dijo,yseretiró.

Elabadesperóhastaqueestuvofueradelavistayluegodijo:—EllairdMacKennanossorprendióatodosconungranactodebondad.

Nos trajounacarreta llenadegranodesuscampos.Nuncaanteshabíasidotangeneroso,ynosquedamosbastanteasombradosycomplacidos.Ellairdseha convertido en un hombre atento. Ah, aquí está el padre Anselm. Él osenseñaráelcamino.

LasdoshabitacionesasignadasaGabrielleestabanenelalamásgrandede la abadía. Eran sorprendentemente espaciosas y tenían puertas que lascomunicaban. Los criados estaban ocupados desempacando su ropa paraprepararlaparalasfestividadesqueseavecinaban.Gabriellemantuvolacapaenvuelta a su alrededor hasta que estuvo sola en su habitación. No estabasegura de que hacer con la sangre que tenía en su bliaut color crema, y nopodía encontrar unmotivo plausible que explicara como había llegado allí.Terminó doblando la prenda y escondiéndola en el fondo de uno de susbaúles.

Mástardeesanoche,despuésdequelasdoncellassehubieranacostado,Faust y Lucien llevaron a Gabrielle hasta la habitación de Liam para que

Página64

Page 65: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

comprobarasuestado.ElpadreFranklinyelpadreGelroyestabanambosallí,sumergidosenunaacaloradadiscusión.

—¿Ya se ha despertado? —preguntó en susurros para no molestar alpaciente.

Franklinlesonrió.—No, no lo ha hecho, pero ha gemido un poco, y tengo el buen

presentimientodequeprontosedespertará.—O no lo hará—dijo Gelroy, frunciendo el ceño—. No está fuera de

peligro,¿noesverdadFranklin?—Unodebetenerfe,Gelroy.—Simuere,ColmMacHughdestrozaráestelugar,seasagradoono.Aél

no le importará. Debe informársele que su hermano está aquí. Con suerte,vendráarecogerloantesdequeLiammuera.

—Siesquemuere—dijobruscamenteFranklin—.Peronocreoqueesoocurra. Estoy de acuerdo en que habría que decirle al lairdMacHugh queLiamestáaquí.Creoquedeberíaspartirconlaluzdelamañana.

—Estaré encantado de encargarme de tus tareas mientras dure tu viajehacialastierrasdelosMacHugh—respondióGelroy.

—Soydemasiadoviejoydébilcomoparahacereseviaje—susurró.Gelroyresopló.—Ni eres muy viejo ni estás muy débil. Lo que estás es asustado,

Franklin.Sí,Esoesloquetepasa.—¿Ytúnoloestás?—Por supuesto que lo estoy. De hecho, estoy más asustado que tú—

alardeó en voz baja—. Y soy mayor por dos años, que es por lo que túdeberías ir a realizar este recado, y yo debería quedarme. Mi corazón nosoportaríalacontrariedadquesentiráellairdMacHugh.

Antes de que Franklin pudiera elaborar una objeción, Gelroy se volvióhaciaGabrielle.

—Ya hace una hora que estamos discutiendo acerca de esto —le dijofrunciendo el ceño—, no entiendo sus vacilaciones. A mi se me ocurriríapensarqueel lairdMacHughsesentiráalborozadoalsaberquesuhermanoestávivo.

—Talvez—concedióFranklin—.¿PeroquepasasiLiammuereantesdequeColmMacHughllegueaquí?YdespuésdequeGelroylehayadichoqueLiamestáconvida.¿Quépasaríaenesecaso?

—QuerrásdecirdespuésdequetúledigasqueLiamestáconvida—dijoGelroyenfadado.

Página65

Page 66: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Pienso que se están buscando problemas —dijo ella—. Y que esteColm MacHugh debe ser informado. Seguramente a estas alturas estaráfrenético.Sialguienaquienyoamaradesapareciera,noséloqueharía.

Aunquehabíanestadodiscutiendoelasuntoenvozbaja,GabriellesentíaquedebíansaliralcorredorparanomolestaraLiam.

—Él no puede oírnos —dijo Franklin—. Aún está profundamentedormido.

GelroysiguióaGabriellealpasilloycerrólapuertatrasél.—Os prometo, milady, que Franklin y yo solucionaremos esto. No os

preocupéis.UnodenosotrosseaseguraráqueColmMacHughseainformadodelparaderodesuhermano.

—Mis guardias me pidieron que les preguntara si les gustaría que losayudaranacuidardeLiamdurantelasnochesvenideras.Nodeberíaquedarsesolo.

Gelroysesintiócomplacidoyaliviadoporlaoferta.—Apreciaría mucho su ayuda. Franklin y yo os prometimos que no le

diríamos a nadie acerca de como llegó esta pobre alma hasta aquí, perotambiéndecidimosqueseríamejorquenomencionáramosaLiamparanada.Habría demasiadas preguntas y especulaciones.Mantendremos su presenciaen secreto durante el mayor tiempo posible. Así que ya veis, no podemospedirle a ninguno de los otros que nos ayuden a cuidarlo porque sinorevelaríamoselsecreto.

Franklinseacerco.—GelroymedijoqueélnosabeloquelepasóaLiamoquienleinflingió

esaseverapaliza,peroélyyoosprometemosquequienquieraquefueranotendráotraoportunidaddedañarlomientrasestéalojadoaquí.Con laayudadesusguardiasnosaseguraremosdequepermanezcaasalvo.

—Me gustaría poder ser demás ayuda y tomar un turno para cuidarlo,peromedoycuenta…

Lucieninterrumpió.—Nopodéis,princesa.—Noseríaapropiadoquevosestuvieraisenlahabitacióndeunhombre,

sinimportarqueesteestuvieradormidoono—ledijoFranklin.Nodiscutió,porquesabíaqueteníarazón.VolviéndosehaciaGelroy,ledijo:—¿YunodeustedesiráalterritoriodeMacHugh?Aélselehundieronloshombros.—Sí.Unodenosotrosirá.

Página66

Page 67: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Entended,milady.Quienquieraquevayano regresará—dijoFranklinresignado.

Gelroy estaba asintiendo para mostrar que estaba de acuerdo, cuandoFranklinlepalmeóelhombro.

—Teextrañaré,Gelroy.—¿Esunviajepeligroso?—preguntóella.—Noparticularmente—respondióFranklin.—¿Entoncesllevamuchotiempollegarallí?—Nodemasiado—respondióGelroy.—Noesllegarallíloquenosinquieta,milady.Essalirdeallíloquenos

tienepreocupados.Gabrielle estaba segura que sus temores acerca de los MacHugh eran

exagerados.Nopodíansertanespantososcomoinsinuabanlossacerdotes.—¿Iránpronto?—presionó.—Muypronto—prometióGelroy.LadefinicióndeprontoparaelmonjeeradiferentedeladeGabrielle.Le

llevó tres días enteros con sus noches reunir el valor necesario para partir.Para ese entonces Liam había mejorado lo suficiente para que Gelroy sesintierasegurodequesobreviviría,peroelmonjeaúnsemostrabaaprensivo.Aún cuando sabía que debía llevarle las noticias al lairdMacHugh, seguíateniendodudasdequefueraaregresaralaabadíadeArbane.

El padre Gelroy se fue cabalgando en una montura prestada, pero sudestino no era el territorio de MacHugh. Después de considerarcuidadosamente el asunto,decidió ir aver al lairdBuchanan, leal aliadodeMacHugh. Gelroy tenía la tonta idea de que sería más fácil hablar conBrodickBuchananyqueeramenosfactiblequereaccionarafísicamenteensucontra ante la noticia de que el hermano del laird MacHugh había sidoseveramenteapaleado.

Cuanto más se acercaba a la tierra de los Buchanan, más violento sevolvía su temblequeo hasta que temió temblar tanto como para caerse delcaballo. Pero Dios se apiadó de él. Mientras estaba descansando bajo unenorme roble justo debajo del territorio de losBuchanan, divisó un caballoconunjineteaproximándoseporeldesgastadorastro.

Ahora tenía un dilema entre manos. No sabía si el jinete era amigo oenemigo. ¿Debería tratar de esconderse? No, el jinete ya lo había visto.Gelroyrezóunaplegariaydecidióesperarlomejor.

Yheteaquí,eraelbarónGeoffreyelquecabalgabahaciaél.Hizolaseñaldelacruzcomomuestradeagradecimiento,yencuantoelbarónestuvoauna

Página67

Page 68: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

distanciacomoparaoírlosigritaba,Gelroy lo llamó.Le recordó,queyasehabíanconocidoenlaabadía,cercadedosañosatrás.Sinmencionaralahijadelbarón,GelroylepreguntósihabíaestadoconlosBuchanan.

—Meparecióqueveníadesustierras.—Lohacía—respondióelbarónGeoffrey.—¿ConocéisbienalosBuchanan?—Estamoslejanamenteemparentados,yaunquepenséenpresentarlemis

respetos y no demorarme más de una noche, ocurrió una tragedia. Unguerrero desapareció. Los hombres estuvieron ausentes buscándolo y seesperaba que estuvieran de regreso ayer pero se vieron demorados por unaterribletormentadelluvialanocheanterior.AsíquetuvequeesperaraqueellairdBuchananregresaraacasa.

—¿Podría ser que el nombre del guerrero fuera Liam MacHugh? —preguntósuavemente.

—Sí.Asíqueseenteródeloquepasó.—Lohevisto—dijo—.Fuetraídoalaabadía,lapobrealma.Elbarónsequedómudo.Gelroytomóventajadesucondición.—Si regresáis y le dais al lairdBuchanan estas noticias paraquepueda

trasmitírselasallairdMacHugh,osganaréisunlugarbienaltoenelparaíso,apesardeseringlés.

Mientras el barón Geoffrey digería la información dada tanimprevistamente, el padre Gelroy se dio la vuelta y espoleó a su monturaponiéndolaaltroteparacomenzarabajarlamontaña.

—Espere—legritóelbarón—.Nopuedeirsesin…¿Liamestávivo?Gelroy le dio una palmada en el cuarto trasero al caballo para que

aceleraraelpaso.Ysinmiraratrás,gritóporsobreelhombro.—OhDios,esoespero.

Página68

Page 69: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo12

Los lairdsquevivíanen lasHighlandsdelnorteeranungrupodifícil.Eranconocidos por ser impredecibles, irracionales y rudos. También en algunasocasiones,eranconocidosporcomportarsecomosalvajes.Noobstante,sielbarón Geoffrey acusara a alguno de ellos de tener estos defectos,probablementepensaríaqueloestabahalagando.

Sí, eran un grupo peculiar, y en opinión de Geoffrey nadie era máspeculiarotestarudoqueellairdBrodickBuchanan.BrodicknoteníaningúninconvenienteendejarlesaberaGeoffreyquelodetestabaintensamenteporser inglés, sin importar que estuvieran emparentados. Brodick le habíaexplicado muy claramente que debido a que daba la casualidad de que suesposaerainglesaytambiénprimadeGeoffrey,nopodíaserabsolutamentesinceroydecirqueodiabaatodoslosingleses,soloaalgunos.

El brusco laird también le había dicho a Geoffrey que deseaba que semantuviera apartado de su propiedad, sin embargo Geoffrey estaba seguroque si acataba los deseos del laird y no le presentaba sus respetos cuandopasabaporlazona—ytodosloslairdsdelasHighlandsseenteraríandequeél había pasado por allí—entoncesBrodick consideraría el desliz comoungraveinsultoynotendríaotraopciónsalvotomarvenganza.

Elbarónsolohabíaidodevisitaunavez,justodespuésdequeBrodicksecasaraconladyGillian.SutíoMorganlehabíapedidoquefueraacomprobarcomoestabaGillian.Morgan,elhermanomenordelpadredeGeoffrey,eraun anciano solitario y caprichoso, que no podía creer queGillian estuvieracontentadevivirenlasHighlandsentrelossalvajesBuchanan.Parasorpresade Geoffrey, comprobó que Gillian no solo estaba contenta sino que erabastantefeliz.Nopodríahabersidomásamableconél,ysubondadfueunarecompensamásquesuficienteporlahostilidaddesuesposo.

Aunque nunca lo admitiría ante Brodick, Geoffrey estaba impresionadoconélysuesposa.Novivíanenungrancastillo,porelcontrariovivíanenunacabañapequeña,nomayorqueelhogardelmayordomodeGeoffrey.Eraevidente que ni a Brodick ni a Gillian les preocupaba impresionar a los

Página69

Page 70: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

visitantes, sino más bien se concentraban en asuntos más importantes. ElúnicodeberdeBrodickeraeldeprotegerasuesposayasuclan.EldeberdeGillian, al menos por el momento, era proteger al bebé que llevaba en elvientre.Evidentemente,deseabaasistira labodadeGabrielle,perodesdeelmomento en que le había dicho a Brodick que iba a ser padre, salir de lapropiedadsehabíaconvertidoenalgoimpensable.

ElsacerdotequehabíainterceptadoaGeoffrey,dándolelanoticiaacercade Liam MacHugh había actuado como si tuviera una manada de perrossalvajestrassurastro.Despuésdehaberleescupidorápidamentelasnoticias,sehabíagirado,incitadoasumonturaacorreragalopetendidoyluegohabíadesaparecidoentrelosárboles.

GeoffreysedirigiónuevamentehacialosterrenosdelosBuchanan,peroaBrodicknolealegróverqueregresabatanpronto.Ciertamentenoestabadehumorparasoportarotravisitasocial.

EllairdconstituíaunavisiónintimidantemientrasseacercabaaGeoffreyhechounafuria.Altoyllenodemúsculos,teníaelcabellorubio,cicatricesdeguerra, y un ceño tan oscuro como la noche. Su comandante, un ferozguerrerollamadoDylan,seguíalaesteladesulaird.Luegodosguerrerosmásseunieronalaprocesión.

Geoffrey apoyó las manos en la perilla de su montura y esperó a queBrodickllegarajuntoaél.Elsaludodellairdnofueagradable,peroGeoffreytampocoesperabaquelofuera.

—Penséquemehabíalibradodeti,barón.Geoffreyignoróelinsulto.—LiamMacHughestáenlaabadíadeArbane.SudeclaraciónalejóelceñodelrostrodeBrodick.—¿Estávivo?Elbarónrelatórápidamenteloquehabíadichoelmonje,ycuandohubo

terminado,Brodickpreguntó:—¿Quédiablosquieredecir«esoespero»?Liamestávivoonoloestá.—DebehaberqueridodecirqueLiamestabavivolaúltimavezquelovio

—sugirióGeoffrey—.¿SelodirásallairdMacHugh?—Loharé.Brodick sedio lavueltay se alejódeGeoffrey,dandopor terminada la

visita. Se puso a ladrarles órdenes a sus hombres. Iría conMacHugh a laabadía.No le cabía lamenor duda de queColmMacHugh no se detendríaantenadaparadescubrirquien lehabíahechoesoasuhermano.SiDiossemostrabamisericordioso,LiamMacHughestaríavivocuandollegaranallí.

Página70

Page 71: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo13

MientrasGelroyhabíaestadotrabajandoenfortalecersuvalorpararealizarelviajeenelqueinformaríaalafamiliadeLiamdesuparadero,Gabriellehabíaestado llenando sus días con obligaciones sociales y preparativos para laboda. Tarde en la noche abandonaba su habitación para observar a Liammientrasdormía.Susguardiasmanteníanvigiladalapuerta.ElpadreFranklinlehabíaexplicadoasupacientecuandoestefinalmentehabíaabiertolosojos,queaunquelaabadíaeraunsantuarioyporlotantoconsideradatierrasagradapor todos los hombres y mujeres buenos y temerosos de Dios, no iba aarriesgarseaqueunpaganopudierainfiltrarseparadañaraLiamaúnmás.LedijoaLiamqueladyGabriellehabíallegadoparasubodaconuncontingentedeguardias,yquelehabíapedidoayuda.Dadasudébilcondición,Liamnoprotestó.Era conscientedeque lo estabancuidando,perono leshablaba, ycuando hablaban entre ellos, era en un lenguaje que Liam nunca habíaescuchadoynopodíaentender.

Una vez que Liam recuperó la consciencia, el padre Gelroy anunció quepartiría para entregar su mensaje, y salió al amanecer del día siguiente.Regresó al anochecer de ese mismo día. Cuando golpeó en la puerta deGabrielle,estasealegródeverlo,perolesorprendióquehubieraregresadodesuimportantemisióntanrápidamente.Hizoqueseacomodaraenunasillaenelbalcón,leofrecióunrefrigerio,yluegosesentófrenteaél.

—¿Estábien,padre?—lepreguntó.—Loestoy—respondió—.¿Yvos,milady?—Estoy muy bien—respondió—, pero tengo mucha curiosidad. No le

importasi lepreguntoalgo,¿cómofuecapazdecompletarsumisiónentancortotiempo?

—Cabalgandorápidoytendido—alardeó.Unacriadaaparecióen lapuertaconunabandeja.Gabrielle seacercóa

ella, y le ofreció una copa de agua fría al sacerdote. El padreGelroy se lo

Página71

Page 72: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

agradecióconunasonrisayunasentimientoyluegobebióungrantrago.—¿SealegróellairdMacHughconlasnoticiasreferentesasuhermano?

¿Sintióalivio?—Meimaginoquesesintióalborozadoyaliviado—respondió—.Sabéis,

nofuialastierrasdelMacHugh.Penséqueseríamásprudente…sí,prudente—repitió— ir a las tierras de los Buchanan y darle al laird Buchanan lasnoticias para que tuviera el honor de contárselas al laird MacHugh. LosBuchanansonaliadosdelosMacHugh,ysupropiedadestámuchomáscercadelaabadía.

—Yaveo.—Gabriellecruzólasmanossobreelregazoypreguntó—:¿YellairdBuchanansesintióalborozadoyaliviadoconlasnoticias?

—Meimaginoquesí—dijounpocoavergonzado.—¿Nolosabe?—lepreguntó,completamenteconfusa.Élseaclarólagarganta.—Resultóserqueno tuvenecesidadderecorrer todoelcaminohasta la

propiedaddelosBuchanan.Vuestropadrejustoestabasaliendodesustierrasporlaúnicarutasegura,ytuvelaoportunidaddeinterceptaralbarónydarlelafeliznoticia.Estoyseguroquefueunaalegríaparaélpoder trasmitirle lanoticiaallairdBuchanan.

AGabrielleleparecióqueelsacerdotehabíahechodeunsimplerecadoun asunto bastante complicado. Sumiedo al lairdMacHugh era irracional.Despuésdetodoelsacerdoteteníabuenasnoticiasquedarleallaird.¿Porquédeberíapreocuparlequeelhombrelehicieraalgúndaño?

—Sí,estoyseguradequelealegró—ledijo.—Vuestropadredeberíallegarencualquiermomento—señaló.—Mealegraráverlo.Talvezsalgaacabalgarconmigoporelcampo.No

deseoquejarme,peromeencantaríasalirdelaabadíaporunrato.—El campo está atestado estos días —le dijo—. Hay mensajeros de

muchospaísesquehanvenidoparalaboda.VariosbaronesdeInglaterrahanacampadoaquí.Ycomosabéis, cuandoviajan, traen todas lascomodidadesde sus hogares. He oído decir que una de las tiendas es tan grande comonuestraiglesia.VuestrabodaconellairdMonroeprometeconvertirseenunaocasiónmemorable.

—Mesorprendequehayanviajadoesasdistanciastanlargasparaacudiralaceremonia—dijoella.

—Esteesuneventomuyimportanteparamuchaspersonas—leexplicó.ElpadreFranklininterrumpióconunrudogolpeenlapuerta.Encuanto

la criada le dejo pasar, el sacerdote entró apresuradamente a la habitación.

Página72

Page 73: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Cuando vio a Gelroy, se detuvo abruptamente y le hizo señas de que seacercara.

—ParecequeFranklinquierehablarconmigoenprivado.Creoquesédequésetrata.Mesaltélasplegariasdelmediodía—explicó—.Ymeimaginoquedeseadarmeunbuensermón.

Un momento después los dos sacerdotes estaban discutiendoacaloradamente, susurrando de aquí para allá. Gabrielle dirigió su atenciónhaciaelsalóncomunalqueestabaabajo.Seinclinósobrelabarandillayvioaunsacerdotecorriendoygritándoleaotrosdosquesalíandelacapilla,peronopudoentenderloquelesestabadiciendo.Rápidamenteelsalóncomunalsellenódehombres,ytodosparecíansumamenteagitados,gesticulandoconlasmanos y sacudiendo la cabeza. Unos pocos monjes se persignaron, searrodillaron,ycomenzaronarezar.

Algoterriblehabíasucedido.—¿LadyGabrielle?ElpadreGelroylerogóqueleprestaraatención.Laexpresióndesurostro

nodejabalugaradudas.Lasnoticiaseranmalas.Su mente trabajó a la carrera contemplando negras posibilidades. ¿Se

tratabadesupadre?¿Lehabríaocurridoalgo?Diosquerido,porfavorquenofueraasí.

Se forzó a adoptar una expresión serena y esperó a que uno de lossacerdotesleexplicaralosucedido.

GelroylediouncodazoaFranklin.—Tú,díselo.—SetratadellairdMonroe,milady.Nopuedecasarseconvos.—Porsupuestoquenopuedecasarseconella—murmuróFranklin.—¿Nopuede?—preguntó,tratandodeentender.—No,milady,nopuede—seapresuróadecirGelroy—.Estámuerto.

Página73

Page 74: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo14

Eraunapenaquenohubieratenidotiempodehacerqueelasesinatoparecieraun accidente. Le hubiera simplificado la vida. Había considerado laposibilidad de asfixiar a Monroe, pero un hombre moribundo bien podíademostrar la fuerza de diez hombres cuando peleaba por su vida. No,asfixiarloerademasiadoarriesgado.

Comotambiénloeraahogarlo.¿Quéocurriríasifueraunbuennadador?¿Ounchillón?Unfuertechillidopodríaconseguirlealgodeayuda.Ahogarlo,habíadecidido,tambiénestabafueradecuestión.

Había considerado varios otros métodos que podrían haber pasado poraccidentes, pero finalmente los había descartado todos. Algunos erandemasiado complicados, otros dependían demasiado de la fuerza o lasincronizacióndeltiempo.

Al final tuvo que decidirse por un cuchillo. Una hoja afiladaproporcionabaunamuerte rápiday fácil.Desafortunadamente,nadie creeríaquehabíasidounaccidente.¿Cómopodíaalguienaccidentalmentecaersobreun cuchillo cinco o seis veces? Le había costado varias buenas puñaladasmatarallairdMonroe.

Habíamatado antes, pero nunca de esa forma.Debido a su posición demando habitualmente podía encargarle ese tipo de tarea tan desagradable aotrapersona.Peroestoeradiferente.Noseatrevíaaconfiarleanadiemáslamolestatarea.Debíahacerlosolo.Eralaúnicamaneradeasegurarsequenohubieraformadequeelrastroapuntarahaciaél.

Afortunadamente con el paso de los años Monroe se había vueltoconfiado.No se cuidaba comodebía, y sus seguidores se habíanvuelto tanblandos como él en su tarea de vigilarlo. No esperaban que surgieranproblemasporquesulairdnoteníaenemigos.¿Cómopodríatenerlos?Nuncatomabapartidocuandounclansepeleabaconotro,ynuncadeseómásdeloqueyatenía.Ellairdnoteníaabsolutamenteningunaambiciónyeratandócilcomounantiguoremansodeagua.

Página74

Page 75: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

El laird nunca variaba su rutina. Cada noche justo antes del anochecerdaba un largo paseo, sin importar el clima, ni donde estuviera. Siemprecaminabasolo.

AgazaparseenlaoscuridadyesperaraMonroehabíaresultadoincómodoy tedioso, pero una vez que el crujir de las hojas le dijo que Monroe seacercaba,agarróelcuchilloconfirmezayesperópacientementeelmomentoadecuadoparasaltar.

Fue un hecho desafortunado pero inevitable. El laird Monroe habíaexperimentadounamuertemuydesagradable.

Página75

Page 76: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo15

Lamisadelfuneralfuecelebradaenlacapillanortedelaabadía.Muchosdelos integrantes del clanMonroe habían estado de camino a la boda cuandorecibieron la noticia del súbito deceso de su laird y su alegre viaje decelebraciónsehabíaconvertidoenunaprocesiónlúgubreysombría.Muchoslairds de las Highlands asistieron al funeral, pero muchos más habríanrecorridoladistanciaparapresentarsusrespetosdehabersabidodelamuertedeMonroe.Elritual—queserealizóundíadespuésdesumuerte—tuvoquellevarse a cabo con prontitud debido al inusual clima caluroso y el rápidodeteriorodelcuerpo.

Losinglesesnofueronbienvenidos,aunqueresultabadudosoquealgunodelosbaroneshubieraqueridosentarseaescucharcomoelsacerdoteexaltabalasvirtudesdelhombremuerto.Despuésdetodo,setratabadeunhighlander,lo que a sus ojos lo convertía en un ser inferior y no merecedor de susplegarias.

El barón Geoffrey deWellingshire y su hija, lady Gabrielle, fueron laúnica excepción. La familiaMonroe permitió su presencia porque la damahabíaestadocomprometidaparacasarseconsulaird.Selespermitióescucharlamisa con ellos, pero ella y su padre fueronubicados en la última fila.Yaunquehabíamucholugarnadiesesentóasulado.

Gabriellenoesperabauntratamientoespecial.SesentíaagradecidadequeselebrindaralaoportunidadderezarporelalmadellairdMonroe.Supadreyotraspersonasteníanallairdenmuyaltaestimayloapreciabanporqueeraunhombremuybondadosoyamable.¿Porquéalguienquerríamatarlo?Suasesinatonoteníasentido.Elrobonohabíasidoelmotivo,yaquenadahabíasidoarrebatadodesucuerpo.Cuandofueencontradoteníaelanillodeoroyla daga enjoyada en su lugar. ¿Lo habían matado solo por demostrar quepodíanhacerlo?

Dejóvagarlamente,ypensóenLiamMacHughyenelterriblehombrequelohabíahechosufrirtanto.¿Cómopodíaunhombretrataraotrodeformatandepravada?

Página76

Page 77: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

La misa terminó y el cuerpo de Monroe, envuelto en lino blanco, fuellevado afuera. Gabrielle mantuvo la cabeza baja mientras la procesión dedolientessealineabaparasalirdelacapilla.Seleocurriólevantarlavistaysediocuentaquelamayoríadelaspersonaslamirabanalpasar.

Cuandolaúltimapareja,unhombrejovenconunamujermayor,llegarona su lado, se detuvieron. Gabrielle pudo sentir los penetrantes ojos de lamujer,ylevantólacabeza.

—Váyase a su casa. No hay lugar aquí para usted —siseó la mujer.Escupiendolaspalabrascomosifueranveneno.

Eljovenrápidamentetomóalamujerdelhombroygentilmentelavolvióhacialaprocesión.

—Ven,madre,mitíonohubieraqueridoquehubieraanimosidades.A Gabrielle le ardía el rostro. Nunca antes había escuchado tanto

desprecio.Mientras se abrían camino lentamente por la nave lateral, el hombre se

volvióparadedicarleaGabrielleunamiradacomprensiva.Supadrelepusounamanoenelbrazoparaevitarquesaliera.—EsperaremosaquelosMonroesehayanido—leadvirtió—.Esamujer

era la hermana del laird Monroe. Creo que sería mejor que no lossiguiéramos.Podríahaberotrosinsultos.

—¿Porquéquerríaninsultarme?—lepreguntóincrédula.—ElclanMonroehadecididoque túeres la razóndequesu lairdhaya

muerto.Lomirófijamentecomosiestuvieradiciendotonterías.—Te hacen responsable de la muerte del laird —volvió a asegurar su

padre.Estabaespantada.—¿Creenqueyolomaté?¿Cómopuedenpensartalcosa?—Meentendistemal,Gabrielle.Nopiensanquetúloapuñalaras,perosi

creenquesisulairdsehubieraquedadoensucasaynohubieraaccedidoacasarse contigo, todavía seguiría con vida. La noche que fue asesinado,Monroe y sus seguidores estaban acampados en un valle cercano, y comoestabadecaminohaciaaquí,alaabadía,paracasarsecontigo,piensanquetúereslacausadesumuerte.

—Peroesoesridículo.Éllepalmeólamano.—Sí,loes.Nodejesquesusnecedadestemolesten.Ellaseenderezó.

Página77

Page 78: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Puedo soportar sus insultos. No soy tan débil como para quebrarmeanteunaodospalabrascrueles.

—Tienes tiernos sentimientos, hija, tanto si estás dispuesta a admitirlocomosino.

Detrásdeellosseabrióunapuerta,yentróStephen.—Ahora es seguro. Los Monroe se han ido, y el barón que estaba

esperandoenlapuertasehaidoasucampamento.Elpadreasintió.—Entoncespodemosirnos.Ven,Gabrielle.Tusguardiasteescoltaránde

regresoatuhabitación.—Stephen,¿cuáldelosbaronesestabaesperandoenlapuerta?Fuesupadreelquelerespondió.—Percy.—SalióalanavelateralydiounpasoatrásparaqueGabrielle

pudierapasar.—Noentiendo,¿porquévinoalaboda?Noesamigotuyoytampocotu

aliado,ydudoqueconocieraallairdMonroe—dijo.Elpadresuspiró.—Deberíahaberteexplicadoestohacetiempo.Percydicequefueenviado

porordendelreyparasertestigodelaceremonia,peroestoyseguroqueteníaotrosmotivos.Tenía intenciones de protegerte de esto.El barónPercy y elbarón Coswold son dos hombresmuymanipuladores que no se detendríanantenadaparaobtenerloquedesean.Teníalaesperanzadequeunavezquetecasarasrenunciaríanasuobsesión.

LehizoseñasaStephenparaqueabrieralapuerta.—¿Tengorazón,Stephen?—preguntómientrasbajabanlosescalones—.

¿PercyestabaesperandoparatenerlaoportunidaddehablarconGabrielle?—Sí,barón.Estabamerodeandoaunladodelacapillayestabaconsus

amigos.AúnnohevistoalbarónCoswold.—CoswoldviajóaEscocia.Estoysegurodeello.PerosoloDiossabeque

estáplaneando.—¿Por qué querría alguno de ellos hablar conmigo? —preguntó

Gabrielle.—Después te explicaré lo que deba explicarte—le dijo su padre—.Ve

ahora y haz que los criados empaquen tus cosas. Regresarás a Inglaterramañanaporlamañana.Sinofueratantardeteharíapartirahora.

—Pero¿novendrásconmigo,padre?—preguntóGabrielle.—No,primerodeboveralrey.Aestasalturasdebehaberseenteradodela

muertedeMonroe,ydeboobtener suaprobaciónpara regresara Inglaterra.

Página78

Page 79: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Tealcanzaréenunospocosdías.—¿El motivo de que estés tan ansioso por regresar a Inglaterra son

CoswoldyPercy?—lepreguntó.—Sí,ellossonlarazón—respondióceñudo.Entraronalsalóncomunal,caminandojuntos,StephenyFaustibandetrás

deellos.—No te he dicho todo lo que sé acerca de esos dos y su obscena

competencia,peropareceríaqueloqueseaquequiereunodelosbarones,elotrotambiénloquiere.Todoseconvierteenunjuegoparaverquiéndeellosganará y quién perderá.—Sacudió la cabeza con disgusto—. Pensé que telibrarías de ellos una vez que estuvieras casada con el lairdMonroe, y nopuedodecirte cuán atónitomequedé cuandome enteré de quePercyhabíavenido a la boda y que estaba acampado fuera de la abadía. Supuse queCoswoldapareceríaencualquiermomento.

—Los hombres muertos no pueden casarse —señaló Faust—. QueoportunoresultaparaellosqueellairdMonroefueraasesinado.

Stephenasintió.—Esdelomásconveniente,¿verdad?ElbarónGeoffreysevolvióhaciaellos.—Estabapensandolomismo.—Estáissugiriendo…—comenzóadecirella.—Hassidoprotegidadelamaldaddeestemundo,porloquenopuedes

imaginarloqueloshombressoncapacesdehacer.DéjamedecirteconloquemeencontrécuandofuiavisitaralosBuchanan.EllairdBuchananyvariosdesusguerrerosestabanconsusaliados,losMacHugh,buscandoalhermanodellairdMacHugh.

SupadrenoahorródetallesalexplicarleloquelosmonstruosquehabíancapturadoaLiamhabíanintentadohacer.

—Medijeronquehabíasangreenlacuerdaconlaquelohabíanatadoyquehabíancavadounhoyoparaenterrarlo.

—¿Sabenquiéneseranesoshombres,milord?—preguntóStephen.—Nay, no lo saben.Brodick y el lairdMacHugh encontraron a uno de

ellosenelsuelocercadelhoyo,peronadiepudoreconocerlo.Nousaba loscolores de ningún clan comopara poder identificarlo.Brodick regresó a sucasaporuncortotiempo.Yoestabaesperándolo.

—¿Teunistealabúsqueda,padre?—Cielos, no. Él nunca me lo hubiera permitido, pero resultó que

encontraronalhermanodeMacHugh.Cuandoestabadejandoelterritoriode

Página79

Page 80: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Brodick,unsacerdotesaliódelbosqueymediolasbuenasnoticias.MepidióqueledijeraallairdBuchananqueLiamMacHughestabaaquíenlaabadía.

Supadresonrió.—Elpobresacerdoteestabamuyapuradoporsalirdeahí lomás rápido

posible, y no quiso contestar mis preguntas. Me imagino que el clanMacHughsepondrámuycontentocuandoseenterequeLiamestávivoyasalvo. ¿El abad ha mencionado algo con referencia a que esa pobre almaheridaestéalojadaaquí?

Antesdecontestar,GabriellemirófurtivamenteporsobreelhombrodesupadreaStephen.

—No,elabadnonoshadichonadadeél.—Eslomismo—dijosupadre—.Cuantomenosbrutalidadveas,mejor.—Elijocreerquehaymásbondadquemaldadenelmundo—ledijo.—Tienes un corazón bondadoso al igual que tumadre, Gabrielle.—El

barón Geoffrey le besó suavemente la mejilla antes de dejarla—. Deboapresurarme para hablar conmis soldados. Tengomuchas cosas que hacerantesdepartir,peromeasegurarédedespedirmedelabad.

Encuantosupadrediovueltaalaesquina,ellamiróaStephen.—Siento como si hubiera engañado a mi padre al no decirle como

encontramosaLiam.—Estáisprotegiendoalbarónalnodecírselo.Ningunodenosotrospodría

haberprevistolasramificacionesquetraeríaaparejadasmataraunhombreysalvaraotro.Paranosotrosambossonextraños.Nodeberíamosinvolucraravuestropadre,yesmuyprobableque terminarapasandoeso.Esbuenoquenosvayamosacasa.

Ellaestuvodeacuerdo.—Estehasidountristeviaje.

Página80

Page 81: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo16

GabrielleestabaapuntodeentrarensuhabitacióncuandolallamóelpadreGelroy.

—Milady,¿puedohablarconvos,porfavor?Corrióhaciaella,yelhábitoaleteócontrasustobillos.Teníaelrostrode

uncolorrojobrillanteyelceñoprofundamentefruncido.Ella no se sentía capaz de recibir más malas noticias. Tratando de

animarseasimisma,caminóhaciaél.—¿Sí,padre?—Estánaquí.—Estababufandotanfuerte,queapenaspodíaentendersus

palabras.—¿Quiénestáaquí?—lepreguntó.—EllairddelosMacHughyellairddelosBuchanan.Amboshantraídoa

susguerrerosconsigo.Estánenlacimadelacolinaquerodealaabadía.—Esassonbuenasnoticias,¿verdad?—Oh,no,no.Quierodecirsí.—Tartamudeó—.HanvenidoporLiam,y

esoesmuybueno.—Entoncesdebería irasaludarlos,¿noesasí?¿Ydeberíaacompañaral

lairdMacHughaverasuhermano?—Esonoseránecesario—respondióGelroy.—Noentiendo.Claroqueesnecesario.EllairdMacHughhaviajadotodo

esecamino,ydeberíaserllevadoaverasuhermano—insistió.—Oh,élloverá.Estoysegurodeeso—afirmóGelroy—.Peroellairdno

serállevadoanteél.Gabrielleestabamásconfusaquenunca.—¿Entoncescomoloverá?—Liam está esperándolo fuera de las puertas —soltó el sacerdote de

buenasaprimeras.Horrorizada,Gabrielledijo:—Esepobrehombrenohasidocapazdelevantarsedelacamadesdeque

llegóaquí.¿Cómoesposiblequeestéalotroladodelaspuertasdelaabadía?

Página81

Page 82: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Gelroynotuvoelvalordemirarladefrentecuandorespondió:—ElpadreFranklinyyolollevamos.—¿Ysimplementelodejaronallíafuera?—Nopodíacreerloqueestaba

diciéndoleelsacerdote.—No lo entendéis.El lairdMacHugh es unguerrero poderoso.Todo el

mundo ha oído hablar de su asombrosa fuerza… y su asombrosotemperamento.

Súbitamenteseleaclarólasituación.—Letienemiedo.—SolountontonoletendríamiedoallairdMacHugh.—Peroabandonaraesepobrehombre…—comenzóadecir.—Venid conmigo—dijo Gelroy—. Creo que lo entenderéis cuando lo

veáis por vos misma. No os preocupéis. No podrán veros. Treparemos almuroyespiaremosdesdeallí.Osmostraréelcamino.

El sacerdote llevó a Gabrielle afuera y subió por una angosta escalerahastaunaaberturacavadaenlarocadelgruesomurodepiedra.

Gelroyseñalóhacialacolina.—¿Podéisverlos?La aguda inspiración de ella respondió la pregunta. La vista de los

guerreroslahabíadejadosinhabla,ysolopudoarreglárselasparaasentirconunrápidomovimientodecabeza.

No tuvo ningún problema para localizar a los lairds. Los dos hombresestaban al frente de sus seguidores, cada uno a lomos de un magníficocaballo,unonegro,elotrogris.Amboshombresteníanlaaparienciadehabersidoesculpidosasemejanzadealgúndiosde laantigüedad.SabíaqueZeusnuncahabía existido en realidad, pero cuandovio a esos gigantes, no pudoevitarpensarquetalvez…

—ElqueestáaladerechaesellairdMacHugh—dijoGelroy.¿Erareal?Cerrólosojos,losvolvióaabrir,ytodavíaestabaallí.—Es bastante… grande, ¿verdad? En realidad ambos lo son —dijo,

paseandolamiradadeMacHughhaciaBuchanan.Elsacerdoteserio.—Son highlanders—dijo, como si eso lo explicara todo—.No son tan

civilizadoscomoelrestodenosotros.—Hanvenidoaquíabuscaraunodelossuyos,loquemeindicaqueson

capacesdesentiramorfraternal.Sonhumanos,padre—dijoconundejededesaprobaciónanteelveredictonegativodelsacerdote.

Página82

Page 83: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Allí está Liam —susurró él, aunque seguramente sabía que eraimposiblequelosoyeran.

—Lograremos ver su jubilosa reunión—dijo ella—. ¿Estámal que losespiemos?

—Nolocreo.Ademásnuncaseenterarán.Miraronporunminutoodos,yluegoellasusurró:—Liamestáteniendoproblemasparacaminar.¿Vecomoestatratandode

no cojear? Está apoyándose en el pie derecho, ¿no es así? También estáaminorandolamarcha.¿Cómopodrásubirlacolina?

—Elorgullolollevaráhastaallí.—Peroelorgulloesunpecado.—Noparaunhighlander.GabriellemirófijamenteallairdMacHugh.Suexpresiónerarigurosa.No

había rastros de sentimientos en sus ojosmientras observaba a su hermanolucharparaavanzar.

Un bárbaro, decidió. El MacHugh era un bárbaro. ¿Acaso no teníasentimientosporsuhermano?Habíaviajadolejosparabuscarlo.¿Porquénolo ayudaba en ese momento? ¿Por qué ninguno de ellos ayudaba al pobreLiam?

Todoseranbárbaros,decidió.Todosycadaunodeellos.Liamtratódepermanecererguido,perocuandomovióelpiehaciadelante

paradarunpaso,setambaleóytropezóhaciaatrás.Inmediatamenteel lairdMacHughsebajódesucaballoylediolasriendasallairdBuchanan.

—Meha sidodevuelta la fe—dijo ella—.Meequivoqué al pensarmaldel laird.Despuésde todovaaayudaraLiam.—Gabrielle sonriómientrasañadía—:Sienteamorfraternal.

Observó expectante como el laird avanzaba con pasos largos hacia elhombremásdébil.Nosedetuvoahablarconél;nolesonrióyciertamentenoleabrazó.

Loquesihizofuedarleunpuñetazoasuhermanocontodassusfuerzas.

Página83

Page 84: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo17

Brodicknopodíacreerqueélfueralavozdelarazón.Habitualmenteeraeldelmalgenio.Perohoyno.

Hoysudebereraclaro;evitarqueColmhicieraunatontería,yesanoerauna tareafácil.Brodickhabía tenidoquehablarmuchoparaconvencerlodequenotomaraporasaltolaabadíaydestrozaraunahabitacióntrasotraparaaveriguarquélehabíasucedidoasuhermano.

Colmsehabía resistido,peromientras cabalgabanhacia la abadíahabíalogrado controlar su ira.Luegovio aLiam recostado contra la puerta de laabadía,ycomenzóaarderdefuria.

—Buen Dios —susurró Brodick cuando vio a Liam. Tomó aliento, yrecordóqueteníaquehacerelpapeldepersonarazonable,porloquedijo—:Estávivo.

Colmnorespondió.SolofuecapazdeobservarlosvacilantesintentosdeLiam para caminar, durante un angustiante minuto antes de bajarse de lamonturapara ir en subúsqueda.Lepropinóungolpe en lamandíbula, quehizo que Liam se balanceara y se derrumbara sobre el hombro que loesperaba.

UnavezqueColmhubosituadoasuhermanoalomosdesucaballo,leshizoseñasados jinetesparaque flanquearansuscostadosy lesdijoqueseadelantaran.

—Alguiensabeloqueleocurrióamihermano,Brodick.Quienquieraquelo haya traído a la abadía debehaber presenciado alguna cosa.Nohayunamaldita formadequeLiamhayapodido levantarsepara salir caminandodeesecampo.Debiósertrasportado.Míralo,Brodick.—ElMacHughseñalólaabadía y añadió—: Liam no llegó allí por sus propios medios. Alguien loayudó.

—Podríanhaberlodejadoenlapuerta.—Opodríanhaberlo llevadodentro.Sialguienen laabadíasabe loque

pasó, lo encontraré, y haré que me diga lo que sabe, sin importar cuántafuerzadebaemplearparalograrlo.

Página84

Page 85: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Brodickseñalólastiendasqueestabandispuestasfueradelosmuros.—Contodaestagenteenlosalrededores,debesusarlacabeza.Nopuedes

forzarlaentradaalaabadía.PorDios,esunlugarsagrado.Nisiquierapuedesllevarlaespadaniningunaotraarmacuandopasesatravésdeesaspuertas.

AColmnolegustabaqueledijeranloquepodíaynopodíahacer.MiróaBrodick.

—¿Desde cuándo le prestas atención a las reglas? Elmatrimonio te hadebilitado.

—Miesposanosecasaríaconunhombredébil.Colmsesubióasucaballo,tomólasriendas,ycomenzóasubirlacolina.—Talvezteconvirtióenundebiluchoporqueellaesdébil.Lamayoríade

lasmujeresloson.ElinsultodivirtióaBrodick.—Hasconocidoamiesposa,¿noesverdad?Colmseencogiódehombros.—Sí,noshemosconocido.—Sedetectabaelasomodeunasonrisaensu

vozcuandoañadió—:Esunamujerfuerte.Unaverdaderarareza.—Escierto,esfuerte,ytratardellevarmelacontrarianofuncionará.No

teayudaréaemprenderlaguerracontraungrupodeancianos.—No tengo intenciones de empezar una guerra con los monjes.

Simplementevoyaaveriguarloquepasó.—Antesdehacernada,creoquedeberíashablarcontuhermano.—Haciaallímedirigía.—Probablemente no deberías haberlo golpeado tan fuerte. ¿Cuánto

tiempocreesquetardaráendespertarse?—Unpocodeaguaenelrostroharáquerecobreelconocimiento.Mientras la columnade jinetes bajaba lentamente por el otro ladode la

colina,Colmdijo:—¿Visteloquelehicieron?—Lovi—respondióBrodickquedamente.Pasaríaun largo tiempoantesdequeColmfueracapazdedesprenderse

del recuerdo de su hermano intentando caminar hacia él. Parecía que lehubieran desgarrado o arrancado cada pulgada de piel de la espalda y laspiernas.

No,noolvidaríaprontoesaespantosavisión.—TushombresdeberíanllevaraLiamalacabañadeKevinDrummond.

Suesposatieneunaformadecurarlo.

Página85

Page 86: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Nay,lollevaránacasa.Allírecibiráloscuidadosquenecesita.Quieroqueentiendasquedespuésdequelointerroguevoyaentrarenlaabadía.

—Losé—respondió—.Yyovoycontigo.—No, no lo harás. Ya estoy en deuda contigo. Esos bastardos podrían

haber enterrado a Liam si tú y tus hombres no hubieran aparecido en elmomentoenquelohicieron.Nuncahubierallegadohastaélatiempo.

—Elqueestabamuertocercadelhoyoconunaflechaenelpecho…esonofueobranuestra—lerecordóBrodick.

—Aúnasítengounatremendadeudacontigo.Brodicksonrió.—Sí,asíes.Alcanzaronalosdemás.Dylan,elcomandantedeBrodick,ibadetrásde

losguerrerosMacHugh.EscuchóelpenetrantesilbidodeBrodickydetuvolaprocesión.

HabíaunadocenadehombresdelclanMacHughycasiigualcantidaddeBuchananrodeandoaLiam.

Dado que estaban tan cerca de Duncan’s Bluffs, decidieron dejardescansar a Liam unos pocos minutos antes de continuar. El hermano deColmtodavíaestabaatontadoporelgolpequelehabíadadoenlamandíbula.Rechazólaayudaqueleofrecieronparadesmontarycasisecaederodillas.Todoelmundovioquelaplantadesuspiesestabaendurecidaporlasangrecoagulada, pero nadie se adelantó a ofrecerle su ayuda.Esperaron a que seenderezara por sí mismo y siguiera a Colm hacia las rocas planas quedominabanelvalle.

Liam trató de no quejarse con cada lento y doloroso paso que daba.Cuando finalmente llegó al farallón, se dejó caer en la tierra y apoyó elhombrocontraunarocaplana.

ElsaludodeColmparasuhermanofuebrusco.—¿Quién te hizo esto?—Se paró delante de Liam y cruzó los brazos

sobreelpechomientrasesperabaquelerespondiera.—Sisupieraquienlohizo,yaloshubieramatado—respondióLiam.Era un vano alarde, y ambos lo sabían. Su hermano no estaba en

condiciones de matar a nadie. Su rostro tenía un tono tan gris, que Colmpensó que podría desmayarse otra vez. Pero el orgullo de Liam estaba enjuego,yporesarazón,Colmaceptósuarroganteafirmación.

—Sí,lohubierashecho—concordó—.Dimeloquepasó.—Norecuerdomucho—dijo—.EstabasaliendodelterritorioMonroe,e

ibaacruzarlasplaniciesparadirigirmeacasa,peropermanecíenelladoeste,

Página86

Page 87: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

cercadelagua.SéquetodavíaestabaenterritorioMonroe.Sí,estoysegurodeque loestaba.Algomegolpeóenuncostadode lacabeza,ypiensoque talvezmegolpearonotravezenlaespalda.Losgolpesmeaturdieron,ycuandorecobréelsentido,teníalasmanosylospiesatados.Teníaunacapuchasobrelacabeza.

Cerrólosojosporunmomento,tratandoderecuperarlamemoria.—Habíaalmenoscuatro.Recobréelsentidoporunmomentoperodebía

dejarlospensarquetodavíaestabainconsciente.Losoíhablarantesdevolveradesmayarme.Estoysegurodequeerancuatrovocesdistintas…no,espera.—Dejó escapar un suspiro, sintiéndose frustrado—. Puede ser que fueranmás.

Sefrotólanucaycerrólosojosotravez.—¿Algunodeellostehablódirectamente?—preguntóelcomandantede

Colm,Braeden,mientrasélyalgunosotroslorodeaban.—No, no lo creo. —Con cada respuesta que daba, la voz de Liam se

volvía cada vezmás ronca ymás difícil de entender—. ¿Por qué no puedorecordar?Escondenadamenteirritante.

AColm,leresultabaobvioporquelamemoriadeLiameratanprecaria.Habíarecibidovariosgolpesenlacabeza.

—Dijistequeloshabíasoídohablar.¿Quéestabandiciendo?—preguntóBrodick.

—QueesperabanmatartantosMacHughcomopudieran.—Si eran solo unos cuatro captores, ¿cómo era posible que aspiraran a

mataraexperimentadosguerrerosMacHugh?—preguntóBrodick.BraedenleentregóaLiamsucantimploradecuero.Liamtomóunlargo

tragodeagua,asintióparaagradeceralcomandante,yluegorespondió.—Habíahombresescondidosenelbosque,esperandoparaatacar.Seles

había dicho que cogieran a la mayor cantidad de MacHugh que pudieran.Cuantosmásmataran,másaltaseríalarecompensa.

Tomóotrotragoantesdecontinuar.—A otro de ellos le preocupaba que en realidad no hubiera tropas

esperandoenelbosqueparaayudarlos,yqueestaríansolosparaenfrentarlairadeColm.Queríamatarmeyterminarconello,peroelqueestabaacargocontinuabadiciéndolequedebíanesperar.

—¿Esperarqué?—preguntóColm.—Nolosé.—¿Llegasteaoíralgunodesusnombres?—preguntóBrodick.—Silohice,nolorecuerdo.

Página87

Page 88: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Colmcontinuóhaciéndole preguntas a su hermano, con la esperanza deobteneralgunapistaacercadequiénestabadetrásdeesaatrocidad,peroLiamnoerademuchaayuda.

—¿Recuerdasserllevadoalaabadía?—lepreguntó.—No, pero recuerdo haberme despertado allí. Estaba en una habitación

pequeña.Había dos sacerdotes conmigo.Uno era un sanador, el otro usabaunaestolayrezabasobremí.Creoquepensabaquemeestabamuriendo.

—¿Quiéneseranesossacerdotes?—preguntóBraeden.—ElpadreFranklineraelsanador.Lepreguntécómohabíallegadoallí,y

dijoquenolosabía.—¿Lecreíste?—preguntóColm.—Sí,lohice,despuésdequemeloexplicara.MedijoqueelpadreGelroy

habíaidoabuscarloyhabíasolicitadosuayuda.Gelroyeraelsacerdotequeestabarezandosobremí—añadió.

—¿YelpadreFranklinnosintiócuriosidadporsabercomohabíasllegadoallí?—preguntóBrodick.

—Sí,sísentíacuriosidad.Mepreguntócomomehabíanherido,yledijequenopodíarecordarlo.LeoíhacerlelamismapreguntaaGelroy,yGelroylerespondióqueeramejorquenosupieralosdetalles.

—¿QuémepuedesdeciracercadeestesacerdoteGelroy?¿Quétedijoél?—Dijo que estaba afuera descargando una carreta de grano, cuando

levantólavista,yallíestabayo.—¿Allí estabas tú? ¿Eso es todo? ¿No había nadie más contigo? —

preguntóColm.—LehiceaGelroyesamismapregunta,ynopudodarmeunarespuesta

adecuada.Cuandolepedíquemeexplicaraaqueserefería,medijoquenopodíaresponderniquesíniqueno.

—Hablautilizandoacertijos—dijoColmfurioso.Liam trató de levantarse. Apoyando la mano contra la piedra, llegó a

ponerse de rodillas antes de caer hacia atrás. Maldiciendo su debilidad,descansóotromomentoantesdevolveraintentarlo.

—Ese sacerdoteGelroy no usará acertijos conmigo—dijoColm—.Mediráloquequierosaber.

—Colm,debesentender.Gelroyintentabaprotegerme.Lepreocupabaquequienquieraquemehubieraheridointentaraentrarenlaabadía…

—Para matarte. —Asintió Brodick al terminar de formular la idea deLiam.

Página88

Page 89: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Sí —dijo—. Gelroy creía que los demonios, como llamaba a loshombres que me atacaron, no respetarían el santuario. Como medida deseguridad,élyFranklinestuvierondeacuerdoenmantenermipresenciaensecreto hasta que tú llegaras, Colm, pero había un problema. Ellos dos nopodían montar guardia junto a mí día y noche sin levantar sospechas, yningunodelosdosresultaríademuchaayudacontraunintruso.

—¿Ycomosolucionaroneseproblema?—preguntóColm.—Gelroy recurrió a la ayuda de algunos pocos hombres buenos que

conocía para que me protegieran mientras dormía. Me explicó que buscóhombresentendidosenelartedelabatalla.

—Ningúnsacerdotetieneesetipodeentrenamiento—intercedióBraeden.—No,nolotienen—acordóColm.Detuvosudeambularenfrentedesuhermano.—¿Aquienencontróestesacerdoteparaquetecuidara?—Se lo pidió a unos soldados que estaban allí por la boda del laird

Monroe.—¿Dequéclaneranesoshombres?—preguntóBrodick.AntesdequeLiampudieraresponder,Colmpreguntó:—¿Esoshombreseranhighlanders?—No,noloeran,peroGelroyconfiabaenellosplenamente.—Entoncesteníanqueserhighlanders—razonóBrodick.Todos los guerreros que estaban escuchando la conversación asintieron

inmediatamente demostrando su acuerdo. Solo los highlanders eran deconfianza,yaúnasíhabíaquesercuidadoso.

—Te estoydiciendoqueno eranhighlanders.No sé de dondevinieron,peroGelroydebióconocerlosbienparaconfiarenellos.

Colm sabía que debía apresurarse con las preguntas, ya que deseabaobtener la mayor cantidad de información posible de su fatigado hermanoantes de que el cansancio lo dominara por completo. Liam ya estabasoñoliento. Apenas si podía mantener los ojos abiertos, y estaba teniendoproblemasparaconcentrarse.

—¿Cuántoseran?—lepreguntó.—¿Cuántosqué?—preguntóLiamalgodesalentado.Colmsearmódepaciencia.—Lossoldados,Liam.¿Cuántossoldadoscuidabandeti?—Cuatro.Siemprehabía dos, ya sea dentro de la habitación conmigoo

simplementealotroladodemipuerta.BrodickmiróaColmcuandoestelepreguntó:

Página89

Page 90: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—¿Yestoshombresllevabanarmas?Dehecho,Liamsonrió.—No,nolohacían.—¿La pregunta te parece divertida?—le preguntóBrodick, tratando de

entenderlareaccióndeLiam.—Sí,me loparece.Cuandoveas a estos hombres entenderás el porqué.

Perotepuedoasegurarunacosa,lairdBuchanan.Nonecesitanarmas.—¿Soninvencibles?¿Esesoloquesugieres?—preguntóBraedencomo

si la intención de tal elogio acerca de la fuerza de un forastero debiera sertomadacomounaafrentapersonalcontrasupropiopoderío.

—Ningún hombre es invencible —dijo bruscamente Colm—. ¿Qué tedijeronesossoldados,Liam?¿Teaclararoncomohabíasllegadoalaabadía?

—No.Hablabanentreellos,peronomehablabanamí.Ambos Colm y Brodick esperaron a que Liam diera alguna otra

explicación.Cuandonolohizo,Brodickpreguntó:—¿Porquénohablabancontigo?—Piensoquenomeentendían—dijofinalmente—.Yciertamenteyono

lesentendíaaellos.Hablabanenunlenguajequenuncahabíaoídoantes.Colmsesentíacadavezmásfrustrado.—Gelroydebióentenderlos.—Noestoysegurodeeso.Nuncaleoíhablarconellos.—Entonces como hizo para…—Colm se detuvo. Era inútil continuar

interrogandoasuhermano.Liamnecesitabadescansar,yColmesperabaquecuando suhermano recobrara las fuerzas, fuera capazde recordar algomásacercadeloshombresquelohabíanmantenidocautivo.

Además,razonó,Gelroylediríaloquedeseabasaber.SesacólaespadaylavainayleentregóambasaBraeden.—LlevaaLiamacasa—ordenó.Fuehaciasucaballocogióelarcoylasflechasytambiénselasentregóa

Braeden.—Y tambiénmanda a losBuchanan a casa.—Echándole unamirada a

Brodick,añadió—:AtodoslosBuchanan.AntesdequeColmpudieradiscutir,Brodicksesubióasumontura.—Yoregresocontigoalaabadía—dijo.Braedenasintió.—¿Deseasquealgunodenosotrosvayaalaabadíacontigo?—No,nolodeseo.—EltonodevozdeColmerainflexible.Braedenestabaacostumbradoalosmodalesbruscosdesulaird.

Página90

Page 91: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—EntoncespuedosugerirquelamitaddenuestroshombresllevenaLiamacasayqueyoylaotramitadesperefueradelaspuertascontusarmas,laird.

ElcomandantedeBrodickseadelantóparapararsealladodeBraeden.—YyaquemilairdBuchananvacontigo,sugieroqueyotambiénespere

conlasarmasdemilairdfueradelaspuertas.LosotrosguerrerosBuchananseencargarandequeLiamllegueasucasaasalvo.

Brodickestuvodeacuerdo.—Nosvendríabien tenernuestrasarmassi tenemos labuena fortunade

encontrarnosconloshombresquetorturaronatuhermano.—Prefierousarlasmanos—dijoColm.—¿Inclusosilosotrostienenarmas?Colmlomirócondureza.—¿Quéteparece?Brodicksacudiólacabeza.—Meparecequetienesmuchasganasdemataraalguien,¿verdad?—Voyamataraquienquieraqueseaque lehizoestoamihermano—

respondióColm.Ynoeraniundeseoniunapromesa.Eraunvotosolemne.

Página91

Page 92: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo18

LacompetenciaentreelbarónCoswoldyelbarónPercysehabíavueltoletal.Oesoparecía.

Cadahombreseesforzabaalmáximoparadescubrirquétortuososplanesestabatramandoelotro.Habíaespíasportodaspartes.CiertamentenotodoslosacompañantesdelbarónPercyleeranleales.Unodeellos—William,suheraldo para ser precisos— estaba secretamente empleado por el barónCoswold.Elheraldoeraun informantebien recompensadoquememorizabacadapalabradichaycadaactollevadoacaboporPercyysusconspiradoresparaluegoreportárseloaCoswold.

CuandolanoticiadelasesinatodellairdMonroellegóalcampamentodePercy,elheraldotraidordejólaabadíaconlafalsaexcusadetenerquehacerunrecadoyseapresuróairadarlelasnoticiasaCoswold.ElbarónsehabíaaseguradoqueWilliamsupierasuparaderoentodomomento,ydeesaformaelinformantefuecapazdeencontrarlojustoenelmomentoenquesesentabaacenarconellairdMacKennaenelsuntuosogransalóndelosMacKenna.

LasterriblesnoticiasnoobtuvieronlareacciónqueWilliamesperaba.NiCoswoldniMacKennaparecieronsorprendidos.Coswoldapenasencogióloshombros con indiferencia mientras queMacKenna, aparentemente igual deindiferente, parecía aburridomientras se estiraba para alcanzar un trozo depannegroyselollevabaalaboca.

El barón Percy se había visto igual de desinteresado al oír las noticias.¿Acaso ambos barones esperaban que sucediera? ¿Habían anticipado lamuerte deMonroe, o simplemente la habían deseado? ¿Y por qué el lairdMacKennasemostrabaigualdeindiferente?Unodesuspropioscompatriotashabía sido asesinado; el heraldo hubiera pensado que bien podría haberdemostradoaunqueseaalgodeaflicción.

Coswoldapartólasilladelamesaylehizoseñasalheraldoparaquelosiguiera afuera. Cuando estuvieron solos, le ordenó que regresara alcampamento de Percy y que mantuviera los ojos y los oídos abiertos parafuturosacontecimientos.

Página92

Page 93: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Veahora,mientras todavíahayluzparaguiarte.Puedesrecorrerpartedeladistanciaantesdequecaigalanoche.Llegaréalaabadíamañana.

ElheraldoobservóaCoswoldentrarnuevamentepavoneándosey luegopermanecióallíun largomomento rascándose lacabeza llenodeconfusión.Aunque lo deseaba no se atrevía a hacerle al barón la pregunta que loatormentaba. Monroe había sido un poderoso, y a todos los efectos bienconsiderado, laird que había sido asesinado vergonzosamente durante lanoche.

¿Porquénadiesemostrabasorprendido?

Página93

Page 94: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo19

BrodickestabaincondicionalmentedeacuerdoconColm.Dadalaocasión,éltambiénmataría a los bastardos que habían atacado aLiam.LosMacHugheranaliadosdelosBuchanan,yporlotanto,susenemigoserantambiénlosenemigos de los Buchanan. Más o menos un año atrás, Brodick se habíaaventuradoaentrarenterritorioinglésenunapeligrosamisiónparaayudarasu esposa. En esemomento losMacHugh habían acudido en ayuda de losBuchanan,yahoraeraelturnodelosBuchanandecorresponderelfavor.

Sin embargo, el MacHugh era un solitario. Se negaba a reconocer losbeneficiosdeteneraalguienapartedesupropioclanquelucharaasulado.Brodicksolíapensarde lamisma forma,ycasi lehabíacostadounaguerraconInglaterrahacerlocambiardeopinión.Ahorareconocíaelvalordeesoslazos,yconsiderabanosoloalosMacHughsinoquetambiénalosMaitlandylosSinclair,dosdelosmáspoderososclanesdelasHighlands,susaliadosmáscercanos.EsoslairdstambiénsehabíanconvertidoenbuenosamigosdeBrodick.

Los dos hombres no hablaron durante la mayor parte del camino deregresoalaabadía.Luego,apresurandoasucaballoparaponerloalapardeldeColm,Brodickpreguntó:

—¿Sabescomoconocíamiesposa?Eraunapreguntaextraña,pensóColm.—Ella estaba trayendode regreso al hermanodel lairdRamseySinclair

paraquesereunieraconél—respondió.—Asíes.Elniñosoloteníacincooseisañosenesemomento.Unodelos

hombres del clan Sinclair pensó que debería haber sido nombrado laird enlugardeRamsey.Conspiróparaapoderarsedelclan,yusóalniñoparaatraeraRamseyacampoabiertoconlaintencióndematarlo.

—¿Porquémeestáscontandoesoahora?—TalvezLiamfuecapturadoconelmismopropósito.Paraatraerteati.—Puede ser, el mes pasado dos veces le tendieron emboscadas a los

guerrerosqueprotegenlasfronterasdemiterritorio.

Página94

Page 95: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—¿Perdistealgúnhombre?MacHughsesintióinsultadoporlapregunta.—Por supuesto que no.Mis guerreros están entrenados para esperar lo

inesperado.—¿Yloshombresquelosatacaron?—Desafortunadamenteningunovivió lo suficientepara contar quien los

habíaenviado,peronoeranhighlanders.—¿Proscritosentonces?¿Conlaintenciónderobarloquepudieran?Negóconlacabeza.—OísteloquenoscontóLiam.LasórdeneseranmataratantosMacHugh

comofueraposible.Losproscritosnoestaríantanorganizados.Prosperanenelcaosy,aligualquelasratas,robanyhuyen.

—Loquedicesesverdad—dijoBrodick—.ElhermanodeRamseyerasolounniño,peroLiamesunhombreadulto.Escasidetumismaedad,¿noesasí?

—Escincoañosmenorperoaúnasícompletamenteadulto.—¿Entonces por qué no esperó lo inesperado?Ha sido entrenado igual

quelosdemás.—Leharéesamismapreguntaamihermanoencuantorecobrelarazón.—Entonces, ¿quien esté detrás de estos ataques tiene la intención de

librarsedetodoslosMacHugh?—Esoparecería.—Finney’sFlat.Deesosetratanestosataques.—Sí—respondióColm—.MacKennaestádetrásdeesto.Estoyseguro.—Peronotienespruebas.—MacKennaesunhombrecodicioso.Quiereapoderarsedelatierra,yyo

no voy a dejar que la tenga. No podría soportar tener a ninguno de losMacKenna tancercademi frontera.Lasplanicies siemprehan sidonuestroterrenodecultivo,ytambiénunamortiguadorentrelosMacKennaynosotros.

—HacemuchosañosquenuestroreyleregalólatierraalreyJohn.Seráeldueño hasta que lamujer que ha elegido se case con el lairdMonroe. EllaaportaFinney’sFlatcomodote.

—Estoyenteradodeeseacuerdo.—Sí,perodeloquenoestásenteradoesdequeestamujeresfamiliarde

miesposa.SupadreeselbarónGeoffreydeWellingshire.—¿Admitestenerparientesingleses?—Reluctantemente, lo admito. Me he vuelto más indulgente en mis

opiniones,porsinolorecuerdas,miesposaerainglesa.

Página95

Page 96: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Amínomeimportaloquesea.—¿SoportarástenerquemiraralclanMonroedesdetumontaña?—¿Y que hay de ti? —contrarrestó—. ¿Podrás soportar tenerlos tan

cerca?LastierrasdelosBuchananlimitanconFinney’sFlatporeloeste.—Sí,perotenemosunbosquedeárbolesentremedio.—NotengorencorescontralosMonroe.Entantosulairdnointerfieracon

misplantaciones,enelextremonortedelvalle,nomemolestarásupresencia.Llegaron a la cima de la colina que estaba por encima de la abadía y

pudieronverlamultituddetiendasquehabíaenlapartesur.—Esastiendaspertenecenalosingleses—dijoBrodick.—Nopuedenestar todosaquíparaasistira labodadeMonroe,anoser

quetusfamiliaresingleseslosinvitaran.—Noesacantidad—respondióBrodick—.TampocoMonroelosquerría

aquí.Nay,enlaabadíadebeestarllevándoseacabootracelebración.Unavezquehubieronbajadolacolina,lesdieronsuscaballosaBraeden

yDylan.—Mantenteenguardia—dijoColmmientrassedirigíanhacialaspuertas.—Siempreestoyenguardia—leaseguróBrodick.Tiródelacuerdapara

hacersonar lacampana.Unmomentodespuésunsacerdoteabrió laenormepuertademadera.

Elabaderaunhombrepequeñoyradianteque,ajuzgarporeltamañodesuestómago,nuncaseperdíaunacomida.Leshizoseñasparaqueentraran.Yahabíasacadosuspropiasconclusionesrespectodelmotivodelavisitadeesosdos.

—Hanvenidoaofrecersuscondolencias,¿verdad?Antes de que cualquiera de los dos lairds pudiera responder, el abad

continuó:—Deben sentirse tremendamente decepcionados por haberse perdido la

misadelfuneral,perodebidoalclimainusualmentecálidosehizonecesarioque su familia se lo llevara a casa para ponerlo bajo tierra lo más rápidoposible.¿Pensaronqueencontraríanalafamiliaparahablarconellos?Esunapena,peroyasehanido.¿Quierenquelesmuestreelcaminoalacapillaparaquepuedanrezarporsualma?

ColmyBrodicksemiraronelunoalotro,yluegoColmsevolvióhaciaelabad. Aunque se estaba dirigiendo a un hombre de Dios, no cuido suspalabras.

—¿EnelnombredeDios,dequéestáustedhablando?

Página96

Page 97: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Elabadrápidamentediounpasoatrásysepalmeóelpechoenunintentopor tranquilizarse. Durante años había vivido una vida tranquila y derecogimiento en elmonasterio, y la excitación y el alboroto de los últimosdíasestabanpasándolefacturaasusnervios.

—¿Nolosaben?Yosoloasumí…setratadellairdMonroe—seapresuróadecircuandovio lasórdidamiradaen losojosdel lairdMacHugh—.Estámuerto.¿Noesporesoquehanvenido?¿Paraexpresarsuscondolencias?

—¿Monroe está muerto? —Brodick estaba muy asombrado ante elanunciodelsacerdote.

—¿Cómomurió?—quisosaberColm.Elabadbajólavozalresponder.—Fue asesinado.—Hizo una pausa para persignarse antes de añadir—:

Fueasesinadoyenlaoscuridaddelanoche.—¿Cuándosucedió?—preguntóBrodick.—¿Cómofueasesinado?—preguntóColmalmismotiempo.Lasexpresionesdeloslairdsasustaronalabad.EllairdMacHughparecía

el más amenazante de los dos, y también el más enfadado. La voz delsacerdote tembló al responderles, y apenas pudo mantener el ritmo de laspreguntasqueledisparabanrápidamentelosdosgigantes.

Colmnotóquecadavezque semovía, el abad retrocedía.Entrelazó lasmanos detrás de la espalda como símbolo de confianza, para que elmansoabadsupieraquenoleharíaningúndaño.

Elabadseapresuróaexplicar.—Yopensabaquehabíanviajadotodoelcaminohastaaquíparapresentar

sus respetos,y resultaobvioquenosehabíanenteradode la trágicamuertedellairdMonroe.Ahoramedoycuentadeloquepasó.Lointerpretémal,¿noesverdad?Sientomuchohaberlosrecibidocontanmalasnoticiascuandoesclaramenteevidentequehanvenidoparapresenciarunaocasiónmuchomásgrata,laboda.

—¿Cómopuedehaberunabodasielnoviohasidoasesinado?—preguntóBrodick.Estabacomenzandoapensarqueelabadestabaperdiendolarazón.

—El lairdMonroe ya no es el novio… dado que ha sido asesinado—concluyóprecipitadamente.

—No estamos aquí para concurrir a ninguna boda… y ya que estamostampocoaunfuneral—dijoColm—.Estamosaquídebidoamihermano.

Larespuestadelabadfuemirarloinquisitivamente.—¿Vuestrohermano?

Página97

Page 98: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Colm consideró la posibilidad de agarrar al hombre por el cuello ysacudirloperosabíaquenoseríaprudenteatacaraunhombredeDios.Porlamirada en blanco que lucía el abad, era obvio que no sabía nada acerca deLiam.

Elabadestabasudandoprofusamente.Sesecólasmanoshúmedasenloscostadosdelhábito.Losojosdellairdsehabíanvueltodeungrisoscuro,delcolordeunaincipientetormenta.

—Las cosas se han estado sucediendo demasiado rápido. No estamosacostumbrados a tanta actividad en nuestro monasterio. En este mismomomento se está decidiendootra uniónpara ladyGabrielle.Es un caos.—Bajólavozparahablarconsusurrosconspiradores—.Enestemomentohaydosbaronesde Inglaterraenelgransalón,ycadaunodeellosclamaserelportavoz del rey John. Una multitud de ingleses está reunida en el salóncomunal.Sinodeseanverseinvolucrados,lesrecomiendoqueesperenenlaplantaalta.

—¿Porquéestánpeleandolosbarones?—preguntóBrodick.—No necesitamos preocuparnos por sus disputas insignificantes—dijo

Colm—.Recuerdalarazónporlacualestamosaquí.—Sedirigióalabadunavezmás—.TieneaquíaunsacerdotellamadoGelroy.Deseohablarconéllomásprontoposible.

—¿Puedopreguntarlosmotivosporlosquedeseáishablarconél?—No,nopuede.El abad quedó desconcertado por la ruda negativa. Luego asintió,

pensando que entendía la razón por la cual el laird se había negado aexplicarse.

—Oh, ya veo. Deseáis confesaros. Me disculpo. No debería haberpreguntado.PorquenosubísyyoenviaréalpadreGelroyaquesereúnaconvos. Creo que sé exactamente donde está. Él os enseñará el camino a lacapillaparaquepodáislibrarosdevuestrospecados.

Yunavezmáselabadhabía sacado lasconclusionesequivocadas,peroningunodelosdoslairdslosacódesuerror.

—Nodebería llevarnadade tiempo—señaló,volviéndoseparaguiarloshacialasescaleras.

BrodickhizoungestoconlacabezaseñalandoaColm.—Con la cantidad de pecados que tiene él, yo no estaría tan seguro de

ello.AColmnolepareciógracioso.EmpujóaBrodickfueradesucamino.

Página98

Page 99: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Noestoyaquíparaconfesarme.Estoyaquíbuscandoalgunasrespuestasacercademihermano.Soloquieroterminarconestoysalirdeaquí.QuizáspuedaconvenceralpadreGelroydequevengaconnosotros.Nopuedopensarnirespirarcontantosinglesesrodeándome.

—Dudo queGelroy quiera irse con nosotros. Pero podrías pedírselo—dijoBrodick.

—¿Pedírselo?¿Porquéhabríadepedírselo?Brodick se encogió de hombros. Colm haría lo que le pareciera sin

importarle lo que pensara Brodick. Además, Brodick seguramente hubierahecho lomismo si hubiera sido su propio hermano.Aún así, arrastrar a unsacerdotefueradesusantuarioconelsolopropósitodeintimidarloparaquedijera lo que sabía acerca de los captores deLiam…yde los salvadores…probablementefueraaennegrecerunpocomássusyaestropeadasalmas.

Elabadestabataninmersoentratardeescucharsuconversaciónquenosediocuentadequehabíanllegadoa loaltodelmuroquerodeabaelsalóncomunal.Sinaliento,señaló:

—Yallegamos.Elabadsevolvióparavolverabajarlasescalerasconlaintencióndeira

buscaraGelroyperoBrodicklodetuvoconunapregunta.—Sientocuriosidad,abad.¿ElbarónGeoffreyysuhijaaúnestánaquí,o

yahanpartidohaciaInglaterra?—¿ElbarónGeoffrey?¿Conocéisalinglés?Brodicksuspiró.—Medavergüenzaadmitirquesonparientesnuestros…porelladodemi

esposa—agregóapresuradamente.—Aúnasíesembarazoso—señalóColm.BrodickserecordócalladamenteasímismoqueColmeraunaliado.—Nuncaconocíalahija—ledijoalabad.Elabadrespondió:—Elbarónhapartidodeviajeparaencontrarseconsurey,ylahijaseha

estadopreparandoparapartirhaciaInglaterra,peropiensoqueseráretenida.—¿Porquéseráretenida?—preguntóBrodick.—Vos no lo entendéis —dijo el abad—. Todo el caos reinante está

relacionadoaladamayconquiéndeberíacasarse.—¿Supadreestáenteradodeesto?—deseósaberBrodick.—No.Partióantesqueesosdosbaronessejuntaran.—¿Y cuando se espera que regrese el barón Geoffrey? —Aunque el

futurodeladyGabriellenotuvieraningunaimportanciaparaBrodick,sintió

Página99

Page 100: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

unpunzantesentidoderesponsabilidad.—Dudo que alguien haya tenido tiempo de enviarle un mensaje a su

padre.Parececomosilosbaronesdeliberadamentehubieranesperadoquesefuera de la abadía antes de abalanzarse sobre la hija con el asunto delmatrimonio.Ambosactúancomosifueraunasuntodelomásurgente.Porloqueheoídodesudisputa,quierenqueestécasadaantesdequeelpadreseentereyprovoqueuntrastorno.—Lanzandounamiradahacialaizquierdayluego otra hacia la derecha dijo—: Es una conspiración. Sí, si me lopreguntarandiríaqueesunaconspiración.Peroladamaestáprotegidaporsusguardiasy está a salvoennuestromonasterio.Nada lepasarámientras estéaquí.

La ingenua convicción irritó a Colm. La abadía estaba abarrotada deextraños,y lamayoríaeraningleses.¿Cómopodíacreerquepersonascomoesas respetarían el santuario? Hasta el sacerdote Gelroy había tenido susdudas, por lo que les había pedido a los soldados que cuidaran a Liammientras dormía.Colm se preguntaba que pensaría este nervioso abad si seenteraradequeLiamhabíasidounhuéspedallí.

—¿AceptaladyGabrielleunanuevaunión?—preguntóBrodick.—Ellaaúnnolosabe.Prontolaharánllamar.—Sacudiendolacabeza,el

abad suspiró—. Se enterará de estas conspiraciones cuando acuda a sullamada.

Página100

Page 101: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo20

EsatardeelbarónCoswoldhabíatomadoporasaltolaabadíaconsucorrillode zánganos.Teníaunaverdaderamultitudde aduladores arrastrándose trasél,veintitrésparaserexactos.Elgrannúmeroeradeliberado,yaqueCoswoldesperabaintimidaryabrumaraPercy.

Coswoldsesentíaincreíblementepoderoso.Portabaunactaproclamandoqueélysoloélhablabaennombredelrey.

PeroPercynoestabaniintimidadoniabrumado.AligualqueCoswold,éltambién teníaespías,yaunqueaúnno sabíaacercadel acta,Percy sehabíaenteradodequesuenemigoibaatratardetomarelmandodeFinney’sFlatydel futuro de ladyGabrielle. Pensaba queCoswold planeaba usar la fuerzaparaconseguirloquequería.

Percy estaba listo para él. Su propia horda de necios bribones lo siguiócuandoentróprecipitadamentealsalónparaconfrontaraCoswold.Percynoestaba dispuesto a retroceder ni a que lo hicieran a un lado, y no estabapreocupado en absoluto ante la posibilidad de no conseguir lo que quería.Teníaunacta firmadaporel reyquedecíaqueély soloélpodíaactuarennombredeJohn.ElreylohabíaenviadoalaabadíaparapresenciarlabodaentreMonroeyGabrielle,peroahoraqueelnovioestaba fueradelcamino,PercyestabasegurodequepodíadecidirelfuturodeGabrielle.

Cadaunodelosdoshombreshambrientosdepoderteníaunoodostrucosenlamanga.

Los dos barones se encontraron en el centro del salón de los visitantes.Laspuertasquedabanalpatiofueronabiertasdeuntirón.Estanoseríaunadisputaprivada.Ambosqueríanquehubieratestigosquelosescucharan.

Percyatacóprimero.Apuñalandoelaireentreellosconundedolargoyhuesudo,dijo:

—No teatrevasa interveniren lasdecisionesque tomehoyaquíoharéqueteechen.HabloennombredelreyJohn,yvoyadecidirelfuturodeladyGabrielle.

Página101

Page 102: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—¿Sufuturocontigo?—seburlóCoswold—.¿YFinney’sFlatserátuyotambién?¿Esesoloquecreesquepasara,tonto?Porciertonolatendrás.Yomeencargarédeeso.

—No tienes poder, Coswold. Voy a escoltar a la dama de regreso aInglaterra.Sí,seiráconmigo.—Percynisemolestóenañadirelimportantehechodequeantesplaneabaforzarlaacasarseconél.

Coswoldseacercóunpaso.—Yano eres el portavoz del rey, ya que yo poseo un acta firmada por

Johndándomeplenospoderesenestelugar.Hablaréyactuaréensulugar.Percy se sintió ultrajado. Se le hincharon las venas de la frente cuando

respondió.—Nay,yotengoelacta,yestáverdaderamentefirmadaporelreyJohn.

Nopuedesembaucarme.Séloquequieres,ynolatendrás.La disputa verbal se incrementó hasta que ambos barones estuvieron

gritándose el uno al otro ininterrumpidamente. La pelea se trasladó haciafuerayaquecadavezmáscuriososseuníanalamuchedumbre.

La líneadivisoria entre losdos camposestabamarcadaporunacruzdepiedraqueestabaenmediodelpradoabierto:Percyysusseguidoresestabanaunlado,yCoswoldysuspartidariosalotro.

—¿Tegustaríaverelacta?—preguntóCoswold—.Tieneelsellodelrey,asícomotambiénlafecha,Percy.Sinotehacesaunlado,haréqueteechen.

Percybufó.—¿Cuándo fue firmada esa acta?—demandó, y antes de que Coswold

pudiera responder, agregó—: Sé donde has estado, y lo sé todo acerca deloscuronegocioquehicisteconellaird.

Coswold ignoró el comentario. Chasqueó los dedos hacia uno de susseguidores,yprontamenteaparecióelpergamino.SelosacóbruscamentedelasmanosyloblandióanteelrostrodePercy.

—Aquíestá.ElreyJohnmeatribuyólapotestadamí.ColmyBrodick tenían losbrazosapoyadossobreelparapeto,yestaban

observandoyescuchandoeldebatequesedesarrollabadebajodeellos.Colmsimplementeestabapasandoel tiempohastaque llegaraelpadreGelroy.Elabad les había indicado que no le llevaría mucho tiempo ubicarlo, peroobviamentesehabíaequivocado.

Impaciente por tomar al sacerdote y escapar de esos tontos baronesingleses,Colmmurmuró:

—¿DóndeestáesemalditosacerdoteGelroy?—Seguramenteestáencamino—respondióBrodick.

Página102

Page 103: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Colmexaminó lamultitudquehabíaabajo.Notóelnúmerodehombresconsagradosquelucíanhábitoydijo:

—Hay tantos de ellos. Si supiera que apariencia tiene Gelroy, me lollevaríaarastras.

Brodicksonrió.—¿Teacuerdasquetemencionéquenopodíasempezarunaguerracontra

lossacerdotes?Bueno,tampocopuedesarrastraraunodeellosfueradeaquí,anoserqueelsacerdoteestédispuestoair,ydudoqueGelroyloesté.Túyyo…

—¿Túyyoqué?—Deacuerdoconmiesposa,tendemosaasustaralagente.Otrogritoatrajosuatención.—Estosinglesessíquesonruidosos,¿verdad?—comentóBrodick—.Es

una pena que no tengamos nuestros arcos y flechas. Podríamos librar almundodealgunosdeellos.

Colmsonrió.—Sí,síquepodríamos.En ese momento Coswold palmeó las manos para que le prestaran

atenciónygritó:—TraedmealadyGabrielle.Arreglaremosestoaquíyahora.—Sevolvió

al grupo que tenía a sus espaldas, hizo una rápida inclinación de cabeza, yluego se giró para enfrentar a Percy—. He tomado una decisión. Cuandotermineeldía,estarácasada.

Página103

Page 104: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo21

ElabadencontróaGabriellepaseandoconelpadreGelroyporeljardín.EllayalehabíaexpresadosugratitudalpadreFranklinyestabaapuntodedarlelas gracias a Gelroy por guardarle el secreto cuando el abad entróprecipitadamenteeneljardínllamándola.

—LadyGabrielle,sehasuscitadounescándalo.—Estabaresollandoporelesfuerzoquelehabíademandadolacarrera,apenaspodíarespiraryhablaralmismotiempo.

Gabrielleloguiohaciaunbancodepiedraylesugirióquesesentaraunmomento.

Asintiendo,sedejócaeryjadeó.—Ah,asíestámejor.Gelroyentrelazólasmanosdetrásdelaespalda.—¿Mencionóunescándalo?—Oh, sí.Habéis sido convocada al patio. PadreGelroy, tal vez debería

acompañarla.¡Quédisputa!Terrible,essencillamenteterriblelaformaenqueseestáncomportando.Ydetodosloslugaresposibles,lohacendentrodeestesagradomonasterio.Ladeshonracaerásobresusalmas.

—¿Quiénestápeleando?—preguntóGabrielle.—DosbaronesdeInglaterra.CreoqueunosellamaCoswold,yelotro…—Percy.—Sí,asíes,milady.BarónPercy.—¿YesosdosbaroneshanconvocadoaGabrielle?—preguntóGelroy.—ElbarónCoswoldloexigió.Gabrielleestabaindignada.—Yo no respondo ante ninguno de ellos, y no tengo ningún deseo de

verlosnidehablarconellos.Yaestoylistaparatrasladarmeamihogar,ynoveorazonesparademorarlapartida.

Gelroyevidenciósuacuerdoconunrápidoasentimiento.—Enestemismomomentosusguardiasestán llevando loscaballosa la

puertadelantera,yaqueGabriellepiensapartirdelaabadíainmediatamente.

Página104

Page 105: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Susposesionesyahansidoempacadas.Elabadnegóconlacabeza.—Nocreoquelosbaroneslepermitanirse.—Haymásenestodeloqueaparenta,¿verdad?—preguntóGelroy.Elabadsuspiró.—Sílohay.Cadabarónportaunactaproclamandoquehablayactúaen

nombredelrey.ElactadeCoswoldesmásrecientesiunoconfíaenlafechaanotada allí.Ambas actas tiene el sello del rey, o esome han dicho.—Desúbitoelabadsepusodepiedeunsalto—.Oh,Señor,meolvidé.Contodalaconmociónyelgriterío,meolvidécompletamentedemiencargo.¿Ycomopodría olvidárseme?Fuepor la preocupaciónpor esos dos…PadreGelroy,cuandoelbarónCoswoldmellamóestabayendoensubusca.

—¿Porquémeestababuscando?—lepreguntó.—Prometímandarlo a la parte superior delmuro.Ya ve, hay dos…—

hizounapausa.—¿Dos?¿Dosqué?—preguntóGelroy.—Lairds —respondió renuentemente—. Buchanan y MacHugh. No

dijeron que necesitaban hablar con usted, pero el lairdMacHughmencionóalgoreferenteasuhermano.¿Sabealgodeeso?

ElpánicoyelespantorecorrieronlasfaccionesdeGelroy.—Tengounaleveidea.—Meloexplicarámástardepuestoqueyahehechoesperara los lairds

demasiado tiempo. No parecen del tipo paciente. —Sonrió y añadió—:Tambiénoíqueunodeellos…creoquefueMacHugh,peronopuedoestarseguro…mencionabaalgoacercadellevárseloconél.

Gelroytragósalivaconfuerza.—¿Enserio?—Quizásunodeellosleofrezcalaoportunidaddeunirseasuclancomo

líderespiritual.Séquedeseatenersupropiaiglesiaalgúndía,¿noesverdad?Y también desea salvar tantas almas como sea posible. ¿No es eso ciertotambién?

Gelroy asintió frenéticamente. Realmente quería su propia iglesia y supropiorebaño.¿Quésacerdotenoloquería?Peronoentreesosbrutaleslairdsysusturbulentosclanes.Nodeseabavivirelrestodesuvidaenunestadodeperpetuoterror.

—Mecontentoconrezarporlasalmasperdidasenestelugar,abad—dijoenunsusurro—.¿QuierequeescoltealadyGabrielleparaqueseenfrentealosbarones,oquierequevayaahablarconloslairds?

Página105

Page 106: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Yoiréconella,yustedapresúreseairconloslairds.Cadavezentranmáshombresdesuclan.Cuantomásprontohableconellos,mejor.

Gelroysabíaquenohabíaformadeevitarlo.—Esmejorquetermineconesto—dijo.LedijoadiósaGabrielleporúltimavezysefueacumplirsuaterradora

misión.Gabrielle iba a continuar negándose a encontrase con los barones, pero

abruptamente cambió de opinión. No deseaba poner al abad en la delicadaposición de tener que explicar el motivo por el cual ella ignoraba laconvocatoria.

—Veré lo que quieren los barones, y luego dejaré la abadía lo másrápidamente posible. Abad, quisiera darle las gracias una vez más por lahospitalidad y la generosidad que demostró conmigo y con mi padre. Leestamosmuyagradecidos.

Comenzó a rodear al abad para ir hacia el salón comunal, pero él lebloqueóelcamino.

—Voy a escoltaros, milady, pero ¿no deberíamos esperar a vuestrosguardias? Seguramente querrán estar a vuestro lado cuando hable con esosbarones.

Hizoungestonegativoconlacabeza.—Mis guardias están demasiado ocupados para molestarlos con esta

tontería,yestoyseguraquelareuniónnollevarámuchotiempo.Nopudodisuadirla.Gabrielleteníaotrarazónparamantenerapartadosa

sus guardias de los barones. Su padre no confiaba en esos hombres, ytampoco ella. Le preocupaba que Coswold y Percy pudieran decirles a sussubordinadosqueprovocaranunapelea,yaunquesusguardiasestabanbienentrenados, en última instancia podrían ser superados por el número deatacantes.

Aunquesídeseótenerasupadreallado.Élsabíadeloqueerancapacesesos hombres, y sabría que esperar. Trató de pensar en lo peor que podríapasarpara estarpreparada,peronuncani en susmás salvajespensamientoshubierapodidoimaginarseloqueseleveníaencima.

Página106

Page 107: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo22

Gelroysubiólaescaleraarrastrandolopiesyrezando.Cuandollegóalúltimoescalónydiounbuenvistazoasualrededorletemblabanlasrodillas.Tuvoquereclinarsecontralaparedparaevitarcaersehaciaatrás.

¡BuenDios,habíatantos!Ytodosestabanmirándolo.Cuandohabló,suvozsonócomoelchirridodelasbisagrasoxidadasde

unapuerta.—¿Alguiendeseabahablarconmigo?Doshighlandersseacercabanaél.Sus largospasosprontoconsumieron

ladistanciaquelosseparaba.Gelroyseaferróalaparedyesperó.Alguienlediounempujónporlaespalda.Asombrado,elsacerdotesevolvió.Habíaotrohighlander parado en las escaleras detrás de él. ¿Cómo había llegado elhombreallítanrápidamente?

—¿Usted es el sacerdote Gelroy?—preguntó una voz atronadora en loaltodelaescalera.

Alzolavista.Habíadosgigantesparadosunojuntoalotro.Erandeigualestatura, y ambos lucían las cicatrices de su pasado. Gelroy dio un pasotentativohaciaellos.

—SoyelpadreGelroy.Brodicknotóqueelsacerdotesemovíanerviosamenteyquerápidamente

estabaperdiendoelcolordelrostro.—Noledeseamosningúnmal,sacerdote—ledijoenunintentodeayudar

aGelroyasuperarsumiedo.—SoyellairdMacHugh—dijoColm.Gelroyasintió.—Sí,separeceasuhermano.—YyosoyellairdBuchanan.Elsacerdoteselasarreglóparaesbozarmediasonrisamientrasalzabala

vistahaciaBrodick.—Sí,losé.VossoiselsalvajeBuchanan.

Página107

Page 108: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—¿Cómo me llamó? —Estaba demasiado sorprendido como paraenfadarse.

—EllaosllamaelsalvajeBuchanan.Brodickenarcóunaceja.—¿Quiénmellamaasí?—LadyGabrielle—respondió—.¿Nosabequiénesella?—seapresuróa

continuar—:EslahijadelbarónGeoffreydeWellingshire,ysonfamiliaressuyosatravésdesuesposa.

A Brodick se le arruinó el humor cordial. Sintió como si le estuvieranrecordandoconstantementequeteníaparientesingleses.Eracondenadamentehumillante.

—Tengo algunas preguntas que hacerle —dijo Colm perdiendo lapaciencia.

—¿Sí?—Tengo entendido que usted atendió a mi hermano cuando fue traído

aquí.—No,noloatendí,yaquenuncapractiquélasartesdelacuración.Fueel

padreFranklinelqueatendióaLiam,yyoayudecuantopude.Susheridaserangraves,yporuntiempo,meavergüenzaadmitirlo,nopenséquefueraasobrevivir.

Colmasintió.—¿Quiénlotrajoaquí?—Nopuedodecirlo.Colmladeólacabezayporespaciodevariossegundossequedómirando

fijamenteaGelroy.—¿Nopuedeonolohará?—exigió.—Nopuedo.—Gelroypudomirarallairddirectamentealosojosporque

estaba diciendo la verdad. No podía decirlo. Le había prometido a ladyGabriellequeconservaríasusecreto,ynopodíaromperlapalabradada.NoentendíaporquenodeseabaquenadieseenteraradequeellaysusguardiashabíanayudadoaLiam,perorespetaríasusdeseos.

Las preguntas continuaron, peroGelroy sabía que el lairdMacHugh nocreíaqueleestuvieradiciendotodoloquesabíaporqueseguíadandovueltasyvolviendoalamismapregunta:¿CómohabíallegadoLiamalaabadía?

—¿AlguienmásviocómoentrabanaLiam?—preguntóBrodick.—No.Nolocreo,ehicetodoloquepudeparamantenersupresenciaen

secreto.

Página108

Page 109: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—¿Usted lo levantó y lo llevó adentro, sacerdote? —Colm cruzó losbrazossobreelpechoyesperósurespuesta.

Gelroy se estaba sintiendo mal del estómago. ¿Qué iba a hacer? Paraproteger lapromesaquehabíahecho, tendríaquementirleal laird.Que lío.Deseó tener tiempoparahablar con suconfesor,yaqueno teníani ideadeque clase de pecado estaba a punto de cometer. ¿Era una infracciónmenorqueseríaconsideradaunpecadovenial,oeramuchomásterminantedebidoaqueeraunsacerdoteelqueestabamintiendo?¿Podríaserunpecadomortal?No,seguroqueno.Gelroypensóquetendríaquehaceralgomuchomásserio,comomataraunhombre,paratenerunamanchamortalenelalma.Detodasformas,unpecadoeraunpecado.

Gelroyseestabahundiendoenuncenagal,ynoveíalasalida.—¿Qué diríais si os dijera que podría haberlo levantado y trasportado

adentro?ColmmiróaBrodick.—¿Estábromeando?Brodicksacudiólacabeza.—Nolocreo.Gelroypreguntó:—¿Ysiosdijeraquenolorecuerdo?Colmdejóqueelsacerdotevierasufastidio.—¿No recuerda haber levantado a un hombre que pesa al menos dos

vecesmásqueusted?¿Norecuerdaunahazañatanasombrosa?Gelroyinclinólacabeza.Dejódeintentarhacerseellisto.—Losiento, laird,peronopuedodecirosnadamás.Hedadomipalabra

dequeguardaríasilencio,ydebocumplirla.Colmestabafurioso.—¿Lediosupalabraaloshombresquetratarondemataramihermano?—No hice tal cosa, y no tengo ni idea de quiénes son esos hombres

terribles. No guardaría sus secretos a no ser que me los hubieran dichodurante la confesión. —Rápidamente levantó las manos—. Y ninguno deellosseconfesóconmigo.Osjuroquenosénadaacercadeellos.Nisiquierasé loque lepasóavuestrohermano.Soloviel resultadodelcastigoque leinflingieron.

Brodick se distrajo con los ruidos que provenían del patio.UnguerreroBuchananlollamó.

—Allíabajohayproblemas.

Página109

Page 110: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Uno de los hombresMacHugh bajó la vista observando a la gente queestabareunidaabajo.

—Deberíasveresto—ledijoaColm.—¿Por qué habrían de preocuparme los ingleses y sus problemas? —

preguntóBrodickmientrascaminabaazancadashaciaelparapeto.—LahijadelbarónGeoffreyestáenelcentrodelosproblemas.

Página110

Page 111: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo23

Gabriellelideróelcaminohaciaelsalóncomunal.Estabadecididaaterminaresta reunión y ponerse en camino lo más rápidamente posible. El abad laseguíamientras se apresurabaa subirpor lapequeñacimaquehabíadetrásdel pabellón donde estaban los dormitorios de los monjes y rodeando lacapilla más pequeña adyacente a la panadería. Estaba a punto de entrar alsalón comunal a través de una arcada cuando vio a una mujer que estabaparada en las sombras observándola. Instintivamente Gabrielle sonrió y lasaludó con la cabeza, pero la mujer no le respondió la gentileza. Habíaaversión en su expresión, y los ojos, parecidos a los deunhurón, brillabanconodio.

Gabriellesequedótansobrecogida,quesedetuvoabruptamente.Aunquenunca anteshabíavisto a lamujer, teníauna leve ideadequienpodría ser.UnareaccióntanruinsolopodíaprovenirdeunaMonroe.SupadrelehabíadichoquelamayorpartedelclanMonroelaculpabaporlamuertedesulaird.Laridículaideanoteníasentidoparaella,yestabapensandoendecirlealgoalamujeryseñalarlequesuactituderadelomásirracional,peroantesdequepudierahablar,laextrañamujerserecogiólasfaldasyhuyó.

ElabadalcanzóaGabrielleatiempoparaverloquesucedía.—¿Conoceaesamujer?—No,nolaconozco—respondió.—Parecíadelomástrastornada,¿verdad?—Sí,asíes.Ajuzgarporlaexpresióndesurostrotrastornadaporvos.Gabrielleasintió.—DebeserunaMonroeporquelosMonroemedetestanintensamente.—Oh,no,ladyGabrielle,esonoesasí.—¿Noloes?—preguntó,unpocoaliviada.Laideadequeunclanentero

la odiara era sobrecogedora—. ¿Los Monroe no me odian? —preguntóansiosamente.

—Oh,sílohacen.Porciertoquelohacen—respondiódemaneracasual,sonandocasialegre—.Perosabéis,esamujernoesunaMonroe.Nopuedo

Página111

Page 112: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

recordar su nombre, pero recuerdo queme la presentaron, y creo que estáemparentada con uno de los barones. Con todos los forasteros que heconocido en los últimos días, no puedo recordarlos a todos. Todos estosinglesestiendenaparecerse.

Que encantador, pensó ella. El odio de losMonroe se había derramadohastaInglaterra.

—Nomepermitiréamímismapreocuparmeporsustontasopiniones.Elabadseñalóelsenderoquellevabaalpatio.—¿Nodeberíamosseguiradelante?—Sí—acordóGabrielle—. Pero no era necesario que viniera conmigo.

Estoy seguraque tiene cosasmás importantesque atender, ynoquieroquemalgaste ni unminutomás preocupándose pormí. Prefiero enfrentar a losbaronessola.

Entróatravésdeuncortocorredoryseencontróenmediodeunariñadeperros.Leeradifícillocalizaralosdosbaronesporqueeláreaestaballenadegente,cadaunade laspersonascongregadas tratandodegritarmásaltoquelas demás. Era un pandemónium. Pensó que debía estar pasando algoapremiante,paraprovocar tanvehementedisputa.Sequedóen las sombras,esperandoqueelalborotosecalmaraunpoco.

Buscóalosdosbaronesentrelamultitud,ycuandolevantólavista,seletrabólarespiraciónenlagarganta,ycasipierdeelequilibrio.ElhermanodeLiamestabaenlapartealtadelmuromirandohaciaabajo.Ahoraleparecíaaúnmásgrandeyamenazadorquecuandolohabíavistoporprimeravezenlacolina. No era solo el tamaño lo que hacía que ColmMacHugh fuera tanintimidante, también provocaba ese efecto su postura rígida y su pétreaexpresión.Eraelhombremástemiblequehabíavistoensuvida.

Ellairdqueestabaasuladotambiéneraunafiguraintimidante.Tambiénloreconoció.EseeraelsalvajeBuchanan.

Preocupadadequesicontinuabamirandofijamentealosdoshighlanderspudiera perder el valor, volvió su atención al combativo gentío que estabafrenteaella.

De repente unhombre notó su presencia, luegootro y otromás y en elcorrerdeunossegundoslamultitudhabíaenmudecido.

ElbarónCoswoldlavioantesquePercy.Hizounaprofundareverenciayextendiólamanoinvitándolaaadelantarse.

—Lady Gabrielle, es muy amable de vuestra parte haberse unido anosotros.Nosconocimosantes,enlacortedelreyJohn.Estoyseguroquemerecuerda,¿noesasí?

Página112

Page 113: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Gabrielle no prestó atención a la pregunta deCoswold. Simplemente lomiróyesperóqueleexplicaraelpropósitodelareunión.

—Habloennombredelrey—tartamudeó,acobardadoporsusilencio.Caminó hacia él, y el barón se maldijo a sí mismo en silencio por el

endemoniado pacto que había hecho conMacKenna. ¿En qué había estadopensando?¿Cómopodríadárselaaotrohombre?Desdelaúltimavezquelahabíavisto,sehabíavueltoaúnmáshermosa.

Todolemundopermanecióensilenciomientrasladamacaminabahaciaelcentrodelpatio.

ColmMacHugh había estado observando la reyerta que se desarrollabadebajo de él con unamezcla de diversión y hastío.Qué imbéciles eran losingleses, discutiendo acerca de quien tenía derecho a hablar. Cuandorepentinamente cesó el griterío, se preguntó que podría haber acallado suabsurdainvectiva.Yentonceslavio.Semovíaentrelamuchedumbreconlacabezaaltaylasmanosaloscostados.

ElbarónPercyrompióelsilencio.—Milady,puedoverquenorecordáisaCoswold—dijo,conuntonode

vozburlón—.Nosotrostambiénnosconocimosantes,cuandofuepresentadaalreyJohn.

Percynocometió el errordepreguntarle si recordabahaberlo conocido,puesteníaelpresentimientoquerecibiríalamismarespuestafríaysilenciosaquelehabíadadoaCoswold.

—YCoswoldseequivoca—continuóPercy—.Nohablaennombredelrey.Yolohago.

Laafirmaciónfuelachispaqueencendiólaardientedisputaunavezmás.Coswoldblandióeldocumentoenelaire.—TengounactafirmadaporelreyJohnotorgándomeelpoderdedecidir

sufuturo.ElactadePercyyanoesválida.Lafechaanotadaporelrey,queesposterioralinútilpapeldePercy,pruebaqueyoestoyacargo.

Percynoestabadispuestoadejarquelamujerseleescaparadelosdedos.—Comoessucostumbre,elbarónCoswoldestádiciendotonterías.Yahe

decidido que, dado que el lairdMonroe hamuerto, regresaréis a Inglaterraconmigo.DebemosdejarqueelreyJohndecidavuestrofuturo.

CoswoldsevolvióhaciaPercy.—Todo el mundo sabe lo que estás planeando. Planeas casarte con la

damaantesdedejarlaabadía,peroellanoiráaningunapartecontigo.—¡Latendré!—gritóPercy.

Página113

Page 114: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Gabrielleapenaspodíacreerloqueescuchabansusoídos.¿Acasoestabanambos locos? Le daban asco. ¿Cómo se atrevían a pelear por ella como sifueraunpedazodecarnetiradoalosperroshambrientos?Sabíaquenopodíaser tan importante para ninguno de ellos. Nay, era Finney’s Flat lo quecodiciaban.Ambosbaronesdeseabanlavaliosatierra.

VarioshombresMacHughyBuchananseunieronasuslairdsenelmuropara observar la conmoción que había en el patio, pero lamirada deColmestabafijaenlamujerqueestabaenelcentrodelatormenta.Sepreguntabaque estaría pasando por su mente. Gabrielle ocultaba muy bien sussentimientos.Sesintióimpresionadoporsuporterealysucompostura.

Coswoldaplaudiópararecuperarlaatencióndetodoelmundo.Luegosevolvió al grupo de hombres que estaba tras él, hizo un rápido gesto deasentimientoconlacabeza,ydijo:

—Resolveréesto,aquíyahora.Lamultitudseapartó,yellairdOwenMacKennadiounpasoadelante.Al

pasarsaludóavarioshombresconlacabeza.Allevantarlavistavioenloaltodelmuro, aMacHughy aBuchanan observándolo, y reaccionó poniéndoserígido.

—Miraquienacabadearrastrarseparasalirdedebajodesuroca—dijoBrodick—.Esnuestroviejoamigo.

—Esecerdoarrogante—seburlóColm.ElbarónPercynoconocíaallairdMacKenna.—¿Quiénesesehombrequeseatreveainterrumpiresteproceso?—SoyellairdMacKenna,yheaccedidoacasarmeconladyGabrielleya

aceptarladote.Desdeestedíaenadelante,Finney’sFlatserállamadaValleMacKenna.

Coswoldteníaunaexpresiónsatisfecha.—Sí,Finney’sFlatserátuya.Arriba,Colmreaccionóestremeciéndose.—Yundemonioloserá.Brodickseenderezó.—No,nopodemospermitireso.—MiróaGabrielleysepreguntóporqué

no había protestado ante losmétodos arbitrarios de los barones. ¿Se sentíahalagadaoinsultada?Pensóquesiseparecíaenalgoasupadre,pordentrodebíaestarrevelándosevehementemente.

MacKenna se aproximó a Gabrielle con una cálida sonrisa. Ella no ledevolviólasonrisa.Parecíaestarmirandoatravésdeél,yMacKennapensóque debía sentirse abrumada por toda la atención que estaba recibiendo.

Página114

Page 115: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Despuésdetodo,estabaapuntodecasarseconunpoderosolaird.Sí,muchomáspoderosodeloqueelpobredifuntoMonroepodríahaberesperadoser.YMacKennaeramuchomásapuesto.A lasmujeres lesgustaban loshombresatractivos.Eraposiblequetodavíanoselehubieraacabadosubuenafortuna.

—EllairdMacKennayladyGabriellesecasaránantesdequetermineeldía—anuncióCoswold.

Otro grito proveniente desde detrás de la multitud interrumpió laproclamación.

—MacKennanotienesderechoaella.SoyHaroldMonroe,yprontomeconvertiréenellairddelclanMonroe.Esmideberymiderechocasarmeconestamujer.Miderechodeherencia.

Lamultitudseapartóparadejarlopasar.Gabrielle reconocióalhombre.Eraelquehabíaestadoenelfuneralconlamujerrencorosa.

MientrasMonroeavanzabahaciaellos,MacKennaloretó.—NoereselhijoprimogénitodellairdMonroe.Élnoteníahijos.Porlo

tanto,túnopuedesreclamarsuherencia.—Soyelhijoprimogénitodesuhermano—gritó—.Yyaqueahorami

tíoestámuerto,reclamoaladyGabrielleyaFinney’sFlatparamí.Deahoraenadelante,latierrasellamaráValleMonroe.

Coswoldestabadecididoarecuperarelcontrol.—Puedesreclamartodoloquequieras,peroaellanolaconseguiráscomo

tampococonseguirásFinney’sFlat.—ValleMacKenna—corrigióMacKenna—.Dehoyenadelante,esValle

MacKenna.—¿Qué trampaesesta?—lepreguntóPercyaCoswoldconunsiseo—.

¿Qué tipodepactohashechoconestehombre?¿Sabeque ladeseaspara timismo?

—Eresuntonto,Percy,unmalditotonto.Coswoldsehabíadadocuentaqueningunodelosdosibaatenerla.Había

renunciadoa laposibilidaddecasarseconGabrielle.Elreyhabíapuestounobstáculotrasotroensucamino,ypormáslujuriaquesintieraCoswoldporGabrielle,queríaelorotantocomoaella.Sí,codiciabael tesoro.Yporesohabía hecho un trato conMacKenna. El laird se quedaba con ella y con latierra,yacambioCoswoldtendríaaccesoaella.Estabaconvencidoquesabíaalgo del tesoro de St. Biel, y, ya fuera con encanto o con tortura, se losonsacaría.

Afortunadamente para él, Percy ni siquiera sabía de la existencia deltesoro y tampoco MacKenna ni el rey John. MacKenna era un cerdo

Página115

Page 116: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

codicioso, que no había demostrado ninguna curiosidad cuando Coswoldinsistió en tener acceso a Gabrielle cada vez que quisiera. Todo lo que leinteresabaallairderaelcontroldeFinney’sFlat.

ACoswoldno lepreocupabaqueMacKennapudiera incumplir supartedel trato. De ser necesario, Coswold podía convocar a suficientes soldadoscomoparadestruirtodoelclanMacKennacompleto.

HaroldMonroeno ibaa irsecalladamente.Tuvoquegritarparahacerseoírsobreelcaosquehabíahechoerupción.

—¡ReclamoelderechoacasarmeconladamayquemeconfíenelValleMonroe!

Cadapersonadelamultitudparecíatenerunaopiniónyestabadecididaaexpresarla.

Coswoldlevantólamanopidiendosilencio.Elpedidofueignorado.—¡Silencio todoelmundo!ElbarónCoswoldquierequehagansilencio

paraqueloescuchen.—Enunintentodeserdeutilidad,HenryWillis,unodelossecuacesdeCoswold,gritósuexigenciadirectamentedesdedetrásde laespaldadeCoswold.Yañadióvariosjuramentosobscenoscuandolamultitudnoloobedecióinmediatamente.

Ante el sonido de la voz de Henry, Coswold retrocedió, luego se giróbruscamenteparamirarconfuriaasuofensor.

—Nomegriteseneloído—exigió.Henryapretólosdientes.Nolegustabaquelecorrigierandelantedeuna

audiencia,yespecialmenteno legustabadecepcionaralbarón.Coswolderasulibertador.Lohabíaliberadodeunviajealahorca,yHenryloidolatraba,porque el barón le había dado una identidad y lo había convertido en unhombreimportante.

Henry sabía lo que era. En apariencia ciertamente no habíamucho quemirar.Eraunhombrebrutodecuelloancho,rostrochato,orejaspequeñas,ylabios gruesos. Sus ojos no eranmás grandes que dos gotas de sudor. Sinembargoteníamanosgrandes.Grandesyfuertes.Quizásporquesabíaqueeratanpocoatractivo,lucíaunasonrisaperpetua.

Compensabasudesagradableaparienciaconsustalentosespeciales.Podíaquebrarle el cuello a un hombre más rápido de lo que este podía caer derodillas, y lo hacía sin ninguna provocación y sin sentir ni un minuto deremordimiento.Había solounpuñadodehombres en estemundoa losquetemía,yCoswolderaunodeellos.HenrysabíaqueCoswoldlousabaaélyasuscompañeros,CyrilyMalcolm,parahacereltrabajosucio,peroobteníanunabuenapagayelrespetodeloscompañerosdelbarón.

Página116

Page 117: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Henry oyó la risita ahogada de Malcolm y le pegó con el codo en elcostado.ComoCoswoldtodavíaloestabamirando,Henrydijo:

—No volveré a gritar, pero barón —continuó apresuradamente pararedimirse—, quizás usando la fuerza, conseguiréis que hagan vuestravoluntad.

Coswoldestabaexasperado.—Tuvimosquedejarnuestrasarmasfueradelaspuertas¿recuerdas?Oh,

si tuvieramiespadaenestemomento.AtravesaríaaPercysoloparaquesecallara.

—Mesentiréhonradodeatravesarloenvuestrolugar—dijobruscamenteMalcolm.ElmercenariosololellegabaalhombroaHenryytuvoqueabrirsecaminohastadelanteparaqueelbarónpudieraverlo.

—¿Por qué no hacéis entrar amás gente vuestra en la abadía?Aún sinarmas le darían a Percy un mensaje de cuán poderoso sois vos. Además,mirad a esos highlanders paseándose por aquí como si fueran dueños dellugar.Perdílacuenta,detantosqueson—dijoHenry.

—Ellosnosonimportantesynotienenningúninterésenesteproceso.Ami realmente no me interesan en absoluto. Ahora vosotros dos quedaoscalladosmientrasterminoesto.Nonecesitoquemehagáismássugerencias.

TantoMalcolmcomoHenryinclinaronlacabeza.—Sí,barón.PercyestabaestiradoparaescucharlaconversaciónentreCoswoldysus

hombres, pero el clamor de voces que lo rodeaba ahogaba lo que decían.CuandoCoswoldsegiróhaciaél,gritó:

—¡Túnodecidirásnada!CoswoldpensóquePercychillabacomounpájaroatrapado.—Yahedecididosufuturo.ElrostrodePercysepusocolorado.—Laquieroylatendré.Gabrielle había tenido suficiente. No podía tolerar oír otra palabra de

ningunodeesoshombresrepulsivos.—¿Puedenprestarmeatención?Gabrielle no había levantado la voz, y solo unos pocos hombres que

estabanparadosjuntoaellaescucharonloquedijo.Unodeellosgritó.—Ladamadeseavuestraatención,barón.Tanto Coswold como Percy se volvieron hacia ella. MacKenna

permanecíaenmediodelosdos.Lostreslesonrieroncomopretendientesconojossoñadores.

Página117

Page 118: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—¿Aquebaróndeseáisdirigiros?—dijoPercyconvozarrulladora.—Aambos.Todo el mundo esperó ansiosamente a que hablara. Seguramente

escogeríaaunodeellos,yCoswoldestabaseguroqueobedecieraelactadelreyy que actuaría de acuerdo a sus decisiones. Percypensabade lamismaforma,segurodequeellapondríasufuturoensusmanos.

—¿Sí,ladyGabrielle?—dijoCoswold.—Parecequeaquíhayunaconfusión—comenzó.—Sí,contodoloquePercyestágritando—interrumpióCoswold.—¡Déjelahablar!—gritóalguiendelamultitud.—Estábien.Estábien—accedióCoswold—.¿Decía,milady?—Creo poder solucionar este altercado. Ya ve, hoy no me casaré con

nadie.—Peroheaccedidoacasarmeconvos—dijoMacKenna,aturdidoporsu

negativa.—Sí,peroyonoheaccedidoacasarmeconvos.Sequedóboquiabierto.EstabapasmadoysegiróhaciaCoswoldbuscando

ayuda.—¿Puedenegarse?—No, no puede —dijo con brusquedad—. No os pongáis difícil,

Gabrielle,yaquehabloennombredelreyJohn…Gabrielleestabacansadadesuspomposasdeclaraciones.—Sí,yahabéismencionadoesehechovariasveces.¿Se estaba burlando de él?Coswold entrecerró los ojos.No podía estar

seguro.Parecíatanangelical,ynohabíadurezaensuvoz.—El barón Coswold está equivocado. Yo hablo en nombre del rey—

insistióPercy.Volviósuatenciónhaciaél.—Yasílohabéisdichoeninnumerablesocasiones.¿Puedohacerlesuna

pregunta a losdos? ¿Dóndeestabamipadre cuando se tomaron todas estasdecisiones?

Nadierespondió.—¿Esperaronaquesefueramipadreparaproseguirconestaobscenidad?—¿Obscenidad?—rugió Coswold—. ¿Cómo os atrevéis a hablarme de

esaforma?Percy estaba igual de ultrajado por su actitud, y MacKenna la miraba

como si quisiera golpearla, pero ella defendió su terreno y no cedió ni unapulgada.

Página118

Page 119: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

MacKenna consideró la posibilidad de agarrar a Gabrielle del brazo yforzarlaaquesepusieraasulado,perolevantólavistayvioqueMacHughyBuchanan todavíaestabanmirando.Decidióqueeramejorqueno la tocara,yaquenoteníadeseosdeprovocarunaescena.Poresavez,sevioforzadoatratarlaconcortesía.Mástarde,seprometióasímismo,cuandoestuvieraconGabrielleasolas,leenseñaríacomocomportarserespetuosamente.

—LadyGabrielle,metemoqueestanoesunadecisiónquepodáistomar—ledijoPercy.

—Estoydeacuerdo.CoswoldyPercysemiraron.—¿Estáisdeacuerdo?—dijoCoswold—.¿Yentoncesaquesedebetodo

estealboroto?—Noesmidecisión.Eslademipadre.Ciertamenteessuderechodecidir

mifuturo,noeldeustedes.—Seniega…—comenzóMacKenna.Dios,eratanestúpidocomoparecíanserlosdosbarones.Ellaseenderezó

aúnmás.—Déjenmeaclararmiposiciónparaquenohayamásconfusiones.Será

mipadreelquedecidamifuturo.¿Cuántasveces tendríaquedecirloparaquecreyeranquetenía todas las

intencionesdeatenerseasuspalabras?Noibaacasarseconnadieesedía.—¿Iríaiscontralosdeseosdevuestrorey?—demandóPercy.Lomiróalosojos.—Nosécualessonlosdeseosdemirey.Todavíatienequeinformarme.—Osacabodedecirquehabloensunombre—gritóPercy.—Sí,lohahecho,perotambiénlohizoelbarónCoswold.¿Aquiendebo

creer?Creoquedeboesperaraquemipadretomeunadecisión.Hizounareverenciaanteambosbaronesyteníatodalaintencióndeirse,

peroelsúbitogritodeunamujerladetuvo.—Estoesunaconspiración.¡Unaconspiración!Losestáhaciendoquedar

comotontos.Estonopuedeseguir.Gabrielle se volvió para ver a la mujer que la había mirado de mala

manerafueradelsalóncomunal,abrirsecaminohaciaellos.IslacorrióhaciaCoswold.Élparecióhorrorizadoporlaintrusión.—¿Quéestáshaciendo?—siseóenvozbaja.Nopudomirarlo.Bajandolacabeza,Islagritó:—Les ruegomedisculpenpornohaberhabladoantes, peronopodía…

es…estanhorrible.

Página119

Page 120: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—¿Quién es esta mujer?—preguntó uno de los hombres del grupo dePercy.

—EslasobrinadelbarónCoswold—respondióPercy.—Isla,¿quétepasa?—Espantadoporsucomportamiento,Coswoldtomó

aIsladelbrazo,apretandolomásfuertequepudo.¿Enqueestabapensandoparamontarsemejanteescena?

—Tío,sientotantomolestaros,perolaverdaddebesaliralaluzantesdequevosoelbarónPercydecidansufuturo.Nodejaréqueellaoshumille.—Aunquenoteníalágrimasalavista,Islaprofirióunaltoydramáticosollozo—.Seríaunablasfemiaqueunhombrehonorablesecasaraconella.

—¿Porqué?¿Quéestásdiciendo?—demandóPercy.Sonabamásconfusoqueenfadado—.¿Dequeblasfemiahablas?

IslaseñalóaGabrielleygritó.—Esimpura.¡Es…esunaputa!

Página120

Page 121: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo24

ElsilenciocondenatorioquesiguióalahorribleacusacióndeIsladurósololosuficienteparaquetodoelmundoenlasalacomunalprofirieraunprofundojadeo.Luegolamultitudirrumpióenexplosionesdeirayultraje.Alospocosminutossehabíantomadoposiciones,aquellosafavoryaquellosencontradeGabrielle.

Gabrielle no podía moverse. ¿Cómo podía responder a semejanteabsurdo?Eraridículo.

—Oigamos loque tienequedecir.—Percyagitó lasmanosypidióa lamultitudquesesosegara.

LavozdeCoswoldtemblabadefuria.—Sí,quetodoelmundoguardesilencio.OiréloquetienequedecirIsla.

—Su sobrina le estaba arruinando todos los planes cuidadosamenteorquestados,peroenesemomentotodoslosojosestabanvueltoshaciaella,ynopodíaignorarla—.Isla,¿porquédicesalgoasídeladyGabrielle?

Tímidamente Isla levantó la vista y vio que todo el mundo estabaacercándoseaella.

—Porqueescierto—respondióhumildemente.—Habladmásalto—dijoPercy—.Decidporquehicisteis esaultrajante

afirmación.Islalevantólevementelavozyrepitió:—Porqueeslaverdad.Losmurmullosseextendieronentrelamultitud.—¿Cómolosabéis?—reclamóPercy.—Lavi—dijoIsla.Losmurmullossehicieronmásfuertes.—Continúa—ordenóCoswold—.Dinosloqueviste.EnesaocasiónaIslaleresultófácilderramarlágrimasverdaderas.Sutío

leestabaapretandotantoelbrazo,queleardíalapiel.—Hacetresnochesmedespertóunruidoenelvestíbuloenmediodela

noche. Abrí la puerta para ver de qué se trataba. —Señaló a Gabrielle—.

Página121

Page 122: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Estabaescabulléndose,doblandoenunaesquina.Sabíaquenodebíahacerlo,perosentícuriosidadylaseguí.Mequedébastanterezagadaporquenoqueríaquemeviera.

—¿Cómopodíasverelcaminoenlaoscuridad?¿Acasoladamallevabaunavela?

Dudóporelmásbrevedelossegundosyluegodijorápidamente.—Lalunabrillaba.Nohabíanecesidaddellevarunavela.Seesforzóparaapartarsedesutío,peroélnolasoltaba.Dehecho,apretó

másfuerte.—¿Adónde os guio lady Gabrielle? —Fue MacKenna el que hizo la

pregunta.—Sedetuvofrenteaunapuertaygolpeósuavemente.Meescondídetrás

de una columna.La puerta se abrió, y después demirar a uno y otro lado,entró.

—¿Pudisteisverquiénabriólapuerta?—preguntóPercy.Islabajólavistaalsuelootravez.—Eraunhombre.—¿Yconocesaestehombre?—preguntósutío.—No—dijo Isla—, pero esa noche lo había visto en el banquete.Creo

queeraelrepresentantedeFrancia.Percyllamóasusseguidores.—Encuéntrenlo.Tráiganloaquí.Unodeellosrespondióinmediatamente.—Yanoestáaquí.Élysusacompañantessefueronayer.MacKennaseestabaimpacientando.—Siestabaoscuro,¿cómopudisteisreconoceralhombre?—lepreguntóa

Isla—.Quizáserasupadre.Quizásnisiquieraeraunhombre,sinounacriada.—Estaba buscando alguna explicación posible. Si las acusaciones de Islafuerantomadasseriamente,todosuplanseríadestruido.PodíasentircomoelValleMacKennaseledeslizabaentrelosdedos.

ElvalordeIslaestabacobrandofuerza.—Era un hombre —declaró enfáticamente. Señalando a Gabrielle

nuevamente,dijo—:yloqueestabahaciendolavuelveimpura.MacKennaestudió la reacciónde lamultitudante lasofensivasnoticias.

Cuandomiróhaciaarriba,vioaMacHughyaBuchananobservándolo todoconlosrostrosceñudos.Sumentevoló.¿Cuántohabríanoído?Unavezmás,sureputaciónysuautoridadestabanenjuego.Siqueríasalirdeestasituaciónconsudignidadysuplanintactos,debíapensarrápidamente.

Página122

Page 123: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

MiróaIslaconburlonacompasióncuandodijo:—Estoyseguroquevuestrasintencionessonnobles,perotalvezoshayáis

equivocado,querida.¿Esposiblequepodáishaberconfundidoloquevisteisyqueenrealidadfueraalgoinocente?

—No fue un error —dijo Isla desafiante—. La vi cuando salió de lahabitación.Teníaelcabellosueltoyelvestidodesatado.Elhombresalióalapuerta,ynollevabatúnicanicamisa.

Gabrielle estaba tan conmocionada por las absurdas denuncias, que sequedómuda. Sin embargo, ante este último y repugnante alegato, no pudopermanecerensilenciopormástiempo.

—¡Esoesmentira!—gritó—.Noséporquéestamujerestádiciendoesascosas,peronadadeloqueleshadichoesverdad.

—¡Esverdad!—gritóIslaenrespuesta—.Lavi,yseestabaentregandoaunhombre.

Un rugido creció entre los espectadores. A MacKenna le llevó variosminutoslograrquesecalmaranparahacerseoír.

—Parece ser —le dijo a Isla—, que es su palabra contra la de ladyGabrielle.

Casi todo elmundo en lamultitud estuvo de acuerdo. Solo unas pocaspersonasconocíanalasobrinadelbarónCoswold,asíqueparalamayoríasuspalabrasteníanpocacredibilidad.

Derepente,unhombrequeestabadetrásdellairdMacKennaalzólavoz.—Lamujerdicelaverdad.Todo el mundo se volvió hacia la voz. Un joven monje con la cabeza

cubiertaporunacapuchay losbrazosplegadosdentrode lasmangasde suhábitoavanzólentamente.

—¿Quéestádiciendo?—preguntóMacKenna—.¿Quiénestádiciendolaverdad?¿Quésabedeesteasunto?

Nohabituadoaserobjetodetantaatención,elmonjedudóunmomentoantesderesponder,luegodijo:

—LadyIsladicelaverdad.LoséporqueyotambiénvialadyGabrielle.Elcírculoalrededordelacruzdepiedraseamplióparaquetodoelmundo

pudiera ver y oír almonje.Dio un paso tentativo hacia delante y luego sedetuvocomosisúbitamentesedieracuentadelamagnituddesusacciones.

—Vialadama…—comenzó.—Prosiga—demandóPercyimpacientemente.—Eramedianocheyacababadesalirdelacapilladespuésdemihorade

rendir culto y vi a alguien que se dirigía apresuradamente hacia los

Página123

Page 124: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

dormitoriosdondesealojabanunospocosinvitados.Alprincipiosoloviunafigura oscura, pero cuando pasó debajo de la luz del candelabro quealumbrabadesdelaventanadelacapilla,reconocíaladyGabrielle.—MiroalaatónitaIslaydijo—:ladyIslanoestámintiendo.

—¡Esunaputa!—gritóalguienqueestabadetrásdePercy.—¡Inadecuada para desposarse con nadie!—gritó unmiembro del clan

Monroe.Antesquepasaramuchotiempo,docenasdevocesairadasseunieronpara

condenarla.Gabrielleestabaparalizada.Sesentíacomosiacabarande tirarlaporun

precipicio y los lobos estuvieran esperándola en el fondo para destrozarla.Habíasidojuzgadaycondenada.

Trató de encontrarle sentido a semejante locura. ¿Cómo podía estarpasandoesto?¿Cómopodíalagenteestardiciendotalesbajezasdeella?Isladebía estardementeparahacer semejantes acusaciones ridículas.Pero¿yelmonje?¿PorquéconcordabaconIsla?¿QuéeventualidadpodríahaberhechoqueconfirmaraqueGabriellehabíacometidoesosactosperversos?

Liam.Diosquerido,eraLiam.Talvezelmonjelahabíavistocuandoibade camino a observar al hombre enfermo. Pero nunca estaba sola cuandodejaba sus habitaciones. Al menos uno de sus guardias la acompañabasiempre,perosiélsehubieraadelantadoyelmonjehubieralevantadolavistajusto en el momento que ella estaba pasando, podría haber asumido queestabasola.Esaeralaúnicaexplicaciónposible.

Si tratabadedefenderse, si tratabadedecir laverdad,nadie creeríaquesimplemente estaba visitando a un hombre enfermo y que nada impropiohabíaocurrido.

Dos personas la habían acusado. Y eso era suficiente para probar suculpabilidad.

—¿No tenéis nada que decir a vuestro favor? —le gritó Coswold aGabrielle.

Senegóacontestar.Lamultitudindignadayahabíaemitidosujuicio.Habíadadosupalabradequenolediríaanadieacercadesuparticipación

en la salvación de Liam, y aún si no lo hubiera prometido, ¿cuál sería lareacción de la turba si supieran que era responsable de la muerte de unhombreenFinney’sFlat?Enesecaso¿quiénsevolveríaencontradeellaysusguardias?Nopodíahacernidecirnadaquepusierafinaesapesadilla.Laslágrimasinundaronsusojos,peronodejaríaquecayeranporsusmejillas.Noresponderíaalascalumniasqueestagenteestabalanzandocontraella.

Página124

Page 125: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

LafuriadelbarónCoswoldhaciasusobrinamenguó,ylesoltóelbrazo.Ahora comprendía losmotivos de Isla para hablar. Solo estaba tratando desalvarlodelahumillaciónqueseguramentelesobrevendríacuandolaverdadacerca de lady Gabrielle saliera a la luz, porque inevitablemente se sabría.Aunque el monje hubiera permanecido en silencio y nunca hubierapronunciado palabra sobre su pecado, seguramente el laird MacKenna sehabríaenfurecidocuandodescubrieraquesunuevanovianoeravirgen.No,Islapodríanohaberelegidoelmomentomásapropiadoparahablar,perosoloestabatratandodeprotegerlo.

LaagitaciónporelfuturodeGabriellehabíacambiadosúbitamente.Solounos momentos antes cuatro hombres habían estado compitiendo por sumano,peroconestarevelacióntodohabíacambiado.Puestoque¿quiénentreelloslaaceptaríaahora?¿Quiéntomaríaaunaputaporesposa?

Página125

Page 126: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo25

Coswold estaba enfurecido. Era cierto. Todo era cierto. Gabrielle era unaputa.Lohabíaengañado.Loshabíaengañadoa todoshaciéndolescreerqueerapura.Suapariencialehacíamuysencillalatareadeengañaraunhombre.El rostro angelical y esos ojos, esos fascinantes ojos violetas… era muyhermosa.¿Quéhombreconsideraría laposibilidadquepudieraserotracosasalvoinocente?

Que tonto había sido al desearla. ¿A cuántos hombres se habríaentregado?Leenfermabapensarenello.

Coswoldmiró a Percy para ver como estaba tomando las noticias.Unamiradadehorrorparecíahabersecongeladoensurostro.Teníalabocaabiertacomosiestuvieraapuntodehablar,peronopronunciabapalabra.

Aunque hubiera dicho algo, no hubiera sido escuchado debido a losrugidosdeMacKenna.EllairdestabadesvariandoacercadelbuennombreylavergüenzaqueGabriellehubieraarrojadosobreél.Concadadeclaracióndesu andanada, miraba hacia la parte alta del muro. ¿Esperaba que loshighlanders que lo observaban aplaudieran su negativa a casarse conGabrielle?

—Ahoranotieneningúnvalor—dijoPercycuandoMacKennahizounapausapararespirar—.ElreyJohnnoledaráunadote.YanopuedequedarseconFinney’sFlat,MacKenna.Lomismovaparavos,Monroe.

—¿Pensáis que todavía la quiero?—Monroe escupió el suelo frente aGabrielle—.Queselalleveeldiablo.—Sevolvióysealejó.CuandopasóalladodeMacKennadijo—:Estodatuya,MacKenna,siempreycuandonoteimportequeseburlena tusespaldas.Oístealbarón.Puedes tenera laputa,peronoobtendrásFinney’sFlat.

MacKenna nunca se había sentido tan humillado. Volvió su ira haciaCoswold.

—¿Sabíasqueeraunaputacuandosellasteel tratoconmigo?Losabías,¿noesasí?

Coswoldlerespondió,indignado.

Página126

Page 127: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Por supuesto que no lo sabía. Creía que era inocente, como todo elmundo.SabíaquequeríasFinney’sFlat.YaestabasllamandoalatierraValleMacKennainclusoantesdequetesugirieraeltrato,yyoquería…

Se detuvo en medio de la oración antes de soltar accidentalmente lapromesaquehabíaforzadoahaceraMacKennacuandosellaroneltrato.

MacKenna no quería que nadie supiera los pormenores de su acuerdo.LlevóaCoswoldaparteylesdiolaespaldaalosdemás.

—Exigistequeconsintieraendejarteverlacadavezquelodesearas,perotenegasteaexplicarelmotivo.Dime,¿eresunodeloshombresalosqueellayasehaentregado?¿Estabasplaneandoseguiracostándoteconella?¿Eratuamante?

Con cada pregunta que hacía, sus facciones adquirían un tono púrpuramásoscuro.

Coswold casi había olvidado el oro. La chocante conducta deGabriellehabíaapartadocualquierotropensamientoquepudieratener.Coswoldyanolaquería,perotodavíaestabadecididoatenereltesoro.Sumentesedisparóbuscando la solución. Si tenía intenciones de descubrir donde estabaescondidoeltesoro,necesitabateneraccesoaGabrielle,perosilallevabaderegresoconelreyJohn,laperdería.Posiblementeelreysepusieratanfuriosocomo para ordenar su ejecución, y si estaba atravesando uno de sus rarosperíodosdehumorindulgente,lomásprobableeraquelausarahastaqueseaburrieradeellayluegolapasaraasussubordinadosfavoritos.Decualquieradelasdosformas,Coswoldnotendríaoportunidaddeverla.

Percy no estaba tan preocupado. Aunque hubiera preferido tener aGabrielle como esposa, estaba dispuesto a convertirla en su amante. Suobsesión no requería una ceremonia pública. Si Gabrielle era desterrada,estaría a sumerced, y podría tenerla cuando y como quisiera. Todo lo queteníaquehacereraesperaraqueCoswoldselavaralasmanos.

Coswoldtambiénhabíaideadounplan,ysabíaexactamenteloqueharía.DebíaactuarrápidamenteporqueGabrielletodavíaestabaenestadodeshock.Temíaquereaccionaravengativamenteoque talvez trataradeescaparparaobtenerlaproteccióndesupadre.Nopodíadejarqueesoocurriera.

—Pienso que es una pérdida de tiempo llevar a la mujer de regreso aInglaterra a esperar el regresodel rey John.Dadoquehablo en sunombre,decidirésudestinoenestemismomomento.

—Nolamatarás—gritóPercy.Islasellevólamanoalpecho.

Página127

Page 128: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—¿Por qué os preocupa lo que le pase? —gritó—. Es imposible quetodavíalaqueráis.

—¿Nopuedeshacerlacallar,Coswold?Nadiequiereescucharnadamásdeella.

—Cállate —ordenó Coswold mientras apartaba a Isla—. Percy tienerazón.Yahasdichobastante.

—Lo digo en serio, Coswold —advirtió Percy—. No puedes matar aGabrielle.

Coswoldlesonriódespectivamenteasuadversario.—No, no lamataré. Quiero que sufra por el resto de su vida, pormás

cortaqueestapuedaser.EntonceslededicótodasuatenciónaGabrielleydiounpasohaciaella.

Lamultitudledejóunamplioespacio.—ConelpoderotorgadoamíporelreyJohn,enesteactoyotedestierro.Laconcurrenciaaclamóelcastigo.Algunosaplaudieron,otrosgritaronsu

aprobación.—Porfin.—Obtieneloquesemerece.Coswoldesperóquetodoelmundosetranquilizaraantesdecontinuar.—¿Entiendesloquesignificaesto,Gabrielle?Deahoraenadelante,eres

unaparia.Notieneshogar,nipaís,nirey,ni título.ElreyJohnysuslealessúbditosyanoreconocerántuexistencia.Noeresnada.

—¿Responderáanteelrey?—gritóalguien.—No,nolohará,yaquenotienerey—respondióCoswold.—¿Y qué me dices del barón Geoffrey? —preguntó Percy—. ¿No te

preocupaquéharácuandoseenterequesuhijafuedesterrada?—Paracuandoseentere,serádemasiadotarde.Percy intentaba desesperadamente ocultar su alegría. Gabrielle sería

forzada a salir al exterior, y planeaba seguirla. Una vez que estuviera losuficientementelejosdelaabadíaynadiepudieraverla,Percyselallevaría.Tenía suficientes hombres como para emboscar y aplastar a sus guardias.Nadieseenteraríanileimportaríaloquehabíasucedidoconella,ysiPercylodeseaba,podríaencerrarlaen lasentrañasdesucastilloymantenerlaallítantotiempocomoquisiera.

Coswoldteníalasmismasintenciones.—Isla,veydileamiscriadosquesepreparenparapartir—leordenóen

vozmuybaja.

Página128

Page 129: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Ella asintióy se apresuró ahacer loque lemandaba.Pero cuandopasóante lamujer desdeñada, aminoró el paso y volvió la cabeza para que soloGabriellepudieraversusonrisasocarrona.

Página129

Page 130: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo26

¿Quémaliciosarazónteníalamujerparamentir?¿Cuálerasupropósito?¿Yque pretendía el monje? ¿Por qué había corroborado sus mentiras? ¿Quéganabaconello?

Brodicknoteníarespuestas.Elúnicohechoquesabíaciertoeraqueenunlapso menor a diez minutos entre los dos habían destrozado la vida deGabrielle.Lahabíandifamadoydeshonrado,lehabíanarrebatadosufuturo,yavergonzadoyhumilladoa supadre.TantoelbarónGeoffreycomosuhijasin duda sufrirían el enfado del rey John, puesto que ella ya no le sería deningún valor. Brodick sabía que existía una buena posibilidad de que leconfiscaranlastierrasalbarón—Johneraconocidoportomarloqueeradeotros, incluyendo esposas e hijas— y con su retorcida mente y suimpredecible temperamento, también existía la posibilidad que hicieraejecutaralbarónparadarejemplo.

¿YGabrielle?¿Quéleharíaaella?—Estamosviendoalosinglesesentodasudepravación—dijoColmcon

asco.—Gabrielleesinocente.—ElpadreGelroyteníalágrimasenlosojos,tan

grandeerasudolor—.Esbuenaygentil—insistió—.Sisoloconocieran…El sacerdote se detuvo justo a tiempo. Estaba a punto de soltar que, si

Colm yBrodick fueran conscientes de lo lejos que había llegadoGabriellepara proteger aLiamy salvar su vida, sabrían con certeza que nunca haríaalgoquedeshonraraelapellidodesufamilia.

—¿Sisoloconociéramosquécosa?—preguntóColm.—Sisolo laconocieranaella—añadióprecipitadamente—.Es inocente

deesasterriblesacusaciones.Colmsevolvióhaciaelsacerdote.—Yasabemosqueesinocente.—Sí,losabemos—concordóBrodick.—¿Losaben?Brodicksuspiró.

Página130

Page 131: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Así es —repitió—. Pero por el momento, eso no importa, ¿verdad?Mírelos.Yalahancondenado.

—Sí, lo han hecho —Gelroy se estaba estrujando las manos. MirófijamenteaGabrielleysusurró—.SilallevanderegresoaInglaterrayselaentreganalreyJohnleocurriráncosasterribles.Esehombrelascivoescapazdeactosruines,ydéjenmedecirlesalgo,cuandohayaterminadoconella,él…—No pudo continuar. El futuro de Gabrielle era demasiado horrible comoparahablardeél.

—Lamujerquelaacusó…—comenzóadecirBrodick.—Isla—dijoGelroy—.Losoídecirsunombre.—Miente—dijoColm.Gelroymostrósuacuerdoconunasentimiento.—TendráqueresponderanteDiosporesto.—¿Pero y el monje? —preguntó Brodick—. ¿Por qué corroboró sus

mentiras?—Nolosé.—¿Conoceaesemonje?—preguntóBrodick.—Sí.Esjovenyestáansiosoporservir,ycreoqueesunhombrehonesto.

NopuedoimaginarporquehabrádichoquehabíavistoaGabrielle.Debeserunerror,lobuscaréylepediréquemedigaexactamentequecreequevio.

—Eldañoyaestáhecho—dijoBrodick.LoshombrosdeGelroysehundieron.—Síescierto.ArruinaronlavidadeGabrielle.Deberíanavergonzarse.—¿Sacerdote?—¿Sí,lairdMacHugh?—Cuandomevayadelaabadía,ustedvendráconmigo.Gelroysintióelsúbitoimpulsodetirarsedesdeelparapeto.Diounpaso

atrás, juzgó ladistanciahacia los escalonesy luegoencontró algodevalor.Nohuiría.Senegaríaeducadamente.

—Meestáisinvitandoaserviravuestroclan…—Sideseapensarqueesunainvitación,puedehacerlo.—¿Ysideclinolainvitación?—Elsacerdotetragóconfuerza.—Nolohará.ElnudoqueGelroyteníaenlagargantaledificultabaelhabla,ylecostó

cadaonzadeautocontrolqueposeíapermanecerfrentealMacHugh.Rezandoparaqueenverdadellairdhubieraidoalaabadíaenbuscadeunsacerdoteyno, comoGelroy temía,para exigirvenganzapor suhermano,dijo convozronca:

Página131

Page 132: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Estaréfelizdeirconvos.Brodickseechóareír.—¿Ahoraquiénestámintiendo?Surostrolodelata.Avergonzado,Gelroyadmitió:—Sí siento temor, pero haré lo mejor que pueda para asistir al clan

MacHugh.—Vayaarecogerloquedeseellevarconusted—ordenóMacHugh.Brodickaguardóhastaqueelsacerdoteestuvofuerade lavistaantesde

hablar.—Heoídodecirqueunavezqueunsacerdoteencuentraelhogarenalgún

clan,esimposiblelibrarsedeél.TengoelpresentimientoquetequedarásconGelroyparaelrestodetusdías.

SiGelroyhubieraescuchadolaprediccióndeBrodick,nohubieraestadode acuerdo.Cuantomás rápidopudiera concluir con su deber y huir de losMacHugh,mejor.

Nodeseaba irritaral lairdarrastrando lospies,por loquecorrió todoelcamino de regreso a sus habitaciones para empacar el agua bendita, losaceites, la estola, y el resto de sus posesiones. El lairdMacHugh le habíaordenadoaunodesusguerrerosmásjóvenesqueacompañaraalsacerdote,yGelroypensóqueellairdlohabíahechoparaasegurarsedequenotrataradehuir.

Dios bien sabía que Gelroy deseaba huir, pero con lady Gabrielle tannecesitada, debía dejar de lado sus propiosmiedos. En lo único que podíapensareraenencontrarunaformadeayudarla.

Se le ocurriópensar quedebía estar preocupadapor los guardiasque laestaban esperando. No sería bueno para ellos que se involucraran en esamonstruosa persecución. Cuatro guardias y una mujer haciéndoles frente acienhombresexasperados…no,no.Losguardiasdebíanpermaneceralotroladodelaspuertashastaqueesteespantosodramahubieraconcluido.Luego,conlaayudadeDios,podríanayudaraGabrielleaencontrarrefugiolejosdeestagenteterrible.

Gelroysedirigióhacia laspuertasprincipales.Elguerrero lebloqueóelcamino.

—Debe regresar con el lairdMacHugh—dijomientras tomaba los dossacosllenosconlaspertenenciasdeGelroy—.Meocuparédequeestosseanatadosaunadelasmonturas.

—Leruegoquetengapaciencia—replicóGelroy—.DebodarlesórdenesalosguardiasdeGabrielleparaquelasiganesperando.Ellanodesearíaque

Página132

Page 133: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

entraranalaabadía,porelpeligroquehayaquí.Solollevaráunminuto.Elguerreroaccedióconunrápidogestodecabeza.Stephen estaba con el caballo de Gabrielle justo al norte de la puerta.

CuandodivisóaGelroyconelhighlanderseacercóaellos.—Gabriellesereuniráconustedespronto.¿Tienensuropayelrestodelo

quenecesitará?—preguntóelpadreGelroy.Stephennegóconlacabeza.—Tenemos algunas de sus cosas. Sus doncellas empacaron los baúles.

Tenemosplaneadoalcanzarlosmástardeestánoche.¿Porquélopregunta?Odiabamentir,peroGelroyjustificóelpecadodiciéndoleaDiosquesolo

estaba protegiendo a los guardias y a Gabrielle de una turba deseosa desangre.

—Ellaqueríaquemeaseguraraporquelosplaneshancambiado.Enunospocosminutossereuniráconustedesyselodirá.Lespidequesequedenaquíylaesperen.

Stephenno tenía razonesparadudardelsacerdote,puestoquesabíaqueGabriellesehabíahechoamigadeGelroy.

MientrasGelroysedabaprisapararegresaralmuro,elmiembrodelclanMacHughqueloacompañabaseñaló:

—Lehamentidoaesehombre.¿Porqué?—Paraprotegerloaélya losdemás.Ladamaquerríaquefueradeesta

forma—añadió—.Nodesearíaqueellostratarandeinterferirenesadebacle,yaqueseríanpenosamentesobrepasadosennúmero.

Su escolta continuó siguiendo a Gelroy y no dejó su lado hasta que elsacerdoteestuvoamitaddelaescalera.Gelroysabíaqueelhombretambiénsospechaba que pudiera decidir ir a esconderse. Cuando llegaron al últimoescalón, sedetuvoyesperóaqueunode los lairds leordenaraadelantarse.Brodicklodivisóylehizoseñas.

GelroyseaclarólagargantaparallamarlaatencióndeMacHughydijo:—Laird, no puedo irmehasta haberme aseguradode que ladyGabrielle

estaráasalvodeestosmonstruos.Convuestropermiso,iréymepondréasulado.

AntesdequeMacHughpudieraresponder,GelroyenderezóloshombrosysevolvióhaciaBrodick.

—Laird Buchanan, el padre deGabrielle no está aquí para defender suhonor,yvossoissuúnicopariente.Debéisayudarla.

—Nomedigacualessonmisdeberes,sacerdote.—LavozdeBrodickfuedura—.Losconozcobien.

Página133

Page 134: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Sí,porsupuestoquelossabéis—dijo,asintiendovigorosamente.Descartando a Gelroy, Brodick observó la multitud que había abajo.

CoswoldyPercyestabanfustigándoloshastaponerlosfrenéticos.—Colm,melallevaréacasaconmigo.Allípuedoprotegerla.—Mantenerlaasalvonorestaurarásuhonor—dijoColmtorvamente.Brodickestuvodeacuerdo.—Semerecealgomejor.—Supadre…¿Noescomoesosbarones?—Silofuera,nolepermitiríaentraramistierras—respondió—.Pienso

queesunhombrejusto.—Hazlesaberquesuhijaestáquedándosecontigo,yvendráabuscarla.—Noestansimple.ElbarónGeoffreytendráquereunirasusvasallosy

prepararseparalaguerra.Sielreyconfiscasuspropiedades…—Severíaimposibilitado.—Sí—coincidió—.Gabriellenecesitaunprotectorpoderoso.Eslaprima

de mi esposa. Es de suponer que yo la protegeré, pero eso no probará suinocencia.

—¿Quéteimportaloquepiensenlosdemás?—No me importa —contrarrestó—, pero si Gabrielle fuera mi esposa,

mataríaacualquierhombrequeseatrevieraaatacarsuhonor.—Comoloharíayo—dijoColm.—Peroellanotieneesposoquedefiendasuhonor.—No,nolotiene.—Creoquetalveztúdeberíasllevarlaacasacontigo.Frunciendoelceño,Colmdijo:—¿Yque se lograría con eso? ¿Quédiferencia habría si yo le ofreciera

protecciónenlugardequelohicierastú?Erestanpoderosocomoyo.—Yonopuedocasarmeconella.La declaración permaneció entre ellos un largo momento antes de que

Colmrespondiera.SabíaexactamenteloquequeríaBrodick.—Mepidesdemasiado.—Tienesunadeudaquepagar.Tepidoalgoquepuedesdar.—¿Matrimonio?No.Estáfueradelacuestión.Brodickseencogiódehombros.—Parami tiene sentido. Si te casas con ella, todo elmundo sabrá que

creesensuinocencia.Túnotecasaríasconunaputa.Eresrespetadoytemidopor lamayoría de los otros clanes. Podrías restablecer su honor dándole tuapellido.

Página134

Page 135: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—No. Tendrás que pensar en otra solución —respondió Colmenfáticamente.

Brodicknosedetuvo.SabíaquefinalmenteColmMacHughharíaloqueerahonorable.

—¿Sugieresquepodríahaberotrolairdmáspoderosoquetúqueaúnnohayaencontradoesposa?

—Noestoy sugiriendo nada,Buchanan.Este es un problemaque tienesqueresolvertú,noyo.

—Unaesposaporunhermano.Salvasuvidacomoyoayudéasalvarladetuhermano.

Colmapretólamandíbulaconfuerza.UnBuchanangritó.—Lairds,ladyGabrielleestásaliendo.Hanabiertolaspuertas.Brodickmiroalsalóncomunaljustoenelmomentoenqueunhombrese

adelantabayescupíaalsuelofrenteaGabrielle.Colmvioaotrohombreabriéndosecaminoaempujonesentreelgentío

mientrasGabrielle caminabahacia las puertas.El hombre la llamóagritos,peroellaloignoróycontinuócaminando.Entonceslaagarródeunbrazo,lasacudió,ylegolpeóelrostroconelpuño.Sinolahubieratenidofirmementeagarrada,sehubieracaídoalsuelo.

Colm ya estaba de camino a las escaleras con Brodick pisándole lostalones,mientraslegritabaaunodesushombres:

—Averiguadquienes.Todoslosguerreros,tantolosBuchanancomolosMacHugh,entendieron

laorden.Gelroyno.Nohabíavistoloquehabíaocurridoenlaplantabaja.—¿De quién está hablando? ¿Qué es lo que desea? —preguntó el

sacerdoteaunodeloshombresqueestabaapartándolodesucamino.Elhombrenoaminorósudescenso.—QuieresaberquiengolpeóaladyGabrielle.—¿Alguien lagolpeó?OhDiosquerido—respondióGelroy.Giróenel

escalón y se apresuró a bajar detrás de los demás—. ¿Pero por qué quiereél…?

Elúltimoguerreroensalirrespondió.—ElMacHughquieresaberelnombredelhombrealquevaamatar.

Página135

Page 136: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo27

Estabaatrapadaenunapesadilla.Una hora antes ella era lady Gabrielle, hija del barón Geoffrey de

WellingshireydelaprincesaGenevievedeSt.Biel.Eraamada,felizyteníaunfuturoprometedor.AhoraGabrielleeraodiada,tratadacomounaleprosa,ynoteníafuturoalguno.

Era demasiado para asimilar. En ese momento lo que importaba era lasupervivencia.Teníaqueencontrarunlugarseguroparaellaysusguardias.Yaunquenoteníaundestinoenmente,desebaapartarselomásposibledelosodiososbaronesysussecuaces.Entonces talvezfueracapazdeencontrarlesentidoaloqueacababadepasar.

No obstante, primero necesitaba tiempo para calmarse y aquietar suacelerado corazón. Apenas podía respirar. Había extraños gritándole suciosnombres mientras pasaba frente a ellos en el largo, aparentementeinterminable,caminohacialaspuertasdelanteras.

Lahumillacióny lavergüenzaeran insoportables.Necesitabade todasuconcentración para no demostrar ninguna emoción.No apresuró el paso—aunqueDiossabíaquedeseabacorrer—ynopermitióquecayeraniunasolalágrima,porquesihicieracualquieradelasdoscosasledaríalasatisfacciónalarabiosa turba.Elorgulloera todoloquelequedaba.Nodejaríaquese loarrebataran.

Le palpitaba un lado del rostro por el golpe que había recibido. Habíavistovenirelpuñoytratadodeapartarsedesuatacante,unhombrebrutalconelfeosemblanteimpregnadodeodio,peroéllahabíaaferradoconfuerzanodejándolaretroceder.Afortunadamentefuecapazdeinclinarseydisminuirelimpacto. Él tenía el doble de su tamaño y peso. Si no se hubieramovido,seguramentesupuñolehubierarotolamandíbula.

—No la lastimes—había gritado Coswold un escaso segundo antes dequeelpuñodelatacanteseestrellaracontrasurostro.

Elgolpe lahabíaaturdido,ysehabía tambaleadohaciaatrás justoenelmismo momento en que una piedra golpeó su espalda. Rápidamente se

Página136

Page 137: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

enderezóycontinuócaminando.Otrapiedray luegootramás lagolpearon.Aunqueaturdida,todavíasentíalosgritosdelbarón.¿Lastimarla?Queordenabsurda.Coswold,IslayPercyyahabíandestrozadosureputaciónyhabíanatacado su condición. La habían despojado de todo. A los ojos de suscompatriotas,yanoexistía,ynopertenecíaaningunaparte.¿Quédiferenciahabríasitambiénladesfiguraban?

Elabadlaestabaesperandoenlapuerta.Laabrió,inclinólacabezaylesusurró:

—QueDiososacompañe.¿Creía lasmentiras? Tenía lágrimas en los ojos, pero no podía saber si

eranlágrimasdecompasiónodevergüenza.Salió,oyólaenormepuertacerrarsetrasella,yluegoelásperosonidodel

cerrojodeslizándoseasulugar.Stephendejóescaparungritocuandolavio.Saltódesucaballoycorrió

hacia ella mientras Faust, Lucien y Christien sacaban las espadaspreparándoseparapelear.

Sabíaquedebíaversehorrible.Unapiedrahabíacortadolapielquehabíajusto debajo del ojo derecho, y sentía la sangre gotearle por lamejilla. Ledolíalamandíbulayeraprobablequeyaestuvierahinchándoseyponiéndosemorada.

—¿princesa,quehaocurrido?—preguntóStephen,espantado.—Estoy bien—respondió, con la voz sorprendentemente fuerte—, pero

debemosirnos.Ahora.—¡Estáis sangrando! —El rostro de Christien se puso rojo de furia

mientrasblandíalaespadaendirecciónalaspuertascerradasdelaabadía—.¿Quiénoshizoesto?Lomataremos.

—No,novolveréisaentrarenlaabadía—exigió.Faust se sacó la túnica por sobre la cabeza y la roció con agua de su

cantimploradecuero. Inclinándosehaciadelanteen lamontura, le tendió latelamojadaaGabrielle.

—¿Duele?—lepreguntó.—No—leaseguró,limpiándoserápidamentelasangredelamejilla—.Os

locontarétodo,peroporfavor,debemossalirdeaquílomásprontoposible.Al escuchar la urgencia que denotaba su voz, no cuestionaron la orden.

StephenlaizóhastaellomodeRogue,leentrególasriendasyluegosesubióasumontura.Asumiendoquedesearíaalcanzaralpersonaldesupadre,enfilóhaciaelsur.

—No—gritóella—.Debemosirhaciaelnorte.

Página137

Page 138: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—¿Noquerrávuestropadre…?—comenzóadecirLucien.—Noloentendéis.Silosbaronescambiandeopiniónydecidenllevarme

ante el rey… su rey —se corrigió—, nos buscarán en el sur. Nunca nosencontraránsinosescondemosenelbosque.

—¿Peroporqué…?—comenzóadecirStephen.—Nomehagáispreguntasahora—dijo—.Cuandoestemoslejosdeaquí,

osloexplicaré.Stephenasintió.—Vamoshaciaelnorte.Christieneraelúltimodelaprocesiónyfueelprimeroensentirtemblar

la tierrabajoél.Loshighlanders seaproximabandesde lacolinaque teníandebajo.Lesgritóalosdemásqueibancabalgandodelantedeél.

Cuando se volvió y vio la horda que se aproximaba, Gabrielle sintiópánico, pensando que sus enemigos la estaban persiguiendo. Pero cuandoestuvieron más cerca, reconoció a los dos hombres que los lideraban:Buchanan y MacHugh. Se veían salvajes y feroces y orgullosos… ypeligrosos. Una vista magnífica: como la saeta de un rayo, hermosa deobservaradistanciaperodecercaeraaterradora.

Elsonidodecascosmachacandoeraensordecedor.—Dejadlos pasar —les gritó a sus guardias. Guio a Rogue hacia la

izquierdaparahacerleespacioaloshighlandersqueibanalacarga,peroellosnolarodearon.Seabrieronenabanico.GabrielleurgióaRogueponiéndoloagalopetendido,peroaúnasílaalcanzaron,larodearonaellayasusguardiasy los contuvieronen elmedio.Encerradosdentrodel consistente círculodeguerreros,bajaronporunacolinaysubieronalapróxima.

Cualquierpersonaqueestuvieramirandodesdelaabadíasoloveríaalosmiembros del clan dirigiéndose de regreso a sus hogares. Gabrielle y susguardiasestabancompletamenteocultosalavista.

¿Eraesa su intención?Estaba tanaliviadayagradecidadealejarsecadavez más de los barones, que no iba a preocuparse por los motivos de loshighlanders.Además,yahabíadivisadoalpadreGelroy rebotando sobre sumontura. Con una mueca en el rostro, el pobre sacerdote parecía estaraferrándosealpomodesumonturacomosienellolefueralamismavida.Sialgunodeellostuvieralaintencióndehacerdaño,notraeríanaunsacerdoteparaquefueratestigodesusnegrosactos.

Viraron hacia el noroeste.Cuando llegaron al borde deFinney’s Flat, aunasbuenasdoshorasdecabalgatadesdelaabadía,oyóaunodeloshombresgritar que estaban en territorio Buchanan. Rogue estabamás que listo para

Página138

Page 139: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

descansar,yGabriellenoibaapresionarasucaballoairmáslejossindarleundescanso.

Cuando se detuvo abruptamente le sorprendióque los highlanders no lapisotearan.Ellossedetuvieronconella,yantesdequetuvieraoportunidaddedesmontar,estabanenelsuelorodeándola.

Sus guardias se pusieron en posición de firmes, preparados para lo quepudiera venir. Tenían las manos a los costados, pero su postura no era dedescanso. Sabían que si tan solo daban la impresión de querer tomar lasespadas, sería su último acto terrenal. Los guerreros de las Highlandsmataríanparaprotegerasuslairds,igualquelosguardiaslucharíanamuerteporsuprincesa.Entantoloshighlandersnolospresionaran,ellosnocederíanterreno.

Gabrielleestabapreocupadaporlavidadesusguardiasyaquesabíaquenoretrocederían,sinimportarcuántoshombrestuvieranqueenfrentar.Oyóaunodeloshighlandersdarlaordendequeseretiraran.EsperabaqueelquehabíaoídofueraelsalvajeBuchanan,perocuandolosguerrerosseapartaron,vio que el que había hablado no era su primo.Era el otro laird, el hombredespiadado que había saludado a su hermano largo tiempo perdido con elpuño.

Era tan grande y su apariencia tan feroz como lo recordaba, pero habíaalgomásquesorprendíaacercadeél.Hastasepodríadecirqueeraapuesto,site gustaban del tipo rudo, imperfecto y con algunas cicatrices.A ella no legustaba ese tipo. Pero si había algo que definitivamente le gustaba de suapariencia, era el color de su cabello. Era rubio, con un asomo de rojo.Enmarcabaunrostroseveroeinflexible,quelerecordabaaunvikingodelashistorias de tiempos pasados. Seguramente fuera igual de mezquino ybárbaro.

ColmMacHughsedetuvocuandoestabaapenasaunpiededistanciadeStephen.Losdoshombressemidieronelunoalotro,luegoColmordenó:

—Saldemicamino.Stephennosemovióniunapulgada.Colmeraalmenosunacabezamás

altoymuchomásmusculoso,peroelguardianocedió.Noaceptabaórdenesde ninguna otra persona que no fuera la princesa Gabrielle. Igual que suscompañeros.Faust yChristien se desplazaronpara pararse junto aStephen,mientrasqueLucienpermanecióconlaespaldaenfrentadaaladeella.

BrodickseunióaColmyGabrielledijo:—Notienenintencióndehacernosdaño.

Página139

Page 140: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Unapartedeellarealmentecreíaqueesoeraciertoyqueloshighlanderslos habían seguido para ayudarlos y no para dañarlos. Si bien, después delhorrordeesedía,todoeraposible.

—Hacerosaunladoydejadmehablarconellos—ordenó.Sus guardias se apartaron, manteniendo cautamente la vista sobre los

highlanders.—¿Quélenguajeestáishablando?—Brodickhizolapreguntaengaélico.Ellalerespondióeneseidioma.—Eselidiomadelapatriademimadre,St.Biel.Su dominio del idioma era excelente. Brodick asumió que se lo habría

enseñado su padre. Su esposa, Gillian, haría bien en tomar lecciones deGabrielle. Todavía había ocasiones en que sus hombres hacían muecas dedolorcuandoleshablaba.

VolviéndosehaciaColm,señaló:—Noesdeltodoinglesa,sololamitad.AColmseleescapabaelmotivoporelcualBrodickconsiderabaqueese

hechoeraimportante.Paraél,medioinglesaeralomismoqueinglesaentera.LarespuestadeColmfueunevasivoencogimientodehombros.

Brodick caminó haciaGabrielle. Cuando sus guardias reaccionaron, losmiróferozmente.Susseguidorestambiénsesintieronofendidosyavanzaron.

—¡Yabasta!—gritóGabrielle.Levantólamanoyrepitiólaorden—.¡Yabasta!

Comoestabahablandogaélico,paraBrodickyColmfueevidentequenole había dado la orden a su escolta sino a los guerreros. La confianzademostradadivirtióaBrodickeirritóaColm.Loshombresretrocedieronsolodespués de recibir una señal de sus lairds, pero siguieron observandointensamente a sus protectores. Gabrielle pensó que tal vez estuvieranesperandolaoportunidadparaabalanzarsesobreellos.

—¿Sabéisquiénessomos?—preguntóBrodick.Asintió.—Vos sois el salvaje… quiero decir, vos sois mi primo, el laird

Buchanan.Heoídohistoriasacercadevos.—Elcomentarionoalterósuceño—. Eran historias de lo más impresionantes acerca de vuestra destreza yvuestrafuerza.

Entrelazólasmanosdetrásdelaespalda.—¿Quiénoscontóesashistorias?—Mipadre.ElbarónGeoffrey.—Entonceslashistoriassonciertas.Élnomentiría.

Página140

Page 141: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Sabíaqueibaatenerquereconocerlapresenciadelotrolaird,ycuandofinalmente se volvió y encontró los ojos penetrantes de MacHugh, se vioasaltadaporunescalofríodetemor.

—Tambiénséquiensoisvos.Surespuestafueenarcarlevementeunaceja.Ellanoseacobardó.—Es el laird MacHugh, y tenéis una forma de lo más peculiar para

saludaravuestrohermano.Colmnoentendióloquequeríadecir.—¿Cómolosaludo?—Conelpuño.Ah.AsíquehabíaestadoobservandoaLiamcuandodejólaabadía.Por un breve segundo Gabrielle vio una insinuación de calidez en sus

ojos.Fuelosuficientementelargacomoparaquesedieracuentaquenoerauncompletoogro.

ElPadreGelroyseabriócaminoaempujonesentrelosmiembrosdelclan.LehizounareverenciaaGabrielleyluegosevolvióparahablarconColm.

—Laird MacHugh, estos son los buenos hombres que protegieron avuestrohermanomientrasestuvoen laabadíarecuperándosedesusheridas.Os los mencioné con anterioridad, pero deseaba asegurarme de que no lohubieraisolvidado.

Colmpensóquedespuésdetodo,muyenelfondo,elsacerdoteteníaunpocodevalor.Gelroysehabíaatrevidoarecordarlequeteníaunadeudadegratitudconestoshombres.Colmodiabadeberlealgoaalguien.Lasdeudassiempresevolvíandemasiadoagobiantesantesdesersatisfechas.

No le agradeció a los guardias, pero hizo un gesto con la cabeza comoforma de reconocimiento por lo que habían hecho. Los otros Buchanan yMacHugh, al escuchar lo que dijo el sacerdote, también se relajaron en susposiciones.

—¿Alguientratódellegarhastamihermanocuandoestabaiscuidándolo?—lespreguntóaloscuatro.

Gabrielle comenzó a responder negativamente, pero decidió que debíadejarqueelloshablaranporsímismos.

—Stephen,¿alguientratódeheriraLiammientrastúolosdemásestabaisprotegiéndolo?

Éldudó antes de responder, luego asintió conun rápidomovimientodecabeza.

—Esaprimeranochevinierondoshombres.—¿Quéfueloquedijo?—lepreguntóBrodickaGabrielle.

Página141

Page 142: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

GabrielleestabatansorprendidaporlarespuestadelguardiaqueignoróaBrodick.

—¿Porquénomelodijiste?—Nopensamosquefueranecesariodecíroslo—dijoLucien.—Nos pidió que lo protegiéramos, y eso fue lo que hicimos —dijo

Stephen.BrodickyColmhabíanesperadolosuficienteparaobtenerunarespuesta.—Nosdiráloquehandicho—ordenóColm.Rápidamente ella se disculpó y pidió a Stephen y a los demás que

hablarandirectamenteconloslairds.StephensevolvióhaciaColmydijoengaélico:—LairdMacHugh, la primera noche que hicimos guardia, vinieron dos

hombresabuscaravuestrohermano.Si los lairds se sorprendieron de que los guardias deGabrielle también

hablarandiestramentesuidioma,nolodemostraron.Colmcruzólosbrazosyesperóqueledieranmásexplicaciones.

—Estabanvestidoscomomonjes,pero llevabancuchillosen lasmangas—dijoLucien.

—Lucienyyoestábamosdeguardia—explicóChristien.—Esperamos hasta estar seguros que tenían la intención de asesinar a

vuestrohermanoantesdeactuar—dijoLucien.—Y ¿qué hicisteis cuando os distéis cuenta de sus intenciones? —

preguntóBrodick.—Losmatamos—respondióChristienconfranqueza.Colmasintióaprobador.—¿Hablaron?¿Escuchasteissusnombres?—preguntó.—¿Mencionaron de dónde eran o quién los había enviado?—preguntó

Brodick.—No—respondióLucien—.Hablabansuidioma,perodeformadiferente

delaquelohablanustedes.—Describeaesoshombres—ordenóBrodick.Luciendijoquelosdoshombresteníanelcabellolargoybarba,queeran

corpulentosperonoexcepcionalmentealtos.Despuésquehuboterminado,Christienañadió:—Erancomunesycorrientes.—Noteníanmarcasenlapielnienlasarmas—explicóLucien.—¿Mihermanodurmiódurantetodalapelea?—preguntóColm.Christiensesintióofendidoporlapregunta.

Página142

Page 143: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Nohubopelea.Nolesdimostiempoapelear.—Entonces, fue un ataque sorpresa —dijo Brodick, asintiendo con

aprobación.—No—dijoLucien—,nosvieronvenir.Colmadmirósuorgullo.—¿Quéhicisteisconloscuerpos?—No podíamos dejar a Liam desprotegido, así que mantuvimos los

cuerposenunrincóndesuhabitaciónhastaqueStephenyFaustvinieronarelevarnos—dijoChristien—.Luego,Lucienyyosacamosloscuerposdelaabadíaylostiramosenelbarranco.Todavíaestabaoscuro;estoyseguroquenadienosvio.

—Tiramos tierra sobre ellos, pero a estas alturas es probable que losanimaleshayanllegadoaellos.

Laspreguntas continuaron, peroGabrielle no estabaprestando atención.Aúnestabaconmocionadaporlaadmisiónfortuitadequesusguardiashabíanmatado a dos intrusos. Palabra de honor, no pensaba poder soportar másimpresiones.Estabaagotada;todoloquedeseabahacereraencontrarunlugartranquiloysentarseporalgunosminutos.Sumundoestabadesmoronándoseasualrededor,ynecesitaba tiempoparaponerenorden loshorribleseventosdeldíaantesdetratardehaceralgúnplan.

Comprenderesoshorribleseventoslellevaríamuchomuchomástiempo.Cuandoparecióqueporfinhabíanterminadolaspreguntasdeloslairds,

llamóaStephen.—¿Podemoshablar?—preguntó.Gabrielle condujo a Stephen lejos de los demás para que no los

escucharan, pero para estar absolutamente segura, habló en el idioma deSt.Biel.

—¿Porquénomeinformastedelosatacantes?—Lo siento, princesa, pero pensé que si sus cuerpos eran encontrados,

estaríaismássegurasinoteníaisconocimientodeellos.—¿Losreconociste?¿PodríanhaberestadoenFinney’sFlat?—Todos les dimosunbuenvistazo, peronos pareció queno.Recordad

princesa,quefuisteislaúnicaqueviolosrostrosdetodosellos.—LadescripciónqueLucienacabadedarle a los lairdsno separecía a

ninguno de los hombres que vi. Aún así, pensé que tal vez nos hubieranseguidohastalaabadía.

Stephennegóconlacabeza.

Página143

Page 144: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Esonoesposible.Christienretrocediósobrenuestrospasosunayotravezparaasegurarsequenonosestuvieransiguiendo.Loshubieravisto.

—¿EntoncescomosupieronesoshombresqueLiamestabaallí?—Alguiendebehaberlovisto,oanosotrosllevándoloadentro.Esdifícil

mantener secretos en un lugar tan grande con tantos extraños entrando ysaliendo.

—Sí,esoescierto,peroahoraestáasalvo,¿noesverdad?Yesoestodoloqueimporta.

—¿Yvosprincesa?Por loscortesymagulladurasqueveo,deboasumirquenoestáisasalvo.¿Mediréisloquepaso?

Temiendolatarea,leconfesóaStephenloquehabíasucedidoenelsalóncomunal.Nopudomirarloalosojoscuandorepitiólosfeosnombresquelehabían gritado, y su voz se quebró cuando habló del monje que habíaconfirmadolahistoriadeIsla.

Stephenllegóalamismaconclusiónqueella,ydijo:—DebehaberosvistocuandoibaisdecaminoaveraLiam.Deloscuatroguardias,Stepheneraelmáspragmático,yenunacrisis,el

mássereno,peronopudocontenersuira.—Nuestrodeberesmantenerosasalvo,princesa,ydeliberadamentenos

ocultasteisloshechos.Sihubiéramossabidoloqueestabaocurriendodentrodelaabadía…

Lointerrumpió.—Os hubieran matado, porque tú y los demás hubierais tratado de

defenderme.Nopodíapermitirquepasaraeso.Frustrado,respondióvivamente.—Esnuestraresponsabilidaddefenderos.Christien, Lucien y Faust se acercaron corriendo. Faust parecía

horrorizadocuandodijo:—Stephen,lelevantastelavozalaprincesaGabrielle.—Cuandoescuchesloqueacabadedecirme,compartirásmifuria.¡Hubo

hombresqueseatrevieronatirarlepiedras!—increpó.CuandoundescontentolairdMacHughseaproximóaellos,Gabriellese

salvódetenerquerevivirlapesadillaunavezmás.—Todavíatengoquedescubrircomollegómihermanoalaabadía.¿Enel

tiempoqueestuvisteisallí,escuchasteisalgoalrespecto?Gabriellerespondió:—Porfavor,laird,tenedencuentaquemuypocagentesabíaqueélestaba

enelpabellóndelosmonjes.TalvezLiampuedarecordaralgo.Sugieroque

Página144

Page 145: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

lepreguntéisaél.Colmvolviósuatenciónaloscuatroguardias.—Mi hermano me dijo que trató de hablaros. ¿Por qué ninguno de

vosotros le respondió?Liampensóqueno leentendíais,peroyaquequedóclaroqueentendéisgaélico,quierosaberporquénohablasteisconél.

Faustmiró a Stephen. Cuando este le otorgó su permiso con un rápidoasentimiento,dijo:

—Noquisimoshacerlo.

Página145

Page 146: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo28

Los guardias deGabrielle eran arrogantes, rudos, insultantes, descorteses ybrutalmentehonestos.Colmnopudoevitarqueleagradaran.Sinolohubierasabidomejor,hubierapensadoqueeranhighlandersdepuracepa.Yyaqueno consideraba que ninguno de estos rasgos fuera un defecto, no habíanecesidaddemeterleelpuñoporlagargantaaFaustporsuactitudinsolente.

Había muchas cosas que deseaba saber acerca de su implicación conLiam, pero decidió que por el momento dejaría de lado el asunto paraconcentrarse en Gabrielle. Cuanto antes le explicara lo que iba a pasarle,mejor.Teníaunadeudaquepagar,yportodoloqueerasagrado,loharía.

Mientraslosdemássepreparabanparareanudarelviaje,esperóaquelosguardiasvolvieranasuscaballosantesdedirigirseaella.

—Gabrielle.—¿Sí,lairdMacHugh?—Caminaréisconmigo.Nofueunpedido.Fueunaorden,dadaconuntonobrusco.—¿Loharé?Asintió.—Sí,loharéis.Ellairdestabaacostumbradoasalirseconlasuya.Y¿porquéno?,pensó

Gabrielle.Seveíalosuficientementefuertecomoparalevantaruncaballosinquelecayeraniunagotadesudor.Podíaverelpoderqueteníaenlaformaenquesemovía,ensuandararrogante,peronosesentíaamenazadaniasustadaporél.Sufuerzadealgunaformalahacíasentirsegura.¿Yquesentidoteníaeso?

Perobueno,hoyhabíasidounodelospeoresdíasdesuvida.Nadateníasentido.

—Cuandoestéisconmigosolohablaréisengaélico—ordenóColm.Trató de no poner objeciones a su cortante orden. El laird estaba

acostumbradoaqueelclansiguierasusórdenessindiscusión,pero¿sehabría

Página146

Page 147: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

olvidadodequeellanoeraunaMacHugh?Sicontinuabasiendotancáustico,lerecordaríaesehecho.

Sin decir ni una palabra, caminó a través de un pequeño claro hasta lasombradeunahileradeárboles.Sentíalosojosdelosguerrerossobreella.

Sedetuvoysevolvióaenfrentarallaird.De pie a solo unos pies de distancia de ella, Colm le dedicó toda su

atención.Tratódenoreaccionarfísicamente,peroresultóserimposible.Erahermosa: tenía el cabello largo y suavemente rizado del color de lamedianoche,lapieltanpuracomolacrema,losojostanvioletasyexpresivosque parecían chispear, y la boca, Dios querido, esa boca podía hacer quecualquier hombre tuviera fantasías.Hasta con lamandíbulamagullada y elmalditocorteenlamejilla,erairresistible.

Colmnopodíapermitirque sumentedivagaradeesa forma.Loúltimoque necesitaba era que una mujer confundiera sus pensamientos. Con eltiempo, estaba seguro que podría acostumbrarse a su apariencia, pero noestabaseguroacercadesusseguidores.Inclusoenesemomentosushombresestabanboquiabiertos.Sevolvióparamostrarsudesaprobación,peroningunole reservó unamirada; estaban totalmente ocupados observándola a ella. Siestuvieranmáscerca,haríachocarunpardecabezasentresí…esollamaríasuatención.

GabrielleesperópacientementeaqueellairdMacHughhablara.Laformatanintensaenquelamirabalahacíasentirincomoda.

Intentóesbozarunasonrisaydijo:—¿Quéeraloquedeseabaisdecirme?Élnoviorazónalgunaparahacermásfácileltema.—Vendréisacasaconmigo.Estabaseguradehaberoídomal.—Losiento.¿Osimportaríarepetirloqueacabáisdedecir?—Vendréisacasaconmigo.—¿Porqué?—preguntó,totalmentedesconcertada.—Porqueasílohedecidido—dijoél,frunciendoelceño.—Pero ¿por qué desearíais llevarme a su casa con vos? —volvió a

preguntarella.Él dejó escapar un interminable suspiro. Debería haber sabido que no

sería fácil. Las cosas que tenían que ver con los Buchanan siempreterminabansiendocomplicadas,yobviamenteestanoibaaserdiferente.

—Fueunasugerenciadevuestroprimo…—¿ElsalvajeBuchanan?

Página147

Page 148: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Sí…—¿Quésugirióexactamente?—Dejaddeinterrumpirme.Inmediatamentesemostrócontrita.—Medisculpo,laird.Vuestroanunciometomóporsorpresa,yyo…—Se

detuvo—.Notengoexcusa.Laturbaciónhizoqueselesonrojaranlasmejillas,yColmsupoquesino

dejabaderepararensemejantescosas,nuncaterminaríaconesto.Uniendolasmanosdetrásdelaespalda,fruncióelceñoylointentóunavezmás.

—Brodick sugirió que estaríais a salvo viviendo con mi clan bajo miprotección.

Cruzólosbrazosyesperóalgunossegundosantesderesponder.—¿Por qué haría el laird Buchanan alguna sugerencia respecto de mi

bienestar?—Vuestro padre no estaba en la abadía, y como Brodick es pariente

vuestro,eldeberdeprotegerosrecayósobresushombros.—Brodicknoesmitutor.Mipadreloes.Colmasintió.—Sí, eso es cierto —dijo con impaciencia—. Pero él no estaba allí,

¿verdad?—Antesdequepudieraresponderañadió—:Nosotrossí.—Sí, sé que lo estaban. Cuando entré en el salón comunal, miré hacia

arribaylosvi,peropensé…quierodecir,asumíqueseestabanyendoenesemomento. —Súbitamente dio un paso atrás y sacudió la cabeza,completamente desconcertada—. ¿Por qué pensaría eso? ¿Por qué asumiríaquese iban?Nisiquieravolvíamiraralmurounavezquecomenzaron losgritos.—Poniéndosefrenética,susurró—:¿Cuándosefueron?

—Despuésquevos.Sesintióenferma.—¿Entoncesfuerontestigos…?—nopudoterminarlapregunta.—Sí.Diootropasoatrás.¿Habríanvistoyescuchadolahumillaciónquehabía

sufridotodosloshombresqueestabanconloslairds?Sí,porsupuestoquelohabían hecho. Era por eso que todos estaban mirándola en ese momento.¿Pensaríanqueeraunaputa?¿UnaJezabel?¿Porquénoestabangritándoleobscenidadescomolosotros?

Dejóderetrocederyenderezóloshombros.Decidióquenosedefenderíaa simismanideclararía su inocencia.Tampocoseacobardaría.Si, como laturbaque lanzaba insultosypiedras,deseabancreer lopeordeella,queasí

Página148

Page 149: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

fuera.Convocóhastalaúltimaonzadevalorqueposeía,perolequedabamuypoco. Una vez más se vio inundada de vergüenza por algo que no habíahecho.

Colmviocómolatristezaseintroducíaensusojosyelcolorhuíadesurostro.Tuvoellocoimpulsodetratardehacerlasentirmejor.

—Soisunamujerdesconcertante—murmuró.Gabriellenopudodiscutiresaopinión,yaquesuspensamientosgiraban

entodasdirecciones.¿Porquéleofreceríasuhogaresehombre?¿Quépodríaganarconello?Nadateníasentido.

Ciertamente, ella y sus guardias necesitaban un puerto seguro mientrasplaneabasufuturo.VivirconlosMacHughseríaunabuena,aunquetemporal,solución,siempreycuandopudieraentenderlosmotivosdelofrecimientodellaird.En su presente estado de ánimo, no se atrevía a confiar en que nadiehiciera locorrecto. ¿MacHugherahonorable,o tendría suspropiosmotivosretorcidos?

—Pienso que debéis ser un buen hombre y un líder honorable… —comenzóadecir.

—¿Cómopodríaissaberloquesoy?Fuelaentradaqueestababuscando.—Esimposiblequesepa…—Acabáisdedecir…—Ycomoesimposiblequelosepa,nopodéissentirosofendidoantemi

requerimientodesabervuestrosverdaderosmotivos.Osvuelvoapreguntar,laird,¿porquédeseáisque…?

—Nolodeseo.Eldeseonotienenadaqueverconesto.LeestoypagandounadeudaaBrodickBuchanan,yesoestodo.

—Oh. —No sabía si sentirse aliviada u ofendida. Las cosas estabansucediendotanrápido,quenoteníatiempodepensar—.Vosnodeseáis…esoquieredecir,¿estáispagandounadeuda?

¿No acababa de decir eso mismo? La mujer era la criatura másdesconcertantequeColmhubieraconocido.Susemocioneshabíanidodesdelamortificaciónalmiedoyladesesperaciónyahora,quelocondenaransilamujer no parecía enfadada. Había supuesto que no reaccionaríafavorablemente cuando le dijera que tenía que vivir con él, pero no habíasospechado que fuera a tener una reacción tan extravagante. Esto estabaprobandoseraúnmásdifícildeloquehabíaanticipado.

—Gracias laird, por ofrecerme vuestro hogar. No os preocupéis no osestorbaremosmásqueunospocosdías.

Página149

Page 150: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Noestoyofreciendoalojamientotemporal,ynoseiránenunospocosdías.Vendréisamihogarparaquedarosdeformapermanente.

Unodesushombreslollamó.Colmcontestólevantandolamanoparaqueguardarasilencio,ylerespondió:

—Esperarásaquetermineconesto,parahablar.¿Termineconesto?Aparentemente,pensóGabrielle,ellaerael«esto»al

cualseestabarefiriendo.—Osagradezcovuestraofertadehospitalidad—dijo—,peronopuedoir

convos.Declinarlainvitaciónparecíalomáslógicoporqueacababadeocurrírsele

otro destino. Ella y sus guardias irían a casa del laird Buchanan. LosBuchananpodíanmantenerlaasalvotanbiencomolosMacHugh.

¿PeroporquénosehabíaofrecidoBuchanan?Colmnoestabasegurodecómoproceder.Adecirverdad, le sorprendía

quehubiera rechazado suprotección. ¿La locamujerno sedaba cuentadelpeligroquecorría?¿Entenderíaloquesignificabaserdesterrada?

Decidió instruirla, pero antes de que pudiera explicarle cuán precaria ysombríaerasusituación,ellalepreguntó:

—¿PorquéellairdBuchanannomeofreciósuhogaryprotección?Estoyemparentadaconél.

Colm echó un rápido vistazo sobre el hombro, vio a Brodick entre lamultituddehombresestirándoseparaoírlaconversación,einclinólacabezahaciaGabrielle.

PorlaexpresiónenelrostrodeColm,Brodicksupoqueladiscusiónnoestabayendobien.Cruzóelclaro,yconlavistafijaenGabrielle,preguntó:

—¿Porquéestáistardandotanto?—Ellaestásiendodifícil—ledijoColm.Inmediatamenteellaprotestó.—Debodiscrepar,laird.Nocreoestarsiendoniunpocodifícil.—Entonces¿cuáleselproblema?—lepreguntóBrodickaColm—.¿Le

dijisteloquevaasuceder?Ah,ahíeradondesehabíaequivocado.Éllehabíacontadolasugerencia

deBrodickenvezdeordenarsuobediencia.—EllairdMacHughgentilmentemeofreció…—¿Yoqué?—rugió.—Vosgentilmente…—comenzóellaotravez.Cuandoélentrecerrólosojosylosplieguesdesuceñoseahondaron,lo

entendió.Usarlapalabra«gentilmente»eraobviamentealgúntipodeinsulto.

Página150

Page 151: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Que extraño grupo de hombres eran estos highlanders. Se sentiría aliviadacuandoselibraradeellos.

Noseatrevióasonreír.—EllairdMacHughmeofreciósuprotección,yyolarechacé.Larechacé

educadamente—enfatizó.—Deseasaberporquénoleofrecistetuhogarytuprotección,Brodick—

dijoColm.—¿Noleexplicastetodoelplan?—Nuncalleguétanlejos.Estamujersesienteinclinadaainterrumpir.—Gabrielle—comenzóadecirBrodick,usandoelquecreíaerasu tono

devozmásrazonable—.Podríaofrecerosmihogarymiprotección…ydeboadmitir quemi esposa se sentiría feliz de teneros de compañía. Estaríais asalvo…

—Estaréencantadadeaceptarvuestraofertasiempreycuandoentendáisquesoloseráporunospocosdías.¿Estáisdeacuerdo?

No lehabíadado tiempoadecirqueMacHughpodíaofrecerlemásqueprotección;podíadarlesunombre.Encambio,habíaaceptadounainvitaciónquenohabíaofrecido.

—Lamujerestáempeñadaenrechazarlaayuda—dijoColm.Brodickasintió.ColmsedirigióaGabrielle.—¿Quéocurrirádentrodeunosdías?¿Quéplaneáishacer?—Primerodeboencontraramipadreparaadvertirledelpeligro.—¿Encontrarlo?¿Nosabéisdóndeestá?—preguntóBrodick.Ellanegóconlacabeza.—Iba de camino a ver al rey John para informarle de lo ocurrido a

Monroe,eibaareunirseconmigoenelcaminoaInglaterra.—¿Pensáisvagarporelpaíshastaqueacertéisaencontrarlo?—preguntó

Colm.—Aún si lo encontráis, no podréis ir con él a Inglaterra. Habéis sido

exiliada—le recordó Brodick—. Si os atrapan, seríais ejecutada, y si soiscapturadajuntoavuestropadre,éltambiénpagaráunaltoprecio.

Estabanforzándolaaenfrentar larealidad,peroaúnnopodíasoportar laideadequealguientuvieraquerescatarlaporalgoquenohabíahecho.

—Mipadredebeenterarsedeloquepasó.—Probablemente se esté enterando en este mismo momento —sugirió

Brodick—.Oseenterarápronto.Lasmalasnoticiasviajan rápido.También

Página151

Page 152: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

sabráquenosotrosestábamosallí—añadióhaciendoungestohaciaColm—,ypodríaapostarquevendráapreguntarmeamiporvos.

Esoteníasentido.—Sí,esoes loquehará,yesaesotra razónmáspor laquedebo ircon

vos.Brodicksuspirófrustrado.Nosabíacomohacerlaentender.—Sabéis,enunasituaciónhorrible,horrible…sinohubieraningunaotra

posiblesolución—ningunaenabsoluto—ycorrierapeligrovuestravida—recalcó—, podríais venir a mi hogar, ya que sois prima demi esposa. Sinembargo…

Colmlointerrumpió.—Hemosperdidosuficientetiempoaquí,Brodick.Sitúnoselodices,lo

haréyo.Frunciendoelceño,ellalepreguntóaColm:—¿Decirmeque,laird?FueBrodickelquerespondió.—Sios acercáis avuestropadre, lopondréis enpeligro. ¿Es eso loque

deseáisGabrielle?—No,no,porsupuestoqueno,peroyo…Entoncesloentendió.Laenormidaddelasituaciónfinalmentelaatravesó.

Dios querido, ¿qué iba a hacer? Nadie estaba a salvo con ella. Hasta losBuchananylosMacHughestabanenriesgo.

Braeden,elcomandantedeMacHugh,lollamó.ColmsegiróyvioaotrodesusguerreroshablandoconBraeden,yambosestabanmirandoaGabrielle.LuegoDylan,elcomandantedeBrodick,seunióaladiscusión.

—¿Quésucede?—gritóColm.Braedenexplicómientrasseacercabaaél.—Los ingleses.—Antesde continuar, le echóunvistazo aGabrielle—.

Ambos barones la están buscando, y ambos tienen pequeños ejércitosconsigo.

Brodickpreguntó:—¿Vienendecaminohaciaaquí?—No,laird—respondió—.Unodelosbaronesllevoasushombreshacia

elsur,yelotrovaendirecciónhacialastierrasdelosMonroe.—Alfinal,cuandonoencuentrenaGabrielle,volveránsobressuspasosy

vendránhaciaaquí—dijoBrodick.Colm estuvo de acuerdo. Llevó a Braeden aparte para darle órdenes y

finalmenteregresóconella.

Página152

Page 153: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—¿Ahoraloentendéis?—preguntóirritado.Aparentementeno.—¿Por qué querrían venir a buscarme?Ustedes estaban allí. Oyeron lo

quemellamaron,yseguramenteoyeronquefuicondenadaennombredelreyJohn.¿Nodijeronqueasusojosyoyanoexistía?

—Ahorasoisvulnerable—explicóBrodick.Colmibaatenerquesermásdirecto.—Ahora,cualquierhombrequesealosuficientementefuerteparapeleary

ahuyentaralosdemáspuedequedarseconvos.¿Necesitosermásexplícito?Horrorizada,sacudiófrenéticamentelacabeza.—Comoyanorespondéisanteningúnreynipertenecéisaningúnpaís,no

tenéisanadiequeosprotejade losdepredadores—explicóBrodick,suvozeramuchomásamabledeloquehabíasidoladeColm.

Inclinólacabezamientrasluchabaconelterrorquesentíaensuinterior.—¿Cómoprotegeréamipadreyamisguardias?Losmatarán.—Susurró

susmiedos.—¿Os preocupáis por los demás en vez de por vosmisma?—preguntó

Brodick.Nolerespondió.Encambio,tomounprofundoalientoymiróaloslairds.—Debenpartirinmediatamente.Sí,esoesloquedebenhacer.—Ahorasu

voz sonaba fuerte, decidida—. Todos ustedes corren peligromientras esténconmigo.Vayan.Déjenmeahora.

—¿Acabadedespedirnos?—Colmnopodíacreerlo.—Sí,lohizo—dijoBrodick—.Creoquenosabehacerotracosa.Despuésdepensarlounmomento,ColmdecidióqueGabriellenosehabía

dado cuenta que estaba insultándolos al sugerir que deberían correr ante laprimera señal de que habría problemas. Ambos, él y Brodick le daban labienvenidaalaoportunidaddelucharcontralosingleses,peroningunodelosdoscederíaalatentaciónmientrasGabrielleestuvieraasucuidado.

Exasperado,Colmdijo:—Gabrielle,enelfuturonocuestionarámiautoridad.Aellalecostoentenderloquequeríadecir.—¿Enelfuturo?¿Quéfuturo?—Vuestrofuturocomomiesposa.

Página153

Page 154: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo29

No hubo ninguna discusión. MacHugh simplemente le dijo lo que iba asucederyluegosealejó.

Considerándolo todo,Gabriellepensóque sehabía comportadobastantebien. No había gritado ni se había desmayado cuando el laird anunciótranquilamente que iba a pasar el resto de su vida con él. Puede queempalideciera,peronosedesmayo.

Encontróconsueloenunacerteza:niquelacondenaranibaacasarseconel lairdMacHugh.No legustaba el hombre, y sabíaque a él no le gustabaella.LadeudaquedebíapagarleaBrodickdebíaserasombrosa,sino¿porquéotro motivo iba arruinarse la vida casándose con una mujer que apenasconocía y de la que había oído decir mentiras terribles? Por lo que sabía,MacHughpensabaqueeraunaputa.

No,elmatrimonioestabafueradecuestión.¿Quétanterriblesería,si,soloporuncortotiempo,Gabrielledejaraque

MacHugh creyera que estaba de acuerdo? Ese pequeño engaño le daríatiempo para elaborar un plan para el futuro.Después de dos o tres días, lediríalaverdad…enelmomentodepartir,porsupuesto.

Considerólosproyloscontra.Porunlado,ellaysusguardiasestaríanasalvo de los barones. Tendrían refugio y protección. Si los baronesaveriguabandóndeestaba,noseatreveríanaentrarenterritorioMacHugh,yaqueseguramentesabríanquenosaldríanconvida.

Porotrolado,estaríaviviendocon…él.El laird Buchanan parecía de lomás complacido con la decisión de su

amigo.Sonriendoycongranalegría, seacercóa sushombresdiciendoqueerahoradepartir.Gabrielleletocóelhombro.Estabaapuntodearruinarlesubuenhumor.

—¿PrimoBrodick?Susonrisaseesfumó.—Noesnecesarioquemellaméisprimo.—¿Tenéisunmomentopararesponderunapregunta?

Página154

Page 155: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—¿Quesucede?—preguntócautelosamente.—Entiendovuestrasrazonesparasentirosresponsabledemí,yaquesoy

vuestraprima.Gabrielle se preguntó por qué hacía muecas cuando mencionaba su

parentesco. ¿Necesitaba que se le recordara que se había casado con unamujerdeInglaterra?¿Hacíamuecascadavezquesuesposalehablaba?

Decidióllegaralfondodelacuestión.—¿Quédeudaestápagandoélparatenerquehacerseresponsabledemí?

Nisiquierameconoce.—Hacedlelapreguntaaél—sugirió—.Siquiereexplicároslo,lohará.—Ylaird—continuó—,sitenéisnoticiasdemipadre,porfavor¿podríais

decirlequenovengaabuscarme?Brodickcomenzóavolverse,luegocambiódeopinión.—Gabrielle,MacHughnodejaráquenadaosocurra.Élprotegeloquele

pertenece.Habiendo dicho eso, siguió su camino, dejando aGabrielle estupefacta.

¿Pertenecerle?¿Ahoraellaeraunaposesión?A pesar de la sensación de vacío en la boca del estómago, se dijo a sí

misma que debía permanecer firme. Mantendría una mente abierta conrespectoaMacHugh.Sinollamabalaatenciónsobresímisma,talvezélnorepararaenellaniensusguardias,ysipermanecíaapartadadesucamino,talvezsemantuvieraalejado.

—Gabrielle, es hora de partir —dijo MacHugh directamente a susespaldas.Cuandosevolvióbruscamentecasicaeensusbrazos.

—Noossentíacercaros—tartamudeó—.Osmovéiscomounleón.—¿Algunavezhabéisvistoaunleón?—lepreguntó,divertido.—De hecho, si he visto.Una vez en St. Biel,mi padrememostró dos

leones.Eranrealmentebellos.Yferoces,consideró.Muyparecidosati.Gabriellelosiguióhaciadondeestabanloscaballos.—Laird, quiero que sepáis que no me defenderé a mí misma. No me

importasicreéisloquedijeronlosbarones.—Sí, sí que os importa —respondió mientras seguía caminando—.

Sabemosquelamujermintió.Sellevólamanoalcorazón,ysedetuvo.—¿Losabéis?—Porsupuesto.Supequeestabamintiendodesdeelprincipio.

Página155

Page 156: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Aparentementehabíaterminadodehablardeltema.Antesdequesedieracuentadeloqueibaahacer,lalevantóyprácticamentelatirósobreellomodeRogue.Braedenleentrególasriendas.

—Selespermitiráavuestrosguardiasqueosacompañen—dijoColm.¿Sinceramentepensabaqueiríaconélsiasusguardiasnoselespermitía

acompañarla?Antesdequepudierapreguntárselo,élyasehabíasubidoasucaballoysehabíaalejadocabalgando.

Losdemásseformarondetrásdeél.Cabalgaronduramenteatravésdelosvalles, y aminoraron el paso cuando llegaron a las colinas. Los jinetes seformaronenuna solahilerapara subir el angostoy traicionero senderoqueteníandelante.Despuésdedoblarunhorrorosorecododescubrióqueestabanen un risco que se alzaba sobreFinney’sFlat.Este era el lugar que habíanestado vigilando los canallas que habían retenido a Liam, esperando queapareciera MacHugh. Bizqueó contra el sol para ver si sería capaz dereconoceraalguienaesadistancia. Imposible,pensó.SolounáguilapodríahabervistoelrostrodeLiam.

Dándosecuentaqueestabaentorpeciendolamarcha,reanudósucamino.Rogue vaciló en la primera hendidura, y algunas piedras cayeronpeligrosamenteporelempinadoprecipiciodeladerecha.Gabriellemiróhaciael costado y se encogió. Había un escarpado descenso hasta el fondo delabismo.Sucaballocontinuóteniendoproblemasparaencontrarelequilibrio.Lodejoirasupropiopaso,peroaúnasítropezódosvecesmásantesdequefinalmente el sendero se ensanchara y nivelara. Para ese entonces, tenía elcorazóndesbocado.

Cuando llegaronaunapendientecubiertadehierba se inclinóy susurróelogios aRoguemientras le daba palmaditas.Cuando se enderezó, vio queMacHughlaobservabaconexpresiónconfundida.

Yasícontinuaron.Elclimasepusohúmedoyfrío,yGabriellelosintióenloshuesos.Alno tener su capagruesa, enseguida sepusoa temblar.PensóquenadiehabíanotadoloafligidaquesesentíahastaqueMacHughleordenóaLucienqueseapartaradesucaminoparapodercabalgarjuntoaGabrielle.El guardia no tuvo elección en el asunto. Si no hubiera retrocedido, elsementaldeMacHughlohabríapisoteado.

—Tenéisfrío—estableció.¿Eraunaacusación?Nopodríadecirlo.—Sí,tengofrío—yañadió—:mirándomeconferocidadnolograréisque

lostembloresdesaparezcan,laird.Talvez…

Página156

Page 157: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Eraposiblequehubieragritado.Noestaba segura.Todohabía sucedidotan rápido. En un momento la estaba escuchando, y al siguiente la estabalevantandodellomodeRogue,colocándolaensuregazo,yenvolviéndolaensutartán.

Supechoeracomouna roca,una rocacálida.Lomismosusmuslos.Elcalor que irradiaba la calentó. Exhausta, se permitió relajarse contra él. Suaromaera agradable, comoel brezoy losbosques.Losbaronesquehabíanconcurrido a su boda en la abadía se empapaban con perfumes y aceites,pensandoquelaspesadasfraganciaspodríancubrirelsuciohedordelafaltade higiene. Gabrielle sentía nauseas cuando estaba en la misma habitaciónconellos.MacHughnoseparecíaennadaalosbarones.

Súbitamentesesintióatormentadaporlaculpa.Engañarloestabamal,sinimportarcualesfueransusrazones.

—Osheengañado—soltódebuenasaprimeras—.Solomequedarédosotres días, laird, y no tengo ninguna intención de casarme con vos. No osculparíasimetiraraisdevuestrocaballoenestemismoinstante.Esperoquenolohagáis,peronoosculparía.

Surespuestanofuelaqueesperaba.Tiródesutartánparaponérselosobreelrostroylaignoró.

Lucien cabalgó acercándose al caballo del laird y mirando a Colmamenazadoramentedijo:

—princesaGabrielle,¿necesitáismiayuda?Seapartóeltartándelrostro.—Ahora estoy abrigada, Lucien. No hay razón para preocuparse.—Le

dedicó aColmunamirada furiosa que demostraba enfado y reproche, perocuandosevolvióhaciaLucien,teníaunalevesonrisaenloslabios.

MacHughlaestrechómás.Esedíalamujerhabíapasadoporuninfierno,yaúnasípodíasonreír.Sisentíatemorporloqueledepararíaelfuturo,noloestabademostrando.

PorunsegundoodosColmhabíaperdidoelrumbodesuspensamientos,perorápidamenterecobrólaausteracomposturaydijo:

—Nonecesitoelpermisodevuestrosguardiasparatocaros.—No,nolonecesitáis—confirmó—.Necesitáiselmío.Obviamente su comentario no era digno de respuesta, decidió, a no ser

queungruñidosignificaraalgo.Rodearonotracolina,ysúbitamentesufortalezaapareciódelantedeellos.

Eltorreóneratanaltoqueparecíadesaparecerenlasnubes.Unamuralladepiedra rodeaba su propiedad y un puente levadizo de madera cruzaba un

Página157

Page 158: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

ampliofosollenodeagua,negraporlaspiedrasderíoquehabíaenelfondodesulecho.

Colmhizoseñasasusguardiasparaquesiguieranalosguerrerosadentro.Paraéleraun ritual serelúltimoencruzarelpuente.Encuantopasaba lasplanchasdemadera,hacíaunaseñal,levantandoelpuño,yalzabanelpuentelevadizo.Elsonidodemetalcontrametal ledioaGabrielle la impresióndeserencerradaenunamazmorra.Cerrólosojosyforzóalaoscuraimagenasalirdesumente.Esteerasusantuario,nounaprisión.

El sol se estaba poniendo cuando cruzaron la muralla exterior yempezaronasubirlapendientehaciaelcastillo.Lascabañasquepasabanseveíansalpicadasdeuncolordoradoporelsolyelcéspeddelapendientequeteníandelanteadquirióuntintedefuego.

Losmiembrosdelclandejarondehacersustareasysalieronparaaclamarasulairdymirarlaaellafijamente.Losniñoscorríantrasellos.Algunasdelas mujeres sonreían. Eso pronto cambiaría, pensó, cuando se enteraran dequélaacusaban.Consuerte,paraeseentonces,sehabríaido.

Su hogar no era impresionante para los estándares deSt.Biel, o a esosefectos,para losde supadre.Laestructuracuadradanoeragrande,pero seestaba construyendo una ampliación. Tres lados estaban construidos depiedra,yelrestante,fabricadodemadera,estabaenprocesodeserreforzadocon rocas enormes. Habían erigido un andamio cerca del torreón con unmontacargasyunaruedaparaacarrearlaspiedrashastaelpisosuperior.

—VuestrafortalezaesdistintadelasquehayenInglaterra.—¿Enquédifiere?—Los castillos de Inglaterra generalmente tienen dos murallas. La

exteriorrodeaeláreaexterna,peroluegohayotramuralladefensivaentreeláreainferiorylasuperior.AveceshastahayunpuentelevadizoparasepararaúnmáslacasadelLorddelasdemás.

—Notengonecesidaddetenerdosmurallas.—Ysolotenéisuntorreón—señaló.—Solonecesitouno.—Esperoquenopenséisqueestoycriticandovuestrohogar.Soloestaba

señalandolasdiferencias.Estoyseguraqueestarémuycontentaaquí.Cuandonoasintió,asumióqueteníalamenteenasuntosmásimportantes.

ElpadreGelroylasaludómientraspasaba,ysinohubieratenidolosbrazosatrapadoseneltartándeMacHugh,lehubieradevueltoelsaludo.

Losestablosestabanamediocaminoentreeláreasuperiorylainferior,yen su camino hacia el patio del laird pasaron por la guarnición. No había

Página158

Page 159: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

nadie esperando en la puerta para darle la bienvenida. ¿Tenía otra familiaademásdeLiam?Nohabíapensadoenhacerleesapregunta.Supusoqueseenteraríaenseguida.

MacHughdesmontóconellaenbrazos.Encuantolasoltó,ellaretrocedióunospasosparaponeralgodedistanciaentreellos.

—¿Dóndeestaránlashabitacionesdemisguardiasylasmías?¿Dentrodela casa convos? ¿Odeseáisque tomemosdosde las cabañasvacías? ¿Hayalguna vacía?—Dios querido estaba nerviosa.No podía dejar de hablar—.Quierodecir,megustaríadescansar.Solonecesitosaberdondesesuponequevoyaquedarme.

ElpadreGelroylalibródeseguirdivagando.—princesaGabrielle,¿estáistancansadayhambrientacomoyo?Seaferróasubrazocomosifueraunsalvavidas.—Sí,loestoy—dijomuchomásentusiastamentedelonecesario—.Justo

le estaba preguntando al laird donde deberíamos buscar refugio para estanoche.

—Dormiréisdentro—dijoColmencuantopudointercalarunapalabra.Braedenseapresuróairhacialaaltapuertahechadevigasderobleyla

abriódeunempujón.Gabrielleleagradeciómientraspasabaasulado,perosedetuvoabruptamenteenelumbral.Estabatanoscuroadentro,quenopodíaverelcamino.Colmlatomódelamanoytiródeella.

El piso de madera se hundía bajo su peso, y las botas de los hombresresonaban en el espacio cavernoso. La luz se filtró a través de una puertaabierta.Cuando losojosdeGabrielle se adaptarona laoscuridad,pudoveruna habitación de techo bajo. Había una gran despensa a su derecha. Losestantesestabanllenosconsacosdegranoycebada,yhabíabarrilesdevinoapiladoshastaarriba.Porlacantidaddebolsas,parecíaqueelclanMacHughpodía aguantar un asedio por unos buenos seis meses, quizás más, aunqueGabrielle dudaba que sus enemigos llegaran hasta el castillo con todo elcaminoquetendríanqueescalarporeltraicionerosendero.

Una abertura en la pared a su izquierda conducía a las escaleras, losescalones eran sorprendentemente anchos y profundos.En el segundo nivelestaba el gran salón. Era espacioso, y una chimenea con un hogar enormeocupabalamayorpartedelaparedopuesta.Unfuegoacogedorcalentabalahabitación.

Elamadellaves—unafuertemujermayorllamadaMaurna—lesdiolabienvenida y les sugirió que descansaran junto al fuego. Después de dar

Página159

Page 160: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

instrucciones,Colmsaliódelvestíbulo.StephenyLucienfueronconélparaocuparsedesuscaballos.

Otrojuegodeescalonescontinuabahaciauntercerpiso,enelcual,habíaexplicadoMaurna,estabalaarmería.EllairdMacHughhabíaordenadoasusguardiasquedebíandormirallíytambiénloharíaelpadreGelroyhastaquepudieranhacerseotrasdisposiciones.AGabrielle leseríadada lahabitacióncontigua.

AGabriellenolehubieraimportadosilehubierandadounacuadraenelestablo. El día le estaba pasando factura. Cansada, hambrienta y llena depolvopor la travesía,unahabitacióncontiguaa la armería sonabacomounbienaventurado refugio. Cuando Maurna anunció que había preparado lacomida y que les mostraría donde podían lavarse las manos y la cara,Gabrielleseloagradecióprofusamente.

Enlacomida,elpadreGelroysesentóalladodeellayparecíaagitado.—Aquí no hay una capilla —susurró—. No vi una cuando entramos

cabalgandohastaelpatio,asíquelepreguntéalamadellaves,ymedijoquenohay.Mepreocupaquepuedansertodospaganos.Sieseeselcaso,tendrémuchotrabajo.

—Seráunreto,peroestoyseguraqueleirábienaquí—leaseguró.Élsereclinómáscercaysusurró:—Nocreoqueellairdmehayatraídoaquíparaquecuidelelasalmasde

susseguidores.CreoquequierequeleexpliquecomollegóLiamalaabadía.Sabequenoledijetodoloquesabíaacercadesuhermano.

—Seguramentenolocoaccionará.Maurnainterrumpiósudiscusión.—¿Hayalgomaloconlacomida,milady?Apenashaprobadobocado.—La comida es excelente—dijo—. Es solo que no tenía tanta hambre

comopensaba.—Lo que necesitáis es dormir, si me permitís el atrevimiento de

sugeríroslo,¿deseáisqueosmuestreelcaminoavuestrarecámara?Gabrielleasintió.DeseandobuenasnochesalpadreGelroy,aChristieny

a Faust, siguió a Maurna al piso superior. Lucien la alcanzó. Llevaba susalforjas, que contenían dos mudas de ropa y otros artículos esenciales quehabríanecesitadoparasuviajederegresoaInglaterra.

—¿Estáaquíelhermanodellaird?—lepreguntóaMaurna.—Claro que sí. Y durmiendo profundamente desde su regreso. Nuestro

sanadorloestácuidando.

Página160

Page 161: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

La primera puerta que pasaron era la de los aposentos del laird, señalóMaurna.

LahabitaciónquelehabíanasignadoaGabriellehabíasidousadacomodepósito. Estaba húmeda y mohosa.Maurna se apresuró a encender variasvelasmásylaspusoenlamesaquehabíaenfrentealacama.

—Tratédeairearlahabitaciónparavos,peroparecequetodoloquelogréfueenfriarlamás.¿Deseáisquecoloqueeltapizsobrelaventana?

—Yomeocuparédeeso.—Os preparé la cama y pusemantas adicionales encima. Sobre el baúl

queestádetrásde lapuerta,hayaguaparaquepodáis lavaros,ysimedaisunos minutos, haré que enciendan un fuego en el hogar. Mi compañero,Danal,yasubióleñasecaylapusoenelcompartimiento.

—Encenderéelfuegomástarde.—Peromilady,¿deberíaishaceresetipodetrabajo?Ellasonrió.—Claroquesí.Maurnafruncióprofundamenteelceño.—Probablementenodeberíamencionarlo,peronopudeevitarnotarque

tenéissangrecercadelhombroenlapartedeatrásdesuvestido.¿Oshabéiscortado?

Gabriellesepreguntóquepensaríalamujersi ledijeralaverdad,queelsangradohabíasidoprovocadoporlaspiedrasquelehabíalanzadoelgentío.

—Seguramente—respondió.Maurna se limpió lasmanos en el paño que teníametido en el cinto y

caminóhaciaGabrielle.—Yaquenotenéisunadoncellaparaqueosasista,loharéyo.Dejadme

ayudarosasacaroselvestidoparaquepuedavereldaño.Nohuboformadedisuadirla.—Noquieroserunamolestia—protestóGabrielle—.Puedocuidardemí

misma.—¿Y como vais a hacer eso? —preguntó Maurna mientras tiraba del

bliaut para pasárselo aGabrielle por encima de la cabeza—. ¿Cómo vais allegaravuestraespaldaparalimpiarelcorte?

Dejódediscutir.—Gracias,Maurna.CuandoelamadellavesviolaespaldadeGabrielle,cloqueócomomamá

gallina.

Página161

Page 162: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Pobre querida. Vuestra espalda es un gran moretón. —Se abalanzósobrelaescudillayhundióunpañolimpioenelagua.SeapresuróaregresarjuntoaGabrielle—.¿Cómoocurrióesto?¿Tuvisteisunacaída?—Decidiendoqueesoeraexactamenteloquehabíaocurrido,prosiguió—:Porsupuestoquesí. Sentaos y esperad mientras voy a buscar un ungüento cicatrizante paraponer en esos cortes. Envolveos en una manta para no enfriaros. Volveréenseguida.

Dejar que alguien la cuidara era agradable, admitió Gabrielle. Lerecordabasuhogar.

Súbitamente la nostalgia y la preocupación por su padre la abrumaron.Elevó una rápida plegaria aDios para que lo cuidara, y luego, exhausta sesentóen lacama,cerró losojos,yesperóquevolvieraelamade llaves.Alfinal se tranquilizó, y como no tenía ninguna distracción, Gabrielle pudorecrear en su mente los eventos del día. Tal vez pudiera ordenarlos yencontrarlessentido.

Imposible.Era sencillamente imposibledeentender…comosi le faltaraunaparteimportantedeunrompecabezasmuyextraño.Losbaronessehabíandadomuchaprisaalcondenarla.Nopodía tratarsesolodeFinney’sFlat,¿osí?Sinembargo,¿quémáshabíaqueloscerdoscodiciosospudieranquerer?

Maurna regresó con el ungüento, y después de atender la espalda deGabrielle, insistióen lavarleel rostrocomosi fueraunaniña.Aplicandounpocodeungüentoenelcortequeteníabajoelojo,Maurnadijo:

—Osgolpeasteiselrostroalcaer,¿verdad?Gabrielleasintió.—¿Osduele?—Suvozestaballenadecompasión.—No,enabsoluto—insistióGabrielle.Ledolía,peronodeseabaqueel

amadellavessepreocuparaporella.Niquelarondara.—¿Hayalgunaotracosaquepuedahacerporvos?—No,gracias,Maurna.Hassidodelomásamable.Elrubordelamujerfuedeunrojotanbrillantecomoeldesucabello.—Solohago loquemedijeronquehiciera,milady.Nuestro lairdquiere

queestéiscómodaaquí.¿Puedohacerosunapreguntaquemehaestadodandovueltasenlacabeza?

—¿Sí?—¿Cómodebollamaros?Escuchéalossoldadosquevinieronconvosy

alsacerdotellamaros«princesa».¿Soisunaprincesa?—Solíaserlo,peroyano.

Página162

Page 163: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Larespuestanoteníaningúnsentidoparaelamadellaves,ylepreocupóquemiladypudierahabersegolpeadolacabezaenlacaída.

—¿Meveisdoble,milady?AunqueGabriellepensóquelapreguntaeraextraña,noserio,porquevio

laexpresióndepreocupacióndelamadellaves.—No—leaseguró—.Solouna.Maurnaparecióaliviada.—Simplementeestáisagotada,¿noesasí?Descansadbien,milady.En el instante que la puerta se cerró, Gabrielle fue hasta la ventana y

corrióel tapiz.Generalmenteadorabaunclimafrío,peroesanochedeseabaenterrarsedebajodelasmantasydormir.Afueraestabaoscurocomolabrea,sinningunaestrellaalavista.Podíaverpequeñaslucesdoradasbrillandoenlascabañasesparcidaspor la laderade lacolina.Lasfamiliassepreparabanpara ir a la cama, indudablemente cansados por un día de trabajo perocontentos.Tratódeimaginarselafamiliaideal.Habríaniños,unamadreyunpadresaludables,yunahija.Sí,estaríanfelicesyasalvo.

Nuevamente sus pensamientos se dispararon hacia su padre. ¿Estaba asalvo?¿Sehabríaenteradodeloquehabíanhecholosbarones?

Solocuandoelfríosevolvióinsoportablebajóeltapizytrepóalacama.Demasiadocansadacomoparaencenderelfuego,seabrigódebajodeltartánMacHughysedurmiómientrasdecíalasplegariasnocturnas.

Sedespertóunavezdurantelanoche.Lahabitaciónestabacaldeada.Unfuegoardíaenelhogar.¿Cómohabríapasado?Rodóhaciaunladoyflotóderegresohaciaunprofundosueño.

A lamañana siguiente,Stephenestaba esperandoaGabrielle en el gransalón.Losaludóyluegopreguntósiélounodelosotrosguardiashabíaidoasuhabitacióndurantelanoche.

—EllairdMacHughlepidióalamadellavesquefueraaverosantesdeirseadormir.

—¿Porquéharíaeso?—AparentementeMaurna describió con gran detalle lasmagulladuras y

cortesqueteníaisenlaespalda.Quizásellairdestabapreocupado.—¿EntoncesfueMaurnalaqueencendióelfuego?Stephensacudiólacabeza.—Le informó al laird que vuestra habitación estaba casi congelada,

entoncesélentró.—¿Entróamihabitación?—Nopodíaocultarsuconmoción.

Página163

Page 164: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Sí, lo hizo—respondió—.Fue el que encendió el fuego en el hogar.Faustnopudodetenerlo,asíqueloacompañóyseparódeespaldasavuestracama,bloqueándolelavistaallaird,aunquenoscontóqueestabaistanocultadebajodelasmantas,quenadiepodíavernada.

Stephennosonabapreocupadoporelasunto.—¿QuéhizoFaustparatratardedetenerlo?—preguntómientrascruzaba

elgransalónparasentarsealamesa.—Medijoquesehabíapuestoenelcaminodellaird.—¿Yquehizoellaird?—preguntóconvacilación.—PorloquedijoFaust,ellairdlosacódesucamino.Noexplicócomo.

—Stephen tenía los labios levemente curvados en una sonrisa muy pocohabitual.

—Calentarlahabitaciónfueungestoatento—admitió.—Pero impropio—dijoéldesaprobador—.Simedisculpáis, iréavera

los otros guardias. El laird desea hablar con vos después de que toméis eldesayuno.

—¿Dóndeestá?—Nolosé,princesa.Pidióqueloesperaraisaquí.Y esperar fue lo que hizo, por más de una hora, antes que el laird se

reuniera con ella.Gabrielle estaba conMaurna y la cocinera, unamujer detemperamento dulce llamadaWilla, mientras las dos mujeres discutían lasventajasdehervir el faisánenvezdeasarloenel fuego—un temadelqueGabriellenosabíaabsolutamentenada—cuandooyógolpearlapuerta.Unossegundosdespués,escuchóhombreshablandoysuspisadassobrelapiedra.

—Esedeberíasernuestrolaird—dijoMaurna—.Willayyosaldremosahacernuestrastareasparaqueustedesdospuedanteneralgodeprivacidad.

Braedenyotrosoldadoestabanacompañandoallaird.Mientrascruzabanelvestíbulohacialadespensa,lehicieronreverencias.

MacHugh permaneció en lo alto de un escalón, observándola. Era unahermosavisión.Elcabelloserizabasuavementealrededordelrostroangelicaly caía formando sedosos rizos sobre sus hombros. Desplazó los ojos haciaabajo,eraimposibledejardenotarlassuavescurvasdesucuerpo.

La deseaba, y darse cuenta de ello no lo complacía. Gabrielle era unacomplicaciónyunamolestiaquenonecesitabaensuvida.

Cuandoentróalgransalón,Gabriellediounpasohaciaél.Aúncuandoestaba frunciendo el ceño—decidió que esa era su expresión habitual— lesonrióylediolosbuenosdías.

Élnoeramuyadeptoalasbromas.

Página164

Page 165: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Sentaos,Gabrielle,asíoshablaréacercadevuestrofuturo.¿Porquequerría hablarle de su futuro?Lehabía explicadoque sería su

huéspedsolopordosotresnoches.¿Sehabríaolvidado?Retiró una silla de lamesa, se sentó, y recatadamente cruzó lasmanos

sobre la falda. Sonaba muy serio, y empezó a preocuparle que hubieracambiado de opinión y no estuviera dispuesto a permitir que ella y susguardiassequedaranotranoche.

AColmno leengañó la serenaexpresiónqueadhirióa su rostro.Sabíaqueestabanerviosa.Susmanoscruzadasseestabanponiendoblancasdetanfuerte que estaba apretándolas. Estaba sentada rígidamente erguida y no lomirabaalosojos.

Separófrentealhogarconlosbrazoscruzadossobreelpechomientraslaexaminaba.

—¿Deseabais decirme algo, laird? —preguntó después de un largosilencio.

—Sí.Gabrielle,sinimportarcuántotrateyodeevitarlo,elclanseenterarádevuestrasituación.

Nopensóquefueraposible,peroenderezóaúnmáslaespalda.Esperabaquesequebraraencualquiermomento.

—¿Queréisdecirqueseenterarándequesoyunaramera?Élentrecerrólosojos.—Novolveréisapronunciaresapalabra.—Esperóaqueaccedieraantes

decontinuar—.Hayunaformadeevitarlosrumores.—¿Porquéospreocupa loque lagentedigademí?Soloestaréaquíun

cortotiempo.Anoserqueprefiráisquemevayahoy.¿Eseso?¿Esesoloquedeseáis?

—YosiréisconlosBuchanan—dijoexasperado.—Sí, pero solo por unao dos noches.Ahora estoydescansada, y yahe

decididounplanparamifuturo.—¿Esesocierto?¿Ycualpodríasereseplan?—MeiréaSt.Biel.Suspiródeformaprolongada.—St.Bielestácontroladoporlosingleses.¿Noesasí?—Sí,peroenlasmontañas,podría…Noladejóterminar.—¿Ycomoplaneáisllegarallí?¿Nadaréiscruzandoelocéano?—No,porsupuestoqueno.Pensé…—¿Tansiquierasabéisnadar?

Página165

Page 166: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Noirénadando.—Frustrada,levantólavoz—.Iréenbarco.—¿Quécapitándebarcoosaceptaríacomopasajera?—lepreguntó—.Si

loatrapan,lapenaseríalamuerte…ylavuestrayladevuestrosguardias—reflexionóantesdeañadir—.Ysifueraiscapazdeconvenceraalguiendequeos llevara,¿cómopodríaisconfiarenél?¿Habéisconsideradolaposibilidadde que tal vez puedamandarmatar a vuestros guardias y después él y sushombrespasenelviajetomandoturnosconvos?

Notandocomoelcolorabandonabasurostro,dijo:—¿Oshehorrorizado?Loshombres son capacesde comportarsede esa

forma. ¿Habéisolvidado la expresión en loojosde esosbarones cuandoosobservaban?¿Quépensáisquehubieranhechosilograbanponeroslasmanosencima?

Continuódisparándolepreguntas, decidido aque sediera cuentadequepensarquepodríavivirpacíficamenteenSt.Bieleraunsueñotonto.

—Haypersonasbuenasquemeayudarían—protestó.—¿Expondríais a esas buenas personas? ¿Los dejaríais arriesgar la vida

porvos?—No,nopodríahacereso.Colmdestrozótodoslosargumentosqueellaexpuso,yenunosminutos

cualquieraesperanzadepartirsehabíaevaporado.—Oscasaréisconmigo,Gabrielle.Ellabajóloshombrosysehundióenlasilla.—¿Hayalgoenelairedeaquíarribaquehacequetodosloshombresalos

que conozco me hablen de matrimonio? En los últimos dos días, me hanordenado casarme con dos barones obscenos, unMonroe advenedizo y unlairddespreciablellamadoMacHenley.

Élesbozóunabrevesonrisa.—EllairddespreciabledelquehabláissellamaMacKenna.Ellaseencogiódehombrosconindiferencia.—Nomeimportacuálessunombreyaquenuncavoyavolverahablar

conesehombreruinotravez.—Estádecidido—anunció—.Oscasaréisconmigo,ynadieseatreveráa

llamarosotracosasalvoladyGabrielle.—Noestáispidiéndomelo.Parecióofendido.—Porsupuestoqueno.Osloestoyordenando.Suaudaciaeraultrajante.Gabriellesintióqueseleagolpabalasangreen

elrostro,yselehizodifícilnogritarle,aunqueelimpulsoeracasiabrumador.

Página166

Page 167: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Colmsediocuentaqueestabafuriosaconél.Ahorasusmanossehabíanconvertidoenpuñossobre la falda,y sabíaquesoloeracuestiónde tiempoantesdequeperdieraelcontroldesusnervios.Sepreguntósisedaríacuentadelotransparentequeera.Decidióqueeraprobablequenolosupierasinonollegaríaatalesextremosparatratardeocultarsussentimientos.

Braedenlosinterrumpió.—Laird,estánesperándolo.Colmasintió.—Enseguidaestaréallí.Brindándole a Gabrielle toda su atención otra vez, le preguntó con

impaciencia:—¿Tenéismáspreguntas?¿Hablaba en serio? Por supuesto que tenía preguntas. Cientos de

preguntas.—Notengodote—dijo.—Nonecesito,nideseounadote.—Eso os hace diferente a los demás. Todo lo que ellos querían era

Finney’sFlat.—Nomecomparéisconesosbastardos.—Lafuriacruzóbrevementepor

surostro.Nosesintióintimidada.—Estáisdispuestoarenunciaravuestrofuturoparasaldarunadeudacon

ellairdBuchanan.Nopuedoentenderporquéharíaisunacosaasí.Nosabíacualconceptoerróneoatenderprimero.—¿PensáisqueFinney’sFlateralaúnicarazónporlaqueesoshombres

osdeseaban?—¿Quémáspodríahaber?Supregunta,eraingenuaeinocente.Realmentenocomprendíasupropio

atractivo,ypor lo tantoeraobvioquenuncahabíautilizadosubellezaparasalirseconlasuya.

—Noperderéeltiempodiscutiendosusmotivosretorcidos—dijo.—¿Yvos?Arruinaréisvuestravida…—Gabrielle, nunca permitiría que ninguna mujer tuviera esa clase de

podersobremí—dijocategóricamente.—No,nuncasupondríaquepudieraishacertalcosa.—No sé como tratan los barones de Inglaterra a sus esposas, pero

sospechoquelamayoríalasmaltratan.—Lamayoríano—contradijo.

Página167

Page 168: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Nosotros no maltratamos a nuestras mujeres. Nunca os lastimaré, yseréisbienprotegida.

Lecreía.Ysúbitamenteelmatrimonionosonabatanterribledespuésdetodo.Talvezeradebidoaquenoteníaotrolugaradondeir.

—¿Tenéispensadaunafechaparaestematrimonio?—Tenéisdosopciones—dijomientrasvolvíaamirarbrevementehaciala

entrada.Estabaempezandoaimpacientarsecadavezmásydeseabaterminarconlaconversación.

—Explicadmecuálessonmisopciones,porfavor.—Podemos casarnos ahora o dentro de seismeses. Sin embargo, si nos

casamosahora,noviviremoscomomaridoymujerhastaquehayanpasadoseismeses.

—¿Porquéseismeses?—preguntó,completamenteconfusa.—Paraqueelclansepaqueelhijoquellevaréisesúnicamentemío.Ladejómuda.Cuandovolvióaencontrarlavoz,dijo:—Medijisteisquenocreíaislasmentiras…Éllainterrumpió.—LasugerencialahizoBrodick.Nodeseaquenadiecuestionequiénesel

padresillegaraisaquedarembarazadajustodespuésdelaboda.Espantada y avergonzada por su brusquedad, solo pudo negar con la

cabeza cuando le preguntó si tenía otras preguntas que deseara que lerespondieraantesdeirse.

Amitaddecaminohacialasescalerasrecordóelotroasuntoquedeseabahablarconella.

—Gabrielle, permití que vuestros guardias os acompañaran hasta aquíparaqueossintieraissegura.Peronopuedenquedarse.

Sepusodepiedeunsalto.—Debenquedarse.Sequedópasmadoanteelestallido.Habíasidomuycooperativacuando

lehabíaexplicadosufuturo,peroahorasemostrababelicosaycombativa.—No,nopuedenquedarse—dijoserenamente—.Ahoraquevivísaquíes

mideberyeldemisguerrerosprotegeros,yseríauninsultoqueunforasterointerfiriera.

—Noloentendéis.Debéis…—Esto no está abierto a discusión —dijo con brusquedad—. Vuestros

guardiasseránricamenterecompensadosporhaberprotegidoamihermano.—Recompensadlosdejándolosquedaraquíconmigo.Sacudiólacabeza.

Página168

Page 169: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Gritándomenoharéisquecambiedeopinión.Tengootroasuntomuchomásurgentequeatender,peroamiregreso,hablaréconvuestrosguardias.Notengo la costumbre de justificarmis decisiones, pero por esta vez, lo haré.Unavezqueaclaremiposición,mishombreslosescoltaránhastaquehayanbajadodelasmontañas.Tenéishastaentoncesparadespedirosdeellos.

Bajódosescalones,sevolvió,yordenó:—Medaréisvuestraconformidad.Lo miró durante varios segundos, luego se inclinó en una perfecta

reverencia.—Comovosdigáis—respondió.Sintiéndosealiviadoquenohubierahabidoningunalágrima,Colmestaba

de muy buen humor cuando dejó la propiedad. A su regreso, tres horasdespués,leinformaronqueladyGabriellesehabíaido.

Página169

Page 170: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo30

MacHugh la alcanzó cerca de la base de su montaña. Aún estaba en sustierras,aunqueapenas.Sihubierallegadoasufincaunahoramástardeparaenterarsede supartida,Gabrielle yahubiera comenzando a cruzarFinney’sFlat y habría constituido un perfecto blanco para los predadores queesperabanlacubiertadelanocheparareptarfueradesushuecos.

¿Qué,ennombredeDios,estabapensandoestamujerchifladaparasaliracampoabiertoconsolocuatrohombresparaprotegerla?¿Nosedabacuentadelotentadoraqueresultaba?

Peroestabaasalvo,sedijoasímismomientrascabalgabahaciaella.Asalvo de todos menos de él, recapacitó, ya que en su presente estado deánimo, estabapensando seriamente en tirarla sobre suhombroy llevarladeregreso a su torreón.Arrastrarlade regreso tampocodejabade seruna ideaatrayente.

Gabrielleoyóloscaballostronandodetrásdeella.SehabíadetenidoparadarleaguaasucaballoysehabíaapartadolosuficientedeRoguecomoparasaber que no tendría oportunidad de llegar a su caballo antes que Colm laalcanzara.

Nohabíaningunadudadecualpodríasersuhumor.Estábien,elhombreestabaenfadado.Elfuegoqueteníaenlosojosylamandíbulaapretadaeranindicadores obvios. Saltó del caballo antes de que el animal se hubieradetenidoporcompleto,yaunquesintióunfuertedeseoderetrocedernocedióterrenoymantuvolabarbillaenaltomientrasélseacercabapisandofuerte.

Naturalmentesusguardiasasumieronposicionesdefensivasparabloquearal laird, pero Gabrielle sabía que MacHugh no cejaría. Había pasadosuficiente tiempoen su compañíapara saber eso acercade él.Luego, pues,sus guardias tampoco retrocederían. Estaba en su poder evitar laconfrontaciónantesdequecomenzara.

—Porfavorapartaosdelcamino.Deseohablarconellaird.Faustestabapreocupado.—princesa—susurró—,esnuestrodeberasegurarnosquenoosdañará.

Página170

Page 171: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Stephen,aligualqueGabrielle,eraunbuenjuezdecaracteres,yyahabíadeterminado como era el laird. Había notado la forma en que el clanMacHughlehabíadadolabienvenidaasulairdasuregresoacasa.Estabangenuinamentefelicesdeverlo,noasustados.Sushogareseransólidos,habíaleña fuera de cada puerta, y los niños no corrieron a ocultarse cuandoMacHugh y sus guerreros subieron por la colina. MacHugh protegía aaquellosporlosquesepreocupaba,yelalivioqueStephenvioenlosojosdellairdcuandodivisóaGabrielleledijoalguardiaquesepreocupaba,aunquefuerasolounpoco,porella.

Stephenpalmeóelhombrodesuamigoyordenó:—Apártatedelcaminodellaird.Nuestraprincesaestáasalvoconél.Colmnoprestóatenciónalosguardias.TeníalamiradafijaenGabrielle,

ysedetuvoasolounbrazodedistanciadeella.—Hablaré unas palabras con vos, Gabrielle.—Su voz tenía un notable

filo.El laird se irguió sobre ella, y tuboque retroceder varios pasos para no

tenerquedoblarelcuelloparamirarlo.—¿Quédeseáishablarconmigo?—¿Quépartedeladiscusióndeestamañananoentendisteis?Megustaría

saberloparapoderaclarároslo.—¿Discusión?Nocreoquefueraunadiscusión.Medisteisórdenes.—Queesperabaquevosobedecierais.—¿Porqué?Supreguntaleparecióinsolente,peronocreyóqueesafuerasuintención.

Realmente no entendía, y aunque había pasado un largo tiempo desde quealguienlepidieraexplicaciones,lopermitió.

—Porqueasíseoshabíadicho.—Esa no es una explicación suficiente. ¿Por qué pensaríais que debo

obedecervuestrasórdenes?Nosoyunmiembrodevuestroclan.Estabadecididoanoperderlapacienciaconella.—Debéis obedecer mis órdenes porque pronto os convertiréis en mi

esposay,porconsiguiente,prontoosconvertiréisenunaMacHugh.Nopodríahabersidomásclarooconciso,yeraimposiblequetuvieramás

preguntasoargumentos,yaquenohabíanadamásquediscutir.—Perolaird,nuncaaccedíaconvertirmeenvuestraesposa.—Sois una mujer frustrante y exasperante—dijo con brusquedad—, y

sospechoquesoismásobstinadaquetodaslasmujeresquevivenaquíjuntas.

Página171

Page 172: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Sus insultosestabandestinadosaque sedieracuentadequeél estabaacargo,noella,yquenoestabaparanadadesconcertadoconsurespuesta.

—Vos tampoco sois unpremio, laird.Pero a diferencia devos, no creoqueseanecesarioenumerarvuestrosmuchosdefectos.

Ytuvoeldescarodesonreírle.Quelocondenaranperocasiseechaareír,así de aturdido estaba por su comportamiento insolente. La mujer sepresentabatanbuenacomopodíaesperarse.Supusoque,despuésdetodo,ibaatenerquearrastrarladeregresoasutorreón.Diounpasoamenazadorhaciaadelanteperoellanoretrocedió.Lomiródirectamentea losojosyesperóaverquéhacía.

Noseacobardó,yesolocomplaciósobremanera.Decidióquevolveríaatratardeganarsucooperaciónunaúltimavezantesderecurrira llevarladeregresoasuhogarparaquesesometieraasumandato.

—Aúncuandopuedocomprenderquevuestrafaltadedeseosdecasarosconmigofuelarazónporlaquedejasteismihogar,quieroqueentendáis…

Lointerrumpió.—Esanofuelarazónporlaquemefui.—Entonces,enelnombredeDios¿cuálfueelmotivo?—Ordenasteis quemis guardias se fueran, y no podía permitir que eso

sucediera. Traté de explicaros porque debían quedarse conmigo, pero noquisisteisescucharme.

—Yporesoosfuisteis.—Sí,me fui. ¿Quéotraopción tenía?—replicó, y antesdequepudiera

empezarotravez,añadió—:Ysí,ibaairconlosBuchananconlaintenciónde suplicarle a mi primo que os liberara de vuestra promesa. Tengoesperanzas de que encuentre otra cosa que vos podáis hacer para pagarvuestradeuda,loqueseaqueesopuedaser.

¿HablarconelBuchananasufavor?Impensable…peroaterrador.—Nohablaréisconnadieenminombre.¿Estáentendido?Supusoqueinadvertidamentelohabíainsultado.Sofocósucóleraconun

rápidoasentimiento.—Lo prometo. De hecho, ni siquiera os mencionaré. Simplemente le

explicaréqueamisguardiasnoselespermitióquedarse,yquedebidoaesodejévuestrapropiedad.—Sevolvióysealejódeél.

Lasiguió.—Mesatisfaríaquenolehablaraisenabsoluto.Entoncesnoibaasentirsesatisfecho,decidiómientrasapresurabaelpaso.

Página172

Page 173: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Dijisteisquemeneguéaescucharvuestraexplicaciónacercadeporquévuestrosguardiasdebíanquedarseconvos.

—Sí,escierto.—Escucharé vuestros motivos ahora —anunció—. Pero os diré esto,

Gabrielle.Tenersoldadosinglesesviviendoconmisguerrerosnofuncionará.—No son soldados ingleses, y se sentiríanmuy insultados si os oyeran

decirquepensáisqueloson.SondeSt.Biel,yelemblemaquellevansobresuscorazonessignificaquesonmiembrosdelaguardiareal.

Gabrielleestabatanabsortatratandodehacerqueellairdentendiera,queno se dio cuenta que estaba entrando en un bosque tupido. Colm iba justodetrás de ella, y dos veces extendió lamano por encimade su cabeza paralevantarunaramayapartarladesucamino.

—Mi madre era lady Genevieve, princesa de la casa real de St. Biel.Cuandosecasóconmipadre,susguardiaslaacompañaronasunuevohogaren Inglaterra, y solo cuando se convencieron de que su esposo podíaprotegerla adecuadamente volvieron a su país. Mi madre me dijo que alprincipiomipadrenoestabamuyfelizdetenerlosensucasa,peroqueconeltiemponosololosaceptó,sinoquellegóadependerdeellos.

—¿Cuánto tiempo tardaron los guardias en asegurarse de que vuestramadreestuvierabienprotegida?

Sevolviópararesponderle.—Tresaños.Sequedarontresaños.—Colmseestremeció.Irritadaporsu

reacción,estabaapuntodehincarleeldedoenelpecho,perolopensómejory se detuvo a tiempo… aunque él tendría que adivinar por qué lo estabaapuntandoconeldedo.

Pusolasmanosdetrásdelaespalda.—Mipadrelamentóverlospartir.—Piensoquetalvezexageráis.—Papáconfiabaenellos—insistió.—DijisteisquelosguardiasregresaronaSt.Bieldespuésdetresañosde

permanenciaconvuestramadre,ysinembargoahorahaycuatroguardiasconvos.

—Un mes después de mi nacimiento, cuatro guardias llegaron aWellingshire.Habíansidoenviadospormitío,quetodavíaerarey.Sudebereraclaro.Teníanqueprotegermeamí.Alolargodeltiempolosguardiashancambiado.Stepheneselquehaestadoconmigopormástiempo.LuegollegóLucien.ChristienyFaustllegaronunosañosdespués.

Página173

Page 174: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—¿Quién los envía? Ya hace muchos años que Inglaterra gobiernavuestropaís.

—ElpueblodeSt.Biel.Puedequelosinglesesocupensutierra,peroelpueblotodavíaleesmuylealalafamiliademimadre.

—StephenserefirióavuestramadrecomoladyGenevieve,peroavososllamanprincesaGabrielle.¿Noeraellatambiénunaprincesa?

—EnSt.Bielnosedirigenaunaprincesacomotal.Amime llamaríanladyGabrielle.Cuandoeraniña,losguardiasmellamabanpequeñaprincesa.Mequedóelnombre.Detodosmodosahoranoimporta,¿verdad?

—No,noimporta—concordóantesdepasaralasiguientepregunta.—¿Por qué eran necesarios cuatro guardias para cuidar a una niña

pequeña?—Un guardia hubiera sido suficiente —dijo—. Aunque mi padre no

estabadeacuerdoconeso.Insisteenquemegustabahacertravesuras,yquese necesitaba a los cuatro juntos para poder cuidarme.No era obstinada—insistió—.Soloeracuriosa.

Esperó que hiciera algún comentario, y cuando permaneció en silencio,continuó.

—Mipadrenuncasepreocupabapormísiempreycuandotuvieraamisguardias a mi lado. Me salvaron la vida demasiadas veces para llevar lacuenta.

Gabrielleacababadedarsecuentaqueno tenía ideadedóndeestaba.Elbosquesecerrabasobreella.

—¿Quésucederíasimenegaraapermitirquesequedaran?¿Quéharíanellos?—preguntóColm.

—Se quedarían de todas formas. Han hecho un juramento, y estáncomprometidosporuncódigodehonor.

—¿Aunquequedarsesignificarasumuerte?—Aúnasí—susurró—.Peromorirían conhonor, yquienquieraque los

mataracareceríacompletamentedehonor.Demonios,ibaatenerquequedarseconellos.—Puedenquedarse, pero serámejor que no les lleve tresmalditos años

darsecuentadequepuedoprotegeros.Gabrielle estaba alborozada. Colm MacHugh era un hombre bueno y

razonable.—Entonces me casaré con vos, laird, dentro de seis meses. Tenéis mi

palabra.

Página174

Page 175: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Seapoyósobre lapuntade lospiespara sellar lapromesaconunbeso.Sus labios apenas acariciaron los de él, pero su expresión evidenció susorpresa.

—¿Esinapropiadobesarasí?—preguntó.Podíasentirelrostroardiendo.Había actuado impulsivamente y era evidente que había transgredido loslímites del decoro. Debería haber hecho una reverencia para sellar supromesa.

—Esapropiado—dijoenvozbaja—.Peroyoprefierobesarasí.No la agarró ni la abrazó. Nay, simplemente bajó la cabeza y la besó

insensatamente.Subocacubrióladeellacompletamente.Suscálidoslabiosse abrieron y cuando lo imitó y abrió los labios, profundizó el beso. Leacarició la lenguacon lasuya,enviandoescalofríospor todosucuerpo.Eraescandalosoyemocionantealmismotiempo.Ypecaminosamenteexcitante.

Fuesolounbeso,sinembargocuandoéllevantólacabeza,ellasentíaelcorazónpalpitándoleenlosoídosyletemblabanlaspiernasdetalforma,quetuvomiedodecaersedebruces.Nuncalahabíanbesadoasíantes.

Gabrielletratódeleerlaexpresióndesusojos.Evidentemente,elbesonohabíatenidoelmismoefectoenél.

Inclinólacabeza.—Menosmalqueestamossolos.Noesdecentequenosbesemoscomolo

acabamosdehacersinestarcasados.Probablementeseapecado.Élnotóquenosonabademasiadopreocupadaporello.—Prontonoscasaremos,asíquenoespecado,ynoestamossolos.—Sin

volversedijo:—¿Stephen?—¿Sí,laird?—¿Cuántosguerrerosnosestánobservando?—Yocontésiete.Colm se sintió decepcionado. Esperaba que el experimentado guardia

fueramásobservador.—Nay.Sonocho.Stephenseacercó.—Habíaochoobservando.Ahorahaysiete.—¿Quélepasóaloctavo?HubosatisfacciónenlavozdeStephenalresponder.—Christien fue lo que le pasó. Vuestro guerrero quería seguir a la

princesa de muy cerca. Christien pensó que no debería hacerlo, así que lodetuvo.Nolomató—añadió—.Sololopusoadormir.

Página175

Page 176: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Colmmurmuróalgoenvozbajaycomenzóaregresarazancadasadóndeestabanloscaballos.Gabriellehubieratenidoquecorrerparaseguirleelpaso.Cuando se dio cuenta que no estaba detrás de él, la esperó, luego tomóposesióndesumano,ytiródeella,forzándolaamantenersealapar.

—Laird,sisabíaisquevuestroshombresestabanobservándonos,porquémebesasteistan…

—¿Tanqué?—Sólidamente.—Es mi derecho—respondió—. Y Gabrielle, puesto que nos vamos a

casar,puedesllamarmeColm—nomiróatrásmientrascontinuaba—.Yotracosa,cuandoregresemosamicasa,nuncavolverásadiscutirconmigo,otravez.Túyyohemosllegadoaunacuerdorespectodetusguardias,peroesoserátodoloqueconcederé.Nopuedomalgastarmisdíaspersiguiendoaunaesposaobstinada.Tengoasuntosmásimportantesqueatender.

—¿Nuncadebodiscutirnidiscreparcontigo?Esolesonóbien.Asintió.—Medarástuconformidad,ahora,Gabrielle.Ellainclinólacabeza.—Comotúdigas.

Página176

Page 177: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo31

ParaSarahTobias,loscotilleoserantanadictivoscomolosdulcesbizcochosde manteca. Los ansiaba. Amaba ser la primera en difundir los últimosrumoresynoleimportabasilashistoriasquerepetíaeranverdaderasofalsas.Contarlos era todo lo que le importaba.Para cuando llegaba al final de suscuentos,Sarahsentíatalfrenesíqueseleruborizabaelrostro,lesudabanlaspalmas de lasmanos, y su respiración se convertía en cortos jadeos.Habíadescubiertoquecotillear,eratanbuenocomoelsexo.Yavecesaúnmejor.

Sarahraramentedifundíahistoriasacercade labuena labordealguienosu buena fortuna. ¿De que servía? No había nada emocionante en eso. Elpecadosiemprehabíasidomuchomássatisfactorio,ycuandoelpecadoeradelujuria,tambiénsevolvíaexcitante.

Casualmente una noche durante la cena su hermanoNiall comentó quehabíaoídoacercadelincidenteocurridoenlaabadíadeArbane.

Sarahcomiódosbizcochosescuchandosuhistoria, luego tragó tresmásmientras despedazaba cada posible detalle que le sonsacaba. Cuando Niallhubo terminado de relatar lo que había oído, Sarah estaba mareada deexcitaciónysehabíaembutidoelúltimobizcochoenlaboca.

Antes delmediodía del día siguiente todo elmundo en el clan Dunbarsabía de Gabrielle. Luego Sarah mareada por el poder, se extendió haciafuera.Después de hornear una tanda doble de sus bizcochos dulces, se losllevóasuprimasegundaHilda,queestabacasadaconunBoswell.NodejólapropiedaddeBoswellhastaqueseaseguróquetodosenelclansehubieranenteradodelinfameincidente.

Ademásdedifundircotilleosmalignos,laotradebilidaddeSaraheraquele gustaba embellecerlos. Después de contar una historia treinta o cuarentaveces, ya no sentía el mismo frenesí. Su corazón no se disparaba, y no lesudaban laspalmasde lasmanos.Elchismesehabíaconvertidoenhistoriaantigua, entonces comenzaba a añadir unas pocasmentiras pequeñas de suinvención.Nadadesenfrenado,naturalmente.Sololosuficienteparasazonarelcuento.¿Quédañopodíahabereneso?

Página177

Page 178: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Dos semanas después sus mentiras se habían extendido hasta el clanMacHugh.

Gabriellesintióladiferenciaenlaatmósfera.Mujeresquehabitualmentele sonreían cuando pasaban a su lado ahora evitaban mirarla. Volvían lacabeza y se escabullían. Supo, antes que nadie se lo dijera, que se habíanenterado de las horribles mentiras. Y por la forma en que se estabancomportando,tambiénsupoquelascreíanciertas.

ColmvolvióacasadespuésdeunlargodíadecazaparaencontrarseconBraeden esperándolo frente a los establos. La expresión que lucía elcomandanteenelrostroleindicóaColmqueteníamalasnoticias.SuprimerpensamientofuedirigidoaGabrielle.¿Lehabríaocurridoalgo?

Nisiquierahabíadesmontadocuandopreguntó:—¿Gabrielleestábien?Braedensabíaquesulairdnosedabacuentadecuánreveladoraeraesa

pregunta.—Estábien.Nohasufridoningúndaño.LasegundapreguntadeColmfueigualdereveladora.—¿Quéhahechoahora?—Nadaqueyosepa—leaseguró.Colmbajódelcaballoyletirólasriendasaljefedelestablomientrasse

dirigíaaBraeden.—¿Nohatratadodehuirotravez?Braedensonrío.—No,almenoshoyno,detodasformas.—Levantólavistaalcieloantes

deañadir—:Aunqueelsoltodavíaestáalto.Aúnestáatiempo.Gabrielle estaba teniendo problemas para adaptarse a su nuevo hogar.

Cada día era algo nuevo. La semana pasada había tratado de dejar lapropiedaddosveces,ydosvecesColmlahabíatraídoderegreso.Insistíaendecirquenoestabahuyendo.Suprimeraexcusafuequedeseabacabalgaratravés deFinney’sFlat.La segunda excusa fue quedeseaba ir a la caza de«parajes»fueraloquefueraqueesosignificara.

—Lady Gabrielle solo necesita tiempo para entender las reglas por lascualesnosgobernamosaquí—dijoBraeden,tratandodedefenderla.

Colmseburlódeeseconcepto.—Conocelasreglas.Essoloquenolesprestaatención,porloqueyados

vecestuvequedejardehacerloqueestabahaciendoparairensubúsqueda.—Puedo señalar que me ofrecí a ir en su búsqueda, como lo hicieron

variosotrosguerreros.

Página178

Page 179: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Ella es mi responsabilidad y por lo tanto mi problema. No se laendilgaréaotrapersona.

Braedensabíaqueesanoeralarazón.AunqueGabriellesolohabíaestadocon ellos catorce días, Colm ya se había vuelto bastante posesivo. No legustabaquenadiemásestuvieracercadeella.Apenastolerabaasusguardias.Enloqueaélconcernía,eraninútiles.SolorespondíananteGabrielleysoloobedecían susórdenes.Colmcreíaquehabía aguantado su comportamientodurante demasiado tiempo, aunque tenía que admitir, demala gana, que lacuidabanbien.

—Ninguno de nosotros considera a lady Gabrielle un problema. Loshombresestánencaprichadosconella,ya lasmujeres también lescaebien,ya que siempre tiene una palabra amable y una sonrisa para todo el queconoce.

—¿Distraealoshombresdesusdeberes?—Lo hace —admitió—. Aunque no deliberadamente. ¿De casualidad,

Colm,hasnotadolobonitaquees?Exasperado,respondió:—Porsupuestoquelohenotado.—Loshombrestambiénlohanadvertido.Lesgustamirarla.Sepusotenso.—Entonceslesdoblarélastareas.Siseentrenandesdeelamanecerhasta

lapuestadelsol,notendrántiempodemirarla.—Hablascomounhombreceloso.Por la oscuramirada que le disparóColm,Braeden comprendió que no

deberíahaberformuladoelpensamientoenvozalta.—Hacemuchosañosquesoytuamigo—lerecordóBraeden—.Notenía

intencióndeirritarte,soloestabasiendosincero.Sehacorridolavozquevasa casarte con ella, pero si me permites hacer una sugerencia, pienso queprontodeberíashacerelanuncioantelatotalidaddelclan.

—Soyunhombreocupado—ladró.Colm sabía que era una mala excusa. Debería haberle contado a sus

seguidoresqueteníalaintencióndetomaraGabriellecomoesposaeldíaquela había traído a casa con él, pero en vez de ello se había pasado las dosúltimassemanasintentandomantenersealejadodeella,diciéndoseasímismoqueteníaotrasobligacionesqueeranmuchomásimportantes.

Podíahabersacadotiempoparaella.Colmnoeraeltipodepersonaqueeludía las tareas desagradables. Tenía una deuda colgando sobre su cabezaque quedaría saldada en cuanto se casara con ella.Y comoodiaba estar en

Página179

Page 180: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

deuda con alguien, debería haberse sentido ansioso por casarse. Entonces,¿porquénoloestaba?

Esamañanafinalmentehabíaadmitidolaverdad:Gabrielleeraunamujerpeligrosa.Nolegustabalaformaenquelohacíasentir,volviendosumentecabeza abajo. Había comenzado con un beso. El maldito beso habíadespertado emociones que había creído muertas hacía mucho tiempo. Laformaenquelesonreíasololoempeoraba.Siselopermitíaloconvertiríaenun tonto enamorado, y de ningunamaldita forma dejaría que otramujer lovolvieravulnerable,nuncamás.

—Esperoquehagaselanunciopronto,laird.Colmrespondiócáusticamente.—¿Quéesloquetienesqueinformar?Mientrashacía lapregunta,advertíadoscaballosatadosa la ramadeun

árbol, y por las marcas que tenían en sus cuartos traseros sabía a quienpertenecían.

—¿QuérayoshacenlosBoswellaquí?—Divulgandomentiras.—¿Quéfueloquedijiste?—LasmentirasacercadeladyGabriellehanllegadoanuestroclan,ydos

hombresdelclanBoswellson losresponsables.KinnonBoswellafirmóqueteníaquehablarconsuprimaRebecca,quiencomosabesestácasadaconunodenuestrosguerreros.Lesdijoalosguardiasquesupervisabaneltorreónqueera un asunto urgente, no obstante cuando se le permitió la entrada, no semolestó en ir a su cabaña. Parece ser que ambos, él y su amigo EdwardestabandecididosaveraladyGabrielle.

—¿Lograronverla?—demandóColm,furioso.—No,nolohicieron—leaseguró.Colmserelajó.—Entoncespuedeserquelogrensalirdeaquíconvida.Braedencontinuóconsuinforme.—Estaba en el campo oeste entrenando con los soldados más jóvenes

cuandounodelosguardiasdeGabrielleseacercóamíymedijoquehabíaunproblema.

—¿Quéguardia?—Lucien.—Almenosunodeellosestáaprendiendoaseguirlacadenademando—

dijoconsequedad—.¿Quétedijo?

Página180

Page 181: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—MepreguntósiéramosaliadosdelosBoswell,ycuandolepreguntéporquéqueríasaberlo,meexplicóqueestabaapuntodemataradosdeellos.

—¿Lodejaste?—No,perotejuro,laird,quecuandooíloqueestabandiciendoacercade

ladyGabrielle,deseehacerlo.Cuandollegaste,estabaapuntodeecharlos.—¿DóndeestaGabrielleenestosmomentos?—Enelgransalón.—Encuentra a losBoswell—leordenó—y tráelos antemí.Quieroque

mediganamíloquehanestadodiciendoacercadeGabrielle.Despuésdedar laorden,Colmsiguiócaminando.Teníaprisapor llegar

junto a Gabrielle antes que ella se enterara del asunto de los Boswell.Gabriellehabíasufridodemasiadasangustias.Nonecesitabasufrirmás.

Maldición,estoeraculpasuya.Yadeberíahabersecasadoconella.Esaera la única forma segura de detener las calumnias.Nadie osaría decir unapalabra contra su esposa… a no ser, por supuesto, que tuviera deseos demorir.

Mientras se aproximaba al patio, Colm divisó a Gabrielle. Le estabadando la espalda y estaba hablando con alguien.Unos pasosmás adelante,Colm vio a los Boswell enfrentándola. Maldijo y apresuró el paso. Loshombres parecían tan ensimismados en lo que estaban diciendo, que norepararon en él. Ni escucharon a Lucien y Faust acercándoseles por laespalda. Los guardias estaban corriendo hacia los dos hombres, pero sedetuvieron cuando Gabrielle levantó levemente la mano haciéndoles unaseñal.

Kinnonnotósugesto.Seacercóunpasoylepreguntó:—¿Quéestáishaciendo?Lesonriómientrasrespondía.—Salvándotelavida.Edward no lo había captado, peroKinnon eramás astuto. Se volvió de

golpe y quedó cara a cara con Lucien. Al instante se volvió a girar haciaGabrielleyconvoztemblorosa,dijo:

—Soloestabacontándoleloquetodoelrestodelmundoestádiciendodevos.Penséquequerríaissaberlo.Nopuedenmatarnosporeso,¿verdad?

—Ellos no pueden, pero yo sí —dijo Colm. Si no hubiera estado tanenfadado,probablementehubieraencontradocómicasureacciónalescucharsu voz. En un intento de encontrar una vía de escape, retrocedieron dandotumbosychocaronentresí.

Página181

Page 182: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Gabrielle temió que Colm pudiera cumplir su amenaza matando a losBoswell,ynodeseabaqueesoocurriera.KinnonyEdwarderandosjóvenesestúpidosquenoteníannadamejorquehacerconsutiempoqueviajartodoesecaminoparaversu reacciónante lashistorias,peronodeberíanmoriracausadesuignorancia.

Aunquedeberíansufrirunpoco.—Laird,estoytanfelizqueestésencasa—dijomuydulcemente—.Ven

y escucha las historias que los Boswell me están contando. Puedes estarsegurodequetedivertirán.

ElrostrodeKinnonseveíacomosisehubieraquemadoalsol,mientrasque el de Edgar parecía haber perdido todo el color. Se asemejaba a uncadáver.Adecirverdad,tambiénolíacomouno.

—Dudoquemediviertan—dijoColm.Pasóunbrazoasualrededor,tiródeellaacercándola,ylabesómientras

losBoswelllomirabanconlosojosdesorbitadosylasbocasabiertas.Luegosevolvióylesdedicótodasuatención.

—Escucharéloquelehabéiscontadoamifuturaesposa,ladyGabrielle.—Futura…—Kinnontragóconfuerza.—¿Vuestra esposa? —dijo Edward—. No lo sabíamos. Nunca

hubiéramos…—¿NohubieraisdifamadoaladyGabrielle?¿Esesoloquequieresdecir?

—preguntóColm.Estaba tan furiosoque apenaspodía contener lasganasde estrangular a

esostontos.EncambioestabaapretandoaGabriellesinadvertirlo,ysolocuandoella

lopellizcósediocuentadeloqueestabahaciendoyaflojósuagarre.—Queríamosverqueaspectotenía.Habíamosoídodecirquefascinaalos

hombresyqueríamosverlopornosotrosmismos—explicóKinnon.—Soloestábamosrepitiendolashistoriasquehemosoído—dijoEdward,

conunavoztanagudaquecasiparecíaunchillido.Lucien y Faust se acercaron a Kinnon y Edward, que seguramente

sintieronsusrespiracionesenelcuello.AmbosguardiasestabanobservandoaColm,conlaesperanzaquedieralaseñalparaquedispusierandeesapeste.

A Gabrielle le pareció que los Boswell ya habían recibido suficientecastigo.

—KinnonyEdwardmehanconvencidodequesoyunamujerasombrosa.Parece ser que he dado a luz a cuatro niños, fuera del matrimonio por

Página182

Page 183: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

supuesto,y todosenel lapsodeunaño—explicó—.Yconcuatrohombresdistintos.—Seechóareírantesdeañadir—:Debosermuycariñosa.

—Las historias son falsas —tartamudeó Kinnon—. Ahora nos damoscuentadeeso.¿Noesverdad,Edward?

Suamigoasintióenérgicamente.—Lohacemos.Sí,lohacemos.—Sisenospermitierapartir,prometemosnovolveradecirotrapalabra

acerca de lady Gabrielle nunca más. Salvo para alabarla —se apresuró aañadir—laalabaremos.Esoesloqueharemos.

—Lucien,Faust,apartaos.Gabrielleveadentro—ordenóColm.Gabrielle deseaba preguntarle que iba a hacer, pero sabía que sería

impropiocuestionarlodelantedeforasteros.Noibaamatarlos,¿verdad?Se tomósu tiempomientras sealejaba.LosBoswellhabíandichocosas

terribles, aunqueestuvieran recitandopalabrasque sabíaque ibana resultarsucias a juzgar por susmiradas obscenas y risas oscuras.No debería sentirlástimaporellos,perolohacía.

Colmnotóqueestabaarrastrandolospiesydecidióquetendríaquehablarcon ella acerca de la obediencia. Cuando daba una orden, esperaba que secumpliera de inmediato.Y con presteza.Ella obviamente no sabía eso.Eramedioinglesa,serecordóasímismo,yquizásfueraporesoqueeratanterca.

VolviósuatenciónhacialosBoswell,quetemblabandentrodelasbotas.—Cuando os despertéis, acudiréis a vuestro laird, y le diréis lo que

ocurrióhoyaquí.MeenterarésinolecontáiscadapalabraquelehabéisdichoaladyGabrielle.Tambiénlecontaréisquelaúnicarazónporlaqueosdejoviviresporquehicisteisreíramifuturaesposa.

Edwardasintió.—Lediremosanuestrolairdcadapalabra—juró.Kinnonserascólabarbilla.—Laird,¿dijisteiscuandonosdespertemos?¿Vamosaquedarnos…?Nuncaterminólapregunta.Colmsemoviótanrápido,queniKinnonni

Edward tuvieron tiempo de reaccionar. Un segundo estaban de pie, alsiguienteestabanaplastadoscontraelsuelo.

Lucienmanifestósuaprobaciónconungestodelacabeza,mientrasqueFaustsonrió.

ColmmirabafijamentealosBoswellmientrasordenaba:—Atadlosasuscaballosysacadlosdemismalditastierras.Unos minutos después mientras caminaba hacia la forja, Colm seguía

furioso. ¿Cómo se atrevían los Boswell, o cualquiera a los efectos, a

Página183

Page 184: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

calumniaraGabrielle?Cualquieraquelaconocierasabríaqueeraunamujerinocente, dulce y amable. Debería haberlos matado, decidió. Puede queGabriellesehubierasentidotrastornada,perociertamentehabríaaligeradosuhumor.

Sedetuvoabruptamente.¿Cuándohabíaocurridoeso?¿Cuándosehabíanconvertidolossentimientosdeellaenalgoimportanteparaél?

ColmtratódeapartaraGabrielledesuspensamientos.Teníatrabajoquehacer.Llegóalafraguaypasóunahoradiscutiendoconelherreroacercademodificacionesquequeríahacerlealashojasdelasespadasyluegocaminóhacialacimaquedominabaelcampodondeseentrenabansushombres.Losguerreros más jóvenes estaban siendo entrenados. Tenían escudos, peroninguno de ellos lo usaba adecuadamente. De hecho, unos pocos estabanusándolos como arma mientras que sus espadas colgaban inactivas a suscostados.

Nodeberíanestarentrenandoconningunadelasarmastodavía,concluyóColm.Erandemasiadoinexpertos.Braedenestabagritándoles,peronoestabaobteniendo los resultados deseados. Cuando uno de los jóvenes cometió elerrordesonreír,Braedenprontamenteloderribódeungolpe.¿Porquéseríaquelosinexpertoseransiemprelosmásarrogantes?Enuncampodebatallaseríanunestorbo,ylosguerrerosavezadostendríanqueprotegerlosylucharconelenemigoalmismotiempo.Ladistracciónpodríasermortal.

StephenyChristienseacercaronhastaquedarjuntoaColm.—LuciennoscontóloquesucedióconloshombresdelclanBoswell—

dijoStephen.Colmdesatendióelcomentario.EntoncesChristiendijo:—¿Porquénolosmatasteis?Yolohubierahecho.—Nuestra princesa se hubiera sentido desdichada si se los mataba —

explicóStephen—.Creoqueesporesoqueaúnsiguenconvida.Lostrespermanecieroncalladosmientrasobservabanlosejerciciosenel

campo.Aunjovenguerreroselecayólaespada.—PorelamordeDios—murmuróColm—.Deberíadejarquesemataran

unoalotroyterminarconellos.—Primero tendrían que aprender a luchar a mano limpia. No deberían

estar peleando con armas.—SentencióChristien expresando en voz alta sumismacrítica.

Colmasintió.Lasarmaspodíanconvertirseenmuletas,ysielguerreroseveía desarmado, estaría indefenso frente al enemigo a no ser que poseyeraotras habilidades. ¿En nombre de Dios, qué estaba pensando Braeden para

Página184

Page 185: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

dejarlosusarespadas?Alfinaldeldíahabríaextremidadesheridasportodoslados.

Enesemomentohabíamásdecienmiembrosdelclanenelcampo,yesenúmero no incluía a los principiantes sin entrenamiento. Braeden no podíaestar en cinco lugares al mismo tiempo, y Colm se dio cuenta que debíadelegarmás responsabilidades en otros guerreros dignos y experimentados.Nadiequerríaencargarsedelosprincipiantes.Colmhabíacomenzadoabajarlacolinacuandoseleocurrióunainesperadasolución.

—Stephen,piensoqueyaeshoradequetúylosotrosguardiasosganéisvuestraestanciaaquí.

—¿Quétenéisenmente?—Aúnnohevistovuestrashabilidadesenelcampo.Mañanaentrenaréis

conalgunosdemisguerreros.Simeparecequeestáisalaalturadelatarea,ayudaréisaentrenaralosmásjóvenes.

Colm no tuvo que mirar a Christien para saber que estaba sonriendo.Llegadalamañanalesacaríaagolpesalgodeesaarrogancia.

Página185

Page 186: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo32

Gabriellehabíaestadodebuenhumorhastaquehabíasalidoatomaralgodeaire fresco y había conocido a los Boswell. Kinnon y Edward encontrabanplacer en compartir las historias que habían escuchado acerca de ella. Lashistoriaserantandesaforadasquenopudohacerotracosaqueecharseareír.

El humor de la situación se le escapaba ahora. ¿Cómo podía alguienregocijarsealcontarcosashorriblesacercadeotrapersona?Nohabíaexcusasparasemejantecrueldad.Pensabaesetristehechomientrassubíalasescalerasy entraba en el gran salón. Su estado de ánimo se había vuelto bastantesombrío.

Aunque no era lógico, decidió echarle la culpa de su miseria a Colm.HabíaestadoviviendoconlosMacHughdossemanasysisulairdsehubieramolestadoendecirleasuclanqueestabaplaneandocasarseconella,aestasalturaslanoticiayasehubieradifundidoaotrosclanes,ylosBoswellnosehubieranatrevidoainsultarla.

Peronoselohabíadichoanadie,¿verdad?Solohabíaunaconclusiónquepodíasacarapartirdesusilencio.Nodeseabacasarseconella,yestabatanasustado,quenopodíaobligarseadecir laspalabras.Nisiquiera legustabaestar en la misma habitación con ella. Aparte de sermonearla de vez encuandoacercadealgoquecreíaquehabíahechomal,nohabíamantenidoniunaconversacióndecenteconella.

En uno de susmuchos paseos con el padreGelroy habían discutido supreocupaciónacercadeColm.Elsacerdotehabíasugeridoquetrataradesermáscomprensiva.LasresponsabilidadesdeColmcomolairddesuclaneranconsiderables.

—Medoyperfectacuentadequesuclanestáenprimerlugar—lehabíadicho—yqueyosoyunaforastera.

—Llegaránaquereros—leaseguró.Noestabatansegura.Lapaciencianoeraunadesusvirtudes.Decidióque

ledaríaaColmunasemanamásparaquehicieraelanuncioformal.

Página186

Page 187: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Una semana. Luego dejaré este lugar y me iré adonde nunca puedaencontrarme.

Expresar sus pensamientos en voz alta la hacía sentir mejor y máscontrolada. Enderezó los hombros y atravesó el vestíbulo hacia el bancodondehabíadejadolalabordeaguja.

—¿Decíaisalgo?—FueLiamMacHughelquehizolapregunta.Gabriellesequedótansorprendidaycontentadeverlo,quenoleimportó

quelahubieraescuchadomascullarconsigomisma.—Buendía,Liam—dijo.ElhermanodeColmhabíaestadodesparramadoenunadelasdossillas

altas que estaban a cada lado de la chimenea. Se puso de piemientras ellacruzabalahabitación.

—LadyGabrielle.Porfavor,venidysentaosconmigo.TomólasillaqueestabaalotroladodelhogarynotóqueLiamnohizo

muecascuandosesentó.Obviamenteloscortesqueteníaenlaparteposteriorde laspiernassehabíancurado.Todavía teníaalgunasheridasvisibles justodebajo de las rodillas, pero no pensaba que esas le dejaran marcaspermanentes. Sin embargo los cortes profundos de la espalda, seguramentedejarían cicatrices. Por suerte para Liam, no le habían tocado el rostro.Dehechoseveíabastanteenforma.

—ElpadreGelroymelohacontadotodoacercadevos—dijo,sonriendo.—¿Cómo puede ser que haya estado dos semanas aquí, y esta sea la

primeravezqueosveo?—No deseaba ver a nadie hasta que estuviera más fuerte. Estoy

nuevamenteenpie.—¿Ossentísmejor?Supreocupaciónlepareciógenuina.—Sí—leaseguró.Estudió su rostrodurantevarios segundosy luego le

preguntó—:¿Ycomopuedeserquemeparezca tanfamiliar?Séquenuncanosconocimos,yaquerecordaríaaunamujertanhermosa.Talvez,lahayasoñado.Losguardiasqueviajanconvosmecuidaronmientrasdormía.Deboagradecerosquepermitieraisquelohicieran.

—Nonecesitabanmipermiso,ysonelloslosquedeberíanrecibirvuestragratitud.

—Sí, tenéis razón—accedió. Luego repitió lo que le había contado elsacerdoteacercadelaguardiarealyledijoquesentíacuriosidadyqueríaoírmás.TambiénestabainteresadoensabercosasacercadeSt.Biel,yGabrielleestuvofelizderesponderasuspreguntas.

Página187

Page 188: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Legustaba.Alcontrarioqueconsuhermano,conLiamerafácilhablaryerabastanteencantador.Lasmujeresdebíanperseguirloentropel,pensó,porsu sonrisa fácil y su apostura. También tenía un sentido del humor muypícaro.Lahizo reír contándole las travesuras que él yColmhacían cuandoeranniños.PasarlatardeconLiamfueelmomentomásplacenteroquehabíatenidodesdesullegadaalapropiedaddelosMacHugh.Lomejordetodofueque Liam nuncamencionó el motivo por el que ella estaba allí, y por esarazónlequedódelomásagradecida.

Gabrielleestabaacostumbradaacomersola.Esanocheambos,ColmyLiamseunieronaella.Colm,quesesentabaenlacabeceradelamesa,yLiam,queestabaenelextremoopuesto, se levantaroncuandoentroenel salónconelpadreGelroy siguiéndole el rastro.Liam le hizo señas,mientras queColm,conelrostrodepiedracomosiempre,simplementeesperabaaquesesentara.Hizo la elección sin siquiera pensarlo mucho. Le sonrió a Liam mientrascaminabahaciaColmytomabaelasientocontiguoaldeél.

El padreGelroymiró en ambas direcciones antes de tomar una silla alladodeladeLiam.

La habitación estuvo en silencio hasta que Maurna entró llevandotrenchers[3]fabricadosconpandeldíaanteriorrellenosdearenques,bacalao,carnero, y carne de res. Lo último que se puso en la mesa fueron gruesasrodajasdepannegro reciénhorneado.Aúncalientedelhorno,elaromadelpanllenoelsalón.

DecididaaatraeraColmalaconversación,preguntó:—Laird,¿cómofuelacaceríahoy?—Comoseesperaba.Aguardó que se extendiera en su respuesta, pero no parecía inclinado a

hacerlo.Tomó el trozo de pan que el padreGelroy le ofreció y arrancó unpedacitomientraspensabaenotrotemadeconversación.

Los hombres comían en silencio, mientras, que ella ocupada en suspensamientos,continuórompiendoelpanenpedacitos.

Finalmente,Gabriellehabló.—¿Quéplanestienesparamañana?—¿Porquélopreguntas?—Soloporcuriosidad.ElpadreGelroycomenzóacontarunahistoriadivertida,yGabriellebajó

lavistahacialamesa.Rompióelpanenunmillóndepedacitoshaciendoun

Página188

Page 189: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

estropicio.Pensandoquenadie sehabíadadocuenta, barrió lasmigasy lastiróapuñadoseneltrencher.

Una vez que el sacerdote hubo terminado su historia, se volvió haciaColmypreguntó:

—¿Elclimanoestáinusualmentetempladoparaestaépocadelaño?—No.Gabrielle se sentía frustrada. Nada estaba funcionando. Seguramente

debíahaberuntemaquecaptarasuatención.Siguióconunapreguntaacercadelaconstruccióndelanuevaampliación.

Liamestabahablandoenvozbajaconelsacerdote,perooyósupreguntayseinclinóhaciadelantepararesponder.

Gabriellesuspiróyextendiólamanoparaalcanzarotrarebanadadepan,pero Colm la detuvo poniéndole lamano encima de las suyas. Su voz fuesuavecomounsusurro.

—¿Porquéestanocheestástannerviosaconmigo?¿Esta noche? Siempre estaba nerviosa cuando estaba con él. Pero ¿Por

qué?Nohabíarazónparaesesentimiento,anoser,porsupuesto,quefuerauna reacción puramente física, lo que no tenía ningún sentido. De los doshermanos, Liam era el apuesto. Era el polo opuesto en apariencia ytemperamento a su hermano, y aún así ella se sentía atraída por Colm.Decidióquealgoibamalconella,parapreferiraunhombretanimperfectoybrusco.

—Gabrielle,respóndeme.—¿Debo darte una respuesta de una sola palabra como las queme has

estado dando tú? He estado intentandomantener una conversación decentecontigo.

Liamlosinterrumpió.—Colm,¿averiguastealgoacercadeMonroe?—Hayrumoresperonadaconsistenteaún.LiammiróalsacerdoteyluegoaGabriellemientrasexplicaba.—EllairdMonroefueasesinado.—Losabemos—dijoelpadreGelroy—.LadyGabrielleibaacasarsecon

ellaird.—Es cierto, iba a hacerlo. Oí sobre el matrimonio antes de dejar la

propiedaddeMonroe,nomuchoantesdeseremboscado.—¿Puedopreguntarporquéestabaisallí?—dijoGelroy.Liamsonrió.—Ibaaencontrarmeconalguien.

Página189

Page 190: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—¿Conquién?—presionóGelroy.—Simplementealguien.El sacerdote estaba a punto de formular otra pregunta, pero Liam lo

detuvodiciendo:—Unamujer,padre.Estabaconunamujer.Noledirésunombre.Gelroyseruborizó.—Sisolohubieraunacapilla,podríaisiraconfesaros.Liamseencogiódehombros.—¿Se enteró de que los Monroe están peleando por quién va a ser el

próximolaird?Braedencreequehabráunaguerraentreellos.Lospróximosdiezminutosloshermanoslosdedicaronadebatiracercade

quiendeberíahacersecargodelliderazgodelclan.—¿Piensanquealgunavezaveriguaránquiénmatóal laird?—preguntó

Gabrielle.—Nodescansaremoshastaencontraralculpable—dijoLiam.—¿Nosotros?—inquirióelpadreGelroy.—LoslairdsBuchanan,Sinclair,MaitlandyMacHugh—respondió—.Ya

sehanreunidoparacompartirinformación.GabrielleteníaesperanzasquesehicierajusticiaconellairdMonroe.—Ningúnhombredeberíamorirconuncuchilloenlaespalda—dijo.—Esunactodecobardía—acordóColm.Mirófijamentelamanodeélreposandosobrelassuyas.Eradeldobledel

tamaño de las de ella y se sentía cálida, maravillosamente cálida. ¿Cómopodíaunsimpletoqueagradarletanto?¿Estabatanhambrientadeafectoquesu proximidad le traía semejante reacción? Probablemente él ni siquiera sedieracuentadeloqueestabahaciendo.Disgustadaconsigomisma,apartólavistaysepusoaescucharalpadreGelroyhablardelavidaenlaabadía.

A cada oportunidad que se le presentaba, Gelroy hacía uno o doscomentarios acerca de los beneficios de tener una capilla para el clan.Diovariosejemplos,pensandoqueestabasiendosutil.

—Unacapillaproporcionaríaunlugarsagradoyapropiadoparaescucharla confesión deLiam y absolverlo de cualquier pecado que hubiera podidocometerconlamujerMonroe—leaseguróaColm—.Yvos,laird—continuó—,podríaoírvuestraconfesióncuandolodesearais…hastadosvecespordíadesernecesario.

Gabrielleestallóencarcajadas.—Padre,creoquetalvezdeberíasimplementepedirleanuestrolairdque

leconstruyeraunacapilla.

Página190

Page 191: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—¿Anuestrolaird?—preguntóLiam.EllalevantóloshombrosymiróaColm.—PareceserqueahoraeresellairddelpadreGelroy…yelmíotambién.

¿Noesasí?Suexpresiónerainescrutablecuandocontestó.—Asíes.Liamfruncióelceño.—¿Meestoyperdiendodealgo?¿Cómoeseso?—preguntó—.¿Yestás

pensandoenconstruirleunacapillaalsacerdote?—Quizás—concedió.—Aquí hay almas que necesitan ser salvadas —dijo Gelroy mirando

intencionadamenteaLiam.—¿Construir una capilla salvará nuestras almas? —preguntó Colm,

sonriendo.—Seríaunpasoenladireccióncorrecta.Vuestroclandeberíaseralentado

a entrar en ella, ponerse de rodillas, y rezar para que Dios perdonara suspecados pasados. —Moviendo el dedo ante Liam, añadió—: Y sentirlo…sinceramente de corazón. Después de lo que le paso, se podría pensar quequerríaestarenbuenostérminosconDios.

Enuninstantelaconversaciónsevolvióseria.—Colm,elpadrenofuecapazdedecirmecomofuidesdeFinney’sFlat

hastalaabadía.—Podríahabercaminado—sugirióGelroy.—No,nohubierapodido.Gelroysuspiró.—Yaosexpliquéquenopuedodecíroslo.—Perolosabe,¿noesverdad?—preguntóColm.—¿Ha encontrado al hombre que hirió a Liam? —preguntó

precipitadamenteGabrielle.—Silohubieraencontradolosabrías.—Peronodejarásdebuscar,¿verdad?—lepreguntó.—No,noloharé.—Todavía tienequecontestarmipregunta,padre—dijoLiam—.Usted

sabe cómo llegué a la abadía, ¿no es así? ¿Por casualidad estaba cerca deFinney’sFlatcuandoyoestuveallí?

—Nopodéispensarqueestequeridosacerdotetengaalgoquevercon…Colmleapretólamano.

Página191

Page 192: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—No, no pensamos que esté involucrado. Tenemos esperanzas de quepuedahabervistoaloshombresqueintentaronmataraLiam.

—Antes de que Liam llegara a nosotros yo estaba en la abadía—dijoGelroy.

—Séqueestáocultandoalgo,yquierosaberdequése trata—demandóColm.

La mente de Gabrielle se disparó. Había esperado encontrarse unmomento a solas conColmpara decirle quehabía sido ella la que le habíadisparadoalatacantedeLiamyquesusguardiaslohabíantransportadohastalaabadíadeArbane,peroahoraélestabaforzandoeltema.

—Debodecirte…—comenzó.Lelanzóunamiradaintimidante,queimpidióquecontinuarahablando.—Estoyhablandoconelsacerdote,Gabrielle.Llególahoradelaverdad.ElpadreGelroyparecíaencogerseenlasilla,retrocediendoantelairadel

laird.—Ybien,padre,¿quévaaser?¿Noslodirá,otendremosquerecurrira

medidasmásviolentas?—preguntóLiam.Gabrielleselevantóconlavelocidaddeunrayo,volcandolasillaconla

prisa.—NopuedocreerquelepidasalpadreGelroyquetecuentealgoqueno

puede.—¿Quénopuede?¿Oquenoquiere?—preguntóLiam.—Quenopuede—dijobruscamente,mirándoloconfuria—.Nopermitiré

queintimidesalpadreGelroy.Esunhombredelclero.Tehaexplicadomásde una vez que no puede decírtelo.Déjalo en paz, o tendrás que responderantemí.

Antesquealguienpudiera responder a suarrebato, aparecióBraedenenlasescaleras,diciendo:

—Estánlistos,laird.ColmseestiróylevantólasilladeGabrielleylamovióaunlado.—Venconmigo,Gabrielle—leordenómientrasla tomabadelamanoy

tirabadeellaparaquelosiguiera.Noleexplicódóndelaestaballevando,perolealegrabacomplacerlo.Un

momentoasolasconélledaríalaoportunidaddeexplicarlequéhabíapasadoenFinney’sFlat.

Estaban a medio camino hacia la entrada cuando Colm gritó sobre suhombro:

—Liam,mevoyacasarconGabrielle.

Página192

Page 193: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Liamsequedóazorado.—¿Tevasacasar?LareaccióndeGabriellefuemásintensa.—¿Nisiquieraselodijisteatuhermano?Heestadoaquídossemanas,y

nopudisteencontrartiempopara…Enesemomentoestabaprácticamentearrastrándolahacialosescalones.—Laspasadasdossemanas,hevistoamihermanocon tantafrecuencia

comotú.—Esanoesunaexcusaaceptable—refunfuñó.Exasperado,tiródeellaalolargodelasescaleras.—Yonodoyexcusas.En la puerta había un guerrero. Cuando los vio venir, le hizo una

reverenciaaGabrielleyabrió lapuerta.Pensóque suacciónerade lomáspeculiar.Deberíahabermostradodeferenciaasulaird,noaella.

Unaráfagadeairefríolerozóelrostro.Colmlasoltóysalió.Sedetuvoenelescalónsuperiorylehizoseñasparaqueseunieraaél.

Laluzdoradadelatardecersederramabasobreunmarderostrosquelaobservaban.Elpatioestaballenoconlagentedesuclan,yhabíamásdeelloscubriendolascolinasqueestabanmásallá.

Gabrielle estaba tan conmocionadaque apenaspudoconservar la razón.Parecíahaberunmillardehombresymujeresmirándolafijamente.Tratódenormalizarlarespiración.Nadiesonreía.Esolonotóenseguida.Oh,no,¿losBoswell habrían llegado a todas estas personas? Apartó el horriblepensamientoaunlado.Pero¿Porquéparecíantodostansombríos?Dadoqueestabantodosapiñados,nopodíaversiteníanalgoenlasmanos.

SeacercóaColm.Subrazolarozó.Alzólavistaysusurró:—¿Estoyapuntodeserapedreadanuevamente?—Por el amor de… —Se detuvo. No podía enfadarse con ella. Por

supuestoqueesperaríalopeor.Nolehabíadicholoqueibaaocurrir,yDiosbiensabía,quedespuésdeloquehabíapasadoenlasúltimassemanas,¿porquénodeberíasentirtemor?

—¿Piensas que dejaría que alguien te lastimara? Ahora me perteneces,Gabrielle.

Colmsevolvióhaciasusseguidores,levantólamanoenalto,ydijo:—Despuésdemuchadeliberación,ladyGabrielle,finalmentehaaceptado

convertirse en mi esposa. Soy afortunado al casarme con una dama tanapasionada, enérgica, hermosa e inocente. Le daréis la bienvenida y lahonraréiscomomehonráisamí.

Página193

Page 194: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Lamultitud losvitoreóyaclamó.Solo labesóel tiemposuficienteparaque desearamás, y cuando él levantó la cabeza, ella estaba temblorosa. Elruido se arremolinó a su alrededor, y en su mente había un únicopensamiento:nohabíaningunapiedra.

Página194

Page 195: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo33

Colmnolehabíahechoningunaadvertencia.SiGabriellehubierasabidoqueibaareunirasuclanparahacerelanuncio,sehubieracambiadoelvestidoycepilladoelcabello.Nisiquiera tuvo tiempodepellizcarse lasmejillasparadarlescolor.Lapuertaseabrióyallíestabantodosellos,mirándolafijamente.

Un atónito Liam los había seguido al exterior y se había ubicado a laderechadeColmmientrasestelehablabaasuclan.Liamparecíacomplacidoporloqueélllamaba«lasextraordinariasnoticias».Unavezquesecalmólaalgarabía y la multitud se hubo dispersado, palmeó a su hermano en elhombroyabrazóaGabrielle.

—Pensé que Gabrielle era nuestra invitada debido a la ayuda que susguardias me prestaron en la abadía, pero parece que esta visita significamuchomás.—SeechóareírymientrasvolvíanalinteriorlediounempujónaColm—.Mehasestadoocultandocosas,hermano.¿Cuánto tiempodormíexactamente?Evidentementemehe estadoperdiendomuchas cosas.Quierooírlosdetalles.

—Teloexplicaréenotromomento—dijoColm.LiamtomólamanodeGabrielleyhaciéndoleunguiño,dijo:—¿EstásseguradehaberescogidoalMacHughcorrecto,Gabrielle?Vivir

conColmpuedeserunacarga,sabes.Talvezdeberíasreconsiderarlo.FueColmelquerespondió.—Nohaynadaquereconsiderar,Liam.Gabrielleesbastantefeliz.—Se

volvióhaciaella—.¿Noesasí,Gabrielle?—Bueno… yo…—¿cómo podía responderle? ¿Feliz? Con todo lo que

habíaocurridoenlaspasadasdossemanas,laideadefelicidadnoleentrabaenlacabeza.

Liamlasalvódetenerqueencontrarunarespuesta.—¿NecesitoimportunaraladyGabrielleparaobtenerlosdetalles?—No,nonecesitashacereso—replicóColmconfirmeza.GabriellesesintióaliviadacuandoLiamlesdeseóbuenasnochesysubió

a laplanta alta.Nodeseaba responder aningunapregunta.Teníaunasunto

Página195

Page 196: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

muchomásurgenteenmente.HabíallegadoelmomentodeenfrentaraColmy decirle la verdad.Necesitaba estar a solas con él. Su corazón comenzó alatirconfuerza.

—Colm…—Pareces exhausta, Gabrielle. Ve a descansar. —Despidiéndola, se

encaminóhacialapuerta.Ellalosiguió.—¿Puedohablarcontigo?Hayalgoquedebodecirte.—¿Nopuedeesperar?—Sacóunaantorchadelsoporteen laparedpara

llevarlaafuera.LapuertaseabrióyentraronBraedenyStephen.Esperabaquepasarande

largo,peroningunode losdos lohizo.EsperaronparahablarconColm.Serecordóasímismaqueeraunhombreocupadoconmuchasresponsabilidadesycargas.

—Yoquería…quierodecir…supongoquepuedoesperarhastamañana.¿Talvezporlamañanatemprano?—preguntó.

Colmasintió,yGabrielle,sintiéndosedébilporelalivioprovocadoalnotenerquedecírseloesanoche,seapresuróasubirlosescalones.

El Padre Gelroy estaba esperando para felicitarla, pero no le dio laoportunidad.Lehizoseñasparaqueseacercarayluegosusurró:

—Siento tanto no habérselo dicho a Colm aún. Dos veces traté deexplicarlequemisguardiasyyollevamosaLiamalaabadía,peroenambasoportunidades fuimos interrumpidos.Piensoqueesmejorque se lodiga enprivado. Usted tuvo que sufrir su ira, y la de Liam también, debido a lapromesaqueleforcéaformularme.

—Cuantomástiempoesperéis,másdifícilseosharádecírselo.—Sí,losé,peromedamiedo.—EllairdMacHughsesentirácomplacidodesaberquevosencontrasteis

asuhermanoybuscasteisayudaparaél.—Haymásquedecirdeloqueustedsabe,peronosepreocupe.Mañana

porlanocheColmlosabrátodo.—¿Yyotambién?—Sí.Había tenido la esperanza de decírselo durante la confesión, pero si lo

hacía, debería decir que estaba arrepentida por haber tomado la vida de unhombre,yDiossabríaquenoerasincera.

Elhombre,necesariamente,debíamorir.

Página196

Page 197: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

MaurnaestabaencantadadequeGabriellefueraacasarseconsulairdyasíselodijovariasvecesmientrasservíaeldesayuno.

—Nadie creyó esas tonterías que los muchachos Boswell estabandesparramando, y teníamos razón en no prestarles atención ya que nuestrolaird la va a convertir en su esposa. Os declaró inocente, milady, peronosotrosyalosabíamos.¿Noesasí,Willa?—dijoporsobreelhombro.

Lacocineraseasomódesdelabodega.—Asíes.Ciertamentelosabíamos.—Osagradezcoalasdosvuestrafeenmí.—Gabriellemiróhaciaabajoa

unrecipientequeparecíacontenerunaespesapastagris.—Ninguna dama tan santa como vos cometería tan terribles pecados, y

además,nuestrolairdnosecasaríaconvossiesospecadosfueranciertos…quenoloson—seapresuróaañadir.

Willallevópanylopusocercadelapasta.—Ahoracomed.Osvendríabienponeralgodecarneenesoshuesos.Gabriellenoqueríaherir los sentimientosde la cocinera, pero teníaque

preguntarqueeraesapastaantesdeponérselaenlaboca.Pensóqueseríamásperjudicialsiempezabaahacerarcadas.

—¿Cómolellamanaesto,Willa?—preguntó.—Desayuno.Maurnabarrióalgunasmigasdelamesahaciasumanoabierta.—Tomadelpan,ymojadloenlapapilla.—¿Papilla?—Es bueno para vos, milady—insistió Willa—. Está hecho de avena

cocidayalgunosdemiscondimentosespeciales.—Osdejaremossolaparaquepodáiscomermientrasaúnestatibia—dijo

Maurna.Gabrielle levantó la cuchara de mala gana y la hundió en la sustancia

viscosa.—Maurna, puedes explicarme que quisiste decir cuando expresaste que

nadieeramássanta…—Quevos.—¿Porquépensaríasquesoysanta?—Nosoysoloyo,milady.Todoelmundolopiensa.—Yolopienso—dijoWilla.—Supongo que es porque pasáis mucho tiempo paseando con el padre

Gelroy.Estáisrezandoconél,¿noesasí?Seechóareír.

Página197

Page 198: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—VálgameDios, no.El padre se ha sentidobastante solo, y es por esoque paseo con él, pero ahora ambos nos estamos acostumbrando a nuestronuevo entorno y sintiéndonos más cómodos. Todo el mundo es muyamigable.

Lasdosmujeressonrieronampliamenteanteelelogioasuclan.—Vuestrodesayunoseenfría—leadvirtióWilla.—Penséquepodríaesperaranuestrolaird.—Sehalevantadoyhapartidohaceyabastantetiempo.Cuandolasmujeresladejaronsolaparaquecomieralapapilla,Gabrielle

se forzó a sí misma a probarla y le sorprendió que no fuera horrible. Dehecho,noteníamuchosaboranada.

TerminórápidoyluegofueabuscaraColm.Elhombredebíalevantarsealdespuntarelamanecer,pensó.

Faustlaalcanzócuandosedirigíaalosestablos.—¿Adóndevais,princesa?—EstoybuscandoaColm.—Estáenelcampoconlosguerreros.¿Osgustaríasentarosenlacolinay

verelentrenamiento?—lepreguntóansioso.Obviamente Faust quería observar, y como no podía hablar con Colm

hastamástarde,decidiócomplacerasuguardia.—Guíame,Faust.—Creoquedisfrutaréisviéndolo,princesa.Séqueyoloharé.—No entiendo por qué estás tan entusiasmado. En Wellingshire veías

entrenarsealoshombresdemipadrecasitodoslosdías.—Seentrenabancasitodoslosdías,yporunabuenarazón,yaqueellos,

comotodoslosbuenosvasallos,debenmantenersushabilidadesagudizadas.—Estoyenteradadeeso,enInglaterra,eldeberprimordialdeuncaballero

esprotegerasuseñorfeudal.Supongoqueaquídebeserigual.—No,esdistinto.Creoquemientrasganen,a lamayoríade losbarones

nolesimportacuántoshombresmueranluchandoparaellos,peroMacHughlotomaríacomounaafrentapersonaltantosipierdeunhombreoveinte.

Levantósufaldayseapresuróparapoderseguirleelpaso.—¿Piensasquehoypuedesaprendernuevastécnicasobservándolos?—Quizás,peroesanoeslarazóndemiansiedad.Prontoloentenderéis.

Nossentaremosenlapartealtadelacolinaentrelosdoscamposdesdedondetendremosunabuenavista.

Faustlaguioporunasendagastadaqueserpenteabaentrelosárboles;lacuestaeraempinada.Cuando llegarona lacresta,unavisiónpanorámicade

Página198

Page 199: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

loscamposseabrióasuspies.Habíadoscamposcasidelasmismasdimensiones,separadosporpilasde

heno amontonadas. De un lado los arqueros practicaban su puntería. Susblancos estaban tan lejos que era difícil ver el centro. A su lado habíahombres lanzando hachas al blanco. A pesar de estar tan lejos del campo,Gabriellepodíaoírelsilbidodelaspesadasarmasalcortarelaire.Enelotrocampo,loshombresentrenabanconespadasyescudos.Asualrededorhabíahilerasdeintegrantesdelclan,jóvenesyancianos,esperandolaoportunidaddedemostrarsushabilidades.

Había al menos cien hombres en el campo, y aún así ella localizófácilmenteaColm.Eradelejoselguerreromásimpresionantequehabíaallí.Estabadepieenelextremomásalejadodelcírculo,conlosbrazoscruzadossobre el pecho y las piernas separadas. Aún desde su punto privilegiado,Gabrielleviosuceño,queindicabaquenolegustabaloqueestabaviendo.

Fascinada, lomiró fijamente.Supiel bronceadabrillabade sudor, y losabultados músculos de la parte superior de sus brazos y piernas exudabanpuro poder. Aunque sabía que era indecente de su parte notar semejantescosas,nopodíaobligarseaapartarlavista.

—¿Osgustaría que fuera a buscar unamanta para que os sentarais? ¿Opensáisquenoquerréisquedarostantotiempo?—preguntóFaust.

—No necesito una manta —respondió, sentándose. Metió las piernasdebajo de ella y se ajustó la falda; todo el tiempo sus ojos azul-violáceosestuvieronfijosenColm.

—¿VeisaStephen?Estáparadojuntoallaird.—Faustseloseñaló.—Loveo.¿Quéestáhaciendo?—EstáobservandoaLucienentrenar.Examinóelcampoylocalizóasuguardia.—¿YporquéestáentrenandoLucien?—Ellairdloinvitóaquelohiciera—respondióFaust—.Siconsideraque

estamos capacitados, nos hará entrenar a los principiantes. Sus guerrerosexperimentados lo encuentran por debajo de su categoría, aunqueevidentementeharíancualquiercosaque su laird lesordenara.Stephendicequeel lairdquierequenosganemosnuestramanutención,yestamosfelicesdecomplacerlo.

GabrielleobservóaLucien.Losmovimientosdesuguardiaeranfluidosyelegantes.SemanteníafirmefrentealguerreroMacHughsinquealparecerlecostaramuchoesfuerzo.Tampocolosuperaba.

Página199

Page 200: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Stephenderrotóatodosconelarcoylaflecha.Ellairdnolediotiempoa ir a buscar el suyo, así que tuvo que usar el deBraeden. Pienso que vostambiénpodríaisvencerlosatodos.

Ellaseechóareír.—Túfeenmíesinjustificada.Dimealgo,Faust,¿quépensaronellairdy

sucomandantecuandoStephenderrotóasusguerreros?—Estaban impresionados por su pericia. Braeden y Stephen no son

adversarios.Respetaneltalentodelotroydehecho,sehanhechoamigosencierta forma.El lairdhapuesto aStephen a cargodel entrenamientode losjóvenesconelarcoylasflechasbajoelojovigilantedeBraeden.

—¿Yquehaydeti?—preguntóGabrielle.—Entrenarémañana.—Nonecesitasquedartesentadoaquíconmigo.Sabríasqueestoyasalvo.

Puedesvermedesdecualquieradelosdoscampos.—Ladistanciaesmuygrande.—SiyopuedoverelceñodeColm,ciertamentetúseráscapazdevermea

mí.—Mañana será lo suficientementeprontopara tomarmi turno.Además,

Christien luchará pronto, y no quiero perderme eso. Lucien ya casi haterminado—añadióseñalandohaciadondeestabaelguardia—.CreoqueestavezdejaráqueelguerreroMacHughloderrote.

—¿Porquépiensaseso?—A esta altura debería haber terminado con él. Se esta conteniendo

porque el hombre contra el cual pelea es por lomenos quince añosmayor.Luciennolohumillaríadelantedesulaird.Esloqueyoharía.

Cerca de los combatientes, Stephen había hecho lamisma observación.Dio unos pasos atrás y habló conBraeden.Unosminutosmás tarde,Colmdetuvolacontienda.Nuevosoponentesseadelantaronparatomarsuslugaresenelcampo.

—Lucien,venaquí—ordenóColm.Elguardiacorrióhaciaél.—¿Sí,laird?—Stephen ha sugerido que no peleaste con todas tus fuerzas. ¿Es eso

cierto?—Loes.Colmesperabaoírunaexcusaysesorprendióporsuhonestidad.—Dameunarazón.—Esvariosañosmayorqueyo.Noqueríaavergonzarlo.

Página200

Page 201: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Esaeslarazónmásridículaqueheescuchado.¿DeboasumirquesiunhombreviejofueraaatacaraGabrielle,consideraríassuedadmientrastratasdeprotegerla?

—No,siintentaradañaramiprincesa,lomataría,sinimportarsuedad.—Alnodarlomejordeti,insultasalosmiembrosdemiclan.Mañanate

obligaréahacerlo.Colmdiolaorden,ylasespadasylosescudosfueronpuestosaunlado.

Ahora habría un combate cuerpo a cuerpo. Grupos de guerrerosexperimentadostomaronelcampo.Elobjetivodecadahombreeraderribarasuoponenteysujetarlocontraelsuelo.Serequería ingenioyfuerzabrutayvarias veces durante las contiendas Colm intervino para mostrar a loscombatientessuserrores.

ChristienseunióaStephenparaobservar.—Noluchancomonosotros.Colmoyósucomentarioylollamó.—Muéstrameladiferencia.—Losiento, laird,perodebonegarme.—Sonabadescorazonadocuando

añadió—:Nopuedolucharcontravos.Atónitoporlanegativadelguardia,Colmpreguntó:—¿Quétehacepensarquetienesotraopción?Stephenseadelantóparaexplicarle.—Ahora que estáis comprometido para casaros con nuestra princesa

Gabrielle,ningunodesusguardiaspuedepelearcontravos.Christienasintió.—Ahoradebemosprotegerosaligualqueprotegemosanuestraprincesa.Braedenseofendió.—Allairdloprotegensusguerreros.Stephenasintió.—Sí, y nosotros protegemos al hombre que se casará con la princesa

Gabrielle.Christien echó un vistazo a la cima de la colina donde estaba sentada

Gabrielle.—Además,aellanolegustaríavernosentrenarconvos.Estáempezando

aencariñarseconvos.Colm levantó la vista y vio que Gabrielle estaba observando. ¿Estaba

empezando a encariñarse con él? No era muy probable. El guardia estabaequivocado.Unamujerquesentíacariñoporunhombrenoleteníacorriendoencírculosniignorabacadaordenqueledaba.

Página201

Page 202: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Hizoaunladosuspensamientos.—Sinopuedes lucharconmigo,Christien,entonces lucharáscontraotra

persona.Lehizoseñasaunodelosintegrantesdesuclan.Unguerrerodegrueso

cuelloqueseadelantóinmediatamente.—Ewen,diletuedadaChristien.—¿Laird?Colmrepitiólaorden.Ewen,aunqueconfundidoporlaextrañaorden,le

obedeciórápidamente.ÉlyChristienteníansolounosmesesdediferencia.—ConfíoqueEwennoseademasiadoviejoparaquepuedaspelearconél

—dijoColmirónicamente.Losdoshombresfueronaladosopuestosdelcampo.Braedendiolaseñal,

yelguerreroMacHugh,cargóconlacabezabaja.Christienloencontróenelmedio, y antes de que el guerreroMacHugh pudiera conectar un puñetazo,Christien giró sobre un pie y usó el empeine del otro pie para derribarlo atierra.

Christien aguardó varios segundos para ver si Ewen iba a levantarse.Cuandonolohizo,elguardiacaminóhastaélyleofreciólamano.Ewenselaapartó,sepusodepie,ysacudiólacabezaparaaclarársela.Volvióacargarotravez.Yunavezmás.Eradolorosoobservarlo,eirritantecomoeldemonioparaColm.DespuésdequeEwenfuederribadoatierraporcuartavez,Colmcaminoazancadashaciaelcampo,levantóalhombreabatidoconunamano,ylediounbuenempujón.

—Christien tehaderribadocuatrovecesde lamismaforma.¿No tedascuentaquenecesitasencontrarotraformadeataque?

Ewenfruncióelceño.—Sabíaque iba apatearmeotravez, peropenséqueyopodría sermás

rápido.Colmvolvióaempujarlo.—Esevidentequenofuistemásrápido,¿verdad?—No,nolofui.—¿Porquénotratastedebloquearelataque?Colm le mostró cómo podía hacerse, pero Ewen aprendía despacio, y

Christienloderribódosvecesmásusandoelmismométodo.OtrostressoldadosmástuvieronelmismodestinoqueEwen.Luegolos

integrantes más experimentados del clan retaron a Christien. El segundohombre no solo bloqueó su ataque, sino que le dio un buen puñetazo al

Página202

Page 203: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

guardia en el estómago.Christien cayó al suelo. La siguiente vezChristiencambiólamaniobraehizocaeraldignooponente.

Colm leordenóaChristienqueprobara ambas técnicas conélparaquepudieraenseñarlealosguerreroscomopararelataqueyganarlaventaja.EllairderamuchomásrápidoqueChristien.LaterceravezqueColmenvíoalguardiavolandohaciaatrás,Christienaterrizósobreelestómago,rodósobresímismo,ysesentó.Legoteabasangreporlacomisuradelaboca.Selimpió,miróaColmycomenzóareír.

—¿Otra vez, laird?—le preguntómientras se ponía de pie con un solomovimiento.

—Esto no es un juego, Christien —dijo con brusquedad—. Mañanaayudarásaentrenaralosguerrerosmásjóvenes.—Loapuntóconundedoyañadió—:Antesdeeso,tesugieroquetelibresdetuarrogancia.Enbatalla,estos hombres no tendrán segundas oportunidades. Es tu deber enseñarlescomo sobrevivir. Cuando estén listos, Braeden y yo les enseñaremos comoganar.

Página203

Page 204: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo34

Despuésde lasesióndeentrenamiento,Colmfueal lagoyse lavóel sudordelcuerpo, luegoseencaminóhaciaelgransalón.Estabaa laalturade losestabloscuandoGabriellecondujoasucaballofuerade lacuadra.Elcorcelyaestabaensillado.

Sedetuvo fuerade lapuertay laobservó.Mientrascerraba la tranqueradetrásdeRogue,ellaseapartódelrostrounmechónsueltodecabello.

—¿Adóndepiensasquevas?—preguntóColm.Sobresaltada,Gabriellemiróensudirección.—Buenosdíasparatitambién,Colm.Siestabatratandodehacerqueperdieraeltiempoconcortesías,seibaa

desilusionar.—Tehiceunapregunta.—Voyacabalgar.Roguenecesitaestirarlaspiernas.—¿Yexactamenteadóndepiensasiracabalgar?—Aquíyallá.—¿AtravésdeFinney’sFlatporcasualidad?Parecíaquepodíaleerlelamente.—Sí. Pensé en ir a visitar al lairdBuchanan.Me gustaría conocer a su

esposa.Porsinolorecuerdas,soyparientesuya.—No.—¿No,nolorecuerdas?—No,nodejarásestapropiedad.Puedescabalgarenlascolinasdeaquí,

peronodejarás lamontaña.—Entrelazando lasmanosdetrásde la espalda,dijo—:Medarástupalabra.

Ellainclinólacabeza.—Comotúdigas.Colmlediolaespaldaalosestablosycomenzóacaminarhaciaelpatio,

luego se detuvo. Se volvió ymiró a su prometida. Estaba de pie cerca delcaballo, sujetando las riendasdeRoguey esperandoaqueColmse alejara.

Página204

Page 205: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Sabíaexactamenteloqueestabahaciendo.Unavezqueestuvierafueradesuvista,sedirigiríahaciaFinney’sFlat.

—Ohno,Gabrielle.Novolverásahacermeesootravez.—¿Perdón?Comenzóacaminarhaciaella.—Notehagaslainocenteconmigo.Séqueese«comotúdigas»significa

queharásloquetedélamalditagana.Ahorameloprometerás.Dirás«tedoymipalabra»,ylodirásenserio.

Gabriellenoibaadejarquelaintimidara.Noeraelúnicoqueteníaalgoporloqueestarenfadado.Descaradamente,diounpasohaciaél.

—Sesuponíaqueibasareservarunmomentodetutiempoestamañana,porqueyoteníaalgoimportantequedecirte,perocuandobajé,tehabíasido.¿Esperasteaunqueseaunmomento?

Élcaminóhaciaella.—Nopodíaperderlamitaddemimañanaesperandoaquetedespertaras.

Levántatemástemprano,yescucharéloquetengasquedecir.Obstinadamente,siguiócaminandohaciadelante.—Eresunhombreirritante.—Ytútodavíadebesdarmetupalabra.—Loprometo—dijoconunainsinuacióndedesafío.Ahoraestabantancercaquesintiólacalidezdesualiento.—Quieroquemeprometasquereservarásalgodetiempoestanoche—le

dijo—.Debohablarteenprivado.—Dímeloahora.—Estonoesprivado.Lepusolasmanosenloshombrosylaacercóaél.—Nosécomoalgunavezlograréllevarmebienconunamujertanterca.Leacariciólabocaconlasuyamientrassusurraba:—Yotampocolosé.Teníalaintencióndedarleunbesofugaz,perounavezquesubocacubrió

ladeella,susintencionescambiaron.Loslabioseranmuysuavesycálidos.Ante su insistencia, abrió la boca para él, y el beso se hizomás profundomientraslaenvolvíaconsusbrazosylapresionabafirmementecontraél.

ParaGabrielle,elmundodejódeexistir.Soloestabael toquemágicodeColm.Ledevolvióelbesoconunapasiónquenosabíaqueposeyera.

Él recobró la sensatez antes que ella y terminó el beso abruptamente.Tomóunprofundoytemblorosoaliento.Ellaestabatandeslumbradaquenosediocuentadequeestabaaferrándoseaélhastaquegentilmentelaapartó.

Página205

Page 206: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Colm tuvo que poner cierta distancia entre ellos para no ceder a latentaciónde besarla otra vez. Sabía exactamente a dónde llevaría eso, y noestaba dispuesto a deshonrar a Gabrielle llevándola a su cama antes delmatrimonio,peronoleestabafacilitandolaretirada.Nuncaningunamujerlohabíaafectadotanprofundamente.

Tomó las riendas de su caballo, y acercó a Rogue para levantar aGabriellehastalamontura.Conunapalmadaenelcuartotraserodelcaballo,Colmlapusoencamino.

Página206

Page 207: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo35

CoswoldcomenzólabúsquedadeGabrielleenelmismomomentoenquefuedesterrada.Sepasóvariosdíasexplorandoeláreaalrededordelaabadía,peronolaencontróenningunaparte.

Sus espías le dijeron que Percy también estaba a la caza, pero no pasómuchotiempoantesquesedieraporvencido.Pensóqueesonoeraningunanovedad. Percy era, y siempre sería, del tipo que se rinde fácilmente. Sinlugar a dudas, había regresado con el rey John para quejarse de loinjustamentequehabíasidotratado.

Coswold no se desalentaba tan fácilmente. Pensando que Gabrielle notenía otra alternativa más que volver a casa, se dirigió hacia el sur,apresurándoseaseguirladirecciónquehabíantomadosuscriados.Interceptólacaravanacercadelafronterainglesadondehabíanacampadoparapasarlanoche. Después de horas de proferir amenazas y maltratos, Coswoldfinalmenteseconvenciódequenosabíannada.Permitióqueelatemorizadogrupodeviajeroscontinuarasucamino,peronoantesdeconfiscarlosbaúlesdeGabrielle,aduciendoqueseríanretenidosenlaabadíadeArbanehastaelmomentoenqueGabriellefueraabuscarlos.

Frustradoperonoderrotado,volvióa lasHighlands.Gabrielle seestabaescondiendoenalgunapartedeestaincivilizadatierradejadadelamanodeDios,yelbarónCoswoldibaaencontrarla.

La semana siguiente, pasó la mayor parte del tiempo observando yescuchando. Había muchos rumores, y con cada trocito de información,CoswoldseconvencíamásdequeGabriellepermanecíaenlasHighlands.

Unrumorpersistía.CoswoldescuchódeterceramanoqueGabriellehabíasidoacogidaporelclanMacHugh,peronoestabasegurodecómoasegurarsedequelainformacióneracorrecta.Loshighlanderseranungrupomuyunido,y Coswold sabía que si comenzaba a hacer indagaciones acerca de suparadero, el laird MacHugh se enteraría inmediatamente, y escondería aGabrielledondenadiepudieraencontrarla.Elriesgoerademasiadogrande.El

Página207

Page 208: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

barónhabía invertidograncantidadde tiempotramandounplanpara lograrqueGabrielleseexpusiera.

Ya estaba listo para dar el siguiente paso: verificar que GabriellerealmenteestabaconlosMacHugh.Paraello,recurrióallairdMacKenna.Ellaird conocía a hombres que no serían reconocidos en esta parte de lasHighlandsyqueharíancualquiercosapordinero.Unavezqueloshombresde MacKenna estuvieron reunidos frente a él, Coswold les explicó lo quequeríaquehicieran.

—El plan es simple—les dijo a los hombres—. Llevaréis las cosas deGabriellealapropiedaddeMacHugh.InsistiréisenveraGabrielleantesdeentregarlas.Exponedquedebéisasegurarosdequeellalasrecibe.

—¿Peroquepasasinonosdejanverla?—preguntóunodeloshombres.—Decidquelaordenprovienedelabad.Quesusbaúlesfuerondevueltos

a la abadía y que los ha estado guardando en custodia hasta saber dondeestaba.

—¿Quéhacemoscuandolaveamos?—Nohagáisnada—recalcóCoswold—.Dejadlelascosas,regresadamí

yrecibiréisvuestropago.—¿Pagoenoroymujeres?—Sí.—¿Ysinoestáallí?—preguntóotro.—Entoncesmetraeréissuscosasdevuelta.—¿Aúnasírecibiremoselpagoenmonedasymujeres?Coswoldlesaseguróqueasísería,y lesdijoquesepusieranencamino.

Nopronosticabaproblemas.Suplaneraperfecto.Nadapodíasalirmal.

Página208

Page 209: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo36

Pasarondosdíasmássinqueseconcretaralaprometidareunión,yGabrielleaúnnohabíatenidooportunidaddehablarconColmenprivado.Sinimportarcuán temprano se levantara por la mañana, él ya se había ido. Y cuandoregresabatardeporlanoche,comíasoloyluegodesaparecía.

Estabaempezandoapensarquenuncadormía,peronoseveíacomosilefaltara sueño… a no ser que considerara su humor como indicador. En losbrevesencuentrosqueteníandepasada,unadedos,olaignorabaolegruñíaacercadealgoquehabíahechoqueledisgustaba.

Estaba convencida de que la evitaba deliberadamente, pero entoncesMaurna la hizo cambiar de parecer. La terceramañana encontró al ama dellavesbarriendoelvestíbuloyconánimodeconversar.

—EllairdnohatenidounminutodepazdesdequeLiamfueraptado—dijo,sacudiendo lacabeza—.Dicequenodescansaráhastaqueencuentrealosresponsables.Hasalidotodoslosdíasconsushombresbuscandoaalguienquesepaalgo.—Maurnacorrióuntaburetemientrascontinuabadiciendo—:Yademáshacetresdíasllegaronnoticiasdequeunosladroneshabíanrobadoganado del valle de Seamus MacAlister, así que el laird y sus hombrestambién salieron a buscar a esos delincuentes. No los encontraron hastaayer…ycomosi esaspreocupacionesno fueran suficientes, anoche llegóacasaparadescubrirquehabíaunaguerrainminenteentreHeckertelherreroyEdwinelcarnicero.Esosdossiempreestándiscutiendoporalgo…

Siguiócharlandoacercadevariosincidentesqueinvolucrabanallaird,yGabrielle la escuchó pacientemente. Se sintió tremendamente aliviada aldescubrir que ella no era la razón de su ausencia, pero también se sentíaansiosa por encontrar un momento para hablar con él. Gabrielle estabadesesperadapordescargarsuconciencia.

Sesentíamuysola.Nohabíanadieenquienpudieraconfiaroconquiencompartir sus problemas. La mayoría de las noches cenaba con Liam, ypasabalaveladajugandoaalgúnjuegodemesa.Sufavoritoeraelzorroylosgansos,yencuantoretirabanlos trenchersseapresurabaa traerel tableroy

Página209

Page 210: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

lasfichas.Gabrielledisfrutabadesucompañíaperolaconversaciónnuncaseencaminaba a asuntos de seriedad. No podía decirle el papel que habíadesempeñadoensurescate.Colmeraellaird,elhombrequelahabíaacogido,el hombre que se casaría con ella. Primero debía contarle a él lassorprendentesnoticias.

No deseaba cargar al padre Gelroy con sus preocupaciones. De todasformasnohabíanadaqueélpudierahaceralrespecto,salvopreocuparseconella,y¿quése lograríaconello?Estosúltimosdíasnohabíapasadomuchotiempoconelsacerdote.Ahoraqueelclanconfiabaenél,loinvitabanasushogares a comer con sus familias y para que bendijera a sus hijos. Lomanteníanmuyocupadoyparecíaquecuantomástiempoledemandabanmásflorecíaél.

Tampocopodíahablarconsusguardias.Noseríaapropiadodesnudarsucorazónanteellos.Nuncaloscargaríaconsusproblemas.

Selamentóensilencio.Sumayor preocupación era su padre. ¿Estaría a salvo? ¿O ya lo habría

encarcelado el rey? Oh Dios, rezó, por favor mantenlo a salvo. ¿El barónGeoffrey habría tenido tiempo de congregar a sus vasallos, y si lo habíahecho,pelearíancontralosbaronesfavoritosdelreyysusejércitos?BrodickhabíasugeridoqueunavezquesupadreseenteraradequeGabrielletodavíaestabaenlasHighlands,seapresuraríaairalastierrasdelosBuchanan.Peronohabía tenidonoticiasdeellos.Si supadreestabaasalvo,¿porquéno lehabíahechollegarnoticias?

Gabrielle no podía esperar más tiempo. Al día siguiente iría con losBuchanan.Brodickconocíaasupadre,ycabíalaposibilidaddequeledieraalgunasugerenciaquelaayudaraaencontrarlo.

No le preocupaba que Colm le negara el permiso para salir de lapropiedadporquenoibaapedírselo.

Gabrielle paseó por el campo mientras formulaba el plan. Unasaclamacionesqueproveníandelacolinalellamaronlaatención.Miróhaciala cima. Varias personas —algunas ancianas, otras jóvenes— estabanreunidasdebajodelárbolenelquerecientementesehabíasentadoconFaustamirarcomoseejercitabanColmysussoldados.

Una muchacha que corría para reunirse con sus amigas se detuvo eltiempo suficiente para hacerle una reverencia a Gabrielle, luego se fuecorriendomientrassuamigalegritaba.

—Liamhavueltoalentrenamientohoy—leanunció—.Seestásintiendomejorquenunca.

Página210

Page 211: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Ytambiénseveíamejorquenuncaparalasmuchachas,pensóGabrielle.Eventualmente Liam se asentaría, y que Dios ayudara a la mujer queescogierapor esposa.Lomásprobable era que lamantuvieramuyocupadaconsusdiabluras.

Gabrielle se apresuró a bajar la colina. Le gruñía el estómago,recordándolequeeramediodía.Maurnalehabíavueltoaserviresapastaparaeldesayuno,yGabriellehabíasidoincapazdeobligarseacomermásdedosbocados.Willa lehabíapedidoencarecidamente aGabrielleque lo comieratodo, alegando que se aferraría a sus costillas. El por quéGabrielle podríaquererqueesoocurrieraestabamásalládesupoderdecomprensión.Pensabaquelamismaideaeradelomásdesagradable.

Casihabíallegadoalpatiocuandounamujerseleacercópordetrásyletocóelhombro.

—¿LadyGabrielle?Gabriellesevolvió.—¿Sí?—Hubo un tiempo en que hubiera tenido una sonrisa dispuesta,

pero ya no más. Desde entonces había aprendido a ser precavida y ahoraactuabacautelosamentecuandoconocíaaalguiennuevo.

—Nohabíatenidooportunidaddeconoceros—dijolabonitamujer—.MinombreesFiona,yprovengodelclanDunbar.Mipadreesel lairdDunbar.Mecaséhacepoco.Devinmiesposo,esunodelosmiembrosdelclandemásconfianzadellairdMacHugh.

—Esunplacerconocerla.—LarespuestadeGabrielle fueeducadaperotentativa.

Fionanosonrió.Eraunamujer robusta, conunacomplexión rubicunda,pecasyojosverdesdelcolordelcésped tierno.Su largoypelirrojocabellorizado era sin lugar a dudas sumejor rasgo. Tenía los ojos sesgados haciaabajoenlasesquinas,loqueledabaunaspectodetristezaabrumadora.

—Aestasalturasestoyseguradequesabequienesmihermana.—No,nolocreo.¿TambiénestácasadaconunMacHugh?Fiona actuó como si estuviera sorprendida, pero Gabrielle pudo ver a

travésdesusimulación.—¿Quéesloquedeseadecirme?—lepreguntó.—MihermanaJoanestácomprometidaconellairdMacHugh.SilaintencióndelamujererasobresaltaraGabrielle,logrósucometido.PeroGabrielleserecuperórápidamente.—Asegúresedehacerlellegarmisfelicitacionesasuhermana.AFionaseleagrandaronlosojos.

Página211

Page 212: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Sí…loharé.CuandoGabriellesealejó,Fionalegritó:—Prontopodréisconocerlaenpersona.Joanestaráaquíenunpardedías.Gabrielle pretendió no oírla.Vio a Lucien esperándola en el patio y se

precipitóhaciaél.—princesa, tenéis el rostrodeun tono rojobrillante,perohoyeldíano

estálosuficientementecalurosocomoparaqueoshayaquemadoelsol.—Elvientomeenrojeceel rostro—leexplicó, sorprendidaanteel tono

calmado de su voz. Por dentro estaba hirviendo—. ¿Por casualidad sabesdóndeestáellairdMacHugh?—«Deseomatarlo»,añadióparasusadentros.

—No,nolosé.¿Osgustaríaquefueraabuscarlo?Negóconlacabeza.—No,lodejarévivirunpocomás.Nosediocuentadequehabíaexpresadosupensamientoenvozaltahasta

queLucienlepidióquelorepitiera.—Loencontrarémástarde—dijo.Yentonceslomataré.—¿Osgustaríairacabalgarestatarde?—No, creo queme quedaré en casa y terminarémi labor de aguja. Es

relajanteymeproporcionaalgoútilquehacer.—Si no me necesitáis, iré a ayudar a Faust. Está fabricando flechas,

tallándolasigualquelasdelosMacHugh.Lasdeellossonmuchomásfuertesyfinas, loquepermitealcanzarmayoresdistanciasymásvelocidad.Debéisprobaruna,princesa.Seguroqueosimpresionará.

—¿Haytantadiferencia?—Dejadmecogerunadelasmíasyunadelasdeellosparamostraros.UnratitodespuésLucienentróenelvestíbulo llevandodosflechas.Las

puso sobre la mesa. Gabrielle acababa de comer una tajada de grueso pannegroconmiel.EmpujóeltrencheraunladoytomólaflechaMacHughenlasmanosparapercibirsupeso.

—El astil es más fino, pero parece ser fuerte. Las plumas me sondesconocidas.

Maurna escuchó el comentario de su señora. Se apresuró a ir hacia lamesa para limpiar la comida, e inclinándose sobre el hombro deGabrielle,dijo:

—Amimeparecequesondeganso.Suatenciónsedesvíohacia lasescaleras,cuandoColmyLiamentraron

juntosenelvestíbulo.Gabrielledejólaflechasobrelamesaysevolvióhacialoshermanos.

Página212

Page 213: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Tenemosbuenasnoticias—dijoLiam—.Turopaymuchasotrascosasllegarán dentro de poco. Hay una procesión considerable de hombresacarreandolosbienes.Seguramentenopuedensertodosvestidos.¿Osí?

GabrielleestabaconfundidaydirigiósuspreguntasaColm.—¿Cómoesposible?Loscriadossellevaronmisposesionesderegresoa

Wellingshire.¿Cómoesposiblequeahoraesténaquí?—Vienendelaabadía—leexplicó.—¿Mipadrelasmandódevuelta?¿Hahabidonoticiasdeél?—Surostro

seiluminóporlaemociónqueleprovocóesaposibilidad.Colmodiabadesilusionarla.—No,nohaynoticiasdetupadre.Enuninstanteselellenaronlosojosdelágrimas.—Teníaesperanzas…LiamlediouncodazoaColmyseñalóaGabrielleconlacabeza.—Venaquí,Gabrielle—ordenóColm.Parpadeó para contener las lágrimas, enderezó los hombros, y cruzó la

habitaciónparaenfrentarlo.—¿Sí?—Tal vez mañana tengas noticias de tu padre —sugirió Liam cuando

Colmpermanecióensilencio.—Talvez—dijoelladébilmente.Yquizásmañanaelsolsevuelvanegro

también,pensó.Colmlelevantólabarbilla.—Brodick y yo estamos tratando de averiguar dónde está. Se que es

difícil,perodebestenerpaciencia.—TodavíapodríaestarenWellingshire.Élhizoungestoafirmativoconlacabeza.—EnvíeunmensajeroaInglaterra.—¿Lohiciste?Estaba tan sorprendida por su consideración, que no sabía que decir o

pensardeél.¿Habíaestadoequivocadaal juzgarlo tancruel?Quizásnoeratanogrodespuésdetodo.

LuegorecordóaJoan.Cuando los ojos anegados en lágrimas de Gabrielle cambiaron por un

ceñofruncido,Colmsequedóperplejo.¿Yahoraqueestabamal?Nunca laentendería.Habíapensadoqueestaríacontentaalsaberqueestabatratandodeencontrar a su padre. Sí, debería estar condenadamente complacida.Ciertamentenodeberíaestarmirándolocomosiquisieraestrangularlo.

Página213

Page 214: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

GabrielledecidióqueesenoeraelmomentodehablarleacercadeJoan.Tambiénnecesitaríaprivacidadparamanteneresadiscusión.

—¿Colm,recuerdasquetepedíquemededicarasunmomentoasolas?—Lorecuerdo.—Voyanecesitaruntiempomuchomáslargo.LiamsaludóaLucienconlacabeza, luegofuehacia lamesaysesirvió

unacopadeagua.Advirtiólasflechas.—¿Quéhacenestasaquí?Lucienrespondió.—Queríaenseñarle lasdiferenciasquehayentre lasdos.Princesa, sino

tenéisinconveniente,ahorairéaayudaraFaust.—Sulealguardialehizounareverenciaysaliódelvestíbulo.

Colmlevantóambasflechas.—¿Aquienpertenecenestas?—preguntó.—¿Dequecolorsonlasmarcasdelasplumas?—lepreguntóella.Girólaflechaensusmanosexaminándola.Pensandoquenoentendíaloquequeríadecirle,seacercóaél,seinclinóa

sulado,yseñalóelcolorquehabíaenelcentrodecadapluma.—Azafrán,¿ves?ElazafráneselcolordeLucien.—¿Porquélamarca?—preguntóLiam.—Para saber que le pertenece. A veces, cuando practicamos, nuestras

flechasterminantanjuntasenelblanco,quelaúnicaformadesaberquiendioenelmismocentroesporelcolor.

—¿Usasunarco?—preguntóColm.—Sí,lohago.Nosiemprepracticoconmisguardias,soloalgunasveces.

Simedisculpáis,megustaríasubirabuscarmilabordepunto.Parecequelaextravié.

EstabaamediocaminohacialasescalerascuandoColmleordenóquesedetuviera.

—¿ConquecolormarcaFaustsusflechas?—Rojo.—¿Christien?—Verde.—¿YStephen?—Púrpura.—¿Ylastuyas?—lepreguntó.—Azul.Marcolasmíasconazul.

Página214

Page 215: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Colmsequedómirandolasescalerasporunlargominutodespuésdequeellasehubieraido.LuegofuehacialarepisadepiedraytomólaflecharotaquehabíaextraídodelhombremuertoenFinney’sFlat.

Lamarcaeraazul.

Página215

Page 216: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo37

Colmteníalapruebaensusmanos,yaúnasínopodíacreerlo.¿Eraposible?¿HabíaestadoGabrielleenFinney’sFlat,siendotestigodeesaatrocidad?

Su dulce y gentil Gabrielle había tomado una de sus flechas, la habíaajustadoenelarco,ydisparadoalbastardoenelpecho.

No,nopodríahaberlohecho.Noteníaestómagoparamatar.Sinembargolapruebaestabaensusmanos.—Colm ¿qué pasa contigo? —preguntó Liam—. Has estado mirando

fijamenteesaflecharotamuchorato.Su mente salió disparada, no le respondió a su hermano. Recordó que

cuandohabíanpresionadoalsacerdoteparaquelesdijeracomohabíallegadoLiamalaabadía,Gabriellesehabíapuestoenpiedeunsaltoparadefenderlo.

Ellaestabaallí…ytambiénsusguardias.¿HabríausadoStephenoalgunode los otros una de sus flechas para darlemuerte? Sí, eso es lo que debíahaberpasado.Gabriellenoposeíaeltemplenecesarioparasegarunavida.

Colm llamóaMaurna, pidiéndoleque le dijera aGabrielle quedeseabahablarconella.Elamadellavesviolaexpresióndelosojosdesulairdyseapresuróaobedecersumandato.Algolohabíairritado,yrogabaalcieloquelady Gabrielle no fuera la causa. La distinguida dama se sentiría muytrastornadasiellairdlelevantabalavoz.

MaurnagolpeólapuertadeGabrielle.—Ellairdosestáesperandoparahablarconvos.Elamadellavesabriólapuertayseasomó.Gabrielleestabasentadaenla

camaconsubordadoenelregazo.—Milady, pienso que se avecina algún tipo de problema. El laird está

descontentoporalgo.Yonoleharíaesperar.Maurna continuó susurrando consejos mientras bajaba la escalera

siguiendoasuseñora.—Siosgrita,noospreocupéis.Nooslastimará.—Maurna¿algunaveztehagritado?

Página216

Page 217: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—No,nolohahecho,perosiempreexistelapreocupacióndequepuedahacerlo.Probablementemedesmayaríaenesemismomomento.

Gabriellepensóqueeramuydulcedepartedelamadellavespreocuparseporella.

—Notepreocupes.Yonomedesmayaré.—Aún así, quizás queráis sentaros mientras os dice qué le está

molestando,soloporsiacasoosmareáis.Noquieroqueosgolpeéislacabezasioscaéis.Claroquenuestrolairdesrápido.Probablementeosatrape.

MaurnanosiguióaGabriellehastalasala.—Tal vez no se trate de vos, milady. Tal vez este disgustado por otra

cosa.CuandoGabrielleentró,Colmestabahablandoconsuhermano.Liamse

pusodepieylesonrió,yellapudoapreciarcuáncansadoestaba.Recuperarlasfuerzaseraunatareaardua.LuegovolviósuatenciónhaciaColm.Élnoestabasonriendo.

—¿Deseabashablarconmigo?—lepreguntó.—Acércate.Tengoalgoquemostrarte.—Levantóenalto la flecha rota.

Esperabaunareaccióninmediata,peroellasolosemostróligeramentecuriosa—.¿ReconocesestoGabrielle?

Seacercó,violasmarcas,ydijo:—Esunademisflechas.—Estárota.—Puedo ver que lo está—concordó—. ¿Dónde la encontraste? No he

cazadoconarcoyflechadesdequelleguéaquí.—LaencontréenFinney’sFlat.—En Finney’s… —se le agrandaron los ojos, y dio un paso atrás—.

DijisteenFinney’sFlat.Mepreguntocomohabrállegadoallí.—Pensé que tal vez tú podrías decírmelo. ¿Quieres saber exactamente

dóndeycuandolaencontré?Esoyalosabía.—Estárota,Colm.Bienpodríastirarla.Liam se reclinó hacia atrás contra la mesa, desesperado por tratar de

seguirlatensaconversación.—¿Podríaalgunodelosdosdecirmequéestásucediendo?—demandó.—EstaeslaflechaquesaquédelhombremuertoenFinney’sFlat,Liam.

Estabatendidoenelsuelojuntoalhoyoquelosbastardoshabíancavadoparati.

—Estásdiciendo…

Página217

Page 218: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

GabriellemiróaLiamydijo:—Esmiflecha.EsoesloqueColmestátratandodedecir.—Ahora contestarás mis preguntas sin un titubeo —ordenó Colm—.

¿EstabasenFinney’sFlat?—Sí.—¿Cuándoyoestuveallí?—Liamsonabacomosiseestuvieraahogando.Laimpacienciaagudizósuvoz.—Por el amor deDios, Liam, trata de seguir el hilo. Sí, yo estuve allí

cuandotúloestuviste.—¿Cuáldetusguardiasmatóalbastardocontuflecha?—Ningunodeellos.Yolomaté.Se escuchó un fuerte jadeo yGabrielle vio aMaurna yWilla espiando

desdelabodega.SeinclinósobreColmydijoenvozalta:—Elhombrerealmentesemerecíaquelomataran.LacabezadeWillasubíaybajaba,yMaurnapermanecíaboquiabierta.Colmsepasólosdedosentreelcabello,agitado.—Todo este tiempo he estado tratando de descubrir… ¿Por qué en el

nombredeDiosnomedijiste…?—Sacudiólacabezaenunfútil intentodeaclarárselaydijo—:¿Ibasadecírmeloenalgúnmomento?

—Loheestadointentando.Tehepedidounayotravezquemededicarasunmomentodetutiempo.

—Hay una diferencia entre pedir dulcemente un poco de mi tiempo ydecirmequeelasuntoesdesumaimportancia.

Lepinchóelpechoconeldedo.—¿Cómo ibayoa sabercualeseran lapalabrasmágicasquedebíausar

parallamartuatención?Era consciente de que sonaba como una arpía. Maurna se había

preocupadodecómoibaareaccionarGabriellesiellairdlegritaba,yahoraellaleestabalevantandolavozaél.

Stepheneligióesemomentotaninoportunoparaentrarenlasala.—¿Hayalgúnproblema,princesa?Nolerespondió.Colmlohizo:—Segurocomoelinfiernoquelohay.Condenadamentecierto,lohay.GabriellesevolvióhaciaStephen.—Losabe—dijoconunsuspiro.—Ah. —Su guardia miró a Colm y le preguntó a ella—: ¿Vos se lo

dijisteis?

Página218

Page 219: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Lodedujo.Eramiflecha,Stephen.Olvidamossacarla.—La flecha. Por supuesto.Nunca pensé en lasmarcas.No puedo creer

quehayasidotandescuidado.—Estabasocupado transportando aLiampara sacarlodel campo.No te

culpes. Colm estaba destinado a descubrirlo con el tiempo, y yo ya habíadecididoqueerahoradedecirlelaverdad.

Colmlosmiróalosdos,conescepticismo.—¿Yprecisamenteporquémantuvieronestoensecreto?FueStephenelquerespondió.—No sabíamos quiénes eran los hombres ni de dónde venían, y por

consiguiente no sabíamos las repercusiones que se suscitarían una vez queencontraranelcuerpo.

—¿Estabaspreocupadoporlasramificacionesdebidoaquetúmatastealhombre?—preguntóColmaStephen.

—No,debidoaqueyomatéalhombre—respondióGabrielle.—¿Esesocierto?—lepreguntóaStephen.—Sí —dijo. Su orgullo fue evidente cuando añadió—: La princesa

Gabrielle tienemáspunteríaconelarcoquenosotros.Nohabía tiempoqueperder ni para considerar las consecuencias. El cobarde había levantado laespadayteníalaplenaintencióndepartiraLiamporlamitad.Ellalodetuvo,fue una muerte limpia y rápida —dijo Stephen, haciendo un gesto deasentimientoconlacabeza.

GabrielleobservódetenidamenteelrostrodeColmmientrasreflexionabasobreloqueleestabandiciendo.¿Quépensaríadeellaahora?Desdequelahabíaconocido,habíapasadodeserunaputaaserunaasesinaasangrefría.Queencantadoraspalabrasparadescribiralamujerconlaqueseibaacasar.Casisentíapenaporél.

ColmpusolasmanosenloshombrosdeGabrielleylaforzóapermanecerdepiefrenteaél.

—Meexplicarástodoloquepasó.Ycuandotermines,Stephenmedarásuversión.

Gabrielle se sintió aliviada de finalmente poder sacar todo a la luz.Rápidamente refirió lo que recordaba, comenzando con su objetivo de verFinney’sFlat.

—Cuando nos aproximamos al claro, oímos voces, por lo que nosescondimossinanunciarnuestrapresencia.

—¿Vistealgunodelosrostros?

Página219

Page 220: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Alprincipiono.Usabantúnicasconcapuchas.Perounpardeellossesacaronlascapuchas,yentonceslosvimos.

—¿Yquéhaydelosnombres?—Sí, estaban discutiendo entre ellos, y usaban sus nombres, pero no

oímos los nombres de ningún clan ni apellidos. El nombre del líder eraGordon.Eraelhombrequematé.

—¿Porquédiscutían?GabriellemirócompasivamentealhermanodeColmantesderesponder.—Querían que Liam se despertara para que supiera que estaba siendo

enterradovivo,ydiscutíansobrecómodebíanponerloenlafosa.—Peronoibanaenterrarlohastaqueosvieranavosenlacumbre,laird

—intervinoStephen.Colmentrelazólasmanosdetrásdelaespaldaycaminóhaciaelhogar.Se

quedó mirando fijamente el fuego, sumido profundamente en suspensamientos.

—¿Dijeronporquénecesitabanvermeallí?—Sí, laird—respondióStephen—.Liameraelcebo.Loestabanusando

paraatraparosavos.

Página220

Page 221: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo38

Colmjuróqueencontraríaalosbastardos.Noleimportabacuántotiempolellevara —un año, diez o una eternidad— seguiría cazándolos hasta quehubieramatadohastaelúltimodeellos.Yantesdequemurieran,lediríanelnombredelhombrequelesdiolasórdenes,yaqueseguramenteunataquetandeliberado,cometidoporextraños,habíasidoplaneadoporalguienconalgoqueganar.Portodoloqueerasagrado,habríajusticia.

Resultó ser que no le llevó una eternidad, ni siquiera un año.Una solatarde.YColmnotuvoquecazarlos.Vinieronaél.

DespuésdequeStephenyGabriellerelataronloquehabíanoídoenFinney’sFlat,Liamcomenzóapasearseenellugarparadesahogarsufuria.

—OísteloquedijoStephen.Hablabannuestralengua,peroelacentoeradiferente,másgutural.DebenhabervenidodelasLowlandsodelafrontera.Digo que convoquemos a todos nuestros hombres y a nuestros aliados ydestrocemos cada pulgada de tierra de aquí a la frontera hasta que losencontremos.¿Enterrarmevivo?¿Partirmeporlamitad?¡Hijosdeputa!—LairadeLiamysuimpacienciaportomarrepresaliassereflejabaencadaunadesuspalabras.

Conlosbrazoscruzados,Colmpermanecíaquietoanteelhogar.PermitióquesuhermanoexpresarasufuriahastaqueLiamcomenzóadescribircomocreíaquedebíamorircadaunodesusatacantes.

—Gabriellenonecesitaescucharesto,Liam.—Sufrirán. Juro por Dios, que gritarán pidiendo piedad —juró

solemnemente.Agotadoporsudiatriba,Liamsedejócaerenunasilla.—Sabesquelosencontraremos—dijoColm.—Sí—respondióLiam—.Losé.Con el temperamento finalmente bajo control, los dos hermanos

comenzaronaformularplanes.

Página221

Page 222: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

YaqueColmestabaocupado conStephenyLiam,Gabrielle pensóqueese podía ser el momento perfecto para escabullirse. Dos veces habíaintentadodejarlasala,ydosvecesColmlahabíatraídodevuelta.Finalmenteseaseguróquepermanecieraasuladorodeándolaconelbrazo.Noibaairaningunapartehastaqueéllopermitiera.

El pobre padre Gelroy entró tranquilamente en la sala en busca de sualmuerzo y fue inmediatamente detenido e interrogado largamente. Elsacerdotepareciósentirsealiviadoporelhechodequepor fin se supiera laverdad y luego pareció sentirse espantado cuando descubrió que Gabriellehabíamatadoaunhombre.

Gabrielle estaba rendida, pero también se sentía aliviada porquefinalmentetodohabíasalidoalaluz.DecirlelaverdadaColmhabíasidounalaboragotadora.Serecostócontraélyserelajó.Laterriblecargahabíasidodisipaday traspasadaaél.Noteníadudasdequeencontraríaa loshombresquehabíanheridoaLiamyagradecíaquehubieraimpedidoquesuhermanodescribieralamanerahorribleenquemorirían.

CuandoColmdejóqueStephenregresaraalcampoylepermitióalpadreGelroyiralacocinaabuscarcomida,Gabriellefinalmenteestuvoasolasconél,peronopormuchotiempo.

Lasoltó.—Gabrielle…—comenzó.Maurnalosinterrumpió.—Ruegomeperdonéis,laird,peroestánaquí.Sinotenéistiempoahora,

puedoponerlos en el rincónydejarlos retorcersehasta que estéis listoparacastigarlos.

DetrásdeMaurnahabíaotrocriado.—Elmontacargas está roto, y los hombres no pueden subir las piedras

grandeshastalacima.Piensanquedeberíaisecharleunvistazo.Colmasintió.—Estaréallíenunmomento,Emmett.Gabriellepudohabersalidoenesemomento,perosequedódondeestaba

yobservócomoMaurnamedioarrastraba,medioempujabaadospequeñosniños para que entraran en la sala. Ambos tenían la cabeza baja. ColmdespidióaMaurnayordenóalosniñosqueledijeranquéhabíanhecho.

Seirguiósobreellos,yGabriellesolopudoimaginarloquedebíanestarpensando cuando alzaban la vista para mirar a semejante gigante. Si bien,ningunodelosdosparecíaasustado,ycadaunodeellostratabadehablarporencimadelotro.

Página222

Page 223: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Colmlevantóunamano.—Uno a la vez. Ethan, tú primero, y Tom, dejarás de mirar a lady

Gabrielleymeprestarásatención.—Sí,laird,pero¿esvuestradama?—preguntóTom.—Síloes,ahorasilenciomientrasescucholoqueEthantienequedecir.—Sí,laird,pero¿vaisacasarosconella?—preguntóEthan.Colm demostró una paciencia extraordinaria. Su expresión era severa,

perolosniñossesentíancómodosconélodelocontrarionohubieranhechotantaspreguntas.

Gabriellepensóqueerandosniñosdelomásadorables.Nopodíantenermásdecincoañosdeedadyaunquenoeranidénticos,eraevidentequeeranmellizos. Ambos tenían pecas y grandes ojos marrones con un poco depicardíaenellos.

TresvecestuvoquerecordarlesColmelmotivoporelcualestabanallí,yfinalmenteEthancontósuhistoria.

—Veréis,laird,loquehicimosfue…—comenzó.Esas fueron las únicas palabras que Gabrielle comprendió. Tom

continuaba interrumpiéndolo y corrigiéndolo, y la historia se volvió tanenrevesada que para cuando terminaron, no tenía ni lamenor idea de cuálhabíasidosudelito.

EntoncesTom,unpocomásprecozqueEthan,sintióquedebíatenersuturno.Suexplicaciónfueigualdedisparatada.

Los muchachos se estaban moviendo constantemente, balanceándosehaciadelanteyhaciaatrásydeunladoaotro,dándosecodazosymirándoladisimuladamente.

AparentementeColmhabíaentendidoloquelehabíancontado.—Noentraréisenlacocinaamenosqueseáisinvitados.—Sí,laird,pero¿podemosentrarcuandoqueramosjugarconelgato?—No,nopodéis.—Sí, laird—dijo Ethan—. Pero ¿quizás podríamos mirar hacia dentro

algunasveces?—Solo podéis entrar en la cocina cuando Willa os invite. ¿Me

entendisteis?—Sí,laird—dijoTom—.Peropodemos…—No,nopodéis.AhorairéisconWillaylepediréisdisculpas.Losniñosasintieronconlacabeza.—Sí,laird—dijeronalunísono.—Yluegoiréisconvuestratíayosdisculparéisconella.

Página223

Page 224: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Sí,laird,peronoderramamossuharina.—Osdisculparéisporhacertravesuras.—Sí,laird,peropodemos…—Ya basta, Tom. —Su tono fue deliberadamente más duro, y obtuvo

exactamente la reacciónquedeseaba.Susojosseagrandaron,yvolvieronaasentir.Liamtosióparadisimularlarisa.

Colmdijo:—No quiero escuchar ninguna discusión. Decidiré cual será vuestro

castigo.Volvedmañana,yosdiréloquedebéishacer.Losniñossalieroncorriendohacialabodegayluegosedesviaronhaciala

mesadondeestabasentadoLiam.—Liam,¿estásmejorahora?—preguntóEthan.—Sí,estoymejor.—¿Podemosvertuespalda?—preguntóTom—.¿Dóndetelastimaste?—No,nopodéis.—Sí,Liam,peropodríamosver…Liamlessonrióalosniñosylesrevolvióelcabello.—Hoyhabéishechoalgomuybueno.Losniñossonrieronampliamenteanteelinesperadoelogio.—¿Lohicimos?—preguntóEthanasombrado.—Sí,lohabéishecho—dijoLiam.—¿Quéfueloquehicimos?—seextrañóTom.—Me habéis demostrado que todavía existe inocencia en el mundo—

explicóLiam—.Ahoramarchaosantesdequeellairddecidacuálesvuestrocastigo.—En cuanto estuvieron fuera de la vista, dijo—:Me levantaron elánimo.

—Noparecíandemasiadocontritos—señalóGabrielle.—Esporquenoloestán—respondióColm.—¿Cómoloscastigarás?—preguntóLiam.—Estoy abierto a sugerencias. Hasta ahora han sido desterrados de los

establos, los campos, las colinas que los rodean, la armería, y ahora de lascocinas.

—¿Dóndeestásupadre?—preguntóGabrielle.—Desaparecido.Asumió que se refería a que el hombre había muerto y no pidió más

explicaciones.—Ruegomeperdonéis, laird, pero respecto a esemontacargas…—dijo

Emmett,quienhabíaestadoesperandopacientementeenelrincón.

Página224

Page 225: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Yavoy—respondióColm.Liam se levantó de la silla y se acercó a Gabrielle. Colm se estaba

dirigiendohacia las escaleras,pero sedetuvoen secocuandoLiamatrajo aGabrielleasusbrazosylaabrazó.

Gabrielleestabatansorprendidaquealprincipiosepusotensa.—¿Quécreesqueestáshaciendo?—demandóColm.—MostrándolealadyGabriellemiagradecimiento.Colm experimentó un ataque de posesividad. Ningún hombre tenía

derechoatocarloquelepertenecía,nisiquierasuhermano.—Suéltala.Liamloignoró.BesóaGabrielleenlafrente,seinclinóacercándoseasu

oído,ysusurró:—Gracias.Justo cuando Colm estaba a punto de arrancar a Liam del lado de

Gabrielle,suhermanolasoltóysaliódelasala.Al principio, aGabrielle la tomó por sorpresa el súbito gesto de Liam,

perocuandosefue,sediocuentadequedemostrarlesugratituderarealmenteunaactitudmuydulceyconsiderada.Habíasidomuygentilcuandolaatrajoasusbrazos.

Colmfuemuypocogentilcuandolaagarróylaenvolvióconsusbrazos.Comenzóadeciralgo,luegocambiódeopiniónyencambiolabesó.Subocatomóabsolutaposesión,enunbesoqueestabadestinadoaderretircualquierresistenciaqueellahubierapodidotener.

Cada beso era más maravilloso que el anterior, pero lo que sucedíadespués continuaba igual. Colm se apartó sin volverse amirarla, dejándoladeslumbrada. Gabrielle lo miró fijamente mientras desaparecía de la vista.Pensabaquenuncallegaríaaentenderlo.

Aliviadalapesadacargadesushombrosyconlamayorpartedelatardepordelante,decidiótomarunpocodeairefrescoycaminóhacialosestablosparadarleaRogueunagolosina.LuegofueenbuscadeFaustyLucien.Losencontrósentadosenlacimadeunacolinadetrásdeltorreón,trabajandoconsusflechas.LucienestabausandountrapoparaaceitarelastadeunaflechamientrasqueFaustleagregabalasplumasaotra.SesentójuntoaFaustyloayudóconlasplumas.Losdoshombreshablabanensulenguamaterna,ylosescuchómientras Faust le contaba a Lucien queColm ya sabía que habíanestadoenFinney’sFlat.Despuésdepasarunaplacenterahora,Gabriellelespreguntó a los dos guardias si cabalgarían con ella fuera de la propiedad.Lucienqueríaseguirtrabajando,asíqueFaustensillódoscaballosparaellos.

Página225

Page 226: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Gabrielle se dio cuenta queRogue estaba ansiosopor correr.En cuantoestuvieronfueradelasmurallasdelafortaleza,viróhaciaelnorte,leindicóladirección,ylodejócorrerhastalacimadelaprimeracolina,luegoaminoróelpasoysalióacampoabiertocabalgandojuntoaFaust.

—¿Volvemos? —preguntó Faust después de que pasaran unos pocosminutos—. La caravana con vuestros baúles debería llegar pronto. Mepregunto si el abad recordó enviar la estatua de san Biel. El padre Gelroyquerráponerlaalfrentedelacapilla.

—La capilla que aún no existe —dijo ella—. Podemos ponerla en eldepósitohastaqueseconstruyauna.

—Quizás algún día vuestro padre mande una estatua más grande denuestrosanto,laqueestáenelpatiofueradelahabitacióndevuestramadre.FueunregaloquelehizovuestroabueloantesdequepartieradeSt.Biel.—Unafugazexpresiónde tristezapasóporsusojoscuandoañadió—:EnestemomentodeberíahabernieveenlasmontañasdeSt.Biel.

Gabriellepodíaverqueelguardiaseestabaponiendonostálgicoyquizásañorabaunpoquitoelhogar,ysintióunapunzadadeculpaporarrastrarloaúnmáslejosdesutierranatal.

—Piensoqueregresaráspronto—ledijo.Élsonrió.—Esoes loquediceStephen,perodebéisestarcasadaantesqueyome

vaya…—Ytúdebessaberqueestaréasalvo.—Yaconfiamosenquevuestrolairdnodejaráquenadamaloosocurra.—Entoncesprontoteestarásquejandoporelfríocruelylanieve.Asintió.—Pronto.Cabalgaron bajando las colinas y continuaron hacia una cumbre que se

levantaba sobre Finney’s Flat. Gabrielle sabía que los centinelas no lepermitiríanirmáslejos.Aminorólamarchaparatomarlacurvaquehabíaenla senda.Rodearonunacolinadespuésde la cual la senda se enderezaba,yrepentinamenteGabriellediounfuertetirónalasriendas.Unacomitivaveníaensudirección.Aunpasodedistanciahabíatrescarretasestrechascargadasdebaúlesypaquetes,guiadasporunamediadocenadehombresacaballo.

—Oh,Dios—susurró.AntesqueFaustpudierapreguntarlequepasaba, tiróde las riendaspara

queRoguedieralavueltayloespoleóparaquesepusieraalgalope.

Página226

Page 227: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Faustsalióalacarreraparaponersealapar.Cuandocasihabíanllegadonuevamentealapropiedad,legritó:

—princesa,¿quépasa?—Esos hombres… están aquí. No puedo creer lo que vieron mis ojos.

Llamaalosdemás.Apresúrate,Faust.Cuandollegaronalosestablos,Gabriellesaltódelcaballoyleentrególas

riendas deRogue a un caballerizo. Si hubiera estadomás tranquila hubieracabalgadohastaelpatio,peroenvezdeellocorrióhastaallí.Laspreguntasafluían rápidamente a sumente. Debía asegurarse. ¿Eran estos losmismoshombres?Ysiloeran,¿queestabanhaciendoenlapropiedadMacHugh?Noteníaningúnsentido.

Gabrielle debía estar segura antes de condenarlos. Faust no los habíareconocidoporque sehabíaquedadocon los caballos en elbosquepero losdemáshabíanidoconellaalclarodeFinney’sFlat.Habíanvistoaalgunosdeloshombresperonotanclaramentecomoella.Sisolopudieraoírloshablar,entoncespodríatenerlacerteza.Reconoceríasusvoces.

Faust llamó a los otros guardias con dos largos y penetrantes silbidos.Stephen estaba instruyendo a los jóvenes guerrerosMacHughy acababa decolocar una flecha en el arco cuando escuchó los silbidos. Sin dar ningunaexplicación,dejócaerelarcoylaflechaysaliócorriendo.

Christienestabaapuntodemostrarleaunsoldadocomousarelsistemadepalancascontraunoponenteenuncombatecuerpoacuerpo.Cuandooyólos silbidos, tiró al joven al suelo y saltó sobre él en su camino hacia elsonido.

ParacuandoStephenyChristienllegaron,LucienyFaustyaestabanconGabrielle.Consusguardiasrodeándola,narróloquehabíavisto.

Stephenestuvodeacuerdoenquedebíaasegurarseantesdedecírseloallaird.

—Seríanunostontosalveniraquí—dijoLucien.—Esoesexactamenteloqueestabapensando—dijoella.—Peroprincesa,¿porquétendríanmiedodeveniraquí?Nosabenquelos

vimos—señalóChristien.—¿Algunodevosotrosviosusrostrosconclaridad?—preguntóella.—Yonolosvi.Mequedéconloscaballos—dijoFaust.—Yo no los vi a todos —respondió Stephen—. Recuerdo haberme

ubicado detrás de vos para que pudierais tener un blanco despejado paravuestraflecha.Aúnestabancubiertosporlascapuchasdesuscapas.

—Nosésipodríarecordarsuaspecto—admitióLucien.

Página227

Page 228: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Laprincesalosvioatodos,ylosrecordará—dijoChristien—.Confiadenvosmisma—ledijoaGabrielle.

—Cuandoescuchesusvoces,tendrélaseguridad.El sonidodecascosdecaballosatravesandoelpuente levadizocaptósu

atención. La caravana había llegado. Los centinelas los detuvieron en lapuerta.Soloselespermitióentraraloscaballosquetirabandelascarretas,aloshombresquemontabansuspropioscaballosse lesordenódejarlos fuerade lasmurallasyquecaminaranel restodel camino.Loshombresentraroncaminando delante de las carretas y subieron la pendiente en dirección aGabrielle y sus guardias. Cuanto más se acercaban, más se aceleraba elcorazón deGabrielle. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca para quepudieraversusrostrosclaramente,elmiedoseapoderódeella.

Sinsaberque ibancaminoasuperdición, loshombres reíanyhablabanentre ellos.Gabriellepudoescuchar susvoces, peroya lohabíadiscernido:ciertamenteeranlosmismoshombres.

Stephennolessacólosojosdeencimamientraspreguntaba:—¿princesa?—Sí,ahoraestoysegura—susurró.Losguardiasseacercaronaelladeformaprotectora.—Faust,veabuscarallaird.—¿Esaesella?—preguntóunodeloshombres.—Nosdijeronquetieneelcabellonegroyqueesagradablealavista—

dijootro—.Siesoshombresseapartaran,podríaverlabien.—Nopodemosentregar losbaúleshastaqueestemos segurosdequees

ella.Unodeloshombresbajólavozparadecirsusurrando:—Terminemos rápido con este asunto. Nome quedaré para conocer al

laird.Colmhabíaestadotrabajandoconlospicapedrerosenelmontacargasque

había al costado del torreón. Cuando Faust lo llamó, estaba doblando laesquinaconunacuerdadeshilachadaenlasmanos.

Losvisitantesformaronunalíneafrentealaprimeracarreta.Elmásaltodiounpasoalfrenteyconactitudengreídaanunció:

—TrajimoslosbaúlesdeladyGabrielle.Losdejaremossinosconfirmanqueesamujeresella.—SeñalóaGabrielle.

Nadielerespondió.ColmseacercóaGabrielle.—¿Quésucede?—preguntó.

Página228

Page 229: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Suproximidadlediofuerzas,peronopudoevitarqueletemblaralamanocuandoletocóelbrazo.

—Megustaríaqueconocierasaloshombresquetrajeronmiscosas.—Seadelantó un paso, pero Stephen impidió que diera otro—. Yo soy ladyGabrielle.

ElportavozmirónerviosoaMacHugh,mientrasledecíaaGabrielle:—Entoncesestosseríanvuestrosbaúles.—Sí,loson.—Lostrajimosdelaabadía.GabriellesevolvióhaciaColm.—Estoshombresteresultaráninteresantes.Colmlosmiró.—¿Porqué?—preguntó.Dándoleslaespaldaalostraidores,susurró:—Lesgustacavarhoyos.

Página229

Page 230: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo39

—¿Estássegura,Gabrielle?—preguntóColm.—Sí.GabriellenopodíaadivinarquéestabapensandoColm.Susurró:—¿Quieresquetedigasusnombres?Losrecuerdotodos.—Esonoseránecesario.Veadentro,Gabrielle,yquédateallí—respondió

sinmirarla.Estabaasombradaporsucontrol.Sabíaquelarabiadebíaestaragitándose

ensusvenas,peronodejabaentrevernada.Sin que se lo pidieran, Christien se apresuró a ir en busca deBraeden,

considerando que el comandante del laird debía enterarse de lo que estabasucediendo.

MientrasLucienyFaustlaescoltabanadentro,Gabriellemiróhaciaatrásporsobresuhombro.Colmestabacaminandohacialoshombrescondenados.Conojosllenosdeterror,retrocedieronysemetieronentrelascarretas,soloparadescubrirquedocenasdeguerrerosMacHugharmadosestabansubiendolacolinaqueseencontrabadetrásdeellos.

Lapuertasecerrótrasella,ysubiólosescaloneshaciaelgransalón.Nole llegó ningún sonido del exterior —estaba mortalmente silencioso— yningunode losguardias lepermitiríamirara travésde laventana.Pasóunahora, luego otra y otra más. Y seguía sin llegar ningún sonido desde elexterior.Apesardelos intentosdeLucienyFaustparadistraerla,Gabriellesentíacadavezmásaprensión.

AlanochecerStephenentróenlasala.Estabasolo.—princesa,hanpuestovuestrosbaúlesenelalmacén.—Gracias.Mañana tendré tiempo suficiente deocuparmede ellos. ¿Por

casualidadsabessiColmvendrápronto?—Ellairdhasalidodelapropiedad.Dudoquevuelvaestanoche.—Milady,vuestracenaestaservidaenlamesa—anuncióMaurna.—Penséenesperarallairdyasuhermano…—Amboshansalidodelapropiedad—dijoStephen.

Página230

Page 231: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—¿Ellosdossolos?—No.Nodiríanadamás.Gabrielle se enteró de más cosas por Maurna que por ninguno de sus

guardias.—Unbuennúmerodemiembrosdel clanpartieronconnuestro laird.Y

losforasterosquetrajeronvuestrosbaúlestambiénfueronconellos.Porcomose veían las cosas, dudoque quisieran ir, pero no se puede decir que no allaird,¿verdad?

Era evidente que Maurna no sabía quiénes eran los forasteros ni quéhabíanhecho,yGabriellenoibaadecírselo.

Esa noche se fue a la cama temprano, pero no pudo dormir hasta lamadrugada.

Colmno regresóal torreóndurante cinco largosdías con susnoches.Ycuandoalfinregresó,noanunciósullegada.UnamañanaGabriellebajólasescaleras y allí estaba él, de pie frente al hogar. Estaba tan sorprendida deverlo, que casi se tropieza en el último escalón. Nerviosamente se alisó elvestido y se ajustó el cinto trenzado que descansaba sobre sus caderas. Sihubiera sabido que había regresado, le hubiera dedicado más tiempo ycuidadoasuapariencia.Hubierausadosuvestidoverdeesmeralda,envezdelazulpálidoque lucía,ysehubierarecogidoelcabelloconunabonitacinta.Nolohubieradejadosueltosobresushombros.

Sabíaqueseveíasosa,perodehechoeraculpadeél,decidió,porquenolehabíaavisado.

—Estásencasa—dijo.Colm se volvió y sus intensos ojos la absorbieron ávidamente. Que lo

condenaran, pero la había extrañado.Había extrañado sus sonrisas, su ceñofruncido,surisa,ymásquenadahabíaextrañadobesarla.

Noeramuyadeptoalaspalabrasdulces.—Tepasaslasmañanasdurmiendo,Gabrielle.—¿Nisiquierapuedessaludarmeantesdeempezaracriticarme?—¿Estásenferma?—No está durmiendo bien por las noches, laird. —Anunció Maurna

mientras llevabauna jarraa lamesa.Ladejócercadecuatrocopas, lehizounareverenciaallaird,yañadió—:Algunasnochesnosubehastaaltashorasdelamadrugada.

—¿Cómosabescuandosubo?—preguntóGabrielle.

Página231

Page 232: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—GarrettselodijoaDavid,yélselocontóaAitken,quienselocontóamihombre,quienmelodijoamí.

—Pero¿cómopudoenterarseGarrett?—LosupoporqueNevinselocontó.¿DeseáissabercomolosupoNevin?Dios querido, no, no quería saberlo. Tenía la sensación que esa letanía

podríaseguirtodalamañana.—Gabrielle,venaquí—ordenóColm.Cruzó la sala y se detuvo frente a él. Sepusodepuntillas y lo besó en

plenaboca.Fuealgorápido,perounbesoalfinyalcabo.Seapartó,alzólavistahaciaél,ydijo:

—Bienvenidoacasa,laird.Yeso,pensó,eraunsaludoadecuado.Cruzólosbrazosyesperóaqueél

hicieralomismo.—¿Porquénoestásdurmiendodenoche?—preguntó.Ignorandolapregunta,lepreguntóasuvez:—¿Estás feliz de estar en casa?Y si lo estás, deberías decírmelo.Es la

formacorrectadehacerlascosas.—Sí, estoy feliz de estar en casa, tonta mujer. Ahora responde mi

pregunta.Dadoqueestabasonriendocuandolallamótonta,nosesintióofendida.—Nolosé.—¿Podríaserqueestuvieraspreocupadaporalgo?—¿Tengoalgodequépreocuparme?¿Dequé tendríaquepreocuparme?

¿Podríaserque temapormipadreyaqueno tengoni ideadedóndepuedeestar? ¿O tal vez podría ser porque mi futuro esposo se fue y no regresódurantedíasinterminables?¿Podríaestarpreocupadaporquepudierahaberlepasadoalgo?

—¿Tepreocuparíaspormí?Lepinchóelpechoconeldedo.—¿Y tú me llamas tonta a mí?—Tomó un profundo aliento antes de

continuar—.Sí, estabapreocupadapor ti,peroeraselúltimoenmi listadepreocupaciones.

—Mientes,Gabrielle,ynolohacesmuybien.—Séquenodeseascasarteconmigo—comenzóadecir—,pero…—Yomecasarécontigo—dijounavozdesdelaentrada.Liamentróazancadasenlasala.—No,notecasarásconmigo,Liam—dijoexasperada—.Yestoytratando

detenerunaconversaciónprivadaconColm.Porfavorvete.

Página232

Page 233: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

ColmrodeóaGabrielleconelbrazoylaacercóaél.—LadyGabriellehaaccedidoacasarseconmigo.—Sí,séquelohizo,perotúnolaquieresyyosí—dijoLiam—.Ellano

salvótuvida,salvólamía,ysiempreestaréendeudaconella.Colmseestabaenfadando.—¿Piensasquerenunciaríaaellaportiocualquierotrohombre?—¿Entoncessílaquieres?—replicóLiam.—¡Demonios,sí!Liamasintió,yconunasonrisadelomássatisfecha,dijo:—Quizásdeberíasdecírselo.GabrielleyColmleoyeronreírsemientrasdescendíalasescaleras.Colmlahizodarsevueltaensusbrazosylamiróalosojos.—Nuncatedejaréir,Gabrielle.Ellanosabíaquédecir,loqueprobablementenotuvomuchaimportancia,

porquenolediomuchotiempodehacerotracosasalvoabrirlaboca.Subocacubrióladeella,ysulenguaselanzóadentro,demandandouna

respuesta.Leenvolviólosbrazosalrededordelcuelloysemovióimpacientecontraélmientrassubocaseinclinabasobreladeellaunayotravez.Subesosevolviócarnal.Loexcitabacomoningunaotramujer,yColmsabíaquesinosedeteníaenesemomento,perderíatodoelcontrol.

Cuando terminó el beso, el corazón de Gabrielle palpitaba con fuerza.Apenaspodíarecuperarelaliento.Unavozmasculinalasacudiósacándoladesuaturdimiento.

—Laird, os ruego me disculpéis, pero tenemos más problemas con elmontacargas.

El picapedrero estabadirectamentedetrás de ella.Colm lodespidió conunondeodelamano.

—Gabrielle,henotadoquenomehaspreguntadoquésucediódespuésdequemefuideaquí.

—¿Sitepreguntaramelodirías?—No.—Entoncesesmejorquenopregunte.Nocreoquequieraescucharqué

lesocurrióaesoshombres.Podríatenerpesadillas.—Descansatranquila—ledijo—.Nolosenterrévivos.—Eso era precisamente lo que me preocupaba. Conoces mis

pensamientos tan bien como los tuyos propios. Liam estaba tandesequilibradoyamenazóconhacercosastanterribles.—Suspiró—.Peronolos enterraste vivos. —Ladeó la cabeza y estudió su rostro durante varios

Página233

Page 234: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

segundos, luegoseatrevióapreguntar—:¿Qué lesocurrió?¿Lespermitisteregresarasucasa?

—No.Sabía que no debía incitarlo, pues temía que le dijera exactamente cuál

habíasidoelcastigo.Colmnoeradeltipoindulgente,ytampocoloeraLiam.—¿PudistedescubrirquiénlosenvíoacapturaraLiam?Antesdequepudiera responderle,otrosdosmiembrosdelclanentraron

en la sala, solicitando su atención.Colm los ignoróperoGabrielle nopudohacerlo.

—Tuclantedemandamuchotiempo.—Sí,asíes.—Serámejorquevayas.Asintió.—Sí,serámejorquelohaga.—Cuandopasóasuladoletomólamanoy

tiró de ella—. Ensillami caballo—le ordenó a uno de los hombre que loesperaban.Aotro,ledijo—:Noescucharéningúnproblemahastaestatarde.Hazlosaberalosqueesperan.

Gabrielle se apartó del camino para dejar que elmiembro del clan quellevaba un saco de grano sobre el hombro pasara por la puerta abierta delalmacén.

LasaludóconungestoafirmativodelacabezaysevolvióhaciaColm.—¿Queréisqueayudea transportar la ropade ladyGabriellea laplanta

alta?Colmmiródentrodelahabitaciónyviolosbaúlesapiladosenelsuelo.—Viajascondemasiadasposesiones—criticó.Gabrielleseechóareír.—¿Todoelmundopiensaqueestosbaúlesestánllenosdevestidos?Eljovenasintió.—Losinglesesnecesitanmáscosasquenosotros.—YlosMacHughsientenlanecesidaddejuzgarlascosassinconocerlos

hechos—contrarrestó—.Sitienesunmomentomegustaríaabrirunodemisbaúles.

—¿Conquépropósito?—preguntóColm.—Abreunoymiratúmismo.Habíadespertadosucuriosidad.—¿Cuálquieresqueabra?—Elígelotú.Colmbajóunodelosbaúlesdelapilaysesorprendióporelpeso.

Página234

Page 235: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Danen,tomaunextremo—ordenó.—Laropainglesapesamásqueunbaúlllenodepiedras—gruñóDanen.—Laropanopesatanto,nisiquieralaropainglesa.Tenía cuatro cerraduras. Colm las abrió todas, luego levantó la tapa.

Dentrohabíabolsasllenas.Gabriellesugirióqueusaraladagaparacortarlatela,ycuandolohizo,se

derramarongranosdesal.Estabaazorado.—Trajistesal.—Sí.LasaleraunodemisregalosparaellairdMonroe,yahoraestuya.—La sal esmás valiosa que lamás preciosa de las joyas—tartamudeó

Danen.Susojosvedesbrillabanporlaexcitación—.Ymuynecesaria.¿Noescierto,laird?

Colmasintióconuncabeceo.—¿Todoslosbaúlesestánllenosdesal?—Todosmenosuno.¿Estáscomplacido?—Loestoy.Si alguienhubiera sabidoquéhabíadentrode estosbaúles,

nuncahubieranllegadoaquí.Cerró las cerraduras y salió. Un caballerizo guio el caballo de Colm a

travésdelpatio.El caprichosoanimalhabía tratadode retrocederdosvecesantes de que Colm lo calmara. Negro, como lo llamaban, era un animalmagnífico.EradeldobledeltamañodeRogue,peroGabrielledudabaquesudisposición fuera la mitad de dulce. Colm la levantó para ponerla sobreNegro,luegosesubiódetrásdeellaytomólasriendas.

—¿Adóndevamos?—preguntó.Unamujerquecargabaunacanastaseapresuróaacercárseles.—Laird,sitenéisunminuto.Solonecesitohablarunapalabrasobre…—Tendrásqueesperar.RodeólacinturadeGabrielleconunbrazoylasostuvofirmementecontra

élmientrasespoleabaalcaballogiganteparaqueavanzara.GabriellenopodíaimaginarquéleocurríaaColm.Noestabahuyendodeellaparaencargarsedelasdemandasdelclan.Nay,ahoraparecíaestarhuyendodelclanparaestarconella.

Unavezquehubieronpasadoelfoso,ColmespoleóaNegroycorrióconel viento.No se detuvieron hasta llegar a una cima que se erguía sobre unhermoso valle con un arroyo serpenteando a través de él. Desmontó y lalevantóparadejarlaenelsuelo.Susmanossedemoraronunmomentoensucinturaantesdeapartarse.

Página235

Page 236: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Venasentarteconmigo.Debemoshablar—dijoColm.Sutonodevozlapreocupó.—¿Sonmalas noticias? ¿Es por eso que querías estar a solas conmigo,

paraquenoteavergonzaraalllorarfrenteatuclan?—Nuncapodríasavergonzarme.Se sentó junto a un árbol y se arregló la falda para que le cubriera los

tobillos.—Heaprendidoaesperarlopeor.Se arrodilló frente a ella apoyándose sobre una rodilla y le rodeó la

barbillaconlapalmadelamano.—Te traje aquí para que no nos interrumpieran, lo cual, como

seguramentehasnotado,ocurrebastantefrecuentementeenmipropiedad.—Ocurre porque tú no delegas. Deberías hacerlo, sabes. Si le dieras a

Braedenyalosdemás, incluyendoatuhermano,másresponsabilidades,nosoloaliviaríasalgodelacargaquerecaesobretushombros,sinoquetambiénles demostrarías que tienes confianza en ellos.No eres el único que puedetomarunadecisiónacertada.

—Notetrajeaquíparaquemesermonees.—¿Peroconsiderarásloquetehedicho?Sesentójuntoaellaysereclinóhaciaatrásapoyándoseenelárbol.—Lo haré —dijo, estirando las largas piernas frente a él, para luego

cruzarunpiesobreelotro.Parecía relajado, pensó, pero los leones, también se veían así antes de

abalanzarse.—Sifueranbuenasnoticias,yamelashabríasdicho.—Noesbuenonimalo.Estoesloquesé.Loshombresquetrajerontus

baúlesnuncahubieranvenidoamihogarsihubieransabidoquealguienloshabía visto en Finney’s Flat. Tuve la oportunidad de interrogarlosexhaustivamente.

Nolepidióqueleexplicaraquéqueríadecircon«oportunidad».—¿Yrespondieronatuspreguntas?¿Eraposiblequepensaraque leshabíadadoelección?Porsupuestoque

habían respondido a sus preguntas. Hizo que les resultara imposiblerehusarse.

—Todoshicieronhincapiéenquenuncasupieronelnombredelhombrequeloscontrató.Soloellíderlosabía.

—Gordon.Élerasulíder,yyolomaté.—Lepalmeólarodillacomoparaconsolarlo—.Lolamento.

Página236

Page 237: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—¿Quéesloquelamentas?—LamentoquenuncavayasadescubrirquienlosenvíotrasLiam.—MacKennalosenvío.—Perocómo…—Teexplicaré,ycontendrástuspreguntashastaquehayaterminado.—

Esperóaqueasintierayluegodijo—:ElbarónCoswoldhizoquellevarantusbaúlesalaabadía.Casiinmediatamentedespuésdequesalistedelaabadía,élysussoldadoscomenzaronabuscarte.Aligualqueelotro.

—¿Percy?—Hastasunombrelarepugnaba,yseestremeciódedesdén—.Ambossondemonios.

—Por lo que tengo entendido, ambos estuvieron persiguiendo rumores,tratandodeencontrarte.Coswoldoyóqueeraposiblequeestuvierasviviendoconmiclan,ynecesitabaasegurarseantesdeactuar.Quemejormaneraqueenviartetusbaúlesconhombresqueluegolerelataranloacontecido.

—¿Nolosenvióelabad?—Lohizo,porrecomendacióndeCoswold.Peroestoyseguroqueelabad

pensóqueestabahaciendounfavor.Elproblemafueencontraraloshombresque los trajeran.Coswoldnopodíaenviar ingleses.Nuncahubieran llegadotanlejos,ysiporcasualidadosuerteloconseguían,nuncahubieranlogradovolverparareportarseanteél.

—Perocómo…—Sediocuentaqueestabainterrumpiéndolonuevamenteysedetuvo.

—Los hombres que Gordon contrató no sabían que MacKenna estabapagándoles, peroMacKenna sí sabía quienes eran ellos. Gordon le dio susnombres.

—¿Cómoobtuvisteesainformación?—Esincreíbleloqueunhombrepuederecordarcuandolopresionan.El

que se llamabaHamishmedijo queoyóqueCoswold yMacKennahabíanllegadoaalgúntipodearreglo.Lollamóunpacto.CoswoldsabíaqueelreyJohnnoteentregaríaaél,yporelloteprometióaMacKenna.ÉlobtendríaFinney’s Flat, y a cambio Coswold podría verte cuando quisiera. Tengoentendidoqueteníanlaintencióndecompartirte.

Gabriellesesintióenferma.—Nopenséqueestoshombrespudieranasquearmemásde loqueya lo

habían hecho, pero ahora me dices que ¿tenían intención de compartirme?¿Cómounaesposa?Oh,Diosmío…

Tratódelevantarse,peroColmtiródeellagentilmente,acercándolaasulado.

Página237

Page 238: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Otro de los delincuentes admitió que alcanzó a oír a Coswoldcuchicheandoconunodesusconfidentes.Sí,Coswoldtequeríaensucama,Gabrielle,perotambiénqueríaciertainformaciónquepiensaquetúescondes.

Colmpensó que era raro queGabrielle no le preguntara si tenía algunaideadequéclasedeinformaciónpensabaCoswoldqueellapodríatener.

—Sabesloquequiere,¿verdad?—preguntó.—Sí.—¿Gabrielle?Serecostócontraél.—QuiereeltesorodeSt.Biel.Le contó la leyenda como se la habían contado a ella en innumerables

ocasiones.—SedicequeelreyGrenierdeSt.Bielnoenvíotodoeloroalpapa,sino

queloescondió.Tambiénsecreequeeltesoroestanvasto,quequienquieraque lo encuentre tendrá el poder de gobernar al mundo. Nadie lo haencontradojamás,peroesunahistoriainteresante.

—Entonces¿porquécreeCoswoldensuexistencia?—Nolosé.—¿Yporquépiensaquetúsabesdóndeestáeltesoro?—Hayalgunaspersonasquecreenqueelreytrasmitióelsecretoasuhija,

yqueellaasuvezselopasóasuhija…—¿Túmadretehablóalgunavezdeltesoro?—Mecontó todas lashistorias.Pensabaque la codicia era elmotivode

quealgunoscreyeranenlaexistenciadeesetesorolegendario.—¿QuéhaydelagentedeSt.Biel?—preguntó—.¿Creenenelmito?—Algunos lo hacen, otros no. Tienen pocas necesidades. La pesca y la

cazalesproporcionancomidasuficiente,ytienenbastanteleñaparacalentarsushogares.Vivenunavidasimpleperorica.

—Enotraspalabras,nocodiciaríaneloro.Lehabía rodeado la cintura conunbrazo, y ella se lo acariciaba con la

puntade losdedosmientraspensabaen lapatriadesumadre.Su toqueeralevecomounapluma,peroteníaunpoderosoefectosobreél.

—Ahoraesmi turnode formularpreguntas,Colm.DijistequeCoswoldnecesitaba asegurarse de que estaba viviendo con tu clan antes de actuar.¿Quésignificaeso?¿Cuálescreesqueseansusintenciones?

Élsacudiólacabeza.—Aún me falta descubrir qué planea su retorcida mente, pero lo haré,

Gabrielle.

Página238

Page 239: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—MedesterróennombredelreyJohn,¿lorecuerdas?YPercyseunióaCoswoldparacondenarme.Yaúnasí,¿dicesqueencuantodejaronlaabadía,comenzaronabuscarme?—Recorrióconlosdedoslacicatrizqueteníaenlamano—. ¿Cómo supiste que era inocente?Dijiste que sabías que Isla habíamentido.

—Laluna.Dijoquelalunaestababrillanteyqueporesopudoverte,peroesanoche llovió,Gabrielle.Nohubo luna.Lo sé porque estababuscando aLiam,yestabademasiadooscuroparacontinuar.Tuvequeesperarlaluzdelamañana.

—No creo que el monje haya mentido. Creo que me vio cuando fui acomprobarcomoestabaLiam.

—Tambiényocreoeso.—¿Estás comprometido con otra mujer? —Formuló la pregunta

rápidamente antes de perder el valor—. ¿Lady Joan? ¿Prometiste que tecasaríasconella?

—Ibaacasarmeconella.—¿Cuándo?—Hacetresaños.—¿Quéocurrió?—Supadredecidióqueotraalianza loharíamás fuerte, asíquesecasó

conellairdDunbar.AligualqueMonroe,eraunhombremayor.—Vendráaquí,¿noesasí?—Noheoídodecireso,peroserábienvenida.Suhermanaestácasadacon

unodemishombres.No podía formularle la pregunta que más deseaba que él contestara.

¿AmabaaJoan?YsiGabriellelepreguntaba,¿lediríalaverdad?—¿QuéharásconMacKenna?—Matarlo.—¿Entonces irás a la guerra contra el clan MacKenna? —preguntó, y

antes que pudiera responder, añadió—: ¿Qué ocurriría si Coswold suma suejércitoaldeMacKenna?

—NotepreocuparásporCoswoldniporPercy—respondió—.Notienenpodersobreti.

Siesoeraverdad,entonces¿porquésentíatantomiedo?

Página239

Page 240: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo40

ElreyJohneraexigenteycontrolador,yelbarónCoswoldestabapreparadoparaserretenido.SelehabíaordenadoquesereunieraconJohnenelcastillode Newell, donde el rey estaba tomándose un tiempo de esparcimientodespuésdeunacampaña fallidacontraWelsh.GrancantidaddebaronesdeJohnestabantanindignadosporlasagresionesdesureyqueamenazabanconsublevarse contra él. Coswold esperaba encontrar a John con uno de susarranquesdemalhumor.

PercytambiénhabíasidoconvocadoalcastillodeNewell,paraquedierasuversióndeloquehabíaocurridoenlaabadíadeArbane,yCoswoldsolopodíaimaginarselasmentirasquecontaríasuenemigo.

Coswold permitió que Isla le acompañara. Se había acostumbrado ahablarledesusinquietudessinpreocuparsedequepudierarepetirnadadeloque le dijera. Su situación en la vida dependía solamente de su buenadisposición,ynoharíanadaparaarriesgarla.

Cuidabamuybiendeél.Seocupabadecadaunadesusnecesidadesyseaseguraba de que los criados llevaran su hogar a su gusto. Coswold nuncaentraba en una habitación fría ni levantaba una copa vacía. Ella sabía quécomidaslegustabanycualesevitaba.Coswoldtambiénsabíaquefinalmentedebería tomarunaesposaparapoder tenerherederos,peroaúnasíplaneabaconservaraIslacercaparaquecontinuaracumpliendosusórdenes.

Se había vuelto aúnmás solícita desde que le permitiera ir con él a laabadía de Arbane, y ahora apenas podía ocultar su excitación. Sabía elporqué.SehabíaenteradodequePercyestaríaallíconelrey.Oh,quetontaeraalpensarquealgunaveztendríaunfuturoconelenemigodeCoswold.Enla abadía deArbane cuando Isla había acusado aGabrielle de comportarsecomounaputa,alprincipioCoswoldsesintióirritadoporelespectáculo,peroluegosehabíadadocuentadequepodíaserusadoensubeneficio.

—¿EstásansiosaporvolveraveralbarónPercy?—lepreguntóduranteelviajealcastilloNewell.

—Enverdadloestoy.

Página240

Page 241: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Isla,nisiquieratehabla.—Sí,lohace—insistió—.Devezencuando.—Pierdeseltiemposuspirandoporél.Ellaescondióunasonrisa.—Secomentaqueprontosecasará.Coswoldseencogiódehombrosconindiferencia.—Entoncesdebehaber renunciadoa ladyGabrielle.Yaerahora.Nunca

podríatenerla.—Piensoqueahoraquiereaotra—dijo.Élenarcóunaceja.—¿Cómopodríastúsabereso?—Cotilleos—dijoprontamente—.¿Habéistenidonoticiasdeloshombres

que me dijisteis que habíais enviado en esa misión? Parecíais preocupadocuandonoregresarondeinmediato.

CoswoldlehabíadichoaIslaquehabíacontratadoaunoshombresparaqueseencargarandeunasuntoensunombre,peronolehabíadichocuáleralamisión.

—No, no he tenido ninguna noticia.Ha pasado suficiente tiempo comoparaqueregresaran.Escomosiellos,aligualquemisubordinado,Malcolm,sehubieranesfumado.

Isla sabía que Malcolm temía a Coswold. Había visto al gran y feohombrealladodeCoswoldysabíaquemataríasiesaseranlasórdenesdesutío.IslahabíaoídoqueMalcolmhabíagolpeadoaladyGabrielleconelpuño.Solo sentía queMalcolmno hubiera desfigurado aGabrielle. Isla no sentíaningúnremordimientoporeldolorquesumentirahabíacausado.

—¿Cuándo fue la última vez que visteis a Malcolm? —le preguntó,tratandodesonarpreocupada.

—Estábamos registrando las colinas al oeste de la abadía. Estabacabalgandoamilado,ylasiguientevezquemiré,habíadesaparecido.

—¿Quéestabaisbuscando,tío?—Nada de tu incumbencia. Ah, finalmente hemos llegado. Cuando

estemosenpresenciadelreyJohn,tequedaráscalladacomounratón.Yacasihacaídoelsol.Dudoquetengamiaudienciaconélhastamañana.

Coswoldestabamuyequivocado.Elreyqueríahablarconelbarónenelinstanteenque llegara.ACoswoldnisiquiera le fuepermitido lavarseparaquitarseelpolvodelasmanos.

Isla siguióa su tíoal salónprincipal,pero sedetuvonibien traspasó lapuerta.Permaneciótancercadelascortinasquedehaberloquerido,sepodría

Página241

Page 242: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

haberescondidodetrásdeellassinsernotada.El salón era tres veces mayor en tamaño que el salón de Coswold.

Ostentabadoschimeneas,unaencadaextremo.Elreyestabasentadodetrásde una largamesa cubierta con unmantel blanco que era tan largo que eldobladillotocabaalsuelo.

Su Alteza lucía un atuendo escarlata, idéntico al color del vino quederramó sobre elmantel blanco cuandogolpeó la copa contra lamesa y selevantó.

Johnnoeraunhombreapuesto.Teníaestaturapromedioyunestómagoprominente,peroaIslaleparecíaunaltogigante.LocreíatanpoderosocomoDios, ya que conuna ordenpodía destruir un país entero. Johnya le habíademostradoalmundoquenoletemíaalPapa.Dehecho,obteníagananciasdesupropiaexcomunión,confiscandolosingresosdelasiglesias.SedecíaqueelreyJohneracapazderobarlelapurezaaunsanto.

La tarimasobre laquesehallabaJohn lohacíaparecermuchomásaltoqueCoswold,quienhizounareverenciayluegosearrodillófrenteaél.Johnacababadedarlepermisoalbarónparaquese levantaracuandoseabrieronlas puertas y entró el barón Percy pavoneándose. Le seguía una mujer deaproximadamente la misma edad de Isla. Lucía un elegante atuendo, ybrillantes joyas alrededor del cuello y en el cabello. No parecía estaremparentadaconPercy,perobueno,Islanoseparecíaennadaasu tío.Talvezlamujerfueraunaprima,oincluso,comolapropiaIsla,unasobrina.

Sin embargo, la mujer era demasiado arrogante. No se escondía en lassombras sinoque se arrodilló junto aPercyy esperóaque John leshicieraseñasaambosparaqueselevantaran.

JohnhablóconPercyprimero.—Veo que has recobrado el sentido y atendido mi mandato —dijo,

señalandoconlacabezaalamujerquepermanecíadepiejuntoalbarón.—Lady Beatrice, id y poneos cómoda en vuestros aposentos. —Percy

palmeólasmanoseinmediatamenteaparecierondoscriadosparamostrarleelcaminoaladama.

Unavezquelaelegantemujerestuvofueradelavista,Johnabandonósusbuenosmodales.

—¿Sabeslosproblemasquemehascausado?—Hiceloquevoshubieraisdeseadoquehiciera—dijoPercy.—Ahora cuéntame qué pasó—ordenó el rey—, y yo decidiré si lo que

hicistefuecorrectoono.Rápidamente,Percyrelatóloquehabíaocurridoenlaabadía.

Página242

Page 243: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Nadie estabamás sorprendido que yo cuandome enteré de que ladyGabrielle había actuado como una vulgar ramera. Sabía que querríaiscastigarla,ypretendíatraerlaantevosparaquedecidieraissudestino.

—Ahoraestuturno,Coswold.El barón explicó lo que había ocurrido después de que el asesinato de

Monroe fueradescubierto,y cuandoestaba terminandodenarrar suversióndeloshechos,dijo:

—Nocreíquequisieraisperdervuestro tiempoconunaputa.Sabíaquédebíahacerse.

—Teruegomedigas,quéeralodebido.—Ladesterré.Envuestronombre,seloquitétodo.Yanotienereynipaís

ni familiaquepueda llamar suya.Ha sidodesterradaenuna región salvaje.Pienso que su castigo es peor que una rápida ejecución. ¿No estáis deacuerdo,Milord?

Johnsefrotólabarbilla.—Estoy de acuerdo—dijo finalmente—. Encuentro difícil creer que la

hermosa hija del barón Geoffrey se arruinara a sí misma. Pondré sitio aWellingshireymataréasupadre,porquenocumplióconeldeberdeprotegersuinocencia.Ahoranomeesdeningúnvalor.

Levantósucopay tomóun largo trago.Elvino legoteópor labarba,yusóeldorsodelbrazoparalimpiarselabarbilla.

—¿Quizásahoratútambién,Coswold,hayassuperadotuapasionamientoporGabrielle?Percylohasuperado,ysugieroquetúhagaslomismo.

CoswoldsevolvióhaciaPercy.—¿Quémotivotienesparasonreírdeesaforma?—Voy a casarme con lady Beatrice dentro de dos meses. Aporta una

generosadoteanuestromatrimonio.Muygenerosa.Islasecubriólabocaparaevitargritar.No,nopodíasercierto.Percyiba

acasarseconella.Selohabíaprometido.Cuando Coswold dejó el salón con el rey John, Isla no los siguió.

Permaneció inmóvil en las sombras ymiró fijamente aPercy, que se habíaquedadoatrás.

PercyhabíavistoaIslaescondiéndosejuntoalaventanaydecidióqueeseeraelmomentoadecuadoparaaclararlascosasconelladeunavezportodas.Necesitaba asegurarse de que no le causaría ningún problema. Y si debíaamenazarla,loharía.Caminóhacialatarima,subió,ysesirvióunacopadelvinodelrey.Nosemolestóenvolversecuandodijo:

—Isla,saldelassombrasparaquepodamoshablar.

Página243

Page 244: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Ellateníalaspiernasentumecidascomovarascuandocruzóelsalón.—¿QuiénesladyBeatrice?—reclamó.—Esmi futura esposa.Oíste la conversación. Pronto estaré casado con

ella.—Pero no la amas.Me amas a mí. Dijiste que lo hacías, y prometiste

casarteconmigo.—Baja la voz —dijo bruscamente. Podía ver que estaba perdiendo el

control—. ¿Quieres que el rey John te oiga? Podrías ser encerrada en laprisiónporelrestodetusmiserablesdíasacausadeloquehashecho.

—¿Quéfueloquehice?—gritó.Laabofeteócruzándoleelrostro.—¡Tedijequetecallaras!Ysabesmuybienloquehiciste.Destruistela

vidadeladyGabriellecontusmentiras.Fuistesuacusadora.Islasecubriólamejillaconlamano,aunqueerainsensiblealdolor.—Túmedijistequédecir,yprometistequetecasaríasconmigosihacía

exactamenteloquemehabíasmandado.—Nunca me casaré contigo. Me repugnas, Isla. Eres la sobrina de

Coswold.Ellacomenzóasollozar.—Perotúprometiste…Leagarrólamanga,peroéllaempujó.—Apártatedemí.—Mentíporti.—Sí,lohiciste—admitió—.Peroahoranuncanadiesabrálaverdad,¿no

esasí?—¿Por qué? ¿Por qué me ordenaste que lo hiciera? ¿Por qué querrías

destruiraladyGabrielle?—Sabía que no podía tenerla, y quería asegurarme de que Coswold

tampocolatuviera.¿Sabesloqueplaneabahacerdespués?Ibaaencontrarlayllevarlaamihogar.Lausaríatodaslasnoches.Imagínatelo,Isla.Latocaría,laacariciaría,laadoraría…

Tratódegolpearlo,peroélseriomientrasesquivabaelataque.—Quecriaturapatéticaeres…y tancrédula.SabíaqueCoswold saldría

con alguna sorpresa, y no me decepcionó. Llegó con una reluciente actanuevafirmadaporelrey.Peroestabapreparado.Teteníaati.Sí,túseríasmisorpresitasitodolodemásfallaba.Yamiseñallaexpusiste,talycomotelohabíaordenado.SinopodíateneraGabriellepormatrimonio,laconseguiríadeotraforma.

Página244

Page 245: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Diréloquehicisteatodoelmundo—leamenazó.Sudesdichasehabíaconvertidoenfuria.

—¿Noquerrásdecirloquetúhiciste?SiledicesaalguienquedestruistealadyGabriellecontusmentiras,tecondenarán.

—TedijequepodríanecesitarquemintierasparapoderobtenerFinney’sFlatypermutarlopororo,paraquetúyyopudiéramosvivirunavidaricayfeliz juntos.Que estúpida eres. ¿No pensaste que el rey John reclamaría latierra de vuelta?Ah, puedo ver en tus ojos que no habías pensado en ello.Peronoesperabaquelohicieras.Fuistelosuficientementetontaparapensarquepodíaamarte.¿Porquénohabríasdecreertodolodemásqueteconté?

—¿Si querías tanto a Gabrielle, por qué vas a casarte con esta mujer,Beatrice?—sollozóIsla.

—Tiene riquezas —admitió Percy—. Me será muy útil. Y algún díareanudaré labúsquedadeGabrielle.Nomedoy fácilmenteporvencido.Tutíodeberíasabereso.

—LediréalreyJohnquemeobligasteamentir.Élsonrióburlonamente.—Notecreerá.—¿Estássegurodequenolacreeré,Percy?ElbarónsesobresaltódetalformaalveraSuAltezadepieenelumbral,

queselecayólacopa.—Malinterpretasteis nuestra conversación —tartamudeó Percy—.

Decidmequéhabéisoído,yosexplicaré…—¡Silencio!—gritóelrey.Leshizoseñasadosguardias.—AseguraosdequeelbarónPercypermanececalladomientrashablocon

estamujer.Isla estaba aterrorizada, pero la ira que sentía contra Percy superó su

deseodesalvarseasímisma.Teníalacabezainclinada,peroporelrabillodelojoviocómoelreysubíalostresescalonesysesentabaeneltrono.

—Arrodíllatefrenteamíycuéntameacercadelamentira—leordenó.Se arrojó al suelo y lo confesó todo, rogando clemencia al final. John

estabafurioso.MandóallamaraCoswoldehizoqueIslarepitieralahistoria.Islanopodíamirarasutío,tangrandeerasuvergüenzaysutemor.

—Lleváosla fuera de mi vista —ordenó el rey, y los soldados seabalanzaronsobreella.

—Tened piedad por favor. ¿Qué sucederá conmigo? ¿A dónde iré?—gritóIsla.

Página245

Page 246: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

John leshizo señasa los soldadosparaqueesperaran.Miró fríamenteaIsla.

—¿EnalgúnmomentotepreocupóquéleocurriríaaladyGabrielle?¿Tepreguntasteadóndepodríairella?

IslaseñalóaPercy.—Élmeordenómentir.Fue sacadadel salón a rastras, gritandoy llorando.Cuando la puerta se

cerrótrasella,Johnestudióalosbarones.NiCoswoldniPercypronunciaronpalabra.Aguardaronaoírladecisión

de su rey. A Coswold le preocupaba que el rey pudiera culparlo por laconductadeIsla,yPercyestabapreocupadoporquepudieraconfiscarlesustierras.

—Seguramente ambos sois conscientes de los problemas a los que meenfrento estos días. A causa de la excomunión, los nobles se han vistoliberadosdeljuramentodelealtadquemehabíanprestado.Hayunambientedemalestar y se habla de conspiración.Debo permanecer en guardia día ynoche.Ahoraunodemismáspoderososbarones,GeoffreydeWellingshire,conspirarácontramíporculpatuya,Coswold,quedesterrasteasuhijaenminombre.Seguramenteenestemomentoestaráreuniendofuerzas.

—Matadloypodréisolvidarosdeesapreocupación—sugirióPercy.—Tonto.Geoffrey tienemuchos amigos influyentes que se sentirán tan

ultrajados como él. Se unirán a él para luchar contramí. ¿Sugieres que losmateatodos?¿YtúyCoswoldmepagaréissusimpuestos?

—Sabéisquenopodemos—dijoPercy.—TengoenemigosqueayudanaPhillipdeFrancia.Legustaríaquedarse

conmi corona.No necesitomás problemas. ¿Dónde está ladyGabrielle enestemomento?¿Aúnsigueconvida?

—Creoqueestáviviendoconunclanen las cumbresdelnorte.Sonungrupoprimitivo.

—¿Sabessialgúnhombrelahareclamadoparasí?—No, pero ¿qué importancia tendría? Podríais forzarla a volver a

Inglaterra—dijoCoswold.Johnnegóconlacabeza.—Me has quitado el poder que podía tener sobre ella, necio. Cuando

proclamastequenoteníapaís,tambiénproclamastequenorespondíaantemí.—Peroigualmentepodríaisforzarla…—Silencio.

Página246

Page 247: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

John consideró el problema durante variosminutos antes de tomar unadecisión.

—PrimerotengoquehacerlaspacesconelbarónGeoffreyantesdequereúna a sus aliados en mi contra. Le enviaré un mensaje diciendo que hedescubiertolaverdadacercadelainocenciadesuhija.AGabrielleseledaráFinney’sFlat.Sinoestácasada,encontraréunesposoapropiadoparaella.

—¿Ysiloestá?—preguntóCoswold.—EntoncesFinney’sFlatserámiregalodebodasparaella.—El lairdMacKenna la tomará por esposa ahora que se ha probado su

inocencia—dijoCoswold.Elreysepusodepie.—Pienso que no tomaste parte en esta sarta de mentiras traicioneras,

Coswold.Continuarássiendomihumildesirviente.Encuantoati,Percy,creoquedeberías tener tiempoparaconsiderar tusdelitos.—Lehizoseñasasusguardias—.Lleváoslo.

Mientras Percy era escoltado fuera del salón, Coswold se puso en sucamino.Percymiróceñudoasuenemigo.

—Estonoestáterminado—siseó.Coswoldsonrióburlonamente.—Creoquesíloestá.—Ensusurros,añadió—:Yyogané.

Página247

Page 248: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo41

ColmestabadecaminoalasalidaparadarlesórdenesasushombrescuandoGabriellecomenzóabajarlasescaleras.

—Buenosdías—dijoenvozalta—.Vaahacerunbuendíahoy,¿noteparece?

Se detuvo y esperó a que ella lo alcanzara. Sin duda era una hermosavisión. Su vestido era de color azul real, y aunque hubiera preferido quellevarasuscolores,deigualformaseveíapreciosa.Dehaberestadocasados,sabíaexactamentequéharíaenesemismoinstante.Lalevantaría,lallevaríaderegresoalacama,ysetomaríasutiempoparasacarlelaropa.

No había forma de que lograra aguantar cincomesesmás sin acostarseconella,ydecidióqueencuanto regresaraacasa, leordenaríaal sacerdotequebendijerasuunión.CuandoColmlaacogióporvezprimera,Brodicklehabía sugerido que demorara el matrimonio, advirtiéndole que si Gabriellequedaba embarazada inmediatamente después de la boda, algunos podríanpensarqueelbebéeradeotrohombre.Colmteníaotrasolución.Sabríaqueelbebéerasuyoymataríaacualquierhombrequesugirieralocontrario.

Pensó decirle en ese mismo momento que se casarían en cuanto élregresara,luegocambiódeopinión.Seloexplicaríamientraselsacerdotesepreparabaparalaceremonia.

—MientrasyoestéausenteLiamestaráacargo,sitienesalgúnproblema,acudeaél.Sabráquéhacer—ledijo.

—¿Puedopreguntaradóndevas?—dijoGabrielle.Lapreguntaloconfundió.Yalehabíadichocuáleseransusintenciones.

¿Sehabríaolvidadotanpronto?—Alaguerra,Gabrielle.Casisecaedebruces.—¿Ya?¿Vasalaguerraenestemismomomento?—¿Porquéestástansorprendida?Tedijecomoibaaproceder.Leagarróelbrazoylosostuvofirmementeparaquenoseescaparaantes

dequesehubieraexplicadoadecuadamente.

Página248

Page 249: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—DijistequeibasamataraMacKenna.—Ah,asíquelorecuerdas.Ahorasuéltameparaquepueda…—Nopuedesiralaguerraasícomoasí,Colm.—Gabriellenopodíacreer

loqueestabaoyendo.¿Sehabríalevantadoesamañana,tomadoeldesayuno,llamadoasushombresalasarmas,yahorapensabaquesimplementepodíacabalgarhacialabatalla?—.Noestáspreparado.

—¿Porquénoestoypreparado?¿Esquenuncahabíaidoalaguerraantes?¿Eraporesoquenosabíaqué

eraloquesesuponíaquedebíahacer?—Nohasdeclaradolaguerradeantemano—loinstruyó—.Luegodebes

pasarsemanas,sinomeses,preparándote.Hayquehacerarmasycargarlasenunacarreta,hayqueempacarcomidaparasustentodeloshombresdurantelabatalla,ytodoelrestodelequiponecesariodebeserapropiadamenteubicadoenlascarretasyllevadoparaqueestéscómodo.

Contuvolarisaypreguntó:—Explícamecuálessonesascomodidadestannecesariasparamí.Ellapensóenloquelosnoblesllevabanconelloscuandoibanalaguerra.—Necesitarás una tienda fuerte para que te cobije de la lluvia, y una

alfombraparaponerdentrodelatiendaparaquecuandosalgasdelacamanotengasquecaminardescalzoeneldurosuelo.

—¿Yllevolacamaconmigo?—Algunosloharían.—¿Yquehaydelvino?¿Cuantosbarrilesdeberíallevarconmigo?—Tantos como pienses que necesitarás—dijo—.Hay reglas que debes

seguir,Colm,inclusotú.Enunaguerracivilizada…—La guerra nunca es civilizada, y acabas de describirme como se

preparanlosinglesesparalaguerra.Aestaalturadeberíashabernotadoquenosoyinglés.

—Aúnasídebesprepararte.—Tengomiespada,miarco,yuncaballofuerte.Nonecesitonadamás.—Entonces rezaréparaque termines tuguerra antesde sentir hambreo

sed.Ellatratódealejarse,perolaagarróylabesóprofundamente.—¿Volverásamí?—lepreguntó.—Loharé.Yluegosefue.

Página249

Page 250: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

HacíacuatrodíasconsusnochesqueColmysusguerreroshabíansalidodelapropiedadcuandoladyJoanDunbarllegóavisitarasuhermana.

Gabrielle sentía mucha curiosidad por conocer a la mujer con la cualColmhabíatenidointencionesdecasarse.SeconvenciódequesinimportarcuánbonitafueraJoanocuándulcefuerasucarácter,nosentiríacelosdeella.ObviamenteaColmleimportabalamujer,onohabríaaccedidoacasarseconella.Inclusopodríahaberlaamado.PeroGabriellenosepondríacelosa.

ColmnoamabaaGabrielle.Simplementesehabíavistoatrapadoporunaestúpida deuda. De otra forma, nunca le hubiera dedicado una segundamirada.

¿Amaba Joan aColm? ¿Cómopodría nohacerlo?Era apuesto, viril, unhombrefuerte…unprotector.YsiJoanloamaba,¿quéimportaba?AúnasíGabriellenosesentiríacelosa.

TalvezellayJoaninclusopodríanhacerseamigas.Seríaagradableteneraunamujerconlacualhablardeasuntosquealoshombresnolesseríandeinterés. Y ella y Joan tenían algo en común: Colm. Sí, podrían hacerseamigas.

Peroesonoibaaocurrir.Despuésdepasarcincominutosconlamujer,Gabriellesupoquenuncaseríanamigas.La razónerasimple: ladyJoaneraunabruja,yyaqueestabanenesounadelasmalvadas.

Fiona lepresentóasuhermana.JoaneramuchomásaltaydelgadaqueGabrielle.Noparecíatenermuchascurvas.Eramásescultural.Sucabelloeratan largo que le tocaba la cintura, y el color era tan pálido como sucomplexión. Largas pestañas corrían a lo largo de sus ojos celestes. Erabonita,ylosabía.

Joansepasabaapartándoseelcabelloporsobreelhombroconeldorsodelamano,enungestodramáticoideadoparaatraerlaatenciónsobresusrizos.

—Joan, esta es ladyGabrielle—dijo Fiona—. Le expliqué que tú y ellairdMacHugh ibais a casaros y que entonces padre estableció una alianzaconellairdDunbaryteforzóacasarteconél.

JoanmirófijamenteaGabriellemientraslepreguntabaasuhermana:—¿Tambiénleexplicastequemiesposohamuerto,yqueahorasoylibre

para casarme con Colm? Y ¿le explicaste que tengo la plena intención dehacerlo?

Lady Joan no obtuvo precisamente la reacción que esperaba. Gabrielleestabatansorprendidaporloquehabíadicho,queestallóencarcajadas.

—Dejaddereír—demandóJoan—.Nohedichonadagracioso.

Página250

Page 251: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Osofreceríamis condolencias por la pérdida de vuestro esposo, peroparecéishabersuperadoeldueloporél.

JoanmeneóundedoendirecciónaGabrielle.—Loheescuchadotodoacercadevos.—Esraroqueyonohayaescuchadonadadevos.—Talvezesoesporqueyonosoyunaputa.Gabrielle se encogió de hombros, y esa acción incitó aúnmás la ira de

Joan.—Colmnosecasaráconunaputa,yesoesloquesois.GabriellesabíaqueJoandeseabaquesedefendiera,peronoibaadarleel

gusto.—Disfrutaddevuestraestadía—ledijoyluegosealejó.Esanoche,mientrasGabrielleestabaapartandolasmantas,pensóenJoan

yenloquelehabíadicho.Algún día, después de que se hubiera casado conColm, le diría que lo

habíasalvadodeundestinopeorquelamuerte.Sí,lohabríasalvadodeJoan.

Página251

Page 252: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo42

Laguerranofuecivilizada.Fuesangrientaymuyreñida.MacHugh no intentó atacar por sorpresa. Se aseguró de queMacKenna

supieraqueseaproximabaenviandomensajesalosclanesdelosalrededoreshaciéndolessaberqueestabadispuestoavengarasuhermano.

Cuando lasnoticias llegarona lapropiedadMacKenna,el laird reunióasussoldadospara labatalla,aunquenotuvotiempode llamarasusaliados.JuróquelosMacHughnuncapondríanunpieentierraMacKenna.MacKennaencontraríaalenemigodefrenteydaríaelprimergolpe.

MacKenna nunca cambiaba de estrategia, pensaba que lo que habíafuncionadoenelpasadovolveríaafuncionar.Atacaríayretrocedería,unayotra vez, ola tras ola de ataques. Aunque sus hombres no estaban tan bienentrenados,losdoblabanennúmero,ypodíamovilizartropasfrescasdespuésdecadaoleada.Tambiénteníaotraventaja:susarqueros.ComolosMacHughteníanquebajarpor lamontañaycruzar las llanuras,nohabría lugardondepudieran esconderse. Aunque se las arreglaran para llegar al límite de lasllanuras,susarqueroslosestaríanesperandoparaterminarconellos.

ColmcontabaconlaestupidezdeMacKenna.AllairdMacKennanuncaseleocurrióquelosMacHughpudierancruzar

la llanura en la oscuridad. Ni siquiera los tontos intentarían atravesarcabalgando lo que no podían ver. Sin luz, los caballos podían tropezar yvacilar. Pero los MacHugh no montaron sus caballos, los guiaronsilenciosamente a través de la llanura. Cuando llegó la luz de la mañanahabían hecho un amplio círculo y tomado posición detrás de su enemigo.Avanzaron, forzando a los MacKenna a trabarse en combate o huir. Lamayoríadeelloshuyó.

Unavezqueempujarona losMacKennaacampoabierto, lucharonconlas espadas y los puños. La batalla se ganó rápidamente, ya que losMacKennapeleabancomo los cobardesqueeran.Unohasta tratódeusar aotrocomoescudocontralaespadadeMacHugh.Colmlosmatóaamboscon

Página252

Page 253: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

unafuerteestocada,lahojacortóatravésdelosdoscuerposjustodebajodesuscorazones.

Colmsiempreeraelprimeroenentrarenbatalla.Guiabaasushombres.MacKennasiempreeraelúltimo,peleandosolamentecuandohabíamuypocopeligrorealderesultarmuerto.

Los cuerpos cubrieron el campo como un torrente. Se examinó a cadaMacKenna muerto en busca de su laird. Pero no lo encontraron. Colm sedetuvo en el centro de la carnicería, con la espada goteando sangreMacKenna,enfurecidoporqueelMacKennahabíaescapado.

—¡Encontradlo!—rugió.ElMacKennacontinuóoculto.Lacaceríacontinuó.Colm encontró a su enemigo tres largos días más tarde, escondiéndose

como un cobarde en una gruta cerca del risco que se erguía sobre LochGornoch. Había dos soldados MacKenna, con las espadas en la mano,haciendoguardiadelantedesulaird.

BraedensaltódesucaballoycorrióaubicarsejuntoaColm.—Apartaos—ordenóColm.SusojosestabanfijosenMacKennamientras

losdossoldadossalíancorriendoporsusvidas.Agarrandolaespadaconambasmanos,Colmlevantólosbrazossobrela

cabeza.LaúltimaimagenquevioOwenMacKennafueunasombraqueseerguía

sobreél.Elúltimosonidoqueoyófuelamúsicadelaespada.

Página253

Page 254: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo43

Gabrielleestabafrentealaventanadesurecámaraobservandoaungrupodeniñospeleandoconespadasdemadera.Oyóqueunodeellosgritabaqueerasu turnode ser el lairdMacHugh,yprontocomprendióqueeso significabaqueteníaqueganar.Siemprehabíadosganadoresensupretendidocampodebatalla,ColmyLiam.Sepreguntabasiel lairdysuhermanosabíancuántolosadmirabasuclan.

Los traviesos, Ethan y Tom, estaban a un lado rogando que se lespermitiera unirse, pero los niños mayores continuaban empujándolos haciaatráseignorándolos.Lesorprendióquelospequeñossedieranporvencidostan fácilmente. Juntaron las cabezas, rieron audiblemente, y luego salieroncorriendoporuncostadodelcastillo.Yahabíanavanzadohaciasusiguienteaventura.

Oír la risade losniñosalegróel ánimodeGabrielle.HabíaestadomuymelancólicadesdequeColmsehabíaido,yhacíamuchotiempoquesehabíaido.¿Estaríaasalvo?PorfavorDios,mantenloasalvo.

SabíalasmaldadesdelasqueeracapazMacKenna,yaquehabíapruebasde que había planeado la tortura y asesinato de Liam. En los últimos díashabía oído numerosas historias acerca del laird MacKenna, y cada una deellaspintabalaimagendeuntiranoqueusabaalosdemásparallevaracabosus sádicos planes. Su lealtad para con su clan solo se extendía hasta elbeneficioquerecibíaparasímismo.Sisusseguidoreslohacíanenfadar,eranexpulsados, o aún peor, asesinados. Hasta usaba a mujeres y niños comoescudocontraclanesvecinoshostiles.Alalbergarloscercadelasmurallasdela fortaleza, se asegurabadequecualquier lairdque se atreviera a atacar lapropiedadMacKenna supiera que primero debería matar a estos elementosdisuasorios.

Mientras Gabrielle escuchaba cada una de estas horrendas historias,pensaba en el hombre que había conocido en la abadía de Arbane. LagenerosidaddellairdMacKennahacialosmonjessindudahabíasidopartedesu plan. El abad había sido engañado al igual que ella. Cuando los

Página254

Page 255: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

presentaron,Gabriellehabíapensadoqueelhombreeraamableyatractivo,yahoraquesabíalaverdad,sereprendíaasímismaporhacerjuiciosbasadosenlasapariencias.Sehabíaequivocadoconrespectoaél,ytambiénsehabíaequivocadoaljuzgaraColm.SisolosehubierafijadoenlaaparienciabruscadeColmnuncahubieradescubiertoelcorazóndelhombre.

Trató de no pensar enMacKenna y lo que debía estar ocurriendo, peromás tarde, esa misma noche cuando estaba acurrucada bajo las mantas, elsueñolaeludió,ysuimaginacióncorriódesbocada.Todaclasedeimágeneshorribles acudían a su mente. Se imaginaba a Colm yaciendo herido,completamentesolo,sinnadiequeloayudara.

La posibilidad de que pudiera morir era demasiado insoportable paraconsiderarla.Suclanlonecesitaba.

Apartarunapreocupacióndesumente,sololacondujoaotra.¿Porquénohabía tenidonoticiasdesupadre?Había transcurridosuficiente tiempoparaquelehubieraenviadonoticiasaellaoalosBuchanan.Cuantomástiempopasabaesperandonoticias,másseconvencíadequeWellingshireestababajoasedioyquelossoldadosdelreyJohnlohabíanhechoprisionero.Gabriellesabíaquesupadrenuncaserendiría.

Había mucha gente sufriendo en ese momento… y todo debido a unamentira. Gabrielle esperaba enterarse algún día del motivo por el cual lamujerhabíadichocosastanatrocesacercadeella.¿Cómopodíadestruirtanalegrementeaalguienquenisiquieraconocía?¿Dóndeestabasuconciencia?¿SentíaIslaalgúnremordimiento?¿Ocomomuchosotros,habíadescubiertounaformadejustificarsusmalasacciones?

Gabrielle no tenía las respuestas. Lo único que sabía era que si lopermitía, el miedo podía paralizarla. Necesitaba mantenerse ocupada. Sitrabajaba lo suficientemente duro y semovía lo suficientemente rápido, nohabríatiempoparapreocuparse.

Ahora,mientrasordenabasusaposentos,elevóotraplegariaparaqueDioscuidaradesupadreydeColm.

Sintiendoqueelaireseestabaenfriando,fuehacialaventanaparabajareltapiz.Antesdequeelpesadotejidocayeraensulugar,miróunavezmásalosniñosquejugabanabajo.Algocaptósuatenciónyrápidamenteapartólacortina.

—Oh,Diosquerido.Se recogió la falda, abrió lapuertadeun tirón,y salió corriendoa toda

velocidad.Casiserompeelcuelloalbajarvolandolasescaleras.

Página255

Page 256: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Liamestabaenelsalóncuandolaoyógritar.Pateóunasillaparaapartarladesucaminoysaliócorriendo.

—¿Gabrielle,quésucede?—Laagarrócuandointentabapasarcorriendoporsulado.

—Ethan…Tom…conespadas—dijoentrecortadamente.—Sí,vialosniñosjugandoafuera,peroque…—Espadasverdaderas—tartamudeó—.Tienenverdaderas…No tuvoquecontinuar.Liamentendió loqueestaba tratandodedecirle.

Eramuchomásrápidoqueellayyahabíadesaparecidoenelsegundotramodeescaleras.Gabrielleseapartóunmechóndecabellodelosojos, tomóunprofundoaliento,luegovolvióarecogerselafaldaysaliótrasél.

Noseoíaningúngritoquehelaralasangre,loqueeraunbuenindiciodeque los niños no se habían herido. Sin embargo, quería asegurarse de queestaban bien. Para cuando llegó al primer piso, había alcanzado una buenavelocidad.Lapuertaestabacerrándosecuandoellalaatravesóparasalir.Lagolpeó en la cadera, haciéndola perder el equilibrio y provocando quedescendiera los escalones que conducían al patio girando sobre sí misma.Podría haberse salvado de la caída si sus piernas no se hubieran vistoatrapadasporelvestido.Setropezóconsuspropiospiesyunavezmássalióvolandoatravésdelaire,aunqueestavezestabaseguradequeibaaaterrizardecabeza.

Colmlasalvódequesequebraraelcuello.Cuandolavio,teníaunbrazorodeando firmemente a Tom. Le lanzó el niño a Christien, y atrapó aGabriellequeaterrizósobresupechoconungolpesordo.

Gabrielle profirió una exclamación muy poco femenina, que tenía laesperanzadequenadiehubieraoído,levantólavista,ysoloentoncessediocuentadequeestabaentrelosbrazosdeColm.Estabatanfelizdeverlo,quelobesó.Nosehabíaafeitado,ysintiólosvellosdesubarbacontralamejilla.Laapretójustolosuficientecomoparahacerlesaberquetambiénestabafelizdeverla.Almenosesoeraloquequeríacreer.

Ellaseapartó.—¿Estásbien?—Sí.—¿Ylabatalla?—Terminada.—¿Yelresultado?—Comoseesperaba.

Página256

Page 257: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Sabíaqueno le ibaadecirnadamás,yaunquepensóquepodríahabersidounpoquitomenosbrusco con el tema, estabademasiado felizdeverloparadejarqueesolamolestara.

LiampasójuntoaellosconEthanmetidodebajodelbrazo.ElniñoestabagritándoleaLiamquelobajaraparapoderagarrarsuespada.ChristienentrótrasellosremolcandoaTom.Elniñoparloteabatodoeltiempoynoparecíaimportarlequeelguardianoleprestaraatención.

PorunmomentoGabrielleyColmsequedaronasolas.—Teextrañé—dijoella.Teníaesperanzasdequeledijeraquetambiénlahabíaextrañado,peroél

soloasintiórápidamente.Yluegolerompióelcorazón.—Gabrielle,sequetedijequemecasaríacontigotranscurridounperíodo

deseismeses…—comenzó.—Sí,yyahapasadocasiunmes.—No importa cuánto tiempo ha pasado. Ya no puedo mantener mi

promesa.Willaevitóquedijeraalgomás.—Laird, os ruegomeconcedáis unminutodevuestro tiempo…—gritó

mientras se aproximaba, limpiándose las manos en el delantal—. Esospequeños diablillos han hecho de las suyas otra vez. Se metieron en loscorralesdel fondoyaterrorizaronamispobresgallinas,yahoranoquierenponerhuevos.OsjuroqueviaunadeellasescondersecuandoEthanyTompasabancorriendo.Metemoquevaisatenerquedesterrarlosdelpatio.

—Estábien,Willa.Meencargarédeello—respondió.Porel rabillodelojo,vioaotraspersonasacercándose—elpicapedrero

sosteniendootracuerdadesgastadaenlasmanos,elherreroconlanuevahojade espada lista para ser inspeccionada, un joven guerrero— todos conproblemasurgentesparaquelosresolviera.

Respondió varias preguntas y luego le hizo señas al resto para queesperaranparapoderterminardeexplicarleaGabrielleloqueteníaplaneadohacer.Noestabaallí.

—Quedemon…¡Gabrielle!—gritó.—Perdonadme, laird,perocreoquevuestradamaseencaminóhacia los

establos—dijoeljovenguerrero.—Viquesusguardiaslaseguían—dijootro.—Ah,infiernos.—Otravezconeso.Lamujersiempreestabatratandode

dejarlo.

Página257

Page 258: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Llamando a Braeden para que se hiciera cargo y respondiera a laspreguntasrestantes,Colmsedirigióalosestablos.

Gabriellehabíadesaparecidoantesdequeél terminarasudeclaración,yporellonoentendióloquehabíaestadotratandodedecirle…quenohabríauna boda dentro de cincomeses porque no podía esperar cincomeses paraacostarseconella,queelúltimomeshabíasidounatorturayélyanopodíacontinuardeestamanera.Nopodíaestarenlamismahabitaciónqueellasinpensar en loquedeseabahacerle.Se estabavolviendoalgo ridículo.Si ellasubía laescalera; élbajaba.Cuandoellaentrabaenunahabitación, él salía.Ellanoteníaniideadelpoderqueteníasobreél,yporlotantoéldebíahacertodoloposibleporpermanecerapartado.

Puestoqueera tan inocente,era imposiblequesupieracomoloafectabacuando lo tocaba. Pero después de que estuvieran casados, se tomaría sutiempomostrándolecomopodíaenloquecerlo.

La alcanzó cuando estaba abriendo la cuadra de Rogue. Se estiró porencimadeellayconunempujóncerró la tranquera, luego lesordenóasusguardiasquesalieran.Sinponerobjeciones,salieronenfilayesperaronenlaspuertasdelestablo.

Colmno fue gentil cuando la forzó a darse la vuelta y enfrentarlo.Ellateníalágrimasenlosojos.

—Noteirás—ledijo.—Comotúdigas.—No,nomedejarás.—PeroColm…—Nomedejarás.—Suvoztemblabadeemoción.Ellaempujócontrasupecho,peronopudomoverlo.—Nopuedoquedarmeaquí—gritó—.Nopuedo.Noserécapazdedejar

deseguirte,besarteyexigirtuatención.Séquepiensasquepuedescontinuarevitándome,peronopuedes,Colm.Puedoserimplacablecuandosetratadealgoquedeseo.—Tomóunprofundoalientoysusurró—:Ytedeseoati.

Yahíestaba,lohabíadichoparaqueéllaaceptaraolarechazara.Alzólavista paramirarlo. Él se había quedado absolutamente inmóvil.Ni siquieraestabaseguradesiseguíarespirando.Sabíaquelosacudiríasiledesnudabasucorazón.Eraimpropioqueunadamaadmitieraquesentíapasión,peroerademasiado tarde para retirar sus palabras y de todas formas Gabrielle nohubieraqueridohacerlo.

—Dices que no puedes casarte conmigo, y acepto tu decisión—dijo—.Pero si me quedo, no importará si estamos casados o no. Igualmente, te

Página258

Page 259: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

perseguiré,yfinalmentevoyavencer turesistencia.Nopodrásescapartedemí.

Él le acarició el rostro con el dorso de la manomientras luchaba paraencontrarlaspalabrasadecuadas.

—Hayvecesquenoséquépensardeti.Mesorprendesconstantemente.Salvastelavidademihermanosinpedirnadaacambio.Teofrecímatrimonioy a ti te preocupó arruinarme la vida. Has sido arrastrada a través de uninfierno,ysolodemuestrasbondad.Ahorapiensasqueterechacé,ymeabrestucorazón.Nosécomoocurrióestemilagro,peronopuedoimaginarvivirelrestodemividasin ti.Tedeseo,Gabrielle,ynoesperarécincomesesparatenerte.Noscasaremosahora.

Página259

Page 260: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo44

Labodasellevaríaacaboendossemanas.EralomáximoqueColmestabadispuestoaesperar,ypensabaquecatorcedíaseranmásquesuficientesparaprepararlacelebración.

MaurnayWillaestabanfrenéticas.Tododebíaestarperfectoparaellairdy su novia. Maurna se hizo cargo de las mujeres que limpiaríanapropiadamenteeltorreónmientrasqueWillaysusayudantescomenzaríanapreparar sus recetas especiales. Habría faisán, completamente aderezado ydispuesto; cerdos rellenos; gallinas, por supuesto —cuatro docenas seríansuficientes—pastelesde carne;y tartasde fresas.Mezclaríanmiel concasitodoslosdulcespostres.Seserviríaelmejorvino.

—Seréis una visión, milady, bajaréis las escaleras flotando, luciendovuestras galas —dijo Maurna—. El padre Gelroy os oirá decir los votosafuera, en el patio. Habrá bonitas flores adornando vuestro cabello y másflores serán esparcidas formando un círculo alrededor vuestro y de nuestrolaird, y del sacerdote también. El padre piensa que la ceremonia deberíallevarseacaboenlaabadíadeArbane.Comoexplicó,vossoisunaprincesade St. Biel y deberíais tener una boda real, pero nuestro laird no quiso oírhablardeello.Noexplicóporqué,peroWillayyopensamosqueesporquesabequesuclanquerráunirsealacelebración.

—Seráungrandía—predijoWilla—,yllegaráantesdequepodáisdaroscuenta.

Losmejoresplanesamenudosalenmal.

Gabrielle recibió alegres noticias de su padre. El laird Buchanan vino a lapropiedad MacHugh a decirle que había recibido un mensaje del barónGeoffrey.

—Tupadre estábien.El reyno lohaperjudicado,ni ha confiscado suspropiedades. Sabe que estás viviendo con el clan MacHugh, y quiere quesepasqueprontovendráaverte,yteexplicaráquépasóconelrey.

Página260

Page 261: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Hay más noticias —añadió, mirando a Colm—. Tu padre cree queregresarásacasaconél.

—Sabequehesidodesterrada.¿PorquépensaríamipadrequepodríairaInglaterraconél?—dijo.

Brodicknoteníarespuestaaeso.Nohabíapasadoniunahora,yestandoColmyBrodickdiscutiendo los

problemasque el nuevo lairdMonroe estaba suscitando, cuandounode losguerrerosMacHughqueestabadeguardiaenelpuentelevadizoseacercóalaverjadelpatioparaanunciarqueunmensajerodelreyJohnhabíasolicitadopermisoparahablarconladyGabrielle.

—Viajandoconelmensajerohayunobispo,otrostreshombresdelclero,yunospocoscriados—dijo—. Insistenenquequerráoír loque tienenquedecir.TraenunpergaminoconellosyunregaloparaladyGabrielle.

—¿Y soldados? —preguntó Colm—. ¿El mensajero también vieneacompañadoporsoldadosdelrey?

—Sí, laird. Doce en total. Ya han dejado las armas en el suelo parademostrarsusbuenasintenciones.

Colmseburló.—Losinglesesnotienenbuenasintenciones.Colm iba a negarse a dejar que ninguno de ellos cruzara el puente

levadizo,peroBrodickloincitóaqueloreconsiderara.—¿Nosientescuriosidadporsaberquétienenquedecir?Ysinotegusta

loqueescuchas,siemprepuedes…—SedetuvocuandosediocuentadequeGabrielleestabaescuchando.

Colm dio la orden: los soldados permanecerían fuera, pero los demáspodíanaproximarse.

Elgritoparaquebajaranelpuentehizoecohacialosguardias.—Gabrielle,veadentro—dijoColm.—Comotúdigas.Queríaquedarse.SentíatantacuriosidadcomoBrodickpordescubrirqué

tenía quedecir elmensajero, peronopodía oponerse aColmdelante de sualiado y amigo. Además, sabía que protestar no serviría de nada. CuandoColmtomabaunadecisión,nohabíanadaquelohicieracambiardeopinión.

Sibiennofuedadaningunaorden,losMacHughcomenzaronaalinearseaambosladosdeldesgastadosenderoqueibadesdeelpuentelevadizohastael patio. La mayoría estaban armados y listos para cualquier eventualidad.Gabriellepensóqueestabanactuandodemanerademasiadoprecavida.¿Quédañopodíahacerunmensajero,algunoshombresdelclero,yunpuñadode

Página261

Page 262: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

criados? Ninguno de los sacerdotes ni los criados estarían armados, y elmensajeronoseatreveríaallevarunaespada.Hacerloseríaungraveinsultohaciaellaird.

StephenapareciótraselhombrodeGabrielleyleexplicóloqueocurríaamedidaqueseabríancaminohaciaelcastillo.

—Secreequelacomitivavieneabuscaros,princesa,conlaintencióndequeregreséisconellos.Elclansabequehaysoldadosinglesesesperandoalotro lado de las murallas, y se ha corrido la voz de que el mensajero traenoticiasparavos.PodríaportarunaordenparaqueregresaraisaInglaterra.—Señalóhacia loshombresquesehabíanubicadoacada ladodelsendero—.LosMacHughestánhaciendonotarquenodejaránqueseos llevendeaquísinpresentarpelea.

—Esoshombresentrarondesarmados,ysonpocos—dijoella.—Perolescontaránalossoldadosqueestánesperandoalotroladodelas

murallasloquehaocurridohoyaquí,yesossoldadosseloinformaránalreyJohn.

—Últimamente ha habido muchos engaños. ¿Cómo podemos estarsegurosdequeelmensajerorealmentevienedepartedelreyJohn?

—Debemosasumirqueesciertoyestarpreparados—respondióStephencongravedad.

Justocuandoibaaabrirlapuerta,Liamlaabrióysalió.LehizoseñasaGabrielle,sehizoaunladoparaquepudierapasar,luegocruzóelpatioparaubicarsealladodesuhermano.

Eran una visión atemorizadora. Colm estaba de pie en medio de losguerreros. Liam y Braeden estaban a su izquierda, Brodick a su derecha.ChristienyLucienseunieronalahileraalladodeBraeden.FaustfuehaciaelladoopuestoparasituarsejuntoaBrodick.

—Veatomartulugarconlosdemás—ledijoaStephen—.Mequedarédentroynocausaréproblemas.

Stephen asintió con la cabeza y se volvió para hacer lo que le habíapedido.

Acababadecerrar lapuerta trasellacuandosevolvióaabriryelpadreGelroyentrócorriendo, luciendocomosi lopersiguieraunajauríadeperrossalvajes.

—¡HavenidoelObispo—ledijo—,ynoestoylistopararecibirlo!Seapresuróasubirlosescalonesadelantándoseaella.Luegorecordando

losbuenosmodales,Gelroysedetuvodesúbitoyladejoirdelantedeél.Peroen cuanto llegaron al segundo nivel, la rodeó y subió corriendo el tramo

Página262

Page 263: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

siguiente. No tenía tiempo de cambiarse el hábito, pero al menos deseabalimpiarseelpolvoylavarselasmanosyelrostro.

Gabrielle se paseó por el salón, esperando que alguien fuera a llevarlenoticias.

Unmomentomás tarde, elpadreGelroyseunióaella, jadeandopor suapresuramiento.

—Debo quedarme con vos hasta que me llamen. Nuestro laird nopermitirácelebracioneshastaqueelmensajerohayaexplicadoelpropósitodesuvisita.

—Iríaasituarmejuntoalaventanaparapoderverquéestáocurriendo—dijoGabrielle—,perolosqueestánafueratambiénpodríanvermeamí.Seríaimpropio.

—Sí,losería—estuvodeacuerdoelreligioso.—Y estaría mal tratar de escuchar a escondidas lo que están diciendo,

perosiustedseubicaraunpoquitomáscercadelaventana,nopodríaevitaroír algo de la conversación. No veo nada malo en dirigirse caminandocasualmentehacialaventana…

Gelroyasintió.—No, no, por supuesto que no tendría nada de malo, y ciertamente

necesitounpocodeairefresco.Elsacerdoteseubicóalbordedelaventanaconlaesperanzadequenose

dierancuenta.—Llegué justo a tiempo para ver la comitiva—informó—.Vienen con

pompayesplendor.ElObispoestávestidoconricasgalas,ymontauncaballodócil.Noesunhombrejoven,perotampocoestanviejo.

—¿Yelmensajero?—Viene caminando, con un pergamino metido debajo del brazo. Sus

ropas son poco notorias, y debo decir que parece del tipo nervioso, ya quecontinuamentelanzarápidasmiradasaizquierdayderecha.Creoqueelpobrehombre cree que en cualquier momento alguien se abalanzará sobre él.—Gelroyriomientrasañadía—:Ybienpodríaocurrir.Recuerdohabersentidolomismo.

—¿Quémedicedelosdemás?—lepreguntó.—Esungrupoconsiderable.PrimerovieneelObispo,luegoelmensajero,

luego, losmonjes, uno a la vez, y al final los criados. Reconozco algunosrostros.Enverdadprovienendelaabadía.

Gabrielle continuaba avanzando de lado, acercándose a Gelroy, con laesperanzadepoderespiarfurtivamente.Elsacerdotelaahuyentó.

Página263

Page 264: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—El Obispo puede ver directamente a través de esta ventana, ladyGabrielle.Nodejéisqueosvea.

—Entoncesdígamequeestáocurriendoahora.—ElObispoaúnestásobresucaballo,perosehadetenido.Uncriadoestá

adelantándoseparatomarlasriendasyayudaralObispo.Gelroy hizo la señal de la cruz y unió las manos como si estuviera

rezando.Luegoexplicó:—ElObispo decidió dar su bendición. Si tenía la esperanza de que los

lairdsseinclinarananteél,estabaequivocado.Ningunodeellossemovió.ElObisponoparecióofendidoporqueColmy losdemásnocayerande

rodillas.Elcriadosequedóasuladoysostuvolasriendas,peroelObisponodesmontó.

Elmensajeroseadelantó.AsumiendoqueelguerreroqueestabaenmediodeloshombresderostropétreoeraellairdMacHugh,sedirigióaél.

—Su Alteza, el rey John de Inglaterra, le envía un mensaje a ladyGabrielle.¿Ellaseencuentraaquí?

—Asíes—respondióColm—,peromedaráamíelmensajedelrey,yyodecidirésipuedehablarconella.

El mensajero accedió rápidamente. Se aclaró la garganta, enderezó loshombros y dio un paso al frente. Entonces comenzó su discurso ensayadocomolohubierahechounheraldo,conunavozfuerteyresonanteparaquelooyeralamayoría.

—Se ha cometido una terrible injusticia con lady Gabrielle. Ha sidovilipendiadayperseguidaerróneamente.SuAltezaahorasabeytienepruebasconcluyentes de que la dama es inocente. El rey quiere que sea deconocimientopúblicoqueelbarónGeoffreydeWellingshireseráencomiadoyvivamenterespetadoporlaatentavigilanciasobresuhija,yladyGabrielle,un tesoropara Inglaterra,apartirdehoyserá llamadaprincesaGabrielledeSt.BielyamigadelreydeInglaterra.

El mensajero hizo una pausa esperando respuesta. La cual no tardó enllegar.

—Todos los hombres aquí presentes sabemos que lady Gabrielle esinocente.Nonecesitamosquetureynoslodiga—dijoColm.

—El rey John se sentirá complacido al saber que vos y los demás hanvisto a través de las mentiras traicioneras que fueron dichas yequivocadamentecreídaspormuchos.Deseaprobarsusinceridad.

—¿Ycómoharátalcosa?—preguntóColm.

Página264

Page 265: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Elmensajero sostuvo en alto el pergamino para que todos pudieran verqueelselloestabaintacto.

—Paraprobarsusinceridad—repitió—.Yconlaesperanzadeobtenerelperdónporestapenosa injusticia,SuAltezaRealporesteactoconfierea laprincesaGabrielle,latierraconocidacomoFinney’sFlat.HafirmadoconsunombreyañadidosusellorealcomopromesasolemnedequelatierranuncavolveráaperteneceraInglaterraotravez.TambiénhapuestoporescritoqueasumeelcastigodeDiosencasodenocumplirconsupalabra.

Elmensajerodiootropasoadelantey sostuvoelpergaminoenaltoconambasmanos.ColmlotomóyseloentregóaLiam.

—¿Porquéviajanestossacerdotescontigo?—lepreguntó.—Como protección, laird MacHugh —respondió—. Se esperaba…

realmente se esperaba…que escucharais elmensaje demi rey sin dañar almensajero.

Colm le echó un vistazo a Brodick antes de hablarle nuevamente almensajero.

—Si el mensaje me hubiera disgustado, los religiosos no te hubieransalvadodemipuño.

Elmensajerotragóaudiblemente,yelObispo,habiendoescuchadoloqueellairdacababadedecir,concedióunanuevabendición.

—¿Yoshadisgustado,laird?—preguntóelmensajero.—No,nolohahecho,ynomatomensajeros,aúncuandolasnoticiasno

sean de mi agrado. Son bienvenidos aquí durante el tiempo que les lleverefrescarse.Losdemástambién.

Elmensajerosesintiódébilporelalivio.—Osdoylasgracias,laird,perohaymásqueunadisculpaquedar,ymás

requerimientosnecesariosacercadelregalo.SuAltezadeseaescucharquelaprincesaGabriellelohaperdonado.Debepronunciarlaspalabrasantemíparaqueyoselaspuedatrasmitiramirey.

—Miclantambiénoiráestadisculpadeturey.—LehizoseñasaBraedenquegritólaorden.

En unos minutos hombres, mujeres y niños rodearon el patio ypermanecieronensilencio,observando.

—Idabuscaravuestraprincesa—ordenóColmalosguardias.Lapuertafueabiertadeuntirónysostenidapordosdeloshombresque

habían estado haciendo guardia. Pasó un momento y luego otro mientrastodoslosojosobservabanlaentrada.

Página265

Page 266: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

YentoncesGabriellesalióalaluz.Unayudantehizosonarunatrompetadeheraldomientraselmensajerodecía:

—SalveprincesaGabrielle.—Luegosedejócaerderodillaseinclinólacabeza. Los visitantes de la abadía también se arrodillaron paramostrar surespeto.

Atónita,Gabriellemiró aColm, sin sentirsemuy segura de cómodebíaactuar.No era apropiadoque esos hombres se arrodillaran.Colmno estabaayudándola.Simplementelamirabafijamenteyesperabaquefuerahaciaél.

Nolodefraudó.LiamretrocedióparaquepudierasituarsejuntoaColm.—Debéisdarlespermisoparaquesepongandepie—lainstruyóStephen

conunsusurro.Seleruborizaronlasmejillasporlaturbación.—Puedenlevantarse.Sorprendióatodoelmundocuandoledioinstruccionesalmensajero.—Debe hacerle una reverencia al laird MacHugh, ya que gracias a su

buena voluntad está en sus tierras, pero no debe arrodillarse antemí. Si ellairdquierequesearrodilleseloharásaber.

UnmurmullodeaprobaciónsealzódepartedelosMacHugh.Colmlediopermisoalmensajeroparaquehablara,yelmensajerorepitió

su ensayado discurso. Cuando terminó los vítores fueron ensordecedores.Esperóaqueelruidosehubieraacalladoyluegopreguntó:

—¿PuedodecirleaSuAltezaRealqueloperdonáis?Gabrielle estaba a punto de responderle almensajero diciéndole que sí,

queperdonabaalrey,peroalgolahizocontenerse.¿Eraesteotrotruco?—Loconsideraré.Tendrásurespuestaantesdesupartida.El mensajero pareció conmocionado al no obtener su inmediato

asentimiento,peroseatuvoasusdeseos.—Esperarévuestrarespuesta.LiamtomólamanodeGabrielle.—Siemprehastenidolaaceptaciónyrespetodeesteclan,peroahorahas

ganadosuamor.Colmleapartólamanodeungolpe.—TúledarástuamoraotraydejarásaGabrielletranquila.Liamseechóareír.LeguiñóelojoaGabrielleydijo:—Comotúdigas,laird.—Laird,debemoscelebrarlo—dijoBraeden—,yaqueahoratenemosuna

princesayFinney’sFlat.

Página266

Page 267: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Colmaccedióperonoqueríaqueningunodelosforasterosentraraensucasa,nisiquieraelObispo.Comoestabanteniendounclimatanapacibleynohabíanubesdelluviaalavista,ordenóquesellevaranmesasybancosafuerayquesacaranunbarrildecervezadelabodega.

ElObispofinalmentefuebajadodesucaballo,yélysusmonjesfueronacomodados en las mesas. Aún recelosos de los visitantes ingleses, losMacHughsemostraban reticentesadarles labienvenidaalmensajeroy sushombres.

GabriellesemostrabaaúnmáscautelosaquelosMacHugh.Manteníaunojo avizor sobre el mensajero mientras se abría camino entre la multitudreunida. Distraída, apenas le prestaba atención a la conversación que sedesarrollabaasuladohastaqueoyóaColmalabaralpadreGelroy.Concadapalabraquedecía,elsacerdoteparecíahacersemásalto.

—Laird,talvezprontoquerrásconstruirleunacapillaalpadreGelroy—sugirióGabrielle.

—Talvez—respondió.—ProntollegarálaestatuadesanBielqueelabadhacuidadoparavos—

dijoelObispo—.Quizásquerréisnombrarlacapillaenhonoravuestrosanto.Noheoídohablardeél—admitió—,peromuchosfueronsantificadosantesdemiépoca.¿Sabéiscuántosmilagrosharealizado?

Gabriellenoteníanilamenoridea.—San Biel era un hombre bueno y santo. Estoy seguro de que los

guardias reales podrán decirnos la cantidad de milagros. —Dijo el padreGelroyalnotarsuvacilación.

CuandoelObispofueabuscarunrefresco,ellalesusurróaGelroy:—MeavergüenzahabermeolvidadodetantascosasreferentesasanBiel.

Yotambiénsolicitaréamisguardiasquemeinstruyan.ElpadreGelroydivisóaMaurnallevandounabandejadecomida.—Sí,sí—dijo,desestimandolaconversaciónacercadelossantos—.La

comidaestálista.Gabrielle dio un vistazo a su alrededor asombrada ante las mujeres

MacHughquecargabanenormestrenchersllenosdepastelesdecarne,panyavesdecaza.Unadelasmujerescruzóelpatioconotrabandejamás.Todoelmundoestabatrayendocomidaparacompartir.

MiróasualrededorbuscandoaColm,perohabíadesaparecido.Cuandose dispuso a buscarlo su camino a través del gentío reunido se viointerrumpido por personas que deseaban felicitarla. La palmearon en laespalda,enlosbrazos,yunarobustamujerlepalmeólacabeza.

Página267

Page 268: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Cuandofinalmentelogródeslizarsehaciaelcostadodelcastillo,buscóunlugartranquilo.Necesitabatiempoparapensar.Habíaalgocarcomiéndoleenelfondodelamente.Sibienelanunciodelmensajeroeraunabuenanoticia,habíaalgoquenoestababien.Quéeraellonolosabía.

Colmlaencontrósentadaenunapiedra.—Gabrielle,¿quéestáshaciendo?—Reflexionando.Laatrajoasusbrazos,labesó,ytratódehacerlaregresaralafiesta.—CreoquepuedehaberalgúntipodeengañoporpartedelreyJohn,pero

nomedoycuentaquépuedeser—ledijo.—Leerécuidadosamenteelpergamino,ysilodeseaslepediréaLiamya

Brodickquetambiénlolean—leaseguró—.Tienesrazónennoconfiar.Cuando Colm fue a buscar a Brodick y a Liam, encaminándose hacia

adentro,Gabrielle volvió a la fiesta.Maurna la forzó a sentarse y saborearalgunosdelosplatillos.Comohabíapreparadounodelospastelesdecarne,insistióenqueledieranunabuenaporciónaGabrielle.

Lasconversacionesgirabanentornoaella.Estabanmuyexcitadosporelhecho de que losMacHugh fueran a poseer Finney’s Flat. Podrían triplicarsus cosechas aún si dejaban parte de la tierra en barbecho. Su gozosoentusiasmo la hizo sonreír. Pero continuaba mirando al mensajero conescepticismo.

¿Porquéel rey ibaaconferirleFinney’sFlat?¿Ydeque formaestabaninvolucrados sus perritos falderos, los barones, en este asunto? Porqueseguramenteloestaban.Sí,sihabíaengaño,ellosestabandetrásdelmismo.Elreyllamabaalatierrasuregalo.LaprimeravezquehabíaoídoacercadeFinney’s Flat, iba a ser su dote. ¿Pero ahora? ¿Cuál podría ser la razón?Ciertamente no la generosidad del rey. Él no conocía el significado de esapalabra.

Élqueríasuperdón.Esoera.Súbitamentesupoexactamentequéteníaelrey en mente. Dio una palmada sobre la mesa causando una verdaderaconmoción, luego se puso de pie de un salto y salió como un rayo endirecciónalmensajero.

La multitud que festejaba pudo no haber notado el comportamiento deGabrielle, pero todos vieron a sus guardias correr hacia ella. Para cuandollegóadondeestabaelmensajero,Christienyaestabadepiejuntoaella.

—Depie—leordenóalmensajero.Lasrisasseaplacaronyelsilenciocayósobreelgentío.

Página268

Page 269: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Responderámispreguntas—demandó—.¿RegresarádirectamenteconelreyJohn?

—No,primeroiréalaabadía—respondióelmensajero,dandounvistazoa su alrededor, a los rostros asombrados que lo miraban fijamente—. Mequedaréallíunanocheyluegocontinuarémiviaje.

—¿Tambiénhabrábaronesesperandooírquénoticiaslleva?—Sí,princesa,estoysegurodequeloshabrá.—¿QuizásesosbaronesseanCoswoldyPercy?—No sé, todos esperan ansiosamente oír que habéis perdonado al rey

John.—Frunciendoelceño,añadió—:yesetambiéneselmotivoporelcualyoestoyesperando.

Lamultitudseacercómás.GabriellevioaJoanobservándolayalObispodepiejuntoaella.

—Séloquepretendenelreyysusbarones—dijo,suvozelevándoseporlaira—.Siaceptoladisculpadelrey,tambiénestaréaceptandosugobierno.¿Noesverdad?Yanoestarélibredeél.

Cuandoelmensajerohabló,lohizomirándoseloszapatos.—Nopuedomentir,yporelloosdiréqueFinney’sFlatseráladoteque

vosaportaréisalhombrequeelreyelijaparaqueseavuestroesposo.—¿Perosinoaceptosudisculpa,entoncesFinney’sFlatregresaalrey?—Noestoyseguro,peroexistiríaesaposibilidad.Si una miga de pan hubiera caído al suelo en ese momento, hubiera

resultadomásruidosaqueelclan.—¿Elreynoconsideróqueyopodríahaberestadocasadaya?—Lo hizo, y si lo estuvierais, entonces Finney’s Flat pertenecería a

vuestroesposo,yelreynointerferiría.Gabriellemiróasualrededorylevantólavozparaproclamar:—Mecaséeldíadehoy.—¿Con el laird MacHugh? —preguntó el mensajero que tomó su

afirmaciónporunaverdad.—Sí—respondió—.Finney’sFlatleperteneceaél.—¡No te has casado hoy! —gritó Joan—. No puedes engañarnos.

Descaradamente has dicho una mentira frente al Obispo. Arderás en elinfiernoporsemejantepecado.

Enfurecida,Gabrielle,pasójuntoalmensajero,rozándolo.—Símecaséhoy.CuandoGabrielleseacercó,Joanretrocedió.Lafuriaquevioensusojos

laasustó,ylahizotemerquepudieragolpearla.

Página269

Page 270: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Me casé este día, y Finney’s Flat le pertenece al lairdMacHugh—repitió.

Unmurmullodeasentimientorecorrióalamultitud,volviéndosecadavezmásaltohastaqueelsonidosehizoensordecedor.

Cuandoelsonidoseaplacó,Gabriellevolvióahablar.—¿Quierenunaprueba?Esperenaquí,yselatraeré.—Sabemos que se casó hoy y que Finney’s Flat le pertenece a nuestro

laird—gritóunhombre.—Sí—gritóotroyotromás.Gabriellesedetuvofrentealmensajero.—Peropiensoqueusteddemandaráunaprueba.Elmensajeroasintió.—DebosercapazdedecirleconcertezaalreyJohnqueestáiscasada.—

Podíasentirelcalordelafuriadelamultitudporloquegritó—:YentoncesFinney’sFlatserádellairdMacHugh.

ChristiencorriódelantedeGabrielleysostuvolapuertaabiertaparaella.—¿Lapruebaestáadentro?—pregunto,sonriendo.—Sí—lerespondió.Seguida por sus guardias, Gabrielle subió corriendo las escaleras, se

detuvoparaponersepresentablealisándoseelbliautymetiéndoseunmechóndecabellodetrásdelaoreja.

—¿Estáislistaparacasaroshoy?—preguntóStephen.Ellaasintió.En el salón, Colm acababa de terminar de leer el pergamino. Estaba

entregándoseloaBrodickmientrasLiamyelpadreGelroy,concopasenlasmanos,esperabansuturno.

Gabrielletomóunprofundoalientoyentróalsalón.—¿Colm,puedesconcedermeunmomentodetutiempo?

Página270

Page 271: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo45

EfectivamenteGabriellesecasóesemismodía.Laceremoniaserealizófrentealhogardelgransalón.Nohuboninguna

pompaniesplendordignosdeunaprincesadeSt.BielyunpoderosolairddelasHighlands.Serealizórápidaysilenciosamente.Aunqueeracasiimposiblequealguienpudieraverelgransalóndesdeelexterior,Gabrielle insistióenquesebajaranlostapicesparacubrirlasventanasqueestabandecaraalpatioquehabíaabajoyaquellasquedabanaljardíntraseroyallagoquehabíamásallá.NoibaaarriesgarseaqueelmensajerooelObispooesahorriblemujer,Joan,pudieranverloqueestabasucediendo.

YaqueBrodickeraelúnicoparientequeseencontrabapresente,recayóenéleldeberdeentregarlaaColmyotorgarelpermisoparaqueseefectuaraelmatrimoniocuandoelpadreGelroylopreguntó.LiamylosguardiasrealesdeGabriellefueronlostestigos.

Gabrielle no creyó estar nerviosa, pero aparentemente lo estaba, ya quecuandoseledijoquecolocaralamanosobreladeColm,temblabacomosiseacabara de llevar un tremendo susto. El sacerdote comenzó su plegaria, yrepentinamente el impacto de lo que estaba haciendo la abrumó. Se leaflojaron las rodillas y apenas si podía respirar. Sentía una opresión en elpecho.SeestabaconvirtiendoenlaesposadeColm,ahorayparasiempre.

Aturdida,observóaColmcolocarunabandadesutartánsobresusmanosunidas.Alpronunciarsusvotoslelevantólacabezaylamiróalosojos,yniaunque le fuera lavidaenello,podríacomprenderniunapalabrade loquehabíadicho.Habíaolvidadotodoelgaélicoquehabíaaprendidoensuvida.Luego llegósu turno.Susurrósusvotosen la lenguadesumadre.ElpadreGelroyladetuvoylepidióquecomenzaradenuevo.

—Noentiendoloqueestáisdiciendo,princesaGabrielle—leexplicó.Ni ella. Sabía que le había prometido algo a Colm. Solo que no podía

recordarloqueera.¿Habíadichoqueloamaríaylocuidaría?¿Ocreyóquedeberíahacerlo?¿Ylehabíadichoqueseríafielysincera?Esperabahaberlo

Página271

Page 272: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

hecho,peronopodíaestarsegura.Porloquesabía,lepodíahaberprometidolimpiarsusestablosporelrestodesuvida.

Desconcertadamiróalsacerdote.Surostronolucíaunamiradaespantada,loquetomócomounabuenaseñal.

Ahorayparasiempre,hastaquelamuertelosseparara.Lasplegariasconcluyeron,ysedieron lasbendiciones.CuandoColmla

atrajoasusbrazosestabatensacomounatabla,peroencuantobajólacabezaylabesó,volvióarevivir.Sucalidezdetuvosustemblores,ylaternuradesubesoderritiósusmiedos.

—Os declaro marido y mujer. —El padre Gelroy hizo el anuncio,manifestandosuaprobaciónconunaradiantesonrisa.

Las felicitaciones no fueron dichas a gritos sino que fueron susurradas.Cadaunode losguardiashizounaprofundareverenciaasuprincesayasunuevo esposo y luego, ante la insistencia de Gabrielle, fueron al patio areunirsealacelebracióndelclan.ColmpermitióqueLiambesaralamanodeGabrielle, pero eso era todo lo que iba a permitir, y Brodick tuvo quearrebatárselaaColmeltiemposuficienteparadarleunabrazo.

—Debemosbrindarporestematrimonio—dijoLiam.—Que encantadora sugerencia —dijo ella bruscamente—. ¿Tal vez en

otromomento?Agarróalsacerdoteporelbrazoytiródeélllevándolohacialasescaleras

mientrasledabainstruccionesdeloquedebíadecirlealmensajero:—Porfavorlediráalmensajeroqueciertamentenoscasóhoy,peronole

dirá…Colmladetuvo.—Yomeharécargodeesteasunto.Nohaynecesidaddeapresurarse—

dijorodeándolaconelbrazoyaprisionándolacontrasucostado.Ella no estuvo de acuerdo. Le había dicho almensajero que le llevaría

pruebas de su matrimonio. Seguramente sospecharía si lo hacía esperarmuchotiempo.

Inclinólacabeza.—Comotúdigas.Liam estalló en carcajadas, y cuando Brodick le preguntó que era tan

divertido,Liamleexplicóencantado:—ParaGabrielle,«comotúdigas»significaquenoestádeacuerdoyque

hará exactamente lo opuesto. Piensa que con esas palabras aplaca a Colm,perotodoscaptamoselsignificadodeloquequieredecirenrealidad.

Brodickasintió.

Página272

Page 273: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—¿«Sí» significa «no», y «no» significa «sí»?—Golpeó a Colm en elhombro—.Almenostratadeaplacarte.Miesposanoprestaningunaatenciónanadadeloqueledigo.

Brodicknoparecíaparanadacontrariadoconlaterquedaddesuesposa.Dehecho,parecíacomplacidoconella.

—LairdMacHugh,¿queréisquevayaafuerayhableconelmensajero?—preguntóGelroy.

—Ustedsequedaráaquí—ordenóColm.—Perocuandoloenfrente,¿vosmediréisloquedebodecir?—Dirá laverdad—dijoColm—,peronomencionarácuandotuvolugar

laceremonia.ElceñodellairdtodavíateníaelpoderdehacertemblaraGelroydentro

de sus botas. Trató de no evidenciarlo mientras esperaba su siguienteindicación.

Liam insistióenhacerunbrindis.Corrióa labodegay regresóconunajarradevino.Sirviendoacadaunodeellosunacopallena,deseóalaparejaunavidalargayfeliz.

—YcomodijisteGabrielle,porunmatrimonioperfecto—bromeó.Gabrielleestabaconfundida.¿Unmatrimonioperfecto?¿Habíadichoalgo

acercadequesumatrimoniofueraperfecto?—Colm,¿prometíesocuandopronunciémisvotos?—preguntó—.Si lo

hice, lo siento mucho. Nuestro matrimonio no será perfecto, y no puedoprometerquenovayaahaberproblemas.Miraelardidalqueherecurridoenelmismodíadenuestraboda.Nolementíalmensajero,perolodespisté.Ytambiéncorrompíatuclan,yaqueloshicecómplicesdemiengaño.¿Notepreguntasquéharéeldíademañana?

Si había esperado que Colm tuviera compasión de su aflicción, iba aresultar desengañada ya que él pensó que su sentimiento de culpa eragracioso.

—¿Engaño?¿Problemas?YatehasconvertidoenunaMacHugh—rio.Labesóotravezyluegosepusoserio.—Ahoramedirásquéregalosdebodadeseasque tedé.Eneldíade tu

boda,notenegarénada.Notuvoquepensarmuchoenello.—Me gustaría que le construyeras una capilla al padre Gelroy y que

prometas que estará concluida el año que viene para esta misma época.Deberátenerunhermosoaltarybancosfuertes.

Página273

Page 274: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Gelroy estaba abrumado por su consideración y generosidad. Colm noparecióparanadasorprendido.

—Sehará.¿Quémásdeseas?Nuevamenterespondiósindudarlo:—La tradición para mí es muy importante —dijo—. Por lo tanto me

gustaríaquemedieraselmismoregaloquemipadreledioamimadre.Aguardóaqueledijeraquéera,peroellanodijoniunapalabramás.—¿Cuándosabrécuáleseseregalo?—laapremió.—Asudebidotiempo.ElmensajeroestabaesperandojuntoalObispoelregresodeGabrielle.Su

rostropalideciócuandovioaColmavanzandoazancadashaciaél.—LadyMacHughmehadichoque requieresunapruebaquedemuestre

queesmiesposa.Yatehadichoqueefectivamenteestamoscasados,¿ono?—Sí, laird… como decirlo, laird, otra persona sugirió la posibilidad de

quequizás…—¿Sabes lo afortunadoque eresdepoderhallarte aúndepie?Deberías

estarmuerto por haber insinuado quemi esposa temintió. ¿Fue eso lo quepensaste?

—No,no,nolocreí.Quizásotrapersonapensóeso…—Miesposanomiente.—Suvozhabíaadquiridountonoletal.—Sí,laird.Ellasolodicelaverdad.GabrielleseacercóaColm.Fijólamiradaenelmensajerosinveranadie

más.No sabía si Joan aún estaba entre lamultitud que los observaba, peroteníalaesperanzadequesehubieraidoparaquenocausaramásproblemas.

ElpadreGelroyseadelantó.—SédehechoqueellairdMacHughyladyMacHughestáncasados.Soy

elsacerdoteque lesadministróel santosacramento.Losoí intercambiar losvotosybendijesuunión.—Haciendoungestodramáticohaciaelcielo,dijo—:Quemepartaunrayoenestemismoinstantesiestoymintiendo.

Levantólosojosalcieloyesperó,luegohaciendoungestoafirmativoconlacabeza,dijo:

—Dios sabe que estoy diciendo la verdad, y también debería saberlousted.

El Obispo deseaba regresar a la abadía antes del anochecer para poderdormirensupropiacamaenlugardehacerloeneldurosuelo.

—Daré testimoniodequeelpadreGelroydice laverdad.Yconestoelasuntodeberíaconsiderarseresueltoasatisfaccióndetodoelmundo.

Elmensajeroestabaconvencido.

Página274

Page 275: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Estoy conforme. Debido a este matrimonio, ahora poseéis Finney’sFlat,lairdMacHugh.

—Nuestro laird también posee el tesoro de St. Biel —dijo Gelroy,sonriéndolealiviadoaGabrielle.Elsacerdotenopensóquehubieranecesidaddeexplicarel significadodesudeclaración.TodoelquemiraraaGabriellepodríaverqueerauntesoro.

ElcumplidodelsacerdotehizoruborizaraGabrielle.—Nolocreo,padre.Miesposose tendráquecontentarcon la tierra,ya

quenoobtendráningúntesoro.—Encuantoseaposible—dijoelmensajero—,haréqueenvíenheraldos

a cada uno de los clanes para anunciar que ha sido comprobado que laprincesaGabrielleesinocentedelasacusacioneshechasensucontra,quesumatrimonioesválido,yqueFinney’sFlatesahorasuyo.

—¿Tieneelpoderdeproclamareso?—preguntóGelroy.—Lotengo.Unos minutos después el mensajero y el Obispo partieron, y Gabrielle

nuncasehabíasentidotanfelizdeverpartiraalguien.Ahorapodíarelajarse.Oesopensaba.

Unapreocupaciónpartió,yotraarribó.Esaerasunochedebodas.El clanMacHugh se estaba dispersando lentamente. Teníanmucho que

celebrar. Su laird había regresado victorioso de su encuentro con susenemigos,losMacKenna;susposesionesahoraincluíanaFinney’sFlat;ysuamado laird había tomado esposa. Como el padre Gelroy no dejaba derecordárselo,realmenteestabanbendecidos.Cuandoseaproximabaelocaso,lacelebracióncomenzóadeclinar.Lasmesasylosbancosfueronregresadosalcastillo,ytodosvolvieronasuscabañasfatigados,perofelices.

LiamyColmacompañaronaBrodicka losestablosyaque tambiénerahoradequevolvieraasuhogar.

—Nohas terminado con losMacKenna—advirtióBrodick—.Por cadaunoquehasmatadootrosealzará.Semultiplicancomoratas.Prontotendránunnuevolaird,yapuestoqueserátanbastardocomoloeraOwen.Esperoquenohayamuertodebuenamanera.

—No,nolohizo—dijoColmtranquilamente.—Eresnuestroaliado,Brodick—lerecordóLiam—.Tambiéniránapor

ti.—Esoespero—respondió.ElcaballerizoleacercóaBrodicksucaballo.

Página275

Page 276: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Tudeudaestasaldada—ledijoaColm—,peroahoracreoquevuelvesaestarendeuda.

—¿Cuálseríaladeuda?—TediaGabrielle.—Me forzaste a tomarla —dijo Colm con sequedad—. Y te estoy

agradecido.—Hayunaformafácildecompensarme.—¿Cuálpodríaser?—Concédemelamanoenmatrimoniodeunadetushijasparaunodemis

hijos.—La iglesia no lo permitirá —dijo Liam—. Estas emparentado con

Gabrielle.—Solopormatrimonio.Eltíodemiesposanoesparientesanguíneo.La

uniónconcertadaseríaválidaytuhijavendráamihijoconunaricadote.Colmseechóareír.—Déjameadivinarlo,Finney’sFlat.—Sí,Finney’sFlat.—Tuplansebasaen laeventualidaddequemiesposamedéhijasy tu

esposatedéhijos.—Pasará—dijoBrodick—.Aunquemeadelantaréati,yaquemiGillian

ya está embarazada, y tú no puedes acostarte con Gabrielle ¿por cuánto?¿Cincomeses?

—Habíapensadoesperartodoesetiempo,pero…—¿Pensado?¿Yquesucederáconsureputación?—Lanoticiadesuinocenciasedivulgará,ysielinglésestabadiciendola

verdad,seharáunaproclama.—¿Ycreesqueesopasarápronto?—preguntóBrodick—.Colm,aellale

concedisteseismeses.Colmrespondió,resignado:—SiesoesloqueGabrielledesea,mecontendré.BrodickyLiamseecharonareír.—¿Piensasquepodráscontenertedurantetantotiempo?Escasitanlinda

comomiesposa—dijoBrodick.—Por supuestoquepuedoesperar.Tengomásdisciplinaquecualquiera

devosotrosdos.Colm se encaminóde regreso al castillo.LiamyBrodick lo observaron

alejarse.—¿Quéteparece?—preguntóBrodick.

Página276

Page 277: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Mihermanotienemuchafuerzadevoluntadyesmuydisciplinado.Ledoyalmenosunanocheantesdequecambiedeopinión.

—Yoledoyunahora.

Página277

Page 278: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo46

Laesperaeraunsuplicio.AGabrielleleparecíaqueyahabíapasadolamitaddelanochedesdequesehabíabañadoylavadoelcabello.Yahabíansacadola tinadesuhabitación, lasmantasde lacamahabíansido retiradasyse lehabíanagregadodosleñosalfuego.

Cadaminuto parecía una hora, pero su cabello todavía goteaba así quesabíaquenopodíahaberpasadotantotiempodesdequeterminaradelavarlo.Igualmente,parecíaunaeternidad.

Gabriellelucíauncamisónblanco…unfinogénerodegasaadornadoconhebras doradas y plateadas cosidas al escote.Hubiera deseado usar el azul,pero teníademasiadasarrugasporhaberestadoempacado.Alisóunplieguedel camisón y se sentó frente al hogar para cepillarse el cabello frente alfuego.Lahabitacióneracálidayacogedora,ydespuésdeundíatanlargoyfrenético, debería haber estado exhausta. Pero no lo estaba. Estaba biendespiertaycasienestadodepánico.

¿DóndeestabaColm?Habíadichoquenopodíaesperarparatenerla.Cierto,quelabodahabía

acontecidoantesdeloqueélesperaba,peroahoraestabancasados.Nohabríacambiadodeopinión,¿osí?

Cada sonido hacía que le aleteara el estómago con un sentimiento deanticipación y temor.Mientras continuaba cepillándose el cabello, trató depensarenalgomenospreocupante.Esedíahabíantenidounclimaagradable,yelpasteldecarnequehabíacomidoenlacenaestababastantesabroso.

¿Qué lo demoraba tanto? ¿Eran las exigencias del clan tanto másimportantesqueella,inclusoesa,lanochedesuboda?

Oh,comodeseabaacabarconeseasunto.Lehabíancontadolosuficienteacercadelactofísicoqueocurríaentreunhombreyunamujercomoparaquesintieracuriosidadytemoralavez.

Decidió compararlo a su dedo dislocado. Cuando tenía nueve años deedad, Gabrielle se había caído de un muro de piedra en el que estabatrepando.Sudedomeñiquehabíahechounextrañoruido,comounestallido,

Página278

Page 279: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

ysehabíatorcidoenunánguloextraño.Ledolíacomosilahubierapicadounnidode avispas, pero supadrehabía sabidoquéhacer.MientrasStephen lasosteníafirmemente,supadrehizosaltarlaarticulacióndeldedoparavolveracolocarlaensulugar,yeldolorseaplacóinmediatamente.Habíasabidoquéibaaocurrirylohabíatemido,perounavezquetodohuboterminado,yanotuvoquepreocuparsemásporello.

Enloqueaellarespectaba,elactomatrimonialeramuyparecido:temor,dolor,olvido.

Cuando comenzó a dolerle el brazo, dejó el cepillo. Volvía a tener elcabello rizadoy ahora los largosmechones solo estaban un pocohúmedos.Miró fijamenteal sueloy tratódeconcentrarse enalgoagradable.Algodelaguade subaño sehabíaderramadode la tina.Había ayudadoa enjugarla,peroaúnhabíamanchashúmedasenelsuelo.Lasmirófijamentemientrassedesvanecíanlentamente.

¿Colmsehabríaolvidadodeella?Piensa solo cosas agradables, se recordó a sí misma. No había

absolutamenteningunanecesidaddeenervarse.Colm había estado complacido cuando le regaló la sal, y sorprendido.

Súbitamente,Gabriellesediocuentadequesehabíaolvidadodedecirlequehabíamásencamino,yqueparaelañopróximotendríamásquesuficienteparaabastecerasuclanporunlargotiempo.Tambiéntendríadesobra,yesapodríasertrocadaporgranooalgunaotracosaquenecesitaraelclan.

¿Erataninsignificanteparaél?Gabrielle sintió que se estaba poniendo sentimental. Tal vezColm solo

estaba siendo amable cuando le dijo que la deseaba. Y ella se habíaabalanzadosobreél.Perono,decidió,élnoharíatalcosa.Colmerafrancoybrutalmentehonesto.Nomentiríasoloporseramable.Nosetomabamuchotiempopensandoen los sentimientosdeunamujer.Dudabaque algunavezhubierapensadoenellos.

Selellenaronlosojosdelágrimas,ysabíaquesinohacíaalgoconellas,pronto se quebraría. Gabrielle raramente lloraba, pero cuando lo hacía,demorabaunlargotiempoenparar.Sacaríahastaelúltimodolorydesengañoquehubierasufridoylloraríaporcadaunodeellos.DesdequehabíadejadoWellingshire, su lista de desengaños había crecido considerablemente, yestimabaquetendríaquellorarduranteunasemanaenteraparaterminarcontodosellos.

Concentrarse en asuntos placenteros no estaba funcionando. Necesitabaenfadarse.

Página279

Page 280: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

¿CómoseatrevíaColmatratarladeesaforma?Entoncessuspiróporquenoestabafuncionando.Elhombrelehabíadadosuapellidoysuprotección,ynohabíapedidonadaacambio.No,nopodíaconjurarmuchaira.Concedido,eragroserodesupartehacerlaesperar,peronoeracruel.

Pasóalmensajerodelrey.Lahabíahechopasarporelpurgatorioconesepergaminoysussospechas.Noobstante,soloestabasiguiendolasórdenesdelreyJohn,y,paraserhonesta,eraunindividuosimpático.Nopodíaculparalmensajeronidespreciarloporrepetirlaspalabrasquelehabíansidodictadas.

Joan.¡Quearpíaeraesamujer!QuemiradatandespectivahabíatenidosurostrocuandohabíadesmentidoaGabrielle.¿Pensabaque todo loque teníaque hacer era anunciar que iba a casarse con Colm para que se hicierarealidad?¿HabíaesperadoqueGabrielle languideciera frenteaella?¿Oquese acobardara? ¡Cómo se atrevía! Sí, era una arpía y además una odiosaalborotadora.

Ahora no había ni una sola lágrima en los ojos deGabrielle. Si en eseinstante Joan entrara a la habitación, era probable queGabrielle tomara sucepilloylagolpearaconél.ImaginárselohizoqueGabriellesonriera.

Ahíestaba.Sesentíamuchomejor.Sonaronpisadasenelsalón.Colm.Oh,Dios,finalmenteacudíaaella.Saltó del asiento, luego volvió a sentarse, y volvió a saltar. ¿Debería

quedarse de pie cerca del fuego, o debería sentarse al costado de la cama?¿Esperaríaélqueestuvieradebajodelasmantas?

Decidióesperar juntoalhogar.Tambiéndecidióqueera importantequerecordara que debía respirar. Se estaba mareando de tanto aguantar larespiración.

Temor…dolor…olvido.Colm golpeó a la puerta, esperó un segundo, luego la abrió y entró.

Cuandolaviosequedócompletamenteinmóvil.Eraunavisión.Lasuaveluzqueemitíanlosrescoldosquehabíadetrásde

ellahacíaquesucamisónsevolvieratraslúcido.Podíaverlaformaperfectade su cuerpo. Cada curva estaba realzada por unmatiz dorado: sus pechosllenos, su cintura estrecha, susproporcionadas caderas, y las largaspiernas.Eralaperfección,yaélleparecíamástentadoraquesihubieraestadodepiesinabsolutamentenadapuesto.

Noibaadejarlaniesanocheniningunaotra.Gabrielleteníalasmanosaloscostadosdesucuerpo,ylomirófijamente

alosojos.

Página280

Page 281: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Conocíaaestehombre.¿Por qué estaba tan asustada? Nunca le haría daño. El temor se alejó

lentamente.Sí,loconocíabien.Colmteníaunaextensióndetartánsobreelpechodesnudo.Bajoesaluzy

enunahabitaciónpequeñaparecíamuchomásaltoymásmusculoso.Sefijóen él, advirtiéndolo todo.Tenía el cabellomojado, y todavía tenía gotas deagua en el pecho, indicando que había ido al lago a lavarse, como hacíanmuchosotrosmiembrosdelclan.Elcolordesusojos…lafirmelíneadelamandíbula…susamplioshombros…

Deseabaaestehombre.Diounpasohaciaél.—¿Sabesloapuestoqueeres?—susurrósuavemente.Lerespondióconvozronca:—Nopiensoentalescosas.Cuandomeconozcasmejor…Elladiootropasoensudirección,conlosojosfijosenlossuyos.Nopudo

recordar loqueestabadiciendo.Alacercarse lehacía llegaruntenuearomade flores, y en lo único que podía pensar era en tocarla.Lo excitaba comoningunaotramujerpodríahacerlo.

—Teconozco,Colm.Conlapuntadelosdedosdelineólacicatrizquecomenzabaenlapunta

delhombroyseguíahaciaabajoporelbrazo.—Tucuerpomecuentatuhistoria.Élpermanecióquietomientrasellalorodeabatocándolo,acariciándolo.—Eresunguerrero—susurrómientrassusdedoslerozabanloshombros.

Sus músculos se flexionaron y sintió la piel cálida al tacto—. Eres unprotector.

Suavementeleacaricióelcostadodelcuello,ycuandoestuvonuevamentefrenteaélasolounalientodedistancia,volvióasusurrar:

—Teconozco.LosojosdeColmnuncaabandonaron losdeellamientras lentamente le

quitaba el camisón. Sus mejillas se ruborizaron, pero no se apartóavergonzada ni escondió su cuerpo. La atrajo a sus brazos y la besóferozmente. Su cuerpo era maravillosamente suave, su piel era sedosa ycálida.Suavementeleacaricióloslabiosconlossuyosyluegonecesitómás.Lehizoelamorconbesoshastaquelapasiónloconsumió.

La llevó a la cama. Ella no tuvo tiempo de tirar de las mantas paracubrirse.Él sequitó el tartán rápidamentey la cubrió con su cuerpo. Jadeócuandosintiólaíntimapresióndelapieldesnudacontralasuya.

Página281

Page 282: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Colmdeseabaconocercadapulgadadesucuerpo.Sedemoróensuboca,y luego le besó a un lado del cuello, inhalando su dulce aroma. Sintió sucorazónlatiendodebajodelsuyo,ycuandolebesólabasedelcuello,ellasepusoatemblar.Bajólacabezaparaacariciarlelospechosybesarelvallequeseformabaentremedio.Ledeslizólasmanosporlaespalda,porlacurvadelaespinadorsal.

Gabrielleamabalasensacióndesupielcontralasuya.Cuandolosbesossehicieronmásintensos,leenvolviólosbrazosalrededordelcuello.

Concadacaricia,lanecesidaddeColmcrecía.Ledeslizólosdedosentrelosmuslos. Sintió que se tensaba, pero no le permitió rechazarlo. Inquieta,comenzóamoversecontraél.

LaformaqueteníadeacariciarlaestabavolviendolocaaGabrielle.Hacíaquedesearamás.Nopermitíaquelorechazaramientrasbajabacadavezmásbesando cada parte de su cuerpo. El dulce tormento pronto se volvióinsoportable.Learañóloshombrosconlasuñas,exigiendolaliberación.

Su salvaje respuesta provocó que Colm ardiera por tenerla, y sucontenciónsedesvaneció.Bruscamenteleabriólaspiernasy,arrodillándoseentresusmuslos,seintrodujoensuinterior.

Gritódedolorysearqueócontraél,perolacalmócondulcespalabrasycaricias. El dolor fue rápidamente olvidado, y cuando comenzó a moversedentrodeella,lentamentealprincipio,alzólascaderasparaimpelersecontraél, y gimió de placer. Sus embates se volvieron más poderosos, menoscontrolados.Yrepentinamentesintióuntorbellinodeplacer.Gritósunombremientrasculminaba,yloapretóconfuerzaenelinstanteenqueélencontrabasuliberaciónyvertíasusimientedentrodeella.

Porun largomomentoningunode losdos semovió, siendo susásperasrespiracioneselúnicosonidoperceptible.Gabriellepensóquesucorazónibaaexplotar.AmaraColmeralaexperienciamásaterradoramentemaravillosaquehubieravivido.

Sabía que lo había complacido. Aunque no se lo hubiera dicho conpalabras,sutactoerasuficiente.Cuandoalfinalélreuniófuerzas,rodósobreuncostadoylaenvolvióensusbrazos.Lebesólapartesuperiordelacabezayserecostó.Ellaapoyólamejillacontrasuhombroypusolamanosobresucorazón.

Amabaaestehombre.

Página282

Page 283: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo47

Gabriellenosabíaqueeraposibleexperimentartanexquisitoplacer.Felizdepermanecerensusbrazos,conlamanoaúnapoyadaenelpecho

sobre sucorazón sequedómirando fijamente las agonizantes ascuas.Pensóqueestabadormidoytratódetirardelasmantashaciaarriba,peroColmlaapretóconmásfuerza.Ellaseacurrucómáscerca,suspiró,ycerrólosojos.

—¿Colm?Élbostezó.—¿Sí?—¿PorquégolpeasteaLiam?¿Recuerdashaberlogolpeado?—Lo recuerdo.Nopodía seguir caminando,y si hubiéramos tenidoque

cargarlosehubierasentidodeshonrado.—Entoncesdejaratuhermanosinsentidodeunpuñetazofueunactode

bondad.—Podríaspensarquelofue.Su mente flotó de un pensamiento a otro. Permaneció en silencio por

variosminutosyluegopreguntó:—¿Amabas a Joan durante el tiempo que estuviste comprometido con

ella?—No.Obviamente no pensaba que fuera necesaria ninguna explicación

adicional.—Hay más sal en camino. Olvidé decírtelo, pero cuando lleguen los

últimosbaúlestendrássuficienteparallenar tualmacén.—Susurróluegodepasadootrominuto.

—Esunbuenregalo—dijo—.Aquílasalesmásvaliosaqueeloro.Casiinmediatamentesaltóaotrapregunta.—Esosdoshombresquefueronatrapadostratandodeentrarfurtivamente

en la abadía para matar a Liam… ¿También habían sido enviados porMacKenna?

Página283

Page 284: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Sí. Evidentemente eran nuevos reclutas. Aparentemente MacKennacontratóacadadepravadoquesecruzóensucamino.

—Nolamentoenloabsolutoquemisguardiaslosmataran.Élsonrióenlaoscuridad.Sonabafuriosa.—Duerme,Gabrielle.Necesitasdescansar.—¿MedirásquésucedióconloshombresquegolpearonaLiam?—No.—Solounaúltimapregunta,sinoteimporta.LaestatuadeSt.Bieldemi

madreseráretiradadelpatiodeWellingshireytraídaaquí.Esunatradición.¿Temolesta?Esbastantegrande.

—Nomemolestaráamenosquequierasponerlaestatuaennuestracama.Ahoraduerme.

—¿Nodeberíadarteunbesodebuenasnoches?—bromeó.—¿Te das cuenta de cómo me tientas? Ahora estás dolorida. Deberías

dormir.Inclusomientras le estaba diciendo lo que debería hacer, la giraba para

ponerla de espaldas y besarle el cuello.No fue gentil con ella esa segundavez.Yahabiendodescubiertoloquelegustaba,suformadehacerelamorfuemenos contenida. Cuando se hundió profundamente en su interior, ella leenvolviólaspiernasasualrededor.Élgimió,ycomenzóamoverlascaderas,haciéndola gritar presa de un dichoso éxtasis. Ella fue la primera en hallarsatisfacciónyélhallósuliberaciónacontinuación.Estasegundavezfueaúnmejor.

Exhausta y saciada, cerró los ojos. Colm se elevó sobre los codos y lamiró.

—Ahoradormirás—ordenó.Rodósobreuncostadoylaatrajocontraéldeformaquelaespaldadeellaquedarapresionadacontrasupecho.

Teníatodalaintencióndeobedecerlo.

Página284

Page 285: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo48

Desde que se hicieran las revelaciones en el castillo deNewell, la vida deCoswoldhabíasidomiserable.

El barón estaba harto de pretender humildad ante el rey pero sabía queestabapisando terreno resbaladizo. Johnaúnestaba furiosopor el hechodequeCoswoldylosdemáshubierancreídoaIsla,esaperramentirosa.CuandoCoswold seatrevióa señalarquehabía sidoPercyelquehabíaengañadoaIslaparaquedijeraesasmentirasacercadeladyGabrielle,elreylerecordóqueIslaerasupropiasobrina,yqueporesoeraresponsabledesusacciones.AdemásJohnyahabíadesahogadosuenfadoconPercy.Elbribónhabíasidodespojadodesutítuloydesupequeñapropiedadyhabíasidoarrojadoauncalabozodondepudierameditaracercadesusdelitos.Ysoloparaasegurarsedeque Isla tambiénaprendiera su lección, el reypensóque sería apropiadoque acompañara a Percy. Tal vez ambos se lo pensarían mejor antes deconspirar contra los deseos del rey si eran obligados a permanecer todo eltiempojuntos.

Coswold sabía que era imperativo lograr que John lo perdonara. El reytenía un temperamento terrible y seguramente culparía a Coswold porcualquierproblemaquepudieraseguir.Hizo todo loqueestabaensupoderparacomplaceralrey.CoswoldseguíaaJohnadondequieraqueestefuerayestabaa suenteradisposicióndíaynoche.Si se lohubierapedido,hubierarodado sobre símismo como un perro.Como resultado de esos agotadoresesfuerzos,Johnestabasuavizandosuactitud.Legustabatenerunconfidenteaquienpoderdeleitarconhistoriasacercadelasesposasdelosbaronesconlasquesehabíaacostado.

Aunqueeramuyhumillante rebajarse tanservilmente, lanuevacercaníadeCoswoldconelrey,ciertamenteteníasusventajas.Estabapresentecuandollegóelmensajeroparadarlelasbuenasnoticiasalrey.Elrumorhabíasidoconfirmado:ladyGabriellehabíasidoencontrada.HabíasidoacogidaporelclanMacHughyestabaviviendoentreloshighlandersensufortalezasituadaen lasmontañas. Johnestabaalborozado.Ahorapodíadedicarseahacer las

Página285

Page 286: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

pacesconladamayquizásaplacaralgodelaanimosidaddelbarónGeoffreyylosdemásbarones.

AntesdeenviarasumensajeroalapropiedadMacHughconunanuncioparaGabrielle,Johnconvocóalhombreparadarleinstruccionesespecíficas.Coswoldestabaallíescuchando.ElreylecontóaCoswoldquehabíaelegidoaesteheraldoenparticularporqueteníaunamemoriaperfectaypodíarepetircualquiermensajedeformaexacta,palabraporpalabra.Despuésdeexpresarsu admiración por el buen juicio del rey,Coswold le recordó que él reciénacababaderegresardeesapartedelasHighlands.Quizáslepudieraofreceralgúnconsejo.

—ElcaminoparallegaralclanMacHughespeligroso.Loshighlandersavecessonhostilesconlosextranjeros—dijoCoswold—.¿PuedosugerirquevuestroheraldosedetengaenlaabadíadeArbaneaefectosdeconseguirunaescolta que lo acompañe el resto del camino? Los monjes se mostraránservicialessihayunarecompensadepormedio.

Vioque el rey se encolerizabapor esa sugerencia ypor lo tanto añadióvacilante:

—Yparamostrarmi buena voluntad, estaré contento de proveer lo quevosconsideréisnecesario.

—Meproveerásconeldobledetusimpuestos,Coswold,ydeesaformalograrásapaciguarme—dijoelrey—.Dalesalosmonjesloquequieras.Nomeimportanellos,perosíquieroquemiheraldotengaunviajeseguro.

Coswoldllenólacarretaconunadocenadetonelesdelvinomásfinoquepudocompraryloenvíoalaabadíaprecediendoalmensajero.Luegolepidióalreyquelepermitieraregresarasuhogarparapoderhacer lacontabilidaddelcultivoqueacababadesercosechado.Elreyleotorgósupermiso.

Coswold reunióa sushombres lomás rápidoquepudoysedirigióa laabadía de Arbane. Habiendo seleccionado solo a soldados bien entrenadospara que lo acompañaran, estaba rodeado de un ejército pequeño perocompetente. No estaba dispuesto a correr ningún riesgo. Los hombresdesaparecíanfrecuentementeenlastierrassalvajesdelasHighlandsynuncamás se les volvía a ver. Coswold todavía estaba esperando noticias de loshombres que había enviado a que verificaran el paradero de Gabrielle.Sospechabaquehabían robado losbaúlesyqueenningúnmomentohabíanidoalapropiedadMacHugh.

Página286

Page 287: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Losmonjesde la abadíadeArbaneacababandeacomodarsepara rezar susplegariasnocturnascuandounfuerteyestrepitosoruidoenlapuertadelanteralos interrumpió. En la capilla el abad hizo una rápida genuflexión y seapresuróaatravesarelpatiohacialapuerta,irritadoporelinconveniente.

Era demasiado pronto para que hubieran vuelto los monjes que habíanviajado a la propiedad MacHugh. Su jornada de regreso les llevaría mástiempodelhabitualdebidoalapresenciadelObispo.HabíaestadodevisitaenlaabadíacuandollegóelmensajerodeInglaterra,yalescucharacercadelmensaje quedebía entregarse a ladyGabrielle, elObispohabía insistido enacompañaralgrupo,explicandoqueraramente tenía laoportunidaddeestarpresente cuando se recibían buenas noticias de parte del rey inglés. A suregreso, losmonjesdeberían tomarunarutaalternativaparadejaralObispoensuresidencia,loqueañadiríaunasdoshorasextraasuviaje.Eraimposiblequehubieranviajadotanvelozmenteparaqueyaestuvieranderegreso.

El abad deslizó el cerrojo y abrió la puerta que emitió un chasquido.Viendoquienera,laabrióampliamente.

—¿QuéostraederegresoalaabadíadeArbane?—preguntósorprendido.ElbarónCoswoldpasójuntoalabadyentróalpatio,seguidoporunode

sussubordinados,Cyril.Sevolvióhaciaélyledioórdenesparaquesutropamontarauncampamentofueradelosmurosdelmonasterio.Solounavezquehuboterminado,Coswoldlehablóalperplejoabad:

—VengoennombredelreyJohn—anunció.—¿Conquépropósito?—preguntóelabad.Coswoldyateníalistaunaexplicación:—Elreyhaenviadoaunodesusheraldoscomomensajeroparaentregar

unmensaje en la propiedadMacHugh.He recibido noticias de los viajerosdiciendoquehayungrantumultoenlasHighlands—mintió—.Ytemiendoporlavidadelmensajero,sabiendocuánimportanteessumisiónparaelrey,mehecomprometidoa reunirunejércitoparaasegurarleunviaje seguroalmensajero.

Coswoldnosedabacuentadelaveracidaddesudeclaraciónacercadelostumultos,yaquetodavíanosabíaqueMacKennahabíamuerto.

Elabadhizoentraralbarónalsalón.—Estoy seguro de que elmensajero regresará a salvo, barón, pero sois

bienvenidoaquedarosaquíparaquepodáisverloporvosmismo.Haréqueelcocineroostraigacomidaybebida.Sihayalgomásquepuedahacerparaqueosencontréiscómodo,soyvuestrohumildeservidor.

Página287

Page 288: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Elabadseapresuróairahacerlosarreglosparaacogeraloshuéspedesinesperados.

Cuando el grupo, agotado por el viaje, regresó a la abadía después delanochecer,Coswoldestabaesperándolosparasaludarlos.

Elmensajerosesorprendióalveralbarón.—¿Elreyosenvíoconmásórdenesparamí?—preguntó.—No —respondió Coswold. Apartando una silla de la mesa para

ofrecérselaalmensajero—.Elreyconfíaenustedysabealigualqueyocuánimportantesonsusdeberesaquí.Suseguridadesimportanteparaél…ydadoquenohaynadaqueyovaloremásquelafelicidaddelrey,sientoqueesmiobligaciónencargarmedesubienestar.

Dedicándoleunaobsequiosasonrisa,leseñalólasilla.—Siénteseconmigo,cuéntemesuaventuramientrasbebemosunpocode

vino y comemos algo de queso. ¿Los MacHugh son tan salvajes ymalhumoradoscomoheoído?¿YladyGabrielle?¿Siguetanhermosacomolarecuerdo?

Elmensajero se sintió halagado por la atención del barón y ansioso decompartir su experiencia. Después de la segunda copa de vino, estabacompletamenterelajadoylaspalabrasfluíanlibremente.

—¿Queréisqueosdigapalabraporpalabratodoloquedijocadaunodeellos?

—No, no, para nada—dijoCoswold—.Guarde su informepara el rey.Solomeinteresasabercomoesesagente.

—Nolediréalreycadapalabraqueescuché.ÉlsoloquerrásabersiladyGabrielleaceptósudisculpaysuofrecimientodeFinney’sFlat.

TomóuntragodevinomientrasCoswoldesperabaimpaciente.—Ahorapararesponderavuestrapregunta,escierto.LadyMacHughes

unabelleza—dijo—.Tambiénparecíacontenta.Sunuevoclanestuvo felizdeescucharqueahoraFinney’sFlatleperteneceasulaird.Ellos…

Coswoldlointerrumpió:—¿LadyMacHugh?¿QuerrádecirladyGabrielle?—Ahora es lady MacHugh, puesto que se ha casado con el laird

MacHugh.Debodeciros,quecuandoélmemirabamehacía temblardentrodemisbotas.Esunguerreroferoz.

ElmensajeroaceptómásvinoycontinuóhablandoacercadelaimpresiónquelehabíacausadoellairdMacHugh.NonotólaangustiadeCoswold.

Mientras charlaba amistosamente acerca de la pareja casada, Coswoldmanteníalamiradaalfrente,apretandotantosucopaqueelbordecomenzóa

Página288

Page 289: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

doblarse por la presión. La bilis que le subía del estómago le quemaba lagarganta. Tuvo que emplear toda su fuerza de voluntad para no ponerse agritar de furia. Demasiado tarde. Era demasiado tarde. Gabrielle lo habíaeludidounavezmás.¿Habríaperdidotambiéneltesoro?

Cada vez que el mensajero hacía una pausa, Coswold asentía paraalentarlo y le volvía a llenar la copa. Después de tanto vino, el mensajerocomenzóafarfullar,ycomenzóasentirlospárpadospesados.

—Tengosueño—dijocomenzandoalevantarse.Coswoldseapresuróaofrecerlemásquesoypan.—Dormirámejor con el estómago lleno—dijo, sonriendo ampliamente

cuandoelmensajeroextendiólamanoparaalcanzarlacomida.—¿Qué otras noticias escuchó?—preguntó Coswold—. Los MacHugh

sonungrupomuycuriosodepersonas.Losencuentro fascinantes—añadióparaqueelmensajeronopercibieraunmotivomásprofundo.Dudabadequea lamañana siguiente el borracho fuera a recordar nada de lo que hubieradicho.

—Mientras esperaba que lady MacHugh volviera a salir, probé unavariedad de comidas muy interesante. Había unas mollejas que disfrutémucho…

Coswoldlodejódivagar,conlaesperanzadeoíralgodeinterés.—Estabancelebrando—dijoelmensajero,bostezando.Teníaunpedazo

dequesoatascadoentrelosdientesyCoswoldapartólavista.Laconductadelborrachoseestabavolviendocadavezmásdesagradable.

—¿Celebrando qué? —preguntó, incapaz de ocultar la irritación en suvoz.

—Finney’s…—Parecióhaberperdidoelhilo.—¿Estaban celebrando las noticias de que ahora Finney’s Flat les

pertenecía?—AguijoneóCoswold.—Sí,sí.Lespertenece.—¿Semencionóquesulairdfueraarecibiralgomás?Elmensajeroparpadeóvariasveces,tratandodeconcentrarse:—¿Qué?—Oro—murmuróCoswold—.¿Semencionóoro?Elmensajeroserascóelmentón.—No,orono.Coswoldseestabaahogandoensudesesperación,sehundióenlasillay

enterrólacabezaentresusmanos.—Perdido—murmuró.

Página289

Page 290: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Pensó que el mensajero se había quedado dormido, pero estabaequivocado.

—Tesoro.—¿Quéfueloquedijo?—preguntóCoswoldásperamente.—St.Biel.Hayuntesoro.—¿Saben lo del tesoro? —demandó. Sacudió al mensajero para

despertarlolosuficientecomoparaquecontinuara.—Elsacerdote…dijoqueobtendríasutesoro…—masculló.Coswoldseinclinómáscercadelhombreparapoderoírcadapalabra.—¿Alguiendijodóndeestáesetesoro?—No…ladyMacHugh…ladyMacHughdijo…Coswoldagarróalhombreporloshombros.—¿QuédijoladyMacHughacercadeltesoro?Lacabezadelhombrerodóhaciauncostado.—Dijoqueellairdobtendríalatierra…peroquenoobtendríaeltesoro.Coswoldsoltó loshombrosdelhombreyseapartó.Quizásno fuera tan

tardedespuésdetodo.

Página290

Page 291: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo49

Colm era un hombre posesivo. Mantuvo un ojo avizor sobre Gabrielle ydescubrióquenolegustabaqueningúnotrohombreestuvieramuycercadeGabrielleniquefijarasuvistaenellademasiadotiempo.

En los días que siguieron a su matrimonio, no aflojó la guardia. Unanoche después de la cena, Liam y Colm estaban a solas en el gran salón.MientrasWillayMaurnalevantabanlamesa,Liamdecidiósacareltemadelaintensavigilanciadesuhermano.

—Venaquíjuntoalfuego,Colm,paraquepuedahablarteenprivado.Liam se apoyó sobre una rodilla y tiró un grueso leño al fuego, luego

acercóunasillaalcalorysesentó.Colmseinclinódelantedelhogaryaguardóaverquéteníaquedecirlesu

hermano.—¿TienesrazonesparadesconfiardeGabrielle?—preguntóLiam.LapreguntaofendióaColm,pero sabíaqueLiamno tenía intenciónde

insultarniaélniaGabrielle.—Porsupuestoqueno—murmuró.Liamasintió.—Tienes razón al confiar en ella. Nunca te sería infiel. Puede verse a

quienpertenecesucorazón.—¿Yadóndeseráquepertenece?Suhermanorio.—Nopuedesestartanciego.Sabesqueteama.Colm no se dio por enterado de las palabras de Liam. El amor era un

asuntodelcualhablabanlasmujeres,nologuerreros.—¿Por qué me preguntaste si desconfiaba de ella si ya sabías la

respuesta?—Debidoatucomportamiento.Actúascomounhombreceloso.—No estoy celoso. Cuido lo que es mío. Gabrielle se merece tanta

proteccióncomocualquierotromiembrodemiclan.—Estuesposa,Colm.

Página291

Page 292: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Ylacuidarébien.Gabriellecaptósuatenciónalaparecerenlasescaleras.Sehizoaunlado

yaguardómientrasdosdeloshombresdeColmtransportabansubaúlarriba.—Gabrielle,¿porquéestásllevandosalatuhabitación?Mientrasloshombrespasabanlesdijo:—Porfavor,colocadloenmirecámaraenlaparedopuestaalhogar.—Osmostraré donde debe ir—gritóMaurna mientras se apresuraba a

acudirensuayuda—.Peromilady,¿porquéqueréisunbaúldesalenvuestrodormitorio?

—Noes sal—leexplicóaMaurna.Y luego lesdijoaColmyLiam—:Colm, recuerdaque te dije que todos los baúles estaban llenos de sal salvouno.Me tomó una eternidad encontrar el baúl correcto, y como era obvio,estabaenelfondodelapila.

—UsarásloscoloresMacHugh.Notienesnecesidaddeusarropainglesa—respondió.

—Puede que no la necesite, pero de todos modos voy a conservarla.También hay otras cosas en el baúl, recuerdos y preciados objetos deWellingshireySt.Biel.

—BuenDios,Gabrielle,yatienessuficientesrecuerdosdeSt.Biel—dijoLiam—. Colm, ¿viste el tamaño de la estatua que mandó el abad? EstáguardadaenelalmacénhastaqueconstruyasunacapillaparaGelroy.Luegoirádentrodelaiglesia.

—No,Liam—dijoGabrielle—.Noiráadentro.Sequedaráafuerajuntoalapuertaparaquetodospuedanverlacuandoentren.Esunatradición.

—¿EnSt.Bielningunadelasestatuasestádentrodelasiglesias?—Porsupuestoqueno.LerezamosaDios,noalasestatuas.Liamsehabíapuestodepie al entrar ella en lahabitación,y cuando se

hubosentado,regresóasusilla.—¿Esverdadquetraeránotraestatuadepartedetupadre?—Sí.Pertenecióamimadre,yahoraqueestoycasada laheredoyo.Es

tradición.—¿Haymásdecaminohaciaaquí?—dijoColmlentamente.—Solounadocenaoalgoasí—bromeó.Estaba riendo debido a su reacción cuando sus guardias pidieron hablar

conella.Lesechóunvistazoalosrostrosseriosdesuslealesguardiasysupoinmediatamentequéibanadecirle:seiríanasuhogar.

Gabrielle respiró hondo y trató desesperadamente de contener laslágrimas.Estaríamalquellorara.MiróaColmdereojoypudodecirporsu

Página292

Page 293: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

expresiónquelosguardiasyahabíanhabladoconél.Lentamenteseacercóaellosyjuntólasmanoscomosiestuvieraorando.

—Osvaisacasa.MiróaStephenmientrashacíaesadeclaración.—Hallegadolahora,princesa.Yanosconvencimosdequevuestrolaird

osmantendráasalvo.—Hassidomimejoramigo,Stephen.Nosécomopodréseguirsinti—

dijo,tomándolelamanoentrelassuyas.Él le hizo una reverencia y dio un paso atrás.A continuaciónGabrielle

tomólamanodeLucien.—Hemos sufridomuchas desventuras juntos, ¿no es así? Pienso que te

alegrarálibrartedemí.—Nay,noescierto,princesa.Osecharédemenosysiempreosllevaréen

micorazón.Fausteraelsiguienteenlafila.—¿Puedes creerlo, Faust? Pronto verás lasmontañas de St. Biel—dijo

tomándolelamano.—Osecharéenfalta,princesa.Christieneraelúltimo.Letocólamanoydijo:—Me has salvado de la muerte demasiadas veces como para llevar la

cuenta.Tedebomivida,Christien,yteextrañaré.—No tendréis que extrañarme durante mucho tiempo, princesa.

Regresaré.Sabrécuandohayallegadolahora.Hicieronprofundasreverenciasysefueron.Unasolalágrimabajóporsu

mejilla.Sindecirpalabra,Gabrielledejóelsalónysubióasuhabitación.Colmsabíaquenecesitabaestarasolas.Esperótodoloquepudo,yluego

fue a su recámara.Estaba acurrucada en la cama, llorando.La tomóen susbrazosylaconsolódelaúnicaformaquesabía.Ladejóllorar.

Página293

Page 294: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo50

ElpadreGelroylaayudóalidiarconsupérdidahaciéndolasentirculpable.—Por supuesto que extrañáis a vuestros guardias. Durante todos estos

añoshan sido comohermanosmayoresparavos, pero tenéisquepensar enque ellos deben encontrar su propio camino. St. Biel es su hogar, y debéissentiroscontentaporellosdequeahorapuedanregresaravivirsusvidasallí.

Gabrielle sabía que el sacerdote tenía razón, pero le era difícil sentirsecontentaporelloscuandolosextrañabatanto.Afortunadamentelamanteníanocupadayteníapocotiempoparaponersemelancólica.

Elclanlefacilitabalaadaptaciónasunuevaformadevida.GabriellesehabíaganadosusimpatíacuandoseenteraronquehabíamatadoaunhombreparamanteneraLiamasalvo.Seganósuamory respetoalcasarseconsulaird y darle Finney’s Flat. Al hacerle frente a lady Joan poniéndola en sulugarlesdemostróqueteníacarácter,locualconsiderabanunbuenrasgo.

Todolemundoseturnabaparainstruirla.MaurnayWillalaayudabanaaprender comogobernar la casa.Gabrielle debía decidir elmenú para cadacomida, cuando debían cambiarse los juncos, y cuando debían airearse loscolchones, y cientos de otras cosas que hacían que el castillo funcionarafluidamente.

Ni el ama de llaves ni la cocinera jamás pronunciaron un «no» ni ledijerondirectamenteque estaba equivocada en algo.Teníanuna formamássutildehacerlesabercuandopensabanquesehabíaequivocado.

—Estanochecenaremospastelesdecarne—ledijoGabrielleaWilla.Lacocineranegóconlacabezamuylevemente.Gabriellelointentóotra

vez:—¿Cenaremospollo?Otrarápidasacudidadecabezasiguióaesaorden.Gabriellesuspiró.—Corderoentonces.Ungestodeasentimiento.—Sí,ladyMacHugh.Serácordero.

Página294

Page 295: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Elpicapedreroyelfabricantedevelaslainstruíanacercadelasrelacionesentre los distintos clanes. Sentían que era imperativo que su amacomprendieratodaslasenemistadesexistentes.

Gabriellenisiquieraestabamuyseguradesaberdóndeestabanubicadoslosdistintosclanes.

—¿Porquées importantequeestéal tantode todas lasenemistades?—preguntó.

El fabricante de velas se quedó azorado ante el hecho de que pudierahacersemejantepregunta.Respondióconotra:

—¿Sinosabéisconquiénestáispeleando,comosabréisconquiénhablaryaquiénmaldecir?

Noteníaunabuenarespuestaquedarle.Esanochemientrassepreparabaparaacostarse, lepreguntóaColmpor

losclanes.—HaytantosclanesenlasHighlands,quenopuedoacordarmedetodos.—Mañanatedibujaréunmapaytemostrarédóndevivecadaclan.—¿Dibujarás el mapa antes o después de queme lleves a visitar a los

Buchanan?Seapartódelaluzparasacarselaropainterioryponerseelcamisón.Su

timidezdivertíaaColm.Yasehabíametidoalacama.Sepusodecostado,seapoyósobreelcodo,eindolentementelevantólacabezaparaobservarla.

Gabrielle retrocedió en dirección al fuego para calentarse mientras sedesenredabaelcabello.

—¿Porquéteponesesecamisón?—preguntóColm—.Sisabesquevoyaquitárteloencuantovengasalacama.

Bajóelcepilloysevolvióhaciaél.—DebovisitaralosBuchanan.¿Mellevarásmañana?—No.—LadyGillianesmiqueridísimaprima.—Nisiquieraconocesalamujer.—Aúnasímeesquerida.—Tengodeberesqueatendermañana.Nopuedo.—¿AlgunaotrapersonapodríallevarmeconlosBuchanan?—No.—¿Pasadomañana?—No.Venalacama.Lomirófijamenteporunlargominuto.—No.

Página295

Page 296: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Nopareciódesconcertadoporsunegativa.Sesintiódecepcionada,yaqueesperabahacerlo enfadar.Hubiera salido rabiandode lahabitación,peronoteníaotro lugaradonde ir.Además,nopodía irserabiandoaotraparteanoserquesevistiera.Gabrielledecidióquevestirserequeríademasiadoesfuerzoparahacerloconelúnicopropósitodeirritarloaél.

Solo le llevóunospocos segundosmásadmitirpara símismaque ibaatener quemeterse en la cama si no quería congelarse hastamorir.Cruzó lahabitaciónhastalacama.

—Soloparaquelosepas.Novineati.Vinealacama.Comenzóatreparsobreélparaalcanzarsuladodelacama,peroconun

solomovimientoéltiródesucamisónpasándoseloporencimadelacabezayprovocandoqueaterrizaraconfuerzasobresupecho.Leempujólaspiernashaciaabajo,atrapándolasconlassuyas,yluegorodósobresímismodeformaquelasujetódebajodeél.

Lemordisqueóelcuellomientrasdecía:—Soloparaquelosepas.Tevoyahacerelamor.Éltuvolaúltimapalabra.

GabrielleibacaminandoendirecciónallagoconLily,laesposadeBraeden,queestabaembarazadadesuprimerhijo.Eratantímidacomovergonzosa,yhablabaconuntonodevozapenasmásaltoqueunsusurro.Eraunamujerdetemperamentodulce,yGabrielledisfrutabadesucompañía.

—¿Esteesellagoenelcualnadanloshombres?—preguntóGabrielle.—En el lado más alejado, donde no podemos verlos. A ellos no les

importaría—dijoLily—,perosabenqueanosotrassí.—¿Nohaceunhermosodía?Elaireestanvigorizante.—Gabrielleestiró

losbrazosydejóqueelsolleentibiaraelrostro.—Esperaaverellago.Elaguaesclara—dijoLily—.Aunqueheladaal

tacto.Aúndurantelosmesesdeveranoelaguapermanecefría.Solometerlospies dentro hará que te castañeteen los dientes. No sé como los hombrespuedentolerarla.

—Graciasporadvertírmelo.Measegurarédenoprobarlanunca.Gabriellesesentóbajounárboldisfrutandodeesapacíficahoradeldía.

Habíapasadolahoradelalmuerzo,peroaúnfaltabanunaspocashorasparalacena.

Lily hablaba acerca de los preparativos que estaba haciendo para lallegadadelbebé,yGabrielleestabaapuntodehacerleunapreguntacuando

Página296

Page 297: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

EthanyTomsalieroncorriendodeentrelosárboles.TomestabapersiguiendoaEthan.

—Nodeberíanestaraquísolos—dijoLily.Gabrielleestuvodeacuerdo.Llamóa losniños.Ethanestaba intentando

aventajaraTom,peronopudocambiardedireccióna tiempoparalograrlo.Lo observó tropezar con sus propios pies propulsándose a sí mismo paraterminarcayendodentrodelagua.

LilygritópidiendoayudamientrasqueGabriellesesacabaloszapatosdeunapatadaycorríaameterseenelaguadetrásdelniño.Elaguaestaba tanfríaquetemióquesucorazónsedetuviera.MientrasTomllorabaenlaorilla,pescóaEthan,losacóalasuperficieyluego,mientraselniñoescupíaytosía,lollevóatierrafirme.

—Estáfría—ledijoaTomcuandopudorecuperarelaliento.—LadyGabrielle,podríayoprobar…—comenzóadecirTom.Sabíahaciadondesedirigía.—No,nopuedesprobarelagua.Venidconmigo,losdos.LilypusosuchalalrededordeloshombrosdeEthan.—Estanocheestarásestornudando—predijo.AGabriellelecastañeteabanlosdientes.—Nilanieveestanfríacomoesaagua—dijo.Lilyasintió.—La tía de los niños vive solo dos cabañasmás allá de lamía.Yo los

acompañaréasucasa.Deberíasiracambiartederopaantesquecomiencesaestornudar.

Afortunadamente,niColmniLiamestabanenelcastillo,yfuecapazdellegar a su habitación sin ser notada. Desafortunadamente Ethan y Tom ledijeron a todo elmundoque se cruzaronpor el caminoque ladyMacHughhabíasaltadoalagua.ParacuandoGabriellehuboterminadodecambiarsederopayestuvocalentándosejuntoalfuego,todoelclansabíaquehabíaestadonadandoenellago.

WillayMaurnallamaronasupuerta.—¿Necesitaréismásmantasmilady?—Estoybien—lesaseguró—.Perosiquieroquemedigáiscomollegara

lacasadelosmellizos.Megustaríahablarconsutía.Willalemostróelcamino.Cuandoabrieronlapuerta,Gabrielleentendió

porquéalosniñosselespermitíaandarlibremente.Latíaerabastantemayoryseveíacomosinecesitaraunasiestadeunañodeduración.

Página297

Page 298: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Gabrielle fue invitada a entrar. Ethan no se veía tan mal como podríaesperarse.Tantoél comoTomestaban sentadosa lamesacomiendo loqueparecía ser lamisma fea pasta queWilla siempre trataba de hacer comer aGabrielle.Aunquealosniñosparecíagustarles.

—Sequedaránadentrohastamañana—prometiólatía—.Ethan,recuerdatusmodales.AgradecealadyMacHughporsalvartedelamuerte.Discúlpateporlasmolestiasquelecausaste.

Ladisculpafueofrecidayaceptada.LatíaguioaGabrielleafueraycerrólapuertaparaquelosniñosnopudieranoírla.

—Losiento,milady.EthanyTomsonbuenosniños.Loshetenidodesdelamuertedesuspadres.Nohasidofácil,hetratadodehacerlomejorquehepodido,ytodoelclanmehaayudado,peronecesitanmásdeloqueyopuedodarles.

Gabrielletomólamanodelamujerentrelasdeella.—Hablaré con el laird —prometió—. Estoy segura de que pensará en

algo.Asuregresoalcastillo,Gabriellesintióunapunzadadeculpa.Despuésde

quejarseanteColm,acusándolodequetomabademasiadasresponsabilidadesy nunca delegaba, aquí estaba ella dándole aún otro problema más queresolver.

Cuando Colm y Liam entraron en el gran salón ella estaba esperandosentadaalamesa.PorelceñodeColmylasonrisadeLiam,asumióqueyasehabíanenteradodelincidenteocurridoenellago.

—¿Disfrutastedelanatación?—preguntóLiam.Noestabadehumorpararisas.—¿Se te olvidó prohibirles ir al lago? —dijo mirando furiosamente a

Colm.—Penséquelohabíahecho—dijo—.¿Estásbien?Supreocupaciónlacalmó.—Eseniñocasiseahoga.Hayquehaceralgo.—Seacercóaélylobesó

enlamejilla—.¿Lostomarásatucuidado?Sinolohacesnollegaránalosseisañosdeedad.

Willa llevó la cena a lamesa.Gabrielleyahabía comido,pero se sentójuntoaColmmientrasélyLiamcomían.

—¿Sabes que después de que pesqué a Ethan, Tom también queríaintentarlo?

Liam se ahogó con el sorbo de agua que acababa de tomar. Gabrielleaguardóhastaquedejódetoseryluegolepreguntócuántosañospensabaque

Página298

Page 299: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

podríatenerlatía.—Noquieroserpocoamable,peropareceteneralmenosochenta—dijo.—Enrealidad,esaproximadamentedetumismaedad—dijoLiam—.Eso

esloquetresañosconesosniñospuedenprovocarte.Lefruncióelceño.—Esonoesgracioso.GabriellesevolvióhaciaColm.—Ama a esos niños, pero son demasiado para ella. Tienen demasiada

gentediciéndolesquédebenhacer,yporellonoescuchananadie.Colmasintió.—Hablaréconlamujer.Gabriellesequedócontentaalsaberqueibaatomarmedidas.DosdíasdespuésGabrielleentróenelgransalónllevandounacanastade

hierbasyvioaEthanyTomsubiendolasescalerasatodavelocidad.Maurna,depieenelescalóndeabajo,losobservabaconaprehensión.

—¿Adóndevan?—preguntóGabrielle.—Avuestrarecámara—respondióMaurna.Unpocoalarmada,Gabriellepreguntócautelosamente:—¿Yesoporqué?—Todassuscosashansidomudadasalahabitacióndellaird.Losniños

viviránaquí.MaurnasevolvióhaciaGabrielleconunasonrisaquedabaaentenderque

estabaresignadaaunqueunpoquitodesesperadatambién.—¿Ylatía?—preguntóGabrielle.—Sequedaráensucabaña.Estámuycontentaconlosarreglosydiceque

eslomejorparalosniños.Lavisitaránamenudo.Gabrielleestabaapuntodepreguntarcomosesentíanlosniñosacercade

su nueva vivienda, pero oyó los chillidos de risa provenientes del pisosuperior.Yateníasurespuesta.

Página299

Page 300: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo51

Fue un día glorioso. Colm había sorprendido a Gabrielle, llevándola acabalgar. Fueron hacia un paraje que dominaba el hermoso valle y allíaminoraron la velocidad de sus caballos hasta que avanzaron con un pasosuave.

Colmnuncaanteshabíadejadosusdeberesparapasarunratodeocioconella,yGabriellesospechabaprofundamentedesusmotivos.

—Notengootrosmotivos,Gabrielle—ledijo—.SabíaquequeríassacaracabalgaraRogue,porloquedecidícomplacerte.

—EraFaust el que solía salir a cabalgar conmigo…—se le agrandaronlosojosporlasorpresa—.¡Estássiendoatento!

—¿Quieresmalgastar nuestro tiempohablando acercadelmotivopor elcualestamoscabalgandojuntos,oprefierescabalgarefectivamente?

Era una delicia tener a su esposo todo para ella, pero el tiempo se lesescapabademasiadorápidamente.

LehablósobreEthanyTom:—Selesdarántareasquepuedanefectuar,ypodránsalirajugarunavez

quelashayanterminado.—¿Quiénlesasignaráesastareasyseencargarádecomprobarquehayan

sidorealizadas?Dirigióa sucaballoparaquesepusiera juntoaldeella.Extendiendo la

manolaacercóaél.—Ladueñademihogar.Labesóantesdequepudieradiscutir.Cuandoalzólacabeza,dijo:—Fuistetúlaquemesugirióquedelegara.—Sí.Pero…—Eshoraderegresar—ledijo.Ella pensó que sonaba renuente, y eso la complació. Tal vez le gustara

pasartiempoasolasconellatantocomoaellalegustabapasarloconél.Estabanacercándosealpuentelevadizocuandounsoldadolosinterceptó.

Página300

Page 301: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Laird, hay un mensajero que dice que viene de parte del padre devuestraesposa.

—¿Mipadre?—gritóGabrielle.Colmseestiróyagarrósusriendasparaquenopudierasaliralacarrera

sinesperarloaél.—¿Dóndeestáelmensajero?—En la base de la montaña. Los guardias saben que no deben dejarlo

seguiradelantesinantesobtenervuestroconsentimiento.—Quesequedeallí.Yoiréhastadondeélseencuentrayoirésumensaje.—Sí,laird—respondió.—Gabrielle,túpermanecerásadentro.—Preferiríaircontigo,esposo.—Túirásadentro.Ellayanointentaríaserdiplomática.—Quizásdeberíaexplicártelodeotra forma.Voya ir contigo.Antesde

quemelovuelvasanegar, tediréqueconozcoaloscriadosdemipadre,ypuedo decirte si el mensajero viene de Wellingshire o no. Además —seapresuró a decir antes de que pudiera interrumpirla—, aún estaré en tustierras. En muchas oportunidades me has dejado cabalgar hasta elpromontorioconmisguardias.

Eraunsólidoargumento,ydecidiócambiardeopinión.Permaneció detrás de él y aminoró la marcha cuando alcanzaron una

curvacerradaenelcaminoqueestabajustoencimadelalíneadivisoriaentreFinney’sFlatylamontaña.

—Colm,¿ysitraemalasnoticias?—Entonceslasescucharemosjuntos.No tuvo tiempodepreocuparseporesaposibilidad,yaqueunavezque

huborodeadolacurvacerradadelcamino,pudoveralmensajero.—¡EsNigel!—exclamó—.Esunodeloscriadosmáslealesdemipadre,

yloconozcodesdehaceaños.GabrielleespoleóaRogueparaqueseapresuraramientras legritabaun

saludo al mayordomo de su padre. Nigel no esperó a que desmontara,inmediatamenteleentregóelpergaminoqueteníaenlasmanos.Sabíaquelamisivaseríagenuinaporquellevabaelsellodesupadre.Estabatanexcitadaqueapenaspodíacontenersemientrasleía.

—Mipadrevendráaverme…vernos—secorrigió—,yllegaráestefindesemana.Sonnoticiasfantásticas,Nigel,ytedoylasgracias,porhabérmelastraído.

Página301

Page 302: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

AlzólavistahaciaColm.—Legustaríarefrescarse.¿Puedoofrecerletuhospitalidad?—Puedes.—Lehizoseñasaunodesusguardias—.Llévaloalascocinas.EncuantoNigelestuvofueradelavista,abrióelmensajeyseloleyóa

Colm.

Hija,estefindesemanallegaréatunuevohogarparaverpormímismoqueestasasalvoybiencuidada.Mehandichoqueestáscasadayqueeresfeliz.Lojuzgarépormímismounavezquehayaconocidoatumaridoypuedamirartealosojos.

Cuandomedijeronloquehabíastenidoquesoportarenlaabadía,meenfurecí.Tebusquédesesperadamente.Mellegaronnoticias del laird Buchanan diciendo que estabas a salvo yprotegida.Me sentí grandemente aliviado, hija, peromi furiasubsistió. Llamé a mis vasallos para prepararme para laguerra.Otrosbaronessemeunieron.Elreytratódereparareldaño que Coswold y Percy habían provocado, pero nodescansaréhastaqueamboshayanpagadoporsuspecados.

CuandoGabriellemiróaColm,teníalágrimasdealegríaensusojos.—Vienemipadre.Estassonbuenasnoticias.ColmlaalzóhastaellomodeRogue.—Sitehacesonreírdeesaforma,entoncessí,sonbuenasnoticias.Leentrególasriendasysesubióasumontura.—Oh, espera—dijo Gabrielle, desenrollando el pergamino nuevamente

—.Haymásqueleer.—Estudióelpapel.—¿Quédice?—preguntó.—Te veré pronto—leyó—. Y por favor lleva a mi hija a visitar a su

queridísimaprimaalastierrasdelosBuchananlomásprontoposible.Pasóasuladocabalgando,sinvolverseaobservarsureacción.Colmlasiguió,yelecodesurisaseescuchóatodololargodelvalle.

EllunesBraedencabalgóconGabriellehastalabasedelamontañaparaversisupadrehabíacomenzadoacruzarFinney’sFlat.

—¿No fue apenas ayer que el mensajero os dio las noticias? —lepreguntó.

—Sí,asífue,Braeden.—¿Yacasovuestropadrenoosdijoqueestaríaaquíelfindesemana?

Página302

Page 303: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Sí,lohizo,peromipadreconfrecuenciajuzgaerróneamenteeltiempoquellevaviajar.Podríaestarcabalgandomuyrápido—leexplicó.

Braedenpodíaverloexcitadaqueestaba.Noqueríadesilusionarlaconlaviabilidad de esa idea, por lo que no dijo nada más acerca del asunto ycontinuóbajandolamontaña.

ElmartesporlamañanaColmpartióparaconcurriraunareunión.EllairdRamsey Sinclair había convocado a todos los lairds a una reunión que sellevaría a cabo en su propiedad para discutir los recientes eventos en lasHighlands.Desdequeacaeciera lamuertedel lairdMonroey a causade lahostilidadprovocadaporellairdMackenna,habíahabidomuchodesasosiegoentre losclanes.EnesemomentolosMonroeestabanpadeciendounaluchade poder entre dos de los sobrinos del laird, y los MacKenna carecíancompletamentedelíder.Antesdequelascosasselesfuerandelasmanos,loslairds se reunirían en esta cúspide y juntos decidirían un curso de accióncomún.

Colm no podía prever cuánto tiempo estaría fuera, pero le aseguró aGabriellequeregresaríacontiempodesobraparaconocerasupadre.

—¿Por qué siempre debo llevar una escolta cuando voy a observar lasplanicies?—preguntó—.Permanezco en tus tierras.Estoy completamente asalvo.

—Estaráscompletamenteasalvoconunaescolta.El martes por la tarde fastidió a Michael hasta que salió con ella a

cabalgar.Volviódoshorasdespués.ElmiércolescoaccionóaJames.Regresóenunahora.El jueves laescoltóPhilip.Estaba lloviendo,ynoregresóhastadespués

depasadastreshoras.ElviernesMichaelcabalgónuevamenteconella.Nuncaregresó.

Gabriellehabíadesaparecido.Habíaocurridoenlacurvacerradacercadelabasedelamontaña.Michaelestabacabalgandodelantedeella,yGabriellesequedó sola por no más de quince o veinte segundos. Pero ese fue todo eltiempoquenecesitaron.

Michaelpensóqueestabajustodetrásdeél.PodíaoírloscascosdeRoguesonandocontra laspiedras.Sabíaque su señorahabíaaminorado lamarchacomoerasucostumbrejustoantesdellegaralacurva.Aunladoseabríaunprecipicio con rocas sueltas en el borde.Si andabamuy cercaRoguepodía

Página303

Page 304: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

perderpie.Delotro ladohabíaunpeñón.Árbolesachaparradosyespinososcrecían en él en ángulos perpendiculares al camino, y parecían tentáculostorcidos estirándose sobre el camino. Los matorrales eran tan densos queahogabanlossonidos.

Gabrielleyelguardiahabíanestadocharlandoamigablemente.—Creoqueellairdvaaampliarestecamino—ledijo—,paraquevosno

tengáisquepreocuparosdequevuestrocaballopuedaresbalar.Esperandounarespuesta,mirócasualmenteporsobresuhombro.Rogue

aún estaba detrás de él, pero Gabrielle había desaparecido. Saltando de sumontura,lallamóagritos:

—¿LadyMacHugh?No hubo respuesta. Pensando que podría haberse caído, emprendió el

regresohacialacurvacorriendoyvolviendoagritarle:—¿Estáisherida?¿LadyMacHughdóndeestáis?Ytampocoobtuvorespuesta.Michaellegritóalcentinelaqueestabaenel

lejanorisco:—¿Lahasvisto?AnuestraSeñora…Elguerreronopodíaoírloperolosdoscentinelasquepatrullabanlacolina

detrásdeéllooyeronydieronlaalarma.LosgritossobresaltaronaRogueyelasustadizoanimalsegiróypartiócomounrayoendirecciónalacimadelacolina.

Frenético,Michaelsedeslizóhaciaabajopor lapendienteparaversisuseñora se había caído. No estaba allí. Después de volver a trepar, usó suespadaparasegaralgunosdelosmatorrales,aferrándosealaesperanzaquesuseñora de alguna forma se hubiera visto atrapada entre las espinas y queprontolollamaríaparaqueacudieraensuayuda.

—No está aquí. Ella no está aquí —gritó, con la voz rasgada por elpánico.

En cuestión de minutos el área estuvo hormigueando con guerrerosMacHugh, todosbuscandoaGabrielle.LiamyBraeden,ambosrastreadoresexpertos,tomaroncadaunounaseccióndelcaminoparabuscarhuellas.

Michaelhabíapisoteado lamayorpartedelcaminoycortadogranpartedelosmatorrales,porloquehabíapocaevidenciadedóndeycómoalguienhabíallegadohastaGabrielle.Liambajóunadistanciamayorporlapendientehasta donde el terreno se nivelaba. Dobló en el desgastado sendero que seabríahacialaizquierdadondelacomposicióndelsuelopresentabamástierraquerocas.Caminóunabuenadistancia.Cuandomiróhaciaatrás,yanopodíaverlasenda.

Página304

Page 305: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—¡Braeden!—bramó.Braeden, que había estado buscando en el otro lado de la pendiente,

acudiócorriendo.—Yo diría que al menos eran quince hombres—estimó Liam. Bajó la

vistahacialasuavetierraquehabíasidoholladaporhuellasdepiesycascosdecaballos.

—Creoqueeranmás—dijoBraeden.Liam retrocedió. Las pisadas formaban un ángulo desviándose hacia la

espesuraquesubíatodoelcaminohaciaelrisco.—Parecequeunpardeellossesepararondelgrupoaquí.Braedenlosiguiómientrasrastreaba lasramasrotasycortadas.Liamse

detuvoalllegaralacimaqueestabaporencimadelacurvacerradaquehabíaenelcamino.

—Aquíesdondeseescondieron—dijo—.Estabanesperandoquepasaradebajodeellos.

—Mira—dijoBraedenmientrasseagachabaytirabadealgoatrapadoenunaespinosarama.Levantólamanoconunjiróndetelaverdeenlapuntadesusdedos.

—Hoy lady Gabrielle llevaba un vestido verde. —Miró tristemente aLiam—. Organizaré a los hombres para que busquen a esos bastardos. TúllévateadosguerrerosycabalgaatodavelocidadhastalapropiedaddellairdSinclairparadarleaColmestahorriblenoticia.

Liamasintió.Eraundeberquetemíamásquelamuerte.

Página305

Page 306: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo52

Gabriellesedespertóconunpunzantedolordecabeza.Abriólosojosytratódeentenderqueleestabapasando.Miróasualrededoryviounahabitacióndesconocida,asícomoloeralacamaenlaqueyacía.Eltechoerabajo,estabalosuficientementecercacomoparaque,sisesentaba,pudieratocarloconlamano.Estabaenunaespeciededesván.Elolorquesepercibíaenelaireeramohosoyrancio.Fueraloquefueraestaedificación,nohabíasidousadaporunlargo,largotiempo.Lostronquitosdepajalepinchabanlaespalda,ysobreel rostropodíasentir laasperezade lamantaquealguienhabía tiradosobreella. Sintió un pinchazo en la mejilla y levantó la mano para tocársela.Cuandobajolamano,teníaunamanchadesangreenlosdedos.Entoncesviolosarañazosqueteníaenelbrazo.

Lentamente se aclaró la bruma que empañaba su mente. Rogue. HabíaestadomontandoaRogue.Yhabíaunanimal.No,no.Pensóqueelruidoquehabíaoídoeraprovocadoporunanimalhurgandoenbuscadecomida.Habíaoídouncrujido.Luegolaasaltóundolorcegador.

En el piso inferior se oyó el chirrido de una puerta abriéndose, y elsusurrardegenteentrandoenlahabitación.AlinstanteGabrielleestuvobiendespierta. Quería arrastrarse hasta el borde de la abertura que llevaba aldesvánparapodermirarhaciaabajo,perotemíaquelavieranolaoyeran.

Noestuvoseguradecuantaspersonashabíaabajohastaqueescuchósusvoces.

—Serámejorquerecesparaquesedespierte,Leod,porquesinolohace,él teva amatary te enterrará justo encimade ella.Nuncahevisto anadieactuarasí.¿Visteelbrillodedemenciaquehabíaensusojos?Eracomosieldiablomeestuvieramirandofijamente.

—Yo solo hice lo que me mandaron a hacer —protestó Leod—.Escuchaste lo que dijo.Que la dejara sin sentido rápidamente antes de quetuviera oportunidad de gritar y que luego te la entregara a ti para que latransportaras, y eso fue lo que hice, Kenny. La dejé sin sentido. No meimporta cuanto se enfade, a nosotros nos cargaron con todo el trabajo.

Página306

Page 307: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Mientras que los demás nos estaban esperando en el lado este, nosotrostrepamos por el costado del risco, tratando de no hacer ruidomientras nosabríamos camino entre la espesura. Yacimos boca abajo esperando durantehorasyhorassinpodermovernosparanada.Tengolapieldemanosybrazosrasguñadaportodasesasespinas.Tambiéntengocalambresenlaspiernas.Nodeberíagritarnosniamíniatiporquehicimoseltrabajo.

—Séquelohicimos,peronodeberíashaberusadolahondaconella.—Esloqueusoparaatraparamispájaros.—Unamujernoeslomismoqueunpájaro,Leod.Además,atuspájaros

lesrompeselcuello.—Eslaúnicaformaqueconozcodematarlosmanteniendotodalacarne

paracocinarlos.—Podríashaberlerotoelcuelloaella.—Uséunapiedrapequeñaparaqueesonosucediera.—Ciertamenteesperoquesedespierte.¿Tengoelrostroensangrentado?—Sí.Deberíamoshabertenidomásayuda—sequejó.—TeníamosaAndrewjustodetrásnuestro.—¿De que nos sirvió?Es tan bajo y flaco, que parece que tuviera diez

años, y no puede levantar nada más pesado que un cubo. Debería haberenviadoaotrohombreconnosotros,ynoaunniño.

—Suaspectoesengañoso.Tienecasilamismaedadquenosotros.Essoloque se ve más joven y endeble, pero he oído que ha tenido su cuota dematanzas y no estoy hablando de pájaros. Utiliza el cuchillo. Se paseapareciendotaninocentey¡bam!apuñalaconelcuchillo.

—¿Algunavezlevistehacerlo?—No,peroheescuchadoaotroshablandoacercadeello.Yocorreríamuy

rápidosiAndrewseacercaraamíconunasonrisaenloslabios.Serámejorqueahorasubasesaescalerayveassiestárespirando.

Gabrielleoyóel sonidode laescalera siendoarrastradaporel suelo.Lapartealtagolpeócontralaaberturaquedabaaldesván.

—No creo que esto pueda sostenerme —rechazó Leod—. Trae a esechico.Dileaélquelohaga.

—Yatelodije.Andrewnoesningúnchico,ysisube,laposeeráantesdebajar.

Gabriellecerró losojos, tratandodeaquietar supalpitantecorazón.Oyólas botas sonar en los travesaños que formaban la escalera, y mientras elhombre se acercaba, se quedó absolutamente quieta. Despedía un olorrepugnante.

Página307

Page 308: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Él se golpeó la cabeza contra el techo inclinado. El colchón de paja seladeócuandose inclinósobreella.Lepuso lamanoenelpechoymientrasella pretendía estar inconsciente los dedos se movieron sobre sus senos.Deseómatarlo.

RetirólamanodeuntiróncuandoKennylegritó:—¿Estárespirandoono?—Sí,peroaúnestádurmiendo.—Lasacudió—.Noabrelosojos.—Entoncesbaja.Leoigoacercarse.Leodmurmuróunjuramentomientrasbajabalasescaleras.—Dejalaescaleradondeestá.Querráverla.Lapuertavolvióaabrirse,yentrólapersonaalacualestabanesperando.

Nonecesitabaverleelrostroparasaberquienera.Encuantoabriólaboca,losupo:elbarónCoswold.

Gabrielle pasó de una atontada incredulidad a la rabia enmenos de unsegundo. ¿Por qué estaba Coswold allí? ¿Qué querría de ella en estaoportunidad?Peronohabíatiempoparaintentarentendersusmotivos.Envezdeello,necesitabaencontrarunaformadeescapar.

—¿Estássegurodequeestádormida?—demandóCoswold,yantesqueLeod o Kenny pudieran responder, dijo—: ¿Cuánto tiempo habéis estadoaquí? ¿Estabais hablando? ¿Habéis dicho alguna cosa que ella haya podidooír?

—Acabamos de entrar, ¿no es así, Kenny?—dijo Leod—.No tuvimostiempodehablar.Entré,agarrélaescalera,ysubíaversiestabarespirandoosihabíaabiertolosojos.

—Estáviva—dijoKenny.—Peronoestádespierta.—Traedlaaquíabajo—ordenóCoswold.—Peroaúnnoestádespierta—lerecordóKenny.Gabrielleescuchóunforcejeo,yluego:—Latraigo.Yaselatraigo.ElhombresubióaldesvánotravezylevantóaGabrielledelacama.La

llevóhasta laentradadeldesvány tirósucuerpoflojoaunosbrazosquelaestabanaguardandoabajo.

—Acercadesasillayponedlaallí.Leod,traecuerdayátala.Gabrielle continuó fingiéndose dormida mientras era empujada y

aguijoneada.Teníalacabezacolgando,yelcabellolecubríaelrostro.SabíaqueCoswoldestabafrenteaella.Sentíasusmalvadosojosfijosenella,podíaoírsusjadeos,yaspirósuasquerosamentedulceoloraaceitesperfumados.

Página308

Page 309: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Leod ató una cuerda alrededor de su cintura y tiró de los extremostensándolos detrás de la silla. Luego envolvió otra cuerda alrededor de susmuñecasylaatóconundoblenudo.

—Estábienyatada—dijo.Sonabaorgullosodesuhabilidadmanual—.Nopuedesoltarse.

Ella palpó los nudos con los dedos y pensó que podría ser un truco.Seguramenteélsabíaqueeracapazdedeshacerlosnudos.¿Estabaintentandoprobar que estaba despierta? ¿O era realmente tan estúpido? Tuvo surespuestacuandosealejó.

—Traedmeunvasoconagua—ordenóCoswold.Cuandolotuvoenlamanodijo:—Salid.Losdos.—Quiereestarasolasconella.—SeburlóKenny.—¿Quévaahacerconellaatadaalasilla?—¡Salidyquedaosfuerahastaqueosllame!—gritóCoswold.En cuanto la puerta se hubo cerrado detrás de los hombres, Coswold

agarróaGabrielleporel cabelloy le tiró la cabezahaciaatrás.Le lanzóelaguaalacara.

Ellagimióy lentamente abrió losojos.Tenía suhorrible rostro frente aella.

—Despierta,Gabrielle.Despierta.Le hizo daño, deliberadamente, colocándole la base de la palma de la

manosobre la frenteparaempujarle lacabezacontrael respaldode lasilla.Luego contradictoriamente se arrodilló frente a ella y muy gentilmente leapartóelcabellodelrostro,acariciándolelamejillaconeldorsodelosdedos.

Sucontactolerepugnó.Arrastróuna silla y se sentó enfrentándola.Aferrándose las rodillas con

lasmanos,laestudióconcuriosidad.—Noquierohacertedaño,Gabrielle.Nolerespondió.Vioqueteníaunaexpresióndesquiciadaenlosojos.—Quierohacerteunapregunta,esoestodo—dijoafablemente—.Cuando

me hayas dado una respuesta satisfactoria, podrás irte a casa. Solo unapreguntayunarepuesta.Cooperarás,¿noesasí?

No contestó. Él inclinó la cabeza y la estudió, aguardando. Luego,repentinamente,arremetiócontraelladándoleunabofetadaconeldorsodelamano.

—¿Estáslistaparaescucharmipregunta?Senegóaresponder.Lavolvióagolpear.

Página309

Page 310: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—¿Dóndeestáeloro?Antesdequetuvieratiempoareaccionar,dijo:—QuieroeltesorodeSt.Biel.¿Dóndeestá?—Eltesoronoexiste—dijo,preparándoseparaotroataque.Nolagolpeó.—Sí,existe.FuiaStBielymeconvertíenuncreyente.Elreynoleenvió

eloroalPapa.Loescondió.—Siesofueracierto,entoncessellevóelsecretoalatumba.Coswoldbalanceóundedodelantedeella.—No,no.Elsecretohapasadodegeneraciónengeneración.Tumadrelo

sabía,¿verdad?Ytelodijoati.—No,nopodríahabérmelodicho,porqueeltesoronoexiste.—Elsacerdote loconfirmó.Asíes.Elmensajeroinformóquecuandoel

sacerdote sacó el tema, dijiste que no se lo darías a losMacHugh.Así queefectivamentesabesdóndeestá.

—No,élnosereferíaaloro.Lavolvióagolpear,cortándolelacomisuradellabio.—Nocreoquecomprendasenteramentemisituación,Gabrielle.Eltesoro

meliberarádelrey.Hesidosupeónporúltimavez.Aunquepudieraescapardeél,notendríaaliados.Ahoralosbaronesmevencomoellacayoreal.Silosbarones se revelaran, me degradarían junto con el rey. Así que ya ves, notengonadaqueperder.

Pensóqueéldeseabaquesintieralástimaporél.Habíaenloquecido.—Penséqueseríamuysencillo.Pediríatumanoytetendría.Habíaoído

loscuentosacercadeltesoroescondido,peronoloscreíhastaqueelreymeenvío a St. Biel para asegurarse de que su administrador no lo estuvieratraicionando.Echéunvistazoaesemagníficopalacioyvivariasmonedasdeoro conmis propios ojos.Me dijeron que las conservaban como recuerdo,peroqueelrestohabíasidoenviadoalPapa.

Sonriendo,sepalmeólacabezaconlosdedos.—Pero nadie podía decir cuánto oro había en un principio.Cuantamás

genteinterrogaba,másmeconvencíadequeelreyhabíaguardadolamayorparteparasímismo.Yentoncesconocíaunancianoquelohabíavisto…eloro… pilas y pilas de oro. Y simplemente desapareció. ¿Adónde fue,Gabrielle?

—La codicia hace que te comportes de manera irracional. Te digo laverdad.Eloronoexiste—dijo.

Élsuspiródramáticamente.

Página310

Page 311: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Sí,lohay.Despuésdetodoloquehehecho…sí,lohay.—Nopuedodecírtelo,porquenosédóndeestá.—Entoncesadmitesqueexiste.—Actuabacomosiacabaradeengañarla

paraqueconfesara.Ellasacudiólacabeza.—No.Él se sentó hacia atrás en la silla, cruzó una pierna sobre la otra y

comenzóabalancearindolentementeunpie,haciadelanteyhaciaatrás.Pasóun largominutoencompletosilencio.Luegosu temorseconvirtió

enterror.—¿Amasatupadre?—lepregunto.Elladejóescaparungritoahogado.—¿Dóndeestá?¿Quélehashecho?—¿Qué le he hecho yo? Nada, aún. Tu padre no viajaba con tantos

hombres comoparaquepudieranprotegerlodeunaemboscada.Me facilitólas cosas. Lo estuve observando mientras marchaba a través de territorioMacHugh. Supe exactamente dónde atacar. No te preocupes. Aún está convida, aunque su condiciónestádeteriorándose.Dimedóndeestá el oroy lodejarévivir.

Cuandonorespondióinmediatamente,Coswolddijo:—¿Creesquepuedoestarmintiendo?¿CómosabríaqueelbarónGeoffrey

estabadecaminohaciaaquí?Seríamuyfácilconseguirunaprueba.Enviaréaalgunosdemishombresadóndeseencuentra.Silecortanunamanoytelatraen,verásportimismaqueaúnconservaelanilloconsuselloeneldedo.

—¡No!—gritó—.Noteatreveríasamataraunbarón.—¿No?¿Porquéno?Yahematadoaunlaird.—¿Monroe?¿MatasteallairdMonroe?Élseencogiódehombros.—No podía permitir que él te tuviera. Tenía que poder hablar contigo

acerca del oro.AMacKenna no le importaba lo que yo hiciera en tanto élobtuviera Finney’s Flat. Por supuesto que no sabía nada acerca del tesoro.Dudoquedeotraformahubieraestadotanconforme.Vivoprobóquenomeeradeningunautilidadpero,ahoraqueestámuerto,mehasidodeayudayaque nos encontramos en la cabaña de un granjero perdida enmedio de sustierras.Suclanestátanconfusoquenotieneniideadequeestamosaquí.

—Miesposovendráabuscarme.—Primero tendrá que encontrarte, y me aseguré de que mis hombres

partieran en todas direcciones para cubrir las huellas ¿quieres perder a tu

Página311

Page 312: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

padreyatuesposo?—No.—Entonces dime dónde está el oro y hazlo rápido. No podemos

quedarnosaquísentadosdurantedías interminables.Deesaformatuespososeguramentenosencontrará,yyotendréquematarlo.

—Telodiré.Sujadeosonócomoungruñido:—Sí,sí,dime.—EstáenWellingshire—mintió—.Ybienescondido.Élrio.—EloroestáenWellingshireytupadre…—Mamánopodíadecírselo.Yosoylaúnicaquelosabe.Pertenecea la

familiarealdeSt.Biel.—Deberásdecirmeexactamentedóndeestá,yaqueWellingshireescasi

deltamañodeunpequeñopaís.¿Estáescondidoenelcastillo?—No,estáenterrado.—¿Dónde?—demandó.Teníael rostrodistorsionadoconunaexpresión

salvaje,asídegrandeerasuobsesión.—Debomostrártelo.Eslaúnicaforma.Comobiendijiste,lapropiedades

inmensa.—EntoncesiremosaWellingshire.—Simi esposo se entera, nos seguirá, y no dejaré que lomates.Debes

enviarloenladirecciónopuesta.—¿Cómolehagollegarlasnoticias?—Miespososabeleeryescribir.—Perocomo…—Podríaescribirleunmensajediciéndolequeescapéyqueahoraestoya

salvoconmipadre.Lepediríaquefueraabuscarme.—Los MacKenna—dijo, asintiendo—. Le dirás a tu esposo que ellos

fueronlosqueteraptaron.ParacuandoCoswoldterminódedecirleloquedebíacontar,pensabaque

la idea de enviar esemensaje había sido suya. Llamó a Leod para que lesconsiguiera algo con loque escribir, pasóunahora antesdeque el hombreregresaracontintayunpedazodepergamino.

Gabrielleescribióexactamenteloquehabíasidoacordado,peroantesdefirmarconsunombre,levantólavistaparamiraraCoswold.

—Noquieroquematenalmensajeroantesdequetengalaoportunidaddedarleelmensajeamiesposo.¿Nohayalgúnmuchachoalquepuedasenviar?

Página312

Page 313: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

No tan jovencomoparaqueno tengaedadparamontaryno tanviejoqueaparenteserunhombre.Miesposonomataráaunmuchacho.

—Si —dijo Coswold—. Haré que un muchacho lleve el pergamino.Ahora, termina. Está oscureciendo, pero con la primera luz de la mañana,habremospartido.

MientrasCoswoldsepaseabaporlacabaña,Gabrielleañadíasuspalabrasfinalesalmensaje:

—Porfavorvenprontoabuscarmeyprometoquesiempreharéloquetúdigas.

Para cuando Liam llegó a la propiedad Sinclair, Colm ya había partidoiniciandoelviajederegresohaciasuhogar,eligiendootraruta.Liamdiolavuelta y emprendió el regreso, esta vez por el camino del norte.Alcanzó aColmcuandoesteestabaapuntodecruzarFinney’sFlat.

Colmlovioacercarse.Unsentidodetemorseapoderódeél.—Gabrielle—gritóLiam—.¡Hadesaparecido!Hasidoraptada.—¿Quién?¿Quiénselallevó?—Nolosé—dijo—.Esposiblequeparacuandoloencuentres,Braeden

tengamásnoticias.LafuriadeColmnopodíasercontenida.Nublabasuspensamientos.—Sialgollegaraaocurrirle…—Nopienseseneso—leordenóLiam.Pero eso era todo en lo que Colm podía pensar durante su frenética

cabalgatahaciaelhogar.Nopodíaperderla.Mientrascabalgabasubiendoporelcaminoquelollevabaasupropiedad

cayó la noche. Rezó, pidiendo que la hubieran encontrado y estuvieraesperándoloparadarle labienvenida.Entonces lediría—gritaría al cielo—que laamaba.Deberíahaberledichoesaspalabrasantes.Nopodía sermuytarde.

Unodeloscentinelaslegritódesdeelrisco:—Allí…cruzandoelvalle.Unjinete.Colm y Liam se volvieron a tiempo para ver una sombra que se

aproximaba. A la luz de la luna llena, pudieron distinguir la figura de unhombrealomosdeuncaballo.Cabalgaronasuencuentro,alcanzándoloantesdequetuvieratiempodedesmontar.

—Traigounmensajeparael laird—dijoelhombre,convoztemblorosa—.Metiólamanodentrodelacamisaysacóunpergaminoenrollado.

Página313

Page 314: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—¿Quiéneres?—preguntóLiam.—MinombreesAndrew.—¿Quiéntepidióqueletrajerasestoallaird?—EraunMacKenna.SoydelclanDunbar.Ibadecaminoacasadespués

deunacaceríacuandounhombremedetuvoymepidióqueostrajeraesto.Dijoqueeramuyurgente.Noséloquedice,yaquenoséleer.

Colmagarróelmensajedelamanodelmensajeroyloleyó.SeloentregóaLiamyseñalólasúltimaspalabras.«Loquetúdigas»estabasubrayado.

Arrancóalhombredesumonturaylosostuvoporelcuello.Suvozteníauntonomortalaldecir:

—Lo que mi esposa me dice es que todo lo que acabo de leer es unamentira.Yesosignificaquetútambiénestásmintiendo.

—Yosoysolounmensaj…Colmlecortóelairealapretarleelcuello.Noaflojóhastaquelosojosde

Andrewcomenzaronasalírseledelasórbitas.Enel transcursodesolounosminutos,Andrewleshabíadichotodoloquequeríansaber.

ColmlediolasiguienteordenaLiam:—Átaloasucaballoytráeloconnosotros.Sivuelveamentir,rezarápara

quelelleguelamuerte.

Andrewlosguioalacabaña.ColmsabíaqueGabrielleestabaadentro.Teníaquesercauteloso.Laluz

de una sola vela brillaba a través de la ventana y pudo oler el humo de lachimenea. Los soldados de Coswold se habían retirado por esa nocheacostándosealrededordeuna fogataal surde la cabaña,dondeelpastoerablando.Suhogueraardíaafuegolento.

BraedenseabriócaminoatravésdelaoscuridadparacontarcuántoseranyluegovolvióalladodeColm.LentamentelosguerrerosMacHughdieronlavuelta hasta que tuvieron a los hombres y la cabaña rodeados. Cuandohubieron asumido sus posiciones, avanzaron. Colm se arrastró detrás delguardiaquehabíafrentealapuertaprincipalylomatóantesdequepudieraemitir sonido. Bajó al hombre hasta el suelo, luego comprobó la puerta.Estabaatrancada.Levantólamanoparadarlaseñal,yluegoabriólapuertadeunapatadayentróalacarga.

Coswoldhabíaestadodurmiendoenunasillayselevantócomounrayoante el sonido de la puerta estrellándose.Manoseó su cinto en busca de ladaga,peroerademasiadotarde.Sabíaqueibaamorir.

Página314

Page 315: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

LeodestabasentadoenelbordedelaaberturadeldesvánconlaspiernascolgandohaciaabajoyGabrielleestabasentadaenuncolchóndepajadetrásdeél.

—¡Matadla!—gritóCoswold.LaspalabrasnohabíanacabadodesalirdesubocaantesdequeGabrielle,

usandocadaonzadefuerzaquetenía,arremetiócontodosucuerpocontralaespalda deLeod y lo envío volando hacia abajo con la cabeza por delante.Aterrizósobresurostro,quebrándoseelcuello.

Colmmatóasuoponenterápidamente.LecortólagargantaaCoswoldytirólaensangrentadahojaalsuelo.

Gritó el nombrede su esposay corrió hacia la escalera para alcanzarla.Ellacayócontraélsollozando.

—Sabíaquevendrías.La apretó con fuerza y trató de calmar los latidos de su alborotado

corazón.—Noteperderé,Gabrielle.Ellaseapartó.—Colm, mi padre —gritó—. El ejército de Coswold lo matará. Lo

tienen…Colmladetuvo.—TupadreestápasandolanocheconlosBuchanan.—¿Estásseguro?—lepreguntóincrédula.—Sí, cuando estábamos en la reunión le informaron a Brodick que tu

padre había llegado. Estaba demasiado cansado para continuar el viaje. Loverásmañana.

Lalevantóensusbrazos.—Llévameacasa—ledijoapoyandolacabezaensuhombro.

Página315

Page 316: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Capítulo53

AlpadredeGabrielleColmnolecayóbiendeinmediato.AColmtampocolegustómuchoelbarón.Eraneducados,perosemostrabancautoselunoconelotro.

ElpadresuavizósuactitudcuandoviocómotratabaColmaGabrielle.Lequedóclaroqueellairdlaamabayquelaatesoraría.Colmsuavizósuactitudhaciaelbaróncuandoviocuántoqueríaasuhijaycomoloqueríaellaaél.

Willa hizo una cena especial con faisán asado como plato principal ytantos otros platillos que Gabrielle perdió la cuenta. Cada vez que Willallevabaunplatoalamesa,lesonreíaaGabrielle.

Liamentróazancadasyfuepresentadoalbarón.—¿Gabrielleoscontócómosalvómivida?—dijo.—Deboescucharesahistoria—dijoelbarón.—¿Milady,sipudiera tomarosprestadaporunmomento?—interrumpió

Maurna.GabrielleseexcusóysiguióaMaurnaquesubíalasescaleras.—DejéqueMarysefueraacasatempranoestanoche—dijoMaurna—.

Esdemuchaayudaconestosdosniños,yosagradezcoquelaagregaraisalpersonal de la casa. Pensé que losmellizos se habían ido a dormir. Subí amirarlosylospesquésaliendodelahabitacióndellaird.

Depieenloaltodelaescalera,EthanyTomesperabanconlascabezasbajas.

—Losiento,milady—dijoEthan.—Yotambién—dijoTom.—Decidle a vuestra señora lo que habéis hecho—dijoMaurna. Estaba

tratandodepermanecersevera,peroGabriellepudooírlaternuraensuvoz.Sabíaquelosniñostambiénpodíanoírla.

—Soloqueríamosmirardentrodelbaúl—dijoTomsinlevantarlavista.—¿Mibaúl?—preguntóGabrielle—.¿Porquéquerríaismirarallídentro?Ethanlevantóloshombros.—Nolosé,perolohicimos.

Página316

Page 317: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Tomasintió.—Encontréunaestatuaallí.—Yotambiénencontréuna—admitióEthan.—Peroyonorompílamía.Túsírompistelatuya.—Niños, las estatuas no os pertenecen a ninguno de los dos —dijo

Maurna.TomtomólamanodeGabrielle.—Ethanlosiente.—Losdejoconvos, ladyGabrielle,mientrasvoyavuestrahabitacióna

vereldaño.—Yomeharécargo,Maurna.Puedesbajar.Gabrielle llevó a los mellizos a su habitación y los metió en sus

respectivas camas. Habló con ellos acerca de respetar la privacidad de losdemás,yleshizoprometerquenovolveríanaentrarenlahabitacióndellairdsinpermiso.Luegolesdiounbesodebuenasnochesycerrólapuerta.

Mientras recorría el corredor, pensó en pedirle a Colm que quitarapermanentementelatapadelbaúl.Silosniñostrepabanaélylapesadatapasecerraba,podríanresultarseriamenteheridos.

Un fuego calentaba la habitación. La tapa del baúl estaba abierta yapoyadacontra lapared,yunadelasestatuasdeStBielyacíamitaddentromitadfuera,colgandopeligrosamenteenelborde.Laotraestabaenelsueloylefaltabalacabeza.

Levantó ambas piezas y se acercó al fuego para ver si la piedra podíarepararse.Sosteniendoelcuerpodelaestatuaendeterminadoángulonotóquealgocaptaba la luz. Inclinó laestatuay laexaminómásdecerca.Sequedócongelada.Oro.Elcentrodelapiezadepiedrahabíasidoahuecadoyllenadodeoro.Nopodíacreerloqueestabaviendo.Volvióamirar.Eloroestabaallí.

Gabrielle tenía que sentarse. Fue hacia la cama y puso las piezas en suregazo.

¿Elmitono era unmito? ¿Realmente el reyGrenier había escondido eloro? Estaba atónita. Entonces, pensó, ¿si había oro en una estatua, podríahaberloenotra?Teníaquedescubrirlo.Gentilmentedejólaspiezasrotasenlacamaycorrióhaciaelbaúlparacogerlaotraestatua.Parpadeóvariasvecesmientras lagolpeabacontraelhogardepiedra.Le llevó tres intentos lograrquesedesprendieralacabeza.

—Losiento,sanBiel—susurró.Yahíestaba.Oro.Lasegundaestatuatambiénestaballenadeoro.

Página317

Page 318: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Tuvoquevolverasentarse.Erademasiadoparaasumirlo todo junto.Laestatua que tenía en el almacén también debía estar llena de oro.No habíanecesidadderomperla.

Otra estatua vendría desdeWellingshire.La estatua que sumadre habíatraídoconellacuandosecasó.¿SabríasumadreelsecretodesanBiel?

Un pensamiento la llevó a otro y ese a otro, y pronto sumente estabadandovueltas. ¿Laestatuagiganteque seerguía sobreelpuertodeSt.Bielestaría llena de oro? Comenzó a reír. Por supuesto que lo estaba. Oh, quehombretanlistohabíasidoelreyGrenier.

Sequedósentadaenlacamaunlargoratomientraspensabaenlahistoriaque su madre la había ayudado a memorizar. Érase una vez un año en elque…laspistasestabantodasahí,pero¿lashabríaadivinadosumadre?Ysilohabíahecho,¿selohabríaconfiadoasuesposo?

Gabriellenosupocuánto tiempopermaneciósentadapresadelasombro.Devolviólaspiezasrotasalbaúlylocerró.

Cuandovolvióalsalón,leparecióquesupadreestabamásrelajado.Colmparecióaliviadoalverla.Labesórápidamente,ydijo:

—Tedejaréparaquehablescon tupadre.—Envozmásbajaañadió—:venprontoalacama.

Liam también se retiró para que ella y su padre pudieran tener unaconversaciónprivada.Gabriellesesentócercadeél,frentealfuego.

—Lo amo, padre —dijo apresuradamente, antes de que pudierapreguntárselo.

Élhizoungestodeasentimiento.—Puedoverlo.Pasó los siguientes diez minutos refiriéndole las muchas virtudes de

Colm.—¿Piensasquealgunavezvolverásacasarte,padre?Megustaríaquelo

hicieras.Nomegustapensarqueestássolo.—Quizás.—Sinoestásmuycansado,megustaríahacerteunaspreguntas…acerca

deSt.Biel.

Gabrielleyacíajuntoasuespososusurrándoledulcespalabras.Acababandehacerelamor,yaúnestabasinaliento.HabíanhabladobrevementeacercadeCoswoldperoahoraenlaoscuridadledijocuánasustadahabíaestado.

—Teníamiedodenovolveraverte.

Página318

Page 319: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

—Yonopodíasoportarperderte—susurróél.Letemblólavoz—.Debodecirteestoahora.Teamo,Gabrielle.

Selellenaronlosojosdelágrimas.—Meamas—susurró.Seestiróhaciaarribay lebesó labarbilla—.Me

acabasdedarelregaloquemipadreledioamimadre.—¿Suregalofueelamor?—Lo fue.Y tardó un largo tiempo en llegar, según creo. En todo caso

paramimadre,fueasí.Cuandosecasaron,nolegustabamuchomipadre.Laapartó de su hogar en St. Biel. Pensé que te llevaría mucho más tiempodecirmeesaspalabras.Siempremeestabasdejando.

Élseechóareír.—Admitiréestosolounavez.Meteníaspreocupado.Teníastantopoder

sobremí.Cuandoestabacontigo,nopodíapensar.Peroyanotedejaré.LesdarémásresponsabilidadesaLiamyBraeden,yasípodrétenertiempoparaestarcontigo.

Permanecieronensilencioporunospocosminutos,yluegoellasusurró:—¿Teagradamipadre?—No loconozco losuficientecomoparaquemeagrade.Esunhombre

malhumorado.Nosesintiócomplacidoalverrasguñosentusbrazosyrostro,perocuandosupoqueCoswolderaelresponsable,yanopudoculparme.

—Hoylosniñossemetieronenmibaúl.Élrio.—Entraronaquí…—Sentían curiosidad. Debes sacarle la tapa. Temo que uno de ellos se

quedeatrapadodentro.—Dentrodeunosdías, iremosavisitara losBuchananparaquepuedas

conocera tuqueridísimaprima—bromeó—.Piensoque talvezdeberíamosllevaraEthanyTomyolvidartraerlosderegreso.

—Nolosdejarás.Estáncontentosaquí.Ethanrompióunademisestatuas.Élbostezó.—¿Lohizo?—Estaballenadeoro.—¿Estabaqué?—Oro—susurró—. La estatua estaba llena de oro. Rompí la otra solo

paraverquéhabíadentro,ytambiénteníaoro.Sureacciónfuemuyparecidaaladeella.Sequedópasmado.—Verdaderamentehabíauntesoro.

Página319

Page 320: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Gabrielle le repitió la historia que sumadre la había enseñado.Cuandohuboterminado,dijo:

—Ahora,queséquedentrodecadaestatuahayoro,medoycuentacuáninteligenteeraelreyGrenier.LosCruzadosibanamatarasuslealessúbditosporquelosobligabaapagarpeajeparaatravesarsusmontañas.Creíanqueelpaísestaballenodepaganos,entonces¿quéfueloquehizoelrey?Consagrósupaísaunsantoy lecambioelnombre, luegoenvíoalPapaunapequeñacantidad del oro recaudado. Los Cruzados no se atreverían a lastimar a supueblo.UnataqueasugenteseríacomounataquealPapa.

—¿Porquéelreymantendríaeloroescondidodurantetodoesetiempo?—Mimadrelecontóamipadrequeelreyeraunhombresabio.Sabíaque

unagranriqueza tambiénprovocaríaunagrancodicia.Suscampesinoseranfelices.

—Ylacodiciacorromperíasuformadevida.—Sí.Colmsonrió.—Sí, fue un hombremuy astuto al usar a su santo favorito para que le

ayudaraasalvarasupaís.—Lahistoriacontinúa.Lepreguntéamipadre,ymedijoqueloqueyo

sospechabaeracierto.—Seestiróylesusurróaloído—.NoexisteningúnsanBiel.

—Seinventóunsanto…—dijoColm,despuésdeunlargosilencio.—Salvó a su pueblo de la única forma que sabía—lo defendió—. No

obstante,mepreguntoquépensaríanloslíderesdelaiglesiasilosupieran.Nopuedodecírselo.

—No,nopuedes.—Actualmente,elreyJohneselgobernantedeSt.Biel,ynoobtendráel

tesoro.Lomantendré a salvo,yundíamishijas ehijosoirán lahistoria, yentoncesseconvertiráensudeberprotegerlo.

Colmvolvióareír.—Conrazónnuncaponenlasestatuasdentrodelasiglesias.—Esunatradición.—Comenzadaporunreyquesabíaqueseríaunablasfemia.—Dejaréquenuestroshijosysusfuturoshijossepreocupenporlaiglesia.—Pero debes legar el secreto—dijo mientras la empujaba suavemente

paraponerladeespaldas—.Yyoharémiparte,amor,asegurándomedequetengashijosehijasaquienestraspasárselo.

Página320

Page 321: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

JULIEGARWOOD(Kansas,Missouri,EE.UU.,1946).Provenientedeunafamiliacatólicadeascendencia irlandesamuynumerosa,esunaescritoradenovelasrománticas,unaautenticasuperventasdentrodelsubgénerohistóricodurante catorce años. Ha conseguido situar once títulos en las lista desuperventas del New York Times. Maestra en la recreación de ambienteshistóricos, y dotada de una especial sensibilidad para retratar personajesllenos de pasión y con sutil sentido del humor. En sus últimas novelas sinembargo, desde 2000 se ha adentrado en el suspense-románticocontemporáneo,conconsiderableéxitotambién.

También ha publicado novelas para adolescentes, y usado el seudónimo deEmilyChase.

Página321

Page 322: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Notas

Página322

Page 323: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

[1]Bliaut:VestimentafemeninadelsigloXIIajustadaenelbustoyelabdomenyconunavoluminosafalda.Elrasgomáscaracterísticoeranlasmangasquese ajustaban desde el hombro hasta el codo y luego se abrían cayendo casihastaelsuelo.<<

Página323

Page 324: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

[2]Loch:Significalago,yseponedelantedelosnombresdelagosescoceses.<<

Página324

Page 325: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

[3]Trencher:Esuntipodevajilla,comúnmenteusadaenlacocinamedieval.Untrenchereraoriginalmenteunpedazodepanviejo,cortadoconformadecuadrado,yusadocomoplato,sobreelcualseponíalacomida.Alfinalpodíasercomidoconlasalsa,peromásfrecuentementeselesdabacomolimosnaalospobres.Luegoeltrencherevolucionóconvirtiéndoseenunplatodemetalodemadera.<<

Página325

Page 326: Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los ... · Julie Garwood La música de las sombras Maitland - 3 ePub r1.0 Titivillus 17.11.2020 Página 3

Página326