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Ars Pharmaceutica, 44:3; 281-301, 2003 281 La investigación científica y la problemática de la industria farmacéutica JULIO R. VILLANUEVA Director, Real Academia de Farmacia ACADEMIA IBEROAMERICANA DE FARMACIA Excmo. Sr. Director de la Academia Ibero- americana de Farmacia, Excmas. e Ilmas. Autoridades, Profesores y Alumnos, Señoras y señores: Deseo iniciar este Discurso de Ingreso en la Academia Iberoamericana de Farmacia haciendo patente mi agradecimiento a la Junta de Gobier- no de la misma por haberme elegido, hace unos meses, Académico de Honor de esta institución, distinción que valoro sinceramente. Quisiera también felicitar a todos sus mie- bros por la labor que realizan en el ámbito anda- luz, donde esta Academia comparte su sede en- tre Granada y Sevilla, ciudades en las que siempre recibo una entrañable acogida y a donde siempre acudo con gran satisafcción. Al comentar con el Director de la Academia cuál podría ser el tema a desarrollar en el Dis- curso Reglamentario, ante una audiencia consti- tuida predominantemente por farmacéuticos o por personas próximas a su entorno, me pareció oportuno abordar un tema que, durante mis muchos años de vida académica, he vivido de lleno y me ha preocupado siempre. Se trata de la Investigación Científica, realizada tanto en la Universidad como en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y, en esta ocasión, de su vimculación con la industrai farmacéutica. Mi más cordial agradecimiento, por último, al Prof. Dr. D. Francisco Ruiz Berraquero, buen conocedor del tema que vamos exponer, por te- ner la amabilidad de contestar a mi Discurso. La investigación científica: una reflexión En diferentes ocasiones se ha puesto de ma- nifiesto la importancia capital que para cualquier nación tiene el apoyo al desarrollo científico y técnico nacional. Por ello, es fácil comprender la gran trascendencia y prioridad que para Espa- ña ha de tener un desarrollo intenso y bien pla- neado de toda nuestra investigación científica a la vez que se coordina éste entre todas las insti- tuciones más caracterizadas del espectro cientí- fico, especialmente la Universidad, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y otras organizaciones relacionadas con él. De hecho, el desarrollo integral de una nación moderna impli- ca el desarrollo de su ciencia no sólo porque es necesaria para una economía vanguardista del país, sino también porque no puede haber cultu- ra moderna sin una vigorosa ciencia actualizada. Es obvio que un alto desarrollo nacional requie- re la creación de nuevas técnicas, gran capaci- dad innovadora y un considerable potencial cien- tífico de base. La investigación científica y técnica es, en una nación con aspiraciones de desarrollo, una fuerza imprescindible y posiblemente deci- siva para alcanzarlo. Para conseguir un desarro- llo equilibrado no sólo es necesario contar con la ciencia y la tecnología adecuadas, sino con los instrumentos que permitan a los gobernantes integrar esa ciencia en la política global del país. La investigación científica en España después de un buen número de altos y bajos, se encuen- tra hoy afortunadamente en el camino para un cambio, claramente, hacia mejor, gracias a los nuevos impulsos desarrollados desde la Presi- dencia del Gobierno a través de la nueva Ofici- na de Ciencia y Tecnología, bajo la dirección

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Ars Pharmaceutica, 44:3; 281-301, 2003

281LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y LA PROBLEMÁTICA DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA

La investigación científica y la problemáticade la industria farmacéutica

JULIO R. VILLANUEVA

Director, Real Academia de Farmacia

ACADEMIA IBEROAMERICANA DE FARMACIA

Excmo. Sr. Director de la Academia Ibero-americana de Farmacia,

Excmas. e Ilmas. Autoridades,Profesores y Alumnos,Señoras y señores:

Deseo iniciar este Discurso de Ingreso en laAcademia Iberoamericana de Farmacia haciendopatente mi agradecimiento a la Junta de Gobier-no de la misma por haberme elegido, hace unosmeses, Académico de Honor de esta institución,distinción que valoro sinceramente.

Quisiera también felicitar a todos sus mie-bros por la labor que realizan en el ámbito anda-luz, donde esta Academia comparte su sede en-tre Granada y Sevilla, ciudades en las que siemprerecibo una entrañable acogida y a donde siempreacudo con gran satisafcción.

Al comentar con el Director de la Academiacuál podría ser el tema a desarrollar en el Dis-curso Reglamentario, ante una audiencia consti-tuida predominantemente por farmacéuticos o porpersonas próximas a su entorno, me parecióoportuno abordar un tema que, durante mismuchos años de vida académica, he vivido delleno y me ha preocupado siempre. Se trata dela Investigación Científica, realizada tanto en laUniversidad como en el Consejo Superior deInvestigaciones Científicas, y, en esta ocasión,de su vimculación con la industrai farmacéutica.

Mi más cordial agradecimiento, por último,al Prof. Dr. D. Francisco Ruiz Berraquero, buenconocedor del tema que vamos exponer, por te-ner la amabilidad de contestar a mi Discurso.

La investigación científica: una reflexión

En diferentes ocasiones se ha puesto de ma-nifiesto la importancia capital que para cualquiernación tiene el apoyo al desarrollo científico ytécnico nacional. Por ello, es fácil comprenderla gran trascendencia y prioridad que para Espa-ña ha de tener un desarrollo intenso y bien pla-neado de toda nuestra investigación científica ala vez que se coordina éste entre todas las insti-tuciones más caracterizadas del espectro cientí-fico, especialmente la Universidad, el ConsejoSuperior de Investigaciones Científicas y otrasorganizaciones relacionadas con él. De hecho, eldesarrollo integral de una nación moderna impli-ca el desarrollo de su ciencia no sólo porque esnecesaria para una economía vanguardista delpaís, sino también porque no puede haber cultu-ra moderna sin una vigorosa ciencia actualizada.Es obvio que un alto desarrollo nacional requie-re la creación de nuevas técnicas, gran capaci-dad innovadora y un considerable potencial cien-tífico de base. La investigación científica y técnicaes, en una nación con aspiraciones de desarrollo,una fuerza imprescindible y posiblemente deci-siva para alcanzarlo. Para conseguir un desarro-llo equilibrado no sólo es necesario contar conla ciencia y la tecnología adecuadas, sino conlos instrumentos que permitan a los gobernantesintegrar esa ciencia en la política global del país.

La investigación científica en España despuésde un buen número de altos y bajos, se encuen-tra hoy afortunadamente en el camino para uncambio, claramente, hacia mejor, gracias a losnuevos impulsos desarrollados desde la Presi-dencia del Gobierno a través de la nueva Ofici-na de Ciencia y Tecnología, bajo la dirección

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del Profesor Fernando Aldana. Aun reconocien-do que en algunos momentos de la década de losochenta se han dado pasos importantes en loque se refiere a la organización, financiación yfinanciamiento de la investigación científica ytécnica a escala estatal, sobre todo con la apro-bación por el Parlamento de la Ley de la Cien-cia, las cantidades que se dedican a investiga-ción y desarrollo en nuestro país han venido siendotodavía relativamente bajas, y somos conscien-tes de que cuesta mucho superar las reducidascotas a las que con tanta frecuencia nos referi-mos los científicos y personas preocupadas porel desarrollo científico y técnico español enmuchas de nuestras intervenciones públicas oprivadas. De hecho, no descubrimos nada nuevosi afirmamos que nuestros presupuestos destina-dos a I+D han estado entre los niveles más bajosde los países pertenecientes a la Unión Europeay aunque España ha estado ocupando un lugarpróximo al décimo en el mundo por su ProductoInterior Bruto, en verdad esa posición no secorresponde con la que se estima por su funcióndel desarrollo científico-técnico del país.

La importancia de la investigación universi-taria no sólo reside en el hecho de que es y debeseguir siendo predominantemente básica, estra-tégica y a largo plazo y que, como tal, desempe-ña un papel esencial para asegurar el equilibrioy la calidad del conjunto de esfuerzos en inves-tigación y desarrollo. Su gran trascendencia, yquizás su particularidad, reside en el hecho deque cumple una amplia gama de funciones y enque su influencia se extiende a otros sectores,tales como los educacionales, culturales, econó-micos y sociales, en una forma que, tal vez, notiene equivalente en otras áreas del sistema deinvestigación. Obligación de todo profesor esmantener la docencia en las fronteras del cono-cimiento y esto sólo se puede lograr si la Uni-versidad aporta los medios necesarios para rea-lizar investigación.

Nuevos vientos parecen soplar en nuestros díaspor las esferas gubernamentales españolas enrelación con la investigación científica y tecno-lógica desde la opción de Ciencia y Tecnología.Se aprecia un deseo de que nuestra capacidadcientífica se adecue rápidamente a las demandassociales y a la resolución de nuestros problemasde carácter regional o local. Durante años hemosvivido mayormente de espaldas a esta realidad,sin que nos hayamos decidido a explotar efecti-

vamente las amplias reservas de conocimientoscientíficos existentes en los departamentos uni-versitarios o en los centros de investigaciónestatales. No existe la menor duda de que lafórmula para superar cuanto antes estas dificul-tades se encuentra en el adecuado desarrollo denuestros centros de investigación y en la buenaformación y el sucesivo aprovechamiento de losuniversitarios mejor dotados intelectualmente ycon más deseos de rendir y trabajar, para laobtención de los mejores frutos para la sociedadespañola. La investigación, no se duda, es esen-cial para el desarrollo de las actividades acadé-micas y de ese nivel de investigación desarrolla-da por los cuerpos docentes va a depender, engran medida, la calidad de la docencia y la futuraformación de los titulados universitarios. El po-tencial de las Universidades como poseedoras deun personal altamente especializado es una in-versión esencial para el país, que justifica am-pliamente los esfuerzos económicos y políticosque se realicen tanto a nivel del Gobierno de lanación así como del estado de las autonomías deíndole regional.

Asistimos a una época de desarrollo materialy tecnológico extraordinariamente rápido y po-tente; es una de las características del siglo ac-tual. El fenómeno de la explosión tecnológica seapoya en un crecimiento rápido de los conoci-mientos científicos, campo enormemente exten-so que va desde la física nuclear y de fluidoshasta la arrolladora biología molecular, y que,en su conjunto, son la base del desarrollo tec-nológico. La demanda social de tecnología, fuer-za y proporciona un abundante aporte de mediosal desarrollo científico. La fuerte competencia ylas interacciones mutuas a través de reuniones,publicaciones, visitas y redes informáticas, esta-blecen un mecanismo de selección natural muyacelerado y de vida relativamente corta.

En España contamos con un elevado númerode jóvenes y valiosos licenciados deseosos deaprender y crear, ansiosos de producir ciencia sise les promociona y se les ofrecen las oportuni-dades necesarias. La Nación, en su fase actualde desarrollo, se encuentra en un interesante nivelcientífico que puede permitirle contribuir en lospróximos años, en no pocos sectores, al progresocientífico internacional. Pero para ello es preci-so poner en marcha la maquinaria necesaria yestablecer también la adecuada organizacióncientífica, algo que es fundamental y que se aprecia

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(¡y de qué forma!), por ejemplo, en los EstadosUnidos. Además de las personas y grandes es-pecialistas, los decisivos cerebros, lo que esabsolutamente imprescindible es el sistema. Deotro modo, la máquina investigadora, la que poneen contacto el esfuerzo de la persona con elproducto final, no funciona.

Personas sumamente cualificadas han afirma-do que los investigadores españoles tienen nivelno sólo científico, sino humano, son capaces degrandes esfuerzos personales, y que su número,a pesar de las dificultades, ha aumentado mu-cho. Concretamente, por mencionar algunos ejem-plos, en áreas como la química orgánica, la físi-ca de sólidos, o la biología molecular, entre otras,existe ya un tamaño suficiente para generar masascríticas que aprovechen las ventajas del estable-cimiento de una infraestructura concreta bienorganizada.

Es posible apreciar en la política científica delos diferentes países, tanto avanzados como endesarrollo, el establecimiento de prioridades enel ámbito nacional que pueden coincidir o nocon aquéllas que se adoptan a escala internacio-nal. Con frecuencia, el orden de las prioridadesresponde a objetivos más inmediatos, más inte-resantes desde el punto de vista político de caraa la sociedad. Aunque no faltan países que esti-mulan la investigación fundamental como basede formación de verdaderos científicos, es confrecuencia más importante optar por campos deinvestigación aplicada capaces de rendir benefi-cios inmediatos que constituyan una respuesta alas necesidades materiales del país. La cienciaabstracta y especulativa, como acertadamente haafirmado Mayor Zaragoza en el prólogo de laobra «Investigación científica y metas sociales»,editada hace algún tiempo por Alhambra, ha dejadopaso gradualmente a la ciencia aplicada, siempreen busca de los intereses prioritarios de la socie-dad. Apenas sin darse cuenta, los esfuerzos cien-tíficos y tecnológicos se orientan hacia el con-cepto de desarrollo con intereses concretos y fácilesde evaluar. La investigación científica y tecnoló-gica y la transferencia de tecnología tienden aorientarse hacia la resolución de problemasdefinidos e importantes, algunos de los cualesconstituyen motivos fundamentales de preocu-pación en no pocas áreas geográficas.

En los momentos actuales se puede afirmarque el efecto de la ciencia y la tecnología sobrela sociedad ha crecido considerablemente. La

humanidad nunca ha estado tan bien preparadapara abordar los problemas a los que se enfrenta.Todo un conjunto de descubrimientos y avancescientíficos recientes están comenzando a produ-cir su gran impacto sobre la sociedad. Ejemplosbien patentes se dan en varias áreas, pudiéndosedestacar la revolución de la microbioelectrónicaa nivel industrial, e incluso, en el de la medici-na, las aplicaciones verdaderamente trascenden-tes de la biotecnología y la ingeniería genéticaque amenazan con conmover las bases de la bio-logía y de sus aplicaciones. En especial, los úl-timos logros de la biología son muy importantespara la solución de problemas de salud, alimen-tarios y ecológicos. Simultáneamente preocupael progreso de la ciencia y la tecnología, ya quese vislumbra que puede acarrear problemas es-pecialmente complejos, aunque seamos muchoslos que pensemos que la ciencia, como productopoderoso de la actividad humana, puede y debecontribuir a satisfacer las necesidades y aspira-ciones sociales.

Publicaciones diversas han puesto de mani-fiesto la importancia que, para cualquier nación,tiene el apoyo al desarrollo científico y técnico,y no hace falta insistir en la trascendencia quepara España puede tener un desarrollo intenso ydebidamente planificado de nuestra investigación.El desarrollo integral de una nación modernainvolucra el apoyo a su ciencia, no sólo porquela necesita la economía moderna del país, si aspiraa ser dinámica e independiente, sino tambiénporque no se comprende una cultura modernasin una vigorosa ciencia actualizada. Es obvioque un alto desarrollo nacional requiere la crea-ción de nuevas técnicas y la existencia de capa-cidad innovadora y de potencial científico de base.La investigación debe aspirar a ser soporte deuna formación superior educativa y difícilmentese puede comprender una universidad que no estésólidamente basada en el desarrollo de la cien-cia y las actividades propias de ésta.

La investigación científica y técnica es, enuna nación con aspiraciones de desarrollo, unafuerza imprescindible y decisiva para aceleraréste. Para conseguir un desarrollo equilibrado yhumano es necesario contar no solo con la cien-cia y la tecnología, sino también con los instru-mentos que permitan integrar ciencia y tecnolo-gía, favoreciendo la coordinación de programasy esfuerzos sectoriales. En no pocas naciones seconsidera que la planificación de la investiga-

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ción es una necesidad imperiosa, centralizandola política científica y tecnológica coordinadoray promotora de actividades, definiendo objetivosy medios, pero proporcionando flexibilidad ylibertad a los centros y equipos de investigaciónpara su ejecución. Como no hace mucho afirma-ba un destacado político-científico, los progra-mas de formación de personal científico, las di-rectrices para la organización de los centros deinvestigación, la responsabilidad de los investi-gadores, son aspectos que deben constituir nues-tra principal preocupación, porque incluso larentabilidad no puede plantearse sin estos su-puestos con entidad propia.

Resulta, ciertamente, muy fuerte reconocer larealidad de la situación actual de España, puestatan justa y claramente de manifiesto, no hacemucho, por el Presidente del CSIC cuando afir-maba que «el problema capital de la investiga-ción española no es, contra lo que suele afirmar-se, la falta de medios, sino la ausencia deorganización». Como consecuencia de una defi-ciente organización, se carece de objetivos defi-nidos y no se emplean adecuadamente los recur-sos humanos y materiales de los que se dispone.Ordenar la política científica nacional es tareade Estado y, aunque reconocemos la verdaderagravedad de la situación actual en España, lainfraestructura existente permite abrigar un cier-to optimismo que no debemos despreciar ni in-fravalorar. Por ello se afirma la necesidad ur-gente de una auténtica política científica, queexige una larga y costosa elaboración, seguidade un pronunciamiento político responsable.Resulta, por tanto, apropiado recordar alguna fraserecogida en el manifiesto elaborado por los cien-tíficos del jurado, presidido por el ProfesorSevero Ochoa, del Premio Príncipe de Asturiasde Investigación Científica y Técnica en la déca-da de los ochenta, en particular al afirmar que lainversión en ciencia, si se planifica y utilizaadecuadamente, no es un gasto oneroso, sino unainversión altamente rentable. Los científicos debencontar con medios y facilidades, lo que no ex-cluye una estricta exigencia de responsabilida-des, ya que, al recibir medios y recursos de lasociedad, tienen la obligación de contribuir alavance de los conocimientos y, si es posible,conseguir resultados prácticos.

No cabe duda de que si en España se potenciael interés de la sociedad por el desarrollo cien-tífico y técnico, se facilitará el estímulo de la

productividad científica de los investigadores,proporcionando las bases de una evaluación rea-lista de los resultados. Y ya en otro importantesector, como es el universitario, no se discutehoy que la investigación sea esencial para eldesarrollo de las actividades académicas y for-mativas de sus hombres.

La investigación universitaria

Abundan los escritos y las afirmaciones entorno a la importancia que para cualquier nacióntiene el poder contar con una Universidad nosólo docente sino, fundamentalmente, investiga-dora. Difícilmente se podrá hablar de una Uni-versidad moderna y actualizada si ésta no se basaen unas actividades investigadoras serias y ex-tendidas o generalizadas. En diferentes ocasio-nes, autoridades internacionales competentes yexperimentadas han subrayado la necesidad deque la Universidad se convierta en el gran centroinvestigador nacional, en la mayor instituciónde excelencia científica. La meta a alcanzar nohay duda de que está en una nueva Universidadque, además de enseñar, investigue y forme asus alumnos en la investigación. Resulta impres-cindible una evolución de la propia mentalidaduniversitaria y de sus miembros como verdade-ros responsables del desarrollo de la investiga-ción científica y como reales ejecutores delmodelado de los universitarios necesitados de esaevolución.

En varias ocasiones hemos hecho hincapié enla función de las actividades investigadoras enlas Universidades, investigación que pone, nece-sariamente, a punto una función crítica por exce-lencia y de importantes consecuencias. La inves-tigación universitaria por sí misma, y de formaque ninguna otra institución podrá igualar, con-tribuye al desarrollo de la ciencia y proporcionaconocimientos, explicaciones y experiencia a losuniversitarios; sólo manteniendo la calidad de ladocencia, apoyada, en todo momento, en la in-vestigación científica, se podrá alcanzar el nivelrequerido para que los titulados universitariospuedan competir adecuadamente y desempeñarsatisfactoriamente sus carreras.

Un conocimiento del nivel investigador al-canzado por los diferentes países europeos muestrahasta qué grado son decisivos los esfuerzos in-vestigadores desarrollados en las Universidades

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sobre las que, afortunadamente y de forma deci-siva, cae el peso de la investigación. El personalaltamente especializado de las universidadessupone una inversión esencial para el futuro delos países y un potencial que justifica amplia-mente los esfuerzos económicos y sociales quese realicen a niveles políticos y de gobierno.

Preocupación constante ha supuesto para lasautoridades académicas y políticas españolas elproblema de la emigración de científicos forma-dos en nuestras universidades y centros de in-vestigación. Nuestros graduados, y en especiallos que se iban doctorando en nuestras universi-dades, han obtenido becas y ayudas de investi-gación para trasladarse a universidades y centrosde investigación del extranjero, sobre todo delos Estados Unidos y de los países europeos másavanzados. Las becas Fullbrigth y los conveniosculturales con los Estados Unidos en el pasadohan facilitado medios para esa constante salidade científicos españoles hacia el país teórica yprácticamente más en vanguardia en los diferen-tes campos científicos, pero, particularmente, enel de la biología molecular.

Es conveniente la idea de enviar al extranje-ro, y a ser posible a grupos y centros de autén-tico prestigio científico, a los postgraduados, mejorpostdoctorales, que ya cuentan con una sólidaformación investigadora y están en posesión desuficientes conocimientos de inglés. La forma-ción complementaria de la que se enriquecen nosólo en su especialidad, incluso a través de lostrabajos de investigación, no es nada al lado dela visión amplia que adquieren de la ciencia yde la docencia, de los sistemas de trabajo, de lasrelaciones humanas y de la forma de comportar-se ante amplios sectores sociales. Nadie, absolu-tamente nadie, debería ocupar un puesto impor-tante en la Universidad o en la investigación siese paso necesario y conveniente por uno o máscentros de investigación del extranjero. La vi-sión que de la ciencia se adquiere es otra, comoes totalmente diferente el enjuiciamiento de losproblemas de la Universidad.

En otra ocasión describíamos de qué formase considera, en las Universidades europeas yamericanas más prestigiosas, el apoyo a la in-vestigación científica. De hecho, la más notablecaracterística de la investigación universitaria essu estrecha unión con la docencia. Una y otra seconsideran importantes y ambas se complemen-tan, a pesar de los problemas de masificación y

de falta de recursos con que se enfrentan loscentros de educación superior. En algunos mo-mentos, esos factores han alcanzado gran impor-tancia y la balanza se ha tratado de inclinar ha-cia el lado de la docencia, lo que ha estadoampliamente justificado por la falta de profeso-res y los elevados números de estudiantes, y porquela docencia resulta más económica que hacerfuncionar la investigación al nivel adecuado.Incluso, en algunos países, se han puesto en marchauniversidades principalmente docentes, olvidán-dose de la investigación. Esto ha ocurrido con lareforma universitaria sueca y los nuevos planesde extensión universitaria en el ámbito regional.El problema se ha vivido de lleno en las univer-sidades hispanoamericanas y, en parte, en las denueva creación de España, en donde se ha trata-do de salir adelante mayormente con clases de-sarrolladas, en no pocos casos, por profesoresimprovisados, sin formación en investigación. Losresultados saltan a la vista y han sido causa deartículos bastante críticos, cuando no de obrasmás extensas.

Reunir e integrar las actividades de docenciae investigación ha sido siempre el ideal de lasuniversidades que se respetan a sí mismas. Sinembargo, en unas décadas, las instituciones hanevolucionado forzadas por las circunstancias delincremento de alumnado y las demandas de edu-cación y han dejado de ser, como decía un autor,reservas elitistas para la educación de una pe-queña minoría, para pasar a ser organizacionessociopolíticas para la educación masiva de unaobra académica. Durante este mismo periodo, lainvestigación ha dejado de ser base de ocupa-ción de unos pocos hombres brillantes y privile-giados, pasando a ser, prácticamente, una indus-tria para la producción sistemática deconocimientos. Y estos cambios han obligado aplantearse la pregunta de si existe suficiente jus-tificación para que en el futuro la docencia y lainvestigación se sigan manteniendo unidas. Larespuesta a estos planteamientos ha supuesto unconstante reto para las Universidades y, por ra-zones diversas, esta cuestión continuamente sal-ta a la palestra en reuniones de especialistas eneducación o de Rectores de Universidades. A decirverdad, la gran expansión del mundo universita-rio, durante las últimas décadas, ha hecho elprincipio de la integración de la docencia y lainvestigación muy vulnerable por la crítica queafecta, principalmente, a la problemática deriva-

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da del control de los fondos adjudicados a ladocencia y a la investigación.

A pesar de los muchos escritos y discusionessobre el tema, hemos de subrayar que la prácticatotalidad de las Universidades más prestigiosaseuropeas se adhieren al viejo concepto ideológi-co de la unidad de docencia e investigación y nisiquiera admiten dudas sobre la conveniencia deuna estrecha conexión entre ambas.

Es obvio que se necesitan docentes activa-mente implicados en la investigación para ofre-cer educación y ciencia de un nivel adecuado ala función universitaria. Y los profesores que tienencompetencia en investigación se consideran ab-solutamente necesarios e imprescindibles para ladocencia a estudiantes avanzados. Separar lainvestigación de la educación de los investiga-dores ha sido considerado siempre carente desentido y hasta absurdo. De hecho, la presenciade la investigación en una Universidad atrae yretiene al personal más cualificado, del cual puedebeneficiarse, además, la docencia.

Pero no es menos interesante reflexionar so-bre lo que la docencia puede hacer a favor de lainvestigación. Cuando los investigadores partici-pan en la docencia, se ven forzados a sistemati-zar sus conocimientos y a situarlos dentro de unmarco más amplio. Debido a que, por lógica, elcientífico tiende individualmente hacia la espe-cialización, estrechando su horizonte profesio-nal, al ampliar sus conocimientos con la docen-cia, amplía las posibilidades de sus propiasinvestigaciones. Pero, además, la docencia per-mite difundir los resultados de la investigación,dándolos a conocer a amplios sectores sociales,con lo que se hacen más asequibles para su pos-terior aplicación. Las actividades propias delproceso de formación de los investigadores con-tribuyen enormemente a la investigación. Laexistencia de docencia e investigación en unmarco común facilita la selección y el recluta-miento de jóvenes investigadores. A su vez, laparticipación de los estudiantes, futuros investi-gadores, enriquece y estimula la investigación.Contemplando el ámbito de las Universidades,la presencia de los jóvenes investigadores no sólorepresenta una fuente de inteligencia, sino quesu entusiasmo y su nivel de exigencia, de clari-dad y de resultados, representan un constanteestímulo para el ambiente investigador y ejercenuna influencia sumamente positiva sobre el maes-tro. A decir verdad, docencia e investigación

representan las dos caras de una misma fuerzacreadora.

La investigación básica y la aplicada

Ha sido casi una obsesión para no pocos cien-tíficos o personas dedicadas o relacionadas conla política de la Ciencia, el tratar de hacer unadistinción entre la investigación básica o funda-mental y la aplicada, especialmente en el sentidode que en la industria es necesario hacer inves-tigación aplicada, principalmente por motivosprácticos y económicos. Aunque algunos hanpuesto gran énfasis en tratar de establecer estadistinción, no son pocos los que piensan que hastapuede ser un error intentar llevar estas diferen-cias demasiado lejos o dejar de tener en cuentaque la investigación básica desempeña una fun-ción vital, no sólo a la hora de producir nuevasideas que conducen a nuevas técnicas y produc-tos, sino también en el desarrollo de los produc-tos existentes y sus aplicaciones en una granmultitud de procesos y caminos. Por todo esto, amedida que pasa el tiempo y tiene lugar la nuevarevolución tecnológica, se reconoce cada vez másla importancia capital que tiene la investigaciónfundamental, no dirigida a objetivos prácticosespecíficos que necesariamente haya de acome-ter la industria para seguir su camino. Son, porello, precisas, las relaciones con los institutos deinvestigación: los centros académicos o asocia-dos de investigación que cada día abundan máspor todas las latitudes.

Con el paso del tiempo se aprecia lo que al-gunos han denominado la solidaridad de la in-vestigación, la verdadera supresión de las fron-teras entre la investigación básica y la aplicada,fronteras que para otros nunca han existido. Decualquier forma, no cabe duda de que se ha es-timulado el desarrollo del conjunto, planteándo-se con ello problemas de organización, que si-guen siendo temas muy actuales. Convienesubrayar que, al dilatarse la investigación y eltrabajo científico en la zona de las aplicaciones,no se desvincula del cultivo estrictamente cien-tífico.

Aunque son diversos los autores que los hanmencionado, el prestigioso científico argentinoy Premio Nobel Bernard Houssay solía recordaren sus escritos que no hay ciencias aplicadas,sino aplicaciones de las ciencias, y que todos los

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descubrimientos importantes derivan de las in-vestigaciones básicas, generalmente desinteresa-das, que buscan la verdad por al verdad misma.Sería interminable aducir testimonios y traer datosque demuestran la vinculación de la Ciencia consus aplicaciones. Los ejemplos abundan en todaslas ciencias y en todos los campos, y sobre eltema se ha escrito y hablado mucho.

El futuro de la Universidad depende del gra-do en el que asimile y sea capaz adaptarse a lastendencias descritas en obras muy caracteriza-das sobre estos temas. Así, la creación de unentorno investigador fuerte es la única manerade conseguir que el mundo empresarial fije susojos en la Universidad. Y, a decir verdad, enEspaña llevamos un gran retraso en todo lo re-lacionado con la producción de patentes. Recien-temente, un importante medio de comunicaciónespañol hacía referencia al informe de Eurostaten donde se subrayaba que «España aporta sóloel 1’15% de las patentes registradas en Europa»,una cifra prácticamente irrelevante cuando secompara con lo que sucede con las nacioneseuropeas más solventes, como Francia, Alema-nia y el Reino Unido, que prácticamente superanel 70% de la innovación de la Unión Europea.

El desarrollo de Centros de excelencia, unanecesidad

Es un hecho que en nuestro país faltan recur-sos suficientes para atender todos los campos deinvestigación científica y técnica. Aunque seimpone la rápida superación de los niveles derecursos disponibles y la necesidad de alcanzarniveles de I+D del 1 ó 1’2 % del PNB, tan pron-to como sea posible, tal vez no va a resultar fácilcubrir una gran cantidad de campos en un futuropróximo. La alternativa puede ser, tal vez, la deseleccionar una serie de campos prioritarios endonde se puedan concentrar las acciones inves-tigadoras y de formación de investigadores.

La experiencia de otros países, pero más con-cretamente de Italia, en este campo puede serdefinitiva a la hora de conseguir resultados sa-tisfactorios y la mayor eficiencia de los recursosutilizados. Nos referimos a la política de crear yapoyar centros de excelencia al modo de lo(s)que ya existe(n) en España, como es el caso delCentro de Biología Molecular (CBM), desarro-llado conjuntamente por el CSIC y la Universi-

dad Autónoma de Madrid. En diferentes ocasio-nes hemos insistido en la conveniencia de llevaradelante una política semejante en otras áreascientíficas y, posiblemente, en localidades geo-gráficas diferentes. La posibilidad de ayudar ypotenciar a equipos y grupos de investigación,ya existentes en Universidades de provincias, puedeser altamente aconsejable y conveniente. Losrecursos actuales del CSIC podrían ser suficien-tes para ir generando el desarrollo de esa clasede centros de excelencia en centros propios omixtos, concertados con las Universidades, endiferentes ciudades españolas. La concentraciónde recursos en estos sectores no sólo serviríapara producir ciencia relevante, sino, sobre todo,para colaborar en la formación de jóvenes cien-tíficos de reconocido valor y apreciados tantodentro como fuera de España. Al modo en el quese está tratando de desarrollar en Italia, en dondeexisten magníficos ejemplos, estos centros no sólomejorarían el nivel de la investigación en áreasconcretas y de interés preferente para España,sino que, además, servirían para marcar una pautay actuar de modelo, estimulando acciones seme-jantes en otros centros y sectores.

La investigación y la industria farmacéutica

Al referirnos al desarrollo de la investigaciónfarmacéutica en España, estamos obligados aafirmar que el crecimiento de los mercados far-macéuticos es el resultado lógico del carácterfuertemente innovador e investigador propio deese sector, que tiene su razón de ser en la nece-sidad de dar respuesta a las crecientes demandasde salud de la población asociada al desarrolloeconómico y a la mejora de esperanza de vida dela población. Pero ese crecimiento constituye,según los expertos, un factor de conflicto al chocarcon las políticas públicas de control del gasto,sobre todo si se tiene en cuenta que los SistemasNacionales de Salud financian con recursos pú-blicos un elevado porcentaje del consumo far-macéutico de los ciudadanos. Este hecho estápropiciando que a los sectores tradicionalmenteinteresados por la evolución de la actividadfarmacéutica y /o por las aportaciones terapéuti-cas fruto de la misma, se vengan incorporandocon notable rapidez, en los últimos años, unnúmero creciente de profesionales e institucio-nes cuyo principal interés es la búsqueda de

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soluciones para superar el conflicto entre el de-sarrollo de la industria farmacéutica pública yque precisan disponer para ello de la informa-ción estadística de base que, desafortunadamen-te, o no existe o se encuentra excesivamentefragmentada o dispersa.

Y en este contexto nada mejor que consultarlas publicaciones anuales de Farmaindustria paraconocer todo lo relacionado con la industria far-macéutica de nuestro país. Concretamente en elvolumen correspondiente al pasado año se reco-gen datos de la Encuesta Industrial de Empresasy del Consejo General Farmacéutico en su catá-logo de Especialidades Farmacéuticas, que sir-ven para ponernos al día sobre el número deempresas farmacéuticas con actividad producti-va que en 1998 han alcanzado el número de 266mientras que los laboratorios titulares de regis-tros se situaban en 374. El personal empleado enla Industria Farmacéutica Española, alcanzaba en1998 la cifra de 34.200.

La información sobre la distribución de labo-ratorios titulares de especialidades farmacéuti-cas por Comunidades Autónomas en 1998, aportadatos verdaderamente significativos, poniendo demanifiesto la concentración de laboratorios enlas Comunidades de Cataluña y de Madrid con171 y 155 respectivamente, mientras le sigue enese orden la Comunidad Valenciana con sólo 17industrias farmacéuticas y la de Andalucía con10. Las restantes Comunidades se sitúan entre 1y 5, calculándose en la Comunidad de Castilla yLeón, a la que uno pertenece, que sólo existen 2empresas, una de ellas suponemos que será laFábrica de Antibióticos de León, ahora con se-rios problemas de funcionamiento tras los gra-ves errores cometidos en la venta a una empresaitaliana de sus instalaciones. En el País Vascoexisten 4 empresas y en las Comunidades deBaleares, Extremadura y La Rioja no existe nin-guna.

A título informativo diremos que en la UniónEuropea, en lo que se refiere a la producciónfarmacéutica, Francia se sitúa claramente a lacabeza, seguida de Alemania, Reino Unido, eItalia, estando España en un lugar muy digno ybastante por encima de países como Bélgica,Suecia y Holanda, que, sin duda, ocupan posi-ciones sobresalientes en el campo de la investi-gación científica y tecnológica. Es de destacarcómo Suiza se sitúa en sexto lugar, después deItalia.

Un estudio de los índices de producción in-dustrial española presenta los productos farma-céuticos claramente por encima de lo que supo-ne la industria química, algo que sorprenderá amuchos, incluidos los expertos. Y si nos referi-mos a la distribución porcentual de las molécu-las en I+D por grupos terapéuticos, en 1997 cla-ramente se sitúa el equipo terapéutico relacionadocon el sistema nervioso central con un 17’2 %,seguido del de antiinfecciosos vía general conun 13’3 % y el de aparato cardiovascular con un11’7% y el considerado del aparato digestivo ymetabolismo con un 11’4 % y, a cierta distancia,los restantes grupos como el de citostáticos y elde sangre y órganos hematopoyéticos, que ron-dan el 8%.

Podemos ocuparnos, por último, de los secto-res industriales con datos referidos a 1996, reco-gidos en la Encuesta sobre Innovación Tecnoló-gica en las Empresas. Se destaca el sector delautomóvil como el más innovador, seguido delsector farmacia. En tercer lugar, se sitúa el sec-tor químico, excluyendo los correspondientes afarmacia, para concluir con el sector de radio,televisión, y comunicaciones, siendo el sectoraeroespacial el que ocupa el quinto lugar coninversiones de aproximadamente la mitad del sectorfarmacia.

Interesa, así mismo, comentar algo sobre elestado actual de la Industria Farmacéutica. Denuevo hacemos referencia a la publicación anualde Farmaindustria titulada, en este caso,» LaIndustria Farmacéutica en Cifras, edición 1999".Precisamente, en la presentación de tan impor-tante publicación se hace mención del crecimientode los mercados farmacéuticos como resultadológico del carácter fuertemente innovador e in-vestigador del sector farmacéutico, que tiene surazón de ser en la necesidad de dar respuesta alas crecientes demandas de la salud de la pobla-ción, asociadas al desarrollo económico y alaumento de la esperanza de vida. El informe esamplio y rico en datos de gran utilidad para losinteresados.

La problemática general en el desarrollo denuevos medicamentos es en estos momentosconsiderable. Nos parece interesante subrayar queactualmente se estima que el coste medio deldesarrollo de una nueva molécula es, según da-tos de 1997, de unos 600 millones de dólares, loque equivale a 96.000 millones de pesetas, pare-ciéndonos también oportuno destacar que, actual-

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mente, sin embrago, se requiere sólo entre 7 y10 años de desarrollo, mientras que antes eran14. Pero lo que es más importante es que sólo 1de cada 6.000 nuevas moléculas llega al merca-do, y 7 de cada 10 moléculas aprobadas no re-cuperan la inversión que han requerido. Son datosque reflejan lo arriesgado de un negocio en elque no todos los fármacos llegan a recaudar ci-fras elevadas. Recientemente, se han dado aconocer resultados sobre el número de proyectosde investigación y desarrollo en las áreas deoncología, sistema nervioso central, antiinfecciosas,aparato locomotor, digestivo, etc., y la inversiónestimada para el año 1999 en este capítulo es de39.000 millones de dólares en todo el mundo, elequivalente a 6.240.000 de pesetas. Aproxima-damente, la mitad de estas cifras corresponde aempresas situadas en los Estados Unidos deAmérica y el resto en Europa y en el Japón.

Dicho esto, conviene tener en cuenta otrosdatos ciertamente significativos y nos referimosal encarecimiento, actualmente, de la I+D. Secalcula que el número medio de estudios clíni-cos por cada molécula en la década de los 80 erade 30, mientras que 10 años más tarde amplia-mente se ha duplicado esta cifra, además de queha aumentado en calidad e inversión recibida. Sihacemos caso del número de ensayos, es preci-so subrayar que entre 1981 y 1984 se empleabauna media de 1.300 pacientes en cada estudioclínico, mientras que en 1995 esta cifra ascendióa más de 4.000 y no faltan ejemplos en los queel número de ensayos, con frecuencia, supera los8.000 pacientes, datos que justifican ampliamen-te el encarecimiento de esta clase de estudios.

No hay duda de que las inversiones en I+Dreferidas actualmente preocupan en amplios sec-tores relacionados con la industria farmacéutica.Mientras que en los años ochenta este tipo deindustria apenas invirtió unos 5.000 millones dedólares en I+D, el pasado año esta partida supe-ró los 40.000 millones de dólares (6.400.000millones de pesetas). Conviene recordar que elsector biotecnológico, que tanto interés ha des-pertado en los últimos años, ha superado los 9.000millones de dólares de gasto, una cifra, cierta-mente, muy elevada. Recientemente se ha publi-cado cómo el sector farmacéutico utiliza la bio-tecnología para despegar. Así se subraya cómoel interés de la industria farmacéutica por nue-vos productos está provocando una amplia acti-vidad corporativa en Europa y en los Estados

Unidos. También se destaca cómo ambos conti-nentes, pese a tener dos caminos de desarrollobiotecnológico bien distintos, están haciendo frentea un gran número de fusiones y alianzas entreempresas biotecnológicas, por un lado, y entreéstas y las compañías farmacéuticas por otro. Deesta forma, se afirma que, para las grandes com-pañías farmacéuticas, el sector de la biotecnolo-gía presenta una asociación de tecnologías yprometedores medicamentos en la que puedenparticipar cuando lo consideren necesario. Dehecho, en la época de la globalización, tiene pocaimportancia si sus descubrimientos genéticos olos bioinformáticos tienen lugar en San Francis-co, Oxford o Munich. Sin embargo, la realidadfinanciera es que las compañías biotecnológicasestán operando en tres universos separados,manteniendo un ritmo distinto en los EstadosUnidos, el Reino Unido y el continente europeo,a lo que parece, desconectado.

De forma concreta, en los Estados Unidos, untorrente de productos de éxito y un repentinoestallido de actividad corporativa ha sacado alsector fuera del estancamiento, después de me-ses de pesimismo por parte de los inversores.Así se afirma que cada vez más compañías con-siguen ser rentables, y los analistas se alegran decontar con una continua lluvia de nuevos pro-ductos y una actuación ciertamente espectacularen Bolsa de las grandes compañías.

Mientras, en el Reino Unido, con un retrasode 5 a 10 años, los tan esperados productos hanempezado, al fin, a emerger. Pero, a pesar deello, la respuesta de la Bolsa ha sido menosentusiasta, y el estado de ánimo de la opiniónpública, influida por el debate sobre los alimen-tos transgénicos, apenas favorece el éxito.

La Industria Farmacéutica vive momentos quese podrían considerar como apasionantes, mar-cadas por la competencia y por las fusiones.Resulta por ello necesario analizar la problemá-tica de la industria farmacéutica en un país comoAlemania, considerado por muchos líder en laúltimas décadas. De hecho, a principios de los80, las empresas alemanas dominaban la indus-tria farmacéutica mundial y los investigadoresse iban a Alemania para formarse. Hoy, la ma-yoría de las empresas alemanas han bajado mu-chas posiciones como lo demuestra el caso deHoechst, que hace dos décadas era el primerfabricante mundial y a finales de los noventa haperdido su independencia, integrándose en Aventis.

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Por otra parte, Bayer está recibiendo presionespara seguir este camino, ya que, según los ex-pertos, de J.P.Morgan, ha perdido su oportuni-dad para convertirse en un líder farmacéuticoglobal. La empresa tiene dificultades para hacerfrente al presupuesto de investigación requeridopara jugar bazas de alto nivel en la industria. Porotra parte, otros miembros de la potente indus-tria farmacéutica alemana, como Merck, Sche-ring, y Boehringer Ingelheim, se enfrentan a futurosinciertos, al tiempo que no pocos cerebros ale-manes emigran a los Estados Unidos, atraídospor las activas y competitivas empresas ameri-canas.

Recientemente, «The Wall Street Journal» dabaalgunas razones para explicar, en cierto modo,lo que está sucediendo. Por un lado, las razonesde una combinación de grupos ecológicos medio-ambientales reaccionarios, al lado de regulacio-nes gubernamentales que más de uno consideraequivocadas, y, por otro, el conservadurismo deuna generación de químicos que todavía dirigenlos laboratorios de las empresas. Si se sumantodos estos factores se demuestra cómo el pen-samiento atrasado, los ruidos de una opiniónpública estridente y la política, pueden afectar ala más fuerte de las industrias.

Del mayor interés es la descripción que unperiódico como el “Diario Médico” ha hecho,recientemente, para explicar toda esta problemá-tica. Así, se dice, durante la Primera GuerraMundial, las operaciones de Bayer y Merck fue-ron confiscadas por el Gobierno americano, loque sentó las bases del imperio americano deMerck y quitó la licencia de venta de la aspirinaa Bayer. Después, en la era nazi, miles de cien-tíficos judíos iniciaron un éxodo hacia los Esta-dos Unidos. Más tarde, grupos diversos de acti-vistas de izquierdas, que incluían a los Verdesalemanes, y facciones del Ejército Rojo, se en-frentaron abiertamente contra los científicos par-tidarios de la biotecnología para el desarrollo defármacos. Y como no podía ser menos, las dosgrandes firmas Bayer y Hoechst se cerraron ensu estrategia de investigación basada en la quí-mica, en parte debido a la presión pública y tam-bién al hecho de que en el pasado les había dadobuenos resultados. Y por si todo esto fuera poco,el Estado siguió poniendo trabas a cierto tipo deexperimentos biotecnológicos.

Informaciones diversas hablan de que en 1994el Gobierno alemán decidió invertir más de 2.000

millones de euros para potenciar a la biotecno-logía en un plazo de 5 ó 6 años. Por su parte, lasprestigiosas empresas Hoechst y Bayer y otrasde menor importancia económica hicieron lomismo. A este respecto, interesa informar de que,a lo largo de los años 1998 y 1999, la empresaBayer ha invertido más de 600 millones de eurosen colaboraciones con firmas de biotecnología ycon otras de vanguardia en la investigación ge-nética. Y, a pesar de todo, los problemas hanseguido y una muestra de ello es que a la empre-sa Hoechst, por ejemplo, le costó más de 11 añosconseguir la aprobación para construir una fábri-ca de insulina modificada genéticamente. Enrelación con este tema, el mismo director de Bayer,Walter Benninger, ha evaluado los daños biotec-nológicos, que han supuesto la pérdida de quin-ce años vitales, que Alemania nunca podrá recu-perar. En relación con este tema tan destacado,el periódico antes mencionado, “The Wall StreetJournal”, recogía recientemente la relación delos líderes de ventas globales en 1998 de fárma-cos con receta, expresados en miles de millonesde dólares, tal como se pone de manifiesto en elcuadro que se reproduce en la tabla adjunta

LOS LIDERES(*)Ventas globales en 1998 de fármacos con receta, en

miles de millones de dólares.

1 Novartis AG (Suiza) 10’62 Merck & Co (EEUU) 10’63 Glaxo Wellcome (Reino Unido) 10’54 Pfizer (EEUU) 9’95 Bristol-Myers Squibb (EEUU) 9’86 Johnson & Johnson (EEUU) 9’07 American Home Products (EEUU) 7’68 Roche Holding (Suiza) 7’69 Eli Lilly (EEUU) 7’410 Smithkline Beecham (Reino Unido) 7’3

!Ventas de empresas farmacéuticas alemanas y puesto queocupan en el ranking mundial

13 Hoechst AG 6’216 Bayer Ag 5’220 Boehringer Ingelheim 3’622 Schering Ag Sin datos27 BASF Sin datos33 Merck Sin datos

(*) Fuente: IMS Health para The Wall Street Journal

A modo de epílogo se puede decir que laproblemática de la industria alemana aún no seha superado. Y ahí está el ejemplo de los inves-tigadores alemanes que apostaron por la biotec-nología y la genética en lugar de la química, yque tuvieron que pasar por experiencias un tanto

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desagradables con persecuciones y amenazas, nosólo de los Verdes sino también del Ejército Rojo.Científicos eminentes de algunas empresas ale-manas han tenido que emigrar a los EstadosUnidos, caso del doctor Norbert Riedel, ex res-ponsable mundial de biotecnología de HoechstMarion Rousse, que ha tenido que renunciar a sucargo, trasladándose a trabajar en la empresaamericana Baxter, en donde puede desarrollar delleno sus actividades. Por otra parte, es evidentela resistencia presentada por los científicos deHoechst para adoptar la química combinatoria,que analiza los compuestos con más rapidez yeleva la capacidad de investigación de una in-dustria, ya que creían que se podrían perder puestosde trabajo.

Algunos autores han subrayado recientemen-te cómo el aumento de los recursos que se dedi-can a la investigación no ha producido el corres-pondiente incremento en el flujo de nuevosfármacos que alcanzan el mercado, al menos porel momento. Interesa mencionar que el Centropara la Investigación Internacional de Fármacosdel Reino Unido ha facilitado un informe en elque se destaca que sólo se lanzaron 35 nuevasentidades moleculares en el mercado mundial en1998, lo que supone la cifra más baja desde 1979.De hecho, se ha producido una tendencia des-cendente en el lanzamiento de fármacos desdemediados de los años 80, cuando el citado centroregistraba entre 50 y 60 nuevas moléculas far-macéuticas cada año. Sin embargo, son en gene-ral, más innovadores, pero es cierto que todavíano se llega a la introducción de nuevos fármacosque los responsables del sector llevan anuncian-do desde hace años. Las ventajas de las nuevastecnologías como la genómica, la química com-binatoria, el «screening» de alta definición y labioinformática, así como una mejor gestión, es-tán tardando, más de lo que los optimistas ha-bían previsto, en recuperar el arsenal de I+D.

Interesa subrayar que el tiempo medio dedesarrollo de un fármaco, es decir, el tiemporequerido desde el aislamiento o síntesis de unanueva molécula hasta el lanzamiento de su co-mercialización, sigue estando, desde mediadosde la década de los ochenta, en una media queoscila entre los 10 y los 12 años, según el centrobritánico antes mencionado. No cabe duda deque las cifras pueden sorprender a las personasrelacionadas con el desarrollo de I+D e, inclu-so, a muchos expertos, pero no son más que la

realidad. La situación, sin embargo, puede ten-der a cambiar en el moderno desarrollo biotec-nológico, y entre los expertos británicos existecierto optimismo. Así, se sabe que las mayorescompañías están haciendo un mejor uso del nue-vo entorno de I+D que sus competidores de menostamaño. De hecho, las 12 ó 15 compañías quemás gastan en I+D tardan dos años menos demedia en desarrollar un nuevo tipo de fármacoque el resto de las compañías.

Por último, se puede informar que la indus-tria farmacéutica en su conjunto presentó 11.307proyectos de I+D en 1998, según se recoge en labase de datos Pharmaprojects de PJB Publicatio-ns. Y conviene resaltar que de esta cifra, 3.636proyectos están en desarrollo clínico, siendo lacategoría clínica más repetida la neurología, conun 13’4 %, seguida de la oncología con un 11’5%,y antiinfecciones con el 9%.

En diferentes instancias se ha hablado de laconveniencia de elevar los gastos en I+D, gastosque en el caso de España están claramente des-fasados, aunque recientemente hayamos tenidoconocimiento de los esfuerzos que realiza elGobierno, a través de la Oficina de la Ciencia yTecnología, para incrementar, precisamente, losgastos en I+D hasta un 1’2 % en el año 2000.

Por lo que se refiere a la investigación en elcampo farmacéutico, no cabe duda que un au-mento sustancial en los frutos de la I+D reque-riría, probablemente, presupuestos aún mayorespara esta partida a medio plazo, a medida quelas compañías tengan más productos en ensayosclínicos. Analistas especializados en estos temassugieren que el gasto en I+D aumentará a un18% de las ventas a partir del año 2000.

De cualquier forma, el coste de investigacióny desarrollo por compuesto empezaría a descen-der a medida que vayan progresando más fárma-cos por las distintas fases de desarrollo. Se acep-ta que, en la actualidad, el coste total de sacar unnuevo fármaco al mercado es demasiado alto.Como ya hemos mencionado, se calcula que lamedia se sitúa en torno a los 600 millones dedólares para un fármaco cuyo desarrollo se ini-ciara en 1995. Se cree que, de esta cantidad, delorden de los 170 millones corresponde al costedel fármaco en sí mismo y la diferencia restantea la cantidad de fondos invertidos en otros com-puestos que no llegaron a buen fin a lo largo delproceso de I+D. Por cálculos diversos, según losexpertos, se calcula que el coste total caerá en

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los próximos diez años hasta llegar a alcanzar lacifra de 450 millones de dólares por fármacocomercializado con éxito. En la actualidad hayun buen número de compuestos en la lista deespera

El desarrollo en la Industria Farmacéutica

Recientemente el Profesor Louis Galambos,profesor de Historia de la Tecnología de la Cien-cia de la Universidad John Hopkins, hablaba enla Universidad Autónoma de Madrid sobre el tema“Cómo y porqué de la Industria Farmacéutica haavanzado en el Siglo XX”. Con este motivo afir-maba, los avances tecnológicos son cosa del futuroy explicó los motores del cambio farmacéuticoen los últimos cien años. A su juicio, el desarro-llo tecnológico ha pasado por varias etapas: Laquímica orgánica, la virología, la bioquímica yla enzimología, la genética molecular y más re-cientemente, la genómica. En todas las fases dela historia de los laboratorios que han sobrevivi-do al cambio han sido los que han estado dirigi-dos por personas que han fomentado la transi-ción de una ciencia dominante a los nuevos modosde hacer ciencia en las empresas. En este senti-do, el Profesor Galambos, afirmaba que el papelde los líderes de las empresas es fundamental.Para que un laboratorio tenga éxito requiere quesea dirigido por personas con visión de futuro,capaces de dejar paso a las personas expertas enlas nuevas tecnologías.

El conferenciante ha hecho referencia a labatalla por liderar el avance de la ciencia en dondeha habido un país victorioso, los Estados Unidosde América. Ha explicado las razones y entreellas una fundamental, ya que allí las fronterasentre Universidades e Industria son difusas, casino existen, con lo que la transferencia de cono-cimientos es más rápida, lo que proporciona unaposición ventajosa a las empresas estadouniden-ses, por ejemplo frente a las europeas, porqueson las primeras en utilizar las nuevas técnolo-gías.

Por otra parte se ha referido a la flexibilidadcomo segunda razón, sobre todo si se tienen encuenta los tres campos en los que se basan: re-gulación, estructura de las empresas y el esta-blecimiento de redes de científicos no institucio-nales. El éxito de las compañías americanas resideprecisamente en el establecimiento de nexos de

unión entre los tres niveles, lo que las dota de unlenguaje común. Además en los Estados Unidos,existe otro factor muy importante cual es la faltade temor al riesgo, así como dinero disponiblepara apoyar estas decisiones.

La historia reciente demuestra una tendenciahacia la globalización de la economía, lo queestá provocando un fortalecimiento de las mul-tinacionales y un cambio en sus estructuras, conejemplos actuales extraordinariamente llamativoscaso de Glaxo-Wellcome asociándose a SmithklineBeecham, para formar Glaxo-Smithkline a nivelmundial.

La fiebre de las fusiones farmacéuticas

El pasado 17 de enero, se anunciaba la fu-sión de los gigantes farmacéuticos Glaxo Well-come y SmithKline Beecham, con el fin de emergercomo la mayor firma farmacéutica mundial, de-sarrollándose la compañía del Reino Unido másimportante con un valor 130 billones de libras.El nuevo grupo ha afirmado que la pérdida depuestos de trabajo es inevitable, aunque no pue-de indicarse cuántos puede suponer. La direc-ción ejecutiva estará en Londres y será encabe-zada por el Dr. Jean -Pierre Garnier, número dosde SmithKline. Sin embargo, su base operacio-nal estará en los Estados Unidos. Se espera quela fusión esté concluida para el próximo veranoy está previsto que la nueva compañía cuentecon un presupuesto anual para investigación ydesarrollo de, aproximadamente, 2’4 billones delibras, unos 4.000 millones de dólares.

Se puede decir que las firmas farmacéuticasestán bajo presión de cara a la nueva elevaciónde costes de la investigación farmacéutica. Launión de Glaxo and SmithKline da origen a laproductora mundial de mayor volumen de dro-gas de prescripción, con ventas de 17 billonesde libras y una proporción mundial del 7’4 %.

La industria farmacéutica, según Richard Sykes,Director General de Glaxo Wellcome, debe ju-gar un papel dominante en la transferencia deinformación genética y de la procedente de otrasclases de investigación farmacéutica, para ha-cerla llegar a la práctica médica y para la com-prensión de los pacientes. Esto va a requerir unesfuerzo mayor por parte de la industria far-macéutica para traspasar su información a losprofesionales de la salud, los que, hasta estos

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momentos, han sido su audiencia tradicional,aunque no se puede descartar que, en un futuropróximo, se empice a establecer una novedosacomunicación directa de la industria farmacéuti-ca con el público.

A decir verdad, las fusiones de las grandesempresas farmacéuticas están de moda y si hacepocos días se producía la fusión entre Glaxo-Wellcome y SmithKline Beecham- dando comoresultado Glaxo-SmithKline, que piensa gastaren investigación más de 4.000 millones dedólares-, ahora la fusión anunciada es la de Pfi-zer y Warner-Lambert, que acaba de llegar a buentérmino y que contará con un presupuesto de84.000 millones de dólares . El nuevo grupo,que se llamará Pfizer y será liderado por el Pre-sidente de este laboratorio, Dr. William Steere,será la segunda empresa farmacéutica mundial,después de Glaxo-SmithKline.

Para llegar al acuerdo han tenido que pagaruna compensación a American Home Products(AHP), a fin de que renuncie al acuerdo al quehabía llegado con Warner Lamber. Se calculaque en cifras se va a situar en los 1.800 millonesde dólares, montante que la ayuda a consolidarsu posición y a tener un nivel más elevado ydesahogado para negociar la fusión con otro la-boratorio. En los últimos meses, el nombre quemás suena es la suiza Novartis, que buscacompañeros para entrar en el mercado estado-

unidense, el más importante para la industriafarmacéutica. Pfizer ha cambiado su estrategia,que hasta ahora consistía en resistir a la conso-lidación de la industria y crecer por sí misma,como Merck o Ely Lilly. Hasta noviembre delaño pasado, Pfizer había apostado por una estra-tegia de alianzas con otras grandes compañías paracomercializar algunos fármacos, como Lipitor.

En claro contraste con las fusiones mencio-nadas, se informa de la situación del otro grangigante, Merck, en España MSD,que se podríadecir ha planteado cara al culto de las fusionesy prefieren ir solos. En el momento en el que suscompetidores han caído en la tentación de aho-rrar costes rápidamente y ascender posiciones enla lista de las más grandes, Merck se ha enco-mendado al crecimiento orgánico. Existen, sinembargo, algunos problemas para seguir esecamino, ya que Merck va a sufrir en breve plazouna serie de expiraciones de patentes importan-tes y de gran trascendencia de cara al futuro.Según se informa en el Financial Times, en dosaños productos que han generado 3.500 millonesde dólares en Estados Unidos, perderán sus de-rechos de exclusividad. En segundo lugar, el rit-mo lento de consolidación de la industria se haacelerado de repente, y, tal como ya se ha dicho,Pfizer, el aliado de Merck en la defensa de latesis del crecimiento orgánico, acaba de absor-ber a Warner-Lambert.

SOLO ANTE EL PELIGRO

Posiciones en el mercado

Glaxo Smithkline 7’4

Pfizer/ Warner Lambert 6’5

Merck 5’0

Aventis 4’5

AstraZeneca 4’5

Bristol-Myers Squibb 3’9

Novartis 3’3

Eli Lilly 2’8

Porcentaje de ventasdel mercado mundial

Johnson & Johnson 2’8

Roche 2’7

*Millones de d lares

Patentes deMerck queexpiran

Fecha en laque expiranen EEUU

Ventasglobales en

1998*

Vasotec(Cardiovascular)

Pepcid

Mevacor(Colesterol)

Prinvil(cardiovascular)

Feb 2000

Oct 2000

Jun 2001

Dic 2001

2.400

1.100

750

690

294

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De todas formas, más de uno de los expertosen la industria farmacéutica piensa que sólo porel tamaño no se tienen ventajas. De esta forma,el Dr. Raymond Gilmartin ha afirmadorecientemente»que la ùnica forma de lograrventajas competitivas es descubrir nuevos fár-macos. Llegar a ellos es una cuestión de perspi-cacia, creatividad y conocimiento, no de fuer-za». Y, añade, «Merck, como empresafarmacéutica líder, ha demostrado ser muy crea-tiva y productiva». De hecho, en los últimos quinceaños, Merck ha licenciado 15 nuevos fármacos,cinco de ellos en 1999, algo que le permitirásuperar los problemas de la pèrdida de las pa-tentes, algo que, además, viene apoyado por sufuerza de marketing, que, aunque no ha sidodemasiado numerosa, sí ha sido muy eficaz.

El nuevo desarrollo del Sistema Español de I+D

Es ampliamente conocida ya la reorganiza-ción por el Gobierno del Sistema Español de I+Da través de la recientemente creada Oficina deCiencia y Tecnología (OCYT), así como el au-mento de las dotaciones presupuestarias de caraal año 2000. Desde el pasado verano en que sehizo pública, la Presidencia de Gobierno se hamanifestado dispuesta a reorganizar el Sistemade Investigación y Desarrollo español. El nuevoPlan Nacional de Ciencia y Desarrollo Tecnoló-gico que ha entrado en vigor en este año 2000,ha situado como uno de sus objetivos la profun-da reorganización del área, aspirando a integrary coordinar a través de la OCYT, todas las ac-tividades de I+D financiadas con cargo a losPresupuestos del Estado y repartidas entre unadocena de Ministerios. Se aspira a aumentar elporcentaje del PIB dedicado a esta partida (ac-tualmente del 0,8%, muy inferior a la mediaeuropea), para intentar llegar al 1% y situarle enel 2003 en el 1,3%. Se tratará también de incen-tivar la inversión de la empresa privada y esta-blecer nuevas áreas estratégicas de actuaciónprioritaria. Nos interesa destacar que de momen-to las actuaciones se dirigen a áreas tecnológicasprincipalmente energía y transporte, el fortaleci-miento de la investigación básica y el apoyo alnuevo Centro Nacional de Investigaciones On-cológicas Carlos III, campos que se constituiránen líneas de actuación prioritarias. También seespecifica en los documentos de la OCYT el

incremento de los recursos destinados a biotec-nología, salud y farmacia, así como a la poten-ciación de I+D en la tecnología de la informa-ción.

Los actuales responsables de la reorganiza-ción del sistema español de I+D han hecho hin-capié en que los nuevos planes para el presenteaño pretenden hacer efectiva la Ley de la Cien-cia, promulgada durante los años ochenta, tra-tando de hacerla más real en toda su extensión,superando los errores y las dificultades acumu-ladas. Merece la pena destacar el siguiente pá-rrafo del documento: “La Ciencia y la Tecnolo-gía constituyen una prioridad del Gobierno”, talcomo se menciona en las conclusiones del escri-to elaborado por la OCYT. También se subrayala definición de líneas estratégicas prioritarias yla adecuación de los recursos a las actividadesde ministerios y organismos públicos de investi-gación (OPIs) a las prioridades de interés nacio-nal, así como la puesta en marcha del proceso deplanificación del nuevo Plan Nacional de I+D(2000-2003).

Una cuestión determinante que se plantea enla nueva política científica es quién va a decidirsobre el dinero global asignado a I+D. Según elnuevo esquema, la financiación global de lospresupuestos generales del Estado para el sectorse distribuirá en la CICYT y no independiente-mente en cada ministerio.

La estrategia planeada por la OCYT es evitarel reparto uniforme y lineal de fondos, el recha-zado y temido en gran parte de la comunidadcientífica café para todos, y utilizar los recursosdisponibles para empujar el avance de áreas iden-tificadas como de interés económico o estratégi-co, sin disminuir el apoyo de los programas deexcelencia en funcionamiento.

El Plan Nacional de Investigación Científica,Desarrollo e Innovación Tecnológica

Parece importante desarrollar en este discur-so un breve resumen de la Política Científica decara al año 2000 desarrollada por el actual Go-bierno, ya que además de parecernos interesante,representa un gran impulso a la InvestigaciónCientífica en España, estimando que ha de teneramplias consecuencias para el desarrollo cientí-fico y técnico de nuestro país. De hecho, la ela-boración de un Plan Nacional de Investigación

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Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológicarepresenta una oportunidad única para una espe-cie de examen de conciencia de cual es nuestraposición en este campo tan fundamental para eldesarrollo español y con especial trascendenciade cara al nuevo Siglo. Y según explican losautores del Plan Nacional, este proyecto aproba-do ya por el Gobierno y que se está poniendo enmarcha como instrumento de política científicay tecnológica de la Administración General delEstado, deberá servir de marco de referencia parafortalecer el Sistema de Ciencia y Tecnología,adecuando su estructura y prioridades a las ne-cesidades de nuestra sociedad. En realidad el PlanNacional ha sido concebido como una orienta-ción conjunta para plantear un instrumento bási-co de política científica y tecnológica integrado-ra de I+D, financiada por los PresupuestosGenerales del Estado. En el Plan Nacional sesubraya el interés por el cual la innovación tec-nológica se enfoca como proceso mediante elcual se consiguen nuevos productos, procesos oservicios, así como las correspondientes mejorastecnológicamente significativas. Por otra partela investigación y desarrollo incluye las activi-dades realzadas de forma sistemática para au-mentar el conocimiento científico o tecnológicoo con el fin de encontrar nuevas formas para suaplicación. Nos parece por último importante quedentro de la estructura del Plan Nacional se hande conjugar, de un lado, los avances de la cien-cia y tecnología, generadores de nuevos conoci-mientos en diferentes áreas prioritarias de deci-dido apoyo al progreso intelectual, de cara alsector productivo de nuestra sociedad. De otraparte, han de ser contempladas las demandas desectores concretos de la sociedad española quecontribuyan a mejorar la competitividad empre-sarial y el bienestar social. Todo ello dentro deun marco general de globalización de la activi-dad científica, tecnológica y económica, así comode integración europea, tendiendo a completar,

según los casos, las actuaciones de la UniónEuropea, en particular el V Programa Marco deI+D y las acciones financiadas con Fondos Es-tructurales. Y no se puede dejar de tener pre-sente su aplicación a través de los Planes Re-gionales de I+D o de otros instrumentosequivalentes.

Nos parece oportuno e importante destacarlos nuevos planes de la Presidencia del Gobiernocon un planteamiento que adelantaría la adecua-ción de la Administración y quizás nuevos de-partamentos. De forma específica se dice que sepiensa crear un Ministerio de Innovación, Inves-tigación y Tecnología que tienda a superar lavieja concepción del Ministerio de Industria,vinculado a sectores públicos intervenidos.

Y, antes de concluir este apartado, conside-ramos oportuno hacer algunos comentarios so-bre varios aspectos relacionados con la denomi-nada “Función 54” también descrita como“Investigación Científica, Técnica y Aplicada”,y que se corresponde con el conjunto de progra-mas presupuestarios que engloban los créditosdestinados a financiar la política ciéntifica y tec-nológica en los Presupuestos Generales del Esta-do. En términos más comprensibles se puede decirque es el instrumento presupuestario enfocado ala financiación de las actuaciones que pone enmarcha la Administración para fomentar las ac-tividades de investigación científica, desarrollotecnológico e innovación a nivel nacional. Ladotación de la Función 54 en los mencionadosPresupuestos se ha situado en 1999 en 460.000millones de pesetas, mientras que en el año 2000alcanza ya los 508.120 millones, tal como he-mos reseñado en otro apartado anterior. La grá-fica adjunta muestra la evolución de la Función54 en el período 1990-2000 expresado en pese-tas corrientes, pudiéndose apreciar el gran cam-bio producido en los Presupuestos Generales apartir de 1997 con una variación interanual real-mente significativa.

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Nuevas facilidades a las empresas que investi-gan e innovan

Un aspecto de gran interés para España es elesfuerzo de apoyo desde el Gobierno a las acti-vidades de investigación y desarrollo en lasempresas. Las empresas que han apostado por lainvestigación y el desarrollo (I+D) ven como susesfuerzos alcanzan, por fin, una recompensa, almenos en términos fiscales. La Ley de acompa-ñamiento a los Presupuestos Generales del Esta-do ha contribuido a consolidar un sistema fiscalespecialmente ventajoso para las actividades I+Dy a las de innovación. El objetivo es claro, setrata de fomentar las mencionadas actividadesen un país que todavía presume con demasiadafrecuencia del “que inventen ellos” a través deun tratamiento fiscal favorable, incrementandolas deducciones de estas inversiones y dando ala investigación el sentido más amplio posiblepara extender estas ventajas. En primer lugar seincrementan los porcentajes de deducción res-pecto a las actividades de investigación y desa-rrollo propiamente dichas al 30% con caráctergeneral, mientras que antes eran del 20%. Si estasinversiones exceden de la media efectuada enlos dos ejercicios anteriores, la deducción as-ciende al 50%, estando con anterioridad fijadoen el 40%. Al mismo tiempo, se amplia el ám-bito de las actividades que pueden beneficiarse

de esta deducción fiscal por I+D. Por otra parte,se crea una deducción adicional del 10% delimporte de ciertos gastos específicos, como losrelacionados con el personal correspondiente ainvestigadores cualificados adscritos en exclusi-va a actividades de investigación y desarrollo olos generales a proyectos contratados con uni-versidades, organismos públicos o centros deinvestigación y tecnología, entre otros. Los pro-yectos de innovación tecnológica encargados auniversidades, organismos públicos o centros deinnovación o tecnología tienen una deducción del15%. Es preciso aclarar también que esta am-pliación del sentido fiscal de la investigación serealiza también al incluir la innovación tecno-lógica en el ámbito de la deducción fiscal, aun-que sea con unos porcentajes específicos y dife-rentes de los que corresponden a I+D propiamentedichos.

Por otro lado, con motivo de la inauguracióndel «I Foro para la Competitividad EmpresarialInnovación 2000», celebrado en Madrid el pasa-do día 8 de febrero, el Ministro Josep Piqué explicócómo el Gobierno mantendrá su política de apo-yo a la Investigación y Desarrollo. En concreto,el Ministro aseguró que los incentivos fiscalespara I+D que realicen las empresas españolasascenderán al 70% como máximo total del gastoque hagan las sociedades. La Administración, dijo,impulsará y potenciará la innovación en todo el

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tejido empresarial, tanto desde la vertiente de lasventajas fiscales como desde la ampliación delconcepto de I+D fiscalmente deducible. A lasventajas fiscales, además, hay que añadir, ade-más, los recursos con los que contará el Minis-terio de Industria para esta materia en este año,los cuales superan los 300.000 millones de pese-tas, «seis veces más que los asignados a esteDepartamento en el ejercicio de 1996».

Para el responsable de Industria, la actualpolítica del Gobierno en cuanto a la investiga-ción trata también de modificar la estrategia dealgunas empresas españolas, e insistió en queaumenten su capacidad de invertir en innova-ción, lo que representa un mayor riesgo e incer-tidumbre, dijo Piqué, pero, también, mayor op-timismo y política de futuro. En este sentido, lasempresas serán las que marquen las necesidadesde su inversión y contarán con el apoyo de laAdministración para ejecutar y actuar sobre esasinversiones.

Además, el otro gran eje de la política actualde I+D se centra sobre el apoyo a las empresasen sus inversiones a favor de la educación. Así,dijo, hay que modificar la filosofía empresarialespañola «para que trabajadores y empresariossean conscientes de estar continuamente apren-diendo». También hemos tenido ocasión de ver,el pasado día 9 de febrero, la noticia dada por elDr. D. José Antonio Gutiérrez, Director del Ins-tituto de Salud Carlos III, con motivo de la pre-sentación en Sevilla y Málaga de los retos yobjetivos del Plan Nacional de I+D, que, en suárea de biomedicina, fomenta la investigaciónen España a través de las acciones conjuntas entrediversos ámbitos, entre ellos, las ComunidadesAutónomas.

Por otra parte, el Dr. Gutiérrez informó deque en la Convocatoria de Proyectos de Investi-gación del Fondo de Investigaciones Sanitariasdel año 2000, se han concedido subvencionespor valor de 1.782 millones de pesetas en prime-ra anualidad. De esta cantidad, 155 millones vandestinados a Andalucía. Además, de los proyec-tos presentados por investigadores ubicados enAndalucía, un total de 66 han obtenido financia-ción, los cuales se llevarán a cabo en 21 centros.El plan recoge también dos ayudas para insta-laciones complejas especializadas por valor de40 millones de pesetas, correspondientes a dosmicroscopios confocales. Por último, para esteaño está previsto que se hagan 79 contratos para

investigadores del Sistema Nacional de Salud,11 de ellos pertenecientes a centros hospitalariosubicados en Andalucía.

El V Programa Marco de la Unión Europea (1998-2002)

En una reciente conferencia del Prof. Gonza-lo León,Vicedirector de la Oficina de Ciencia yTecnología de la Presidencia del Gobierno, defi-nía el V Programa Marco de Investigación yDesarrollo Tecnológico (I+D) como el instrumentode la Política Científica y Tecnológica de la UniónEuropea. En el programa se definen las líneas deinvestigación y desarrollo tecnológico que financiala UE y se fijan las dotaciones presupuestarias.Su objetivo es fortalecer la base de la ciencia ytecnología de la industria comunitaria para in-crementar su competitividad internacional ymejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

Tal como informábamos en la conferenciainaugural de unas recientes Jornadas Farmacéu-ticas nacionales, el V Programa Marco está divi-dido en siete apartados, siendo el primero el quese refiere a la Calidad de Vida y a la gestión delos recursos vivos, considerándose las accionesclaves las correspondientes a Alimentos, Nutri-ción y Salud, las Enfermedades Infecciosas,Medioambiente y Salud, Envejecimiento y Agri-cultura, Pesca, Selvicultura y desarrollo rural.También se contemplan en este apartado una seriede tecnologías genéricas como las neurociencias,la ética biomédica, la investigación en genomasy enfermedades de origen genético, existiendopor último un marco de apoyo a las infraestruc-turas de investigación.

De especial importancia consideramos el apar-tado que se refiere a la mejora del potencialhumano de investigación y a la base de conoci-mientos socioeconómicos. Así se destaca la pro-moción de la formación del personal de investi-gación y la excelencia científica en Europa. Sehace especial hincapié en la formación de inves-tigadores a través de diferentes modalidades deayudas, bien en forma de becas o bien de contra-tos. De forma expresa se menciona a los jóvenesde alto nivel y experiencia investigadora, jóve-nes en empresas, contemplándose también lasestancias de corta duración para estudiantes dedoctorado. Existen apartados también sobre re-des de investigación para la formación y se con-

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sidera el acceso a las grandes infraestructuras deinvestigación. Por último, un apartado clave, esel fomento de la excelencia científica y tecnoló-gica a través del apoyo a intercambios científi-cos así como el establecimiento de premios portrabajos de investigación de alto nivel y del apo-yo a la divulgación científica.

La nueva etapa del Consejo Superior de Inves-tigaciones Científicas

El Consejo Superior de Investigaciones Cien-tíficas es el Organismo Público de Investigaciónpor excelencia en España y al cumplir los 60años cuenta con 120 institutos y centros, de losque prácticamente una cuarta parte son CentrosMixtos con Universidades y otras instituciones.Y tal como se podrá ver a continuación, el Con-sejo cuenta con más de 2.300 personas a nivelde personal investigador, de los que un 17% sesitúa en la Biomedicina, el 11% en RecursosNaturales y otro 11% en el área de Humanidadesy Ciencias Sociales. Es importante subrayar quela más próxima a nosotros como área, la Biome-dicina, reúne a 15 Centros, entre los que desta-can el Centro de Biología Molecular “SeveroOchoa”, sin lugar a dudas el de mayor potencialcientífico del Consejo y posiblemente del país,el Instituto de Biomédicas “Alberto Sols”, elCentro Nacional de Biotecnología, el Centro deInvestigaciones Biológicas, el Instituto de Mi-crobiología-Bioquímica de Salamanca, el Insti-tuto de Bioquímica Vegetal y Fotosíntesis deSevilla, el Instituto de Biología Molecular y Celularde Plantas “Primo Yúfera” de Valencia, el Ins-tituto de Biología Molecular de Barcelona, elInstituto de Neurobiología “Ramón y Cajal”, elInstituto de Parasitología y Biomedicina “LópezNeyra” de Granada, seguidos por otros centrosno menos importantes repartidos por toda lageografía española. El área de Biología-Biome-dicina del Consejo acoge en Madrid al 70% delos centros, en Cataluña el 15%, la ComunidadValenciana y Castilla-León entre el 5 y 10%,aunque en la actualidad en el CSIC existe unaclara tendencia a la descentralización. En suconjunto el Consejo agrupa a cerca de 10.000personas en la investigación científica o cola-borando con ella.

Consideramos importante subrayar que elPresupuesto del CSIC ha alcanzado en 1999 los

65.000 millones de pesetas, pudiendo conside-rarse el presupuesto administrativo en torno alos 40.000 millones, siendo de destacar como elresto está constituido por la financiación euro-pea, contratos oficiales y privados con el que sellega hasta los 25.000 millones de pesetas. En1998 los Proyectos Europeos alcanzan los 7.500millones de pesetas, pudiéndose destacar el he-cho de que el CSIC ha conseguido retornos del10% de la UE. En este sentido también es im-portante subrayar que España ha alcanzado unaproducción científica del 2,4% mundial, con unPIB que se sitúa como término medio en el 2,1%.En relación con este tema es de destacar que elGobierno piensa dedicar un 1,2% en I+D para elinicio del año 2003. Por último nos interesa pre-cisar que la financiación del sector público y delprivado se sitúan en casi el 50%, notablementediferente a lo que viene ocurriendo con los prin-cipales países europeos, Estados Unidos y el Japón,en donde las aportaciones privadas alcanzan osuperan claramente el 60%.

Un detenido análisis de las actuaciones a lolargo de la último época del CSIC bajo la felizpresidencia del Profesor César Nombela, distin-guido científico formado con nosotros en laUniversidad de Salamanca, pone claramente demanifiesto el importante momento en que seencuentra la institución. A lo largo del bienio1998-99 el Consejo ha llevado a cabo su tareainvestigadora al servicio de la sociedad españolacon intensa dedicación y redoblado esfuerzo, talcomo se precisa, para avanzar en el difícil cami-no del desarrollo del conocimiento científico ytécnico. Las publicaciones del organismo hanpuesto de manifiesto numerosos hallazgos, unbuen número de destacada significación, sin dejarde mencionar el notable aumento de la plantillacientífica, la oferta de un significativo númerode plazas de promoción o el incremento de latransferencia de tecnología, cuya subida se cifrahasta en un 20% en cuanto a la contratación deproyectos con empresas.

El Fondo de Investigación Sanitaria (FIS)

Al formar parte del Consejo Rector del Insti-tuto de Salud Carlos III, a través de las diferen-tes reuniones de este organismo hemos tenidopreciso conocimiento de los Programas que ac-tualmente ejecuta el Fondo de Investigación Sa-

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nitaria, haciendo hincapié en los de ayuda a lainvestigación, los programas de becas para la for-mación de investigadores, y muy especialmente,en el nuevo programa de contratos para investi-gadores. Según ha informado el Director de FISexisten sistemas consolidados de evaluación detodos los programas gestionados por el FIS.Además el sistema no garantiza pero si promue-ve la contratación definitiva de los investigado-res, gracias a la participación de los hospitalesen la financiación de un porcentaje progresivodel salario del investigador. Los contratos deinvestigación cuentan con una dotación de 6millones de pesetas anuales y una duración dehasta 6 años. Durante los tres primeros, el FISfinancia el 75% y durante los tres siguientes el50%, haciéndose cargo del 25 y 50% respectivoel Centro Hospitalario o entidad contratante. Estoscontratos están destinados a hospitales del Siste-ma Nacional de Salud y en la actualidad hay yaconcedidos un total de 79, estando previsto con-ceder otros 50 en el año 2000. La gran esperanzareside en que los centros hospitalarios incorpo-ren a estos investigadores lo que contribuirádecididamente a fortalecer su estructura investi-gadora.

Creemos que no hace falta recordar que elFondo de Investigación Sanitaria es un Centrodependiente del Instituto de Salud Carlos III cuyoobjetivo es promover la investigación de carác-ter básico, clínico y de salud pública en el ám-bito del Sistema Nacional de Salud. Para cum-plir este objetivo dispone para el año 2000 de unpresupuesto de 4.676 millones de pesetas, con elcual atenderá fundamentalmente dos grandesprogramas: a) Programa de Formación y b) Pro-grama de Fomento de la Investigación. A esterespeto nos parece importante subrayar como elPrograma de Formación prevé fondos para pro-yectos de investigación solicitados, en concurrenciacompetitiva, por cualquier investigador que tra-baje para el Sistema Nacional de Salud. Para elaño 2000 se han concedido 592 proyectos quesuponen 1.782 millones en primera anualidad,que junto con la segunda y tercera anualidad delos concedidos en años anteriores suponen 3.672millones para este año.

Por lo que se refiere al Programa de Fomentode la Investigación para el período 2000-2003,está previsto llegar a 300 investigadores contra-tados dentro del Sistema Nacional de Salud.Respecto a proyectos de investigación, el Plan

Nacional 2000-2003 ha previsto la incorporaciónde acciones estratégicas en Envejecimiento, Tec-nologías Sanitarias y Nutrición, así como enTelemedicina. Todas ellas contempladas en laconvocatoria de este año, por lo que recibirán laprimera anualidad en el año 2001. Y sólo nosqueda por añadir que el Programa de Fomentode la Investigación se lleva el 70% del presu-puesto de FIS, vía proyectos de investigación.

El desarrollo de la Investigación Biomédica

Se podría decir que las condiciones en lasque se hace Ciencia en España han mejoradoconsiderablemente en los últimos cinco años enla mayoría de los departamentos universitarios ycentros de investigación del CSIC. La ComisiónAsesora de Investigación Científica y Técnica,el Fondo de Investigaciones Sanitarias, el VPrograma Marco de la Unión Europea, y, aunqueen menor escala, las ayudas de algunas Funda-ciones, han ido proporcionando medios, en oca-siones abundantes, para el desarrollo de la in-vestigación en nuestro país. Con la excepción delas incorporaciones recientes a nuevos departa-mentos universitarios, la mayoría de los gruposde investigación científica y técnica han ido pre-sentando proyectos de investigación a la Comi-sión Asesora, al Fondo de Investigaciones Sani-tarias, o a los fondos de la Unión Europea, parala obtención de ayudas importantes de investiga-ción. Algunos estudios recientes efectuados porel doctor César Nombela como Presidente delCSIC, nos demuestra hasta qué extremo hancambiado las condiciones para hacer Ciencia enEspaña. El trabajo se refiere exclusivamente alárea de la investigación biomédica, pero resultaaltamente ilustrativo de lo que está ocurriendoactualmente en el país, sobre todo si se tiene encuenta que el referido ámbito biomédico resultaser uno de los más activos, sino el que más,dentro de la investigación científica española,razón por la que puede considerarse como alta-mente representativo.

Resulta evidente que la investigación biológi-ca en la época actual abarca un amplio espectrosin solución de continuidad entre lo que se po-dría considerar investigación básica y aplicada.Los ejemplos del reconocimiento de la acción delos antibióticos y de las sulfamidas o los másrecientes de los anticuerpos monoclonales y de

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las manipulaciones genéticas, más conocido poringeniería genética, son una buena muestra delos avances obtenidos en la investigación básicacon amplias posibilidades de extensión al terre-no aplicado. Es decir, del mismo conocimientode los mecanismos biológicos generado por lainvestigación fundamental, aflora el área de pro-yección en otros campos. Los enfoques multidis-ciplinarios de la investigación biológica consti-tuyen, sin duda, una buena muestra del grado decomplejidad biológica que han ido descubriendolos continuos avances de la investigación biomé-dica, sobre todo en el área de la biología celulary molecular.

El desarrollo de la investigación biomédicaen España no cabe duda que ha sido espectacularen las tres últimas décadas habiendo tenido granproyección social. A decir verdad, los Centrosdel CSIC de Madrid y Barcelona, entre otros, ylas Universidades, sobre todo las madrileñas, haninfluido mucho en el formidable desarrollo al-canzado recientemente aunque interesa desta-car el gran progreso del sector biomédico que seobserva en estos últimos años en Cataluña.

Diferentes destacados investigadores del Con-sejo, en diferentes ocasiones, han subrayado, noobstante, cómo, lamentablemente y en general,se aprecia una baja interacción de los grupos delCSIC con los equipos del Sistema de Salud y losgrandes hospitales, un problema que interesacorregir cuanto antes. De hecho de esa mejoradainteracción se derivarían grandes beneficios. In-teresa sobre todo una rentabilidad social de lainvestigación científica en el país y en las dife-rentes esferas sociales.

El Proyecto Genoma Humano avanza con ciertarapidez y sin pausa en el conocimiento de lavida. Este proyecto iniciado en 1990, ha dadocomo resultado la obtención de la secuencia delos genomas de una serie de bacterias y organis-mos eucarióticos ampliamente utilizados comomodelos experimentales. Entre estos últimos seencuentran la levadura Saccharomyces cerevisiae,el nematodo Caenorhabditis elegans y la moscaDrosophila melanogaster. En relación con elgenoma humano, se ha obtenido los mapas gené-tico y físico, habiéndose puesto en marcha unproyecto mundial para secuenciar el DNA de todoslos cromosomas humanos. La finalización de esteproyecto, en el que participan varios laborato-rios, estaba prevista para el año 2005, si bien eluso combinado de las distintas estrategias apli-

cadas puede acelerar y adelantar el proceso parael año 2003.

La determinación de la secuencia completadel DNA cromosómico permite, en primer lugar,la identificación de la totalidad de los genes yabre las puertas a una nueva “era genómica”.Objetivos primordiales en esta etapa que ahorase inicia serán el análisis comparativo de geno-mas, indispensables para subsecuentes estudiosestructurales y funcionales, así como el análisisde la variabilidad genética y de los procesosevolutivos. En particular, tal como recientemen-te escribía la Dra. Antonio Martín Gallardo, elestudio de la expresión de los genes humanos encondiciones normales y patológicas será deter-minantes en el desarrollo de la Medicina Mole-cular.

Por otra parte, la Biotecnología, basada enlos progresos y el mejor conocimiento de lagenética, contribuirá sin duda a afirmar el mejorcuidado de la salud mediante drogas y tratamientosque facilitan la superación de daños y el logrode la normalidad en la salud en el hombre. Deesta forma, estamos empezando a conocer losgenes que intervienen en el proceso de envejeci-miento. De hecho se han dado a conocer expe-riencias científicas de laboratorio por las queinactivando algunos de estos genes, se lograprolongar casi un tercio la vida de ratones delaboratorio. Ese control nos facilitará con el tiemporetrasar el proceso de envejecimiento, siendo dedestacar el hecho de que la industria farmacéu-tica ya investiga compuestos específicos.

Llegado este momento nos parece obligadohacer referencia al Sida, enfermedad seria denuestros días y que se extiende sin cesar entre lapoblación mundial por lo que está consideradacomo la “Pandemia del siglo XX”. Los avancesde la biología molecular proporciona la esperan-za de que las vacunas tradicionales pueden sersustituidas progresivamente por otras más segu-ras y eficaces que no impliquen el uso de agentepatógeno, aunque sea inactivo. Las nuevas vacu-nas consisten en la administración de compo-nentes de material genético (DNA) de los micro-organismos infecciosos, sobre todo virus, con lafinalidad de que las personas que lo recibangeneren inmunidad contra el DNA administrado.Sin duda se presenta como un camino muy pro-metedor aunque por el momento sólo se hayaensayado en animales. Con estos avances losexpertos auguran cambios radicales y anuncian

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que se pueda conseguir dentro de 10 ó 15 añosla tan deseada vacuna que proporcionase espe-ranzas realistas para sí tratar de luchar más efi-cazmente en contra del Sida. Pero mientras lle-gan esas vacunas los expertos muestran suconfianza en los medicamentos inhibidores de laproteasa y la transcriptasa inversa, dos enzimasvitales para el VIH porque las utiliza para mul-tiplicarse. La potenciación de estas armas contri-buirá a disminuir los síntomas de la enfermedady a prolongar la supervivencia de los afectados.La enfermedad es ciertamente importante en todoel mundo y de no menor interés en España endonde a pesar del descenso detectado en los úl-timos dos años en el diagnóstico del Sida, en1998 un 24% menos que en 1997, el Ministerio

de Sanidad y Consumo calcula que en nuestropaís conviven con el VIH unas 120.000 perso-nas.

Hemos llegado al final del discurso y, des-pués de extendernos ampliamente sobre el temade la investigación científica en España y laproblemática de la industria farmacéutica, consus esfuerzos investigadores y con la fiebre delas fusiones de sus empresas, aspectos desarro-llados con especial interés en el discuro, sólonos queda agradecer a todos ustedes la atenciónprestada a esta disertación, al mismo tiempo que,en este momento, damos las gracias a todos porsu presencia en este acto.

He dicho.