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A mis hijos, Daniel y Pablo, mis dos mejores poemas de amor, por siempre.

A mi familia, toda ella noble, tierna, buena como el pan.

A todos los seres que han sido mi hogar, mi compañía, mis maestros, mis testigos,

mis iguales, mis espejos; amistad de toda la vida, perpetuidad de la gratitud,

amor no perecedero.

A esos lectores, cerca y lejos de mis brazos y mis fronteras, ojos enormes como

ventanas dispuestas y abiertas, cuyas panorámicas universales me permiten la

abundancia permanente de la profunda inspiración y de todos los estados

emocionales y concienzudos o desapasionados con los que he atravesado,

intencionalmente, el corazón de cada uno de estos poemas.

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AHORA, CUANDO SIENTO EL POEMA

“La poesía de Irma llega y se lee desde el alma. Es alegre, comprometida y

fresca. Sorprende su buen decir. Tiene un amplio abanico temático y deja al

lector con ganas de seguir leyendo más”. _ María Cazeneuve

“Digo Irma Pérez, la poeta, y se me llenan los ojos de metáforas camino

adentro y belleza camino afuera. Y entonces me repregunto, ¿cómo pueden

caber tantas plumas en una sola ala, alteza?" _ Enrique Nanti

“Vivo cada poema que escribe, me hace vibrar cuando la leo. Es un momento

reconfortante y, por qué no decirlo, a veces de mucha tristeza de tan real que

expresa los sentimientos. Maravillosa”. _ Luz María Montenegro C.

“La poesía de Irma Pérez tiene latido, no pretensiones. Mientras la leo me digo

‘Qué admirable es haber querido decir pan y decir pan y que aparezca un pan’.

Eso es leer a Irma”. _Claudio D’Amico

“Los poemas de Irma tienen un sello propio. Le canta a la vida, al amor, y a

todo lo que verdaderamente importa. Es pues, un reflejo de su interior, tan vasto y

tan bello como su propia alma”. _ María Renée Batlle

”Leyendo a “La Pillis” caemos en el sortilegio de su candil poético. Sus

metáforas, de una deliciosa sencillez, nos ponen cara a cara con el espejo que al

otro lado de la cotidianidad nos mira, nos confronta y nos sonríe. _René González-

Medina

La poesía de la Pillis, te besa, te sacude, te abraza…, porque sale de su alma

para anidarse en la tuya. _Lucilla Pia

Leer a la Pillis, ya bien entibia el alma con profunda calma, que atiza el fuego

de la pasión; ya bien exprime el corazón y turba la razón que de los pecados,

encuentra expiación. Mujer sensible, brillante, articulada. Dice bien, dice bueno,

dice mucho. _Rafael Rojo de la Vega

“La poesía de Irma vive y se columpia entre la realidad y el sueño. Es como

una travesía de contrastes, imágenes y sonidos que nunca te dejan indiferente,

Una lectura esencial que te mantiene día a día”. _Sonia López

Los poetas y la poesía tienen la cualidad de abarcar el panorama entero de la

vida: alegría, tristeza, amor, felicidad, agradecimiento, y todo eso lo ofrece a

manos llenas el genio creador de Irma Pérez. _Salvatore Capomari

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SOLEDADES

Pienso en tu soledad y la mía,

en cómo juntar dos soledades

dos soledades

sin forma,

sin tiempo,

sin límites,

sin sombras,

sin fin ni comienzo,

sin nombres

tu soledad y tú, a solas,

y yo, a solas con la mía

sé que ella no desaparecerá

si te sientas a mi lado,

tampoco, si te instalo

en el centro de mi casa

mi soledad no tiene que ver

con tu presencia, porque

para estar solos

hace falta cualquier puerta y una

multitud alrededor para sentirlo

pero esta vez,

mi soledad te nombra

y la tuya, me nombra desde lejos,

mi silencio te habla,

y tu elocuencia invade mis sentidos

pienso en mi soledad y en la tuya,

pensar que no están solas,

pensar que no están juntas,

que otros son los solitarios que

apuestan por las suyas

así que, desde mi soledad

llamo a la tuya,

para llenar tus espacios vacíos del

vino que te ofrezco,

y para que colmes mis profundidades

del agua que me das

llega a mí con tu soledad y todo,

no importará que olvides la cobija

si me sobra un gran pedazo de la

mía,

alguna cosa querrás compartir

también conmigo,

que no postergue más la distancia

entre tu abrazo y el mío

pienso en tu soledad y en la mía,

y reservo espacio en el mueble azul

donde guardo las alas

que hace tiempo,

dejaron de volar en compañía.

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LA CUARTA PATA

He llorado tanto, tanto he llorado

estoy tiritando porque estoy

descamado,

moribundo mi tronco y mi copa

inclinada

-sin ser sombra de nada-

son la imagen inmunda que nadie ve

siento que por mis venas

sube un frío que desconozco;

la raíz que me sostiene

se pudre y se deshace,

y no tengo alimento entonces,

que reviva mis frutos ni mis hojas

es que he llorado tanto, tanto he

llorado

casi floto en la laguna

de mis propias lágrimas,

estoy empapado, estoy tiritando,

levanto la mirada en busca de más

ramas

pero estoy sólo, sólo y quebrado

las hojas que hay en el suelo

son la última evidencia

de mi existencia breve,

y del árbol,

y del aire,

y de todo lo que fui

he llorado tanto, tanto he llorado…

quizás estoy sólo porque no tengo

voz,

porque sólo yo creo que no soy

invisible,

porque algo me salvó de las manos

esas

que se llevaron mis iguales

pero yo hubiera preferido

haber sido talado como ellos,

considerado bueno

aunque sea, para algo

ser hoy papel

o madera,

o fuego,

o la cuarta pata de una mesa

con otras tres, como yo.

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HARTAZGO

Estoy cansada del impedimento,

que incluso en sueños, estés lejos de

mí

y es que,

también en los sueños estás lejos,

o estas visible, visible como

espejismo de un segundo

que despierta la ilusión de todo,

de cualquier cosa de ti

harta estoy de soñar como viviendo,

viviendo sueños, soñando vida,

esa vida del “tú y yo” que fuimos,

ahora utopía, ahora herida,

invento mío de abrazos y de besos

harta me siento de los juegos

de la memoria y la conciencia,

burleteras ambas,

de mi condición inválida de verte,

de estar para amarte,

de que estés para amarme;

ni siquiera un rato, ni un tris,

nada

¡cómo me harta esta frustración!

al límite mi cuerpo, como un milagro,

obstinado se mantiene en pie

mientras, contenido y vacío,

se aguanta el suplicio y se retuerce

entre dolores

y todo el dolor.

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MUJER

Que te falte todo, mujer,

pero que no te falten

los colores del cielo y su horizonte,

el abrigo, ni las medias de lana a

media noche,

tampoco ese libro que te dice cosas,

ni las naranjas, ni el agua del jardín

que no te falte el reposo,

la fiesta de colores,

el paseo sin zapatos,

las manos limpias

todo te puede faltar, pero no

el bendito amor y sus placeres,

la hoguera dentro y fuera,

el cojín mullido,

la maravillosa risa,

la soledad contigo,

la multitud de flores,

el aire de afuera,

la manía de ser música y danza

que no te falte la voz

pero mucho menos el silencio,

la prudente distancia y

los necesarios encuentros,

el goce del fin y del comienzo,

la espiritualidad profunda que es

luz de sabios, y tu casa

que te sean devueltas

tus caricias y tus ternuras,

el abrazo de todos tus hijos

y de todos tus abrazos

el beso

que no te falte nada, mujer,

y, aunque así fuera,

si algo pudiera faltarte,

de buena madera estás hecha,

de buena fibra,

pareces una pompa de jabón

pero no lo eres:

tú, sólo desapareces en manos de

Dios.

13

NO SOY LO QUE VES

No soy lo que ves,

porque lo que soy

está tan dentro de mí

como la fibra que cubre el corazón

que me da vida

allí es donde reside mi alma,

donde comienza y termina

la pulsación del amor y del estrago

lo que soy, sólo existe

tras la cortina íntima

de un universo ausente

de los ojos que ven

no he crecido desde que nací,

no a la par del mundo y sus criaturas;

quepo en la minúscula concavidad

de un átomo y, como él,

desaparezco en todas las cosas

así que, no soy lo que ves,

porque lo que soy

es luna en cielo amarillo,

y del cielo negro

soy cualquiera de sus gotas

por eso escribo como poeta,

y hago versos que me invento

en lo profundo

de la habitación del silencio,

sin voz,

sin lenguaje,

sin libreto

me recreo en esas formas

que ves en mí,

y, entonces,

dices que me ves,

como me ves, y tal vez,

como quieres verme.

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