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205 MASCULINIDADES DIVERSAS, APORTES PARA SU CLASIFICACIÓN* Laura Collin Harguindeguy** El tema del género, o los géneros, va constituyéndose pro- gresivamente, en un campo o perspectiva, transdisciplinaria, transversal, en tanto incide sobre los actores sociales de cualquier tipo de proceso, pero sobre todo, porque sus protagonistas ac- túan bajo el influjo de posiciones que ponen en juego la disputa de espacios en una arena que se torna conflictiva, justo cuando aparece la definición de perspectiva de género. Es decir, las di- ferencias de género existen de “por si”, tanto la biológica que refiere exclusivamente a diferencias somáticas, 1 como la que se refiere a la compleja diferenciación cultural. * Agradezco a Argelia Torres su colaboración en la preparación de este trabajo. ** Profesora Investigadora de El Colegio de Tlaxcala A.C., Coordinadora del programa de Gobierno, Gestión y Democracia. 1 La existencia o no de diferencias biológicas constituye un tema polémico. Connell la considera “casi totalmente ficticia” (2003 :75), en cambio He- ritier sostiene que “La inscripción a la biología es necesaria, pero sin que haya una traducción única y universal de estos datos elementales” (Héritier, 1996:22), sin embargo agrega que esta no es determinante de las formas culturales: “Si alguna de esas instituciones estuviera biológicamente fun- damentada, y por tanto fuese natural y necesaria, se presentaría en todo el mundo bajo la misma forma…Pero no es el caso de ninguna de ellas. La base de las diversas formulas que se hallan es siempre, ciertamente, la observación y el tratamiento de invariantes biológicos, pero éstos son muy

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205MASCULINIDADES DIVERSAS, APORTES PARA SU CLASIFICACIN*Laura Collin Harguindeguy**Eltemadelgnero,olosgneros,vaconstituyndosepro-gresivamente,enuncampooperspectiva,transdisciplinaria, transversal, en tanto incide sobre los actores sociales de cualquier tipodeproceso,perosobretodo,porquesusprotagonistasac-tan bajo el infujo de posiciones que ponen en juego la disputa de espacios en una arena que se torna confictiva, justo cuando apareceladefnicindeperspectivadegnero.Esdecir,lasdi-ferenciasdegneroexistendeporsi,tantolabiolgicaque refereexclusivamenteadiferenciassomticas,1comolaquese refere a la compleja diferenciacin cultural. * Agradezco a Argelia Torres su colaboracin en la preparacin de este trabajo.** Profesora Investigadora de El Colegio de Tlaxcala A.C., Coordinadora del programa de Gobierno, Gestin y Democracia.1La existencia o no de diferencias biolgicas constituye un tema polmico. Connelllaconsideracasitotalmentefcticia(2003 :75),encambioHe-ritiersostienequeLainscripcinalabiologaesnecesaria,perosinque haya una traduccin nica y universal de estos datos elementales (Hritier, 1996:22),sinembargoagregaqueestanoesdeterminantedelasformas culturales:Sialgunadeesasinstitucionesestuvierabiolgicamentefun-damentada,yportantofuesenaturalynecesaria,sepresentaraentodo elmundobajolamismaformaPeronoeselcasodeningunadeellas. Labasedelasdiversasformulasquesehallanessiempre,ciertamente,la observacin y el tratamiento de invariantes biolgicos, pero stos son muy LAURA COLLIN HARGUINDEGUY206 207MASCULINIDADES DIVERSASEn la antropologa, toda monografa que se respete, consigna la divisin sexual del trabajo, aparece normalmente en la mayo-radeloscdigosyreligiones,enlosmanualesdebuenacon-ducta establece de manera casi unvoca la necesidad simblica de diferenciar, no slo a las partes de la pareja reproductiva, sino y fundamentalmente posiciones sociales. Sibienlasdisputasdeespacionosonnuevas,elgenerose constituyecomoobjetoterico,ycomoobjetoterico-proble-mtico, slo recientemente, y sin lugar a dudas como consecuen-ciaoinfuidoporlaexistenciadelfeminismoquealreclamar espacios pblicos, propici el cuestionamiento al espacio priva-do y consecuentemente el cuestionamiento a la esencialidad de su mandato (supuesto carcter natural y por tanto inmutable) y al posicionar a lo femenino como objeto de discusin, arrastr a sucontrariolomasculino,comoobjetodediscusin:Unavez cuestionadalacondicindemujeres,problematizarsobrela construccindelasmasculinidadeseraslocuestindetiem-po (Ponce, 2004: 7). A diferencia de otros objetos tericos, lo femenino y lo masculino se constituyen en tanto tales, como resultadodeunprocesooundebatepoltico,queestablecelo que Bourdieu (1995) califca como una arena de conficto donde se disputan posiciones. La derivacin de los estudios sobre masculinidad del espacio creado por la lucha feminista queda confrmado cuando se cons-tata que en los foros donde se aborda el tema an predominamos generales(Hritier,1996:253).EnsentidosimilarsepronunciaEspada quien sostiene que el gnero comprende normas y roles creados y san-cionadossocialmenteenfuncindelsexobiolgico(2004:3).Porsu parte Halpern (1993) quien reconoce que 20 aos antes se hubiera cortado las manos antes de aceptar la existencia de diferencia biolgicas entre sexos, admite que no puede negar la evidencia cientfca en cuanto a la existencia de diferencias cognitivas entre hombres y mujeres.LAURA COLLIN HARGUINDEGUY206 207MASCULINIDADES DIVERSASlas mujeres y cuando aparecen los varones en juego, an se trata de varones vinculados a los grupos feministas o a movimientos decortealternativocomolosecologistas,Connell(2003)o como formulacin abordada por los varones que se sienten inc-modos con el papel que les toca desempear.Bonino(2002:3)clasifcaalosvaronesentrescategoras: contrarios, favorables o ambivalentes a los cambios de las mujeres, es decir tipifca por su posicin ante las posiciones femeninas, de lamismamaneraubicaalosmovimientosdemasculinidadde acuerdo con su posicionamiento con respecto a las luchas femi-nistas: A su juicio existen cinco movimientos de varoneslos de restauracin o reivindicacin de la masculinidad hegemnica [los] resistenciales [de] varones feminizados [y] nuevos modelos sociales masculinos (Bonino 2002: 6). En la primera categora coloca al movimiento mitopotico de los noventa,2 al que diferen-cia del segundo, integrado por los movimientos de mens rights,3 y como tercero al fundamentalismo masculino,4 los tres primeros constituyen una reaccin ante el feminismo y la perdida de de-rechos masculinos; en posicin contraria ubica dos movimientos profemeninos,losantisexistasoprofeministas 5ylaretrica 2Movimientomitopoticoalquecalifcacomoespiritualistaynaturalista, conformadoporvaronesfrustradosporlafaltadexitolaboral[] insatisfechos ante la crisis del poder de los varones [y la] erosin del patriar-cado domstico.3Tampoco califca muy bien a estos defensoresdel derecho de los padres a estar en casa y al ejercicio de nuevas paternidades y que se consideran vctimas del feminismo al que acusan de feminazismo u hembrismo cuan-do lo sienten radical.4A su juicio se trata de un movimiento de afrmacin, reivindicacin o res-tauracin extremista de la masculinidad tradicional [que] se oponen drs-ticamentealoscambiosdelasmujeres.Losconsideraunarefundacin conservadora producto de la derecha radical norteamericana y europea EEUU UKbacklash a los que asocia con grupos racistas o xenfobos, del tipo de tradicin-familia y propiedad (Bonino, 2002: 9).LAURA COLLIN HARGUINDEGUY208 209MASCULINIDADES DIVERSASdelosnuevosvarones.6Ensuesquemaresaltacomotantolos grupos profeministas como los movimientos de reafrmacin de lamasculinidad,tambinpuedenentendersecomorespuesta alposicionamientofeminista:Lasmujeres,ensuvoluntad deredefnirse,hanobligadoaloshombresahacerotrotanto (Vendrell; 2002: 35). Inevitablemente los hombres son pre-sentadosalazagadeunprocesoencabezadoporlasmujeres (Ferraudi, 2003: 286).7La limitada participacin masculina en el estudio de la mas-culinidadhasidoatribuidaaquelosvaronesseencontraran cmodososatisfechosconsurolnohantenido,dadasu condicin, ninguna necesidad de problematizarse a s mismos en 5Protagonizado por varones estudiosos de la sexualidad, socilogos, psico-terapeutasopromotoresdepolticasdeigualdadabocadosalacrticay desconstruccindelamasculinidadtradicionalhegemnica,involucrado tanto en el activismo social, como en la investigacin acadmica que pre-tendeconstruirmasculinidadesalternativas,vinculadosconmovimientos antipatriarcalesyecolgicos,convisibilidadacadmicaatravsdelos mens studies, studies of men and masculinities o critical studies of men and masculinities (Bonino, 2002:9-10).6 A su juicio Interpretan los lentos y pequeos cambios masculinos como prueba del Gran Cambio El Nuevo Varn SensibleNuevo PadreVarn Familiar sin embargo los acusa de conservar sus prerrogativas que quedan encubiertas por sus cambio [bajo barnices de igualdad (Bonino 2002:13).7Minello atribuye a Clatterbaugh (1990) una caracterizacin que destaca el aspectosociopolticodivididaenseisperspectivasprincipales:a)lascon-servadoras (la dominacin de los varones es natural, como tambin lo es su papel protector y de proveedor econmico), b) las profeministas (la mascu-linidad es una creacin social y es posible cambiar la actual situacin de do-minacin), c) el movimiento de derechos de los varones (los hombres estn sujetos a injusticias legales, sociales y deben luchar para recuperar aquello que consideran sus derechos), d) los del desarrollo espiritual o mitopotico (lamasculinidadprovienendepatronesinconscientesprofundos)lasde grupos especfcos (de los que el autor destaca a los varones homosexuales y los de color) (Minello, 2002:14-16).LAURA COLLIN HARGUINDEGUY208 209MASCULINIDADES DIVERSAStantoquedominadores,sostieneElisabethBaditer(1993:14)..8 Esporelloquenosientennecesarialarevisindesuestatus. Desdeotraperspectivaelfenmenoseexplicaenfuncinde los espaciosyaladistincinencuantoa el campo en disputa, puesmientraslasmujeresintentansocialmente,comogrupo, incursiones en el mbito pblico, reconstruyendo una identidad social, los varones, que hasta la fecha dominan ese mbito, estn sometidosasufrirprocesosidentitariosde gnero individuales. Elproblemadelamasculinidad,pareceraderivardeunapro-blematizacin previa, adems limitada a un contexto occidental, que algunos autores consideran como discutible: La problematicidad se da en sociedades donde el papel del varn es puesto en cuestin, sin alternativas claras, y donde los miembros de estas sociedades son concebidos como individuos ms o menos autnomosla masculinidad puede que no sea ms que un falso problema[una] falacia de carcter profundamente etnocntrico (Vendrell, 2002: 47).Tantoelfeminismoalqueselepuedereconocerunatra-yectoriaqueseremontaals.XVIII(Arguelles,2004),como los estudios de masculinidad surgidos recin en el siglo pasado constituyen problemticas occidentales. Connell (2003) remon-tasusantecedentes 9alosaostreintaconladefnicinderol sexual por la escuela funcionalista, seguido por el de identidad degnero,enloscincuenta,paraestablecersecomotemtica particularenlossetentaconlosMensstudies,seguidosenlos ochentaporlosmovimientosdereaccin,comolosmitopo-8(Apud Vendrell 2002: 35); Baditer, Elisabeth (1993), XY, La identidad Mas-culina, Alianza, Madrid9Asimismoreconocelaexistenciadetresproyectosimportantesparauna ciencia de la masculinidad, las aportaciones del conocimiento clnico y los LAURA COLLIN HARGUINDEGUY210 211MASCULINIDADES DIVERSASticos(Minello,2002:11-12).10Esdecirqueaparecenenlas ciencias sociales como problemtica terica, de manera reciente, casi de manera paralela a los estudios sobre identidad, que segn Hobsbaum (1997) a pesar de que su profusin actual que pare-ciera ubicarlos como remotos, aparecen recin en los aos se-tenta. La coincidencia no puede adjudicarse a motivos casuales, dado que lo femenino, al igual que la masculinidad,11 constituyen sistemasdeidentidadesycomotalesrepresentanconceptos subjetivos, relativos, situacionales. Son tal vez menos relativos y situacionales que otras identidades sociales que pueden asumirse de acuerdo con el contexto y a gusto de la persona, dado que los remitidos al gnero se encuentra restringido por la rigidez de las normas sociales y el condicionamiento biolgico de la conforma-cin fsica, transgredido por la manipulacin del cuerpo, ya sea por el travestismo o el bistur.12 Actualmente pareciera campear un consenso en cuanto a su carcter construido (Nuez, 2004, Ramrez, 2004, Hritier, 1996, Parker, 2002), producto de una fccincultural(Ponce,2004)odelacultura,(Rivas,2004, Gonzlez,2002,Hernndez,1996,Lozoya,1999);Connell terapeutas, la psicologa social, y las nuevas tendencias de la antropologa, la historia y la sociologa (2003: 21)10 El inters por estos estudios fue creciendo. Una muestra de ello puede verse en las reuniones realizadas en 1988 con los auspicios de la Asociacin Brit-nica de Sociologa, donde 45 mujeres y 56 hombres discutieron la temtica de la masculinidad con estudios de Alemania Federal, Australia, China, los EstadosUnidos,Irlanda,IsraelyNoruegaenlosnoventa(conalgunos cuantos ejemplos en los ltimos aos de 1980), el hombre y la masculini-dad se expanden como objetos de estudio colectivos masculinos contra la violencia en Argentina, Mxico.11Resultallamativaladistincinsemntica,mientrasparaloshombresse habla de masculinidad, las feministas difcilmente aceptaran auto defnirse como estudios de femineidad, probablemente por las connotaciones tradi-cionales que el termino supone.LAURA COLLIN HARGUINDEGUY210 211MASCULINIDADES DIVERSAS(2003)lasdefnecomorolessexualesinternalizados,mientras queMinello(2002)sealasuvinculacinconloscontextos institucionalesenqueseinscriben.Silosestudiossobremas-culinidadderivarondelosfeministas,hoyunnuevofactorlos posiciona como actuales. En el contexto neoliberal, que genera comounamsdesusvertientesexcluyentes(Jaquard,1995; Saxe Fernndez, 1999, Cadena 2006, Lpezllera, 2005, Collin, 2005),eldesempleoysobretodoelmasculino,aparececomo un problema endmico (Gambino, 2001, Gautie y Neffa, 1998; Lpez,1996;Sotelo,2003),cuestionandoelroldeproveedor principal de los varones. El problema del desempleo masculino ylacrecienteparticipacinfemeninacomoproveedorasprin-cipales,estaconduciendoaredefnicionesenlasdistribuciones detareasalinteriordelgrupodomstico,13queponensobreel tapete la discusin de las adscripciones de genero y la discusin en torno a las masculinidades.LA PLURALIDAD DE LAS MASCULINIDADESEn el caso de las identidades de gnero, la relatividad de los con-ceptos remite a las diferencias de clase (Margulis, 2003, Urresti, 2003,Ferrndiz,2002)tnia(Heritier,1996;Cceres,2005), sociedad(Lameiras etal.,2002)y las queseproducen a travs del ciclo de vida (Ramrez, 2004: 34)14 e inclusive por grupos de adscripcin, o elecciones personales, que Mary Douglas (1998) defne como estilos culturales. En consecuencia se destaca el carc-ter plural de la construccin de la identidad masculina (Parker, 12 Si la disciplina social no puede producir cuerpos que se adecuen a la no-cindegneroespecfca,entonceselbistursipodrhacerlo(Connell 2003: 79). 13 Resultados de la investigacin: Crisis laboral, Crisis de Masculinidad Jim-nez, Collin, Gomez y Tena 2003-2006)LAURA COLLIN HARGUINDEGUY212 213MASCULINIDADES DIVERSAS2002;Ferrndiz,2002;Ponce,2004;Ramrez,2004;Connell, 2003; Minello, 2002; Gutmann, 2002, Espada, 2004; Cceres, 2005,Figueroa,2005,TodyReyes,2005,Nuez,2004).La posibilidaddeunaextremavariabilidadllevalapropuesta deunadefnicingeneralizantelademasculinidadhegemnica (Rivas,2004;Connell,2003;Bonino,2002,Espada,2004), quemanifestaunaciertacorrespondenciaentreelideal cultural y el poder institucional (Connell. 2003:117), vlida al menos para el contexto occidental, y que refere al modelo ideal, o etic de masculinidad. Bonino la caracteriza como una serie de creencias matrices organizadoras de la subjetividad masculina mandatosprescriptivosyproscriptivos[queconfguranuna] singular metabolizacin de su identifcacin (Bonino 2002:17). La defnicin no deja de ser polmica, de all que a Minello (2002) le preocupe su utilizacin, mientras que Gonzlez (2002) propone como contrario el de masculinidad no hegemnica.Lasparticularidadesculturalesaportadasporlaetnografa permitieroncuestionarydescartarlasconnotacionesdeinmo-vilidadobiologicistas(Connell,2003,Hritier,1996,Ponce, 2004,Cceres,2005).Losestudiosetnogrfcosaportarona losestudiosdemasculinidadlaposibilidaddelaexistenciade diferentes soluciones en la distribucin de roles y la eventualidad desuintercambio,entrehombresymujeresyalinteriordela familia. La variabilidad en los roles genricos llev inclusive a cues-tionar el concepto de familia y motiv a uno de los principales tericosdelparentesco,ClaudeLeviStrauss,aorganizarun seminario,convocadoapartirdeunapreguntaesuniversalla 14En opinin de Ramrez: La signifcacin que el varn tiene de s mismo como sujeto de masculinidad sufre transformaciones a los largo de su ciclo vital, que son producto de la infuencia de otros sujetos individuales o co-lectivos.LAURA COLLIN HARGUINDEGUY212 213MASCULINIDADES DIVERSASfamilia? El caso paradigmtico que cuestionaba la universalidad fue el modelo Nayar (Gough, 1959: 23-24, 89) donde no existe laparejacorresidencial,ydondeelhermanodelamadre,asu-melafgurapaternaanteloshijos.Elmodelo,aparenterareza antropolgica para un pueblo asitico, pareciera tener una ten-dencia a la multiplicacin, hay autores que sealan que pareciera predominar entre la poblacin negra de los Estados Unidos de Amrica (Buchler, 1982: 5) 15 con tendencia a reproducirse en los sectores populares marginados de pases latinoamericanos, en los que confuyen dos factores: El alto nmero de hogares sin padre y la prdida de empleo masculino.Desdeelpuntodevistadelasclasesbajas,laexistenciadeun maridoopadrecopresidentenoescondicinnecesariaparala constitucin de un grupo domstico. El grupo domstico basa su existencia en la cooperacin de las mujeres adultas estrechamente ligadas, as como el intercambio de bienes y servicios entre parien-tes masculinos y femeninos (Buchler, 1982: 57).Como aportacin a la posibilidad de incorporar criterios de determinacin en cuanto a la necesidad de los roles, la datacin etnogrfcapermiteestablecerunarelacinentrelasllamadas artesdesubsistenciaylaposibilidaddeautonomafemenina: las tasas de divorcio guardan relacin con el grado patrilineal ylafuerzacorporativadelosgruposdefliacinpatrilineales (Buchler, 1982: 31). El divorcio aparece como inexistente, invia-ble e impensable en sociedades donde los hombres son provee-dores exclusivos, el caso ms claro lo constituyen los esquimales; en sentido contrario, es en las sociedades donde recae sobre las mujeres gran parte de las actividades de subsistencia (horticultu-15 Buchleridentifcalaexistenciadegruposconvarnausenteenmuchas reas del caribe, negras americanas pobres.LAURA COLLIN HARGUINDEGUY214 215MASCULINIDADES DIVERSASra, recoleccin, cra de especies domsticas), la separacin y el di-vorcio no slo aparecen como bastante frecuencia, son pensados, aceptados y normados socialmente, en posicin intermedia apa-recen las sociedades donde el trabajo y la actividad masculina son indispensables al tiempo que el trabajo femenino resulta valorado. Estas tendencias se vinculan a la matrilinealidad (Dumont 1970: 216). A juicio del autor, esta tendencia explicara las estadsticas dedivorciosdelossistemaspatrilineales,dondeladependencia econmicasehavinculadoconescasosdivorciosyporelcon-trario los sistemas matrilineales con altos ndices (ibid.: 219). En este caso la datacin etnogrfca coincide con el hecho sealado reiteradamente para nuestra sociedad en cuanto a que los facto-res que facilitaron la incorporacin de las mujeres a los espacios pblicos fueron los anticonceptivos que espaciaron el nmero de hijosintroduciendolaplanifcacindelafamiliaylosaparatos electrodomsticos que simplifcaron el trabajo domstico.Cuando la bsqueda de defniciones abandona la estigmati-zacin y remite al sentido positivo de la masculinidad pareciera que la caracterstica o defnitoria remite a la centralidad del rol comoproveedor(Brandes,2002;Gutmann,2002;Ferrndiz, 2002;Connell,2003;LeschzineryKuasosky2003;Urresti 2003; Espada, 2004) y la necesidad de xito (Meler, 2001, Lozo-ya, 1999), en sntesis los hombres como proveedores o hroes, derrotados y mutilados (Ferrndiz, 2002). La defnicin como proveedores, dignifca a un trmino con connotaciones negativas comoeldemacho,entrabajodecampoGutmannencuentra que:paraloshombresymujeresmayores,eltrminoma-chodenotaunacualidadpositivadeunhombrequemantiene econmicamenteasufamilia(Gutmann2002:108).Connell (2003) seala el carcter construido de esta asignacin y advierte que si bien la bibliografa sobre el rol masculino dio por sentado que una parte esencial de la masculinidad era proveer el sustento LAURA COLLIN HARGUINDEGUY214 215MASCULINIDADES DIVERSASfamiliar,WallySeccombemostrqueestasuposicinsehaba creado recientemente en Gran Bretaa a mediados del sigo XIX y que no se aceptaba de manera universal. Actualmente su exis-tencia como mandato, es comprobada por la informacin etno-grfca. Gutmann retoma el relato de un inmigrante de Nayarit, Mxico, que se adjudicaba el haber:fracasado como hombre al no poder cumplir las expectativas familiares puestas sobre l, ya que no poda enviar grandes remesas de dinero que se espera-ban de su ida a Estados Unidos (Gutmann, 2002:28).El modelo de xito, se presenta como altamente competitivo: Educados para competir y triunfar (Lozoya, 1999:4), en el que operan arquetipos o la fgura heroica, donde el xito puede asu-mir la forma guerrera, trasladada en el presente a la esfera de la poltica, el mbito deportivo o el econmico. Los arquetipos funcionan como moldes y si bien varios de los autores reconocen que muy pocos pueden alcanzar el ideal (Connell, 2003; Mine-llo,2002,Espada,2004),sulimitadavisibilidadenlaprctica no implica que en trminos simblicos no opere como modelo. Aparentemente,elmodeloheroico(Connell,2003,Figueroa, 2005), inclusive en su versin deportiva o artstica, en el contex-to neoliberal y en general en el seno del capitalismo, se traduce en trminos de dinero y se mide de esa manera, aunque los sm-bolos diverjan, por ejemplo, el mantener ms de una casa simbo-liza riqueza y poder, en muchas sociedades. El xito econmico o como proveedor no tiene parmetros de ingreso en trminos cuantitativossinoqueseexpresademanerarelativaycontex-tual. El xito para un campesino puede medirse en trminos de rendimiento,enlaciudadaccederacasapropia,enlasclases medias las escuelas a donde concurren los hijos y otros parme-trosespecfcos,sinembargoencadacontextopersiste,nosin dejos competitivos protagonizados muchas veces por las mujeres (esposas y madres), que son quien establecen las comparaciones. LAURA COLLIN HARGUINDEGUY216 217MASCULINIDADES DIVERSASLanecesidaddexitoaparececomoexhaustiva,constituyeun mandato y una demanda, inclusive existe su contrario, el looser, que denota no solo a quien no obtiene xito, sino a quien no lo busca. Su uso es tan descalifcante que puede equipararse al de impotente. As como pocos son los hombres que en la prctica alcanzan el prototipo establecido por el modelo de masculinidad hegemnica, el rol de proveedor, igualmente parece difcultarse en los tiempos actuales (Brandes, 2002; Urresti, 2003; Margulis, 2003).Ferrndiz,califcaaestasituacin,comoestigmadela masculinidadherida(2002:92),Cceresle atribuye la vio-lencia fsica contra mujeres, la infdelidad y otros temores mas-culinos en el contexto de la imposibilidad de cumplir el papel deproveedores(2005:33);mientrasqueConnell(2003:104), se pregunta: Qu le ocurre a la formacin de la masculinidad, ante tal panorama, de igual manera, Bonino se pregunta Cmo nos afectan los cambios de las mujeres?los cambios socioeco-nmicos y nuevas tecnologas que colocan al varn como alguien eventualmente prescindible y seala que pocas investigaciones que se ocupan de esta cuestin (2002: 2). Es cierto que algunos accedenalograrcumplirconelidealdelser,perotambines cierto que slo ciertos hombres pueden escaparse de un mandato que tiende a ser exhaustivo (Espada, 2004). Mientras las mujeres puedentransitardemanerasuaveantevariasposibilidadesde reconocimientosocial,aloshombresseleslimitaalesquema delxitocomoproveedor.Unamujerquetrabajainviertedu-rante aos en prepararse profesionalmente, si de repente decide abandonarsucarreraparaatenderaloshijos,noescensurada comoloseraunhombreenunasituacinanloga;puedeno elegir entre carrera o trabajo y optar por ser bella y tambin ser reconocida. Cincuenta aos ha, exista un equivalente al looser o fracasada para el mbito femenino, aplicado a las mujeres divor-ciadas y poco antes o en otros contextos a las mujeres estriles o LAURA COLLIN HARGUINDEGUY216 217MASCULINIDADES DIVERSASyermas, como la clsica obra de Garca Lorca. Hoy en da, pocas son las mujeres o hombres que consideren fracasada a la mujer que decide separarse o divorciarse, y si bien el cuestionamiento al mandato de la maternidad, recin empieza a evidenciarse, el estigma de la esterilidad hace tiempo que paso de moda.En otros aspectos la multiplicidad de posibilidades femeninas tambin se evidencia,en la ropa y los estilos de conducta. Una mujer con pantalones, pelo corto, sin maquillaje y fumando, no seequiparanecesariamenteconunalesbianaounmarimacho, son atuendos incorporados como posibilidad por las mujeres, y aceptados socialmente. Cuando George Sand, ostent tal vesti-menta por primera vez, suscit escndalo y censura por parte de lasociedad,semejantealquesuscitanhoyendaloshombres que se visten con faldas y se pintan, asociados inmediatamente con la homosexualidad y las conductas desviadas, sin pensar en laposibilidaddelaexistenciadehombresquedeseenportar falda,maquillarse,opintarseelcabello,sinqueelloimplique asumirsecomohomosexuales.16Unplanteamientoprovocativo al respecto, lo constituye el flm Todo sobre mi padre del direc-tor noruego Even Benestad, que presenta la posibilidad de una identidad de bi-gnero, donde un hombre con mujer e hijos, le gustatrasvestirsesindejarsuidentidadmasculina.Resultaevi-dente que hay diferentes formas de ser mujer, mientras que los hombres nos quedbamos asidos, prcticamente agarrados a nuestro modelo de ser hombre (Hernndez 1996: 1). El cam-bio de actitud femenina se constata a nivel cuantitativo, en una encuesta aplicada en diversos pases a un grupo de 1 211 mujeres 16 AsparecenentenderloelGrupoAbiertodeEstudiosSexolgicosyel Grupo de Refexin y Estudio Sobre las Masculinidades de Madrid que en dos ocasiones convocan a los varones a celebrar el da de la falda como forma de reconstruir las metforas que vinculan el poder y la masculinidad (Espada, 2005: 5).LAURA COLLIN HARGUINDEGUY218 219MASCULINIDADES DIVERSASy 428 hombres se encontr que las mujeres muestran mayor disposicin a atribuirse rasgos masculinos [y son] menos cen-suradas socialmente que los hombres con cualidades femeninas (Lameiras et al., 2002: 3-4).EN BUSCA DE UNA CONCEPTUALIZACINElabordajedelostemasvinculadosalosestudiossobrefemi-nismoymasculinidad,porsuorigenenunaarenaendisputa, enfatizalosaspectosproblemticos,lasfeministas,laexclusin yelcarcterdevctimasdelasmujeres,contrariamentemu-chosdelosestudiossobremasculinidadhanpuestoenel centrodesuspreocupacionesanalticaslostemasrelacionados conelejerciciodelpoderylaviolenciaalaquepredisponen determinadosmodelosdemasculinidad(Rivas,2004:70),en consecuencia abordan aspectos particulares como la adiccin al alcohol, las situaciones de riesgo, o la violencia como defnitorias delaidentidadmasculina:grandesconsumidoresdealcohol, preadores,autnomosyproveedoresexclusivosenelhogar (ibid.:72).Ferrndizproponequeexisteunaestigmatizacin de la masculinidad popular, que le atribuye como caractersticas elmalandrismo,yuncarcterespecialmentecriminolgicocomo predelincuentesopotencialesdelincuentes,yatribuyeunafuerza represivadeestosestereotiposlosconsideraunaforma totalitaria, estigmatizante y trivializante de masculinidad atribui-da (Ferrndiz, 2002: 84-85). Por su parte Rivas acusa a Samuel RamosyaOctavioPaz,dehaberinventadounacomunidad imaginada de la cultura nacional (Rivas, 2004: 71). El atribuir caractersticas identitarias a los varones de un grupo social, pa-reciera no ser privativo de los estudiosos del tema, Gutmann, en el trabajo de campo entre varones de clases populares recoge el siguientetestimonio:Nosotrosloshombresmexicanossomos LAURA COLLIN HARGUINDEGUY218 219MASCULINIDADES DIVERSASviolentos, en el campo de ftbol y en el matrimonio pero la verdad es que somos cariosos (Gutmann 2002: 113). Si bien los estereotipos existen, una amplia encuesta aplicada en tres pa-ses latinoamericanosconstata que existe un: []nivelmoderadamentebajodeIdeologadelRolsexualen todoslospases,exceptoCubaloschicostienenunavisin ms estereotipada de los roles sexuales que las chicasel nivel de desarrollodeunpas correlaciona negativamente conelnivelde sexismo, de tal forma que a mayor desarrollo menor sexismo (La-meiras et al., 2002: 9).Entre los estereotipos mas frecuentes se encuentran los varo-nescomodetentadoresdelejerciciodelpoder(Hritier,1996; Criquillon, 1994; Meler, 2001; Bonino, 2002; Vendrell, 2002; Lameiraset,al.,2002;Connell,2003;Rivas,2004;Espada, 2004; TodyReyes,2005).Esms,selereconoceuncarcter generalizable (Hritier, 1996, Vendrell, 2002): Existe una eleva-da probabilidad estadstica de la universalidad de la supremaca masculina que resulta del examen de la literatura antropolgica sobre el tema (Hritier, 1996: 208-215).17 Asociado con el uso del poder, aparece la prctica de la violencia (Criquillon, 1994; Hernndez,1996;Fernndez,1995;Connell,2003;Urresti, 2003; Rivas, 2004, Ramrez, 2004; Cceres, 2005) al que Boni-no adjetiva como belicosidad heroica (2002). El poder y la violen-cia como patrimonio se manifestan en la conducta sexual fuera de control (Brandes, 2002; Connell, 2003) agresiva (Hernndez, 17 Hritier relata un mito que retoma de Anne Chapman En su origen los hombres, en situacin de abyecta sumisin, estaban obligados a realizar to-dos los trabajos, incluidos los domsticos, y servan a sus esposas, reunidos en la gran casa de las mujeres, de donde surgan los rugidos de terrorfcas mscaras.Lunadirigaalasmujeres,yesodurhastaeldaenqueSol LAURA COLLIN HARGUINDEGUY220 221MASCULINIDADES DIVERSAS1996, Urresti, 2003), como acto de poder (Hernndez Snchez 2002), mutilada y centrada en el pene y la penetracin (Fi-gueroa,2005:48),connecesidaddeostentarmltiplesparejas (Cceres, 2005) y en donde la mujer aparece como receptculo de semen (Connell, 2003). Se asocia la masculinidad con situa-cionesderiesgo(Figueroa,2005;Rivas,2004;Espada,2004); seleconceptacomocompetitivos(Criquillon,1994;Urresti, 2003; Cceres, 2005, Rivas, 2004) y homofbicos (Criquillon, 1994,Urresti,2003,Figueroa,2005).Aparecetambincomo caracterstica, la ingesta de alcohol (Brandes, 2002, Rivas, 2004): La ingesta de alcohol y la embriaguez estn estrechamente re-lacionadasconlaidentidadmasculinaen1991,91%delos miembrosdeAlcohlicosAnnimoseranhombres(Brandes, 2002:7). Esta caracterstica es cuestionada por Gutmann (2002). Tod y Reyes, consideran a las defniciones como muy negativas y proponen que La masculinidad debe tener algunos rasgos po-sitivos (2005: 2)Losintentosporconceptualizarlamasculinidadaludenya a califcar la masculinidad como hegemnica, a limitarla a la de grupoespecfcooseesgrimesuimposibilidadantelaextrema variabilidad posible. La adopcin del concepto de masculinidad hegemnica pareciera suponer un intento de defnicin univoca ogeneralizante,contrastadoporelhechodequelosmismos hombreentreloshombres,quellevabacazaalacabaainiciticapara alimentar a las mujeres, sorprendi las mofas de las jvenes a propsito de lacredulidaddeloshombres.Comprendientoncesquelasmscarasno eran la emanacin de potencias sobrenaturales dirigidas contra los hombres, sino un subterfugio inventado y utilizado por las mujeres para mantenerlos en estado de dependencia. Los hombres estrangularon a todas las mujeres, excepto a las niaspequeas, de memoria virgen, e invirtieron los papeles. Luna regres al cielo, donde contina buscando la manera de vengarse de Sol:loseclipsessolaressontestimoniodeello.Estainversindelascosas justifca el poder masculino absoluto.LAURA COLLIN HARGUINDEGUY220 221MASCULINIDADES DIVERSASautoresreconocenyproclamanlaexistenciademasculinidades plurales defnidas por lneas de clase, contexto, por ejemplo rural o urbano, defnicin ideolgica o adscripcin a un grupo, estilos, educacin,etnia,diferencias,todasellasremitidasalacultura. En general los intentos defnitorios remiten al contexto occiden-tal,mientras que los abordajes referidos a grupos tnicos o con infuencia tnica sirven para afrmar la nocin de pluralidad sin intentos clasifcatorios. Entre un extremo y otro, el abismo pa-reciera insondable de manera que la defnicin de tipos de mas-culinidadsedifcultaraalextremodesolopoderserabarcada mediante el genrico remitido a la pluralidad, que determinara un nmero abierto de posibles masculinidades, por eso Minello propone como desafo:[]construirunacategoraanaltica,heurstica,estoes,que permita proponer defniciones, dimensiones, conceptos, variables e indicadores que den cuenta de los elementos que hagan posible observar las diferencias entre cuerpos sexuales y plantear la mascu-linidad (Minello 2002: 21).Enfuncindepoderconciliarlaaspiracindedefnicin conlaposibilidaddeabarcarlavariabilidad,sugierovolverla miradaalasaportacionesdelaantropologa,disciplinaquesi bien introdujo el tema de la pluralidad y demostr a partir del trabajoetnogrfcoladiversidadderespuestashumanasfrente asimilaresproblemas,tambinhademostradoquesibienla variabilidadexiste,tambinaparecedemaneralimitada,dado que lo social presenta un nmero fnito de combinaciones. Lasformasqueadquierelosocialseencuentranlimitadaspor las posibilidades combinatorias de los elementos que entran en juego y en donde ciertas combinaciones no pueden existir (Hritier, 1996: 36:). Independientemente de la existencia o no LAURA COLLIN HARGUINDEGUY222 223MASCULINIDADES DIVERSASde diferencias biolgicas, cabe reconocer que el pensamiento tra-baja con un material fsico y biolgico y con este realiza una de las combinaciones lgicas que es posible efectuar a partir de dichos residuos (ibid.: 37).Quiz, en ese sentido, se pronuncian varios autores: la piedra fundamentaldelaAntropologacomocienciasociallacoloc Morgan, al descubrir la variabilidad de las terminologas de pa-rentesco, y sus limitadas posibles combinatorias. Los anlisis de lasterminologasdeparentescosuelenserenredados,msque complicados,dadoqueparamostrarladisponibilidadonode trminosparaunacategoraselosnombra,envezdeconsu nombre en nuestra lengua, por ejemplo, abuela, con el de madre delamadreomadredelpadre,omasdifcultosoaun,hijodel hermano de la madre, que supone un sobrino paralelo, mientras que el hijo de la hermana del padre sera un primo cruzado. Esta denominacinenfuncindeposiciones,evitandorecurrirala traduccindeltrminoennuestroidiomasedebeaqueuna lengua puede tener dos vocablos diferentes para abuela materna o abuela paterna o carecer de l, es que: los trminos de pa-rentescosoncategorasdepalabraspormediodelascualeslos individuosaprendenareconocerlosagrupamientossignifcati-vos de la estructura social en que ha nacido (Buchler, 1982: 69). Losestudiosdeparentesco,generadosapartirdelosestudios etnogrfcos, llegaron a la conclusin de que para cada posicin deparentescohabalimitadasposibilidades.Morganyotros, supusieron, errneamente una posible relacin entre el trmino con el que se designa a un pariente y su funcin. Sin embargo, los trminos no corresponden frecuentemente con las funciones, deahquemientrasunaramadelosestudiosdeparentescose centr en los trminos, otra lnea abord las normas y funciones. Entrminosgeneraleslosestudiosdeparentescocomprenden tanto el sistema de la nomenclatura [como] los sistemas de LAURA COLLIN HARGUINDEGUY222 223MASCULINIDADES DIVERSASactitudes que con l se asocian (Buchler, 1982: 60). En funcin de diversos rasgos abstractos, el parentesco incluye: las reglas de fliacin, de residencia, de herencia, de sucesin, de matrimonio (Dumont 1970: 31) y de conducta.En cuanto a la fliacin Las combinaciones lgicas posibles sonseis:patrilineal,matrilineal,bilineal,cognaticia,paralelay cruzada, las dos ltimas prcticamente no se han realizado (H-ritier, 1996: 22),18 y combinando los sistemas de terminologa y de fliacin, quedan once tipos combinados: esquimal, hawaiano, sudans, crow y omaha (ibid.: 49). En el caso de parentesco no se presenta una relacin directa entre la terminologa adoptada y la organizacin social, como la relacin antes descrita entre las artes de subsistencia, y la frecuencia de divorcios, prueba de ello es que el modelo occidental coincide con el esquimal. La limitada variabilidad de debe a que si bien un sistema de parentesco no es la traduccin de los meros hechos biolgicos de la repro-duccintomanecesariamenteencuentadatosbiolgicosde base, y estos son limitados: 1) el padre precede siempre al hijo, 2) el carcter paralelo o cruzado de las situaciones de consanguini-dad y 3) los hermanos menores dan nacimiento a lneas paralelas decolateralidad,asimismolasrelacionesmasculino/femenino, padre/hijo y primognito/segundognito (ibid.: 53-54).Elanlisisdelossistemasdeactitudes,sincreartipostan claros;tambinaportunasistematizacin.Cadaposicinde parentesco tiene con respecto a un ego ciertas posibilidades, as larelacindelpadreconrespectoalhijovarn,puedeserde autoridad +, indiferente +, o jocosa, las tres variantes operan asi-18 Otra que jams se ha realizado y de las que no se conoce ejemplo alguno: aquella en la que el padre y el hermano de la madre seran designados con un mismo trmino, mientras que el hermano del padre lo sera con un tr-mino diferente. Esta ecuacin es una posibilidad lgica abstracta, pero no tiene actualizacin concreta en ninguna sociedad (Hritier, 1996: 56). LAURA COLLIN HARGUINDEGUY224 225MASCULINIDADES DIVERSASmismo para la hija mujer, del esposo con la mujer puede ser de autoridad +, indiferente +, o de sumisin-. Si se consideran estas posibilidades clasifcatorias de los sistemas y relaciones de paren-tesco,sepuedeplantearlaposibilidaddeconstruirunmodelo clasifcatorio de las masculinidades. Como todo sistema taxon-mico supone identifcar los indicadores compartidos que permi-ten indicar a un sujeto en la categora masculina y los parmetros porsuposiblevariabilidadloquepermitedistinguirtiposde masculinidad.Sinintentarunatipologa,Connell(2003)pro-pone en diferentes lugares de su obra, mbitos donde operan las normas: el reproductivo, las estructuras corporales, el intercam-biosexualyelcuidadoinfantil(ibid.:109),oalternativamente la crianza infantil, el empleo, las relaciones sexuales y la divisin del trabajo (ibid.:51) a las que sintetiza como relaciones de po-der,deproduccinycatexis(emociones).Todaseleccinpuede ser arbitraria, incompleta y en consecuencia perfeccionable. En primerlugarsepuederecurriraloselementossealadoscon mayor frecuencia por los estudios de masculinidad, por ejemplo, los relativos al rol de proveedor, donde el hombre puede ser pro-veedor principal, y que adems usa esta funcin como medio de control (+),19 compartir equitativamente los gastos con su pareja (), o ser mantenido (-). Siguiendo la propuesta de Connell, se puede seguir con la sexualidad, las referencias a la masculinidad hegemnica hacen nfasis en la sexualidad limitada a la genitali-dad, la penetracin, la agresin; pero del mismo modo es posible preguntarse que otras posibilidades de ejercicio de la sexualidad existen, aunque sean hipotticas. Quiz el extremo opuesto este representado por el tipo de sexualidad que reclaman las mujeres 19 El uso de los smbolos *,- y resulta arbitrario, y no presenta connotaciones valorativas. Los smbolos pueden ser cambiados por nmeros, o cualquier otra forma de demarcacin. En este caso utilizo + para la masculinidad hegemni-ca, - para la considerada suave, y , para el modelo de transicin.LAURA COLLIN HARGUINDEGUY224 225MASCULINIDADES DIVERSASpara s, centrada en el afecto, las caricias, y una intermedia, don-de el papel activo, creativo y ertico en el sexo fuera compartido, paraatribuirvaloresnumricosodevaloracadauno.Valores sincargaemotivaovalorativadondelasexualidadgenitalapa-rece como (+), la afectiva (-) y la que combina ambas funciones (). Pero la sexualidad no slo refere el acto del coito, sino a su ejerciciodentroofueradelapareja;20tambinenesteaspecto, sepuederesaltarlasdiferenciasdondeelextremohegemnico coincide con el ejercicio indiscriminado que sin duda se vincula con la sexualidad centrada en el pene. Elhombrecoleccionadordemujeres,quepuedeincluir hombres si es l quien penetra (Connell, 2003, Brandes, 2002; Cceres,2005;Figueroa,2005)representaelextremodedes-vinculacin respecto a las mujeres y por tanto de misoginia, que puede simbolizarse (+). En el extremo, se encontraran quienes practican la fdelidad o la monogamia (-) en situacin intermedia la multiplicidad de parejas con cierta estabilidad afectiva (+). En cuanto al cuidado infantil, el padre desvinculado o ausente en el cuidado de los hijos supone el ncleo duro (+), el padre involu-crado en el cuidado y atencin de sus hijos, la paternizacin (-) (Collin, 2004), y la relacin de afecto sin cuidado (+) la pocin intermedia. Vinculado con el trabajo de los hijos, se encuentra la realizacin de trabajo domstico, su ausencia total coincide con elmodelohegemnico(+),laexclusivarealizacindeaquellas tareas que le son placenteras, o slo en forma ocasional, corres-pondera con la situacin de trnsito (+), y la reparticin equita-tiva de las tareas domsticas como parte de la relacin, la nueva expresin (-). Por ltimo siguiendo el esquema de Connell ha-bra que considerar la expresin de afectos, donde la contencin y falta de expresin se simboliza (+), la expresividad afectiva en 20 En este caso no refere a una institucin jurdica matrimonial, de monoga-mia, sino con la prctica concreta: normada aunque no institucionalizada. LAURA COLLIN HARGUINDEGUY226 227MASCULINIDADES DIVERSAStodos los aspectos (-) y una moderada expresividad limitada a su expresin hacia los dems pero que no incluye la autorrefexin sobre sus emociones el trmino medio (+).Adicionalmentesepodranconsiderarotroselementosde los considerados en otros estudios sobre masculinidad, como la relacin con la violencia, en la que la violencia indiscriminada, elpeleonero,camorrista,queconsideranaturalelgolpearalas mujeres,coincideconlamasculinidadhegemnica(+),laau-sencia de conductas agresivas con la nueva masculinidad (-) y el uso de una violencia selectiva, solo en condiciones de defensa, el punto intermedio (+), asociada con la violencia, se puede ubicar lapracticadeconductasderiesgocomoconductasistemtica (+),el gusto por deporte o ejercicios con riesgo, pero de manera precavida (+), y la evitacin de toda conducta riesgosa (-). Otro rasgo reiteradamente mencionado es el de la ingesta de alcohol, como forma de identidad masculina (+), el consumo de alcohol de manera ocasional (+), y como placer sin llegar a la embriaguez (-). El espacio pblico considerado como exclusivo de hombres, aparece como propio de la masculinidad hegemnica (+), cuan-do toleran la presencia femenina pero siguen considerando como propio de las mujeres el privado, sera transicional (+), mientras que el plenamente compartido seria el de la nueva masculinidad (-), Por su parte, el ejercicio del poder de manera patriarcal sobre esposas e hijos se ubica en la categora hegemnica, la autoridad compartidaconlaesposaenposicinintermedia(+)ylacon-ductademocrtica,comodemostrativadenuevamasculinidad (-).Agregaraalosestereotiposmasculinoslarelacinconel deporte, mencionada por Archetti (2003) concediendo un valor hegemnicoalosfanticos,capacesdeintegrarporras,ehin-chadas(+),elintermedioaquienesdisfrutaneldeportecomo actividad familiar (+), y a quienes no disfrutan de la observacin LAURA COLLIN HARGUINDEGUY226 227MASCULINIDADES DIVERSASdeeventosdeportivosysipracticanalgndeportesetratade ejercicios o yoga, como masculinidad suave (-).Matriz de rasgos prototpicos de masculinidadFuente: Laura Collin H.La clasifcacin no pretende ser exhaustiva, por el momento retoma solo los rasgos ms sealados en la literatura sobre el tema, yalgunosaspectosobservadosenelprocesodeinvestigacin. Constituye una propuesta para ir construyendo de manera inter o transdisciplinaria en la cual por ejemplo: psiclogos aportaron rasgospsicolgicos,olaseconmicaspautascomportamientos econmicos. Cabe mencionar que los tipos puros aparecen con menos frecuencia, para los tipos concretos de masculinidad y la particular combinatoria de rasgos se requiere construir etnogra-fas sobre la base de la observacin y la entrevista, que permitan Rasgo Ncleo duro Intermedio Ncleo suaveproveedorprincipal, como forma de controlcompartido mantenidocoito penetracin erotismo cariciasparejas indiscriminadas parejas monogamiarelacin con hijos ausente afecto cuidado y atencintrabajo domstico ninguno slo las que le gustan igualitarioafecto contenido refexivo expresivoviolencia indiscriminado selectiva pacifstariesgo sistemtico ocasional inexistentealcohol alcoholismo moderado limitadoespacio pblico exclusivo limitado equitativopoder patriarcal autoridad democrticodeporte fanticos prctica familiar yoga o ejerciciosLAURA COLLIN HARGUINDEGUY228 229MASCULINIDADES DIVERSASpor grupos defnidos con diferentes variables, clase, etnia, grado de escolaridad, adscripcin a grupos, ver la frecuencia en la pre-senciaoausenciaderasgos,quepermitanubicaraunhombre oungrupodehombres,enunaclaseyconstruiruntipo.En otrotrabajo(Collin,2004)sealabacmo,porejemplo,en Argentina, donde existen profundas resistencias masculinas a la participacin femenina en puestos de poder, en la esfera privada colaboran en el trabajo domstico 21 y en el cuidado de los hijos, es decir que una actitud que puede considerarse hegemnica se combinaconunaquesiguiendoaMaryDouglas(1998)sera una actitud suave como el cuidado de hijos y casa. Las posibilidades combinatorias, si se consideran tres posibi-lidades, y 11 indicadores, pueden ser muy amplias, sin embargo si se contempla que es probable que los rasgos se asocien, el n-mero de tipo de masculinidad puede disminuir. El caso hipot-tico de un hombre que controle a travs del dinero, penetrador o violador, con mltiples parejas y relaciones, golpeador, ausente frente a los hijos, y en el trabajo domstico, bebedor, arriesgado, fantico de algn deporte, que no tolera la presencia de mujeres enespaciospblicos,nilaposibilidaddecompartirdecisiones con las mujeres, ms que una masculinidad hegemnica, repre-sentaraunmodelodemachoarcaico.Contrariamenteelque considera a la relacin sexual como un espacio de placer mutuo, que valora la expresin del afecto con su pareja y los hijos, que se involucra en su crianza y cuidado, participa de forma igualitaria enlastareasdomsticas,despreciaelriesgoyelalcoholcomo formas de demostrar hombra, que practica yoga u otros depor-tes poco competitivos, personifcara una masculinidad suave, o nueva masculinidad. Por el momento se trata de una propuesta que intenta dar una clasifcacin, para la construccin colectiva, que colabore a la necesaria reconsideracin de los roles de gnero 21 Tambin sealado por Margulis, 2003 y Urresti, 2003LAURA COLLIN HARGUINDEGUY228 229MASCULINIDADES DIVERSASpor parte de los varones ante un mundo globalizado, que difcul-ta el cumplimiento de los mandatos decimonnicos, provocando confictos psicosociales que demandan tal reconsideracin.OBRAS CONSULTADASArchetti, Eduardo P. (2003). Masculinidades: Ftbol, tango y polo en la Argentina. Buenos Aires, AntropofagiaAroche,Fidel(1996).EldesarrollorecientedelempleoenMxico, unanlisisestructuralyunejerciciodesimulacin.En:Lpez, coord.Mercado,desempleoypolticadeempleo.Mxico,Nuevo Horizonte Editores y CEPNA.Baditer, Elisabeth (1993). XY, La identidad Masculina. Madrid, Alianza.Bonino M., Lus (2002). Los varones ante el problema de la igualdad con las mujeres. En: Lomas, C., ed. Todos los hombres son iguales? 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