5crcf. superhéroes

68

Upload: el-coloquio-de-los-perros

Post on 07-Mar-2016

243 views

Category:

Documents


7 download

DESCRIPTION

Edición PDF del libro publicado por la Asociación Cultural El coloquio de los perros con los relatos y fotografías más destacados de la 5ª edición de nuestro concurso.

TRANSCRIPT

Page 1: 5CRCF. Superhéroes
Page 2: 5CRCF. Superhéroes
Page 3: 5CRCF. Superhéroes

V CONCURSOEL COLOQUIO DE LOS PERROS

DE RELATO CORTO Y FOTOGRAFÍA

Page 4: 5CRCF. Superhéroes

Tema del concurso: Superhéroes

Edita: Asociación Cultural «El coloquio de los perros»

Colaboran:Consejería de Cultura. Junta de AndalucíaExcma. Diputación de Córdoba - Área de CulturaExcmo. Ayuntamiento de MontillaFundación Social Universal

Diseño y maquetación: José Alfonso Rueda

Portada: José Manuel Márquez «mane»

D.L.: CO-623-2003ISSN 1887-9934

Imprime: Imprenta San Francisco SolanoC/ Zarzuela Baja, 4014550 Montilla (Córdoba)Tlfo. y Fax: 957 65 64 [email protected]

Page 5: 5CRCF. Superhéroes

V Concurso

«El coloquio delos perros»

de Relato cortoy Fotografía

______

Page 6: 5CRCF. Superhéroes
Page 7: 5CRCF. Superhéroes

ÍNDICE

PRÓLOGO. José Rey García.............................................. 9

RELATOS GANADORES

PRIMER PREMIO. Enrique Rubio PalazónSúper Viviente.............................................................. 13

ACCESIT. Félix Amador GálvezEl absurdo arquetipo del superhéroe multicolor.......... 25

MENCIÓN ESPECIAL. Carmela TrujilloFrases dobladas en el estómago................................ 35

MENCIÓN ESPECIAL. Carlos Antonio Muñoz ClaresEl monstruo sempiterno............................................... 45

MENCIÓN ESPECIAL. Nuria Calvo FloresContacto humano......................................................... 53

FOTOS GANADORAS

PRIMER PREMIO. Alberto Toledo Ros..............................11

FINALISTA. Irene Navarro Gil..............................................23

FINALISTA. Clara Millán Fuentes-Guerra..........................33

FINALISTA. Mercedes de Badani......................................43

FINALISTA. Mª José Rodríguez Parra................................51

FINALISTA. Antonio Jesús Pérez Gil.................................63

7

Page 8: 5CRCF. Superhéroes
Page 9: 5CRCF. Superhéroes

PRÓLOGO

Probablemente en esto también nos engañaran yjamás hayan tenido a la Humanidad en el fiel de subalanza. Probablemente sólo hayan sido fruto de algunanoche febril y destructiva, cuando bañado en alcohol elgenio se siente ingrávido y todopoderoso. Probablementelos histriónicos ropajes huelan a alcanfor en el fondode algún armario que nunca se abre. Probablemente lossuperhéroes sean tan falsos y tan patéticos como losmutantes, los vigilantes del mundo y los salvapatrias.¡Menos mal!

Probablemente están entre nosotros. Probablementese levantan cada día con una misión que cumplir.Caminan de incógnito, visten como pueden –hay quienlos ha visto comprar su vestuario en los tenderetes delmercadillo ambulante-, comen de menú y beben vino ycerveza bien fría y no esos brebajes turbios ynauseabundos que dicen que dan poderes y sóloadormecen la libido y el entendimiento. Pueblan lasaceras, los despachos, las fábricas, los talleres, loscolegios, los hospitales... Salvan vidas, suturancicatrices en el alma, liberan mentes, alimentan a losque desfallecen, construyen puentes y hogares ypensamientos... Conviven con su propio lado oscuro, conel de todos. Saben que el mal anda suelto y de cuandoen cuando sufren una andanada que los deja maltrechosen algún callejón de su propia vida. Pero como,probablemente, son superhéroes se levantan y dicen queno pasa nada, que están bien, que hay que seguiradelante y de nuevo comienzan a reconstruir lo que elbicho que anda suelto le ha dejado hecho añicos en elcuerpo, en el alma, en el pensamiento.

9

Page 10: 5CRCF. Superhéroes

Probablemente fuera por esto por lo que me gustótanto la propuesta que la Asociación El Coloquio delos Perros hizo para el V Concurso de relato corto yfotografía. El superhéroe del cómic, explotado hastael aburrimiento por la industria de Hollywood, puedetener su trasunto real en el mundo cotidiano, en laspersonas que luchan toda su vida por superar lasdificultades, por hacer el mundo más habitable, lasociedad más justa, humana y solidaria, y queencuentra su némesis en el odio, el egoísmo, laenvidia, la ambición y todas esas otras «virtudes» queadornan a los sembradores de guerras, grandes opequeñas, o a los simples sembradores de cizaña.

Con toda certeza nuestros modestos superhéroescotidianos son los imprescindibles. Ellos son losauténticos, los que nunca desfallecen, los que hacenque todo lo demás valga la pena, pero probablementetambién necesitemos a los otros, a los de capa y antifazpara dar juego al papel couché de nuestra propia vida.Probablemente.... Probablemente.

José Rey García18 de junio de 2007

Maestro, subdirector del Centro delProfesorado Priego-Montilla y miembro del

jurado del concurso de relato corto.

10

Page 11: 5CRCF. Superhéroes

Primer premio de fotografía

Título: Los superhéroes olvidados

Alberto Toledo RosMurcia

Seudónimo: Tidal

La supervivencia necesita del perfeccionamientode los superpoderes.

Page 12: 5CRCF. Superhéroes
Page 13: 5CRCF. Superhéroes

PRIMER PREMIO

SÚPER VIVIENTE

ENRIQUE RUBIO PALAZÓN

MURCIA

SEUDÓNIMO: ENERI

13

Page 14: 5CRCF. Superhéroes

Todo empezó cuando me tuvieron que poner lasvacunas, ¿te acuerdas? Me aterrorizaban. Tenía sólocuatro años. Pero tú me dijiste que eran superpoderesy me dejaste poner el traje. El miedo se transformóen un desafío. Y cualquier dolor o espanto que pudierasuponer el pinchazo, aquel día se convirtió en ilusióny deseo al pensar que me iban a inocular con unapócima mágica que me haría indestructible. Y asíaparecí en el hospital, vestido con mi pequeño trajede Superman, correteando unos metros delante deti, dando graciosos saltitos para hacer ondear ladiminuta capa roja y alzando mi puñito derecho alhorizonte. ¿Te acuerdas de aquello’? Retozaba por elsuelo entre las enfermeras, me subía a un asientode plástico de la sala de espera y saltaba cogido de tumano, para volar un metro hasta aterrizar en el suelocon mis botitas rojas y deslizarme de rodillas hastaque la fricción me frenaba. Y volvías a levantarme deun tirón, eufórico por repetir. Cuando te cansabas yte sentabas, te suplicaba, porfa, porfa, y rodeaba labutaca de asientos del centro de la sala alargando mimanita derecha bien apretada y bufando una lluviade saliva para simular el sonido del viento, y rodeabatu cuello con ambos brazos poniéndome de puntillasy te susurraba al oído:

- Porfa mami, la ulti, la ulti - te engatusabamirando de reojo a los demás para que no me oyeran,de repente vergonzoso ante la presencia de extraños.

- Agárrate fuerte. ¿Estás preparado?- ¡¡Sí!! - te respondía ansioso y expectante.

Entonces cogías fuerte mis antebracitos entrecruzadosy te levantabas del asiento conmigo colgando de tuespalda, mientras mi aliento carcajeaba en tu orejay mis pies número 25 trastabillaban a tientas con elaire.

SÚPER VIVIENTESÚPER VIVIENTESÚPER VIVIENTESÚPER VIVIENTESÚPER VIVIENTE

14

Page 15: 5CRCF. Superhéroes

Cuando por fin anunciaron mi nombre y televantaste para acompañarme dentro de enfermería,te empujé con todas mis fuerzas haciéndote recularhasta que te volví a sentar en tu asiento.

- Yo solo - te dije con una mirada desafiante, tandesafiante como pueda ser la mirada desafiante deun niño de cuatro años -. Soy Superman, ¿no lo sabes?- te convencí con una implacable lógica infantil,mientras la enfermera, delante de la puerta y agendaen ristre, alzaba las cejas y sonreía mirándote congesto de complicidad para que acataras lo inevitable.Tu hijo pequeño se había convertido en un superhéroe,y no había vuelta atrás, los superhéroes siempre seenfrentan solos a las contingencias y peligros, porimposibles que resulten.

- Estás hecho todo un hombre - me decía laseñorita de blanco mientras entreabría la puerta paraque pasara.

- No soy un hombre. ¡Soy Superman! - le gritabamientras corría hacia dentro como un rayo, con lacapa dando bandazos y oscilando de arriba abajo.

Con los ojos bien cerrados y arrugando toda mifrente para hacer de mi corazoncito palpitante unanuez bien dura y hueca, mostraba mi corto brazoderecho, me remangaban la ceñida prenda azul yrealizaban el típico ritual para que no me diera cuenta.

- ¿Estás preparado? Voy a contar hasta cinco yentonces te la pongo - me decía el practicante. Cuandollegaba a cinco ya me la había puesto. Entretanto, yoseguía esperando el insoportable dolor de la agujacon mi cara más fruncida y tensa que un higo seco. -Ya está machote - me aliviaba el señor de verdemostrándome la palma de la mano para que se lachocara con la mía, considerablemente más apocopaday tierna. Tras unos segundos presionando el algodónempapado en alcohol, me abrieron la puerta y salídisparado hacia donde me esperabas sentada. Te

15

Page 16: 5CRCF. Superhéroes

levantaste y te acuclillaste para amortiguar mi saltode superhéroe hacia tus brazos. «¡Tengo superpoderesmami!», te grité triunfante y exultante de alegría,mientras apenas me dejaban respirar tus sonorosbesos. ¿Te acuerdas?

Al año siguiente tocaba una nueva ración desuperpoderes. ¿Recuerdas cómo me puse de contentocuando me despertarte para ir al hospital? Y máscuando sabía que esa mañana no iba a ir al colegio.Un superhéroe debe abandonar sus quehacerescotidianos cuando se trata de recibir mágicos elixirespara acabar en el futuro con los malvados y hacer elbien entre los débiles y necesitados. Nunca más serianvacunas, sino superpoderes.

- Hoy te van a inyectar un láser naranja para matarbichos verdes extracorporales - me decías.

- ¡Sí! ¡Sí! ¿Y cuándo voy a poder agarrarme al techoy las paredes como Spiderman, ¡mami!?

- Eso será el año que viene, cariño. Un superhéroeno se hace de golpe - apaciguabas mi desaforadoentusiasmo pasándome la mano por la cabeza paraacariciar mi inocente desconocimiento-. ¿Qué disfrazte quieres poner? - me sondeabas de espaldasrebuscando en el armario.

- ¡Tonta, no es un disfraz! ¡Es un traje con poderes!- te increpaba enfurecido revolviendo las sábanas conlos pies.

- Es verdad hijo, qué despistada es tu madre.- ¡El de Batman! ¡Soy Batman!Sentados delante de la puerta de enfermería,

esperábamos nuestro turno mientras balanceaba lospies jovialmente, embutido (cabeza incluida) dentrode mi traje elástico de Batman, con las orejitaspuntiagudas de murciélago descollando sobre micabeza. Ese día había otros niños esperando junto asus mamás. Algunos hacían pucheros, otros

16

Page 17: 5CRCF. Superhéroes

lloriqueaban penosamente, y uno de ellos sollozabaenrabietado restregándose por el suelo y queriéndoseescapar de las manos de su madre, aumentando sullanto en varios decibelios cuando salía algún niñolloroso y condolido con el brazo encogido. Me levantédel asiento dando un saltito hacia el suelo, meacerqué a su asiento con la capa zarandeándose deun lado para otro y, con una memorable determinacióny entereza (acaso desvergüenza o despecho), me plantéante él, crucé los brazos bien erguido, y le miréaltivamente a través del escueto antifaz (después derecolocármelo para poder ver). «¿Es que no quieresser un superhéroe?», le pregunté sin comprender sumiedo.

¿Te acuerdas de aquello?Luego, durante las comidas, insistías en que las

acelgas también tenían superpoderes, pero yomeneaba la cabeza horizontalmente con el tenedorentre los labios, y te intentaba sacar del error conmucha paciencia arguyendo que eran verdes como lakriptonita, y acabarían por mermar mis capacidades.

Al cabo de unos meses, se confirmaron mistemores. ¿Viste como tenía razón? Todo empezó conuna debilidad muscular y un hormigueo en lasextremidades, hasta que mis piernas se quedarontotalmente paralizadas. Tampoco era capaz de sentirlas sensaciones de calor, textura o dolor. El hermano- ¿recuerdas lo fuerte que era? - fue quien me subióa horcajadas sobre sus hombros para quitarle hierroal asunto y tomarlo como un juego. Estaba un pocoasustado. De camino al hospital, volaba sobre la cabezadel hermano con mi endeble bracito luchando pormantener la horizontalidad. Me ingresaron en elhospital durante una semana para hacerme pruebas.Te hice prometer que no estaría obligado a comeracelgas, espinacas o judías nunca más, tan ricas enkriptonita que acabarían por matarme. El malvado

17

Page 18: 5CRCF. Superhéroes

villano se llamaba Guillain-Barré, según el mago debata blanca, experto en pociones magistrales. Túestabas aterrada y tus ojos húmedos eran como presasde llanto no precipitado. Me hiciste un traje desuperhéroe a medida, con una V en el pecho y mequitaste el pijama del hospital para ponérmelo. Fueentonces cuando me contaste mi verdadera historia,mientras los médicos luchaban a contrarreloj coninyecciones intravenosas de inmunoglobulina y mepracticaban una plasmaféresis sanguínea cada 8horas. Yo en realidad no era Superman, ni Batman,ni Spiderman. Era Súper V. Ya en la ecografía, medecías, se veía mi puñito estirado, mientras planeabaen líquido amniótico, y sentías mis ansias de volarcuando chocaba mi brazo tieso con tu barriga. En elparto, lo primero que asomé fue mi puño cerrado, locual no facilitó el aterrizaje, por lo que los médicos teadvirtieron de que podían quedar severas secuelas.Pero cuando tenía unos meses de vida y papá cogíaen peso mi cuerpo redondo y seboso, todas misextremidades trompicaban torpemente, excepto micorto y regordete brazo derecho, rosado y blando, perorecto como un palo. No eran secuelas. Eran poderes.¿Recuerdas cuando me revelaste mi condiciónsobrehumana?

En la cama del hospital jugaba con Súper Epi (conel pañuelo rojo que le cosiste al cuello como capa),quien se batía en una lucha mortal con el escurridizoGallain, que me imaginaba por los alrededores de lahabitación, pues su poder más singular era lainvisibilidad. Cuando comencé a doblegar al perversoGuillain, recuperé poco a poco la movilidad y, a lasprimeras de cambio, comencé a corretear por lashabitaciones. Yo era Súper V, y por muchos villanosque intentaran detenerme, no conseguirían placarmi misión: socorrer a los desvalidos.

Muchos de mis compañeros no tenían pelo. Para

18

Page 19: 5CRCF. Superhéroes

identificarme con ellos (o para confraternizar y seraceptado, pues un verdadero superhéroe debe parecercercano para que acepten tu ayuda), te dije que queríaser igual que los demás, y me rapaste al cero con lamaquinilla. Súper V debía tener su propiapersonalidad, sus propias señas de identidad.¿Recuerdas qué pinta? Calvo, enflaquecido por eltratamiento y todavía convaleciente, me inmiscuíaen las habitaciones del pasillo con mi trajepersonalizado para hacer mi ritual de elegante osadíay desenfado ante los pequeños entubados yenmascarillados, que me sonreían cuando giraban lacabeza lánguidamente y me veían aparecer. Losmédicos no daban crédito a mi asombrosa mejoría.Ellos lo achacaban al efecto placebo, pero yo sé quefue mi condición de superhéroe, porque un superhéroesiempre remonta sus crisis. Tú me lo hiciste saber.Apenas me quedaron secuelas, y aquel contratiempoquedó en el olvido. Pude dedicarme al humanitarismodesinteresado entre los discapacitados del colegio,ayudándolos en situaciones adversas o luchandocontra la discriminación y la burla. Tú estabasorgullosa de Súper V. ¿Recuerdas cuando te contabamis hazañas en el cole?

Sin embargo, pese a mi afán de hacer el bien, nopude salvar a papá (quién se dedicaba a detener a losmalos y ayudar a los buenos, como yo, y aunque conporra, moto y radio, sin superpoderes). Y aunque mehubieran avisado del atraco en la joyería donde ledispararon, no me habrían permitido salir en horarioescolar. Tampoco pude auxiliar al hermano, pues pormucho Súper V que sea, poco se puede hacer cuandono llevas el casco y sufres una caída a 70 km/h. Hastalos superhéroes tienen sus limitaciones.

- ¡Pero hoy no te escaparás! He venido parasalvarte y llevarte volando por la ventana - te anuncio

19

Page 20: 5CRCF. Superhéroes

con voz estentórea, mientras abro mi camisaarrancando todos los botones para descubrir la V demi nuevo traje. Tú te ríes a mandíbula batiente debajode cables, tubos, y mascarillas, hasta que comienzasa toser por la fatiga respiratoria. Cuando recobras elaliento, me coges la mano y haces que me siente.

- Hijo, tú nunca fuiste un superhéroe, fuiste unsuperviviente. Fuiste Súper V - me reconfortas conuna beatífica sonrisa, satisfecha por haber cumplidotu heroica misión de haber salvaguardado mi vida enla Tierra.

20

Page 21: 5CRCF. Superhéroes
Page 22: 5CRCF. Superhéroes
Page 23: 5CRCF. Superhéroes

Finalista en fotografía

Título: Mi superhéroe está muy cerca de mí...mamá, ¿de donde sacas tanto tiempo para

todo?

Irene Navarro GilMontilla

Seudónimo: Ingre

20 de abril de 2007. Montilla (interior de mi casa)

Page 24: 5CRCF. Superhéroes
Page 25: 5CRCF. Superhéroes

ACCESIT

EL ABSURDO ARQUETIPODEL SUPERHÉROE MULTICOLOR

FÉLIX AMADOR GÁLVEZ

MOGUER (HUELVA)

SEUDÓNIMO: JUAN T. NORIO

25

Page 26: 5CRCF. Superhéroes

Me llamo Silvino y soy superhéroe.- Hola, Silvino - dijeron todas las voces a coro.Varios pares de ojos lo estudiaron con el ansia y

la curiosidad de una orgía de caníbales, ojos grandes,ojos pequeños, ojos curiosos.

Silvino los observó uno por uno con ciertainsoportable congoja atada a la nuez, y luego dirigióuna mirada de súplica al psicólogo encargado demoderar la terapia.

Este pareció volver de otro mundo cuando esbozó,con voz atiplada y no exenta de una incómodaafectación, algo así como una negativa.

- No seas vergonzoso. Silvino. Ya los conoces atodos. Todos han tenido la amabilidad de presentarse.Háblanos de ti.

Silvino repasó al grupo con la mirada. El delcaracolillo en la frente y los calzoncillos rojos por fuerale resultaba conocido, pero sólo eso: vagamenteconocido; la chica de los ojos de fuego se había sentadoaparte después de quemarle las coletas a una morenaimponente disfrazada de gatita; un tipo verde, otrocon acento extranjero y escamas en las manos, unaasturiana con tentáculos en lugar de brazos; gente,en definitiva, con la que no se sentía cómodo. Apenasrecordaba algún que otro nombre, pronunciado convoz cantarina como en un pasar lista que habíanensayado más de una vez, seguro, seguro, y que habíanrepetido al principio de la sesión, como si eso lepudiera hacer olvidar que estaba rodeado de ochodesconocidos entre los que se hallaba aquel malditopsicólogo de pelo engominado que quería ponerlo enevidencia con su acento argentino.

- Ánimo, adelante - susurró éste, persuasivo.Silvino se recordó cuánto costaba la sesión. Cerró

EL ABSURDO ARQUETIPO DELEL ABSURDO ARQUETIPO DELEL ABSURDO ARQUETIPO DELEL ABSURDO ARQUETIPO DELEL ABSURDO ARQUETIPO DELSUPERHÉROE MULTICOLORSUPERHÉROE MULTICOLORSUPERHÉROE MULTICOLORSUPERHÉROE MULTICOLORSUPERHÉROE MULTICOLOR

26

Page 27: 5CRCF. Superhéroes

los ojos, tomó aire y estaba a punto de continuarcuando oyó de nuevo la monodia del coro susurrarlealrededor.

- Ánimo, Silvino.- Ánimo, Silvino.- Ánimo, Silvino.Abrió los ojos, animus interruptus.- Tú puedes, Silvino - le espetó una voz tronante.

Fue como un abrazo de oso desde la distancia. Habíasido el del caracolillo en la frente y la ‘S» roja en elpecho. Mucho músculo y poco cerebro, el gañán seguroque era de los que se dedica a salir por las tardes asalvar gatos de los árboles y a detener helicópterosen plena caída. Y lo haría en el centro, claro, dondemás gente pudiera verle. Como si no se le viera elplumero de súper de moda.

- Vamos a ver si puedo animarte - se lanzó elterapeuta-. ¿Por qué estás aquí? Seguro que sientesque podemos ayudarte. ¿Sí?

Silvino lo dejaba hablar, sintiendo que no teníamás remedio, y se dejó llevar por el rosario de suspenas en los labios de aquel insoportable desconocidomientras el coro de experimentados depresivosmeneaba la cabeza asintiendo a cada afirmación comosi les estuvieran leyendo el Nuevo Testamento o algúnpasaje de El perfecto héroe, ‘«biblia» a su vez de losmodernos superhombres.

- Sabemos que te auto-exiliaste lejos de la tierra- estaba diciendo el psicólogo-. ¿Fue tras aquellaterrible batalla contra Tango Malvado? ¿Fue él elculpable de que (no debería usar este término)huyeras?

- No. no, no - protestó Silvino-. No. No fue así.Llegué hasta el confín del universo persiguiéndole,sí. Pero me vino bien. Nunca he conseguido sentirmebien en ningún sitio, de modo que decidí quedarmepor allí algún tiempo. aprender de él para poder

27

Page 28: 5CRCF. Superhéroes

vencerlo. Recorrí el universo conocido y algunasurbanizaciones más apartadas defendiendo la justiciay, cuando no era posible, procurando buscar por lomenos el consenso... Cosa difícil el consenso. Sevende bien como palabra, pero al final todos mienteny todos quieren lo mismo con tal de llevarse el gato alagua. Bueno, me estoy yendo por las ramas. Recorrí,como iba diciendo, el universo conocido. Capturévillanos desde Alfa Eridiani hasta Beta Centauri.

- Qué bonita metáfora. El alfa y la beta... - lointerrumpió el terapeuta.

- No creerían lo bonita que es la Nebulosa del Cono- añadió, soñador, la vista perdida en la ventanaenrejada-. A veces. Tango Malvado y yo nosencontrábamos y echábamos unas peleas de lasnuestras. En otras ocasiones, tenía enemigosmenores, pero no menos interesantes. Pasé algunassemanas en los alrededores del cinturón de asteroidespersiguiendo a unos contrabandistas que pretendíanintroducir Windows en los planetas de la periferia.Imaginen qué fechoría. Gané, claro. Fueron buenostiempos...

Su voz se había ido desinflando con las últimassílabas, arrugándolo en un estado que los expertosen superpsicología denominan ACP (autocomplacenciaen el pasado).

- Y has vuelto. ¿Por qué?Silvino tragó saliva, indeciso, arrepintiéndose de

nuevo de haber ido a aquella absurda terapia paraseres superdotados con problemas de súper, híper omicroestima.

Suspiró profundamente, en apariencia resignadoa «cantarlo» todo, aunque lo que en realidad pretendíahacer era tomar aire.

- Siempre he querido ser el superhéroe ideal –comenzó-, siempre quise convertirme en el mejorcampeador, paladín, adalid... En fin, encajar en la

28

Page 29: 5CRCF. Superhéroes

matriz del superhéroe al uso: ético, estético, heroico,fantástico, clásico, psicológico, chamánico, lúdico,fílmico, excéntrico, nada prosaico, algo irónico...

- ¡Cuánto «ico»! - se quejó el tipo verde,desperezándose.

- ...y políticamente correcto. - Se quedó unmomento pensativo al notar que este último epítetono rimaba-. Desde que era joven he intentado dar unsentido a mi vida y a mis supermisiones surfeandoentre la lírica y la metafísica... - Hlizo una pausa alver la expresión boquiabierta de casi todos-. En fin,ya saben – tartamudeó -, hacerlo bonito.

- ¿Cómo? - inquirió, carraspeando las palabras,el terapeuta. Silvino se sintió resbalar por su afableasertividad de manual.

- Verán. Siempre me he comportado según elcanon, irguiéndome sobre la simbología arquetípicadel superhombre, dilema axiológico e ideológico queaún en nuestros días continúa embelesando a lahumanidad, pero ser un símbolo para los hombres(ahora se debe añadir:) y las mujeres, ser un ejemplopara los niños (y para las niñas) y un dechado devirtudes y primores no es fácil. Yo quería personificarcon mis actos la complicada amalgama del espírituhumano (humano pero aupado a la deidad de lossuperpoderes) a través de mi sacrificio, de mishazañas, pero a veces, ¡sólo a veces!, me sientocansado, tengo ganas de dejarlo todo y dedicarme aotras cosas.

- ¿Qué cosas? - preguntaron a coro varios de lospresentes.

Dudó.No sé. Quizás algo artístico.- Yo hago una mousse au chocolat de chuparse los

dedos - intervino la morena de las coletas quemadas.- Vaya - rió el de la «S» en el pecho, pero Silvino

ya se había soltado la melena.

29

Page 30: 5CRCF. Superhéroes

- No, en serio. Algo artístico. Quizás pintar... oescribir. Para esos quehaceres no hacen faltacualidades superiores ni habilidades fuera de locomún y, si me apuran, ni incluso un ingenio especial.Pero esta dualidad entre dos sentimientosantagónicos...

Calló. El psicólogo se meció en su sillón, pensativo.Al cabo, se reclinó hacia él con el cello fruncido yuna pregunta en los ojos.

- ¿Qué es eso tan terrible que te ha hecho cambiarde opinión?

Silvino el titán, semidiós entre mortales, machoentre machos, tragó saliva.

- Tango Malvado se rió de mí.Silencio alrededor. Ninguna risita. Sólo algún

carraspeo sospechoso. Miradas.- Cuéntanos - fue la asertiva propuesta del

terapeuta.- No quiero hablarlo... Me dolió... Nunca... - Hizo

una pausa tan larga que algunos pensaron que leocurría algo; otros, que se había dormido-. Nunca hesoportado los colores chillones. ¿Han visto el trajetan elegante que lleva Tango Malvado? Un Armani delos clásicos, camisa blanca, corbata italiana... A ver,¿por qué tengo yo que llevar leotardos? ¿Qué significanestas mangas que cuelga? ¡Son inútiles! ¿Y esta capa?¿Por qué he de llevar capa si estorba más que sirve?¿Sabe cuántas veces me la he pisado cuando, yendoa cenar con una chica, he ido a sentarme? ¡He sidoel hazmerreír del restaurante! ¡He hecho el ridículo!¿Quién demonios estableció este absurdo arquetipode superhéroe multicolor? ¿Se han mirado ustedes?- espetó al grupo, intentando involucrarles -. ¿Se hanpreguntado alguna vez si no harían mejor su trabajocon una ropa más cómoda, con un chándal o unosvaqueros? ¿Y qué me dicen de un buen traje parauna misión en una embajada? ¿Qué tiene el puñetero

30

Page 31: 5CRCF. Superhéroes

Tango Malvado que no tengamos nosotros? Si pareceun 007... Yo se lo diré. ¡Derechos! ¡Él tiene derechosy nosotros no! Nosotros no tenemos siquiera el derechoa una ropa digna.

- Calma, calma. Psssssss...- ¡No! Estoy hablando de dignidad. ¡La gente se

ríe de mí! - protestó, casi llorando-. ¡Se ríe de mí!¡Todos se ríen de mí!

- Nooooo - le recriminó, paternal, el psicólogo-. Esoes sólo una impresión subjetiva...

- ¡Pamplinas! - estalló el héroe-. ¿Por qué tenemosque vestir con leotardos los seres más dotados y másimprescindibles del universo? ¿Sabe lo que le digo?¿Saben lo que les digo? - Lanzó una encarnizadamirada a los presentes. Alguien del corro parecíadivertido con su salida de tono, otros respondieroncon la indiferencia en sus superfacciones; sólo la chicade los ojos de fuego se atrevió a desafiarle desde ladistancia-. Me marcho – proclamó-. Lo dejo. Voy a darestos trapos a la beneficencia, voy a retirarme aalguna isla desierta y dedicarme a pintar cuadrosabstractos. Si quieren saber algo más de mí, busquenen los libros de historia. Hasta nunca.

Y, diciendo esto, salió por la puerta y jamás se levolvió a ver, salvo, claro está, en algunas películas yseries que se rodaron sobre su mito. Nunca fue másfamoso que después de desaparecido. Gracias al cine,se convirtió en un icono. Silvino, el justiciero fue unéxito de taquilla. Luego vinieron .Silvino II (el regreso),Silvino III y Silvino IV. En la gran pantalla, Tango Malvadofue interpretado por un elegante ex-modelo y, graciasa los diseñadores de vestuario de Hollywood, Silvinofue para siempre recordado con unas mallas, si cabe,aún más chillonas y estrambóticas que las que hablavestido durante su vida en activo.

31

Page 32: 5CRCF. Superhéroes
Page 33: 5CRCF. Superhéroes

Finalista en fotografía

Título: Superheroínas de andar por casa

Clara Millán Fuentes-GuerraCórdoba

Seudónimo: cler

Enero de 2007, Barcelona

Page 34: 5CRCF. Superhéroes
Page 35: 5CRCF. Superhéroes

MENCIÓN ESPECIAL DEL JURADOEN RELATO CORTO

FRASES DOBLADAS EN EL ESTÓMAGO

CARMELA TRUJILLO

SABADELL (BARCELONA)

SEUDÓNIMO: CAFETU

35

Page 36: 5CRCF. Superhéroes

El viento, muy suave, mueve una tapa de yogur. Laeleva para que recorra brevemente la fachada azul que estásituada justo enfrente y la deja caer al instante.

Eso veo en cuanto abro los ojos.Ahora mi respiración es fluida, natural, mecánica.Me fijo en los zapatos que hay a mi alrededor. Tres pares

de zapatos quietos, mirándome sin decir nada. Losmarrones y los negros son de hombre y creen que aúnestamos en invierno. Las sandalias con pedrería sauditaestán llenas de piel, dedos y carne femenina. Demasiadoverano para esos pies, porque el calor, lo que se entiendepor calor, aún no ha llegado.

Oigo la voz que proviene del par marrón. Una vozgrande, excesiva para un cuerpo tan pequeño, o eso meparece, porque hago ese descubrimiento mientras sigosentado en la acera, mientras la realidad se distorsiona almirar hacia arriba, hacia esa cara que me habla con vozenorme, desmedida, grave.

Ni le escucho.Dice algo sobre la Policía, que ya viene. Algo sobre mi

estado de salud: que si me encuentro bien, quiere saber.Y la frase a ti qué coño te importa se me queda doblada

en el estómago, que es de donde salen las frases dichascon mala leche. De donde salen, también, las palabrotas ylos insultos. A mí siempre se me han quedado dobladas yno ha salido ni una al exterior. Tampoco han salido nuncalos tacos ni las vejaciones orales, porque eternamente hesido el hijo modelo de mi madre, el buen chico del barrio,el príncipe azul destronado unos metros atrás, cuandollamé a Azucena y ella me dijo que lo dejáramos correr.

El viento vuelve a mover la tapa del yogur y al baile seañade un sobre vacío con el logotipo de La Caixa y unfolleto publicitario 3 x 2 de Tetepizza.

Absurdo.

FRASES DOBLADAS EN ELFRASES DOBLADAS EN ELFRASES DOBLADAS EN ELFRASES DOBLADAS EN ELFRASES DOBLADAS EN ELESTÓMAGOESTÓMAGOESTÓMAGOESTÓMAGOESTÓMAGO

36

Page 37: 5CRCF. Superhéroes

Yo mismo soy un absurdo sentado en la acera, con laespalda apoyada en un escaparate y la cabeza aún gacha,reponiéndome del mareo tras los puñetazos recibidos ynotando ya la inflamación de unos labios que no mepermiten pronunciar las palabras de agradecimiento queesperan los dueños de estos zapatos. Y, sin embargo, mealegro que la hinchazón no me permita sacar esas palabrasde mi interior, porque todas vienen del estómago doloridoy están cargadas de mala leche, de insultos y de palabrotas.En los cómics de hace décadas, los personajes decíanrayos, truenos y centellas. Pero no son esos los vocablosque yo diría en este momento, no. Yo echaría fuera sapos yculebras que me permitirían una transformaciónsobrehumana, que dejarían mi cara de color verde y micuerpo lleno de escamas o con una aleta de tiburón en laespalda.

Algo así.Una transformación de cómic es lo que yo necesito.Y puestos a pedir, que no me transformara en héroe,

sino en villano.Vale, prefiero lo del superhéroe.Intento levantarme y la voz que corresponde a las

sandalias femeninas de pedrería saudita, con sus rubíesfalsos y sus zafiros también falsos, esa voz, me ordena queno me mueva y, para dar mayor énfasis a sus palabras,coloca en uno de mis hombros una mano firme y llena deanillos africanos. Zulúes, tal vez. Me lo ordena con vozchillona de persona acostumbrada a mandar, me digo.Igual que mi madre. Dentro de un rato me llamará al móvil,seguro, para preguntarme qué tal la entrevista de trabajo.

La entrevista... Seiscientos sesenta y seis metros meseparan del lugar en el que me esperan para ofrecermeun puesto de vendedor de pisos. Perdón: Agente de laPropiedad Inmobiliaria. Un API. Un nombre un tantovegetal, creo, para ser tomado en seno.

Y cómo me presento ahora con esta cara que comienzaa hincharse. Lo noto en la mejilla izquierda, por debajodel ojo. Noto que los latidos de mi corazón se quedan ahí

37

Page 38: 5CRCF. Superhéroes

adheridos, en esta mejilla, y no sé si es el movimiento desístole o el de diástole el que consigue aumentar ladensidad de la carne magullada.

Una entrevista laboral que iba a cambiar el rumbo demi vida. Y resulta que el rumbo lo puede cambiar cualquierdisparatado acontecimiento. Un paso de peatones, porejemplo. Un coche que no cede el paso a un peatón quesoy yo mismo. Una llamada telefónica, seis o doce minutosantes, de ese peatón a su novia, la cual, trescientos treintay tres metros atrás, le dijo al chico que ahora está en elsuelo, entre dos pares de zapatos masculinos y unassandalias femeninas, le dijo, que lo mejor era dejarlocorrer.

Así, sin más.Y por teléfono.Como si lo más normal del mundo fuera abrir tratos y

cerrar relaciones a través del móvil.Y, tras esa llamada, que he pagado yo, un mensaje de

Movistar para decirme que mi saldo era inferior a tres euros.Por eso ahora me digo que para qué llamar a mi madre.

¿Para contarle que la relación amorosa con Azucena yano existe? ¿Que me han dado una paliza? ¿Que mi futurolaboral se ha transformado en un futuro imperfecto? Paraqué llamarla, digo, si con su retahíla preguntona agotarála reserva de minutos de un teléfono que me vincula almundo controlador en el que me muevo.

Me levanto sin escuchar las palabras de los rostros quehasta hace unos momentos sólo tenían zapatos (dos paresde invierno, uno de verano). Sé que les decepciono conmi huida.

Una huida lenta, hecha de pasos inseguros.Qué más da.Decido cruzar por el mismo paso de peatones que tanto

ha cambiado mi vida.No entiendo por qué el Corsa amarillo me cortó el

camino si yo ya estaba pasando por las rayas anchas de lacebra asfáltica.

Sí, ya sé que iba cavilando respecto a la ruptura con

38

Page 39: 5CRCF. Superhéroes

Azucena, pero mi cuerpo aún era visible, no me habíatransformado en el fantasma en el que, deduzco, meconvertiré a partir de ahora, en cuando se me deshinchela cara y el estómago deje de quejarse por el golpe recibido.En cuanto deje de interesarme el mundo y sus habitantesdesquiciados, me convertiré en un fantasma más en estaciudad donde nadie importa a nadie.

Sigo sin comprender que la conductora no frenara paradejarme pasar y que se quedara parada delante de mínegándome el paso mientras ella miraba a su derecha porsi venía algún coche. Y a su derecha, fuera del Corsa, tiesocomo un bicho-palo sorprendido, estaba yo. Y también asu derecha, pero dentro del vehículo y serio como un juez,estaba su copiloto, con la ventanilla bajada, con elcinturón desabrochado, con el tatuaje de una serpienteen el antebrazo, con una cruz de Caravaca y un anillitode plata y una medalla de una Virgen y una placa de esasdel RH, con todas esas joyas, colgadas de su cuello graciasa una gruesa cadena de oro. Todo esto lo vi en el largoinstante, tres segundos, que me mantuve firme, comocuando hacía la instrucción cada mañana en elAcuartelamiento del C.R.M. de Zaragoza.

Y yo, el hijo modelo de mi madre, el buen chico delbarrio, el príncipe azul recién destronado, me convertí enel superhéroe de un cómic aún no dibujado cuando abríla puerta trasera del coche saboteador y entré en él con lasana intención de cruzar la calle a través de ese actoirreflexivo.

Un allanamiento de vehículo en toda regla, diría unfiscal.

Pero la otra puerta, la que se situaba al lado contrario,fue abierta por un rapidísimo copiloto que ya no estabaserio como un juez sino irritado como un aficionado alfútbol ante una falta del equipo contrario. Y me lanzó, sincontemplaciones, en la mejilla izquierda, un puñetazo quellevaba incorporado un anillo en forma de calavera. Unanillo enorme que yo no había observado en los tressegundos de dedicación a su tatuaje serpentino y a su

39

Page 40: 5CRCF. Superhéroes

repertorio de joyas protectoras que colgaban en su cuelloinflamado de venas a punto de estallar.

El golpe en el estómago vino inmediatamente despuésy me dejó abatido en las rayas de la cebra asfáltica.

El Corsa amarillo se alejó al mismo ritmo, urgente yrápido, con el que se acercaron los primeros zapatos: elpar marrón. Poco después lo hicieron, a la vez, los negrosy las sandalias, por eso creo que éstos formaban una parejade voces, de almas, de cuerpos descompasados, porqueuno sentía que vivía en pleno invierno y el otro estaba yadisfrutando del verano. Como Azucena y yo, me dije enese momento, totalmente descompasados: ella pidiendouna libertad que no creí que necesitara y yo recibiendode ella la independencia que no le había solicitado y queme concedía, generosamente, a través del móvil.

El viento ya no es suave y arrastra ahora las hojas quehan perdido algunos árboles, cuyos nombres desconozcoporque soy de ciudad, no de campo. También mueve unabolsa del Mercadona que se siente tan ligera como unasaltadora de pértiga, atreviéndose a llegar hasta la mitadde la altura de una farola con el cristal roto. Un vientoque arrastra, además, dos hojas de periódico quepertenecían a la Sección Motor cuando aún formaban unsolo cuerpo y un solo espíritu con la totalidad del diario.

No me importaría que el viento se volviese huracanadoy dejara caer un techo de Uralita sobre mi cabeza.

Llego al final de los seiscientos sesenta y seis metrosque tenía que recorrer antes de que la vida cambiara paramí y miro la placa dorada del lugar en el que me esperabanmedia hora antes para hacerme una entrevista laboral quehora se quedará en un sueño roto, como esos despertaresprovocados por una moto con el tubo de escape recortado,por los ladridos nocturnos del San Bernardo de al lado opor las canicas saltarinas del crío que vive arriba.

Contemplo en la placa el reflejo dorado y dolorido demi cara lastimada. Ahora, lo único real que tengo es estahinchazón facial y un estómago que comienza a reponersey al que temeré sus reacciones a partir de este momento

40

Page 41: 5CRCF. Superhéroes

porque, deduzco, con toda seguridad el puñetazo recibidoha roto el filtro estomacal que retenía las frases cargadasde mala leche, de insultos y de palabrotas.

Lo noto ya.Percibo cómo esas frases se desperezan y se desdoblan

dentro de mí, en ese espacio tan reducido que se encuentradetrás del ombligo.

A partir de hoy, lo sé como puedo saber que la masa delas nubes varia de color según cómo reciba la luz solar, apartir de hoy, esas frases saldrán tan libres de mi estómagoque me veré obligado a renunciar a los títulos que hastaahora regentaba sin haberlo solicitado democráticamente.Títulos que me fueron impuestos a dedo, como todo lo queproviene de la autoridad desmesurada del fuerte hacia eldébil, a saber: el hijo modelo de mi madre, el buen chicodel barrio, el príncipe azul destronado.

A partir de hoy, el superhéroe que me habita sedespereza y se desdobla al compás de esas frases guardadasen mi estómago.

41

Page 42: 5CRCF. Superhéroes
Page 43: 5CRCF. Superhéroes

Finalista en fotografía

Título: Actitud ideal que suscita el Quijote

Mercedes de BadaniChosica, Lurigancho, Lima (Perú)

Seudónimo: MdB

Parafraseando a la escritora May Sarton (1912-1995), «hay que pensar como un superhéroe sim-plemente para comportarse como un ser humanodecente».26 de abril de 2007, Lima - Perú

Page 44: 5CRCF. Superhéroes
Page 45: 5CRCF. Superhéroes

MENCIÓN ESPECIAL DEL JURADOEN RELATO CORTO

EL MONSTRUO SEMPITERNO

CARLOS ANTONIO MUÑOZ CLARES

PUEBLA DE SOTO (MURCIA)

SEUDÓNIMO: EL EMPECINADO

45

Page 46: 5CRCF. Superhéroes

EL MONSTRUO SEMPITERNOEL MONSTRUO SEMPITERNOEL MONSTRUO SEMPITERNOEL MONSTRUO SEMPITERNOEL MONSTRUO SEMPITERNO

Aquel monstruo implacable que una vez cada añoamenazaba con atraparlo, una vez más lo acorraló enel rincón de la fecha límite. Parsimoniosamenteextendió su largo brazo, del que nadie escapa cuandoentra en acción, y tras sujetarlo por el cuello comenzóa apretar y a apretar como si quisiera ordeñarlo,cerrando y abriendo sus gordos y brutos dedos confuerza gradual, y poco a poco, le comprimía el cuello ytodo se le iba hacia abajo dentro de la piel, cualsalchicha de obrador.

Notó que algo fraguaba intentando acomodarsedentro de él. Algo enorme que crecía en su estómagobuscaba salida urgentemente, y, por el ano,comenzaron a aparecer unos metros de asfalto conseñales y mediana. Tras ellos un letrero metálico enel que podía leerse claramente: «Autopista de peaje».Y otro en el que en letras amarillas decía: «Escuelainfantil». También salió un talón de recetas de laseguridad social y una ventana abierta, pero nueva,de las metálicas con cristal biselado.

El monstruo continuaba apretando. Ahora lecomprimía los hombros, las costillas y los pulmonesy, conforme lo licuaba, el dolor se tomaba insoportable,no tanto por los apretones, sino, porque en el estómagose le había atravesado algo enorme. Esa cosa enormetomó posición de salida y comenzó a emerger. Trasella también un policía municipal, que, nómina enmano, repasaba si le habían pagado todos los plusescorrespondientes a su condición: el de peligrosidad,el de nocturnidad y tumicidad, los complementos dedestino y de productividad semestral, y los trienios.Todo parecía estar en orden, así que prosiguió sucamino.

Poco a poco, nuestro personaje perdía tanto lafuerza física como la gana de luchar para librarse de

46

Page 47: 5CRCF. Superhéroes

aquella fiera y, convencido de una muerte segura,asumió el fatal destino. El monstruo apretaba yapretaba, y a nuestro protagonista ya no le quedabani una gota de su ser, o eso creía él, porque en esepreciso instante, el ano quiso evacuar algo más, yefectivamente expulsó una cosa de esas que sirvenpara que te den la razón cuando no la tienes.

Fue entonces cuando, a punto de expirar, vio unaluz lejana que se le aproximaba. Creyó que se tratabadel famoso túnel, y que se había equivocado toda lavida al no creer. No obstante, al aproximarse loreconoció perfectamente: era su superhéroe, elflamante asesor fiscal que, como todos los años, consu límpido uniforme de chaqueta acudía en su ayudacuando se encontraba en esta situación, y se llegabaen ese momento como sólo ellos saben hacerlo, enun bmw, tras una estela de luz a su paso y un frenazoen la calzada. Se detuvo en la esquina, y echándoleuna mano lo arrebató de las del monstruo para acontinuación depositario en un lugar seguro. Actoseguido, se arrojó a los brazos de la bestia, que enesos momentos se abalanzaba sobre él, y blandiendoun certificado de IRPF, lo enrolló y se lo clavó en unojo.

La bestia se echó atrás en medio de unespeluznante quejido. Con su brazo ejecutor intentabasacar aquella saeta de papel envenenada con su propiamedicina pero, el asesor fiscal le lanzaba a la basepunitiva, facturas de pensiones, contribucionessociales y certificados de planes de pensiones que,como guadañas afiladas, lo herían y lo hacíanretroceder en sus pretensiones. Poco a poco, elmonstruo fue acobardándose. Ahora los gritos eranlastimeros, y él, sentado en la esquina y mucho másrepuesto, se reía fuerte y le chillaba una y otra vez:«¡Anda cobarde, atrévete ahora, cabronazo!»

Al fin, el monstruo huyó sollozando y con el rabo

47

Page 48: 5CRCF. Superhéroes

entre las piernas. El asesor giró sobre sí mismo, yestiró las palmas de las manos hacia el suelo en unalarde de torería. Luego sonrió. Totalmente repuesto,con gesto agradecido, tendiéndole la mano al asesorle dijo: «¡Vamos a tomarnos unas gambas en el bar dela esquina, hombre, que pago yo!» Éste, le ofreció sublanca y segura mano, y lo condujo hasta el interiordel establecimiento. «¡Una docena de gamba blanca ydos quintos frescos!», pidió con el brazo en alto, y seapoyó en la barra. Al momento las gambas estabanallí, calientes, humeantes, sabrosas.

Dejó que el asesor eligiera primero y, después dedarle un trago al quinto de cerveza, volvió a dejarlotomar la segunda sin él probarlas. Sólo después deque el asesor hubiera degustado tres, y ante suinsistencia, tomó una entre los dedos y le quitó lacabeza; se acordó del monstruo. Luego la pelótranquilamente, primero arrancándole cabeza y patas,y luego el caparazón. Ahora tenía una hermosa gambaagarrada por la cola ante sus ojos. Una gamba calienteque olía muy bien. Abrió los labios y se dispuso amorderla.

«¡Paco! ¿Qué me haces a las cuatro de la mañana?¡Pues no que me estás mordiendo una oreja! ¡Quitahombre y déjame dormir! ¿No ves que mañana trabajo?¡Anda, échate pallá, que hace mucho calor! ¿Seráposible? ¡Ahora que había cogido el sueño!»

Se sentó en la cama. No se acordaba si era denoche o de día, si su casa u otra, ni de nada enabsoluto que no fuese ese momento. Una enormeansiedad le embargaba de arriba abajo y sentíanecesidad de comer. En la oscuridad del pisohipotecado, intentando orientarse, salió de lahabitación como pudo después de tropezar con elmeñique del pie en el marco de la puerta, y se plantófrente al frigorífico, lo abrió y, de entre aquella luzeligió un paquete de lonchas de queso.

48

Page 49: 5CRCF. Superhéroes

Sentado en el salón, mientras tragaba una trasotra sin masticar, se decía sí mismo: no se me puedeolvidar la declaración de hacienda, no se me puedeolvidar la declaración de hacienda, no se me puedeolvidar la declaración de hacienda, no se me puedeolvidar la declaración de hacienda...

49

Page 50: 5CRCF. Superhéroes
Page 51: 5CRCF. Superhéroes

Finalista en fotografía

Título: El tiempo

Mª José Rodríguez ParraRincón de la Victoria (Málaga)

Mirando a la nada, sin importarle lo que piensen.Se maquilla para tomar una cerveza en soledad.10 de septiembre de 2006, Cáceres

Page 52: 5CRCF. Superhéroes
Page 53: 5CRCF. Superhéroes

MENCIÓN ESPECIAL DEL JURADOEN RELATO CORTO

CONTACTO HUMANO

NURIA CALVO FLORES

LEÓN

SEUDÓNIMO: ERMIN

53

Page 54: 5CRCF. Superhéroes

CONTACTO HUMANOCONTACTO HUMANOCONTACTO HUMANOCONTACTO HUMANOCONTACTO HUMANO

Las siete y media de la mañana y ya empieza asonar el teléfono...

Ser madrugador no era una de las virtudes deManuel. Los momentos de sueño eran importantespara «recargar baterías», como le gustaba decir cuandose recogía por las noches hasta que el despenadorrompía la tregua cada mañana.

Aquella mañana había sido el teléfono el que lehabía despertado quince minutos antes de lo previsto.Con los ojos cerrados, estiró la mano hasta localizarsobre la mesilla de noche su Siemens AX72, no sinantes carraspear tratando en vano de mostrar unavoz despejada y sin adormilar.

- ¿Sí? - Frunció el ceño, estaba claro que el carraspeono había surtido efecto.

- ¿Señor Fernández? Le llamo de su despacho pararecordarle que a las diez y cuarto tiene la reunión con eldirector comercial de DELL. Me he tomado la libertad depreparar el cañón por si necesitara usarlo para supresentación.

- Gracias, aunque sería incapaz de olvidar esareunión, llevamos casi dos años tratando de cerrar ese trato.Estaré en la oficina en una hora.

Con los ojos todavía cerrados colgó el teléfonomientras repicaba en su cabeza la cantarina voz dela becaria que trabajaba con él. Una muchachasimpática, aunque últimamente sólo se comunicabana través del teléfono o en interfono de su despacho.

Por fin abrió los ojos, descorrió las cortinas y miróla ciudad, a estas horas parecía casi tan dormidacomo él, acostumbrado al bullicio de la mañana. Esamañana iba a ser una gran mañana, iba a ser «LaMañana», por fin cerraría un trato millonario con unaimportante empresa informática que le situaría enuna posición de privilegio de cara a próximos ascensos.

54

Page 55: 5CRCF. Superhéroes

La carrera de Manuel Fernández en su empresahabía sido meteórica. Muchos pensarían en enchufeso en simple suerte pero la verdad es que Manuel poseíaun don especial que lo hacia distinto de una personacualquiera.

La primera vez que alguien sintió su poder fue eldía que nació. Su madre, según le confesó másadelante, sintió una oleada de fuerza y felicidad alcogerle en brazos. «Algo indescriptible», dijo mientraslloraba al ver a su hijo. Pero su don no se reduce alamor de una madre por su hijo, era algo mucho máscomplejo. Pronto descubrió que el poder del don estabaen sus manos, que llenaban a todo el que le tocabade esa energía positiva que los locos idealistas comoél, dicen que mueve el mundo.

Siendo niño siempre lograba detener las peleas alinterponerse entre sus dos compañeros que actoseguido, y movidos por una fuerza interior, se dabanla mano, arrepentidos y decididos a olvidar susdiferencias. Aunque actualmente no tenía pareja,porque su trabajo apenas le dejaba tiempo para otracosa, siempre le habían dicho sus novias la ternuraque despertaba en ellas que les acariciara el pelo oles cogiera la mano, confesando en ese momento queconfiarían en él siempre.

Se habían dado casos insólitos en los que lassituaciones más desesperadas se habían solucionadocon uno sólo de sus abrazos, con una caricia, unapretón de manos o una palmada en la espalda.Cualquier otra persona se habría aprovechado de sucapacidad pero él decidió no hacer uso personal deaquel don, tal vez recordando los cómics en los queun héroe pierde su poder a causa del egoísmo.

Manuel fue al principio reacio a pensar que aqueldon era algo extraordinario y nunca pronunció lapalabra «superhéroe» ya que incluso a él le parecía aveces un disparate pensarlo, pero la confirmación

55

Page 56: 5CRCF. Superhéroes

absoluta de lo fascinante de su capacidad se ledescubrió cuando empezó a trabajar en su empresa.No era un gran trabajo, era un comercial de apenasdiecinueve años que vendía a puerta fría por un sueldomuy modesto. Nunca vendió nada a nadie que no loquisiera, no quería ser recordado como «el chiquilloque me encasquetó este cacharro» pero usó suintuición para vender en un mes más que cualquierotro comercial en la historia de su empresa.

El truco estaba en ser educado y observar si lapersona realmente podía necesitar ese producto,entonces, justo antes de despedirse y que le cerrasenla puerta, le agradecía su atención y le daba unapretón de manos que dejaba a su cliente en shock.

- No se vaya todavía... - decía el futuro compradorsin soltarle la mano - pase y explíquemelo todo mejor.

Y Manuel entraba sonriente y feliz de hacer biensu trabajo y pasaba horas hablando con aquelloshombres, dándoles consejos sobre los productos y sobrecualquier otra cosa, sintiéndose como un psiquiatraante una persona que nunca ha tenido alguien quele escuchara como sabía hacerlo él. Era el contactocon la gente lo que le fascinaba de su trabajo, poderescuchar mientras miraba a los ojos y sinavergonzarse por dar un abrazo si veía a alguien lloraro si sentía en alguna casa un escalofrío de soledad.

En su empresa pronto lo ascendieron hasta quellegó a ser jefe de departamento, que era su empleoactual. Era famoso por haber cerrado de forma exitosatodos los tratos que dependieron de él. Con un apretónde manos era capaz de transmitir que él creía en eseproyecto, que podían confiar en él y que podían contarcon él. La sensación era tan fuerte que algunosejecutivos reacios a cerrar un trato, le habían abrazadosúbitamente mientras le daban las gracias y lecomunicaban que habían cambiado de opinión y queesperaban contar con él.

56

Page 57: 5CRCF. Superhéroes

Lo primero que hizo cuando llegó al departamentofue aprender los nombres de todas las personas quetrabajaban con él y sus cumpleaños. Solía bromearcon ellos seguro de que el trabajo y la productividadno están reñidos con un clima agradable en el entornolaboral. Sus empleados sentían devoción por él -«siempre será como un padre para mí» - decían todosellos.

Manuel echaba de menos la época en la que,después de una dura jornada, salía a tomar unacerveza con sus empleados. Su trabajo había crecidode forma exponencial, ni siquiera tuvo tiempo paraasistir a la boda de uno de ellos, al que felicitó porteléfono esperando que no le dijera nada del regaloque su secretaria eligió por él, pues ni siquiera sabíalo que habría sido.

Pero hoy era el gran día y su pasado se le mostrabacomo una garantía de éxito. No habría ningúnsupervillano que fuera a truncar sus planes de éxitoy cerraría el trato en lo que sería la operación másambiciosa de su empresa para implantarse en elpoderoso mercado norteamericano de lastelecomunicaciones.

Siguiendo su rutina mañanera, fue dando tumboshasta la cocina para prepararse un café soluble y untazón con cereales. Le hubiera gustado un pancalentito con tomate y aceite como el que le preparabasu madre - ¡Hacía tanto que no la veía! Esa noche lallamaría por teléfono.

Como tampoco tenía un periódico que ojear,encendió el ordenador para navegar por algún diariodigital que le informase de si durante la noche habíasucedido alguna noticia digna de saberse.

Se sorprendió leyendo un artículo en un conocidoportal, sobre un hombre que había instaurado la modade repartir abrazos por la calle y que había sido unarevolución en todo el mundo.

57

Page 58: 5CRCF. Superhéroes

- ¡Vaya! - se sorprendió pensando - ¡Esa es una ideaestupenda para poder compartir con la gente el don!

Y apuró sus cereales pensando que, tal vez, esehombre fuera como él. Estaba dispuesto a formar partede ese movimiento a favor del contacto humano y dela fraternidad, emocionado con la idea de salir a lacalle pronto y empezar a repartir abrazos a laspersonas más tristes. Volvió a coger su móvil y llamóa su oficina.

- Adela, soy yo. Llegaré algo más tarde, hoy iréandando a trabajar. Sí, sí, andando, tengo algo que hacerpor el camino. No te preocupes, en cualquier caso estaréallí a las nueve y media como mucho, todo saldrá bien.

No recordaba haberse arreglado tan deprisa, enapenas media hora se encontró en el umbral de lapuerta dispuesto compartir su poder con el resto dela humanidad. La calle olía a humo, se respiraba esaactividad febril que envuelve a las grandes metrópolis,como se imaginaba que sería Gotham.

Miró a ambos lados y sus ojos se detuvieron enuna mujer de unos cuarenta y pocos con la que eltiempo había sido poco agradecido. Llevaba una bolsaen cada mano y caminaba deprisa mirando conangustia el reloj. Manuel se paró frente la mujer,que asustada vio como aquel hombre se le echabaencima.

- ¿Se puede saber qué hace? - Gritó asustadaapartando al asombrado y frustrado héroe de un manotazo.

- Perdone, sólo pretendía darle un abrazo - acertó abalbucear.

- ¿No ve que llevo prisa? No tengo tiempo ni ganas depararme con degenerados como usted - Le gritó mientrasse alejaba con zancadas.

¡Le había llamado «degenerado»! Era la primera vezque sentía la decepción de un fracaso. Bueno, poruna batalla no se pierde una guerra, todavía quedabaun largo camino hacia la oficina para repartir cientos

58

Page 59: 5CRCF. Superhéroes

de abrazos.Manuel llegó casi a las diez con la cara

desencajada. No había conseguido dar ni un soloabrazo, su poder le había abandonado. Por primeravez se sentía nervioso y dudaba de sí mismo.

A las diez y cuarto llegó el hombre de DELL, con elceño fruncido tomaba notas mientras Manuel leexplicaba las ventajas de la provechosa asociación quepodrían realizar, aunque sus palabras no parecíanimpresionar mucho al ejecutivo. Finalizada la reunióny tras comunicarle que se lamentaba pero que elproyecto de su empresa no era lo que DELL teníapensado, se despidieron con un apretón de manos yel hombre se fue, sin mirar atrás, sin proferir unapalabra de afecto, sin un solo gesto de complicidad.

Cuando se quedó solo en su despacho se desplomósobre su sillón y se llevó las manos a la cabeza sinpoder creer todavía que hubiera perdido ese toquemágico que siempre le permitió ganarse la confianzade los demás. Ahora era un hombre normal, ya notenía ningún poder, se sintió desnudo, perdido,desconcertado.

- Esto no puede pasarme. ¿Por qué ahora, por qué...?Un zumbido en el bolsillo de su chaqueta le devolvió

a la realidad Rebusco hasta encontrar su Siemens,tenía una llamada entrante de un númerodesconocido. Descolgó y escuchó una voz silbante ymonótona, desprovista de todo atisbo de emoción.

- ¿Te preguntas por qué? - Manuel saltó en su asiento,fuera quien fuera estaba escuchando sus pensamientos. -La respuesta está en tu propio comportamiento. Hasperdido tu poder porque has agotado la fuente del mismo:el contacto humano. Perdiste fuerza con cada abrazo queno diste, cada persona que no miraste, cada chica que nobesaste. Durante todo este tiempo te has felicitado de notener obstáculos en tu camino, de no tener una Némesis,una cara oscura de tu poder, cuando fuiste tú mismo el

59

Page 60: 5CRCF. Superhéroes

que me compraste y me llevaste en tu bolsillo. Has sustituidoa todas las personas a las que amaste por mí, apenas tequeda energía, te he ido drenando todo tu poder, fortalecidopor la época en la que las videoconsolas sustituyen losjuegos de padres e hijos, en que las relacionesinterpersonales se esconden detrás de un ordenador o unteléfono, en las que un beso y su emoción es sólo dos puntosy un asterisco.

Manuel entonces lo comprendió todo y miró conhorror el teléfono que tenía entre sus manos.SIEMENS.... S I E M E N S

Su cabeza combinó las letras. Las mismas letrasde la palabra N E M E S I S

Con voz entrecortada se dirigió a su terminal.- Todavía me queda fuerza para destruirte, ¿me oyes?

Voy a romperte entre mis manos, tú contra mí. Todo volveráa ser como antes, todo...

Un apagón sumió al edificio en la oscuridad, justoen el momento en el que Manuel apretó entre susmanos el teléfono hasta destrozarlo. Las dos fuerzasprovocaron una onda energética que implosionó conuna potencia que absorbió a ambos sin dejar mayorrastro en el despacho que unos papeles revueltos.

Dos operarios del departamento de seguridadhablaban entre ellos.

- ¿Has visto eso? Voy a acercarme a ver al SeñorFernández, ha habido una subida de tensión brutal en sudespacho.

- Las cámaras no muestran nada, Alfredo, ha sidosolo un pulso electromagnético, ¿para qué te vas a acercar?Mándale un mail o llámale al teléfono, ya no se lleva ir enpersona, que parece que vives en la prehistoria.

- Tienes razón, ¿para qué me voy a acercar...? Cortoy cierro.

60

Page 61: 5CRCF. Superhéroes
Page 62: 5CRCF. Superhéroes
Page 63: 5CRCF. Superhéroes

Finalista en fotografía

Título: La sonrisa del superhéroe

Antonio Jesús Pérez GilSevilla

Febrero de 2007, Figuti - Marruecos

Page 64: 5CRCF. Superhéroes
Page 65: 5CRCF. Superhéroes
Page 66: 5CRCF. Superhéroes
Page 67: 5CRCF. Superhéroes
Page 68: 5CRCF. Superhéroes