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  • Ral CoRts

    landzuRy*

    Los resultados de las reformas institucionales del l-timo decenio del siglo xx dejaron en claro que la complejidad del crecimiento implica una nueva postura frente a elementos clave, como la estabilidad poltica y la solidez institucional, a la cual da gran parte de sentido la presencia de una sociedad civil activa y deliberante en defensa de lo pblico. En esta direccin, las entidades multilaterales han visto, en el desenvolvimiento de las instituciones, lecciones importantes para los pases del sur. Por ello, desde mediados del decenio de los noventa, organizaciones como el Programa de las Naciones Uni-das para el Desarrollo (pnud) han adoptado el enfoque de la gobernanza como estrategia que hace hincapi en la relevancia de los procesos de participacin poltica y el protagonismo de las organizaciones de la sociedad civil que pueden hacerse escuchar, junto al papel del Estado, en la promocin del crecimiento humano y no slo econmico.

    De esta manera se erigi el capital social como catali-zador de los esfuerzos pblicos y privados en el impulso del bienestar; aspecto que para muchos ha significado

    .JosAntonioAlonso,Desigualdad,institucionesyprogreso:undebateentrelahistoriayelpresente,Revista de la cepal,nm.93,diciembrede2007.

    *ProfesordeeconomapblicaenlaEscuelaSuperiordeAdminis-tracinPblicadeCaucaymiembrodelGrupodeInvestigacinenDesarrolloyPolticasPblicas.

    56 comeRcio exteRioR,vol.60,nm.,EnERoDE200

    la revelacin de actitudes de colaboracin colectiva, que genera la confianza necesaria para dinamizar las tran-sacciones econmicas y asegurar la vigencia del orden institucional. Siendo el capital social uno de los com-ponentes de la cohesin social, en la medida que repre-senta un recurso que hace posible la obtencin de otros bienes, que favorece el surgimiento de la confianza rec-proca y apoya la conformacin de organizaciones sociales maleables, dndole protagonismo a la sociedad civil, es preciso preguntarse: cules son las fuentes del activo? y qu explica que algunos grupos, regiones o pases lo acumulen en mayor medida que otros?

    Al circunscribir estos interrogantes al departamen-to del Cauca, en Colombia, habra que agregar matices como: qu resultados quedaron de la agitacin movili-zadora del decenio de los noventa? Se convirtieron en organizaciones promotoras de redes de colaboracin social para proveer bienes pblicos? Porque el proble-ma hasta ahora para el Cauca es que, a pesar de fen-menos de cohesin social como el que ha ostentado la movilizacin indgena y campesina, el grado de vin-culacin de las lites polticas con el centro de decisio-

    2.FrancisFukuyama,La construccin del estado. Hacia un nuevo orden mundial en el siglo xxi,sqn,Barcelona,2004.

    3.markGranovetter,EconomicActionandSocialStructure:TheProblemofEmbeddedness,American Journal of Sociology,vol.9,newYorkPress,nuevaYork,985,pp.48-50.

    4.TalcomolomanifiestanelbloqueodelavaPanamericanaduranteochodasen999olamarchademsde5000indgenassobrelavaPanamericana,en2005.

    Capital social

    ydesequilibrios regionales:

    dialctica dela asociatividad

    yeldesarrollo enel Cauca

  • 57CAPITAlSoCIAlEnElCAuCA

    frecuente que en sociedades de alta diversidad tnica, cultural y atraso econmico este factor sea determinan-te del crecimiento?

    Las diversas formas de participacin de las organi-zaciones de la sociedad civil en las acciones colectivas (incluyendo polticas pblicas), a la vez que ha abierto nuevas expectativas y oportunidades, ha generado ex-tensos cuestionamientos en torno al papel de estas or-ganizaciones en el crecimiento.

    Se dice, por ejemplo, que una mayor densidad de redes sociales puede ensear a los miembros de una colectividad a coordinarse y a actuar en pro de sus de-rechos, mientras la confianza social y las normas ac-tan de manera preventiva respecto a la formacin de valores y reglas informales que influyen en aspectos tan sensibles como el desincentivo a las acciones corruptas. De esta manera, es lgico pensar que unas normas so-ciales ms estrictas en cuanto al cumplimiento de las leyes potencien la confianza entre los ciudadanos, ge-nerando una atmsfera social y poltica ms estable, que a su vez ayuda a la formacin de un ambiente ade-cuado para el respeto de las instituciones formales que rigen la vida en comunidad. Para completar, la historia contempornea ha mostrado cmo la movilizacin ma-siva ha dado lugar a complejas redes de colaboracin entre organizaciones del mbito nacional e internacio-nal para la gestin de demandas sociales que han tras-cendido la frontera de las necesidades ms tangibles (materiales), como la alimentacin o la vivienda, para propugnar otras, como el reconocimiento sexual o t-nico (posmaterialistas).

    Al contrario, este tipo de caractersticas, que se pre-sentan como rasgos distintivos de las sociedades mo-dernas con ndices notables en crecimiento econmico y distribucin de la riqueza, contrastan con las fisono-mas de otras poco adelantadas, donde se acentan el predominio de la vida rural sobre la urbana, los bajos niveles de productividad, la inequitativa distribucin de la riqueza (asimtrica asignacin de derechos de propie-dad), el clientelismo y la corrupcin poltico administra-tiva. En stas, las demandas colectivas integran valores materialistas no satisfechos por falencias socioeco-

    5.Rodrigovillar,Delaparticipacinalaincidenciadelasoscenlaspolticaspblicas,enInsGonzlezyRodrigovillar(comps.),or-ganizaciones de la sociedad civil e incidencias en polticas pblicas,Zorzal,BuenosAires,2003.

    6.Josephvalls,ciencia poltica. Una introduccin,Ariel,Barcelona,2000,ymanuelmariez,ciencia poltica, nuevos contextos, nuevas desafos,noriega,mxico,200.

    nes nacionales (Bogot D.C.) y la presencia de algunas ventajas comparativas asociadas con la disponibilidad de recursos naturales, la comarca no muestra niveles de privilegio en el marco del crecimiento regional y nacional ni ha mejorado las condiciones de vida de sus habitantes. Algo sucede con las redes de cooperacin de la sociedad civil que hace pensar en un andamiaje colectivo que se debate entre fuerzas capaces de generar sinergias en la elaboracin e implantacin de polticas de crecimiento, y otras, con caractersticas retardata-rias y aletargadoras.

    Las lneas que siguen intentan generar algunas re-flexiones acerca del tema, concentrndose en registros documentales referentes a la dinmica movilizatoria en-tre 990 y 00. En este sentido, se exponen algunas refe-rencias tericas respecto a las acciones colectivas que se consideran necesarias para esclarecer la relacin entre movimiento, movilizacin social y capital social.

    INFLUIR,PRESIONARODISENTIR:LASLGICASDELAACCINCOLECTIVA?

    La accin colectiva apunta a conservar o a modifi-car la posicin y los intereses de cada grupo en el conjunto social. De hecho, es frecuente que tal accin sea concertada entre varios sujetos de un mismo grupo que comparten una misma posicin y proyecto y que se organizan de forma centralizada.

    Pero, qu razones llevan a un individuo a cooperar en una causa comn, cuando es incierto o limitado el beneficio de su participacin? Hasta qu punto la mo-vilizacin social es fruto de una sociedad civil fuerte, como proveedora de capital social y de confianza? Es

  • comeRcio exteRioR,EnERoDE20058

    nmicas estructurales con posmaterialistas, propias de sociedades que por lo menos hace un lustro lograron liberarse de las necesidades primarias (vase el cuadro ).. Como es evidente bajo este miscelneo panorama, la relacin entre capital social y desarrollo desdibuja las singularidades que expone la teora; aspecto que obli-ga a revisar el horizonte para entender mejor las causas ocultas de la coordinacin social.

    Uno de los caminos plausibles para penetrar en el asunto es armar una matriz terica que permita explicar las relaciones entre movilizacin social y capital social en Amrica Latina, para luego entender la dinmica del departamento. Pero las cosas no resultan fciles, pues aparece una multiplicidad de condicionamientos de tiempo, espacio y de disciplina acadmica que impiden asumir definiciones universales.

    Sin embargo, iniciar con la definicin de accin colecti-va puede generar elementos bsicos que conduzcan a in-terpretar lo que ha orientado la movilizacin social en el departamento. Vale la pena recalcar aqu que asumir una discusin de esta naturaleza no pretende hacer una genea-loga de manifestaciones colectivas, sino tener un pretexto para reflexionar acerca de una realidad particular, la del departamento del Cauca, intentando captar la capacidad de unas organizaciones sociales para construir redes en-cargadas de administrar recursos y gestionar proyectos de crecimiento, considerando el aprendizaje social de las luchas reivindicatorias de los aos noventa, que de alguna manera se fortalecieron a raz de las reformas estructurales de primera y segunda generacin e implantaron nuevas instituciones librecambistas, transformando los modos de interaccin entre la sociedad civil y el Estado.

    7.Elcapitalsocialhaestadopresenteenlasociologadurantedecenios:BourdieuyColemanutilizaronestadenominacinenlosaosochenta;mientrasGranovetter(op. cit.)usladelazosfuertesylazosdbiles.Porsuparte,Douglassnorth(institutions, institutional change and economic Perfomance,Cambridge,universityPress,990)elaborsuteoradelainstitucionalidadconcontenidosmuysimilaresaloquehoyseconocecomocapitalsocial.Sinembargo,fueRobertD.Putnam(making Democracy Work. civic traditions in modern italy,universityPress,Princeton,993),quienenlosaosnoventalopusoenelcentrodeladiscusinacadmicaalexplorarelpapeldelasociedadcivilenladeterminacindelosdesequilibrioseneldesarrolloregional.EnAmricalatina,eltrminoserelacionaconideasasociadasconpart-nership, gestin asociada, parcera, formas de desarrollo comunitario. vase violetaRuiz,organizacin comunitaria y gestin asociada. Una estrategia para el desarrollo de ciudadana emancipada,Paids,BuenosAires,2004;Rodrigovillar,op. cit.,yErnestoEspndolaet al.,cohesin social: inclusin y sentido de pertenencia en Amrica Latina y el caribe,Santiago,Chile,enerode2007.

    8.Enriquev.Iglesias,ElpapeldelEstadoylosparadigmaseconmi-cosenAmricalatina,Revista de la cepal,nm.90,diciembrede2006.

    C u a d R o 1

    EVoluCIn dE las dEMandas ColECtIVas

    tipo de demanda social

    objetivos generales

    objetivos especficos

    valoresmaterialistas(necesidadesfsicas)

    Seguridad -Fuerzasarmadaspotentes

    -luchacontraladelincuencia

    -mantenimientodelorden

    Subsistencia -Crecimientoeconmico

    -Empleo-Inflacin

    valoresposmaterialistas(necesidadessocialesyautorrealizacin)

    Satisfaccinesttica

    Conocimientointelectual

    -Calidadurbanaypaisaje

    -Equilibrioecolgico

    -libertaddeexpresin

    Identidad

    Autoestima

    -Reconocimiento

    -Trabajoencomunidad

    Fuente:adaptacindelosautoresapartirdeJosephvalls,ciencia Poltica. Una introduccin,Ariel,Barcelona,2000,yRonaldInglehart,the Silent Revolution: changing Values and Political Styles among Western Publics,PrincentonuniversityPress,n.J.,977.

  • 59CAPITAlSoCIAlEnElCAuCA

    En este orden de ideas, los movimientos sociales son el resultado, en primer lugar, de la reivindicacin frente a carencias de calidad de vida (vivienda, empleo, segu-ridad alimentaria, servicios pblicos) que comportan la no separacin del espacio privado y el pblico.9 Segun-do, de aquellas de carcter ms general, que involucran aspectos como la defensa de la educacin pblica y los salarios. Tercero, las luchas identitarias por la autono-ma econmica y poltica y el enfrentamiento de clases, cuestiones muy cercanas a los objetivos de los grupos guerrilleros.

    En Touraine, los movimientos sociales tienen la po-sibilidad de transformar la vida social, superando la defensa de los intereses individuales y afirmando su ca-pacidad especfica de intervenir en la formacin de po-lticas generales y defensa del cuerpo social.0

    Empero, desde esta perspectiva el prototipo de orga-nizacin que soporta las acciones colectivas no parece responder a estructuras fuertes, bien organizadas y per-manentes en el tiempo. Es ms, se tendra que decir que en Amrica Latina no habra muchas posibilidades de generar una sociedad civil activa, promotora de capital social, entre otras cosas, porque las acciones colectivas estn supeditadas a instituciones tradicionales asocia-das con pautas de socializacin poltica tradicional que terminan por hacer que el rumbo de las acciones colecti-vas dependa del ejercicio del Estado; y esta dependencia habra frustrado su capacidad de autonoma. Por con-siguiente, la misma nocin de mayora de edad kanteana, imperante en el discurso liberal que supone la presencia de capital social positivo, choca con el relativismo cul-tural que explica al agente, subordinado a instituciones tradicionales circunscritas a la esfera privada; de manera que los espacios vitales de interaccin social no marchan ms all de lo que permite el ambiente de la familia. Entonces, las posibilidades de extender la interaccin social, asumiendo el riesgo en nuevos contratos, son limitadas; cuestin que explica en el plano simblico

    9.Deacuerdoconlatradicingriega,enelespacioprivadosesuplenlasnecesidadesbsicasdecarctereconmico.Elespaciopblicoesellugardelejerciciopoltico,deladiscusindelosinteresescolectivosydelreconocimientodelosindividuoscomoigualesencapacidaddeinterlocucin.

    0.AlainTouraine,Las sociedades dependientes: ensayos sobre Amrica Latina,Sigloxxi,mxico,978.

    .EnlaobradeRobertPutnam(op. cit.)esposibledistinguirentrecapitalsocialpositivoynegativo.Elprimeroesgeneradordevirtudescvicasconsecuentesconlaampliacindelespaciopblicoyelfortalecimientoderedessocialesimpulsorasdeinstitucionesformalesyelprogresoeconmico;elsegundo,promotordecrculoscerradosqueauspiciancontuberniosyredesdelictivas.

    C u a d R o 2

    tIpologa IdEal dE aCtoREs ColECtIVos

    Criterios

    tiposmovimientos

    socialesGrupos

    de intersPartidos polticos

    Gradodeestructuracin

    variable Fuerte,estable

    Fuerte,estable

    Discurso Transversal Sectorial Global

    Escenariopreferentedeactuacin

    Social,noconvencional

    Institucional,social

    Institucional

    Fuente:Josephvalles,ciencia poltica. Una introduccin,Ariel,Barcelona,2000.

    la injerencia de las relaciones filiales de la hacienda en la esfera pblica. As, subculturas polticas derivadas, como las del caciquismo y el clientelismo, han moldeado la administracin del Estado y los movimientos sociales terminan tutelados, de una u otra manera, por el Esta-do. Pero es as, en tanto las lites polticas (oligarquas) formadas durante las guerras de independencia, cons-tituyeron mecanismos de control social que rubricaron ejerciendo el gobierno, hasta manejar a su antojo el rit-mo de los acontecimientos.

    Con una caracterizacin concordante con este tipo de enfoque y partiendo de atributos como la estabili-dad de su estructura organizativa, el patrn de discur-so y su escenario de intervencin, se puede decir que los ltimos dos decenios del siglo xx en el Cauca se han consolidado tipos de organizacin ligada a la catego-ra movimiento social, donde las formas de vinculacin de intereses y su permanencia en el tiempo son mucho ms dbiles que otro tipo de organizaciones, como los grupos de inters y los partidos polticos tradicionales (vase el cuadro ).

    2.unacaractersticaimportantedelosgruposdepresinesquesereco-nocencomoasociacionesvoluntariasquetienencomoobjetivoprincipalinfluirenelprocesopoltico,defendiendopropuestasqueafectanlosinteresesdeunsectordeterminadodelacomunidad(trabajadoresasalariados,empresarios)ypersiguenobjetivospolticosdeterminados,perosinaspiraraunproyectoglobaldegobierno(CarlosGalvisAngulo,Elroldelauniversidadenlapromocindecapitalsocial,seminariointernacionalCapitalSocialenAccin,universidadmetropolitana,Ca-racas,2deabrilde2005).Sobradecirquenoseconsignanaclaracionesmsampliasparalospartidospolticosporgozardemayortradicinyatencinacadmica.vaseJosephvalls,op. cit.

  • comeRcio exteRioR,EnERoDE20060

    En efecto, se trata de organizaciones (clubes, aso-ciaciones) de tamao variable, que de manera eventual consolidan redes y se movilizan cuando se presenta una ocasin. No constituyen una organizacin nica ni cuen-tan con un programa expreso de actuacin, pero nacen del rechazo a los canales institucionales y hacia las formas convencionales de revelacin de preferencias. Por ello recurren a acciones que van desde cadenas humanas, pasando por acciones directas, que incluyen desde algn grado de violencia hasta la resistencia civil, que involucra el incumplimiento de obligaciones legales.

    Vale la pena resaltar que los movimientos sociales combinan, en sus objetivos y estrategias, una doble lgi-ca. Por una parte, se erigen en instrumentos de participa-cin dentro del proceso poltico y se proponen obtener de esa actividad resultados prcticos, obligndose a entrar en contacto con el poder establecido o confrontndolo, para negociar y pactar con l. Pero, por otro lado, y re-cordando lo anotado lneas antes, subrayan su aspecto simblico o expresivo, como quiera que se constituyan en medios para expresar de manera pblica la identi-dad personal y de grupo que quiere afirmarse frente a otras identidades dominantes. De acuerdo con la com-binacin que cada movimiento haga de las dos lgicas,

    3.Entodasellassueletenersemuyencuentalarepercusinmediticaylaaccinsobrelaopininpblicaparadefenderunacausa.

    El cambio de modelo econmico logr constituir el elemento identitario a partir de su renuncia al capitalismo y la bsqueda de alternativas

    acaban por adoptar determinadas estructuras y modos de actividad.

    Sin embargo, no se podra asumir de manera taxati-va una senda de fragmentacin de los movimientos so-ciales, en virtud de las caractersticas anotadas antes, pues la diversidad de las dinmicas de organizacin o el aprendizaje social permiten observar agrupacio-nes ms estructuradas que actan en competencia o en combinacin con otras tradicionales (partidos o grupos de inters), llamados movimientos sociales orga-nizados, que se pueden considerar como depsitos de capital social que detentan cuadros organizativos ms fuertes y mantienen prcticas iguales de afirmacin de demandas grupales.

    Las dinmicas asociativas en el Cauca pueden tener todos los elementos mencionados. Touraine escribe acerca de este tipo de dinmicas, pero sus conclusiones no recogen en su totalidad la complejidad de la movili-zacin social en el departamento del Cauca. Por tan-to, vale la pena introducir las estadsticas para tener un panorama ms claro acerca de la relacin entre accio-nes colectivas y capital social, intentando identificar sus nodos generadores en el espectro geogrfico regional en el decenio de los noventa.

    4.violetaRuiz,op. cit.,p.62.5.AlanTouraine,op. cit.

  • 61CAPITAlSoCIAlEnElCAuCA

    HACIAUNACARACTERIZACINDELAACCINCOLECTIVAENELCAUCA:UNAREVISINDIACRNICA

    Si bien es cierto que el estudio de los movimientos sociales empez a tomar cauce en Europa mucho antes de la segunda guerra mundial, en Amrica Latina el inters por entender el fenmeno con sus especificida-des est marcado por las repercusiones de las reformas socioeconmicas, que desde los aos setenta buscaron darle un nuevo sentido al crecimiento con instituciones que facilitasen, entre otras cosas, la vinculacin y la armo-nizacin de polticas en escala internacional. Muestra de ello es que slo hasta el decenio de los ochenta, el concepto movimiento social empez a ser usado y circulado por acadmicos e investigadores sociales. En el caso colombiano, la creacin del Consejo Regional Indgena del Cauca (cric) y la Asociacin de Usuarios Campesinos (Anuc), en 90 y finales de los aos sesenta, respectiva-

    6.Juliemassal,Sociedadcivilinternacional:unpoderlocal?,Anlisis Poltico,nm.6,septiembre-diciembrede2007,yFabioFazio-ven-goa,Delaglobalizacinalahistoriaglobal:haciaunarepresentacindelmundocontemporneo,Anlisis Poltico,nm.6,septiembre-diciembrede2007.

    7.JairoTocancip,movimientos sociales, cultura poltica y poder re-gional. el caso del movimiento del macizo colombiano(mmc),en,consultadoenagostode2009.

    mente, son ejemplos de la trascendencia de este tipo de expresiones en el marco del crecimiento regional.

    A lo anterior cabe agregar que gracias al derrumbe del modelo estado cntrico, la liberacin comercial, la crisis cultural de la modernidad y la erosin del sistema socialista, los movimientos sociales se enfrentaron a un escenario sociopoltico, cultural y tecnolgico nuevo, en el cual las luchas sociales por la subsistencia material se exacerbaron al lado de demandas de corte simbli-co. Pero el hecho de que este tipo de manifestaciones se hayan dado en el departamento del Cauca, implica que hay capital social, conforme lo muestra la teora y la evidencia nacional e internacional?

    El departamento del Cauca, a lo largo de toda su his-toria, vivi una serie de manifestaciones colectivas, la mayora asociadas con la insurgencia guerrillera, que

    8.Esimportantedestacarquelasnuevasformasdeaccinquerempla-zaronlaviejaluchadeclasesrecurrieronafiguracionesmediticas,comolasquesevieronenlaactuacindelEjrcitoZapatistadelibe-racinnacional(ezln),enmxico,olasquehanacompaadoalForoSocialenBrasil.Esms,estetipodecambiosdioparaquecrecieranlosmovimientoscontralamundializacin,queaboganporlaequidadylajusticiamundialjuntoareivindicacionestnicasyculturales.Sonejemplosdestos,elmovimientodelossin tierra,deBrasil,lospiqueterosdeArgentinayloscocalerosdeBolivia.obsrvesequelosgruposprotagonistasdeestetipodemanifestacioneshansidoindgenas,obreros,campesinossintierraypequeosproductores,vctimasdelacompetenciainternacionalquesobrevinoconelnuevomodelodecrecimientodelmercado.

  • comeRcio exteRioR,EnERoDE20062

    luego tomaron un rumbo singular, en el decenio de los noventa.9 En vista de stas y otras revelaciones, se sea-la al Cauca como el mayor depositario de este recurso en Colombia.0

    Este proceso logr hacerse visible con la primera mo-vilizacin efectuada en 9, aunque ya entre 90 y 9 algunos municipios experimentaban actividades en la materia, como ocurri en Santa Rosa, Bolvar y corregi-mientos como El Rosal (San Sebastin), que decidieron hacer un diagnstico o listado de las necesidades apre-miantes, dando lugar al paro de Bolvar, en diciembre de 9, y al paro de Sucre, en mayo de 9. Pero, en definitiva, es la marcha de 9 la que marca un derro-tero irreversible hacia la constitucin de un movimiento social de dimensiones sobresalientes. El centro de sus rei-vindicaciones era la terminacin de la carretera a Santa Rosa y el mejoramiento del tramo construido, aunque el pliego iba acompaado por la bsqueda de solucin a otras necesidades. Desde ah se empieza a identificar la carretera panamericana como un smbolo de lucha eficaz tras el agotamiento de los canales institucionales y la comprobacin de que las reglas del juego impuestas por el rgimen no posibilitaban negociaciones en los escritorios ni en las oficinas de los gobernantes, sino en los espacios donde las fuerzas entraban en tensin. El grueso de los marchistas era de Santa Rosa y San Se-bastin; su resultado fue el logro de algunos de sus ob-jetivos, pero cre, entre otras cosas, nuevos recursos de

    9.Quizsunadelasprimerasmuestrasvisiblesdelabeligeranciadeldepartamentoapareci,en90,conellevantamientoindgenadiri-gidoporquienseconvirtieraenunmticodirigente,manuelQuintnlame,quienconfrontlosvaloreshegemnicosdominantesfrenteasuetniayseconstituyenunafuerzaquetuvoquetenerseencuentaenlasrelacionesdepoder.mstarde,sunombreserautilizadoporunafaccinguerrilleraquetendrasumayordespliegueeneldeceniodelosnoventa.

    Asimismo,seconvirtienunodeloscentrosdelaconfrontacinarmada,arazdelaconsolidacindelainsurgenciaguerrilleraquevivieraelpasdesdefinalesdelosaoscuarentadelsiglopasadoyquetomaramayoralientoconelimpulsodelarevolucincubana.DetalmaneraquelasFuerzasArmadasRevolucionariasdeColombia(farc),elEjrcitodeliberacinnacional(eln),elEjrcitoPopulardeliberacin(epl),elcomandoPedrolenArboleda,elPartidoRevolucionariodelosTrabajadores(prt),elmovimiento9deAbril(m-9),elGrupoJaimeBatemanCaynyelQuintnlame,entrelosprincipales,estuvieronoestnasentadosenesteterritorio.vaseDiegoJaramillo,ungobiernoalternativodelosmovimientossocialesenelCauca,Colombia,enmovimientos sociales, nuevos actores y participacin poltica en colombia,FacultaddeFilosofayletras,unam,mxico,juniode2003.

    20.maramercedesCullar,EsperversoelcapitalsocialenColombia?,economa colombiana y coyuntura Poltica,nm.279,agostode2000.

    2.DiegoJaramillo,op. cit.22.ibid.,yJairoTocancip,op. cit.

  • 63CAPITAlSoCIAlEnElCAuCA

    asociatividad no por necesidad derivados de la accin guerrillera (vase la grfica).

    El penltimo decenio del siglo xx registr una especie de inflacin movilizatoria que coincidi con la implanta-cin de la primera generacin de reformas econmicas, tras la conmocin que desat la crisis del endeudamien-to externo en los aos ochenta y que a mitad de la po-ca intent atenuarse con la terminacin de un periodo presidencial y el comienzo de otro.

    La culminacin del gobierno de Csar Gaviria, quien haba acelerado el ritmo de implantacin de las refor-mas econmicas, contrast con el de Ernesto Samper, quien quiso frenar el mpetu de las medidas de su ante-cesor, dndole un poco ms de protagonismo al Estado en materia de inversin social.

    Sin embargo, la prdida de gobernabilidad que sobre-vino a los escndalos de corrupcin y la penetracin del narcotrfico en la arena poltica parece haber corrodo aun ms la legitimidad de las instituciones, tanto como para que las acciones colectivas reivindicatorias siguie-ran su marcha, e incluso se incrementaran, como bien lo muestra la terminacin del segundo cuatrienio del de-cenio. Pero las expectativas del cese al fuego y el intento fallido de un pacto de paz con la guerrilla de las farc, que a la postre escal la accin guerrillera y paramilitar, parecen haber facilitado la profundizacin del modelo de desarrollo imperante desde el principio del decenio. En este sentido, se consolida la hegemona ideolgica conservadora, que se traslada del gobierno de Andrs Pastrana (99-99) al de lvaro Uribe (99-00) y se extiende con la releccin de este ltimo.

    La demostracin de la debilidad institucional parece comprobarse con el incremento de la frecuencia de las movilizaciones, que se eleva en progresin matemtica desde 99 hasta 999.

    En efecto, desde que entre agosto 0 y de 99 se realiz el Primer Paro Cvico Regional del Macizo Co-lombiano, se incorporaron a la lucha nueve municipios y se estableci un espectro de necesidades ms amplio. De hecho, 0 000 campesinos llegaron a la Panamericana, en el sitio de Rosas, pero el fragor de la accin colectiva cay y luego de seis meses de preparacin y lograr la ne-gociacin con el grueso de funcionarios del gobierno nacional, los recursos de la accin se derrumbaron. Sin embargo, las movilizaciones continuaron con menor

    23.lamovilizacinslolleghastaGuachiconoporloqueseledioesenombre,debidoaquelosnegociadoresprefirieroncontenersuavancehastalacarreteracentral.

    despliegue, hasta repuntar en 99. Este periodo tuvo que haber servido para reforzar los argumentos e instru-mentos de la lucha en contra de los canales formales de revelacin de demandas sociales. Vale resaltar, entonces, cuatro elementos principales que enlazan la discusin terica y la evidencia estadstica:

    1) La consolidacin de anclajes identitarios dentro de la organizacin, que se refuerzan con la construc-cin de un enemigo externo allende la sociedad mayor (nacional y regional) y su propuesta homogenizante de crecimiento.

    2) El fortalecimiento del movimiento como espacio de reconocimiento social y una oportunidad para cons-truir y darle fuerza a la idea de territorio y regin.

    3) La convalidacin de estrategias de confrontacin frente a los procesos de elaboracin e implantacin de las polticas pblicas.

    4) La estructuracin variable del movimiento (campesi-nos, indgenas y afrodescendientes), pero con refinamiento del discurso que se manifiesta en la defensa del simbolismo y la cobertura regional; incluso, con una mnima prioriza-cin de las soluciones que se intentaba obtener.

    La misma envergadura de la movilizacin sugiere un proceso interno muy avanzado. Acerca de este tema, Ja-ramillo anota:

    La movilizacin de 99 es bastante notoria. Mostr una capacidad de organizacin y de movilizacin que

    nMERo dE aCCIonEs ColECtIVas, 1990-2002 (fRECuEnCIa)

    Fuente:JulianaAgredoylorenaFlorez,Hacia una caracterizacin de las acciones colectivas en el Departamento del cauca, 1990-2002,tesisdegrado,universidaddelCauca,2005.

    20

    00

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    099099299499699820002002

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    6472

    85 906

    7057

    76

  • comeRcio exteRioR,EnERoDE20064

    ya sealaba el futuro de sus acciones. Fue una accin de hecho que no puede reducirse a ella en cuanto tal, sino a que fue producto de un previo proceso organi-zativo de sectores civiles del campesinado, docentes y activistas polticos de los municipios directamente in-tegrados en la zona geogrfica del Macizo Colombia-no. Su presin produjo la inevitable aceptacin de su interlocucin por parte del Estado que permiti llegar a una satisfactoria negociacin. Sin embargo, en este aspecto qued la importante enseanza de que el des-conocimiento del manejo y desenvolvimiento interno de las instituciones del Estado llev a que la mayora de lo acordado ya estaba asignado por el gobierno de tur-no en su plan presupuestal.

    Fue as como el de marzo de 99 se dio vida al Co-mit de Integracin del Macizo Colombiano (cima), con la intencin de sacar adelante cuatro puntos bsicos: 1) impulsar la integracin local y regional; 2) realizar el primer encuentro cultural del Macizo; 3) sacar un peri-dico regional, y 4) organizar el primer paro cvico regio-nal de los municipios del Macizo Colombiano.

    En 99, las luchas reivindicatorias tomaron de ma-nera momentnea un camino distinto; no se hizo con una contundente movilizacin, sino mediante la ne-gociacin que incluy a los departamentos del Cauca, Huila y Nario.

    La nocin de regin como entidad de reconocimiento se expandi y lo hizo con propsitos, entre ellos: el Plan de Desarrollo Ambiental y Agropecuario del Macizo Co-lombiano y Sur del Cauca, el Plan Productivo Sostenible e Integral, el Plan para la Convivencia y el Plan de Ciencia y Tecnologa. Esto permiti llegar a acuerdos con proyectos que deban ser ejecutados en 99, 99 y 99.

    Al mismo tiempo incorpor un espectro ms amplio desde el punto de vista territorial, al incluir a otros mu-nicipios que no participaron en la primera movilizacin, pero que eran cercanos al rea de influencia de los pri-meros municipios movilizados.

    Un ao despus, el paro del Macizo sera la mayor de-mostracin de cohesin social, duracin y vinculacin de demandas.

    Durante ms de 0 das, alrededor de 0 000 perso-nas de distintas organizaciones y procedencias pusie-

    24.DiegoJaramillo,op. cit.25.JulianaAgredoylorenaFlorez,Hacia una caracterizacin de las ac-

    ciones colectivas en el Departamento del cauca (1990-2002),tesisdegrado,universidaddelCauca,2005.

    ron al descubierto la falta de equidad en los planes de crecimiento nacional, la debilidad del Estado en esta regin, la ausencia de infraestructura econmica (es-cuelas, colegios, puestos de salud, carreteras) y ofertas de empleo, la vulnerabilidad agroambiental y la tras-gresin de la autonoma cultural. El cumplimiento de lo acordado slo se redujo a menos de una quinta parte, con las consiguientes implicaciones para las lu-chas futuras.

    No obstante, la efervescencia de la movilizacin pa-reci caer en un periodo de aletargamiento. Tres cosas pudieron haber provocado lo sucedido. Primero, los miembros de las organizaciones dieron por cumplidas sus expectativas frente a las respuestas concomitantes del Estado y se entr en una fase de cooptacin o cola-boracin con ste, cuestin difcil de creer si se revisa el nada honroso segundo lugar en cuanto a condicio-nes de pobreza en el plano nacional. Otra posibilidad es que la reciedumbre de la lucha antiguerrillera del gobierno de Uribe y la proliferacin de grupos para-militares desalentaron las movilizaciones masivas y di-suadieron a las organizaciones de acudir a actos como la toma de la carretera Panamericana, so pena de tra-tamientos similares a los de las facciones insurgentes por parte de la fuerza pblica. Esta clase de fenmeno no se puede descartar, pues el despliegue paramilitar acompa consignas por la restitucin del uso de la fuerza al Estado y el orden institucional, con la conse-cuente contencin de muchas expresiones de protes-ta social. Tercero, pudo haber ocurrido que los lazos de integracin dentro de la macrorganizacin se de-bilitaron a tal punto que slo organizaciones como el cima o el aico (Autoridades Indgenas de Colombia) salieron fortalecidas en buena medida y quisieron des-ligarse de aquellas cuya estrategia respondiera a la fi-gura del free rider, o polizn. As, tras dejar a un lado a los organismos que se beneficiaron de la lucha con el mnimo esfuerzo, las estructuras ms comprometi-das pasaron a ser nuevos modos y recursos de accin, donde la consolidacin de redes nacionales e interna-cionales les permiti crear bases ms fuertes de capi-tal social que involucran una actitud ms propositiva y autnoma frente a la administracin del poder. Sin

    26.GuillermoDAbbraccioK.invisibilidad de los movimientos sociales en los medios de comunicacin en colombia: el caso del departamento del cauca,ProgramaAndinodeDerechosHumanos-universidadAndinaSimnBolvar,boletn,nm.5,en.

  • 65CAPITAlSoCIAlEnElCAuCA

    embargo, una hiptesis como sta significara acep-tar, con Olson, que las estructuras organizativas ms centralizadas y menos deliberatorias (horizontales) seran las que a la postre crearan los lazos de confian-za que sealan la presencia de capital social. Asimis-mo, sus miembros habran adoptado una postura ms instrumental hacia el logro de sus objetivos. Quiz por eso las acciones colectivas son cada vez menos es-pontneas, dado que durante el periodo % de stas obedeci a modos de organizacin ms elaborados. Lo anterior implicara renunciar a la interpretacin putnamiana, que seala el xito de la creacin de ca-pital social positivo en la presencia de organizaciones de tipo horizontal y descentralizado, que es con lo que la organizacin indgena parece comulgar.

    En efecto, el reclamo de mayor participacin y el re-chazo a los canales institucionales de gestin de deman-das que plantea la verticalidad del proceso de produccin de polticas pblicas lo demostrara.

    27.Enesteanlisis,lasorganizacionesqueafuerzadelatradicinseconsideranverticalessonsindicatos,partidospolticosyentesre-ligiosos.mancurolson,La lgica de la accin colectiva,limusa,mxico,992.

    28.Paraolson,lasorganizacioneshorizontalespuedenllegaraobstaculizarelcrecimientoeconmicosiseconviertenengruposdeintersenbuscadeinteresespreferencialesqueimponencostosdesproporcio-nadosalasociedad.Estoes,cuandosurgenalrededordelasolidaridad

    No obstante, la movilizacin indgena como tal ha fluctuado en alrededor de cuatro acciones por ao. La mayor fuente de las movilizaciones han sido la recupera-cin de tierras y el incumplimiento de acuerdos.

    Pero conforme las medidas de ajuste macroeconmi-co y la recuperacin de las facultades coercitivas del Es-tado, secundadas por ejrcitos ilegales, tuvieron mayor acento (de 99 a 00), la tendencia ha llegado a supe-rar el promedio hasta alcanzar un pico de seis acciones. De manera que si las acciones colectivas se refinaron entrando en la etapa de la gestin, no se abandonaron los modos y los recursos desplegados durante todo el decenio de los noventa. Esto confirma que si bien las lu-chas mancomunadas decayeron, los indgenas pudieron mantener los modos de accin (marchas y retenes), aun-que no su ritmo anterior. Tal parece que se mantuvieron como fines inmediatos de la reunin, el encuentro y el reconocimiento tnico, aprovechando que el smbolo del enemigo externo ya estaba creado y habra que recor-darlo: el modelo econmico homogenizante y la socie-

    paraconspirarcontraelbienpblico,restringirlalibertadindividualolainiciativaempresarial.ParaJamesColeman(Capitalsocialycreacinhumana,Zona Abierta,nms.94-95,enerode200),sonelcierredegrupo(clausura),lasnormassocialesqueproducenunefectodeexternalidadylaposibilidaddeobtenerbeneficiosindividuales,tantoenorganizacionesverticalescomoenhorizontales,lasqueimpulsanelprogreso.

  • comeRcio exteRioR,EnERoDE20066

    dad mayor que los separa de la tierra.9 Mientras tanto, se depuraron de modo virtual las demandas (tierras e incumplimiento de acuerdos) y se avanz en consolidar asociaciones cooperativas con este objetivo.

    Por otra parte, los campesinos, otrora aliados de los indgenas, tendieron a alejarse, entre otros motivos por-que el mayor acceso meditico de las lites regionales, en connivencia con la filosofa del modelo poltico pre-gonado por el gobierno de Uribe. Esto seal el peli-groso avance de una contrarreforma agraria agenciada por los indgenas, que en su afn de recuperar tierras dejara sin el recurso no slo a los viejos latifundistas, sino a los pequeos propietarios. Luego, la amenaza de los nuevos terratenientes debera contrarrestarse con el ejercicio legtimo de la violencia del Estado, en funcin de la defensa de la propiedad privada. Asimismo, el sin-cretismo tnico que acompaa a los campesinos, en su mayora mestizos, devela diferencias culturales respecto a los indgenas, que involucran modos distintos de asu-mir el mercado y la economa, y la manera de anteponer los intereses de la comunidad por encima del individuo. Incluso, la relacin simblica con la tierra los ha hecho diferentes a unos y a otros.

    Todo el anlisis anterior contrasta con la teora que sustenta la evidencia internacional y con estudios

    29.Alexandermontoya,campesinos e indgenas. Asimilacin, encuentros y diferencias de dos conceptos de ciencias sociales,serie TextosyConferencias,nm.2,2006.

    nacionales, como los de Mara Mercedes Cullar.0 La autora, que mide el capital social como frecuencia de participacin en organizaciones horizontales, sos -tiene: Los mayores ndices de actividad asociativa se encuentran en su orden en los departamentos del Cauca, Risaralda, Cundinamarca, Distrito Capital, Santander y Boyac. En contraste, donde es menor es en la Guajira, Sucre, Quindo, Meta, Bolvar, Tolima, Caldas y Atlntico.

    No obstante, las condiciones socioeconmicas del departamento y la dinmica de la movilizacin social muestran distorsiones destacables. En primer lugar, este tipo de anlisis no compromete la idea de accin colectiva con la generacin de redes de cooperacin entre organizaciones, lo cual se asumir ms adelante. En segundo, el concepto de capital social rebasa la cate-gora de movimiento social, pues si bien los propsitos

    30.maramercedesCullar,colombia: un proyecto inconcluso. Valores instituciones y capital social,universidadExternadodeColombia,tomoi,Bogot,2000.

    3.ibid.,p.28.Enunestudiosimilar,JohnSudarsky(laevolucindelcapitalsocialenColombia,997-2005,Revista Javeriana,agostode2008)cuestionaestetipodemetodologas,todavezqueparallaparticipacincvicaesapenasunadimensindelcapitalsocial.Aseguraquefactorescomolaconfianzainstitucional,laagrupacinpoltica,elcontroldelasociedadsobreelEstadoylasjerarquassonelementosquePutnamdesechayqueCullartampococonsidera.Agregaquelavinculacinverticalproducemayorcapitalsocialyquelasactividadesrelacionadasconlosmediosdecomunicacinestnasociadasconcapitalsocial;perolaconfianzarespectoaellosestcondicionadaporunsegundofactorquedenominafenoval,queeslafeenfuentesdeinformacinnovalidadas.

  • 67CAPITAlSoCIAlEnElCAuCA

    de la movilizacin social han aumentado, las escalas de concentracin y vinculacin de las organizaciones sociales decaen al final de la misma, sin poder confir-mar an que la mayor participacin en entidades aso-ciativas contribuye a disminuir la pobreza. Valdra decir por esto que todo capital social encarna un movimiento social; pero no todo movimiento social se convierte en capital social. Lo que parece haberse logrado ha sido el fortalecimiento de las organizaciones indgenas, pero sin que el proceso de aglutinacin identitaria haya ser-vido para consolidar redes de cooperacin dentro de la sociedad civil regional. Tercero, la intensidad de la accin colectiva tampoco ha servido para acercar la sociedad civil al Estado; ms bien ha consolidado las identidades indgenas y campesinas alrededor del re-chazo a los canales institucionales, logrando que los resultados en materia de polticas pblicas se hayan ge-nerado por estrategias de confrontacin, ms que de cooperacin; tampoco el proyecto conservador (inte-gracionista) imbuido en la planeacin del crecimiento nacional y regional, pese a que la ampliacin formal de la participacin lo ha permitido. Cuarto, no hay una relacin simbitica entre la accin de los movimientos sociales, el capital social y las escalas de ingreso. Los sectores y lugares ms deprimidos son los que ostentan mayores acciones colectivas. Quinto, la relacin entre movimiento social, capital social y capital humano es insignificante, en la medida en que los movimientos indgenas no son los que muestran las mayores escalas de escolaridad y, sin embargo, son los ms consistentes y persistentes en sus acciones colectivas. Esto demues-tra que la educacin formal no la revitaliza y que otro tipo de conocimientos pueden dar mejor cuenta de la idea de organizacin fuerte. Sexta, el crecimiento eco-nmico no es causa ni consecuencia del capital social en el departamento, pero s de la movilizacin en tan-to el rechazo a los efectos que la ortodoxia apologista del mercado ha podido generar acciones de reconoci-miento regional.

    Si no es posible asegurar la relacin simbitica entre capital social y movilizacin social (accin de movimien-tos), se puede decir que son simientes de lo que puede representar este recurso para la regin. En este sentido, enseguida se intenta identificar de manera territorial los nodos o focos de este tipo de manifestaciones.

    32.maramercedesCullar,es perverso...,op. cit.

    Un anlisis sincrnico de la accin colectiva

    Si bien el ritmo de las acciones colectivas ha descendido desde el inicio del siglo, la desarticulacin de los movi-mientos sociales coincide con el declive de los lazos de cooperacin interorganizacional y la paradjica simbio-sis entre el crecimiento de organizaciones verticales y las escalas de asociatividad. No deja de sorprender en este punto que el despliegue de los sindicatos a principios del decenio, en los cuales se involucran marcados nive-les de jerarquizacin, haya sido de los de mayores grados de asociatividad. Mientras que organizaciones como las indgenas, que defienden modelos democrticos radi-cales y la horizontalidad en la toma de decisiones, pre-sentaron resultados inferiores a los anteriores. Si las escalas de movilizacin, de proliferacin de movimien-tos sociales, fueran afines a las de capital social positivo, como se desprende de las investigaciones de Putnam, entonces la riqueza asociativa del departamento sera explicada durante el decenio de los noventa por la accin de estamentos diferentes a partidos polticos, sindicatos u organizaciones religiosas. Esta clase de revelaciones no slo confirma la dificultad de convertir las teoras en normas de poltica, sino la escasa relacin entre la mo-vilizacin social, movimientos sociales y capital social positivo, por lo menos si se mide este ltimo conforme a la metodologa aplicada por Cullar. Ahora, si coin-cidiera con las hiptesis de Coleman, las cuales sealan como focos de capital social tanto a organizaciones ver-ticales como horizontales, se tendra que apuntar el declive del capital social proveniente de organizaciones verticales en beneficio de las de origen horizontal, que estaran representadas por las organizaciones indgenas cuya marcha se ha sostenido en el tiempo.

    Desde este punto de vista, las estadsticas de las ac-ciones por tipo de actor social muestran que la eferves-cencia de grupos cuya verticalidad organizativa ha sido tradicional representa aproximadamente .%, frente a las de indgenas y campesinos, que equivalen a alrede-dor de 0 por ciento.

    La mayora de las acciones colectivas no correspon-di a los indgenas y campesinos, que desde el punto de vista meditico fueron los grupos que dirigieron el grue-so de las movilizaciones en el departamento, durante el decenio de los noventa.

    33.ibid.34.RobertPutman,op. cit.35.maramercedesCullar,colombia...,op. cit.36.JamesColeman,op. cit.

  • comeRcio exteRioR,EnERoDE20068

    Por otra parte, si se revisan los focos geogrficos de asociatividad por subregiones, el mayor volumen relativo de acciones colectivas tuvo lugar en el centro del departa-mento (en ms de 0%), el norte con aproximadamente % y el sur con .%. Se destaca en este anlisis el pro-tagonismo de la capital del departamento ( acciones durante el periodo) por ser el lugar donde se concentra la actividad estatal, as como por la carga simblica que implica ser la cuna de la lite poltica y terrateniente de la regin. De esta manera, Popayn se convirti en el epicentro de las acciones colectivas, en su mayora de carcter reivindicatorio (vase el cuadro ).

    Ntese, adems, que subregiones como la del Pac-fico ostentan las menores escalas del accionar colecti-vo: primero por las barreras naturales de conectividad que impiden el enlace terrestre con el resto del depar-tamento y la zona costera; segundo, porque las meno-res escalas de recuperacin de la memoria histrica que acelerara los procesos de identidad tnica y vinculacin comunitaria apenas despuntan desde que entr en vigor la constitucin de 99 y la Ley 0, de 99, que regula la titulacin colectiva de las vecindades a los ros y las ri-beras mareas; y tercero, porque al haber sido presa de los pactos clientelares entre la lite criolla de Popayn y las facciones liberales y conservadoras de estos munici-pios de ascendencia africana, el intercambio de favores entre los grupos se produjo a costa de la intensificacin de la estructura de castas y la pigmentocracia de heren-cia colonial que ha retrasado la inversin en infraestruc-tura fsica y capital humano.

    Otro componente revelador es la manera como los municipios de ms alta presencia indgena son los que marcan la pauta en trminos de la persistencia de sus acciones colectivas. En este sentido, municipios como Santander, Caloto y Jambal encabezan la lista de pro-pulsores de marchas, tomas de vas y recuperacin de tierra en el norte del departamento, donde se concentra el proyecto de modernizacin industrial capitalista. Lo mismo se puede decir de los municipios de la bota Cau-cana y Piendam, Timbio y Silvia, en el centro; y Bolvar y Sucre, en el sur.

    En definitiva, el movimiento indgena y las movi-lizaciones consecuentes fueron los grandes benefi-ciados de este periodo. Es entonces un movimiento

    37.lasubregionalizacinqueseestableceaqucorrespondealadivisinquesealaelltimoplandedesarrollodepartamental.vaseJuanJosChaux,Por el derecho a la diferencia. el plan de desarrollo depar-tamental del cauca,2004-2007,ImprentaDepartamental,2003.

    social organizado, pero de ello no se desprende que haya capital social, por lo menos en el concepto de autores clsicos como Putnam y Coleman. Aunque se puede hablar de algn tipo de regionalizacin que tiende a concentrar la mayor cantidad de acciones co-lectivas en una franja centro oriental a lo largo de todo el departamento, de fuerte presencia indgena. En trminos estadsticos, el acumulado por percentiles muestra el mayor peso movilizatorio (ms de 0%) en municipios con importancia estratgica en trminos econmicos y polticos, pero tambin donde mayor arraigo parecen tener los smbolos de la lucha indge-na. Lo anterior no excluye por completo las acciones de los grupos afrodescendientes apostados en el nor- te del Cauca, pero habra que reconocer que stos avan-zan mucho ms lento que el grupo aborigen y las formas de lucha se encarrilan ms por la senda institucional que por canales lejanos del statu quo. Sus reivindicacio-nes han estado marcadas por las contiendas legales que han desembocado en la independencia de municipios como Villa Rica y Guachen, los cuales han sido apro-vechadas de manera electoral por gamonales de Popa-yn para llegar a los escenarios de decisin nacional. Mientras tanto, los actores locales se han sumido en la intrascendencia poltica regional y nacional, cuestin que marcha paralela a la reproduccin de la miseria, en medio de los enclaves econmicos caeros e indus-triales propulsados por la ley Pez, cuyos dividendos econmicos se esfuman entre las redes clientelares de la corrupcin y la politiquera.

    LOSLMITESDELAFIDUCIAPBLICA,LACOHESINYLAACCINCOLECTIVA

    Hasta aqu debe quedar claro que la sola proliferacin de movimientos sociales, o de organizaciones no gubernamentales, como tampoco la densidad asociativa, son condicin para la existencia del capital social que am-ple las redes de colaboracin social (externo). Respecto a este tema, la investigacin condujo a indagar entre otras cosas acerca de las probabilidades de asociase para generar confianza y bienes pblicos impulsores del crecimiento regional.

    38.Enestapartedeltrabajosequisocomprobarlamutacindesdeelestadiodemovimientosocialaorganizacionescivilesgeneradorasdeexternalidadesderedesyconfianzapblica,encuestandoadirectivosde293onginscritasenlagobernacindelCaucaylaCmaradeCo-

  • 69CAPITAlSoCIAlEnElCAuCA

    Esto se debe a que las disonancias que produce la coordinacin de comportamientos individuales o cor-porativistas imponen linderos a veces estrechos a las posibilidades de ampliar el espacio pblico y la accin colectiva. Por un lado, porque no es posible colocar en

    mercio.lapreguntaprincipaldelcuestionarioestribenladisposicinaasociarseparagenerarproyectosmancomunadosdegeneracindebienespblicos.Adems,seplantearonhiptesiscomo:a]unaorganizacinquegeneraconfianzamediantecaractersticassocio-demogrficasoidentitariasapartirdeunacomposicinhomognea,tenderaconstruircapitalsocialhaciadentrodelaorganizacin;b]unaorganizacinquegeneraconfianzaconreglasynormas,conunacomposicinheterognea,esprocliveagenerarbeneficiosdecooperacintantodentrocomofueradelaorganizacin;c]lasorgani-zacionesqueostentanmayortiempodefuncionamientooestabilidadorganizativa(porlomenoscincoaos)ymstiempodeparticipacinenlaorganizacin(hastaunaooms)tiendenareportarmejoresresultadosentrminosdegeneracindebienespblicos.

    un mismo continuo todas las preferencias individua-les y con ello expresar una sola preferencia social que las profiera por completo; y por el otro, porque la co-ordinacin de comportamientos realizada por actores individuales (o grupos) se mover siempre en el mar-co de alguna variedad de conflicto en el cual estn en pugna racionalidades o intereses particulares.9 Lo cierto es que la combinacin de ambas caractersti-cas puede conducir a resultados pobres en materia de bienestar colectivo.

    Segn una postura evolucionaria, como la explorada por Dasgupta, el capital social se convierte en un modo de resolver el dilema de la accin colectiva en la medida en

    39.FernandoAguilar,JuliaBarragnynelsonlara,economa, sociedad y teora de juegos,mcGraw-Hill,madrid,2008.

    C u a d R o 3

    dEpaRtaMEnto dEl CauCa: suBREgIonalIzaCIn dE las aCCIonEs ColECtIVas, 1990-2001

    subregin Municipio acciones subregin Municipio acciones

    Norte PuertoTejada 8 centro Timbio 8Subtotal 43 Santander 33 Subtotal 693 Popayn 557Participacin(%) 3.9 Surez 8 Participacin(%) 67.5 ElTambo 2 Corinto 22 Cajibio 27 miranda 5 Piendam 42 Toribio 0 2 morales 6 Jambal 2 2.0 Purac 8 Padilla 2 Silvia 4 Caloto 8 villaRica oriente Pez 9

    Caldono 5 Subtotal 24 Inz 5

    3.9 BuenosAires 9 Participacin(%) 2. Totor 7

    Bota caucana Piamonte 4 Sur mercaderes 5

    Subtotal 23 Rosas 6 Subtotal Florencia 2

    Participacin(%) 2.2 SanSebastin 3 Participacin(%) Bolvar 27

    2 Sucre 28

    Pacfico Guapi 2 ElPata 25

    Subtotal 7 Timbiqu 3 Balboa 6

    Participacin(%) 0.6 lpezdemicay Argelia 2

    macizo lavega 4

    Subtotal 38 Sotar 0

    Participacin(%) 3.7 laSierra 3

    Almaguer

    Fuente:JulianaAgredoylorenaFlorez,Hacia una caracterizacin de las acciones coletivas en el Departamento del cauca, 1990-2002,tesisdegrado,universidaddelCauca,2005.

  • comeRcio exteRioR,EnERoDE20070

    que la propia sociedad genera con el tiempo mecanismos de aprendizaje para desterrar los peligros de la no coo- peracin en la produccin de algunos bienes pbli-cos, que el ejercicio individual o corporativo (del tipo clientelar) no podra generar o lo hara de modo in-adecuado si se construyen de manera especulativa o con alcances de corto plazo.0 Esto no desdea y no puede eliminar el conf licto, pero permite pasar de los juegos de suma cero, como los que plantean algunos textos de ciencia y filosofa poltica, bajo el rtulo de la relacin amigos-enemigos; a otros de suma positiva, caractersticos de la relacin aliados-adversarios y en los

    40.ParthaDasgupta,the economics of Social capital. conference of Australian economist,universityofSidney,2004.

    4.leopoldomnera,La tragedia de lo pblico. Lo pblico y lo privado,universidadnacionaldeColombia,Bogot,200,yHctororesterAguilar,carl Schmitt, telogo de la poltica,FondodeCulturaEcon-mica,mxico,200.

    cuales, adems, la colisin de intereses no implica eli-minar de manera sistemtica al contradictor. En esta ltima trama, los mecanismos de aprendizaje social robustecen el espacio pblico, al vigorizar la cohesin y el capital social.

    As las cosas, con los indicadores disponibles y el uso de la inferencia no paramtrica, se realiz la tarea de es-tablecer en principio las escalas de dependencia o inde-pendencia entre variables clave, como la disposicin de las organizaciones a aportar la mitad de su patrimonio en un proyecto de carcter colectivo (regional), la parti-cipacin (anterior) en proyectos con otras organizacio-nes de la sociedad civil y los aos de funcionamiento de la organizacin. Todo esto bajo presunciones como:

    a] A mayor edad de la organizacin, mayor confianza y fortaleza asociativa interna y ms proclividad a la ge-neracin de redes de colaboracin mediante proyectos junto al depsito de fiducia pblica, entregando parte del patrimonio grupal.

    b] A ms altas escalas de colaboracin o asociativi-dad con otras organizaciones para generar proyectos de inters regional, mayor inclinacin a generar fidu-cia pblica, entregando parte del patrimonio de la or-ganizacin.

    Luego de cruzar variables se pudo comprobar que no hay dependencia, con una significancia de %, en ninguno de los cruces propuestos. No obstante, el que mostr mayor cercana a los lemas conjeturados fue el que relaciona el nmero de aos de funcionamiento y la disposicin a entregar la mitad del patrimonio de la organizacin (representado en bienes, trabajo y otros) para la posible realizacin de un proyecto de alcance regional generador de bienes pblicos. Al procesar la informacin en el programa spss y aplicar el contras-te chi-cuadrado de Pearson (vase el cuadro ) result que, dado el valor del estadstico muestral, 2 equiva-lente a 0 0 con 0 grados de libertad y una proba-bilidad o nivel crtico de 0.0 (significancia de %), las dos variables mostraron independencia. Sin em-bargo, al aumentar la probabilidad de error, con una significancia de 0%, se habilita la dependencia de las variables en cuestin, sobresaliendo la importancia de la negativa a donar el patrimonio en las organizaciones

    42.Esprecisoanotarqueconlahiptesisnuladeindependencia,laregladedecisinaconsejaaceptarlasielp-valorcrticoessuperiora=0.05orechazarlasisepresentalasituacincontraria,infiriendoconellodependenciaentrelasvariables.CastorGuisande,AldoBarreiro,Isa-belmaneiro,IsabelRiveiro,AlbaRuthvergarayAntoniovaamonde,tratamiento de datos,EdicionesDazSantos,vigo,Espaa,2006.

  • 71CAPITAlSoCIAlEnElCAuCA

    que no sobrepasan los seis aos de funcionamiento; y entre las respuesta afirmativas, en menor cuanta (mis-mo rango etreo), la mayor disponibilidad a aportar trabajo. Todo esto lleva a pensar en una alta aversin al riesgo, en tanto el relativo corto periodo de vida, la precariedad de los recursos al inicio y una racionali-dad especulativa allende los mecanismos de coopta-cin poltica (clientelar) no permitiran desplegar la confianza necesaria para hacer interlocutoras a otras organizaciones de la sociedad civil, de no estar bien claro el patronazgo o la intermediacin poltica acom-paada por una va expedita para la captura de rentas. Por otro lado, el de las organizaciones que estn dis-puestas a aportar, se resalta el alto valor simblico del recurso de la mano de obra (tipo minga) consecuente con el trasegar de comunidades, cuyo mbito de creci-miento de modo primordial es la vida rural; pero tam-bin la precariedad de las escalas de acumulacin y de recursos que en el mundo occidental resultan esencia-les para el ejercicio de la vida pblica.

    Para rubricar el comentario anterior, los datos sea-lan adems que, de un amplio abanico de instituciones del orden nacional e internacional, son las alcaldas y

    43.Williamniskanen,Bureaucracy and Representative Government,Aldine,Chicago,993,yscarBergasa,economa pblica moderna,EdicionesPirmide,madrid,200.

    C u a d R o 4

    dEpaRtaMEnto dEl CauCa: ContRIBuCIn dE las oRganIzaCIonEs a pRoyECtos CoMunItaRIos y aos dE funCIonaMIEnto

    aos de funcionamiento

    totalaportacin menos de 1 De 1 a 5 De 6 a 15 De 16 a 25 De 26 a 35 ms de 36

    no 5 53 28 4 2 2 94

    Trabajo 56 9 2 4 73

    Bienes 4 3 0 0 0 8

    Dinero 0 9 3 0 4

    otros 0 2 0 0 4

    Total 7 223 45 6 8 4 293

    estadstico Valor Grados de libertad

    p-valor o nvel crtico

    (Significancia asintbilateral)

    Pearsonchi-Square 30.307 20 0.065

    Fuente:EncuestaCapitalSocial-DepartamentodelCauca,2007.

    la gobernacin los estamentos de mayor inters para las organizaciones del Cauca, dejando al margen la cooperacin internacional o las entidades no guberna-mentales que pregonan el discurso contemporneo de la responsabilidad social, que se cree ejercen protago-nismo regional e inundan, desde el punto de vista me-ditico, el espacio pblico nacional.

    lo endgeno o lo exgeno del capital social bajo la impronta de la modelacin paramtrica

    Para finalizar se auscultan los vnculos entre el capital social interno y el externo, recurriendo a los mode-los de probabilsticas tipo logit. Con este fin se ensa-yaron distintas relaciones que tuvieran como punto central la bsqueda de injerencia de diversos factores en la probabilidad de generar confianza dentro del grupo y entre stos, los que la vinculan con la con-fianza hacia el exterior. Se parti de una expresin clsica del tipo:

    []

    donde P corresponde a la probabilidad y Ks representa una variable ficticia que indica si hay o no confianza en-tre los socios de un grupo social ( si hay confianza y 0 si

    P(Ksi ) =1

    1 + eKsi

  • comeRcio exteRioR,EnERoDE20072

    no la hay). Ks se supone relacionada de manera lineal, como aparece enseguida:

    Ksi = B + BCRi + BDACi + U []

    donde:B=intercepto cr: variable ficticia que indica la manera de tomar deci-siones dentro de la asociacin ( si es por mayora simple; si es por mayora calificada y si es por otra opcin).dac: variable ficticia que indica la disposicin a con-tribuir de una asociacin en una actividad o proyecto comunitario (0 no contribuyen; , con trabajo; , con bienes; , con dinero y , otra contribucin).U: variable aleatoria de error; ruido blanco.

    Los signos esperados de los parmetros fueron los siguientes. Se esper que B fuera positivo en la me-dida en que si las decisiones fueran tomadas por ma-yora, habra proclividad a generar mayor confianza dentro del grupo y, por tanto, capital social de ca-rcter horizontal. Mientras que en el caso de B, se esperaba de signo positivo, ya que si aumentara la dis-ponibilidad a contribuir en un proyecto o actividad comunitaria, habra capital social con propsitos de aportar sus acciones para la generacin de capital so-cial externo.

    De esta manera se aplic el mtodo de mxima ve-rosimilitud sin obtener consistencia explicativa fren-te a la bondad de ajuste (pseudo), medida mediante el criterio de Mac Fadden, ni frente a la regin de vero-similitud (LR estadstico). No obstante, acudiendo a los niveles de significancia de los parmetros se pudo comprobar que slo los criterios de decisin grupal ele-van la probabilidad de confiar en el grupo. Esto supone que es la regla de la mayora la que puede elevar la con-fianza dentro de la organizacin, aspecto que contras-

    44.ntese,adems,quelaexpresinconectademaneratericacapitalsocialinternoyexterno,suponiendoqueuncapitalsocialinternodenaturalezahorizontal,enestecasopatenteenelmododetomardecisiones,sumadoauncapitalsocialexternopromotorderedesdeconfianzafueradelgrupo,seraunalicientequealimentaralaconfianzadentro,generandounasuertedeexternalidadpositiva.

    45.Alfonsonovales,econometra,macGraw-HillInteramericana,madrid,993.

    46.nosobraanotarqueantesdeestafasedeindagacineconomtricasehizodependerlaconfianzadentrodelgrupodedistintosfactores,entrelosquesecuentanlosaosdefuncionamientoyladisponibilidadaentregarelpatrimonio,noteniendosignificanciaenningunodelosmodelos.Ellectorpodrinformarsedelosdetallesdeestosclculosalfinaldelsegmento.

    ta con la poca relevancia de la disposicin a contribuir en una actividad comunitaria (dac) o la generacin de confianza fuera de la asociacin. Es ms, dado el alto estado de significancia de la primera variable (cr = .), se revalida la cultura corporativista de la orga-nizacin social prototpica del Cauca, aunque no deja de asombrar la inclinacin hacia estructuras deciso-rias ms democrticas y horizontales dentro de cada entidad, contrariando la cultura poco cvica y cliente-lar que se haba erigido como hallazgo emprico de re-percusiones tericas unas lneas antes. Sin embargo, sobra decir que la regla de la mayora no asegura per se el ejercicio de una democracia sustancial; en otras pa-labras, que el conjunto de reglas formales no desdea la cooptacin propia de las estructuras capturadoras de renta. Lo que merece destacarse es que esto resulta un principio que ms adelante podra generar prcticas mejor vinculadas con la provisin de bienes colectivos y la extensin de una cultura cvica que ample el espa-cio de la deliberacin pblica y mejore la coordinacin de acciones colectivas, en tanto se puedan combinar con mecanismos de control social ms robustos y una ciudadana social activa, relacionada con la vigilancia y solidaridad frente a los asuntos de carcter comunal (vase el cuadro ).

    Por otro lado, con el objetivo de explorar de manera inferencial los factores determinantes del capital social externo, se gener una serie de modelos tambin del tipo logit, logrando los mejores resultados en una expresin de la siguiente manera:

    procum = b + bpatrimon + bdensidadi + belector + btasasobrei + banfun + ui []

    donde: procum: variable ficticia que indica la inclinacin (s=; no=0) a asociarse con otras organizaciones para generar proyectos de naturaleza regional (colectivo).B: intercepto.patrimon: variable dicotmica que representa la dispo-sicin (o dac) de aportar la mitad del patrimonio (s=; no=0) para un proyecto de naturaleza colectiva. densidad: variable cuantitativa que encarna la densi-dad asociativa medida en el nmero de organizaciones sobre el total de habitantes (en miles) del municipio.elector: variable cuantitativa que mide el porcentaje

  • 73CAPITAlSoCIAlEnElCAuCA

    de votacin sobre el potencial electoral del municipio en los comicios a alcalda de 00-00.

    tasasobre: variable cuantitativa que computa el n-mero de organizaciones activas sobre el total, inscritas en los registros de la Cmara de Comercio y la goberna-cin del Cauca. anfun: variable cuantitativa que mide el nmero de aos de funcionamiento de la organizacin.

    A priori se conjetur ante los parmetros: un B po-sitivo que elevara la probabilidad de asociarse para un proyecto de naturaleza colectiva conforme hubiese dis-ponibilidad de aportar la mitad del patrimonio corpo-rativo; un B de igual manera mayor que cero, en tanto se elevara la densidad asociativa; un B positivo frente al alza en la participacin electoral; un B de las mismas caractersticas que los anteriores, en tanto a mayor volu-men de organizaciones en funcionamiento, mayor ma-durez y probabilidad de asociarse; y un B que recoge el sostenimiento en el tiempo de la organizacin; de tal manera que a mayor permanencia, mayor proclividad de asociarse, lo cual genera confianza en el exterior y capital social expandido en red.

    47.Algunaseleccionesparaalcaldeyconcejomunicipalnosepudieronrealizarenelcalendarioprefijadoytuvieronqueefectuarsedespus,porrazonesdeordenpblico,fraudes,destituciones,etctera.FueelcasodelmunicipiodePuertoTejada.

    El clculo por mxima verosimilitud, contrario al caso anterior, mejor los valores de la pseudo bondad de ajus-te de Mac Fadden (.%) y la significancia conjunta del modelo, resultado del cotejo del chi cuadrado y la regin de verosimilitud (%), pero redujo la significancia de los parmetros. Slo produjo relevancia inferencial la dis-ponibilidad de aportar el patrimonio (vase el cuadro ), indicando as que el capital social externo se eleva en la medida que est de por medio el aporte grupal de la mitad del patrimonio, dejando atrs determinantes cl-sicos como las escalas de participacin poltica y la densi-dad asociativa.9 Sin embargo, no dejan de preocupar las bajas escalas de recursos asociativos que ostentan hasta

    48.nosobraadvertirquelosclculosrealizadosaquacogieronelproce-dimientodemximaverosimilitud(mv),quegeneraresultadosmsconfiablesdelasrealizadaspormnimoscuadradosordinarios(mco),todavezquesecorreelriesgodesobrevaloracionesypocasignificanciadelosparmetrosinvolucrados(Alfonsonovales,op. cit).EsdeagregarqueelR2macFadden,elcoeficientequemidelabondaddeajustedelmodeloyquesecalculapor:(log.lAvg/log.l),puedeoscilarentrevaloresde0y.Sisuvaloresunitario,mostrarquesustrminosaleatoriosdeerrortiendenacero,siendounresultadopocoesperadoenestetipodemodelos,puestoqueindicaraquesusvariablesexplicativasaclarandemodoperfectoelcomportamientodelavariabledependiente.Sinembargo,esteresultadonoafectalosvaloresesperadosparalainterpretacindelmodelo,encuantomacFaddenesunpseudoR2;esdecir,unvaloraproximadoparacuantificarelgradodeajuste.

    49.HildeCoffeyBennyGeys,CommunityHeterogeneity:ABurdenfortheCreationofSocialCapital?,Social Science Quarterly,vol.87,nm.5,diciembrede2006.

    C u a d R o 5

    dEpaRtaMEnto dEl CauCa: ClCulo dE faCtoREs dEtERMInantEs dEl CapItal soCIal IntERno, 2007

    Variable Valor1

    Intercepto

    cr

    dac

    n

    R2macFadden

    Estadsticoderelacindeprobabilidad(lr)(2df)

    .02969

    (0.0052)

    .3725422

    (8.8447)

    0.308

    (.4984)

    293

    0.053727

    4.686570

    .valores tentreparntesis.2.Significativoa5%.

    Fuente:clculospropiosapartirdeEncuestaCapitalSocial-DepartamentodelCauca,2007.

    C u a d R o 6

    dEpaRtaMEnto dEl CauCa: ClCulo dE faCtoREs dEtERMInantEs dEl CapItal soCIal EXtERno, 2007

    Variable Valor

    Intercepto

    patrimon

    anfun

    densidad

    elector

    tasasobre

    n

    R2macFadden

    Estadsticoderelacindeprobabilidad(lr)(2df)

    0.6827

    0.0964

    0.008

    0.2806

    0.5286

    0.8926

    293

    0.065543

    8.446860

    nota:valores tentreparntesis.

    Fuente:clculospropiosapartirdeEncuestaCapitalSocial-DepartamentodelCauca,2007,yregistrosdelaCmaradeComercioyGobernacindelCauca.

  • comeRcio exteRioR,EnERoDE20074

    esta poca las organizaciones sociales del Cauca y su alta vulnerabilidad ante las presiones de tipo poltico tradi-cional y el solipsismo al que pueden estar sometidas ante a la debilidad de recursos comunicativos en un mundo global que privilegia las economas de escala, las econo-mas de aglomeracin y los efectos de red.

    COMENTARIOSFINALES

    Los tericos liberales han sostenido que el creci-miento econmico, la equidad y la democracia no pueden consolidarse sin una sociedad civil fuerte que reacredite el ejercicio de la ciudadana mediante una participacin activa en las decisiones que demanda el crecimiento. Incluso se ha afirmado que un rasgo fundamental de su existencia es la conformacin de movimientos sociales y organizaciones no guberna-mentales que se renan, creando redes colaborativas que procuren la solucin de sus demandas. Se ha dicho tambin que la existencia de la sociedad civil es la seal palmaria de capital social.0 Sin embargo, de lo revisado hasta aqu se puede apuntar que no hay evidencia sufi-ciente para demostrar la presencia de una sociedad civil fuerte y creadora de capital social, as como se entien-de desde la tradicin europea (marxistas y liberales). Ms bien y de acuerdo con elementos como redes de cooperacin entre movimientos, organizaciones civiles u organizaciones no gubernamentales autosostenidas de modo financiero y deliberantes e independientes de las lgicas del mercado y del Estado, se puede afir-mar que lo ms parecido a esa entidad son las redes de corporaciones, cuyos vnculos de colaboracin son limitados y circunstanciales. De all que la nocin de movimientos sociales organizados, que podra ser una especie germinal de capital social, sea ms de carcter filial y localista; aunque se reconoce la insercin de algunas organizaciones, como las indgenas, vinculadas de manera reactiva y fragmentaria en los crculos aso-ciativos globales mediante programas de cooperacin internacional para el crecimiento. Pero vale advertir que mientras este tipo de vinculacin con el exterior, que se hace fuerte durante el decenio de los noventa, parece responder al nimo de ampliar el espectro de relaciones de colaboracin mediante redes sociales extendidas en el mbito nacional e internacional, las

    50.Juliemassal,op. cit.

    caractersticas de la movilizacin interna parecen ato-mizarse en pequeos grupos alimentados, en el caso de los indgenas del Cauca, por mviles identitarios que tienden a cerrar el grupo frente al resto, entre otros mo-tivos por la amenaza que representa la sociedad mayor, cuyos medios hegemnicos de dominacin, al tiempo que promueven la integracin nacional, vulneran la autonoma indgena. As, los lazos de reciprocidad to-dava no son muy fuertes y muchos de los recursos que enva la comunidad internacional a las minoras tnicas an no tienen la reciprocidad poltica y econmica con el exterior ni efectos evidentes en trminos materiales en el mbito nacional y regional. Con ello se cierne el peligro de reproducir paternalismos entre la sociedad civil mundial y las organizaciones nacionales.

    Por todo lo anterior, se reivindica la idea de que el de-partamento del Cauca no tiene rasgos fuertes de posesin de capital social, pues parece estar ausente una sociedad fuerte, reflexiva y activa que gobierne los cambios en fa-vor de cada persona concreta y del conjunto de la vida comn. El tejido social parece haberse fraccionado en distintos grupos que buscan la captura de rentas (econ-micas o polticas), sin la posibilidad de generar un marco deliberatorio amplio que parta del reconocimiento de las diferencias. Esto, a la vez que merma las posibilidades de agregar las preferencias para el fortalecimiento del cre-cimiento econmico y la elevacin de la calidad de vida, ha profundizado la ingobernabilidad y la deslegitimacin institucional. En este sentido, se pueden agregar elemen-tos complementarios a esta situacin:

    Desde lo terico, la movilizacin social no ha per-mitido comprobar la presencia de capital social de forma extendida. Si hay algo de esto, es del tipo olso-niano, cuando los individuos han mostrado redes so-ciales que crean lazos de confianza, pero slo entre sus miembros; y sta no necesariamente se extrapola a otras relaciones fuera de la misma; un caso claro, el de la organizacin indgena. Por consiguiente, la de-fensa de la otredad no genera capital social externo, si los cierres de grupo no permiten la conformacin de redes y el aprendizaje colaborativo. Por tanto, en so-ciedades con diversidad tnica la movilizacin social organizada no genera efectos multiplicativos de cola-boracin social; ms bien redes organizadas para boi-cotear las existentes.

    La situacin coyuntural tampoco ha permitido la extensin de redes sociales. La hegemona de la socie-dad mayor inhabilita la legitimidad de los canales for-males de coordinacin colectiva.

  • 75CAPITAlSoCIAlEnElCAuCA

    La colonia rompi con todo principio de identidad; luego, la construccin de la misma se hizo basndose en la distincin del otro. Por eso, la asociatividad para el progreso econmico no es un fin en s misma. Ms bien, el cambio de modelo econmico logr constituir el ele-mento identitario a partir de su renuncia al capitalismo y la bsqueda de alternativas.

    La va Panamericana se convirti, mediante los movimientos del Macizo, en el espacio para visibilizar y crear el anclaje identitario y poltico.

    Parece que las redes slo se construyen para la movili-zacin, pero no para instancias posteriores que impliquen la administracin de los logros. Esto revela, una vez ms, que el objetivo es la organizacin para la movilizacin.

    Es posible pensar de manera alternativa, sin embar-go, que este movimiento, o bien ha adquirido otra din-mica social y poltica en el marco regional nacional, o su naturaleza es correspondiente con ese movimiento de pulsacin, el cual resulta atpico en el quehacer de la cultura poltica regional. Otra apreciacin hace supo-ner que la situacin actual del Movimiento del Macizo Colombiano indica que ste ha entrado en una etapa absorbente de gestin y administracin de los recursos obtenidos mediante las distintas marchas de aos ante-riores; demanda considerable para una regin tan vas-ta como el Macizo.

    La actividad movilizatoria del decenio de los no-venta no fue capaz de generar organizaciones formales que propiciaran el crecimiento y la provisin de bienes pblicos.

    El modelo ultraliberal de finales de los aos ochen-tas y los aos noventas no pulveriz o individualiz de modo radical a la sociedad y tampoco desterr las prcticas polticas tradicionales que ralentizaban la eficiencia productiva. Por lo que se observa en el de-partamento, las corporativiz al extender las redes clien-telares. Estas cuestiones tienden a vigorizarse con las contrarreformas polticas del 000, como lo demues-tran las reelecciones que afianzan los liderazgos perso-nalizados bajo la consigna de conjurar la incertidumbre y la inseguridad.

    bibliografa complementaria

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