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LAMANZANAENLACABEZA

Cambios que no cambianOcho años atrás, cuando Héctor comenzó a pensar

sobre la profesión en la cual le gustaría desempe-ñarse en el futuro, buscó diferentes alternativas para acceder a la educación superior con comodidad. Tenía un buen promedio, pero se sentía aburrido de las clases del preuniversitario donde “todo era lo mismo”.

A mediados de onceno grado, una profesora le sugirió documentarse, pues habían ocurrido algunas transformaciones respecto al ingreso en la Licenciatura en Química, que ya desde entonces fascinaba a aquel estudiante.

De modo acelerado, el joven pudo informarse acerca de los cambios. Las nuevas noticias le deja-ron muy complacido. Podría comenzar el último año de la enseñanza media superior en la universidad, si pasaba unos exámenes relacionados con la carrera a cursar.

El alumno inició una sistemática y autodidacta pre-paración, la cual le permitió aprobar las pruebas de acceso. Pero la alegría de Héctor no duró mucho. El recibimiento del Alma Mater, lejos de ser halagüeño, fue duro y frío para con las aspiraciones del muchacho.

Las puertas se le abrieron con una información to-davía más reciente. Si quería continuar, ya como estu-diante universitario, debería hacer los mismos exáme-nes que el resto de sus compañeros también realizarían para acceder a las disímiles disciplinas.

En el transcurso de los siguientes años, la realidad de los ingresos universitarios en Cuba ha cambiado con vertiginosa asiduidad. Dichas transformaciones han sido muy frecuentes en las carreras donde se realizan pruebas de aptitud.

No obstante, desde 2010 hasta la fecha, el medio masivo para entrar a los centros de educación superior del país lo constituyen exámenes de tres asignaturas fundamentales: Matemática, Español e Historia.

Las resoluciones 97 del 2014 y 104 del 2017, en-tre otras, forman parte de los ejemplos de la continua movilidad de criterios respecto a la relevancia de los instrumentos de evaluación especializados, que imple-mentan algunas comisiones de carrera para el ingreso selectivo de estudiantes.

El Ministerio de Educación Superior (Mes), por lo ge-neral, aclara que los cambios tienen el propósito de or-denar de manera más eficiente el acceso a las disimiles disciplinas universitarias.

Bajo esa máxima, quienes desean acceder a la Li-cenciatura en Arquitectura o las especialidades del Ins-

tituto Superior de Diseño, ya no deben de demostrar previamente tener habilidades para el dibujo o ciertas nociones de perspectiva. Sin embargo, tales requisitos les será medido continuamente durante sus años como estudiantes.

Con respecto a la pertinencia o no de estos exáme-nes de aptitud, mucho se ha debatido. Directivos, estu-diantes y profesores, en ocasiones, han afirmado que muchas de estas pruebas solo ayudan a confirmar la brecha cognitiva entre quienes pueden pagar o no las clases particulares.

Sin embargo, la mayoría de los egresados de tipo de carreras coinciden en la relevancia y el aporte de esos exámenes para su desarrollo profesional posterior. Ade-más de hacer menos probable que, luego del ingreso, el estudiante descubra que no tenía las aptitudes ne-cesarias.

La última novedad respecto a este tema llegó a prin-cipios del curso 2018-2019. Mediante una instrucción ministerial, el máximo órgano regulatorio de la educa-ción superior en la Mayor de las Antillas estableció pau-tas vinculadas a las licenciaturas en Matemática, Física, Química y las ingenierías en Agronomía y Agrícola.

Todos aquellos alumnos seleccionados para cursar sus estudios de la enseñanza media —o parte de esta— en las universidades podrán ingresar directamente a las señaladas carreras. Es decir, no harán siquiera los exá-menes de ingreso corrientes.

Cada Facultad será responsable de realizar un proce-so riguroso para determinar quiénes podrán iniciar los estudios superiores en esas materias. Los otorgamien-tos se efectuarán un mes antes de las pruebas corrien-tes para que los jóvenes puedan solicitar otras opciones y, si lo desean, presentarse a estas.

También se rescatará la desechada alternativa de pre-miar a los ganadores de los concursos de conocimien-to, con el la entrada directa a las carreras vinculadas con esas materias particulares. En cuanto a la carrera de Periodismo, los interesados solo tendrán que aprobar las pruebas de ingreso.

Las transformaciones van y vienen. A lo largo de la década más reciente, las decisiones consideradas inno-vadoras experimentaron retrocesos y varias, incluso, re-gresaron a su estatus inicial. Tal es el caso de lo ocurrido con la estrategia curricular del idioma inglés. Algunos se preguntarán si eran del todo necesarias, otros conti-nuarán analizando cómo ordenar mejor el acceso a la universidad.

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LAMANZANAENLACABEZA

> Cambios que no cambian

TECNOLOGÍA

> El candil de estos tiempos

AGRICULTURA

DILEMAS

PORDENTRO

OPINIÓN

CIENCIAFICCIÓN

LAENTREVISTA

MUNDOBIT

ZONAAPP

CONSTRÚYALOUD

TIEMPOPARAPENSAR

> Conteo regresivo

> Publicaciones científi cas

> La bola de cristal

> Publicar o no: una interrogante ...

> Za sbychu mecht

> Indiana Jones a la cubana

> Hackers sin sombrero

> Seguridad en primer plano

> Dispositivo para altavoz ...

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Por Magda Iris Chirolde López

En los lugares más recónditos del archipiélago cu-bano Juan, María, José, Inés o cualquier otro ciu-

dadano alumbraron sus noches con un quinqué o las artesanales “chismosas”. También la luz de la luna, entre diamantinas estrellas, fungió de farol público, mientras la brisa mitigaba el fatigoso calor del día.

Gran parte de la gente del campo y de las mon-tañas desconocía la electricidad. Antes del triunfo revolucionario en enero de 1959 el esquema ener-gético nacional tenía los patrones de un país capita-lista subdesarrollado.

“… dos millones ochocientas mil de nuestra pobla-ción rural y suburbana carecen de luz eléctrica…otro tanto hace el monopolio eléctrico: extiende la línea hasta donde pueda percibir una utilidad satisfactoria, a partir de allí no le importa que las personas vivan en las tinieblas por el resto de sus días”, expresó Fidel Casto Ruz en La Historia me absolverá.

Con la Revolución, la imagen de oscuridad y elitis-mo energético desapareció y un rostro de equidad comenzó a emerger.

La formación de especialistas en esta rama en las universidades de La Habana, Oriente y Las Villas fi -guró entre los primitivos pasos dentro del programa nacional energético, que tuvo resultados satisfacto-rios para un primer acercamiento. Con el decursar del tiempo y el avance de las tecnologías, hoy la rea-lidad se viste diferente.

Instantáneas del presente La disponibilidad de energía es esencial para la sub-

sistencia humana en lo privado y para el desarrollo

social. Desde muy atrás en el tiempo, ha sido instru-mento de poder y causa de no pocas guerras.

Como Cuba, no todos los países son grandes pro-ductores de energía, lo cual conlleva a que deban comprar en el mercado internacional cierta cantidad de combustibles fósiles para su obtención.

La dependencia que ello implica es quizás el fac-tor esencial —junto a las consideraciones ambien-tales— que adelantaron reajustes internos hacia el cambio de la matriz energética nacional que se vie-ne produciendo en el archipiélago.

Varios especialistas entrevistados dialogaron sobre la envergadura de las Fuentes Renovables de Energía (Fre), las cuales están disponibles para todos y abun-dan más que las propias necesidades de la sociedad, aunque en dependencia de la geografía de cada país.

Los expertos concuerdan con que Cuba actual-mente cuenta con potencial sufi ciente de Fre para lograr con su uso un cambio signifi cativo de la ma-triz energética. El avance vertiginoso que han tenido las investigaciones científi cas y la tecnología en esta área a nivel mundial respaldan tal transformación.

El 21 de junio de 2014 se aprobó en Cuba la po-lítica para el desarrollo perspectivo de las Fre y la efi ciencia energética hasta el 2030. Cuatro razones motivaron a consumarla: tener la energía abundan-te para el desarrollo económico y social; que sea menos costosa para no afectar la competitividad de los productos y servicios; también menos con-taminante y que no dependa de la importación de combustibles.

TECNOLOGÍA

El candil de estos tiempos

La energía producida por las fuentes renovables como parte de la política que Cuba implementa para aumentar su desarrollo perspectivo y la efi ciencia energética está contemplada en la instalación de una potencia de dos mil 144 megawatts con el uso de tecnologías

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“Cuando se aprobó, el consumo de energía del país estaba alrededor de los 19 mil gigawatt-ho-ra (GWh) anuales. Según una estimación, en el 2030 Cuba necesitará aproximadamente 30 mil GWh. Con esta política se van a producir alre-dedor de siete mil 300 GWh anuales de energía limpia”, señaló Rosell Guerra Campaña, director de Energía Renovable del Ministerio de Energía y Minas.

La electricidad generada hoy con combustibles fósiles es muy costosa. El funcionario ejemplifi có que el barril de petróleo está (por ahora) más o menos a 70 dólares la tonelada; para ese precio la producción de electricidad tiene un costo elevado y existen posibilidades de bajarlo con el empleo de las Fre.

“Hipotéticamente, supongamos que nos esté cos-tando 20 centavos de dólar cada kilowatt-hora de electricidad que se produce en Cuba;* con la ener-gía renovable a lo mejor lo bajas a diez centavos y eso sería entonces lo que le cuesta al que produce níquel, alimentos, al turismo y otros, con lo cual ese producto o servicio podría ser más competitivo”, añadió Guerra Campaña.

Luis Bérriz Pérez, presidente de la Sociedad cuba-na para la promoción de las fuentes renovables de energía y respeto ambiental (Cubasolar), desde su experiencia con la fotovoltaica, expuso un intere-sante ejemplo.

“El promedio de energía que se consume en una casa cubana es aproximadamente de 150 kilowatt-ho-ra al mes. Esa es la misma energía solar que yo recibo en un metro cuadrado de mi azotea. Si coloco un sis-tema fotovoltaico con un 15 por ciento de efi ciencia, produzco 150 kilowatt-hora al mes, en menos de diez metros cuadrados”.

“Más de las dos terceras partes de la electricidad la utilizamos en la comida y el aseo personal y no llega a 30 por ciento la empleada en la iluminación, la televisión, la radio, el video y la ventilación”, ex-plicó el propio doctor en Ciencias Técnicas, en el número 82 de la revista científi co popular Energía y tú.

El bombeo fotovoltaico tiene otra ventaja: supera a las vías tradicionales de extraer agua de un pozo en un campo donde no haya red eléctrica, refi rió René Díaz Suárez, ingeniero en Mecánica y en Tele-comunicaciones.

Parque solar fotovoltaico, ubicado en áreas del recinto ferial Expocuba en La Habana. Como promedio produce 1,5 GWh al año de energía eléctrica, ahorra 342 toneladas de combustible y deja de emitir a la atmósfera mil 271 toneladas de dióxido de carbono. (Foto: Cortesía Ministerio de Energía y Minas)

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Ambos especialistas resaltaron también la impor-tancia de los calentadores solares para el agua de las viviendas y la aplicación de paneles solares en centros estatales e industrias, por el ahorro monetario que implica, además de la satisfacción más consistente y sostenible de las necesidades asociadas.

Sin embargo, al parecer hay directivos que no se sienten estimulados a usar paneles solares en sus centros de trabajo. Alegan que si lo usan, ahorran energía y al otro mes la Empresa Eléctrica Nacional les quita de la red la cuota de corriente que no con-sumieron en el anterior. También porque deberían hacer gastos extras para la instalación y manteni-miento del panel fotovoltaico.

Beatriz Rodríguez Benítez, especialista en aho-rro y uso racional de energía de la empresa de productos lácteos Escambray, en Cienfuegos, opina lo contrario. Considera eficaz dicha ini-ciativa. El centro tiene un proyecto y cuando lo materialice aportará un ahorro a la empresa y al país.

La ingeniera explica que diariamente consumen de 15 a 17 megawatt; con la instalación de un pa-nel solar no satisfarán la demanda de energía que tienen, pero sí suplirán un poco el consumo de la red.

En cuanto al sector residencial, René Díaz, también miembro del grupo del Laboratorio de Investigaciones Fotovoltaicas (LIFV), del Institu-to de Ciencia y Tecnología de Materiales (Imre), expresó que la tarifa eléctrica está muy subven-cionada.

“Signifi ca que, a no ser que estés en la escala de máximo consumo y debas pagar caro, vas a estar pagando nueve centavos en moneda nacio-nal por los cien primeros kilowatt-hora. En dólares eso es casi nada. No obstante, el kilowatt-hora generado por la fotovoltaica en una buena opción costará cinco o seis centavos de dólares. No hay forma de que a tu economía, como usuario, le dé resultado comprar un panel fotovoltaico, a no ser que te lo subvencionen en exceso.

Matriz de generación energética 2030. Se prevé que las Fre representen un 24 por ciento y, entre ellas, la solar solo tendrá una participación del tres por ciento.

32%Crudo

1% Diesel

6% Eólica

3% Solar

1% Hidráulica

14% Biomasa

8% GasAcompañante

21% OtrosCombusibles

Fósiles

9%Fuel

Motores

5% Fuel Térmicas

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“¿A quién le interesa eso? Al Estado, porque el kilowatt-hora generado por diésel le puede costar 17 centavos en CUC. Por eso es la insistencia del país de ahorrar.

“Desde el punto de vista de nuestro grupo defen-demos, argumentamos y promovemos que se ha-gan las instalaciones fotovoltaicas, lo cual no quiere decir que no existan módulos fotovoltaicos disponi-bles para si una persona quiere comprarlo; ese mer-cado debe existir, pero el país debe concentrarse en tener un resultado económico, inmediato y tangible, que se ve con los campos fotovoltaicos”, consideró el ingeniero Díaz Suárez.

Apuntes técnicosCon el paso del ciclón Irma por casi todo el país,

el sistema eléctrico nacional prácticamente colapsó. Llegó un momento en que la generación de electri-cidad en las centrales termoeléctricas y su transmi-sión y distribución por la red eléctrica nacional fue de cero kilowatt-hora.

Justo una semana después, el 90 por ciento del país tenía energía eléctrica y en menos de tres sema-nas se restauró por completo en toda la nación. Pero lo más importante fue que durante el paso del fenó-meno atmosférico ningún hospital, panadería, policlí-nico y otros puntos de importancia dejaron de tener electricidad, gracias a la generación distribuida y al uso de las fuentes locales y renovables de energía.

En la matriz actual, las de mayor preponderan-cia son la energía proveniente del sol, el viento y la biomasa. La primera de ellas es aprovechada a través de la conversión de la luz solar en electrici-dad, mediante celdas fotovoltaicas compuestas por materiales semiconductores capaces de desprender electrones y crear una corriente eléctrica, al incidir sobre ellos la luz.

A partir de los años 70 del pasado siglo en el LIFV se inició la investigación en celdas solares de silicio. Los trabajos permitieron el desarrollo de una carta tecnológica para la fabricación industrial de estas, luego transferida a la industria cubana, y más tarde a una producción piloto en el año 1997 con COPEXTEL y el Combinado Electrónico Che Guevara, de Pinar del Río.“El primer programa de electrifi cación de mon-taña se hizo con un sistema autónomo que es más sencillo y económico, en un periodo en que la foto-voltaica era bien cara”, manifestó René Díaz Suárez.

“Para la instalación de los nueve mil sistemas fo-tovoltaicos de la montaña entre escuelas, consulto-rios, hospitales y las viviendas, especialistas del la-boratorio capacitaron al personal encargado de esa tarea”, refi rió Julio César Rimada Herrera, Doctor en Ciencias Físicas.

“Hubo un receso después y a fi nales del 2012 se pone en marcha la primera parte de las instala-ciones de centrales fotovoltaicos conectadas a la

Funcionamiento de un calentador solar.

Termotanque

Irradiaciónsolar

Hot pipe

Colectorsolar

Entrada agua fría

Salida agua caliente

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red en Cuba, en la localidad de Cantarrana, Cien-fuegos, lo cual se culmina a principios de 2013”, agregó el también miembro del grupo del LIFV.

En la práctica, se encuentran instalados y en ope-ración 50 parques solares fotovoltaicos, para una potencia de 116 MW, distribuidos en 12 provincias y la Isla de la Juventud.

Antes de concluir el año (2018) se prevé poner en servicio 16 de los 25 que están en proceso cons-tructivo, los cuales evitarán el uso de unas 64 mil toneladas de combustible fósil por año, según datos ofrecidos por el director de Energía Renovable del Ministerio de Energía y Minas, Rosell Guerra Campa-ña. Ello ahorraría un estimado de más de cinco mi-llones de dólares,** de acuerdo a las cifras del precio del petróleo facilitadas a Juventud Técnica por este funcionario.

“La principal ventaja de la fotovoltaica es que en tecnología, prácticamente no cambia, desde hacer una pequeña instalación para una vivienda con dos o tres paneles hasta una gran instalación con mil 500 megawatt de potencia”.

“Del sistema se pueden obtener otros servicios adicionales —agregó el ingeniero Díaz Suárez—como tener red eléctrica aun cuando se vaya la electricidad. Con un banco de baterías puedes maximizar tu consumo, porque, dicho sea de

paso, almacenas energía durante el día para to-mar una parte en la noche. La magnitud que to-maste de la red eléctrica es menor, pero puedes hacer eso cuando tu costo de generación es infe-rior al que tiene la red. Esos sistemas se han hecho en el país, pero no muchos”.

Por otra parte, una vez producido el silicio puro, prácticamente no contamina y es una de las Fre más limpias; también, la que muestra los costos más ba-jos de operación y mantenimiento. Debido a su sen-cillez tecnológica se traslada fácilmente y se instala de manera rápida.

En Cuba se avanza en el aprovechamiento integral de las Fre. Resistirse al cambio o a lo novedoso no sería la manera correcta de afrontar los potentes de-safíos científi cos y tecnológicos de la cotidianidad, más aún si a la par es posible contribuir al mejora-miento ambiental.

La política cubana fi rmada el 21 de junio de 2014 prevé la instalación de una potencia de dos mil 144 MW con la utilización de tecnologías que aprove-chan las Fre en parque eólicos, solares fotovoltaicos, entre otros, con lo cual se estima producir anual-mente siete mil 316 GWh, que representan el 24 por ciento de la generación eléctrica proyectada, e implicarían eliminar la emisión de 1,75 millones de toneladas de dióxido de carbono.

Miembros del grupo del LIFV: Julio César Rimada Herrera (izquierda); Lídice Vaillant Roca (centro) y René Díaz Suárez (derecha) (Foto: Magda Iris Chirolde López).

* El dato del costo de producción de energía en Cuba no está disponible.**El precio del petróleo varía según establezca el mercado internacional. El estimado que se ofrece está de acuerdo con el promedio del valor del crudo el 8 de octubre de 2018.

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Programa solar fotovoltaico

50 Parques solares fotovoltaicos en operación (110 MW)

25 Parques solares fotovoltaicos en ejecución (65,6 MW)

Pinar del Río (22,8 MW) Sancti Spíritus (22,3 MW)

Mayabeque (2,2 MW) Granma (18,8MW)

Artemisa (4,4 MW) Ciego de Ávila (11,6 MW)

Matanzas (7,4 MW) Holguín (4,4 MW)

Isla de la Juventud (4,2 MW) Camagüey (13,7 MW)

Cienfuegos (18,6 MW) Santiago de Cuba (4,9 MW)

La Habana (2,2 MW) Las Tunas (10,1 MW)

Villa Clara (10,8 MW) Guantánamo (17,7 MW)

RENDIMIENTO PREVISTO DEL PROGRAMA

Cantidad de proyectos 210

Energía producida en 2017 (60,9 GWh)

Generación 1050 GWh/ año

Emisiones evitadas 0,89 MMton CO2/ año

Potencia 700 MW

Combustible sustituido 240 Mton/ año

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AGRICULTURA

Conteoregresivo

La producción alimentaria mundial está comprometida por los continuos cambios en el clima; de ahí que resulte imprescindible retomar antiguas prácticas agrícolas y renovar las existentes en sintonía con estas variaciones. Cuba no escapa a estos fenómenos, agudizados por su condición de archipiélago asentado en el trópico y expuesto al azote sistemático de potentes eventos meteorológicos. Por esa razón, decisores, científi cos y campesinos se coordinan para mitigar los efectos de tal inestabilidad climática

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Por Yanel Blanco Miranda

6, 5, 4..., el cambio climático avanza, es una certeza, como también que la acción del ser hu-mano lo agudiza. Los ciclos de sequía, ciclones o fortísimas lluvias tienen cada vez más un im-pacto negativo en la producción agrícola. Por tal motivo, la disponibilidad de comida disminuye y aumenta la inseguridad alimentaria.

Incógnitas como cuál será el destino de la agri-cultura si tales extremos climáticos persisten o empeoran, son motivo de preocupación, sobre todo para las personas que trabajan la tierra.

Según Ransés J. Vázquez Montenegro, investi-gador del Centro de Meteorología Agrícola, del Instituto de Meteorología de Cuba, un estudio que tributó a la I y II Comunicación Nacional de Cambio Climático (CC), permitió justamente eva-luar el impacto de este en los ecosistemas natura-les del archipiélago, a través del análisis de la se-quía agrícola (no comienza cuando cesa la lluvia, sino cuando las raíces de la planta no pueden ob-tener más humedad del suelo), la susceptibilidad de incendios y la aridez, entre otros parámetros. Asimismo, defi nió las áreas que el Ministerio de la Agricultura (MINAG) necesitaba priorizar desde el punto de vista investigativo.

Cultivos como el arroz, la papa, el tabaco, más la crianza de cerdos, emergieron como los renglo-nes productivos que mayor preocupación despier-tan entre los productores y campesinos debido al aumento de las temperaturas.

También constituye motivo de inquietud la presen-cia de sequías prolongadas y frecuentes, el severo

défi cit de lluvias, el avance de los paisajes secos de la zona oriental hacia la occidental y el incremento en la violencia de fenómenos como los huracanes.

En la XIV Conferencia Internacional sobre Cien-cia y Tecnología de los Alimentos celebrada en el Palacio de Convenciones de La Habana, el Dr. Sergio Rodríguez Morales, director del Instituto de Investigaciones de Viandas Tropicales (INIVIT), alertaba sobre la urgente necesidad de buscar mecanismos para adaptarnos o mitigar los efectos que el cambio climático (CC) ocasiona en Cuba.

Estos pueden resumirse en: disminución de las áreas para cultivos (por inundaciones, sequías, acidifi cación, salinización o erosión del suelo); afectación en la productividad y fi siología de las plantas; variaciones inesperadas en los periodos de siembra y cosecha; alteraciones en la dinámica de plagas y enfermedades; y extinción de especies animales y vegetales.

Mucho se ha hablado en los últimos años del per-juicio del CC y en la actualidad ya se están cuantifi -cando los costos que acarreará. Solo para América Latina y el Caribe se espera que los daños anuales sean de alrededor de los cien mil millones de dólares hacia el 2050, considerando mermas en los rendi-mientos agrícolas, inundaciones y sequías.

No obstante, el Dr. Sergio Rodríguez reconoció que, para Cuba, lo más acuciante son los embates de los huracanes por el estrago que ocasionan a la agricultura.

“Tenemos que seguir diseñando estrategias para evitar o mitigar el impacto de estos eventos meteo-rológicos. Diversifi car la producción con aquellos cultivos más tolerantes es la forma de hacerlo.

Categoría I (Suelos altamente producti-vos): Área 172 mil 682.9 hectáreas (10%)

Categoría II (Suelos productivos): Área 102 mil 734.3 hectáreas (6%)

Categoría III (Suelos poco productivos): Área 497 mil 246.47 hectáreas (27%)

Categoría IV (Suelos muy poco produc-tivos): Área 992 mil 224.27 hectáreas (57%)

Principales problemas de los suelos en Cuba

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“Los agricultores cubanos enfrentan un gran reto, pues el 76 por ciento de todas las áreas cultivables tienen suelos pocos productivos. Ade-más, existe una tendencia hacia la elevación de las temperaturas, y la diferencia entre las diurnas y nocturnas es cada vez menor. Por cada grado centígrado que aumente disminuye un diez por ciento los rendimientos”.

Costas, aguas, cortinas En el 2017 fue aprobado por el Consejo de Mi-

nistros el Plan de Estado para el Enfrentamiento al Cambio Climático (conocido como Tarea Vida), coordinado por el Ministerio de Ciencia, Tecnolo-gía y Medio Ambiente (Citma).

Su principal objetivo, presentar un programa in-tegral con los pasos a desarrollar para prevenir y enfrentar los peligros y vulnerabilidades a corto, mediano, largo y muy largo plazos.

En tal sentido, el MINAG dio a conocer las ac-ciones estratégicas que, como institución encar-gada de la producción alimentaria, realizarían para adaptarse a las condiciones existentes.

Un diagnóstico de la actividad agropecuaria y forestal en los 73 municipios priorizados en la Tarea Vida, determinó cuáles serían las zonas a trabajar en la primera etapa: el área comprendi-da entre la franja costera y el límite inferior de la curva de intrusión salina, donde se originarán las mayores afectaciones.

“Esto resultó necesario, pues los términos estable-cidos por el Citma son bastante largos, y debíamos concentrar lo que queríamos hacer, sin perder de vista el escenario económico fi nanciero del país”, señaló Yamilet Lamothe Crespo, Subdirectora de

Ciencia y Técnica, Innovación y Medio Ambiente del MINAG, en el Taller Nacional sobre Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura, celebrado en el Instituto de Investigaciones Fun-damentales en Agricultura Tropical “Alejandro de Humboldt” (INIFAT).

En Cuba, el fondo agrícola abarca los seis mi-llones 600 mil hectáreas. Tres millones 61 mil co-rresponden a los 73 municipios priorizados por la Tarea Vida y de ellas, dos millones 207 mil están en el área delimitada por la curva de instrucción salina.

Si a eso sumamos los problemas asociados con la obsolescencia tecnológica del equipamiento de riego instalado o a la mala gestión de las tierras con dispo-nibilidad de agua, el desafío se avizora ciclópeo.

Para Sergio Rodríguez, también diputado al Parlamento, es en la utilización de la ciencia don-de está la base para un buen desarrollo agrícola. También en rescatar técnicas como las cortinas rompe vientos, el intercalamiento de cultivos o los postes vivos.

“No digo que volvamos a usar la casuarina, pero hay plantas útiles para la alimentación humana que cumplirían la misma función. Tal es el caso del árbol de tamarindo. Hay que buscar alternati-vas, porque lo que no puede suceder es que cada vez que pase un ciclón por nuestros campos, nos quedemos sin plátanos”, advirtió.

Asimismo, insistió en tener una agroindustria fortalecida y diversifi cada, que responda a las ca-racterísticas de cada municipio y que garantice la sostenibilidad de los productos en periodos don-de no resulta posible obtenerlos frescos.

Principales problemas de los suelos en Cuba

Erosión (354 785,87 ha) Salinidad (145 743.52 ha)Drenaje (Gleyzación) (287 987,78 ha)

Muy fuerte: 6 575,86 ha Muy fuertemente salina: 40 386.31 ha

Muy mal drenado: 17 775.50 haFuerte: 108 393,86 ha

Fuertemente salinas: 24 636.82 ha

Mal drenado: 35 477.74 haMediana: 64 111,62 haPoca: 175 701,17 ha

Medianamente salinas: 15 886.98 ha

Medianamente drenado: 234 734.54 ha

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Debido a las características de su pedregoso te-rreno y al fuerte impacto de las corrientes de aire en sus plantaciones, han colocado cortinas rompe vientos a la orilla de la carretera para que proteja las siembras. También, para prevenir la degrada-ción, han puesto césped en los campos cultivados sembrados y mantienen así el suelo cubierto.

De cara a la ganadería, han instalado 34 pane-les solares con los que se les garantiza el agua a los animales; los propios hollejos de los cítricos que procesa la industria, les sirven de alimento.

Otra variante utilizada en esta empresa para obte-ner buenos rendimientos y atenuar los impactos del cambio climático, consiste en emplear la zeolita como sustrato en las casas de cultivos protegidos; así se susti-tuye la tierra o materia orgánica por ese mineral.

Juan Carlos Anzardo, director de Cultivos Protegidos del Grupo Agrícola, explicó que esas “construcciones poseen buenos sistemas de drenaje y se encuentran cubiertas de plástico para evitar que las lluvias dañen los sembrados. Sin embargo, cuando el nivel de pre-cipitación es tan alto como sucedió con la tormenta tropical Alberto en mayo, el agua sube por el manto freático y provoca asfi xia radicular en las plantas”.

Soluciones a la manoA la caza de los ejemplos donde se ponga de

manifi esto el uso de la ciencia, la tecnología y las prácticas artesanales en la mitigación y adapta-ción al cambio climático, anda JT.

La Empresa Agroindustrial Victoria de Girón, en Matanzas, propone un modelo modesto, pero funcional a sus condiciones. Creada en 1967, está dedicada a la obtención de cítricos con diez mil 500 hectáreas (ha), aunque en la actualidad posee siembras de otros frutales (alrededor de dos mil 900 ha), casas de cultivos protegidos (15,31 ha) y ganadería (14 mil ha con más de 14 mil cabezas de ganado).

Con respecto a su principal producto, existe un plan de desarrollo encaminado a renovar anual-mente mil hectáreas de las plantaciones dañadas por el impacto de las enfermedades.

“Esto posibilita mejorar los sembradíos. Ade-más, nos permite hacerlo con marcos más estre-chos, donde se pueda pagar la inversión hecha en las toronjas en unos cuatro años y las naranjas en cinco y medio”, señaló Armando Perdomo García, director de la empresa.

Disponibilidad de alimento vegetal

250 mil espe-cies vegetales

conocidas por la

humanidad

Más de 30 mil son

comestibles

Alrededor de siete mil se han uti-lizado para

este fi n

En la actua-lidad solo se cultivan 120

especies

Profundidad efectiva (1 417 389,34 ha)

Humifi cación (887 585.98 ha)

Compactación (natural o provocada) (207 200.12 ha)

Muy poco profundas: 1 041 927,42 ha

Poco humifi cadas: 171 860,95 ha

Muy compactadas:76 669,78 ha

Poco profundas 226 431,13 ha

Medianamente humifi ca-das 465 462,10 ha

Medianamente compacta-das: 66 343,44 ha

Medianamente profundas: 149 030,79 ha

Humifi cadas: 163 158,3 ha Compactadas: 64 186,90 ha

13

El área comprendida entre la franja costera y el límite inferior de la curva de intrusión salina será la primera zona de intervención por parte del Ministerio (Mapa: cortesía del Ministerio de la Agricultura)

Las 145 casas, distribuidas en cuatro módulos, están separadas por unos 20 kilómetros para evitar los estragos que causan las tormentas locales, prin-cipales enemigas de esta tecnología. Porque, “aun-que en las empresas existen brigadas de respues-ta rápida, ante los fuertes vientos que ocasionan estos fenómenos es casi imposible actuar”, refi ere Juan Carlos Anzardo.

Para Misael Ponce Lugo, su fi nca Vista Hermosa (68 hectáreas), en la Habana del Este, es un orgu-llo. Heredada de su bisabuelo, es referente en la producción de ganado y cultivos varios.

Recuerda que cuando solo contaban con un pe-queño terreno aprendió la importancia de reciclar toda la materia orgánica que generaban sus anima-les. Esto les permitía alcanzar mayor efi ciencia en la siembra de los pastos y forrajes.

“Nuestro principal eslabón es la cría de vacunos. De ahí la necesidad de cosechar altos niveles de alimentos y prepararnos para la época de sequía que cada vez se alarga más”, apunta Misael.

Durante la primavera los animales son capaces de sobrevivir solo comiendo pasto y una pequeña porción de forraje. No obstante, al llegar la sequía todo cambia.

Nuevo clon de plátano burro de porte bajo que se afecta por los vientos en un 60 por ciento menos en comparación con el “Burro CEMSA”. (Foto: cortesía de Sergio Rodríguez Morales)

Línea de afectaciónCayerías y zonas bajasCuerpos de agua

Límites provinciales

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“Años atrás nos preparábamos solo para cuatro meses de seca, pero hoy estamos hablando de seis, quizás ocho. Por eso es vital aprovechar la estación de las lluvias para cosechar y conservar el alimento. Tenemos que sembrar la tierra con plantas que rin-dan más por hectáreas”.

3, 2, 1… la cuenta casi llega a cero, al punto de no retorno. Enfrentar el cambio climático deman-da rapidez, fl exibilidad en la toma de decisiones.

No es sufi ciente con que los centros de investiga-ciones dedicados al desarrollo agrícola, trabajen en el perfeccionamiento de nuevas variedades. Hay que llevar esa ciencia a los surcos.

La producción agroalimentaria precisa de ese cambio de mentalidad del que tanto se habla. Continuar con el uso de las mismas especies o razas, en un mundo donde el clima se deteriora constantemente, ya no es factible.

Ausencia de sequíaSequía en evoluciónSequía en evolución

Rotación de arroz – malanga Colocasia- arroz, una alternativa para la explotación de los suelos Tipo Gley. (Foto: cortesía de Sergio Rodríguez Morales)

Mapa del comportamiento de la sequía agrícola en los primeros días de septiembre 2018. (Mapa tomado de www.insmet.cu)

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DILEMAS

PUBLICACIONESACADÉMICAS

De Altamira a la Web of

Science

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La visibilidad de los resultados de la investigación en Cuba, así como la

situación de las revistas especializadas nacionales, son elementos a tener en cuenta en la evaluación de la

producción científica nacional

Por Claudia Alemañy CastillaFotos de la autora

Con los dedos impregnados de una amalgama a base de agua, grasa animal y carbón vegetal u

óxido de hierro, el hombre y la mujer cavernarios extendían sus manos al cielo y paredes de las grutas para dejar la huella de logros y hazañas.

Miles de años han pasado desde entonces y a la luz de los tiempos actuales sus descendientes miran esos trazos como antecedentes directos de la pintu-ra y otras manifestaciones artísticas. Pero lo cierto es que aquellas formas y dibujos eran también en-señanzas, experiencias logradas a base del ensayo y el error.

Quienes realizaron tales bosquejos en las cuevas deseaban trasmitir sus conocimientos a los otros. Entonces nadie podía pensar en la posteridad. Aun así, el arte rupestre adquirió la función de divulgar los saberes particulares de manera colectiva.

La publicación de una determinada investigación académica persigue prácticamente los mismos obje-tivos que aquellos esbozos primigenios. Tras obte-ner resultados, los investigadores popularizan estos a la comunidad científica y al público en general a través de diferentes canales.

Según el Doctor en Ciencias Ricardo Casate Fer-nández, director del Instituto de Información Cien-tífica y Tecnológica (IDICT), el artículo en revistas especializadas constituye una de las vías fundamen-tales, o al menos la más difundida, de socialización de la producción relacionada con los conocimientos.

De acuerdo con el experto, la política científica de la mayoría de las naciones del mundo considera a los valores bibliométricos —en los cuales se incluyen el factor de impacto, el índice de citación, entre otros— como un elemento central que pude deter-minar, de modo directo o indirecto, la asignación de recursos para investigaciones, para promociones, e incluso para complementos salariales.

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En Cuba, es conocido que la producción de tex-tos científicos para revistas seriadas, y la visibilidad de estas, tienen características propias y varias difi-cultades a saldar. Sin embargo, existe poca divulga-ción acerca de cuál es esa realidad. Por ello, la apa-rición de un informe de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC), dedicado al estudio de la evolución de la temática, despertó el interés de la comunidad científica y la prensa especializada.

Diecinueve años de ciencia escritaEl paraninfo donde por más de una centuria

se han reunido dedicados pensadores de nuestro país, sirvió de escenario para el análisis del texto “La ciencia cubana vista a través de sus publica-ciones”.

En el documento se hacía una revisión de casi 20 años y su interés primordial era dar respuesta a interrogantes respecto a la evolución de los ar-tículos nacionales en el periodo; a la ubicación de Cuba con respecto a América Latina en cuanto al volumen de producción académica; y la situación relativa de las diferentes disciplinas y ramas del co-nocimiento.

Además, se indagaba sobre la relación del núme-ro de doctores en ciencia la cantidad de textos en

revistas especializadas y acerca del rol de las publi-caciones cubanas, certificadas por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), en la difusión internacional de los resultados.

El doctor Carlos Rodríguez Castellanos, vicepresi-dente de la ACC y uno de los investigadores más vinculados al informe, señaló a Juventud Técnica que las conclusiones del estudio fueron revisadas y enriquecidas por una comisión a la cual se incorporó cerca de una quincena de expertos.

“Nosotros recopilamos datos entre 1996 y 2014 porque tuvimos una coyuntura que nos permitió acceder fácilmente a esa información. Esa situa-ción ya no existe. Si quisiéramos actualizar el es-tudio no podríamos hacerlo”, refirió, además, el experto.

Entre las respuestas a las interrogantes referidas en el trabajo analítico, los científicos involucrados expusieron que la contribución más alta del país en materia de artículos tuvo lugar en 1999. En aquel momento la producción de textos acadé-micos de la Mayor de las Antillas constituyó el 4,24 por ciento del total de todos los realizados en Latinoamérica. Por otra parte, en el último año correspondiente al periodo estudiado, se registró

Gráfico. Muestra en por ciento la producción de artículos científicos de la Isla con respecto al resto de América Latina. (Fuente: Informe de la ACC)

Producción relativa

Porciento de la región Porciento del mundo

0.5 %

1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014

1.0 %

1.5 %

2.0 %

3.0 %

4.0 %

2.5 %

3.5 %

5.0 % (Cuba / América Latina)*100

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el valor más bajo hasta entonces apreciado (Ver Gráfico).

Los miembros de la ACC identificaron diferentes tendencias de posicionamiento respecto a la situa-ción de Cuba en los 19 años referidos. En primer lugar, se puntualizó que el país ocupa el séptimo puesto en la cantidad de artículos publicados, por detrás de naciones como Brasil, Argentina, México o Chile.

Otra estadística de interés es que el archipiélago nacional había descendido hasta la posición número doce en cuanto a la percepción internacional de la importancia de las publicaciones.

Por otro lado, la cantidad de artículos que salen a la luz por cada una de las diferentes ramas de la ciencia en la Isla también tienen marcadas diferen-cias. Las temáticas asociadas a la medicina cuentan con más publicaciones. Según el informe de la ACC, estas abarcan más de la mitad del total de artículos generados en Cuba.

Detrás de estas se encuentran las ciencias básicas y a una mayor distancia las agropecuarias e inge-nierías. Para los expertos relacionados con el estu-dio, las humanidades, en especial la pedagogía y las temáticas económicas, destacan negativamente por su baja presencia (Ver Tabla).

“Sobre todo en el campo de las ciencias socia-les hay visiones muy diferentes acerca de la pu-blicación de resultados científicos. Para muchas de las disciplinas de esa rama los artículos no son la meta final, sino los libros”, explicó Rodríguez Castellanos.

“El idioma es otro problema para los investigado-res de esa área. La mayoría de las mejores revistas internacionales especializadas en la temática se es-criben en inglés, y no es igual escribir de física que de historia en un lenguaje extranjero”.

De acuerdo con el experto, una dificultad adicio-nal reside en que “según los autores, las publica-ciones seriadas más renombradas en sus campos de estudio no se interesan en los problemas trabajados por ellos. Muchas tienen sus agendas, enfoques y metodologías predeterminadas”.

La utilidad de las revistas seriadas nacionales, para visibilizar los resultados científicos del país, también recibió atención en el estudio. En primer lugar se enmarcó el dato del crecimiento exponencial del número de publicaciones con aprobación del Citma —hasta 2014 era 162, mientras que en agosto de 2018 alcanzaban 206—.

Hasta la conclusión del informe de la ACC, ningu-na de las revistas nacionales había sido incluida en el Reporte Periódico de Citaciones (Journal of Citaton Report) o contaba con el factor de impacto que otor-ga la Web of Science, la más destacada plataforma online donde se agrupan bases de datos de informa-ción bibliográfica y recursos para su análisis.

Además, los expertos identificaron en aquel mo-mento solo 24 publicaciones cubanas en la base Scopus, considerada la más amplia a nivel mundial. A su vez, la Revista Cubana de Medicina Tropical es la única que aparece en MEDLINE, espacio dedicado a la salud pública. Sin embargo, la mayoría de las publicaciones especializadas de la Editorial de Cien-cias Médicas de la Isla sí se encuentra indexada en SciELO, base de datos dedicada a las mismas temáti-cas, pero con un carácter más regional.

Cuando los ponentes terminaron su exposición en el paraninfo de la ACC, hace ya dos años, comen-zó la reflexión entre sus miembros. La diversidad de criterios emergió en un marco que contaba con la presencia de la ministra del Citma, la titular del Mi-nisterio de Educación (Mined) y una representación del de Educación Superior (Mes).

Tabla. El análisis de la ACC certificó un ligero crecimiento en la producción de artículos de 25 de las 27 especialidades estudiadas; sin embargo fue mucho más incipiente que la ocurrida en el resto de la región. (Fuente: Informe de la ACC)

Rama / ArtículosCiencias de la Salud

Ciencias BásicasIngeniería y Materiales

Ciencias Agropecuarias y BiológicasCiencias Sociales y Humanidades

Ciencias Económicas y de la AdministraciónCiencias del Planeta

Otras

Cuba (% del total nacional)56,617,89,29,42,80,5

3,30,2

América Latina (% del total)30,4520,4715,3213,726,212,24

7,180,40

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El síndrome post-informeRodríguez Castellanos considera que luego de la

presentación de los resultados hubo receptividad por parte de organizaciones superiores respecto al tema.

Cira Sánchez Sánchez, especialista general para la ciencia, tecnología y medio ambiente del Citma, confirmó a Juventud Técnica que, desde enton-ces, el ministerio comenzó la coordinación de un grupo de trabajo, donde se encuentran presentes el Mes y otros ministerios como el de las Fuerzas Armadas, para ayudar “no solo en el diagnóstico, sino en la búsqueda de soluciones respecto al fe-nómeno”.

Uno de los primeros pasos fue la realización de un taller donde se presentó un nuevo informe, esta vez realizado por el IDICT.

“Nosotros tenemos un equipo de investigadores dedicados por completo a analizar la visibilidad de los resultados de la ciencia cubana a partir de las publicaciones. Lo hacemos con el objetivo de exa-minar la producción científica nacional y hemos uti-lizado diferentes fuentes”, expresó Ricardo Casate Fernández, también director de la revista Ciencias de la Información.

Según el estudioso, el trabajo realizado por la ACC sentó sus análisis en la bases de datos de la llamada corriente principal de gran nivel a escala internacio-nal. Las pesquisas del IDICT, profundizaron solo en Scopus y se centraron SciELO y en Redalyc, ambas de carácter más regional y de acceso abierto.

“Muchos investigadores coinciden en que ni Scopus ni la Web of Science son las plataformas

de información bibliométrica que más ponderan a América Latina y el Caribe. En realidad, en esos espacios nuestra área geográfica está subrepresen-tada. Es bueno hacer estudios allí para saber cómo estamos, pero hay que complementarlos con otras fuentes de información”.

Por su parte, Rodríguez Castellanos resaltó que, si bien la comisión de trabajo creada entre el Citma y el IDICT cuestionó las bases de datos utilizadas en el informe de la ACC por considerarlas demasiado elitistas, su revisión del fenómeno llegó básicamente a las mismas conclusiones.

“Los estudios que hemos hecho nosotros en las diferentes bases de datos ampliadas muestran una tendencia un poco decreciente en la producción científica de los últimos años. A pesar de ello, no podemos decir que sea una tendencia categórica porque para realizar tal afirmación no se pueden tener en cuenta exclusivamente los valores bi-bliométricos”, puntualizó Casate Fernández, quien también llamó a centrase en las posibles causas del fenómeno.

“Nuestras pesquisas nos han permitido apre-ciar que más del 70 por ciento de la producción científica cubana se materializa en artículos en re-vistas cubanas. Por lo tanto, es necesario contar con una buena cantidad de ellas en las diferentes disciplinas. El catálogo del Citma tiene más de 200 publicaciones seriadas científico-tecnológicas cer-tificadas”.

El doctor Rodríguez Castellanos, en cambio, consi-dera que es imperante reducir radicalmente el núme-ro de revistas científicas en la Mayor de las Antillas.

El profesor Ricardo Casate explicó los parámetros del estudio realizado por el IDICTl luego del informe de la ACC.

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El investigador argumenta que mientras existen demasiadas publicaciones de temas relativamente parecidos, hay áreas carentes del todo en un me-dio de divulgación seriado, como es el caso de la pedagogía.

Con respecto a dónde publican más los autores nacionales, el vicepresidente de la ACC opina que hay diferentes metas dentro de la comunidad cien-tífica del país.

“A los investigadores del polo científico no se les ocurre presentar un medicamento para ser regis-trado en Estados Unidos, Europa u otros lugares, si no está respaldado por publicaciones en revistas de primer nivel”.

Casate Fernández insistió sobre la necesidad de contar en la Isla con estándares que cumplan con determinados requerimientos como la ca-lidad editorial, a través de un buen sistema de arbitraje, de los contenidos especializados. Ade-más de incluir criterios más relacionados con las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), que ayuden a visibilizar las publicaciones de la Isla.

Según la especialista del Citma Cira Sánchez Sánchez, la misión del grupo de trabajo crea-do por su ministerio es precisamente trazar una estrategia para incrementar el impacto de las publicaciones cubanas. La experta enfatizó que el organismo desea fortalecer la comisión evaluadora

encargada de medir y certificar las revistas científicas del país.

“A la par, buscamos actualizar el instrumento jurídico que respalda el marco de las publicacio-nes seriadas especializadas. La resolución 59 del 2003, todavía vigente, se ha quedado desfasada y debemos atemperarla con las condiciones e indi-cadores actuales”.

El grupo de trabajo creado por el Citma debie-ra, además, profundizar en la heterogeneidad de problemáticas que enfrentan los editores y direc-tores de las revistas especializadas de nuestro país para poder conformar cada uno de sus números.

De problemas y peripeciasErnesto Altshuler, profesor de Facultad de Física

de la Universidad de La Habana, tomó la batuta de la revista nacional de la publicación especializada en esa ciencia natural aproximadamente en 2010. En aquel año a la publicación le faltaban pocos pa-sos para entrar a Scopus. Finalmente fue incorpo-rada a la base de datos, lo cual la ha dotado de cierta fama y se divulgó más su seriedad.

El investigador habló a Juventud Técnica, entre otros temas, sobre las dificultades tecnológicas. “La Revista Cubana de Física ingresó en el siste-ma Open Journal System hace ya algún tiempo. Se trata de una plataforma donde los autores suben los trabajos y los editores pueden revisarlos y luego socializarlos con los árbitros con mayor celeridad.

El sistema de trabajo del equipo organizado por el Citma fue explicado a Juventud Técnica por la especialista Cira Sánchez.

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“La idea fue motivada por nuestros editores más jóvenes, quienes hacen su trabajo mayormente de forma electrónica. Yo accedí casi temblando porque todavía hoy las facilidades de acceso a Internet en-tre los científi cos que desean publicar con nosotros son muy diversas”.

También hay diferentes grados de dominio acer-ca de los espacios telemáticos y en ocasiones tanto investigadores como el equipo de corrección deben recurrir a los correos.

La cantidad de trabajos de los que pueden dis-poner las publicaciones seriadas nacionales también ocasiona problemáticas. Muchas veces, el llamado “colchón” de textos está vacío y los organizadores de las revistas deben prácticamente “enamorar” a

los autores para que decidan enviarlas con ellos y no a espacios extranjeros.

Las motivaciones que aluden los investigadores son diversas. Una de las más recurridas es que para alcanzar un grado científi co superior determinadas comisiones disciplinarias tienen exigencias muy par-ticulares.

Dilemas a saldarEl informe de la ACC aborda la disparidad entre

el número de artículos con su origen en el país y la cantidad de doctores en ciencia.

De acuerdo con el documento, Cuba es el cuar-to país de América Latina y el Caribe con más in-vestigadores que han alcanzado el máximo grado científi co. Incluso, la Isla tiene cada año una tasa de 5,52 graduados de ese rango por cada cien mil habitantes, la cifra más alta de la región.

A pesar de tal contexto, el estudio de los acadé-micos refl ejó que la proporción entre el número de artículos publicados y de doctores no es del todo equivalente.

Para el profesor Carlos Rodríguez Castellanos uno de los factores que incluye en esta situación es la escasez de criterios homogéneos a la hora de esta-blecer las cantidades de publicaciones que debiera hacer un doctor en ciencias.

“Al interior de las comisiones de las distintas disci-plinas hay diferentes visiones con posicionamientos fuertes sobre esto. Vamos desde algunos espacios donde se exigen a los doctorantes tres artículos en revistas de primer nivel, hasta otras especialidades en las que los investigadores se gradúan y nunca han escrito uno. También hay diferentes criterios so-bre la importancia o no de publicar”, refi rió el vice-presidente de la ACC.

El experto también destacó que la Comisión de Grado Científi co del Mes, encargado de regular tal situación, tiene conciencia al respecto. La especia-lista Cira Sánchez señaló a Juventud Técnica que otra de las prioridades del equipo de trabajo creado por el Citma es sentar a ese estamento con el de Categoría Científi ca, así como las demás entidades que supervisan el papel de la ciencia en la sociedad cubana.

“Es necesario un mayor diálogo entre esos orga-nismos porque esto también pudiera ayudarnos a establecer los mecanismos para brindar a los auto-res incentivos, motivaciones, para que escriban en nuestras revistas”.

Pero mientras los grupos de trabajo se reúnen y las estrategias son organizadas, todavía parece leja-no el momento en el cual las diferentes aristas que componen la producción científi ca nacional unifi -quen su rumbo.

En ambos formatos

Formatos en que aparecen

Total de publicaciones

206

Ciencias médicas

66Ciencias Sociales y humanísticas

58

Ciencias naturales

11Ciencias agrícolas

o agrónomas

39

Ciencias económicas

11

Revistas multidisci-plinarias

14

Ciencias de la com-putación

5

Ciencias veterina-

rias

2

Por áreas de investigaciones:

Impreso Digital

+

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Publicar o no: una interrogante

a responderEn la actualidad, una parte de la comunidad científi ca nacional e

internacional no está convencida de la idea de que “la investigación no está concluida sin el artículo científi co”

Por DrC. Jorge Núñez Jover

En los últimos años en nuestro país ha cobrado im-portancia el reconocimiento de las publicaciones

científi cas como criterio de evaluación de profesores e investigadores y de los programas e instituciones en que trabajan. No se trata tanto de una tenden-cia endógena, como un resultado de la reinserción internacional de la ciencia cubana, que tiene lugar luego de la desaparición del campo socialista mun-dial. Hasta entonces, entre nosotros, publicar no era cuestión demasiado importante.

Con la URSS y otros de aquellos países, las comu-nidades científi cas cubanas tenían sus más fuertes relaciones académicas. Y eso se quebró a inicios de los años noventa.

Ocurrió entonces una reorientación internacio-nal de la ciencia cubana hacia nuevos circuitos científi cos, donde la costumbre de medir el traba-jo investigativo a través de publicaciones tenía ya entonces mucha fuerza. Para hacer valer sus cu-rrículos en los nuevos contextos, para los acadé-micos cubanos publicar se convirtió una exigencia primordial.

Muy brevemente puede decirse que la idea según la cual la contribución de la ciencia a través de las publicaciones en ciertas y determinadas revistas (no en cualquiera, por cierto) viene de la sociología de la ciencia norteamericana (R. K Merton a la cabe-za) de los años 40. Según ella, la ciencia consiste en la extensión del conocimiento certifi cado y el motor de la ciencia es el intercambio de informa-ción por reconocimiento. Ese enfoque está clara-mente detrás del Science Citation Index, que sirve para medir la frecuencia de citas como expresión del reconocimiento otorgado y ha conducido a la consolidación del sistema del peer review en las comunidades científi cas.

De ese conocimiento certifi cado se espera una posible contribución al desarrollo económico, social, etc. Pero la tarea del científi co es crear ese conoci-miento y para ello debe publicarlo.

Sin embargo, los cubanos, en realidad, nos he-mos sumado a esa práctica mucho más reciente-mente. En estos años los sistemas de evaluación de personas y programas han incorporado los in-dicadores bibliométricos como una cuestión esen-cial. Parece raro, pero la publicación de libros no

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se pondera igual y las buenas prácticas docentes u otras pueden ser menos reconocidas que publicar en buenas revistas. Como nos sucede en otras co-sas, esos enfoques, habituales en otros contextos, no se han debatido en profundidad entre nosotros.

Veamos algunos presupuestos que están detrás del privilegio a la publicación.

1. Se asume que la meta principal de la cien-cia es producir nuevos conocimientos.

Observemos que diferentes aspectos prácticos, vinculados a la ciencia, así como la capacidad para transferir y adaptar conocimientos, no se conside-ran importantes. Pero es posible imaginar otras me-tas: solución de problemas prácticos de agricultura, salud, etc., transmisión de educación científi ca a la población, contribución a la educación en general, garantía de autonomía de un país en ciertas áreas, tareas de la defensa, intervenir en el debate público sobre ciertos asuntos, el asesoramiento científi co, entre otros muchos. Privilegiar la producción de co-nocimientos es excesivo.

2. Se supone que el conocimiento es intrín-secamente benefi cioso —por supuesto publica-do— y que la sociedad recogerá sus frutos más temprano que tarde.

Ese supuesto es importante porque solo así se justifi ca la inversión en ciencia, cada vez más cara. A esta concepción se le ha denominado “empujón de la ciencia”: la ciencia genera tecnología y esta la innovación a lo que sigue el crecimiento económico, el desarrollo, el bienestar, etc. Hace mucho que las políticas científi cas y tecnológicas de los países de-sarrollados dejaron a un lado ese modelo y trabajan por articular férreamente ciencia, tecnología e inno-vación. En los países subdesarrollados todavía aquel cuento de hadas tiene público.

La experiencia en Cuba nos dice que convertir el conocimiento en productos, bienes y servicios que generen bienestar humano no es algo simple y re-quiere mucho más que publicar en buenas revistas.

Por otra parte, el supuesto de que el conocimien-to siempre es benefi cioso no es hoy aceptado. Basta

El DrC. Jorge Núñez Jover(Foto: Daymaris Martínez Rubio)

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con mirar los daños ambientales, las desigualdades sociales asociadas al conocimiento, el desarrollo ar-mamentista, etc.

3. Se supone que el producto científi co se en-cuentra en las revistas científi cas.

Sin embargo, en la ciencia las comunicaciones in-formales pueden ser muy importantes. Por ejemplo, lo que se denomina “conocimiento tácito”, que con-siste en la asimilación de saberes y técnicas a través del trabajo compartido y las relaciones entre colegas es fundamental para el desarrollo de la ciencia.

En los mismos países donde se generó el “publi-car o morir” han surgido muchas críticas al ideal de la medición de la ciencia centrado en la publica-ción. Los estudios demuestran que cerca de un 90 por ciento de lo que se publica no es leído; dicen también que el contenido de los trabajos que se publican en las revistas, casi todas en inglés, son más cercanos a las modas de los países desarro-llados que a las necesidades de los países en de-sarrollo. Más recientemente el dios mercado se ha metido de lleno en las publicaciones que ahora co-bran por publicar en ellas. Hay evidencias de que en no pocos casos el rigor del peer review se está afectando.

Hay que decir que en ciencias sociales y huma-nidades el ideal de publicar en revistas indexadas, los indicadores bibliométricos, etc. no suelen ser de fácil aceptación. Por ejemplo: ¿Por qué un buen ensayo publicado en una revista cultural es menos considerado que un artículo en una revista extranjera? ¿Por qué los libros son tan poco apre-ciados?

A mi juicio, los indicadores para estimar las contri-buciones científi cas deben ser tan variados como las contribuciones mismas. Negar el valor de publicar es necio, pero creer que publicar constituye lo más importante y que eso es lo que merece ser recono-cido mediante premios, ascensos, etc. resulta aún más necio.

Las prácticas científi cas y tecnológicas que deben contribuir a nuestro desarrollo social, económico, político, cultural, al manejo efectivo de los riesgos, a controlar el cambio climático y cuidar el medio am-biente, deben cumplir una diversidad de funciones y esa diversidad de funciones requieren maneras diferentes de estimar, valorar y premiar esas contri-buciones.

PREMIONOVELA DE CIENCIA FICCIÓN Y FANTASÍA

Las obras deberán ser inéditas y no estar comprometidas con ningún otro premio nacio-nal o internacional.

Se presentarán en original y dos copias por el sistema de plica, fi rmadas con seudónimo. En sobre aparte se consignarán los datos persona-les del autor.

Los materiales deben tener una extensión en-tre 80 y 120 cuartillas y se enviarán impresos en página A4, con letra Arial a 12 puntos e interli-neado doble.

Se otorgará un premio único consistente en mil pesos CUP, más la publicación de la obra en la colección Nébula, de la Casa Editora Abril y el pago de los correspondientes derechos de au-tor. Podrán concederse hasta dos menciones.

Los resultados se darán a conocer en la Feria del Libro del 2019. La convocatoria se hará con carác-ter bienal. Dirija su texto a Revista Juventud Técni-ca, Casa Editora Abril. Prado 553 e/ Dragones y Te-niente Rey, La Habana Vieja, La Habana, CP 10200

Vence 31 de diciembre 2018

BASES

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PORDENTRO

La bola de cristal

Comienza en Cuba la era de las gigantescas pantallas LED para

espectáculos deportivos

Por Toni Pradas

Se la perdió Armandito el Tintorero, el más famoso hincha de la pelota cubana, ya fallecido. Pero su

pequeña estatua en el estadio Latinoamericano de La Habana, sí fue testigo de la inauguración, el pasa-do 9 de agosto, de la primera gran pantalla LED en una instalación deportiva del archipiélago.

Sobre las gradas del jardín central, la ya vieja pi-zarra vietnamita —nunca bien amada al no superar en dotes informativas a otra que desplazó hace diez años— hoy mira con recelo a la nueva pantalla de alta defi nición, hermosa y locuaz, capaz de hacer sentir al espectador que no está en un coliseo, sino en la enorme sala de una casa, con amigos, fi ambres y televisión, aunque —¡concho, la felicidad total no existe!— sin un mando a distancia en la mano.

Así, 72 años después de estrenarse el Coloso del Cerro y haberse convertido en santuario del béisbol nacional, se erige entre los jardines izquierdo y central este muro de cristal con la más moderna tecnología meditada por Samsung para pantallas gigantes.

Tras ser donado por la empresa surcoreana a Cuba (se dice que habrá más), ubicar el artilugio —anote el modelo: XSP 200— en el fondo de las gradas exi-gió un notable esfuerzo de construcción.

Hablamos de una tele de 22,77 metros de largo y 13,86 de alto, y un peso aproximado, sumada la es-tructura que la sostiene, de 80 toneladas. Su montaje exigió diez pilotes de hormigón armado de 17 metros

de profundidad y 1,20 de diámetro cada uno, bastidor que en total engulló vorazmente 250 metros cúbicos de hormigón y 24 toneladas de dos tipos de acero.

La obra fue cavilada tomando en cuenta las caracte-rísticas cenagosas del terreno y la deseada resistencia al aire, la lluvia y los terremotos. Afi rman los ingenieros que la pantalla es capaz de soportar enfurecidos hura-canes de hasta categoría 5 en la escala Saffi r-Simpson, es decir, con más de 250 kilómetros por hora.

Cuentan que este “televisorcito” fue importado, como piezas de un rompecabezas, en 22 contene-dores. Luego montaron sus elementos de tecnología LED (siglas en inglés de diodo emisor de luz) hasta alcanzar su dimensión diagonal de mil 49 pulgadas.

Estadísticas, pifi as y heroicidades hoy pueden sa-borearse con una alta resolución de 1104 por 672 píxeles y muy buena visibilidad desde todos los án-gulos del estadio, incluso durante topes diurnos. Según el fabricante, la experiencia debe repetirse durante 25 mil juegos, a razón de cuatro horas de duración cada uno, pues el promedio de vida de los diodos es de cien mil horas de uso.

Aunque el equipo tiene un software propio, otro de producción cubana fue programado para adaptar la información a los intereses locales. Este permite variar la confi guración de los videos, el despliegue de datos y audio y hasta la división de la pantalla en cuadrantes.

De manera que el mejoramiento en la explotación de esta tecnología ha permitido que los asistentes hayan enriquecido su experiencia en el espectáculo.

(Foto: Toni Pradas)

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El estadio les resulta ahora más íntimo, más hogare-ño, y hasta se ha puesto de moda un gustillo exhibi-cionista al besarse las parejas cuando se ven, a todo píxel, en pantalla.

Desde las tribunas, nadie pierde de vista el fl amante “vidrio”. Ni siquiera lo hace la vieja pizarra, así sea por envidia. A esta, por supuesto, nadie la mira, al menos hasta que —según un run-rún sobre su futuro— se le intervenga artísticamente para brindarle mayor garbo al parque de los gritos, los sueños y las lamentaciones.

Para algunos, la novedad tecnológica se antoja, incluso, como parte de un desafío deportivo: espe-culan sobre quién podría con un largo batazo, in-crustar la bola contra el tablero de cristal.

—Creo que solo lo alcanzaría Despaigne –dice un hijo al padre.

—Ja, se ve que nunca viste jugar a Lázaro Jun-co*…

*Conocido jonronero de Matanzas.

22,77 mts

Peso total80 toneladas

incluyendo la estructura que sostiene a la pizarra

13,86mts

Tamaño de la pantalla Resolución Tiempo

de vida1049" 1104 x 672píxeles

25 miljuegos

Actualización de la infor-mación mostrada en pizarra durante un partido.(Foto: Anaray Lorenzo Collazo)

(Foto: Anaray Lorenzo Collazo)

CIENCIAFICCIÓN

MENCIÓN Za sbychu mecht

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Por Nelson OchagavíaIlustraciones: René Alejandro Diaz

Amelia no había dicho nada en toda la noche; ni siquiera soltado uno de esos «¡qué horror!»,

que tan a menudo empleaba para opinar sobre cual-quier cosa, o cuando no tenía nada que decir pero se esperaba de ella una respuesta. Ahora se valía de interjecciones, ojos muy abiertos o ligeros asen-timientos para fingir interés. En tanto no la obliga-ran a participar de ningún tema, se concentraba en alargar su comida lo más que pudiera, llevándose a la boca delicadas porciones de arroz con cebo-lla, carne de res, plátano y aceituna deshuesada. En ocasiones, se mojaba los labios con vino; y miraba lejos, por la ventana.

El coronel Lukyánov relataba cómo había logrado sobrevivir al sitio de Stalingrado, veinte años atrás. La marcada erre y su incapacidad para conjugar los verbos en español, no le quitaban el tono heroico, casi novelesco que su voz y amplios gestos daban a la historia. Caridad soltó una risotada de barrio bajo cuando él, con la cara enrojecida, se levantó de la silla y representó, en medio del comedor, un episo-dio en que «el tovarich Serguei empujarme hacia el tanque alemán, ¡y yo cagar miedo!».

Néstor, sentado al lado de Amelia, prestaba poca o ninguna atención. A cada rato miraba su reloj de muñeca o se acomodaba los espejuelos. Con tanta o más frecuencia, se acariciaba la melena negrísima que el mismo Lukyánov le había reprochado al inicio de la velada, después de que Caridad los presentara con un: «Dmitri, este es Néstor, el novio de mi hija».

Se acercó al oído de Amelia y murmuró:—¿Es obligado estar aquí?—¿Qué tú crees? —contestó ella, apoyando la ca-

beza en el hombro del joven. —¿Te pasa algo, mi niña? —le preguntó Caridad.Amelia levantó la cabeza. —Nada, mami. Es que no tengo ganas de celebrar. Lukyánov detuvo su actuación al percatarse de

que nadie le hacía caso.—Pero es tu cumpleaños, Amelia —dijo Caridad.— ¿Y? —soltó la muchacha.Con la barbilla señaló al televisor RCA que, como

el viejo radio situado al otro lado del comedor, na-die se había atrevido a encender desde las seis de la tarde.

El rostro de Caridad cambió por completo. El ruso, por su parte, recobró de golpe la austeridad de los primeros minutos de la velada; tras ocupar su asiento, agarró una copa y se quedó en silencio. Entretanto, Néstor deparó en la botella de ron, que estaba casi vacía.

—¿Por qué no vamos a comprar más Havana Club? —sugirió.

—Pero si tú no tomas, Néstor —replicó Amelia.—Sí, mi amor, pero no tengo ganas de estar aquí

—dijo él en voz baja—. Anda, vamos, que llevo dos horas sin fumar y sin darte un beso como Dios man-da. Además, este ambiente está raro —y una vez más echó un vistazo a su reloj de muñeca—. Por cierto, ya casi empieza Juntos a las Nueve. ¿Por qué no han encendido el televisor?

—Porque a nadie le interesa —dijo Amelia.—¿Interesarles qué? ¿El programa?Lukyánov, que había vuelto a ponerse contento,

alzó su copa de vodka e invitó a un brindis por Le-nin, por el Socialismo, por la Revolución de Octubre, por la Revolución Cubana, por el camarada Fidel, por el camarada Kruschev, por los obreros y los cam-pesinos, etcétera. Luego cerró la lista con un sonoro ¡za sbychu mecht!

—Porque los sueños se cumplan —repitió Caridad con tristeza.

Néstor se limitó a terminar su refresco.—Joven, usted ser poco hablador—dijo el ruso—.

¿Por qué no contar historia de su vida? ¿En que tra-bajar, por ejemplo?

—Verá, coronel, ahora mismo no trabajo —res-pondió Néstor—. Estoy buscando una plaza de guionista en la televisión, pero la cosa está difícil.

—Entonces, tú ser escritor.—Más o menos. Solo he escrito algunos cuentos

cortos y par de guiones.—Impresionado, tovarich. ¿De qué escribir usted?

¿Héroes de la Revolución, alfabetizadores, campesi-nos, la guerra…?

—Solo ciencia-ficción.—Entonces tener ideas progresistas —afirmó el

coronel—. ¡Molodiets! La utopía alimentar el pue-blo, le dar ganas de ir al frente.

—No, para nada —dijo Néstor—. No escribo uto-pías. Prefiero narrar futuros apocalípticos holocaus-tos nucleares y esas cosas, ya sabe.

Al oír esto, Lukyánov miró de soslayo el televisor apagado. Él y Caridad sostuvieron un intercambio de miradas, que alimentó un incómodo silencio de casi medio minuto. Amelia agarró con fuerza la mano de Néstor, bajo la mesa. El coronel, escudriñando al joven, sonrió de repente y, con tono jovial, afirmó que el papel de la literatura era cultivar al pueblo, mostrar que un futuro socialista era posible y hacer que cada persona fuera consciente de su papel en la sociedad.

—No extrañar que usted no conseguir trabajo en televisión —añadió, para luego mencionara un tal Iván Yefrémov y su novela La nebulosa de Andrómeda; y

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sugerirle a Néstor que, si quería llegar a tener éxito con la ciencia-ficción, escribir como aquel era la me-jor alternativa.

—Con todo respeto, coronel, no me gustan las apologías a ningún sistema social —afirmó el jo-ven—.La literatura no tiene por qué ser adoctrina-dora. Es solo un entretenimiento. Yo escribo porque me gusta, y solo espero que a los demás disfruten mis historias. Nada más.

—No le contradigas —murmuró Amelia—. Este hombre es de la seguridad soviética, ¿quieres que…?

—A usted, entonces, gustarse escapar de la rea-lidad y del deber revolucionario —dijo Lukyánov—. Ser lástima, Néstor, mucha lástima, porque mundo nuevo necesitar escritores para guiar, comprometi-dos con su época. No entretener la ignorancia del pueblo.

—Simplemente me mantengo al margen de la po-lítica —reconoció Néstor—. El arte no tiene que ver con nada de eso. Que yo no quiera escribir sobre campesinos y revoluciones, no significa que no sea revolucionario.

—Nadie ser no político. Se estar a favor o en con-tra del pueblo, ser capitalista o socialista, y la litera-tura siempre ser política. Tener usted que reconocer eso.

—¿Ha leído a Frederick Pohl?

—Literatura capitalista —sentenció Lukyánov.—¡Todo lo contrario! De hecho, en Mercaderes

del espacio, Pohl critica al capitalismo y las corpo-raciones, y eso que él no era un socialista conocido, como Wells.

El coronel iba a responder, pero Caridad intervino:—Dimitri, no te molestes con el muchacho. Es

casi un niño. Todavía no sabe nada de la vida, ni ha tenido que luchar por esto. Déjalo, aprenderá con el tiempo.

—Eso esperar yo —dijo el ruso.Amelia apretaba los labios, como si aguantara

un ejército de palabras que luchaban por salir de su boca. Nadie deparó en aquella reacción contenida, pero cuando Lukyánov se dispuso a brindar de nue-vo, la muchacha dio un puñetazo en la mesa y gritó:

—¿Esperar qué cosa, ruso de mierda? Aquí no hay nada que esperar. Ustedes tienen la culpa de todo. ¡No sé qué carajo estamos celebrando! Deberíamos estar escondidos bajo tierra o algo así, en vez de actuar como si todo estuviera bien. ¿Por qué nadie dice nada? ¿Por qué nadie sabe nada? ¡Esto no es normal!

Néstor, visiblemente confundido, trató de calmar-la, pero ella se crispó como un gato.

—No me toques, Néstor. No me hables… ¡Ningu-no de ustedes! ¿Me oyeron?

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Diciendo esto se largó del comedor. Caridad, muy agitada, iba a ir tras ella, pero Néstor se le adelantó. Unos segundos más tarde, ella y el coronel escucha-ban al muchacho tocar a la puerta de Amelia, situa-da al fi nal del pasillo.

—¿El joven no saber? —preguntó Lukyánov.—¿No me dijiste que no lo dijera? —dijo Caridad,

temblando—. ¿No me dijiste que era un secreto de Estado? ¡Yo cumplí! Nadie lo sabe excepto Amelia, y solo porque nos oyó… ¡Coño, Dimitri, si tan solo no nos hubiera oído! Lo único que yo quería era que estuviese contenta en su cumpleaños.

Néstor, cansado de tocar, abrió lentamente la puerta y entró al cuarto. Amelia yacía en la cama con una almohada sobre el rostro.

—Lo reconozco, este es el cumpleaños más extra-ño que he visto —dijo él—. ¿Me puedes decir qué carajo está pasando en esta casa?

Amelia puso la almohada a un costado y contestó:—¿Por qué no trancas la puerta y vienes aquí? El joven corrió el pestillo, fue a la cama y se tendió

al lado de su novia. Sin más, ella lo besó en los la-bios; le acarició el pelo, la nuca; le metió una mano debajo del pantalón.

—Hazme mujer, por favor.—¿Y tu mamá? —dijo Néstor, sorprendido.—¡Qué se joda mi mamá! ¡Tiémplame ahora,

coño! Quiero ser mujer antes de que sea demasiado tarde.

En la sala, el coronel encendió el televisor. La pro-gramación era la acostumbrada. Nada fuera de lo normal. No había notas de prensa ni noticias de últi-ma hora. El canal seis transmitía Juntos a las Nueve.

—El teléfono no ha sonado —dijo Caridad.—Ni ir a sonar —dijo el ruso—. Venir a balcón

conmigo, por favor.La ciudad estaba tranquila, fresca; una noche más

de octubre de 1962. Apenas había autos en la calle, solo algunas personas que caminaban con lentitud por las aceras; sombras bajo las luces de los faroles. Caridad, con el pelo revuelto por la ventolera, abra-zó a Lukyánov, y así permanecieron largo rato, hasta que el coronel la apartó para mostrarle un punto luminoso que acababa de aparecer en el cielo. Más brillante que las estrellas, descendía en trayectoria casi vertical, dejando tras de sí una larga estela de cometa.

—¿Ese es el misil? —preguntó Caridad.—No haber duda —contestó Lukyánov, con gra-

vedad.—Bueno, pues que los sueños se cumplan.Un instante después, en el centro de la ciudad, el

punto luminoso se trasformó en un intenso fulgor que apagó el cielo.

CONCURSOvence

31 de diciembre

Los cuentos se presentarán fi rmados con seudónimo ya sean impresos o en forma-to digital. En sobre o documento aparte:nombre del autor, número de carné de identidad, dirección y teléfono o correo electrónico.

Extensión máxima: 3 cuartillas mecano-grafi adas o tecleadas en word, en página A4, con letra Times New Roman a 12 puntos, e interlineado sencillo.

Los trabajos en formato impreso deben presentarse en original y dos copias, y no se devolverán.

El incumplimiento de las bases descalifi ca la obra. El ganador del primer premio NO podrá presentarse a la siguiente convocatoria.

Dirija su texto a Casa Editora Abril, Prado 553 e/ Dragones y Tte. Rey,

La Habana Vieja, La Habana.CP 10200

PREMIOS:PRIMERO $ 500.00 CUP

SEGUNDO $ 300.00 CUPTERCERO $ 200.00 CUP

Además, publicación de la obra enJT y diploma

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LAENTREVISTA

Indiana Jones a la cubana

ÁNGELGRAÑAGONZÁLEZ

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Por Magda Iris Chirolde López

Casi siempre viste con camisa y sombrero, cuando no, una gorra. Quizás desde su juventud estos

accesorios les fueron imprescindibles para las aven-turas que vivió, las cuales hoy les cuenta con orgullo a sus nietos y amistades.

De su preferencia es la selva, luego la Antártida. La naturaleza es su aliciente; las cuevas, su fetiche. A sus 83 años aún mantiene latiente su espíritu de explorador, ese que lo llevó a rememorar reciente-mente, el 28 de junio del 2018, la entrada hace tres décadas a la bahía de La Habana de la reconocida expedición En canoa del Amazonas al Caribe.

Ángel Graña González, el protagonista de esta entrevista, no es ni alto ni bajo, cuida de su barba blanca y de vez en cuando se fuma un “puro” (ta-baco). Sigue, en el buen decir, dando la nota en la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre, en funciones de vicepresidente.

***La habanerísima clínica Hijas de Galicia le “vió”

nacer y Centro Habana, Peñalver número 9 entre Manrique y Antonio Recio fue su arquitectura de juegos.

Los primeros estudios fueron en una escuela pri-vada pequeña llamada Instituto Orbe, situada en la planta alta de una construcción en la calle Monte, esquina Indio.

“En los bajos —recuerda— había una panadería y el olor a pan muchas veces no nos dejaba dar las clases. Después estudié el bachillerato en el Instituto de La Habana y Geografía en la Universidad, pero cuando tenía como 12 años entré a una organiza-ción inglesa llamada The boys scouts (Los niños ex-ploradores), que en mi época de adolescencia era muy popular en el mundo entero y en Cuba había una de ese tipo.

Hacer expediciones era la actividad fundamental. Visitaban cuevas, playas, ríos, escalaban montañas y al caer la noche dormían en casas de campañas. Entre todos elaboraban su propia comida.

El geógrafo y espeleólogo de profesión, amante de las aventuras, admirador de la naturaleza, fi el y buen amigo

de campaña, deja entrever algunos pasajes de su vida. Entre ellos, emerge constantemente Antonio Núñez Jimé-

nez, a quien considera un maestro y un pilar en el desarrollo de la espeleología

cubana

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En esas andanzas exploró una cueva en San An-tonio de los Baños, la primera de tantas que el des-tino le tendría concedidas. “Me impresionó mucho y comenzó a despertarse en mí el deseo de visitar cuevas. Pude tener hasta mi propia tropa de Boys scouts” y emprendió así disímiles aventuras como auguró desde su adolescencia.

Transcurrió el tiempo. Graña y su familia se muda-ron para Santa Fe. El rumor de que existía el Instituto Cubano de Arqueología hizo que, sin pensarlo, se inscribiera y empezara a participar en las actividades que convocaba, abriéndose camino hacia la ciencia: la arqueología.

“Al triunfar la Revolución cubana entro a un equi-po de afi cionados a la espeleología, en Marianao, que se llamó Grupo de exploraciones científi cas. Ahí todos eran espeleólogos y científi cos. Varios de ellos hoy son grandes investigadores cubanos en la Geo-grafía y Geología”.

***La Universidad es la etapa de afi anzar los sueños

de todo joven, de ampliar los conocimientos, expe-rimentar, probar y liberar la adrenalina, inherente a cualquier ser ávido de aventuras y de experiencias únicas que lo marcarán para la vida o que serán el punto de partida de la gran carrera.

Algo similar sucedió con Graña. Como delegado de la Federación Estudiantil Universitaria, de su aula le dieron la tarea de contactar a Antonio Núñez Ji-ménez para que diera una conferencia en la inau-guración de una actividad científi ca de la Facultad de Ciencias.

Hasta ese momento, solo lo conocía por sus in-vestigaciones y publicaciones. Un día, el joven Gra-ña fue al Capitolio en su busca, dialogaron sobre el evento de los estudiantes y el doctor Núñez Jiménez aceptó.

“Enseguida habilitamos un local para unos cua-dros que él nos facilitaría como parte de una exposi-ción dentro de la jornada, además de la conferencia inaugural que impartió.

“Desde entonces iniciamos un tipo de contacto, hasta que un día me comenta el jefe del Departa-mento de Espeleología, que el capitán (hace refe-rencia a Núñez) me quería invitar un domingo a las cuevas de Bella Mar. Para mí fue un placer asistir.

“Yo iba en la parte delantera de un yipi que de-cía Academia de Ciencias de Cuba, me sentía de lo más orgulloso. Núñez nos explicó —éramos—lrededor de seis personas- lo que íbamos a hacer. Cuando entramos a la cueva me dije que era un examen, porque el doctor me preguntaba sobre elementos del área y lo conjugaba con otro tema. Almorzamos juntos.

“Como a los cinco días —yo era trabajador tele-fónico en Santa Fe y como entonces las llamadas eran manuales laboraba por la noche para poder asistir por las tardes a la Universidad—, el director del Departamento de Espeleología me dijo que el capitán quería saber si me interesaba trabajar en la Academia de Ciencias.

“El ministro Montané ha dado una orientación de que no se pueden ir los técnicos, por escasez de estos en la institución y yo soy instalador re-parador de teléfonos. ´El capitán no ha pregun-tado eso´, me refuta, ´el capitán ha preguntado si tú quieres ir a trabajar a la academia´, ¡claro!, le afi rmé.

“A los tres días me trasladaron, eso fue en 1964 y desde entonces comencé a laborar con Núñez Jimé-nez, a quien acompañé a muchas actividades. Estar tan cerca de él durante tanto tiempo siempre fue una clase, una explicación, una enseñanza”.

***En un abrir y cerrar de ojos la vida de Graña se

tornó agitada. Lo que idealizó desde niño se hizo realidad y ya podía contar historias, travesuras y ex-periencias sin que fuesen extraídas de una película de fi cción.

“Fuimos a la 27 Expedición Soviética a la Antár-tida, donde estuvimos 25 días. Había mucho frío, 30 grados bajo cero, pero la indumentaria que nos dieron los soviéticos era sufi ciente. Vine a darme cuenta del viaje a la Antártida cuando regresé, porque fue tan rápido que no me dio tiempo de procesar.

“Era la primera vez que veía la nieve; había ido va-rias veces a Europa pero sin coincidir con el invierno. Se hicieron algunas investigaciones, aunque la tarea fundamental era ver las posibilidades de constituir una base cubana en la Antártida, lo cual no resultó, pero sí se logró al cabo de dos años que profesio-nales, principalmente del Instituto de Meteorología, fueran a atender las estaciones meteorológicas jun-to a los soviéticos.

“Después de aquel viaje vinieron muchos más. Estuvimos en la Isla de Pascua en el Pacífi co, entre Chile y Australia, donde Núñez hizo un estudio so-bre el arte rupestre y participamos en la expedición del Amazonas. Él siempre me decía que llevara ropa de exploración porque a la primera oportunidad que nos dieran iríamos a determinado lugar”.

***El sol del 28 de junio del 2018 era potente. La

brisa a orillas del malecón habanero, exactamente en el Muelle de La Marina de Guerra, despeinaba cabellos y hacía que las olas se enojaran y rompie-ran humeantes al impactarse contra el gran banco

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que cada día y a cualquier hora sirve de asiento a las personas que habitan o visitan la capital de Cuba.

En ese lugar Graña tuvo una cita con el pasado. La época que rememoraba era la de la entrada por la bahía de La Habana de la expedición En canoa del Amazonas al Caribe, encabezada por el consi-derado cuarto descubridor de Cuba, Antonio Núñez Jiménez.

“El dos de marzo de 1987 zarpamos del Puerto de Misahuallí en el Río Napo, en Ecuador. Al principio, fueron los mismos indios constructores quienes re-maban, hasta que nos enseñaron cómo manejar las embarcaciones. A partir de Perú fuimos los propios tripulantes quienes remamos con alrededor de ocho o diez personas en ellas.

“A los tres días de haber salido estábamos en un poblado llamado Coca, y como nos apoyaba la ma-rina ecuatoriana pasamos la noche en una unidad militar del ejército.

“Durante la cena, alrededor de las nueve de la no-che, ocurrió un terremoto y nos asustamos. Nunca habíamos sentido uno. Todos, atemorizados, gri-taban para salir hacia afuera por miedo a que se desplomara aquel lugar. Recuerdo que Rigoberto, el hermano de Núñez, lo cogió y lo sacó casi cargado. En la noche sucedieron más réplicas y el poblado quedó a oscuras.

“Amaneció y debíamos continuar el periplo. A casi un kilómetro de la salida de la unidad en-tró un afl uente al río Napo, que vino de la falda del Reventador, un volcán de Ecuador que hizo erupción esa misma noche. Como también había llovido días atrás, toda la vegetación de esa la-dera paró en el río, llenándose este de árboles, pedazos de rocas, personas ahogadas y animales muertos.

“El agua se contaminó y Julio Hernández Soca-rrás, el médico cubano que nos acompañó, dio la orientación de no tomarla. Decidimos acampar en Pompeya, una comunidad religiosa, hasta que pasa-ra esa palizada y el río quedara limpio”.

Varios fueron los obstáculos encontrados duran-te ese año de travesía, como los profundos remo-linos en los ríos, que pusieron en peligro la vida de los expedicionarios y las canoas y las áreas de devastación de bosques en territorios de Perú, Co-lombia y Brasil.

Participaron investigadores de esas regiones, ade-más de Venezuela, República Dominicana, Puerto Rico y Cuba, entre ellos geógrafos, hidrólogos, bió-logos, botánicos, arqueólogos, historiadores, artis-tas, sociólogos y fotógrafos, quienes con espíritu de amistad y un sentido de la unidad latinoamericana anduvieron por ríos, mares y selvas, develando la cultura y tradiciones del continente.

En la Antártida (Foto: cortesía del entrevistado)

rÍoamazonas

que cada día y a cualquier hora sirve de asiento

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“En la selva debíamos andar con cuidado. Uno no podía acostarse donde quisiera por causa de las serpientes y los animales salvajes. Aprendimos en el trayecto, pues los indígenas que nos acompañaban nos explicaban de cualquier acontecimiento que pu-diéramos tener al respecto.

“Apenas nos enfermamos. La mayoría de la medi-cina se usó en pobladores de las comunidades que la necesitaban. Cuando el suceso del terremoto en-contramos en un bote a un matrimonio con su hija pequeña muy enferma y deshidratada. El médico la atendió y les orientó a los padres dirigirse al lugar

donde estaríamos para seguir dándole atención. A los dos o tres días la niña corría contenta por los alrededores.

“En aquel momento expresé: eres el primer mé-dico latinoamericano, el que dio paso a la medicina latinoamericana”.

La iniciativa revivió el descubrimiento del Caribe y sus islas por las tribus prehistóricas de las cuen-cas del Amazonas y del Orinoco, permitió realizar investigaciones científi cas y fue un paso concreto hacia la integración latinoamericana y caribeña, además de que abogó por la protección del medio ambiente.

***La formación de Ángel Graña se debe principal-

mente a la cercanía con Núñez Jiménez, con quien aprendió en cada periplo, investigación o diálogo de cualquier tema.

Sacrifi cio, interés, gusto y dedicación son algunos requisitos a los que él se refi ere para que un espe-leólogo sea ejemplar.

“Si trabajas en un departamento que se dedique a eso, no hay salario que ampare lo que tú ganas, aunque el salario sea normal; pero si te gusta, tra-bajas con mucho agrado; o sea, el sentirse bien complacido suple cualquier difi cultad que puedas tener.

“El mundo subterráneo es muy rico y frágil; existe una fauna sin ojos, ciega, que vive en el agua o en la tierra de la cueva, pero que debe ser estudiada. Hay formaciones secundarias de una belleza increí-ble; es difícil poder imaginar dicha rareza creada por la naturaleza. Y cuando investigas desde el punto de vista de la biología, geografía y arqueología subte-rráneas emergen muchos hallazgos.

“Obtienes una historia de la vida en Cuba en otra época, pero lo fundamental es el conocimiento, de-mostrar la importancia de las cuevas. Una vez lo dijo Fidel, no solo son importantes desde el punto de vista arqueológico, histórico, sino hasta militar. De-bemos cuidarlas”.

Ángel Graña continúa esparciendo conocimien-tos e historias; dice que le quedan fuerzas para seguir adelante y continúa en la Fundación An-tonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hom-bre, enfocado en mantener vigente la memoria del doctor. Al despedirme, me sonríe y resaltan de nuevo su carisma pausado, su sombrero y su barba blanca.

Con Núñez Jiménez en la Isla San Vicente en el año 1987.

mar caribe

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Recorrido de la expedición En canoa del Amazonas al Caribe.

Junto a otros participantes de la expedición En canoa del Amazonas al Caribe, el 28 de junio del 2018, en las celebraciones por las tres décadas del viaje. (Foto: Cortesía de la FANJ).

2/3/1987Inicio de la expedición

28/6/1988Fin de la

expedición

Zarparon del puerto Masahua-llí en el Río Napo, Ecuador

Arribaron a la bahía de La Habana

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Hackers sin sombrero

Una aproximación al fenómeno del hacking en el contexto de la

Cuba actual

MUNDOBIT

PROGRAMACIÓN

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Por María Lucía Expósito

La encrucijada de Vento y Camagüey parece una tierra lejana cuando el sol de las tres de la tarde

calcina las calles habaneras. En esa intersección, una inmensa señalética anuncia: Escuela de Correos de Cuba, está enclavado el Centro Principal Tecnológi-co Postal de dicha empresa.

Quien me recibe es la pieza clave del rompecabe-zas que supone hacer un artículo sobre hacking en Cuba. Encargado, mayormente, de administrar las bases de datos de la institución, Ernesto González Díaz cuenta ya no pocos años de trabajo (14) en el ámbito de la programación y sus últimos proyec-tos apuntan hacia la informatización de los servicios postales y aduaneros.

De camino a su hábitat de buróes y computado-ras, como para suavizar un ambiente tal vez tenso por la presencia de un huésped ajeno, le pregunté el porqué de decidirse a pactar un consorcio con ciertos códigos matemáticos. Para sorpresa de esta reportera, Ernesto se había entregado al arte de los ceros y unos nada más y nada menos que a causa de un platonismo adolescente llamado Yudith.

A Yudith le encantaban los libros. A él le encan-taba Yudith. Ella quería ser ingeniera de casco o de oficina y él, con tal de seguirla en su ensueño adolescente de apenas 18 años, fue a parar hasta la Cujae, aún sin saber que el mundillo de los números habría de ser su propio derrotero. Y así, años cuesta arriba, se hizo Ingeniero automático, músico, poeta y un tanto loco.

Alter egos del consumismoLuego de esquivar par de oficinas seriadas, el fu-

turo entrevistado, ya más obsequioso, me muestra puertas que conducen a habitaciones oscuras y frías que empañan gruesos cristales y donde solo puedo alcanzar a ver carcasas gigantes con un montón de lucecitas parpadeando.

“Este es el data center” —murmura—. “Está compuesto por varios servidores, entre ellos el clús-ter. Aquí hay servidores con 256 gigabytes de RAM (memoria de acceso) cada uno; todos son profesio-nales y de altas prestaciones.

Ya desde el espacio reducido de su oficina com-partida, colmada de gavetas y archivos, es muy per-ceptible el repiqueteo de las teclas y algún que otro murmullo sobre el último juego de Industriales. Esto no parece ni remotamente la madriguera de un hacker, al menos no como las de películas y archiconocidas series que inundan los emporios del consumo.

Ernesto, tirando códigos con letras verdes en una consola del sistema, se pone a disertar: “El concepto de hacker está muy malinterpretado. Precisamente,

Ilustración: Dariagna Steyners

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los medios, tanto la prensa como la televisión, el cine e incluso la literatura, han creado en el imagi-nario popular una definición que se encuentra muy distante de la realidad y de lo que los programado-res entendemos y asumimos como tal”.

Lo cierto es que el término tiene diferentes acep-ciones. El Diccionario de la RAE, en su segunda acepción, establece que hacker es una “persona experta en el manejo de computadoras, que se ocu-pa de la seguridad de los sistemas y de desarrollar técnicas de mejora». Por su parte, el diccionario de los hackers vaticina que es “todo individuo que se dedica a programar de forma entusiasta, o sea un experto entusiasta de cualquier tipo, quien consi-dera que poner la información al alcance de todos constituye un bien”.

Existen tres bifurcaciones definidas: hackers se llama a los expertos informáticos que utilizan sus conocimientos técnicos para superar un problema; los crackers, que son quienes actúan con propósitos

ilícitos, y los piratas informáticos, quienes regulan la reproducción, apropiación y distribución con fines lucrativos y a gran escala de contenidos.

Tras bambalinasEl tema del hacking resulta casi desconocido para

la mayoría de las personas en Cuba. Sin embargo, desde hace más de diez años, el país cuenta con una Resolución (127/07), cuyo artículo 26 refleja que “ninguna persona está autorizada a introdu-cir, ejecutar, distribuir o conservar en los medios de cómputo programas que puedan ser utilizados para comprobar, monitorear o transgredir la seguridad, así como información contraria a interés social, la moral y las costumbres, excepto aquellas aplicacio-nes destinadas a la comprobación del sistema ins-talado en la organización para uso por especialistas expresamente autorizados por la dirección de la misma”.

Artillada y con fuego a ráfaga voy al grano—¿Hay hackers en Cuba?

Ernesto González comparte gran parte de su día con códigos matemáticos en el Centro de Desarrollo de Aplicaciones Postales.

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—Tenemos de los “buenos” y de los ”malos“. Estos últimos intentan atacar sitios web, y algunos servidores con información corporativa, o crear virus por una red institucional, como el ejemplo de los sitios universitarios que muchas veces están infesta-dos de virus, algunos propagados por usuarios, de manera inocente, y otros que, con toda intenciona-lidad, los propagan.

“Desde la década de los 70 del siglo pasado, se está haciendo en Cuba una suerte de trabajos de hacking en el término original de la palabra, es decir, considerando hacker a aquel programador de alto nivel”.

“Igualmente, hay programadores en el país que han dedicado su talento y conocimientos a desarro-llar algún tipo de virus, pero no es necesario ser un gran programador para ello; hace falta más talento para hacer algo útil y bien hecho que para desarro-llar un virus”, detalla el especialista sin quitar los ojos del monitor.

—¿Cuáles son los espacios más vulnerables a un ataque?

—En Cuba, las mayores incidencias de este tipo son los ataques a portales web. Hay una diferencia entre portal web y aplicación web, el primero es de carácter informativo-descriptivo sobre una entidad, organización o personas. Por lo general, se encuen-tran en Internet.

“Una aplicación web está desarrollada para la gestión de los procesos de negocios de una institu-ción y, usualmente, se encuentra alojada en la VPN (red privada virtual) de la organización. Por ende, las aplicaciones web son menos propensas a los ataques, los cuales como regla son realizados des-de el interior de la entidad. En muchas ocasiones, los portales y las aplicaciones interoperan entre sí, intercambiando información. No obstante, existen normativas de seguridad que, de ser tomadas en cuenta, minimizarían los riesgos ante estos ata-ques”.

TIPOS DE HACKERSDe sombrero blanco: Personas que se especializan en verificar las fallas de los sistemas.

De sombrero gris: Penetran la seguridad de los sistemas para llamar la atención de los propietarios.

De sombrero negro: Personas que entran en las redes y perjudican la red.

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Discretas, por solo mencionar algunas afi nes a las asignaturas que también impartió en la Universidad de Ciencias Informáticas.

—¿Se considera hacking su trabajo?—En el año 2009, que fue cuando empecé a traba-

jar en empresas como SITRANS, perteneciente al Mi-nisterio del Transporte, desarrollé la primera versión de la Intranet Corporativa con tecnología PHP-MySQL, HTML, JavaScript y el CMS (sistema de gestión de contenidos) Joomla. Para la implementación de dicha intranet, fue necesario desarrollar más de diez bases de datos en un servidor MySQL y más de 20 sitios web en PHP y HTML, todos vinculados entre sí me-diante un sitio principal desarrollado con Joomla”.

“Desde el 2012 hasta hoy, con el Grupo Empresa-rial Correos de Cuba, he trabajado en el desarrollo de sistemas para asegurar la transferencia de giros internacionales y la gestión de la actividad de las ofi cinas de correos, teniendo como principal res-ponsabilidad el módulo de Envíos Internacionales. He trabajado en el desarrollo de aplicaciones que permiten poner a disposición de las personas infor-mación relacionada con servicios postales, como la APK de Correos de Cuba; la página de correos, y sus servicios de rastreo y seguimiento son ejemplo de ello, trabajo que desarrollo junto a varios profesio-nales de la empresa”.

Los proyectos mencionados por el programador, si bien no tienen el objetivo de atacar ni dañar, son un tipo de hackeo, pero del llamado en los lares tec-nológicos hacking ético.

“Otro ejemplo de piratería informática lo constitu-ye la fuga y fi ltrado de datos de empresas, institucio-nes y organizaciones, que no preservan y protegen debidamente información que puede ser sensible para la entidad. Estas incidencias se producen, por lo general, desde adentro; es decir, los causantes son personas con acceso a esta información, que la utilizan de manera inescrupulosa. Algunos de estos episodios han derivado en procesos penales”.

—¿Por qué cree que ocurren dichos ataques?—Por no cumplirse muchas de las medidas de se-

guridad que debieran asumir los usuarios se difun-den virus y códigos maliciosos en las diferentes redes corporativas, que en la mayoría de los casos crean daños notables a la integridad de los datos de una empresa, y en los servicios que ofrecen. Para hacer muchas de estas cosas no es necesario tener gran-des conocimientos de informática y mucho menos de programación, pues la mayoría se hacen con códigos y aplicaciones desarrollados por otras personas”.

Cargo baterías para la próxima estocada de inte-rrogantes, mientras González Díaz rememora de-talles específi cos de sus viajes al Uruguay y Suiza, por solo citar algunos lugares donde Cuba tiene convenios para los servicios postales, los cuales, tras bambalinas, aseguran, en cuestión de minutos, que un giro proveniente de Madrid o Lisboa aterrice de forma virtual en la mayor de las Antillas.

Las peripecias de este entrevistado no solo se ciñen a tierras lejanas. Acá, en sesiones alternas a sus funciones, es también profesor universitario en la Cujae de las disciplinas de Lógica y Algoritmos, Introducción a la Informática, Programación, Inteli-gencia Artifi cial, Sistemas Operativos, Matemáticas

Capturas de pantalla de la sección de rastreo de envíos de correos de Cuba 

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El curso de hacking ético, ofrecido por La Universi-dad de las Ciencias Informáticas y otras instituciones que de forma más selectiva también lo imparten, consiste en el estudio de pruebas de penetración a aplicaciones web. En tales sesiones se les enseña a los cursantes cómo utilizar ciertas herramientas y procedimientos para saber si la aplicación web que se analiza es vulnerable o no.

Ernesto se vuelve a otros puestos de batalla, donde están quizás muchos de sus alumnos ya hechos y derechos. Es de los que da crédito a sus retoños.

“Es una responsabilidad que no asumo solo yo; se desarrolla gracias a un equipo que genera aplicacio-nes, las cuales, de forma segura, intercambian datos entre ellas de forma automática, un trabajo que a veces es invisible para los usuarios de las aplicacio-nes, y que, evidentemente, es parte importante de los servicios que garantizan la seguridad y transpa-rencia de la información.

Según los términos de la blogosfera, a estos in-dividuos les han puesto hasta sombreros, en una

especie de homenaje al cine de Oeste. Dependien-do de los propósitos de cada hacker, hay ciertos colores para identifi carlos: blanco, negro, gris… Los “hackers de sombrero blanco” suelen trabajar con compañías en el área de seguridad informática para proteger el sistema ante cualquier alerta.

Le pregunto, entonces, a mi interlocutor si integraría el gremio de los sombreros blancos.

Él cavila un rato. Debe ser porque prefi ere no llevar sombreros ni etiquetas comunes, más bien se trata de una devoción particular, de una sed solo saciada cuando estrangula caracteres en el teclado: “Lo co-rrecto —señala— sería desmitifi car la idea absoluta construida a partir de este actor de la cibersociedad, ilustrado en las farándulas como el joven incompren-dido y aislado que viste ropas oscuras con capucha”.

¿Cavernícolas digitales?Según declaraciones de Gonzalo García Pierrat,

director de organización y control de la Ofi cina de Seguridad para las Redes Informáticas (Osri) al diario Granma, “uno de los grandes vacíos legales es que no existe una vía directa para sancionar a una perso-na por introducir programas malignos o acceder sin autorización a una red”.

El analfabetismo digital, la desactualización tec-nológica y la tecnofobia siguen siendo un talón de Aquiles. Si algunos foráneos ven a Cuba como una postal de los cincuenta por sus autos, un hacker pro-bablemente la perciba como una tribu de recolecto-res, cazadores y pescadores.

La nueva reforma constitucional, aún en pro-yecto, abre una ventana a lo que pudiese ser una actualización de ciertas pautas y vacíos legales. En el ámbito de los recientes debates del Proyecto de Constitución de la República de Cuba, el artículo 11, (Título I: Fundamentos Políticos) establece los límites en los que Cuba tiene jurisdicción y responsabilidad estatal. En consonancia con tal tópico, se han plan-teado varias líneas encaminadas a retratar mejores entornos online.

El ejercicio del poder supremo del Estado dentro y fuera de su territorio, en los casos de extrate-rritorialidad debe valerse, entonces, para adecuar este concepto a la realidad que presenta el cibe-respacio y así proteger los derechos fundamenta-les de los ciudadanos en cualquier dimensión en que estos interactúen. Al añadir esa dimensión al artículo, se asegura el derecho del Estado para establecer normas encaminadas a regular el uso adecuado y el comportamiento en la red en fun-ción de garantizar la libertad y seguridad de todos los ciudadanos. Acaso sería esta la hoja de ruta in-dicada para navegar, sin naufragios, en las aguas virtuales cubanas.

¿CÓMO SE VEN A SÍ MISMOS?

42,28 %

18,12 %

10,07 %

24,16 %

5,37 %

Experto genio

Libertador / bueno

Innovador / curioso

Malo / ladrón

Perezoso

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ZONAAPP

Seguridad en primer plano

Confi ar en tu dispositivo no es mala idea, y para que puedas hacerlo, te

proponemos tres aplica-ciones que guardarán tus

contraseñas, monitorea-rán tu tráfi co en Internet y

reproducirán casi cual-quier archivo de video

Por Alberto C. Toppin

¿Alguna vez has olvidado una contraseña, o tu nombre de usuario de algún sitio web? Es

normal. Mientras nuestras vidas se apropian cada vez más de las tecnologías, la seguridad informática también se hace presente. Tenemos un PIN para la línea celular, un PUK por si olvidamos el PIN, una palabra de acceso para Facebook, Twitter, Insta-gram, Medium, Google, LinkedIn, un patrón de des-bloqueo del teléfono (que, por cierto, no es de los métodos más seguros)...

Con lo agitada que se ha vuelto la vida, recordar cada palabra se ha vuelto un dolor de cabeza (a mí, por ejemplo, siempre se me olvida la contraseña de la cuenta en Twitter de nuestra revista). Por supues-to, no podemos decirte específi camente cómo con-formar estos accesos, pero hay pistas. Por ejemplo, Chrome ha desarrollado una herramienta de gene-ración de passwords que también las guarda para cuando accedas al sitio. Sin embargo, no es muy confortable la idea de que Google tenga este tipo de información privada.de información privada.

Afortunadamente, AgileBits desarrolló una herra-mienta muy útil para estas situaciones: 1Password.

Básicamente, esta app es una bóveda de doble seguridad para guardar varios tipos de información confi dencial, desde los datos de la cuenta bancaria, identidades, cuentas de correo electrónico y con-traseñas hasta tarjetas de crédito. Doble seguridad porque, al inicio, la aplicación pide una contraseña

general, que es con la que podrás acceder a todos los servicios, pero si por alguna casualidad la dejaste abierta demasiado tiempo, para reingresar lo que te pedirá será un PIN previamente registrado. Estas funciones son modifi cables en los Ajustes.

Si eres de los que utilizan varios dispositivos a la vez (tablet, teléfono celular y hasta computadora), y quieres mantener todo en sintonía, 1Password tiene no una, sino dos soluciones. Por un lado, puedes permitir que la aplicación se sincronice y voilá. Si, por el contrario, eres muy desconfi ado sobre quién puede tener acceso a tu información (bienvenido al club), puedes usar una sincronización manual. La aplicación guarda toda su información en una carpeta. Basta con que la copies al dispositivo de-seado y, para asegurarte aún más de que ningún desconocido tenga acceso, quítale a la aplicación la conexión a Internet mediante un cortafuegos o fi rewall. Advertencia: con esto último, la aplicación no podrá acceder a los sitios webs cuyos inicios de sesión guardaste previamente.

¿De negativo? Quizás el diseño podría ser más Ma-terial Design, con colores más vivos, pero 1Password sigue los patrones estawblecidos por iOS, sistema para el cual está disponible una versión.

Data Monitor: sigue de cerca cuánto gastas en Internet

¿Recuerdas las pruebas de Etecsa para expandir el acceso a Internet mediante los datos móviles? Fue

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en la segunda y la tercera cuando, de manera masi-va, comenzamos a preocuparnos por cuánto tráfi co generan las aplicaciones de nuestro móvil o tablet.

Por supuesto, además de los mecanismos de la compañía telefónica, existen varias vías para saber cuántos “megas” ha consumido nuestro dispositivo. Por defecto, Android tiene una suerte de medidor de volumen por datos móviles — que, para exacti-tudes mayores, remite a las estadísticas del provee-dor —, así como alertas mensuales a manera de re-cordatorios. Sin embargo, la revisión constante de la marcha del consumo resulta el mejor aliado para usar efectivamente nuestro Internet por móvil. Y, para esto, Data Monitor.

Desarrollada por la empresa japonesa Lifesu, esta aplicación resulta un medidor de tráfi cos generados desde y hacia el dispositivo, así como de la velocidad de conexión. Completamente construida siguiendo las pautas del Material Design, la información que brinda resulta de fácil lectura. En la página princi-pal, por ejemplo, muestra los datos consumidos por cada aplicación —en verde para la WiFi y en azul para los datos móviles —. Al seleccionar algunas de las apps, muestra un gráfi co de barras con los volú-menes de datos en dirección a los servidores y desde estos, por supuesto, siguiendo los mismos patrones de verde/azul.

Dentro de la confi guración, existen más opciones. Por ejemplo, la primera sección se refi ere a la visua-lización de la velocidad. Puede establecerse como una barra de posición modifi cable que se activa al tocar el área de notifi caciones correspondiente a la app. En la segunda, se puede ajustar el contenido de otra notifi cación en la barra de estado para que muestre un periodo, red — en el caso de la WiFi, permite seleccionar una en específi co — y la unidad de medida (megabytes o gigabytes).

Desgraciadamente, hay malas noticias: hay opcio-nes Premium. Se debe pagar para la visualización en la barra de estado, para el widget y para ocultar la publicidad. A Cuba no le funciona esto.

Reproductor MX: dale play a una nueva ex-periencia

Todos los dispositivos actuales traen por defecto un reproductor de video. Es lógico: en los tiempos que corren, se apuesta muchísimo por la visualiza-ción de imágenes en movimiento y con audio.

Sin embargo, estos reproductores vienen con li-mitaciones en cuanto a las confi guraciones, y a veces, hasta los formatos admitidos. Por ejemplo, los subtítulos pueden estar restringidos a una sola tipografía, apenas tres variantes de tamaño y unos pocos colores.

Dichas limitaciones no están en el Reproductor MX.

Creada por J2 Interactive, esta app resulta una potente herramienta. Por defecto, puede reconocer más de 170 tipos de extensiones de archivos de au-dio y video e, incluso, se puede añadir elementos a la lista. Esta es una de las decenas de opciones ofrecidas en sus Ajustes.

Predeterminadamente, la aplicación viene en un tema claro, pero puedes cambiarlo en Ajustes/Lis-ta/Apariencia/Tema. Existen 24 variantes, muchas de ellas en Material Design. También en el menú Lista puedes confi gurar la existencia de un botón fl otante, la duración de la etiqueta New para lo recién agregado, mostrar los videos ocultos y res-petar o no el .nomedia, –archivo que te oculta de los navegadores la carpeta donde está–, entre otras.

También existe una sección dedicada a los deco-difi cadores. Según las características del dispositivo, Reproductor MX permite usar indistintamente tres: por software (SW), por hardware (HW) y por hardware plus (HW+). En el primer caso, permite establecer cuántos núcleos de CPU como máximo deben utilizarse. A esto se le suma la posibilidad de establecer uno para la reproducción en red. Tanto el decodifi cador por software como aquel por hardwa-re plus permiten subir el volumen de audio hasta un 200% de su capacidad original.

Además, al regresar a un video que no se había reproducido completo, la aplicación pregunta si continuar desde donde se dejó o iniciar una nueva reproducción.

Si te lo preguntas ya, sí: tiene una característica negativa. Producto de discrepancias entre los pro-ductores del formato comprimido de audio AC3 y los desarrolladores de Android, puede que en la ver-sión de nuestra carpeta en Mega algunos archivos se te reproduzcan sin sonido, y que la aplicación te alerte que el mencionado formato no está soporta-do. Pasa con varios reproductores. Hay una solución para ello: descargar un códec específi co según el hardware, que viene en otra aplicación del mismo programador.

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Dispositivopara altavozen ofi cinas yconferencias

CONSTRÚYALOUSTED

Un equipo de teleconferencias se vende en la red comercial a un precio de unos 17 cuc, en su modelo más sencillo. Pero no es lo sufi cientemente efi caz por su baja capacidad de audio. Nuestra propuesta les permitirá construir a muy bajo costo su propio imple-mento para amplifi car el sonido, sin afectar el funcio-

namiento de otros equipos de la ofi cina

Por Luis Miguel López Méndez

El dispositivo que ideamos se puede articular a un teléfono

común, en cuyo otro extremo se pueden acoplar unas bocinas de PC sin ningún tipo de modifi ca-ción. Herramientas a utilizar (Fotos 1 y 2) - Cautín y estaño- Pinza de punta fi na- Pinza de corteOtros materiales- Termocontraíble - Silicona- 1 Jack de audio (Foto 3)- 2 plug hembra Rj 7 (Foto 4)

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Descripción y forma de uti-lización

El dispositivo consta de dos conectores Rj 7 hembras recupe-rados de un teléfono fijo común, los cuales fueron montados en paralelo para mantener el circui-to normal del sistema telefónico. En el otro extremo se encuentra montado un Jack hembra de au-dio recuperado de una mother-board de PC en desuso u otros sistemas de audio, como los de celulares.

A este Jack se le conectan el audio proveniente del teléfono (Foto 5) para que sea amplificado por el sistema previamente exis-tente. Estos componentes fueron pegados con silicona y recubier-tos por un protector dieléctrico termocontraíble de 2,5 cm de ancho por 6 cm de largo apro-ximadamente (este se determina por la forma final del dispositivo).

Para una completa utilización del sistema se debe incluir otro cordón Rj 7 común para conectar-lo entre el segundo Rj 7 hembra y el auricular. Esto no es necesario más que para la transmisión, aun-que también se le puede adaptar otro micrófono exterior a elec-ción del usuario.

Impacto económico- Costo: Ninguno (todos los ma-teriales son recuperados).- Tiempo empleado en el trabajo: Aproximadamente 30 minutos.- Tiempo de explotación: No se deteriora con facilidad.

Dispositivo terminado

Complementos de un auricular de teléfono fijo

Cápsula receptora

Cápsula transmisora

ConectorRj7

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TIEMPOPARAPENSAR

EN NUESTRO PRÓXIMO NÚMERO:

HITOS DE LA CIENCIA EN 2018

HUMORMUTANTE

PUZZLEPor José Pérez-Galdós

Nombres femeninos

RESPUESTA

Nombres femeninos

AMANDA - AURORA - ALICIA - AIMARAAMALIA - ALBITA - AMELIA - IRIS - ASEL - ANA ASIELA ALBA - ADIN - AGATHA - CELINA CARMEN - DAYANA - DORITA - DALILA - DIANET ELIZA - ILIA IRMA - IVIS - ILSI - IRAIDA - ISABEL LESVIA - LIAN LINA - LIE - MINA - NORI - SONIA MARA - MARTA - NORA - NOELIA - LOLA - RAYSESORAYA - TERESA - TOMASA - TAMARAYAZMIN – ZULEMA

RESPUESTA

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