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PRINCIPALES ENFERMEDADES

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PRINCIPALES ENFERMEDADES

Las enfermedades musculoesqueléticas pueden presentarse de manera muy diversa, según afecten a los tejidos blandos, al tejido óseo o a las articulaciones. Estas influyen en la actividad física y el rendimiento del caballo, así como en su salud.Podríamos enumerar múltiples causas por las cuales nuestros caballos pueden ver afectado, en mayor o menor medida, su rendimiento deportivo. Dentro de ellas, hay que considerar las enfermedades musculoesquéleticas como las principales responsables, no sólo de la disminución de la capacidad atlética del caballo, sino también, como el agente que va a frenar, en ocasiones definitivamente, cualquier actividad deportiva del animal.Las articulaciones van a aparecer como protagonistas en la mayoría de casos. En ocasiones, los caballos presentan “ese mal” tan temido como puede ser la artritis, la osteoartritis o la enfermedad degenerativa articular.

Estructura articularPara entender mejor su función y la manera en que se pueden ver afectadas las articulaciones por la artritis, describiremos brevemente su constitución. Las articulaciones son estructuras complejas formadas por una serie de tejidos conectivos: hueso, hueso subcondral, cartílago articular y tejidos periarticulares. Están formadas por dos superficies óseas cubiertas de cartílago que se encuentran en contacto, sometidas a una gran presión, y que mediante su movilidad van a permitir el avance del caballo.Las estructuras que forman el conjunto de la articulación trabajan en equipo, de manera que cualquier alteración en alguna de ellas va a dar lugar a una mayor o menor inflamación articular, que depende de la gravedad de la lesión y de su localización.

Líquido sinovialConocer la estructura y el funcionamiento de las articulaciones es importante para entender cómo y dónde se producen las lesiones más frecuentes. La articulación presenta en su interior cierta cantidad de líquido sinovial, el cual se encarga de lubricar y así facilitar el movimiento de ambas superficies articulares. La cantidad de líquido varía según el tamaño de la articulación y de si ésta presenta alguna patología o no.Superficies articularesEstas superficies están sometidas a un gran estrés, por lo que necesitan un sistema de amortiguación propio: el cartílago articular. Este se encarga de distribuir y soportar, junto con las otras articulaciones, la carga del cuerpo y la presión ejercida por la acción del movimiento del caballo en la recepción, que puede llegar a ser desorbitada en ciertos momentos del ejercicio del animal.

A su vez, el hueso subcondral, localizado a continuación del cartílago articular, actúa a modo de ayuda de este último y, aunque en menor medida, atenúa las presiones ejercidas en la articulación, de manera que ambos se encargan de ejercer una distribución sustancial de la carga-peso. Debajo del cartílago articular encontraríamos el hueso.Tejido periarticularEl tejido que se encuentra alrededor de la articulación recibe el nombre de tejido periarticular: ligamentos, músculos, tendones y cápsula articular. Esta última, aunque menos conocida, actúa a modo de envoltura que rodea y protege la articulación. Estos tejidos proporcionan estabilidad y protección, de manera que cualquier patología que se produzca en ellos alterará su función y creará inestabilidad. En tal caso, se producirá una disminución de su eficacia a la hora de distribuir la carga-peso y, por lo tanto, aumentará la posibilidad de que se produzca una inflamación en el conjunto de la articulación (figuras 1 y 2).

Figura 1. Comparación de una articulación normal (izquierda) frente a una articulación que presenta signos de artritis (derecha). 1 - Hueso subcondral; 2 - Tejido periarticular; 3 - Cartílago articular; 4 - Líquido sinovial; 5 - Cartílago irregular defectuoso; 6 - Tejido periarticular inflamado/fibrosis; 7 - Formación de hueso nuevo en el borde articular (osteofito).

Figura 2. Articulación interfalángica proximal de una extremidad anterior

(cuartilla) en la que podemos apreciar signos

graves de artritis en la zona lateral (zona

derecha) y cambios moderados en la zona

medial (zona izquierda).

¿Qué es la artritis?Podríamos definirla como una enfermedad degenerativa que afecta a las articulaciones y que se caracteriza por la degeneración y pérdida del cartílago articular, así como por el desarrollo de nuevas formaciones de hueso en la superficie y en los bordes de la articulación.CausasSe cree (como en los humanos), que las artritis que padecen nuestros équidos no se deben a una enfermedad única como tal, sino a una respuesta común de los tejidos de la articulación a una serie de causas. En muchas ocasiones, el verdadero origen de esta patología no está bien determinado.Así mismo, existen ciertos factores que van a tener un mayor peso a la hora de contribuir a que se produzca la artritis. Este es el caso de los traumatismos, las infecciones y las enfermedades ortopédicas producidas durante el desarrollo del animal, como la osteocondrosis, los defectos de conformación en las extremidades, etc.

Sin embargo, cualquiera de las estructuras articulares que se vieran afectadas podrían dar lugar a una pérdida de la estabilidad. Esta pérdida es el primer paso para que se establezca un proceso inflamatorio.PatogeniaAnte un proceso inflamatorio, el interior de la articulación experimenta una serie de cambios que suelen manifestarse externamente mediante signos clínicos característicos, que van a ser más o menos importantes en función de la gravedad de la lesión.La estructura que se va a ver afectada en primer lugar es, en la mayoría de los casos, el cartílago articular. En un proceso artrítico, por regla general se va a producir una disminución del grosor del cartílago articular y, por consiguiente, se pierde la “capacidad amortiguadora” de la articulación. Al perderse ésta, se va a ver afectado el hueso subcondral, que se encuentra justo por debajo del cartílago articular.

Por lo tanto, al impactar el casco contra el suelo se va a transmitir una fuerza ascendente, de manera que al llegar a la articulación afectada no se producirá esa atenuación-amortiguación del impacto y los tejidos de la articulación se resentirán en mayor medida que en una articulación normal. Este tipo de traumatismo repetido de manera continuada en el tiempo dará lugar a un aumento del daño articular, se producirán unos cambios en el interior de la articulación y aumentará la cojera. Normalmente se obtiene una peor respuesta al tratamiento, al igual que un peor pronóstico para la vida deportiva del animal o incluso, en ocasiones, para la misma vida del animal (figuras 3 y 4).

Figura 3. Articulación femorotibial medial izquierda (articulación en zona interior de la babilla) con signos graves de artritis.

Figura 4. Articulación femorotibial medial normal (derecha).

¿Cuáles son los signos clínicos?Fundamentalmente, se va a presentar dolor articular que va a manifestarse en forma de cojera y que, según la gravedad de la lesión, tendrá una mayor o menor gravedad; incluso pueden existir cojeras en las que nuestro caballo es incapaz de apoyar la extremidad.Además de dolor articular puede presentarse un aumento del líquido sinovial -dentro de la articulación- que va a ir en la mayoría de ocasiones en consonancia con la gravedad de la lesión, con lo cual, en muchas ocasiones veremos una articulación aumentada de tamaño, que a veces presenta calor y dolor a la palpación-flexión.En ciertos casos, simplemente va a existir una disminución en el rendimiento deportivo o incluso una mayor rigidez o menor fluidez en los movimientos de nuestro caballo, de manera que se requerirá una investigación más compleja del problema.

Resulta difícil determinar la gravedad de una cojera únicamente mediante los signos clínicos del caballo. De ahí, que sea primordial -una vez establecido el origen de la cojera por un veterinario especializado-, el uso de métodos diagnósticos tales como el examen radiográfico, el examen ecográfico, la resonancia magnética, la escintigrafía y/o la artroscopia. Mediante ellos vamos a investigar e intentar descubrir qué ocurre en el interior de la articulación y en los tejidos que la rodean (figuras 5, 6 y 7).

Figura 7. Articulación intertarsiana distal (corvejón) con signos graves de artritis medial (zona izquierda de

la imagen). Esparaván.

Figura 6. Articulación metacarpofalangiana (menudillo) en una extremidad anterior con signos de artritis en el aspecto medial de la primera falange (zona derecha de la imagen

Figura 5. Articulación interfalangiana proximal (cuartilla) en una extremidad anterior con signos graves de artritis dorsal

Hay que mencionar la importancia que tiene la conocida artritis séptica. Dicha enfermedad se produce como consecuencia de una infección que tiene lugar en la articulación. En la mayoría de ocasiones, tiene su origen en heridas localizadas en la zona articular. También pueden tener un origen hematógeno (vía sanguínea) debido a la existencia de una infección situada en otra parte del organismo (como el ombligo). Esto es frecuente en potros, a temprana edad y con un sistema inmune deprimido.En cualquier caso, la importancia de una artritis séptica es mucho mayor que la de una artritis de origen traumático. Hay que establecer un diagnóstico y un tratamiento inmediato con el fin de evitar la progresión de la enfermedad que con total seguridad tendrá un fin fatal para nuestro caballo si no existe una pronta intervención veterinaria.

TratamientoA pesar de que existen diferentes tipos de medicamentos para tratar y aliviar los signos clínicos de esta enfermedad degenerativa articular, el mejor tratamiento es la prevención.Entre los medicamentos que podemos usar para tratar la artritis van a existir diferentes modalidades. Optaremos por una u otra dependiendo de la naturaleza y gravedad del proceso, así como de la/s causa/s que lo originan.Existen productos que se pueden administrar por vía sistémica, es decir, mediante medicación oral, intramuscular y/o intravenosa y existe un segundo grupo de medicamentos que se administran por vía intraarticular, es decir, dentro de la articulación.Los primeros pueden resumirse en dos:Antiinflamatorios no esteroideos cuya función es, como indica su nombre, reducir la inflamación en la articulación.Glicosaminoglicanos, condroitín sulfato y ácido hialurónico

que ayudan a mejorar el medio interno de la articulación y, aunque también presentan cierto efecto antiinflamatorio, van a favorecer principalmente el metabolismo del cartílago articular y la lubricación (líquido sinovial) de la articulación.

Existen productos en el mercado que se pueden administrar por vía oral, aunque también existen preparaciones para su administración por vía intravenosa, como es el caso del ácido hialurónico o por vía intramuscular, como los glicosaminoglicanos. Estos productos van a requerir en la mayoría de ocasiones de una administración regular a lo largo del año para poder obtener resultados evidentes.• Los segundos son los medicamentos intraarticulares, de

uso exclusivo veterinario, que se administran dentro de la articulación afectada y que son también muy variados:

Los antiinflamatorios esteroideos o corticoides son los más conocidos y optaremos por uno u otro según la patología articular. Estos van a presentar diferente composición y con ello diferente manera de actuar.• Entre los medicamentos intraarticulares tenemos que

destacar una nueva generación de productos que benefician el medio interno articular, puesto que reducen la inflamación y favorecen la “restauración” de las zonas dañadas. Entre ellos tenemos el IRAP (interleukin 1 receptor antagonist protein), que recibe su nombre de la acción que realiza ya que bloquea la interleucina 1. Esta es una proteína “inflamatoria” que tiene un papel fundamental en el proceso inflamatorio. Por tanto, al actuar sobre ella mediante este tratamiento, vamos a disminuir la inflamación articular.

• El ácido hialurónico también se puede administrar directamente dentro de la articulación con el fin de mejorar la lubricación y, así, el movimiento articular.

• El tiludronato es un medicamento que se ha comenzado a usar recientemente para el tratamiento de la artritis y, aunque fundamentalmente se ha usado más en las que se producen en el tarso (corvejón), que conocemos con el nombre de esparaván, se ha demostrado que puede tener cierto beneficio en otras localizaciones como, por ejemplo, en el dorso (vértebras torácicas-lumbares con signos de artritis). Actúa inhibiendo las células encargadas de destruir el hueso, de manera que al producirse una menor destrucción ósea habrá menos daño en el hueso y por consiguiente, menos artritis.

Las ondas de choque extracorpóreas han demostrado también tener un efecto beneficioso en determinados tipos de artritis, para lo cual se requieren varias sesiones espaciadas en el tiempo.

Comentar que, aunque hemos mencionado únicamente los tratamientos no quirúrgicos, en ciertas ocasiones este tratamiento médico no proporciona la respuesta esperada, sobre todo en aquellos casos muy avanzados, y hemos de recurrir a la cirugía, normalmente en casos avanzados de artritis.

Concluiremos diciendo que verdaderamente la mejor medicina en nuestras manos va a ser la prevención y nuestra perseverancia en el cuidado diario de nuestros équidos así como, por supuesto, el trabajo en conjunto con el veterinario, herrador, fisioterapeuta, osteópata o cualquier profesional con el que colaboremos.

Prevención

Principalmente esta prevención se sustenta en tres principios básicos para cualquier propietario que consisten en:1. Corregir los defectos de conformación (deformaciones

angulares, flexoras, aplomos, etc.) en los potros a una edad joven. En adultos hay que asegurarse de que presentan un herraje acorde con sus necesidades.

2. Establecer una dieta y un plan de ejercicios adecuado a la naturaleza y tipo de nuestro caballo.

3. Establecer un pronto diagnóstico y tratamiento veterinario ante el primer signo clínico —generalmente suele ser una cojera leve—, que nos haga sospechar de esta enfermedad y evitar la “automedicación”.

ENFERMEDADES RELACCIONADAS CON LA DIETALo que comen los caballos tiene una relación directa con su bienestar, su salud y su capacidad para desempeñar su trabajo. Aunque los caballos comen y digieren bien los alimentos de origen vegetal, no pueden comer cualquier planta. Hay algunos alimentos que no pueden digerir, otros que son tóxicos y otros que aunque sean sanos, tienen la posibilidad de tener mohos, parásitos u otras toxinas. Tenemos que elegir alimentos que el caballo pueda digerir, que tengan los nutrientes correctos y que no contengan ninguna sustancia peligrosa. Además si en la dieta hay desequilibrios en los niveles energéticos, o en la cantidad de vitaminas y minerales, podrían surgir ciertas enfermedades.

Problemas de Crecimiento (EOD)Las Enfermedades Ortopédicas del Desarrollo (EOD),la osteocondrosis y el síndrome de Wobbler son multifactoriales. Sabemos con seguridad que los problemas de crecimiento son una mezcla de genética, nutrición (de la madre gestante y del potro), manejo, y a veces suerte. Pero, tenemos en nuestras manos la capacidad de reducir el nivel de EOD en los potros si utilizamos los niveles correctos de nutrientes y un manejo adecuado, especialmente, si lo hacemos desde la fase en que preparamos los potros para el destete hasta los 14 meses.La EOD está relacionada con desequilibrios en la ración que aumentan el riesgo de padecer problemas. Excesos o proporciones incorrectas de calcio, fósforo o micro-minerales como el cobre, zinc y manganeso, pueden causar o empeorar los problemas relacionados con el crecimiento. 

Además hay ciertos momentos en que la falta de algún mineral en la madre gestante se traduce en un aumento importante del riesgo de padecer algún tipo de EOD.La sobrealimentación también está relacionada con las enfermedades de crecimiento en los potros. Un crecimiento demasiado rápido está directamente relacionado, entre otros, con ciertos casos de fisítis y osteocondrosis (OCD). La osteocondrosis puede ser realmente perjudicial para el rendimiento deportivo del potro ya que puede causar inflamación en las articulaciones, quistes, cojeras y artritis. Más del 60% de los casos de OCD se pueden diagnosticar antes de que el potro cumpla 12 meses. Si el potro pesa demasiado, sobrecarga las articulaciones y la zona fiseal. El exceso de calorías también causa reacciones hormonales que afectan el crecimiento y el desarrollo óseo.

No vamos a poder erradicar la EOD ni los problemas de crecimiento como osteocondrosis y fisítis. En los países que miden el porcentaje por finca, está aceptado que un 10%-15% es irremediable, pero en España, el porcentaje es mayor. Además tenemos que tener claro que no siempre perjudican al rendimiento deportivo del caballo, aunque a veces puedan afectar al caballo de manera importante, haciendo que termine su carrera antes de empezar. Pero está claro que cuanto menos EOD tengamos en los potros, mejor para el potro y mejor para nuestro bolsillo. Ya que ahorraremos gastos veterinarios y además podremos vender el potro más caro.

Hiperparatiroidismo nutricional secundarioEsta enfermedad se llama de manera coloquial “la enfermedad del salvado”. Causada por una dieta demasiado alta en fósforo, por no recibir suficiente calcio o por usar una fuente de calcio no absorbible para el caballo. La proporción correcta de calcio/fósforo es entre 1,8/1 a 2/1. Si la ración del caballo contiene cantidades altas de salvado o cereales, el nivel de fósforo será alto. Por una falta leve de calcio en la dieta, la hormona paratiroidea hace que el cuerpo use el calcio de los huesos para utilizarlo en procesos metabólicos prioritarios. El resultado es una reducción de calcio en los huesos y la correspondiente reducción de calidad ósea del caballo. Los síntomas de este problema pueden ser cojeras leves y cambiantes sin diagnóstico firme, distorsión de los huesos de la cara y se empiezan a caer los dientes. Si se corrige pronto el desequilibrio en la dieta, se puede resolver el problema, pero si esto llega a causar daños en el esqueleto, no hay marcha atrás.

Enfermedad de Músculo BlancoSi la ración no contiene suficiente selenio, puede causar problemas musculares. En España, hay bastantes regiones con falta de selenio en la tierra que hace que los forrajes tengan menos selenio de lo normal. Hay que vigilar que el nivel de selenio sea el adecuado. El NRC (National Research Council) recomienda un nivel de 0,1 mg/kg en la dieta. El problema se evidencia en los potros, si experimentan dolor muscular y poca flexibilidad, también pueden padecer problemas cardiacos y los caballos mayores pueden sufrir crisis frecuentes de rabdomiolisis (Enfermedad de los Lunes).El problema con el selenio es que puede llegar a ser tóxico si se proporciona en exceso. A partir de 2 mg/Kg en la dieta es peligroso según el NRC. Un exceso de selenio causa cólicos, diarrea, pérdida de pelo y la separación de los cascos de la corona. Se dan casos de exceso de selenio cuando en ocasiones los propietarios añaden a la dieta varios suplementos, todos ellos con selenio, o por equivocaciones en la formulación de piensos comerciales.

Problemas neurológicosEnfermedad del Maíz con Moho –La Encefalomalacia está asociada con la ingesta de maíz que ha sido contaminado por el hongo Fusarium moniliforme. Este hongo se encuentra en el maíz que ha sido estresado por sequía, enfermedad o insectos antes de su recogida. Si hay un nivel alto de humedad, la presencia del moho aumenta. Si el caballo ingiere altos niveles de este hongo durante un corto periodo de tiempo, tendrá problemas de hígado. Si toma pequeñas dosis pero durante mucho tiempo, el moho causará daños al cerebro. Algunos síntomas de que el caballo tiene este problema son, pérdida de apetito, cambios de comportamiento como depresión, nerviosismo y síntomas neurológicos como ceguera y dificultad para masticar y tragar, temblores musculares y coma. Según la cantidad ingerida, los síntomas clínicos aparecen entre 7 y el 75 días y la muerte 2 y 3 días después.

Botulismo- En alimentación ocurre cuando el caballo ha ingerido un pienso o forraje con la toxina producida por el Clostridium botulinum. Esta toxina aparece cuando un animal o pájaro muerto está (por accidente) dentro de la paca de heno o si es procesado en un pienso. El ensilado incorrectamente preparado permite la descomposición de la materia orgánica y puede producir la toxina. El heno húmedo o podrido, especialmente la alfalfa, pueden tener esta bacteria. La toxina del botulismo es letal y hay que evitar el riesgo a toda costa.El botulismo puede afectar a potros muy pequeños. Si la bacteria llega al tracto gastrointestinal, puede proliferar y emitir una toxina que afecta a los tejidos de los nervios y músculos. Si esta toxina está presente en una finca, se debe vacunar a las yeguas gestantes para proporcionar los anti-cuerpos a los potros a través del calostro.

Problemas IntestinalesÚlceras Gástricas – pueden afectar a cualquier caballo o potro. Los ácidos digestivos están presentes en el estómago del caballo aunque este no esté comiendo. El tejido de la parte baja del estómago tiene cierta protección, pero el de la parte alta no la tiene. La mayoría de las úlceras se localizan en esta parte del estómago.La causa principal de las úlceras en el caballo es debida a la costumbre de proporcionar los alimentos en “tomas” similares a las comidas usuales para el ser humano. El caballo no está hecho para tener el estomago vacío. Si hay que proporcionar pienso en la dieta, cuanto más tomas reciba el caballo, menos riesgo tiene de padecer úlceras. Cuando hay alimentos presentes en el estómago, el ácido no perjudica a sus tejidos. También sabemos que el uso de forraje y especialmente alfalfa corrigen el nivel de ácido en el estómago y proporcionan una mayor protección.

Si utilizamos cereales en la dieta del caballo, el estómago produce más ácido y aumenta el problema. En general, para prevenir las úlceras, los propietarios deben aumentar la ingesta de forraje y reducir al mínimo necesario la ingesta de cereales.

Enterolitos—En ciertas zonas de España los caballos reciben altos niveles de alfalfa. La alfalfa contiene altos niveles de calcio y magnesio. Esto aumenta la posibilidad de desarrollar una especie de “piedra” conocida como enterolito. Las sales se acumulan alrededor de un objeto pequeño, por ejemplo una piedrita, pudiendo crecer hasta obstruir el colon y causar dolor y cólicos. Hay que operar al caballo para resolver la situación. En general, recomendamos no proporcionar alfalfa como única fuente de forraje.Problemas Relacionados con La ObesidadLa nutrición incorrecta incluye la sobre-nutrición. Hace falta una cierta ingesta de calorías para mantener al caballo en un peso adecuado. Cuando se proporciona un exceso de calorías, se perjudica el rendimiento deportivo del caballo y su calidad de vida. La obesidad está considerada una enfermedad.

Lipomas—Un lipoma intestinal es un tumor de grasa que llega a cubrir los intestinos. La raíz del tumor puede llegar a estrangular el intestino. El caballo tendrá cólicos constantes y muy dolorosos. Los lipomas son más comunes en los caballos árabes que sufren sobrepeso.Laminitis- Es la inflamación de las láminas de los cascos. Cualquier caballo puede padecer laminitis, aunque ciertos caballos son más propensos que otros. Tiene varias causas, pero en la mayoría de los casos, es claramente un problema relacionado con la nutrición del caballo y su sistema digestivo. La causa más común de la laminitis es la ingesta de dietas altas en cereales. A corto plazo, si el caballo come altos niveles de almidón (presente en los cereales) o de azúcar (presente en las prados en primavera), puede padecer una laminitis repentina. El almidón o el azúcar llegan al intestino grueso y cambian el pH de manera radical y permiten la proliferación de endotoxinas. Lo que también afecta a los niveles hormonales.

Si el caballo sufre sobrepeso, el sistema endocrino se descontrola, porque la grasa almacenada altera los niveles hormonales. El sistema circulatorio de los cascos es especialmente sensible a estos cambios. La mejor prevención es reducir la ingesta de almidón, azúcar y mantener el caballo en un peso adecuado. Está claro que la nutrición tiene un papel evidente en la salud del caballo. Cuando proporcionamos una dieta incorrecta, no solo perjudicamos al rendimiento deportivo. Si queremos prevenir las enfermedades más comunes, hay que proporcionar una dieta que respete la naturaleza del caballo con un aporte calórico y nutricional adecuado para la actividad que desarrolla.

PRINCIPALES LESIONES DE LA PIEL

HABRONEMIASIS o LLAGA DE VERANOSe le conoce por varios nombres tales como: llaga de verano, manare, picado de araña entre otros. La Habronemosis Cutánea es una enfermedad parasitaria atípica, producida por la infestación de la larva de un parasito, sobre alguna región de la piel del caballo. ETIOLOGIA La enfermedad es producida por larvas de Habronema muscae, Habronema majus y Drashia megastoma, estos agentes etiológicos son parásitos del tracto gastrointestinal de los équidos y es por esa razón, que su presentación clínica cutánea solo obedece a un desafortunado error en el ciclo biológico del parásito.

TRASMISIÓN Los huevos de parasito son excretados al medio ambiente en las heces de los caballos infestados, las moscas los ingieren desarrollándose dentro del insecto el estadio infectivo del parasito. Posteriormente las moscas se posan sobre alguna región de la piel y si existen abrasiones o soluciones de continuidad son allí colocadas por estos insectos. PATOGENESIS Una vez que la larva es depositada en la piel se inicia una severa reacción inflamatoria y de hipersensibilidad, que provoca un intenso prurito que provoca que los animales se lastimen más al rascarse continuamente produciéndose lesiones nodulares o ulcerativas de diversa magnitud.

SIGNOS CLÍNICOS Lesiones cutáneas nodulares o ulcerativas son de localización variable siendo estas más comunes en las extremidades, canto medial del ojo cerca del conducto naso lagrimal, prepucio y proceso uretral. Hay presencia de tejido de granulación y exudado inflamatorio variable según sea la severidad del caso. DIAGNÓSTICO Para lograr un Diagnóstico definitivo de la habronemosis cutánea, deben incluirse en el diferencial otras patologías tales como: Granuloma infeccioso, Carcinoma de las células escamosas y Sarcoma equino. El diagnóstico definitivo no se puede realizar basándose exclusivamente en los signos clínicos los cuales además varían de acuerdo a la ubicación de la lesión, pudiendo en algunos casos provocar signos asociados tales como disuria si la lesión produce obstrucción uretral.

La biopsia de las lesiones constituye la principal herramienta diagnostica sin embargo sus resultados no siempre permiten realizar un diagnóstico definitivo por lo que en la práctica no se realizan frecuentemente. TRATAMIENTO En este tipo de afecciones el tratamiento varía con la ubicación y severidad de la lesión cutánea. Se utilizan pomadas preparadas con antiinflamatorios, antihelmínticos, organofosforados, antibióticos y hasta extirpación quirúrgica según el caso. También se utilizan algunos de los anteriores fármacos por vía parenteral. PREVENCIÓN Y CONTROL Esta enfermedad presenta un alto grado de recidiva debido a que las larvas continuamente son excretadas al medio ambiente por los caballos infestados y a la alta presencia de los vectores, las moscas, por lo que todas medidas tendientes a controlar lo anteriormente expuesto beneficia la evolución de los casos clínicos y controla la aparición de nuevos casos.

DERMATITIS POR HONGOS

Los hongos son microorganismos omnipresentes en nuestro ambiente, la gran mayoría de los hongos son microorganismos del suelo o infectan a los vegetales; sin embargo, más de 300 especies actúan como patógenos en animales. Una micosis es una enfermedad causada por un hongo. Una dermatofitosis es una infección de los tejidos queratinizados, el pelo y el estrato córneo causado por especies de Microsporum, Trichophyton o Epidermophyton. Los dermatofitos tienen la capacidad exclusiva de invadir los tejidos queratinizados y mantenerse en ellos. La dermatofitosis y la dermatomicosis son entidades clínicas diferentes. Los hongos no son una causa común de enfermedad cutánea como se supone.

Los dermatófitos se transmiten mediante el contacto con pelos y escamas infectados o con elementos micóticos presentes sobre animales, en el medio ambiente o sobre fomites , como son cepillos, peines, rasuradoras, cama, mantas, materiales de cercado, vehículos de transporte y otros materiales asociados con el acicalamiento, movimiento y alojamiento de animales.

La dermatofitosis puede afectar a los caballos de todas las edades, los animales jóvenes (menores de dos años) están predispuestos a contraer infecciones sintomáticas, esto se debe, en parte, a un retraso en el desarrollo de la inmunidad del hospedero.

Hallazgos clínicosLa dermatofitosis es una enfermedad común en caballos. Sin embargo, el diagnóstico erróneo de dermatofitosis o tiña, es común cuando se basa solamente en los signos clínicos. Muchas otras dermatosis, como la foliculitis estafilocócica, dermatofilosis, pénfigo foliáceo y foliculitis eosinofílica estéril, tienen lesiones similares a las de la tiña clásica. La infección en los caballos se presenta casi siempre de manera folicular, siendo el signo clínico más consistente la presencia de una o más manchas circulares de alopecia con variable descamación y encostramiento. Algunos caballos pueden desarrollar una lesión anular clásica con curación central, pápulas y costras foliculares finas en la periferia. Los signos clínicos y los síntomas son muy variables

y dependen de la interacción hospedero-hongo, y por lo tanto, del grado de inflamación. Además, la dermatofitosis se puede complicar con una infección bacteriana secundaria, la cual es por lo general estafilocócica.

Inicialmente, las lesiones suelen ser pápulas en penacho, de 2 a 5 mm de diámetro, se pueden observar como pelos erectos en áreas anulares de 5 a 20 mm de diámetro. El pelo se arranca con facilidad de las lesiones en un plazo que va de 4 a 6 días, las costras pueden ser delgadas o gruesas. Las lesiones más antiguas presentan alopecia y descamación plateada prominente, asi mismo, se expanden hacia la periferia y pueden confluir adoptando formas policíclicas. El prurito suele ser mínimo o está ausente y es más notorio en los estadios iniciales de la infección. Sin embargo en algunas ocasiones el prurito es intenso y sugiere ectoparásitos o alergia. Los caballos con dermatofitosis

acantolítica o con infecciones bacterianas secundarias, pueden presentar erosiones, collarines epidérmicos, exudado supurativo o rara vez pústulas.

Las lesiones suelen presentarse en la cara, cuello, región dorsolateral del torax y el área de la cincha. Las regiones menos afectadas son las patas, la cola y crin rara vez o nunca. Las lesiones se pueden limitar a la región caudal de la cuartilla (arañazos, fiebre del fango, talón grasoso) y pueden evolucionar en exacerbaciones y remisiones (de manera análoga al pie de atleta en el humano), en situaciones de estrés, irritación local, humedad y condiciones poco higiénicas. La dermatofitosis también se puede manifestar como descamación multifocal a generalizada “seborrea seca” con sólo áreas irreguilares poco definidas de pérdida de pelo o alopecia extensa bien delimitada. Las lesiones suelen ser múltiples y pueden tener

distribución muy asimétrica o más o menos simétrica. Rara vez se observan lesiones solitarias. La dermatofitosis generalizada es poco frecuente y suele afectar a caballos o potros inmunodeprimidos.

La naturaleza del dermatófito no se puede determinar a partir del cuadro clínico. Algunos autores han sugerido que las infecciones causadas por M. gypseum se observan con mayor frecuencia en la cara, patas y región dorsal del cuello y la grupa (lo que refleja diseminación por insectos mordedores), pero no en las regiones de la cincha o la silla. Otros autores sugieren que las infecciones causadas por M. Equinum no comprometen las regiones de la cincha y silla, y que las infecciones causadas por T. Equinum rara vez afectan la cabeza, el flanco y la

grupa. T. equinum equinum y T. equinum autotrophicum producen enfermedad clínica idéntica en caballos. Las infecciones causadas por T. Verrucosum pueden producir costras más gruesas de color gris.

TRATAMIENTOTópico: Existen una amplia variedad de antimicóticos en cremas y lociones para usar sobre lesiones focales que se aplican cada 12 horas, pero ninguno de estos productos tiene ventajas notorias sobre otros. Para lesiones muy inflamatorias, la aplicación de un producto que contenga un glucocorticoide combinado con agentes antimicóticos podría acelerar la resolución de la enfermedad clínica. En caballos con compromiso cutáneo multifocal o generalizado, se indican baños con antimicóticos.

Los baños permiten tratar la superficie corporal completa, reducen la necesidad de friccionar el pelaje y el agente antimicótico se puede dejar secar en la piel. Los baños se suelen aplicar durante 5 a 7 días, posteriormente 1 o 2 veces por semana hasta disponer de los resultados del cultivo clínico. La cal sulfurada al 2% y el enilconazol al 0,2% son los agentes más eficaces. Los baños de enilcozanol al 0,2% aplicados 1 o 2 veces por semana son eficaces para el tratamiento de la dermatofitosis equina.

Los champúes son menos adecuados porque: no tienen acción residual y la acción física de su aplicación y eliminación puede macerar los pelos frágiles e incrementar la liberación y dispersión de esporas infectantes dentro del pelaje, lo cual eleva la posibilidad de diseminar la infección y de exposición humana. No obstante

un champú con clorhexidina al 2% y miconazol al 2%, 2 veces por semana, puede llevar a la resolución de los signos clínicos de dermatofitosis en un plazo de 6 semanas.

Tratamiento sistémicoEl ketoconazol, el itraconazol, el fluconazol y la terbinafina son agentes eficaces para el tratamiento sistémico de la dermatofitosis en humanos, perros y gatos, sin embargo, estos agentes no están aprobados para su empleo en caballos.El tratamiento sistémico con itroconazol en dosis de 2.6 mg/kg por vía oral cada 12 hrs, durante 2 semanas, más nueve dias de dexametosana por vía intramuscular en dosis inicial de 0.2 mg/kg durante tres días, dosis media de 0.1 mg/kg durante 3 días y dosis final 0.02 mg/kg por tres días, fue curativa en la yegua que fue atendida por los autores.