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PALENCIA EL MUNDO / SÁBADO 28 DE OCTUBRE DE 2017 ESPECIAL La mirada de una provincia privilegiada BRÁGIMO

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La mirada de una provincia privilegiada

BRÁGIMO

E L M U N D O , S Á B A D O 2 8 D E O C T U B R E D E 2 0 1 7 E S P E C I A L2

L. V. / VALLADOLID

Palencia es la bella desconocida de Castilla y León. Una localidad que guarda siglos de historia y cente-nares de tesoros en multitud de si-tios por descubrir fácilmente a pie. Es el río Carrión, la dársena del Ca-nal de Castilla, el lechazo castella-no, la catedral y, por supuesto, el Cristo del Otero. Es pequeña, pero hermosa. Pasear por ella es un pla-cer todo el año, ya que tanto sus edificios como negocios de hoste-lería protegen al caminante de la lluvia y del sol, a la vez que le ofre-cen una opción única.

La visita que se propone en estas líneas comienza a orillas del Ca-rrión y sus puentes que salvan sus aguas y permiten la entrada a la ciudad. El primero con el que se encuentra el turista es con Puente-cillas de origen romano y el más emblemático. El segundo es el Puente Mayor, construido en el si-glo XVI y reformado en el XIX pa-ra adaptarse al tráfico de la ciudad.

Cruzando tanto por uno como por otro se llega a la dársena del Canal de Castilla, el lugar de faena de los pescadores de lucios y de los obreros de las naves donde duran-te algún tiempo se almacenó el gra-no que transportaban los barcos a través de Tierra de Campos. En uno de esos edificios se aloja el Mu-seo del Agua, en el que se puede conocer de primera mano todos los entresijos de los recursos hídricos, sus usos históricos, el ciclo del agua y la sostenibilidad.

La catedral es otro de los puntos destacados. Está ubicada en el cen-tro histórico de la capital y fue construida entre los siglos XIV y XVI sobre los restos de templos vi-sigodos y románicos. Es conocida también por el nombre de ‘La bella desconocida’ y está declarada Mo-numento Histórico Artístico Nacio-nal. Aunque la austeridad es la pa-labra que mejor define al conjunto, al ahondar más en él encierra in-numerables atractivos, así como un equilibrio y armonía propios de es-ta construcción medieval.

Sus colosales dimensiones atra-pan al turista. Su longitud es de 130 metros y su ábside alcanza los 43 metros de altitud. Además, en su interior se tejieron historias que hoy en día se dan a conocer gra-cias a sus guías. Una de ellas es que un rey visigodo fue el que mandó edificar esta cripta en el siglo VII. Y lo hizo porque un jabalí astuto se guareció en la cueva donde se en-contraban los restos de San Anto-lín, al intentar acabar con su vida, la mano del monarca se paralizó y terminó construyendo un templo subterráneo, que se accede bajan-do unos peldaños desde la nave central de la catedral.

El hecho de que las obras de este edificio único no finalizaran hasta el siglo XVI, provocó que haya un gran número de elementos de esti-lo posterior al gótico, como algu-nos renacentistas, barrocos o neo-clásicos. El nombre del arquitecto de este enclave se desconoce, aun-que, según los historiadores, se tra-taba de un artista español, muy in-fluenciado por la catedral de León o la catedral de Burgos, en las cuales se inspiró. En el siglo XX el arquitecto Jerónimo Arroyo refor-mó la fachada y añadió una figura muy peculiar: un amigo suyo fotó-grafo vestido con un largo levitón. Aparece junto a las figuras diabóli-cas y, como no podía ser de otra manera por su profesión, sujetan-do una cámara fotográfica de las de fuelle. Un toque original que to-da persona que visita el lugar lo busca.

El templo es de planta de cruz latina, y consta de cinco puertas, la que tiene más ornamentación es la conocida como Puerta de la Vir-gen o también Puerta del Obispo. En su interior guarda muchas obras de gran valor artístico. Entre otras, el visitante se encuentra con La Aparición de Jesús Resucitado a su Madre, cuya autoría no se co-noce a ciencia cierta, pero son mu-chas las voces que consideran que esta pintura es de Alonso Berru-guete. Si pisan este templo no de-jen de contemplar su hermoso claustro, con un diseño gótico tar-dío, así como su sala capitular ado-sada al mismo.

Otras joyas arquitectónicas son las iglesias de San Miguel, de estilo románico y gótico temprano, nom-brada Monumento Nacional. Data del siglo XIII y se restauró para eli-minar los refuerzos que se coloca-ron para corregir los daños causa-dos por el terremoto de Lisboa en 1755. En su interior hay un Cristo del siglo XV que preside el altar. Según la historia allí se casaron El Cid Campeador y doña Jimena. Otro templo interesante es el mo-nasterio de Santa Clara, de estilo gótico. Fue construido entre los si-glos XIV y XV. En él siguen las monjas clarisas y su fama se debe a que alberga el realista Cristo de la Buena Muerte.

Este enclave reúne varias leyen-das, una de ellas dice que en el año 1666 tras oírse un importante rui-do en la sala donde estaba expues-ta esta pieza, las monjas entraron y comprobaron que el rostro del Cristo se había ladeado y que sus brazos habían cambiado de posi-ción. Y no sólo eso, es que, según cuentan los más antiguos del lugar, su pelo y las uñas crecen y han de ser cortados como si de un ser hu-mano se tratara. A esto se unen los innumerables milagros que su-

puestamente ha obrado: personas que esquivaron epidemias, plagas, e incluso, su mano salvo el campo y, por ende, el porvenir de cente-nares de familias acabando con se-quías catastróficas.

La Plaza Mayor es uno de los es-pacios más importantes de Palen-cia. Data del siglo XVI y sus muros arropan al edificio consistorial. Es-tá compuesta por cuatro lados, tres de ellos con soportales que están ocupados por viviendas y espacios comerciales y otro que ocupa el Ayuntamiento que abrió sus puer-tas en 1878. En el centro está el

monumento a Alonso Berruguete. Mención especial merece el Pala-cio de la Diputación, un edificio modernista con elementos neoclá-sicos y neorrenacentistas inaugu-rado en 1914. Está construido en piedra de Hontoria y ladrillo. Las fachadas son de ladrillo rojo deco-rado y finalizan en una torre a ca-da lado rematadas por pináculos. Cuenta con un balcón con tres ventanales decorados con arcos de medio punto, guirnaldas, estatuas y columnas corintias.

Por detrás de la sede del gobier-no y servicios administrativos de la Diputación, se encuentra el Mercado, un original edificio de hierro y cristal construido en 1889. No hay que olvidar tampoco visi-tar el Teatro Principal, situado en la calle Burgos, en el que destaca el patio de butacas ubicadas en forma de herradura. Paradas inte-

resantes son también la Casa de los Señores García Germán y la se-de del Consejo de Cuentas de Cas-tilla y León.

En la capital hay románico. La Huerta de Guardián acoge la igle-sia de San Juan Bautista, de una sola nave y construida con piedra traída ex profeso desde Villanueva del Río, localidad anegada por el pantano de Aguilar de Campoo en los años 60. En su interior se en-cuentra un museo que recoge un breve repaso de este estilo a lo lar-go y ancho de la provincia.

Sin duda, Palencia presume, y

mucho, de su Cristo del Otero. Im-pone y fascina en la misma propor-ción. Es obra del escultor palentino Victorio Macho, quien está ente-rrado a 20 metros de la escultura. En su proyecto inicial decidió que se recubriera de plata, pero la igle-sia no consiguió más que 100.000 de las antiguas pesetas, y Jesús se quedó con el hormigón. A sus pies se encuentra la ermita de Santo To-ribio, hasta donde cada mediados de abril suben los palentinos en ro-mería para arrojar desde su balcón panes y quesos como recuerdo al mártir apedreado. Desde lo alto se divisa la capital y Tierra de Cam-pos, un espacio único que este año deja instantáneas desgarradoras debido a la brutal sequía que ha azotado al campo.

Se dice que es el segundo más grande del mundo, así que si tiene tiempo no dude ni un instante en

emplearlo en la subida. Merece la pena. Para conocer las obras de es-te autor puede visitar su museo. Y no olvide si le encanta esta crea-ción pasar por la avenida de Simón Nieto para ver la reproducción de 4,5 metros y dos toneladas que hi-zo el escultor Luis Alonso.

El cierre a jornadas repletas de sorpresas detrás de cada rincón pa-lentino lo pondrán los estableci-mientos más pintorescos, en los que disfrutar de los manjares de la zona, entre los que se encuentran el lechazo churro asado en horno de leña, los palominos de Tierra de Campos, la morcilla de Villada, la cecina de Villarramiel, la carne de Cervera de Pisuerga, el queso del Cerrato, entre otras delicias.

PALENCIA CAPITAL

La bella desconocida de la Comunidad La localidad guarda siglos de historia y centenares de tesoros en multitud de lugares por descubrir / Es el río Carrión, la

catedral, la dársena del Canal de Castilla, la Calle Mayor y, por supuesto, el Cristo del Otero, el faro de Tierra de Campos

En la imagen de arriba, ambiente en la Calle Mayor de Palencia. A la derecha, claustro de la catedral de Palencia construido entre 1485 y 1516. / ICAL

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L. V. / VALLADOLID

No es una cuestión de pavimento, es un lugar de encuentro, de pa-seo, de confidencias, de relax, de actividad y de tiendas. La Calle Mayor es el motor de Palencia. Es el eje comercial y social sobre el que pilota toda la actividad de una localidad de cerca de 80.000 habi-tantes. Es un periplo de soporta-les con 199 columnas y flanquea-do por edificios de principios del siglo XX.

Dar un paseo por esta avenida es como adentrarse en una pelí-cula. De hecho, algunos palenti-nos pudieron hacerlo durante la grabación de Calle Mayor de Juan Antonio Bardem. Un filme que re-trata la vida de una mujer de cla-se media de una capital de provin-cias que ha pasado la treintena. Una curiosidad que se produjo en este lugar es que mientras las cá-maras creaban escenas que más tarde darían la vuelta al mundo la maquinaria franquista detuvo a su director. Corría el año 1955.

Las malas lenguas cuentan que los adoquines acabaron con el go-bierno socialista de Heliodoro Ga-llego. El exalcalde decidió cambiar el pavimento de la vía por adoqui-nes, lo que produjo más de un tras-piés de los palentinos. Al año si-guiente se celebraron elecciones municipales y no salió reelegido tras gobernar durante 13 años.

Cada tramo tiene una esencia única e irrepetible, si bien llama la atención los Cantones, peque-ñas columnas en forma de prisma repartidas en parejas. El centro lo marcan cuatro de estos y se deno-

mina Los Cuatro Cantones, que están en la intersección de esta calle con las vías Don Sancho y La Cestilla. No es un mero lugar de encuentro sino que es uno de los sitios con mayor concentra-ción de establecimientos además de ser paso obligado de las proce-siones de Semana Santa y mani-festaciones.

Destacan dos fachadas que son obra del arquitecto palentino Je-rónimo Arroyo: los Estudios Arro-yo y Gallego y el colegio de Villan-drado. Ambos, modernistas. El primero es un edificio que alber-ga el Patronato de Turismo. El se-gundo fue construido entre 1910 y 1911 para asilo, recogimiento y formación de institutrices de ni-ñas huérfanas, con el nombre de Asilo de San Joaquín y Santa Edu-vigis. En la portada figura una re-interpretación del gótico venecia-no y del catalán, que el artista co-noció en la Escuela de Barcelona, donde se había formado y titula-do en 1899. Consta de tres pisos, pero su originalidad se encuentra en el broche, es decir, en la corni-sa, decorada con un gran friso ce-rámico, obra de Daniel Zuloaga. Está declarada Bien de Interés Cultural.

Con casi un kilómetro de longi-tud se suceden la gran parte de edificios comerciales, administra-tivos y culturales de interés. En-tre ellos, el edificio de Correos y Telégrafos, la sede del Consejo de Cuentas de la Junta de Castilla y León o la Casa Junco, un palacio barroco que alberga una exten-sión de la Universidad de Valla-dolid.

RINCÓN ÚNICO

La Calle Mayor, una avenida de película Es el eje comercial y social sobre el que pilota la actividad de una localidad de cerca de 80.000 habitantes / Está

flanqueado por edificios de principios del siglo XX

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PATRIMONIO

Un museo del románico al aire libre El norte de Palencia atesora la mayor concentración de iglesias de este estilo y en mejor estado de

conservación / Es una estrecha lengua de paisajes donde las hojas de piedra dan energía a los caminantes

L. V. / VALLADOLID

La mayor parte de los pequeños pue-blos del norte de Palencia están en zonas aisladas y montañosas. El di-fícil acceso, la dureza del clima y la falta de recursos son las razones por las que apenas crecieron con el paso del tiempo. Un aislamiento histórico que dio un resultado impresionante: un inmenso museo del románico al aire libre. Cientos de edificios con-cebidos en este estilo que marcó la arquitectura religiosa europea de la Alta Edad Media.

Restos de un valor incalculable que se conservan en el mejor esta-do posible y que en invierno, cuan-do las calles huelen a leña y sus ha-bitantes parecen los últimos super-vivientes de la tierra, muestran con mayor intensidad la religiosidad y el misterio de sus imágenes. Pasear por estas localidades es como via-jar miles de años y aterrizar en los tiempos del romancero. Son el sím-bolo visible de la presencia de Dios en la tierra; son lugares donde que-darse exhausto de la cantidad de belleza e información que exhiben exultantes.

Aunque hay muchos templos que forman parte de este estilo, en este reportaje se hará un repaso de los más carismáticos; aquellos donde el pasado se pierde entre la bruma de la leyenda. Aquellos donde además de conocer su corazón, se puede ex-plotar una zona en particular donde la vida pasa disfrutando. La primera parada es San Martín de Frómista, el referente del románico por exce-lencia. Construida en el siglo XI, es uno de los hitos del Camino de San-tiago. Llama especialmente la aten-ción sus dos torrecitas altas en las esquinas del hastial y el crucifijo gó-tico del siglo XIII.

Es un ejemplo proverbial de esa arquitectura. ¿Por qué? La robusta armonía en los muros y arcos, la sa-bia decoración que marca los cam-bios de altura. Aunque carece de es-culturas en los frontones, sus colum-nas están coronadas por hermosos

capiteles en los que se muestran mo-tivos muy variados, que van desde monstruos a demonios, pasando por la imaginería medieval.

Santa María la Real de Aguilar de Campoo se ha convertido en una gran referencia de la conservación de la arquitectura románica, no sólo de Palencia, sino de toda España. Una antigua abadía que en otro tiempo estuvo ocupada por monjes y hoy en día es un instituto, hospe-dería museo y sede de la fundación que lleva su nombre y, entre otros cometidos, promueve el estudio del arte románico a través de la investi-gación.

El monasterio pertenecía a la or-den premonstratense, que unía al clásico ora et labora de San Benito,

una vocación pastoral. El afán di-dáctico y predicador les llevó a la-brar los capiteles con motivos histo-riados. Aunque buena parte se con-serva en el Museo Arqueológico Na-cional de Madrid, es interesante via-jar a esta localidad para conocer su emplazamiento original y disfrutar de una basílica, cuyos elementos más característicos pertenecen al si-glo XIII: el claustro bajo, la sala ca-pitular, la capilla del abad y la igle-sia.

Un enclave que desprende miste-rio. Razones sobran. Santa María la Real se levanta sobre una peña, don-de en una de sus grutas –hoy sella-da– se encuentra la tumba de Ber-nardo del Carpio, un caballero astu-riano que, según cuenta la leyenda,

aunque no existe documento alguno que lo certifique, habría derrotado a Carlomagno en la Segunda Batalla de Roncesvalles.

Muy cerca de allí, se encuentra otra joya que destacó en la Edad Me-dia, ésta es el Monasterio de Santa María de Mave. No escapó a las ga-rras de la desamortización y hoy es un hotel rural. Es arquitectura pura, casi exenta de decoración. Lo que más llama la atención es el tono ber-mejo de la piedra arenisca y su do-ble tonalidad en los arcos fajones. Fue construida entre 1200 y 1208 y destaca sus tres ábsides que están cubiertos con una bóveda de horno.

Otro lugar digno de conocer es el monasterio cisterciense de San An-drés de Arroyo. Lo más extraordina-

rio es su claustro con sus elegantes columnas, que parecen obras de un cincel manejado por un sabio escul-tor que de simples canteros. Otro elemento extraordinario es el ceno-bio que sigue habitado por monjas. Es uno de los máximos ejemplos del estilo cisterciense de transición al gótico. Fue fundada por Alfonso VIII de Castilla y su esposa, Leonor Plan-tagenet. Aunque el monasterio es románico, muchas de las cosas que en él se encuentran recuerdan lige-ramente al gótico, como las arque-rías ligeramente apuntadas.

El broche a este periplo lo pone el monasterio de Santa Eufemia de Co-zuelos, en el término municipal de Olmos de Ojeda, cuya iglesia es Mo-numento Nacional, aunque, como todo el conjunto monacal ha pasado a manos privadas. El templo, que es-tá rodeado de una muralla, es uno de los más bellos del románico y está construido en piedra calcarenita lo-cal. Destaca la sillería y estructura de los ábsides y en particular el central. Los capiteles son de gran riqueza or-namental. Los más primitivos, en el ábside, son de la escuela de Frómis-ta, con figura humana y animal.

El románico tiene para llenar pá-ginas y páginas. Uno de los últimos descubrimientos es un friso del siglo XII emparedado por un granero. La iglesia de San Martín de la localidad de Quintanilla de la Berzosa atesora una pieza única, que no estaba re-gistrada ni en los archivos del Obis-pado de Palencia ni en la base datos de la Fundación Santa María la Re-al, artífice de la mayor enciclopedia de este estilo de España. Una reli-quia que, a pesar de encontrarse en un templo, reconocido Bien de Inte-rés Cultural, se había pasado por al-to en sucesivas restauraciones y que apareció durante las prácticas de un taller de fotografía.

Un hallazgo único, ya que esta iglesia que se finalizó a comienzos del siglo XII y que está junto al em-balse de Aguilar de Campoo cerró sus puertas en 1964 debido a la au-sencia de culto. En él aparecen tres figuras de tres hombres coronados y barbados y de un niño, enmarcados en arcos de medio punto. Los exper-tos han determinado que la pieza es-tuvo en la iglesia original. Una ra-zón más para visitar este templo que posee elementos románicos en su portada y a unos pasos tumbas me-dievales, anteriores a que se levan-tase el edificio.

Un peregrino pasa por delante de la iglesia de San Martín de Frómista. / ICAL

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ARTE

Una joya rupestre en plena montaña La ermita de Olleros de Pisuerga está excavada en roca y

con símbolos de diferentes culturas que pasaron por España

L . V. / VA L L A D O L I D

Gentes de aquí y de allí horadaron la roca hasta convertirla en una er-mita en medio de la montaña pa-lentina. Un milagro con símbolos de cristianos perseguidos, templa-rios, masones y hasta culturas que se descubrieron más allá de la in-mensidad del mar. Una joya del ro-mánico primitivo que no deja indi-ferente a los que pasan por la zona. Un milagro junto a un campo san-to donde las calles aún huelen a ga-lleta. La ermita del eremitismo ru-pestre en Olleros de Pisuerga es mucho más que una iglesia. Es un imposible que se realizó sólo con piquetas y machetes. Un lugar de invocación formado por dos naves con sus ábsides, altar, sacristía y coro.

Este templo dedicado a los san-tos Justo y Pastor es un ejemplo del fervor popular de las diferentes culturas que pasaron por España, en concreto por este enclave a po-cos kilómetros de Aguilar de Cam-poo. Penetrar en esta ermita subte-rránea a través de un farallón roco-so es una experiencia única al mar-

gen de creencias. Para visitar este tesoro hay que preguntar por Be-lén, la guía que guarda las llaves y, sobre todo, los secretos de la igle-sia. El camino hasta llegar al sitio es ya peculiar: empinado y con la sombra de las piedras entre las ho-jas de numerosos árboles. Son su escudo protector.

El primer alto es la torre en pie-dra de sillería del siglo XVII. Está aislada del conjunto y durante años, muchos años, hizo las veces de campanario; fue el avisador de malas noticias, pero también de buenas nuevas que dibujaban una sonrisa en los habitantes de este pueblo instalado en la margen de-recha del río Pisuerga, al amparo de las estribaciones del Monte Cil-dá, un reducto arqueológico que atesora gran parte de la protohisto-ria. También hay una necrópolis de tumbas antropoformas excavadas en los contornos de la ermita.

Debajo hay una cueva, donde, según los estudiosos, hubo un bap-tisterio en el que se sumergían ba-jo el agua sagrada los nuevos cris-tianos, y más tarde se convirtió en un horno en el que se cocían las

Iglesia rupestre de la localidad de Olleros de Pisuerga. / M.G. POLANCO

ollas. Además, sirvió de cobijo de la naturaleza. De retiro y, precisa-mente, ese pudo ser el inicio de es-ta iglesia. Una de las teorías es que San Millán de la Cogolla intentó cristianizar a las tribus cántabras, a las que vaticinó su muerte por el rechazo que mostraron a Dios. Sus discípulos fueron los que cavaron en su honor semejante obra. Otras historias apuntan a que lo hicieron seguidores de los niños mártires Justo y Pastor, degollados en la lo-calidad madrileña de Alcalá de He-nares por pregonar su fe.

Llama la atención una concha

cincelada en su techo. Y más cuando el Camino de Santiago pa-sa a 40 kilómetros de Olleros, si bien algún peregrino pudo des-viarse y utilizar esta cueva como posada para descansar de la larga caminata. Un punto de encuentro que desprende muchos senti -mientos.

El conjunto del edificio cuenta con ampliaciones de otras épocas. En origen, el trazado primitivo fue muy parecido al actual, a excep-ción de la entrada y la sacristía que se ampliaron a finales del siglo XII, de acuerdo a las tradiciones romá-

nicas. Cuenta con una falsa bóveda de cañón y el coro está sostenido por una pilastra única, ya que las otras tres son columnas, dos de ellas del siglo XVIII. Sigue abierto al culto y dentro de él se puede con-templar el retablo mayor de media-dos del siglo XVI, donde están las imágenes de los santos Justo y Pas-tor, así como una talla del Cristo Crucificado del siglo XVII y otra del siglo XVI con escultura del Pa-dre Eterno.

En la puerta del mencionado ce-menterio, situado a la entrada de la ermita, aparecen símbolos maso-nes, entre los que figura el compás. Justo debajo de éste, hay cincelada en la roca una cruz muy parecida a la usada por los templarios. Si bien no existe documentación que certi-fique que la orden del Temple con-troló en algún momento la iglesia.

Lo que está claro es que el miste-rio habita entre rocas. Por ejemplo en la pila bautismal aparece una imagen azteca. También en una de las capillas laterales hay una esvás-tica invertida, un símbolo que pro-viene de Asia, sin embargo, la so-ciedad lo identifica con la esceno-grafía nazi.

Piezas que se acumulan sin ra-zón y sentido y conforman un pai-saje digno de ser contemplado. Y no sólo eso, también galardonado. Los premios Europa Nostra, en su edición de 2010, reconocieron con una mención especial la restaura-ción de este templo rupestre. Una intervención realizada dentro del Plan Románico Norte que impulsó la Junta de Castilla y León en cola-boración con los obispados de Pa-lencia y Burgos y que ejecutó la Fundación Santa María la Real.

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NATURALEZA

Las Loras, un viaje a los confines de la tierra Las formaciones geológicas originadas en este entorno singular a lo largo de 250 millones de años ha dado como resultado un paisaje de gran belleza natural y paisajística donde el tiempo parece haberse detenido. Un lugar que ha sido declarado Geoparque Mundial de la Unesco

H . M . P. / VA L L A D O L I D

El patrimonio arqueológico, ecoló-gico y cultural que atesora las Lo-ras le han hecho ser merecedora este año del reconocimiento por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como el primer Geoparque Mundial de Castilla y León y el undé-cimo en España.

Situadas en el noreste de la provincia palentina y nor-te burgalesa en su límite con Cantabria, este enclave re-presenta uno de los capri-chos de la naturaleza que, a lo largo de 250 millones de años, ha dado como resulta-do todo un repertorio de formacio-nes geológicas de gran valor: caño-nes fluviales, altos páramos y va-lles se ha a ir encontrando a su suerte el visitante, en un espectá-

culo único resultado de las fuerzas tectónicas, la erosión del agua y el viento.

Pero si hay un ingrediente que ha tenido, y mucho, que ver ése ha sido el paso del tiempo. El paisaje

comenzó a formarse en la era Me-sozoica, etapa en la que empeza-ron a aparecer los primeros mamí-feros.

Dicen los expertos que el entor-

no formó parte de un fondo mari-no en el Jurásico Inferior. Un he-cho que se evidencia en los fósiles de la época que se encuentran en este territorio que ha servido du-rante siglos de protección natural

para muchos pueblos y culturas. Cuevas, corta-dos, calizos, paisajes e in-numerables cascadas conviven con pequeños pueblos que han conser-vado la esencia del medio rural, albergando gran-des tesoros en forma de iglesias románicas, ere-mitorios rupestres y una arquitectura popular bien conservada.

Existen diversas geo-sendas, itinerarios inter-

pretativos realizados a pie, preferi-blemente en compañía de un guía, si bien cuentan con materiales de apoyo (folletos y señalización) que permiten un recorrido autoguiado.

Pretenden acercar a los visitantes el conocimiento de los aspectos científicos más relevantes, en mo-do fácilmente comprensible, me-diante un agradable paseo en el que se puede ‘palpar’ ese conoci-miento.

GEOSENDAS POR LAS LORAS Uno de los tres itinerarios auto-guiados es ‘La Escalera del Tiem-po’. Encontramos su inicio en la lo-calidad palentina de Villaescusa de la Torres, junto al río. Desde ese pun-to, ayudados por los paneles infor-mativos, el paseo va escalando los peldaños del tiem-po geológico al la mismo tiempo que se aúpa hasta el co-razón de esta ‘ciu-dad encantada’.

Uno de los ele-mentos más desta-cados en la visita a las Loras es el Menhir de Canto Hito. Un corto pa-seo que arranca desde el aparca-miento de la Cueva de los Franceses marca el inicio del sendero señaliza-do ‘La Memoria del Páramo’ que conduce hasta este menhir de piedra caliza de 3,25 me-tros de altura hin-cado en mitad de la desoladora plani-cie del páramo de La Lora de Valdi-via. Inclinado ha-cia levante y ro-deado por un cír-culo de pequeñas piedras semeja, sin serlo de ningún modo, un extraño y remoto reloj de sol de resonancia ancestral.

Tampoco debemos perdernos de ver las vistas espectaculares que se contemplan desde el Cañón de la Horadada. La exploración por lo alto de este cañón, que se abre a lo largo de 3 km entre Mave y Villaes-cusa de las Torres da lugar a una bonita jornada senderista. El paseo puede iniciarse junto a la antigua central hidroeléctrica que hay a la salida del cañón y que se alcanza por un camino de tierra desde la carretera que une Olleros de Pi-suerga y Mave. Junto a la central arranca el sendero que enseguida se encarama a la parte alta del ca-ñón hasta donde se llega a través de un enorme boquete horadado en la roca. El paseo ofrece impaga-

bles vistas tanto del cañón como del importante castro de Monte Cil-dá, al otro lado del cañón, y de Las Tuerces, hasta donde se puede continuar sin pérdida.

La ruta de ‘Las fuerzas de la Tie-rra’, situada en la zona cercana de Reblolledo de la Torre, concentra numerosos puntos de interés geo-lógico como el sinclinal de Peña Mesa. El itinerario comienza en el aparcamiento y base de interpreta-ción acondicionada, situada a 250

metros de la iglesia románica, si-guiendo la pista de tierra que bor-dea el edificio por la derecha.

Existe además una geosenda ur-bana que parte de Aguilar de Cam-poo. Se trata de un itinerario circu-lar que se inicia y termina en la Pla-za de España, junto a la colegiata de San Miguel que recorre el cono-cido como el Paseo del Loco, que va pegado a la orilla del río, donde divisamos la Lora de las Tuerces.

Las Loras ofrece múltiples posi-bilidades de descubrirlas: a pie, en coche o en bicicleta. Todas únicas y distintas. A través de la página web www.geoparquelasloras.es pode-mos consultar múltiple informa-ción para hacer de nuestra expe-riencia una aventura inolvidable.

Menhir de Canto Hito, de 3,25 m. de altura. / NICOLÁS GALLEGO

Evaluadores de la Unesco en el paraje de las Tuerces. / E. M.

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EXCAVACIONES

Un tapiz pétreo esculpido por el agua y el tiempo Lugar de enterramiento de las tropas napoleónicas, la Cueva de los Franceses atesora un bello paisaje de

estalactitas y estalagmitas a lo largo de 500 metros

H . M . P. / VA L L A D O L I D

Además de su legado arquitectó-nico, la comarca palentina ateso-ra un prolijo patrimonio de inte-rés científico y arqueológico co-mo la Cueva de los Franceses que gestiona la institución provincial. Situada en la localidad de Revilla de Pomar, fue descubierta en 1904 por Luciano Huidobro, sa-cerdote, catedrático y erudito. Las galerías subterráneas fue-

ron formándose durante millones de años como consecuencia de la acción del agua. Su apelativo pro-viene de haber sido lugar de ente-rramiento natural e los soldados galos durante la Guerra de la In-dependencia (1808) que se libró entre las tropas napoleónicas y un destacamento de Húsares Cánta-bros al mando del liberal Perlier. El acceso a la cavidad subterrá-

nea se ubica a 1.137 metros de al-titud. Desde allí se puede admirar la impresionante panorámica de

los fondos de los valles de Valdi-via y Valdelucio; los bosques de hayedos en las umbrías de la zo-na norte en Valcabado y Valdere-dible y los de robles, acebos y quejogos en Covalagua.

UN RECORRIDO ÚNICO

La superficie total de la cueva se aproxima a los mil metros, aunque la zona visitable, solo en el recorri-do de ida, transita a lo largo de 500 metros. A lo largo del trayecto se pueden contemplar estalactitas, es-talagmitas y coladas. La visita se puede complementar

con una aproximación al entorno, al cercano Pozo de los Lobos, el Menhir de Canto Hito o al Espacio Natural de Covalagua, agradables paseos que harán que combines experiencias subterráneas bajo tie-rra y en las cimas, ascendiendo por senderos hacia la Montaña Palenti-na. Durante los primeros dos meses

del año es habitual que cierre sus

puertas para recuperarse y mini-mizar el impacto de las visitas tu-rísticas a la Cueva. No hay que olvidar que es un

espacio natural vivo, con particu-laridades de humedad y luminosi-dad que deben mantenerse para que siga su proceso evolutivo. Además, recientemente se han realizado otro tipo de actuaciones de mantenimiento y conservación

en el edificio que alberga el Cen-tro de Recepción de Visitantes. Este año se aprovechó el tiem-

po realizar trabajos de mejora de mejorar el sistema de iluminación con la sustitución de 28 proyecto-res LED en la única zona que no contaba con este tipo de ilumina-ción, para evitar el calentamiento y por tanto la proliferación de al-gas y otros elementos orgánicos.

La Cueva de los Franceses siempre es una buena opción pa-ra disfrutar de la naturaleza en un entorno privilegiado. Es contemplar la belleza subte-

rránea de la naturaleza, mediante un recorrido guiado y muy ame-no, que descubre además su his-toria y las formaciones que duran-te siglos se han ido originando en su interior.

Interior de la cueva de los Franceses; la iluminación resalta el colorido de las estalactitas y estalagmitas. / EL MUNDO

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ARTE SACRO

El corazón de la Montaña, próxima sede de las Edades La villa de Aguilar de Campoo albergará en 2018 la próxima exposición de las diócesis de Castilla y León. Una cita cultural que espera atraer a miles de turistas

H . M . P. / VA L L A D O L I D

A los múltiples encantos que con-centra Aguilar de Campoo se su-mará un motivo más en 2018 con la celebración en la villa aguilaren-se de la nueva edición de las Eda-des del Hombre.

El anuncio de la elección de la localidad palentina como sede de la muestra, coincide además con el 50 aniversario de la declaración de

la villa norteña como BIC (Bien de Interés Cultural) en la categoría de Conjunto Histórico Artístico.

Se trata de un acontecimiento único que se espera, sirva de motor económico y revulsivo para toda la comarca situada en el corazón de la Montaña Palentina. Será la se-gunda ocasión en que la provincia albergue una exposición de las Edades del Hombre. En 1999 la Ca-tedral de Palencia fue el lugar es-

cogido para organizar ‘Memorias y Esplendores’, título de una mag-na muestra que se pudo visitar en la seo palentina y que, aun hoy, es recordada como una de las más brillantes en la historia de Las Eda-des.

Tras pasar por la localidad sego-viana de Cuéllar, la Diócesis de Pa-lencia toma el testigo para acoger la nueva edición de ‘Las Edades del Hombre’, todo un escaparate del patrimonio eclesiástico de Castilla y León.

La celebración coincide además en el tiempo con el aniversario de la llegada de Carlos I a España.

En las Edades del Hombre, ini-

ciativa impulsada y promovida por las 11 diócesis de Castilla y León, van de la mano el arte y la evange-lización, y son un gran instrumen-to para contribuir al mayor conoci-miento y difusión del patrimonio cultural de la Iglesia. Todo ello sin olvidar la riqueza -no solo econó-mica- que puede suponer para la llegada de visitantes a la muestra de arte sacro.

DOS SEDES EXPOSITIVAS Aunque de momento los preparati-vos están llevándose a cabo, desde el comité organizador se está pen-sando en desarrollar la exposición en dos sedes: una de ellas, la cole-giata de San Miguel, ubicada en la Plaza de España de la villa que ha vuelto a abrir al público este mes

tras una actuación de restauración y volverá a cerrar a principios de 2018 para el montaje de la exposi-ción.

La Fundación de las Edades del Hombre baraja además ubicar el otro espacio expositivo en la ermi-ta románica de Santa Cecilia o en el monasterio de Santa María la Real.

Con respecto a las fechas en las que se va a desarrollar la muestra, todavía es pronto para avanzar el día del inico de la misma, pues és-ta depende de la agenda de Casa Real para su inauguración. Por otro lado, la previsión es que la muestra se clausure a principios de noviembre de 2018.

Las Edades del Hombre consti-

tuye uno de los proyectos de ma-yor relevancia social y cultural, consolidado en torno al Patrimo-nio de Castilla y León, que han po-dido visitar en sus distintas sedes más de once millones de personas, en sus 28 años de vigencia y que se ha exportado a otros lugares como un exitoso modelo de gestión.

Las exposiciones de las Edades del Hombre han contribuido en es-tos años a la conservación de nues-tros bienes patrimoniales, gracias a las labores de restauración de los bienes muebles expuestos -alrede-dor de 2.400 obras de arte restau-radas y cerca de 4.800 piezas ex-puestas- y de los inmuebles en los que se desarrolla el ciclo expositi-vo -28 templos restaurados

Monasterio de Santa María la Real. /ICAL

...lugares de referencia

....Colegiata de San Miguel. Situada en la Plaza de España, en el centro del casco urbano de Aguilar, el origen del templo se remonta a la época visigoda. En el edificio se combinan diferentes estilos; la cabecera gótica es imponente. ....Monasterio de Santa María la Real. Sede del Centro de Estudios del Románico de la Fundación Santa María la Real, es un lugar de paso obligado para todo aquel aficionado que se aventura a conocer el románico de la Montaña Palentina. ....Iglesia de Santa Cecilia. Se halla en la parte baja de la ladera que domina el castillo de Aguilar. Su buena visibilidad desde el entorno hace fácil su localización. El templo es de finales del XII o principio del XIII.

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DIPUTACIÓN DE PALENCIA

Un maridaje perfecto con sabor redondo Baltanás celebra este fin de semana la séptima edición de la Feria del Queso y el Vino, un escaparate único para exhibir los productos lácteos y la comarca del Cerrato / Un territorio que ofrece un amplio abanico de posibilidades para disfrutar en familia o con amigos

L . V. / VA L L A D O L I D

Paisaje, arte, gastronomía y sosie-go en Baltanás, la capital del Ce-rrato. Una comarca que resume las características de un territorio úni-co, donde los cerros cincelan un paisaje ondulado, con páramos cal-cáreos y verdes llanuras atravesa-das por ríos como el Pisuerga y el Arlanza, y algún tramo del Canal de Castilla. En él se aglutinan cho-zos de pastor, aislados por la plani-cie; palomares con encanto; bode-gas; fortalezas; corrales para el ga-nado y torres de telégrafo, en las que los espejos testifican la presen-cia humana sobre la tierra a lo lar-go del tiempo. Retazos de historia que rememoran otras épocas emi-nentemente agrícolas y ganaderas.

Se trata de un páramo donde los visitantes rompen la quietud. Y más este fin de semana que se celebra la séptima edición de la Feria del Que-so y del Vino de Baltanás, un even-to realizado en colaboración con la Diputación de Palencia y en el que estarán presentes una treintena de productores de queso, vino, lácteos y repostería procedentes de la pro-vincia y del resto de Castilla y León. Un evento en el que se podrá dis-frutar en familia o con amigos de multitud de actividades relaciona-das con la tierra y la gastronomía: talleres, catas, una mesa redonda, música en directo, exposiciones y sorteos de productos. Todo un pla-cer para los sentidos y una expe-riencia muy recomendable que ma-rida a la perfección con un paseo por el Cerrato.

La primera parada se puede efectuar en Baltanás, localidad que alberga el Museo del Cerrato Cas-tellano, ubicado en el antiguo hos-pital de Santo Tomás. En este en-clave el turista se puede encontrar con valiosas obras de arte sacro y

una pinacoteca de pintores palenti-nos, entre ellos el cerrateño Pedro de los Mozos. Lugar donde el visi-tante puede sumergirse en las par-ticularidades de esta tierra.

Hablar de Cerrato es hablar de bodegas. Baltanás y Torquemada son dos localidades donde encon-trar estas joyas declaradas Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Etnológico. Están bien conservadas y tienen un encanto especial por su profundidad, el frescor o las vistas que ofrecen. Dueñas es otro alto que hay que

hacer sí o sí en el camino. En este municipio hay una bodega visita-ble, creada en 1738 por la familia Medina Rosales que posee ocho bodegas subterráneas unidas. Este tesoro se encuentra en el barrio de bodegas tradicionales y se ha in-troducido maquinaria actual de elaboración. Una peculiaridad es que las barricas se hallan a quince metros bajo tierra.

No dude en disfrutar en cual-quiera de estos enclaves de alguna referencia de las denominaciones de origen Arlanza y Cigales y los quesos de la zona.

Los chozos de pastor son huellas que invitan al paseo. De los más de 300 situados en el Cerrato, buena parte de ellos se pueden contemplar partiendo de ruta desde Baltanás, a pie o en bicicleta. Es una experien-cia para todos los públicos, ya que se trata de un viaje singular con es-tos testigos mudos del paso del tiempo, que sirvieron de refugio y cobijo para pastores, cazadores o labradores.

Merecen la atención del visitante parajes tales como Las Dos Herma-nas, la Fuente del Postigo, el chozo de Rojolanillas, el chozo de Mundín o la Cabañona en Dueñas así como El Dragón en Cevico. Éste último es un conjunto de tres corralizas y tres

cabañas de planta circular, dos de ellas unidas por un corredor.

La basílica visigótica de San Juan de Baños es uno de los tem-plos más importantes de la arqui-tectura religiosa del Reino Visigo-do. Allí podrá ver y palpar el agua que aún hoy mana de la fuente don-de bebió el rey godo Recesvinto. Uno de los monumentos más reco-nocidos que aúnan leyenda, histo-ria y belleza. Es la iglesia cristiana más antigua de España que perma-nece abierta al culto.

La historia medieval se siente en Palenzuela, un paso de reyes que alzó fortalezas, que construyó pala-cios y molió mucho trigo. Cada de-talle intervino para que esta antigua villa se convirtiera en Conjunto His-tórico. Un entramado de calles, un castillo medieval y bellas ruinas de la iglesia de Santa Eulalia y el tem-plo de San Juan Bautista conforman una experiencia sin competencia.

Al otro lado del Pisuerga se loca-liza Torquemada. Un puente de veinticinco ojos recibe al visitante para adentrarle en un casco históri-co que hace años, muchos años, pi-só Fray Tomás de Torquemada, pri-mer Inquisidor General del Reino y donde dio a luz Juana ‘La Loca’.

La desembocadura de esta ruta por la comarca del Cerrato se pro-duce en Astudillo, una localidad si-tuada en el límite geográfico entre el Cerrato palentino y Tierra de Campos. Esta villa catalogada co-mo Conjunto Histórico conserva restos del Castillo de la Mota, de la muralla y de una imponente puerta conocida como de San Martín. Des-taca su Plaza Mayor, las iglesias gó-ticas de Santa María y San Pedro y el convento de Santa Clara con su palacio mudéjar de Pedro I de Cas-tilla. Patrimonio, historia y gastro-nomía para regresar a casa con un buen sabor de boca. Interior de la iglesia de San Juan en la localidad de Baños del Cerrato.

Una mesa repleta de quesos y productos con el marchamo ‘Alimentos de Palencia’ en la quinta edición de la Feria del Queso y el Vino de Baltanás. / REPORTAJE GRÁFICO: DIPUTACIÓN DE PALENCIA

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TURISMO ACTIVO

Los tesoros escondidos del Canal de Castilla La comarca palentina de Tierra de Campos es uno de los lugares que más atractivo está despertando. Un ‘imprescindible’ de todas las guías

turísticas donde hay múltiples propuestas para los más aventureros que quieran redescubrir la historia a cada paso que se abre por el camino

H . M . P. / VA L L A D O L I D

La provincia de Palencia ofrece la posibilidad de conocer un patrimo-nio histórico en marcos naturales incomparables. Durante este 2017, declarado por las Naciones Unidas como Año Internacional del Turis-mo Sostenible, ya no quedan excu-sas para elegir la propuesta de nuestras escapadas y vacaciones, donde cultura y medio ambiente van de la mano.

Uno de ellos es el Canal de Cas-tilla que atraviesa Tierra de Cam-pos. Los primeros testimonios del

sueño de la Ilustración se atribu-yen al Marqués de la Ensenada, mi-nistro de Fernando VI, cuando en 1751, consciente de la mala situa-ción económica, refirió al rey que se proyectara una red de canales navegables que atravesasen las lla-nuras castellanas.

Antonio de Ulloa fue el ingenie-ro encargado de presentar el Pro-yecto General de los Canales de Navegación y Riego para los Rei-nos de Castilla y León, inspirado en los trabajos del francés Carlos Lemaur. Las obras definitivas co-menzaron el 16 de julio de 1753, en

Calahorra de Ribas (Palencia). En este momento se concebía como una red de cuatro canales que lo-grarían unir el Espinar (Segovia) con Reinosa (Cantabria). No obs-tante solo se construyeron tres ra-males: el del Norte (87,5 Km) des-de Alar del Rey hasta Calahorra de Ribas; el de Campos (66,2 Km) des-de Calahorra hasta Medina de Rio-seco y el del Sur (54,3 Km) desde el Serrón (Grijota) hasta Valladolid capital. A pesar de los avances lo-grados en la obra, en 1804 se para-lizó debido a la Guerra de la Inde-pendencia y a las consecuentes cri-

llegaron a la dársena de Medina de Rioseco. UN MOTOR DE DESARROLLO

Barcas, embarcaderos y astilleros tomaron el protagonismo gracias a la navegabilidad del Canal y otor-garon a la zona una imagen pecu-liar. A lo largo de todo el recorrido, aparecieron embalses y tomas de agua que facilitaron el riego. El Ca-nal y los usos que se hicieron de él, contribuyeron al desarrollo econó-mico, social y cultural de Castilla, se generó empleo y se asentó po-blación entorno a su cauce, como

sis política, económica y social, que ocasionaron grandes destrozos en los ramales levantados.

En 1831, se concedía a la Com-pañía del Canal de Castilla su ex-plotación durante 80 años, una vez finalizadas las obras. A cambio, la empresa se comprometió a termi-nar su labor en un plazo de siete años; sin embargo, la guerra vuel-ve a convertirse en impedimento y tras diversas luchas por continuar la obra, fue bajo el reinado de Isa-bel II cuando se pudo dar por fina-lizada la construcción del Canal en 1849, momento en que las aguas

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● Vía Verde del Tren Burra

El sendero acondicionado, de unos 30 kilómetros de longitud, discurre por donde fuera la vía del Ferrocarril Secundario de Castilla, inaugurado en el siglo XIX y abandonado en la década de los 60. La travesía, que se puede realizar andando o en bicicleta, comienza en la Dársena del Canal de Castilla en la capital palentina, en el Ramal Sur y discurre por el camino de sirga durante 5 kilómetros hasta enlazar con la antigua plataforma de la vía del tren en la esclusa Treinta del Canal de Castilla. En el recorrido disfrutaremos de un paisaje singular. ● Becerril de Campos Desde su inauguración en 2015, el fantástico cielo nocturno estrellado de San Pedro Cultural se ha convertido ya en un referente del turismo en la provincia de Palencia con 52.000 visitantes. ● Paredes de Nava

Municipio que fue cuna de personajes ilustres, como el poeta Jorge Manrique o Pedro Berruguete y su hijo, el

escultor Alonso Berruguete. Un paseo por el municipio nos permitirá descubrir sus casas señoriales y rincones con sabor castellano hasta llegar a la iglesia-museo de Santa Eulalia, templo en el que, entre otros elementos destaca su particular torre, donde conviven los estilos gótico y mudéjar y cuyo tejado está realizado a base de coloridas baldosas esmaltadas. ● Laguna de la Nava

Denominada en el pasado como ‘El Mar de Campos’, se ha convertido en uno de los humedales más importantes e interesantes de Europa, incluida en una red internacional de observación de aves. La concentración de anátidas llega a alcanzar las 20.000 en algunos inviernos. ● Cisneros Un sorprendente Conjunto Histórico Artístico, anima a recorrer despacio las calles y plazas. No se olviden de visitar la iglesia de San Pedro y ver su retablo mayor renacentista obra de Francisco Giralte y las maravillas de su museo parroquial.

Lugares de interés...

es el caso de Alar del Rey en Palen-cia, cuyo origen está vinculado a es-te hecho.

Las ventajas del transporte de mercancías por el Canal pronto se pusieron de manifiesto frente al tra-dicional traslado a lomos de caba-llerías. La capacidad de carga au-mentó de manera significativa, pues una barca de trigo equivalía a 30 ca-rros de bueyes, 202 mulos o 302 bu-rros. Como consecuencia aumentó el número de embarcaciones. Mien-tras que en 1847 había 130 barcas registradas, veinte años más tarde ya se contabilizaban 365. Con estos datos cualquiera se puede imaginar

el incesante trasiego fluvial. El exceso de navegación en am-

bos sentidos exigía que las aguas mantuvieran una pendiente cons-tante. Las diferencias de nivel se sol-ventaban con las 49 esclusas y con sus maniobras de llenado y vaciado del agua. De esta manera, cuando una embarcación se aproximaba a la esclusa para alcanzar el nivel infe-rior se cerraban las compuertas su-periores e inferiores y se abrían unas portillas de guillotina que permitían la entrada de agua desde el nivel más alto.

El Canal de Castilla no solo era vía de comunicación y arteria para

A la izquierda, imagen del Canal de Castilla con la esclusa situada en la localidad de Frómista. Abajo, en blanco y negro, fotografía de las antiguas barcazas que navegaban por las aguas del canal./ EL MUNDO

regar los secos campos de castella-nos, sino que fue responsable del despertar industrial de la región. Se detectó que la fuerza del agua en los saltos de las esclusas podía servir como energía motriz para mover máquinas hidráulicas. Este hecho permitió que a finales del siglo XVIII comenzaran a surgir en las orillas del canal molinos, fábricas de papel, batanes de paños de lanas y de an-tes y curtidos.

Sin embargo este esplendor remi-tió con la aparición del ferrocarril y la actividad cesó, los edificios fueron abandonados y la navegación por el Canal a principios del siglo XX de-terminó que el regadío pasara a constituir el aprovechamiento pri-mordial de sus aguas. A consecuen-cia se desmantelaron las compuer-tas de las esclusas para sustituirse por pequeñas presas. Hoy en día, es-te es su uso principal y se comple-menta con el uso para el deporte, el ocio, y el turismo.

Un deportista recorriendo el entorno del Canal de Castilla/ EL MUNDO

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