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H.M.P. / ÁVILA Sobria y elegante se erige la ciu- dad de Ávila, uno de los destinos de Castilla y León que más visitan- tes recibe a lo largo del año. Y no es de extrañar. Declarada Patri- monio de la Humanidad en 1985 y desde el 2005 integrada en la Red de Juderías Españolas, ofrece al viajero múltiples formas de visi- tarla. Para maravillarnos con las me- jores vistas panorámicas de la ca- pital abulense nada mejor que vi- sitar el Mirador de los Cuatro Pos- tes, un humilladero a las afueras de la ciudad desde donde se puede ver su impresionante muralla, la mejor conservada del país. De es- tilo medieval, su muros de piedra representan todo un icono univer- sal. Sus puertas descubren al visi- tante un destino con pasado vac- ceo que vivió su época de mayor esplendor durante el siglo XVI. Los dos kilómetros y medio de pe- rímetro de muralla que rodean a la ciudad se encuentran jalonados por casi 2.500 almenas, cerca de un centenar de torres, seis puertas y tres portillos. La puerta de los Leales, una de las entradas princi- pales a la ciudad antigua, desem- boca directamente en la catedral, la primera de estilo gótico de Es- paña. Un templo con aspecto de fortaleza que fue erigido entre los siglos XII y XIV y cuyo ábside, de- nominado cimorro, está adosado a la muralla constituyendo el cubo defensivo más voluminoso del ba- luarte. Como en muchas de las ciuda- des medievales españolas, en la ciudad de Ávila convivieron ju- díos, musulmanes y cristianos. To- dos ellos dejaron su huella y for- man parte de nuestro legado cul- tural. Llegado el mes de septiem- bre la ciudad revive esa época de esplendor en el Mercado Medieval de las Tres Culturas, una fiesta de Interés Turístico Regional. La plaza del Mercado Chico, lu- gar en el que se emplazaba el anti- guo foro romano, es el centro de la ciudad. A ella dan las fachadas del Ayuntamiento y de la iglesia de San Juan. Pero si por algo se conoce a Ávi- la es precisamente por ser la cuna de la mística de la mano de Santa Teresa de Jesús, una de las figuras más excepcionales de la espiritua- lidad española. Podemos descu- brir las huellas de la Santa a tra- vés de un rosario de edificios reli- giosos vinculados a Teresa de Ce- peda y Ahumada. El Convento de Santa Teresa, construido en 1629 en el solar don- de se encontraba la casa natal de la santa es una visita imprescindi- ble para conocer su figura. El edi- ficio, de portada barroca, alberga un importante conjunto de tallas realizadas por el escultor Grego- rio Fernández, además de una ca- pilla dedicada a la santa. En el in- terior existe un huerto en el que, según la tradición, jugaba siendo niña. Bajo la iglesia del convento se halla el Museo de Santa Teresa, un recorrido por las distintas eta- pas de su vida. Uno de los lugares más importantes en la vida de la Santa es el Monasterio de la En- carnación, el primer convento car- melita en Ávila. Fue aquí donde vi- vió durante más de 20 años y lu- gar donde llegó a ser priora en 1571. En el monasterio se conser- va el locutorio que usó Santa Te- resa durante el tiempo que fue priora. En él merece la pena dete- nerse en los lugares frecuentados por la escritora, como su celda o la capilla de la Transverberación. Tras abandonar el Monasterio de la Encarnación, Santa Teresa se dirigió al Convento de San José, el primero que propiamente fundó y en el que ya instauró la reforma carmelita. Aquí vivió Santa Teresa entre 1562 y 1567. La vida cotidia- na de la actual orden de las carme- litas transcurre con la misma aus- teridad y diligencia de aquella que comenzó Teresa de Ávila junto a otras cuatro novicias. Pero además de su recorrido más espiritual podemos descubrir otros lugares señoriales de la ciu- dad. Casas y palacios renacentis- tas de noble linaje como la man- sión de los Velada, el palacio de los Valderrábano, el de Núñez Ve- la o el Palacio de los Dávila confi- guran el rico patrimonio artístico de la ciudad que vivió su mayor época de gloria entre los siglos XVI y XVII. Muralla de Ávila, la mejor consevada de la Edad Medieval del país y todo un icono universal. / EL MUNDO Un lugar para perderse entre su belleza La ciudad Patrimonio de la Humanidad ofrece al viajero múltiples formas de visitarla / El conjunto de sus murallas medievales es el mejor conservado de esta época / La huella de Santa Teresa de Jesús se hace visible en numerosos edificios / Sus casas señoriales son otro de sus ‘imprescindibles’ ESPECIAL ÁVILA EL MUNDO / SÁBADO 9 DE NOVIEMBRE DE 2019 E S P E C I A L

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Page 1: 3iJLQD 3257$'$(GLFLyQ LIHPD ESPECIAL ÁVILA · vió durante más de 20 años y lu-gar donde llegó a ser priora en 1571. En el monasterio se conser-va el locutorio que usó Santa

H . M . P. / ÁV I L A

Sobria y elegante se erige la ciu-dad de Ávila, uno de los destinos de Castilla y León que más visitan-tes recibe a lo largo del año. Y no es de extrañar. Declarada Patri-monio de la Humanidad en 1985 y desde el 2005 integrada en la Red de Juderías Españolas, ofrece al viajero múltiples formas de visi-tarla.

Para maravillarnos con las me-jores vistas panorámicas de la ca-pital abulense nada mejor que vi-sitar el Mirador de los Cuatro Pos-tes, un humilladero a las afueras de la ciudad desde donde se puede ver su impresionante muralla, la mejor conservada del país. De es-tilo medieval, su muros de piedra representan todo un icono univer-sal. Sus puertas descubren al visi-tante un destino con pasado vac-ceo que vivió su época de mayor esplendor durante el siglo XVI. Los dos kilómetros y medio de pe-rímetro de muralla que rodean a la ciudad se encuentran jalonados por casi 2.500 almenas, cerca de un centenar de torres, seis puertas y tres portillos. La puerta de los Leales, una de las entradas princi-pales a la ciudad antigua, desem-boca directamente en la catedral, la primera de estilo gótico de Es-paña. Un templo con aspecto de fortaleza que fue erigido entre los siglos XII y XIV y cuyo ábside, de-nominado cimorro, está adosado a la muralla constituyendo el cubo defensivo más voluminoso del ba-luarte.

Como en muchas de las ciuda-des medievales españolas, en la ciudad de Ávila convivieron ju-díos, musulmanes y cristianos. To-dos ellos dejaron su huella y for-

man parte de nuestro legado cul-tural. Llegado el mes de septiem-bre la ciudad revive esa época de esplendor en el Mercado Medieval de las Tres Culturas, una fiesta de Interés Turístico Regional.

La plaza del Mercado Chico, lu-gar en el que se emplazaba el anti-guo foro romano, es el centro de

la ciudad. A ella dan las fachadas del Ayuntamiento y de la iglesia de San Juan.

Pero si por algo se conoce a Ávi-la es precisamente por ser la cuna de la mística de la mano de Santa Teresa de Jesús, una de las figuras más excepcionales de la espiritua-lidad española. Podemos descu-

brir las huellas de la Santa a tra-vés de un rosario de edificios reli-giosos vinculados a Teresa de Ce-peda y Ahumada.

El Convento de Santa Teresa, construido en 1629 en el solar don-de se encontraba la casa natal de la santa es una visita imprescindi-ble para conocer su figura. El edi-

ficio, de portada barroca, alberga un importante conjunto de tallas realizadas por el escultor Grego-rio Fernández, además de una ca-pilla dedicada a la santa. En el in-terior existe un huerto en el que, según la tradición, jugaba siendo niña. Bajo la iglesia del convento se halla el Museo de Santa Teresa, un recorrido por las distintas eta-pas de su vida. Uno de los lugares más importantes en la vida de la Santa es el Monasterio de la En-carnación, el primer convento car-melita en Ávila. Fue aquí donde vi-vió durante más de 20 años y lu-gar donde llegó a ser priora en 1571. En el monasterio se conser-va el locutorio que usó Santa Te-resa durante el tiempo que fue priora. En él merece la pena dete-nerse en los lugares frecuentados por la escritora, como su celda o la capilla de la Transverberación. Tras abandonar el Monasterio de la Encarnación, Santa Teresa se dirigió al Convento de San José, el primero que propiamente fundó y en el que ya instauró la reforma carmelita. Aquí vivió Santa Teresa entre 1562 y 1567. La vida cotidia-na de la actual orden de las carme-litas transcurre con la misma aus-teridad y diligencia de aquella que comenzó Teresa de Ávila junto a otras cuatro novicias.

Pero además de su recorrido más espiritual podemos descubrir otros lugares señoriales de la ciu-dad. Casas y palacios renacentis-tas de noble linaje como la man-sión de los Velada, el palacio de los Valderrábano, el de Núñez Ve-la o el Palacio de los Dávila confi-guran el rico patrimonio artístico de la ciudad que vivió su mayor época de gloria entre los siglos XVI y XVII.

Muralla de Ávila, la mejor consevada de la Edad Medieval del país y todo un icono universal. / EL MUNDO

Un lugar para perderse entre su belleza La ciudad Patrimonio de la Humanidad ofrece al viajero múltiples formas de visitarla / El conjunto de sus murallas medievales es el mejor conservado

de esta época / La huella de Santa Teresa de Jesús se hace visible en numerosos edificios / Sus casas señoriales son otro de sus ‘imprescindibles’

ESPECIAL ÁVILAE

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Declarado parque regional en 1996, la Reserva Natural de la Sierra de Gredos es uno de los mayores atrac-tivos naturales y turísticos de la pro-vincia. Un auténtico ‘pulmón verde’ que ofrece mil planes diferentes a lo largo de los 365 días del año. Este lu-gar al que Unamuno definió como el techo de Castilla y corazón pétreo de

España destaca especialmente por su relieve, además, de su hábitat y diversidad, lo que lo convierten en uno de los espacios naturales más interesantes de Europa. Sus altas cumbres son el emblema natural por excelencia de la provincia. Así mis-mo, este espacio conserva numero-sas huellas de las épocas del glacia-rismo, especialmente bellas son sus lagunas, destacando entre ellas la Laguna Grande y el conjunto de Las Cinco Lagunas.

Los amantes de la montaña pue-den disfrutar de numerosas rutas co-mo la que parte de la localidad de Hoyos del Espino hasta alcanzar el Pico Almanzor (2.592 metros).

La zona también es un lugar con larga tradición en la trashuman-cia. La llamada Cañada Real Leo-nesa cruza la Sierra de Gredos por el Puerto del Pico, camino de las dehesas y pastos invernales de Ex-tremadura.

La mejor manera de emprender el viaje es visitante la Casa del Parque, situada en la vertiente norte del macizo, a unos 500 me-tros de la localidad de Hoyos del Espino.

La Sierra de Gredos fue pionera en turismo rural. El primer Para-dor en España –El Parador de Gre-dos– abrió sus puertas en 1928 en Navarredonda. Fue inaugurado por Alfonso XIII quien, como amante de la caza, decidió insta-lar en este enclave el primer esta-blecimiento de estas característi-cas para disfrutar de una de sus principales aficiones. Hoy este en-clave privilegiado es punto de par-

tida de varias rutas por este impo-nente macizo montañoso abulen-se. Toda la zona está muy bien pre-parada para la recepción de turis-tas. El visitante podrá descansar en sus confortables hoteles, hostales y casas rurales (más de 1.500 pla-zas), y disfrutar de su gastronomía en más de 50 restaurantes, bares y cafeterías. Con un servicio exce-lente: más del 50% de la población trabaja en sector turístico…. y a menos de dos horas de distancia de ciudades como Madrid, Sala-manca, Talavera y Cáceres.

GREDOS EN OTOÑO

El otoño es una época idílica para disfrutar de la vegetación de la Sie-rra de Gredos. En la zona norte se mezcla el bosque de pinus sylves-tris, en la zona de Navarredonda y Hoyos del Espino, con el rebollar del valle del Tormes dejando mnás de 100 variedades distintas de hon-

gos donde destaca el boletus edulis o el boletus pinophilus. Además, la localidad de Navarredonda cuenta con una Reserva Micológica con diferentes rutas. El turista puede también participar en las jornadas micológicas que organizan diver-sos establecimientos así como con-tratar los servicios de un guía que te enseñe y ayude a disfrutar más del campo.

Al llegar la primavera, el entor-no se viste de un espectacular tono amarillo que desprende un singu-lar aroma. Se pueden ver piornos en flor en otros sitios de España, pero solamente en Gredos Norte se pueden contemplar grandes ex-tensiones: más de 5.200 hectáreas de monte en flor. El Festival del Piorno en Flor que se celebra du-rante el mes de mayo programa múltiples actividades para que el visitante pueda disfrutar no sólo de la contemplación del paisaje en los

puntos de observación señalados, sino también conciertos de música, concursos de decoración de exterio-res, talleres demostración de usos y costumbres (chozos, escobas….) pe-ro, sobre todo, es un disfrute de co-lor y olor en plena naturaleza.

CIELOS ÚNICOS

Otro de los atractivos que ha ido ga-nando adeptos en los últimos años son sus cielos limpios y libres de contaminación, tanto por el día co-mo por la noche. El cielo en la sierra de Gredos tiene una condiciones magnificas para la observación as-tronómica y la astrofotografía y es un deber protegerlo y un derecho pa-ra el ser humano el poder disfrutar de ello. Desde el año 2013 la Funda-ción StarLight reconoció la calidad de los cielos de la Zona Norte de Gre-dos siendo uno de los 25 lugares en todo el mundo que merecen la califi-cación de Cielo Oscuro.

>ESPECIAL ÁVILA

El pulmón verde de la provincia La Reserva Natural de la Sierra de Gredos conforma uno de los mayores atractivos naturales y turísticos de la

provincia / Naturaleza, rutas de senderismo y astronomía son algunos de los planes que concentra el espacio

Laguna grande de Gredos. / ICAL

● Hoyos del Espino es un bello pueblo de la provincia de Ávila que merece conocer por la belleza que lo rodea. Situado a 70 kilómetros de la capital abulense, el muncipio cuenta con 200 habitantes. En las calles de esta localidad aún se conservan muchas construcciones antiguas de piedra, teja y madera. ● En el entorno el visitante disfrutará de iglesias, ermitas, cruces, herraderos, monumentos y construcciones religiosas y civiles que se encuentran en esta zona. ● En las orillas de sus ríos y arroyos el que se acerque a conocerlo podrá disfrutar de la fauna y flora que ofrece la Sierra de Gredos . ● Las Chorreras es un paraje natural formado por grandes formaciones de piedra granítica, con bonitas cascadas y dos charcos en los que poder disfrutar el baño y del paisaje. Se ubica a un escaso kilómetro del nacimiento del río Tormes. ● La rutas a caballo y turismo activo completan la oferta de este enclave.

Un rincón natural para escaparse

Monumento Natural de Las Tuerces. / ICAL Monumento Natural de Las Tuerces. / ICAL Monumento Natural de Las Tuerces. / ICAL Monumento Natural de Las Tuerces. / ICAL

Una de las bellas postales de la naturaleza de Hoyos del Espino. / E. M.

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La provincia de Ávila atesora una ri-ca y variada despensa de calidad. Sus carnes, frutas, quesos y legum-bres son reconocidos mundialmen-te. En cualquiera de los restaurantes de Ávila es posible descubrir la ex-celente gastronomía abulense. So-bresalen los excelentes asados de tostón, cochinillo asado y cordero asado sin olvidar otros contunden-tes platos como los garbanzos de la Moraña o las judías de Barco de Ávi-la, amparadas con Indicación Geo-gráfica Protegida. Precisamente es-ta IGP cumple 30 años, lo que la con-vierte en una de las más antiguas del sector agroalimentario.

Las judías de El Barco de Ávila cuentan con el segundo Consejo de Denominación Específica más anti-guo de España. Es el primer produc-to leguminoso reconocido con la In-dicación Geográfica Protegida. Las variedades de estas judías son blan-ca redonda, blanca riñón, morada larga, morada redonda, Judión del Barco, planchada, y arrocina. La zo-na de producción coincide con la co-marcas agrícolas de El Barco de Ávi-la y Piedrahíta, regadas por los ríos Tormes y Corneja, pertenecientes a la provincia de Ávila y también el municipio de El Tejado, en Sala-manca.

Otro producto con sello de cali-dad que también está de aniversario es la IGP Carne de Ávila. Este 2019 cumple tres décadas con este distin-tivo, después de convertirse en la primera denominación de origen de carne fresca en España y en la pri-mera figura de calidad alimentaria

reconocida a nivel europeo. Hoy en día su carne es una de las más apre-ciadas por sus cualidades. La inten-sidad del sabor de su carne la hace única. Sus animales siguen una ali-mentación en régimen extensivo y son controlados desde el nacimien-to por una rigurosa trazabilidad. Además de la rusticidad, dureza y adaptación de la raza avileña negra-ibérica, destaca su longevidad, lle-gando a vivir hasta 22 años cuando lo normal son los 18. En la mesa des-taca el color ‘rojo cereza’ de su car-ne y la grasa blanca con cierto grado de infiltración que se suman a la ter-neza y un sabor difícil de olvidar.

Junto a ello, también hay una lar-ga tradición en la provincia de Ávila en la elaboración de quesos, leche y todo tipo de productos lácteos La co-operativa Alta Moraña es un ejem-plo del testigo recogido a la larga tra-dición ganadera. Ubicada en la loca-lidad de San Pedro del Arroyo, a unos 25 kilómetros al oeste de Ávila, cuenta con más de 500 socios y fac-tura 25 millones de euros al año. Al margen de las cifras, la cooperativa ha centrado sus esfuerzos en los úl-timos años en la excelencia y cali-dad de sus productos. Sus postres lácteos están reconocidos por las marcas de calidad ‘Tierra de Sabor’ y ‘Ávila Auténtica’.

Hay que señalar otros platos típi-cos en el recetario abulense como el cocido moragueño hecho con horta-lizas y legumbres, repollo al ajo arriero, pimientos rellenos o las po-pulares patatas ‘revolconas’, coci-das y machacadas, y aderezadas con pimentón y torreznillos; o el delicio-so cochifrito o cuchifrito. Tampoco

podemos dejar de probar sus pro-ductos de matanza: el lomo, los cho-rizos de olla y las sabrosísimas mor-cillas. Si se quiere acompañar algu-no de estos platos con un vino de la tierra, nada mejor que los vinos de la DO Cebreros y el Tiemblo. En Ávi-

la podemos encontrar una gran va-riedad de vinos en la zona del Valle del Alberche y el Valle del Tiétar-donde se recoge la uva garnacha de la zona, casi siempre procedente de cepas viejas mientras que en la zona norte de la provincia de Ávila encon-

tramos vinos de la DO Rueda reco-nocidos mundialmente.

Para concluir, en su repostería tradicional hay una variedad de dul-ces típicos como las yemas de Santa Teresa, torrijas, amarguillos, huesi-tos, empiñonados, natillas, o tartas.

>ESPECIAL ÁVILA

Alimentos de altura que marcan la diferencia La despensa abulense cuenta con productos reconocidos con marca de calidad / La IGP Judías de El Barco de Ávila y la Carne de Ávila cumplen 30 años de este distintivo, siendo algunos de los marchamos de las más antiguos de España

Lote de productos lácteos que produce la cooperativa Alta Moraña. / EL MUNDO

Muestra gatronómica I.G.P. Carne de Ávila . / ICAL

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>ESPECIAL ÁVILA

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La provincia abulense cuenta con un amplio repertorio de ritos y tra-diciones que han sido heredadas de generación en generación. Fiestas populares, religiosas y paganas, que siguen manteniéndose igual de vi-vas y fieles a sus orígenes.

La más importante es la Semana Santa de Ávila, declarada de Interés Turístico Internacional, se desarro-lla en un entorno único, alrededor de la monumental muralla y en el interior del casco histórico, por ca-lles de entramado estrecho y empe-drado, repleto de casas palaciegas y de muestras de diferentes estilos ar-quitectónicos reflejados en sus igle-sias. Una Semana Santa caracteri-zada por el silencio contagiado por

las miles de personas que contem-plan los diferentes cortejos proce-sionales y quebrantados tan solo por el sonido de hachones y carra-cas. Son casi 500 años de procesio-nes, con centenarias cofradías col-madas de historia y tradición que engalanan la ciudad con el drama-tismo de las imágenes pasionales en un marco incomparable, tildado de sencillez y austeridad que hacen de aquellas un ejemplo de recogi-miento y fervor. Está compuesta por 15 procesiones y 39 pasos que unos 6.000 cofrades, pertenecientes a 14 hermandades, se encargan de mos-trar cada año en un «entorno úni-co». Sus procesiones y actos religio-sos que visten de color los hábitos y capirotes de las distintas herman-dades las calles, plazas y rincones

de una ciudad patrimonio mundial. Las manifestaciones religiosas de

la Semana Santa en la provincia de Ávila también están llenas de fervor y peculiaridades. Tanto en Nava-luenga, como en Cardeñosa, Peñal-ba de Ávila y Villarejo del Valle en el Valle del Tiétar, se cantan o reci-tan de forma especial los romances de la pasión de Lope de Vega. Un momento digno de vivir.

Junto a la celebración de la Pa-sión, a lo largo del año se suceden en los pueblos numerosas fiestas que acaparan la atención del visi-tante. Dulzainas, gaitillas, tambori-les, juego de la bandera, subastas, ofrendas de los productos del va-lle, coplas y jotas son los ingredien-tes de una de las festividades que más tradición y color tienen en Ávi-

la. De esta manera, en la localidad abulense de San Bartolomé de Pina-res se celebra cada noche del 16 de enero la tradición de Las Lumina-rias, un rito que según se piensa, se remonta al siglo XVIII. Jinetes con sus caballos comienzan a saltar las hogueras a las nueve de la noche en un rito purificador para alejar a los malos espíritus.

PIEDRAHÍTA GOYESCA En el valle del Corneja se encuen-tra la localidad de Piedrahíta, una villa ilustre en la que nació el ter-cer duque de Alba y donde residió el pintor Francisco de Goya. Llega-do el mes de junio sus habitantes regresan hasta el siglo XVIII, mo-mento histórico en el que la deci-motercera duquesa de Alba, Caye-tana de Silva y Álvarez de Toledo, pasó alguna temporada en compa-ñía de artistas como el pintor de Fuendetodos (Zaragoza).

Los vecinos de este municipio abulese se visten de época en una fiesta en la que todo el pueblo se implica de alguna manera y que coincide con la celebración de la Feria Agroalimentaria de Piedrahí-ta. Durante nuestra visita no debe-mos perder la oportunidad de co-nocer el bello Palacio de los Du-ques de Alba, un edificio propie-dad del Ayuntamiento, que perte-neció en su día a los señores de la villa. Fue construido por el arqui-tecto francés Jacques Marquet a mediados del siglo XVIII en la par-te elevada del pueblo. En él pintó Goya los primeros apuntes de tapi-ces como La vendimia, El Verano o La siega. El inmueble, que fue des-truido durante la Guerra de la In-dependencia, ocupa en la actuali-dad un colegio público que permi-te el acceso al visitante para cono-cer las bóvedas y los jardines.

Aprovechando nuestra visita a Piedrahíta por el valle del Corneja llegaremos hasta Bonilla de la Sie-rra, uno de los Pueblos más Boni-tos de España. Fue cabeza del se-ñorío del obispo de Ávila y conser-va una muralla medieval, el castillo del siglo XV y un núcleo urbano de gran carácter. Su iglesia de San Martín, del siglo XV, tuvo catego-ría de colegiata. Los parajes de la garganta en torno a Villafranca de la Sierra son un buen colofón de esta ruta.

Fiestas y tradiciones que lucen con orgullo sus gentes La provincia abulense está impregnada de ritos que forman parte de su identidad

Festival temático ‘Piedrahíta Goyesca’ que celebra cada año la localidad abulense. / ICAL

● La localidad de Piedrahíta se prepara para celebrar durante la primera quincena de julio de 2020 el Campeonato de España Parapente. Una prueba más de que Piedrahita es el lugar ideal para disfrutar de la naturaleza tanto por tierra como por aire. ● El vuelo de montaña y de llanura en este municipio de Ávila, proporcionan al parapente unas condiciones excelentes para el vuelo XC, llegando a realizarse vuelos de más de 200 km. Por ello, cada año acuden a Piedrahíta cientos de aficionados al deporte del parapente, proporcionando a la localidad nuevas oportunidades para afianzar el turismo activo en la comarca. ● En Piedrahíta se dan lugar a lo largo del año otras citas destacadas como la Feria del Caballo, la segunda feria más importante de nuestro país de los Concursos de caballos y yeguas de Pura Raza Español. ● Podemos conocer la villa abulense durante las fiestas patronales de la Virgen de la Vega que celebra el municipio el segundo domingo de septiembre. ● Patrimonio, naturaleza y gastronomía se dan la mano en este destino único de la provincia de Ávila.

Una cita de altos vuelos en Piedrahíta 2020

Exhibición de parapentes. / E.M.