3 políticas de salud y gestión del conocimiento

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Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=305326921017 Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Sistema de Información Científica Maisuls, Héctor R. Políticas de salud y gestión del conocimiento Revista Argentina de Cardiología, vol. 78, núm. 3, mayo-junio, 2010, pp. 290-291 Sociedad Argentina de Cardiología Buenos Aires, Argentina ¿Cómo citar? Número completo Más información del artículo Página de la revista Revista Argentina de Cardiología, ISSN (Versión impresa): 0034-7000 [email protected] Sociedad Argentina de Cardiología Argentina www.redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Page 1: 3 políticas de salud y gestión del conocimiento

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=305326921017

Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Sistema de Información Científica

Maisuls, Héctor R.

Políticas de salud y gestión del conocimiento

Revista Argentina de Cardiología, vol. 78, núm. 3, mayo-junio, 2010, pp. 290-291

Sociedad Argentina de Cardiología

Buenos Aires, Argentina

¿Cómo citar? Número completo Más información del artículo Página de la revista

Revista Argentina de Cardiología,

ISSN (Versión impresa): 0034-7000

[email protected]

Sociedad Argentina de Cardiología

Argentina

www.redalyc.orgProyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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290 REVISTA ARGENTINA DE CARDIOLOGÍA / VOL 78 Nº 3 / MAYO-JUNIO 2010CARTA DEL PRESIDENTEDE LA SAC

Políticas de salud y gestión del conocimiento

“No hay nada que le guste tan poco a un políticocomo estar bien informado; hace mucho más difícil

y compleja la toma de decisiones.”

J. M. KEYNES

En la política y en la práctica de la atención sanitaria,saber lo que es apropiado no es tarea sencilla. El con-cepto de uso apropiado se ha intentado explicar desdedistintos puntos de vista. Los expertos de la econo-mía de la salud han definido lo apropiado como aque-llo que es técnicamente posible, socialmente acepta-ble y económicamente viable.

En este sentido, sólo sería apropiado aplicar aquelprocedimiento médico que tuviese suficiente desarro-llo como para ser aplicado después de su verificaciónexperimental, que la sociedad aceptase que forma par-te de la asistencia o para un paciente en particular yque la sociedad estuviese dispuesta a pagarla con re-cursos disponibles para tal fin.

Estas reflexiones desde la economía son muy úti-les porque ayudan a pensar, pero resulta difícil trans-formarlas en instrumentos que ayuden a saber qué esapropiado o inapropiado en cada paciente concreto.

Desde el punto de vista clínico, que no excluye unabase ética, también es difícil definir lo que es apropia-do en medicina, por lo que se ha propuesto definir loque es inapropiado y se presume que el resto será apro-piado. En este escenario se han propuesto varias ra-zones por las cuales el uso de una tecnología o un pro-cedimiento puede ser inapropiado. Cuándo es innece-sario, es decir, cuando el objetivo deseado se puedaobtener con medios más sencillos. Cuándo es inútil,porque el paciente está en una situación demasiadoavanzada para responder al tratamiento. Cuándo esinseguro, porque sus complicaciones superan el pro-bable beneficio. Cuándo es inclemente, porque la ca-lidad de vida ofrecida no es lo suficientemente buenacomo para justificar la intervención. Cuándo es in-sensato, porque consume recursos de otras activida-des que podrían ser más beneficiosas. Este razona-miento puede ser útil para muchos clínicos en las de-cisiones individuales con sus pacientes, pero resultainsuficiente si no se acompaña de la información ade-cuada y el conocimiento actualizado de cada temamédico para el desarrollo de estándares de uso apro-piado que permitan ayudar en forma sistémica lasdecisiones de cada paciente.

Por último, no se puede desconocer que la asisten-cia sanitaria y los servicios de salud se prestan en undeterminado contexto social, político, económico ycultural que constituye el entorno y en un contexto

organizativo que es el propio sistema de salud. Losservicios que se ofrecen a los ciudadanos deberían re-unir ciertas características para que ayuden a mejo-rar los resultados de salud en el individuo y en la po-blación. El Instituto de Medicina de los Estados Uni-dos ha propuesto seis requisitos para la prestación deun servicio de salud: debe ser seguro, efectivo, cen-trado en el paciente, oportuno en el tiempo, eficientey equitativo.

Servicio seguro se refiere al riesgo o probabilidadde que un paciente sufra un efecto no deseado al reci-bir un procedimiento diagnóstico o tratamiento, seencuentre dentro de la probabilidad admitida por elconocimiento científico y que los resultados espera-dos sean mejores que los riesgos esperados. Es impor-tante que a los riesgos esperados en cada interven-ción no se agreguen riesgos derivados de errores mé-dicos (seguridad del paciente). Por todo ello, la deci-sión final debe ser aquella que tiene el balance másfavorable en términos de riesgo/beneficio.

Servicio efectivo es lo concerniente al beneficio desalud relevante que produce la decisión de aplicar unaintervención en un paciente o en una población. Im-plica un procedimiento diagnóstico que ayuda a con-firmar o descartar la enfermedad, a tomar decisionesterapéuticas o establecer un pronóstico, o bien unaintervención terapéutica que cura o alivia la enfer-medad. El conocimiento de la efectividad de las dife-rentes alternativas debe estar basado en la mejor evi-dencia científica disponible (propia o ajena). Los pro-cedimientos efectivos deben aplicarse a todos los pa-cientes que los necesitan.

Servicio centrado en el paciente significa atenciónpersonal, coordinada e integrada, proporcionandobienestar físico y apoyo emocional, respetando suspreferencias, necesidades y valores individuales. Serequiere dar al paciente información, comunicación yeducación. Se diferencia de la atención centrada en laenfermedad, en el órgano, en el médico, en la tecnolo-gía o en la institución.

Servicio oportuno en el tiempo implica proporcio-nar la atención cuando se maximizan los resultadosde salud del paciente. Se deberían reducir las esperasy los retrasos, que a veces contribuyen al empeora-miento de los pacientes.

Servicio eficiente significa que los resultados desalud que se obtienen con la atención prestada com-pensan los costos que demandan. La eficiencia se pue-de mejorar tomando las decisiones que producen losmejores resultados y, si es posible, disminuyendo loscostos económicos del servicio y evitando los procedi-mientos innecesarios.

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CARTA DEL PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE CARDIOLOGÍA 291

Servicio equitativo quiere decir que el acceso a unservicio sanitario de calidad debe ser similar para pa-cientes con una necesidad similar, sin variaciones per-sonales por razones de sexo, raza, lugar de residenciao nivel socioeconómico.

De allí que sería de gran importancia que los res-ponsables de la asistencia sanitaria respalden sus de-cisiones en evidencias bien fundadas. El enfoque ba-sado en la evidencia para la prestación de serviciossanitarios permite un nuevo modelo de gestión cuyascaracterísticas más importantes son: la adopción deestrategias para aumentar el cociente entre beneficioy daño, la aceleración y promoción de cambios en lapráctica clínica y la promoción de la investigación.

En 1991, el Ministerio de Sanidad del Reino Uni-do creó un programa de investigación y desarrollo concinco funciones principales:1. Averiguar los conocimientos que necesitaban los

responsables de la toma de decisiones en el Siste-ma Nacional de Salud.

2. Asegurar que se obtuvieran dichos conocimientos.3. Poner esos conocimientos rápidamente a disposi-

ción de los responsables de la toma de decisiones.4. Promover la aplicación de los resultados de la in-

vestigación y desarrollo.5. Promover una cultura de la evaluación.

Para complementar esta actividad, el Secretariode Estado para la Salud, tiempo después, lanzó unainiciativa de Efectividad Clínica con un marco senci-llo y fácil de comprender que abarcaba tres aspectosprincipales: informar, cambiar y vigilar.

Esta visión de cambio en el sistema inglés se origi-nó de la simple observación sobre cómo el interés porla productividad y la calidad, que había dominado lagestión de la atención sanitaria de las últimas déca-das, no había tenido como resultado la formulaciónde políticas basadas en evidencias ni la aplicación delos conocimientos derivados de la investigación paraaumentar la eficacia, la seguridad, la aceptación y larelación costo-efectividad en la asistencia sanitaria.

En nuestro sistema público y privado, cada centrohospitalario debería desarrollar un Área de Produc-ción Científica donde se pueda llevar a cabo una ges-tión efectiva del conocimiento desde una estructurainformática adecuada, biblioteca virtual, reglamentode funcionamiento, programa de actividades, proyec-tos coordinados y horas disponibles de un recursohumano formado y remunerado para tareas específi-cas de investigación y administración de registros depacientes.

La gestión del conocimiento en servicios sanita-rios implica diferentes objetivos. En primer lugar, lacreación de bases de conocimiento a partir de la ges-tión progresiva de información científica. Estos alma-

cenes de conocimiento se enriquecen con la produc-ción externa, con el conocimiento estructurado inter-no (informes de investigación, evaluación de innova-ciones tecnológicas) y con el conocimiento informalinterno (modelos y algoritmos para la toma de deci-siones). En segundo lugar, la mejora de los sistemas deaccesibilidad y transmisión de conocimientos con lacreación de redes cooperativas temáticas en áreas esen-ciales para la organización sanitaria, así como gruposde expertos. En tercer lugar, promover una culturaambiental para la creación y el uso apropiado del cono-cimiento, fomentando actitudes proactivas y estímu-los para iniciativas emprendedoras. Finalmente, eva-luación del conocimiento como un activo, medianteauditorías anuales del capital intelectual (mapas de pro-ducción del conocimiento científico relevante).

El impacto de este tipo de acciones en las organi-zaciones sanitarias ha incrementado las competenciasprofesionales y la experiencia de las unidades funcio-nales en muchos hospitales. En ese ámbito, la gestióndel conocimiento se ha materializado en los procesosasistenciales a través de diferentes formas de estan-darización (guías clínicas), indicadores para la gestiónde la calidad asistencial y evaluación de resultados(outcomes) de salud bajo la atenta mirada del gobier-no clínico de los servicios.

El desafío mayor es la extensión de áreas de pro-ducción científica por fuera de los hospitales, próxi-mos al primer nivel de atención, donde se estimule lainvestigación en epidemiología y la prevención de lasenfermedades cardiovasculares.

El Estado nacional debe estimular la formación deáreas de producción científica en todo el sistema pú-blico a lo largo y ancho del país con un fuerte apoyofinanciero a través de becas y subsidios para investi-gaciones nacionales que nos permitan estimar la pre-valencia, la distribución y las tendencias de las pato-logías cardiovasculares y los factores de riesgo. Laevaluación de este fenómeno epidemiológico como car-ga de enfermedad permitirá diseñar e implementarpolíticas públicas que mejoren la salud de nuestrospacientes. Todo el sistema sanitario nacional se debetransformar en un gigantesco laboratorio de investi-gación coordinado desde el Estado por redes de ex-pertos.

La Sociedad Argentina de Cardiología y sus 37 Dis-tritos Regionales ayudarán al desarrollo de una polí-tica de asistencia sanitaria basada en la evidencia, quepermita integrar la gestión del conocimiento con polí-ticas de salud que mejoren progresivamente nuestrosresultados en el campo de la medicina cardiovascular.

Dr. Héctor R. MaisulsPresidente de la Sociedad Argentina de Cardiología