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A lo largo de nuestra vida no podemos negar que hemos tenido algún tipo de relación o contacto con el ámbito educativo, estando dentro de un aula como alumno, como padre de familia o profesor. Hago mención de esto porque nos hemos topado con grupos en los cuales los alumnos muestran diferentes características, que generalmente describen diversas actitudes desde entusiasmo hasta un profundo desinterés. En caso contrario del grupo entusiasta y trabajador vemos un grupo apático, en los cuales no se desea trabajar, y mucho menos estar dentro del aula, esto significa sin lugar a dudas que el grupo presenta, problemas que pueden llevar a un rotundo fracaso escolar. Lo cual no encaja con el objetivo que la educación tiene para el individuo. Pero aquí la pregunta es ¿Qué genera que en un grupo exista esa apatía? Las respuestas pueden ser muchas a mi parecer, su origen puede ser el sistema educativo, contexto, los alumnos o como siempre culpa del profesor, con esto no digo que sea un caso inexistente, pero habría que analizar el verdadero origen. Pues no solo es el alumno que muestra ese desinterés o apatía por el proceso satisfactorio de enseñanza aprendizaje, sino que también viene afectando este “síndrome” al profesor, que en su caso termina “enseñando” de una forma poco efectiva y hay que recordar que aunque el profesor es fundamental en el aprendizaje y “es su trabajo” enseñar. También es un ser humano que siente y piensa, cosa que no debe ser menospreciada a la hora de buscar una interrogante o una raíz al problema. Una de las causas a las que se le atribuye el “desgano escolar” es a aquel método tradicional (mecánico, estándar, lineal, evaluativa, etc.) que ve al alumno como un recipiente vacio el cual debe de ser llenado hasta el tope con abundante información, Juan José Arreola critica fuertemente la memorización como un método antipedagógico el cual considero que es necesario en algunos casos pero no como una base para impartir la enseñanza ya que como alumno también me vi fastidiado por ello. Método que reduce y

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A lo largo de nuestra vida no podemos negar que hemos tenido algún tipo de relación o contacto con el ámbito educativo, estando dentro de un aula como alumno, como padre de familia o profesor. Hago mención de esto porque nos hemos topado con grupos en los cuales los alumnos muestran diferentes características, que generalmente describen diversas actitudes desde entusiasmo hasta un profundo desinterés.En caso contrario del grupo entusiasta y trabajador vemos un grupo apático, en los cuales no se desea trabajar, y mucho menos estar dentro del aula, esto significa sin lugar a dudas que el grupo presenta, problemas que pueden llevar a un rotundo fracaso escolar. Lo cual no encaja con el objetivo que la educación tiene para el individuo.Pero aquí la pregunta es ¿Qué genera que en un grupo exista esa apatía? Las respuestas pueden ser muchas a mi parecer, su origen puede ser el sistema educativo, contexto, los alumnos o como siempre culpa del profesor, con esto no digo que sea un caso inexistente, pero habría que analizar el verdadero origen. Pues no solo es el alumno que muestra ese desinterés o apatía por el proceso satisfactorio de enseñanza aprendizaje, sino que también viene afectando este “síndrome” al profesor, que en su caso termina “enseñando” de una forma poco efectiva y hay que recordar que aunque el profesor es fundamental en el aprendizaje y “es su trabajo” enseñar. También es un ser humano que siente y piensa, cosa que no debe ser menospreciada a la hora de buscar una interrogante o una raíz al problema.Una de las causas a las que se le atribuye el “desgano escolar” es a aquel método tradicional (mecánico, estándar, lineal, evaluativa, etc.) que ve al alumno como un recipiente vacio el cual debe de ser llenado hasta el tope con abundante información, Juan José Arreola critica fuertemente la memorización como un método antipedagógico el cual considero que es necesario en algunos casos pero no como una base para impartir la enseñanza ya que como alumno también me vi fastidiado por ello. Método que reduce y margina al alumno de un espíritu de creatividad e imaginación (Joseph Jacotot), relacionado a esto se crea una gran brecha o lazo entre el profesor y el alumno, pues el profesor se limita a hablar y pocas veces el alumno comprende lo que habla.

“enseñar no es transferir conocimientos, sino crear las posibilidades para su propia construcción y conocimiento” (Paulo Freire)

Muchas veces esa información carece de sentido para el alumno por lo cual también agranda mas su desinterés, en caso de que por cuestiones de evaluación llegue a memorizarlas, este conocimiento seguramente será muy distinto al que adquiere de su entorno e incluso contradictorio al que adquiere dentro del aula. Pero esto no acaba ahí, si hacemos una comparación entre la escuela y entorno cotidiano del alumno, veremos que es fuera del aula donde está el verdadero significado del individuo, donde están sus intereses, sentimientos, prioridades e incluso gran parte de su aprendizaje. Lo que viene dándole un golpe bajo a la presencia de la escuela.

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Otro de los obstáculos en el aprendizaje desde la memorización se ha venido analizando que cuando se aprende mediante esta forma, el cerebro no tiene el tiempo suficiente para hacer de ese conocimiento parte del individuo, pues se requiere ante de adquirir nueva información asimilar, incorporar, procesarla y reconsolidarla ante de apropiarse de una nueva. Pero esto no da tiempo en un programa tan “apretado” con el que se rigen muchas escuelas, las cuales tienen que cumplirse en tiempo y forma limitando al alumno a siquiera relacionarlo o aplicarlo al contexto fuera de la escuela.Algunas características de este problemas son que los alumnos manifiestan ciertas actitudes como el aburrimiento, dentro de los espacios escolares, lo cual desde un principio bloque el acto de pensar, la otra se refiere a un proceso implicado en un sistema jerárquico y autoritario podría decirse que hasta automatizado que no da pie a que el alumno participe, pues se entiende desde este punto de vista que la escuela es una reproducción de la sociedad así que la primera prepara para la segunda. Aquí el maestro se vuelve en el único instrumento que transmite y evalúa apegado exclusivamente al libro de texto, lo que de igual manera solo promueve la inmovilidad y rechazo del alumno, marginando su libre pensamiento y sus capacidades y espíritu. Cayendo como dijimos en el autoritarismo del maestro usando medios como la evaluación para el control del alumno y no para lo necesario, cabe mencionar que en el hogar el aprendiente se rige bajo el mismo método. Esto quiere decir que se enfrentara y manifestara los mismos problemas de conocimiento y conducta en los dos contextos.Ahora bien el maestro no queda exento de problemas pues también no pone el énfasis necesario al arte de educar, pero recordemos que no debemos culpar al profesor de todo como siempre el mundo, entre algunos de los factores que generan el desgano del maestro es precisamente el cumplir con todo el programa en el tiempo que se establece y evaluar al alumno, esto deja atrás todo aquello que debería significar el gozo por enseñar y aprender. También debemos mencionar entre algunos de los problemas que enfrentamos que afectan la motivación del alumno es el trabajo con contenidos ya desactualizado o con teorías que podrían ser, quizá no obsoletas pero no están “actualizadas” a los tiempo y retos que vivimos actualmente, cayendo el profesor también en un escaso interés por actualizarse por tomarse la molestia de investigar, leer o apropiarse de contenidos modernos apegados a lo que hoy se exige en la sociedad, pero que puede hacer el profesor en este caso si el sistema es que se apega a un programa que poco le ha interesado modificar haciendo del maestro un “títere” que debe basarse en métodos copiados u obsoletos de otros países, tal como lo señala michea que dice que el profesor trabaja obligado y que está en un estado de sumisión. Aun así el profesor debe preocuparse por su propia actualización integral constituida por un sentido estético y ético profundo, con un saber científico, social, humanista y tecnológico de vanguardia. Para poder enfrentar cualquier situación como educador y generar escenarios llenos de conocimiento y no como un repetidor

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de contenidos. Otro de los problemas que “no se quieren ver” o al menos al a la sociedad o gobierno tratan de ocultar es la pobreza en la que vivimos muchos de nosotros, lo cual significa que mientras más pobreza tengamos hablando económicamente es más pobre nuestro acceso a lo cultural o a la educación. De nada sirve por ejemplo impartir clase y poner el empeño suficiente para sacar adelante al alumno (que así debe ser) si este se encuentra marginado de alimentación, dinero, o está obligado a trabajar para ayudar a sus padres al sustento de la familia. Y peor aún no cuenta con los recursos suficientes para poder costear más allá de una educación básica, esto hace que el alumno también vea muy lejos o con poco interés su educación. Se le echa la culpa del desinterés escolar o del rezago de los alumnos a muchas cosas pero no queremos ver que este es uno de los principales problemas. Con el cambio de la sociedad también ha venido la influencia de los medios de comunicación con más fuerza lo cual “atrofia” la capacidad de entender (Sartori) pues no hace falta mencionar que muchos de los contenidos que se abordan en los medios tampoco están tan ligados a un interés cultural sino a intereses mercantiles.Pero porque hablar de causas y más causas, cuando podemos hacer algo por cambiar el concepto actual y real del aprendizaje que vivimos, debemos hacer del aprendizaje algo más dinámico, integral para el alumno, y siempre continuo, en pocas palabras educar con amor. Y como ya mencionamos ser como docentes aquellos generadores de escenario donde el alumno pueda actuar con una mayor autonomía para su aprendizaje y propiciar su creatividad y conocimiento. Sin lugar a dudas la educación debe cambiar no es un tema que deba ponerse en discusión en ese sentido. Pero debe cambiarse de acuerdo a los intereses y necesidades que el país, que la gente necesita y no tener un carácter político e intereses que solo benefician a unos pocos y nada tienen que ver con la educación. Regresando al punto que tiene que ver con la escuela debemos manejar dentro de aquello que queremos cambiar lo emocional, cognitivo, estético, y lo espiritual. Trabajándolos de manera más humanista con más sentido para el propio alumno motivando y estimulando su deseo de aprender, para que de este modo podamos ir cambiando aquellas bases las cuales han estado muy aferrados en el proceso de enseñar y que estancan al país de forma negativa, cambiemos hoy en día aquello que hace que nuestros niños del futuro tengan un panorama poco alentador por un panorama atractivo, que haga que la juventud y ese futuro que queremos al fin llegue a nuestras manos.