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A FRANQUEAR

EN DESTINO

NONECESITA

SELLO

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Noviembre, 20074.ª época, número 8REVISTA ALDEBARÁNes una publicación de

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Depósito Legal: LE - 1030 - 2004

Fotografía de cubierta: Antonio Salas XimelisEscultor: Pablo Jesús Galán Novo

Antonio Salas Ximelis

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Diario de abordo

lenguaje religioso • La Religión en el lenguaje nuestro de cada día (Marc Morant y Ricardo Morant)

el cuento • Ayúdame a encontrar mi caja, por favor (Julia González Blanco)

la parábola • “Armas” (Marifé Ramos González)

sugerencias • Caminando a la Navidad (José Luis García Peña)

el póster • ¡Prepara la Navidad! (Ramiro Undabeytia)

claves para entender • El Shabbat (Chema Pérez-Soba)

internet en el aula • 20 REGLAS para una vida de calidad (Miguel Ángel Majo)

para pensar • Agbahar (Jorge Sans Vila)

procedimientos • Cómo realizar un muñeco de plastilina de Jesús (Pablo Jesús Galán Novo / Antonio Salas Ximelis)

iconografía religiosa • La pintura china: la trascendencia en la aguada de tinta (Silvia Martínez Cano)

Sumario

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“Pócima” de la LOE contra la Religión

Las reformas educativas diseñadas por el PSOE (LOGSE y LOE) han traído consigo sendos retos a la enseñanza de la Religión. La de la LOGSE fue subsanada en parte por sentencias del Tribunal Supremo, que vinieron a dar la razón a quienes creíamos que tal como se planteaba la Religión

vulneraba la letra y el espíritu de los Acuerdos, de enero de 1979, entre la Santa Sede y el Estado español. Se pretendía dar el “golpe de gracia” a esta enseñanza por medio de su alternativa. El Tribunal obligó al Ministerio a aprobar un Real Decreto específico sobre la enseñanza de la Religión, cuyo texto había recibi-do un dictamen del Consejo de Estado en estos términos: “Solicitamos la modificación sustancial del texto sometido a dictamen”. Pero el Ministerio no hizo caso a ese dictamen. En el seno del Ministerio albergaban la esperanza de que retocando lo dicho sobre la alternativa y apoyando la no evaluación de dicha alter-nativa (Sociedad, Cultura y Religión en tercero y cuarto de la ESO y en primero de Bachillerato), se ponían las bases para que la enseñanza de la Religión fuera desapareciendo. Pero a ese reto se resistió, aunque descendió el número de alumnos que elegían la asignatura de Religión, puesto que algunos de éstos prefi-rieron decantarse por la “nada”, que en eso se convirtió realmente la así llamada alternativa a la Religión en la gran mayoría de centros. No obstante, la enseñanza de la Religión sigue siendo demandada. La LOE supone un nuevo reto bastante más complicado de encarar para la Religión. Y no por la Ley en sí, que sigue relegándola a una disposición adicional, sino por su regulación en los Reales Decretos que la desarrollan. En éstos se ha introducido una especie de “objeción de conciencia” frente a la Religión como materia curricular. La así llamada “debida atención educativa”, adquiere “carta de ciudadanía”. Por arte de birlibirloque queda establecida así para todos aquellos alumnos que no quieran saber nada sobre la Religión, ni siquiera como realidad cultural, la llamada Debida Atención Educativa (DAE). Si bien en los proyectos educativos debiera haberse explicitado en qué iba a consistir esa DAE, la realidad es que no resulta fácil encontrar algún centro donde se haya hecho. Siendo ello grave, pues supone incumplir lo legislado, más es lo que ha ocurrido en los cursos primero y tercero de secundaria. En estos cursos debía ofrecerse a los alumnos enseñanza de la Religión, bien en la modalidad confesional (ofertada por las confesiones religiosas que tienen suscritos acuer-dos con el Estado), bien en la modalidad de “Historia y Cultura de las Religiones”. Y sólo para aquellos que no desearan ninguna de las dos modalidades habría que arbitrar esa DAE en los Institutos de Secundaria, explicitándola en sus respectivos proyectos educativos. Y, ¿qué ha pasado? Cada comunidad autónoma ha desarrollado a su manera los Reales Decretos de enseñanzas mínimas. En algunas de ellas saliendo aún más perjudicada la enseñanza de la Religión. Y allí donde esperábamos una regulación positiva, se ha expresado de forma tan ambigua que ha propiciado que en cada centro se haya hecho lo que buenamente les ha parecido mejor para la ordenación de los cursos. El balance es desesperanzador: no se ha realizado correctamente la consulta a los padres en los sobres de matrícula, no se ha expresado adecuadamente la opción, no se ha explicitado lo que se va a hacer en esa DAE en los proyectos educativos. Un fiasco del que lamentablemente las consecuencias no serán positivas para la enseñanza de la Religión, sino más bien lo contrario. Si el “estudio asistido” quiso ser la pócima mágica para la desaparición de la Religión en la LOGSE, la “Debida Atención Educativa” puede serlo en la LOE si no estamos ojo avizor y se lo hacemos ver a las Administraciones educativas. El futuro va a depender del buen hacer de las administraciones, que han de velar para que se cumpla la ley. Pero también de los centros, que han de ofrecer correctamente, y sin trampas, las opciones a elegir. Y los profesores, que han de demostrar su profesionalidad al impartir “Historia y Cultura de las Religiones” y atender, cuando así se requiera, la DAE. Por último, los profesores de Religión confesional, que hemos de seguir haciendo atractivas y motivadoras nuestras clases con el fin de que en ellas los alumnos se den cuenta de la contribución de dicha materia para su formación integral.

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1. Con el lenguaje hemos topado.

El presente artículo pretende demostrar, en un decir Jesús, que Dios continúa vivo en

el lenguaje cotidiano por la enorme importancia que la religión católica ha tenido y tiene en nuestro país. En otras palabras, a la hora de comunicarnos coloquialmente amén de recurrir al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, acudimos a la Virgen, a los Santos, a los ángeles, a los arcángeles, al mismísimo príncipe de las tinieblas y a numerosas expresiones relacionadas con el cristianismo y la Biblia. Y aun-que de todo este rosario de locuciones hay unas que ya descansan en paz, otras gozan de buena salud y parece que van a vivir por los siglos de los siglos y no de puro milagro.

2. El que esté libre de influencia lingüístico-religiosa, que tire la primera piedra.

Cuando uno remueve cielo y tierra para analizar el impacto de las

creencias religiosas en nuestra cultura, se da cuenta en menos que canta un

Texto: Marc Morant y Ricardo Morant.“A Rosita, por enseñarnos el elixir de la felicidad, el amor sin fronteras”

La Religión en el lenguaje nuestro de cada día

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lenguaje religioso

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gallo de que el mensaje de Cristo, además del lenguaje, ha impregna-do la gastronomía, la agricultura, la educación o la literatura popular. Así, al revisar los relatos tradicionales nos encontramos con leyendas fascinantes como la del petirrojo, cuyo aspecto se debe a que fue el animal que liberó a Jesucristo crucificado de las espinas que se emplearon para coronarle, y al realizar esta tarea se manchó del color de la sangre; también resulta sor-prendente la explicación del origen del color de la mariquita, que se quejó de su fealdad a la Virgen mientras ésta se encontraba pintando con un pincel las alas de las mariposas, y la madre de Dios, bondadosa como siempre, salpi-có el caparazón del insecto de lunares negros.En nuestro modo de expresión se de-tecta idéntica huella religiosa. Ahora bien, para realizar un artículo como Dios manda sobre el legado lingüísti-co-religioso hemos de diferenciar entre las expresiones a las que se les ha cantado el gorigori, las que se usan de Pascuas a Ramos y las que, a pe-sar de ser más viejas que Matusalén, continúan empleándose asiduamente.

Entre las primeras sobresale el saludo “Ave María Purísima”, que era el san-to y seña utilizado por todos al entrar en una casa en una época donde las viviendas permanecían abiertas por la seguridad reinante. La respuesta a esta fórmula de cortesía, era “Sin pecado concebida”. En el mismo grupo de expresiones desaparecidas se encuen-tra la coletilla que empleaban antaño los pordioseros para conmover a las almas caritativas: a la súplica “Una li-mosnita”, le seguía el sintagma “por el amor de Dios”. Actualmente, muchos pedigüeños se han olvidado del To-dopoderoso hasta para agradecer la ayuda recibida, y pasan por alto la típica expresión de agradecimiento: “Que Dios se lo pague”. Hay personas que ponen el grito en el cielo al com-probar que junto a los pobres de so-lemnidad abundan los caraduras que, para mayor inri, no suplican sino que exigen una determinada cantidad.En el terreno educativo, hasta hace poco era habitual que el maestro pasara lista en clase y los alumnos le contes-taran al oír su nombre con un “para servir a Dios y a usted”. Si había algún estudiante que al mencionarle pública-

Para acabar nos referiremos a la mención divina en las fórmulas de despedida. Actualmente, estamos asistiendo al combate del adiós, procedente de la elipsis “a Dios seas”, contra el ciao, el bye bye, o el hasta luego. Los jóvenes prefieren éstas mientras que la gente de mayor edad, más arraigada a la tradición, se decanta por la primera. Este últi-mo sector de la población, especial-mente el de las madres y abuelas,

hacen uso de otra fórmula cuando sus hij@s y niet@s anuncian que se mar-chan a soñar con los angelitos con un “Hasta mañana”. Se trata de la coleti-lla “Si Dios quiere”, que manifiesta un hecho evidente, que son conscientes de la intervención divina en el destino de las personas, de que al Altísimo le corresponde elegir el momento y la forma de morir de cada ser humano; en otras palabras, de que “el hombre propone y Dios dispone”.

3. Y sanseacabó.

Esperamos que nadie nos crucifi-que ni nos mande al infierno por

tratar de probar en un santiamén que cada lengua se crea a imagen y se-mejanza de sus hablantes, que nuestro lenguaje cotidiano de carácter religio-so no ha caído del cielo, sino que es el reflejo de que, en nuestro país, como sostiene M.ª Ángeles Calero, el cristia-nismo y su texto fundamental, la Biblia, han dejado una huella indeleble ade-más de en el pensamiento colectivo, en distintas expresiones culturales y en cada una de las lenguas que se ha-blan en este territorio. Y aunque una parte de este lenguaje haya pasado a mejor vida debido a la secularización de la sociedad y a la enorme influen-cia de la religión católica, Dios sigue a la vista.Hasta el próximo artículo, si Dios quiere.

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mente estaba en el limbo, el docente lo solía castigar de rodillas y con los brazos en cruz. Sólo cuando el profe-sor era un bendito y se ganaba el cielo porque tenía más paciencia que Job, prescindía de este tipo de castigos y se consolaba con repetirse para sus adentros “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. En el ámbito curativo se solicitaba continuamente la ayuda celestial ante la aparición de cualquier peligro o dolencia. El me-jor escudo para defenderse de estas amenazas estaba compuesto por un conjunto de oraciones y jaculatorias.Por ejemplo, prácticamente se ha extin-guido el hábito de apelar a Santa Bár-bara para evitar desgracias cada vez que un rayo abre el firmamento. Pocos jóvenes conocen la petición suplicato-ria “Bárbara bella, líbranos de rayos y centellas”, que tantas veces rezaron sus abuelas en plena tormenta con el propósito de influir en este fenómeno de la naturaleza que ponía en peligro a l@s desamparad@s que en esos mo-mentos se hallaban por esos mundos de Dios. Nuestros mayores, cuando relampagueaba, lo explicaban en cla-ve religiosa: decían que era porque el Padre que está en el cielo hacía sentir su cólera a la humanidad pecadora; cuando tronaba decían que el Altísimo estaba practicando música, de ahí el refrán “Cuando Dios toca su tambor, saca los cuernos el caracol” o que San Pedro estaba cambiando los muebles de sitio. Cada sant@ tenía una espe-cialidad: si unos calmaban las tormen-tas, otros protegían a la gente contra los males de garganta. Y así, cuando un niño se estaba ahogando porque se le había atragantado una espina, inmediatamente algún familiar recitaba aquello de: “¡San Blas bendito, que se ahoga este angelito!”.Actualmente parece que el santoral se vaya jubilando poco a poco, y que las curaciones sean un asunto exclusivo de los médicos y de los fármacos. Si hay un problema de salud grave, se lleva al enfermo directamente a urgencias.En el segundo grupo, en el de las ex-presiones que se mantienen a pesar del paso del tiempo, encontramos entre otras el decir “¡Jesús!” cuando alguien que no está muy católico estornuda. Las

teorías que explican el empleo de esta expresión y que cuentan con un mayor respaldo son dos. La primera justifica el empleo de esta fórmula como con-juro contra el demonio, sostiene que se pronunciaba el nombre del Hijo de Dios para desearle al afectado que al estornudar no le entrara el maligno por la boca; otros, sin embargo, partiendo de la creencia de que el alma entra en el cuerpo con la primera inspiración y escapa del mismo con el último suspiro,

cuando se expira, sostienen que tras el estornudo el ánima de la persona afectada salía despedida y para que retornase se aludía al Nazareno. Esta costumbre verbal, que en tiempos de la República se sustituyó por “¡Salud!”, presenta distintas variantes. Hay quien se decanta por el diminutivo “¡Jesusi-to!”, los hay que prefieren apelar a la Sagrada Familia y exclaman “¡Jesús, María y José!” y aumenta el número de personas que ante el estornudo ajeno permanecen en silencio.Del Hijo pasamos al Padre, que so-bresale en la terminología religiosa por su omnipresencia y por su mul-titarea. Así, no sólo forma parte de fórmulas laudatorias (“pinta como Dios”) sino que también se acude a Él en los momentos de cólera para liberar energía negativa o manifes-tar enfado (“¡Redios!”). Al Altísimo se recurre además en las descripciones hiperbólicas con el fin de expresar totalidad o ausencia absoluta. No es extraño pues, que para referirse a un lugar abarrotado se emplee la frase: “Ahí acudió todo Dios”. Curiosamen-te se usa el mismo vocablo, aunque precedido por la conjunción copula-tiva negativa ‘ni’, para transmitir todo lo contrario. Y como “quien mejor predica es fray ejemplo”, anotamos la siguiente pintada encontrada en una pared de un centro de enseñan-za secundaria: “Aquí no aprueba ni Dios. Jesucristo 4, 5 ”.

“Dios continúa vivo en el lenguaje cotidiano por la enorme importancia que la religión católica ha teni-do y tiene en nuestro país.”

amparada-Hambrienta y por más ape-llidos, Ignorante, Sola,... Una más de los millones de niños y niñas que cada noche miran al firmamento y buscan la estrella más brillante porque saben que, desde allí, ha de venir un prínci-pe con una pequeña cajita que traiga su nombre, su familia, su comida, su escuela, sus amigos... y muchos, mu-chos juegos y paz... En una palabra, su caja, la suya, la que les pertenece. La que está perdida y que ellos solos no pueden encontrar.Para empezar, ¿quieres ayudar a buscar la de Irene?

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Cuentos de las cajas de la vida 4

Ayúdame a encontrar mi caja, por favor

Texto: Julia González Blanco • Ilustración: Ramiro Undabeytia

el cuento

y amigas con los que disfrutar de mo-mentos inolvidables;... Irene había conseguido casi todo con mucha facilidad. La caja de la vida le era muy favorable. Casi, casi tan favorable como a todos los niños y las niñas que habían nacido de la mitad para arriba de aquel planeta. El siguiente departamento de su caja estaba marcado con una estrella.¿Será especial? Irene se decidió a abrirlo. Todos los departamentos de la caja le habían sido beneficiosos, ¿por qué éste no habría de serlo? Levantó la tapa marcada con una es-trella, introdujo su mano, extrajo con ansiedad el mensaje y su mirada voló hacia el texto. Le pareció leer: “Irene, has perdido todo.” Pero eso no podía ser. “¡Es broma!, ¡es sueño!”, quería justificar su pensamiento. Mientras buscaba huir de la realidad, su cuerpo se desplomaba y su ser se estremecía sumido ante el terror de la nueva situación. El cuerpo y el espíritu de Irene yacían sobre un frío suelo de piedra en medio de un desierto, de la nada.Irene había perdido todo, hasta su nombre. De ahora en adelante todos la conoceremos por Doña Nadie-Des-

Érase una vez un planeta en el que sus habitantes al na-cer recibían una caja. Era

una caja con muchos compartimentos que, según transcurría la vida, se iban abriendo y descubriendo lo que ocul-taba su interior. La vida de cada bebé nacido en aquel lugar dependía, en gran parte, de la caja que le corres-pondiese en suerte.Podía ser que el primer compartimento contuviese tu nombre. Si lo contenía, perfecto, pero sino... Eras Nadie.Podía ser que el segundo comparti-mento contuviese familia. Si lo con-tenía, estupendo, pero sino... Eras Desamparado.Podía ser que el tercer compartimento contuviese alimentación. Si lo contenía, fantástico, pero sino... Eras Hambriento.Podía ser que los siguientes compar-timentos contuviesen educación, ami-gos, juegos, paz,... pero sino...

La protagonista de nuestro cuento em-pezaba con suerte. En su caja había un nombre: Irene; para ella, el más hermoso. Y una familia; para ella, la mejor. Y abundantes y buenos alimen-tos para crecer. Y escuelas y colegios para aprender. Y excelentes amigos

Pistas para trabajar:• Elaborar una caja con compartimentos y escenificar el cuento.

• Enumerar los contenidos que has encontrado en tu caja de la vida.

• ¿Qué hacer si nos sucede lo que a Irene? ¿Cómo ayudarla?

Un día alguien llamó a la puerta del despacho del orientador. Cuando éste abrió la puerta se encontró con “Armas”. Como siempre, el orientador le miró fijamente a los ojos, pero esta vez “Armas” sí pudo sostener la mirada. Seguía siendo un joven herido y con miedo, pero había descubierto que ningún arma, ningún puño, ninguna amenaza, son capaces de curar las heridas que nos hace la vida, ni los miedos que tenemos.

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El orientador, sin dejar de mirarle, le dijo: – Estoy mirando tus heridas. – ¿Eres tonto? –le respondió “Armas” a voces.– No ves que no estoy heri-do. ¿De qué vas?De nuevo el orientador, sin parpa-dear siquiera, le dijo:– Quien ha sido herido muchas veces en la batalla diaria de la vida lleva sus armas en la mano, para evitar nuevas heridas. Quien sabe lo que es pasar miedo intenta sembrar el

miedo a su alrededor, antes de volver a pasarlo él. Yo intento descubrir, a través de tu mirada, el miedo y las heridas que llevas en el corazón... No seas cobarde. Todos sabemos resolver los problemas con violencia, pero necesitamos tiempo y paciencia para aprender a utilizar “las armas de la paz”. Estás a tiempo de empe-zar. Tú decides. “Armas” soltó el cuchillo y salió corriendo. Durante un tiempo no volvió al instituto, ni siquiera se le veía merodear por los lugares que frecuentaba habitualmente.

“Armas” era el chaval más violento del ins-tituto. Su apodo lo

decía todo. Ante cualquier situación conflictiva amenazaba con sacar un arma; a menudo mostraba sus puños y el pequeño arsenal de obje-tos contundentes que llevaba en los bolsillos, por lo que pudiera pasar. Un día el orientador le llamó a su despacho, intentando hacerle caer en la cuenta del error que cometía con esa actitud. “Armas” escuchó de

mala gana lo que le decía, incluso hizo además de levantarse e irse, pero el orientador le retuvo con firmeza. A la salida del instituto, “Armas” se abalanzó sobre el orientador y le amenazó con el puño. El orientador no hizo ademán de defenderse, simplemente le miró muy fijamente a los ojos, con esa mirada dulce y profunda que le caracterizaba. La tensión iba creciendo por momentos. “Armas” le dijo: – ¡Tío, no me mires así! ¿Te estás quedando conmigo?

la parábola

“Armas” Texto: Marifé Ramos González • Ilustración: Ramiro Undabeytia

Dialogamos...1. ¿Conoces a chicos y chicas que se parecen a “Armas”? ¿A qué crees que se debe su comportamiento?

2. ¿Qué “heridas de la vida” pueden hacer que un chico se vuelva agresivo y violento?

3. ¿Qué miedos se suelen disimular con la violencia?

4. ¿Qué crees que le dijo el orientador a “Armas” para que se diera cuenta de que estaba equivocado?

5. ¿Cuáles son “las armas de la paz”? ¿Cuáles propuso Jesús?

“Todos sabemos resolver los problemas con violencia, pero necesitamos tiempo y paciencia para aprender a utilizar las armas de la paz”.

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• 3.1. Presentar el póster.Se comienza describiendo qué es lo que ven. Se trata de que consta-ten que en el centro está el misterio de la Navidad y que hay caminos que conducen a ella y otros que no. A la vez que profundizamos en los que sí conducen, vamos a descubrir los que nos apartan o no nos llevan a ella.

• 3.2. División de la clase en pequeños grupos. Se les explica que cada grupo va a trabajar una de las cuatro escenas que se proponen como caminos que conducen a la Navidad. Dichas escenas son: La anunciación del Ángel a María, la visitación de María a su prima Isabel, los Magos de Oriente y el anuncio del ángel a los pastores. A partir de cada una de ellas podrán descubrir los valores que están implícitos y, por el contra-rio, percibirán en la sociedad los que se les oponen y que alejan del verdadero sentido de la Navidad. Se les puede entregar una obra de arte que exprese dicho aconteci-miento y en la que escriban el posi-ble diálogo o que la representen.

• 3.3. Trabajo en grupo. Indicamos algunas pistas de trabajo y por dónde pueden ir algunas de las ideas. Con ayuda de los esquemas que te presentamos en la página contigua, se forman cuatro grupos que trabajarán de forma separada: el grupo de la Anunciación, el de la visitación, el de los Magos de Oriente y el de los pastores.

• 3.4. Puesta en común. Se puede concluir escuchando o cantando el villancico de Rosanna “En Navidad”

• Profundizar en el sentido auténti-co de la Navidad.

• Descubrir los valores que se ponen de manifiesto en los sucesos evangé-licos referidos a la Navidad.

• Analizar críticamente otras mani-festaciones que apartan del sentido auténtico de la Navidad.

• Acercar a la comprensión de algunos de los pasajes evangé-licos referidos al nacimiento de Jesús.

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sugerencias

Texto: José Luis García Peña • Ilustración: Ramiro Undabeytia

Los días de Navidad son vividos de muy diferentes maneras. Se nos hacen ofertas desde el consumo, desde las agencias de viajes, desde los centros comerciales,... A través de la asignatura de Religión tenemos el deber de presentar el aconteci-miento de la Natividad en su pleno sentido. La sugerencia que a conti-nuación se presenta pretende ayudar a descubrir su verdadero sentido, los valores que encierra y a discriminar aquellos aspectos que desde fuera se ofrecen y la apartan del verdadero acontecimiento cristiano.

Caminando a la Navidad

3. Desarrollo

2. Objetivos1. Justificación

“Por aquellos días, María se puso en camino y se fue deprisa a la montaña, a una ciudad de Judá” (Lc. 1, 39).

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“En

Navi

dad”

(Ros

anna

)

Para que todos los días sean Navidad, para que cada deseo se haga realidad, para que el mundo sonría al despertar, para que se abra la puerta y no se cierre más. Para que el cielo se vista de color, para que lluevan semillas del amor, para que alfombres los campos con tu amor, para que cantes con más de una canción. Arre borriquito, arre burro arre, arre borriquito que llegamos tarde, arre borriquito, vamos a Belén, que mañana es fiesta y al otro también. Para que llenes de luz la oscuridad, para que nunca te canses de volar, para que el día te enseñe la verdad, para que el viento te silbe al caminar. Campana sobre campana

y sobre campana una, asómate a la ventana verás al niño en la cuna. Para que siembres cosechas de ilusión, para que todos sean un solo corazón, para que el frío se llene de calor, para que no me equivoque de canción. Dime niño de quién eres, todo vestidito de blanco. Dime niño de quién eres, todo vestidito de blanco. Para que llenes de luz la oscuridad, para que nunca te canses de volar, para que el mundo sonría al despertar, para que se abra la puerta y no se cierre más. Navidad, Navidad, dulce Navidad. La alegría de este día hay que celebrar...

GRUPO DE LA ANUNCIACIÓN:• Texto evangélico: Lc. 1, 26-38.• Obra de arte: La Anunciación, Fra Angélico.• Valores que conducen a la Navidad: Fe, confianza, escucha, humildad,...• Contravalores que te apartan de la Navidad: Desconfianza, exceso de ruido, soberbia,...• Oración o villancico que lo pone de manifiesto: Ave María.• Preguntas para pensar, responder y comentar:

¿En qué y en quién confía la gente? ¿De quiénes se fía? ¿Qué importancia se le da a Dios?¿Qué impide escuchar a otra persona? ¿Qué condiciones deben darse para que exista un verdadero diálogo?¿Por qué en Navidad parece que las personas están más dispuestas a relacionarse?¿Qué personas traen buenas noticias? ¿Cuáles podrían ser las mejores noticias en esta Navidad?

GRUPO DE LOS MAGOS DE ORIENTE• Texto evangélico: Mt. 2, 1-12.• Obra de arte: Adoración de los magos, Velázquez.• Valores que conducen a la Navidad: Gratitud, desprendimiento, aceptación del otro, acogida, ponerse en camino,...• Contravalores que te apartan de la Navidad: Egoísmo, no contar con los demás, rechazo, indiferencia, inmovilismo,... • Oración o villancico que lo pone de manifiesto: A Belén se va y se viene.• Preguntas para pensar, responder y comentar:

¿A quién sigue la gente? ¿Qué estrella las orienta? ¿Quiénes son hoy las personas que reconocen a Jesús como Dios?Si Jesús naciera hoy, ¿de dónde irían a visitarle, de qué diferentes lugares? ¿Quiénes?

GRUPO DE LA VISITACIÓN:• Texto evangélico: Lc. 1, 39-56.• Obra de arte: La Visitación, Rafael Sanzio.• Valores que conducen a la Navidad: Servicio, ayuda, disponibilidad, pensar en el bien de los demás, alegría del encuentro, gratuidad,...• Contravalores que te apartan de la Navidad: Egoísmo, individualismo, pensar en sí mismo,... • Oración o villancico que lo pone de manifiesto: Ave María, Cántico de María.• Preguntas para pensar, responder y comentar:

GRUPO DE LOS PASTORES:• Texto evangélico: Lc. 2, 8-20.• Obra de arte: Anunciación a los pastores, Panteón de S. Isidoro de León.• Valores que conducen a la Navidad: Sencillez, humildad, austeridad, escucha, aceptación, admiración,...• Contravalores que te apartan de la Navidad: Consumismo, soberbia,... • Oración o villancico que lo pone de manifiesto: A Belén pastores, Los ángeles del cielo.• Preguntas para pensar, responder y comentar:

¿Quiénes serían hoy día los primeros en recibir la noticia del nacimiento de Dios? ¿Por qué?

¿Qué personas e instituciones trabajan por el bien de los demás?¿Quiénes de las personas que están a tu alrede-dor necesitan ayuda, necesitan de tu ayuda?¿Con quiénes te vas a encontrar en estos días? ¿Qué sentimientos te produce? ¿Quién te gustaría que viniera a visitarte? ¿Cómo lo recibirías?

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el póster

Ilust

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ón:

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claves para entender

Texto: Chema Pérez-Soba

Para el judaísmo, una de las grandes instituciones que mantienen viva su alianza

con Dios es la fiesta del Shabbat, el "Sábado".

Según el Génesis, Dios creó el uni-verso en seis días, colocando al ser humano, hombre y mujer, como cuidadores de la Creación. Y vio que todo era bueno. Pero lo mejor

estaba por llegar. En el lenguaje aprendido en el exilio babilónico, el siete es un número simbólico que significa perfección. Y la perfección llegó el séptimo día: Dios descansó. El destino final del ser humano no es sólo cuidar de la Creación, no es

sólo ser "cocreador". Su verdadera plenitud es contemplar la maravilla de la Creación y dar gracias a Dios por su infinita bondad.

Por eso el sábado no se realiza nin-gún trabajo. Dependiendo del tipo de judaísmo no se pueden realizar una larga serie de trabajos (cocinar, pintar, escribir, coser...), ni despla-zarse lejos. Es un día distinto. En un

mundo acelerado, donde "el tiempo es oro", porque produce riqueza, el judaísmo proclama, proféticamen-te, que hay un día sagrado en el que la eficacia no puede penetrar. Dejamos de ser insaciables consumi-dores, dejamos de ser productores

compulsivos... para ser contemplati-vos. Y el tiempo, por una vez, sí que resplandece como el oro.

El Shabat empieza la noche del viernes. Tradicionalmente, la mujer de la casa enciende las velas en la mesa de la cena y pronuncia una bendición sobre ellas. Luego, cuan-do todos están reunidos, se recita el Kidush, la bendición del vino, a la que acompaña la bendición del pan, signos tan próximos al cristianismo.

El sábado por la tarde se clausura el día sagrado con la recitación de la Havdalá, la bendición del vino, las velas y las especias. Esta bendición expresa el deseo de que el aroma santo del sábado, simbo-lizado en las especias, impregne toda la semana; que la luz especial de ese día, presente en las velas trenzadas, ilumine nuestro trabajo diario y que el sabor único del vino bendito del sábado alegre la vida a toda la familia. Así, el sábado se convierte en la fuente espiritual, en la fragancia que dota de sentido la vida cotidiana.

Por eso, para muchos judíos, no puede entenderse al pueblo judío sin el Shabat, como no se puede enten-der sin la Torah. Es la "novia Shabat" de Israel, como señala la tradición cabalística, el momento privilegiado del encuentro con Dios, cuando la tierra se convierte en cielo.

“En el Shabbat nos es dado par-ticipar de la santidad que está encerrada en el corazón del tiempo. Aun cuando el alma esté marchita, aun cuando ni una sola oración pueda salir de nuestras herméticas gargantas, el claro y silencioso des-canso del Shabbat nos conduce a un reino de paz infinita, al umbral del conocimiento de lo que significa la eternidad. De aquí y hasta el final de los siglos, cuando de muchas de nuestras teorías sólo queden rastros, ese tapiz cósmico continuará brillan-do. La eternidad proclama un día”. (Abraham Joshua Heschel. El Shabbat. Desclée, p. 118)

El Shabbat

El sábado se convierte en la fuente espiritual, en la fragancia que dota de sentido la vida cotidiana.

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16. COMPETIR en momentos de diver-sión, trabajo y vida entre pareja, es ideal para quien quiere quedar cansa-do o perder la mejor parte.

17. La RIGIDEZ es buena en las pie-dras, pero no en los seres humanos.

18. Una hora de INMENSO PLACER sustituye, con tranquilidad, tres horas de sueño perdido. El placer recom-pensa más que el sueño. Por eso, no deje pasar una buena oportunidad de divertirse.

19. NO ABANDONE sus tres gran-des e invaluables amigas: Intuición, Inocencia y Fe.

20. ENTIENDA de una vez por todas, definitivamente y en conclusión......Usted ES LO QUE USTED HAGA de USTED MISMO.

Además... ...da gracias a Dios siempre por lo que en la vida te ha regalado. Y no te enojes tanto por lo que no te ha dado.

(Cosas que te encuentras navegando por la Red.)

9. INTENTE descubrir el placer de cosas cotidianas como dormir, comer y pasear, sin creer que es lo máximo que puede conseguir en la vida.

10. EVITE envolverse en ansiedades y tensiones ajenas. Espere un poco y, des-pués, retorne al diálogo y a la acción.

11. SU FAMILIA NO es usted, está junto a usted, compone su mundo, pero no es su propia identidad.

12. COMPRENDA qué principios y convicciones inflexibles pueden ser un gran peso que evite el movimiento y la búsqueda.

13. ES NECESARIO tener siempre a alguien a quien le pueda confiar y hablar abiertamente. No sirve de nada si está lejos.

14. CONOZCA la hora acertada de salir de una cena, levantarse del palco y dejar una reunión. Nunca pierda el sentido de la importancia sutil de salir a la hora correcta.

15. NO QUIERA saber si hablaron mal de usted, ni se atormente con esa basura mental. Escuche lo que hablaron bien de usted, con reserva analítica, sin creérselo todo.

El Instituto Francés de la Ansiedad y el Estrés, en París, definió veinte reglas de vida.

Dicen los expertos que si uno consigue asimilar diez de ellas, puede tener una buena calidad de vida.

1. HAGA una pausa mínima de 5 a 10 minutos por cada 2 horas de trabajo, a lo máximo. Repita estas pau-sas en su vida diaria y piense en usted, analizando sus actitudes.

2. APRENDA a DECIR NO, sin sen-tirse culpable, o creer que lastima a alguien. Querer agradar a todos es un desgaste enorme.

3. PLANEE su día, pero deje siem-pre un buen espacio para cualquier imprevisto, consciente de que no todo depende de usted

4. CONCÉNTRESE en apenas una tarea a la vez. Por más ágil que sean sus cuadros mentales, usted se cansa.

5. OLVÍDESE de una vez por todas de que usted es indispensable en su traba-jo, su casa o su grupo habitual. Por más que eso le desagrade, todo camina sin su actuación, salvo usted mismo.

6. DEJE de sentirse responsable por el placer de los otros. Usted no es fuente de los deseos, ni el eterno maestro de ceremonia.

7. PIDA AYUDA siempre que sea ne-cesario, teniendo el buen sentido de pedírsela a las personas correctas.

8. SEPARE los problemas reales de los imaginarios y elimínelos, porque son pérdi-da de tiempo y ocupan un espacio mental precioso para cosas más importantes.

20 REGLAS para una vida de calidad

Texto: Miguel Ángel Majo

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El 2 de junio un amigo me envió un e–mail titulado «El anillo», preparado por Denis Benito, con música de fondo. Agradecí el envío, reenviándole al amigo sólo la letra «porque a veces sólo la letra llega más», le decía. La letra, que es el cuento titulado «Agbahar», tal cual, sin los arre-glos de Denis Benito ni la coletilla: «para momentos de depresión». Porque, afortunadamente, muchos no tenemos momentos de depresión.

En esta sección «Para pensar», creo que cuadra bien la trascripción del cuento. (Si el educador que lo lee ya lo conocía, mejor. Decía Hitchcock: «Los adultos, realmente, son parecidos a los niños, que reclaman siempre las historias que mejor conocen, rehusando toda variación». Si el lector no lo conocía, para que lo disfrute. Pero además...).

Si yo estuviese en activo, si tuviese en clase a alumnos de carne y hueso, un día dictaría el cuento a los alumnos (como suena, haría un vulgar dictado) [una confidencia: a veces, cuando quiero apropiarme mejor de un texto lo transcribo a mano palabra por palabra, sin recurrir a cortar y pegar. ¿Porque soy viejo? Ayer recibí copia de una carta de pésame de un sacerdote joven, escrita a mano, en la que dice, tras transcribir una oración: «Os la he copiado con todo mi amor y sabiendo que es posible que no podáis rezarla fácilmente de momento: De momento, lo seguiré haciendo yo, por Carlos, que está en las manos de Dios, y por vosotros»].

Después, haría que un alumno –elegido con toda intención– lo leyese en voz alta.

Y terminada la clase, le diría que en casa lo leyese a sus padres y hermanos.

Yo sé por qué.

«Para pensar» y «para ayudar a pensar».

Texto: Jorge Sans Vila

Agbahar

para pensar

que el joyero real interpretó como una hábil estrategia de regateo. Sin darle tiempo a recuperarse dijo:

— Bueno, bueno... Veo que eres un duro negociante. Pero en este instan-te no tengo forma de conseguir más que sesenta y dos monedas de oro.

Yussef, todavía sin habla, logró recuperar el anillo de manos del joyero, que se resistía a soltar la joya, y regresó a casa del Maestro. Al ver su rostro sorprendi-do, Agbahar le dijo:

— Hola, Yussef. ¿Qué te ha dicho el joyero?

— Realmente no lo entiendo... Valoró el anillo en setenta monedas de oro y llegó a ofrecerme sesenta y dos inmediatamente. Quiere que regrese y se lo venda.

— No, Yussef –contestó el Maestro mientras volvía a colocar el anillo en su dedo—. Conozco el valor del anillo: se trata de una joya aún más valiosa de lo que el pillo del joyero te dijo. Este anillo perteneció a Mustafá II, el supremo Sultán. Aquí está su sello y cualquier joyero puede reconocerlo al instante.

— Pero... no entiendo. ¿Por qué nadie en el mercado llegó a ofrecer por él más que unas pocas monedas de cobre?

— Yussef, porque para descubrir el valor de ciertas cosas hay que ser un experto. La gente en el mercado a lo sumo podría advertir el brillo del oro o el tamaño de una piedra incrus-tada. Pero ninguno reconocería el sello real en el anillo.

Tras invitarle con un gesto de la mano a sentarse, Agbahar prosiguió:

— Lo mismo ocurre con tu vida. Estás esperando que la gente te reconozca o que el destino te favo-rezca, y no te das cuenta de que el verdadero valor lo da el "sello real" que todos tenemos dentro... Regresa y saca provecho de tu vida, no por lo que los otros opinen o te den, sino por el verdadero valor de tu "sello real".

En el siglo XII, el maestro Agbahar era reconocido por todos en Medina por

su sabiduría. A él acudían muchos en busca de consejo y aliento.Yussef hizo un largo viaje hasta lle-gar a la casa del Maestro. Cuando le llegó el turno, le dijo:

— Maestro Agbahar, siento que la vida me da menos de lo que merez-co... Sé que debería estar mejor, ser más feliz, tener más riquezas. Sin embargo, mi vida es mediocre y en el fondo poco placentera.

— Bien, bien —contestó el Maes-tro.— Mira... en estos momentos tengo un problema. Así que te pido me ayudes a resolverlo. Luego, po-dremos seguir con lo tuyo.

Yussef se sorprendió de que el Maestro no tomase en cuenta su con-sulta y le saliese con esa respuesta. Pero no pudo menos de decir:

— ¿Qué necesita, Maestro?

— Tengo que vender urgentemente este anillo por no menos de una moneda de oro... Te pido que tomes

tu caballo, vayas al mercado y lo vendas... pero no aceptes menos de una moneda de oro.

Dicho esto, sacó el anillo de su dedo y se lo entregó a Yussef, quien —bas-tante molesto por cierto— montó en su caballo y se dirigió al mercado a cumplir el encargo. Ya allí, Yussef ofreció a la gente que pasaba el anillo al precio que el Maestro le había indicado. No consiguió más que burlas de la gente...

— ¡¡Una moneda de oro por ese anillo!! Muchacho, tú estás loco... Te ofrezco tres de cobre y esta daga...

La mejor oferta fue la de una dama de buena presencia, que envió a su criado para que le ofreciese una moneda de plata. Horas más tarde, cuando el mercado empezaba a

quedar vacío, Yussef, agotado por el esfuerzo y totalmente decepciona-do de tan ridículo encargo, optó por volver a la casa del Maestro.

De regreso, incluso pensó para sus adentros: "¿Será realmente Agbahar tan buen Maestro y sabio como dicen? O, ¿sólo es un viejo ñoño y ambicioso que pretende una mone-da de oro por ese pedazo de latón sin valor?". Al llegar, dijo con tono molesto:

— Agbahar, me desgañité en el mercado ofreciendo ese anillo a todos los que pasaron, pero lo más que conseguí fue la oferta de una moneda de plata...

— ¡Ahá! –dijo el Maestro casi sin mirar a Yussef.— Entonces hazme otro favor: ve a ver al joyero real, que está frente a la mezquita, y dile que te indique el valor del anillo. Pero no se lo vendas, te ofrezca lo que te ofrezca. ¿Has entendido?

Partió Yussef a cumplir el nuevo encar-go, decepcionado y con la sensación de que el viejo lo tomaba por un criado y, lo que era peor, no había

prestado aún ninguna atención a su consulta. Al llegar al sitio indicado, encontró al joyero real que iba a cerrar su tienda. Tras rogarle insisten-temente, consiguió que entrase de nuevo y analizase el anillo.

— ¿Cuánto cree que puede valer esto? —preguntó Yussef, convencido de antemano del escaso valor de la pretendida joya.

— Bueno, la verdad es que... yo diría... —titubeaba el joyero real mien-tras miraba el anillo desde todos los ángulos.— Digamos que podría llegar a valer unas setenta monedas de oro... Pero, bueno, dado tu apuro, podría pagarte ya unas cincuenta..., cincuenta y tres como máximo...

El rostro de Yussef se tornó lívi-do, incapaz de proferir palabra. Lo

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“Saca provecho de tu vida, no por lo que los otros opinen o te den, sino por tu verdadero valor”.

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Modelamos con plastilina un personaje bíblicoTexto: Pablo Jesús Galán Novo • Fotografías: Antonio Salas Ximelis procedimientos

El material que necesitas: plasti-lina de colores y unos palillos.

Para hacer la cabeza: amasa una bolita de plastilina.

Con cuatro churros, conseguire-mos las manos y los pies.

1º 2º 3º

Para los pies, hacemos unas sandalias.

Luego, utilizamos un palillo para "pintarle la cara".

Y con un poco de plastilina, le añadimos la nariz...

Colocamos con palillos en el torso, la cabeza, las manos y los pies

La ropa: estiramos la plastilina y rodeamos el cuerpo con ella.

Las mangas: hacemos lo mismo con los brazos.

Los pies: aplastamos un extremo y doblamos en ángulo recto.

Aplastamos un extremo, pellizca-mos un lateral y tenemos pulgares.

El cuerpo tiene forma de la letra “T”, pero con volumen...

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Un poco más de plastilina para el bigote...

...y la barba.

Podemos cambiar un poco la posición de los brazos.

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Algunas pistas para trabajar:• Si sigues los pasos, podrás realizar —de forma fácil y sencilla— un personaje bíblico en plastilina. ¡Te animo a que lo intentes!

• Si deseas darle más movilidad a los brazos y piernas deberás eliminar los palillos de la figura, alargar los churros de las manos y los pies y unirlos al cuerpo.

• Utiliza esta técnica y otros materiales (papel, cartón, madera,...) para realizar pequeñas esculturas de dibujos o cuadros religiosos (mira la cubierta para ver otro ejemplo, excelente para este tiempo de adviento: La Anunciación.)

• Lo importante en cualquier trabajo manual es el proceso y no sólo el resultado, pero por encima de todo está el saber disfrutar del mismo.

...le ponemos las cejas... ...y el pelo.

Ahora se le "peina" con ayuda de un palillo.

Y se le añaden, con más pegotes de plastilina,...

... todos los detalles que se nos ocurran: ¡UN GRAN TRABAJO!.

Por cierto, las manos también tienen su cuerpo.

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Buda es aprender acerca de uno mismo. Aprender acerca de uno mismo es olvidarse de uno mismo. Olvidarse de uno mismo es estar iluminado por todas las cosas del mundo. Estar iluminado por todas las cosas es prescindir del cuerpo y de la mente propios”.

Por eso el arte zen es un arte sin arti-ficio. Representa lo sencillo, lo con-creto, lo lleno y lo vacío. Es espon-táneo, salido de la experiencia del todo y la nada de la realidad. Pretende representar la vacuidad. La asimetría, la simplicidad, la auste-ridad, la naturalidad, la sutilidad, la libertad absoluta y la serenidad son siete características zen que hacen del arte un ejercicio espiritual

para el artista que se deja traspasar por lo trascendente en lo cotidiano. La fina rama, el pequeño pájaro, la niebla en la montaña... todo queda impregnado de ese vacío que lo llena todo. No es, por tanto, una actividad profana ni recreativa. El talento y la técnica del artista son secundarios si no se posee espíritu, si la acción de pintar se realiza dis-criminando al sujeto del objeto. La tinta fluye entre los espacios y cobra su propia entidad como una oración rasga el silencio de la meditación. Muy aguada penetra en los poros

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iconografía religiosa

La pintura china: la trascendencia en la aguada de tinta

Texto: Silvia Martínez Cano

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Todas las religiones nos en-señan que la vida es sagra-da en sí misma. La expe-

riencia intensa e íntima de la tras-cendencia de la vida más allá de lo sensorial es como un retorno a lo más primigenio que hay en nosotros mismos. El zen es un camino budista que profundiza en una comprensión directa de la realidad de las cosas. La palabra zen es una versión japonesa de la antigua palabra china Ch’an, que a su vez procede del indio Dhyana. Proviene de la mezcla e interacción genial entre las supremas enseñanzas del Buda, llegadas a China en el siglo VI, y la filosofía taoista china. El taoismo dio al budismo venido de India una necesidad de hacer conciencia en

las cosas habituales, en el aquí y el ahora, en vez de querer escapar de ello. Se trata de una mirada intuitiva al corazón mismo del universo, a la vida en sí misma, sin mediación de palabras ni ideas. Busca despojar-se por completo de sí mismo e iden-tificarse con la infinita realidad de todas las cosas. Y así el zen tiende a percibir el misterio y la belleza de la vida en ese preciso momen-to, de manera plena y directa, y con absoluta objetividad. Según las palabras de uno de sus maestros, Dogen, “aprender el camino del

del papel, a veces suavemente, a veces con violencia e intensidad, pero siempre traspasando lo que es en sí el papel, dotándole de profun-didad y espacio propios, dándole una dimensión que antes no tenía. Y sin embargo, sigue siendo papel.

Cuando observo Niebla dispersán-dose alrededor de una aldea de montaña, primera de las ocho vistas de Hsiao Hsiasng sobre el tema, no puedo dejar de experimentar que en el trazo fino, acompañado del grueso, los detalles insignificantes y aquellos simplemente esbozados marcan la densa existencia del vacío real que hay en el mundo, del que no podemos prescindir y con el cual experimentamos la esencia misma de la existencia: estamos, somos... no somos, no estamos. Este magni-fico cuadro de la pintura China del siglo XIII, nos zambulle en la rea-lidad densa y muy experimentada por todos de que la realidad exis-te y nos sobrepasa, se desborda como la niebla que invade los espa-cios, pero a la vez los vacía de contenido. ¡Qué ironía la nuestra! Nos reímos así de la propia reali-dad que nos constriñe. Hacemos, vivimos, pensamos y experimen-tamos sabiendo que la sabiduría verdadera reside en el contemplar. Aquello que es importante en reali-dad, no lo es tanto. Probablemente entenderíamos más la vida si pen-sáramos menos y contempláramos más. Probablemente nos fundiría-mos mejor con nuestra existencia. Probablemente nos abandonaría-mos mejor. Probablemente.

“El arte Zen busca despojarse por completo de sí mismo e identificarse con la infinita realidad de todas las cosas.”

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