La pintura de.María Izquierdo

¡vIaria Izquierdo - "Ruinas" (Acuarela)

UNIVERSIDAD DE MEXICO

cho. Pero allí donde justamente las rlefor­maciones parisienses son arbi.trarias y ~nnada corresponden a la realIdad, MarIaIzquierdo vuelve a encontrar la "necesi­dad" de la deformación. Un poco del es­píritu torturado, inquieto, y yo osaría has­ta dedr: metatísicamente irtquieto de laraza tarasca, ha ,pasado por encima de estadeformación. No deseara emplear térmi­nos grandilocuentes; pero este brazo yesta espalda que fingen moverse, en losque parecen vibrar sus pedazos por cons­truir un brazo y una espalda de un hom-

o bre verdadero, nos llevan de la mano a un

'Maria Izquierdo - "Maternidad" (6Ieo)

Hay telas híbridas; la que acabo decitar, en la que el espíritu de la rala sedefiende.

Telas en las que se advierte de mododirecto la técnica del arte europeo moder­no, y en las que los resabios de Derairt,de Picasso, de Kisling, de Coubine, deKrerrieogne, hablan subterráneamente.

Tengo ante mis ojos Un hermoso desiiu­do .sentado ert Una silla. Bay en él remi­niscencias de las deformacioties arbitra­rlasde la pirttuta de París, sobre todo en

, un lado de la espalda y en el brazo dere-

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Por Antonin ARTAUD

Yo he venido a México buscando el arteindígena, no una imitación del arte 'euro­peo. Pues bien, las imitaciones del arreeuropeo, en todas sus formas, abundan;pero el arte propiamente mexicano no sele encuentra.

Únicamente de, la pintura de María Iz­quierdo se desprende una inspiración ver­daderamente indiana. Es decir que, en me­dio de, las manifestaciones híbridas de lapintura aGtual de México, la pintura sin­cera, espontánea, primitiva, inquietante, deMaría Izquierdo, ha sido para mí unamanera de revelación.

No obstante, urge una aclaración: estapintura es espontánea, pero no pura: aquíy allá, en ciertas obras, puede encontrar­se una influencia directa del arte modernoei.trop~o. Éste es el peligro: se diría que,a medida que se desenvuelve la actividadpictórica de María Izquierdo, está cadavez más influida por las técnicas mo­dernas de Europa y, en ciertas telas hastapor el espíritu. Y esto es aún más iamen­tableo

El espíritu indio se pierde, y temo ha­ber ven'ido a México a presenciar el finde un viejo mundo, cuando yo creía asis­tir a su, re.surrección.

Mi emoción ha sido muy grande al en­contrar, en'los gO'lf,aches de María Izquier­do, personajes indígenas desnudos tem­blar entre ruinas. Ejecutan allí una espe­cie de danza de los espectros; los espec­tros de la vida que desapareció.

y no es solamente la técnica europeala que se encuentra frecúentemente en elarte de María Izquierdo, sino también lacivilización 'maquinista de Europa; perohace el más extraño uso de las miquinasy de los aviones europeos., Conocemos elmétodo' jeroglífico de los indios, que con­siste en poner, delante de la boca de 'uno.rador o de' un cantor, el signo imagina­rI'o de la voz,- de la palabra. Semeja uncaracol invertido, una madeja circular delíneas. En un óleo de María Izquierdouna india desnuda canta delante de un~ventana abierta; ,y las humaredas ;:le unafábrica próxima se elevan en espiralt'!> porel aire, como si le dieran vueltas delante,de la boca. Estas volutas son, en esta piú­tu;a de María Izq~lierdo, la respiraciónnusma, el soplo annnado de la canLmte,Pero la entraña una doble idea' MafiaIzquierdo se vale de las huma:edas deEuropa como si quisiera anularlas. Nov!slumbra todas. es~as cosas, pero el espi­ntu de la raza mdla -habla tan fuerte enella, que aun incoriscientemente repite suvoz.

De mi. sé decir que me gustan infinita­l~ent~ mas ~q~lellas telas en que no figuranmgun vestiglO del espíritu europeo.S~ pued~n est<l:blecer, en la pintura de

Mana IzqUlerdo, mnumerables subdivisio­!les cor~espondientes a cada una de lasmfluenclas que la pintura ha recibido enel trayecto de su,ya muy vasta labor.

*El investigador Luis Mario Schneider nosha enviado este original de Antonin ArtaudpuJ¡lica,do en Rev,(-.rtq de Revista-s (México añ~XXIV, núm. 1370, o agosto de 1936) ql1~ noaparece en la recopilación realizada por LuisCa~doza. y :-'-ragó!!;y publicada por la ImprentaUmversltana con el titulo de M éxíco.

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MaTía Izquierdo - "Caballos en eLrio" (Gounclte)

P. El e píritu indio ti nc u leye' in­téticas.. 'u fu rza alegórica e tan podero­sa que, por dondequiera que habla, deja,inconscientem nte, d trá de ella, todo unsistema d I mundo y de la vida.

Jncuest ionablemente María Jzquierdocstá en comunicación con las verdaderafucrzas del alma india. Lleva u dramadentro de sí misma, y con iste en de co­nocer sus fuentes. Debe, para guardar upersonalidad, hacer un gran e fuerzo en¡avor de la pureza, y este esfuerzo tendráinmediatamente su recompen a_ Porqueun caballo de Maria Izquierdo, evoca in­mediatamente todos los caballos que im­presionaron el espíritu de los viejos mexi­canos en el momento de la Conquista. Haytotemismo en la pintura de María Izquier­do. Sus caballos salvajes se pueden con­fundir con los espíritus malos de la tie­rra. y este totemismo produce una especiede animismo milenario: lo encuentro enotra tela suya que conozco y que reme­moro en este mismo instante; algunos ani­males galopando y circulando de una par­te a la otra de la tela, y en medio unaluna brilla como una claraboya en unapareel_ Ahora bien, después de diez milaños, la religión de la claraboya en lapared es practicada por una secta de trein­ta mil personas, en las fronteras de laSiberia Oriental, entre la Rusia y la Mon­golia. Sin saberlo, María Izquierdo havuelto a encontrar, en esta tela, el almamisma de un viejísimo concepto humano.

problema geométrico esencial. Pensamosirremisiblemente en la arquitectura delhombre. Y éste es, justamente, el fin dela pintura, del arte considerado dentro dela pintura, del arte considerado dentrode su pureza: llevarnos cada vez a unproblema vital y conducirnos "forzosa-

- mente", es decir, "dinámicamente", a esteproblema. . ' _

Esto, o sea la mano, es 10 que hay d~muy bello, precioso, en _esta tela. Unamano sin deformaciones, de estructuraparticular, tal que parece hablar como unalengua de fuego. Verde, como la parteoscura de una llama, y que lleva cn sítodas las agitaciones de la vida. Una ma­no para acariciar y para hacer hermososgestos. Y que vive como una cosa claraelentro de la sombra roja ele la tela. Por­que toda esta tela tiene el tinte de las pie­dras coloniales de México, un oscuro colorde fuego. Toda la pintura de María Iz­quierdo se desarrolla en este color de lavafría, en esta penumbra de volcán. Y estoes lo que le da su carácter inquietante,único entre todas las pintura de México;lleva el de tello ele un mundo en forma­ción, de un mundo que e funde. us rui­nas no evocan un mundo en ruina ; evo­can un mundo que e r hace.

ifaría Jzquierdo no e quiva el repro­che del e -teti 1110; tien , a luí y allá, bas­tantes ví rgene de nuda que lamentandelantc de un crucifijo. Y . tc e el ladoamalgamado de la civiliza ión actual dMéxico: una 'pcci d cal licismo paga­no que, detr;'¡ de la cruz !atina de ri t ,~e esfuerza por volver a enc Illrar la cruzde br;lzo' i 'ual . de I vi'j" palaci .g-eométricos d xmal, d l.itla, d' Pa-len Ine o d' OPÚIl_

Maria Izqni 'rclo, i 'mprra »l:rcatar' . de su pr pia fu >rza, tarrtacla para hacer rcnac r el lant dunal'araVan:l l' indios d nu 1 s, con la araroja, la cruz natural, la cruz cielltífica dla antigna cultura alar, qu 11 'va a . usd io~es COIllO e-tandarte .

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"NaturaLeza muerta" (Oleo)

Ataría Izquierdo - "NaturaLeza muerta"

Mada IZlJuieTdo