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22 de marzo de 2017 7 Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno E zequiel Zamora fue el artífice cen- tral del programa reivindicador de la rebelión campesina de 1846 y 1847. Este movimiento estremeció al país y generó gran zozobra en los estamentos privi- legiados que detentaban el poder y ejercían su dominio sobre el conjunto de la sociedad. TRES MEDIOS DE DIFUSIÓN Zamora interpretó y expresó el clamor del campesinado venezolano mediante tres grandes instrumentos: los discursos que dio en asambleas en pueblos y caseríos, las cartas dirigidas entre 1846 y 1847 a los li- berales comprometidos con el alzamiento campesino del período, y las consignas que él mismo elaboró y echó a rodar. “Tierras y Hombres Libres”, quizás la más sonada de todas, ofrecía –al calor de la revuelta justiciera contra el orden oli- gárquico de los prestamistas, grandes te- rratenientes– un programa de profundo contenido social. “TIERRAS Y HOMBRES LIBRES” “Tierras y Hombres Libres” se hizo ban- dera de la movilización armada de 1846 contra el latifundio. Esta consigna iba más allá de la circunstancia de quienes fueron al combate para arrancarles a los grandes pro- pietarios un pedazo de tierra para labrar y sostener a sus familias. “Tierra” compendia el reclamo por un reordenamiento de la pro- piedad del suelo productivo de la nación, la cual apenas comienza a sentir cambios con la vigente Ley de Tierras, que limita en 5 mil hectáreas la máxima propiedad de una sola persona. “Hombres Libres” no se agota con la abolición de la esclavitud, puesto que la li- bertad del hombre –en los términos de mo- dernidad y justicia en que creyó Zamora– va más allá del reclamo de un trozo de suelo para subsistir, la abolición formal de la es- clavitud y la eliminación de la servidumbre feudal. Al exhortar a la masa campesina a luchar por ser “Hombres Libres”, el futuro héroe de Santa Inés estaba convocando a una revolución profunda de las estructuras económicas en la Venezuela de su tiempo, y a una búsqueda y construcción política, doctrinaria y social de la vida en libertad respecto al reino de las necesidades. Así se emparentaba Zamora, en parte sin saberlo directamente, con las ideas que por aquellos años concitaban la re- flexión de Carlos Marx en la Europa que daba su cara a la Revolución In- dustrial, y que, con el surgimiento del proletariado moderno, permitió a este pensador configurar los enunciados del socialismo científico. OTRAS CONSIGNAS La consigna inicial de la rebelión cam- pesina fue “Viva Guzmán. Viva la liber- tad”, que expresaba la conexión del libe- ralismo reformista de Antonio Leocadio Guzmán con reivindicaciones de esclavos Rebelión Campesina de 1846-1847 Las consignas del alzamiento Néstor Rivero - Diseño y diagramación José Manuel Hernández - Ilustración Edgar Vargas y peones enfeudados. Pero cuando la di- námica se radicalizó con grupos armados de palos, machetes y trabucos que asalta- ban comisarías y tomaban haciendas, las consignas se hicieron más duras. La revuelta cobró una carga subver- siva contra un orden de tenencia de la tierra que burló –mediante la aplica- ción del sistema de “vales” instaura- do en la Venezuela de José Antonio Páez– el Decreto de Reparto de Bienes Nacionales, dictado por el Libertador en 1817 a favor de soldados y oficiales, viudas y huérfanos de militares patrio- tas. Y eso se expresó de modo tajante en consignas como “Horror a la Oligar- quía”, “Mueran los Oligarcas”, “Vivan los Esclavos Libres”. Estos y otros gritos se oyeron los pri- meros días de septiembre de 1846, cuan- do una partida de insurrectos asaltó la hacienda de Ángel Quintero, ministro del Interior y Justicia y el político más reaccionario –al decir de Brito Figueroa– en los días de la República Oligárquica. LIBERALES Y RADICALISMO El Partido Liberal y su órgano, El Venezolano, fueron instrumentos ini- ciales para el reclamo y la movilización del campesinado entre 1840 y 1846. Pero al percatarse de la situación que generó su prédica, Guzmán recogió velas y anunció el cese del periódico, señalando que este ya había cumplido su misión. Al llegar a La Victoria, en agosto de 1846, alegó que su prédica perseguía “formar ciudadanos, no soldados”. De esta posición se deslindó el ala ra- dical del liberalismo de base, encarnado en hombres como Manuel Ibarra, Manuel María Echeandía y el propio Zamora, quienes dieron inicio al programa campe- sino que expuso con las armas y en sus consignas el reclamo directo del reparto de tierras y la abolición de la esclavitud.

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Page 1: 22 de marzo de 2017 Rebelión Campesina de 1846-1847 Las ... DEFINITIVO (1).pdfberales comprometidos con el alzamiento campesino del período, y las consignas que él mismo elaboró

22 de marzo de 2017

7

Ministerio del Poder Populardel Despacho de la Presidenciay Seguimiento de la Gestión de Gobierno

Ezequiel Zamora fue el artífice cen-tral del programa reivindicador de la rebelión campesina de 1846 y

1847. Este movimiento estremeció al país y generó gran zozobra en los estamentos privi-legiados que detentaban el poder y ejercían su dominio sobre el conjunto de la sociedad.

TRES MEDIOS DE DIFUSIÓNZamora interpretó y expresó el clamor

del campesinado venezolano mediante tres grandes instrumentos: los discursos que dio en asambleas en pueblos y caseríos, las cartas dirigidas entre 1846 y 1847 a los li-berales comprometidos con el alzamiento campesino del período, y las consignas que él mismo elaboró y echó a rodar.

“Tierras y Hombres Libres”, quizás la más sonada de todas, ofrecía –al calor de la revuelta justiciera contra el orden oli-gárquico de los prestamistas, grandes te-rratenientes– un programa de profundo contenido social.

“TIERRAS Y HOMBRES LIBRES”“Tierras y Hombres Libres” se hizo ban-

dera de la movilización armada de 1846 contra el latifundio. Esta consigna iba más allá de la circunstancia de quienes fueron al combate para arrancarles a los grandes pro-pietarios un pedazo de tierra para labrar y sostener a sus familias. “Tierra” compendia el reclamo por un reordenamiento de la pro-piedad del suelo productivo de la nación, la cual apenas comienza a sentir cambios con la vigente Ley de Tierras, que limita en 5 mil hectáreas la máxima propiedad de una sola persona.

“Hombres Libres” no se agota con la abolición de la esclavitud, puesto que la li-bertad del hombre –en los términos de mo-dernidad y justicia en que creyó Zamora– va más allá del reclamo de un trozo de suelo para subsistir, la abolición formal de la es-clavitud y la eliminación de la servidumbre feudal. Al exhortar a la masa campesina a luchar por ser “Hombres Libres”, el futuro héroe de Santa Inés estaba convocando a una revolución profunda de las estructuras

económicas en la Venezuela de su tiempo, y a una búsqueda y construcción política, doctrinaria y social de la vida en libertad respecto al reino de las necesidades.

Así se emparentaba Zamora, en parte sin saberlo directamente, con las ideas que por aquellos años concitaban la re-flexión de Carlos Marx en la Europa que daba su cara a la Revolución In-dustrial, y que, con el surgimiento del

proletariado moderno, permitió a este pensador configurar los enunciados del socialismo científico.

OTRAS CONSIGNASLa consigna inicial de la rebelión cam-

pesina fue “Viva Guzmán. Viva la liber-tad”, que expresaba la conexión del libe-ralismo reformista de Antonio Leocadio Guzmán con reivindicaciones de esclavos

Rebelión Campesina de 1846-1847

Las consignas del alzamiento

Néstor Rivero - Diseño y diagramación José Manuel Hernández - Ilustración Edgar Vargas

y peones enfeudados. Pero cuando la di-námica se radicalizó con grupos armados de palos, machetes y trabucos que asalta-ban comisarías y tomaban haciendas, las consignas se hicieron más duras.

La revuelta cobró una carga subver-siva contra un orden de tenencia de la tierra que burló –mediante la aplica-ción del sistema de “vales” instaura-do en la Venezuela de José Antonio Páez– el Decreto de Reparto de Bienes Nacionales, dictado por el Libertador en 1817 a favor de soldados y oficiales, viudas y huérfanos de militares patrio-tas. Y eso se expresó de modo tajante en consignas como “Horror a la Oligar-quía”, “Mueran los Oligarcas”, “Vivan los Esclavos Libres”.

Estos y otros gritos se oyeron los pri-meros días de septiembre de 1846, cuan-do una partida de insurrectos asaltó la hacienda de Ángel Quintero, ministro del Interior y Justicia y el político más reaccionario –al decir de Brito Figueroa– en los días de la República Oligárquica.

LIBERALES Y RADICALISMOEl Partido Liberal y su órgano,

El Venezolano, fueron instrumentos ini-ciales para el reclamo y la movilización del campesinado entre 1840 y 1846. Pero al percatarse de la situación que generó su prédica, Guzmán recogió velas y anunció el cese del periódico, señalando que este ya había cumplido su misión. Al llegar a La Victoria, en agosto de 1846, alegó que su prédica perseguía “formar ciudadanos, no soldados”.

De esta posición se deslindó el ala ra-dical del liberalismo de base, encarnado en hombres como Manuel Ibarra, Manuel María Echeandía y el propio Zamora, quienes dieron inicio al programa campe-sino que expuso con las armas y en sus consignas el reclamo directo del reparto de tierras y la abolición de la esclavitud.