19suple

7

Click here to load reader

Upload: diario-la-capital

Post on 08-Mar-2016

225 views

Category:

Documents


2 download

DESCRIPTION

Las 8 preguntas para Gustavo Fogel (*) GUIDO VESPUCCI, AUTOR DEL LIBRO DE CUENTOS "EL NEGOCIO DEL SIGLO" ¿Qué error le molesta más advertir en un texto litera- rio y cuál es el último que halló en el libro que está leyendo o que acaba de leer? -No me molestan los errores que podrían ser corregidos en una prue- ba de galera; los que no soporto son IDA Y VUELTA: [email protected] ■MAR DEL PLATA■ DOMINGO 19 DE DICIEMBRE DE 2010 Guido Vespucci.

TRANSCRIPT

Page 1: 19suple

■ MAR DEL PLATA ■ DOMINGO 19 DE DICIEMBRE DE 2010 IDA Y VUELTA: [email protected]

1¿Qué error le molesta másadvertir en un texto litera-rio y cuál es el último que

halló en el libro que está leyendoo que acaba de leer?

-No me molestan los errores quepodrían ser corregidos en una prue-ba de galera; los que no soporto son

los "otros"; los de concepto. Ahoraestoy leyendo una novela pobladade este tipo de errores, -y de losotros-, y a medida que los leo inten-to corregirlos, pero los muy neciosse resisten tanto como si los hubieraescrito yo mismo. Y quizás sea cier-to.

Las 8 preguntas para Gustavo Fogel (*)

(*) Gustavo Fogel nació en 1965 en Mar del Plata. Es escritor cuentista y novelista.Le editaron el libro de cuentos: "Objetos de Texto", Primer Premio en el certamen

Internacional de Literatura Junín País 2006 y ganó dos veces el Primer Premio de laS.A.D.E. y el Segundo Premio en el Certamen de cuento Julio Cortazar. Además de

jurado permanente en el certamen internacional de narrativa JuninPais, tiene es-critos “Una flor para Tomás” (Cuentos) y “EZQ” (novela). Blog:

cuentosalcontado.blogspot.com y mail: [email protected]

GUIDO VESPUCCI, AUTOR DEL LIBRO DE CUENTOS "EL NEGOCIO DEL SIGLO"

“¿Quién puede ser un héroe todo el tiempo?”

Historiador einvestigador, Vespuccidecidió experimentaren la ficción literaria, unterreno desprovisto delas estrictas reglasacadémicas que leimpone su profesión.Personajesposmodernos,historias contadas conel tono de lasanécdotas de amigos yel absurdo dandovueltas. "En realidad elabsurdo en sí mismono existe, sólo se tratade sentidos que estánen juego", dijo.

En "El negocio del siglo" yotros cuentos, el marplaten-se Guido Vespucci apela a la

fusión. Mezcla sentidos y regis-tros, una estrategia que el autordefine como "un juego". Un juegoque, a su juicio, está vigente en to-da su producción ficcional. "Misescritos son juegos donde los sen-tidos se pelean, lo formal, lo racio-nal, la cultura culta y lo erudito sepelean con lo vulgar, lo grotesco,el sinsentido. En todos mis escri-tos está eso, operando subterrá-neamente", aclara Vespucci, quees, además de escritor, profesor dehistoria, investigador del Conicety en la Facultad de Humanidadesintegra el grupo de investigaciónsobre familia,género y subjeti-vidad.

El flamante li-bro, que contie-ne diez cuentosy que acaba deeditar la edito-

rial balcarceña Gogol, nació hacecerca de cinco años, precisó Ves-pucci. Y es el resultado final de untrabajo de experimentación don-de el joven se permitió saltar todoslos cercos, desterrar todas las cel-das.

Es que este historiador de 30años buscó en la literatura -y en loscuentos- la manera de eludir lasformalidades que le exige su otraprofesión, la de investigador so-cial. "Esta experiencia nació comoun contrapunto con el trabajo aca-démico, que es serio, muy formal yreglado, estos cuentos fueron unaválvula de escape donde me di to-das las licencias", le contó a LA CA-PITAL.

Así, se permite historias que es-tán contadas, en su mayoría, en

primera persona,y con un registrocoloquial, el mis-mo que puedeu t i l i z a r c u a l -quier amigo paracontarle a otro laconquista de la

noche anterior."Gran parte de mi vida me la pa-

so con mi grupo de amigos, mishistorias tienen que ver con eso,con una forma de relacionarse quees compartir la vida con amigos, yen eso de compartir siempre unocuenta experiencias. El contar esasexperiencias es un género en símismo, relatar algo a amigos es ungénero, incluso entran planos dela ficción porque en toda narra-ción aparecen exageraciones y da-tos que no son tan reales, sobre to-do si son amigos masculinos y lasanécdotas son sexuales", explicó elescritor, que dedicó un año de suvida -desde 2004 a 2005- a escribirestos cuentos.

"Me tomé ese año para experi-mentar, para probar con la escritu-ra de ficción, yo ya venía trabajan-do en el ámbito académico, en laproducción de escritura que tieneque ver con el conocimiento y conlas reglas académicas. Y ésta (por laficción) fue una manera de encon-trar un escape para que en mi escri-tura se plasmaran cosas más expre-

sivas, ficciona-les, con otras re-glas. Digo estoporque no fueun plan preme-ditado de decir'Quiero ser es-critor'. En reali-dad siempre megustó escribirpero nunca mehabía tomadoel tiempo parahacerlo sistemáticamente", aclaró.

-¿Te interesa profundizar en elabsurdo?

-A simple vista, uno clasifica al-go como absurdo o desopilante sies que piensa que hay un únicosentido de las cosas, pero en reali-dad muchas de las cosas que pare-cen desopilantes están en un lími-te de la realidad y son perfecta-mente visibles. Digamos que soncosas que a simple vista parecen lo-curas y uno las analiza y pertene-cen a los bordes de la sociedad. Es-tán ahí, contenidos en algún ca-jón.

-Tu búsqueda va por ese lado,entonces.

-Sí, me gusta, me gusta exploraresas cosas que están subterráneas yque a veces no tienen articulacióndiscursiva muy explícita, que noestán dichas, eso me interesa. Poreso no es necesariamente un ab-surdo porque sí, en realidad el ab-surdo en sí mismo no existe, sólose trata de sentidos que están enjuego.

-Las tuyas son historias urba-nas, posmodernas, ¿coincidíscon este enfoque?

-Los personajes de mis cuentosexperimentan la posmodernidadtodo el tiempo, en el sentido deque están nutridos de un lenguajemasivo y coloquial con el que ha-blan y que viene de los medios decomunicación, pero al mismotiempo los medios mezclan otrosregistros, la comunidad es la com-binación de registros cultos, popu-lares y masivos y están todos meti-dos en esa oferta televisiva que es lamás fuerte. Los medios de comuni-cación están hibridados, y mis per-sonajes sufren esa hibridación, en-tonces quizá hablan de una mane-ra grosera pero de repente están

mencionando al-gún objeto cultu-ral que provienedel arte culto o dela literatura culta.Las personas rea-les son así en ge-neral, es genteque putea peroque ha le ído aNietszche, la so-ciedad no está ta-bicada tan fuerte-

mente en lo popular y en lo culto,está todo mezclado.

-¿Es la posmodernidad la quehace que tus protagonistas ten-gan una doble moral?

-Eso tiene que ver con las zonasque no son mencionables, acá apa-recen personajes que tienen aspi-raciones muy nobles, en algunoscuentos, pero que conviven conpensamientos y con tentacionesque son su opuesto y son muy in-morales. Esa es una manera de de-cir que, en realidad, los héroes noexisten.

(Continúa en página 4)

"La sociedad noestá tabicada tanfuertemente en lo

popular y en loculto, está todo

mezclado"

"Mis personajesestán sometidos a

un circo de laidiotez"

Guido Vespucci.

Page 2: 19suple

2 C U L T U R A Domingo 19•12•2010

Las 8 preguntas para Gustavo Fogel

2¿Qué situación de su vida cotidiana encontró refle-jada con sorpresiva exactitud en un libro, una

película, una canción o cualquier otra obra de arte?

-Me identifico mucho con las canciones, por ejemplo con“Zanguango” de Leo Masliah, especialmente la parte del so-lo de batería; y lloro como un bebé con la Ob. 1812 de

Tchaikovsky; la escucho y pienso: ¡No me puede estarpasando esto a mí!

Efecto adversoPor Sebastián Chilano

sebastianchilano.blogspot.com

Revisaron varias cajas. Leyeron notas sobre distin-tos experimentos, proyectos, infidelidades y jornadascientíficas. Las ideas más absurdas y geniales, las inju-rias más sofisticadas, las bajezas entre colegas y pares,todo eso estaba documentado y sellado por distintossecretarios y por el propio director titular del Institu-to. Cuando encontraron la carpeta “Márquez, el pa-dre de los ácidos ribonucleicos” el ofendido ni siquie-ra se interesó en leer lo que habían escrito de su perso-na. En cambio sí se detuvo en una caja llena de pasti-llas. Entre las pastillas había un sobre que decía: “Doc-tor Ham”

–¿Qué es eso? –preguntó René Conforti.–Fármacos.–Sí, eso ya lo sé. ¿Qué son?Márquez no contestó. Abrió el sobre y alisó las dos

hojas plegadas. Leyó forzando la vista bajo la lámparadesnuda y estiró la mano dándole los papeles a RenéConforti.

–Fármacos patentados por el doctor Ham –dijoMárquez haciendo inútil la lectura de René Confor-ti–. Distintas ideas que fueron descartadas por susefectos adversos.

René Conforti leyó en voz alta:–Las pastillas rojas son rejuvenecedoras.Márquez sacó una de las pastillas rojas de la caja y se

la metió en la boca. –Se discontinuó el estudio cuando confirmaron

que aumentaban la incidencia de trombosis venosa–leyó René Conforti.

Márquez escupió la pastilla roja:–Tiene gusto a grosellas.–Las amarillas –siguió leyendo René Conforti–. Fue-

ron diseñadas para disminuir el apetito, pero causa-ron diabetes insípida. Las verdes fueron para la hiper-tensión, pero...

–Lea las azules –pidió Márquez.–Para el mal de amores –René Conforti se rió en voz

alta–. ¿Parece mentira, no? Un científico intentandocurar una dolencia tan vieja como la humanidad.

–Como la prostitución, también.–Como el hambre.–Pero no es para reírse –dijo Márquez–. Un esfuerzo

loable, no creo que haya tenido mucho apoyo de lacomunidad científica ni de las empresas farmacéuti-cas... ni que hablar del gobierno...

Márquez interrumpió, René Conforti le hizo seña(llevó su dedo índice a los labios y lo colocó en posi-ción perpendicular) para que se callara.

–¿Qué pasa? –susurró Márquez.–¿Escuchaste? –dijo bien bajo René Conforti.–No. ¿Qué cosa?Escucharon un disparo, o algo parecido a un dispa-

ro. Más bien una explosión, y no sólo la escucharon,sino que también la vieron, aunque no la vieron, sinotodo lo contrario, porque dejaron de ver. Algo o al-guien hizo estallar la lámpara de 75 watts desnudaque alumbraba el archivo. Los dos se cubrieron la ca-beza y se agacharon. Al hacerlo (mientras los frag-mentos de la lámpara caían como un suicidio colecti-vo de luciérnagas) escucharon que la puerta del archi-vo se cerraba.

Rene Conforti caminó tocando las cajas hasta llegara la puerta:

–Nos atraparon –dijo moviendo el picaporte.–¿Y ahora?–Es una lástima que el doctor Ham no hubiese in-

ventado pastillas para ver en la oscuridad –dijo RenéConforti.

–O que ninguna de las que inventó dieran ese efectoadverso –dijo Márquez ■

Genio indiscutido, nació un16 de diciembre de 1770. Elautor de esta nota lorecuerda a través de sussonatas y habla de la formaque adquiere la simplicidaden la música de Beethoven.

Por Martín Virgili (*)

En los ‘90 hubo en la Argentina unaaceleradísima apertura al mercado de lamúsica grabada. Las tiendas de discoscomenzaron a exponer en sus estantesaquellas músicas que solamente apare-cían en los manuales, libros y revistasespecializadas, y que realmente imagi-naba silenciada en el cora-zón de la historia. No podíadejar de sorprenderme de lacantidad de obra editada decasos como los Bach, Mozarty Vivaldi, deslumbrado antela apabullante proliferaciónde sus trabajos -de hecho,aún hoy me sigue parecien-do un enigma la relacióntiempo-creación de esos se-res-, o si no, descubrir quelos estudios de Leo Brouwerpara guitarra, que emocio-nado comenzaba a tantearen ese instrumento, estabanallí, uno detrás del otro, al al-cance de mi mano, y quepuestos en el novedoso re-productor de discos com-pactos, podría escuchar elque quisiera, una y otra vez.Creo que durante algunosmeses, mientras duró eseboom personal de excesomusical, fui un melómanoverdadero.

Entonces, una de mis sali-das más esperadas, era, porsupuesto, elegir al azar algu-na música que por alguna ra-zón entre deliberada y snob (admito),me pareciera “importante” escuchar.Como tampoco contaba con dinero su-ficiente para las delicadas grabacionesde la Deutsche Grammophon, Archiv oSony, solía fijarme en los anaqueles deNaxos, que eran ediciones sensible-mente más económicas, y buenas. Así,una mañana o tarde o noche, me llevéel cuarto volumen de las Sonatas parapiano de Ludwig Van Beethoven, quesumaban las tres últimas de ese género:la N° 30, 31 y 32, interpretadas por JenöJandó. No sabía qué estaba comprando,no, desde el punto de vista técnico y dellenguaje; llegaba a esa música, por laimagen histórico-mental que tenía, enese entonces, sobre la obra de Beetho-ven: esa mezcla de locura, sordera,grandeza, dificultad, soledad, quizásoscuridad, y amor.

Había escuchado en clases o en la ra-dio sus sonatas más populares: la N° 14(Op. 27, N°2), Claro de Luna; la N° 23(Op. 57), Appassionata; la N° 21 (Op.

53), Waldstein y creo que ninguna más.Pero me llevaba las tres últimas, queríasaber cómo terminaba el cuento, ir delleno al final. Si la forma sonata era (es)una estrategia musical producto de lainvención de una comunidad -la euro-pea, surgida a fines del siglo XVII, aun-que enraizada, probablemente, en elcanto gregoriano- y si Beethoven eraconsciente de esa estrategia, de su his-toricidad inmanente, de su propio de-venir formal, tenía que escuchar (saber)cómo era el final que él le había tejidopara dicha forma, cómo era ese punto yaparte, cómo sonaría y hasta dónde lle-garía su resonancia.

En general, una sonata está constitui-da por tres movimientos, uno rápido,uno lento y uno más rápido que el pri-mero. Digamos que desde el punto devista estadístico, esto se mantiene con

notoriedad. Bueno, la Op.111, la últi-ma, tiene dos. Uno rápido y brioso dealrededor de siete minutos, y el otrolento y parsimonioso que dura un pocomás del doble que el primero. MilanKundera en sus Testamentos Traiciona-dos, hace una interesante comparacióndel contraste formal que esta sonatapropone (un contrapunto riguroso en-tre dos ideas muy distintas en el tiempoy el espacio) con Las palmeras salvajesde William Faulkner, una novela bi-fronte que intercala una hermosa y de-sesperada historia de amor, con el dra-ma de una mujer, su niño y un ex con-victo navegando a la deriva por el ríoMississipi. Beethoven parecería haberquerido dejar testimonio de que la con-tundencia emotiva que surge de un en-frentamiento dual, básico, constituyeun acercamiento, digamos, más limpiode la idea que se quiere transmitir, pro-bablemente con la intención de queavizoremos el fondo común del cual lasdos provienen.

El primer movimiento no lo entendí.Tardé mucho tiempo en encontrar lastres secciones que consagran la formasonata (exposición de un tema, su ela-boración y su re-exposición). Con eltiempo, me gustaba pensar que en suúltimo allegro de sonata (el primer mo-vimiento) Beethoven quiso esconderaquellas tres secciones a fuerza de acor-des que comenzaban a soñar con ser uncluster (un conglomerado de notas máscerca del ruido que del acorde), o con lainterpolación de pasajes fugados, arcai-cos, que más tenían que ver con la mú-sica de Bach que con las modernizacio-nes tonales que ya venía implementan-do Schubert. Pero sobre todo por el ses-go rapsódico del entramado de las par-tes: todo ese movimiento está sobrevo-lado por el pulso de la inventio, como sila música se fuera despertando o re-

creando desde sí misma: noya a través de la pluma deBeethoven, sino de la músicamisma. Como si la música,personificada, decidiera ha-cer música. Esa, pienso, seríala imagen. Y admito que esamaravilla ontológica tam-bién es potestad de Bach.

El segundo movimiento,Arietta: Adagio molto, sem-plice e cantabile, son seis va-riaciones compuestas sobreun tema para el cual habríainventar una palabra parahacer justicia con la estéticaque propone. Es sabido queuno de los rasgos poéticosmás notables de la música deMozart es la simpleza, esamagia que poseen los geniosque uno, desde fuera, parece-ría decir “pero si eso lo puedehacer cualquiera”. Pasa conMozart, con Miró, con Mara-dona. Es evidente, que hacefalta mucho, mucho talentopara llegar a eso.

A diferencia de la simplici-dad de Mozart que es la de lanaturaleza, la de los árboles y

los pájaros, la de Beethoven (que se lapasó componiendo música difícil du-rante toda su vida) es la simpleza delhombre, la simpleza de algo que estádentro de la naturaleza. No es una sim-pleza perfecta, no. Es algo que es simpley errático, finito. Así es el tema de laarieta, simple y defectiva, no compues-ta por un genio, que es Dios, sino por unhombre, que somos todos. Las variacio-nes, después, son el viaje de ese tema:un viaje por el mundo interior de la im-perfección humana.

Así se despidió Beethoven de la formasonata: sustrajo el retrato de la geniali-dad inalcanzable, por un gesto musicalparecido al abrazo entre dos personas.Este sagitariano nacía un 16 de diciem-bre de 1770. Por suerte para todos. Unaamiga me preguntó cuál era mi imagende la felicidad. Escuchar esta pieza, conmi gato merodeando la sala. Si no lo es,le pega en el palo ■

(*) Compositor.

A 240 AÑOS DEL NACIMIENTO DE BEETHOVEN

El adiós a la sonata

Page 3: 19suple

Domingo 19•12•2010 C U L T U R A 3

Las 8 preguntas para Gustavo Fogel

3¿De qué lugar, personaje común o circunstanciaen general que ofrece Mar del Plata se apropiaría

para incorporarlo como pasaje central de alguna de sus

obras?-Entre lugares y personajes comunes en circunstancias

generales; prefiero lo unívoco: si hablamos de playa: un gra-

no de arena; si hablamos del mar: una lágrima.

SOBRE LA NUEVA NOVELA DE ELSA DRUCAROFF

Las historias de la HistoriaElsa Drucaroff es autora dellibro de ficción "El últimocaso de Rodolfo Walsh",que acaba de editar Norma.Un libro esencial para entender los dilemas de losaños ̀70 y conocer los pequeños relatos que seenhebran detrás de la historia escrita conmayúsculas.

Por Eduardo Balestenalapalabrainconclusa-literatura.blogspot.com

“De todas las historias de la Historia -escri-bió Jaime Gil- sin duda la más triste es la de Es-paña, porque termina mal”. La frase, de Sol-dados de Salamina, de Javier Cercas suscitauna reflexión: la Historia se escribe con histo-rias y una y otras terminan mal porque evo-can a los que no están, a la muerte: de las per-sonas y de las utopías y de la imposibilidad detransmitir una experiencia a la generación si-guiente. Desde ese punto de vista, la Historiade la Argentina es una de las más tristes, por-que termina mal. Cercas evoca, unas páginasantes, las palabras de Machado en el exilio:“Para los historiadores, todo está claro: he-mos perdido la guerra. Pero humanamenteno, humanamente creo que hemos ganado”.

Elsa Drucaroff trata de restaurar y recupe-rar aquello que nos permita, humanamente,decir que hemos ganado pese a que lo quecuenta sea derrota pura: vidas entregadas auna militancia que impone renuncias y quenaufraga como lo hace la organización Mon-toneros, y dejar constancia literariamente deesa experiencia, la de la pasión y la del naufra-gio, para que las generaciones post dictadurapuedan entender algo de lo que pasó.

Lo que singulariza a su obra es el caminoque elige para narrar: despojado de retórica,de aspiraciones, de giros, de poses rígidas, to-mando personajes de la ficción de Walsh yhaciéndolos participar de la acción y recons-truyendo una época más desde la densidad yel despojamiento de las palabras y desde lasacciones más que desde la propia violencia.

Es un mundo sombrío, de constante ries-go, de momentaneidad, de vidas puestas enjuego por un ideal eternamente inalcanzadoque además se revela inalcanzable. Utilizapara plasmarlo una eficaz estructura de intri-ga y suspenso. ¿Cómo es posible el suspenso,pensamos, si ya conocemos que la historiatermina mal? Ese suspenso no parece puestocomo un solo elemento para suscitar interéssino que sirve para plasmar ese mundo siem-pre en riesgo, donde no se sabe qué sucederáal momento siguiente y donde se impone laduda sobre lo real: en definitiva, quién esquien en un mundo de terror y clandestini-dad y qué sucederá al momento siguiente.

LA MEMORIA CONSTRUIDA Y RECONSTRUIDA

“Jaime Gil de Biedma…escribió estos ver-sos desoladores que ponen en escena el ima-

ginario de la memoria bélica…(y elaboran)una fractura social, al traducir la secuenciatemporal con una categoría escindida, entrelos hechos oficiales –la Historia con mayús-cula- y el minúsculo acontecer cotidiano,subjetivo y en escala doméstica –las histo-rias. La guerra desgarra esa fractura homolo-gándolas en una tensión siempre irresuelta,inscribiendo en el relato mayor la dramatici-dad de las historias menores”, dice LauraScarano en “Sujetos de la memoria ¿Quiénnarra hoy el pasado bélico”, aparecido en Dela letra a la imagen, narrativas posfranquis-tas en sus versiones fílmicas y que publicóEudem?

Elsa Drucaroff concibe una trama donde elrelato mayor de la Historia aparece reflejadoy construido por las otras historias y por loque, como lectores, sabemos de ese pasadoque es el presente de la narración. Ello plan-tea por una parte la ficcionalidad de ese pasa-do, su posibilidad de ser redescubierto, resig-nificado y por otra el rigor de su verosimili-tud. En este aspecto es evidente el manejoque, desde la teoría y crítica literaria (es inves-

tigadora y docente en ese campo) hace de lalógica y del sociolecto de una época.

Hoy vemos las huellas de esa época y de esalógica: los museos de la memoria, las causaspor delitos de lesa humanidad, los nombres:de las víctimas, de los represores, las muestrasde esa eterna tensión entre Historia e histo-rias. En la novela ese mundo discurre a la vezvisto desde hoy, pero también desde ese sen-tido propio.

La autora hace una reconstrucción, pero almismo tiempo utiliza imágenes, como porejemplo una escena en que dos personajes(un general y un soldado) hablan sobre el mi-to de la caverna de La República, de Platón,cuyo sentido es opuesto para cada uno de lospersonajes, aunque coincidan en un planosuperficial.

Como en Soldados de Salamina, la narra-ción capitaliza este no saber, si lo que se noscuenta sucedió tal como se nos cuenta. Sea ono así, lo que se nos dice es posible, es esta po-sibilidad lo que sostiene al género y lo que leda una de sus mayores virtudes: poder entraral pasado con un sentido de curiosidad pro-

pio del presente, como si estuviéramos vi-viéndolo; nos lleva a asumirlo de un modovívido y re vivirlo.

Ese pasado, aparentemente conocido, re-vela que contiene muchos secretos. En efec-to, es poco conocida esa etapa de la vida deWalsh, la de la clandestinidad como cuadrode la organización Montoneros, una etapaque Elsa Drucaroff conoce evidentemente bi-en: quizás uno de los mejores pasajes sea el dela discusión de los miembros de la organiza-ción, ignorantes del hecho –del que era cons-ciente Walsh- de que la clase trabajadora lesdaba la espalda y de que militarmente no ha-bía posibilidades de éxito.

“ESOS DÍAS AZULESY ESE SOL DE INFANCIA”

En la película Silencio roto, obra maestrade Montxo Armendáriz, la guerra de guerri-llas de los maquis es vista desde las mujeres:esposas, madres, hermanas que sufren lasconsecuencias de esa lucha imposible: son elblanco de la represión y a la vez interpelan aesos hombres empeñados en sacrificarlo to-do, incluso a ellas. Del mismo modo, la figurade Walsh es también cuestionada por su exesposa Marta, quien, como las mujeres de Si-lencio roto, ante la muerte de su hija Vicky,interpela y se pregunta por la magnitud deese sacrificio, por su justificación y por susposibilidades.

El pasaje de la discusión de los Montone-ros, en el que Walsh reprocha a la cúpula elhaber enviado a Paco Urondo a Mendoza,donde murió sitiado por sus enemigos, poneen primer plano que lo que se juega es la viday si no existe un sentido, el precio será en va-no: "¡Yo no quiero morirme si esto no sirvepara nada!.. ¡Yo estoy dispuesta a morir si estotiene sentido!¡Y nosotros dos tenemos quedefender algo”, se indica en la página 62.

La dictadura es algo inenarrable, no es sus-ceptible de ser reducida a ninguna palabra,pero hay puntos de vista que nos aproximanal horror. La película Kamchatka, de MarceloPineyro, por ejemplo, donde la mirada infan-til a la vez que no alcanza a discernir el mun-do adulto es consciente de la magnitud de esehorror y lo plantea a la vez como presente ycomo recuerdo.

Elsa Drucaroff eligió un punto de vista dis-tinto y una mirada: narrar no desde la activi-dad terrorista del Estado sino desde la organi-zación Montoneros y a la vez ser crítica haciatodo lo que esa organización negó, y en esesentido examina a ese mundo pasado comotal, pero a la vez lo piensa desde hoy: "En eseayer –dice- había sentimientos que no teníanlegitimidad ni espacio, y que nos enseñabana ahogar. Yo traté de reivindicarlos y de darlesel espacio que la militancia les negaba, peroque el presente no”.

A la muerte del poeta, el hermano de Anto-nio Machado encuentra en el bolsillo de sugabán un verso: “Estos días azules y este sol deinfancia”. Las historias son muerte y son pér-dida; son dolor, exilio, crónica de días roba-dos y de sueños perdidos. En este designio laliteratura puede adquirir la misión de reco-brar, de hacernos sentir que hemos podidosalvar al menos algo de aquellos distantesdías azules y de ese sol de infancia, para decir-les a las generaciones que no lo vivieron quéfue lo que sucedió y cómo nos resuena aúnhoy ■

Elsa Drucaroff. Foto de Elza Guevara.

Page 4: 19suple

4 C U L T U R A Domingo 19 •12•2010 C U L T U R A 5

Las 8 preguntas para Gustavo Fogel Las 8 preguntas para Gustavo Fogel

4¿Cuál es el mejor diálogo que recuerda entre dospersonajes de ficción?

-Uno de Quino. Madre: ¡Pero Guille! ¡Mirá cómo estásponiendo el piso de miguitas…! Guille: ¿No me vaz a qued-

ed máz? Madre: Si ensucias así, no. Guille: Tu cadiño ezmuy de modondanga, entonches: ¡Guadateló! 5Si le permitieran ingresar en una ficción y ayudar a

un personaje, ¿cuál sería y qué haría? -Le llevaría una vaca al Minotauro; así podría satisfacer

sus instintos sin dañar a nadie.

(fotografía de autor)

(Viene de página 1)-No queda claro si es es-

trictamente una literatu-ra de antihéroes, pero se-guro que de héroes no...

-Lo paradójico es que in-tentan ser héroes pero fra-casan, porque el héroe esun tipo ideal, es un modeloy salvo excepciones, queen realidad son productode construcciones que sehacen sobre esos persona-jes, ¿quién puede ser unhéroe todo el tiempo? Esome parece interesante:mostrar inclinaciones hu-manistas nobles y justicie-ras y al mismo tiempo lasmiserias que conviven enuno, donde los personajeshacen agua, fracasan y es-tán tentados.

-Además, siempre estápresente el humor, es laforma que elegís para na-rrar.

-El humor, sí, tiene quever con mi forma de ser,pero también con la nece-sidad de desacralizar, des-contracturar y funciona enun nivel,en el ni-vel de loque sonlos perso-n a j e s ,persona-j e s q u eestán so-metidos aun circode la idio-tez, o queson per-s o n a j e sidiotas oc o n p o -cos recur-sos, pero

detrás de ese nivel hay pro-blemas más profundos. Lohumorístico funciona co-mo un enlace para otrascosas. Es una manera depoder decir cosas terriblesde una manera más digeri-ble.

-¿Sino sería más conde-nable?

-Claro. Leyendo de ca-sualidad a una filósofa fe-minista me "iluminé" conuna frase suya que dice: "Laironía habla del humor yde lo serio". Creo que esa esla palabra que resume esadualidad, la ironía, inclusoyo mismo me reconozcocomo una persona irónica,cuando funciona bien,creo que el efecto de la iro-nía es la risa inmediata, pe-ro después queda algo dan-do vueltas, esa risa revelaotra cosa, algo más serio.

-¿Qué te aportó la fic-ción a tu rol de investiga-dor?

-Entendí que uno puedetrabajar en diferentes ám-bitos y que cada ámbitotiene sus reglas y es bueno

saber quee s a s r e -glas exis-ten peroque tam-poco soninamovi-b l e s . S elas puedecorrer unp o c o ,hay quesaber quee x i s t e nporque sin o u n oanda ma-reado ■

También aforismos, ensayos y obras de teatro

Prolífico, Vespucci tiene varias obras de teatro in-éditas, ensayos que ya publicó en revistas especial-izadas y está interesado en la escritura de aforismos."El aforismo es un género de escritura que me parecepoco difundido, e incluso infravalorado, denostado,cuando en realidad grandes pensadores escribieronaforismos, como Niestzche, Walter Benjamin,Fernando Pessoa, Narosky. Es un género que a mí meresulta interesante porque se plasma como unasuerte de relámpago del pensamiento", dijo.

En materia de ensayos, el investigador contó quepasó de escribir trabajos académicos a otros en losque mezcla registros sociológicos, humorísticos yhasta ficción.

Uno de los ensayos aborda el tema de la human-ización de los perros, una tendencia que observa enla actualidad. Y en carpeta, está el comportamientode las personas en el interior de los colectivos de largadistancia, un aspecto de la sociedad con el que sechocó a partir de tener que viajar a Buenos Aires enreiteradas oportunidades, para llevar adelante unainvestigación como historiador ■

“¿Quién puede ser un héroe...

`~Ç~ Å~ë~ Éë ìå ãìåÇç

Por Marcos Montoya

Esta es una serie de imá-genes donde el modelo re-tratado son casas de chapasde nuestra ciudad, lascuales han albergado a unagran parte de nuestrapoblación de clase media yobrera. Existen de distintosdiseños; por lo general sonde techos a dos aguas y

paredes de chapas, super-an los cincuenta años deconstrucción, hoy día to-

davía se mantienen en pievarias de ellas habitadas,guardando mil historias,

demostrándonos la bellezaen la simpleza, como lo es la

vida; bella y simple.

Waisberg y Celesia sonlos autores de "Firmenich.La historia jamás contadadel jefe montonero", unlibro que arroja luz sobreuno de los líderes políticosmás importantes de lahistoria reciente."Develando su historia sepodía colaborar para unacomprensión un pocomás vasta de los setenta",dijeron los escritores.

Por Ezequiel Mario Martínez

La revisión histórica de la déca-da del setenta sigue generan-do novedades editoriales. La

relectura crítica de aquellos años esnutrida por libros que enriquecen eldebate actual, lo estimulan. La bio-grafía "Firmenich. La historia ja-más contada del jefe montonero", delos periodistas Felipe Celesia y Pa-blo Waisberg, es un fresco aporte aese escenario actual de discusión.

Los autores se adentran en la trayec-toria vital y política de uno de los prin-cipales dirigentes montoneros -perso-naje controvertido y discutido comopocos en la historia nacional reciente-para trazar un completo mosaico deaquellos convulsionados años.

¿Por qué eligieron el personaje deMario Firmenich?

Celesia: -Firmenich fue un actor cen-tral de la política de los setenta y faltabauna biografía de la historia de su vida.Creíamos que ahí había un punto de in-terés y un campo a desarrollar, e impli-caba un desafío al ser uno de los perso-najes más controvertidos y polémicosde aquella época. Y el silencio de su his-toria tapaba uno de los rasgos centralesde la historia política reciente. Deve-lándolos se podía colaborar de algunamanera para una comprensión un pocomás vasta de los setenta. Era también laposibilidad de un lugar de expresión, yclaro, de tener un libro que circulara.

Waisberg: -Fue meterse con un perso-naje vivo. Nosotros veníamos de unpersonaje como Rodolfo Ortega Peña(Las ley y las armas, Aguilar), un actorde la vida política sin estructura políti-ca, más vinculado al mundo intelec-tual. Meterse con Firmenich implicabahacerlo con un personaje vivo que tuvoactividad política hasta hace no mu-chos años, que dirigió una organiza-ción político-militar de las más influ-yentes en la región.

-¿Cómo fue el proceso de recons-trucción de su vida?

C.: -No hay gran literatura sobre él.Lo que hay son episodios de su vida y desu condición de dirigente en algunos li-bros de la época, pero no había nada sis-temático que era lo que nosotros nosproponíamos hacer. Las fuentes biblio-gráficas eran escasas y muy fragmenta-das. Pretendimos entonces completarlo que faltaba de esa literatura existentearticulándolo con los testimonios enprimera persona, más una trabajada re-construcción histórica; y ahí precisa-mente jugaba una dificultad: el hechode que estuviese vivo. Todavía opera enel imaginario y en la lucha política delpresente. Es un personaje maldito. Nin-gún dirigente de la política actual quie-re aparecer vinculado ni opinando so-bre Firmenich, por-

que eso pue-de afectar suc o n d i c i ó nen el presente. Ahí tuvimos cierta reti-

cencia. A eso hay que sumarle que elmismo Firmenich tiene una decisióntomada desde hace ya tiempo de noparticipar ni colaborar, él y su entornoinmediato, en ningún libro que tratesobre su vida. Fueron muchos los pro-yectos de una biografía de Firmenich deincluso colegas que ya habían publica-do libros anteriormente. Algunos desis-tieron por estas dificultades, otros por-que él no colaboró y eso era una condi-ción de posibilidad para hacer el libro.Y después por esta complejidad alrede-dor del personaje de tener sobre sí unaserie de prejuicios y preconceptos ins-talados.

NUEVAS ESTRUCTURAS DE PODER

-¿Cómo explican la emergencia deorganizaciones político-armadas en

el país? ¿Qué condiciones históricasexistieron para la aparición de gru-pos políticos que deciden ejercer laviolencia como medio para la acciónpolítica?

C.: -Hay dos grandes pilares para ello:un contexto mundial de cambios revo-lucionarios ideológicamente favora-bles para la modificación de las estruc-turas de poder por la vía insurreccional,y después una ausencia total de liberta-des políticas en la Argentina. En esosdos hechos se amalgaman y surge estenuevo actor de la mano de la juventud,que siempre suele ser el sujeto revolu-cionario. También en la influencia de larevolución cubana, en los procesos dedescolonización en Africa, el Mayofrancés, Vietnam, etc.; todo eso da lapauta de que era posible un cambio enlas relaciones de poder en el mundo ypor tanto en Argentina. Luego hay quepensar que la Argentina del siglo XX yallevaba cinco golpes de Estado, el Con-greso cerrado, etc. Es decir, se había eli-minado toda posibilidad de expresiónpolítica e individual.

-¿Por qué la opción política por elperonismo por parte de los hijos deuna clase media predominantemen-te antiperonista?

W.: -Hay un sector importante que seva al peronismo, pero también existie-ron otros sectores que se volcaron a laizquierda marxista, y otros se metenen una militancia más vinculada a laIglesia. Fue un momento de muchaebullición política. Una de las cosasque plantea -incluso Firmenich- tie-ne que ver que viniendo de una fa-milia antiperonista él había vividouna infancia vinculada al peronis-mo desde la escuela. El nace en el'48 y por ende se educa con el pero-nismo. Me parece que ahí habríaque buscar la explicación; en laproscripción de Perón, en las fal-tas de las libertades políticas, etc.Y ahí aparece el peronismo comoun espacio de liberación en tér-minos de transformación de es-tructuras sociales y económi-cas. Después la discusión es quépasó cuando volvió Perón, queno era el Perón que buscabanen cuanto a las posiciones queplanteaba esa juventud.

C.: -Yo creo que en la figuraausente de Perón y en la ideade progreso del peronismoexistió un atractivo muyfuerte por parte de esa ju-ventud que buscaba unconductor revolucionario.La ausencia de un líder da-ba entonces la pauta deque eso era posible, entre-lazándose con esa idea de

Cooke de que el único sujeto de trans-formación en la historia Argentina fueel peronismo. Eso unido a ese imagina-rio de progreso, de bienestar, de cambiode sentido donde los privilegiados pa-

saban a ser “los desposeídos”, posibilitóque la juventud entendiese que en el re-torno de Perón estaba la confirmaciónde ese ideal revolucionario. Claro quedespués la realidad mostró otra cosa. Detodos modos, no creo que hayan sidoingenuos. Creo que también era el suje-to posible; las masas populares e indus-triales eran indiscutiblemente peronis-tas y ellos eran el tercer actor que se su-maba. Una juventud con otro grado deformación, desde la clase media. Y paracualquier proyecto político era necesa-ria esa masa obrera y trabajadora queera peronista.

-¿Que pueden decir sobre su su-puesta condición de doble agente?

W.: -La teoría del doble agente empie-za con el secuestro de Aramburu, dondesupuestamente Firmenich habría in-gresado varias veces a la Casa Rosadapuntualmente al Ministerio del Inte-rior. Con respecto a esa versión hay quetener en cuenta dos elementos: por unlado, en ese momento Firmenich nopertenecía a la conducción de Monto-neros, ni estaba cerca de la conducción.Y Onganía se había dado una políticade vinculación con las juventudes polí-ticas en un amplio sentido. No tenemosconfirmado que haya entrado a la Casade Gobierno para mantener algunareunión, pero es posible que haya in-gresado, lo cual no cambia absoluta-mente nada. Ahora, Firmenich no te-nía poder de decisión dentro lo que eraMontoneros en ese momento: un pro-to-grupo con nula incidencia en la vidapolítica de la Argentina.

C.: -El liderazgo de lo que fue el “em-brión” de la organización Montoneros,a fines de los sesenta y antes del secues-tro de Aramburu, estaba muy clara-mente ubicado en las figuras de AbalMedina y Ramus. Firmenich era un mi-litante con mucha responsabilidad, pe-ro en un lugar muy secundario. Si al-guien tendría que haber ido represen-tando este primer grupo de “proto-Montoneros” debería haber sido AbalMedina o Ramus. Puede ser que hayanido los tres, como puede ser que no ha-ya ido ninguno.

W.: -El dato que hay para definirlocomo doble agente es el libro que escri-be Martin Andersen en base a datosque le pasa el que era en aquel enton-ces el jefe del Batallón 601 de las Fuer-zas Armadas, en base a un dato de unagente encubierto del FBI. Es decir,una fuente por lo menos endeble. ElFBI y el Departamento de Estado de losEstados Unidos fueron protagonistasen los setenta, tenían intereses creadosy no eran ajenos a las disputas de aquelmomento histórico. Este es el únicodato que existe para afirmar que Fir-menich fue doble agente; una versiónal menos débil. Por supuesto que pue-de ser que haya sido doble agente, perono existe ningún dato concreto comopara afirmarlo ■

ENTREVISTA A PABLO WAISBERG Y FELIPE CELESIA

Firmenich, ese "personaje maldito"

Page 5: 19suple

6 C U L T U R A Domingo 19•12•2010

Las 8 preguntas para Gustavo Fogel

6¿Recuerda haber robado un libro alguna vez? ¿Cuálo cuáles?6

-No, nunca. Una vez robé una mandarina de una verd-ulería, pero no estaba escrita: debí haber robado un melón,

ahora que lo pienso.

“EL BANDIDO DE LOS MARES”, de Sandra Siemens, Bs As,Sudamericana, Colección Pan Flauta, 2010

Por Marisa ButtóIntegrante de la ong Jitanjáfora

“El bandido de los mares” deSandra Siemens, publicado porSudamericana, Colección PanFlauta, es un libro que reúne cua-tro cuentos fantásticos.

El primero, que da nombre altexto, invita a sumergirse en lametáfora “el mar de sus ojos”, yaque presenta las aventuras de unpirata dentro del ojo de una niña.El segundo, “La señora”, recrealos temores infantilesy los posibles atributosmágicos de un cuadrode Picasso, a partir delas vivencias de unniño y su hermano.El tercer cuento sellama “G y G” y esprotagonizado pordos mellizos queson idénticos entodo, menos en sucapacidad de so-ñ a r. C u a n d o auno de ellos se leocurre robarle lossueños al otro, lasituación cam-bia y genera unaserie de hechosdisparatados,con toques hu-m o r í s t i c o s ,que se suce-den hasta quese restaura elorden.

E n “ U n anar iz con-g e s t i o n a -da”, la auto-

ra toma un tema literario recu-rrente : la nariz enorme . El pun-to de partida es el contrapunto dedos personajes: por un lado, elSeñor Grannapia –poderoso,enorme- y por el otro, el Sr. Zito–pequeño, humilde- . Se propo-ne una pequeña historia dondela gran nariz de Grannapia llega aaspirar la realidad ( a Zito y a su fa-milia también) y un estornudoprovoca consecuencias no pre-vistas, como arrojar gente a loscuatro puntos cardinales.

Cuatro cuentos breves, ilustra-dos por Virginia Piñón, con fina-les diversos: efectistas, abiertos,asombrosos y circulares. Cuatropropuestas donde el lenguajenos conduce con su magia porterritorios de risa, delirios y

aventuras ■

Grandes libros,

pequeños lectores

Suele ser difícil escapar de lacostumbre instalada de regalarjuguetes en Navidad, y cuestaaún más desoír las publicida-des televisivas que sugieren to-do un universo en materia deregalos para los más chicos. Pe-ro vale la pena intentarlo. Laasociación marplatense Jitan-jáfora, especializada en litera-tura infantil y juvenil, reco-mienda obsequiar los siguien-tes títulos:

Para los más chiquitos:A la rumba luna, Silvia Schu-

jer – Ilustraciones de Poly Ber-natene (Alfaguara Infantil). Setrata de poemas contantes ysonantes, que invitan a poner-les música, como la “Milongade la palabrota”: Una palabra /palabritera /despalabrábase /por la escalera…

Caperucita Roja, Jacob y Wil-helm Grima. Ver-sión de Liliana Ci-netto – Ilustracio-nes de MarianoDíaz Prieto

Serie de los mi-ni-albums (Pic-tus). Uno de los li-bros de esta colec-ción que vuelvesobre los cuentostradicionales, pe-ro con tres detallesinteresantes: li-bros muy peque-ños, versiones cui-dadosas y bellasilustraciones.

Para los que yaleen solos:

Dos lobos blancos, AntonioVentura – Teresa Novoa

Edelvives. Un libro-álbumcuenta la aventura de dos lo-bos, que luego serán cuatro,transitando el bosque inver-nal, donde todo duerme bajo lanieve, menos el deseo de sobre-vivir.

Tigres de la otra nocheMaría García Esperón- Ilus-

traciones de Alejandro Maga-llanes (Fondo de Cultura Eco-nómica). Son veinte poemasque pueden ser leídos comouno solo dicen más sobre la in-fancia que sobre los tigres: Abríel viejo baúl / y ahí estaba: / en-roscado entre mis cosas… Be-llamente ilustrado.

Para los lectores en carrera:La tormenta en el Año del Co-

nejo, Juan Dimilta - Ilustracio-nes Max Aguirre (Sudamerica-na). Es una novela breve, dehumor delirante, en la que seenfrentan un autoritario em-perador chino y un mago que trata de vengarse de los abusos del po-

der.

Un mago de Terramar, Ursu-la K. Le Guin (Minotauro).Ged debe vencer a su propiasombra para que el mal no sederrame sobre el mundo. Pa-ra quienes gustan de la fanta-sía heroica, un clásico que nodeja de reeditarse desde finesde los '60.

Y también para lectoresgrandes y/o grandes lecto-res:

Cartas al Rey de la Cabina,Luis María Pescetti – Ilustra-ciones N. T. (Fondo de Cultu-ra Económica). ¿Querías es-tar solo? ¿Era tanto el ruidodel amor? Un libro exquisitodesde su diseño y una serie decartas/poemas de una bellezaque conmueve.

Sputnik, mi amor, HarukiM u r a k a m i(Tusquets). Enes ta nove la ,otra vuelta detuerca sobre untriángulo amo-roso: los perso-najes -como sa-télites- reco-rren sus órbitassolitarias, enesta historiadel autor de To-kio blues y Cró-nica del pájaroque da cuerdaal mundo.

La mujer encuestión, María

Teresa Andruetto (Debolsi-llo).

El retrato de Eva es un rom-pecabezas imposible, cuyaspiezas va reuniendo el narra-dor, que se autodenomina“el informante”. A través delos testimonios, desfilanfragmentos de la vida de lamujer, entramados con lahistoria del país.

Los detectives salvajes, Ro-berto Bolaño (Anagrama).Arturo Belano y Ulises Lima -los detectives salvajes- son, ala vez, perseguidores y perse-guidos, a través de varioscontinentes y durante dosdécadas.

Un hombre afortunado, His-toria de un médico rural, JohnBerger – Jean Mohr (Alfagua-ra). Son textos y fotografíasque tejen un relato que cons-tituye una investigación et-nográfica sobre el trabajo deJohn Sassall, un médico in-glés que ejerció su profesión

en los años '60 ■

RECOMENDACIONES PARA HACER REGALOS EN NAVIDAD

Para que en el arbolito también reinen los libros

"La noche retrocede" es el nue-vo libro de poemas de Stella Alva-rado. Editado por Martín, el poe-mario se propone "explorar terri-torios olvidados para aprenderuna nueva geografía", señala Ma-nuel Losada en el prólogo.

"Mostrar la ausencia, tocar elvacío donde el silencio se ilumi-na y la luz se hace silencio. Ilumi-nar el vacío fuera de nuestromundo racional, el borde de otroespacio. Todo poeta es habitantede ese gran espacio: el del dolor ysu geografía", sigue.

El libro juega con los condi-mentos de la noche: está dividi-do en cuatro partes: Territoriosinsomnes, El color de la oscuri-

dad, Abolición de la sombra y Lanoche retrocede. Dentro de cadauno, habitan más de una decenade poesías, todas sin título.

"Una lluvia/ de húmeda oscuri-dad/ traspasa mis abismos", diceuno de los primeros versos. "Hoyhe visto la música/ enredarse enel viento/ encendiendo el aire so-focante/ su traslúcida sombra",sigue otra de las muchas poesías.

Nacida en la ciudad de Belén deEscobar, la autora es también di-rectora de la revista Apofántica.Además, será reconocida maña-na con el premio Alfonsina, queentrega la Secretaría de Culturalocal, en el campo de la creaciónliteraria ■

Alvarado, premio y nuevo libro

Page 6: 19suple

Domingo 19•12•2010 C U L T U R A 7

Las 8 preguntas para Gustavo Fogel

7Un extraño hongo se esparce por su biblioteca yconsume de manera irrefrenable los libros. Solo

dispone de unos segundos para actuar y salvar a tres deellos. Lo que usted hace para ganar tiempo es arrojar a la

voracidad del hongo a otros tres libros. ¿Cuáles serían lossacrificados y cuáles los salvados?

-Sacrificaría “Historias de Famas y Cronópios”, “CrónicasMarcianas” y “Ficciones”, que me los sé de memoria, y

trataría de salvar “El Quijote”, “La Divina Comedia”, y “ElUlises”, que no los leí nunca.

Los libros más vendidos de la semanaFICCION

1 "EL CEMENTERIO DE PRAGA", de Umberto Eco. Lumen. $85.2 "COMER, REZAR, AMAR" Elizabeth Gilbert. Aguilar. $69.3 "EL ÚLTIMO CASO DE RODOLFO WALSH" Elsa Drucaroff. Norma. $58.

NO FICCION

1 "RODOLFO PUIGGRÓS", de Adriana Puiggrós (Taurus); $ 59. 2 "LA CIUDAD DE LAS PALABRAS", de Alberto Manguel (Del Nuevo Extremo); $88.3 "PECADORES Y PECADORAS", de Federico Andahazi. Planeta. $79

RECOMENDADOS

1 “LA HISTORIA DEL AMOR” Nicole Krauss. Salamandra. $45.2 "NUEVAS HISTORIAS NEGRAS DEL FÚTBOL ARGENTINO"

Alejandro Fabbri. Capital Intelectual. $48.3 "VIDAS". 24 biografías de grandes personalidades. Daniel Mañas.

Planeta. $69.

■ Lecturas Fuente: Cámara de Libreros del Sudeste de la provincia de Buenos Aires.

Como ya tengo 44 años, voy a dar algunos consejossobre el arte de escribir cuentos. 1) Nunca aborde loscuentos de a uno en uno. Si uno aborda los cuentos deuno en uno, honestamente, uno puede estar escribien-do el mismo cuento hasta el día de su muerte. 2) Lo me-jor es escribir los cuentos de tres en tres, o de cinco encinco. Si se ve con energía suficiente, escríbalos de nue-ve en nueve o de quince en quince. 3) Cuidado: la tenta-ción de escribirlos de dos en dos es tan peligrosa comodedicarse a escribirlos de uno en uno, y además lleva ensu interior el juego más bien pegajoso de los espejosamantes: una doble imagen que produce melancolía.4) Hay que leer a Quiroga, hay que leer a Felisberto Her-nández y hay que leer a Borges. Hay que leer a Rulfo y aMonterroso. Un cuentista que tenga un poco de apre-cio por su obra no leerá jamás a Cela ni a Umbral. 5) Lorepito una vez más por si no ha quedado claro: a Cela yUmbral, ni en pintura. 6) Un cuentista debe ser valien-te. Es triste reconocerlo, pero es así. 7) Los cuentistassuelen jactarse de haber leído a Petrus Borel. De hecho,

es notorio que muchos cuentistas intentan imitar a Pe-trus Borel. Gran error: ¡deberían imitar a Petrus Borel enel vestir! ¡Pero la verdad es que de Petrus Borel apenas sa-ben nada! ¡Ni de Gautier, ni de Nerval! 8) Lleguemos aun acuerdo. Lean a Petrus Borel, vístanse como PetrusBorel, pero lean también a Jules Renard y a Marcel Sch-wob, sobre todo lean a Marcel Schwob y de este pasen aAlfonso Reyes y de ahí a Borges. 9) La verdad de la ver-dad es que con Edgar Allan Poe todos tendríamos de so-bra. 10) Piensen en el punto número nueve. Piensen yreflexionen. Aún están a tiempo. Uno debe pensar en elnueve. De ser posible: de rodillas. 11) Libros y autoresaltamente recomendables: de lo sublime, el Seudo Lon-gino; los sonetos del desdichado y valiente Philip Syd-ney, cuya biografía escribió Lord Brooke; La antologíade Spoon River, de Edgar Alan Masters; Suicidios ejem-plares, de Enrique Vila Matas, y Mientras ellas duer-men, de Javier Marías. 12) Lean estos libros y lean tam-bién a Chejov y a Raymond Carver, uno de los dos es elmejor cuentista que ha dado este siglo ■

Fragmento de "Consejos sobre el arte de escribir cuentos",(incluido en “Cuentos”, de Roberto Bolaño, publicado por editorial Anagrama)

En “Una historia de la violencia”,recién editado por el sello Paidós,Muchembled explica que la violenciano desaparece nunca del escenario so-cial y señala una paradoja: el Estadomoderno desarma a la ciudadanía yarma a sus órganos de control -elejército primero, la policía después-,generaliza el recurso de la tortura -un"terror salvífico", según sus defen-sores- y transforma las ejecucionespúblicas en escenificaciones del desti-no último del criminal.

“El Estado no erradica la violencia,la instrumentaliza, la dosifica, la mo-nopoliza. La autoridad hace suyo elmandamiento bíblico ‘no matarás’, yañade: ‘A menos que sea yo quien te lomande’, apunta el autor.

"El Estado necesita controlar la agre-sividad de sus súbditos para canalizarmejor la de sus ejércitos hacia el ter-reno fundamental de la con -frontación lícita contra los enemigos–advierte-. Se alimenta el odio al ene-migo exterior (en muchos casos, se in-venta un ‘enemigo exterior’), lo que

genera un doble rasero aplicado ale-gremente todavía hoy: si somos agre-didos, hablamos de atentados; siagredimos, es para hacer justicia”.

Muchembled es profesor en laUniversidad Paris-Nord, profesor visi-tante en la Universidad de Michigan enAnn Arbor, y antiguo miembro delInstitute for Advanced Study, dePrincenton, además de autor de más deveinte obras traducidas a diversaslenguas, como Una historia del diablo(2004) y El orgasmo en Occidente (2008).

A diferencia de los enfoques clásicos,el autor está convencido de que la bru-talidad y el homicidio iniciaron un de-scenso constante a partir del siglo XIII,lo cual parece abonar la teoría de ‘la civi-lización de las buenas costumbres’, dela domesticación e incluso la subli-mación progresiva de la violencia.

"La explicación principal de lasoleadas recientes de brutalidad de-structiva en Europa reside en las cadavez mayores dificultades con que seencuentran los más desfavorecidos,especialmente las nuevas genera-

ciones, por hacerse con su parte delpastel social en un período fuerte-mente marcado por el desempleo y elfuturo", establece Muchembled.

El ensayista francés sostiene que laconducta violenta ha ido sufriendomutaciones causales, a excepción dedos constantes que se mantienen a lolargo de los siglos: el sexo y la edad.

"Los implicados son sobre todovarones jóvenes de entre 20 y 30años", indica Muchembled, queatribuye tan sólo un 10 por ciento delos delitos de sangre, desde la EdadMedia, a las mujeres.

Hasta el siglo XVII, la violencia estárelacionada con una cuestión de hon-or, fruto de un sistema de códigos muyprecisos. "La violencia asesina no re-fleja más que la intensidad de las emo-ciones colectivas que unen a un sercon su grupo, hasta el punto de que lavenganza se convierte en unaobligación sagrada, ya que la pérdidadel honor implica también la pérdidade la honra de la familia", explica el en-sayo ■

La violencia ha sido consustancial ala historia del hombre, a pesar de queno siempre se ha tenido la misma per-cepción sobre su existencia, segúnsostiene el historiador francés RobertMuchembled en su flamante obra“Una historia de la violencia”, queanaliza el comportamiento agresivoen la Europa Occidental desde el sigloXIII hasta la actualidad.

E l autor de “E l o rgasmo enOccidente” analiza en esta ocasión lavaloración sociocultural del fenó-meno de la violencia en los últimos si-ete siglos, entre el estertor de la EdadMedia y los primeros balbuceos del ter-cer milenio, a lo largo de los años y a loancho del mundo, aunque haciendohincapié en la historia francesa.

"La palabra violencia aparece a prin-cipios del siglo XIII; deriva del latín vis,que significa fuerza, vigor, y caracteri-za a un ser humano de carácter iracun-do y brutal", analiza el ensayista, paraquien el término se habría acuñadopara describir las expresiones más fu-nestas de dicho vigor.

Desde la antigüedad, las comu-nidades más avanzadas han encon-trado algún método por canalizar oreprimir la agresividad y a partir de laépoca medieval se consolidó una éticade inspiración cristiana que buscó an-teponer la vida humana a cualquierotra consideración, al tiempo que elinsulto y la agresión, las peleas y el der-ramamiento de sangre han sido es-tigmatizados en Occidente. Esa “con-dena social” a los episodios violentosse reforzó con medidas disuasorias co-mo la prisión -que recluye y excluye alos individuos inadaptados- o las mul-tas, que pacifican y contribuyen a larecaudación de fondos, según rastreaMuchembled en su libro.

Con la Edad Moderna, paradójica-mente, la justicia aumentó la manodura: "Los tribunales penales ventransformarse en todas partes su fun-ción. Ya no tienen como meta princi-pal tratar de reconciliar a los adversar-ios, sino culpabilizar y castigar dura-mente a los autores de homicidios",escribe el ensayista.

DESDE EL SIGLO XIII HASTA LA ACTUALIDAD

Autor francés publicó una "Historia de la violencia"

El escritor italiano Umberto Ecopresentó su último libro "El cemente-rio de Praga", una novela precedidapor la polémica por el odio a los judíosque profesa su cínico protagonista.Un personaje antipático como paraEco es Berlusconi, "un muerto vivien-te, un zombi muy peligroso".

A Umberto Eco siempre le rodea lapolémica y hoy a sus 78 años, y "máspesimista", ha creado para "El cemen-terio de Praga" al personaje más anti-pático y despreciable de la historia dela literatura.

Y es que el autor traza toda un en-tramado sobre la historia de la falsifi-cación y el odio a los diferentes, por-que el protagonista Simonini, un ita-liano glotón del siglo XIX, que vive enParís, que odia a los judíos, a las muje-res, a los masones, a los jesuitas y a lavida en general, decide escribir susmemorias en 1897.

"No tengo amigos judíos (Dios meguarde)...siempre he evitado a los ju-díos. Quizá los haya evitado por ins-tinto, porque al judío como al alemánse lo reconoce por el olor, (lo ha dichotambién Víctor Hugo, fetor judai-ca)..." dice este cínico.

"Sentí -explicó- que no sabía cómoel lector iba a acoger a este personaje ysi podría confundir entre verdad y fic-ción. Así es que creé una historia folle-tinesca y decidí escribir una novelabasada en una serie de documentos,tal vez los más odiados de la historiareciente, basados en los protocolos delos Sabios Ancianos de Sion, para re-construir la historia del antisemitis-mo del siglo XIX hasta llegar a Hitler".

Los Sabios Ancianos de Sion se su-pone que redactaron un panfleto an-tijudío, que se publicó en Rusia, y quesirvió de excusa a los alemanes.

Pero como hoy relató Eco, en 1921"The Times" publicó que era un docu-mento falso; sin embargo, a partir deese momento se toma como verdade-ro e incluso Hitler decide que el hechode que se haya publicado diciendoque era falso lo convertía en docu-mento auténtico.

Por el libro también pasa el casoDreifus, Freud, como suministradorde cocaína, y un montón de serviciossecretos de distintos países. Una no-vela que para el "L'Osservatore Roma-no" y para el Vaticano es toda "unasinfonía maligna".

"Esta crítica sólo ha conseguido quese vendan 100.000 copias más del li-bro. En Italia se han vendido en un so-lo mes 600.000 ejemplares. No lo en-tiendo, la verdad, cómo de una obracomo esta, con este protagonista, sehayan vendido tantos ejemplares. Talvez se hayan vuelto todos locos, y seentiende, claro, votan a Berlusconi",sentenció con humor e ironía ■

"El cementerio de Praga", nueva novela de Eco

Page 7: 19suple

8 C U L T U R A Domingo 19•12•2010

Las 8 preguntas para Gustavo Fogel

8Se le concede la extraordinaria excepción de hacer-le una única pregunta a uno de sus tantos escritores

predilectos. ¿Qué le preguntaría?-Le preguntaría a Isidoro Blaisten si el chorizo lo prefiere al

pan, o al plato.

Casildo, usted necesita untrasplante- le explicó la car-dióloga-. Lo pondremos en

la lista de espera hasta que tengamosun donante. Mientras tanto tiene quepermanecer hospitalizado.

Casildo Balodis asintió con la cabe-za. Las explicaciones eran lacónicas,pero ¿cómo se atrevería él, un indi-gente sin familia, a discutir lo que de-cidían aquellos doctores?

Andaría por los cincuenta años, fla-co, marchito, canoso, ojos apagados.Vivió en una pensión mientras la sa-lud le permitió trabajar, siempre enrudas ocupaciones como la de poceroo peón de mudanzas. Cuando se agra-vó su insuficiencia cardíaca terminólanguideciendo en un colchón bajoun cobertizo destartalado. Los preo-cupados vecinos lo convencieron deque se hiciera ver. Un taxista del ba-rrio lo cargó en su auto, lo llevó al hos-pital y lo dejó en la guardia. Los otrosse apuraron a desmantelar el coberti-zo.

En el hospital lo tuvieron días en unpasillo, hasta que se desocupó una ca-ma en la unidad de cuidados críticos.Allí lo controlaban médicos rotativosa los que nunca terminaba de cono-cer, aunque la cardióloga lo veía regu-larmente.

Le costó adaptarse a los pinchazos,a los estudios con aparatos gigantes yal ordenado y poco explícito mundohospitalario. Lo avergonzaba no te-ner ropa decente ni limpia, ni dineropara darles una propina a esas abne-gadas enfermeras que debían bañar-lo, cambiarlo y asistirlo en sus mise-rias porque no podía moverse de la ca-ma.

Con el tiempo su salud empeoró.La cardióloga ordenaba nuevos estu-dios y le reforzaba o cambiaba los me-dicamentos. "Estás en la lista de emer-gencia, Casildo, tenés que tener pa-ciencia", le recordaba a falta de mejo-res noticias.

La única persona que lo visitaba erauna monja, la hermana Dagni, que sesentaba junto a su cama para darleánimos y hablarle de Dios. Había algoen la mirada de la religiosa, en algu-nos de sus gestos y quizás también ensu acento ligeramente extranjero,que le traían al enfermo reminiscen-cias y una sensación de confianza.

A ella sí se animaba Casildo a con-fiarle sus preocupaciones, y la buenamujer le traía de vez en cuando algúndato nuevo sobre su salud. Poca cosa,pero sus explicaciones sencillas lotranquilizaban. Ella no lo engañaba:el tiempo, insidioso, ya estaba con-tando al revés, pero le recomendabaque confiara en Dios y que rezara.

Casildo nunca había sido un hom-bre de fe, pero arrastrado por seme-jante marea de temores e incertidum-bres se abrazó a la tabla que le ofrecíala religiosa: el buen Dios que escuchay ayuda al más humilde y desvalidode sus hijos. "¡Dios te tiene en cuen-

ta!", le repetía. "Estamos cerca de Na-vidad que es expresión de humildad,la humildad de un Dios que descien-de del Cielo y se hace hombre poramor, un Dios que elige para naceruna aldea de pastores, una madrecampesina, y la cuna más pobre delmundo".

Y así fue que una terrible noche enque sus bronquios crepitaban, silba-ban y borboteaban como una calderabullente, se sintió tan indefenso yasustado que se puso a hablar conDios:

"Querido Jesús, yo sé que no valgomucho, fui siempre un pobre jornale-ro porque no tengo estudios, nuncaaprendí un oficio ni pude conseguirun empleo fijo. Pero jamás robé, nun-ca hice mal a nadie y creo que no te heofendido en mi vida con una sola ma-la acción. Bueno… por ahí, cuando lepinché las cuatro gomas a ese patrónque no me pagó; o la noche que le bir-lé la novia al Chueco… Sí, algunas pi-cardías tendrás que perdonarme, po-cas, me parece. Reconozco, eso sí, quefui muy dejado como creyente, perovos recordarás que cuando yo era unchiquito, cada Nochebuena mamátraía una rama de acebo y la ponía enun florerito. Vivíamos en una casilladonde a veces no teníamos ni carbónpara el brasero, pero nunca faltó enNavidad la rama de acebo. Es que ma-má había nacido en Letonia y para losletones el acebo es un árbol mágico.

Ella contaba que cuando vos estabasen la cruz, un pajarito trató de quitar-te las espinas con su pico, y que poreso le quedó el color de tu sangre en elpecho y se convirtió en el petirrojo, yque vos, conmovido por su bondad,creaste el acebo, con hojas puntudascomo tu corona y frutos que madu-ran en invierno, para que los petirro-jos puedan alimentarse. Mamá medecía que vos llevabas regalos a loschicos de las casas donde ponían ace-bo. Yo me dormía ilusionado, y por lamañana encontraba mi regalo juntoal acebo, envuelto en un papel verdecon angelitos blancos. No era mucho,algún juguetito, un chocolate y figu-ritas de cartón, pero, ¡qué feliz me ha-cían! Hasta que mamá murió, cuandoyo tendría ocho años. Pobre mamá,nunca tuve una foto de ella y su cara seme ha ido borrando… Pasaron losaños, crecí, trabajé en lo que pude,siempre honradamente, y me fui ha-ciendo viejo sin darme cuenta. Y meolvidé de vos, no te lo voy a negar. Yahora que me siento morir, arrepenti-do de no haberte rezado ni un padre-nuestro en todos estos años, he vueltoa pensar en vos gracias a la hermanaDagni. Ella me enseñó que aunque yote haya olvidado vos no dejaste deamarme, y que ahorita mismo me es-tás escuchando. Por eso quiero pedir-te que no me abandones, que me ayu-des a salir de ésta, que no me lleves to-davía a ese lugar donde la hermana di-

ce que todo es luz y alegría, porque to-davía no conocí la parte linda de la vi-da. Me pongo en tus manos y confíoen tu bondad"

La hermana Dagni dejó de visitar-lo.

Casildo preguntó por ella pero na-die la conocía. Quedó desconcertado,pero ya no podía pensar en otra cosaque en su enfermedad, ahora compli-cada con mareos, confusión, y faltade voz.

Las noches eran largas y temibles:se despertaba con tos, palpitaciones ydificultades respiratorias. Entonces laenfermera le elevaba un poco la cabe-cera y le administraba un inótropo. Alrato se aliviaba, pero le costaba vol-verse a dormir. Podía estar horas bus-cándole sentido a las sombras move-dizas de aquella semioscuridad palpi-tante.

Durante el día estaba obsesivamen-te alerta a cuanto ocurría en su entor-no: la jefa de enfermería, que iba y ve-nía, iba y veía, siempre enojada por-que le internaban más enfermos delos que podía atender; o ese médicojoven, de barba y pelo largo, "el tira-bombas", le decían, que despotricabaporque el presupuesto obligaba alhospital a elegir entre una práctica dealta complejidad y el plan de vacuna-ción. "¿Qué será una práctica de altacomplejidad?"

Con la llegada de diciembre los pa-cientes fueron mermando. Unos se

iban detrás de sigilosos biombos,otros, dados de alta para pasar las fies-tas con sus familias.

La noche del 24 de diciembre Casil-do Balodis quedó solo, en mitad deuna fila de camas vacías. Una enfer-mera de guardia, desconocida para él,hojeaba una revista en el extremo delcorredor. El silencio era aplastantepor lo inusual.

Serían las nueve de la noche cuan-do vio entrar en la sala a una mujermuy elegante y desenvuelta que fuehasta el escritorio de la enfermera,examinó una carpeta y anotó algo. Deinmediato se encaminó con un sono-ro taconeo hacia la única cama ocu-pada. Sólo entonces la reconoció: erala cardióloga. Maquillaje, perfume,minifalda, blusa de seda, tacones altí-simos… Tan linda y llena de vida ladoctora, arreglada seguramente parafestejar la Nochebuena.

-Hola, amigo, ¿cómo estás?Con gestos, Casildo le dio a enten-

der que ahí andaba… mal, comosiempre.

-Bueno, tranquilo. Lo que necesitáses descansar y relajarte, así que voy adarte un sedante más fuerte para queduermas... Ah, mirá Casildo, unamonjita me paró en la entrada delhospital y me pidió que te alcanzaraesto.

Abrió su cartera y sacó una ramitade acebo. Casildo miró las hojas espi-nosas con azorada incredulidad. Ladoctora sonrió, dejó la rama sobre lasilla, le dio al paciente una palmaditay se fue. Otra vez el taconeo altaneroque ahora se alejaba por pasillos y es-caleras mientras el silencio se ibaadueñando otra vez de la sala.

A los pocos minutos se le acercó laenfermera con una jeringa, vertió unmedicamento en el recipiente delsuero y abrió la válvula para acelerar elgoteo.

En la madrugada de esa NavidadCasildo Balodis abrió los ojos sobre-saltado como si alguien lo hubiera to-cado. Miró a su alrededor. No habíanadie, pero vio sobre la silla, al lado dela rama de acebo, una pequeña cajaenvuelta en papel verde con angelitosblancos. No tenía fuerzas para abrirla,sólo la tomó y la sujetó amorosamen-te sobre su pecho. Por un segundo res-plandecieron en aquel rostro sin luzdos lágrimas y una levísima sonrisa.

Y se dejó llevar por esa somnolen-cia intensa, cálida, envolvente comoun abrazo entrañable, un sueño dul-cemente irresistible que le prometíauna calma deliciosa, un descansoconfortable, sin malestares ni agita-ción.

Antes de dormirse, un pensamien-to lúcido destelló en su cerebro aletar-gado: "La hermana Dagni, tan… tanparecida a mamá…"

Diciembre de 2010.

CUENTO DE NAVIDAD

La rama de aceboPor Enrique Arenz