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Ludwig Feuerbach: Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía del futuro [1842-1843]. Barcelona: Editorial Labor, 1976. Prólogo de Eduardo Subirats Rüggeberg.

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1

i

ludwig feuerbach

tesis provisionales

para

l

reforma

de l

filosofía 

principios

de

la

filosofía

del

futuro

º 

edici n rgo de eduardo

subtra

ts rúgge

berg

r

la s ediciones liberales

ed itoria l l

abor s

a

ba rc clona

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Prólogo traducción de Eduardo Subirats Rüggeberg.

Diseño de

la

cubierta de Mercedes Azúa.

ISBN 84 - 335-9822-8

Depósito legal: B. 11.508-1976

© by Editorial Labor S. A .  1976.

Calabria

235.

Barcelona-1 .

Reservados todos los derechos .

Compuesto e impreso por TipograHn Emporium S. A.

Ferlandina

9-11. Barcelonn-1

prólo o

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\

1

1

.1

LA FILOSOFfA

Y

LA

CARNE

Un

motivo

parece

alentar sobre todo el pa

th

os

antiteol6gico y

antiespeculativo de

Feuerbach:

l 1

confrontaci6n

con una

filosofía

d

escarna

da

con

un ogito sin cuerpo ni

sexo sin pasi6n

ni do lor

tan

reseco y

carente

de

vida como la misma i o

 

nología cristiana

de

cuyo es píritu proviene. Pen -

sar ha sido para la filosofía alemana

l

acto

su-

premo

d e

de

sencarnarse

a sí

misma

y

al

mundo

p i nsa Feuerbach.

Es

en este desenca

nt

o del

cuerpo y la

sensualidad

en este

momento

de «de-

silusión decisiva y univ

ersa

l» que comi enza su -

losofía. M ejor aun

de

é l

parte

la exigencia feuer-

bachiana de

una

«filosofía hecha carne».

La

filosofía

esc

ribe niega «lo natw·al

material

se n

sible. .. lo

mi smo que la

teo

l

ogía

ni

ega

l a na -

turaleza emponzoñada por l pecado 01·iginal». En

las tesis de Peuerbach reaparecen estos pasajes en

los que se vu elve a la vez contra el rechazo

idea-

lista de

lo

mat

er ial y sen sib le, y la perversión

cris-

riana

de

la

se

nsua

lidad.

Lo

empír

ico fuen te d e toda

VII

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1

·

del mal

para

, también e origen .

heteronom1a, es . de la razón

que

se engen

Kant, y sólo los : e ~ : ~ s d s a r acceso

al

Bien

s u p r e ~ o

a

sus espaldas

P

ta sobre

su de¡z_radacion

· · · o sustcn

q

ue

el

c r s t i a r u s ~ d ble

aspecto sin embar-

d BaJO este o ' .

como

peca

0

· b h no puede

orillar

en

un

g

Q la

crí.tica de

e ~ e r

ac .

esco

lástico. Es cierto

' ·

i· do o roa

uco n l

b h

materia

1sroo

."'

l

co metido de Feuer

ac

· t

mológ1camente

e

1

1

que ep1s e .

6

de todo

aquel

o

que ª

se limita

a

la asunci,

n

había expulsado

de

algún

constitución

de la. rad

o

n

arc

·1ci6n O si

se prefiere,

el

d

P

ropia en1 ' . E d 1

mo

e ,su F

uerba

ch

conf

i

ere, ·\ in amenta

-

la

filo

so

ha

de

e . temoló('rico a

lq

que

la

ra

m e n t ~

un_ e s t a t u t o í a e p ~ e s t e r r a d o como condición

zón idealista hab limiento. Así se rebajaba

lo

par

misma

d e su c u r o ~ . , ' t lo

universal,

el deseo en

u1 su

opos1c1on , . , ·

0

ttc a: la autoconciencia, el

intercs

prop1

benef1c10

_ d ~

d .

dividual se

sacri(icaba

en

aras

de

la

fehc1da m

estandarizado de la razón,

o

del interés general Y. se supcdi taba a

lo

incon

lo diferente

y

emp1rico

di

do

y absoluto.

1 .

c1ona . lóg.lC'l se rest.me

en

a ex•-

, ·

ep1stemo •

Esta cnuca f"l offo adopte

como

pun-

. d e

la nueva l os

d l

gencia

e

qu

r en

nosotros dist into

e

to de p a r t 1 ~ ~ « e s f ~ e se a.bsolutamente

anties

·colás-

ntifilos

lCO · i · 1

pensar, a , '

tra

la

filoso(ía», es

oec1r, e

tíco»

, «lo_

que estd ~ º ; m i n R d o la

in m

ediatez

de

la

hombte

fm1to e_

e m b a r e n

el suelo

i

ntelec

vida,

el

d

eseo

. '

s1i:

~ d i c a c i ó ~

d e

Ja

pasión

y

de

l

lemán esta

re1v

1

l

tua

.a

.b

l de

la naturaleza y

e

cuerpo,,

s'? o

la vida

se

ns: .

e,d.

ente un

se

ntido

polemtco

adquinr

lrectam

. , .

po

a . a a la pura

diroens1on eptste-

e

histórico que escap

,

rnológica. . b

1

sensib

le

sobre la inmedia-

  a

lenc1a

so re

o ' 1

vio .d l deseo que

jalona

e

ascenso

tez

de

la

vi ª Y el .

también la violencia

d

la razón especu auva,

' ,

e .

ce

el

orden

universal

de

la e c ~ n o m a l a po-

que eJer .

medida la

l

ey univers

que

1

, .

En

esta misma l

1uca.

.d

r o

alemán consútuye

n

reprc-

po

stula el

1

ea

ism b ' p r

on-a.

. , fil ,e

a

del orden urgues

. o

sent ac1on

oso

t

VIII

parte, Ja determinación

de

és te, el sistem

a de

la

moral,

de la sociedad y

fa historia

, aparece desde

l:t perspectiva

de

la

critic

a

del cristia

nismo

d<

Peuerbach como la versión

desacralizada de

la

de

terminación teológica

de Dio

s. La

moral

cristiana

contrae con

ello un compromiso con la produc

ción

burguesa en

el

seno mismo de

la filosofía

idealista.

A sí, en

Kant, por

ejemplo, para

el

que

el sistema de las relaciones intersubjetivas es una

imngcn, una copia del

Reino de

Dios, maqcillada

or

las adherencias de lo se nsibl e de

las

que

el

hom

br e,

a pesar de todo, no puede librarse. Así

tambi

é n

en Hegel que, bajo

una

perspectiva equi

va lente,

celebra en

el

tr

abajo

del

esclavo

la

conci

liación

del desgarramiento cristiano y

el espíritu

bmgués de

empresa

.

La c

rítica

epistemológica y antiteo1

6gica

de

Pcucrbach se vuelca, en definitiva, contra la de

pravación cristiana de la carne que

la filosofía

a leman,1

había incorporado

a

la

moral del trabajo

y

al

interés histórico

de

Ja razón.

Feuerbach

cues

-

1iona co

n

ello

el

interés

espec

ulativo

de ]a

razón

y su

interés

práctico, el

reino

del

trabajo

y el rei

no de la

intersubjetividad;

lo que quiere

decir

que

pone

en

entredicho

el

sistema

de

l cultura

mi

co

mo

había

sido

determinado por

el

id

ea

li

smo.

HI conccp

lo

de «naturaleza»,

o

m•.ls bien las

an

  í

tcsis de

naturaleza

y

co

nci

encia, naturaleza

y

cu

l

Lu

ra ,

materia

y

forma,

sujeto

y

o bjc L

o,

tien

e

en

cslc contexto una importanc in ccntraJ. To da la

crítica

de

Feucrbach

remtte

a e llas y fas disuelve

y asienta so bre un

nuevo

fondo,

las

absuelve del

rígido

ar>risionamiento en qu

e

hnbían sido ence

rrnd.1s hajo el

racionali

smo ideali s ta.

Con la crítica

del

empirismo, en efecto,

éste

hnbí.1 recusado también su determinación de la cul

tura como sistema

intcgrn<lo a la

naturaleza. Si

la

cu ltura

rem i

tía,

para Tlumc, a ns neces

idade

s

d

e :

la

natu

raleza humana,

en

Kant

lo se er ige

<nntr.1 e llas. Es un entendimiento s in pasión,

IX

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luego inapetente, y

formal el que rige

su produc-

ción; 1a

sola

razón

instaurada

en y por

sus

pro-

pios intereses determina asimismo sus

fines.

En

la misma revolución kantiana de la oposición del

sujeto y el objeto

se

trad11ce

la

miseria de su de

terminación de

la culturfü Bajo la

cosa en

sí la

naturaleza enmudece

como

mera materia

muerta,

ínca;paz

de «sonreír

con

un resplando

r poético

y

sensual a todo hombre», como escribiera Mane

Ella no

es

sino en la medida

en

que

se

somete a

la

l

egislación

del entendimiento,

al

trabajo de

la

cultura .

Y

así

como

a lo

material

se l e

usurpa

l

u

aliento vital, así

también

al alma k

arrebatará su ·

pasión

la razón moral. El

sistema

· de la cultura

oscila

en Kant entre una

naturaleza

muerta y

una

fría subjetividad amordazada. Tan1poco Hegel

reconoce

en

la

naturaleza

más

que

la

pura

resis

tencia

a

la actividad del concepto, ni

en

la vida

sensible y el deseo más

qu e

la oscura carga que

la stra el trabajo de la razón . La cultura es en la

·fenomenología he

gelia

na, y con mayor

univocidad

que en Kant, el doble esfuerzo penoso del

traba-

jo del esclavo

contra

la opacidad de la cosa Y la

1

vanidad del de

seo.

La

crisis

d e

la filosofía alemana y no

en

últi-

ma instancia la de la cultura burguesa, se pone d e

manifiesto primeramente en la rehabilitación de

la sensualidad

y

el

deseo del

hombre

finito

y

real

(Feuerbach),

la

individualidad

y

la autorrevelación

d e

(Stirner)

y el

trabajo

concreto

e n su

forma so

cia

l

dada (Marx).

Ello

no

debe sugerir,

por lo qu

e

se refiere a F euerbach , la idea de una contraposi

ción es que

máti

ca y rígida contra la razón

especu

lativa de todo lo que el sujeto absoluto había

su

jetado y sometido - reproche que

puede hacerse

·

al Único stirneriano.

Hecho

remarcable por cuanto

el

se

nsualismo de Feuerbach puede evocar

un na

turali

smo metafísico

o

inclu

so

místico. Parece

que la naturaleza, degradada

por los

sueños de

la razón,

se oponga en

Feuerbach

contra sus vu e

-

X

los. La natural

eza

asaltaría a la autoconciencia des

b ~ r a tando su dialéc tica; el deseo

es

trem

ecería

los

pi

l

ares

de a cu l

,tura

. Nos. hallaríamos, en

fin

, frep

te a

una

filosc:fia

i:aturahsta

de

signo impugnador

Y

~ u _ n revolucionario.

A

esa

interpr

e tación contri

.

buina,

en efecto, .

una

crítica del «naturalismo»

que

~ o n

su celo

esclarecedor ha acabado por con

fund_

r c o n c e p t o ~

en

la medida

en que da

por

en

t e ~ d 1 d o n a t u r ~ h s t a y

anhistóricamente,

un

pensa

miento n a ~ u r a h natural a todos

los

tiempos, si

no a la

misma

natura]eza humana

1

E . .

/

i m p ~ : : i s a b l e

e.n

Feuerbach una

esquemática

c ~ n r o n t a ~ o n

de naturaleza y cultura. D el mismo

modo s:na.

erróneo

atribuirla a una

crítica

que,

di

recta. o mdirectamente,

remite al sensualismo

feu er

bachtano? ya

s ~ a . l a pe rspectiva

cultural

implícita

en e:l ps1coanalis1s o el

análisis

de la racionalidad

t ~ c r u c a de los au_tores de Dialéctica de la ilttstra

~ - 6 n . El

s ~ n ~ u a l i s m o feuerbachiano s

up

o

ne

m ás

: ~ n la ~ e n 1 1 ~ 1 6 n

d e

la

cultura a la natural

eza

que

so o el idealismo h abía hi pos

tasiado

como

f ~ n t a

ma,

com?f. sombra del concepto. La cultura co-

mo

«artl 1c10» d eter· . d .

· mina a como puro

sis tema

o r m ~ l y sólo ella, segrega el mito de una natura

l

eza rnculta.

Y ello

es tan

cierto con respecto al

doncepto especulativo de cultura como de

la

socie-

_ h ~ r g u e s a que él

abona.

No

en

vano es

el

m·ls

a r t 1 f i c 1 ~ l d_e,

los artificios

culturale

s,

lo

s

medios

e

c o m 1 : r n ~ a c

1 o n de ~ . a s a ~ quien propaga hoy pro a

gandí 

stica

Y publicttanamente l mito de una

tura

eza

pura

como

í

f . ,

i· . .

1 f

. .d , .

n

ormac1on

meta mgtiístt

ca y

a in , 1 eolocr1ca.

El

· b

b

m

1

_de. u-?ª.

naturaleza

redentora

es

más

d

ien e a

1b1 h1

s

tonco

de

una natural

eza

de¡Jrava

a en el seno d · b -

d

1

1

e un

sis

tema a stracto y

formal

e a

cu

tura·

es

su

co

· ,

F b

mpensac1on y

su correlato

1

euerd

ach d ela ta en es

ta

naturaleza negada eÍ

secreto e su desencanto,

de la

d

es

ilusión de

la

1.

CLÉMEN1.

R a

dr id 1974. OSSET, anti-natttraleza

Tauru

s . Ma -

XI

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llo

tiene, e n primer

lu

gar,

razón Y

su p : ~ g r e s ~ h ~ s t

ó r i c o .

P

ositivamente,

esta

un

sentido

cnuco 1 formulación

de

la «gra

n

. uelve en a re 1

críttca

se res fºl f .

la relació

n ent

re

e su-

. ó de

la

1

oso ia.

d

1 .

d

cuestt o» .

Plantearla

e n el

se

no e ª.

a,

jeto y el ob¡eto. n el marco del

co

nocmuen-

an uncia Feuerbach, de de

la

sen sibilidad desen

to. El

punto

de

pa1t

:

y

no só lo como

e

ntendi

traña

al

Yo como ~ t m e ~ t ~ al cogito de un sujeto

. to no se .

l

b

t

ast

roten

bién

pa sión, e o ¡e o es -

lógico.

E l Yo es taro y así tamb ién

la forma

mismo vida y torroentob.. como ¡u

ego

de

artificio

. d l

ltura

·

se

a

re

c16n e ª d l de

seo

y como forma qu e pr o-

c

on la

roatena e . '

l't

c

na la vida del ab -

one

nt a '

lon

ga no se

p

je to. . ue Feu erb ach a

rroja so

bre

Esta p e r s p e c t l v ~

d tambi

én Ja mención de

la

la ~ l t u r a hace o b t ~ ª ~ l é ~ i c a

s ~ s c i t a d a _d

esde los

cnuca a ~ umt

sens

ual idad

emanctpa

da y la

años ve m

te e

1

que

esta co

nf ro

nta

ción

alude

lu

cha de

clases, ª ª

ha qucdac.lo

ni

mu c

ho

me-

otrá·s

cosas no

L b . b

entre R

aquí

e l crucliLO tra a¡o so re

nos, cerrada.

A l l ~ : d

Schmidt 2 es do ble me

nte

Feu

erbach

de

ól . ,,

Ltnn

vez má s la

actuah

-

no s o av1v , ' ' .

teresante: bl

.

0

qu

e

tambi

én

mu e

s

tra

m -

dad

del pro em a,r s

1i:t

cs Uno de los propósitos

directamente sus uni ·ía e l ensayo de Schm idt

·s i m p o

qu

e nu id

ad

una

es

pecie de

l

de

mostrar una

. ' .6 d ]

es

e 6 e

ntr

e la c

manc

1

pa

c1 n e a sen-

c o m p e n e t r a l ~

~ ~ 1 b t i v i d mat

e

rial

d e F euerbad>

sualidad Y l le prax is y el proyecto teo-

1

ción roarxia

na .

y a no .

Qtie este

propósito

se eve

.

del

comunismo. l

rJco . un suelo intelcc tua

mu

y

cercano

a

a r m ~ o e.?. eo 'larticu la r , a Marcuse,

la T eoria c r i t ~ c a b y

en

rcl sc

ntic.l

o de

una

dilatac1on

e n t e n d e r s ~ ~ i ~ ~ ~ a

que tampoco la

Escuela

de

de esta

P

h d

que

en el de un

puro

dato

Frankfurt a cerra

o,

de filiación intelectual.

L c  sensualidad

t • w cipa

da Ta u

z. ALFRED

ScKMIDT

rus. Madrid 1975.

XII

Se puede, en efecto,

soste

ner la tesis de un_a

identidad fundamental

de

la

sensualidad

emanci

pada inherente al materialismo sensualista

de

Feuerbach y la praxis

em a

n cipado_ra de M arx.

ta

a

Ja vista,

sin

embargo, el precio

que el

estudio

de

Schmidt

paga por e lla :

la limitación del

co n

cepto de praxis a

las

primeras o b r a ~ . Marx, es

pccial mente

los

Manuscr

itos. La leg1t1ro1dad de se

mejante

limitación

no está, ni mud-io m enos, al

:unparo de

toda

objeción.

Si se acuerda que uno

de

los momentos

característicos de

la crítica mate

riali

s ta d e la

fi

l

osofía

al

e

mana

de

I

eue

rbach

y so

bre todo de M arx ,

es la

atribució n de un

estatu to

-

ep istc1nológico a la

praxis

real e histórica, el es

tatu to epistemológico y

teórico

general d el

marxis

mo

debe buscarse,

en

consecuencia,

en

la historia

práctica

de esta

praxis. Tal

fu e

una

de

las premi

sas, y no

por

cierto

la

m

ás

inapr

eciable,

del mar

x ismo cr it ico de Luckács o Korsch. D

esde

este

pun

to de vista el problema de

la praxis

man<lana se

vuelve

más

cspjnoso. Par

ece

existir una susta ncial

diferencia

entre

la praxis «s ensualízada», o <<natu

ralizada»

, por u

sa

r

un término caro

a Feuerbach,

de l

os

Manuscritos de

1

844,

y la praxis

histór ica

mente

dad

a de

la lu

cha de

cla

ses que

s

bien se

determin a con

cretam

e

nte

en

la producción

econó

mica y se

defi

ne como trabajo, como producción y

activMad con troladora.

Este

co nflicto es funda.me

n

tal asimismo para la constitu

ción de la

T eoría crÍ·

tica de

Frankfurt

y no

e n

última instancia ha

ali

m entado su

tan impugn a

do

di

s

tan

c

iami

e

nto

de

una

praxis que, al

menos

por

se

r reciente, go za del

tí tu

lo

de

actualidad

.

Pu

es, ¿se ag ota esa crítica

d e l sistema de la cultura en y por la pa sión, la

sensibilidad y el dolor, en

]a

dimensión

em an

cipa

d o ra atribuida

al trabajo?

E o uARDO

SuBIRAT

s Rü GGE BERG

XIII

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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I•

NOTA A

LA EDICIÓN

Las

Tesis provisional

es para

la reforma

de

la

filosof

ía

escritas

en 1842, estaban

destinadas a

los Deu tsche ]ahrbücher,

de

Ruge

 

la

continuadora

de los Halle séhen ahrbücher. La rprohibición

de aq uella revista en 1843 impidió la

publicación

de

las

tesis

de

Feuerbach,

que fueron publicada_  en

Sui

za en forma de libro.

Escritos

un

año

más

tarde 1843),

los Principios

de la

filosof

ía

del

futuro

no

conocieron

mejor suer

te

cerca

de la cen sura a lemana se editaron asi-

mismo

en el

exilio

.

La

versión

de

am b

as

obras se ha basado en las

obras completas

de Feuerbach

editad

as

por

Jodl

From.rnann

Verlag, Stuttgart-Bad

Cannstatt 1959

 

t. .

X

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\ \ 1

1

1

2

tesis provision les

p r l reforrn

de l filosofía

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  ~

l 1

1

E l secreto de la teología

es

la antropología

pe

ro el secreto de la

filosofía

especulativa es la teo

logía

a

teología especulat iva-

que

se distingue

de

l a t

eo

l

ogía común

en

que

t

raspone a lo aquen

de

la

esencia divi

n a,

es

decir, actualiza determina

y

realiza la

esenc

ia

divina que

és ta, por

miedo e

incomprensión,

transfiere a la esencia divina dis

tanciada a lo allende.

Sp ín

oza es el verdadero fundador

de

la

fil

osofía

especulativa moderna; Schelling, su rehabi

litador

y

Hegel   su culminador.

El

«panteísmo»

es t consecuencia

necesaria

de

la t e o l o ~ í o

del teísmo)

la

teología consecuen

te; el

«ateísmo»

es

la

consecuencia necesaria del

«panteísmo»-

el panteísmo

consecuen t e. l\·

* Estas designaciones teológicas

no

se utilizan aquí

sino

en

el sentido de

apodos

triviales.

3

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1   1

11

El

crisuanismo

es la cont

radicción del

polit

eís

mo y el

monoteísmo.

El panteísmo es

el monoteístno

con

el

predicado

del

politeísmo:

es decir,

el

panteísmo

convierte

los se res -J: in dependic nLes del politeísmo en pre

dicados, en

atrib

u t

os

del

set:

un

o

y

autó nomo. A sí,

Spinoza convirtió el pensar com o co n junto d e las

cosas pensantes, y Ja

mat

er ia,

como conj

un

to

d e

la

s

cosas

ex tensas, en atributos d e

la

su s

tancia,

es-

to

es

,

de

Dio

s.

Di

os cs una

coso.

pe

n

sa

nte:

Dio

s

es

una cosa

ex

tensa.

La filosofía d e la identidad únicamente se

di

s

tinguía

de la filosofía spi

nozista

en

que animó

la

cosa

muerta y

pasiva

de la sus

tancia

con

el espí

ritu del idealismo. En

particular

Hegel

hizo

de

la autoacúvidad, de la fuerza d e autodiferencia

ción, de la

autoconciencia,

atributos de la sus

tancia

. La

paradó

j

ica

proposición de H e

gel

:

«La

conciencia de Dios es

la autoconciencia

de

Dios»,

reposa e n el

mi

smo

fundam

e n to que

la

paradó

jica

proposición

de

«La

ex

t

en s

ión o ma tet:ia

es un atributo de la sus tancia», y no

tien

e

otrs

sentido que

el

s iguiente: l a au toconciencia es un

atribut

o

de la

su

st a

ncia o

de

Dios;

Di

os es

Yo

.

La

conciencia que el teísta atribuye, a

di

ferencia

de

la conciencia

real, a

Dios,

sólo es

un

a repre-

* El concepto

de

W esen

comprend e en F

euerbach tan

to el ser existente, qu e en otros lugares denomina Sein,

como a

la esencia

o verdad interna de este

se r.

Se trata

más bien de

una

ambigüedad deliberada que

de una

in

consisten

cia terminológi

ca. El té rmino alemán W

esen

la

permite por

cuanto

comprende :tmbas acepciones, la clel

~ c r tanto como a de e

se

ncia. No cxiscicnclo en castelJano

un

concepto que abarque o

un

tiempo ambos sigoiúcados se

ha traducido aquí

Wese11 indi

st in uuncnte corno

«esencia»

o

como «ser» según fucrn su sc:n i

Jo

e n el con

cxro

de: cada

propos

i

ció

n.

(N

.

del

T.)

4

scnt

a

ci6

n si n realidad.

Pero la prop

. .

6

d S .

J

.

OSJCJ n e

p1

n

oza,

a m ateria

es un atributo de

1 .

1

a sus tancia no

expresa.

9ue a ma teria es

entidad

Wesenheit)

sustanoal divina· d el mismo mod l

H l ' o, ª propos1c16n

ae e s e ~ ~ ~ ª : l i ~ i : : p r e s a si no que la conciencia es

El,

m étodo de la crítica reformadora

de la fi

losofia especulativa en

gene

ral no se d. .

d -

1 l 1

.

1

st tn

gue el

cmp eac

o en a filosofía de

la

, nz·

.6 B

.

·.

l . .

gt n. · asta con

convc

t

ttt

e

pre

dicado

en

su¡ cto

y

é

· · a

s

te,

en t

anto

que

u¡ to   en

obj

et

o O b¡ ekt ) y p

. . .

d ·

¡ . · rm czpzo e s

ectr, so

am e

nte invertir la filosofía es 1 .

para obte 1 d d pecu

auva,

' ' ne r

a

ver a manifi

es

ta, pura y

desnuda.

El

«ateísmo»

es el «pan te í

smo» invertido.

EJ

pnnteí

s rno es Ja

.

6

d

negacr

n e la teología des-

e

el

punto de

vista

de la

teología

.

Así co

mo

en

Spino

za Et ica I . d

prop. 1

0

el atrfüuto o

pred

ica.do dpaltte,

ef. ?·

es h

s L · . e a SL1stancia

' «

uís

ndncta misma, así también en He o el el

prec.

tccrc.

.o

e lo

absoluto

d l .

º ,

es

el . . , e suj

eto

e n

general

s

  7

eto mzsmo Se , n H

1

,

ser

esencia · gu ege ' lo

abso

lu to es

ro'¡ b <

j concepto

(espíritu, autoco n

cie

ncia). P e

n

so

uto pensado únicamente en

tanto que

ser

no es otro q J

1

n q ue e ser, o

absolulo,

en la medida

uc es pen

sa

do bajo

ést

1

ción

o cateao ,

ª

0

aque la

determina-

, '

t ' na se

agota

enteramente

en esta

~ ~ ~ O ~ a 1

d determinación,

de rnod

que dejando

e a o. es un mero

nomb

P .

do

de esto ¡

0

absol b re. ero, prc

sc

111dien-

, , uto su yace l d ,

to

y

e l d d o avrn

como su¡·e

-

, ver a ero s · .

Rbso J t Ujeto, en Vl r l l l c l del CUaJ lo

u o no es u n mero nombre , s ino algo,

la

de-

\

5

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1

\

do

in embar go , el

term inación, sigue c o n s e r v ~

, s

sign

ificado d e

un m e ~ o

predicado,

exactamente

co-

mo el atributo en

Spmoza.

Lo absolu to o in fi nito de la. filosofía e s ~

tiva

no e

s,

considerado psicológicamente, mas q ~ e

lo no det

ermi

nado, lo indefin

ido

- la abst racc <?n

de t

od

o lo deter

mi na

do pu

es

to como

un

ti

n

to

de

es

ta ab st racción,

al ti e

m

po

~ u e

n u

cad

o nuevamente

co

n ell

a; pe

ro ,

co

ns

 _d

e rado h

  s-

t6ricame

nt

e,

no

es

di

fere

nt

e

d

el

,

a

_n

ug

u o o

no-ser (U

nw esen teo lógico

m

no-fm1to,

n

o-

h

umano,

n o-mat

erial,

no-de term1

na

d

o,

n

o-co n

cl idonado-

la n

ada

an

terior

al mu

nd

o

pu

esta

co-

mo

acto.

La lógica hegeliana es

la teología

verti?a

a

6

Y

el

Pr

esente la

teología hecha lógica. As

1

raz n ,

z · t

como

el

ser divino

de

la teologta_

es

e con¡un. o

·d l

abst

racto

de todas

las realidades, es

dec1r,

t ea o

f

· · t

de

todas las

dete

r

minaciones

y

zmtu es,

as

1

am-

b

1

lógica

Todo

lo te

r

rena

l se en

cu ent

ra de

l n a · , , b.

t

d

nuevo en

el

cielo le la

teo

logia; as t taro ien ,

o o

lo

que se encue

ntra

en

la

en

cuen

t ra de

nu

evo

en el cie lo

ele

la l6g tc' 4z v

in a : cu a-

Jjd a

d, ca

ntidad ,

medida, esencia,

qu1m  :;mo , meca

nismo,

or

gan

i

smo.

En la t

eo

l

ogía

todo lo

tenemos

por par

tida

doble: una

abstracta,

la ~ t r

concre

ta;

todo es doble en la

filosofía

hege}1an

a: como

objeto

de Ja lógica

y

luego,

una vez mas,

come;

?b

jeto de

la

Eilosofía

de

la

naturaleza y de

l espmtu.

La

esencia

de la tcologfo es

la

esencia

t rascen

dente del hornbre puesta (ucra del hombre;

la

esencia

de

la

lógica de

l ic

gcl

es

el pensar tras-

cendente,

el pensar del h

ombre

puesto fuera del

hombre

6

De

la

misma

manera que la

teología escinde y

aliena al hombr

e,

para identificar después con

él

la

esencia alienada, así

también Hegel multiplica

y disgrega

la

esencia simple

de la

naturaleza y

del

hombre,

idéntica

consigo mismaJ

para

mediatizar

después por

la

violencia lo que con

violencia

ha

sido separado.

La metafís

ica o lógica

lo

es una ciencia real

e inmane

nt

e cuando n o

se separa

de l ll

amado

es

rftu subj

e ti

vo.

e t f í s i c

es

n psicol

ogía eso

térica.

i

Qué

ar

b1tra

r1edad,

q

barbaridad cons

i

derar _Ja .cuali

dad

para

y

la sensib

il

idad para

sí,

esc

ind 1éndolas en

dos ciencias especiales,

como si

la

cualidad fuera algo sin

la

sensibilidad y la

sen

sibilidad

algo sin la cualidad

-

  l espíritu absoluto

de

Hegel no es otro

que

el

espíritu abstracto, sep

a

rado

de

mis

mo, el llama

do espíritu finito,

del

mismo modo que el ser in

fin

i

to de

la

teología no es otro

que el

ser

f i

nito

abstracto.

Segú

n Hegel , el

esp1ntu

absolu

10 se r

eve

la o

se

reali

za

en el

arte,

la

rel

i

gjó

11

y

n

filosofía.

En

ale

mán

esto sig

nifi

ca:

el

espíritu

del arte, de la reli

gión y de la filoso f ía es

el

espíritu

absolu

to. Pero

el a ~ t e .

y la relig

jón

no pueden

separarse

de los

scnt1m1entos,

de

la

fanta sía y

de

la

intuición

hu

manas,

ni la

filosofía puede separarse

del

pensar:

en

su ma, no puede separarse

el

espíritu absoluto

del espíritu subjetivo o

esencia

del hombre sin

volver

a

restablecer

el

viejo punto

clc vi s

ta

de

la

teología, sin restablecer de

nuevo

el

espíritu

ab

so luLo

en

tanLo

que otro

cspfriLU,

di

s

tinto de la

esencia h11mana, es

decir

, s in

reflejárnos

lo

como

7

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r

1¡111

1

•I

1

1

un es

pectro de

noso

tr

os

mi

sm

os,

pero

exis

ten

te

fu

era de nosotros .

El «espíritu

ab

solu to»

es

el «espíritu fallecido»

de

la te

ologí

a q

ue

tod

avía me

ro dea como

un es

pectro en la filosofía hegeliana .

La

teología es una creencia en espec tros . Pero

s

i

la t

eo

l

ogía

común

alb

er

ga

su s

espectr o

s en la

imag

i

nació

n

sensib

le , la te

ol o

g

ía e

sp

ec

ulativ

a

l

os

g

uarda en

la

ab

s

tr acción

n

o-s

en

s

ib

l e .

Abst

rae

r significa

poner

l a

esencia de la 11ati1

raleza fuera de la naturaleza

l a

es e

nc

ia del pe

n-

sar fu

era del

acto de pensa

r.

L a Hlos ofí a h egeliana

ha

en a

jenado al

hombre de sí mismo en la medida

en q

ue

todo su

sistema

reposa e n

es

t

os

accos de

abstracción . El la identifica d e n uevo, cie  amen te,

lo que sepa

r

a, mas só

lo d e una m an

era

a

su

v

ez

separa

bl

e, mediat

a. La

fi

losofí a ca r

ece

d e

u

nidad

inme

dia

ta

,

de

ce

rt

eza in.mediata,

de ve

rdad inme·

diata.

La

id

en

tifi

ca

ció

n

in m

e

di

at

a,

tran

sp a

re

nt

e

y

ve-

raz de la

ese

ncia de l ho

mb

re , sus

tr

a

ída al

h

om br

e

a través de la ab stracción , con el h o mbre mismo,

no

pu e

de deriv

arse por vía po s

it

iva

de

la

f il

osc:

fía

hegeliana; po r

el

co n

tr ario, sólo

puede den

varse

de e

ll

a como la negación d e la filosofía he

gelia

na;

y, en

genera

l,

sólo puede concebirse, sólo

pu e

de comp

r

ende

rse,

si

es

concebida como

la

ne-

gación total de la filosofía especulativa, aunque

ella sea la ve

r

dad

de

la

misma

. Es cierto que

todo

entra en la fi losoffa h

egeliana,

pero siempre entra

a su v

ez

junto con su

negación

con su contrario.

8

E l arte

es la prueba evidente de que

el

es p

íritu

abso

l

uto

es el

ll am a

do

espírit

u fini to

es

d

ecir

el es

píritu

su bjetivo,

y,

por c o n s i g u i e n t ~ no ~ d e n i

debe

separa

rse de él. E l ar te em ana

<l

el sen timiento

de que

la

vida e n el aquende

es

la ve rdadera

vida,. de que lo

finito

es lo

infinito; emana del

entusiasmo

por un

ser

determinado,

rea l , en tan

to que el

ser

supremo, en tanlo que el ser divino.

_t ~ n o n o t c í s m o

?;istian_o

o

tiene en sí ningún

pr

in-

Ctf?lO de formacion

artzstccr

cientí/ca.

Só lo el

poli

teismo

e l ll

am a

d o

cu lto de

los

ídolos es

l a

fu

e

nt

e

de

l

arte

y

de

l a

cie

n

cia

. L

os

gri

egos

sólo se el

ev

a-

ron h

n s

ta el

pu

n

to

cu

l

minan

te

de

la

s a

rt

es

pl

ás tic

as

p o r q para e

ll

os Ja

fig

ura

hu m

a na sign ificab a in

c r : n ~ t c i o n a l e ~ n _ z i s i b e m e n t e la igu ra supre ma, la

f1gu1 a

d':

Ja d1vm1d.ad. L os cristianos sólo

llegaro

n

a

_1 a ~ o e s i a cuando

negaron

prácticamente ta

teología

c11st1ana y adoraron al ser /eme11ino

como ser divi-

no. Como

artistas y

poetas,

los

cristia

nos se con

tr a

-

decían con la esencia de su religión

tal

como la

representaban, tal . o ~ o

ella era

ob¡eto

Gegens-

1.and de

su c ~ n ~ ~ e n c 1 a Petrarca

se arrepintió

a

c ~ u ~ a

de la

relig1on

de

las

poesías

en qu e h a

bía

divin

i

zado

a su L

aura.

¿Por

qué, al con

t rario de

los pagan

os, los

cristianos

carece

n de

obras

d e ar-

te

adecuadas

a

sus

representaciones re ligiosas?

¿P or q.ué carecen de u n a

im

agen de Cds to que

J . e ~

~ a t L s f a g a ple

nament

e? Porqu

e el

ar

te d e

lo

s

cr_1s t

  anos

su

cumbe fr e

n te a la

pernicios

a

contra-

~ t c c z 6 n e n

Lre

su

conciencia y

l a ver

da

d. L a

esen

-

c1a

de

Ja

re_

ligión cristiana es, en verdad, la esencia

h.umann, mientras que, en la conciencia de los cris

wrnos, es otra esencia no-humana. Cristo debe

ser

hombre y, a

su

vez, ser

no-hombre: es

una

anfi

-

bología . El arte, sjn embargo, s6lo puede represen-

tar la

verdad,

lo inequívoco.

La conciencia resue lta, hecha carne y sangre.

de que

lo

humano

es Jo d i

vi

no,

de

que lo

fin ito

9

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r

1 'il

lo infinito, es la fuente de una poesía

y

un arte

nuevos

que

superarán

en energía,

profundidad

y ardor a

todos

sus predecesores. La creencia en

el más allá es una creencia absolutamente apoéti

ca.

El

dolor es

la fuente

de

la poesía.

Sólo el que

siente

la pérdida

de

un

ser finito

como

una

pér

dida

infinita posee la

fuerza

y el

ardor

líricos. El

sólo estímulo

doloroso del

recuerdo

de lo que

ya

no es

es

el primer artista, el primer idealista, en

el

ho

mbre. La

cr

ee

nc

ia

en el

más allá,

sin embar

go, co

nvierte

cada

do lor en

apariencia,

en fa l

sedad

.

La

filosofía

que infiere lo finito de lo

infinito,

lo determinado de lo indcLcrminado, nunca

ll ega

a una verdadera posic

ión de

lo

finito

y de termi-

nado.

o

finito

se

infiere

de lo infinito, es decir:

lo infinito, lo in de terminado, es determinado; se

admite

que lo

infinito

sin determin

a

ción,

es decir,

sin finitud

 

es nada; se

pone

lo finito como la

realidad de lo

infinito

. Mas el

negativo

no-ser

(Unwesen)

de lo ab

s

oluto sigue

s

ubyacente

y

la

finitud pu es

ta siempre

será, por consiguiente, su

primida de

nue

vo. Lo finito es la negación

de

lo

in finito

y

1o

in/ nito,

n

su

vez,

es

la negación

de

lo f inito·. La fi losoHa

de

lo .absoluto es una

c

on-

tradicción.

Así como en

la

teología la ve

rdad

  la realidad

de

Dios,

es

el

hombr

e

- pues

todos

l

os

predica

dos que r

ea

liz

an

G Di os en tanto Dio s y conv

ie

r

te n a

Dio

s e n

un se

r

real ,

como poder ,

sabiduria,

bo

ndad,

amo r, incluso infinitud y personalidad ,

que

tienen como condición

la

di ferencia .r

es pe

cto

de

lo

finito

, s

ólo

s

on

pu

es

t

os en

y

c

on

el

hom

br e

- , así tambié n

en

la fi losofía espe

culativa

lo

finito

es

la

verdad de

lo in/ ni t

o.

10

La ~ í l ? s o f í a

absoluta

s61o formula

Ja

ve rd

ad

?ef

fmó1tlo

d e

manera

indirecta

e

invertida

Si lo

m rn to s o es' sólo posee

verdad

t ·d d.

d d . _

Y

rea

r a

cuan-

o es . e ~ m m a a o es

decir, cuando

como

1 • no es puesto

. . n

iruto,

s100 como finito,

/mrto es, en verdad, lo

infinito.

en este

caso

lo

La tarea de la verdadera filosofía no consiste

en rec

onocer

lo infinito como finito .

conoc

. ¡

f. · ,

smo

en

re-

. . .cr

o mito

como lo no finito como 1 .

~ ~ 1 ~ ~ ; i n f f n i ~ ~ r ª u f ª J l a b r ~ no p ~ n e r lo B n ~ ~ ~

'

0 0

rn

mito

en

lo

finito.

E l comienzo

de

la filosoffa

no es Dios no

e

l_o

1

ab

s

oluto,

no el ser como pr

e

dicado c i ~ lo a b ~

so u to . º .de* a idea - - e l comienzo de la filosofía

es Jo frnito , lo determinado, lo real . Lo infinito

no pu

e

de

pe ns

arse de ningún modo sin lo finito

¿

Se

puede ?ensar la

cualidad

,

definirla

,

sin

en sa;

en una c

ualidad determi

nada? Por

co . .

p 1

. ns1gu1ente

0

primero no

es

lo mdete rminado s

ino

Jo d e te;mi

niado: l ~ d u e d s la

cul

alidad de t

e

rminada no es

otra q u ~

a cua

1

a rea · a l l cl d

de Ja cualidad r ~ a l

a

cua t

a

pen

s

ada

le

prece

-

, El

~ c n

y el curso

sub¡e

tivos de

la

filosofía

s

on

tambi

én

su curso

y

su

orig

en

ob j

e

ti v

os

A

tes de pensar

la cualidad

, se

siente

Ja

cuaJidad

l: í

pe

nsar

Je precede el pa dece

r.

·

* Ut ilizo s

iempre la p al

b

r .

t idod de _Ja filos

ofía

«abs

ol u

ta: ~ n j ~ º

d  sen

to e visea de lo abso luto 1  l ' es e e pu n

a

rarece

co

mo

lo ir re a I 1 ' o 1 ea ' lo rea lmente

efec

t ivo

i

rre

al , Jo

ind

e t

erminado'

o

nu o, to

da vc7. q

ue

tie ne lo

po i ot

ra

d ' por lo real , aunque a su v

ez

.,

fini to , 10

~ ¿

f sde el pun to

de

visltt

de

la nadr

da

d,

cl:cción

qu

e a . e apare7:ca como lo real - u na co nt ra

  nnn de h d J ~ ~ p ~ ~ t l u l : t e n la

filo

so fía tem

gd iann. g, pe

qu

e

t a m b

subyace en Ja he-

11

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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·

11 '

1

\"t '

1 1

1

¡.11

1 \ 1

1 • 1

1

'   '

'

L .

finito

es la

verdadera

esencia

de lo

finito

l

0

f ~ n · t

verdadero.

La

especulación

v e r d a d e r ~

~ f o s ~ a º

no

es

sino

la empiria verdadera

y uni-

versal.

Lo

infinito de la

religión

y de la

fil<:s?H.l

no

es ni

ha sido nunca

algo distinto

de

un

finito,

terroinado, cualquiera, pero mixtificado,

es

decir ,

f

. . determinado

con el

postulado

de

un tntto,

un , fil E'

f

. · y

no-determinado.

La

oso

ia es-

ser no-

m1 o 1

ecul

ativa

ha

cometido

el

mism:

e ~ r o r que a

teo-

f

ía: ha converúdo

las determ1nac1ones

la rea

HJad

o

finitud,

sólo

a

través

de

la

negaci6n

de

l a

determinación

por la que e

ll

as son .q1: e son,

en

determinaciones, predicados de lo rnhmto.

La honestidad y la honradez son provechos:i.s

para todas la

s cosas, y

también lo son para la fi

losofía. P ero la filosofía sólo

es

honesta.

Y

~ o ~ r ~

da

si admite la

finitud de

su

especulauva

1 0 ~ 1 0 1 -

tu d · si admite por

consiguiente

, que, por eJem

plo el secreto

de

la naturaleza en Dios no

es

otro

q u ~ el secreto de

la

naturaleza humana, que

noche que

pone en Dios.

pa:a e n g e n d ~ a r

a

partt

r

de ella

la

luz de

la conciencia no

es

smo su

?ro

-

.pio

sentimiento oscuro e

instinti.vo

de

la

realidad

y necesi

dad ab so

luta d e

la matena.

El

camino de la Eilosofía

especulativa

de

lo

ª.b >-

tracto a lo concreto, de lo ideal a lo real, s ido

hasta ahora

un camino

invertido. Por

e s ~ a

. 1ª

ca se llega a la realidad v e r d a ~ ob¡etwa,

smo

un

tcaroentc

·1

la realiz.ac

ion

de sus pro-

stempre

y

d

pías abstracciones y,

justam

e nte a

causa

e e s _ ; ~

nunca se ll ega a la verdadera libertad del esp1n

tu. pues sólo la intuición de las cosas y seres

en

su

realidad

objetiva

hace

libre

al hombre

Y

ab

suelve de todos los

pre

ju i

cios.

El

paso

?e

lo

, ~ e a l

a Jo real só

lo

tiene cabida en la ftlosoha

practica

.

12

La

filosofía

es el

conocimiento

de lo que es.

Pensar

y

conocer las cosas y seres

tal

como ellos

son - -és ta es

la

ley

suprema

y Ja más

elevada

tarea

de

Ja filosofía.

Lo que es

tal como

es

-

luego lo

verdadero

verdaderamente expresado

parece

superficial;

lo

que es tal como no

s

lu ego

lo

verdadero

expre

s

ado

falsa e invertidamente, parece profundo.

La veracidad, la sencitlez y la exactitud son los

sig

no

s

formales

de la

filosofía

real.

El se

r

con

el

que comienza

la filosofía

no

puede

separarse

de

la

conciencia, ni Ja co nciencia pue

de

separarse del ser. Así corno Ja realidad de la

se n

sac

ió n

es

la cualidad, e i n v e r s a m e ~ t e la

sensa

ción es la realidad de la

cualidad,

así también el

se r

es

fo

realidad de la co

ncie

ncia

,

al tiempo

que,

inversamente, la conciencia es

Ja

realidad del

ser

- só lo la co nciencia

es el

ser re

al. Únicamente

la

co ncienc ia

es

la

unidad real

del

espíritu y

la na

turaleza.

Tod:'ls

las

det e

rminaciones, formas, categorías

o

como quiera

que

se la

s

llame,

que

la

filosofía

es

pe

c

ulativa

ha

sustraído de

Jo

absoluto

y

repudia

clo

al dominio de lo

finito,

de

lo

e

mpírico,

contie

nen

preci

sa mente Ja

v e

rdad

e

ra

esencia de lo finito,

el

verdadero infinito, los verdaderos y

últimos

misterios

de

la filosofía.

Espacio y tiempo so

n

las formas

de

existencia

de Lo

do

ser.

Sólo

es existencia

la existencia

en

el espacio

y

el tiempo.

L a

negación

d el

espacio

y

el

Lic

mpo

sie

mpre

es la

sola

negación de

sus

límites,

13

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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r

¡111

11 1

no la de su ser. Una se

n

sació

n

intemporal una

voluntad intemporal

un

ser

intemporal

so

n

ab

su r

d

os

.

Quien carece

de

tiempo

en gener

al

,

ca r

ece

también de

tiempo

y apremio para querer o para

pensar.

La

negación del espacio

y

el tiempo en

la m;-

tafísica, en el se r de las cosas conduce a la_  ma s

perniciosas consecuencias prácticas. Sólo

q

me

n

colo

ca

dondequiera que esté en

el

punto

de

v1

s

La

del

1

ti

empo

y el esp

acio t iene también tact

o

entendimiento

práctico

en

la

vida.

Un

e ? l ?

que

exclu ya el tiempo de su e t a f í s i ~ a y

d1vLOJcc

la

existencia eterna

,

es decir abst

racta, separada

del

tiempo también excluye. por

c o n s i _ g u ~ e 1 ? - t e ,

política

al

tiempo

y

diviniza

el pnnc1p10 antih1s-

1órico

de la estabilidad

antagónico al

derecho

Y

a la razón.

La

filoso

fía espccu1ativ t

ha

convertido

el d e s ~ -

rrollo separado

del tiempo en una

forma un

atri

bum de lo

abso

lu to.

Esta

separación entre el d es

arrollo y el tiempo constit uye una

pieza

maestra

de

la

arbitrariedad especul

ativa y

un

a

p ~ e b con

clu

yente de que los

fil

ósofos

csrecu l

ativos

h

an he

cho

co

n

su abso

l

uto pr e

ci

sa

rnc

nt

e lo

mismo qu

e

l

os teólogo

s

han

hecho con.

su

Dios que

posee

todos

los

afectos

del h

ombre

pero sin

afectos

ama

sin amor,

se

enardece sin ardor . D

es arrollo

sin tiempo

significa

tanto co

mo

desarrollo

sin

desa-

rrollo. La

propos ici

ón: el ser absoluto se desarro

lla a partir de sí

mismo sólo es

una

p r o p o s í ~ i ó n

verdadera

y racional inviniéndola. Debe

decirse

por

consiguient

e:

lo

un ser que

se

desarrolla

que se despliega en el

tiemp

, es

un

ser absoluto,

es decir

verdade

ro  real.

Espacio y

t

ic;:mpo

son

lns formas

de revelación

del

infinito

real.

Donde no

hay límite,

ni

tiempo,

ni

necesidad,

tampoco hay cualidad

ni

energía

ni

espíritu, ni

ardor,

ni

amor. Sólo el ser necesitado

notlei d

end)

es el se

r

necesaria notwendig). La existencia

ca

rente de necesidades es una existencia superflua

.

Lo

que

está

libre

de

necesidades en general

tam

po

co

tiene necesidad de existe

n

cia.

Lo mismo da

si

es como

sí no

es

- t a n t o para sí m ismo como

para otro.

Un

ser

inneccsitado

es u ser in funda-

do.

lo

lo qu

e puede padecer me1·ece

existir

.

Sólo

el

se

r

ll

eno

d e

dolor

es

se

r

divino:

un

ser

sin

padecimiento un ser sin ser

. Un se

r s

in

padeci

mi

en

to

no

es

dis ti11to

de

un

ser sin sensi

-

bilidad

 

sin

mat eria.

Una

filosofía

que

no tenga en

sí ningún prin-

cipi

o

pasivo, una

filosofía

que especule sobre

l

existencia atemporal, sobre el ser-ahí carente de

duración,

sobre

la

cualiuad

sin sensación, sobre el

ser sin ser sobre la vida carente de vida, de

car

ne

y

de

sangre

- u n a filosofía se mejante como

en

ge

neral

la

filosofía

de lo absoluto

es necesaria-

mente

contraria en t ~ n t o que filosofía absoluta

men

te unilateral

a la

empiria. Spinoza convirtió

en

cfcc

Lo

l materia

en un atúbuto <le

l s

ustan

cia, 1as

no en

un principio

de padecimiento

y

precrsamcnte porque

la materia o

padece por

ser

única,

indivisible

e

inffoita tiene

las

mismas

de

t e ~ · m i n c i o n e s

que

su

atributo

opuesto el pensa

miento

en

suma porque

clla

es una materia abs-

tracta una materia sin materia, del mismo modo

que e l ser

de l

Lógica de

H e

gel

es

el

se

r

de

la

naturaleza y

el

hombre pero

sin

ser

sin

natura-

le:w

sin hombre.

El filósofo tiene que incorporar al texto de la

filosofía

lo que en el

hombre no fi l

osofa lo qu

e

15

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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r ; r:JI

;

1

1 .

n (  se opone al

pen-

ma

s

bien

está contra la

1 oso

~ a , . lo que

en

po

r cons1gu1ente,

samie

n

to abstracto;

S

lo así la

filoso-

b .

do

a mera nota. o

Hegel

es

re ªJ.ª, o der

univ

ersal, acontra-

 í a se convertua

en u . po ble La

filosofía

no

. .

¡

table

e irr

evoca

·

dictorio, zrre

u

.

o

misma

sino con su

tiene que

comenzar

~ o n s Í ~ a Este s ~ r distinto en

antítesis, c? º

.

la ¿ J i l o s ~ s ~ r · af i

losóEico, absoluta

nosotros

~ s u n t ~

. pe

1

principio del

sensu

a

men

te anttescolastico,

es

e

lismo

.

l 6 .

mos

esenciale

s de

la

Los in

st

rumento

s, osf

rg

d e

la

acti

vidad, de

filosofía son

la [ªb.ezt .

~ ~ n ~ c t a f í s i c a , y el

cora

la libertad, del a

t

~ r u iento de la

finitud,.

de

la

zón fuente de

pa l ~ m

' formulado teórica-

, .d d d 1

se

nsua ismo

o

neces1 a , e .

i

ntuición; pues, el p ens.ar

mente: pensarmento .

de

la cabeza; y la m-

es la necesidad (Bedurfms) ·¿ d del corazón.

El

. . ,

1

tido

la

necesi

a

.

tuzczon, e sen .

.' .

de

la

escuela, del st

stema;

pensar es el

pnnc1p1<:>

. .

de la

vida

.

En

la

in-

. . . , el

prmctpto

l

la mtmc1on es . d 1 objeto;

en

e pen-

tuición

soy detemd1ma o . por

leobjeto· en. el

pensar

sar soy yo quien   ? J ~ ~ u no ;

0

Sólo desde

yo soy

Y?J en

la

mtLU t ºdes

de

el s ~ r - d e

m i n a

la negaczon

d ~ , la pasión

,

d

esde la

foen

do por el ob jet o, es ·¿

d

se

engendra el

d

od

d

seo

y nccc

sJ

a , ,

te e t o e

b

·

0

Ja

filosofia

ver-

.

rdadero

y

o JCttv ,

n s a m e n t ~

L . .

'to t:l proporciona

la ese

n-

d

d

bJetlva

a

mtulc

. l

a e.ra y º .

dé üca

con la exis

t encia;

e

cia inmediatamente

1

11

1

esencia

mediatizada

p e n s a m i ~ ~ ? r c 1 0 ~ : laª separación,

de

la e x i ~ -

p

or

la

d1ferenctact0n, P l d d

la

existencia

. · ien

te só

o on e

tenc1a.

Por

cons1gu .

Í . tuición con

e l

pensa

-

se une con la

esencta, a

lDl .

ºd d

el princi-

. 1 asividad

con ª

acuvi

ª ' .

m.lento, a P, .

foco del sensualtsmo

Y

pío antie

scoJasuco

Y sa_ngu l · pa sibilidad es

del

materialismo f r a n ~ c . s

co

n a lID , 1

allí

hay

1

, . de

la

metafts

1ca ale

m

ana,

so o

co

astica '

vida

y

verdad.

16

Como

la

filosofía, así el filósofo,

e

inversamen

te: l

as cu a

lidades

del

filósofo,

las co11diciones su b

jetivas

y

l

os

ele

mentos

d e la

filosofía

so n

también

sus condiciones y elementos objetivos. E l fiJósofo

verdadero, idéntico a Ja vida y el hombre, ha

de ser

de estüpe

galo-germánica.

¡No

os atemor

i

ceis,

castos alemanes, ante esta mezcla

Ya

e n el

a

ño

1716, las

Acta Philosophorum

formularon

es

ta idea. «Si comp

aramo

s los alemanes con los

fran

ceses, estos último

s

tienen

-

ciertar

n

cnte más ágil

el

in

ge

nio,

pero aquéllos

s

on

más

só lidos,

y po

di:ía

de

cirse

co

n

razón

que el

temperam

e

nto

ga

lo

germánico

es

el

s idóneo

para la filosofía

, o

que

u n ni ño que

tuviera

un

fra

n

cés

por padre y

una madre alemana

tendría

qu

e .adquirir c ete

ris paribus- un

buen

ingenio filosó fi co.»

.Nfoy

cierto; só

lo que

deberíamos

hacer franc

esa

a

la

madre

y alemán

al

padre.

El

co

r

azón

e

l

princi

pio femenino, el sentido de lo finito, la

sede del

maletiali

smo, es francófilo ;

Ja

cabeza e

l princi

pio

masculino,

la sede del idealismo-- es

ge

rma-

116/ilo El corazón revoluciona, Ja

cabeza

reforma;

la cabeza pone

las

co

sas en

s u

sitio,

el

corazón las

pone en movimient o . Pero

sólo donde h

ay movi

miento, efervesce

ncia , pa s ión ,

sa

ng r

e, se

n s

ibilidad,

hny también

espíritu

. Sólo

el esprit ele

Leibniz,

su

principio

san

gu

íneo,

materia

Ji

sta-

icleali

sta,

fue lo

que

pu

do arrancar

por

prime1·a v

ez

a

los

aleman es

de su

pedantería

y

escolasticismo filosóficos

.

Hasta

ahora la frlosofía

ha considerado el co

razón como bastión d e

la teología.

Pero preósa

mente

el

corazón es el principio

más anLiLeológico,

y el

s in c

rédulo

y ateo, en el

sentido

de

Ja

teo

logía, que

exis

te en el

hombr

e . Pues el corazón

no cr

ee más que

en sí

mismo, en

la

reaü

dacl

irre

duclible,

divina

y

absoluta de

su

ser . Pero

la ca-

17

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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beza,

que no comprende al

corazón,

transforma

(puesto que

separar, distinguir

entre sujeto y ob

jeto, es su cometido) la esencia del corazón en

una

esencia distinta, objetiva, exterior al corazón. Es

cierto

que para el corazón el otro ser constituye

una

necesidad

(Bedürfnis), pero sólo un

ser tal

que

sea

igual

y

no

distinto

del corazón, que no co n

tradiga el

corazón. La teología

niega la ve r

dad del

corazón la

ve

r

dad

de

l afecto religioso. El afecto

religioso,

el

corazón, dice,

por

ejem plo: «Dios

no

padece», es decir  el corazón niega la diferencia

enne

Dios

y

el

h

om b

re a

ll

í

do n

de

la teo

l

ogía

la

sostiene.

El teísmo reposa en l escisión entre la cabeza

y el

corazón; el panteísmo es la supresión de es

ta escisión

en el

seno mismo de la escisión -

pues

sólo hace inmanente l ser divino

en tanto que

trascendente;

el

antropoteísmo es esta misma su

presión

sin

escisión.

El

antropoteísmo

es

el

corazón

convertido en entendimiento; só lo le

dice

razo

nablcmen

te a la cabeza lo que el

corazón

le cuen

ta a

su

manera.

La

religión sólo es afecto, senti

miento, corazón, amor, es

decir, nega

c ión,

disolu-

ción de

Dios en

el

hombre.

Por

eso la nueva Hlo

sof a  en tanto que

negación

de

la teología

f cu al

niega a verdad del afecto rel igi

oso,

es Ja posición

ele la religión. El

antropoteísmo

es la religión au-

toconsciente,

Ja

religión que

se

cornpr

ende

a

mis-

ma . La teología, por el contrario, niega a la

reli

gión

bajo la apariencia

de

ponerla.

Schelling

y

Hegel son antitéticos. Hegel

repre

senta el principio masculino de la independencia,

<le

l autoactividad,

en

suma, el

principio

idealis

rn; Schelling, el principio femenino de la

recepti

vidad, de la pasividad p r imero acogió

a

Fichte,

desp ués a

Platón y

a Spinoza,

y

por último a ] . BOh

me-

en

suma, el principio

materia

lista. Hegel

8

carece

de

in tuición;

Schelling carece de

la

fue

r

za

del pensamiento

y

la

determinación

.

Schelling

sólo

es pensador en lo general y en

cuan

to llega a las

cosas

en

su particularidad

y

determinación cae en

el sonambulismo de la imaginación. El r a ~ i o n a l i s -

mo

de

Schelling es sólo apariencia su irracionalis

mo,

verdad.

Hegel tan sólo

proporciona una exis

t e i : i e i ~ ?

~ n a :ealidad abstractas contrapuestas al

pr1nc1p10 ~ r r a c 1 ~ n a l ; Schelling tan solo proporcio

na ~ n a ex1stenc1a y un a rea lidad místicas

e

imagi-

narias contrapuestas al

principio racional.

Hege l

compensa

l a fa l ta d e

realismo con

pal

abras

rudas

e l l i n ~

cc m

pa

l

abras

bellas.

Hegel

expresa

e x t r a o r ? i n ~ r 1 en términos ordinarios, Sche ll ing,

lo

o_rdmar10

en

términos extraordinarios. Hegel

c<?nvterte las cosas

en meros pensamientos

  Sche

lling  los

meros

pensamientos la

aseidad

de Dios

por

e jemplo - - en cosas. Hegel confunde a las c a ~

bezas que ~ i e n s a n Schelling, a las que no piensan.

I I

egc_l convierte e-? razón a la sinrazón, Schelling,

a_

la inversa, conv1erte la razón en sinrazón . Sche

lling

es

Ja

f i l ? s o f í ~ real en

sueños, Ilegcl, en con

ceptos.

Schelling ruega el pensamiento

abstracto en

Ja

fantasía

Hegel

lo niega

en

el

pensamiento

abs-

tractc:. ~ L l t o n e g a c i ó n del pensamiento negativo

m m ~ c 1 ó n

d e

l a

vie ja

filosofía, Hegel es t a m b i é ~

el co m ienzo negativo de la .nueva filosofía· Séhe

ll_ng

es

la vi eja filosofía con la pr

etensión,

t ilu-

sión,

de

ser

l a n u

eva

filosofía real.

~ i l o s o f í a

hegeliana es la

supresión

de la con

trad1cc1ón entre el

pensar y

el ser, tal como la ha

formulado en especial Kant; pero, téngase bien

en cuen

ta  

l

supresión de esca contradicción sólo

en et seno de la

contraclicci6n

en

el

seno de

un elernento,

en

el seno

del

pensar. El pensamien-

to

. es,

para

Hegel, el

ser

e l

pensamiento es

el

su¡c

to,

el

se

r

es

el

pr

edicado.

La

lógica

es el pen

sar en

el elemento de l pensar o el

pen

sa miento

19

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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que se piensa

a

sí mismo el pensamiento como

su;eto

sin predicado o l

pensamiento que es su -

;eto al

tiempo

que

predicado de

tnismo. Pero el

pensar en el elemento del pensar

sigue

siendo abs

tracto; de

ahí que

se

rea

lice, se

aliene.

Este pen

samiento

r

ea

l

izado

alienado

es l naturaleza lo

real

en general el

se r . Pero ¿qué es lo

real

ver

dadero en esto real? El

p e

nsami

ento l

cual se

vuelv

e a sustraer

inmediatamente del predicado

de

a realidad para poner

su

ausencia

de

predicado

como su

verdadera

esencia. Pero precisamente por

ell

o

Hegel oo llegó

al

ser en

tanto

que ser

al

ser

Ubre,

in d

ep

endi

en te y di

choso

e n sí m[s

mo.

Hegel

pensó

L

os ob

jetos como predicados el el pen

sa

miento que

se

pien

sa a sí:

mismo.

La contradic

ción, ya

adm

itida entre la religión existente

y

Ja

religión

pensada en

la filosofía

de Ja

re

ügión

de

H ege l,

procede únicamente de que también aquí

lo mismo

que

en otros

lugares se convierte el

pensamiento

en

sujeto

y el

objeto

es

decir la

religión , en

un

~ r o

predicado

del

pe

nsamiento.

Quien no abandona la

filosofía

hegeliana, tam-

poco abandona la teología. La

d

octri

na

heg

el

iana

según la

cual

la

naturaleza,

Ja

r

ea

lic.Jad, es

puesta

por la idea no es más que la expresión

racional

de

la

doctrina

teológica

según la

cual

la natura

leza

es cread

a por

Dios

el

ser

mater ial po r un

ser

inmaterial es decir

abstracto.

A l final

de

Ja

ló-

gica

Ja

idea

llega

incluso

a una

«determinación»

para

documentar

con

s u propio puño

y

l

etra

su

des

ce

ndencia del cielo

teológico.

La

filo sofía hegeliana es el

ltltimo

refugio, el

último

pilar racional

de

la teología.

Si antaño

los

teólogos

catól

icos

se hi

cieron

aristotélicos de hecho

para poder combatir el

protestantismo

en

la ac

tualidad los teólogos protesta n tes tienen que ha-

20

cerse he

gelia

nos de

derecho

para poder

combatir

el

«ateísmo»

.

La verdadera

relación

entre el pe nsar y el ser

es únicameqte

Ja

siguiente: el

ser es sujeto,

el pen-

sar

es

predicado. El pensar procede

d el

ser

mas

no el ser deJ

pensar. Ser es por sí y

a través de

s e r

sólo es

dado a

través del s e r ser tiene

su

ft.: ndamento

en sí

mismo pues só lo se r es sen

tid

o

razón y

necesidad

en resumen es todo en

tod? se es

pues

no-ser

es

no -ser Ni

chtsein), es

d

ec

ir

nada

,

lo

carente

de

se

ntid

o.

La esenc

ia

del ser en tanto que

ser

es

n

esen

cia de la

naturaleza. La génes

is

temporal afecta

Lan solo

a

las figuras y

no a la

esencia

ele

la na

turaleza.

El ser

sólo

se deriva del pensar

allí

donde se

desgarra la verdadera unidad del

pensar

y el ser

allí

donde

primero se

Je sustrae al ser su alma

esencia

a

través

de la

abstracc

ión , para

cncon trar

en segu

ndo

lugar

en Ja

esencia sustra

ída al ser el

se ntido y el fundamento de este ser para

sí vacío;

de la misma

manera se deriva y

ti

ene que derivar

se

el

mund

o a

partir

de

Dios

a1H

donde

Ja

esencia

del munc.Jo se separa arbitrariamente

del

mundo.

Íu ;cn especula con arreglo

a

un

especial como Jos

llamad

os

filósofos

principio

real

positivos:

Es

como un animal en un árido eria

l

guiado en círculo por

un mal espíritu

rnientrns

n

su

alrededor

se extk:

ncl

en bellos y

[verdes prados.

21

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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Estos

bell

os y verdes prados so

n la naturale

za

y

el hombre, pues ambos se pertenecen. ¡Con

témplese

la naturaleza   ¡Contémplese al hombre

¡Ahí están a

la

vista

los

misterios

de

la

filosofía

La n

aturaleza es

la

esencia

no d

istinta

de

la

existencia;

el

hombre,

la

esencia que se d

isti

ngue

de la

existencia. La esencia qu

e no se

distingue es

el fundamento

de la

esencia que

di st in

gue p

r

tanto, la n

aturaleza

es

el fundam

e

nto

d el hombre .

\

.

La nueva

filosofía,

la única filosofía posltlva,

es

la negación de to da filosof ía

de

escttela, y, pe

se

a

conte

ner en sí

misma

Ja

verdad

e Ja misma,

es

la n

egación

de la filo

so

fía como

cualidad abs-

tracta, especial, es decir, escolástica;

ella

no tiene

ni

cont

raseña ni len

guaj e

especial; ni nombre es-

pecial,

ni

principio especial; ella es

eJ

mismo hom-

bre

pensante

el hombre que

es y se sabe la

esencia autoconsciente

de

la

natura leza,

la esencia

de

la

historia , la

es e

ncia

de

los Estados, la esen

cia de

Ja

re ligión- el ho bre qu e es y se sab e co

mo la

identidad

real (no

ima

ginaria), a

bsoluta de

todo s l

os principios y co

nt

rad

iccion

es, de todas

la

s c

ualidades

a

ctivas y pasivas, es p

irit

ua

l

es y sen

sibles, políticas

y soc

ial

es

- el hombr e que

se

sa

be

como el

se

r

panteísta, que

l

os

f il

óso

fos espe

cula tiv

os

o me

jor dicho, los

teólogos, sep:ir

aba

n

del hom bre ,

objeti

vándo

lo co

mo un ser abstracto , .

no es sino un propia

esencia,

indet

e

rminada,

ma '

susce

ptible

de

infinita

s

de terminaciones.

La

nueva filosofía es la negación tanto del racio-

nalismo cuanto del misticismo;

tanto del

panteís-

mo

cuanto

del per

sonalismo; tanto del ateísmo

cua

nto

del

teísmo;

ella

es la

unidad

d e

toda

s esta:;

verdades

antitéticas, en tanto guc verdad abso

lu

tamente indepen

d

ieóte y transparent e.

22

nueva filosofía se ha declarado ya, tanto ne-

gativa

como

positiv

amente como filosofía

de

la

r e ~ i g i ó n Basta convertir las'conclusiones

de

su aná

J 1 s 1 ~ e n p r e m i s a ~

para reconocer en éstas los prin

'c1p1os de

una filosofía positiva. Pero la nueva fi

< : ? s o ~ f a

no pretende h alagar

al público

.

Segura de

s1

m.1sma, d

esprecia

parece

r

~ l l es;

pero

P r e c i s a m e n ~ e en

razón

a nuestra época,

que

co n

sidera los mtereses esenciales de

Ja

aparie

ncia

co

mo la esencia, la ilu

s

ión co mo

l a

realidad,

el

nom

bre como cosa, ella tien e

qu

e ser

lo

que

ella

no es. i

As1

se

complementan

los opuestos

  Allí

dond

e

la

n,ada

se_

,tiene

por

lgo

y

la

ment

ira

po

r

verdad alh

tamb  e

n, en

consecuencia,

se

debe

te

ne: el algo por nada

y

l a

verdad por mentira.

Y

alh donde se

lleva

a

ca

bo la

tentativa

- tentativa

ridkula precisamente en el momento en que la fi

lo sofía es co

n

cebi

d a

en un acto

de autodesilusión

decisiva y

universal-

hasta ahora

insólita de

fun

d ~ r una filosofía únicamente en

el favor

y la op i-

m6n del público

y

los peri6dicos

,

alH

también

tie

ne que intentarse

re

futar

hone

s ta y

cristianamente

l a ~ obras filosóficas, meramente difamándolas pú

blicamente

en las

columnas

del

Allgemeinen

Zei-

de Augsburgo. ¡Qué di

gnas

y m

orales

son

la

s

c

ircu

n

stancias públicas

e n

Al

e

mania

Un princ1p10

nu

evo

siempre

se

pr

·ese

nt

a bajo un

nuevo hombr

e; es

d

ecir eleva un

h

ombre

de b a

jo

atr.asado

rai:go

a la

dignidad

de

principado- lo

convJerte en signo de lo supremo. Si el no mbre de

nu eva filosofía

,

el

nombre «

hombre», se ver

t ~ e r a por autoconciencia se

expondría la

nueva

f 1 l o s o ~ f a en

el

sentido

de

la vieja, se

la

remitiría

al

antiguo

punto de

vista;

pues

a autoconcie

n

cia

de la

vie

ja

filosofía,

en tanto que

separ

ada

del

hombre es una akstracci6n sin realidad.

El

hom

bre es

la

au

toc onciencia.

23

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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 ·

Con arre

glo a la l

engua, el

nombre

«hombre»

es un nombre particular,

pero con

arreglo a

la ver-

dad es el

nombre

de todos

los

n

om

bres. Corres-

ponde

al

hombre el predi

ca

do polin

ó

mi co. Todo

Jo

que

el

hombre nombra

y

enunc

ia ,

ex p

r

es

a

si e

m-

pre su propia

esencia.

El lengu

aje

constituye

por

esta razón el

cri te

rio

del grad

o,

baj o o elevado, d e

a

formación de

la humanidad

.

El

nombre de

Dio

s

lo

es el nombre de aquello que para

el

ho mbre

constituye la fuerza sup r

ema, la

esencia sup rema,

es de

c

ir

, el se

ntimiento y

el

pensamiento

s

up r

emo s.

Por lo

ge

n

eral,

el

nombre

«hombr

e» só

lo sig-

nifi

ca e l

ho m

b re con

sus

necesidades, se nsadones

y convicciones l hombre como

perso

na, a di-

ferencia

del espíritu y de tod

as su s

cualidades pú-

blicas

gene

rale  a diferencia,

por

eje m

plo,

del

a rti sta,

del

pen

sa

do r ,

del escritor, del juez,

como

si ser

pensador, ar

tis ta ,

ju

ez, e tc., no f

uera

una

propiedad característica  esencial del hombre, co-

mo

si en

el

arte,

en la

ciencia,

etc.,

el h

ombre

es-

tuviera

fu

era de sí. La

filosofía

especul

a

tiva ha

fija

do teóricamente esta

s

eparación

del h o

mbre

d e

las c

ualidad

es

esenciale

s del

hombre

, divinizando

con ello como seres independientes a cualidades

p uramente abstractas. Así , por ejemplo, en el De-

recho natural de He

gel

se dic

e

párra

fo 1 90 :

«E

n

el

derech

o,

el obje

to es

la

persona;

d

esde

el pun to

de

vista

moral

, lo

es

el sujeto;

en

fa

fami

l

ia,

lo

es el miemb

ro

familiar; en la soc

iedad

dvj l ,

lo

es

el ciudadano

en gene ral en tanto que bourgeois),

y aqu í, d esde el punto de vista de

las

necesid a-

des

Bedürfnisse , el co

ncr

eto

d e

la represen

ta-

ción

denominada

hombre : es,

por

ta n

to, só

lo

aquí

y

propiamente

aqu í que en

tra

en cuestión el hom-

bre

en

este

sentido». E n

este sentido:

por

consi-

gt

ai

ente, cuando se habla del ciud adano, del su-

j

eto,

del

mi

embro

de

l

familia, de la

persona,

no

se

trat

a,

en verda

d , s

ino

de uno

el m ismo

se

r

24

del hombr

e,

sólo que en

otro

se

n tido,

sólo qu

e

bajo otra cualidad .

T o

da

especulación

sobre

el

d

erec

h

o,

la

vo

l

utad,

la

l

ibertad,

la

persona li

dad, sin el hombre,

fuera

o

incluso

por

encima del

h

ombre,

es

una especu-

lación sin unidad, sin necesidad, sin sustancia

sin

fundamento, sin realidad. E l

hombre

es la exis-

tencia de

la

libertad

,

la existe

ncia

de la persona-

lidad,

la

existencia del

de r

ec

h

o. Só

lo

el

h

ombre

es

el fu ndamento y la base del

Yo

fich teano,

el

fun

damento

y la base

de

la

mónada

l

eibnizia

na,

el fundamento y l base de lo absoluto.

Toda

s las

cienc

ia s

tienen que fundarse

en

la

na-

turale

za . Una teoría,

mientras

no

haya

encontrado

su

base 11c1tural sólo es una hipótesis. Ello

tiene

u na vigencia particular con respecto n la teoría de

la

l

ibenad. Únicamente la nu

eva

filosofía

podrá

naturalizar

la libertad

que

h

asta ahora era una hi-

pótesis

antinatu r

al

y

supranatu

ral.

L

9

fil

osofía tie

ne

que unirse nu evamente co

n las

ciencias natura

l

es

y

la

s

ciencia

s

na

t

ura

l

es co

n la

filo

so

fía.

Es

ta un ió n

fond

nda

en una

necesid

ad

B

ediir/nis) mu tua , en u

na

necesidad Notwendig-

keit) in terna,

se

más <l

uradera,

más

afo

rtun

ada

y fecu nda que el maridaje que ha

sta

ah ora ha rei-

nado entre la f ilosofía y la t

eo

l

og

ía.

El

hombre es la ese

ncia del Estado. El

Estado

es la

tota

lidad realizada, d

esarro

llada y explicitada

de la

esenc

ia

humana. En

el

Estado se realizan

las

cual idade

s o

actividades ese

nci ales

del

hombre

en estamentos particulares; pero so n reducidas de

nuevo a la

id

entidad de

la persona en

e l

jefe del

25

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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 >

Estado. El jefe

del Estado tiene

que representar

a

todos los

estamentos sin distinción; ante

él  

to

dos

son

necesarios por igual

e

igualmente

legíti

mos

. El

jefe del Estado es el represen

t

ante del

hombre universal

.

La

religión cristiana ha unido

el

nombre del

hombre y el nombre

de

Dios

en el

nombre

del

hom

bre-Dios,

y, por

consiguiente, ha elevado el

nombre

del homb

re

a

atributo

del ser

supremo.

La

nue

va filosofía ha

convertido,

de

acue

rdo co n

la

verda

d  

este

atributo

en

sustancia

y

el

pr e

d

icado,

en sujeto

- la

nueva filosofía es

la

idea r  liza-

d

la

verdad del

cris

tianismo.

Más justamente

al

contener en sí

la

esencia

del

cristianismo re

nuncia al nombre

del c

ristiani

smo .

El cristianismo

ha

enunciado

la

verdnd s

ólo

en

contradicci6n

con

la

verdad La verdad no

contradictoria,

pura

y no

falsificada

es una verd d

nu

ev un acto nuevo

y

autónomo

de la

humanidad.

26

principios de l

filosofí

del

futuro

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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11 ••• 1

1

1

¡ ,1

1

1

111

1 1

\ \ ~ · 1

¡

\

11

11 \ 1 1

1

t

PREPACIO DE LA . PRIMERA EDICIÓN

Es tos Princip ios cons tituye n Ja co n t inuac

ion

y

el <l

esa

rro llo d e l

os fund

am e n tos d e m is T e sis pa-

ra

la reforma

d e la

f ilosof

ía qu e

la ilimitada

a

rb i

t

ra

r ie

dad

de la ce ns

ura

a lemana co

ndenó al exi-

lio . El manu scrito

primili

vo es

ta b

a previ sto como

un l

ib

ro

ex

tenso. P e ro al comenza r Ja redacción

d efinitiva se apoderó d e

mf

e l es píritu de la ·cen-

sura

a lem ana la

cua

l -

sin

guc me pueda explicar

el

intervino

con

brut

a l

es

ta

c

haduras

.

To -

e.lo

Jo

qu e

esta indisc

re

ta ccn

s

urn dejó en pie

se

redu ce a

es tos poco

s

pliegos

.

L

os

titulé

rin

cipios de la f iloso/ f

de

l futuro

porqu e la épo ca ac tu al en ge ne

ra l

, es te período de

as tuws

il

usion

es

y repu gna nt es pre ju icio

s

es

in

ca

paz de as imil

ar

y m en

os

a ún de aprec i

ar

p recisa

mente p o r s u s

im p leza las se

nci ll

as

v

er

dade s d e

las que

se ext

r

ae

n es t

os Principios

La filosofía del futuro t iene po r m isió n co ndu-

cir a l f

ilosofía

d el r

ei

no de las «a lmas dcs apare-

c ic.las» al re ino de

la

s alm as

enea rn

ad

as

y vivas;

29

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1Pi

I

1

l¡\ \}

1

1

·,

1 ·  

de hacerla descender de la beatitud

del

pensamien

to divino,

carente de necesidades,

a

la

miseria

humana.

Para este fin

sólo

.requiere

un

entendi

miento humano y un

l

enguaje

humano.

Y, sin

embargo,

pe n

sar, hablar y actuar de manera pura

y

verdaderamente

humana es algo que le está re

serva

do

exclusivamente a l

as

generaciones venide

ras . En el

momento

presente to davía no se

puede

exponer

al

hombre, sino que se

trata

más

bi en

de arrancarlo d el lo dazal en que está sumergi

do . El fruto d e este

lim

pio y aspero cometido

son

estos

Principios.

Su

tarea co

nsi

sti6

en

inferir

la

necesidad

de la filosofía de l h

ombre,

es d ecir, de

la antropología, a partir de

la filo

so

fía

de lo

ab

soluto, o

sea, de

la

teología,

y en 

fundar sobre la

crítica

d e la

filosofía

divina la

crítica de la

filo

sofía

humana.

Por esa razón,

ellos

suponen, para

que puedan ser apreciados, un

conocimiento

pre-

ciso

de

la filosofía de

la época moderna.

Las consecuencias de

estos

Principios

no se

ha

-

rán esperar.

Br uckberg, 9 de julio de 1843

30

1

La misión de

la

é d fu

6 l h .

poca

mo

erna e Ja

realiza

-

n

y u ~ ~ z c i ó n

de

Dio

s

la tran

sforma

ció n y cUsolu c1on d e la

te o

l

ogía

en antropologí a .

2

La manera religiosa o práctica de esta h .

zac ó

f

1 .

uman1-

b

I n

e protestantismo. El Dios que es hom-

re,

el

Dios

humano e d · e ·

l

Dios

d 1

.s ecir,

nsto só

lo

él

es

e protestantismo. El protestantjsmo ya

se

preocupa, como el catolicismo

de

lo

que

ros es

en

· ·

t si mismo sino

únicamente

de lo que

es para

el

hombr

de

ahí

como a

él · que y

no tenga

t e m p l a r f ~ a . nrguna t e n d ~ n c i a

especulativa o

c o n ~

1

,

e . procestant1smo ya no

es

teolo ,

en o esencial, no es más . ,

gi

decir,

antropología religiosa.

que

crzstologz.a es

31

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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3

El

protestantismo,

sin embargo,.

sólo negaba ,ª

·

Dios

en

sí o a

Dios en

tan.to Dios

pu e s

so-

lo Dios

en

es

propiamente Dios- sólo lo n b e ~ a ~ a

. 6 · t

lo

dejaba su s1sur.

prácticamente;

te

ricamen e d

tl es· pero

no en cambio

para

el

hombre, es

el

cir para el hombre religioso Él es .

un

ser e

:

a

ll

á

un

ser que só lo allá en

el ciel

o se

con-

~ ~ ~ i r á un ob jeto (Gegenstand)

para

el h o m b

Pero

lo allende la re ligión se halla aquen_de la fi

losofía; lo q ue para

~ q u c l no

es u n obJ e.to

(G

e

genstand)

co

ns t

ituy

e

prec

i

samente

el o

bj

eto de

.

és ta .

4

L a

elaboración

y

di

sol ució n racional

y

teorética

del Dio s inobjetivo el

más

allá, de la religión, es

la filosofía especulativa.

5

i...a esencia de

la

fil

osofía

e s p e c ~ l t i v no

es

º rra

t. ue

la esencia racionalizada,

rea

lizada

J

act

t a l i z

Ja de

Dios.

La filoso fía

e s p e ~ u l a t i v a

es la t

eo

log1a

verdadera, consecuente y racional.

6

Dios en

ta n

to

que Dio

s

e

n

tanto

que

ser

pir

itual

o abstracto, o

sea, no

.

h:imano, no sensi-

b le

únicam

ente accesible

y ob¡etwo

para la

razón

0

la

in t

elige

nci

a,

no

es

otro que el

ser d e la ra

n

misma, el cual, sin embargo, es r e P r e s e n t a ~ o me-

diante

la irnaginaci6n

por la teologta co" un

o el

teísmo como tm

ser distinto e

independien

te Es

por ello

una necesidad

interna.

y

sa g

rada zde.n-

ti/icar

definitivam

en

te

la

esencia

la. razon

dis-

tinguida

por la razón con esta razon

m ~ s m

el re -

conocer , por tanto,

realizar

y

actualizar

el. se

r

divino como

el ser

de

la razón. En esta n

eces

1dnd

32

r

eposa la elevada

signi/icación hist6rica de la fi-

losofía especulat iva.

La prue

ba

de

q ue

el ser divino es el ser

d e

la

razón o inteligencia

reside en que las

dete

r

mi

na-

ciones o atributos d e Dios en la medida,

cl a

ro

está,

de que éstos

sean

racionales o espirttuales-

0 0

son

deter

minaciones de

la se

nsibilidad

o de la

imaginación, sino atr

ibutos

de

la

raz6n.

«Dios es

el ser

infinito, el ser carente de

l

imi

taciones.»

P ero lo que no es linde n i límite de

D ios, tampoco es límite de la razón .

Allt

dó nde ,

por ejem pl o, D ios

es

u n ser q ue excede

de

los lí

mites

d e

la

se

n

si b

ilidad

allí,

lo

es tambié

n Ja

razón.

Quie

n

no pu

eda

pensar otra existe

ncia que la

sen-

sib

le,

quien,

por co n

siguiente,

posea u

na

razó

n

limitada por

la sensibilidad, también

posee, preci

samente

por esto, un Dios limitado por la sen-

sibilidad.

La razón que conciba a Dios como u n

ser

ilimitado, só lo concibe en

Dios

su propia

ili-

mitación . Lo que para la

razón

es cJ

ser

divino

es

también su verdadero ser

racional

es decir,

el.

ser

que corre

s

pond

e plenamente

a la

razón y

en esta misma medida le satisface. P

ero

aquello

en

lo que se

satisface

un se r

no

es s ino su ser

obj

etivo gege nstandlich

.

/Q

uien

encuentra satis-

facción en un poeta

es

también una n a LuraJeza poé-

tica, qu

ie

n l a ha

ll

a en

un

filósofo es

asimi

smo una

nat

ur a

l

eza

filosófica,

y

el

se

rlo

lo se

convierte

en objeto

Gegenstand)

para

él

mi

s

mo

y

para

l

os

otros

en es ta

s a t i s f a c c i ó ~ a

ra:ló n, «sin embargo,

no

se detiene

en

las cosas sensibJes

y

finitas;

ella

tan

sólo se

satisface

en

el

ser

infinito»

- lu eoo

sólo en este

se

r se nos revela la esencia de l a

razón.

«Dios

es el ser

neceseario.»

Pero

esta su nece-

sidad reposa

en

que Él

es

un

ser racional,

inte

ligente.

E l

mundo, Ja materia, no tienen en

mismas

el fundamento de su ser y de su

ser

así;

l es completamente indile.rente ser

o

JlO ser, ser

4

33

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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1

1

1

11

11\.1

\ 1 1

11

1

1

\

1.

··1,

' • 

.

'

a

Por consiguiente, pre

así

o ser de o ~ a m ~ e r e:n tanto que

causa,

otro

supone o e c e s a r 1 a m e ~ ~ t ~ l i g e n t e

autoconsciente,

qu e .

ser,

a

saber, un

ser

f Pues

si

a

este ser se_ le

actúe según cau

sas Y. mes. de

nuevo la

cuesu6n

sustrae la

i n t e l i g e n C L a ~ s i d a 1 e del

ser

primero .

y

su-

de

su causa.

La nec

. .

te en

la

.pre1msa

de

po

r cons1gu1en ,

premo

reposa

, . . el ser primero Y su-

que

sólo el t e n d t m ~ v ~ ~ d a d e t · o . Así como, en

premo, el ser

~ r i o .

y

m e ta(ísicas

u

ontoteo

general, las d e t e r ~ 1 n a c ~ ~ ~ · d ~ d y realidad

cuando se

lógicas

sólo adquieren.

. es

psicológicas

o

más

determmact0n

·¿

d d 1

las

remonta

a . ,

también

la

neces1 a e

bien antropológicas, as1 fí

. o

la ontoteología.

.

la

vkja

meta

s1ca · d

l

se r

divino

en

. ntendüniento,

ver

a y

sólo

adquiere senudo .Y e.

ón

psicológica o

antro-

realidad, en la_ d e t c r m ~ ~ ~ ~ l

que

ser

.inteligente. El

pológica

Dios en

ue

tiene

que pensarse

ser necesario es el

s

'

ndicionalmente, es ID·

.

afirmarse

meo

bl

csariamente,

. ble o irrecusa e; pero

condicionalmente

ionega nte

En el ser ne

ce-

sólc;>

como un ser ª i : u r : t n p ~ ~ f ~ p;ueba y

muestra

sar10, por tanto lid d

. s1dad

y rea

a . .

l

su propia

nece incondicionado,

universa

< <Dios

es

el ser 11

inmutable,

eter-

"Dios no es

esto

o ague: o

d

. . alidad la in-

- .

l

» Pero la incon ic1on . '

no o zntempora . .d d la universa-lidad' son

t a b i l i d ~ d . la c t e i ~ n ~ :

1

juicio de la te ol

ogía mc

también,

L n ~ l u s o

sdgul

er

d

ades

de

la

razón

o le-

tafísica, atributos e a: ~ o n s i g u i e n t e

atributos ?e

yes de

la :az6n Y po

. ,

son estas verdades

ID·

la razón

m1s ?'a; PJes, 1 ~ ~ i n d i c i o n a d a s

siempre

y

mutables,.

u r u v e l ~ d esd la razón, sino expresiones

por doquter va 1 as, e

de

l

ser

de

la razón?

. ,

qut

D

.

el

ser independiente y autonom

« ws es

. . uc aquí como

en t0dos

lO

*

Ni que decir yenc q ob 'ct0; hist6ricos

Y

los

parágrafos

q u c b f ° n c 1 e r n : ~ m ~ n t o

Jcn

mi propio

sei:itido,

stnc

arrollan, no ha o n i ar

cliente

objeto es decir,

en

esu

el

sentido del correspon '

en

l .

caso,

en el de

teismo.

34

no

necesita

de ningún otro ser

para

su existencia

y en consecuencia,

es

por y a

través

de sí mis-

1 ~ o .

»

Pero tampoco esta determinación abstrac ta

y

metafísica tiene sentido

y

realidad sino

como

de

finición

del

ser

del entendimiento, y no

sólo ex

presa que Dios

es

un

ser

pensante,

inteligente,

0

, a la

inversa,

que sólo

el

ser pensante es el ser

divino;

pues

lo un se1·

divino

necesita para su

existencia otras cosas fuera de sí. El aire lo nece

sito par-a respirar, el agua

para

bcbet,

la luz para

ver, Jas

su s

t

ancias vegetales

y

animales para co

mer; pero n o

necesito nada,

al

menos

inmed

ia

ta

mente,

para pensar

.

A

un

ser que

respire

no

lo

puedo

pensar sin aire, a uno que vea

no

lo pue

do pensar sin luz, pero al ser pensante lo puedo

pensar aisladamente

para sí.

El ser que respira se

remite

necesariamente a un ser exterior

a

él,

y su

objeto

(Gegenstand)

esencial,

en virtud del cual

es

lo que es,

está

fuera

de él

pero

el ser pen

sante se remite a sí mismo, es su

propio

objeto Ge-

genstand , tiene su ser en sí rnjsmo, es Jo que es

por sí mismo.

7

Lo

qu e en el teísmo es

objeto (Objekt),

en

la

filosofía

especulativa es sujeto;

Jo que en aqué

l

es el

ser únicamente

pensado, l·epresentado, de la

1·az6n,

en

la

filosofía especula

ti

va

es

el

ser pensan-

te

de

la razón misma.

El

teísta se

representa

a Dios

como

un

ser

per

sonal existente

fu

era de la ra

z6n,

fuera

del hom

bre

en

general

-p iensa en tanto

que sujeto sobre

Dios

en tanto que

objeto.

Concibe a

Dios

co

mo un ser, es

decir,

de acuerdo con su

represen

Lación,

como

un

ser espiritual, no-sensible,

pero

de acuerdo

con

su existencia, es

decir,

con

la

ve r

dad, lo concibe como un ser sensible; pues la ca

racterística esencial de

una existencia

objetiva, de

una existencia exterior al

pensamiento

o la repre-

35

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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tªCl

ón

es

la sensibilidad. El te ísta clis cíngue a

sen , . d. ·

Dios d e sí mismo

de

la m

is

ma m n e r ~ que LStln-

gue de sí

mismo las

cosas

y

,s eres   b ~ e s

en  

t que existentees

fu

era d e

él;

en s

mtes1s,

concibe

Dios

de

sde

el punto de v_ista de

la

s ~ n s i b i l i d _ a d :

El teólogo especulativo o filósofo con .c1be a

DLOs

por el contrario, desde el punto de_ vtS ta del. pe n-

sar

por consiguiente, entre él y

D 1os

no se

mt

er

ponc la perturbadora repre

sentación

de

un

ser

sens

ible; de e

st

a

manera id

e

ntifica

sir>; ~ b s t á c u l o

el ser ob

je

tivo, pensado, con el se

r

su

etwo, peo-

-

sa

n te. . .

La

n

ecesi

dad

interna

de

que

DL

os,

de

ob

¡eto

del hombre, se ,conyierta

en

sujeto, en yo pensan

te

se

d es p rende, a partir d e lo qu e se acaba de

r r o l l a r

de

la siguiente

ma n

era:

Di os es

obje

  G e g e n s t a ~ d )

dichos animales

se di

s tinguen

esen

no

del

ani mal. Pero lo .

que

un ser es

sólo

puede

reconocerse a partir d e

su

objeto (Gegenstand);

el ob jeto Gegenstand) al que

se refiere

n ecesaria:

m en

te

un

se

r no es o

tr

o qu e su ser manifiesto

offenbar). Así, el objeto de l

os animal

es he.rbí

vo ros

es la plan ta;

p e

ro a través de

este ob

jeto

Gegenstand) dichos animales d is tingu en, es en

cia

lm

ente de los otro

s,

los

animal

es

carn1vo ros .

Del

mi smo modo, el objeto de l o jo

es

la luz, y

no el sonido,

ni

el olor. En

el

ob jeto (Gegenst

and)

del ojo se manifiesta, sin embargo , su

se

L .

Por

ello viene a ser

indistinto

el

11

ver

que

el c

arec

er

de

ojos. Por

~ s o

también, en

la vida

lo

d

esig

namos las cosas y J

os

seres con ar r

eg

lo a su s

ob

je

to

s (

Gegenstand)

. ojo

es

el «Órgano

de.

la

luz».

Qui

en labra la uerra es

un

labrador; quien

hace

d e

la caza

el objeto Objekt) de s u actividad

es un cazador;

quien

pesca peces es un

pescador,

etcétera.

Si,

por con

si

guiente, Di

os

es un

o

bjeto

(Gegenstand)

- y

lo

es

n

ecesaria y

esencialmen

en el ser

de

este

ob

j

eto sólo se exp.resa el

,

propio ser del hombre . Im agin ate que ser pen-

sa n

te

de

un

planeta o de un co meta viera

un par

36

de párra fos de una

d o g m ~ t i c cristiana

que

tratara

d

el se

r de Di

os.

¿ Q

ué colegiría este

ser

de

dichos

párrafos? ¿Acas

o Ja

existencia de un Dios

en

el

se

nt

ido

de Ja do gmática

cristiana?

;No  

Única

m

eate

d

ed

uciría de ello que también

en

la Tierra

h

ay seres

pensantes; en

la

s

definiciones

de los

te

r

rícolas

de su

Dio

s

no

veda

más

que

las deficio

nes d e su

propio ser *; así,

por e jemplo, en l d e

finición:

D

ios

es

un espíritu, só

lo

vería

la prueba

y la ex presión de su propio espíritu; en suma, a

partir

d el

se

r y de lo s atrLbutos del ob j

eto

Ob-

  jekt) in

feri

ría el ser y atributos del s

uj

e to .

Y con

toda

razón;

pues

la

d

is

ti

nc

ión

e

ntr

e Jo

que

el

ob

jeto

G ege

ns tan d

)

inmed iata

y

sensible me nt e

da

para el hombre no

es

válida para este objeto (Ob

tekt ). Esta

distinción

sólo

es

legÍ l

im

a e n un ob

Jeto Gegenstand ) in mediata y sensiblemente

da

do y,

precisamente por e llo, dado también para

otros seres

•además del hombre.

La lu

z no se da

ú:1

}camente

pa.ra el hombre, si no que afecta tarn

b1en

a

los

ammales, a lo s vegetales e

j

nduso a

las materias inorgánicas:

es

un ser universal . Pa

ra perci

bi

r lo

que

es la lu z no só lo observamos,

por este

motivo, las impres io

ne

s y

efec tos que

ejerce sobre

nosotros,

s:no

también

los

que

ejer

ce

iObte otros seres distintos de nosotros.

De

ah í

que e n

este

caso la

cüstinción

e

nt

re el

objeto

G e-

genstand ) en sí

mismo

y el o bj eto Gegenstand)

para

nosotros,

y par

t icularmente, en tre

el

objeto

(

Gegenstand)

en

la

r

ea lid

ad

y

el

o bj

eto

(

Gegens

-

tand) en nu es tro pensar y nu estra represe nt·

ació

n ,

está objetiva

y

necesariamente fundada. P ero Dios

ún ica

mente es

un

ob

je

to

Ge

ge

nsta11d)

del

hombre.

Los animales y las estrellas veneran a Dios sólo

en

la

mente

del hombre. Por consiguiente,

perte

nece. a Ja m i s m ~ ese ncia de Dios el no ser objeto

de ninguna otra

esencia

que e l hombre el ser un

objeto

Gegenstand)

específicamente

humano, el

De

lo

s Lerrícolas. N

. del

T .)

37

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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,1

ser el misterio del homb

re. Pero

si Dios es

un

objeto Gegenstand) úrucamente del hom bre, ¿qué

se n

os manifiesta

en el

ser

de Dios?

Nada

que

no

sea

el

ser del hombre. Quien

tiene por

objeto

Ge

gens tand) al

ser

supremo, es,

él

mismo,

el ser

supremo. Cuanto más sea el

hombre

objeto

Ge

-

gensta11d   de los

animales,

tanto

más

elevados, ta n-

to

más

próximos estarán

éstos

del hombre. \ Un

animal

cuyo

objeto

Gegenstand) fuera el hombre

en tanto

hombre, el se

r

humano propiamente

di

cho, no sería ya u animal, sino también hombre.

Sólo seres

iguales

son objetos (Gegenstand)

recí

procamente,

a

saber,

t al

como

e

llos

son

en sí.

Con todo, la identidad

del

ser divino y humano

es propia

también de

la

conciencia

del

teísmo. Pe-

ro,

como

el teísmo,

a

pesar de

poner

e se

r d e

Di os en

el

espíritu,

lo representa a su vez, si n

embargo, como un ser sensible exterior

al

hom

bre, esta identidad no

es

para él objeto Gegens-

tand) sino

como identidad

sensible, como seme;anza

o parentesco.

El parentesco expresa Jo

mismo que

la

identidad;

pero,

a

su

vez,

se vincula a

ella

la

representación sensible

de

que

los

seres emparen-

tados son

autónomos,

es decir, seres sensibles que

existen

separa

damente.

8

La

teo l

ogía común

convierte

el punto

de

vista

del hombre

en

el

punto

de vfrta de Dios;

Jn

teo

log

ía

especulativa, por

el

contrario, convierte el

punto

de

vista

l

Dios

en el

punto de vista del

hombre o, más

bien, del pensador.

Para

la

teología

común, Dios es objeto (Ob 

jekt ), n saber, del mismo modo, precisamente,

que

cua

lquier orro

objeto

Objekt)

sensible;

pero,

al

mismo tiempo, Él es una

vez

más su

jeto , a saber,

sujeto

en el mismo sentido que el

sujeto

humano:

Dios engendra

cosas fue

ra

de

si,

se relaciona

co n-

sigo mismo y co n otros seres

existe

ntes fuera de

38

él,

se ama y se p iensa

al

tiempo

que

ama y pien

sa a otros

seres.

n resumen,

el

hombre convier

te sus pensamientos e incluso s

us

afectos en pen

samie

ntos

y

afecto

de

D

ios;

convierte

su

esencia

y

su

punto de vista

en la

esencia y punto de vista

de Dios . La teología especulativa, sin em bargo,

invierte este nexo. En la teología común,

Dios

es,

pot

esta

1·a

n,

una

contradicci6n consigo mismo;

pues

Él

debe ser un

ser

no-humano,

sobre-huma

no,

y, no

obstante,

con arreglo a todas

sus deter

m

inaciones,

es, .

en

verdad, un

·

se

r humano.

En la

teo l

ogía

especulativa o

filosofía,

por. el contra rio,

Dios es

una

contradicción

con

el

hombre:

Él

debe

ser

el

ser del hombre 0 al menos de l a

ra

z ón -

y,

no

obstante, es un

ser

no-humano, so

bre-humano, es decir,

un

ser

abstracto

. E l

Dios

sobre-humano no

es, en

J a

teología

común,

más

que: una e d ~ f i c a n t e fórmula retórica, una represen

tación,

un

Juguere de la fantasía;

en

]a filosofía

especulativa es, por

el

contrario, verdad, amarga

veracidad. La

violenta

contradicción en que

ha

incurrrido la filosofía

especulativa só

lo

t iene su

fundamento

en

que

ha convertido

a

Dios,

que en

el tefsmo sólo es

un

ser

de Ja

fantasía,

un

ser

lejano, indeterminado y nebuloso, en

un

ser

ac

tual y determinado, con lo que

ha

roto

el hechizo

ilusol io que posee

un

se1· alejado en J

os

vahos

azulados de la

representación.

Así,

l

os teístas

se

l < r ~ z a r o n

porque

la

lógica,

según

Hegel,

era

la

cxpos1ción de Dios en su

ser

eterno

y

preterre-

nal

·

no obstante,

por

ejemplo, en la teoría de la

~ a n t i d a d trataba so

bre

las magnitudes extensas e

intensas,

la

s

fracciones

y las potenóas, las rela

ciones

de medjda,

etc. ¿C6mo, exclamaron

con ira,

es

te Dio

s

ha de ser

nuestro D

ios?

Y sin embargo:

¿Qué es Él

sino

el

Dios

sustraído de las tinie

blas de la

representación indeterminada y expues

to

a Ja luz del pensamiento determinante? ¿Qué

es

sino el Dios del teísmo to mado,

por así

de

cirlo,

literalmente,

el

Dios

que ha

ordenado y

crea-

39

·

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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r

do todo según medid

a

número y peso?

Si

Dios

ha

ordenado

y creado todo

según

medida y

mero es decir que la medida

y

el número antes

de

hacerse

realidad

en

las cosas extradivinas

ya

·

estaban comprendidos en el enLeodimiento de

D

ios y

por consiguiente

en

su ser - pues entre

el e n tendimiento de

Dios

y

su

ser no existe

nin

guna

diferencia

- , y

todavía están comprendidos

hoy

¿no

perte

n

ecen entonces las matemáticas

a

los misterios de la teología? P ero claro está u n

se

r

tiene

un

se

mb lan te completamente distin to

en

la imagin ación y la represe

nt ación

que en l a ver

da

d

y

en

l

re

alidad

; no

ti

e ne n

ada

de

extrañ

o

que

para

aque

ll

os

q ue

se

rigen

por sem

bl

anza

por la

apariencia un

o y el mismo se r apa rezca

como dos

seres

en teramente distinto

s.

9

Los

atributos

o predicados esenciales del ser di-

vino

son los

atributos o predicados esenciales de

la filosofía especulativa.

10

Dios

es

espíritu puro ser puro

actividad

pu ra

-actus pu

r

us -

pasiones sin determinaciones

exteriores sin se

nsibilidad sin

materfa.

La filo

so

fía

especu

la

tiv

a

es este espiritu puro esta acti-

vidad

pura realizad

os

como

acto

del

pe

nsar

es

el ser absoluto

en

tanto que pensar absoluto .

Así como

anteriormente

a abstracción de todo

lo

sensible

y material era la

condición

n

eces

aria

de l

teología

, así también lo era

de la

filosofía

especulativa; con la sola diferencia de que la abs

tracción es una abstracción a su

vez

sensible, por

cuanto

su objeto aun

cuando

alcanzado a tr avés

de la

abstracción se volvía

a representar de nue

vo como

un se

r

sensible mientras

que

la

abstrac

ción

de

la filosofía especulativa es una

abstracción

espiri

t

ual

pensada

sólo

tiene una sigpificación

40

científica o

teorética

pero no

práctica. El comien

zo

de

1a

filosofía

cartesiana

la

abstracción

de

la

sensibilidad ,

de Ja

materia

es

también

el

comie:1-

zo de la

filosofía

especulativa

moderna.

Pero

D es··

cartes

y Leibniz sólo consideraban esla abstrac

ción como una condición subjetiva para conocer

el inmaterial se

r divino; representaban la inma

terialidad

de Dios

como

un

atribulo

objetivo,

independiente de la abstracción

y

del pe nsamien

to; se

hallaban

todavía

en

el punto de v i

sta del

teísmo convertían

al

ser inmaterial so lamente en

ob

j

eto

(Objekt , pero no en

sujeto, en

principio

activo

en

esencia real

de

la filosofía

mi

s

ma

.

Con

t

odo también

en Descartes y en Leibniz Di

os es

e l principio de la filosofía;

pero

sólo como un ob

jeto (Objekt distinto del pensar -y por ello

só lo como principio en general

sólo

en la

repre

se

nt a

ción y no de hecho y e n vcr<lad.

Dios

es

únicamente la causa primera

y

univ

ersal

de

la ma

teria del

movimiento y

de la

actividad; pero

los

movimientos y actividades

particulares

las cosas

materiales

reales

y

determinadas

se co nsidernn y

reconocen en tanto que independientes de Di

os

.

Leibniz

y

Descartes sólo so n idealistas en Jo un i

versal; e n lo particul

ar

en cambio

son

mat

eria

l isLas.

SóJo

Dios

es

el

idealista

consecuente inte

gr a l, verdadero:

pues

sólo Él se

repr

esenta todas

las

cosas

sin oscuridad es decir

n

el

se

nt ido de

Ja Wo soHa d e Leibniz

si n

· los

se

nLic los y• la

ima

ginación.

É l

es

ente

n

dimiento puro

o

sea

enten

dimiento separa

do

de

toda se

nsi

bilidad

y

materia

lidad; por

eso

todas las cosas materiales

so

n

para

Él puros seres del entendimiento puros pensa

mientos; para Él no existe abso luLnmente ninguna

materia pues

ésta tan

sólo

reposa

en

representa

ciones oscuras o sea sensibles. Pero tamb ién el

hombre tiene en

para Leibniz

una

buena parte

del

idealismo

¿ cómo sería

posible de

lo con

trario

represen

ta rse

un

ser inmaterial

sin

tener

up a

facultad inmaterial

y

por consiguiente ,

sin repre-

41

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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sentaciones inmateriales?

-

pues, además

de

los

sen ti

dos

y la imaginación, tiene

en

tcndim ien

to, y

el entendimiento, por cuanto

es

un ser

pensante,

es precisamente inmaterial, puro; sólo que el en-

tendimiento del hombre no

es

tan puro, no

es

puro en la ilimitación y exten

sió

n del

entendi

miento

divino o del ser

divino.

El hombre y, res

pec

tivamente

, este hombre, Leibniz, es, por con-

siguiente, un idealista parcial, un idealista a medias,

y

sólo

Dios

es

un

ideal

ista

integral,

lo Él es

el

«consumado

sabio universal» ,

como

también

lo de nominó explícitamente Wolff ;

es

decir,

Dios

es

la

idea,

del

idealismo abso

luto de

la

posterior

filosofía especulativa

co nsumada y

realizada has-

ta lo singular.

Pues,

¿qué es el entendimieiHo,

qué es

en

general el ser de Dios? N o

es otro

que

e l e

nt

endimiento , el ser del hombre,

se

pa rado de

Jas d e terminaciones qu e , en

una

época determinada,

son

limitaciones

del hombre , ya

sea

n

reales

o su

puestas.

Quien

no tiene un

entendimiento escindido

de

sus sentidos,

quien no consi

d

era

a s

us

se

ntidos

como

li mi

taciones,

éste tampoco se representa un

entendimiento sin sentidos como el entendimiento

supremo. y verdadero. Pero, ¿qué

es

la idea d e una

cosa

sino su esencia, purifi

cada

de las limitaciones

y

os

c

uridades

de que ad o

lece

en

la

reaUdad,

en la

qué está

en re l

ac

ión

co

n otras

cosas?

Así, el

Jími-

del

entendimiento

hu m

ano

reside

,

segú

n

Leib

ni

z,

e n

que

e

stá afectado

por

el

materialismo es

de c

ir,

por

repr esentac ion

es oscuras;

estas repre-

se

nt a

ciones

oscuras proceden a su

vez

únicamente

de

que el se r

humano

está en

relación con

otros

seres, o  el mundo en ge neral.

Pero esta

vincu-

lació n no pertenece al ser del e

nt

endimiento; m ás

bien

se contradice con él,

pues,

en sí. es decir,

en Ja idea, es

un

ser inmateria l , esto es,

un se

r

que

es

para sí. mismo, un ser

ais

l

ado.

Y

esta

idea

este entendimiento

depurado

de tocfos las repre-

sentaciones materialista

s

es precisamente el enten

dim iento divino . Pero Jo que

en

Leibniz

sólo

era

42

idea

se

co nvirtió en

la filosofía posterior

en

ver-

dad

y

realidad . El idealismo absoluto no es

sino

el

en

tendimiento divino del teísmo leibniziano rea-

lizado

, el entendimiento puro llevado a cabo sis

temáticamente , en entendimiento que d es poja a

todas l as

cosas

de su

sensibilidad,

co nvirtiéndolas

e n

puros seres

del entendimiento

no

a

b ct

ada s

por nnda extrao, que

lo se ocupan de sí mismos

en tanto qu e se r de los se res.

Dios

es

una

esencia

pensante; pero

los objetos

Gegemtand)

que

piensa,

que

conc

ib

e

en

al

ig

ual

qu e su

entendimiento, no

difi

eren de

su

cia, d e suer te

que

al p ensar las cosas

lo se pi n-

sa a sí mismo

y, por

tanto ,

sig

ue e n

ininte

rrum-

pida unidad

consig

o mismo.

Esta

unidad de

lo

pens fn/e y

lo pensado

constituye,

empero. el

se-

creto

del

pensamiento especulativo.

A sí,

por

ejemplo, e n Ja l

ógica de Hegel,

los

obje

t

os

Gegenstand) del pensamiento

no

son

dis-

tintos de la

esencia

del pensar.

El pensar

se halla

aq :-1í en ininterrumpida unidad con sigo mismo; los

ob

jet os

Gegenstand) del

mis mo sólo sori determi-

n

ac

ion

es

del pensar, se ab sorben puramente en

el

pen

sa

m

iento

, nada

tienen

para

g uc

perma

nezca

fu e ra_ del n t o Pero lo que

cons

ti tuye Ja

esencia de la lógica,

es

también la esencia de

Dios.

Di

os

una

c..:sencia

espiritual

, abs

tracta;

pero

, a

su v

ez, es

la esen

cia de

l

as

es en c

ias

que abarca

e n sí todas las esencias y, a sabe r, e n unidad con

esta su

ese

n

cia

abstracta. Pero, ¿qué son

la

s es en

cias jdénticas

a ,

un

a e

se

n

cia abstracta, espir

it ual?

Son, a

su

vez, es e

ncia

s abstractas - pensamientos.

Las cos

as,

en D

ios, no

son como son

fuera

de

Dios;

por el contrario,

son

tan d

istintas

de las

cosas

reales, como di st int as

son

las

cosas

en tan

to que

ob

jeto G

egenstancl

de la

gica,

de

las

cosas en tan to

qu

e ob j

eto

Gegenstan d   de la

43

.

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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t

intuición

real.

¿A qué se

reduce, pues, la

di.te_ren

cia entre el pensamiento divino y el metafísico?

Sólo

a

una diferencia

de

la imaginación

  a

la sola

diferencia entre

el

pensar representado y el pen

sar real.

12

La

diferencia

entre el

saber

o el pensar

de

Dios en tanto

que imag

en original Urbild) que

pret;;de y crea

a

las cosas, y el p e n ~ a m i e n t o f u-

mano

que sigue a las

cosas

como

copta

Nachbtld)

. de ellas no

es

otra qu e

la

diferencia entre el sa

ber

aprioríst ico

o

especu

l

ativo

y

el

saber

aposte

-

rirístico o empírico. ·

El te ísmo se representa

a

Dios como una esen

cia que, si bien

pensante o

espiritual, es,

a

su

vez sensible.

Por

esta razón vincula

con el

pen

sar y

la

voluntad de Dios

efectos inmediatamente

S

e11sibles

materiales

-efectos que se contraclicen

\

co

n la

esencia del pensar y

la

voluntad, y

que

no

expresan más

que

el poder

de

la naturaleza. Un

efecto material seme

jante - q u e

en consecuencia,

es

la

mera

expresión

de

un

poder sensi b l e - es

ante todo la

a·eación

o

producción

del mundo

real, material. La teología especulativa en

cambio

Lransforma este acto sens

ibte que

con Lradicc la

esencia del pensar en un acto

lógico o

teorético,

transforma

fo .producción

material de

l

ob

jeto

Ge-

genstand

)

en

el enge

ndramiento

especu

l

ativo

a

par

tir del

concepto.

En

el

teísmo,

el

mundo ec:;

u n

producto

temporal de

Dios

e l

mundo

existe

ha

ce

algunos milenios

y, antes

de

ser, sólo e ra Dios;

en la

teología especulativa, por el

contrario, e l

mundo

o la

naturaleza

sólo son

posteriores

a Dios .

en

cuanto

su rango y significación: el acciJente

presupone la sustancia, la naturaleza

presupone

la lógica; pero

según

el

concepto,

no

segú

n la

existencia sensible y,

por consiguienLc no

según

el tiempo.

El ceísmo sin embargo, :no só

lo

transfiere a

Dios el

saber

especulativo, sino tambén el

saber

sensible, empírico

y , concretamente,

e n su

ple

nitud

suprema.

Y de

la misma

manera que el sa

ber preterrenal

y preobjetivo

de Dios halló _u

realización su verdad y realidad en el saber

aprio

rístico

de

la filosofía especulativa, así también

el

saber

sensible d e

Dios sólo las ha

encontrado

en

Jas

ciencias empíricas

de

la época moderna.

E l sa

ber sensible más

pleno,

es decir,

el saber

sensib

le

divino

no es,

en efecto, sino

el

más

sensible

d e

los saberes

el

sabe

r de

las

mayores minucias y

de

las

s

ingula;idade

s

más

i

mperceptibles Dios

e_s

po.r ello

omnisciente», dice santo Tomás

de Aqu1-

.

no, «porque sabe

de

las cosas más

singulares»- el

saber

que

no agrupa indiscretamente

en tm

mechón

todos Jos

cabellos

de

la .piel

humana,

sino

que

los

cuenta y

conoce

uno por uno.

Pero

este saber di

vino que en

la

teología no es más que una repre

sentación

una fantasía, se convirtió en

un saber

racional real en el

saber

telescópico y m icrosc6-

pico de

la ciencia

natural. Ella contó las estrellas

del

firmamento, los

huevos de los cuerpos

de

los

peces y

Jas

mariposas, los topitos

de

las

alas

de

los insectos

  a

fin

de

distinguirlos

emre

sí; sólo

en a oruga del bombicílido

del sauce

ha probado

anatómicamente la existencia

de 288 músculos en

la

cabeza, de 1.647 en el cu

erpo,

y

en

el

estóma

go

y

l

os

intest

i

nos

otros

2 .1

86. ¿Qué

más

puede

pedirse? Ahí tenemos, por esa .razón un ejem p

lo

palmario

de

la verdad

de

que la repre

se

ntación

humana

de

Dio

s

es la representación del indivi

duo humano de

su

género, de que

Dios co

mo  

con

junto de

todas la

s

realidades

y plenitudes no es

sino

el conjunto,

sintetizado

a modo

de compen

dio para el

uso del

limitado

individuo,

de

los

atri

butos

genéricos

repartidos

entre

los hombres que

se han

ido

realizando

a lo

largo

del

curso

de

la

hi

st oria. En

su

ex tensión cuantitadva, e l

dominio

de la

s

ciencias

de

la naturaleza es completamente

·

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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inconmensurable e

inabarcable para el individuo.

¿Quién

es

capaz

de contar

al mismo tiempo las

estrellas

del

firmamento, y

los

músculos y nervios

del cuerpo de la oruga? Lyonet perdió la

vista

en aras de

Ja

anatomía de la oruga. ¿Quién pue-

de observar

a

l vez las diferenc

ias entre

las ci

mas

y

abismos de la Luna y

las diferencias

entre

lo s incontables

ammonites

y

terebrátula

s? Pero lo

que no sabe ni puede

el

hombre indivjdualmente,

lo

sa

ben y pueden los hombres en su conjunto.

. A

sí pues, el saber

divino,

que conoce

a

l vez

todas las singularidades,

t i ~

su

rea

li

dad

en

el

saber del género .

Como con la omnisciencia

divina

, así

también

sucede

con la

omnipresencia

divina, la cual se

ha

realizado igualmente

en

el

hombre . Mientras un

hombre

anota

lo que

acaece

en la Luna

o

Urano,

otro observa lo que sucede

en

Venu

s o en J

as

vís-

ceras

de

la oruga

o en

cualquier otro

lugar en el

que

hasta

ahora

no había

pentrado, bajo

la

hege-

monía

del Dios

omnisciente

y omnipresente, nin-

gún

ojo humano.

E

incluso,

mientras

el hombre

observa a es ta estrella desde Europa,

la

observa

también

y

al mismo tiempo desde América.

Lo

que resulta

absolutamente

imposible para

un

so lo

hombre,

es posible

para dos

. Mas

Dios est<1 sin

embargo, en todos los lugares

a la vez y

lo cono-

ce

todo,

todo a

la vez

y sin

di

s

tinción. Cierta-

mente,

pero

debe señalarse que

esta

omnisciencia

y omnipresencia existen merament

e

en la repre-

sentación,

en

l imaginación y, por consiguiente,

no

debe

omitirse la

ya

mencionada

e importante

distinción

entre la cosa

únicamente

imagin

ada y la

cosa real. En la imaginación se puede abarcar,

ev identemente, de una sola ojeada

los

4.059

mús-

culos

de

una oruga; en

la realidad,

empero, en

la

que estos músculos

están

separados unos de oLros,

lo

se pueden observar uno tras otro.

Del

mi s

mo modo,

el

limitad

o

individuo puede represen-

tarse en

su imaginación la

extensión del saber

46

humano en

tanto

que limitado,

mientras

que

si

quisiera apropiarse

realmente

de este saber, no

llegaría,

ni ahora ni nunca, a un término del

mis-

mo. Se puede pensar, por ejemplo, en una cien-

cia, as ,

la historia, y dividir

en

el pensamíento

la historia universal en

l

historia

de Jos

países

en

particular, la

de

éstos,

a

su vez,

en

la

lústoria

de cada una de las provincias, éstas, en fin, en

las

crónicas

de cada ciudad, y

las crónicas

de Lis

ciudades en historias familiares, en

biografías.

¿Cómo

podría

llegar un solo

individuo a

aquel

punto en

que

pudiera exclamar:

aquí he

llegado

al

término del saber histórico

de

:la

humanidad?

J?e idéntica manera, en la

imaginación,

l

dura-

ción

de

nuestra

vida, tanto el tiempo pasado como

el futuro posible, y aun cu ando pudiéramos pro-

longar

ampliamente

a

éste último, aparece como

extraordinariamente

breve,

por lo

que en

los mo-

mento

s en que tenemos esta

imaginación

nos

sen-

timos impulsados

a completar esa efímera bre-

vedad en nuestra representación

con

una

v °

da

inabarcable,

infinita, despué

s

de l muerte. Pe -

ro ¡cu

án

larga es en la realidad la duración de

un

so lo día,

o

incluso

una

sola hora ¿De

qué

pro-

cede

esta

diferencia?

De que

el tiempo

represen-

tado es un tiempo vacío es, pues, nada entre

un punto

jnicial y

un punto

final de nuestro

cál

culo;

pero el tiempo

real

de la vida es el · tiempo

lleno,

en

que,

en

medio

del ahoi-a

y del después,

se encuentran montañas de

dificultades de toda

clase.

13

La absoluta ausencia de premisas

el

comienzo

de

la filosofía especulativa

- no es

sino la ausencia

de premisas y de

comienzo

la aseidad de

la

esencia

divina. La teología distingue

entre

las propieda-

d es

activas

y

pasivas

de Dios. La filosofía,

sin em -

bargo, transforma también

la s

propiedades pasivas

47

1

• 1

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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· a t

oda la esencia de Dio

s

en activid

ad,

en activas

- . b

 é

1

. d d

hu mana

Ello

rige tam

i n para e

pero acuv1 a ·

di

d

de e

ste

párrafo La filosofía

no

presupone

P

re

ca

o . · . á . h

d

1

al

no

significa m

s

que. e a

ace

na a -

0

cu

·

Ob ·

k

) ·

b

ón de todos los

objetos

( e t mme-

a stracc1 d

di · ·d

d

.

d

ecir sensi

b

leme

n

te

da

os,

stmgUJ

os

iata, es

• b ·6 d d

d

1

en

S

íntesis

hace

a stracc1 n e

to

o

e pensar, . d .

1

ede

abs

traerse

srn

cesar

e

pensar,

con-

o

que pu

· d d

b

·

· · d

este acto de abstracc

16n e

to

a o JeU

v1rue11

o l · d

vidad n s t a n d l i c h k ~ i t en e comienzo . e s1

·

Qu

é otra

es

sm embar

go,

la

esencia

ab-

m1sma. ¿

¿ d ·

1

t

S

·

1

no la

esenci

a

a la

que

na

a p r

ece

e,

para

so u a, , d d

E

d ll .

Ja

qu

e

ni n

gu

na cosa

e s

ta

ª,

a

ucra

e

e a

n1

es

neces

aria,

la es

encia

sustra1da de . t<;>dos l

os

oh-

.

(O b

 ek

t)

de

todas

l as cosas

distintas

e m

se

-

JelOS

I . r· 61

arables

de ell

a, l esencia

, en

in

que s o

se

p · en ob1 eto (G egenst

and

) para los ho m-

conv1erte . · d

b

t

avés

de la abstracción prcc1samente e

res a r l D l

·

mas

cosas?

Aquello

de o

que

1os

es

-

estas mis

, . . .

b

d

lo

q

ue debes liberart

e

tu mismo

s1

quie-

re es

e . .

re

s

alcanzar a

D ios, y

te

haces, por

1 g u t e n t ~ ,

J

t

libre

cuando

te lo re

presentas en

ti.

rea

men

e . .

Si,

en

consecuencia

,

concibe i Dios como

.

una

·

si

n

pr

emisas

de

cualquier

otra esencia

u

ese ncia , . . .

objeto

(Obiekt) entonces ere_s tu m l S [ ~ 1 0

quien

~ 1 e n

. · la premisa de un

obj

eto Ob¡

ek

t) exterior;

sas sm .

]a

propi

e

dad qu

e

transfi

eres a

Dtos es una pro-

piedad de tu pensar.

Sólo e n el ac

tu

ar

del

h

o_

mb re

se

en

cuentra

lo

que

constituye

el se

r

de Dios

o

lo

que se represe

nta como tal.

_¿ Qué es el Yo

de

.Pichtc

el

cual dice :

«Yo soy

s1mplemcnte porque

, que es el pen

samiento puro, care

n

te

de

yo

soy»,

·

l ·

·

de Hegel sino

l

esencia act ua

,

act

wa

premisas,

, .

te

del

h

ombr

e

transform

ad a

en la esencia

y

pensan .

divina de

la

vi

eja

teología y metafí

sica?

14

La

fi

losofía especulativa,

como

reali

za

ció:1 d e

Dios,

es

l a

posición, al ti

em

po que ta superación o

48

uegación de

Di

os;

es

t

eísmo,

l tiempo que at

eí s

-

mo: pues

Dio

s sólo es

Dios

-D i o s en el sentido de

la

teología

-

en tanto

se represente como una

esencia

autónoma y

di

stinta de

.

la

esencia

del hom

bre

y de la

naturaleza. El teísmo que, en

tanto

po

sición

d e

Dios es,

a la

vez, negación de Dios

,

o,

inversamente,

e n tanto

negación

de

Dios

todavía

es,

al

mismo tiempo,

afirmación

del

mismo, es

pan-

teísmo. El teísmo propiam

en te

dicho

o t

eológico,

empero, no es otro que

el

pant

e

ísmo imaginario,

y éste

no es otro

que

el real

y

verdadero

t

eísmo.

Lo que

distingue

al

teísmo del panteísmo

es úni

camente

l

imaginación,

la

r

epresen

lación

de

Dio

s

como una esencia

personal.

Todas las d etermina

ciones de Dios

y

Dio

s

es ne

ces

ariamente

de

terminado, pues

de

lo

contrario es

nada

,

ni

si

quiera el objeto (Ob¡e

kt) de una

represent

ac

i ó n

so

n d etermi

nacione

s de la

realidad

,

ya se

a de la

na

turaleza, ya sea del

hombre

, o de

ambos

a

l

ve. ,

es de cir, son

determinaciones

panteís

tas;

pues

lo ¡ue

no

distingue

a D

ios de la esencia de la na

turaleza

o d el

hombre es panteísm o

.

Dios, por

consiguie

n

te,

lo

difiere

del

mundo, del conjunto

de

la

n

aturaleza y la humanidad, por su

pe r

sona

lidad y existencia, mas n o

por

sus d e t e r m i n ~ c i o -

n

es

o

e

sencia: es

d

ecir,

únicam

ente es

r

ep

r

esenta-

da como otra ese

ncia,

pero

en

v e

rdad

no

es

otra

esenc

ia El teísmo es

l

contradi

cc

ión entre

apa

riencia

y

esencia,

e

ntre repre

se

ntaci

ón

y ve

rdad;

el

panteísmo

es

la unidad

de ambos

l

panteísmo

es

l a

verdad desnuda

del

te ísmo. Cabalm

ente

com

p r e ~ d i d a s ,

considera

das seriamente, ej

ecu

ta das y

r

ea lt

z

adas, toda

s

las representacione

s

d el teísmo

conducen

necesariamente

al

panteísmo. El panteís

mo es el

teísmo

consecuente. El teísmo conci

be a

Dios como l causa original y, más concretame

nt e,

como

un

causa viva y personal

,

como el creador

del mundo

:

Dio

s ha producido el mundo

por su

vo luntad . Pero

l

vo luntad no

es

s

ufi

cien le. Allí:

donde hay voluntad, debe haber también

en

tendi-

5

49

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

http://slidepdf.com/reader/full/1976-1842-1843-ludwig-feuerbach-tesis-provisionales-para-la-reforma-de 34/67

miento:

lo que

se

pretende

es un

asunto

del

en

tendimiento. Sin entendimiento no hay

objeto

Ge-

genstand). Las cosas produddas por Dios eran

por

esa

razón

antes de

su

producción

n

Dios, obje

tos

Obj;k

.t) de su entendimiento, esencias del

entendimiento. E l

entendimiento

de Dios, se dice

en la

teología,

es el con

junto

de

todas las

cosas

y esencias. ¿De dónde

habrían surgido

sino de la

nada?

Y

es indistinto que

te

representes esta nada

en tu imaginación en tanto que autónoma o la

transfieras a Dios.

Pero

Dlos contiene o es todo

únicamente de

un modo

ideal

en

el modo de la

representación.

Este

panteísmo idea

l

conduce,

pues,

necesariamente

al pan.teísmo real o

auténtico,, ya

que el entendimiento de

Dios no está lejos

de su

esencia, y

su

esencia

no

está lejos de la realidad

de Dios. Cómo sería posible

la

separación entre

el entendimiento y la esencia, entre

la

esenda y la

realidad o .existencia

de Dios? Si

las cosas están

en el entendimiento de

Dios

, ¿cómo

podrían

estar

fuera

de su esencia? Si

son

consecuencia de su

entendimiento, ¿cómo no

van

a

ser

consecuenda

de s u esencia? Y .si en Dios

su

esencia es

irune

diatamente idéntica a su re

alidad, es

decir, si la

existencia de Dios

no se deja

separar

de

su

co n

cepto, ¿cómo

podría separars

e

en el

concepto

de

las cosas

de Dios el concepto de

la cosa

y

la cosa

real? ¿Cómo puede tener lugar en Dios, po.r con

siguiente,

la

distinción

que

sólo

constituye

la

na

turaleza

del

entendimiento finito y no-divino, la di s

tinción

entre

l a

cosa

en

la

representación y l a

cosa fuera de la representación?

Sin

embargo,

si

no

tenemos

ya

ninguna

cosa fuera

del entendimien-

to

de

Dios,

ello

quiere decir consecuentemente

que tampoco tenemos

ninguna

fuera de su esencia

y,

por

último, ninguna tampoco fuera de su exis-

tencia t oda s las cosas son en Dios, y

ello de

hecho y en verdad,

no sólo en

la representación;

pues, dónde

sólo son

en

la

representación-

tan

to en la de Dios, cuan

to

en la del hombre - es

50

decir,

. sólo ~ o n i ~ e a l o

más

bien

imaginariam

ente

e?

Dios, existen. a la

vez fuera

de la repi·esenta

c1ón:. fu:ra de

Dios.

Pero

no

tenemos

ninguna co

sa,

ru1?gu r;

mu?do,

f u e r a

de

Dios,

taro

poco tene

mos r u ~

?ios

fuera

del mu11do o

tenemos

una esencia ideal,

representada,

sino

una esencia

r

ea

l; .

e n ~ m o s por

consiguiente, y en w1a

palabra,

el spmoz1smo, el

panteísmo.

. El teísmo se .representa .a Dios como una

esen

cia :J?uramente inmaterial. Sin embargo, detenninar

a

Dios en

~ a n t a

que inmaterial

no

significa

más

que determinar la

materia como

una cosa vana

com?

un

no-ser

Unwesen); pues só

lo

Dios

es

medida

de lo real,

sólo

Dios es ser, verdad, esencia;

sólo es lo que

es

válido por Dios y en Dios· lo

que

es. negado .por Dios

no

es. Inferir la

m a ~ e r i a

a part i r de Dios

no significa,

por

consiguiente,

mas

que. pretender

fundar

su

.ser en

su

no -ser·

pues

la mferencia es el i·esultado

de

u f ~ n d ; -

m e n t ~ de

una

fundamentación.

Dios ha

hecho

la

matena . Mas,

¿cómo,

por

qué, a partir de qué?

Respecto,ª esto, el

t ~ í s m o

no

da

ninguna respues

ta.

_Para

~ l ,

la materia es una ex is te

ncia

puramen

te

mexpl:cable> es decir,

ella

es el límite> el

fin

de

la t 7 o l o ~ 1 a , el

lu

gar

en

que ésta fracasa, lo

mismo

en .ida que en ~ p ~ n s a m i e n t o . ¿Cómo, por

cons1gwe?te,

puedo

10fenr

el fin, la negación de

_teolog1a,

s:n

~ 1 e g a r l a ? ¿Cómo buscar un prin

c1p10

~ x p l i c a c i ó n

w1a

aclaración, allí

donde su

e n t ~ n d i m i e n t o claudica? ¿Cómo a partir de la ne

g a a 6 ~

de la materia o del

mundo negación

ue

constituye

la e ~ ~ n c i a

de la

teología,' cómo

a pa;tir

de la propos1c1on: l ma

tetia

no es puedo d

prender la afü-mación de la ma teúa

1

l a

p

ción.

lJ úl

. , ropos1-

. e es y

esto

tuno a

pesar

del Dios de

la t e o o ~ i a ? ¿De qué otro modo sino

mediante

pu-

ras. f1cc1ones? : Las _osas m ~ t e r i a l e s

sólo

pueden

derivarse de

D 1 ~ s

si

Dios mismo

es determinado

como

una esencia

.

materialista

. Sólo

así, de ca u

sa

sólo representada, imaginada, D io s ·se convierte en

51

• 1

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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,.

J

causa real del mundo. Quien no

se

avergüenza de

hacer zapatos que tampoco

se

avergüence de

zapatero

ni

de llamarse

así. Hans Sachs

era

cier

tamente zapatero

al tiempo que

poeta

. Mas s,us

zapatos eran

obra

de sus manos y

sus

poesias

o bra de su

cabeza.

A tal efecto tal causa.

La

ma

teria sin embargo no

es

Dios más bien

es lo

i n i t ~

lo no-divino

lo

que niega a Dios l o s

incondicionales

venerado.res y partidarios de la ma

teria son ateos.

El

panteísmo

une

por

esta

razón

el

ateísmo

con el

teísmo

- \me la negación de

Dios

con Djos:

Dios

es un ser material o en

el

lenguaje

de

Spinoza

un

ser

extenso.

15

El panteísmo es el

ateísmo teológico el mate-

rialismo teológico la negación de la teología

pe-

ro a su

vez

desde

el punto de vista de la teolo-

gía; pues convierte la materia la

negación

. de p ~ o s

en

un predicado o

atributo de

la esencia dzvtna.

Sin embargo quien convierte

la maLeria en atri

buto de Dios

declara

la materia

como una

esen

cia divina. La realización de

Dios

tiene en general

como premisa l divinidad de lo real esto es

la verdad esenciali

dad de

lo real.

a divinización

de lo real

de lo materialmente existente

el

ma

terialismo

el empirismo el

reali

s

mo

el humanis

mo-- Ja negación

de la

teología es sin

em

bargo

Ja

esencia

de

la época

moderna

el

evada

a

esencia

divina a principio filos6/ico   religioso.

El empirismo o

realismo bajo

el

cual

se

com

prenden

aquí

las llamadas ciencias reales en gene

ral y

en

particular las ciencias de la naturaleza

niega a

la

teologfa pero

no

teoréúca sino prác-

ticamente

-

mediante

el acto en la

medida

en

que el realista convierte

en

cometido esencial de

su vida en ob¡eto Gegenstand) esencial de su

actividad

lo

que

es negación

de Dios

o

al

me

nos

lo que no

es

Dios. Mas quien concentra el

espíritu

y el corazón únicamente en lo

material

en

lo sensible niega di ' hecho la realidad de lo

suprasensible pues para el

hombre

al menos só

lo

es real lo que es

objeto

Ob¡ekt) de

una activi

dad

real

y

efectiva. «Aquello que no sé

me deja

indiferente».

El aserto de que nada

puede saberse

de

lo

suprasensible no

es

más que una evasiva.

De

Dios y las cosas divinas tan sólo no se

sabe

nada cuando

no

quiere saberse de

ellas.

¡Cuánto

se

sabía de

Dio

s de las demonios y los

ángeles

mientras

estos seres suprasensibles fueron

objeto

(Gegenstand) de una verdade

ra

fe

Para

aquello ·

por Jo que uno

se

interesa t a m b i

se

es

capaz.

Los

místicos

y

escolásticos

de

l

Edad

Media

no

tuvieron dotes

ni

habilidades

para

la s

ciencias

de

la

naturaleza únicamente porque no les movía

el

menor

interés

por

ella.

Allí

dónde

no

falta

el sen

tido

tampoco

se

carece de lo s

sentidos

de los

órganos. Aquello a lo que

se

abre el corazón no

constituye rungún secreto para el entendimiento.

Así

también

en

la época modern a la humanidad

ha perdi

do

los órganos para

el mundo suprasen

sible

y sus

misterios por sola

razón de

que

con la fe

en

ellos

ha perdido también el

se

ntido

para e llos;

porque

su

tendencia

e

se

ncial ha sido

anticristian a antiteológica es decir una tenden

cia antropológica

cósmica

realista maLer.ialista.*

Por

ello ácertó Spinoza con

su

paradójica

propo

sición

:

Dios es

un ser extenso esto

es material.

Él

enco

ntró

la expresión

filosófica

verdadera

al

roen.os para su tiempo, relativa a la tendencia ma

teriaUsta de la época

moderna;

la legi timó y la

sancionó: Dios

mismo

es materialista.

La filosofía

de Spinoza

era

religión; él mismo era

un

carác

ter.

En

él el materialismo

no

se contradecía

co

mo

en

tantos

otros con la

representación

de un

Aquí

en

esta obra las diferencias entre materialis

mo

empirismo

realismo humanismo

,

carecen

naturalmcn·

te

de

validez.

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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Dios

inmaterial,

antimater

iaJ, que, consecuente

mente, convierte

las solas

tendencias

y

come

tidos

mu

imateri

alistas celestes

de Jos hombres

en de-

be

r ;

pues .Dios no es

sino

la

imagen original y el

modelo

del hombre:

como es

Di o

s

y

lo

que

Él

es, así y esto es lo que debe ser el hombre, así y

esto qttiere ser o tiene al menos esperanza

de

se r

e l hombre. P ero sólo allí

donde

la teoría n o de s

miente la praxis

,

n i

la

praxis Ja

te

oría,

hay carác

t

 e

r, verdad y religión.

Spinoza

es el Moisés de l

os

lib.r.

epensadores y

materiaJistas.

16

El

panteísmo es la negación

de

la

t

eología te ó-

ri

ca el empirismo,

la

negación

de

a

t

eo logía prác-

tica

e l panteísmo niega

el principio el

empiris

mo niega

la

s consecuencias de ta teología.

El panteísmo convierte a D ios en un a es encia

actual, real, material;

el

empirismo, al

que

tam

b

ién perte

nece

el

racionalismo,

lo convierte

en

una

esencia ausente,

le j

ana,

irrcaJ, n

egati

va. El

empirismo no n iega a Dios l existencia, pero sí

toc  s

las

deter

minaciones

posi tivas, p ues su con

tenido só lo es finito, empírico, mientras que, se

gú n é l,

lo

in finito

no

es objeto Gege

nstand)

para

el ho

mbre. Pero cuantas

m dete rminacio n

es nie

guen a

n

sor, t an to

más lo pongo fu

era de su

relación

conmigo

,

tanto menos poder

e

influencia

le otorgo so

bre

mí, tanto más libre me h

ago

de

é l Cuantas más propiedades tenga yo, tanto m ás

seré yo también para

Jos otros, ta

nto

mayor

será

asim ismo

Ja

amplitud de

mis

acciones, d e mi in

fluencia. Y cuanto

más

uno

es

tanto más se sabe

también de él. Cada negación de una propiedad de

D ios es,

por eso

mi smo,

un

ateísmo parcial,

m

esfera

del

ateísmo.

En

la medida

en

que

le :;us

traigo

a D ios

una propiedad

, le sustr

aigo también

el se r. ISi, por

ejemplo,

Ja

compasión y

Ja

miseri

cordia no so n propie_

dades

de

Dios, en tal

caso

es-

54

toy so lo con mi dolor D io s ya no es tá

ahí

como o n s u e l o Si Dios es l negación

de todo

lo

finito, en tal

caso,

consecuentemente,

lo finito

también es

Ja

n

egación

de Dios .

Sólo

si Dios

pien

sa e n mí a s í colige

el reli

gioso--- tengo razón y

causa

para pensar en Él; só

lo

en su ser-

para-mí

reposa

el

fundamento de mi ser-p

ara

-ÉL Por ello,

para

el empirismo, Ja esencia teo lógica

no

es en

verdad más

que

nada,

es

decir, nada real;

pero

é l

tran

sfiere es te no-ser no en

el

objeto Gegens-

tand),

sino en

mismo 

en su sa

ber.

No ·le n

iega

a Dios el ser, es d ecir, el ser muerto e ind

if

eren

te;

pero le

niega

el

ser

que se muc

s

tm

como

se

el se r eficaz, el ser susceptible

de

sent ir se , el ser

que

afecta

a

la

vida. Afirma a

Dios

, pero niega

to d

as l

as

consecuencias

necesariamente

ligadas

a

esta afirm ación . Rechaza la teologfo ,

la

abandona ;

m as no por razones teoréticas, si no por .repugnan

cia,

por

aversión a los objetos

Gegenstand) de

l

t

eo

l

ogía, es

deci r,

por

un

se

ntimien

to oscuro

de

su

irrealidad

.

La

teología es nada, piensa

el

em

pirista

en

su

f-uero

interno;

pero

aña

de a ello:

para mí, en otras

palabras, su juicio

es s

ubj

et ivo ,

patológico;

pues

no

sólo no tiene la libertad, si

no

tampoco las ganas ni l mis

ión de

hacer com

parece

r a los objetos Gegenstand) d e la teol

ogfa

ante

el foro

de Ja

razón

. É s ta es

la

misi

ón

de la

filos

ofía

.

La

tarea d e la filosofía moderna no es

otra,

po r

consiguien

t

e,

que

fo

de

elevar

el

ju

icio

patológico

del

empirismo d e que

nada

tiene que

ver con

la

teología a

un

juicio t eoré

ti

co  objeti

vo

q u e la

de transformar Ja ne

gació

n

indirec

ta , in

co

nsciente, negativa, de la teología e n una nega

ción

di recta, positiva, con

sciente.

¡Qué ridículo re

su lta pues pretender la supresión del «ateísmo»

de la f ilosofía, sin suprimir a su vez el ateísmo de

la

empiria

(Qué

ridículo

pe rseguir

l

n

egació

n

teo rética del cr istianismo y al mismo tie

mpo

de j

ar

en pie,

s

in

embargo, la s

negacione

s

fácticas del

ct:istianismo que bullen en la época

moderna

¡Y

55

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

http://slidepdf.com/reader/full/1976-1842-1843-ludwig-feuerbach-tesis-provisionales-para-la-reforma-de 37/67

,

_

·

é ºdkulo es presumir que, con

fa conciencia,

qu d rt

 

r con

el

.sín

toma

del

ma l

,

también se

su-

es ec 1 Q é ·dí

rimirá al mismo tiempo su causa. i u r cu.º'

p t ente' Y sin embargo ¡qué llena está Ja his-

rea m . .

· de se me¡·antes ridiculeces Se reptten en to-

torrn ¿ · od

das las

épocas críticas. Nada extraor

rnario:

o

se permite en el pasado,

_se reconoce la

n e c e s ~ d a d

de Jos

cambios

y

revoluciones que han

acaecido:

O

q

ue se apliquen al

caso

presente, cont:-a ello

per .

¡

se resiste siempre

con pies

y manos; a presen-

te se ]e

convierte siempre,. ya

sea

por

estrechez.

de

miras,

ya sea por

comodidad,

en

una excepl:LÓ 1

de

la reg

la .

17

La elevación de la materia a entidad_ di v in1 es

a su vez e inmediatamente Ja elevación de la

razón a entidad

divina.

Lo que

el

teísta niega a

Dios

por necesidad ~ m o c i o n a

'

·por

su

anJ1elo de

ilimitada

dicha,

lo afuma de Dios el

pante1sta por

necesidad

racional. La materia es un

objeto

esen

cial para la razón. Si no hubiera materia la ra7Ón

carecería de impulso

y

de

mater

· rl para pensar, ca

recería

de

contenido. No puede abandonarse la ma

teria sin abandonar también la r a z 6 ~ 1 ; no se

la

puede

r

econocer,

sin e c 0 1 : o c e ~ también la razón.

Los ma terialistas son racionalistas. Pero el pan

tdsmo

·s

ólo afinna indirectamente Ja ~ a z ó n como

una

entidad

divina

só l o

en

la

me d

i

da

en

que

convierte

a Dio

s,

de una

esencia

de

la

ima

ginación,

co

rno

lo

es en tanto que esencia personal en el

teísmo,

en una esencia racional;

Ja apoteosis di

recta de la razón es el idealismo. El

panteísmo

lleva necesariamente al idealismo. El jdealismo se

conduce respecto del panteísmo

exactaroen

te jgual

que

éste respecto del t e í s m ~ .

Como

el

objeto, así también

el

sujeto.

Para

Des

cartes, a esencia de

las

cosas corpóreas,

la esencia

de los cuerpos en tanto que sustancias no son ob-

56

jeto

para

l

os

senti

dos,

sjno únicamente para

el

entendimiento;

mas

precisamente por eso,

la

esen

cia

del

sujeto percibiente,

del

hombre, tampoco

es, según Descartes, los sentidos, sino el ente-?

dimiento.

Sólo a la esencia

le

es dada

la

esencia

como objeto Objekt).

Según Platón, la

opinión

sólo

tiene por objeto

las

cosas insubsi

s

tentes,

y

por e llo mismo sólo es el saber jnsubsistente,

mu

table - jus tamente mera opinión. La

esencia

de

la música es,

para el

músico, la sup1·ema esencia

y el oído

por esto

mismo, el órgano supremo; pre

fiere perder

la vista que el

oído;

el

investigador

natui-al,

por

el

contrario,

p1·efiere

perder

el

oído

que

la

vista,

pues

su

esencia objetiva

es

la

luz.

Si

divinizo el

soni

do, divinizo también el oído. Y

si,

por

consiguiente, digo, como el panteísta : la

divinidad

o, lo

que quiere

decir lo

mismo, la esen

cia absoluta,

la

verdad y la realidad absolutas, só-

lo es

para

la

razón,

sólo es objeto (Gegenstand)

pa-

ra la razón 

declaro

a Dios como una

cosa

de

la

razó n o una ~ s e n c i racional,

y

con ello, indirec

ta mente, tan sólo expreso la verdad

y

la realidad

absolutas

de

l razón. De ahí

la

ne cesidad

de

que

a

razón vuelva a sí

misma, que invierta

este au

torrcconocimiento

invertido,

se enuncie directa

mente como Ja

verdad absoluta,

se

convierta

a sí

misma inmediatamente, sin

l mediación de

un

ob

jeto (

Obj

ekt

),

en Ja verdad absoluta. El panteísta

cUcc lo mismo que el idealista, só

lo

que

aquél

en un

cin

más

ob

j

et

i

va y

realistamcnlc,

lo

que

aquél formula más

subjetiva e

idcalistarnente.

Aquél

tien

e

su idealismo

en el ob jeto (Gegens-

tand) -

nada

es fu era

de

la

su

st

ancia, fuera

de

D

ios

,

todas

las cosas son únicamente d etermina

ciones de Dios. Éste, el idealista, tiene su pan-

teísmo en

el

Y

o

n da es

fuera

d el Y o ,

todas

las

cosas

sólo son como objetos Objekt) del Yo.

El idealismo

,

sin

embargo,

es

la verdad del

pan

teísmo; pues Dios o la sustancia úrucamente es

objeto

Objekt)

de la razón , del Yo, de

la

esen-

  7

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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da pensante . Si no creo, si

no

pienso absoluta

mente en

ningún Dios, tampoco

tengo un

Dios;

Él

es

para, mí

sólo

a

través de mí, para la razón

sólo a través de

l

razón; e l a priori, el ser

pr i

-

me ro, no es

el

ser pensado, sino el ser

pensante;

no es el

objeto,

sino el sujeto.

Con

la misma ne

cesida

d con

que la ciencia de la

n

aturaleza se

re

monta de

la

luz

al ojo, se remonta

la filo

so

fía de

lo

s objetos (

G egenstan

d)

del

pensar a1: Y o pien

so. ¿Qué es

la

luz como ser qu e

ilumina

y difun

de claridad, como ob jeto (Objekt) de la óp tica, sin

el o jo?

Nada.

Has ta aquí llega n las cienc ias d e la

·na tu

rn

leza.

Pero,

¿qué

es

s

igue

preguntando

Ja fi losofía el

ojo

sin Ja

co

nciencia? I

gualm en

te

n ad a - ver sin

conciencia

o

no

ver son la mi

sma

cosa.

Sólo

Ja

co

nciencia del ver es la realidad d el

ver o el ver rea l. ¿P ero, por qué crees que existe

algo fuera de

ti?

Porque

ves, oyes o sientes algo.

Luego este algo sólo es algo real, un objeto real, en

tan to que

objeto de l conciencia -

por co

n

siguie

n

te la conciencia es

la

realidad

absoluta,

la

medida de

toda existencia.

Todo lo

que

es

lo es como exis

tente

s

eiend) para

la

conciencia

en tanto

que

cons

ciente;

pues conciencia es

ún i

came

nte

se r. Así se

rea liza en el idea lismo la esencia de la teología;

así se realiza en el Yo,

e n la concien

cia, Ja ese

n

cia

de

Dios.

Sin Di os n

ada

puede ser, na

da

p uede

r cnsiu se;

esto

significa, en

el se ntido

d el id

ca

Jis

mo:

tooo es

,

solamente

en

t

an

to

qu

e

objeto

G

e-

genstcmd de la

conc i

encia , ya sea real o posible;

ser significa

ser

objeto Gegenstand) y presupone,

por consigtúen te, concienc ia . Las cosas, e J mundo

en ge

n

er a

l,

so

n

una obra,

un

produc

to del

ser

absoluto, de

Dios;

pe

ro este

se

r absoluto

es un

Yo, un

ser

consciente, pensante - ror on s iguien

te,

como Descartes dice acertadamente

desde

el

punto de

vista

del

teísmo,

el

mundo

es un ens

rationis divirrae, u na cosa pensada, un espectro

de la mente de Di os.

Pero en

el teísmo, e n

la

teo

logía, esta misma cosa

pensa

da s6Jo

es,

una vez

58

más

, una vaga representación. Si, pues, realizarnos

esta representación, si llevamos a cabo práctica

mente

o

que

en el teísmo, por

así d

ecir

lo ,

sólo

es teoría,

ento

nces

tendremos

l mundo

en

tanto

que producto del Yo (Fichte), o al

menos

tal

como se

nos aparece, tal

como lo in tu imos- como

una obra o

un

producto de nu estra intuición, de

nuestro

entendimiento (Kant). «La

natura

leza se

d

eriva,

en

genera

l, de las l

eyes

de la

pos

.ibili dad

de

n percepción.»

«El ent endimiento no crea

sus

le

yes

a

p r ~ o r i a partir de la

natutaleza,

sino qu e

las pr esc l'Jbe a ésta.» El idealismo

kantiano

en el

c

ua

l l.

as cosas

se rigen

segú

n

el entendim

i

ento

y

no

n t e n ~ i e n t o

s e ~ n

~ a s cosas

, no

es,

p or

c ? n s g

smo

la

realización

de la

representa

ción

teológica

del entencUmiento

divino , e]

cu a

1

no es ~ e t e r m i n a d o por

la

s cosas sino que, por el

co nt rario, l

as

det ermina. ¡Qué necedad,

pues,

reconocer como verdad divina el idea lismo del cie

l

o, es dc-c ir . el idealismo

de

l imagi nación, y re

chazar al

mismo tiempo

el

ideali

smo de la

tierra

es decir, el

idealismo de

Ja razó

n,

como

un erro;

humano

¿Negáfa

el ideali

s

mo?

¡Sea

¡Pero

en

tonces

,

negad

también a D ios Dios no es más

que el i n v ~ del idealismo. ¡Si no queréis las

~ o n s : c u c n c i a s ,

abandonad

también el principio  

El

s m o no es

s

que el teísmo

ra

cional

o rac io

~

el

idealismo k a

ntiano

to

d::ivía

'

es un

s m o m 1 ~ a ? o el

ideal

ismo desde el

punto de

vi sta

. d el em p

irismo. P

ara

el

em p

iri

smo, en

conso

nancia

co

n las

explicaciones

desa r

rolladas en

Jo que

ant_ecede,

Dio

s

no

es más que un ser en Ja represen

tación , en J

teoría

teor ía en el se

ntido

usual, en

eJ

mal sentido--

pero no

de h echo , ni en verdad ;

es uno cosa en sí, pero ya

no

una cosa para él ; .

pues

para é l sólo

son c<?sas

las

cosas empír

icas,

las cosas

reales.

La

materia es

Ja única

ma ter

ia

de

k

Pnrn el empirismo. N. del

T.)

59

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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su pensar

ya no tiene ma te

ri

al

es

para

Dios;

Dios es pero es

par

a nosotro_s

una r a ~ a

un

ser

vado

un mero pensamiento. Dios Dio s

tal como lo representamos y pensamos- es nues

tro Yo

nue stro

entendimiento nuestra esencia;

pero e s ~ e D ios es solamen te u na apariencia feno-

ménica

E rscheinung)

de nosotros

para

nosotros,

no Di o

s en sí.

Kant

es el

idealismo

fijado

todav a

al

teísmo.

A menudo sucede

qu

e n

os hemos

libera

do tiempo atrás de una

cosa

una doctrina una

idea, pero nos hemos

liberado

de h echo y no toda

vía

en

la cabeza; ella ya no es ve rdad

en

nu estro

ser

acaso

no

lo fuera nunca

- y si n

embargo

, no

e leja

de s

er

una

verdad

teórica

, ·

es decÍr

un

límite

de nues tra mente. En la medida en

qu

e aprende

las

cosas de sde lo

s profundo, la cabeza

es

t

am

bién

Ja

qu e m ás

tarda

en

liberarse . La

lib

ertad teórica

es al menos

respecto de

muc

has cosas ,

la

última

li

bdrtad. Cuántos

hay

que

so

n republicanos

de

cora

zón

por

convicción pero en

su mente

no pu eden

rebasar la monarquía; su corazón republicano su

cumbe

a

las

objeciones y

dificultades

que le

pone el

entendjmiento.

Así

sucede tambi

én

con

el teísmo de

Kant. Kant ha realizad o y negado

ln

teología en la

moral,

al ser

divin

o en

la voluntad.

La

voluntad es

para Kant el

se

r verdadero

original

incondiciona

do que comienza a

partir

de sí mi smo. Kant

reivin

di

ca, pues de hecho los

predicados

de la divinidad

para

la

voluntad; su teísmo

s6

Jo

tiene poe es

ta ra

zón la significación de un limite teorético.

1

E l Kant

liberado del límite del teísmo es

Pichte

el «me

sfas

de

la razón especulativa.>>. Fichte

es el idea

lismo

kantiano

pero desde el punto de vista del

idealismo. Sólo desde el punto de

vista

empírico

hay

para Fichte

un D ios di

st

into

de nosotros

existente fuera de nosotros; pero

en

verdad d es

de el

punto

de vista del

idealismo, la

cosa

en

sí 1

Dios - Dios

es

la cosa

propiameo

te en sí-

sólo

es el

Yo

en

sí,

es

de

cir el

Yo di

st inguido del

in-

60

dividuo

, distinguido del Yo

empírico. Fuera

del

Yo o h ay ningún Dios: «Nue stra ' religión es la

razón».

P ero

el

idealismo de Fich te sólo es l ne

gación y realización del te ísmo abstracto y formal

del

monoteísmo; no lo es del teísmo r

eligi

oso

form

al y ll

eno

d

el

teísmo

cuya

realización

no es

sino el

idealism

o

«

absolúto»,

el idealismo

h ege

lia

no.

En

.otras palabras: Fichte h a realizado

el Dios

del panteísmo sólo en tanto

que

ser pensante, pe

ro

no en tanto

que

ser extenso material. Fi c

hte

es

el idealismo te ís

ta

Hegel es el

idealismo

pan

teísta.f

18

La s o f f moderna ha realizado y superado el

ser divino separado

y distinguido de la sensib

il i

d ad del mundo del hombre pe ro

sólo

e n el

pensar, en la razón y más exactamen

te

en

una

raz.6n asimismo separada y

distinguida la sen-

sibilidad,

de l mundo,

del hombre. Eso quiere

de

c i ~

.q:ie la filosofía moderna

sólo ha probado

la

d1vm1dad del entendimiento s ó l o ha reconocido

en

efecto el

e

nt

e

ndimient

o

abstracto

como

lo d

vino,

como

ser esen) absoluto. La definición

d e D escart es de sí mismo como Epíritu: mi

ser

cc:n.si.ste

únicamente

en

que

yo

pienso es

la d

e

·

ft' t

ct6

n

de la

filosofía moderna

de

misma. La

m1sma

voluntad

del

idealismo kantianp

y

fichteano

es un

puro_

ser del entendimiento,

y la intui

ció

n

que

Schelling

en

oposición

a

Fichtc vinculó al

entendimiento

lo es fantasía y n i n ~ t r n verdad ,

Y por

tanto no ent ra

en consideración.

La filosofía .moderna ha

partido

de la

teología

ella

no

es smo la ~ o l o g í a disuelta y transfor

mada

en

filosofía. La esencia

abstracta y

trascen

dente, de Dios sólo pccl.ía, pues

realizar

se y

supe

rarse

'de una

manera

abstracta y

trascendente

. Para

poder conv ertir a Dios en razón la razón

mis

-

61

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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ma tenía

que adoptar

la condición de la abstrac

ta esencia

divina.

Lo

s sentidos,

dice Descartes,

no

proporcionan ninguna realid

ad

verdadera, nin

guna

esencia,

ninguna certidumbre

s ó l o el

en

tendimiento sustraído a los

sentidos

proporciona

la verdad. ¿De dónde provien

e

esta

escisión entre

el

entendimiento y

los sentidos? No prov

iene más

que de la

teología.

D

ios no es

un ser

se

nsible,

más bien

es

l negación

de todas

Ja

s determinacio

nes de la

se

ns

ibilidad, sólo

es

re

conocido a través

de

la

abstracción de la s mi smas;

si

n embargo, él es

Dios,

es d

ecir, el

más

ve

rdad

ero real y cierto

de

todos los seres. ¿Cómo

entonces

se

va a

revela

r

la

verdad a

los sentidos

- l

os

sen tidos, q ue son

ateos de nacimiento? D

ios es el

ser

cuya exis

t

en

cia

no puede separa rse de

la

esencia, del con

cep

to, ni puede pensarse

de

otro

modo

que en

tanto

existente

.

Descartes transforma este ser

objetivo

en

un ser subjetivo, convierte el argumen to ontoló

gico en el argumento psicológico; convierte el

«Dios

es pensable,

luego

existe»

en

el

«pienso,

lu ego

existo».

Así como en Dios no puede

sepa

rarse el ser del

ser-pensado G

edochtwerden),

así

tampoco en

en

t

anto que espíritu

y,

por ta

n

to

,

como mi s e r

puede

separarse

el

ser del pen

sar; y

lo

mismo que en

Aqu él,

tamb

ién

en mi

es

ta in s

e

parabilidad constituye

e l

ser. Un ser

qu e

s6lo es - ind

ependientemente

de

que

·sea

en

sí o

para

-

en

tanto que pensado

 

en

tanto

que

ob

je to Gegenstand)

de

la abstracción de toda sensi

bilidad,

únicamente se realiza

y

subjetiviza

11ece

sariame

n re en un

ser que s6lo es

también en

tanto

que

pensante,

cuya entidad s6lo es el pensamiento

abstracto.

19

La

culminaci6n

de

la filosofía moderna

es

la

filosofía

hegeliana. La

necesidad hist6

rica y la le-

gitimación de

la filosofía moderna se

basa por

ello

fundamentalmente en la crítica ele Hegel.

62

20

Atendiendo a su punto de partida

hi

stórico,

la

filosofía

moderna tiene la misma

misión y

lugar

respecto

a

l filosofía an terior

que la de

és ta

r es

pecto

a la

teología. La filosofía moderna es

la

rea-

lizaci611

de

la fi

l

osofía hegeliana,

de

l filosofía

anterior

en

ge

neral

ero una

realización que,

a

su vez, es la negación,

más exactamente, la nega

ción

sin contradicción de

la mi

sma.

21

La con t radicción

de

l filosofía moderna

y

del

pantcfsmo en

a saber, que

es

la

nega-

ción

de

la

teología

desde

el

punto

de

vista

de la

teología o

la

n

egació

n de

la teología

que

es, a su

vez, teología: esta contradicción caracteriza en par-

ticular a la / ilosofía hegeliana.

En

la fiJosofía

moderna, así como en la

h

ege

liana, sólo el ser inmaterial, el ser como

puro ob

jeto

Objekt)

del entendimiento, es

el ser

verda

dero,

absoluto --Dios. Incluso

Ja materia,

que

Spinoza convierte en atributo de

la

s

ustancia

di

vina, es una

cosa

metafísica, · un puro se r del en

tendimiento ;

pues

se le ha su s Lrafd o Ja determi

nació n

esencial de

la

materia

que

co

nstitu

ye su

diferencia co

n

respecto

al enten

dimicn

L

o,

a Ja ac

tividad

pcn.sance, a

sa

b

er,

el ser un

ser sufriente.

Pero

H

ege

l

se

distingue

de

f

filosofía

anterior

en que determina de manera distinta

la

relación

entre el ser material ,

sensible,

y

el

inmaterial. Los

filósofos

y

teólogos anteriores

conci

bieron el ser

verdadero, el ser divino, como un ser separado y li

~ c r d o Je l naturaleza, como un ser

separa

do

y

J b

crado en sí

de la

-sensibilidad o materia·

tan

s6lo _se

transferían

mismos el esfuerzo

y

el

trabajo

de

l abstracc1on,

de

Ja

liberación

d e

lo

se

n

si b

l

e, para

alcanzar

lo que

en

mismo es

libre

de e ll

os.

En este ser

libre

d

epositaban

la

beatitud

del ser, en es

te

hacerse libre ponían

la

virtud del

63

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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ser humano. Hegel,

por

d contrario ~ d o n d i ~ i f

es

ta actividad subjetiva

en la autoa:cnv1

a e <Ser

d

. ·

Dios

mismo tiene

que someterse

a este

1vmo. h .

b

·

lo mismo

q

ue los

éroes

paganos tiene

tra ajo,

. d

di

. d d

Sól

,

que conquistar con la virtu

su

vm1 a . o a ~ 1

l libertad de lo absoluto

respecto

de la materia,

ª

por

lo demás sólo

es

un

pre

su pues

to

,

una

que, , . 6 d d

representación, se

convierte

en accL

_n y

ver

a .

Mas esta

autoliheración d

.e

la ~ a t e r i a

lo

puede

onerse en Dios si

al

mismo

t1ero

po

se pone la

~ a t e r í a

en el.

Pero, ¿cómo puede p o ~ c r s e la ma

teria en É

l?

Sólo

en

virtud

que EL : r n 1 ~ m ~

la

ponga. Pero en Di o

s sólo es DJ.os. ~ o r cons tgu1en

te só

lo

en

la

medida

·

en

<J_Ue

Él

mzsmo se

p_opga

cdmo materia,

como no-Dios,

como su alt:ridad.

La

materia

no es, de este modo, un c e n t r a n ~ _ ue

· mprensiblemente preceda al Yo, al csp1ntu:

inco

, d 1 , . Co ll 1

ella es

la

autoalienacion

e ~ s p i r 1 t u . e. o,

a

materia misma

adquiere

espirJtu y ente

ndimtento;

incorporada al ser absoluto como un momento

~ la vida, de la formación y el 1 -.'lrrollo del

mismo.

A su

vez, empero, es

pu

· nuevo

como

un ser

nulo, no-verdadero,

t

med1c cl e.n

que

sólo

s e ~ Wesedn) ~ u e se pbrodduce

a

1

partu

de esta altenac1ón, es ecrr,

q u ~

a an

ona

a

ma

ter ia, Ja ·sensibilidad,

es

recon?c1do

como ser

en

P

lenitud

en su forma

y figura

verdaderas. Lo

su . , l b] 1

natural,

material,

sensible - .o

s c ~ 1 s J .

e no

en

e

sentido común,

moral, sino metafisc to es

_tam

bién

aquí, pues, lo que

ha de

negarse,

lo

m:_smo

que la teología niega la

natur?leza

emponz<:nada

por l pecado original. E llo es m ~ ~ r p o r a d o cierta

mente

, a la razón, al Yo, al

esptntu

; pero

es

lo

no-racional en la

razón,

el

no-Yo

en

el Yo,

el ne

gativo del mismo: del mismo modo que en

Sche

lling

la naturaleza en Dios

es

o

no-divino

en Dios,

está 'en Él fuera de Él; lo mismo que, en la filoso

fía cartesiana, el

cue

rpo,

aunque unido

a mí, al es

píritu,

está

fuera de

mí, no

me p e r ~ c n

no

pertenece a

mi

ser,

por lo que

r

esulta

rnd1ferente

64

que esté o no unido a mí. La materia sigue en

contradicción co

n

el

ser presupuesto por la filo

sofía como

el verdadero ser.

La materia

es

puesta, en

efecto,

en Dios,

es de

cir, en tanto

que

Dios , y poner fo materia en tanto

que Dios

es

como

decir: -no hay

Dios;

equi

vale,

pues,

a la supresión de la

teología,

a , reco

nocer la verdad del materialismo. Pe.ro, a

su

vez,

se

sigue presuponiendo la verdad del

ser de

la

teolo

gía. Por

tanto, el

ateísmo, la negación

de la

teo

logía, es negado de nuevo,

es

decir, la

teología

es

repuesta

por

Ja filosofía. D ios sólo es

Dios en

la

medida en que

supera, niega la

matetia,

la nega

clón

de

Dios.

Y

iSólo

la

negación

de la

negación

és,

para

Hegel, la

po

sición verdadera.

Al final,

por

consiguiente, nos

encontramos una

vez

más

en

el punto de donde

habíamos

partido

al principio

- en el regazo de Ja teología cristiana. De esta

suerte, en el principio

supremo

de la filosofía he

geliana ya tenemos

el

principio

y el

resultado dt·

su

filo

so

fía de la

reli

gión, según

la

cual

a

fi

loc;ofía no su "

rime

l

os

1

0·:m

is de f

no

9ue s o l a ~ e

 

1 resr;b

l<. LC,

los m - . . : J ~ ~ ~ ; ~ - - t

partir

de l nega1 .h i del racionalismo. El misterio

de la

dialé

ctica hegeliana

reside

en

úJ

timo análisis

en que niega

la

teología a

través

de

la

filosofía,

·

parn negar luego

una vez

más Ja filosofía a través

.de la

teología.

El comienzc;> y el fin lo constit

uy

e

Ja

teología; en medio

se

halla la filosofía

en

tanto

qu e

.

negación

de

la

primera

posición;

pero

la ·

ne

gac16n de la negación es la teología. Primero

-;e

ec

ha

todo

abajo,

luego se colocá todo en su

anti

~ º lugar, ~ o ~ o en Descartes.

La

filosofía

hege

l aoa es la ultuna gran tentativa de restablecer ª

través de la

filosofía

el

perdido,

sucumbido

cristia

nismo, y

preci

s

amente, como

sucede en general

en

la. ~ o ~ a moderna,

identificando

la negaá6n del

c n s t ~ a n i s m ? con

el cristianismo mismo

La muy

p r e c i 1 ~ a d a 1dentidad

especulativa

del espíritu y la

materia, de lo infinito y lo finito, de

lo

divino y

6

65

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

http://slidepdf.com/reader/full/1976-1842-1843-ludwig-feuerbach-tesis-provisionales-para-la-reforma-de 42/67

Jo

humano

no

es más que

la funesta

contradicción

de

la

época moderna -

la -identidad de

la

fe

y

la

incredulidad

de la

teología

y la filosofía de la

religión y el ateísmo del cr is

tianismo

el paga

nismo en

su

cima más

elevada

en la

cima

de la

metafÍsica.

En Hegel esta contradicción sólo se

oculta a

la

mirada

se oscurece

porque conviert_e

la negación

de

Dios

el

-ateísmo, en

una

determt

nación objetiva

de

Dios Dio s

es

determinado

como un proceso

y el

ateísmo como un momento

de es'te proceso.

Pero ni

la o restablecida a par

tir de la incredulidad

es

verdadera pues siempre

será un

a

fe

ligada

a

su cont

ra

rio

,

ni

e l

Dios

resta

blecido

a

partir

de

·s

u negación es un Dios

: e r ~ a -

dero

sino

m

ás bien un

Dios

que se

contradice

consigo mismo un Dios ateo.

22

Así como la esencia divina ne

es

otra que la

esencia

humana liberada

de la limitación

le la

na

turaleza así

también

la esenc

ia

del

idealismo ab-

soluto no es

otra que la esencia

del

idealismo

sub¡etivo liberada de

la

limitació11 precisamente

racional de la subjetividad, es decir de la sensibi-

lidad objetalid

ad (

Gegenstiindlichkeit)

en general.

De

abi

que la

filosofía

hegeliana pueda derivarse

inmediatamente del

id

ea

lismo kantiano

y

fi ch

t e ~ m o

Kant

dice: «Si

como correspo

nde considera-

mos

los objetos de los sentidos como meros fe-

n6menos

  con ello admitimos al m is

mo

tiempo

que a

ellos les

subyace

la

cosa en sí misma, por

mucho que no

conozcamos

c6

mo

está constituida

en

sino únicamente su

apariencia fenoménica

es

decir el modo en qu e nuestros sentidos so n

afectados por

este

algo desconocido. El entendi

miento pues precisamente porque aprehende

los

fenómenos ndmite también

la existencia

ele cosas

en

mismas y en

esta

medida

po<lemos

decir

66

que la

representación

d e estos seres que subyacen

a

los

fenómen

os

y por lo tanto son meros

seres

del entendimiento,

no

sólo es admisible si

no tam

bien

inevitable». Los

objetos (

Gegenstand) de los

sentidos

de

la percepción son

pues

para

el

en

tendimiento

puro fenómeno,

ninguna

verdad; no

satisfacen ,

por

tanto

al

entenclimiento es decir

no

corresponden

a su esencia. Consecuentemente

el entendimiento

no

está limitado de ningún

mo

do

en su

esencia

por

la sensibilidad;

de

lo con

trario

no

consideraría

la

s

cosas sensibles

como fe

nómenos sino como Ja pum

verdad.

Lo

que

no

me

satJsface

,

tampoco

me

limita

.ni

re

s

tringe.

¡

si n embargo los seres del entendimiento

no

deben

ser objetos Objekt) reales para el entendimiento 

La filosofía

kantiana es

la

contradicción de

sujeto

y

objeto, de esencia

y

existencia,

de

pensamiento

y

ser.

La esencia corresponde

aquí

al

entendimien

to la existencia a los sentidos. La

existencia

sin

esencia es mero fenómeno s o n

as

cosas sensi-

  le s la esencia sin existencia

es

mero pensarnien-

to son

los

seres del entendimiento los

nou-

m ~ n a

.

ellos

son pensados

pero carecen de

existencrn al

menos

de existencia para noso t ros-

  le objetividad Objektivitat); son las cosas

en

las cosas verdaderas; pero no

son cosas

rea-

les

y

p o ~

~ o n s i g u i e n t e tampoco son

cosas

para

el cntendtmtento es d eci1·,

no

son

cosas

determi

nables

: j ~ o g n o s c i b

l e s

por

el

en

t

endimiento.

¡Qué

contra<:11cc16n se parar la

verdad

de la

realidad

y

la r e a l 1 ? a ~ de la verdad   Pero s i suprimirnos esta

contrad1cct6n

tendremos

Ja

filosofía

de la identi

dad en que los objetos Ob jekt) del entendimien-

to,

las co_s as

pensadas, en

tanto que

verdaderas,

s ~ i :

tambten reales; en que

la esencia

y

la

co

n

dtc16n del objeto

(

Obj

ekt)

del entcnc.limicnto co

rresponde n a la esencia y a la

condición

del cn

t e n d ~ e ~ t o _ o

sujeto;

en que

por

tanto el sujeto

no.

esta limitado ni condicionado

por una

materia

existente f

ucra

de él que

comra<liga

su

esencia.

7

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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. ue

no

tiene ninguna cosa fuera

P ero., el ~ ¿ e ~ ~ n ; e c u e n c i a ya

no

tiene. n.inguna li

s1 .óy 1 no es

más

sujeto «fmito»

-ya

m1taci n

en e

b. t Ob

es el Yo al

que

se co n trapone

un

o }e o -

no

l absoluto cuya exprestón

teoló-

 

ekt - - es e ser ' E .

.

uJ s

la

palabra Dios .

s

ciertamen te

g1ca o pop e

1

· y

0

que e n

el

idealis-

el mismo su jeto, e mismo y

b. .

pero

sin limitaciones; el o

que

roo suU Jet1:"0 y a no parece ser Yo ser subjetivo

po

r e o mismo

y

. l mi sma razón

ya

no

se

ama o.

y que por a '

23

La

filosofía

h

egeliana

es

el

jdealis.

mo

.inve

rtido

,

ló . así

como

la filosofía spmoz.zsta

es

el

teo o teológico Ella

ha

puesto Ja esencia

materia zsm · h d d 1 y 1

del

Yo

fu

era

del

y o la a segrega o .e o a

ha

objetivado

como

sustancia co

mo .

D s

;

pe_ro

con ello

, una vez

más -y

por cdnslgud?-t.e,_dnd

di

recta,

inversam

en

t e l x p r e ~ a o a

tvltnr a

d l y 0 que

ell a

co

nv

ertia

o

mismo

que a

ma-

e · Sp.tnoza en un at ributo o for

ma de

la sus-

terrn en ' ·

t

h b

tancia divina: la conciencia

 

t ~ e n e E e d º' 1

cl

1

d Dios es la autoconciencia de zos. s ec1r,

s ~ r per tenece a Dios e

saber

al hombre.

Mas

d e

he c

ho la ese

ncia de Dios .para Heglcl, no

es o t ~ a

la esencia

del

pensamiento , o e

pensamten

o

//,;traído

del Y

o, del pensad?r.

La

filosofía

hege-

J

• r1or· tanto ha

convertido

el pensar, o

sea

tana, , A d . . d

el

ser subje

tivo

,

pero

pensa

o sm suje

to

,

es

.e·

· el ser subj.etivo representado como

un

ser dzs-

ctr

d . . b l

t

·

to

de éste en el ser

zvtno, a so

uto

.

in

D

ahí

qde el misterio de la filosofía «absolu

ta»

:ea también

el

misterio

d

.e teología

. Así

como ésta

convi

erte

las

determJ.nactones del hom

bre en determinaciones divioas

que

ella usurpa

al

15

er

determinado

por

el

que ellas so?

lo

qu   e

de la

misma

manera procede

también

la h -

son

, 1 d b .

losofía abso

lu t

3.

«El

pensar

de

a razón e e

atri-

buirse

a cada uno; para

pensarla

como absoluta

68

y acceder así al

punto

de

vista que

yo exijo tiene

que abstraerse

d el

pensar.

Para aquel

que efectúa

la

abstracción, la razón deja

inmediatamente

de

ser algo subjetivo, como la mayoría se la represen

ta; y tampoco ella misma puede pensarse ya como

algo objetivo,

pu e

s to

que

algo objetivo o pensado

sólo es

posible en

oposición a algo

pensante, del

que

aquí

se abstrae

por

e

nt

ero; así

pues a t

ra

vés

de

aquella abstracci6n,

ella

se

convierte

en

el ver

dadero en sí, el cual recae

prec isamente

en el

punto de

indiferencia de lo subjetivo y lo obje

tivo.» Hasta

aquí

Schelling. Y

lo mismo

encon

tramos

en Hegel. El

pensar

despojado

de su

de-

terminación

en la cual

pen

sar es

actividad de

la

subj

etivida

d es

la

esencia de

l

gica

hegeliana.

La

tercera

parte de la Lógica

es

e incluso se ti

tula explícita.mente lógica subjetiva, y, no obstan

te ,

las

formas de

la

-subjetividad que constitu yen

su objeto (Gegenstan:d) no deben ser

subjetivas.

El

concepto

el juicio

, la

conclusión incluso

las

mismas

formas particulares

de las conclusiones y

l

os ju

icios, como

el

juicio problemático y -asertó

d co no son de

ningún modo

conceptos juicios y

conclusiones

de no

sotros mismos si

no

formas ob

jetivas existentes en y para sí formas absolutas.

Es

así

como

la filosofía absoluta

e

najena

en

taussern)

y

aliena (

ent fremden) al hombre

su pro

pia

esencia

de su propia actividad. De ahí

la vio

lencia y

Ja

tortura que e lla ejerce s

obre

nuestro

cspú-itu.

Lo

que es

nuestro no

d eb

emos pensarlo

co

mo nu

es

tro

,

debemo

s abstraer la de terminación

por l a

que

algo

es

lo qu e

es

es decir debemos

pensarlo sin sentido, de b

emos asumirlo

en

el sin

sentido Unsinn) de lo absoluto. Sinsentido es la

ese

ncia suprema d e

la

teología -de

la

común tan

to como

de la

especulativa.

Lo que H egel ob

serva

reprobatoriamcnte a pro

pósito

de

Ja filosofía

de

Fichte a saber qu e cada

cual

cree

tener el Yo

en sí mismo

se recuerda a

y

n o obstante no encuentra en sí

al

Yo puede

69

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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decirie también de la filosofía especulativa

en

ge

neral.

E lla

considera

a

casi todas las cosas en

un

sentido en que estas cosas

ya no

se

reconocen . Y

el origen de

esta desdicha

es

precisamente

la teo-

Jogía. El .ser divino absoluto tiene que distinguir-

se de

los

seres

finitos

esto es reales. Pero no

tenemos

otras determinaciones para lo absoluto

que precisamente las determinaciones de las cosas

re ales

ya sean naturales

ya

sean hu manas. Mas

,

¿c6mo

estas

determinaciones

se co

n

vie

rt

en

en

de-

t

ermi

naciones de lo ab

so

lu t

o? Únicamente

en la

medida en que .se las con cibe en un sentido

di

s

tinto

de

su

se

ntido

real

es

decir,

s6

lo

porque

se

la

s

concibe en

u

sentid

o

enterame

nte

invertido.

En lo

absolut

o está todo lo que

está también

en

lo finito; pero todo

en

lo

absoluto

es

comp

l

eta-

mente distinto de

aquí;

allí r igen leyes comple-

tamente diferentes de las que

rigen

entre noso-

Lros;

la razón

y la

sabiduría son

allí lo que

entre

nosotros es

un puro

sinsentido. De ahí

la

ilimi-

tada

arbitrariedad

de Ja especulación que usa del

nombre de una cosa

sin

aceptar

.por

e

ll

o

la va:

Jidez del concepto que a este

nombre

está

ligado.

La

especulación se

disculpa

de

esta

arbitrarie-

dad

diciendo que elige para sus conceptos térmi-

nos

d e

Ja

.lengua a

los

que la «concien

cia com

{m»

vÜJCL1la represen

taciones

que

tendrían una

remo-

ta

semblanza co

n dich

os concep

t

os;

ella

ec

ha

]a

cu

lpa,

pues al lenguaje

.

Y

sin e

mb

argo

la

culpa

reside en Ja cosa, en el principio mismo de la es

peculació

n.

La contradicción

entre

cl nombre y

la

cosa e

nt r

e Ja

representación

y cl

concepto no es

otra que la vieja

contradicción

teológica

entre

las

deLerminaciones del

ser divino

y el

ser

humano de

terminaciones

que respecto

al

hombre se con-

ciben en

su

propio

y

real sentido pero

respecto

a

Dios

sólo

se

consideran

en

un

sentido simbó-

lico

o

analógico. En cualquier

caso,

a

fiJosoHa

no

debe volverse

hacia

las

represenLaciones

que el

u

so

o e l abuso comunes vincula a un nombre ·

70

pe.ro

ella tiene que ligarse

a

la nanira

l

eza determi-

nada de

las cosas cuyos

-signos son l

os nombres.

4

La

identidad de pensar y ser, cuesti6n

central

de la filosofía de la identidad,

no

es

s

ino la con-

secuencia necesaria

y

la prolongación del concep-

to

de DLos en

tanto

que ente

Wesen) cuyo co

n

cepto o

esencia

contiene e l

ser

Sein

. )

La

filosofía

especula

tiva tan

s6lo

ha generalizado tan só

lo

ha

convertido en

una

propiedad del p ~ n s a r lo que

la

teoJogfa

co

nvertía

en

una

propi

e

dad exclusiva

de

l

concepto

de Dios. La identidad del

pen

sar

y

el

.

~ e 1 :

s6

lo

es por ese motivo

la

expresión

de la

dtvmrdad

de la

razón -

la expresió

n de que el

pensar

o la razón es el ser

absoluto,

el conjunto

de toda

ve

rdad y realidad de que no exista

nin-

gi: a

oposici6n de

la razón

,

de que

la

razón más

bien es Todo

de la misma

manera que en Ja teo-

l

<;>gía estricta

Dios es Todo esto

es

todo

lo esen-

c 1 ~ l .Y verdaderamente

existente. Pero

un

ser

no

d1stmto

del pensar,

un ser que

só lo

es un

predi-

cado o una determinación de Ja razón sólo es

un ser pensado, abstracto, pero en verdad no es un

ser. --a

. identid:1d de

J ? e n s a ~

y

ser no expresa

,

por

co?-s1

gw ent e sino

la

identidad

del

f'ensar

cons

igo

mismo. Es decir l

pensamiento

ab

so

luto no

se

abanc ona a sí

m i s ~ o

no.

sale

fu

era

de

para

e g a . 1 : al ser. Ser sigue

sie

ndo un más a

lJ

á.

La

f

1losoffa absoluta ciertamenLe

ha convertido el

a ~ l e n d e de la

teolo

gía en

el

aquende, pero al pre-

cio de co

n

vertir

el

aquende del mundo real en

allende

.

El pensar de la

filosofía

especulativa absoluta

determina al ser a

diferencia

de

sí mismo como

actividad mediadora

en tanto

que

lo inmediato no

mediado.

Para

el pensamiento

o cuando

m ~ n o s

para

el pensamiento con

el

que

tenemos

que

ver

nhora

- e l

se

r

no

es

sino

él

mismo. El pe

ns amien-

71

. .

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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to pone al ser frente a sí mism.o pero c n el ~ e n o

d

Í

ísmo con lo que suprime así

1nmediata

e s m

1 6 d 1 1

mente

y

sin

dificultad a opos1c1 n

ser

y e

. pues

el ser

como

opuesto del pensar en

pensar . .

el pensamiento

mismo

no

e s a

su sin?

pen-

sar. Cuando 

el

se r no es mas q ~ e lo mm< dtato

Y

la inmediatez por

sola constituye

su diferen.c;a

respecto del pensar

es

fácil

dpro

1

bardque t ~ m b ~

al

pensamiento le

corrcspon

e a

eterromact

n

de

la inmediatez y por

_anto

el

s e ~ Cuando es

a

m

era

determinación del pensamtento la

que

un

6 d d

. .

constituye

la esencia

del

ser ¿c

roo pue e 1stm-

guirse

el

ser

del

pensar?

. 25

Probar que

algo

es sólo

tiene

el

sentido

de que

es te algo no es solamente pensado. Esta prueba

sin embargo  no puede engend.:arse a partir del

pensamiento mismo.

Si un

o b J e ~ o del pens.ar .se

Je

debe

atribuir

el

se

r  tiene también

qu e

atnbwr

se al pensamiento

mismo

algo

distinto

d ~ l

pensar

.

El

ejemplo

que eligió

Kant

en críuc.a de

la

prueba ontológica para n .t

rar la dife

rencia entre

el pensar y el ser y

que

Hegel

ridi

cu lizó sobre

Ja

diferencia

entre

cien Thalers

en la

representa

ción

y

cien

Thalers en

la realidad es en lo esen

cial co mpletamente exacto. Pues.

a

unos

Thalers

l

os

tengo tan

lo en

la

c a b e z a ~ mientras que a

los

otros

l

os

tengo en

el

bolsillo;

aquellos

lo

existen para mí éstos en

cambio

también para

los otros pue

en

sentirse

y

ser

vistos;

y

sólo

existe

Jo

que es

a

la vez

para mi y

para los ou·os

sólo

aque

llo en

lo

que

acordamos

yo y el otro lo

que no só

lo

es mío

sino

general.

En

el pen

samie

nto como

tal me

haUo en

iden

tidad

conmigo

mismo soy

se

ñor absoluto; nada

se contradice

allí

conmigo;

allí soy juez

y

parte

al

mi

s

mo tiempo

y no

hay

en

consecuencia nin

guna distinci6n crítica entre

el

objeto

y

mis pen

samientos

sobre

él.

P

ero

cuando

se

trata

en

de -

72

fini tiva del ser

de

un objeto entonces ya no

puedo pedir consejo únicamente

a mí

mismo

s

ino

que

tengo

que

escuchar testigo

s

distintos de

.

Estos

te

s tigos distintos de mí en tanto que

pensante

son

lo

s sentidos

. Ser ese aJgo en lo que no

participo Yo

s6

1o

sino tambi

én los otros y

sobre todo también el objeto

mi

s

mo. Ser signi

fica

se

r

su;eto quiere decir

ser

para sí . Y no es

verdaderamente

lo

mismo

ser yo sujeto

o

ser s6

lo

objeto

ser

un

ser

para

mí m

ismo

o ·

s6

1o

un

ser

pai-a otro s

er

o

sea sólo

un pensamiento. Si

soy

un mero objeto

de

la

representación

y en

conse

cuencia

ya no soy yo mismo  como acon tece al

hombre después

de

la muerte

en tal

caso

tengo

que

admitirlo

todo; en tal caso el otro podrá for

jarse una

imagen de

que será una

auténtica

carfratura

sin que

por

ello pu eda

yo

protestar.

Pero s i yo todavía soy realmente puedo ha

cer cruz

Y raya puedo hacerle

sentir

y probar

que

entre

yo tal como soy en su representación y

yo ral

com o soy en la realidad

o sea

entre yo

en

tanto

que

objeto y

yo en

tanto

que

sujeto existe

una diferencia tan

grande

como

el firmamento.

l fn el

l?ensamiento

yo_ soy s

ujeto

absoluto; no otor-

go validez

a Todo s

tno como

objeto o predica<l

1

mío del

pe

ns

a

nte; en

él soy intolernnte.

En

h

actividad

sensible en cambio soy

l

iberal; permi

 t

o que el

objeto sea

lo que

yo

mismo soy

s u-

j

eto

sci-

real que

actúa

por

sí mismo.

Sólo

los

sentidos só

lo la

intuición

me dan

algo

en

tanto

que

sujeto.

26

Un

se r únicamente pensante y además abstrac-

tamente no tiene ninguna rep resen

taci

ón del ser

de

la existencia de la rea

lidad

.

El

ser es

el

Hmite

d el pensar; el

ser

en cuanto

ser

no es

el objeto

de la f

Losofía o

al menos no o

es

de la absoluta

Y ~ b s t r a c _ t a .. La

misma

filosofía especulativa

ma

mf1esta indirectamen te es te n exo en Ja medida

73

I

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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en

que para ella

el

ser

es idéntico

al

no-ser

la

nada es

.

Pero nada no es

ob¡eto

Gegen s

tand)

del

pensar.

El ser en cuanto

ob;eto

Ob¡ekt)

del

pensar es

peculativo

, es

lo

simplemente inmediato esto es

indeterminado;

por

consiguiente

nada

hay

en él

para

distinguir,

nada

hay

para pensar.

P ero

el

pensar

especulativo es para

mi smo la medida

de

toda

rea lidad; sólo

declara

como algo aquello

que entretiene su actividad 1  que tiene mat eria

para

pensar.

E l

ser

por

consiguiente es para el

pensamie

n

to abstracto pues to

que es la

nada

del pensamiento

es

decir

nada para

el

pensar

lo

carente de pensamiento--

en

y

para

sí mi s

mo

-

da.

Y precisamente

por

ello también el ser tal

como lo introduc

e

en su dominio la filosofía

es

peculativa y como reivindica su concepto es

un

puro

espectro que se contradice absoluta

1f nte

con

el

se

r

real y

con

lo que el hombre compren

d e

bajo ser. Por ser entiende el

hombre con

arre

glo

a

la cosa

y

la razón el

ser ahí Dasein), el

ser para sí Fürsichsein), la realidad Realitat) , la

existencia Existen-z), la ealidad

efectiva

Wir-

klichkeit), la

ob;etividad Ob¡ektivitat

). Todas

es

tas d

eterminacione

s o

nombres expresan

una y

la

misma

cosa sólo

que desde di fere

nte

s puntos de

vista. Ser

e n

pensamientos

se r

sin

objetividnd

sin

rea

lidad

efectiva

sin ser para sí ,

es por

supL es to

nada; pero en

esta

nada s6lo

exp

re

so

la

ncrdidad

de mi

abstracción.

27

El

ser de

la

lógica hegeliana

es el se

r de

f

vieja m

eta

física que se enuncia

indistintamente d e

todas

las cosas

pues según

ell

a todas

l

as cosas

coinciden en que ellas son. Este ser indistinto es

sj n

embargo un

pensamiento

abstracto,

un

pensa

miento

si

n realidad. El ser es tan

di f

erente como

las cosas que son.

74

En una metafísica

de

la escuela

de

Wolf se di

ce,

por ejemplo

que

Dios el mundo

el hombre

Ja mesa

el

libro , etc. coinciden entre

en

que

so

n. Y

Christ. Thoomasius dice: «E

l

ser es por

d

oquier el mismo. La esencia es tan múltiple co

mo las cosas». Este ser

por

doquier igual indis

tinto

y carente de

contenido

es

también el ser

de la lógica

hegeliana. El mismo

Hegel

señala

que la

polémica

contra

la

identidad del

ser y

nada

no procede

sino

de suponer en el

ser

un con te

n

ido determinado. Pero precisamente la concien

cia

del ser está

siempre y n

ecesariamen te ligada

a

un

co

n te

nido

d

eter

minado.

Si

ha go

abstracción

del

contenido d el

se

r y

precisamente

de todo conte

nido

, pues Todo es contenido del ser no me

queda sin lugar a dudas

nada

excepto el

pensa

miento de nada.

Y

cuando Hegel reprocha

en

con

secuencia

a la

conciencia comú

n

que

atribuya

algo

que no

pertenece al

ser

al

se r

en cuanto objeto

de Ja lógica

este reproche

más

bien cab

e

hacér

selo a él en la medida en que

atribuye

una abs

tracción carente de fundamento

a lo

que la

con

c í ~ n c i

humana

entiende

legídma

y

racio

n

almente

por

se

r .

El

ser

no

es

un

concepto

[ Cneral que

pu

e

da

segregarse

de

las cosas.

Es

uno

con

lo q ue es.

Sólo

es pensable mediatamente só lo es pen

sable a

través

de los predicados que

fundamentan.

la

esencia de un.a cosa. El

ser

es la

posición

de la

esencia.

Lo que

es

mi

esencia,

es también

mi

ser.

El

pez está en

el

agua pero tú no puedes sepa

.rar

su ese

n

cia

d e este

ser.

EJ mismo le nguaje

ya

identifica

el ser

y

la esencia. Sólo

e n Ja vida hu

mana

así

como en los casos

anorma

les y

desdi

chados se separan el ser de la

esencia

---.sucede

·

que allí

donde

se tiene

el

se

r

no se tiene también

la

esencia pero

precisamente a

causa

de esta esci

sión

no

se está verdaderamente co

n

el alma don

de

se csrá realmente

con

el

cuerp

o.

Únicamente

allí donJc está tu corazón er

es

también Tú. Pero

todo

s l

os seres

--exceptuando los

casos antina-

7

1

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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tur les

están

y

son de

buen

grado

allí donde

están

y

aquello

que son, en

otras

palabras,

su

esencia

no está separada de

su

ser, ni su ser está

separado

de

su esencia. Y

Tú,

por consiguiente,

no puedes

fijar

para

el ser como algo simple-

mente idéntico,

a

diferencia

de

la diversidad

de

la

esencia.

Tras

la sustracción

de todas las cuali-

dades esenciales de

las cosas,

el ser no es más que

u representaci6n del ser un ser construido,

idea-

do, un ser sin la esencia

del

ser.

28

La

filo

sofía

hegeliana

no

ha rebasqdo

la

con-

tradicción en tre el pensar el ser. El

ser

con el

que comienza la fenomenología no es nada menos

que el ser con el que empieza la lógica en la

contradicción más directa con el ser real.

En

la fenomenología, esta contradicción se po -

ne de relieve

en

Ja

forma

del

«esto»

de lo «gene

ral»;

pues lo singular

pertenece al

ser, y lo ge

neral al pensar.

Pero

en la

fenomenolo

gía, «es-

to»

y

«esto

»

convergen indistintamente para

el

pensamiento;

y,

sin embargo, qué poderosa es

la

diferencia

entre

el «esto» en cuanto objeto

del

pensar abstracto, y el mismo «esto»

en

cuanto ob-

jeto de la realidad.

Esta

mujer por ejemplo, es

mi mujer;

es

ta casa es

casa por mucho que

cada cual diga

de su

casa y

de

su mujer, al igua

l

que

yo:

esta

casa

esta

mujer. La indiferencia

e .indistinción

del «esto» lógico las interrumpe y

suprjme aquí el sentido

del derecho .

Si al

«esto»

lógico

Je otorgáramos validez en

el dere

c

ho

natu-

ral accederíamos directamente

a

la

comunidad

de

los bienes

y de

la

s mujeres, en donde

no existe

diferencia alguna entre aquél

y

éste,

y en

que

cada cual tiene

a

cada

una o

más

bien

precisa-

mente

a Ja supresión de todo

derecho;

pues el

derecho únicament

e

reposa sobre la realidad de la

diferencia

entre

éste

y

aquél.

76

Al

comienzo

de la fenomenología nos

encon-

tramos únicamente con la

contradicción

entre

la

p a l a ~ r a que es

genera

l  

y

la cosa que

siempre

es

partJcu1ar. Y el pensamiento

que

solamente repo-

sa sobre la palabra no rebasa

esta

contradicción.

Pero nsí

como la palabra no es la cosa,

así

tam-

poco

el ser enunciado

o

pensado

es

el ser

real. Si

se objeta

que en Hegel no

se

plantea

la

cuestión

del

ser desde

el

punto de vista práctico, sino

úni-

camente desde el punto de vista teorético, debe

responderse que aquel punto de vista es aquí

en-

a 1 ? J e n

te

pertinente. La

pregunta por el ser es

precisamente

una

pregunta

práctica

 

una pregunta

en que está comprometido

nuestro

ser

una

pre

gunta de vida o muerte. Y

si

nos atedemos a l

legitimidad

de

nuestro

ser,

no dejaremos que

él

nos sea arrebatado por la

lógica.

También debe

s ~ r reconocido

por

la

lógica a

menos que se obs-

llne

en

contradecirse con el

ser

real. Por

lo

de -

más,. incluso el punto

de

vista práctico

e l punto

d e vista

del

comer y

el beber

- es invocado

por

Ja fenomenología para refutar la verdad del ser

sensible,

e ~ t o

_es

d ~ l

ser singular.

Aquí

tampoco

d:bo_ yo

m e ~ 1 s t e n c i a

ahora y siempre, al pan

lin

~ ~ s t 1 c o o log1co

al pan

en sí sino

siempre y

un1carnentc a

este

pan,

al

pan «i

nd

ecible».

El ser,

fundado en m u l t i t u ~ de indecibilidades semeja

n-

t e s ~ es ~ o r

ello

él

mismo algo indecib

l

e.

Más aun,

lo

ii:dec1ble.

Sólo

allí

donde terminan

las palabras

oom1cnza

la. vida, sólo allí se revela

el

misterio

el ser .

S.i

en consecuencia,

la indecibilidad

es

i ~ r a

n a b i l i d ~ d _ entonces toda

existencia, .

ya q u ~

~ e m p r e es w;i1camente esta existencia, es también

urazón. Y, sm embargo, no lo es. La existencia

aun

s endo indecible, ti

e

ne para

misma sentid¿

y

razon.

29

El pensar

que

se «extiende»

«a

su otro» lo

«o tro del

pensar»

es, sin

embargo,

el s e r es el

77

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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pensar que rebasa su límite natural.

El

pensar

extiende a su contrario qu i

ere

decir: el pensar rei

vindica

para -sí lo

que

no pertenece al pensar, sino

al ser.

Al

ser, sin embargo le pertenece la

sin

gu

laridad, la individualidad, y al pe

nsamien to

la ge- -

neralidad. E l

pensar

pues

,

r

eivi11di

ca,

para sí

la

singularidad

-convier te

la negación de la genera

lidad la

forma

esencial de la sensibilidad , la sin-

'

gularidad, en

un

mom

ento

del pensar. De esta

suerte el pen

sar «abstracto»

o el concepto

que

tiene

el

ser

fuera

de sí se convi

erte

en concepto

«c

on creto».

¿Cómo

llega

el

h

ombre

,

sin

em

bar

go

a

es ta ex

tensión del p ensar al dominio

del

ser? A través

de Ja teología .

En

Dios el ser está unido inmedia

tam ente con la esencia o concepto la singularidad

la

forma de

ex is

te nci a

,

con la

gen eralidad. E\

«concepto concreto» es D ios transformado en con

cepto. P ero ¿cómo llega el hombre desde

el pen

sar «a bstracto» al

pe nsar

«con creto» o absoluto?

¿Cómo lle

ga

de l

Uosofta

a

la

teo logía? La mi s

ma historia da la respuesta

a

esta cuestión en e l

tránsito

de

la antigua filosofí

a

pa

ga na a Ja llamada

filosofía n

eop

latónica; pues la fil osofía n

eoplató

nica

sólo

se

distingue

de la filosofía anti gua

por

ser teo logía mientras, que aqué

ll

a sólo

es

filo

so

fía. La

filosofía

antigua tenía como pr in cipio la

razón, la «idea»; pero

«Ja idea no ha

-sido

es

tablecida

por

Platón

y Ar

is

tóteles

como

lo

que

contiene

a Todo».

La

filosofía antigua dejaba s ub

sistir algo fuera del pensar - un residuo que no

era absorbido

por el pe

nsar

. La im agen de este

sc1· fu

era

del p ensar es Ja materia -

el

sustrato

de

la rea lidad. En

la

materia

la razón

enco

ntraba

su lir11ite. La filosofía antigua vivía aún en la di

ferencia

en

lre el pensar y el ser;

en

ella, el pen

sar

el

es p

íritu la

idea

no eran

todavía

Ja

rea

li

dad que Todo lo abarca, esco es Ja reali dad única,

exclusiva,

la

rea

lidad abso

lu ta Los fil ósofos anti

guos todavía

  sabios

universales

-

fisió

logos

78

1

1

l

políticos zoó logos en suma antropólogos ; y no

eran

teólogos o al m enos sólo teó logos en parte

y

preci

sa

mente

por

ello

lo

en parte

eran

an

tropólogos

lo

lo er an

limitada

de fec tuosamen

te . Para los neoplatónicos poi· el

contrario

la

ma

t

eria

el

mundo

material

real

ya no es ninguna

inst ancia, ni ng una rea lidad .

La

patria la familia

l9s lazos y

bi

ene s

mundanos en

general

que

l a

filosofía peripatérica

consideraba

como

la dich a

del

ho mb re - todo ello es

nada para

el sa

bio neo

pla t?nico. Incluso la muerte es para él mejor que

la vicb

corporal;

no con sidera d cuerpo como per

len

ec

i

cnte

a su

esencia;

de

sp laza la

dic

h a

única

mente alma separ ándo se de todas Jas cosas .

co r

porales

en

suma de

las cosas

exteriores.

Ma s ,

cua

ndo el hom bre no

tiene

ya

nada fuera

de

sí,

bu sca y encuentra Todo en sí, pone en el

lugar

cJel mundo rea l el mundo imaginario inteligible

en el

cual hay todo lo que existe

en

el mu nd o

real pero

de una

manera

abstrac

ta, r

ep

r

esentada.

In

c

u

so

la

materia se

encuentra para Jos neopla

Lónicos en el

mundo

in ma te rial,

por

m:ls

qu

e allí

só lo sea una mate ria

ideal

pensada imaginari <l .

Y

cuan

,do

I

hombre no

tiene

ya n in gún se r

fu

e

ra d e st mismo, se pone entonces en pensamientos

un ser que en cu

anto se

r det p

ensamiento,

tiene

empero

su

vez

Las

propiedades de

un ser real

,

un seJ· q_ne en

cuanto ser

no-s

ensible

es, a su

vez,

ser

se11s1bte,

y

en

cuanto objeto

( O bj

ekt

 

teo

ti -

co_ es a su . vez u n ob jeto práctico. .Es te ser es

Dio s l b1en sup1-emo de los n eo platónico,s. Só

J

en el

ser

se

s_

at is face el hombre . D e ahí

que

sus

tllu

_y

a fo

~ r n

del ser real

co

n

un ser ideal es

c : c ~ r qu

e

at r

ibuya

ahora

el ser de

Ja realidad sa

c

rrf

~ a d a o

perdi

d a a

sus

r

eprese

n taciones o pen

sam1 en tos - la

represe

nt

ación ya

no es para él

represcn_tación,

sino

el

objeto

Gegenstand) mis

  la imagen no es

ya

una imagen s

ino

la cosa

n:1

s

ma

;

el pensamiento _ l a

id ea

es

reaLidad. Pre

CLa

mcnle

por q ue ya no se

co

mp or la como suj e to

, . e

A

~ ~ \

g

 

u o

1

¡;

' ,

_ ,

u i

. P

• f •

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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l l•

1 :

\ '

en

relación

al mundo real en

tanto

que su objeto,

sus

representaciones

se

convierten

para él en

ob

jetos (

Objekt , en

seres

en

espíritus y dioses.

Cuanto má

,s

abstracto sea él, cuanto más n e g a t i ~

vo sea con respecto

a lo sensible real,

tanto más

sensible es

él

precisamente en lo abstracto. Dios,

lo Uno el objeto

(

Objekt y ser supremos

de

la

abstracción

de' toda multiplicidad

y

de toda

di f

e

rencia,

es decir, de

la sensibilidad- es reco

nocido

por contacto,

por presencia inmediata. o

supremo, lo Uno

es conocido, sí, al igual

que

lo

más bajo, la materia, a

través

del no-saber de

la

insapiencia. Eso quier

e decii:

que sólo el

·s

er

pen

sado, abstracto,

el

ser

no-sensibl

e

suprasensible,

.

es,

a

su vez, un ser

1·ealmente ex

istente, un

ser

sensible.

Allí donde el

hombre

· .se dese

ncarna,

allí don

de niega el

cuerpo, este

obst.áculo racional de

la

subjetividad, allí

también

cae

en

una

praxis

fa n

-

tástica

y

tra

sc

endente, relacionándose con

encarna-

d as

apariciones divinas y espirituales y, por

tanto,

sup

rimiendo prá

cticamente

la diferencia

entre

la

imaginación y la intuición; y así

también se

pier

de teoréticamente la di ferencia entre el pensar y

el ser e

nt r

e lo

subjetvo

y lo objetivo, entre o

sensible .y o no -sensible

allí donde

la

materia

ya

no

es una realidad

para él ni,

por consiguiente,

tampoco un límite

para la

razón pensante, allí

donde

la ra

zón,

el

ser in te

lectual,

el

ser

de la sub

jetividad en

general en esta

su

ilimitación es

el

ser

único y absoluto para él. Todo lo niega el pensar,

mas sólo para poner Todo

en

él.

Y a no

tiene nin

gún límite

en

algo exterior a él

pero

por este

mismo motivo se sale

él mismo de su

límite in

manente,

de

su límit

e natural.

De

esta

suerte

la

razón, la idea, se hace concreta esto es, lo

qu e

de b

e dar la intuición

es

atribuido

al

pensar, y lo

que

es la función la cosa de los sentidos d el sen

timiento,

de

la vida, se convie 'te en

una

función,

una

cosa del pensar.

As

í, lo

concreto

es

convertí-

80

do

en un predicado del pensamiento, el ser en una

mera

determinación del

pensamiento; pues la pro

posicÍón:

el

concepto es

concreto,

es idéntico

a la

proposición: el ser

es una determinación

del pen

sar.

Lo que en

los neoplatónicos es representación,

fantasía, Hegel

lo

ha transformado

únicamente

en

conceptos, lo ha

racionalizado.

Hegel no e.s ·«el

Aristóteles alemán o cristiano» sino el Proclo

ale-

mán.

La «filosofía

absoluta» es la filosofía ale

jandrina

renovada.

Según expresa

de t

erm

inación

de Hegel,

la filosofía

absoluta no

es la aristotéli

ca, ni la

antigua filosofía

pagana en general,

sino

la filosofía

alejandrina la

filosofía

cristiana, pe

ro entremezclada

todavía

con ingredientes paga

nos -

aunque

todavía en

el

elemento de

la

abs-

tracción de la autoconciencia.

Debe observar se a µn que

la teología

neo p

lató

n,ica muestra con particular

claridad

que así como

el objeto,

así también el

sujeto, y a la inversa ;

·

que,

en

consecuencia, d objeto

(

Objekt

de la

teología

no

es sino la

esencia objetivada del s

u

je t

o , del

hombre.

Dios

es, para los neopl

at ó

nicos,

la

potencia suprema, lo

simple,

lo

Uno,

lo

pura

mente indeterminado e indistinto no es

un

ser,

sino que está por encima

d el

ser, pues el ser

to-

davía está

determinado po 'r

cuanto es se

r;

no es

co n

cepto

ni

entendimiento, sino

que está

por

en

cima del entendimiento, pues

también el enten

dimiento

está

determinado por cuanto es entendi

miento;

y

donde

hay

entendimiento hay

distinción,

hay escisión entre o pensante y lo pe n

s

ado,

la cual, consecuentemente, no puede caber en

lo

sencillamente simple

. Pero

lo que

el ·ser supremo

objeti '.'an:ente, también lo

es, para

el

neoplató

nico, subjetivamente;

lo que el pone en

el

objeto

(

Gegenstand ,

en Dio s en tanto qu e

ser,

eso mfs-

mo

lo

pone eh sí como

actividad, como

a

sp ira

ción. No

ser ya diferencia,

n i

entendimiento, ni

,

sí mismo, es

y

significa ser Dios. Pero

fo

que Dios

·

es,

es también aquello a

lo

que el

neoplatónico

7

81

Ir

. \

· · ~

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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c ;11

' JI

1 '

··

.  ,

l

.11·

1

1

J1

..

1

aspira

devenir

es la

meta

de

su

actividad, es

dejar

«de

ser

mismo, dejar de ser razón,

d ejar

de ser

entendimiento». El éx tas is

y l

arrobamien

to

es

para el

neoplatónico

el s

upr

emo

estado

psi

col

óg

ico del hombre. E

ste estado,

objetivado co

mo esencia,

es

la esencia

divina.

D e esta suerte ,

Dios únic

am

e

nte

e

mana del

h

ombre,

ma

s

no es el

h

om

bre

quien,

a la

inversa,

e

ma n

a

de Dios

, al

me

n

os odginalmente. Esto

se

manifie

sta

con

e

specia

l

claridad

en

la determinación

de

Dios, asimismo

pr o

cedente de los neo

platónico

s, como

una esencia

i

nn

ccesitada, coro.o una esenda dichosa. Pues,

¿dónd

e

sino

en J

os dolores

y neces

idades

d

el

hom

bre

encuentra

su fundamento y su origen es ta esen

cia

carent

e de

dolor y de

n eces

idade

s? Con Ia

i

nd i

ge ncia de la necesid ad

y

el

dolor, des

ap a

rece

asimismo la

representación

y el sentimi ento de la

dicha. Sólo en su oposición a la desdicha

es

la di

cha una realidad. Sólo

en

la miseria human a en

cuenLra Dios

su

lugar

de

nacimienlo. Solamente

del h

ombre

a

dopta Dio

s

todas sus determfoacio

ncs - Dio s es lo

que el

h

ombre quiere s e r

su

propia esencia, su

propia

meta,

representada

co mo

esencia real. En esto re

side también

la di fe re n

cia

en tre l

os

n eoplatónicos y lo s es toicos, los

epicú

reos y los escépticos. La ausen

cia

de

pasiones,

la di

c

ha

,

Ja ausencia

de

ne

ces

idades

, Ja J

ibertad, la

independencia, fueron tambi

én

la meta de estos

f ilósofos,

pero sólo

en

tanto

que

viHudes hwna

nas; es dec ir , en e

ll

o

subyacía aún el hom bre

con

cre

to

,

el

h

om b

re real,

en

tanto

que la

ver

dad; l a

li ber tad y la dicha debían atrib uirse a este sujeto

como predicado. En los neoplatónicos, sin embar

go, a pesa

r d e

qu

e

para

ellos

la virtud pagana

todavía

era

l a ve

rdad

de ahí su

diferencia

con

respecto a la teología cristiana, Ja cual traspuso

la

d ich

a,

Ja

perfección y

la

semblanza

con D ios

del

hombre a l

más al l

á , este predicado se co nvir

tió en

s

ujeto, un adject ivum del hombre

.se

co

n

virtió

en sus

tantivo

, en

es e

ncia real. P

ero precisa-

82

ménte

por

es o

,

el

hombre

real se convirtió

ent

on

ces

en un mero abstractum si

n

car

ne

y sin sang

re,

en

u

na figura

alegórica de la

esencia divina.

Pl o

tino,

al

menos, según

cuenta su

biógrafo,

se aver

gon

zaba

de tener.

cuerpo.

30

La

determinación

segú

n la

cual só lo

el

conce

p

to

«concr

eto» a

qu

el

qu

e

es

por

ta d

o r en s í mi s

mo d e Ja n

aturaleza

de lo real,

es

el

concepto

ver-

dadero

expres

a el reconocimiento d e la verdad

d e

lo

concreto

o

re

alidad

.

Per

o,

e n

la

m e

dida

en

que a su vez

se pr

esupon

e

de antemano el con

cepto, esto

es,

el pensar,

como

ser absolu-

to

el único

ser verdadero

en

esta medida

,

pues,

lo i·cal o realmente efectivo sólo

puede

reconocer

se

de una manera

indirecta sólo

como

el

adjec

tivum esencial y necesario del concepto. IIegel

es

realista, pero un realista puramente

id

ealista o

más bien un realista abstracto rea l i s ta

en

la

abstracci6n de toda realidad. Hegel niega

e l

pen

sa r,

a saber,

el

pensar

abstracto;

pero

lo niega

de

nue

vo en el

pensar

abstracto

mismo

d e m

odo

que la negación de la abstracción es, a su vez,

una absL ra

cc

ión.

Para

él , sólo «lo qu e

es»

const i

tuye el o bj e to de la

filo

sofía; pero

es

te «es», no

es, a su

vez,

má s q ue m

«es» abstracto, pensado.

He

ge l

es un

pensad or que

se rebasa en el pensar

quiere aprehe

nder la·

cosa misma,

m as

en el

pensamiento de l a cosa; quiere

es

tar fuera del

pensar, pero c;n el seno del pensamiento mismo

de abí las dificultades para comprender e l con

cepto «concreto» .

31

Reconoce r

la

lu

z de la r

ealidad en

la

oscu

r

idad

de

la abstracci6n es

una

contradicción es la afir

ma

ción

de

lo .real

en el seno mismo de su

n ega

ción. La nueva filosofía, Ja cu al º

piensa

lo con-

83

.

1 1

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U  

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,¡J.11

1'

j

creto de

una ma nera abstracta

sino concreta que

reconoce

lo real

en

su realidad es decir de una

manera

adec

uada a la esencia

de lo

real como l?

verd

adero

y

lo

eleva

a

principio objeto

de Ja fi

lo sofía

esta filósofía es

por

ello

la verdad de

la

h egeliana ,

la

verdad de la filosofía 1noderna en

general.

La neces idad histórica

o la génesis

de

la

nu

e

va

filosoHa a

partir de la vieja es

aproximada

mente la siguiente. El concepto concreto la

idea

es

por

lo pronto s

eg

ún

He

gel, sólo

ab

s

tracto

únicamente existe en el

elemento d el pens

ar - el

Dios

racionalizado

de

la teología

antes

ele

la crea

ción ·del mundo. Pero así como

Dios

se exterío-

.

ri:ta

se

revela ,

se

hace

mundo

se realiza ,

así tam

b i é ~ se rea

li

za la

idea:

H egel

es la hi storia

d e

la

teolo

gía conv e

rtida en

un proceso

16

gko. Pero en

c

uanto

llega

mos con la

realización de

la

idea al

rei no del realismo

la

verdad de la

idea

es que

ella es real qu e ella existe y encontramos pues

en la existencia el criterio de

la

verdad: sólo

lo

guc ese real es verdadero. Únicamente cabe pre

guntarse: ¿qué es rea

l? ¿Lo

sola

ment

e P,ensado?

¿Lo que ú

nicamente es

objeto

del pensar

del en

tendimienLO? De ser

así

sin

embar

go, no saldría

mos

de la idea in abstracto. Objeto dcJ pensar lo

es también

la

ide

a

plat

ónica; o

bjeto interior lo es

t ambién

el

m

ás

allá

ce l

este

-

objeto de la

fe,

d e la re

presentación. Si

la

realid

ad

del pensamien

to es

la

realidad

en

tanto

qu

e pensada

entonces

la

realida

d d el pensamiento só

lo

es : i su

ve ¿;

y

de nu evo , el

pensa

miento

y

permanecemos perma

ne

ntement

e

en Ja identidad

del

pensamiento con-

sigo

mismo en l id

ealis

mo

-

un

idea

l

ismo

que

sólo

se

distingue del ideaJismo subje

tivo

porque

comprende todo el contenido de la rea lidad y lo

convierte en

una

de termina

ción del pensamiento.

Si por consig uie

nt

e

se

considera

con

auténti

ca se

riedad

Ja

realidad del pensamiento

o de la id

ea

se le de be añadir algo distinto de lo

que

él

mismo

84

es

o : . como pensamiento realizado

tiene

que ser

algo

dist

into que en

tanto

que pensam ie

nto no

rea

lizado es d

ec ir

, como

mero pensamiento -n

o

lo

objeto

del p.en

sar sino

t

ambién del no-pen

sar. Que el

pensamie

nto

se realiza quiere decir

qu e

el pensamiento

se niega deja de ser mero

pensamiento.

P ero ¿qué es entonces este no-pen

sar este algo

di s

tinto del

p e

nsar? Lo se

nsible.

Que el p

ensamiento se

rea-liza

quiere

d

ecir se

gún

es

.

to que

se

co nvierte en

objeto de l

os

sentidos

L a realidad de la idea

es

pues

la

sensibilidad

pero la rea

lidad

es la

verdad

de la idea

-es

d e

c

ir

s

ólo

la

sensibilidad

es

la

verdad de

la misma

.

No obstanLe

,

la

sen s

ibilidad

no

es

de

este modo

más qu

e predica d

o

mientras que

la ide

a o

el pen

samiento lo

convertimos en sujeto.

¿Por

qu

é en

tonces

se sensibiliza la idea? ¿Por

qué

no es e ll:1

verdadera si no es real es decir si no es sensi

ble?

¿No se ha ce depender con ello su

verdad

de

la se

n

sibili

d

ad?

¿No

se confiere significación y

valor

a lo

se

n

sible

para sí mismo

independiente

mente

de

que lo se nsibl

e

sea

Ja

realid

ad de la

idea?

¿S i la

sensibilidad

no es

nada

para sí mis

ma ¿para qué necesita de

la

id

ea

?

Si sólo

la id

ea

confiere

valor

y contenido a

la

se nsibi lid ad , esta

no

es

e

ntonces más que

un rpuro lujo , pura

vani

dad -

no ci:; má

s

que una

ilusión

que se ima

g

i.na

el pe n

s

amiento.

Y sin.

embargo

no

es

asf : Al p en

sa

miento úni

ca

me

nt

e

se

le

pone

la

ex

igencia de

rea1izarse, d e sensibilizars

e

p

or

que inconsciente-

.

mente

se presupone que

la

realidad la se n

sibi

li

dad independiente

deJ

pensamiento es la verdad

<l

e l pe n

sa mi

e

nto.

El

pensamiento se garantiza

a tra

vés d e

la se

nsibiJidad;

¿cómo

sería esto

posible

si inco1Hcienlemente no se la considerarn como b

verdad?

No

ob s

ta

nt

e

puesto

qu e

conscient

emente

se parte de

la

verdad del pensamiento la

verdad

de sensibi l

i

dad só l

o

se expresara

sub

siguiente

mente,

y

la

se

nsibilidad

se conv

ie

rte

tan

so lo

en

un at1-ibuto de la idea. Es to

es

sin embargo una

85

' '

'

.

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· '*

•contradicción· pues ella

sólo

es atribu to y

no

obstante s ó ~ ella confiere

verd

ad

:il

pe n

s

amiento

es

pues al

mismo ti empo l a .cuesti?n

f u n d m e ~ t l

y

la

cuestión secundaria

al s ~ o

tiempo

e s c n ~ i

y

accidente. De esta con

tradicción no

nos

libra

mos

sino

cuando

convertimos

lo real lo

se nsibJe

,

en

su;eto

de

mismo;

cuando le otorgamos una

significación

abso

l

utame

n te au

tónoma divina pri

maria y no solamente

derivada

de

la

idea.

32

o

real

en

su

real

idad

o

en

tan to

que

realidad

es

lo rea l en tanto que ob¡eto de los

sentidos,

es

lo sensible. Verdad, realidad, sensibilidad, son

idén

t icos.

Sólo un ser sensib

Je

es un ser

verdade

ro un ser real.

Sólo a

través de los

sentidos se

da un

objeto

(

Gegenstand) en et verdadero sentido

- no se

da

a través del pensar

para sí.

El

objeto

dado

el

pensar

u objeto

idé

ntico no

es

más que

pensamien

to

.

Un objcLo

Objekt), un objeto

real

sólo

me

es

dado pues allí donde

me

es dado un

ser

que

actúa sobre mí

a

ll

í

donde mi aut

c acúvidad si

parto del punto

de vista

del pensa r - encuentra

su

límite

en la activ

ida

d

de

otro

ser

- all í donde

encuentra su resistencia. Origin a]mente el concep

to

de

l

objeto Objekt  

no es otro q

ue el concepto

de

otro

Yo

- a s í

el

h

om

b

re

en su niñez

concibe

todas las cosas

como seres espo

n táneos arbitra

r ios- y de

alú

que

el concepto

de objeto e n ge

nera

l, esté med iatizado por

el concepto

del Tú

del Yo ob

jetivo

.

No

es

al Yo sino al

no-Yo

en

mí para

usa r

el

J

engua

je

de Fi

c

hte

, que

le es da

do un objeto

Objekt)

esto es , otro

Yo;

pu es

sólo

allí

donde Yo soy

transformado

en

un Tú ,

allí

donde s

ufro emerge

la

representación

de una

actividad existente fuera de

mi,

es decir de

una

objcLividad. Pero

lo a

travé

s

de los sentidos

es

el

Yo no-Yo.

86

Característica de l a anterior filosofía abstracta

es la

pregunta: ¿Cóm

o

pueden influenciarse

tintos seres

autónomos

sustancias

como

por

ejem

plo

e l

cuerpo

sobre

el alma sobre el Yo? Es

ta

cuestión

,

sin embargo

era

irreso

lub le para ella

toda

vez que hace

abstracción

de la sensibilidad; to -

da vez que las sustancias que tenían que in

fluenciarse

recíproca

mente

no eran

más que seres

abstractos puros seres de

l

entendimiento.

E l mis

terio

de la

influencia recíproca

lo

lo resuelve la

sensibi l

idad. Sólo los seres

s

ensibles actúan unos

sob

re

o t ros. Yo soy Yo - para

  y a su vez

-

para otros

.

Pero

so

lamen le

lo

soy como

·Ser

sensible. El entendimiento abstracto

sin

em

bargo

, aisla este

ser para

s

í en

tanto

que sustan

cia

átomo

,

Yo

D ios

de

ahí que

sólo pueda

unirJo

a

rbitrariamente

con el se r para

otros;

pues

la

necesidad

de

esta

unión reside únicamente c

n

Ja

sensibilidad de Ja cual empero él hace abs

tracción. Lo qu

e

yo pienso sin se

ns ib i l

idad

Jo

pien

so

tambi

én carenLe

y fuera

de

toda unión. ¿Cómo

puedo

pensar

entonces

lo

no-unido

al mi s

mo

tiem

po como

unido?

33

La

nueva

filosofía con t

em p

la y

considera

el ser

t

al como es

para

noso

t

ros

no s6to como perrsante,

sino

como

se

r r

ealmente existente

l

se

r,

pues

como objeto Objekt)

del s  r como objeto

Ob -

je

kt) de

mismo.

El

ser en tanto

que ob

j

eto

Ge

genstand)

del ser

y solamente

este

ser es

ser

y sólo él merece

el

nombre de s e r -

es

el

ser

de

los sentidos,

de

la intuición,

d el sentimi

en-

to

,

del

cunor.

El ser es pues un misterio de la

inLuición , d el se

ntimi

e

nto

,

del :imor.

Sólo en e l sentinúento , só

lo

e n

el

amor tiene

el «esto» - e s t a persona esta cosa - es

decir

lo

individual , valor absoluto;

só lo

en

ellos

lo -

nito

es Jo' in

fi

nito : en ello y só lo en

ello

reside l a

87

.:

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x :f

..

,,

li

• ,.¡

infinita

profundidad divinidad

y

verdad del amor.

Sólo

en el amor

en

el Dios que

cuenta cada uno

dt

los pelos de la

piel

es verdad

y

realidad.

El

mis

mo

Dios

cristian

o no

es más que una abstracción

del

amor

humano

no

es más que

una im::tgen

de

este

amor.

P ero

preci

samente porque «esto»

sólo

tiene valor absoluto

en el amor

tan

solo

se

re

vela

también en

él, y no en el pensar abstracto

el misterio

del ser.

El amor es

pasión

y

sólo

la

pasión es el signo distintivo de la existencia. Sólo

lo que y a sea real

.

ya posible

-

es

ob;eto

(Ob

jekt)

de la pasión es.

El pensamiento

abstracto

carente

de

sentimiento

y de

pasión

s

uprime

a

diferencia entre el ser y el no-ser mas para . el

amor

esta diferencia

que

se

·

disuelve

en el pensa

miento es

una

realidad. Amar

no

quiere decir

m

ás

que

apercibirse de esta diferencia.

A quien

na d

a

ama -cualquiera

que

sea el objeto--

le

resulta

completamente indiferente que

algo sea o

no sea.

Pero así

como

el ser sólo

se

me

da

diferente

del

no-ser a ti·avés del

sentimiento en

genera]

así

también sólo

se

me

da un objeto Ob;ekt) como

diferente

de

a

través de ellos.

El

dolor es una

fuerte

protesta

contra la

identificación

de lo

sub

jetivo y lo

ob

j

etivo.

El dolor del

amor

consiste

en

que

1to

está

en la realidad lo que está

en

fo

representación. Lo subjetivo es aquí lo o bjet ivo ,

a representación es el

objeto

Gegenstand   ; pero

esto precisamente es

lo

que no

debe

ser esto es

una

contradicción

una

falsedad una

descüc

ha de

ahí

a

demanda

de establecer una

relación

ve1·dadera

en

que

lo

subjetivo y lo

objetivo no sea

idéntico.

El mismo

dolor

animal

manifiesta

con

suficiente

claridad esta diferencia. El dolor del hambre sólo

consiste en que no hay nada

objetivo en e l

estó

mago

en que el estómago es objeto

de

sí mismo

en que sus paredes

vacías se rozan

entre

sí , en lu

gar de rozar un

material.

Los sentimientos

hu

manos no poseen

por

ello una significación em

pírica antropológica en

el

sentido

de la

vieja

88

filosofía trascendente

srno una

significación on

tológica

metafísica: en

los

sentimientos incluso

en los sentimientos cotidianos se albergan las ver

dades más profundá

·s y

elevadas.

Así

el

amor es

la

verdadera prueba ontol6gica de la

existencia de

un objeto

(Gegenstand)

fuera

de

nuestra cabeza

y no exfate otra

prueba del

ser que

no

sea

el

amor el sentimiento en general

.

Sólo es aque

llo

cuyo ser te proporciona

dicha y

cuyo no-ser te

de

para dolor.

La

diferencia

entre

el ob jeto y

el

su

J

eto entre

el ser y el

no-ser es

tanto una dife

rencia dichosa, cuanto dolorosa.

34

La nueva filosofía reposa en la verdad del

amor, en

la

verdad del sentimiento. En el amor

en

el

sentimiento en

general cada hombre t · e o ~

110 ce la verdad de la nueva filosofía.

Con

respecto

a su

misma base

la nueva

filosofía

no es

sino

la esencia

del sentimiento elevada a

la

conciencia

- ella

lo afirma en y a través

de

la raz6n Lo

que todo hom re el

hombre

real reconoce en

el corazón.

Ella es el corazón

transportado al

en

t

endimiento. El corazón

no

quiere objetos Ge

f.enstand)

ni

seres abs

tractos

me tafísicos o teoló

g i

cos qu i e r e

objetos y seres reales sensibles.

35

Si la

vieja filosofía deda: lo que no es pensado,

no es; la nueva filosofía por el contrario

dice:

lo que no es

amado ni

puede ser amado, no es.

Pero lo que

no puede ser

amado

tampoco puede

ser

adorado.

Sólo lo que puede ser ob je

to

(Objekt)

d e la

religión,

es objeto

de

la

filosofía.

Pero no

s

ólo obj

e

tiva

s ino también subjc tiva

mcn

te

es

el amor el criterio del ser e

l

ri terio

de la verdad y la

realidad. Dond

e

no ha

y mnor,

hay

tam

.poco verdad. Y sólo

es

algo lo qu e algo

89

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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ama

n o

ser

y

no amar

son

idénticos.

Cuanto

más uno es tanto más

ama

y a la inversa.

36

Si el punto de partida de la vie1a filosofia era

la proposición: Y o soy un ser abstracto,

un s e ~

únicamente pensante, el cuerpo no pertenece

a

mz

ser· la nueva filosoffa comienza por el contrario

la

proposición: Y o

soy

un ser real,

un ser

sensible; más

aún, incluso el cuerpo

en su

tota-

lidad es mi Yo, es mi ser

mismo.

De ahí

que

el

viejo filósofo pensa

r.a

en

contradicci6n

 

y

di sención

continuas

con

los sentidos, a fin de li brarse

de

las

representaciones

sensibles

a fin de no

mancillar

l

os conceptos

abstractos;

el

nuevo

filósofo por

el

contrario

piensa en

consonancia

y armonía con

los senúdos.

La vieja

filosofía

concedía en la ver

dad de la sensibilidad

inc luso

en el conceP.tO

de

Dios que concibe el

ser

en ,sí mismo;

pues

este ser sin

embargo

debía ser

a su vez

un

ser

distinto del

ser pensado,

un

ser

exterio

r

al espí-

ritu exte

r

ior

al

pensar, un

ser

r

  lmente objetivo,

es

to

es un ser se

nsibl

e pe r o sólo lo admitía

solapadamente, só lo conceptualmente sólo incons-

cientemente

y co ntra

su voluntad,

sólo porque t e-

nía

que hacerlo as í ;

la nueva filosofía

por el

contrario recon

oce la

verdad

de la

se11sibilid ad

co

n

alegría,

con

conciencia:

e

lla

es

f

filo

sofía

sin-

ceramente

sensib

le.

37

La filoso

fía

moderna buscaba

algo inmediata-

mente

cierto. Recusó en

consecuencia el pensamien

to de

la cscolástka

carente

de

fundamen

to

y

de

base,

y fundó la filosofía

en

la

autoconciencia,

es ,

decir, puso en d lugar del ser

únicamente pensa

-

do,

en el lugar de Dios del

ser

supremo y último

le

toda filosofía escolástica a

l

se r pensante,

al

Yo, al espíritu autoconsciente; pues para el pen-

90

sa

dor lo

pensante está infinitamente más

pr6xi-

mo, más

presente

y

es

más

ci e

r

to que o

pensado.

Dudable es l exis

te ncia de

D

ios dudable es en

general lo que yo

pienso;

es indudable en cam

bio que yo soy yo es d ecir el que piensa el

que duda.

Pero

la autoconciencia de la filosofía

moderna sólo

es

una vez más un

ser pensado,

mediado a

través de la abstracci6n y por consi

guiente

un

se

r

susceptible de duda

. Indudable,

inmediatamente cierto lo es

tan

sólo lo que

es

objeto Objek t  , de los sentidos, de la

intuici6n,

del

sentimiento.

38

S61o

es verdadero y

divino lo

que no

necesita

de ninguna

prueba,

lo que

es

cierto

in m

ediata-

mente

por sí mismo, lo qu e se manifiesta y se .

sostietre inmediatamente por sí mismo, lo que sus

cita inmediatamente la afirmación de que es - lo

simplemente decidido, simplemente

indudable,

o que es

claro

como

la

uz del so

l .

Pero

lo

es

cla

ro

como la

luz

del

sol

lo

sensib

le;

únicamente

·

allí donde

comienza

la

sensibilidad

se acaba toda

duda y

todo

litigio.

El

misterio del saber mme-

diato

es

la sensibil

idad.

ocio

está mediado sostiene

la

fi loso ía

he g

e

l

iana. Pero

sólo

es

verdade

ro

algo

cuando ya no

es mediado

s

ino

inmediato. La

s

épocas históricas

só lo surgen por eso allí donde lo que preceden

temcn te no

era

más qu e

pensado

rnecliado, se

convierle en obj eto Obj

ek

t) de la certeza inme

diata

sensible

se convierte

en verdad lo

que

a

ntes

no

era más que

pensamiento. Es

propio

de

la escolás ti

ca

hacer de la mediación una n ecesidad

div

ina

y

una propiedad

esencial de

l

verdad. Su

necesidad es solamente condicionada; clJa única

men

tc es

necesaria allí donde Lodavía subyace una

falsa

pr

e

misa; donde

se

prcscnm verdad

una

d octr ina en contradicción co n una doctdna

91

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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que es

considerada

como

verdadera,

que es

respe

tada. La verdad que se media

así

mism

a

es

la ver

dad todavía atada a su antítesis. Se comienza con la

antítesis,

mas

después se la suprime.

Pero

si ella

es algo

que debe

ser suprimido, n

egado,

¿por

qué

debo

comenzar

con

ella

y

no, en

cambio, di r

ec

ta

mente con su negación? Un ejemplo. Dio s, en tan

to que

D i

os, es un ser abstracto; Él se particula

riza,

se determina,

se realiza

en mundo,

en

h

ombre;

sólo así es

concreto, sólo

así

está negado

el ser

abstracto.

¿Por

qué

no,

pues, comenzar

d

i-

rectamente con lo

concreto?

¿Por q ué lo cierto

y

pr o

b

ado

po

r sí mismo- no

ha

de

•Ser

superior que

lo cier

to

a

través

de

la

nadi

d

acl de

su

contrµrio?

¿Quie

n ,

pues, puede elevar

la

mediación a

necesi

dad,

a ley de

a verdad? Sólo el

que

todavía es

prisionero de

lo que hay que negar, el

que toda-

vía

lucha

y liti

gia consigo

mismo,

todaví

a

no está

perfectavr

en te conforme

consigo

mismo

:

en su

ma,

sólo

aquel

para el cual una verdad no es más

que

tale

nto,

el

cometido de una facuhad particular,

aunque eminente,

y no

genio,

es

decir,

e l

come

tido de

todo el

hombre. El

genio es el sabe

r in

mediato, el

saber sensible.

Lo que el talento úni

camente

tiene en la

cabeza,

el

genio lo l l

ev

a en

la

carne y

en la

sangre; es decir,

Jo

que

para el t

a-

len to tod

avía

es

un obje

to Objekt) de l pensar,

para el .

ge n

io

es

un o

bj eto

de l

os sent

i

dos.

39

La

vieja filosofía

absoluta

ha de

sp

la zado Jos

sentidos al

dominio

de

la apariencia

de

la

fi

nitud;

y, sin

embargo, en contradicción co

n

ello,

ha

determinado o absoluto, lo divino, corno el ob-

jeto Gegenstand) del arte. Pero

el

objeto del

arte

es

- mediatamente

en

el arte

literario

,

inmediata

mente en el arte pictórico-- objeto de la vista

del oído, del

sentimi

e

uto.

Así pu

es, no

sólo

lo

finito lo

fenoménico, es objeto de los sentidos,

92

\

sino tambié

n

el ser verdadero

y

divino l o s sen-

tidos

son

el órgano de o

absoluto.

El arte «pre

se

nta la

verdad en lo sensible» es de

cir,

conce

bido

y expresado correctamente:

el arte presenta

la

verdad

de

o sensible.

40

Lo tni

s

mo que en el arte sucede también en

la

religión. La

intuición

sensible, y

no

la

representa

ción, es

la

esencia

de

la religión crist

iana la for

ma, el

órgano de

l ser

su

p

remo, del ser divino.

Pero si

se co

nsidera la int u

kión

sensible

como

el

61·gano d el

ser

divino,

del

se

r

verdade

ro

se

ex

presa

cqn ello y

se r

econoce

al

ser divino como

tm

ser

sensible,

y

al ser se

nsible como

el

ser

di

vino;

pues así

como

es el

sujeto,

así también

es

el objeto Obj ekt) .

« el

verbo

se hizo carne

y habitó entre no

so

tr os, y

vimos

su

g oria».

Sólo para la posreri

d2d el objeto de

la

religión cris tiana es

un

ob

jeto

d e la

representación y

la

fantasía;

pero la

intuición original se restable

ce de nuevo.

En

el

ciclo,

Cristo, Dios,

es objeto

de

la intuici

ó n

in -

mediata, sensible; de un

objeto

Gegenstand) de

la

re

pr

esentación

del pensamiento

y, por

consi

guicn te

,

de

un

ser espiritual se

conviei-tc a

ll

í

en

lo que

es

para noso

t

ro s

:

w ser

sensibl

e suscep

tib

le

de sentirse y de verse.

es-ta in t

uición

a s í

el

comienzo, así

también

el

fina

l-

es,

por

consi

g

uiente, la esencia

del

cristiani

s

mo. La

fHosofía

especulativa ha

concebido

y representado

por este

motivo el arte y

la religión

no a la luz verdadera,

a

la luz de la realidad

,

sino en

el

crepúsculo de

la reflexión, en la medida en

que, en

consonancia

co

n

su

principio,

que es la abstracción de la

sen

s

ibilidad, degradaba la sensibilidad

a

una sola de

terminación formal de la misma: el

arte

es

Dios

e n la d e termi

nación formal

de

la

in tuición sensi

ble, la re l

igión

es

Dios

en

la

de la

representació

n .

93

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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  .

Pero

lo que en la

reflexión

sólo aparece como

forma

en

la verdad es precisamente el ser.

Allí

donde

Dios aparece

y

es

adorado

en el fueg

o

se

adora

en verdad el

fuego en

tanto

que Dios. E l

Dios

en el fuego

no

es

otro que

la esencia

que

sorprende al hombre

por

sus

efectos

y propieda

des de l fuego;

el D

ios

e n

el hombre

no

es otro

que la esencia del h om bre. Y

de la

misma manera

lo

que el arte present

a b ajo la fo rma e

sens

ib i

li

dad

no es

si

no la pr

opi esencia de la

sensibili-

dad,

inse

parable de e

st

a for

ma

.

41

No

sólo

las cosas «exterio res»

cons

tituyen el

objeto Gegenstand

 

de l

os sentidos. E l hombre

sólo

se da

a

mismo

a

t ravés de

lo

sent idos l

es objeto

(Gegensta

nd) para sí mismo

en tan

to

que

objeto

de

los senti

d

os

(Sinnesob¡ekt).

La

identi-

dad del suieto

y el

objeto,

que

en la autoconcien-

cia no es más que una

idea

abstracta, sólo es ver-

dad y realidad en la intuición sensible del hombre

por

el hombre.

No sólo

sentimos las pie

d ras y

Ja

madera

no

lo la

carne

y el

hueso;

tamb ién se

ntimos

senti

mientos al estrec

har la mano o al rozar los l a

bi

os

de

un set· sen sit

ivo;

por nues tro o í

dos

n o

lo

pe

rc.ibimos

el mu

r

mul

lo

de

l

ag

ua

y

el su su

rro

de l

as

hojas, ,

sino

ta

m b

n la

voz

espiri

t

ua

l de l

amor y la sabi

du r

ía

; no

lo

vemos superficies

cspecuJarcs y espectros de

co

l

ores sino

que

tam

bién

miramos

la mirada del hombre. No só lo, pues

lo exterior

s

ino tam

b

ién

Jo in t

erior,

no

lo

la

carne

Si

no

también

el

espíritu, no

sólo la

cosa

sino también el Yo constituye el objeto

Gegens-

ta d)

de los

sentidos.

Todo

es

por

eso sensible

mente

perceptible aun

c

uando

no

inmediatamen

te, s ino mediatamente;

aun

cuando no

con los

sentidos vulgares

burdos

sino co n los sent

id o

s

cultivados; aun

cu a

nd

o

no con los ojos

deJ

ana-

94

tomista o

del qwm1co sino con

los ojos del filó

sofo.

Con razón infiere también el empirismo d

origen

de

nuestras ideas

a

partir

de los

sentidos;

sólo que él olvida qu e

.

el objeto sensible más im

portante

y esencial del hombre es el hombre

mir-

mo;

que

sólo

en Ja

mirada del

hombre e n el hom

bre

mismo se

enciende la

l uz de

la concie

ncia

y

del

entendimiento.

D e ahí que

el

idealismo tenga

razón cuando

busca

en el hombre el origen

de

Jas id

eas

;

y

no la · t

enga

si

n

embargo

cu

ando

prete

n

de derivarlas

del h

om

b re aisla

do fijado

co

mo

sex

existen

te p ara sí ,

como al

m

a

en

un

a

so

la

palabra:

cuando

pr

etende

d

edva

rl

as

d el

Yo

si

n u n

sensib lemen te d

ad o

. Sólo de l comun ica

ción.

únicamente

de

la

conversación

de l hombre co n el

hombre surgen

las

ideas . No es

por

solo, sino

en

la

relación

mutua

que se accede

a

los concep

tos,

a la

razón en general. Se necesi

rnn

dos hom

bres para

la generación

del

hombre -

tanto

la

espiritual

como la física: la comunidad del hombre

con el hombre es el primer

principio

y

criterio

de

fo

verdad

y

la

universali

dad.

La misma certe

za de la

exis tencia

de

otras

cosas

fuera

de

m í

es

mediada para mí por

la

certeza de l ex

i

stencia

de otro

hombre

fuera

de mí. De

lo que yo veo

solo

dudo; ú n

ic

a

me

n te cuando otro también lo

ve es

el

lo

cierto .

42

Las

diferencias

entre el

ser

y la apariencia, cau-

sa

efecto,

sustancia y accidente,

necesario

y

con-

tingente, especulativo

y

empírico,

no fundan dos

r

einos o

mundos un

mundo

suprasensible al

que pertenece el ser y otro mundo

sensible

al

que

pertenece

Ja

apariencia,

sino

que estas di/ere

ncias

coinciden

en el

ámbito

de la sensibilidad misma.

Un ejemplo

procedente de

la

s

ciencias

natura

les.

En el

sistema botánico de

Linneo

las

pr

ime

ras

ch.

ses se determinan con arreglo

al

número

95

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

http://slidepdf.com/reader/full/1976-1842-1843-ludwig-feuerbach-tesis-provisionales-para-la-reforma-de 57/67

 

.

..

.

.

...

de los

estambres.

Pero

ya

en undécima clase

en

la

que existen

de

doce a veinte

estambres

y

con

mayor razón

en

la

clase

d

l o ~ veinte e s t a m ~ r e s

múltiples y

en la

c l a ~ e

poliandrica la

~ e t e r m m a -

ción numérica es

indiferente; a

e ~ t e

mvel

ya

º?

se cuenta.

Aquí

tenemos a

la

visea, por cons1-

ouiente en uno y

el

mismo

dominio la

diferen-

~ i a

ent;e

la multiplicidad determinada y

la

inde-

terminada entre

la necesaria

y

la

indistinta

entre

la racional y la

irracional.

No

necesitamc;>s, pues

rebasar

ta.

sensibilidad para

ll

egar al

límite

de

lo

solamente sensi

ble, de

lo ú

nicamente

em

pírico,

en

el

sentido de ta filosofía

absolutcl;

·

sólo es

pre-

ciso que

º

separemos el enten4imiento

d e

los

sentidos para hallar lo suprasensible esto es

el

espíritu y

la razó

n , en

lo

sensible.

4

Lo

sensible no

es

lo inmediato en

el

sentido

de Ja fiJosofía especulativa

c ... el

sentido <le que

es lo profano

,

lo que

se

halla 1l

alcance

de

la

ma-

110 lo que carece de pensam, lo que

''

 : d e

suyo

evidente. La

intu

i

ción

< Cns. ·.

inmeJiata

es

más

bien po

st e

rior

a la re

prese

ntació n y

l fan

tasía. Lll primera intuición del hombre

no

es sino

fo

intuición de

la r

epresentación y

la

/antasí.a

.

La

tarea de la fiJosofía, de la

ciencia en

gcncrnJ no

co nsiste por eso en apartarse

de

fo cosas se

nsibl

es,

esto

es, reales,

sino

en

llegar a ellas -

no

co

nsis

te

en transformar

los

objetos

(Gegenstand)

en pensa-

mientos

y

repr

ese

ntacion

es, sino en poner a

la

vista, es

deci.r,

hacer

objetivo

gege

nstandlich) Jo

que

para

el ojo común

no

es visible.

Al

comienzo

los hombr

es sólo

ven las

cosas

tal

como

aparecen a él,

no tal como ellas

son; no

ven en las cosas las cosas mi smas, sino sólo sus

ideas sobre

ellas;

introducen su propia esencia

en ellas, no distinguen

entre

el objeto G1:gens

tand)

y

la

representación

de este

objeto. El

hombre

96

ina:lto subjetivo está

m.ás cerca

de

la

represen

tacr6n que

de

la

intuición;

pues en Ja intuición

se

ve a r r a ~ c a d o de sí

mismo mientras que

en la

repre

sentac

1ón permanece dentro

de sí.

Pero,

lo

m1srn_o que

sucede

con la

representación suce

de

también con

el

pensamiento. Los hombres

se

ocu-

antes y

por

más tiempo

de

las

cosas

celestes

divmas que de las terrenas humanas es decir

se

º.cupan antes y por más

tiempo

de

las

cosas

v e : t ~ d a s al

pensamiento,

que

de las

cosas en

el

original, en su

idioma

original. Sólo en Lo

s

tiem-

pos m o d e r n ~ s la humanidad ha vuelto

como

otro-

t r ~

en Grecia tl as

la

antesala

del onfrico

mundo

o n ~ n ~ a l

a la intuición

sensibl

e,

es decir verídica,

ob¡etzva, de lo

sensible

esto

es de lo real· y

s 6 ~ o en

virtud de

ello

ha

v u e l t ~ de nuevo

mzsma; pues. un .hon;ibre que

sólo

se entregue a

seres

de la 1magtnac1ón o

del

p

ensamien to

abs

tracto ne > es él mismo más que un ser abstracto

Y fantasuco

pero

no

un

ser

real

y

auténticamen-

te hun

La

realidad del hombre só

lo

depende

de

realidad

de

su objeto (

Gegenstand).

Si Ttí

no

tzenes nada

no eres

nada

44

L e ~ p a c i o

y

el

tiempo no son meras formas

fe-

no m

én

rcas

s on condiciones del

ser,

formas

de la

razón, le1es d ~ l ser lo. mismo que del pensar.

La

e ~ t s t e n c t a

Dasein) es

.

el

primer

ser

el

pri-

mer d e t e r ~ 1 n a d o .

Bestzmmtsein

).

Estoy aquí

tal es el primer signo de un ser

real vivo

El

dedo

índice

es el

jndicador

que seña la

de

la

~ a d a

al

se_.r. Aquí es

el

primer

límite

la primera

fisura.

Aqu1

estoy

yo

allí

estás tú;

estamos

el

uno

fuera

del otro; de ahí que

ambos podamos ser

sin roe-

n o s ~ b o ? ~ l uno o del otro;

para

ambos hay es-

pacio sui1aente. El Sol no está donde se

encuentra

M e r ~ u r i o Mercurio no

ocupa el

Jugar de

Venus

el OJO

no

está

en el lugar

de

la o.reja,

ct e

. Allí

8

••

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

http://slidepdf.com/reader/full/1976-1842-1843-ludwig-feuerbach-tesis-provisionales-para-la-reforma-de 58/67

donde no

hay

espacio,

tampoco

Liene cabida sis

tema alguno. La

determinación

espacial es

la pri-

mera de terminación racional en

que reposa

toda

determinación ulterior. Con

la

di

s

tribución en dis

tintos

lugares pue s con

el espacio

se

e s ~ b l e c e n

inmediatamente

diferentes lugares- comlenza la

nanualeza

organizadora. Sólo

en

el

espacio se

orienta

la razón.

¿Dónde estoy? es l

pregunta

de

la conciencia que despierta, la primera cuestión

de la sa biduría

de la

vida. La limitación en el

es

pacio

y el

tiempo es

la

primera virtud, la

dife

rencia

de

lugar

·es

la

primera

diferencia

de

lo

ade

cuado

e inadecuado

que enseñamos

al niño,

al

:hombre en

estado

bruto. Para el hombre en esta

do bruto, el lugar es indiferente; todo lo hará en

cualquier lugar, Sin diferencia;

lo

mismo sucede

con

el l

oco. De alú

que

los

locos

vuelvan

a la

razón cuando se ligan nuevamente al espacio y

al

tiempo.

Colocar

lo distinto

en lugares diferen

tes,

di

sd ngui.r

espacialmente

lo cualitativamente

distinto, es la

condición

de toda eco

nomía

, incluso

de

la

espi

ritual.

No poner en el texto lo que co

rr esponde

a

la nota,

no

colocar en el comienzo

lo

que sólo pertenece al final, en una palabra, la

dist in

ció

n

y delimitación

espaciales pertenecen

tambi

é n a

fa

1

abiduría del esc

ri

Lor

En todo caso siempre se

trata

aquí d e un

lugar

de te

rminado;

pero

tampoco

se pone agu en cues

tión.

otra

cosa

que

la

determinación

de

lugar.

Y

no puedo separar

el

lugar del espacio cuando quie

ro

aprehender

el espacio en

su

realidad. Sólo

a

través

del

d6rrde

surge

en mí

el

concepto

de es

pacio. ¿D6nde? es

general

y válido para todo lu

gar

si n

distinción

y, sin

embargo,

el

dónde

es

determinado. Con este d6nde se establece simul

táneamen

te

aquel

dónde

con

la d

eterminación

del

lugar se

establece también a universalidad

del es

pacio; pero precisamente por eso,

el

concepto uni

versal

de

espacio sólo es un concepto real,

un

con

cepto co ncr

eto, en unión

con la determinación de

98

lugar.

Del

espacio

como,

en

general, de la

natu

raleza, Hegel

sólo

d

una

deter

minaci

ón, negativo

.

Únicamente el ser-aquí es

positivo.

Yo no estoy

allí,

pues estoy aquí

es t e

no-estar-aill es, por

consiguiente, la sola consecuencia del ser-aquí

po

sitivo, expresivo. El

que

el

aquí

no sea allí,

el

que

uno

este fuera del otro,

lo es un límite para

tu

representación, mas no un límite en sí. Es un es

t r

fuera

del otro que

debe ser

que no

contradi

ce, sino

que

corresponde a la razón.

Este

estar fue

ra

del otro es,

sin embargo, para

I-Iegel,

una deter

minación

negativt a,

pues

es

el estar

fuera

del

otro

de aquello que

no

debe esta

r fuera

del otro po r -

que el

concepto lógico,

en tanto que la identidad

absoluta consigo mismo, es

consid

erado como

ver

da d- y el , espacio es incluso Ja negación de

la

idea, de l razón,

a

la

que

sólo se puede llevar d e

nuevo la razón en la medida en

que

esta negación

sea negada. Pero

dejando aparte

que el

espacio

es la

negación

de la

razón en

el espacio

más

bien se hace Si

tio

para La

idea,

para la razón;

el

espacio es Ja primera esfera de la razón. Donde

no hay una separación espacial, no hay tampoco

separación lógica.

O

inversamente:

si

co

mo

He

gel, pasamos

de

l lógica al espacio dond e no

hay

cli(crencia,

no hay tampoco espacio.

Las

di

ferencias en

el pensar

tienen

que

realizarse

como

lo

diferente;

pero lo diferente se

separa espacial

mente

en

tre

sí.

Sólo

la

separación

es p

acial

es,

por

ello, la

verdad

de las diferen c

ias

gicas.

Pero lo

que

está

separa

do, no puede

pensarse sino por

separado.

El pensar

r

eal

es el pensar en

el

espa

cio

y

el tiempo.

La negación del espacio

y

el

tiempo duración)

cae

siempre en

el

seno del es

pacio y

e l

tiempo mismos.

No queremos ahorrar

espacio

y

tiemJ?o,

sino

para

ganar espacio y tiempo.

5

Las

cosas

no d eben

pensarse de

ot

ro

modo que

aquél en gue se

p

resentan en

la realidad.

Lo

que en

99

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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la realidad está separado túmpoco debe

se

r idén-

tico

en el pe

nsamiento

. Eximir al

pensar

a la idea.

al

mundo

intelectual en

los

n eoplatónicos-

de

las l

eyes

de

la

realidad

es el pri

vilegio de la a

rb

i-

t r

ariedad

t

eo

lógica.

Las leye

s de la realidad

son

también la s leyes del pensar.

46

La

unidad

inmediata de

dete1

·

minacione

s opues-

tas

só lo es posible y sólo

es

válida en

la

abstrac-

ción

.

En la

realidad

lo

s

opuestos siempre están

ligado

s únicamente por un término medi.ador. Es

te

t

ér

mino

m e

diador es el

objeto

Gegenstand

).

e l

su

jeto de

las

op osiciones.

D e ahí que nada

sea más fácil

qu e mostrar Ja

unidad de

predicados

contrapuestos; no

ha

ce fal-

ta

más qu e

abstraerlos

del

objeto

o del

su

j

eto

d e

los

mismos

. Con el

objeto

desap

arece el límite

entre los opuestos; y puesto

que

así

pierJe:1 su

fu nd

amento

y sostén,

coincid

en

inmediatamen te

entre

sí.

Si por ejemplo considero al ser como

tal

si hago

a

bstracción

de toda

detcrminnciór.

que es o

bt

e

nd r

é naturalmente la identidad del

ser

y la nada.

La

dif

e

rencia

el límite

entre el ser

y

la

nada

es

únicamente

la de ter m

inación.

Si

. dejo

de

lado

lo

que es

¿qué

es

entonces

es

mero

«e s

» ?

J?cro lo que es válido para esta antfLesis y su

identidad lo es también para Ja id e

ntidad

de lo s

restantes opuestos

en

la

filosofía

e s p ~ u l a t i v a

7

El m edio para conciliar d eterm inaciones anti-

téticas o contradictorias de una manera conforme

.1 la realidad en uno y el mi smo ser únicamente

es

el

t

iemp o

.

Así

sucede al menos

en

lo

s

seres vivos.

lo

nsí

se presenta en el hombre l

contradicci6n por

ej

em p

lo d e que ahora me llena y domina esta de-

te rminación e s t e sentimiento este

propós i to-.

100

lue

go otra determinación una d eterm

inació

n in

cluso opuesta a aque

lla. Sólo allí

donde una

re

presentación

reprime a

la

otra d

onde un

se

nti

miento

reprime al

otro donde no

se

alcanza

ni n

gu na decisión

n l ningun

a

determinación

per

sis

tenLe donde el alma se h alla

en

permanente

cambio de estados

contrapuestos

sólo a

llí

se en

cue

ntra

en

el

torme

nto in f

ern al de

la

contr a

dic

-

ción.

P

ero si

al mismo tiempo co

ncilia

ra

las

d e-

t

er;

minaci

on

es

antitéticas

éstas se

neutralizarían

se

obstacul

izarían, al igual

que

lo s opuestos

del

pro -

ceso

q l l í m i ~ que existiendo a 1.Ul mismo

tiem

·

po pierden su diferencia en

un

producto neutral.

Ma

s

precisamente

en

ello reside el dolor

de la

con.tradicción a

saber

que ahora qlliero y soy

con

pa s ión lo que

en el

instant

e siguie

nt

e

no

qui·:: .o

ni soy

co

n la mi sma energía ,

que

la posición v

b

negación

se siguen

mutuamente

y sin embArgo

ambas

anLítesis

me

afec

tan con toda

su dere:

:mi n:l-

ción y su

agudeza

p er o cada

una

de ellas con ex-

clusión de

la o

tra

.

48

En c.l pensamiento lo real no puede r

ep

resen-

en nlimerc:s enteros 

si

no única mente e n fra c-

ctones. Esta d

1ferc:tncia

es

una

difere ncia normal

reposa

la

?aturnleza

del

p ensat

cuya

cse

ncta

es

Ja Llmvers

alidad

a difere n

da de la rea

]id

a

d cuya es encia

es

la

particularidad

.

Pero

sólo

puede impe

dir se

que es ta di f

er e

ncia conduzca a

una

contradicción form

al

entre

Jo

pe

n

sado

y

lo

rea

l po

rq

ue el pensar no se desarrolla en

línea

recta en

identidad

sino que se interrt npe

por

la intuición sensible . Únicamente e l

pe

n

sar

que se

determina y rectifica a través de la in tu i

ción

sen-

sible

es

un

pensar

real  

u n pensar

objetivo

el

pensar de la verdad objetiva.

Lo más importante

es

reconocer qu e

el pe

nsar

absoluto es d ecir el

pensar

a islado y separado de

101

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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l

•  '

>

•f

1

la sensibilidad, no

rebasa la identidad

/ormal no

rebasa la identidad del pertsar consigo

mismo;

pues aunque

el

pensar o

el

c o n c ~ p t ~ sea

d c t ~ n ; 1 ~

nado como la

unidad de deterromac1ones

ant1teu

cas, estas determinaciones no son, a

su

vez, sino

abstracciones,

determinaciones del pensamiento

e s decir,

de nuevo,

identidades del pensar

consi

go mismo, únicamente múltiples

de

la identidad,

de la que

se ha partido

como de

la verdad abso

luta. Lo

otro

que se

contrapone

a

la

idea,·

en

tanto que puesto por

ella,

no se

distin

gue verda

deramente, realiter,

de e

lla, no está libre de Ja

idea, sino

a ]o

sumo pro forma, aparenteme

n

te,

para dar muestras

de su

liberalidad; pues este

otro que

Ja idea, no es,

a ·su

vez, más que ideo,

sólo que no todavía bajo

la forma

de

la

idea, es

decir,

tod

avía no

puesto,

no reali

zado

como idea.

A sí pues, el pensar por sí mismo no llega a una

diferencia positiva

ni

a

una

oposición resp

ecto

de

sí, y precisamente por

ello

n.o tiene

otro criter

io

de

la verdad que el

que

algo

no

contradiga

la

idea,

no

contradiga

eJ

pensar e s

decir, tan

sólo

un

criterio

formal,

subjetivo, el cual

no

decide sobre

si

la

verdad pensada es también una verdad

real.

El

criterio que decide sobre

esto

último es

única

mente la intuición. Siempre debe

de

escucharse al

enemigo. Y precisame

nte

la intuición sensible

es

el par

tido contrincante

del pen

s

ar. La

intuición

aprehende

las cosas

en

un senüdo ctmplio,

el .pen

samiento

en

el

más

estricto

de

Jos se

ntido

s;

la

intuic

ión

deja las

cosas

en su libertad más ilimi

tada, el pensamiento

l

es impone leye

s

que

a

me

nudo so

n

desp6tícas; la intuición ilumina la cabe

za,

pero no determina

ni decide

nada;

el

pensar

determina,

pero

también ef Zbota a menudo la ca

beza; la intuición carece

para

de

principios, el

pensar

carece

para

de vida; la regla es la

meta

del

pens

ar, la excepción

de

la .regla es

Ja

meta de

la intuición

.

Y

as

í

como sólo la

intui

ció

n de te r

minada

por

el pensar

es verdadera,

así también,

102

a

la inversa, sólo

el

pensar

ampliado y

abierto

a

través

de

Ja intuición es

el pensar

verdadero, el

pensar conforme

a

la esencia

de

la realidad.

El

.pensahlicnto

continuo,

idéntico consigo mismo,

de

Ja, e? contradicción con la realidad, que el

mun

ao gire

.en

trono

a

su

centro; pero

el pen

s

ar in

terrumpido p o ~ la observación

de

la irregularidad

de este

mov1m1ento,

es decir

, interrumpido

por

la

anomalía

de la intuición,

convierte co

nforme <l

la

verdad

este círculo

en una elipse.

E l

círculo es

verdad

este

círculo

en una elipse. El círculo es

el sfmbolo, el blasón

de

la filosofía espec

ulativa

,

p e n s a ~

que só

lo l'

eposa en sí mismo - y rnm

b én l a

frlos,o fía de

Hegel es, como

se

sa be,

un

circu

lo de c rculos; aunque

por

lo que a l

os pla

netas

se

refiere

y

determinado a ello

únicamente

por la empiria declare

la órbita circular

como

«la

trayectoria

de

un

movimiento

irregular»- la elip

se, J?Or

el

contrario, es

el

símbolo, el emblema de

f _ J ~ s o f í a

sensible, del pensar que reposa en la

mtuzct6n.

49

.

l: a

s determinaciones

que proporcionan

el

co no

c1m1en

t o

real s

iempre

son

únicamente aquellas

que

4etcrmL.na

el

objeto Gegenstand) a

través

del ob

¡e °. mzsrno sm determinacion

es

propias, indi

d1v:duales-

y

º? son, por

cons

i

gu[cnre,

determi-

  a c o n ~

~ e n e

como

las

determina

c

iones

l6gi

co-:neta/is1cas, las

cua

l

es no

determin an

ningtÍ1t

ob¡eto (

Gege11stand) toda vez

que se extienden

a

todos

los objetos sin distinción .

De

ahí

que

H

ege

l

haya

convertido

con LOda ra

zón las determinaciones

lógico-metafí

sicas de

c le-

terminaciones

de

objetos en determinaciones

au

tónomas.

-

autodetermi

naciones del concepto;

que,

de

p r e d i c a d o ~ que er1rn en la

vieja

merafls ica , Jos

h a ~ a convertido en

su

jeto

s

y, con ello

, hnya

con

ferido a la metafísica o Ja

lógica el

significado del

103

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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saber autosuficiente divino. Y sin embargo

es

contradictorio

que

estas

sombras lógico-metafísicas

al

igual

que en la vieja metafísica se conviertan lue

go una vez más

en las ciencias

concretas

en de

terminaciones

de

las

cosas reales, lo que natural

mente

sólo es

posible

en

la

medida

en que a las

determinaciones lógico-metafísicas

se unan

deter

minadoJ }es concretas engendradas a partir del ob

j

eto mismo y

por

consigui

e

nte

adecuadas; o

bien

en la medida en que se

redu

zca el

objeto

a deter

minaciones completamen te abstractas

en

que

aquél

ya no puede reconocerse.

50

Lo

real

en su

realidad y totalidad el obieto

Gegenstand)

de la

nueva filosofía

únicamente es

objeto también para un ser real y completo. La

nueva

filosoffa

tiene por ello como principio

epis

temológico, como suieto, no el Yo, no el espíritu

absol11to esto es abstracto en una palabra

no

la razón

po

r

sola sino et

se

r real y

total

del

hombre. a realidad el su jeto

de

la ra

zón

sólo

es

el hombre

. Sólo el

hombre piensa

no el

Yo

no

la razón. La nueva filosofía no

se

funda pues ,

e n

la

divlnid

ad es decir en la verdad de fa razón

só lo para sí

misma sino

que se

fonda

eh Ja

di

vinidad,

esto

es en

la

verdad

de

la

totalidad

del

hombre

.

En

otras palabras ella

se fonda

por

su-

puesto

en

la razón

pero en la razón cuya

esencia

es Ja esencia humana;

por

consiguiente

no

en una

razón carente de esencia de color

y de nombre,

s

ino

en

una

razón embebida de

la sangre

del

ho -n

bre. De ahí

que

donde la vieja

filosofía

decía:

só lo

lo racional

es

lo ve rdadero

y

real

Ja nueva

filosofía diga por

el contrario:

sólo lo humano es

lo verdadero y lo real; pues sólo lo humano es lo

racional;

el

hombre

es la

medida de

ta razón. \

51

La

unidad del pensar y

el

ser sólo ti

ene

sentido

y verdad cuando se concibe el hombre como fun

damento, como sujeto de

esta

unidad. Sólo un

ser

real reconoce

cosas

reales;

sólo

donde el

pen

sar

no

es sujeto

pa

ra

sí mismo, sino predicado de

un

ser

real sólo allí el pensamiento tampoco está

preparado del ser. De .ahí

que

la

unidad

del pen

sar

Y el

ser no

sea

una unidad

form

al de suerte

que

al pensar

en

y para sí

le

correspondiera

el

ser

cor:io

una

determinación;

eHa

sólo depende

del

ob

¡

eto

(

Gegenstand),

del

contenido

del pensar.

.

De

aquí

t ~ e s u l t

el

siguiente

imperativo

categó

rico. No

quieras

ser filó

sofo

diferencia

de ser

homibre; ?º seas otra cosa que un hombre pen san

te; no

pienses como pensador, es

d

ec

ir , en

una

fa

cu

ltad desgarrada

d e la

totalidad de la es encia

real del hor.nbre y

aislada para

sí misma;

piensa

con;o ser

vivo

y

re

al 

como

aquel

que como Tú

esta a

la

merced

de las vivificadoras

y

refrescan

tes ?las del mar del universo; piensa en Ja exis

tencia

en

el

mundo

como uno de sus miembros

Y no pienses

en

el vacío de

la

abstracción como

una

mónada aislada como

un

mo

na r

ca absoluto

co mo

un

Dios impasible

y

ex t

ramundano

y

e n ~

tonccs podrás asegurar te

de

que tus

pensamientos

so

n

unidades de ser

y pensar·.

¿Cómo no

podría

apreh ender cosas y

seres

r

ea

l

es

el

pensar

en

cuan

to

actividad

de

un

se1

real? Sólo cunndo

se

se-

para el pensar de la esencia de l hombre coando

aquel se fija

para

·

mismo

s

lo entonc;s

surgen

las

cuestiones penibles estériles

e irresolubles d es-

de este

p ~ t o

de vista: ¿Cómo ll ega el pensar al

ser

al

objeto Objekt)? Pues

fijado

para

si mis

mo, esto es puesto

fuera

del hombre, el pensar

se

halla fuera de toda

unión y

de todo nexo con

mundo. Sólo te

elevas

al

objeto

(Ob¡ekt) reba

  á n ~ o t c

para ello

a

objeto siendo Tú mismo ob

jeto

para otro. Tú

sólo piensas

porque tus

pen-

10

5

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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samientos mi smos pueden ser pensados, y és tos

sólo son

ve

rdaderos

·SÍ pasan l prueba

de Ja

ob

jetivid

ad

si asimi

smo

los reconoce otro

Ju

era de

Ti, para el

que

ellos

son

ob j

eto Objekt . Tú só

lo

ves en la

medida

en

que

mismo

eres

un

se r

visible;

sólo

sientes en la

medida

en

que eres

un

se r susceptible de ser sentido . Sólo está .abier-

to

el mundo para la cabeza

ab

ierta

y

las

ú

nicas

aberturas de

la

cabeza_ son los sentidos. Ma

s

el

pe n

samie

nto aislado p

ara

y

e ce

rrado en

si mis-

mo,

el pensamiento

carente de sentidos, carente

d el hombre, el ¡pensamiento exterior al hombre

es su jeto absolu to, que no puede ni debe ser ob-

je

to

para otro

mas precisamente

po r

ello

e

in

-

cluso

a pesar de todo

s los esfuerzos no e

ncu

entra

ni ahora ni

nunca un

a

transici6n

al

objeto Ob -

¡e kt , al se

r ;

de la misma manera que una ca

beza

que esté

separada

d el

tr

o

nc

o tampoco encuentra

una transición par a l apropiación de un objeto

Gegensttp1d), pues le fa l

tan

los m

edios

los órga-

nos

de

aprehensión

.

52

La

nueva

filosofía

es

la completa, absoluta y

acontradictoria

disolución

de

la

t eologfa

en la

an-

tropolo

gia;

pu

es el la es la disolu

ció

n

de

la

misma

no só Jo en la razón como

la vieja

filosofía sino

tambi

é n

en

e l

corazón, en suma en la e s e n ~ i to-

tal y

real

del

hombre.

En

este

sentido

ella

no

es

m

ás

qu

e

el

resultado necesario d e la vieja filo

so fía -

pues

Jo q

ue se disuelve

e n el entendimien

to también tiene que disolverse f inalmente en la

vida, en

e l

coraz6n, en la sangre del hombre-

pero

a

su

vez e lla sólo es

l verd

ad

de a misma

a

saber

en tanto que una verdad nu

eva,

aut6no

ma;

pues sólo la verdad conve

rtida

en

ca

rne y

sangre

es verd

ad.

La vieja filosofía retrocedió

de

nu evo y necesariamente a la

teología

: Jo que sólo

se supr

ime en el entendimiento únicamente , e n

106

el

concepto eso tiene

todavía su antítesis en

el

coraz6n;

la nu eva filosofía por el

contrario

ya

no puede ex pe

rimentar

una recidiva: lo que ha

muerto

a la vez

en cuerpo y alma sólo

puede

rea

parec

er como espectro.

53

El

hombre

11 se

distingue de

ningún modo del

an

imal so lament e por el pensar. Todo su ser cons

tituye

s. bien

su

diferencia

con r

especto

al ani-

mal.

Ci e

rtamente quien no

piensa

no es

h ombr

e;

ma

s no porque el

pensar

sea la

causa

del ser , si

no únicamente

porque

es

un

efecto

y

una

parti

cularidad ne

cesaria

del ser humano.

D e ahí que tampoco aquí tengamos necesidad

de rebasar el dominio de la

sensibiJidad para re

co

nocer

al h

ombre

como

se

r

que está

por e ncima

de los an imales

.

El hombre no es un

se r partiet.1-

Iar como lo

es

el

animal

sino un ser tmiversai

y,

por

ello no es un ser limitado y no -libre sino

un ser ilimitado y libre; pues

univ

ersa lidad, ili

mitaci6n y libertad son inseparables. esta li

bertad no existe

por

ejemplo

en

una facultad par-

ticufar

,

en

la vo

luntad

, del mismo

mocJo que

esta

u1úversalida<l

no

reside en una foculta<l particular

de fo

capacidad

de

pensar,

en la razón

s

ta

libertad y

esta

universalidad se

exLiendcn

a todo

s

u

ser. Los se

nt id

os de lo

s animn lcs

so

n

ci

e

rt a

mén.tc

más ag ud os

que los

del

ho

mb

re

pero

lo

en

relación

con determinadas cosas que

está

n e n

necesaria conexión con las ne

cesidades de

los ani

males y so n más agudos precisamente en virtud

de

es

ta d eter minación de

esta delimita

ci ón exclu

siva a

algo

determinado. El hombre no tiene eí

olfato de un perro de

caza

ni el

d e

un cuervo;

pero

ello es

así

únicamente

porque su o

lfato

es

un sentido

que comprende

toda clase de

olores

siendo

así

lm sentido más libre e indiferente r e s ~

pecto de

olores

part

icu.lares. Allí donde empcrc

un se ntido se eleva por encima de l

os

límites d e

107

7/17/2019 [1976 (1842-1843)] Ludwig Feuerbach. Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y principios de la filosofía…

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la

.

particularidad y su d e p e n ~ e n _

de

la

n e c e s i ? a ~

allí también se eleva

a

un

s1gmficado y

una

d1g01-

dad

autónomas y teoréticas: el sentido

universal

es entendimiento,

a sensibilidad

universal es es-

piritualidad. Incluso los

sentidos

inferiores

el

ol

fato y e l gusto se elevan

en

el

hombre

a ac tos

espirituales

a

actos científicos. El

olor

y

el

sabor

de las cosas so

n

objetos

Gegenstand

de la

s

cien

cias

na t

ur a

les.

Incluso

el

estómago del

h

om b

r

e

a

pesar

del

menosprecio

con

que lo consideramos

o es un ser animal sino

human o

pues es un ser

universal no limitado a determinadas clases de ali

mentos. Pr·eci

same

nte

en virtud ele

esto

es libre

el

hombre

de

la

furia

voraz con que e animal se

la n

za

sobre

su presa.

Déjale

al

hombr

e

su cabeza

·

pero

ponle el estómago de

un

l

eón

o de un caba

llo

s i n duda

dejará de ser un

hombre.

Un es

tómago limitado sólo se

aviene

con un sentido

li

mirado

esto es animal. La relación moral y ra

zonable dd hombre con

el

estómago

reside ,

pues

también en

el

sólo hecho de

tratarlo

como un ser

humano

y

no

como un

ser

animal. Quien

consi

dera

que

la humaoidad termina

en el es tómago y

rebaja el

estómago a la clase de Jos animales tam

bién

autoriza al ~ o m b r e

a

la bestialidad

en

d

comer.

54

La

nueva filosofía convierte al

hombre,

com-

prendida la naturaleza

en

tanto que base

del

h om

bre

en

el objeto único universal y

sup

r

em o

· de

Ja filosofía - y por consiguiente convierte

a an -

tropología comprendida la fis iología

en

cien

ci

a

universal.

55

Arte, religión filosofía o ciencia no

s

on más

que fenómenos

o revelaciones de

a

verdadera esen-

cia humana. Hombre perfec to y verdadero hom-

108

bre

s6lo lo

es aquel que tiene

sentido estético o

artÍstico religioso o mo ral filosófico o

científico

s ó l o es hombre

en

general aquel que no exclu-

ye de sí

nada

que sea

esencialmente humano.

Ha-

mo

sum, humani nihil a

me alienum

pu t esta

proposición considerada en su significado

más uni-

versal y supremo, es el lema del

nuevo

f ilósofo.

56

La filosofía

absoluta

de

la

identidad ha inver-

tido

completamente el punto de

vista

de la

ver-

dad

.

Et

punto de vista natural

del hombre ,

el

punto

de

vis ta

de

la

distinción

entre

el

Y o

y

el Tú, entre el sujeto

y el

objeto, es

el

punto de

vista

verdadero y absoluto y en

consecuencia

es

también el punto de

vista

de la filosofía

57

La

unidad,

con/orme a la

verdad,

de la cabeza

y el coraz61t

no

reside

en

la extincjón u oculta

miento de su

diferencia sino

más bien

en que

el

objeto Gegenstand esencial del corazón sea

tam

bién el objeto esencial de la cabeza

es

decir

i ~ t e únicamente

en

la identidad del objeto

Ge ge

nstand .

La nueva filosofía que convierte el

ob jeto esencia

l

y

s

upremo del corazón el

hombre

en el

objeto

es e

n

cial y supre

mo

del

ent

endimi en

to

Cunda por e llo una unidad racional de

la

ca

beza

y el corazón dd pensar y

la vida.

8

La verdad no

existe

en el

pensar no existe en

el

saber

para

sí. La verdad es únicam

ente

la tota-

lidad de la vida y de la esencia humanas.

9

El hombre particular para sí no

tiene

la esen-

cia del

hombre ni

en

como ser

moral, ni

en s1

109

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:

\

como ser pensante

.

La esencia del hombre reside

únicamente en la co

munidad,

en la

unidad

del

hombre

con el

hombre u n a unidad que,

empe

ro,

no

reposa sino en la realidad de la

diferencia

entre el Yo y el Tú.

60

La soledad es finitud y lim

itación;

la comuni

dad

es

lib ertad e in

finitud

. El hombre para .l Í

es hom br e

en

el

sentido u sual);

el

hombre con

d

h ombre

la unidad d el Y o y el ú es

Dios

.

61

El

fi lósofo

absoluto, a

imagen de L état c e st

moi

del

monarca absolu to

y

de

étre c est moi d el

Dios absoluto, decía o al menos pensaba -

de

en tanto que pe

nsado

r,

no

en tanto que hom ·

br e 

: la

ri t

é

c

est moi. El

filós

ofo humano di

·

ce, por el

contrario:

también en

el

pensar,

tam

bién como /i l6sofo,

soy hombre entr

e

los

hombres .

62

La ve

r

dade

ra dialéc

tica no es

ttn

monólogo

d el

pensador so lit ario consigo mismo, sino

un

diálogo

entre el Yo y el Tú.

63

a

Trinidad

era el

misterio su p

r

emo, la

cues

tión

ce

ntral de la filosofía

y

la

religiót f-

absolutas

.

Pero el misterio de éstas, como se demostró his -

tórica y filos

óficamente

e.n La esencia

del

cr

istia

nismo, es el mi

s

terio de la vida c

omunit

aria, d e

la vida

so

cial

e l

misterio de la necesidad d el

Tt; para el Y o- la

verdad de

qu

e ningún se

r,

ya

sea o se d enomine hombre o Dio s, espíritu o Yo,

que sólo sea para sí

mismo no

es un

ser ve

rdade

ro, completo, absoluto, que la verdad y perfección,

en fin, no

es

más que

la unión, la unidad

de

se

-

110

res esencialm ente iguales. El princ1p10 supremo y

último de la filosofía es, por

eso

mismo,

la

un i

dad

del hombre con

el

hombre. Todas las rela

ciones esenciales

- los

principios de las

diferentes

c ienc ias - no

son

más

que diferentes especies y

maneras de esta unidad.

64

L a VJCJa filosofía p osee Una

doble

ve rdad, la

verdad para sí

misma que no

se preocupa

por

el

homb1

. e

- ta f i losofía-

y   la verd

ad

para

el

hom

bre

-

la

re

li

gión

.

La

nu

e

va filosofía,

por el

c

on

trario , en

tanto

que filosofía del hombre, es t

am

bién y

esencialme

nte

l

filoso

fía para el

hombre

s i n que por ello perjudique

Ja

dignidad y la au

tonomía de la

te

oría,

i

nclu

so en la

más

.íntima

con

so nancia con

Ja

misma, ella posee esen

c

ialmente

una

tendencia

práctica,

a

saber, práctica

en

el

sen

tido más elevado;

ella se presenta

en el

lu gar de

la religión, e lla

posee

en sí

misma

la esencia de la

religión , ella misma

es

en verdad

religión .

65

Hasta ahora

, l

as

tentativas

de .reformar

La filo

sofía

só lo se h an distingt.údo e n

mayor

o menor

grado

d e la

vieja filosofía en

cuanto a Ja

especie,

no

en

c

uanto

al

género.

La

co ndi

ción más indi

s

pensable de

una

fil

osofía

realmente nu

eva, es

d e

ci r, de un a filosofía autón oma

que

responda

a l

necesidad del hombre y de

futuro,

reside en que

se distinga

de

la

vieja filosofía en cuanto a su

esencia

.

111

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fNDICE

PRÓLOGO

La filosofía y la carne . . . V II

Nota

a

ln

e

dició

n . . . XV

f

S I S

PROV

L

SI ONALES PARA LA

l

{E

FO

MA

D E

LA LLO :i0flÍA . . . 1

PRI NCI PI OS

DE

L A

FILOSOPC

A

DEL

PUTURO 27

11 3

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r

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.I ORIA

UNA

BARR

ICA.

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Gosse

 

E DE HOM BRE. Michel

L eiris

L AS MEDITACIONES DEL

PASEANT

E

SOLITARIO

.

J

]

Rousseau  

LA

E S T É T I CA

DEL PESIMISMO.

Shope

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