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Departamento de Matemáticas Curso 12-13

Por cuarto año consecutivo, el Departamento de Matemáticas ha convocado

el concurso de Cuentos–Matemáticos.

El objetivo de este concurso es que nuestros alumnos de 1º y 2º de ESO,

trabajen las matemáticas desde un punto de vista distinto, insertándolas en un

cuento. Con ello el alumno desarrolla no solo el ingenio matemático sino también

su imaginación literaria.

La participación ha disminuido ligeramente, sin embargo el nivel de los

trabajos entregados ha mejorado, respecto a años anteriores.

Agradecemos a todos los alumnos que han presentado trabajos su

participación en este certamen. Esperamos que se sigan interesando por estas dos

grandes materias Lengua y Matemáticas.

Agradecemos la labor desinteresada que han realizado los miembros del

jurado: Doña Luisa Higueras Sanz, Don Javier Moreno Asensio, Doña Francisca

Ortega Martínez, Daña Laura Pérez López y Don Carlos Velilla Sáenz , así como a

todas aquellas personas que de una u otra forma han hecho posible la realización

del concurso.

Por último, en este cuadernillo se recogen todos los trabajos presentados en

este certamen, dentro y fuera del plazo establecido.

¡Disfrutar con su lectura!

Departamento de Matemáticas

I.E.S Francisco Tomás y Valiente

I.E.S. Francisco Tomás y Valiente IV Certamen de Cuentos-Matemáticos

Departamento de Matemáticas 1 Mayo 2012

3º Premio: LA CÁPSULA DEL TIEMPO Autor: Marina Merino Rodríguez 2º A

En el año 2113, descubrieron una cápsula sellada por una extraña clave, una adivinanza: En una isla pequeña de vegetación abundante, rodeada de tiburones, un lado de la isla comienza a arder, y el viento está a favor del fuego. ¿cómo haremos para salvarnos de ese infierno?. Los mejores científicos del mundo se pusieron a descifrarla pero hoy, 40 años después, lo único que han logrado es encontrar un mensaje grabado en un costado de la cápsula que se hacía visible en contacto con agua. El mensaje decía: Querida Elena, cuando leas este mensaje no sabrás quién soy puesto que nos conoceremos tiempo después. Me llamo Pilar Rodríguez y tengo 15 años. Quiero asegurarme de que nos encontremos en el verano de 2013 y por eso escribo esta nota. Ven a buscarme al pasado en el mismo sitio donde encontrasteis la cápsula. PS: tu máquina del tiempo es genial. Agosto - 2013

3 de octubre del 2168: En el año 2168 la ciencia había avanzado mucho. Mucha gente vivía en ciudades bajo el mar, se inventaron los teletransportadores, etc. Pero lo más impresionante había sido el invento revolucionario de la máquina del tiempo, la 1ª creación de una chica de solo 15 años, Elena. Elena había crecido feliz rodeada de amigos, mientras cumplía su sueño de ser inventora. Sin embargo, no imaginaba lo importante que era su invento hasta que la llamaron para descifrar la famosa clave. Cuando llegó al laboratorio le enseñaron el mensaje hallado en la cápsula hace ya tanto tiempo. Ella no comprendía nada, ni siquiera conocía a ninguna Pilar. No se tomó el mensaje muy en serio pero escucho con atención a Roxan, la directora de la investigación: - Yo y mis compañeros hemos pensado que deberías viajar a

la fecha con la que concluye la carta. Aunque la fecha no es muy exacta, si el primer viaje sale bien, siempre se podrá repetir hasta que encuentres al genio que creó la cápsula y pedirle la respuesta del enigma.

Era toda una aventura y encantada aceptó. La máquina solo podría mandarla al pasado durante una semana así que debería darse prisa. 2 de agosto de 2013: Ya llevaba 2 días allí y no daba con la persona que buscaba. Nunca pensó que habría tan pocas Pilares de 15 años.



Un día sentada a la sombra de un árbol frente a una casa una chica se le acercó: - Hola me llamo Pilar y vivo aquí. ¿Necesitas algo? ¿Te has

perdido? Al oír aquel nombre Elena reaccionó en seguida. Como su aspecto afirmaba, tenía 15 años. Rápidamente le contó todo lo del viaje en el tiempo, la cápsula, el mensaje… Pilar le dijo que no sabía de qué hablaba y la llamó loca. No se creía que viniese del futuro ni nada de lo que Elena le había contado. Se fue a su casa y la dejó allí. Elena pensó en volver a intentarlo al día siguiente. Trepó al árbol que daba a la ventana de la chica y se quedó allí observándola sin que se diese cuenta. Observó que algo le estaba dando problemas, se acercó más y vio que estaba haciendo deberes de matemáticas. No conseguía resolver un problema: Halla el valor de a �2a + 5 – 2 = 13 Se asomó y le ofreció su ayuda. Al principio esta la rechazó pero finalmente se dejó ayudar. Empezaron a hablar y se llevaron bien. Elena no volvió a hablar del tema del viaje en el tiempo ni de la cápsula. En los días siguientes pasaron mucho tiempo juntas y crearon un gran vínculo de amistad basado en la confianza. Fueron a nadar al lago, de compras, se hicieron cientos de fotos y el día 6 por la noche Elena se quedó en su casa a dormir. Le contó de nuevo el tema del viaje en el tiempo y esta vez Pilar la creyó. Le dijo que al día siguiente a las 24:00 desaparecería para volver a su tiempo. Al explicarle lo de la nota Pilar contestó que ella no había enterrado ninguna cápsula ni escrito ningún mensaje y empezaron a pensar que quizá la inscripción estaba equivocada. A la mañana siguiente Pilar le propuso algo. Todo lo que hablaron por la noche le dio una idea, enterrarían su propia cápsula con los recuerdos que tenían de aquellos días: fotos, recuerdos, un diario con todo lo que hicieron… Para cerrarla decidieron que pondrían también una clave. Cuando estaban pensando qué poner Pilar propuso una adivinanza. Cuando Elena la escuchó no se lo podía creer, era la misma que la de la cápsula de su tiempo. Con las prisas ni siquiera le había dicho qué decía la clave. Entonces empezó a entenderlo todo, la cápsula la habían enterrado ellas y fue descubierta mucho después. Se lo explicó todo a su amiga y juntas grabaron el mensaje. 8 de octubre de 2168: Rápidamente fue a abrir la cápsula. Puso la respuesta correcta para abrirla y halló todo lo que guardó con su amiga y algunas cosas nuevas. Su amiga la había llenado de cartas para ella. Algún día volvería al pasado a verla.



2º Premio: Matematrix: la gran ciudad de las matemáticas Autor: Eva Rubio Urueña

-¡Mamá!-grito excitada- ¡ha llegado, ha llegado!- corro hacia la cocina donde se encuentra mi madre- ¡Mamá, la carta ha llegado!- en la cara de mi madre se dibuja una sonrisa. Hemos esperado mucho la llegada de esta carta, han pasado bastantes días desde que me presenté al concurso matemático. Dijeron que me enviarían una carta si pasaba al a la final. Con el paso de los días hemos ido perdiendo la esperanza poco a poco, pero ahí estoy: viendo como mi sueño se está haciendo realidad. -¡Has entrado en la final!- exclama mi madre con ilusión.-Tu padre estaría muy orgulloso de ti. Mi padre murió cuando yo tenía nueve años. Era matemático y le encantaba contarme cómo se asociaba la vida real con las matemáticas. Por las mañanas íbamos al bosque y se inventaba un problema para que yo lo resolviera. He estado esperando a tener 15 años para poder presentarme a este concurso. Mi sueño es viajar a Matematrix y convertirme en matemática como mi padre. - Pero Bianca -dice mi madre- el concurso es el lunes que viene. -¿Y?-digo captando el matiz de preocupación de la voz mi madre-¿Qué pasa? - Que el lunes es el día de la cosecha y prometí al alcalde que le dejaría a Záfira (nuestro caballo). La distancia de desde Arvejal hasta Matematrix andando es de un día de camino. No creo que puedas caminar tanto tiempo sin cansarte y me preocupa que vayas sola. Si de verdad vas a ir tienes que prometerme que iras con Aer que también a ganado un concurso de tecnología y se dirige hacia allí.- dice mi madre. Aer es el hijo de la mejor amiga de mi madre. Nunca he hablado con él ni nos hemos visto muchas veces, pero se que mi madre está muy convencida y no va a cambiar de opinión así que hago lo que mejor se hacer: resignarme y aceptarlo. - Está bieen – Pongo los ojos en blanco y refunfuño. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - - - - -- - - - - - - - - - - - - El domingo meto en mi mochila: una libreta y un lápiz, una calculadora y ropa. Me pongo unos pantalones piratas grises, una camiseta de tirantes negra y unas zapatillas deportivas. En el salón me está esperando Aer. Hacía mucho tiempo que no lo veía. Es un chico alto, delgado, sus ojos son verdes y tiene el pelo de color castaño algo revuelto. Es guapísimo. Cuando por fin finalizan las despedidas Aer y yo salimos por la puerta y emprendemos nuestro camino: rumbo a Matematrix. Hablamos sobre los concursos a los que nos hemos apuntado y mezclamos algunas bromas. Aer es muy simpático y me hace reír mucho. - Pronto llegaremos a un control- dice Aer. -¿Qué es un control? –pregunto. - Son partes del camino que están cerrados y se requiere una prueba para abrirlos. Suelen servir como control de seguridad para que sólo puedan entrar a Matematrix los que se lo merecen. Pronto vislumbramos una especie de muro con una puerta cerrada. Cuando llegamos una voz metálica nos saluda -Bienvenidos visitantes. Si a Matematrix queréis llegar por los controles debéis pasar y las respuestas a los problemas tenéis que hallar. PRIMER PROBLEMA: “Mar y Luis tienen 7 hijos. La suma de las edades del 1º y del 4º es 9 años, la del 1º y el 6º es 8 años; la del 2º y el 5º también es 8 años; la del 2º y 3º es 9 años; la del 3º y 6º es seis años; la del cuarto y el 7º es cuatro años igual que la del 7º y el 5º ¿Cuáles son las edades? Saco mi libreta y me pongo a calcular. En un minuto ya tengo el resultado. Lo digo en voz alta. -Correcto- dice la voz mecánica. Con un chasquido la puerta se abre.



-Genial- contesta Aer-¿Vamos? Seguimos caminado por el sendero. Paramos un momento a comer. - ¿Qué prefieres: lomo y queso o queso y lomo?- dice con una sonrisa - Sorpréndeme –contesto y al poco rato me río. A las 4:30 llegamos a otro control. La voz mecánica reaparece y nos narra otro problema: - “Rubén calculó que si corría a 10km /hora llegaría al parque una hora después del mediodía en cambio si corría a 15km /hora llegaría una hora antes del mediodía ¿A qué velocidad tiene que correr para llegar al parque justo a mediodía?” Esta vez Aer se me adelanta. Nombra la solución y las puertas se abren. Seguimos avanzando hasta que ya no puedo más y pido un descanso de 10 minutos .Charlamos y luego nos ponemos de nuevo en marcha. Llegamos al último control que es famoso por tener los problemas más difíciles. De nuevo la voz mecánica nos recita el problema: -“El teléfono de Sergio tiene 9 cifras. Empieza por nueve y acaba en 8. Al sumar 3 cifras consecutivas del número, las que tú quieras mientras sean consecutivas siempre nos dará como resultado 22¿Cuál es el nº?” Aer me mira con cara de no haber entendido nada. -No tengo ni idea- me dice. Yo saco la calculadora pero sale volando de mis manos cuando la enciendo y se queda pegada en la pared como si fuera un imán. - ¡Eh!- protesto e intento recuperarla pero cuando me acerco se aleja. -Nada de calculadoras-dice la voz mecánica- si no sabéis la respuesta es que no merecéis entrar. - Os parecerá bonito- digo- hacéis que la gente ande un montón de kilómetros para luego ser rechazados en el último control , y en vez de enseñar a la gente que no sabe matemáticas y abriros a la gente como una fuente de información y enseñanza os encerráis en un lugar que es sólo para privilegiados. Creo que sinceramente deberíais abrir las puertas a toda la gente que quiera entrar.- Cruzo los brazos y miro fijamente a la cámara. En el servicio de vigilancia de Matematrix… - señor creo que debería ver esto. El oficial Bonier se acerca hacia el cadete Louis -Mire las cámaras, creo que esta chica tiene razón. En la pantalla aparece una chica de 15 años, con el pelo castaño y los ojos azules. Esta dando un sermón y parece muy decidida. -Cadete Louis, abra las puertas… para siempre. Las matemáticas es un gran saber que todo el mundo tiene derecho a aprender.



El sueño interminable

Autor: Paula Serna -1º B

Había una vez una vez un niño llamado Pepe, tenía 12 años, era de mediana

estatura y vivía en un pequeño pueblo llamado Colimbres.

Pepe no estudiaba mucho y la profesora le había dicho que si hacia una ficha

de ejercicios de todos los temas del segundo trimestre, se lo aprobaba, pero

como Pepe no prestaba atención a lo que la profesora explicaba, no sabía

hacerlo.

Su profesora le dio de tiempo un día.

Cuando Pepe llego a casa se fue a la habitación sin cenar para así tener

tiempo de hacer todos los ejercicios bien. Se hacía tarde y Pepe se durmió

mientras intentaba resolver el primer ejerció. El sueño era muy raro.

Era un pasillo enorme tan grande que no se veía el final y estaba lleno de

puertas. El pasillo estaba lleno de números flotando. Pepe entro en una de las

habitaciones y en ella solo encontró una bola de papel arrugada y un

bolígrafo, abrió el papel y de él salieron números y letras, entonces Pepe se

dio cuenta de que eran los ejercicios de matemáticas que no sabía responder.

Pepe se acordó de que tenía que responder a las preguntas y se intento

levantar pero el sueño era tan profundo que no podía levantarse, o por lo

menos no hasta que resolviera los siguientes ejercicios:

Primero: resuelve la siguiente ecuación: 3x-2+4x = 5-1-2x Segundo: Calcular dos números consecutivos cuya suma sea 43 Tercero: Carlos tiene 3 euros más que su primo Juan. Si entre los dos suman 17 ¿Cuánto dinero tiene cada uno? Cuarto: ¿Calcula en metros? a)13 Km=……….m b)245 hm=……..m c)12 dm=……..m d)100 mm=……….m Al final lo pudo resolver, pero como ya he dicho, no estudiaba mucho y le costó toda la noche.



MM AARRCCOOSS,, EELL NNII ÑÑOO QQUUEE OODDII AABBAA LL AASS MM AATTEEMM ÁÁTTII CCAASS Autor: Yerena Diaz – 1º B

Marcos es un niño que no le gustan nada las matemáticas, por eso cuando toca esa asignatura, se hace el vago y no trabaja nada y la profesora por mas que le llama la atención no hace nada. Un día la profesora se dispuso a explicar las ecuaciones ¡Por una vez Marcos estaba atento! Nadie las había entendido…Salvo Marcos, el si las entendió. La profesora llamaba a la gente para salir a la pizarra e intentar resolverlas pero todos rechazaban, o no sabían hacerlas o no las entendían…La profesora ya harta de sacar a gente a la pizarra para nada, decide sacar a Marcos para ver si ha entendido algo. Eso sí, la profesora no sabía que Marcos había estado atento. La ecuación era la siguiente: 3x + 2 (2x + 3)=2x – 17. La profesora se quedó sin palabras al ver la rapidez con que lo hacía Marcos. La respuesta era correcta no se lo podían creer, lo miraban uno por cada uno la respuesta con la calculadora aun no se lo creían. Le pusieron otra para ver si era verdad que lo sabía hacer: 1 – 3 (x + 1) = 2x + 13. Así era, Marcos Fernández, sabía hacer ecuaciones y había estado atento, por supuesto el resultado estaba bien. Marcos tuvo que explicar al resto de sus compañeros las ecuaciones para que lo entendieran mejor y no hubiera ningún problema. Sus amigos se sentían orgullosos de él, ya que estuvo atento, aprendió a hacer ecuaciones y encima enseñó a sus compañeros a superar sus dificultades… La profesora tan contenta como los demás le puso un problema de ecuaciones: - Pedro tiene 12 euros más que su prima Rebeca. Si entre los dos tienen 63 euros. ¿Cuánto dinero tiene cada uno? Allí, delante de todos sus compañeros y de la profesora resolvió el problema como si hubiera sido 1 + 1… Al día siguiente la profesora explicó lo de coeficiente numérico y la parte literal; de deberes les mandó una tabla en la que había que rellenar unos huecos, Marcos ni se molestó en hacerlo ya que no le gustaba eso, solo le gustaba hacer ecuaciones; la profesora le mandó ecuaciones porque si no hacía la tabla por lo menos hacía alguno cosa en casa. Le mandó 3 ecuaciones:

a) X + x + 1= 61 b) X + 2x = 16 c) X + 3x = 16

Pasado un tiempo llego el día de corregir los ejercicios estaban todos mal ¿Qué habría sucedido para que Marcos lo hiciera mal? , al final soltó lo sucedido, Marcos por mucho que le gustara hacer ecuaciones no le apetecía por eso lo hizo todo mal para decirle a su madre que ya había hecho la tarea. La profesora se volvió a desilusionar por lo sucedido. Marcos volvió a la vagancia porque nunca más dieron las ecuaciones en aquel curso… Eso sí, hay que decirlo sacó un 8´3 en el examen de ecuaciones… Y claramente su madre se puso muy contenta y como premio le dio un libro entero de ecuaciones…Pasadas 2 semanas el libro vacio, pintado y lleno de polvo en un rincón.



El Principe Matemático. Autor: Irune LOIZAGA FRÍAS – 1º A

Había una vez, en un reina muy lejano, un joven príncipe al que le gustaba mucho las matemáticas. Se pasaba el día resolviendo problemas complicadísimos y jamás usaba la calculadora. Un día su padre, el rey Pantunflo, le dijo: -Cachuflo, hijo. Por favor te pido que vallas a jugar al parque del castillo. Hace un día estupendo, y no es bueno estar todo el día en tu habitación. Nunca has salido de aquí. -Vale, padre –contestó el príncipe. Pero no me divertiré tanto como me divierto haciendo matemáticas. Al salir, Cachuflo vio que todo era nuevo para él. Intentó ir al parque, pero no sabía el camino. Investigó por el castillo y encontró una puerta. -¡Ésta debe ser la salida!. Al abrirla, supo que no era el parque, pero quiso ver hacia dónde conducía. Era un sitio oscuro, no se veía nada. Dio sólo dos pasos, y oyó una voz que le dijo: -Entraste en el laberinto más peligroso del universo, y no puedes volver a atrás. Para cruzarlo, vas a tener que pasar tres pruebas muy difíciles. Si cometes un error, nunca más vas a volver a ver la luz del día… y la primera pregunta es: ¿Cuánto es 425 por 213? El niño no tardó en responder: -¡90.525! -Muy bien. Puedes continuar. Canchuflo siguió caminando hasta que se encontró con un abismo y entonces volvió a oír la voz. Y la voz de dijo: -Para cruzar este vacío, deberás responder tres preguntas. Cada respuesta correcta, será una salvación para ti, porque aparecerá un peldaño para cruzar el agujero. Pero si te equivocas, la baldosa donde estés parado desaparecerá, y vas a caer a las profundidades, devorado por serpientes y arañas venenosas. Y la primera pregunta es: ¿Cuánto es 102 dividido entre 2 menos 4 por 1 por 5 menos 8 por 3? Antes de responder, Cachuflo pensó muy bien lo que iba a contestar. Tres segundos después, dijo seguro: -¡ SIETE! -¡Correcto! –Dijo la voz. – Puedes pisar el primer peldaño. El príncipe piso el peldaño y la voz dijo: - Segunda pregunta: ¿Cuánto es 72 dividido entre 8 más 3 por 2 más 6 por 5 más 9 dividido entre 3? El niño respondió con toda seguridad: - 48. _¡ Correcto! Pasa al siguiente peldaño, y escucha con atención la tercera pregunta: ¿Cuánto es 53.126 por 89? Sólo tienes 5 segundos para responder. Al príncipe Cachuflo le resultó muy difícil esta pregunta, y pensó que le llevaría más de cinco segundos… entonces se esforzó demasiado. Y tres milésimas de segundos antes que terminase el tiempo, el niño exclamó: _ ¡4.728.214! -¡Correcto! Puedes continuar tu camino. Ya solo te falta la última prueba. El príncipe siguió caminando muy tranquilo por aquel laberinto. Minutos más tarde, vio una luz, y le pareció la salida. Corrió para alcanzarla, pero se cerró de golpe, empezaron a sonar unas sirenas y la voz volvió a hablar: -Esta es la última prueba. Tienes pocos segundos para responderla, antes de que las paredes con pinchos de este cuarto se unan y te transformes en un colador



humano. La pregunta es: Si al doble de un número se le agrega 18, luego, a esa suma, se le restan 53 unidades y al resultado se le multiplica por 3, se tiene el número 195, ¿De qué número se trata? Cachuflo nunca se había hecho a un problema de este tipo. Las cosas que él hacía eran muy complicadas, pero no tanto como ésta. Los nervios lo traicionaban al ver que esas paredes se unían para acabar con su vida, y no podía concentrarse para responder a esa cuestión. Ya faltaban menos de dos centímetros para que el príncipe matemático fuese un colador, cuando a la mente se le vino la respuesta correcta: -¡50! ¡Es el número 50! En ese momento, las paredes de detuvieron salvando la vida del niño. Éste corrió hacia la salida en la cual, detrás de ella, se encontraba su padre. -Hijo, ¿Qué hacer saliendo de esta peligrosa trampa mortal? -Me perdí buscando el parque y sin querer me metí ahí. Pero fue muy divertido. Casi muero al final, pero supe la respuesta antes de que las paredes me pincharan. -Hijo, si no fuera porque estás todo el día encerrado practicando matemáticas, te hubiera pasado lo peor. Te pido perdón por haber querido que dejases de hacer problemas. Ahora, si quieres, puedes seguir con las matemáticas. -Si, papá , voy a continuar con lo que estaba haciendo: buscar la salida al parque. Lo pensé muy bien, y creo que lo mejor es salir a respirar un poco de aire puro. La matemática sirve muchísimo para la vida cotidiana, y por eso no hay que dejar de practicarla, aunque parezca la asignatura más aburrida de todas. Pero tampoco hay que estar todo el día encerrado y alejado del mundo. Entendí que hay que salir al exterior, y relacionarse con todo tipo de personas. Por eso, a partir de ahora, voy a dedicarme a estudiar, pero también a divertirme a la vez. Así, Cachuflo, cuando llegaba del colegio, hacía la tarea y se iba a jugar con sus amigos y vivió muy feliz el resto de su vida. … Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.



Día De Pesca Autor/a: Carmen Domingo Corral 1ºB

Cierto día de primavera, en un cierto pueblecito situado a orillas de un cierto río el boticario y su hija y el médico y su mujer recién llegados al tranquilo y bello pueblo, sabiendo que la temporada de pesca ya estaba abierta, y grandes aficionados a ella pensaron ir a ver si capturaban alguna pieza.

Al llegar al río observaron un cartel que decía: “Prohibido pescar más de nueve piezas por día y grupo de personas “.

Después de preparar todos los útiles de pesca se pusieron tranquilamente a probar suerte. Al final de la tarde entre todos tenían las nueve piezas y decidieron repartirlas tocándoles a tres para cada uno. Una vez hecho el reparto se dispusieron a saborear la estupenda merienda que habían preparado.

Mientras tanto, por el pueblo, se había corrido la voz de que el boticario y su hija y el médico y su mujer deberían ser multados, ya que habían capturado más peces de los debidos en una jornada de pesca. Cuando el guarda forestal se dirigió a buscarlos, comprobó que las habladurías del pueblo eran falsas, ¿cómo podía ser si al repartir los peces les habían tocado a tres para cada uno y solo se podían pescar nueve? Para ellos serían doce piezas ya que son cuatro personas. Ningún habitante del pueblo comprendía lo que había sucedido, hasta que el guarda dijo: es muy sencillo, ayer también fueron a pescar dos hijos y dos padres y al repartir las piezas les tocaron a tres y no superaron lo permitido del día.

Un vecino que pasaba por allí les comentó: ayer siete personas pescaron siete truchas menos de lo permitido pero, fueron a casa las cocinaron y al servirse cada uno de los comensales una trucha, quedaba una en la fuente. Los habitantes del pueblo se quedaron sorprendidos, ya que todavía con el ejemplo del guarda y del vecino estaban más confundidos, ¿y tú, puedes explicármelo?



El Viaje A Roma

Autor/a: JORGE NIETO DE TORRE 1º C

Se acercaban las vacaciones de Semana Santa, y los hermanos Julia y David ya tenían ganas de divertirse, pero justo el día anterior, a Julia el profesor de matemáticas le puso de deberes, desde el ejercicio 1 hasta el ejercicio 25. Al día siguiente Julia cumplía 12 años y sus padres tenían programado un viaje a Roma para festejar su cumpleaños. Llegó el día de partir hacia Roma y cuando estaban en el avión, su hermano David, que tiene 8 años empezó a llorar (tiene miedo a ir en avión). El trayecto desde Madrid hasta Roma era de unas 3 horas y media, y cuando ya llegaron y bajaron del avión Julia respiró hondo, pues venia cansada de hacer todos los deberes de matemáticas. Después se fueron al hotel Gran Duque, donde les esperaba un señor robusto, con un traje rojo y corbata negra. Les dio las llaves de la habitación con un sobre que decía: ¿Cuál es el número que si lo pones al revés vale menos? A Julia le encantaban los acertijos, y una vez averiguado el recepcionista les dijo, que por la tarde iban a visitar un museo. Cuando ya se habían duchado, bajaron a la planta 0 y estuvieron en un gran jardín donde por las noches había una orquesta y fuegos artificiales. Mientras esperaban al señor del traje rojo, se dirigieron a tomar un refresco, el camarero del bar muy simpático les puso los refrescos, y les dijo, si acertáis esta adivinanza os dejaré tomar el refresco. Y Julia no tardó en responderle ¡vale, vale! ¿Cómo hacemos para que a veinte, agregándole uno nos de diecinueve? Ni el padre, ni la madre de Julia lo supieron hacer, pero como Julia había dado en los ejercicios de matemáticas uno muy parecido al final lo adivinó. El camarero muy sorprendido en vez de una Coca-Cola, le dio tres, y después se marcharon al museo. En el museo había muchas cosas de la historia de Roma y muy antiguas y en una de las antigüedades ponía una adivinanza, para encontrar la salida que tenía marcada de rojo era una cruz y decía: -Si estás participando en una carrera y adelantas al segundo, ¿en qué posición terminarás la carrera? Y mientras Julia pensaba, los demás iban a ver unos cuadros, Julia tardó un poco en averiguarlo, pero al final lo hizo. Julia con su hermano David y sus padres, vieron la cruz en rojo que decía:



“Da 20 pasos hacia atrás y 10 pasos hacia la derecha, una pista sobre una ventana del pasillo encontrarás y podrás coger el famoso libro de las ADIVINANZAS”. Julia y los demás, dieron los 20 pasos hacia atrás y los 10 pasos hacia la derecha, y no encontró nada, porque un chico mayor que ella lo encontró y después quemó las pista en la cuál Julia quería saber lo que ponía. Mientras que el chico lo quemaba Julia esperó a que se marchara para seguirle, el chico se fue rápidamente a un cuarto lleno de velas y por el suelo había flechas de color rojo, mientras que el chico seguía las flechas Julia le perseguía, pero Julia se apoyó sobre una armadura llena de telarañas y se metió para adentro, y Julia se cayó, cuando se levantó se quedó sorprendida, porque había escrituras muy antiguas, jeroglíficos, muchos mapas tirados en el suelo y un problema para resolver. -Si María tiene un 5, 8, 3 y 7, y le queda un examen, ¿qué nota necesita para aprobar? Julia volvió a encontrarse con otra armadura que al tocarla la hizo regresar y buscó rápidamente a sus padres, al final los encontró en la cafetería del museo, y les explicó lo que vio en aquél cuarto todo lleno de cosas muy antiguas. Los padres se quedaron muy sorprendidos sobre lo que su hija les había contado. Unos minutos después, apareció el señor del traje rojo, y les dijo que la visita al museo ya llegaba a su fin. Para mi familia y sobre todo para mí, fue una experiencia muy bonita y de esto ya han pasado unos años, y aún siempre me dejan a mí solucionar todas las adivinanzas o acertijos que aparecen por cualquier sitio. A la vuelta de tres años, volví a Roma en un viaje de estudios, y nos volvimos a hospedar en el hotel Gran Duque, pero el señor robusto de traje rojo y corbata negra ya no estaba. En el museo se habían colocado otras adivinanzas y otros acertijos, así que entre mis compañeros y yo nos lo pasamos en grande.



El Verano De Nina Autor/a: MARÍA LAZCANO MUÑOZ 2º B

Nina es una niña que a finales de verano del año pasado fue por la tarde a ver a sus abuelos. Allí también se encontró con sus tíos y primos. Viven en un pueblo, y su abuelo tiene una huerta con muchos árboles. Ese día cogieron melocotones, sandías, nectarinas y melones para llevar a casa. Cuando estaban a punto de volver, Nina vio a su abuelo entre los perales pensativo y le preguntó qué pasaba. El abuelo le contestó que ese año tenía mucha fruta en los perales, y que estaba pensando:

• Si cada peral me da veinte peras y tengo diez hileras con diez perales en

cada una ¿cuántas peras recolectaré?

Como le contestó bien le dejó comerse un melocotón. Después se fue con sus tíos y primos y jugó con ellos en su casa. Jugaron al tres en raya, al quién es quién y a muchos más hasta que llegó su prima. Su prima toca el piano y tiene uno en su casa y a veces le deja tocarlo si acierta un acertijo que tiene que ver con la música. Le dijo:

• Si por cada siete teclas blancas en un piano hay cinco negras y en total hay

cuarenta y nueve teclas blancas ¿cuántas teclas negras habrá?

Como le contestó bien le dejó tocar el piano y se lo pasó genial. Más tarde fue con su abuela al parque donde jugó con los demás niños en el castillo, en la tela de araña, aunque el que más le gusta es la serpiente que es un columpio alargado donde se ponen de pié, aunque también se pueden sentar, caben cuatro personas y se lo pasa muy bien. Cuando volvieron su abuela partía avellanas pero ya estaba cansada, así que le preguntó:



• Tengo que partir para hacer el bizcocho cien avellanas, si cada sesenta

segundos parto cinco, ¿Cuántos minutos me costará partirlas todas?

Después de pensar un rato, le contestó bien y su abuela le dijo que también le haría unas galletas. Ese día Nina acabó muy cansada y cuando sus padres la recogieron para irse a su casa se quedó dormida en el coche. A la mañana siguiente se despertó muy contenta pensando en lo que había hecho el día anterior y decidió que se llevaría las galletas de su abuela para invitar a sus amigas. Desde ese día, cuando sus padres quieren ir de compras o tienen que hacer los recados tan aburridos de los mayores, siempre les pide que la lleven al pueblo de sus primos y abuelos para pasárselo igual de bien.



1º Premio: El Sueño de Lucas Autor/a: Pablo Azofra Loza 2º C

Él era uno más. No se diferenciaba en nada del resto de los chicos de su edad; le gustaba el fútbol, las chicas, salir, montar en bici…, excepto en que le gustaba ir a la biblioteca a leer libros. Bueno, más que leerlos, olerlos, sentirlos. Le encantaba aspirar el aroma de cada libro, imaginarse la historia de cada una de las personas que lo habían leído. Y es que él pensaba que los libros no contenían solo la historia que el autor relataba, sino que cada una de las vidas de la gente que lo había leído, se había unido a la historia que se podía leer en sus páginas. Solo había que observar un poco más profundamente. Lucas repasaba cada una de las hojas, primero se leía la historia y después buscaba restos. Podía haber un circulito de hoja con las letras un poco descoloridas, lo que quería decir que alguien, leyendo esa página, se había entusiasmado y había llorado. Algunas pruebas eran más claras, como que apareciesen frases subrayadas, frases que el lector (o la lectora) había identificado con algún momento de su vida real. Lucas absorbía todas las pruebas que encontraba y, a partir de estas, se imaginaba historias que escribía en un cuaderno rojo que le regalo su padre. Soñaba con que estas historias le permitiesen publicar una novela algún día. Lo que no se hubiera imaginado nunca, ni en el mejor de sus sueños, es que alguien anónimo se pondría en contacto con él a través de los libros. Un día de 2005, Lucas hizo su mayor descubrimiento hasta ese momento: dentro de uno de los libros que acostumbraba a observar al menos una vez a la semana, Viaje al centro de la Tierra, encontró un folio del tamaño de su mano. No estaba recortado perfectamente, más bien parecía que lo habían arrancado con prisas de algún otro lado. Lucas casi se cae de la silla al descubrir que las palabras escritas ahí, estaban dirigidas a él. El texto decía: “Hola, Lucas. Sé que te estás preguntando que por qué sé tu nombre, y quién soy. Pero eso no puedo desvelártelo todavía. Tendrás que esperar a contestar una serie

de mensajes que te iré haciendo llegar. Solo te puedo decir, que si sigues mis instrucciones, puede que se llegue a cumplir uno de tus sueños. Si estás dispuesto a arriesgarte, contesta a este acertijo en el reverso de la hoja que estás leyendo y

vuélvela a colocar en la misma página del libro en el que la has encontrado.” El problema que le planteaba era este: Lucas, antes de ayer tenías 13 años y el año que viene tendrás 16 años. ¿Cómo puede ser? Esa noche, Lucas no pudo dormir. Le daba miedo que supiesen su nombre y no saber si conocían algo más de él. Pero por otra parte, lo que había encontrado era su mayor tesoro descubierto, y tenía ganas de saber cómo terminaba su historia. No podía negar que estaba muy excitado con el transcurso de los acontecimientos. Así que decidió que al día siguiente se acercaría a la biblioteca y dejaría la respuesta al problema en el libro, el cual ya había resuelto. A los cuatro días de haber dejado su hoja con la solución, encontró otra hojita mal recortada con otro mensaje: “Cuidado, no hagas trampas, te estoy vigilando muy de cerca, si haces… se acabó

todo. Ya te queda poco, Lucas. Ánimo” Y otro acertijo:



Coge los tres libros que hay encima de la mesa, no los abras. Uno contiene una hoja de papel amarillo, otro una de color verde y el otro libro una hoja azul. Cada una de las portadas de los libros es de un color (amarillo, verde y azul), aunque ninguno coincide con el color del papel que contiene. Abriendo un solo libro, ¿cómo se puede saber qué papel contiene cada uno? El chico no tuvo que pensárselo, simplemente lo hizo. Y la respuesta, esta vez, no se hizo tanto de rogar. Lucas dejó el libro de Viaje al centro de la Tierra en su posición habitual, se escondió detrás de la columna más cercana y esperó. Cuando después de media hora, una mujer leyó la contraportada del libro, Lucas tuvo que decirle que era el aprendiz de bibliotecario, y que ese libro estaba pedido; no se podía coger. Se sintió un poco mal, pero volvió a su escondite, pues la emoción del momento superaba cualquier otro sentimiento. Después de diez minutos, que se le hicieron los más largos de su vida, un hombre trajeado cogió el libro y, decidido, buscó la página en la que estaba la respuesta. Lucas esperó a que el señor se separase un poco y leyó el último acertijo: En una biblioteca vacía hoy metemos un libro y al día siguiente metemos, por cada libro que hay dentro, un libro más. Si con este procedimiento tardamos 43 días en tener suficientes libros, ¿cuánto se tardará en tener los mismos libros si empezamos con dos? “Pues ese hombre no parecía ser ningún asesino, ni nadie que pueda hacer daño a una mosca, siquiera”, pensó el chico. Contestó rápidamente al problema y, sin colocar el papel en el libro, fue tras el hombre. El joven lo encontró en un banco, leyendo el periódico. Lucas se presentó, aunque el señor Montgomeri (Lucas supo después su nombre), ya sabía bastante de él. Montgomeri le relató cómo lo había descubierto, que llevaba varios meses observando los movimientos del chico y que se había quedado impresionado con lo que hacía. El señor era dueño de una editorial, y al cabo de dos meses de observación decidió que el chico merecía tener una oportunidad para publicar su propio libro, pues el editor había descubierto que a Lucas le entusiasmaba escribir. Lo que se le ocurrió fue hacer unos acertijos para que Lucas los resolviese, y así saber si se merecía la oportunidad que le iban a dar. Como los tres acertijos los acertó plenamente, y Montgomeri estaba impresionado con su historia (le dijo que debería de haber más gente como el en el mundo), a Lucas se le presentó la oportunidad de cumplir su mayor deseo, cómo la primera nota había dicho; publicar su propio libro. Hoy, con 22 años, Lucas es un escritor reconocido en todo el mundo. Todo gracias a la afición que tenía cuando era niño de “sentir” los libros, lo que, por supuesto, no ha dejado de hacer.



Autor: Mario Caceo Corzana 1ºD

A Javi, Patxi para los amigos como a muchos chicos de su edad, no le gustaban las mates. No las entendía y se preguntaba para que servían en la vida diaria. En realidad,¡las odiaba! Patxi estudiaba con su amigo Ángel un “pitagorin” de gafitas, que siempre sacaba 10 o casi 11 en mates. -En un corral hay gallinas y conejos. Si en total contamos 56 cabezas y 180 patas, ¿Cuántas gallinas y conejos hay? Preguntaba Patxi. Mira Patxi, respondió Ángel, tienes que llamar X a las gallinas Ej. 56 –x a los conejos Y luego…. Pero rápidamente Patxi enfadado le contesto: -¡Pues vaya granjero! Con lo fácil que es separar a los animales de cada clase y contarlos. ¡Hace falta ser tonto! Creo que las mates no sirven para nada. Solo para complicarnos la vida. Pero Ángel, que tenía más paciencia que el Santo Job le respondía: ¡No, Patxi, te equivocas! Las mates son utilísimas para todo. No se podrían construir casas, ni puentes sino conociéramos las matemáticas. Los arquitectos, ingenieros, físicos, químicos, científicos…. Deben tener buenos conocimientos matemáticos. Las medicinas, algunos alimentos necesitan formulas que precisan de las mates. Inclusive cuando vamos a comprar juegos, caramelos debemos tener cuidado con los cambios, y que no nos engañen. Todas estas cosas son posibles gracias a las “aburridas” matemáticas, Patxi nunca lo había visto así. ¡Que razón llevas! Me voy a aplicar mas a partir de ahora, colega -respondió Patxi y además, las mates nos ayudan a mantener la mente fresca y sana. Practicar sudokus, sopas de letras y veras la agilidad mental que tendrás. Bueno, bueno ahora mismo me pongo a resolver el problema. La solución es…………………………., ¡Que fácil!



Marta, El terror de la clase Autor: David Fernández Echeverría – 1º C

Marta era una profesora que parecía muy normal, aunque nadie sabía, en realidad, cómo era cuando se enfadaba. Sus alumnos éramos asquerosos y muy mal educados, nunca escuchábamos y todos los profesores del instituto decían que formábamos la peor clase del instituto. Al llegara 2° de la E.S.O. todos los estudiantes de ese curso empezamos a comportamos cada vez peor. Marta era nuestra profesora de matemáticas y siempre nos había caído muy bien (a mí, especialmente). Una mañana llegó tarde y con toda la cara sudada. Nadie sabía lo que le pasaba. Sergio, el graciosillo de la clase, saltó diciendo una de sus peculiares tonterías. "La profe viene del baño", dijo medio riéndose. María hizo lo que nunca había hecho, cogió su estuche y se lo tiró en la cabeza con tan buena suerte que acertó y toda la clase se empezó a reír. Sin hablar ni decir nada Marta empezó a escribir en la pizarra como una moto poniendo problemas diferentes. Cuando terminó se dio la vuelta y dijo: "Ya podéis empezar a hacerlos porque si no los terminéis no salís de aquí". El primer problema era de pensar y todo el mundo se puso manos a la obra. Bueno, todos menos Sergio, que todavía se lamentaba del golpe.

DESPIERTA O DORMIDA

Cuando el rey Rojo está durmiendo todo lo que cree es falso; es decir, todo lo que cree en sueños está mal; pero todo lo que cree mientras está despierto es verdad. A noche a las diez en punto, el rey Rojo creía que tanto él como la reina Roja estaban dormidos ¿Estaba la reina Roja despierta o dormida a esa hora? El primero en acabar fue Raúl y contestó que la reina Roja estaba …..... Marta asintió con la cabeza. De repente la profe empezó a temblar y salió corriendo de clase. Todos nos quedamos de piedra, pero peor nos quedamos cuando la vimos entrar de nuevo. Tenía todo el cuerpo cubierto de manchas rojas, pero en vez de salirle granos lo que le salieron fueron números por todo el cuerpo. Tenía la enfermedad numérica y eso no se podía curar con nada. Todos comamos un grave peligro. María cogió la tiza y siguió escribiendo en la pizarra, pero esta vez acertijos:

1. La duración del diluvio, los ladrones de Alí Bab a, lo que se canta en el tute, ¿el número sabes ya?

2. A la izquierda nadie me quiere, a la derecha ¡quien me viere! En un lado ni entro ni salgo, pero en el otro bien que valgo .



2. Si en un tejado hay 100 gorriones, y mato uno ¿c uántos gorriones quedan?

En este caso, la profesora nos dejó que hiciéramos juntos el ejercicio y rápidamente lo acabamos. Marta miró si estaba bien y nos dijo que nos podíamos marchar. Todos salimos corriendo a casa sin mirar hacia atrás. Marta nunca más volvió al instituto. Unos dicen que está encerrada en el sótano de su casa resolviendo problemas, otros dicen que ha vuelto a su país en Matelandia; pero yo sé toda la verdad, y no la voy a revelar



LA CÁPSULA DEL TIEMPO Autor: Marina Merino Rodríguez 2º A Nota: Sin Soluciones Matematrix: la gran ciudad de las matemáticas

Autor: Eva Rubio Ureña – 2ºC



El Sueño interminable Autor/a: Paula Serna 1º B



MMAARRCCOOSS,, EELL NNIIÑÑOO QQUUEE OODDIIAABBAA LLAASS MMAATTEEMMÁÁTTIICCAASS

Autor/a: Yerena Diaz – 1º B



EL PRINCIPE MATEMÁTICO.

Autor: Irune Loizaga Frías

Primera operación.

425 . 213= 90.525

Segunda operación.

102 : 2 – 4 x 1 x 5 – 8 x 3 = 51 – 20 – 24 = 7

Tercera operación.

72 : 8 + 3 x 2 + 6 x 5 + 9 : 3 = 9 + 6 + 30 + 3 = 4 8

Cuarta operación.

53.126 x 89 = 4.728.214

Quinta operación.

( 2x + 18 ) – 53 = 195 : 3

( 2x + 18 ) – 53 = 65



2x + 18 = 65 + 53

2x + 18 = 118

2x = 118 – 18

2x = 100

X = 100/ 2

X = 50

DÍA DE PESCA Autor/a: Carmen Domingo Corral 1ºB

1 La mujer del boticario es la hija del médico por lo cual son solo tres personas. 2 Los dos padres y los dos hijos son abuelo, padre e hijo, también tres personas. 3 La última persona en vez de servirse la trucha se la comió en la misma fuente.

EL VIAJE A ROMA Autor/A: Jorgge Nieto De Torre 1º C 1. ¿Cuál es el número que si lo pones al revés vale menos? SOLUCION: El nueve. 2. ¿Cómo hacemos para que a veinte, agregándole uno nos de diecinueve? SOLUCION: Veinte en números romanos es XX, si le agregamos un uno en el medio nos queda XIX. 3. Si estás participando en una carrera y adelantas al segundo, ¿en qué posición terminarás la carrera?. SOLUCION: Segundo. 4. Si María tiene un 5, 8, 3 y 7, y le queda un examen, ¿qué nota necesita para aprobar? SOLUCION: 5+8+3+7=23 23+2=25 25:5=5 Necesita un 5 para aprobar.



EL VERANO DE NINA Autor/a: María Lazcano Muñoz 2º B

El sueño de Lucas Autor/a: Pablo Azofra Loza 2º C



Autor: Mario Caceo Corzana 1ºD X=gallinas | 56-X=conejos | 56 animales 2X=patas de gallinas | 4(56-X)=patas de conejos |180 patas 2X+4(56-X)=180 2X+224-4x=180 2X-4X=180-24 -2X=-44 X=-44/-2=22 gallinas 56-22=34 conejos Hay 22 gallinas y 34 conejos.

Marta, El terror de la clase Autor: David Fernández Echeverría – 1º C

- La reina roja estaba despierta 1.- 40 2.- El 0 3.- Ninguno.

13ctos

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