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Las 8 preguntas para Ricardo H. Herrera (*) MAR DEL PLATA DOMINGO 11 DE JULIO DE 2010 IDA Y VUELTA: [email protected] 1 ¿Qué error le molesta más advertir en un texto literario y cuál es el último que halló en el libro que está leyendo o que acaba de leer? Acepto estoicamente los errores literarios. Lo que en cambio suele ponerme de mal humor son las malas ediciones. Para ser preciso: los libros de lomo rígido, que obligan a sostenerlos con las dos manos para lograr que se mantengan abiertos. Es algo frecuente. Me gustan los libros de lomos dóciles, los libros que aceptan ser manejados con una sola mano. Ayer, leyendo el Chopin de Bernard Gavoty, maldije varias veces a la editorial responsable de la publicación por esta molestia. (*) Ricardo Herrera nació en Buenos Aires en 1949. “Copia, imitación y manera” es el tercer libro del autor dedicado a la traducción poética publicado por Grupo editor Latinoamericano; son los otros “El infinito y otros cantos” de Giacomo Leopardi y “Stabat nuda Aestas; obras que por la calidad de sus versiones han merecido sendos reconocimientos internacionales. Premio Biageiaretti Ciudad de Matélica y el Premio a la Traducción otorgado por el Gobierno de Italia. Ha escrito: “Estudios de la soledad (algunos de cuyos poemas recibieron el Segundo premio “La Nación” 1988); el libro de prosas autobiográficas titulado “De un día a otro”; y dos colúmenes de crítica literaria: “La hora epigonal” y “Espera de la poesía”, premio Academia Argentina de Letras 1997. Herrera es también autor del libro “La ilusión de las formas”, Tercer Premio Nacional de Ensayo y Crítica Literaria 1986-1988. TRAS CA T ORCE NÚMEROS, LA PUBLICACION TERMINA SU CICLO “La Pecera”, la revista literaria que pegó el salto E n tan solo una década cambiaron los hábitos de lectura, afirma Osvaldo Picardo, director de la presti- giosa revista cultural “La Pece- ra”, que se gestó en Mar del Pla- ta en 2000 y alcanzó a lectores radicados en varias ciudades del mundo. Acaso como testigo de las transformaciones de las que habla, la publicación está terminando su ciclo de revista convencional para transfor- marse en otra cosa. “Estamos estudiando la mo- dalidad”, sigue su director, so- bre el período que se viene aho- ra en la revista y en sus mento- res, los otrora históricos funda- dores: Héctor Freire, Abel Robi- no y Mercedes Roffé, todos ami- gos de este escritor que estudió Letras en La Plata y que ya tie- ne varios libros publicados. Desde diferentes puntos del mundo, este grupo impulsó con sus textos el desarrollo del em- prendimiento editorial. Picardo le cuenta a LA CAPI- TAL que este año podría apare- cer una última revista que con- tendría una selección de los me- jores artículos aparecidos en estos nueve años, en los que se editaron catorce números. Una suerte de antología. Aunque también habla de un proyecto más ambicioso: editar una mis- ma revista cultural (que aban- donaría el formato de libro y adoptaría el tabloide) en varios países de América latina y Eu- ropa. “Estamos en un período de cierre con La Pecera -anticipa-. Es que los públicos cambian y también cambian las inquietu- des, la vida cambia, y así como tratamos de dar el salto de lo re- gional de Mar del Plata y salta- mos de la poesía a otras disci- plinas, también hay que cruzar la cuestión de mi revista, de tu revista, para ir a las fronteras de Latinoamérica. Es compar- tir un espacio en común con otras revistas latinoamerica- nas y con otras europeas que co- nocemos y que leemos”. Por el momento, desliza, ya están los vínculos con editores de revistas literarias de Colom- bia, España, Francia, Perú, Chile, Brasil y Uruguay. Entre todos, discuten hoy cómo llevar a la práctica esta idea y, sobre todo, cómo financiarla para burlar el destino de la mayoría de las propuestas culturales: su corta duración. Una vida más larga Aunque Picardo, que tam- bién es investigador, se desem- peña como docente del Colegio Illia y está al frente de la edito- rial de la Universidad local, sa- be que la historia de “La Pece- ra” fue en contra de esta ten- dencia de vida efímera. “La Pecera empezó a gestar- se en 2000 y en 2001 apareció el primer número. Ricardo Martín nos dio todas las con- diciones para hacerla. Martín es un entusiasta que hace po- sible que otras vocaciones ar- tísticas se desarrollen, es un gran promotor. El financió el primer número y la primera tirada, era un número que no tenía muy bien definida la for- ma, lo sacamos para ver más cómo salía, no sabíamos si íbamos a tener la continuidad de un número más, pero nun- ca pensábamos que íbamos a llegar al 2010”, dice. Ya desde las primeras edicio- nes, la revista desafió el adjeti- vo “marplatense” y buscó salir al mundo como un producto de calidad hecho en estas costas. “Esa cosa de la cultura marpla- tense, eso de poeta marplaten- se o escritor marplatense me parece que es un invento, hay cultura, no hay cultura con un adjetivo al lado, esas cosas son siempre molestas. En ese senti- do, la revista nació con el propó- sito de exceder los límites de la ciudad”, evoca. Y entiende que el principal mérito fue el haber acercado al lector -antes de que lo hicieran otros- los mundos literarios de escritores muy buenos pero desconocidos, como Arnaldo Calveyra o Antonio Gamoneda, además de haber publicado tra- ducciones. “Eso es lo que hizo que la revista tenga algún sen- tido, porque agregó algo al mundo cultural, hay muchas revistas que lo que hacen es cor- tar y pegar de un libro o de la web, o publican cosas que ya es- tán publicadas o publican ensa- yos de gente de gran prestigio que ya lo publicaron en otro la- do. Otra cosa es una revista co- mo ésta que producía sus conte- nidos: los cuentos eran inédi- tos, la poesía era inédita, las traducciones también”. -¿Apostó a los debates cul- turales, tal como hicieron las revistas literarias más importantes de la Argenti- na? (Continúa en página 4) Se gestó en Mar del Plata, se leyó en varios sitios del mundo. Después de diez años, Osvaldo Picardo -director de La “Pecera”- anticipa que la revista dejará de salir. Y cuenta qué otros proyectos ligados a lo cultural vendrán tras su último número. El mundo ciber, los nuevos lectores, y los pseudo debates culturales que se producen en Argentina. Osvaldo Picardo es escritor y docente de Letras. Junto a un grupo de amigos gestó “La Pecera”.

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lomo rígido, que obligan a sostenerlos con las dos manos para lograr que se mantengan abiertos. Es algo frecuente. Me gustan los libros de lomos dóciles, los libros que aceptan ser manejados con una sola mano. Ayer, leyendo el Chopin de Bernard Gavoty, maldije varias veces a la editorial responsable de la publicación por esta molestia. Acepto estoicamente los errores literarios. Lo que en cambio suele ponerme de mal humor son las malas ediciones. Para ser preciso: los libros de

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Las 8 preguntas para Ricardo H. Herrera (*)

■ MAR DEL PLATA ■ DOMINGO 11 DE JULIO DE 2010 IDA Y VUELTA: [email protected]

1¿Qué error le molestamás advertir en un textoliterario y cuál es el

último que halló en el libroque está leyendo o que acabade leer?

Acepto estoicamente loserrores literarios. Lo que encambio suele ponerme de malhumor son las malas ediciones.Para ser preciso: los libros de

lomo rígido, que obligan asostenerlos con las dos manospara lograr que se mantenganabiertos. Es algo frecuente. Megustan los libros de lomos dóciles,los libros que aceptan sermanejados con una sola mano.Ayer, leyendo el Chopin deBernard Gavoty, maldije variasveces a la editorial responsablede la publicación por estamolestia.

(*) Ricardo Herrera nació en Buenos Aires en 1949. “Copia, imitación y manera” es el tercerlibro del autor dedicado a la traducción poética publicado por Grupo editor Latinoamericano;son los otros “El infinito y otros cantos” de Giacomo Leopardi y “Stabat nuda Aestas; obras quepor la calidad de sus versiones han merecido sendos reconocimientos internacionales.

Premio Biageiaretti Ciudad de Matélica y el Premio a la Traducción otorgado por el Gobiernode Italia.

Ha escrito: “Estudios de la soledad (algunos de cuyos poemas recibieron el Segundo premio“La Nación” 1988); el libro de prosas autobiográficas titulado “De un día a otro”; y doscolúmenes de crítica literaria: “La hora epigonal” y “Espera de la poesía”, premio AcademiaArgentina de Letras 1997.

Herrera es también autor del libro “La ilusión de las formas”, Tercer Premio Nacional deEnsayo y Crítica Literaria 1986-1988.

TRAS CATORCE NÚMEROS, LA PUBLICACION TERMINA SU CICLO

“La Pecera”, la revistaliteraria que pegó el salto

En tan solo una décadacambiaron los hábitos delectura, afirma Osvaldo

Picardo, director de la presti-giosa revista cultural “La Pece-ra”, que se gestó en Mar del Pla-ta en 2000 y alcanzó a lectoresradicados en varias ciudadesdel mundo. Acaso como testigode las transformaciones de lasque habla, la publicación estáterminando su ciclo de revistaconvencional para transfor-marse en otra cosa.

“Estamos estudiando la mo-dalidad”, sigue su director, so-bre el período que se viene aho-ra en la revista y en sus mento-res, los otrora históricos funda-dores: Héctor Freire, Abel Robi-no y Mercedes Roffé, todos ami-gos de este escritor que estudióLetras en La Plata y que ya tie-ne varios libros publicados.Desde diferentes puntos delmundo, este grupo impulsó consus textos el desarrollo del em-prendimiento editorial.

Picardo le cuenta a LACAPI-TAL que este año podría apare-cer una última revista que con-tendría una selección de los me-jores artículos aparecidos enestos nueve años, en los que seeditaron catorce números. Unasuerte de antología. Aunquetambién habla de un proyectomás ambicioso: editar una mis-ma revista cultural (que aban-donaría el formato de libro yadoptaría el tabloide) en variospaíses de América latina y Eu-ropa.

“Estamos en un período decierre con La Pecera -anticipa-.Es que los públicos cambian y

también cambian las inquietu-des, la vida cambia, y así comotratamos de dar el salto de lo re-gional de Mar del Plata y salta-mos de la poesía a otras disci-plinas, también hay que cruzarla cuestión de mi revista, de turevista, para ir a las fronterasde Latinoamérica. Es compar-tir un espacio en común conotras revistas latinoamerica-nas y con otras europeas que co-nocemos y que leemos”.

Por el momento, desliza, yaestán los vínculos con editoresde revistas literarias de Colom-bia, España, Francia, Perú,Chile, Brasil y Uruguay. Entretodos, discuten hoy cómo llevara la práctica esta idea y, sobretodo, cómo financiarla paraburlar el destino de la mayoríade las propuestas culturales: sucorta duración.

Una vida más larga

Aunque Picardo, que tam-bién es investigador, se desem-peña como docente del ColegioIllia y está al frente de la edito-rial de la Universidad local, sa-be que la historia de “La Pece-ra” fue en contra de esta ten-dencia de vida efímera.

“La Pecera empezó a gestar-se en 2000 y en 2001 aparecióel primer número. RicardoMartín nos dio todas las con-diciones para hacerla. Martínes un entusiasta que hace po-sible que otras vocaciones ar-tísticas se desarrollen, es ungran promotor. El financió elprimer número y la primeratirada, era un número que no

tenía muy bien definida la for-ma, lo sacamos para ver máscómo salía, no sabíamos si

íbamos a tener la continuidadde un número más, pero nun-ca pensábamos que íbamos a

llegar al 2010”, dice.Ya desde las primeras edicio-

nes, la revista desafió el adjeti-vo “marplatense” y buscó saliral mundo como un producto decalidad hecho en estas costas.“Esa cosa de la cultura marpla-tense, eso de poeta marplaten-se o escritor marplatense meparece que es un invento, haycultura, no hay cultura con unadjetivo al lado, esas cosas sonsiempre molestas. En ese senti-do, la revista nació con el propó-sito de exceder los límites de laciudad”, evoca.

Y entiende que el principalmérito fue el haber acercado allector -antes de que lo hicieranotros- los mundos literarios deescritores muy buenos perodesconocidos, como ArnaldoCalveyra o Antonio Gamoneda,además de haber publicado tra-ducciones. “Eso es lo que hizoque la revista tenga algún sen-tido, porque agregó algo almundo cultural, hay muchasrevistas que lo que hacen es cor-tar y pegar de un libro o de laweb, o publican cosas que ya es-tán publicadas o publican ensa-yos de gente de gran prestigioque ya lo publicaron en otro la-do. Otra cosa es una revista co-mo ésta que producía sus conte-nidos: los cuentos eran inédi-tos, la poesía era inédita, lastraducciones también”.

-¿Apostó a los debates cul-turales, tal como hicieronlas revistas literarias másimportantes de la Argenti-na?

(Continúa en página 4)

Se gestó en Mar del Plata, se leyó en varios sitios del mundo. Después de diez años, Osvaldo Picardo -director de La“Pecera”- anticipa que la revista dejará de salir. Y cuenta qué otros proyectos ligados a lo cultural vendrán tras su

último número. El mundo ciber, los nuevos lectores, y los pseudo debates culturales que se producen en Argentina.

Osvaldo Picardo es escritor y docente de Letras. Junto a un grupo deamigos gestó “La Pecera”.

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2 C U L T U R A Domingo 11•07•2010

Las 8 preguntas para Ricardo H. Herrera

2 ¿Qué situación de su vida cotidiana en-contró reflejada con sorpresiva exacti-tud en un libro, una película, una can-

ción o cualquier otra obra de arte? También esto es algo frecuente. En el libro de Ga-

voty que acabo de mencionar, en el perfil que el au-

tor traza de George Sand (una mujer que siempretenía razón) encontré reflejada con sorpresiva exac-titud muchos aspectos de mi ex vida cotidiana.

Primeras medidasPOR SEBASTIÁN CHILANO(sebastianchilano.blogspot.com)

No le había prestado demasiada atención alasunto hasta que, casualmente, vi otra vezel anuncio en el televisor del café “Mun-

dial”.–Este tipo está loco –me dijo Celso.Se sabe, o se cree, que los mozos son expertos en

varios temas de interés general. El fútbol, las mu-jeres y la economía. Los mozos antiguos, quierodecir, no los recién formados o las camareras depiernas largas que reemplazan día a día con su be-lleza un buen comentario ácido y machista. Losmozos con antigüedad pueden explicar perfecta-mente la situación económica del país de acuerdoa su clientela. Lo saben por lo que toman sus co-mensales, por lo que comen, lo que comparten, lapropina que les dejan, los cambios de ayudantesde cocina, las excusas de los dueños para no dar unaumento, los pedidos para llevarse las sobras delas comidas, la necesidad de espantar a los chicosque piden monedas a cambio de estampitas entrelas mesas. Los taxistas también sabemos de esascosas, y de muchas otras más.

Celso me dejó el café con leche con tres medialu-nas en la mesa y se quedó mirando la pantalla deltelevisor parado junto a mí.

“No es momento de arriesgar” dice el titular queatraviesa la parte inferior de la pantalla. En el res-to del televisor se ve medio cuerpo del ministro deeconomía moviendo los labios en una conferenciade prensa desde el salón de los Pasos Perdidos. Porsupuesto el volumen está bajo y hay que esperar aque cambien el cartel. “Las inversiones sí o sí tie-nen que ser seguras”.

–Ahora nos va a declarar en default -me dijo Cel-so y se fue a atender otra mesa.

–Subí el volumen –pedí.–Me aturde –gritó Celso desde la otra mesa.Me conformé con leer lo escrito en la pantalla. Ya

tendría tiempo de escuchar después –una y otravez– la información en la radio. El televisor cam-bió de color. Se puso rojo, y sobre el rojo aparecie-ron unas conocidas letras blancas: “Último mo-mento” y después “Primicia” y después “El minis-tro anuncia el cese de las importaciones” y des-pués “Todo se producirá en el país” y de nuevo “Úl-timo momento”. Dejé de mirar, la serie se repetiríahasta el hartazgo.

Celso se paró a mi lado.–¿Qué te dije?No le discutí que él había dicho otra cosa. No va-

lía la pena. Entraríamos en un debate largo y esté-ril del que no tenía ganas de participar. Pagué midesayuno y salí. Caminé hasta mi taxi y arranquéhacia la parada. No levanté a nadie en el camino.Paré tercero, atrás de Sequeiro y Marino. Toma-mos mate. Sequeiro y Marino hablaban de lo mis-mo que había visto en el café. El fútbol no parecíatan importante, y eso que el mundial se nos veníaencima. Pero Marino contaba del crédito que ha-bía sacado. Un crédito para cambiar el auto. Por-que tenía fe –estuve a punto de marcarle la para-doja– en el nuevo ministro. Y Sequeiro peor. Le te-nía una fe ciega. Sequeiro había ido al banco parasacar un crédito hipotecario. Con el 11% de interésanual. Ahora necesitaba conseguir una garantía.No dije nada. No me ofrecí y por suerte le salió unviaje. Empujamos nuestros autos para no gastarnafta y después nos sentamos en el mío. Puse laradio. El presidente estaba dando una conferen-cia de prensa urgente, desmintiendo el cese de lasimportaciones anunciado “apresuradamente”por el ministro de economía. Miré a Marino, penséen su crédito, pero ninguno de los dos dijo nada.

(Continuará la semana que viene)

DIARIO DE LECTOR

SedaPOR GABRIELA URRUTIBEHETY

La novela es pequeña. Ellector que escribe un dia-rio la tiene en su mano y

apenas pesa. Cuando la abrecomprueba además que la le-tra es grande y hay buenos ygenerosos espacios en blanco.Una lectura leve, supone insti-gado por el título. La novela sellama Seda y es suave, comouna música.

Desde la contratapa el autor–que es italiano y se llama Ales-sandro Baricco- reclama: “No esuna novela, es una historia”. Ycuando el lector se desliza por laspáginas descubre que es una his-toria puntuada. Una historia enla que lo mejor está puesto en lossignos de puntuación: entoncesya no se trata sólo de lo que secuenta, sino de cómo se cuenta. Ocanta, como se cantaba antes deque se inventaran las letras y losinstrumentos para trazarlas.Cuando no había punzones, ni ti-zas, ni plumas que rayaran –hi-rieran- el papel o la arcilla o el pa-piro o la piedra o la corteza.Cuando los trazos eran sólo eso:trazos, dibujos, perdurable bide-mensionalidad de lo similar. Enesos tiempos en que la palabraera puro sonido, esencialmentemúsica. Y la historia –que no no-vela- reclama volver sobre esemenester, porque los trazos, dice,son “cenizas de una voz quema-da”.

Pero, paradojalmente, el hilode la historia se juega en los tra-zos que alguien realiza sobre unpapel de arroz. Pero son trazos enuna lengua desconocida, una len-gua que, entonces, debe traspo-

ner el filtro de la traducción yemerger, sólo sonido, de la voz dela intérprete.

La historia trata sobre un fran-cés productor de seda del sigloXIX. Y trata sobre viajes marco-pólicos al Japón. Y trata de tresmujeres: una tiene una bella voz;la otra nunca pronuncia palabra;la tercera las interpreta a lasotras dos. Tres mujeres profun-damente sensuales en contradic-torias dimensiones. Y un hombreque atraviesa el mundo por ellas.

También trata de la seda: la deantes, la natural, la que se hacíacon larvas y morera. Como la poe-sía que se hacía sólo con la voz y elpuro ordenar de las palabras, lassílabas, los silencios que ponenen su lugar el sonido y que en elblanco de la página son marcasminúsculas, apenas percepti-bles. Como la buena seda natu-ral: el límite justo antes de la na-da.

También trata de los límites:de los límites del mundo.

- ¿Cómo es el fin del mundo?, lepreguntó Baldabiou.

- Invisible.La historia, como buen relato

de viajes, es una historia de lími-tes: los geográficos, los de la vidade los gusanos de seda, los del di-nero, pero también los de la con-ducta o los de la pasión. Hastadónde se puede llegar es la pre-gunta que aparece –sin aparecer,tenuemente, como la seda- en elderrotero de Hervé Joncour, elprotagonista, o en el castigo delpoderoso Hara Kei, o en las apro-ximaciones de la mujer callada, oen el prostíbulo de Mme. Blan-che, o en las alternativas comer-ciales de los productores de Lavi-lledieu. O en el amor de Hélène.

Y como buen relato de viajes esuna historia de lugares: la aldea,Nimes, Japón, Eberfeld. En rea-lidad, no son lugares en el sentidoturístico del término: son puntosde la narración, claves de la lec-tura y el lector que escribe un dia-rio se detiene en cada uno de ellosporque, básicamente, son músi-ca. Suenan de alguna manera.Resuenan, suele decirse. Reper-cuten. ¿Retumban? Sí, tambiénretumban.

La historia es una historia de

lugares, porque es un viaje haciael lugar propio.

En Lavilledieu la gente volvió aadmirarle (a Hervé Joncour) por-que en él les parecía advertir unmodo exacto de estar en el mun-do.

Hervé Joncour… tenía consigola indestructible calma de loshombres que se sienten en su lu-gar.

Y ahora, al final del camino, lostrazos son sólo trazos en el agua:no escritura, rigurosamente es-tablecida para la perdurabili-dad, sino dibujos en la superficiede un lago.

De vez en cuando, en los días deviento, Hervé Joncour bajabahasta el lago y pasaba horas mi-rándolo, puesto que, dibujado enel agua, le parecía ver el inexpli-cable espectáculo, leve, que ha-bía sido su vida.

Seda. Dibujos en el agua. Silen-cios. Puntos y aparte. Una histo-ria tan parecida a la ternura quealguien sugirió que era leve comoel agua y la harina.

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Domingo 11 •07•2010 C U L T U R A 3

Las 8 preguntas para Ricardo H. Herrera

3 ¿De qué lugar, personaje común o circunstancia engeneral que ofrece Mar del Plata se apropiaría paraincorporarlo como pasaje central de alguna de sus

obras?Sólo el mar ha logrado hacerse un lugar central en mi poesía.

Pero se trata de una limitación de mi poesía, no de Mar del Plata.

PROYECTOEDITORIALVINCULADOALCENTROCULTURALELSEPTIMOFUEGO

“Julius”, del escenario al libro editado

Primero fue una idea que an-duvo picando en su cabezadurante algunos años. Des-

pués, Marcos Moyano la convir-tió en una obra de teatro que es-trenó el año pasado. Y ahora, envirtud de un proyecto editorialque involucra al centro culturalmarplatense El Séptimo Fuego,el texto de aquella pieza se trans-formó en un flamante libro, quelleva el mismo nombre que ladramaturgia: “Julius, el conde-nado al silencio y al olvido”.

“La idea no era nunca editar unlibro sino escribir un texto parapoder hacer la obra, con eso solola felicidad era inconmensura-ble”, se sincera Marcos, quien sedefine como un teatrista del labo-rioso teatro independiente argen-tino.

El artista se detuvo en la vida deJulius Fucik, un periodista checos-lovaco asesinado por los nazis, pa-ra hablar de cosas de las que pocose hablan. La moral, por ejemplo,y la crisis que viven los partidospolíticos en la actualidad.

“A Fucik lo conocí por el libro‘Reportaje al pie del patíbulo’ (es-crito por el mismo Fucik). Fue unlibro que perteneció a mi papá.Cuando él murió me quedé conalgunos libros de su biblioteca y loheredé. También heredé el hechode hacer teatro y algunas deudas”,bromea este artista hijo de artistasque tiene 30 años, que está en pa-reja con una actriz y es uno de losactores de la pieza.

“Me fascinó su modo de ver elmundo -sigue, mate de por me-dio-. Lo escribió estando presopor los nazis. Y lo escribió en unasservilletitas que se las daba uncontacto todas la noches y queluego ese contacto sacaba de lacárcel. Después de terminada laguerra y después de que lo mata-ron, su mujer, que lo sobrevivió,hizo una investigación y encon-tró las hojitas. Finalmente fue ellala que editó el libro”.

“A Julius lo mataron el 8 de sep-tiembre de 1943, y a partir de quese reconoce su importancia se pi-de a los países del mundo que esedía se convierta en el Día Interna-cional del Periodista. La gran ma-yoría de los países adhiere, inclu-so la Argentina. Y qué increíbleque nosotros no lo sepamos. Poreso, más allá del hecho histórico -explica, mientras practica el tic deacomodar un mechón de pelo re-belde detrás de la oreja- tratamosde rescatar su figura de la personareal. Este tipo existió de verdad yla moral que tenía es algo que no-sotros no vemos hoy y no estamosdispuestos a tener. Era capaz de to-do por no vender sus ideales, eracapaz de dar la vida por lo que

creía. Hoy es difícil encontrar algoasí, en este mundo donde todo sevende y todo se compra”.

En verdad, “Julius” es la pruebapiloto de una experiencia que pre-tende ser más amplia. La llama-ron “La Fábrica de Bienes Inmate-riales”, un sello editorial que bus-ca canalizar la producción teatralque se gesta en este centro culturalde la ciudad. Además, ya tiene enmiras la publicación de una revis-ta cultural de distribución gratui-ta, cuyo primer número estará de-dicado al teatro.

Marcos asegura que el sello nopersigue una finalidad económi-ca, más bien busca crear un fondopara poder seguir solventandoproyectos editoriales. “De Juliuseditamos unos quinientos ejem-plares y ya quedan poquitos. Esque este libro se presentó en la Fe-

ria del Libro e hicimos una fun-ción de la obra en el hotel Bauen(en Buenos Aires) y se vendió bi-en”, cuenta. Ahora, lo próximo eseditar las obras de teatro colecti-vas que escriben los alumnos queasisten al Instituto de Arte Teatral,del que Moyano es también do-cente.

Primero, el grupo

-Es raro no encontrar tu nom-bre en la tapa del libro “Julius”,siendo que sos el autor. ¿A qué sedebió esta decisión?

-Está chiquito, adentro. Me pa-rece que está bien que no figuremi nombre, sino que figure el deEl Séptimo Fuego. Ayer hablabaen una clase de lo que era la Greciaclásica y de lo que significaba paralos atenienses vivir en la Grecia

clásica. Y daba el ejemplo de Só-crates, a quien le dieron la opciónde irse al exilio o morir y él prefiriómorir, y le explicaba a los alum-nos qué significaba eso. Para unateniense de la Grecia clásica eraimposible reconocerse fuera de laciudad, la ciudad era la que le ha-bía dado las oportunidades de seresa persona que era. En ningúnotro lugar Sócrates hubiera podi-do ser quien fue. Irse de Atenas sig-nificaba no ser él. A mí me pasa al-go parecido con El Séptimo. ElSéptimo fue el que me ha dado lasposibilidades de crecer, de for-marme, de darme los espacios pa-ra que me forme en otro lugartambién. Por eso es que lo que soyes gracias a El Séptimo Fuego.

-¿Definís al texto de “Julius”como una obra política?

-Todo hecho teatral es político,

incluso el teatro que quiere alejar-se de la política es muy político,aquel que es puro entretenimien-to es un hecho político terrible, elhecho de querer distraer a la gen-te, de no hacernos pensar, eso espolítico. De hecho, me sorprendees que el teatro aparezca en Greciaen conjunto con la democracia,son dos invenciones que apare-cen en el mismo momento y queestán íntimamente relacionadas.Lo que hacía el teatro era respon-der a esa actividad política que es-taba sucediendo en Atenas.

-¿Cómo te llevás con la escri-tura dramática?

-Me cuesta mucho la escritura,por supuesto que me gusta, megusta todo del teatro, a vecescuando me preguntan si soy ac-tor... no me gusta caratularme oponerme en el rol de... estoy encontra de eso. Si Miguel AngelCheruti es un actor, yo hago algocompletamente diferente, enton-ces no tendría que llamarme delmismo modo. Las palabras a ve-ces se utilizan para lo mismocuando para mi significan algocompletamente diferente. Cuan-do pienso qué soy, me gusta rela-cionarme con la idea de teatrista,que tiene más que ver con el tea-tro independiente, pienso en esosactores del teatro independienteque se suben a poner las luces y alos que no se les cae ningún anillopor tener que barrer el escenario yque a la vez construyen la esceno-grafía y dirigen y también escri-ben sus propios textos. La escritu-ra me cuesta, pero siempre megustó, de hecho este espectáculolo empecé a escribir en el 2005 y loestrenamos en 2009. No es queme siento y me salen tres obras,me cuesta mucho. Ahora mismoestoy trabajando en otra obra, pe-ro no me animaría a decirlo, estoytratando de escribir otra idea queanda por ahí desde hace variosaños.

-¿Quiénes te ayudaron a darleforma teatral a “Julius”?

-Tuve la suerte de compartir eltexto con personas que eran im-portantes para mí. Uno de los pri-meros borradores lo leyó MarceloRomer, que fue integrante de ElSéptimo... y que falleció hace dosaños. El me dio ideas para que si-guiera trabajando. Y después Ren-zo Casali (dramaturgo y figuracercana a los actores de este centrocultural) en el 2007 me trajo untexto que escribió sobre Julius. Medijo que hiciera lo que quisieracon ese texto, que se llamó “Me-morias de un viejo cerdo”. Ade-más, la obra tiene cosas de “Me-morias del totalitarismo”, deHannah Arendt. Y está basado en“Reportaje al pie del patíbulo”.

La obra de teatro ya tiene su libro, que es una prueba piloto del flamante sello editorial “La Fábrica de Bienes Inmateriales”. Por qué elautor decidió quitar su nombre de la tapa y cuáles son los proyectos que vienen.

Moyano heredó de su padre un libro escrito por Julius Fucik. Esa vidatrágica le pareció digna de ser actuada.

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(Continuación de página 1)

-Ojalá... hubo un debate en elnúmero 4, que fue sobre la nuevapoesía argentina y que se dio apartir de algo que apareció en otrarevista. Se debatía sobre las nue-vas formas de realismo plano, quese estaban dando en la generacióndel ‘90. Ese debate no tuvo prose-cución más allá del mail, lo quepasa es que los debates en la Ar-gentina son todos debates consordina, debates apagados, me re-fiero a los debates culturales. Porlo general tienen muy poca chis-pa, son una especie de fogoneo yse acabó, no hay un incendio, unincendio voraz que vaya a cam-biar el aspecto del bosque. Es estode no hacer muchas olas y de noenojar a mucha gente.

-¿Dónde reside el prestigio deLa Pecera?

-El prestigio no se funda sólopor los colaboradores o por la gen-te que escribe sino, que a vecesson grandes desconocidos que es-criben cosas que son importantespara leer. El prestigio no lo dan losque escriben porque tienen ungran nombre, sino los lectoresque compran una revista y quehacen que se financie esa revista,porque el primer número de LaPecera lo financió Ricardo Mar-tin, pero después empezó a autofi-nanciarse, no digo que podamossaldar la deuda con Ricardo, por-que con él hay una deuda moral yesas son impagables. La revista sevendió afuera del país, en España,en la comunidad de hispanoha-blantes de Francia y con esa plata,

gracias a las diferencias moneta-rias, pudimos en gran medida fi-nanciar algunos números más. Pe-ro más que una financiación lo

más importante de todo era quenos estaban leyendo. “¡Epa!”, diji-mos, acá hay gente que nos está le-yendo. En Buenos Aires era más di-fícil de controlar, las revistas sedejaban en las librerías pero comono teníamos un distribuidor real-mente oficial para controlar nonos pagaban, pero las revistas noaparecían, ni siquiera en las mesasde ofertas. Eso significaba que loslibreros no se las sacaban de enci-ma.

En la web, diferente

Mientras se define la nueva carade La Pecera -y sí se llamará así-,los lectores tienen la chance de in-ternet. La pueden encontrar enun sitio web, en un blog y hasta enfacebook. “La revista tuvo que op-tar por otras formas que acompa-ñaran las salidas gráficas, aparte laaparición de la revista se fue espa-ciando: primero salía como míni-mo dos números por año, despuésempezó a espaciarase y última-mente sale un número. En inter-net hemos hecho una especie demultimedios virtual que acompa-ñan casi 2.000 usuarios o fans yque tiene un link directo a archi-vos viejos de la revista y a noveda-des”, cuenta.

Aunque prefiere no fustigar a lacultura ciber, Picardo sabe que lascondiciones de lectura en la webno son las mismas que las del

mundo real, dondeel libro de papel descansa entre lasmanos. “Hay que tener en cuentaque la naturalidad de lo ciber es larapidez, lo vertiginoso, la superfi-cialidad, por lo tanto no puedehaber un debate de profundidad,por lo menos por ahora, no sé si seinventarán otras cosas”.

-¿Cómo impactó internet enlas revistas culturales? -Al principio, la revista tuvo for-

ma de libro y posiblemente siga te-niendo ese formato. Eso se debía ala posibilidad de una lectura másdetenida y más profunda. La escri-tura de estos artículos se hacía des-de ese preconcepto, en el que unocomo escritor podía explayarse.Pero eso, hay que reconocer, hacambiado. Ha cambiado el hábitode lectura, el lector de hoy es unlector mixto, es un lector que enpantalla va a leer pero va a leer sal-teado, lo que le interesa y no termi-na de leerlo. Lee quince o veinti-cinco renglones y deja para des-pués los restantes renglones ,mientras tanto va visitando otrositio o tiene abiertos otras venta-nas, o en el messanger lo llamarony empieza a chatear en ese momen-to. Es decir que tiene una atencióndispersa, no está concentrado, nopodemos meterle un artículo deveinte páginas en un sitio web, sípodés agregar un PDF para que lobaje. Eso es lo que estamos hacien-do, hoy se pueden descargar algu-nos números completos de la re-vista, en forma gratuita. La idea esponer hasta el número catorce,que es el último. Vemos con mu-cha sorprensa que gente que des-conocíamos lea la revista y vemoscon mucha más sorpresa que hayagente que se pone como fan de larevista. Vemos que La Pecera se es-tá moviendo: hay respuestas queantes no se veían.

4 C U L T U R A Domingo 11•07•2010 C U L T U R A 5

4 ¿Cuál es el mejor diálogo que recuerda en-tre dos personajes de ficción?

El diálogo entre Endimión y el extranjero titulado “Lafiera”, de los Diálogos con Leucó de Cesare Pavese, en-tre muchos otros diálogos de ese extraordinario libro. 5Si le permitieran ingresar en una ficción y ayudar a

un personaje, ¿cuál sería y qué haría?La verdad es que nunca se me ha ocurrido especular con esa

posibilidad al leer un libro. Acepto la fatalidad que gobiernatoda narración como uno de sus ingredientes más valiosos.

Las 8 preguntas para Ricardo H. Herrera Las 8 preguntas para Ricardo H. Herrera

(fotografía de autor)

POR ANA LÍA LARROUDÉ

¿Por qué?Porque siempre quise Ser.Porque me gusta crear.Porque me gusta transmitir.Porque no puedo dejar de hacerlo.Porque así mantengo la ilusión de

que se puede elegir.Porque elijo.Porque sigo creyendo en la posibi-

lidad de trasfundirme con el medio,en una cascada de colores nuevos.

Para no callar.Para gritar silenciosamente en ca-

da imagen.Por eso.Para vivir. Creo.¿Para qué? Para Ser.

Para expresar. Para transmitir.Para sentir .Para jugar con la luz y que ella jue-

gue conmigo.Para perderme en la penumbra del

jardín.Para descubrir las extrañas formas

de las formas.Para dar testimonio del vacío, de la

nada, llena de luz.Para redescubrir amaneceres y

atardeceres y dar testimonio de ello.Para disfrutar del silencio y de la

música de los volúmenes.Para crear resaltando luces y es-

condiendo sombras.Para cambiar los colores y poder

compartir los nuevos.Para compartir un Mundo nuevo.El mío.

Las extrañas formas de las formasProfesora de Letras recién retirada, Ana Lía Larroudé llegó a

la fotografía hace dos años. Desde entonces, trabaja sobre lamujer. Mientras elabora un ensayo fotográfico sobre estetema, muestra en esta sección un fragmento de su obra. Se

trata de la serie “Mujer alada”. “La mujer es un ser dinámico,al que le pasan cosas a un nivel interno, trato de captar esas

sensaciones por medio de mis imágenes”, comenta y, enlenguaje poético, explica por qué y para qué saca fotos.

“La Pecera”, la revista...Organizado por el Colegio Nacional Arturo Illia y

dirigido a los alumnos de las escuelas secundarias de laciudad, se realizó el concurso literario Cartas por elBicentenario, en adhesión a los doscientos años de laRevolución de Mayo. Las alumnas Juana Fortezzini(Colegio Alfred Nobel), Marina Bustos (Illia) y RocíoSobral (Santísima Trinidad) se quedaron con elprimero, segundo y tercer premio respectivamente en

la categoría “A”. Al tiempo que Valentino Cappelloni (Colegio Alfred Nobel),

Rosario Hollmann (colegio Alfred Nobel) y RosarioElena (Santísima Trinidad) ganaron en la categoría“B”.

LA CAPITAL reproduce las cartas de Fortezzini y deCapelloni, que están dirigidas a Baltasar Hidalgo deCisneros y a Mariano Moreno.

Nos salvará el amor18 de Abril, 2010 A Baltasar Hidalgo de Cisneros:

POR VALENTINO CAPPELLONI

Ésta es la misiva de un vencido aotro vencido. Virrey depuesto. Espinaagrietada del Río de la Plata. Insignifi-cante, efímera raíz de la Corona. Nopocas son las delicias de mi tiempo, yaún así mayor es la desidia ¿Cómo ex-plicar, cómo relatarle nuestro peque-ño caos? A veces recorro costas esta-lladas como las mismas que supo us-ted sufrir en Trafalgar, a veces siento elfuego crepitar como usted lo habrásentido a su alrededor, sólo que éste esun fuego etéreo. Verá, nuestro fuegoes el más fino ardid, la jaula que mejornos creamos, nuestro fuego es la ver-satilidad de la lengua empleada en lamalicia, el engaño y la mentira; mien-tras que el suyo fue un fuego necesa-rio, revolucionario, una chispa quedemostrara la existencia de la libertad¿No se da cuenta? Nuestro fuego secomió al suyo, hemos devorado anuestros padres. Y es que pecamos deun canibalismo patriótico, nos engu-llimos nuestra Historia, la guardamospulcramente en un estante, con cui-dado de que jamás se estropee o ensu-cie.

¿Ahora entiende Hidalgo? El fuegoque usted padeció jamás fue nuestro.Esa llama del alma que luego fue in-cendio jamás pudo habernos pertene-cido porque claramente, en algúnpunto, erramos el camino. Yo le pre-sento entonces, a mi Argentina escin-dida: de norte a sur, personas unidassólo por una escarapela del mismo co-lor; la completa deformación de loque nuestros próceres imaginaron.Tal vez sea, Hidalgo, el triunfo de susdeseos. Usted, almirante bendecidocon la gracia de los reyes, ¿qué habrásentido ante la rebelión, ante la impo-

sición de un nuevo orden tan ajeno?Usted, un español de Cartagena, unsutil traidor a su suelo. Pero la historiala escriben los traidores, créame, enunos años verá que a veces para mejor.Mientras tanto puede usted repanti-garse a contemplar una enfermedadque aún es padecida en mi tiempo: hé-roes peleándose como monos paraimponer su verdad. Sólo que ahora yano hay héroes. Puede ser fiel a mis pa-labras, a veces me cuesta creer que loshombres que lo sacaron tan diplomá-ticamente sean nuestros fundadores:en mi tiempo se presentan como figu-ras irreales, próceres de un tiempo pro-meteico, seres imposibles. Debe serpor eso que se los pinta así y se los colo-ca en un pedestal, es una forma hábilde alejarlos, de plantearlos como algointocable, inalcanzable, cuando susideales deberían ser los de cualquierhombre común.

Déjeme decirle entonces que nosrendimos ante un sistema que no fun-ciona. Es irónico, el mismo orden im-puesto al sacarlo a usted, el orden quenos dio nacimiento, no nos sirve. Lademocracia se ha vuelto una propues-ta utópica; que represente a la mayoríano significa que represente a todos, ymenos que sus decisiones sean las co-rrectas. Algunos antiguos creían quela verdadera democracia era la elec-ción a la suerte, ya que se garantizabala igualdad de condiciones; donde ha-bía voto, había aristocracia. Nuestrosistema lamentablemente se da vueltasolo, la pobre democracia es demasia-do maleable en nuestro territorio, elfraude y la corrupción están -y estuvie-ron siempre- a la orden del día. Supon-go que a veces la política envenena elcuerpo.

Entonces, después de tantos ilus-tres, después de tantos unitarios y fe-derales, después de tanta sangre, tantoodio, tanta libertad, esto es lo que nosqueda, esta es nuestra sociedad: unoxímoron caminante. Pisoteamos alos de abajo porque los de arriba nospisotean más fuerte. Mientras tanto

nuestros elegidos se apean al costado ymueven los hilos porque, soy sinceroBaltasar, aquí no hay más ideales, sólocapital. Una vez un poeta dijo: “losfuncionarios no funcionan” y nadielo escuchó.

Ya ve entonces cómo vendimosnuestra identidad, nuestros ideales,nuestro pasado por intereses propios,por una patria bastarda. Repito, nohay padres aquí, y yo mismo me veoenvuelto en esta cultura transfiguradaque sí es bien nuestra: la cultura deltraidor y los traicionados, de los ven-cedores y los vencidos, del pastor y lasovejas, la cultura de la incultura (¡Estosí que es Argentina!); y más de una vezme vi inundado de fiebre en uno de loslados y a veces formando parte de am-bos. En esto transformamos nuestraherencia: en hablar y no saber escu-char. En asumirnos como falsos indi-viduos, a merced de opresores de tur-no a los cuales les garantizamos la en-trada: una sumisión a un sistema in-cuestionable.

Ya, Hidalgo, puedo imaginarme surespuesta: “Lo más sensato sería to-mar una pistola y acabarse”. Puedoasegurarle que muchos opinaronigual, pero eso es una cobardía, eso estraicionarse. Entonces, ¿qué puedeempujarme a continuar? ¿Es el mie-do?

No, claro que no es el miedo. Yo soyun vencido pero puedo asegurarle,tras este discurso, que aunque seamosnuestras propias víctimas, aunque elegoísmo y la indiferencia nos laven lasmanos, aunque la memoria nos que-pa en la palma y suframos y nos mate-mos, yo puedo asegurarle que hay bra-zos que se vuelven pan, ojos que ha-cen nacer nuevos dioses, pequeñosmomentos, ínfimos estallidos de la vi-da que rasgan la realidad y hacen quenada más importe. Hay efímeras chis-pas dentro de algunas personas comohubo en nuestros padres, sólo que siantes se enarbolaba la Independencia,hoy lo único que nos salvará es elamor.

CONCURSO LITERARIO ORGANIZADO POR EL ILLIA

Las cartas de los chicos a nuestros próceres

Un zumbido en los oídos del poder

Mar del Plata, 18 de mayo de 2010Estimado Mariano Moreno:

POR JUANA FORTEZZINI

Anoche soñé con mariposas ro-jas, blancas y azules. Encontré pája-ros de espejos que me espiaban a lolejos. Descubrí una hidra revolu-cionaria con dos cabezas. Me hundíen la incertidumbre del mar.

Pero los pájaros de la ignoranciatemen a una persona cuyo juicio

puede atravesar la luz e iluminar laVerdad. Más los pájaros de sanainocencia te vislumbran como unpensamiento vivo en todas las car-tas.

Hace 2600 lunas caminabas porlas encadenadas calles del Virreina-to. Hoy, vuelas libre, destruyendocandados de tiempo. 2600 lunaspasaron desde tus hazañas. 2600lunas, algunas de ellas iluminaronflores de libertad, en otras creció elgrito del miedo.

Y todavía sigues siendo un zum-bido en los oídos del poder. Aun re-presentas la justicia para los traba-jadores. Aun representas la igual-dad de un pueblo. Pero tu final fueinconcluso, injusto. Solo por darle

justicia a la blanca arena, y quitar-les privilegios a los finos reflejos.

Todavía tus ojos son la llave, elbrillo de las lunas que pasaron. Por-que la incertidumbre no es sinóni-mo de silencio.

No puedo esperar tu respuesta.Pero siento el mudo gemido del si-lencio. Te escucho. “Si los pueblosno se ilustran, si no se divulgan susderechos, si cada hombre no cono-ce lo que puede, vale, debe, nuevasilusiones sucederán a las antiguas yserá tal vez nuestra suerte cambiarde tiranos sin destruir la tiranía.”

Espero que puedas escucharme.

Cronopia

Saramago, lucidez, imaginacióny conciencia

POR JORGE

BOCCANERA

Rescato paraJosé Saramago estas palabrasque lo definen: lucidez, imagi-nación y conciencia.

Lo conocí en 1984 -a 14 añosdel Nobel- y me pareció un por-teño ceñido por el pocillo decafé, el hablar pausado, el ciga-rro y un pensamiento en la mi-rada. Fue durante un Forum deliteratura cubana en La Haba-na; a partir de allí se dio unaamistad que se continuó porteléfono y cartas.

Era un hombre sencillo y ge-neroso, y siempre alentó mipoesía. Yo le mandaba cosasque iba escribiendo y él respon-día con juicios críticos, de mo-do que cuando terminé mi li-bro “Bestias en un hotel de pa-so” a inicios del 2000, me man-dó un prólogo para ese libro. Esun orgullo.

Releo ese texto y reparo aho-ra de que en un pasaje asoma susentido de solidaridad; escuando dice que en lo escrito:“No hay espacios vacíos” por-que “cada palabra extiende lamano hacia la siguiente, la to-ma con firmeza”, para duplicarla intensidad.

Como hombre solidario lla-maba a recuperar la idea de que“hay que aprender a vivir jun-tos”, tanto como a optimizar laenseñanza para “formar perso-nas”.

Releo algunas de las esquelasque me envió donde dice la-mentar una escritura light y aveces peor, sin nada adentro;buscaba una literatura que lebrindase una “emoción viva”.

Como humanista llamaba adebatir el concepto de demo-cracia y a revertir un tiempo decrisis en las ideas.

Estaba siempre preocupadopor un mundo gobernado poruna potencia; contra eso lla-maba a reinventar el espíritudemocrático.

Entre sus muchas denuncias,responsabilizó a Estados Uni-dos por los golpes de Estado ylas dictaduras latinoamerica-nas de los ‘70.

En su libro “Ensayo sobre laceguera” traza una alegoría so-bre la poca comprensión de larealidad que nos toca vivir. Veel mundo como un campo deconcentración y lamenta queseamos ciegos de la posibilidadde comprender, de la razón ca-da vez más acotada por la bana-lidad y el autoritarismo.

Lo considero un maestro, un

José Saramago.

Page 5: 11julio

6 C U L T U R A Domingo 11•07•2010

Rebelión enTortoni, de Pablo Bernasconi,Buenos Aires:Sudamericana, 2009.

POR MARIA JOSE TROGLIA Integrante de la ONG Jitanjáfora

Este libro cuenta con di-bujos y palabras -mu-chos dibujos, muchas

palabras de colores y de lasotras- cómo un hombre co-mún, un esclavo de la rutinay de las preocupaciones, untipo solo, con una vida incon-sistente, un perdedor… su-fre un extraño fenómeno: sele abre una válvula de esca-pe en la cabeza y sus pensa-mientos, todos sus pensa-mientos amargados, aburri-dos, preocupados, tristes,patéticos y agresivos, tomanforma en el aire; las palabras(porque los pensamientos sehacen con palabras) se mate-rializan y la gente puede leerlo que Tortoni piensa. Unaverdadera rebelión. Lo quepuede parecer dramático (yal principio lo es) tambiénabre la posibilidad de quepor ese agujerito se vaya es-capando lo malo, lo negativoy se abra un lugar para la ri-sa y la emoción. Cuando sedespeja su cabeza de todosesos pensamientos opresi-vos, el personaje puede sacara la superficie la magia de losrecuerdos de la infancia, re-cuperar tantas sensacionesfelices: olores, sabores, colo-res, temperaturas, los ros-tros del afecto, la abuela, elhermanito, el gato… quetambién se materializan enel aire. Este es un libro llenode optimismo, que invita adistanciarse de la queja y laamargura para dejarle un

poco de lugar a aquello queen todos está escondido en elfondo del recuerdo: como elviejo Citroën amarillo en elque anda Tortoni, o como elviejo café que le presta elnombre, repleto de historiaspara contar. Bernasconipensó en un libro con muchafuerza narrat iva y quemuestra el enorme poder delas imágenes. Y el libro sematerializó.

En agosto, las jornadas

Jitanjáfora organizó paralos días 20 y 21 de agosto lasX Jornadas La literatura y laescuela, destinadas a docen-tes y directivos de Educacióninicial, primaria y secunda-ria y alumnos de los profeso-rados correspondientes, bi-bliotecarios y público en ge-neral. Se realizarán confe-rencias, talleres, encuentroscon autores, presentacionesde libros, mesas de experien-cias, feria del libro infantil yjuvenil, actividades para ni-ños y espectáculos. Como to-dos los años, se realizarán enlas instalaciones de la E.E.T.N°3 (14 de Julio y Gascón).

Como invitados especiales,llegarán las escritoras MaríaTeresa Andruetto, Iris Rivera,Lilia Lardone, la ilustradoraMaría Wernicke y la especia-lista en literatura infantil Li-dia Blanco, entre otros■

Grandes libros,

pequeños lectoresAutorretrato de

Norman RockwellPOR EDUARDO [email protected]

Siempre me fascinó el autorretrato de Nor-man Rockwell (1894-1978), el gran pintor eilustrador de The Saturday Evening Post,

con esa, su mirada hecha de gracia y precisión, ca-paz de focalizar al mismo tiempo en una idea y unahistoria. Es la propia claridad lo que guía a esa mi-rada; la que al mismo tiempo aísla y vincula a suobjeto. Lo aísla como objeto y lo vincula a una histo-ria que cada uno debe descubrir.

Su famoso autorretrato (1960) es el acto de plas-marse a sí mismo en un acto creador. Es incisivo noel acto creador, sino el de plasmarse a sí mismo des-de todos los planos posibles: desde sus maestrosinspiradores, como Durero, al oficio vivido como siel dibujante fuera un legionario o un soldado. Cap-ta una imagen idealizada de sí mismo, al tiempoque la desinviste de todo ideal para mostrarla, enel espejo, como en realidad se vive al momento dedibujar: fatigado pero listo para reflejar ese ideal,

inspirado en la realidad, pero más fuerte que ella.Puesto en el contexto de sus ilustraciones, el au-

torretrato borra esas marcas hiperrealistas paraconvertirse en una especie de canto a un tiempoanhelado, soñado y perdido. Hay en él una histo-ria: la del modo en que se sueña, se vive y la del mo-do en que es. Esta última imagen, la del espejo, esíntima, como si la hubiera dibujado un desdobla-miento de él y no él. Un pintor desdoblado que noscuenta la verdad y no lo que queremos ver o lo quela otra parte nos quiere mostrar.

Norman Rockwell, es su precisión, su agudeza,

pero es algo más: la idea de que la vida es el acto decaptar un “momento eterno” y hacerlo profundo enesa eternidad y decirnos con eso que todo es pro-fundo si sabemos verlo.

Es ese instante sustraído al transcurso y fijadopara siempre, investido de una mágica inmovili-dad móvil. Y en esa cualidad milagrosa, por sobreesa transparencia de su mirada, nos muestra queesa mirada, pese a lo que refleje, siempre terminasiendo feliz.

Comienza la Feria del Libro Infantil y JuvenilLa vigésima edición de la Feria del Li-

bro Infantil y Juvenil, un clásico en-cuentro para las vacaciones de invier-no, se desarrollará desde mañana has-ta el 31 en la ciudad de Buenos Aires, enel Centro Cultural. Bajo el lema “En-cantados de leer”, buscará capturar laatención de los adolescentes. “Este añoes especial, cumplimos 20 años de esteencuentro del libro con los lectores máspequeños, que nació luego de observarel éxito que tuvo el sector infantil en laFeria del Libro tradicional”, subrayó laorganizadora Marta Díaz, directora dela Fundación El Libro.

Durante el encuentro -que durarátres semanas- se ofrecerán narracionesde cuentos, espectáculos, títeres, músi-ca, magia, y otras posibilidades deaprendizaje y entretenimiento a través

de una gran variedad de talleres orien-tados a diferentes edades e intereses:dibujo, pintura, modelado, ciencias,ilustración, historietas, teatro, lecturay narración”.

“Como todos los años -puntualizaDíaz- la primera semana está destina-da a las visitas escolares, que este añoya contabilizan 30.000 inscriptos. Enese período, alumnos y docentes podráningresar sin cargo, pero deberán solici-tar previamente la visita, completandoun formulario disponible en Internet:en www.el-libro.org.ar”.

Además de las actividades infantiles,habrá otras para docentes, profesiona-les, un festival dedicado a las historietasy se entregará el Premio Pregonero apersonas que se han destacado en algu-na disciplina dirigida al campo infantil.

Nuevas autoridades en la SADE

La Sociedad Argentina de Escritores seccional Mar del Pla-ta eligió recientemente a sus nuevas autoridades, que enca-beza el médico y escritor Darwin Manuel como presidente. Aél le siguen Stella Alvarado en la vicepresidencia, RafaelGranillo Posse como secretario general, Esmeralda Müllercomo secretaria de actas, Ana María Ordóñez como secreta-ria gremial, Daniela Riccioni como tesorera; Persio Ferrarien la protesorería. Los vocales titulares son Juan Manuel Ta-sada, Ana María Martorella, Marta Vega, y los vocales su-plentes Susana Ramírez y Marta Susana García, entre otros.

Las nuevas autoridades asumirán sus cargos mañana lu-nes, a partir de las 18, en un acto que se realizará el Club Ge-neral Pueyrredón (Hipólito Yrigoyen 1569).

Las 8 preguntas para Ricardo H. Herrera

6 ¿Recuerda haber robado un libro algunavez? ¿Cuál o cuáles?

Sí. Il deserto e dopo de Ungaretti.

Page 6: 11julio

En “El arte de la resurrección”, novela ganadora delpremio Alfaguara 2010, Hernán Rivera Letelier mol-deó un Cristo a imagen y semejanza de como le hubie-ra gustado encontrarlo en los Evangelios, “con máshumor, los errores más a flor de piel y sin el voto de cas-tidad”.

“Esta novela la tenía que escribir, estaba como pos-tergándola, pero este Cristo me venía persiguiendodesde niño”, un personaje real que entre los años 30 y40 recorrió el desierto chileno predicando su palabra,ya que él mismo se creía el hijo de Dios.

De visita en Argentina con motivo del lanzamientode su premiada obra, Rivera Letelier cuenta que Do-mingo Zárate Vega, el protagonista, venía infiltrándo-se en sus libros desde el principio.

“‘La reina Isabel cantaba rancheras’, el primero, esuna novela de putas en donde no tenía por dónde co-larse un Cristo y cuando se me metió por tercera vez enmi novena obra dije bueno, ya es hora de que escriba suhistoria”, desliza como resignado.

“Como tenía en mis genes el lenguaje y el tono quese necesitaban para contar la historia de este profeta -secrió en una familia evangélica donde su padre era unpredicador de la calle y leyendo la Biblia- eso estaba”,concede.

La novela comienza con un documento real a modode prólogo, una carta que el obispo de La Serena, mon-señor José María Caro, envió a los fieles en febrero de1931 advirtiendo su “amargura” porque “se ha presen-tado (..) un pobre iluso de los que hay muchos en el ma-nicomio” al que “han acogido como el hijo de Dios”.

“Fue cosa de empezar a escribir y ficcionar algunaspartes que no se sabían de él, como su infancia -afirma-. Todo el libro es una mezcla de ficción y crónica levan-

tada de diarios y otros pocos documentos”. Pero su Cristo “tenía que ser castizo y entonces tenía

que guiarse por ese versículo bíblico que dice ‘id y mul-tiplicaos sobre la faz de la tierra’ -ríe divertido- Y a la vezse las trae porque despotrica contra la explotación, losinventos modernos que están cubriéndole el alma a loscristianos, en fin...”.

“Lo que yo quiero es transformar en mágica una es-cena común y corriente a través de la palabra. Lo quehago es un realismo poético, contar una historia perocontarla bien, con el espíritu de la poesía”, sostiene esteex minero de los salitrales de Atacama, el desierto másárido del mundo.

“La literatura es mi tabla de salvación, yo era un náu-frago en ese desierto y cuando la encontré a los 18 añosme agarré de ella y no la solté más”, dijo.

Domingo 11•07•2010 C U L T U R A 7

Los libros más vendidos de la semanaFICCION

1 “EL ASEDIO” Arturo Pérez Reverte. Alfaguara.2 ”CAÍN”. José Saramago. Aguilar. 3 ”SANGRE DERRAMADA” Asa Larsson. Seix Barral

NO FICCION

1 ”EL ESCARMIENTO” Juan Bautista Yofre. Sudamericana2”PERONISMO” José Pablo Feinman. Planeta3”EL SECRETO” Rhonda Byrne. Editorial Urano

Recomendados:

1”SI ME QUERÉS QUEREME TRANSA” Cristian Alarcón. Grupo Editorial Norma2 ”LA MAESTRA DE LA LAGUNA” Gloria Casañas. Random House Mondadori3 “QUIÉN MATÓ A MOLLY BLOM” Ana María Sandoval. El 8vo. loco ediciones

Fuente: Cámara de Libreros del Sudestede la provincia de Buenos Aires.

“Los forenses alzaron la sábana

blanca, que cubría el cuerpo de lamujer y salieron a de la morgue, se-renos y asépticos, dejando el cadá-ver a cargo de la funeraria. Afueralos esperaban cinco o seis reporte-

ros, ávidos de los pormenores paracondimentar la noticia con el mor-bo indispensable. Respondiendobrevemente, describiendo sus ha-llazgos en términos técnicos”.

Recomendados:

■ Lecturas Semana del 4 al 10 de julio de 2010Fuente: Cámara de Libreros del Sudeste de la provincia de Buenos Aires.■■■■ El anaquel de los usados

Recorriendo los anaqueles de El Atril (Diagonal Pueyrredon y Rivadavia/SantaFe 1600) resurge un éxito de ventas y una perlita increíblemente difícil de encon-trar: la primera novela de la saga de los Dollanganger, Flores en el ático, de la escrito-ra estadounidense Cleo Victoria Andrews, más conocida como V.C. Andrews.

Escaleras arriba hay cuatro secretos escondidos. Son unos pocos secretos peque-ños, rubios, hermosos, que luchan por sobrevivir. Este best seller es un impresio-nante exponente de terror, traición y salvación mediante el amor.

Los cuatro hijos de los Dollanganger llevaban una vida perfecta: tenían una her-mosa madre, un padre que los adoraba y un hogar acogedor. Pero el padre murióen un accidente automovilístico y la madre quedo cargada de deudas y sin capaci-dad para ganar el sustento de su familia. Y entonces empezó a escribir cartas a suspadres, millonarios, de quienes los niños nunca habían oído hablar entonces. Lamadre les explicará cosas de sus ricos abuelos y de cómo Christ, Cathy y los geme-los vivirán como príncipes en la maravillosa mansión de sus abuelos en Virginia.Los niños estaban encantados ante la perspectiva de su nueva vida, hasta que des-cubrieron algunas cosas que su madre no les había explicado. No les había dichoque su abuela los consideraba “criaturas del diablo”, que nunca deberían habernacido. No les había revelado que tendrían que permanecer encerrados en una zo-na abandonada de la casa y que solo podrían disponer del desván o el ático -oscuroy mal iluminado- para jugar. Pero su madre les prometió que esa situación duraríasolo unos días… Sin embargo, los días se convirtieron en meses, y los meses, enaños. Entornes se aferraron a su amor como una fuerza que era casi mas poderosaque la muerte. Flores en el ático, de Plaza y Janés, tapas duras, editado en 1981 tie-ne un valor de 78 pesos.

Mercado de pulgasEl puesto de libros del Mercado de Pulgas (20 de Septiembre y Luro) está a cargo

de Mario y siempre oculta sorpresas. En 1963 la Editorial Losada publicó, de Ernesto Sábato, “Tango, discusión y cla-

ve”, un trabajo del escritor apocalíptico que versa sobre el objeto cultural más im-portante de la Argentina. Esa primera edición desapareció y no puedo ser halladoun solo ejemplar, hasta que Losada en 1997 lo reeditó. Sin embargo, en el puestode libros del Mercado de Pulgas hay una prmera edición, en excelente estado, por50 pesos. “Pampero” es el primer globo que se voló en Argentina y a su mando es-tuvo Jorge Newbery. Y “Pampero” también es el premio que en 1988 se le diO al li-bro “Jorge Newbery y el legado de su geniO luminoso”, por la obra monumentalde Roberto Castelli y Vicente Bonvisutto. Editado por el Círculo de Suboficiales delas Fuerzas Armadas, este libro es una reliquia. Su precio es de 70 pesos.

Las 8 preguntas para Ricardo H. Herrera

7 Un extraño hongo se esparce por su biblio-teca y consume de manera irrefrenable loslibros. Solo dispone de unos segundos para

actuar y salvar a tres de ellos. Lo que usted hacepara ganar tiempo es arrojar a la voracidad delhongo a otros tres libros. ¿Cuáles serían los sa-crificados y cuáles los salvados?

-Maldito hongo, es casi lo peor que me podía haberpasado. Veamos. Salvaría Los desnudos y los muertos,

de Norman Mailer, casi una tragedia clásica e incom-parable sobre la más trágica locura humana, la guerray lo que hace a las personas. Salvaría Cuentos y rela-tos, de John Cheever (para leerlos, releerlos y emocio-narme hasta el fin de mis días) y La tía Julia y el escri-bidor, de Mario Vargas Llosa, para disfrutar una y otravez de su desopilante final y olvidar por momentos eldolor por la biblioteca perdida. Con gusto arrojaría alas fauces del hongo al insoportable y lamentoso El úl-

timo encuentro, de Sandor Márai, El otoño del patriar-ca, de Gabriel García Márquez, el más grande lobbistade la literatura latinoamericana, y La crónica del pá-jaro que da cuerda al mundo, del sobrevalorado Haru-ki Murakami (que además es un libro gordo y mien-tras se consume hasta me daría tiempo, quizás, parasalvar a El extranjero de Camus, o Todo Marlowe, untomo reciente que reúne todas las novelas de Ray-mond Chandler).

Fragmento de “Quién mató a Molly Blom”, de Ana María Sandoval

“El arte de la resurrección”, donde habita un Cristo con humor y errores

POR LEO HUEBE

Estas no son reseñas de libros, si-no recuerdos de lecturas. Han sidoescritos en mesas de bares, sin unsoporte electrónico enfrente niuna biblioteca cercana. Cualquiercomentario, corrección o suge-rencia serán bien considerados [email protected].

En la década del cincuenta, enalgún lugar de Nueva Zelanda,Pauline Parker y Juliet Hulme, doschicas de quince años, asesinarona la madre de la señorita Parker aladrillazos.

Las adolescentes cumplieron sucondena y, por lo que sé, jamásvolvieron a verse. De la angelicalPauline yo no supe nada más. DeJuliet, he leído casi toda su obra li-teraria. Escritora de policiales, he-redera de Chesterton y ConanDoyle, sus ficciones ambientadasen la época victoriana inglesa sonperfectas piezas del género.

Y si con los indicios “policial”,“época victoriana” y “perfectaspiezas del género”, no lograron re-solver el enigma, lean, por favor,lo que deberían haber leído alprincipio: el título; así van a saberquien es Juliet Hulme.

Anne Perry ha escrito más de

cincuenta novelas, pero lo imper-dible de su producción son las sa-gas protagonizadas por el inspec-tor Thomas Pitt y su esposa Char-lotte, que comienza en 1979 con“Los crímenes de Cater Street” y,mi favorita, la que tiene como per-sonaje principal al amnésico ins-pector William Monk y a su esposaHester, cuyo primer libro es “Elrostro de un extraño”, de 1990.

Perry escribe así:“La taberna del barrio resultó ser

un sitio agradable y ruidoso don-de les sirvieron con impecable cor-tesía una cerveza y un bocadillo,aunque los observaron con des-confianza por el hecho de ser des-conocidos y, a juzgar por su indu-mentaria, policías. (Monk y Evan)No se abstuvieron de hacer algúncomentario capcioso, pero quedómuy claro que Grey no frecuenta-ba la casa y que en ella no le teníanuna especial simpatía, sólo sen-tían ese interés general por lo ma-cabro que despierta siempre el ase-sinato”.

Sí, como dice la cita, les interesamás lo macabro del principio quela literatura del final, les aviso queesa historia es la que inspiró la pelí-cula “Criaturas celestiales”, de Pe-ter Jackson.

Recuerdo de lecturasHoy: Anne Perry

Page 7: 11julio

8 C U L T U R A Domingo 11•07•2010

Las 8 preguntas para Ricardo H. Herrera

8 Se le concede la extraordinaria excepción de ha-cerle una única pregunta a uno de sus tantos escri-tores predilectos. ¿Qué le preguntaría?

Conozco demasiado a mis escritores predilectos; me avergon-zaría fastidiarlos con una pregunta más; de modo que me abs-tendría de hacer uso de esa “extraordinaria excepción”. Me gus-taría, por cierto, ser el depositario de alguna confidencia espon-

tánea de parte de ellos, percibir como sus voces divagan entre susobsesiones, pero estas cosas exigen ocasiones más distendidasque las que posibilita un interrogatorio fulminante y trascen-dental.

Veneración.10POR LUCIANO W. FRANCO

Allí estaba Lucrecia, embutidas sus rodillas en el piso detierra de su casa, con la mirada también clavada, pero en lapequeña figura de yeso, y a la espera de un milagro. Si hubie-ra querido inmiscuirme y tener una mirada humana, podríadescribir un santuario sin ofrendas que hicieran confiar enuna retribución generosa de la Virgen. Porque sí, esa imagenera la de una virgen, más allá de cualquier especulación so-bre la ordinariez de la pintura y los rasgos del rostro termina-dos con desgano. Esa era la mismísima Virgen.

Lucrecia encendió el resto de una vela blanca y volvió apedir lo que tanto necesitaba: trabajo. Los dos pequeños ni-ños acababan de dormirse y en la casilla pasó a escucharsetan sólo el ruego humedecido de la mujer. Algunos mesesatrás había asistido a la parroquia con la estampita y la espi-ga, segura en su pasión de que San Cayetano la ayudaría.Ahora, igual que aquella tarde, imploraba por un poco dealivio en su vida. Si pude colocar los billetes en el bolsillo deun saco viejo, puedo colocar también en el camino de Lucre-cia un trabajo. Aunque para eso están mis soldados, mi ejér-cito de suboficiales. Porque las vírgenes, y los santos y lassantas, serían algo así como los peones de ese maravillosojuego del ajedrez. Es una buena analogía. Son los que se en-cargan de las tareas cotidianas y me liberan –nos liberan- dela inapropiada exposición de andar interviniendo por cues-tiones de momento. Con las pocas armas que tienen, mecuidan las espaldas del ataque del peor de los enemigos: laduda.

En ellos –en los santos, en las vírgenes- encuentran ampa-ro y buenaventura los trabajadores, los enfermos, los camio-neros, los pescadores, las meretrices, los estudiantes, los la-drones, los jornaleros y los que, como Lucrecia, no tienentrabajo. Y en verdad, es a quienes deben pedirles. Con miatributo de estar aquí y allá, ahora y siempre, tengo en mismanos la posibilidad de decidir, pero ya resulta una reitera-ción de mostrenco indicar que no puedo intervenir a cadainstante. Por más misericordia y piedad que me exijan.

La llama fue consumiendo la vela como la realidad consu-mía las fuerzas de Lucrecia, pero no su esperanza. Al día si-guiente atizó el espíritu mañanero de los niños para luegopaliar el hambre con lo poco que quedaba sobre la mesa.Después de eso, Lucrecia los llevó hasta la escuela y cuandoregresó al barrio algo hizo que se cruzara con Nancy Garri-do, la mujer del herrero.

-Lucrecia, ¿seguís sin trabajo? –preguntó.-Sí, ya no sé qué hacer.-Pedile al santito azul –sugirió.-Le pido a la Virgen, pero no hay manera.Eso fue suficiente para mí. La simultaneidad de reclamos,

ruegos, pedidos, exigencias, enojos y hasta imprecacionesno me neutralizan. Yo soy yo y puedo escuchar todo al mis-mo tiempo porque no soy hombre, aunque muchas vecesme quieran adjudicar conductas humanas. En el mismo se-gundo, más de quinientos millones de personas me pidie-ron algo, a mí o a mis soldados. De un modo que no conce-deré el gusto de explicar, ordené ciertas aceptaciones y laVirgen adorada y venerada por Lucrecia entendió lo que te-nía que hacer. En otros casos, la solución estaba al alcance delos solicitantes y, confundidos de alegría, atribuyeron losmilagros a mis soldados. Incluso a mí. Ante la improbableocasión de constatar mi existencia para divulgarla, jueganmejor su rol estos solicitantes convencidos que los que real-mente reciben de mí un beneficio. Más valor tiene una con-jetura por millones, que una certeza aislada.

Lucrecia al día siguiente pensó en prostituirse y en una se-mana tenía suficiente dinero para satisfacer a sus dos niños.

-¿Te parece bien lo que estás haciendo? –le reprochó lamujer del herrero al verla nuevamente en el barrio.

-Pedí trabajo a la Virgen y me lo concedió –escuché que ledijo casi sin detenerse, de camino a su casa.

Y fue verdad, lo puedo asegurar.

(Continuará la próxima semana)

POR ALBERTO SALINAS (*)

Escuché el silbido cerca de la esqui-na, bajo el alero de la casa gris, desdela esquina opuesta le respondió uncanto que hablaba de asentimiento.

Me aproximé velozmente y agudi-cé la mirada, divisé a un hombre encada esquina, ambos ocultos detrásde sendos árboles.

Estaban acechando para cazar, lapresa era una bonita jovencita quecaminaba despreocupada al amane-cer. El primero de los hombres le ce-rraría el paso y el segundo le impedi-ría retroceder.

Cuando el primero estaba por salirde su escondite, lo herí en los ojos yquedó arrodillado y sangrante. El se-gundo quiso correr, pero mi compa-ñero le desgarró la garganta limpia-mente. Mientras los cazadores se de-

sangraban, ocultos por los gruesostroncos de los árboles, la jovencita sealejaba, ajena a todo.

Ahora debo irme, ¡ah! pero antes,tal vez, deba decirte que, mi compa-ñero y yo..., somos halcones.

(*) Editor, publicista, escritor yprogramador recientemente fallecido.

Algunos de sus cuentos fueronpublicados en este suplemento cultural.

Ancianidad POR RAÚL ALONSO

A través de los tiemposgrises amarillentosdisimulados en la arruga cruelEsos días iguales simétricosanularon tal vez los sentimientos primarios.El galardón al esfuerzo gris amarillento

disimulado por humildad o timidezEsos pasos estrechos silenciodudan de la vigencia del intento diario¿Quién podrá devolverte, quién ha de hacerloa través de los tiempos impostergables?Te encontrarás perdiendo la batallamientras el sol se esconda por las tardes.

Sin títuloPOR JULIO [email protected]

¿quién el que se despoja de estas muertes rutinarias,el que se escapa de si mismo para intentar ser una realidad,quién es, qué rostro tiene, cómo habla, qué come, qué sueña?

no importa saberlo, la averiguación no existe en estos tiempospreliminarescuando el sol se acuesta a cualquier hora, sin importarle lasoledadde las plazas con niños-poxiram,adolescentes preñadas pidiendo limosnapara el alma del futuro hijo; putas y travestis en la zona rojadonde todo sangra angustia y miserable plata ¿y después de todoqué?

un hombre muere en cualquier parte por amoro por desgracia del puto destinoy nadie lo llora, es solo un hombre en su auténtica soledad dehombrey después vendrá el diluvio de flores, el olor a descomposturade los zaguanes velatoriosy un perro negro de noche clara vestido de lunano dirá nada de la ausencia escondida en el misterio del existir,ni siquiera ladrarápara que dios lo escucheen sus sueños endemoniados por fornicar con el planeta tierra

ya no estoy en él, no soy nada en la nada,adivinen en el aire todo eso de mi que nunca nadie podrá tocar...buenas noches con voz de universo,es un padre ciego que busca a sus hijos en el laberintode la enloquecida desesperación,es un padre aeropuerto sin escalas,un cielo inconmensurables que se derrite en un marde nubes grises de triste continuar...

Oye una sinfonía

POR STELLA ALVARADOwww.stella-alvarado.blogspot.comde la organización

Oye una sinfonía para violín y oboevolverás a amarte cuando escuchestrombones y timbalescon su añil claridad.

Sal de las aguasentre la nochecontémplate en el espejoque te refleja con su añil claridad.

Quédate en el tercer planetatan sólo conocidopor tener unos seres bellísi-mosque emiten dulces sonidos desde esa unión entre el cuerpo y los ensueñoscon melodía ingenuaque se lleva a los labioso acaricia las manos.

Arte purísimollamado músicaarte purísimollamado poesíano te apaguesnoen la añil claridad.

Cazadores urbanos