1° informe

12
Facultad de Psicología Universidad de Buenos Aires 1º Informe: ¿Qué lugar tienen el sujeto y el objeto en el esquema de las pasiones para R.Descartes y para D.Hume? Seleccione una pasión en cada autor y compárelas. ¿Cuáles son los consejos o remedios brindados por los autores? Materia: Historia de la Psicología Cátedra: II Profesora titular: Dra. Lucía Rossi Comisión: 50 Profesora: Verónica Fernández Alumna: Magdalena Zucal DNI: 36.159.638 1

Upload: memizucal

Post on 04-Jan-2016

2 views

Category:

Documents


2 download

DESCRIPTION

Primer informe historia de la psicología rossi 1

TRANSCRIPT

Page 1: 1° INFORME

Facultad de PsicologíaUniversidad de Buenos Aires

1º Informe: ¿Qué lugar tienen el sujeto y el objeto en el esquema de las pasiones para

R.Descartes y para D.Hume? Seleccione una pasión en cada autor y

compárelas. ¿Cuáles son los consejos o remedios brindados por los autores?

Materia: Historia de la Psicología

Cátedra: II

Profesora titular: Dra. Lucía Rossi

Comisión: 50

Profesora: Verónica Fernández

Alumna: Magdalena Zucal

DNI: 36.159.638

2º cuatrimestre 2012

Fecha de entrega: 28/09/2012

1

Page 2: 1° INFORME

Introducción:

En el presente informe se busca dar cuenta de dos conceptos

fundamentales en la filosofía, el sujeto y el objeto, y cómo estos se ubican en

las teorías de dos autores claves para el surgimiento de la ciencia moderna:

René Descartes y David Hume. Específicamente, se desarrollarán estos

conceptos en el esquema de las pasiones para cada autor, historiando a la

manera de Philippe Ariès. Este autor estructuralista planteó que la historia

surge de la comparación entre dos estructuras que corresponden a dos

tiempos y espacios diferentes, y que sólo efectuando esta comparación es

posible sorprenderse de lo que ha sido normal en una época, y que ya no lo es,

y por consiguiente realizar un análisis de los datos, o como él lo llama

“psicoanalizar los datos”, para así construir los hechos históricos, que no

existen de por sí, sino que son productos de una mentalidad específica.

Teniendo esto en cuenta, se procederá a ubicar históricamente a cada autor y

dar cuenta del pensamiento de la época, para entender así cómo era el

concepto que tenían de objeto, sujeto y pasión. Posteriormente, se desarrollará

una comparación entre la pasión que los autores denominan como “orgullo” y

cómo consideraban éstos que debían ser tratadas las pasiones. A modo de

conclusión, será fructífero agregar una reflexión desde el pensamiento de

Stephen Strasser, que conceptualiza “la grandeza y la miseria del hecho”,

donde la grandeza va a estar ubicada en el esfuerzo titánico que significa tratar

de aprehender algo de lo real, mientras que la miseria será todo aquello que se

recorta.

Desarrollo:

René Descartes (1596–1650) fue un filósofo, físico y matemático francés

que vivió, pensó, escribió y publicó durante el reinado de Luis XIV,

representante del absolutismo monárquico. El pensamiento de esta época

consideraba que en Dios estaban contenidas todas las verdades, no eran

producidas por el hombre. Con esto, el conocimiento era secundario a la fe y si

había errores en el conocimiento, eran producidos por el hombre. Descartes

consideraba que las verdades de la fe servían para ganar el cielo, pero no para

hacer ciencia, para esto era necesario la razón. Planteaba que sólo se podía

llegar al conocimiento a través de la introspección, es decir, del pensamiento

2

Page 3: 1° INFORME

analítico, partiendo de ideas claras y distintas puestas por Dios en cada sujeto

pensante. Estas ideas innatas, estaban contenidas en lo que él llamo la Res

Cogitans (sustancia pensante), en oposición a aquello que era materia, sede de

calor y movimiento, la Res Extensa. Estas dos sustancias son independientes y

contrarias, el alma y el cuerpo constituyen el dualismo cartesiano, que se

mantendrá durante toda su obra. Con esta concepción del alma y el cuerpo, el

sujeto se ubica como cognoscente, es decir, un sujeto que conoce, a través del

método de la introspección que permite llegar a una verdad absoluta y

científica. Esta conceptualización del sujeto puede considerarse pasiva

respecto al objeto, ya que existen ideas puestas por Dios en cada hombre que

permiten llegar al a verdad, el sujeto no se dirige al objeto, sólo conoce con la

idea de éste. Es por este motivo que para Descartes sólo se conoce con el

alma, el cuerpo, como sede de calor y movimiento, es obstáculo para el

conocimiento científico, ya que la experiencia sensible que se recibe a través

de éste puede nublar la razón. El objeto que conoce es el SABER

CIENTÍFICO, que se presenta ante nosotros y es posible de ser analizado, a

través del método analítico-matemático, aplicándole la duda metódica – sólo

aquello que se conoce a través del alma es posible de conocer, ya que no se

puede poner en duda- dividido en partes, luego sintetizado, reducido, y por

último reconstruido, de manera que se llega a la idea del objeto, que es

verdadera y científica. Casi al final de su obra, Descartes escribe el “Tratado de

las pasiones del alma”, que está dedicado fundamentalmente al tema de la

unión del alma y del cuerpo, a las vías de conexión. En este escrito, define a

las pasiones como repercusiones del mundo y del cuerpo sobre el alma. Las

del mundo van a ser las percepciones, y las del cuerpo, los sentimientos,

emociones, etc. Lo que es acción del cuerpo y del mundo se imprime como

pasión en el alma. Descartes dice que toda pasión es buena en su naturaleza,

lo que hace que la pasión atente contra nosotros es el mal uso o el exceso de

la misma, desde éste punto te vista, las pasiones implican pasividad,

padecimiento y también exceso, conducen al error, son un obstáculo para

conocer. Descartes, en su tratado, comunica que las pasiones son provocadas

por impresiones exteriores, pero que lo determinante para el efecto de dicha

impresión será la disposición de los cerebros de cada hombre. Así lo explica

Descartes en el artículo 39: “la misma impresión que produce sobre la glándula

3

Page 4: 1° INFORME

la presencia de un objeto espantable, y que causa miedo en algunos hombres,

puede provocar en otros el valor y el atrevimiento, y ello se debe a que no

todos los cerebros están dispuestos de la misma manera…”1 De esta manera,

lo que determinará que se provoque una u otra pasión será el propio cuerpo.

Un siglo después, aparece David Hume (1711-1776) con el propósito de

crear una ciencia natural, humana y empírica. Hume fue un filósofo,

economista, sociólogo e historiador escocés, y constituye una de las figuras

más importantes de la filosofía occidental y de la Ilustración escocesa. Vive en

un escenario donde se estaban estabilizando los estados modernos, había

ocurrido la Revolución de Cromwell y la Revolución Francesa estaba a la vista,

por lo que la mentalidad de la época apuntaba a la libertad y a la posibilidad de

un estado democrático. La palabra “asociación” comenzaba a sonar en boca de

todos. Por otro lado, antes de la creación de la imprenta, sólo aprendía aquel

que escuchaba a juglares o curas, poca gente tenía acceso a escritos y por

ende poca gente sabía leer. Con el boom de la imprenta, se da la posibilidad

que cualquiera pueda acceder al conocimiento, y de esa manera saque sus

propias conclusiones. Su respuesta del camino hacia el conocimiento fue

posibilitada porque tenía una base: el método analítico estaba aceptado como

uno de los mejores, es decir, que Hume para desplegar su teoría, contaba con

este método como un punto de partida.

En este escenario, Hume plantea que se conoce a través de la

experiencia brindada por los sentidos, por lo que el cuerpo experiencial es el

único garante del conocimiento. El método para llegar al conocimiento es la

experiencia sensible. Todo conocimiento se da a través de un aprendizaje por

asociaciones de ideas simples a ideas complejas. El conocimiento para el autor

es finito, construido y particular, no se puede llegar al conocimiento absoluto ya

que el ser humano sufre de limitaciones espacio-temporales. Hume

conceptualiza un Yo, sede de impresiones y sensaciones a través de las cuales

se conoce al objeto del mundo. El sujeto aparece como activo, gnoseológico y

cognoscente a posteriori de la experiencia, como una tabula rasa donde, a

través de los sentidos, se imprimirán sensaciones, que generarán impresiones,

para luego convertirse en ideas. Así, las ideas son secundarias a la

experiencia, y aparecen como debilitadas y desgastadas respecto de las

1 Descartes, R. (1649). “Tratado de las pasiones del alma”. Barcelona. Planeta: 1994.

4

Page 5: 1° INFORME

sensaciones e impresiones que se tuvieron con el objeto: finalmente, no se

conoce a través de las ideas. El objeto para Hume está en el mundo y sólo

puede conocérselo acercándose a éste, interactuando con el mismo.

Puede ubicarse un esquema de pasiones en Hume, muy diferente al

planteado por Descartes. Para él, una pasión es una idea intensa, relacionada

con la experiencia personal ligada a los sentidos. La pasión va a aportar datos

porque es una percepción, es una forma de experiencia, por lo tanto, las

pasiones sirven para conocer. Si la pasión se desprende de una impresión,

podemos decir que el objeto entonces juega un papel fundamental en la

pasión: cada una de las pasiones estará determinada por el acercamiento con

el objeto, y por lo que éste produzca a nivel sensorial en cada sujeto.

Asimismo, las pasiones, sean violentas o apacibles, se mantendrán en la

medida en que se mantenga una relación con el objeto. El Yo, como objeto de

una pasión, debe estar relacionado con aquello que causa la misma. El autor lo

dice muy claramente: “Una larga ausencia debilita naturalmente nuestras ideas

y disminuye nuestras pasiones…”2. Para el autor, naturalmente, las pasiones

no son consideradas nocivas, ya que permiten el conocimiento.

Para dar cuenta de la diferencia en las conceptualizaciones de los

autores trabajados, se puede comparar la pasión denominada “deseo” según

cada autor. Para Descartes, el orgullo es muy vicioso, se relaciona con la

buena opinión que el sujeto tiene de sí mismo. Considera que es viciosa en

tanto el sujeto esta orgulloso de sí mismo sin ningún motivo, pensando que

posee algo digno de admiración y creyendo que quién más tiene, más se le

atribuye. Piensa esta pasión como irrazonable y absurda. El orgullo tiene una

pasión contraria, y es la generosidad, que no puede ser sentida al mismo

tiempo que el orgullo. Por otro lado, Hume piensa el orgullo como la pasión que

surge cuando hay una satisfacción consigo mismo, a causa de algún talento o

posesión que se tiene. Tiene una pasión contraria, que es la humildad. La

diferencia principal que se encuentra con la conceptualización de Descartes, es

que para Hume, el objeto que suscita orgullo en un sujeto, en determinado

momento, puede ser el mismo que más tarde suscite humildad, dado que

2 Hume, D. (1757). “Disertación sobre las pasiones y otros ensayos morales” Sección I a V. España: Ed. Del Hombre. Ministerio de Educación y Ciencia. 1990.

5

Page 6: 1° INFORME

nuestra experiencia y nuestra cercanía con el objeto son cruciales para la

determinación de la pasión que habrá de sentirse.

Respecto a los remedios o consejos que nos dan los autores para tratar

las pasiones, Descartes nos dice en el artículo 211: “…todas son buenas en su

naturaleza y lo único que tenemos que evitar es su mal uso o sus excesos”3 por

lo que el remedio general para estos casos es, cuando se siente la sangre muy

agitada, estar sobre aviso y recordar que lo que se presenta en la imaginación

tiende a engañar al alma, por lo que hay que abstenerse de emitir ningún juicio

de momento y seguir las razones que sean contrarias a la pasión presentada.

De esta manera, el sujeto puede evitar seguir lo que dicta la pasión, que

cuando es excesiva es nociva, y puede actuar mediante la razón, que es la

única garante del conocimiento verdadero. Hume, muy por el contrario,

considera que las pasiones son el motor del conocimiento, si el sujeto no se

apasiona no puede conocer, y por esto mismo no hay motivo para frenar una

pasión, por muy intensa que sea. La única manera de librarse de una pasión,

en caso de necesitarlo, es alejarse del objeto que suscitó la pasión, ya que la

ausencia es la única que debilita las ideas y atenúa las pasiones.

Conclusión:

A modo de conclusión, estos filósofos modernos, a partir del tipo de

análisis que plantea el historiador Philippe Aries, nos muestran las claras

diferencias entre las corrientes que defienden, como la oposición en la elección

del ideal de ciencia, fuente y método a fin de llegar al conocimiento científico,

siendo para Descartes la razón un pilar fundamental para dicha meta

separándola de la pasión, y por el contrario, en Hume la razón es totalmente

secundaria y con poca validez para establecer un conocimiento tal. Sujeto y

objeto toman lugares totalmente diferentes para un autor y para el otro, y

asimismo la relación que se establece entre ellos, donde en Descartes, el

objeto llega al sujeto y éste lo analiza, y en Hume el sujeto debe ir hacia el

objeto con el fin de conocerlo. La grandeza de Descartes ha sido iluminar la

razón pero su miseria fue dejar de lado la percepción y las experiencias como

constitutivas del conocimiento, mientras que en Hume, la grandeza ha sido la

experiencia, la participación del cuerpo en el acto de conocer y las pasiones

3 Descartes, R. (1649). “Tratado de las pasiones del alma”. Barcelona. Planeta: 1994.

6

Page 7: 1° INFORME

como motor; mientras que el conocimiento no universal, el concepto de tabula

rasa y la razón como secundaria fueron sus miserias. Estos autores resultan

contrarios e incompatibles, pero ya llegará Kant para compatibilizarlos.

7

Page 8: 1° INFORME

Bibliografía:

• Aries, P. (1988) El tiempo de la historia. “La historia existencial” Cap.

VII, Buenos Aires, Ed.Paidós.

• Descartes, R. (1637) El Discurso del Método. Segunda Parte, Buenos

Aires, Losada: 1959.

• Descartes, R. (1649) Tratado de las Pasiones del Alma. Primera Parte

"De las pasiones en general" (Art. I a XXXII) y Segunda Parte (Art. LXXIX a

CXI).

• Hume, D. (1739) Tratado de la Naturaleza Humana; 1981, Madrid,

Editora N Nacional.

• Hume, D. (1757) Disertación sobre las pasiones y otros ensayos

morales."Una disertación sobre las pasiones" Sección I a V. España, Editorial

del hombre, Ministerio de Educación y ciencia, 1990.

• Strasser, S. (1967). Miseria y grandeza del hecho. En, Tercer Coloquio

filosófico de Royaumont Buenos Aires: Paidós, 1988.

8