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1 Energía elEconomista Energía Energía elEconomista Revista mensual 26 de enero de 2017 | Nº 50 MEDIO CENTENAR DE LÍDERES OPINAN SOBRE LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA ‘elEconomista Energía’ celebra su nº 50 abriendo el debate sobre la futura Ley de Cambio Climático | P6 Así será la refacturación de la luz por el margen de las comercializadoras | P34 Biomasa y termosolar buscan su hueco en la nueva subasta de renovables | P40

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1 EnergíaelEconomista

EnergíaEnergíaelEconomista

Revista mensual

26 de enero de 2017 | Nº 50

MEDIO CENTENAR DE LÍDERES OPINAN SOBRE LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA

‘elEconomista Energía’ celebra su nº 50 abriendo el debate sobre la futura Ley de Cambio Climático | P6

Así será la refacturación de la luz por el margen de las comercializadoras | P34

Biomasa y termosolar buscan su hueco en la nueva subasta de renovables | P40

ESPECIAL Nº 50

Energía3 elEconomistaEDITORIAL

La sociedad española necesita un debate sereno y constructivo sobre su sector energético. Por ese motivo, aprovechando el número 50 de esta publicación, hemos decidido plantear a 50 líderes del sector una pregunta trascendental para los próximos años: ¿Cómo cree que debe hacerse la transición

energética en España? Para tratar de dar respuesta, los grandes ejecutivos del sector energético

español y de las asociaciones sectoriales han reflexionado de modo breve en nuestras páginas sobre los retos que, en su opinión, aparecerán en este largo proceso encaminado a una descarbonización de la economía.

El Ministerio de Agricultura, con Isabel García Tejerina a la cabeza, tiene ante sí el reto de aprobar esta legislatura una nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética que deberá dar respuesta a todas las incógnitas que existen. El proceso legislativo requerirá además de un gran consenso para evitar los habituales retoques y cambios en legislaturas posteriores que afectan a la seguridad jurídica.

Desde la Comisión Europea se han dado ya las primeras grandes líneas a seguir con el reciente paquete de invierno del que ha informado ampliamente esta publicación -puede encontrar los números anteriores en elEconomista.es-.

La clave para todos ellos es la tecnología. La investigación de nuevos negocios o avances como las baterías, el almacenamiento de CO2, las

redes inteligentes que cambiarán incluso el actual modo de relación con los clientes o los modos de transporte.

La electrificación de la economía o la reducción de las subvenciones son algunas de las principales peticiones que plantean al Gobierno los grandes empresarios del sector. Por ese motivo, un diálogo con la mirada puesta en el futuro y una planificación realista deberán acompasarse con el incremento de la competencia y con la siempre necesaria competitividad.

España debe aprovechar esta nueva revolución industrial para situarse a la cabeza. La industria 4.0, el proceso de digitalización, deben provocar que se incluyan en la agenda algunos de los asuntos que han permanecido fuera durante años como la eficiencia energética, los certificados blancos, las redes de calor y frío, entre otros.

La situación en estos momentos todavía es abierta y resulta difícil vislumbrar el futuro. Por ello, urge la apertura de un debate nacional.

Un grupo de 50 grandes líderes del sector opinan sobre cómo debe hacerse la transición energética en España, ante la elaboración de la futura Ley de Cambio Climático

La transición energética requiere un gran pacto político y mucho diálogo

EL ILUMINADO

EL APAGÓN

Luis Aires PRESIDENTE DE BP ESPAÑA

La compañía está incrementando su apuesta por España con nuevas inversiones en la refinería de Castellón, que este año cumple su 50 aniversario.

Emiliano García Page PRESIDENTE DE CASTILLA-LA MANCHALoz juzgados han puesto freno a los planes del presidente de Castilla-La Mancha para intentar frenar la construcción del almacén de residuos nucleares.

@eEEnergia

6 EnergíaelEconomistaESPECIAL NÚMERO 50

El cambio hacia una sociedad más sostenible pasa por la necesaria transición hacia un nuevo modelo bajo en carbono y supone todo un desafío, donde la innovación y las mejoras tecnológicas permitirán estar a la altura de este reto. El Acuerdo de París ha supuesto un hito histórico en la lucha

contra el cambio climático, con un objetivo claro: lograr que el aumento de la temperatura media global del planeta quede por debajo de los 2ºC. Ratificado por España a mediados de enero, el acuerdo recoge 190 planes nacionales que cubren el 99 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Durante la Convención de Naciones Unidas para la lucha contra el Cambio Climático (COP22) celebrada en Marrakech en noviembre pasado, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, retomó la promesa de impulsar una Ley de Cambio Climático y Transición Energética en España, que recogerá todos los compromisos e instrumentos necesarios para que la economía nacional “pase a ser baja en carbono, crezca y cree empleo”.

A este respecto, la ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina -que también participó en la Cumbre-, señaló que la nueva Ley “contará con el consenso de los grupos parlamentarios y de todos los sectores implicados a través de un proceso abierto y participativo”.

Coincidiendo con la edición del número 50 de elEconomista Energía, hemos pedido a los líderes de las 50 empresas y entidades más representativas del sector que nos den su opinión a la siguiente pregunta: ¿Cómo cree que debe hacerse la Transición Energética en España?

Desde elEconomista Energía queremos agradecer a todos ellos su colaboración en esta edición Especial Aniversario. También queremos dar las gracias a nuestros lectores por el apoyo en estos cuatros años y medio de existencia y a todas las personas y entidades que colaboran estrechamente en el crecimiento y difusión de la publicación.

LOS LÍDERES DE LAS 5O ENTIDADES MÁS REPRESENTATIVAS DEL SECTOR OPINAN SOBRE LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA EN ESPAÑA

CONCHA RASO

En ‘elEconomista Energía’ estamos de aniversario. Cumplimos 50 números y hemos aprovechado la ocasión para preparar una edición especial con la opinión de los ‘primeros espadas’ de las 50 empresas y entidades más representativas del sector sobre la transición energética en España

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REFORMA ENERGÉTICALAS POLÉMICAS MEDIDAS DE SORIA P5

IRÁN CIERRAEL GRIFO DEL

PETRÓLEOJULIO MARCA EL INICIO

DEL EMBARGO P24

LOS INCEDIOS TIENENSOLUCIÓNLA BIOMASA P22

OPINION ANTONIO BRUFAU P14 LUIS CRESPO P19 JORGE BARREDO P37 JORDI DOLADER P9

1J.M. VILLARIG P13OPINIÓN: :M. GARCÍA PARDO P22

regulación | P10

Los subsidiosenergéticos perjudicanel crecimiento mundial

electricidad | P15

La reforma eléctricatraerá una solución a las

plantas de gas

Energía

BRUSELAS FRENA SU APUESTA RENOVABLE

LA INDUSTRIA GANALA BATALLA DEL CO2 | P4

elEconomistaRevista mensual

25 de abril de 2013 | Nº 9

Jérôme Ferrier,presidente de International Gas Union

El ‘shale gas’aporta reservaspara 130 años

Entrevista | P34

T. RIBERA P30

1 Energía

EnergíaEnergíaelEconomista

Revista mensual 26 de marzo de 2015 | Nº 30

BRUSELAS ELIMINARÁLAS TARIFAS REGULADASDE LA LUZ Y EL GAS

Las energéticas españolascompran en América por

20.000 millones de eurosactualidad | P6

Opinión: P. de AndrésCons. Deleg. Siemens EnergyManagement P12

Fernando SotoDirector general AegeP20

María LemosAnalista de Standard & Poor’sP36

G. CantabranaAnalista de Standard & Poor’sP36

Antoni PerisPresidente de SedigasP48

David Alameda, director general de Shale Gas España

“El ‘fracking’ no se va a parar porla bajada del precio del petróleo”

entrevista | P52

A. BuenaventuraDir. Est. Abengoa WaterP30

Es una de las medidas dirigidas al consumidorde cara a la futura unión energética electricidad | P14

1G. BREVA P10OPINIÓN: J. L. ARREGUI P20 J. BÉJAR P28 J. VILA P34

reportaje | P12

Europa mete manoa la normativade emisiones

Entrevista | P36

Alejandro AgagPromotor dela Fórmula E

Energía

PIERDEN 50.000 EMPLEOS

EL DECLIVE DELAS RENOVABLES | P6

elEconomistaRevista mensual

29 de noviembre de 2012 | Nº4

1 Energía

Descubra las mejoresofertas de luz y gas parareducir sus facturasLlega la cuesta de enero actualidad | P6

EnergíaEnergíaelEconomista

Industria congela lospeajes mientras ultima

la reforma del gasgas | P34

La central nuclear deGaroña lleva un año

en el dique secoelectricidad | P16

Revista mensual 26 de diciembre de 2013 | Nº 16

Opinión: Alberto BañónDirector Regulación UnesaP14

J. González VélezEmpresario de RenovablesP20

A. Pérez de LuciaDirector Gerente AediveP26

Sönke SchlaichAbogado Rödl & PartnerP32

Jorge DelclauxConsejero Roland BergerEspaña P38

Óscar Leiva, presidente de Ebioss Energy

“Nos estamos planteando cotizar enlas bolsas de Fráncfort, Londres o París”

entrevista | P41

1 EnergíaelEconomista

EnergíaEnergíaelEconomista

Revista mensual

29 de diciembre de 2016 | Nº 49

EL BONO SOCIAL DEL GAS, NI ESTÁ NI SE LE ESPERAA diferencia del agua y de la electricidad, el gas natural no está considerado un servicio básico | P38

El precio del petróleo subirá hasta los 60 dólares

el barril en 2017 | P28

Opinión

José Donoso Director General de Unef P18

Nicolás Loupy Director General Dassault Systèmes P10

Carlos Relancio Director General de Cox Energy P34

David Diez Socio de Watson Farley & Williams P26

Javier Rodríguez Director General de Acogen P42

Juan Juárez Director Gerente de SunWood

“Queremos ser la primera empresa del sector de la biomasa en España

en toda la cadena de valor” | P45

1 Energía

EnergíaEnergíaelEconomista

Revista mensual

26 de noviembre de 2015 | Nº 37

LOS PARTIDOS POLÍTICOS APOYAN A LAS RENOVABLES

EN SUS PROGRAMASLa mayoría de fuerzas políticas, a favor de un

Plan de Transición Energética basado en las renovables y la eficiencia energética | P6

Andreas Schierenbeck Consejero delegado de ThyssenKrupp Elevator

“Queremos conectar a Internet 180.000 ascensores en los próximos dos años” | P46

ANUARIO 2015 P13

ESPECIAL OPINIÓN P49

¿CÓMO CREE QUE

DEBE HACERSE LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA EN ESPAÑA?

ESPECIAL Nº 50

7 EnergíaelEconomista

Presidente de Repsol

La transición energética debe de realizarse gestionando con éxito la convivencia de distintas soluciones energéticas, buscando para cada una de ellas su mejor encaje en el puzle global. Esta transición energética no debe basarse en la confrontación de energías, sino en la colaboración. Ninguna fuente de energía es descartable, ya que cualquiera de ellas tiene su contexto, su rol y su lugar en el crecimiento económico global. El reto consiste en reducir las emisiones sin perder la capacidad de satisfacer la demanda de energía de la sociedad. Y ello debe hacerse fomentando la tecnología y la innovación como elementos clave en la lucha contra el cambio climático, y sin primar una energía sobre otra. Para realizar esta transición con éxito, debemos ser capaces de construir una solución equilibrada en la que la sostenibilidad, el crecimiento económico y el bienestar de las personas tengan el mismo peso.

Antonio Brufau

Los próximos años serán determinantes en la creación del nuevo modelo energético global en el que las energías renovables, la eficiencia energética y los hábitos de transporte cambiarán el escenario actual. Todo ello sin olvidar que los combustibles fósiles y sus derivados químicos, seguirán jugando un papel esencial en nuestro mix energético. Si queremos mantener los avances hechos, tanto los poderes públicos, como las empresas y los ciudadanos, deberemos asumir la importancia de mantener vivo el sector industrial, con áreas como el refino o la química, cuya aportación al PIB es significativa; el papel decisivo de la tecnología y la innovación, así como los exigentes compromisos medioambientales fijados a nivel mundial; la sostenibilidad económica del sistema; y, cómo no, la importancia de una regulación sólida. Todos ellos marcarán definitivamente el paso de esa transición. En cualquier caso, en Cepsa seguiremos trabajando para aportar en todo momento la energía que precise cada realidad.

Los objetivos acordados en la Conferencia de París marcan el camino hacia un mundo con menos emisiones de gases de efecto invernadero. La transición energética va a requerir aumentos en eficiencia, así como el desarrollo tecnológico que reduzca el coste de las energías alternativas. Los legisladores tienen la responsabilidad de consensuar una política energética que favorezca tanto la eficiencia como el desarrollo de las tecnologías más competitivas. El establecer un precio global sobre el CO2, de forma que las energías más contaminantes sean más caras, es la manera más efectiva de conseguirlo. Las fuentes de energía tradicionales también tienen un papel que jugar en la transición energética. En el corto plazo, la sustitución del carbón por el gas natural para la producción de electricidad reduciría en un 50 por ciento las emisiones que esta actividad genera. En transporte, los biocombustibles jugarán un papel importante mientras se desarrollan baterías de mayor capacidad e infraestructuras de recarga ultra rápidas.

Vicepresidente y consejero delegado de Cepsa

Pedro Miró

Presidente de BP España

Luis Aires Dupré

ESPECIAL NÚMERO 50

ISTOCK

ESPECIAL Nº 50

8 EnergíaelEconomista

Los compromisos adquiridos en la COP21 de París establecieron un compromiso vinculante de limitar el calentamiento global con ambiciosos objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para los países firmantes. El principal desafío de la política energética es compatibilizar estos retos medioambientales con la necesidad de satisfacer la creciente demanda energética a nivel global. Para compaginar estos objetivos es imprescindible apostar por un aumento de la producción eléctrica a partir de renovables y consolidar a la electricidad como vector energético fundamental en el consumo doméstico y en el transporte, en la actividad empresarial y en los procesos industriales. Sin embargo, en este proceso no debemos perder de vista algunos condicionantes fundamentales como la garantía de un suministro energético seguro y de calidad, la sostenibilidad financiera de las inversiones en nuevas tecnologías y el aprovisionamiento de energía a nuestra sociedad a un precio lo más competitivo posible.

El Acuerdo de París acelerará la transición energética hacia una economía con menores emisiones de CO2, el mayor causante del cambio climático. Europa lidera este proceso gracias a la aprobación de unos ambiciosos objetivos que suponen un reto y una oportunidad para España. Nuestro país debe definir ya su modelo energético futuro y aprovechar el potencial de crecimiento económico, creación de empleo y atracción de inversiones que representan las energías limpias, tal y como se recoge en la estrategia de la CE. La electrificación de la economía es la solución más eficaz y sostenible para atender el crecimiento de la demanda y reducir las emisiones. Las eléctricas disponen de una gran capacidad de descarbonización gracias a las renovables y han invertido mucho para combatir el cambio climático: en 2016, el 60 por ciento de la producción eléctrica en España estuvo libre de CO2. Otros sectores energéticos deberían involucrarse también en esta tarea.

Con visión de largo plazo y que aborde cuatro puntos fundamentales: el cambio climático, que tiene que impulsar tecnologías limpias como el gas y las renovables; la eficiencia y los costes, para que sea rentable el negocio; la seguridad del suministro, para que no haya intermitencias derivadas de la climatología; y por supuesto, una óptima calidad de servicio y un precio razonable para todos los ciudadanos. Debemos ser conscientes de que necesitamos una política energética consensuada y que todas las medidas que se adopten tengan en cuenta el bienestar de los consumidores. La reforma tampoco puede perder de vista la necesaria competitividad de las empresas, que redunda en la competitividad del país. Por ello, hay que apostar por un mix de tecnologías que tengan un coste razonable y que además garanticen la seguridad del suministro y por eso es importante el gas natural. Por todo ello, debemos plantearnos objetivos ambiciosos que abordemos de forma conjunta y reflexiva, para no repetir errores del pasado.

Presidente de Endesa

Borja Prado

Director general de los Negocios del Grupo Iberdrola

Francisco Martínez Córcoles

Presidente de Gas Natural Fenosa y de Criteria-Caixa

Isidro Fainé

ISTOCK

ISTOCK

ESPECIAL NÚMERO 50

ESPECIAL Nº 50

9 EnergíaelEconomista

Presidente de Viesgo

La transición energética es una oportunidad para posicionar a España a la vanguardia en calidad de servicio al cliente, reducir los costes de la energía y mejorar al mismo tiempo la sostenibilidad medioambiental. Es necesario que incrementemos la electrificación de nuestra economía a través de la modernización y puesta al día de nuestro parque generador. Con el fin de integrar la energía renovable a gran escala, es primordial que las empresas energéticas introduzcamos gradualmente la gestión inteligente de las redes y el almacenamiento de energía, uno de nuestros principales objetivos desde hace años y que cada vez estamos más cerca de alcanzar. Viesgo apuesta por una transición de la mano de nuestros clientes, ofreciéndoles servicios a medida e información transparente para que tengan, en todo momento, control sobre su consumo. Sentadas estas bases, estaremos en el camino de ser un referente del sector energético español.

Miguel Antoñanzas

El sector de la energía está en una profunda transformación en toda su cadena de valor. Esto tiene que ver con una necesaria descarbonización y electrificación de la economía y un nuevo lugar para el consumidor, que se sitúa en el centro de todo lo que hacemos. En EDP, apostamos pronto y rápido por la generación de energía limpia y hoy somos un líder mundial de energías renovables. Ya hemos dado un paso al frente para hacer que el consumidor pueda generar y usar su propia energía en el hogar. También en las redes inteligentes y en la gestión de los consumos es necesario que el cliente final asuma el papel protagonista y ya estamos trabajando de forma activa en esta línea. Creemos que el nuevo paradigma del sector pasa por aprovechar y potenciar las nuevas tecnologías como la generación distribuida solar, las baterías, los avances en digitalización y el crecimiento de la movilidad eléctrica con el objetivo de crear un entorno más competitivo y más sostenible para todos.

La transición energética implica un cambio gigantesco que debemos afrontar con nuevas soluciones e interactuando con todos los grupos de interés. Son principalmente tres los ejes para seguir avanzando: descarbonización, promoviendo la eficiencia energética y el desarrollo de tecnologías limpias y energías con emisiones de carbono muy bajas o nulas; descentralización, disminuyendo la dependencia energética externa, aprovechando fuentes locales, y acercando la producción al consumidor; y digitalización, innovando, promoviendo y aplicando los avances digitales para lograr un uso más eficiente de la energía. Los clientes son indiscutiblemente parte activa en esta evolución y buscan socios de referencia energética con los que codefinir, cogestionar y codiseñar soluciones eficientes. En España, estamos trabajando en esta línea, incorporando al cliente en la toma decisiones y avanzando en la digitalización para lograr cuotas de eficiencia energética que aporten beneficios reales.

Consejero delegado de EDP en España

Miguel Stilwell de Andrade

Consejera Delegada de Engie España

Loreto Ordóñez

ESPECIAL NÚMERO 50

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ESPECIAL Nº 50

10 EnergíaelEconomista

Durante los últimos años ha comenzado a perfilarse un nuevo escenario energético, debido a factores muy diversos, como el incremento de la demanda de energía de las economías emergentes, el auge del petróleo y del gas no convencional y sobre todo las nuevas medidas que se están adoptando y se tendrán que adoptar en el futuro para combatir el cambio climático. Sin embargo, como ha señalado la Agencia Internacional de la Energía en su último informe, el petróleo tendrá que seguir desempeñando un papel fundamental al menos hasta 2040 y muy especialmente en el sector del transporte, donde por ahora no existen mejores alternativas disponibles. Ante este escenario, el proceso de transición energética en nuestro país debería realizarse de manera coordinada con el resto de países de la UE, con una visión a largo plazo que respete nuestro actual marco jurídico y permita garantizar al mismo tiempo la seguridad de suministro y el compromiso con el medio ambiente, sin penalizar la competitividad de nuestra economía.

Entendemos por transición energética los grandes cambios previstos en el sector, favorecidos por el desarrollo tecnológico, que deben conducir a un desarrollo sostenible con menos emisiones contaminantes, precios más competitivos y menor dependencia energética exterior. Para ello, se deben intensificar las actuaciones en tres frentes: ganancias en eficiencia energética - luminarias tipo led y electrodomésticos eficientes-, y mayor rigor en la certificación energética de edificios; movilidad más sostenible, con mayor tráfico de mercancías por ferrocarril y expansión del uso de coches híbridos y eléctricos, cuya evolución vendrá condicionada por mejoras en eficiencia de los sistemas de acumulación y baterías, y completar la red de transporte, incluidas las interconexiones internacionales, para llevar grandes cantidades de renovables, necesarias para una efectiva electrificación de la economía y la sociedad, hacia los centros consumidores. En esta transición, España podría tener grandes ventajas competitivas y de desarrollo.

Presidente del Grupo CLH

José Luis López de Silanes

Presidente de Red Eléctrica de España (REE)

José Folgado Blanco

GETTY

GETTY

ESPECIAL NÚMERO 50

ESPECIAL Nº 50

Presidente ejecutivo de Gamesa

Ignacio Martín

España debe seguir dando pasos hacia un modelo energético sostenible con un mayor peso de las renovables en su mix energético para cumplir un doble objetivo: disminuir la dependencia de combustibles fósiles del exterior, al tiempo que se reducen las emisiones de CO2 y se avanza en la lucha contra el cambio climático. Además, las energías renovables, y en particular la eólica por su mayor capacidad de generación, contribuyen de manera efectiva a reducir el precio de la energía como factor clave para la competitividad de nuestra industria. Por ello, resulta imprescindible trazar un calendario sostenido que aborde la transición energética durante los próximos años. En este sentido, el anuncio de una subasta de renovables de 3.000 MW es una buena noticia que abre nuevas oportunidades para las renovables. La clave de su éxito radicará en acertar con el sistema para alcanzar el equilibrio adecuado entre el coste de la energía, la instalación efectiva de los parques y el fomento del tejido empresarial español.

12 EnergíaelEconomista

Consejera delegada de Villar Mir Energía

La AIE prevé una transición prolongada, pues no habrá emisiones de CO2 nulas hasta finales de siglo. La energía eólica es la más instalada en la última década. La FV crece por la reducción de costes y el desarrollo y abaratamiento de nuevas tecnologías de acumulación de energía. Las tecnologías bajas en emisiones cubrirán la mitad del crecimiento de la demanda hasta 2050. La descarbonización supone renovar el parque eléctrico y transmitir electricidad mediante tecnologías avanzadas y una profunda transformación del transporte. Esto se facilitará favoreciendo la entrada de nuevos agentes y permitiendo a los consumidores participar en la gestión de su consumo. Dichas acciones forman parte de la política de la UE, que debe adoptar objetivos más ambiciosos para implantar renovables y fomentar la electrificación de la economía, suprimiendo obstáculos a estas tecnologías como limitaciones al autoconsumo, desaprovechar su contribución a regular los sistemas eléctricos o largos procedimientos de pruebas o acceso a redes.

Mª Luisa Huidobro

Debemos avanzar hacia un parque de generación competitivo y equilibrado, que asegure una rápida descarbonización del sistema eléctrico y que aproveche eficientemente todos nuestros recursos energéticos, pero que garantice la seguridad de suministro y contribuya a nuestro desarrollo económico e industrial. La eólica y fotovoltaica, con el gas natural y la biomasa como energías de respaldo excluyendo al carbón, formarían un mix viable y competitivo que cumpliría esos requisitos. La biomasa es un combustible autóctono, renovable y neutro en carbono, que evita quemar descontroladamente residuos agrícolas y forestales, y reduce las importaciones de combustibles fósiles. Además, es la única renovable cuyo funcionamiento no depende de factores climáticos y puede producir las 24 horas del día. Todo ello creando mucho más empleo que las demás energías, lo que se traduce en más rentas en el campo, más ingresos fiscales y menos despoblación rural.

La Transición Energética es una oportunidad para impulsar la competitividad del país, no una imposición. Cuanta mayor inversión en renovables, mayor el crecimiento. Dinamarca, que genera el 42% de su electricidad a partir del viento y que ha conseguido una reducción significativa de sus emisiones de GEI al igual que un aumento sostenido del PIB, es un ejemplo a seguir. En España, el gobierno ha planteado una nueva subasta para la instalación de nueva capacidad de origen renovable que incluye a todas las tecnologías. Sin embargo, existen razones para seguir el modelo generalizado europeo, que establece cupos por tipos de tecnología. Si bien cada una de ellas presenta fortalezas, en España, el sector eólico es el único dentro de las renovables que cuenta con un tejido industrial propio y que ha demostrado abaratar el coste medio de generación en el pool. Además, contribuye en mayor medida al cumplimiento de los objetivos renovables de cara a 2020, al generar más electricidad por MW instalado que otras renovables.

Consejero Delegado de Ence - Energía y Celulosa

Ignacio Colmenares

Presidente de Vestas Mediterranean

Marco Graziano

GETTY

EE

ESPECIAL NÚMERO 50

ESPECIAL Nº 50

13 EnergíaelEconomista

Presidente de Gesternova

La transición energética en España debe afrontarse con la debida coherencia entre el diagnóstico y la receta. Todos -eso quiero creer- estamos de acuerdo en que el actual modelo energético es responsable de diversos y graves problemas entre los que destaca el del cambio climático. Hace ya varios lustros que algunos estamos reclamando la fecha de caducidad a la quema de combustibles fósiles a la que sabemos responsable de estos retos, sobre todo cuando existe una alternativa sostenible y competitiva como son las energías renovables. Los ciudadanos y las empresas tenemos un papel importante que jugar en esa transición con decisiones en nuestro uso cotidiano de la energía -como, por ejemplo, la contratación de energía limpia que envía una señal muy clara al resto de la sociedad-, pero corresponde a todas las Administraciones en general liderarla con una regulación contundente, empezando por la fiscalidad, y una actuación ejemplar que marque el camino.

José Mª González Vélez

La transición energética viene marcada por alcanzar unos objetivos medioambientales acordados internacionalmente. Esto supondrá un proceso de descarbonización y electrificación en el que las energías renovables tendrán una presencia cada vez más importante y donde la generación distribuida jugará un papel creciente. En este contexto, el consumidor evolucionará a prosumer, es decir, un actor activo en el mercado que no solo consume, sino que también puede producir. Se trata, pues, de un proceso complejo, abierto a nuevos actores, con intereses muy dispares, donde la existencia y potenciación de mercados cada vez más integrados, flexibles y cercanos al tiempo real será clave para acomodar cualquier necesidad, espacial o temporal, de todos los participantes en los mismos. En esta transición, el objetivo medioambiental no es único, sino que debe hacerse de manera eficiente, favoreciendo la competitividad de la economía y garantizando la seguridad de suministro.

Varios factores nos acercan a un entorno más descarbonizado: aumento de las renovables, funcionamiento de los mercados de emisiones, precios de las commodities, aumento de la generación distribuida o la paulatina desaparición de las tarifas reguladas fijas a largo plazo que, durante las dos últimas décadas, han mostrado grandes deficiencias. Estos cambios pueden dificultar el desarrollo de plantas renovables, no solo por la caída de los niveles de precio, sino también por la dificultad -caso español actual- de asegurar un precio a largo plazo de venta de energía suficiente para su construcción. Se hace indispensable el fortalecimiento de los mercados eléctricos -y gasistas- a largo plazo. Esta tarea debería ser misión prioritaria de reguladores y gobiernos creando marcos regulatorios estables, incentivando los mercados a plazo, eliminando barreras regulatorias que dificulten la operación en dichos mercados y vigilando el correcto comportamiento de los agentes, principalmente los dominantes.

Presidente de Omel y de Omie

Pedro J. Mejía Gómez

Director general de Axpo Iberia

Ignacio Soneira

ESPECIAL NÚMERO 50

REUTERS

ESPECIAL Nº 50

14 EnergíaelEconomista

La adopción del Acuerdo de París fijó la hoja de ruta para la transición energética tanto en España como en el resto de países firmantes, cuyo principal objetivo es la lucha contra el cambio climático promoviendo una transición hacia una economía baja en emisiones. Para alcanzar dicho objetivo es necesaria la cooperación entre el gobierno, la industria y la sociedad. Y dicha cooperación debe basarse en soluciones pragmáticas que nos ayuden a reducir las emisiones, como por ejemplo la inversión en tecnologías de captura y almacenamiento de carbono. La industria también tiene que reducir su intensidad de carbono. Ésta es una de las razones detrás de la decisión estratégica de Shell de apostar por el gas natural y el GNL y el fomento de su aplicación, tanto marítima como terrestre. En España la apuesta por el gas natural debe ser firme y clara por su potencial, la infraestructura gasística ya existente y porque contribuye al objetivo final de reducción de emisiones, sin olvidar que debe ir de la mano de la promoción de energías alternativas.

La transición energética es uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos. Necesita un esfuerzo continuado y un enfoque global por parte de todas las empresas y una concienciación e implicación de las instituciones y asociaciones. Además, es necesario diseñar una estrategia alineada con la política económica y fiscal del país. Habrá que analizar cada una de las variables que componen nuestro mapa energético, económico y social, haciéndolo de forma efectiva y sin generar trastornos en la competitividad en los diferentes ámbitos en los que interviene. En Galp trabajamos con criterios económicos, sociales y ambientales en los cuales se ve reflejado nuestro firme compromiso en la creación de valor sostenible. Esta apuesta nos mantiene entre el grupo de empresas reconocidas por sus políticas de sostenibilidad, tanto a nivel europeo como mundial, estando entre las tres compañías europeas del sector más sostenibles, analizadas bajo los rigurosos parámetros del Índice de Sostenibilidad de Dow Jones.

España, junto con el resto del mundo, afronta una transición energética que debería conducir a una predominancia de las energías renovables en la segunda mitad del siglo XXI. El gas natural puede jugar un papel decisivo al permitir una reducción de emisiones respecto otras energías fósiles, constituir un respaldo para la intermitencia de las energías renovables y contribuir a la ganancia inmediata de eficiencia económica y competitividad. En España la penetración del gas natural es del 30 por ciento por debajo del 50 por ciento de la media europea, lo cual crea una enorme oportunidad de afrontar la transición energética de inmediato a través de la extensión del gas natural creando empleo, progreso y mejora del medioambiente. En Redexis Gas estamos muy orgullosos y comprometidos con ser un agente principal de este proceso de transición energética. En los últimos cinco años hemos invertido 850 millones de euros y planeamos intensificar este esfuerzo en el futuro.

Presidenta de Shell España

Natalia Latorre

Country manager de Galp en España

Nuno Moreira da Cruz

Consejera delegada de Redexis Gas

Cristina Ávila

ESPECIAL NÚMERO 50

GETTY

ESPECIAL Nº 50

El gas natural es clave para la transición energética por lo que aporta a la mejora de la calidad del aire y, por tanto, a la salud. Su uso reduce significativamente las emisiones de CO2, NOX y SOX y partículas. Ayuda a la descarbonización mejorando la eficiencia energética de procesos y sectores económicos. Por sus reservas es accesible y competitivo facilitando el desarrollo económico, y en países como España aporta una mayor diversificación energética. En el transporte -Gas Natural Vehicular- es la única energía alternativa rentable y aplicable actualmente, en especial en el transporte pesado y la solución a corto plazo para el problema medioambiental de las ciudades. Además, se trata de una energía versátil que permite su utilización en importantes avances tecnológicos como la cogeneración o el frío producido con gas. Tampoco hay que olvidar su compatibilidad con el biogás; la extensa implantación de las infraestructuras de gas natural permitirá el acceso al uso del biogás.

Director de Ingeniería y Nuevas Tecnologías de Madrileña Red de Gas

Ignacio Núñez

16 EnergíaelEconomista

Presidente de Appa

Nuestro mix energético actual debe evolucionar a uno basado en renovables -se puede discutir cómo lo hacemos, pero no el modelo-, por tres razones: cumplir con nuestros compromisos internacionales sobre medio ambiente; reducir nuestra altísima dependencia energética y aprovechar que España es rica en recursos renovables. A ello hay que añadir el alto grado de desarrollo tecnológico de este sector, lo que nos hace un país muy competitivo en la generación con energías limpias. Por tanto, debe ser prioritario acelerar la introducción de renovables en nuestro sistema energético. Hacerlo requiere voluntad política y un amplio consenso entre los agentes implicados. Y debemos hacerlo por algo obvio que no siempre parecen entender nuestros responsables de Energía: aprovechar al máximo los recursos de los que disponemos y prescindir de los que no tenemos. Para ello se requieren modificaciones en la regulación actual que den certeza a los desarrollos renovables y que dejen a un lado la improvisación y las visiones cortoplacistas.

José Miguel Villarig

¿Queremos un país que depende de importaciones de hidrocarburos? Dejemos de mirar hacia otro lado. Necesitamos migrar a un sistema energético basado en la eficiencia y las renovables autóctonas. Para ello solo hace falta voluntad política, pues los mimbres para hacerlo los tenemos: España es un país muy rico en todo tipo de renovables, como la biomasa. La materia orgánica valorizable está presente en recursos agrícolas, ganaderos, forestales, industriales y en los residuos urbanos. Su valorización permite generar bioenergía, biocombustibles y biomateriales. Es decir, puede sustituir a todo tipo de derivados del petróleo. Fomentar la bioeconomía en España resulta estratégico, contribuiría a mitigar la enorme amenaza que supone el cambio climático y generaría un tejido productivo vinculado con los sectores primario e industrial con gran componente innovador y empresarial, con potencial para situar al país en posiciones de liderazgo. ¿A qué estamos esperando?

La transición energética debe ser una política de Estado, que parta del consenso multipartidista y a todos los niveles de la administración nacional, autonómica y local. Para que tenga éxito se debe de partir de una interiorización en la toma de decisiones, tanto administrativa como personal, de la necesidad de evaluar el impacto de cada decisión en el cumplimiento de los objetivos contra el Cambio climático. La recuperación de la seguridad jurídica para las inversiones en renovables, la emisión de señales de precio a largo plazo y la visualización de una senda planificada de cómo llegar al objetivo, son elementos imprescindibles para que el sector privado optimice su contribución. Por otro lado, es importante la eliminación de las barreras económicas y administrativas al autoconsumo para que todas las empresas y ciudadanos puedan contribuir con su aportación. Es importante recalcar que en la situación actual de costes de las energías renovables, la transición energética es una importante oportunidad económica.

Unión por la Biomasa. Directora de Appa Biomasa y coordinadora de Bioplat

Margarita de Gregorio

Director General de Unef

José Donoso

ESPECIAL NÚMERO 50

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ESPECIAL Nº 50

17 EnergíaelEconomista

Afrontar la transición energética en toda su dimensión significa reconocer que hasta 2030 no se instalará en España ninguna central que no sea renovable; que, por diversas circunstancias, cada día parece más probable que no se extienda la vida de las nucleares; que las térmicas de carbón tienen sus días contados; que los ciclos combinados de la burbuja pronto estarán cerca de su obsolescencia. En estas circunstancias, ¿resulta razonable que las subastas de renovables se diseñen exclusivamente para tecnologías fluyentes, sin almacenamiento? Concebir el sistema eléctrico del futuro significa no apostar por la generación más barata para salir del paso de los compromisos a 2020, sino comparar las alternativas en términos del valor operativo y de capacidad que cada tecnología aporta al sistema y decidir el mix más eficiente. Además, mantener el liderazgo internacional en energía termosolar sería una sabia decisión para nuestro país en estos momentos.

Ante todo, es necesario un amplio consenso entre los sectores implicados, los partidos políticos, las comunidades autónomas y la sociedad civil. Lo importante es que exista un debate abierto y con visión de Estado que nos lleve a definir el mejor proceso de Transición Energética para el país desde el principio. El sector energético necesita estabilidad regulatoria para que los inversores recuperen la confianza en el sistema y tengan la suficiente visibilidad a largo plazo. La clave para volver a atraer inversión y crear empleo radica en diseñar un nuevo modelo que, además de fomentar la energía más barata para el consumidor, autóctona y sin emisiones, apueste también por la industria presente en España, la I+D y el empleo de calidad. Desde el sector eólico estaremos abiertos a aportar la experiencia de treinta años de éxito de una industria made in Spain que no sólo incluye toda la cadena de valor y genera empleo de calidad, sino que también reduce el coste de la electricidad para todos los españoles.

La transición energética es un reto que debería de concitar el acuerdo de todos los actores de los sectores energéticos y los grupos políticos, imprescindible para llegar a unas propuestas asumibles para todos. Propondría poner en marcha un impuesto a las emisiones de CO2, que supondría el mantenimiento de las instalaciones generadoras de energía, con cualquier combustible y tecnología, en buenas condiciones de operación y mantenimiento. Además, generaría una expansión de las energías renovables que no emiten CO2, lo que evitaría soportar el coste asociado a dichas emisiones. Este impuesto no tiene por qué incomodar a ninguna tecnología, ya que la producción y el uso inteligente de la energía pasa por la mejora de los procesos y rendimientos, y provocará la liberación de grandes inversiones en I+D+i para hacer una transición hacia una economía descarbonizada, con un parque de generación eléctrica y térmica más eficiente, sostenible y limpio para nuestro Planeta.

Presidente de Protermosolar

Luis Crespo

Presidente de AEE

Juan Diego Díaz

Presidente de Avebiom

Javier Díaz

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Directora general de Anese

A nivel mundial se ha conseguido un hito muy remarcable: casi unanimidad en la propuesta de lucha contra el cambio climático de nuestro planeta, mediante la firma del Acuerdo de París en diciembre de 2015, ratificado hasta el momento por 125 países. Es hora de pasar a la acción con números reales, sin titubeos. Todos los informes reputados, como los de la AIE (Agencia Internacional de la Energía), apuntan a la eficiencia energética como la actuación que aportará el 40 por ciento del logro de los objetivos marcados en París. Materializar este objetivo en España aporta mucho más. Por ello, desde Anese pedimos la puesta en marcha, de forma prioritaria, de un Plan Integral de Eficiencia Energética, que incluya instrumentos como los Certificados de Ahorro Energético para su dinamización, y donde los actores principales sean los beneficiarios -usuarios-, los expertos -las empresas de servicios energéticos- y los kilovatios hora reales de ahorro garantizado.

Elena González

Mediante un proceso en el que los actores del sector aporten al Legislativo información veraz, que permita elaborar una verdadera y honesta estrategia energética de Estado -sobre el consenso social, sectorial, político y territorial-, que prevea la salida progresiva de la generación producida por tecnologías contaminantes y peligrosas como el carbón, el petróleo, el gas y la nuclear y su sustitución por renovables considerando los costes reales -externalidades incluidas- de cada modalidad y las necesidades reales del sistema: eficiencia, demanda, precio y garantía de suministro. Esta estrategia ha de establecer una electrificación urgente del transporte de personas y mercancías, del tejido industrial y de los usos residenciales, promover el ahorro y el consumo eficiente, favorecer la descentralización de la generación, avanzar hacia la soberanía energética del Estado y garantizar el derecho del ciudadano a generar energía para autoconsumo o distribución. Sin seguridad jurídica, nada de esto será creíble.

Desde la Fundación Renovables, abogamos por la implementación de un modelo energético sostenible cuyo objetivo sean las emisiones cero en el año 2050, basado en tres pilares básicos: la racionalización de la demanda, una electrificación creciente y eficiente, y una oferta de energía fundamentada en energías renovables. Los elementos fundamentales para guiar la necesaria transición energética en España son una nueva ley del sector eléctrico, una nueva normativa de autoconsumo, un plan de erradicación de la pobreza energética, el incremento de la contribución de las renovables al mix eléctrico, un plan de cierre progresivo de las centrales térmicas de carbón y nucleares, y un plan de apoyo a la movilidad eléctrica sostenible y a la rehabilitación de viviendas. La urgencia y la ambición es clave. La transición energética se dará en España antes o después. Está en nuestra mano que esta se produzca lo antes posible, para poderla gestionar de una manera más democrática y participada.

Presidente de Anpier

Miguel Ángel Martínez-Aroca

Presidente de Fundación Renovables

Domingo Jiménez Beltrán

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Presidente de Unesa

La energía eléctrica está llamada a ocupar un papel protagonista en la transición energética, como uno de los principales agentes descarbonizadores de la economía. Dicha transición debe hacerse de forma racional y progresiva, permitiendo que las distintas tecnologías se desarrollen antes de su implantación masiva y aprovechando las ventajas que aportan las distintas fuentes de generación, de modo que contemos con un mix eléctrico equilibrado y completo. Las renovables son clave en este proceso y, debido a su carácter intermitente, deberán ir acompañadas de otras tecnologías que garanticen la seguridad del suministro. Asimismo, habrá que tener en cuenta energías como la nuclear, al tratarse de una tecnología libre de emisiones y capaz de cubrir el 20 por ciento de la demanda, dotando al sistema de seguridad y estabilidad. Merece la pena mencionar, además, el valor que la movilidad eléctrica tendrá -en un futuro probablemente próximo- en la lucha contra el cambio climático.

Eduardo Montes

Esta transición tiene como objetivo la reducción de emisiones para poder combatir el cambio climático. Nada se puede conseguir si no hay voluntad política. El acuerdo de París es un buen comienzo que ahora cada país debe empezar a materializar en acciones concretas. Desde Armie entendemos que la transición energética debe apoyarse en tres pilares: Investigación, Desarrollo y la normativa que lo favorezca. Este I+D nos debe permitir alcanzar, en el sector transporte, la electrificación -vehículo eléctrico y tren- y la normalización -puntos de recarga y electrolineras-. En los sectores industrial y residencial, la eficiencia energética y la eliminación de petróleo y carbón como combustible. Y en la generación, la instalación de renovables, la generación distribuida y autoconsumo, la programación del cierre de centrales nucleares y de carbón y el mantenimiento transitorio de ciclos combinados hasta que el almacenamiento renovable pueda ofrecer el respaldo necesario para garantizar el suministro.

El camino hacia una sociedad más sostenible en el uso de recursos requiere la implantación de un nuevo modelo mediante una Transición Energética que nos lleve al cumplimiento de los objetivos de cambio climático y reindustrialización ambicionados por la UE. La industria básica será uno de los actores principales de esta Transición, tanto por el peso que la electricidad tiene en sus procesos, como por las consecuencias que tendría su deslocalización. Adicionalmente, esta industria resulta beneficiosa para el sistema ya que realiza un consumo predecible, una modulación de la demanda hacia las horas valle, que contribuye a la integración de las renovables, y potencia la seguridad del suministro mediante la interrumpibilidad. La Transición Energética española debe de recoger -a semejanza de otros países europeos- la singularidad del consumidor electrointensivo, desarrollando un marco que garantice su competitividad a la vez que se potencie la sostenibilidad del sistema eléctrico.

Presidenta de Armie

Belén de la Fuente Bueno

Presidente de Aege

Esther Alonso

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Director general de Acogen

En España, la transición energética debe hacerse impulsando mayores reformas estructurales -¿qué es una transición sino acometer reformas estructurales a tiempo?- que eleven la competitividad energética del país y de las industrias. Estas reformas potenciarían a las empresas para competir con éxito y liderazgo en los mercados energéticos asociados a la Unión de la Energía en Europa, y aprovechar las oportunidades globales que brinda el objetivo de una economía baja en carbono con acción por el clima y eficiencia energética. Más industria, eficiencia y acción por el clima; y más interconexión a través del desarrollo de los mercados, la regulación eficaz y la tecnología. Las reformas deben realizarse pronto, con una hoja de ruta con calendario preciso, transparencia, diálogo y el mayor acuerdo posible, generando confianza, seguridad jurídica y potenciando la Unión de la Energía y el proyecto político, social y humano de la Unión Europea.

Javier Rodríguez

La demanda de un modelo energético bajo en emisiones no supone el abandono inmediato de los combustibles fósiles, pues aún no existen los desarrollos técnicos necesarios para solventar cuestiones como el almacenamiento de la energía proveniente de fuentes renovables o su variabilidad. Desde Carbunión creemos que la transición hacia fuentes de energía con menores emisiones debe realizarse de manera ordenada y no deben perderse de vista las opciones existentes de reducir las emisiones de los combustibles convencionales, ya que juegan un papel importante para reducir la dependencia energética del exterior, contribuyen a la seguridad de suministro y/o sirven para moderar los precios de la energía. Nuestro grado de dependencia energética del exterior es superior al 70 por ciento. En España, estamos a punto de prescindir del carbón nacional, único combustible fósil que tenemos, capaz de proporcionar la seguridad de suministro necesaria en momentos críticos y modular los precios de la energía.

A nuestro juicio existen una serie de aspectos que van a revolucionar la situación actual del contexto energético en España: importante incremento de la eficiencia y fiabilidad de las tecnologías renovables, eólica y fotovoltaica; autoconsumo, generación distribuida y vehículo eléctrico; baterías de almacenamiento como respaldo de las renovables; agregación de demanda. Estos factores, unidos a la revalorización de la red como un sistema de comunicación B2B con el cliente, hacen que el foco principal del negocio energético se traslade de la generación a un amplio conjunto de actividades, en las que la demanda tendrá que jugar un papel muy activo. Para ello es necesario claridad y transparencia en los costes; y eso incluye revisar tarifas de acceso, pagos por capacidad, costes de operación de sistema, etc. Un último apunte, la futura descarbonización planeada por Europa puede salirnos muy cara si caemos en las trampas del pasado que nos llevaron a reconocer los famosos CTCs ex ante.

Presidente-Director general de Carbunión

Pedro Iglesia

Socio director de ACE

Francisco Espinosa

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GETTY

La transición energética precisará, en primer lugar, que se alcance un Pacto de Estado en el que se defina claramente el modelo energético hacia el que se quiera evolucionar y en el que se comprometan las fuerzas políticas a no hacer política con la energía. Tras ello, serán precisos una serie de marcos normativos claros y estables que den seguridad al conjunto de los inversores para el desarrollo de las tecnologías necesarias. Todo el sector al completo tendrá que adaptarse a este proceso de cambio, tanto desde sus estructuras internas como en lo relativo a los modelos de negocio. Pero también el país, sería bueno que se tomara conciencia de la gran oportunidad que se presenta para reforzar nuestro tejido tecnológico y, por qué no, para convertirnos en una potencia a nivel internacional. Por último, la vertiginosa evolución de la tecnología que será necesaria, va a suponer que sea imprescindible mucho diálogo entre todos los agentes involucrados, no sólo con las grandes eléctricas.

Presidente de Cide

Gerardo Cuerva

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Presidente de Sedigás

La presencia del gas natural en la evolución del mix energético al 2030 es el factor diferencial que ayudará a la Unión Europea y a España a alcanzar los objetivos para el año 2030, tanto en mejora de la eficiencia energética como en penetración de energías renovables y disminución de emisiones. España debería aprovechar las ventajas que ofrecen el binomio gas-renovables para el uso de calefacción y Agua Caliente Sanitaria (ACS), en la generación eléctrica con ciclos, en procesos industriales y de cogeneración. Ello le llevaría a cumplir más allá de los objetivos deseados con menor coste para el usuario, con un ahorro de más de 220 millones de euros en el sector residencial y terciario. Además, la presencia del gas natural en el sector del transporte y en el residencial, al ser una energía limpia, ayudará a las ciudades a mantener una calidad del aire adecuada para la salud humana, con la consiguiente disminución de enfermedades respiratorias, objetivo local y de corto plazo.

Antoni Peris

En Alemania han decidido que en el año 2050 toda la electricidad procederá de fuentes de energías renovables. Una decisión tan arriesgada como cuando, en 1977, en The 10th World Energy Conference, una comisión de expertos de 12 países aseguraron que en 2020 un 32 por ciento de la demanda de energía se cubriría con nuclear, un 25 por ciento con carbón y un 10 por ciento con energías renovables. Es evidente que la realidad diferirá bastante de esta previsión. Nos dirigimos a un mundo en el que las renovables incrementarán notablemente su importancia; sin embargo, el consumo eléctrico no es ni constante ni proporcional a la producción de estas energías, lo que genera importantes gaps energéticos -al menos hasta que se invente la pila gigante-, que solo pueden cubrir los combustibles y, de todos ellos, el gas es el más rápido, flexible y menos contaminante y, por tanto, será el gran protagonista de la transición energética.

España tiene una alta dependencia energética y un funcionamiento en el cual el peso de las energías tradicionales todavía está alejado de los objetivos fijados por la UE para 2020; por ello, es necesario contar con un nuevo marco legislativo -en el que ya se está trabajando en el parlamento español- que contemple la transición energética del modelo actual a uno nuevo que facilite el logro de los objetivos propuestos en la COP21 sobre el cambio climático, y en línea con el paquete de invierno de la Comisión Europea. Este nuevo marco legislativo ha de servir no solo para dinamizar el sector energético, sino también para profundizar en el aprovechamiento del potencial que las energías renovables tienen en nuestro país. Mientras tanto, el gas debe convertirse en una tecnología de transición, dado que no sólo sirve de respaldo a las renovables, sino que contribuye a promover la descarbonización. Mejorar la eficiencia energética y reducir su intensidad, así como transformar el modelo de transporte, son desafíos que hay que acometer.

Presidente de GasIndustrial

Juan Vila

Presidente de MibGas

Antonio Erias Rey

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ELISA SENRA

ESPECIAL Nº 50

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La transición energética en el transporte está determinada por la Directiva Europea de Infraestructura de Combustibles Alternativos, que tiene como objetivos la reducción de la dependencia del petróleo y el avance hacia una economía baja en carbono. El gas natural es la única alternativa energética para la movilidad capaz de dar respuesta efectiva a todo tipo de transporte por carretera, ferrocarril y marítimo. Por otra parte, el gas natural tiene el importante complemento del biogás/biometano, fuente renovable del mismo producto y que, por tanto, resulta neutra en emisiones de dióxido de carbono (CO2). El gas natural es económico, con emisiones casi cero en aquellos elementos que dañan a la salud. Las reservas mundiales son enormes y ofrece prestaciones, autonomía y fiabilidad demostradas. España cuenta con una infraestructura de abastecimiento del país muy desarrollada y la red de puntos de suministro en las carreteras y ciudades crece de forma continua.

Los carburantes derivados del petróleo han asegurado durante décadas la movilidad de personas y mercancías de forma competitiva, segura y cada vez más respetuosa con el medio ambiente. Sus ventajas competitivas -una mayor densidad energética, la facilidad con la que se transportan y almacenan, así como la existencia de una infraestructura de distribución extensa, versátil y flexible- han justificado su posición de dominio en la satisfacción de las necesidades energéticas del transporte, posición que mantendrán previsiblemente en el medio plazo. El potencial de mejora de la eficiencia y reducción de emisiones de los motores gasolina y gasóleo es todavía muy alto. Articular satisfactoriamente una movilidad con bajas emisiones requerirá extender el cambio de modelo -más allá de la energía consumida- a vehículos, infraestructuras y gestión de la demanda, tener en cuenta las preferencias de los consumidores y respetar los principios de factibilidad técnica, coste-beneficio y neutralidad tecnológica y fiscal.

Gobiernos, corporaciones y sociedades del siglo XXI se enfrentan al reto de la transición energética, el de identificar y optar por energías sostenibles y eficientes. Aplicado a la movilidad, esta transición no puede esperar a soluciones de futuro; hoy, más que nunca, necesitamos soluciones reales y accesibles, no quimeras inalcanzables, y esto nos conduce al Autogas, un combustible limpio, flexible, de disponibilidad inmediata y económico que resulta clave para una movilidad urbana sostenible. Para recorrer este excitante camino resulta primordial contar con marcos regulatorios propicios para que los centros de investigación continúen explorando posibilidades, desarrollando e implementando tecnologías capaces de mejorar nuestro modus vivendi y que la sociedad conozca, exija y apueste por energías más versátiles y resolutivas. Convertir las low emission zones en low emission societies es posible, y hoy estamos más cerca de conseguirlo gracias a energías tan limpias y sostenibles como el Autogas.

Presidente de Gasnam

José Ramón Freire

Director general de AOP

Álvaro Mazarrasa

Director general de AOGLP

José Luis Blanco

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Director general del Club Español de la Energía

La política energética europea se centra, fundamentalmente, en garantizar a sus ciudadanos una energía sostenible, asequible, segura y competitiva. España se enfrenta a los mismos retos que la UE y, aunque nuestro sistema energético presenta algunas características especiales, para abordar una correcta transición energética será fundamental aprovechar lo que ya tenemos y trabajar en todos los campos, desde el mix eléctrico, el transporte o la edificación, hasta la gestión de la demanda o la eficiencia. Debemos también afrontar esta transición desde un prisma multidisciplinar, que abarque los aspectos tecnológicos, regulatorios, fiscales, económicos y sociales, con la involucración de todas las partes interesadas, donde el consumidor sea el eje central y parte activa de las políticas energéticas. Contar con un sistema flexible y sólido para hacer frente a situaciones no previstas, así como con previsiones de demanda fiables, entre otros aspectos, permitirán una adecuada transición energética.

Arcadio Gutiérrez Zapico

La planificación y el cambio estructurado deben ser las prioridades para el proceso de transición hacia las energías renovables y la eliminación de las energías fósiles para usos energéticos. En Euskadi, conscientes de las limitaciones territoriales y tecnológicas de los diferentes tipos de energía, y de su capacidad real para abastecer de energía a un territorio pequeño pero altamente industrializado, la política energética apuesta por avanzar hacia un modelo cada vez menos intensivo en carbono, basado en la maximización de la eficiencia energética y la potenciación de las renovables. Prácticamente hemos eliminado el carbón, pretendemos la desvinculación progresiva del petróleo centrado en el transporte y seguimos avanzando hacia un uso más racional del gas natural, como energía de transición hasta su total sustitución por energías renovables. En este tránsito nos jugamos el bienestar de toda la sociedad, ya que debemos garantizar el futuro energético sin hipotecar el presente.

Sin duda debe hacerse con urgencia, en primer lugar, y estableciendo como objetivo prioritario medidas que hagan posible la senda de la descarbonización, en especial cuando España acaba de ratificar el Acuerdo de París y cuando Europa ha anunciado sanciones porque difícilmente cumpliremos nuestro compromiso de alcanzar el 20 por ciento de energías renovables durante los años que restan para 2020, cuando actualmente estamos en torno al 16 por ciento. Sin duda, los recortes retroactivos aplicados a las renovables no van a ayudar al cumplimiento de este objetivo. En lo que atañe al transporte urbano, los últimos episodios de contaminación atmosférica en grandes ciudades como Madrid o Barcelona y los protocolos aplicados dejan clara la necesidad de apostar por una movilidad eléctrica pública y privada, asociada a la renovación de un parque obsoleto en España, que contribuya a la demanda de energías renovables para su recarga.

Director deneral del Ente Vasco de la Enegía (EVE)

Íñigo Ansola Kareaga

Director gerente de Aedive

Arturo Pérez de Lucia

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Todos estamos de acuerdo en ir a un modelo energético eficiente, sostenible medioambientalmente y seguro. No siempre ha sido posible compatibilizar estas tres variables. La evolución tecnológica juega a nuestro favor, algunas tecnologías renovables ya compiten de tú a tú con las tecnologías tradicionales. El objetivo, también generalmente aceptado, es llegar a 2050 con una generación eléctrica prácticamente libre de emisiones. Esto exige ir avanzando en la penetración de renovables, atendiendo al crecimiento de la demanda con dichas tecnologías, sin alargar la vida útil de las instalaciones emisoras y cuidando la seguridad de suministro. En esta transición no podemos olvidarnos de impulsar el ahorro energético y de emisiones en los principales sectores consumidores: residencial (rehabilitación de edificios, concienciación, renovación de equipos, uso de la tecnología de regulación) y transporte (transporte público, vehículos de bajas emisiones, híbridos y eléctricos).

Hace años que defendemos la necesidad imperativa de definir una estrategia energética a largo plazo en España, más allá de los ajustes presupuestarios coyunturales, que garantice la seguridad de suministro, la sostenibilidad -contaminación- y favorezca la competitividad industrial. Esta estrategia debe tener en cuenta la revolución hacia el post fósil, como por ejemplo el cambio en el mix de generación eléctrica, el impacto en la cadena de valor del gas, y los cambios que se avecinan con la electrificación de la movilidad. Animamos a que la transición energética se construya sobre una visión nacional compartida que contemple objetivos de eficiencia energética, el impacto de la creciente competitividad de las fuentes de energía renovable frente a las fuentes fósiles que seguirán siendo relevantes, la estabilidad regulatoria, la necesidad de renovación del tejido empresarial hacia una Industria 4.0, y nuestra responsabilidad de liderar compromisos como el Acuerdo de París.

La transición energética consiste en transformar el modelo energético actual, muy basado en fuentes energéticas convencionales -combustibles fósiles-, a un modelo más sostenible basado, prioritariamente, en energías renovables que contribuyan a reducir los efectos del cambio climático y a mejorar la eficiencia energética. Este tránsito debería hacer compatible las grandes instalaciones -térmica, nuclear, ciclos combinados- con una especial orientación al consumidor final -generación distribuida- y al autoconsumo. Para ello, es fundamental apostar por las renovables, fomentar la innovación tecnológica y frenar el cambio climático actuando en aspectos como la regulación, los precios y la concienciación, que persigan la descarbonización de la actuación humana y una sociedad más electrificada. Un aspecto relevante para su consecución, y no implantado de forma suficiente, residiría en una nueva fiscalidad que fomente evitar la emisión de gases contaminantes.

Director del Área de Energía de BDO

Antonio Carbajal

Responsable de Industria y Energía para España en Roland Berger

João Saint-Aubyn

Socio de Oil & Gas de EY

Basilio Gómez

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