024-éxodo_text

57
ÉXODO Esclavitud y genocidio 1 Lista de los israelitas que fueron a Egipto con Jacob, cada uno con su familia: 2 Rubén, Simeón, Leví, Judá, 3 Isacar, Zabulón, Benjamín, 4 Dan, Neftalí, Gad, Aser. 5 Descendientes directos de Jacob, setenta personas; José ya estaba en Egipto. 1 6 Muerto José, sus hermanos y toda aquella generación, 7 los israelitas crecían y se propagaban, se multiplicaban y se hacían fuertes en extremo e iban llenando todo el país. 8 Subió al trono en Egipto un nuevo faraón que no había conocido a José, 9 y dijo a su pueblo: –Miren, los israelitas se están volviendo más numerosos y fuertes que nosotros; 10 vamos a vencerlos con astucia, porque si no crecerán; y si se declara la guerra, se aliarán con el enemigo, nos atacarán y después se marcharán de nuestra tierra. 11 Entonces, nombraron capataces que los explotaran con trabajos forzados en la construcción de las ciudades granero de Pitón y Ramsés. 12 Pero cuanto más los oprimían, ellos más crecían y se propagaban. Hartos de los israelitas, 13 los egipcios les impusieron trabajos penosos, 14 y les amargaron la vida con dura esclavitud, imponiéndoles los duros trabajos de la preparación de la arcilla, de la fabricación de los ladrillos y toda clase de trabajos del campo. 15 El rey de Egipto ordenó a las parteras hebreas –una se llamaba Séfora y otra Fuá–: 16 –Cuando asistan a las hebreas en el parto y les llegue el momento de dar a luz, si es niño lo matarán, si es niña la dejarán con vida. 17 Pero las parteras respetaban a Dios, y en vez de hacer lo que les mandaba el rey de Egipto dejaban con vida a los recién nacidos. 18 El rey de Egipto llamó a las parteras y las interrogó: –¿Por qué obran así y dejan con vida a las criaturas? 19 Contestaron al faraón: –Es que las mujeres hebreas no son como las egipcias: son robustas y dan a luz antes de que lleguen las parteras. 20 Dios premió a las parteras: el pueblo crecía y se hacía muy fuerte, 21 y a ellas, como respetaban a Dios, también les dio familia. 22 Entonces, el faraón ordenó a todos sus hombres: –Cuando les nazca un niño, deben arrojarlo al Nilo; si es niña, déjenla con vida. Infancia de Moisés 1 Un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer de la misma tribu; 2 ella concibió y dio a luz un niño. Viendo lo hermoso que era, lo tuvo escondido tres meses. 3 No pudiendo tenerlo escondido por más tiempo, tomó una cesta de mimbre, la embadurnó de barro y alquitrán, colocó en ella a la criatura y la depositó entre los juncos, a la orilla del Nilo. 2

Upload: delfin-navegante

Post on 17-Nov-2015

1 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

El éxodo

TRANSCRIPT

xodoEsclavitud y genocidio

1

1Lista de los israelitas que fueron a Egipto con Jacob, cada uno con su familia: 2Rubn, Simen, Lev, Jud, 3Isacar, Zabuln, Benjamn, 4Dan, Neftal, Gad, Aser. 5Descendientes directos de Jacob, setenta personas; Jos ya estaba en Egipto.

6Muerto Jos, sus hermanos y toda aquella generacin, 7los israelitas crecan y se propagaban, se multiplicaban y se hacan fuertes en extremo e iban llenando todo el pas.

8Subi al trono en Egipto un nuevo faran que no haba conocido a Jos, 9y dijo a su pueblo:

Miren, los israelitas se estn volviendo ms numerosos y fuertes que nosotros; 10vamos a vencerlos con astucia, porque si no crecern; y si se declara la guerra, se aliarn con el enemigo, nos atacarn y despus se marcharn de nuestra tierra.

11Entonces, nombraron capataces que los explotaran con trabajos forzados en la construccin de las ciudades granero de Pitn y Ramss. 12Pero cuanto ms los opriman, ellos ms crecan y se propagaban. Hartos de los israelitas, 13los egipcios les impusieron trabajos penosos, 14y les amargaron la vida con dura esclavitud, imponindoles los duros trabajos de la preparacin de la arcilla, de la fabricacin de los ladrillos y toda clase de trabajos del campo.

15El rey de Egipto orden a las parteras hebreas una se llamaba Sfora y otra Fu:

16Cuando asistan a las hebreas en el parto y les llegue el momento de dar a luz, si es nio lo matarn, si es nia la dejarn con vida.

17Pero las parteras respetaban a Dios, y en vez de hacer lo que les mandaba el rey de Egipto dejaban con vida a los recin nacidos.

18El rey de Egipto llam a las parteras y las interrog:

Por qu obran as y dejan con vida a las criaturas?

19Contestaron al faran:

Es que las mujeres hebreas no son como las egipcias: son robustas y dan a luz antes de que lleguen las parteras.

20Dios premi a las parteras: el pueblo creca y se haca muy fuerte, 21y a ellas, como respetaban a Dios, tambin les dio familia.

22Entonces, el faran orden a todos sus hombres:

Cuando les nazca un nio, deben arrojarlo al Nilo; si es nia, djenla con vida.Infancia de Moiss

2

1Un hombre de la tribu de Lev se cas con una mujer de la misma tribu; 2ella concibi y dio a luz un nio. Viendo lo hermoso que era, lo tuvo escondido tres meses. 3No pudiendo tenerlo escondido por ms tiempo, tom una cesta de mimbre, la embadurn de barro y alquitrn, coloc en ella a la criatura y la deposit entre los juncos, a la orilla del Nilo.

4Una hermana del nio observaba a distancia para ver en qu terminaba todo aquello. 5La hija del faran baj a baarse en el Nilo, mientras sus criadas la seguan por la orilla. Al descubrir la cesta entre los juncos, mand a la criada a recogerla. 6La abri, mir dentro y encontr un nio llorando. Conmovida, coment:

Es un nio de los hebreos.

7Entonces, la hermana del nio dijo a la hija del faran:

Quieres que vaya a buscar una nodriza hebrea que te cre el nio?

8Respondi la hija del faran:

Anda.

La muchacha fue y llam a la madre del nio.

9La hija del faran le dijo:

Llvate este nio y cramelo, y yo te pagar.

La mujer tom al nio y lo cri.

10Cuando creci el muchacho, se lo llev a la hija del faran, que lo adopt como hijo y lo llam Moiss, diciendo: Lo he sacado del agua.

Juventud de Moiss

11Pasaron los aos, Moiss creci, sali adonde estaban sus hermanos y los encontr transportando cargas. Y vio cmo un egipcio maltrataba a un hebreo, uno de sus hermanos. 12Mir a uno y otro lado, y viendo que no haba nadie, mat al egipcio y lo enterr en la arena.

13Al da siguiente, sali y encontr a dos hebreos riendo, y dijo al culpable:

Por qu maltratas a tu compaero?

14l le contest:

Quin te ha nombrado jefe y juez nuestro? Es que pretendes matarme como mataste al egipcio?

Moiss se asust pensando que la cosa se haba sabido.

15Cuando el faran se enter del hecho, busc a Moiss para darle muerte; pero Moiss huy del faran y se refugi en el pas de Madin. All se sent junto a un pozo.

16El sacerdote de Madin tena siete hijas, que solan salir a sacar agua y a llenar los bebederos para dar de beber al rebao de su padre. 17Llegaron unos pastores e intentaron echarlas. Entonces Moiss se levant, defendi a las muchachas y dio de beber a su rebao. 18Ellas volvieron a casa de Raguel, su padre, y l les pregunt:

Cmo as que hoy han vuelto tan pronto?

19Contestaron:

Un egipcio nos ha librado de los pastores, nos ha sacado agua y ha dado de beber al rebao.

20Replic el padre:

Dnde est? Cmo lo han dejado marchar? Llmenlo que venga a comer.

21Moiss accedi a vivir con l, y ste le dio a su hija Sfora por esposa. 22Ella dio a luz un nio y Moiss lo llam Guersn, diciendo: Soy forastero en tierra extranjera.

23Pasaron muchos aos, muri el rey de Egipto, y los israelitas se quejaban de la esclavitud y clamaron. Los gritos de auxilio de los esclavos llegaron a Dios. 24Dios escuch sus quejas y se acord de la alianza con Abrahn, Isaac y Jacob; 25y viendo a los israelitas, Dios se interes por ellos.

Vocacin de Moiss

(Jue 6,11-16)

3

1Moiss pastoreaba el rebao de su suegro Jetr, sacerdote de Madin; una vez llev el rebao ms all del desierto hasta llegar a Horeb, el monte de Dios. 2El ngel del Seor se le apareci en una llamarada entre las zarzas. Moiss se fij: la zarza arda sin consumirse.

3Moiss dijo:

Voy a acercarme a mirar este espectculo tan admirable: cmo es que no se quema la zarza.

4Viendo el Seor que Moiss se acercaba a mirar, lo llam desde la zarza:

Moiss, Moiss.

Respondi l:

Aqu estoy.

5Dijo Dios:

No te acerques. Qutate las sandalias de los pies, porque el sitio que pisas es terreno sagrado.

6Y aadi:

Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahn, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob.

Moiss se tap la cara temeroso de mirar a Dios.

7El Seor le dijo:

He visto la opresin de mi pueblo en Egipto, he odo sus quejas contra los opresores, me he fijado en sus sufrimientos. 8Y he bajado a librarlos de los egipcios, a sacarlos de esta tierra para llevarlos a una tierra frtil y espaciosa, tierra que mana leche y miel, el pas de los cananeos, hititas, amorreos, fereceos, heveos y jebuseos. 9La queja de los israelitas ha llegado a m, y he visto cmo los tiranizan los egipcios. 10Y ahora, anda, que te envo al faran para que saques de Egipto a mi pueblo, a los israelitas.

11Moiss replic a Dios:

Quin soy yo para acudir al faran o para sacar a los israelitas de Egipto?

12Respondi Dios:

Yo estoy contigo, y sta es la seal de que yo te envo: que cuando saques al pueblo de Egipto, darn culto a Dios en esta montaa.

13Moiss replic a Dios:

Mira, yo ir a los israelitas y les dir: el Dios de sus padres me ha enviado a ustedes. Si ellos me preguntan cmo se llama, qu les respondo?

14Dios dijo a Moiss:

Soy el que soy. Esto dirs a los israelitas: Yo soy me enva a ustedes.

15Dios aadi a Moiss:

Esto dirs a los israelitas: El Seor Dios de sus padres, Dios de Abrahn, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me enva a ustedes. ste es mi Nombre para siempre: as me llamarn de generacin en generacin. 16Vete, rene a las autoridades de Israel y diles: El Seor Dios de sus padres, de Abrahn, de Isaac y de Jacob, se me apareci y me ha dicho: Los tengo presentes y veo cmo los tratan los egipcios. 17He decidido sacarlos de la opresin egipcia y hacerlos subir al pas de los cananeos, hititas, amorreos, fereceos, heveos y jebuseos, a una tierra que mana leche y miel. 18Ellos te harn caso, y t, con las autoridades de Israel, te presentars al rey de Egipto y le dirs: El Seor Dios de los hebreos nos ha salido al encuentro, y nosotros tenemos que hacer un viaje de tres jornadas por el desierto para ofrecer sacrificios al Seor nuestro Dios. 19Yo s que el rey de Egipto no los dejar marchar si no es a la fuerza; 20pero yo extender la mano, herir a Egipto con prodigios que har en el pas, y entonces los dejar marchar. 21Y har que este pueblo se gane el favor de los egipcios, de modo que al salir no se marchen con las manos vacas. 22Las mujeres pedirn a sus vecinas, o a las dueas de las casas donde se alojen, objetos de plata y oro y ropa para vestir a sus hijos e hijas. As se llevarn botn de Egipto.

4

1Moiss replic:

Y si no me creen ni me hacen caso, y dicen que no se me ha aparecido el Seor?

2El Seor le pregunt:

Qu tienes en la mano?

Contest:

Un bastn.

3Dios le dijo:

Tralo al suelo.

l lo tir al suelo, y al instante se convirti en serpiente. Moiss retrocedi asustado.

4El Seor dijo a Moiss:

Extiende tu mano y agrrala por la cola.

Moiss extendi la mano, y al agarrarla en su mano la serpiente se convirti nuevamente en un bastn.

5Esto es para que crean que se te ha aparecido el Seor, Dios de sus padres, Dios de Abrahn, Dios de Isaac, Dios de Jacob.

6El Seor sigui dicindole:

Mete la mano en el pecho.

l la meti, y al sacarla tena la piel descolorida como la nieve, enferma de lepra.

7Le dijo:

Mtela otra vez en el pecho.

La meti, y al sacarla ya estaba tan sana como todo su cuerpo.

8Si no te creen ni te hacen caso al primer signo, te creern al segundo. 9Y si no te creen ni hacen caso a ninguno de los dos, toma agua del Nilo, derrmala en tierra, y el agua que hayas sacado del Nilo se convertir en sangre.

10Pero Moiss insisti al Seor:

Yo no tengo facilidad de palabra, ni antes ni ahora que has hablado a tu servidor; soy torpe de boca y de lengua.

11El Seor replic:

Quin da la boca al hombre? Quin lo hace mudo o sordo o perspicaz o ciego? No soy yo, el Seor? 12Por tanto, ve; yo estar en tu boca y te ensear lo que tienes que decir.

13Insisti:

No, Seor; enva el que tengas que enviar.

14El Seor se irrit con Moiss y le dijo:

Aarn, tu hermano, el levita, s que habla bien. l viene ya a tu encuentro y se alegrar al verte. 15Hblale y ponle mis palabras en la boca. Yo estar en tu boca y en la suya, y les ensear lo que tienen que hacer. 16l hablar al pueblo en tu nombre, l ser tu boca, t sers su dios. 17T toma el bastn con el que realizars los signos.

Moiss vuelve a Egipto

18Moiss volvi a casa de Jetr, su suegro, y le dijo:

Voy a volver a Egipto a ver si mis hermanos viven todava.

Jetr le contest:

Puedes irte en paz.

19El Seor dijo a Moiss en Madin:

Vuelve a Egipto, que han muerto los que intentaban matarte.

20Moiss tom a su mujer y a sus hijos, los mont en asnos y se encamin a Egipto. En la mano llevaba el bastn prodigioso.

21El Seor dijo a Moiss:

Mientras vuelves a Egipto, fjate en los prodigios que he puesto a tu disposicin, porque los tienes que hacer delante del faran. Yo lo pondr terco y no dejar salir al pueblo. 22T le dirs: As dice el Seor: Israel es mi hijo primognito, 23y yo te ordeno que dejes salir a mi hijo para que me sirva; si te niegas a soltarlo, yo dar muerte a tu hijo primognito.

24En un albergue del camino, el Seor le sali al paso para darle muerte. 25Sfora entonces tom un cuchillo de piedra, le cort el prepucio a su hijo, lo aplic a las partes de Moiss y dijo:

Eres para m un marido de sangre.

26Y el Seor lo dej cuando ella dijo: marido de sangre por la circuncisin.

27El Seor dijo a Aarn:

Ve al desierto a recibir a Moiss.

l fue, lo encontr en el monte de Dios y lo bes.

28Moiss cont a Aarn todas las cosas que el Seor le haba encomendado y los signos que le haba mandado hacer. 29Moiss y Aarn fueron y reunieron a las autoridades de Israel. 30Aarn repiti todo lo que el Seor haba dicho a Moiss, y ste realiz los signos ante el pueblo. 31El pueblo crey, y al or que el Seor se ocupaba de los israelitas y se fijaba en su opresin, se inclinaron en actitud de adoracin.

Moiss y Aarn ante el faran

(1 Re 12)

5

1Despus Moiss y Aarn se presentaron al faran, y le dijeron:

As dice el Seor Dios de Israel: Deja salir a mi pueblo, para que celebre mi fiesta en el desierto.

2Respondi el faran:

Quin es el Seor para que tenga que obedecerle dejando marchar a los israelitas? Ni reconozco al Seor ni dejar marchar a los israelitas.

3Ellos replicaron:

El Dios de los hebreos nos ha salido al encuentro: tenemos que hacer un viaje de tres das por el desierto para ofrecer sacrificios al Seor, nuestro Dios; de lo contrario, nos herir con peste o espada.

4El rey de Egipto les dijo:

Por qu ustedes, Moiss y Aarn, alborotan al pueblo en su trabajo? Vuelvan a transportar sus cargas. Y aadi: 5ya son ms numerosos que los naturales del pas, y ustedes quieren que dejen de transportar cargas.

6El mismo da, el faran dio rdenes a los capataces y a los inspectores:

7No sigan entregando paja para fabricar adobes a esta gente como hacan antes; que vayan ellos a buscarse la paja. 8Pero exjanles la misma cantidad de adobes que hacan antes, sin disminuir nada. Son unos flojos, y por eso andan gritando: Vamos a ofrecer sacrificios a nuestro Dios.

9Impnganles trabajos pesados y que los cumplan, y no hagan caso de sus cuentos.

10Los capataces y los inspectores salieron, y dijeron al pueblo:

Esto dice el faran: No les dar ms paja; 11vayan ustedes a buscarla y triganla de donde puedan, pero no por eso se les va a rebajar la cantidad de adobes que tienen fijada.

12El pueblo se dispers por todo el territorio egipcio buscando paja.

13Los capataces los apuraban diciendo:

Completen su trabajo, la tarea de cada da, como cuando se les daba la paja.

14Los capataces golpeaban a los inspectores israelitas que haban nombrado, dicindoles:

Por qu no completaron hoy la cantidad de adobes como lo hacan antes?

15Entonces, los inspectores israelitas fueron a reclamar al faran:

Por qu tratas as a tus siervos? 16Nos exigen que hagamos adobes sin darnos paja; tus siervos se llevan los golpes, pero el culpable es tu pueblo.

17Contest el faran:

Flojos, eso es lo que son, unos flojos; por eso andan diciendo: Vamos a ofrecer sacrificios al Seor. 18Y ahora a trabajar; paja no se les dar, pero tendrn que entregar la misma cantidad de adobes.

19Los inspectores israelitas se vieron en un aprieto cuando les dijeron que no disminuira la cantidad diaria de adobes, 20y encontrando a Moiss y a Aarn, que los esperaban a la salida del palacio del faran, 21les dijeron:

El Seor los examine y los juzgue. Nos han hecho odiosos ante l; al faran y su corte le han puesto en la mano una espada para que nos mate.

22Moiss volvi al Seor, y le dijo:

Seor, por qu maltratas a este pueblo? Para qu me has enviado? 23Desde que me present al faran para hablar en tu Nombre, el pueblo es maltratado y t no has librado a tu pueblo.

6

1El Seor respondi a Moiss:

Pronto vers lo que voy a hacer al faran: los dejar marchar a la fuerza y aun los echar de su territorio.

Misin de Moiss I

(3,7-10)

2Dios dijo a Moiss:

Yo soy el Seor. 3Yo me aparec a Abrahn, Isaac y Jacob como Dios Todopoderoso, pero no les di a conocer mi Nombre: el Seor. 4Yo hice alianza con ellos prometindoles la tierra de Canan, tierra donde haban residido como emigrantes. 5Yo tambin, al escuchar las quejas de los israelitas esclavizados por los egipcios, me acord de la alianza; 6por tanto, diles a los israelitas: Yo soy el Seor, yo les quitar de encima las cargas de los egipcios, los librar de su esclavitud, los rescatar con brazo extendido y haciendo justicia solemne. 7Los adoptar como mi pueblo y ser su Dios; para que sepan que soy el Seor, el Dios de ustedes, el que les quita de encima las cargas de los egipcios, 8los llevar a la tierra que promet con juramento a Abrahn, Isaac y Jacob, y se la dar en posesin. Yo, el Seor.

9Moiss comunic esto a los israelitas, pero no le hicieron caso, porque estaban agobiados por el dursimo trabajo.

10El Seor dijo a Moiss:

11Ve al faran, rey de Egipto, y dile que deje salir de su territorio a los israelitas.

12Moiss se dirigi al Seor en estos trminos:

Si los israelitas no me escuchan, cmo me escuchar el faran a m, que soy tan torpe de palabra?

13El Seor habl a Moiss y a Aarn, les dio rdenes para los israelitas y para el faran, rey de Egipto a fin de dejar salir de Egipto a los israelitas.

Lista de los cabezas de familia

(Gn 46,8-11)

14Hijos de Rubn, primognito de Jacob: Henoc, Fal, Jesrn y Carm; son los clanes de Rubn.

15Hijos de Simen: Yemuel, Yamn, Ohad, Yaqun, Sjar y Sal, hijo de la cananea; son los clanes de Simen.

16Lista de los hijos de Lev por generaciones: Guersn, Quehat y Merar Lev vivi ciento treinta y siete aos. 17Hijos de Guersn: Libn, Seme y sus clanes. 18Hijos de Quehat: Amrn, Yishar, Hebrn y Uziel Quehat vivi ciento treinta y tres aos. 19Hijos de Merar: Majli y Mus. Hasta aqu los clanes de Lev, por generaciones.

20Amrn se cas con Yoqubed, pariente suya, y ella le dio a Aarn y a Moiss Amrn vivi ciento treinta y siete aos. 21Hijos de Yishar: Craj, Nfeg y Zicr. 22Hijos de Uziel: Misael, Elsafn y Sitr. 23Aarn se cas con Isabel, hija de Aminadab y hermana de Najsn; ella dio a luz a Nadab, Abih, Eleazar e Itamar.

24Hijos de Craj: Asir, Elcan y Abiasaf; son los clanes corajitas.

25Eleazar, hijo de Aarn, se cas con una hija de Futiel, y ella dio a luz a Fines. Hasta aqu los cabezas de familia levitas por clanes.

26Y stos son Aarn y Moiss, a quienes el Seor dijo: Saquen a los israelitas de Egipto por escuadrones, 27y los que dijeron al faran, rey de Egipto, que dejara salir a los israelitas de Egipto: Moiss y Aarn.

Misin de Moiss II

28Cuando el Seor habl a Moiss en Egipto, 29le dijo:

Yo soy el Seor. Repite al faran de Egipto todo lo que te digo.

30Y Moiss le respondi al Seor:

Soy torpe de palabra, cmo me va a hacer caso el faran?

7

1El Seor dijo a Moiss:

Mira, te hago como un dios para el faran, y Aarn, tu hermano, ser tu profeta. 2T dirs todo lo que yo te mande, y Aarn le dir al faran que deje salir a los israelitas de su territorio. 3Yo pondr terco al faran y har muchos signos y prodigios contra Egipto. 4El faran no los escuchar, pero yo extender mi mano contra Egipto y sacar de Egipto a mis escuadrones, mi pueblo, los israelitas, haciendo solemne justicia. 5Para que los egipcios sepan que yo soy el Seor cuando extienda mi mano contra Egipto y saque a los israelitas de en medio de ellos.

6Moiss y Aarn hicieron puntualmente lo que el Seor les mandaba.

7Cuando hablaron al faran, Moiss tena ochenta aos, y Aarn ochenta y tres.

El bastn prodigioso

8El Seor dijo a Moiss y a Aarn:

9Cuando el faran les diga que hagan algn prodigio, le dirs a Aarn que agarre su bastn y lo tire delante del faran, y se convertir en una culebra.

10Moiss y Aarn se presentaron al faran e hicieron lo que el Seor les haba mandado. Aarn tir el bastn delante del faran y de sus ministros, y se convirti en una culebra. 11El faran llam a sus sabios y a sus hechiceros, y los magos de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos: 12cada uno tir su bastn, y se convirtieron en culebras, pero el bastn de Aarn se trag los otros bastones. 13Y el faran se puso terco y no les hizo caso, como haba anunciado el Seor.

Primera plaga:

el agua convertida en sangre

(Sab 11,6; Ap 8,8s; 16,3-7)

14El Seor dijo a Moiss:

El faran se ha puesto terco y se niega a dejar marchar al pueblo. 15Acude maana al faran, cuando salga al ro, y espralo a la orilla del Nilo, llevando contigo el bastn que se convirti en serpiente. 16Y dile: El Seor, Dios de los hebreos, me ha enviado a ti con este encargo: deja salir a mi pueblo para que me rinda culto en el desierto; hasta ahora no me has hecho caso. 17As dice el Seor: Con esto sabrs que yo soy el Seor: con el bastn que llevo en la mano golpear el agua del Nilo, y se convertir en sangre; 18los peces del Nilo morirn, el ro apestar y los egipcios no podrn beber agua del Nilo.

19El Seor dijo a Moiss:

Dile a Aarn: Agarra tu bastn, extiende la mano sobre las aguas de Egipto: ros, canales, estanques y pozos, y el agua se convertir en sangre. Y habr sangre por todo Egipto: en las vasijas de madera y en las de piedra.

20Moiss y Aarn hicieron lo que el Seor les mandaba. Levant el bastn y golpe el agua del Nilo a la vista del faran y de su corte. Toda el agua del Nilo se convirti en sangre. 21Los peces del Nilo murieron, el Nilo apestaba y los egipcios no podan beber agua, y hubo sangre por todo el pas de Egipto.

22Los magos de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos, de modo que el faran se empe en no hacer caso, como lo haba anunciado el Seor.

23El faran se volvi al palacio, pero no aprendi la leccin. 24Los egipcios cavaban pozos a los lados del Nilo buscando agua para beber, porque no podan beber el agua del Nilo.

Segunda plaga: ranas

(Sab 11,15s; 16,3; 19,10)

25A los siete das de haber golpeado el Nilo, 26el Seor dijo a Moiss:

Presntate al faran, y dile: As dice el Seor: deja marchar a mi pueblo para que me rinda culto. 27Si t te niegas a dejarlo marchar, yo infestar todo tu territorio de ranas; 28bullir el Nilo de ranas que subirn, se metern en tu palacio, por habitaciones y alcobas y hasta tu cama; lo mismo pasar en casa de tus ministros y de tu pueblo, en hornos y en donde amasan el pan. 29Las ranas saltarn sobre ti, sobre tu corte, y sobre todo tu pueblo.

8

1El Seor dijo a Moiss:

Dile a Aarn: Extiende la mano con el bastn sobre ros, canales y estanques, y haz salir ranas por todo el territorio egipcio.

2Aarn extendi la mano sobre las aguas de Egipto e hizo salir ranas que infestaron todo el territorio egipcio. 3Pero lo mismo hicieron los magos con sus encantamientos: hicieron salir ranas por todo el territorio egipcio.

4El faran llam a Moiss y a Aarn, y les pidi:

Pdanle al Seor que aleje las ranas de m y de mi pueblo, y dejar marchar al pueblo para que ofrezca sacrificios al Seor.

5Moiss respondi al faran:

Dime cundo tengo que rezar por ti, por tu corte y por tu pueblo, para que se acaben las ranas en tu palacio y queden slo en el Nilo.

6Respondi el faran:

Maana.

Dijo Moiss:

As se har, para que sepas que no hay otro como el Seor, nuestro Dios. 7Las ranas se alejarn de ti, de tu palacio, de tu corte y de tu pueblo, y quedarn slo en el Nilo.

8Moiss y Aarn salieron del palacio del faran. Moiss suplic al Seor por lo de las ranas, como haba convenido con el faran. 9El Seor cumpli lo que peda Moiss: las ranas fueron muriendo en casas, patios, campos, 10y las reunan en montones, de modo que todo el pas apestaba. 11Viendo el faran que le daban respiro, se puso terco y no les hizo caso, como lo haba anunciado el Seor.

Tercera plaga: mosquitos

(Sab 19,10)

12Dijo el Seor a Moiss:

Dile a Aarn: Extiende tu bastn y golpea el polvo del suelo, y se convertir en mosquitos por todo el territorio egipcio.

13As lo hicieron. Aarn extendi la mano y con el bastn golpe el polvo del suelo, que se convirti en mosquitos que atacaban a hombres y animales. Todo el polvo del suelo se convirti en mosquitos por todo el territorio egipcio.

14Intentaron los magos hacer lo mismo sacando mosquitos con sus encantamientos, y no pudieron. Los mosquitos atacaban a hombres y animales.

15Entonces los magos dijeron al faran:

Es el dedo de Dios.

Pero el faran se empe en no hacerles caso, como lo haba anunciado el Seor.

Cuarta plaga: moscas

16Dijo el Seor a Moiss:

Madruga maana, presntate al faran cuando sale hacia el ro y dile: As dice el Seor: deja marchar a mi pueblo para que me rinda culto; 17si t no sueltas a mi pueblo, yo soltar moscas contra ti, contra tu corte, tu pueblo y tu familia, se llenarn de moscas las casas de los egipcios y tambin los terrenos donde viven. 18Ese da dar trato diverso al territorio de Gosn, donde reside mi pueblo, de modo que all no habr moscas; para que sepas que yo, el Seor, estoy en el pas. 19Har distincin entre mi pueblo y el tuyo. Maana suceder este signo.

20El Seor lo cumpli: nubes de moscas invadieron el palacio del faran y de su corte y todo el territorio egipcio, de modo que toda la tierra estaba infestada de moscas.

21El faran llam a Moiss y a Aarn, y les dijo:

Vayan a ofrecer sacrificios a su Dios, pero sin salir del pas.

22Respondi Moiss:

No estara bien hacerlo as, porque los animales que ofreceremos al Seor, nuestro Dios son sagrados para los egipcios; y si sacrificamos a su vista los animales que ellos adoran, nos apedrearn; 23tenemos que hacer un viaje de tres das por el desierto para ofrecer sacrificios al Seor, nuestro Dios, como nos ha mandado.

24Replic el faran:

Yo los dejar marchar al desierto con sus vctimas para el Seor, su Dios, con la condicin de que no se alejen. Recen por m.

25Dijo Moiss:

Cuando salga de tu presencia rezar al Seor para que aleje las moscas de ti, de tu corte y de tu pueblo maana mismo. Pero que el faran no vuelva a usar fraudes para no dejar salir al pueblo a ofrecer sacrificios al Seor.

26Moiss sali de la presencia del faran, y rez al Seor. 27El Seor hizo lo que Moiss peda: alej las moscas del faran, de su corte y de su pueblo, hasta no quedar ni una. 28Pero el faran se puso terco tambin esta vez y no dej salir al pueblo.

Quinta plaga: peste

9

1El Seor dijo a Moiss:

Presntate al faran y hblale: As dice el seor, Dios de los hebreos: deja salir a mi pueblo para que me rinda culto. 2Si te niegas a dejarlos salir y sigues retenindolos a la fuerza, 3la mano del Seor se har sentir en el ganado del campo, caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas con una peste maligna. 4Pero el Seor har distincin entre el ganado de Israel y el egipcio, de modo que no muera ni uno solo de los animales de los israelitas. 5El Seor ha establecido un plazo: maana cumplir el Seor su palabra contra el pas.

6El Seor cumpli su palabra al da siguiente: muri todo el ganado de los egipcios, y del ganado de los israelitas no muri ni uno solo.

7El faran mand averiguar, y del ganado de los israelitas no haba muerto ni una res. Pero el faran se puso terco y no dej salir al pueblo.

Sexta plaga: lceras

(Ap 16,2.11)

8El Seor dijo a Moiss y a Aarn:

Recojan un puado de holln del horno y que Moiss lo arroje hacia el cielo a la vista del faran; 9se convertir por todo el territorio egipcio en polvo que caer sobre hombres y animales produciendo lceras y llagas en todo el territorio egipcio.

10Tomaron holln del horno, y a la vista del faran, Moiss lo arroj hacia el cielo, y hombres y animales se cubrieron de lceras y llagas.

11Los magos no pudieron resistir delante de Moiss, a causa de las lceras, que les haban salido como a todos los dems egipcios.

12Pero el Seor hizo que el faran se empease en no hacerles caso, como lo haba anunciado el Seor.

Sptima plaga: tormenta y granizo

(Ap 11,19; 16,17s; Sal 18; Sab 16,22)

13El Seor dijo a Moiss:

Maana de madrugada, presntate al faran y dile: Esto dice el Seor, Dios de los hebreos: deja salir a mi pueblo para que me rinda culto. 14Porque esta vez voy a soltar todas mis plagas contra ti mismo, tu corte y tu pueblo, para que sepas que no hay nadie como yo en toda la tierra. 15Poda haber soltado ya mi mano para herirlos hasta que desaparecieran. 16Pero con este fin te he mantenido en tu puesto, para mostrarte mi fuerza y para que se difunda mi fama en toda la tierra. 17Todava alzas tu barrera frente a mi pueblo para no dejarlo marchar. 18Pero mira, maana a estas horas har caer una terrible granizada como no ha cado otra igual en toda la historia de Egipto. 19As que, manda poner en lugar seguro tu ganado y lo que tienes en el campo. A los hombres y a los animales que se encuentren en el campo y no se refugien en los establos, les caer encima un granizo que los matar.

20Los ministros del faran que respetaron la Palabra del Seor hicieron refugiarse a sus esclavos y metieron corriendo el ganado en los establos; 21los que no atendieron a la Palabra del Seor, dejaron a sus esclavos y ganado en el campo.

22El Seor dijo a Moiss:

Extiende tu mano hacia el cielo y caer granizo en todo el territorio egipcio: sobre hombres y animales y sobre la hierba del campo.

23Moiss extendi su bastn hacia el cielo, y el Seor lanz truenos, granizo y rayos zigzagueando hacia la tierra; el Seor hizo granizar en el territorio egipcio. 24Vino el granizo, con rayos que se formaban entre el granizo, un pedrisco grueso como no se haba visto en Egipto desde que comenz a ser nacin. 25El granizo hizo destrozos en todo el territorio egipcio: hiri a todo lo que se encontraba en el campo, hombres y animales, destroz la hierba del campo y tronch los rboles silvestres. 26Pero en territorio de Gosn, donde vivan los israelitas, no cay granizo.

27Entonces el faran mand llamar a Moiss y a Aarn, y les dijo:

Esta vez he obrado mal. El Seor tiene razn, y yo y mi pueblo somos culpables. 28Recen al Seor, que ya basta de truenos y granizo, y los dejar marchar sin retenerlos ms.

29Moiss le contest:

Cuando salga de la ciudad extender las manos hacia el Seor, y cesarn completamente truenos y granizo, para que sepas que toda la tierra es del Seor. 30Aunque s que t y tu corte todava no respetan al Seor Dios.

31El lino y la cebada se perdieron, porque la cebada estaba en espiga y el lino estaba floreciendo, 32el trigo y el mijo no se perdieron, porque son tardos.

33Moiss sali del palacio y de la ciudad, y extendi las manos al Seor: cesaron truenos y granizo y la lluvia no azot la tierra. 34Viendo el faran que haban cesado la lluvia, el granizo y los truenos, volvi a pecar y se puso terco, l con su corte, 35y se empe en no dejar salir a los israelitas, como lo haba anunciado el Seor por medio de Moiss.

Octava plaga: langostas

(Jl 1,2-12; Ap 9,1-11)

10

1El Seor dijo a Moiss:

Presntate al faran, porque yo lo he puesto terco a l y a su corte, para realizar en medio de ellos mis signos; 2para que puedas contar a tus hijos y nietos cmo trat a los egipcios, y los signos que ejecut en medio de ellos; as sabrn que yo soy el Seor.

3Moiss y Aarn se presentaron al faran y le dijeron:

Esto dice el Seor, Dios de los hebreos: Hasta cundo te negars a humillarte ante m y a dejar marchar a mi pueblo para que me rinda culto? 4Si te niegas a dejar marchar a mi pueblo, maana enviar la langosta a tu territorio: 5cubrir la superficie de la tierra, de modo que no se vea el suelo; se comer todo lo que se haya salvado del granizo, se comer todas las plantas que brotan en el campo de ustedes; 6llenarn tu casa, las casas de tus ministros y de todos los egipcios; algo que no vieron tus padres ni tus abuelos desde que poblaron la tierra hasta hoy.

Moiss dio media vuelta y sali de la presencia del faran.

7Los ministros del faran dijeron:

Hasta cundo nos estar llevando se a la ruina? Deja marchar a esa gente para que rinda culto al Seor, su Dios. No acabas de comprender que Egipto se est arruinando?

8Hicieron volver a Moiss y a Aarn a presencia del faran, y ste les dijo:

Vayan a rendir culto al Seor, su Dios, pero antes dganme quines tienen que ir. 9Moiss respondi:

Tenemos que ir con chicos y ancianos, con hijos e hijas, con ovejas y vacas, para celebrar la fiesta del Seor.

10l replic:

El Seor los acompae, si yo los dejo marchar con sus nios. Se ve con claridad que ustedes tienen malas intenciones. 11No; que vayan solamente los varones a ofrecer culto al Seor; es lo que han pedido.

Y el faran los despach.

12El Seor dijo a Moiss:

Extiende tu mano sobre Egipto, haz que la langosta invada el pas y se coma la hierba y cuanto se ha salvado del granizo.

13Moiss extendi la vara sobre Egipto. El Seor hizo soplar sobre el pas un viento del este todo el da y toda la noche; a la maana siguiente, 14el viento trajo la langosta, que invadi todo Egipto, y se pos por todo el territorio; tal cantidad de langosta nunca hubo antes ni la habr despus. 15Cubri la superficie, destroz las tierras, devor la hierba y todos los frutos, cuanto se haba salvado del granizo, y no qued cosa verde, ni rboles ni hierba, en todo el territorio egipcio.

16El faran llam inmediatamente a Moiss y a Aarn, y les dijo:

He pecado contra el Seor, su Dios, y contra ustedes. 17Perdonen esta vez mi pecado, recen al Seor, su Dios, para que aleje de m este castigo mortal.

18Moiss sali de su presencia, y rez al Seor. 19El Seor cambi la direccin del viento, que empez a soplar con toda fuerza del oeste, y se llev la langosta, empujndola hacia el Mar Rojo: no qued una sola langosta en todo el territorio.

20Pero el Seor hizo que el faran se empease en no dejar marchar a los israelitas.

Novena plaga: tinieblas

(Sab 17; Ap 16,10)

21El Seor dijo a Moiss:

Extiende tu mano hacia el cielo, y se extender sobre el territorio egipcio una oscuridad palpable.

22Moiss extendi la mano hacia el cielo, y una densa oscuridad cubri el territorio egipcio durante tres das. 23No se vean unos a otros ni se movieron de su sitio durante tres das, mientras que todos los israelitas tenan luz en sus poblados.

24El faran llam a Moiss y a Aarn, y les dijo:

Vayan a ofrecer culto al Seor; tambin los nios pueden ir con ustedes, pero dejen las ovejas y las vacas.

25Respondi Moiss:

Tienes que dejarnos llevar vctimas para los sacrificios que hemos de ofrecer al Seor Dios nuestro. 26Tambin el ganado tiene que venir con nosotros, sin quedar ni una res, porque nosotros queremos tomar de lo nuestro para ofrecerlo al Seor, nuestro Dios, y no sabremos qu tenemos que ofrecer al Seor hasta que lleguemos all.

27Pero el Seor hizo que el faran se empeara en no dejarlos marchar.

28El faran, entonces, le dijo:

Fuera de mi presencia, y cuidado con volver a presentarte; si te vuelvo a ver, morirs inmediatamente.

29Respondi Moiss:

T mismo lo has dicho: no volver a verte.

Dcima plaga: muerte de los primognitos

11

1El Seor dijo a Moiss:

Todava tengo que enviar una plaga al faran y a su pas. Despus los dejar marchar de aqu, es decir, los echar a todos de aqu. 2Habla a todo el pueblo: que cada hombre pida a su vecino y cada mujer a su vecina utensilios de plata y oro.

3El Seor hizo que el pueblo se ganase el favor de los egipcios, y tambin Moiss era muy estimado en Egipto por los ministros del faran y por el pueblo.

4Dijo Moiss:

As dice el Seor: A medianoche yo har un recorrido entre los egipcios; 5morirn todos los primognitos de Egipto, desde el primognito del faran que se sienta en el trono hasta el primognito de la sierva que atiende al molino, y todos los primognitos del ganado. 6Y se oir un inmenso clamor por todo Egipto como nunca lo ha habido ni lo habr. 7Mientras que a los israelitas ni un perro les ladrar, ni a los hombres ni a las bestias; para que sepan que el Seor distingue entre egipcios e israelitas. 8Entonces todos estos ministros tuyos acudirn a m, y de rodillas me pedirn: Vyanse, t y el pueblo que te sigue. Entonces saldr.

Y sali enojado de la presencia del faran.

9As, el Seor dijo a Moiss:

El faran no les har caso, y as se multiplicarn mis prodigios en Egipto.

10Y Moiss y Aarn hicieron todos estos prodigios en presencia del faran; pero el Seor hizo que el faran se empeara en no dejar marchar a los israelitas de su territorio.

Pascua

(Lv 23,5-8; Nm 9,1-14; Dt 16,1-8; Jos 5,10)

12

1En aquellos das, el Seor dijo a Moiss y a Aarn en Egipto:

2Este mes ser para ustedes el principal, ser para ustedes el primer mes del ao. 3Digan a toda la asamblea de Israel: El diez de este mes cada uno se conseguir un cordero o un cabrito para su familia, uno por casa. 4Si la familia es demasiado pequea para terminarlo, que se junte con el vecino de casa; el animal se repartir segn el nmero de comensales y lo que coma cada uno. 5Ser un animal sin defecto, macho, de un ao, cordero o cabrito. 6Lo guardarn hasta el da catorce del mes, y entonces toda la asamblea de Israel lo matar al atardecer. 7Con algo de la sangre rociarn el marco de la puerta de la casa donde lo coman. 8Esa noche comern la carne, asada a fuego, acompaada de pan sin fermentar y verduras amargas. 9No comern de ella nada crudo ni cocido en agua, sino asado a fuego: con cabeza, patas y entraas. 10No dejarn restos para la maana siguiente, y si sobra algo, lo quemarn. 11Y lo comern as: ceidos con el cinturn, las sandalias en los pies, un bastn en la mano; y lo comern rpidamente, porque es la Pascua del Seor. 12Esa noche atravesar todo el territorio egipcio dando muerte a todos sus primognitos, de hombres y de animales; y dar un justo escarmiento a todos los dioses de Egipto. Yo soy el Seor. 13La sangre ser su contrasea de ustedes en las casas donde estn: cuando vea la sangre, pasar de largo; no los tocar la plaga exterminadora cuando yo pase hiriendo a Egipto. 14Este da ser para ustedes memorable, en l celebrarn fiesta al Seor. Y lo harn de generacin en generacin como una ley perpetua.

Los zimos

(Nm 9,11; 1 Cor 5,7s)

15Durante siete das comern panes sin levadura; el da primero harn desaparecer de sus casas toda levadura, porque el que coma algo fermentado ser excluido de Israel. As del primero al sptimo da. 16El da primero hay asamblea litrgica y tambin el da sptimo: en esos das no trabajarn; solamente prepararn lo que haga falta a cada uno para comer. 17Ustedes celebrarn la fiesta de los zimos, porque en ese da sac el Seor a sus escuadrones de Egipto. Harn fiesta ese da: esto es ley perpetua para todas sus generaciones. 18Desde la tarde del da catorce del mes primero a la tarde del da veintiuno comern panes sin levadura; 19durante siete das no habr levadura en sus casas, porque quien coma algo fermentado ser excluido de la asamblea de Israel, sea forastero o nativo. 20Por lo tanto no coman nada fermentado, dondequiera que ustedes vivan, coman panes sin levadura.

rdenes de Moiss

21Moiss llam a todas las autoridades de Israel y les dijo:

Elijan un cordero o un cabrito por familia y mtenlo para celebrar la pascua. 22Tomen un manojo de ramas de hisopo, mjenlo en la sangre del plato y unten de sangre el marco de la puerta, y ninguno de ustedes salga por la puerta de casa hasta la maana siguiente. 23El Seor va a pasar hiriendo a Egipto, y cuando vea la sangre en el marco de la puerta, el Seor pasar de largo y no permitir al exterminador entrar en sus casas para herir. 24Cumplan este mandato del Seor: sta es una ley perpetua para ustedes y sus hijos. 25Y cuando entren en la tierra que el Seor les va a dar, segn lo prometido, debern seguir celebrando este rito. 26Y cuando sus hijos les pregunten qu significa este rito, 27les respondern: es el sacrificio de la Pascua del Seor. l pas en Egipto, junto a las casas de los israelitas, hiriendo a los egipcios y protegiendo nuestras casas.

28El pueblo se inclin en seal de adoracin. Y los israelitas fueron y pusieron por obra lo que el Seor haba mandado a Moiss y a Aarn.

Muerte de los primognitos y salida de Israel

(Sab 18,5-19; Sal 105,36-38)

29A medianoche, el Seor hiri de muerte a todos los primognitos de Egipto: desde el primognito del faran que se sienta en el trono hasta el primognito del preso encerrado en el calabozo, y los primognitos de los animales. 30An de noche, se levant el faran y su corte y todos los egipcios, y se oy un clamor inmenso en todo Egipto, porque no haba casa en que no hubiera un muerto.

31El faran llam a Moiss y a Aarn de noche, y les dijo:

Levntense, salgan inmediatamente de en medio de mi pueblo, ustedes con todos los israelitas, vayan a ofrecer culto al Seor como lo haban pedido; 32llvense tambin como queran las ovejas y las vacas y vyanse. Y rueguen a Dios por m.

33Los egipcios apuraban al pueblo para que saliese cuanto antes del pas, porque teman morir todos. 34El pueblo sac la masa sin fermentar, la envolvi en mantas y se la carg al hombro. 35Adems, los israelitas hicieron lo que Moiss les haba mandado: pidieron a los egipcios utensilios de plata y oro y ropa; 36el Seor hizo que se ganaran el favor de los egipcios, que les dieron lo que pedan. As despojaron a Egipto.

37Los israelitas marcharon de Ramss hacia Sucot: eran seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los nios; 38y les segua una turba inmensa, con ovejas y vacas y enorme cantidad de ganado.

39Como no haban tenido tiempo de preparar comida cocieron la masa que haban sacado de Egipto haciendo tortas de pan zimo, ya que no haba fermentado, porque los egipcios los echaban y no podan detenerse y tampoco se llevaron provisiones.

40La permanencia de los israelitas en Egipto dur cuatrocientos treinta aos. 41Cumplidos los cuatrocientos treinta aos, el mismo da, salieron de Egipto los escuadrones del Seor. 42El Seor vel aquella noche para sacarlos de Egipto: por eso ser para los israelitas noche de vela por todas las generaciones.

Rito de la Pascua

43El Seor dijo a Moiss y a Aarn:

ste es el rito de la Pascua. Ningn extranjero la comer. 44Los esclavos que te hayas comprado, circuncdalos y slo entonces podrn comerla. 45Ni el criado ni el jornalero la comern. 46Cada cordero se ha de comer dentro de una casa sin sacar afuera nada de la carne, y no le rompern ningn hueso. 47La comunidad entera de Israel la celebrar. 48Y si el emigrante que vive contigo quiere celebrar la Pascua del Seor, har circuncidar a todos los varones, y slo entonces podr tomar parte en ella: ser como el nacido en el pas. Pero ningn incircunciso la comer. 49La misma ley vale para el nacido en el pas y para el emigrante que vive con ustedes.

50As lo hicieron los israelitas: todo lo que el Seor haba ordenado a Moiss y a Aarn lo cumplieron. 51Y aquel mismo da el Seor sac de Egipto a los israelitas, por escuadrones.

13

1El Seor dijo a Moiss:

2Consgrame todos los primognitos israelitas; el primer parto, lo mismo de hombres que de animales, me pertenece.

3Y Moiss dijo al pueblo:

Guarden siempre el recuerdo de este da, en que han salido de Egipto, de la esclavitud, cuando el Seor con mano fuerte los sac de all. Este da no se comer nada fermentado. 4Salen hoy, en el mes de abril.

Los panes zimos

5Cuando el Seor te haya introducido en la tierra de los cananeos, los amorreos, los heveos y los jebuseos, en el pas que el Seor te dar, porque as lo jur a tus padres, tierra que mana leche y miel, entonces en este mes celebrars el siguiente rito: 6Durante siete das comers panes sin levadura y el da sptimo se har fiesta en honor del Seor. 7Durante esos siete das se comer pan sin levadura y no ha de aparecer en todo tu territorio levadura ni nada fermentado. 8Y ese da le explicars a tu hijo: Esto es por lo que el Seor hizo en mi favor cuando sal de Egipto. 9Este rito te servir como si tuvieras una seal en el brazo y un recordatorio en la frente, para que tengas en los labios la Ley del Seor, que con mano fuerte te sac de Egipto. 10Guardars este mandato todos los aos, en su fecha.

Los primognitos

(Dt 15,19-23; Nm 3,11-13)

11Cuando el Seor te introduzca en la tierra de los cananeos, como jur a ti y a tus padres, y te la entregue, 12dedicars al Seor todos los primognitos: el primer parto de tus animales, si es macho, pertenece al Seor. 13La primera cra de asno la rescatars con un cordero; si no la rescatas, la desnucars. Pero los primognitos humanos los rescatars siempre. 14Y cuando maana tu hijo te pregunte: Qu significa esto?, le responders: Con mano fuerte nos sac el Seor de Egipto, de la esclavitud. 15El faran se puso terco en no dejarnos salir, entonces el Seor dio muerte a todos los primognitos de Egipto, lo mismo de hombres que de animales. Por eso yo sacrifico al Seor todo primognito macho de los animales. Pero los primognitos de mis hijos los rescato. 16Te servir como seal en el brazo y signo en la frente de que con mano fuerte te sac el Seor de Egipto.

Hacia el Mar Rojo

17Cuando el faran dej marchar al pueblo, Dios no los gui por el camino de Palestina, que es el ms corto, pensando que si se vean atacados, se arrepentiran y volveran a Egipto, 18por eso Dios hizo que el pueblo diese un rodeo por el desierto hacia el Mar Rojo. Los israelitas haban salido de Egipto muy bien equipados. 19Moiss tom consigo los huesos de Jos, como se lo haba hecho jurar a los israelitas: Cuando Dios se ocupe de ustedes, se llevarn mis huesos de aqu.

20Partieron de Sucot y acamparon en Etn, al borde del desierto. 21El Seor caminaba delante de ellos, de da en una columna de nubes para guiarlos; de noche, en una columna de fuego, para alumbrarles; as podan caminar da y noche. 22No se apartaba delante de ellos ni la columna de nubes de da ni la columna de fuego de noche.

Paso del Mar Rojo

(Sab 19,1-9; Sal 136,13-15)

14

1El Seor dijo a Moiss:

2Di a los israelitas que se vuelvan y acampen en Fejirot, entre Migdal y el mar, frente a Baal Safn; pongan los campamentos mirando al mar. 3El faran pensar que los israelitas estn perdidos en el pas y que el desierto les cierra el paso. 4Har que el faran se empee en perseguirlos, y me cubrir de gloria derrotando al faran y a su ejrcito, y sabrn los egipcios que yo soy el Seor.

As lo hicieron los israelitas.

5Cuando comunicaron al rey de Egipto que el pueblo haba escapado, el faran y su corte cambiaron de parecer sobre el pueblo, y se dijeron: Qu hemos hecho? Hemos dejado marchar a nuestros esclavos israelitas. 6Hizo enganchar su carro y tom consigo sus tropas: 7seiscientos carros escogidos y los dems carros de Egipto con sus correspondientes oficiales.

8El Seor hizo que el faran se empease en perseguir a los israelitas, mientras stos salan triunfalmente.

9Los egipcios los persiguieron con caballos, carros y jinetes, y les dieron alcance mientras acampaban en Fejirot, frente a Baal Safn.

10El faran se acercaba, los israelitas alzaron la vista y vieron a los egipcios que avanzaban detrs de ellos, y muertos de miedo gritaron al Seor. 11Y dijeron a Moiss:

No haba sepulcros en Egipto? Nos ha trado al desierto a morir. Qu nos has hecho sacndonos de Egipto? 12No te decamos ya en Egipto: Djanos en paz, y serviremos a los egipcios; ms nos vale servir a los egipcios que morir en el desierto?

13Moiss respondi al pueblo:

No tengan miedo; mantnganse firmes y vern la victoria que el Seor les va a conceder hoy; esos egipcios que estn viendo hoy, no los volvern a ver jams. 14El Seor pelear por ustedes; ustedes esperen en silencio.

15El Seor dijo a Moiss:

Por qu me invocas a gritos? Ordena a los israelitas que avancen. 16T alza el bastn y extiende la mano sobre el mar, y se abrir en dos, de modo que los israelitas puedan atravesarlo a pie, sin mojarse. 17Yo har que el faran se empee en entrar detrs de ustedes y mostrar mi gloria derrotando al faran con su ejrcito, sus carros y jinetes; 18para que sepa Egipto que yo soy el Seor, cuando muestre mi gloria derrotando al faran con sus carros y jinetes.

19El ngel de Dios, que caminaba delante del campamento israelita, se levant y pas a su retaguardia; la columna de nubes que estaba delante de ellos se puso detrs de ellos, 20metindose entre el campamento egipcio y el campamento israelita; la nube se oscureci y la noche qued oscura, de modo que no pudieron acercarse unos a otros en toda la noche.

21Moiss extendi la mano sobre el mar, el Seor hizo retirarse al mar con un fuerte viento del este que sopl toda la noche; el mar qued seco y las aguas se dividieron en dos. 22Los israelitas entraron por el mar a pie, sin mojarse, y las aguas les hacan de muralla a derecha e izquierda. 23Los egipcios, persiguindolos, entraron detrs de ellos por el mar, con los caballos del faran, sus carros y sus jinetes.

24De madrugada, mir el Seor desde la columna de fuego y de nubes y desbarat al ejrcito egipcio. 25Trab las ruedas de los carros, hacindolos avanzar pesadamente. Los egipcios dijeron:

Huyamos de los israelitas, porque el Seor combate por ellos contra Egipto.

26Pero Dios dijo a Moiss:

Tiende tu mano sobre el mar, y las aguas se volvern contra los egipcios, sus carros y sus jinetes.

27Moiss tendi su mano sobre el mar: al despuntar el da el mar recobr su estado ordinario, cuando los egipcios trataron de huir, se toparon con las aguas, y el Seor arroj a los egipcios en medio del mar. 28Las aguas, al reunirse, cubrieron carros, jinetes y todo el ejrcito del faran que haba entrado en el mar persiguiendo a Israel, y no escap uno solo. 29Pero los israelitas pasaron por el mar a pie, sin mojarse, mientras las aguas les hacan de muralla a derecha e izquierda.

30Aquel da el Seor libr a los israelitas de los egipcios, y los israelitas vieron los cadveres de los egipcios a la orilla del mar. 31Los israelitas vieron la mano magnfica de Dios y lo que hizo a los egipcios. As, Israel respet al Seor y tuvo confianza en l y en Moiss, su servidor.

Canto de Moiss

15

1Entonces Moiss y los israelitas cantaron este canto al Seor:

Cantar al Seor, que se ha cubierto de gloria,

caballos y jinetes ha arrojado en el mar.

2Mi fuerza y mi poder es el Seor,

l fue mi salvacin.

l es mi Dios: yo lo alabar;

el Dios de mi padre: yo proclamar su grandeza.

3El Seor es un guerrero,

su Nombre es el Seor.

4l arroj al mar los carros y la tropa del faran,

ahog en el Mar Rojo a sus mejores capitanes.

5Las olas los cubrieron,

bajaron hasta el fondo como piedras.

6Tu mano, Seor, es fuerte y magnfica;

tu mano, Seor, tritura al enemigo;

7tu gran victoria destruye al adversario,

lanzas tu incendio y los devora como paja.

8Al soplo de tu ira se amontonaron las aguas,

las corrientes se alzaron como un dique,

las olas se cuajaron en el mar.

9Deca el enemigo: Los perseguir y alcanzar,

repartir el botn, se saciar mi codicia,

desenvainar la espada, los agarrar mi mano.

10Pero sopl tu aliento y los cubri el mar,

se hundieron como plomo en las aguas formidables.

11Quin hay como t entre los dioses, Seor,

magnfico en tu santidad,

temible por tus proezas, autor de prodigios?

12Extendiste tu mano: se los trag la tierra;

13guiaste con tu fidelidad al pueblo que habas rescatado,

los llevaste con tu poder hasta tu santa morada.

14Lo oyeron los pueblos y temblaron,

se estremecieron los jefes filisteos,

15se espantaron los jefes de Edom,

un temblor sacude a los prncipes de Moab,

perdieron el valor todos los jefes cananeos;

16los asaltaron tu espanto y tu pavor,

los dej petrificados la grandeza de tu brazo,

mientras pasaba tu pueblo, Seor,

mientras pasaba el pueblo que te habas comprado.

17Lo introduces y lo plantas en el monte de tu herencia,

lugar del que hiciste tu trono, Seor;

santuario, Seor, que fundaron tus manos.

18El Seor reina por siempre jams.

19Cuando el caballo del faran y su carro y sus jinetes entraron por el mar, el Seor volc sobre ellos las aguas del mar; en cambio, los israelitas atravesaron el mar a pie, sin mojarse.

20Mara, la profetisa, hermana de Aarn, tom su pandereta en la mano, y todas las mujeres salieron con panderetas a danzar detrs de ella. 21Mara entonaba:

Canten al Seor, que se ha cubierto de gloria;

caballos y carros ha arrojado en el mar.

Primera etapa en el desierto

Ya est el pueblo fuera de Egipto y todava no ha llegado a la tierra prometida. Entre las dos fronteras, entre los dos momentos decisivos, se extiende un tiempo de reflexin y prueba en el desierto. Lugar desamparado que reduce al pueblo a las necesidades elementales de la subsistencia y lo pone a prueba, para que conquiste desde dentro la libertad que le han regalado. Tiempo intermedio de dilacin, para templar el aguante y cultivar la esperanza, para vivir de la promesa despus de haber experimentado el primer favor: la liberacin.

Nace as un forcejeo entre el pueblo y su Libertador a travs del mediador Moiss, forcejeo rico en experiencias aleccionadoras para los protagonistas y sus descendientes. Tambin esta etapa se convierte en modelo de futuras peregrinaciones por otros desiertos, a la conquista de la libertad y la esperanza. Por su carcter elemental, los sucesos despliegan un valor simblico de futuras experiencias religiosas: el agua, el man, que culminarn en la teologa simblica del evangelista Juan.

Los episodios que comienzan aqu continan en el libro de los Nmeros, especialmente en los captulos 1116 y 20.

Murmuraciones por la carencia de agua

22Moiss hizo partir a los israelitas del Mar Rojo y los llev hacia el desierto del Sur; caminando tres das por el desierto sin encontrar agua, 23llegaron por fin a Mar, pero no pudieron beber el agua porque era amarga por eso se llama Mar.

24El pueblo protest contra Moiss, diciendo:

Qu vamos a beber ahora?

25l invoc al Seor, y el Seor le indic una planta; Moiss la ech en el agua, que se convirti en agua dulce. All les dio leyes y mandatos y los puso a prueba, 26dicindoles:

Si obedecen al Seor, su Dios, haciendo lo que es justo a sus ojos, escuchando sus mandatos y cumpliendo sus leyes, no les enviar las enfermedades que he enviado a los egipcios, porque yo soy el Seor, que te cura.

27Llegaron a Elim, donde haba doce manantiales y setenta palmeras, y acamparon all junto a las aguas.

Man y codornices

(Nm 11; Sal 78,15s; 106,13-15; Sab 16,20-29)

16

1Toda la comunidad de Israel parti de Elim y lleg al desierto de Sin, entre Elim y Sina, el da quince del segundo mes despus de salir de Egipto. 2La comunidad de los israelitas protest contra Moiss y Aarn en el desierto, 3diciendo:

Ojal hubiramos muerto a manos del Seor en Egipto, cuando nos sentbamos junto a la olla de carne y comamos pan hasta hartarnos! Nos han trado a este desierto para matar de hambre a toda esta comunidad.

4El Seor dijo a Moiss:

Yo les har llover pan del cielo: que el pueblo salga a recoger la racin de cada da; lo pondr a prueba, a ver si guarda mi ley o no. 5El da sexto prepararn lo que hayan recogido, y ser el doble de lo que recogen a diario.

6Moiss y Aarn dijeron a los israelitas:

Esta tarde ustedes sabrn que es el Seor quien los ha sacado de Egipto, 7y maana vern su gloria ya que el Seor ha odo las quejas de ustedes contra l. Porque, quines somos nosotros para que ustedes nos critiquen? 8Dijo Moiss:

Esta tarde el Seor les dar de comer carne y maana los saciar de pan; el Seor los ha odo protestar contra l; nosotros qu somos? No han protestado contra nosotros, sino contra el Seor.

9Moiss dijo a Aarn:

Di a la asamblea de los israelitas: Acrquense al Seor, que ha escuchado sus protestas.

10Mientras Aarn hablaba a la asamblea, ellos miraron hacia el desierto y vieron la Gloria del Seor, que apareca en la nube.

11El Seor dijo a Moiss:

12He odo las protestas de los israelitas. Diles: Hacia el atardecer comern carne, por la maana comern pan hasta quedar satisfechos, para que sepan que yo soy el Seor, su Dios.

13Por la tarde, una bandada de codornices cubri todo el campamento; por la maana haba una capa de roco alrededor del campamento. 14Cuando se evapor la capa de roco, apareci en la superficie del desierto un polvo fino parecido a la escarcha. 15Al verlo, los israelitas preguntaron:

Qu es esto?

Porque no saban lo que era.

Moiss les dijo:

Es el pan que el Seor les da para comer. 16stas son las rdenes del Seor: que cada uno recoja lo que pueda comer, dos litros por cabeza para todas las personas que vivan en cada tienda de campaa.

17As lo hicieron los israelitas: unos recogieron ms, otros menos. 18Y al medirlo en el celemn, no le sobraba al que haba recogido ms, ni le faltaba al que haba recogido menos: haba recogido cada uno lo que poda comer.

19Moiss les dijo:

Que nadie guarde para maana.

20Pero no le hicieron caso, sino que algunos guardaron para el da siguiente, y entonces salieron gusanos que lo pudrieron. Moiss se enoj con ellos.

21Recogan cada maana, cada uno lo que iba a comer, porque el calor del sol lo derreta. 22El da sexto recogan el doble, cuatro litros cada uno. Los jefes de la comunidad informaron a Moiss 23y l les contest:

Es lo que haba dicho el Seor: maana es sbado, descanso dedicado al Seor; cocinen hoy lo que tengan que cocinar y guisen lo que tengan que guisar, y lo que sobre, gurdenlo para maana.

24Ellos lo apartaron para el da siguiente, como haba mandado Moiss, y no le salieron gusanos ni se pudri.

25Moiss les dijo:

Cmanlo hoy, porque hoy es da de descanso dedicado al Seor, y no lo encontrarn en el campo; 26podrn recogerlo durante los seis das, pero el sptimo da es descanso y no habr nada.

27El da sptimo salieron algunos a recoger y no encontraron nada.

28El Seor dijo a Moiss:

Hasta cundo se negarn a cumplir mis mandatos y preceptos? 29El Seor es quien les da el descanso; por eso el da sexto se les da el pan de dos das. Que cada uno se quede en su puesto sin salir de su tienda el da sptimo.

30El pueblo descans el da sptimo.

31Los israelitas llamaron a aquella sustancia man: era blanca, como semillas de cilantro y era dulce como las tortas amasadas con miel.

32Dijo Moiss:

stas son las rdenes del Seor: Llena de man una medida de dos litros y gurdenla para que las generaciones futuras puedan ver el pan que les di de comer en el desierto cuando los saqu de Egipto.

33Moiss orden a Aarn:

Toma una jarra, mete en ella dos litros de man y colcalo ante el Seor; que se conserve para las generaciones futuras.

34Aarn, segn el mandato del Seor a Moiss, lo coloc ante el documento de la alianza, para que se conservase.

35Los israelitas comieron man durante cuarenta aos, hasta que llegaron a tierra habitada. Comieron man hasta atravesar la frontera de Canan. 36El contenedor usado para la medida del man era de dos litros.

Agua de la roca

(Nm 20,1-13; Sab 11,4.7)

17

1La comunidad israelita se alej del desierto de Sin por etapas, segn las rdenes del Seor, y acamparon en Rafidn, donde el pueblo no encontr agua de beber. 2El pueblo se rebel contra Moiss, diciendo:

Danos agua de beber.

l les respondi:

Por qu se rebelan contra m y tientan al Seor?

3Pero el pueblo, sediento, protest contra Moiss:

Por qu nos has sacado de Egipto?, para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y al ganado?

4Moiss clam al Seor:

Qu hago con este pueblo? Por poco me apedrean.

5El Seor respondi a Moiss:

Pasa delante del pueblo, acompaado de las autoridades de Israel, empua el bastn con el que golpeaste el Nilo y camina; 6yo te espero all, junto a la roca del Horeb. Golpea la roca y saldr agua para que beba el pueblo.

Moiss lo hizo ante las autoridades israelitas 7y llam al lugar Mas y Merib, porque los israelitas se haban quejado y haban tentado al Seor, preguntando: Est o no est con nosotros el Seor?

Victoria sobre Amalec

(Nm 24,20; Sal 83,8)

8Los amalecitas fueron y atacaron a los israelitas en Rafidn.

9Moiss dijo a Josu:

Escoge unos cuantos hombres, haz una salida y ataca a Amalec. Maana yo estar de pie en la cima del monte con el bastn prodigioso en la mano.

10Hizo Josu lo que le deca Moiss y atac a los amalecitas; entretanto, Moiss, Aarn y Jur suban a la cima del monte.

11Mientras Moiss tena en alto la mano venca Israel, mientras la tena bajada venca Amalec.

12Y como le pesaban las manos, ellos tomaron una piedra y se la pusieron debajo para que se sentase; mientras, Aarn y Jur le sostenan los brazos, uno a cada lado. As sostuvo los brazos hasta la puesta del sol.

13Josu derrot a Amalec y a su tropa a filo de espada.

14El Seor dijo a Moiss:

Escrbelo en un libro de memorias y leselo a Josu: Borrar la memoria de Amalec bajo el cielo.

15Moiss levant un altar y lo llam: Seor, mi estandarte, 16diciendo:

Monumento al trono del Seor; el Seor est en guerra con Amalec de generacin en generacin.

Visita de Jetr

18

1Jetr, sacerdote de Madin, suegro de Moiss, se enter de todo lo que haba hecho Dios con Moiss y con Israel, su pueblo y cmo el Seor haba sacado a Israel de Egipto. 2Jetr, suegro de Moiss, haba recogido a Sfora, mujer de Moiss 3y a sus dos hijos, cuando ste la haba hecho regresar a su casa. Uno de esos hijos se llamaba Guersn por aquello que Moiss haba dicho: he sido forastero en tierra extranjera, 4y el otro Eleazar por aquello que Moiss haba dicho: el Dios de mi padre me auxilia y me libr de la espada del faran 5Jetr fue a ver a Moiss, con la mujer y los hijos de ste, al desierto donde acampaban, junto al monte de Dios.

6Cuando le informaron a Moiss: Ah est tu suegro Jetr, que ha venido a verte, con tu mujer y tus hijos, 7sali l a recibirlo, se postr, lo bes y se saludaron los dos; despus entraron en la tienda de campaa. 8Moiss cont a su suegro todo lo que haba hecho el Seor al faran y a los egipcios a causa de los israelitas, y las dificultades que haban encontrado por el camino y de las cuales los haba librado el Seor. 9Se alegr Jetr de todos los beneficios que el Seor haba hecho a Israel, librndolo del poder egipcio, 10y dijo:

Bendito sea el Seor, que los libr del poder de los egipcios y del faran; 11ahora s que el Seor es el ms grande de todos los dioses, porque cuando los trataban a ustedes con arrogancia, el Seor libr al pueblo del dominio egipcio.

12Despus Jetr, suegro de Moiss, ofreci un holocausto y sacrificios a Dios; Aarn, con todas las autoridades israelitas, entr en la tienda y comieron con el suegro de Moiss, en presencia de Dios.

Distribucin de responsabilidades

(Dt 1,9-18; Nm 11,16-25)

13Al da siguiente, Moiss se sent a resolver los asuntos del pueblo, y todo el pueblo acuda a l de la maana a la noche. 14Viendo el suegro de Moiss todo lo que haca ste por el pueblo, le dijo:

Qu es lo que haces con el pueblo? Por qu ests sentado t solo mientras todo el pueblo acude a ti de la maana a la noche?

15Moiss respondi a su suegro:

El pueblo acude a m para que consulte a Dios; 16cuando tienen pleito vienen a m a que se lo resuelva y a que les explique las leyes y mandatos de Dios.

17El suegro de Moiss le replic:

No est bien lo que haces; 18se estn matando, t y el pueblo que te acompaa; la tarea es demasiado pesada y no puedes realizarla t solo. 19Acepta mi consejo y que Dios est contigo: t representas al pueblo delante de Dios, y le presentas sus asuntos; 20al mismo tiempo debes inculcarle los mandatos y preceptos de Dios, y ensearle el camino que debe seguir y las acciones que debe realizar.

21Busca entre todo el pueblo algunos hombres hbiles, que respeten a Dios, sinceros, enemigos del soborno, y nombra entre ellos jefes de mil, de cien, de cincuenta y de veinte; 22ellos administrarn justicia al pueblo regularmente: los asuntos graves que te los pasen a ti, los asuntos sencillos que los resuelvan ellos; as se repartir la carga y t podrs con la tuya. 23Si haces lo que te digo y Dios te da instrucciones, podrs resistir, y el pueblo se volver a casa en paz.

24Moiss acept el consejo de su suegro e hizo lo que le deca. 25Escogi entre todos los israelitas gente hbil y los puso al frente del pueblo, como jefes de mil, de cien, de cincuenta y de veinte. 26Ellos administraban justicia al pueblo regularmente: los asuntos complicados se los pasaban a Moiss, los sencillos los resolvan ellos. 27Moiss despidi a su suegro y ste se volvi a su tierra.

La Alianza

En el desierto sucede el gran encuentro del pueblo con Dios. La tradicin ha fijado un lugar: el valle que se abre a los pies del Safsaf y el Monte de Moiss. Se trata de un encuentro fundacional.

La institucin humana de la alianza, sobre todo en forma de alianza entre soberano y vasallo, se emplea para significar y realizar la unin de Dios con un pueblo escogido. Es el sacramento fundamental que constituye a Israel en pueblo de Dios. La alianza instaura relaciones, con compromisos bilaterales, aunque salvando la iniciativa y soberana de Dios. El pueblo tiene que aceptar libremente y comprometerse con decisin.

Dios apoya su oferta en un acto liberador, ofrece y pone condiciones, sanciona con promesas y amenazas. La ceremonia es litrgica, el pacto queda sellado con un sacrificio.

Las condiciones primarias de Dios son diez palabras, el declogo; a ellas se aade un cdigo de Alianza (20,2223,19). El declogo, de origen no determinable, es una serie de preceptos escuetos un par de ellos provistos de breve razonamiento que intenta ofrecer una sntesis fundamental que regula las relaciones con Dios y con el prjimo. El cdigo de la Alianza recoge leyes del patrimonio comn antiguo, incluyendo sentencias judiciales, normas de derecho procesal, algunas prescripciones clticas.

Apenas terminada la alianza, el pueblo quebranta el segundo mandamiento. El pecado est descrito en una forma que parece depender del pecado de Jerobon (1 Re 12,26-30). Moiss, intermediario de la alianza, tiene que interceder solidarizndose con su pueblo. De all sube a la ms alta intimidad con Dios.

Oferta de la Alianza

(24; Dt 29; Jos 24)

19

1Aquel da, al cumplir tres meses de salir de Egipto, los israelitas llegaron al desierto del Sina;

2saliendo de Rafidn llegaron al desierto de Sina y acamparon all, frente al monte. 3Moiss subi hacia el monte de Dios y el Seor lo llam desde el monte, y le dijo:

4Habla as a la casa de Jacob, diles a los hijos de Israel: Ustedes han visto lo que hice a los egipcios, y cmo a ustedes los llev en alas de guila y los traje a m; 5por tanto, si quieren obedecerme y guardar mi alianza, sern mi propiedad entre todos los pueblos, porque toda la tierra me pertenece.

6Ustedes sern para m un pueblo sagrado, un reino sacerdotal. Esto es lo que has de decir a los israelitas.

7Moiss volvi, convoc a las autoridades del pueblo y les expuso todo lo que le haba mandado el Seor.

8Todo el pueblo a una respondi:

Haremos cuanto dice el Seor.

9Moiss comunic al Seor la respuesta, y el Seor le dijo:

Voy a acercarme a ti en una nube espesa, para que el pueblo pueda escuchar lo que hablo contigo y te crea en adelante.

Moiss comunic al Seor lo que el pueblo haba dicho.

Teofana

(Dt 4,11s; Miq 1,4; Sal 50,1-3)

10Y el Seor dijo a Moiss:

Vuelve a tu pueblo, purifcalos hoy y maana, que se laven la ropa, 11y estn preparados para pasado maana, porque pasado maana bajar el Seor al monte Sina, a la vista del pueblo. 12Traza un lmite alrededor del monte y avisa al pueblo que se guarde de subir al monte o acercarse a la falda; el que se acerque al monte ser condenado a muerte. 13Lo matarn, sin tocarlo, a pedradas o con flechas, sea hombre o animal; no quedar con vida. Slo cuando suene el cuerno podrn subir al monte.

14Moiss baj del monte adonde estaba el pueblo, lo purific y le hizo lavarse la ropa. 15Despus les dijo:

Estn preparados para pasado maana, y no toquen a sus mujeres.

16Al tercer da por la maana hubo truenos y relmpagos y una nube espesa se pos sobre el monte, mientras el toque de la trompeta creca en intensidad, y el pueblo se puso a temblar en el campamento. 17Moiss sac al pueblo del campamento para recibir a Dios, y se quedaron firmes al pie de la montaa. 18El monte Sina era todo una humareda, porque el Seor baj a l con fuego; se alzaba el humo como de un horno, y toda la montaa temblaba. 19El toque de la trompeta iba creciendo en intensidad mientras Moiss hablaba y Dios le responda con el trueno. 20El Seor baj a la cumbre del monte Sina, y llam a Moiss a la cumbre. Cuando ste subi, 21el Seor le dijo:

Baja al pueblo y mndales que no traspasen los lmites para ver al Seor, porque moriran muchsimos. 22Y a los sacerdotes que se han de acercar al Seor purifcalos, para que el Seor no arremeta contra ellos.

23Moiss contest al Seor:

El pueblo no puede subir al monte Sina, porque t mismo nos has mandado trazar un crculo que marque la montaa sagrada.

24El Seor insisti:

Anda, baja y despus sube con Aarn; que el pueblo y los sacerdotes no traspasen el lmite para subir adonde est el Seor, no sea que l les quite la vida.

25Entonces Moiss baj al pueblo y se lo dijo.

Declogo

(34; Dt 5; Sal 50,16-20)

20

1Dios pronunci las siguientes palabras:

2Yo soy el Seor, tu Dios, que te saqu de Egipto, de la esclavitud.

3No tendrs otros dioses aparte de m. 4No te hars una imagen, figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra o en el agua bajo tierra. 5No te postrars ante ellos, ni les dars culto; porque yo, el Seor, tu Dios, soy un Dios celoso: castigo la culpa de los padres en los hijos, nietos y bisnietos cuando me aborrecen; 6pero acto con lealtad por mil generaciones cuando me aman y guardan mis preceptos.

7No pronunciars el Nombre del Seor, tu Dios, en falso. Porque el Seor no dejar sin castigo a quien pronuncie su Nombre en falso.

8Fjate en el sbado para santificarlo. 9Durante seis das trabaja y haz tus tareas, 10pero el da sptimo es un da de descanso, dedicado al Seor, tu Dios: no hars trabajo alguno, ni t, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu ganado, ni el emigrante que viva en tus ciudades. 11Porque en seis das hizo el Seor el cielo, la tierra y el mar y lo que hay en ellos, y el sptimo descans; por eso el Seor bendijo el sbado y lo santific.

12Honra a tu padre y a tu madre; as prolongars tu vida en la tierra que el Seor, tu Dios, te va a dar.

13No matars.

14No cometers adulterio.

15No robars.

16No dars testimonio falso contra tu prjimo.

17No codiciars los bienes de tu prjimo; no codiciars la mujer de tu prjimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su toro, ni su asno, ni nada que sea de l.

18Todo el pueblo perciba los truenos y relmpagos, el sonar de la trompeta y la montaa humeante. Y el pueblo estaba aterrorizado, y se mantena a distancia. 19Y dijeron a Moiss:

Hblanos t y te escucharemos; que no nos hable Dios, que moriremos.

20Moiss respondi al pueblo:

No teman: Dios ha venido para probarlos a ustedes, y para que siempre sientan temor de l a fin de que no pequen.

21El pueblo se qued a distancia y Moiss se acerc hasta la nube espesa donde estaba Dios.

Cdigo de la Alianza

Ley sobre el altar22El Seor habl a Moiss:

Di a los israelitas: Ustedes mismos han visto que les he hablado desde el cielo; 23no me coloquen a m entre dioses de plata ni se fabriquen dioses de oro. 24Me hars un altar de tierra y en l ofrecers tus holocaustos, tus sacrificios de comunin, tus ovejas y tus vacas. En los lugares donde haga pronunciar mi Nombre bajar a ti y te bendecir. 25Y si quieres hacerme un altar de piedras, no lo construyas con piedras talladas, porque al picar la piedra con la herramienta queda profanada. 26No subas a mi altar por escalones, no sea que al subir por l se te vea tu desnudez.

Leyes acerca de la esclavitud

(Lv 25,35-46; Dt 15,12-18)

21

1Decretos que les promulgars.

2Cuando te compres un esclavo hebreo, te servir seis aos y el sptimo marchar libre, sin pagar nada.

3Si vino solo, marchar solo. Si trajo mujer, marchar la mujer con l.

4Si fue su dueo quien le dio la mujer, de la que ha tenido hijos o hijas, entonces la mujer y los hijos pertenecen al dueo; el esclavo marchar solo.

5Pero si el esclavo dice: Me he encariado con mi amo, con mi mujer y con mis hijos: no quiero marchar libre; 6entonces su dueo lo llevar delante de Dios, lo acercar a la puerta o al marco de la puerta y con un punzn atravesar la oreja del esclavo, y ste quedar esclavo para siempre.

7Cuando alguien venda su hija como esclava, ella no marchar libre como marchan los esclavos.

8Si no le gusta a su dueo al que haba sido destinada, l dejar que la rescaten, pero no tiene derecho a venderla a extranjeros, ya que ha sido desleal con ella.

9Si la ha destinado a su hijo, la tratar como a una hija.

10Si toma nueva mujer, no privar a la primera de comida, ropa y derechos conyugales. 11Y si no le da estas tres cosas, ella podr marcharse gratuitamente, sin pagar nada.

Legislacin criminal

12El que hiera de muerte a un hombre, ser castigado con la muerte. 13Si no fue intencionado Dios lo permiti, yo te indicar un lugar en el que podr buscar asilo. 14Pero si alguien est enojado con su prjimo y lo asesina a sangre fra, a se aunque se refugie en mi altar, lo arrancars de all y le dars muerte.

15El que hiere a su padre o a su madre, ser condenado a muerte.

16El que secuestra a un hombre, para venderlo o para retenerlo, ser condenado a muerte.

17El que maldice a su padre o a su madre, ser condenado a muerte.

Casustica criminal

18Cuando surja una pelea entre dos hombres y uno hiera al otro a puetazos o a pedradas, sin causarle la muerte, pero obligndole a guardar cama, 19si el herido puede levantarse y salir a la calle con ayuda de un bastn, entonces el que lo hiri ser declarado inocente: tendr que pagar nicamente los gastos de la curacin y el tiempo perdido.

20Cuando alguien azote a varazos a su esclavo o a su esclava, dejndolo muerto en el instante, ser declarado culpable; 21pero si el esclavo dura con vida uno o ms das, entonces no se condenar al dueo, porque el esclavo era posesin suya.

22Cuando en una pelea entre hombres alguien golpee a una mujer encinta, hacindole abortar, pero sin causarle ninguna lesin, se impondr al causante la multa que reclame el marido de la mujer, y la pagar ante los jueces. 23Pero cuando haya lesiones, las pagars: vida por vida, 24ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, 25quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe.

26Cuando alguien golpee a su esclavo o esclava en el ojo y se lo inutilice, dar la libertad al esclavo a cambio del ojo, 27y si le rompe un diente, le dar la libertad a cambio del diente.

28Cuando un toro mate a cornadas a un hombre o a una mujer, ser apedreado y su carne no se comer; el dueo es inocente. 29Si se trata de un toro que ya embesta antes, y su dueo, advertido, no lo tena encerrado, entonces, si el toro mata a un hombre o a una mujer, ser apedreado, y tambin su dueo ser condenado a muerte. 30Si en lugar de la pena de muerte le ponen una multa, pagar a cambio de su vida lo que le pidan. 31La misma norma se aplicar cuando el toro embista a un muchacho o a una muchacha. 32Pero si el toro embiste a un esclavo o a una esclava, el dueo del esclavo cobrar trescientos gramos de plata y el toro ser apedreado.

33Cuando alguien abra un pozo o cave una fosa, dejndola sin cubrir, si cae dentro un toro o un asno, 34el dueo del pozo pagar: restituir en dinero al dueo del animal y l se quedar con el animal muerto.

35Cuando un toro mate a cornadas a otro toro de distinto dueo, vender el toro vivo y se repartirn el dinero; tambin el toro muerto se lo dividirn entre los dos. 36Pero si se saba que el toro ya embesta antes y su dueo no lo tena encerrado, entonces pagar toro por toro, y l se quedar con el toro muerto.

Leyes acerca de la propiedad

37Cuando alguien robe un toro o una oveja para matarlo o venderlo, restituir cinco toros por toro y cuatro ovejas por oveja.

22

1Si un ladrn es sorprendido abriendo un boquete en un muro y lo hieren de muerte, no hay homicidio; 2pero si es a la luz del da, es un caso de homicidio. El ladrn est obligado a restituir la totalidad de lo robado, y si no tiene con qu pagar, ser vendido por el valor de lo robado. 3Si el toro, el asno o el cordero robados se hallan an vivos en manos del ladrn, ste restituir el doble.

4Cuando alguien arrase un campo o una via llevando a su rebao a pastar en campo ajeno, restituir con lo mejor de su propio campo o via.

5Cuando se declare un incendio y se propague por los matorrales y devore las cosechas, los sembrados o el campo, el causante del incendio pagar los daos.

6Cuando alguien confe en depsito a su prjimo dinero o cualquier otro objeto, y el objeto sea robado de casa de ste, entonces, si se descubre al ladrn, restituir el doble, 7y si no se descubre al ladrn, el dueo de la casa se presentar ante Dios y jurar que no ha tocado el objeto de su prjimo.

8En delitos contra la propiedad, ya sea de toro, asno, oveja, vestimentas o cualquier otro objeto perdido, si uno afirma que el objeto es suyo, se llevar el pleito ante Dios, y aqul a quien Dios declare culpable, pagar al otro el doble.

9Cuando alguien confe en depsito a su prjimo un asno, un toro, una oveja o cualquier otro animal y el animal muere o se daa o es robado sin que nadie lo vea, 10entonces el pleito se decidir jurando ante Dios que no ha tocado el animal de su prjimo. El dueo del animal aceptar el juramento y no habr restitucin; 11pero si se lo han robado vindolo l, entonces se restituir al dueo. 12Si lo han descuartizado las fieras salvajes, se presentar como prueba el animal descuartizado y no habr restitucin.

13Cuando alguien pida en prstamo a su prjimo un animal, y el animal se dae o muera estando ausente su dueo, debe restituirlo. 14Si el dueo estaba presente, no habr restitucin. Si el acreedor es un jornalero, se le descontar de su salario.

15Cuando alguien seduzca a una muchacha soltera y se acueste con ella, pagar la dote y la tomar por mujer. 16Si el padre de la muchacha no quiere drsela, entonces el seductor pagar la dote que se da por las vrgenes.

Legislacin apodctica

17No dejars con vida a la hechicera.

18El que se acueste con bestias, ser condenado a muerte.

19El que ofrezca sacrificios a los dioses fuera del Seor ser exterminado.

20No oprimirs ni maltratars al emigrante, porque ustedes fueron emigrantes en Egipto.

21No explotars a viudas ni a hurfanos, 22porque si los explotas y ellos gritan a m, yo los escuchar. 23Se encender mi ira contra ustedes y los har morir a espada, dejando a sus mujeres viudas y a sus hijos hurfanos.

24Si prestas dinero a uno de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, no sers con l un usurero, cargndole de intereses.

25Si tomas en prenda la ropa de tu prjimo, se la devolvers antes de ponerse el sol, 26porque no tiene otro vestido para cubrir su cuerpo y para acostarse. Si grita a m, yo le escuchar, porque yo soy compasivo.

27No blasfemars contra Dios y no maldecirs al jefe de tu pueblo.

28No te demores en ofrecer los primeros frutos de tu cosecha y de tu vendimia.

Me dars el primognito de tus hijos; 29lo mismo hars con tus toros y ovejas: durante siete das quedar la cra con su madre y el octavo da me la entregars.

30Ustedes estarn consagrados a m: no coman carne de animal despedazado en el campo; arrjensela a los perros.

Legislacin judicial

23

1No hars declaraciones falsas: no te pondrs de parte del culpable para testimoniar en favor de una injusticia.

2No seguirs en el mal a los poderosos: no declarars en un proceso siguiendo a los poderosos y violando el derecho.

3No favorecers al poderoso en su causa.

4Cuando encuentres extraviados el toro o el asno de tu enemigo, se los llevars a su dueo.

5Cuando veas al asno de tu adversario cado bajo la carga, no pases de largo; prstale ayuda.

6No violars el derecho del pobre en su causa.

7Aprtate de las causas falsas: no hars morir al justo ni al inocente ni declarars inocente al culpable, porque yo no declaro inocente al culpable.

8No aceptars soborno, porque el soborno ciega al que ve con claridad y falsea la causa del inocente.

9No oprimirs al emigrante: ustedes conocen la suerte del emigrante, porque fueron emigrantes en Egipto.

Sbado y ao sabtico de la tierra

(Lv 25)

10Durante seis aos sembrars tu tierra y recogers la cosecha, pero el sptimo ao la dejars descansar. 11Deja que coman de all los pobres de tu pueblo, y lo que sobre lo comern las fieras salvajes. Lo mismo hars con tu via y tu olivar.

12Durante seis das hars tus trabajos, pero el sptimo da descansars, para que reposen tu toro y tu asno y se repongan el hijo de tu esclava y el emigrante.

13Ustedes observarn todo lo que les he dicho: no invocarn el nombre de dioses extranjeros, que su nombre no se oiga en tus labios!

Prescripciones clticas

(34,18-23; Lv 23; Dt 16,1-16)

14Tres veces al ao celebrarn fiesta en mi honor:

15La fiesta de los Panes zimos, que celebrars as: durante siete das comers panes sin levadura como les he ordenado en la fecha sealada del mes de Abril, porque en ese mes salieron de Egipto. No te presentars a m con las manos vacas.

16La fiesta de la Siega, de las primicias de todo lo que hayas sembrado en tus tierras.

La fiesta de la Recoleccin, a fin de ao, cuando hayas terminado de recoger las cosechas de tus tierras.

17Tres veces al ao se presentarn todos los varones de tu pueblo ante el Seor.

18No acompaars con pan fermentado la sangre de mis sacrificios ni dejars hasta el da siguiente la grasa de mi fiesta.

19Llevars a la casa del Seor, tu Dios, las primicias de tus frutos. No cocers el cabrito en la leche de su madre.

Eplogo

20Voy a enviarte un ngel por delante para que te cuide en el camino y te lleve al lugar que he preparado. 21Resptalo y obedcelo. No te rebeles, porque lleva mi Nombre y no perdonar tus rebeliones. 22Si le obedeces fielmente y haces lo que yo digo: tus enemigos sern mis enemigos y tus adversarios sern mis adversarios. 23Mi ngel ir por delante y te llevar a las tierras de los amorreos, heteos, fereceos, cananeos, heveos y jebuseos, y yo acabar con ellos.

24No adorars sus dioses ni les servirs. Y no imitars sus obras. Al contrario, destruirs y destrozars sus piedras conmemorativas.

25Ustedes sirvan al Seor, su Dios, y l bendecir tu pan y tu agua. Apartar de ti las enfermedades. 26No habr en tu tierra mujer estril ni que aborte. Colmar el nmero de tus das.

27Enviar por delante mi terror y desbaratar los pueblos que invadas; har que tus enemigos te den la espalda. 28Enviar por delante el pnico que espantar delante de ti a heveos, cananeos y heteos. 29Pero no los echar a todos en un ao, no vaya a quedar desierta la tierra y se multipliquen las fieras. 30Los ir echando poco a poco, hasta que hayas crecido y puedas tomar posesin de la tierra.

31Marcar las fronteras de tu pas: desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos y desde el desierto hasta el Ro. Los habitantes de ese pas los pondr en tus manos y t los echars de tu presencia. 32No hars alianzas con ellos ni con sus dioses 33y no les dejars habitar en tu pas, no sea que te arrastren a pecar contra m, adorando a sus dioses, que sern para ti una trampa.

Rito de la Alianza

(19; Dt 29; Jos 24)

24

1El Seor dijo a Moiss:

Sube a m con Aarn, Nadab y Abih y los setenta dirigentes de Israel y arrodllense all a distancia. 2Despus se acercar Moiss solo, no ellos, y el pueblo que no suba.

3Moiss baj y refiri al pueblo todo lo que le haba dicho el Seor, todos sus mandatos, y el pueblo contest a una:

Haremos todo lo que dice el Seor.

4Entonces Moiss puso por escrito todas las palabras del Seor; madrug y levant un altar en la falda del monte y doce piedras conmemorativas por las doce tribus de Israel. 5Mand a algunos jvenes israelitas ofrecer los holocaustos y ofrecer novillos como sacrificios de comunin para el Seor. 6Despus tom la mitad de la sangre y la ech en recipientes, y con la otra mitad roci el altar. 7Tom el documento del pacto y se lo ley en voz alta al pueblo, el cual respondi:

Haremos todo lo que manda el Seor y obedeceremos.

8Moiss tom el resto de la sangre y roci con ella al pueblo, diciendo:

sta es la sangre del pacto que el Seor hace con ustedes segn lo establecido en estas clusulas.

9Subieron Moiss, Aarn, Nadab, Abih y los setenta dirigentes de Israel, 10y vieron al Dios de Israel: bajo los pies tena una especie de pavimento de zafiro, lmpido como el mismo cielo. 11Dios no extendi la mano contra los notables de Israel, que pudieron contemplar a Dios, y despus comieron y bebieron.

12El Seor dijo a Moiss:

Sube hacia m, al monte, que all estar yo para darte las tablas de piedra con la ley y los mandatos que he escrito para instruirlos.

13Se levant Moiss y subi con Josu, su ayudante, al monte de Dios; 14a los dirigentes les dijo:

Qudense aqu hasta que yo vuelva. Aarn y Jur estn con ustedes; el que tenga algn asunto, que se lo traiga a ellos.

15Cuando Moiss subi al monte, la nube lo cubra 16y la Gloria del Seor descansaba sobre el monte Sina, y la nube lo cubri durante seis das. Al sptimo da llam a Moiss desde la nube. 17La Gloria del Seor apareci a los israelitas como fuego voraz sobre la cumbre del monte. 18Moiss se adentr en la nube y subi al monte, y estuvo all cuarenta das con sus noches.

El Santuario I

En los captulos anteriores mucha reflexin posterior se incorpor a las viejas tradiciones narrativas. En los siguientes, tenemos una proyeccin ideal del culto israelita. No que los nmadas israelitas desconocieran el culto: un objeto cltico porttil es histricamente probable; pero los captulos que siguen nos ofrecen una organizacin calculada y prevista en los ltimos detalles, una riqueza de materiales y una habilidad tcnica imposibles entre los nmadas. No es un sueo fantstico sobre el futuro, sino la organizacin cltica tarda transferida al desierto, al monte Sina, a la institucin de Dios. Por qu? El culto es un modo regular y sistemtico de expresar y realizar la relacin del hombre con Dios, y ha de ser legtimo, es decir, legalmente establecido, para que funcione, para que Dios lo acepte y el hombre entre en relacin con Dios. El hombre no puede imponerlo, slo Dios lo puede legitimar, es decir, instituir legtimamente, revelando al hombre el modelo en todos sus detalles. El hombre ejecuta las rdenes ajustndose al modelo, y as sabe que Dios lo acepta.

El culto crea un universo sagrado, separado del contexto profano, y consagrado: una tienda aparte, luz distinta, vestidos especiales, personal escogido y consagrado, incienso y aceite de receta exclusiva, tiempos especiales... El hombre transita alternativamente entre los dos universos, el sagrado y el profano, segn las reglas y con las cautelas necesarias.

Buena parte de estos captulos se refieren al mundo material, espacio y utensilios sagrados; los ritos que se mencionan son ritos de consagracin. El desarrollo concreto de la accin litrgica est reunido en el Levtico. Todo este mundo, rgido y santo, tiene sentido como expresin de la actitud humana interna de adoracin. Intentamos captar este sentido haciendo un esfuerzo de comprensin. Si a pesar del esfuerzo nos resulta remoto y extrao, es porque vivimos en la nueva era, porque nuestro culto a Dios ya no est ligado a esa rgida concepcin sagrada.[A] Tributos para la construccin del Santuario

(1 Re 7,13-51)

25

1El Seor habl a Moiss:

2Ordena a los israelitas que recojan una ofrenda para m; ustedes la recibirn de todos los que generosamente me la ofrezcan.

3Las ofrendas que ustedes aceptarn son: oro, plata y bronce; 4prpura violcea, roja y escarlata; lino y pelo de cabra; 5pieles de carnero curtidas; pieles finas y maderas de acacia; 6aceite para la lmpara y perfumes para la uncin y el sahumerio; 7piedras de nice y piedras de engaste para el efod y el pectoral.

8Hazme un santuario, y morar entre ellos. 9En su construccin te ajustars al modelo del santuario y de los utensilios que yo te mostr.

[B] El arca

(37,1-9)

10Hars un arca de madera de acacia: ciento veinticinco centmetros de largo por setenta y cinco de ancho y setenta y cinco de alto.

11La revestirs de oro puro por dentro y por fuera, y alrededor le aplicars un listn de oro.

12Fundirs oro para hacer cuatro anillas, que colocars en los cuatro ngulos, dos a cada lado.

13Hars tambin unos travesaos de madera de acacia y los revestirs de oro, 14y los meters por las anillas laterales del arca, para poder transportarla. 15Los travesaos permanecern metidos en las anillas del arca, y no se sacarn. 16Dentro del arca guardars el documento de la alianza que te dar.

17Hars tambin una tapa de oro puro de ciento veinticinco centmetros de largo por setenta y cinco de ancho. 18En sus dos extremos hars dos querubines cincelados en oro: 19cada uno arrancar de un extremo de la tapa, 20y la cubrirn con las alas extendidas hacia arriba. Estarn uno frente a otro, mirando al centro de la tapa.

21Cubrirs el arca con la tapa, y dentro de ella guardars el documento de la alianza que te dar. 22All me encontrar contigo, y desde encima de la tapa, en medio de los querubines del arca d