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El Plan de Cinco Años2011–2016Resumen de logrosy aprendizajes

Centro Mundial Bahá’í

El Plan de Cinco Años2011–2016Resumen de logrosy aprendizajes

Preparado bajo la supervisión del Centro Internacional de Enseñanza

IV El Plan de cinco años 2011–2016: Resumen de logros y aprendizajes

Mayo 2017

Centro Mundial Bahá’í

Foto de la portada:

Una clase de niños en Badulla, Sri Lanka.

Foto de la contraportada:

Participantes en una conferencia de jóvenes en Chișinău, Moldavia.

EDITORIAL BAHÁ’Í DE ESPAÑA, 2018Marconi, 25008224 Terrassa [Barcelona]www.bahai.es/[email protected]

V

Tabla de contenidoIntroducción

Avance en el proceso de entrada en tropas El inicio y sostenimiento de un programa de crecimiento

Cómo aumentar la intensidad

Acogida a grandes números

La liberación del potencial de los jóvenes

Elevar la capacidad institucional

Casas de Adoración

Acción SocialLa participación en los discursos de la sociedadNovedades en el Centro Mundial Bahá’íNotas

Índice

1

4

6

14

26

42

58

106

78

70

118

127

Avanzance en el proceso de entrada en tropas

129

1Introducción

Introducción

En los últimos años, el mundo bahá’í ha experimentado el surgimiento de

una cultura que «promueve una manera de pensar, estudiar y actuar en la que todos caminan por un mismo sendero de servicio». Esta cultura ha inf luido profundamente en las actividades y el desarrollo de los individuos, las comunidades y las instituciones, fomentando un espíritu más profundo de colaboración entre los tres protagonistas de la actual serie de planes globales. Al finalizar este Plan de Cinco Años, la Casa Universal de Justicia observó, en su mensaje del 29 de diciembre de 2015, que «la distancia considerable ya recorrida a lo largo de ese camino es evidente por los sumamente asombrosos resultados del Plan actual»,2 entre los que se encuentra la consecución de más de cinco mil programas de crecimiento en todo el mundo. Más aún, el número total de personas que han completado, al menos, el primer libro de la secuencia de los cursos de instituto ha alcanzado el medio millón; en muchas agrupaciones, han llegado a completarlo más de mil habitantes; en algunos casos, varios miles; todos comprometidos en un patrón de actividad bien establecido. Además, una generación de jóvenes ha sido transfigurada para pasar a la acción.

Durante este tercer Plan de Cinco Años de la Quinta Época de la Edad Formativa de la Fe, la comunidad bahá’í ha sido testigo, en diversos entornos de todo el mundo, de la multiplicación de agrupaciones con un programa de crecimiento. En el alcance de este logro han sido vitales los amigos que sirven como pioneros de frente interno, quienes han ayudado a iniciar un proceso de construcción de capacidad entre los habitantes locales en una serie de agrupaciones. Más de cinco mil creyentes se han levantado para difundir la luz de la

revelación de Bahá’u’lláh como pioneros de frente interno, superando por primera vez al número de pioneros internacionales en un mismo plan. Los amigos de las agrupaciones vecinas, que actuaban como reserva de recursos humanos y experiencia, sirvieron también de apoyo en la creciente actividad de las agrupaciones emergentes.

Los esfuerzos por fortalecer el proceso de crecimiento en cientos de agrupaciones que avanzaban más allá del segundo hito se vieron reforzados a medida que se iban compartiendo y aplicando aprendizajes a un ritmo acelerado. Algunas comunidades comenzaban a aprender por primera vez cómo intensificar sus actividades; otras, que con anterioridad habían logrado tal intensidad pero que habían experimentado retrocesos, necesitaron ser reactivadas o fortalecidas aún más. En el avance de las agrupaciones a través de un continuo, ciertos elementos esenciales del marco de acción se perfeccionaron notablemente en cada una: la participación de la población local en conversaciones significativas, el sostenimiento de un f lujo de personas a través de la secuencia de cursos y su posterior apoyo para que entren en la arena del servicio, la sistematización de las reuniones de ref lexión y el mantenimiento de un ritmo de enseñanza dentro de los ciclos de actividad de tres meses. Las instituciones y agencias de estas agrupaciones adquirieron experiencia sobre cómo manejar la complejidad en esta etapa avanzada del desarrollo, y un número creciente de bahá’ís y amigos de la sociedad participaron en actividades básicas, algunos de los cuales centraron su atención en ciertos barrios y aldeas en particular.

Hacia Riḍván de 2016, unas doscientas agrupaciones habían desarrollado su

2 El Plan de cinco años 2011–2016: Resumen de logros y aprendizajes

capacidad para trabajar con grandes números, algunas de ellas hasta con más de quinientas actividades básicas. En estos lugares «las dimensiones entrelazadas de la vida comunitaria» avanzaron considerablemente y «el poder edificador de la sociedad inherente a la Fe»3 se hizo más visible. A medida que el número de actividades y participantes continuaba aumentando, los sistemas de coordinación se volvieron más complejos para poder apoyar el aumento de necesidades en estas comunidades.

La contribución realizada por los jóvenes alrededor del mundo a los logros de este Plan fue una continuación de los servicios que los jóvenes bahá’ís han estado ofreciendo durante décadas. La atención especial prestada a esta generación a mediados del Plan, con la convocatoria «sin precedentes a una serie de ciento catorce conferencias en todo el mundo»,4 estimuló a miles de jóvenes que, inspirados por la visión de Bahá’u’lláh, se levantaron a actuar. En los dos años finales del plan, se avanzó mucho en aprender cómo canalizar las energías de los jóvenes para servir a sus comunidades. Esta población receptiva se puso a la vanguardia del trabajo de expansión y consolidación, marcando el ritmo en distintas agrupaciones de todo el mundo. La Casa de Justicia observó en 2015 que «las maravillosas hazañas de los jóvenes en el campo del servicio son uno de los frutos más exquisitos del presente Plan».5

Uno de los elementos principales que aseguraron la conclusión victoriosa de este Plan fue el aumento de la capacidad institucional a nivel local, regional y nacional. El rol de las instituciones y agencias de ayudar al avance del movimiento de agrupaciones se hizo más evidente cuando éstas fortalecieron su habilidad para promover la iniciativa individual y

una vida comunitaria dinámica; refinaron su capacidad para leer la realidad de sus comunidades con mayores grados de agudeza, para adoptar una postura de aprendizaje, para recopilar y compartir experiencias y ref lexiones desde el campo de trabajo, y para poner en marcha sistemas de respuesta a las exigencias del crecimiento.De la mano del crecimiento en miles de agrupaciones, se alcanzó un progreso sostenido en lugares donde se iban a erigir Casas de Adoración. Particularmente notoria ha sido la construcción, en Santiago de Chile, de la última Casa de Adoración Continental, la cual estuvo casi terminada hacia el final del Plan.

Los proyectos de construcción de dos Casas de Adoración nacionales y cinco locales, anunciados por la Casa Universal de Justicia en 2012, estaban todavía en sus etapas iniciales en las comunidades designadas, lugares elegidos porque la unión de adoración y servicio había encontrado una expresión coherente mediante las actividades crecientes de la comunidad. Los amigos de estos países y agrupaciones comenzaron a trabajar incesantemente para elevar la concienciación entre la población local acerca de lo que significaba alzar entre ellos dicho edificio. Como en el pasado, los creyentes en todo el mundo ofrecieron contribuciones sacrificadas para la construcción de estas siete Casas de Adoración.

Al tiempo que las iniciativas para la educación espiritual de todos los miembros de la comunidad echaban raíces más profundas en ciertas agrupaciones, también se arraigaba más la conciencia del imperativo de velar por el bienestar de la sociedad en general a través de una gama de actividades para el desarrollo social y económico. «Un resultado natural del aumento de recursos, así como de la conciencia de las

3Introducción

implicaciones de la Revelación para la vida de una población –destaca la Casa Universal de Justicia– son los inicios en el campo de la acción social».6 En los cinco años que se repasan, se hicieron más de diez mil esfuerzos anualmente en el campo de la acción social, que en general abordaron, aplicando principios espirituales, los desafíos específicos a los que se enfrenta la población. Más de cien organizaciones de desarrollo de inspiración bahá’í tienen ahora la capacidad de trabajar en áreas de actividad relativamente complejas y fomentar relaciones de colaboración con agencias gubernamentales y de la sociedad civil. El crecimiento considerable en las actividades de desarrollo a todos los niveles de complejidad ref leja el aumento de la capacidad que la comunidad bahá’í ha alcanzado, en gran parte, debido a la ejecución de los planes globales.

Los esfuerzos por contribuir de diversas maneras al desarrollo espiritual, intelectual, social, cultural y económico de la humanidad han hecho mejorar también la capacidad para participar en los discursos de la sociedad. Paralelamente a este avance se produjo un progreso notable en las relaciones de la comunidad bahá’í con grupos prominentes y figuras de autoridad, brindándoles la oportunidad de familiarizarlos con las enseñanzas y principios de la Fe. En ocasiones, tales interacciones han generado interés por parte de los medios de comunicación, que han informado sobre una serie de temas y eventos relacionados con la Fe.

En este período, podemos destacar entre los grandes avances producidos en el Centro Mundial Bahá’í: la decimoprimera Convención Internacional Bahá’í, que reunió a más de mil delegados representantes de ciento cincuenta y siete asambleas espirituales nacionales; un aumento en la

participación de las comunidades nacionales en el programa de grupos de peregrinaje; una corriente constante de visitantes a los jardines bahá’ís; y medidas tomadas en varios frentes para proteger, restaurar y preservar mejor los Lugares Sagrados para las futuras generaciones.

La mayor capacidad que los amigos han adquirido en el campo del servicio, y los esfuerzos realizados por cada institución y comunidad para hacer avanzar amplias áreas de esfuerzo han dado frutos importantes. Hacia el cierre del Plan de Cinco Años, el mundo bahá’í estaba bien posicionado para pasar a la siguiente etapa del despliegue del Plan Divino. «…desde las alturas alcanzadas por la comunidad del Más Grande Nombre –señala la Casa de Justicia– se vislumbran brillantes perspectivas sobre el horizonte».7


Avance en el proceso de entrada en tropas

Los participantes en una reunión de reflexión en Filipinas estudian la guía de la Casa Universal de Justicia.

55Avanzance en el proceso de entrada en tropas

Cuando en 2011 la comunidad bahá’í entraba en el umbral del nuevo Plan

de Cinco años, ya había establecido, a través de incansables esfuerzos durante un período de quince años, un sistema efectivo de desarrollo de recursos humanos para la expansión y consolidación y para elevar la capacidad de los amigos de sostener la actividad en las bases. Los bahá’ís se dispusieron, durante los siguientes cinco años, a conseguir la meta de aumentar a 5.000 el número de agrupaciones donde se estuviera estableciendo un programa de crecimiento. Basándose en lo que habían aprendido, los creyentes comenzaron a expandir el proceso de crecimiento a miles de agrupaciones nuevas. En muchas de las agrupaciones donde los programas de crecimiento se habían establecido ya en planes anteriores, continuaron intensificándose las actividades para construir comunidad. En unos cuantos centenares de agrupaciones avanzadas, los amigos lograron crear un sistema para la expansión a gran escala, «un modelo dinámico de vida comunitaria capaz de integrar a una población —hombres y mujeres, jóvenes y adultos— en la labor de su propia transformación espiritual y social».8 El conocimiento adquirido en los diferentes entornos fue diseminado y puesto en práctica en un país tras otro, y casi todas las regiones avanzaron. Al final del Plan, la Casa Universal de Justicia señaló que la comunidad bahá’í, ahora «fortalecida con vigor y experiencia duramente adquirida, como resultado de dos décadas de esfuerzo infatigable»9 había logrado un avance significativo en el proceso de entrada en tropas, objetivo general de los Planes consecutivos desde 1996.


El inicio y sostenimiento de un programa de crecimiento

En diversos entornos, en las regiones más remotas del planeta, los amigos

han estado aprendiendo a iniciar y sostener programas de crecimiento. Entre las diferentes formas en que las comunidades han alcanzado «el primero de varios hitos […] en el proceso de crecimiento sostenible», se emprendieron ampliamente unas cuantas acciones sencillas: el despliegue y apoyo de pioneros de frente interno, haber recurrido a la ayuda de comunidades vecinas, la movilización de jóvenes y el trabajo con creyentes residentes. A menudo se combinaron varios enfoques para responder a las dinámicas de un programa de crecimiento. Hacia el final del Plan de Cinco Años, la comunidad del Más Grande Nombre había sumado unos 3.000 programas de crecimiento a los 2.000 que se

habían establecido en Planes anteriores; un indicativo de la «acción sistemática, decidida y desinteresada» llevada a cabo por los seguidores de Bahá’u’lláh en la difusión de la Causa de Dios entre los pueblos del mundo.

En los inicios del Plan de Cinco Años, la Casa Universal de Justicia señaló que «ejecutar el Plan exitosamente precisará los servicios de varios millares de almas consagradas que, espoleadas por el amor a la Bendita Belleza, abandonen sus hogares para establecerse en aldeas, pueblos y ciudades, con el fin de elevar a 5.000 el número de agrupaciones que cuenten con un programa de crecimiento». Los creyentes se levantaron para responder al desafío: unos 5.000 amigos respondieron con entusiasmo a este llamamiento y se

Pioneros de Frente Interno

Un grupo prejuvenil en Chimoio, Malawi.

7

establecieron en agrupaciones del frente interno, donde iniciaron esfuerzos que permitieron el crecimiento orgánico. La Casa de Justicia ha descrito esto como un «logro extraordinario».

Este logro es testimonio de la capacidad que se ha generado en los amigos de muchas regiones del mundo. La experiencia adquirida por los creyentes comprometidos en sus propias agrupaciones, donde el modelo de crecimiento se había establecido previamente, les dio la confianza para ayudar a las comunidades de otras agrupaciones. Más aún, la familiaridad con el idioma local y la cultura, el profundo entendimiento de las condiciones sociales de las nuevas localidades en donde estaban sirviendo, así como una habilidad para conectar con sus habitantes por medio de lazos sociales existentes y nuevas amistades desempeñaron un papel importante en el éxito de sus esfuerzos. Estos amigos fueron hábilmente apoyados por creyentes de agrupaciones avanzadas cercanas y por aquellos que servían en instituciones regionales, nacionales y agencias. Los Miembros del Cuerpo Auxiliar también ejercieron un papel importante animando a los amigos a levantarse como pioneros y luego ayudarlos en sus esfuerzos por establecer un programa de crecimiento en sus lugares de destino. Algunos de estos pioneros de frente interno sirvieron a tiempo completo, por lo que aprendieron lecciones sobre el proceso de construir comunidad mediante sus servicios como tutores, maestros, animadores o miembros de las agencias de la agrupación. Con frecuencia, el servicio de los pioneros se enfocó en áreas específicas de una aldea o en una calle de un barrio, concentrando sus esfuerzos donde había alta receptividad.

En muchos sitios, gracias a los esfuerzos de los pioneros, las comunidades nacionales lograron cumplir sus metas de establecer

programas de crecimiento durante el Plan de Cinco Años. En Papúa Nueva Guinea, durante los meses iniciales del Plan se identificaron unos 50 pioneros provenientes de todo el país, se les dio orientación para su servicio y se les envió a varias regiones, un despliegue que ayudó a ampliar el proceso de crecimiento de unas cuantas docenas de agrupaciones a casi cien. En el trascurso del Plan en la India, más de cien pioneros de frente interno contribuyeron a establecer una parte significativa de los 362 nuevos programas de crecimiento del país.

Distintas instituciones a nivel regional y nacional hicieron uso de varios medios para intensificar, enfocar y preparar a nuevos pioneros. En la agrupación de Talamanca, Costa Rica, un creyente nativo y una familia respondieron al llamado al pioneraje en un seminario de instituto y se mudaron a una agrupación de la región con una población indígena. En las regiones norte y sur de Sudáfrica, la Junta de Instituto identificó a pioneros potenciales, a quienes luego visitó en sus casas. Esta estrategia propició conversaciones que ayudaron a los amigos a elevar su entendimiento del papel de los pioneros de frente interno y aumentar su sentido de compromiso para servir. Antes de establecerse en sus lugares, los amigos asistieron a un programa de orientación que les ayudó a adquirir claridad acerca de sus servicios individuales y colectivos, así como a fortalecer su comprensión del trabajo a realizar, especialmente sobre cómo ayudar a una población local a establecer un proceso de instituto sólido. Más adelante, diferentes miembros de instituciones y agencias nacionales y regionales se reunieron con 24 pioneros de 15 agrupaciones de todo el país para aprender de sus experiencias. Esta reunión ayudó a las instituciones a refinar su programa de orientación para futuros pioneros e identificar, entre los pioneros, las capacidades que necesitaban fortalecerse.



Pioneros apoyando un proceso de crecimiento en marcha Un proceso de crecimiento se pone en marcha en una agrupación cuando los creyentes de allí –o a veces un solo pionero de frente interno– logran «entablar conversaciones significativas y distinguidas con los residentes locales»14 y encuentran oportunidades para iniciar una o más actividades básicas. El paso de estos destellos iniciales de interés hasta la puesta en acción de un programa para la expansión y consolidación sostenida de la Fe no sigue un camino determinado. Tal como lo ilustran los siguientes ejemplos, se usaron diversos métodos para iniciar un proceso con el que los residentes de una agrupación «impulsados por el deseo de contribuir al bienestar espiritual y material de sus comunidades, se vieron capacitados para empezar a ofrecer actos de servicio».15

En la agrupación de Highlands, en Kenia, un pionero de frente interno colaboró con tres bahá’ís locales en la presentación de reuniones devocionales en sus barrios. Los residentes locales disfrutaron, en gran medida, de la asistencia a estas reuniones y comenzaron a preguntarse qué más podrían hacer en sus comunidades. Tras recibir la sugerencia de que podrían iniciar clases de niños, algunas familias identificaron a jóvenes que podrían desear ayudar con esta actividad. Al poco tiempo vinieron tutores de una agrupación vecina a

facilitar el estudio del Libro 3 de la secuencia de cursos y se iniciaron unas cuantas clases de niños. Estas actividades iniciales atrajeron a los habitantes locales, particularmente a jóvenes y prejóvenes, quienes se unieron a los esfuerzos de construir comunidad en sus áreas. En poco tiempo f loreció la vida de una comunidad vibrante: jóvenes y adultos juntaron sus manos y dedicaron sus energías para celebrar reuniones devocionales en sus casas y animar a niños y prejóvenes a participar en los programas educativos de la comunidad.

En la agrupación de Aragatsotn, en Armenia, después de que una pareja de pioneros invitara a sus vecinos a participar en las actividades básicas, surgió un programa de crecimiento, en tan solo cuatro meses. Tres de esos vecinos aceptaron formalmente la Fe después de estudiar el Libro 1 en

Participantes en una orientación para pioneros en Nuuk, Groenlandia.

la secuencia de cursos. Uno de ellos compartió las enseñanzas bahá’ís con unas 30 personas en su propio círculo de amistades y, junto con su madre, planearon dirigirse a los miembros de la familia extensa que vivían en localidades vecinas. Los pioneros, junto con las nuevas familias bahá’ís continuaron ampliando el círculo de amigos. Visitaron a sus vecinos cada Día Sagrado bahá’í para compartir el Mensaje de Bahá’u’lláh e invitar a aquellos que expresaban interés en participar en reuniones devocionales y estudiar los cursos de instituto.

En el departamento del Valle del Cauca, en Colombia, varias agrupaciones superaron el primer hito con los esfuerzos de pioneros de frente interno y usando enfoques que se habían probado con éxito en otros lugares. Saludaban a los vecinos todos los días, lo que los llevó a tener

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conversaciones significativas y nuevas amistades. Su participación en eventos deportivos y culturales, como partidos de fútbol para jóvenes, también les proporcionó oportunidades para integrarse en la vida de la comunidad local. Tras establecer lazos de amistad, organizaron varias reuniones para los residentes locales, con el fin de conversar sobre temas como las condiciones actuales de la sociedad y cómo ellos podrían contribuir al mejoramiento del mundo, el papel de los jóvenes y los objetivos de la secuencia de cursos del instituto de capacitación. Estas conversaciones los llevaron a iniciar círculos de estudio y actividades de servicio con una mayor participación de los residentes locales.

El trabajo de los pioneros de frente interno en una agrupación fue, a menudo, reforzado al comienzo por aquellos que la visitaban regularmente, en muchas ocasiones para facilitar el estudio intensivo de los cursos de instituto.

En la agrupación de Muhuzi, en la Democrática República del Congo, un pionero de frente interno, tras haber tenido varias conversaciones con amigos locales, encontró cerca de 40 personas que expresaron su interés en participar en actividades básicas. Como el pionero estaba teniendo dificultades para responder a todos los que deseaban involucrarse, dos amigos de una comunidad vecina se ofrecieron para visitar la agrupación y servir como tutores. El primero de estos amigos facilitó círculos de estudio que prepararon hasta a 14 maestros de clases de niños. Con el tiempo, tres nuevas clases de niños se establecieron, con un total de 36 niños. El segundo ayudó a 14 amigos a estudiar el Libro 5 y los acompañó a formar sus propios grupos prejuveniles; se formaron cuatro grupos con 21 prejóvenes. A través del apoyo conjunto de los pioneros y los tutores visitantes, se estableció un programa de crecimiento en la agrupación en un corto período de tiempo.

El apoyo de comunidades vecinasGran parte del apoyo a agrupaciones emergentes provino de áreas vecinas que tenían programas intensivos de crecimiento. Los que visitaban estas agrupaciones más avanzadas pudieron aprender, a través de la experiencia de primera mano, cómo fomentar un proceso de crecimiento; los equipos de enseñanza o tutores experimentados de tales agrupaciones tuvieron que viajar a otras áreas vecinas para apoyar las actividades incipientes; y las reuniones regionales de ref lexión proporcionaron una vía para que los amigos de agrupaciones avanzadas compartieran su perspectiva y sus sugerencias para la tarea de establecer nuevos programas de crecimiento. De esta manera, las agrupaciones avanzadas se convirtieron en lugares desde los que las lecciones de aprendizaje f luían ampliamente gracias a la experiencia.

Un aspecto importante del trabajo de las instituciones consistió en ofrecer apoyo continuo a los pioneros de frente interno, lo que incluía la organización de reuniones para que pudieran ref lexionar periódicamente sobre su servicio. En la agrupación de Man, Costa de Marfil, para ayudar a mitigar las sospechas sobre un pionero por ser un recién llegado en la aldea, la Asamblea Espiritual Nacional escribió una carta de presentación al jefe de la aldea y otras autoridades. Poco después, el Miembro del Cuerpo Auxiliar informó a la población local del propósito de la presencia de este pionero. Además de esto, el Consejo Regional Bahá’í animó a un creyente con experiencia en el proceso de instituto a prestar apoyo continuo al pionero y ayudar a capacitar a más tutores. Este proceso de acompañamiento no sólo fortaleció la efectividad del pionero, sino que también mejoró el funcionamiento de las instituciones. En las Islas Cook, la capacidad a nivel nacional aumentó debido a que las instituciones y agencias hicieron esfuerzos concertados por trabajar codo con codo con los pioneros en el país y por ref lexionar regularmente con ellos.



La movilización de los jóvenes en el sendero de servicio

En la India, las agrupaciones que tenían experiencia en programas intensivos de crecimiento sirvieron como reserva de recursos que ayudaron a extender el proceso de crecimiento a las comunidades vecinas. Este enfoque adoptado contribuyó al establecimiento de cientos de nuevos programas de crecimiento hacia Riḍván de 2016. Como resultado de dicho apoyo, las actividades aumentaron constantemente en aldeas y barrios, y en varias agrupaciones estas unidades geográficas menores mantuvieron más de cien actividades. Esta concentración de actividades elevó entre los habitantes locales su sentido de pertenencia al proceso de construir comunidad. En la agrupación de Surgana, el proceso de crecimiento se aceleró cuando un equipo de enseñanza de una agrupación cercana reforzó los esfuerzos de dos pioneros de frente interno por medio de visitas regulares. Pronto 24 creyentes, la mayoría mujeres jóvenes, se unieron formalmente a la Fe y avanzaron rápidamente a través de la secuencia de cursos de instituto. Los miembros de un creciente número de agrupaciones por todo el país ayudaron a elevar la capacidad de los amigos de agrupaciones cercanas para expandir las actividades, implicando a más y más personas en el proceso de instituto y acompañándolos en su servicio. Comenzaron a emerger estructuras para nutrir y sostener estas actividades. Las instituciones regionales aumentaron su capacidad para colaborar con otros y para sistematizar las reuniones de ref lexión, tanto a nivel regional como de agrupación. Para apoyar a las agencias de la agrupación, se establecieron

En muchos casos, los jóvenes estuvieron en las primeras filas de aquellos que ayudaron a estimular la actividad en agrupaciones emergentes, conociendo a lugareños e invitándolos a participar en las actividades de construir comunidad, a menudo prestando ayuda en campañas de enseñanza o con estancias prolongadas en la agrupación. En Liberia, los miembros de un equipo que visitaba la agrupación de Ganta identificaron a jóvenes locales que estaban interesados en servir como animadores de prejóvenes y les invitaron a su propia agrupación para capacitarse. Las actividades que los jóvenes iniciaron a su regreso en Ganta ayudaron a la agrupación a avanzar más allá del primer hito y a convertirse a su vez en una reserva de recursos de la que otros se levantaron para apoyar a comunidades vecinas.

A medida que grandes números de jóvenes por todo el mundo ofrecían sus

Un joven reunido con un grupo de niños en Australia.

Un grupo prejuvenil estudiando Brisas de Confirmación en Cluj, Rumania.

esquemas de coordinación a nivel subregional. Al mismo tiempo, se celebraron reuniones de ref lexión interregionales para miembros de instituciones y coordinadores de instituto, con el fin de compartir sus percepciones y aprender de sus experiencias, respectivamente.

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servicios como pioneros, las instituciones y comunidades comenzaron a aprender sobre la mejor manera de apoyarlos y empoderarlos en sus puestos. Tras enviar a dos jóvenes a la Península de Yucatán, en México, el Consejo Regional Bahá’í, en consulta con el Miembro del Cuerpo Auxiliar, diseñó un plan para que ellos pudieran recibir apoyo de las agencias de la agrupación. Además de esto, el Consejo Regional identificó a creyentes antiguos en cada comunidad que pudieran hacer amistad con los jóvenes y servir junto a ellos. El objetivo del Consejo Regional era procurar la constante capacitación de estas almas jóvenes y asegurar que se sintieran animados y concentrados en su servicio diario. En la región Noroccidental de Estados Unidos, 77 personas, de las que 39 eran jóvenes, se levantaron como pioneros de frente interno para alcanzar las metas de la región. Después de numerosas consultas con las instituciones y agencias, además de realizar un programa de orientación, estos amigos se mudaron a los barrios seleccionados en agrupaciones objetivo por toda la región.

En algunas regiones, las instituciones facilitaron oportunidades para que la gente joven ofreciera servicios a corto plazo durante los períodos largos de vacaciones. Durante su largo período de vacaciones de verano, un grupo de 19 jóvenes de Sídney, Australia, se embarcó en un tiempo de servicio de dos meses y medio. Como parte de su orientación previa al traslado a cuatro agrupaciones meta, dedicaron dos semanas a una campaña intensiva de instituto y a

realizar viajes de enseñanza en barrios de Sídney. «Apenas vamos por el día 12 de mi recorrido de dos meses y medio –comentaba un joven hacia el final de los días de orientación– pero ya he aprendido muchísimo sobre lo que significa vivir una vida de servicio, y cómo usar mi capacidad para empoderar a otros a cambiar sus comunidades y cultivar un mundo unido».

Muchos programas de crecimiento emergieron cuando los creyentes que residían en una agrupación aprovecharon las oportunidades para conversar con los habitantes de la localidad y les invitaron a ser parte de un proceso individual y colectivo de transformación. Al comienzo del Plan de Cinco Años, había una familia bahá’í en la agrupación de Ra en las Islas Fiyi. En un breve período de tiempo se estableció un programa de crecimiento con la ayuda de un equipo visitante que se reunió con la familia residente para estudiar la guía de la Casa Universal de Justicia y consultar acerca de cómo entablar conversaciones con jóvenes de la sociedad sobre temas espirituales. En viajes posteriores, el equipo ref lexionó con la familia sobre la naturaleza de las interacciones que habían tenido y profundizaron juntos sobre los principios que se habían aplicado. El equipo también visitó regularmente a los nuevos jóvenes contactados y estableció lazos de amistad con ellos. Durante este proceso, estos jóvenes participaron en un estudio intensivo

El trabajo con creyentes residentes

Una clase de niños en Madagascar.

Un grupo prejuvenil en Khujand, Tajikistan.



Desarrollo de la capacidad en una población local

Algunas de las historias más inspiradoras del Plan de Cinco Años son las historias personales que cuentan los pioneros de frente interno. Los siguientes relatos ejemplifican la alegría que proviene, después de estudiar y practicar, traduciendo la guía de la Casa Universal de Justicia a la realidad y siendo testigos de cómo una población local va desarrollando gradualmente su capacidad para servir a su propia comunidad.

«Cuando llegué por primera vez como pionero a Jamaica, tenía una concepción sincera pero imprecisa de que lo único que se necesitaba para establecer un programa de crecimiento en una agrupación era poner en marcha cuatro o cinco actividades básicas. En unos cuantos meses, estaba de animador de tres grupos prejuveniles, de maestro de cuatro clases de niños, llevando una reunión devocional y sirviendo como tutor del Libro 1 en unos cuantos círculos de estudio. Aunque eso fue una valiosa experiencia de aprendizaje y me permitió adquirir un entendimiento más profundo de cada actividad básica, con el tiempo abandoné la mayoría de estas actividades y me di cuenta de que no podía sostenerlas y que, de hecho, le quitaban tiempo y energía al proceso de desarrollo de capacidad de la población local. Cualquier pionero de frente interno entusiasta que se establezca en una nueva

agrupación podría sentirse impulsado a adoptar una postura inicial similar. Sin embargo, mi experiencia y la de otros pioneros me ha ayudado a entender mejor que un enfoque más efectivo debería tener en cuenta la sostenibilidad de las actividades cuando se aspira a establecer un programa de crecimiento».

La experiencia de un pionero de frente interno en Odessa, Ucrania, demuestra cómo una persona con una visión para desarrollar capacidad en una población local puede, sin ayuda y en un breve período de tiempo, hacer que otros se levanten a servir.

«Unas cuantas semanas después de haberme mudado a Odessa, conocí a una mujer joven en una conferencia. Comenzamos a hablar e inmediatamente sentí que nos haríamos amigos. Durante la conversación le dije que había venido a Odessa como pionero bahá’í. Brevemente le hablé del propósito de la Revelación de Bahá’u’lláh y

describí el proceso de instituto, así como las reuniones devocionales que se celebraban semanalmente. Ella se mostró bastante interesada y unos días más tarde asistió a una reunión devocional. Para mi gran alegría, se sintió cómoda e inmediatamente comenzó a leer oraciones bahá’ís. El siguiente paso en nuestra amistad fue estudiar el Libro 1 juntos, lo que nos tomó unas cuantas semanas para terminarlo. Poco después aceptó la Fe formalmente. Unos meses más tarde le pregunté si le gustaría abrir una reunión devocional en su barrio y felizmente lo hizo, invitando a algunos amigos y conocidos a su casa. Más tarde estudió el Libro 7, pues deseaba ser tutora y llevar a sus amistades a través de la secuencia. Es un gran placer ver su rápido desarrollo y su creciente entendimiento espiritual de la vida. Espero que pronto se sienta tan fuerte que ayude a otros a adquirir una visión espiritual y encontrar su sendero de servicio».

Participantes de un grupo prejuvenil en Ucrania.

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de los Libros 1, 3 y 5. Después de ello, un pionero de frente interno fue enviado a la agrupación por tres meses, para ayudar a consolidar los esfuerzos de los jóvenes y comenzar otras actividades. Estos esfuerzos iniciales –la formación de un núcleo de amigos y la capacitación de jóvenes para apoyar el proceso de construir comunidad– encendió el crecimiento a través de la agrupación.

En Navarra, al norte de España, el cambio comenzó cuando un grupo de amigos se reunió a estudiar el Libro 6, con el deseo y la visión de iniciar un programa de crecimiento en su agrupación. Este grupo central de amigos estudió la guía de la Casa de Justicia y divisó un plan. Con un espíritu renovado, entablaron conversaciones con la población local sobre el programa de empoderamiento espiritual de prejóvenes, lo que condujo a la formación de un grupo prejuvenil con 12 participantes. Sus conversaciones continuaron y sus lazos se hicieron más fuertes, tanto que con el tiempo el número de nuevas actividades básicas se elevó y más amigos se comprometieron con el proceso de construir comunidad.

Después de hacerse bahá’ís en una agrupación urbana grande, en Brasil, una pareja volvió a su agrupación natal de Mogi das Cruzes con un fuerte deseo de servir. La pareja estudió de manera intensiva el Libro 5 de la secuencia de cursos con la ayuda de un tutor visitante y ref lexionaron sobre la manera en que podrían iniciar un proceso de crecimiento. Hablaron acerca de la Fe con personas que habían conocido y, después de terminar de estudiar el Libro 5, fueron a buscar chicos para participar en el programa de prejóvenes, y jóvenes que pudieran estar interesados en capacitarse para servir como animadores. Comenzaron círculos de estudio con estos nuevos conocidos y perseveraron ante cada desafío; vieron cada oportunidad de acompañar a los nuevos contactos en su estudio de los cursos de instituto como una oportunidad para adquirir percepciones frescas y refinar sus enfoques. Por medio de sus esfuerzos y el apoyo de los amigos visitantes, un núcleo creciente de amigos continuó avanzando en el proceso de crecimiento, estableciendo actividades básicas y celebrando reuniones hogareñas que se volvieron oportunidades regulares de enseñanza.

*

Un grupo de prejóvenes en la República Dominicana estudia y memoriza citas sobre el servicio antes de hablar de un proyecto de servicio.




Unos amigos enseñan la Fe en una reunión de barrio en Chile.

Incluso antes de haberse lanzado el Plan de Cinco Años en 2011, el mundo bahá’í

había adquirido una valiosa experiencia en la intensificación de actividades en aquellas agrupaciones donde se había establecido un programa de crecimiento. Los últimos cinco años fueron testigos de una acumulación mayor de experiencia y un f lorecimiento de las múltiples capacidades que se requerían para la implementación efectiva de un programa intensivo de crecimiento: entablar conversaciones significativas con un círculo más amplio de conocidos y habitantes en una localidad; expandir considerablemente el contingente de recursos humanos por medio de robustas actividades de instituto; usar con efectividad reuniones para la ref lexión; y mejorar el funcionamiento de instituciones y agencias que sirven a nivel de agrupación. A menudo, el paso de una agrupación del primero al segundo hito se logró en gran

medida cuando los amigos desarrollaron sus capacidades para conversar con jóvenes, invitarlos a participar en los cursos de instituto y ayudarlos a iniciar sus actividades básicas, particularmente en las aldeas y barrios donde viven.

En sus esfuerzos por aumentar la intensidad, el desafío de algunas agrupaciones con programas de crecimiento incipientes era sencillamente sostener y extender un modelo sano de acción ya establecido. En otras partes la tarea consistía en revitalizar los programas intensivos de crecimiento en agrupaciones donde el nivel de actividad y el desarrollo de recursos humanos parecía haber alcanzado una meseta. En tales comunidades, los amigos se esforzaban por generar «esa arena espiritualmente cargada en la que se multiplican los poderes por medio de la acción unificada».16 El

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siguiente relato nos muestra un ejemplo sorprendente de cómo se intensificó la actividad en una de esas comunidades:

La agrupación de Makeni, en Sierra Leona, tenía una comunidad bahá’í relativamente pequeña y sostenía unas cuantas actividades cuando dos amigos –uno de los cuales tenía bastante experiencia con el programa de empoderamiento espiritual de los prejóvenes– llegaron en 2011 como parte de una iniciativa especial de pioneros. Los pioneros iniciaron actividades y se reunieron regularmente con un pequeño grupo de amigos a consultar como equipo acerca del desarrollo de la agrupación. Uno de los primeros pasos que dieron fue ayudar a dos jóvenes bahá’ís a abrir una clase de niños y un grupo prejuvenil. Además, invitaron a un número de jóvenes de la sociedad a asistir a un intensivo del Libro 5 en Freetown, la capital. Vital para el progreso posterior de la agrupación fue la ayuda a este grupo de jóvenes en el desarrollo de una visión colectiva para el avance de su comunidad. Durante su estudio, hicieron planes para expandir el proceso a un círculo más amplio de sus conocidos, apoyarse mutuamente en sus esfuerzos y continuar avanzando en su estudio de los cursos de instituto. A su regreso a Makeni, lograron establecer nuevos grupos prejuveniles, e involucraron a unos 20 jovencitos. Muchos se sintieron atraídos a los nuevos grupos y algunos de los prejóvenes comenzaron a organizar actividades para los niños. Para nutrir el desarrollo espiritual de un número creciente de jóvenes comprometidos con la construcción de la comunidad, los equipos de amigos que apoyaban las actividades en la agrupación animaron y apoyaron a unas cuantas familias bahá’ís a ser anfitriones de reuniones devocionales.

A medida que el número de grupos prejuveniles fue creciendo, la figura del coordinador surgió entre los animadores, y la agrupación se asoció con el sitio de aprendizaje para el programa de empoderamiento espiritual de los prejóvenes en Accra-Tema, Ghana. Los proyectos de servicio de los grupos prejuveniles y los esfuerzos de los animadores por movilizar a los amigos generaron un mayor interés por el programa; docenas de jóvenes más se levantaron a desempeñar su papel. En paralelo, el número de clases de niños creció a unas 20 y se nombró un coordinador para acompañar a los maestros. El número creciente de grupos y clases aumentó la participación a las Fiestas de Diecinueve Días y Días Sagrados, lo que a su vez alentó a la Asamblea Espiritual Local a reunirse con más regularidad y consultar acerca de cómo mejorar la calidad de estas reuniones y atender las necesidades de aquellos que estaban participando en las actividades comunitarias.

La conferencia de jóvenes de Ghana, celebrada en 2013, proporcionó un importante impulso al proceso de desarrollo de recursos humanos en Makeni. Un objetivo clave tras la conferencia fue aumentar el número de tutores de la agrupación. Después

Una clase de niños en Sierra Leona.



Unos bahá’ ís de la comunidad entablan conversaciones significativas con sus amigos y vecinos en Pune, India.

de que algunos de los animadores completaran su estudio del Libro 7, cada vez más jóvenes pudieron estudiar la secuencia principal de cursos. Con el tiempo se nombró un coordinador de los círculos de estudio, para que acompañara a los tutores que estaban aprendiendo a facilitar el estudio del Libro 1 con sus amigos. Un encuentro nacional de juventud contribuyó también a involucrar a más jóvenes en las actividades de construir comunidad. Hacia 2014, el número de reuniones devocionales había crecido a 38, con 279 participantes y se había conformado el Comité de Enseñanza de Área. En aquel entonces, había 46 clases con 550 niños y 92 grupos prejuveniles con más de mil participantes. El equipo inicial de amigos de Makeni había evolucionado hasta tener un esquema completamente diestro en coordinación. Sus miembros se beneficiaban del apoyo y aliento de las instituciones y de la participación en reuniones nacionales de ref lexión. En tan solo cuatro años, la agrupación había pasado de tener 8 actividades básicas con 53 participantes –de los cuales ninguno era prejoven– a cerca de 200 actividades básicas con más de 2.000 participantes, con su correspondiente aumento en el número de recursos humanos.

A medida que los amigos que estaban a la cabeza de las actividades aprendían a entablar conversaciones con otros acerca de las Enseñanzas de Bahá’u’lláh y a invitarles a contribuir en el proceso de cambio que se estaba dando, se tornó evidente la receptividad de ciertas poblaciones, especialmente en barrios y aldeas. Como era de esperar, los jóvenes resultaron ser los más receptivos.

Los amigos en Singapur fortalecieron su programa intensivo de crecimiento al

Conversaciones significativas

enfocarse en unos cuantos barrios. Un equipo de enseñanza en el barrio de Bishan comenzó con reuniones para orar por los habitantes de su comunidad y estudiar pasajes que describían la inherente nobleza humana, la unidad de la humanidad y el propósito de las actividades de la Fe para construir comunidad. Como resultado de las conversaciones con los vecinos, se formaron dos clases de niños. Tres padres y madres comenzaron a estudiar la secuencia de cursos de instituto y se estableció una reunión devocional. Como los amigos fueron contactando a más y más personas en el barrio, el número de participantes en las actividades se elevó a 40 y dos nuevas familias abrazaron formalmente la Fe.

En la agrupación de Pune, en India, los amigos concentraron sus esfuerzos en cuatro barrios. A cada barrio se le asignó un grupo de cinco amigos. Conversaban con los habitantes acerca de la importancia de la educación espiritual de los niños y prejóvenes. También organizaron una serie de campañas de instituto, lo que condujo a un aumento considerable de actividades básicas en estos barrios.

En la agrupación de Jamundí, en Colombia, donde la comunidad estaba teniendo dificultades para intensificar sus actividades, los amigos consideraron

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la manera en que podían expandir el número de personas con las que pudieran conversar sobre asuntos espirituales. En colaboración con el coordinador de clases de niños, la Asamblea Espiritual Local decidió enfocarse en apoyar los esfuerzos de los jóvenes por servir a la comunidad, formando un equipo de tres amigos que organizaran campañas intensivas de instituto para jóvenes. El equipo consultó con los jóvenes sobre el propósito y la visión del proceso de instituto y los invitó a estudiar los cursos. La primera sesión intensiva contó con 12 jóvenes, quienes después invitaron a sus amigos. En la segunda sesión intensiva estuvieron 16 jóvenes. Un número creciente de personas de la comunidad juntaron sus fuerzas para servir como tutores o proporcionar hospedaje y transporte. Los amigos de la agrupación descubrieron, en esta sencilla iniciativa, una estrategia esencial apropiada para las características de los participantes. Como a los jóvenes les atraían las campañas mensuales de instituto, una nueva dinámica y ritmo en el proceso de instituto echó raíces y contribuyó al avance del proceso de crecimiento en la agrupación.

En un barrio de Vancouver, Canadá, una bahá’í de la localidad inició una conversación con una madre acerca de la educación espiritual de su hijo y la posibilidad de abrir una clase de niños

en su área. Por medio de su amistad con esta madre, la bahá’í conoció a muchas más familias con niños y comenzaron a tener reuniones regulares en sus casas. En la primera visita de las familias, el tema a tratar exploraba el concepto de la verdadera amistad y las necesidades materiales y espirituales de su comunidad. Con el tiempo, la reunión se volvió una reunión devocional regular y también se celebraba una clase de niños. Más tarde, se inició un círculo de estudio con la madre y sus amigas, y los participantes comenzaron a apropiarse de las actividades del barrio e hicieron planes para expandir las actividades, organizar una reunión comunitaria y aumentar la participación en las clases de niños.

Unos amigos estudian el Libro 1 de la secuencia de cursos de instituto en Bishan, Singapur.

Una clase de niños en un barrio en Vancouver, Canadá..



los participantes de libro en libro les hizo desarrollar un sólido entendimiento del proceso de instituto. Ellos mismos lograron ayudar a muchos jóvenes a estudiar los cursos de instituto y comenzar a servir.

En la agrupación de Dili, Timor Oriental, un grupo de participantes del Libro 7 estaban preparados para comenzar a servir como tutores. Tras completar este curso, el grupo consultó sobre la manera en que podrían ayudar a otros a estudiar los cursos de instituto y mejorar su capacidad para servir. Invitaron a 35 jóvenes, entre miembros de familia y amigos de los participantes de los círculos de estudio existentes, a un evento en donde compartieron lo que habían aprendido en el proceso de instituto y los alentaron también a comenzar a estudiar los cursos. Estos tutores recién capacitados formaron de inmediato siete círculos de estudio del Libro Ruhí 1 y, en menos de una semana, el número de círculos de estudio se duplicó a 14, con 170 participantes. Este progreso extraordinario, que ocurrió en un período corto de tiempo, sirvió para aumentar el entusiasmo que los tutores tenían por el proceso de instituto en la agrupación.

La preparación de los tutores

En las etapas iniciales del desarrollo de un programa de crecimiento, las comunidades dependían, en gran medida, del apoyo de las agrupaciones más avanzadas para levantar recursos humanos. Con el tiempo, unos cuantos amigos adquirirían suficiente experiencia y confianza como para ser capaces de servir como tutores de los primeros cursos de la secuencia. Ello marcó una nueva etapa en el desarrollo de una agrupación e hizo posible que más personas estudiaran los cursos de instituto. Ciertamente, el tener un cuadro de tutores locales fue crucial para aumentar la intensidad y el dinamismo del proceso de construir comunidad.

Hubo un momento durante el Plan, en el que las instituciones de Haití se dieron cuenta de que varias de las 10 agrupaciones con programas intensivos de crecimiento en el país –incluyendo los recientemente formados– habían tenido dificultades para avanzar en el proceso de construir comunidad. Los que estaban involucrados en el instituto de capacitación ref lexionaron sobre la manera de levantar y acompañar tutores, tras lo cual hicieron planes al respecto. Se formaron equipos de tutores experimentados para apoyar a los amigos de estas agrupaciones. Se les animó, además, a colaborar con los miembros del Cuerpo Auxiliar y los coordinadores. Organizando campañas de instituto, seminarios de instituto para tutores y reuniones de ref lexión para tutores, el equipo ayudó a los amigos de la localidad a pasar por la secuencia de cursos e iniciar y facilitar nuevos círculos de estudio. El número de círculos aumentó significativamente, lo que produjo un aumento de recursos humanos comprometidos con el proceso de construir comunidad.

Igualmente, en Malawi, el instituto de capacitación organizó una serie de campañas de instituto por todo el país con el fin de preparar más tutores. El avance de

Una orientación para tutores al Sur de Queensland, Australia.

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En entornos tanto urbanos como rurales, los amigos continuaron respondiendo al desafío de promover los programas para la educación espiritual de los niños y el empoderamiento espiritual de los prejóvenes. Entre los factores que contribuyeron al progreso en estas dos áreas se encuentran: un aumento de la capacidad para conversar con los jóvenes de la sociedad e invitarlos a servir como maestros y animadores; ayudarles a avanzar por los cursos del instituto de capacitación; el apoyo a los jóvenes a la hora de formar sus clases y grupos; las reuniones de ref lexión; y el esfuerzo por asegurar que, donde fuera posible, estuviesen disponibles en los idiomas apropiados los materiales de clases de niños para múltiples grados y la colección completa de textos del programa de prejóvenes. El siguiente relato muestra la experiencia de una agrupación.

Al comienzo del Plan, dos amigos de la agrupación de Gran Canaria en las Islas Canarias asistieron a un seminario en

Unos jóvenes practican cómo hablar en público, Burkina Faso

el sitio de aprendizaje para el programa de empoderamiento espiritual de los prejóvenes en Madrid, España. En aquel tiempo Gran Canaria tenía cuatro grupos prejuveniles y la comunidad había alcanzado algo de experiencia con unos cuantos elementos del programa. El seminario ayudó a los dos amigos a visualizar el potencial que Gran Canaria tenía para la expansión del programa, así como a establecer metas y hacer planes para alcanzarlas. Los dos amigos hicieron una lista de bahá’ís que podrían estar interesados en servir como animadores y, a continuación, visitaron a cada uno de ellos para hablar del programa y estudiar la guía respectiva de la Casa Universal de Justicia. Además, en las visitas, compartieron historias sobre la transformación de los prejóvenes de la agrupación, que habían participado previamente en el programa. Esto facilitó el que los animadores potenciales tuvieran una clara visión y sentido de propósito. Siete personas se unieron al estudio del Libro 5 y, con la ayuda de los prejóvenes que estaban participando en los grupos prejuveniles existentes y

La educación de los niños y el empoderamiento de los prejóvenes



Iniciativas especiales de pionerospara intensificar el crecimientoAl comienzo de este Plan, la Casa Universal de Justicia anunciaba que haría «llamamientos con regularidad a ciertas Asambleas Nacionales de diferentes partes del mundo a dirigir su atención a las necesidades urgentes y puntuales de pioneraje».17 Para hacer avanzar el proceso de expansión y consolidación a través del incremento de recursos humanos dedicados a los esfuerzos de construir comunidad, sería necesaria la ayuda temporal de fuera con el fin de obtener el potencial para lograr un mayor crecimiento y desarrollo. El objetivo primordial de tales iniciativas era promover los programas intensivos de crecimiento en cada país o territorio comprometido con el desarrollo de la capacidad de los individuos y las instituciones para asumir la responsabilidad de sostener y extender el trabajo. Las iniciativas implicaban la colocación en agrupaciones específicas de pioneros con una

sólida experiencia en el Plan, particularmente trabajando con jóvenes a los que involucrar en el proceso de instituto y el programa de prejóvenes. A este respecto, se les pidió a los países vecinos y otros países designados ayudar con el suministro de pioneros de sus propias comunidades nacionales.

Inspirados en la experiencia y visión adquirida de la iniciativa del Caribe, la cual concluyó en 2012, se establecieron trece iniciativas especiales alrededor del mundo durante los últimos cinco años: cinco en África (Angola, Burundi, Liberia y Sierra Leona; Mozambique y Túnez); una en las Américas (agrupación de Santiago, Chile); cuatro en Asia Georgia, Corea, Laos y Tailandia; y la Federación Rusa); una en Australia (el Pacífico); y dos en Europa (los Balcanes y el Báltico). En total, en estas iniciativas especiales participaban 40

Un grupo prejuvenil en el barrio de Peñalolén, Santiago de Chile.

países, 83 agrupaciones y varios cientos de pioneros.Por medio de los dedicados

esfuerzos de los pioneros y la colaboración de instituciones y agencias, se establecieron nuevos programas de crecimiento, se fortalecieron los ya establecidos, y se realzó la capacidad institucional. En Liberia y Mozambique, los avances en el movimiento de las agrupaciones y la capacidad institucional condujeron al restablecimiento de las Asambleas Espirituales Nacionales de ambos países. Hacia el final del Plan, la comunidad de Liberia estaba sosteniendo más de 200 actividades básicas con unos 2.100 participantes, y en Mozambique el número de actividades básicas había sobrepasado las 60 con un total de 600 participantes. En Angola Oriental había cerca de 150 actividades básicas con más de 1.200 participantes hacia Riḍván de 2015. Dicho progreso condujo a la formación del primer Consejo Regional Bahá’í de ese país. En los Balcanes se formó un Comité Administrativo en Kosovo.

La tarea principal de los pioneros era fortalecer el proceso de instituto, prestándole especial atención al programa de prejóvenes. En menos de dos años y medio, el programa prejuvenil de Burundi avanzó desde tener 11 grupos con 102 participantes a tener 48 grupos con 745 participantes. En la agrupación de Manica, en Mozambique, el programa

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Oraciones al amanecer en la playa durante una campaña intensiva de instituto en las Islas Carolina.

Un pionero de Filipinas usa el arte para conectar con la comunidad de la

Federación Rusa.

Una clase de niños en Rashbull, Albania.

llegó a estar bien establecido en uno de los barrios, donde se sostenían 9 grupos con 85 participantes. Dos pioneros se establecieron en la agrupación de Ulan-Ude, en la Federación Rusa y, a medida que iban aprendiendo ruso y haciendo amistades con los residentes locales, se fueron volviendo progresivamente más efectivos en sus esfuerzos por atraer a jóvenes. En consecuencia, ayudaron a un grupo de jóvenes a avanzar por los cursos de instituto y apoyaron a dos grupos prejuveniles que se habían formado en barrios diferentes. Los proyectos colectivos de enseñanza regulares también se volvieron parte de los ciclos trimestrales de actividad.

En los países en los que la

iniciativa especial estaba en marcha se hacían reuniones regulares para pioneros y otros involucrados en la iniciativa, para estudiar la guía, ref lexionar sobre los aprendizajes y planear los siguientes pasos. Los amigos de Laos y Tailandia destacaron que las reuniones de ref lexión para todos los pioneros que estaban sirviendo en esos países les ayudaron a avanzar, a mantener el entusiasmo y a desarrollar un espíritu colectivo.

El desarrollo del proceso de instituto en estas regiones fomentó también cambios a nivel de la cultura. Por ejemplo, en la región de los Balcanes, que en el pasado había experimentado los horrores de la guerra que había dividido los países

y a las personas, surgió el discurso sobre la Paz. La iniciativa especial contribuyó a tender nuevos caminos de progreso y a eliminar viejos prejuicios arraigados entre los jóvenes. En la conferencia de jóvenes para los países balcánicos que se celebró en Tirana, Albania, en 2013, la mayoría de los participantes eran de la sociedad. Al principio de la conferencia, los bosnios, serbios y kosovares no estaban acostumbrados a pasar el tiempo juntos. «Nunca había hablado con un Serbio», dijo un bosnio. Sin embargo, a medida que se adentraban en los materiales de la conferencia, se iba cultivando más el compañerismo. El último día, estos jóvenes subieron al escenario agarrados de las manos, diciendo: «Para nosotros, los de la región, este es un nuevo comienzo, un nuevo capítulo de nuestra historia, que queremos contribuir a escribir».



sus animadores, se formaron 6 nuevos grupos, subiendo la cifra total a 10. Unos meses más tarde un grupo de jóvenes participó en un estudio intensivo del Libro 5. Los amigos desarrollaron un modelo para ofrecer regularmente el estudio del Libro 5, sobre todo durante las vacaciones escolares. Esto fortaleció, en general, el proceso de desarrollo de recursos humanos en la agrupación, el cual recibió un mayor impulso en la conferencia de jóvenes de Madrid de 2013.

Poco después de esta oleada inicial, con el aumento del número de grupos, los prejóvenes empezaron a asistir a las reuniones de ref lexión de la agrupación y a compartir con la comunidad las canciones que habían compuesto. El entusiasmo y la capacidad de este grupo de edad, presenciado por la comunidad entera, generó un despertar de la conciencia respecto a las potencialidades inherentes de los prejóvenes y el valor del programa. Muchos amigos no pudieron resistir la necesidad de intensificar sus esfuerzos de enseñanza para alcanzar a grandes números de jóvenes y prejóvenes.

Una clase de niños en un barrio del Reino Unido.

Como había más amigos participando en el trabajo de enseñanza en toda la agrupación, se volvió inevitable el hecho de que siempre que se formaba un grupo prejuvenil, se formara también una clase de niños en la misma área. Las dos actividades llegaron a ser un refuerzo recíproco. Por ejemplo, al observar a sus amigos mayores, los niños desarrollaron un deseo más fuerte de ofrecer su servicio y volverse conscientes del siguiente paso en su educación espiritual. En general, las lecciones aprendidas en el programa de prejóvenes fueron aplicadas con éxito en otras líneas de acción. El carácter devocional de la agrupación se vio fortalecido cuando los grupos iniciaron reuniones devocionales con sus familias y desarrollaron el hábito de orar juntos. En los barrios donde había una concentración de grupos prejuveniles, el alto nivel de actividad abrió las puertas para la colaboración con organizaciones de pensamiento similar en la sociedad, incluyendo escuelas que comenzaron a buscar ayuda práctica y consejo de los bahá’ís en sus esfuerzos por contribuir al bienestar de sus localidades.

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Fomentar un espíritu de enseñanza

Compartir la Palabra de Dios y enseñar la Fe ha sido parte de los esfuerzos realizados para encontrar almas y poblaciones receptivas. El enfoque de la enseñanza ha sido, naturalmente, adaptado de acuerdo a la capacidad e intereses de los oyentes. A veces estas conversaciones se centraban en cómo contribuir al mejoramiento de la sociedad, mientras que en otras ocasiones los amigos ofrecían una explicación directa de las verdades fundamentales de la Fe, lo que algunas veces llevó a personas a enrolarse en la Causa de Dios. Los dos siguientes relatos nos brindan un ejemplo de cómo las instituciones y agencias han colaborado en ayudar a los individuos a compartir el mensaje de Bahá’u’lláh con un creciente número de personas.

Al comienzo del Plan, la Asamblea Espiritual Local de Kolofo’ou, en la agrupación de Tongatapu, en Tonga, estudió el mensaje del 28 de diciembre de 2010 de la Casa Universal de Justicia. Este estudio les permitió evaluar a la comunidad e identificar las áreas que necesitaban fortalecerse. Se hizo evidente que el número de actividades básicas había dejado de crecer, así que la Asamblea reconoció la necesidad de revitalizar el trabajo de enseñanza. Junto con el Comité

de Enseñanza de Área, organizó una campaña de enseñanza en un barrio por un período de tres días. Durante ese esfuerzo colectivo, al buscar entablar conversaciones con los contactos, a menudo enseñando la Fe directamente, experimentaron una profunda sensación de alegría. Al final del ciclo de actividad, se habían establecido en el barrio 10 nuevas actividades básicas, y se habían entablado muchas nuevas relaciones, algunas de las cuales se reforzaron con visitas regulares a los hogares durante el período de consolidación. Las experiencias de la campaña se compartieron con la comunidad entera para transmitir el entusiasmo y la energía generada y para encender la llama del amor por enseñar a otros. Al ref lexionar sobre la campaña y sus frutos en las semanas siguientes, los amigos reconocieron que la colaboración cercana de los equipos de enseñanza –trabajando juntos para apoyarse unos a otros y lograr colectivamente las metas– contribuyó a su éxito.

En la agrupación de Falcão Real, en Brasil, una campaña de enseñanza bien planeada de 10 días, realizada durante la fase de expansión, inf luyó considerablemente en las dinámicas de crecimiento en la etapa inicial del desarrollo de la agrupación. Los secretarios de los Comités de Enseñanza de Área de

Amigos en Nepal hablan del progreso material y espiritual en sus comunidades.



Reuniones para la reflexión

La consulta y la ref lexión sobre la acción sigue siendo una parte integral del proceso de crecimiento a medida que un programa de crecimiento avanza. Con la introducción de los ciclos de actividad –y sus fases de expansión, consolidación y ref lexión– las reuniones al final del ciclo constituían a menudo la primera oportunidad formal para ref lexionar entre los participantes activos del Plan. Tales reuniones daban a los amigos la oportunidad de estudiar la guía de la Casa de Justicia, de aprender de las experiencias de cada uno, de evaluar el progreso de sus agrupaciones y de determinar los siguientes pasos a dar.

otras agrupaciones de la región vinieron a participar y a adquirir experiencia, la cual compartieron luego con sus propias agrupaciones. Durante la campaña, más de 50 amigos abrazaron la Fe, obteniendo nuevos niveles de energía en la comunidad y disparando el número de actividades básicas hasta superar las 100.

Mientras se expandía en una agrupación un modelo de actividad, se empezaba también a tener reuniones de ref lexión y aprendizaje para los maestros de clases de niños, animadores y tutores.

En Hong Kong, las reuniones de ref lexión para tutores proporcionaron un lugar en el que poder estudiar y profundizar en los mensajes de la Casa de Justicia y consultar sobre la manera en que podían mejorar la calidad de sus círculos de estudio en el contexto de un bullicioso centro urbano. La visita de un miembro del Cuerpo Auxiliar de un país vecino demostró ser una gran fuente de estímulo. El Auxiliar compartió enfoques prácticos de las lecciones aprendidas en una comunidad que se enfrentaba a una realidad similar a la de Hong Kong. En reuniones de seguimiento, se animó a los tutores a invitar a sus amigos y familiares a participar en círculos de estudio. Después de esas reuniones, comenzó a emerger en la comunidad un elevado sentido de coraje, unidad de pensamiento y apoyo mutuo, lo cual resultó en mayores esfuerzos para enseñar la Fe directamente e iniciar más círculos de estudio.

Jóvenes y adultos consultan y planean juntos en una reunión de reflexión en Bielorrusia.

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Una reunión de reflexión de agrupación en las Islas Canarias.

Surgimiento y fortalecimiento de un Esquema de Coordinación

Con los avances en el proceso de crecimiento, creció en tamaño el pequeño núcleo de amigos inicialmente comprometido con el servicio activo a la comunidad. Algunos de esos amigos con más experiencia en las actividades educativas ayudaban a otros nuevos en el proceso a dar sus primeros pasos en el campo del servicio. Con el tiempo, como había más personas que empezaban a servir en calidad de maestros de clases de niños, animadores y tutores, tales acuerdos informales se mostraron insuficientes. En respuesta a ese crecimiento, se llamó a unos cuantos amigos para servir

como coordinadores de los programas educativos y que pudieran ofrecer su tiempo y energía para acompañar a otros. Cuando se fortaleció el proceso consultivo entre los coordinadores, el modelo de acción, ref lexión y consulta se expandió sin problemas hacia más áreas de la agrupación. La formación de un Comité de Enseñanza de Área ayudó entonces a facilitar la organización de las reuniones de ref lexión de la agrupación, fomentar el carácter devocional de la comunidad, estimular actividades colectivas de enseñanza y movilizar a individuos y equipos para diseminar el modelo de actividad hacia otras partes de la agrupación.

*



Acogida de grandes números

Al comienzo del Plan de Cinco Años, la Casa Universal de Justicia vislumbraba

el camino aún por andar del movimiento de poblaciones en las agrupaciones, hasta el punto en que el número de aquellos en los que descansaría la responsabilidad de la expansión y consolidación llegaría hasta cien o doscientos, facilitando la participación de mil o dos mil personas. Los amigos en cerca de 200 agrupaciones de todo el planeta –con muy diversas circunstancias sociales y económicas – han trabajado para hacer realidad esa visión, pues han aprendido a expandir el proceso de crecimiento, a acoger a cientos o incluso miles de personas nutriendo una «cultura de apoyo mutuo, basada en el compañerismo y el servicio humilde»18 ; reforzando los puntos fuertes de cada miembro de la comunidad, han aprendido de los obstáculos y los han superado, y han seguido adelante en la acción unificada.

A lo largo de muchos ciclos, los esfuerzos de los amigos por entablar conversaciones significativas los hicieron entrar en muchos entornos sociales, permitiendo a una mayor variedad de personas familiarizarse con las Enseñanzas de Bahá’u’lláh y considerar seriamente la aportación que podrían hacer para el mejoramiento de la sociedad. Cada vez más hogares sirvieron como centros para las actividades de construir comunidad, convirtiéndose cada uno en «un punto para la difusión de la luz de la guía divina».19 Para acomodarse a circunstancias particulares, se usaron otros enfoques de enseñanza, tales como hogareñas y campañas. En algunas agrupaciones, encontraron particularmente receptivos a los padres y hermanos de los participantes en las clases de niños y grupos prejuveniles.

Un ritmo constante de expansión y consolidación

Niños cantando alegremente durante una clase de niños en Pakistán.

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Un creyente en Vanuatu comparte el Mensaje de Bahá’u’ lláh durante la fase de expansión.

En Kanchanpur Oriental y Kanchanpur Occidental, Nepal, los amigos mantuvieron un alto grado de participación en las fases de expansión, debido, en parte, a las bien organizadas reuniones de ref lexión comunitarias. Las agencias de la agrupación se reunían una semana antes de cada reunión de ref lexión para planificar y pedían a algunos amigos de la agrupación que se encargasen de la organización. Entre los participantes había niños, prejóvenes, jóvenes y adultos. Además de reservar tiempo para la consulta, las reuniones contaban con presentaciones artísticas y culturales llenas de alegría. En San Diego, Estados Unidos, a lo largo de dos fases de expansión, 90 prejóvenes de un mismo barrio se inscribieron en el programa prejuvenil, y otros 60 más, en otro barrio. Tres meses más tarde, la mayoría de ellos todavía participaban asiduamente en los grupos. «Los esfuerzos por aumentar la participación y formalizar el programa de prejóvenes –señaló un miembro de la comunidad– han generado otros avances. Por ejemplo, varios animadores de grupos que trabajan en un mismo entorno funcionan ahora como equipo, reuniéndose antes de cada sesión para prepararse, revisar las lecciones y planear las actividades complementarias y proyectos de servicio. Los coordinadores del programa prejuvenil están trabajando de cerca con los equipos de animadores, visitan los grupos regularmente y ref lexionan con

los animadores después de cada sesión, ayudándoles también a prepararse para la siguiente reunión.

En el barrio Harkesh Nagar, de la agrupación de Delhi en la India, los amigos decidieron dedicarse a contactar con las familias de los niños, prejóvenes y jóvenes involucrados en las actividades. Unos cuantos equipos de enseñanza comenzaron a aprender sobre cómo tener conversaciones que lleven a invitar a esas familias a unirse a la Fe. En las primeras visitas a los hogares de las primeras familias, los equipos compartieron temas relacionados con las vidas de las Figuras Centrales, los principios de la Fe, su administración y sus leyes. Los amigos se encontraron con que las conversaciones habían tenido un impacto positivo en las familias, incluso en lo relativo a aspectos de las enseñanzas que tradicionalmente habían sido difíciles de tratar en la comunidad. La implicación de las familias en las actividades de construcción de la comunidad ha eliminado claramente muchos obstáculos que les impedían abrazar la Causa. En poco tiempo 11 familias entraron en la Fe. Las agencias se animaron a extender las conversaciones a todas las familias involucradas en las actividades y en unos pocos meses 12 familias más del barrio expresaron su deseo de unirse formalmente a la comunidad bahá’í.



El programa prejuvenil integrado en la vida comunitaria en Banthra, India

Hasan Kheda tiene unos 1.300 habitantes, de los cuales 150 son prejóvenes. Durante el Plan de Cinco Años, el programa de empoderamiento espiritual de los prejóvenes creció considerablemente tanto en tamaño como en calidad, y hacia marzo del 2015, el 80% de los prejóvenes de la localidad estaban participando en 14 grupos, la mayoría de los cuales estaban estudiando el cuarto o quinto libro. Se entretejieron varios elementos del programa para fomentar un profundo proceso de empoderamiento espiritual en los jóvenes de la aldea.

Los amigos que servían como animadores se reunían regularmente para prepararse para sus grupos, avanzar en su estudio de los textos del programa y consultar sobre el progreso de los grupos prejuveniles. Conversaban acerca de los grupos tanto en contextos formales como en situaciones informales por ser entre amigos. Al ser participantes en el proceso de instituto, los animadores y muchos otros jóvenes de la aldea encontraron un modelo de acción que afectó considerablemente el curso de sus vidas. Hablaban entre ellos de sus planes para el futuro, la manera de avanzar en sus estudios, de ganarse la vida y de contribuir significativamente

en su aldea. Por ejemplo, algunos de los animadores, inspirados por su estudio de Brisas de Confirmación, se formaron en oficios como sastrería y mecánica de automóviles; en general, tenían más claridad respecto a su propia educación.

Los prejóvenes, además de sus reuniones regulares como grupo, participaban en campamentos que ayudaron a acelerar el ritmo de estudio. Mientras consultaban sobre las necesidades de su comunidad, los prejóvenes se volvieron más capaces de llevar adelante proyectos de servicio. Por ejemplo, más de 100 de ellos y sus animadores repararon una porción de la carretera que estaba en muy mal estado y estaba causando muchos accidentes. Esto inspiró a muchos jóvenes y líderes de otras aldeas, quienes consultaron acerca de las maneras de trabajar en mejoras sostenibles de las infraestructuras. En otra ocasión, los prejóvenes diseñaron pancartas con imágenes de los efectos nocivos del uso del tabaco y del alcohol y marcharon junto a otros jóvenes por la aldea, elevando la conciencia acerca de esas enfermedades sociales. Cerca de un 10% de la población de la aldea participó en los proyectos, lo que atrajo

considerablemente la atención hacia el programa en la comunidad. Se celebraron una serie de reuniones devocionales en casas de prejóvenes y concurrieron a ellas vecinos de todas las denominaciones y castas. Festivales periódicos, a menudo con presentaciones culturales y artísticas, sirvieron para que los prejóvenes compartieran con la comunidad en general la comprensión que iban adquiriendo. El festival más grande atrajo a un tercio de los habitantes de la zona. Muchas familias contribuyeron al evento, donando alimentos. En el festival, el jefe de la aldea afirmó que los aldeanos eran ahora más conscientes de las capacidades de los jóvenes de la comunidad. Aunque anteriormente las actividades de la Fe habían estado estancadas por falta de apoyo e incluso por la oposición ocasional de miembros de la comunidad, gracias a los esfuerzos constantes y dedicados de los amigos, la percepción cambió gradualmente y las relaciones se fortalecieron.

Por su parte, a los líderes de la aldea les preocupaba cómo consolidar y extender la transformación ocurrida entre los jóvenes. Se llegó a un punto en el que el jefe de la aldea le expresó su felicidad al coordinador del programa prejuvenil al ver cómo las

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aspiraciones y conducta de los animadores y prejóvenes se habían vuelto sublimes. Solicitó consejo sobre la manera de enfrentarse a los numerosos desafíos que percibía en la aldea. En cuanto a la Asamblea Espiritual Local, en sus esfuerzos por nutrir y expandir el proceso de construir comunidad, identificó ciertos problemas relacionados con la salud moral de la aldea, tales como el uso del alcohol. Consultó con personas destacadas de la localidad acerca de esos asuntos y los principios implicados. La esperanza de la Asamblea era que esto ayudaría a generar una atmósfera en la aldea que conduciría a un mayor avance de la gente joven. Al notar que varios de los jóvenes que

sostenían actividades básicas no poseían los medios para avanzar en su propia educación, la Asamblea les brindó apoyo económico desde los Fondos para que pudieran conseguirlo.

A medida que el proceso de construir comunidad avanzaba, iban ocurriendo gradualmente cambios en la cultura. Las interacciones entre las personas de la aldea se habían basado de manera estricta en el orden de las castas, y la discriminación estaba claramente establecida. Sin embargo, debido a que la forma de trabajar en la construir comunidad requería naturalmente la participación de individuos de diversas procedencias en una acción unificada para el mejoramiento de la comunidad, gran parte de la segregación que había

existido desde hacía mucho tiempo cedió, dando paso, en un tiempo relativamente corto, a una nueva cultura, particularmente entre las generaciones más jóvenes. La inf luencia de las actividades en la aldea se hizo sentir incluso más allá de sus fronteras. Los habitantes de aldeas vecinas se fijaron en las buenas maneras que los jóvenes de Hasan Kheda demostraban, de cómo le daban importancia a su educación y cómo estaban progresando incluso materialmente. A algunas de estas personas se les invitó a pasar un tiempo en Hasan Kheda y aprender acerca del proceso de instituto, tras lo cual prosiguieron a establecerlo en sus propias aldeas.

Un grupo prejuvenil en Hasan Kheda, aldea de Banthra, India.



Un sistema educativo arraigado en la agrupación

A medida que los amigos se esforzaban por fortalecer el proceso educativo que promovía el instituto de capacitación, se hacía más evidente el crecimiento cuantitativo. El número de tutores competentes creció ciclo tras ciclo. Estos amigos fueron capaces de «ofrecer la secuencia completa de los cursos del instituto, a veces con gran intensidad»,20 haciendo posible que un creciente número de personas estudiaran los cursos de instituto y se levantaran a servir. De esta manera, muchas agrupaciones pudieron establecer un «sistema sostenible en expansión para la educación de los niños».21

Los elementos relacionados con la educación de los niños –por ejemplo, la implementación de diferentes grados, la capacitación regular de los maestros y las reuniones periódicas de los maestros con los padres– se volvieron más sistemáticos. Aún más, en algunas agrupaciones avanzadas, los amigos estuvieron aprendiendo sobre cómo hacer pasar a los niños hacia los grupos prejuveniles, y a los más jóvenes, de los grupos prejuveniles a los círculos de estudio. En tales agrupaciones, «un sistema educativo con todos sus elementos componentes, capaz de ampliarse para acoger a una multitud de personas»22 llegó a estar firmemente arraigado.

Durante el Plan, los amigos en la agrupación de Tiriki Occidental, en Kenia, sostuvieron entre 20 y 50 círculos de estudio en un determinado momento. La promoción del estudio de la secuencia de cursos por medio del Libro 7, la ayuda otorgada a los amigos para formar círculos de estudio y las reuniones regulares en las que se juntaban los que servían como tutores ayudó a los amigos a conseguir dicho progreso.El número de prejóvenes participantes en el programa de empoderamiento espiritual prejuvenil en Toronto, Canadá, aumentó más del doble cuando las agencias de la agrupación se enfocaron en invitar a

poblaciones receptivas en ciertas áreas de la ciudad. Tras un análisis y consulta exhaustivos, los amigos decidieron trabajar de manera intensiva en cinco barrios. En menos de un año, el número de prejóvenes aumentó desde 165 en unos 23 grupos a 317 en 26 grupos, dándole un gran impulso al progreso en todos los aspectos de la agrupación.

En la agrupación de Upolu, Samoa, que sirve como sitio de aprendizaje para el programa de empoderamiento espiritual prejuvenil, los amigos aplicaron lo que habían aprendido en la implementación del programa prejuvenil a la multiplicación de las actividades básicas, en especial, a las clases de niños. Entre 2013 y 2015, el número de clases en la agrupación creció de 16 con 100 participantes a 127 que atendían a 1000 niños. Los amigos consiguieron dichos logros al ref lexionar profundamente acerca de sus esfuerzos por educar espiritualmente a los niños y al aplicar unos cuantos enfoques en particular. Por ejemplo, en cooperación con el miembro del Cuerpo Auxiliar, el coordinador de las clases de niños y otro amigo con experiencia visitaron a todas las Asambleas Espirituales Locales de la agrupación para consultar acerca de la educación espiritual de los niños. Con el apoyo de las Asambleas, extendieron esta conversación a las familias. Además, organizaron reuniones mensuales para movilizar maestros, veteranos y nuevos. Gracias al estímulo

Participantes de un grupo

prejuvenil en Ghana.

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y la inspiración generada por medio de esos encuentros, gradualmente se fueron levantando más amigos para abrir clases de niños. Pronto surgieron maestros con experiencia para acompañar a otros y, juntos con el coordinador, empezaron a facilitar el estudio de los cursos ramales del Libro 3 para los grados 2 y 3. La participación en las clases aumentó considerablemente ahora que el instituto estaba listo para ofrecer tres grados. Los mismos niños jugaron un papel en la expansión de las clases, pues invitaban a sus hermanos y amigos. Los padres se comprometieron más, y algunos eventos como campañas de oraciones contribuyeron al crecimiento del número de clases hasta más de 100.

Al inicio del Plan, la agrupación de Jinja, en Uganda, tenía 23 clases de niños con unos 370 participantes. Durante los siguientes cinco años, los amigos se concentraron en aprender la manera de ofrecer los grados 2 y 3 de manera más sistemática. Las conversaciones con potenciales maestros se centraron inicialmente en ayudarles a aprender a trabajar bien juntos. Tras completar el estudio del Libro 3, nuevos maestros prepararon las clases, hicieron amistad con los padres y ofrecieron las primeras clases con la ayuda de maestros experimentados. Con el tiempo, más maestros experimentados se unieron en el apoyo a nuevos maestros en su estudio de los cursos ramales del Libro 3 para grados 2 y 3. Como el número de clases de niños

iba creciendo, se nombró un coordinador a tiempo completo. Con la ayuda de siete maestros con experiencia, el coordinador ayudó a los maestros a mantener sus clases semana tras semana, y les brindó apoyo para que fortalecieran su relación con los padres y, además, los animó a continuar la secuencia de los cursos. Los miembros del Cuerpo Auxiliar y las Asambleas Espirituales Locales apoyaron a los maestros y al coordinador visitándolos ocasionalmente. Los maestros y coordinadores se reunían cada tres meses para ref lexionar, compartir experiencias y estudiar materiales importantes. Hacia el final del Plan, las clases de niños se habían expandido hacia 3 sectores y 16 barrios y aldeas, alcanzando a más de 2.000 niños en 114 clases.

Unos prejóvenes en Portal da Gloria, Brasil, contribuyen al embellecimiento de su barrio.

Unos jóvenes participan en un círculo de estudio en Samoa.



Los creyentes ngäbe–buglé son firmes y entendidos, además de tener una larga historia en la Fe. Hay una estación de radio y una universidad, ambas de inspiración bahá’í, que sirven a la población entera, y la comunidad bahá’í está promoviendo programas de educación infantil.

El proceso de construir comunidad entre los ngäbe–buglé se encuentra particularmente avanzado en la agrupación de Besikó (Nedrini). Desde que se estableció un programa intensivo de crecimiento en 2006, el trabajo de la Fe en Besikó ha seguido expandiéndose, con un número de actividades básicas que alcanza las 200 con la participación de casi 1.200

Miembros de las agencias de la agrupación de Besikó, Panamá, visitan a animadores, maestros

de clases de niños, participantes y padres.

Movimiento de poblaciones hacia la visión de Bahá’u’lláh de un nuevo orden mundial

En todo el mundo, un gran número de grupos étnicos, tribales e indígenas se han sentido atraídos hacia el Mensaje de Bahá’u’lláh, y los creyentes están aumentando su capacidad para responder a esa receptividad. Han aprendido que el proceso de construir capacidad es más efectivo «cuando miembros de esa misma población están a la vanguardia».23

En Latinoamérica, la Fe ha estado presente en muchas de sus poblaciones indígenas durante décadas. En una de las Tablas del Plan Divino ‘Abdu’l-Bahá hace un llamamiento a los creyentes a «dar gran importancia a la enseñanza de los indígenas,

eso es, a los aborígenes de América», y añade que «llegarán a ser tan iluminados que podrán derramar luz sobre todas las regiones».24 Durante la actual serie de Planes, un número de agrupaciones en comunidades indígenas de Latinoamérica han experimentado un crecimiento importante. Entre ellos destacan los ngäbe–buglé, un grupo aborigen que vive en la región montañosa de Ngäbe–Buglé al occidente de Panamá. Este territorio completamente indígena tiene una población total de unos 200.000 habitantes, de los cuales 3.000 han declarado su Fe en Bahá’u’lláh. La comunidad tiene un Consejo Regional Bahá’í, una junta regional de instituto y 24 Asambleas Espirituales Locales.

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personas. La agrupación tiene un sistema robusto de coordinación que cuenta con un gran número de mujeres y hombres jóvenes, algunos de los cuales aún están en la escuela. Los amigos están enfocados en fortalecer aún más el modelo de vida comunitaria a nivel de barrios y aldeas.

En el 2012 se llevó a cabo una reunión en la agrupación de Besikó con representantes de comunidades indígenas de 13 países de toda Centroamérica y Sudamérica. En la reunión se habló del papel de la educación en el desarrollo espiritual, social y económico de la comunidad. También se dio a los amigos la oportunidad de consultar sobre qué aspectos de su cultura estaban en conformidad con las Enseñanzas de Bahá’u’lláh y debían ser cultivados y qué otros debían ser abandonados. En Bolivia y Colombia tuvieron lugar reuniones similares para ayudar a afianzar el trabajo de la Fe en agrupaciones con poblaciones indígenas.

Estas reuniones le dieron mucho ímpetu al trabajo con las comunidades indígenas a lo largo de Latinoamérica, permitieron que los amigos de muchas comunidades aprendieran de las experiencias de agrupaciones fuertes con realidades similares y ayudaron a los participantes a formular una visión clara del crecimiento basado en circunstancias locales. Los participantes fortalecieron

su identidad bahá’í y su sentido de pertenencia a las actividades de la Fe. Además, el proceso de expansión y consolidación se extendió hacia un número más grande de agrupaciones en la región.

Al Sur de África, los miembros de la población lunda, quienes residen predominantemente en el noroeste de Zambia, al este de Angola y en la región meridional de la República Democrática del Congo, ascienden a un millón y medio. Una de las agrupaciones de la región, Mwinilunga Oriental, en Zambia, ha tenido históricamente una comunidad bahá’í de gran tamaño con un fuerte sentido de pertenencia a la

Una reunión para el pueblo lunda en Mwinilunga Oriental, Zambia.

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Fe, evidente en los altos niveles de participación en el proceso de construir comunidad. Las Asambleas Espirituales Locales, que colaboran muy de cerca con las agencias de la agrupación, animan y apoyan a aquellos que se esfuerzan en realizar las disposiciones del Plan en las bases. En julio de 2015 se organizó una conferencia para esa población en Zambia. Cerca de 600 amigos se reunieron para celebrar la historia de la Fe entre los lunda y valoraron las contribuciones de esa comunidad al desarrollo de su pueblo. Durante tres días, los participantes examinaron la manera en que las Enseñanzas de Bahá’u’lláh se habían aplicado en sus comunidades y discutieron acerca de varios aspectos de su cultura.



Participantes de una reunión de barrio en la agrupación de Créteil–Nogent en Francia.

Construir comunidad en aldeas y barrios

El trabajo intensivo en aldeas y barrios ha sido una característica de gran parte del aprendizaje sobre cómo acoger a grandes números. Ha permitido a «aquellos cuyas vidas son inf luenciadas de alguna manera por las actividades de la comunidad», sentir «el efecto transformador del estudio de la Palabra de Dios».25 En muchos casos, el mismo espíritu de una aldea o un barrio se transformó, dando gran ímpetu al progreso en una agrupación. En cada barrio o aldea, un pequeño grupo de amigos dio comienzo a actividades de construir comunidad, con el objetivo de elevar la capacidad entre los habitantes locales. A medida que más y más residentes en esos entornos pequeños se iban uniendo a las actividades y asumiendo alguna responsabilidad en el trabajo que se estaba realizando, se iba haciendo más evidente el poder edificador de la sociedad dado por la Revelación de Bahá’u’lláh.

Un círculo de estudio que comenzó antes de la serie de conferencias de 2013 contribuyó en gran medida a desarrollar la capacidad de la población local del barrio Kotebe en Addis Abeba, Etiopía. Con la ayuda de un equipo de tres tutores, un grupo de

20 amigos estudiaron varios libros de la secuencia de manera sostenida durante el curso de varios años. Los que servían como tutores apoyaban a los participantes en el círculo de estudio hasta que fueron capaces de sostener sus propias actividades. Con el tiempo, los participantes tuvieron sus propias actividades básicas y ayudaron a otros a abrir las suyas. El número de círculos de estudio, reuniones devocionales, visitas a hogares, clases de niños y grupos prejuveniles, aumentó en general. Con alrededor de 30 actividades básicas y cerca de 450 participantes, el barrio se volvió un centro de actividad intensa y los participantes desarrollaron gradualmente una visión común para el mejoramiento de su comunidad.

En el barrio de Jinámar, en la agrupación de Gran Canaria, Islas Canarias, se invitó a unos jóvenes a encuentros donde explorarían de manera creativa los temas del servicio y la amistad. Estos debates pronto produjeron cambios tangibles en el grupo; los jóvenes comenzaron a demostrar la capacidad de consultar, escuchar y considerar atentamente las opiniones de los demás. Luego se dirigieron a sus coetáneos y encontraron a jóvenes dispuestos a unírseles en sus esfuerzos de construir

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Una reunión devocional en el barrio Mount Druitt de Sidney, Australia.

comunidad. Para canalizar sus energías encaminadas hacia un sendero de servicio, el equipo de instituto puso en marcha una campaña intensiva de instituto, en la que participaron unos 30 jóvenes. A lo largo de los cursos, los jóvenes profundizaron en su entendimiento sobre cómo el servicio y la adoración podían situarse en el centro de sus vidas. Durante el tiempo que estuvieron juntos, organizaron actividades de servicio en el barrio y planearon invitar a sus amigos a entrar en la conversación. Ayudaron luego a otros a llevar a cabo actos de servicio y a abrir grupos prejuveniles. Al poco tiempo ya se llegaron a hacer reuniones semanales para ref lexionar y planificar. Una actitud de aprendizaje y de apoyo mutuo estaba en el centro de sus relaciones. Al adquirir experiencia en abrir y sostener grupos prejuveniles y en apoyarse mutuamente en el proceso, los jóvenes también promovieron un f lujo constante de interacciones significativas con las familias de los niños y los jóvenes, particularmente con las madres. El Comité de Enseñanza de Área exploró con los animadores oportunidades para celebrar reuniones devocionales en los hogares de algunos de los participantes del programa de prejóvenes. Las instituciones de la sociedad, del gobierno local en particular, empezaron a reconocer las aportaciones de la comunidad bahá’í al bienestar del barrio y comenzaron a pedirles a los amigos que participaran en reuniones para identificar y responder a las necesidades del barrio. Los aprendizajes

que se generaron a partir de las experiencias en el barrio de Jinámar contribuyeron al crecimiento de la agrupación entera.En el barrio de Mount Druitt de Sidney, Australia, caracterizado por poseer una amplia población de indígenas e isleños del Pacífico, un resultado del impacto transformador de las actividades básicas era que cada año se graduaban más jóvenes en la escuela. Un joven aborigen perteneciente a una familia numerosa de unos cien miembros comentó: «Soy el primero de toda mi familia en graduarse en la escuela». El acoso que era frecuente en el barrio comenzó a desaparecer a medida que más y más jóvenes participaban en las actividades para construir comunidad. Los jóvenes respondían con entusiasmo a las oportunidades de orar y un espíritu devocional echó raíces gradualmente. Algunas mujeres comenzaron a consultar sobre cómo contribuir al desarrollo de sus comunidades y aprovechar las oportunidades que se les presentaban. En una reunión se inspiraron al explorar la vida de Táhirih, la inmortal heroína bahá’í. Hubo atisbos de acción social también con los prejóvenes que cuidaban de los ancianos del barrio. En una ocasión, tras la muerte de una anciana de la comunidad, miembros de un grupo prejuvenil visitaron a su familia, ayudaron a trasladar sus pertenencias y limpiar su casa. El grupo, además, ayudó a organizar partes del funeral y oraron por el progreso de su alma.



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La aldea de Tawaimare, en la agrupación de Sur Malaita, en las Islas Salomón, es una de esas comunidades que ha presenciado cómo un fuerte carácter devocional afecta a todos los aspectos de la vida comunitaria. Todos los miércoles

Realce del carácter devocional de la comunidad

Los bahá’ís y sus amigos han conseguido progresar sustancialmente en aprender a «invitar a otras personas a comulgar con el Creador y servir a la humanidad».26 En consecuencia, ha habido un realce palpable del carácter devocional de las comunidades bahá’ís en todas partes. Al finalizar el anterior Plan de Cinco Años, más de 350.000 personas habían completado al menos el primer curso de instituto, lo que condujo a una creciente «capacidad de darle forma a un modelo de vida» distinguido «por su carácter devocional».27 A lo largo de los siguientes cinco años, más y más familias e individuos abrieron

sus hogares para celebrar reuniones devocionales, que prácticamente se duplicaron: de haber 28.000 con 170.000 participantes en Riḍván del 2011, a 50.000 con 307.000 participantes hacia el Riḍván de 2016. Un modelo de adoración colectiva, estrechamente asociado a actos de servicio, se fortaleció aún más.

Una reunión devocional en Tayikistán.

y sábados por la mañana, la aldea entera se reunía a las 5 en punto para hacer oraciones al amanecer en el centro bahá’í. Después de la devoción, los amigos ayudaban en la limpieza y mantenimiento del centro y luego proseguían con las otras actividades del día. Este modelo de adoración colectiva inf luyó en el carácter de las conversaciones de la comunidad. Por medio de visitas a los hogares, los amigos compartieron con otros el impacto de las oraciones al amanecer. Los habitantes de las localidades vecinas vinieron para apreciar el valor de las reuniones para la adoración comunitaria y adoptaron modelos similares. También se convirtieron en una

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Las asambleas espirituales continúan desempeñando un papel vital en el cuidado de todos los aspectos del desarrollo de la vida comunitaria en sus áreas de jurisdicción. Su papel se tornó especialmente desafiante en la mayoría de las agrupaciones avanzadas. Las asambleas locales intentaron crear un entorno enriquecedor que pudiera inspirar y permitir que números crecientes de amigos, especialmente jóvenes, contribuyesen al proceso de construir comunidad. A medida que las asambleas iban apoyando los esfuerzos por extender una gama de actividades educativas a grupos receptivos, se ganaban la confianza, tanto de los creyentes como de la comunidad en general, y colaboraban de cerca con las agencias de la agrupación y los miembros del Cuerpo Auxiliar. Las dinámicas de participación de los miembros de la Asamblea en varias facetas de la vida comunitaria contribuyeron también en gran medida a la eficacia del funcionamiento de la Asamblea en sí.

En la agrupación de Aldai Kaptumo en Kenia, las asambleas espirituales locales se reunieron para ref lexionar acerca de su responsabilidad en ayudar a promover el desarrollo espiritual y material de las comunidades donde servían. Se reunieron también con los padres de los niños y prejóvenes participantes en las actividades, ayudándoles a profundizar su entendimiento de los conceptos encontrados en los materiales que sus hijos estaban estudiando. Algunas asambleas, además, concertaron reuniones con mujeres bahá’ís para animarlas a promover la educación espiritual de sus hijos formando clases de niños. Todos esos esfuerzos condujeron a un aumento de la participación en actividades comunitarias. Al final de la fase de consolidación de un ciclo trimestral

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costumbre las oraciones al alba de cada familia en su hogar los demás días de la semana. Las actividades comunitarias, como las Fiestas de Diecinueve Días y Días Sagrados, se volvieron más vibrantes y aumentó la participación en estas.

Las actividades en la agrupación de Kota Kinabalu, en Sabah, se revitalizaron después de que los amigos que servían en las agencias de la agrupación decidieran enfocarse en fomentar una cultura de oración y servicio juntos. Comenzaron por visitar a los amigos y animarlos a ser anfitriones de reuniones regulares para orar. Seis nuevas familias abrieron sus hogares para compartir oraciones y estudiar la Palabra de Dios. El efecto de estas reuniones se sintió al instante en toda la comunidad. Se fortalecieron los lazos de amistad y unidad, se elevó el espíritu de las Fiestas de Diecinueve Días y aumentó la asistencia. Cada familia anfitriona de reuniones devocionales escogió un libro o recopilación para estudiar tras las oraciones. Estos materiales, se compartieron después con otros miembros de la comunidad de maneras creativas –incluyendo mensajes de texto por grupos– dando cabida a que más amigos se beneficiaran de la atmósfera espiritual y generando un sentido colectivo de participación en la vida devocional de la comunidad.

El papel de las asambleas espirituales locales



Antes de la conclusión del Plan de Cinco Años, los amigos en Lubumbashi, República Democrática del Congo, sostenían unas 750 actividades básicas con unos 10.000 participantes, de los cuales más de la mitad venían de la comunidad en general. Los ciclos trimestrales de actividad se desplegaban ininterrumpidamente con distintas fases para la expansión y la consolidación. El Comité de Enseñanza de Área planificaba los ciclos en colaboración con otras agencias de la agrupación y con los miembros del Cuerpo Auxiliar y sus ayudantes. Se hicieron con regularidad campañas colectivas de enseñanza y se organizaron reuniones para la ref lexión con el fin de que todos los miembros de la comunidad se sintieran bienvenidos a participar. En estos encuentros se estudiaban extractos de mensajes recientes de la Casa Universal de Justicia y se hacían planes detallados de

acuerdo con las circunstancias de la comunidad. Tras la reunión de ref lexión, cada entidad se apropiaba de los diversos planes. El Comité de Enseñanza de Área, por ejemplo, escribía a las Asambleas Espirituales Locales animándolas a movilizar a los amigos que pudieran servir como tutores. A su vez, las asambleas locales hicieron todo lo posible para estimular la participación. Había una estructura clara de apoyo mutuo, especialmente en los esfuerzos por conectar con amigos de la comunidad en general. En cada ciclo, los amigos trabajaron para asegurarse de que se lograban las metas y de que la expansión avanzaba realmente de la mano de la consolidación. El trabajo de consolidación empezaba incluso antes de que concluyera la fase de expansión. Cuando se presentaban oportunidades para iniciar actividades básicas, los amigos se aseguraban de que así se hiciera tan pronto como fuese posible.

Lubumbashi, República Democrática del Congo:Un Ritmo sostenido de expansión y consolidación

Entre unas doscientas agrupaciones en el mundo donde los creyentes comenzaron a experimentar la alegría y los desafíos de trabajar con grandes números, algunas tenían aldeas y barrios donde un porcentaje importante de la población entera participaba en las actividades de construir comunidad. En tales lugares, el impacto social de la Fe se hizo más evidente y la comunidad bahá’í obtuvo «un mayor reconocimiento como voz moral distintiva en la vida de una población» y aportó «una perspectiva fundamentada a los discursos en su entorno». Los individuos, las instituciones y las comunidades en cada una de las dos agrupaciones descritas a continuación son una muestra de lo que significa «mantener un alto grado de participación en todos los aspectos que el desarrollo de capacidad conlleva, y manejar la complejidad resultante».28

Agrupaciones en las fronteras del aprendizaje

Niños, prejóvenes y jóvenes en un encuentro comunitario en Lubumbashi.

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La agrupación de Daga, en Papúa Nueva Guinea, ha tenido un programa intensivo de crecimiento desde 2004 y la comunidad ha crecido en su capacidad para hacerse cargo de la transformación espiritual y material de sus habitantes. Con cerca de 30 asambleas espirituales locales y una población general de 8.000 personas, hacia el final del Plan, casi 4.000 amigos estaban participando en más

Daga, Papúa Nueva Guinea: Transformación y cambio en la cultura

de 800 actividades básicas. La agrupación estaba dividida en 5 sectores, cada uno entre 4 y 11 Asambleas Locales. Había un nivel elevado de conciencia entre los miembros de la comunidad sobre la importancia de volverse protagonistas de su propio aprendizaje. A través de la participación en las actividades básicas, los amigos se veían a sí mismos como agentes activos de cambio y reconocían que el proceso en el que estaban

inmersos no consistía solo en estudiar los libros del instituto, sino que también implicaba desarrollar la capacidad de mejorar las dimensiones espiritual y material de sus vidas. El estudio del Libro 1, por ejemplo, inf luyó profundamente en la forma en que la comunidad entendía la vida después de la muerte. Mientras que tradicionalmente, tras la muerte de un ser querido, se debía mantener luto por muchas semanas, al fallecimiento de un amigo o miembro de familia le seguía un tiempo de contemplación y oración. A menudo se leían oraciones y pasajes de los escritos bahá’ís sobre la vida después de la muerte en los funerales y otras reuniones, lo que conmovía profundamente los corazones de los presentes. Además de eso, en las dinámicas de cambio entre hombres y mujeres podían verse vislumbres de transformación colectiva e individual. En el pasado, el rol principal de las mujeres en la sociedad era ser amas de casa, pero ahora estaban contribuyendo al proceso de toma de decisiones en la comunidad y sirviendo en cargos oficiales de la Asamblea Local. La capacidad de consultar y colaborar durante la Fiesta de Diecinueve Días también evolucionó con el tiempo; las mujeres y los niños en particular contribuían más y ofrecían sus opiniones y sugerencias.

Un prejoven en Daga aprende a tejer esterillas durante un

campamento ecológico.



Un pequeño grupo estudia durante un seminario nacional de instituto en las Islas Fiyi.

Esquemas de coordinación cada vez más complejos

Cuando crecía el número de los que llevaban el peso del trabajo de construir comunidad y sus correspondientes actividades, los esquemas de coordinación tenían cada vez más requerimientos. Las estructuras básicas existentes necesitaban ahora extenderse para apoyar a números cada vez más elevados de amigos. Se tuvo cuidado, sin embargo, de evitar «hacer la administración de la agrupación demasiado compleja o tan

jerarquizada que pudiera reducir la eficacia del esquema entero y, sin darse cuenta, impedir el f lorecimiento de las relaciones entre los amigos, las cuales son conducentes al continuo progreso».29 Las agencias encontraron maneras creativas de acompañar a los amigos en sus esfuerzos, asegurándose de promover la colaboración y el apoyo mutuos. El trabajo de los coordinadores de agrupación, por ejemplo, se vio reforzado con la ayuda de un creciente número de personas experimentadas. En consecuencia, las reuniones entre estos amigos con el fin de intercambiar información y perspectivas se hicieron de manera regular y más sistemática. En muchas agrupaciones, las asambleas espirituales locales reforzaron los esfuerzos de las agencias de la agrupación. El Comité de Enseñanza de Área contaba con la ayuda de miembros de la comunidad para continuar realzando el carácter devocional de la comunidad y extender conversaciones significativas a varios entornos sociales, mientras que los miembros del Cuerpo Auxiliar y sus ayudantes ayudaron a generar coherencia entre las actividades y fomentaron un ambiente propicio para

de actividad, las asambleas locales ofrecían oportunidades para la ref lexión y planificación durante las fiestas de diecinueve días. Las lecciones aprendidas eran documentadas y compartidas, junto con los planes para la siguiente fase de expansión, en una reunión organizada por el Comité de Enseñanza de Área.

A través de la implicación en el proceso de instituto y el estudio de la guía de la Casa Universal de Justicia, la Asamblea Espiritual Local de Bukavu, en la República Democrática del Congo, brindó un apoyo considerable a las actividades de la comunidad. En particular, ayudó a organizar encuentros de jóvenes y realizó un seguimiento sistemático para asegurarse de que los participantes podían entrar en el proceso de instituto. Además, pensó en todos los miembros de la comunidad y animó a aquellos que no estaban participando aún en ningún tipo de servicio. En una ocasión, la Asamblea invitó a una docena de jóvenes, compartió con ellos sus planes y les pidió ayuda para contactar con estos amigos. Asimismo, cuando la Asamblea Local notó que un creyente o una familia no había podido asistir a unas cuantas fiestas de diecinueve días, los visitaban miembros de la Asamblea para expresarles amor y preocupación por su bienestar.

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el aprendizaje. «Las cualidades de apoyo mutuo, reciprocidad y servicio a los demás» empezaron a sobresalir «como características de una cultura emergente y vibrante» entre todos los participantes en las actividades.30

Después de haber estudiado la carta de la Casa Universal de Justicia del 1 de agosto de 2014 a los bahá’ís del mundo, en relación con la construcción de Casas de Adoración, el Comité de Enseñanza de Área de la agrupación de Triangle, en la región de Estados Atlánticos, en Estados Unidos, se sintió inspirado para considerar formas de realzar aún más el espíritu devocional de la agrupación. Los miembros comenzaron a pensar en un ejército de amigos que pudieran animar a otros a ofrecer reuniones devocionales en sus localidades. Echaron un vistazo a la lista completa de miembros de la agrupación por primera vez, yendo nombre a nombre e identificando a aquellos amigos

que no estaban sirviendo como maestros de clases de niños, animadores de grupos prejuveniles, tutores de círculos de estudio o anfitriones de reuniones devocionales. En una reunión inicial con 25 amigos, el Comité identificó a un grupo de 8 personas que estaban dispuestas y podían servir como ayudantes de reuniones devocionales –dos en cada sector de la agrupación– y una persona más para servir como coordinadora de los 8 ayudantes y colaborar con las tareas administrativas. En un ciclo, los amigos estuvieron cerca de duplicar el número de devocionales a 50, con 322 participantes. Los ayudantes trabajaban como un equipo, se animaban unos a otros y compartían sus aprendizajes y enfoques. Una ayudante compartió con el Comité de Enseñanza de Área lo agradecida que estaba de haber podido ofrecer sus servicios en ese cargo y lo arropada que se sintió en el proceso.

Un seminario para coordinadores de instituto en Maradi, Níger.

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Participantes en la Conferencia de Jóvenes de 2013 en Port Vila, Vanuatu.

A medida que los amigos de todas las agrupaciones del mundo trabajaban por

alcanzar la meta de establecer programas de crecimiento en al menos 5.000 agrupaciones, los jóvenes, dispuestos y deseosos de mejorar las condiciones materiales y espirituales de su entorno, fueron desempeñando un papel cada vez más importante en este proceso. «Al contemplar el panorama de un mundo bahá’í inmerso en intensa actividad –escribió la Casa Universal de Justicia– un fenómeno nos llama especialmente la atención: la decisiva contribución de la juventud en todos los continentes.31

En febrero de 2013, la Casa de Justicia anunciaba la convocatoria de 95 conferencias de jóvenes, para celebrarse por todo el mundo en ese año. Tan sobrecogedora fue la respuesta de los bahá’ís y sus amigos que,

tres meses más tarde, el Cuerpo Supremo anunció que se harían 19 conferencias más. Estos encuentros ayudaron a movilizar a miles y miles de jóvenes en el campo del servicio, proporcionando un ímpetu de mayor actividad en muchas agrupaciones. En preparación para las conferencias, unos 4.400 jóvenes se reunieron en seminarios de orientación con el fin de estudiar los materiales preparados para las conferencias y ayudar facilitando los grupos de discusión. Las conferencias exigieron de las instituciones de la Fe nuevos niveles de colaboración para dar cabida y apoyo a centenares y, en ocasiones, a miles de jóvenes en el sendero del servicio. El resultado extraordinario de ese esfuerzo colectivo incondicional fue la participación de 80.000 jóvenes en las conferencias de todo el mundo.

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Participantes en un encuentro de jóvenes en Afghanistan.

Florecimiento de las reuniones de jóvenes

Como fruto de las conferencias, la comunidad bahá’í se encontraba frente a un f loreciente número de jóvenes receptivos al Mensaje de Bahá’u’lláh y deseosos de servir en sus comunidades. Para responder a esta necesidad, se llevaron a cabo varias reuniones de seguimiento en países, regiones, agrupaciones, barrios y aldeas, y más amigos se prepararon para facilitar los debates sobre los problemas que afectan a las vidas de los jóvenes.

Muchos amigos jóvenes a los que se les pidió servir como facilitadores en las conferencias sirvieron más tarde como tutores o apoyaron el proceso de instituto de otras maneras, canalizando su entusiasmo hacia actividades de la construcción de comunidad. En Panamá, la junta nacional de instituto, con la ayuda de cinco amigos que fueron parte del equipo de facilitadores en la conferencia de San José, Costa Rica, respondieron ante el entusiasmo de los que asistían a la conferencia organizando tres encuentros de tutores con la participación de más de 50 tutores, una reunión de ref lexión con 15 coordinadores de clases de niños y grupos prejuveniles, y campañas de instituto enfocadas en los primeros libros de la secuencia, contando con la participación de más de 80 jóvenes de la comunidad en general, de 7 agrupaciones diferentes. Se identificaron 22 jóvenes más, quienes podían ofrecer apoyo continuo a las actividades que estaban surgiendo. Con la ayuda de las instituciones y agencias, mantuvieron contacto cercano y regular con más de 250 jóvenes en todo el país. Cuando este equipo de jóvenes adquirió más experiencia acompañando a otros en el campo del servicio, las instituciones llamaron a algunos a servir en la junta de instituto como coordinadores.

Al año siguiente de las conferencias, unos 100.000 jóvenes más participaron en numerosos encuentros para consultar

sobre las maneras en que ellos podrían aportar al mejoramiento de su sociedad. Muchos jóvenes se unieron a cursos de instituto y participaron en las actividades de la comunidad. Una gran parte de ellos comenzaron a llevar a cabo actos de servicio, mientras que otros, más experimentados con el proceso de instituto, los acompañaron y apoyaron. En algunas agrupaciones, tales encuentros de jóvenes a nivel de agrupación, barrio y aldea, se volvieron un elemento regular de los ciclos trimestrales de actividad. Después de participar en encuentros siguientes, unos 500 jóvenes de 12 agrupaciones de Camboya regresaron a sus hogares para participar en numerosos círculos de estudio y cursos intensivos de instituto.

Las reuniones posteriores de seguimiento fortalecieron los lazos de amistad que había entre los jóvenes de todo el país y les ayudaron a desarrollar una visión de servicio en sus comunidades. En Japón, un grupo de unos 30 jóvenes de 5 agrupaciones que asistieron a la conferencia de 2013 en Macao, se juntaron cada tres meses y se mantuvieron comunicados entre las reuniones, para fomentar el apoyo mutuo y una visión común en cuanto a cómo llegar a contactar con sus coetáneos. Los desafíos del clima y las infraestructuras de transporte



A medida que las conversaciones con jóvenes cobraban impulso y la conciencia de su papel en la construcción de una nueva civilización aumentaba, se animaba a los jóvenes a dar sus primeros pasos en el sendero de servicio. Comunidades, instituciones y agencias por todas partes se enfrentaban al desafío de fortalecer sus propias capacidades y encontrar maneras creativas de acompañar a los jóvenes y responder adecuadamente a sus expectativas entusiastas. Los institutos de capacitación, en particular, intensificaron sus esfuerzos por aprender a cómo ayudar a grupos de jóvenes a entrar en la secuencia de cursos y levantarse a servir, un proceso al que la Casa Universal de Justicia se refiere como «una obligación sagrada»32 de los institutos. Los siguientes ejemplos destacan los esfuerzos concentrados de los institutos de capacitación en la preparación de jóvenes nuevos para el servicio activo.

Distintas comunidades de varios entornos intentaron aprender sobre lo que significa un ritmo de estudio eficiente, considerando tanto los encuentros semanales regulares como los periodos de estudio intensivo. En las agrupaciones de Mahalapye Central y Gaborone Mayor, en Botsuana, después de haber tenido varios encuentros con jóvenes recién conocidos y haberse ganado el apoyo de los padres, los amigos se comprometieron a movilizar rápidamente tutores que pudieran llevar tanto sesiones regulares de estudio como campañas intensivas de instituto ocasionales.

En el barrio Bellas Vistas de Madrid, España, algunos jóvenes que estaban estudiando el Libro 2 invitaban a sus amigos cada semana, así que de manera natural se formó un Libro 1 al mismo tiempo y en el mismo lugar. Aunque los círculos de estudio se reunían semanalmente, el nivel de intensidad se mantuvo, puesto que los participantes se

en Groenlandia suponían una dificultad para que los jóvenes dispersados por todo el país tuvieran una conferencia nacional de jóvenes. Sin embargo, los amigos estaban empeñados. Utilizaron medios creativos para invitar y facilitar la participación de jóvenes de muchas partes del país, usando herramientas de comunicación por internet.

Un repaso de la participación de los jóvenes en una región geográfica ilustra la magnitud y complejidad del trabajo que se estuvo haciendo: en todo el Subcontinente de la India, las conferencias de jóvenes de 2013 contaron con la participación de unos 20.000 jóvenes. Durante 2014 y 2015, se organizaron otras 153 reuniones, con más de 12.000 participantes solamente en la India. Como resultado de estas y otras reuniones en Nepal y Sri Lanka, las instituciones estimaron que unos 25.000 jóvenes más se unieron a la conversación sobre cómo contribuir al desarrollo de sus comunidades. Por supuesto, no en todas las partes del mundo se experimentó una participación a esta escala, pero los siguientes relatos muestran cómo la celebración de tales encuentros, en muy diversas circunstancias, generó un discurso constructivo sobre la naturaleza de la transformación espiritual y social a la que los jóvenes pueden contribuir de forma activa.

Invitando a jóvenes a caminar por el sendero de servicio

Un encuentro de jóvenes en el barrio Kharkhorin de Ulaanbaatar, Mongolia.

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veían 4 o 5 veces a la semana para hacer devocionales, hogareñas y reuniones de jóvenes.

La Junta de Instituto de Venezuela luchó por aumentar su reserva de tutores para que hubiese apoyo suficiente para docenas de jóvenes que estaban interesados en estudiar los cursos de instituto y llevar a cabo actos de servicio. Unos 150 amigos que habían sido identificados como posibles tutores asistieron a un programa de capacitación, durante el cual 51 de ellos prometieron facilitar un nuevo círculo de estudio. Se tomaron medidas para acompañar sistemáticamente a estos tutores; planearon sus primeras visitas, identificaron y visitaron a los participantes. Asimismo, participaron en reuniones de ref lexión periódicas para ayudar a fomentar el progreso sostenido.

Unos pioneros de frente interno en Majuro, Islas Marshall, se reunieron con un número de jóvenes regularmente –al principio diariamente – para estudiar los mensajes de la Casa de Justicia y temas de la secuencia de cursos de instituto. Cerca de 20 de estos jóvenes entraron en el proceso de instituto y, mientras estudiaban el Libro 1, participaron en una campaña de enseñanza de 9 días, durante la cual 12 personas aceptaron la Fe. A

medida que los 20 jóvenes continuaban su estudio de los libros de la secuencia, ref lexionaban y planeaban regularmente; por lo que, con el tiempo, se abrieron y mantuvieron 10 grupos prejuveniles en el barrio.

En el barrio de Peñalolén, en Santiago, Chile, el área donde se encuentra la Casa de Adoración, unos tutores ofrecieron reuniones sociales regulares en los colegios y trabajaron para desarrollar un espíritu de amistad y confianza entre los jóvenes. Muchos de los jóvenes estudiaron el Libro 1 y, después de participar en el proceso de instituto, lograron iniciar 24 actividades básicas.

Poco después de un encuentro nacional de juventud en Italia, un grupo de jóvenes de las agrupaciones de Nápoles-Portici y Caserta que habían completado recientemente el estudio del Libro 1 se apuntaron a una capacitación intensiva del Libro 5, durante la cual se formaron 3 grupos prejuveniles. Después de estas capacitaciones, algunos jóvenes abrazaron la Fe y, con la ayuda de los amigos de la comunidad, iniciaron reuniones devocionales semanales.

En Taiwán, un encuentro nacional de animadores contó con la participación

Un grupo prejuvenil en Nigeria.



114 Conferencias de jóvenes

La convocatoria a las 114 conferencias de jóvenes que se celebraron a lo largo de varios meses en 2013 marcó un período único en el Plan de Cinco Años. Caracterizadas por una efusión de energía y motivación entre los jóvenes de todas las procedencias «a realizar una contribución a la suerte de la humanidad»33 , las conferencias dieron paso a un auge de creatividad y compromiso en grandes números de jóvenes, quienes «se han incorporado ahora al amplio abrazo de una conversación y un patrón de acción de consecuencias de gran alcance en cuanto a la forma de vivir una vida coherente y llegar a ser agentes de transformación espiritual y social».34 Las conferencias se celebraron en 66 países de 5 continentes, con más de 80.000 participantes, muchos de los cuales venían de distintos ámbitos de la sociedad. La asistencia a cada conferencia varió de cerca de 200 a 4.000 jóvenes y todas las conferencias siguieron un formato similar: breves sesiones plenarias, estudio de los materiales expresamente preparados, en grupos grandes de 80 y luego pequeños grupos de 20, además de presentaciones artísticas por las noches. Durante este período intensivo de las conferencias en todo

el planeta, las lecciones aprendidas en estas ocasiones eran recopiladas y compartidas con la comunidad bahá’í a través de informes de cada conferencia, publicados en el Bahá’í World News Service (Servicio de Noticias del Centro Mundial Bahá’í) y a través de una serie de cortometrajes titulados To Serve Humanity (Servir a la Humanidad), que captan las percepciones de los participantes al debatir los temas centrales al proceso de construir comunidad.

Cuando las conferencias concluyeron, los participantes se tomaron en serio el llamamiento de la Casa de Justicia de «equiparse para una vida de servicio de la cual f luirán bendiciones en abundancia».35 Salieron hacia sus comunidades con renovadas energías, resolución profunda y una visión afinada, deseosos de enfrentarse a las tareas que aguardaban para desempeñar su papel. El entusiasmo de los jóvenes de todo el mundo se vio ref lejado en las palabras de un participante: «Vamos a la conferencia con la firme intención de actuar apenas termine. Esta conferencia es el primer paso en un sendero de servicio para muchos».


«En casa, todos los días he convivido con el prejuicio, pero esta es la primera reunión donde no he sentido ningún tipo de prejuicio».Tirana, Albania

«Cuando regrese de la conferencia, me gustaría continuar con lo que estaba aprendiendo con mis amigos acerca de cómo ayudar a los más jóvenes a refinar sus caracteres».Antananarivo, Madagascar

«Esta conferencia es un símbolo de la unidad de la humanidad porque une a personas de diferentes procedencias, algo raro en nuestro entorno polarizado».Nundu, República Democrática del Congo

«Para ayudar a alguien, tienes que sobreponerte al egoísmo. Necesitamos unidad. Necesitamos desear el bienestar de la otra persona. Porque todo lo que hagamos tiene que hacerse con amor».Puerto Príncipe, Haiti

«Lo más difícil de hablar sobre la idea de mejorar el mundo es que la gente no cree que puede pasar. Se hace más fácil cuando explicamos que si estamos unidos, esta esperanza se puede hacer realidad».Almaty, Kazajistán

«Escuchar a tanta gente que quiere cambiar el mundo me ha inspirado a hacer mi parte y empezar mi camino de servicio a los más jóvenes de mi barrio».Auckland, Nueva Zelanda

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«Estoy ansiosa por regresar a mi comunidad, ya que el proceso no ha empezado aún. Deseo poner en práctica todo lo que he aprendido. Estoy segura de que recibiré el apoyo y estímulo necesarios».Lima, Perú

«Estamos aprendiendo acerca de los principios que nos ayudan en nuestras vidas y acerca de cómo inf luir positivamente en los más jóvenes de nuestras comunidades de nuestro retorno».Nairobi, Kenya

«Veo que hay dos tipos de educación: material y espiritual. Sin la educación espiritual no pensaríamos en la importancia de servir a otros».Daidanaw, Myanmar

«Tenemos poderes, pero cuando nos juntamos, los poderes se vuelven inmensos. Una gota se puede convertir en un océano». Yaundé, Camerún

«Me siento con más confianza ahora porque veo que no estoy solo en este camino. Veo que hay muchos más jóvenes como yo, que tienen el mismo sentido de propósito en la vida». Estambul, Turquía

«Las actividades del día a día que hacemos consisten en ayudar a otros. Por ejemplo, cuando cuidamos de nuestros ríos estamos apoyando a otros a confiar en ese ecosistema».San José, Costa Rica


«En esta conferencia he aprendido que no importa cuan pequeño y joven sea, aun tengo algo que ofrecer al mundo».Thyolo (Blantyre), Malawi

«Nos podríamos marchar y simplemente decir que estuvimos en la conferencia. Pero eso no es suficiente. Tenemos que salir con planes y ponerlos en práctica».Aguascalientes, México

«Se supone que todos deben llevar el mundo hacia su noble destino, que es unirse. De verdad, quiero que más personas participen en esta conversación».Seberang Perai (Sungai Siput), Malaysia

«Uno podría pensar que estudiar y servir son dos cosas separadas. Pero yo no estudio para mí mismo; estudio porque quiero ayudar al mejoramiento del mundo».Frankfurt, Alemania

«Debemos regresar y compartir nuestras experiencias con otros jóvenes, para que ellos también puedan ser conscientes de la importancia de este período y la necesidad de caminar por el sendero de servicio».Georgetown, Guyana

«Deberíamos levantarnos a servir sin buscar ni esperar nada a cambio; más bien, por un fuerte deseo desde muy adentro de nuestros corazones».Biratnagar, Nepal

«Yo solía ser tímido y reservado. Pero aquí he tenido la experiencia de que todos compartimos la misma visión de Bahá’u’lláh. Nos hemos levantado a dar nuestras vidas para servir a la humanidad, a ser modelos a seguir por los más jóvenes, a ser la punta de lanza del aprendizaje».Helsinki, Finlandia

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«Cuando la gente piensa que para estar unidos tienen que ser iguales, es que no lo han entendido. Todos somos diferentes, pero trabajamos juntos».Macao, Macao

«Estamos en un momento decisivo de nuestras vidas y nuestra contribución a una sociedad más justa depende de lo que estamos haciendo ahora y de la visión que tengamos del futuro».Cochabamba, Bolivia

«Me he dado cuenta de que todos los que están aquí son como yo: queremos ayudar y cambiar el mundo. Regresaré a casa a promover la unidad, sabiendo que no tengo que hacerlo solo».Perth, Australia

«La alegría en esta conferencia es testimonio… de que se está llevando a cabo la construcción de comunidad».Montreal, Canadá

«Nosotros los jóvenes tenemos una responsabilidad dada por Dios; es como una obligación espiritual. Al trabajar juntos para servir a nuestras comunidades, debemos siempre ser positivos y confiar en que Dios nos asistirá».Port Vila, Vanuatu

«Las relaciones profundas y significativas entre las personas son necesarias para podernos ayudar unos a otros a construir comunidad».Dhaka, Bangladesh

«El concepto de apoyo mutuo ha sido especialmente interesante para mí. Sólo cuando somos humildes podemos aprender de otros».Sapele, Nigeria


de 44 jóvenes, que estaban deseosos de servir. Para ayudarlos a avanzar en su sendero de servicio, se organizaron campañas intensivas de instituto regulares durante las vacaciones del colegio, lo que permitió que 40 jóvenes sirvieran a la vanguardia del proceso de construir comunidad.

En la agrupación de Tarawa del Sur, en Kiribati, el número de actividades básicas pasó de 80 a 118 en el transcurso de un ciclo, y más de la mitad fueron facilitadas por jóvenes. Tras unos cuantos ciclos, durante los cuales varios centenares de jóvenes se unieron a las actividades para construir comunidad, el número de actividades básicas sobrepasó las 200. Los amigos empezaron a observar el cambio en el ambiente de las reuniones de ref lexión. Los niños, que solían ir a jugar afuera durante las consultas, ahora comenzaban a contribuir activamente. De manera similar, a los jóvenes, que anteriormente se sentaban en las sillas de atrás durante las reuniones, se les dio la oportunidad de compartir sus pensamientos y experiencias.

En la agrupación Occidente Sur, en El Salvador, se le pidió a un miembro del Cuerpo Auxiliar y al Coordinador Nacional de Instituto que se enfocaran en fortalecer la participación y capacidad de los jóvenes locales como manera de contrarrestar la creciente violencia ejercida por pandillas en el área. Con el apoyo de la Asamblea Espiritual Local, un grupo de jóvenes amigos comenzaron a contribuir al proceso de crecimiento de la agrupación, trabajando, entre otras cosas, con 200 chicos de grupos prejuveniles.

Los creyentes de Utrecht, Holanda, dedicaron períodos de expansión a entablar conversación con jóvenes e invitarlos a reuniones con el propósito de presentarles el instituto de capacitación. En los días posteriores al encuentro

inicial, se hicieron planes con cada participante para empezar un estudio intensivo de los cursos de instituto. Durante unas semanas se les acompañó casi a diario en las prácticas de los cursos. A medida que se hacían estos esfuerzos, las agencias de la agrupación se dieron cuenta de que era decisivo crear una cultura de capacitación intensiva que combinara estudio y práctica para generar un movimiento de jóvenes comprometidos con el trabajo de la transformación de la sociedad.

A medida que más y más jóvenes se levantaron a participar en actividades y llevar a cabo acciones de servicio en sus comunidades, especialmente como animadores o maestros de clases de niños, su transformación se hizo cada vez más evidente. Muchas son las historias de jóvenes que, tras un intenso período de estudio y servicio, reformularon sus ideas acerca de cómo les gustaría llevar adelante sus vidas.

En Tayikistán, cuatro jóvenes de la agrupación de Juyand participaron en una campaña de instituto durante un mes de verano y luego dedicaron un mes más a servir a tiempo completo en sus propias comunidades. Entre ellos había una mujer que, tras completar el estudio del Libro 6, estaba encendida con el deseo de enseñar a cada persona que se cruzaba en su camino. A su regreso a casa compartió lo que había aprendido sobre la Fe con su tía, quien más tarde también aceptó la Fe. Esta fue la primera de muchas conversaciones que tuvo con los residentes de su pequeña aldea.

En Guiumri, Armenia, un grupo de estudiantes universitarios completaron el estudio del Libro 1. Uno de los participantes se conmovió hasta las lágrimas durante la parte devocional del círculo de estudio y luego compartió la siguiente ref lexión acerca de lo que había aprendido:

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«El libro me dio un montón de ideas; ahora debo pensármelo bien antes de hacer cualquier cosa. Estoy esperando con ansias continuar con el siguiente libro. Después de estudiar el Libro 1, entendí que tengo que mejorar muchas cosas de mi comportamiento, por ejemplo, ser más veraz. Antes pensaba que no pasaba nada si decía una pequeña mentira, pero ahora entiendo que no es aceptable; trabajaré en ello».

Inspirados por las amistades cultivadas durante las conferencias de jóvenes y en otros espacios, unos grupos de jóvenes que vivían cerca se sintieron naturalmente compelidos a apoyarse unos a otros en sus esfuerzos por caminar el sendero de servicio juntos.

En Mongolia, donde 750 jóvenes participaron en la conferencia de 2013 celebrada en Ulán Bator, surgieron unos 42 grupos de jóvenes que servían juntos principalmente en barrios y aldeas.

En diferentes localidades de las Islas Fiyi, los jóvenes facilitadores reunieron a grupos de jóvenes para participar en uno de tres encuentros de fin de semana. En los planes compartidos por cada grupo, los jóvenes expresaron su compromiso de ampliar su círculo de amigos, hacer partícipes a sus familias, avanzar en el proceso educativo y aumentar la calidad y el número de actividades básicas en sus comunidades.

La influencia en la vida de la comunidad

Fortalecidos por el estímulo y apoyo de sus comunidades e instituciones, los jóvenes se sintieron empoderados para llevar el peso de las responsabilidades que contribuyeron al avance de los barrios, aldeas, agrupaciones y regiones en cada rincón del mundo. «La infusión de energía de un grupo dinámico

de jóvenes –aseguraba la Casa de Justicia– hace que se acelere el ritmo de trabajo dentro de una agrupación».36 A continuación hay algunos ejemplos de cómo ha ocurrido esto:

En St. Thomas, Jamaica, un joven que había estudiado el Libro 5 inició conversaciones con otros jóvenes de la comunidad. Esto llevó a 30 jóvenes a participar en 4 círculos de estudio y, seguidamente, a formar 6 grupos prejuveniles. Para expandir aún más el programa, dos jóvenes y el coordinador del programa prejuvenil de la agrupación estuvieron en consulta durante un año con el director de una escuela local, los maestros y la asociación de padres de familia. Al principio, los maestros accedieron a llegar 15 minutos más temprano, dos veces por semana para acomodarse al programa de prejóvenes. En unos cuantos meses los maestros que inicialmente se habían opuesto al programa le dieron a los animadores tiempo extra para las sesiones de los grupos y empezaron ellos mismos a participar. Con el tiempo, se formaron seis grupos prejuveniles en la escuela con la participación de 75 estudiantes.

En sus esfuerzos por nutrir el crecimiento de la agrupación de Mgambo, en Tanzania, las agencias regionales enviaron un equipo de visitas para

Jóvenes en Nueva Zelanda planifican actividades para la fase de expansión.



movilizar a jóvenes que pudieran servir como animadores y maestros de clases de niños. Catorce jóvenes comenzaron el Libro 5 después de que un equipo de enseñanza visitara a sus padres para obtener una visión común y ganarse su apoyo. En un mes, se formaron 10 grupos prejuveniles y la agrupación cruzó hacia el primer hito. A medida que más jóvenes empezaban a involucrarse en las actividades educativas de la agrupación, fue quedando claro que establecer lazos con las familias era un factor de suma importancia para fortalecer la participación de los jóvenes y abrir las puertas a un proceso f loreciente de construir comunidad. En la agrupación de Shinyanga, 30 jóvenes, de los cuales 10 se unieron formalmente a la Fe, llevaron sobre sus hombros la responsabilidad de construir la comunidad al sostener 16 clases de niños con 160 participantes, 23 grupos prejuveniles con 252

participantes y 4 círculos de estudio con 26 participantes.

En la agrupación Centro de Bélgica, las agencias de la agrupación aplicaron las lecciones aprendidas del trabajo con jóvenes al progreso de la agrupación entera. Los amigos se reunieron, usando el patrón de los encuentros de jóvenes con la comunidad entera para planificar y apoyarse mutuamente en una campaña para multiplicar las reuniones devocionales. De la misma manera, al ver el efecto de las visitas a los hogares en los jóvenes y sus familias, los amigos organizaron visitas a los hogares de los creyentes. Tales visitas les inspiraron más a apoyar y participar en el proceso de construir comunidad. Con los jóvenes como fuerza motora, grupos de diferentes partes de la agrupación empezaron a explorar las dinámicas del crecimiento en sus propios barrios. Se hizo evidente que

Los miembros de un grupo prejuvenil en la República Democrática del Congo visitan un orfanato.

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los esfuerzos liderados por los jóvenes habían encendido una chispa en la vida de la agrupación en su conjunto, brindando inspiración para la participación universal e incluso ejerciendo una inf luencia en las agrupaciones vecinas. Como resultado de esos esfuerzos, el número de reuniones devocionales que había en la agrupación creció de unas 4 de promedio a 23 en menos de un año. Se abrieron también nuevas clases de niños, mientras que las existentes aumentaron el número de niños participantes.

Al ref lexionar sobre cómo acompañar a los jóvenes en su sendero de servicio, las instituciones de la República Democrática del Congo mencionaron algunas historias conmovedoras. A continuación, verán la historia de una joven que ayudó en el avance del proceso de construir comunidad en su aldea:

Una jóven de 20 años de una aldea en la agrupación de Murhula, que había estudiado el Libro 1, asistió a la conferencia de jóvenes en Bukavu en agosto de 2013. Galvanizada por el entusiasmo y unidad de otros jóvenes, al regresar a casa elevó la conciencia de los jóvenes de su aldea y formó un grupo de 9 de sus coetáneas de la sociedad, para estudiar los materiales de la conferencia. Tuvo, además, conversaciones con algunos padres de niños y prejóvenes de su aldea y se dio cuenta de que necesitaba un plan para desarrollar su propia capacidad para poder satisfacer las necesidades de educación espiritual de su propia comunidad. Caminó más de 20 kilómetros para consultar con el coordinador, quien inmediatamente reservó tres días para hacer el Libro 2 y partes del Libro 3 con ella, incluyendo las 24 lecciones y los elementos de una clase de niños. Luego dedicaron un día para consultar sobre cómo empezar un grupo prejuvenil y para estudiar Brisas de Confirmación. Con la compañía del coordinador, inició una clase de niños y un grupo prejuvenil. Se extendió una invitación al líder de la aldea, a los miembros de la Asamblea Espiritual Local y a las nueve amigas de esta joven a participar en una reunión para abrir esas actividades en la aldea. Al tiempo que servía como animadora y maestra de clase de niños, continuó su estudio de la secuencia de cursos.

En varias regiones, las comunidades reconocieron que los jóvenes podían servir no sólo al mismo paso que las generaciones mayores sino también al frente de las actividades, e inf luir en las normas sociales y culturales. En ciertos barrios y aldeas, en las agrupaciones de Lusaka, Mwinilunga Oriental y Zambezi en Zambia, los amigos se dieron cuenta de que, a medida que los jóvenes se comprometían en apoyar el desarrollo espiritual y social de los prejóvenes y niños, los adultos de la comunidad aprendían a apreciar sus servicios



Programa de jóvenes de tiempo de servicio

La respuesta decidida de personas que «en el apogeo de la vida y en la flor de su juventud»37 se levantan a servir a la Causa no se hizo esperar, tal como se evidenció con los innumerables ofrecimientos de los amigos que querían dedicar un tiempo de servicio a la Fe a tiempo completo, y que a menudo supuso su traslado a las agrupaciones cercanas para servir como pioneros de frente interno. Aunque el objetivo principal de esos jóvenes era ayudar en el avance de los procesos de crecimiento de la agrupación donde se encontraban laborando, surgió además, de manera natural, un proceso profundo de transformación personal fruto de sus esfuerzos. El siguiente relato es una muestra del efecto transformador que ejerció en una joven de la región Noroccidental de Estados Unidos el haber dedicado un tiempo de servicio a tiempo completo:

Una semana después de la conferencia, una chica joven, que apenas participaba en el proceso de instituto, se unió al ‘programa para jóvenes de tiempo de servicio’ y de inmediato participó en unas campañas de instituto en Tacoma y Redmond durante un mes. Inspirada por esta experiencia, la joven se trasladó a una nueva agrupación donde, diez meses más tarde, llegó a convertirse en un pilar del proceso de instituto sirviendo como animadora de un grupo prejuvenil y maestra de una clase de niños, además de dedicar sus energías a acompañar a otros a su alrededor ayudándoles a desarrollar su capacidad.

En algunas regiones, las comunidades nacionales desarrollaron programas para jóvenes, con el fin de prepararlos

para un período intenso de servicio a tiempo completo. En Colombia, un programa para jóvenes en tiempo de servicio ayudó a elevar la capacidad de un número de jóvenes para participar en la construcción de un modelo de vida comunitaria en algunas agrupaciones emergentes de la zona norte del departamento del Valle del Cauca. El programa tenía metas específicas, tales como ayudar a nutrir la capacidad de los jóvenes para sostener un círculo de estudio hasta que un tutor de la localidad pudiera levantarse; iniciar y mantener un grupo prejuvenil; y fortalecer su propia identidad bahá’í. Su objetivo general era ayudar a los jóvenes a desarrollar una conciencia de lo que significaba vivir una vida bahá’í basada en el servicio a la Causa y a la humanidad.

Participantes de una campaña intensiva de instituto para jóvenes en Tacoma, Estados Unidos.

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y los apoyaban más. La cultura de la consulta en la agrupación evolucionó a varios niveles. Los jóvenes y adultos comenzaron a tener conversaciones sustanciales sobre el desarrollo de sus barrios. Un cambio en la relación entre los jóvenes y sus padres se hizo evidente: los jóvenes se sentían empoderados y los padres confiaban más en ellos y en sus capacidades. En Mwinilunga Oriental hubo, además, un incremento en la participación de mujeres jóvenes que llevaban el peso de las responsabilidades en la comunidad y servían como animadoras y maestras de clases de niños.

En Badulla, Sri Lanka, un joven pionero de frente interno inició conversaciones con 11 jóvenes y sus familias; en poco tiempo establecieron lazos de amistad. Polarizados por el sistema de castas, esos jóvenes, al principio, insistieron en tener dos grupos

prejuveniles separados por castas. Sin embargo, tras completar el Libro 1, todos los participantes se reunieron en la misma casa para celebrar una reunión devocional, lo cual rompía las normas sociales. Fortalecidos y más unidos tras esa experiencia inicial, los jóvenes amigos, cuyo número continuó creciendo, realizaron proyectos de servicio con toda la aldea. Después de ir a la conferencia de Kadugannawa, reconocieron que sus relaciones ya no dependían del sistema de castas; éstas estaban impregnadas de un espíritu de apoyo mutuo. Consultaron, planificaron, oraron y sirvieron juntos con la ayuda del joven pionero. A través de sus esfuerzos se abrieron 6 reuniones devocionales, un círculo de estudio del Libro 2 con 5 participantes, 2 clases de niños con 9 niños y 5 grupos prejuveniles con 37 participantes.

Una reunión devocional en Thames Valley,Reino Unido.

*



Elevar la capacidad institucional Una reunión institucional

regional al norte de Italia.

El proceso de establecer nuevos programas de crecimiento y fortalecer

los ya existentes durante el Plan de Cinco Años requería «una proeza de fuerza y coordinación»38 por parte de las instituciones y agencias, además de «un espíritu común de colaboración entre los tres protagonistas del Plan: el individuo, la comunidad y las instituciones».39 Al promover la iniciativa individual dentro del marco de acción del Plan y fomentar un modelo dinámico de vida comunitaria, las instituciones y agencias a nivel local, de la agrupación, regional y nacional demostraron niveles cada vez más elevados de capacidad y madurez. Muchas se volvieron expertas ayudando a los amigos a comprender las condiciones de sus localidades y aplicar la guía de la Casa Universal de Justicia. A través de la ref lexión sistemática basada en la experiencia, la documentación y diseminación del conocimiento y de los enfoques relevantes, las instituciones

lograron analizar nuevas ideas a la luz de lo que se había aprendido en el mundo entero, y refinar la organización existente para dar cabida a las contribuciones de un número creciente de individuos. La necesidad abrumadora de dar respuesta a las energías liberadas a raíz de las conferencias de jóvenes y el proceso de acompañar a jóvenes en grandes números también supuso a las instituciones un desafío para seguir adelante con un espíritu de aprendizaje.

En muchas ciudades y aldeas donde el proceso de construir comunidad había avanzado, las asambleas espirituales locales aprendieron a trabajar de cerca con las agencias de la agrupación para facilitar la educación espiritual de los niños y

Evolución de las asambleas espirituales locales

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A medida que las agrupaciones avanzaban en el camino de su desarrollo, fueron forjándose enfoques efectivos y mecanismos formales para apoyar todas las áreas de acción o se fueron fortaleciendo aún más. En algunos casos donde el crecimiento a gran escala estaba al alcance, surgieron unos sistemas de coordinación que respondían a la diversidad de circunstancias. En las agrupaciones que podían haber tenido un coordinador para cada programa educativo y un comité de enseñanza de área con unos pocos miembros, el trabajo de dichas agencias se vio reforzado por un número creciente de individuos con experiencia. Al mismo tiempo, las reuniones para ref lexionar sobre la experiencia e intercambiar información adoptaban un enfoque más sistemático. En las agrupaciones con una gran cantidad de actividades básicas, los equipos de coordinadores se reunían con asiduidad para debatir sobre la fortaleza de todo el proceso educativo y se esforzaban por difundir el conocimiento y los aprendizajes del trabajo de campo en reuniones de tutores, maestros y animadores. Los comités de enseñanza de área también alcanzaron nuevos niveles de funcionamiento, ganaron experiencia en la movilización de creyentes hacia los esfuerzos colectivos de enseñanza, promoviendo la multiplicación de reuniones devocionales y animando a que se hicieran las visitas a los hogares por toda la agrupación.

Aumento de la capacidad a nivel de la agrupación

Una reunión de las agencias de la agrupación de Kanchanpur Oriental, Nepal.

prejóvenes, promover oportunidades para la adoración colectiva y animar a los creyentes a participar en las actividades de enseñanzas para la difusión de la Palabra de Dios. Ya sea por guiar y apoyar a los jóvenes a servir con entusiasmo o por interactuar con la sociedad en general, más conocedora ahora de las actividades de la comunidad bahá’í, estas asambleas espirituales se ganaron el cariño y el respeto, tanto de los miembros de la comunidad como de otros habitantes de la localidad. En algunos casos, el Consejo Regional Bahá’í organizó reuniones para todas las asambleas de una agrupación o región determinada con el fin de ayudar a sus miembros a adquirir una visión más clara del Plan y su papel en el establecimiento de un modelo sano de vida comunitaria.

Otro avance importante a nivel local se manifestó en la mayor descentralización de la Fiesta de Diecinueve Días, especialmente en áreas con un número grande de bahá’ís o con limitaciones en la infraestructura de transporte. La Fiesta era el momento propicio para la reunión íntima, donde los miembros de la comunidad se juntaban para orar, socializar, además de consultar y ref lexionar sobre las actividades de la localidad. Al reconocer la importancia de la participación en la Fiesta, las asambleas locales de algunas agrupaciones pusieron en marcha equipos de visita a creyentes que no podían asistir a las fiestas, con el fin de compartir con ellos lo que se había debatido.



Desarrollo de un sistema de coordinación en Nueva Delhi, India

Al comienzo del Plan, la agrupación de Delhi, en la India, tenía más de 150 actividades básicas con unos 1.250 participantes. Por medio de esfuerzos serios y ref lexión sistemática, la comunidad logró sostener, hacia el final del Plan, más de 1.000 actividades básicas con unos 7.000 participantes. Gran parte del progreso en levantar un f lujo constante de recursos humanos que apoyaran el proceso de crecimiento se debió a los jóvenes que vivían en pequeñas zonas de la ciudad, a quienes se invitó a contribuir en el proceso de construir comunidad. Al introducir, desde el principio, el concepto de ser un colaborador que ayudaría a otros amigos a levantarse a servir, las agencias de la agrupación motivaron a los jóvenes, una vez convertidos en tutores y maestros de clases de niños, a ayudar a otros de su área a caminar por el sendero de servicio.

Por medio de campañas de instituto, reuniones semanales y encuentros regulares de jóvenes, creció significativamente en los barrios el número de estudiantes del Libro 7 y de facilitadores de nuevos círculos de estudio. Dicho crecimiento hizo que los amigos empezaran a pensar en

un sistema para acompañar a grandes números. El progreso sustancial de la comunidad requirió un ajuste en el sistema de coordinación. Se puso en marcha un sistema en el que un pequeño grupo de coordinadores para cada uno de los programas de empoderamiento espiritual de prejóvenes y de educación espiritual de los niños, junto

con un equipo de colaboradores, trabajaban con grupos de amigos que estaban sirviendo en las bases. De esta manera, una red creciente de colaboradores sostuvo un número de actividades en expansión. Es de destacar que los que servían en esos puestos de coordinación siguieron llevando sus propias actividades básicas; eso les permitió mantenerse en contacto directo con el proceso de aprendizaje que se estaba forjando. Este sistema orgánico dependía, en gran

medida, de los lazos de amistad. Tomaba en cuenta, además, aspectos materiales como la disponibilidad de tiempo y las capacidades que tenían los que servían, al igual que la proximidad entre sus casas y las actividades que estaban apoyando.

A medida que cada etapa del proceso educativo se

afianzaba e iba f loreciendo en la agrupación, con el tiempo, los amigos fueron capaces de sostener unos 200 grupos prejuveniles y 250 clases de niños. Un mecanismo similar se puso en marcha para fortalecer el levantamiento de recursos humanos y apoyar a

los anfitriones de reuniones devocionales. La experiencia de Delhi se difundió por toda la India por medio de reuniones regulares para la ref lexión y el intercambio de recursos. Varias de las 36 agrupaciones del país que habían alcanzado las 100 actividades básicas durante este Plan –incluyendo una docena que habían incluso alcanzado las 200 actividades básicas– se beneficiaron directamente de lo aprendido en Delhi.

Cartel que ilustra el sistema de coordinación para las reuniones devocionales de Delhi, India.

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Aumento de capacidades en las asambleas espirituales locales de agrupaciones avanzadas

Cuando el proceso de crecimiento se establecía firmemente en una localidad –con un buen porcentaje de la población involucrada en las actividades y la aceptación formal de la Fe por parte de muchos habitantes– las Enseñanzas comenzaban a penetrar y transformar la vida de dicha localidad. Las asambleas espirituales locales ref lexionaron acerca del bienestar de la comunidad, algunas veces junto a los líderes locales. En tales comunidades, tanto los bahá’ís como la sociedad en general fueron considerando cada vez más a la Asamblea Espiritual Local como una institución con autoridad moral. A continuación, podemos apreciar algunos ejemplos:

La agrupación de Daga, en Papúa Nueva Guinea, contaba con unas 30 asambleas espirituales locales, que servían a un total de 8.000 habitantes, de los cuales cerca de la mitad eran bahá’ís. «Las Asambleas de la agrupación –comentaba un miembro del cuerpo auxiliar– están pensando en el Plan de Cinco Años, no en términos pequeños, sino más bien a gran escala. Comprenden que el Plan necesita echar raíces profundas en un proceso continuo». En sus reuniones, las asambleas dedicaban bastante tiempo a consultar sobre Bahá’u’lláh y Sus Enseñanzas. Los amigos que servían como miembros de

asambleas vieron su función como un acto de servicio amoroso a Él y reconocieron la importancia del papel de la asamblea en el desarrollo del proceso educativo en la comunidad. Por ejemplo, si los padres no podían educar a un niño, la asamblea se veía a sí misma como la responsable ante Dios de asegurar que se cubriera esa necesidad. Si la asamblea sabía de una clase que no se estaba haciendo, se reunía con los maestros y padres para ref lexionar sobre la importancia de la educación espiritual y consultar sobre cómo retomar la clase. Las asambleas locales ayudaban también en la preparación de reuniones de ref lexión más pequeñas, que precedían a las reuniones de ref lexión de toda la agrupación.

Las asambleas locales de Daga eran conscientes de la importancia del proceso de instituto para cada miembro

de la comunidad y se aseguró de que todos los miembros tuvieran una oportunidad de participar al menos en un círculo de estudio. Para infundir un espíritu devocional en la vida comunitaria, las asambleas animaron a los creyentes y sus amigos a profundizar sobre temas contenidos en las oraciones de Bahá’u’lláh, el Báb y ‘Abdu’l-Bahá, tales como el perdón, el desprendimiento y la ayuda.

Unos miembros de la comunidad consultan acerca de la manera de contribuir al mejoramiento de su comunidad en Daga, Papúa Guinea.

Al concluir el Plan de Cinco Años, había más de 250 actividades básicas con cerca de 3.000 participantes en la agrupación de Alouli, en la India. El modelo de vida comunitaria era especialmente vibrante en la aldea de Hatwan, una comunidad de unos 12.000 habitantes, que contaba con más de 100 actividades

* * *

* * *



A lo largo del Plan, la Asamblea Espiritual Local de Toronto, Canadá, avanzó en su entendimiento y aumentó su capacidad institucional para facilitar el crecimiento de su agrupación. La colaboración con los miembros del cuerpo auxiliar fue determinante en este proceso.

La participación de los miembros de la Asamblea Local personalmente en las actividades del Plan –desde el servicio como tutores de círculos de estudio y maestros de clases de niños hasta su participación en campañas de enseñanza– ayudó al avance tanto de las instituciones como de la comunidad. En cada ciclo, la asamblea colaboraba con las agencias de la agrupación en la tarea de asistir a un creciente número de jóvenes y adultos a comprometerse en el proceso de construir comunidad y formar grupos que pudieran servir juntos en los

Una reunión de barrio en Toronto, Canadá.

Un encuentro de animadores de prejóvenes y maestros de clases de niños del pueblo de Hatwan, en la agrupación de Alouli, en la India.

básicas y con más de 1.000 participantes. La Asamblea Espiritual Local de Hatwan apoyaba a los coordinadores en la labor de sostener las actividades educativas de la aldea, especialmente, las clases de niños. Como la mayoría de los que estaban sirviendo como maestros de clases de niños y animadores de grupos prejuveniles eran jóvenes, un equipo formado por miembros de la asamblea local se reunía con los padres, con el fin de ayudarles a entender mejor el papel crucial que sus hijos e hijas estaban desempeñando al contribuir al mejoramiento de su comunidad. Cuando se vio la necesidad, este equipo también se reunió con los padres de los prejóvenes que participaban en las actividades.

Para los miembros de la comunidad –tanto los bahá’ís como sus amigos– la Asamblea Espiritual Local de Hatwan era una institución a la que pedir ayuda para organizar bodas bahá’ís y reuniones devocionales grandes, dedicadas a los enfermos y los difuntos recientes. La Asamblea Local era, además, vista como una promotora de unidad y se la tenía en cuenta para resolver disputas ocasionales.

barrios. La asamblea, además, fomentó el carácter devocional de la comunidad, promovió la participación en las reuniones de ref lexión de la agrupación y en las actividades de enseñanza, compartió información acerca del proceso de instituto a través de comunicados en las Fiestas de Diecinueve Días, y se aseguró de que los miembros más jóvenes de la comunidad estuvieran participando en clases de niños y grupos prejuveniles, y de que sus padres estuvieran involucrados también.

* * *

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El papel crucial que un consejo regional bahá’í puede desempeñar en el avance del proceso de crecimiento en un país condujo al aumento en el número de estas instituciones en todo el mundo, de 170 al inicio del Plan a 203, en cerca de 60 países, al final del Plan. En algunas partes del mundo, como en Rumanía y Ucrania, surgieron algunas entidades nacientes a nivel regional debido a que se habían creado equipos regionales de instituto, equipos regionales de crecimiento o equipos regionales dedicados al programa de empoderamiento espiritual de los prejóvenes. Aunque no eran estructuras formales, esos equipos ayudaron a difundir información y experiencia, preparando el camino para la formación, a su debido tiempo, de un Consejo Regional Bahá’í. En lugares donde ya se habían establecido consejos regionales, unos equipos similares prepararon el terreno para formar institutos regionales de capacitación, como fue el caso de Myanmar.

Los institutos de capacitación y consejos regionales siguieron colaborando a la hora de brindar guía y apoyo a las agrupaciones, así como al proveer recursos cuando fueron necesarios. Juntos, organizaron encuentros a nivel regional, donde las instituciones y los amigos que servían en las agrupaciones mantuvieron consultas sobre las lecciones aprendidas, con el fin de aumentar su comprensión de los conceptos clave del Plan, leer la realidad de la región y diseñar estrategias. Los institutos de capacitación trabajaron con los equipos de coordinación para alcanzar el movimiento de «un f lujo constante y cada vez mayor de individuos a través de los cursos del instituto», mientras que los Consejos Regionales, en colaboración con los Comités de Enseñanza de Área, impulsaban «la capacidad colectiva de manifestar un modelo de vida conforme a las enseñanzas de la Fe».40

En algunas regiones del Reino Unido, el consejo regional y la junta del instituto de

Aumento de la capacidad a nivel regional

capacitación, en colaboración con el miembro del cuerpo auxiliar y los coordinadores regionales organizaron encuentros con los coordinadores de instituto, facilitadores de crecimiento de la agrupación, miembros del comité de enseñanza de área y otros más que servían en las agrupaciones. Entre los temas de consulta estaban la ayuda a individuos a pasar por la secuencia de cursos e iniciar una actividad básica, la creación de medidas para acompañar a estos amigos en sus campos de servicio y la realización de actividades regulares para la capacitación y el desarrollo de la capacidad.

En más de 40 países, había por lo menos un consejo regional que estaba trabajando con 10 o más programas de crecimiento. Además, hacia el final del Plan, unos 14 consejos regionales en la vanguardia del aprendizaje contaban con programas de crecimiento en 50 o más agrupaciones. El apoyar a una amplia gama de agrupaciones obligó a esos consejos a ser rigurosos y creativos en su trabajo de valerse de «mecanismos destinados a sistematizar la experiencia y generar conocimiento partiendo de las percepciones adquiridas en el campo».41 Para seguir con mayor efectividad el movimiento de las agrupaciones en tales regiones, varias agrupaciones se organizaron de acuerdo a su proximidad, cultura, idioma y circunstancias socio-económicas. Las instituciones regionales, permitieron,

Los miembros de un equipo regional de crecimiento estudian y planifican juntos en Vietnam.



entonces, la oportuna creación de estructuras subregionales y la disposición de recursos que ayudaran a crear el ambiente necesario para hacer f lorecer el crecimiento. A éstas se les llamó, indistintamente, sub-regiones, zonas o unidades de agrupaciones. Se organizaban, por lo general, alrededor de una agrupación fuerte, la cual podía ofrecer apoyo a las comunidades vecinas.

En la región de Uttar Pradesh, Uttarakhand y Delhi, al noreste de la India, se estableció la meta de alcanzar 70 programas de crecimiento para Riḍván de 2016; unas 22 se habían logrado alcanzar al comienzo del Plan. La región tiene un área de casi 300.000 kilómetros cuadrados con una población de más de 200 millones de habitantes. Al final del Plan de Cinco Años, en 2011, el Consejo Regional y otras instituciones se dieron cuenta, por medio de la consulta, de que para sostener el crecimiento en todas las agrupaciones, los amigos de esta gran área iban a requerir un acompañamiento más cercano. Por lo tanto, el Consejo formó tres sub-regiones para fomentar un mayor apoyo en cada agrupación meta. Tras un crecimiento mayor en los años siguientes, el Consejo hizo un reajuste de fronteras para formar siete sub-regiones, cada una con una agrupación avanzada que servía como reserva de recursos humanos y experiencia. Con el tiempo, cada sub-región llegó a tener un equipo de coordinadores y un facilitador del desarrollo subregional. Las personas recurso de dos sitios de aprendizaje para el programa de empoderamiento espiritual de los prejóvenes, ubicado en la región, ofrecieron apoyo al programa en cada área; por lo menos una agrupación en cada subregión estaba asociada a uno de los sitios de aprendizaje. Estas agrupaciones invitaron también a los amigos de las agrupaciones vecinas para que fueran a aprender de la experiencia en los sitios de aprendizaje.

En la mayoría de las siete sub-regiones, la Junta Regional de Instituto nombró equipos del Instituto de Capacitación, cuya tarea

consistía en asegurar el f lujo efectivo de fondos, llevar las cuentas financieras y nombrar coordinadores de agrupación. Las reuniones de ref lexión con frecuencia se organizaron a nivel sub-regional y, dos veces al año, el Consejo Regional, la Junta del Instituto de Capacitación y los miembros del Cuerpo Auxiliar se reunieron con todos los coordinadores de la sub-región para consultar y ref lexionar. Esta colaboración cálida y continua condujo a la elevación de la capacidad de los amigos para hacer avanzar el trabajo de expansión y consolidación en las agrupaciones y permitió que los amigos sobrepasaran su meta de 70 programas de crecimiento y alcanzaran los 105 hacia la conclusión del Plan.

En la República Democrática del Congo, la región de Kivu del Sur logró un crecimiento impresionante durante este Plan, al pasar de tener 29 programas de crecimiento a 106. En los primeros años de este período, el Consejo Regional Bahá’í reconoció el potencial para un progreso rápido y dividió la región en cinco sub-regiones; hacia Riḍván de 2016 se habían hecho planes para poner en marcha equipos de coordinación en las cinco áreas. Estas nuevas estructuras hicieron que la tarea del Consejo de seguir el progreso de las agrupaciones fuese más manejable y le permitió brindarles un apoyo más cercano. Hacia los dos años finales del Plan, unas 20 agrupaciones tenían 100 actividades básicas. Una serie de elementos comunes contribuyeron al aumento de la acogida de grandes números en las agrupaciones: los ciclos de actividad regulares, que fortalecían las capacidades de las agencias de la agrupación; el estudio de la guía de la Casa Universal de Justicia por parte de muchos creyentes; la presencia de un instituto fuerte con docenas de tutores capacitados; un enfoque en la promoción del proceso de construir comunidad en aldeas y barrios; un carácter devocional fuerte; y una elevada concienciación de la necesidad de coherencia entre todas las actividades.

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Las asambleas espirituales nacionales desarrollaron gradualmente su capacidad para dirigir, unificar, coordinar y estimular las actividades de individuos e instituciones dentro de sus áreas de jurisdicción. Al continuar ref lexionando sobre la guía de la Casa Universal de Justicia, demostraron una mayor habilidad para analizar las condiciones y oportunidades de sus países y formular estrategias nacionales dentro del marco del Plan. En sus esfuerzos fueron apoyados por los consejeros continentales, quienes les ayudaron a identificar áreas de aprendizaje y compartieron con ellos lecciones relevantes provenientes de todo el mundo bahá’í. Las reuniones institucionales y otras reuniones de ref lexión a nivel nacional –ya fueran establecidas recientemente o vinieran haciéndose desde años anteriores– ayudaron aún más a las asambleas nacionales a comprender plenamente lo que estaba sucediendo en las comunidades en el nivel de las bases y a determinar la manera en que podían promover y refinar el proceso de expansión y consolidación en despliegue.

Las asambleas espirituales nacionales de todo el mundo han funcionado en circunstancias muy variadas. En los países donde los consejos regionales bahá’ís aún no se habían establecido, las asambleas nacionales pensaron en la totalidad del territorio nacional bajo su jurisdicción a la hora de crear estructuras que ayudaran en el trabajo del instituto, facilitaran los esfuerzos de las agrupaciones emergentes y fortalecieran los comités de enseñanza de área. Entre otras medidas, se nombraron equipos de creyentes, a los que se les pedía reforzar la capacitación de los recursos humanos y facilitar el movimiento de los amigos de las agrupaciones fuertes hacia las que estaban emergiendo, con el fin de establecer nuevos programas de crecimiento y fortalecer los ya existentes. Como se mencionó en secciones anteriores, en

Aumento de la capacidad a nivel nacional

algunos lugares estos equipos fueron los precursores de la formación, a su debido tiempo, de estructuras formales a nivel regional. En países pequeños, que no tenían consejos regionales, se llevaron a cabo tareas similares por medio de un grupo de trabajo, al que se le llamó ocasionalmente equipo nacional de crecimiento.

En este Plan, 11 asambleas nacionales trabajaron, cada una, con 6 o más consejos regionales bahá’ís. Para responder a las exigencias y la complejidad del proceso de crecimiento en estos grandes países –por ejemplo, en la República Democrática del Congo, en la India y en Estados Unidos, cada uno de los cuales tenía más de 500 programas de crecimiento al final del Plan–, las instituciones establecieron mecanismos para seguir el proceso de desarrollo de recursos humanos y organizaron reuniones periódicas para que las instituciones y las personas de diferentes regiones aprendieran de las experiencias de unos y otros.

La comunidad de Estados Unidos, que tiene un total de casi 900 agrupaciones, se estableció la meta de superar el doble de programas de crecimiento durante el Plan, independientemente del nivel de intensidad, pasando de 250 a 619. A mitad del Plan, la Asamblea Espiritual Nacional ref lexionó sobre cómo sintetizar las lecciones aprendidas en todas las regiones, que habían aumentado de 6 a 10. En octubre de 2013, la Asamblea Nacional decidió

Una reunión en Cotonou, Benin, entre las agencias de la agrupación y unos miembros de la Asamblea Espiritual Nacional.



establecer una Oficina de Aprendizaje en la que servía una persona. La Oficina de Aprendizaje ayudó a la Asamblea a estar al tanto de los desarrollos producidos en las bases y se aseguró de que los aprendizajes y experiencias alcanzadas f luyeran entre los niveles locales y el nacional, así como entre las numerosas regiones. Durante los primeros meses, la Oficina se preocupó principalmente de conseguir una visión inicial del progreso del Plan en todo el país; la persona que servía en la Oficina asistió a diversas reuniones para familiarizarse con el trabajo de los miembros del Cuerpo Auxiliar, los consejos regionales, los institutos de capacitación regional y los sitios de aprendizaje para el programa de empoderamiento espiritual de los prejóvenes. El primer informe de la Oficina se preparó en colaboración con los secretarios de los consejos regionales y con los coordinadores regionales de instituto. En el informe se describían los esfuerzos realizados en cada región centrados en algunas líneas de acción. Este informe le ayudó a la Asamblea Nacional a conseguir una visión más amplia sobre el progreso del Plan en todo el país e iluminó sus consultas sobre cómo impulsar la capacidad institucional y hacer avanzar a las agrupaciones. Para construir unidad de visión y hacer más fácil el intercambio de

aprendizajes, la Asamblea empezó a celebrar una reunión nacional anual de instituciones y coordinadores regionales.

Cuando se unió una segunda persona a la Oficina de Aprendizaje, su trabajo evolucionó. El personal de la oficina se unió a las reuniones de ref lexión con los amigos que servían en las agencias de la agrupación en una región determinada. Visitaron a las agrupaciones y regiones para comprender mejor la situación en las comunidades, para tener conversaciones individuales con los amigos que servían en las instituciones y agencias, y para reunir a pequeños grupos de amigos de unas pocas regiones con el fin de explorar algunos asuntos en profundidad. La Oficina ayudó a la Asamblea Nacional a estar al corriente de los avances mediante la preparación de descripciones de experiencias y enfoques particulares adoptados en distintas regiones. Asimismo, analizaron informes de las tendencias y patrones que se estaban desarrollando en el país y realizaron compilaciones de la guía, preguntas de debate, estudios de caso y agendas para las reuniones nacionales auspiciadas por la Asamblea. Este proceso precisó de una estrecha colaboración con la Secretaría de la Asamblea Nacional, los consejeros, otras agencias de la Asamblea Nacional,

Una reunión institucional nacional en Sri Lanka.

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como la Oficina Nacional de Estadísticas, y las instituciones a nivel regional y local. Al finalizar el Plan, la meta de alcanzar 619 agrupaciones con un programa de crecimiento se superó y llegó a las 625 agrupaciones en todas las regiones.

Aunque la Asamblea Espiritual Nacional de Canadá se había esforzado por sistematizar lo que estaba aprendiendo en el proceso de construir comunidad por responder a las distintas necesidades del crecimiento, se dio cuenta de que necesitaba estar mejor conectada a las regiones para estar al tanto de los avances alcanzados en todo el país. La Asamblea Nacional decidió que el secretario o secretaria nacional, a veces en compañía de otros miembros de la Asamblea, visitara con regularidad las distintas regiones y participara en las reuniones regionales. El secretario/a compartió esas experiencias con la Asamblea Nacional y mantuvo un contacto regular con los secretarios de los consejos regionales bahá’ís. A medida que fue aumentando su conocimiento sobre el progreso de la Fe en las distintas regiones, la Asamblea empezó a ver lo útil que resultaba tener una serie de preguntas para guiar a sus miembros a la hora de participar en las reuniones regionales y en sus interacciones con los consejos regionales. Tras funcionar un año de este modo, la Asamblea Nacional ref lexionó sobre los aprendizajes adquiridos y consultó sobre cómo fortalecer más el sistema de aprendizaje a nivel nacional. Sintieron que un paso inicial podía ser recoger y difundir historias que compartieran lecciones, experiencias y estadísticas de agrupaciones que estaban haciendo buenos progresos y crear oportunidades para que los amigos que servían en esas agrupaciones aprendieran unos de otros. Con este fin, al finalizar el Plan, la Asamblea identificó a algunas personas de distintas agrupaciones que podían preparar estudios de caso para su análisis en una reunión nacional.

Las asambleas nacionales siguieron construyendo su capacidad administrativa sobre la base de la administración de sus

recursos y el funcionamiento de sus oficinas nacionales. La necesidad de sistematizar todo este corpus de conocimiento que se estaba acumulando en este campo dio lugar a la creación, en el Centro Mundial Bahá’í, de la Oficina para el Desarrollo de los Sistemas Administrativos. Esta Oficina supervisa el trabajo de las personas recurso destinadas por la Casa Universal de Justicia a ciertas asambleas nacionales con el fin de ayudarles, a ellas y a sus agencias, mientras se esfuerzan por aprender cómo los sistemas administrativos sólidos –incluidos los relativos al f lujo de guía, información y fondos, así como la gestión de propiedades– les permiten responder a las exigencias del crecimiento y llevar adelante su trabajo con mayor eficacia y energía. Al final del Plan, 83 personas recurso para asuntos administrativos, financieros o relativos a propiedades servían a 65 asambleas espirituales nacionales. En algunos países se les pidió a las personas recurso que prestaran atención especial a la construcción de capacidad de los consejos regionales para gestionar sus asuntos administrativos y financieros. Asimismo, para aquellas asambleas nacionales que no estaban siendo guiadas por personas recurso, se organizaron seminarios para personas concretas sobre asuntos relacionados con las propiedades de la Fe en diversas zonas del mundo.

En la India, la Asamblea Espiritual Nacional adoptó un enfoque estratégico para el desarrollo de propiedades, que consideraba las necesidades inmobiliarias dentro del contexto del Plan, al tener en cuenta el crecimiento futuro de la Fe y la disponibilidad de recursos. Al preparar el plan de propiedades, la Asamblea Nacional, en colaboración con los consejeros, establecieron sus necesidades, por lo general, dentro de las siguientes categorías: la sede de las instituciones, los institutos de capacitación en el nivel nacional o regional, y los requerimientos de la agrupación. Como parte de su proyecto inmobiliario, la Asamblea decidió construir, durante una década, unas instalaciones apropiadas en



Fortalecimiento del sistema financiero de una comunidad nacional

La Asamblea Espiritual Nacional de Italia formó un grupo de trabajo para preparar un documento sobre el desarrollo de su sistema de administración económica. Dicho documento ref lejaba la visión de la futura estructura de las oficinas de la tesorería nacional y regional y el funcionamiento del sistema que incluía, además, un plan concreto de acción puesto en marcha tras la aprobación de la Asamblea Nacional.

Como punto de partida, la Asamblea Nacional se centró en fortalecer su proceso de elaboración del presupuesto. En el pasado, se le había pedido al Tesorero Nacional que preparara el presupuesto nacional para su revisión por parte de la Asamblea. No obstante, a través de la consulta, la Asamblea se dio cuenta de que un presupuesto bien fundamentado económicamente tenía que estar basado en un plan bien concebido. En concreto, si el presupuesto nacional tenía que proveer los recursos necesarios para proseguir el trabajo de enseñanza, el proceso de crear el presupuesto tenía que responder a la naturaleza completa de la planificación para la expansión y consolidación en boga actualmente en la comunidad bahá’í. La Asamblea sintió que esta planificación tenía que ir más allá de la mera enumeración de metas, para incluir el análisis de enfoques a adoptar y líneas de acción a seguir.

La Asamblea Nacional estableció un proceso de creación del presupuesto que empezó en las agrupaciones, en el que las agencias de ese nivel establecían sus necesidades económicas de acuerdo con los planes y actividades de la agrupación. Se facilitó ayuda a tres de las agrupaciones más avanzadas para preparar su presupuesto a la luz de su plan. Estos presupuestos se enviaron entonces al Consejo Regional Bahá’í y se incluyeron en el presupuesto para toda la región. La Asamblea Nacional invitó a todas las instituciones y agencias del nivel regional a participar en una reunión de planificación y elaboración del presupuesto, que duró dos días. Posteriormente, los presupuestos de los Consejos Regionales y otras agencias se incorporaron al presupuesto nacional. De esa forma el presupuesto nacional preparado ref lejaba las necesidades reales de los consejos y las agencias de la agrupación, en vez de estar basado en la aplicación de una fórmula fija.

Para poder llevar adelante de forma efectiva las muchas responsabilidades mencionadas anteriormente, la Asamblea se dio cuenta de que hacía falta fortalecer determinadas estructuras del nivel nacional. Además del encargado de caja y del contable que apoyaban al Tesorero Nacional, la Asamblea reconoció la necesidad de tener un coordinador para la Oficina de Tesorería.

* * *

Tras preparar un documento relativo a su sistema de administración económica, la Asamblea Espiritual Nacional de Tanzania se puso manos a la obra para hacer efectivas sus disposiciones. La preocupación más importante de la Asamblea era que el sistema pudiera facilitar el f lujo de fondos en la comunidad para apoyar, sobre todo, las actividades en las bases. La Asamblea prestó atención a un número de procesos: educar a los creyentes sobre la importancia de dar al Fondo; preparar presupuestos a la luz de los planes; aprobar, desembolsar e informar sobre los fondos; y llevar a cabo auditorías. Una vez que muchos aspectos del sistema se fortalecieron en el nivel nacional, la Asamblea se centró en mejorar el sistema del nivel regional y tomó medidas para establecer oficinas regionales de tesorería.

Aunque se había hecho mucho, la Asamblea Nacional era consciente de que, a medida que crecía la comunidad y se hacía más compleja, los procesos y estructuras también se sofisticarían para satisfacer las exigencias del crecimiento. Además, la Asamblea aprendió que, aunque el fortalecimiento del sistema pasaba por dar una serie de pasos prácticos, llegar a refinarlo de forma que apoyara el trabajo en las bases implicaría un largo proceso de crear capacidad.

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Con respecto a la institución de los consejeros, la Casa Universal de Justicia ha explicado que «la comunidad bahá’í tiene un sistema mediante el cual las lecciones aprendidas en las partes más remotas del planeta pueden beneficiar el proceso global de aprendizaje en el que puede participar cada seguidor de Bahá’u’lláh».42 A medida que se iba desarrollando este Plan, los Consejeros Continentales y los miembros del Cuerpo Auxiliar promovieron un espíritu más elevado de colaboración y apoyo mutuo entre las personas, las instituciones y las comunidades. También les concienciaron sobre las disposiciones del Plan, promovieron la salud espiritual de las comunidades bahá’ís y potenciaron la iniciativa individual. Sus dedicados esfuerzos ayudaron a asegurar la coherencia entre los elementos del Plan y a salvaguardar la integridad de los procesos que estaban teniendo lugar.

En los últimos cinco años, los miembros del Cuerpo Auxiliar, en particular, trabajaron intensamente para comprender cómo animar y acompañar a los amigos de una gran diversidad de agrupaciones. Para ello trabajaron con unos 8.000 creyentes que servían como ayudantes de los miembros del Cuerpo Auxiliar. La identificación, formación y acompañamiento de un número cada vez mayor de ayudantes se siguió enfocando desde una perspectiva de aprendizaje. En muchas regiones, los miembros del Cuerpo Auxiliar celebraron reuniones para que sus ayudantes pudieran consultar, ref lexionar y planificar juntos.

50 agrupaciones en las que un gran número de personas participaban en las actividades básicas, dando prioridad a las áreas rurales. La función de cada instalación determinaba su ubicación, tamaño y distribución. La Asamblea comenzó por consultar con los consejos regionales bahá’ís, que nombraron unos equipos para supervisar estos proyectos.

En Sahar, India, donde iban a comenzar las obras, se creó un grupo de trabajo para la construcción formado por cinco bahá’ís. Además, las agencias que servían a la agrupación, junto a dos miembros del Cuerpo Auxiliar, se involucraron intensamente a la hora de establecer las necesidades y movilizar a los amigos para apoyar este esfuerzo de todas las formas posibles. Se elaboró una lista de 1.000 hogares de la agrupación y se visitó cada casa. Se pidió a las familias visitadas cómo podían contribuir al desarrollo de la propiedad. La respuesta a estas visitas fue incondicional. Muchas familias contribuyeron con el ofrecimiento de mano de obra, materiales, comidas para los trabajadores y fondos. Por ejemplo, el hermano de uno de los bahá’ís ofreció un terreno a un tercio de su valor de mercado. El sentido de apropiación y de capacidad entre los bahá’ís de la comunidad era fuerte y se hizo palpable en el papel central que desempeñaron en la construcción de la propiedad.

La institución de los consejeros

Una reunión de ayudantes de miembros del Cuerpo Auxiliar en Colombia.

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Casas de AdoraciónDiseño de la Casa de Adoración local en Battambang, Camboya.

Las secciones anteriores de este capítulo han demostrado cómo las agrupaciones

con programas de crecimiento, con distintos niveles de intensidad, se están moviendo a lo largo de un continuo y, juntas, representan un único movimiento hacia delante en pro de la construcción de un mundo mejor. Este movimiento colectivo ref leja el logro de los amigos, en todas partes del mundo, al combinar los elementos espirituales y sociales del Plan en un esfuerzo coordinado y unificado. La unión de adoración y servicio, los «dos aspectos esenciales e inseparables de la vida bahá’í»43 se hace más evidente que en cualquier otra parte en aquellos países y agrupaciones que, según lo establecido por la Casa Universal de Justicia en Riḍván de 2012, habían cumplido los criterios para establecer Casas de Adoración. Antes de describir el proceso inspirador del desarrollo de las Casas de Adoración y los avances en el proceso de construcciones de comunidad en estas comunidades, cabe recordar una

pequeña historia del Mashriqu’l-Adhkár, institución a la que Shoghi Effendi se refiere como «la institución que corona a cada comunidad bahá’í».44

Hace más de cien años, en ‘Ishqábád, Turkistán, los bahá’ís levantaron, bajo la cercana y amorosa guía de ‘Abdu’l-Bahá, el primer Mashriqu’l-Adhkár del mundo. La oportunidad de establecer una Casa de Adoración en Wilmette, Estados Unidos, también surgió durante el Ministerio de ‘Abdu’l-Bahá, y la dedicación del Templo Madre de Occidente tuvo lugar en 1953. A ello le siguió el establecimiento de otros Templos continentales en Kampala, Uganda (1961); Sidney, Australia (1961); Frankfurt, Alemania (1964); Ciudad de Panamá, Panamá (1972); Apia, Samoa (1984); y Delhi, India (1986). Este proceso prácticamente se completó durante este Plan de Cinco Años, en tanto en cuanto siguieron las obras de construcción de la última de

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las Casas de Adoración continentales, el Templo Madre de Sudamérica, ubicado en Santiago de Chile, en las faldas de los Andes. Los amigos de Santiago y de las zonas colindantes trabajaron para intensificar los esfuerzos de construir comunidad y preparar a la población local para la construcción del Templo, un lugar sagrado en el que las almas podían reunirse para la adoración colectiva «armoniosamente sintonizados unos con otros»45 y desde el cual «la voz de las alabanzas puede elevarse al Reino».46 Mientras f lorecían las actividades en las comunidades, tanto en la región como en todo el continente, se realizó un progreso sensacional en la propia construcción, considerando la complejidad del diseño, las limitaciones presupuestarias y las condiciones sísmicas severas. La Casa Universal de Justicia anunció que la dedicación de la Casa de Adoración en Santiago tendría lugar en octubre de 2016.

En 2001, poco después de la inauguración de la Quinta Época de la Edad Formativa de la Fe, la Casa Universal de Justicia anunció, en su mensaje de Riḍván, que una de las características de esta nueva época sería «el enriquecimiento de la vida devocional de la comunidad mediante la construcción de Casas de Adoración nacionales».47 Entonces, en Riḍván de 2012, todo el mundo bahá’í se regocijó al saber que se construirían dos Casas de Adoración nacionales: una en la República Democrática del Congo y la otra en Papúa Nueva Guinea, países en los que «la respuesta de sus pueblos a las posibilidades creadas por la actual serie de Planes sólo puede calificarse de extraordinaria».48 El mensaje provocó una emoción mayor al saberse que se erigirían cinco Casas de Adoración locales en agrupaciones avanzadas de Camboya, Colombia, India, Kenia y Vanuatu. En todas estas comunidades se puede encontrar una correlación entre la adoración y el servicio que ha dado lugar a un rico tapiz en el que se entrelazan la vida comunitaria, el crecimiento en tamaño y vitalidad y el compromiso en la acción social. «En todos

los casos, estos puntos del amanecer de Su recuerdo representan la creciente inf luencia de la Fe de Dios en la sociedad».49

Desde el anuncio de 2012, los amigos de cada una de las comunidades designadas han demostrado «su compromiso inmediato y sincero en asumir su parte para llevar a cabo las labores críticas en curso».50 Entre las tareas encomendadas estaba: encontrar un terreno adecuado, preparar un diseño para el edificio del Templo, formar un comité en cada país y abrir una oficina de obra -pasos que fueron apoyados por las contribuciones sacrificadas de los creyentes de todas partes. No menos importantes resultaron los esfuerzos realizados para elevar la conciencia de la población local sobre el significado de que tal edificio se erigiera en su entorno, lo que, ante todo, es una empresa espiritual. En 2012 se creó la Oficina de Templos y Sitios Sagrados en el Centro

Avances en la construcción de la Casa Continental de Adoración para Sudamérica, en Santiago, Chile..

Casas de Adoración


Mundial Bahá’í para ofrecer apoyo a cada comunidad que se estaba preparando para erigir una Casa de Adoración. Los siguientes relatos proporcionan un destello del progreso continuado realizado en distintos escenarios del mundo en el desarrollo de estos Templos y sus comunidades circundantes.

Durante este Plan de Cinco Años, la República Democrática del Congo consiguió grandes avances en la extensión del proceso de expansión y consolidación por todo el país, hasta llegar a alcanzar 541 agrupaciones, en 60 de las cuales un número elevado de personas participaba en las actividades. El comité encargado de preparar a la comunidad para la construcción de la Casa Nacional de Adoración de Kinshasa organizó una campaña de oración en todo el país y pidió ayuda a toda la comunidad nacional para establecer la base material y espiritual necesaria para hacer que f loreciera. Para promover las condiciones espirituales que abonaran el terreno para la presencia de tal institución en el país, el comité hizo un seguimiento de los esfuerzos de los amigos por multiplicar las reuniones devocionales –tanto en número como en participación– mientras compartía lo que se había aprendido sobre

cómo mejorar la calidad de estas reuniones. Además, el comité promovió un programa de profundización diseñado para hacer avanzar la comprensión sobre la naturaleza y la inf luencia de una Casa de Adoración y para estimular la ref lexión sobre la actitud a adoptar cuando uno entra al templo. Asimismo, animó a los coros del país a que compusieran canciones sobre la Casa de Adoración, esfuerzo que dio como resultado la publicación de un disco compacto con seis canciones originales.

Como respuesta a la generosidad de haber sido elegidos como lugar para la construcción de una Casa de Adoración nacional, los creyentes de Papúa Nueva Guinea tradujeron su entusiasmo y espíritu en acción aumentando, en este Plan, el número de agrupaciones de 27 a 99 con un programa de crecimiento. Los amigos de Port Moresby, lugar donde se construirá el templo, intensificaron sus esfuerzos de construir comunidad, lo que los llevó a sostener unas 150 actividades básicas a final de 2015. En otro lugar de Papúa Nueva Guinea, la actividad de unas 15 agrupaciones alcanzó niveles similares de intensidad, y los amigos avanzaron bien en la capacidad de abarcar grandes

Las autoridades locales revisan el diseño de la Casa de Adoración de Battambang, Camboya.

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números, sobre todo en la agrupación de Daga, donde casi 4.000 participantes están involucrados en actividades básicas. Ante este telón de fondo en el que se construía un patrón f loreciente de vida comunitaria, la Asamblea Espiritual Nacional estableció la meta de ampliar la conversación sobre el propósito y la importancia del Mashriqu’l-Adhkar a 10.000 almas a lo largo y ancho de todo el país. Además de las ocasiones especiales organizadas para elevar la conciencia sobre la construcción de la Casa de Adoración nacional, los maestros de clases de niños, facilitadores de grupos prejuveniles, anfitriones de reuniones devocionales y facilitadores de círculos de estudio aprendieron a introducir el tema de forma natural en sus interacciones con otros. Durante esas conversaciones, muchos miembros de la población local conectaron con el concepto de la Casa de Adoración como institución que da la bienvenida a personas de todos los orígenes en su cálido abrazo y llegaron a comprender la vinculación del acto de adoración con el servicio práctico a la propia comunidad.

En Battambang, Camboya, la celebración realizada en julio de 2015 para desvelar el diseño de la Casa de Adoración local se abrió con oraciones al amanecer. Los eventos del día implicaban a dignatarios, así como a habitantes de las comunidades de alrededor, con una asistencia que superó las 300 personas. Por la tarde, se celebró una recepción para las autoridades locales y regionales, entre las que estaba el gobernador

de la región de Battamband y el presidente del Consejo Provincial de Battambang. En noviembre de ese año, unas 200 personas de la región participaron en una ceremonia de colocación oficial de la primera piedra que también se inició con un programa de oraciones al amanecer. Dicha ocasión fue la primera ceremonia de colocación de la primera piedra de una Casa de Adoración local, y coincidió con la primera vez en que todo el mundo bahá’í celebraba el Doble Natalicio del Nacimiento del Báb y de Bahá’u’lláh según el calendario Badí’. Antes de que finalizara el Plan se habían terminado las excavaciones en la propiedad del Templo, se programó la construcción de los edificios centrales, que se iniciaría poco después, y se realizaron proyectos de servicios en el lugar. Varios cientos de amigos participaron en al menos cuatro actividades principales, como parte de un esfuerzo por involucrar y conectar a la población local con la institución del Mashriqu’l-Adhkar. Algunas de estas actividades consistieron en crear un vivero de plantas, contribuir a la instalación de una valla construida con materiales locales y plantar árboles para embellecer los jardines y dar sombra.

Los amigos de varias regiones de la India, con la ayuda de las instituciones, se pusieron a profundizar en su comprensión sobre lo que representa el edificio del Mashriqu’l-Adhkar

Unos músicos se preparan como compartir canciones en reuniones devocionales de la comunidad en Bihar Sharif, India.

Los miembros de la comunidad estudian la guía sobre la institución del Mashriqu’ l-Adhkár en Papúa Nueva Guinea.

Casas de Adoración


Un flujo de almas radiantes

Esta es la historia de un participante en la ceremonia de colocación de la primera piedra de la Casa de Adoración del Norte del Cauca, Colombia.

A medio día, un joven residente en una comunidad rural de Norte del Cauca se preparó para salir de su casa hacia el municipio de Mingo. Aquel día iba a ser uno de los más especiales de su vida. Sus padres le habían enseñado a trabajar y valorar la tierra. De sus abuelos había heredado un amor profundo por la finca tradicional, una pequeña granja propiedad de la familia. Pasó gran parte de su tiempo en la finca y gracias a ello pudo proveer a su familia. Aquel día iba a representar a su comunidad en una celebración especial para colocar la primera piedra de la Casa de Adoración local. Empezó su viaje en bicicleta hacia Agua Azul para asistir a esa ocasión histórica. Al llegar, sus ojos fueron atraídos hacia una vasija de barro hecha a mano que habían puesto en una mesa frente a un estrado decorado con f lores y plantas típicas de la región. Recordó con cariño a sus abuelas, modelando el barro para hacer vasijas como aquella. Un f lujo de almas radiantes se abrió camino hacia las tiendas que había en el asentamiento del futuro Templo.

Mientras el joven ref lexionaba sobre los comentarios inspiradores compartidos en las palabras de apertura, se emocionó por la forma tan cercana en que la Casa

de Adoración estaba relacionada con la historia de su pueblo y su viaje a la libertad. Se acordó de los pequeños granjeros de la región y de su sufrimiento; sus ojos se llenaron de lágrimas y su pecho sintió el peso del dolor. Cuando se dijo en alto el nombre de la primera comunidad –Primavera– que había de depositar la muestra de tierra en la gran vasija, su corazón latió con gran emoción. Faltaba poco para que le llegara su turno de levantarse. Llevaba en la mano la pequeña bolsa con la tierra de su comunidad. Entonces el presentador de la ceremonia dijo: «¡La comunidad de Mingo depositará ahora su muestra!». El joven se levantó con vigor y avanzó hacia la vasija para vaciar en ella la tierra. Muchos otros amigos le siguieron. Mujeres, niños, jóvenes y mayores fueron, con reverencia,

a cumplir con ese privilegio especial que sus comunidades les habían concedido. Con este acto simbólico, 60 comunidades sellaron su promesa solemne de mantener siempre en su seno la conexión con ese centro espiritual.

Cuando la celebración llegó a su fin, al atardecer, el joven de Mingo miró por última vez la vasija de barro llena de tierra y comenzó su viaje de retorno a casa. En el camino, le vinieron a la cabeza muchas imágenes y palabras del acontecimiento. Entonces se dio cuenta de que su participación en la ceremonia para la colocación de la primera piedra de la Casa de Adoración de Norte del Cauca permanecería en su corazón como uno de los momentos más apreciados de su vida, un momento que, sin duda, recordarían sus nietos y tataranietos.

Un miembro de una comunidad ofrece una muestra de tierra en la ceremonia de colocación de la primera piedra de la Casa de Adoración Local de Norte del Cauca, Colombia.

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y cómo los actos de hoy, por muy humildes que sean, auguran la aparición, en la plenitud del tiempo, de una Casa de Adoración en cada localidad. Con estos pensamientos en mente, los amigos estudiaron el mensaje del 1 de agosto de 2014 de la Casa Universal de Justicia a los bahá’ís del mundo sobre la importancia de la institución del Mashriqu’l-Adhkar, además de otros mensajes del órgano supremo. Se comprometieron a contribuir al Fondo de los Templos, a celebrar reuniones devocionales y a ayudar a construir la Casa de Adoración local de Bihar Sharif. En el propio Bihar Sharif, se estaban realizando reuniones comunitarias regulares para elevar la conciencia de la comunidad local sobre la importancia de la construcción del Templo. A medida que se apreciaba mejor el propósito del edificio sagrado, también aumentaron las reuniones devocionales celebradas al amanecer en la comunidad. Además, se formó un equipo en la agrupación para organizar reuniones devocionales de la comunidad, que incorporaban canciones y bailes sobre el amor a Dios y Su creación.

La participación de más de 3.300 jóvenes en las conferencias de juventud de 2013

en la agrupación de Matunda Soy, en Kenia, junto a los esfuerzos de seguimiento realizados por los jóvenes y las instituciones, dieron un gran ímpetu al proceso de construir comunidad en todo el país. Como es natural, el entusiasmo de los amigos también aumentó a medida que se iban poniendo en marcha los preparativos para construir una Casa de Adoración. Con ayuda del Comité del Templo y de las instituciones regionales y locales, se celebró una reunión en la agrupación con casi 1.000 participantes para rezar al Todopoderoso por haberles sido otorgada tal bendición. La ocasión también sirvió para aumentar la conciencia sobre la importancia espiritual de establecer en su comunidad esta institución divinamente ordenada. Como primer paso para las instalaciones que se construirían alrededor de la Casa de Adoración, los amigos construyeron instalaciones modestas en el sitio del Templo para poder atender a las necesidades del instituto de capacitación y de la comunidad local.

En su mensaje de Riḍván de 2014, la Casa Universal de Justicia hizo una descripción de la comunidad de Tanna, Vanuatu, con gran

Los miembros de la comunidad consultan sobre la disposición de una instalación sencilla en el sitio del Templo en Matunda Soy, Kenia.

Casas de Adoración


Unos jóvenes ayudan a construir vallas cerca del terreno de la Casa de Adoración en Norte del Cauca, Colombia.

detalle, en la que la destacaba como ejemplo de «un movimiento colectivo hacia la visión de la prosperidad material y espiritual descrita por Aquel Quien es el Otorgador de Vida al Mundo»:

Los amigos que residen en la isla de Tanna han realizado un esfuerzo extraordinario para crear conciencia sobre la Casa de Adoración proyectada, y de maneras diversas han incluido ya a no menos de un tercio de los 30.000 habitantes de la isla en una conversación cada vez más amplia sobre su importancia. La capacidad para mantener una conversación elevada entre tantas personas se ha ido cultivando durante años de experiencia de compartir las enseñanzas de Bahá’u’lláh y de ampliar el alcance de un instituto de capacitación dinámico. […] Hay muchos indicios aquí de que cuando los elementos del marco del Plan de acción se combinan en un todo coherente, el impacto sobre una población puede ser profundo. Y

es en el contexto de una expansión y consolidación constantes –recientemente ha concluido el trigésimo ciclo del programa intensivo de crecimiento– donde los amigos están analizando activamente, junto con el resto de los habitantes de la isla, lo que significa que se erija en su entorno un Mashriqu’l-Adhkar, un «centro colectivo para las

Los miembros de la comunidad de Tanna, en Vanuatu, consultan sobre la importancia del Mashriqu’ l-Adhkár.

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Los miembros de una comunidad estudian la guía sobre la institución del Mashriqu’ l-Adhkár en la República Democrática del Congo.

almas de los hombres. Con el apoyo activo de los dirigentes tradicionales, los isleños de Tanna han ofrecido no menos de un centenar de ideas para el diseño del Templo, lo que demuestra el grado en que la Casa de Adoración ha cautivado la imaginación y abierto perspectivas fascinantes de la inf luencia que ejercerá sobre las vidas de los que habiten bajo su sombra».51

En Norte del Cauca, Colombia, el diseño del edificio central de la Casa de Adoración local fue desvelado en una reunión, en septiembre de 2014, en la que uno de los arquitectos dijo que su equipo había visitado durante varios meses las comunidades y grupos de Norte del Cauca para escuchar sus ideas, pensamientos y aspiraciones, además para participar en sus actividades de construir comunidad. En la ceremonia de colocación oficial de la primera piedra, una habitante de una comunidad vecina, descendiente directo de la primera generación de creyentes, dijo que, desde

que había oído hablar de la Fe bahá’í como prejoven, había estado motivada por una preocupación profunda por el desarrollo de su pueblo y un deseo anhelante de saber como servir mejor a las comunidades de la región. Con profunda emoción, afirmó: «el acontecimiento de hoy tiene una historia de trasfondo, la historia de un pueblo, ¡de nuestro pueblo de Norte del Cauca! […] Estamos aquí porque es el destino de nuestro pueblo. Estamos aquí porque este destino fue iluminado, un día, por la luz que emanó de la presencia de un Prisionero [Bahá’u’lláh]». Las comunidades de la región circundante trajeron muestras de tierra para el momento tan esperado en el que se puso la primera piedra, lo que simbolizó el modo en que las comunidades están conectadas con esta institución. Un bosque nativo, ubicado en el terreno del Templo, mostrará la belleza y la rica diversidad de los árboles indígenas de la región y servirá como lugar de aprendizaje, investigación y formación para niños, jóvenes y adultos. Este lugar nutrirá, entre la población local, una conciencia elevada sobre su responsabilidad de cultivar y proteger su ambiente natural y su relación con el bienestar espiritual y social de la población. El bosque también se convertirá en un marco verde e inspirador para el disfrute de toda la comunidad.

*Casas de Adoración


Acción Social

Unos miembros de la comunidad de Papúa Nueva

Guinea plantan cultivos.

7979Acción social

grupos de personas en el nivel local. Con una cifra anual de más de 10.000, por lo general comienzan abordando los desafíos específicos que enfrenta una población a través de la aplicación de principios espirituales. Al igual que con todos los esfuerzos bahá’ís en la esfera del desarrollo, estas modestas iniciativas están animadas por el deseo de servir y lograr el progreso individual y colectivo. Por ejemplo, un grupo de prejóvenes decide embellecer un espacio público en el que se reúnen, unos pocos amigos ofrecen clases de apoyo a los niños o varios vecinos deciden crear un jardín comunitario. A medida que las actividades de este tipo, unidas en un marco común, se multiplican en una localidad, su inf luencia colectiva sobre la vida de una población puede percibirse cada vez más. Esto es especialmente evidente en un número creciente de barrios y aldeas que se han convertido en centros de actividad intensa. Algunas de estas iniciativas de base crecen orgánicamente y se sostienen a lo largo del tiempo tomando la forma de un tipo de proyecto u otro; por ejemplo: una escuela comunitaria que imparte educación a los habitantes más jóvenes de una localidad, una clínica de salud local que ofrece servicios básicos de salud y educación a la población circundante, o una organización que crea contenidos mediáticos para concienciar a la sociedad sobre ciertos temas como la igualdad entre mujeres y hombres. Más de 1.000 actividades de este tipo se están llevando a cabo en al menos 130 países de todos los continentes. De éstas, más de 100 son organizaciones de inspiración bahá’í bien desarrolladas que han creado la capacidad de participar en esferas de actividad relativamente complejas y de establecer relaciones de trabajo con organismos gubernamentales y de la sociedad civil. Este Plan ha visto un aumento significativo en la escala de la actividad de desarrollo bahá’í en todo el mundo en todos los niveles de complejidad, lo que ref leja la creciente capacidad de

Los importantes avances logrados en el ámbito de la expansión y consolidación

durante el Plan de Cinco Años han llevado a la comunidad bahá’í de todo el mundo a una etapa más avanzada en la vida de la sociedad. Inspirados por las palabras de Bahá’u’lláh de que «Todos los seres humanos han sido creados para llevar adelante una civilización en continuo progreso”,52 los bahá’ís de todas las condiciones y en regiones con circunstancias sociales y económicas muy diferentes, han seguido trabajando junto con otros para contribuir a la creación de una sociedad material y espiritualmente próspera. En cierto sentido, el desarrollo social y económico bahá’í abarca todos los esfuerzos de los creyentes, incluyendo a los que participan en actividades, proyectos y organizaciones de la sociedad en general, ya sea como voluntarios o profesionales, ocasionalmente o a tiempo completo. Más concretamente, como se menciona aquí, se ocupa de los esfuerzos de los amigos que actúan dentro del amplio alcance de los empeños de las comunidades bahá’ís, tanto individual como colectivamente, que van desde las iniciativas a pequeña escala de las comunidades de base hasta las grandes organizaciones de inspiración bahá’í que operan a nivel nacional, que abordan los desafíos en una variedad de campos, como la salud, el saneamiento, la educación, la agricultura, el idioma, la igualdad de género, las artes y los medios de comunicación, la paz y la protección del medio ambiente. Tales esfuerzos han contribuido a un proceso global de aprendizaje dentro de la comunidad sobre la aplicación de las Enseñanzas, junto con el conocimiento extraído de diversos campos de la investigación humana, para mejorar las comunidades locales y la sociedad en general.

En los últimos cinco años, la gran mayoría de los esfuerzos en el ámbito de la acción social han sido actividades a pequeña escala emprendidas por individuos o


la comunidad bahá’í de concentrar sus energías en la ejecución de los Planes globales.

En varias ocasiones, la Casa Universal de Justicia ha declarado que las diversas áreas de actividad en las que participa la comunidad bahá’í necesitan ser cada vez más complementarias, integradas y reforzadas mutuamente. También ha indicado que nuestra participación creciente en la vida de la sociedad contribuirá al avance de la civilización en la medida en que emplea elementos del marco conceptual que rige la actual serie de Planes globales. Los mensajes de Riḍván de 2010 y del 28 de diciembre de 2010 de la Casa Universal de Justicia permitieron a la Comunidad Mundial Bahá’í apreciar mejor el lugar que ocupan sus esfuerzos de acción social en relación con la actual actividad que se desarrolla a nivel de la agrupación. Los debates sobre este tema se enriquecieron con la publicación, el 26 de noviembre de 2012, de un documento sobre el tema de la acción social preparado por la Oficina de Desarrollo Económico y Social del Centro Mundial Bahá’í, que acumula 30 años de experiencia mundial en este ámbito y esboza los elementos del marco conceptual que se refieren a la naturaleza, la metodología y los principios rectores del desarrollo social y económico del país. Así pues, más allá de los avances numéricos en las actividades de desarrollo que se han logrado en estos últimos años, quizás el logro más notable en el ámbito de la acción social ha sido hasta qué punto los amigos involucrados, en cualquier nivel de complejidad, han sido capaces de captar estos elementos y hacerlos valer en su trabajo. La coherencia alcanzada entre las diversas áreas de actividad y las implicaciones que esto ha tenido en el progreso de una comunidad se ha hecho especialmente evidente en las agrupaciones que están en las fronteras del aprendizaje.

En las páginas siguientes se ofrece un panorama general de los ámbitos en los

que se han registrado progresos notables a lo largo del Plan de Cinco Años. La primera sección ofrece una visión general de cómo han surgido los esfuerzos en la acción social y cómo se han entretejido en el patrón de actividad que se está llevando a cabo en las agrupaciones avanzadas. También se han logrado progresos significativos en la difusión y el fortalecimiento del programa de empoderamiento espiritual prejuvenil y de otras iniciativas educativas. Entre ellas figuran el establecimiento y fortalecimiento de las escuelas bahá’ís o de inspiración bahá’í y la propagación de dos iniciativas de eficacia comprobada: las escuelas comunitarias y los Programas de Preparación para la Acción Social (PAS). Aunque de menor escala, también hubo un claro progreso en el aprendizaje sobre el uso de los medios de comunicación para la transformación social en agrupaciones avanzadas y en los esfuerzos de varias organizaciones de inspiración bahá’í para llevar a cabo proyectos de investigación y acción en la agricultura. Del mismo modo, se produjeron importantes avances en el desarrollo de la capacidad institucional para la acción social, incluso entre las organizaciones de inspiración bahá’í, así como entre las instituciones y organismos de la Fe a diversos niveles.

El aprendizaje sobre la acción social en agrupaciones avanzadasAl referirse a las agrupaciones donde los amigos han superado el tercer hito, la Casa Universal de Justicia ha explicado que «un resultado natural del aumento de recursos, así como de la conciencia de las implicaciones de la Revelación para la vida de una población, son los inicios en el campo de la acción social».53 La experiencia adquirida en un número creciente de agrupaciones de este Plan ha ofrecido valiosos conocimientos sobre cómo pueden producirse avances graduales en diversos aspectos de la vida social y económica de una comunidad en aquellas localidades

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donde las actividades del instituto de capacitación están firmemente establecidas y empieza a arraigarse un patrón de vida caracterizado por la devoción y el servicio.

Incluso desde las primeras etapas de actividad en un pueblo o barrio, los cambios que se producen en el bienestar espiritual de una serie de habitantes pueden tener implicaciones naturales en las dimensiones sociales y materiales de la vida. Las actividades diarias, por ejemplo, se imbuyen de un espíritu de servicio. Las opciones individuales, como las relativas a la educación y el trabajo, se sitúan en un contexto de progreso colectivo. Las interacciones entre las personas y dentro de las familias se elevan, y la capacidad de consultar y aprender colectivamente se va construyendo gradualmente. En un entorno de este tipo, la creciente conciencia social se expresa a menudo en la aparición de un número cada vez mayor de actividades de desarrollo a pequeña escala y de una duración determinada. Con el tiempo, algunas de estas iniciativas crecen orgánicamente y comienzan a funcionar como proyectos sostenibles de desarrollo social y económico. Aunque a veces pueden ser similares en forma a otros esfuerzos que son comunes en estas comunidades, generalmente se distinguen por la manera en que sus metas y métodos son inf luenciados por las Enseñanzas de Bahá’u’lláh. Además, las personas involucradas demuestran a menudo una mayor capacidad de aprendizaje y una acción sostenida, adquirida a través de su participación en el proceso del instituto. Como afirma la Casa de Justicia: «Por humilde que pueda ser al principio, este tipo de actividad es una señal de que una población está cultivando en sí misma una capacidad vital, una capacidad que encierra un potencial y significado infinitos para los siglos venideros: aprender la manera de aplicar la Revelación a las múltiples dimensiones de la vida social».54

Algunos ejemplos pueden ayudar a ilustrar aún más cómo la acción social puede surgir en una localidad de manera coherente con

el proceso de cambio que ya está en marcha. En muchas agrupaciones, los actos de servicio que llevan a cabo los miembros de los grupos prejuveniles han contribuido a una acción social más sostenida. El recuadro relativo a la aparición de un proyecto de conservación del medio ambiente en Tanna, Vanuatu, es un ejemplo de ello. El recuadro sobre Colibrí Learning Foundation, en Vancouver, Canadá, ofrece un ejemplo de cómo los esfuerzos para comprometerse significativamente con los nuevos inmigrantes, al principio en el contexto de la expansión y la consolidación, condujo al establecimiento de un proyecto de desarrollo, sostenido en el tiempo, en las áreas de idioma e inmigración. En los últimos años, especialmente después de las conferencias internacionales de juventud celebradas en 2013, muchas agrupaciones han registrado un aumento en el número de jóvenes deseosos de seguir estudiando y elegir una profesión que les permita vivir mejor una vida de servicio. El recuadro titulado «Inspirar a los jóvenes para que se comprometan con una vida de servicio» ofrece algunos ejemplos de las medidas adoptadas para abordar este desafío en diferentes contextos. En varias agrupaciones, la capacidad de acción social se ha mejorado considerablemente a medida que los amigos han llevado a cabo ciertos programas de eficacia probada ofrecidos por una organización de inspiración bahá’í que operaba en la región. Los recuadros titulados «Una comunidad masái aprende a hacerse cargo del desarrollo espiritual e intelectual de sus hijos pequeños», «Aprendiendo a encargarse del desarrollo de las capacidades espirituales e intelectuales de los niños» y «Desarrollo de capacidad para mantener la acción social en el tiempo en el Éste de Camerún» demuestran cómo se han introducido en estas regiones dos programas: escuelas comunitarias y Preparación para la Acción Social.

La puesta en marcha de estos programas se convirtió en una parte natural de los esfuerzos de las respectivas agrupaciones y dio ímpetu al proceso de construir comunidad. En muchos lugares, la

Acción social


Cómo inspirar a los jóvenes a comprometerse con una vida de servicioEn su mensaje de 29 de diciembre de 2015, la Casa Universal de Justicia explicaba que, a medida que maduran cada vez más los jóvenes que participan en el trabajo de construir comunidad, «sus horizontes se amplían» y «otras dimensiones de una vida coherente, igual de exigentes y muy meritorias, empiezan a reclamar cada vez más su atención». Entre ellas, está una mayor educación –académica o vocacional– acorde a sus posibilidades y con el fin de llegar a ejercer oficios o profesiones que les ayudarán a contribuir al progreso de la civilización. Durante el Plan, a medida que muchos jóvenes se sentían inspirados a buscar un doble propósito moral en el contexto de una vida de servicio, un número creciente de personas, instituciones y agencias de la Fe, así como de organizaciones de inspiración bahá’í, iniciaron esfuerzos sistemáticos para aprender sobre cómo apoyar a los jóvenes para dar pasos importantes en relación con sus carreras.

En Toronto, Canadá, un miembro del Cuerpo Auxiliar que había trabajado durante algunos años en el campo de los recursos humanos se dio cuenta de que muchos jóvenes deseaban implicarse en un trabajo que tuviera significado para ellos, pero no sabían cómo conseguir esta aspiración. Animado por el consejero, junto a unos cuantos amigos, decidió dar algunos pasos para aprender

sobre esto. En 2012 empezaron a realizar talleres para jóvenes en los que estudiaban Brisas de confirmación y ref lexionaban sobre temas como la confirmación, el desarrollo y el uso de talentos en el contexto de un doble propósito moral, así como sobre la verdadera riqueza. Organizados en torno al concepto de avanzar en un sendero de servicio, los talleres ayudaban a los participantes a describir cómo se veían a sí mismos comprometiéndose en el servicio a la humanidad a través de su trabajo, a identificar qué habilidades, formación y experiencia requerirían y a diseñar un plan práctico. Tras los talleres, el grupo central de amigos ayudaba a los participantes a actuar. También se esforzaban por promover un espíritu colectivo entre el grupo de jóvenes que les permitiera apoyarse unos a otros en poner el servicio en el centro de sus vidas a medida que avanzaran de una etapa a la siguiente. Por el momento más de 200 jóvenes han participado en estos talleres y en el seguimiento ofrecido.

En una agrupación de la India, como resultado de las conversaciones constantes con cada vez más familias de jóvenes que participaban en las actividades básicas, la comunidad bahá’í se familiarizó con los retos a los que se estaban enfrentando estos amigos. Un desafío importante era que el coste de la educación superior era demasiado elevado para que algunas familias pudieran

pagar las tasas de sus hijos. Las agencias e instituciones de la agrupación, incluida la Asamblea Espiritual Local, empezaron, por tanto, a tener conversaciones con ciertas familias sobre las aspiraciones educativas de sus miembros más jóvenes. Se ayudó a las familias a considerar formas con las que pudieran facilitar fondos para pagar las tasas y, en ciertos casos, las instituciones de la Fe cubrieron una parte. Los jóvenes también recibieron ayuda para identificar e inscribirse en programas de educación superior mediante los cuales podían aumentar las capacidades requeridas para avanzar en su sendero de servicio a la humanidad.

Desde 2013 la Fundación para la Aplicación y Enseñanza de las Ciencias (FUNDAEC), en Colombia, ha estado poniendo en marcha el programa de «Apoyo a los líderes comunitarios» con el objetivo de orientar a los jóvenes hacia oficios o profesiones que aumenten la prosperidad de sus comunidades. El programa sirve específicamente a los jóvenes que están en el momento de elegir una carrera e incluye elementos de estudio, servicio y orientación profesional. Los materiales utilizados, que siempre se están perfeccionando, están diseñados para complementar la formación especializada que los estudiantes reciben en universidades o facultades técnicas, y se estudian semanalmente o mediante seminarios intensivos a lo largo

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capacidad de acción social en aumento ha ido acompañada de la creación de espacios de ref lexión y consulta entre los amigos que trabajan para mejorar aspectos similares de la vida comunitaria. Estas medidas ayudaron a nutrir, de manera natural, los nuevos procesos de aprendizaje. Los espacios existentes, como las Fiestas de Diecinueve Días y las reuniones de ref lexión de toda la agrupación, se enriquecieron con la incorporación de los conocimientos adquiridos en la acción social y las actualizaciones sobre los progresos realizados en esa esfera.

En muchos centros de actividad intensa también se observó una creciente conciencia sobre ciertos principios fundamentales de la Fe, lo que a menudo resultó en profundos cambios a nivel cultural. La importancia de la educación universal y la igualdad entre mujeres y hombres, por ejemplo, se apreciaron más claramente, a medida que más personas de una comunidad participaban en las actividades educativas del instituto de capacitación. A modo de ejemplo: en Battambang, Camboya, tradicionalmente se ha dado preferencia a los niños varones en el acceso a la educación. A medida que la comprensión de la comunidad acerca de la educación fue creciendo con los años, más niñas comenzaron a recibir niveles superiores de educación. En una comunidad, hace aproximadamente una década, sólo una niña asistía a la escuela y miembros de la comunidad criticaban a su familia por educar a su hija, mientras que ahora es práctica común que todas las niñas de la aldea reciban educación formal. El aumento de la educación de las niñas a lo largo de muchos años también hizo que las mujeres asumieran un papel más destacado en la sociedad. En ciertos lugares, los avances en el proceso de construir comunidad han acelerado la eliminación de otras barreras. En algunas aldeas de la India, el sistema de castas ha sido desmantelado, en gran parte debido a los esfuerzos de los bahá’ís y otros amigos por demostrar con hechos y palabras su creencia en la unidad de la humanidad. El proceso de superación de las divisiones

Participantes en un proyecto de cafetería en el programa de «Apoyo a los líderes comunitarios» de Colombia.

del año. Se acompaña a los participantes en la realización de actividades de servicio que contribuyan al bienestar de sus comunidades y se les orienta hacia una profesión u oficio que esté en línea con sus talentos y con las necesidades de sus comunidades. Por ejemplo, una participante de la región de Occidente aplicó lo que había aprendido mediante su participación en el programa y en sus estudios universitarios para instalar un laboratorio clínico y un almacén que ofrecía servicios contables, junto con una visión y un plan de crecimiento de sus empresas. También se facilitaron oportunidades para que los participantes adquirieran una buena experiencia laboral. En cuanto a los estudiantes que requerían más fondos para continuar con una educación superior, a algunos se les ayudó mediante un fondo solidario creado por la organización, mientras que a otros se les ayudó a identificar fuentes alternativas de financiación. A medida que la organización daba pasos para familiarizarse con las oportunidades educativas existentes y para promover relaciones con un número cada vez mayor de instituciones, se posicionó mejor para ayudar a los jóvenes a conseguir una formación más adecuada. En diciembre de 2015, el primer grupo de 16 participantes se había graduado en el programa. En ese momento había 11 grupos que se reunían regularmente, con un total de 157 estudiantes. Algunos de los participantes recibían apoyo económico, ya fuera para realizar estudios técnicos o profesionales, o para poner en marcha pequeños proyectos de producción.

Acción social


En el capítulo anterior de este documento se destacaron una serie de avances ocurridos en todo el mundo y relacionados con la puesta en práctica del programa de empoderamiento espiritual de prejóvenes. Estos rápidos avances requerían que las gestiones realizadas para sistematizar el consecuente aprendizaje evolucionaran proporcionalmente. En este sentido, durante el Plan de Cinco Años, se establecieron 15 sitios de aprendizaje más en todo el mundo para la difusión del aprendizaje sobre el programa prejuvenil. En abril de 2016 había 45 sitios de aprendizaje funcionando en todo el mundo que daban servicio a más de 400 agrupaciones con un potencial particular para el crecimiento del programa. También existen nueve oficinas a nivel continental o subcontinental para apoyar el trabajo de estos sitios y para ayudar a organizar el corpus cada vez mayor de conocimiento y experiencia.

Una dimensión de los esfuerzos de estos sitios implicaba ofrecer formación y apoyo constante a los coordinadores de las agrupaciones vinculadas. Al reunirse de forma regular para estudiar, ref lexionar sobre la experiencia e incorporar los conocimientos adquiridos a los planes de acción, los amigos de una red de agrupaciones vinculadas a un sitio contribuían a un corpus de conocimiento en aumento sobre varios aspectos de la implementación del programa. A medida que los esfuerzos avanzaban en estas agrupaciones, evolucionaba la naturaleza de las cuestiones objeto del aprendizaje colectivo. En un número de sitios, los

Programa de empoderamiento espiritual de prejóvenes

amigos estaban aprendiendo sobre cómo involucrar a unos 300 prejóvenes en el programa. El número de agrupaciones que alcanzó este nivel de crecimiento casi se duplicó entre 2011 y 2016, con unos cuantos sitios capaces de sostener a más de 1000 participantes en el programa.

Un segundo aspecto del trabajo de los sitios de aprendizaje implicaba la colaboración con los institutos de capacitación para ayudar a que el conocimiento acumulado se difundiera por todas las agrupaciones. En los últimos años se ha aprendido mucho sobre la relación progresiva que existe entre los sitios de aprendizaje y los institutos de capacitación. Se ha conseguido un progreso significativo en muchas regiones del mundo a medida que las personas recurso, los coordinadores que sirven a niveles de agrupación –regional o nacional–, las juntas de instituto y otras instituciones y agencias colaboran estrechamente para ampliar el programa de agrupación a agrupación. El recuadro titulado «Recibiendo a grandes números en el Programa Prejuvenil de Bukavu» es un ejemplo de cómo las agrupaciones vinculadas a un sitio de aprendizaje se han movido de fortaleza en fortaleza y en el que la interacción resuelta entre el instituto de capacitación y el sitio de aprendizaje ha ayudado a acelerar rápidamente el avance del programa en una región, tanto cualitativa como cuantitativamente.

Un prejoven lleva a cabo un proyecto de servicio en la India.

basadas en la casta se aceleró en los últimos tres o cuatro años a medida que el instituto se iba consolidando. Cada vez más, en estas agrupaciones, las instituciones de la sociedad en general se dirigían a la comunidad bahá’í y trataban de extraer ideas de las enseñanzas de la Fe, un punto que se ilustra en algunos relatos proporcionados.

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Proyectos de servicio en grupos prejuveniles

En Tanna, Vanuatu, el animador de un grupo prejuvenil solía ayudar a los participantes a ref lexionar sobre la situación local del pueblo para que sirviera de base a su consulta sobre las formas en las que podían servir a su comunidad. Durante una serie de años, a medida que los jóvenes desarrollaban la capacidad de planificar y poner en marcha proyectos de servicio a pequeña escala, su nivel de ref lexión y consulta aumentó y maduró. En una reunión, un prejoven destacó los efectos del consumo excesivo de los recursos del océano y las implicaciones que tendría para generaciones futuras, de continuarse esta práctica. Tras consultarlo durante un tiempo, el prejoven decidió embarcarse en un proyecto para proteger la vida marítima en los arrecifes costeros. Como primer paso, el animador ayudó al prejoven a prepararse y reunirse con el jefe, al que le gustaron sus ideas y quien estuvo de acuerdo en dedicar una parte de su propiedad para el proyecto de conservación de recursos marinos. También compartió con el prejoven que, en el pasado, se destinaba una parte de la tierra colindante con el océano para ese mismo propósito, pero a la gente se le había olvidado seguir esa tradición. Con el apoyo de miembros de la comunidad y otros líderes del pueblo,

el prejoven puso señales y postes a lo largo de la costa para informar sobre el proyecto de conservación, y realizó una serie de reuniones en los pueblos vecinos para concienciar sobre la preservación de la vida marina. A medida que otros iban conociendo el proyecto, empezaron a ayudar al joven en las diversas tareas. El

Proyecto de servicio de conservación de los recursos marinos realizado por un prejoven en Tanna, Vanuatu.

proyecto ya lleva varios años en marcha con el apoyo de la comunidad y del Ministerio de Pesca, y se han comenzado iniciativas similares en otras partes de la isla. La vida marina está f loreciendo en esas áreas y una serie de jóvenes del grupo siguen monitorizando el progreso y la diversidad de la vida marina que está volviendo a los arrecifes.

Acción social


La recepción de grandes números en el programa prejuvenil de Bukavu

El sitio de aprendizaje para el programa de empoderamiento espiritual de prejóvenes de Bukavu, República Democrática del Congo, hizo progresos significativos durante el Plan de Cinco Años, en lo que respecta al avance en las fronteras del aprendizaje sobre cómo ampliar el programa a una red de diez agrupaciones y contribuir a los esfuerzos de los institutos de capacitación de la región para establecer el programa y promover su desarrollo en muchas más regiones.

Hacia el final del Plan, cada una de esas diez agrupaciones, menos una, estaban involucrando a más de 500 prejóvenes en el programa, lo que implicaba 6.100 participantes, doblando los números desde 2011. Además de ese logro numérico, se adquirieron nuevas percepciones sobre la dimensión cualitativa del avance del programa. Por ejemplo, inspirados por el concepto de apoyo y ayuda mutuos, que exploraron durante la conferencia de juventud de 2013, los animadores de la agrupación de Goma se organizaron en seis «redes». Entre los animadores surgió un patrón de actividad vibrante en el que ref lexionaban juntos sobre sus grupos, ayudaban con la expansión del programa y se ayudaban unos a otros a superar los obstáculos encontrados en su servicio y en sus vidas personales. Esta organización fortaleció el sistema de

coordinación, lo que permitió a cada animador y a cada grupo beneficiarse de abundante apoyo y de una fuente constante de conocimiento. La persona recurso del sitio de aprendizaje observó este desarrollo en la agrupación de Goma. Por tanto, esa persona lo planteó como objeto de análisis y debate en un seminario de coordinadores de agrupaciones vinculado al sitio de aprendizaje, y les animó a considerar formas con las que promover una cultura similar de apoyo mutuo entre los animadores de sus respectivas agrupaciones.

Otro avance que tuvo lugar durante el Plan fue el aumento de capacidad en la red de agrupaciones para transformar las percepciones en unidades comunes de aprendizaje.

Llegados a un punto, muchos grupos no se sostenían durante más de un año, y los prejóvenes estaban estudiando una media de uno o dos textos. Ayudados por una persona recurso, los coordinadores decidieron empezar a seguir ciertos indicadores relacionados con estas preguntas. A lo largo de un período en el que celebraron varios seminarios, recopilaron y analizaron la información recogida, lo que les permitió identificar factores clave para sostener a los grupos y permitir que los prejóvenes avanzaran por los diferentes textos disponibles. Una vez detectada la importancia de que los propios animadores avancen por los textos del programa prejuvenil y de la secuencia principal, la persona recurso

Un prejoven de Bukavu visita y entrega comida a un hombre cuya mujer ha fallecido.

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En su mensaje de Riḍván de 2010, la Casa Universal de Justicia explicaba: «El hecho de que el componente principal del programa explore los temas desde una perspectiva bahá’í, pero sin hacerlo desde la óptica de la instrucción religiosa, ha abierto el camino para ampliarlo a prejóvenes en variedad de contextos y circunstancias. Son muchos los casos en que quienes llevan a cabo el programa entran con confianza al campo de la acción social y se encuentran ante una gama de preguntas y posibilidades que la Oficina de Desarrollo Social y Económico en la Tierra Santa está siguiendo y organizando en un proceso global de aprendizaje». Las comunidades bahá’ís en todo el mundo, sobre todo en agrupaciones conectadas a los sitios de aprendizaje, aumentaron su capacidad para responder a las oportunidades que existen en el contexto de las escuelas y en el contexto más amplio de la sociedad. Además de los esfuerzos de los institutos de capacitación, una serie de bahá’ís y de escuelas de inspiración bahá’í del mundo están ofreciendo a sus estudiantes el programa de empoderamiento espiritual de prejóvenes. Se estima que más de 10.000 prejóvenes están participando en el programa en esos sitios. Muchas de esas escuelas están, a su vez, empezando a ofrecer el programa a otros en sus respectivas agrupaciones.

ayudó a los coordinadores a estudiar todos los textos disponibles. Esto les permitió hacer lo mismo con los animadores de sus agrupaciones. De media, los grupos de las agrupaciones vinculadas están completando más textos que al principio del Plan y en 2015 casi la mitad de los grupos de estas mismas agrupaciones estaban en su segundo o tercer año del programa.

Pese a que la persona recurso dedicó gran parte de su tiempo al trabajo en las agrupaciones vinculadas al sitio de aprendizaje, quiso difundir por toda la región las comprensiones adquiridas. Por ejemplo, al volver de una reunión continental para personas recurso celebrada en 2014, consultó con el consejero sobre la posibilidad de organizar una reunión para las instituciones y agencias de Kivu del Sur para debatir el desarrollo del programa en la región, a la luz de lo que había aprendido en la reunión. La reunión fue fructífera, y las agencias regionales decidieron celebrar ese tipo de reuniones cada tres meses. Esto ayudó a fortalecer la colaboración entre la persona recurso y las agencias de Kivu del Sur, sobre todo la Junta de Instituto y los coordinadores regionales. En 2015, el Instituto de Capacitación se apoyó en el Sitio de Aprendizaje para trabajar en el establecimiento del programa en las 110 agrupaciones de la región. Llamaron a la persona recurso para que organizara una formación regional en la que se levantaran 20 animadores del Libro 5, que a su vez facilitarían 14 campañas intensivas del Libro 5 en toda la región. En 10 días, más de 200 animadores se levantaron de unas 40 agrupaciones. A principios de 2016, todas menos 20 agrupaciones de Kivu del Sur tenían, al menos, un grupo prejuvenil, y un tercio tenía más de 50 prejóvenes en el programa.

Un grupo prejuvenil en Corozal, Honduras.

Acción social


Un grupo prejuvenil en una escuela de Kiribati.

El Programa Prejuvenil en las escuelas del país insular de Kiribati

Durante más de 10 años, con el apoyo de la Oficina de Desarrollo Social y Económico, el Instituto Educativo Ootan Marawa (OMEI) ha estado aprendiendo sobre la implementación del programa de empoderamiento espiritual de prejóvenes en las escuelas de Kiribati. El programa se empezó a implantar en las escuelas en 2005, como respuesta a la solicitud del presidente del país insular, para que la organización ayudara a afrontar los retos a los que se enfrenta la juventud en el país.

En 2006, con la aprobación del director de la escuela de la capital, dos animadores, formados por OMEI, empezaron a ofrecer los textos durante el período de educación religiosa. Aunque el grupo era pequeño, el efecto del programa en los resultados académicos y el comportamiento de los prejóvenes fue tan destacado que el director pidió que se formaran tres grupos más. Tras oír hablar del impacto del programa, el director de otra escuela pidió que se ofreciera a todos sus estudiantes al siguiente año. Durante los siguientes tres años, OMEI aprendió a implementar el programa en una serie de escuelas de la isla principal, alcanzando a 600 estudiantes. En 2009, con el apoyo de los miembros del Cuerpo Auxiliar, la organización pudo llevar el programa a los institutos de secundaria de las islas circundantes. El aumento

del tamaño y el alcance del programa instaban a prestar mayor atención al sistema para levantar y apoyar a los animadores. Al final del Plan, más de 3.000 jóvenes estaban participando en el programa –el 50% de la población prejuvenil de Kiribati–, con la ayuda de 37 animadores, los cuales dedicaban un tiempo considerable a este sendero de servicio.

Los efectos del programa se fueron haciendo cada vez más visibles por la habilidad de los prejóvenes para expresarse, por las mejoras en su rendimiento académico y por el refinamiento de su conducta. En 2010, el Ministerio de Educación del país hizo ciertas observaciones relativas a la inf luencia positiva del programa en el comportamiento de los estudiantes; en concreto, dijo que había contribuido a un descenso en la tasa de expulsiones. También se hicieron patentes otros cambios en el

ambiente de la escuela; por ejemplo, hubo una disminución en los casos de estudiantes que se involucraban públicamente en actividades perjudiciales, como el consumo de alcohol. Los profesores empezaron a mirar a sus alumnos bajo una luz diferente, reconociendo su potencial y cambiando su manera de interactuar con ellos. El desprendimiento y la perseverancia de los animadores también inspiraron a otros miembros de la comunidad escolar a desarrollar tales actitudes hacia su trabajo.

Más allá de los efectos del programa en los prejóvenes, los jóvenes que servían como animadores también vieron incrementadas sus propias capacidades a través del servicio que estaban prestando. Aunque sus esfuerzos iniciales estaban inicialmente enfocados en estudiar los textos del programa con los participantes, con el tiempo le prestaron más atención a otros elementos del programa,

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como los campamentos y los proyectos de servicio. También empezaron a aprender sobre cómo realizar visitas a los padres de los prejóvenes para explicarles los objetivos del programa y para conseguir su apoyo. Estos esfuerzos ayudaban a los animadores, no sólo a desarrollar su capacidad, sino a fortalecer sus lazos de amistad y confianza con profesores, directores y padres. Mientras que los esfuerzos iniciales para identificar jóvenes que pudieran servir como animadores tuvieron que ser realizados por la propia OMEI, a medida que la inf luencia del programa en los animadores se iba haciendo cada vez más perceptible, muchos jóvenes empezaron a dirigirse a la organización para ofrecer su servicio, a veces animados por padres y profesores.

A medida que OMEI ha ido adquiriendo experiencia con la implantación del programa en las escuelas, ha sido capaz de compartir con el gobierno y las entidades educativas y religiosas sus aprendizajes sobre el período de la adolescencia y el impacto del empoderamiento moral en los jóvenes. En 2014, en una reunión organizada por el Ministro de Educación para ref lexionar sobre los logros del año anterior, se invitó a la organización para hablar sobre la importancia de crear ambientes para estudiantes que fomenten el apoyo mutuo y que puedan reforzar el progreso académico y la transformación de comportamientos.

Como respuesta natural al énfasis que se hace en los Escritos sobre la educación, y que ‘Abdu’l-Bahá ha descrito como el «requisito primario y más urgente»55 para alcanzar la prosperidad de las naciones, las iniciativas educativas continuaron conformando un gran porcentaje de las actividades de la comunidad bahá’í en el campo del desarrollo social y económico. Entre ellas, se realizaron esfuerzos informales, como clases de tutoría complementarias ofrecidas por animadores y maestros de clases de niños, o ayuda facilitada por instituciones y agencias de la Fe para que los jóvenes pudieran acceder a una educación superior. En la actualidad, más de 1.000 esfuerzos continuados en el campo de la acción social bahá’í son de naturaleza educativa. De éstos, aproximadamente el 80% son escuelas, mientras que el resto incluye una gama de esfuerzos que van desde instituciones que ofrecen estudios superiores, elaboración de planes de estudios o formación del profesorado. En conjunto, estos esfuerzos buscan contribuir a la formulación gradual de un sistema educativo que ayude a adquirir, generación tras generación, los rasgos de una nueva raza de hombres. El más importante de estos programas, de empoderamiento espiritual de los prejóvenes, se ha descrito en la sección anterior. Las siguientes secciones destacan el notable progreso realizado en escuelas bahá’ís o de inspiración bahá’í, en escuelas comunitarias y en el Programa de Preparación para la Acción Social.

Educación

Una serie de escuelas que funcionan actualmente están bien establecidas desde hace más de 20 o 30 años y han contribuido al desarrollo moral e intelectual de decenas de miles de jóvenes. Casi la mitad de las escuelas de todo el mundo se han establecido

El fortalecimiento de las escuelas bahá’ ís y las escuelas de inspiración bahá’ í

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Los niños aprenden sobre los colores en una guardería de Indonesia.

en los últimos años, en consonancia con el aumento de la capacidad en muchas agrupaciones y como resultado del progreso realizado en la implantación del programa para la promoción de escuelas comunitarias, descrito en la siguiente sección. Estas escuelas van desde preescolar a grandes instituciones académicas que ofrecen educación hasta la secundaria. Existen en una variedad de entornos y en cada continente, aunque la mayoría están en África y Asia. En total, están ofreciendo educación a más de 200.000 personas.

Un avance particularmente importante realizado durante el Plan de Cinco Años se refiere a la capacidad creciente de las escuelas para aprender sobre cómo ofrecer una educación que ref leje cada vez más la visión contenida en los Escritos bahá’ís. A este respecto, en el proceso de elaboración ulterior de su visión, la adopción de enfoques pedagógicos y administrativos apropiados, la identificación de metas, la selección y elaboración de sus materiales curriculares, el fortalecimiento de la capacidad de

sus maestros y el fortalecimiento de las relaciones con la comunidad, muchas escuelas obtuvieron ideas del trabajo de construir comunidad en curso y aplicaron métodos y enfoques coherentes con los procesos del Plan. Por ejemplo, muchos recurrieron a libros de la secuencia de los cursos del instituto sobre formación educativa, ayudando a sus profesores a estudiar los Libros 3 y 5 y a hacerse una idea de cómo los conceptos podían manifestarse en la práctica. Un gran número de escuelas incorporó los materiales relacionados con los programas del instituto de capacitación en el componente de educación moral de su currículo. Estos acontecimientos han tenido un profundo efecto no sólo en las personas implicadas, sino también en el entorno escolar e incluso en la relación de la institución con la comunidad en general. En varios casos, las escuelas han ampliado aún más el alcance de estos programas, ya que el personal y los alumnos de último curso imparten clases para niños y grupos juveniles en la comunidad o en escuelas cercanas.

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Guarderías y escuelas de primaria comunitarias

A lo largo del Plan, una serie de organizaciones de inspiración bahá’í de África, Asia y Australasia han apoyado sistemáticamente la multiplicación de escuelas en aldeas y pueblos ayudando a un número de jóvenes cada vez mayor a conseguir experiencia en proveer instrucción académica a los niños de sus comunidades en edad preescolar y escolar, sobre todo en lugares donde el acceso a la educación formal estaba limitado. Las escuelas más exitosas surgieron de una conciencia creciente entre la población local –sobre todo en zonas donde los procesos de expansión y consolidación estaban bastante avanzados– sobre la importancia de facilitar a las generaciones jóvenes una educación que preste debida atención tanto a su desarrollo espiritual como intelectual. Aprovechando principalmente los recursos locales disponibles, esas escuelas se ampliaron a un ritmo proporcional a su creciente capacidad y al espíritu emergente de esfuerzo colectivo que caracterizaba su funcionamiento. Al cierre del Plan, había 26 organizaciones establecidas o emergentes que prestaban asistencia a las comunidades de unos 180 grupos en 20 países para desarrollar la capacidad de responder a las necesidades

educativas de los niños. En África, 14 de esos organismos ofrecían apoyo a casi 1.000 maestros y ofrecían educación a más de 23.500 niños en 300 escuelas. Diez organizaciones establecidas o emergentes en Asia apoyaban a un total de unos 190 docentes en unas 70 escuelas comunitarias con más de 2.600 estudiantes. En Australasia, dos organizaciones apoyaban a 180 maestros y prestaban servicios a unas 50 escuelas comunitarias con más de 1.800 estudiantes.

Los esfuerzos de estas organizaciones se centraron en identificar elementos curriculares de inspiración bahá’í, desarrollar programas para la formación de maestros y proporcionar el apoyo necesario a las comunidades locales para que se apropiaran de la educación de sus hijos. A medida que las organizaciones de todo el mundo adquirieron experiencia adicional en el curso del Plan de Cinco Años, sus programas de formación de maestros siguieron evolucionando y perfeccionándose. En muchos casos, el programa de escuelas comunitarias reforzaba las actividades de consolidación de la comunidad. A medida que la inf luencia de la educación

Dando clase en una de las escuelas comunitarias de la República Democrática del Congo.

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Una comunidad Masái aprende a hacerse cargo del desarrollo espiritual e intelectual de sus niños pequeños

La agrupación de Monduli, en la región de Arusha (Tanzania), está compuesta por unas 14 aldeas repartidas en una vasta zona. Los masáis que viven aquí son principalmente nómadas, y la mayoría no ha recibido educación primaria. Entre esta población, los padres se han mostrado reacios a enviar a los niños pequeños a las escuelas del distrito debido a su distancia de las aldeas y a la preocupación de que sus hijos e hijas puedan perder el estilo de vida masái.

En 2008, una familia pionera en la región, deseosa de contribuir a elevar los niveles de alfabetización de los jóvenes, identificó a dos jóvenes y les ayudó a ofrecer educación espiritual, así como clases de lectura y escritura, a los niños de sus aldeas. A petición de los pioneros, la Fundación Ruaha Mwongozo, que promueve escuelas comunitarias en el país, invitó a estos jóvenes a asistir a su seminario de capacitación de maestros. Al regresar, los jóvenes mantuvieron conversaciones con los ancianos de la comunidad para ayudar a concienciarles sobre la educación con la que habían sido capacitados para ofrecerla, lo que dio lugar a la matriculación de unos 40 niños en dos escuelas. Con el tiempo, los habitantes de las aldeas vecinas se enteraron de la existencia de estas escuelas y expresaron el deseo de establecer las suyas propias. En estas aldeas se consultó, a veces con

la ayuda de amigos que asistían a las escuelas existentes, para identificar a quienes pudieran servir como maestros. Como en la cultura masái los niños son vistos como responsabilidad de toda la comunidad, todos estaban ansiosos por apoyar a los maestros y proporcionar materiales básicos para las escuelas. Inicialmente, la mayoría de las clases se llevaban a cabo bajo los árboles; sin embargo, a lo largo de unos pocos años, se construyeron estructuras simples con materiales locales para proporcionar un mejor ambiente para el estudio. Todas las escuelas comenzaron ofreciendo sólo educación preescolar, y algunas ofrecen ahora algunos grados más. Para 2011 se habían establecido 8 escuelas; al final del Plan, había 17 escuelas que prestaban servicios a más de 400 niños masái en 6 aldeas.

A lo largo de los años, la transformación observada en los niños y las conversaciones iniciadas por los maestros de las aldeas comenzaron a inf luir en ciertos aspectos de la vida comunitaria. Las madres, por ejemplo, al ver la inf luencia de la alfabetización en el desarrollo intelectual de sus hijos, preguntaron por la posibilidad de recibir ellas mismas alguna instrucción. En consulta con la Fundación, el coordinador de las escuelas comunitarias de la agrupación –que había sido uno de los primeros maestros en formarse– ref lexionó sobre cómo

podían utilizarse los materiales empleados en el aula para ofrecer clases de alfabetización a las madres. Las actitudes hacia las mujeres también comenzaron a cambiar en algunas de esas comunidades. Por ejemplo, aunque era una práctica común casar a las niñas jóvenes, a medida que aumentaba el número de ellas que empezaban a estudiar, se alentaba a los miembros de la comunidad a que les permitieran continuar su educación y casarse a una edad más avanzada. Además, las conversaciones sostenidas sobre los efectos negativos de la mutilación genital femenina condujeron a una reducción del porcentaje de alumnas de las escuelas comunitarias sometidas a esta práctica. También se produjeron cambios en la percepción de los jóvenes de la comunidad. Mientras que, en el pasado, los ancianos eran los únicos que tenían voz en la forma en que se administraban las comunidades, ahora los maestros de las escuelas comunitarias, la mayoría de los cuales eran jóvenes, comenzaron a ser bien respetados, y sus contribuciones empezaban a recibir la debida consideración durante las reuniones de la aldea.

Las actividades del programa de escuelas comunitarias en Monduli también impulsaron el trabajo de expansión y consolidación. Un componente principal de la formación que ofrece la Fundación es el estudio de los materiales del Instituto.

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Una escuela comunitaria celebrada bajo un árbol en la región de Arusha, Tanzania.

Cuando un joven de la agrupación asistió al seminario de capacitación, se conmovió por el contenido de estos libros y se hizo bahá’í. A su regreso, además de ocuparse de la educación de los niños, se sintió inspirado para enseñar la Fe. Sus esfuerzos condujeron a una serie de conversiones. Además, muchas personas formadas por la Fundación comenzaron a ofrecer clases para niños en sus aldeas. El coordinador regional colaboró con los maestros para extender las conversaciones sobre la construcción de comunidad a muchos otros miembros del grupo y, con el tiempo, se identificó a un grupo de jóvenes que podrían servir como animadores. Los primeros grupos prejuveniles de la agrupación comenzaron en 2013. En una región en la que históricamente los esfuerzos de expansión y consolidación habían obtenido resultados muy modestos, al final del Plan el grupo de Monduli tenía 13 clases bahá’ís de niños que prestaban servicio a más de 120 niños, 19 grupos prejuveniles con más de 200 participantes y 5 círculos de estudio con 16 participantes.

impartida en las escuelas comunitarias en el desarrollo espiritual y moral de los niños se hacía cada vez más visible, el número de participantes en las actividades básicas de estas regiones aumentó naturalmente, aunque no es un objetivo del programa en sí. Los padres se interesaron en estudiar el Libro 3 del instituto para comprender mejor los principios que subyacen a la educación recibida por sus hijos. Algunos de esos padres establecieron sus propias clases bahá’ís de niños, mientras que otros alentaron a sus hijos a participar en los procesos educativos de la comunidad bahá’í. Además, las instalaciones escolares se utilizaban a menudo como espacios para las actividades básicas.

Otro avance significativo ha sido una comprensión más profunda, a nivel local y nacional, del papel del profesor en la sociedad y de la identidad de una escuela como centro de aprendizaje para una población. Más allá de reconocer la importante responsabilidad que tienen los maestros como proveedores de educación para la generación más joven en el aula, las comunidades tomaron conciencia cada vez más del papel central que los maestros pueden desempeñar para contribuir al avance espiritual y material de una localidad. Progresivamente, las escuelas fueron vistas como espacios sociales pertenecientes a todos, en los que se podía generar, aplicar y difundir el conocimiento sobre los diversos procesos de la vida comunitaria, como la agricultura y la salud. Se vio a los profesores, junto con muchos otros, como protagonistas en ese proceso.

Este aumento de la conciencia sobre el papel del maestro en la sociedad, en un número creciente de comunidades, permitió también a los maestros contribuir de manera más significativa al discurso sobre la educación en sus comunidades. A medida que se ponían en contacto cada vez más con representantes gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil, debatían con ellos algunos de los elementos

Acción social


Durante más de tres décadas, la Fundación para la Aplicación y Enseñanza de las Ciencias (FUNDAEC) en Colombia ha explorado un enfoque del desarrollo social y económico que aborda tanto las dimensiones materiales como espirituales de la existencia humana. El programa Preparación para la Acción Social (PAS) se basa en algunos de los libros de texto desarrollados por FUNDAEC en Colombia a lo largo de sus años de investigación para abordar las necesidades educativas de los jóvenes de las zonas rurales. El programa tiene como objetivo ayudar a los jóvenes a comprender ciertos conceptos, aprender una serie de hechos relevantes y adquirir ciertas cualidades, actitudes y habilidades que les permitan promover el bienestar de su gente en campos tan diversos como la salud, la

del marco que guían sus esfuerzos y ciertos conceptos educativos basados en los Escritos y en su propia experiencia. En varios países del África occidental francófona, así como en Birmania, los inspectores escolares difundieron los conocimientos adquiridos en esas conversaciones en otras escuelas de sus respectivas regiones. Las organizaciones que ejecutan el programa de escuelas comunitarias desarrollaron su propia capacidad para participar en el discurso sobre la educación a nivel nacional, sobre la base de años de experiencia en el campo de la educación. Por ejemplo, en Papúa Nueva Guinea, la perspectiva aportada por la Fundación Rayos de Luz sobre la construcción del carácter y el desarrollo humano integral como parte de una conferencia nacional celebrada en la Universidad de Goroka, en septiembre de 2015, –durante la cual se revisó la labor del sector educativo durante más de 40 años y se consideraron las perspectivas para el futuro– ganó la confianza del Departamento de Educación, iniciando así un proceso para que las escuelas apoyadas por la Fundación fueran autorizadas en el país.

Preparación para la Acción Social

Estudiantes del PAS en Camboya aprenden a hacer compost.

educación, el medio ambiente, la producción secundaria y la organización comunitaria.Al comienzo del Plan, se estaba ejecutando el programa de Preparación para la Acción Social en nueve países, entre ellos Camerún, Colombia, Costa Rica, India, Kenia, Papúa Nueva Guinea, Uganda y Zambia. El programa se introdujo posteriormente en siete nuevos países: Camboya, Filipinas, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Ecuador, Panamá y Vanuatu. En once de estos países, las organizaciones de desarrollo de inspiración bahá’í avanzaron en un proceso de aprendizaje sobre la ejecución del programa. A lo largo del Plan, el número de participantes en el programa se duplicó, pasando de 1.500 a 3.000 personas. Al final del Plan, más de 10.000 personas se habían beneficiado de la participación en, al menos, una parte del programa. De entre ellos, más de 1.800 estudiaron todos los textos disponibles. Muchos de los jóvenes que participaron en el programa apoyaron

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Los participantes de PAS en Colombia describen la

realidad de su comunidad.

la labor de expansión y consolidación al tiempo que participaban en iniciativas encaminadas a fomentar el progreso social y económico de las poblaciones locales. Se han observado cambios significativos en la vida de una comunidad en aquellos lugares en los que un gran número de personas han participado en el programa. El recuadro en el que se examina la experiencia en el Este de Camerún ilustra adecuadamente las formas en que el programa puede contribuir a la transformación de una población.Además de los importantes avances logrados en relación con el programa de Preparación para la Acción Social propiamente dicho, cerca de 1.700 personas que prestan servicios a instituciones y organismos de la Fe en 25 países han estudiado una selección de los materiales en un seminario. Los conceptos explorados ayudaron a los participantes a apreciar más profundamente la coherencia entre las dimensiones espiritual y material de la empresa de construcción de la civilización en la que participa la comunidad bahá’í. Esto les ayudó a perfeccionar su lectura de la realidad social de las agrupaciones y regiones en las que estaban contribuyendo al avance del proceso de construcción comunitaria.

En las agrupaciones donde el trabajo de construir comunidad avanzó significativamente, se volvió cada vez más urgente el aprender a utilizar diversos medios de comunicación para contribuir a la transformación gradual de la cultura de las poblaciones. Mientras que un número considerable de personas se beneficiaban directamente del acceso a la Revelación, particularmente a través de las actividades básicas, la gran mayoría siguió desconociendo las piedras preciosas que contiene. No podía ignorarse la poderosa inf luencia ejercida en la cultura por las fuerzas que operan en la comunidad social y política, una inf luencia que a menudo va en contra de las Enseñanzas bahá’ís. En este contexto, los medios de comunicación desempeñaron un papel importante en la mejora de los procesos ya iniciados para transformar la vida interna de los individuos y su entorno social.

Durante el Plan, en particular en las agrupaciones que sirven de centros de aprendizaje para el programa prejuvenil, para que quienes tuvieran un interés particular en el ámbito de los medios de comunicación surgieron posibilidades de aprender a ampliar la inf luencia del instituto de formación en sus agrupaciones, creando y compartiendo contenidos mediáticos transformadores, abordando temas relacionados con la realidad social. Aunque en una escala aún modesta, se ha adquirido una experiencia notable en este ámbito de aprendizaje. Al final del Plan, el número de agrupaciones donde se iniciaron proyectos que empleaban uno u otro tipo de medios –como la radio comunitaria, el teatro, los blogs y los carteles– había aumentado a 14, un puñado de los cuales eran capaces de sostener un proceso continuo de aprendizaje.

Además de las iniciativas que se están llevando a cabo a nivel de la agrupación,

Medios de comunicación y entorno social

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Uso de la música para crear y compartir contenidos transformadoresDesde 2012 se organizan anualmente los talleres de composición de canciones en Chongón, Ecuador, que surgieron de la necesidad de crear música edificante para los prejóvenes y que pudiera acompañar a las películas desarrolladas por un proyecto audiovisual que ha estado avanzando en la agrupación durante cerca de ocho años. Las reuniones juntan a personas de diferentes partes de América Latina que, durante una o dos semanas, exploran el proceso de escribir canciones que puedan ayudar a extender y reforzar la inf luencia del programa prejuvenil en las vidas de los jóvenes.En estos talleres se ha hecho un esfuerzo por crear, en un número creciente de amigos, la capacidad de traducir principios y conceptos de las Enseñanzas bahá’ís en temas, letras y melodías para las canciones. Los temas para las canciones se identifican a través del estudio de los Escritos y la orientación sobre las artes y la acción social, la exploración de los textos del programa prejuvenil y los debates grupales basados en la experiencia de los participantes. Los prejóvenes que forman parte de grupos en Chongón y sus familias contribuyen al proceso, por ejemplo, dando retroalimentación sobre la música o compartiendo sus pensamientos y experiencias sobre diversos temas explorados

en las canciones. A lo largo del taller, se ayuda a los participantes a desarrollar capacidades en los aspectos técnicos de la producción musical.Un resultado significativo de estas reuniones es una colección cada vez mayor de canciones con letras simples pero profundas, con melodías que evocan sentimientos nobles y dignos de alabanza en quienes las escuchan. Los amigos de toda América Latina pueden recurrir libremente a esta música en sus esfuerzos personales,

Jóvenes de América Latina comparten con la comunidad música inspirada en el programa prejuvenil.

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Jóvenes de América Latina en un taller para componer música inspirada en conceptos del programa prejuvenil.

algunos talleres de composición musical de América Latina reunieron a amigos de toda la región para componer canciones atractivas para los jóvenes, ayudando a crear capacidad en un grupo creciente de individuos para componer y difundir contenidos significativos para la sociedad en general. En conjunto, esos esfuerzos ofrecían vislumbres del potencial que existe en el empleo de los medios de comunicación en el marco de los esfuerzos por contribuir a un cambio constructivo. En muchos casos se percibía, por parte de la sociedad en general, una gran receptividad hacia los contenidos mediáticos que exploraban temas de importancia espiritual. A las personas involucradas se les abrieron varios espacios sociales para compartir su programación –como películas, obras de teatro y canciones–, lo que fue recibido con entusiasmo.

Los temas y mensajes que los amigos compartían a través de diversos medios de comunicación ayudaron a crear conciencia y a estimular la ref lexión entre un público más amplio sobre ciertas ideas y conceptos explorados en los Escritos. Además, ayudaban a reforzar las elevadas normas morales fomentadas por las actividades básicas. Estas iniciativas también proporcionaron una vía a través de la cual las personas apasionadas por las artes pudieron canalizar sus intereses al servicio de sus comunidades en el marco del Plan.

Investigación de acción en agricultura

«La base fundamental de la comunidad –dice Abdu’l-Bahá– es la agricultura, la labranza del suelo».56 Es la columna vertebral de la mayoría de las economías rurales y ocupa a más de un tercio de la población mundial a tiempo completo o parcial. En África, una gran parte de la cual se ha enfrentado a graves problemas de seguridad alimentaria durante decenios, algunas organizaciones de inspiración bahá’í se han dedicado a

por ejemplo, como medio para estimular las conversaciones con los jóvenes. Las composiciones también se utilizan para realzar los espacios existentes creados por la comunidad bahá’í, como las reuniones juveniles. En Chongón, los cimientos establecidos por los esfuerzos de expansión y consolidación, así como el proyecto audiovisual que trabaja con el cine, han permitido que las canciones se introduzcan naturalmente en la vida comunitaria. En este entorno, se comparten a gran escala a través de conciertos, sesiones semanales con estudiantes de secundaria, entre familias y en grupos prejuveniles. La regularidad de los talleres en la agrupación ha permitido a los participantes observar, año tras año, la creciente inf luencia de las canciones en la población.

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Desarrollar la capacidad para la acción social sostenida en Camerún Oriental

En 2008, la Fundación de Emergencia para la Educación y el Desarrollo introdujo el programa de Preparación para la Acción Social en la región oriental de Camerún, una parte del país donde las oportunidades educativas son escasas y los servicios gubernamentales y el desarrollo de la infraestructura son limitados. A principios de 2011, más de 125 personas de la región habían estudiado todos los materiales disponibles del programa, la mayoría de ellos en las agrupaciones de Batouri-Kette y Garoua-Mboulai-Ndokayo. Muchas de esas personas aprovecharon las capacidades que desarrollaron a través del programa para mejorar sus propias condiciones y las de sus familias. En los últimos años, dado que la Fundación se ha centrado en ayudar a todos los que han pasado por el programa a participar en los cursos del Instituto de Formación, se ha reforzado aún más el espíritu de servicio de los participantes, que han iniciado cada vez más proyectos a largo plazo destinados a contribuir al progreso de sus familias y de sus comunidades.

Al final del Plan, más de 570 personas de la región habían estudiado todos los materiales disponibles del programa, 180 de las cuales pertenecían a un sector de la agrupación de Batouri-Kette. Los amigos de la comunidad de Bengue Tiko empezaron a reunirse

regularmente para hablar sobre proyectos que podían llevar a cabo para servir a su comunidad. En primer lugar, decidieron iniciar un proyecto forestal comunitario para mejorar el medio ambiente en la zona y contribuir al fortalecimiento de la economía local. Colaboraron con el funcionario forestal y el gobierno local para poner en marcha la iniciativa. A medida que continuaban aprendiendo sobre las necesidades de su región, llegaron a comprender que muchas enfermedades de la zona eran provocadas por la desnutrición. Con este conocimiento, perfeccionaron su enfoque del proyecto forestal para que no sólo respondiera a las preocupaciones ambientales y económicas, sino también a las necesidades de salud de la población. Plantaron palmeras a partir de las cuales se producía aceite rico en vitamina A. De esta manera, la producción de aceite proporcionaría oportunidades económicas, pero también contribuiría a enriquecer la dieta de los habitantes de la región. En otro caso, durante las reuniones que los participantes de Preparación para la Acción Social celebraban regularmente en la comunidad de Kette, se compartió, en varias ocasiones, la preocupación por la educación de los niños. Los amigos que habían estudiado los materiales de Preparación para la Acción Social habían aprendido sobre la

educación de los niños pequeños gracias a su participación en el programa, y decidieron iniciar una escuela primaria. Trabajaron con la comunidad y los líderes locales para establecer la escuela y superar los obstáculos que surgieron en el proceso. Además de estas dos iniciativas, otros grupos de personas que han participado en el programa Preparación para la Acción Social han iniciado proyectos de agricultura, agroforestería, piscicultura y ganadería. Para facilitar la colaboración con las agencias gubernamentales, los amigos involucrados en estas actividades han formado una asociación para todos los promotores del bienestar comunitario en la región. Esta asociación apoya sus iniciativas y les ayuda a beneficiarse de los recursos gubernamentales.Las personas que han participado en el programa han contribuido a los cambios culturales. Por ejemplo, han fomentado la cooperación y la unidad entre los diversos grupos que habitan en la región y han ayudado a la comunidad a establecer un modelo de consulta sobre sus asuntos e identificar maneras de superar los desafíos. En la comunidad de Timangolo había habido un largo conflicto entre los agricultores y los pastores de ganado, ya que el ganado pasaba por los campos y dañaba las cosechas sembradas por los agricultores. Durante las reuniones comunitarias que los

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participantes de la Preparación para la Acción Social estaban organizando, los dos grupos pudieron consultar sobre los desafíos a los que se enfrentaban y hallaron una solución adecuada para ambos. Ahora los pastores de ganado y agricultores se reúnen mensualmente para consultar sobre los desafíos comunes y encontrar maneras de contribuir al mejoramiento de su comunidad.

Asimismo, el estudio de los materiales relacionados con la educación de los niños, junto con el estudio del Libro 3 de la secuencia de los cursos del Instituto, ha aumentado la conciencia sobre cómo los miembros de una comunidad pueden ayudar a atender la educación espiritual e intelectual de los niños. Además

de establecer las escuelas comunitarias mencionadas anteriormente, esa conciencia se manifiesta en los ajustes realizados por las familias. Por ejemplo, ahora es cada vez menos común que los padres dejen a sus hijos durante largos períodos de tiempo para dedicarse a trabajar en el bosque. En su lugar, están encontrando maneras de permanecer en la aldea para poder estar con sus hijos y fomentar su desarrollo. Otro ejemplo de los esfuerzos para construir la comunidad por parte de quienes han participado en el programa es la respuesta a la af luencia de refugiados que entraron en la región oriental del Camerún procedentes de la República Centroafricana durante el conf licto de ese país en 2013 y 2014. Dichos

Los participantes del PAS usan herramientas hechas localmente para cultivar sus parcelas en Camerún.

participantes se levantaron para ayudar a los refugiados, muchos de los cuales se han enfrentado al hambre y a la discriminación. Los participantes en el programa de Preparación para la Acción Social ayudaron a los refugiados a establecerse en sus comunidades. Una amiga contribuyó a los esfuerzos de asentamiento proporcionando a un grupo de 17 mujeres del campamento de refugiados un terreno y enseñándoles las técnicas agrícolas que había aprendido gracias al programa de Preparación para la Acción Social. Luego les ayudó a establecer un pequeño negocio comercial y un sistema de ahorro para mejorar sus condiciones económicas.

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la competencia promovida por el mercado, la dependencia de la ayuda externa y los roles de género. En ambos países, cerca de 200 personas estudiaron los materiales sobre la producción de alimentos, y unas 350 personas participaron en las parcelas experimentales. La inf luencia de las parcelas en los sistemas de producción de las aldeas fue pronto visible a medida que los agricultores fueron adoptando gradualmente algunos de los métodos utilizados en las parcelas experimentales.

Algunas organizaciones seleccionadas que participan en la ejecución del programa de Preparación para la Acción Social en toda África también han comenzado a sistematizar sus esfuerzos para seguir las iniciativas agrícolas emprendidas por los participantes actuales y pasados del programa. En Uganda, por ejemplo, un grupo de tutores del programa Preparación para la Acción Social decidió considerarse a sí mismo como una familia típica de Uganda, explorando cuestiones que incluían obtener rendimientos más altos mientras se conservaban los niveles de fertilidad del suelo, abordar las necesidades nutricionales de la familia y aprender a trabajar juntos en unidad y solidaridad. En Zambia, un grupo de Preparación para la Acción Social llevó a cabo un proyecto con 26 familias para establecer huertos familiares en un entorno urbano. El proyecto demostró cómo, al cultivar sus propias hortalizas, una familia podía ahorrar suficiente dinero para cubrir las cuotas escolares de los niños.

actividades de investigación en la esfera de la agricultura. Aunque en la actualidad su tamaño es relativamente modesto, el objetivo de esos esfuerzos, a largo plazo, es ayudar a fomentar la capacidad de las comunidades e instituciones locales para participar eficazmente en un proceso de aprendizaje estructurado y científico que pueda contribuir al progreso de la cultura científica y tecnológica de las poblaciones agrícolas y permitir a los agricultores mantener a sus familias en un grado relativo de prosperidad.

En la República Centroafricana y en Malawi, este proceso de investigación de la acción agrícola ha girado en torno a las escuelas comunitarias de inspiración bahá’í. Participar en actividades agrícolas ha ayudado a las escuelas a abordar algunas de las necesidades nutricionales de sus estudiantes mediante la cosecha. En 8 agrupaciones, grupos de personas de comunidades escolares seleccionadas estudiaron materiales del programa Preparación para la Acción Social sobre la producción de alimentos en pequeñas fincas y cultivaron parcelas agrícolas experimentales, ubicadas en propiedades escolares o en sus alrededores. Los que estaban implicados en las parcelas se esforzaron por identificar sistemas de producción que fueran diversos, ambientalmente sostenibles y económicamente viables, y que pudieran ser manejados con recursos locales. Las parcelas también servían como espacios en los que se podían explorar ciertas cuestiones sociales que inf luyen en la producción, como

Parcela de investigación agrícola en una escuela comunitaria de Malawi.

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El desarrollo de la capacidad institucionalTodo esfuerzo realizado en el ámbito de la acción social, independientemente del grado de complejidad, debe contemplar la cuestión de la capacidad institucional. Incluso el grupo más pequeño de individuos necesita desarrollar, por ejemplo, la capacidad de leer la realidad, consultar, idear planes y llevar a cabo actividades en un modo de aprendizaje. Poco a poco, algunas de estas iniciativas crecen en complejidad, lo que requiere un aumento correspondiente de la capacidad institucional. De hecho, a lo largo de los años, han surgido algunas organizaciones que han demostrado capacidad para implementar líneas de acción múltiples y relativamente complejas de manera integrada y para establecer relaciones de trabajo con los organismos del gobierno y la sociedad civil. Conocidas generalmente como «organizaciones de inspiración bahá’í», esos organismos se esfuerzan por llevar a cabo sus actividades en el marco amplio de la actual serie de planes, recibiendo orientación de las instituciones y organismos bahá’ís, incluida la Oficina de Desarrollo Económico y Social del Centro Mundial Bahá’í, y

promoviendo sus esfuerzos en concierto con otras iniciativas relacionadas con el progreso espiritual y material de una población. Esta sección trata principalmente de este tipo de esfuerzos. Por supuesto, hay muchas otras organizaciones de desarrollo con las que los bahá’ís individuales están asociados, por ejemplo, en su trabajo profesional, que no están llevando a cabo sus actividades en el contexto del trabajo de la comunidad bahá’í. Sin embargo, los principios de la Fe les inf luyen en cierta manera y están desempeñando su propia función importante para contribuir al mejoramiento de la sociedad.En general, en cada uno de los planes anteriores se ha observado un aumento constante del número de organizaciones de inspiración bahá’í en diferentes etapas de evolución. Existe una amplia gama de estas organizaciones que operan en diversas áreas de trabajo. Algunos ejemplos incluyen universidades en Bolivia; proyectos de salud en la República Democrática del Congo y Uganda; organizaciones que trabajan para el empoderamiento de las mujeres en los Estados Unidos y la India; en el área de las microfinanzas en El Salvador, Malawi, Nicaragua y Nepal; iniciativas de alfabetización en Ghana; esfuerzos encaminados a mejorar la investigación y la práctica agrícola en Chile y varias partes de África; estaciones de radio en Filipinas y Panamá; proyectos centrados en el uso de los medios de comunicación para la transformación social en Canadá y Ecuador; agencias que ofrecen educación secundaria a distancia a gran escala en Colombia y Honduras; una escuela de formación de docentes en la India; organizaciones que promueven el establecimiento de escuelas comunitarias en África y Asia; y organizaciones en América del Norte y Europa que están poniendo a disposición los medios financieros necesarios para las agencias de desarrollo en todo el mundo. Algunas de estas organizaciones, entre ellas Colibrí Learning Foundation en Canadá, comenzaron a funcionar durante el Plan anterior y han avanzado significativamente

Además de esos esfuerzos a nivel local, las propias organizaciones de Camerún, la República Centroafricana, Malawi y Uganda han estado examinando cuestiones que afectan al campo de la agricultura en todo el país. Con el establecimiento de parcelas nacionales de investigación, comenzaron a examinar cuestiones como el uso del agua, la preservación de los recursos genéticos, la conservación y fertilidad del suelo, los bancos comunitarios de semillas, las asociaciones de cultivos comerciales y alimentarios y la reactivación de los cultivos tradicionales del continente. Al hacerlo, se están aprovechando de dos fuentes principales de conocimiento: el campo de la ciencia moderna y los sistemas de conocimiento tradicionales de los agricultores de cada país.

Acción social


El surgimiento de una organización inspirada por los bahá’ís en una agrupación de Canadá

En Vancouver, Canadá, los esfuerzos de un grupo de amigos por aprender sobre cómo construir fuertes amistades con individuos de poblaciones receptivas, muchos de los cuales eran recién llegados al país, generaron muchas ideas y preguntas. Uno de los obstáculos identificados fue el idioma. Inspirados por iniciativas similares llevadas a cabo en otros lugares, los amigos comenzaron a ofrecer clases de inglés para los inmigrantes con el fin de ayudarles a desarrollar las habilidades lingüísticas necesarias para tener conversaciones con la gente en su nuevo hogar. Estas clases se llamaban «English Corners» (rincones de inglés). Rápidamente se hizo evidente, sin embargo, que el dominio de los conceptos básicos del lenguaje en sí no era la cuestión principal a tratar. Más bien, se encontró que cuando los participantes mantenían conversaciones significativas y edificantes, se creaban lazos de amistad. Así pues, los materiales desarrollados se organizaron en torno a temas semanales relacionados con algún aspecto de la vida comunitaria e incluían citas y preguntas para el debate. Estos materiales se diseñaron para ser lo suficientemente sencillos y adaptables como para que cualquier voluntario pudiera establecer fácilmente un «English Corner» en

su contexto particular. A medida que se iba adquiriendo experiencia, los amigos involucrados se dieron cuenta de que esas conversaciones estaban conectadas con la evolución de la cultura. Para abordar los desafíos sociales a los que se enfrentan los nuevos inmigrantes, las conversaciones deben responder a preguntas relacionadas con los sistemas de pensamiento y conocimiento, las relaciones sociales, las visiones del mundo y las actitudes hacia el individuo y la comunidad. El foco del grupo central de amigos que habían iniciado los «English Corners» se centró entonces en aprender sobre cómo los participantes de los grupos podían ayudar a la transformación social en su nuevo país, superando tanto la

tendencia hacia el aislamiento cultural como la presión para ser asimilados por la cultura dominante.

En las etapas iniciales, el proceso de aprendizaje en «English Corners» se llevó a cabo mediante los esfuerzos dedicados de los voluntarios. Había una amplia red de facilitadores y un pequeño grupo de amigos que coordinaba la iniciativa. A finales de 2012, existían 12 «English Corners» con 200 participantes y 22 facilitadores. Al año siguiente, se consideró oportuno establecer una estructura más formal para fomentar el desarrollo continuo de los «English Corners». Uno que había estado involucrado desde el principio comenzó a servir como director ejecutivo de Colibrí Learning Fondation.

Participantes en un «English Corner» organizado por Colibri Learning Foundation, en Canadá.

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Aunque ya había dedicado mucho tiempo a apoyar esa iniciativa, asumir un cargo más formal le permitió dedicarle toda su atención a fomentar su progreso continuo. También se formó una junta directiva compuesta por tres personas, incluyendo al director ejecutivo. Esta junta se reúne regularmente para clarificar ideas y seguir el proceso de aprendizaje. La mayor parte del trabajo de la Fundación sigue siendo llevada por una red de 90 voluntarios comprometidos que ofrecen su tiempo para facilitar los «English Corners». Un enfoque particular de la organización es aprender a formar facilitadores de entre los participantes de los «English Corners». De los

facilitadores actuales, más de 60 fueron participantes del «English Corner». La organización los acompaña y ayuda a sistematizar las percepciones que se generan a través de su experiencia. Desde que formalizó sus esfuerzos, Colibrí Learning Foundation ha podido sostener un mínimo de 20 grupos a la vez, y a finales de 2015 había unas 340 personas participando en los «English Corners». La Fundación continúa perfeccionando el contenido del programa a partir de los conocimientos adquiridos.

Durante la evolución de este proceso de aprendizaje, la relación entre los esfuerzos del «English Corner» y los procesos de expansión y consolidación ha sido estrecha. Desde el

principio, los amigos centraron sus energías en una agrupación en la que ya se había establecido una pauta dinámica de vida comunitaria. A cada paso en el desarrollo del proyecto, las personas involucradas consultaban intensamente con las instituciones de la Fe para asegurarse de que sus actividades servían para reforzar y nunca para restar valor a la dirección general del proceso de construir comunidad en marcha. En distintos momentos vieron necesario aclarar su comprensión sobre la conexión que hay entre la acción social y la expansión y consolidación. Aunque la iniciativa surgió inicialmente como resultado de los esfuerzos de enseñanza, las personas involucradas llegaron a darse cuenta de que tenía un gran valor social en y por sí misma, y que podía ejecutarse como un modo de contribuir al desarrollo social de la comunidad, involucrando a un sector más amplio de la población, más allá de los bahá’ís y de los interesados en la Fe bahá’í. Al mismo tiempo, eran conscientes de que para algunos participantes en el «English Corner» sería natural sentirse atraídos a la Fe y querer aprender más. Al mismo tiempo que ofrecían este servicio a la comunidad, los facilitadores estaban siempre dispuestos a responder a las oportunidades de enseñanza.

Participantes en un «English Corner» organizado por Colibri Learning Foundation, en Canadá.

Acción social


Los esfuerzos de la Fundación Unidad para canalizar recursos financieros

Los medios materiales necesarios para sostener la mayoría de las iniciativas de desarrollo social y económico bahá’ís o de inspiración bahá’í provienen, por lo general, de las bases. A medida que los esfuerzos particulares continúan creciendo en complejidad, pueden eventualmente requerir recursos financieros de fuentes externas a la comunidad local. En este sentido, la comunidad bahá’í ha aprendido a poner los recursos financieros a disposición de aquellas organizaciones de inspiración bahá’í que han alcanzado un cierto nivel de crecimiento y han demostrado la capacidad de gestionar sus cuentas de manera eficaz. Durante el Plan de 5 Años, unos 10 organismos de financiación prestaron apoyo a aproximadamente 25 proyectos en unos 20 países diferentes.

Un avance notable en los últimos años ha sido el aumento de la capacidad de esos organismos para describir la labor de las organizaciones receptoras a la luz de los fundamentos conceptuales de sus esfuerzos, de tal forma que puedan asegurar los fondos necesarios al tiempo que contribuyen de forma significativa al discurso sobre desarrollo que se da en sus propios países. Unity Foundation, de Luxemburgo, constituye uno de esos ejemplos.

En los últimos cinco años, Unity Foundation ha facilitado el f lujo de más de 3 millones de euros para unos

10 proyectos de inspiración bahá’í en África, América Latina y el Sudeste Asiático. La relación de colaboración particular que Unity Foundation ha fomentado con el gobierno de Luxemburgo a lo largo de los años le ha permitido aumentar la financiación a la que puede acceder a través del Ministerio de Asuntos Exteriores. En el proceso de ayudar a las organizaciones a preparar y presentar propuestas, la fundación ha tomado medidas para asegurar que se mantenga la integridad de cada proyecto y que las exigencias de los donantes no limiten indebidamente los esfuerzos de los beneficiarios.

En los últimos años, Unity Foundation ha organizado

talleres en escuelas y universidades, así como proyecciones de películas y mesas redondas en lugares públicos y privados de Luxemburgo, con el fin de aprender sistemáticamente a cómo concienciar sobre conceptos inspirados en las enseñanzas relacionadas con el desarrollo social y económico. La fundación es consciente de que las conversaciones que se están teniendo con individuos e instituciones pueden considerarse como una participación significativa en los discursos sobre el desarrollo en Luxemburgo, y como oportunidades para aprender de las experiencias de los demás y ayudar a reorientar las perspectivas.

Evento apoyado por Unity Foundation para conseguir fondos para proyectos.

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en su capacidad para implantar y perfeccionar un programa de desarrollo comunitario. Otros organismos se habían establecido en años anteriores y, en el curso de los últimos cinco años, fortalecieron sus pautas de funcionamiento, alcanzando mayores niveles de complejidad.El progreso alcanzado en lo que a la capacidad institucional para promover el desarrollo social y económico se refiere no estuvo limitado a un incremento en el número de organizaciones de inspiración bahá’í. La habilidad de muchas organizaciones de inspiración bahá’í para participar en un proceso de construcción de la sociedad se vio aumentada significativamente a medida que se esforzaron por comprender mejor y aplicar los elementos de un marco conceptual que guía a la serie actual de Planes globales, y a medida que alcanzaban una comprensión mayor acerca del corpus global de conocimiento sobre el desarrollo social y económico bahá’í. Se crearon espacios a varios niveles para organizaciones involucradas en áreas de actividad similares, para ref lexionar sobre su experiencia colectiva y para estudiar materiales pertinentes, lo que contribuyó significativamente a este respecto. En algunos casos, se formaron redes de organizaciones bajo la guía de la Oficina de Desarrollo Social y Económico, que realizó acuerdos a nivel regional o continental para apoyar la sistematización del aprendizaje y el desarrollo de la capacidad institucional. Uno de esos acuerdos fue el establecimiento de un secretariado para la red de organizaciones que promueven las escuelas comunitarias en África durante el Plan de Cinco Años, que finalizó en 2011. Durante el transcurso de este Plan, el secretariado se familiarizó cada vez más con el trabajo de cada organización miembro de la red y, poco a poco, comenzó a dar pasos para ayudarles a fortalecer varios aspectos de su funcionamiento. Los rápidos progresos logrados en el ámbito de la expansión y consolidación y el consiguiente aumento de los casos

de acción social en las bases tuvieron también consecuencias para la labor de las instituciones bahá’ís. En varios casos, esto impulsó a las Asambleas Espirituales Nacionales a familiarizarse mejor con el proceso de aprendizaje que se desarrolla en sus países y a fomentar niveles crecientes de coherencia entre las áreas de actividad. En Riḍván de 2013, las Asambleas Espirituales Nacionales fueron invitadas por la Casa Universal de Justicia a considerar, en consulta con los consejeros, cómo los conceptos explorados en la declaración de 2012 preparada por la Oficina de Desarrollo Económico y Social sobre el tema de la acción social podrían «ayudar a realzar los esfuerzos actuales que se ejercen bajo su patrocinio en el área de la acción social, y a elevar la conciencia de esta notable dimensión de la labor bahá’í».57 Varias Asambleas Nacionales tomaron medidas en los últimos cinco años para mantenerse al tanto de las iniciativas de los bahá’ís en esta área y para crear conciencia sobre la acción social. Por ejemplo, en 2016, la Asamblea Espiritual Nacional de Chile organizó una reunión para que varias personas y agencias involucradas en los esfuerzos de desarrollo de la región Mapuche del país estudiaran el mencionado documento. En los Estados Unidos y en la India, las Asambleas Nacionales han establecido suboficinas, que funcionan bajo su supervisión para ayudarles a seguir el aprendizaje que se está produciendo sobre la acción social en sus respectivos países.Los continuos avances en los esfuerzos de la comunidad bahá’í a nivel mundial en el área del desarrollo han exigido la evolución de las estructuras a nivel mundial. En respuesta a las grandes oportunidades que surgen en este campo, la Casa Universal de Justicia estableció, durante el Plan, una Junta Asesora Internacional de la Oficina de Desarrollo Económico y Social integrada por siete miembros, que ayudó a fortalecer la capacidad de la Oficina para facilitar y sistematizar un proceso mundial de aprendizaje sobre el desarrollo.

*Acción social


La participación en los discursos de la sociedad

Personas y grupos de todo el mundo que participan en

los discursos predominantes a varios niveles.

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a la comunidad bahá’í con esfuerzos encaminados a lograr el mejoramiento de la sociedad en colaboración con personas de ideas afines». Explicaba además que «desde la esfera internacional hasta las bases de la vida en las aldeas, los líderes del pensamiento en todo tipo de entornos han manifestado ser conscientes de que los bahá’ís no solo desean de corazón el bienestar de la humanidad, sino que tienen una concepción convincente de lo que se necesita lograr y de los medios efectivos para hacer realidad sus aspiraciones».

Los esfuerzos para contribuir a los discursos se dieron en muchos niveles de la sociedad. Los bahá’ís individuales, por ejemplo, continuaron ofreciendo perspectivas relevantes de las Enseñanzas en el curso de la práctica de sus profesiones y en los diversos entornos sociales en los que estaban naturalmente presentes. Los que participaban en actividades para construir comunidad en vecindarios y aldeas se vieron involucrados en debates sobre temas importantes para la vida de sus vecinos. Además, algunos organismos inspirados por los bahá’ís participaron en discursos relacionados con sus esferas de competencia, a veces poniéndolos en contacto con organizaciones de la sociedad civil e instituciones gubernamentales. Sin embargo, esta visión de conjunto se refiere a los esfuerzos de la comunidad bahá’í a nivel nacional e internacional, que son llevados a cabo respectivamente por las Oficinas de Asuntos Exteriores de las Asambleas Espirituales Nacionales y la Comunidad Internacional Bahá’í (BIC).

Durante los últimos cinco años, la Casa de Justicia alentó a las Asambleas Nacionales a considerar los esfuerzos de asuntos exteriores como una forma de contribuir a los discursos predominantes de la sociedad. A nivel nacional, una serie de oficinas de asuntos exteriores prosiguieron enérgicamente su trabajo con esta conciencia elevada, y comenzaron a acumularse nuevas experiencias. En 2013 la

107La participacipación en los discursos de la sociedad

En el período comprendido entre 2011 y 2016, se produjeron acontecimientos importantes en la participación de la comunidad bahá’í en los discursos predominantes de la sociedad. Esta área de actividad llegó a ser el eje central del trabajo de asuntos exteriores a nivel nacional e internacional, abriendo una gama de nuevas oportunidades para que la comunidad bahá’í colaborara con otros en el progreso de los discursos relacionados con el mejoramiento de la sociedad.

En su mensaje de Riḍván de 2008, la Casa Universal de Justicia observó que los bahá’ís se verían «más atraídos cada día a la vida de la sociedad que los rodea y sentirán el desafío de ampliar el proceso de aprendizaje sistemático en el que están inmersos, a fin de abarcar una amplia gama de esfuerzos humanos». Dos años más tarde escribió:

«En este momento crucial del desenvolvimiento del Plan, […] parece oportuno que los amigos de todas partes ref lexionen acerca de la naturaleza de las contribuciones que sus comunidades crecientes y vibrantes harán al progreso material y espiritual de la sociedad. En este sentido, resulta fructífero pensar en dos esferas de actividad interconectadas que se refuerzan mutuamente: la participación en la acción social y la participación en los discursos prevalecientes de la sociedad».58 Desde entonces, la orientación de la Casa de Justicia ha abierto gradualmente el camino para que la comunidad bahá’í vea la coherencia entre su propio crecimiento y evolución y su participación en la vida de la sociedad en general.

La capacidad de la comunidad bahá’í para participar eficazmente en los discursos prevalecientes se fortaleció notablemente durante el Plan de Cinco Años. La Casa de Justicia señaló en su mensaje de Riḍván de 2013 que «una característica especialmente notable de los últimos doce meses ha sido la frecuencia con la que, en una abundante variedad de contextos, se identifica


El Servicio Mundial Bahá’í de Noticias

Desde principios del siglo XX, varias publicaciones bahá’ís han proporcionado noticias a nivel nacional e internacional, destacando como ejemplos notables la Estrella de Occidente, Bahá’í News, The Bahá’í World y el Servicio Internacional de Noticias Bahá’ís. El Servicio Mundial Bahá’í de Noticias fue establecido en el año 2000 como una fuente oficial en línea de noticias de interés periodístico de la Comunidad Internacional Bahá’í.

En los últimos años, el Servicio de Noticias ha abarcado una serie de temas alineados con discursos en los que han participado agencias de relaciones exteriores nacionales e internacionales, así como organizaciones inspiradas en la Fe bahá’í y cátedras académicas. Los temas que se exploran en las noticias incluyen: el papel de la religión en la sociedad, el papel de los jóvenes en la sociedad, la migración y la

integración, el medio ambiente, el desarrollo, la igualdad de género, la gobernanza, los procesos conducentes a la paz y las Casas de Adoración. Además, el Servicio Mundial Bahá’í de Noticias publicó artículos

relacionados con las artes, los medios de comunicación y la cultura; la persecución de los bahá’ís en Irán y otros países; y los principales acontecimientos ocurridos en la comunidad bahá’í.

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Participación en los discursos a nivel nacional e internacional

A medida que la participación de la comunidad bahá’í en los discursos predominantes de la sociedad se convirtió en el trabajo principal de los asuntos externos, se puso en marcha un proceso global de aprendizaje sistemático que se intensificó con el establecimiento de la Oficina de Discurso Público. A lo largo de la historia de la Causa, tanto los bahá’ís individuales como las instituciones y agencias de la Fe habían participado en discursos, a veces con un efecto palpable. Sin embargo, en muchos aspectos, los esfuerzos recientes ref lejaban nuevos patrones de pensamiento y acción que habían surgido de los esfuerzos de la comunidad bahá’í en la actual serie de Planes globales.

Si bien las medidas adoptadas para promover la participación en los discursos fueron, en su mayor parte, incipientes y modestas en los últimos cinco años, las reacciones iniciales fueron prometedoras. Las oficinas de la Comunidad Internacional Bahá’í y las agencias nacionales de asuntos exteriores operaban cada vez más metódica y sistemáticamente. Un modo de aprendizaje llegó a caracterizar los esfuerzos de cada vez más oficinas, gracias a una valoración del carácter orgánico de la labor. Se prestó atención a la capacidad de las comunidades nacionales para comprender y analizar las fuerzas y los procesos que configuran sus sociedades. Esta capacidad demostró ser especialmente importante en el contexto de un panorama social, político y económico en rápido cambio. Algunas oficinas empezaron a familiarizarse con los ámbitos en los que se configuran la opinión pública y las políticas, así como con los diversos actores que inf luyen en la evolución del pensamiento. Además, las Oficinas perfeccionaron su capacidad para introducir la Fe en una

Casa de Justicia anunció el establecimiento de la Oficina de Discurso Público en el Centro Mundial Bahá’í, encargada de ayudar a las comunidades nacionales a crear capacidad para la labor de asuntos exteriores y sistematizar el creciente acervo de experiencia en esta esfera.

Además de la participación en los discursos de la sociedad, varias áreas de acción interrelacionadas que constituyen el trabajo de los asuntos exteriores han cobrado mayor conciencia en los últimos años. Entre ellas figuran las relaciones con la sociedad civil y el gobierno, como la labor especializada de defensa de la comunidad bahá’í contra la persecución, las relaciones con los medios de comunicación y el fortalecimiento de la presencia oficial bahá’í en la web. Se cristalizó gradualmente un nuevo marco que rige las actividades de asuntos exteriores y se articuló en un documento de 20 de octubre de 2014. Refiriéndose a ese documento, la Casa de Justicia escribió en su mensaje de Riḍván de 2015: «La labor de asuntos externos a nivel nacional ha mejorado notablemente en efectividad y es cada vez más sistemática, y ha recibido un mayor impulso con el lanzamiento de un documento, enviado a las Asambleas Espirituales Nacionales hace seis meses, que recoge la abundante experiencia generada a lo largo de las dos últimas décadas y ofrece un marco más amplio para el desarrollo de estos esfuerzos en el futuro».

En ese mismo mensaje de Riḍván, la Casa de Justicia anunció el establecimiento de dos nuevas Oficinas de la Comunidad Internacional Bahá’í: en Addis Abeba (Etiopía) y en Yakarta (Indonesia), diciendo que ese importante desarrollo servía para ampliar «las oportunidades de ofrecer las perspectivas de la Causa a nivel internacional en África y en el Sudeste Asiático».

La participacipación en los discursos de la sociedad


Crecer juntos: construyendo la capacidad de recuperarse desde dentro

Para la primera Cumbre Humanitaria Mundial de las Naciones Unidas, celebrada los días 23 y 24 de mayo de 2016 en Estambul (Turquía), se publicó una declaración de la Comunidad Internacional Bahá’í, titulada «Rising Together: Building the Capacity to Recover from Within» (Crecer juntos: construyendo la capacidad de recuperarse desde dentro). Esta publicación representó un avance sustancial en los esfuerzos de la comunidad bahá’í por ofrecer aportaciones que articulen los conocimientos crecientes de décadas de trabajo en sus actividades distintivas de construcción de comunidad desarrolladas en todo el mundo.En el documento se destaca la manera en que los esfuerzos bahá’ís por aumentar la capacidad de las poblaciones para hacerse cargo de su propio desarrollo han dotado a las comunidades de una mayor resistencia ante los desastres naturales. Esta creciente capacidad les ha permitido recuperarse de las crisis y seguir ayudando al progreso colectivo de su población.La declaración introducía los principios bahá’ís pertinentes y se basaba en las experiencias de varias comunidades nacio-nales que se recuperaron de los desastres naturales –entre ellas Haití, Filipinas, India, Myanmar, Nepal y Togo– y en los conocimientos especializa-dos asumidos por los bahá’ís que participaron en la labor de socorro internacional. Desta-

caba las lecciones aprendidas y las capacidades clave que pueden mejorar la resistencia de una comunidad en tiempos de desastres naturales, como a continuación se detalla:

Las comunidades bahá’ís de todo el mundo están siendo testigo de un número creciente de personas que se están haciendo cargo de su propio desarrollo espiritual, social y material, construyendo nuevos patrones de vida colectiva y viéndose a sí mismas como protagonistas en el desarrollo de la sociedad. Y cuando ocurren desastres

naturales, estas comunidades son más capaces de tomar medidas significativas y efectivas para responder y recuperarse. De hecho, la experiencia ha demostrado que las personas pueden mostrar una resistencia, altruismo, ingenio y creatividad notables en estos tiempos.

La adopción de medidas en esta dirección requiere el desarrollo de capacidades en diversas esferas. Algunas se referirán principalmente a actividades intelectuales, técnicas y científicas. Otras serán de naturaleza

Un agricultor local de café en Tanna, Vanuatu, en un vivero recién establecido después de que el ciclón Pam

destruyera la mayoría de las fincas cafeteras de la isla.

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más social, enfocadas a fortalecer y refinar las pautas de interacción, asociación y relación entre los habitantes. Otras se centrarán en los aspectos morales y normativos de la vida colectiva, inspirándose en el patrimonio religioso de la humanidad para abordar cuestiones fundamentalmente significativas, motivación superior y propósito moral. Debe prestarse la debida atención al desarrollo de todas estas capacidades, si se quiere que el progreso continúe a un ritmo acelerado y se eviten trampas como el materialismo estricto, la fragmentación social, el egoísmo y la pasividad.

Aunque estos esfuerzos no se centran en la respuesta o la recuperación per se, las capacidades que fortalecen y las pautas de comportamiento que fomentan tienen un profundo impacto en tiempos de desastres naturales. La capacidad de organizar a grandes números de personas en acciones coordinadas es un claro ejemplo de ello. A medida que los esfuerzos para construir comunidad crecen hasta el punto en que cientos de habitantes están apoyando la participación de miles de sus compatriotas, surgen sistemas cada vez más sofisticados de apoyo y comunicación para manejar la creciente complejidad. Estas estructuras mejoran en gran medida la capacidad de una comunidad para

emprender esfuerzos de respuesta y reconstrucción a gran escala. Habilidades organizativas tales como la capacidad de mantener estadísticas básicas, planificar en base a los recursos y operar en un modo de aprendizaje –caracterizado por una ref lexión regular y continua sobre los esfuerzos emprendidos, los resultados observados y los ajustes necesarios– también permiten que los esfuerzos se amplíen según sea necesario en escala y alcance. Y la experiencia de colaboración con instituciones del gobierno –que surge naturalmente a medida que los esfuerzos para construir comunidad ejercen una inf luencia creciente en un área– puede ser de valor inestimable para desplegar recursos externos de manera eficiente y efectiva.

Por todo el mundo, los individuos también están trabajando para fortalecer el carácter devocional de sus comunidades. Al tender la mano a los vecinos de todos los orígenes, están creando, en el ámbito íntimo del hogar, espacios para el culto compartido, la exploración del sentido más profundo de la vida y el debate de temas de interés común con un propósito. Estos objetivos explícitamente espirituales pueden parecer tangenciales a las preocupaciones humanitarias tradicionales. Sin embargo, en tiempos de desastres naturales, la gente por todo el mundo se

enfrenta a las cuestiones existenciales en los niveles más fundamentales. Y las comunidades en las que la gente reza junta en distintos ambientes, se acostumbra a visitar a los demás en sus hogares y se implica regularmente en conversaciones significativas está mucho mejor preparada para permanecer esperanzada, para ver el significado, y para perseverar y recuperarse cuando ocurren desastres. En resumen, las comunidades en las que los vínculos sociales son fuertes y las raíces espirituales profundas son más resistentes ante los desastres.

Un creciente cúmulo de experiencia demuestra que las cualidades y capacidades que hacen a una comunidad resistente en tiempos de desastre también la hacen fuerte y vibrante en tiempos de calma. Esto es de importancia crítica para la comunidad internacional, ya que busca «trascender la brecha del desarrollo humanitario» y «dejar de lado las denominaciones institucionales artificiales como ‘desarrollo’ o’ humanitario’».59 Ofrecer un servicio tangible a los demás, trabajar en colaboración para fines dignos, ejercitar las habilidades personales en pos del bien común, factores como éstos son fuente intrínseca de elevación y satisfacción humanas.



amplia gama de ambientes y describir a la comunidad y sus actividades de una manera accesible y con una claridad cada vez mayor. Si bien la Oficina de la Comunidad Internacional Bahá’í en las Naciones Unidas y algunas comunidades nacionales habían participado en los discursos durante decenios, otras oficinas de la Comunidad Internacional Bahá’í y organismos nacionales de asuntos exteriores también se encontraron preparadas para participar en uno o más discursos.

La orientación de la Casa Universal de la Justicia y la experiencia acumulada a nivel nacional e internacional mejoraron la comprensión de las personas involucradas sobre la naturaleza y el propósito de la participación en los discursos. Se hizo claro que estos esfuerzos no deben ser considerados como oportunidades para enseñar la Fe ni como relaciones públicas o ejercicios académicos. Otra lección fue evitar los temas y discusiones transitorios que están tan polarizados y son tan divisivos que impiden la posibilidad de consenso. En cambio, se hizo hincapié en la búsqueda de los grandes temas que tienen una profunda relación con el bienestar humano. Las energías se dirigieron a entablar conversaciones auténticas en una gama cada vez más amplia de ámbitos sociales y a trabajar codo con codo con organizaciones e individuos de ideas afines. En la medida de lo posible, los amigos trataron de estimular procesos consultivos y extraer los principios subyacentes en torno a los cuales se podría llegar a un acuerdo y entendimiento mutuo. Fueron especialmente prometedoras las iniciativas de la comunidad bahá’í para crear nuevos espacios sociales caracterizados por conversaciones sustanciales y un espíritu de cooperación y colaboración.

La Oficina de Discurso Público siguió de cerca a una treintena de comunidades nacionales mientras participaban sistemáticamente en los discursos de sus sociedades. Estos esfuerzos comenzaron a menudo con las oficinas de asuntos

exteriores que examinaban el panorama de sus respectivos países y aprendían a entrar en los diversos foros de la escena nacional donde se discutían cuestiones importantes. Al mismo tiempo, se prestaba atención a fomentar las relaciones con diversos agentes sociales, desde funcionarios públicos hasta representantes de organizaciones no gubernamentales y religiosas. A lo largo de varios años, comenzó a acumularse en el mundo bahá’í un corpus de conocimiento sobre una serie de temas críticos: migración e integración en Alemania, convivencia religiosa en Túnez, paz y justicia en las sociedades en transición en Colombia, medio ambiente y cambio climático en Estados Unidos, gobernabilidad en España, igualdad de mujeres y hombres en Australia y Kazajstán, el papel de la religión en la esfera pública en Canadá, desarrollo social y económico en Brasil y juventud en Malasia, entre muchos otros. A medida que avanzaban los esfuerzos, el Servicio Mundial Bahá’í de Noticias demostró ser un instrumento valioso para compartir los acontecimientos con el mundo y recoger algunas de las aportaciones que está haciendo la comunidad bahá’í al pensamiento contemporáneo.

A nivel internacional, la Comunidad Internacional Bahá’í ha sido testigo de importantes avances en sus esfuerzos por contribuir a los discursos dentro del sistema de las Naciones Unidas y los foros relacionados con la Unión Africana, la Asociación de Naciones del Asia Sudoriental, la Unión Europea, el Consejo de Europa y otras agrupaciones supranacionales. La Comunidad Internacional Bahá’í participó en una amplia gama de importantes discursos, entre los que cabe destacar la igualdad de mujeres y hombres, la paz y la seguridad, la migración, el socorro humanitario, el papel de la religión en la sociedad, el desarrollo y la educación para la ciudadanía mundial. En particular, sus contribuciones fueron tanto a nivel de ideas como en términos de proceso. Con respecto a este último, la Comunidad Internacional Bahá’í, a través de las diversas reuniones y seminarios que convocó y

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El Instituto de Estudios sobre Prosperidad Global

Seminarios para estudiantes universitarios, estudiantes de posgrado y jóvenes profesionales

Áreas de Investigación

El seminario para graduados universitarios y jóvenes profesionales, ofrecido por primera vez en América del Norte en 2008, se ha extendido durante los últimos cinco años a Australasia, Europa, América Latina y el Sudeste Asiático. Hasta la fecha han participado más de 700 personas. El seminario permite una exploración profunda del enfoque de la comunidad bahá’í para participar en los discursos de la sociedad y de los conceptos centrales que informan sus esfuerzos para hacer una contribución constructiva en una variedad de áreas.

Los seminarios para estudiantes de pregrado ofrecidos por el Instituto de Estudios sobre Prosperidad Global tienen como objetivo preparar y acompañar a los jóvenes bahá’ís para que asuman su propia educación y adquieran el tipo de conocimiento que les ayudará a vivir una vida fructífera y productiva de servicio. Durante el período que se examina, el número anual de seminarios aumentó de 21 en 2011 a 39 en 2016, para atender a jóvenes de más de 60 países. Más de 4.000 jóvenes adultos han participado por lo menos en el primer año de los seminarios, donde han tenido la oportunidad de revisar juntos los esfuerzos emprendidos por la comunidad bahá’í, explorar los conceptos y principios fundamentales que sustentan su trabajo y ref lexionar sobre las maneras de aumentar su propia capacidad para contribuir al avance de la civilización.

Paralelamente a sus esfuerzos por fomentar la capacidad de las generaciones más jóvenes para participar eficazmente en los discursos de la sociedad, y como continuación de su

Estudiantes de Kazajstán (izquierda) y Azerbaiyán (derecha) en seminarios universitarios ofrecidos por el Instituto de Estudios sobre Prosperidad Global.

anterior trabajo para explorar cómo contribuir a los discursos contemporáneos, en 2013 el Instituto de Estudios sobre Prosperidad Global inició una línea de acción concebida como «áreas de investigación». A través de esta iniciativa, el Instituto se propone desarrollar la capacidad de describir y examinar, a la luz de la Revelación de Bahá’u’lláh, los fenómenos sociales que son apremiantes y cruciales para la vida de la humanidad. El Instituto ha estado trabajando con pequeños grupos de colaboradores durante los últimos años para comenzar a analizar la evolución del pensamiento en torno a temas relevantes para el movimiento global de poblaciones y la paz y la justicia en las sociedades en transición. En las áreas donde el trabajo ha avanzado, el Instituto ha buscado colaborar con individuos e instituciones de ideas afines en la exploración de temas como el papel de la religión en la migración.



Fortalecimiento de la presencia oficial bahá’í en la Web

Desde el lanzamiento de una serie de sitios web internacionales hasta el f lorecimiento de sitios web nacionales por todo el mundo, la comunidad bahá’í presenció un salto adelante en su capacidad de articular su identidad, objetivos y propósitos al público. Sin embargo, tal vez aún más importante que el lanzamiento de nuevos sitios web oficiales fue el avance en la comprensión que ref lejaban.

A nivel internacional, el desarrollo de una nueva versión del sitio web bahai.org proporcionó al mundo una presentación autorizada de la Fe en inglés. El sitio web se esfuerza por transmitir la amplitud y visión de la Causa, su naturaleza y objetivos, y la creciente gama de esfuerzos de la comunidad bahá’í en todo el planeta, permitiendo una exploración profunda de los conceptos bahá’ís. Posteriormente, el nuevo sitio se puso a disposición en otros idiomas importantes que cubren una parte sustancial de la población mundial, a saber, árabe, chino, francés, persa, ruso y español, y se empezó a trabajar también en traducciones al hindi y portugués.

Se lanzó una presentación muy revisada de la Bahá’í Reference Library (Biblioteca de Referencia Bahá’í), la fuente en línea autorizada de los escritos bahá’ís, incluyendo una nueva sección que contiene mensajes de la Casa Universal de Justicia. Además, el sitio web universalhouseofjustice.bahai.org fue lanzado en 2014 como fuente oficial de información sobre la Casa de Justicia para el público. Con el establecimiento de las nuevas oficinas en Etiopía e Indonesia, la Comunidad Internacional Bahá’í también publicó un nuevo sitio web que recoge el alcance de su presencia en los ámbitos internacionales y continentales, así como la gama de sus contribuciones a algunos de los temas más críticos con los que se enfrenta la humanidad.

facilitó, logró consolidar su reputación como organización que crea entornos y promueve actitudes y enfoques que conducen a un diálogo constructivo.

Los esfuerzos del Instituto de Estudios sobre Prosperidad Global dieron lugar a otros avances notables. El Instituto se dedica a aprender sobre el mejoramiento de la capacidad de personas y grupos para contribuir a los discursos en la sociedad que se preocupan por el mejoramiento de la humanidad. Ofrece seminarios de pregrado y postgrado en un número creciente de países de todo el mundo y busca aprender acerca de los métodos, enfoques e instrumentos que pueden emplearse mejor para contribuir a una gama de discursos contemporáneos.Los seminarios del Instituto de Estudios sobre Prosperidad Global tuvieron un impacto notable en los jóvenes que participaron en ellos. El aumento de la comprensión de los objetivos profundos de la Fe entre esos jóvenes y en jóvenes adultos se manifestó en su compromiso con las actividades de construcción de la comunidad que se desarrollan en las bases, así como en los esfuerzos por participar en los discursos que encontraron en diversos contextos.

Un representante de la Comunidad Internacional Bahá’ í en un panel sobre la resistencia de la comunidad frente a los acontecimientos extremos provocados por el clima.

115

La evolución a nivel internacional se complementó con los esfuerzos de muchas comunidades nacionales para fortalecer su presencia oficial en la web, lo que dio lugar a más de 40 nuevos sitios web nacionales. En el centro de estos esfuerzos estaba el deseo de establecer una presencia en línea coherente con los amplios esfuerzos desplegados en el mundo bahá’í. El creciente número de sitios, que se basaban en la web bahai.org y la complementaban, permitió que la naturaleza unida, útil y diversa de las comunidades bahá’ís de todo el mundo se ref lejara en la web. En algunas zonas del mundo, como la región árabe, el establecimiento de sitios web nacionales supuso la primera presentación pública de la Causa.

El desarrollo de sitios web nacionales llegó a ser considerado como un esfuerzo continuo y un paso importante en la evolución de la conversación de la comunidad bahá’í con sus conciudadanos sobre el mejoramiento del mundo. Estos esfuerzos también fortalecieron la capacidad de las comunidades nacionales para llevar a cabo el trabajo de asuntos externos, mejorando la capacidad de leer la sociedad y explicar al público en general, en un lenguaje accesible y digno, los conceptos relevantes de las Enseñanzas.



Relaciones con la sociedad civil, el gobierno y los medios de comunicación

Un principio fundamental de la Fe es que los bahá’ís «debemos obedecer y desear el bien a los gobiernos del país».60 Construir relaciones con los gobiernos y con grupos e individuos destacados de la sociedad ha sido un área de acción importante a la que históricamente la Cabeza de la Fe ha prestado especial atención. Este trabajo también ha permitido que la luz de la Revelación de Bahá’u’lláh ilumine aquellos lugares donde se toman decisiones sobre el bienestar de poblaciones enteras. Además, ha permitido a la comunidad bahá’í familiarizar a las autoridades de diferentes niveles con la naturaleza y el propósito de la Causa, disipar posibles percepciones erróneas y, cuando las circunstancias lo han exigido, defender a la comunidad de la persecución.

Los últimos cinco años han sido testigos de la continuación de los esfuerzos para establecer y fortalecer las relaciones con la sociedad civil y el gobierno. Dichos esfuerzos en diversos contextos contribuyeron y se beneficiaron de la creciente experiencia acumulada al participar en los discursos de la sociedad. Un número cada vez mayor de agencias de asuntos exteriores, por lo tanto, comenzaron a cultivar relaciones no sólo para dar a conocer la identidad y los nobles objetivos de la Fe, sino también con el objetivo de posicionar mejor a la comunidad para dar impulso a los procesos constructivos que se desarrollan en sus

sociedades. Las relaciones que se forjaron mediante los esfuerzos de colaboración también ayudaron a las comunidades bahá’ís a obtener una lectura más rica y precisa de sus respectivas sociedades, aprendiendo de las personas con las que interactuaban y entablando un diálogo con ellas.

La continua persecución de los bahá’ís en Irán –donde la represión sistemática y patrocinada por el Estado para erradicar a la comunidad bahá’í como entidad viable en ese país ha persistido como política oficial del gobierno durante casi cuatro décadas– exigía una acción sistemática en su defensa, principalmente por parte de la Comunidad Internacional Bahá’í y las agencias de asuntos exteriores de las Asambleas Nacionales seleccionadas. Este trabajo se centró en llamar la atención de la comunidad internacional, los gobiernos nacionales, una amplia gama de organizaciones de la sociedad civil y los medios de comunicación sobre su actual situación, en sus múltiples dimensiones. En el transcurso del período que se examina, a pesar de la persistente y a veces intensificada persecución de la comunidad bahá’í, se produjo un cambio notable en las actitudes y la comprensión de varias personalidades iraníes prominentes, entre ellas intelectuales, periodistas, activistas, cineastas, artistas e incluso algunos clérigos. Un número cada vez mayor de personas se dieron cuenta de que la situación de los bahá’ís en Irán representa una prueba decisiva de la condición de esa sociedad y su capacidad para salvaguardar los derechos de todos los ciudadanos.

Panelistas en un evento cerca de Frankfurt, Alemania, titulado «Exclusión en Alemania: ¿Qué papel juegan los medios de comunicación?».

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Algunas de esas personas produjeron documentales, hicieron declaraciones públicas, escribieron artículos o crearon obras de arte en apoyo a los bahá’ís en su país y en solidaridad con su extraordinario valor.

Con respecto a las interacciones con los periodistas y los medios de comunicación, las actividades de la Fe siguieron teniendo amplia cobertura en una amplia gama de temas, como las celebraciones, la construcción de Casas de Adoración y la persecución de la comunidad bahá’í en Irán. Cabe destacar el proceso de aprendizaje puesto en marcha en algunas comunidades nacionales para identificar sectores de los medios de comunicación que comparten una preocupación común por el bienestar de la humanidad. En Túnez, por ejemplo, representantes de la comunidad bahá’í participaron en más de una ocasión en un importante programa nacional de televisión sobre el futuro de la sociedad tunecina. De hecho, una serie de Oficinas de Asuntos Exteriores, como la de Alemania y la del Reino Unido, comenzaron a hacerse una idea de cómo cultivar las relaciones con periodistas y otras personas en el panorama de los

Un canal de televisión nacional de Papúa Nueva Guinea emite un episodio especial sobre la Fe bahá’ í, su llegada al país y la persecución de los bahá’ ís en Irán.

Un representante de la comunidad bahá’ í tunecina en un panel sobre el futuro del país en un programa de televisión nacional.

En su carta del 2 de marzo de 2013 a los bahá’ís de Irán, la Casa Universal de Justicia escribía que «los bahá’ís no creen que la transformación [...] prevista se produzca exclusivamente a través de sus propios esfuerzos». Declaraba además que «cada nación y cada grupo –en realidad, cada individuo– contribuirá, en mayor o menor grado, al surgimiento de la civilización mundial hacia la que la humanidad se mueve irresistiblemente». Conscientes de esta realidad, la Comunidad Internacional Bahá’í y las Oficinas de Asuntos Exteriores de las Asambleas Nacionales conceptualizaron su trabajo principalmente en términos de participación en los discursos predominantes de la sociedad para dar ímpetu a los procesos constructivos en el mundo y al movimiento hacia la paz.

Desde este punto de vista, el período comprendido entre 2011 y 2016 se caracterizó por una evolución sustancial de la labor de asuntos exteriores: se cristalizó un marco para las actividades de asuntos exteriores, surgieron nuevas disposiciones organizativas y se siguió acumulando una rica experiencia. La capacidad desarrollada como resultado de ello equipa mejor a la comunidad bahá’í para hacer frente a la complejidad y desafíos crecientes que enfrenta la humanidad en los años venideros.

medios de comunicación a través de una exploración continua de temas de interés mutuo. Fueron especialmente prometedores los esfuerzos iniciales para explorar con algunos periodistas cómo los medios de comunicación pueden contribuir al enriquecimiento de la comprensión humana y al mejoramiento de la sociedad.

* * *

*La participacipación en los discursos de la sociedad


Unos visitantes disfrutan de su paseo por las terrazas durante la jornada de puertas abiertas.

Novedades en el Centro Mundial Bahá’í

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El progreso que han realizado los bahá’ís en sus esfuerzos para construir

comunidad en todo el mundo ha corrido de forma paralela a los avances en el Centro Mundial Bahá’í y al fortalecimiento de los lazos que conectan los corazones de todos los creyentes con el centro espiritual y administrativo de su Fe. Peregrinos de una amplia gama de orígenes se dirigieron a Tierra Santa para visitar los Sagrados Santuarios como acto de adoración; los delegados que representaban la diversidad del mundo bahá’í acudieron a participar en la Undécima Convención Internacional Bahá’í; los Textos Sagrados llegaron a estar más ampliamente accesibles; y un número creciente de amigos fueron invitados a compartir sus experiencias, pensamientos e ideas en campos específicos en respuesta a la creciente complejidad de la actividad administrativa del Centro Mundial Bahá’í.

La Undécima Convención Internacional Bahá’í marcó el cincuentenario de la Convención inaugural de 1963, en la que se eligió la primera Casa Universal de Justicia. El primer día de la Convención, que tuvo lugar del 29 de abril al 2 de mayo de 2013 en Haifa, Israel, delegados de todo el mundo votaron para elegir a los nueve miembros del cuerpo supremo de la Fe bahá’í.Cerca de 1.100 delegados de 157 Asambleas Espirituales Nacionales vinieron en persona a la Convención, mientras que los que no pudieron estar presentes votaron por correo. De las 1.539 boletas potenciales, 1.537 fueron emitidas, el 99,9%, un logro notable considerando la diversidad de medios y circunstancias de los electores. Procedentes de comunidades bahá’ís que iban desde centros urbanos a aldeas insulares remotas, los delegados tenían entre 22 y 86 años de edad; el 41,3% de ellos eran mujeres.

La ausencia de los representantes de la comunidad bahá’í de Irán –donde la comunidad bahá’í se enfrenta a una intensa persecución y su administración ha sido disuelta– se sintió de nuevo profundamente.

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Undécima Convención Internacional Bahá’í

Al igual que en anteriores convenciones internacionales, un ramo de rosas rojas se colocó al frente del estrado durante la convención, un recuerdo visible, a lo largo de todo el proceso, del coraje y sacrificio de estos queridos amigos.

Después de la lectura del mensaje de Riḍván de la Casa Universal de Justicia, los delegados centraron sus deliberaciones en el trabajo que se presenta ante la comunidad bahá’í en su esfuerzo por contribuir al avance espiritual y material de la civilización. También obtuvieron valiosos conocimientos de la película documental Fronteras del Aprendizaje, que retrata la experiencia adquirida en el proceso de construir comunidades en cuatro agrupaciones del mundo; también se distribuyó en la convención un documento titulado «Lecciones de las fronteras del aprendizaje», preparado por el Centro Internacional de Enseñanza. Los asistentes se inspiraron en todas estas fuentes cuando compartieron sus pensamientos, experiencias y percepciones como parte de un proceso de aprendizaje global.

A medida que los delegados regresaban a sus respectivos países, todos se sentían animados por las palabras de la Casa Universal de Justicia, que observaba que la comunidad bahá’í estaba «marchando con paso firme, avanzando en su comprensión, deseosa de adquirir mayor entendimiento derivado de la experiencia, dispuesta a asumir nuevas tareas [...], totalmente entregada al cumplimiento de su misión».61

Una delegada emite su voto en la elección de la Casa Universal de Justicia.



Protección, conservación y desarrollo de los Santos Lugares bahá’ís

El desarrollo de Bahjí y la protección del Santuario de Bahá’u’lláh, el santuario más sagrado del mundo bahá’í, mejoró aún más mediante la construcción de extensos muros de contención alrededor del perímetro noroccidental y sudoriental, asegurando el punto sagrado y marcando claramente los límites del terreno.En noviembre de 2014, la Casa Universal de Justicia anunció que se había adquirido una importante propiedad adyacente a la terraza principal del Santuario del Báb, marcando la culminación de un proceso que comenzó hace más de sesenta años bajo la dirección de Shoghi Effendi. Se están llevando a cabo reformas en el edificio que se encuentra allí ubicado para crear una instalación que sirva a las necesidades de los peregrinos.En 2011, el Jardín de Junayn, una zona al norte de Bahjí que en ocasiones visitó Bahá’u’lláh, fue abierto a los visitantes, después de la meticulosa restauración de la pequeña granja que allí se encuentra y el desarrollo de sus jardines y huertos. Unos muros perimetrales con paneles metálicos

decorativos y puertas en ese lugar y en el jardín de Riḍván embellecen ahora esos Santos Lugares y les proporcionan más seguridad.

En Haifa, la Casa del Maestro se restauró en su totalidad: la primera renovación completa desde la construcción de la Casa en 1908. Algunas características del edificio que habían sido modificadas a lo largo de distintas décadas fueron restauradas a su estado original, y las habitaciones fueron amuebladas para ref lejar su aspecto y uso original. Además, el coche y el carruaje que ocasionalmente utilizaba el Maestro durante su ministerio se restauraron profesionalmente y se expusieron en zonas climáticamente controladas: el coche en la Casa del Maestro y el carruaje en la Casa de Abdu’lláh Páshá.Unos treinta años después de su inauguración, la Sede de la Casa Universal de Justicia sufrió una importante renovación de su interior. Se restauraron y embellecieron los espacios frecuentados por peregrinos y visitantes y utilizados para las funciones administrativas, y se hicieron modificaciones técnicas y de otro tipo, incluido el aumento de la eficiencia

La Casa del Maestro.

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Textos sagrados

Durante el período que se examina, se insistió mucho en sistematizar aún más la labor de indizar y catalogar el contenido de los Textos Sagrados de las Figuras Centrales, así como las cartas escritas por Shoghi Effendi y en su nombre. Con este fin, las Tablas de Bahá’u’lláh y del Báb, los Escritos y declaraciones de ‘Abdu’l-Bahá, y las cartas de Shoghi Effendi han sido, en su mayor parte, digitalizadas y se ha facilitado su acceso electrónico. Se movilizó un grupo considerable de voluntarios plenamente dedicados para proveer breves resúmenes de esos Escritos, declaraciones y cartas para asegurar que, en los próximos años, el contenido esencial y los temas únicos de toda la Revelación estén accesibles en inglés en la medida de lo posible.

Otra línea de acción complementaria consistía en aumentar sustancialmente el número de traducciones provisionales de los Escritos en inglés que, además de ser valiosos en sí mismos, constituyen un recurso clave para acelerar la producción de nuevas traducciones autorizadas. Los esfuerzos realizados a este respecto han cobrado impulso en los últimos años, lo que

a su vez ha generado mucha experiencia en la forma de mejorar la calidad de las traducciones producidas por un grupo cada vez mayor de colaboradores dedicados a este servicio. Por otra parte, los avances tanto en el trabajo de sinopsis como en el de traducción fueron factores importantes que permitieron a la Casa Universal de Justicia mejorar el ritmo al que el Centro Mundial Bahá’í publica los volúmenes de los Escritos. Consciente de la observación de Shoghi Effendi de que el contenido de Contestación a unas preguntas es «esencial para captar el significado y las implicaciones de la Revelación bahá’í»,62 se volvió a publicar con una nueva traducción en 2014. Otro libro preparado para su publicación fue Days of Remembrance: Selections from the Writings of Bahá’u’lláh for Bahá’í Holy Days. Además, se prevé que se publiquen más volúmenes de los Escritos de las Figuras Centrales en el curso del Plan de Cinco Años que comenzará en 2016. Por último, se tomaron medidas importantes que deberían dar lugar a un aumento del ritmo de difusión de las Tablas en la biblioteca Bahá’í Reference Library, tanto en los idiomas originales como en la traducción al inglés.

El Maestro en su carruaje, recientemente restaurado y expuesto.

energética, para asegurar que el edificio satisfaga las necesidades actuales y futuras. Además, el proyecto incluyó reparaciones importantes del muro de contención en el lado sur del edificio.

Por último, se construyó una nueva instalación en la parte sureste de la propiedad de Bahjí para atender las necesidades administrativas y el mantenimiento de ese Lugar Santo y sus alrededores, y para proporcionar espacio para las actividades comunitarias del personal que presta servicios en ‘Akká.



Presentación de una señalización en árabe, inglés y hebreo de la Plaza de la UNESCO para la Tolerancia y la Paz en Haifa, Israel, el 29 de mayo de 2011, en presencia de destacados invitados, entre ellos el Arzobispo de la Iglesia Griega Católica Melquita del Norte de Israel, el Director General de la UNESCO y el Alcalde de Haifa.

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Peregrinaje bahá’í

El peregrinaje bahá’í es sencillo pero profundo, a la vez; su objetivo último es dar a los creyentes la oportunidad de rendir homenaje a las Manifestaciones de Dios para esta época y rogar en sus Santuarios. Mientras los peregrinos meditan en los recintos santificados sobre los pasos, tribulaciones y triunfos de Bahá’u’lláh, Abdu’l-Bahá y el Guardián, cada corazón, movido con ternura y amor, reconoce su hogar espiritual. Realizan el itinerario con bahá’ís de muchas culturas y países del mundo y disfrutan juntos de preciosos momentos de fraternidad gozosa. Shoghi Effendi señaló a menudo que los peregrinos son el torrente de sangre vital que fluye desde y hacia el corazón de la Fe. Traen

En los últimos años, Haifa se ha consolidado más firmemente como una de las ciudades étnica y religiosamente más diversas de la región, incluyendo entre sus residentes judíos, cristianos, musulmanes, drusos y bahá’ís. Con este espíritu, el 29 de mayo de 2011 se celebró una ceremonia especial en los jardines bahá’ís para inaugurar la Plaza UNESCO de la Tolerancia y la Paz, situada en el punto donde la histórica colonia templaria alemana de Haifa se encuentra con las terrazas ajardinadas del Santuario del Báb. A ello le siguió la inscripción, en julio de 2008, de los Santuarios de Bahá’u’lláh y del Báb, junto con los edificios y jardines circundantes, en la Lista

Inauguración de la Plaza de la UNESCO para la Tolerancia y la Paz

del Patrimonio Mundial de la UNESCO como sitios de «valor universal excepcional». En la ceremonia, la Sra. Irina Bokova, Directora General de la UNESCO, dijo: «Estoy más que convencida de que la única manera de construir un mundo más pacífico y equitativo es a través de la educación y el diálogo: profundizar el entendimiento, fortalecer el respeto mutuo y preparar el terreno para la reconciliación».

A lo largo del año siguiente, la Plaza se embelleció al añadirle elementos decorativos realizados en piedra y al plantarse f lores decorativas en la rotonda. En 2012, en un evento organizado por el Centro Mundial Bahá’í en colaboración con la municipalidad de

Haifa y el Beit Hagefen Arab-Jewish Cultural Center, unos 250 estudiantes de varias escuelas secundarias de Haifa se reunieron en Beit Hagefen para explorar el concepto de coexistencia y el tema de Haifa como ciudad compartida. A continuación, los jóvenes participaron en una marcha hacia la Plaza de la Tolerancia y la Paz de la UNESCO, encabezada por el alcalde de Haifa, un representante de Beit Hagefen y un representante del Centro Mundial Bahá’í. La marcha terminó con la liberación simbólica de palomas que representaban el prestigio internacional de Haifa como Ciudad de la Paz.

Peregrinos de Puerto Rico que vinieron como parte de un grupo campesino.



Un grupo de peregrinos de la India.

Amigos de Macao peregrinando en grupo

consigo noticias de sus actividades y regresan a casa, después de su corta pero intensa estadía en Tierra Santa, revitalizados por la experiencia, deseosos de volver a dedicarse al servicio de la humanidad y deseosos de compartir con familiares y amigos la alegría que ha llenado sus corazones.

Para muchos, la peregrinación a Tierra Santa es un viaje único en la vida. Para reforzar esta experiencia inolvidable, se sigue perfeccionando el programa del peregrinaje. En la Casa del Maestro, los peregrinos visitan ahora la sala de té de ‘Abdu’l-Bahá, el área de recepción del bírúní y la sala ocupada por Shoghi Effendi de joven; se ha restaurado una grabación de la voz del Maestro, que se reproduce durante su visita; y ven el coche utilizado ocasionalmente por el Maestro, que allí se exhibe. En la Casa de ‘Abdu’lláh Páshá también tienen la oportunidad de ver el carruaje que utilizaba a veces. En el Edificio de los Archivos Internacionales, donde los peregrinos contemplan con reverencia las reliquias sagradas tan cuidadosamente recogidas y conservadas por el Guardián, se han introducido modificaciones significativas en las exposiciones y en el diseño de los objetos decorativos, acentuando la belleza y dignidad del entorno en el que se presentan esos preciosos objetos.

Durante el Plan de Cinco Años, más de 15.000 personas fueron invitadas cariñosamente por la Casa Universal de Justicia a peregrinar. Se siguen haciendo cambios para facilitar el proceso de solicitud de manera que cada vez más bahá’ís, de todas las condiciones

sociales, se beneficien de las bondades de la peregrinación a los Santos Santuarios. A partir de 2011, ya no hay lista de espera para la peregrinación; actualmente los creyentes que envían una solicitud pueden recibir las fechas de peregrinación en pocos meses. El programa de peregrinación en grupo, establecido en 2007 por la Casa Universal de Justicia para facilitar el peregrinaje a los que puedan tener dificultades para llegar por su cuenta, se amplió de 30 países en 2010 a más de 60 en 2016. Como parte de ese grupo, los creyentes pueden aprovechar la reducción de los gastos de viaje y alojamiento, recibir asistencia para obtener visados y documentos de viaje y estar acompañados por uno o dos amigos experimentados de su país.

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Visitantes disfrutando de la vista al Santuario del Báb en el Monte Carmelo.

El flujo de visitantes a los jardines

Los Lugares Sagrados y sus jardines circundantes pertenecen a toda la humanidad. Los bahá’ís se ven a sí mismos como los administradores de estos sitios, y se hacen esfuerzos para seguir aprendiendo a dar la bienvenida a un número creciente de visitantes. Las terrazas de Haifa son ya uno de los lugares más visitados de Israel, ya que han acogido a más de 10 millones de personas desde su inauguración en el verano de 2001. Estos visitantes provienen de un abanico amplio de orígenes: desde ministros de gobiernos, diplomáticos y jueces del Tribunal Supremo, hasta grupos de interés especial, estudiantes universitarios y escolares. En los últimos cinco años, casi medio millón de personas participaron en más de 10.000 visitas guiadas que se han ofrecido en el Centro Mundial Bahá’í.

Gráfico con el número de los visitantes a los Jardines Bahá’ ís en Haifa y ‘Akká.

1,200,000

1,000,000

800,000

600,000

400,000

200,000

0

2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015



Día de puertas abiertas

Unos visitantes disfrutan de la vista al Santuario del Báb en el Monte Carmelo.

Desde 2009 se organizan jornadas especiales de puertas abiertas con el objetivo general de que los Santuarios y los jardines colindantes estén disponibles para un número cada vez mayor de visitantes. Aunque las primeras jornadas de puertas abiertas se organizaron para marcar hitos concretos, desde 2013 está previsto que los días de puertas abiertas se celebren cuando la asistencia prevista sea más elevada, como en los períodos de vacaciones, una disposición que permite a un gran número de personas recorrer fácilmente los jardines y disfrutar de su atmósfera tranquila. En estas ocasiones, que por lo general se celebran dos veces al año, las terrazas superiores se abren al público y los visitantes pueden pasear libremente sin participar en una visita guiada. Los huéspedes son cordialmente bienvenidos, y los guías locales que hablan árabe, hebreo y ruso, así como los voluntarios del Centro Mundial Bahá’í, están disponibles en varios

Voluntarios que dan

agua a los visitantes.

puntos de las terrazas para responder a preguntas y proporcionar información general. Los visitantes también tienen la oportunidad de ver una película informativa sobre la Fe bahá’í. El éxito de estas ocasiones se manifiesta en los rostros radiantes y alegres de todos aquellos que vienen a disfrutar de la tranquilidad de los Santuarios y la belleza de los jardines.

*

127

Notas

1 Mensaje de Riḍván 2010, escrito por la Casa Universal de Justicia a los bahá’ís del mundo.

2 Mensaje del 29 de diciembre de 2015, escrito por la Casa Universal de Justicia a los Cuerpos Continentales de Consejeros.

3 Mensaje del 29 de diciembre de 2015.4 Mensaje del 29 de enero de 2014 escrito por la Casa Universal de Justicia a los

jóvenes bahá’ís en la cuna de la Fe.5 Mensaje del 29 de diciembre de 2015.6 Mensaje del 29 de diciembre de 2015.7 Mensaje de Riḍván 2010 escrito por la Casa Universal de Justicia de los

bahá’ís del mundo.8 Mensaje del 29 de diciembre de 2015. 9 Mensaje del 29 de diciembre de 2015.10 Mensaje del 28 de diciembre de 2010 escrito por la Casa Universal de Justicia

a la Conferencia de los Cuerpos Continentales de Consejeros.11 Mensaje de Riḍván de 2015.12 Mensaje del 23 de mayo de 2011 escrito por la Casa Universal de Justicia a los

bahá’ís del mundo. 13 Mensaje del 29 de diciembre de 2015.14 Mensaje del 28 de diciembre de 2010.15 Mensaje del 29 de diciembre de 2015.16 Mensaje del 28 de diciembre de 2010.17 Mensaje del 23 de mayo de 2011.18 Mensaje de Riḍván de 2015.19 Mensaje del 29 de diciembre de 2015.20 Mensaje del 29 de diciembre de 2015.21 Mensaje del 12 de diciembre de 2011, escrito por la Casa Universal de Justicia

a todas las Asambleas Espirituales Nacionales.22 Mensaje del 29 de diciembre de 2015.23 Mensaje del 29 de diciembre de 2015.24 Tablas del Plan Divino. Terrassa, Barcelona: Editorial Bahá’í de España, 2002,

p. 51.25 Mensaje del 29 de diciembre de 2015.26 Mensaje de Riḍván 2012, escrito por la Casa Universal de Justicia a los bahá’ís

del mundo.27 Mensaje del 28 de diciembre de 2010.28 Mensaje del 29 de diciembre de 2015.29 Carta del 24 de diciembre de 2014, escrita en nombre de la Casa Universal de

Justicia a la Asamblea Espiritual Nacional de la República Democrática del Congo.

30 Mensaje del 29 de diciembre de 2015.31 Mensaje del 8 de febrero de 2013, escrito por la Casa Universal de Justicia a

los bahá’ís del mundo.32 Mensaje del 29 de diciembre de 2015.

Notas


33 Mensaje del 8 febrero de 2013.34 Mensaje del 5 de diciembre de 2013, escrito por la Casa Universal de Justicia a

los bahá’ís del mundo.35 Mensaje del 8 febrero de 2013.36 Mensaje del 29 de diciembre de 2015.37 Mensaje del 29 de enero de 2014.38 Mensaje del 29 de diciembre de 2015.39 Mensaje del 29 de diciembre de 2015.40 Mensaje de 12 de diciembre de 2011.41 Mensaje del 28 de diciembre de 2010.42 Mensaje del 29 de diciembre de 2015.43 Mensaje de Riḍván de 2012.44 Shoghi Effendi, Administración Bahá`í: Selección mensajes 1922-1932

(Wilmette: Bahá’í Publishing Trust, 1974, reprint 1998), p. 108.45 Selección de los Escritos de ‘Abdu’l-Bahá. Terrassa, Barcelona: Editorial

Bahá’í de España, 2009, p. 132.46 Tablas de ‘Abdu’l-Bahá Abbas volumen I (New York: Bahá’í

Publishing Committee, 1930), p. 17. 47 Mensaje de Riḍván de 2001.48 Mensaje de Riḍván de 2012.49 Mensaje de 18 de diciembre de 2014 escrito por la Casa Universal de Justicia a

los bahá’ís de Irán.50 Mensaje del 1 de agosto de 2014 escrito por la Casa Universal de Justicia a los

bahá’ís del mundo.51 Mensaje de Riḍván de 2014 escrito por la Casa Universal de Justicia a los

bahá’ís del mundo.52 Pasajes de los Escritos de Bahá’u’lláh. Edición revisada, 2017. Terrassa,

Barcelona: Editorial Bahá’í de España, 2018, sección CIX, párrafo 2, p. 225.53 Mensaje del 29 de diciembre de 2015.54 Mensaje del 29 de diciembre de 2015.55 El secreto de la civilización divina. Terrassa, Barcelona: Editorial Bahá’í de

España, 2000, p. 119.56 ‘Abdu’l-Bahá, La Promulgación de la paz universal.57 Mensaje de Riḍván de 2013 escrito por la Casa Universal de Justicia a los

bahá’ís del mundo. 58 Mensaje de Riḍván de 2010.59 United Nations, One Humanity: Shared Responsibility, Report of the

Secretary-General for the World Humanitarian Summit, A/70/709.60 Voluntad y testamento de ‘Abdu’l-Bahá. Terrassa, Barcelona: Editorial Bahá’í

de España, 2012, p. 26.61 Mensaje de Riḍván de 2013.62 ‘Abdu’l-Bahá, ‘Abdu’l-Bahá, Some Answered Questions (Haifa: Bahá’í World

Centre, 2014), Foreword, p. xvi..

129

‘Abdu’l-Bahá 32, 70, 89, 97, 120, 124‘Akká 121, 125(véase también “Comité de Enseñanza de Área” y “coordinador”)(véase también “iniciativa especial”)(véase también “jóvenes—114 conferencias de jóvenes” y “juventud—reuniones de jóvenes”)(véase también “proceso de instituto” y “tutor”)(véase también “proceso de instituto”)(véase también “programas de crecimiento”)(véase también “programas intensivos de crecimiento”)114 conferencias de juventud ii, 2, 15, 21, 22, 34, 42, 43, 44, 46–51, 53, 55, 56, 57, 58, 75, 81, 86acción social 35, 71, 78–105Accra-Tema 15Addis Abeba 34, 109Afganistán 43agencias de la agrupación 1, 2, 7, 10, 11, 27, 30, 32, 33, 37, 38, 40, 52, 54, 58, 59, 60, 62, 65, 69Agricultura 93, 97–101, 101Aguascalientes 50Albania 21, 48Aldai Kaptumo 37Alemania 50, 112, 116, 117alfabetización 92, 101Almaty 48Alouli 61–62Angola 20, 33animador de grupo prejuvenil 10, 13, 15, 19, 27, 28, 52, 85, 86–87, 88–89Antananarivo 48Aragatsotn 8Armenia 8, 52–53artes (incluye música, canto y canciones) 21, 22, 46, 72, 73, 75, 95–97Asamblea Espiritual Local 15, 17, 23, 28–29, 30, 31, 32, 33, 37, 38, 39, 40, 52, 55, 61–62, 82Asamblea Espiritual Nacional 9, 20, 65–69, 73, 105, 107, 109, 116, 117, 119asuntos externos 107, 108, 109, 112, 116–117Auckland 46

ÍndiceAustralia 10, 11, 18, 35, 51, 112autoridades locales, gobierno local 9, 35, 72, 73, 89, 93–94, 98, 101, 104, 107, 109, 111, 116ayudante (al miembro del Cuerpo Auxiliar) 38, 40, 69Azerbayán 113Badulla ii, 57Bahá’í Reference Library 114, 121Bahá’í World News Service 46, 108, 112Bahai.org 114–115banca comunitaria 99, 101Bangladesh 51Banthra 28–29barrios (véase “pueblos y barrios”)Batouri-Kette 98Battambang 70, 73, 83Bélgica 54Benin 65Besikó (Nedrini) 32–33Bielorusia 24Bihar Sharif 73, 75Biratnagar 50 Birmania 49, 63, 94, 110Bolivia 33, 51, 101Botswana 44Brasil 13, 23–24, 31, 112Brisas de confirmación 10, 28, 55, 82Bukavu 40, 86–87Burkina Faso 19Burundi 20–21Camboya 43, 70, 71, 72, 73, 83, 94Camerún 49, 94, 98–99, 100–101campamento prejuvenil 28, 39, 88campaña de instituto 11, 16, 17, 18, 21, 34–35, 43, 44, 45, 52, 56, 60, 87Canadá 17, 30, 51, 62, 67, 82, 101, 102–103, 112Caribe 20Casa de ‘Abdu’lláh Páshá 120, 124Casa de Adoración 2, 45, 70–77 Casa del Maestro 120, 124Casa Universal de JusticiaCaserta 45Centro 54

Índice


Centro Mundial Bahá’í 118–126Chile 14, 20, 45, 71, 101, 105Chimoio 6Chișinău iiChongón 96–97círculo de estudio 9, 12, 13, 15, 16, 17, 18, 24, 30, 31, 34, 43, 44, 45, 52, 53, 54, 56, 57, 60, 61, 62, 73, 93clases de niños 8–9, 10, 11, 15, 17, 19, 21, 22, 26, 30–31, 37, 54, 55, 60, 61–62Cluj 10Cochabamba 51Colibri Learning Foundation 102–103Colombia 8–9, 16–17, 33, 56, 69, 71, 74, 76, 77, 82–83, 94, 95, 101, 112Comité de Enseñanza de Área 16, 23–24, 25, 35, 38, 40, 41, 59, 63, 65Comunidad Internacional Bahá’í 109–112, 114, 116, 117, 129conferencias 12, 33, 94Consejos Regionales Bahá’ís 9, 11, 20, 32, 59, 63–64, 65–66, 67, 68, 69Contestación a algunas preguntas 121Continental 2, 45, 70–71Convención Internacional Bahá’í, Undécima 3, 119–120conversaciones 7, 8–9, 11, 12, 13, 16–17, 23, 27, 31, 35, 36, 52, 53, 55, 57, 66, 73, 76, 82, 92–93, 96, 102, 104, 111, 112coordinador, coordinación 10, 15–16, 17, 25, 30–31, 33, 40–41, 55, 59, 60, 63, 64, 66, 86–87Corea 20Corozal 87Costa Rica 7, 43, 49, 94Costa de Marfil 7–8Cotonou 65Créteil–Nogent 34Daga 39, 61, 73Daidanaw 49Days of Remembrance: Selections from the Writings of Bahá’u’lláh for Bahá’í Holy Days 121Delhi 27, 60Dhaka 51día de puertas abiertas 126

Dili 18Ecuador 94, 96–97, 101El Salvador 52, 101enseñanza enseñanza colectiva, campaña de enseñanza 10, 11, 21, 23–24, 38, 45, 62enseñanza individual 8, 22, 23, 26equipo de enseñanza 9, 10, 11, 16, 23, 27, 54escuelas comunitarias 91–94, 100, 101, 105España 13, 19, 44–45, 112esquemas de coordinación (véase “coordinador”) Estados Unidos 11, 27, 40, 41, 56, 65–67, 101, 105, 112Estambul 49, 110estudio de la guía de 4, 11, 12, 13, 19, 21, 23, 24, 38, 40, 41, 73, 75, 77, 96Etiopía 34, 109, 114Falcão Real 23–24familia, familias 7, 8, 11, 15, 16, 17, 18, 22, 24, 26–27, 28, 30, 31, 35, 36–37, 40, 44, 53, 54, 55, 57, 61, 62, 69, 74, 82, 89, 92, 93, 98–99, 100Federación Rusa 20, 21Fiesta de Diecinueve Días 15, 36–37, 39, 40, 59, 62, 81Filipinas 4, 21, 94, 101, 110Finlandia 51fondos 29, 64, 67, 68, 69Francia 34Frankfurt 50, 116Freetown 15Fronteras del Aprendizaje (película) 119Fundación para la Aplicación y Enseñanza de las Ciencias (FUNDAEC) 82–83, 94Fundación Rayos of Luz 94Fundación Ruaha Mwongozo 92Ganta 10Garoua-Mboulai-Ndokayo 98Georgetown 50Georgia 20Ghana 15, 30, 101Goma 86Gran Canaria 19, 22, 34Greater Gaborone 44

131Índice

Greenland 8, 34–44grupos de peregrinaje 123–124Guyana 50Gyumri 52–53Haifa 119, 120, 122–123, 125Haiti 18, 48, 110Helsinki 51Highlands (Tierras Altas) 8Honduras 87Hong Kong 24India 7, 9–10, 16, 27, 28–29, 44, 60, 61–62, 64, 65, 67, 69, 71, 73, 75, 82, 83, 84, 94, 101, 105, 110, 124Indonesia 90, 109, 114iniciativa especial, iniciativa de pioneraje especial 15, 20–21Lecciones de las fronteras del aprendizaje (documento) 119Instituto de Estudios sobre Prosperidad Global 113, 114instituto de formación, juntas de instituto de formación regionales y nacionales 7, 18, 30–31, 35, 43, 44, 45, 63–64, 65, 84, 86–87Instituto Educativo Ootan Marawa (OMEI) 88–89Irán 108, 116–117, 119Islas Canarias 19, 22, 25, 34Islas Carolina 21Islas Cook 9Islas Fiyi 11, 13, 40, 53Islas Marshall 45Islas Salomón 36–37Israel 119, 122, 125Italia 45, 58, 68Jamaica 12, 53–54Jamundí 16–17Japón 43–44Jardín de Riḍván 120Jardín Junayn 120Jardines bahá’ís de Haifa y ‘Akká 123, 125, 126Jinja 31jóvenes 8, 10–11, 13, 15, 17, 18, 21, 22, 28–29, 34–35, 40, 42–57, 60, 82–83, 88–89, 92–93Kadugannawa 57Kanchanpur Occidental 27

Kanchanpur Oriental 27, 59Kazajistán 48, 112, 113Kenia 8, 30, 37, 49, 71, 75, 94Khujand 11, 30, 52Kinshasa 72Kiribati 52, 88–89Kosovo 20Kota Kinabalu 37Laos 20, 21Liberia 10, 20Lima 49Local 2, 71, 73–77Lubumbashi 38Lugares Sagrados bahá’ís 120–121, 125Lusaka 55Luxemburgo 104Macao 43, 50, 124Madagascar 11, 48Madrid 19, 22, 44–45maestros de clases de niños 8, 25, 31, 54, 55Majuro 45Makeni 15–16Malaita Sur 36–37Malasia 50, 112Malawi 6, 18, 50, 100, 101Man 7–8Manica 20–21Maradi 41Matunda Soy 75Mausoleo de Bahá’u’lláh 120Mausoleo del Báb 120, 123, 125, 126Mash̲ riqu’l-Adh̲ kár (véase “Casa de Adoración”)México 10, 50Mgambo 54miembro del Cuerpo Auxiliar 7, 9, 11, 18, 24, 30, 31, 37, 38, 40, 52, 61, 62, 63, 64, 69, 88Mogi das Cruzes 13Moldova iiMonduli 92–93Mongolia 44, 53Montreal 51Mozambique 20–21Muhuzi 9


mujeres 10, 35, 37, 39, 57, 83, 92, 99, 112Murhula 55música (véase “artes”)Mwinilunga Oriental 33, 55, 57Nacional 2, 71–73Naciones Unidas 110, 112Nairobi 49Nápoles Portici 45Navarra 13Nepal 23, 27, 44, 50, 59, 101, 110Nicaragua 101Níger 41Nigeria ii, 45, 51niños 8, 22, 39, 45, 52, 90, 91, 92–93, 98–99, 125Norte del Cauca 74, 76, 77Nueva Zelanda 46, 53Nundu 48Nuuk 8Occidente región 83Occidente Sur 52Odessa 12Oficina de Desarrollo Social y Económico 80, 87, 101, 105Oficina de Discurso Público 109, 112Oficina de los Templos y Lugares 72Oficina para el Desarrollo de Sistemas Administrativos 67Organización de inspiración bahá’í 79, 80, 81, 82, 88, 91, 94, 100, 101–105 padres (véase “familia”) Países Bajos 52Países balcánicos 20, 21Países bálticos 20Pakistán 26Panamá 32–33, 43, 94, 101Papúa Nueva Guinea 39, 61, 71, 72–73, 78, 94, 117peregrinaje, peregrinos 119, 120–121, 123–124Perth 51Perú 49pioneros de frente interno 1, 6–9, 10, 11, 12, 13, 45, 56, 57pioneros 1, 6–9, 10, 11, 12, 13, 15, 20–21, 45, 56, 57, 92

Población de Lunda 33poblaciones indígenas 7, 32–33, 35poblaciones receptivas 2, 16, 23, 26–27, 30, 37, 43, 102Port Moresby 72–73Port Vila 42, 51Port-au-Prince 48Portal da Gloria 31prejoven 8, 15, 22, 28, 35, 77, 85, 86, 87–88, 96–97Preparación para la Acción Social (PAS) 94–95, 98–99, 100proceso de instituto 7, 9, 10, 15, 17, 18, 20–21, 28–29, 30–31, 40, 43, 56, 61–62, 81, 98Programa “Apoyando a los Líderes de la Comunidad” 82–83programa de empoderamiento espiritual de prejóvenes, grupos prejuveniles 6, 10, 12, 13, 15–16, 19, 20, 22, 27, 28–29, 30, 34–35, 53, 54, 55, 63, 84–89, 93, 96–97programas de crecimiento 1, 3, 6, 7, 9, 10, 11, 14, 18, 20, 42, 58, 63, 64, 65, 67, 70programas intensivos de crecimiento 9, 14, 16, 20, 32, 39, 76proyectos de servicio 13, 15, 27, 28, 35, 57, 73, 81, 82–83, 84, 85, 86, 89pueblo masái 92–93pueblos y barrios 7, 9, 10, 11, 16, 17, 22, 23, 27, 28–29, 30, 31, 34–35, 36, 44, 45, 52, 53, 54, 55, 57, 61–62, 83, 85, 92Puerto Rico 123Pune 16Ra 11, 13Redmond 56región Arusha 92–93región de Kivu del Sur 64, 87región de los Estados Atlánticos 41región Mapuche 105región Ngäbe–Buglé 32–33región noroccidental 11, 56región Península de Yucatán 10Reino Unido 22, 57, 63, 117República Centro Africana 94, 99, 100República Democrática del Congo 9, 33, 38, 40, 48,

133Índice

54, 55, 64, 65, 71, 72, 77, 86–87, 91, 94, 101República Dominicana 13reunión institucional 65–67reuniones de jóvenes 16, 34, 40, 43–44, 45, 53, 60, 97–98reuniones de ref lexión 4, 10, 22, 24, 27, 40, 52, 62, 64, 83reuniones devocionales 8, 12, 15, 16, 17, 22, 28, 35, 36–37, 41, 45, 54–55, 57, 60, 61, 62, 72, 73, 75, 111Rising Together: Building the Capacity to Recover from Within 110–111Rrashbull 21Rumanía 10, 63Sabah 37Sahar 69Samoa 30–31San Diego 27San José 43, 49Santiago 20, 45, 71Sapele 51Seberang Perai (Sungai Siput) 50Sede de la Casa Universal de Justicia 120–121Shinyanga 54Shoghi Effendi 70, 120, 121, 123, 124Sierra Leona 15–16, 20Singapur 16–17sitio de aprendizaje 15, 19, 30, 64, 84, 86–87, 95sitio de aprendizaje (véase “programa de empoderamiento espiritual de prejóvenes”)South Queensland 18Sri Lanka ii, 44, 57, 66St. Thomas 53–54Sudáfrica 7Surgana 10Sídney 11, 35Tacoma 56Tailandia 20, 21Taiwán 52Talamanca 7 Tanna 75–77, 85Tanzania 54, 68, 92–93 Tarawa Sur 52Tayikistán 11, 30, 36, 52

Thyolo (Blantyre) 50Tierra Santa 119, 123–124Timor Oriental 18Tirana 21, 48Tiriki Occidental 30Togo 110Tonga 23Tongatapu 23Toronto 30, 62, 82 Triangle 41Túnez 20, 112, 117Turquía 49, 110tutor, tutores 15, 18, 24, 30, 34, 43, 44, 45tutores visitantes 8, 9, 13Ucrania 12, 63Uganda 31, 94, 100, 101Ulaanbaatar 44, 53Ulan-Ude 21UNESCO Lista del Patrimonio Mundial 123UNESCO Plaza de la Tolerancia y la Paz 122–123Unity Foundation 104Upolu 30–31Utrecht 52Uttar Pradesh, Uttarakhand, y región de Delhi 64Valle del Cauca 8–9, 56Valle del Támesis 57Vancouver 17, 102 Vanuatu 27, 42, 51, 71, 75–77, 85, 94, 110Venezuela 45Vietnam 63visitas a hogares 23, 27, 36, 54, 88, 111web, website 114–115Yakarta 109Yaoundé 49Zambia 33, 55, 94, 100 Zambezi 55

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