zorro viejo

8/18/2019 Zorro Viejo

1/8

“Zorro viejo" integra la Antología de relatos policiales compiladospor Germán Cáceres en el Diskette Thrillers al sur (Buenos Aires,Axxón, 1!#

Sonriente, Agustín Guillaum levantó la vista de los papeles y la clavóen la nuca de su chofer.

—Nada fácil, Daros, nada fácil...

!l chofer giró apenas la cae"a.

—#e imagino —di$o, como si de veras se hiciera cargo de la pesadaresponsailidad de su $efe.

%elo"mente, el &eugeot se aría paso entre el en$amre de ta'is,frente al aeropuerto.

—Si supieras $ugar al a$edre" perciirías (ue he elaorado una sutilcominación de $a(ue mate —la vo" fluía alegre y $actanciosa—. )namaniora perfecta (ue me conducirá al triunfo, ine'oralemente.

—*o felicito —contestó Daros casi sin despegar los laios.

—+e dir más. *a cominación impone el sacrificio de una pie"a menor.)n rasgo de e'(uisite"... *os políticos, tanto como los a$edrecistas,

saen (ue ciertos sacrificios contriuyen a emellecer el triunfo.

%anamente Guillaum aguardó (ue el otro diese una se-al deasentimiento, (ue di$era entiendo o cosa parecida. &ero como no huorespuesta volvió a cal"arse los anteo$os, arió el portafolios y sesumergió de nuevo en el revolti$o de papeles. Acarició una carpeta encuya cuierta l mismo haía manuscrito la frase /ases para elAcuerdo0 y se detuvo con deleite en la contemplación de las r1ricas(ue festoneaan cada cuartilla. Siempre el mismo garaato2 la firmade #arcos 3. 41-iga.

)na e'presión de contenida euforia iluminó el tra$inado rostro deGuillaum. !se ridículo garaato representaa para l la culminación demuchos meses de cautos, discretos y sigilosos caildeos, de encuentrosy desencuentros, de concesiones recíprocas a camio de e'igenciastamin recíprocas.

Suspiró. *a )nidad para la Democracia0 era finalmente una realidad yno ya sólo un rótulo, y esa firma, reiterada al pie de cada página, así loavalaa. 3ió para sus adentros, satisfecho, por(ue a los medrosospeces gordos de las otras alas del partido 56ernadas entre ellos7 ahorapodría decirles —enrostrarles— (ue el via$e a 6órdoa haía valido lapena8 (ue regresaa, como haía prometido, para echar sore el

tapete una carta ganadora.


2/8

!s cierto, haían sido tres días ásperos, tensos, agotadores —una largavigilia dialctica, diría—, pero volvía victorioso2 el apoyo de 41-iga nosólo significaa (ue la mayoría de los grandes partidos del interior seenrolarían en la )nidad y respaldarían su candidatura presidencial enlos comicios de noviemre, sino tamin (ue el acuerdo se haíalogrado con tiempo suficiente para verterar una coalición de fuer"asprácticamente invencile. #arcos 3. 41-iga tenía a la 9glesia de su ladoy l, "orro vie$o, go"aa de prestigio y respeto en el alto mando militar.:untos se las ingeniarían para negociar la adhesión de los grandesgremios, cuyos $erarcas les deían no pocos favores.

*a fórmula Guillaum;41-iga se proclamaría en 6órdoa 5unaconcesión7, pero los nucleamientos regionales acatarían las decisionesdel 6omit 6entral del partido para el desarrollo de la campa-a y ladesignación de los candidatos a las ancas del Senado. !l partido,además, e$ercería derecho de veto sore las postulaciones agoernadores de cuatro de las provincias más importantes.

!l &eugeot a"ul se detuvo ante el semáforo de *iertador y Dorrego.

—No, Daros... !n política nada es fácil. &or algo es la másapasionante de las ciencias imperfectas.

!l chofer atisó el complacido rostro de Guillaum a travs del espe$oretrovisor.

—


3/8

profesoral picardía, y lo cierto es (ue Daros se descuría paladeandoesos gestos de confian"a con tanto regodeo como si fueran golosinas.

6on todo, su sentimiento era otro. *a indiferencia 5antes (ue susentido de la responsailidad7 y el hecho de (ue la apasionante cienciaimperfecta le importara un ledo haían contriuido a cimentar sufama de tipo discreto, (ue podía ser ciego, sordo y mudo, alternativa osimultáneamente, seg1n conviniera a su $efe. > sas son virtudesesenciales en alguien llamado a oficiar de ángel guardián de unindividuo empe-ado en ser presidente de la 3ep1lica.

*o divertía para sus adentros el convencimiento de (ue ese individuotan l1cido, tan dispuesto a todo con tal de alcan"ar la meta, no atinaraa darse cuenta de (ue su ángel guardián aominaa de la política y lospolíticos, y (ue si gustaa lucir reacciones rápidas 5frente al volante opara rescatarlo de situaciones incómodas7 era, apenas, por(ue esoenaltecía su arrogancia y por(ue en materia de empleos no aspiraa a

otra cosa.

Guillaum le pagaa ien y de tanto en tanto condescendía al chisme, locual le permitía disfrutar de la clase de privilegios (ue inspiran miedo ala siempre nutrida caterva de correligionarios pusilánimes. > el miedoa$eno, se sae, no es una gratificación desde-ale.

—Ahora descansar un rato, despus escriir el informe y esta nocheme reunir con 6ernadas y su gente... De manera (ue no te necesitarhasta las nueve.

Daros asintió con la cae"a. > en su cae"a revoloteaa la imagen de&aula, desnuda entre sus ra"os.

BBB

+raverso apoyó el rifle contra la rugosa pared, $unto a la ventanaaierta, y encendió un cigarrillo. 6uidó (ue el resplandor del fósforo nose proyectara al e'terior.

!l rifle era un Armalite de origen elga, con mira telescópica y unalcance efectivo de trescientos sesenta metros.

!n su relo$ eran las once y veinticinco, y de acuerdo con las 1ltimasinstrucciones faltaan tan sólo cinco minutos para ingresar en eltiempo crítico2 la reunión concluiría en cual(uier momento entre lasonce y treinta y la medianoche, y entonces unos cuantos peces gordosdel partido emergerían del chalet, del otro lado de la calle.

=rente al chalet de 6ernadas —uno de los miemros del 6omit 6entral— haía tres automóviles. &or supuesto, a +raverso sólo le interesaael &eugeot a"ul.

!stiró el ra"o, asió la otella y eió otros dos soros de agua. Si

tenía tanta sed no era por(ue estuviera nervioso8 la risa cálida del ríoy ese irritante olor de la madera recin arni"ada le secaan la


4/8

garganta. :unto a la ventana, a oscuras y con la vista puesta en eledificio de enfrente, esas molestias distraían su tedio, la insoportalesensación de (ue el tiempo se haía detenido.

*a calle estaa desierta y, gracias al escaso alumrado p1lico, enpenumras. De com1n, la "ona residencial de San 9sidro es un páramodurante los meses de verano2 no hay negocios y los vehículos circulanpor la avenida, detrás del telón de álamos y $acarandaes, a unostrescientos metros de ese bungalow a medio construir en el (ue, trasminucioso reconocimiento del área, haía decidido parapetarse.

!n efecto, no haía otro escenario más propicio para llevar adelanteuna faena (ue re(uería precisión, celeridad y e'periencia, cualidades(ue le valieron tantos elogios y tan $ugosas recompensas en los uenostiempos en (ue política y gremialismo eran malas palaras.Naturalmente, deía atender dos re(uisitos2 a$ar al fulano de un solodisparo y evaporarse antes de (ue cedieran los efectos de la sorpresa y

la desesperación.

!n el olsillo de la cha(ueta tenía ya su pasa$e areo a 3ío, los dólaresadelantados y una llave, la de la ca$a de seguridad de un ancorasile-o en la (ue hallaría el resto de la paga.

No ien sus o$os se haituaron a la somra densa, +raverso advirtió(ue ese cuarto de la planta alta estaa siendo utili"ado como depósitode materiales por carpinteros y electricistas. Se dio cuenta de (ue lapuerta (ue daa a un patio trasero y a la escalera (ue conducía a un $ardín posterior —por ahora un yuyal infestado de grillos— seguía sincolocar, (ue estaa apenas apoyada al marco. 6on la punta de la"apatilla apartó del camino varios rollos de cales, se asomó al yuyal ycomproó (ue, tal como le convenía, los pastos estaan crecidos ynuarrones amoratados curían el cielo, sin luna ni estrellas.

&odía cru"ar el aldío a tientas y desemocar en la calle opuesta enmenos de veinte segundos, como lo haía ensayado tres noches antes.Su auto estaa estacionado en la cresta de una pendiente, la (ue a$aal río. No haía más (ue (uitar el freno de mano para (ue, en puntomuerto, el coche se desli"ara hasta el fin de la arranca antes deencender el motor. *uego tomaría el calle$ón paralelo a las vías delferrocarril, en dirección al +igre.

&or fin, a las once y cuarenta y siete se arió la puerta del chalet de6ernadas. *a lu" del vestíulo recortó las siluetas de cuatro homres(ue se palmoteaan y se estrechaan las manos. )no de ellos,Guillaum, se dirigió al &eugeot.

Sentado al volante, Daros llevaa un par de horas dormitando, perose despe$ó de inmediato, saltó del auto y se apresuró a arirle lapuerta trasera a su $efe.

!ntonces sonó el disparo.

A travs de la mira telescópica +raverso comproó (ue seguía siendotan certero como en a(uellas pocas. !l homre se amoleó, (ueró


5/8

las piernas y se desplomó en la vereda con el pecho ensangrentado,cara al cielo y sin vida.

!l plan de fuga se cumplió a la perfección, en todas sus etapas. Docehoras despus, en 6opacaana, +raverso era un despreocupado turista.

&aula tamin pensaa en Daros.

+odo el mundo lo llamaa Daros, pero era especialmente ridículo (ueella tamin lo hiciera, (ue susurrara ese nomre cuando latenaceaa su cuerpo hasta casi de$arla sin aliento. > sí ien ella leimploraa (ue no fuera tan rudo, lo cierto es (ue nada le atraía tantocomo su elemental fiere"a.

&aula no haía conocido a otros homres, pero se consideraa encondiciones de suponer (ue ninguno podía ser tan fuerte y vora" comoDaros. &or eso, durante los encuentros secretos, más de una ve"

e'perimentó el deleite de su impiedad, la sensual ravura (ue leinspiraan esas manos como garfios, los dientes lan(uísimos, elacompasado tra$inar de sus m1sculos a$o la piel de core, el temilefulgor de sus o$os... !n suma, el miedo $uiloso de saerseenteramente adue-ada, transportada a un territorio de sensaciones(ue no se atrevía a descifrar.

?*o (ue (uieras, Daros?, consentía ella en esos momentos, y aun(ueno estaa segura de (ue a l le gustara escuchar eso, su placerconsistía tamin en reconocerse dominada. > la respuesta de Daros,cuando la haía, era siempre la misma2 ?&ende$a loca?.

&aula se haía acostumrado a no esperar gentile"as de ese homredesmesurado, tan avasallador y tierno como sólo puede serlo untroglodita. Ni gentile"as ni conversación. *o haía aprendido de golpea(uella tarde de principios del verano en (ue por primera ve" (uedaronsolos en la (uinta.

A(uella tarde Daros estaa ho$eando una revista en el living, tanhura-o como siempre y envuelto en una nue de taaco, cuando ella,aurrida de chapotear en la pileta, encendió el e(uipo de audio ycomen"ó a contonearse al compás de una alada de &eter =rampton,como hechi"ada por la m1sica y como ignorando (ue l estuviera ahí.

Al rato Daros aplastó el cigarrillo en el cenicero, se incorporó de apoco —y no por(ue le costara enarolar su pesada osamenta—,arrastró sus pies y se plantó delante de la chi(uilina, a la distancia $usta del "arpa"o. !lla sintió el fuego de su mirada helada8 l le arrancóla camisa adherida a la piel mo$ada y de un empellón la arro$ó sore elsofá. Gritó y se deatió con desesperación, aplastada por el peso deese cuerpo de granito, y lo oyó gru-ir2 ?6on Daros no se co(uetea?.

6ómo negar (ue desde (ue lo vio por primera ve", y l le dedicó a(uelrictus hierático, a la ve" desde-oso y prepotente, ella fue asaltada por

la necesidad de rondarlo, de acicatear sus sentidos, de reducirlo a lavulnerale condición de ser humano. !se su$eto (ue e'hiía ínfulas deinsondale, tan seguro de sus agallas, deía, además, incuar la clase


6/8

de estremecimientos (ue no se e'presan en p1lico. > la idea dedesentra-ar esa apariencia la asedió desde (ue lo vio por primera ve",o (ui"ás antes, desde (ue supo (ue era un solitario sin pasado, unmarginado de la emoción, negado a las formalidades del afecto.

Desde a(uel primer cruce de miradas &aula haía apelado a las $ugarretas de la ingenuidad y la picardías para demostrarle (ue no erauna criatura y, mucho menos, una mo$igata8 (ue era losuficientemente adulta como para e$ercitar su liertad y su capacidadde seducción y, a la ve", para imponerse el desafío de penetrar lacora"a de arrogancia de ese energ1meno cuya imagen irrumpía,persistentemente, en sus encendidos insomnios.

)n día le di$o2 ?>a ves por (u la democracia es como el pecho de unamu$er $oven... No necesita sostn?, y entonces l soltó una carca$ada yella no pudo menos (ue sorprenderse, por(ue tampoco era tipo de reírcon ganas. *a risa se le diluía pronto de su rostro de pómulos salientes

y pliegues como ta$os.

?*o saía, y además cono"co a un fulano (ue me lo recuerda a cadarato?, le haía contestado l, viendo a &aula frente al espe$o,sola"ándose en la contemplación de su cuerpo desnudo. ?!s unapruea más de (ue papá siempre tiene ra"ón?, ironi"ó ella.

!l espe$o le devolvía a &aula Guillaum el esplendor de sus diecisietea-os.

BBB

*a noticia del atentado ocupó, al día siguiente, la primera plana detodos los diarios y fue la preferida de los noticiosos de la televisión.Así, tuvieron amplia difusión las promesas del ministro del 9nterior ydel $efe de &olicía de llevar a los responsales antela :usticia, no menosenfáticas (ue las declaraciones de repudio de los principalesrepresentantes de los partidos políticos.

?3estaurar la democracia plena no es tarea sencilla —e'presó #arcos3. 41-iga desde 6órdoa—. !ste rutal episodio corroora nuestracertidumre de (ue e'tra-as fuer"as se mueven en las somras,procelosamente, para impedir (ue el puelo manifieste su voluntad de

elegir goierno... &ero se e(uivocan. Seguiremos adelante en estalucha (ue posiilitará, en los pla"os previstos, el reencuentrociudadano con las urnas.?

%einte horas despus del crimen, la atención p1lica se concentró en laconferencia de prensa convocada por los má'imos dirigentes delagrupamiento )nidad para la Democracia.

6uando el secretario general arió el acto, la sala de sesiones del6omit 6entral era un hervidero de periodistas y camarógrafos, defuncionarios y de políticos de variada procedencia (ue, con ena$enada

diligencia, aportaron su estupor y su indignación. !l secretario generalhi"o un pormenori"ado relato de los hechos y agradeció, en nomre delos partidos (ue conformaan la alian"a, los mensa$es de condolencia y


7/8

solidaridad suscriptos por todos los demás sectores políticos, por lossindicatos y las grandes corporaciones empresarias, e inclusive por elgoierno.

*uego, el $efe de prensa leyó un comunicado (ue llevaa la firma detodos los integrantes de la mesa e$ecutiva de la )nidad, una viranteratificación de fe en los principios repulicanos2 ?*os 1ltimospersoneros del odio serán definitivamente derrotados cuando lasgrandes mayorías populares consigan e'presar su voluntad de vivir enpa", en orden y en liertad. Cuienes todavía pretenden (ue el goiernoaplace el llamado a elecciones, regando sangre y confusión en lascalles, están condenados al desprecio y serán, una ve" más, vencidos?.

&or 1ltimo, y como se esperaa, haló el virtual candidato apresidente. *os camarógrafos se movili"aron a su alrededor y unamiríada de potentes reflectores iluminó su cae"a gacha y los hilos desudor (ue surcaan su fatigado rostro. =rente a los micrófonos, la vo"

de Agustín Guillaum rotó trmula.

—)na circunstancia fortuita permite (ue hoy est a(uí, conversandocon ustedes... )n nole y anegado servidor de nuestra causa hapagado con su vida una afrenta más (ue soportamos (uienes creemosen la convivencia pacífica y en la discrepancia civili"ada... No me caela menor duda de (ue ese proyectil (ue dio muerte a Aelardo Darostenía otro destinatario, y (ue ese destinatario era yo... —Guillaum setomó unos segundos para ahogar su raiosa consternación—.!ntonces, no saría si atriuir al destino, a la fatalidad o a laprovidencia (ue en el e'acto momento en (ue el arma homicida eraaccionada mi fiel amigo se interpusiera en el camino de esa ala... Así,por imperio de esa circunstancia fortuita Aelardo es hoy otro mártir enel difícil camino hacia la democracia y yo me siento más comprometido(ue nunca para no ce$ar en esta lucha... !s un compromiso (ue acaode asumir solemnemente ante el fretro de este homre, cuya tumadeió ser la mía... Daros y sólo l ha (uerido (ue yo est ahora a(uí,frente a ustedes, para decirles (ue su sangre, y la de tantos otroshroes anónimos de la 3ep1lica, es la simiente (ue fortalece nuestrasconvicciones... >o, se-ores, les pido...

No pudo continuar. 3etrocedió unos pasos, vacilante, y alguien lealcan"ó una silla.

!stalló una ovación moteada de vítores y gritos de condena a laviolencia y a sus presuntos instigadores. *a figura de Guillaumdesapareció de las pantallas, asorida por un torellino de fielesallegados (ue pugnaan por rindarle asistencia y consuelo.

Al rato, en su escritorio, ya más sosegado y mientras eía un vaso deagua fresca, el virtual candidato a presidente pensó con alivio (ue elprimer paso, el fundamental, haía sido cumplido a entera satisfacción,tal como estaa planeado. Su inveterada afición al a$edre" le permitíaratificar la certe"a de (ue, tamin en el talero político, el sacrificio deuna pie"a —y aun de una pie"a menor, como en este caso— ad$udica altriunfo el eneficio de la elle"a artística.


8/8

Ahora, discurrió, deía aocarse al dilema (ue le planteaa &aula2 suincierto futuro y su impredecile comportamiento inmediato. Ning1notro asunto re(uería solución más perentoria. *a muy tonta podríaecharlo todo a perder si...

Su mano acariciaa distraídamente la cuierta de Latinoamérica, política y sociedad , un liro del francs Simón 6ournier (ue se aprestaa a leer,cuando asomó a su mente la idea de (ue no ien ella emergiera delshoc y el mdico le diera de alta, unas uenas, largas vacaciones en!uropa le vendrían de perillas. Seguramente, se di$o, cuatro o cincomeses en &arís, 3oma y *ondres harían (ue la porecita sesorepusiera de la osesiva influencia a la (ue la haía sometido esehi$o de puta.

!n cuanto a +raverso —1ltimo paso antes del $a(ue mate—, esacuestión estaa a$o estricto control. !n 3ío tenía amigos eficientes yserviciales, e' miemros de los escuadrones de la muerte, (ue ya

estaan sore sus pasos. Aguardaan la orden de proceder, sólo eso.

zorro viejo

Documents