zapatismo y villismo.doc

17
Comparación entre zapatismo y villismo Friedrich Katz, busca aclarar algunas leyendas o tradiciones populares que se formaron en torno de la figura de Pancho Villa. Comienza enfrentando las contradictorias afirmaciones de Gilly y de Ayala. El primero asegura que el ejército comandado por Villa, la División del Norte, estaba conformado por campesinos y campesinas armados. Crea una imagen de un frente fuertemente armado y organizado, el cual a medida que avanza va tomando posesión de las grandes haciendas abandonadas ya por sus dueños terratenientes temerosos del avance de este ejército. Contrariamente a este relato opone la versión de Ayala quien busca demistificar la idea de que Villa tuvo alguna vez un plan de revolución social, ya que nunca se percato de los deseos populares, ni hizo reparto de tierras entre campesino alguno ni tampoco. Saltando estas contradicciones, Katz prefiere ver a los campesinos integrantes del Ejercito Revolucionario de Chihuahua, como descendientes de aquellos primeros colonos, que conformaron colonias militares, los cuales tuvieron que luchar contra las tribus nómadas del norte mexicano. Estos colonos militares aprendieron a manejar las armas y se constituyeron en una elite al mismo tiempo que luchaban contra los indios. Hay que destacar que estos colonos no estaban solos, en la guerra contra los indígenas, ya que el estado los asistía militar y económicamente y las familias poderosas de Chihuahua, los hacendados mas ricos, también los ayudaron; su condición fue cambiando cuando el enemigo en común, los indios, dejo de ser una amenaza. Sus servicios dejaron de ser imprescindibles pasando a ser sus tierras las más codiciadas por los grandes terratenientes. El mayor enemigo de estos colonos militares, fue Terrazas, quien en 1903, asume como gobernador de

Upload: joaquinsola

Post on 15-Dec-2015

34 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

Page 1: zapatismo y villismo.doc

Comparación entre zapatismo y villismo

Friedrich Katz, busca aclarar algunas leyendas o tradiciones populares que se formaron en torno de la figura de Pancho Villa. Comienza enfrentando las contradictorias afirmaciones de Gilly y de Ayala. El primero asegura que el ejército comandado por Villa, la División del Norte, estaba conformado por campesinos y campesinas armados. Crea una imagen de un frente fuertemente armado y organizado, el cual a medida que avanza va tomando posesión de las grandes haciendas abandonadas ya por sus dueños terratenientes temerosos del avance de este ejército. Contrariamente a este relato opone la versión de Ayala quien busca demistificar la idea de que Villa tuvo alguna vez un plan de revolución social, ya que nunca se percato de los deseos populares, ni hizo reparto de tierras entre campesino alguno ni tampoco. Saltando estas contradicciones, Katz prefiere ver a los campesinos integrantes del Ejercito Revolucionario de Chihuahua, como descendientes de aquellos primeros colonos, que conformaron colonias militares, los cuales tuvieron que luchar contra las tribus nómadas del norte mexicano. Estos colonos militares aprendieron a manejar las armas y se constituyeron en una elite al mismo tiempo que luchaban contra los indios.

Hay que destacar que estos colonos no estaban solos, en la guerra contra los indígenas, ya que el estado los asistía militar y económicamente y las familias poderosas de Chihuahua, los hacendados mas ricos, también los ayudaron; su condición fue cambiando cuando el enemigo en común, los indios, dejo de ser una amenaza. Sus servicios dejaron de ser imprescindibles pasando a ser sus tierras las más codiciadas por los grandes terratenientes.

El mayor enemigo de estos colonos militares, fue Terrazas, quien en 1903, asume como gobernador de Chihuahua. Una de sus primeras medidas fue aprobar una ley por medio de la cual se hacia posible la expropiación de esas tierras tan preciadas.

Los constantes fracasos ante el pedido de ayuda al gobierno nacional, hicieron que estos colonos desempeñaran un papel primordial en la Revolución de 1910. Muchos de ellos, se convertirán en Jefes de la Revolución encabezada por Pancho Villa.

Estos descendientes de colonos, eran integrantes de una basta red, tanto rural como urbana. Es por eso que no es de extrañar que a su causa, se le unieran otros sectores de la población rural: los rancheros, y los trabajadores semiagrícolas y semi-industriales. Entonces tenemos en Chihuahua, un sector importante de la población, que esta dispuesto a manifestar su descontento y que sobrepasa a la simple comunidad campesina pobre.

En Guerrero, tampoco eran campesinos los protagonistas de la revolución, mas bien pertenecían a la elite tradicional del distrito. Hombres de familias que durante largos periodos habían tenido el poder político en sus manos, y que fueron desplazados por los Terrazas. Este es el caso de González, quien tuvo numerosas actividades (ranchero, vendedor de ganado, etc.) antes de dirigir el movimiento revolucionario en Chihuahua.

Otro jefe militar de la rebelión era Pascual Orozco, arriero conocido, y no puede dejar de citarse a Pancho Villa, quien había sido también vendedor de ganado. Con esto

Page 2: zapatismo y villismo.doc

el autor quiere demostrar, que la revolución villista no fue conformada por campesinos pobres, sino que estaba conformada por un movimiento social heterogéneo.

Cuando en 1913, Villa se convierte en Gobernador de Chihuahua, una de sus primeras medidas fue la confiscación de tierras y propiedades que pertenecían a terratenientes ricos y poderosos de ese estado. Hay que destacar que estas expropiaciones no eran para repartirlas entre los campesinos más necesitados, ya que los ingresos de estas tierras, en un principio, eran destinados a solventar al ejército. Sin embargo, hay que destacar lo novedoso de esta medida: parte de estos ingresos pagarían las pensiones de viudas y huérfanos de los soldados de la revolución. Por ello no es de sorprender, que la administración de las haciendas más grandes y más ricas, quedaran a cargo de los Generales Revolucionarios. El resto de las propiedades confiscadas, estaban bajo la Administración General de Confiscaciones, tanto del estado como locales. La decisión de otorgar hacienda a sus Generales, fue una estrategia para obtener su apoyo y su adhesión incondicional, creando así, una nueva clase de terratenientes, que termino suplantando a la anterior.

Estas tierras, generalmente eran arrendadas a inquilinos ricos, aparceros pobres y medieros, entre otros. Otro indicio más de que el villismo no favoreció, por lo menos directamente, a la masa pobre del campesinado, lo vemos cuando se constata que las condiciones de estos no variaron en términos, ni de alquiler, ni de aparcería. A pesar de que la ley de aparcería trato de aliviar algunos abusos que sufrían los medieros, estos no recibieron ningún beneficio al momento de arrendar tierras para su subsistencia, sin contar que continuaban las quejas de maltratos de los aparceros y trabajadores por parte de los rancheros militares.

Queda claro entonces, que Villa ubica a sus más allegados al mando de estas grandes estancias, que eran un recurso preciado para el mantenimiento del ejército, sin efectuar cambios radicales a nivel de la masa campesina. Sin embargo, seria injusto pasar por alto, que en caso de hambrunas por malas cosechas, en reiteradas ocasiones el gobierno vendió a bajo costo trigo y maíz extraídos de las propiedades confiscadas.

Villa centraba su atención, solo en los soldados revolucionarios y sus familias, con respecto al otorgamiento de tierras. El resto de los mexicanos tendrían que pasar varias instancias burocráticas para obtener tierras, las cuales posteriormente, deberían pagar con bonos. Estos obstáculos, esta lentitud para concretar una reforma agraria que pusiera fin al padecimiento de la mayoría de la población, pueden atribuirse al interés que tenia Villa por retribuir a sus soldados, los cuales no se verían beneficiados si las tierras se repartían mientras estos estaban luchando. Por eso, se resistía a la puesta en práctica de la reforma antes de que el ejército regresara.

En el Villismo en realidad, no se ve que mediante el proceso revolucionario, se haya producido un cambio radical, ya que se siguen arrendando las tierras, continúan los excesos y abusos por parte de los administradores que están bajo la tutela del estado, y no hay acceso inmediato a las tierras. Lo que se ve en realidad, es la emergencia de una nueva cúpula de hombres ricos, a partir de la expropiación de tierras.

En su análisis del Zapatismo, Warman tratara de reivindicar el papel del campesinado dentro de la transformación de la sociedad, tratando de demostrar que el Zapatismo llevo adelante un proyecto político radical y coherente para la transformación de la sociedad, donde la clase campesina es protagonista. Tiene una visión más amplia respecto de la política de la revolución del sur, y de los objetivos que movían a Zapata. No solamente rondaba la cuestión agraria, sino que también había inquietudes políticas, económicas y sociales en la ideología Zapatista.

Este movimiento campesino, así denominado por el autor, ha producido una abundante documentación, producto de su magnitud, duración y complejidad.

Page 3: zapatismo y villismo.doc

El zapatismo impacto en todos los ámbitos sociales. Así lo detallan los documentos públicos que pasaron a ser fuentes por excelencia en las que se basa el autor. Entre estos documentos, esta el Plan de Ayala, promulgado en 1911, casi un año después del levantamiento armado, y al cual Warman, le atribuye un propósito propagandístico, ya que en si, este plan, pone en palabras, hechos que ya se habían consumado. Si bien los documentos públicos eran elaborados por intelectuales, su esencia era sometida al escrutinio de los jefes militares. En las reformas, lo que Zapata busca es cambiar la estructura agraria, restituyendo la propiedad expropiada a las comunidades. Queda claro entonces, que aquí era la comunidad agraria, la unidad social y política básica.

Como líder del ejército rebelde, centro su preocupación en una disciplina rigurosa de los soldados. Exigía un comportamiento respetuoso, tanto hacia los campesinos, como hacia las autoridades civiles. Esta actitud reflejaba fuertes lazos creados entre la población civil y el ejército, conformando así una identidad de clases. Entendió que el pueblo, era el motor de la lucha revolucionaria, sin el cual el ejército no podría obtener éxito, y si bien quiso conformar una organización partidaria de masas, sin embargo, se vio limitado por la pobreza de la región, producto de los constantes enfrentamientos.

Al igual que Villa, Zapata basaba el sustento del ejército, confiscando ganado a los grandes hacendados, propietarios y comerciantes, sin embargo, mas allá de estos abastecimientos, nunca tuvieron una fuerte externa de ingresos. La alimentación del ejército era sustentada por los pueblos. Este Ejercito Libertador del Sur, estaba constituido por una milicia popular voluntaria, en un principio, y aunque los constantes enfrentamientos hacían necesario un cuerpo más regular y profesional, esto nunca llego a suceder. Los soldados eran humildes, y si bien algunos jefes sacaron provecho de algunas situaciones, sin embargo, ninguno alcanzo a salir más allá de la miseria. La diferencia entre jefes y tropa, jamás fue un obstáculo, ya que ambos pertenecían a la misma clase. Tan popular era el carácter de los soldados, que al momento de la disolución de los ejércitos, sus componentes rápidamente se entremezclaban en los pueblos de los que habían salido. Su procedencia popular mantenía al ejército en contacto estrecho, con los pueblos.

No hay que perder de vista, la heterogeneidad social de estos movimientos. En el Zapatismo, no hay una única reivindicación, ya que esta en juego tanto la tierra, como la autonomía política.

2- Comparar las diferentes Leyes desde 1911 hasta 1917.

Page 4: zapatismo y villismo.doc

El Plan de Ayala, es considerado el documento fundador de zapatismo. Este Plan que fue promulgado el 25 de noviembre de 1911, se concibió después del levantamiento armado y como resultado de unas negociaciones que no fueron mas allá del fracaso, dirigidas a implementar las anteriores promesas agrarias hechas en el Plan San Luìs Potosí. Una vez obtenido el consenso entre los jefes militares tras una prolongada discusión, el acuerdo se cristalizó en quince artículos. En todos, tanto directa como indirectamente se deja ver el repudio hacia Madero y sus seguidores, siendo uno de sus principales propósitos “(…) acabar con la tiranía que nos oprime y redimir a la patria de las dictaduras (…)”. Las propuestas públicas del zapatismo se fueron transformando a lo largo del camino de la lucha, sin embargo estos cambios terminaron fundiéndose en el planeamiento político que representaba el Plan de Ayala, el cual quedó inalterado desde su formulación. La inquietud de la propuesta zapatista era la reorganización de la sociedad y de la comunidad agraria como la unidad social básica. Este Plan propone cambiar la estructura agraria a través de la restitución de la tierra a cada una de las comunidades que la habían perdido tiempo antes. Estas comunidades tenían, una vez otorgada o restituida su tierra, plena autonomía para decidir sobre las formas de organización de la producción acorde a recursos y tradiciones, particularidades que se tomaban en cuenta. La comunidad agraria para los zapatistas se concibe, no sólo como la corporación propietaria de la tierra sino como una unidad política básica, dotada de autonomía y recursos propios. Para los zapatista su Plan fue considerado más que un programa de acción, puede considerarse una advertencia para los políticos de la ciudad de México para que notaran cuán militantes se habían tornado algunos sectores de la población rural. En el zapatismo no hay una única reivindicación, se busca tanto el poder de a tierra como la autonomía política. Grandes cambios provoco respecto del régimen establecido. Hay que destacar que Zapata y su gente estaban llevando adelante, mas que un movimiento regional, una revolución nacional con intenciones de tomar el poder federal. Esta vez los revolucionarios no solo devolverían al pueblo las tierras expropiadas, sino que además expropiarían tierras ante cualquier intención de monopolizar por aquel que la poseyera. Se le hizo frente a los terratenientes que tuvieran ánimo de oposición, como todo aquel revolucionario maderista capturado en batalla, seria tratado como “traidor”. Si bien pueden encontrarse antecedentes de este Plan tanto en las lecciones públicas que Juárez, cincuenta años antes, había dado a conocer acerca de la importancia de la justicia, los principios y la ley en si misma, como en otros documentos revolucionarios (como el Plan de Tacubaya), hay que reconocer la originalidad del Plan De Ayala 6ª al 10ª, los cuales hablan tanto de las reformas agrarias en si, como de la asistencia a las viudas y huérfanos de los revolucionarios, como de los traidores de la revolución. Detallando los artículos destacados antes mencionados puede verse como en el 6ª se hace alusión a que los terrenos, montes y aguas (elemento imprescindible para una agricultura exitosa) que hubieran sido usurpadas por los hacendados, entraran en posesión de las comunidades o ciudadanos que tengan los correspondientes títulos. Correspondiendo a los propietarios iniciar el reclamo y demostrar su legitimidad con titulares ante tribunales emanados de la revolución. El artículo 7ª declara que se expropiaran por medio de indemnización la tercera parte de aquellas tierras, montes y aguas que estén en manos de poderosos propietarios (extranjeros en su mayoría), con la finalidad de que ciudadanos mexicanos obtengan acceso a la tierra y mejorar así su

Page 5: zapatismo y villismo.doc

bienestar y procurarles prosperidad. El articulo 8ª establece que aquellos que se nacionalizaran todos lo bienes de aquel que se oponga al Plan, recursos que serán destinados para indemnizar a viudas y huérfanos de las victimas de la Revolución. En el artículo 9ª se hace referencia a las reformas de Juárez y se toman como ejemplo para aplicar la ley de desamortización y nacionalización de todo bien que se crea conveniente.. El 10ª artículo estipula a quienes se considerara traidor: todo aquel que se levante en contra del Plan de Ayala. Puede concluirse, que exceptuando los artículos detallados, en definitiva el Plan de Ayala pone en palabras hechos que ya se habían consumado, se legisla sobre lo que ya se había hecho.

Venustiano Carranza, Primer Jefe del Ejército Constitucionalista y Jefe de la Revolución, consideraba que una de las causas de malestar en la población agrícola, fue el despojo de los terrenos comunales. Terrenos que pertenecían a los pueblos desde antaño y los cuales eran la base de su subsistencia. Al hablar de “terrenos” se refiere a montes, agua y tierra que fueron enajenados tanto por decretos y leyes (como la de 1856) como por concesiones por compañías deslindadoras. Tanto los pueblos como las comunidades vieron sus derechos burlados ante su incapacidad, según el Art.27 de la constitución Federal, de adquirir o poseer bienes raíces. Estas limitaciones y trabas impusieron al trabajador campesino proporcionar su fuerza de trabajo a los grandes terratenientes como medio de subsistencia. Por lo tanto consideraba Carranza que era urgente la devolución a los pueblos de los terrenos que le habían sido despojados, siendo esta la única forma de asegurar la paz y el bienestar de los más necesitados. El único medio para lograr tal fin era pues: “(…) el de facultar a las autoridades militares superiores que operen en cada lugar, para que, efectuando las expropiaciones que fueren indispensables, den tierras suficientes a los pueblos que carecían de ellas (…)”

No pretendía revivir las antiguas comunidades, simplemente dar tierra a la población rural que carecía de las mismas. Por lo tanto, Carranza decreta, que quedan nulas todas las enajenaciones realizadas por los jefes políticos, de tierras, aguas y montes pertenecientes a los pueblos. También anula todas las concesiones que hayan invadido ilegalmente los ejidos y terrenos pertenecientes a los pueblos o comunidades, como así también las compañías de deslindes, la división o reparto ilegitimo de tierra entre los vecinos de la comunidad.

De acuerdo con los objetivos del programa político de la Revolución, se crearan comisiones nacionales, locales y comités ejecutivos en cada estado para mantener un equilibrio entre las comunidades y la propiedad privada.

Como se puede ver, Carranza no dejo detalle librado al azar, contemplo todas las instancias legales, para beneficiar a los más necesitados. La problemática agraria obliga a Carranza a tomar la reforma agraria como una propuesta política.

Francisco Villa. General en Jefe de Operaciones del Ejercito Convencionalista. Hace también sus consideraciones al redactar los veinte artículos de su proyecto de ley agraria.

“(…) siendo la tierra en nuestro país, la fuente, casi única de la riqueza, la gran desigualdad en la distribución de la propiedad territorial a producido la consecuencia

Page 6: zapatismo y villismo.doc

de dejar a la gran mayoría de los mejicanos, la clase jornalera, sujeta a la dependencia de la minoría de los terratenientes (…) “.

Aquí sigue siendo la concentración de tierra a través de injustas expropiaciones, el problema que requiere una rápida solución. Busca por lo tanto un plan sólido y uniforme que le de solución a este problema agrario. Este proyecto será la “Ley General Agraria”, la cual en rasgos generales, fijara entre otras cosas, la cantidad de superficie que pueda ser poseída por un solo dueño, teniendo en cuenta la cantidad de agua y la calidad de las tierras. Se llevan a cabo fraccionamientos de las grandes propiedades a través de indemnizaciones, tanto para fundación de pueblos, como para su devolución a las familias labradoras.

Cuando Villa piensa en la división agraria, piensa en un principio, en su ejercito, en sus hombres, sus soldados, y después en los campesinos. Este proyecto, que nace el 24 de mayo de 1915, no se llevo a cabo dado el derrocamiento que sufrió Villa, ya que tanto para Villa como para sus soldados, la reforma agraria debía realizarse solo después de su regreso. Y tal como sucedió, cuando regresaron, eran un ejército vencido, al mando de Villa, que volvía sin poder para otorgarle las tierras.

“(…) el interés personal de Villa, era mucho mas limitado en su naturaleza, y (…) le interesaba básicamente sus soldados (…)1

En la Ley Agraria, dictada por el Consejo Ejecutivo de la Republica, el 28 de octubre de 1915, considera que: “en el Plan de Ayala se encuentran condensados los anhelos del pueblo levantado en armas, especialmente en lo relativo a las reivindicaciones agrarias, (…) por lo que es de precisa urgencia reglamentar debidamente los principios consignados en dicho plan (…) “2

Como vemos, esta ley busca llevar a la practica casi sin modificaciones el Plan de Ayala, considerándose este último, una voluntad popular, que satisfacía legítimamente las aspiraciones del pueblo y por lo tanto el paso correcto a seguir en tema de reforma agraria.

Desde el artículo primero al quinto, se manifiesta la voluntad de restituir a las comunidades, los terrenos, montes y aguas que les fueron despojados. Allí se reconoce el derecho de todo ciudadano, de poseer y cultivar un terreno para cubrir sus necesidades, conservando sus parcelas aquellos que no sean enemigos de la revolución. Aquí también se tiene en cuenta, la superficie de las mismas. A aquellos que se proclaman enemigos de la revolución ayudando directa o indirectamente a los gobiernos de Huerta y de Díaz, se les expropiaran los terrenos como propiedad nacional. Finalmente se insta a todas las autoridades municipales de la republica a cumplir y hacer cumplir las disposiciones dictaminadas por este Consejo Ejecutivo de la Republica.

Finalmente sintetizarè el artículo 27 de la Constitución de 1917, el cual fue aprobado por unanimidad. Según dicho artículo se atribuye exclusivamente a la Nación

1 Afirmación de uno de los delegados del norte, ante la Convención Revolucionaria. Citado por KATZ, Friedrich: “Pancho Villa, los movimientos campesinos y la reforma agraria en el Norte de México”, en BRADING, D. “Caudillos y campesinos en la Revolución Mexicana”. Edit. FCE, México, 1985, pag. 104.- 2 Ley Agraria, Consejo Ejecutivo de la Republica, citado en Womack, J. (Jr) “Zapata y la revolución Mexicana”, Editorial Siglo XXI, 1970.

Page 7: zapatismo y villismo.doc

del derecho tanto de la tierra y aguas como el derecho de transmitir el dominio de las mismas para transformarles en propiedad privada, siempre que sea de interés publico y conforme a la ley mexicana. Se llevaron a cabo fraccionamientos de latifundios, para el desarrollo de la pequeña propiedad, para la conformación de nuevos poblados agrícolas, para el fomento de la agricultura, etc. La propuesta agraria que ofrece este artículo indica que las asociaciones religiosas no pueden adquirir, poseer o administrar bienes raíces, y ene. Caso de que los tengan, pasaran a dominio de la Nación . Dejando en claro que estas medidas serán ejecutadas por procedimientos judiciales, a través de los tribunales correspondientes. También se habla que el Congreso de La Unión y las legislaturas de los estados están habilitados para expedir leyes que lleven a cabo el fraccionamiento de las grandes propiedades. Dejando claro que solo los ciudadanos mexicanos podrán acceder al pleno dominio de las tierras y aguas quedando excluidos los grandes propietarios extranjeros ( sobre todo norteamericanos, que siempre vieron oportunidades en territorio mexicano para apoderarse de grandes extensiones de tierra).

Estos planes y proyectos, si bien fueron concebidos en un corto plazo unos de otros, nos permiten no solo encontrar similitudes y coincidencias, sino también diferencias. Con respecto a estas últimas puede observarse una clara diferenciación en cuanto a la entrega del dominio de la tierra que hace cada una. En el Plan de Ayala de 1911 este trámite aparece como el más rápido al momento de concretarse casi sin trabas burocráticas, favoreciendo rápidamente a los campesinos, quienes pasaban a ser poseedores de la tierra una vez ejecutada la expropiación. Si bien la Ley Agraria del Consejo Ejecutivo de la República sustenta al Plan de Ayala y refuerza el marco legal de los artículos 6ª, 7ª y 8ª, contrariamente el proyecto inconcluso de Villa de 1914 era más conservador respecto de la entrega inmediata de las tierras a los campesinos. Se necesitaba mas tiempo y formalidades burocráticas para que estos accedieran finalmente a las tierras, los cuales además se veían obligados a pagarlas con bonos. El trato que cada propuesta le otorga a las tierras comunales también se diferencia de un plan a otro. Para el Plan de Ayala, la comunidad agraria eran la base, la unidad social básica, por lo tanto todas las tierra recuperadas de las expropiaciones eran restituidas a la comunidad. Por el contrario, Villa en su proyecto de 1915 expropia terrenos circundantes a los pueblos indígenas para repartirlos en pequeños lotes entre los habitantes de los mismos pueblos que estén en condiciones de adquirirlos. Por su parte el artículo 27 de la Constitución de 1917 establecía la restitución de tierras a las comunidades que habían sido expropiadas con la ley de 1856. si bien Carranza reglamento una acción futura con respecto al reparto de tierras y las circunscripciones máximas de las mismas, tema delicado y centro de todas las reformas, sin embargo esta reglamentación en la practica se vio subordinada a las decisiones del momento, a la consolidación del poder del gobierno y a las exigencias del ejército. Otra diferencia esta en la cantidad máxima de tierras que se podía poseer. En el Plan de Ayala, los límites de la pequeña propiedad son sumamente rigurosos y menores a los que contemplaba la Constitución de 1917 en el artículo 27ª, a las que las proclamas zapatistas habían antecedido. El proyecto de villista de 1915 proscribía que los gobiernos de los estados eran los encargados de fijar la superficie máxima de tierra que podía poseer un solo dueño, de acuerdo a las condiciones de cada terreno: cantidad de agua disponible y calidad de la tierra entre otras. Si bien el Plan de Ayala no contempla ninguna posibilidad de sobrepasar la cantidad máxima de tierra por grupo familiar, por el contrario las otras dos propuestas agrarias hacen una salvedad respecto a la cantidad máxima de una posesión. Por ejemplo para el proyecto villista la excepción era otorgada a aquellas empresas agrarias

Page 8: zapatismo y villismo.doc

que tuvieran como finalidad el desarrollo de la región, siempre y cuando estas empresas fueran netamente mexicanas. También la Constitución del `17 establecía que el Estado estaba en su derecho a concesionar grandes extensiones de tierra, tanto a mexicanos como a extranjeros, bajo la intervención inmediata del Estado ante cualquier irregularidad. Lo que indican los planes y proyectos agrarios en su mayoría es el malestar continuo respecto de la población rural, la inestabilidad al momento de hacerse poseedores de una parcela para su subsistencia y la presión que imprimían sobre los regímenes que iban subiendo al poder. Todos fueron en cierta forma presionados para satisfacer las demandas de este sector campesino, rural, mayoritario y con mucha fuerza para concretar (con un esfuerzo titánico) sus reclamos más legítimos.

3- reforma agraria boliviana

La toma de conciencia de los indios en Bolivia respecto a la dependencia que los blancos tenían de ellos, se originó a partir de la guerra del Chaco (1932-1935), en la cual se enfrentaron Bolivia y Paraguay por una disputa de territorio fronterizo. Esta guerra sacudió las relaciones semifeudales que mantenía a Bolivia y su gente bajo el dominio de castas ya debilitado. La masiva participación indígena en el conflicto bélico fue la que cristalizo la toma de conciencia. Un año después de finalizada la guerra se conformo el primer sindicato rural el Ucurena, dentro de un latifundio. No se debe atribuir a este solo conflicto el cambio, ya que los abusos reiterados causaban un descontento generalizado. Esta incipiente organización sindical fue desbaratada en 1939 por un grupo de terratenientes que veían una amenaza naciente en estos sindicatos. Los campesinos fueron desalojados de las tierras, y este acto fue visto por el resto, no como una aberración hacia un pequeño grupo de trabajadores rurales, sino como una ofensa a toda la población india. En 1940, y con ayuda de un maestro que actuaba como líder, aquellos integrantes del sindicato ubicado en el latifundio pudieron comprar algunas parcelas del mismo, convirtiéndose en pequeños propietarios. De a poco y con ayuda se fue cristalizando el primer sindicato. A partir de 1943, cuando asciende al poder Villarroel se dieron ciertos acontecimientos que alentaron la organización del campesinado. Comprendieron que los levantamientos esporádicos de poco valdrían ante la poderosa organización de los terratenientes , quienes controlaban la Convención. Ahora lucharían por la reforma agraria. En 1945 se organizo el primer Congreso Indio que bogaba por la abolición de los servicios personales gratuitos que los campesinos debían realizar a los señores; educación; mejoras en las condiciones de trabajo, entre otras. Sin embargo este paso también fue opacado por las fuerzas opositoras de los grandes terratenientes.

Los indígenas encontraron diversas formas de manifestar su descontento con huelgas y manifestaciones, situación que fue usada por la oposición para sembrar el miedo en la clase media, y desprestigiar al gobierno de Villarroel que los toleraba. Esto desencadeno en el asesinato de este último, y en un retroceso de todos los beneficios

Page 9: zapatismo y villismo.doc

conseguidos hasta el momento por el movimiento indígena. A partir de este momento las manifestaciones se tornaron mas violentas, y la represión de las mismas estuvo a cargo de militares. En este caso fue el sector minero que tomo la iniciativa y dirección de los movimientos. También cambiaron los reclamos, a los anteriores se sumaron transformaciones sociales y políticas radicales. De parte de los dos sectores (indígenas, trabajadores y gobierno) las condiciones se recrudecieron. El Movimiento Nacional Revolucionario se había gestado en 1940 bajo el mando de Paz Estensoro, donde un grupo de intelectuales liberales y jóvenes del ejército habían canalizado su malestar. Villarroel había llegado al poder con el respaldo de este grupo. Una vez derrotado Villarroel este movimiento paso a la clandestinidad. Paz se presento en las elecciones de 1951 donde salio electo, pero no pudo tomar el poder por impedimento de la junta militar. En 1952 cuando Antonio Seleme, jefe militar se pasó al Movimiento, fue la mecha que desencadenó la revolución, lucha cruel donde se enfrentaron el ejército contra los carabineros y trabajadores. El primero no pudo con las deserciones masivas y perdió posiciones. Cuando todo terminó Estensoro tomo la presidencia ya que las elecciones lo habían legitimado para tal fin. Rojas, líder del movimiento campesino en la zona de Cochabamba, fue ganando territorio y se convirtió en el líder del Sindicato Campesino de Ucureña. A partir de este momento los sindicatos campesinos fueron ganando el poder que les permitía ejercer presión ante las autoridades gubernamentales, quienes a su vez buscaban la simpatía del campesinado ante el temor de un golpe del lado conservador. Durante 1953 comenzó a crecer el miedo entre los terratenientes ante el creciente movimiento. El temor de que el gobierno no pudiera controlar semejante organización se hizo evidente. En 1953 finalmente la unión sindicalista consigue la promulgación del Decreto de Reforma Agraria: pequeños campesinos tuvieron el control sobre las tierras que habían arrebatado a los latifundios en aquellas primeras manifestaciones en Ucureña. Este era un paso importante para los sectores que venían luchando codo a codo, quienes lograron que la redistribución de las tierras se ponga en marcha.

La reforma agraria tuvo procesos muy diferentes en México y en Bolivia. En México la distribución de la tierra, o sea el otorgamiento de la tierra al campesino, en general se dio antes que el procedimiento legal, antes que la sean asignadas las mismas legalmente, siendo la prioridad devolver la tierra a los campesinos o comunidades que las habían perdido anteriormente, en manos de los grandes terratenientes.

En Bolivia este proceso se desarrolló de forma distinta. Aquí, si bien la posesión fue anterior a la legislación, una vez que esta estuvo promulgada, la transferencia de los títulos de propiedad fue inmediata, evitando así la inseguridad y tensión que vivieron los campesinos mexicanos ante la incertidumbre de su posesión legal. En tanto, la prioridad era la devolución de las tierras a los campesinos que vivían en las haciendas, provocando una rápida ruptura con el sistema tradicional, característica que lo diferencia de México. Tal vez, estas diferencias, se deban a que en un principio, en México, no había un partido organizado que respaldara la revolución como lo fue en Bolivia el Movimiento Nacional Revolucionario, que tenía como motor, al sector campesino. Estos últimos, tenían gran representación dentro del movimiento, y una fuerte influencia, lo cual les permitió conseguir rápidamente sus demandas, impidiendo que la oposición tomara fuerzas. En México, la reforma agraria, fue utilizada por muchas personalidades para llegar al poder, sin ser ese su objetivo real. Aquí todo lo que se logró, fue por la presión e insistencia de algunos dirigentes. Esta falta de identificación de los dirigentes que llegaban al poder, con la causa campesina mexicana, hizo que pasaran cincuenta años y

Page 10: zapatismo y villismo.doc

diversas reformas agrarias, cuestión que en Bolivia se resolvió en menos de un año, por la presión de los incipientes sindicatos campesinos.

La Ley Agraria boliviana, si bien abolió los latifundios, no dejo de respetar las pequeñas y medianas propiedades privadas, como así también las empresas agrícolas bien explotadas. Si bien, en general, la abolición y división de los latifundios hizo que los trabajadores tomaran posesión inmediata del terreno, dejando una parcela para uso colectivo, también se dieron casos en que las relaciones entre los trabajadores y el patrón habían sido cordiales y pudieron llegar a un acuerdo. En estos casos se llego al acuerdo de continuar la producción de la propiedad, en beneficio de ambas partes. En otros casos donde las relaciones habían sido abusivas, tanto el señor como su familia optaban por abandonar el latifundio ante la amenaza del justificado descontento campesino. Si el señor permanecía en la propiedad se veía obligado a pagar sueldos por el trabajo prestado por parte del campesino.

La institucionalización y el reconocimiento de los sindicatos y sus asambleas por parte del gobierno, fue el respaldo en el que se apoyo toda la masa de trabajadores campesina. El avance arrollador de los sindicatos, eliminó rápidamente la barrera tradicional de los terratenientes. Su consolidación en el poder fue tan legítima que con menos violencia y en menor tiempo consiguió lo que los campesinos mexicanos anhelaron por muchas décadas.

A partir de 1957 las organizaciones campesinas boliviana estaban estrechamente relacionadas con el poder nacional y consolidadas internamente. El campesino termina convenciéndose del poder que su voz tenia, al tratar directamente con los dirigentes políticos de alto nivel. Sin embargo, pese a ser mayoría, no lograron influenciar la política a favor de la totalidad de sus reclamos.

Podemos concluir que, los campesinos de Bolivia, en general, fueron mas beneficiados por las reformas agrarias que los campesinos mexicanos, pasando de ciervos semifeudales, a pequeños propietarios.