yurupari epopeya indigena suramericana

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 YURUPARY: EPOPEYA INDÍGENA SURAMERICANA La próxima publicación de  La leyenda de Yurupary  p o r el Instituto Caro y Cuervo en una edición que incluye un extenso estudio del autor de estas líneas y la traducción de la leyenda, elaborada por Susana N. Salessi, con base en el tex- to italiano del conde Ermanno Stradelli, representará un hito de indudable significación para las literaturas indígenas de América, ya que dicha edición rescata definitivamente en lengua española una epopeya indígena suramericana, de la región colombo-brasilera del Vaupés, a la cual puede atribuír- sele un valor semejante al que le corresponde al  Popol vuh en el área de Mesoamérica. Las limitaciones del presente artículo no me permiten ocuparme de muchos aspectos de la obra: datos etnográficos, históricos, lingüísticos, antropológicos, descripción de ritos, análisis textuales, comparación entre rito y mito, etc., todos ellos de innegable importancia, pero que no cabrían en estas breves páginas, las cuales esencialmente se proponen un do- ble fin: por una parte dar a conocer la manera como se llevó a cabo la recuperación de la leyenda, después de una ardua tarea investigativa, y, por la otra, presentar la edición como un anticipo a nuestros lectores para que de antemano tengan una idea, siquiera aproximada, de la riqueza de la obra y de su trascendencia en las literaturas amerindias. A pesar de que ya conocía el mito de Yurupary, debo confesar que las primeras noticias que tuve acerca de la le- yenda me llegaron a través del crítico Javier Arango Ferrer, quien en su obra  Raíz y desarrollo de la literatura colombiana (Bogotá, 1965) informa sobre la existencia de una leyenda de la región del Vaupés, atribuida al indio brasilero Maximiano José Roberto, la cual se había conservado en una traducción italiana de fines del siglo xix, compuesta por el antropólogo

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  • YURUPARY: EPOPEYA INDGENA SURAMERICANA

    La prxima publicacin de La leyenda de Yurupary porel Instituto Caro y Cuervo en una edicin que incluye unextenso estudio del autor de estas lneas y la traduccin de laleyenda, elaborada por Susana N. Salessi, con base en el tex-to italiano del conde Ermanno Stradelli, representar un hitode indudable significacin para las literaturas indgenas deAmrica, ya que dicha edicin rescata definitivamente enlengua espaola una epopeya indgena suramericana, de laregin colombo-brasilera del Vaups, a la cual puede atribur-sele un valor semejante al que le corresponde al Popol vuhen el rea de Mesoamrica.

    Las limitaciones del presente artculo no me permitenocuparme de muchos aspectos de la obra: datos etnogrficos,histricos, lingsticos, antropolgicos, descripcin de ritos,anlisis textuales, comparacin entre rito y mito, etc., todosellos de innegable importancia, pero que no cabran en estasbreves pginas, las cuales esencialmente se proponen un do-ble fin: por una parte dar a conocer la manera como se lleva cabo la recuperacin de la leyenda, despus de una arduatarea investigativa, y, por la otra, presentar la edicin comoun anticipo a nuestros lectores para que de antemano tenganuna idea, siquiera aproximada, de la riqueza de la obra y desu trascendencia en las literaturas amerindias.

    A pesar de que ya conoca el mito de Yurupary, deboconfesar que las primeras noticias que tuve acerca de la le-yenda me llegaron a travs del crtico Javier Arango Ferrer,quien en su obra Raz y desarrollo de la literatura colombiana(Bogot, 1965) informa sobre la existencia de una leyenda dela regin del Vaups, atribuida al indio brasilero MaximianoJos Roberto, la cual se haba conservado en una traduccinitaliana de fines del siglo xix, compuesta por el antroplogo

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    Ermanno Stradelli. Este texto haba sido a su vez traducido alespaol por el erudito colombiano Pastor Restrepo Lince, fuen-te esta ltima que utiliza Arango Ferrer para citar algu-nos extractos de la leyenda. La versin de Pastor RestrepoLince que yo sepa nunca se ha publicado, hecho que mesirvi de estmulo para abordar con todo inters el estudiodel tema y para, en feliz circunstancia, obtener la colabora-cin de la seora Susana N. Salessi, alumna graduada de laUniversidad de California, Irvine, quien se encarg de tradu-cir el texto de Stradelli en una versin que, en lo posible, si-gue fielmente el modelo italiano.

    Desde un principio la investigacin encontr serios tro-piezos, pues a la dificultad de localizar y consultar las fuen-tes, muchas de ellas publicadas en el siglo xix en revistas olibros de difcil acceso, se una la falta de estudios sobre elmito de Yurupary y sobre el texto de Stradelli, con una pers-pectiva literaria, ya que la nutridsima bibliografa en variaslenguas relativa al tema, se reduce a estudios antropolgicoso etnogrficos, a trabajos acerca de lingstica o mitologa in-dgenas, o a descripciones de viajeros y cientficos que hanvisitado la zona del Vaups. Por otra parte, exista el proble-ma de autora debido a que la leyenda, escrita originalmenteen nhengat, o lengua franca en buena parte del Vaups afines del siglo xix, se atribua a un indio cuya existencia aveces se pone en tela de juicio. Algo semejante ocurra conel traductor, el conde italiano Ermanno Stradelli, a quienalgunos han considerado un mistificador y de cuya imagina-cin bien pudiera haber provenido el aparente relato nove-lesco que a primera lectura conforma la leyenda cuando sedesconocen sus antecedentes, su relacin con las ceremoniasrituales y con las numerosas versiones del mito, y cuando seolvida tener en cuenta para su cabal comprensin el comple-jo tnico-cultural de las tribus indgenas de la regin.

    Las indagaciones poco a poco fueron clarificando algu-nas dudas. En primer lugar pudo determinarse la existenciadel escritor Maximiano Jos Roberto, quien result ser des-cendiente directo de jefes indgenas manaos y tarianas. Posey,al parecer, una extensa cultura y un profundo conocimiento de

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    las costumbres y tradiciones de sus antepasados, como loprueban las numerosas leyendas que recogi y la estimacinque le tuvieron casi todos los cientficos y antroplogos quevisitaron la zona y que encontraban en l un experto gua yun fiel intrprete de los mitos y creencias indgenas. Despusde recoger la leyenda de Yurupary, a travs de relatos oralesde muchos indios, y de transcribir los diferentes episodios ennhengat, su lengua nativa, entreg los manuscritos al con-de Stradelli para que ste procediera a traducir el texto, pre-firiendo confiarse en l, y no en el antroplogo Joao BarbosaRodrigues que infructuosamente quiso hacer suya la leyenda.Esto caus que, por despecho, Barbosa Rodrigues acusara aStradelli de plagiario y que posteriormente publicara una ver-sin de la leyenda que sigue muy de cerca la que hizo conocerel conde italiano, quien, en su papel de traductor - editor, posi-blemente tuvo que hacer algunas enmiendas en el texto y darcierto orden a los episodios, pero sin alterar la esencia del mito,ya que segn confesin propia puso especial cuidado paraque la traduccin conservara el espritu del original y aun lasencillez del lenguaje. No se conserva el original en nhen-gat de la leyenda, circunstancia que repite el caso del Popolvuh, y de muchos textos en las literaturas amerindias. Laversin de Stradelli fue publicada inicialmente con el ttuloLeggenda dell'Jurupary en el Bollettino de la Societ Geogr-fica Italiana de Roma, en 1890 (Serie III, vol. III, pgs. 659-689, 778-835), texto que fue reproducido en 1964, con otraspginas de Stradelli, en un volumen que edit el InstitutoCultural Italo-Brasileiro de Sao Paulo: "La leggenda del /-rupary" e outras leudas amaznicas. No existe, que se sepa,versin portuguesa de la traduccin de Stradelli, por lo quecorresponder a la espaola difundir la leyenda en todo elmbito del mundo ibero.

    Sobre Ermanno Stradelli (1852-1926) han podido reco-gerse datos ms precisos. Se sabe que naci en Piazenza, Italia,y que perteneci a una familia noble. Inicialmente hizo estu-dios de derecho, profesin que ejerci por algn tiempo ensu pas. Atrado, sin embargo, por el encanto extico del Brasil,abandon a Italia para radicarse en la selva amaznica donde

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    pas la mayor parte de su vida dedicado a los estudios an-tropolgicos, lingsticos y etnogrficos, campos en los cualessobresali. All se hizo amigo de Maximiano Jos Roberto porquien senta sincera admiracin. Gracias a esta amistad pudoobtener el manuscrito de la leyenda de Yurupary para hacersu traduccin. En los aos de juventud el conde tuvo inclina-ciones literarias, a juzgar por las poesas y traducciones quecompuso, las cuales fueron publicadas. Muri leproso y a ellotal vez se deba que algunos de sus papeles se perdieran en elaislamiento a que lo oblig su enfermedad. La bibliografade Stradelli es bastante extensa, especialmente en el rea de laetnografa brasilera en la que era considerado una autoridad.Actualmente es un escritor olvidado y casi desconocido en supas de origen.

    Extraa la falta de inters que hasta la fecha ha existidopor estudiar la leyenda de Yurupary desde un punto de vistaliterario, lo cual no ocurre con otros textos amerindios comoel notable Popol vuh de los quichs de Guatemala. En rea-lidad, las explicaciones que se intenten a este respecto no pa-recen satisfactorias, aunque hay que tener en cuenta que elestudio de la mitologa indgena es un campo relativamentepoco explorado y que las investigaciones sobre literaturas ame-rindias estn en su etapa preliminar. No deja de sorprender,sin embargo, la ausencia de trabajos sobre el tema y que en elmismo Brasil pas que siente como suyo a Yurupary no sehayan hecho intentos por emprender el rescate literario de laleyenda, la que, por el contrario, se ha ido desvirtuando enmanos de los mitgrafos y folcloristas. Otra cosa sucede desdeluego con las investigaciones cientficas y antropolgicas rela-tivas al mito, las cuales son muy numerosas pero de pocautilidad cuando se intenta una aproximacin literaria de laleyenda. Creemos que en parte el problema se debe al escepti-cismo y desconfianza que desde un comienzo surgi entre loscrticos por la versin de Stradelli, y a la preponderancia queen el Brasil moderno han tenido los segmentos blanco y negrode la poblacin, fenmeno que ha ido en detrimento de losgrupos indgenas ya en vas de una completa aculturacin.En la literatura esta tendencia se ha venido acentuando, pero

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    ya es palpable en dcadas anteriores como lo demuestra laobra de David Miller Driver, The lndian in Brazilian Uter-ature (New York, 1942), estudio muy erudito y completo,donde ni siquiera se menciona a Yurupary.

    La ndole peculiar de nuestro trabajo requiri el empleode una metodologa adecuada al tema en la que se mezclanprocedimientos investigativos de uso frecuente en la moder-na antropologa con el estudio del mito, en su contexto ame-ricano, y con el enfoque crtico de la leyenda, todo elloencaminado a la comprensin del texto y a su anlisis litera-rio. Hemos recogido numerosas versiones del mito de Yuru-pary provenientes de dos grandes culturas indgenas o familiaslingsticas de la regin del Isana, Ro Negro y Vaups: tukanoy arawak. Esto nos ha permitido considerar dos ciclos corres-pondientes a dichas culturas, el primero de los cuales presentala mayora de las variantes conocidas: dac, yahuna, barasana,desana, cubeo, etc. Al segundo ciclo, o sea al arawak, pertene-cen, sin embargo, las versiones que ms interesan para nuestroestudio, particularmente las que se originaron en las tribus ta-rianas, entre las que precisamente se encuentra el texto deMaximiano Jos Roberto. En mi concepto, dentro de este abun-dante corpus de mitos, y en virtud de su carcter de leyendao epopeya, slo la traduccin de Stradelli puede estudiarsecon una perspectiva literaria. Constituye este texto, adems,la versin ms completa que se haya recogido del mito deYurupary.

    Desde un punto de vista terico y metodolgico seguimosde cerca a Claude Lvi-Strauss en lo concerniente al estudioy anlisis del mito, pero nos apartamos de l en varios aspec-tos, particularmente en su interpretacin de los mitos comoun sistema universal, ya que en este caso una limitacin delmbito cultural parece lo ms apropiado para que de esta ma-nera se puedan establecer relaciones ms directas entre unacultura determinada y su mitologa. Fuera de estas salvedades,y de que evitamos la aplicacin irrestricta de los principiosde la antropologa estructural, nos hemos ceido al mtodo deLvi-Strauss que l sucintamente explica de la siguiente manera:

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    1. A myth must never be interpreted in one level only. No pri-vileged explanation exists, for any myth consists in an mter-relation ofseveral explanatory levis.

    2. A myth must never be interpreted individually, but in its rela-tionship to other myths, which, taken together, constitute a trans-formation group.

    3. A group of myths must never be interpreted alone, but byreference a) to other groups of myths; and b) to the ethnography ofthe societies in which they orignate1.

    Yurupary constituye el mito mayor de las culturas ind-genas de Amrica preservado hasta nuestros das. A diferenciade otros mitos aborgenes, su vigencia se manifiesta no sloa travs de la tradicin oral, tal como ocurre de ordinario, sinomediante un elaborado ritual que le confiere cierta unidadpero a su vez determina caractersticas peculiares en cada unade las culturas donde el culto se mantiene como parte de lascreencias religiosas indgenas. El nombre Yurupary (Yurupari,Jurupari, Yurupari, Iurupari, etc.) se origina de la "lngua geral"o nhengat, derivada del tup-guaran, que en una poca seconvirti en lengua franca de una extensa zona de la Amazo-nia colombo-brasilera, e incluso del Vaups, centro geogrficode la difusin del mito, el cual, al parecer, se extendi porbuena parte del Brasil y por regiones fronterizas de algunospases vecinos: Colombia, Venezuela, Guyana, etc. Se ha inter-pretado de diversas maneras el nombre que para algunos sig-nifica 'generado de la fruta", en tanto que otros lo relacionancon juru-para-i (salido de la boca del ro), o iuru-pari (bocasellada), acepcin esta ltima que revela el carcter secretoque tiene a menudo el culto, el cual est vedado a las mujeresy a los nios.

    Existen dos interpretaciones tradicionales de Yurupary:por una parte se le asocia con el diablo tup, o genio del mal,representado en varias figuras que se invocan en ceremoniasde magia y hechicera, y, por la otra, se le identifica con unhroe mtico o legislador indgena que recuerda al hroe cul-

    1 Citado por STEPHEN HUCII-JONES, The Palm and the Pleiades, Cambridge

    Univ. Press, 1979, pgs. 15-16.

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    tural presente en la mitologa de las principales culturas abo-rgenes de Amrica. La opinin general es que la mistificacinde Yurupary como genio malfico es de procedencia europeay se debe a los misioneros que forjaron esta abstraccin paraoponerla a Tupa, dios creador y omnipotente. Lo cierto pa-rece ser que las dos interpretaciones corresponden a una solaentidad, pero que en algunas tribus ha predominado el cultode un hroe-legislador, en tanto que en otras subsiste la creenciaque da a Yurupary un carcter malfico o demonaco.

    Ante la imposibilidad de incluir en estas pginas la des-cripcin de las diversas variantes del mito de Yurupary y elcontenido de la leyenda recogida por Maximiano Jos Roberto,hemos elaborado una sntesis del mito del hroe-civilizador,que transcribimos a continuacin en forma de secuencias, lascuales desde luego no siguen un desarrollo estrictamente cro-nolgico, pero presentan, de manera ordenada, los principalesepisodios del mito tomando como eje las variantes tarianas y,en particular, la leyenda en la traduccin de Stradelli quecomo se ha dicho es el texto ms completo que se conoce.El lector podr apreciar en esta apretada sntesis la enormecomplejidad y el indudable inters que ofrece la leyenda ensu dimensin mtica, potica y narrativa:

    1. El origen mtico de los ancestros del hroe se explicade varias maneras: mediante a) la intervencin de los True-nos fecundantes, del Sol, o de un ser creador; b) la fecunda-cin en contacto con el agua de una joven soltera, o de unamujer casada cuyo esposo es anciano o impotente, por unaserpiente (Cobra Grande o Gran Serpiente), o por un pay(hechicero); c) la seduccin de una mujer por los Truenos alcomer un fruto prohibido; d) la fecundacin de una virgenque al baarse se restrega el cuerpo con una planta. El ori-gen se sita en tiempos remotos a un nivel csmico y es elresultado de la accin de seres sobrenaturales o de las fuerzaselementales de cielo, tierra y agua. Los episodios de Pinon(serpiente), para explicar el origen de las tribus y su asenta-miento en el rea amaznica, slo aparecen en las versionestarianas de Maximiano Jos Roberto y de Barbosa Rodrigues.

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    2. Yurupary nace de madre virgen que queda grvida: a)al comer frutas de pihycan que le arrojan de lo alto del rbolunos macacos (o un pay); b) al tomar gran cantidad de ca-chiri (bebida embriagante); c) al entrar en contacto sus par-tes ntimas con el jugo de la fruta ua\; d) al rasguarle elrostro una rama o una hoja de tabaco; e) mediante la inter-vencin de un pay, etc. En la mayora de las versiones lamadre carece de partes sexuales (cerrada) y para que puedadar a luz tiene que ser abierta (por los Truenos, por un pes-cado, por los ancianos, por un pay, etc.). La madre (ser as-tral) se identifica con las Plyades.

    3. El nio (Yurupary) es separado de la madre por: a)los pays u otros personajes; b) los ancianos; c) los Truenos,etc. Crece tan rpido como un vegetal, libre e invisible en laselva donde mora en el rbol ua\, en cuyo interior se escu-cha su llanto. All lo va a amamantar su madre, sin verlonunca. Cuando llega a la adolescencia se presenta ante la gente.La tribu quiere hacerlo su jefe y darle la piedra cilindrica,emblema de realeza y poder. En otras variantes el nio notiene boca (cerrado) y por ello no puede hablar ni comer.Lo alimentan con humo de tabaco. Mas tarde un pay, u otropersonaje, le abre la boca.

    4. El joven Yurupary es un ser hermoso y extraordinario;hace cosas asombrosas y tiene aspecto fsico peculiar. A vecessu cuerpo est lleno de agujeros que producen msica, o cu-bierto de vello, lo que le da aspecto simiesco; otras veces desu cuerpo sale luz o fuego y brota ruido de truenos. Es envia-do del Sol y busca para l la mujer perfecta: una que no seacuriosa, impaciente y chismosa (incapaz de guardar secretos),o curiosa, libidinosa y chismosa. Tiene adems una misinreligiosa y legisladora que cumplir y para lograrla el Sol leha dado un saquito mgico lleno de hechiceras.

    5. Yurupary inicia su misin civilizadora despus de recibirla piedra cilindrica de la Luna, la cual tambin le da instruc-ciones para gobernar. Produce el trueno y el fuego. Personal-mente, o a travs de un representante (un pay, un emisario,etc.), establece leyes, ordena el ayuno obligatorio, ensea a

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    cultivar la tierra y el maz y los cantos y bailes que se usarnen los rituales. Se convierte en el director de los bailes durantelas fiestas ceremoniales. Las mujeres quieren conocer los se-cretos del culto que les est vedado y espan a los hombres.Yurupary las castiga (incluso a su propia madre) convirtin-dolas en piedras. Esto hace que le den el nombre de Bokan(corazn malo). Para evitar ms castigos y tener plena liber-tad, manda construir su Casa de Piedra lejos de all, en lasmrgenes del ro Aiari. Algunos de sus enviados lo traicionanrevelando a las mujeres el secreto.

    6. Yurupary, o su representante, en un acto de canibalis-mo devora a los nios por haberle desobedecido comiendofrutos asados del rbol ua\. Culpa a los padres por las con-secuencias de la desobediencia. Los padres (o los ancianos)deciden vengarse y planean su muerte.

    7. Lo convidan a una fiesta a la cual asiste sabiendo quelo van a matar. En esa ocasin vomita los nios. Durante lafiesta lo emborrachan y luego lo arrojan a las llamas. La ho-guera, hecha con hojas secas de inga, es el nico fuego quepuede matarlo. De sus cenizas brotan las palmas de pachubaque crecen rpidamente. Por ellas sube Yurupary hasta el cielo.Tambin nacen de las cenizas los espritus malignos y lasprimeras plantas y animales venenosos. Sus visceras produ-cen moscas y serpientes. A este sacrificio sigue una gran con-flagracin : la vegetacin se quema y al cabo de mucho tiempohay que sembrar en la ceniza. La gente se dispersa con dife-rentes rumbos.

    8. De las palmas de pachuba se fabrican los instrumentosdel culto que son la voz y los huesos de Yurupary y lo re-presentan a l en la tierra. Porque producen msica, los ins-trumentos se identifican con los pjaros. Se instituye el ritualmasculino de los yuruparises (instrumentos) con actos de fla-gelacin purificativos. En los ritos usan mscaras de piel demono (macacaraua) que recuerdan la piel de mono que sepona Yurupary. Prohiben a las mujeres conocer los secretosde los instrumentos, con pena de muerte por veneno a quienesno cumplan lo ordenado.

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    9. Las mujeres deciden aduearse de los instrumentos yfinalmente los roban. Huyen luego del lugar, construyen supropia maloca y piden ayuda (a los nios, a un joven, aunos ancianos, etc.) para completar el nmero necesario deinstrumentos, fabricarlos y aprender a tocarlos. La posesin delos instrumentos por las mujeres da lugar a un cambio drs-tico en el status social: las mujeres se hacen cargo del culto ylos hombres trabajan y sufren menstruacin.

    10. Yurupary, que de nuevo se hace presente, castiga alas mujeres (son ultrajadas, violadas, muertas, etc.). Les de-vuelve los instrumentos y objetos del culto a los hombres ycon ello se restablece el orden normal.

    11. Yuruyary personalmente, o por medio de un discpuloque acta solo o en compaa del hroe, hace preselitismo einstruye a las gentes en sus ritos y leyes para que se difundanpor todas partes. En las fiestas de Yurupary y otras celebracio-nes sus discpulos frecuentemente olvidan la ley y cometen ex-cesos orgisticos.

    12. Antes de dejar a los suyos Yurupary conoce el amorhumano, cumple sus ltimas misiones (castiga a los traidores,entierra el cuerpo petrificado de la madre, agrega nuevas le-yes a las ya existentes, instruye a los discpulos que continua-rn su labor, etc), pero falla en su bsqueda de la mujerperfecta que no ha podido encontrar en la tierra. Se despide desu amigo y discpulo favorito {alter ego) y camina hacia elOriente.

    El mito de Yurupary y los ritos correspondientes, rela-cionados con el culto de un hroe-legislador, pueden inter-pretarse de muchas maneras de acuerdo con los aspectos queel crtico quiera destacar y con el fin que se propone. En laedicin que prximamente se publicar se ha dado nfasis alestudio del mito dentro del contexto amerindio y al anlisisde la leyenda en su dimensin literaria. Sin embargo, tam-bin se han tenido en cuenta otros niveles de interpretacin,con el propsito de caracterizar adecuadamente el aspecto ri-tual, de suyo tan importante, y de estudiar el mito en la rica

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    gama de posibilidades de anlisis que ofrece Yurupary, el cual,en mi concepto, esencialmente puede considerarse:

    a) Un mito religioso-agrcola de carcter cclico o pe-ridico que celebra las cosechas, la germinacin y crecimien-to de los frutos y la fertilidad de la naturaleza.

    b) Un ceremonial inicitico por el cual los jvenes cam-bian de status y se vinculan enteramente a la sociedad tribal,asegurando as la supervivencia de las instituciones y la vidamisma del grupo.

    c) Un rito ceremonial encaminado a preservar del incestoa los miembros de la tribu.

    d) Un culto de los antepasados que celebra en especial lamemoria de un hroe mtico, lder religioso y legislador, cu-ya presencia se invoca para renovar las creencias en sus leyesy enseanzas.

    e) Un mito secreto masculino cuyo propsito es asegurarel predominio del hombre sobre las mujeres en la sociedadindgena.

    Entre estas diversas posibilidades de interpretacin, nosocupamos en nuestro trabajo de las dos ltimas especialmente,pues son las que ofrecen mayor inters para la exgesis delmito. En su dimensin de hroe-civilizador Yurupary se colo-ca al lado de otros hroes mticos amerindios, pero su paran-gn ms cercano es sin duda Quetzalcoatl con el que tienemuchos puntos de contacto. Por esta razn dedicamos variaspginas al estudio comparativo de los dos hroes, destacandoasimismo las diferencias entre ellos y el hecho de que conYurupary se ha preservado hasta nuestros das un ritual muycomplejo, cosa que no ocurre con Quetzalcoatl cuyo culto, alparecer, ya estaba en vas de extincin a la llegada de los es-paoles.

    El mito de Yurupary plantea el conflicto de los sexos y larivalidad, existente en algunas sociedades primitivas, entrehombres y mujeres por el poder poltico y religioso, simboli-zado en este caso en la posesin de las flautas o instrumentossagrados. Esta rivalidad no es otra cosa que el antagonismo

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    entre los sistemas patriarcales y los de tipo matriarcal que po-siblemente predominaron en algunas civilizaciones amazni-cas, y que la leyenda recoge, atribuyendo a Yurupary la aboli-cin de los sistemas matriarcales mediante el establecimientode una religin instituida exclusivamente para los hombres. Eltriunfo de la religin de Yurupary, despus de larga lucha,indica, sin embargo, que el matriarcado fue alguna vez el sis-tema dominante en ciertos pueblos indgenas del continente,lo cual le da nueva vigencia al olvidado mito de las amazonas,las que, segn la leyenda, debieron existir en territorios quehoy pertenecen a Colombia y Brasil.

    El captulo final del extenso ensayo acerca del mito se de-dica al anlisis del texto de La leyenda de Yurupary, en la ver-sin del conde Ermanno Stradelli. Estudiamos en esta seccin,adems de algunos aspectos complementarios del mito, la es-tructura de la obra, su dimensin de epopeya, y el conjunto deelementos que le confieren un innegable valor literario. Previa-mente se dan noticias sobre el autor del original en lenguanhengat, y sobre el traductor italiano, clarificando en lo po-sible el problema de autora, la historia de la versin primitivay las vicisitudes que tuvo la obra hasta su aparicin en el textode Stradelli.

    Con excepcin de algunas crnicas y poemas, La leyendade Yurupary es el nico texto importante de las literaturasindgenas americanas del cual se conoce su autor: el indioMaximiano Jos Roberto. Por su autor la leyenda es, pues,brasilera. Sin embargo, otros factores permiten que tambinse pueda considerar la obra colombiana: en primer lugar, elaspecto geogrfico, ya que el mito tariana de Yurupary pro-viene de la regin del ro Vaups en territorios de Colombia yBrasil; en segundo trmino, la cultura indgena de la cualemerge, que en este caso particular es la tariana cuyos descen-dientes ocupan hoy en da zonas fronterizas, pero cuyos ances-tros posiblemente emigraron de regiones prximas a nuestracordillera oriental. Otros factores son todava ms significati-vos. En la versin de Max J. Roberto, Yurupary nace en laSierra de Tunahi (Tenui), situada en la actual comisara del

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    Guaviare2, que seguramente fue en tiempos remotos importan-te centro ceremonial. Tunahi (ombligo del mundo) consti-tuye as el centro germinal del mito del hroe-legislador yde all se extendi hasta territorios brasileros a travs de algu-nos ros como el Isana y el Vaups. En Tunahi promulg elhroe por primera vez las leyes que originaron la religin deYurupary, caracterizada por un ritual en el que desempeabanun papel destacado los instrumentos sagrados, las mscaras ylos bailes. La Sierra de Tunahi aparece tambin como sitiodonde los indios enterraban a sus muertos en ceremonias conmsica e instrumentos especiales que Yurupary haba dado aconocer a los antepasados de los tarianas. Hay, adems, quetener en cuenta que muchos de los episodios de la leyendaocurren en territorio colombiano, sealadamente en la cachive-ra (cachoeira) de Yurupary, cerca de Mit, lugar que debitener importancia para la difusin de la religin del hroe-civilizador, la cual, segn parece, reemplaz otras religionesde carcter ms primitivo. Yurupary en su dimensin de hroe-legislador pertenece, pues, tanto a Colombia como a Brasil,pero es en el Vaups colombiano, menos afectado que el bra-silero por el influjo de la civilizacin, donde todava se con-serva en relativa pureza el ritual sagrado en el que los ind-genas rinden tributo a su hroe mtico ancestral.

    La edicin de Yurupary, prxima a publicarse en la Im-prenta Patritica del Instituto Caro y Cuervo, rescata enlengua espaola una importante obra indgena que no espatrimonio exclusivo de Colombia y Brasil, sino de todos lospueblos americanos.

    HCTOR H . ORJUELA

    Univcrsity of California, Irvine.

    1 La antigua Comisaria del Vaups se fraccion en las Comisaras del Vaups

    y del Guaviare.

    CampoTexto: THESAURUS. Tomo XXXVII. Nm. 1 (1982). Hctor H. ORJUELA. Yurupary: epopeya ...