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Una puesta en escena requiere un trabajoarduo: lecturas, ensayos, producción y, enel caso de Yo es otro de Vicente Quirarte yRoberto Coria, la dramaturgia. Se trata deuna tarea difícil y el hecho de ver un mon-taje realizado en pocas ocasiones se valoraen su justa medida. Más allá del anquilo-samiento de la crítica teatral mexicana, que

sólo descalifica y califica, invito al especta-dor a disfrutar la obra y a observarla comoun hecho enriquecedor en sus diversos ma-tices. No pretendo alabar el esfuerzo en símismo, sino que trato de entenderlo yubicarlo como espectadora en el espectroa rtístico-teatral del momento actual enn u e s t ro país. Hablaré de Yo es otro c o m o

un fenómeno globalizado, influído por elcine, la literatura y la pintura, principal-m e n t e .

Yo es otro, la puesta en escena de Eduar-do Ruiz Saviñón, es una mezcla de la his-toria de Jack el destripador, El exraño casodel Dr. Jekyll y Mr. Hyde, la novela emble-mática de Robert Stevenson y, de manera

Yo es otroLeda Rendón

...el teatro no puede engañar, si lo intenta fracasa, se ridiculiza y niega toda su legitimidad.

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YO ES OTRO

metafórica, los asesinatos de mujeres enCiudad Juárez. En la trama se entremez-clan temas más velados y, por lo tanto, ex-quisitos, como el placer por la sangre, elvoyeurismo y el masoquismo. La estéticaexpresionista es el mayor recurso visual dela puesta en escena.

En la obra de Ruiz Saviñón, al igual queen la de Stevenson, el Bien y el Mal se se-paran por medio de una poción cuyos efec-tos re c u e rdan a los del alcohol. El Dr. Je k y l lha descubierto una sustancia que permiteel desdoblamiento de la personalidad en suscomponentes, buenos y malos. Di c h odesdoblamiento tiene también su mani-festación física: Jekyll, bajo la acción delbebedizo, se transforma en un individuodeforme y repugnante al que llama Hyde.El doctor toma cada vez más a menudo lasustancia abandonándose a los instintosmás bajos, llegando inclusive al asesinato.Incapaz de dominar la situación para es-capar de la cárcel, Jekyll se suicida. En Yoes otro, además, aparece Ma ry Ke l l y, pro s t i-tuta asesinada por Jack, que encarna la vozde las muertas de Juárez.

Una re f e rencia obligada a Yo es otroes sin duda la película From Hell, que noshabla de la implicación de la re a l eza inglesaen los asesinatos de Jack el destripador. Eneste filme, Jonny Deep es un apasionadode los personajes oscuros y conflictuados,al igual que el grupo de teatro Cadáver ex -quisito que nos inquieta con el presentemontaje.

Yo es otro, que se presenta en el teatroel Granero del Centro Cultural del Bos-que, pertenece a un género poco exploradopor nuestros compatriotas teatre ros, re c o r-demos La dama de negro protagonizadapor el espléndido Germán Robles, obra queduró varios años en cartelera con gran éxi-to. Fuera de esa puesta en escena, es difíciltener presente otra del mismo género.

Hablemos de Ma ry Kelly: ¿Qué hace lamujer para recibir todo este mal trato porp a rte del sexo opuesto? Ma ry Ke l l y, inter-p retada por Lourdes Ga rza, va a la casa de suasesino, el Dr. Jekyll, a pedirle que la cure deuna enfermedad. Una deliciosa propuesta, ysi a nadie le interesa una mujer ama de casa,estudiante o con cualquier otro cargo, mu-cho menos una prostituta. Ma ry, desobede-ciendo a sus presentimientos, es atrapada

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por Mr. Hyde. Mientras todos los persona-jes habían descrito a Mr. Hyde como re p u g-nante —el demonio personificado—, ella,atraída por la perversión y el Mal, no tienemás remedio que irse con Sa t a n á s .

Los asesinos seriales son fascinantes.Esta fascinación por la muerte violenta pa-rece ser una contribución de nuestra socie-dad a una generación de más violencia. Losh o m b res escriben sobre su visión de las mu-jeres, las mujeres sobre su visión de ellasmismas y el masoquismo se convierte enla expresión más sublime del amor. Losgolpes generan las mismas cantidades deadrenalina que el placer, ¿por qué no gol-pearse y matarse si el placer es mucho másinmediato? La violencia genera en nuestramente los más oscuros deseos carnales, es ela f rodisíaco por excelencia, los amantes sue-ñan con mezclarse uno con el otro, que lamisma sangre corra por sus venas. Todo loprohibido es atrayente, excitante.

Los personajes de Yo es otro son voyeursimpenitentes, y si hubiera que decir cuáles el tema central de la obra diría que es elvoye u r i s m o. Durante tres cuartas partes dela obra escuchamos a los chismosos aristó-cratas y a la servidumbre hablando de lose x t r a o rdinarios casos de asesinato perpetra-dos a prostitutas que a nadie le intere s a n .

El expresionismo es el elemento visualmás adecuado para Yo es otro. Una estéticaoscura, gótica, en la línea visual de filmesclásicos del cine alemán como El gabinetedel Dr. Ca l i g a r i que convive perf e c t a m e n-t e con la dualidad, la muerte y la sangreque se presencia en la obra. Se puede inter-p retar la estética expresionista de Yo es otrocomo un espejo del mundo interior delDr. Jekyll.

Una de las misiones del arte dramáticoes la de dirigir una mirada universal hacia elmundo, de eliminar, mediante la actua-ción, los aspectos negativos de la vida co-mún, si bien estos son fascinantes o exc i-tantes. El teatro, al igual que el cine, laliteratura y la poesía, condensa su cre a t i v i-dad para eliminar el caos existente en la so-ciedad. Por ello, el teatro no puede engañar,si lo intenta fracasa, se ridiculiza y niega to-da su legitimidad. En el teatro lo import a n-te es la atención hacia el instante, es uncombate hacia las mentiras y una apert u r ahacia lo más profundo del alma humana.