y l~odríguez ~entida a es inútik~ plasticas · mo'tema ele un primitivislllo espontán~o y...

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UNIVERSIDAD DE MEXICO 23 ansía. Cuando se tiene C01110 temperamento un estado ello frío análisis de las cosas y una tendencia hacia lo epicúreo y lo apolíneo, como en este caso, no es suficiente la voluntad ele aupar 10 cotidiano circunelante a un poema épico. tal vn indispensable estar metido por entero en el drama mismo que se trata de comunicar a los se- lllejantes. LozJno POI: innata proclivielad ele siem- pre. se I'a del lado ele 10 dis- cursivo y de lo clásico que ele lo ba rroco.l'or eso. cuando es- Illejor l'S cuando dibuja ha- ciendc) abstr;lcci('JIl de detalles. o cuando ;¡grupa figu- ras sin forzarlas a raptos des- hasta cuanelo inicia algunas deformaciones con ser- v;"tnelose, empero. dentro ello un equilibrio ele estabi!iclad física y lógica de sus mot!vos. Cual;- do en sus temas se mflcre mas bien cuál es l'l drama oculto es cuando es mús feliz. En él pt-i- va la imagen del mundo mo.ral, Jo que debe ser, no preclsa- mente 10 que es. En el espacio de un año h<1 expuesto en forma retrospec- tiva, dos veces. Una en un local de la calle de Madero, otra, ahora en las Galerías Excél- siaL Su primera exposición fué más completa, pero en ésta el público ha podido algunos cuadritos de la sene intitulada "Santa Ana", que a modo ele retablos hizo en lOS treinta para el señor Francis- co Jturbe. Tienen una finura extraorclina ria. Están pintados con gusto y con cuidado. Son limp;os. luminosos y de una textura de esmalte. En ellos está conjug<1da primera épo- ca ingenua con un sentido de interpretación moderna y has- SOBRE MANUEL RODRIGUEZ LOZANO D E sus diversas creo que hay que des- tacar en él como tra- sunto entrañable del medio y como respuesta emo- cional suya, más verídica y que en otras épocas posteriores, al pintor popular e ingenuo -naif- de los veinte. Estaba entonc<'s poseí- do de la euforia que despertó en todo mexicano una avizora- da aurora de vida nueva más o por 10 menos más consciente de lo que debería ser A RT ES nuestro ser autónomo; Luego, vendría el que, habiendo apro- vechado la lección del Renaci- miento durante su estancia en Europa, así cOlilO la de Ingrrs PLAS TIC AS v Picasso. se complace en de- íinear los contornos del cuerpo . humano desprendiéndolo así de su ambiente para proyectar!o Por Jorge Juan CRESPO DE LA SERNA en toda su pureza clásica. Por último, pasarido antes por gra- dos intermedios en que acertó a plasmar algunos temas de aliento v de mucho estilo, al que volcar en el lien- zoiunto con la imagen de una social imperante, su propia angustia y sus propias esperanzas, traducidas en for- mas que se le escapan al que- rerlas asir para encerrarlas deritro de un orden tectónico; que se deslíen en una materia cromática teñida de bilis y de limo, informe y como desteñi- da por el choque de 10 trágico, del caos ... Es decir, no parece que Ro- dríguez Lozano consig'a retra- tae convincentemente 10 que . Slt 1Iiejor etapa la de los alias veinte. Tipos de indios huicholes SIIJlliJr¡'ro 1/1/:(1/111 ta cierto ¡Junto mexICana dl' In renacentista. Aparte ele esto, creo que caus;11l impresi(')1l muv Qrata sus cuadro."; de 1922 ;1 '1928, su "¡'iedad en el desier- to" (1936). de la cual. se ha exhibido una hermosa "Cabe- za" detalle del fresco del mis- mo' tema ele un primitivislllo y ele gran senti-

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Page 1: y l~odríguez ~entida A ES inútik~ PLASTICAS · mo'tema ele un primitivislllo espontán~o y ele gran senti-24 UNIVERSIDAD DE MEXICO Bolso Imichol Bernstein: 11,[a/l'i1llonio

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ansía. Cuando se tiene C01110

temperamento un estado ellofrío análisis de las cosas y unatendencia hacia lo epicúreo ylo apolíneo, como en este caso,no es suficiente la voluntad eleaupar 10 cotidiano circunelantea un poema épico. S~Tía tal vnindispensable estar metido porentero en el drama mismo quese trata de comunicar a los se­lllejantes. l~odríguez LozJnoPOI: innata proclivielad ele siem­pre. se I'a del lado ele 10 dis­cursivo y de lo clásico que elelo ba rroco.l'or eso. cuando es­tú Illejor l'S cuando dibuja ha­ciendc) abstr;lcci('JIl de inútik~

detalles. o cuando ;¡grupa figu­ras sin forzarlas a raptos des­orbitaelo~. hasta cuanelo iniciaalgunas deformaciones con ser­v;"tnelose, empero. dentro ello unequilibrio ele estabi!iclad físicay lógica de sus mot!vos. Cual;­do en sus temas se mflcre masbien cuál es l'l drama oculto escuando es mús feliz. En él pt-i­va la imagen del mundo mo.ral,Jo que debe ser, no preclsa­mente 10 que es.

En el espacio de un año h<1expuesto en forma retrospec­tiva, dos veces. Una en un localde la calle de Madero, otra,ahora en las Galerías Excél­siaL Su primera exposiciónfué más completa, pero en éstael público ha podido admir~r

algunos cuadritos de la seneintitulada "Santa Ana", quea modo ele retablos hizo en lOS

treinta para el señor Francis­co Jturbe. Tienen una finuraextraorclina ria. Están pintadoscon gusto y con cuidado. Sonlimp;os. luminosos y de unatextura de esmalte. En ellosestá conjug<1da ~u primera épo­ca ingenua con un sentido deinterpretación moderna y has-

SOBREMANUELRODRIGUEZLOZANO

DE sus diversas etapa~

creo que hay que des­tacar en él como tra­sunto entrañable del

medio y como respuesta emo­cional suya, más verídica y~entida que en otras épocasposteriores, al pintor populare ingenuo -naif- de los año~

veinte. Estaba entonc<'s poseí­do de la euforia que despertóen todo mexicano una avizora­da aurora de vida nueva másauténti~a o por 10 menos más

consciente de lo que debería ser ARTESnuestro ser autónomo; Luego,vendría el que, habiendo apro­vechado la lección del Renaci­miento durante su estancia en

Europa, así cOlilO la de Ingrrs PLASTICASv Picasso. se complace en de-íinear los contornos del cuerpo .humano desprendiéndolo así desu ambiente para proyectar!o Por Jorge Juan CRESPO DE LA SERNAen toda su pureza clásica. Porúltimo, pasarido antes por gra­dos intermedios en que acertóa plasmar algunos temas dealiento v de mucho estilo, alque qui~iera volcar en el lien­zoiunto con la imagen de unaan~i-quía social imperante, supropia angustia y sus propiasesperanzas, traducidas en for­mas que se le escapan al que­rerlas asir para encerrarlasderitro de un orden tectónico;que se deslíen en una materiacromática teñida de bilis y delimo, informe y como desteñi­da por el choque de 10 trágico,del caos ...

Es decir, no parece que Ro­dríguez Lozano consig'a retra-tae convincentemente 10 que . Slt 1Iiejor etapa la de los alias veinte.

Tipos de indios huicholes

SIIJlliJr¡'ro 1/1/:(1/111

ta cierto ¡Junto mexICana dl' Inrenacentista. Aparte ele esto,creo que caus;11l impresi(')1l muvQrata sus cuadro."; de 1922 ;1

'1928, su "¡'iedad en el desier­to" (1936). de la cual. se haexhibido una hermosa "Cabe­za" detalle del fresco del mis­mo' tema ele un primitivisllloespontán~o y ele gran senti-

Page 2: y l~odríguez ~entida A ES inútik~ PLASTICAS · mo'tema ele un primitivislllo espontán~o y ele gran senti-24 UNIVERSIDAD DE MEXICO Bolso Imichol Bernstein: 11,[a/l'i1llonio

24 UNIVERSIDAD DE MEXICO

Bolso Imichol

Bernstein: 11,[a/l'i1llonio

ró: animales que tocan ins­trumentos, la lucha de un cuer­vo y un escorpión tan grandecomo él, etc.

En lo escultórico, lo ;nás ad­miraule son esos bárbaros ba­jorrelieves en piedra, apenasdesbastada, policromados, conuna simple aplicación de cal ytintas deleznables que, sin em­bargo, infunden una vida enor­me a la textura pétrea. Estosretablos primitivos sirven asi­mismo para adorno ritual detemplos y actos religiosos.

Son también muy dignos deestudio los adornos de las ca­ras para las ceremonias y dan­zas, las máscaras y los bolsos,ajustadores, cintos y otrasprendas de vestir como cami­sas, pantalones, etc.

INFORMACION yCOMENTARIOS

• Digna de visitarse es la ex­celente exposición de obraspictóricas mexicanas del si­glo XIX en el Palacio de Be­llas Artes. Hay una sala Velas­ca, otra dedicada a Juan Cor­dero. Figuran cuadros de Cla­vé, Joaquín Ramírez, Rafael'Flores, Ramón Sagredo, Ro­drigo Gutiérrez, Luis Monroy,J osé Salomé Pina, SantiagoRebull, Felipe Gutiérrez, Lan­desio, Coto y José Jiménez. Esinteresantísimo ver las foto­grafías de los trabajos muralesde Jimeno y Planes, Cordero,Clavé y sus discípulos, para lacatedral de México, la capilladel Señor de Santa Teresa, laiglesia de La Profesa, así co­mo las de Gerardo Suárez, he­chas en la hacienda del Burrode Oro, La Barca, Jalisco. Depintura netamente mexicanistapopular hay dos Estradas, pnArrieta y dos Bustos. Otrospintores representados en esteconjunto y que completan laidea de 10 que fué esta activi­dad ochocentista son: Oearan­za, Ibarrarán y Panel', FélixParra, Leandro Izaguirre, JoséJara, Julio Ruelas y el exqui­sito, romántico e ingenuo pin­tor de Tlacotalpan, tan pococonocido, un verdadero hallaz­go: Salvador Ferrando. Estaexposición ha sido instalada

vivos, pegados con cera de cam­peche, de un magnífico sentidode la clistribución espacial; asícomo 'as jícaras decoradas contramas de estambre o cuentasde chaquira en forma geomé­trica sumamente decorativa.H.ecuerdan estas tablillas mul­ticolores Jos mosaicos hechoscon briznas de paja coloreada(popotes), tan populares entrenosotros. Abundan las cruc:?sde madera, dobles, y decoradascon estambres de color.

Los bastones ele mando sonunas cañ:ls que llevan esgrafia­d2S en h superficie curva es­cenas di\-ersas con dibujos que'ebrían envidia él K~ec y a Mi-

Sa1l-ador Fcn-a1llIo: Familia

de que se extra(; el "peyote ojiculi", a ahuyentar los malosespíritus o a desagraviar a lasfuerzas l11ágicas de lo descono­cido, etc. Pasma ver cómo hanrepresentado el legendario ojode la Di vinidad -que siel11pn:ha sido visto en el arte religio­so, hebreo, cristiano primitivo,bizantino, gótico y hasta re­nacentista, en forma de trián­gulo- en un romeo y a vecesen un octágono, de fi'as de co­lores concéntricos paralelosque dan la impresión de radia­ción espectral. Muy similaresson esas tablillas de empleotambién ritual, con dibujos he­c),o:; con l'stambres de colores

EL ARTE Y LA VIDADE LOS HUICHOLES

miento. Mencionaría yo asi­mismo "El Parto", v entre elgrupo de cosas de Í95ü paraacá, acaso "Mujeres" y el re­trato "Mi amiga". Las diver­sas síntesis del "mexicano" ex­hibidas. así como las escenasdramáticas en que intervienengentes de nuestm pueblo, algoestandarizadas -'-valga la pala­bra- carecen de fuerza. Sonintentos v nada más. Realmen­te es arduo condensa l' en UI1

tiro o tipos las esencias y elproteismo de una raza que esücontinuamente en estado deebullición transformadora ...

• El Museo Nacional de Artese Industrias Populares estáexhibiendo fotoo-rafías de losindios huicholes

b

y objetos des.u uso cotidiano, de sus prác­tIcas religiosas y de su vidae~onómica, social y política,dIspuestas admirablemente enun panorama que da idea ca­bal de esta fase, poco conoci­da, de un grupo de la o-ran fa­milia india de nuest~o país.Los huicholes habitan en laregión de la Sierra Madre Oc­cidental, entre los Estados deNayarit, Jalisco y Zacatecas.Tienen cierto parentesco en suscostumbres y lengua con el ná­huatl, ya que pueden toma rsecomo de filiación yuto-azteca.Su economía es paupérrima.Para subsistir se ven obligadosa alquilar a vecinos sus tie­rras, pues ellos mismos care­cen d~ medios pal-a explotar­las. TIenen métodos agrícolasmuy primitivos. Cazan, pes­can, recogen cosechas menores.Sus prácticas religiosas sonuna mezcla de creencias y ri­l~)S ancestrales y vestigios cris­tIanos. Sus dioses principalesson Nacahué y Turmirrauri,esposos; la primera, Diosa delAgua. Son I~uy religiosos ymora les. De 1I1c1inación a los?cial y de temperamento jo­Vial y amable. El conocido an­trop?l?go Lumholtz, que lesha vlsltad~, cuenta a propósi­to de sus Ideas religiosas estesencillo y formidable razona­miento de un huichol: "Si loscristianos rezan a los santoshechos por los carpinteros,¿ por qué los huicholes no he­mos ele rezarle al Sol, que haSido hecho de mucho mejormodo?

Acaso este claro y penetran­te razonar, que les es naturaly la práctica de masticar el" t ".peyo·e que es un estupefa-Clente como la "cannabis indi­ca". explique el que, contandoc.on muy escaso material plás­tiCO, logren producir extra­ordinarias obras de arte des­tinadas a sus ritos religi¿sos, asus usos cívicos tribales, a susmenesteres domésticos, a la re­colección ritual de los cactos

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Tl'il1ir/'ad Osario

Pedro COI'IJ11el

genioso sistema de \'l:ntas "enabonos". En su local de la Av.Juárez alojó durante algunosdías unos esmaltes oel chilenoCarlos Valdés, hábil imitadorde iconogra fías bizantinas conun sentimiento pseuoomoder­no, casi todo de asunto religio­so, natu ra Imente.• Las galerías Excélsior, elereciente fonnacio. ce estrena­ron con una expoSiCIG.. ¡'etros­pecti\'a de l\ufino Tamayo. no(an nut rida como la que se Ile­I'Ó a cabo en el Salón ele laPlástica Mexicana, en 1951,pero siempre llena de interés,"obre todo por la oportunidadde contrastación de obras dedi"tintas etapas del distinguidopintor. A los pocos días se pu­dieron admirar dos decoracio­nes murales suyas en el nuevolocal del establecimiento norte­americano de los Samborn, enel Paseo de la Reforma. Unoes una "naturaleza muerta de.sandías" -casi :el sello conque pudiera firmar sus cua­cJ¡'os- y una "simbología" delambiente mexicano en que sedestacan las pirámides, la lunay las estrellas, aglutinado todocon el colorido que él sabe dara sus mínimas produccione".Este panel es en realidad unaderivación de los dos grandesmurales que están en el Pala­cio de Bellas Artes.• En el mismo local, el señorIgnacio Beteta, ~Ie regreso deuna larga estancIa en Europa.presentó al públic.o. excelentesmuestras de su ofICIO de acua­relista de paisaje, en que sola­mente encuentra émulos enMéxico, a mi iuicio, en los d~c­tares Seraio Brachet y Adnan

b • 1 .13ourcart, frances e pnmero.suizo el segundo y muy cono­cidos y estimados de nue"tra"nciedad.• Otras exposiciones de mu­l"hn interés, llevadas a cabo enla galería Bane. en la Proteo,l'n N uevas Generaciones. en laele Arte Contempor;'l11eo y deArte Mexicano han sido, res­pedi vamente, la de la jovenescultora Tosia Rubinstein, deGustava Montoya. la de PedroCoronel, la de la magní ficapintora norteal11eri.c~na 13ettyBernstein, la de Tnl11dad Osa­rio y la Bridget Bate Tiche­nor. También habría que men­cionar la elel pintor canadienseMichael Forster. en la n1('n­cionada galería Proteo. .• También se han ten1l1nadoot ras dC'coracionl's murales. Laele Siqueiros, O'(;orman, Ch;l­I'CZ M orado y ot ros pintoresmenare" en dil'l'1'sOS edi ficioscíl'ieos y pri,"ados, que requie­lTn un comentario l11;l" ddalla­elo que una "imp'e referencia.En Colima el joven pintor lo­cal Jorge Chávez,. concluyóllllOS paneles dC'coratlvos en elralacio rk Gohierno,

l ril" con una exposicion colcc­tiya no muy nutrida, en la qUl'inauguró, sin embargo, un in-

Nl/fillO Talll:/Yo

• La Feria del Libro si 1'110

para que Obregón extendierasu acción artística del "cuchi-

con obras pertenecientes alINBA y con generosas aporta­ciones tempor:lles de varias per­sonas, tanto familiares de lo"pintores como coleccionistas.• El mismo I N B A ofrecióuna demostración más del in­genio y talento plástico de lani¡":ez mexicana en la gale¡'í:lJo"é Cemente Orozco.• El Salón de la Plástica Me­xicana. a cuyo frente está Car­men Barreda, p¡'esentó dos ex­posiciones casi simultáneas: lade Isidoro Ocampo y la deRaúl Anguiano. En el primerose advierte el influjo de esa"segunda naturaleza", que ad­quieren los que han estado de­dicados largos años al ejerci­cio del grabado. Sus cuadrosen escala mayor se resientende poca consistencia formal. Ami juicio no acierta mucho ensu deseo de deformar para darmás fuerza a su expresión,Tampoco me ha parecido quelogre una textura armónica pormedio del color. Anguiano hadado impresión de un esfuerzoimportante por reflejar en susrecientes pinturas mayor pre­ocupación por tonalidades másluminosas que antes, Tambiénse ha visto que intenta liberar­se de cierto clasicismo estáticoen pro de la acción y la inter­pretación de mayores liberta­des de forma.• En el mismo Centro se lle­vó a cabo el Segundo Salón deInyierno. El galardón a losconcu rrentes ha sido el adqui­rir sus obras para ir engrosan­do el acervo del Museo Nacio­nal de Bellas Artes. El jurado,compuesto de Justino Fernán­(kz. Víctor Reyes, el que estoescribe, para la pintura, y losdos primeros y el escultor Bra­cho para la escultura, recomen­dó obras presentadas por Gui­llermo M('za, Raúl Anguiano,Fernando Cél,stro Pacheco yFrancisco Marín. Los fallosdespertaron cierto descontentoentre algunos mozalbetes queapenas han iniciado sus armasen la república del arte, y estánlejos de la madurez requerida.Fueron coreados por unoscuantos críticos despechados yperiodistas de oportunidad. Lasangre -¿ sangre; qué sangre?,como habría comentado Oroz­co- no liegó ni a la orilla delrío ...• En una Sala de la propiagalería, la dedicada al grabado,estuyieron en ,exhibición es­tampas de Z:lmarripa que aho­ra vuelven a verse en el Ins­tituto Mexi,cano-No~teameri­

cano de Relaciones Culturales.Zamarripa se muestra un con­sumado vi rtuoso de la gubia yel agua regia. Tiene, además,muy buen gusto para escogersus variadísimos temas: retra­to" ele primer orc1f'n , paisajes,escenas populares y viñetas ...