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Xamardo González

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  • 305Estudios sobre el Mensaje Periodstico2007, 13 305-313

    ISSN: 1134-1629

    ABSTRACT

    SUMARIO: 1. Posicin estructural del editorialista en el medio. 2. Del poder delegado del Estado.3. Pertenencia e inclusin. 4. Diferentes modalidades subjetivas. 5. Pluralismo, consenso eintegracin. 6. El llamado denominador comn. 7. Tipos de consenso. 8. Pacto, recomposicin yacuerdo. 9. Referencias bibliogrficas.

    El papel del editorialista en los procesos deintegracin: argumentacin, pluralismo y consenso

    NICOLS XAMARDO [email protected]

    Universidad del Pas Vasco

    Recibido: 5 de marzo de 2007Aceptado: 26 de abril de 2007

    The Editorialist performance in theintegration social processes: argumentation,

    pluralism and consensus

    The editorialist has a fundamental performance in the communication of masses because he makes anessential function in the processes of integration of the citizenship in the society. The editorialist is amediator daily in operations of consensus between the political power and the citizens for to form afavorable public opinion to the ideological interests that represent

    Keywords: Journalism, op-ed columns, integration, public opinion, consensus, pluralism.

    La centralidad que ocupa el editorialista en los procesos de comunicacin de masas proviene de la funcinesencial que realiza en los procesos de integracin de la ciudadana en la sociedad estatal, gracias a lasoperaciones de consenso diarias en las que hace de mediador entre el poder poltico y los ciudadanos,conformando una opinin pblica consensuada.

    Palabras clave: Pgina editorial, periodismo, integracin, opinin pblica, consenso, disenso, pluralismo.

    RESUMEN

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  • 1. Posicin estructural del editorialista en el medio.

    El editorialista, es la persona (o personas) de confianza del medio: es quien marcala lnea ideolgica y poltica en el mismo. Quien selecciona, de entre todo el materialinformativo, aquella o aquellas noticias que, por su importancia real o por su interspara el medio, al convertirse en editoriales, pasarn a ser el acontecimiento del da.Es quien, en fin, ofrece una serie de argumentos, explcitos, sobre esa informacinelegida con la intencin de conseguir entre los receptores unos puntos de vistasimilares a los de la publicacin peridica. Es as como el editorial colabora en laconstruccin del consenso social cotidiano, imprescindible para el proceso deintegracin social.

    Y para poder desempear esa funcin comunicativa central, el editorialista debeposeer una formacin amplia y polifactica, tanto en el mbito propiamenteperiodstico, como en el econmico, el jurdico y el poltico. Vase, al respecto, lo quedicen, por ejemplo, GUTIRREZ PALACIO (1984: 130-167) y SUREZ SANTAMARA yCASALS CARRO (2000: 265-283). Recordemos la esencialidad de la ley en un Estadoque se califica con este determinante (de Derecho) y en el que la Constitucin es elalfa y la omega de todo el entramado social, econmico, poltico e informativo;pensemos en la funcin dominante de la Economa en el mundo capitalista yglobalizado en el que estamos y, por ende, en nuestra sociedad; veamos la centralidadque el modo parlamentario de la poltica (el parlamentarismo) tiene en nuestro sistemapoltico y social y, por ltimo, mencionemos el papel insustituible que la informaciny los medios de comunicacin de masas (conocido como cuarto poder) tienen en laarticulacin de las referidas instancias. Bien es cierto que la posicin de liderazgo,autoridad y centralidad del rol del editorialista en nuestra sociedad lo es, en ltimainstancia, por delegacin del Estado; al igual que sucede con el proceso informativoen su conjunto, tal y como seala ZABALETA (2005:200).

    2. Del poder delegado del Estado.

    El editorialista es quien realiza diariamente la operacin de inclusin social(objetivo primero y ltimo de la argumentacin, tanto explcita como implcita), apartir de un consenso precedente ya interiorizado (Constitucin, Pacto de Ajuria Enea,Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, etc.). Cuando hay disensos fuertes, eleditorialista lleva a cabo su labor mediante lo que podramos llamar un consensoimaginario; que, con los lgicos desajustes persuasivos, va de un consenso en crisis aotro todava no alcanzado.

    Los momentos o fases de crisis (los llamados periodos de disenso) constituyen,como sucede siempre en estas circunstancias, tiempos privilegiados para conocer lanaturaleza, los conceptos, los mecanismos y funciones que estn presentes en losprocesos de formacin de opinin, integracin o elaboracin del consenso poltico-informativo diario.

    Como hemos sealado, el editorialista, recibe la autoridad, el poder del que est

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  • investido, del Estado por su posicin privilegiada en el medio, debido al papelfundamental que desempea en los referidos procesos de integracin social que tienenen los media su principal vehculo.

    Sus herramientas persuasivas, al igual que las de la instancia de quien recibe sufuncin, son, a la hora de la verdad, el convencimiento, la persuasin (los argumentosy las razones) y/o la sancin, imaginaria, en este caso; a diferencia de la del Estado,que puede llegar a ser real. O lo que es lo mismo, la zanahoria y el palo, como se dicevulgarmente.

    Recordemos, sin embargo, siguiendo a PREZ MARTNEZ (2000: 47), que lafuncin del Estado no es esencialmente coercitiva, represiva, sino bsicamenteintegradora, asimiladora.

    Veamos, a continuacin, algunos de los conceptos con los que trabaja eleditorialista y que son bsicos en las operaciones de consenso

    3. Pertenencia e inclusin.

    Es interesante sealar que en este mbito estn presentes una serie de trminos delcontinente de la matemtica, aplicados al campo de la comunicacin, tales como lanocin de pertenencia, inclusin, denominador comn (mximo comn divisor), etc.

    La pertenencia y la inclusin son las dos caras del movimiento que estructura todasituacin dada o estado de la situacin. Habitualmente se confunden o usanindistintamente. WARUSFEL (1986:33-40) ofrece los criterios matemticos de taldistincin.

    Pertenencia es el principio que dice que todo lo que es de la situacin pertenece aella. Es decir, tiene existencia. En este sentido, el principio general de toda situacinnos dice que lo que existe pertenece a la misma.

    Pertenencia, por tanto, es el enunciado ms general que podemos atribuir a lo queexiste como tal; a lo que est presentado, a lo que pertenece a una situacin dada. Enese sentido, lo que pertenece es considerado, evaluado, como un componente, unelemento, de la sealada situacin.

    En fin, todo elemento que pertenece a una situacin est presentado en la misma;es decir, existe con sus caractersticas individuales, personales, propias.

    La pertenencia remite a la presentacin. En cuanto se constituye como tal a travsde la accin inmediata, esencia de la decisin y base de la tica, el interviniente sepresenta en la situacin. La bsqueda de la justicia, ideal imposible de realizar en ellugar de emplazamiento (regido por el principio de inclusin), anula las diferencias delos que se presentan. Por eso decimos que el proceso de bsqueda de la verdad, lajusticia o la solidaridad indiferencia (elimina las diferencias) a los intervinientes. Estosse unifican en el punto mximo exigido para la superacin de la situacin, mediantela ruptura con la misma.

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  • En fin, a un elemento presentado, pero no representado se le llama singular. O loque es lo mismo, un elemento singular pertenece a la situacin, pero no est incluidoen ella. Es decir, es un elemento, y no una parte.

    La inclusin es una ley que regula toda estructura. Se trata de un principio subjetivopor el cual decimos que un trmino est incluido cuando se rige por ciertos principiosque lo hacen entrar en determinadas relaciones con otros trminos que forman partede una situacin dada.

    Es decir, un trmino est incluido en una situacin si es un submltiplo, una parte,de ella. De este modo, resulta considerado como UNO, contado por la ley de cuenta,ley de la estructura o estado de la situacin.

    La inclusin se refiere a la representacin, principio bsico del llamado modoparlamentario de la poltica: una persona, un voto; una persona por un voto; un votoen lugar de una persona. El soporte de la inclusin, el emisor, el votante, elige entrelas opciones que se le ofrecen. Opera en el mbito de la moral y su principio rector esla tolerancia: la aceptacin del diferente que puede ser, en ltima instancia, tambinelector y elegido. Es decir, las diferencias socialmente aceptables son aquellas que, atravs de las operaciones de consenso, pueden ser incluidas en el sistemarepresentativo vigente por el denominador comn que las unifica (en que se unifican).

    En fin, a un elemento representado en el estado de la situacin, en la que es contadopor uno, se le llama plural. Por eso decimos que un elemento plural est incluido enla situacin de la que forma parte. Sobre estos conceptos y sus relaciones, vaseBADIOU (1988:547-556).

    4. Diferentes modalidades subjetivas.

    Para intentar ilustrar los principios anteriormente mencionados, vamos a formularuna serie de categoras subjetivas sobre las que actan los mecanismos de bsquedade consenso

    Los integrados o incluidos son aquellas personas que aceptan las normas sincuestionarlas. Quienes viven y actan de acuerdo con las leyes vigentes. Quienesdefienden el estado de cosas tal cual est regido y regulado por la normativa en vigor.Es decir, quienes aceptan los principios que gobiernan esa sociedad: ley de cuenta,representacin, ley de mayoras y minoras, base del consenso, etc. Se trata, en rigor,de las llamadas personas normales; es decir, de quienes pertenecen a la situacin en laque estn incluidas y de la que son a la vez elemento y parte. Se rigen por losprincipios morales contenidos en toda ley. Su lema podramos formularlo as: Lasnormas, nos gusten o no, hay que cumplirlas.

    Los escpticos constituyen un grupo de subjetividades ms o menos crticas con losprocesos de integracin social. No se oponen frontalmente ni actan para cambiar lasnormas con las que no estn conformes. Las aceptan a regaadientes. Sucomportamiento est regido por lo que podramos llamar moral de la resignacin, cuya

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  • formulacin podra ser la siguiente: No hay nada que hacer, las cosas siempre hansido as. Las personas resignadas no estn de acuerdo con las cosas tal cual son,pero sostienen que hay que aceptarlas aunque no gusten del todo, ya que la sociedadsiempre ha sido de esa manera: siempre ha habido y habr injusticias, listos y tontos,pobres y ricos, fuertes y dbiles, etc. El escptico posee una subjetividad oscilante que,en situaciones de normalidad, tiende a resignarse a lo que hay; pero, en momentos defuerte disenso, puede traspasar el lmite legal y llegar a situarse fuera de la ley. Esdecir, pasar de la inclusin a la pertenencia. De la pluralidad a la singularidad.

    Los marginales o marginados son aquellas personas que real o imaginariamenteviven y actan al margen de determinadas normas. Estas subjetividades, ms queenfrentarse real y radicalmente a los principios que no les agradan, lo que hacen es, ensu decir, pasar de ellos. Si bien es verdad que se puede vivir al margen dedeterminados supuestos legales, dado que el espacio invisible que hay entre la ley ylos mrgenes de esta son amplios, no lo es menos que, en determinadas situaciones,eso es imposible. Puede dar la impresin de que los que se sitan al margen de la leyestn fuera de ella; pero no es cierto. Pensemos que, al igual que, para todo texto, losmrgenes son necesarios e imprescindibles, as tambin sucede con el texto porexcelencia, el texto legal. Este, para su existencia y funcionamiento, necesita eseespacio que lo delimita y justifica. El comportamiento que define al pasota es laamoralidad ante determinados principios. Su eslogan sera: Yo, paso.

    Los fuera de la ley (disidentes, antagonistas) son aquellas subjetividadespresentadas, pero no representadas en la situacin, que se oponen a la norma, alconsenso, a la configuracin poltico-normativa vigente, en un punto o en varios, deimportancia variable, dependiendo de la situacin y del momento. Estas personas sonlas que pueden crear disensos fuertes. Son quienes tratan de alterar -parcial ototalmente- ciertas normas que estructuran una situacin dada o estado de la situacinpor considerarlas injustas. El principio que rige sus intervenciones podra formularseas: Debemos rebelarnos contra la injusticia.

    Evidentemente, no estamos hablando de categoras fijas e inmutables. No existenadie que est completamente fuera -ni totalmente dentro- de toda norma o principioen todo tiempo y situacin. Generalmente, estamos incluidos en las leyes que rigen,estructuran y regulan la sociedad en la que vivimos y convivimos; pero hay momentosen los que podemos ser alguna de estas figuras, ya que no se trata de compartimentosestancos y se puede pasar de un tipo de subjetividad a otra en funcin de mltiplescircunstancias.

    En fin, los disensos que afectan esencialmente a las tres primeras modalidadessubjetivas se resuelven mediante lo que llamamos consensos normales o funcionales,regidos por los principios y leyes de mayoras y minoras. El disenso que producen losantagonistas, como veremos, suele necesitar consensos especiales, extraordinarios, oPactos.

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  • 5. Pluralismo, consenso e integracin.

    Pluralismo es la cualidad que caracteriza como diferentes a los miembros quepertenecen a una situacin dada, en la que se los acepta como tales. Pluralista es lasociedad, el sistema poltico, que admite y acepta las diferencias que existen entrequienes conforman la sociedad estatal. Que los elementos que componen unasituacin; es decir, que estn presentados en la misma, son todos ellos diferentes es unaevidencia; as como que estas diferencias son ilimitadas (gusto, deseo, vestido, cultura,lengua, opinin, fsicas, morales, polticas, etc.). Sin embargo, el pluralismo, es decir,las diferencias que la sociedad acepta y sobre las cuales el consenso se realiza tienensiempre un lmite; el que marca la ley vigente (La Constitucin, en nuestro caso).Lmite que, ciertamente, es variable.

    En relacin a las diferencias, hemos de decir que existen dos tipos: la mnima, lade posicin (Gobierno/Oposicin) y la mxima, el antagonismo (Estado/Disidentes).La conversin de una en otra es algo que tiene que ver con la subjetividad.

    Consenso es la operacin poltico-legal-meditico-comunicativa de unificacin delas diferencias (diferentes subjetividades) en un punto, variable en el tiempo y en elespacio, llamado denominador comn (divisor comn). Es el editorialista el encargadode ir formulando, en el mbito informativo, ese denominador comn en el queunificar, cada da, las subjetividades plurales. Al consenso tambin se le llama acuerdode voluntades. El consenso siempre es un a priori, el a, b.c, de la polticaparlamentaria, que podra formularse asi: Al principio, estaba el consenso.

    Disenso es la situacin poltico social marcada da por la falta de consenso. Es elespacio o periodo de tiempo entre dos consensos. El disenso va de la ruptura de unconsenso a la formacin de uno nuevo.

    Integracin es el efecto -individual y social- de las operaciones de consenso,mediante las cuales los individuos se sienten partcipes partes-, miembros de unasociedad determinada. En este sentido, podemos decir que una sociedad est msintegrada, funciona mejor, cuanto mayor sea el nmero de personas incluidas o lo quees lo mismo, cuanto mayor sea el nmero de personas, presentadas y representadasnormales- en la sociedad estatal.6. El llamado denominador comn.

    Con la expresin denominador comn (mximo comn divisor), nos referimos alaspecto de mayor disenso, al punto poltico de mayor divisin que separa a losconjuntos estatales. Este punto es variable y depende de la coyuntura. Estdeterminado por la aparicin de un problema, por el surgimiento de una diferencia, porla conformacin de una situacin nueva, por la irrupcin de un conjunto antagnico,etc., que se escapa a los procesos de integracin, al consenso.

    Para restablecer la unidad bsica entre los componentes de obediencia estatal, esnecesario lograr (o forzar) el compromiso entre todas las partes. Ese punto deencuentro es el denominador comn en el que unificarse para poder adoptar medidas

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  • con vistas a integrar la diferencia todava no incluida o para poder actuar contra el queest fuera de la ley. Como veremos, el tipo de consenso vara segn se trate de unadiferencia (un problema social, una situacin nueva; Ley de Extranjera, por ejemplo,o reforma de la Ley de Educacin, etc.) o de un antagonismo, provocado por unconjunto disidente que reivindica algo que va frontalmente contra la ley (ejercicio delderecho de autodeterminacin en el Estado espaol, por ejemplo).

    El consenso -y el disenso- se concentra, por consiguiente, en un punto, el demxima divisin entre los conjuntos estatales. Es siempre coyuntural y depende de lanaturaleza del problema y de su dinmica.7. Tipos de consenso.

    Como hemos apuntado anteriormente, en nuestra opinin, existen dos tipos deconsensos: el consenso funcional o normal y el consenso extraordinario. El consensofuncional est en la esencia del funcionamiento del sistema parlamentario de la poltica.Se caracteriza por la homogeneizacin de las subjetividades de las diferentesformaciones polticas (partidos) en el punto que resulta de la correlacin cuantitativa defuerzas.. En este caso, el punto en torno al que se unen lo determina el que dispone demayor nmero de votos-escaos. Luego, el editorialista lo socializa en(tre) la opininpblica. Carece de relieve especial. Ver Carta de Derechos Sociales, Ley de Extranjera,Presupuestos Generales del Estado, de los diferentes Gobiernos autonmicos, Ley deEducacin, Reformas estatutarias, etc. Estos consensos se realizan en el Parlamentoespaol y/o en los las dems Parlamentos de las autonomas, etc.

    Hemos de decir que nunca existen consensos totales. Quienes no estn de acuerdocon el consenso alcanzado pueden no aceptarlo y buscar su modificacin a travs delos mecanismos regulados por el propio texto-marco (movilizaciones, recursoslegales, iniciativas de todo tipo, protestas, etc.).

    El consenso diario poltico-informativo sobre aquellas diferencias de las que no seocupan directamente las instancias polticas lo realizan los mss-media de modorutinario, aplicando los mecanismos de un consenso interiorizado. A modo de resumende lo anteriormente dicho: el punto en donde se tienen que unificar de nuevo lasdiferentes subjetividades consenso- siempre lo marca el problema, mayor o menor,que pone en cuestin, que altera o rompe el consenso existente.

    El consenso extraordinario lo constituye la homogeneizacin subjetiva de losconjuntos (grupos, partidos, sindicatos, organizaciones sociales diversas, etc.)incluidos en el Estado, que se aglutinan bajo un mximo comn denominador, en elpunto de mxima divisin, para hacer frente a un mltiple, a un conjunto antagnico,a un grupo disidente, fuera de la ley, a una formacin singular.

    Estos conjuntos que conforman la sociedad estatal se agrupan y unificanreactivamente en oposicin antagnica a un mltiple escindido del Estado. Esteconsenso defensivo-ofensivo es un compromiso poltico coyuntural entre los gruposestatales con vistas a eliminar o atenuar sus diferencias para poder enfrentarseadecuadamente al disidente.

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  • Estos consensos extraordinarios se realizan fuera del Parlamento: suexcepcionalidad, la existencia de clusulas secretas, etc., les obliga a salirse del mbitoparlamentario en donde opera el consenso funcional como dijimos. El consensoextraordinario no se conforma con mayoras ms o menos cualificadas, sino que buscala unanimidad de todos los partidos, fuerzas sociales y sindicales, etc., que se hacenuno en el Estado. Estas formas consensuales de excepcin reciben el nombre dePactos (Ajuria Enea, Pacto de Toledo, Pacto de Madrid o por las Libertades y contrael Terrorismo, etc.).

    Las situaciones de disensos fuertes y prolongados, adems de crispacin y fuertestensiones en la sociedad, provoca angustia, temor e inquietud entre la ciudadana. Y esque, a medida que disminuye sensiblemente la capacidad de integracin estatal,aumenta la sensacin de vaco de poder, que, cual fantasma, recorre los aparatos delEstado reclamando la restauracin justiciera de la ley de cuenta o inclusin. Algo ases lo que estamos viviendo en la poltica espaola a causa del enfrentamiento entre losdos principales partidos, PP y PSOE, desde la llegada de este ltimo al gobierno delEstado. Esta divisin, en la prctica, ha supuesto la quiebra del Pacto por lasLibertades y contra el Terrorismo, debido a las divergencias estratatgicas en lapoltica a seguir frente al llamado contencioso vasco.

    8. Pacto, recomposicin y acuerdo.

    El Pacto, como acabamos de ver, se formaliza con el fin de alcanzar una posturaunida (nica) de cara a mantener un determinado orden poltico social puesto enentredicho por un antagonista o una situacin que afecta gravemente el funcionamientodel Estado en su conjunto (Pacto de Toledo, tema de las pensiones, por ejemplo).

    El Pacto entre partidos-organizaciones sociales en la rbita del Estado siempre serealiza en y desde la lgica estatal. El Pacto no altera sustancialmente el espacio deemplazamiento: la naturaleza del Estado. El Pacto se hace desde la desigualdad, desdela tolerancia. Su finalidad es hacer ceder, o eliminar, al grupo disidente.

    Hablamos de Acuerdos cuando alguna(s) de las reivindicaciones fundamentales dellos antagonistas son aceptadas por el poder. Ello da lugar a una situacin quellamamos de recomposicin (abolicin, por ejemplo, del servicio militar obligatorio,debido a los movimientos de insumisos y objetores; Ley sobre Matrimonios entrepersonas del mismo sexo, a causa de las movilizaciones y reclamaciones de estoscolectivos, etc.). Toda recomposicin supone una alteracin, ms o menos profunda,en funcin del calado de la demanda (pensemos, por ejemplo, que el acuerdo entre N.Mandela y el gobierno racista de P. Botha supuso crear una nueva constitucin quehiciera posible el derecho a voto para todos los habitantes de Sudfrica), del marcojurdico-poltico. Este, contrariamente a lo que pudiera parecer, se ve reforzado,legitimado, ya que, gracias a la recomposicin, ha conseguido integrar a unosconjuntos (colectivos) que hasta ese momento estaban fuera de la ley, fuera de la rbitadel Estado al menos en ese punto.

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  • A la recomposicin se llega mediante acuerdos entre las partes afectadas. Elacuerdo, por consiguiente, se basa en el respeto entre los grupos del consenso y elcolectivo antagonista. El acuerdo se diferencia del pacto en que el primero hacemencin a una negociacin basada en el respeto entre antagonistas, mientras que elpacto se da entre grupos polticos o sociales (sociopolticos) que forman parte deEstado o sociedad estatal con el fin, como dijimos, de destruir al conjunto antagnico.

    Para finalizar, veamos algunas de las posible salidas a la confrontacin entregrupos de obediencia estatal y grupos antagnicos, disidentes o fuera de la ley: Enocasiones, los disidentes van perdiendo capacidad de lucha y reivindicacin, sedesubjetivan, y, unificados en un punto mnimo, pactan con el poder, con el Estado, enfuncin de las circunstancias, dos vas de salida: a) los fuera de la ley renuncian a susobjetivos fundamentales a cambio de compensaciones parciales. En el caso de lainsumisin, por ejemplo, el que los objetores pudiesen hacer la Prestacin SocialSustitutoria y no fuesen excluidos del acceso a los puestos de la Administracin delEstado, etc. Y b) hay casos de renuncia sin compensacin alguna. Y en el que larenuncia, adems, se acompae de escisin. Tal es el caso de Euskadiko Ezkerra, porejemplo. Tambin es posible la eliminacin fsica del disidente o su encarcelamiento.

    9. Referencias bibliogrficas.

    AGIRRE, J.1995: El proceso de integracin estatal y sus leyes, en Herria 2000 Eliza, nm.

    143, 20-26.

    BADIOU, Alain1988: Ltre el lvnement. Paris, Seuil.

    GUTIRREZ PALACIO, Juan1984: Periodismo de Opinin. Madrid, Paraninfo.

    PREZ MARTNEZ, Jos Mara2000: El editorialista como operador de inclusin. Leioa, UPV/EHU.

    SUAREZ SANTAMARA, Luisa y CASALS CARRO, Mara Jess2000: La opinin periodstica. Argumentos y gneros para la persuasin.

    Madrid, Fragua.

    WARRUSFEL, Andr1986: Las matemticas modernas. Barcelona, Orbis.

    ZABALETA, Iaki2005: Teora, Tcnica y Lenguaje de la Informacin en Televisin y Radio.

    Barcelona, Bosch.

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