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ABRIR CAPÍTULO 2

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2.3  Análisis Estratigráfico

2.3.1   Introducción  yestablecimiento  de lasunidades

2.3.2. Descripción  de  lasunidades

2.3.2.1.   Secuencia   de   la   Rambla   dela s   Cruces   1

 Nombre Equivalencias y Antecedentes

Puntos óptimos de observación

 Limites estratigráficos, extensión,espesorygeotnetria

 Descripción

Contenido paleontológico yedad 

2.3.2.2.   Secuencia   d e la   Rambla   dela s   Cruces I I Nombre

 Equivalencias y Antecedentes

Puntos óptimos de observación

 Limites estratigr4ficos,  extensión,

espesor  ygeometría

 Descripción

Contenido paleontológico  yedad 

2.3.2.3  Secuenc ia de l Pocillo   d elPozuelo Nombre

 Equivalencias yAntecedentesPuntos óptimos  de observación Limites estratigráficos,  extensión,

espesor  ygeometria

 Descripción  

Contenido paleontológico yedad 

2.3.2.4 Secuencia   d e   la   Hoya  d e l aMadre   de   las   latas

 Nombre Equivalencias y Antecedentes

Puntos óptimos de observación

 Limites estratigráficos,  extensión,

espesor  ygeometria

 Descripción

Contenido paleontológico y edad 

2.3.3 Correlación  ¡ Comparaciónestratigráfica

Sector OccidentalSector SeptentrionalSector Oriental

SectorMeridional

2.3.1   Introducción   yestablecimiento  de   las  unidades

 La división d e l registro sedimentario e nunidades estratigráficas es  un requisito y , alavez, unaherramienta indispensable en elanálisis de   una cuenca sedimentaria parapoder llegar acomprender adecuadamentela evolución   de   la misma  a lo   largo   deltiempo.   Quizás   debido   a su   gran   importancia,

lanomenclatura y los criterios paradefinir

unidades estratigráficas es un tema complejoy   extenso   en  extremo.   Existe   una  granvariedad   de términos, criterios y  sistemasde clasificación  encaminados al establecimiento

de  unidades   estratigráficas aplicables   enfUnción de las características delregistro quese   pretende   dividir   y   las   de  la cuencasedimentaria concreta   en  la  que éste   seencuentra.

En principio, cualquiera de lossistemas

aceptados y  utilizados  en   la literatura a lolargo  de la historia de   la estratigrafia y elanálisis de cuencas  es  válido, siempre y cuando

se establezca con claridad qué sistema y quécriteriosse están empleando.   Sin embargo,es deseabletenderautilizar sistemas lo mássimples y claros posibles, aceptados por lacomunidad   estratigráfica   y   los   códigosvigentes al respecto,   teniendo   en   cuenta   el

objetivo conel que se realiza ladivision.

En este sentido, Vera (1989, p.   172) apuntaque   los criterios   de   división  de  unidadesestratigráficas han de ser aquellos que “sereconozcan de una manera más clara en lasseries  estratigráficas  y  que constituyan elreflejo de eventos alociclicos que afecten ala cuenca en su  totalidad”.   El estratigrafodebe decidiry adaptar acada caso particularla definición  de  la naturaleza de los límitesentreunidades. Según la escala de trabajoestos limites puedenreflejar no soloeventos

alocíclicos, sino también   eventos  autocíclicosque condicionan y controlan algunos tiposde secuencialidady ciclicidad.

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Las recomendaciones indicadassintetizan, de formasencilla, las tendenciasactuales   en  estratigrafia   y análisis   decuencas   hacia   la   división   en   unidadesgenéticas cuyos límites están relacionadoscon fenómenos alociclicos agranescala, yaque presentan laenorme ventajade facilitarlas correlaciones tanto aescalaglobal, comoregional  o local.  Estatendencia se   inició en1977  con la publicación de la Memoria 26de la A.A.P.G. (Payton,  1977) en laque sesientan   las   bases   de   la EstratigrafíaSecuencial   y  se   definen   las   SecuenciasDeposicionales   como   “unidades  estratigráficascompuestas por una sucesión relativamenteconforme   de   estratos genéticamenterelacionados,  limitados abase y atecho pordiscontinuidades   y   sus   conformidadesrelativas” (Mitchum etal.,   1977).

En  el   presente   trabajo   se plantea   lanecesidad de realizar un análisis y divisióndel   registro   estratigráfico de un área  queforma parte de una cuenca sedimentariaconunaenvergadura mucho mayor,  es  decir, setrata de un  estudio de escala local.

En casos  de   este tipo  las   recomendaciones

apuntan a no definir unidades formales deningún tipo si no se posee la seguridad de

poder   correlacionarías   y establecerlas   aescala de  cuenca.   Además,   en todos   loscasos se deben utilizar las unidades definidasy   aceptadas   parala cuenca en su totalidadque  puedan reconocerse  en el sector de  lamisma explorado.

En el  apartado 2.1.1 se harealizado unaexposición   del   contexto  estratigráfico   aescala de   cuenca en el que  se   inscribe elárea  de estudio. Ahí  queda reflejado cómo

el Cretácico de laCuenca Ibérica Suroecidentalha sido dividido utilizando como criterioslas Unidades Litoestratigráficas, los CiclosSedimentarios o las Secuencias   Deposicionales

y las   Unidades   lectosedimentarias.   Losmateriales objeto   de   este   estudio   seencuentran dentro  de las   unidades citadasreconocibles   en   toda   la cuenca:   en   laFormaciónCalizas deLaHuérguina,  dentrodel   Ciclo  o  Secuencia   II y   en la UnidadTectosedimentaria   1 .

Hasta   el   momento   no   se   hanconsiderado,  ni  ha sido necesario, realizardivisiones  de menor   rango (entendiendorango  en  un sentido  amplio y  no ceñido  aninguno de los sistemas de clasificaciónenconcreto) paraexplicar esta partedelregistrode la  CuencaIbérica.  Sin embargo,  el áreade   Las   Hoyas   ha   planteado   ciertaproblemática al respecto,   ya que la meraobservación   en   campo muestra que  elregistro sedimentario  de   la Formación LaHuérguina  en  ese punto   es  susceptible   dedivisión. Enunaprimera aproximación, estadivisión podría consistir en, al menos, tresconjuntos litológicos sucesivos, no habiendosido observada esta sucesión en ningún otropunto  de  la cuenca.

Los primeros   acercamientos  al  estudio

del  área ponen,  además,   de manifiestoque   la evolución   del   relleno   fuepaleogeográficamente compleja,   de formaque una jerarquización y división del mismoson   necesarias   para  poder aproximarsemejor auna comprensión y explicación dela evolución  de   este   sector   de la CuencaIbérica.

No  obstante esta división debe   reunirvanos requisitos:

-Los  criterios  y  el sistema  dc divisióndeben   ajustarse   a  las   tendencias   y   loscódigos estratigráficos vigentes.

-Las unidades creadas  no deben entraren conflicto con las unidades establecidas anivel de   cuencay no deben inducir ningúntipo de confúsión al respecto.

-Deben   ser   fácilmente reconocibles,

útiles   para  explicar   la evolución   localobservaday correlacionables en el   área localparalaque se establecen.

Un problema del tipo del quese  planteaen el   área de Las   Hoyas  es  relativamentefrecuente en cuencas compartimentadas, enlas   que  estructuras  y   eventos   tectónicoslocales imprimen señales diferenciales  enel registro   sedimentario   de  las   distintassubcuencas, cubetas, bloques o sectores de

sedimentación.

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Sin embargo,   este problema  en la zonaestudiada va,   aún,   un   paso   más  allá.   Sereconocen   en   total   nueve   áreas   deafloramiento de laFormación LaHuérguinaen todo elsector. En ocho de estas áreas nose   plantea,   en principio, la necesidad   desubdividir el registro y   la jerarquía  a nivelde unidades  litoestratigráficas es, o al menosha sidohasta el momento, suficiente para laidentificación de launidad, suinterpretacióny correlación  aescala regional. No obstante,uno de estos  afloramientos,  el que en  estetrabajo   se   denomina   Sinclinorio   de   LasHoyas, presenta un registro máspotente quedebe ser dividido.  Los objetivos de realizaresta división estratigráfica son:

-En primer   lugar   facilitar   unadescripción lo  más objetiva posible de  unasucesión   local   compleja   debido   a la

cantidad de cambios laterales de facies quemuestra y alapresencia de discontinuidadesinternas.

-Como consecuencia de lo anterior y enun paso posterior, facilitar la interpretaciónde suevolución.

Es   importante también recalcar  que loque   se   va  a establecer   es la   divisiónestratigráfica   de   una   de   las   área   deafloramiento estudiadas,  el Sinclinorio  deLas Hoyas, y que lo que se realizará con elresto de las áreas de afloramiento será unacomparación, ya que no es siempre posiblerealizar unacorrelación directa, en sentidoestricto.

Este no es el primer trabajo enel que selleva   a   cabo   un   ensayo   de   división

Este trabajo

F re ge n a l Martínez  (1991)

Gómez Fdez   y  M e lé n d e z   ( 1 9 9 1 )

Sanz  et  a l.   (1988)

F¡g.   2.3.1. Cuadro   de  comparación   de   la   división   en   unidades  estratigráficas,   y de   la   nomenclaturaasociada,   realizada   por   distintos autores   para   e l   relleno   sedimentario   del   área   del   Sinclinorio   de   Las Hoyas.

S .   Hoya   c J e 

la   Madre   d e la s  Latas 

Secuen o la Fo ej / Jo 

del Pozuelo 

Secuencia Rambla de   las Cruces   II 

Secuen o la Rambla e le   las Cruces  ¡

Unidad   IV

Unidad   II I

Unidad   II

Unidad   ¡

UnidadSuperiorEpisodio  3

UnidadIn termedia

Episodio  2

Unidad

Inferior

Episodio   1

Episodio   3

Fase  5

Fase  4

rase 3c ’. Jo

~0o

Fase   2   . L ~o-w

Fase   1

Episodio   1

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estratigráfica  para la zona  del SinclinoriodeLasfloyas(Fig. 2.3.1)yque las unidadesestablecidas   son   cartografiadas.   Lasdivisiones realizadas hasta el momento hanseguido   criterios   fundamentalmentelitológicos, similares a los empleados paraladefinición de unidades litoestratigráficas.

En el trabajo de Sanz  et  aL   (1988b)  sedivide  el  registro  de una columna tipo delSinclinorio   de   Las   Hoyas   en   cuatrounidades:

Unidad   1 :   Arcillas rojizas  y   limos conpasadas de calizas.

Unidad II:  Limolitas   verdosas  y   limosalternando con calizas   y   delgadasintercalaciones carbonosas.

Unidad III:  Calizas con laminitas.

Unidad  IV:  Calizas con intercalacionesmargosas en la parte superior.

Gómez Fernández  y Meléndez   (1991)dividen lacolumna más potente del sectorcentral deLas Hoyas  en tres unidades:

Unidad Inferior: Compuesta por limos

rojos, calizas masivas, margas gris verdosasycuerpos lenticulares de ruditas calcáreas.

Unidad   Intermedia: Compuesta   porcalizas finamente laminadas alternando concalizas  laj osas irregulares y calizas masivasal techo de la unidad.

Unidad Superior: Compuesta porcalizasmasivas,   margas gris verdosas   y  cuerposlenticulares de ruditas calcáreas.

A   partir   de   estas   tres   unidades   seinterpretan   tres   estadios   o   tres  episodiospaleogeográficos evolutivos equivalentes acada unade las unidades y nombrados comoEpisodio   1,  Episodio 2 y Episodio 3.   Estamisma terminología y  división del  registroes  la que se ha continuado utilizando, conalgunas modificaciones y matizaciones, entodos   los   trabajos  posteriores   (FregenalMartínez,   1991;   Fregenal   Martínez   y

Meléndez,   1993,  1994 y   1995a) en  los quese  definen las  tres unidades o  episodios dela siguiente forma:

*Episodio   1:   Sistema   de   llanura aluvial

distal  con sedimentación   mixta   terrígeno-carbonática.

*Episodio 2: Sistema lacustre carbonatado.

Subdividido, a su vez, en cinco fases:

-Fases 1,3 y5: Sistemas  lacustres carbonatadossomeros.

-Fases 2 y 4:  Sistemas lacustres carbonatadosprofUndos.

*Episodio   3:   Sistema   aluvial-lacustre

marginal  con  sedimentación mixta terrígeno-carbonática.

Estas unidades están basadas en criterioslitológicos objetivos   y   en   criterios

interpretativos  de las asociaciones de faciesque contienen. Están dirigidas a expresar laevolución paleogeográfica de los ambientessedimentarios   a lo   largo  del  tiempo  en elárea  de  Las   Hoyas  y  aexplicar   los  factoresinvolucrados   en   la evolución  paleogeográfica.Aparecen cartografiados  aescala 1:10.000en Fregenal Martínez (1991).

No   se   pretende   ahora invalidar estasunidades,   que   resultaron útiles   en   el

momento   de   su  establecimiento,   perodiversas  razones han llevado  a replantearnuevamente en este   trabajo la división delregistro estratigráfico del Sinclinorio de LasHoyas.

Los motivos que han conducido  a estoestán fUndamentalmente relacionados conproblemas respecto ala metodología que seutilizó pararealizar las sucesivas divisionesestratigráficas, especialmente   en  cuanto   a

ladefinición de los límites entre unidades ya  las   dificultades   para interpretar   lasunidades   como   ciclos completos   desedimentación cuyos límites correspondencon eventos de igual categoría, que afectanatodo el área e inducen cambios paleogeográficos

sustanciales. Es decir, estas divisiones previasno   reúnen los   requisitos   de   lasrecomendaciones  deVera (1989) explicadasal comienzo   de   este   apanado   de   utilizarcriterios que se reconozcan de forma clara

y   constituyan  el reflejo   de  eventos   queafecten ala cuenca en su totalidad.

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Laprimera división (Sanz eta)?  1988b)realizadautilizó criterios descriptivos de tipolitoestratigráfico. Teniendo en cuenta que laabundancia  de cambios laterales de faciesque se observa en el área, la utilidad de estadivisión   para explicar, con precisión, laevolución   local   e   identificar   los   eventosevolutivos más significativos  era, en  ciertomodo, limitada.

Partiendo   de   este   problema  tanto ladivisión de Gómez Fernández y Meléndez(1991) como lade Fregenal Martínez (1991)consideró como unidades estratigráficasbásicas  separables   los  distintos sistemasdeposicionales descritos e interpretados quese   sucedían   a   lo   largo del   registro(entendiendosistema deposicional comounaasociación   tridimensional   de   litofaciesgenéticamente   ligadas   por   procesos   yambientes).  Las subdivisiones se  hicieronteniendo encuenta variaciones sustancialesalo   largo  del tiempo en las característicasambientales   para   un   mismo   sistemadeposicional, por ejemplo el Episodio 2 deFregenal   Martínez (1991)   se   correspondecon el desarrollode un sistema deposicionallacustre y  está subdividido   en cinco fasesque   corresponden alternativamente asistemas lacustres someros   y profundos.Esta   división permitía, posteriormente,aproximarse   de   una   forma   mucho   máscorrecta   a la   reconstrucción   de   laevoluciónpaleogeográfica   del   área.   Sinembargo,   los   límites   entre   las   unidadesestablecidas varían de  naturaleza de  unos aotros   (cambios laterales, discordanciascartográficas...)   se   corresponden   coneventos  de distinta categoría y  algunos deellos no son observables en  todalacuenca.Si bien las unidades establecidas facilitaron

enormemente   la  tarea   de   reconstruir   laevolución   paleogeográfica,   las   unidadesseparadas no corresponden estrictamente aciclos   de   sedimentación   completos   eindividualizables   en   el  tiempo,   así   porejemplo el Episodio   1   de Fregenal Martínez(1991)   es,   en su   porción   terminal,contemporáneo con laFase   1   del Episodio  2.

Por último,  existían algunas problemasmarginales puramente   formales.   Los

términos Episodio y Fase están definidosporel  Código Estratigráfico Norteamericano

(N.A.S.C.,  1983) como rangos jerárquicosdentro   de las   Unidades Diacrónicas,   norespondiendo las  unidades establecidas  enLas Hoyas  a la definición  del  mencionadocódigo.   Por   otro lado   las   unidadesdiacrónicas no son aceptadas por laI.S.S.C(Reguant, 1989),   que  en cualquier   casorecomienda, en laúltima edición de laGuíaEstratigráfica Internacional (Salvador,1994),   evitar   el   término   Fase en   lanomenclatura estratigráfica por haber sidousado   con   “significados estratigráficosnumerosos, diversos y ,  a menudo,  vagos”.Este problema de purismo formal podría serevitado utilizando simplemente el término“Unidad”,  entendido   en   un   sentido amplio,

seguido del número arábigo correspondiente. Sinembargo no   se subsanarían  los problemasexpuestos   con   anterioridad   y   no   secumplirían   los   objetivos   que   se   hanpropuesto paraesta parte del trabajo.

Debido a lo  expuesto   se   ha exploradocuáles   son   los  criterios   y  el   sistema   declasificación más adecuados   para realizarla   división   del   registro de Las   Hoyas,teniendo en cuentatodoslos condicionantes,requisitos, recomendaciones y objetivos quese han explicado  anteriormente.

Como ya se   introdujo  al  comienzo  delapartado,   las   tendencias actuales   en   lamateria   que nos   ocupa   derivan   de   laaparición de   la Estratigrafia   Secuencial.Aunque laEstratigrafia Secuencial ha tropezado

con  numerosas   criticas,   especialmente   encuando alavalidez de la Curva Exxon comopatrón de correlación global y aladificultadde separar   las   señales   tectónicas   de   laseustáticas   (Aubrey,   1991;   Mialí,   1991,1992,   1997;   Emery   y   Myers,   1996), su

utilidad y suvalía, especialmente en cuantoasus aspectos metodológicos, en el análisisde  cuencas es, hoy por hoy,   indudable.

La   potencial utilidad   del   uso   de   lametodología de la Estratigrafia Secuencialen el caso contemplado en este  trabajo, hallevado arevisar los principales conceptosaceptados  actualmente,  así   como algunasaplicaciones alternativasde estos conceptos,tales   como   la  definición   de   cortejos

sedimentarios   tectónicos   y   climáticos(Prosser,  1993;   Scholz et  al.,   1990),  y las

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relaciones del método   de   la EstratigrafiaSecuencial con el método aloestratigráfleo,que algunosautores recomiendancomo unaherramienta descriptiva  muy relacionadacon   la metodología   de   la  EstratigrafiaSecuencial y que permite unaaproximacióngeneral   al estudio   de   secuenciasestratigráficas (Walker, 1992; Mialí,   1997).

Una   vez   realizada   esta   revisiónconceptual y metodológicase expondrán loscriterios quefinalmente se  han elegido pararealizar la división estratigráfica del registrosedimentario  del Sinclinorio de LasHoyas,así  como lanomenclatura utilizada.

Propuesta a  finales   de   los   años   70(Payton,  1977), la Estratigrafia Secuencialse ha venido desarrollando progresivamentedesde entonces ennumerosos trabajos (Vaileta)?,   1977;  Mitchum   eta)?,   1977; Haq et 

aL,   1987,  1988; Van  Wagoneretal.,   1988;Haq,   1991; Vail   eta)?,   1991;   Mitchum  yVan  Wagoner,   1991;  Posamentier   et   al.,

1992;   Posamentier   y   Alíen,   1993;PosamentieryJames,   1993)yse ha reveladocomo unadelas  herramientas más potentésutilizables en el análisis de cuencas.

Actualmente   se   entiende   que   la

Estratigrafia Secuencial es unasubdisciplinadelaEstratigrafia queconsiste en “el estudiode   las   relaciones   entre los   cuerpossedimentarios dentro   del   marcocronoestratigráfico   de   las   sucesionesrepetitivas   de   rocas   sedimentarias,genéticamente relacionadas y limitadas porsuperficies de erosión o no deposición y susconcordancias correlativas”  (VanWagoneret al.   1988)   o de   forma más sencilla,   “ladivisión   del   relleno   de   una   cuenca

sedimentaria   en   paquetes genéticoslimitados   por   discontinuidades   y   susconformidades   correlativas”   (Emery   yMyers,  1996).

La idea inicial  de   que  los límites entrelos   paquetes genéticamente   ligados   osecuencias deposicionales ¿stabandirectamente relacionados convariacioneseustáticas   y   que   los   mismos paquetescorrespondían siempre con losdepósitos de

un ciclo  completo  de   subida y  bajada delnivel   del mar, ha   sido,   en  cierta  medida,

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abandonada; actualmente  seconsidera queuna secuencia deposicional  representa  unciclo   completo   de   sedimentación,   cuyasdiscontinuidades   limitantes   reflejan   loseventos   que   controlan   la   creación   ydestrucción del espacio de acomodaciónenel   que se forma   la   secuencia,   es decir,variaciones de la subsidencia tectónica y/ovariaciones eustáticas (Emery y   Myers,1996).

El término discontinuidad (unconformity

en   la definición   original)  se   define   en  elCódigo   Estratigráfico   de   la   I.S.S.C.(Salvador,  1994) como “una  superficie deerosión   entre  dos   cuerpos   de  roca  querepresenta un hiato o  salto significativo enla sucesión estratigráfica”. En ese  sentido,en Estratigrafia Secuencial, actualmente se

entiende que el   término discontinuidad serefiere a“una superficie que separa estratosmás modernos de otros más antiguos y a lolargo de la cual hay evidencias  de erosiónsubaérea y  truncación  (y en  algunas áreaserosión submarina correlativa), que indicaun hiato significativo” (Van Wagoner et  a l?

1988);  ladefinición de “significativo” deberealizarse en función  de la escala del  casoparticular   de   aplicación.   Según estadefinición  se  entiende que   las  superficies

marinas de condensación, las   superficies detransgresión  y las   superficies   marinas   deonlap   no   son   límites   de   secuenciasdeposicionales  y   los   paquetes  de  estratoslimitados   por   las   mismas   no   puedenconsiderarse, por   tanto,   secuenciasdeposicionales (EmeryyMyers,   1996).

Desde  el  comienzo de la aplicación dela Estratigrafia Secuencial se   observó quelas   secuencias   deposicionales   están

compuestas por paquetes   de   estratosdiferenciables por sugeometría interna y lanaturaleza de sus límites, estos paquetes  sedenominaron   Cortejos   Sedimentarios(System Tra cts). Cada cortejo sedimentariocontiene   un   conjunto   de   sistemasdeposicionales   ligados que presentan   unapaleogeografia coherente y   una polaridaddeposicional definida (Emery y Myers,1996).   Cada cortejo   corresponde,   en  suformulación original,   al   conjunto

sedimentario depositado   en un   momentoconcreto de un  ciclo completo  de subida y

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bajada del nivel del mar,si bien actualmentese entiende que cada cortejo sedimentario,al  igual que la secuencia deposicional estácontrolado por larelación entre eustatismo,tectónicay aporte de sedimentos. Cadaunode los cortejos posee unageometría internay unaposición en   lasecuencia deposicionaldefinida.

Los cortejos sedimentarios   constituyenlas   divisiones   mayores   que   puedenestablecerse   dentro   de   una   secuenciadeposicional, mientrasque ladivisión menores   la  parasecuencia,   definida   por   VanWagoner eta)?   (1988) como  “una unidadgenética básica, limitada en subase y techopor superficies de inundación marinao susequivalentes  costeros”. Las parasecuenciasson progradacionales  y por tanto cada una

deellas presentatendencia alasomerizaciónhacia el techo. A escala de  parasecuenciaslos  controles  autocíclicos,   tales   como   laavulsión o  lamigración de  lóbulos,jueganun importante papel (EmeryyMyers,  1996;Mialí,  1997).

Aunque   durante   la mayor   parte   deldesarrollo de la Estratigrafia Secuencial seha   usado   y   se   sigue   usando   una

 jerarquización de las secuencias  en órdenes,

las recomendaciones actualesapuntan anoutilizar esta  jerarquización,   debido  a  losdesfases de periodicidad que muestran losprincipales mecanismos capaces de generary   controlar   ciclos   o   secuencias,   sino   acaracterizarlas secuencias definidasen cadacaso en  función  de su  rango   temporal deduración (Mialí,  1997), reconociéndose enelregistro, básicamente, tres tipos de ciclos:los que muestran periodicidades   largas,  mayores

de   10  ma.;   los   ciclos  con periodicidades  en el

rango  del   ma.; y ciclos con periodicidadesmenores de   1   ma.  (Mialí,  1997).

El uso  de la metodología  de  la EstratigrafiaSecuencial   tiene  enormes ventajas  ya quepermite establecer un  mareo cronoestratigráficode correlación paralaescala del trabajo quese   está   realizando.   En   este sentido   esimportante poseerun  buen control temporala partir  de dataciones, fundamentalmentebioestratigráficas o magnetoestratigráficas.

En los primeros momentos del desarrollode laEstratigrafla  Secuencial el establecimiento

de   secuencias deposicionales   parecíarestringido   a cuencas  marinas  o  con unaclara conexión marina. Sin embargo,   suaplicación en  cuencas continentales ha idocreciendo progresivamente, especialmenteen  aquellos casos en que   se   dispone   del

registro temporal   equivalente   en   áreascosteras   y   de   plataforma   de   la   mismacuenca. En  estos casos se supone, explicadode forma simple, quesi existe una conexiónfisica   entre   las   áreas continentales   ymarinas,  las  variaciones del nivel  del marafectan   a la distribución   de los  sistemasdeposicionales   continentales   y   a   suevolución  induciendo cambios   en el  nivelde   base   del  área  continental   (Shanley   yMcCabe,   1991,   1994;   Wright  y   Marriot,

1993).   Esta  asunción   ha   tropezado   confuertes críticas que consideran que si  bienla influenciade los cambios del nivel de basepuede   ser   importantes   en   los   tramospróximos alacosta de lossistemas fluviales,aguas arriba son factores autocíclicos y   losfactores   tectónicos y   climáticos   los  quecontrolan laorganización y evolución de lassecuencias o ciclos sedimentarios y que losciclos inducidos por la variación de   estosfactores   controladores   se   encuentran,

normalmente, desfasados con respecto alosciclos   exclusivamente   controlados   porcambios del nivel de base (Schumm,  1993;Mialí,  1996,  1997).

Algunos   autores   han  aplicado   connotable   éxito   la   metodología   de   laEstratigrafia Secuencial alestudio de serieslacustres (Scholz eta!.,  1990; Damy Surlyk.1993).   En   estos   estudios,   se   parte   deconsiderarcomo referencia las variaciones

relativasdel nivel  del lago.

En general se ha utilizado en el  análisisde   registros  de   cuerpos lacustres   de  granenvergadura, paleolagos   de  gran profundidad yextensión superficial. Enestos casos se hanidentificado varios tipos de discontinuidadesinternas ligadas  al tipo  de caída  del   niveldel lago equivalentes alas definidas porVail

eta!. (1984), de  forma que ha sido posibleestablecer una  jerarquía   de   cortejos

sedimentarios  y definir   las parasecuenciaspresentes. En  losdos trabajos mencionados

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antes se   relacionan  los ciclos deducidos ylas  fluctuaciones   del   nivel   del  lago   convariaciones climáticas.  Así,  Scholz   et a ) ? ,(1990) llegan aproponer el establecimientoy definición   de  “cortejos  sedimentariosclimáticos”  (cl¡matíc system   tracts).  En  eltrabajo  de Dam y  Surlyk  (1993) si  bien secorrelaciona la secuencialidad descrita con

variaciones climáticas, también se  observaunasecuencialidad de menor frecuencia queparece correlacionarse con laCurva Exxon.

Existen,   sin embargo,   diferenciassustanciales   en   los   mecanismos   defuncionamiento   de  cuencas lacustres y enlos mecanismos que inducenvariaciones desu   nivel   lacustre que  se   reflejan   en  lasedimentación.   En   primer lugar   lasvariaciones   del   nivel   lacustre están,

habitualmente,   muy  relacionadas   convanaciones climáticas y suelen implicar unavariación demagnitud relativamucho mayorque la experimentada   en  la variación  delnivel   custático.   En   segundo   lugar,   lasvariables que controlan lasedimentación,  es

decir,   tectónica,   clima,   nivel   lacustre   yaporte  de sedimentos  muestran   relacionesde interdependencia mucho más estrechasque   en   los   sistemas   marinos.   Lamodificación de unade las variables, induce

cambios en las relaciones entre las variablesy las variables mismas dc unaforma muchomás inmediata y  notable,  de forma que loscambios  secuenciales suelen mostrar unafrecuencia mucho mayor y,  habitualmente,unamayor complejidad de facies (Gallowayy Hobday, 1996). En cuanto a la geometríade las  secuencias,   las  dimensiones  de   lossistemas lacustres, incluso de los de mayorenvergadura  son siempre limitadas, por loque las   transiciones   de  facies  tienden   a

aparecer comprimidas   lateralmente   y   eshabitual reconocer  una tendencia  mayor ala  agradación   vertical   (Rosendahí    yLivinstone, 1983).

A pesar de ello, los estudios realizadoshasta  el  momento   parecen   evidenciar laexistencia de  numerosos paralelismos  y laaplicabilidad de  la metodología aregistroslacustres.

Xueyóalloway(1993)   han aplicado elconcepto   de Secuencia Genética   (Geneuie

Strallgraph¡c Sequence) de  Galloway(1989)

al estudiode series lacustres. Este conceptode secuencia estábasado en laterminologíapropuesta porFrazier (1974) yse  diferencia,fundamentalmente,   del   concepto   desecuencia deposicional  en la posición  dellímite   de   secuencia. Galloway (1989)sostiene.   que,   en   la   práctica,   si   lasedimentación es  muy continua el limite de

la secuencia deposicional  puede ser dificilde identificar resultando más simple tomarcomo  límite de  secuencia la superficie demáxima inundacióno superficie de downlap

del  cortejo   sedimentario   de alto nivel   delmar. Deesta forma, en  lasecuencia genéticade Galloway se reconocería en primer lugarel cortejo de alto nivel,  a continuación  elconejo debajo nivel y porúltimo el cortejotransgresivo.

Utilizando   estos   conceptos   Xue   yGalloway (1993)  dividen  el registro de   lacuenca   lacustre de Songliao   en  China  ensecuencias   genéticas constituidas  por trescortejos sedimentarios:   un   cortejoprogradacional o   de  alto  nivel   lacustre,   uncomplejo de  bajo nivel lacustre y  un cortejosedimentario retrogradacional  o transgresivo.

La  metodología   de   la EstratigrafiaSecuencial   ha sido   aplicada  también   a

cuencas   en  las   que   el  factor   tectónicodomina claramente sobre losdemás controles

alocíclicos   y  en   las   que   la sedimentaciónocurre   en   ambiente   continental durante   unaparte importante del  relleno  de   la cuenca.Estaaplicación parte fundamentalmente dela   utilización   del   concepto   de   cortejosedimentario. Aunque la propuesta original(Prosser,   1993)   parte   de   considerarinaplicable lametodologíade laEstratigrafiaSecuencial   a cuencas en   las  que el factor

controlador dominante de lasedimentaciónes   la tectónica,   los conceptos   y  métodosque emplea proceden   del   campo   de   laEstratigrafia   Secuencial,  proponiendo   enrealidad una interpretación alternativa a laconsideración de que las secuencias reflejanciclos completos de subida y caída del niveldel mar, perspectiva desde la que, realmente,laEstratigraf’ia Secuencial es  inaplicable encuencas controladas por el factor tectónicoy fundamentalmente rellenas porsedimentos

continentales.   Esta   aplicación   pone   enevidencia que laEstratigrafia Secuencial esaplicable, ensus aspectos metodológicos y

 

 

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en sus  conceptos básicos a cuencas en lasque laseñal eustática es un factor de controlmenor e incluso inexistente.

Al   igual que Vail eta!.   (1977), Prosser(1993) utiliza la estratigrafia sísmica paraconstatar quecada etapade la evolución deunrft continental se asocia a un conjunto

de sistemas deposicionales característicosque presentan unpatrón geométrico típico,con límites característicos, reconocible  enlos  perfiles   sísmicos.   De   esta forma   ladefinición   de  Mitchum   y   Van   Wagoner(1991)   de cortejo sedimentario como  “eldepósito   correspondiente   a una fase   oporción específica de un  ciclo completo decaída o   subida   relativa del nivel   del mar”podría modificarse para loscasos de cuencascontroladas   por el factor tectónico,

conservando la esencia de la definición dela   siguiente   manera:   “un cortejosedimentario tectónico   (tectoníc   syste¡ntract)  es  el depósito correspondiente aunafase o porción de desarrollo tectónico”. Así se  pueden definir:

-Un  cortejo  sedimentario  de comienzodel r¿fi.

-Unos cortejossedimentarios de  apogeo

o clímax del  r~i: temprano, medioy tardío.-Un   cortejo sedimentario   post-rif!

temprano o  inmediato al rfl.

-Un cortejosedimentariopost-nft  tardío.

Al   contrario   que   en   el   caso   de lassecuencias eustáticas, las unidades genéticastectónicas pueden tener una duración muyvariable, dependiendo   de   la   tasa   de

ftacturación y  la velocidad de apertura dela cuenca.

Aunque   la mayor   parte  de   los  casosestudiados   en  el   trabajo provienen   de   lainterpretación   de los perfiles sísmicos,   secontempla lautilización de estametodologíaen estudios de superficie, siemprey cuandose reconozcan las  geometrías típicasde cadacortejo.

En  cuanto  al  método aloestratigráfico,éste   surgió   como   una aproximaciónalternativa   a   la división   en   unidades   del

registro sedimentario que simplificaba  losmétodos litoestratigráficos tradicionales   yevitaba la confusión que en determinadoscasos   inducía el método   tradicional,   aladjudicar distintos nombres, en área separadas

de una misma cuenca, a unidades equivalentes.Las   Unidades   Aloestratigráficas   fueronpropuestas por laComisión Norteamericana

de NomenclaturaEstratigráficaen elCódigoEstratigráfico Norteamericano  (N. A. S.C.,1983), en el cual se  definen, en su Artículo58, como “un cuerpo de rocas sedimentariascartografiable   y   estratiforme   definido   eidentificable en baseasus discontinuidadeslimitantes”.   El   método   contempla ia

 jerarquización de las unidades en Alogrupos,Aloformaciones y Alomiembros y estableceuna serie de   reglas para nombrar y  definirestas unidades.

Varios   autores   han   defendido   estemétodo como una herramienta útil para laaproximación a la división del  registro deunacuenca en secuencias deposicionales yhan comparado   los   resultados   de   lautilización   de   ambos   métodos   (Walker,1992;   Martinsen eta!.,  1993;  Mialí,   1997).

Aunque   las   definiciones   de   unidadaloestratigráficay de secuencia deposicional

poseen numerosas   diferencias   intrínsecas,en   su aplicación   a casos   concretos   hanresultado ser equivalentes.

En primer lugar, unaunidadaloestratigráficano necesariamente debe contenerun paquetede   estratos   genéticamente relacionadosorganizados   en   conjuntos   o  cortejos   quepresenten una polaridad secuencial definida.

En   segundo   lugar, la   propuesta   del

concepto de  unidad aloestratigráfica definelos   límites entre  ellas   como discontinuidades,entendiéndose   en   toda  la extensión   dellímite,   mientras   que   los   límites   entresecuencias   deposicionales   se contemplancomo discontinuidades o  sus  paraconformidades

relativas.   Walker (1992) recomendó  que elconcepto de conformidad correlativa a lasdiscontinuidades   fuese incluido   en   ladefinición del código delaN.A.S.C., aunqueel   reconocimiento cartográfico   de   estas

paraconformidades o conformidades relativaspuede   resultar   bastante   complejo  en   lapráctica.

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Por último,  no existe una equivalenciageneralizable entre   las   jerarquías   deunidades aloestratigráficas y losórdenes desecuencias deposicionales. Aunquecomo yase  explicó con anterioridad  se  desaconsejala utilización  de jerarquías   y  órdenes  quevayan más alládel establecimiento del rangotemporal de duración en  el establecimiento

de secuencias deposicionales(Mialí, 1997),este   mismo autor   propone   el   métodoaloestratigráfico   como   un   sistema   denomenclatura   estratigráfico  no genético,alternativo ala ausenciade una basegenéticapara el establecimiento   de   una jerarquíaformal de   órdenes   secuenciales.   En   estesentido sugiere unarelación tentativa en laque las secuencias con unaduración de 106

años   (tercer   orden) equivaldrían   aaloformaciones, las secuencias con duración

dc   1  0~ ai~os (cuarto orden) a alomiembros,las  secuencias con duración de   10~   años(quinto orden  o   set   de   parasecuencias)   aalomiembros   o   submienibros   y   lassecuencias   con duración   de   10~ años   oparasecuencías equivaldríanasucesiones defacies.

A pesar de los problemas planteados yla necesidad de esperar aque el progreso delas  investigaciones al  respecto arrojen luz

sobre las  incógnitas que rodean este tema yotros muchos que atañen a la EstratigrafiaSecuencial,   las  evidencias apuntan a que,en la práctica,  existen   muchos  puntos encomún entre  el  método  aloestratigráfico yel método  de la Estratigrafia  Secuencial o,  almenos,  a que ambos   son   complementarios,   elprimero   puede   resultar   útil   en   laaproximación descriptiva inicial, pudiendoen   cada   caso discutirse   en   etapasinterpretativas   del  análisis   de cuenca la

coincidencia entre las  unidades limitadas pordiscontinuidades o   unidades   aloestratigráficasdescritas y las secuencias   deposicionales.

Realizada esta revisión metodológica yconceptual,   se  explorará  a  continuacióncuales  son  las  posibilidades   de   aplicaciónde   la   Estratigrafía   Secuencial   ymetodologías relacionadas en el caso de LasHoyas.

En   una primera aproximación   laaplicación   estricta   de   la Estratigrafía

 

Secuencial resulta inviable para el rellenode sedimentos continentales del área de LasHoyas.

A   escala   de   la Cuenca Ibérica   losmateriales   de la Formación Calizas  de LaHuérguina estudiados  en este trabajoformanparte de un ciclo tectonoeustático mayor de20 orden (Alonso eta!.,  1991), la SecuenciaHauteriviense terminal   - Barremiense,   sinembargo   varios   problemas   impiden   lasubdivisión en secuencias  deposicionales derango  menor del registro de Las Hoyas:

a) En  primer   lugar,   tal y  como   se   haexplicado en el apartado 2.1.2,   no  existenevidencias   paleogeográficas   claras   ydirectas de conexión marina de este área delaactual Serranía de Cuencaconel Tethys,

aunque si  en áreas más meridionales  de lamisma (Mas,   1981; Meléndez,   1983).  Lasevidencias   apuntan   más   bien   a   lacompartimentación tectónica de la cuencay ala individualización en pequeñas cubetas,así  como auna creciente continentalizaciónde los   ambientes  en   sentido  SE-NO. Esdecir, que   nos   encontraríamos   en   uncontexto en el   que habría que asumir quelas variaciones eustáticas inducen cambiosen el nivel de base que quedan reflejados en

los registros continentales, asunción quecomo  ya se   ha  explicado   ha  encontradonumerosas  criticas. En cualquier  caso,   serequeriría cambiar el  enfoque  del   trabajopara constatar la existencia de secuenciasdeposicionales equivalentes en las distintasáreas   de   la cuenca.   Tampoco   existe  untrabajo realizado en este sentido utilizandolametodologíade laEstratigrafia Secuencialpara   las   áreas costeras y marinas máspróximas de  la cuenca,   que facilitase   las

correlaciones.

b) Como también se  ha explicado en elapanado   2.1.2  el   factor tectónico parecehaber jugado un   papel fundamental   en lacreación y  relleno  dc las   cubetas de edadCretácico Inferior   de   la Cuenca Ibérica.Trabajos  previos   han constatado   tambiéneste extremo   en  el   área   de   Las  Hoyas(Gómez   Fernández  y   Meléndez.   1991;Fregenal MartínezyMeléndez,   1993). Esta

circunstancia podría complicar aún más elproblema,  en especial,   si la tectónica fue el

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control genético dominante y,  por tanto, suseñal la mejorregistrada en lossedimentos.

Desde   el   punto   de  vista   estricto   ytradicional, la Estratigrafia Secuencial   es,efectivamente, inaplicable en Las Hoyas.Queda por tanto descartada laposiblidad deutilizar algunos conceptos   tales como   loscortejos sedimentarios  y   los límites de   losmismos (superficie transgresiva,superficiede máxima inundación...),   en su   sentidoclásico.

Enlazando   con  el   concepto  de cortejosedimentario   se   rechazan,   en  este   caso,también las  aplicaciones alternativas que sederivandel mismo, es  decirla definición decortejos   sedimentarios   tectónicos   yclimáticos, por   razones   que   no   están

relacionadas con el concepto de  cortejo ensí  mismo sino con problemasque plantearíanestas aplicaciones   en el caso de Las Hoyasy que se exponen acontínuacion.

La metodología secuencial   en   suutilización   para   definir   cortejossedimentarios   climáticos   en   rellenos   desistemas lacustres no  es  aplicable  en   LasHoyas por queno se trata del registro de unpaleosistema lacustre de gran envergadura

en el que las variaciones del nivel del cuerpode agualacustre puedanser utilizadas comoreferencia,   sino   de   un   área  rellena  conmateriales   aluviales   y   lacustres someros,depositados en cuernos de pequeña amediaextensión. Por otra parte,  el único sistemalacustre de envergadura media presente, quepodría haber sidoutilizado como referencia,tuvo  un   tiempo   de  residencia   corto en  lacuenca.

Las mismas razones invalidan   lautilización   de las   secuencias genéticas  deGalloway   (1989)   en   una aplicación   asistemas lacustres como la presentada porXue y Galloway (1993).

Teniendo en cuentaque la sedimentaciónse  produjo en  un contexto tectónicamenteactivo y   distensivo, durante  una etapa  der¡ffing continental,  se  puede valorar la propuestade Prosser (1993) dejerarquizar   el relleno de

estas cuencas mediante la identificación decortejos sedimentarios tectónicos.

La aplicabilidad de esta metodología  alregistro  de  Las Hoyas   tropieza con  variasdificultades que ladesaconsejan:

a)  La  evolución  y   distribución  de lossistemas deposicionales interpretables en elregistro   de   Las   Hoyas   correspondeaparentemente conla distribución explicadaporProsser(1993),   así  como con lade otrosautores  para el relleno de  un  segmento denft continental (Watson eta)?, 1987; Frostick y  Reid,   1987).   Sin   embargo,   tal  y   comoProsser (1993) advierte explícitamente, estono essuficiente paraestablecer la presenciay   límites   de   los  cortejos   sedimentariostectónicos, siendo fundamental   elreconocimiento de las geometrías.

En   Las   Hoyas,   la disposición   delafloramiento permite observar la geometríainterna   de   los depósitos   en   un   cortelongitudinal de la cuenca, no existiendo  uncortetransversal,  perpendicular alafracturaprincipal. Las dificultades   para  observartridimensionalmente   las   geometrías   delsemigraben, impiden   el   reconocimientoseguro de  lospatrones geométricos descritospor Prosser (1993).

b) Sólo cuando exista la certeza de  que

se  trabaja sobre materiales depositados  enuna  cuenca   del   mismo   tipo   que   la quedescribe   Prosser   (1993),   la  metodologíapropuesta puede servir  a fines puramentedescriptivos.

En trabajos previos (Fregenal Martínez,1991;Fregenal MartínezyMeléndez,   1993)se  expone la hipótesis de que el sector  deLas Hoyas pudo haber sido un segmento  derzft   con   geometría   de   semigraben.   Sin

embargo,  asumir esto de   forma absoluta ycomo   consecuencia adoptar  la división de l

registro   en  cortejos sedimentarios tectónicos,supondría   comenzar   el   trabajo desde   unplanteamiento,   en   cierto modo,   yainterpretativo. No se debe olvidar que el finperseguido,   al  plantear   la elección   de   un

sistema   de  división   en  unidades   estratigráficaspara este trabajo,   es   encontrar  un sistema,los más  descriptivo posible, que   facilite  elanálisis y las   interpretaciones   posteriores.

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Además, el nfi cretácicoinferior ibéricono se conoce bien encuanto aladisposicióny geometría de las   principales fracturas yposibles segmentos de   r<ft  individualizadosa mediay  pequeña escala,  aún asumiendoque setrata de un sistema tectónico similaral   del   rift   africano   actual descrito   porRosendahí   el  a )?   (1986);  Frostick  y   Reid

(1987)   y  Morley   el   aL   (1990).  No existeningún estudio paleotectónico detallado deeste área, por lo  que dar por sentado que el

área  de Las Hoyas  es un   segmento  de nft 

asimétrico, individualizado y controlado poruna fractura   listrica   normal   de   plantasemicircular es  algo arriesgado como puntode partida, apesar de que existan evidenciasque apoyen lahipótesis.

Por tanto,  si se  asumiese directamente

el modelo de Prosser (1993) como punto departida   se   podría   generar   un   problemametodológico,  al crear un aparato enel que

Ii   _______ Secuencla de l   Pocillo   dei  Pozuelo

1   ~—    Secuencia  d e   la

í   de  Las Cruces   II

a:DC owU )zw

wir irE’

Secuencb  de  la   Hoya de  laMadre de  l as   Latas   N O R T ESUR

ma :o E wu . .

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Ng.   2.3.2.  Unidades   estrat igráf icas identi f icadas   en   e l S incl inor io   de   Las   Hoyas   y   re laciones   de   yacenciaentre ellas   y   con   e l   sustrato jurásico,   d ispuestas e n   corte   ideal   realizado   e n   dirección   N-S.   L a   geometr íaexterna   d e l   extremo nor te   de   la Secuencia   de   la   Rambla   de las  Cruces   1   no   es   observable  en   campo por loqu e   és ta ha   sido   inferida   y e s,   por tanto,   interpretativa.   E n   e l   cuadro   se   ha   representado   también   la

disposición   y   geometría   de   to s   pr inc ipales s is temas  deposic ionales iden t i ficados   dentro   de   cada   secuenc ia .1 .   S is temas   de   llanura   aluvial   d istal mixta   con   desarrol lo   de zonas   lacustres   marginales,   y   co n   predominiode los   mater iales   sil iciclásticos   frente   a   los  carbonáticos e n   la s   facies  ca na l izadas .2 .   S is temas   de l lanura a luvia l d is ta l mixta  con   desarrol lo   d e   zonas lacustres   marginales,   y   con   predominiode   lo s  mater ia les   carbonáticos  frente   a   lo s   sil iciclásticos   e n   la s   fac ies canal izadas.3 .   S is temas   lacustres m arg ina les   y  someros,   carbonáficos.4 .   S is temas   lacustres   permanentes,   carbonát icos,   de   envergadura   media.5 .   Discordancia   erosiva   y  angular   de   carácter   regional.6.  Relación   de   yacencia   más común.7 .   Relación   de   yacencia   en   aquellos  casos   e n   lo s que una   unidad   se  apoya   sobre suces ivos   y   múltiplesniveles   de   la/a   un idad/es   inf rayacentes.8 .   Relación   de   yacencia   de   l a Secuen c ia   d e l   Pocillo   d e l   Pozuelo directa   sobre   el sustrato   jurásico,   porausencia   local,   deb ida   a   n o   sedimentación,   d e   la s   un idades  precedentes   e n   la   zona sur  y  sures te   d e lsinclinorio.

9 .   Relación   de   yacencia   supuesta   prev ia a   la   erosión   parcial   de   la   unidad   suprayacen te .1 0 .   Relación   da   yacencia observada puntualmente.

e‘0

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YSecuencia d e   la  Rsrvibbde  l os  Cruces  

5

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la   descripción   ya   está   previamentecondicionada porla interpretación, corriéndose

el riesgo de caer  en razonamientos circularesalo largo del trabajo.

En   este   caso parece aconsejabledescartar   la   definición   de   cortejossedimentarios tectónicos como herramienta

descriptiva,   pudiendo   ser   retomado   elmodelo   en   apartados   interpretativos,posteriores ala descripción y el análisis delos datos.

A  pesar   de   todos   los  problemas   einconvenientes que se acaban de exponende  los cuales quizás  el  más importante  esque se  trata del relleno sedimentario  de unárea continental sin evidencias de conexiónmarina, se considera que para este trabajo

la Estratigrafia Secuencial   es aplicable  ensus aspectos metodológicos básicos.

Las tendencias másrecientes apuntan autilizar   los  conceptos   y   modelos   de  laEstratigrafía   Secuencial con   mayorflexibilidad,   así   Walker   (1992)   y   Mialí (1997) afirman que los conceptosy métodospueden usarse   sin   hacer   uso de   laterminología de “secuencias genéticas” delos   primeros   trabajos   del   grupo   Exxon

(entendiendo que secuencias genéticas  serefiere   estrictamente   al   conjunto   demateriales   depositados durante   un ciclocompleto de subiday caída del nivel del maro durante una porción de  dicho ciclo). Estosmismos autores recomiendan “la cartografiade   secuencias limitadas por  discontinuidadesy   el   uso   de   los términos   y   métodosaloestratigráficos  como la base que puedeaportar el marco necesario paraladefinicióny clasificación de secuencias”.

Siguiendo  estas   recomendaciones,   laaplicación   en  el   caso  de   Las   Hoyas   haconsistido en lo siguiente:

En unaprimera  etapa se  ha utilizado elmétodo   aloestratigráfico   y   se   hancartografiado cuerpos de rocas estratiformesidentificables en baseasus  discontinuidadeslimitantes.   El   método ha   resultado,efectivamente,   una herramienta  útil  en   la

aproximación   a la división  del

  registro yalanálisis   estratigráfico   secuencial.   Estaprimera aproximación permitió una división

inicial   en  tres cuerpos   o   tres   unidadeslimitadas   por   discontinuidades   queconllevan exposición subaérea y erosión yque se   manifiestan   como   discordanciascartográficas  en todasu extensión.

En un   paso  posterior   se   utilizó   lametodología de laEstratigrafia Secuencial

en cuanto al análisis de la geometría internade cada   unidad,   polaridad   sedimentariaobservada  y   tendencia secuencial internaparaestablecer la equivalencia entre estasunidades   aloestratigráficas   y   posiblessecuencias.   Este   análisis   se   ha realizadoteniendo en cuenta los siguientes conceptos:

a) Se  entiende  el  término “Secuencia”en elsentido de “Secuencias Geométricas”de Vail eta)? (1977) y en el sentido de Emery

y   Myers  (1996) como “ciclo completo   desedimentación,   cuyas   discontinuidadeslimitantes reflejan loseventos que controlanla creación  y  destrucción   del   espacio  deacomodación   en   el   que   se   forma   lasecuencia,   es   decir,   variaciones   de   lasubsidencia   tectónica   y/o   variacioneseustáticas”.

b) Los   depósitos contenidos   en lassecuencias se encuentran “genéticamente

ligados”. Este concepto no se  entiende aquí como generados duranteun  ciclo completode subida y  caída   del nivel   de  mar o  unaporción   de   dicho   ciclo. En  este   caso   seentiende como genéticamente ligados, alconjunto de depósitos generados  durante unciclo   sedimentario controlado por   unconjunto de  factores auto y alocíclicos quemuestran unas relaciones entre ellos y  unaevolución alo largo del ciclo determinables,caracterizables y claramente diferenciables

de las relaciones y evolución que se deducenen los   ciclos   anteriores   y  posteriores   desedimentación,   estando   representado   elevento  de variación de   la combinación  defactores controladores por   lasdiscontinuidades que   limitan los ciclos   osecuencias.  Cada uno de  estos límites  estáasociado asimismo a lamodificación de lageometría del espacio de  acomodación  y ala generación del espacio de acomodaciónde  lasecuenciasuprayacente.

Derivada   de   este   análisis   se   haestablecido   la   presencia   de   cuatro

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secuencias que se nombran y describen enel   siguiente apartado.   Dada   la   fuertecomponente genética que  en el  sentidoexplicado anteriormente   poseen estasunidades, y laimposibilidad de adjudicarlesun   rango   jerárquico   se   ha optado   pordescribirías como “Secuencias” y no  como“Unidades Aloestratigráficas”, reservándo

paraposteriores apartados  interpretativos ladiscusión acerca  del rango de duración  decada unidad ysu posiblejerarquía.

2.3.2  Descripción de   las  unidades

Las cuatro secuencias   identificadas eneste   trabajo son nombradas   y   descritas  acontinuación. En la primera aproximación

con métodos   aloestratigráficos   seidentificaron   tres   unidades   uniformes   ycartografiables separadas pordiscordanciascartográficas, en toda la extensión del límiteentre  ellas.   El análisis secuencial   llevó  adividir las primera unidad en dos unidadeso secuencias cuyo límite se manifiesta comounadiscontinuidad en el borde del  área desedimentación   y   como   concordancia   oparaconformidad   relativa   en   las   partescentrales de  dicho   área.   La naturalezageométrica   de   este límite impidió   en  laaproximación   inicial   la división   en   dosunidades cartográficas,   de  modo   que lacartografia de estas dos secuencias tuvo queser realizada con posterioridad   al  análisissecuencial.   Las secuencias tercera y cuartase  corresponden con la segunda y  terceraunidad aloestratigráfica, respectivamente.En el apartado 2.2.1   se  puede encontrar elmapa del Sinclinorio de Las Hoyas en el que

las  cuatro  secuencias  aparecen cartografiadas(Fig. 2.2.2).

En   la Fig.   2.3.2   se   ha  realizado   unesquema   de   la   disposición   de   estassecuencias, que muestra  las   relaciones  deyacencia   entre   ellas   y   con respecto   alsustrato   jurásico,  su  geometría externa   einterna general,   extensión   relativa y   laposición y   naturaleza   de   las discontinuidadeslimitantes.

Para realizar la tarea   de   describir   las

unidades establecidas, en este caso secuencias,se ha escogido un patrón similar al utilizado

para la definición   formal   de   unidadesestratigráficas,  tanto   litoestratigráficas  comoaloestratigráfleas (Salvador,   1994;   N.A.S.C.,1983). Debe quedar claroque no se pretendeunadescripción formal en el sentido clásico,ya que estas unidades  o secuencias tienen,hasta el   momento,  una validez  exclusivamente

local. Por otra parte, aunque no es habitual

una prácticacomo esta parael establecimientode   secuencias   deposicionales,   dada   lacorrespondencia   directa   que   estassecuencias presentan con unidadesaloestratigráficas  y los fines descriptivos quese  persiguenen estaparte del trabajo, utilizarun   patrón   de   este tipo   es   la  solucióndescriptiva máspragmática parafacilitar elacercamiento  y  seguimiento   de los pasosposteriores del análisis de cuenca.

En primer lugar se  exponen cuales  sonlos contenidos de cada uno de los apartadosque contempla esta definición,  parapasar acontinuación   a  la   descripción   de   cadasecuencia propiamente dicha.

 Nombre

Cada   secuencia   se   ha   nombradoutilizando  el topónimo  del  área  en  la queaparece mejor expuesta y  reúne la mayorparte de las características observadas y queladiferencian claramente de las secuenciasmfra y suprayacente.

 Equivalencias  y Antecedentes

Se  incluyen todas las equivalencias conlas   unidades   establecidas   en   trabajosantecedentes   realizados   en  el   área   deestudio. En laFig. 2.3.1   se puede encontrar

un  cuadro de comparación de   las  nomenclaturasutilizadas  previamente y en   este trabajo.

Puntos  óptimos de   observación

Se enumeran el/las área/s en laIs que lassecuencias pueden observarse  con mayordetalle   y   mejores   condiciones   deafloramiento. En todos los puntos óptimosde observación hansido realizadas columnasy   cortes   estratigráficos que pueden

encontrarse   descritos en  el apartado  2.2.2de este trabajo. En el mencionado apartado

‘.4

¼

oc a

<a-f

~1

oo

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se  encuentran también   los detalles acercade la posición geográfica exacta y   coordenadasde   localización   correspondientes   de   cadasección estratigráfica descrita.

 Limites  estratigráficos,   extensión,   espesor  y

geometría

Caracterización  de las discontinuidadesque limitan cada secuencia en   cuanto  a suextensión,   geometría   y   procesos   queimplican,   a grandes   rasgos   (erosión,   nosedimentación...).

Se  incluyen también los datos acerca delaextensión de afloramiento de lasecuencia,el  espesor   y   las   variaciones laterales   deespesor observadas, así  como la geometría

externa que muestra.Las condiciones  de afloramiento no han

permitido disponerde datos suficientes pararealizar   mapas.   de   isopacas,   queindudablemente habrían sido muy útilescomo   herramienta   de   interpretaciónposterior y   para caracterizar la geometríaexterna   de   cada secuencia,   por   lo   queédiéguesta   ha   sido   deducida porprocedimientos cartográficos.

 Des crpción

Ladescripción de las secuencias incluyesus principales rasgos encuanto a litología,algunas   caracteristicas   generales   de   suarquitectura   interna, sistemasdeposicionales  que contiene y variacionesgeográficas  de los  aspectos   descritos   a lolargo de su extensión  de afloramiento.

Contenido paleonto!ógico yedad 

Lista   de   contenido paleontológicoencontrado en la secuencia. En  cuanto a laedad, es necesario aclarar que se ha asignadoatodas  ellas  el mismo rango  cronológico:Barremiense   superior.   No   se   dispone   dedatos  en   este  área que permitan   adjudicarunaedad másprecisa, por lo que asumimosaquí   el   consenso que  se   estableció   en

Diéguez eta)?   (1995a) sobre la asignacióncronoestratigráfica   del yacimiento  de Las

Hoyas y del  relleno sedimentario  del áreadel   Sinclinorio   de   Las   Hoyas.   Estaasignación   se   realizó   a  partir   de   lacontrastación  de datos bioestratigráficosaportados   por   el   análisis   de   carófitas,ostrácodos,   polen   y   macroflora   y   escoherente con laedad que regionalmente seadmite   para la Formación Calizas   de   La

Huérguina.

En apartados posteriores se realizaráunadiscusión puramente interpretativa sobre elposible rango de duración de cadasecuenciadentro del rango temporal  asumido para eltotal del registrode las   cuatro secuencias.

2.3.2.1  Secuencia de la Rambla d e   la s

Cruces   1

 Nombre

Deriva   del   topónimo   del   punto   deafloramiento   en   el   que   muestra   lascondiciones   más   adecuadas para   suobservación.

 Equivalencias y Antecedentes

Es equivalente a las   Unidades   1  y II deSanz  el   a!. (1988b), a la Unidad Inferior oEpisodio   1   de GómezFernández y Meléndez(1991)  y al   Episodio   1   y   a la Fase   1   delEpisodio   2 de   Fregenal Martínez (1991).

Puntos  óptimos de  observación

El   punto   en el   que  esta   secuencia   seencuentra mejor expuesta es   laRambla delas  Cruces,   en   la que aflora en   el primer

tramo   del  recorrido  de   dicha rambla  endirección,aproximadamente, Norte-Sur y enambos márgenes. Corresponde con la parteinferiorde la Columna de laRamblade   lasCruces (verFig. 2.2.17 en el apanado 2.2.2.4de este trabajo).

Se   propone además   un   puntocomplementario   de   observación   en   losalrededores   de  la casa  forestal   del  PozoCoronado. Las observaciones realizadas en

este punto  pueden encontrarse  en  las Fig.2.2.14 y Fig.  2.2.15 del apartado 2.2.2.4.

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S U R   M O R T E

Fig. 2.3.3.   Cuadro q ue  

muestra   la   distr ibución   dela s   un idades  estratigráficasy   la s   re laciones   deyacencias identificadas   e n   e lSincl inorio   de   Las   Hoyas,   y   oe n   e l   que   se h a   resal tado   laposición   de   la   Secuencia  dela   Rambla   d e   la s   Cruces   1 .La   geometr ía   externa   d e lextremo no r t e   de  estasecuenc ia   n o   es   observableen   campo   y   ha   sido   inferida,sie nd o,   por   tanto,interpretativa.   Para   leyendaver  Fig.   2.3.2.

 Limites estratigráficos,   extensión,   espesor  y

geometría

La  secuencia se  encuentra  limitada ensu   base  por   una discordancia   angular  yerosiva   de  carácter  regional  (Figs. 2.3.3 y2.3.4). Estadiscordanciasepara el Jurásicodel Cretácico Inferior y  comprende aqui ellapso temporal   Bathoniense-Barremiense.Entre el final de la sedimentación jurásicay   el   comienzo   de   la   sedimentacióncretácica,   tuvo   lugar   la  formación   depaleorelieve   mediante   el plegamiento,fracturación, erosión y  el desarrollo  de unsistema kárstico.  En  el   área  de  estudio seconservan   facies paleokársticas   queconstituyen el sustrato sobre elque se  apoyaesta secuencia.

Este límite inferior de   lasecuencia sóloes   observable   en   el   borde   norte delSinclinorio deLas Hoyas, ya queen elbordesur la secuencia no  aflora (Fig.  2.3.4).

El contacto aparece difuso en   algunospuntos debido  a que las   facies  lutíticas derelleno   del   paleokarst   son  dificilmentedistinguibles de las facies lutíticasde llanurade inundación que caracterizanel comienzode la sedimentación de esta secuencia.

La geometría del contacto muestra queel paleorelieve desarrollado sobre la serie

 jurásica   presentaba,   en   este  punto,   unatopografia subhorizontal.

La secuencia aflora alo largo del bordenorte   del   sinclinorio, siendo   su extensiónlateral  de  afloramiento de, aproximadamente,7 km (Fig.   2.3.4). El máximo   espesor  seregistraen la zonacentral de  esta extensión,en los   alrededores   de   la Rambla   de lasCruces, donde   llega   a  tener   150   m,perdiendo   espesor   de   forma   progresivalateralmente   en ambos sentidos (ONO   yESE). Hacia el extremo oeste   se   acuña,encontrándose,   en   parte,   erosionada   yllegando aapoyarse sobre ella la Secuenciade   laHoya de la Madre de las Latas  (Figs.2.3.3 y  2.3.4). Hacia el  extremo oriental seacuña también progresivamente,   llegandoaestarrepresentada por 25 m de depósitos,y finalmente   desaparece.   En   esta zona   sepuede observar que lasecuencia mantieneunarelación  deon!ap muy tendido sobre elsustrato jurásico.

La   geometría   que   presenta   en   ladimensión perpendicular (NNE-SSO) no esobservable   en   campo,   ya   que   la   mitadmeridional   de   la secuencia  no   aflora ensuperficie.  Apartir de la reconstrucción dela geometría,  tanto  del  sustrato como  delconjunto del relleno del  Sinclinorio de LasHoyas sepuede inferir que, probablemente,presenta   una   geometría   lentejonarasimétrica, encontrándose   los mayoresespesores en el tercio  sur (Fig.  2.3.3).

El   techo   de   la   secuencia   es   plano,aunque,  como ya se  ha mencionado,   en   el

Secuencia  d e   la   Ramblade l as  Cruces   1

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Contenido paleontológico  yedad 

Esta secuencía  contiene   abundantesalgas   carófitas   y  ostrácodos, habiéndoseencontrado y reconocido también colonias

de algas cianoficeas, gasterópodos, bivalvosy ftagmentos de  huesos de vertebrados.

Tanto el análisis bioestratigráfico de lasasociaciones   de   carófitas   como   deostrácodos realizados con   objeto   dedeterminar la edad de la unidad Calizas deLaHuérguina en el área del Sinclinorio deLas Hoyas se   basa en muestras   recogidas,mayoritariamente,   en la secuencia que   seestá describiendo.

N

¼

caca

Q Q~

oo

El análisis de un  total de  doce muestrasrecogidas  a lo  largo de  la secuencia en   laColumna de laRambla de las  Cruces por elDr.   Martín Closas ha resultado   en   la

identificación de   dos  familias  distintas  dealgas  carófitas (Diéguez   el   a!.   1 995b):   lafamilia Clavatoraceae  representada por lasespecies:   Atopochara   tr¡vo!vis   var.triquetra,   Globator    mai!!ardi   var.tmcht!iscoides, C!avator harrisíl  var   reyí 

y   Ascidíe!!a   cruciata;   y   la familiaCharaceae,   representada   por   la especie

 Mesochara   gr.   harrisil.   El   estudiobioestratigráfico  identifica esta asociacióncomo   perteneciente a la biozona Cruciata

de   edad Barremiense   superior  a Aptienseinferior (Diéguez  el a!.,  1995a).

Fig. 2.3.5.   Sucesión   de   la  Secuencia . e n   la   Rambla   de   la s  Cruces   1 ,  e n   e l área   de   la   qu e   deriva su   nombre.En es ta   secc ión   se   encuentra   representado, mayori tar iamente,   e l   conjunto  l itológico   m ixto   d e   lo s   dos  que  seha n   distinguido   d e n tro   d e   la  secuencia.   E l  conjunto   carbonático   a p a re ce   re str in g id o   a   lo s   términos   más  altosd e l a   columna.

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T2   3 4   5   123   4 5

ti,

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5 wo

EcizwDciwU,

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 o   Oc’ e   c ha  Oc’  e

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aso ca  O ca ~   6ca   0   $es’e

o’&e?  e

o —   §

U,wciDa :ci

wo

5 woE ’

zu JDow< a

Fig. 2.3.6. Suces ión   de   la  Secuencia d e   la   Rambla   de las  Cruces   1   en   e l   área   de   la   Casa   d e l  PozoCoronado.   La   sucesión   total   h a   sido   compuesta  a  part ir  de   la   Co lumna de   la Casa   d e l   Pozo  Coronado y   d e lCorte   de   la Casa   de l  Pozo Coronado   1   y   e n   ella se   encuentran  representados,   e l   conjunto  l itológico   mixto,   e nla   mitad inferior,  y   e l   conjunto   l i tológico carbonático,   e n   la   parte   superior   de   la   co lumna.

El estudio de  un total de siete muestras,procedentes también   de  la rambla   de  lasCruces   ha revelado la presencia de nueveespecies de ostrácodos pertenecientes  alaasociación de Cypridea (Rodríguez Lázaro,1995):   cypridea  gr  demandae,   Cypridea

gr.   c!avaa,   Cypridea   gr.   insu!ae,Thertosynoecum  sp.   1,   Theriosynoecum sp.

2,   Bisu!cocypris   gr  sir/ata,   Bisulcocypris

aif    forbesíi,   Damonel!a   denticu!ata   yScabrícu!ocyprís   sp.   El   análisisbioestratigráfico   de   esta   asociaciónconcluyó en   asignar  un   intervalo   de   edadBarremíense,   muy   probablementeBarremiense  superior, para los sedimentos

en   los   que dicha asociación   ha   sidoregistrada (Diéguez  eta!.,  1995a).

Junto con el análisis bioestratigráfico derestos de  carófitas y ostrácodos, el análisisde palinomorfos y restos de macroflora y lacontrastración   de   los  resultados  de  estos

análisis  con otras dataciones regionales  dela Formación Calizas   de  La  Huérguina,permitió establecer un consenso en cuantoa laedad de esta formación en el  área en laque se   lleva  a   cabo  este   estudio   que leadjudicaba unaedad Barremíense superior(Diéguez   et al,   1995a).   Por  tanto   y tal ycomo ya se   indicó en   la introducción   a ladescripción de las   secuencias,   se  asigna atodas ellas unaedad Barremiense superior,apartir del mencionado consenso.

op   O

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2.3.2.2 Secuencia de   la   Rambla de las

Cruces II

 Nombre

Deriva   del   topónimo   del   punto   deafloramiento   en   el   que muestra   las

condiciones   más   adecuadas para   suobservación.

desviándose  hacia  el oeste  del  curso  de larambla, en el punto  en que ésta cambia dedirección,

La parte  más  alta de   la secuencia noaflora en esta zona, pudiendo  reconocerseen  la zona  de   La Radilla,   situada  en   elextremo suroeste de lazona de afloramientode lasecuencia, que coincide con el límitesuroccidental del   Sinclinorio deLas Hoyas.

 Equiva!encias y Antecedentes

En su parte inferiores  equivalente a lasUnidades Hl y IV de Sanz ela!. (1988b)y ala  Unidad   Intermedia   o   Episodio   2   deGómez  Fernández y Meléndez   (1991).También  es equivalente,   en  su totalidad,  alas   Fases   2 , 3 , 4 y   5   del   Episodio   2   de

Fregenal Martínez (1991).

Puntos óptimos de observación

La secuencia se encuentrabienexpuestaen laRambla de las  Cruces, enel tramo delrecorrido de la rambla en  dirección Norte-Sur,   una vez pasado   el  afloramiento  de   laSecuencia de la Rambla de las  Cruces!, enla parte  superior   de   la   Columna   de   laRambla  de las  Cruces (ver Fig.   2.2.17  delapartado 2.2.2.4).

Los dos tercios inferiores de la sucesiónse pueden observar  en ambos márgenes dela Rambla. El tercio superior se  observa enla zona  del   yacimiento   de  Las   Hoyas,

 Limites estratigráficos,   extensión,   espesor  y

geometría

Estratigráficamente, esta secuencía   seapoya en su base sobre   la Secuencia  de laRambla  de   las Cruces   1   por medio  de un

contacto concordante, llegando aapoyarsedirectamente sobre el  sustrato jurásico enel extremo oriental. Los términos más altosde   la secuencia, reconocibles   en el bordemeridional y  suroccidental  del sinclinorio,muestran  unarelación  de yacencia directasobre los materiales jurásicos   (Fig.   2.3.7).Esta relación   es   debida   a la   topografiairregular que presenta,  en el  borde sur delsinclinorio,   el paleorelieve   desarrolladosobre el jurásico,  de   forma que los niveles

estratigráficamente másaltos de la secuencia,muestran   una relación geométrica   desolapamiento   expansivo   u   on!ap.   Esprobable que esta relación o  geometría deon!ap   sea   extrapolable   a  la   secuenciacompleta,   a lo   largo de todo   el   borde surdel   sinclinorio   en   el que   solamente   los

Fig.   2.3.7.   Cuadro   quemuestra   la   distr ibución   dela s  unidades estratigráficasy   la s   re laciones   deyacencias identificadas   e nel Sincl inorio   de   Las Hoyas,y e n   e l   qu e   se  ha   resal tadola posición   dela   Secuenciade   la   Rambla   de las  CrucesII .  Obsérvese   la   geometrialentejonar marcadamenteasimétr ica   qu e   presenta   lasecuenc ia   y   la posición   delo s   tres  l i tosomas

laminados   qu e   se hani den t if icado . Para l eyendaver  Fig.   2.3.2.

SUR   NORTE

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somerización y  colmatación de un sistemalacustrepermanente de envergadura media.De estas tres las dos primeras presentan unespesor  máximo  de  60 m  mientras que elespesor de tercera es  de 40 m.

Cada unade estas sucesiones  de faciesconsiste,   agrandes rasgos, en (Fig.   2.3.9):calizas rítniicamente  lanuinadas, muy ricasen   flora   y   fauna   excepcionalmentepreservadas,   que pasan de forma gradual,tanto latera] como verbealmente,  a calizaslajosas irregulares con ostrácodos y  restosvegetales,  o a calizas tableadas, laminadasinternamente con ocasionales ostrácodos,que a su vez  pasan  a calizas masivas conabundantes carófitas   y  ocasionalmenteoncolitos,   que pueden   presentarsobreimposició.n de rasgos  edáficos, obien

pasan acalizas bioclásticas con estratificacióncruzada.

El conjunto   formado por las  facies  decalizas finamente laminadas, junto con lasfacies de calizas lajosas irregulares y calizastableadas constituyen un cuerpo lentejonarligeramente asimétrico,reconociéndose alolargo   de   la   secuencia   tres   cuerposlentejonares   o litosomas   laminados,  cadauno  de lo cuales forma parte de  una de las

tres subunidades distinguibles, y que puedenobservarse   en   la Fig. 2.3.7. Los treslitosomas se encuentran en   lazona centraldel Sinclinorio de Las Hoyas y cada uno seencuentra desplazado  respecto al  anteriorhacia el borde meridional del sinclinorio, alque se adosan.

Contenido paleontológico yedad 

Respecto  al contenido  paleontológico,como ya   se   ha   mencionado   en   ladescripción,   cada   litosoma   laminadocontiene   una abundante  y   diversa  flora y

 fauna fósil excepcionalmente preservadas.

Una exhaustiva   y   extensa lista   delcontenido floristico   y   faunístico  puedeencontrarse   en   el apartado   1.4   de   estetrabajo,   por lo  que aquí   se   limitará  a unaaproximación muy general alos principalesgrupos registrados.

Y2   3   4   5

(1)wOno c(- 3

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Fig. 2.3.9.  Sucesión   de   la  Secuencia  d e   la   Ramblade las  Cruces   II   e n   la  Co lumna   d e   la   Rambla   d ela s  Cruces.   E n   esta   columna   se   encuentranrecogidas   la s   dos   pr imeras   subunidades   de las   tresq u e   se  pueden  dist inguir   a   lo largo   de   la secuenciay  qu e   representan,   cada   una d e   ellas,   lasomer izac ión   de   s is temas   lacustres   permanentesde   envergadura   med ia .

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Respecto   a   la flora, se  han  recogidorestos de algas carófitas y pólenes y esporasde   diversos grupos   además  de   restos   demacroflora   de   briófitos,   filicales,cicadofitos, gnetales, coniferales   yangiospermas.

En cuanto alafauna se  reconocen restosde   gasterópodos   y   bivalvos, abundantesartrópodos (crustáceos e insectos), restos devarios grupos   de   peces holósteos   yteleósteos,   que  constituyen   el  grupo  devertebrados mejorrepresentados, anfibios,escamosos, tortugas, cocodrilos, dinosauriosno avianos y aves. Son también notables lashuellas y trazas de actividad orgánica.

Aparte del  excepcional contenido fósilde los litosomas laminados, en las facies de

calizas masivas o con estratificacióncruzadase  reconocen fundamentalmente restos detalos   y   oogonios   de   carófitas y   restos  deostrácodos, que no han sido clasificados, yen  menor   proporción colonias   de   algascianofíceas, restos   de   bivalvos   ygasterópodos   y   fragmentos   de   huesos   degran tamaño,   no determinables, que lleganaformar brechas.

Como para el resto de las  secuencias se

considera   que la edad  de ésta es  tambiénBarremíense superior

2.3.2.3  Secuencia dcl Pocillo del Pozuelo

 Nombre

El   nombre deriva  del  topónimo  de   lazonaen laque lasecuencia puede observarse

en   buenas   condiciones   y   en   la que  sepresenta, con mayor claridad, uno  de losrasgos que singulariza,   desde  el punto   devista litológico, esta secuencia respecto alresto   de  las   unidades   estratigráficas   delSinclinorio   de  Las Hoyas,   la abundanciarelativade materiales siliciclásticos.

 Equivalencias y Antecedentes

Es  equivalentealEpisodio  3 de FregenalMartínez (1991).

Puntos óptimos de observación

En general la secuencia presenta malascondiciones  de   afloramiento.  La sucesiónmás potente y  completa de lasecuencia esla recogida en  la Columna de  laTinada delTío  Valentín (ver Fig.   2.2.19  del apartado2.2.2.4),  que   corresponde   al   registro   de l

flanco sur del sinclinorio, mientras que enflanco norte pueden observarse característicasrelevantes de launidad en eláreadel Pocillodel Pozuelo,  en  la que se   realizó un   cortecuya descripción puede encontrarse   en elapartado 2.2.2.5.

 Límites estratigraficos,   extensión,   espesor  y

geometría

Esta secuencia  se  apoya por medio  deuna discordancia cartográfica   sobre   laSecuencia de la Rambla  de las   Cruces   II,

llegando   a   yacer sobre   nivelesestratigráficamente   más   bajos   de   estasecuencia  hacia  el este. Hacia el extremooccidental de su extensión de  afloramientose apoya sobre términos de la última de lastres subunidades   que   constituyen laSecuencia de  la Rambla  de las Cruces   II(Fig.  2.3.10). En elborde suryen el extremo

oriental   del   sinclinorio   se   apoyadirectamente sobre el sustrato jurásico, conel que mantiene una relación de  on!ap. Estarelación solamente se observa, como en elcasode la secuenciadescrita anteriormente,para los términos másaltos de lasecuencia,ya que los términos inferiores no  afloran  ensuperficie  y ,   por tanto, su relación con losmateriales jurásicos, en el limite sur del área,no puede ser establecida.

Es la secuenciaque muestra laextensiónde afloramiento másreducida de las  cuatrodefinidas en el árcade  estudio. Solamenteaflora en el   tercio   oriental   del sinclinorio,donde ocupa lamitad meridional del mismo,adosada al  borde sur Su   extensión total deafloramiento continuo es de 2 km en sentidolongitudinal   o  E-O,   no  considerando   losretazos   de   afloramientos aisladosreconocidos  hacia el este y sureste y 500 men  sentido transversal o  N-S (Fig.   2.3.11).La inclusión de   los afloramientos aisladospermite  estimar  que la unidad  pudo   tener

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observación de esta posible relación (Figs.2.3. 10  y 2.3.11).

 Descripción

Desde   el   punto   de vista litológico   lasecuencia   se   caracteriza   por   presentar

carácter mixto, carbonático y siliciclástico,siendo los materiales siliciclásticos muchomás abundantes hacia los niveles más altosde lasecuencia, de modo quese puede llegara individualizar  un conjunto que mantienerelación de cambio lateral de facies respectoa la porción  estratigráfica  de  la secuenciaen  la que predominan,   de forma  neta,   laslitologías carbonáticas (Fig. 2.3.2).

Se reconoce unagran variedad de facies.

En la parte o conjunto inferior predominanlas   calcarenitas,   en ocasiones   arenosas,bioclásticas   y   oncolíticas   y   losconglomerados   calcáreos   de   oncolitos   ylitoclastos, mientras que hacia el techo, enel conjunto superior,son másabundantes lascalcarenítas y calizas arenosas, las areniscasde grano grueso a fino, los conglomeradosarenosos de oncolitos y los conglomeradosde   cantos cuarciticos   y   calcáreos   (Fig.2.3.12).   Se   suelen   presentar   en  cuerpos

lenticulares de escaso espesor, que aparecenseparados entre  sí   por niveles   de   margasgrises, lutitas margosas ocres y  grisáceas ylutitas   rojas,   más  potentes   hacia laparteinferior   de   la secuencia.   Son   muyabundantes   también,  a lo   largo  de   toda lasecuencia, los  niveles de calizas masivas concarófitas   que   suelen mostrarsobreimposición de rasgos edáficos.  Estoscuerpos  no   suelen exceder espesores   de   1

m y   pueden presentar   tanto   geometríalenticular como  tabular.

Contenido paleontológico  yedad 

El   contenido   paleontológico   de lasecuencia no ha sido  estudiado en detalle,aunque se   ha reconocido  en las  calizas lapresencia  abundante   de colonias  de   algascianoficeas y  tanto  en las  calizas como enlas margas restos de algas carófitas, tantooogonios   como   talos,   algunos   restos

vegetales, gasterópodos,   bivalvos   yabundantes ostrácodos.

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Se   asigna   a esta   secuencia   una   edad

Barremiense superior, al igual  que  para elresto de  las secuencias descritas.

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2.3.2.4  Sentencia de la Hoya de laMadre de las Latas

 Nombre

Deriva del topónimo del área en el  quese   puede   observar   la secuencia   en

condiciones óptimas.

 Equivalencias y Antecedentes

Estaunidad no tiene equivalentespreviosy  es nombrada y  descrita por  primera  vezen este trabajo.

Puntos óptimos de observación

Las condiciones de afloramiento de estaunidad son   de calidad excepcionalmentebaja,  comparadas con las   del resto  de lasunidades del sinclinorio. Toda la unidad hasufrido,   en   buena  parte,   un   importanteproceso   de   karstificación   posterior   a sudepósito, que dificultalaobservación de lasfaciesoriginales  y su distribución, así  comode  la arquitectura   deposicional   interna.  Aesto hayque sumarque sobre ella, en buenaparte de su extensión, hay desarrollado  unextenso  suelo   forestal. Solamente existendos  puntos en los que se  pueden observarlas facies originales, sin  que en ellos se hayapodido   realizar   un   corte estratigráfico,tratándose de afloramientos aislados, lazona

de   La   Muela  y   la  zona de la  Hoya de laMadrede  las Latas, siendo estaúltima en laque se puede observar una mayor extensiónde  afloramiento minimamente alterado, Ladescripción de   este   afloramiento se  puedeencontrar en  el apartado 2.2.2.5.  Debido alas   características   de   afloramiento   quepresenta   esta   unidad el   análisisfotogeológico   ha sido la herramienta quedefinitivamente ha permitido separar  estasecuencia independientemente del resto delregistro estratigráfico del sinclinorio de LasHoyas.

 Limites estratigráficos,   extensión,   espesor  y

geometría

Esta secuencia se   apoya  mediante una

discordancia cartográfica   sobre   distintosniveles estratigráficos de las  secuencias dela Rambla de las  Cruces   1   y II.   Aunque nollega a observarse su relación  de yacenciacon respecto a la Secuencia del Pocillo delPozuelo,  cabe esperar que,  al  menos en suextremo   oriental,   se   hubiese   apoyadotambién sobre ésta. En sumitad meridionalse apoyadirectamente sobre elsustrato  (Fig.

2.3.13).

La secuencia   aflora en   toda  la  mitadoccidental del Sinclinorio de  LasHoyas. Suextensión totalde afloramiento es 3,5 km ensentido  longitudinal   o  E-O y  de   1   km ensentido transversal o N-S (Fig.  2.3.14).

Fig.  2.3.13.  Cuad ro quemuestra   la   distr ibución   dela s  unidadesestratigráficas   y   la sre laciones   de   yacenciasidentificadas  e n   e lSincl inorio   de   Las   Hoyas,y e n   e l q ue se  h aresaltado   la   posición   de   laSecuencia de   la   Hoya de

la   M adre   de   la s   Latas.Para l eyenda   ve r   Fig.2.3.2.

S U RSocueócia   de la   Flcya  dela   edre   e   las

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2.3.3   Correlación  ¡ Comparación

estratigráfica

Como   se   indicó   en   el   apartado   deintroducción al análisis estratigráfico,   sereconocen   un   total   de   nueve   áreas   deafloramiento   en   la zona que abarca  este

estudio que han sido   agrupadas   en cincosectores, Occidental,   Septentrional,   Oriental,Central   y   Meridional.   De   estos   cincosectores solamente en uno de ellos, elSectorCentral o Sinclinorio de las Hoyas, ha sidonecesario   llevar   a cabo   una división   enunidades   estratigráficas   del   registrocorrespondiente  alaFormación Calizas deLaHuérguina. En los sectores restantes noes posible encontrar, en principio, criteriosde subdivisión  interna, de la misma forma

que   hasta   el   presente   esta   unidadlitoestratigráfica nunca ha sido subdivida enningún   otro   área   del   Dominio   IbéricoSuroccidental,   ya   que exceptuando   elSinclinorio   de   Las   Hoyas   nunca   se   handescrito discontinuidades  internas relevantes.

No   obstante,   se   plantea,   una vezrealizado   el   análisis estratigráfico   delSinclinorio de Las Hoyas,  la necesidad dellevar   a cabo   un   análisis   de   las   posibles

correlaciones quese puedan establecerentretodas   las   áreas o   sectores de afloramientoestudiados.

En su  acepción  general  “correlación”significa “correspondencia   o   relaciónrecíproca   entre   dos   o   más   cosas”.   EnGeología se entiende como “la demostraciónde laequivalencia dedos o  más fenómenosgeológicos   en  diferentes áreas” (Bates   yJackson,   1987)  y   tiene   una connotación

temporal.  En Estratigrafia correlacionar es“establecer  la correspondencia en  caráctery posición estratigráfica”  (Hedberg,   1976)yconsiste en“comparar doso más seccionesestratigráficas,   de   un   intervalo  de   tiemposemej ante,  estableciendo   las  equivalencias

entre los niveles o su perficies de estratificaciónreconocibles en cada  una de  ellas”  (Vera,1994).   Existen   tres   tipos   básicos   decorrelación estratigráfica: las  correlacioneslitológicas   o   litoestratigráficas,   lasbioestratigráficas y las cronoestratigráficas;

aunque las correlaciones litoestratigráficas

y   bioestratigráficas   se usan   y   son  útiles,actualmente se  entiende que la correlaciónestratigráfica está encaminada a establecerequivalencias  temporales (Vera,  1994).

Puesto que en el caso que nos  ocupa lacorrelación litoestratigráfica   de   escalaregional se  encontraba ya establecida antesde   comenzar  este   trabajo,   se  trataría   decorrelacionar   distintas   unidades   osuperficies estratigráficas dentro   de   laFormación  Calizas de LaHuérguina.

Cabe,   por   tanto,   preguntarse.   acontinuación y en función de los objetivosque sepersiguen, quétipo de correlación  seva arealizary conquécriterios, además devalorar tanto laviabilidad  de larealizaciónde la misma como su utilidad y fiabilidad.

Obviamente, elejercicio de correlaciónque se pretende realizar tiene como objetivofacilitar la  reconstrucción de la evoluciónpaleogeográfica para el área de estudio, locual implica, necesariamente, correlacionarunidades temporalmente equivalentes. Enunpaso   posterior   se   debe   examinar   lacoherencia de la evolución paleogeográficadeducida   para el   área  de  estudio   con laevolución paleogeográficaaescala regional,

de modo que sepuedan llegar a discriminaren el análisis final  de cuenca los factores decontrol paleogeográfico puramente locales,de   los que operan aescala regional.

Antes de  decidir cuales son los criteriosa emplear y  el tipo  de  correlación que sepuede realizar es  conveniente  analizar  lascaracterísticas   que   la  unidad   objeto   deestudio   presenta  y   que pueden   resultarproblemáticas paralatarea de correlación.

-Tanto labase como eltecho de launidadson  heterócronos. La base de  la unidad esuna discontinuidad   regional   que   puedeabarcar un   lapso temporal variable, aunqueen  general   se   asume   que dicho   lapsoaumenta hacia el noroeste   dela   CuencaIbérica, de modo que labase de la unidad esmás antigua hacia  el sureste. En cuanto altecho viene definido por una discordanciaerosiva,  la Discordancia Intrabarremiense

(Meléndez,   1982).   Debido  a esto, cuandose   trata de realizar una correlación dentro

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de la unidad se carece  de  la seguridad deque los  registros completos   de   todas   lassecciones descritas   local  o  regionalmentesean   correlacionables entre   sí   en   sutotalidad.

-La unidad se   depositó   en unacuencaque   se   encontraba   compartimentadatectónicamente. constituida por cubetas osectores más  subsidentes,   separados   porzonas conbaja subsidencia. A este respecto,se   desconoce   si   todas   las   áreas   desedimentación   estuvieron   realmenteconectadas, silo estuvieron durante todo eltiempo desedimentación activa o solamenteen   momentos   concretos,   y   cuales   nollegaron   a   estarlo   nunca.   Dada   laconfiguración general  de   la cuenca,   cabeesperar que latectónica u  otros factores decontrol   puramente   locales   hayan   dejadoseñales  en el registro  sedimentario  de lascubetas   o   áreas   de   sedimentaciónindividualizadas   que   enmascaren lasecuencialidad o el  ordenamiento   internorelacionado con factoresde control de escalaregional.  Enlazando  este  problema con elplanteado en el punto anterior referente alaheterocroneidad   del   comienzo   de   lasedimentación,  cabe la posibilidad de  que,aunque aescala general  el  comienzo de la

sedimentación sea más   antiguo hacia   lasáreas   surorientales   de   la cuenca   y   sepropague  progresivamente  hacia   las  áreasnoroecidentales, a escala local se registrenheterocronías   en   el   comienzo   de   lasedimentación   en las   pequeñas  áreas   ocubetas de sedimentación desconectadas, amenor escala temporal,  de   menor rango yque   contradigan   o   violen   la  tendenciageneral.

-Existe   además   un   tercer   problemarelacionado con la naturaleza de lossistemasdeposicionales desarrollados   queconstituyen   la   unidad. Básicamentepodemos reducir   estos   sistemas   a dosdiferentes, sistemas lacustres-palustres   ysistemas de llanura aluvial.  Intrínseca a lanaturaleza y dinámica sedimentaria de estossistemas eslagran variedad de  litofacies quecontienen   y   quecomplican   enormementecualquier intento derealizar una correlación

de tipo litológico.

Ambos  sistemas,   pero en   especial   lossistemas de  llanura aluvial están sujetos ensu evolución aun  fuerte control de factorespuramente   autocíclicos   muy locales,   demodo   que  el   ordenamiento   espacial   y   lasecuenciación temporal de los depósitos deestos   sistemas   dibuja una arquitecturadeposicional bastante compleja. Esto remitenuevamente   a la posibilidad   de   generarsucesiones   completamente  diferentes,   encubetas separadas, en las  que las tendenciasregionales aparezcan enmascaradas.

Ambos sistemas deposicionalespuedeny suelen aparecer ftecuentemente mostrandorelaciones   de   cambio   lateral   de   facies,reconociéndose secuencialmente tendenciasde   exbansión   o   retracción   del   sistemalacustre frente   al   aluvial.   La   separaciónvertical en  una sección entre las   facies  dellanuraaluvialde las facies lacustres podríaconstituir un   límite entre dos  subunidadesya que además, habitualmente, es  un límitelitológico, sin embargolacorrelación de estelímite en   unasección cercana  en la que lasubunidad lacustretuviese suequivalente  enfacies de  llanuraaluvial requeriria disponersiempre   de  registros   lateralmente   muycontinuos, como en  el caso del  Sinclinoriode Las Hoyas, para poder extrapolar el límite

con total fiabilidad.   Si   este límite no  vienemarcado porunadiscontinuidad fácilmenteidentificable, la correlación será inviable osimplemente   una   hipótesis   de   trabajodificilmente  contrastable.  Tal y como ya seha mencionado, hasta el momento sólo sehan detectado   discontinuidades   internasrelevantes,  en el  Sinclinorio de Las Hoyas.

Es   frecuente   encontrarse también   encasos en   los que en  áreas de afloramiento

cercanas y actualmente  desconectadas, lasedimentación comienza   en  una con unasucesión lacustre, mientras   que  en   lacontigua lo hace con unasucesión de llanuraaluvial. En estos caso es necesario disponerde  una gran cantidad  de datos de diversaíndole  para  poder   llegar   a establecer   siambas   sucesiones   son   lateralmenteequivalentes y están relacionadas por mediode   un   cambio   lateral   de   facies,   si sonequivalentes temporalmente aunque en cada

una  de   las   áreas   de   sedimentación   se

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desarrolló unsistema deposicional diferenteo   si   simplemente   son dos   unidadesheterócronas,  por  que el  comienzo   de  lasedimentación   en   ambas   áreas   esheterócrono.

-No   resulta   posible realizar   unacorrelación bioestratigráfica  ala escala deeste  trabajo, puesto que la   resolución quelos  marcadores bioestratigráficos  disponiblespueden facilitar  es   menor  de  la que  seríanecesariaen este caso. Dado quelos criteriosbioestratigráficos son los únicos de   los quese  puede disponerparaestablecer unidadescronoestratigráficas, este tipode correlacióntambién queda descartado.

Mientras   que  en un   trabajo   de   escalaregional   y de mayor   escala estratigráfica

todos   estos   problemas   podrían   verseamortiguados, y de hecho hasta elmomentono se ha precisado una correlación de detallepara establecer   los   patrones   generalessecuencialesy de evolución paleogeográficaaescala regional, cuando se tratade realizarun  trabajo   a menor escala   geográfica   yestratigráfica, considerar esta problemáticaes   fundamental.

No obstante, no es  laprimera vez que se

aborda   este   problema   y   en   estudiosrealizados  en otras áreas de la Serranía deCuenca   se   han propuesto hipótesis   decorrelación dentro de laFormaciónCalizasde   La   Huérguina,   en   función   de   lasasociaciones de  faciespresentes y suposibleequivalencia lateral (Meléndez et al.,  1989;Gierlowski-Kordesch   eta!.,   1991).

Como se desprende de todaladiscusiónanterior son muchos losfactores que habría

que   tener   en   cuenta para  realizar   lacorrelación que se pretende, de  manera queel   trabajo   entraría prácticamente   en   elámbito del análisis paleogeográfico. En estecaso lametodología adecuada sería generarun  sistema   de   retroalimentación   entre   elanálisis paleogeográfico y   los trabajos  decorrelación, que   permitan   generar  unahipótesis  final aambos respectos. Este es elcaso   de   los   trabajos que  se   acaban   demencionar y en los que se han llevado acabo

correlaciones   en   distintas   áreas   de   la

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Serraníade Cuenca(Meléndez eta!., 1989;Gierlowski-Kordesch   et   al.,   1991).   Estascorrelaciones entran más bienen el terrenode   la   interpretación   de   la  evoluciónpaleogeográficaque  en el terreno   del puroejercicio deanálisis estratigráfico.

Resulta, portanto, imposible realizai   por

el momento,   una correlación en el sentidomás estricto de su definición.

Esto,   sin embargo,   no   impide poderllevar   a cabo   una primera   “comparacióndescriptiva”,   como   alternativa   a   lacorrelación tradicional,   de   las   seccionesestratigráficas estudiadas teniendo siemprepresentes las  condiciones en  que se realizaeltrabajo y losproblemas que se acaban deenumerar.   Se entiende por comparación el

establecimiento   de   las   semejanzas   ydiferencias entre los registros de las  distintasáreas   de   afloramiento estudiadas.   Estacomparación   puede   generar  preguntas   ehipótesis cuyacontestación y contrastaciónpueden serrealizadas con posterioridad,  enlafase de análisis paleogeográfico.

No obstante es  necesario establecer loscriterios con los que esta comparación   seva arealizar, establecer qué cs lo que se va

a comparar, así  como discutir  la posibleelección de un patrón de  comparacion.

A  pesar   de   todas   las   dificultadesexpuestas con anterioridad,  aesta altura deltrabajo,   cuando aún  no se  ha expuesto  elanálisis de  facies, los únicos elementos quepueden ser comparados,  de la forma másobjetiva  y   descriptiva   posible,   son   losdistintos   conjuntos   de   litofacies   que   sepueden   distinguir   en   cada uno   de   los

registros estudiados.

Se   tomarán   como   unidades básicascomparables los distintos sectores en los queya se hanagmpado las áreas de afloramientopara   su   descripción. Estos sectorescontienen áreas de afloramiento continuaso casi  continuas  que, en   la mayor parte deloscasos presentan unauniformidad notableen   la   disposición   estratigráfica   de   losdistintos conjuntosde litofacies reconocidos

en cada unade las secciones estudiadas.  Esto

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ha llevado  aque,  en  concreto en los casosde   los  sectores   central, septentrional   yoriental haya   sido   posible   realizar   unejercicio   de   comparación  y   correlacióninterno previo, que hapermitido obtener unasíntesis de  todas las secciones estudiadas yreducirlas   a un   único registro que será elque finalmente se  compare.  En el caso delos sectores occidental y meridional esto noha sido   posible dada  la diversidad   quepresentan  las distintas sucesiones descritas.

Este   mismo  planteamiento  preliminarderivado del análisis por separado  de cadauno de los registros permiteya aventurar unaprimera  hipótesis   a discutir en el  capítulode  análisis paleogeográfico   y  que puedeplantearse de lasiguientemanera: Cada unode los sectores  en principio   definidos con

criterios descriptivos  pudo pertenecer aunúnico área de sedimentación, aunque  estono   implica   que cada  sector equivalga,necesariamente, aun área de sedimentacióndiferente.

Cabría   realizar   una combinatoriamultiple  de comparaciones de  cada uno delos   sectores   con  todos   los demás.   Sinembargo se  ha optado por llevar a cabo unanálisis   más   simple   que consiste   en

comparar cada  uno de   los sectores con elSector Central o  Sinclinorio de  Las Hoyas,cuyo registro pasa aser por tanto el  patrónde comparación. Son varias las  razones quehan llevado  atomar esta decisión.

En primer lugar se tratadel registro máscompleto o almenos del mejor desarrolladode todos los que se   conocen  en  el área  deestudio, elúnico que hapodido sersubdividoen unidades estratigráficas, y probablemente

aquel en el que hay una mayor cantidad detiempo  representada   por  sedimentos.   Porconsiguiente existe una mayor probabilidadde   que  cualquiera   de   los   conjuntos   delitofacies   reconocidos   en  otros sectorestenga  un   equivalente   en   el  registro   delsínclinorio que en cualquiera de   los otros.Si estoes cierto cualquier comparación entresectores periféricos   se   puede   realizarautomaticamente através de la comparaciónprevia de   cada uno de   ellos con el   Sector

Central.

Sector  Occidental

Se  poseen muy pocos datos de este áreade afloramiento. Solamente ha sido posibleobtener una sección estratigráfica completa(Columna  del ArroyoBonilla,  ver apartado2.2.2.1,Fig.  2.2.5)yun corte estratigráficoparcial de launidad Calizas de LaHuérguina

(Corte de El Cerrojón, ver apartado 2.2.2.1).Ambas secciones se encuentran   relacionadaslateralmente, pero dadas   las significativasdiferencias   reconocidas entre ambas no  seha podido   llevar   a   cabo   una síntesisestratigráfica del sector.

El   primero   de   los   registros   apenassobrepasa   los   20   m   de  espesor   y   estácompuesto   en   su totalidad  por calizas   ymargas   con   abundantes   rasgos   edáfícos

sobreimpuestos,   estructuras   prismáticasverticales, brechificación, nodulización   ymarmorización.

En el segundo se  observa unasecuencíamuy parecida a cualquiera de las  tres queconstituyen   la Secuencia de la Rambla delas Cruces líen el  Sinclinorio de LasHoyasy   que  consiste   en   calizas   rítmicamentelaminadas,   muy  ricas   en   flora y   faunaexcepcionalmente preservadas; quepasan

de   forma   gradual,   tanto   lateral   comoverticalmente,  acalizas lajosas   irregularescon ostrácodos y  restos vegetales y  que,  asu   vez,   pasan   a  calizas   masivas   conabundantes carófitas   y   ocasionalmenteoncolitos,  que presentan sobreimposiciónderasgos edáficos.

Desde elpunto de vista litológico las dossecciones   estudiadas   en este   sector   nopresentan   semejanza   alguna.   Habria  que

recurrir al uso de criterios  derivados de lainterpretáción   sedimentológica   de   losmateriales estudiados para   poderrelacionarlas,   criterios   de   los   que por   elmomento se  carece.

Sin embargo, síes factible relacionar lasucesión de el Corte de El Cerrojón  con lasucesión de   la Secuencia de   la Rambla  delas Cruces I I  del  Sinclinorio de  Las Hoyas,aunque   no   es   posible   determinar   si   la

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SECTOR  OCCIDENTAL:EL  CERRaJÓN

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SECTOR  OCCIDENTAL:ARROYO  BONILLA

SECTOR   CENTRAL:SINCLINORIO   DE   LAS HOYAS

Fig.   2.3.15. Comparac ión   d e   la s sucesionesde   Las   Hoyas.   Para   leyenda   ve r   Fig.   2.2.4.

sucesión observada equivale a la primera,la segunda o la tercera de las  subunidades

descri tas   e n   e l   Sector Occ iden ta l   co n   e l   registro   d e l   Sincl inor io

que constituyen   dicha secuencia   (Fig.2.3.15).

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Se distinguen básicamente dos conjuntosdiferentes.  El conjunto inferior está compuesto

por margas y calizas con numerosos rasgosedáficos sobreimpuestos, estructurasprismáticas   verticales,   brechificación,nodulización y marmorización. El conjuntosuperior   está compuesto   por   margas   ycalizas masivas con abundantes carófitas yostrácodos   e   intraclastos. dispuestas   enbancos tabulares o lenticulares, presentandoal techo   de  algunos  de estos  estructurasprismáticas verticales y brechificaciones.

Es  sumamente   dificil   establecer   unahipótesis de equivalencia de este registroconel del Sinclinorio  de Las Hoyas, ya que laslitofacies descritas  en   el   párrafo anterioraparecen   en   repetidas   ocasiones   en  elregistro del sinclinorioy con localizaciones

estratigráficas diferentes.

El primer conjunto nunca aparece en elsinclinorio  con el mismo desarrollo y lasmismas   características   que  en   el   SectorSeptentrional. Aunque   sí   se   reconocenniveles  de  calizas con abundantes  rasgosedáficos éstas suelen aparecen asociadas aotras   litofacies   habitualmente   másabundantes que los niveles de  este tipo,quenunca   forman  conjuntos con  la suficiente

entidad como paradiferenciarlosclaramentedel resto.  Facies  de este tipo  se reconocencon mayor ftecuencia en la Secuenciade laRambla  de Las Cruces  1 ,  aunque tambiénaparecen   en la Secuencia  del Pocillo   delPozuelo y en laSecuencia de La Hoya de   laMadre de Las Latas. Sin embargo dada laposición   estratigráfica   basal que esteconjunto ocupa  se   podría establecer unaposible relación entre este conjunto y partede laSecuencia de laRambla de las  Cruces

1   (Fig. 2.3.17), aunque no se  poseen por elmomento criterios   ni   argumentos   paraapoyar esta relación.

Respecto   al   segundo   conjunto   lasdificultades paraestablecer unarelación sonaún   mayores,   ya   que   las   facies   que   locaracterizan   son  las  más comunes no soloen el Sinclinorio   de   Las Hoyas, sino, engeneral,   en   la   unidad   Calizas   de   LaHuérguina en la Serranía de Cuenca,  por lo

que no se  propondrá en este punto ningunaposible equivalencia.

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Sector Oriental

De este  área se posee un único registro(Corte de laFuente de laNava, ver apanado2.2.2.3.   Fig.   2.2.9),  aunque   se   considerarepresentativo  en buena medida, dadas  lasreducidas dimensiones del afloramiento dela unidad   en  este sector,   no   habiéndoseobservado variaciones  laterales significativas.

Este registro tiene 75 m de espesor y esposible distinguir tres conjuntos de litofaciesdiferentes. El   primero   está   formado pormargas y lutitas margosas que alternan concuernos  lenticulares  de  calizas masivas concarófitas y  ostrácodos, calizas calcareníticas,calizas oncolíticas, conglomeradosoncoliticosy conglomerados de  intraclastos.El   segundo   está   formado por   margas   y

fundamentalmente calizas masivas concarófitas,   ostrácodos   e   intraclastos   quepresentan brechificaciones   y estructurasprismáticas verticales al techo de los bancos.Por último,  el tercer conjunto es  similar alprimero   y   está   compuesto   por lutitasmargosas que alternan con calizas calcareníticas,

calizas oncolíticas,   microconglomerados   deintraclastos   y   algunos niveles   de   calizasmasivas   con   carófitas que muestranestructuras prismáticas   verticales,

brechificaciones   y  nodulizaciones   en lostechos.

A pesar de las   notables diferencias  deespesor,   el primer conjunto   es  similar  alconjunto de litofacies que se  observa en laSecuencia de laRambla de las  Cruces   1  enel Sinclinorio  de  Las Hoyas  (Fig.   2.3.17),concretamente a   las   asociacionesidentificadas   en   la mitad   inferior  de   lasecuencia   y   en   la   casi   totalidad   de   la

sucesión de la misma en el extremo orientaldelsinclinorio.

Las equivalencias del segundo conjuntoson másdificiles deestablecer. Por un ladopresentauna gran similitudcon lasucesiónque se   observa en  la parte superior  de   laSecuencia de   laRambla de las  Cruces   1  enlas   áreas   centrales   y   occidentales   delsinclinorio.   Sin   embargo,   también seríaposible hipotetizar   que,   a pesar   de   las

diferencias  que se   observan  en  el tipo  delitofacies,  este conjunto fuera equivalente a

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-.5

-5-

5—

SECTOR ORIENTAL: /    FUENTEDELANAVA

Fig.   2.3.17.  Com paracióndel registro   d e l   SectorOriental  con   e l   d e l  SectorCentra l   o   Sincl inorio   deLas   Hoyas.   Para leyendaver  Fig.   2.2.4.

SECTOR CENTRAL :SINCLINORIO   DE  LAS HOYAS

laSecuencia de la Rambla  de las Cruces   1 1

(Fig.   2.3.17).   La   constatación   de   estaposibilidad   requiere   de más datos  que lasimple comparación   de   facies aunque   suplanteamiento   no   es gratuito   y   se   basa

fundamentalmente   en   la   posiciónestratigráfica   que   ocupa este segundo

conjunto respecto   al total  de   la sucesion.Dado   que  el   tercer conjunto   presentanotables semejanzas con la Secuencia delPocillo del Pozuelo (Fig.   2.3.17), que sucedeen el sinclinorio alaSecuencíade   laRambla

de las   Cruces   U,  y  asumiendo que ambassucesiones   fueran   equivalentes,   la

17 

:  3 0

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explicación  más simple  para  el   segundoconjunto del Sector Orientalen cuanto asusequivalencias sería relacionarlo   con  laSecuencia de   la Rambla  de las   Cruces  U.

Esta posibilidades en principio mássimpleque   suponer   este   segundo conjuntoequivalente a la parte superior   de   laSecuencia de laRambla de las Cruces 1  y eltercer conjunto equivalente a la Secuenciadel Pocillo del Pozuelo.

Sector  Meridional

Son escasoslosdatos que se han podidoobtener  en   este   sector,   exactamente   losprocedentes de tres columnas estratigráficas(ver apartado2.2.2.6. Figs. 2.2.20y 2.2.21),sumamente diferentes   entre   sí.   Las tres

secciones se disponen alo largo de una líneade dirección ONO-ESE.

La sucesión oriental (Columna  de LaCierva, Fig.  2.2.2 1)  tiene 32 m de   espesoryestá compuesto en  sutotalidad por calizasy margas con abundantes  rasgos   edáficossobreimpuestos, estructuras   prismáticasverticales, brechificación, nodulización ymarmorización.

La   sucesión   central   (Corte   de   laMajadilla   Quemada)   consta   de 80  ni   dedepósitos organizados  en unasucesión defacies muy similar a cualquiera de las  queconstituyen  cada  una de las 3  subunidadesen   que se  subdidvide la Secuencia   de  laRambla  de   las   Cruces   II.   En  este   caso lasucesión consta   de:   calizas  rítmicamentelaminadas,   muy   ricas   en   flora y   faunaexcepcionalmente preservadas,quepasan deforma gradual acalizas lajosasy tableadas,laminadas internamente   con algunos

ostrácodos,   que  a su vez   pasan  a calizasmasivas conabundantes carófitas.

La sucesión occidental (Columna  de laCasa   de   Cotillas,   Hg. 2.2.20)   no   secorresponde con el registro completo de launidad  de La Huérguina, ya  que la parteinferioraparece cubierta y solamente se handescritolosúltimos 27m de lasucesión total.Esta   sección   está   fundamentalmenteconstituida pormargas y calizas masivas concarófitas   y   ostrácodos   abundantes condesarrollo   de   estructuras   prismáticasverticales y brechificaciones  al techo de losbancos.   También  se   reconocen,  de  formaocasional, calizas oncolíticas.

De   entrada   resulta   complicadorelacionar las tres secciones estudiadas entre

sí,  aunque apoyándose  en  la estructura delabanda de afloramiento, es plausible pensarque la sucesión de  la Columna  de la Casade Cotillas  sea  equivalente a la parte másaltade la sucesión de laMajadilla Quemada(Fig. 2.3.18). Existe además similitud entrelas   litofacies  reconocidas en los términosmás altos de   esta última  con los descritosen laprimera. Respecto  ala sucesión de LaCierva, ésta es  completamente diferente  acualquiera de las  otras dos y  se precisa  de

otros criterios que van más alláde la simplecomparación   de   litofacies   para   poderrelacionarla con éstas.

En   cuanto a la relación con el registrodel   Sinclinorio   de   Las Hoyas,   es muyprobable que la sucesión  de   la MajadillaQuemada equivalga   a la Secuencia   de laRambla   de las   Cruces   II,   aunque   resultaimposible determinar   si es  equivalente altotal   de la secuencia  o   a una de  las   tres

subunidades que laconstituyen (Fig.  2.3.18).

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SECTOR MERIDIONAL:CASA DE COTILLAS

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SECTOR   MERIDIONAL:MAJADILLA  QUEMADA

SECTOR CENTRAL :SINCLINORIO   DE   LA S  HOYAS

Fig.   2.3.18.   En   la   parte  superior   de   la   figura   se  encuentra   la   comparación   de   las  tres   sucesiones   estudiadase n   e l Sector  M eridion al.   En   la   parte   infer ior  s e   puede  observar la comparación   d e   la   sucesión   d e   la   M ajad il laQuemada   con   e l   registro   d el   Sinclinorio   de   Las   Hoyas. Para   leyenda  ver   M g.   2.2.4.

SECTOR MERIDIONAL:MAJADILLA QUEMADA

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2.4 Análisis  Sedimentológico

2.4.1   Introducción2.4.2. Sistema  de  llanuras

aluviales distales   y   palustres

2.4.2.1   Dominio   aluvial Llanura de inundación

 Derrames en mantoConos de deyección

Canales

2 . 4 . 2 . 2   Dominio  mix to Desembocaduras de canales en

eulitarales lacustres Lóbulos arenosos en  eulírorales

lacnstres

 Microdeltas

 Entrada de flujos en masa en cuerpos

de agua lacustres Entrada de  derrames  calcareniticos

en cuerpos de agua   lacustres

2.4.2.3   Dominio   palustre-lacustreCha rcasy   lagunas

 Llanuras palustres

2.4.3  Sistemas   lacustres

2.4.3.1   Dominio  supralitoral y

cuí ¡toral2.4.3.2  Dominio   intralitoral y

subíl ioral

2.4.3.3 Dominio   de   talud   y cuenca

2.4.4 Análisis sedimentológicode l  yacimiento de Las  Hoyas

2.4.4.1   In tro d u cc ió n

2.4.4.2  Descripción e interpretaciónde   las microfacies

2.4.4.3 Modelo de facies einterpretación paleoambiental

2.4.4.4 Análisis   de   la   ciclicidad

2.4.1   Introducción

Se  presenta   a continuación  el análisissedimentológico  de los   materiales   reconocidos

dentro   de   la Formación   Calizas   de   LaHuérguina   en   el   área   de  estudio   de   estetrabajo.

Antes   de   proceder   al   análisis   y   lainterpretación   de las   facies propiamentedichos,   se  ha considerado   conveniente

realizaralgunas puntualizaciones acerca dela metodología   empleada   para realizar elanálisis   de  facies,   así   como explicar laestructura con la que se  expone el  mismoalo largo de este capítulo.

Tanto   los  conceptos   de   facies   (en lasdiferentes acepciones con las  quese  usa) yasociación de facies (Gressly, 1838;  Moore,1949;   Collinson,   1969;  Middleton,   1973;Walker,  1979,  1984, 1990; Reading, 1978,

1986. 1996; Blatt eta)?,  1980; Hallam, 1981;Selley,   1982; Anderton,  1985) como otros

conceptos íntimamente relacionados,   loselementos   arquitecturales   (Alíen,   1983;Mialí, 1985,  1988)0 las sucesiones de  facies(Walker,   1990)   han   sido   ampliamentedefinidos,   analizados   y   discutidos   en   laliteratura.   Por  tanto  y   a este respecto,   laúnica aclaración que es  necesario realizares  queen este trabajo seemplea el conceptode  facies   en  su   sentido   descriptivo,

asumiendo cualquiera  de las   definicionesque en  esa  línea se  han emitido (Reading,1978; Walker,   1979; Selley,   1982), es  decirque se   entiende por  facies  «un cuerpo  deroca con características   específicas   que lodiferencian de   los adyacentes en  base   alcolor,   estratificación, textura, fósiles   yestructuras sedimentarias».   Se  utilizarátambién el concepto de asociación de  faciesen   el sentido   en   que   fue   definido   porCollinson(1969) comoun conjunto de facies

que   se  encuentran   genética o ambientalmenterelacionadas. Y en aquellos casos  en que

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puedan establecerse, el concepto   de   secuencio

elemental   o   secuencia de  facies   comoconjunto de facies que aparecen asociadasy muestran unarelación de cambio gradualen la vertical entre ellas (Reading y Levelí,1996).   Este   concepto   equivale, en  ciertosentido, a lo que Walker (1990) denominósucesión   de   facies   para  evitar   posibles

confusiones   en   el   uso   del   término«secuencia» cuando   el   nacimiento   yexpansión  de   la Estratigrafia Secuencialdotó al mismo  de un contenido  diferente.ReadingyLevell  (1996) desaconsejan el usodel término sucesión de  facies  por razonesconceptuales.   En   castellano   el   términosucesión podria resultarambiguo, ya que esfrecuente   usar,   por   ejemplo,   sucesiónestratigráfica  como sinónimo  de  columnaestratigráfica,  sinque ello implique que entre

las facies contenidas en la misma exista unarelación de cambio gradual, ni siquiera unarelación genética o ambiental.

También  es de sobra conocida y ha sidoampliamente   tratada   en   la  literatura   lametodología  del análisis  de facies, existentextos quese pueden considerar clásicos alrespecto  (Reading,   1978,   1986;   Walker,1979)  y  numerosos trabajos   que  tratan   lametodología  del análisis  de cuencas en   los

que se abordan los diversos aspectos de losmétodos y  técnicas  del análisis de facies  odel análisis sedimentológico  (Mialí,  1984,1990; Einsele,  1992).

No   se   reproducirán   a lo   largo de   laexposición de este capítulo todos los pasosque el análisis sedimentológico requiere deforma   ortodoxa,   es   decir,   definición   ydescripción de las facies, establecimiento delas asociaciones de facies, interpretación de

las  asociaciones,  análisis  de las  relacionesobservadas   entre   las   asociaciones   yestablecimiento  y modelización desistemasdeposicionales o ambientes sedimentarios,aunque, obviamente,   este   es   el   procesometodológico que  se   ha  seguido   para  surealización.

Las razones que han llevado avariar elesquema en laexposición son varias y tantoéstas como el esquema de presentación se

explican acontinuación.

En Fregenal Martínez (1991) se  realizóunanálisis sedimentológico de parte de losmateriales que  se   contemplan   en   estetrabajo, en concreto de los queafloran en  elSector Central o  Sinclinorio de Las Hoyas.Una  parte de  las   facies   se encuentran  ya,por tanto, descritas e interpretadas en dichotrabajo.  Dado que existen otros trabajos en

los que se realizananálisis sedimentológicosde   los   materiales de  la   unidad   de   LaHuérguina (Meléndez,   1983;   Gómez-Fernández,   1988;  Gierlowski-Kordesch   el

a).,   1991)  no   se va  a presentar una descripcióndetallada  de las   facies  ya  descritas,   demanera que la misma se presenta de formaresumida en tablas en las que se ha intentadocompendiar la   mayor   parte   de   lascaracterísticas observadas para cada facies.Solamente se dará un tratamiento diferente

a aquellas facies que por  no   haber sidodescritas,  o haber  sido  descritas   de formamuy  somera   o   por   tener   una especialrelevancia, en relación con losobjetivos deeste trabajo,  lo requieran.   Un buen ejemplode   este   caso   son   las   facies   de   calizasfinamente  laminadas   que  contienen   elregistro fósil del yacimiento de  Las Hoyas.El análisis sedirnentológico de las facies delyacimiento   se   realizará   en   un   apartadodiferente.

En Fregenal Martínez (1991) se abordópor separado  el   análisis  de   facies  de cadauna de las  unidades estratigráficas establecidas.En   la mayor parte  de   los  tratados sobremetodología del  análisis  de cuencas (Mialí,

1984, 1990;   Finsele,   1992)   se   considera que laestructura metodológicamentecorrecta  es ésta,es   decir,   realizar   primero   la divisiónestratigráfica   del  relleno   de   la cuenca y  acontinuación analizar separadamente cada una

de las   unidades   en   cuanto   a sus   aspectossedimentológicos.   Sin   embargo, diversasrazones han llevado  a estimar que en   estecaso no sería la estructura más adecuada:

-En primer   lugar solamente   se   hasubdividido estratigráficamente   unade lasáreas   de  afloramiento   estudiadas   y   estoobligaría a analizar por separado cada unade las áreas  o sectores y  dentro  del SectorCentral o Sinclinorio de Las Hoyas cada una

de  las   cuatro unidades   estratigráficasestablecidas.

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-En  segundo   lugar gran  parte de   lasfacies  observadas   se   repiten tanto   en lasdistintas unidades del Sector Central comoen los distintos sectores estudiados,  lo cualllevaría aun gran número de reiteracionesque se  consideran innecesarias y  que iríanen detrimento de unaexposición ágil y claratanto   de   los datos  como  de las   interpretaciones.

Teniendo encuenta estos inconvenienteslaestructura que finalmente se ha adoptadoestácondicionada porlos resultados finalesobtenidos en el análisis de facies. Es decir,una  vez  realizado   el análisis   de  facies   einterpretados   los medios  sedimentarios  ysistemas deposicionales, una vez vista sudistribución estratigráfica  y  geográfica,   yteniendo   en   cuenta   las   características   ypeculiaridades de los mismos se  haoptado

por dividir el capitulo en  varias partes cadauna de las cuales corresponde con el análisisy modelización de cada uno de lossistemasidentificados.

Desde el punto de vista sedimentológico,se ha venido considerando,  tradicionalmente,que  en  la Serranía de   Cuenca la unidadCalizas de LaHuérguina está constituida poruna gran variedad  de   facies  formadas  enmedios continentales   y  que,   en   conjunto,

conforman   lo   que Meléndez   et  al. (1989)denominan lasuperasociación de  facies de

llanuras  de   inundación  relacionadas   con

áreas   canalizadas   y  lacustres.   Estasuperasociación   caracterizaría   un   únicosistema   deposicional   articulado   en uncomplejomosaico de ambientes o cinturonesambientales,   o de dominios sedimentarioso cinturones de facies, que incluiríallanurasaluviales   distales   surcadas   por canales,llanuras   palustres   pobremente   drenadas,

charcas,   lagunas   y   lagos,   todos   ellosrelacionados lateralmente y coexistentes.

En  el caso  del  área  de  estudio  de estetrabajo se ha optado porseparardos sistemasdiferentes:

-Sistema de llanuras aluviales  distales ypalustres.

-Sistema lacustre.

0

La   decisión   de   llevar   a cabo   estaseparación   para  el caso  concreto  de  esteestudio se debe a dos   razones fundamentales:

-En el área de trabajo,  durante las etapasen las  que se   desarrollan   lagos de  mayorenvergadura las llanuras aluviales surcadaspor canales   se   encuentran ausentes,

reconociéndose exclusivamente cuerpos deagualacustresrelacionados lateralmente conllanuras palustres.

-Los lagos presentan  una estructuracióninterna propia y  compleja, siendo posibleseparar   en   ellos varios ambientes   ycinturones   de facies,   en  definitiva tienenentidad propia  suficiente   como   para serabstraídos   del   resto  como  un   sistema  dedepósito en sí  mismo.

El esquema de exposición  del análisissedimentológico   de   ambos sistemas serásimilar.   En   primer   lugar   se   realizaránalgunos  comentarios  generales   sobre   lasfacies.  A continuación se  describirán  porseparado cada uno de los distintos ambienteso dominios de sedimentación interpretadosdentro del  sistema,  sus características,   losprocesos que  tienen   lugar   en  ellos  y lasasociaciones   de   facies   y   secuencias

elementales identificadas. La distribución• estratigráfica y paleogeográfica de cada unode lossistemas, así  como ladiscusión acercade los factores que  controlan su  funcionamiento

general  y  distribución se expondrán  en elsiguiente capítulo   dedicado   al   análisis

paleogeográfico.

Tras   esta  exposición  se   presentará   elanálisis sedimentológico delyacimiento deLas Hoyas.   Las facies fosilíferas   forman

parte de uno de los dominios incluidos en elsistema   lacustre.   Sin   embargo,   se   harealizado   un   estudio   exhaustivo   y   muydetallado de las  mismas con el objetivo deintegrar dicho estudio con el análisis  de laestructura de laasociación de fósiles, por loquese ha   considerado conveniente  exponerlo deforma independiente.

Conviene también   realizar   algunasaclaraciones   sobre   los   conceptos   y   la

nomenclatura   que se   va  a   utilizar   para

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nombrar,  caracterizar y clasificar los distintos

sistemas   deposicionales,   subambientes,cinturones ambientales, cinturones defaciesetc. Estarevisión concierne exclusivamentea los términos, conceptos y clasificacionesque se refieren a los ambientes  lacustres ypalustres.

Existe una gran profusión de   términos,una extensa «jerga limnológica» en variosidiomas, utilizados para  nombrar   losambientes   continentales   que  a grandesrasgos   llamaremos  palustres-lacustres   ytodas sus variantes, así  como vanos sistemasde clasificación de cuernos de agua lacustreso lagos.

En  función   de   su   origen   los   lagospueden   ser   tectónicos,   volcánicos,

glaciares, kársticos, de actividad fluvial, deactividad   eólica,   formados   pordeslizamientos,   por   actividad   costera,orgánicos,   antropogénicos,   de   impactometeoritico (Hutchinson,   1957;   Sly,   1978;Wetzel,  1981; Hakanson y  Jannson,   1983:Cole,  1983; BurgisyMorris,   1987; Lermanet al.,   1995), pudiendo agruparse todaestavariedad en  dos   tipos   fundamentales,   lagos

originados por   actividad   geológicaindependiente del   aguay  lagos originados

por la actividad del  agua (Margalef, 1983).Los lagos también pueden ser clasificadosen función   de su morfometria,  es  decir desu   relación   extensión superficial!profundidad.   En   función  de  su capacidadpara estratificar la columna deagua puedenser   amícticos, monomícticos,   dimicticos,polimícticos   o meromícticos, permitiendoestovarias subclasificaciones dependientesde   los mecanismos   de   mezcla   o   de losmecanismos que dan lugar a la meromixis

en el  caso de los lagos  meromícticos.  Enfunción del tipo de sedimentación que tienelugar   en   ellos  pueden   ser siliciclásticos,carbonatados,   salinos   u   orgánicos.   Enifinción de sucontenido en materiaorgánicapueden   ser  oligotróficos,   distróficos   oeutróficos. Dependiendo   del   cinturónclimático  en el que  se  ubican pueden   serglaciares,   periglaciares,   templados   otropicales.   Según   su   funcionamiento   ybalance hidrológico pueden ser hidrológicamente

abiertos,   hidrológicamente cerradosperennes   o   hidrológicamente   cerrados

efimeros (Eugster y  Kelts,  1983).   El temapuede llegar  a complicarse mucho más sila clasificación serealiza desde el punto devista ecológico, teniendo en cuenta el tipode  comunidades que soporta   y   de   lasrelaciones entre ellas, yaque un lagopuedeconstituir   en  sí   mismo  un   ecosistemaindependiente.

Cuando además   se  pretende clasificarsistemas lacustres antiguos la complicaciónes   mayor  y   normalmente   los  problemascomienzan por establecer  si   los depósitosestudiados se   sedimentaron   en un   lago,  sise   atiende   a   lo   que   en  Limnología   seentiende por lago en  sentido estricto,   o enlagunas,   ciénagas,   charcas   o   ponds,   encontextos palustres de  marismas, de zonaspantanosas,   de   swamps,   de  marshes,   deglades, de llanurasaluviales o de inundaciónetc., y así  hasta completar un considerablenúmero detérminos, lamayoríaprocedentesdel uso en  disciplinas como la Geografia, laGeomorfología   o   la   Ecologia  y   que  sedefinen a partir de parámetros  no   siemprereconocibles y cuantificables en sedimentosantiguos.

Subyace   también   un  problema secundarioque  nada tiene   que ver   con   los  aspectos

científicos y  que es  puramente lingúístico.Hay términos acuñados en un   idioma y queno   tienen traducción   a otro simplementeporque   no   existe   el   término, al   noencontrarse   físicamente   en   el   áreageográfica   del dominio  de   ese  idioma  unambiente   actual  concreto  que  haya  sidonecesario nombrar Debido aesto yparanoalterar   los   significados   exactos   de   lostérminos,   a   lo   largo   de   este   trabajo   seutilizarán en  ocasiones términos originales

en otros idiomas cuando  para el conceptoque  se   pretenda   expresar   no   exista  unequivalente en   castellano.

Problemas similares surgen  cuando setrata de adjudicaruna localización ambientala un   conjunto de   facies   que se   consideranformadas dentro de un   lago. Términos comoambiente   sublitoral,   litoral,   eulitoral,infl-alitoral, supralitoral, nearsha re,offshore,zona de cuenca, de aguas abiertas, pelágica,

de plataforma lacustre,  de   rampa lacustre,lacustre  marginal,   son  usados con numerosos

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matices  en su significado por los distintosautores, dependiendo de las  característicasque se reconocen en cada sistema lacustreestudiado.

No   se   pretende   solventar   ahora   unproblema que no atañe directamente aestetrabajo en cuanto a su resolución, ni  poner

en tela de juicio nomenclaturas y  sistemasde clasificación aceptados porlacomunidadcientífica; simplemente se  pretende esbozarelproblema y aclararcuáles de  todos estostérminos van  a ser usados   a  lo   largo   deltrabajo y   con qué significados  concretos.Ninguno de ellos es  nuevo, simplemente sehan   extraído   de   la  literatura aquellosconceptos y  sistemas  de  clasificación quemejorse ajustaban alas necesidades deesteestudio.

Se comenzará porrevisar las  definiciones

del   término   lago,   sus   clasificaciones   y   laterminología de  la zonación  ambiental deestos.

Según Lincoln eta). (1982) «un lago esun cuerpo de agua estancada dulce o salina,sin   corrientes apreciables, que  suelenpresentar una  estrecha   playa   periféricacarente devegetación debidoalaaccióndel

oleaje.»

Según Margalef  (1983)  «los lagos  sonmasas de aguaquealcanzan o rebasan ciertaprofundidad   mínima,   suficiente para elestablecimiento de una termoclina duranteelperíodo de estratificación».

Bates y   Jackson  (1987)   definen lagocomo «cualquier cuerpo de agua continentalque ocupa unadepresión en lasuperficie de

latierray tiene un tamañoapreciable, mayorque un  pond  y  demasiado  profundo comoparapermitir que lavegetación (excluyendola vegetación   subacuática)   enraícecompletamente   en   la zona cubierta por elagua en todasu extensión.»

Por último González Bernáldez  (1992)define   lago como   «una   masa  de   aguacontinental   de  considerable   tamaño,   conmenores características  de flujo  que el río

y,   a  causa de  su   gran volumen,   menorcontacto relativo,  y  menos dependencia  e

interacción con el medio terrestre   que lalaguna y otros humee/ales.»

De estas definiciones la más flexible esla de  Bates  y Jackson (1987) ya que establececomo limitante lacapacidad de lavegetaciónpara enraizar en   toda la zona cubierta  deagua, lo  cual en determinadas condicionesno  necesariamente requiere unabatimetríaelevada.   Este  es   también el   criterio  quetradicionalmente se empleapara separarelambiente lacustre delambiente palustre, enel que porcontraposición lavegetación tienecapacidad paraextenderse por toda lazonaencharcada.

La  definición más estricta  sería la deMargalef    (1983)   ya   que   requiere laexistencia   de  termoclina   para considerar

como lago un cuerpo de agua. Laexistenciade una termoclina o de estratificación en lacolumna de agua sí  precisa de laconjunciónde una serie de   parámetros hidrológicos  ymorfométricos singular aunque, en general,bastante común.   Según  esta  definición lamayor  parte de lo que en estos   momentosse  consideran lagos en nuestropaís no seriantales, mientras que según laprimera un grannúmero de lagunas y  charcas de reducidasdimensiones   y   profundidad podrían   ser

considerados lagos.

En  estetrabajo se han interpretado comodepósitos  de lagos aquellas secuencias  delas que se infiere laexistencia de un  cuerpode   agua permanente   cuyas   dimensiones,configuración y dinámica de  funcionamientoambiental   permitieron una zonaciónambiental  interna relativamente compleja,así   como   la formación  y   preservación  defacies laminadas.

El  resto  de   los depósitos reconocidoscomo formados  en cuerpos de agua lacustrepermanentes o semipermanentes,  somerosy que no presentan las  características arribaexplicadas   se   han   interpretado   comoformados en  lagunas y charcas (ponéis).  Ladiferenciación entre lagunas y charcas vienedada   por   las   dimensiones relativas   delcuerpo de  agua. Se   suele establecer que lacharca  tiene longitudes   inferiores a ¡os  50

m o superficies menores de  medía hectárea,mientras que la   laguna  presenta   siempre

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dimensiones mayores que   éstas,   pero  noreúne las  características típicas de un  lago,principalmente  en cuanto ala capacidad deestratificar la columna de  agua(GonzálezBernáldez,   1992). A pesar de la definiciónde  limites cuantificables,   en  la naturalezalagos,  lagunas   y charcas  forman parte deun   espectro   continuo   en   el  que puederesultar sencillo distinguir un lago de  unacharca,  pero en   multitud  de ocasiones  lasdiferencias entre el   lago y   la laguna no esclara,   como   tampoco   lo es   entredeterminadas   lagunas   y   charcas.   Ensedimentos   antiguos   las  dimensiones   delcuerpo  de   agua original   son   dificilmentecuantificables y la distinción  es  más biencualitativa   e   inferida   en  función   de   lasdimensiones que presentan  en  afloramientolas  secuencias resultantes   del   relleno y   las

características sedimentológicas de las mismas.

Teniendo  en  cuenta todo   lo   expuesto,sólo se haidentificado  un  tipo de secuenciade facies interpretable como el registro delrelleno y colmatación de un paleolago. Estesería   el segundo   de   los sistemasdeposicionales definidos   al   que  se   hadenominado sistema   lacustre. No obstanteel adjetivo lacustre no se  utiliza solamenteparareferirse aestos depósitos, sino que se

ha utilizado  a lo   largo del  trabajo  para losdepósitos que cumplen aproximadamentelos   requisitos  de  la definición   de Bates  yJackson  (1987),   es   decir   incluiría a losdepósitos de lagunas y charcas.

Como ya se ha explicado anteriormenteson numerosas   las clasificaciones de   lagosy modelos de facies parasistemas lacustresantiguos que existen, así  como las revisionesde los mismos (Picard y High, 1972; Eugster

yHardie,  1981; MatteryTucker, 1978; Keltsy  Hsú,   1978;  Dean  y  Fouch,   1983;  Hsú yKelts,  1984; Alíen y Collinson, 1986; TalbotyKelts,  1989; Glenn yKelts,   1991; Tuckery   Wright,   1990;   Platt   y   Wright,   1991;Gierlowski-Kordesch y Kelts,  1994; Talboty Alíen,   1996). En lo referente  a este temase seguirán las  sugerencias y se  asumirá lalínea  en   la   que   Valero   et  al.   (1992)   yGierlowski-Kordesch   y   Kelts   (1994)conciben   el  acercamiento   al  estudio   de

sistemas lacustres antiguos  o limnogeología.

Paraestos autores cada sistema lacustrees un   entramado   o   red  multidimensionalformada por múltiples procesos  y factoresde control todos ellos relacionados entre sí de   forma   dinámica   (Fig.   2.4.1A), queevolucionan   a   lo   largo   del   tiempo   deexistencia  de un   lago,   de  modo   que  elcambio   de   uno  o   varios   de los   factoresinduce cambios en otros factores de control.Esta concepción implica la existencia de unamplio   espectro   de   sistemas   lacustresdiferentes,  tantos como sistemas lacustresexisten  y   han  existido  de  modo   que  unmismo sistema lacustre puede a lo largo desudesarrollo variar su lugar dentro de   unamisma clasificación. Esto es  común atodoslos sistemas naturales, cada uno es  único ycualquier sistema de clasificación  implicasiempre unasimplificación, en la naturaleza

nada   es   negro   o   blanco, suele   ser gris,  yaunque es  obvía la utilidad y  necesidad delos   modelos,   es   un   riesgo   partir   deestereotipos.

La red multidimensional  de factores  yprocesos   de  Valero   et aL   (1992) y  Gierlowski-Kordesch y  Kelts (1994) en estos sistemasdinámicos   y   evolutivos comprende   laparticipación  en elsedimento de clásticos yquímicos, la actividad biológicá, la biota, la

profundidad, la energía, lacomposición delagua, la concentración en solutos del agua,el tiempo de residencia, la productividad, laanoxia, la estratificación, los ciclos solareso laacción del viento, entre otros, todos ellosligados   de   formas diversas   al   régimenclimático   y   tectónico.   Por todo   ellorecomiendan   interpretar   las   secuenciassedimentarias observadas en términos  de losparámetros de control que participan en elorigen   y   evolución   del   lago,   mejor   que

intentando encuadrar   lo   observado  en  unmodelo concreto preestablecido, porquecualquiera   de   estos   va   a   presentardeficiencias   si   se   pretende hacer unareconstrucción limnogeológica detallada.

Estos autores también piensan que  lossubambientes dentro de cualquier lago sonesencialmente siempre los mismos y  estántodos ellos siempre presentes en cualquiersistema aunque se  presentan con patrones

de  distribución   y   grados   de   desarrollodiferentes   en cada   uno  en  función   de   la

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Fig. 2.4.1.   A. Factores y   procesos que   controlan   la sed imentac ión   e n   s is temas   lacustres   y  re laciones en treellos.   (Figura   tomada   de   Gierlowski-Kordesch   y Kelts,   1 9 9 4 > .B.  Esquema   de los   e lementos  y  zonac ión   ambiental  propuesta   para   lagos   por Glenn   y  Kelts   (1991) ytomada   de   Hutohinson   < 1 9 5 7 >   y  Kelts   <1988). <Figura   tomada   de   Gierlowski-Kordesch   y   Kelts   1994).

combinación   de   factores   y   procesosenumerados. Para   cada   sistema dichospatrones   y   grados   de   desarrollo puedenvariar alo largo de suevolución. Apartir deesto, aconsejan que en la prácticala primeraaproximación   se   realice utilizando   lasubdivisión   en   dominios   o   cinturonesambientales geomorfológicos   que yaaparece propuesta en Glenn yKelts (1991)que   a su  vez la retoman  de  Hutchinson

(1957) y Kelts (1988): supralitoral, eulitoral,intralitoral,   sublitoral, de talud y pelágico o

cuencal (Fig.  2.4. iB). Es decir,  intentandoidentificar  estos   cinturones   y caracterizándolosen   términos   de   procesos   y   grado   dedesarrollo  a lo  largo de  toda la evolucióndel sistema.

En   esta división ambiental   la zona

supralitoral  corresponde  con el cinturónfrangeante del cuerpo de  aguaque no llegaaser nunca inundado. La zona enlitoral es

la   franja   sometida   a  las  fluctuacionesanuales de variación del nivel lacustre.  La

BAporte  de   unicos

Fluctuaciones anuales   de l nIvel  d el  agua   02   +re   alOc~r,os

Eulitorai   P ia n c lo n   esarional   recip¡lación de  car~nato   EpilimnionLitoral   .seMÉobioLrtOucida   Termoclin

Facies d e carbonas   m arg in ale s,biota, m o lu sco s ,  a lg as   —   -±auim¡ocíína—   i-lipol¡mr,ion   C orr ie n te s   d e

turbidezProfundo=cuencal   T ra n st o rm ac lo n e a diagenéicas

Ritnna

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 zona   intralitoral   corresponde   con   eldominio queaunaescaiaanualpemianecesiempre

inundado, pero que puede quedar expuestosubaéreamente   debido   a variaciones   delnivel  lacustre  de  mayor   período. La zona

sub litoral corresponden al cinturón próximoa la costa   que  siempre   se   encuentra   encondicionessubacuáticas.  El taludeslazonade ruptura de pendiente  y   la que presentamayor gradiente topográfico dentro del lago.El dominio pelágico o cuencal es lazonamásprofunda del lago ylaque presenta elmenorgradiente.

Las zonas   supralitorales,   eulitorales  eintralitorales   constituyen   lo  que se   suelellamar ambiente lacustre marginal. Aunquetambién se llaman en la literatura depósitoslacustres marginales   a  los  que presentan

rasgos propios   de   estos   subambienteslacustres y  que se depositan en lagunas ycharcas en las que el talud y lazonapelágicase encuentran   poco  o  nada desarrolladas.También   se   denomina ambiente   lacustremarginal al que comprende lazona nuncainundaday lazona sometida a las fluctuacionesdel nivel lacustre. Dependiendo del tipo desistema lacustre la zona supralitoral  puedeformar parte del ambiente palustre.

Los lagos, lagunas ycharcas constituirían ensi   mismos   el   ambiente lacustre  y   no   sepresentan aislados   sino   ligados   a  otrosambientes que pueden corresponderse conlo   que ecólogos   y   limnólogos   llaman,   engeneral, humee/ales yque definen como unmediosemiterrestre  continental o costero ocomo   anomalía   hídrica   del   terrenosuficientemente importanteo duradera comopara producir   comunidades   biológicassignificativamente   diferentes   de  las   del

entorno pero que no es ni un lago ni un río.En sentido estricto es  unazona sometida auna descarga difusa de aguasubterránea sinque se  manifieste   forzosamente  un   flujocopioso de  agua líquida,   aunque suele  serinundable y estar generalmente cubierto devegetación  freatofitica tipo soto o juncal.También puede coincidir con ladefiniciónde tablao llanurade inundación conterrenosencharcados  acausa del curso divagante delos ríos   en una llanura muy plana y  cuya

infiltración en el  terreno está impedida porla saturación de éste a causa de surgencias

de aguas subterráneas (GonzálezBernáldez,1992).

Esta definición es  sumamente amplia yen   realidad comprende cierta variedad desubambientes con características  y  rasgosdiferentes. En su mayor parte entrarían  enlo que, de forma general, se  denominará en

este trabajo el ambiente palustre.

Sontambién varias las definiciones quese  pueden  encontrar  en  la  literatura  deltérmino palustre, aunque   todas ellas muysimilares.   Etimológicamente   procede   dellatín   «palus»   que   significa   pantano   yGonzálezBernáldez (1992) lo define comoun terreno aluvial encharcadizo e inundable.Lincoln etal.  (1982) definen palustre comoperteneciente ahábitats húmedos o marshy.

El término   procede del  vocablo usadoen   francés para los adjetivos   ingleses   swampy ymarshy y se  usa como  un   equivalente,   encierto modo y  para ambientes  no marinos,del término perímareal   (Platt  y   Wright,1992)   y   en Sedimentología   se  usa parareferirse a los   depósitos  de  ambientes   deagua  dulce que muestran evidencias   desedimentación   subacuática, exposiciónsubaérea y desarrollo de   procesos diagenéticos

tempranos (Freytety Plaziat,  1982; Preytet,1984; Esteban y Kappla,  1983).

Los que   en   inglés   se   denominanambientes de swamp y marsh se encuentrandentro del espectro del ambiente palustreycomo  se puede comprobar en   los párrafosprecedentes forman   parte  incluso  de   ladefinición del mismo.

Swamp  es  un  suelo húmedo y esponjoso

saturado   en   agua  o   intermitentementeinundado, típicamente dominado porplantasleñosas pero sin   acumulación   de peal

superficial (Lincoln eta!.,   1982). Tambiénse   define   como   un   área   de   suelo   bajoembebido en  agua,  con arbustos y árboles,con o sin formación   depeat  o turba (Batesy   Jackson,   1987).   González   Bernáldez(1992)   lo  define como  un  humedal sobresustrato saturado,   generalmente   de   naturalezacenagosa y con vegetación leñosa, pudiendo

tratarse de vegetación arbustiva o arbórea, yque  suele   corresponder   con  frecuencia   a  la

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«terrestrificación» de unfen (turba alcalina)o aún aun primitivo lago en el que lamateriaorgánica pude ser cenagosa, dándose todotipo de transiciones a la turba.

 Marsh es un  ecosistema de suelo más omenos continuamente  embebido   en   aguadominado porplantas herbáceas emergidas,pero   sin acumulación superficial   de   turba(Lincoln  et   aL,   1982).   También   se   definecomo  una zona pobremente drenada y saturadaen   agua,   intermitente   o   permanentementecubierta por  agua, en la que se  encuentravegetación  acuática y herbácea,   esencialmente

sin formación   de turba (Bates  y  Jackson,1987). Y comoterreno pantanoso, deprimidoy blando, que representaun tipo de humedalrelativamente permanente ymuy húmedo yque no presenta nunca vegetación arbórea(González Bernáldez,   1992).

Muy similares alos ambientes de mars

son   los   glades  o   praderas encharcadizascaracterizadas por e l crecimiento de vegetaciónherbácea   y   ocasionalmente arbustiva  (Lincoln

etal.   1982).

Como se desprende de estas definicionesla   diferencia   esencial   entre   los   dosambientes es  de tipo ecológico y viene dada

por eltipo  devegetación que crece en ellos.Como consecuencia   la  distinción   entreambos subambientes   es  relativamentesencilla en medios actuales y muycomplejaen sedimentos  antiguos,  aunque el tipo dehuellas   de  bioturbación   de raíces   puedeayudar adiferenciarlas.   También suele sermás  común la formación   de   turberas   enáreas   de  swamp  aunque esto  depende   enbuena  parte  de la  saturación  en agua delsuelo.

En castellano nose diferenciaentreestosdos tipos de ambiente y latraducción de losdos términos es lamisma, pantano, ciénagao   marisma  son   los   vocablos con que secorresponden. Mientras  que marisma   encastellano   se  suele reservar  para referirseal subambiente  perimareal de   las zonas dehumedal costero periódicamente inundadaspor lamarca, pantano y ciénagason términosde significado relativamente amplio ypoco

preciso, ya que ambos significan «terrenosamplios y bajos  inundados por aguas poco

c

profundas», sin referencia al desarrollo  deun   tipo  de   comunidad  vegetal concreta,siendo pantano el   término   latino del   quederiva el  adjetivo palustre. A pesar de estoy   a muy grandes   rasgos,   pantano   podríacorresponderse  con  swamp  y  ciénaga conmarsh.

A lo  ¡argo del trabajo se  emplearán  lostérminos swamp y marsh cuando sea posibleinferir o   interpretar las diferencias que losseparan, mientras que cuando no sea posiblese hablará de   áreas encharcadas vegetadaso   en   ocasiones   y   en   ausencia   de   otrossubambientes que caracterizan el mediopalustre  se  hablará,   de  forma general,   deáreas palustres.

Forman partetambién del medio palustrelos subambientes de fonación   de turberasopeat, queson depósitos inconsolidados  osemíconsolídados   de   restos   de   plantassemicarbonizados formados en un ambientesaturado  en   agua  o   con  un   contenido   enhumedad permanentemente alto (Lincoln et 

aL, 1982;  Bates yJackson,   1987).

Se  distinguen dos contextos  típicos deformación de   turba, el bogy elfen. Ambosson suelos esponjosos embebidos  enagua,

elprimero caracterizado por la presencia demusgos y el segundo  por la vegetación herbácea.

También   pueden   encontrarse   encontextos palustres sloughs (Platty Wright,1992)   o   canales   con   un flujo   muy lentodebido   al   bajo   gradiente, que   suelentransportargran cantidad de restos vegetalesy servir como  vía  de   desagúe  después deuna etapa de avenida e inundación.

Existen en laliteratura dos concepcioneso modelos diferentes acerca de la formaciónde losdepósitos palustres carbonatados.

La primera   de  ellas   considera que losdepósitospalustres son en realidad depósitoslacustres marginales o  de lagos someros deagua dulce transformados por un  conjuntode procesos   diagenéticos tempranos   queocurren en  condiciones vadosas al quedarexpuestos en períodos de bajo nivel  lacustre

(Freytet y Plaziat,   1982;  Freytet,  1984;   tuckery Wright,   1990).

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Lasegunda considera que se  formanpormodificación diagenética   temprana   dedepósitos de agua dulce duranteexposiciónsubaérea que   no   necesariamente   corresponden

adepósitos formados en ambientes lacustresprevios. Durante la inundación de extensasllanuras de tipo marsh y  swamp en   las quelos   lagos,   lagunas   y   charcas pueden

constituir unaparte menor del total del áreade  sedimentación,   se   pueden acumularcarbonatos con rasgos  típicos  de  sedimentación

en   medios lacustres   y   que sonposteriormente  modificados en  condicionessubaéreas (Platt y   Wright,   1992).   Estemodelo de   acumulación   de   depósitospalustres  ha sido elaborado por los autoresque lo proponen a partir del estudio de lasEvergíades de Florida (Estados Unidos).

De entrada y para laelaboración de estetrabajo ninguno de los dos se asumirácomoúnico y  en cada  caso   se  valorarán ambasposibilidades   en   función   de   los   datosdisponibles.

2.4.2.   Sistema  de   llanuras  aluviales

distales y   palustres

Este sistema corresponde al desarrollode extensas   llanuras  que, dependiendo   desu localización y topografía, son drenadas,en cuyo caso constituyen llanurasaluvialesde tipo distal, con amplio desarrollo de faciesde   llanura   de   inundación  y   un   complejoentramado   de   canales   de   pequeñaenvergadura, o bien  son  pobremente drenadas  ypermanecen   encharcadas,   en cuyo   casoconstituyen llanuras palustres con desarrollode   charcas.   Los ambientes  palustres   concharcas   pueden   ocupar   extensas   áreas,loca]mente independientes de los ambientesaluviales,   o   bien   encontrarse   ocupandoespacios más restringidos englobados dentrode la llanura aluvial.

Por  otra   parte,   los  sistemas   aluvialessuelen drenar habitualmente hacia áreas dellanuras encharcadas   lo   que conlíeva eldesarrollo de ambientes   de   interacciónmixtos,   p.   ej.   los   subambientes   de

desembocadura de canales.

Debido  a lo   expuesto   se   considerarántres dominiosambientales diferentes:

-El  dominio aluvial.-El dominio mixto.-El dominio  palustre-lacustre.

Las  facies   que se   reconocen  en estos

dominios o ambientes  aparecen descritas encincotablas (Figs.  2.4.2 a2.4.6) en ias quese  ha intentado reunir lamayor cantidad decaracterísticas posibles de cada una de ellas:texturas, tamaño   de   grano,   componentesdeposicionales, estructuras sedimentarias,geometrías  y la adscripción al dominio odominios ambientales en  losque aparecen.

El establecimiento y clasificación de lasfacies ha   planteado varios problemas

fundamentalmente deíndole petrológica. Enprimer lugar una granparte de las  facies sonde origen  elástico   o   detrítico,   siendo   suscomponentes mayoritariamente carbonáticos.En   segundo   lugar,   la   variedad   de   loscomponentes que las constituyen es bastanteamplia (intraclastos,   cantos negros, oncolitos,

bioclastos, terrígenos,   cantos   calcáreos jurásicos, restosvegetales), y las presencias!ausencias de estos en  cada facies, así comolas   diversas   combinaciones   en  distintas

proporciones en queestos pueden aparecerconfiguran finalmente un espectro de faciesmuy  extenso.   Si   además se   añaden   a laclasificación los criterios que conciernen  alasgeometrías y estructuras sedimentarias,lacomplejidad aumenta notablemente.

Para resolver el problema se ha intentadopor   un   lado   utilizar criterios   lo   mássistemáticos posibles y por otro  sintetizaral máximo la variedad existente.

En  primer lugar   se han  separado   lasfacies detríticas o elásticas (Fig. 2.4.2,2.4.3,2.4.4   y   2.4.5)   de  las   no  detríticas,   en   sutotalidad calizas (Fig. 2.4.6).

Las facies detríticas se  han subdivididoutilizando  un sistema jerárquico basado encriterios texturalesy composicionales.

En el  primer nivel   sc  han separado   en

tres gmpos texturales según  el tamaño de grano:brechas y conglomerados, arenitas y lutitas.

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El segundo nivel de jerarquización tieneen  cuenta   los principales   componentes.Tanto los conglomerados como las arenitaspueden ser  subdivididos   en   tres tipos, losque contienen   mayoritariamente   componentessiliciclásticos   extracuencales,   los   quecontienen mayoritariamente componentescarbonáticos, intracuencales y extracuencales, ylos   mixtos que contienen   componentessiliciclásticos extracuencales y componentescarbonáticos intracuencales y  extracuencales.

Así    los   conglomerados   se   hansubdivididoen cuatro tipos: conglomeradoscuarcíticos, aquellos   de  composiciónmayoritariamente siliciclástica;   conglomerados

calcáreos arenosos (mixtos) y   conglomerados

calcáreos. Además   se  ha separado un   tipoconcreto de conglomerado  calcáreo  intracuencal

por su gran abundancia  e  importancia en elárea   de   estudio,   los conglomeradosoncolíticos.

En   cuanto   a las   arenitas,  éstas   se hanseparado   en   tres grupos:   las   arenitas   decomposición siliciclástica   o   areniscas,   lasarenitas   mixtas   a  las   que  se   denominacalcarenitas   arenosas   y   las   arenitascarbonáticas   a   las   que   se   denomínacalcarenitas.   Esta   clasificación   de las

arenitas (y en general la clasificación de lasfacies   clásticas que   se   presenta)   estáinspirada en lapropuesta por Zuifa (1980 y1985).   No   se   han  utilizado   los   términospropuestos por este autor porque  no  se harealizado   un   análisis petrográficocuantitativo   de  la  composición modal   ensentido   estricto,   sino   una  estimaciónsemicuantitativa   de las   composiciones,aunque se puede establecer unaequivalenciade los términos usados  en este trabajo con

los propuestos por Zuifa(1980 y  1985). Deesta manera, las  areniscas corresponden conlas   extrarenitas   no   carbonáticas,   lascalcarenitas arenosas corresponden con lasarenitas híbridas y las  calcarenitas con lasintrarenitas carbonáticas   y con   lasextrarenitas carbonáticas.

Estos grupos   de   conglomerados   yarenitas han sido a su vez subdivididos enun   tercer y  último nivel  jerárquico usando

criterios composicionales que consideran loscomponentes   deposicionales   concretos

mayoritarios (intraclastos,teniendo   en   cuenta   lasestructuras sedimentarias.

bioclastos...)   ygeometrías   y

A partir   del tercer   nivel jerárquico   laseparación de  distintos tipos de  facies, porejemplo variedades   de  conglomeradoscalcáreos arenosos   intraclásticos   ovariedades   de   calcarenitas arenosasintraclásticas   masivas,   se   ha   realizadointentando que ésta reflejase unespectro devariaciones  ambientales  y  procesos   real  ysignificativo. En  estesentido se  ha intentadoencontrar   un   equilibrio entre el análisisdetallado y   la operatividad y  significacióndel   mismo.   Un   agrupamiento   osimplificación   mayor   no   falsearía lainterpretación ambiental  agran escala, porejemplo una buena parte de las calcarenitas

masivas o gradadas corresponden arellenosde canal,pero unasubdivisión más detalladaen  función   de   los  componentes   permitedistinguir distintos tipos de canales (canalesde desagúe, canales de drenaje interno de   lallanura, canales de drenaje de  swamps, etc.)

Se  ha utilizado un   sistema de notaciónabreviada para identificar   cada faciesconstruido   en   función   de   las   pautas   declasificación  explicadas.   Por ejemplo   las

calcarenitas arenosas intraclásticas  masivasse identifican con lanotación CAi4m2: CA(calcarenita arenosa),   i   (intraclástica),   4(tipo número   4   de   los seis   tipo   decalcarenítas   arenosas e   intraclásticasreconocidos), m   (masivas), 2   (tipo número2  de los tres tipos de  calcarenitas arenosase  intraclásticas masivas reconocidos).

En algún caso, de forma excepcional, sehan incluido facies detríticas,   concretamente

algunas calcarenitas (calizas bioclásticascon   estratificación cruzada   y   calizasoncolíticas), en el cuadro correspondiente acalizas   (Fig.   2.4.6)  ya  que eso  permitíaagrupar   en   un   solo   cuadro   las   faciesexclusivas   del   dominio lacustre-palustre,generándose  así  otra vía   de   lectura de lastablas  de facies,   desde  el   punto   de   vistainterpretativo.

En las   descripciones texturales   de las

facies carbonáticas se utiliza la terminologíade   la clasificación   de Dunham   (1962)   y

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Embry y Klovan (1971), y en algunos casostérminos  de la clasificación de  Folk (1959,1962).

Antes de pasar adescribir losambientesidentificados y las  asociaciones de facies ysecuencias elementales que los representany como complemento alas descripciones de

las tablas,   se  realizará un  pequeño repasode   cuales  son   los  distintos  componentesdeposicionales que se  pueden encontrar enlas   facies   que componen   la   asociacióndescrita   para   estos   sistemas,   suscaracterísticas y significado.

1.   TERRíGENOS.   En   general   son   elcomponente minoritario   y   consisten   encantos   de   cuarcita y   arenas   de  cuarzo  yfeldespato potásico.   Aunque  en   algunas

ocasiones aparecen formando cuerpos cuyacomposición   es  exclusivamente siliciclástica,   lomás habitual   es   que los cuerpos arenososcontengan cierta proporción  de intraclastoscalcáreos oque formen parte de facies mixtas

de   conglomerados   calcáreos   arenosos   ycalcarenitas arenosas,  en las que suelen serun  componente  relativamente  escaso.   Enalgunas   ocasiones   su   presencia   sólo   esdetectable en lámina delgada dada la bajaproporción  y   el pequeño tamaño   de los

granos  de cuarzo y feldespato.

Tanto la presencia de   feldespato comolaangulosidad de los fragmentos de  cuarzoy feldespato, en lamayor partede los casos,ponen   de   manifiesto   la   brevedad   deltransporte que estos granos han sufrido.

2.   CANTOS   CALCÁREOS   JURÁSICOS.   Lamayor   parte   de   las   áreas fuente estánformadas  por materiales carbonáticos   de

edad jurásica. Es, por tanto, bastante comúnencontrar cantos queproceden de laerosiónde estas áreas en lossedimentos cretácicos.Muchos de los cantos proceden en realidaddel paleokarst  desarrollado   al   techo de lasucesión regional   jurásica  y   que sirve   desustrato  para los sedimentos cretácicos entodaelárea de estudio, siendo raro encontrarclastos   en   los   que   se   reconozcan   lascaracterísticas   o   las   microfacies   de   lasunidades   jurásicas   no   afectadas   por   el

proceso de karstificación.  En general estosclastos corresponden   a  fragmentos   de

espeleotemas, fragmentos   calcáreos en losque las   fábricas y  texturas originales   hansido   modificadas   por   procesos   derecristalización,   reemplazamiento   o   quemuestran encostramientos.

Aparecen   en un   amplio   espectro   detamaños   y   texturas,   desde   angulosos   a

redondeados. El conjunto   de   cantos queaparece   en   una muestra   puede   presentarselecciones  desde buenas a muy malas.  Escomún   reconocer   en   lámina delgadafragmentos redondeados que consisten enmosaicos de grandes cristales de calcita.

Este tipo de clastos dada sucomposiciónno pueden soportar transportes   largos y supresencia, dependiendo   del   tamaño   y lastexturas, revela gran proximidad  del área

fuente.

3.  INTRACLAsTOS.  Los intraclastos son, elcomponente deposicional máshabitual y enmayor   o  menor proporción  aparece  en   lamayor parte de las  facies.

Los  intraclastos son  fragmentos compuestos

porsedimentos micriticos formados en áreaspalustres  o de margen lacustre apartir de labrechificación y nodulización del sedimento

poco  consolidado   o  semiconsolidado   enetapas de  desecación y exposición subaérea(Link   y   Osborne,   1978;   Freytet y  Plaziat,1982) y cuya composición y textura aportaindicios acerca del ambiente de formacióndel sedimento   original   y   del  proceso   deformación  del intraclasto en si mismo.

La  mayor   parte  de   ellos suelen   serexclusivamente  micríticos o contener fragmentos

esqueléticos de organismos dulceacuicolas

en la matrizmicrítica,  carófitas, ostrácodos,bivalvos   o   gasterópodos,   presentandotexturas mudstone   awackestone. Es comúntambién   que   presenten una   texturaligeramente nodulosa o grumoso-peletíferaque puede  reflejar tanto la textura originaldel   sedimento   debida   a una intensabioturbación, como procesos incipientes dcdesecación  y aglutinación posteriores   a laformación   del  intraclasto   (1-lardie   et   al.,

1978) que   se   denominan grainificación

(Alonso Zarza etal.,   1992).

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Se  presentan  en un amplio   espectro detamañoy redondez en función del estado deconsolidación del sedimento original (Wells,1983) o del transporte quehan sufrido. Unavez que los intraclastos se individualizan apartir  del   sedimento original pueden   sertransportados y/o sometidos a unaserie deprocesos diagenéticos tempranos propios delambiente   subaéreo   y   edáfico.   Así   esfrecuente   que presenten fracturación   onodulización interna,desarrollode envueltasalgares, encostramiento o formación de unacorteza  externa  de óxidos   de   hierro   porimpregnación, o tinción por óxidos de hierrodebido amarmorización, constituyendo loque se  ha denominado ooides pedológicos(Freytet,  1973;  FreytetyPlaziat,   1982).

Como se desprende de esto, no todas las

facies intraclásticas  evidencian el desarrollode procesos tractivos. El sedimento palustreo   lacustre   original puede   sufrir   toda   lacadena   de   procesos   pedogenéticos   defracturación, brechificación, nodulización,recristalización, marmorización, etc., dandolugar a la formación de cuerpos  de calizasintraclásticas  de aspecto brechoide,   en lasque los intraclastos tienden aser angulososy  de  gran  tamaño.   Este aspecto correspondería

con   lo  que Retallack   (1988) llama  bloclcy

subangular    texture   o   textura en  bloquessubangulosos.

4.   CANTOS NEGROS. Los cantos negros sontambién   intraclastos que han  sufrido unproceso  de   ennegrecimiento.   Existen   doshipótesis alternativas   para  explicar   laformación  de los cantos negros.

Strasser (1984) propuso quese  formabanen   áreas   palustres,   en   microambientes

anóxicos   y   alcalinos   en   los   que   lasabundantes sustancias orgánicas disueltas,coloidales   o   finamente   particuladas,impregnaban el  sedimento.   El  ennegrecimiento

puede ocurrircontemporánea o previamentea los   procesos   de   fracturación   ybrechificación que dan lugar alaformaciónde   los   fragmentos susceptibles   de   sertransportados.   También   podría tener lugarun   ennegrecimiento   diferencial   de   losintraclastos generados en ambiente edáfico.

Sin   embargo Sbinn  y   Lidz   (1987) explican

laformación de los cantos negros en relacióncon  fuegos   forestales   espontáneos   en laszonas vegetadas. Durante el fuego la materiaorgánica  englobada   en el  sedimento   sequemaría dando lugar  al ennegrecimientodel mismo. La brechificación del sedimentopor desecación daría lugar alos cantos queposteriormente serían transportados.

En   el   caso   de  este   estudio   no   se   harealizado   un   análisis en  profundidad   delorigen  de los  cantos  negros,   pero existenevidencias que hacen plausible lasegundahipótesis,tales como lapresencia de algunosrestos de charcoal  y  de fósiles de plantasencontrados en elyacimiento de Las Hoyas,en concreto We¡schelía retículata, quese hainterpretado como  una pirófita   (Watson y

Alvin,   1996), es   decir   una  planta   quemuestra adaptaciones típicas  a medios   enlos que se desarrollan incendios forestalescon frecuencia.

Las evidencias   en   contra   de   estahipótesis   y  a favor  de   la primera   vienendadas  por la presencia  de   algunos cantosnegros junto aintraclastos no ennegrecidosen facies intraclásticas formadas  in situ, queno  muestran  signos  de transporte,  en   este

caso podría haberse  dado   un   proceso   deennegrecimiento diferencial.

Los cantos  negros  encontrados   en  lasfacies estudiadas se  presentan, al igual quelos   intraclastos,   mostrando   un   amplioespectro   de   tamaños   y   redondez.   Esrelativamente frecuente queaparezcan conrecubrimientos   de películas de óxidos dehierro.   En   ocasiones   es   también   posibleobservar en   el  interior  de   algunos cantos

redondeados que presentan estas películasgrietas   debidas a septarización cuyainterpretación resulta controvertida.Mientras   tradicionalmente se  ha pensadoque las  septarias estaban relacionadas  conprocesos   de   retracción y   fracturación   delnúcleo (Raiswell,   1971;  Duck,   1995),  hayautores que piensan que se forman duranteel   enterramiento somero   por   esfuerzostensionales debidos a sobrepresión  en losniveles   que albergan   los cantos   o

concreciones   (Astin,   1986).   Estos cantos

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1   5   7  

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constituirían lo  que Freytet y Plaziat(1982)llaman ooides pedológicos.

5.   O¡’jcoisros. Los oncolitos son tambiéncomponentes   muy  frecuentes,   tanto   enasociación con  otros  componentes   comoformando acumulaciones compuestasexclusivamente   por   ellos   mismos. Una

descripción  detallada de los oncolitos   delárea deLas Hoyas se encuentraen FregenalMartínez   (1991)  no   habiéndose  realizadoestudios posteriores sobre los mismos.

Se reconocen desde formas pequeñas demenos de  1   cm de diámetro hasta formas deunos   10cm La mayor parte son esféricas ycorresponden   a  lo   que   Freytet   y   Plaziat(1972) denominan houlets algaires o  algal balis, aunque también se encuentranalgunos

que   corresponden   a momias,   siendo   lasformas dependientes en buena medida de laforma del  objeto que constituye  el  núcleodel  crecimiento algal.  Los núcleos suelencorresponder aintraclastos y generalmentea  fragmentos   de   talos   o   girogonitos   decarófitas o  pequeños fragmentos vegetalesalargados. Conrelativa frecuencia aparecenoncolitos   compuestos,   en   los   que   elagrupamiento   de  dos   oncolitos   sirve denúcleo paraun nuevo crecimiento.

En cuanto a lamorfología y característicasde las  envueltas  se   han reconocido variostipos distintos.  Respecto a la morfologíadela disposición   de   las   láminas   se   hanidentificado trestipos:

-Oncolitos condisposición concéntricade las láminas replicando laformadel objetodel   núcleo,   estos   corresponderían   a losoncolitosdetipoC   deNickel (1983).

-Oncolitos que  presentan envueltas  opaquetes de envueltas discordantes entre sique   corresponderían   al tipo   1   de   Nickel(1983).   Estas   discordancias   se   deben   avariaciones  en la orientación o  cambios dedirección de crecimiento cuando este tienelugar a   lo   largo   de   varios episodiosinterrumpidos  con agitación variable en elmedio (FreytetyPlaziat,   1965,  1972).

abultamientos,   formas   dómicas   desobrecrecimientos,  de modo parecido alosdescritos  por Nickel (1983) como  de tipo  R.

En cuantoa lacomposición y formas decrecimiento identificadas en las   láminas sehan  distinguido   tres   tipos distintos   deoncolítos:

-Oncolitos de  tipo   1   de   Monty  y  Mas(1981)   que presentan una alternancia   deláminas   concéntricas continuas formadaspor   conjuntos   de  películas   micríticas   yláminas decrecimiento microestromatolíticoyuxtapuestas  con formas de maza   o   club-

shaped, similares aconos invertidos. Los dostipos   de   láminas   son   construidas porpoblaciones similares   pero con distintasformas decrecimiento. MontyyMas (1981)

interpretan   este   tipo   de  crecimientos   deformas   alternantes   como debido  a variacionesestacionales en  losparámetros ambientales.

-Oncolitos de  tipo 2.2  de Monty y Mas(1981) que presentan  envueltas circularescontinuas en las   que alternan láminas concrecimientos eréctilesy láminas micrítícas.Estos   tipos de   crecimiento se   considerandebidos   a   alternancias   de   períodos   decrecimiento de algún tipo de alga antecesor

de Phormidium y períodosde ligera erosióny crecimiento de Schizothrix.

-Oncolitos  de tipo 2.3  de  Monty y Mas(1981)   que muestran   una alternancia  deláminas micriticas  concéntricasque predominan

sobre delgados  crecimientos eréctiles.

En   los   dos   últimos   casos   Jones   yWilkinson (1978) explican laalternancia dedistintos   tipos   de   crecimientos   por

variaciones estacionales en   los parámetrosfisico-quimicos, mientras que   Scháfer  yStapf(1978) la relacionan con variacionesen el nivel del agua.

Aunque FreytetyPlaziat(1965)  piensanque  los oncolitos esféricos   se   forman   enmedios muy agitados y turbulentos,  Monty(1972) aduce que es  suficiente con que lascondiciones sean agitadas   sin llegar   a serturbulentas.

-Oncolitos quepresentan envueltas máso   menos   concéntricas   que   muestran

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Numerosos autores han propuesto quelos  oncolitos crecen  en  litorales lacustres(Freytet, 1964; Freytet y Plaziat, 1965, 1972;Bertrand-Sarfati   etal.,  1966; Dean yFouch,1983; Jones yWilkinson,  1978) o procedende la erosión de áreas lacustres marginales(Mas,  1981;   Mas et  aL,   1982a; Meléndez,1983), aunque suele ser igualmente frecuente su

crecimiento en   canales fluviales  (Freytet,1964;   Freytet  y  Plaziat,   1982;   Ordóñez yGarcía del Cura,   1983;Nickel,   1983).

6.   BlocLAsTos.   Los   bioclastos   másfrecuentes   son   restos   esqueléticos   deorganismos   dulceacuicolas, carófitas,ostrácodos, bivalvos y gasterópodos, de loscuales los másfrecuentes son las  carófitas.Lo más habitual es encontrar fragmentos delas   conchas,   las valvas  y de  girogonitos y

talos  de las carófitas, aunque  en ocasionesse   encuentran   restos articulados   deostrácodos y gasterópodos.

La mayor parte de ellos forman parte delas   facies   lacustres   y   de   áreas   deencharcamiento.   La   presencia  de  restosbioclásticos retrabajados en facies calcareniticas

de relleno de canal ha permitido distinguirlos canales   de   desagúe   de   charcas y   dedrenaje de áreas encharcadas de  otrostipos

de canales.

Es   también   frecuente   encontrarfragmentos   de   huesos   en   general muyretrabajados y  de pequeño tamaño,  lo  queno ha permitido realizar su determinación.

7.   R~sros   VEGETALES.   Generalmentecorresponden también   a pequeñosfragmentos leñosos   que  en   ocasiones   seencuentran carbonizados   (charcoaO.   Aparecen

tanto  dispersos  como   en   concentracionessignificativas  en  las  que suelen mostrarsealineados, probablemente según ladireccióndel  flujo que los transportó.   La presenciaabundante  de restos vegetales suele   llevaraparejada la presencia de óxidos de hierro

formando películas   alrededor de los cantosy piritas framboidales alteradas.

El aporte   de   cantidades   elevadas   derestos   vegetales provoca   la  generaciónrápida   de   microambientes   reductoresinmediatamente   por debajo de la interfasesedimento-agua, debido aladescomposición

aerobia de losrestos orgánicos que agotaríael oxígeno (Dean,   1981;   Wetzel,   1981;Flakanson   y Jannson,   1983;   Birnbaum   yWireman, 1984).  Si esto va unidoaunatasade   sedimentación elevada   y   a   unasubsidencia rápida los restos se  conservan,ya que de lo  contrario   las  condiciones  depH   alcalino favorecen   la   rápidadescomposición y desaparición de los restos(Teichmúller   y   Teichmúller,   1982).   Laformación   de   óxidos   de   hierro   o   piritas

framboidales es  común en  sedimentos quecontienen materiaorgánica abundante, tantosi   esta   finalmente   se   preserva   como   sidesaparece. Laformación se produce en  losmícroambientes reductores que se   acabande   describir,   en   los que   en   caso   derestablecimiento de  condiciones oxidantesel  hierro  II es  oxidado  a hierro  III   que enambientes alcalinos precipita rápidamenteen   forma   de   hidróxidos   (Hakanson   yiJannson, 1983). Estos procesos explicarían

la frecuente aparición de  óxidos de hierroen   numerosas   facies,   ya contengan   o   nomateria orgánica   o   restos vegetalespreservados.   En   el   primer   caso   seencuentran,   por   ejemplo,   las   facies   decalcarenitas intraclásticas  y   bioclásticas(Cib, Fig.  2.4.4) y  en el  segundo las  faciesde calizas biomicríticas masivas (CLm, Fig.2.4.6).

La   presencia abundante   de   restos

vegetales   se   ha   considerado tambiénsignificativa en  laseparación de las distintasfacies  calcareníticas y en  su interpretaciónya  que se   piensa que podrían caracterizarlos rellenos de canales de drenaje de  zonasde swamp.

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2.4.2.1  Dom inio  aluvial

 Llanura de inundación

Las facies correspondientes al  ambientede llanura de inundación son las que suelen

aflorar en peores condiciones en  el área deestudio, ya que en granparte se encuentrancubiertas, de modo que son también las  másdificiles de caracterizar en detalle.

Esteambiente está caracterizado porunaasociación   de  facies lutiticas  (Fig.   2.4.3):lutitas   rojas   a   ocres   masivas   (Lm)(equivalente alas faciesFmdeMialí, 1977),lutitas marmorizadas <Lmz), margas grises(LMg) y margas marmorizadas (LMmz).

Estaasociación de facies es el resultadode dos conjuntos de procesos esenciales: ladecantación   de   material lutítico   y   eldesarrollo de procesos edáficos o formaciónde suelos,  durante las etapas de  exposiciónsubaérea.

La   decantación   de   los materialeslutiticos de carga en suspensión se producedurante inundaciones relacionadas   conavenidas periódicas en etapas más húmedas.

La   ocurrencia   de  avenidas   periódicas,probablemente estacionales,en lossistemasque se están analizando viene apoyada pormúltiples evidencias quese  irán detallandoen la descripciónde   losdistintos ambientes.

Según Collinson(1996) la llanurapuedeinundarse bien por desbordamiento  de   loscanales fluvialeso bienpor subida del nivelfreático y  formación de charcas de llanurade   inundación, siendo   más   común   el

segundo proceso que el primero.

La presencia de margas grises  lutíticas(Facies LMg,  Fig.   2.4.3),   o  en general   elcontenido variable en carbonatos quesuelenpresentar   las  lutitas  de  decantación   de lallanura  se   debe   a la proximidad  de áreasfuente compuestas íntegramente pormateriales   cabonáticos.   De   estas áreasfuente llegarían  a la llanura,  en el seno  delos canales que las drenan,   limos y  lutitas

calcáreas,   así  como grandes cantidades decarbonatos disueltos.

Meléndez   (1983)  y  Gómez  Fernández(1988)   interpretan la presencia  de margasentre las  facies de la llanura de inundacióncomo el producto de la decantaciónde cargaen   suspensión   bajo   lámina  de agua   muysomera y   muy tranquila   en   relación conambientes lacustres  dado   que estas  faciessuelen   contener restos   de   organismos

dulceacuicolas,   como   ostrácodos   ygasterópodos.Según Alíen etal. (1983) estafacies   es   típica  de  pequeños   lagos en   lallanura de inundaciónfluvial. Arribas(1986)relaciona las facies de margas masivas tantocon la sedimentación en cuencas lacustresdebajo de  la lámina de  agua como con lasedimentación en las llanuras de  inundaciónpor desbordamiento de los canales.

El segundo de losprocesos involucrados

en la formación de   la asociación  de facieslutitica, exposición subaéreaydesarrollo deprocesos edáficos, es el que ocurre de formamás  habitual,   o   dicho   de   otra manera,durante la mayor parte   del  tiempo   de   sudesarrollo   la  llanura está   sometida aexposición   y   erosión,   mientras   que   lasedimentación   se  produce   en   períodosbreves   de   inundación. Asociados   a   laexposición subaérea   tienen lugar,   ademásdel desarrollo  de suelos, todo un  conjunto

de procesos de retrabajamiento y erosión dela llanura y los ambientes relacionados conla misma,   de  manera  que   los  materialesprocedentes   de   dicha erosión, nóduloscarbonatados, intraclastos  y  cantos negrosque   llegan   a formar  ooides   pedológicos(FreytetyPlaziat,   1982) son posteriormenteincorporados,   durante   las   avenidas,   alrelleno de   los canales.

La presencia de huellas de bioturbación

de raíces, denódulos carbonatados dispersos(nódulos elementales de Freytet  y Plaziat,1982) o  agrupados formando alineacionesverticales en el  seno de las facies Lm, y eldesarrollo  de las  facies  de lutitas y  margasmarmorizadas   (Lmz y  LMmz,   Fig.   2.4.3)son   las   evidencias   del   desarrollo   de   losprocesos   edáficos  en estas   llanuras   (Fig.2.4.7A, Lámina 1.1).

Los procesos   de  marmorización   y   el

proceso de nodulización ocurren por debajodel horizonte humífero del  suelo y ligados

 

0

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a   las   variaciones estacionales   del   nivelfreático, asociadas o no a encharcamientossuperficiales   (Freytet,   1964,   1971;Duchafour,   1968).  En las   zonas  de relievemuy bajo  en  que el   clima presenta   unaestacionalidad marcada y se   desarrolla unperíodo seco conevapotranspiración elevada(Brewer,   1964; Freytet,  1971) la recarga delosacuíferos en  Ja época de lluvias producela oscilación periódica del  nivel  freático ypermite   el   desarrollo   de procesos dehidromorfia  temporal con formación   desuelos de tipo pseudogley (Duchafour,  1975,1982) favorecidos por la impermeabilización  delos materiales lutíticos de decantación de lallanura que impiden un drenaje adecuado.En  los periodos  en los que existe una capade agua en  el suelo el hierro es  reducido yacomplejado (Duchafour,   1968) por   complejos

organicos de modo que se solubilizay puedeemigrar, depositándose, en el momento enque   sobreviene   la   estación   seca  y   serestablecen   las   condiciones oxidantes,   enforma  de  concentraciones   de hematites  ogoethita, alas quese  deben las coloracionesamarillentas (Freytet, 1971;  Buurman, 1975;Freytet y Plaziat,  1.982).

En general   los paleosuelos observadosen  la   llanura   de  inundación   presentan

horizontes   poco   diferenciados   y   seríanequivalentes a los paleosuelos de laFamilia3 o sustratos calcimorfos de FreytetyPlaziat(1982).

Los procesos edáficos afectan no  sólo alos   depósitos   de   llanura   de   inundación

A  lm.

lutítica sino a otros cuerpos sedimentariosasociados con estos.

La  mayor   concentración   de   faciesmarmorizadas  y   paleosuelos aparecen   enrelación con   los   ambientes   del   dominiopalustre-lacustre,  por   lo  que el tema  seráretomado en el apartado dedicado a dichodominio. Los paleosuelos de la FormaciónCalizas de La Huérguina han sido descritose   interpretados   por   Gómez  Fernández(1988), Arribas el   al.   (1989),   Gierlowski-Kordesch   et   al. (1991)   y   Meléndez   yGierlowski-Kordesch  (1995).

 Derrames en  manto

Se han interpretado como derrames unasegunda asociación formadapor cuernos conmorfología tabular que no  sobrepasan   tos20   o   30   cm  de   espesor, con gradaciónnegativa, masivos   o   con   estratificacióncruzada planar, compuestos porcalcarenitasarenosas intraclásticas tableadas (CAilt) ocalcarenitas arenosas intraclásticas masivasde   tipo   3   (CAi5m3)   (Fig.   2.4.4)   que seintercalan con margas grises lutíticas (Fig.2.4.7B)   y   que podrían corresponder   a

derrames en   forma de mantos. Las margasintercaladas corresponderían con ladecantación del material fino en suspensióndel desbordamiento.

Estos depósitos suelen aparecer, lateraly verticalmente, próximos acuerpos de agualacustres desarrollados sobre la llanura por

Perfiles edáficos   desarollados sobre las lut i tas d ela   llanura   de   inundación

Sfl

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Derrames calcarení t icos  en   la   l lanura   d e   inundación

Fig.   2.4.7.Asoc iac ión   de   facieslutiticas

correspondientes   a lambiente   de l lanurade   inundac ión   (A )   yasociación   de   faciescorrespondiente   a   laformación  de

derrames   e n   mantocalcareniticos   (8) .

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lo  que se  piensa que se  producen durantelas  etapas de avenida y en  relación con lapérdida de competencia de  los canales  enlas zonas próximas asu desembocadura enlas  áreas encharcadas.

Conos de deyección

La existencia de   pequeños   conos   dedeyección hasido deducida de lapresenciade facies de breéhascalcáreas algo arenosas(Facies BC,  Fig.  2.4.2) masivas,  muy malseleccionadas y  matriz-sostenidas  compuestas

porcantos angulosos calcáreos jurásicos queflotan en unamatriz calcarenítica (Lámina1.3). La matriz contiene fundamentalmentelitoclastos jurásicos, algunos intraclastos y

unapequeña proporción de fango. Aparecenesporádicamente en cuerposque no superanlos 0,5  m de   espesor.  Su geometría no hapodido ser descrita debido alas condicionesdel afloramiento.

Estas fucies han sido interpretadas comodepósitos  de debrísflows no cohesivos, deflujos   hiperconcentrados   de  tipo   slurry

(Pierson,  1981).

Estas   facies   aparecen   de   formaocasional intercaladas entre las   facies  delutitas masivas de llanura de   inundación yno   forman   parte   de   una   secuencíaorganizada de abanicos aluviales, contextoen el que habitualmente   suelen   aparecer,por lo que cabe pensar que más bienseriandepósitos  de pequeños conos de   deyecciónformados   en etapas   de  intensas avenidasocasionales  o periódicas afavor de relieves

 jurásicos,   probablemente   de  pequeñaenvergadura, muy próximos a la llanura deinundación.

Canales

Aunque ha   sido   posible diferenciarvarios tipos   de   canales   en  cuanto   a suprocedencia y el papel que cumplen en elsistema, todos ellos presentan unaserie decaracterísticas morfológicas y de estructura

interna comunes.

 

 

 

Q

O

Agrandes rasgosse trata decanales muysomeros y  de  muy poca envergadura. Losdepósitos de relleno raramente superan 0,5o   1   m   de  espesor   Su   extensión   lateraltampoco suele superar la decena de metros,aunque la ausencia   de   cortes   tridimensionalesdificulta apreciar   si   la anchura  observadacorresponde conla anchura real del canal o

se   trata de  cortes  oblicuos  a la misma. Engeneral predominan las   geometrías de   tiporibbon   aunque también se   ha  reconocidoalgún canal con geometría sheet  (Friend et 

al.,  1979) quepresenta mayor anchura.

En   la mayor   parte   de   los  casos   losrellenos  están  compuestos por   una únicafacies.   Pueden ser  masivos   o   gradadospositivamente y sóloen algunos casos se hanobservado   estructuras   de   estratificación

cruzadade surco o de estratificación épsilon.Sin embargo, dada lanaturaleza calcárea delamayorparte de  losrellenos, las estructurassedimentarias originales pueden haber sidoobliteradas. Es   común   observar hacia   eltecho   de   los   rellenos gradados   ciertalajosidad   irregular   y   tendencia a   lalaminación oblicua de pequeña escala en elinterior de las lajas que pueden correspondercon   una estructura   previa   debida   alaminación  de   ripples.   La presencia   de

estructuras   de   estratificación épsilon   oacreción Jateral indica que los canales seríande tipo meandriforme (Lámina ¡.4).

Los rellenos suelen ser monoepisódicoso al  menos,   en   principio,   no   parecen   presentarsuperficies internas de   reactivación.   Sinembargo, otros hechos simultáneos como loscrecimientos discordantes de las  envueltasde   los  oncolitos indican que pudieronfuncionar estacionalmente, aunque ambas

evidencias no son  necesariamente incompatibles.La creación del canal y la formación  del  lag

basal puedenocurriren un primer momento,y posteriormente, el  canal puede funcionarcomo   vía   de   transporte   en   repetidasocasiones  y   rellenarse   en  otro   momentoposterior y único.

Los rellenosestán compuestos porfaciesde  conglomerados y  arenitas (Figs.  2.4.2 a2.4.5),   con   un   predominio   neto  de   los

materiales calcáreos sobre lossiliciclásticos.

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En   función   de   los componentesdeposicionales yde las proporciones relativasentre estos, se   pueden distinguir dos tiposbásicos de rellenos de canal.

Rellenos de canales conectados  con unared de drenaje externa  (Fig. 2.4.8A y2.4.8B).

Se puede  separar este   tipo  de  rellenosen  dos   categorías   diferentes,   por  un   ladoaquellos rellenos  compuestos  exclusivamentepor materiales siliciclásticos y aquellos quecontienen litoclastos jurasícos.

Las facies que caracterizan  los rellenossiliciclásticos   son:   conglomerados  cuarcíticosmasivos (CGQ), areniscas masivas (Sm) yareniscas   con  estratificación cruzada   de

surco (St)   (Figs.   2.4.2   y   2.4.3).   Las   máshabituales   son   las   facies   de   areniscas,mientras que las  facies  de gravas sólo hansido reconocidas en  unaocasión en  la zonade  estudio  (Sector  Central,  Secuencia  delPocillo del Pozuelo).

Los   rellenos   de   areniscas   masivasidentificadas   en este  caso   corresponden  apequeños   cuerpos   lenticulares   de   tipor¡bbon. Mialí (1996) explica estas areniscas

masivas   bien por destrucción   de   lasestructuras originales porbioturbación o biencomo   depósitos   de   flujos   gravitacionales.Aunque   no   se poseen   evidencias   a esterespecto y ambas son plausibles, lasegundase   sumaría   a   las   evidencias   delfuncionamiento   periódico  y en   etapas  deavenida del sistema aluvial, siendo en estasetapas   en   las   que   se   produciría lareactivación de los canales y su relleno.

Los   rellenos   caracterizados   por   lapresencia  de   litoclastos jurásicos   estánconstituidos por alguna  de  las   siguientesfacies (Figs. 2.4.2 a2.4.5): conglomeradoscalcáreos arenosos  intraclásticos  de   tipo   1

y   3   (CGAi1   y   CGAi3,   Lámina   1.2),conglomerados calcáreos  arenosos   oncolíticos

e intraclásticos   de   tipo   1   (CGAoil),conglomerados   calcáreos   oncolíticos   eintraclásticos de tipo 2 (CGoi2), calcarenitasarenosas intraclásticas   masivas   de   tipo   2

(CAi4m2), calcarenitas oncolíticas eintraclásticas de tipo   1   (Coi 1) y calcarenitas

intraclásticas   (Ci).   Además de  litoclastos jurásicos, todos ellos contienen cantidadesvariables de oncolitos,   intraclastos. cantosnegros y fragmentos vegetales (Lámina 1.5).

Es probable que estos canales tengan unrecorrido  mucho más corto que los canalesformados  exclusivamente por materialessiliciclásticos,  dada la naturaleza calcáreade los litoclastosjurásicos, que no resistiríaun  transporteprolongado, y la angulosidadque suelen presentar estos cantos, indicativatambién   de  un   corto   transporte.   Lasevidencias de cercanía  de las  áreas fuente

 jurásicaspueden extraersetambién tanto delanálisis cartográfico, como de   la presenciade  depósitos gravitacionales interpretadoscomo pequeños conos de deyección que seintercalan en las facies lutíticas de lallanura

de inundación, que indican que los relievesserían adyacentes alárea de sedimentación.

Rellenos de  canales de  drenaje internode la llanura (Fig.   2.4.8C,   2.4.8D y2.4. SE).

Se pueden separar también en este casodos   tipos   de   rellenos   en   función   de   loscomponentes deposicionales que contienen.Ambos  tipos  de rellenos pueden contener

pequeñas cantidades   de   materialesterrígenos   que   se   han  considerado comocontaminaciones de los canales de drenajeinterno   en   los   momentos   de entrada   desedimento arenoso en   la llanura,  que seríaretrabajado y redistribuido en el seno de ésta.

El   primer   tipo   de   rellenos estaríarelacionado con el desagñe y comunicaciónentre áreas lacustres (Fig.   2.4.SD).

Están  compuestos   por   alguna   de lassiguientes   facies   (Figs.   2.4.4   y   2.4.5):calcarenitas arenosas e intraclásticasmasivas de tipo   1   (CAi3ml) y calcarenitasbioclásticas de   tipo   1   (Cb 1).  Todas ellas secaracterizan porcontener abundantes restosbioclásticos retrabajados. Suelen aparecerasociadas secuencialmente  a depósitos  detipo   lacustre.   Tanto   su   localizaciónsecuencial como el abundante contenido enfragmentos   bioclásticos   indica   que  estos

canales pudieron  actuar como desagúe dezonas encharcadas   o   medios palustres   y

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que estos canales fueron la vía de desagúede zonas palustres vegetadas de  tiposwamp

en momentos enque estas fueran inundadaspor avenidas estacionales. Estas secuenciassuelen   contener  cantidades variables   deóxidos de  hierro.

Todos   los   tipos   de   rellenos  descritospueden   presentar   al   techo   rasgos   deexposición subaérea   y   desarrollo   deprocesos   edáficos.   Lo   más habitual   esreconocer estructuras prismáticas verticalesdebidas abioturbación de raíces, aunque enalgunas   ocasiones   los   techos puedenpresentar  coloraciones amarillentas y rojizas enmanchas irregulares debidas a laredistribución del hierro en condiciones dehidromorfia.

Además   de   los   diferentes tipos   derellenos de canal se  hareconocido tambiénunaasociación de facies correspondiente alabandono   de   canales   (Fig.  2.4.8F).   Estaasociación aparece también como relleno decuerpos lenticulares detipo ribbon. A la basedel cuerpo se observa un lagonivel de pocoscentímetros calcarenitico con intraclastos,

c

cC

C

Q

o

cantos negros y  litoclastos jurásicos  sobreel que se reconocen faciesde calizas masivasconcarófitas y ostrácodos (CLm, Fig. 2.4.6)típicas de   un ambiente lacustre  de charca.Al   techo   suelen   reconocerse estructurasprismáticas verticales debidas abioturbaciónde raíces (facies CLp, Fig.  2.4.6)0 delgadosniveles de  brechificación (facies  CLb, Fig.

2.4.6) formados por exposición subaéreayretracción del sedimento.

Todas   las   facies   que caracterizan   losrellenos de  canal tipo han sido descritas porMeléndez (1983), GómezFernández(1988),Meléndez et al. (1989), Fregenal Martínez(1991),   Gierlowski-Kordesch etal.   (1991),Gómez   Fernández y   Meléndez   (1991)   yFregenal   Martínez   y   Meléndez   (1993).Todos ellos las interpretan como rellenos de

canal o depósitosde corrientes tractivas  quetransportan   mayoritariamente   partículascarbonatadas, y quedeben relacionarse concomunicación entre   lagos  según  canalesdistribuidores  principales,   que erosionanyarrastran materialesformados previamente(intraclastos y cantos negros).

LAMINA   1Dominio   aluvial1 .  Aspecto   de las   facies lutí t icas  de   la   l lanura de   inundación   e n   la s  qu e  se  observan   coloraciones   debidas   amarmor izacián.   En   la   parte superior  se   puede v e r también   u n   nivel  d e   calizas masivas  formadas   e nambiente   de   charca.2 .   Conglomerado  formado   fundamenta lmente   por cantos calcáreos jurásicos, algunos   de los   cualespresentan   envuel tas   lagares.   Corresponde   e   u n   relleno   de   cana l  con gradac ión   positiva.3 .   Brechas  ca lcáreas arenosas  y   angulosas  con   matriz   calcarenit ica   in terpretadas   como   depós i tos   de   debris flow  de   pequeños   conos   de  deyecc ión desarro llados   e n   relieves   adyacen tes   a   la   llanura   aluvial.4 .  Aspecto   d e un   cuerpo canal izado  entre  depós i tos   de l lanura de   inundación   e n   e l  q ue   se   observan   cuerposcon   acreción   lateral.5 .   Detalle   a l   microscopio   de las   facies   d e l   relleno   d e l   cana l  qu e   se observa   e n   la   fotografia  anterior.   Nó tesela presencia   de   f ragmentos   d e   cuarzo,   oncoli tos,   cantos calcáreos   y   cantos b landos.

6.   Facies   de   conglomerados   oncol i t icos,   una   de   la s   facies  más   habituales   e n   e l   relleno   de   lo s   pequeñoscana les que surcaban   la   llanura   aluvial.

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2.4.2.2  Dominio   mixto

Los sedimentos transportados por mediode los canales son drenados hacia charcasylagunas y  descargados  en el interior  de lasmismas.  La entrada de material transportadopor corrientes tractivas en  cuerpos de agua

lacustres puederealizarse dedos formas, bienpor descarga directa  de los canales  o bienpor entrada   de   lóbulos   y   derrames   nocanalizados. El resultado de esta interacciónes el desarrollo de asociaciones de  facies ysecuencias en las  quese  intercalan depósitospropios  del   ámbito lacustre con   depósitostransportados por corrientes  tractivas.

Se hanreconocido un total de cinco tiposde   asociaciones   de  facies distintas   (Fig.

2.4.9) que   corresponden   a cinco  subambientesen los que la interacción tiene lugar segúnprocesos diferentes.

 Desembocaduras  de canales en  eulitorales

lacustres

Existen varias variantes de este tipo deasociación. La primera de ellas (Hg. 2.4.9A)está compuesta por cuerpos tabulares   decalizas masivas con intraclastos yrestos deorganismos dulceacuicolas   (Facies  CLm,Fig.  2.4.6),  carófitas, ostrácodos, gasterópodos

y bivalvos que pasan lateralmente y  haciael   techo   a  conglomerados   y   calizasoncolíticas (Facies CGOy CLo, Figs. 2.4.2y 2.4.6). El término compuesto por calizaso   conglomerados oncolíticos suele   sermasivoy presentar gradación inversa. Estasecuencia se formaría en zonas   culitoralescoincidiendo   con   la desembocadura   de

canales   en condiciones   agitadas pero   noturbulentas.

Otra variación   de   esta asociación   estácompuesta   por  los   mismos   términos   defacies (Fig.   2.4.9E) pero   el   término  basalde facies de calizas masivas (CLm) presentaunageometría lenticular de extensión lateralmásreducida, unos 20 m  aproximadamente.Sobre este cuerpo se apoyan mediante unasuperficie   neta   y•  ligeramente   erosiva

conglomerados oncolíticos con estratificacióncruzada y  gradación  positiva que pasan  a

calizas oncolíticas tableadas.  En este  casose  trataría del arrasamiento de  depósitos derelleno de una charca por laentrada de unacanal   oncolítico   en   etapas   de   intensaavenida.

 Lóbulos arenosos en  eul¡torales   lacustres

Se  ha reconocido una única asociaciónde   este tipo   en el   área  de  estudio (SectorCentral, Secuencia del Pocillo del Pozuelo).Se trata de cuerpos  de  arenas masivas o conestratificación cruzada de surco de pequeñaescala quese  disponen en seis centimétricosque llegan atenerhasta 1,502 m de potenciay   que   se   disponen   sobre facies   decalcarenitas bioclásticas con intraclastos

masivas  o   lajosas (Facies  Cb2,  Fig.   2.4.5)(Fig.  2.4.9C). Las  condiciones  de   afloramiento

no   permiten,  en   principio, establecer conclaridad   si   los  cuerpos   arenosos   corresponden

al   relleno de canales que desembocan  enáreas  lacustres  o se   trata de  la entrada delóbulos   no   canalizados. Sin embargo, lapresencia  de   seis  arenosos con gradacióninversa   indica   como   más   probable   lasegunda posibitidad, ya que los mecanismosque dan  lugar   a la gradación negativa ensecuencias formadas   por   megaripples   ydunas  arenosas   que migran   por   el   fondocanales   es   explicable   en   contextos   decanales de gran envergadura,  no  siendo esteel  caso en el  que nos   encontramos, ya queen caso de tratarse de rellenos de canal estosserían de dimensiones reducidas, por lo quefinalmente   se han   interpretado como pequeñoslóbulos   no  canalizados que entran   en laszonas   eulitorales agitadas   de  cuerpos   deagua   lacustres someros, en   momentos  deavenidas muy intensas(Cabrera el al.,  1985).

 Microde Itas

La   formación   de   pequeños lóbulosdeltaicos  cuyo espesor no supera los 0,5 mse  reconoce   en  la presencia  de niveles decalcarenitas arenosas e intraclústicas (FaciesCAi2s,  Fig. 2.4.4) que presentan  estratificaciónsigmoidal en las  que las  láminas de  los sets

quedan  definidas por la  acumulación  de granosde cuarzo y feldespato en general de tamaño

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Desembocadura  de  canales  en  zon as eul itorales

yL óbu l o s arenosos e n zonas culitorales

AM icrode ltas

Colmatac ión  de   charca por  ent rada   de   der ramecalcarení t ico

 ___ 

  o£7cP   flj.   u   cZZ=¿¡Y’   ~¿¡   cZZZ47s

nc     o 

n o 

Fig.   2.4.9.   Asociaciones dey   e l dominio   palustre- lacustre.

Entrada d e  der rames  ca lcareniticos enzonas cul i torales

facies   reconocidas   e n   e l   domin io mixto   o   de   interacción   entre   e l   dominio   aluvial

muy  grueso incluso microconglomerático (Fig.2.4.90, Lámina 11.3 y  4). La inclinación de

estas láminas oscila entre los 300 y los 450Lateralmente   deja   de   reconocerse la

estratificación sigmoidal y   los  niveles  degranos   de  cuarzo  se  distribuyen de formamás  irregular en   la matriz carbonática,   engeneral formando nivel es de  concentraciónsubparalelos, o bien dispersos (Lámina 11.5).

A   O,5m.

2m .

 

 

«A

Arrasamiento  d e  depósitos lacustres po r ent radade  canales

B

o

D

E

F

G

o.5mj

1,5m.

1,5m.~

1,5m.

A

Entrada   de   flujos en   masa  en  cuerpos   lacustres

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El sedimento que entra en  el cuerpo deagua lacustre podría  ser mayoritariamentesiliciclástico   o  bien contener  abundantesintraclastos   y otros granos   carbonáticos(cantos negros, bioclastos y  fragmentos deoncolitos)   de   pequeños   tamaño   que   sereconocen   en el  análisis   microscópico  deestas facies.

El  transporte del material siliciclásticopudo tener lugar en canales muy someros yde bajo gradiente y cuya escasacompetenciallevó al derrame  de la carga tractiva en lallanura,  que finalmente entraría en  cuerposde   agua lacustres,   charcas  y pequeñaslagunas, de maneraidéntica alcaso del tipode   secuencias   descritas   como   lóbulosarenosos eneulitorales lacustres. Los granoscalcáreos   que   se   reconocen   junto   al

sedimento siliciclástico podrían formar partedel material transportado en el mismo canaly   finalmente derramado,   o   igualmentepodrían haberse   formado   en las   zonasculitorales altas y  supralitorales en las  quedescargarían   las   corrientes   tractivas   nocanalizadas que transportan   el materialterrígeno.  Durante ladescarga se  produciríala   erosión   y   el  retrabajamiento   de   lossedimentos   supray eulitorales.

El escaso espesor del conjunto indica quela lámina  de agua   en  la que  entrarían   lasdescargas   sería  muy  somera. No   se   haobservado el paso   lateral  de estas facies adepósitos lacustres netos, tales como faciesde  calizas masivas biomicríticas   (CLm) ofacies de calcarenitas bioclásticas de tipo 2

(Cb2) como en  elcaso anterior, por lo  quecabría interpretar también estos   depósitoscomo descargas de derrames en  canales.  Sinembargo,   el   desarrollo  de  estratificaciónsigmoidal requiere   la   existencia   de uncuerpo de aguas estancadas  y dificilmentepodría formarse  a partir de   laentrada en uncanal en que el sedimento seriaredistribuidorápidamente en e]  seno de ja carga del canaj,por   lo   que  esta interpretación   ha   sidodescartada.

Depósitos  de  estetipo han sido descritospor Cabrera el   al.  (1985),  Arribas (1986),Gómez  Fernández   (1988)   y   Gierlowski-Kordesch el  al.   (1991) que las   interpretande forma análoga.

 Entrada  de  flujos en  masa  en   cuerpos de

agua lacustres

Se   ha  podido reconocer también   unaasociación compuesta por un  término basalde   facies  de  calizas masivas biomicríticas(CLm) sobre el que se apoyan por medio deuna  superficie  neta y  ligeramente erosiva faciesde   conglomerados  calcáreos arenosos   matriz-sostenidos compuestos, fundamentalmente,  por

intraclastos subredondeados (Facies CGAi4,Fig.  2.4.2) muymal seleccionados y de hasta20cm de tamaño que flotan en   una matrizcalcarenítica   formada por   terrígenos,intraclastos   y   cantos negros con   escasaproporción de fango   (Fig.2.4.9E, Lámina11.1). Se disponen en  paquetes tabulares deunos  15 cm de espesor queen conjunto son

LAMINA   T IDominio   mixto1 .   Depósi to   de   brechas ca lcáreas   arenosas   co n   matr iz   calcareníf ica   sobre  facies   de  cal izas b iomicr ít icasmasivas  con   caróf i tas.   Corresponde   a   la   entrada   de   u n   flujo   e n   masa   e n   una cha rca .2 .   Nivel  tabular   de   calcareni tas   arenosas   tab leadas   sobre   facies   de ca l izas  biomicrí t icas   masivas  concarófi tas,   e n   un   cuerpo   co n   geometr ía lent icular   la xa .   La   asociación   se   debe   a   la   entrada   de un   derramecalcarenitico   e n   una cha rca .3 .   Calcarenitas   arenosas   e   intraclásticas  con   estrat i f icación   s igmoidal   resaltada   por   la   acumulac ión   degranos  d e   cuarzo. Correponden   con   e l  de sarrol lo   de   pequef ios   del tas  en   lo s   márgenes d e   cuerpos   d e   agualacustres   muy someros  y   de   reduc idas d imens iones.4 .   Detalle   a l   microscopio   de las   facies   de   calcareni tas   arenosas   observables   e n   la   fotografia  anterior   Nó tesela  presenc ia   de   fragmentos  c uarzo, fe ldespato ,   cantos calcáreos  e   intraclastos.5 .  Calcarenitas   arenosas   e   intraclásticas   resul tantes   de   la   entrada   de   derrames   d e   composic ión   sil iciclásticaen   una charca.

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granodecrecientes. Estas faciesson interpretables

como   depósitos   de   debrís  flows   de   flujoshiperconcentrados detipo slurry (Pierson,   1981).

El  conjunto  corresponderla a la entradade sucesivos flujos en  masa en el cuerpo deagua lacustre   en   momentos   de   intensasavenidas.

 Entrada de derrames calcaren ¡fleos en

cuerpos de  agua   lacustres

El último tipo de asociación reconocida,correspondiente   al cinturón de interaccióndel  dominio lacustre y   el dominio  aluvial,tiene   aproximadamente   1   m  de   espesor yconsta  de   dos   términos: un término basal

compuesto por facies   de  calizas masivasbiomicríticas   con  carófitas  y   ostrácodos(CLm) y un   término superior  que no  suelesuperar   los 20  cm  de   espesor y  que estáformado   por calcarenitas   laj osas   y   enalgunas   ocasiones   limosas   (Fig.   2.4.9KLámina 11.2), de composición variable (Fig.2.4.4 y   2.4.5):   calcarenitas arenosasintraclásticas  lajosas   (CAiÓI),  calcarenitasoncolíticas e   intraclásticas  de   tipo  2  (Coi2)y calcarenitas intraclásticasy bioclásticas (Cib).

Esta asociación se  reconoce en  cuerposcon   geometría   lenticular   laxa   quecorresponden al relleno de pequeñas charcasde la llanura de inundación en las que entranderrames   no   canalizados   calcareníticos,exclusivamente calcáreos,   arenosos   olimosos, en momentos de avenidas. El material

calcarenítico  procedería   del   derrame   decanales  por pérdida de competencia en  lostramos próximos  a las  zonas   encharcadas.

Una variante de  este tipo de   secuencias,que también   se   han interpretado   comoentrada   de   derrames   calcareníticos   encuerpos de agua lacustres, es  la formada porla   alternancia   de   calizas   masivas   decarófitas en cuerpos tabulares (Facies CLm)y   calcarenitas   o  calcarenitas   arenosas  decomposición variable   que suelen  conteneroncolitos,   intraclastos,   cantos negros   yfragmentos   de   colonias   laminares

estromatolíticas de algas   cianoficeas  (Fig.2.4.90).

2.4.2.3  D ominio palustre-lacustre

Charcas ylagunas

Se   han reconocido   varios   tipos   desecuencias   y  asociaciones   de   facies   que

representan  la sedimentación en   charcas ylagunas.  En  su mayoría   se   presentan  comosecuencias   de   somerización lacustre-palustres,   ya  que   suelen   mostrar   comocaracterística   común   el   desarrollo   dediversos procesos diagenéticos tempranos yla sobreimposición  de   rasgos edáficos   altecho de las mismas, debido alaexposiciónsubaérea y   consiguiente   sometimiento   acondiciones palustres trasla colmatacióndelcuerpo de  agua   lacustre. El análisis   de los

términos  de  facies lacustres no   modificadoses   elque  permite distinguirlas  entre  sí.

Secuencias de instalación y  relleno decharcas  en la  llanura   de inundación.

Las charcas  desarrolladas   en   la llanurade   inundación fueron cuerpos   lacustres   dereducidas dimensiones y escasa profundidad.  Surelleno  suele   ser muy  homogéneo  y en   el

caso más simple   están   representadas porniveles lenticulares laxos englobados en lasfacies lutiticas  de   la llanura  de   inundación(Lámina 111.1), con extensiones laterales queoscilan entre los  10  y los  200 m y espesoresde   0,5  a 1,5 m   compuestos por un términobasal de   margas   grises   (Facies LMg,   Pig.2.4.3),   un   término   intermedio   al   quecorresponde la mayor   parte del  espesor dela secuencia y  que está  formado  por faciesde   calizas   masivas biomicríticas concarófitas  y ostrácodos   (Facies  CLm,   Fig.2.4.6) y  al techo un  término compuesto poruna o  varías de las siguientes facies:  calizasconestructuras prismáticas verticales (CLp),calizas   brechificadas   (CLb), calizasnodulizadas (CLn)  o  calizas marmorizadas(CLmz) (Fig.   2.4.6).

El   término  formado   por margas   grisessuele  pasar gradualmente   a las   facies   decalizasmasivas (Fig. 2.4. lOA), observándose enocasiones un término intermedio de calizas

margosas   oscuras  con restos vegetales  y

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materia orgánica indiferenciada, o bien porlutitasgrises con altocontenido en carbonatosobre   las   que   se   disponen mediante   uncontacto neto   las   calizas   masivasbiomicríticas.

El encharcamiento  o estancamiento deagua sobre  áreas deprimidas  de  la llanura

lutítica conlíeva   el   retrabajamiento   de laslutitas, que ya se  encontraban en la propiallanura oque proceden de ladecantación delacarga en suspensión si el encharcamientoinicial se produce coincidiendo con  unaavenida importante   en   la  llanura. Estaslutitas  adquieren los colores grises quepresentan   al   pasar   de   las   condicionessubaéreas oxidantes que  les   confieren   sutípico color rojizo acondiciones reductoras,al   mismo tiempo que los   primeroscarbonatos producidos  bajo la lámina  deagua   se   mezclan   con   las   arcillasconformando   las   margas grises   quefinalmente se observan. En poco tiempo, al

A   1,5m.

aumentar la lámina de agua y  en ausenciade   material arcilloso,   pasa a  predominartotalmente el sedimento   carbonático  puroque caracterizael  ambiente Jacustre.

En el caso del paso gradual con presenciade un   término   intermedio   de   calizasmargosas ricas en restos vegetales y materiaorganica, Arribas etal. (1990) proponen queel primer   término   de margas grises   seproduciría   en   la   primera etapa   deencharcamiento bajo  una   lámina   muydelgada de  agua. Si el agua se  estanca y noaumenta la lámina de   agua,   el   avance   lavegetación  palustre puede   dar lugar   a  laacumulación  de materia orgánica iii sítuencondiciones reductoras, estando estaetaparepresentada por el término de margas grisesy   negras ricas   en   materia orgánica.Finalmente  un   aumento de la subsidenciaprovocaría la proflindización o el aumentode   la lámina de agua comenzando  en estemomento   l~   producción masiva   de

L   y.  =~ y   —  = y =   — y

->~   ~½

Instalación  y   colmatación   de   charca   en   la   l lanurade   inundación

lm.

colmatación  d e   charca   co n tapices estromatoliticosa l   techo

0,fm.

M arge n agi tado  d e   charca

lm.Fig.   2.4.10.Asociaciones  de   faciesy   secuenc ias

identificadas e n   e lambiente   lacustre.

«

B

c

D

Margen  l a cus t re con  culi toral  o   intrali toral agi tado

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carbonatos   y  el  desarrollo  de las   facieslacustres propiamente dichas.

Este   tipo   de   secuencias   son pocoabundantes   en  el  área  de   estudio.   En   lamayoría   de   los  casos   las  secuencias   deinstalación y colmatación de  charcas estáncompuestas por un término basal de lutitasmargosas o  margas grises al que sucede untérmino de facies de calizas masivas (CLm).

Las facies   de   calizas   masivasbiomicríticas   con  carófitas   y   ostrácodos(CLm;   Lámina   111.2)  constituyen la mayorparte del relleno  de la charca y en algunasocasiones la totalidad. Este tipo de depósitosreflejan   un   ambiente   poco  agitado, muysomero,   iluminado   y   bien  oxigenado.   Esnotable la  escasez de depósitos   clásticos,

exceptuando los intraclastos, que se  observaen estos   rellenos. Probablemente, la zonasupralitoral estuvo formadapor un cinturónpalustre vegetado de tipo marsh o swamp yque actuó como pantalla frente ala entradade elásticos. La homogeneidad del rellenoindica  que la morfometría de  este tipo  decuerpos   de  agua no  permitió  el  desarrollode   una  zonación   ambiental   interna  quehabría   quedado reflejada en   la sucesiónlateral   y  vertical   de varios  cinturones   de

facies.

Las facies que constituyen  el  techo delasecuencia son facies palustres. Como yase acaba de  mencionar esos cuerpos de agualacustres suelen   estar   franjeados   porcinturones palustres que pueden presentarextensiones   muy   variables   y   quecorresponden al subambíente   supralitoral.Este cinturón palustre prograda e invade  laextensión completa previamente   ocupada

por el cuerpo  de agua una vez  que éste  hasido colmatado,   dando  lugar al   desarrollodel último término de la secuencia.

En   algunos casos,   al   techo   de   lasecuenciase  reconoce  un nivel delgado decalizas estromatolíticas  (Facies CLe, Fig.2.4.6;   Fig.   2.4.lOB)   que   reflejaría   elrecubrimiento  de la superficie  en la últimaetapa  del  relleno  de   la charca  por tapicesalgares   bajo unadelgada lámina de   agua.

En estos   casos  no   se   suele observar granabundancia  de rasgos edáficosy signos del

desarrollo   de   procesos   diagenéticostempranos sobreimpuestos,   exceptuandoalgunas huellas  de bioturbación  de raíces.No  necesariamente   este   dato implica   unarelación  genética, puede que simplementeestos delgados tapices hayan sido destruidosen todos aquellos casos en que eltiempo deexposiciónsubaérea y el sometimiento alosprocesos edáficos   del   techo   de   lassecuencias fue  prolongado.

Secuencias de somerización de  margen

lacustre con culitoral o   intralitoral

agitado

Se  reconocen dos secuencias diferentesde este tipo. El significado de  ambas es, entérminos ambientales, parecido, aunque se

producen en cuerpos de agua lacustres conestructuración   interna   y   morfometríadiferentes.

El   primer   tipo   son   secuencias   desomerización  de  charcas instaladas  en  lallanura de inundaciónen las  que intercaladoscon facies de  calizas masivas biomicriticascon carófítas y ostrácodos (CLm) y hacia eltecho de las secuencias, aparecen niveles decalcarenitas  bioclásticas  (Facies  Cb2,  Fig.

2.4.5) que se  abren en  lajas de 0,5 a2cm degrosor y  que se   caracterizan por conteneruna gran cantidad  de  fragmentos  de   talosde  carófítas   conformando  packstones   ygrainstones (Fig.  2.4.1 OC, Lámina 111.3 y 4).La lajosidad puede deberse aestratificacióncruzada de pequeña escala mal conservada.

Estas   acumulaciones bioclásticas   seformarían en zonas litorales en condicionesagitadas   en   las que se  produce tracción  y

redistribuciónde losrestosesqueléticos bajouna delgada lámina de agua.

En  algunos casos este tipo de secuenciasaparecen asociadas adepósitos del  dominiomixto,  es  decir, lateralmente se  relacionancon derrames arenosos o  calcareníticos queentran en  los litorales de  cuerpos lacustresdurante las  etapas de avenida. Estas  etapaspodrían   estar   ligadas   a tormentasestacionales  durante las que tanto el  viento

como  las corrientes externas que entran enlas   charcas producirían   la   agitación,

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retrabajamiento   y   removilización   delsedimento  litoral  y   los restos esqueléticosacumulados en el mismo.

El   segundo   tipo   (Fig.   2.4.lOD)   estáformado por la alternancia   de   facies   decalizasmasivas biomicriticas (CLm) y faciesde calizas bioclásticas con estratificacióncruzada   (CLt).   Las   facies   CLmcorresponderían   a   la   sedimentacióncarbonática típica   de   áreas   lacustres.   Lasfacies   CLt son   calizas   bioclásticas   conestratificación cruzada, en laque las láminasde   los  set   están   formadas   por   talos   decarófitas   alineados.   Estas   facies  suelendisponerse  en cuerpos  de   forma tabular olenticular   con   bases   planas   y   techosligeramente convexos que no suelen superar0,5  m de espesory queal  techo se  abren enlajas de 0,5  a 1   cm de   espesor que puedendeberse aestratificación de ripples.

Se   interpreta que las  facies   de   calizasbioclásticas con  estratificación   cruzada(CLt) corresponderían apequeñas barras odunas desarrolladas en ambientes litorales,culitorales  o intralitorales,yaqueraramentemuestran bioturbación por huellas de raíceso  cualquier  otro  rasgo  edifico  sobreimpuesto.

Estas secuencias nunca se  observan  enlos cuerpos lenticulares intercalados entrelas   lutitas  de   la llanura   de   inundación   einterpretados   como   charcas,   sino   queaparecen   como cuerpos   tabulareslateralmente muy continuos por lo   que seconsidera que pudieron formarse en cuerposlacustres   de   mayor   envergadura,probablemente   en   pequeñas lagunassomeras.

Las facies características  del relleno delas charcas y pequeñas lagunas carbonatadashan   sido   ampliamente   descritas   en   laliteratura   (Meléndez,   1983;   GómezFernández,   1988;   Arribas,   1982  y   1986;Terlecky, 1974; Murphy y Wilkinson,  1980;Dean,  1981; Picard y High, 1972; Treese yWilkinson,   1982;   Burgis  y Morris,   1987;Gierlowski-Kordeschetal.,   1991),al igualque la mayor  parte de las  facies lacustresdel área de Las Hoyas (GómezFernández y

Meléndez,   1991; Fregenal Martínez,  1991;Fregenal Martínez yMeléndez, 1993, 1994).

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uLo

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El   rasgo más destacable   de   los   quecaracterizan   la sedimentación   en estosambientes  es  la producción y acumulaciónde   sedimentos   carbonáticos, mayoritariamentecarbonato cálcico en forma de calcita bajaen magnesio (DeanyFouch,   1983; Murphyy   Wilkinson,   1980;   Kelts   y  Hsú,   1978;Tucker y Wright,  1990).

La génesis del  carbonato cálcico en lassecuencias lacustres carbonáticas se  debe aalguno de   los siguientes  procesos, o  a unacombinación de varios de ellos, que han sidoampliamente  descritos   y   discutidos  en  laliteratura sobrecarbonatos lacustres (Keltsy   Hsú,   1978;   Jones   y   Browser,   1978;Murphy   y  Wilkinson,   1980;  Dean   1981;Dean y Fouch, 1983; Wetzel,  1983; Tuckery Wright,  1990; Talbot yAlíen, 1996):

-Acumulación de   carbonatos de origendetrítico.

-Acumulación   de   restos   bioclásticoscarbonáticos   (fitoplancton,   carófitas,ostrácodos, moluscos).

-Precipitación directa de   carbonatos  apartirdel agua. Estaprecipitación  puede serbioinducida o fisico-quimica.

-Alteración diagenética   de  otros   minerales

carbonatados.

En  el caso de este trabajo, se consideraque   los tres primeros   mecanismos  son  losque participaron,  fundamentalmente,  en laproducción y acumulación  de carbonatos.

Losrestos de algas carófitas son uno delos principales  componentes  de las   faciesde   relleno   de   las   áreas lacustres   yprobablemente fueron unode los principalesagentes   de   producción   bioinducida   de

carbonatos, al  mismo tiempo que sus restosdieron lugar   a extensas   y   potentesacumulaciones bioclásticas.   Comoconsecuencia,   las  facies  de calizas masivasbiomicríticas   con   carófitas,   ostrácodos,bivalvos y gasterópodos (Facies CLm, Fig.2.4.6)son  una de las  más frecuentes, si nolamás frecuente en todo el área de trabajo.

La naturaleza   carbonática de las  áreasmadre dio lugar también al transporte hacia

las  áreas de  sedimentación  dc abundantescarbonatos,   tanto   en   forma   de   detritos

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sólidos (recuérdese la presencia frecuentede   litoclastos   procedentes   del   sustrato

 jurásico   en   los   rellenos   de   canal,   verApartado 2.2.4.1) como en solución en lasaguas kársticas y  superficiales que drenanhacia las áreas encharcadas.  La entrada deaguas   saturadas   en   carbonato   cálcico encuerpos lacustres cuyas aguas contienen yauna gran cantidad de  carbonato cálcico e n

solución pueden provocar lasobresaturacióny precipitación, en  este caso, fisico-quimica.

La erosión de las  zonas supralitorales yeulitorales durante períodos de bajo nivel delagua lacustre dalugar al retrabajamiento delos   sedimentos   de  estas   zonas,   que bienpueden ser transportados y  pasar a formarparte de los rellenos de canal en forma deintraclastos   o   cantos   negros,   o   bien

incorporarse al relleno de la misma charcao   laguna.  Es  decir, otra parte  del  total dedepósitos carbonáticos   procede   delretrabajamiento de los sedimentos previosdel propio sistema.

 Llanuras palustres

El  desarrollo de procesos  y   ambientes

palustres hasido mencionado y,  en algunoscasos, descrito en   apartados previos a éste.Dado   que estos   procesos   ocurren comoconsecuencia  de  la exposición  subaérea ylaedafización delsustrato expuesto, puedenaparecer asociadas a las facies, secuenciascaracterísticas   de   diversos   ambientes   delsistema  deposicional de   llanuras aluvialesdistales   y   palustres.   En   este caso   seencuentran:

-El   desarrollo   de   procesos   palustresreconocido  al techo   de las   secuencias   desomerización y   colmatación   de   charcas  ylagunas.

-El   desarrollo   de   procesos   palustressobre   los  rellenos   de   canal,  que  ha   sidoobservado tanto en el área de estudio comoen otras zonas de   la Serraníade Cuencaenla misma unidad estratigráfica (Gierlowski-Kordesch   et   al.,   1991;   Meléndez   yOierlowski-Kordesch,  1995).

-El   desarrollo de procesos típicamentepalustres   y   edáficos   de   gleyficación   ymarmorización que  se observan  sobreimpuestos

a las   lutitas de   la llanura de  inundación  yhan sido descritos en el apartado 2.4.2.1.

Aparte   de   estas  apariciones   de   faciespalustres asociadas a otros tipos   de facies,ha sido posible reconocer  una asociaciónindivídualizable y compuesta   exclusivamentepor facies palustres.

Esta asociación se reconoce en  cuerpostabulares,   lateralmente   muy  extensos quellegan   a superar   los  250   m,   cuyo   espesoroscila   entre   0,5   y   1,5   m,   compuestos pormargas  marmorizadas  (Facies LMmz, Fig.2.4.2)   y   facies  de   calizas intraclásticasbrechificadas, nodulizadas y marmorizadas(Facies CLb,   CLn y CLmz,  Fig.  2.4.6) conestructuras de  disyunción prismática vertical(Lámina  111.5  y 6). En conjunto presentanun aspecto brechoideo y textura en bloquessubangulosos   (Retallack,   1988) concoloraciones  amarillas,   grises  y  violáceasdebidas   a marmorización.   En  detalle   esposible   reconocer cierta variedad   deprocesos   diagenéticos   tempranos   queincluyen:   disolución,   recristalización,esparmicritización, nodulización,

marmorización,  brechificación, pedogénesisy   calcificación.   Este conjunto   de   faciescorrespondería   a lo   que Meléndez   et   al.(1989)   denominan   asociación  de   faciesmarmorizadas  y  a las facies de carbonatosglaebulares   amarillos   y   carbonatosglaebulares   varíegados descritos   porMeléndez y Oierlowski-Kordesch (1995)yque   interpretan  como   los   estadios másavanzados   de   alteración diagenéticatemprana   en   áreas   palustres.   En   los

diferentes y sucesivos niveles en   los que seobserva esta asociaciónse pueden reconocerdistintos   estadios   de   evolución   de   losprocesos diagenéticos. Entre los diferentesestadios observados el más temprano estaríarepresentado por la presencia de facies decalizas brechificadas   y   con   disyunciónprismáticavertical, mientras que las calizasintraclásticas marmorizadas  representaríanel más avanzado.  Las tasas de subsidenciay sedimentación y las condiciones climáticas

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LLANURA D E IN U N D A C IÓ N

Agua estancada   y  vodosa c on   exposición   subsérea

4

Lámina dagn

L A C U S T R E - P A L U S T R E   LACUSTRE

Con  exposición subaórea Sin exposición subsérea

*4-

*

C O N T E N I D O  E N   CARBONATO______ cÁLcIco E N L O S   S E D IM E N T O S

 ______________    ______________    M A Y O R S U P E R P O S IC I Ó N   D E

P R O C E S O S   DIAGENÉnCOS

Fig. 2.4.11.   Modelo   propuesto  por Arribas   et a l.,   1989   p a r a    la  formación   de   la s   secuencias   de faciespalustres   reconocidas e n   la   unidad   Cal izas   de   L a   Huárguina   e n   la   Serranía   de  Cuenca   y   l igada s   a   lamodificación  d iagenét ica   temprana,   durante   per íodos   de   exposición   subaérea,   de   sed imentos lacustres   yaluviales previos.

A.  Secuencias   palustres desarrolladas   sobre las lutitas   de   la   llanura   de   inundación   que   consistenen   niveles   de   nódulos   o   calizas  nodulares englobados   en   e l  seno   d e   lutitas   marmor izadas.

E.  Se cuenc ias pa lus tres formadas   a   part ir d e   carbonatos   de re l leno de   charcas  someras   yencharcamientos   ef imeros   en   la   l lanura de   inundac ión que  sufren   per lados   m u y   prolongadas   de   exposic iónsubaérea.

C.   Secuencia lacustre-palustre de sarrollada   sobre   sedimentos   lacustres m arg ina les  euíi torales   asupral i torales que   sufren   per íodos prolongados   d e   exposic ión subaérea   desarrol lándose   procesos  debioturbación, brechificación nodulización   y  marmor izac ión.

O .   Secuencia lacustre-palustre desa rrollada   sobre   sedimentos   lacustres marg ina les   eul i toralessometidos a  períodos cortos   de   exposic ión subaérea   qu e   sólo   permite   e l  de sarrol lo   de   bioturbación p orhuel las   de ra íces.

E.   Secuencias  lacustres marg ina les intral i torales  s in   modi f icación por  procesos   palustres.

regulan   el   tiempo   dc   exposición   y   laintensidad  de los procesos diagenéticos.

Estas   asociaciones   se   producirían   enambientes de extensas llanuras muyplanas,vegetadas, cuya localización y topografla no

permitieron el  drenajeactivo ni  Ja formaciónprofusa de   cuerpos  de   agua   lacustres   ensentido estricto, es  decir charcas y lagunas.Dichas llanuras   estarian   sometidas   adescargas kársticas  difusas y  discontinuaso ainundaciones superficiales estacionales,de   manera   que   tras   las   inundaciones eldesagúe se produce congran retardo,y bajouna extensa y  delgada lámina de   agua sedeposita sedimento carbonático en   faciestípicamente lacustres   que luego son

intensamente modificadas en condicionessubaéreas y edificas.

Entreloscarbonatos palustres se puedenreconocer   también   cuerpos   lenticularesformados   por   facies  de   calizas   masivasbiomicríticas con  carófitas   y  ostrácodos(CLm), que presentan sobreimposición deprocesos   diagenéticos   al   techo   y   quecorresponderían al  relleno de las   charcas

desarrolladas  en   estas  llanuras vegetadas.Estos últimos   cuerpos de  calizas lacustre-palustres son idénticos a los descritos en elapartado anterior   como   secuencias deinstalación y relleno de charcas.

También  se   han   reconocido   en   algúncaso   cuerpos   lenticulares  de  calcarenitasbioclásticas   e   intraclásticas   o   calizasoncolíticas que corresponden al relleno decanales  que habrían servido como  vía  de

desagúe traslas inundaciones.

a   c   D

o

IN C R E M E N T O  D E   L A<~   E X P O S IC IÓ N   S U B A E R E A

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Este tipo  de áreas   serían semejantes  alas  descritas por  Platt y  Wright (1992)  enlas   Evergíades   de   Florida,   las  cualesproponen como equivalente actual para losambientes  de  formación  de secuencias  dedepósitos palustres.

Los   sedimentos palustres   de   la

Formación La Huérguina en   la Serranía deCuenca han sido estudiados  y descritos ennumerosas ocasiones anteriores (Meléndezet  al.   1989;   Arribas  et   al?,   1989;   GómezFernández,   1988;   Gierlowski-Kordesch   et 

al.,   1991   y   Meléndez   y   Gierlowski-Kordesch,   1995),  incluyendo parte  de losdepósitos  palustres quese encuentran en elárea de estudio de este trabajo, en  concretolos de los sectores occidental (Columna del

Arroyo Bonilla) y meridional (Columna deLa Cierva).

Arribas et   aL   (1989)  desarrollaron   unmodelo basado en los modelos de FreytetyPlaziat   (1982)   que  permitía  explicar   losdistintos   tipos   de   secuencias palustresobservadas en  la Serranía.  En este  modelo

se   pueden  encontrar   la mayor  parte  delespectro desecuencias que contienen faciespalustres que han podidoser reconocidas enel   ámbito   de   este   estudio, así   como   sulocalización ambiental.   El modelo ha sidoreproducido en laFig.   2.4.11  como sinopsisgráfica de todo lo expuesto alo largo de estecapitulo,  y  no sólo en   este apartado, sobreambientes  y sedimentos palustres.

LAMINA  III

Dom inio palustre-lacustre1 .  Aspecto   de   campo   de l   re l leno de   una   charca   desarrol lado   e n   la   l lanura de   inundación.   Este rel leno   estáformado   por   calizas   biomicri t icas   con   restos   de  organismos   dulceacuicolas,   poster iormente   sometidas aprocesos   edáf icos   de  m armor ización   qu e   le   han   confer ido   su   coloración   var iegada.2.   Facies   de   calcareni tas b ioclást icas la josas   con   abundantes   restos   de   caróf i tas  formadas   e n   cond ic ionesagitadas   e n   e l   margen   o  ambiente   eulitoral   d e   una   charca.3.  Detalle   a l  microscopio   de   las  facies observables  en   la   fotografia   anterior   Nótese   la   abundancia   de   restosde   algas carófitas y   os trácodos.4.   Detalle   a l   microscopio   de   las   facies   de   calizas   biomicriticas   con  abundantes   restos   de   algas   carófitasqu e   habitualmente const i tuyen   la   mayor   parte   d e l   relleno   de   charcas y   lagunas.5 .   Aspecto   de   niveles   de   cal izas  intraclásticas   brechi f icadas   nodu l i zadas   y  marmor izadas,   co n   es truc turasde   disyunción   pr ismática   vertical   debidas   a   bioturbación   por  raices.   Estas   facies   resul tan   de   lasedimentación   y   desarrol lo   de  procesos   edáf icos   en   medios   de   l lanuras  palustres.6.  Detalle   del   plano   de   techo   de un nivel de   calizas  formadas  en  am bientes  de   llanuras palustres   en   e l   que

se  observan   abundantes   huellas   de   bioturbación   por   raíces.

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ABRIR CONTINUACIÓN CAPÍTULO 2