wolfgang giegerich-sobre alquimia y psicología

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  • 7/22/2019 Wolfgang Giegerich-sobre alquimia y psicologa

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    El cierre y la liberacin del espritu embotellado de

    la alquimia y de la psicologaPor Wolfgang Giegerich, 2005.

    http://alebica.blogspot.com/2012/03/cierre-y-liberacion.html

    Wolfgang Giegerich(Wiesbaden, 1942) es un psiclogo alemn formado como analista junguiano,

    figura controvertida en el mbito de la psicologa analtica.

    Conferenciante y escritor prolfico, su obra es considerada un desarrollo del pensamiento

    junguiano clsico. Ha participado en el Crculo Eranos.

    Su obra ha sido considerada como un avance radical en el pensamiento junguiano,denominndose "pensamiento junguiano de tercera ola", en referencia a la obra de Jung

    mismo y a la escuela arquetipal de James Hillman, o "pensamiento junguiano de segundaola".

    Artculo publicado en Spring 74: Alchemy, (pp. 31-62).Traduccin deAlejandro Bica.

    Antes que pueda comenzar, debo aclarar la posicin a partir de la cual hablo acerca de laalquimia y sobre "cul" alquimia estoy hablando. En cuanto al primer punto: estoyhablando como un psiclogo y con un inters definitivamente psicolgico. Y la alquimia de

    la que estoy hablando es bsicamente la imagen de la alquimia que emerge a partir de ladescripcin que Jung hace de ella. Por tanto, lo que puedo decir es que no pretendo daruna valoracin histrica y filosficamente correcta del fenmeno histrico real de laalquimia con toda su diversidad individual increble y con su lingstica, as como con susoscuras ideas. Mi propsito, en primer lugar, no es entender la alquimia propiamente ensus propios trminos y en trminos de su propio tiempo, la Edad Media. Ms bien, quierover cmo la psicologa se refiere a que la alquimia (ese cuerpo ajeno dentro del corpus dela psicologa) que a travs de Jung ya ha sido apropiada por la psicologa e incorporada enella. Tambin podra decir: quiero ver la versin de la alquimia de Jung y sus implicacionespara la psicologa.

    Por supuesto, es sumamente significativo y muy caracterstico de la obra de Jung, que Jungsintiese la necesidad de hacer de algo tan ajeno a la psicologa como lo es la alquimia unelemento constitutivo de su propia teora psicolgica. El carcter ajeno de la alquimia es almenos doble. Se ocupa de sustancias y procesos qumicos, de la materia, en lugar depersonas y sus sentimientos, ideas, conflictos, etc. Y para nosotros est completamenteobsoleta, ha estado obsoleta desde hace varios siglos; estamos separados de ella por unabrecha histrica fundamental; la consciencia que dio origen a la alquimia y que sirvi demarco para la prctica alqumica en el laboratorio, as como en el oratorio, puede en elmejor de los casos, ser reconstruida por nosotros en la mente, pero nunca ms podr sernuestra otra vez. Lo interesante para nosotros es darnos cuenta de que, adems de otrosaspectos, era precisamente el carcter ajeno de la alquimia lo que la hizo tan preciada paraJung. En contraste con probablemente todos los otros psiclogos, no estaba conforme con

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    la observacin clnica (con el estudio de lo que pasaba en el interior de la gente) como elfundamento sobre el cual deba basarse la psicologa. Jung, obviamente, necesitaba salirsede la experiencia psicolgica inmediata, darle su espalda a la psicologa en el sentidoestrecho (personalista), a fin de encontrar algo realmente diferente que a primera vista nopoda de ninguna manera ser visto como psicologa o relevante psicolgicamente.

    La psicologa en la visin de Jung, as podemos interpretar este hallazgo, requiere laotredad, la diferenciaaunque no un otro completamente externo, algo totalmenteirrelevante, sino su propio otro interior. La psicologa debe reflejarse y fundarse en unverdadero otro (aunque en ltima instancia interior). Por esta razn Jung se apropi de laalquimia para la psicologa. Era suficientemente extraa para ser realmente eliminada de lapsicologa moderna y al mismo tiempo suficientemente abierta para darle unainterpretacin en cierto modo psicolgica. La razn de esta necesidad por parte de Jung,por lo que podemos concluir, es que estaba instintivamente abierto a la "diferenciapsicolgica", a la idea de que una verdadera psicologa no puede ser psicologa inmediata,sino que debe ser psicologa inmediata sublada. Esta es una de las caractersticas quedistinguen su psicologa de todas las otras psicologas de su tiempo. Y la razn tericaobjetiva para esta otredad interior es la propia necesidad de la psicologa por superar todoel empirismo ingenuo (la tendencia a volverse inmediatamente hacia su objeto), lo cualinevitablemente sera fatal en tal disciplina caracterizada por el hecho de que en ella la

    psique se observa a s misma. Porque tal posicin de inmediatez ingenua hace que seaestructuralmente imposible, dentro de s misma, hacer concesiones con los peligros de la"ecuacin psicolgica". Jung era muy consciente de este problema.

    En cualquier caso, a travs de la alquimia la psicologa junguiana tiene, en un plano terico,su propio otro o su cuerpo ajeno dentro de s misma. Por lo tanto, existe como una tensininterna. Esta tensin puede volverse productiva si comparamos ambos extremos, en dosdirecciones: 1) le hace justicia la teora psicolgica al espritu de su propio otro interior?Vuelve realmente a casa lo que la psicologa descubri en este ltimo y la permea, permeasu constitucin? 2) Es ste otro, la alquimia, concebida, comprendida, y descrita por stateora de tal manera que el "impulso alqumico" (el motivo interior del poder de la alquimia)pueda encontrar realmente su cumplimiento? Cuidado, la cuestin aqu no es sobre larelacin entre la alquimia histrico-factual y la descripcin que de ella hace la psicologa,

    sino, de manera inmanente, acerca de si la comprensin que tiene la psicologa de lo queella informa sobre la alquimia alcanza lo que est contenido en su propio informe.Obviamente, las dos cuestiones son dos caras de una misma moneda.

    Jung sostuvo que la alquimia era una "precursora a tientas de la psicologa ms moderna"(CW 7 360), es decir, una precursora involuntaria de su propia psicologa delinconsciente, as como el vnculo histrico que conectaba su propia psicologa con elgnosticismo. En este sentido, pens, como explica sobre todo en Memories, Dreams,Reflections [Recuerdos, Sueos, Pensamientos], (1) que su propia psicologa es lacontinuacin viviente de una tradicin milenaria, un nuevo eslabn en laaurea catena delas manifestaciones histricas de la verdad del alma. De acuerdo con esta tesis, la alquimiaya era en s misma una psicologa implcita, pero "estaba obstaculizada por lasconcretizaciones inevitables del intelecto an crudo e indiferenciado", as que "nunca

    avanz a una formulacin psicolgica clara..." ( 361). Lo que en la alquimia an habaestado implcito y oculto bajo la confusin creada por un intelecto crudo e indiferenciado,ahora, en la modernidad, en la propia obra de Jung, tena la oportunidad de volverseexplcito.

    * * *

    Qu es lo que hace que la alquimia, tal como Jung la ve, sea una precursora de lapsicologa o incluso una psicologa implcita? La similitud de propsito e inters. "Sinembargo, su 'secreto', tambin, era, tal como el que se encuentra en el proceso de

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    absoluto el tema ni el inters para ellos, ni tampoco posiblemente podra haberles llamadojams la atencin.

    Es interesante que los mismos textos que Jung cita en apoyo de su tesis respecto a que elalquimista experimentaba su inconsciente, muestran claramente el enfoque no personalistani subjetivista de stos, y podran haber abierto los ojos de Jung a la inadecuacin de supremisa individualista:

    " y vers con tus propios ojos aparecer una cosa tras otra a travs y por encima delagua, tal como Dios cre todas las cosas en seis das " ( 347)

    La perspectiva era obtener una visin inmediata de la obra de Dios de la creacin, y, dealguna manera, testimoniarla. Sin duda, el horizonte general de la obra alqumica eracsmico, en cierto sentido de la palabra incluso era "teolgico". No haba rastros de uninters en uno mismo, ni de auto-centramiento. El inters de la Alquimia perteneca a laesfera ms amplia de la filosofa natural general de la tradicin Hermtica. La Novum lumenes citado por Jung, en el mismo captulo de la proyeccin de los contenidos psquicos, conel siguiente pasaje:

    "Hacer aparecer las cosas ocultas en la sombra, quitarles la sombra, le es permitido por

    Dios, al filsofo inteligente, a travs de la naturaleza. ... Todas estas cosas pasan, y losojos del hombre comn no las ve, pero los ojos del entendimiento [intellectus] y de laimaginacin las percibe [percipiunt] con la verdad y la ms verdadera visin [visu]."

    Ciertamente, cada anhelo personal del adepto era tener personalmente tales experiencias yver personalmente "estas cosas" con los ojos del intellectus (que en contextos medievalesno debe confundirse con lo que nosotros, los modernos, entendemos con el trminointelecto [generalmente despectivo] [vase "intelectualismo"]; era la ms alta facultad dela mente, que originalmente slo le perteneca a Dios y slo por derivacin tambin alhombre). Pero al igual que hoy, cuando queremos ver personalmente las pirmides deEgipto o el Gran Can, o cuando deseamos adquirir personalmente algunos de losconocimientos producidos por las grandes mentes de nuestra tradicin, no estamosrelacionados principalmente con la transformacin de nuestra propia personalidad, sino con

    algo en el mundo real ah fuera, as, su propia individuacin no era el propsito de lo que eladepto esperaba al ver las cosas que l quera ver. l mismo no era el tema. El tema y elinters eran, para decirlo con las palabras de Fausto, obtener conocimiento y conectar con"was die Welt im Innersten zusammenhlt" es decir, con el misterio ms interior o con lalgica del mundo o, en la imaginera alqumica, el mysterium coniunctionis como laseparacin-y-unin de los opuestos. El secreto de la creacin, la creacin no como unacontecimiento primordial del pasado, sino como su verdad viviente que contina estandopresente. Una analoga puede ayudar. Cada sacerdote catlico romano tiene que realizarpersonalmente el ritual de la misa cada da, pero esto de ninguna manera implica que sumeta sea su propia individuacin. Es una falacia concluir que a partir de la naturalezapersonal de la experiencia buscada, o de la intuicin o del esfuerzo, el objetivo de eseesfuerzo y el contenido de esa experiencia sean el propio desarrollo personal.

    Mientras que la transformacin de mi personalidad es de un inters absolutamente privadoy subjetivo, finalmente 1) egoico y 2) "prctico" (utilitario, mi progreso y cumplimiento),podemos ver a partir de la cita de arriba que en cambio la Alquimia apelaba a lacomprensin, la cual es fundamentalmente comunal porque su objetivo es el conocimientoy la verdad (la "verdad y la ms verdadera visin"). Pero lapersona a la que posiblementele ocurre que se da cuenta de sta verdad general no esper se de importancia ni deinters; slo es de importancia e inters la verdad de la naturaleza o del mundo. Elalquimista no buscaba su s mismo, buscaba elespritu Mercurius como el misterioprofundamente escondido en lo real.

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    Si Jung dice que el alquimista proyectaba "su propio fondo psquico desconocido" y que susecreto era el "hecho de la transformacin de la personalidad", entonces no aprendi stode la fenomenologa de la alquimia tal como se presenta en los tratados alqumicos que tandiligentemente estudi. Ms bien, es una verdadera proyeccin de su parte, msespecficamente: una retroyeccin de su propio perjuicio psicologista moderno. La idea deindividuacin en el sentido personalista o individualista de Jung est metida de contrabandodentro de la alquimia.

    Lo mismo se aplica a la idea de "lo inconsciente". Jung afirm que las experienciasvisionarias que a veces ocurran durante el opus alqumico "no podan ser sino proyeccionesde contenidos inconscientes" ( 350). Ya hemos discutido brevemente el trmino"proyeccin", pero ahora tenemos que tomar otro aspecto del mismo. sta idea implicapresuposiciones muy serias. Proyeccin implica que en mi hay un adentro, el cual aloja loscontenidos que en la "proyeccin" son arrojados fuera y que luego le aparecen al sujeto ahafuera, ya sea en apariciones en su propio derecho o como la propiedad de cosas opersonas empricas. Al entretenerse con este concepto la teora psicolgica hace algo muyextrao y contradictorio. Por un lado afirma que hay un movimiento oculto desde adentrohacia afuera y por el otro hace lgicamente lo que los psicoanalistas podran llamar una"conversin en el opuesto", es decir, un movimiento desde afuera hacia adentro, afirmandoque aquello que, hablando fenomenolgicamente, es visto afuera como algo real o como la

    propiedad de algo real ah afuera, es efectivamente la propiedad de la psique interior delsujeto. Pero ambos movimientos son fantaseados, puesto que de hecho nunca vemos quealgo que "antes" estaba en el alquimista fuera de hecho arrojado afuera, al mundo exterior,a partir de su interior.

    Esto es muy diferente de la propia teorizacin de Jung, donde las ideas de "proyeccin" yde "contenidos inconscientes", etc. son primero, de hecho, elementos de una doctrinapsicolgica y slo despus se los "ve" ah afuera en la alquimia; primero son conceptosmodernos, y luego se dice que ya estaban operativos en el lejano pasado. Aqu la palabraproyeccin esta garantizada por la fenomenologa de lo que ocurre. Pero por lo querespecta a las experiencias visionarias que preocupaban a los alquimistas, podramos dejarfuera esta idea ficticiamente supuesta y auto-cancelada del doble movimiento de laproyeccin y permanecer con el simple fenmeno de que de hecho algo estaba siendo visto

    ah afuera.

    La idea de proyeccin, al no ser el resultado de una observacin emprica, sirve al propsitopsicologista depostularun "adentro" en la persona, de atarlo a ella, y de reducir asignificado personal, lo que para el alquimista es (tal como es fenomnicamente, para elobservador sin prejuicios) la verdad interior o la naturaleza interior de la naturaleza. Untipo de filosofa natural especulativa. Los aspectos visionarios y fantsticos de lasdescripciones alqumicas de sus experiencias con la materia pueden ser representados porla diferencia entre sus intereses por la verdad interior, de hecho, por el misterio, de lanaturaleza y el inters totalmente diferente de las ciencias modernas naturales (y de lamente moderna en general) por lapositividadde la naturaleza, en lo que podemos llamarlos hechos. Si entendemos la diferencia histrica entre la mente medieval y la moderna consus ideas fundamentalmente diferentes de lo que sea real, no tenemos que refugiarnos en

    interpretaciones psicologistas en trminos de "proyeccin de contenidos inconscientes".Para la mente Medieval la verdad sobre la naturaleza era un a priori "metafsico",esencialmente misterioso, no positivo-factual.

    Otro problema con la idea "proyeccin de contenidos inconscientes" yace en la nocin de"contenidos". Se sugiere tcitamente que aquello que es proyectado ya exista antes de laproyeccin, que de alguna manera ya era una entidad acabada. Entonces, la experienciafantstica es meramente un sacar los elementos ya preparados del almacn interior haciaafuera: una teora acerca de las experiencias desde el punto de vista de un pensamientopositivizante y reificador. Pero no podra ser que las experiencias de los alquimistas fueran

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    producciones genuinas de primera mano, invenciones sobre la marcha? En otras palabrasejemplos de pensamiento especulativo creativo? Los productos de una mente vivamenteactiva? Produccin en lugar de "proyeccin de contenidos"? Pensamiento viviente (talcomo la actividad o el proceso de pensar)?

    Si es as, si en la alquimia estamos tratando con un proceso del pensamiento, nonecesitamos la nocin del inconsciente implicada en la frase "contenidos inconscientes" (locual aqu significa, tanto, como contenidos procedentes del inconsciente). Las visiones delos alquimistas son acontecimientos conscientes, productos de una consciencia visionaria ovisionante, sus imgenes e ideas son productos de una consciencia que piensaespeculativamente, sus sueos son los productos de una consciencia soadora. Adems deuna consciencia racionalista, empirista, hay muchos otros tipos diversos de estilos deconsciencia, una consciencia emocionalizante, una consciencia fantaseadora, una sobria,una paralizada, una consciencia pedantemente formalista, etc.

    Es la mente positivista la que postula "el inconsciente". La lgica que condujo a sta nocines que si lo que los alquimistas crean ver en el objeto no vena realmente de lascaractersticas del objeto, entonces tena que venir de otro lugar (positivo-factual)"elinconsciente en ellos". En otras palabras, la teora de "lo inconsciente" es sensualismo alrevs. El sensualismo insiste en que "no hay nada en la mente que antes no estuviera dado

    a los sentidos". La psicologa del inconsciente acepta esto, excepto que aade una segundafuente alternativa a partir de la cual pueden venir los contenidos de la mente: adems delmundo ah afuera en frente de la mente tambin estara "el inconsciente" a la espalda deella. La idea de que la mente no capta todos sus contenidos (ni del mundo sensual, ni deuna reserva interior de contenidos inconsciente), sino que produce originalmente algunosde ellos sobre la marcha y que en s misma es potica, es tab. La mente no debe ser unamente pensante. Tiene que ser un mero recipiente y una mente que procesa "datos".

    Mientras que el mundo dado a los sentidos est garantizado por nuestra experiencia, lanocin de un "inconsciente" detrs de las visiones e ideas de los alquimistas es unamistificacin de la prueba fenomenolgica, una invencin dogmtica, por as decirlo, deuna, entidad "metafsica" dentro del mundo observado positivsticamente! La actividad delpensamiento especulativo y potico de la mente es hipostasiado como una entidad, una

    regin, o como un depsito detrs de la mente.

    Al acentuar el aspecto de produccin-invencin del pensamiento consciente y su naturalezamomentnea, no quiero sugerir que la produccin que emerge sea la obra de la ego-consciencia solitaria. Especialmente en la alquimia podemos ver cmo las fantasas e ideas,incluso aquellas que emergen en un adepto aislado, no son invenciones privadas, sino ideascolectivas, a menudo bastante convencionales. La consciencia individual creativa, aqu, noes privada, sino que flota y se apoya en algo que no es suyo, una tradicin y una atmsferaintelectual milenarias. Es el clima de este espritu hermtico, no el ego del adepto, lo queest produciendo el pensamiento especulativo a travs de cada adepto individual. Jung enuna ocasin escribi que siempre soamos desde dentro de la relacin. Podramos extenderesta afirmacin diciendo que siempre soamos desde dentro del contexto psicolgico realen el que estemos, as como desde el nivel de realidad psicolgico ms superficial o

    profundo al que la consciencia est abierta. Pero esto no slo se aplica a los pensamientosonricos. Se aplica a todo pensamiento no-egoico. Y a) cuanto menos una persona se hayaemancipado psicolgicamente como un verdadero individuo de su grupo social o de latradicin intelectual, sino que ms bien est en unaparticipation mystique con ella (como,por ejemplo, los alquimistas medievales estaban con la tradicin hermtica), y/o b) ms lasraces de una persona, a travs de su grandeza interior y la profundidad ("genio"), lleganhasta los fundamentos del corazn interior o de la verdad de esa tradicin (en ese estatusque de hecho ha alcanzado en su evolucin histrica en el respectivo presente) menos lasproducciones de la consciencia sern la propiedad meramente personal de la ego-personalidad. En todo lo grande, en la poesa, en el arte, en la filosofa, en la gobernacin

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    (en los raros casos verdaderamente grandes), etc, es el lugarhistrico (completamentealrededor de la persona) el que piensa, y no el individuo en tanto sujeto aislado.

    (Aqu, sin embargo, debo aadir que en relacin a un individuo singular no podemosafirmar que pertenece definitivamente a ste o a aquel nivel. Un pensador verdaderamentegrande a veces puede decir cosas muy banales que solo proceden de su ego-conscienciaprivada, y personas que en su mayor parte no parecen ser genios a veces producen unagran obra o intuicin que viene de la profundidad. Podemos participar o estar emancipadosen diferentes momentos y a diferentes grados dentro y fuera de todas las fases de losdiferentes estratos de profundidad y climas psicolgico-intelectuales. Hay un textoalqumico,Aurora Consurgens, que se ha atribuido a Toms de Aquino. Si aceptamos estaatribucin simplemente de manera experimental por un momento, podemos decir queToms, cuando estaba en su estudio o en su celda de monje era el gran telogo queescribi su Sunmae, pero cuando estaba, metafricamente hablando (2), en su"laboratorio-oratorio", a la vez se volva o era absorbido por la tradicin hermtica y podraproducir este gran texto alqumico.)

    Siempre es la consciencia la que piensa; ypiensa ya sea cuando suea, reflexiona ofantasea, es potica o artsticamente creativa, o incluso cuando piensa en el sentidoestricto de la palabra. El concepto ilusorio de "lo inconsciente" equivale a una mistificacin,

    ya sea entendido como un depsito de contenidos reprimidos o arquetipales o de instintos ydeseos, o como un agente detrs del escenario que produce sueos y dirige nuestrodestino, o como una regin de la mente. "El inconsciente" en la psicologa de Jung es enrealidad una presuposicin metafsica, un concepto dogmtico, malgr del horror que Jungexpresa por los supuestos metafsicos y de su confesin de un empirismo estricto. Sinsaberlo, sirve a unpropsito estratgico especfico, a pesar de que conscientementepretende ser el simple nombre de un "fenmeno evidente". Pero este supuesto fenmenono existe y es por eso que "el inconsciente" es una mistificacin y una hipstasismetafsica.

    El propsito del concepto de "lo inconsciente" sirve, ante todo, para apoyar la idea del"propio fondo psquico interno", es decir, para atar la fenomenologa del alma a la personay para encerrarla bajo llave en el individuo. Esto sigue siendo cierto a pesar de que tambin

    Jung a menudo afirma que nosotros estamos en el inconsciente, del cual entonces dice queest a todo nuestro alrededor, una idea que ciertamente es el opuesto mismo de unencierre. Pero esta otra idea no condujo a Jung a revocar por completo la idea del "propioinconsciente". Ciertamente, hace ms que rendir tributo por compromiso a la idea delinconsciente a todo nuestro alrededor, pero de todas formas no rompi inequvocamentecon el inconsciente dentro de nosotros. Esto se resalta por el hecho de que constantementehasta el final de sus das Jung se aferr a la idea de que el individuo es el contrapeso queinclina la balanza, el nico factor importante que hace la historia, el nico lugar donde lasalvacin o el rescate del mundo pueden tener lugar (cf. CW 10 586, 315, 536). Y porsupuesto, toda su atencin en la individuacin y en la introspeccin sealan el mismocamino.

    * * *

    Pero ms importante y grave que este cierre del alma en "nuestro propio interior" o en lapersona individual es otro tipo de cierre realizado por la nocin de "lo inconsciente". Lodiscutido hasta ahora todava toma lugar en la exterioridad del espacio o en la imaginacin,y por tanto tambin aprisiona el alma slo en un sentido externo; el cierre no llega alcorazn del alma. Al imaginar cosas, el alma abandona su tierra nativa y se mueve haciaafuera dndose la forma de la alienacin de s misma. An cuando nuestras imaginacionesy fantasas suelen ocurrir dentro de la mente y no literalmente en la realidad material "ahafuera", sin embargo son una especie de "proyeccin" mental interna. Pero con el segundosentido de cierre efectuado por la nocin de "lo inconsciente" permanecemos en el territorio

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    de la casa del alma y sta es la razn por la cual ahora el aprisionamiento realmente golpeaen casa. Me refiero al significado mismo de la palabra 'inconsciente'. Lgicamente exilia alalma de la esfera del saber, del pensar y de la consciencia consciente, como de lo que es supropia naturaleza y verdad. El concepto de "lo inconsciente" es una verdadera "proyeccin",la transposicin de una actitud subjetiva o de una funcin, en "algo" imaginado ah afueraen la realidad objetiva. En ltima instancia es la hipstasis o la representacin objetiva delapropia voluntadde mantener la naturaleza de la realidad psquica en la oscuridad, oculta,en el estatus de la naturaleza material (en contraste a la mente). Este concepto, en lugarde nombrar inocentemente una realidad observada, es unprograma que, sin embargo,viene bajo la apariencia de un (supuesto) hecho. Y este programa est mejor expresadocon la cita de Jung de la alquimia: ignotum per ignotius. Ciertamente, ni para losalquimistas, ni para Jung, esta frase pretenda ser un programa. No, subjetivamente,conscientemente, era percibida ms como una admisin resignada de nuestras limitaciones.Pero objetivamente en la psicologa junguiana expresa un paso ms profundo hacia lodesconocido, sin esperanza de ninguna luz. De una vez y por todas niega la posibilidad dealgn tipo de salida del calabozo.

    En la mitologa Dnae fue encarcelada por su padre Acrisio, rey de Argos, en la oscuridadde una cueva subterrnea. Pero la intencin de Acrisio fue frustrada por Zeus, quinenamorado de Dnae la penetr en la oscuridad de su prisin en la altura de los cielos

    despus de haber tomado la forma de una lluvia de oro que la dej embarazada y, por loque podemos asumir, ilumin su oscuridad desde dentro. Esto es lo que le sucede a laoscuridad en el mito antiguo. De manera similar, el Evangelio de Juan (1:14) nos dice: "Yel Verbo se hizo carne, y habit entre nosotros (y vimos su gloria, la gloria como elunignito del Padre), lleno de gracia y de verdad." "Y la luz brilla en las tinieblas" (1:5,donde, sin embargo, en contraste con el curso de los acontecimientos el mito acontinuacin nos dice que "las tinieblas no la recibieron").

    Pero, en completo contraste con Acrisio, la psicologa es el cierre completo y exitoso delalma en la oscuridad y en su calabozo subterrneo perfectamente sellado. "El inconsciente"permanece oscuropor definicin. No hay mejor cierre que el cierre lgico de una definicin.Ni la lluvia de oro de los cielos podra posiblemente filtrarse en lo que se define como elinconsciente. La posibilidad de una verdadera coniunctio es, a priori, excluida. Cmo poda

    existir posiblemente una coniunctio, cmo podra algn tipo de luz celestial caer en laoscuridad, si "el inconsciente" ya desde el arranque se traga y se guarda su propio otro, lamisma luz celestial que podra posiblemente penetrar en la oscuridad y entrar en una unincon ella, y el "cielo" [heaven] como tal en la mediacin? "Puesto que las estrellas han cadodel cielo y nuestros smbolos ms altos han palidecido, una vida secreta reina en elinconsciente" (CW 9i 50). Lo que Jung afirma aqu no es comparable a la lluvia de orofiltrndose hacia abajo a Dnae aprisionada. La cada de las estrellas es equivalente a laabolicin de la fuente misma de sta lluvia, de Zeus, y de su Olimpo. El lugar mismo parala luz en el sistema de pensamiento no slo ha quedado temporalmente vacante, no, sinoque de una vez por todas ha desaparecido de este pensamiento, se ha vuelto cancelado no-dialcticamente. Ahora hay una hegemona de la oscuridad. Aunque las estrellas anpueden brillar en el inconsciente, aunque una vida secreta puede reinar en el inconsciente,ahora fundamentalmente, es decir, lgicamente, no hay nada ms que la luz secreta y la

    vida bajo el rgimen totalitario de la oscuridad. Incluso las scintillae en el inconsciente, suspropias chispas nativa de luz, permanecern para siempre encerrada en l.

    El compromiso de la psicologa por "el inconsciente" equivale al cierre sistemtico de estaapertura y de este claro, que de acuerdo a la mitologa fue producido por un hroe de lacultura primordial, surgido de los cuerpos de los padres del mundo, Cielo y Tierra, quehabiendo estado viviendo eternamente juntos, los apart, levantando al Padre Cielo. "Elinconsciente" como supuesto hecho emprico es la Tierra que ya no tiene ms al Cielo porencima suyo, de hecho ni siquiera es abrazada por el Cielo como lo era antes en la obra delhroe: se ha tragado al Cielo junto con las estrellas y toda su luz celestial. Ahora, todo el

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    mito de la separacin de los padres del mundo se dice que proviene del inconsciente comosu fuente real. El inconsciente es la realidad ltima que lo abarca todo.

    Con la "psicologa de lo inconsciente", la condicin de la posibilidad a priori de unaconiunctio ha sido abolida. La psicologa de lo inconsciente es una clara admisin deoscuridad fundamental. No puede haber una sicigia, porque el inconsciente ha perdido suotro. El ligamentum, la copula, el vinculum ha sido cortado. La mente se ha encerradosistemticamente a s misma en la oscuridad (psicolgica) al poner al alma y a la verdad en"el inconsciente" como su lugar autntico y exclusivo y al haberse librado del "cielo arriba".

    Pero no es precisamente sta psicologa de lo inconsciente que, en primer lugar, nos hizodar cuenta otra vez de las ideas olvidadas y de las realidades del mysterium coniunctionis,de la sicigia, del vinculum como problemas psicolgicos vitales y existenciales, tratando dellevar una nueva luz a "nuestro presente sumido en la ignorancia" (Cartas 2, p. 396, aTrinick, 15 de octubre de 1957)? No es el propsito de la psicologa y de la psicoterapiaanaltica hacer conscientes los tesoros en el inconsciente? No observamos cuidadosamentenuestros sueos, tratando de entenderlos y de integrarlos en nuestras vidas? No intentaJungen contraste a la destitucin masiva de lo supero (los dioses superiores) de Freud enfavor deAquern (el inframundo)volver a conectarnos con la luz contenida en mitos ysmbolos, en los grandes temas del alma expresados en dogmas y rituales y traer de vuelta

    el temor de Dios y los dioses? Acaso no declar expresamente que: "En lugar de crear luz,nos escondemos en la oscuridad, en lugar de elevarnos, nos exponemos al ridculo y aldesprecio" (misma carta, p. 395) y por lo tanto mostr cual era su propia visin ypropsito?

    Todo cierto. Pero fue en vano. Todo es sustituido a priori por el emparedamientofundamental de la psique en el inconsciente. Toda nuestra devocin a los mitos y a lasimgenes arquetipales, nuestro "dream tending", como a veces lo llaman, nuestras pinturasa partir del inconsciente, todos nuestros intentos por tomar consciencia, pertenecen a laesfera de la conducta, son ejemplos de actuacin, de haceres del ego. Son acontecimientosempricos, semnticos y esfuerzos que no tienen ninguna chance con el hundimiento lgico-sintctico fundamental de toda la luz en la oscuridad. Los arquetipos se definen comoarquetipos del inconsciente colectivo. Ni la conducta emprica del "hacer consciente"

    deshace esta definicin lgica de que ha de hacerse consciente lo que pertenece a "loinconsciente".

    Jung nos dice, CW 13 55 (trad. modif.) que "no es una cuestin indiferente llamar a algouna 'adiccin' o 'un dios'. Servir a una adiccin es detestable e indigno, pero servir a undios est lleno de significado y de promesa, porque es un acto de sumisin a un sersuperior, invisible y espiritual". Del mismo modo, no es una cuestin indiferente llamar aalgo "el inconsciente" o, por ejemplo, "lo absoluto", nombrarlo "el inconsciente" es un actode represin, la decisin de tenerlo lgicamente encerrado de una vez por todas en laoscuridad. En nuestra inocencia psicolgica solemos pensar que lo que realmente cuenta eslo que nosotros hacemos, que entremos en anlisis, observemos cuidadosamente nuestrossueos, nos dedicamos a los mitos y arquetipos, etc. Sin embargo,psicolgicamente, esdecir, para el alma, todo esto es bastante irrelevante. Todo esto sucede en el nivel del ego

    y se refiere nada ms que a contenidos de la ego-consciencia, a su semntica. Sinembargo, la psicologa slo comienza cuando la cuestin es la lgica implcita o la sintaxisde la consciencia, las categoras, los conceptos, las definiciones, los presupuestos tcitoscon los que opera inadvertidamente la consciencia, en la manera en que ella piensa y muynaturalmente, como algo dado, apercibiendo y comprendiendo sus contenidos semnticos,sus experiencias sentidas empricamente. Por esta razn, es de hecho un asunto de lamayor importancia psicolgica si aceptamos o no la nocin de "lo inconsciente".

    Jung confes: "Por ello prefiero el trmino 'el inconsciente', sabiendo que igual de bienpodra hablar de 'Dios' o de 'daimon', si quisiera expresarme en un lenguaje mtico". Los

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    robado esta dimensin entera de donde slo Prometeo pudo robar el fuego o desde dondeuna luz celestial podra caer en nuestra oscuridad.

    La segunda observacin comienza a partir de la declaracin de Jung de que los trminosDios o daimon "tienen la gran ventaja de abarcar y evocar la calidad emocional denuminosidad". Lo que aqu tenemos es un metabasis eis allo genos. "El inconsciente" es untrmino genrico o hace referencia a un reino o regin como un todo, mientras que Dios ydaimon representan contenidos individuales, elementos semnticos. Como hemos visto, "elinconsciente" es un trmino lgico que bloquea el contenido al que se refiere en el estatusde algo ignotum y fundamentalmente incognoscible, en el estatus de contenidos hacia loscuales nuestra consciencia no puede ni debe aceptar ninguna responsabilidad intelectualpor poseer su verdad (porque de lo contrario la dimensin metafsica prohibidainmediatamente podra salir otra vez de la caja en la que se ha hundido). Pero Jung reducey menosprecia el problema de qu nombres utilizar para una cuestin emocional subjetivao experiencial: "banal, neutral y racional" en contra de "evocando la calidad emocional denuminosidad e inspirar la imaginacin". Aqu vemos confirmado lo que hemos visto antes,que Jung se escapa del nivel semntico, relegando y delegando lo que es en realidad unacuestin de si algo es verdada la cuestin de qu nos hace en la experiencia subjetiva

    positiva (3). Esta escotomizacin de la cuestin lgica de la verdad, sigilosamente cubiertapor la sustitucin reductiva de lo subjetivo as como de la categora impresionante deErfahrbarkeit positivo-fatual(esta es la palabra que arriba interpret de la cita de Jungcomo "el hecho de que puede ser experimentado empricamente"), es en s "elinconsciente" mismouna auto-castracin "metafsica", una auto-ceguera lgica, el auto-emparedamiento del alma en la irrepresentable oscuridad lgica, mental, sin importar lacantidad de experiencias subjetivas de luzestrellas, soles y scintillae en el inconscienteque uno pueda tener y cun numinosas puedan ser. La traduccin de la categora de laverdad y el saber a la categora de la calidad emocional subjetiva y de la imaginacin-inspiracional es un puro y simple psicologismo, psicologismo no en el sentido habitualsuperficial, sino en el ms alto o ms profundo nivel terico, en el corazn mismo de lamateria. "El inconsciente" es al mismo tiempo la palanca mediante la cual esta traduccines constantemente, no, ya desde siempre ha sido, realizadatctica, invisiblemente, demanera inadvertida.

    En trminos alqumicos podramos expresar la misma observacin de la siguiente manera:Jung encierra y sella hermticamente el espritu en la materia. El suyo, en el fondo, es unopus contra opus alchemicum. Uno de los propsitos principales de la obra alqumica eraliberar al espritu Mercurius de su aprisionamiento en la materia. Los alquimistas torturabansu materia prima, sometindola a todo tipo de operaciones destructivas y dolorosas:pulverizacin, corrupcin, incineracin, solutio, fermentacin, etc. El trabajo alqumico erabsicamente un gran ataque a la imagen, a la forma natural imaginalen la que llega lamateria. La imagen intacta y la forma natural, es decir, el estatus de "entidad natural",deba ser superado a fin de que la sustancia pudiese alcanzar su forma espiritual (oesencia). Cuando una sustancia era pulverizada o incinerada o evaporada, su formaimaginable haba desaparecido. Se obtena algo ms, un vapor, un destilado, una esencia,algo que ya no tena una forma figurativa. Y la naturaleza absolutamente auto-contradictoria del propsito del producto final, el agua que era permanente, la piedra que

    no era una piedra, muestra, en principio, que el nivel ntegro de la imaginacin naturalhaba sido dejado atrs. (Slo en principio. ste era precisamente el dilema, si no latragedia, porque lo que era lgicamente el objetivo de la alquimia, y ya era obviamenteexpresado por ella, a travs de su propio estilo an imaginal de pensamiento y operandodentro del horizonte material-natural de la qumica, lo haca empricamente imposible. Sutrabajo era un caso evidente de "representacin exterior" que obra "en contra de lanaturaleza"el trabajo de la negacin de lo natural e imaginalque slo podra haber sidologrado si se hubiese interiorizado dentro de s mismo, en lugar de estar literalizado en elnivel de la conducta, y si se hubiese aplicado a s mismo en lugar de estar actuado sobre lamateria literal ah afuera.)

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    Jung, por el contrario, es un evidente materialista, al igual que antes he mostrado que esun sensualista positivista. Por supuesto, no en el nivel semntico, sino en el nivel

    psicolgico, sintctico. (En el nivel semntico y de forma explcita, obviamente, es loopuesto. Pero ms importante que lo que ensea explcitamente es lo que efectivamentehace y cmo piensa, cmo se estructura su pensamiento.) Evitdebo aclarar otra vez: noen el nivel fenomenolgico, prctico y semntico, sino en el nivel fundamental-teorticoque el espritu escape de donde,lgicamente empaquet las cuestiones del alma bajo laforma o bajo el estatus de "materia", es decir, en el estatus de acontecimientos naturales,de hechos empricos y de experiencias emocionales. No trata de liberarlos a partir de supositividad en su verdad, donde finalmente podran volver a casa a ellos mismos y ya notendran que estar, por un lado, en principio, aprisionados en la persona ("el propio fondopsquico"), y por el otro, sellados en el estatus lgico de la positividad irrevocable, es decir,ocluidos-en-s-mismos. El trmino "el inconsciente", despus de todo, como hemosescuchado de Jung, "fue acuado con fines cientficos, y es mucho ms adecuado para laobservacin desapasionada que no hace afirmaciones metafsicas, conceptostrascendentales, los cuales son discutibles". En el nivel terico Jung necesit e insistisobre la brecha insalvable a travs de la cual el observador desapasionado externo podahacer sus afirmaciones neutrales, es decir, intelectualmente sin compromisos, sobre losfenmenos psicolgicos "inconscientes", queper definitionem en s mismos ciertamente lo

    eran (pero slo en s mismos, slo all, del otro lado de la brecha, en la esfera privada de laexperiencia), permitindoles ser, o mejor dicho, suponiendo que son, de naturaleza"metafsica" o "trascendental". Los fenmenos del alma iban a ser objeto de una atencinintensiva, de una apreciacin emocional, de una comprensin amplificada, de unaconsideracin tica. Pero la nica cosa que realmente quieren les fue absolutamentenegada: el reconocimiento intelectual en tanto pertenecientes a nuestro conocimiento,honrarlos (comprometidamente, no "desapasionadamente"), por parte del sujeto, comoteniendo el estatus de verdades.

    * * *

    He dicho que la obra de Jung fue una obra en contra del espritu de la alquimia. Peroparece que Jung estaba del lado de la alquimia cuando escuchamos el siguiente pasaje del

    captulo "El Problema de Liberar a Mercurius" en su discusin del cuento de los HermanosGrimm, El Espritu en la Botella, en su ensayo titulado "El Espritu Mercurius". Como es biensabido, en este cuento el hijo ha encontrado una botella bien cerrada en la que un esprituha sido aprisionado, y finalmente, despus de algunas complicaciones, deja que el espritusalga de la botella y es recompensado por ste. Jung es muy crtico con esta liberacin delespritu. Escribe,

    "Qu ocurre cuando este Hermes-Mercurius-Wotan, un dios pagano, es liberadonuevamente? El avis Hermetis (el pjaro de Hermes) se ha escapado de su prisin decristal, y en consecuencia ha ocurrido algo que el alquimista experto deseaba evitar a todacosta. Es por ello que haba sellado el tapn de su botella con signos mgicos y lo habapuesto durante mucho tiempo al fuego ms bajo, a fin de que "aquel que est dentro nopueda escapar". Porque si se escapa, todo el opus laborioso terminara en nada y habra

    que comenzar de nuevo. Sea como sea, la conducta del jovenaunque para l hayafuncionado exitosamentetiene que describirse como alqumicamente incorrecta. La erade oro de la alquimia fue el siglo diecisis y la primera mitad del diecisiete. En ese tiempoun pjaro tormentoso escap, de hecho, de una vasija espiritual, la cual los demoniostuvieron que haber sentido como una prisin. Como he dicho, los alquimistas intentabanque Mercurius no escapase, sino que permaneciese dentro para las transformacionesinternas del Mercurius" (CW 13 250f., trad. modif.)

    Sin duda, Jung est en lo cierto en que los alquimistas optaron implacablemente por que elespritu se quedara en la botella. Pero este no es slo un enunciado histricamente correcto

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    acerca de la alquimia. Tambin, de todo corazn,para la psicologa, estoy de acuerdoconlos alquimistas y con Jung (quin citando esta posicin de los alquimistas ciertamentetambin nos daba su propia idea de las cosas). Hay que impedir que el espritufundamentalmente evasivo se escape. La botella tiene que estar sellada.

    Qu significa sto concretamente? Del modo en que entiendo el trabajo del psiclogo,ste, tiene que estar dedicado sin compromisos a la "materia" a mano, sin tener en cuentaqu pueda ser: en la sala de consulta este sueo de hoy, este recuerdo del pasado queahora ha emergido, esta reaccin emocional que se ha vuelto el tema de la sesin de hoy,y fuera de la sala de consulta cualquier cuestin, imagen o texto que uno haya afrontadocomo un tema de estudio. Una vez que se ha adoptado como el propio tema, nuestrocompromiso con l tiene que ser exclusivo, al menos mientras dure nuestra ocupacin conello. "sto es!" Cierre. Nada ms debe distraernos de este tema. As como, por ejemplo,en la interpretacin del sueo tenemos que "adherirnos a la imagen", tal como pretendanJung y Lopez-Pedraza, es decir, en un sentido cualitativo confinarnos en lo que decimosacerca de ello a su fenomenologa precisa, sin tener que descender al nivel degeneralidades y abstracciones que no estn respaldadas por su apariencia y "sentir"concretos, as en un sentido cuantitativo deberamos morar con nuestra atencin slo en elmaterial a mano. La vasija alqumica y el sello hermtico sobre ella, en psicologa, ya noson objetos fsicos, sino una actitud metal, metodolgica, una actitud que con respecto a la

    imagen de la fantasa fue formulada por Jung en la siguiente mxima que cito confrecuencia y que repetir aqu una vez ms. Esta regla de oro de la psicologa puedemutatis mutandis aplicarse a cualquier material.

    "Por encima de todo, no permitis que nada del exterior, que no le pertenece se entrometa,pues la imagen de la fantasa tiene 'todo lo que necesita' [omne quo indiget] dentro de smisma." (CW 14 749, modificada.)

    La aplicacin de esta mxima metodolgica no debe ocurrir pedantemente y con una menteliteral y formalista. La dificultad en hacer uso de ella es que no hay un criterio positivo-factual para decidir qu pertenece y qu no pertenece, qu viene de afuera (qu esverdaderamente ajeno) y qu es lo que simplemente apoya y realza lo que ya est ah.Esta decisin no se puede instrumentalizar. Ms bien, requiere esa "inteligencia ms sutil"

    que exiga Jung (4), una inteligencia que es probablemente 'ms sutil' por la razn (entreotras) de que contiene dentro de s lo que Jung poda llamar una "funcin sentimiento"diferenciada y una buena susceptibilidad intuitiva, interior, al "alma" del material bajoinvestigacin psicolgica.

    Este principio metodolgico significa que cualquier cosa tales como asociaciones libres,sentimientos subjetivos, explicaciones causales de cmo pudo haberse producido elmaterial, cualquier especulacin acerca de mejores modos de cmo, por ejemplo, el ego delsueo podra haber reaccionado en el sueo dado o cualquier otra posibilidad o potencialpara un (buen) final del sueo, seran decididamente elementos ajenos y seguramentematerial del ego. El fenmeno es del modo en que es. Tiene que ser respetadoypermanecer encerradoen su ser as. El trabajo psicolgico requiere una disciplina y unahabilidad en la abstraccin de los propios sentimientos meramente subjetivos, de las

    propias ideas personales y de las ideas repentinas que podran emerger en uno en vista delmotivo dado. Slo entonces puede esperarse que estemos abiertos al auto-despliegue y alauto-movimiento lgico del material en su propia profundidad interior, en su propia verdad.

    El propsito del cierre hermtico es "la transformacin interna del Mercurius". El materialnecesita estar encerrado en la vasija alqumica porque el trabajo es un trabajo sobre ello ycon ello mismo. Uno y el mismo material debe ser interiorizado dentro de s mismo,intensificado, aumentado. Es un trabajo del material sobre s mismo. La "vasija"cuidadosamente sellada es necesaria a fin de que se impida que el material siga su cursonatural, es decir, desde representar su propia naturaleza, a ser y comportarse como sera

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    lo normal para ello. No tiene que haber ninguna influencia externa sobre ello, pero tampocotienen que haber efectos de ste hacia otros materiales externos, ni ningn otro tipo deinteraccin. No tiene que desperdiciarse, no tiene que gastar su potencial "haciendo suscosas". Su auto-movimiento, tal como la putrefaccin natural de algunos materiales,ciertamente, no debe impedirse, pero tiene que ser atrapado y retenido para que retornede nuevo sobre s mismo, y para que se aplique sobre s mismo.

    Como una especie de ilustracin pictrica, para esta auto-aplicacin e intensificacinconcomitante mediante la interiorizacin en s misma, menciono una prctica ritual taostaen la que sta auto-aplicacin est actuada literalmente en la forma de una tcnica sexual.El propsito del ritual es alimentar el "principio vital" y finalmente obtener la inmortalidad.El procedimiento es el siguiente. Primero el taosta copula de modo que "la esencia" (elsemen) es intensamente estimulada. Pero entonces, cuando est a punto de eyacular,rpidamente coge su pene y lo empuja de cierta manera por detrs de los testculos a lavez que exhala vigorosamente durante largo tiempo por la boca, mostrando sus dientes. Sientonces deja ir la esencia, no puede salir, sino que vuelve otra vez al pene y lo eleva (atravs de la espina dorsal), entrando finalmente en el cerebro (que de acuerdo a la antiguamedicina era el lugar del alma y como tal el lugar del cuerpo en que se originaba elsemen). Este es un procedimiento que intercambian los inmortales el uno con el otro, peroque juran no pasrselo a cualquiera. (5)

    Miremos sta prctica ms de cerca. La esencia vital primero es estimulada para que sevuelva de alguna manera accesible. Se la despierta de su estado latente. Pero entonces seimpide que se desperdigue y derroche para el curso natural de los acontecimientos(eyaculacin) y para su propsito natural (gratificacin del deseo o posible reproduccin).La interaccin con la pareja se interrumpe, se la intercepta y ello es cerrado sobre smismo. La esencia vital es forzada contra naturam a que viaje de vuelta hacia su fuente,hacia el cerebro como lugar del alma. Esta inversin de la direccin se vuelve posible slo atravs de dos medidas. Primero, el cierre implacable del pasaje al exterior y elimpedimento de un escape. Segundo, un "desplazamiento de abajo hacia arriba" de latendencia hacia el exterior y simultneamente una activacin de la dimensin del espritu(respiracin), en lugar de la dimensin fsica, sustancial. El resultado buscado, de unalimento del principio vital como tal, se produce a travs de la auto-aplicacin del principio

    vital sobre s mismo. Y en contraste con el alimento normal del principio vital a travs dealguna otra cosa, a travs de la comida o de experiencias gozosas, este es un alimentocontra-natural. Esta prctica impide que el principio vital contine segn las lneas de lahorizontalidad natural de su movimiento (intercambio sexual, la relacin con los dems,tomar la comida desde fuera, etc.) y lo fuerza a moverse en la verticalidad, es decir, a unestatus o nivel lgico fundamentalmente "superior" o "ms profundo", el de la"inmortalidad". Aparentemente, este movimiento vertical revolucionario que revienta elhorizonte del sentido comn slo es posible a travs de la "auto-aplicacin". Y esta auto-aplicacin presupone un cierre radical, la vasija alqumica sellada hermticamente.

    En lugar de originar un nio "ah afuera" y por lo tanto reproducirse a s mismo en el mismoantiguo nivel natural de la vida a travs de la otredad, el taosta se "fertiliza" a s mismo, omejor dicho, obliga a que la "esencia vital" en l se fertilice y se fortifique a s misma.

    Tenemos que notar que este ritual no era un ritual psicolgico de auto-reflexin, de moversu atencin desde su compaero sexual, en tanto un otro externo, hacia l mismo, uncambio de la intencin directa hacia la intencin oblicua. No daba nacimiento a un niointerior, sino que era catapultado a un estatus o a una dimensin enteramente diferente.En otras palabras, no era un logro en el reino de la subjetividad. No, esta revolucin seproduca en la esfera de la misma "materia" objetiva, de la esencia vital, muy por debajode su mente subjetiva.

    La similitud y la diferencia entre ste ejemplo taosta y el opus alqumico son evidentes. Laprincipal diferencia es que por lo que toca al procedimiento taosta Jung probablemente

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    podra decir correctamente que, aunque no en un sentido psicolgico moderno, serva alpropsito de la transformacin de la personalidad, mientras que la alquimia, como heargumentado, no apuntaba a la persona del alquimista. La similitud de la lgica de las dostcnicas es sorprendente. Los alquimistas, tambin, queran conducir la materia primahacia la verticalidad, hacia su propia profundidad interior y hacia su verdad. El cierre de lavasija serva al propsito de impedir el desarrollo horizontal natural del material. Cuando laalquimia se esforzaba en buscar la piedra, el elixir de la vida, etc., no buscaba otro objetoen el mismo plano horizontal de la realidad del sentido comn, un objeto que meramentefuera diferente porque tena poderes milagrosos. Ms bien, stos objetos son imgenespara un nuevo estadio lgico, un nivel fundamentalmente diferente de consciencia. Ascomo el taosta no quera descendencia, sino el estatus nuevo de la "inmortalidad", de lamisma manera el alquimista no quera una cosa, sino un nivel de consciencia sintctica,fundamentalmente, diferente, lo cual se expresa en trminos tales como fermentaciones,destilacin, sublimacin, evaporacin. Y su dilema fue que lo que era de hecho un estatuslgico o sintctico diferente, l tena que imaginarlo, expresarlo ypensarlo en el lenguajeimaginalalienante y frustrante, es decir, en el lenguaje semntico, el lenguaje de las cosas,por cuya razn tuvo que refugiarse en formulaciones paradjicas ("la piedra que no es unapiedra").

    Una psicologa y una psicoterapia en el espritu de la alquimia no pueden tener unprograma teraputico. No pueden tener deseos por el autodesarrollo, la mejora, elcrecimiento, la individuacin de la personalidad, no pueden tener ningn deseo por la curao la mejora del paciente, porque el proyecto alqumico no est orientado hacia la persona.Pero tampoco ningn deseo por la redencin del mundo (que a veces en la psicologaarquetipal se expresa de una manera verdaderamente maniquea como un "mundo cado")porque el proyecto alqumico no es un proyecto de salvacin ni es un proyecto maniqueo, apesar del hecho de que su perspectiva sea "csmica" en el sentido de estar interesada conel mundo material concreto ms que con lo individual (personas). Sus intenciones son msmodestas.

    1. Mientras que cualquier tipo de programa, cualquier anhelo por algo ms o algo nuevo espsicolgicamente un salto al futuro y por lo tanto permanece horizontalmente en el mismoantiguo nivel de consciencia, la psicologa en cambio, puede decirse que da su espalda al

    futuro abierto y a sus aoradas posibilidades. Permanece y se concentra ntegramentesobre lo que ya est ah, inmediatamente enfrente en la retorta, y lo atiende atentamente.En este sentido la psicologa lgicamente se sita en el pretrito perfecto. En cierto sentidomira hacia atrs. Lo que est en la retorta siempre es algo que ya es un hecho cumplido,algo que ya ha ocurrido. La psicologa, la psicoterapia, no tienen inters en potencialesfuturos ni en alternativas al presente. Estn comprometidas con lo real y con la propianecesidad (Ananke) inherente en lo real.

    Puede y debe sentir de este modo porque lo que est en la retorta, sin importar cuncorrupto, apestoso o perverso pudiera parecer, desde el arranque est definido como"perfecto" en s mismo, porque que contiene todo lo que necesita dentro de s mismo,incluso su propio cumplimiento. No necesita ningn "otro" desde afuera, ningunacorreccin, ninguna mejora. Pero lo que s necesita es ser cocinado, incubado, interiorizado

    absoluto-negativamente dentro de s mismo. Necesita su propia profundidad verticalhaciasu verdad, pasar por debajo de su Concepto o desaparecer en l. "La redencin" o "lasalvacin" siuno despus de todo quiere usar stos trminos, aqu slo podran significarque el fenmeno en el retorta encuentra su cumplimiento y su libertad al verse liberado ensu propia esenciauna transformacin que los alquimistas expresaban en la imagen de laliberacin del Mercurius de su aprisionamiento en la materia, es decir, en la forma material,natural, imaginal, del fenmeno. Entonces podramos decir que la meta ltima es que el"espritu mercurial" que haba estado oculto en la forma material del fenmeno, y sometidoa ella, finalmente sale a lo abierto y se hace cargo del fenmeno.

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    2. El compromiso de la psicologa es con la cadidad: es con ste problema, sntoma,situacin, ste sueo, imagen, texto, fenmeno a mano, y slo ste. En ste Ahorapresente ste fenmeno nico a mano est en la retorta, y en tanto soy un psiclogo, ledoy mi espalda a cualquier cosa que me rodea a mi o a la retorta. Esta es mi posicinmetodolgica. Como terapeuta olvido todo lo dems; para mi no existe nada msduranteel tiempo en que me ocupo del material presente en la vasija. A travs de este cierreabsoluto de la vasija o, para decirlo del otro modo, a travs de sta exclusin absoluta detodo lo que no est en la vasija, ste material nico aparentemente insignificante en estepequeo y nico vas alqumico es ahora todo lo que existe para mi. Se ha vueltoel mundoentero, es el mundo entero. Jung dijo acerca del vas Hermeticum de la alquimia, que"estaba sellado 'hermticamente' (es decir, sellado con el signo de Hermes); tiene queestar hecho de cristal, y tambin tena que ser lo ms redondo posible, puesto quepretenda representar el universo [Weltall, el Todo]" (CW 13 245, modif.). Pero el puntoaqu es que no debemos pensar que "representa" el universo. No, se ha vuelto, y ahora es,el universo, el Todo, a travs de este cierre metodolgico radical y a travs de estaexclusin. Realmente no hay nada fuera del fenmeno, incluyendo el universo literal. El vasy su contenido es todo lo que ahora existe.

    Si no nos olvidamos completamente del universo literal que nos rodea, la retorta no serauna retorta, ni estara sellada hermticamente, porque entonces an estaramos adheridos

    a algo que est afuera de ella. La retorta es solamente el vas Hermeticum si deja de ser unobjeto en el mundo y en su lugar se vuelve el mundo entero y exclusivo para nosotros. Elsello no slo tiene la funcin de mantener aprisionado al espritu Mercurius dentro de labotella; sino que tambin, y quizs mucho ms importante, tiene que mantener todo lodems, incluyendo la nocin de el mundo que nos rodea, fuera. El sello hermtico de lavasija es la representacin imaginal o simblica de la interiorizacin lgica dentro de lavasija, no del mundo literal, sino de la nocin de mundo. Esto es indispensable. Porque sidesde el comienzo el vas no hubiera sido interiorizado absoluto-negativamente dentro de smismo de modo que la nocin de afuera estuviera totalmente adentro y la misma nocin deexterioridad ya haya desaparecido, entonces cmo podramos esperar interiorizar dentrode s misma la materia prima contenida en l?

    Puesto que todo el propsito de la obra psicolgica es la "redencin" de cada materia que

    ha sido tomada, en el sentido de liberarla en su verdad o concepto, y puesto que en cadacaso el material est hermticamente sellado dentro de s mismo, de modo que duranteeste tiempo se transforma en el mundo entero sin nada que lo rodee, entonces, quizspodramos llamar a este propsito "la salvacin del mundo". Pero inmediatamente vemosque esta nocin no tiene el sentido grandioso que usualmente conectamos con ello. Elsentido de mundo ha cambiado completamente. Aqu est intrnsecamente conectado conla "cadidad". En lugar de su sentido espacial, el sentido exterior de una extensin infinita yde la suma total de la variedadinfinita de cosas, ahora el mundo es la plenitud interior, lainfinidad interior y la totalidad de cada fenmeno individual siempre que sea apercibido enel espritu del cierre hermtico que hemos descripto. "Mundo" aqu, por lo tanto, se refierea la naturaleza de s-mismo que tiene cada fenmeno.

    En tanto que la palabra "mundo", "totalidad" o "s-mismo" ya no se refiere, en el nivel

    semntico, a entidades particulares, contenidos o estados, sino que ahora significa elcarcter sintctico, lgico, de cada fenmeno individual que ha sido sellado hermticamentedentro de s, todas las objeciones que muchos junguianos han elevado, y a menudoadecuadamente, contra las nociones de Jung de si-mismo y de totalidad ya no valen. Ahoraestas nociones ya no son las mega nociones literales cargadas con el significado"numinoso" que solan tener. Han sido interiorizadas absoluto-negativamente dentro de smismas, destiladas, evaporadas. Uno ya no tiene que literalizar y poner el mundo ahafuera, "la ciudad", el cosmos, frente a la sala de consulta. Cada fenmeno es su propiocosmos, y el cosmos literal y la "ciudad" literal en tanto realidades externas no son temasde la psicologa.

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    Se puede ver que insisto, y aqu estoy totalmente de acuerdo con Jung, en que la botellacon el espritu Mercurius tiene que estar hermticamente cerrada, y permanecer cerrada. Siel espritu evasivo escapase, si ille fugax Mercurius, el servus fugitivus, se saliese delfenmeno a mano hacia otras alternativas, hacia nuevas posibilidades en el mismo nivelsemntico horizontal, o, de nuevo, en el nivel semntico, vagara de una idea a la siguiente,a la manera de las asociaciones libres, o, con Lacan, se deslizase "metonmicamente" deuna palabra a otra palabra (mot mot), entonces todo el opus de la interiorizacin verticalde la materia hacia su propia verdad a travs de su transformacin lgica o sintctica, seraun fracaso.

    * * *

    Y sin embargo no puedo estar de acuerdo con el rechazo de Jung de la conducta delmuchacho de nuestro cuento al liberar el espritu. Aqu parezco ser culpable de unacontradiccin por mi parte. Cmo puedo insistir en el cierre absoluto de la vasija y a la vezaprobar que se libere el espritu? La respuesta est en que ste es precisamente el desafode nuestro cuento, as como el de la nocin de cierre alqumico y psicolgico, un desafoque Jung no pudo afrontar.

    El error de Jung es que qued "seducido" por el modo pictrico imaginal de la presentacin,tomndola literalmente. El problema de una narrativa es que tiene que describir como unasecuencia de acontecimientos (en el nivel semntico) lo que de hecho es el desplieguelgico-sintctico de la dialctica interna de un slo concepto. En el nivel de la conducta elcierre hermtico del espritu en la botella y la ruptura del sello a fin de liberarlo se excluyenabsolutamente el uno al otro. En ese nivel tenemos que escoger, unou otro. Como Jungpermaneci en este nivel, el hecho de que escogiera el "cierre" y rechazara la "apertura" dela botella es plausible, consistente, una de las dos elecciones posibles.

    Pero el problema es que una lectura de la historia en el nivel semntico o de las conductasliterales es psicolgicamente inadecuada. Y sta inadecuacin de su interpretacin se debea su previo y general fracaso depensarrealmente hasta el finalla nocin alqumica decierre hermtico de la vasija. El suyo fue un entendimiento literal, externo y dogmtico de

    cierre, cierre en el sentido de la realidad prctica comn y de la vida cotidiana, dondenaturalmente la consistencia de la lgica formal y la no ambigedad del trmino senecesitan. Pero en el cuento de hadas y en la alquimia y en la psicologa el trmino "cierre"es a priori un cierre hermtico, mercurial, que requiere un entendimiento dialctico. No essimplemente el hecho auto-idntico que Jung tom como tal. La nocin misma de cierre

    participa del vivo espritu mercurial de la alquimia encerrado mediante ste. No se puedeenfocar una historia sobre el espritu Mercurius aprisionado en una botella hermticamentesellada con un sentido positivista de cierre. Con una botella, un tapn y un sello positivos,nunca se hubiera podido, en primer lugar, contener el espritu Mercurius. Se hubiera redode tales intentos inconmensurables, o mejor dicho, ni siquiera hubiera existido para estamentalidad. El error de Jung es que llega a una nocin hermtica con una concepcinpositivista de esta nocin. La lgica de su estilo de pensamiento no est a la altura de lasemntica a la que sta se aplica.

    El trmino "cierre" necesita ser interiorizado dentro de s mismo, ser aplicado a s mismo. Yentonces, desde dentro de s mismo, se abrir a la liberacin de su propia verdad, o mejordicho, de la verdad que encierra. Dentro de s mismo: esto significa que lo quenarrativamente aparece en nuestro cuento como un acontecimiento consecutivo (nuevo, odistinto) en el mismo nivel del hecho anterior, el cierre, tiene que ser tomado como unmomento interior de este (nico y mismo) hecho previo. Nuestra historia explica de qutrata justamente "el cierre hermtico", qu es lo que implica, si es comprendidoverdaderamente en su profundidad y verdad ltima y si no es visto meramente desde laperspectiva literal (reflexin externa).

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    En lugar de deshacer el cierre (o de revocar el "no permitis que nada del exterior, que nole pertenece se entrometa"), la liberacin del espritu en el cuento de hadas es la propiacompletitud, conclusin y cumplimiento interior de cierre. Cmo ha de entenderse sto?

    Si a travs del cierre el vas con su contenido se ha vuelto el Todo para el alquimista, ya nopuede tener la vasija frente a l como un pequeo objeto. Como un objeto para un sujeto(el adepto) este objeto necesariamente todava sera una cosa dentro del mundo, en otraspalabras, tendra al mundo real a su alrededor, no podra sertodo el mundo. De acuerdo aello, para Jung la vasija hermtica slo serva para representarel universo: esto es, eraslo un smbolo deluniverso, era considerada como si fuera el mundo. Pero por supuesto,como tal, para el alquimista no era realmente el universo. En tanto que el vas alqumicosea meramente una representacin del Todo, el cierre hermtico todava estfundamentalmente incompleto. No ha hecho todo el camino. Es slo la primera mitad delcierre real. Es slo el sentido de cierre literal, positivo-fctico.

    La auto-aplicacin de la nocin de cierre a s misma requiere un segundo paso, es decir,que aquello que se vea hermticamente cerrado no sea slo el material o el contenido en lavasija, sino tambin la misma vasija que encierra, no slo la omnitudo realitatis, sinotambin el mismo sentido entero de "cierre", la misma nocin de "mundo", de "alrededor

    de" (alrededor de la vasija) o de "entorno". El cierre tiene que ser absoluto para incluir yencerrarse a s mismo, en su propio concepto. Slo entonces ello incluye todo sin reservasy puede decirse que ya no representa simplemente simblicamente al universo en elsentido de un como si, sino que realmente lo es.

    Pero este cierre que ha integrado implacablemente toda nocin de "exterior" de "alrededorde s mismo" dentro de s mismo, ipso facto equivale a la liberacin del espritu Mercuriusaprisionado. Hablando pictricamente, el entorno de la botella est ahora adentro de labotella, lo que significa que la botella se ha vuelto infinita, abarcando incluso al adepto, queahora est tambin encerrado dentro de ella y tiene la botella a todo su alrededor. As, yano puede ser ms el observador desapasionado de lo que est ocurriendo. Y en tanto labotella se ha vuelto verdaderamente el mundo que lo rodea todo, incluso alrededor suyo, yen tanto l mismo est hermticamente encerrado dentro del mismo mundo en que est el

    Mercurius, tambin l est aprisionado, ahora tiene el espritu por todas partes a sualrededor y ese espritu ahora es libre de vagar a travs de todo el universo.

    Nuestro cuento de hadas trata de presentar la dialctica ntegra de la idea de una vasijacerrada absolutamente, sellada hermticamente. Porque tiene que hacer esto en una formanarrativa y pictrica, no puede hacerle plena justicia a lo que de hecho quiere demostrar elcuento. Pero el pensamiento "nos ayuda en las enfermedades" de la representacinpictrica. Tenemos que darnos cuenta que sta segunda vez en que el joven ya no permiteque el espritu escape en el sentido literal, positivo-factual, sino que ahora, hablandoalqumicamente, lo libera de la botella slo dentro de la botella, es cuando se ha vuelto lanocin cumplida de Todo. La liberacin del Mercurius de la botella no deshace el cierre, sinoque, llevndolo hasta su extremo, lo sobrepasa. ste es, su propio haberse vuelto absoluto,del cierre.

    Es obvio que el Mercurius slo puede ser liberado de su aprisionamiento en la botelladentro de su absoluto aprisionamiento. La absolutez de su aprisionamiento es de hecho lapre-condicin para que haya realmente un Mercurius. Si no hay un cierre absoluto, podrahaber "botella", pero no una botella que contenga el espritu, sin importar que se loconsidere aprisionado o libre. Slo dentro de la botella hermticamente sellada, es decir,absolutamente sellada, se puede liberar el Mercurius, y slo a travs de su liberacincomienza a existir antes que nada. Tal es la "loca" lgica del alma. No hay primero unMercurius como una entidad positivo-factual o un ser que luego es aprisionado y despusde sto (quizs) finalmente liberado. Sin el cierre absoluto, slo hay una realidad positivo-

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    factual. Hay que pagar todo el precio. No hay otro camino.

    Es ingenuo imaginar que al encerrar al alma y al Mercurius de manera positivista dentro delas dos vasijas de la psicologa (la de la imaginacin espacial del "dentro" de la persona ascomo del estatus lgico de "lo inconsciente") lo que est dentro de estas dos vasijas ansea el Mercurius y el alma. Con ese tipo de cierre, el alma y el Mercurius ya se hanescapado antes de encerrarlos, y lo que entonces podra haber dentro de esas vasijas seraen el mejor de los casos sus parecidos, como si fueran sus rplicas semantizadas. No sepuede ir muy lejos con medio corazn, con el sentido positivista de cierre. La psicologatiene que hacer todo el camino hasta el final a fin de ser capaz de comenzar.

    Por lo tanto, nuestro cuento de hadas no es realmente una historia acerca de una serie deeventos consecutivos. Es la explicacin lgica de una sola nocin, la nocin de una botellarealmente sellada hermticamente. Cierre y liberacin son lo mismo.

    Jung tena que evaluar la conducta del joven en este cuento como alqumicamenteincorrecta y como prohibida, aunque el cuento mismo con su final feliz indica lo opuesto.Tena que construir "cierre" y "liberacin" como opuestos no dialcticos, como alternativas(literales, positivistas) y tena que escoger el cierre y con alguna pasin rechazar laliberacin. Con sus comentarios ad hocacerca del cuento de hadas y su voto claro en favor

    de "que Mercurius no escapase, sino que permaneciese dentro", Jung a la vez de manerainadvertida revel el impulso inconsciente ms profundo y el principio de su propiopensamiento psicolgico. Es el cierre literal al que debe su existencia "el inconsciente"("nuestro propio"!) y "el fondo psquico en nosotros". Necesitaba el cierre literal porque lanica cosa que de verdad tema era la liberacin del Mercurius, de su estar contenido enexperiencias personalsticas y en el estatus de hechos positivos (el estatus de loirrevocablemente ignotum) hacia la libertad lgica de la esfera de la verdad y de la mente,lo cual hubiera involucrado a la psicologa en la "metafsica" y en la obligacin de tener quetomar posicin intelectualmente respecto a los contenidos que eran experimentados.Afuera, alrededor de la psique, una estructura mental positivista. Adentro, contenidosnuminosos, arquetipales.

    De modo que la psicologa de Jung era una psicologa del espritu embotellado, en el

    sentido comn de embotelladono en el sentido de un cierre absolutamente hermtico. Adiferencia de Freud, l quera el espritu, pero el espritu mercurial (6) solamenteembotellado sin peligros, como un espritu al que se le impide ser espritu, y asastutamente sustituy nuestras "experiencias desde el inconsciente", subjetivas, por lo querealmente hubieran tenido que ser las verdades mercuriales de la mente oficial. Elproblema, empero, no era, como el lector comprender despus de lo que se hademostrado, la "botella" y el "embotellamiento" como tal, sino que la botella era imaginadaexteriormente como una botella positiva que tena a la psicologa como un observadordesapasionado, neutral, fuera de ella. Y adems, el problema era que Jung crea ypretenda que los fenmenos personalsticos que priorizaba y observaba (las experienciasnuminosas subjetivas, los sueos, etc.) sin embargo tenan una significacin mercurial,anmica, incluso religiosa, simplemente por ser hechos empricos.

    No, la "botella" no es el problema. Al contrario. La psicologa slo puede existirsi estadentro de la botella. Si ella, la psicologa misma, est en la botella, entonces ipso facto labotella que tiene un carcter de "vasija envolvente" tambin ha sido verdaderamenteinteriorizada en s misma, de modo que ya no tiene nada fuera de s y por lo tanto se havuelto absoluta. Y slo entonces el espritu Mercurius puede ser un espritu liberado. Y sloun espritu libre a priori es el espritu que puede encontrarse aprisionado en una botella enprimer lugar. La psicologa necesita un sentido de cierre mercurial, absoluto, para poderencontrar sta botella. Slo lo semejante puede encontrar lo semejante.

    * * *

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    Al recordar los pasos del movimiento de nuestro pensamiento respecto al tema del cierre yla liberacin podemos decir que el primer paso fue una decisin metodolgica a favor de uncierre sin compromisos. Como decisin metodolgica ste es un acto del ego. Al insistir enpermanecer con ste cierre, Jung no slo trat de congelar el movimiento como tal, sinoque tambin, mientras que semnticamente (respecto al contenido) estaba abierto a losmisterios mercuriales, sintcticamente se aferr al "ego". Su cierre es una conducta del egoque se le impone al Mercurius desde el exterior. Con el segundo paso, el Mercurius esliberado a todo nuestro alrededor y permea "el mundo" (cualquiera que sea "el mundo" queest en juego en cada momento presente), estableciendo as la posicin lgica de lainterioridad. Como ya seal, ste paso no equivale a deshacer el cierre. Ms bien, el egoabandona ahora su idea inicial de estar a cargo de este cierre y en su lugar delega yencomienda la responsabilidad del cierre al espritu mismo en tanto su propio cercamiento.El Mercurius liberado es aquel que ya no tiene que estar encerrado dentro y restringido poruna vasija externa porque ahora ha vuelto a casa a s mismo y est encerrado dentro de smismo: en su concepto, en su verdad. Slo ahora es verdaderamente espritu. Qu seraun Mercurius que necesita estar contenido desde afuera? ste, su cierre en su verdad es supropia libertad, el cumplimiento de su esencia. Por sto puede vagar libremente a travsdel mundo entero sin volverse peligroso: de ahora en adelante siempre permanecercontenido en aquello que verdaderamente es.

    Aqu me detengo. Pero es claro que el movimiento mismo no ha llegado a un punto final,porque hay algo que ha quedado atrs: el ego con cuyo cierre metodolgico comenz elmovimiento. El, tambin, quiere ser liberado en su verdad y en su libertad. Por sto es queaqu tiene que haber otro paso ms all del cierre y la liberacin, el paso que podramosllamar "emancipacin". Pero sta es otra historia para otra ocasin.

    Notas

    1 Pp. 200 y ss. Por ejemplo, "Basada en la filosofa natural de la Edad Media, la alquimia haformado el puente, por un lado hacia el pasado, al gnosticismo, y por el otro hacia elfuturo, a la psicologa moderna del inconsciente" (p. 201). Sobre la aurea catena vase

    ibd., p. 189.

    2 La leyenda cuenta que Thomas dict este trabajo en su lecho de muerte (y que por lotanto no lo produjo en un laboratorio alqumico).

    3 'Positivo' en el sentido lgico (el sentido que subyace al trmino positivismo).

    4 Cartas 2, p. 410, a L. King, 14 de enero de 1958.

    5 Ver H. Maspero, "Les procds does 'nourrir le principe vital' dans la religion taosteancienne", en:Journal Asiatique (1937) pp. 177252, 353430, aqu p. 385. Citado enMircea Eliade, Geschichte der religisen Ideen, vol. 2, Freiburg et al. (Herder) 1979, p. 361.

    6 'Espritu', aqu, no debe confundirse con 'espritu' en el sentido de "la espiritualidad" de laNew Age, "las prcticas y los movimientos espirituales". No es el espritu que se busca enlos "picos" en contraste con los "valles" del nima (Hillman) [Picos y Valles. La distincinAlma/Espritu como base para las diferencias entre psicoterapia y disciplina espiritual], sino el espritumercurial en cada asunto, cada situacin real, fenmeno, sntoma, su lgica interior.

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