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Capítulos del Manual de prevención de adiciones (en proceso de edición) Miriam Cerrillo García. Miriam Cerrillo García. 1 2. SOCIEDAD Y CULTURA “Sólo podrá lograrse la transformación de una sociedad si se produce un profundo cambio en el corazón humano”. Erick Fromm 2.1 Riesgos y oportunidades En esencia, un factor de riesgo es una característica (personal, familiar, grupal, social...) cuya presencia aumenta la probabilidad de que se produzca un determinado fenómeno (en lo que ahora nos ocupa, el consumo de sustancias químicas o adicciones comportamentales). Un factor de riesgo vendría a ser una característica que permite predecir el probable desarrollo de la conducta problema; una variable que, en alguna medida, sitúa al sujeto en una posición de vulnerabilidad hacia este tipo de comportamientos. Algunos de ellos pueden ejercer efectos de un modo relativamente directo, sin mediadores: si los amigos refuerzan positivamente el consumo, el/la adolescente podrá tener más probabilidades de consumir, sin necesidad de ningún otro proceso intermedio. En otros casos, sin embargo, la influencia puede ser indirecta: un clima familiar deteriorado puede no incidir directamente sobre la adicción. Quizás unas relaciones familiares negativas den lugar a que el adolescente pase más tiempo fuera de casa y tenga una mayor probabilidad de contacto con amigos problemáticos y con las sustancias químicas; En otras ocasiones, la influencia de los 1 Licenciada en Psicología (Universidad Iberoamericana. Plantel Puebla, México). Diplomado en Diagnóstico y Psicoterapia del Perfeccionismo (Grupo Serhumano, Puebla.) Especialidad en Metodología de la Ayuda Clínica aplicada desde el enfoque de la Terapia de la imperfección (Grupo Serhumano, Puebla).

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Capítulos del Manual de prevención de adiciones (en proceso de edición)

Miriam Cerrillo García.Miriam Cerrillo García.11

2. SOCIEDAD Y CULTURA “Sólo podrá lograrse la transformación de una

sociedad si se produce un profundo cambio en el corazón humano”.

Erick Fromm

2.1 Riesgos y oportunidadesEn esencia, un factor de riesgo es una característica (personal, familiar, grupal, social...) cuya presencia aumenta la probabilidad de que se produzca un determinado fenómeno (en lo que ahora nos ocupa, el consumo de sustancias químicas o adicciones comportamentales). Un factor de riesgo vendría a ser una característica que permite predecir el probable desarrollo de la conducta problema; una variable que, en alguna medida, sitúa al sujeto en una posición de vulnerabilidad hacia este tipo de comportamientos.

Algunos de ellos pueden ejercer efectos de un modo relativamente directo, sin mediadores: si los amigos refuerzan positivamente el consumo, el/la adolescente podrá tener más probabilidades de consumir, sin necesidad de ningún otro proceso intermedio. En otros casos, sin embargo, la influencia puede ser indirecta: un clima familiar deteriorado puede no incidir directamente sobre la adicción. Quizás unas relaciones familiares negativas den lugar a que el adolescente pase más tiempo fuera de casa y tenga una mayor probabilidad de contacto con amigos problemáticos y con las sustancias químicas; En otras ocasiones, la influencia de los factores de riesgo puede ser “condicional”, es decir, un factor puede actuar haciendo que el sujeto sea más vulnerable a otros factores. Por ejemplo una baja asertividad, podría facilitar el consumo de sustancias no porque en sí misma induzca al consumo, sino porque la baja asertividad puede hacer al sujeto más vulnerable a la influencia de los amigos.

La cultura es un factor de vital importancia, es por excelencia la manifestación universal de lo humano, no hay sociedad que carezca de ella. La cultura encierra costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas del comportamiento, vestimenta, religión, rituales, etc. La cultura hoy en día expresa de una forma muy burda y clara la ideología que predomina y a la cual se desea accesar. Es de vital importancia abordar el mensaje que se translimite a través de la música, videos, programas televisivos, costumbres, modos de diversión, carreras de moda, etc. ya que el contenido de dichas actividades ofrece pautas para analizar la vulnerabilidad a la que se encuentran expuestos los jóvenes y al mismo tiempo 1 Licenciada en Psicología (Universidad Iberoamericana. Plantel Puebla, México). Diplomado en Diagnóstico y Psicoterapia del Perfeccionismo (Grupo Serhumano, Puebla.) Especialidad en Metodología de la Ayuda Clínica aplicada desde el enfoque de la Terapia de la imperfección (Grupo Serhumano, Puebla).

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que es lo que quieren y anhelan. Todas esta fuentes exponen que en la actualidad predomina una perspectiva desde la cual se interpreta y vive la realidad: la perspectiva de la indefectibilidad, desde la cual nada debe fallar o se debe de rehuir al error a toda costa y no se les educa a las personas a lidiar con esta realidad y más aún a utilizarla como herramienta de crecimiento personal.

La cultura hedonista en la cual se desenvuelve la sociedad actual manifiesta una incapacidad para lidiar con lo un aspecto básico de lo humano: la insuficiencia, la insatisfacción, la tristeza, la melancolía, la contradicción, la infidelidad, es decir, el límite. Constantemente se encuentra a las personas en una carrera sin final, haciendo lo posible por evadir esa cara de la realidad que asusta: el sufrimiento. La humanidad desarrolla constantemente vías para pretender mantenerse en un estado inalterado de bienestar y confort, así como una exaltación de todo aquello que estimule los sentidos sin razón (intelectiva o intuitiva). No se les educa en la tolerancia a la frustración que precisamente puede aportar un distanciamiento de alguna circunstancia dolorosa que permita degustar la realidad en su esplendor, es decir, lo placentero junto con lo insatisfactorio, el triunfo aunado al fracaso, el sueño fortalecido por algunas desilusiones, el amor impulsado por el sentido del sufrimiento, etc.

Se puede observar dentro del discurso del adolescente, que desea alcanzar la felicidad, la autorrealización pero lamentablemente se equivocan en el proceso, ya que se les proponen vías falsas. El perfeccionismo es una de ellas, en cualquier ámbito que se desenvuelva el joven busca la perfección, el “debería”, de manera que se debería ser el mejor alumno, el más “bueno (a)”, no darles problemas a mis padres nunca, siempre estar rodeado de los mejores amigos, asistir a las mejores fiestas, estar divertido siempre, hacer las cosas porque siempre me satisfacen, etc. De esta manera el mensaje que se envían entre ellos mismos y que han aprendido de la sociedad en la que viven los invita a evaluarse constantemente bajo parámetros perfeccionistas que al lógicamente no ser alcanzados puede enviarlos a desarrollas algún tipo de adicción como defensa a la hostilidad del ambiente interior y exterior.

Un factor de riesgo que sirve para ser examinado hace referencia a los medios de comunicación, ya que han comenzado a mostrar la realidad de forma glamorosa, instintiva, despreocupada y lo más peligroso libre de riesgos. Presentan problemas sociales como las adicciones, los trastornos alimenticios y la sexualidad de manera demasiado subjetiva. Los adolescentes aprenden todo esto una manera diferente de otros tipos de aprendizajes sociales, porque la información no procede de la participación y la observación, sino de otras personas y gran parte de esa información termina siendo falsa, así mismo no debe sorprendernos la importancia que tienen los medios culturales en los adolescentes. Infortunadamente muy poco de lo que los adolescentes ven acerca de dichos conflictos es respetuoso o sensato.

Por otro lado es imprescindible mencionar las oportunidades o factores “de protección”: que se refieren a las variables que neutralizan el riesgo cuando éste está presente. Es necesario realizar un ejercicio crítico dentro del cual se aborden las oportunidades que la misma cultura y sociedad nos brinda para formar a los adolescentes. Y que estos cuenten

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con herramientas útiles para identificar las adicciones que pueden estar desarrollando, pedir ayuda y utilizar las ocasiones de acompañamiento para no padecer de algunas de ellas.

Como se mencionó anteriormente la sociedad y cultura desempeñan un papel formador en todo ser humano, de acuerdo a dicha afirmación es necesario abordar el roll de la misma en la vida del adolescente. Se escucha continuamente que la sociedad actual carece de valores o bien que los valores se encuentran en crisis, lo que realmente sucede se refiere a que los sujetos culturales actuales resaltan valores distintos. La sociedad vigente si posee valores y los ensalza jugando con el deseo y la necesidad de los seres humanos. Hoy por hoy se busca encarnar sobre todas las cosas tres valores fundamentales: el placer, el prestigio y el poder, por encima de la verdad, la honestidad, la belleza, la justicia, la espontaneidad, etc.

Una situación real que se debe afrontar de manera honesta se refiere a que los adolescentes de hoy han sido testigos de la falta de congruencia y sustento en experiencia de las instituciones que precisamente realzaban valores genuinos. La falta de testimonio de los adultos y dichas instituciones han alejado a los adolescentes de disponerse a recibir los valores que estas pregonan. Este factor se describe como crisis, pero dicha experiencia puede tomar dos rumbos: peligro u oportunidad. Generalmente se percibe como un peligro que las instituciones y personas estén siendo expuestas y juzgadas por los errores cometidos, pero es necesario cambiar de perspectiva.

Si esta crisis puede brindar una oportunidad para realizar preguntas serias acerca del sentido de la vida, la fidelidad a uno mismo, la orientación de la existencia se presenta como la situación idónea que provocar al adolescente y a que los tutores, padres, maestros, amigos puedan emprender un camino juntos para intentar responder dichos cuestionamientos en base al autodescubrimiento y proponiendo con el ejemplo una actitud de atención hacia la realidad que brinde las herramientas necesarias para que el adolescente logre formar su propia escala de valores, su actitud ante su existencia, el reconocimiento de un Otro quien lo puso aquí y la necesidad de otros que le acompañen en el camino de cara a su Destino.

Es imperante poner delante del adolescente sujetos culturales reales, no ídolos, personas que compartan su experiencia y fortaleza dentro del reconocimiento de su propia falibilidad con los cual se sientan cercanos en vivencias y de acuerdo a una acto de buena voluntad convertirse para buscar esas compañías que acompañan profundamente.

Me parece que los adolescentes en la actualidad son sumamente críticos y exigentes y si se aborda dicha actitud de manera verdadera puede ser la generación clave para lograr cambiar el rumbo de la humanidad. La cultura y la sociedad actualmente brindan herramientas valiosísimas para que este proceso se desenvuelva retando a la humanidad entera. Los chavos exigen verdad, realidad, justicia, belleza, fraternidad. Todos los peligros y adicciones (químicas y/o conductuales) dentro de las que caen las personas, son gritos que exigen una actitud compasiva de la propia finitud. Es indispensable que todos escuchen y atendiendo con seriedad a esta petición. Con seriedad me refiero a que exigen un involucramiento total, no solamente por momentos: en la clase, un consejo, dentro del

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colegio; necesitan un hermano que se comprometa a caminar con ellos, que le importe tanto su humanidad que lo de todo por ellos y paradójicamente se le devolverá el todo.

El individualismo que se vive actualmente es el mayor de los riesgos que se enfrenta la sociedad del siglo XXI, esa falta de hermandad y de atención hacia sí mismo me aleja del otro y el mundo se convierte en una selva donde la única actitud visible a primera vista es la de defensa. Al no poder defenderme de las exigencias irracionales que me plantea la sociedad a la cual necesito pertenecer mi yo se debilita y sucumbe ante el oasis de la puerta falsa.

Al contrario de cómo algunas personas o instituciones pueden opinar acerca del acceso a la información, es importante mencionar que dichos accesos actualmente no se pueden filtrar y mucho menos en la edad adolescente, lo importante radica en generar en el niño, en la persona que se encuentra en formación experiencias verdaderas dotadas de realismo las cuales les brinden criterios justo desde donde sean capaces de juzgar la realidad. No es posible apartar al chavo del mundo y sus recursos, ahora bien ocupemos dichos recursos para proponer un desarrollo personal dentro de la conciencia de que el riesgo se encuentra presente a cada momento, más la vida misma es un riesgo que hay que vivir, y hay que vivirlo porque ya se está vivo, ya se ha puesto al hombre (alumno, hijo, hermano, padre, tutor, maestro, etc) en la aventura, la vida está viva (Ricardo Peter)

3.- LA ESCUELA COMO UNIDAD PREVENTIVA“Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo,

involúcrame y lo aprendo”.

Benjamín Franklin

Es evidente que la escuela es una de las instituciones sociales y culturales que posee mayor influencia en el ser humano. En este caso: en la vida del adolescente, la escuela desempeña un papel primordial en el devenir humano.

La raíz etimológica de escuela se refiere a “scole” que significa aprender. El ser humano dentro de su desarrollo necesita pasar por procesos de aprendizaje que lo hagan más humano. Dentro de la institución educativa se propone al alumno tanto información como formación y ambos procesos se dirigen a: contenidos, relaciones y experiencias.

Dentro de los contenidos no solamente se refiere a la transmisión de información que le sea útil a la persona y que alimente su razón, también se busca que dichos contenidos sean compartidos de una manera que formen al ser personal y que provoquen inquietud, inconformidad, de manera que el alumno se apropie con el paso del tiempo de dicho proceso educativo, tomando la vida misma como el mejor maestro. Más allá de los contenidos explícitos, como lo son las materias que deben cursar dentro de las aulas se comparten contenidos que expresan la ideología o filosofía desde la cual las personas interpretan la realidad, dichos contenidos expresan una parte de quien se encuentra delante. En el caso de la relación entre maestro y alumno es necesario que el maestro se encuentre en una actitud atenta para percibir los contenidos que reclama el alumno. ¿Por qué utilizar el verbo reclamar? Porque precisamente el adolescente reclama contenidos ciertos, si se lee entre líneas se puede observar que el alumno lo que desea es una

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dirección pero más allá del discurso. Busca profesores que dentro del compartir de contenidos propios de su materia descubra un interés genuino por su destino y de quien se le ponga delante con una actitud sencilla que logre acoger cualquier humanidad. Dicho afirmación puede leerse un tanto pretenciosa pero este programa de prevención de adicciones requiere esa audacia y compromiso consigo mismo, con el trabajo que se le ha invitado a realizar e incluso a jugar su rutina diaria en encontrar un sentido cada vez más profundo.

¿Por qué se menciona que la escuela se presenta como unidad preventiva? Dentro de esta relaciones, enseñanza de contenidos y compartir de experiencia las personas que trabajan o estudian dentro de dicha institución son provocadas constantemente para encontrar vías alternas para acercarse al otro. Los muchachos se encuentran en una situación sumamente vulnerable pero al mismo tiempo esta debilidad puede canalizarse como una fuerza que impulse su voluntad e inteligencia. Es necesario que las comunidades educativas construyan alternativas sanas que aporten a los jóvenes experiencias sobre la verdad, la belleza, la justicia, etc. Y dicho cometido requiere personas ciertas que estén dispuestos a gastarse en la vida.

Las adicciones como se verá adelante se desarrollan dentro de una psicodinamía compleja y se pueden clasificar en: adicciones a sustancias, adicciones a conductas o adicciones a personas. A lo largo del estudio de este manual se logrará detectar que todas las personas llegamos a desarrollar algún tipo de adicción el riesgo no se encuentra precisamente en este hecho, se encuentra en la actitud que tomo ante esta realidad. Es posible abrir la mirada a las propias adicciones de forma que al reconocer los signos en otra persona (en este caso el alumno) no me escandalicen y logre empatía con sus carencias que lo llevan a intentar refugiarse en alguna adicción y compartirle la propia esperanza y fortaleza que he encontrado en mi programa de recuperación.

La escuela hoy en día se encuentra en un momento oportuno para seguir creciendo y atender una problemática muy humana: las adicciones y por la misma raíz de dicha circunstancia las consecuencias al prevenir, detectar y canalizar tienen la posibilidad de ser enriquecedoras y más humanas para toda la comunidad educativa.

La escuela posee herramientas importantes dentro de la formación de los muchachos, cuenta con el tiempo, los contenidos nuevos y retadores para los alumnos, la disponibilidad de proponer actividades enriquecedoras y que lo comprometan consigo mismo, experiencias humanas, maestros consientes de su vocación y posibilidades, padres en su mayoría interesados y dispuestos a contribuir siempre y cuando se les sepa acoger y dirigir, jóvenes sedientos de una vida más justa para con ellos y los demás. Se deben aprovechar la oportunidad de tener el privilegio de contribuir con el proceso de humanización de un hombre.

3.1 Comunidad escolar

Dentro de esta sección se aborda la complejidad que envuelve a la comunidad educativa, dicho organismo social se refiere al conjunto de personas que intervienen y son responsables de la educación de quienes están en edad de escolarización obligatoria. Es

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conveniente dejar claro desde el principio que la función educativa se desarrolla como una actividad conjunta, formada por:

El personal docente

Consejeros o tutores

El personal administrativo

Los alumnos y

Los padres de familia

No es funcional delegar la preparación y formación de los alumnos simplemente a la institución educativa, ya que esta se presenta como una herramienta, apoyo y lugar específico dentro del cual se brinda a la persona (alumno, maestros y padres) la oportunidad de desarrollar su ser personal de manera integral, más el labor es profundamente compartido por el órgano familiar, quien posee la responsabilidad de formar al individuo en un ambiente de seguridad y amor, dentro del cual indudablemente también se topara con las primeras experiencias de frustración y dolor.

Dentro de la etapa adolescente es necesario que se le brinde al joven un espacio y tiempo determinado para la formación de su identidad, el reconocimiento con sus iguales, el descubrimiento vocacional, experiencias que fortalezcan su yo y la comunidad educativa se presenta como una oportunidad optima donde el adolescente puede sentirse en libertad de establecer este tipo de relaciones y experiencias de manera espontánea.

Todo grupo condiciona en mayor o menor grado el comportamiento de las personas pero esta influencia es mayor durante la adolescencia , la vivencias del joven en el marco del grupo son especialmente importantes en la búsqueda de su propia identidad y autonomía, a su vez el aprendizaje social que el grupo proporciona le facilitara el tránsito hacia la etapa adulta, formar parte de un grupo ayuda a desarrollar el sentido de identidad, ya que el grupo ayuda al adolescente a ensayar diversas identidades hasta hallar aquella con la que se sienta mejor el hecho de ser aceptado y de sentirse uno mas en el grupo aumenta la propia autoestima. Da también seguridad y estabilidad la pandilla de amigos aporta seguridad ante las demandas y exigencias de los padres. Ante este periodo lleno de dudas y de sentimientos encontrados al joven le resulta confortable saber que es comprendido por quienes comparte su misma situación vital.

Ya que al adolescente le es mas fácil hablar con gente que comparte sus mismos intereses, ropa, sexo, música, estudios, le tranquilizara saber que es comprendido por su grupo, además de compartir también las habilidades sociales, esto permite asumir nuevos papeles y conocer cuales son las reacciones ante sus propias conductas, además de permitir el resolver por si mismo sus opiniones, conflictos y sentimientos con sus compañeros. (meter a los tutores, su trabajo e intervención)

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El sentido de comunidad para el ser humano es indispensable dentro de su desarrollo biopsicosocial, ya que le brinda las herramientas necesarias desde las cuales podrá entablar un sistema de significados, experiencias de fraternidad y bases sólidas desde las cuales perciba la realidad y su relación con la misma.

Un error que continuamente se comete dentro de la comunidad educativa es el que no se incluyen a todos los miembros en tomas de decisiones trascendentes que afectan el funcionamiento de dicha comunidad. Una comunidad democrática debe implicar al conjunto de sus integrantes en las decisiones más importantes. La confrontación de opiniones, la discrepancia razonada y el respeto a la diferencia suponen un proceso de aprendizaje y de maduración esencial para quienes se están formando

Una educación de calidad, reclamada por todo el mundo, requiere igualmente la participación y el concurso de todos y todas. Al hablar de calidad no se refiere exclusivamente al nivel educativo de acuerdo a la currículo, comienza desde el saludos de buenos días, la mirada con la que atiendo a la realidad de cada persona que se me pone delante, la verdadera vocación, el testimonio y no el discurso, mirar más allá de lo evidente. Así como, la inclusión de mis fallas e incongruencias propias del ser como material para el encuentro con el otro, conmigo mismo y con la realidad. Por ejemplo: la apatía que puede embargar, la rutina, la falta de sentido del trabajo y/o estudio, el enojo, etc. son oportunidades que brinda la acción educativa para incluir la experiencia humana holísticamente y poder acompañar en esta etapa de la vida.

Uno de los objetivos principales como comunidad educativa no se refiere al promedio de calificaciones de sus alumnos, los objetivos deben estar orientados a lo humano, es decir, a buscar actividades alternativas que formen al alumno, que propicie un sentido de pertenencia a un grupo donde se le acompaña al descubrimiento de su yo y el reconocimiento de su humanidad. Un espacio en el cuál se sientan a gusto y no deseen salir corriendo en cualquier momento, donde se sientan parte de dicho organismo con capacidad de crítica, la certeza de ser escuchados y considerados, un lugar donde se fomente el adueñamiento de su libertad y las relaciones que se establezcan intenten dirigirse a lo humano y favorecer un ambiente de fraternidad.

“Es al niño a quien se educa, y para obtener excelentes resultados la única vía posible es mantenerlo en contacto permanente con la vida, para lo cual la propia escuela debe ser catalizadora del entorno, para que éste entre en el aula”. Estas palabras de Bartolomé Cosío sirven de marco de referencia a la importancia que el entorno tiene en la educación.

3.1.1. Maestros: qué tipo de maestros somos y se necesitan-“El educador mediocre habla. El buen educador

explica. El educador superior demuestra. El gran educador inspira”.

William Arthur Ward

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¿Qué se le exige a la persona del maestro o tutor dentro de su experiencia vocacional? Y ¿Cómo el tutor puede acompañar en el proceso de humanización del alumno?

El magisterio de inicio responde esencialmente a la vocación, vista como un “llamado potencialmente revelador que no termina de resolverse nunca”(Guillermo Rivelis). Desde dicho abordaje se sitúa a la persona del tutor desde una perspectiva humana y definida desde la naturaleza del cambio, del proceso. Y al alumno como sujeto que se encuentra profundamente implicado dentro de una relación que intenta provocar lo justamente humano.

Con demasiada frecuencia se concibe el rol del maestro como la persona designada a transmitir conocimientos y participar dentro del proceso educativo de los muchachos y dicha afirmación es cierta, la nota se encuentra en la manera de percibir el proceso educativo, así como la relevancia de cómo transmitir dichos conocimiento.

En primer lugar el proceso educativo desde sus inicios se ha experimentado como un proceso humano. No es posible llevar a cabo dicho proceso desde una lejanía de la propia humanidad del maestro y del alumno. Es necesario para que la relación educativa de frutos y sea verdadera compañía para el otro. Que en primer lugar el maestro se situé como persona ante los demás, es decir, que la persona del tutor reconozca que ser maestro consiste primordialmente en la vocación de compartir. Y si en efecto, es necesario compartir conocimientos relevantes pero más aun que sean importantes para la formación de ambos, que tanto alumnos como maestros se correspondan en el proceso de ser quien realmente son. Ser humano y compartir mi humanidad con mis colegas, superiores y alumnos envuelve no solamente los aciertos y éxitos, sino acompaña en el aprendizaje y rescate del error, la falla, la insuficiencia. El rescate se propicia en el compartir de la propia experiencia y no intentando maquilar las grietas y deficiencias que pueden ser material óptimo de acercamiento.

Es indispensable dentro del encuentro educativo (más adelante se profundizará en la naturaleza sanadora del encuentro) el reconocimiento y acogida de los propios límites y los de los alumnos. La experiencia de toparme con el límite del otro, por ejemplo: el alumno que no desea estudiar, que se encuentra constantemente distraído, la barrera de la total indiferencia, o por el contrario aquel alumno que apuesta su valor como persona en una calificación y el cumplimiento de los deberes simplemente por el hecho de realizarlos sin profundizar en sus significados. Precisamente dichas experiencias abren un mundo de posibilidad dentro del cual el sistema pasa a segundo plano ya que la persona humana que se encuentra delante necesita de mi humanidad para brincar la indiferencia.

La persona del maestro exige igualmente un mundo de significados que tiñe el trabajo de colores y texturas distintas, no siempre hermosas y placenteras, al contrario, es necesario saber que el llamado atraviesa lo humano, exige una respuesta a través de la propia apatía y sin sentido pero si se reconoce la orientación de la propia humanidad, esta sostiene y brinda herramientas para seguir y caminar junto con otro, e incluso posiblemente no me

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agrade del todo, me rete constantemente, en ese momento se puede cuestionar: ¿Qué me revela este alumno de mi ser personal? ¿A qué me invita?

Es necesario proponer las circunstancias que favorezcan la posibilidad de invitar a que el alumno se interese por su proceso de humanización, y que el maestro mismo responda a esa provocación a través de lo humano, el preparar la clase, brindar una sonrisa de calidad y una mirada real a los alumnos, el frustrarse porque no se conseguir el objetivo, el agradecer la atención y el tiempo que se brindan en clase.

Bien lo menciona Guillermo Rivelis: “Acompañar al alumno a mirar con asombro. Si el mundo deja de ser un espacio de atracción, si la vida pierde misterio, si el futuro no despierta curiosidad, si lo que nos rodea es sólo material de aprobación pero no de interrogante y significación, entonces el magisterio no tiene lugar”.