jornadasjovenesiigg.sociales.uba.arjornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/... ·...

34
X Jornadas de Jóvenes Investigadorxs Instituto de Investigaciones Gino Germani 6, 7 y 8 de noviembre de 2019 Rodríguez Buscia, Carlos Martín CONICET/ UNMdP [email protected] Doctorando Cs. Sociales (UBA) Eje 6. Espacio social, tiempo, territorio y turismo Eje problemático alternativo EJE 4. Cultura y Sociedad: Artes, Medios, Tecnologías Digitales. Título de la ponencia: “Viajemos al Norte”: aproximaciones a las representaciones turísticas del NOA desde la fotografía (1900- 1943) Palabras clave Turismo, NOA, Fotografía, Territorio, Representaciones. Introducción Tradicionalmente, la historiografía consideró a las fuentes escritas como el único y más eficiente medio de reconstruir el pasado. Desde hace algunas décadas este postulado fue revisado por las prácticas de la historia oral, la historia de las imágenes y los estudios visuales. Siguiendo los aportes de estos enfoques recientes, el objetivo central del trabajo aquí propuesto será indagar sobre las representaciones del noroeste argentino

Upload: others

Post on 12-Aug-2021

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: jornadasjovenesiigg.sociales.uba.arjornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/... · Web viewEl hotel se amoldaba al nuevo impulso de la modernidad técnica ya que como

X Jornadas de Jóvenes Investigadorxs

Instituto de Investigaciones Gino Germani

6, 7 y 8 de noviembre de 2019

Rodríguez Buscia, Carlos Martín

CONICET/ UNMdP

[email protected]

Doctorando Cs. Sociales (UBA)

Eje 6. Espacio social, tiempo, territorio y turismo

Eje problemático alternativo

EJE 4. Cultura y Sociedad: Artes, Medios, Tecnologías Digitales.

Título de la ponencia: “Viajemos al Norte”: aproximaciones a las representaciones turísticas

del NOA desde la fotografía (1900- 1943)

Palabras clave

Turismo, NOA, Fotografía, Territorio, Representaciones.

Introducción

Tradicionalmente, la historiografía consideró a las fuentes escritas como el único y

más eficiente medio de reconstruir el pasado. Desde hace algunas décadas este

postulado fue revisado por las prácticas de la historia oral, la historia de las imágenes y

los estudios visuales.

Siguiendo los aportes de estos enfoques recientes, el objetivo central del trabajo aquí

propuesto será indagar sobre las representaciones del noroeste argentino (Tucumán,

Salta y Jujuy) durante la primera mitad del siglo XX a través del uso de fuentes

fotográficas.

La externalización de ciertas representaciones (y no otras) involucró estrategias de

poder por parte de grupos sociales hegemónicos. Por lo tanto, será de vital importancia

delinear qué principios legitimaron y guiaron el proceso de selección y difusión de tales

imágenes.

Page 2: jornadasjovenesiigg.sociales.uba.arjornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/... · Web viewEl hotel se amoldaba al nuevo impulso de la modernidad técnica ya que como

La función política de estos instrumentos -constituidos en públicos a través de las

instituciones y la prensa- visibilizó una determinada serie de representaciones culturales

de unos territorios que se re-significaron en tanto espacios de ocio.

Así pues, en las siguientes páginas se intentará abordar un objeto hasta aquí

inexplorado por la literatura especializada, a saber, la territorialización simbólica y

pública del espacio del NOA incorporando utillajes metodológicos que recuperen a las

imágenes y a los medios audiovisuales en tanto vestigios e indicios necesarios para

analizar el polisémico pasado.

Breves líneas de un estado de la cuestión.

Tradicionalmente, la historiografía se basó fundamentalmente en el texto escrito como

la principal, sino única vía posible, de “acceder” al pasado. Esta tradición se mitigó en

las últimas décadas del siglo XX a partir de los enfoques de la historia cultural que

incorporaron a la imagen entre los objetos y utillajes metodológicos con los cuales se

podía construir conocimiento histórico. (Vejo, 2012)

Esta dicotomía asentada por la práctica historiográfica, tendía a reproducir una

disociación jerárquica donde la verdad histórica solo era alcanzable a través de tipos

heterogéneos de fuentes escritas, y marginalmente, o a tono de ejemplificación por

medio de la(s) exposición(es) de las(s) imagen(es).

Esta subordinación de la imagen al texto, sugería una delimitación de contornos fijos y

límites entre ambos y entre las conexiones múltiples entre presente y pasado. Sin

embargo, esta “fronterización” daba cuenta más de unos usos historiográficos

específicos que de una conceptualización crítica de la imagen.

Ahora bien, la historiografía reciente asocia a la imagen con el concepto de

representación, el cual se mezcla lo visual y lo verbal en toda una serie de medios. Tal

como lo señala Mitchell (2009) toda representación es la configuración heterogénea del

aglutinante “imagentexto” en donde se vinculan instituciones, discursos y cuerpos.

Materializada, la imagen toma forma de fotografía, de película, de documental, de

cortometraje, de representación visual-textual. Así entendida, por caso, la fotografía se

constituye en imagen-documento, en un “índice” al decir de Guinzburg (1989). A partir

de esta imagen/ documento se informa una determinada visión de mundo y se posibilita

restablecer las condiciones de emisión y recepción, así como dar cuenta de las tensiones

sociales de producción de dicho mensaje. (Mauad, 2011)

Page 3: jornadasjovenesiigg.sociales.uba.arjornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/... · Web viewEl hotel se amoldaba al nuevo impulso de la modernidad técnica ya que como

Estos aportes teóricos arrojan luz sobre el tema a tratar en este estudio. Justamente, los

simbolismos y estéticas que los espacios destinados al ocio adquieren, lo hacen a partir

de la erección hegemónica de determinadas representaciones visuales.

Ahora bien, existe en este sentido una doble escasez historiográfica: por un lado,

particularmente en Argentina, los estudios históricos sobre el turismo aún son

relativamente incipientes, y prácticamente nulos en la región del noroeste argentino.

Tampoco abundan, precisamente, los trabajos que ahonden en la vinculación de la

fotografía pública y privada con la construcción histórica de territorios susceptibles de

ser turistificados.

La importancia de la imagen radica en que permite explicar, como expresó Bourdieu

(1965) determinadas regularidades en las representaciones de los espacios vinculados al

ocio y condicionar la emocionalidad de los posibles turistas, mucho más eficazmente

que un texto.

Al mismo tiempo, las diferentes expresiones de esa imagen permiten prospectar

definiciones de poder, al traslucir los esquemas estéticos y culturales que las

instituciones y determinados grupos sociales impusieron en un determinado momento

histórico.

Así pues, la imagen no es una mera convención que traza un mímesis con la realidad,

sino que se constituye en un producto cultural que sólo puede ser leído en tanto signo en

el marco de su historicidad. (Fiorini & Schilman, 2009: 161)

Es decir, la imagen puede erigirse en una enunciación que se procura una forma de

discurso específico en un aquí y en un ahora, es decir un contexto socio-histórico

determinado. Como toda enunciación se dirige a un alguien, por lo tanto se agencia una

intencionalidad que no está exenta de tensiones y conflictos sociales.

Utilizar la imagen como documento para entender procesos de simbolización del

territorio resulta crucial ya que esta tiene una gran “capacidad de activación” sobre su

destinatario (Gombrich 1991: 130). De esta manera, la imagen intenta motivar al turista

con una emocionalidad específica y atraerlo a determinados destinos turísticos mediante

un discurso seductor.

Para aproximarnos, a través del uso de la imagen-documento, a la evolución de las

representaciones de los espacios que se constituirían en turísticos en el noroeste

argentino fraccionaremos la temporalidad. Dicha división responde a los avances del

turismo en tanto actividad que se democratiza a lo largo del siglo XX al fragor del

accionar estatal y civil.

Page 4: jornadasjovenesiigg.sociales.uba.arjornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/... · Web viewEl hotel se amoldaba al nuevo impulso de la modernidad técnica ya que como

En primer término, abordaremos la época de un turismo de élite entre 1900 y 1930; y en

segundo lugar reflexionaremos sobre los tiempos en donde hicieron su aparición las

primeras políticas públicas turísticas 1930- 1945.

Los rasgos generales que trazaremos en el devenir representacional del noroeste, deben

entenderse como lineamientos aproximativos que no pretenden autodefinirse como

acabados, sino que se ubican en una dinámica nacional- regional atravesada por

conflictos y tensiones no cerradas a cortes temporales irreductibles o explicaciones

conclusivas.

1.- Turismo de élites y para élites (1900- 1930)

Durante las primeras décadas del siglo XX, “el viaje a Europa” o disfrutar de descansos

prolongados por ejemplo en Mar del Plata, era sólo accesible a las élites. El lento

avance de las clases medias y el beneficio de las vacaciones -para algunos de estos

sectores- fue transformando el panorama en materia turística. Sin embargo, dicha

evolución en términos de ampliación de derechos resultó aún más imperceptible en el

noroeste argentino. Los turistas, tal cómo se los concebía durante esos años, debían ser

gentes que contaran con “recursos para gastar”

Dentro de la región, durante las primeras décadas de 1920, los principales destinos

turísticos eran las Termas de Rosario de la Frontera en Salta y posteriormente las

Termas de Río Hondo en Santiago del Estero. En menor medida, otros destinos de la

élite, menos preeminentes, tales como la Quebrada de Humahuaca doblaban en 1920 su

población durante los meses de Enero y Febrero pasando de 800 a 1500. (Troncoso,

2008: 103) Asimismo, los Valles Calchaquíes en las localidades de Tafí del Valle y

Amaicha del Valle eran el destino de veraneo de las élites tucumanas y de algunos

pocos aventureros, pero se encontraban absolutamente aisladas ya que no contaban con

vías de acceso caminero o ferroviario. También aparecían atractivos locales intra-

provinciales que servían de residencias de descanso especialmente durante los fin de

semanas, como ser Santa María en Catamarca y Villa Nougués en Tucumán.

Los motivos que tenían las élites para visitar tales lugares eran múltiples. Por un lado, el

clima de montaña, como ser la Quebrada en Jujuy o los Valles Calchaquíes, que

entroncaban con un discurso higienista que desde finales del siglo XIX insistía en las

bondades de la naturaleza para prevenir ciertas pestes como el paludismo o curar

“patologías nerviosas” y todo tipo de afecciones (Jarrasé, 2002 y Walton, 2005). En tal

Page 5: jornadasjovenesiigg.sociales.uba.arjornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/... · Web viewEl hotel se amoldaba al nuevo impulso de la modernidad técnica ya que como

sentido, las aguas termales de Rosario de la Frontera habían sido descriptas en sus

beneficios para la salud durante diferentes momentos del siglo XVIII y XIX1,

estableciéndose allí finalmente el “primer balneario sudamericano” en 1880.

Sumado a ello, estos espacios de ocio se constituían en esferas de sociabilidad que

reproducían privilegios de clase, y favorecían las uniones matrimoniales entre la

oligarquía.

Dentro de todos estos lugares de ocio, las élites del noroeste visitaban especial y

asiduamente las Termas salteñas, constituyéndose hacia 1920 en el principal atractivo

de la región.

Como manifestación cultural minoritaria, el turismo de estos sectores acomodados del

NOA se expresaba a través de fotografías privadas, contactos epistolares y presencia en

la prensa de la época. Los destinatarios de las representaciones de aquellos años

quedaban circunscriptos principalmente a los grupos acaudalados tucumanos y salteños

y en menor medida de otras provincias.

El turismo de élite contribuía a que las representaciones ejecutadas se ajustaran a las

prácticas y costumbres dentro de un marco espacial social y simbólico cerrado.

Siguiendo dicha premisa que intentaba implantar en el imaginario la idea de

“exclusividad”, en Rosario de la Frontera la existencia de un amplísimo hotel privado,

construido en 1880 por el catalán Palau, buscaba impactar por su monumentalidad

europeizante en el horizonte descampado del mundo rural salteño.

Foto N°1. “Balneario Rosario de la Frontera. Aguas Calientes.” (Vistas de la República Argentina, 1920a)

1 Filiberto de Mena, en 1772 fue el primero en señalar las características de las aguas. Hacia 1858 el francés Martin de Moussy, a solicitud del presidente Urquiza destacaba que las aguas eran “muy frecuentadas”. Más tarde el gobierno salteño encargaría informes más detallados sobre las aguas a los “estudiosos” Stuart y Host, que serían complementados en 1888 por los informes del químico Schinkendantz contratado por el gobierno nacional.

Page 6: jornadasjovenesiigg.sociales.uba.arjornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/... · Web viewEl hotel se amoldaba al nuevo impulso de la modernidad técnica ya que como

En un mundo de dicotomías, el tiempo inconmovible de la ruralidad encontraba un oasis

que emulaba al lujo de las aristocráticas villas campestres del viejo continente. Una

construcción de tres pisos se levantaba impertérrita en medio del raleo del monte, allí

donde no parecía haber más que peligrosa naturaleza, se erguía la civilización. Las

fotografías tomadas revelaban una estética que expresaba una dimensión específica

dentro del sistema de valores implícitos, es decir de un ethos inserto en la pertenencia a

una clase. (Véanse Foto N° 1 y N° 2)

Foto N° 2. Rosario de la Frontera. Aguas Calientes. Balneario (V.R.A. 1920b)

Los cánones estéticos de las fotografías obedecían a pautas de producción determinadas

que se relacionaban con las prácticas del público que las visualizaba. No se

fotografiaban a obreros rurales cuidando el ganado, principal actividad económica

salteña, sino al edificio que contrastaba con la naturaleza y a los autos estacionados que

denotaban la modernidad del balneario. (Véase Foto N° 3)

Page 7: jornadasjovenesiigg.sociales.uba.arjornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/... · Web viewEl hotel se amoldaba al nuevo impulso de la modernidad técnica ya que como

Foto N°3. Rosario de la Frontera. Aguas Calientes. Balneario. (V.R A., 1920c)

Lentamente se construía un espacio turístico que conjugaba en la representación visual

una naturaleza agreste favorecida por las estaciones termales y una infraestructura

elitista, a la cual asistía gran parte de la red tupida de la oligarquía de la región.

Las fuerzas naturales ahora aparecían domesticadas por el avance del progreso, y sólo

eran asequibles a un círculo cuasi endogámico que se reproducía desde las altas esferas

de la socialización.

El hotel se amoldaba al nuevo impulso de la modernidad técnica ya que como polo

atrayente de ocio presionaba a la conectividad vial necesaria. La llegada del automóvil,

medio de transporte de los sectores más poderosos, complementaba un paisaje que en su

estética poco tenía que ver con la presencia de elementos criollos o nativos.

El uso del caballo sólo quedaría asociado al paseo ocioso que permitía avistar el paisaje

natural para generar un determinado goce emocional. Pero sobretodo, las cabalgatas

eran un componente más de las numerosas formas que asumía la sociabilidad de élite.

Se trataba de una actividad masculina, que reafirmaba virilidad, establecía complicidad

y camaradería entre los participantes. (Véase foto N° 4)

La fotografía se convertía en una alegoría en el cual los individuos son ubicados en un

segundo plano y tienden a reproducir las regularidades colectivas. (Bourdieu, 2003)

Aunque pareciera ser que se intenta retratar una realidad pura y transparente, la práctica

Page 8: jornadasjovenesiigg.sociales.uba.arjornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/... · Web viewEl hotel se amoldaba al nuevo impulso de la modernidad técnica ya que como

de la elección del objeto fotografiable responde a temas y personajes insertos en un

ceremonial específico. (Véase foto N° 4)

Foto N° 4. Cabalgata de turistas en Rosario de la Frontera (Fondo Privado Bonnin Mateo, 1932)

Las fuerzas naturales domesticadas eran socializadas por rituales de élite donde se

reproducía poder. El beber un vaso de agua y el tomar los baños se convirtieron en

momentos de citas, de actos sociales.

El disfrute de estos espacios se daba en un marco privado, donde el Estado no

participaba en la promoción de la actividad. Se trataba de un fenómeno de

monopolización del espacio de ocio que servía como catalizador de reproducción de

clase.

La élite retratada, reproducía los valores sociales y culturales predominantes, por lo

cual, precisamente, la fotografía expresaba una captación estereotipada y esperable de la

realidad social.

Page 9: jornadasjovenesiigg.sociales.uba.arjornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/... · Web viewEl hotel se amoldaba al nuevo impulso de la modernidad técnica ya que como

Foto N° 5. Misa para turistas en las Termas de Rosario de la Frontera. (F.P.B.M, 1930)

Las actividades turísticas se encontraban atravesadas por experiencias de grupo y de

clase, por lo cual, las representaciones fotográficas se pronunciaban en un contexto de

producción determinado. En la foto N° 5 se articulaban diversos sistemas de

disposiciones conductuales: entrelazaba el conservadurismo católico de los personajes

retratados con la “elección” legitimadora de la cámara.

El tipo de turismo que era capturado comunicaba el descanso y el ocio en contacto con

una confortable naturaleza domada, pero crucialmente, en un medio reconocible, sólo

asequible para un público elitista. El territorio se dotaba de materialidad y

fundamentalmente de una significancia específica. (Milton Santos, 1996) No

participaban de la misa obreros o campesinos, sino unos actores que se presumían como

parte integrante de un mismo grupo. Tres rasgos evidenciaban ello: en primer término,

la vestimenta, que siempre fue un elemento distintivo de grupo. La foto N° 5

identificaba a unas personas vestidas según los cánones de género y de la moda de

invierno imperante en los sectores más pudientes. En segundo lugar, la ausencia de una

capilla no era un impedimento para que la Iglesia reprodujera sus valores católicos en

los presentes. Quien estaba bendiciendo a los niños que se acercaban a él, es un Obispo,

parte de la alta clerecía norteña, asistido por un miembro ordenado. La presencia de

Dios no llegaba de la palabra de un miembro eclesiástico inferior, sino todo lo contrario,

Page 10: jornadasjovenesiigg.sociales.uba.arjornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/... · Web viewEl hotel se amoldaba al nuevo impulso de la modernidad técnica ya que como

la Iglesia reservaba a la alta jerarquía la relación con los miembros más destacados y

relevantes de la sociedad. Por último, el tercer elemento sugiere que el conservadurismo

católico de la élite encontraba en ese lugar de ocio, un espacio de reafirmación

identitario excluyente. Toda representación de un espacio turístico manifiestaba

implícitamente la apropiación simbólica e ideológica de dicho territorio y la presencia

de unos actores con sus imaginarios y presupuestos políticos.

En efecto, la apropiación ideológica y simbólica del territorio se efectuaba

públicamente. Los diarios de época se encargaban de discriminar públicamente los

apellidos obligatorios, y la pertenencia a unas determinadas actividades económicas y

políticas necesarias para poder participar de la sociabilidad y los espacios de ocio.

Foto N° 6. “Está en su apogeo la temporada de Invierno en Rosario de la Frontera” (1928) El Orden.

Burocracia estatal, altas esferas eclesiásticas y militares, todos estos sectores constituían

el flujo de turistas que se desplazaban por los principales destinos turísticos de la región.

La prensa exaltaba implícitamente el exclusivismo de la actividad y ponderaba la

sociabilidad de la élite: “la temporada está en su apogeo, realizándose sin interrupción

animadas tertulias y reuniones sociales que ponen en ambiente de ese pintoresco rincón

norteño una alegría y un vigor de vida realmente admirables” (El Orden, 1928a: 5)

Así pues, Rosario de la Frontera se convirtió en un destino ideal para el fin de semana,

favorecido especialmente por la conectividad ferroviaria con Tucumán, Salta y Jujuy; y

también durante algunas semanas en las cuales llegaban “respetables” turistas

provenientes de Córdoba y Buenos Aires. (El Orden, 1928b: 5)

Page 11: jornadasjovenesiigg.sociales.uba.arjornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/... · Web viewEl hotel se amoldaba al nuevo impulso de la modernidad técnica ya que como

Asimismo, la visita a las Termas además de reactualizar los mecanismos de

reconocimiento hacia el interior del grupo, tendía a sedimentar la pertenencia a un

colectivo mayor: la nación. Considerando que la temporada alta coincidía con las

semanas de las “fiestas julias” la élite encabezada los festejos del status quo patriótico

en el marco de la sociabilidad del descanso. (Véase Foto N° 7)

Foto N° 7. “Las familias que pasan la temporada en Rosario de la Frontera celebraron con una lúcida

fiesta danzante el 112 aniversario de la independencia”. (El Orden, 1928c: 5)

2.- Nuevas representaciones y primeras políticas públicas estatales. (1930- 1945)

La década de 1930 significó la presencia cada vez más marcada del Estado en materia

de intervención económica. Las condiciones externas marcadas por un creciente

proteccionismo en Europa y EE.UU obligó al gobierno argentino a tomar una serie de

medidas que incentivaron incipientemente el reemplazo local de bienes que no se

podían importar. El desarrollo vial fue un elemento central de la política económica que

intentaba reducir al mínimo los costes de trasporte de las cosechas y además, reactivar

las condiciones del deprimido mercado laboral.

Este avance en la construcción de caminos también tenía que ver con respuestas

estatales a las demandas de las asociaciones civiles promotoras del desarrollo

automovilístico tales como el ACA y el TCA. Desde principios del siglo XX el

automóvil era el símbolo de lo moderno, y también, el medio ideal para conocer con

“libertad y autonomía” el territorio nacional. Era necesario entonces crear caminos y

una red vial que sostuviera la necesidad hacer turismo. El turismo, abriría, siguiendo las

Page 12: jornadasjovenesiigg.sociales.uba.arjornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/... · Web viewEl hotel se amoldaba al nuevo impulso de la modernidad técnica ya que como

expectativas de la élite dirigente, una nueva veta de desarrollo económico y de ingresos

en el contexto de la crisis internacional y local.

Concretamente, estas expectativas se expresarían en la creación de la Dirección

Nacional de Vialidad en 1932 y de sendas direcciones provinciales a lo largo de la

década de 1930.

Junto con el avance de los caminos, también se dio la aparición de direcciones estatales

nacionales y provinciales especializadas en el fomento del turismo nacional durante las

décadas de 1930 y 1940. El ACA también profundizó su tarea de promoción de las

diferentes zonas del país a través de la distribución de cartas de ruta, recomendaciones

de viaje, apertura de surtidores y estaciones de servicio, señalización de rutas y

publicación de guías hoteleras y turísticas.

Este tipo de transformaciones permitió ir expandiendo las bases del turismo

convirtiéndolo en un fenómeno socialmente más ampliado. (Schenkel, 2017)

Así pues, el Noroeste argentino fue una de las zonas del país que recibió el aporte de

estas políticas públicas e iniciativas privadas.

Los actores privados nacionales, especialmente el Automóvil Club se encargó de

conferir al NOA una serie de imágenes que aglutinaban a las provincias que la

conformaban y a sus destinos turísticos en un gran circuito turístico. Hasta ese

momento, la ausencia de representaciones integradoras de la región había dado cuenta

del localismo de las élites que monopolizaban las prácticas y los espacios de ocio.

Así, se creaban, por primera vez, imágenes unificadoras del territorio del NOA

destinadas a un público nacional que incorporaba a las clases medias.

Asimismo, en Automovilismo, su publicación mensual, el ACA establecía un calendario

anual turístico en el cual se aconsejaba visitar determinada región del país en una época

del año específica.2

Aquí se había definido, siguiendo la tradición de las élites que los meses para viajar por

el NOA eran Junio y Julio, es decir la temporada de invierno. Las alusiones a las

bondades del clima en esta época del año eran uno de los argumentos que la prensa

había usado sistemáticamente para atraer a los visitantes de otras partes del país. Sin

embargo, la aparición de los caminos hizo hincapié no sólo en este aspecto, sino en

otros que lo abarcaban y superaban ampliamente.

2 En las décadas de 1940 y 1950 diferentes guías hoteleras y turísticas se encargarían de difundir un calendario turístico anual que disgregarían a los sitios turísticos del NOA a lo largo de diferentes meses.

Page 13: jornadasjovenesiigg.sociales.uba.arjornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/... · Web viewEl hotel se amoldaba al nuevo impulso de la modernidad técnica ya que como

El ferrocarril quedaba en un segundo plano y las clases medias que podían acceder al

automóvil tenían la posibilidad de disfrutar las bellezas del norte. Se anunciaba,

entonces, que el turismo al norte debía ser “individual y en automóvil” (Automovilismo,

1937)

La ruta 9, que unificaba Bs. As con La Quiaca, habilitada en toda su extensión en 1943,

reducía las distancias y permitía cumplir el deseo de conocer el país.

Durante las décadas de 1930 y 1940 dos elementos simbólicos cobraron fuerza en la

representación del noroeste, por un lado el sentido de belleza ligado con la

espectacularidad de los paisajes “vírgenes y auténticos” y el valor patriótico- nacional

asociado al patrimonio histórico de la región. Ambos elementos, contribuirían a dotar de

una “identidad territorial” al NOA.

1. La “autenticidad” a través de las fotografías públicas del NOA

El carácter denotado de las imágenes intentaba captar la mímesis de los paisajes

norteños, que eran por “esencia” naturales. Grandes valles, enormes formaciones

montañosas erosionadas por el efecto de las lluvias y el viento, desiertos y frondosas

selvas, el panorama paisajístico capturado por la fotografía era el elemento central a ser

mercantilizado.

Inmediatamente, esa selección de imágenes intencionales era cargada de apelativos que

forman una “imagentexto” al decir de Mitchell. Adjetivos tales como lo “grandioso”

“milenario” “extraordinario” en los epígrafes de las Fotos N° 8 y 9 tienden a recrear una

imagen de un paisaje sobrecogedor en la mirada del turista. Como lo señala Barthes

(1986) el mensaje connotado de la fotografía está constituido por una simbólica

universal que es la manera en la que la sociedad piensa. Por ende, el carácter

connotacional de las imágenes del noroeste está atravesado por una retórica

grandilocuente y se reserva para sí la reproducción de estereotipos visuales.

Page 14: jornadasjovenesiigg.sociales.uba.arjornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/... · Web viewEl hotel se amoldaba al nuevo impulso de la modernidad técnica ya que como

Foto N° 8. “Se inició la temporada de Turismo al Norte” (Automovilismo, 1940a: s/p)

Las representaciones culturales de estas imágenes, asociaban el consumo turístico al

goce visual estético caracterizado por una naturaleza descomunal y excesiva que desde

la observación en el vehículo se perdía hasta horizonte.

El único contraste posible en estas imágenes de naturaleza “auténtica” no corrompida

por la mano del humano eran las carreteras.

Las imágenes contraponían dos universos simbólicos de diferente cuño y los integraban

en un solo haz haciéndolos inseparables uno del otro. La naturaleza no podía ser

conocida sin medios ni acceso viales y los caminos se construían en un paisaje que a

través de las representaciones se lo adjetivaba como maravilloso y se compelía al turista

a visitarlo y a disfrutar de su “extraordinaria belleza”.

De este modo, no sólo se disparaban sugestivas imágenes condicionantes de la

subjetividad del futuro turista consumidor de panorámicas paisajísticas, sino también

que enaltecía la tarea realizada por la Dirección Nacional de Vialidad.

En la foto N° 8, las fotografías de las montañas del NOA atravesadas por las carreteras

se encontraban absolutamente desprovistas de tránsito vehicular, pero la sola existencia

del camino refería metonímicamente al automóvil. En dicha foto, el dibujo de un auto,

que se suponía estaba en movimiento le daba dinamismo a la representación: hacer

turismo en el NOA era una cuestión de velocidad, no de quietismo.

Por otra parte, no sólo se operaba una transformación en los destinatarios del mensaje

turístico, sino que el mismo mensaje sobre la naturaleza era diametralmente opuesto al

mensaje decimonónico. La consideración del desierto y el mundo rural salvaje o bárbaro

Page 15: jornadasjovenesiigg.sociales.uba.arjornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/... · Web viewEl hotel se amoldaba al nuevo impulso de la modernidad técnica ya que como

presente en los discursos políticos, literarios y ensayísticos del siglo XIX, daba lugar

hacia 1930- 1940 al deseo de satisfacer un consumo visual de una naturaleza auténtica,

“milenaria”.

Foto N° 9. “El Turismo hacia el Norte del País” (Automovilismo, 1941a)

2. Valorización Histórica del NOA en las representaciones.

El otro elemento presente en las representaciones turísticas del NOA durante las

décadas de 1930 y 1940 fue de carácter histórico.

Todas esas imágenes reprodujeron los posicionamientos nacionalistas de los sectores

hegemónicos de la época. Este cariz ideológico enlazaba directamente con la tradición

de la historiografía profesional, conocida como “Nueva Escuela Histórica”. Los

historiadores profesionales podían liderar el proceso técnico necesario para inventariar

los monumentos y lugares que contribuyeran a sistematizar una nación monolítica. La

decisión política de “recuperar” el acervo nacional arruinado, descuidado, o

sencillamente en vías de desaparición se realizaba en una época caracterizada por la

endeblez institucional y el nacionalismo exacerbado por la segunda guerra mundial. La

consolidación de la Nación a través del accionar del Estado tendía a dar legitimidad al

gobierno, puesto que esta era una tarea que encontraba unanimidad en el arco político.

Page 16: jornadasjovenesiigg.sociales.uba.arjornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/... · Web viewEl hotel se amoldaba al nuevo impulso de la modernidad técnica ya que como

De esta manera se creó en 1940 la Comisión Nacional de Museos y Monumentos

Históricos que tuvo por objetivo sistematizar el acervo patrimonial del país.

En ese marco, el NOA fue ubicado en la centralidad fundacional de la nación argentina

y la invitación al turismo en la región implicaba para el visitante reactualizar en la

experiencia la instauración de su patria y el contacto con el panteón liberal de próceres.

Una de las representaciones visuales más utilizadas en la promoción del turismo en el

NOA fue la imagen de la casa histórica en Tucumán. (Véase Foto N° 10)Foto N° 10. Portada (Automovilismo, 1940c)

Sin embargo, la reproducción imaginaria de este inmueble, contrastaba con la realidad,

puesto que desde 1875 a 1943, las imágenes presentadas en textos escolares, pinturas y

demás publicaciones no coincidían con el templete que recubría el salón de la jura.

(Blasco, 2017)

Así pues, se hizo urgente, hacer coincidir las imágenes colectivas insertas en la memoria

histórica con la realidad arquitectónica del edificio. En 1940 se decidió reconstruir

desde cero todo el edificio, y tres años más tarde, el 24 de septiembre era reinaugurado.

En el discurso de inauguración el presidente de la Comisión, Ricardo Levene expresaba:

Page 17: jornadasjovenesiigg.sociales.uba.arjornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/... · Web viewEl hotel se amoldaba al nuevo impulso de la modernidad técnica ya que como

La reconstrucción de la casa histórica de Tucumán, para darle a la misma la forma

arquitectónica verdadera y artística que tenía en 1816, era una aspiración nacional (…) y

la entregamos a la custodia y al amor del pueblo argentino, el pueblo que continúa en la

trayectoria de los fundadores de la nacionalidad, y marchan con fe a la realización de sus

grandes destinos. (Boletín de la Comisión Nacional de Museos y Monumentos Históricos,

1944: 307, 310)

El NOA incorporaba entonces junto con sus espacios naturales de ocios, una

característica que interpelaba a los argentinos, un sentir nacional presente en sus

edificios, monumentos y lugares históricos. (Véase Foto N° 11)

Las fotografías públicas que fomentaban el “descubrimiento” del norte en automóvil

basaban su discurso en apelaciones a lo nacional, aglutinante de un sentir colectivo.

El atractivo que se construía era simbólicamente convocante, puesto que permitía a los

turistas convertir una excursión en una experiencia cultural sacralizada por un pasado en

común y futuro promisorio compartido.

Foto N° 11. “Nuestro pasado histórico a través de sus monumentos” (Automovilismo, 1941b)

Page 18: jornadasjovenesiigg.sociales.uba.arjornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/... · Web viewEl hotel se amoldaba al nuevo impulso de la modernidad técnica ya que como

Consecuentemente, las representaciones históricas- turísticas del NOA incitaban a

comulgar en un ritual político de un pasado perenne, ahora enmarcado en los

restaurados -o en vías de ser restaurados- monumentos. Allí se mezclaban expectativas

individuales y colectivas y una emocionalidad patriótica que daba unidad nacional y

homogeneiza culturalmente.

El Automóvil Club señalaba que “el Norte argentino nos vincula a nuestra tradición

histórica” (Automovilismo, 1940b). Las imágenes propuestas sufrían la homologación

simbólica entre la percepción de la nacionalidad, aprehendida a través de la

escolarización y reforzada por la opinión pública y las instituciones estales; y el

territorio que se turistificaba a través de su simbolización.

La tradición nacionalista de aquellos años recuperaba raudamente todos los elementos

que vinculaban colectivamente a los argentinos a través de su nacionalidad. Esa

nacionalidad era católica e iba asociada a un panteón de héroes. Por ende, quedaban

excluidas en la mímesis de las imágenes turísticas cualquier referencia a un pasado

discordante o bien elementos foráneos europeos que sostenían ideas por ejemplo,

comunistas.

Junto con la casa histórica de Tucumán, también se promovía el turismo a través de la

visita al Cabildo de Salta, el púlpito de la Iglesia Matriz de Jujuy, el Cabildo de

Humahuaca, la Posta de Yatasto, entre otros monumentos (Véase foto N° 12)

Page 19: jornadasjovenesiigg.sociales.uba.arjornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/... · Web viewEl hotel se amoldaba al nuevo impulso de la modernidad técnica ya que como

Foto N° 12. “Monumentos históricos en suelo salteño” (Automovilismo, 1941c)

Reflexiones Finales

En un marco de escaso desarrollo historiográfico del turismo y particularmente en la

escala regional del NOA, se reflexionó sobre la construcción de las representaciones

turísticas de dicha región a través del estudio de la imagen fotográfica.

En el proceso evolutivo de las imágenes turísticas se comprobaron dos momentos

históricos más o menos definidos. El primero de ellos durante las primeras décadas del

siglo XX caracterizado por un turismo de élite. Los rastros documentales fotográficos

externalizaban las prácticas y hábitos de consumo turístico de estos sectores, así como

también daban cuenta de los espacios de apropiación simbólica y reproducción de

poder. Estas reflexiones se evidenciaron en el caso de Rosario de la Frontera en Salta en

tanto destino turístico nacional.

Ahora bien, desde 1930 hasta la culminación del periodo conservador, en el marco de

políticas públicas en materia de turismo, comenzaron a evidenciarse imágenes públicas

que tenían como objetivo unificar al noroeste en tanto destino a ser visitado por medio

del automóvil.

Page 20: jornadasjovenesiigg.sociales.uba.arjornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/... · Web viewEl hotel se amoldaba al nuevo impulso de la modernidad técnica ya que como

A partir de las publicaciones del ACA se producía un conflicto rupturista entre las

nuevas representaciones promotoras del turismo nacional y las visiones turísticas

tradicionales reproducidas en el ámbito privado de la élite durante las primeras décadas

del siglo XX.

Las nuevas representaciones turísticas dotaron a los atractivos del NOA de dos

elementos “esenciales” susceptibles de ser consumidos: la naturaleza grandiosa que

generaría un goce visual y el acervo histórico- patrimonial que reforzaba, a través de la

visita a los monumentos, la nacionalidad de los visitantes.

Así pues, luego de las reflexiones aquí expuestas, se abren nuevas preguntas e

interrogantes necesarios para contar con un panorama más clarificador de la historia del

turismo en el NOA. A saber, ¿en qué medida, las imágenes unificadoras del NOA

impulsadas por el ACA contradecían las políticas turísticas provinciales enfocadas en

un desarrollo local? O bien, ¿por qué estas representaciones globalizantes de la región

no encontraron un correlato en políticas públicas nacionales que lograran coordinar

armónicamente el accionar provincial aislado y en muchos casos mutuamente

competitivo? Estos y otros interrogantes necesarios en la tarea de la problematización

temática quedan abiertos para un posterior desarrollo de investigación.

Referencias Bibliográficas

Barthes, R. (1986). El mensaje fotográfico. Lo obvio y lo obtuso. Imágenes, gestos,

voces, 11-27.

Blasco, M. É. (2017). Productos culturales conmemorativos: la azarosa constitución de

la Casa Histórica de la Independencia durante la década de 1940. Anuario

IEHS: Instituto de Estudios histórico sociales, 32(1), 51-73.

Bourdieu, P. (2003). Un arte medio: ensayo sobre los usos sociales de la fotografía.

Barcelona: Gustavo Gili.

Fiorini, D., & Schilman, L. (2009). Apuntes sobre el sentido de la imagen. L. Arfuch; V.

Devalle, Visualidades sin fin. Imagen y diseño en la sociedad global. Buenos

Aires: Prometeo.

Ginzburg, C. (1989). Mitos, emblemas e indicios: morfología e historia (p. 138).

Barcelona: Gedisa.

Gombrich, E. (1991) “Imagen y código: alcance y límites del convencionalismo en la

representación pictórica”, en La imagen y el ojo. Madrid, Alianza.

Page 21: jornadasjovenesiigg.sociales.uba.arjornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/... · Web viewEl hotel se amoldaba al nuevo impulso de la modernidad técnica ya que como

Jarrassé, D. (2002) La importancia del termalismo en el nacimiento y desarrollo del

turismo en europa en el siglo XIX. Historia Contemporánea 25, 33-49

John M. Mackenzie, (2005) “Empires of travel: British guide books and cultural

imperialism in the nineteenth and twentieth century”, en John K. Walton

(coord.), Histories of Tourism; Clevedon, Channel View, pp.19-38

Mauad, A., & LOPES, M. (2011). História e fotografia. Cardoso, F. Vainfas, R.(Orgs.).

Novo Domínios da História. Rio de Janeiro: Elsevier, 263-281.

Santos, M. (1996) De la totalidad al lugar. Barcelona: Oikos- Tau.

Mitchell, W. T. (2009). Teoría de la imagen (Vol. 5). Ediciones Akal.

Schenkel, E. (2017) Política Turística y Turismo Social, Una Perspectiva

Latinoamericana, Buenos Aires: CICCUS.

Troncoso, C. (2008). Valorización turística de la Quebrada de Humahuaca (provincia de

Jujuy). La conformación de una nueva oferta turística y los cambios en la forma

de visitar el destino. Párrafos Geográficos, 7(2), 96-123.

Vejo, T. P. (2012). ¿Se puede escribir historia a partir de imágenes? El historiador y las

fuentes icónicas. Memoria y sociedad, 16(32), 17-30.

Fuentes

(1888) Baños termo minerales del Rosario de la Frontera: primer establecimiento

balneario sud-americano. San Miguel de Tucumán: La Razón.

Diario y Revistas

(03/07/1928a) “Está en su apogeo la temporada de invierno en Rosario de la Frontera.”,

El Orden. p. 5.

(11/07/1928b) “Continúa el éxito de la temporada en las Termas.”, El Orden. p.5.

(17/07/1928c) “Las familias que pasan la temporada en Rosario de la Frontera

celebraron con una lúcida fiesta danzante el 112 aniversario de la independencia.”, El

Orden. p.5

(06/1940a) “Se inició la temporada de Turismo al Norte.”, Automovilismo, XXI, N°

246.

Page 22: jornadasjovenesiigg.sociales.uba.arjornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/... · Web viewEl hotel se amoldaba al nuevo impulso de la modernidad técnica ya que como

(07/1940b) “El Norte argentino nos vincula a nuestra tradición histórica”

Automovilismo, XXI, N° 247.

(05/1941a) “El turismo hacia el norte del país” Automovilismo, XXII, N° 257.

(05/ 1941b) “Nuestro pasado histórico a través de sus monumentos.”, Automovilismo,

XXII, N° 257.

(09/1941c) “Monumentos históricos en suelo salteño.”, Automovilismo., XXII, N°261

Fotografías

Bonin M. (1930) “Misa para turistas en las Termas de Rosario de la Frontera”. Fondo

Privado Bonnin Mateo recuperado de http://carlosjesusmaita.blogspot.com

Bonin M. (1932) Cabalgata de turistas en Rosario de la Frontera. Fondo Privado Bonnin

Mateo recuperado de http://carlosjesusmaita.blogspot.com

Kohlmann, F. (1920a). “Balneario Rosario de la Frontera. Aguas Calientes.” Vistas de

la República Argentina.

Kohlmann, F. (1920b) “Balneario Rosario de la Frontera. Aguas Calientes.” Vistas de la

República Argentina.

Kohlmann, F. (1920c) “Balneario Rosario de la Frontera. Aguas Calientes.” Vistas de la

República Argentina.