VULCANÍN Y SUS AMIGOS

Érase una vez, en un lejano país llamado Galifandia, un bosque muy bonito en el que crecían: pinos, robles, abedules y…junto a ellos un enorme volcán. Vulcanín, que así se llamaba el volcán, era muy tranquilo y disfrutaba viendo a los animalillos de bosque corretear sobre sus laderas. Un día, unos cazadores armados con unas enormes escopetas empezaron a disparar a los animales del bosque.

Vulcanín se puso muy furioso y comenzó a lanzar copos de lava sobre los cazadores que huyeron asustados. El volcán, no se dio cuenta de que un copo había prendido sobre unos arbustos del bosque. El fuego se extendía rápidamente y Vulcanín se sentía triste y asustado.

Los animales, en lugar de escapar corriendo, decidieron salvar su hogar. Los pájaros

llenaban sus buches en un río cercano y tiraban el agua desde el cielo abriendo sus picos. Los

castores, utilizaban

sus afilados dientes para cortar las

ramas de los árboles, mientras, sus primas las ardillas las repartían entre los demás animales. Los ciervos, utilizando sus cuernos, construían cortafuegos. Los topos excavaban túneles para llevar el agua desde el río al foco del fuego.

A pesar de todos los esfuerzos el fuego no se apagaba. De repente, Vulcanín se acordó de sus amigas las nubes. Les envió señales de humo y éstas acudieron enseguida a salvar el bosque. Abrieron sus compuertas y el agua empezó a caer a chuzos sobre el bosque.

Por fin consiguieron apagar el fuego y decidieron hacer una gran fiesta en las laderas del volcán para celebrarlo.