volver a pensar la catequesis i

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20/03/14 10:45 Revista Vida Pastoral - SAN PABLO Página 1 de 4 http://www.san-pablo.com.ar/vidapastoral/includes/articulos/imprimir.php?id=511 Revista Vida Pastoral - Año LI - Nº 293 - MAYO / JUNIO 2011 Catequesis Juan Pablo Gasme Volver a pensar la catequesis. El proyecto pastoral global y la práctica catequística Desde su experiencia y su conocimiento, el autor nos propone una serie de artículos desde los cuales repensar la catequesis, en el horizonte del III Congreso catequístico nacional a celebrarse en 2012. Un tiempo problemático para la catequesis Necesitamos repensar la catequesis, su identidad y sus prácticas. Si bien podemos reconocer signos alentadores en el amplio campo de la catequesis, es difícil negar las evidencias de situaciones problemáticas que nos dicen que el sistema general –en su forma tradicional– está en crisis. Muchos síntomas nos hablan del malestar y de la insatisfacción que provoca que el “sistema” tradicional de la catequesis no tenga la fecundidad esperada ni funcione del modo que nos proponemos. Sólo para enunciar algunos nudos problemáticos, mencionemos: La crisis en los canales tradicionales de transmisión de la fe, en el marco de las difíciles continuidades de la trama cultural de la tradición. El frecuente fracaso de los procesos habituales de iniciación, muchas veces reducidos a simple sacramentalización y que, lejos de abrir un camino en la fe, “finaliza” la vida cristiana. Las dificultades para dar centralidad a la catequesis de adultos, que muchas veces sigue siendo débil e infantilizante. La crisis del mensaje que comunica la catequesis y de los lenguajes que emplea en la cultura actual, los cuales parecen no ser entendidos por nadie, se dirigen a auditorios que ya no existen y responden a preguntas que nadie tiene o problemas que nadie vive (ver DECAT-CELAM, La catequesis en América Latina. Orientaciones comunes a la luz del Directorio General para la Catequesis, Santafé de Bogotá 1999). La insuficiente formación de los catequistas y de los agentes de pastoral, laicos y sacerdotes, que, a pesar de los innegables esfuerzos formativos, continúa siendo escasa en alternativas y en profundidad, y poco prioritaria a juzgar por los mínimos recursos económicos que se le dedican. Para hacer frente a los grandes desafíos que se presentan a la catequesis, es necesario repensar su identidad en el marco más amplio de la acción evangelizadora de la Iglesia, de la autocomprensión que ella misma tiene sobre su misión en el mundo. Necesitamos convertirnos pastoralmente al proyecto del Reino El giro decisivo propuesto por el Concilio Vaticano II y los dinamismos de renovación que desencadenó aún no impregnan toda la praxis eclesial. La Iglesia se reconoce totalmente en función de Jesús y su proyecto, el Reino. Es significativa la expresión de J. Moltmann a este respecto: “A los teólogos y teólogas, a los pastores hombres y

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    Revista Vida Pastoral - Ao LI - N 293 - MAYO / JUNIO 2011

    Catequesis

    Juan PabloGasme

    Volver a pensar la catequesis. El proyecto pastoralglobal y la prctica catequstica

    Desde su experiencia y su conocimiento, el autor nos propone una serie de artculosdesde los cuales repensar la catequesis, en el horizonte del III Congreso catequsticonacional a celebrarse en 2012.

    Un tiempo problemtico para la catequesis

    Necesitamos repensar la catequesis, su identidad y sus prcticas. Si bien podemosreconocer signos alentadores en el amplio campo de la catequesis, es difcil negar lasevidencias de situaciones problemticas que nos dicen que el sistema general en suforma tradicional est en crisis. Muchos sntomas nos hablan del malestar y de lainsatisfaccin que provoca que el sistema tradicional de la catequesis no tenga lafecundidad esperada ni funcione del modo que nos proponemos.

    Slo para enunciar algunos nudos problemticos, mencionemos:La crisis en los canales tradicionales de transmisin de la fe, en el marco de lasdifciles continuidades de la trama cultural de la tradicin.

    El frecuente fracaso de los procesos habituales de iniciacin, muchas veces reducidosa simple sacramentalizacin y que, lejos de abrir un camino en la fe, finaliza lavida cristiana. Las dificultades para dar centralidad a la catequesis de adultos, que muchas vecessigue siendo dbil e infantilizante.

    La crisis del mensaje que comunica la catequesis y de los lenguajes que emplea enla cultura actual, los cuales parecen no ser entendidos por nadie, se dirigen aauditorios que ya no existen y responden a preguntas que nadie tiene o problemasque nadie vive (ver DECAT-CELAM, La catequesis en Amrica Latina. Orientacionescomunes a la luz del Directorio General para la Catequesis, Santaf de Bogot1999).

    La insuficiente formacin de los catequistas y de los agentes de pastoral, laicos ysacerdotes, que, a pesar de los innegables esfuerzos formativos, contina siendoescasa en alternativas y en profundidad, y poco prioritaria a juzgar por los mnimosrecursos econmicos que se le dedican.

    Para hacer frente a los grandes desafos que se presentan a la catequesis, esnecesario repensar su identidad en el marco ms amplio de la accin evangelizadorade la Iglesia, de la autocomprensin que ella misma tiene sobre su misin en elmundo.

    Necesitamos convertirnos pastoralmente al proyecto del Reino

    El giro decisivo propuesto por el Concilio Vaticano II y los dinamismos de renovacinque desencaden an no impregnan toda la praxis eclesial. La Iglesia se reconocetotalmente en funcin de Jess y su proyecto, el Reino. Es significativa la expresinde J. Moltmann a este respecto: A los telogos y telogas, a los pastores hombres y

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    mujeres y a todos los que se preguntan preocupados: qu va a ser de la Iglesia?,decimos: olvidad a la Iglesia, pensad en el Reino de Dios, buscad su justicia, yentonces se os dar espontneamente una Iglesia viva! (J. Moltmann, Chi e Cristoper noi oggi?, Brescia 1995, 33).

    En esta misma lnea, Camacho Acosta nos recuerda que ... la tarea principal de laIglesia no ha de ser que todo dentro de ella funcione bien o que vaya crecien-do elnmero de sus fieles, sino hacer llegar a toda la humanidad la Buena Noticia deJess. La Iglesia ha sido convocada para ser enviada. Su verdadera preocupa-cintiene que ser qu mensaje anuncia a los seres humanos, qu hace por ellos, qusalvacin les aporta, qu esperanza les abre, qu vida les ofrece. Ante todo, laIglesia ha de ponerse del lado de los pobres, de los oprimidos, de los marginados, delos que no cuentan o no tienen voz en la sociedad, para hacerles ver que son tanhijos de Dios como el que ms y que tienen asegurado todo su cario, paraacompaarlos en su camino de liberacin y para conseguir que puedan tener unavida digna y que disfruten de los derechos fundamentales inherentes a todo serhumano. Y aqu entrara la misin proftica de la Iglesia, que consiste,fundamentalmente, en la de-nuncia, en nombre de Dios, de toda injusticia y en elanuncio de las nuevas relaciones de amor, paz, libertad y justicia que Dios ofrece yespera de todos sus hijos (F. Camacho Acosta, Iglesia: J. A. Estrada Daz (ed.), 10palabras clave sobre la Iglesia, Estella 2007, 105-106).

    A pesar de los esfuerzos y la buena voluntad, la prctica pastoral de lascomunidades cristianas no ha acompaado mucho el paso del tiempo, el devenir dela cultura, quedando efectiva y afectivamente apegada a la situacin de cristiandad,sin asumir a fondo el rol para el cual se reconoce convocada y enviada: ser levaduradel Reino en un mundo que anhela vida en abundancia... Existen todava temores y apegos a las antiguas estructuras que no permiten soltarlas amarras y navegar mar dentro de la cultura y de la historia, con una actitud desimpata hacia el mundo actual.

    Muchas expresiones nos marcan la conciencia creciente de abandonar un modelopastoral tradicional, propio del tiempo de cristiandad. Los obispos francesesafirmaban en 1996: Rechazamos toda nostalgia de pocas pasadas, en las que elprincipio de autoridad pareca imponerse de manera indiscutible. No soamos conuna imposible vuelta a lo que se denomina cristiandad [... ] pensamos que lostiempos actuales no son ms desfavorables para el anuncio del Evangelio que lostiempos de nuestra historia pasada (Obispos franceses, Proponer la fe en lasociedad actual. Carta de la Conferencia Episcopal Francesa a los catlicos de supas, Paris 1996). Abandonar las nostalgias y asumir los desafos presentes,sabiendo que, como nos dice Aparecida, la conversin pastoral de nuestrascomunidades exige que se pase de una pastoral de mera conservacin a unapastoral decididamente misionera (Aparecida, 370).

    Pero este cambio en la mentalidad pastoral requiere ser traducido en nuevosobjetivos, nuevos modos, nuevas acciones y gestos sin esperar que nos den losmismos resultados que en otros tiempos. En concreto, podramos resaltar lanecesidad de:Un nuevo modelo de cristiano: resignificar la identidad y la espiritualidad,abandonando la clave del fiel practicante para asumir el perfil de creyentecomprometido. Renovadas comunidades cristianas: como espacios defraternidad vivida y real, con un trato humano y relaciones autnticas y profundas,lanzadas al servicio de la justicia, la paz y la vida en el mundo.

    Profundizar el proyecto de Iglesia en la perspectiva del Vaticano II, especialmente enalgunos rasgos: primaca de la fraternidad y la comunin, actitud desinteresada de

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    servicio al Reino en el mundo, opcin preferencial por los pobres, seria reformainstitucional y superacin del clericalismo, reconocimiento de las iglesias particularesy de los carismas laicales, eliminacin de las discriminaciones intraeclesiales,etctera (A. Alberich).

    En el fondo, late la conciencia de que la misin fundamental de la Iglesia no estcentrada en s misma, sino en su presencia en el mundo, para el mundo, al serviciodel proyecto del Reino de Dios. Se trata de repensar, desde esta clave, cmoconstruir, vivir, anunciar y celebrar esa novedad salvfica, que es la esperanza defuturo anunciada por Jess y anticipada en su vida y en su obra.

    Tenemos que reflexionar, desde este marco pastoral, la catequesis. Se imponeabandonar la centralidad que la pastoral tradicional daba a la sacramentalizacin y ala prctica religiosa, para asumir un carcter evangelizador, propositivo, debsqueda, que d prioridad a la iniciacin cristiana, a la maduracin permanente enla fe, realizada en comunidades vivas. Del mismo modo, es imprescindible dejar sinlamentaciones la visin eclesiocntrica y evitar la tentacin fundamentalista y elespritu de cruzada...

    En la prctica de la catequesis, surge la serena conviccin de que el modelotridentino, que en los ltimos siglos domin la escena catequtica, estdefinitivamente superado. El estilo tradicional de la instruccin religiosa doctrinal ymoral, plasmado en los numerosos catecismos de la edad moderna, no basta pararesponder a las exigencias y desafos de la comunicacin de la fe en el mundo dehoy (A. Alberich).

    Si bien estas afirmaciones se respaldan en todo el rico magisterio postconciliar(universal, latinoamericano...), podemos constatar que son mayoritarias lasexperiencias pastorales ancladas en pautas de la praxis tradicional, con unacatequesis que sigue siendo fundamentalmente infantil e infantilizante, pensada paralos sacramentos y poco proyectada hacia afuera. Si bien se pueden ver cosasnuevas en la pastoral y la catequesis, no llegan a ser ms que cambios decorativos,superficiales como un barniz que da brillo, pero que finalmente no cambian lasrealidad. Siguen siendo pensadas desde la matriz de cristiandad.

    La tarea ser, entonces, reflexionar sobre los rasgos caractersticos de un nuevorostro para la catequesis renovada y evangelizadora (su identidad y su prctica), alservicio de una fe personalizada y madura, y en funcin de un nuevo modelo deIglesia y de cristiano que la cultura actual reclama. En camino: construir un nuevo paradigma catequtico desde la clave delReino

    Vista desde la perspectiva ms amplia de la misin de la Iglesia al servicio del Reinoen el contexto cultural actual, la catequesis est llamada a redefinirse. Caberepensar el lugar que ocupa en el proceso evangelizador y su relacin con los otrosmbitos y etapas (primer anuncio, precatequesis, accin pastoral, testimonio). Eneste sentido, es fundamental recuperar la importancia de la catequesis como ofertapermanente de maduracin y crecimiento en la fe, especialmente para los adultos.Podramos decir que crece la importancia de la catequesis.

    Al mismo tiempo, es necesario reforzar la conciencia de que la accin catequstica seinscribe en una experiencia ms amplia que se debe ofrecer a los creyentes. Estllamada a anunciar la Buena Noticia que trae Jess (kerygma, martyra), dando lugara otras experiencias que permitan:Realizar el Reino en el amor concretizado y en el servicio fraterno (diacona).Vivir la novedad del Reino en una experiencia de fraternidad y comunin (koinona).

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    Celebrar la alegra de esta nueva realidad en ritos festivos y liberadores (liturga).

    En sntesis: si antes la catequesis ocupaba un lugar fundamental en tantopreparacin para los sacramentos y las prcticas cristianas, hoy enfrenta el desafode recuperar su funcin especfica en un concierto de acciones eclesiales mucho msamplio, para lograr procesos de maduracin real de los creyentes, para crearcomunidades vivas, humanas, celebrativas, que se comprometan realmente en latransformacin de la realidad.

    Todos tenemos parte en la bsqueda de un nuevo paradigma para la catequesis, enclave de Reino. Es tiempo de profundizar la reflexin y el discernimiento comunitarioy animarnos a cambiar segn el Espritu nos va animando...

    2014 SAN PABLO - Riobamba 230 - C1025ABF Buenos AiresTel. (011) 5555- 2400/2401 Fax (011) 5555- 2425

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