volumen viii experiencias, retos y alternativas...
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EXPERIENCIAS, RETOS YALTERNATIVAS FRENTEA LACRISIS ALIMENTARIASusana Edith Rappo Míguez y Angélica Espinosa Ortega (Coordinadoras)
VOLUMEN VIII
ASOCIACIÓN MEXICANA DE ESTUDIOS RURALES
CAMPESINOS Y PROCESOS RURALES.
DIVERSIDAD, DISPUTAS Y ALTERNATIVAS
Elsa Guzmán Gómez, Gisela Espinosa Damián y Roberto Diego Quintana
(Coordinadores de la Colección)
VOLUMEN VIII
EXPERIENCIAS, RETOS Y ALTERNATIVAS FRENTEA LA CRISIS ALIMENTARIA
Susana Edith Rappo Míguez Angélica Espinosa Ortega
(Coordinadoras)
VOLUMEN VIIIEXPERIENCIAS, RETOS Y ALTERNATIVAS FRENTEA LA CRISIS ALIMENTARIA
Susana Edith Rappo Míguez y Angélica Espinosa Ortega
Coordinadoras
Primera edición 2015
D.R. © 2015, Asociación Mexicana de Estudios Rurales
Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM
Circuito Mario de la Cueva s/n, Zona Cultural
Ciudad Universitaria, 04510, México D.F.
Coordinadores de la Colección: Campesinos y Procesos Rurales. Diversidad, disputas y alternativasElsa Guzmán Gómez
Gisela Espinosa Damián
Roberto Diego Quintana
Diseño de portada: Jimena Azpeitia Espinosa
Diseño editorial: Diego Alfonso Ibarra Soria
ISBN: 978-607-9293-14-7
ISBN de la colección Campesinos y procesos rurales: 978-607-9293-05-5
Digitalizado en México
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Atribución No Comercial Licenciamiento Recíproco.
ÍNDICE
Presentación de la Colección Campesinos y Procesos Rurales
Diversidad, disputas y alternativas �������������������������������������������������������������������������������������� 7
Elsa Guzmán, Gisela Espinosa y Roberto Diego
(Coordinadoras de la Colección)
Presentación del Volumen VIII:
Experiencias, retos y alternativas frente a la crisis alimentaria �����������������������������������11
Susana Edith Rappo Míguez y Angélica Espinosa Ortega
(Coordinadores)
PRIMERA SECCIÓN
DEBATES Y ALTERNATIVAS FRENTE A LA CRISIS ALIMENTARIA
La crisis alimentaria: ¿A quién beneficia? ������������������������������������������������������������������������18
Blanca Rubio Vega
Transformación de prácticas sociales, contradicciones y nuevos retos de loscampesinos en la disputa por los mercados agroalimentarios. �������������������������������������38
Blanca Olivia Acuña Rodarte
Biocombustibles y soberanía alimentaria: una reflexiónpara el México del siglo XXI �������������������������������������������������������������������������������������������������60
Yolanda Castañeda Zavala, Arcelia González Merino y Yolanda Massieu Trigo
Las energías alternativas para el campo mexicano ���������������������������������������������������������80
Julieta Evangelina Sánchez Cano
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SEGUNDA SECCIÓN
EXPERIENCIA DE PRODUCCIÓN AGROPECUARIA MEXICANA
El maíz genéticamente modificado, ese extraño en el Municipio de
Cuauhtémoc, Chihuahua: un recuento ��������������������������������������������������������������������������������99
Marco Antonio Fernández Nava y Jorge Ávila Domínguez
Sistema agroalimentario, agroecología y comercio justo:experiencias del estado de Jalisco ����������������������������������������������������������������������������������115
Peter Gerritsen, Jaime Morales Hernández, Helen Juárez Norma, María de Jesús y Bernardo Hernández
Competitividad de las exportaciones mexicanas de camarón:
un análisis cuantitativo ������������������������������������������������������������������������������������������������������138
Luciano De la Rosa Gutiérrez
El éxito de las PyMEs en el procesamiento y comercialización de hojas para tamal en la localidad de las Palomas, San Luis Potosí ������������������������������������������������������������������158
Juan José Rodríguez Chávez y Esteban Valtierra Pacheco
PRESENTACIÓN DE LA COLECCIÓN CAMPESINOS Y PROCESOS RURALES
DIVERSIDAD, DISPUTAS Y ALTERNATIVAS
Elsa Guzmán, Gisela Espinosa y Roberto Diego
(Coordinadores de la Colección)
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PRESENTACIÓN DE LA COLECCIÓN
CAMPESINOS Y PROCESOS RURALES
DIVERSIDAD, DISPUTAS Y ALTERNATIVAS
La Asociación Mexicana de Estudios Rurales A. C. (AMER), surge de la necesidad
de fomentar, difundir y profundizar la investigación y el conocimiento sobre los
problemas de la sociedad rural mexicana, de ahí su lema: Desarrollo rural sus-
tentable con equidad y justicia social. La Asociación y sus agremiados tratan de apoyar
las actividades de la sociedad civil que coadyuven a resolver los problemas del campo
mexicano, la generación de políticas públicas, el debate y promulgación de leyes por el
Poder Legislativo. Bajo estas convicciones, la AMER es hoy en día la asociación más
importante en su género en el país.
La AMER tuvo su origen en el primer encuentro de investigadores del medio rural
llevado a cabo en Taxco, Guerrero, en 1994; en él se decidió crear la Red Mexicana de
Estudios Rurales. En 1998, en su 2º Congreso realizado en la ciudad de Querétaro, la
asamblea de miembros decidió convertir a la Red en la Asociación Mexicana de Estudios
Rurales. En el 3er. Congreso realizado en la ciudad de Zacatecas en el 2001, la AMER
quedó formal y legalmente constituida como asociación civil. A partir de entonces y por
acuerdo de la asamblea se organiza un congreso cada dos años, en total, se han realizado
nueve.
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PRESENTACIÓN DE LA COLECCIÓN CAMPESINOS Y PROCESOS RURALES
Los congresos de la AMER convocan a la discusión de los diferentes problemas del
México rural, hay temas que se repiten y hay temas emergentes en cada congreso. La
visión crítica y la calidad de los trabajos presentados, el debate académico y político,
el diálogo entre distintas generaciones de estudiosos, la presencia de actores sociales
insertos en organizaciones y luchas del campo mexicano, hacen de los congresos un
espacio crítico, fructífero y esperanzador.
El 8º Congreso Nacional de la AMER, Campesinos y procesos rurales: diversidad, dis-
putas y alternativas, celebrado del 24 al 27 de mayo de 2011 en los recintos de la Bene-
mérita Universidad Autónoma de Puebla, en la Ciudad de Puebla de Zaragoza, ratificó el
compromiso de investigadores, profesores, estudiantes y participantes de las organiza-
ciones de la sociedad civil y campesinas, de pugnar por un desarrollo sustentable con
equidad y justicia social en las sociedades rurales.
Los trabajos del Congreso se llevaron a cabo en 104 Mesas temáticas donde se expu-
sieron 530 ponencias relacionadas con los diez ejes temáticos del Congreso: Sistemas
agroalimentarios, cambios tecnológicos y globalización; Educación, saberes locales y
formación para el desarrollo rural; Estado, políticas públicas y respuestas sociales; Ac-
tores sociales: estrategias y modos de vida; Migración y mercados de trabajo; Pueblos
indios, autonomías y derechos; Movimientos y organizaciones sociales; Configuraciones
rurales, territorio y regiones; Recursos naturales, sustentabilidad y patrimonio cultural,
y Teoría y metodología de los estudios rurales. La Colección que ahora presentamos
consta de diez volúmenes digitales integrados por 81 artículos que originalmente fueron
ponencias y luego de pasar por dictamen, se elaboraron para esta publicación.
El escenario nacional estuvo en el debate académico de este congreso, pues el modelo
neoliberal y las políticas gubernamentales que persisten en apostar sólo al agronegocio,
se han traducido en la quiebra de la economía campesina, generando así empobrecimien-
to rural, una mayor pérdida de autosuficiencia alimentaria, grandes flujos migratorios y
feminización del campo. Además, ya en 2011 no sólo se sufrían políticas de un ajuste
estructural interminable, sino acciones de despojo del territorio y de recursos naturales
para la minería y otros megaproyectos; al acaparamiento del agua, la presión para el uso
de semillas transgénicas, la monopolización de la producción de semillas y alimentos a
favor de grandes empresas y corporaciones, principalmente multinacionales. Aunado
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PRESENTACIÓN DE LA COLECCIÓN CAMPESINOS Y PROCESOS RURALES
a lo anterior, para ese año se vivía intensamente el drama la violencia de Estado de “la
guerra contra el narcotráfico” emprendida por el gobierno federal; así como la descom-
posición social y la delincuencia organizada que va gestándose en este marco adverso
para la satisfacción de necesidades y expectativas de vida de la gente del campo.
Ante este escenario, una parte importante de las ponencias puso énfasis en la resis-
tencia de las sociedades rurales frente a los embates del modelo neoliberal sobre sus
territorios, así como en los esfuerzos por desarrollar estrategias, prácticas colectivas en
torno al saber tradicional, formas creativas de inserción en el mercado global, creación
de mercados orgánicos, agricultura urbana; también se abordaron problemas, experien-
cias y luchas de los pueblos indígenas; y se analizó la presencia y los papeles y proble-
mas emergentes de las mujeres rurales, cuya presencia es cada vez más relevante en el
escenario rural y son las que más sufren los efectos de la violencia y del desgarramiento
del tejido familiar y comunitario. Todo ello, con el afán de generar procesos de cambio
interculturales más equitativos, así como de alcanzar la plena ciudadanización de los
actores rurales y defender el enorme y variado patrimonio natural que nutre las identi-
dades culturales del campo mexicano.
La AMER, en la búsqueda de un diálogo de saberes, ratifica sus objetivos de propiciar
la vinculación con las organizaciones sociales, organismos gubernamentales y de la so-
ciedad civil, con quienes se coincida en el interés y la finalidad de lograr un desarrollo
sostenible, que garantice una vida digna y humana de las poblaciones rurales y urbanas.
Con este afán se hace llegar a las manos del público interesado esta colección que con-
tiene algunos de los trabajos presentados en dicho congreso, como parte de los sentires
y discusiones actuales de las y los estudiosos de los mundos rurales.
Elsa Guzmán, Gisela Espinosa y Roberto Diego
Coordinadores de la Colección
PRESENTACIÓN DEL VOLUMEN VIII
EXPERIENCIAS, RETOS Y ALTERNATIVAS FRENTE A LA CRISIS ALIMENTARIA
Susana Edith Rappo Míguez y Angélica Espinosa Ortega
(Coordinadoras)
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PRESENTACIÓN DEL TOMO VIII
EXPERIENCIAS, RETOS Y ALTERNATIVAS FRENTE
A LA CRISIS ALIMENTARIA
Los ensayos que integran este libro plantean, desde diversas perspectivas, un
conjunto de problemáticas derivadas de la crisis alimentaria y de las condiciones
estructurales en el que se reproduce el campo mexicano y la búsqueda de alterna-
tivas, que si bien no están circunscritas solamente al ámbito rural, son definitorias para
el mismo. Retoman experiencias que reflejan una serie de prácticas sociales que los
diversos actores involucrados despliegan en materia productiva con el fin de enfrentar
los retos de la crisis y los procesos de globalización.
Las problemáticas abordadas en este volumen se desarrollan en dos apartados. En el
primero, titulado Debates y alternativas frente a la crisis alimentaria, se presentan cuatro
capítulos que tienen como eje la crisis alimentaria y su reflexión desde diversos ángulos.
En el primer capítulo “La crisis alimentaria: ¿A quién beneficia? Blanca Rubio se
propone como objetivo mostrar que, a diferencia de la crisis capitalista que llevó a la
quiebra a las empresas industriales, en el ámbito agropecuario, la crisis alimentaria ha
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PRESENTACIÓN DEL VOLUMEN VIII
fortalecido a las grandes empresas agroalimentarias, quienes se han beneficiado de los
elevados precios tanto de los insumos como de los bienes alimentarios, así como de los
subsidios para la producción de agrocombustibles y de las ganancias especulativas con
las commodities, lo anterior en detrimento de los pequeños y medianos productores.
En el segundo capítulo: “Transformación de prácticas sociales, contradicciones y nue-
vos retos de las organizaciones campesinas en el contexto de la disputa por los mercados
agroalimentarios” Blanca Acuña Rodarte presenta un acercamiento al análisis de cómo
en la disputa por los mercados agroalimentarios en México, las organizaciones campe-
sinas han transformado las relaciones sociales, las prácticas culturales y los arreglos
institucionales. Bajo el modelo de empresas campesinas, conformadas alrededor de la
producción y comercialización de granos básicos, estos productores han redimensionado
el quehacer organizativo para competir y disputar el excedente en los mercados agroali-
mentarios con grandes y medianos intermediarios. Asimismo, busca esbozar algunas de
las contradicciones y los nuevos retos que implica esta fase del movimiento campesino.
El capítulo “Biocombustibles y soberanía alimentaria: una reflexión para el México
del siglo xxi”, bajo la autoría de Yolanda Castañeda, Yolanda Massieu y Arcelia González,
tiene como objetivo reflexionar sobre la creciente expansión de la producción de biocom-
bustibles en el mundo y los impactos de la carencia de soberanía alimentaria en México.
Ambos problemas se enmarcan en el nacimiento de un nuevo régimen alimentario-en-
ergético. Teniendo presente que uno de los principales productores de etanol a partir de
maíz es Estados Unidos, este capítulo describe la estrategia hegemónica utilizada para
dominar este nuevo sector productivo y cómo dichas transformaciones están afectando
a la soberanía alimentaria de México, lo que lleva a la necesidad de entender y analizar
las repercusiones en México de la dependencia alimentaria hacia los EU y su liderazgo
en la producción de agrocombustibles.
Cierra este apartado Julieta Sánchez Cano con el texto titulado “Las energías alter-
nativas para el campo mexicano” colocando como discusión central la carrera por la
energía renovable y las repercusiones en el campo, los campesinos y las zonas rurales,
ya que los efectos empiezan a sentirse y cómo se debe actuar y buscar la coyuntura
para lograr la soberanía y la ecoeficiencia energética en las comunidades rurales, es
decir, lograr la eficiencia óptima mediante la utilización de residuos agropecuarios para
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PRESENTACIÓN DEL VOLUMEN VIII
la producción de energía como biogás, biocombustibles, la utilización de energía solar
entre otros recursos. En este capítulo se enfatiza la importancia de que las mismas co-
munidades rurales sean quienes se beneficien de la producción de energía sustentable,
de que esta les otorgue beneficios de soberanía energética, les ayude a mantener el
equilibrio medioambiental, a cuidar los recursos que les pertenecen y a beneficiarse de
ellos.
En el segundo apartado titulado Experiencia de producción agropecuaria mexicana, se
recogen en cuatro capítulos experiencias locales que demuestran la riqueza y comple-
jidad del campo mexicano y sus actores en materia productiva, así como las disputas
presentes.
Abren este apartado Marco Antonio Fernández Nava y Jorge Ávila Domínguez con
el texto titulado “El maíz genéticamente modificado, ese extraño en el Municipio de Cu-
auhtémoc, Chihuahua: un recuento”. Los autores presentan las tendencias tanto de los
productores, ONG y de las empresas agrobiotecnológicas respecto a la posible liberación
de maíz genéticamente modificado (GM) en su fase comercial y a gran escala, así como los
resultados preliminares de las pruebas experimentales de maíz transgénico en el estado
de Chihuahua. El recuento parte de 1993 cuando se otorga en México el primer permiso
de liberación al ambiente de maíz genéticamente modificado, pasando por la aproba-
ción de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (LBOGM) y su
reglamento en 2009, dando certeza jurídica a los solicitantes para la siembra de maíz GM
en fase experimental. Desde 2005, año en que se aprueba la LBOGM, y hasta el 3 de sep-
tiembre de 2013, se han promovido 261 solicitudes de permiso de liberación al ambiente
de maíz GM para su siembra en fases experimental, piloto y comercial en los estados de
Baja California, Sonora, Sinaloa, Tamaulipas, Jalisco, Nayarit, Estado de México, Coahui-
la, Durango y Chihuahua. Para este trabajo, los autores eligieron al estado de Chihuahua,
y en especial el municipio de Cuauhtémoc, porque existe inquietud entre los productores
sobre las pruebas que se están realizando en su entidad. Chihuahua tiene características
particulares: se han desplegado todo un repertorio de comunicados de prensa, marchas,
foros y talleres donde se vislumbra cierta inconformidad, pero también se hace presente
la postura de los productores que están a favor del uso de la nueva semilla GM.
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PRESENTACIÓN DEL VOLUMEN VIII
“Sistema Agroalimentario, Agroecología y Comercio Justo: Algunas experiencias del
Estado de Jalisco” es como se titula el segundo capítulo de este apartado donde Pe-
ter Gerritsen y Jaime Morales Hernández analizan que a partir de la crisis compleja
y estructural de larga duración del campo mexicano, se continúa avanzando hacia di-
ferentes alternativas de desarrollo rural. Dichas alternativas contemplan como uno de
sus componentes a la agroecología, que busca mejorar del nivel de vida de la población
local, la preservación de su cultura y el manejo sustentable de los recursos naturales.
La agroecología se relaciona con la agricultura campesina por los principios en los que
se basan, existiendo un fuerte movimiento agroecológico en México. Este movimiento
se caracteriza por la participación de grupos y organizaciones indígenas y campesinas,
apoyado por actores de la sociedad civil que se orientan hacia la agricultura sustentable
e incluyen dentro de sus estrategias al comercio justo. En el capítulo se presenta un pri-
mer panorama general de la agroecologia y el comercio justo en el estado de Jalisco. Se
describen las características generales, los diferentes grupos y organizaciones involu-
cradas, sus grados de avances, así como los factores que lo influyen. Se termina con una
discusión y conclusiones sobre las perspectivas y desafíos en relación al fortalecimiento
de la sustentabilidad rural desde los espacios rurales.
En el capítulo “Competitividad de las exportaciones mexicanas de camarón: un Análi-
sis Cuantitativo”, Luciano De la Rosa realiza un análisis cuantitativo de la competitividad
de las exportaciones mexicanas de camarón durante el período 1990-2009, utilizando
una versión adaptada del método Análisis de Participación Constante del Mercado para
descomponer el crecimiento de las exportaciones al mercado norteamericano y cuanti-
ficar la parte atribuible al factor competitividad. En este capítulo se advierte que México
presenta crecientes ventajas comparativas reveladas en este producto. Por otro lado, se
estima que la competitividad ha impactado positivamente al crecimiento de las expor-
taciones mexicanas de camarón a Estados Unidos de Norteamérica durante el período
de análisis. Sin embargo, señala el autor, este mejoramiento de la competitividad obe-
dece a factores de carácter específico en el mercado estadounidense, detectando que
la competitividad general en este mercado ha disminuido sobre todo con relación a la
competitividad que están alcanzando Tailandia e Indonesia.
Por último, en el trabajo titulado “El éxito de las PyMEs en el procesamiento y comer-
cialización de hojas para tamal en la localidad de las Palomas, San Luis Potosí”, Juan
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PRESENTACIÓN DEL VOLUMEN VIII
José Rodríguez y Esteban Valtierra tienen como propósito el identificar los factores de
éxito que contribuyeron al desarrollo y consolidación de las PyMEs dedicadas al proce-
samiento y comercialización de hoja para tamal, así como su impacto en el desarrollo so-
cial de la comunidad rural de las Palomas, Municipio de Ciudad del Maíz, San Luis Potosí.
Por último, quisiéramos agradecer el apoyo brindado por Alicia González Rojano;
responsable del Departamento de Publicaciones de la Facultad de Economía de la BUAP,
para que este volumen pudiera concretarse.
Susana Edith Rappo Míguez1 y Angélica Espinosa Ortega2
Coordinadoras del Volumen VIII
1 Profesora – Investigadora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. [email protected]
2 Profesora – Investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de México. [email protected]
DEBATES Y ALTERNATIVAS FRENTE A LA CRISIS
ALIMENTARIA
PRIMERA SECCIÓN
LA CRISIS ALIMENTARIA: ¿A QUIÉN BENEFICIA?
Blanca Rubio
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LA CRISIS ALIMENTARIA: ¿A QUIÉN BENEFICIA?
Blanca Rubio1
Introducción
Las empresas agroalimentarias han comandado el proceso de acumulación de ca-
pital en la agricultura latinoamericana desde hace más de cincuenta años. Sin
embargo, a raíz de la implantación del Modelo Neoliberal, se ha profundizado su
dominio como resultado del auge del mercado agroalimentario mundial, así como del
poder de los países desarrollados, fundamentalmente Estados Unidos, en el ámbito
agroalimentario internacional.
La presencia de las crisis alimentaria y capitalista que estallaron en 2008 y 2009
respectivamente, lejos de menguar este poder lo han potenciado, debido esencialmente
a la importancia que han alcanzado los insumos agropecuarios en el ámbito mundial, así
como al proceso de revalorización de los bienes primarios a raíz de la crisis del petróleo
iniciada en el año 2003.
En este contexto, las crisis alimentaria y capitalista constituyen el inicio de una nueva
fase agroalimentaria comandada por las grandes empresas agroalimentarias y de agro-
1 Investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. Correo electrónico: [email protected]
Agradezco el apoyo brindado por Priscilla del Castillo en la recopilación de la información estadística y documental.
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LA CRISIS ALIMENTARIA: ¿A qUIéN BENEfICIA?
negocios, que están aprovechando el papel estratégico de los bienes agropecuarios para
fincar nuevas formas de dominio y obtener elevadas ganancias, consolidando con ello un
poder de larga data.
En esta ponencia propongo demostrar que la crisis capitalista no afectó a las empre-
sas agroalimentarias como a otros sectores del capital, y, por el contrario, constituyó un
proceso que les ha permitido elevar sus ganancias. Este fenómeno es resultado del he-
cho de que la agricultura (en sentido amplio) constituye una salida a la crisis energética
con el ascenso de los agrocombustibles, lo cual ha generado una demanda de insumos
que es aprovechada por las grandes empresas transnacionales.
Asimismo, la financiación de la rama alimentaria y la llamada crisis alimentaria han
generado un escenario en el cual se produjo un aumento sostenido de los precios de los
bienes agropecuarios, que ya no se encuentra vinculado a la incertidumbre de 2008, sino
que tiene un carácter estructural y permite a las grandes empresas obtener elevadas
ganancias ante las altas cotizaciones de los bienes que comercializan.
De esta suerte, las empresas transnacionales orientadas al campo constituyen la
vanguardia en las transformaciones emanadas de la crisis, en tanto impulsan una rees-
tructuración agroalimentaria fincada en el cambio en la estructura productiva, una nueva
división internacional del trabajo, el impulso a la concentración de la tierra, el despojo y
la desestructuración de las pequeñas unidades productivas del campo.
En el primer punto se aborda la crisis capitalista y alimentaria para analizar en el
segundo apartado el ascenso de las empresas agroalimentarias y agronegocios al fra-
gor de la crisis. En el tercer apartado se aborda el proceso de reestructuración agroa-
limentaria mientras que en el cuarto punto se abordan las empresas agroalimentarias
en México. En el quinto punto se analiza el desenvolvimiento de dichas empresas y su
impacto sobre los productores rurales.
1.- La crisis capitalista y alimentaria mundial
La crisis capitalista mundial que estalló en el año 2008 constituye la expresión más
acabada del agotamiento del régimen de acumulación neoliberal, pero además se con-
densan en ella rupturas más amplias, como la crisis energética y alimentaria que aluden
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BLANCA RUBIO
a la necesidad de transformar las bases tecnológicas y productivas en el ascenso de un
nuevo régimen de acumulación; así como la crisis de hegemonía de Estados Unidos, que
perfila la tendencia a sustituir a la antigua potencia por un nuevo polo de poder.
El aspecto central que entró en decadencia en cuanto al régimen de acumulación
Neoliberal lo constituye el dominio del capital financiero sobre el productivo. Durante el
Neoliberalismo, el capital financiero, pero sobre todo el especulativo, sometió a su lógica
de funcionamiento a los sectores productivos extrayendo valor sin reinvertirlo producti-
vamente, hecho que lo convirtió en un sector parasitario que fue minando la acumulación
y con ello el empleo.
El sobrendeudamiento de la población y la tendencia a la financiarización de las
empresas productivas fueron generando una masa dineraria sin representación real de
valor, lo que provocó un proceso de sobreacumulación financiera cuya burbuja se rompió
primero en el sector inmobiliario. Los fondos especulativos emigraron después hacia
el sector alimentario, generando un aumento en los precios de los granos básicos sin
precedentes en el período reciente. Los fondos de inversión emigraron después hacia
Europa ante la revalorización del euro frente al dólar, hecho que contuvo temporalmente
la crisis, la cual desembocó finalmente en el ámbito financiero en el septiembre “negro”
de 2008, para convertirse posteriormente en crisis productiva durante el año 2009, afec-
tando inicialmente a los sectores industriales principales como el automotriz.
En cuanto a la crisis alimentaria, su manifestación principal la constituyó un fuerte
incremento de los precios en términos nominales, como puede observarse en la siguien-
te gráfica.
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LA CRISIS ALIMENTARIA: ¿A qUIéN BENEfICIA?
Precios Internacionales Nominales de Granos Básicos 2000 - 2010.
0
100
200
300
400
500
600
700
800
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010Fuente: IMF International Monetary Fund, http://www.imf.org
United Nations Conference of Trade and Development UNCTAD, 2010.
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aTRIGO MAIZ ARROZ
La crisis alimentaria constituye un fenómeno complejo al que definimos como un proceso
histórico que consiste en el incremento sostenido de los precios de los alimentos bási-
cos, originado esencialmente por la financiación de estos, en el contexto de un %72 de
países deficitarios en alimentos. Dicho proceso beneficia a las empresas transnacionales
alimentarias y ha generado aumento de la pobreza y movilizaciones de descontento en
un amplio grupo de países del mundo.
El aumento de los precios del petróleo en el año 2003 impactó los costos agrope-
cuarios al alza, generando ya desde esos años un incremento en los precios de los ali-
mentos. Sin embargo, el proceso que disparó los precios en 2008 fue la utilización de
los alimentos como commodities por el capital financiero. Aprovechando el alza de los
costos de los alimentos y la dificultad de su acceso para muchos países, el capital espe-
culativo generó un ambiente de incertidumbre que elevó las cotizaciones a niveles sin
precedentes en términos nominales.
De esta suerte, en la crisis alimentaria se conjuga el problema energético con el fi-
nanciero, dando lugar a una situación de emergencia que colocó a un amplio grupo de
países en una coyuntura complicada.
A pesar de que el punto más álgido de la crisis alimentaria ocurrió en mayo de 2008,
hasta la fecha continúa la tendencia a mantener precios altos debido a dos procesos
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BLANCA RUBIO
entrelazados. Por un lado, continúa la especulación con los bienes alimentarios ante
cualquier coyuntura que genere el elevamiento de los precios, como ocurrió en agosto de
2010 con la sequía y los incendios en Rusia, que generaron un declive en la producción
de trigo, hecho que desató el proceso especulativo mundial generando un incremento en
el precio del 60% y el del maíz en 40% en agosto del 2010. Posteriormente, las restriccio-
nes a la exportación de trigo por la Federación Rusa y Kazajistán generaron el ambiente
propicio para impulsar los precios al alza a fines de 2010 y principios de 2011.
Por otro lado, la agricultura se está convirtiendo en la salida a la crisis energética
con el impulso de los agrocombustibles, cuya promoción desde Estados Unidos tiene
el propósito de contrarrestar el incremento del precio del petróleo, pero esencialmente
recuperar el control sobre los energéticos mundiales.
De esta suerte, se está perfilando un proceso sostenido de precios altos, como re-
sultado del papel estratégico que juega la agricultura en el ascenso del nuevo orden
mundial que está emergiendo.
2.- El ascenso de las empresas agroalimentarias y los agronegocios durante
la crisis
Mientras la crisis ha afectado a los sectores industriales, aquellas empresas vinculadas
al sector primario han encontrado una etapa de crecimiento muy acentuado, con lo cual
se encuentran al margen de la crisis productiva.
Si bien la agricultura tiene un carácter anticíclico debido al rol esencial de los alimen-
tos para la población, hecho que permite que la demanda de productos agropecuarios
no se reduzca demasiado con la crisis, la difusión de los agrocombustibles, y la finan-
ciarización de la rama, han generado por un lado, una demanda creciente de productos
agropecuarios como el maíz, la soya, la palma africana, la caña de azúcar, la jatropha, la
colza etcétera, y por otro, un panorama de precios elevados de los bienes agropecuarios
en general.
De esta suerte, el sector agroalimentario no solamente ha sorteado la crisis, sino
que ha incrementado ampliamente sus ganancias. Quienes se han visto beneficiadas
con esta situación, son en primer término las empresas que impulsan la producción de
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LA CRISIS ALIMENTARIA: ¿A qUIéN BENEfICIA?
agrocombustibles. Archer Daniels Midland tenía en 2006 7 plantas de etanol en Estados
unidos, Abengoa Bloenergy Corporation tenía 3 y Cargill 2.2
El impulso de los agrocombustibles ha resultado ser un gran negocio debido a los
enormes subsidios que otorgan los gobiernos a las empresas que los producen. Se calcu-
la que los gobiernos de distintos países destinaron en 2007 alrededor de 15 mil millones
de dólares en incentivos para este tipo de productos. En 2006, Estados Unidos destinó
5,800 millones de dólares en subsidios a los agrocombustibles y la Unión Europea 4,700
millones (FAO, 2009:22).
Por su parte, las empresas agroalimentarias de distintos rubros registraron pingües
ganancias en el transcurso de la crisis alimentaria. Entre las principales comercializa-
doras, Cargill incrementó sus ganancias en un 69% en 2008 respecto a 2007, mientras
que Bunge registró un incremento de 13%. Entre las compañías de semillas y pesticidas
más grandes del mundo, Monsanto incrementó en un 120% sus ganancias en el mismo
período, Singenta 19%, Bayer 40%, Dow 63% y BASF 37%. Las compañías productoras
de maquinaria agrícola más importantes a nivel mundial incrementaron sus ganancias
en forma considerable. AGCO aumentó en un 61%, John Deere en 17% y Case/New Ho-
lland en 39% (Grain, 2009:2).
Sin embargo, estas ganancias resultan ridículas comparadas con las que obtuvieron
las empresas productoras y distribuidoras de fertilizantes debido al incremento de los
precios de dichos insumos, pues según la FAO el precio de los fertilizantes se incrementó
en un 160% durante 2008. Esto permitió que Potash Corp. de Canadá aumentara sus
ganancias en un 164% en 2008 respecto a 2007, Mosaic de Estados Unidos en un 430%
y Yara de Noruega en un 131% (Grain, 2009: 2). Como indican los estudios de Grain, las
empresas agroalimentarias y petroleras no necesitan operaciones de rescate como los
bancos.
Otro sector que se ha visto beneficiado es el de los grandes productores de maíz para
etanol en Estados Unidos, quienes han sido depositarios de los millonarios subsidios que
el gobierno ha otorgado para alentar el gran negocio de los agrocombustibles. Según la
FAO, en 2007 las plantaciones de maíz en Estados Unidos se incrementaron en un 18%.
2 Datos de “A Blueprint for green energy in the Americans, 2007, p. 230.
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BLANCA RUBIO
En América Latina, quienes se han visto beneficiados con esta situación son los em-
presarios de los agronegocios que impulsan la soya, la palma africana, el maíz y la caña
de azúcar. Esta situación se refleja claramente en el aumento de la superficie cosechada
de los nuevos cultivos dinámicos.
En Brasil, la plantación de caña de azúcar creció de 4.5 millones de hectáreas en 2006
a 8.5 millones de hectáreas en 2008. En 2007 la soya ocupó un área de 22.5 millones de
hectáreas, una adición de 11.4 millones de hectáreas sobre el área sembrada en 2006.
En Argentina el 50% de las tierras cultivadas del país son de soya transgénica, mien-
tras que en Paraguay, el 80% de la superficie cultivada del país está dedicada a la soya.
En cuanto a la palma africana, en Ecuador comprende más de 200,000 hectáreas,
registrando un incremento de 300% durante la última década, hecho que lo ha llevado a
ocupar el segundo lugar en la producción de este bien en América Latina (Jácome López,
2009:191). En el caso de Colombia, de un área cultivable de 62, 668 hectáreas, el 67% se
encuentran cultivadas de palma africana (Monsalve, 2009:160).
En Guatemala, la superficie sembrada de caña de azúcar se ha cuadruplicado en los
últimos 30 años pasando de 3.4% de la superficie agrícola total en 1980 a 11% en 2007.
En cuanto a la superficie con palma africana, será en 2012 casi cuatro veces mayor que
la de 2005 (Alonso, 2009:200).
Como puede observarse en estos datos, los monocultivos han ido copando la superfi-
cie de cultivo en estos países hasta convertirse en una gran mancha que domina la agri-
cultura en todos los sentidos. En cuanto a las empresas agroalimentarias que comandan
la comercialización y el modelo tecnológico de los cultivos para la alimentación, han
tenido también una trayectoria ascendente durante la crisis, como se verá más adelante
para el caso de México.
Podemos concluir que las grandes empresas nacionales y transnacionales orienta-
das a la producción de bienes agropecuarios en general, pero en particular a los ali-
mentos básicos y agrocombustibles, se han visto beneficiadas con las crisis capitalista y
alimentaria, en tanto la agricultura se ha convertido en una rama estratégica en el nuevo
orden mundial que está emergiendo.
— 25 —
LA CRISIS ALIMENTARIA: ¿A qUIéN BENEfICIA?
3.- El proceso de reestructuración agroalimentaria en América Latina
El comportamiento de la agricultura se ha distinguido, no solamente porque ha escapado
a la crisis productiva, sino porque ha surgido tempranamente en ella un proceso de re-
estructuración que empieza a delinear las pautas del nuevo orden agroalimentario que
emergerá de los escombros del anterior.
Desde 1982 y hasta 2003 imperó el orden agroalimentario neoliberal, que emergió
en el contexto de bajos precios del petróleo, el dominio del capital financiero sobre el
productivo y la hegemonía política y militar de Estados Unidos en el ámbito mundial.
Durante este orden mundial la estructura productiva, pero esencialmente de las
exportaciones, estuvo comandada por los bienes básicos para la alimentación, princi-
palmente los cereales. Los países desarrollados, pero en particular Estados Unidos, se
convirtieron en los principales exportadores de dichos bienes. En 1980 Estados Unidos
concentraba el 51% de las exportaciones de cereales en el ámbito mundial.3
Dicho país impulsó una forma de dominio sustentada en la imposición al interior del
país de precios por debajo del costo, los cuáles eran compensados con elevados subsi-
dios concentrados en una reducida elite de productores. Para 2002, los precios de maíz
y trigo en Estados Unidos se situaban 20 y 46% respectivamente por debajo del costo de
producción (Mittal y Rosset, 2003:121).
Debido a la importancia de dicho país en el mercado mundial, los precios que esta-
bleció se convirtieron en referentes internacionales, con lo cual sobrevino una etapa de
desvalorización de los bienes alimentarios y materias primas en el ámbito mundial.
Esta forma de dominio agroalimentario concluyó en 2003 con el alza sostenida de
los precios del petróleo. La crisis alimentaria que se ha narrado acabó por dar el tiro de
gracia a la desvalorización de los productos con el incremento inédito de los precios de
los alimentos y las materias primas en el ámbito mundial.
En este contexto, la crisis alimentaria y capitalista fracturaron las condiciones que
habían permitido una forma de dominio centrada en la desvalorización de los productos.
Al fragor de la crisis empezó a surgir una reestructuración agroalimentaria cuyas carac-
3 Datos elaborados con base en: fAO: fAOSTAT. www.fao.org. Roma, Italia. 2004.
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BLANCA RUBIO
terísticas principales son las siguientes:
1. El ascenso de los agrocombustibles que hemos narrado tiende a convertir a los
llamados cultivos energéticos en quienes comandan la estructura productiva, ya que son
los que crecen más rápido, tienden a ocupar la mayor parte de la superficie sembrada y
además se prevé que en breve sean los que definan los precios mundiales. Toda vez que
los mercados energéticos son mayores que los alimentarios;
Sería la demanda de energía y no la demanda de alimentos, la que fijaría los precios de los productos agrícolas y estos estarían vinculados a los precios de la energía. Esto sería claramente, una ruptura radical de la manera en que los precios de los productos agrícolas se han determinado en el pasado (FAO, 2009:23).
En el caso de América Latina, se observa una tendencia muy marcada al ascenso pro-
ductivo de los insumos para agrocombustibles.
Como puede verse en las siguientes gráficas, el maíz y la soya, ambos utilizados
para agrocombustibles, ocupan juntos, para el 2007, el 49% de la superficie cosechada
en América Latina. Asimismo, se observa una tendencia al desplazamiento de varios
cultivos como el trigo, el arroz, el sorgo y los frijoles secos. Otros cultivos que son base
para la producción de etanol, como la caña de azúcar, registran también ascensos, pues
esta plantación desplazó en 2007 al trigo del tercer lugar que ocupaba en el año 2000.
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LA CRISIS ALIMENTARIA: ¿A qUIéN BENEfICIA?
1. Esta estructura productiva se impulsa sobre una combinación del viejo modelo productivo mecánico-químico, con el impulso del monocultivo y los insumos quí-micos, junto con el nuevo modelo tecnológico que está surgiendo, sustentado en el uso de los organismos genéticamente modificados. En Estados Unidos el 80% de la producción de maíz se lleva a cabo con semillas transgénicas.4
2. En la transición de la crisis ocurre un proceso de financiarización de los bienes alimentarios, como ya se señaló, que genera un ambiente de incertidumbre en la capacidad de abastecimiento de alimentos a la población. Esta incertidumbre apuntala al alza los precios y lleva a las economías desarrolladas y emergentes a fortalecer la producción alimentaria nacional. Se establece, por tanto, un proceso cíclico de alza de precios debido al fuerte sesgo especulativo.
3. El impulso de los agrocombustibles y la financiarización en un entorno de precios del petróleo al alza, lleva a un proceso de revalorización de los bienes alimentar-ios y materias primas que contrasta con la etapa de desvalorización que privó en el Neoliberalismo. Tal situación dificulta a las empresas transnacionales continu-ar con la estrategia centrada en el impulso de precios “dumping” y el despojo del valor de los productores en las economías nativas.
4. Se ha generado una guerra alimentaria en la cual Estados Unidos enfrenta a Chi-na, India y los países árabes en la lucha por la hegemonía. En ella, los alimentos constituyen un arma fundamental. Toda vez que India y los países árabes son de-ficitarios en alimentos y China recién recupera la autosuficiencia, Estados Unidos ha utilizado el elevado precio de los alimentos vía la financiarización para debilitar a sus rivales. Ante esta situación, los países afectados han respondido impulsan-do la compra de tierras en países dotados de buenas condiciones naturales, con el fin de sembrar alimentos y abastecer directamente a su población. Se trata de un proceso similar al de la relocalización industrial que ocurrió en la etapa del modelo neoliberal y que fue conocida como “nueva división internacional de tra-bajo”, según la cual las industrias descomponían parte de sus procesos produc-tivos para instalarlos en los países del tercer mundo. En el proceso mencionado, los países compran tierras en otros países y siembran cultivos para su población
4 www.gmo-compass.org
— 28 —
BLANCA RUBIO
en un fenómeno que se conoce como “dislocación” y se encuentra comandado por grandes empresas o bien por los gobiernos de los países.
5. El mercado deja de ser el espacio privilegiado para la obtención de alimentos debido a los elevados precios, la incertidumbre alimentaria que provoca la finan-ciarización y las restricciones a las exportaciones que ocurrieron en 2008 y 2010, un amplio grupo de países está optando por producir sus propios alimentos y de-pender lo menos posible del mercado. El libre mercado en el terreno alimentario, está llegando a su límite.
6. El proceso de concentración de la tierra que ha generado el incremento de la rentabilidad agropecuaria, así como los elevados precios, han hecho renacer el fenómeno de la renta de la tierra que había sido desdibujado en el neoliberalismo con el establecimiento de los precios por debajo del costo. Asimismo, debido a la transformación de los granos en commodities, se genera una renta financiera que es apropiada por el capital especulativo. Todos estos sobreprecios de los bienes agropecuarios generan las bases para una transferencia de valor de la industria a la agricultura frenando con ello el motor del desarrollo capitalista. Tal situación está configurando una nueva relación industria-agricultura.
7. El capital que comanda la reestructuración agroalimentaria es, en primer término, el de las empresas petroleras y agroalimentarias que impulsan los agrocombus-tibles y que ya hemos mencionado. En América Latina, los capitales nacionales y extranjeros que impulsan los agronegocios. En el plano tecnológico lo comandan las empresas semilleras que impulsan los transgénicos, como Monsanto. Gran parte de estas empresas han incursionado también en el terreno financiero. Lo novedoso en este terreno es que las empresas se tornan grandes conglomerados con perfiles comerciales, energéticos, alimentarios y financieros a la vez.
8. Como en toda etapa de expansión y dada la rentabilidad productiva actual, tiende a generarse un proceso de despojo de la tierra y los recursos naturales de los pequeños y medianos productores, fundamentalmente indígenas. El caso más emblemático es el de la Argentina con la expansión del cultivo de la soya. En Co-lombia, la expansión de la palma de aceite ha traído también un fuerte despojo de los campesinos, sobre todo en el sur de Bolívar y en Magdalena Medio (Castrillón y Alvarez, 2008).
En Perú hay intereses por deforestar el bosque Amazónico para la producción de palma
aceitera para biodisel. En la costa, la empresa norteamericana Maple adquirió cerca de
12 mil hectáreas de tierras eriazas en el valle del río Chira para sembrar caña de azúcar
y producir etanol (Eguren, 2009).
Los aspectos de la reestructuración que se señalan, corresponden a la salida neolibe-
ral a la crisis, comandada por el capital energético y transnacional agroalimentario, que
fortalecen los procesos de exclusión y despojo de los pequeños y medianos productores.
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LA CRISIS ALIMENTARIA: ¿A qUIéN BENEfICIA?
Como todo proceso de transición, tenderán a fortalecerse o debilitarse en función de
la correlación de fuerzas que se establezca en la salida capitalista de la crisis. Hasta
ahora, sin embargo, tienden a consolidarse.
4.- Las empresas agroalimentarias en México
A diferencia de los países del Cono Sur y Centro América, en el caso de México no se ha
expandido la producción de insumos para agrocombustibles. A pesar de que el maíz es
un cultivo muy importante, la fuerte dependencia en las importaciones de este grano,
que ronda entre el 25% y el 28% del consumo nacional, llevó a la prohibición de su uso
para la producción de etanol, por lo que incluso las plantas que se habían construido en
Sinaloa y Tamaulipas se quedaron inactivas.
El cultivo que se ha propagado es la jatropha. Actualmente se encuentran sembradas
7 mil hectáreas en el estado de Chiapas y está en construcción una planta de biocombus-
tibles en Puerto Chiapas en la que se espera la producción de 21 mil litros por día. Sin
embargo, se trata básicamente de producción ejidal bajo los auspicios del gobierno, que
no tiene por tanto la connotación de agronegocios que presenta en otros países.
El impulso de monocultivos se ha iniciado ya con la siembra del maíz en Sinaloa
y Chihuahua, con características similares a las ocurridas con la soya y otros cultivos
comerciales. En el caso de Chihuahua, la impulsan los menonitas, que son una secta que
cuenta con capital norteamericano y ha obtenido permiso para abrir pozos indiscrimina-
damente, hecho que ha llevado al agotamiento de los mantos freáticos y a un proceso de
desertificación de la tierra, ya que una vez que agotan los pozos trasladan la producción
a otros espacios que depredan de la misma forma. El maíz, sin embargo, se sigue usando
para cuestiones industriales (almidón) y ganaderas.
En cambio, el dominio cabal de la producción y de los productores lo ejercen las em-
presas agroalimentarias tanto de capital transnacional como Cargill, ADM, Nestlé, etc.,
como nacional; tal es el caso de Bimbo, Gruma, Minsa, entre otras.
Se trata de empresas oligopólicas que controlan la comercialización y en algunos ca-
sos la transformación del producto. Según la Asociación Nacional de Empresas Comer-
cializadoras, 20 empresas transnacionales controlan el sector agroalimentario nacional.
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BLANCA RUBIO
En el caso del maíz, cuatro empresas comercializan el 66% de este grano en el país.
Se trata de Maseca, Minsa, Cargill y Archier Daniels Midland. Como se sabe, estas dos
últimas son empresas de capital norteamericano con carácter transnacional que tienen
un enorme poder en el comercio de los granos en el ámbito mundial.
“A nivel mundial, Cargill controlaba en 1999 el 45% del mercado mundial de granos, el
42% de las exportaciones de maíz en USA, el 30% de las de soya y el 20% de las de trigo.
Por su parte, Archer Daniel Midland (ADM) controla cerca del 30% del mercado mundial
de granos. En el caso de la soya a escala mundial, Bunge, ADM y Cargill controlan directa-
mente el 75% del mercado y esa mismas tres compañías controlan el 80% de la industria
procesadora de soya en la Unión Europea” (García, Rivera-Ferre y Ortega-Cerda, 2008).
Maseca y Minsa, en cambio, son empresas cuyo capital es de origen mexicano, pero
tienen también un carácter transnacional, pues abastecen mercados de Estados Unidos
y de América Latina.
El conjunto de empresas se ha visto muy beneficiado con la firma del Tratado de Libre
Comercio y sobre todo, con la liberalización cabal de los bienes agropecuarios que ocu-
rrió en el 2008, ya que les ha permitido comercializar a precios por debajo del costo los
granos básicos, aprovechando un amplio mercado en México. Tal situación ha provocado
un incremento muy fuerte de las importaciones de granos. De enero de 2007 a enero de
2008 se dispararon las importaciones de maíz blanco en un 384%, mientras que las de
maíz amarillo para uso forrajero, almidones, fructuosa y botanas crecieron en mil 888
por ciento respecto al año anterior. 5
Estas empresas, además, se han visto fuertemente apoyadas por los gobiernos en
turno a través de subsidios para la comercialización y exención de impuestos.
Al iniciarse la crisis alimentaria en mayo de 2008, el gobierno federal autorizó a las
empresas comercializadoras, encabezadas por Cargill, un incremento mensual de cien
pesos a la tonelada de maíz. Este “nuevo apoyo” se sumó a la entrega de 190 pesos por
flete y 185 por almacenaje y pignoración por cada tonelada de grano. Esto significó un
apoyo de 475 pesos para las comercializadoras por cada tonelada de grano, con el pro-
5 Imagen Agropecuaria. 15 de abril de 2008.
— 31 —
LA CRISIS ALIMENTARIA: ¿A qUIéN BENEfICIA?
pósito de “contener” el precio de la tortilla y garantizar el abasto.6
Además de beneficiarse de estos apoyos, las empresas agroalimentarias han im-
puesto al interior del país precios deprimidos a pesar de que los precios internacionales
se han incrementado. En el caso del maíz, mientras el precio internacional en 2008 es-
taba en $3, 200 pesos la tonelada, pagaban al interior $2, 450 pesos. En el caso del trigo,
mientras el precio internacional era de $3, 250 pesos la tonelada, el precio interno que
pagaban era de $ 2, 650 y en el caso de la leche, mientras el precio rentable ascendía a
$5.50 pesos el litro, las transnacionales pagaban a $2.50 pesos el litro.7
En este contexto, las empresas se vieron altamente favorecidas por la crisis alimen-
taria, debido al incremento de los precios internacionales, así como a las estrategias que
ya se mencionaron.
Como se puede observar en el siguiente cuadro, la tasa de crecimiento de las ven-
tas realizadas durante la crisis alimentaria registra aumentos muy claros, como en el
caso de Bimbo 23.36%, Grupo Industrial Lala 25.17%, Grupo Minsa 19.69%. Sin embargo,
quien encabeza la lista es Monsanto con un crecimiento del 26.15% de 2007 a 2009.
0.00% 5.00% 10.00% 15.00% 20.00% 25.00% 30.00%
Grupo MonsantoGrupo Industrial Lala
Grupo BimboGrupo Minsa
GrumaSigma Alimentos
Grupo La ModernaGrupo Bachoco
Grupo HerdezPilgrim´s Pride
Grupo BafarNestlé México
Ganaderos Productores …Grupo Ceres
Danone México
Fuente: Revista Expansión. Las 500 empresas más importantes de México. CD y Base de Datos online. Varios años.
Tasa Media de Crecimiento Anual de las Ventas netas de las empresas agroalimentarias más importantes de México 2007 - 2009.
En cuanto a las utilidades, se observa también que las grandes empresas registran tasas
de crecimiento muy elevadas; como es el caso de Bimbo, con 22.94%, Leche Pura con
6 “Apoyos a Cargill y otras comercializadoras”. Diario La Jornada. 17 de mayo de 2008.
7 Imagen Agropecuaria, 2009.
— 32 —
BLANCA RUBIO
54.35%, Minsa con 26.14%, La Moderna con 16.77% y Monsanto con 28.18% en el período
2007-2009.
-60%
-40%
-20%
0%
20%
40%
60%
Ganaderos Productores
de Leche Pura
Grupo Herdez Grupo Monsanto
Grupo Minsa Grupo Bimbo Grupo La Moderna
Sigma Alimentos
Gruma Grupo Bafar Grupo Ceres
Fuente: Revista Expansión. Las 500 empresas más importantes de México. CD y Base de Datos Online. Varios años.
Tasa media de crecimiento anual de las utilidades netas de las empresas agroalimentarias más importantes de México 2007 - 2009
TCMA 07-09
Aun cuando algunas empresas alimentarias muestran declives en la tasa de las uti-
lidades, se observa que las grandes empresas agroalimentarias alcanzaron elevados
índices, lo cual demuestra que la crisis les benefició ampliamente.
En el caso de la empresa Monsanto, además de las grandes utilidades y ventas que
registra, ha presionado fuertemente al Gobierno para que se permita la experimentación
y venta de semillas transgénicas de maíz, hecho que ha provocado una fuerte reacción
de las organizaciones campesinas y ecologistas en tanto México es cuna originaria de
este grano en el ámbito mundial, lo cual puede provocar un desastre en la diversidad
genética del país.
El 6 de marzo de 2009, se publicaron las modificaciones al Reglamento de la Ley de
Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (LBOGM), cuyo aspecto central
consiste en eliminar el Régimen de Protección Especial del Maíz con el fin de permitir la
siembra experimental de maíz transgénico. Dichas modificaciones permitieron plantar
maíz transgénico en los estados de Sinaloa, Chihuahua, Tamaulipas y Sonora durante el
ciclo de otoño (agosto-octubre del 2009).
— 33 —
LA CRISIS ALIMENTARIA: ¿A qUIéN BENEfICIA?
A pesar de que aún no se concluye la evaluación de esta fase experimental, Monsanto
está exigiendo la apertura de la fase piloto con tres permisos de liberación para 30 mil
hectáreas en el estado de Sinaloa.
Existe además una enorme contaminación con transgénicos en varios estados del
país. Se sabe por la experiencia en otros países que las transnacionales semilleras con-
taminan a propósito los sembradíos para obligar a los gobiernos a aprobar el uso de
organismos modificados genéticamente cuando ya no tiene caso su prohibición al estar
propagados en amplias superficies.
No solamente en el caso de los granos se encuentra la oligopolización y el control
sobre la comercialización de los productos. Esta situación se observa también en el café.
Amsa y Nestlé, de origen suizo, absorben el 60% del café nacional. Esta última em-
presa registró un incremento en sus ventas del orden de 8.95% en el período 2007-2009.
Actualmente, dicha empresa pretende incentivar la producción de café robusta, de baja
calidad, de 150 mil a medio millón de sacos por año. México es un país productor de café
de altura en el tipo de otros arábigos, sin embargo, esta empresa con la complicidad del
gobierno, pretende convertir al país en otro Vietnam; productor de café de baja calidad
para sus mezclas solubles, sin importarle las enormes pérdidas que tendrían los pro-
ductores que hoy cultivan un café de mayor calidad.
5.- El impacto de la expansión agroindustrial sobre los productores rurales
En México existen 4,067,633 unidades de producción según el último Censo Agropecuario
de 2007. De ellas, el 74% son minifundistas, el 18% son transicionales y solo el 6% son
de gran escala. El impacto que han traído consigo la crisis capitalista y la alimentaria,
así como la expansión de las transnacionales, es muy desigual dependiendo del tipo de
unidad. Los que se vieron más afectados fueron los minifundistas y los transicionales,
que juntos suman el 92% de las unidades de producción. Dichos productores enfrentaron
el aumento de los costos sin compensación en el precio de sus productos debido a las
estrategias de las empresas que hemos narrado. Los únicos que salieron beneficiados
fueron los grandes productores exportadores que constituyen solamente un 6% del total,
pues pudieron aprovechar los elevados precios internacionales.8
8 Datos del VIII Censo Agrícola, Ganadero y forestal, INEGI, México, 2007.
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BLANCA RUBIO
Asimismo, los pequeños y medianos productores se han visto afectados por la crisis
capitalista en dos sentidos. En primer término por el aumento en los precios de los ali-
mentos que consumen. Según la FAO, el índice de precios de los alimentos fue de 52% en
2008 con relación a 2007 (Soto Baquero, 2008:4).
Por otra parte, el declive del empleo en Estados Unidos y Europa generó una caída del
empleo para los migrantes y de las remesas que envían a sus países de origen.
Se puede concluir que el carácter estratégico de la agricultura, tanto en la salida
neoliberal a la crisis energética como en la financiarización de los alimentos, ha llevado
a que no se desarrolle una crisis capitalista propiamente dicha en el sector y, en cambio,
ha generado enormes ganancias a las grandes empresas agroalimentarias que dominan
este ámbito. En cambio, ha ocurrido el empobrecimiento de los pequeños y medianos
productores como resultado del dominio de las empresas agroalimentarias sobre la co-
mercialización y distribución de los insumos, hecho que ha impedido a los productores
aprovechar el alza de los precios internacionales.
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TRANSFORMACIÓN DE PRÁCTICAS SOCIALES, CONTRADICCIONES Y NUEVOS RETOS DE LAS ORGANIZACIONES CAMPESINAS EN EL CONTEXTO DE LA DISPUTA POR LOSMERCADOS AGROALIMENTARIOS
Blanca Olivia Acuña Rodarte
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TRANSFORMACIÓN DE PRÁCTICAS SOCIALES,
CONTRADICCIONES Y NUEVOS RETOS DE
LAS ORGANIZACIONES CAMPESINAS EN EL
CONTEXTO DE LA DISPUTA POR LOS MERCADOS
AGROALIMENTARIOS.
Blanca Olivia Acuña Rodarte 1
Introducción
Este trabajo tiene como objetivo realizar un acercamiento al análisis de los cambios
en términos de prácticas sociales, así como de las contradicciones y los nuevos
retos que ha implicado para las organizaciones de productores de granos básicos
la disputa por los mercados agroalimentarios. Me refiero a las transformaciones sociales
más importantes que conlleva el hecho de organizarse para la comercialización directa
de sus cosechas en un contexto de libre mercado. El punto de partida de esta reconfigu-
ración organizativa son las políticas neoliberales en el campo y uno de sus principales
efectos: la creciente dependencia alimentaria.
1 Profesora-investigadora, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. Correo electrónico: [email protected]
— 39 —
TRANSfORMACIÓN DE PRáCTICAS SOCIALES, CONTRADICCIONES Y NUEVOS RETOS DE LAS ORGANIzACIONES CAMPESINAS
Frente a la disyuntiva de renovarse o desaparecer, miles de campesinos productores
de granos básicos, optaron por la organización como una estrategia más de sobreviven-
cia. Muchos campesinos pequeños y medianos que participan en el mercado a través de
los excedentes de sus cosechas han tenido que modificar sus prácticas organizativas,
sus liderazgos, su dinámica comunitaria, sus formas de producción, el acceso a la infor-
mación y sus formas de capacitación, así como su vínculo con el Estado.
Sin embargo, esta es solamente una de las facetas de estas organizaciones pues la
mayoría han “desdoblado” sus procesos hacia la discusión y creación de políticas que
han configurado un nuevo escenario que trasciende el eje económico de la organización.
Ambos caminos los ha confrontado con su propio modelo, los ha llevado a reconocer los
límites y las contradicciones que implica enfrentarse al liberalismo mercantil.
El objetivo central del trabajo es hacer un primer acercamiento al análisis de cómo en
la disputa por los mercados agroalimentarios en México, las organizaciones campesinas
han transformado las relaciones sociales, las prácticas culturales y los arreglos institu-
cionales. Asimismo, pretendo esbozar algunas de las contradicciones y los nuevos retos
que implica esta fase del movimiento campesino.
En estos procesos de cambio, los pequeños y medianos productores dedicados a los
granos básicos (maíz, frijol, trigo, arroz, sorgo, etc.) han generado nuevas modalidades
no solamente de producción, sino de apropiación de la comercialización, de estrategias
de financiamiento que han influido en una nueva cultura campesina que no sin tropiezos
y sin contradicciones, han constituido procesos autogestivos en los que se busca conci-
liar los objetivos económicos con los sociales.
En la perspectiva de una identidad que ciertamente se ha modificado, en los últimos
años, los campesinos han tenido que resignificar su devenir en aras de una permanencia
que obliga necesariamente a modificar dinámicas organizativas, productivas, económi-
cas y culturales.
Las reflexiones aquí presentadas parten de una serie de experiencias de trabajo con
pequeños y medianos productores de granos básicos organizados y de diversos proce-
sos de acompañamiento con pequeños productores organizados de café de los estados
de Chiapas y Oaxaca. En ambos casos, me refiero a campesinos que frente al libre mer-
— 40 —
BLANCA OLIVIA ACUñA RODARTE
cado y la disyuntiva de desaparecer, generaron una multiplicidad de estrategias que les
han permitido no solamente sobrevivir, sino crear opciones viables de desarrollo rural.
1.- Los saldos del corporativismo y el paternalismo estatal en la cultura
campesina
La lucha agraria, corazón de la Revolución Mexicana, obligó a quienes triunfaron en esta
a colocar el tema del reparto de las tierras en la agenda constitucional. Las múltiples
movilizaciones campesinas que acompañaron al México de principios del siglo xx for-
zaron a la elite en el poder, encabezada entonces por la burguesía agraria, a hacer im-
portantes concesiones a los campesinos. Sin duda, una de las más trascedentes fue el
reparto agrario. La reforma agraria, si bien logró ser un instrumento de interlocución
para el campesinado más pobre, también se convirtió en una herramienta de control por
parte del Estado.
Con grandes limitaciones y a contracorriente, las demandas de tierras se volvieron
una constante de los movimientos campesinos de todo el México posrevolucionario, pero
sería Lázaro Cárdenas quien daría una función social y económica al ejido.
El proceso de industrialización como expresión del capitalismo en nuestro país se hizo
evidente entre la década de los cuarenta y los setenta. En esta fase, la agricultura jugó
un papel sustantivo pero configurándose una relación de subordinación y dependencia
hacia el sector industrial. Durante varias décadas, el campo tuvo un papel estratégico
debido a las múltiples funciones que cumplió en el marco del proceso de acumulación
capitalista: como proveedor de mano de obra barata para el mercado laboral; de alimen-
tos e insumos industriales de bajo costo y como generador de divisas por exportaciones
agropecuarias. La transferencia continua de excedentes hacia la industria obligó a la
agricultura a convertirse en una actividad altamente subsidiada, mecanismo que fue es-
trechando la relación Estado-campesinos. De la mano de esta política, se construyó un
aparato de control hacia los campesinos que no permitiría, sino hasta los años setenta,
cuando se reivindica el carácter independiente de algunas organizaciones, la toma de
decisiones autónoma y la posibilidad de liderazgos emanados realmente de sus bases.
La relación de dependencia que se conformó al calor del financiamiento y los apoyos
para la comercialización principalmente, minó significativamente las iniciativas inde-
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TRANSfORMACIÓN DE PRáCTICAS SOCIALES, CONTRADICCIONES Y NUEVOS RETOS DE LAS ORGANIzACIONES CAMPESINAS
pendientes de los colectivos campesinos. Eso sin lugar a dudas fue por muchos años
uno de los saldos negativos de esa relación. Socialmente, eso se tradujo en prácticas
corruptas, clientelares, subordinación y dependencia. Así, de la mano del paternalismo,
se fue reproduciendo una cultura campesina del sometimiento, la falta de iniciativa, la
autodevaluación y el asistencialismo; prácticas sociales que aun hoy representan uno de
los principales obstáculos del quehacer organizativo autogestivo.
A pesar de ello, los campesinos fueron protagonistas permanentes de los movimien-
tos sociales en México. Su presencia trascendió la Revolución de 1910, pues fue una
constante a lo largo de cien años de grandes transformaciones. En el siglo que ha inicia-
do, otra vez son ellos quienes abren una era de inciertos cambios sociales, pues a tan
solo tres años de la incipiente centuria, los labriegos se lanzaron a las calles del país
anunciando su existencia; su continuidad. Pero el contexto económico se ha transfor-
mado profundamente, lo que ha obligado a reconfigurar constantemente las prácticas
organizativas.
2.- Los cambios en la política hacia el campo, sus efectos y la necesidad del
viraje organizativo
Los cambios de los últimos 28 años en materia de política agropecuaria en México se cen-
traron en la desregulación estatal, la apertura comercial y las modificaciones al artículo
27 Constitucional. Para los pequeños y medianos productores de granos básicos, estos
cambios afectaron profundamente su actividad, elevando los costos de la producción y
transformando desfavorablemente los términos del comercio de sus cosechas. Uno de
los factores de mayor influencia negativa en su actividad primaria ha sido la creciente
importación de alimentos.
2.1- Las importaciones masivas de alimentos
Si bien como efecto de la crisis estructural del sector, México comenzó a perder la auto-
suficiencia alimentaria a finales de los sesenta, sería la apertura comercial y en especial
la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) la co-
yuntura que marcaría la profundización de la dependencia alimentaria.
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BLANCA OLIVIA ACUñA RODARTE
Exportaciones
Saldo
Importaciones
Déficit balanza agroalimentaria
Mile
s de
dól
ares
fuente: cuadro proporcionado por ANEC, 2010.
Actualmente, el 42% de nuestros alimentos provienen del exterior. La situación comer-
cial del maíz, por ejemplo, no puede ser peor: de 1994 a 2011, las importaciones para
abastecer el consumo nacional pasaron del siete al 34 por ciento. En ese mismo perío-
do, el déficit en la balanza comercial agrícola llegó a los 2,500 millones de dólares y
las importaciones agroalimentarias procedentes de Estados Unidos pasaron de 2,600
a 18,400 millones de dólares. En 2012, tan solo las compras de maíz llegaron a más de
11 millones de toneladas, lo cual colocó a México como el mayor importador de maíz de
América Latina, con cerca de tres mil millones de dólares, lo que representó el 46 por
ciento de las importaciones del grano de toda la zona y uno de los mayores saldos neg-
ativos en su balanza agroalimentaria, solo después del Caribe y Venezuela (FAO, 2012).
Como se puede observar en el siguiente cuadro, en los últimos dos sexenios, el saldo
negativo de la balanza agroalimentaria ha sido una constante,2 siendo 2008 el año más
dramático, precisamente por la elevación de los precios internacionales de los alimentos:
2 Habría que agregar que México dejó de cobrar más de 3,800 millones de dólares por concepto de aranceles por importaciones de maíz fuera de cuota, establecidas en el TLCAN.
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TRANSfORMACIÓN DE PRáCTICAS SOCIALES, CONTRADICCIONES Y NUEVOS RETOS DE LAS ORGANIzACIONES CAMPESINAS
Cuadro 1: Saldo balanza agropecuaria (Millones de dólares)
Año Importaciones Exportaciones Saldo
200020012002200320042005200620072008200920102011
4,8125,2935,3585,7876,3556,1767,2238,994
11,8388,6109,845
13,141
4,7664,4464,2155,0365,6846,0086,8367,4157,8957,7268,610
10,309
-47-847
-1,143-752-671-167-387
-1,579-3,943-884
-1,235-2,832
fuente: elaboración propia con datos de Sexto informe de gobierno, Vicente fox (2006) y felipe Calderón (2012).
La situación se ha agravado debido a la crisis alimentaria que se vivió en 2008 y que en
México se manifestó desde 2007 con la “crisis de la tortilla”. La estabilidad que caracte-
rizó a los precios internacionales de los alimentos comenzó a resquebrajarse entre los
años 2002-2003 cuando empezó a manifestarse una tendencia al alza. En 2006, dicha
tendencia adquirió mayor fuerza y en el primer semestre de 2008 alcanzó su pico más
alto desde la década de los setenta. Según datos de la Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en la primera mitad de 2008 “los pre-
cios de los alimentos eran un 40 por ciento superiores a los de 2007 y un 76 por ciento
respecto a los de 2006”3 (FAO, 2009). Si a esto se agrega la coyuntura de los fenómenos
climatológicos atípicos de los últimos años, la situación resulta más complicada.4
3 En el documento Iniciativa sobre la subida de los precios de los alimentos, el mismo organismo señaló que las principales causas de la elevación de los precios fueron: “malas cosechas en los principales países productores debidas a fenómenos meteorológicos extremos; reducción de las reservas de alimentos (las reservas mundiales tocaron su punto más bajo desde los años 70); aumento del costo de los insumos, la irrigación y el transporte debido a los altos precios del petróleo y la energía; falta de inversiones en el sector agrícola; producción subvencionada de biocombustibles que reemplaza a la producción de alimentos; transacciones especulativas, incluidas las de los grandes negociadores comerciantes mediante inversiones en mercados de futuros y los pequeños comerciantes mediante acumulación de existencias; restricciones a las exportaciones dando lugar a la retención de productos por una parte y a su compra de pánico por otra”(fAO, s/f).
4 Destaca la influencia de dos fenómenos que al combinarse profundizaron la crisis alimentaria en México: por una parte, heladas atípicas en el norte del país que afectaron las cosechas del estado de Sinaloa, perdiéndose totalmente 400 mil hectáreas de maíz y de manera parcial 600 mil (La Jornada del campo, 21/01/2012). En 2011, también se vivieron heladas anticipadas que afectaron alrededor del 50 por ciento de las cosechas de maíz y otros granos de los estados de Puebla, Tlaxcala, Estado de México e Hidalgo. Simultáneamente, el norte del país vivió una de las peores sequías de su historia. Las afectaciones se dieron en alrededor del 70 por ciento del territorio (213 municipios de 19 estados) y según el agregado del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, las pérdidas ascendieron a 1,300 millones de dólares (La Jornada, 05/04/2012).
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BLANCA OLIVIA ACUñA RODARTE
Cara y cruz de un mismo problema: una política de abasto dependiente del exterior
lleva a cualquier nación a una alta vulnerabilidad alimentaria. La situación se complica,
pues la condición natural de la producción agrícola la convierte en una actividad alta-
mente riesgosa; los desastres naturales de los últimos años la colocan en una situación
de alta sensibilidad.
Sin embargo, este modelo de dependencia alimentaria ha traído jugosos dividendos
para algunos. Empresas como Cargill, ADM, Maseca, Bimbo, Bachoco, Minsa, Gpo Viz,
Gamesa e Industrias Melder, entre otros, inciden local y regionalmente en la fijación de
precios de las cosechas nacionales, incorporando un ingrediente de especulación inter-
na que rebasa incluso las señales de los mercados internacionales de granos. Las prin-
cipales empresas agroindustriales han conformado un sistema bien armado de compras
en el exterior que permite en el mercado nacional deprimir los precios para acceder a
cosechas a precios castigados.5
El mecanismo para abaratar la producción de granos casi siempre es la presión que
ejercen al adquirir grandes volúmenes y prolongar la compra, lo cual es posible por los
múltiples apoyos que reciben de los diferentes niveles de gobierno, pues los dueños de
esas empresas son también parte de la elite política en México, de tal manera que entre-
tejen sus intereses económicos con los cargos públicos que ocupan.
Se estima que del total de la oferta de granos, 65 por ciento de esta logran acapararla
empresas comercializadoras que van desde firmas trasnacionales hasta “bodegueros”
locales que aparecen como “prestadores de servicios”, pero que en la práctica operan
como pequeños y medianos “coyotes” al servicio de las grandes empresas;6 el resto de
las cosechas es comercializado a través de organizaciones campesinas.7 El mercado
agroalimentario se caracteriza entonces por la existencia de un gran número de com-
pradores, que son liderados8 por unas cuantas empresas nacionales y trasnacionales
5 Un claro ejemplo de ello lo representan los incrementos en las ganancias de empresas como Gruma, la cual aumentó sus ganancias del primer trimestre de 2013 un 75 por ciento frente al año anterior, gracias a la caída del precio del maíz que durante 2013 se desplomó en más del 30 por ciento. Además de mecanismos para presionar a la baja las cosechas campesinas, estas empresas logran operar con insumos más baratos, ahorrar y establecer estrategias de negocios (El Economista, 22/01/2014).
6 En los últimos ciclos, en la región del Bajío, se calcula que las trasnacionales comercializan alrededor del 20 por ciento de los granos; los comercializadores nacionales el 25 por ciento, mientras que los locales y regionales concentran otro 20 por ciento.
7 Entrevista con Ismael flores, Director de Siacomex-ANEC, 22 julio de 2009.
8 En esta complejidad del mercado alimentario a nivel local y regional, si bien los compradores locales aparecen desligados de las firmas nacionales como Bachoco, Bimbo o Maseca, o bien de empresas como Cargill, ADM y Bunge, lo cierto es que estas
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TRANSfORMACIÓN DE PRáCTICAS SOCIALES, CONTRADICCIONES Y NUEVOS RETOS DE LAS ORGANIzACIONES CAMPESINAS
agroalimentarias, frente a una oferta altamente desorganizada.
2.2- ¿Hacia dónde virar?
En principio, una parte de estos campesinos organizados han tenido que construir mer-
cados alternativos a los esquemas dominantes de comercialización que los han llevado
a vender sus cosechas a Diconsa y a la industria de la masa y la tortilla, sector que al
estar desorganizado y disperso resulta una opción frente a los grandes consumidores9
y a quienes se acude ofreciendo el maíz con cierto valor agregado (almacenamiento,
envasado, conservación, encostalado, cribado o transportación). En esta fase de la dis-
puta por los mercados agroalimentarios, estos canales de comercialización resultan ser
una opción no solamente porque se encuentran fuera de los consumidores tradicionales,
sino porque a través de la organización es posible ofertar un producto y servicios ade-
cuados a las necesidades de estos consumidores.10 La apuesta a futuro, sin embargo,
es construir mercados alternativos solidarios que permita intercambiar la producción
campesina con zonas de consumo también campesinas.
Las estrategias de las organizaciones de productores de granos básicos son múlti-
ples y en el tiempo, coinciden con las políticas salinistas. A partir del trabajo colectivo,
han logrado compactar la oferta de granos y con ello buscar mejores precios; han creado
instrumentos financieros para anticipar el pago de sus socios; han impulsado políticas
de subsidios para apoyar la comercialización; han buscado diferentes mecanismos para
dar valor agregado a sus cosechas.
En esta dinámica, la organización campesina ha tenido la claridad de colocarse en la
revisión de las políticas neoliberales, es decir, no basta con disputar continuamente los
mercados regionales, sino que resulta obligado proyectar la lucha hacia un nuevo marco
son las que manipulan el mercado a través de la determinación de precios, “enviando” las señales al resto de los compradores. Estas empresas no cuentan con mucha infraestructura, no arriesgan sino que, por un lado, rentan bodegas pero sobre todo operan con compradores locales, quienes ofrecen servicios de acopio, almacenamiento y procesamiento de granos a estas empresas y quienes se considera, según entrevista con Ismael flores, hacen el trabajo sucio a los grandes consumidores. Así, tanto los productores desorganizados como los propios comercializadores a pequeña escala, están sometidos a las reglas del mercado que imponen las grandes empresas. Se considera que en el caso del Bajío para maíz blanco, quien realmente determina el precio son Maseca, Minsa y Cargill.
9 Se calcula que la Industria de la masa y la tortilla cuenta entre 45 mil y 60 mil establecimientos a nivel nacional y que procesa cerca de tres millones de toneladas de maíz al año. Este sector no cuenta con infraestructura; tiene una demanda constante semana a semana; generalmente requieren de un maíz muy cribado y aquintalado, a la puerta de su molino, condiciones que se convierten en oportunidades para los productores organizados.
10 Entrevista con Ismael flores, Director de Siacomex-ANEC, 22 julio de 2009.
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BLANCA OLIVIA ACUñA RODARTE
regulatorio por parte del Estado. En este sentido, se ubican precisamente las demandas
centrales de lo que fue el “Movimiento El Campo no Aguanta Más” (MECNAM) y de lo que
hoy en día es la “Campaña Sin Maíz no hay País”.
3.- La empresa social, los nuevos caminos de la agricultura campesina
Desde de los años ochenta surgieron organizaciones económicas que plantearon mode-
los organizativos más autónomos y constructivos. La crisis financiera de 1994 confrontó
a las organizaciones con su propio modelo, pues la apuesta al libre mercado cobró con
creces los endeudamientos de estas empresas campesinas.
Los saldos del economicismo y la crisis obligaron a plantear nuevas formas organi-
zativas. Un nuevo perfil asociativo comenzó a conformarse ya no solamente en la direc-
triz de la disputa mercantil, sino que quedaba claro que esto obligaba al camino de la
reformulación de las políticas del sector y con ello del modelo de desarrollo adoptado
con el neoliberalismo. Como producto de reflexiones y estrategias para enfrentar este
escenario, varias organizaciones fueron diseñando, proponiendo y negociando diferen-
tes alternativas que permitieran la construcción de un nuevo sistema de producción y
comercialización agroalimentaria que lograra equilibrar, entre otros aspectos, el valor
de la producción de granos básicos vinculada a la agricultura campesina y a su impor-
tancia multifuncional.
Las transformaciones al marco económico en el que tradicionalmente se había desa-
rrollado la economía campesina orientó a los campesinos excedentarios a construir nue-
vos procesos organizativos que no solamente resolvieran los objetivos sociales, sino que
además lograran ser económicamente viables. Sin embargo, conciliar ambos elementos
supone una transformación profunda de las estrategias campesinas no solo al nivel del
ente colectivo sino incluso al nivel de la unidad productiva familiar.
La estrategia principal es lo que las organizaciones llaman “administración campesi-
na de la oferta” o “reordenamiento del mercado”, esto es un mecanismo de intervención
en el mercado que se expresa a través de diferentes modalidades en las distintas re-
giones y cultivos, pues otra característica del mercado agroalimentario, es que este op-
era diferenciadamente en las zonas productoras, con dinámicas distintas por cultivo e
incluso por ciclo productivo, de tal manera que tendríamos que hablar en principio de la
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TRANSfORMACIÓN DE PRáCTICAS SOCIALES, CONTRADICCIONES Y NUEVOS RETOS DE LAS ORGANIzACIONES CAMPESINAS
existencia de mercados regionales y de una lucha por parte de los campesinos exceden-
tarios que se ubica en el ciclo primavera–verano, ya que en este período se concentran
los productores temporaleros.11
La acción social desde este nivel genera en el terreno concreto alternativas no sola-
mente de resistencia sino que modifican realmente las condiciones de “hacer” mercado.
Las condiciones en las que se planteó la apertura comercial y el retiro abrupto de las
entidades del Estado que apoyaban al campo, empujaron a los productores a definir
nuevas formas de organización campesina que respondieran económica y socialmente
a un modelo de desarrollo rural cuyo actor central fueran los campesinos. Si bien des-
de los ochenta se empieza a trabajar en la idea de apropiarse del proceso productivo,
serían las reformas económicas y la crisis de 1994 las que consolidarían la necesidad
de desarrollar estrategias de promoción de empresas de servicios de abasto, de apoyo
a la producción y de comercialización para que las pequeñas explotaciones pudieran
disminuir sus costos de producción, elevar su capacidad de negociación, aumentar su
productividad y mejorar la toma de decisiones mediante el manejo más eficiente de las
explotaciones agropecuarias (Muñoz y Santoyo, 1999: 113).
Diversas organizaciones campesinas productoras de granos básicos deciden evolu-
cionar hacia la comercialización directa y organizada de sus cosechas a través de la
compactación de la oferta en sus áreas de influencia para tener mayor capacidad de
negociación frente al mercado y a las instituciones, así como para favorecer escalas de
operación que les permitieran abatir costos, mejorar eficiencia, asegurar calidad y lograr
mayor competitividad. Sin embargo, la apuesta al mercado en un contexto de interven-
ción por monopolios locales, nacionales y trasnacionales resultó ser, como dice Bartra,
un espejismo, una pretensión frustrante, cuando se compite sin la intervención estatal
(Bartra, 2009).
Tras muchos descalabros económicos, múltiples organizaciones se convencieron de
que el libre mercado era un mito, lo que paulatinamente despertó la necesidad de exigir
los apoyos estatales. Y es que la base productiva natural de la agricultura, sobre todo la
campesina, la coloca en el telón de una continua fragilidad que obliga, prácticamente en
11 La complejidad del mercado y de las estrategias para enfrentarlo, está asociada al hecho de que la producción de granos básicos se concentra en un corto período, mientras que la demanda es constante, de tal manera que hay que “administrar” las cosechas lo mejor posible porque de ello dependen mejores condiciones de comercialización.
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BLANCA OLIVIA ACUñA RODARTE
todo el mundo, a ser una actividad altamente subsidiada.
Descubrir que la lucha en los mercados es batalla perdida sin recursos del Estado,
abrió el abanico de la movilización hacia la exigencia de políticas públicas que permi-
tieran competir de otra manera. Así, las organizaciones transitaron de nuevas formas
de hacer mercado, a nuevas formas de hacer política, pues en ambos frentes se colocó
la discusión de la viabilidad de la agricultura campesina, su papel en la soberanía ali-
mentaria como principal proveedora de alimentos pero también la deconstrucción de la
relación Estado-campesinos. En ese sentido, estas nuevas agrupaciones no solamente
gestionan recursos al Ejecutivo, sino que su acción política está cada vez más en la pa-
lestra del poder Legislativo, con el cual negocian políticas, instituciones y leyes (Bartra,
2009).
Las reivindicaciones campesinas de los últimos años trascienden el orden económi-
co. Son también sociales porque incorporan el bienestar social comunitario, la dignidad
campesina y la soberanía alimentaria. Con grandes altibajos y algunos reveses, estas
organizaciones revolucionaron en muchos sentidos las prácticas cotidianas en el terreno
productivo, en su relación con el Estado, en su propia dinámica comunitaria, en la vin-
culación con los diferentes actores en los mercados y también en los niveles familiar y
personal.
4.- Transformación de prácticas sociales en el nuevo contexto económico:
construcción de una nueva cultura campesina
Incursionar en la perspectiva cultural del análisis supone un proceso complejo: ¿Cómo
se expresan los cambios en la vida cotidiana de los campesinos organizados? ¿Son
estos cambios un conjunto de renovadas prácticas que constituyen una nueva cultura
campesina? Si bien la cultura es esa estructura de significación socialmente establecida
y un sistema de interacción de signos interpelables, los fenómenos culturales también
deben ser analizados desde la perspectiva de las relaciones del poder, el conflicto y los
contextos sociales o como lo define Giménez (2007) “la cultura no solo existe en forma
abstracta sino encarnada en ‘mundos culturales concretos’ que obligan a una referencia
a contextos históricos y espaciales específicos”.
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TRANSfORMACIÓN DE PRáCTICAS SOCIALES, CONTRADICCIONES Y NUEVOS RETOS DE LAS ORGANIzACIONES CAMPESINAS
A partir del acercamiento con diversos campesinos organizados, queda claro que no
todo es voluntad de los sujetos y que no todo es efecto de una estructura que determina,
sino que, como dice Rosaldo (1989), “la cultura también puede ser concebida como una
formación más poderosa de intersecciones donde los procesos se entrelazan dentro de
los límites o más allá de estos”.
Los procesos de cambio social y más aún el cultural no son lineales ni homogéneos,
sino que están inscritos en una dinámica de tensiones y contradicciones que obligan a
mirarlos con ese lente.
Si bien existen muchos estudios acerca de la diversidad de estrategias que los cam-
pesinos han impulsado para la reproducción social, me parece que existe un cierto vacío
en cuanto a la transformación de las prácticas sociales y económicas que se han desple-
gado desde la organización económica campesina, entiéndase la empresa social.
En el contexto del neoliberalismo, la reproducción social ha integrado en su proceso de
resistencia y renovación campesina a la organización social como uno de sus elementos
más representativos. Aunque los campesinos han experimentado diferentes momentos
de la organización, considero que en las últimas décadas se han impulsado procesos
organizativos que expresan una cultura campesina distinta como un mecanismo para
enfrentar los embates de la política de desregulación estatal y la apertura comercial.
Diversas prácticas sociales y económicas se han modificado para dar paso a un queha-
cer renovado en los terrenos de la producción, la comercialización, en su relación con el
Estado, en sus dinámicas comunitarias y familiares y hasta en las personales.
Estos procesos de cambio se han centrado principalmente en aquellos campesinos
medios, que por sus condiciones como propietarios de tierras producen no solamente
para el autoconsumo, sino que buena parte de sus cosechas las colocan en el mercado.
En principio, este actor estuvo por décadas sometido a la dirección estatal, mediada
por las centrales campesinas oficialistas. Económica y políticamente, se construyó una
relación de dependencia que desde mediados de los ochenta comenzó a resquebrajarse.
Para bien o para mal, el abandono estatal los obligó a enfrentarse a la disyuntiva: reno-
varse o desaparecer.
Como señala Prud´homme (1995), los cambios no solamente se dieron a nivel del
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BLANCA OLIVIA ACUñA RODARTE
Estado y las organizaciones campesinas, sino que “el cambio se refleja también en la
cultura campesina y en las formas de sociabilidad que constituyen el sustento del mun-
do rural. Si bien el núcleo de sociabilidad campesina sigue arraigado en la comunidad
agraria, el mundo del campesino ya no termina a las orillas de la aldea”.
Paulatinamente, y después de casi treinta años de estos procesos, la cultura campe-
sina de subordinación ha dado paso a una cultura reivindicativa en la que se han cons-
truido significativamente otras formas de “ser campesino”.
Es importante señalar que en esta disputa por los mercados agrícolas, los campe-
sinos se enfrentan a un espacio mediado no solamente por la oferta y la demanda, sino
como dice Juan Castaingts (2004), a “un proceso social en donde se integran un conjunto
de elementos sociales muy diversos que se relacionan entre sí, ya sea de una forma
simple o compleja”.
Frente a este dilema, muchas unidades campesinas fueron absorbidas por empresas
agrícolas o por grandes propietarios. Los que persistieron, se enfrentaron como nunca
a los intermediarios. La opción fue tomar el camino de la autogestión, así es que cons-
truyeron empresas sociales que desde diversos cultivos y regiones, lograron apropiarse
del proceso productivo.
Para construir una relación con el mercado de “otra manera”, los campesinos han
tenido que incorporar nuevas tecnologías, alternativas productivas, nuevas formas de
comercializar sus cosechas, mejores opciones para financiar sus cultivos, etc. Esto ha
generado cambios culturales importantes; en primera instancia, modificar la histórica
imagen del campesino subordinado a las dinámicas del manto gubernamental que otor-
gaba apoyos, pero también controlaba. Otros cambios son: la decisión de integrarse a
las lógicas del mercado ofreciendo productos de calidad para competir con los grandes;
manejar información de mercados; apropiarse de un lenguaje empresarial pero con ob-
jetivos sociales, entre otras cosas. A nivel regional y comunitario, los campesinos se han
colocado como actores de la vida pública, pues tienen injerencia en las decisiones de sus
comunidades. En el plano regional, la organización económica los ha obligado a tener un
papel mucho más activo; de negociación, de participación política, en tanto han transfor-
mado las dinámicas comerciales no solo de su entorno inmediato sino de importantes
regiones.
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TRANSfORMACIÓN DE PRáCTICAS SOCIALES, CONTRADICCIONES Y NUEVOS RETOS DE LAS ORGANIzACIONES CAMPESINAS
En los planos familiar y personal, la organización económica también ha modificado
las prácticas sociales. Lo anterior ha representado importantes cambios en su dinámica
familiar sobre todo para los líderes, pues sus nuevas responsabilidades los obligan de
alguna manera a incorporar a los distintos miembros, redefiniéndose las tareas tradicio-
nalmente asignadas. Personalmente, los campesinos asociados a las empresas sociales
están modificando la imagen de sí mismos, pues asumirse como empresarios, como
líderes implica transformar el imaginario campesino. Ahora hay que tomar decisiones,
desarrollar capacidades de organización, de sistematización de información, de concilia-
ción de intereses, de resolución de conflictos y todo eso implica desarrollar habilidades
que tradicionalmente no tenían contempladas.
En este sentido, las nuevas formas organizativas se han acompañado de procesos de
ruptura con el paternalismo que durante décadas fue introyectado en el “gen” campesino.
En esta redefinición de la relación con el Estado, lo importante es que estos campesinos
han incursionado en la construcción de políticas, pues no basta disputar los mercados
si el contexto de la política oficial es adverso, así que una de las estrategias centrales de
estas empresas campesinas ha sido generar otras formas de hacer política. Así, en los
últimos años, estas organizaciones se han colocado en el terreno de las políticas públi-
cas. Desde diferentes frentes, se trata de recomponer de la mejor manera los progra-
mas, los subsidios, los proyectos y las políticas estatales. Los cambios en la relación con
el gobierno, no se encuentran solamente en el ámbito federal, sino que paulatinamente
se han integrado en la dinámica de toma de decisiones de los estados y municipios.
Por todo lo anterior, considero que se está construyendo una nueva cultura campe-
sina, una nueva forma de ser campesino. Los cambios se inscriben por una parte en los
efectos de la política neoliberal pero sobre todo en la estrategia de la organización eco-
nómica. Hombres, mujeres, jóvenes, indígenas y mestizos del mundo rural han reinven-
tado sus valores, sus concepciones, sus prácticas cotidianas, su relación con el mundo
exterior, su relación con el entorno, su vida comunitaria y familiar y hasta la visión de sí
mismos. Sin embargo, en esta dinámica de cambio para la continuidad, es importante
enfocarse en los cambios que particularmente se potencializan a partir de la organiza-
ción económica en la disputa por los mercados agroalimentarios.
La reproducción social del campesino es un proceso cargado de conflictos, de tensio-
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BLANCA OLIVIA ACUñA RODARTE
nes. Las estrategias también se transforman, se innovan, ya que los actores en disputa
se encuentran sometidos al juego del poder, tanto a nivel de su propio grupo como en el
ámbito regional, por lo cual es importante incorporar el análisis de estos aspectos en los
procesos de transformación de las prácticas sociales y económicas ya señaladas.
Si bien el proceso no es nuevo, pues la gestación de estos procesos está en los mo-
vimientos campesinos de los años setenta, de entonces a ahora, no solamente el en-
torno económico se ha complejizado sino que las alternativas también han acudido a
importantes reacomodos. Considero que el vacío estatal ha modificado los quehaceres
campesinos convirtiéndolos paulatinamente en sujetos sociales de su devenir.
En esta construcción de otra cultura campesina, en tanto producto de un proceso
violento de cambios institucionales, históricos y económicos, las transformaciones no
se han dado sin conflicto, y es que asumirse de “otra manera” lleva implícita una carga
de “angustia” individual y colectiva pues coloca a los campesinos en dinámicas sociales
complejas.
A.- Toma de decisiones.
Los ejidos como figura jurídica predominante en el campo habían desarrollado de ma-
nera diferenciada diversos mecanismos para tomar acuerdos. Las asambleas como
principales espacios de participación fueron creando, sin lugar a dudas, una cultura de
toma de decisiones en colectivo que marcó no solamente la vida interna de los ejidos,
sino también la vida comunitaria. Bajo el corporativismo, esquema de intermediación
económica y política que marcó por décadas la vida de los ejidos, muchas decisiones
fueron manipuladas y dirigidas desde la esfera cenecista. Por otro lado, las decisiones
vinculadas con los ámbitos comerciales estaban dominadas por los funcionarios de las
diferentes dependencias, quienes determinaban en el marco de la política agrícola pre-
valeciente, los precios, los subsidios y los mecanismos para operar las cosechas cam-
pesinas. Habría que agregar que, como señala Gordillo, la dispersión de muchos de los
poblados en torno a un ejido obstaculizó la práctica comunal (Gordillo, 1988).
Con el nacimiento de estas nuevas formas organizativas, se ha ido construyendo una
nueva cultura de participación y de toma de decisiones, ya que no hay organización eco-
nómica exitosa si esta no pasa por mecanismos democráticos de toma de decisiones,
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TRANSfORMACIÓN DE PRáCTICAS SOCIALES, CONTRADICCIONES Y NUEVOS RETOS DE LAS ORGANIzACIONES CAMPESINAS
pues como nunca, los acuerdos colectivos afectan los intereses de los socios. Precios de
acopio, mecanismos de financiamiento, formas y clientes para el proceso de comerciali-
zación, entre otras, son decisiones que involucran no solamente a los técnicos y aseso-
res, sino que las nuevas prácticas obligan a la integración de las directivas campesinas.
Esto podría parecer obvio, pero la cultura participativa era casi inexistente en el marco
del corporativismo.
B.- Conformación de nuevos liderazgos.
Recomponer la organización campesina también ha desplegado el potencial de liderazgo
de muchos productores, quienes el día de hoy son directivos que encabezan procesos
económicos complejos, prácticas políticas novedosas, invención y creatividad que requie-
re articularse con compromiso y honestidad, pues más que nunca, estos líderes están
sujetos al escrutinio público. En el caso de las empresas campesinas, estos líderes han
tenido que integrar conocimientos técnicos que trascienden sus niveles tradicionales de
información. En algunos casos, esto conlleva el manejo de información de las bolsas de
Chicago o de Nueva York, mecanismos de subastas, funcionamiento de los programas
crediticios, en fin, un sin número de operaciones que son elementales en la operación
de comercialización de cualquier cultivo pero que en el caso de los granos básicos y del
café, resultan sumamente complejos.
Estos nuevos liderazgos se caracterizan por un perfil de campesinos más jóvenes,
muchas veces con un alto nivel de instrucción educativa y con una perspectiva de la
organización económica y social más visionaria. En su quehacer cotidiano, se ha incor-
porado paulatinamente un lenguaje más empresarial que continuamente se confronta
con los aspectos sociales que estos procesos conllevan, de tal manera que tienen que
desplegar conocimientos técnicos con la constante del compromiso social.
5.- Contradicciones y nuevos retos de las organizaciones
Sin lugar a dudas, el mayor reto de estas organizaciones ha sido construir un nuevo
modelo de organización económica campesina que dé paso a un sistema de producción
y comercialización agroalimentaria que equilibre los objetivos sociales con proyectos
viables en términos de rentabilidad. Construir estas alternativas ha obligado a desplegar
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una constante y creativa renovación organizativa, empresarial y política. La batalla por
desarrollar mercados agroalimentarios equitativos y justos por medio de la adminis-
tración campesina de la oferta se vive cotidianamente. Enfrentar las estrategias de los
intermediarios rebasa por mucho las capacidades de los campesinos organizados.
Si bien han logrado ser eficientes, estas empresas sociales se enfrentan a los riesgos
del economicismo, del productivismo, de la utilidad y la ganancia para sí, y es que en la
apuesta por buscar “acomodo” y resistencia en un contexto neoliberal, se corre el riesgo
de construir aparatos económicos cada vez más alejados de los productores y por tanto
de los beneficios sociales. En medio de estas contradicciones, desarrollar otras formas
de “hacer mercado” ha obligado a las organizaciones a revisar y cuestionar, en los años
recientes, su modelo económico, particularmente sus instrumentos comerciales y finan-
cieros, pues la búsqueda desenfrenada de la rentabilidad puede resultar en la ruina de
los propios productores.
Las organizaciones del pasado se caracterizaron por la confrontación con el Estado
o por su sometimiento; con una nueva forma de construir el desarrollo rural a partir de
organizaciones sociales, relacionarse de otra manera resulta indispensable, pero tam-
bién presenta el reto de romper las viejas prácticas clientelares que hoy día se dibujan
como “azadón” del control partidista en el campo, pues los recursos públicos se utilizan
para trastocar dinámicas organizativas, y es que recuperar la autoestima colectiva tras
setenta años de manipulación y control no es fácil pero sí una de las apuestas de estos
colectivos.
Influir en la decisión, operación y evaluación de las políticas públicas ha sido, sin
duda, una de las mayores aportaciones de este conjunto de organismos campesinos. En
los años recientes, dichos organismos han tenido un papel central en la redefinición de
políticas y particularmente en las discusiones sobre la asignación anual del presupuesto
al campo y la transparencia de los recursos públicos, pero han tenido que lidiar con el
subejercicio fiscal, la concentración, la dispersión, la discrecionalidad y el manejo parti-
dista de los recursos.
Un reto de estas nuevas organizaciones es desafiar la dinámica paternalista de la
gestión de recursos como mecanismo de adhesión y de conservación de la base social
que caracteriza a muchas agrupaciones. Por ello, su opción es el fortalecimiento organi-
— 55 —
TRANSfORMACIÓN DE PRáCTICAS SOCIALES, CONTRADICCIONES Y NUEVOS RETOS DE LAS ORGANIzACIONES CAMPESINAS
zativo por medio del desarrollo de capacidades locales, la gobernabilidad campesina, la
rendición de cuentas, la planeación estratégica y las auditorías sociales.
La construcción de alianzas es otro elemento que caracteriza a estos procesos. Este
nuevo enramado social implica tolerancia, respeto mutuo, proyectos comunes; pero
también el reconocimiento de las adversidades, de las debilidades y de los riesgos que
implica tratar de establecer nuevos canales de diálogo con el Estado. Este camino obliga
a desarrollar como método de trabajo la autocrítica, la discusión, el análisis y la retroa-
limentación.
En la mesa de los debates actuales está la viabilidad del modelo campesino. Desde
estas organizaciones, su propuesta se ha orientado alrededor de lo que llaman un mode-
lo de sostenibilidad campesina que incorpora, además de la necesidad de ser rentables
económicamente, lograr el equilibrio social y ambiental. Esto va dibujando otras alter-
nativas, pues el impulso de los monocultivos y la dificultad para colocar cosechas en un
mercado abiertamente desventajoso y desigual, los está encaminando a la recuperación
de la diversificación productiva y de paso de la autosuficiencia alimentaria regional.
Conclusiones
Considero importante ampliar la mirada de los estudios sobre las organizaciones campe-
sinas desde el enfoque de las transformaciones culturales. En su lucha por la reivindica-
ción de su devenir, de la lucha contra la exclusión, los pequeños y medianos productores
han impulsado en los últimos años estrategias de reproducción social para continuar su
relación con el mercado a través de mecanismos más justos, equitativos y democráticos.
A través de las empresas campesinas, han impulsado nuevas formas no solamente para
sobrevivir, sino para generar alternativas viables de negocios con fines sociales.
Este nuevo enfoque socio empresarial ha transformado la cultura campesina. Es
importante rescatar el estudio de los cambios que han experimentado estos “nuevos”
campesinos, quienes en muchos casos no solamente han logrado revertir los efectos de
la política neoliberal, sino crear verdaderas empresas sociales. Estos cambios obedecen
a la capacidad de resistencia y continuidad que históricamente los campesinos han des-
plegado: cambiar para continuar.
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BLANCA OLIVIA ACUñA RODARTE
La acción colectiva orientada a la apropiación de los espacios sociales, económicos
y políticos no es un proceso lineal. Como proceso histórico, es producto de un sinfín de
contradicciones, de tensiones que solamente las negociaciones logran disipar. En ese
sentido, esta acción es dinámica, está en constante movimiento, pues los sujetos que la
construyen se encuentran atravesados por las relaciones de poder y por la constante
confrontación con otros actores, entiéndase en este caso el Estado y el mercado. Aún
estos, no son uno solo, pues las instituciones que representan al Estado no forman un
“dique” homogéneo de relaciones, sino que interactúan de manera diferenciada con los
sujetos de la acción. Tampoco el mercado es un bloque único, pues varios actores en
distintos tiempos y espacios se enfrentan al sujeto en acción.
A su vez, la acción social es un entramado de relaciones que se mueve por un abanico
de intereses, que si bien convergen en un proyecto común, también está arropada por
constantes desencuentros. Y es que así es toda acción social; compleja y multidimensio-
nal.
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BIOCOMBUSTIBLES Y SOBERANÍA ALIMENTARIA: UNA REFLEXIÓN PARA EL MÉXICO DEL SIGLO XXI
Yolanda Castañeda Zavala, Yolanda Cristina Massieu Trigo y Arcelia González Merino
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BIOCOMBUSTIBLES Y SOBERANÍA ALIMENTARIA:
UNA REFLEXIÓN PARA EL MÉXICO DEL SIGLO XXI
Yolanda Castañeda Zavala1, Yolanda Cristina Massieu Trigo 2 y Arcelia González Merino 3
Introducción
Dar elementos para reflexionar lo que significa la expansión de los biocombus-
tibles para la soberanía alimentaria es fundamental para México porque es un
país que depende de la importación de productos básicos, entre ellos el maíz que
proviene de Estados Unidos (EU), quien en los últimos años utiliza a este grano como
materia prima para la elaboración de etanol.
En América Latina, la expansión de los biocombustibles se encuentra principalmente
en países como Brasil, Argentina y algunos de Centro América como Guatemala. En Mé-
xico es un proyecto incipiente porque el país sigue dependiendo del petróleo.
En México han existido grupos empresariales e instancias gubernamentales intere-
sados en producir etanol a partir de granos como sorgo y maíz, y biodiesel a partir de
1 Profesora-investigadora, Departamento de Sociología, UAM-Azcapotzalco. [email protected]
2 Profesora-investigadora, Departamento de Relaciones Sociales, UAM-Xochimilco. : [email protected]
3 Profesora-investigadora, Departamento de Sociología, UAM-Azcapotzalco. [email protected]
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BIOCOMBUSTIBLES Y SOBERANíA ALIMENTARIA: UNA REfLEXIÓN PARA EL MéXICO DEL SIGLO XXI
la palma africana y la jatropha. Sin embargo, los proyectos que se han tratado de im-
plementar en el estado de Sinaloa y Chiapas para la producción de biocombustibles no
han logrado desarrollarse. Actualmente existe un proyecto para elaborar etanol a partir
de sorgo en Tamaulipas y exportarlo a Estados Unidos, pero no se ha concretado (Radio
Fórmula, 2012). También existen otros ambiciosos proyectos para producción de etanol
a partir de la planta salicornia y de algas verdeazuladas en Sonora (Antal, 2012:10).
De parte del gobierno mexicano, tampoco existen desarrollos tecnológicos de fuentes
de energías alternativas, que no necesariamente tendrían que ser agrocombustibles, y
que compitan con los derivados del petróleo.
Ante esta situación, consideramos que, a corto plazo, el país no podrá acceder a la
producción de biocombustibles y, en cambio, ante la falta de alternativas, se podrían
llegar importar agrocombustibles y alimentos.
Por este motivo, en el artículo se analizará lo que se concibe como el nuevo régimen
alimentario-energético, documentaremos la experiencia de EU en la implementación
de los biocombustibles y daremos respuesta, para el caso de México, a las siguientes
preguntas ¿De qué manera el nuevo régimen alimentario-energético está afectando en
nuestra soberanía alimentaria? Y ¿Cuál es el impacto a partir de la dependencia ocasio-
nada por el incremento de las importaciones de alimentos? Estas preguntas son más
urgentes debido a que EU tiene una política decidida para producir etanol a partir del
maíz.
1.- Régimen alimentario energético y la relación bilateral México-Estados
Unidos (EU)
Sin lugar a dudas, EU es el país dominante en el nuevo mercado mundial de los biocom-
bustibles. En este texto los llamaremos agrocombustibles, pues a la fecha provienen de
cultivos agrícolas. EU es, además, el país con el que México tiene una relación comercial
más estrecha y del que depende casi en su totalidad para el abasto de alimentos básicos.
Esta dependencia alimentaria de nuestro país con respecto al vecino y la aparición de
los biocombustibles en el mercado, consecuencia de la crisis energética, ya han gene-
rado efectos adversos. A partir de 2007, las importaciones de alimentos básicos, espe-
cialmente maíz, que México hacía de EU han subido de precio y ya no existe la misma
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YOLANDA CASTAñEDA zAVALA, YOLANDA CRISTINA MASSIEU TRIGO Y ARCELIA GONzáLEz MERINO
disponibilidad del grano para venderlo a nuestro país. Ello es efecto principalmente de
que en el país del norte se destinan crecientes cantidades de dicho cereal para la elabo-
ración del agro combustible etanol. La aparición de los agrocombustibles en el mercado
mundial forman parte de lo que McMichael (2010) llama el nuevo régimen alimenta-
rio-energético, pues se considera que este nuevo vínculo entre el sector energético y el
alimentario (Massieu y González, 2009) trae profundas repercusiones, tanto en el sector
productor de los alimentos como en el de la energía. Este último se caracteriza por la
cada vez más difícil extracción de petróleo y el escenario a futuro, si bien plantea que el
combustible fósil aún será el más importante por 50 años más, es clara la necesidad de
busca nuevas fuentes energéticas.
Coincidimos con McMichael en cuanto a que la expansión de la producción de agro-
combustibles es una respuesta cuestionable a la crisis climática-energética y es una
expresión de hasta qué punto el capitalismo externaliza sus costos a costa del medio
ambiente. Es decir, se trata de convertir tierras de cultivo y bosques en una nueva fron-
tera para la ganancia, bajo una fachada de sustentabilidad.
El reconocimiento de la contribución de los agrocombustibles a la crisis alimentaria
de 2008 y de que una tonelada de aceite de palma produce 33 toneladas de CO2 —10 más
que el petróleo— (Rainforest Action Network 2007), enfatizan el impacto socio-ecológico
de los agrocombustibles” (McMichael, 2010: 610).
Lo anterior resulta especialmente evidente si consideramos que, en el contexto del
Protocolo de Kyoto, es urgente a nivel mundial la reducción de las emisiones de CO2. Para
el autor anteriormente citado, la creciente producción de agrocombustibles exacerba la
inseguridad alimentaria en el mundo. En México se sintió precozmente este efecto, dado
que ya padecía una situación de dependencia alimentaria del país vecino desde hace
casi cuatro décadas. Para McMichael, esta intensificación de la crisis alimentaria es una
expresión de la insostenibilidad de lo que él llama el régimen alimentario corporativo,
es decir, aquel dirigido a nivel mundial por las grandes corporaciones agroalimentarias.
Por si fuera poco, México tiene además una situación energética complicada. Tras
décadas de malos manejos y saqueo gubernamental de la empresa paraestatal PEMEX,
México, otrora un fuerte productor de petróleo, se encuentra con que las reservas del
combustible fósil están disminuyendo. La paraestatal se encuentra descapitalizada, hay
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BIOCOMBUSTIBLES Y SOBERANíA ALIMENTARIA: UNA REfLEXIÓN PARA EL MéXICO DEL SIGLO XXI
un rezago tecnológico y se importan cantidades significativas de gasolina de Estados
Unidos, mientras se exporta crudo principalmente al país vecino. Esto se da en un entor-
no en el que la falta de previsión por parte del gobierno mexicano (tanto el actual como
los anteriores), condujo a que el país no tenga desarrollos tecnológicos y productivos
importantes de fuentes de energías alternativas, que no necesariamente tendrían que
ser agrocombustibles.
La energía solar, por ejemplo, es una fuente abundante en el país, pero se tendría
que partir prácticamente de cero para comenzar a producirla masivamente, con miras a
sustituir el consumo de petróleo a largo plazo.
Si la anterior situación no cambia, podría conducir a que México se convierta en im-
portador de etanol de EU o Brasil cuando ya no exista suficiente petróleo en sus reser-
vas. Otro posible escenario desfavorable, relacionado directamente con el tema de este
texto, es que eventualmente se tengan que destinar cantidades importantes de maíz
para producir etanol, aun cuando el país es deficitario en este grano fundamental para la
alimentación de los mexicanos y lo importa, como ya se expuso anteriormente. De ma-
nera muy incipiente, México comienza a estimular la producción de agrocombustibles. El
Congreso aprobó una ley en abril de 2007 que promueve el uso y producción de etanol
y otros agrocombustibles elaborados a partir de maíz y caña de azúcar, a pesar de las
críticas de académicos y organizaciones no gubernamentales, quienes señalaban que
esto podría amenazar la oferta alimentaria.
En contraste, dentro del nuevo régimen alimentario-energético EU pone en práctica
una estrategia hegemónica para disminuir su dependencia del petróleo, la cual se expre-
sa en su mencionado liderazgo en la producción de agrocombustibles a partir de maíz.
Tanto el gobierno federal como los de los estados estimulan activamente el uso del eta-
nol. Recientemente, algunos residuos de cultivos agrícolas, como la paja de maíz y trigo,
se han identificado como una fuente de biomasa celulósica adicional y más accesible
para este propósito (www.usda.gov). La política de agro combustibles estadounidense
para tener fuentes alternas de energía al combustible fósil ha sido planeada para me-
diano y largo plazo, con el fin de reducir las importaciones de petróleo. El Acta de Inde-
pendencia Energética (2007) es la expresión de esta estrategia. El déficit de petróleo, el
importante consumo de este y el fuerte potencial de la agricultura de EU, han sido los
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YOLANDA CASTAñEDA zAVALA, YOLANDA CRISTINA MASSIEU TRIGO Y ARCELIA GONzáLEz MERINO
principales elementos favorables para que este país llegue a un lugar preponderante en
la producción mundial de agro combustibles.
En el Acta mencionada se señala que “La Secretaría de Energía debe establecer un
programa de apoyo para fortalecer la producción de biocombustibles avanzados”. Para
este objetivo se autoriza la cantidad de 500 millones de dólares para el período fiscal
de 2008 a 2015. Asimismo, establece que la Secretaría de Energía “debe proveer de
apoyos a entidades elegibles para la investigación, desarrollo, demostración y aplicación
comercial de tecnologías en la producción de biocombustibles en los estados con bajos
niveles de producción de etanol, incluidos bajos niveles en la producción de etanol prove-
niente de masa celulósica. Para este objetivo, la Secretaría de Energía ha autorizado $25,
000,000 de dólares para cada año fiscal de 2008 a 2010” (One Hundred Tenth Congress
of United States of America, 2007: 42). En los países de la Organización de Cooperación
para el Desarrollo Económico (OCDE), existen subsidios de aproximadamente 15 mil mi-
llones de dólares para este fin. El mismo incremento que tuvo la producción de maíz en
estos países (entre los que destacan los Estados Unidos), lo tuvo el empleo de este grano
para producir etanol.
EU produce aproximadamente 40% del volumen mundial de maíz y aporta entre 50 y
60% del comercio total del cereal. Como resultado, la cantidad de maíz cultivado en este
país, la parte de maíz consumido internamente y su relación con el que exporta, tienen un
impacto significativo en los precios internacionales del grano. El aumento sostenido de
los precios del petróleo en años recientes, que se traduce directamente en altos precios
de la gasolina, ha fortalecido el crecimiento del uso de maíz consumido internamente
para la industria del etanol. Lo errático de los precios del petróleo, que se ve afectado por
las crisis políticas por las que pasan los países árabes productores, como Libia, estimula
a su vez la industria del etanol estadounidense.
Uno de los principales autores en el vecino país que tratan de explicar el crecimiento
de los agro combustibles es Michael Charolan (2009). Dicho autor argumenta, desde una
perspectiva de economía política y de dependencia de una trayectoria, que la reciente
promoción del alcohol derivado del maíz para uso como combustible en EU es impor-
tante porque es producto de configuraciones sociales e instituciones, más que de las
propiedades intrínsecas para la eficiencia de la nueva fuente energética.
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BIOCOMBUSTIBLES Y SOBERANíA ALIMENTARIA: UNA REfLEXIÓN PARA EL MéXICO DEL SIGLO XXI
Es decir, recordando los planteamientos de McMichael respecto al nuevo régimen
alimentario-energético, los argumentos de mayor eficiencia energética y sustentabili-
dad que se han esgrimido para promover el etanol ocultan que de lo que se trata es de
una trayectoria ya avanzada para la obtención de ganancias. La mezcla del etanol con
gasolina convencional (menos del 20% del total) funciona en todo tipo de automóviles
fabricados para usar gasolina sin plomo. La producción de etanol a partir de maíz es
relativamente simple, no requiere de grandes inversiones de nuevo capital, ni de nuevas
capacidades de los agricultores y no significa un cambio radical para los consumidores.
Esto lo sabe muy bien la gran corporación Archer Daniels, quien está incursionando vi-
gorosamente en la producción y distribución de granos para el etanol.
En cambio, una segunda generación de agro combustibles que implicara el aprove-
chamiento de deshechos lignocelulósicos, significa un cambio radical en la presente con-
figuración social e institucional, un diseño diferente de los automóviles y la consecuente
alza de precios (Carolan, 2009:100). Además, para el caso de la agricultura mexicana,
el Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (CECCAM) ha argumentado
que en nuestro país los deshechos agrícolas no son tales, pues tienen ya usos definidos.
Para poder ubicar a México y sus problemas de soberanía alimentaria en el contexto
de la producción de agro combustibles y la crisis energética, partimos de caracterizar
brevemente las fuentes de energía existentes y el mercado de estas nuevas fuentes
energéticas en el mundo.
2.- Energía: consumo y mercados mundiales
El mundo puede ser considerado un devorador de combustible. El consumo de energía
está ligado estrechamente a la llamada civilización moderna. Aún más, el petróleo ha
sido considerado la principal materia prima que ha estado en la base del paradigma
tecno-económico dominante del siglo xx (Pérez, 1986, 2004). Aunque este paradigma
ha cambiado a uno basado en la información electrónica y el petróleo está escaseando
crecientemente, los expertos calculan que aún será la principal fuente de energía por los
próximos 50 años.
Hasta comienzos del siglo xxi, el consumo de energía mundial se había caracterizado
por un bajo consumo de energía por parte de los países pobres y uno bastante alto por
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YOLANDA CASTAñEDA zAVALA, YOLANDA CRISTINA MASSIEU TRIGO Y ARCELIA GONzáLEz MERINO
parte de los países ricos, pero esto comienza a cambiar. El impresionante crecimiento
de China e India, seguidos por otros países emergentes, anticipa que en el futuro estas
naciones van a consumir volúmenes de energía más altos. En contraste, los llamados
países desarrollados experimentarán una baja en el crecimiento de su consumo ener-
gético en los años por venir. Surge la pregunta de si hay suficientes recursos naturales
para garantizar a estas poblaciones un estilo de vida de alto consumo energético, dado
que muchos expertos plantean que haría falta más de un planeta para lograr esto (OEM,
2010). Esta situación ha generado el interés por buscar fuentes de energía renovable,
entre las cuales, como hemos expuesto con anterioridad, los agrocombustibles se perfi-
lan ya como dominantes. El consumo energético mundial ha sido estimado en 57% entre
2004 y 2030, mientras que los precios del petróleo y el gas continúan aumentando. Se
espera que este aumento ocurra principalmente en los países no miembros de la Orga-
nización para el Desarrollo Económico (OCDE) (Ciemat) (Gráfica 1).
Gráfica 1: Consumo mundial de energía 1970-2025
(Cuadrillones de unidades térmicas británicas -Btu)
fuente: Ciemat
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BIOCOMBUSTIBLES Y SOBERANíA ALIMENTARIA: UNA REfLEXIÓN PARA EL MéXICO DEL SIGLO XXI
En lo referente a sectores económicos, la industria y los transportes son los que presen-
tan el más rápido crecimiento de consumo energético, de 2.1% al año (Ciemat). En los
países desarrollados se espera que estos sectores crezcan menos que los de comuni-
caciones y equipos de oficina. Esto se debe al crecimiento negativo de la población, así
que la expectativa es que estas economías se transformen de industriales a economías
de servicios. Todos los tipos de consumo energético crecerán en las próximas décadas,
aunque el petróleo, el gas y el carbón permanecerán como los principales por su im-
portancia para los sectores industrial y de transporte. Las energías nuclear y renovable
crecerán moderadamente (Gráfica 2). Esto último dependerá de las políticas nacionales
que pueden enfocarse a limitar el uso de energía fósil, como es el mencionado caso de
EU.
Gráfica 2: Energía comercializada en el mundo por tipo de combustible 1980-2030
(Cuadrillones de unidades británicas de energía-Btu)
Nota: Los líquidos se refieren principalmente a gasolina de petróleo hasta antes de 2004, en que la línea de la gráfica mezcla etanol, biodiesel y gasolina.
fuente: Ciemat
Ante el panorama descrito brevemente de consumo y mercado de la energía, aparece
como importante la estrategia hegemónica de EU para dominar el nuevo sector y ga-
rantizar su acceso a fuentes de energía renovable, disminuyendo así su dependencia
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YOLANDA CASTAñEDA zAVALA, YOLANDA CRISTINA MASSIEU TRIGO Y ARCELIA GONzáLEz MERINO
del petróleo. Asimismo, la viabilidad de los llamados biocombustibles de 2.ª generación
es también un elemento importante para entender la forma que tendrá en los años por
venir el nuevo régimen alimentario-energético.
3.- La hegemonía estadounidense y los biocombustibles de 2ª generación
En el Cuadro 1 mostramos los principales países productores de agrocombustibles en
el mundo en 2007, en el que destaca la presencia preponderante de EU, quien supera a
Brasil en la producción de etanol en 2006, como habíamos mencionado, y mantiene este
lugar al año siguiente. Siguen con distancia a estas dos potencias en el nuevo mercado
la Unión Europea, Canadá, India y China, mientras que Indonesia y Malasia producen
pequeños volúmenes.
Cuadro 1: Producción de Biocombustibles por países, 2007
Nota: Los datos presentados pueden haber sido redondeados
fuente: fAO 2008
La porción de maíz doméstico para la producción de etanol en EU ha crecido sustan-
cialmente, de 75 millones de bushels4 en 2001 a 3,049 millones de bushels en 2008. La
capacidad de producción de este nuevo combustible se localiza principalmente en la
región noreste del país (ver mapa 1).
4 Un bushel equivale a 14.51 kg en EU
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BIOCOMBUSTIBLES Y SOBERANíA ALIMENTARIA: UNA REfLEXIÓN PARA EL MéXICO DEL SIGLO XXI
Mapa 1: Capacidad regional de producción de etanol en EU
fuente: Westcott (2007).
Este lugar preponderante de EU en cuanto a agro combustibles de primera generación
(aquellos fabricados a partir de cultivos agrícolas) es ahora seguido del primer lugar
mundial en la producción de biocombustibles de segunda generación. En este caso, sí
llamamos a estas nuevas fuentes de energía renovable biocombustibles, al no producir-
se de cultivos agrícolas sino de deshechos lignocelulósicos (tanto agrícolas como indus-
triales).
Dado que estrictamente los biocombustibles son transportadores de energía deri-
vada de la biomasa, existen diversas formas de biomasa que pueden producir dicha
energía. Por ejemplo, residuos industriales de fibra y madera, cultivos de corta rotación,
deshechos agrícolas (FAO, 2008:10) (Figura 1). Los agro combustibles son biocombusti-
bles de primera generación, son líquidos cuya producción se basa en azúcar y cultivos
con almidón para el etanol y cultivos oleaginosos para el biodiesel. Los de segunda ge-
neración usan biomasa lignocelulósica, que es más resistente para descomponerse en
almidón, azúcares y aceites. La dificultad para convertirlos en combustible líquido hace
que las tecnologías de conversión sean más costosas (FAO, 2008: 18).
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YOLANDA CASTAñEDA zAVALA, YOLANDA CRISTINA MASSIEU TRIGO Y ARCELIA GONzáLEz MERINO
Figura 1: Biocombustibles: cadena productiva
.
fuente: fAO, 2008.
Como se puede observar, la búsqueda de fuentes de biomasa que no sean cultivos agríco-
las para producir biocombustibles está en marcha pero, de acuerdo a nuestros plantea-
mientos anteriores, coincidentes con Carolan y McMichael, la ruta ya está hecha para que
la valorización de capital se esté dando con los agro combustibles como una expresión
más de la preponderancia de los intereses de ganancia sobre la alimentación y el daño
ambiental. Pasaremos ahora a exponer brevemente la relación entre biocombustibles y
la soberanía alimentaria en nuestro país.
4.- Biocombustibles y soberanía alimentaria en México
A partir de la década de los años ochenta del siglo xx, la política neoliberal en México
estableció una serie de cambios en diversos ámbitos que se encaminaron a generar una
crisis ambiental, energética y alimentaria.
En el caso ambiental, la información proporcionada por la Auditoría Superior de la
Federación (2006) respecto al sector agrícola señala que el 75 por ciento de las tierras
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BIOCOMBUSTIBLES Y SOBERANíA ALIMENTARIA: UNA REfLEXIÓN PARA EL MéXICO DEL SIGLO XXI
cultivables (más de 16 millones de hectáreas) se encuentran en proceso de deforestación
y su recuperación llevaría más de 500 años. Los esfuerzos realizados de 1996 a 2006
para detener la erosión de la tierra, solamente han permitido restituir el dos por ciento
de las superficies afectadas. Además, hay que agregar los problemas de contaminación
de los suelos y agua por el uso inadecuado de los pesticidas. Para solucionar estos pro-
blemas, el país requiere de recursos económicos y humanos, los cuales son limitados
y las instancias públicas insuficientes ante el proceso desmantelamiento del aparato
técnico; así como del retiro del Estado para ofrecer apoyos y subsidios a los productores.
La crisis energética, por su parte, tiene antecedentes en los años setenta del siglo
pasado, cuando el principal hidrocarburo de origen fósil era escaso y su precio se eleva-
ba de manera considerable, afectando al sector agropecuario por mantener un modelo
tecnológico dependiente de los insumos químicos producidos y distribuidos por las em-
presas transnacionales. Asimismo, la extracción del energético y su uso contribuyen al
calentamiento global, así como al incremento de la contaminación ambiental. México, al
ser un exportador de petróleo, no ha tomado las medidas adecuadas para promover alter-
nativas sustentables, a pesar de que existen evidencias del agotamiento de este recurso
no renovable. Además, como se mencionó con anterioridad, el manejo gubernamental
de la paraestatal PEMEX a través de varias décadas ha conducido a esta empresa a una
situación de rezago tecnológico y de descapitalización. Lo anterior, ante el descenso de
la producción de petróleo crudo en años recientes, lleva a pensar en la urgencia de esti-
mular la producción de otras fuentes de energía. Hay un menor volumen de exportación,
de 1.844 millones de barriles en 2003, a 1.398 en 2008, el volumen más bajo registrado
(Arteaga, 2008). Lo anterior pese a que el alza creciente en los precios del crudo a nivel
internacional ha permitido atenuar un poco la caída de los ingresos petroleros del país.
El problema alimentario se agudiza cuando la política del gobierno, siguiendo los
preceptos neoliberales, aplica la máxima de las ventajas comparativas y decide que el
país no es apto en la producción de granos (Téllez, 1994), ya que existe en el mercado in-
ternacional una oferta accesible y barata de alimentos. La propuesta del Estado para los
agricultores mexicanos fue que dirigieran sus esfuerzos a aquellos cultivos rentables,
como hortalizas y frutas demandadas por naciones desarrolladas, que en ese momento
no contaban con las condiciones para su producción (Llambí, 1992), pero si con suficien-
tes recursos económicos para su adquisición.
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YOLANDA CASTAñEDA zAVALA, YOLANDA CRISTINA MASSIEU TRIGO Y ARCELIA GONzáLEz MERINO
De esta manera, miles de pequeños agricultores son marginados al no poder acceder
al cambio productivo y al mercado internacional. Inicia un proceso donde se incrementa
la pobreza y las actividades agrícolas ya no satisfacen las necesidades de la mayoría
de sus pobladores, teniendo que recurrir a otras actividades o migrar de sus lugares de
origen.
Para la sociedad mexicana representó la pérdida de la autosuficiencia y soberanía
alimentaria. Más de dos décadas han transcurrido desde la aplicación de las políticas
neoliberales y no existe solución a corto o mediano plazo. La importación de alimentos
se ha elevado a más del 40% y se pronostica que a fines del actual gobierno se eleve al
60%. La autosuficiencia en la producción de alimentos cayó 1% durante el período 2002-
2006, en específico en granos y oleaginosas.
México es un país con una seguridad alimentaria vulnerable, como lo señala la Orga-
nización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), al determinar
que una nación que importa el 45 por ciento de sus alimentos, ya se puede considerar un
país dependiente.
En la actualidad, los precios de los alimentos en el mercado internacional se han ele-
vado por causa de múltiples factores; el principal es de orden estructural. Esta situación
tiene que ver con la propia política de liberalización de los mercados, una insuficiente
y decreciente inversión en todo el sector agrícola y el abandono de la búsqueda por la
autosuficiencia alimentaria.
En general, los precios internacionales de los alimentos mantuvieron una relativa
estabilidad en el período de 2002-2003, pero empezaron a presentar un incremento en
2006, llegando en dos años después a su nivel más alto desde la década de 1970. De
acuerdo con la FAO, en la primera mitad del 2008 “los precios de los alimentos eran 40%
superiores a los de 2007 y 76% respecto a los de 2006” (Acuña y Meza, 2010). En 2009,
los precios de los alimentos de nueva cuenta suben en un promedio de 9,8% (La Jornada,
1° de diciembre de 2009).
A inicios de 2011, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) afirman
que la volatilidad de los precios de los alimentos llegó para quedarse, así como la cre-
ciente preocupación de una nueva crisis alimentaria, solamente tres años después de la
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BIOCOMBUSTIBLES Y SOBERANíA ALIMENTARIA: UNA REfLEXIÓN PARA EL MéXICO DEL SIGLO XXI
última (La Jornada, 11 de febrero de 2011).
Para el caso de México, la producción de maíz es básica para la alimentación, pero al
no cubrir las necesidades pecuarias e industriales se realizan constantes importaciones
del grano norteamericano (Gráfica 2).
Gráfica 2: Maíz en México (1994-2008)
Miles de Toneladas
fuente: SIAP, 2009.
En 2007 surge una repentina alza en el precio y escasez del maíz, afectando a los con-
sumidores. Un año antes, y sobre los dos años previos, el grano amarillo y blanco in-
crementaron su precio en 58% y 87% respectivamente. Este hecho impacto en el precio
del maíz blanco para consumo humano, en concreto en el costo de la tortilla, porque el
aumento en el precio del petróleo llevó a un incremento en el precio del maíz, debido
al costo de transportar el grano por vía marítima desde el mercado estadounidense al
mercado nacional (González y Castañeda, 2009). Además, como afirma Bartra (2010: 94):
Y sobre esta relativa escasez se monta un puñado de grandes empresas trasna-cionales que controla la mayor parte de los granos y, de esta manera, especula a costa del hambre de los pueblos escondiendo las cosechas ya compradas para provocar una falsa escasez que les permita venderlas después más caras. Esto es lo que estuvo detrás del “tortillazo”, pues en 2006 y 2007 México tuvo cosechas históricas de maíz blanco, y sin embargo se dispararon los precios por las maniobras de ocultamiento realizadas por empresas como Cargill y la mexicana Maseca.
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YOLANDA CASTAñEDA zAVALA, YOLANDA CRISTINA MASSIEU TRIGO Y ARCELIA GONzáLEz MERINO
La empresa Archer Daniels, con dominio de los granos a nivel mundial, ya incursiona
en la producción de agro combustibles, como se mencionó con anterioridad. En 2008 el
precio del maíz disminuye, sin embargo, para el consumidor su costo aumentó 25% en
relación a 2006 (Bartra, 2010). Este hecho se confirma también para los demás granos a
través de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación
(SIAP-Sagarpa): el precio del maíz aumentó 184% entre junio de 2006 y junio de 2008, el
del trigo 127%; el del sorgo 122%; el del arroz 120%, y el del frijol negro 52% (Acuña y
Meza, 2010).
Hoy en día, el precio del maíz en México confirma la postura del Banco Mundial y el
FMI debido a la especulación que se desató entre las grandes empresas almacenadoras
y comercializadoras por las cosechas que se perdieron en el estado de Sinaloa a causa
de las heladas, ya que el precio de la tonelada de grano se incrementó entre 20 y 40 por
ciento en una semana (La Jornada, 11 de febrero de 2011).
Actualmente, la soberanía alimentaria no se contempla como prioritaria por las po-
líticas gubernamentales que favorecen una liberalización económica sin restricciones
para los consorcios transnacionales, quienes controlan el mercado internacional y don-
de alimentos básicos como el maíz se ofrecen al mejor postor y a la competencia para
ser utilizados como alimento o como una nueva alternativa energética.
Conclusiones
Históricamente, los regímenes alimentarios han ido mostrando una gradual mercan-
tilización de la agricultura y una división internacional del trabajo agrícola marcada por
las relaciones de poder entre países pobres y ricos. A partir de la 2.ª mitad del siglo xx
es clara la dominación cada vez mayor de un puñado de empresas de la agricultura y
alimentación mundiales, lo que McMichael llama el régimen alimentario corporativo. El
advenimiento de los agrocombustibles y biocombustibles expresa una exacerbación
de las contradicciones de este régimen y una amenaza para la seguridad alimentaria
y el precario equilibro ecológico mundiales. Es por ello que hablamos de un nuevo
régimen alimentario-energético pues, aunque existe la posibilidad de obtener biocom-
bustibles de fuentes de biomasa diferentes a los cultivos agrícolas, hoy por hoy es
a partir de maíz, caña, remolacha y otros cultivos que se obtiene la mayor parte de
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BIOCOMBUSTIBLES Y SOBERANíA ALIMENTARIA: UNA REfLEXIÓN PARA EL MéXICO DEL SIGLO XXI
combustible líquido presente en el mercado mundial. Lo anterior por la trayectoria ya
avanzada en cuanto a su venta y producción, que implica menores costos que exper-
imentar con otras fuentes; sin dejar de mencionar que es muy incipiente el esfuerzo
por aprovechar la energía solar.
Pese a lo anterior, la aparición de los biocombustibles ha sido acompañada de una
retórica a favor de la sustentabilidad, cuando la evidencia nos habla más bien de un au-
mento del deterioro ecológico, al ocuparse para producir combustible superficies agrí-
colas y boscosas y haber dudas sobre su eficiencia energética y la cantidad de CO2 que
vierten a la atmósfera.
Para países en situación de vulnerabilidad alimentaria, como es el caso de México,
la situación es grave porque se vislumbra una creciente escasez y alza de precio de los
alimentos en el mercado mundial. Si a ello agregamos la dependencia alimentaria de los
EU, principal productor de etanol proveniente de maíz y con una estrategia para estimu-
lar estos nuevos combustibles, dominar su mercado y depender menos del petróleo, el
panorama se vuelve más crítico.
Es imperativo que México recupere su soberanía alimentaria y a la vez logre tener
una política energética alternativa en medio de una crisis mundial que lleva a prever
una creciente escasez y carestía tanto de los alimentos como del petróleo. Esta política
alternativa debe considerar que el derecho a la alimentación que, a pesar de no ser con-
siderado todavía como un derecho universal, no debería ser disputado.
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LAS ENERGÍAS ALTERNATIVASPARA EL CAMPO MEXICANO
Julieta Evangelina Sánchez Cano
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LAS ENERGÍAS ALTERNATIVAS PARA EL CAMPO
MEXICANO
Julieta Evangelina Sánchez Cano1
Introducción
En el contexto económico y energético actual, la mayor parte de las regiones y paí-
ses del mundo, están intentando sustituir el consumo de energía proveniente del
petróleo por energías renovables. De esta manera es como las energías renova-
bles han adquirido una creciente relevancia; se dice, a nivel general, que son numerosas
sus contribuciones2 a diversos aspectos, como por ejemplo:
1. La diversificación del portafolio energético
2. Reducen los riesgos de la volatilidad de precios
3. Reducen el impacto ambiental
4. Impulsan el desarrollo sustentable
5. Contribuyen al desarrollo social de las comunidades más apartadas que carecen de servicios como la energía eléctrica
1 Catedrática de la facultad de Economía Contaduría y Administración. Universidad Juárez del Estado de Durango. Correo electrónico: [email protected]
2 Sin embargo, existen aspectos negativos de los que también se hablará más adelante en este documento.
— 81 —
LAS ENERGíAS ALTERNATIVAS PARA EL CAMPO MEXICANO
La Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, conocida también como
la Comisión Brutland, define el desarrollo sostenible como “un desarrollo que satisface
las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las generaciones futuras
para satisfacer sus propias necesidades” (WCED, 1987). En esta definición concurren
dos elementos claves. Por un lado, el concepto de “necesidades”, especialmente las ne-
cesidades básicas de los más pobres cuya satisfacción debería ser primordial. Y, por el
otro, la idea de los límites impuestos tanto por el estado de la tecnología como por la
organización social sobre la habilidad del medio ambiente para satisfacer las necesida-
des presentes y futuras. Por lo tanto, se hace hincapié en la fuerte interrelación que se
da entre la reducción de la pobreza, la mejora del medio ambiente y la igualdad social
a través de un crecimiento económico sostenido. Recordemos que Thomas Malthus en
su Economics and Theory of Limits fue el primero en destacar la escasez de los recur-
sos como límite al crecimiento. Y de acuerdo con Malthus, la población se incrementa
geométricamente mientras que los recursos necesarios para alimentarla aumentan, con
mucho, a una tasa aritmética, por tanto; es imposible mantener a toda esta población en
continuo crecimiento.
No obstante, el progreso tecnológico ha contribuido a incrementar la eficiencia ener-
gética reduciendo el consumo de energía por unidad de producto, pero también es cierto
que el consumo de energía en términos absolutos continúa creciendo a una tasa del 2,1%
anual para las tres últimas décadas (AIE, 2006). Asimismo, el consumo de combustibles
fósiles sigue siendo la causa principal del aumento de las emisiones de dióxido de car-
bono, combustibles que abastecieron el 82% de la demanda mundial de energía en el
2004 (IPCC, 2007). Cierto es que la innovación tecnológica ha fomentado una mayor pro-
ductividad en la agricultura ante una población mundial creciente que hay que alimentar,
pero también es cierto que muchas veces sus efectos sobre la salud y el medio ambiente
siguen siendo objeto de controversia, como es el caso de los alimentos genéticamente
modificados.
Aunque México cuenta con reservas de petróleo, ha entrado a la carrera de la energía
alternativa, como el resto del mundo, para aprovechar las fuentes y los recursos natura-
les con los que puede generar energía solar y la biomasa, tema que trataremos en este
documento, aunque también existen otras importantes.3 Por ello, el gobierno mexicano
3 Como la minihidráulica, eólica, etc. No obstante y dada la extensión del documento, estas serán tratadas en otra ocasión.
— 82 —
JULIETA EVANGELINA SáNCHEz CANO
está apostando por el desarrollo de tecnologías para nuevas fuentes de energías alter-
nativas fundamentadas en la sustentabilidad.
Sin embargo, es importante resaltar que estas acciones estratégicas no deben per-
der de vista el mejoramiento económico, medioambiental y social de las zonas rurales
mexicanas. Deben también propiciar el mejor aprovechamiento de los recursos natura-
les nacionales en bien del progreso medioambiental y energético, y por el desarrollo y
una mejor calidad de vida de la población nacional.
Es importante fomentar el desarrollo humano pero de una forma integral y soste-
nible. Es decir, el desarrollo humano, entendido como un proceso continuo que permita
mejorar la calidad de vida de las personas y ayude a la disminución de la pobreza, va
ligado inequívocamente a la resolución de los problemas ambientales, dado que la de-
gradación del medio ambiente pone en peligro el propio desarrollo de la humanidad. El
medio ambiente es pensado como el sustento de la vida en el planeta, puesto que provee
los elementos esenciales para la propia existencia, como es el agua que bebemos y el
aire que respiramos, pero también provee la energía y materias primas necesarias para
la producción de bienes y servicios que se traduce en un incremento del bienestar mate-
rial. No se debe olvidar que el objetivo primordial del desarrollo es mejorar el bienestar
y el nivel de vida de las personas y esto está fuertemente relacionado con la conserva-
ción del medio ambiente. Si no se protege el medio ambiente, no se puede alcanzar el
bienestar humano. Los seres vivos del planeta dependen de los recursos naturales para
satisfacer necesidades básicas de alimentos, agua, energía y refugio. Cuando los recur-
sos se deterioran, los medios de vida y los seres vivos se ven amenazados.
Asimismo, son importantes las zonas rurales y sus pobladores, quienes además de
ser generadores de alimentos, pueden promover la guarda y preservación de las zonas
naturales. El medio ambiente también actúa como receptor de los residuos que genera-
mos, teniendo una capacidad de asimilación limitada. Si esta se sobrepasa, se degradará
y no podrá continuar proveyendo de todos esos elementos tan necesarios para la propia
existencia. Por ello, parece lógico pensar que en interés de todos, tanto de las generacio-
nes actuales como de las futuras, habría que llegar a un acuerdo para conservarlo de la
mejor manera posible, de tal forma que pueda continuar cumpliendo con sus funciones,
y para ello, los pobladores de todas las zonas rurales alrededor del mundo son actores
— 83 —
LAS ENERGíAS ALTERNATIVAS PARA EL CAMPO MEXICANO
de primer orden para lograr estos objetivos.
La población rural sigue siendo una importante mayoría en casi todos los Países en
Desarrollo (PED) y, según las estadísticas, seguirá siendo así hasta bien avanzado el
siglo xxi. Aunque varios de estos países han logrado un significativo crecimiento eco-
nómico en las últimas décadas, siguen con fuertes desigualdades económicas y existen
comunidades pobres que no tienen acceso a los servicios básicos necesarios, en espe-
cial en el medio rural. La pobreza suele estar repartida en forma desigual en las zonas
rurales, principalmente en los países en desarrollo. Los programas de las autoridades
nacionales e internacionales no suelen ser suficientes para cubrir las necesidades de
las zonas rurales, ya que la mayor parte de la atención política y económica se dirige al
crecimiento económico que activa la industria y las zonas urbanas. En las zonas rurales
es donde se originan muchos de los recursos fundamentales (como el agua, los alimen-
tos, la energía a partir de la biomasa) para la sociedad en conjunto, sin embargo; gran
parte de sus recursos humanos están desaprovechados y se ven obligados a vivir en la
pobreza o migrar. Es importante resaltar que las zonas rurales y sus recursos naturales
y humanos son la piedra angular de la economía, por ello merecen prioridades del desa-
rrollo. En cifras absolutas, casi dos mil millones de personas del medio rural en los PED
no cuentan con electricidad, entre otros servicios.
A continuación se presentan algunos ejemplos de las actividades importantes que
requieren electricidad en diferentes sectores rurales:
• Sector agropecuario: irrigación, preparación de las tierras y fertilización.
• Sector doméstico: iluminación, elaboración, preparación y conservación de los alimentos.
• Sector de la industria y los servicios comerciales rurales: iluminación, procesos industriales.
• Servicios comunales y sociales: bombeo de agua, refrigeración para los centros de salud, iluminación de las instalaciones comunales.
Tradicionalmente, se ha identificado el desarrollo con el crecimiento económico. Cuanto
mayor fuera la producción, medida está a través del PIB, mayor sería el nivel de desarro-
llo y crecimiento económico de un país. Sin embargo, el crecimiento económico es una
condición necesaria pero no suficiente para el desarrollo. Nada garantiza que un mayor
— 84 —
JULIETA EVANGELINA SáNCHEz CANO
crecimiento económico, y por ende una mayor renta per cápita, se traduzca en una me-
jor distribución de la riqueza, ni en mayores beneficios para las zonas y comunidades
rurales. Para ello se necesitan políticas públicas adecuadas, que fomenten la actitud
emprendedora con la creación de negocios en los que se incluya a las zonas rurales y
sus habitantes, que se dé importancia a la multifuncionalidad del campo mexicano como
generador de riqueza y guarda del medioambiente. Desde un punto de vista social, el de-
sarrollo también implica la eliminación de las desigualdades entre pobres y ricos, entre
hombres y mujeres, etc. Por lo tanto, no habrá desarrollo si no se elimina la pobreza del
mundo y se satisfacen las necesidades básicas de alimentación, salud, vivienda y edu-
cación. Del mismo modo, la erradicación de la pobreza es una condición necesaria para
alcanzar el desarrollo sostenible, dado que si existen amplios colectivos de la población
mundial que no tienen cubiertas sus necesidades básicas, difícilmente se les podrá pedir
que cambien su conducta actual sobre el medio ambiente.
Actualmente, miles de personas en el planeta viven en el umbral de la pobreza o
por debajo de este. La pobreza suele estar causada por la gestión inadecuada de los
recursos, por la discriminación y por la falta de acceso a bienes materiales, atención
sanitaria y educación (ONU, 2004; citado por Bermejo, 2008). El acceso disímil a los re-
cursos naturales sigue siendo una fuente importante de desigualdad entre las personas,
dado que muchas de estas se ven incluso privadas del acceso al agua potable. Para Sen,
la finalidad del desarrollo ha de ser la expansión de las libertades que disfrutan los indi-
viduos, por ello, la destrucción irreversible de la naturaleza supone siempre una pérdida
de libertad para alguien, además de un deterioro de las condiciones favorables para el
desarrollo (Arribas Herguedas, 2007; citado por Bermejo, 2008).
Para comparar la situación de desarrollo de unos países con otros, las Naciones Uni-
das no utilizan la renta o PIB per cápita, si no que utiliza el Índice de Desarrollo Humano
(IDH), que tiene en cuenta para su elaboración tres variables: la esperanza de vida, los
niveles de educación y la renta per cápita. No obstante, dicho índice tampoco es el más
apropiado para comparar el desarrollo de unos y otros países, pues no considera los
aspectos medioambientales. Por ejemplo: Estados Unidos tiene un IDH muy alto, pero
también es uno de los países que en mayor medida contribuye al problema del calen-
tamiento global; si este problema se tuviera en cuenta a la hora de construir su índice
de desarrollo, su situación no sería tan buena como la que se desprende de una lectura
— 85 —
LAS ENERGíAS ALTERNATIVAS PARA EL CAMPO MEXICANO
inmediata de este índice (Del Saz, 2008, pp. 31-49). El desarrollo sostenible va ligado
inequívocamente a la resolución de los problemas actuales de desigualdad y pobreza
que afectan a amplias esferas de la población y que también están estrechamente rela-
cionados con la degradación del medio ambiente.
1.- La energía fotovoltaica sustentable
La energía es un importante insumo para satisfacer las necesidades humanas básicas
y suministrar los servicios fundamentales. Se utiliza para cocinar; para proporcionar
agua, luz eléctrica y servicios de salud; en las comunicaciones y la educación. También
es un elemento vital para mejorar la producción rural y la seguridad alimentaria median-
te la preparación de las tierras, su fertilización, para el riego, la industria agropecuaria,
la conservación y el transporte. Actualmente, en muchas zonas rurales de los países en
desarrollo, las necesidades de energía se satisfacen sobre todo con combustibles de
biomasa, y con trabajo humano y animal. Este panorama limita seriamente la posibilidad
de muchos pobladores de las zonas rurales de mejorar su productividad agrícola y su
calidad de vida.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación sigue
promoviendo, como organismo coordinador de las actividades del capítulo 14 del Pro-
grama 21, la agricultura y desarrollo rural sostenibles (ADRS). Este estudio se propone
contribuir a ese proceso asistiendo a los países miembros de la organización en su tran-
sición hacia el uso de sistemas más sostenibles de energía rural. La FAO observa que
la tecnología fotovoltaica ya está suministrando servicios de energía en muchos lugares
del mundo, sobre todo en el ámbito doméstico, y llama la atención el potencial de los
sistemas FV para promover nuevas actividades que generen ingresos e incrementen la
productividad agrícola.
El potencial de los sistemas de energía solar fotovoltaica (FV) se ha demostrado en
los proyectos de electrificación rural realizados en todo el mundo, en especial el de los
sistemas solares domésticos.4 La importancia económica de los sistemas fotovoltaicos
va en aumento gracias a la constante disminución de sus precios, así como por la ex-
4 Como ejemplo: el panel solar fotovoltaico de una bomba para extraer agua del río y regar un huerto mixto. Este sistema forma parte de un proyecto de la fAO realizado en las proximidades del río Senegal, para la gestión forestal y del territorio comunal en Dagana y Podor, al norte del Senegal. Este proyecto imparte capacitación técnica y organizacional. En las aldeas de esos municipios se han multiplicado los huertos mixtos.
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JULIETA EVANGELINA SáNCHEz CANO
periencia en su aplicación en otros sectores, como los servicios sociales y comunales,
la agricultura y otras actividades productivas capaces de repercutir significativamente
en el desarrollo rural. Los sistemas solares fotovoltaicos, por la flexibilidad de su apli-
cación, representan una oportunidad única para que el sector energético proporcione
“paquetes” de servicios a las zonas rurales apartadas; por ejemplo, para los servicios
de salud, educación, comunicaciones y luz eléctrica, así como para la agricultura y el
suministro de agua.
Suele reconocerse que la electricidad es un elemento importante del desarrollo so-
cioeconómico rural, no como fin en sí misma sino a través de la demanda de los servicios
que permite ofrecer; como el bombeo de agua potable, la prolongación del día gracias a
la iluminación y la preparación de alimentos. En general, el aumento de la demanda de
energía está directamente relacionado con el desarrollo socioeconómico. Sin embargo,
las poblaciones rurales de muchos países en desarrollo han quedado excluidas de la
mayor parte de los beneficios del desarrollo económico y de la transición hacia servi-
cios de energía eléctrica de mejor calidad. Poco parece haber cambiado desde que se
plantearon por primera vez las cuestiones y los problemas de la energía rural a fines del
decenio de 1960; las fuentes tradicionales de energía (leña, residuos de biomasa, trac-
ción humana y animal) siguen siendo los principales y con frecuencia los únicos recursos
energéticos disponibles para millones de familias rurales, con limitaciones y efectos bien
documentados en el bienestar rural en ámbitos como la salud, la seguridad alimentaria
y la producción agrícola.
En los decenios pasados, la energía FV ha demostrado sus posibilidades tecnológicas
de llevar electricidad a las zonas rurales, así como de mejorar en los países en desarro-
llo el acceso de las zonas rurales a la electricidad. Ha habido impresionantes adelantos
técnicos y de organización, económicos y financieros. Los sistemas FV ahora están inte-
grándose en grandes programas de electrificación rural en distintas partes del mundo
(Argentina, la India, México, Sudáfrica, los Estados Unidos y Zimbabwe). En general, la
tecnología FV está llegando a su madurez comercial y se prevé que la inversión, cada vez
mayor en nueva capacidad de producción, reduzca más los precios y propicie una mayor
competitividad. Los programas y los estudios ahora abordan las cuestiones relativas al
desarrollo del mercado en gran escala en las zonas rurales: acceso a crédito asequi-
ble, infraestructura de mercado local para instalación y mantenimiento de los sistemas
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LAS ENERGíAS ALTERNATIVAS PARA EL CAMPO MEXICANO
FV, así como mecanismos para la elaboración local de políticas favorables a la energía
sustentable. Casi toda la atención se dirige a los sistemas solares domésticos por ser la
aplicación más confirmada de los sistemas FV, pero con usos limitados a la iluminación
y a la utilización de radio y televisión. El constante adelanto de la tecnología FV y la dis-
minución de sus precios están creando nuevas oportunidades para otras aplicaciones de
la misma, con mayores repercusiones y más sostenibles para el desarrollo rural.
El reto de la electrificación rural, aparte de la gran población rural de los países en
desarrollo que todavía no tienen electricidad, se acentúa por algunas características es-
pecíficas:
1. En primer lugar por la gran dispersión de los consumidores potenciales en las zonas rurales con poca demanda.
2. Por la concentración de la demanda en un breve período del día (por lo general en las primeras horas de la noche), lo que conduce a factores de un volumen máximo relativamente elevado y poca carga.
3. A la gran pérdida de energía (hasta 25 por ciento), incluso por robo.
4. Al limitado poder de compra de los consumidores de las zonas rurales para con-sumo de electricidad y gasto en electrodomésticos.
5. A la dificultad de facturación, mantenimiento y servicio.
En muchos casos, la electrificación rural no tiene interés económico y requiere subsidios
públicos. Y al tratar de introducir los sistemas FV en las zonas rurales surgen obstácu-
los, muchos de ellos relativos a las características de esta tecnología. Otro aspecto más
general de la introducción de una nueva tecnología es la necesidad de crear una infraes-
tructura de divulgación de información, promoción, distribución e instalación.
Los principales mercados de energía FV en el ámbito rural serán:
1. Sistemas solares domésticos
2. Comunicaciones
3. Bombeo de agua
En México, de 1993 a 2003, la capacidad instalada de sistemas fotovoltaicos se incremen-
tó de 7 a 15 MW, generando más de 8,000 MWh/año para electrificación rural, bombeo
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JULIETA EVANGELINA SáNCHEz CANO
de agua y refrigeración. Se espera tener instalados 25 MW con tecnología fotovoltaica
para 2013, y generar 14 GWh/año. Al 2003, se tenían instalados más de 570,000 m2 de
calentadores solares planos con una radiación promedio de 18,841kJ/m2, generando
más de 270 Gigajoules para calentar agua. Al 2012 se espera un crecimiento de más de
600,000 m2 de calentadores solares (SENER-GTZ, 2006).
2.- La energía proveniente de los biocombustibles
El uso de los biocombustibles se está expandiendo desde Brasil, Estados Unidos, la Unión
Europea y ahora en México. Estos países piensan sustituir parte de su consumo de com-
bustibles derivado del petróleo por combustibles basados en productos agrícolas como
la caña de azúcar y el maíz, el sorgo y la remolacha para el etanol y el biodiesel a base
de aceites vegetales. Ahora bien, los mitos en torno al etanol y que todavía no han sido
probados son: se trata de un combustible limpio, reduce la dependencia con el petróleo,
su uso tiene efectos positivos en el ambiente, es de bajo costo de producción y tiene una
alta eficiencia energética. El 26 de abril del año 2007, la Cámara de diputados en México
aprobó la ley de Promoción y Desarrollo de Bioenergéticos. La ley se basa exclusivamen-
te en el etanol y considera erróneamente al maíz y no a la caña de azúcar como principal
insumo para su producción (Landon, 2007).
En México la Ley para el Aprovechamiento de Energía Renovable está sustentada en
el Plan Nacional de Desarrollo y busca diversificar las fuentes de utilización de energía.
Esta fue aprobada el 14 de diciembre del año 2005, para entrar en vigor en el año 2006.
Esta ley busca fomentar las energías renovables para lograr la diversificación y la segu-
ridad energética a largo plazo. Esta legislación fue impulsada con base en el movimiento
de cañeros que en el año 2005 realizaron manifestaciones en la ciudad de México para
exigir que se publicara la Ley de Desarrollo Sustentable de la caña de azúcar, con el fin
de tener alternativas para la producción de la misma.
En el año 2005, se habían incluido en el presupuesto 297 millones de pesos para la
construcción de dos plantas de etanol. Pero en el anexo del Programa Especial Concu-
rrente aparece la palabra maíz entre paréntesis, señalando que la producción de etanol
se hará a partir del maíz,5 y en el año 2006 aparece nuevamente este concepto sin se-
5 Lo cual en México es bastante grave porque el maíz es un grano básico para el consumo de los mexicanos, y principalmente de las familias más pobres. Por lo que la utilización de maíz para hacer biocombustibles provocaría que compitiera con su utilización para el consumo humano.
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LAS ENERGíAS ALTERNATIVAS PARA EL CAMPO MEXICANO
ñalar claramente el monto específico, aunque es calculado en 150 millones de pesos. La
iniciativa de Ley de Promoción y Desarrollo de Bioenergéticos se aprobó en la Cámara de
Diputados el 7 de febrero de 2006.
En México, después de la aprobación de la ley de Biocombustibles, se iniciará la cons-
trucción de cuatro biorefinerías. Dos de ellas abastecerán a Petróleos Mexicanos y el
etanol producido se utilizará como oxigenante de las gasolinas. Las otras dos producirán
para la exportación. Se ha insistido en los beneficios que esto significa para los pro-
ductores, por lo que se han realizado acuerdos con los productores mexicanos de maíz
amarillo para lograr el abastecimiento de este cereal. México es un país petrolero en el
que la extracción de un barril de petróleo cuesta 5 dólares, la obtención de un barril de
gasolina cuesta 20 dólares y la producción de un barril de etanol le cuesta entre 120 y
150 dólares.
El gobierno mexicano había planteado la utilización de maíz para la producción de
biocombustibles, siguiendo la estrategia estadounidense, pero el gobierno de Brasil ha
recomendado a México producir etanol con base en la caña de azúcar. México tiene bue-
nas posibilidades de producir etanol de caña de azúcar, debido a que tiene zonas con
climas propensos para dicha producción. Lo anterior ayudaría a su vez a los productores
cañeros mexicanos tan olvidados; podría reactivar la producción mexicana de caña de
azúcar beneficiándolos y beneficiando a las zonas rurales de cultivos cañeros.
El ministro de agricultura de Brasil ofreció asesoría a México para la producción de
etanol elaborado con caña de azúcar, recomendando no se obtenga a partir de su pro-
ducción con maíz. Brasil firmó un acuerdo de colaboración con México para apoyarlo
enseñándole las innovaciones tecnológicas para la producción de biocombustibles (Her-
nández, 2007).
En México se debe partir de que la producción de biocombustibles no compita con la
producción de alimentos, ya que el uso de la tierra es básicamente para la producción de
alimentos para la población mexicana, y la producción de biocombustibles se supedita a
que no haya hambre en la población. Se establece un esquema de subvenciones que be-
neficie la producción primaria de los agricultores mexicanos, tal que estos puedan par-
ticipar en la producción de biocombustibles y así darle valor agregado a la producción.
En este contexto debe promoverse una política de promoción de biocombustibles deter-
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JULIETA EVANGELINA SáNCHEz CANO
minando las mejores fuentes de insumos para su producción (aceites usados, biogas,
tratamiento de basura, etc.) sin perder de vista la soberanía y la seguridad alimentaria,
la salud humana y el mejoramiento del medio ambiente.
El Senado de la República modificó la ley de bioenergéticos que fue aprobada la pri-
mera semana de noviembre de 2007. Dicha ley contempla que se puedan utilizar residuos
agroalimentarios como la cáscara de aguacate o los sobrantes industriales como el aceite
utilizado para cocinar, piñón, residuos de grasas animales y los rellenos sanitarios; esto
para no requerir de la producción de granos básicos. La producción de biocombustibles
tiene como finalidad que se deje de depender del combustible fósil. En la actualidad, de
los 17 insumos que se pueden utilizar para la producción de biocombustibles, solo seis
se pueden producir en México: la palma de aceite, el sorgo, la yuca, la jatropha, la caña
de azúcar y la remolacha.
Cuadro 1� Costos de producción de etanol según cultivo
(Pesos por litro)
Caña de miel Pobre 4.4
Caña de jugo directo 4.73
Caña miel rica 5.72
Caña jugo + hidrólisis 6.6
Maíz vía seca 4.84
Remolacha 7.59
Yuca 8.69
Sorgo 9.02
fuente: “Estrategia política y económica de los promotores de etanol 2007 (RMALC)”; “Perspectivas de la bioenergía en México 2007 (REMBIO)” en Periódico Milenio viernes 2 de Noviembre de 2007.
Un estudio6 señala que la productividad del etanol producido con maíz debe ser de 10
toneladas por hectárea, mientras que en México la productividad es solamente de 2.8 to-
neladas por hectárea. De acuerdo con este mismo estudio, se pueden reducir las emisio-
nes de bióxido de carbono que van a la atmósfera en casi 100 millones de toneladas para
2030. Distintos organismos públicos y privados habían invertido en ocho plantas produc-
toras, 711 millones de pesos para producir etanol utilizando el maíz y 404 millones de
pesos para la producción de etanol utilizando caña de azúcar. El costo de producción por
litro de etanol a base de maíz es de 4 pesos y ochenta y cuatro centavos; más caro que
6 Estudio “Perspectivas de la bioenergía en México” de la Universidad Nacional Autónoma de México.
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LAS ENERGíAS ALTERNATIVAS PARA EL CAMPO MEXICANO
el del producido con caña de azúcar ya que el precio por litro de este es de 4.40 pesos.
Existen también investigaciones sobre biocombustibles en la Universidad de Cha-
pingo. Esta institución educativa ha propuesto obtener biodiesel a partir de la semilla
del piñón (jatropha curcas) que puede crecer en terrenos áridos. También sobrevive en
terrenos muy pobres o salados y necesita muy poca agua; la toxicidad de las hojas y los
frutos del piñón mexicano hacen que la planta sea inmune a hongos e insectos. Esta es
una buena propuesta para México ya que cuenta con 120 millones de hectáreas de terre-
nos áridos y semiáridos o degradados. Según dicha investigación, en estos terrenos, el
piñón podría producir 282 barriles diarios de biodiesel. Las ventajas de esta idea derivan
en que los motores de autos y camiones que utilizan diesel no requieren de modificación
alguna, además de que la tecnología para obtener biodiesel a partir del piñón es muy
barata. Se debe resaltar que con un programa de apoyos y capacitación se puede ayudar
a los habitantes de las zonas rurales áridas para que se beneficien con la siembra de
este insumo (Cruz, 2007).
Es cierto que hay una política de fomentar los biocombustibles en el mundo, pero es
importante señalar que se debe evitar que esa política se oriente hacia la sustitución
de alimentos por combustibles porque los menos beneficiados serían los más pobres, y
sobre todo para no repetir esquemas de deterioro ambiental y de monoproducción que
ya se han dado en otros países. También existen biocombustibles de segunda y tercera
generación que pueden evitar este problema.
La sustitución de cultivos para combustibles por cultivos alimenticios repercutiría
gravemente en México, cuya producción es de por sí insuficiente para satisfacer las de-
mandas alimenticias de su población. Actualmente, el gobierno aplica una política que
intenta aumentar la producción de alimentos en el campo, sector al que destina 20 mil
millones de dólares estadounidenses al año. Sumado a la escasez de alimentos que se ha
generado y los altos precios de estos, algunas economías como la de China e India siguen
en constante crecimiento con casi dos mil millones de habitantes, quienes demandan
más alimentos, además de que Estados Unidos está elaborando biocombustibles con
productos alimenticios como el maíz.
— 92 —
JULIETA EVANGELINA SáNCHEz CANO
Cuadro 2� Proyectos de Plantas de etanol en México (mayo de 2007)
Fuente Vegetal
Capacidad instalada
(millones de litros por año)
Inversión
(millones de pesos)
Inicio de operaciones Empresas
Caña de Azúcar 73 200 2008 Melchor Monterrosa Her-nández
Caña de Azúcar 102 1.375 2007Uni-System-Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Industria Azucarera
Caña de Azúcar 127 550 2008 SEDER Tamaulipas
Maíz amarillo 200 550 2008 SEDER Tamaulipas
Maíz Amarillo 190 610 2007 Corporación Jalcohol- CNPAMM
Maíz y Sorgo 75 220 207 Zucarmex
Maíz 190 550 2008 Destilmex
Maíz 56 374 2007 Mexstarch
fuente: “Estrategia política y económica de los promotores de etanol 2007 (RMALC)”; “Perspectivas de la bioenergía en México 2007 (REMBIO)” en Periódico Milenio viernes 2 de Noviembre de 2007.
Por lo anterior es importante una política en México que promueva energías limpias,
con un balance energético positivo y con ello también la promoción de biocombustibles
de segunda y tercera generación, es decir, provenientes de insumos del aprovechamien-
to de desechos y residuos. No deben promoverse formas de creación de energías a partir
de cultivos alimenticios en México, ya que es de por sí preocupante la situación de insu-
ficiencia de seguridad alimentaria del país y también el que se destinen los excedentes
petroleros para utilizarlos para solventar el creciente déficit de alimentos. México debe
promover la producción en el campo y fortalecer a las zonas rurales para llegar a ser so-
berano en este rubro y promover su propia autosuficiencia alimentaria, para destinar los
excedentes del petróleo a mejorar el desarrollo en beneficio de otros rubros necesarios
de inversión por parte del gobierno.
Conclusiones
Para mejorar el nivel de vida de los mexicanos, principalmente de los que habitan las
zonas rurales, es necesario el apoyo en la obtención de agua potable, luz y alimentos
básicos. Para ello se deben crear programas de apoyo de carácter económico-social con
estrategias y planes que fomenten el desarrollo y el nivel de vida de las comunidades.
En el país existen comunidades que aún no cuentan con agua potable, ni luz y son de
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LAS ENERGíAS ALTERNATIVAS PARA EL CAMPO MEXICANO
difícil acceso, pues al carecer de la infraestructura de caminos adecuados se genera una
problemática tanto para abastecerse de los alimentos básicos como para comercializar.
Muchas de las poblaciones rurales se encuentran en situaciones de pobreza.
Para paliar varias de las problemáticas de las zonas rurales, es necesaria la imple-
mentación y puesta en marcha del uso de energías renovables, huertos solares, en forma
de paneles para electricidad, bordos y aljibes y reciclado de agua de lluvia, invernaderos,
incubación de aves de corral con la utilización de energías renovables. Otros elementos
importantes son el fomento de microcréditos, micro y pequeñas empresas en las comu-
nidades con apoyo a la producción y la productividad de alimentos e insumos acordes a
cada comunidad, así como animales de traspatio.
Se debe resaltar que existen aspectos negativos que han impactado a la población
más vulnerable de todo el mundo, esto debido a los vínculos existentes entre los mer-
cados alimentarios y energéticos. Entre los aspectos negativos, está el impacto del au-
mento del precio en los alimentos básicos, impactando al alza a los precios reales de los
productos agrícolas. Sin embargo, los altos precios aún no han significado una oportu-
nidad para los agricultores de los países en desarrollo, y en el caso de México, no se ha
aprovechado la coyuntura de los precios altos para invertir en el campo, generar mayor
producción y más productividad. Los pequeños y medianos productores han sido los más
afectados, no han tenido un fácil acceso a insumos baratos ni a la tecnología de punta;
han tenido problemas de infraestructura y almacenamiento inadecuado, y de políticas e
instituciones gubernamentales inadecuadas.
Los precios de los alimentos básicos han aumentado drásticamente; ya en el año
2008 alcanzaban precios históricos con los niveles más altos en 30 años. Esto afecta
primordialmente el nivel adquisitivo de la población más vulnerable, entre ella la de las
zonas rurales; amenazando la seguridad alimentaria y ocasionando que 115 millones de
personas cayeran en hambre crónica en todo el mundo.
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EXPERIENCIA DE PRODUCCIÓNAGROPECUARIA MEXICANA
SEGUNDA SECCIÓN
EL MAÍZ GENÉTICAMENTE MO- DIFICADO, ESE EXTRAÑO EN EL MUNICIPIO DE CUAUHTÉMOC,CHIHUAHUA: UN RECUENTO
Marco Antonio Fernández Nava y Jorge Ávila Domínguez
— 99 —
EL MAÍZ GENÉTICAMENTE MODIFICADO, ESE
EXTRAÑO EN EL MUNICIPIO DE CUAUHTÉMOC,
CHIHUAHUA: UN RECUENTO
Marco Antonio Fernández Nava1
Jorge Ávila Domínguez2
El epígrafe de F. Braudel permite dar cuenta del modo en que el maíz GM ilumina la
noche con verdaderas claridades. Pero, ¿La oscuridad permanece? Ciertamente.
Aun así, ilumina: nos dice qué se teme, a qué y a quién hay que achacar esos ma-
les y la forma de asegurarnos contra ellos.
Ilumina, por un lado, cuando rompe la normalización del mundo de vida del municipio
de Cuauhtémoc, Chihuahua, que ante su presencia, se moviliza para concretarlo, vivirlo,
gestionarlo, gobernarlo. Por ejemplo, productores del Frente Democrático Campesino
1 Mtro. Marco Antonio fernández Nava, Profesor de la UAM-Xochimilco y Profesor del Colegio de Bachilleres 08 Cuajimalpa. Doctorante de Sociología en la UAM-Azcapotzalco. [email protected]
2 Mtro. Jorge ávila Domínguez, Doctorante de Sociología en la UAM-Azcapotzalco. [email protected]
Conservo el recuerdo de una noche cerca de bahía en que me encontré envuelto por un fuego de artificio de luciérnagas
fosforescentes; sus pálidas luces resplandecían, se apagaban, refulgían de nuevo, sin por ello horadar la noche con verdade-ras claridades. Igual ocurre con los acontecimientos: más allá
de su resplandor, la oscuridad permanece victoriosa.
F. Braudel
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EL MAíz GENéTICAMENTE MODIfICADO, ESE EXTRAñO EN EL MUNICIPIO DE CUAUHTéMOC, CHIHUAHUA
y del Barzón Chihuahua, apoyados por Greenpeace y por el Centro de los Derechos Hu-
manos de las Mujeres, presentaron, el 28 de Enero de 2009, ante el Secretariado de la
Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) una petición ciudadana en conformidad
con el artículo 14 del Acuerdo de Cooperación Ambiental de América del Norte, en ella
aseveran que México está incurriendo en omisiones en la aplicación efectiva de su legis-
lación ambiental por cuanto respecta al control, inspección, investigación y evaluación
de riesgos del maíz GM en Chihuahua, México.
Por otra parte, productores de UNIPRO,3 prácticamente menonitas, y de Agrodinámica
Nacional apoyan el uso de maíz GM. Incluso, el líder de esta última organización, Arman-
do Villarreal Martha, en la movilización nacional del 31 de enero de 2008, conminó al
gobierno para que autorizara la siembra de maíz GM de forma masiva.
Por otro lado, el maíz GM ilumina a la Sociología, pues su sola presencia, al irrumpir
y desordenar el mundo social, coloca a la disciplina en el banco de prueba una vez más.
Basta recordar que las ciencias del hombre se han apoyado para constituirse en expe-
riencias negativas, por ejemplo, del estudio de la afasia se construye una ciencia del
lenguaje y del análisis del suicidio se edifica y consolida la sociología (Gros: 2007).
Desde esta doble perspectiva, habrá que observar al maíz GM en el municipio de
Cuauhtémoc, Chihuahua: por un lado, como ese extraño que rompe la familiaridad; y por
el otro, como ese extraño, que rompe los marcos analíticos de la sociología.
Para los productores agrupados en el Frente Democrático Campesino, el maíz GM se
significa de la siguiente manera:
Hasta el nombre es extraño: genéticamente modificado. Son palabras que muchas
veces no tienen relación con aquellas que se utilizan en el campo. Muchas veces, al ha-
blar de un organismo genéticamente modificado, se puede imaginar como un fenómeno,
algo que no es natural, que no es real. Cuando el productor oye esos términos considera
que no es algo bueno para la agricultura como ellos la entienden, es decir, como una
semilla natural, criolla, de su región4.
3 Unión Agrícola Regional de Productores de Maíz Amarillo así como Otros Granos y Semillas del Estado de Chihuahua, agrupación de cuatro asociaciones agrícolas de igual número de los municipios de: Cuauhtémoc, Cusihuiriachic, Namiquipa y Buenaventura.
4 Entrevista realizada por Marco Antonio fernández Nava a Pedro José Torres Ochoa en Chihuahua el día 4 de febrero de 2011.
— 101 —
JORGE áVILA DOMíNGUEz
Para los productores agrupados en la UNIPRO se significa así:
Pues la misma situación, que es una burrada de todos los que están en contra del maíz GM, que es una burrada en la extensión de la palabra, no sé si sea en algunos casos por falta de conocimiento, o en otros sea simplemente por opo-nerse, como dice el español, nomás por joder. Ahora se maneja que en México es país de origen, definitivamente lo es, pero aquí en esta zona ¿Lo será? […] pues no queda nada, si lo fue pues fue hace millones de años, no queda nada. La zona productora de Chihuahua, no está en la zona donde podría ser, que fuera considerada zona de origen: es el semi-desierto, o incluso el desierto. No mamen.5
Para el diccionario de María Moliner, la palabra extraño proviene del latín extraneus y
tiene como sinónimos a lo ajeno, algarivo, desconocido, emboscado, enquistado, extran-
jero, forastero, intruso, meteco. Desde la etimología, en la palabra extraño se puede leer
que no necesariamente hace referencia a un objeto o persona, sino que es una condición.
Así se puede distinguir entre lo extraño y lo de índole extraña. Lo extraño rompe con la
“esfera de la propiedad”, esa noción husserliana que da cuenta de la pertenencia, confia-
bilidad y disponibilidad (Waldenfels, 2001: 122).
Desde esta primera acepción, lo extraño del maíz GM está en que NO pertenece al
mundo familiar: genéticamente modificado son dos palabras que no tiene relación con
las palabras que utilizan los pequeños productores. Por otra parte, la índole extraña
supera los límites de determinados órdenes y se refiere a estructuras de experiencia y
a órdenes de experiencia (Waldenfels, 2001: 122-123). Desde esta segunda acepción, el
maíz GM es visto como algo que supera los límites de lo normal: cuando el productor es-
cucha “genéticamente modificado” sabe que no es algo bueno para la agricultura como
ellos la entienden.
Para Ulrich Beck, lo extraño rompe desde dentro con las categorías y los estereotipos
del mundo de los del lugar (Beck, 2000: 129). Así existe una relación simbiótica entre la
familiaridad y lo extraño. La construcción del extraño, entonces, implica el modo como
las estructuras de familiaridad se incardinan y forman parte no solo del ámbito her-
menéutico sino de las diferencias entre órdenes sensibles (Sabido, 2009: 38).
5 Entrevista realizada por Marco Antonio fernández Nava a Rubén Chávez en Chihuahua el día 6 de Julio de 2011.
— 102 —
EL MAíz GENéTICAMENTE MODIfICADO, ESE EXTRAñO EN EL MUNICIPIO DE CUAUHTéMOC, CHIHUAHUA
¿Cómo se está construyendo el maíz GM como extraño en el municipio de Cuauhtémoc,
Chihuahua? Un concepto, que no es propiamente sociológico, que puede ayudar a
responder esa pregunta es “Ordo Amoris”. Así denominó Max Scheler a ese sistema
articulado de odio y amor, donde la concepción del mundo, así como los hechos y las
acciones del sujeto, están siempre codirigidas por este sistema (Scheler, 2003: 63).
Para Scheler, el ser humano antes de ser un ens cogitans o un ens volens, es un ens
amans. Por lo tanto, amar u odiar es una rebelión de nuestro corazón y de nuestro ánimo
contra la vulneración del ordo amoris (Scheler, 2003: 94). Lo que algunos de los pro-
ductores del municipio de Cuauhtémoc, Chihuahua, rechazan, aceptan, eligen, detestan,
prefieren del maíz GM depende en gran medida del “ordo amoris” . El amor u odio hacia
el maíz GM coloca a este par de actos como actos intencionales y no como mera irracio-
nalidad. Por lo tanto, el amor u odio son un movimiento que se dirige siempre a un objeto
en cuanto portador de valores, es decir, el “ordo amoris” tiene función descubridora: son
actos que desvelan los valores de un individuo o grupo. He aquí la importancia del “ordo
amoris” para entender la acción social: tiene significado normativo y descriptivo:
El significado es normativo no en el sentido de que ese orden es un compendio de
normas. […] Justamente lo que hay es este conocimiento de la jerarquía de todas las
posibles disponibilidades que tienen las cosas para ser amadas en función del valor
interno que les corresponde. Así, el “ordo amoris” objetivo pasa a ser norma solamente
cuando en tanto que conocido se vincula al querer del ser humano y le es ofrecido por su
querer. Pero, también descriptivamente, el concepto de “ordo amoris” tiene un valor fun-
damental, puesto que es el medio para encontrar tras los hechos inicialmente confusos
de las acciones, los fenómenos expresivos, las voliciones, las costumbres, los usos, las
obras del espíritu, humanos y moralmente relevantes, la estructura más simple de los
fines más elementales a que apuntan, al actuar, el núcleo de las personas; digamos la
fórmula moral básica según la cual este sujeto existe moralmente y vive (Scheler, 2003:
64).
Gracias, entonces, al “ordo amoris”, el recuento de las movilizaciones de los campesi-
nos de Cuauhtémoc, Chihuahua, son algo más que una mera oposición al progreso y a la
abundancia. Esa acción debe entenderse desde la importancia que el sentir tiene en los
actos y en los contenidos de esas movilizaciones.
— 103 —
JORGE áVILA DOMíNGUEz
El sentir está originalmente unido con un tipo de objetos, a saber, los “valores”. El
“sentir” es un acontecer con sentido y por ello susceptible de ser “satisfecho” o “insa-
tisfecho”. Piénsese en cambio en un afecto. Un afecto de ira “surge en mí” y “transcurre
luego en mí”. Aquí la relación entre ira y aquello “a causa de lo cual” siento ira no es ni
intencional ni originaria (Scheler, 2003: 32-33).
Así, el sentir no guarda una relación lineal con los sentidos. El maíz GM a simple
vista o tacto, no tiene diferencia con la semilla natural. El ámbito de lo sensible supone
algo más que meras reacciones sensoriales: sentir es cargarse de sentido y significar
el mundo. De esta manera, la construcción de la condición de extraño del maíz GM pasa,
irremediablemente, por el sentir, o si se prefiere, por los sentimientos y no por los senti-
dos de los productores del municipio de Cuauhtémoc, Chihuahua.
Lo extraño está emparentado con lo no familiar. En parte tentador, en parte amena-
zador, pertenece a los permanentes desafíos de la experiencia humana que nunca está
completamente familiarizada con su mundo. Se puede reaccionar de diversas maneras
ante lo extraño: es posible huir o buscarlo, rechazarlo o tenerlo en alta estima (Walden-
fels, 1992: 2).
En el Municipio de Cuauhtémoc, Chihuahua, se han dado reacciones de rechazo y de
aceptación al maíz GM: por un lado, los productores del Frente Democrático Campesino
y de El Barzón; y por el otro, productores más tecnificados, agrupados en UNIPRO y en
Agrodinámica Nacional. Sin embargo, habrá que evitar esquematismos y no tachar a
unos como neoluditas y a otros como meros apéndices de la máquina.
Tampoco habrá que entender al Frente Democrático Campesino y a El Barzón como
meros “comunicadores del miedo” y a sus acciones como prácticas de “moralización y
emocionalización de temas ecológicos”. Mucho menos a UNIPRO y a Agrodinámica Na-
cional como “conversos de las empresas biotecnológicas”.
En cualquier caso, una cosa es cierta: para ambos grupos, el maíz GM es ese extraño.
2.- El recuento
El 6 de marzo de 2009 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto por el
que se reformaron, adicionaron y derogaron diversas disposiciones del reglamento de
— 104 —
EL MAíz GENéTICAMENTE MODIfICADO, ESE EXTRAñO EN EL MUNICIPIO DE CUAUHTéMOC, CHIHUAHUA
la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (LBOGM). Medida que
dio certeza jurídica a los solicitantes para la siembra de maíz GM en fase experimental,
por lo que el 15 de octubre de ese año, las Secretarías de Agricultura, Ganadería, Desa-
rrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) y de Medio Ambiente y Recursos Naturales
(SEMARNAT), informaron la autorizaron de los primeros dos permisos, de un total de
35 solicitudes para la realización de siembras experimentales de maíz GM (CIBIOGEM,
2011). Del año 2005 en que se aprueba la LBOGM y hasta el 3 de septiembre de 2013, han
sido promovidas 261 solicitudes de permiso de liberación al ambiente de maíz GM para
su siembra en fases experimental, piloto y comercial en los estados de Baja California,
Sonora, Sinaloa, Tamaulipas, Jalisco, Nayarit, Estado de México, Coahuila, Durango y Chi-
huahua (SENASICA, 2013). En este último estado, en especial en el Valle de Cuauhtémoc,
existe inquietud por parte de los productores sobre las pruebas que se están realizando.
La entidad tiene características particulares, toda vez que los diversos actores sociales
se han expresado a través de comunicados en la prensa, marchas, foros y talleres, po-
niéndose de manifiesto cierta inconformidad alrededor de las siembras de maíz GM, pero
también existen productores que están convencidos del uso de éste tipo de semillas.
Chihuahua ocupa el octavo y quinto lugar en la producción nacional de maíz grano
y forrajero respectivamente. Es una de las principales entidades productoras de maíz
amarillo y el Valle de Cuauhtémoc destaca por su cultivo. Este maíz se distribuye a otras
entidades del país, entre ellas el Estado de México, Jalisco y la región Lagunera, para ser
utilizado como alimento del ganado lechero.
Los productores agrupados a través de la organización denominada Agrodinámica
Nacional A.C. (ANAC), afirman que desde 2005 han cultivado maíz GM porque consideran
que Chihuahua no es centro de origen, por ello no hay ningún riesgo y existe un ahorro
en la aplicación de insecticidas e incremento en el volumen de producción. En 2007, el
productor Amado Trevizo N., del municipio de Namiquipa, Chihuahua, fue notificado por
la SAGARPA que personal de esa dependencia tomó muestras de cultivos en la parcela
de su propiedad y descubrió que estaba sembrada con maíz GM por lo que se le inició un
procedimiento administrativo. Trevizo es miembro de la ANAC, grupo que meses atrás
informó que había más de dos mil hectáreas sembradas de maíz GM en el estado (La
Jornada, 2007). En 2009, Inspectores de la SAGARPA aseguraron 2,500 toneladas de
maíz GM cultivadas en 210 hectáreas del municipio de Cuauhtémoc, así lo dio a conocer
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JORGE áVILA DOMíNGUEz
el delegado de aquella Secretaría en Chihuahua (La Jornada, 2009, El Norte 2009).
A partir de la difusión del uso de semillas de maíz GM, diversos grupos de producto-
res e indígenas del estado Chihuahua comenzaron a organizarse, provocando que en una
veintena de comunidades tarahumaras y tepehuanes de la sierra se declararan en “cus-
todia permanente” del maíz nativo de sus poblaciones. Por otra parte, durante la tercera
Feria del Maíz que se realizó en diciembre de 2007 en el Ejido Bacabureachi rechazaron
las propuestas de productores del estado para que se autorizara la siembra de maíces
GM y aprovechar el mercado de agrocombustibles de alta demanda en Estados Unidos y
Europa.
Asimismo, productores de diversas comunidades de la región plantearon poner en
marcha medidas cautelares para evitar la entrada de maíz GM que pudiera poner en
riesgo las variedades nativas y solicitaron que todo el maíz que ingrese a la sierra tara-
humara cuente con la denominada acta de procedencia.
En los últimos años, el debate de los OGM se ha polarizado por parte de los diversos
actores sociales. Esta situación se genera a partir de las innovaciones biotecnológicas
desarrolladas principalmente por las empresas que tienen como objetivo la rentabilidad
de la tecnología, mientras que las organizaciones sociales argumentan que no se consi-
dera su participación en el diseño de aquella.
En el año 2010, científicos y organizaciones ambientalistas presentaron ante la Pro-
curaduría Federal de Protección al Ambiente una denominada «acción popular», como
se establece en el artículo 60 de la Ley General de Salud, en contra de la siembra experi-
mental a campo abierto de maíz GM, por considerar que eleva el riesgo de una amenaza
de contingencia ambiental en México y pone en peligro inminente la integridad de diver-
sos agroecosistemas y su biodiversidad.
Así, un grupo importante de empresas agrobiotecnológicas, y de su agrupación, de-
nominada AgroBio México, informó que en Chihuahua se destinaron cuatro predios en
Cuauhtémoc y otros en Delicias con extensiones de tres hectáreas para la producción
de maíz GM. Obtenidos los resultados esperados, en una siguiente etapa, las empresas
gestionarán que el proyecto pase a la fase de siembra de superficies mayores para de-
terminar los rendimientos, costos de la tecnología, beneficios que traerá al productor y
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EL MAíz GENéTICAMENTE MODIfICADO, ESE EXTRAñO EN EL MUNICIPIO DE CUAUHTéMOC, CHIHUAHUA
evaluar su producción comercial.
Por su parte, tanto la SEMARNAT como SAGARPA en relación al maíz GM, han mani-
festado que este tiene la cualidad de ser resistente a las plagas y tolerante a herbicidas.
Desde su percepción, las semillas GM forman parte de la solución a muchos de los pro-
blemas que aquejan al campo mexicano. Asimismo, aseguran que en caso de detectarse
que los OGM provoquen algún tipo de daño ambiental o a la salud pública, la siembra de
estos quedará totalmente prohibida.6
Cabe recordar que en México, a partir de 1993 se abrió la posibilidad para iniciar en
etapa de experimentación la siembra de maíz GM. La SAGARPA desde ese año y hasta el
3 de septiembre de 2013 ha recibido 298 solicitudes para la siembra de dicho cultivo en
etapa experimental, piloto y comercial (CIBIOGEM, 2013, SENASICA, 2013).
Al mes de septiembre de 2013, dicha Secretaría ha otorgado permisos para la siem-
bra de maíz GM en etapa experimental y piloto en los estados de Baja California, Chihua-
hua, Coahuila, Durango, Estado de México, Jalisco, Nayarit, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas
(SENASICA, 2013 bis).
Por otra parte, autoridades de la SAGARPA, a través del Servicio Nacional de Sanidad,
Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) y la SEMARNAT; responsables de dar
seguimiento a cada una de las etapas, solamente han emitido comentarios muy genera-
les.
Durante el período 2010-2013, la SAGARPA mediante el SENASICA como instancia
coordinadora, ha organizado diversos eventos públicos, denominados primordialmente:
Foro Nacional sobre Organismos Genéticamente Modificados en la Agricultura, tanto en
Sonora como en Culiacán, Sinaloa; Chihuahua; Cuernavaca, Morelos; Estado de México;
Guadalajara, Jalisco; Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; Mexicali, B.C. y la Ciudad de México. A los
distintos encuentros asistieron integrantes del gobierno federal y estatal, agricultores,
miembros de la industria, académicos, Institutos de investigación, estudiantes y repre-
sentantes de organizaciones sociales. Así, por ejemplo, en el foro celebrado en Culiacán,
Sinaloa, los días 24 y 25 de junio de 2011, el Dr. Juan Manuel de la Fuente Martínez,
representante de la compañía transnacional Monsanto Comercial, S.A. de C.V., opinó:
6 Senasica (2010). 4° Informe de labores, consultado el 27 de febrero de 2011, disponible en: http://www.senasica.gob.mx/?id=2604
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JORGE áVILA DOMíNGUEz
Las pruebas de siembra de maíz GM en etapa piloto fueron exitosas para los propósitos que se solicitaron, (el maíz GM) mostró comportarse al ambiente de la misma forma que los distintos maíces convencionales; asimismo, registró eficacia y resistencia a insectos plaga. Por otra parte, no representa riesgo algu-no para la fauna benéfica ya que posibilitó el control efectivo frente a la maleza, tolerando las aplicaciones del herbicida denominado Glifosato, pero vienen más pruebas (tolerancia a enfermedades, uso eficiente del nitrógeno, estrés, mejor aprovechamiento del agua); es un plan integral.7
Por su parte, el Dr. José Antonio Garzón Tizcano, investigador de la Facultad de Ciencias
Químicas Biológicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa, en nombre de la ciencia y
los investigadores, elogió este tipo de pruebas en México de las que fue testigo y mostró
las bondades de este tipo de tecnología. Mientras que la SAGARPA difundió en su portal
electrónico el comunicado de prensa número 021/11 de fecha 18 de enero de 2011, por
medio del cual señala que:
Con respecto a la postura expresada por algunas organizaciones de producto-res sobre la siembra de Organismos Genéticamente Modificados (OGM’s), la […] SAGARPA […] informa: Para avanzar a la etapa piloto, se considera necesario contar con más información de campo, ya que un solo experimento —por muy bien que sea efectuado— no aporta datos concluyentes para avanzar a la etapa piloto. Esto es especialmente relevante por ser México centro de origen y de una importante diversidad genética del maíz (SAGARPA, 2011).
No obstante el anuncio y los “buenos” propósitos de las autoridades por reconocer que
México es centro de origen y diversidad del maíz, el 8 de marzo de 2011 la SAGARPA y
SEMARNAT dieron a conocer conjuntamente a través del comunicado de prensa número
114/11 que:
La […] SAGARPA informa que ha otorgado un permiso para la siembra de maíz amarillo genéticamente modificado, resistente al herbicida glifosato, en pro-grama piloto para el presente ciclo agrícola, con la opinión condicionadamente favorable de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMAR-NAT). El permiso corresponde a la empresa Monsanto […] En programa piloto, es posible además evaluar condiciones de costo-beneficio en el uso de la bio-tecnología, aplicando las mismas medidas de bioseguridad. Una gran parte del maíz amarillo para uso pecuario e industrial proviene de los Estados Unidos y es genéticamente modificado. Se estima que son importadas 7.23 millones de
7 Grabación realizada por Jorge ávila Domínguez en el foro Nacional sobre uso de Organismos Genéticamente Modificados en la agricultura, celebrado en la Ciudad de Culiacán, Sinaloa, los días 24 y 25 de junio de 2011.
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EL MAíz GENéTICAMENTE MODIfICADO, ESE EXTRAñO EN EL MUNICIPIO DE CUAUHTéMOC, CHIHUAHUA
toneladas por año, por lo que es necesario avanzar en el uso de la biotecnología para reducir las importaciones, fomentando la producción nacional (SAGARPA, 2011, bis)
A todas luces es evidente que esta resolución a favor de la transnacional Monsanto, sen-
tó el precedente para que en los subsiguientes años, se vaya resolviendo probablemente
en sentido afirmativo para el resto de las solicitudes para la siembra de maíz GM que hoy
tienen el estatus de —etapa experimental y piloto— y que, empresas como PHI México, S.
A. de C. V. (Dupont), Syngenta Agro, S. A. de C. V. y Dow Agrosciences, S. A. de C. V. están
a la espera de avanzar un paso más en el proceso de liberación del maíz GM en fase
comercial y para su siembra a gran escala.
Ahora bien, en el caso del Municipio de Cuauhtémoc, Chihuahua, particularmente en
los predios de “Buenventura” y “Cuauhtémoc”, la empresa PHI México, S. A. de C. V., pre-
sentó ante el SENASICA, el 25 de enero de 2011, una solicitud de liberación al ambiente
en Programa Piloto de Maíz Genéticamente Modificado con el Evento DAS-01507-1 x
MON-00603-6 a emplearse en el ciclo agrícola primavera-verano 2010-2011, para la
protección contra algunos insectos lepidópteros y tolerancia a herbicidas con el ingre-
diente activo glifosato. De la misma forma, el 18 de septiembre de 2012, la compañía Dow
Agrosciences de México S.A. DE C.V. a través de la solicitud número 077_2012, requirió
la autorización de siembra en fase experimental del maíz tipo MON-89Ø34-3 x DAS-
Ø15Ø7-1 x MON-ØØ6Ø, en una superficie de 1,088 hectáreas en el estado de Chihuahua
en los municipios de: Ojinaga, Santa Isabel, Namiquipa y Buenaventura (SENASICA, 2012).
Por otra parte, en lo que va del primer trimestre de 2013, las compañías Semillas y
Agroproductos Monsanto S.A. de C.V. y Monsanto Comercial S.A. de C.V., presentaron las
solicitudes números 16_2013, 17_2013 y 18_2013, respectivamente, de permiso para
liberación comercial al ambiente del Maíz MON 89Ø34-3 x MON 88Ø17-3, MAÍZ MON
89Ø34-3 x MON ØØ6Ø3-6, MAÍZ MON-ØØ6Ø3-6 y MAÍZ MON ØØ6Ø3-6, para sembrarse en
11,985,915 hectáreas en zonas agrícolas de la Ecorregión Nivel 4, 10.2.4.1, planicies del
Centro del desierto chihuahuense con vegetación xerófila microfilo-halofila, en los esta-
dos de Chihuahua, Coahuila y Durango a partir del ciclo agrícola PV 2013, estimándose
para esta siembra, la importación al territorio nacional de 299 647 toneladas de maíz
GM provenientes de EUA y Argentina (Semillas y Agroproductos Monsanto S.A. de C.V. y
Monsanto Comercial S.A. de C.V, 2013). De esta manera vemos que:
— 109 —
JORGE áVILA DOMíNGUEz
El siglo de la biotecnología se nos presenta como un gran fáustico. Vemos ante nosotros el anzuelo de los saltos de gigante y las grandes conquistas, un bri-llante futuro lleno de esperanzas. Pero, con cada paso que damos hacia ese «mundo feliz», la ingrata pregunta « ¿A qué precio?» nos perseguirá (Rifkin, 2009: 19).
Desde luego que las autoridades de las Secretarías antes referidas, preocupadas por el
«calentamiento global», el «cambio climático», por «reducir las importaciones anuales
de maíz»8 por «fomentar la producción nacional» sin «afectar negativamente al medio
ambiente», la «diversidad biológica», la «salud humana», o a la «sanidad animal, vegetal
y acuícola del país»; saben técnica y científicamente los efectos que producirán el uso
del maíz GM a cielo abierto y en mayores superficies. Sabrán los efectos toxicológicos
producidos por el uso de herbicidas a base de glifosato formulado, esto, si nos referimos
a un solo aspecto que conlleva el cultivo de este tipo de maíz, pensado como un paquete
agroindustrial que requiere de estas sustancias (Rulli, 2009).
No olvidemos el valor y significados que los mexicanos le hemos asignado al maíz
durante cientos de años y que en uno de sus aspectos se ha reconocido por la UNESCO
como aporte a la dieta de los seres humanos, hecho que nos debe hace sentir orgullo,
como aquel del que se ufanan los representantes de los intereses de las grandes com-
pañías transnacionales, quienes argumentan que más de quince años de ensayos en
no menos de veintiocho países, confirman que los cultivos con OGM son una alternativa
favorable para los productores. Pero no dejemos de lado a aquellos grandes productores
que cuentan con inmensas extensiones de tierra, maquinaria, tecnología, créditos, subsi-
dios y apoyos para la comercialización de semillas en los grandes mercados nacionales
e internacionales.
En este contexto, no podemos olvidar el llamado Acuerdo por el que se publican las
conclusiones contenidas en los estudios del Instituto Nacional de Investigaciones Fores-
tales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y de la Dirección General de Impacto y Riesgo Am-
biental (DGIRA), para determinar los centros de origen y centros de diversidad genética
de maíz en el territorio de los Estados Unidos Mexicanos, publicado en el Diario Oficial
de la Federación el 10 de noviembre de 2006, en el que se acordó y reconoció la diversi-
8 El maíz importado a México para cubrir su déficit se ha estimado de entre 7.9 y 10 millones de toneladas anuales (SE-PROMEXICO, 2013 y Semillas y Agroproductos Monsanto, 2010), El grano, fundamentalmente proviene de los EUA en donde 88% del maíz que se produce es GM (USDA, 2013).
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EL MAíz GENéTICAMENTE MODIfICADO, ESE EXTRAñO EN EL MUNICIPIO DE CUAUHTéMOC, CHIHUAHUA
dad genética en los diferentes estados del territorio nacional en la que se identificaron
cuarenta y siete razas de maíces criollos. Cifra de variedades que se incrementó según
consta en el reciente Acuerdo por el que se determinan Centros de Origen y Centros de
Diversidad Genética del Maíz, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 2 de no-
viembre de 2012, en donde se reconoce que México es centro de origen de setenta razas
de maíz, tres especies y dos subespecies de teocintle y trece especies de Tripsacum como
parientes silvestre.
Finalmente advertimos que, por el momento, no se vislumbra que los actores involu-
crados lleguen a un consenso respecto a la posible liberación comercial del maíz GM en
México.
Los productores no son un grupo homogéneo; los que son pequeños, en su mayoría,
destinan su producción al autoconsumo y mercados locales. En este sentido, para ellos
una semilla GM representa un costo innecesario y desde su perspectiva pone en peligro
las variedades nativas de sus maíces. Los grandes productores se dirigen a la comer-
cialización y desde su óptica, un maíz GM sería rentable y potencializaría su máxima
ganancia.
Pese a que algunos de los productores consideran relevante el tema del rendimiento
por hectárea y los costos beneficios de esta tecnología, miembros de la iniciativa privada
señalan que las pruebas experimentales han sido satisfactorias porque estos maíces
son económicamente rentables y existe una demanda internacional del grano.
Las ONG rechazan el cultivo por considerar que las normas establecidas en la Ley de
Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados no se están cumpliendo.
En los Foros convocados por el gobierno federal, se ha observado la expresión de las
distintas posturas respecto a los resultados y posible uso del maíz GM.
El tema, sin duda, es fundamental para los mexicanos y es necesaria la participa-
ción de todos los actores involucrados en la posible liberación de maíz GM con el objeto
de abrir un debate público, serio, responsable que permita valorar los posibles riesgos
adversos a la sociedad mexicana, su economía y el medio ambiente. O bien, los benefi-
cios de la aplicación de la agrobiotecnología antes de la liberación del maíz GM a nivel
comercial.
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SISTEMA AGROALIMENTARIO, AGROECOLOGÍA Y COMERCIO JUSTO: ALGUNAS EXPERIENCIASDEL ESTADO DE JALISCO
Peter R.W. Gerritsen y Jaime Morales Hernández
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SISTEMA AGROALIMENTARIO, AGROECOLOGÍA Y
COMERCIO JUSTO: ALGUNAS EXPERIENCIAS DEL
ESTADO DE JALISCO
Peter R.W. Gerritsen1
Jaime Morales Hernández2
Introducción: Crisis alimentaria global
El precio de los alimentos continúa su imparable ascenso, y cada vez está más
claro que la crisis alimentaria iniciada en 2007 llegó para quedarse, y además
que tiene una estrecha vinculación con la crisis financiera global que comenzó
en 2008. Así, el mundo actual se enfrenta a una situación donde la creciente pobreza
restringe aún más el acceso a los alimentos por parte de las mayorías, profundizando
los problemas de desnutrición y hambre. En todo el planeta se extiende el descontento
ante la escasez y el encarecimiento de los alimentos, provocando rebeliones sociales
(Holt-Gímenez y Patel, 2009).
1 Departamento de Ecología y Recursos Naturales, Centro Universitario de la Costa Sur, Universidad de Guadalajara. [email protected].
2 Centro de Investigación y formación Social, Instituto Técnologico de Estudios Superiores del Occidente. [email protected].
— 116 —
SISTEMA AGROALIMENTARIO, AGROECOLOGíA Y COMERCIO JUSTO
La crisis alimentaria global es el resultado de la interacción compleja entre múltiples
causas que dan cuenta cómo el complejo agroindustrial “devora” a los países del Sur
(Ploeg, 2008). Las causas originarias comprenden tres procesos interrelacionados:
1. La noción dominante de desarrollo rural y la consecuente imposición de la Revo-lución Verde.
2. Los programas de ajuste estructural impuestos por el Banco Mundial y que des-mantelaron las agriculturas locales.
3. Los tratados de libre comercio y las presiones sobre la agricultura de la Organi-zación Mundial del Comercio (Holt-Gímenez y Patel, 2009).
El continuo crecimiento de los agro combustibles, el aumento en los precios del petróleo,
la especulación con los alimentos, el incremento en los granos destinados a la alimen-
tación de ganado y las malas cosechas por razones climáticas, constituyen las causas
próximas de la crisis alimentaria; se añaden a las causas originarias para conformar un
panorama desesperanzador y angustiante para la mayoría de los habitantes del planeta
(Holt-Gímenez y Patel, 2009).
La crisis alimentaria global sintetiza también los rasgos principales del agotamiento
del modelo neoliberal, y evidencia cómo la desregulación de los mercados, el énfasis en
la agroexportación y en la agroindustria y el control por parte de las grandes compañías
agroalimentarias, han logrado incrementar la pobreza y el hambre, aumentar la obesi-
dad, deteriorar los recursos naturales y comprometer la suerte de los habitantes y de
los ecosistemas del planeta por la amenaza del cambio climático (Morales, 2011; Ploeg,
2008).
1.- La construcción de alternativas
Ante la crisis, los movimientos sociales continúan construyendo alternativas y recono-
cen nuevas formas de articulación en torno a demandas comunes como los alimentos,
buscando desde lo local, organizarse en redes orientadas hacia lo global (Holt-Gímenez,
2008). Estos movimientos han logrado formular propuestas viables de políticas públicas
de desarrollo rural, dando muestras de su capacidad de negociación y discusión con
diversas instancias internacionales en los foros globales (Morales, 2011).
Más allá de sus diversidades y de las diferencias propias de los contextos locales,
— 117 —
JAIME MORALES HERNáNDEz
existe un amplio consenso entre los movimientos rurales respecto a que la agricultura
sustentable, la economía solidaria, el comercio justo y el consumo responsable, consti-
tuyen elementos fundamentales de un desarrollo rural alternativo y sustentable (Altieri
y Toledo, 2011). Así diversos movimientos sociales intentan incrementar su incidencia en
las políticas públicas, mientras en el campo crece el número de agricultores interesados
en la producción agroecológica para el consumo local y la venta a través de mecanis-
mos de comercio justo. Aumentan también los ciudadanos urbanos orientados hacia un
consumo responsable a través de cooperativas y tianguis ecológicos asociados a los
agricultores locales (Gerritsen y Morales, 2009).
La crisis rural que vive México y sus consecuencias en la alimentación de la mayoría
de la población, hacen evidente que la producción, distribución, comercialización y con-
sumo de los alimentos es un asunto tanto de los agricultores como de los ciudadanos
urbanos y reafirma la necesidad de construir vínculos más profundos en torno a los
alimentos entre los movimientos rurales y los ciudadanos. El aumento en el precio de
los alimentos es un indicador que muestra la relevancia de las acciones de la sociedad
civil, tanto rural como urbana, para lograr el control democrático de los sistemas agro-
alimentarios.
2.- El enfoque de la agroecología
La agroecología se basa en principios ecológicos básicos como: la biodiversidad, las si-
nergias e interacciones entre cultivos, animales y suelo, y la regeneración y conservación
de los recursos naturales. Sin embargo, la agroecología integra también saberes locales
y conocimientos científicos para lograr una agricultura sustentable, que respete el medio
ambiente y la sociedad, de modo que sea posible alcanzar no solo metas productivas
sino también la justicia social y la sustentabilidad ecológica. En la actualidad, existen en
todo el mundo miles de ejemplos de agricultores que, en alianza con organizaciones no
gubernamentales (ONG) y otras instituciones, han promovido y aplicado proyectos alter-
nativos de desarrollo agroecológico; en todos los casos se integraron conocimientos tra-
dicionales y de las ciencias agrícolas modernas, de la misma forma se utilizan sistemas
de policultivos, agroforestería e integración de agricultura y ganadería que conservan
los recursos y a la vez son muy productivos (Riechmann, 2003).
— 118 —
SISTEMA AGROALIMENTARIO, AGROECOLOGíA Y COMERCIO JUSTO
La agroecología responde al llamado de construir una agricultura sobre la base de la
conservación de los recursos de la agricultura campesina, aunada a los conocimientos
modernos de la ecología. La agroecología provee el conocimiento y los métodos nece-
sarios para desarrollar una agricultura que sea, por un lado, ambientalmente adecuada
y, por otro, viable en términos productivos, sociales y económicos. La agroecología, en-
tonces, es definida por Gliessman (2001) como la aplicación de conceptos y principios
ecológicos para el diseño y manejo de agroecosistemas sustentables.
De igual manera, la agroecología busca integrar los saberes históricos de los agri-
cultores con los conocimientos de diferentes ciencias, facilitando tanto la comprensión,
el análisis y la crítica del actual modelo de desarrollo rural como el establecimiento de
nuevas estrategias para el desarrollo rural alternativo y nuevos diseños de agriculturas
más sustentables desde un abordaje complejo y transdiciplinar. La agroecología debe
ser entendida como un enfoque científico destinado a apoyar la transición desde los
actuales modelos de desarrollo y agricultura convencionales hacia estilos de desarrollo
rural y de agricultura más sustentables (Caporal y Costabeber, 2002).
En la promoción de la agricultura sustentable en Mesoamérica, el Movimiento Cam-
pesino a Campesino ha sido de fundamental importancia. Para sus integrantes, la agri-
cultura sustentable es mucho más que un conjunto de proyectos y técnicas, y forma parte
de un gran proceso de cambio social que puede verse como una forma de resistencia co-
tidiana del campesinado ante las fuerzas del desarrollo y la globalización (Holt–Gímenez,
2008). La definición anterior ilustra con claridad como la agricultura sustentable, desde
una visión de complejidad, involucra además aspectos, sociales, culturales y políticos; es
mucho más que un conjunto de técnicas y asume su pertenencia a un gran proceso de
cambio social, de resistencia campesina frente a la globalización y el desarrollo domi-
nante.
En ese contexto, el concepto de agricultura sustentable debe contemplar su articu-
lación con otros ámbitos de la sociedad y atender no solo la problemática rural sino
también las demandas ciudadanas globales que buscan mayor disponibilidad y calidad
en los alimentos, más cuidado de recursos naturales con atención al cambio climático
y una mayor participación social en su derecho a una alimentación sana (Gliessman,
2007). Aparece, entonces, basada en la agricultura sustentable pero con un horizonte
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JAIME MORALES HERNáNDEz
más amplio y complejo, la noción de los sistemas alimentarios sustentables. De acuerdo
con Gliessman (2001), si la agricultura como un todo llega a ser sustentable, todos los
aspectos de la producción, la distribución y el consumo de alimentos deben ser inclui-
dos en esta descripción (Ploeg, 2008). Ello significa la transformación de los sistemas
agroalimentarios globales, que implican a casi todos aspectos de la sociedad humana y
van muy relacionados con la construcción del ambiente; los sistemas agroalimentarios,
entonces, son mucho más amplios que un cultivo y su sustentabilidad atañe no solo a los
agricultores sino también a los consumidores y ciudadanos.
La agricultura sustentable, según Gliessman (2007), es aquella que reconoce en su
totalidad el sistema alimentario, la nutrición animal y producción de fibra; en un balance
equitativo entre el medio ambiente, la igualdad social y la viabilidad económica entre
todos los sectores de la sociedad global y con una perspectiva intra-generacional. Esta
propuesta atiende a las relaciones entre lo local y lo global e introduce una idea nove-
dosa al señalar la relevancia de la agricultura sustentable en los sistemas alimentarios.
Desde estos conceptos es posible señalar, de acuerdo a Marielle et al. (1997), que un
sistema alimentario sustentable es el conjunto de prácticas y sujetos que intervienen
en los procesos de producción (incluyendo los subprocesos de transformación), circula-
ción (distribución, comercialización, mercadeo, publicidad y almacenamiento) y consumo
(uso y desecho de alimentos), interrelacionados de manera compleja. En estos procesos,
la sustentabilidad es un eje que atraviesa todas las fases del sistema agroalimentario,
no solo la producción y su relación con la tierra sino también la transformación, la circu-
lación y el consumo de alimentos. Un sistema agroalimentario sustentable tiene fines y
principios que buscan una mejor calidad de vida; sus dimensiones básicas son el susten-
tar la tierra, fortalecer a las familias rurales, lograr una distribución y comercialización
más justa, procesos de transformación social y ambientalmente adecuados y el ejercer
un consumo informado y responsable.
Ante la crisis que recorre los espacios rurales en el mundo, los campesinos y los indí-
genas llevan a cabo diferentes estrategias para defenderse de esta amenaza y conservar
su cultura, sus recursos naturales y su forma de vida. Entre estas estrategias, la búsque-
da de la sustentabilidad en las actividades agropecuarias juega un papel relevante y es
notable el continuo crecimiento de la superficie dedicada a cultivos manejados desde las
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SISTEMA AGROALIMENTARIO, AGROECOLOGíA Y COMERCIO JUSTO
agriculturas alternativas, que paso de 18.2 millones de hectáreas en el año 2000 a 35
millones de hectáreas en 2009, sembradas en 154 países del mundo. Las regiones con
mayor superficie son Oceanía con 12 millones, Europa con 8.1 millones y Latinoamérica
con 8 millones, siendo Australia, Argentina y China los tres países con mayor superficie
(Willer y Kilcher 2010).
En Latinoamérica, la agricultura sustentable comenzó a desarrollarse entre los agri-
cultores de la región como una estrategia orientada a enfrentar la crisis rural a partir de
tres objetivos: la autosuficiencia alimentaria familiar, el cuidado de los recursos natura-
les y la reducción de los costos de producción. Los proyectos iniciales fueron realizados
por grupos de campesinos e indígenas, acompañados por lo general de organizaciones
comunitarias y no gubernamentales. En muchas ocasiones, el punto de partida para la
puesta en práctica de los procesos hacia la agricultura sustentable fueron los agroeco-
sistemas locales, los que bajo el manejo tradicional aún conservan los rasgos funda-
mentales de funcionamiento ecológico. Para buena parte de los campesinos e indígenas
latinoamericanos, la agricultura sustentable, además de representar una alternativa
viable, ha significado la revaloración de sus prácticas tradicionales como base para su
mejoramiento, a través de los conocimientos de la agroecología (Morales, 2011).
Al paso del tiempo y con la participación de grupos de consumidores, ecologistas,
universidades y en algunos casos de los gobiernos locales, la agricultura alternativa fue
creciendo de manera consistente y hoy en día 8 millones de hectáreas, que equivalen
23% de la superficie mundial, se ubican en América Latina. Destacan países como Argen-
tina, Brasil, Chile, México y Uruguay, que en conjunto abarcan 95% de la superficie (Willer
y Kilcher 2010).
Una dimensión fundamental de las agriculturas alternativas se refiere a que buena
parte de los agricultores son pequeños y medianos. En la actualidad, en América Latina,
más de 400 mil pequeños agricultores, indígenas y campesinos certificados han sido
certificados como orgánicos, quienes continúan desarrollando a diario en sus parcelas la
producción de alimentos sanos y cuyo promedio en las fincas ronda las cinco hectáreas
de extensión (MAELA, 2006).
Es interesante señalar que estas cifras refieren solo a los agricultores con certifica-
ción ecológica en Latinoamérica, por lo que por falta de datos quedan fuera todos aque-
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JAIME MORALES HERNáNDEz
llos que realizan una agricultura tradicional o bien que no participan en los procesos
de certificación convencional. Es probable que los números reales y los productos sean
mayores, si se toma en cuenta lo que Rist (2003) llama “producción oculta de alimentos
orgánicos”; con este término se refiere a la producción agrícola y ganadera en sistemas
campesinos principalmente tradicionales, que bien pueden ser considerados orgánicos,
debido al hecho de que se basan en prácticas agroecológicas.
3.- Comercio justo y consumo responsable
Los efectos del modelo neoliberal no solamente se dan en el ámbito productivo, sino
también se reflejan en las cadenas productivas y los mercados (Gerritsen y Morales,
2007). El desarrollo de la agroecologia y comercio justo a lo largo del mundo a partir
de los movimientos sociales, son muestras de un cambio importante en las relaciones
sociales y ecológicas destructivas, características del actual sistema de alimentación
global (Raynolds, 2000).
A nivel global, durante los últimos años, la producción y comercialización de produc-
tos orgánicos ha tenido un crecimiento exponencial (IFOAM, 2010). Esta tendencia se
puede explicar debido a que cada vez los consumidores cuentan con mayor información
en torno a los riesgos provocados por la producción de alimentos contaminados o pro-
cesados con diversas sustancias nocivas a la salud y al medio ambiente. Es por eso que
durante las últimas décadas, el comercio justo empieza a jugar un papel importante en
los sistemas productivos agroecológicos a partir de la generación de excedentes. Busca
la construcción de canales de comercialización diferentes, donde el encuentro entre pro-
ductor y consumidor es importante y permite el establecimiento de lazos de codepen-
dencia y objetivos comunes. Además, parte de los principios de autonomía y democracia,
con el fin de impulsar un desarrollo local sustentable (Roozen y van der Hoff, 2002).
En una dinámica de comercio directo entre consumidor y productor, se establecen
nuevos vínculos entre la ciudad y el campo. El espacio comercial (local), se convierte
en un territorio en donde las relaciones humanas y el trato directo, pueden superar la
aparente fuerza de la marca o del empaque llamativo. La compra directa al productor
permite tener un sentido de saber de dónde viene la comida y recrea un espacio público
en donde la gente se reúne y comparte (Halweil, 2002). El comercio interpersonal ofrece
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SISTEMA AGROALIMENTARIO, AGROECOLOGíA Y COMERCIO JUSTO
la oportunidad de estrechar la relación productor-consumidor, campo-ciudad y permite
ir más allá de la visión de los alimentos como bienes generados a partir de su valor de
uso, o simples “mercancías”, sino que permite entenderlos como elementos que reflejan
una forma de vida, en donde podemos saber quién los produjo, cómo los produjo y saber,
si con ello se conserva y se re-valoran la diversidad biológica y cultural (Escalona, 2009).
4.- Contexto Sociopolítico del Campo Mexicano y Jalisciense
Después de casi dos décadas de políticas neoliberales, el campo mexicano está en rui-
nas; la violencia e inseguridad, el hambre, la pobreza, la emigración y el deterioro de los
recursos naturales son algunos indicadores de esta situación, mientras el país importa
cada vez mayores cantidades de alimentos a precios cada vez más altos, y los cambios
en la dieta incrementan los problemas de salud y desnutrición en la mayoría de la po-
blación.
La crisis rural actual tiene sus bases en las políticas públicas que han fomentado la
agricultura industrial y globalizada, la apertura comercial unilateral para facilitar las
importaciones, la producción de hortalizas y frutales para la exportación, la carencia
de apoyos a la producción local de alimentos, y la caída de los precios agrícolas loca-
les. Al paso del tiempo, se ha desarticulado la pequeña y mediana agricultura familiar,
practicada por la mayoría de la población rural y que genera una importante cantidad
de alimentos tanto para el consumo de las familias del campo, como para los mercados
locales y regionales. Esta desarticulación ha causado un alto impacto en el deterioro
de la alimentación de las mayorías y en la soberanía alimentaria; México es ahora uno
de los tres principales importadores de alimentos a nivel mundial, mientras crece el
hambre y la pobreza alimentaria en el campo y la ciudad, y crecen también la obesidad
y la diabetes, que se han convertido en graves problemas de salud pública, que afectan
especialmente a la población infantil.
De esta manera, el sector rural mexicano se encuentra, por una parte, con un campo
en ruinas, y por el otro, en un contexto global que presenta una serie de desafíos para
la agricultura, la alimentación, el cambio climático y el medio ambiente y también una
creciente tendencia la sustentabilidad rural. El modelo vigente no permite vislumbrar
un cambio a fondo de la política agropecuaria y más bien significan la continuidad en
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JAIME MORALES HERNáNDEz
el modelo económico neoliberal vigente y el predominio de la agricultura industrial y
globalizada como única vía para la crisis del campo mexicano. Ante ello, el escenario
previsible es que se profundicen los grandes problemas del campo mexicano; inseguri-
dad, pobreza, hambre, emigración y deterioro ambiental.
Hoy en día, México tiene muchos problemas ambientales; esta es una situación espe-
cialmente grave, ya que México es considerado el quinto país con mayor biodiversidad en
el mundo. Una de las causas de la crisis ecológica es el uso intensivo de la tecnología de
la Revolución Verde, que ha llevado a un fuerte deterioro de los ecosistemas (Warman,
2001; Morales, 2004). Más específicamente, México ha sido afectado por la acelerada
deforestación, erosión del suelo, contaminación del suelo y del agua, y la pérdida de la
biodiversidad. La dimensión cultural de esta crisis se refleja en transformaciones de las
estructuras comunitarias y culturas rurales (Calva, 2004; Toledo, 2000).
Las políticas públicas se basan en la promoción de un modelo que favorece la agri-
cultura comercial; no considera a la agricultura familiar orientada hacia la subsistencia.
En este sentido, un estudio realizado por Gómez Cruz, et al. (2005) sobre las limitacio-
nes institucionales para la agricultura orgánica en México, muestra que el 45% de los
campesinos entrevistados mencionan la falta del apoyo gubernamental y los excesivos
procedimientos burocráticos, 20% mencionan un marco legal inapropiado y 15% de los
campesinos indican que las políticas públicas incluso se oponen al fortalecimiento de la
producción orgánica. En otras palabras, aquellos campesinos que no siguen el modelo
dominante de desarrollo rural tienen un lugar limitado o nulo en las políticas de desa-
rrollo rural. México, siendo un país muy rico en diversidad biológica y cultural, no se ha
escapado de los efectos negativos del modelo neoliberal.
Ante esta crisis, ahora la acción política y las protestas son una parte del discurso
y la práctica en el campo. Así, similar a otras partes del mundo, un aumento en la po-
litización del campo mexicano puede observarse en las últimas dos décadas del siglo
veinte (Woods, 2003). Movimientos, como el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, El
Barzón, (una mezcla de diferentes uniones campesinas), El campo no aguanta más, o Sin
maíz, no hay país, están activamente intentando cambiar las políticas rurales de México.
Su atención se centra en el fortalecimiento de la agricultura familiar, la conservación de
los recursos familiares, y el aumento de la capacidad productiva. La búsqueda de solu-
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SISTEMA AGROALIMENTARIO, AGROECOLOGíA Y COMERCIO JUSTO
ciones para vencer la crisis del campo mexicano está aumentando y las experiencias de
todo el país muestran la viabilidad de estrategias alternativas para el desarrollo rural.
Toledo (2000), por ejemplo, menciona más de dos mil comunidades rurales involucradas
en estos procesos, muchas de las cuales están ubicadas en el centro y sur de México.
Para poder enfrentar la crisis, muchos productores se han unido en asociaciones y
uniones campesinas, y actualmente se puede observar varios movimientos, como aque-
llos que mencionamos anteriormente. Analíticamente, estas asociaciones de produc-
tores se pueden considerar o llamar “nuevos” movimientos sociales que, hablando de
manera muy general, pueden caracterizarse como “surtido de grupos comprometidos
en la acción política rural” (Woods, 2003: 310). Sus luchas se pueden localizar en la de-
fensa de estructuras locales (socio-culturales, organizativas y económicas), así como
por el control sobre los diferentes campos de la vida cotidiana. En otras palabras, estos
movimientos tienen como objetivo enfatizar la necesitad de enfoques endógenos hacia
el desarrollo rural (Ray, 1999; Long y van der Ploeg, 1994), y van relacionados con la de-
fensa de los estilos de vida específicos del sector rural (Escobar, 2001; Gerritsen, 2006).
Es también en este contexto que surgen las nuevas alternativas del manejo de recursos
naturales (Posey, 1999; González et al., 2007). Estas pueden ser consideradas nuevas en
el sentido de que representan novedosas interacciones entre el contexto local y global
(Calle, 2005).
A pesar de todos sus problemas, sigue existiendo el México profundo de Guillermo
Bonfil Batalla (1994), quien describe las raíces milenarias de la agricultura mexicana,
basada en la milpa y la diversificación. Existen muchas experiencias en el México pro-
fundo que permiten un modelo de desarrollo diferente, un modelo más sustentable, más
justo y más diverso.
El continuo crecimiento de las agriculturas sustentables en México ilustra la viabilidad
de estas estrategias. Esta agricultura ha pasado de 23,000 hectáreas en 1996, a 403,000
hectáreas en 2008. Se cultivan más de 56 productos diferentes entre los que sobresale
el café —el primer productor mundial—, hortalizas, plantas aromáticas y medicinales. En
el 2008, la agricultura ecológica produjo divisas cercanas a los 395 millones de dólares y
genera 172,000 empleos directos. Las agriculturas sustentables están en manos de pe-
queños y medianos agricultores, que conforman 76% de los productores; y en este grupo
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JAIME MORALES HERNáNDEz
los indígenas son 82% del total, y pertenecen a 22 pueblos indios diferentes (Gómez Cruz
et al., 2008). La venta de los productos ecológicos a través de procesos de comercio justo,
ha generado utilidades anuales por 100 millones de dólares a campesinos e indígenas
en México. Es relevante mencionar también la creciente presencia de tianguis y merca-
dos de productos ecológicos que ascienden a 23, ubicados en las principales ciudades
del país y orientados hacia el consumo local.
En México y a pesar del escenario adverso, las experiencias con base en la agricul-
tura sustentable han mostrado ser una alternativa con viabilidad, ecológica, económica
y social, y los movimientos sociales tienen la capacidad de operar estrategias basadas
en prácticas ya evaluadas en las condiciones locales. Los agricultores han incremen-
tado sus niveles de soberanía alimentaria y disponen de productos para mercados de
comercio justo. La construcción y los avances de la agricultura sustentable se deben a
los movimientos sociales rurales, acompañados por organizaciones de la sociedad civil,
consumidores, ecologistas y neorurales con la participación de algunas universidades e
instituciones.
5.- La situación en Jalisco
El estado de Jalisco se ubica en el occidente de México. Su paisaje se caracteriza por una
gran diversidad ecológica, debido a la presencia de diferentes ecosistemas con diversos
climas, topografía, vegetación y suelo (Ochoa, 2005). La agricultura tiene una larga histo-
ria en la zona y también se caracteriza por una diversidad cultural y productiva (Laitner
y Benz, 1994). La vida rural, sus actividades agropecuarias y forestales han sido, a lo
largo de la historia, un componente central de la identidad cultural de los habitantes de
Jalisco, y el sector rural juega un papel muy importante en la economía y la política del
estado (Ochoa, 2005).
En el campo de Jalisco también se manifiestan los costos sociales, culturales y am-
bientales del modelo neoliberal de desarrollo, actualmente, el sector agropecuario se
caracteriza por la larga crisis que afecta a todas las zonas rurales, a pesar de su rela-
tivo éxito productivo, igual que en otras partes de México. La emigración desintegra no
solamente a la familia y a la agricultura, sino también a las comunidades rurales y sus
identidades culturales. Además, la extensión de monocultivos y el modelo tecnológico
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SISTEMA AGROALIMENTARIO, AGROECOLOGíA Y COMERCIO JUSTO
han llevado a un deterioro severo del suelo, el agua y la vegetación natural. El caso más
reciente de los monocultivos es la expansión del cultivo de agave azul a nuevas regiones
del Estado de Jalisco, a través de la agricultura de contrato, y donde ya se mostraron los
costos ambientales (Gerritsen y Martínez, 2010).
En Jalisco, la problemática rural en su conjunto, marca una tendencia hacia la ex-
clusión de los actores sociales locales de las actividades agropecuarias; la profesión de
agricultor como forma de vida, se encuentra en serio riesgo, y con ello, la importancia
de lo rural y sus aportaciones a la identidad regional. Ahora, la crisis en la agricultura
impacta considerablemente el conjunto de símbolos y significados culturales, que a lo
largo de la historia han construido el universo identitario regional. En el estado se pre-
senta también la tendencia global y nacional por buscar estrategias alternativas para el
desarrollo rural sustentable, y la región ofrece un gran número de experiencias locales
importantes (Gerritsen y Morales, 2007) que incluyen: pequeños empresarios, (mujeres
y hombres) campesinos, organizaciones indígenas, y grupos ecológicos urbanos; cuyas
actividades consisten en agricultura sustentable, comercio justo, producción y comer-
cialización de hierbas y plantas medicinales, turismo rural y educación ambiental, entre
otras.
6.- Diseño del estudio
En las secciones anteriores, se analizó la crisis ecológica y social en el campo, así como
las tendencias actuales. Además, se presentó a la agroecología como posible enfoque
para desarrolla alternativas sustentables. Por las características específicas del área de
estudio, al igual que muchas regiones del mundo, los sistemas agrarios son conforma-
dos por redes sociales con vínculos urbanos y periurbanos, se amplía el marco teórico
con algunas reflexiones acerca del comercio justo.
Con este marco teórico, reseñamos brevemente algunas experiencias de desarrollo
local en el estado de Jalisco, en el Occidente de México, que tienen que ver con la agro-
ecología y el comercio justo que se pueden ubicar en el contexto de los nuevos movi-
mientos sociales.
El objetivo de este trabajo es acercarse a una primera generalización a nivel estatal
en tanto a la agroecología como en el comercio justo. A este acercamiento nos referimos
— 127 —
JAIME MORALES HERNáNDEz
con el término “agroecología (y comercio justo) jalisciense”. Opinamos que tal generali-
zación permite diseñar e implementar estrategias a nivel medio para impulsar un desa-
rrollo regional sustentable. No obstante, nuestro interés en una generalización, queda
claro que existe una enorme diversidad de experiencias de agroecología y comercio jus-
to. Cabe mencionar también que la presentación de los resultados se hace a partir de las
experiencias directas de los autores con los procesos locales de desarrollo, así como su
participación en diferentes ejercicios de sistematización del mismo.
7.- Agricultura Sustentable y Comercio Justo en el Estado de Jalisco
Existe una larga tradición agroecológica en el Estado de Jalisco que tiene sus orígenes en
la agricultura campesina e indígena. La agroecología, como proyecto de desarrollo rural,
surge en las décadas de las ochenta y noventa del siglo pasado por la labor de diferen-
tes organizaciones no-gubernamentales y respondiendo a las demandas campesinas e
indígenas en el estado. En su conjunto, se puede caracterizar a la agroecología como una
estrategia colectiva hacia la construcción de patrones alternativos de desarrollo local y
sustentable. Actualmente, se pueden encontrar numerosos grupos de productores invo-
lucrados en la agroecología en todas las partes del estado.
Si bien las diferentes experiencias se basaban en distintas perspectivas ideológicas
y metodológicas, ciertos elementos son puntos comunes, lo que permitió articulación
con redes sociales. Estos puntos en común son: los esfuerzos tomados para fortalecer
la agricultura multifuncional, para mantener la vida e identidad rural, y el contribuir en
la solución a la pobreza. Más aún, todos los grupos forman parte de la perspectiva sus-
tentable y tienen relación con movimientos sociales en México y América Latina. A partir
del intercambio de las diferentes experiencias, la agroecología en Jalisco emerge como
una plataforma donde un modelo alternativo de desarrollo rural es construido.
Los horizontes de la agroecología jalisciense han crecido conforme ha pasado el
tiempo a través de la incorporación de diferentes grupos de indígenas, mujeres, cam-
pesinos y consumidores. De esta manera, la agroecología ha evolucionada de atender
cuestiones tecnológicas y productivas a la inclusión de las demandas de las mujeres
rurales, y ha avanzado hacia la integración de la visión compleja de la familia campesina
como un punto de referencia para las acciones de la sustentabilidad. Finalmente, en los
— 128 —
SISTEMA AGROALIMENTARIO, AGROECOLOGíA Y COMERCIO JUSTO
últimos años se ha buscado activamente la articulación con otros movimientos sociales
en Jalisco y la ciudad de México.
Se pueden encontrar varios aprendizajes en la agroecología jalisciense. A pesar del
contexto adverso para la agricultura familiar en México, los diferentes grupos de produc-
tores han aumentado exitosamente sus experiencias “aprendiendo en la práctica”. Esta
forma de trabajar ha mostrado su viabilidad a lo largo del tiempo en términos producti-
vos, ecológicos y económicos. Desde esta perspectiva, ahora se observa un potencial de
diseñar y operar propuestas tecnológicas basadas en prácticas y métodos ya evaluados
en las condiciones locales. Esto ha provocado un crecimiento en productores interesados
en la agroecología, principalmente en la Zona Conurbada de Guadalajara y en el centro y
sur del estado.
En el contexto nacional, global y desde las diferentes experiencias agroecológicas,
se pueden identificar varios retos, de los cuales queremos mencionar cuatro. El primer
reto se relaciona con la marginación del campo mexicano y jalisciense; provocando la
emigración y el abandono del campo. Mientras grandes cantidades de jóvenes campe-
sinos abandonan sus comunidades en busca de mejores oportunidades, las actividades
del campo son responsabilidad de adultos con poca participación de campesinos jóvenes
(cf. Warman, 2001). Es por esta razón que la mayoría de los campesinos agroecológicos
son adultos, y que la presencia de gente joven es limitada, poniendo en riesgo la futura
viabilidad de las experiencias en agricultura sustentable. Enfrentados a esta situación,
un reto importante es la formación en producción ecológica y que las alternativas de
comercio justo sean lo suficientemente atractivas para la gente joven en las zonas ru-
rales. Con ello, se debe poder ofrecer posibilidades viables que les permitan mantener
el arraigo a sus comunidades como campesinos. En otras palabras, debe permitirles
vivir con dignidad, preservar sus recursos naturales y fortalecer su identidad cultural
y comunitaria. El aumento en la presencia de campesinos jóvenes facilitará la difusión
de experiencias y permitirá incrementar los niveles de participación campesina en el
manejo y operación de las alternativas agroecológicas.
Un segundo reto se refiere a la relación de los productores agroecológicos con dife-
rentes movimientos a nivel regional, nacional y global, que también buscan alternativas
sustentables para el desarrollo rural. En el nivel regional, existen articulaciones con
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JAIME MORALES HERNáNDEz
organizaciones ciudadanas y grupos sociales, agrupados en torno al Mercado Agroeco-
lógico el Jilote y a las Ecofiestas, y en el nivel global, existe relación con el Movimiento de
Agricultura Ecológica Latinoamericano (MAELA).
Un tercer reto se relaciona con el comercio justo y la conexión con nuevos movimien-
tos sociales urbanos; por una parte, un número importante de las familias participan-
tes buscan alcanzar la autosuficiencia y mejorar sus niveles nutricionales. No obstante,
también hay numerosos campesinos que buscan combinar el autoabasto con activida-
des de comercio justo, lo que enfatiza la necesidad de desarrollar nuevos canales de
comercialización.
Finalmente, el cuarto reto, es la relación con instituciones de gobierno. Es claro que
una de las características de la agroecología jalisciense ha sido su autonomía e indepen-
dencia del estado y los partidos políticos, y la visión del futuro contempla fortalecer esta
capacidad de autogestión. Si bien se ha participado en la formación y capacitación a téc-
nicos y asesores de las Secretarias de Desarrollo Rural y de Desarrollo Humano a través
cursos y seminarios sobre desarrollo local y sustentabilidad, las relaciones con agencias
gubernamentales continúan siendo complicadas y estas dependen en gran parte de los
funcionarios involucrados. Sin embargo, existe la necesidad de la participación activa
en la discusión y definición de nuevas políticas públicas para el fortalecimiento de la
sustentabilidad en la agricultura familiar de Jalisco. Este reto se refiere a la articulación
de la perspectiva actual de autonomía e independencia con la participación activa en el
diseño e implementación de políticas públicas. En este contexto, es importante mencio-
nar la limitada capacidad de las agencias del gobierno estatal para establecer relaciones
de trabajo propias y complementarias con las organizaciones sociales jalisciense.
Los movimientos de comercio justo, si bien surgen de una necesidad o un interés
específico entre productores y consumidores, también involucran a un tercer actor para
poder explicar el surgimiento y consolidación de estos proyectos. Las ONG y las universi-
dades han tomado un papel fundamental en la articulación, acompañamiento y asesoría
tanto para la capacitación y acompañamiento de productores, como en la educación y
sensibilización de los consumidores (Escalona, 2009).
En el contexto mexicano, el comercio justo no solo surge al margen del Estado, sino
que se consolidan como espacios críticos de las políticas alimentarias que favorecen
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SISTEMA AGROALIMENTARIO, AGROECOLOGíA Y COMERCIO JUSTO
formas insustentables e insalubres de producción y procesamiento de alimentos. Más
aún, estos espacios de comercio alterno son la evidencia de la falta de un modelo político
capaz de reconocer el potencial de los pequeños productores para la seguridad alimen-
taria de las localidades, en contraparte, las políticas de estado privilegian la producción
al servicio de las corporaciones transnacionales.
En Jalisco encontramos experiencias muy importantes dentro de las cuales destaca
la “Ecotienda” que inicia en 1996 como propuesta del Colectivo Ecologista Jalisco (CEJ)
como un esfuerzo por establecer el primer punto de comercialización para productos
ecológicos y alimentos orgánicos en Guadalajara. El interés de algunos campesinos por
comercializar directamente al consumidor llevo al nacimiento del proyecto “Círculo de
Producción y Consumo Responsable” el cual nace en 1998 como un espacio de comercio
alternativo y de articulación entre productores periurbanos y consumidores. El “Círculo”
es uno de los tianguis fundadores de la Red Mexicana de Tianguis y Mercados Orgánicos
en 2005. Actualmente cuenta con 10 productores y procesadores que cada sábado se re-
únen para ofrecer una amplia variedad de productos alimenticios libres de agroquímico
o procesados sin conservadores o aditivos dañinos a la salud. La posibilidad de comprar
de primera mano un producto alimenticio, así como su sabor y frescura son algunos de
los atractivos principales para los consumidores. Sin embargo, el trato cálido, directo
y los afectos que se despiertan con el tiempo entre productores y consumidores son
característicos de este tianguis, ya que, para muchos consumidores los sábados además
son días de reunión e intercambio de palabras y sonrisas (Juárez, 2010).
A este tipo de espacios de comercio justo y alimentos orgánicos, se suman varios
mercados locales de reciente surgimiento, como es el mercado local de Ajijic, el mercado
mensual en el municipio del Grullo, el Mercado Agroecológico El Jilote, las Ecofiestas en
Guadalajara, el tianguis semanal en el Centro Universitario de la Costa Sur en Autlán.
8.- Actores Sociales y Redes
Son varios los grupos y las organizaciones de la sociedad civil que buscan promover la
agroecología y el comercio justo en el estado de Jalisco. A continuación se mencionan
algunas para ejemplificar la diversidad de actores y acciones en torno al fortalecimiento
de un modelo alternativo de desarrollo.
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JAIME MORALES HERNáNDEz
Ubicada en el municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos, cerca de la Zona Metro-
politana de Guadalajara está el Centro de Experimentación y Formación en Agricultu-
ra Sustentable (CEFAS) de la Red de Alternativas Sustentables Agropecuarias (RASA).
Desde el CEFAS, la RASA ha construido una plataforma estatal para la agroecología y el
comercio justo, vinculando 23 grupos de productores de 20 diferentes municipios. Asi-
mismo, la RASA ha estado involucrada en actividades de comercio justo en la Zona Me-
tropolitana de Guadalajara y en Ajijic. Es importante también señalar la labor pionera de
la Red Sembradores de Vida iniciada en 1990 en comunidades del Sur de Jalisco, y que
ha desarrollado una importante labor de promoción de la agricultura ecológica orientada
fundamentalmente a mejorar la nutrición comunitaria (Urteaga y Gutierrez, 2011).
El ya mencionado Círculo de Producción y Consumo Responsable (CPCR), tiene sus
orígenes en el Colectivo Ecologista de Jalisco en 1998 en la zona metropolitana y periur-
bana de Guadalajara, capital del Estado de Jalisco. Con el proyecto se buscó crear una
plataforma de formación y comercialización de alimentos agroecológicos, teniendo como
característica especial el establecimiento de contactos directos entre productores y con-
sumidores. La naturaleza del interface entre productores y consumidores no solamente
se basa en la comercialización de productos orgánicos, sino también el acercamiento
entre el mundo rural y urbano a través de taller, salidas al campo y presentaciones.3
Otra organización es el Centro de Apoyo para el Movimiento Popular del Occiden-
te (CAMPO A.C.), “que facilita la transformación social con las mujeres y otros actores,
mediante procesos educativos y construcción de ciudadanía para lograr la equidad de
género y una mayor justicia económica y social”. 4 Como lo dice su misión, el énfasis del
trabajo ha estado en la cuestión de género, es decir, el trabajo con la mujer rural. CAMPO
trabaja en el sur de Jalisco, principalmente en el municipio de Zapotitlán de Vadillo. Si
bien el trabajo de género ha sido el eje, actualmente se están desarrollando también
actividades de formación en agroecología para jóvenes y productores. Estas nuevas ac-
tividades se desarrollan en varios de los municipios de la región.
Finalmente, personal del Laboratorio de Desarrollo Rural del Departamento de Eco-
logía y Recursos Naturales del Centro Universitario de la Costa Sur de la Universidad de
3 fuente: http://www.circulodeproduccion.org/circulo.html (fecha de consulta: 23 de noviembre de 2010).
4 fuente: http://www.facebook.com/#!/pages/CAMPO-AC/315563762029 (fecha de consulta: 28 de noviembre de 2010).
— 132 —
SISTEMA AGROALIMENTARIO, AGROECOLOGíA Y COMERCIO JUSTO
Guadalajara (LDR/UdeG) con sede en Autlán, en la Costa Sur de Jalisco, ha desarrollado
un programa de investigación-acción denominado Programa de Desarrollo Rural Endó-
geno. El enfoque principal de este programa está orientado al desarrollo rural a través
de la implementación de proyectos productivos que se construyen sobre el potencial
endógeno regional, y el establecimiento de vínculos estratégicos con actores sociales en
la región (Gerritsen, 2010).
Discusión y Conclusiones
En Jalisco, la transición agroecológica se inició con los campesinos, después ha ido invo-
lucrando a diferentes movimientos sociales y el reto es que la sociedad civil debe conti-
nuar presionando al Estado a asumir su participación en la construcción de un desarrollo
sustentable para el campo. Y al igual que a nivel nacional, la construcción y los avances
de la agricultura sustentable se deben a los movimientos sociales rurales, acompañados
por organizaciones de la sociedad civil, consumidores, ecologistas y neorurales con la
participación de algunas universidades e instituciones.
Es un hecho llamativo que la expansión de agroecología, posteriormente incorporan-
do el comercio justo, se relaciona con movimientos ecologistas y campesinos y no con
el Estado. Aún más, el Estado no solamente ha sido el gran ausente en el crecimiento de
una agricultura sustentable, sino que también se ha caracterizado por una fuerte ten-
dencia a la promoción del cultivo de transgénicos y biocombustibles, y de una agricultura
“competitiva” basada en la exportación.
En el caso de las experiencias en el estado de Jalisco, todos se desarrollan en el
ámbito de las organizaciones y movimientos sociales. Además, todos se caracterizan
por movilizar redes de productores con intereses afines. En resumen, la expansión de la
agroecología del comercio justo en el estado de Jalisco se está dando por los vínculos
que existen entre las cuatro organizaciones y los diferentes grupos de productores. Está
por verse el papel que el Estado quiera y pueda jugar en este crecimiento. Y justamente
es la ausencia de este actor tan importante que hace que se requiera recorrer caminos
más largos y generalmente más difíciles para llegar al desarrollo sustentable.
— 133 —
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COMPETITIVIDAD DE LAS EXPORTACIONES MEXICANAS DE CAMARÓN: UN ANÁLISISCUANTITATIVO
Luciano De la Rosa
— 138 —
COMPETITIVIDAD DE LAS EXPORTACIONES
MEXICANAS DE CAMARÓN: UN ANÁLISIS
CUANTITATIVO
Luciano De la Rosa1
Introducción
La actividad pesquera a nivel nacional ha sido receptora de una serie de efectos
económicos que impactan en su desempeño y por lo tanto en los factores de de-
sarrollo social de las comunidades que subsisten a partir de la explotación de los
productos pesqueros. Sin embargo, es pertinente reconocer que la variabilidad en los
indicadores de la pesca se encuentran asociados fuertemente a la condición de recursos
naturales, y por lo tanto a la inestabilidad propia de su naturaleza. Es decir, variaciones
climaticas, efectos del deterioro ambiental, migratoriedad de las especies y por supues-
to, la intervención del hombre, la cual en algunas ocaciones ha provocado la explotación
irracional de especies causando con ello graves problemas al ecosistema.
Aunado a lo anterior, es importante considerar que la condición de desarrollo y de
eficiencia en la explotación de los recursos pesqueros varía considerablemente en las
regiones pesqueras de México. Así, la región noroeste se ve favorecida por una serie de
1 Luciano De la Rosa Gutiérrez es Profesor Titular de Tiempo Completo de la facultad de Economía y Relaciones Internacionales, UABC y becario UABC al desempeño académico. [email protected].
— 139 —
COMPETITIVIDAD DE LAS EXPORTACIONES MEXICANAS DE CAMARÓN: UN ANáLISIS CUANTITATIVO
condiciones climáticas que permiten la reproducción de especies de alto valor comercial,
tal es el caso del abulón, la langosta, el erizo, el pepino de mar y el camarón, entre otras.
El objetivo de este documento es describir cómo a traves del tiempo algunos paises
van perdiendo participación en el mercado internacional de productos pesqueros, dan-
do paso a otras economias emergentes bajo el contexto de la globalización económica.
Se estudia el caso del mercado norteamericano como destino y la participación de sus
principales proveedores de camarón, contrastando el desempeño competitivo de Mé-
xico y sus competidores, como China, Ecuador, Tailandia, India e Indonesia, utilizando
el método de participación constante en el mercado para el período 1990-2009. En un
primer apartado se describe brevemente la situación de la pesca desde una perspectiva
mundial, para ubicar la posición que México ocupa en esta actividad, destacando su com-
portamiento y principales especies. Un segundo apartado nos muestra cómo es que las
exportaciones mexicanas de camarón van disminuyendo al mercado norteamericano en
los últimos años, lo que provoca una disminución en su nivel de competitividad dentro
del mercado internacional.
1.- Situación actual de la pesca
La Pesca en el Mundo
El desarrollo de la actividad pesquera ha significado una importante fuente de alimentos
para la población mundial, y su comportamiento merece atención y análisis, no sola-
mente desde la perspectiva económica comercial, sino desde lo que esto significa en
términos de proveedor de alimentos.
En el período 2000-2009 el promedio de crecimiento de las capturas a nivel mundial
presentó una disminución de 5.6 millones de toneladas, mientras que la acuacultura
presentó un crecimiento de 19.6 millones de toneladas, lo cual resulta significativo en
términos del comportamiento particularmente de la actividad acuícola. Por otra parte,
la captura en aguas marinas disminuyó en este período, sin embargo, esta disminución
se contrarrestó con un mayor volumen de captura en aguas continentales, tal como se
observa en el cuadro 1.
— 140 —
LUCIANO DE LA ROSA
Cuadro 1: Captura pesquera mundial por tipo de producción, 2000 - 2009�(millones de toneladas)
Concepto
Producción Var/abs
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 20092000-
2009Total producción pesquera
131 131 134 133 134 136 137 140 142 145 14.0
Total capturas 95.6 93.1 93.3 90.5 92.4 92.1 89.8 89.9 89.7 90 -5.6
Total acuacultura 35.5 37.9 40.4 42.7 41.9 44.3 47.3 49.9 52.6 55.1 19.6
En aguas continentales 30 31.4 32.8 34.5 33.8 36.2 38.5 40.7 43.1 45.1 15.1
Captura 8.8 8.9 8.8 9 8.6 9.4 9.8 10 10.2 10.1 1.3
Acuacultura 21.2 22.5 24 25.5 25.2 26.8 28.7 30.7 32.9 35 13.8
En aguas marinas 101 99.6 101 98.7 101 100 98.6 99.1 99.2 100 -1.1
Captura 86.8 84.2 84.5 81.5 83.8 82.7 80 79.9 79.5 79.9 -6.9
Acuacultura 14.3 15.4 16.4 17.2 16.7 17.5 18.6 19.2 19.7 20.1 5.8
Utilización
Consumo humano 96.9 99.7 100.7 103.4 104.4 107.3 110.7 112.7 115.1 117.8 20.9
Harina y Aceite de pescado
34.2 31.3 32.9 29.8 29.8 29.1 26.3 27.1 27.2 27.3 -6.9
Población 6.1 6.1 6.3 6.4 6.4 6.5 6.6 6.7 6.8 6.8 0.7
Consumo per cápita 16.0 16.2 16.0 16.3 16.2 16.5 16.8 16.9 17.1 17.2 1.2
fuente: fAO. El estado mundial de la pesca y la acuicultura, 2010.
La participación de los principales países pesqueros a nivel mundial se presenta en el
cuadro 2. Donde resaltan por su crecimiento promedio durante el período 1999-2006,
China con un 7.74%, Indonesia con 4.77%, India con 3.53% y Filipinas con 3.40%. Mien-
tras que México presenta una tasa de crecimiento anual promedio de 0.04%. También
se observa que hay países que presentan una disminución importante en cuanto a su
producción pesquera, tal es el caso de la República Democrática de Corea con 6.03%,
Federación Rusa con 4.72% y Japón con 4.03%.
— 141 —
COMPETITIVIDAD DE LAS EXPORTACIONES MEXICANAS DE CAMARÓN: UN ANáLISIS CUANTITATIVO
Cuadro 2�- Producción pesquera mundial, según principales países, 1999 – 2006�
(Miles de toneladas peso vivo)
PAIS 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006
TCAP
1999 -
2006
Total 137,875 142,521 142,872 146,450 146,846 155,613 157,531 159,897
China 47,500 49,636 51,006 53,427 55,737 58,599 60,631 62,713 7.74
Perú 8,437 10,665 7,999 8,783 6,108 9,634 9,421 7,049 0.15
Japón 6,623 6,398 6,139 5,875 6,085 5,689 5,433 5,526 -4.03
Chile 5,587 4,973 4,663 5,134 4,525 5,994 5,454 5,310 -0.12
USA 5,310 5,216 5,461 5,482 5,533 5,602 5,397 5,331 -0.63
India 5,687 5,669 5,937 5,933 6,034 6,190 6,324 6,983 3.53
Indonesia 4,894 5,120 5,354 5,516 5,920 6,120 6,513 6,989 4.77
Tailandia 3,646 3,735 3,648 3,797 3,914 4,100 3,743 4,162 2.38
México 1,287 1,404 1,522 1,555 1,471 1,391 1,450 1,531 0.04
Noruega 3,282 3,383 3,373 3,474 3,287 3,310 3,203 3,110 2.80
Federación Rusa 4,239 4,105 3,747 3,389 3,429 3,110 3,356 3,456 -4.72
República de Corea 2,909 2,506 2,674 2,476 2,488 2,537 2,712 3,043 0.40
Filipinas 2,924 3,000 3,173 3,373 3,618 3,936 4,145 4,414 3.40
Rep. Demo-crática de Corea
702 681 714 713 713 713 713 713 -6.03
Islandia 1,758 2,004 2,005 2,148 2,009 1,758 1,690 1,356 -0.68
Canadá 1,160 1,160 1,209 1,250 1,281 1,338 1,256 1,245 -1.87
Resto del Mundo 31,930 32,866 34,248 34,125 34,694 35,592 36,090 36,966 2.43
fuente: fAO. El estado mundial de la pesca y la acuicultura, 201.
2.- La Pesca en México
Con respecto al entorno nacional, este proceso de apertura comercial ha impactado a la
economía y en especial al sector agropecuario mexicano. Este proceso se ha experimen-
tado desde hace varios años, sin embargo, en 1994, con la puesta en marcha del Tratado
de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), es cuando la apertura comercial se da
en forma importante, lo que ha ocasionado cambios transcendentales en las actividades
primarias.
La apertura comercial ha favorecido al sector pesquero de exportación, al mismo
tiempo que se han implementado diversos apoyos, en detrimento de la actividad pes-
— 142 —
LUCIANO DE LA ROSA
quera destinada al consumo interno. Lo anterior ha originado cambios en la estructura
productiva pesquera; algunas actividades pesqueras tienden a desaparecer, ya que se
encuentran en crisis, como lo es la pesca ribereña y algunas pesquerías.2 No obstante,
dentro del grupo de las pesquerías, destacan algunos productos por su alta competi-
tividad y valor comercial, tal es el caso del abulón, la langosta, el erizo, el calamar, el
camarón, entre otros. Por lo que la interrelación que actualmente existe en el sector
nacional pesquero con su entorno internacional, ha puesto el interés de que se efectúen
estudios sobre la competitividad de estas pesquerías, para implementar estrategias que
permitan aumentar su productividad y competitividad, y así puedan, de esta manera,
permanecer y expandir su presencia en esos mercados.
Así, la formulación de una estrategia de desarrollo industrial como elemento importante del desarrollo social, debe promover la competitividad como base del bienestar a través de medios que permitan una distribución eficiente de las ganancias del comercio internacional.
Es así que, bajo este contexto, se realiza el presente análisis de la pesquería de camarón, debido a que este se encuentra altamente interrelacionado con el mercado internacional, principalmente con el estadounidense, pues durante el período de 1990 a 2009, las exportaciones de camarón aumentaron a dicho mercado al pasar de 16.7 a 41.1 miles de toneladas (representando un aumento del 149% aproximadamente). En el año 2009, México alcanzó un nivel de expor-taciones del 24% de la captura total (aproximadamente 95,712 toneladas) con lo cual logra posicionarse dentro de los cinco principales proveedores de cama-rón3 al mercado Estadounidense (FAO, 2010), por lo que esta pesquería aporto el 49.24% del valor de las exportaciones pesqueras de México (741.3 millones de dólares) (INEGI, 2010: 115).
2 Algunas pesquerías se clasifican como cercanas a un estado de sobre-explotación, por lo que se encuentran altamente reguladas por las autoridades pesqueras, en tanto que la pesca ribereña se ha descuidado por parte del Estado, particularmente en la ausencia de apoyos que no llegan de manera fluida; por lo tanto, la flota ribereña se encuentra a niveles de obsolescencia en sus activos, lo que la hace una actividad poco o nada rentable.
3 La importancia del camarón mexicano en el mercado estadounidense se asocia con la cercanía geográfica, su competitividad en precio y calidad, su buen sabor, y en particular a la coyuntura que presenta el crecimiento del consumo per cápita de esta pesquería con respecto a la producción que se registra en Estados Unidos durante los últimos años.
— 143 —
COMPETITIVIDAD DE LAS EXPORTACIONES MEXICANAS DE CAMARÓN: UN ANáLISIS CUANTITATIVO
3.- Aspectos Conceptuales y Método de análisis de Participación Constante
del Mercado (CMS)
Adam Smith sostenía, que:
El libre comercio era la mejor opción para el comercio entre los países. Ya que esta política bien implementada conduce a que cada país pueda especializarse en la producción de aquellos bienes en los cuales presenta una ventaja absoluta e importará aquellos en los cuales presentara una desventaja absoluta (Smith, 1958).
Sin embargo, esto solo explica una parte del comercio mundial, por lo que David Ricardo
es quien desarrolla con mayor detalle el comercio entre las naciones mediante el análi-
sis de la ley de la ventaja comparativa.
Esta ley establece que aun cuando una nación presente una desventaja (o ventaja)
absoluta en la producción de algún (os) bienes respecto a otra nación, es, sin embargo
posible que ambas naciones emprendan un intercambio mutuamente ventajoso. Por lo
que la nación menos eficiente deberá especializarse en la producción y exportación del
bien en el cual su desventaja comparativa resulte ser la menor. Para desarrollar este
análisis, David Ricardo se basó en una serie de supuestos simplificadores, en el que se
considera que el trabajo es el único factor de la producción y que este es homogéneo al
interior del país, sin embargo, este factor de producción es heterogéneo y además de que
existen otros factores que también contribuyen a la producción de bienes. Es por ello que
la teoría de las ventaja comparativa solo puede ser explicada en términos de los costos
de oportunidad; en el cual se establece que el costo de producir una unidad adicional de
un bien representa las unidades de producción que deben ser sacrificadas para liberar
los factores de producción suficientes que permitan producir la unidad del otro bien.
Por tanto, el país tendrá una ventaja comparativa en la producción de aquellos bienes
que presenten el costo de oportunidad menor con respecto a otros países. Por lo tanto,
las diferencias en los costos de oportunidad son el fundamento de la especialización, de
la ventaja comparativa y del comercio internacional; estas diferencias tienden a variar
entre los países debido a que:
• La oferta de los recursos productivos difieren entre las naciones
• Los costos de utilizar los recursos más abundantes son menores con respecto a
— 144 —
LUCIANO DE LA ROSA
la utilización de los recursos menos abundantes
• Los distintos productos requieren diferentes proporciones de recursos
• La mayor parte de los productos pueden ser producidos por más de un proceso, en el que se emplee más de una combinación de recursos
Dado lo anterior, la teoría de la ventaja comparativa establece que los costos de oportu-
nidad deben equipararse con los precios internacionales apropiados. De aquí se deriva
que los países deben importar los bienes para los cuales sea menor el precio interna-
cional con respecto al costo de oportunidad doméstico; mientras que se deben exportar
aquellos bienes cuyo precio internacional sea mayor que el costo de oportunidad interno.
Tal como se mencionó anteriormente, el comercio internacional se basa en las posi-
bles diferencias de las tasas a las cuales la producción de un bien puede ser sustituido
por la de otro por medio de ajustes internos en los recursos. Estas diferencias en los
costos de oportunidad son la base de la ventaja comparativa, de la especialización y del
comercio internacional; donde este último aparece entre los países dadas las diferen-
cias en las tasas de sustitución, las que a su vez, son distintas conforme se resalten las
diferencias marítimo climáticas, los mercados de insumos y productos, la movilidad de
los recursos, de las tecnologías disponibles y otros factores sociales. Por lo que resulta
evidente que el objetivo fundamental del análisis de la ventaja comparativa es responder
la pregunta de ¿Qué es más ventajoso para el país, importar un bien o producirlo inter-
namente? Si producirlo internamente resulta más barato, se puede decir que presenta
una ventaja comparativa. Si como resultado de lo anterior el país se especializa en la
producción de dicho bien, la oferta mundial de cada bien aumenta, dando como resultado
que todos los países mejoren (Chacholiades, 1998: 145). Por lo que este análisis de la
ventaja comparativa no solamente indica la dirección del comercio y el patrón geográfico
de especialización, sino también muestra que ambos países mejoran su situación y que
la remuneración a los factores de producción aumenta potencialmente el comercio y la
producción mundial (Samuelson y Nordhaus, 1986: 185).
En cuanto al análisis de la ventaja competitiva, esta tiene varios significados. Por ejemplo, en 1985 Scout y Lodge definen a la competitividad como la “ca-pacidad de una nación para producir, distribuir y servir bienes en la economía internacional, en competencia con los bienes y servicios producidos en otros países, y hacerlo de una manera que le genere un creciente nivel de vida”.
— 145 —
COMPETITIVIDAD DE LAS EXPORTACIONES MEXICANAS DE CAMARÓN: UN ANáLISIS CUANTITATIVO
En dicha definición se asume como meta nacional mejorar el bienestar de la po-blación, precisándose como la capacidad de una nación para producir y comer-cializar bienes en el comercio internacional, en tanto obtenga ciertos niveles de retorno a los factores utilizados para generar dichos productos, los cuales al menos son comparables a aquellos recursos que podrían haberlos obtenido en actividades alternativas.
La ventaja competitiva difiere de la comparativa debido a lo siguiente:
1. Este es un concepto positivo más que normativo, ya que se trata de una afirmación de lo que es o ha sido, más que una aseveración de lo que debería ser.
2. Se afirma sobre la capacidad para vender bajo las condiciones existentes, más de lo que pasaría en condiciones hipotéticas.
Como concepto, la ventaja competitiva reconoce que los mercados no son perfectamente
competitivos y están distorsionados por la política gubernamental. Por tanto, la ventaja
competitiva es una relación entre “los precios de mercado”, no entre los precios relativos
de autarquía.
Los determinantes de la ventaja competitiva incluyen a los de la ventaja comparativa,
más otros elementos o factores que se señalan a continuación:
1. Elementos que provocan que los costos privados de producción difieran de los costos sociales.
2. Los que ocasionan que el valor privado de los bienes y servicios sean diferentes al valor social.4
3. Los que afectan la movilidad internacional de los bienes, servicios y de los facto-res de la producción, es decir, los que distorsionan los términos de intercambio internacionales.
Estos elementos son principalmente, las políticas y las instituciones empleadas por los
gobiernos. En el primer grupo, se encuentran las políticas y las instituciones que tienden
a distorsionar la movilidad de los factores, precios relativos de los factores, los niveles
4 En distintas empresas, según sea su nivel técnico y según esta organizada la producción, se requiere una diferente cantidad de trabajo para elaborar la unidad de producto de la misma calidad. Ello hace que en las empresas de referencia el valor individual de las mercancías sea diferente. No obstante, en un mismo período de tiempo y en un mismo mercado, las mercancías de la misma clase se venden a un precio único. En la base de dicho precio se encuentra el valor social de la mercancía, valor que no es determinado por las condiciones individuales de producción, sino por las socialmente necesarias, es decir, por las condiciones de producción en que se elabora la masa principal de mercancías de cada rama de la producción, como resultado de la competencia dentro de cada rama de producción, los valores individuales de las mercancías elaboradas en las empresas de la rama dada se reducen a un valor social (de mercado) único.
— 146 —
LUCIANO DE LA ROSA
de la producción y a las decisiones de inversión. En el segundo grupo están las políticas
que afectan a la distribución del ingreso, la asignación del ingreso entre los artículos
de consumo y el reparto entre consumo e inversión. En el último grupo se incluyen a
las políticas comerciales, las de inmigración, el tipo de cambio y a las instituciones del
estado que comercian.
No obstante que la ventaja competitiva es un concepto más amplio y no tan bien
definido como el de la ventaja comparativa, resulta mucho más fácil de obtener porque
sus mediciones son observables. Se mide por la participación en el mercado, por las
comparaciones de los precios, por las comparaciones de los costos de producción y por
la penetración del mercado.
La competitividad entre los países está basada, a su vez, en los precios observados
de exportación del bien producido. La determinación de la competitividad requiere que
los precios sean expresados en una moneda común; de esa manera se involucran a las
fuerzas macroeconómicas, las que pueden entrar a través del componente tipo de cam-
bio del precio de exportación.
Por otra parte, es conveniente señalar que no existe una teoría económica general
de la competitividad. Por ejemplo, se ha relacionado a la competitividad con la eficiencia
en las políticas gubernamentales con objetivos de promoción, protección del comercio
y subvenciones a determinados sectores, sin embargo tal como lo señala Porter (1991),
tampoco se ha confirmado que sea la clave del éxito internacional, sino por el contrario,
se ha argumentado que en países, por ejemplo Japón, donde se consideraba a la polí-
tica económica esencial para el desarrollo de la competitividad, han descubierto que el
gobierno ha tenido un papel muy poco relevante en muchos de sus sectores que han
alcanzado una competitividad a escala internacional. Por otra parte, también se ha plan-
teado que la competitividad se encuentra relacionada con las diferencias en las prácticas
de gestión, sin que esto pueda ser generalizado, dado que cada sector requiere distintos
enfoques de gestión. Sin embargo, estas perspectivas tienen cierta validez, pero están
lejos de ser una explicación general de la competitividad.
Krugman (1991) por su parte, considera que el análisis de competitividad de una
nación o región debiera considerar los determinantes del nivel de vida de la población
(crecimiento, empleo y distribución del ingreso). La Organización para la Cooperación
— 147 —
COMPETITIVIDAD DE LAS EXPORTACIONES MEXICANAS DE CAMARÓN: UN ANáLISIS CUANTITATIVO
y el Desarrollo Económico, OCDE (1997), ha adoptado una perspectiva similar, donde
define a la competitividad como la capacidad de las empresas, industrias, regiones y
naciones para generar ingresos y niveles altos de empleos de manera sostenible aun
estando expuesta a la competencia internacional.
Para cuantificar la contribución de la competitividad al desempeño de las exporta-
ciones se utilizó el método de análisis de participación constante del mercado (Cons-
tant Market Share, CMS). El CMS es una técnica estadística que permite descomponer el
crecimiento de las exportaciones y estudiar su comportamiento con el fin de evaluar el
grado en que los factores estructurales y de competitividad explican su desempeño en
un período de tiempo determinado.
El método CMS fue popularizado por Leamer y Stern (1970). Richardson (1971) ana-
lizó sus limitaciones teóricas y empíricas, mientras que otros autores, como Jepma, han
presentado versiones mejoradas ampliando la descomposición con el fin de resolver
esas limitaciones.
El punto de partida es la siguiente definición de participación de mercado:
S = q / Q 1)
Dónde:
S = Participación de mercado de un país específico
q = Exportaciones del país al mercado de referencia
Q = Exportaciones del grupo de países competidores que exportan al mercado de referencia (el estándar)
Despejando q en (1) y diferenciando respecto al tiempo se obtiene:
Dq = SDQ + QDS 2)
Donde:
D = cambio de la variable en el tiempo
SDQ = efecto estructural
QDS = residual o efecto competitividad
— 148 —
LUCIANO DE LA ROSA
El efecto estructural representa el cambio hipotético de las exportaciones esperadas,
suponiendo que la participación de mercado del país en cuestión se mantiene constante,
en este caso, las exportaciones crecerían a una hipotética tasa dada por el crecimiento de
la demanda. El residual es la diferencia entre las exportaciones reales y las esperadas y
se asocia a cambios en la competitividad. Generalmente, un signo negativo se interpreta
en el sentido de que el país en cuestión está perdiendo competitividad debido a que sus
precios crecen más aprisa que el resto de países competidores y por tanto pierde par-
ticipación de mercado (Leamer y Stern, 1970). Lo contrario se interpreta si aparece un
signo positivo. Sin embargo, existen otros factores que también pueden estar afectando
los cambios en la competitividad como las modificaciones en la calidad de los productos,
la tasa de cambio, la eficiencia de los servicios de comercialización y de financiamiento,
los costos de transporte y las políticas comerciales discriminatorias.
La ecuación (2) solamente es válida para períodos de tiempo infinitamente cortos
pero si se aplica la descomposición a intervalos discretos la ecuación puede escribirse
en varias formas usando las variables de comienzo y fin del período:
Dq = S0DQ + DSQ
1 (3a)
Dq = S1DQ + DSQ
0 (3b)
Dq = S0DQ + DSQ
0 + DSDQ (3c)
Donde:
0= comienzo del período
1= fin del período
S1 = S
0 + DS
DSDQ = efecto interacción o de segundo orden
Las tres ecuaciones son equivalentes pero (3c) tiene la ventaja de que incorpora un ele-
mento dinámico en el análisis. El efecto de segundo orden es un componente dinámico
que captura la interacción entre cambios en la participación de mercado con cambios en
la demanda. Ahora bien, si las exportaciones se desagregan en flujos de varias mercan-
cías y varios mercados, la ecuación se convierte en:
— 149 —
COMPETITIVIDAD DE LAS EXPORTACIONES MEXICANAS DE CAMARÓN: UN ANáLISIS CUANTITATIVO
Dq = SSSij0DQij + SSDSijQij
0 + SSDSijDQij (4)
Donde:
Qij = exportaciones del estándar de la mercancía i al mercado j
Esta formulación permite incluir la composición de las exportaciones en términos de
productos y de mercados como factor explicativo adicional del cambio en las exportacio-
nes. El efecto estructural puede entonces descomponerse a su vez en tres factores: el
efecto crecimiento que capta el impacto del aumento en la demanda mundial, el efecto
mercancía y el efecto mercado, que podrían ser de signo positivo (negativo) si el país
se concentra en productos o mercados de rápido (lento) crecimiento. Por otro lado, el
residual y el efecto de segundo orden también pueden ser desagregados y la descompo-
sición puede llevarse a mayores niveles de complejidad.
La versión mejorada de Jepma fue adaptada al caso de un producto y un mercado por
Ahmadi-Esfahani (1995). Siguiendo a este autor, para el caso especial del crecimiento de
las exportaciones de camarón de un país al mercado estadounidense, puede ser expre-
sado en un primer nivel de descomposición como:
Dq = Sj0DQj + DSjQj
0 + DSjDQj (5)
Donde:
Sj0DQj = efecto estructural. Representa el cambio esperado en las exportaciones
si se mantiene constante la participación inicial del país en el mercado mundial y en el mercado estadounidense. Si es positivo indica que el crecimiento de la demanda por este producto afecta positivamente el crecimiento de las expor-taciones.
DSjQj0 = efecto competitividad o residual. Representa la parte del cambio en las
exportaciones que puede ser atribuido a los cambios en la competitividad que han experimentado a lo largo del período. Si es positivo significa que el país gana competitividad y si es negativo pierde competitividad.
DSjDQj = efecto interacción o de segundo orden. Mide la influencia de la interac-ción entre cambios en la participación de mercado con cambios en la demanda.
— 150 —
LUCIANO DE LA ROSA
Y en un segundo nivel de descomposición, cada uno de estos tres efectos se desagrega
en dos y en total se obtienen 6 efectos:5
Dq = St0DQj + (Sj
0DQj - St
0DQj) + DStQj
0
+ (DSjQj0 - DStQj
0) + (Qt
1/Qt
0 - 1) DSjQj
0
+ [DSjDQj - (Qt1/Qt
0 - 1) DSjQj
0] (6)
Donde:
St0DQj = efecto crecimiento. Mide la parte del crecimiento de las exportaciones
de un país que puede ser atribuido al aumento de la demanda mundial por ese producto. Es decir, es el cambio hipotético en las exportaciones que podría haber ocurrido si la participación de un exportador en el mercado mundial se hubiera mantenido constante durante el período.
(Sj0DQj - St
0DQj) = efecto mercado. Es el cambio adicional esperado en las ex-
portaciones si el exportador mantiene su participación inicial en el mercado estadounidense durante el período. Si es positivo indica que el país en cuestión tiende a concentrar sus exportaciones de camarón en mercados que crecen “rápidamente” como el de Estados Unidos.
DStQj0 = efecto residual puro. Representa la parte del cambio hipotético en las
exportaciones atribuible a cambios en la competitividad en general.
(DSjQj0 - DStQj
0) = efecto residual estructural estático. Representa la parte del
cambio hipotético en las exportaciones atribuible a cambios en la competitivi-dad específica al mercado estadounidense.
(Qt1/Qt
0-1)DSjQj
0 = efecto segundo orden puro. Mide la interacción entre los
cambios de la participación de un exportador en el mercado estadounidense y los cambios en el nivel de la demanda mundial.
[DSjDQj-(Qt1/Qt
0-1)DSjQj
0] = efecto residual estructural dinámico. Mide la inte-
racción entre los cambios de la participación de un exportador en el mercado estadounidense y los cambios en el nivel de la demanda de Estados Unidos de Norte América.
5 Ahmadi-Esfahani (1995), citado por Contreras (1999), sugieren que como el estudio se concentra en un solo producto (Camarón) y un solo mercado (Estados Unidos de Norteamérica) la descomposición siguiendo el modelo de Jepma solamente distingue 6 efectos y no 8 como en la versión original, ya que en este caso no existe lo que Jepma denomina efecto mercancía ni efecto interacción estructural.
— 151 —
COMPETITIVIDAD DE LAS EXPORTACIONES MEXICANAS DE CAMARÓN: UN ANáLISIS CUANTITATIVO
La ecuación (5) representa la descomposición tradicional del método CMS para un pro-
ducto y un mercado. Este primer nivel de descomposición da una idea general de la
contribución del efecto estructural, el efecto competitividad y el efecto de segundo orden
sobre el cambio de las exportaciones durante el período de tiempo analizado. La ecua-
ción (6) es la versión mejorada, adaptada a este caso especial y este segundo nivel de
descomposición permite una mejor interpretación del impacto de esos tres efectos.
4.- Desempeño exportador y competitividad
Para analizar los nexos entre competitividad y desempeño de las exportaciones, se tomó
como caso de estudio el mercado estadounidense, dado que México envía aproximada-
mente el 90.4% de sus exportaciones a ese mercado. Por otro lado, el mercado de Es-
tados Unidos es el más importante en el mundo en cuanto a volumen de importaciones,
además de ser un mercado exigente y competido.
Se estimaron las ecuaciones (5) y (6) para los 6 principales países oferentes de cama-
rón en el mercado de Estados Unidos: China, México, Ecuador, Tailandia, India e Indone-
sia. En conjunto, estos seis países representaron el 90.80% de las importaciones totales
de Estados Unidos en 2009. China, Ecuador, Tailandia, India e Indonesia representan el
estándar contra el cual se compara el desempeño exportador de México, ya que consti-
tuyen el grupo de principales competidores en ese mercado. El período de análisis es de
1999-2009.
Con el propósito de garantizar la consistencia de los datos de exportaciones de cada
uno de los países al mercado estadounidense, se utilizaron cifras de importaciones de
camarón de Estados Unidos reportadas por Foreign Agricultural Service (FAS, 2010). Las
cifras de exportaciones totales fueron obtenidas de la base de datos de la FAO-Fishstat
en Internet. Se usaron datos de cantidad (en toneladas métricas) con el fin de que un
signo positivo (negativo) del residual derivado de la reducción (aumento) en el precio
relativo sea consistente con aumentos (disminución) en la participación de un país en el
mercado de referencia.
Los resultados de la aplicación del método CMS se presentan en el Cuadro 3. El pri-
mer aspecto que se destaca es que el cambio en el volumen de exportaciones fue positi-
vo para México, Ecuador, Tailandia, India e Indonesia, sobresaliendo Tailandia e Indonesia
— 152 —
LUCIANO DE LA ROSA
con 95,531.84 y 49,191.70 respectivamente, siguiéndole México, Ecuador e India con una
magnitud de 24,301, 22,468 3,265 respectivamente; en cambio, es negativo para China
con una magnitud de 45,703.
Cuadro 3: Resultados de la descomposición del cambio de las exportaciones de los seis
principales países exportadores de Camarón al mercado Estadounidense en el período
1990-2009� (toneladas métricas)
ConceptoChina
(Mainland)México Ecuador Tailandia India Indonesia
Cambio en exportaciones -45,703.10 24,301.37 22,468.46 95,531.84 3,265.03 49,191.70
Efecto estructural 56,210.52 16,474.40 37,545.04 16,791.47 13,833.15 8,200.72
Efecto competitividad -51,448.99 3,951.28 -7,611.10 39,750.46 -5,335.10 20,693.45
Efecto segundo orden -50,464.63 3,875.69 -7,465.48 38,989.92 -5,233.02 20,297.53
Efecto crecimiento 53,282.28 15,579.85 35,509.46 23,520.80 13,184.70 7,978.21
Efecto mercado 2,928.25 894.54 2,035.58 -6,729.33 648.45 222.51
Efecto residual puro -38,701.33 -1,310.83 -14,373.68 44,333.66 -6,382.91 16,435.11
Efecto residual estructural estático -12,747.66 5,262.12 6,762.59 -4,583.20 1,047.81 4,258.34
Efecto segundo orden puro -85,842.22 6,592.69 -12,699.05 66,323.31 -8,901.57 34,526.85
Efecto residual estructural dinámico
35,377.59 -2,717.00 5,233.58 -27,333.39 3,668.54 -14,229.32
fuente: Estimación propia con base en datos de fAO-fishstat y foreign Agricultural Service (fAS)
Al primer nivel de descomposición, el efecto estructural es positivo para todos los paí-
ses, lo que refleja el impacto favorable del crecimiento de la demanda de camarón. El
impacto es mayor para China y Ecuador y la magnitud de dicho impacto es prácticamente
la misma para Tailandia y México. El signo del residual muestra un mejoramiento de la
competitividad para Tailandia e Indonesia y una caída para China, México, Ecuador e In-
dia. La magnitud del efecto competitividad es importante para México pues representa el
31.53% del crecimiento real de las exportaciones, no obstante, su monto resulta inferior
al observado por Tailandia e Indonesia. Finalmente, el efecto segundo orden es negativo
— 153 —
COMPETITIVIDAD DE LAS EXPORTACIONES MEXICANAS DE CAMARÓN: UN ANáLISIS CUANTITATIVO
para China, Ecuador e India, y positivo para Tailandia, Indonesia y México.
El resultado anterior sugiere que las diferencias en el desempeño exportador de los
tres países exportadores al mercado estadounidense se derivan en gran medida de las
diferencias en el comportamiento de la competitividad. Es decir, la caída de las exporta-
ciones de China, Ecuador e India se asocian a caídas en su competitividad y el crecimien-
to de las exportaciones de Tailandia, Indonesia y México se relaciona con mejoramientos
en la competitividad. De esta manera, el crecimiento de las exportaciones mexicanas de
camarón se ha visto favorecido tanto por el aumento de la demanda externa como por
el mejoramiento de su competitividad, sin embargo, no se debe olvidar que el monto
de las “exportaciones hipotéticas” mexicanas asociadas al factor competitividad es muy
inferior al de Tailandia e Indonesia durante el mismo período.
Al observar el segundo nivel de descomposición se pueden analizar mejor cada uno
de estos impactos. El efecto crecimiento es positivo para todos los países, lo que parece
razonable dado el crecimiento de la demanda mundial de camarón en este período: entre
1996 y 2006 las importaciones mundiales de camarón crecieron 66.18%.
El efecto mercado es negativo para Tailandia; en cambio es positivo para China, Méxi-
co, Ecuador, India e Indonesia, lo que sugiere que Tailandia está diversificando sus expor-
taciones de camarón en otros mercados distintos al estadounidense, mientras que los
otros cinco países concentran sus exportaciones en este mercado. Esto es compatible
con el hecho de que México está manteniendo sus envíos al mercado estadounidense, los
cuales representan entre el 40 y 45% de la producción.
En definitiva, México parece haberse beneficiado positivamente del crecimiento de la
demanda mundial de camarón, pero ha concentrado sus exportaciones en un mercado
como el estadounidense, que se caracteriza por el gran dinamismo de la demanda, ya
que sigue siendo el principal país importador de camarón en el mundo (FAO, 2010: 63).
La descomposición del efecto competitividad en sus componentes residual puro y
residual estructural estático es una de las principales ventajas del modelo CMS mejo-
rado. Si solamente se toma en cuenta el modelo CMS tradicional se puede concluir que
México ha ganado competitividad. Esto es parcialmente correcto, ya que al realizar la
descomposición completa puede observarse que el crecimiento de las exportaciones se
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LUCIANO DE LA ROSA
atribuye en gran medida a factores asociados a la competitividad especifica en el merca-
do estadounidense (efecto residual estructural estático positivo y menor al de Ecuador,
Indonesia e India), sin embargo, su competitividad en general se ha reducido (efecto re-
sidual puro negativo) en menor medida que China, Ecuador e India.
La pérdida de competitividad de China en este mercado en particular, se asocia a fac-
tores generales y específicos del mercado estadounidense, relacionados principalmente
con problemas de elevados costos de transportes y a la diversificación de sus expor-
taciones. No obstante, es interesante ver que su estrategia comercial es positiva en el
mediano y largo plazo, pues es una actividad que se encuentra en constante crecimiento
a nivel mundial, por lo que se vuelve una actividad económica con riesgos mucho más
diversificados y no concentrados en un mercado destino, como el comportamiento que
presentan los otros países.
Los resultados sugieren que las ventajas comparativas que presenta México en tér-
minos de menores costos de captura, recurso natural con una gran variedad de especies
marinas y la mano de obra en relación a otros competidores y las preferencias comer-
ciales otorgadas por el país importador, no han sido condición suficiente para que el
camarón sea competitivo en este mercado específico. Estas ventajas se refieren espe-
cialmente a menores costos de transporte y preferencias comerciales otorgadas por el
país importador.
Finalmente, tanto China como Ecuador e India presentan signo negativo en los efectos
de segundo orden puro y en el efecto residual estructural dinámico presentan signo po-
sitivo, lo que se implica es que estos países no han sido capaces de aumentar su partici-
pación en el mercado estadounidense al mismo ritmo que estuvo creciendo la demanda
mundial de camarón, sin embargo, sí han sido capaces de aumentar su participación con
respecto al ritmo de crecimiento de la demanda interna del mercado estadounidense.
Con respecto a México, Tailandia e India, presentan signo positivo en los efectos de se-
gundo orden puro y en el efecto residual estructural dinámico presentan signo negativo,
lo que se implica es que estos países han sido capaces de aumentar su participación en
el mercado estadounidense al mismo ritmo que estuvo creciendo la demanda mundial de
camarón, sin embargo, no han sido capaces de aumentar su participación con respecto
al ritmo de crecimiento de la demanda interna del mercado estadounidense de camarón.
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COMPETITIVIDAD DE LAS EXPORTACIONES MEXICANAS DE CAMARÓN: UN ANáLISIS CUANTITATIVO
Conclusiones
Las exportaciones mexicanas de camarón han mostrado que han crecido muy rápida-
mente desde principios de los años noventa y la participación en el mercado mundial de
este producto se ha elevado considerablemente en poco tiempo.
Los resultados del análisis presentado en este trabajo sugieren que el crecimiento
de las exportaciones mexicanas de camarón está asociado al mejoramiento de su com-
petitividad con relación a otros países competidores. Esta competitividad se deriva tanto
de sus ventajas comparativas por el bajo costo de la mano de obra y de condiciones na-
turales favorables, por la cercanía al principal mercado consumidor del mundo y a otros
factores como las depreciaciones de la moneda nacional.
El estudio de caso del mercado estadounidense sugiere que gran parte del crecimien-
to de las exportaciones mexicanas de camarón durante el período 1990-2009 puede ser
atribuido al mejoramiento en la competitividad. También, los resultados de este trabajo
sugieren que dicho aumento de la competitividad se asocia a factores de carácter espe-
cífico pero su competitividad general en el mercado de Estados Unidos de Norteamérica
se ha reducido. Por el contrario, la competitividad general de Tailandia e Indonesia en
este mercado se ha incrementado. Lo anterior indica que estos países disponen de cier-
tas ventajas con relación a México en cuanto a menores costos de transporte, mayor
eficiencia en el sistema de producción y/o comercialización.
De continuar creciendo la demanda mundial de camarón, México dispone de ventajas
potenciales para incrementar su participación en el mercado. Sin embargo, estas ven-
tajas tradicionales no son suficientes para mantenerse en mercados específicos como
el de Estados Unidos de Norteamérica, donde los costos de producción y de transacción
son importantes para competir con otros oferentes. Si se desea mantener o ampliar
la participación en el mercado estadounidense del camarón, se deben realizar esfuer-
zos para modernizar y mejorar la eficiencia de sus sistemas de captura, transporte y
comercialización, apoyándose con actividades de promoción internacional del producto
mexicano.
— 156 —
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EL ÉXITO DE LAS PYME EN EL PROCESAMIENTO Y COMERCIALIZACIÓN DE HOJAS PARA TAMAL EN LA LOCALIDAD DE LASPALOMAS, SAN LUIS POTOSÍ
Juan José Rodríguez-Chavez y Esteban Valtierra Pacheco
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EL ÉXITO DE LAS PYME EN EL PROCESAMIENTO
Y COMERCIALIZACIÓN DE HOJAS PARA TAMAL
EN LA LOCALIDAD DE LAS PALOMAS, SAN LUIS
POTOSÍ
Juan José Rodríguez-Chavez1 y Esteban Valtierra Pacheco1
Introducción
Las Pequeñas y Medianas Empresas (PyME) constituyen un sector estratégico y
fundamental para el desarrollo económico y social. En la mayoría de los países
representan más del 95% del total de las empresas, proporcionando entre el 60%
y 70% del empleo y contribuyendo entre el 50% y 60% del Producto Interno Bruto. De
acuerdo con estimaciones de la Secretaría de Economía, en México existían 4,007,100
empresas en 2006, de las cuales el 99.8% eran PyME (2008).
En México se establecen en promedio 200,000 empresas anualmente, de las cuales
aproximadamente el 10% tienen posibilidades de desarrollarse en la economía formal,
el 25% cuentan con escasas posibilidades de desarrollo y generan recursos de sobre
vivencia y el 65% restante desaparecerá antes de cumplir dos años de vida (Serna y
Delgado, 2007). Esta situación se agrava en el medio rural, donde menos del 20% de las
1 Programa de Estudios del Desarrollo Rural. Campus Montecillo, Colegio de Postgraduados. [email protected]
— 159 —
EL éXITO DE LAS PYME EN EL PROCESAMIENTO Y COMERCIALIzACIÓN DE HOJAS PARA TAMAL
empresas o grupos organizados para producir sobreviven más de dos años (Montejo,
2010).
En el panorama de la investigación en el medio rural es muy común que los estudios
se centren más en investigar los fracasos que los éxitos, por ello, la presente investiga-
ción pretendió abordar el análisis de los factores de éxito de las PyME procesadoras y
comercializadoras de hojas de maíz en la localidad de Palomas, municipio de Ciudad del
Maíz, en el oriente del Estado de San Luis Potosí. Este estudio pretende rescatar algunas
lecciones que pudieran servir como base a PyMEs en el mismo sector o en otros.
1.- Revisión de Literatura
El éxito es un concepto muy relativo porque depende mucho de los criterios con los que se
juzga este concepto en un proceso. Cuando se aplica a empresas o a grupos organizados
de personas con fines económicos, depende mucho de las diferencias entre los objetivos
iniciales y las metas logradas. El éxito también puede valorarse por las dificultades que
impone el entorno económico y social. Si se logran metas limitadas en un entorno difícil,
podría considerarse exitosa la empresa.
El concepto de éxito casi nunca se debe a un solo factor, generalmente el éxito en una
organización o empresa tiene causas multifactoriales. Jara (2003) menciona 41 factores
que hacen exitosa a una empresa.
Serna y Delgado (2007) señalan que el comportamiento macroeconómico de los últi-
mos años en México no ha sido suficiente para generar las condiciones necesarias que
permitan a las PyME crecer de manera estable y dinámica debido a que han enfrentado
dificultades que impiden su desarrollo, como las que se mencionan a continuación:
• El 94.3% de las exportaciones de México están concentradas en 312 grandes em-
presas nacionales y extranjeras y en 3,436 empresas maquiladoras, por lo que
falta una adecuada internacionalización y desvinculación con los sectores econó-
micos más dinámicos.
• Las elevadas tasas de intereses, acompañadas de fuertes restricciones por par-
te de las instituciones bancarias, han tenido como consecuencia que solamen-
te el 22.5% de las PyME cuenten con créditos. Acompañado esto de una fuerte
— 160 —
JUAN JOSé RODRíGUEz-CHAVEz Y ESTEBAN VALTIERRA PACHECO1
reducción en los alcances de la banca de desarrollo, ha ocasionado que dichas
empresas tengan que recurrir a fuentes alternas de financiamiento, como son los
proveedores, créditos personales y tarjetas de crédito.
• Las PyME carecen de mano de obra calificada, por lo que enfrentan importantes
barreras de acceso a nuevas tecnologías, por falta de información, capacitación
y recursos económicos. Aunado a lo anterior, los programas de estudio y los pro-
yectos de investigación de la mayoría de las instituciones educativas, están des-
vinculados con las necesidades empresariales.
El éxito de las PyME en el medio rural ha sido limitadamente descrito con estudios de
caso, pero se han identificado algunos criterios básicos o generales y otros avanzados
y más específicos. Al analizar las empresas rurales en México, se debe tomar en cuenta
que enfrentan situaciones mucho más difíciles que las urbanas. De acuerdo a Trejo y
Mendoza (2000), el primer requisito para el éxito de una empresa es su supervivencia
en el corto plazo y después su consolidación en el largo plazo. Si se atiende al juicio de
Montejo (2010) de que el 80% las empresas rurales con apoyo gubernamental solo dura
2 años porque enfrentan un entorno muy difícil, entonces un criterio simple de éxito se-
ría que una empresa rural en México tendría algún grado de éxito si sobrevive 4 o 5 años.
Valtierra y colaboradores (1998) realizaron un estudio con más de 250 organizacio-
nes de productores rurales en México en donde identificaron algunos factores de éxito
interno y externo generalizables a muchas de las organizaciones. Señalan que los fac-
tores de éxito más importantes fueron los referentes a la organización interna, ya que
muchas de las organizaciones estudiadas lograron la autogestión después de superar
múltiples problemas. Los factores de éxito que señalan fueron: los apoyos financieros
gubernamentales hacia el fortalecimiento del capital social de la organización, el crédito
y el saneamiento de finanzas y deudas. Sin embargo, estos factores externos solo tienen
sentido cuando se logra la autogestión interna.
Otros factores que los mismos autores señalan con menor peso fueron: los incre-
mentos en la productividad, producción y rentabilidad; las mejoras en la aplicación de
la tecnología y tecnologías que mejoran el ambiente; y la identificación de los nichos de
mercado y la eliminación de intermediarios (Valtierra et al., 1998).
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EL éXITO DE LAS PYME EN EL PROCESAMIENTO Y COMERCIALIzACIÓN DE HOJAS PARA TAMAL
El capital social es uno de los elementos más importantes de éxito. El Banco Mun-
dial (2005) lo define como el “acumulado de relaciones interpersonales, normalmente
informales, la confianza, la cooperación, la lealtad y el respeto de las normas que hace
posible que los grupos humanos puedan emprender acciones para perseguir objetivos
deseados”. Considera al capital social como el recurso más importante que los produc-
tores rurales tienen a su alcance y es intangible.
En el estudio del procesamiento de la hoja de maíz, se partió inicialmente del concep-
to de cadena productiva para estudiar las relaciones segmentadas de esta actividad pro-
ductiva entre los diferentes actores sociales y económicos. Posteriormente, se amplió la
visión de análisis más integral con el concepto de red de valor. Este se refiere a una red
de alianzas verticales y horizontales entre varias empresas de negocios independientes
dentro de una categoría de productos o servicios, con el propósito de satisfacer objeti-
vos específicos de mercado, es decir, responder en forma más eficiente a la demanda y
lograr beneficios mutuos para todos los eslabones de la cadena (Bovet y Martha, 2000).
2.- Metodología
Se identificaron 21 empresas procesadoras y/o comercializadoras de hoja de maíz para
tamal en la Localidad de Las Palomas, de las cuales solo 14 accedieron a ser entrevista-
das. Siete son pequeñas, 11 medianas y tres grandes de acuerdo al número de emplea-
dos.2
Se aplicaron encuestas socioeconómicas a:
1. Dueño o socios de empresas medianas y grandes
2. Productores agrícolas
3. Comercializadores de hoja sin procesar
4. Comercializadores de hoja procesada.
Paralelamente, se aplicaron entrevistas semiestructuradas a:
2 La estratificación se desprende de la Ley para el Desarrollo de la Competitividad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa, aprobada por el Congreso de la Unión en 2002 y publicada en el Diario Oficial de la federación el 30 de diciembre de 2002.
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JUAN JOSé RODRíGUEz-CHAVEz Y ESTEBAN VALTIERRA PACHECO1
1. Personas que han trabajado en las diferentes etapas del proceso productivo de la
materia prima, desde la siembra del maíz hasta el empaque en campo.
2. Personas que han trabajado en las diferentes etapas del proceso productivo de la
hoja para tamal, desde la adquisición en campo hasta la venta del producto.
3. Pequeñas empresas procesadoras y comercializadoras de hoja “poquiteras”.
4. Micro empresas que son subcontratadas para seleccionar hoja en su domicilio
para las empresas medianas y grandes.
3.- Análisis de resultados
3.1 - Formación de las empresas
Hace tres décadas se inició en la localidad de Las Palomas, el procesamiento y comer-
cialización de hoja de maíz. Antes de organizarse y formar las PyME, casi la totalidad de
los socios o propietarios eran migrantes temporales (90.9%). Los iniciadores habían sido
migrantes ilegales hacia los EUA y algunos se dieron cuenta que los migrantes seguían
consumiendo tamales y que existía un “mercado de la nostalgia” por los tamales o por
las hojas de maíz para hacerlos en sus propias casas. Estos migrantes conocieron y
tenían contacto con posibles clientes de hoja (comercializadores). Posteriormente, los
migrantes usaron las remesas para capitalizar a los grupos de familiares que empeza-
ron a trabajar la hoja de maíz.
Los objetivos iniciales para constituir las empresas fueron: en primer lugar, generar
autoempleo; y en segundo lugar, generar fuentes de trabajo para sus familiares y para la
localidad. Ambos motivos con la finalidad de evitar la migración y mejorar las condicio-
nes de vida. A la fecha el problema de la migración casi no existe en la comunidad porque
las procesadoras de hoja le dan empleo a una gran parte de la comunidad.
Los objetivos corporativos de las empresas actualmente se han centrado más en la
búsqueda de apoyos de la banca de desarrollo y/o de la banca privada (100.0%). Tres
cuartas partes de las empresas señalan que sus necesidades de crédito se centran en
la obtención de recursos para comprar materia prima (72.7%) para poder expandir su
producción.
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EL éXITO DE LAS PYME EN EL PROCESAMIENTO Y COMERCIALIzACIÓN DE HOJAS PARA TAMAL
Las figuras asociativas como personal morales que han asumido las empresas han
sido principalmente sociedades civiles (S.C.) o anónimas (S.A.) (87.7%), teniendo al me-
nos 6 socios en su fundación. El 27.3% de las empresas restantes son propiedad de
un solo propietario, que no están registradas legalmente. A pesar de estas diferencias,
todas las PyME se pueden calificar como famiempresas.
Los dueños y socios de las empresas manifestaron que el capital semilla o capital
inicial provino de remesas (72.7%) de su trabajo de mojados. El monto de este capital
inicial tuvo un rango de entre $50,000.00 y $100,000.00.
Una vez fundadas, poco más de un tercio de la empresas (36.4%) han recibido distin-
tos apoyos gubernamentales el Fondo Nacional de Apoyo para las Empresas en Solida-
ridad (FONAES). Una de las empresas obtuvo apoyos del Programa de Desarrollo Rural
de la Alianza para el Campo para la adquisición de activos productivos. Sin embargo, el
problema de capital más apremiante es la liquidez para adquirir materia prima, pero los
programas gubernamentales no apoyan este rubro.
3.2 - Aspectos productivos de las PyME
Nivel tecnológico.- El proceso de la hoja de maíz no necesita de tecnología muy sofis-
ticada ni maquinaría costosa. Los hornos de azufrado y la maquinaria de empaquetado
son la infraestructura más común y se encuentra en buenas condiciones.
Empleo.- Las empresas tienen empleados temporales y permanentes, con sueldos fijos
y por destajo, en cada una de las actividades del proceso de la hoja. Además de las
fuentes de autoempleo de los socios (40), propietarios (3) y empleados familiares (9)
que ocupan puestos principales, las empresas entrevistadas en su conjunto generan
aproximadamente 1,435 empleos, de los cuales 1,1323 se dedican a la selección de hoja
por calidades.
Aprovisionamiento de materia prima (hoja de maíz sin procesar).- Las empresas se
surten de la hoja de maíz principalmente del estado de Veracruz (97.3%). Cuando no con-
siguen hoja en Veracruz, van a otros estados para tener materia prima todo el año y no
3 De esta cantidad, 820 seleccionadores aparecen como empleados temporales, pero fueron clasificados así porque son empleados que seleccionan la hoja en su domicilio aun cuando pueden trabajar todo el año.
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JUAN JOSé RODRíGUEz-CHAVEz Y ESTEBAN VALTIERRA PACHECO1
parar su operación. El rendimiento promedio de hoja por hectárea en tierras de temporal
de la región es de 450 kg/ha. Mientras que en tierras de riego o de alta precipitación
pluvial el promedio es de 1,050 kg/ha.
Los proveedores de materia prima son de dos tipos: productores primarios e inter-
mediarios que abastecen a las empresas con el 52.7% y el 47.3% respectivamente. El
precio promedio anual en 2007 de la materia prima fue de $21.3 por kg, alcanzando un
precio en temporada alta (agosto a enero) de $27.5 por kg.
Empaque de la hoja de maíz.- El empaque de la hoja es homogéneo y sencillo. Un pro-
blema grave es que las empresas entrevistadas consideran la innovación del empaque
como un gasto y no como una inversión, o en otros casos ni siquiera lo han tomado en
cuenta.
La hoja procesada de todas las empresas entrevistadas asciende a 178.2 ton/mes,
esto es, un promedio de 16.2 ton/mes/empresa, variando de 8 a 25 ton/mes.
El porcentaje de merma o desecho de la producción se estima en un 10% menos
respecto al volumen adquirido de materia prima; aspecto que se puede considerar exce-
lente. Las empresas obtienen en promedio el 75% de hoja de 1.a calidad y el 25% de hoja
de 2.a.
3.3 - Comercialización de la hoja de maíz.
El tiempo de almacenamiento del producto es muy corto (de máximo un mes), por lo que
las empresas manejan inventarios muy bajos. Por lo tanto, el volumen total comerciali-
zado es el mismo volumen que producen.
Toda la hoja de maíz de 1a calidad es para el mercado de exportación, ya sea directa
o indirectamente. El 63.6% de las empresas procesadoras venden su producción de hoja
de 1.a calidad a comercializadoras internacionales que exportan a Estados Unidos. La
hoja del 36.4% restante se exporta indirectamente a través de intermediarios naciona-
les. Por otro lado, toda la hoja de 2a calidad se destina al mercado nacional.
El kilogramo de hoja procesada de 1a llega a alcanzar un precio de $52.50 pesos y la
de 2a de $28.90 pesos en temporada alta, el precio promedio anual en 2007 fue de $46.52
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EL éXITO DE LAS PYME EN EL PROCESAMIENTO Y COMERCIALIzACIÓN DE HOJAS PARA TAMAL
y $24.80 pesos respectivamente. Las empresas indicaron que la utilidad por kilogramo
de hoja fue de $3.00 pesos para hojas de 1a calidad y $1.80 pesos para las hojas de 2a, sin
embargo, la gran variación de los datos proporcionados hacen sospechar que la utilidad
por kilo fue mayor.
En la Figura 1 se presenta el flujograma de la cadena productiva de la hoja de maíz
para tamal, desde la producción agrícola, el procesamiento y hasta la comercialización
nacional e internacional.
3.4 - Problemas internos y externos de las PyME
Las empresas enfrentan muy diversos problemas internos, destacándose: la escasez de
capital de trabajo necesario para operar, supervisión de personal (robo hormiga), capa-
citación en organización administrativa y comercialización directa en el extranjero. Otros
aspectos que afectan principalmente a la micro y pequeña empresa son: la escasez de
recursos iníciales (capital semilla), infraestructura, maquinaría, equipo y transporte para
la distribución del producto.
Durante la investigación se hizo referencia a algunas empresas que han quebrado,
siendo el factor común la mala administración de los recursos financieros.
Un aspecto no menos importante es el ambiente laboral, donde empresas y trabaja-
dores permanentes concordaron en que existía: Confianza entre ellos (100%), libertad
de opinión (81.8%), ambiente amigable y de comunicación (63.0%) y cooperación (45.5%).
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JUAN JOSé RODRíGUEz-CHAVEz Y ESTEBAN VALTIERRA PACHECO1
Figura 1� Flujograma de la cadena productiva de hoja de maíz para tamal�
Productores
Corte de maíz, disqueo
y empaque de hoja.
Regionales Veracruz
Regionales Veracruz
Intermediarios
Acopio de materia prima
Transporte de hoja a empresas Almacenamiento
Empresas
Desecho
Carga de hoja en Veracruz
Descarga de materia prima
Transporte de Veracruz
Rociado con agua y secado al sol
Almacén
Azufrado
Selección
1.a calidad
En el domicilio de los seleccionadores En la empresa
2.a calidad
Rentado Propio
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EL éXITO DE LAS PYME EN EL PROCESAMIENTO Y COMERCIALIzACIÓN DE HOJAS PARA TAMAL
Intermediarios a granel.
Paca de aprox. 18 kg. A granel. Prensado Pesado
Presentaciones
Por libra.
Distribución
Empaque
Código de barras, etiqueta y marca.
Solo empacado
A granel.
El cliente da el empaque.
Venta
La empresa lo renta.
Transporte de la empresa.
Transporte de clientes.
Cilindro (32 bolsas de 1 libra c/u.
Bulto (50 bolsas de 250grs. c/u.)
Mercado E.U.A. (1ra.) Mercado nacional (2da.)
Comercializadores Centrales de abasto Comercializadores nacionales en: Jalisco Nayarit Aguascalientes
Centrales de abasto
Houston, Texas. Los Angeles, California. Manhattan, N.Y. Chicago, Illinois. McAllen, Texas. Albuquerque, Nvo. Mex.
Monterrey, N.L. Sn. Nicolás de los G., N.L. Guadalupe, N.L. Saltillo, Coahuila. San Luís Potosí, S.L.P. Matamoros, Tamaulipas. Reynosa Tamps.
fuente: Investigación de campo, 2007
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JUAN JOSé RODRíGUEz-CHAVEz Y ESTEBAN VALTIERRA PACHECO1
En relación a los problemas externos que afectan a las empresas, su mayoría se relacio-
nan directamente con el gobierno, los que más destacaron son: falta de difusión de los
programas y apoyos gubernamentales; burocratismo; falta de crédito y financiamiento
del sector público o privado; mala asignación de recursos (intereses personales); compe-
tencia (por materia prima y mercado); largo plazo de pago de los clientes; costo elevado
de la materia prima; y falta de asesoría y capacitación en diferentes áreas, como: For-
talecimiento del aspecto interno de operación (organización administrativa); situación
fiscal y contable; difusión y acceso al financiamiento y acceso a mercados extranjeros
(métodos, procedimientos y trámites).
3.5 - Factores de éxito internos y externos de la PyME
Al cuestionar a las empresas sobre los factores de éxito, tuvieron algunas dificultades
para identificarlos, a diferencia de los problemas; que fueron fáciles de identificar.
Los factores internos de éxito que más destacan son: motivación, confianza y co-
municación (capital social), capital humano adquirido (experiencia), liderazgo natural,
organización y desarrollo (autogestión en la toma de decisiones), famiempresas (cohe-
sión), cooperación coordinada entre miembros (procesos democráticos internos), buena
administración de los recursos económicos, producto de calidad y la intervención en la
mayor parte de los eslabones de la cadena productiva de la hoja.
Los factores externos de éxito más importantes son: la creciente demanda de la hoja
por el mercado de la nostalgia en E.U.A. aunado al conocimiento para acceder a este
mercado (clientes). Algunas de las PyME lograron, aún sin ser considerados suficientes,
importantes avances en la gestión de apoyos económicos gubernamentales al sector
rural, específicamente en créditos adecuados y oportunos, es decir, se otorgaron en el
monto que se requerían y en el momento adecuado.
3.6 - Apropiación de valor agregado de los diferentes actores de la cadena
productiva de la hoja de maíz.
El éxito de las PyME procesadoras de hojas se ve reflejado directamente en el desarrollo
social, es decir, en el bienestar de la población y en el desarrollo de la localidad. Se re-
solvió el principal problema de autoempleo para los socios o propietarios y se generan
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EL éXITO DE LAS PYME EN EL PROCESAMIENTO Y COMERCIALIzACIÓN DE HOJAS PARA TAMAL
las fuentes de empleo necesarias para reducir la migración en la localidad de Palomas,
motivo por el cual emplean cada vez más a personas de localidades aledañas.
Una parte importante del análisis de las cadenas productivas es identificar cuáles
eslabones de la cadena productiva y que agentes económicos se apropian del valor agre-
gado producido en la actividad productiva. A continuación se presenta una apreciación
general de la apropiación de valor.
Actores de la cadena productiva de la hoja que retienen un mayor porcentaje del
valor agregado: en primer lugar se encuentran las empresas medianas y grandes pro-
cesadoras y comercializadoras de hoja, por intervenir en la mayor parte de las etapas
de la cadena productiva de la hoja de una manera altamente competitiva, como lo son el
acopio, almacenamiento, procesamiento, distribución y comercialización directa. Entre
mayor es el crecimiento de las empresas, mayor es su participación en los diferentes
eslabones de las cadena productiva y mayor es el valor agregado obtenido.
En segundo lugar, con relación a la apropiación de ganancias obtenidas por kilogramo
de hoja, destacan los grandes comercializadores de hoja procesada, por ser los distribui-
dores finales en el mercado de E.U.A. A nivel general, estas empresas obtienen mejores
ganancias que las empresas procesadoras de hoja de Palomas, por los grandes volúme-
nes de hoja que manejan. Se tiene conocimiento de que este tipo de comercializadores
venden hoja de maíz mexicana a ciudades de Europa y Asia.
En tercer lugar, se hallan los productores de materia prima quienes fijan el precio
dependiendo de la oferta y la demanda de la hoja de maíz. En cuarto lugar, se encuentran
los intermediarios de materia prima. No aumentan significativamente el precio de venta
de los productores, pero debido a los volúmenes de hoja que manejan, sus ganancias son
considerables.
En quinto lugar, están las centrales de abasto nacionales, también manejan volúme-
nes considerables pero la ganancia por kilogramo de hoja es menor por comercializar
la hoja de 2.a calidad destinada al mercado Nacional. En último lugar se hallan los inter-
mediarios regionales de hoja procesada: comercializan hoja de 2.a calidad en la región,
adquirida a granel en las PyME de Palomas.
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JUAN JOSé RODRíGUEz-CHAVEz Y ESTEBAN VALTIERRA PACHECO1
3.7 - Integración de las PyME a la cadena productiva de la hoja.
La investigación derivó en analizar si la cadena productiva había evolucionado hacia una
red de valor.
Gran parte el éxito de las PyME se debe a la integración vertical y, parcialmente, a la
horizontal de sus procesos productivos, lo que revela su fortaleza al ampliar su influencia
diversificado sus productos y participando en más de una etapa de la cadena productiva.
En la actualidad, las PyME procesadoras de hojas de maíz no han avanzado hacia la
conformación de una red de valor donde la integración externa (vertical y horizontal) se
dé entre los actores de la cadena productiva, donde se satisfagan los objetivos específi-
cos del mercado, es decir, responder en forma más eficiente a la demanda.
3.8 - Tipología de empresas
Finalmente, se realizó el análisis integrador de las empresas que se presenta en la tipo-
logía de empresas del Cuadro 1. Los criterios usados incluyen aspectos cuantitativos y
cualitativos.
Se identificaron 4 tipos de empresas procesadoras de hoja de maíz:
1. Microempresas
2. empresas pequeñas
3. empresas medianas
4. empresas grandes
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Técnico.
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Cuadro 1. Tipología de las PyME de hoja en la localidad de Palomas.
1) Microempresas. 2) Empresas pequeñas. 3) Empresas medianas. 4) Empresas grandes.
No se conoce el número exacto de microempre-sas o familias que se-leccionan la hoja. Pero se toma en cuenta que la mayor parte de las 647 familias que viven en Palomas se dedican a seleccionar hoja.
Se localizan siete pe-queñas empresas en la localidad de Palomas.
Se localizan once em-presas medianas en la localidad de Palomas.
Se localizan tres em-presas grandes, dos en la localidad de Palomas y la otra en la cabecera Municipal.
Son maquiladoras de empresas fundamen-talmente medianas y grandes. Solo selec-cionan la hoja (1.a, 2.a calidad y desecho).
Maquilan a empresas medianas o grandes, realizando una o varias etapas del proceso o todo (secado, azufrado, selección, pesado, prensado y empaque-tado). En ocasiones se encargan de todo el proceso, desde la com-pra de materia prima hasta la venta a estas mismas empresas.
Desarrollan todo el proceso de producción (acopio, secado, azufra-do, selección, prensado, pesado, empaquetado y comercialización).
Desarrollan todo el proceso de producción (acopio, secado, azufra-do, selección, prensado, pesado, empaquetado y comercialización).
La producción de hoja seleccionada por per-sona es aproximada-mente de 18 kg/día; del cual 13.3 k son de 1.a calidad, 3.8 k de 2.a y el resto es desecho.
No venden directamen-te porque no cuentan con los clientes o no sa-tisfacen los volúmenes demandados. Tienen una producción irregu-lar y por tal motivo no tienen ingresos fijos para invertir en materia prima continuamente.
Comercializan de 97 a 240 toneladas de hoja anualmente.
Comercializan 300 toneladas de hoja anualmente.
Utilizan únicamente mano de obra prove-niente de la familia nuclear (padres e hijos). Por lo tanto tienen en-tre 1 y 10 trabajadores.
Generan de 11 a 50 em-pleos. Utilizan mano de obra proveniente de la familia nuclear (padres e hijos), se incorporan otros integrantes del grupo familiar y re-curren a la fuerza de trabajo del mercado laboral.
Generan de 85 a 145 empleos. Utilizan mano de obra proveniente de la familia y recurren a la fuerza de trabajo del mercado laboral.
Generan de 163 – 200 empleos. Utilizan mano de obra familiar y recu-rren a fuerza de trabajo del mercado laboral.
El trabajo de cónyuges e hijos no es remune-rado o es sub-remune-rado.
Todos los trabajadores son remunerados.
Todos los trabajadores son remunerados.
Todos los trabajadores son remunerados.
El grado de formalidad y legalidad es inexis-tente.
El grado de formalidad en la organización de la empresa es parcial. No cuentan con figura jurídica.
El grado de formalidad y legalidad existe, pagan impuestos y gratificaciones a los empleados.
El grado de formalidad y legalidad existe, pagando impuestos y gratificaciones a los empleados.
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Cuadro 1. Tipología de las PyME de hoja en la localidad de Palomas.
El microempresario interviene activa y directamente (como un obrero más) en las acti-vidades productivas.
El empresario participa parcialmente en el proceso de producción (ctomo un obrero más) y en la administración de la empresa. Algunas solo funcionan en tem-porada alta.
Los socios (familiares) y propietario (junto con su familia) ocupan los puestos estratégicos y se especializan (adminis-trador, compra de ma-teria prima, supervisión de procesos y ventas).
Están constituidas en sociedad, ocupando los principales puestos estratégicos (administra-dor, compra de materia prima, supervisión de procesos y ventas).
No se cuenta con una jornada de trabajo específica, debido a la multiplicidad de roles u otras actividades por parte de toda la familia.
Se tiene una jornada de trabajo específica.
Jornada de trabajo específica (8 h).
Jornada de trabajo específica (8 h).
No cuentan con división de trabajo, ya que solo seleccionan hoja.
Los operarios tienden a especializarse cada uno en una etapa del proceso
Los empleados se es-pecializan cada uno en una actividad.
Los empleados se es-pecializan cada uno en una actividad.
Se encuentran en el mismo espacio físico de la vivienda. No tiene infraestructura para la selección, trabajan bajo la sombra de árboles o de alguna manta im-provisada.
Se encuentran en el mismo predio o solar de la vivienda; con infraestructura de una nave pequeña para realizar el proceso.
Se encuentran en el mismo predio o solar de la vivienda; con infraestructura de una nave grande para reali-zar el proceso.
Cuentan con dos na-ves grandes; una se encuentra en el mismo predio o solar de la vi-vienda y otra en el esta-do de Veracruz, donde realizan el proceso.
No cuentan con ningún tipo de maquinaria o equipo.
Maquinaria y equipo mínimo para realizar cualquier etapa del proceso.
Llegan a contar con una bodega (5 empre-sas) para almacenar materia prima en el Estado de Veracruz o Jalisco. Cuentan con la maquinaria y equipo necesario para realizar el proceso. Cuentan con 1 - 2 camionetas de 3.5 t. Una cuenta con 1 – 2 camiones “torton”.
Cuentan con dos bo-degas para almacenar materia prima y pro-ducto final en el estado de Veracruz o Jalisco.Cuentan con la maqui-naria y equipo nece-sario para realizar el proceso.Cuentan con 1 o 2 ca-mionetas de 3.5 t.Cuentan con 1 o 2 ca-miones “torton” Una cuenta con un tráiler.
No exportan. No exportan.
Exportan directamente con clientes (comer-cializadores) de E.U.A. Cuatro empresas lo hacen indirectamente, de las cuales tres no satisfacen los volúme-nes demandados y una no cuenta con clientes en ese mercado.
Exportan directamente con clientes (comercia-lizadores) de E.U-A.
Fuente: Investigación de campo, 2007.