vol ver al futuro - comoves.unam.mx · 11 ¿cómoves? como se ve en la tabla, pasados los 15 años...

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¿cómoves? 10 Vol ver HAY UN SINFÍN de historias que tratan el tema de los viajes en el tiempo, pero el más fino de todos está en la novela En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust, escritor francés que murió en 1922. El narrador, un escritor fracasado, lle- ga cansado a su casa. De joven quiso es- cribir, pero se le fue el tiempo en ir de fiesta en fiesta, codeándose con la alta sociedad de París. Nunca encontró tema que encendiera su imaginación. Pasado el tiempo, ya entrado en años y enfermo, se dice que jamás realizará su sueño de glo- ria literaria. Su mamá le prepara un tecito de tila. El narrador se sienta, remoja un pedacito de bizcocho en la infusión, le da un sorbo y en ese momento le vuelven en tropel a la memoria todos los recuerdos de su ju- ventud, los cuales transformará en una de las novelas más asombrosas (y largas) del siglo XX. Pero recordar, por buena que tenga uno la memoria, no es en realidad viajar en el tiempo. Lo que nos interesa es la posibili- dad de desplazarnos físicamente en el tiempo, a una velocidad superior a un se- gundo por segundo hacia delante y hacia atrás a nuestro antojo. ¿Se puede? ¿Qué será, será...? Hay muchas preguntas que me gustaría hacerle al futuro: ¿descubriremos la cura del cáncer y del sida?, ¿haremos contacto con civilizaciones extraterrestres?, ¿aban- donaremos la Tierra antes de que el Sol se transforme en gigante roja?, ¿construire- mos máquinas del tiempo? Todo esto lo podríamos saber si fuera posible adelantarse al tiempo. La última pregunta también podría contestármela un cronoviajero del futuro que leyera un ejemplar amarillento y carcomido de este número de ¿Cómo ves? y retrocediera en el tiempo para satisfacer mi curiosidad (in- teresados comunicarse con el autor el 1º de julio de 2000, fecha de publicación de este número). Aquellos tiempotes Viajar al pasado abre la posibilidad de volver a vivir la juventud (sueño dorado de los nostálgicos) o quizá de corregir esa horrible metida de pata que nos pesa en el alma (sueño do- rado de casi todo el mundo). Pero si el tiempo simplemente diera un salto hacia atrás como un disco rayado, volve- ríamos a vivirlo exactamente de la misma manera. No tendríamos forma de saber que se está repitiendo, por lo tanto no po- dríamos corregir ni alterar nada. Si, en cambio, podemos retroceder en el tiempo, pero conservando nuestro sen- tido de antes y después de tal manera que nuestro futuro personal quede en el pasa- do global, podríamos quizá hablar con nuestro yo pasado, conocer a nuestros pa- dres de niños, cambiar la historia y cosas mucho peores (sigue leyendo). ¡Futuro, allá voy! La teoría especial de la relatividad de Einstein proporciona una manera relati- vamente (¡pues claro!) sencilla de viajar al futuro. El tiempo no transcurre al mismo rit- mo para dos objetos que se mueven uno Las naves Voyager son los objetos más veloces que ha construido la humanidad. Viajando a cerca de 16 kilómetros por segundo, en 23 años de vuelo han acumulado apenas un segundo de diferencia relativista respecto a la Tierra. La máquina del tiempo de Proust. al f uturo Sergio de Régules La ciencia de los viajes en el tiempo

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¿cómoves?10

Volver

HAY UN SINFÍN de historias que tratan eltema de los viajes en el tiempo, pero elmás fino de todos está en la novela Enbusca del tiempo perdido, de MarcelProust, escritor francés que murió en 1922.

El narrador, un escritor fracasado, lle-ga cansado a su casa. De joven quiso es-cribir, pero se le fue el tiempo en ir defiesta en fiesta, codeándose con la altasociedad de París. Nunca encontró temaque encendiera su imaginación. Pasado eltiempo, ya entrado en años y enfermo, sedice que jamás realizará su sueño de glo-ria literaria.

Su mamá le prepara un tecito de tila.El narrador se sienta, remoja un pedacitode bizcocho en la infusión, le da un sorboy en ese momento le vuelven en tropel ala memoria todos los recuerdos de su ju-ventud, los cuales transformará en una delas novelas más asombrosas (y largas) delsiglo XX.

Pero recordar, por buena que tenga unola memoria, no es en realidad viajar en eltiempo. Lo que nos interesa es la posibili-dad de desplazarnos físicamente en eltiempo, a una velocidad superior a un se-gundo por segundo hacia delante y haciaatrás a nuestro antojo. ¿Se puede?

¿Qué será, será...?Hay muchas preguntas que me gustaríahacerle al futuro: ¿descubriremos la curadel cáncer y del sida?, ¿haremos contactocon civilizaciones extraterrestres?, ¿aban-donaremos la Tierra antes de que el Sol setransforme en gigante roja?, ¿construire-mos máquinas del tiempo?

Todo esto lo podríamos saber si fueraposible adelantarse al tiempo. La últimapregunta también podría contestármela uncronoviajero del futuro que leyera unejemplar amarillento y carcomido de estenúmero de ¿Cómo ves? y retrocediera enel tiempo para satisfacer mi curiosidad (in-teresados comunicarse con el autor el 1º

de julio de 2000, fecha de publicaciónde este número).

Aquellos tiempotesViajar al pasado abre la posibilidadde volver a vivir la juventud (sueñodorado de los nostálgicos) o quizá decorregir esa horrible metida de pataque nos pesa en el alma (sueño do-rado de casi todo el mundo). Pero si

el tiempo simplemente diera un saltohacia atrás como un disco rayado, volve-ríamos a vivirlo exactamente de la mismamanera. No tendríamos forma de saber

que se está repitiendo, por lo tanto no po-dríamos corregir ni alterar nada.

Si, en cambio, podemos retroceder enel tiempo, pero conservando nuestro sen-tido de antes y después de tal manera quenuestro futuro personal quede en el pasa-do global, podríamos quizá hablar connuestro yo pasado, conocer a nuestros pa-dres de niños, cambiar la historia y cosasmucho peores (sigue leyendo).

¡Futuro, allá voy!La teoría especial de la relatividad deEinstein proporciona una manera relati-vamente (¡pues claro!) sencilla de viajaral futuro.

El tiempo no transcurre al mismo rit-mo para dos objetos que se mueven uno

Las naves Voyager sonlos objetos más velocesque ha construido lahumanidad. Viajando acerca de 16 kilómetrospor segundo, en 23años de vuelo hanacumulado apenas unsegundo de diferenciarelativista respecto a laTierra.

La máquina del tiempo de Proust.

al futuroSergio de Régules

La ciencia de los viajes en el tiempo

11¿cómoves?

Como se ve en la tabla, pasados los 15años de viaje medidos en la nave no seríamuy realista esperar que a tu regreso tusamigos vayan a recibirte, porque hace si-glos que habrían muerto de viejos.

Pide al tiempo que vuelvaViajar al futuro sería una experiencia ex-traña, mas no paradójica. Viajar al pasadosí, y he aquí unos ejemplos que tomé depelículas bien conocidas.

En la película Volver al futuro I, MartyMcFly casi impide que sus padres se ena-moren y, por lo tanto, que se casen y quelo conciban a él. ¿Cómo podría Marty via-jar en el tiempo e impedir que sus padresse enamoren si nunca nació?

En Pide al tiempo que vuelva, una an-ciana le da un reloj misterioso al jovendramaturgo Richard Collier en 1979. Éstehace indagaciones y averigua que la an-ciana fue una actriz famosa en 1912. Via-

ja en el tiempo a ese año, se enamoran yentonces él le da el mismo reloj a ella. ¿Dedónde salió el reloj?, ¿quién lo fabricó?

Pero la paradoja temporal más enre-vesada que conozco es un cuento de cien-

cia-ficción de Robert Heinlein. Jane, unarecién nacida, es abandonada en unorfanatorio en 1945. En 1963 conoce aun vagabundo y se enamora de él. Que-da embarazada. El vagabundo la abando-na. Durante un parto difícil, los médicosdescubren que Jane es hermafrodita (tie-ne ambos sexos) y se ven obligados aconvertirla en hombre para salvarle lavida. Alguien rapta a su bebé y “Jane” seda a la bebida y se convierte en vagabun-do. En 1970 conoce en un bar a un ama-ble anciano, al cual le cuenta la tragediade su vida. El anciano le ofrece la posibi-lidad de viajar al pasado y vengarse delvagabundo que la abandonó. “Jane” regre-

respecto al otro. Eso quiere decir que en-tre dos acontecimientos que ambos obser-van, Pepe cuenta, por ejemplo, una hora,pero Paco —que ha salido a dar una vuel-ta en su moto nueva— cuenta sólo 45 mi-nutos. La diferencia entre los dos lapsosse debe a la velocidad relativa que hayentre Pepe y Paco. Si Paco se queda quie-to junto a Pepe, o Pepe se sube en la motocon Paco, los dos medirán el mismo in-tervalo entre ambos sucesos.

Éste es el fenómeno conocido comodilatación relativista del tiempo, y losexperimentos no dejan duda de que es real:el tiempo transcurre más lentamente paraun objeto en movimiento. Pero para queel efecto se note, Paco tendría que correra velocidades cercanas a la de la luz(300 000 kilómetros por segundo).

Para viajar al futuro aprovechando elefecto de dilatación del tiempo podríasusar una nave espacial (pero no es obliga-torio: a la teoría de la relatividad no le im-porta cómo le hagas para alcanzar esasvelocidades). Supongamos que, por como-didad, viajas con una aceleración constan-te igual a 1 g (aceleración que produce unafuerza igual a la de la gravedad de la Tie-rra). A medio camino empiezas a frenarcon la misma aceleración (en física ace-leración quiere decir cualquier cambio enla velocidad, no sólo un aumento). En elviaje de regreso haces lo mismo: mediocamino para acelerar, medio camino parafrenar. La diferencia entre el tiempo quetranscurre para ti y el tiempo que midenlos que se quedan en la Tierra dependeráde cuánto dure el viaje.

1 1.01 0.065 25.2

2 2.09 0.26 47.5

5 6.5 1.85 86.0

7 11.5 4.1 95.0

10 25.5 10.9 98.86

20 339.0 167.0 99.993

30 4 478.0 2 237.0 99.99996

40 59 223.0 29 610.0

Años transcurridos

en la nave

Años transcurridos

en la Tierra

Distancia a la que llega la

nave en años-luz (1 año-

luz = 9.5 billones km)

Velocidad máxima

(porcentaje de la

velocidad de la luz)

Viaje al futuro en una nave relativista con aceleración de 1 g

La máquina del tiempo que imaginó elescritor H. G. Wells. Una máquina, como

ésta, que no se desplaza en el espacio,chocaría consigo misma al tratar de

viajar al pasado.

¿cómoves?12

sa a 1963 y se enamora de una joven huér-fana, a quien luego deja embarazada. Elanciano viaja nueve meses al futuro, rap-ta al bebé y lo deposita en un orfanatorioen 1945. Luego lleva a “Jane” a 1985.Con el tiempo “Jane” se reforma y se de-dica a viajar en el tiempo. Ya anciano,“Jane” conoce a un vagabundo en un barde 1970.

Tómate tu tiempo para leerlo otra vez.¿Ya adivinaste? ¡Todos los personajes deeste cuento son la misma persona!

Horrorizado por estas paradojas,Stephen Hawking, el físico más famosodel mundo, conocido por sus investigacio-

nes sobre agujeros negros, ha enunciadosu conjetura de protección de la cronolo-gía, que dice que debe haber en el Uni-verso un mecanismo que no permita quese formen lo que los físicos llaman “cur-vas temporaloides cerradas”, cuya exis-tencia implicaría que se puede viajar alpasado, pero todavía no ha logrado encon-trar ningún mecanismo efectivo.

Partículas superlumínicasHay pocos físicos que hayan tenido el in-signe honor de figurar en el Libro Guinessde récords. El estadounidense MikeKreisler es uno de ellos. Su récord con-

siste en haber hecho experimentos paradetectar la partícula más veloz: el hipoté-tico taquión.

Los taquiones, si existen, son partícu-las que viajan más rápido que la luz. Lateoría especial de la relatividad dice quehace falta una cantidad de energía infinitapara acelerar un objeto hasta la velocidadde la luz, c, lo cual quiere decir que no sepuede acelerar un objeto hasta la veloci-dad de la luz. A menos que uno quiera con-siderar la extraña posibilidad de que lamasa del objeto no sea un número ordina-rio, como 5, 3 o 2433.0057, sino un nú-mero de los que, por razones históricas,se conocen como números imaginarios.Los números imaginarios son las raícescuadradas de los números negativos (y notienen nada de imaginario en el sentidocotidiano de la expresión).

Un objeto con masa real no puede via-jar más rápido que la luz, pero uno conmasa imaginaria sí. De hecho, un objetocon masa imaginaria tiene que viajar másrápido que la luz. Los taquiones tendríanmasa imaginaria y otras propiedades ex-trañas. Mientras que para las partículas demasa real la velocidad de la luz es un lí-mite superior inalcanzable, para lostaquiones c es un límite inferior. Al con-trario de las partículas de masa real, lostaquiones pierden energía cuanto más rá-pido van. Y lo más extraño de todo es quelos taquiones viajan hacia atrás en el tiem-po: el taquión que ves hoy se creará ma-

Teletransportador Kronomóvil ®. Ésta máquina descompone tu cuerpo en moléculas y lasacelera a velocidades relativistas para transportarlas al pasado. (Cardiacos y mujeresembarazadas abstenerse).

Ilust

raci

ón: F

erna

ndo

Cas

tro

13¿cómoves?

los físicos desde que el matemático KurtGödel encontró en 1949 una solución delas ecuaciones de Einstein que admitíacurvas temporaloides cerradas, es decir,viajes al pasado).

Ya hasta en Hollywood conocen unaclase de soluciones de las ecuaciones deEinstein conocidas como “agujeros degusano”, o puentes de Einstein-Rosen. (Elfamoso hiperespacio es una variación so-bre este tema). Un agujero de gusano esuna especie de atajo entre dos regiones delespacio-tiempo.

Si hubiera un puente de Einstein-Rosen en tu cuarto sería una especie de

Con los puentes Einstein-Rosen viajar en eltiempo es muy sencillo, basta con que unade las “bocas” se desplace a la velocidad dela luz.

ñana, y tú ya eras un recuerdo lejano ensu memoria antes de tu nacimiento.

No podemos cambiar nuestra masareal por imaginaria para movernos más rá-pido que la luz y retroceder en el tiempo,pero quizá podríamos usar taquiones paraenviar mensajes al pasado (para mandarun mensaje al futuro, simplemente escrí-belo y guarda el papel).

El túnel del tiempoSi la teoría especial de la relatividad nonos deja viajar al pasado, la teoría gene-ral de la relatividad, que es una teoría dela gravitación, sí (como lo descubrieron

Foto

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al

¿cómoves?14

Electromagnetum ®. Genera curvas temporaloídes cerradas por medio de campos magnéti-cos hiperintensos (bueno, eso espera el inventor).

bola transparente a través de la cual po-drías ver un lugar o un tiempo remotos (oun lugar y tiempo remotos). Con un solopaso podrías ir, por ejemplo, a lasparadisiacas playas de Bonga Bonga, via-jar con Colón o al cuasar más lejano queconocemos.

Lo malo es que, si existen, los aguje-ros de gusano serían extremadamente es-trechos e inestables. Tan estrechos que nocabría en ellos ni un átomo y tan inesta-bles que basta que penetre en ellos un so-plo de energía —el más tenue rayo deluz— para que se cierren con el equiva-lente gravitacional de un portazo. Parahacerlos estables haría falta una densidadde energía negativa gigantesca, equivalen-te a una fuerza de repulsión gravitacionaly tan difícil de imaginar como una masanegativa. Hasta hoy los físicos sólo hanconseguido crear zonas diminutas y tran-

sitorias de densidad de energía negativaen el laboratorio.

Viajes en el tiempo en elEnterprise

Otra solución relativista de los problemasde desplazarse a velocidades superlu-mínicas y viajar al pasado tiene que vercon el trabajo de un joven físico mexica-no llamado Miguel Alcubierre.

En 1994 Miguel estaba viendo el pro-grama de televisión Viaje a las estrellas(que también ha sido tema de varias pelí-culas), cuando la musa de la relatividadllamó a su puerta. La teoría especial de larelatividad dice que nada puede viajar másrápido que la luz a través del espacio, perosi es el espacio mismo el que se mueve yano hay impedimento. Miguel encontró unasolución de las ecuaciones de Einstein queresuelve matemáticamente el problema

del sistema de propulsión de la nave deViaje a las estrellas, el Enterprise. Cono-cido por los muchos fans del programacomo warp drive (propulsor a distorsiónespacio-temporal), este sistema de propul-sión imaginario permite al Enterprise via-jar más rápido que la luz mientras el pobrede Einstein se revuelca en su tumba.

Miguel buscó la manera de reconci-liar la teoría de la relatividad con las ve-locidades superlumínicas que alcanza elEnterprise con singular desenfado (y pocaverosimilitud). La solución de Migueldescribe una especie de burbuja. El espa-cio-tiempo se expande detrás de la bur-buja y se contrae adelante, arrastrándolacomo una ola a velocidades arbitrarias ysin sufrir el fenómeno de dilatación deltiempo.

En 1996 otro físico demostró que elpropulsor a distorsión podría servir tam-bién para viajar en el tiempo. El proble-ma, por supuesto, es que nadie sabe cómoponer en práctica la solución matemáticade Miguel. Al parecer, igual que el aguje-ro de gusano, requiere densidades de ener-gía negativa gigantescas.

¿Dónde están loscronoviajeros?

En los últimos años algunos físicos se handedicado a buscar soluciones de lasecuaciones de Einstein que admitan cur-vas temporaloides cerradas. Otros, comoHawking, se han dedicado a tratar de de-mostrar que, aunque existan, no las po-dríamos usar. Así pues, ¿se puede o no sepuede? Hasta hoy la respuesta es un fir-me y rotundo quien sabe.

El escritor de ciencia-ficción Arthur C.Clarke ha hecho esta inquietante pregun-ta: si las máquinas del tiempo son posi-bles, ¿por qué nadie ha venido a visitarnosdel futuro? Quizá nuestros tiempos sonaburridísimos comparados con otros, o talvez sí se puede viajar al pasado, pero sólocierta distancia más allá de la cual es pe-ligroso o costoso. Puede ser que les estéprohibido a los cronoviajeros revelar suidentidad, o que sólo se pueda viajar ha-cia atrás en saltos de 60 millones de años.O quizá no hay viajeros del futuro porqueel futuro está desierto.

Sergio de Régules es físico, autor de los libros El Solmuerto de risa y El renovador involuntario (edit.Pangea). Trabaja en el Museo Universum.

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