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ndex
I55
ihoeldis michael rodrguez. PUNK
sandro fell jaw. APRENDA A CAGARSE EN ELLOS
minerva. CAMINITO INTERIOR
45 CUBA FAKE NEWS
aleaga pesant. ARMAR LA UTOPA.
25 pablo daz. LA COSA CUBANA.
9mara matienzo puerto.
C-14, GOLDFISH, 1 CULTO Y 0 CAMBIO
51 andy p. villa. MEMORIAS DE 100A
11996.AO DEL RETORNO...
alfredo fernandez rodrguez. 23carlos velazco.
UNA INSPECCIN...
48 miguel coyula.FRAGMENTO DE...
54 leyma rosales.ROSALES SOBRE...
35 reina mara rodrguez.ELIZABETH M. Y CARLOS V.
37 guillermo rosales.EL DIABLO Y ...
14 juan orlando prez.CUBA
3 henry constantn.OTRO BARCO...
5 k.s.ll. EMIGRAR...
17roberto madrigal.
LA PERSISTENCIA...8 amaury omnipoeta.DERECHO AL TECHO(S.O.S)
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ntonces
Eno pude ms y le dije quepor lo que a m concerna, ella noera m
que una zorra parecida a otras cien mil zorras, y que no la necesitaba.
(CORO: POR FAVOR, DIBJAME UNA OVEJA)
Ms an, ciego de rabia le advert que si se atreva a seguir yendo todos los das a
trabajo, con el solo objeto de sentarse cerca de m y mirarme con cara de haberpescado una inolvidable ingesta de trigo, ah s que iba a saber lo que es bueno.
(CORO: POR FAVOR, DIBJAME UNA OVEJA)
Ella se puso de color anaranjado clarito y dijo quedamente que lo haba hecho solo u
vez, y que al final era su culpa, que bien le haban advertido sus amigas que yo er
indomesticable y que solamente a una floja como ella se le ocurra meterse en esto
dramas y andar dedicndole sus libros a Len Werth cuando era nio. Despus se f
(CORO: POR FAVOR, DIBJAME UNA OVEJA)
punk
Ihoeldis Michael Rodriguez
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(SE REPITE CUATRO VECES)
Por la noche comprend que se me haba ido la mano, as que a la maanasiguiente cort una rosa que haba estado cultivando largo tiempo, me lav los
dientes y fui directo a su madriguera para pedirle disculpas, pero cuando llegu
me la encontr ahorcada en un baobab cercano, a todas luces suicidio
sentimental.
(CORO: POR FAVOR, DIBJAME UNA OVEJA)
.En su pata delantera izquierda tena amarrada una carta para un tal Antoine y yo
de puros celos quemantes bot la rosa, romp la carta y me puse a llorar
debajo del baobab y a un costado del cadver de la muy zorra.
(CORO: POR FAVOR, DIBJAME UNA OVEJA)
Entonces pas por all una serpiente y al verme tan triste pregunt si me
poda ayudar en algo.
(CORO: POR FAVOR, DIBJAME UNA OVEJA)
(CODA REALMENTE PRESCINDIBLE:
VOZ LDER: COJONES QUE NO S DIBUJAR OVEJAS!)
(CORO: PUES ENTONCES DIBJAME UN SOMBRERO!)
POSTDATA: y yo me fui con la serpiente
(BIS)
Ihoeldis Michael Rodriguez
punk
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AP r E n DA
ACAGArsE En
EllosSandro Fell Jaw/ Montevideo
Y la garra charra? Qu pas? Compatriotas! Arrojen granitos de arroz por las ventanitasde sus hogares! Seamos positivos. Saquemos provecho a la tragedia colectiva. Qu habrsido de aquella celebrrima viveza criolla? Vamos, vamos, que el agua ya nos da por lostobillos. Perfecto. Dentro de poco, la Banda Oriental ser un gran arrozal. La colonia niponase sentir como en casa. El reverendo Moon no dar crdito a lo que ven sus ojos. Seencerrar en el dormitorio con alguna de sus putas y cinco botellas de champn de quinientosdlares, y a festejar hasta que el agua apague las velas.
Solo es cuestin de tiempo. La expoliada Amricaletrina ir sucumbiendo surcada por vallesde lgrimas, hasta el inexorable hundimiento. Entonces, concretaremos entre todos lossudacas la gran utopa: refundaremos La Atlntida. Seremos el continente perdido! PobrePlatn! No saba nada de filosofa, ni de historia, menos iba a saber de latinoamericologa.Para esas malas artes, tenemos a la tribu de intelectuales farsantes envueltos en plumas deand.
En ese momento har falta valor, y sabertomar decisiones rpidas. Si JacquesCousteau viviera, lo linchara pararobarle el Calypso y me suicidara
abrazado al timn de mando. Belcebsostenga en la gloria al valientecomandante del Graf Spee! Cuntasdcadas fabulando indigeneras intiles!
Ningn distinguido historiador supovalorar el gesto de dignidad de ungermano acorralado por la chusmaanglosajona y sus alcahuetes criollos.Belceb sostenga en el xtasis lasPiernas Abiertas de Amricaletrina! Y de
una vez vyanse todos a nadar en lasaguas servidas.
Desde Hiroshima y Nagasaki, no se haba odo semejante alarido al unsono en ningunanacin del planeta Tierra. Si por lo menos hubisemos padecido unEnola Gay, pero solo nosvisit aquel dirigible nazi, que ni siquiera nos hizo el favor de detonarnos algunas granadaslacrimgenas. Estoy tan inmunizado contra las lgrimas dolidas que, hasta pelando cebollas,lloro de risa.
Ay, Dios mo Uruguay! Uruguay! Uruguay! Uruwhy? Todava gritan gol! La Bibliame ense que debo amar al prjimo, pero as no puedo. Qu lejos los veo. Si no es el partido
poltico, es el partido de ftbol. Otra cosa que los mueva, no hay ni habr jams. Pero lareputa que los pari a todos. Escuche, escuche el coro: Uruguay! Uruguay! Uruguay!Estarn drogados? No, son as noms.
Cuando nos arrase el agua, har una expedicin submarina para rescatar mis discos de tangosy boleros lastimosos. Recuerde que a m me inspira lo que detesto. Mi cerebro podridofunciona a la inversa. A ver, tiene lpiz y papelito? Escriba esta plegaria maldita y pguela enla puerta de su refrigerador: Que pesque Dios en sus redes los despojos de Ernesto y Fidel, yla llorosa bibliografa de Eduardo Lameano flotando como un corcho a la deriva, en la tibiacorriente del sepultado arrozal oriental. Rest In Piss.
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Por ah le sirve. No s. Odio tanto el ftbol y lapoltica como a m mismo. Que sigan gritandogoles hasta que nos coma la sarna. Tarde otemprano la pobreza tocar algunas puertas, yno quiero ser testigo ni partcipe de nada que mecueste la vida. A m tanto me da una cosa comola otra, pero no mastico vidrio. Bebo de botellasy petacas, y lavo mis manos en los ocanos delgrimas de mis coterrneos.
Si llueve, se quejan por las inundaciones. Si nollueve, se quejan por la sequa. Si hace calor: Cundo refrescar de una vez! Si hace fro: Cundo vendrn los calores!. Pero todas laspenurias se olvidan festejando las idioteces dealgn candidato, o el gol de cualquiercampeonato. La peor droga circulante no escocana, ni pasta base, ni herona, ni LSD, nixtasis... sino la fidelidad partidaria y futbolera.Es peor que una sobredosis de pegamento. La
idolatra no solo se respira, tambin escompulsiva. Si usted intenta evitarla, deinmediato caer bajo sospecha de sedicinacusado por algn fiscal de la cultura popular.Aprenda a cagarse en ellos o tarde o temprano-ellos se cagarn en usted. Despus no diga queno le avis.
a
viso
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C
am
inito
Me estoy buscando un camino,Un caminito interiorPara arreglar los conflictosDe una manera mejor.
Yo s que en ese camino
existe la solucinno necesito ni un quiloy encontrar mucho amor.
Por eso yo
Me estoy buscando un caminoUn caminito interiorPara apartar las miseriasY no dar curso al dolor.
Estamos todos pedidosEn disfraces diferentes,Los gobiernos no funcionanDejan fuera a mucha gente.
Por eso yo
Me estoy buscando un camino
Un caminito interiorDonde todos, todos quepanSin ninguna distincin.
Por eso yo
Me estoy minobuscando un caUn caminito interiorPara no tener problemasSi afuera hay un apagn
Porque tengo luz internaQue viene del corazn,Los sistemas siempreencierranQuiero mi liberacin.
Desde adentro
Estoy buscando un caminoUn caminito interiorComo dice Segismundo:Que los sueos, sueos son.
Que hay quien intente reinarEs un sueo muy inocenteViendo que hay que despertarEn el reino de la muerte.
Por eso yo
(se repiten las estrofas 1, 3, 5 y 8)
(
demin
erva)
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rmar la
AutopaAleag
aPe
sant
Apreciar lo que avanzamos hacia nuestro
objevo estratgico, es oportunidad de seguir
hacindolo. Una resea objeva de los
cambios en los lmos empos la hace el
acadmico Camelo Mesa Lago en su arculo,
Siete aos con Ral Castro, aparecido en el
diario El pas el 28 de agosto de 2013. Carmelodestaca algunas de las medidas ms
importantes introducidas por el actual
gobierno, divididas por l en no estructurales
(tccas), y estructurales (estratgicas).
Las reformas no estructurales (manenen la
naturaleza del sistema) entre 200708 segn
Carmelo fueron: Pago de deudas estatales a
campesinos. Aumento en los precios de los
productos de venta forzosa al estado. Venta de
insumos a los agricultores. Entrega de permiso
para el transporte de pasajeros y carga.
Supresin del tope salarial. Autorizacin del
pluriempleo. Autorizacin del abono de parte
del salario en divisas. Pago por resultados.
Reforma de las pensiones que aument la edad
de rero en cinco aos. Eliminacin de las
restricciones del acceso de cubanos a hoteles y
restaurantes.
Los cambios estratgicos (reestructuran el
sistema) ms importantes, producidos segn el
profesor entre 200813 fueron: Entrega en
usufructo de erras ociosas de propiedad
estatal. Cesana de empleados estatales
innecesarios. Fomento del trabajo no estatal
(pequeos negocios personales, cooperavas
de produccin y servicios) para ocupar a los
nuevos desempleados y como forma de crear
empleos. Eliminacin de gratuidades en la
educacin como la eliminacin de las escuelas
secundarias y preuniversitarias en el campo
(ESBEC e IPUEC), y las universidades
municipales. Extraccin gradual de arculos de
la carlla de racionamiento, y su paso a venta a
Jueves 5 de sepembre de 2013. Polemic un sbado por
la maana en un reciente programa Estado de Sats,
organizado por Antonio G. Rodiles en su residencia de
Miramar. En el panel sobre los cambios desde el
gobierno, parcipaban la abogada Yaremis Flores, el
poeta y periodista Jorge Olivera, el historiador Manuel
Cuesta y el comunicador Jess Guerra. Mi punto de
parda en aquella intervencin, y en otras en los lmos
meses, defiende la tesis de la importancia de interpretar
los pasos que el grupo reformista dentro del gobierno
realiza desde el poder, pues una interpretacin justa de la
construccin de los escenarios (impensable par de aos
atrs), da la posibilidad de esmular la utopa de la
transicin democrca, y atajar a los agentes de no
cambio, atrapados en el discurso inmovilista del
castrismo, donde quiera que estn.
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precio de mercado. Reduccin de los gastos de los
servicios sociales financieramente insostenibles.
Autorizacin de compraventas de viviendas y
automviles. Reforma tributaria que estableci el
impuesto progresivo a la renta. Establecimiento de
un mercado mayorista para el mercado no estatal.
A lo anterior agregara otros cambios no
estructurales como la liberacin de la mayora de los
presos polcos, incluidos todos los de la Primavera
Negra, la existencia de una prensa independiente,
ilegal y observada por la polica polca, pero
tolerada por el estado, ejemplos en los que estn el
semanario Primavera digital, la revista Voces y el
grupo informavo Hablemos Press por solo citar
tres ejemplo. O cambios estratgicos de profundo
calado ideolgico como el acceso a la telefona
mvil e internet, la eliminacin del permiso de viaje
al exterior, y la normalizacin de trmites
migratorios.
Por supuesto, quedan pendientes otros cambios
importantes como la unificacin monetaria. La
desregulacin de las grandes empresas estatales,
una ley de inversiones ms esmulantes. Una Ley de
pardos, de prensa, de seguridad, que elimine el
servicio militar, y un largo etctera, que sin embargo
no puede obviar los pasos dados hasta ahora.
Por qu entonces muchos observadores,
calificados o no, se empean en ver el vaso medio
lleno o medio vaco, acercando la sardina a su
sartn conceptual, en vez de intentarvalorar en su
medida los umbrales cruzados y los por cruzar?
Pienso en diferentes pcas. La del ciudadanoconstrucvo, el analista distante, y el escpco
sistemco. Pero ante todo en la disminucin de la
fe del ciudadano en su futuro y la incapacidad de los
analistas y acadmicos para trazar una hoja de ruta
de la transicin a la democracia, que permita a los
polcos ms agudos, desde el gobierno, la
oposicin o el exilio obtener las herramientas
necesarias para acercarnos unos a otros
en la utopa.
La racia en Cuba, esareconstruccin de la democ
utop , nos recuerda ela de cincuenta y cuatro aosdilema la guerra fra ade la solucin del final de
mediado Uns de los aos ochenta del glo pasado.si
evento que estaba en las narices de todos los
observadores lasy nadie vea venir. Porque incluir
ideas polcas y internos enlos procesos polcos
los modelos de de r problemco.sarrollo puede se
La polca en el sen esosdo de ideas y proc
dinmicos, parece inh decibleerente y menos pre
que las estructuras; si es variable,tas son del po
con las que hay contar en ora de lasuna te
relaciones polcas, y de la te del cambio.ora
Por el contrario, puede ser una fuente de inspiracin.
La mayora de nosotros, como se escuch en aquella
oportunidad en Estado de Sats, ve ms reconfortante
sumergirse en la sustancia de la obra y en el trabajo de
los actores, que en la estructura del teatro.
Un ejemplo ilustravo de dnde nos encontramos los
cubanos en relacin a nuestra utopa, es el final de la
guerra fra. Pocos acadmicos (rusos, yanquis, galos,
germanos, britnicos, judos y rabes) anciparon los
cambios que tuvieron lugar en la polca mundial en lasegunda mitad de los aos ochenta.
Estamos de acuerdo con la conclusin de que ninguno
de los tres enfoques tericos generales desarrollados
post 1945, el conducsta, el estructuralista y el
evolucionista, se aproxim siquiera a
ancipar como terminara la guerra fra.
La conduccin cienfica de esa poca
secaracteriz por una
acumulacin de
explicaciones sobre
la persistenciade la guerra
fra y,
hasta
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se desarroll la Teora de la Convergencia.Las proposiciones iban desde la anarqua
internacional con sus correspondientes dilemas de
seguridad, a la tendencia a la escalada del
armamensmo, las maquinaciones de los intereses
del grupo militar industrial, o la tendencia a
rechazar la informacin discrepante. El resultado
fue una poderosa teora de no cambio
internacional. Haba poca base literatura para
esperar que finalizase la confrontacin esteoeste y
para que lo hiciese pacficamente y en breve
empo. De ah que nadie vio el fin de la guerra
fra, hasta que no se acab. Los grandes
reformistas, Reagan, Thatcher, Wojtyla, Gorbachov,
De Klerk, no solo encararon a los agentes de no
cambio. Tambin se enfrentaron a agentes de
cambio que no eran capaces de ver lo que suceda,
para apoyarlos en su esfuerzo.
Les resulta conocido el escenario? Ahora mismo
la mayora de los demcratas cubanos argumentan
que no existen cambios, y no ven una solucin
escalonada al dilema cubano. No comprenden que
solo un primer paso sera el reconocimiento al rol
de las elecciones que organiza el gobierno, aun y
con sus defectos, como una plataforma de unidad
en la diversidad, y de trabajo en la bsqueda del
buen gobierno como otra forma de construir la
utopa. Eso lo entendieron los chilenos en el
plebiscito de 1988. Parcipar en los procesos
electorales no solo es una forma de cambio
estructural para el pas. Es adems un cambio de
matriz para las fuerzas prodemocrcas.
El final de la guerra fra es emblemco desde esta
perspecva. No vale decir que no hay ambicin
para predecir acontecimientos parculares.
Tenemos que anciparlos (al menos,
acontecimientos importantes como el final de la
guerra fra, el plebiscito chileno, o la transicin a la
democracia en Cuba) con una certeza razonable,
para que el conocimiento sea relevante desde el
punto de vista prcco.
No vale demostrar que la teora existente implicaba
de hecho que la guerra fra abocara a alguna clase
de final en algn momento futuro. Como decir que
la sociedad cubana ascender a la democracia. La
teora del antes o despus no es lo suficientemente
buena para los propsitos de la aplicacin de
polcas pblicas.
La utopa hay que armarla de conocimientos y
coraje.
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La
cos
acu
bana
PabloDaz
http://www.diariode
cuba.com/cuba/13
52361592_
278.htm
l Cuba es un problema cubano. Pero
este hecho, al parecer evidente, debe serrepetido una y otra vez. El xito delcastrismo en presentar el conflictonacional como un diferendo con EE UUy, por ende, con el sistema capitalista ensu totalidad, no solo ha calado hondo enla opinin pblica mundial, sinotambin en amplios sectores de lapropia sociedad de la Isla. Segn estavisin, lejos de ser una importantevariable en la ecuacin de nuestro
conflicto, EE UU y el capitalismovendran a ser la raz del mismo.Por su parte, en lugar de aplicarse aldesmontaje de dicho entramado, elexilio ha contribuido a desarrollarlo. Eldevenir de la Guerra Fra, pero tambinel alto grado de represin, control einmovilismo en la Isla, hicieron que trasla derrota de Baha de Cochinos, elexilio se viera limitado a jugar sus bazaspolticas de manera casi exclusiva en el
terreno internacional, entre intereses ymaniobras de cancilleras y organismosmultilaterales. As, comenz areaccionarse con ms celo y virulenciaante movimientos de Washington,Madrid o Bruselas que ante lospropios desmanes de La Habana, aenjuiciarse moralmente ms que aestablecerse las lneas de una verdaderabatalla poltica.
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De ese modo, el debate sobre la pertinencia o no del embargo econmico deEstados Unidos a Cuba ha sustituido durante largos perodos el de la faltade libertades y las violaciones de los derechos humanos en la Isla. O lo quees lo mismo, la discusin del mtodo acerca de cmo derrocar a los Castroha anulado la del objetivo, el cmo ha sustituido al qu. Por supuesto, elprincipal interesado en dichas discusiones, que opacan la de su esenciatotalitaria, ha sido el castrismo, pero tambin ciertas lites polticasdemocrticas, ms vidas de conseguir rditos electorales que unaverdadera transicin a la democracia en la Isla.
Solo a partir del Perodo Especial y de la resistenciademostrada por La Habana ante cualquieradversidad provenientedel exterior, el exilio comenz a forjaruna nueva visin, basada en el apoyo a laoposicin pacfica interna, lacoordinacin con la misma, el fortalecimientode la sociedad civil y la bsqueda deiniciativas diplomticas a nivel
internacional que vendran a sustituirlas del abrazo perenne y gratuito conlas fuerzas conservadoras decualquier latitud.
Este cambio, sin embargo, noquiere decir que el viejo debatesobre los mtodos dederrocamiento del castrismose haya extinguido o,siquiera, haya cedido supreeminencia. A pesar deser el embargo una medidanorteamericana, o lo quees lo mismo, fornea, ajenaa nuestro control, ladiscusin alrededor de loconveniente o perjudicialde su levantamiento, de suflexibilizacin oendurecimiento, siguedominando la opinin pblicacubana. Y esto, pese a que
ni siquiera presidentes con visionespolticas tan radicales y diferentesentre s como George W. Bush oBarack Obama, con sus medidascontrapuestas, han logrado esencialmentenada en trminos de libertades democrticasen la Isla.Quizs ms que EE UU, la Espaa actual sea unexcelente ejemplo de lo que puede suceder connuestros asuntos cuando recaen ms de la cuentaen manos de otros.
Los casi ocho aos delgobierno socialista de JosLuis Rodrguez Zapaterofueron una oportunidad perdidapara la causa democrtica en
la Isla. Perseguidos por susfantasmas ideolgicos, elbinomio Moratinos-Zaldvar(canciller espaol el primero,embajador en La Habana elsegundo) result poco menosque atroz. No solo sedesconvoc a los disidentes aese espacio de libertad que erala embajada espaola en LaHabana, sino que se vendicomo un logro la expatriacinde decenas de presos polticos
cubanos a Madrid mientras elcastrismo mantena intactassus leyes represivas y seguadeteniendo, apaleando yencarcelando a cientos dedisidentes.
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Desde el principal partido de la oposicin espaola se clam entonces contra esta poltica, se prometi uncambio de rumbo tan pronto los populares de Mariano Rajoy llegaran al poder. Sin embargo, nada queda yade aquella retrica, antes vertical, ahora hueca. Las puertas de la embajada espaola siguen cerradas a losopositores cubanos y el tono de Madrid es tan bajo que se ha llegado a mencionar incluso la posibilidad decambiar la Posicin Comn europea respecto a Cuba.
Al castrismo le ha bastado tomar como rehn a un ciudadano espaol para paralizar las promesasprodemocrticas del Partido Popular. Apenas importa que este chantaje del secuestro deje en evidencia lamatriz mafiosa de la dictadura cubana, que su lgica de matn de barrio anule de un golpe la poltica comoarte de bsqueda de consensos y acercamientos. Se trata de una historia que, con alguna que otra variante yexcepcin, se ha repetido en Amrica Latina, donde por una afinidad ideolgica mal entendida los gobiernosprogresistas apenas cuestionan a La Habana, mientras los conservadores matizan sus crticas y posiciones yasea por miedo o por posturas acomodaticias.
Es evidente que en este mundo globalizado, mientras en Cuba no ocurra un bao de sangre o la situacin seradicalice an ms, Brasil seguir priorizando sus inversiones, Mxico su ventaja turstica sobre la Islagracias al embargo norteamericano, Espaa sus empresas y su decimonnico pulso frente a EE UU, y estosltimos, el control migratorio y de trfico de drogas a lo largo de sus fronteras. Ante este panorama, lo quedebemos pedir los cubanos a los gobiernos democrticos del mundo parece sencillo, pero no lo es. Si no losempujamos a defender sus principios mientras negocian con La Habana, a mantener, a la par que sus
intereses nacionales y estratgicos, la claridad sobre la naturaleza del castrismo y la solidaridad con losreprimidos, las democracias occidentales se abstendrn de involucrarse en Cuba por las razones contrarias alas que las hace frenarse ante China: la poca importancia real de la Isla y, en cambio, su desmesurado pesosimblico.
La pregunta que se impone, pues, es la de qu debemos hacer nosotros, los cubanos, ante esta situacin. Yesto sera, volvernos descredos, pragmticos (resulta asombroso que no lo seamos ya, despus de ms demedio siglo de dictadura y promesas de ayuda), y velar por nuestros intereses y objetivos de un modo en quenadie ms lo har, por muy nobles, legtimos y necesarios que sean. En otras palabras, mirarnos al espejo,una y otra vez, y repetir ese pleonasmo de que el problema de Cuba es nuestro, solo nuestro.
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e quedo dormida y ya para entonces JE, el protagonista de Carbono 14, una novela de culto, deMJorge Enrique Lage, ha pasado de todas las Evelyn, cuerpos virtuales, desde la A hasta la Zy est estudiando el Informe H; ya ha conocido a algunas de las mujeres naturales numeradasque le han facilitado la medicin con un kit radiomtrico de C-14, para descubrir (como algunas ya lo
hemos descubierto) que la lencera femenina es, adems de prehistrica, intil.JE es un tipo casi autista, raro, que tiene un amigo que es peor que l, un buitre (Frank)escritor, que a veces es un erizo, que no socializa. No le interesa. Pero cree queentiende al mundo desde su agujero, desde donde escribe todo el tiempo un librollamado Vultureffect, como Jorge Enrique Lage.
Un tipo que aunque ronda mis sueos, no me desvela porque tiene, de algunamanera, las mismas obsesiones mas, de mi generacin. Ha compradoEternal sunshine of the spotless mind yBeing John Malkovich y quin sabesi las ha visto 5 o 6 veces o ms (como yo).En una tienda de discos un personaje niega ser Ricardo, el cantantede una banda de rock de mierda, lo que es, de punk a punk, un halago;se ha tropezado con nerdemonios, al estilo Stewie Griffin,de Family Guy, a lo best seller de Stephen King, a lo South Park;y est a punto de sufrir las consecuencias del encuentro cuandosale del garaje-subterreo-alcantarilla-oficina de estos nios yse encuentra aplaudiendo en las puertas del Triann y yo
sueo que JE ha visto la obra del momento:goldfish, quetambin habla de una Habana diferente a la de estarealidad que no es virtual; y se re de una Cuba miserable,aunque no con la misma acidez de Lage
en Carbono-14
goldfish, de William Ruiz y Alejandro Arango,con puesta en escena de Reinier Rodrguez, sedesarrolla en un programa de TV,La Hora deGloria (hg) y se ubica en una Habanaa mitad de camino entre la que realmentees, y la del aterrizaje de
Evelyn (la de Lage), una niaandrgina-asexuada-travestida-raracon una Tabla peridica
de elementos qumicosen la mano.hgreconstruye el caso dePablo desde la estructurade un show televisivodonde los spots tienenla factura y lacreatividad que
quisiramos lostelevidentesde Cubavisin,TeleRebelde,o loscanaleseducativos.En
C-14hay ms
realidad en las teleseries que en la realidad: las teleseries son la vida real y la vida real es una teleserie.
C-14
,GolD
FIsH
,1Cult
oY0CAm
BIo
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En ambos relatos la Habana es vista como un parque temtico. En uno es utpica, en otro es no-utpica, nisiquiera existente, digamos, fragmentada. El choteo en ambas es una constante.
hgrepresenta el circo que son los medios con la actuacin especial de Ernesto Caal (personaje de ficcinpara encarnar a Pablo, que tiene un discurso poltico libertario/incendiario; con la invitacin del oficialTrujillo, encargado del arresto de Pablo; de la especialista Luca, del centro de investigaciones genticasalternativas, Chupi; del doctor Calixto Fructuoso Fajardo, quien lo atendiera tras la ltima explosin ydeclarara la hemofilia de Pablo.
C-14 es un pastiche/collage de recuerdos, de sensaciones, de audiovisualidad, del comic, de la edicin detexto digital (no hay prrafo que exceda las cinco lneas), del idioma (se habla como se puede y con lo quse tiene a mano).
Es la deconstruccin de conceptos. Es la nada. Es la fragmentacin de un yo que desde su realidad ni siquisuea con lo que proyecta, y sin embargo, lo proyecta: un Pubix en la Manzana de Gmez; unacibergeneracin: personalidades, pensamientos bajo contraseas; la lava negra del Almendares.
Pero no. Despierto y estoysegura que JE no ha vistogoldfish ni Pablo ha ledoCarbono 14 Son solo elcoqueteo explcito ante lanecesidad de un cambio.Una obra de teatro no cambianada, solo se re y hace rer.Una novela de culto, aun conel manejo de cdigos nuevos,tampoco.
Los ms que pueden hacer sonalusiones indirectas: en hgsehabla de una mujer barbuda y
de una china con pamela queha hecho la vida imposible a lospersonajes; en Lage, le dedica(como todos los de sugeneracin) un espacio a sugeneracin y entonces noes difcil entrever a Orlando Luis Pardo, a Amhel Echevarra, a los integrantes de Polaroid: Adriana ZamoAriadna Rengifo, Ral Flores y Enrique Lage mismo, o un culto a Yoss como fruto del culto de Yoss porYoss.
Lo espectacular siempre viene al final.goldfish termina como los shows, en espera de un prximo encuentque, por supuesto, en esta ocasin nunca llega. C-14 aunque termina no llega a nada, no se resuelve ningnconflicto, descubrimos que todo es por gusto, que no hay futuro. Y no es desesperacin ni frustracin niindiferencia. Es lo que an no est diagramado, programado, grabado, diseado y por tanto no existe. Y esno niega la dialctica o el movimiento.
Todo(s) puede(n) ser materia inservible. Hasta lo aparentemente imprescindible.La ventaja degoldfish es que, aun cuando no sea el nuevo teatro, puede ser recompensado con la asistendel pblico. Sin embargo, Carbono 14, una novela de culto puede que est presentada al Premio de la Crty que no lo reciba, porque la crtica en Cuba apenas funciona, y de ella depende que se conozca este libroeditado en el 2010 por ediciones Altazor y reeditado por Letras Cubanas en el 2012.
mara
matienzo
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CALLE MARTA ABREU No 202
HABANA 6 CP 10 600
CUBA
TELEF. (537) 879 1818 (535) 245 7911
[email protected]@gmail.co
riera.blogs.com.edu/
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emorias de 100 y Aldab
MCaptulo3: La entrada
Pasado el tiempo de aquella detencin, me doy cuentade que no es ni remotamente lo mismo entrar a 100 yAldab de noche que de da. De noche es mucho msimpresionante, sobre todo para alguien que llega porprimera vez y que sabe de la terrible reputacin de estelugar.
Ya dentro de la unidad militar de 100A, el auto
patrullero recorri una larga calle poco alumbrada,que describa algunas curvas. Casi al final, a laderecha, hay un gran cartel iluminado, que tiene unafrase de bienvenida para los detenidos, no la recuerdocon exactitud, pero deca algo as:
Si el pillo supiera la importancia de decir laverdad, hasta por pillo hablara.
Al llegar al final de la calle, el auto patrullero sedetuvo en lo que es la recepcin donde entregan a losdetenidos, de la misma forma que lo hizo en la Unidad62: con un chirrido exagerado de neumticos. Se
bajaron primero los tres gorilas, luego me sacaron yme introdujeron en el edificio, esposado como vena,donde esper a que me entregaran a los oficiales deguardia.
Uno de los oficiales me quit las esposas y me llev aun pequeo cuarto contiguo a la recepcin donde meorden que me desnudara completamente, al igualque en la unidad 62, y que le entregara toda la ropa quetraa. Me ordenaron hacer varias cuclillas de espaldasal guardia y luego que me volviera a poner la ropainterior. Me devolvi las medias y los zapatos, perosin los cordones. Me entreg una camisa de preso, decolor gris sin mangas y un short del mismo color, peroeste ltimo no me sirvi por ser una talla mucho mspequea que la que usaba en ese momento. El guardiabusc otro short, pero no encontr ninguno ms y medevolvi el pantaln que llevaba, que era del tipojeans de color negro.
Me llevaron otra vez a la recepcin donde estaba deguardia un hombre de unos 50 a 60 aos, de malsemblante y muy mal aspecto, al que le faltaban variosdientes. Este oficial llen un acta con las pertenenciasque me estaban ocupando o reteniendo:
- El anillo de compromiso de oro.- El pullover (playera) que llevaba
puesta, de color negro.- Una moneda de diez pesos mexicanos.
- Los cordones de los zapatos.
Todas las dems pertenencias que llevabaconmigo en los bolsillos, en mi maleta, en elbolso de mano, y el reloj, ya me las habanretirado antes de trasladarme de la Unidad 62 a100A. Despus supe que se las habanentregado a mi familia en la primera visita querecib en 100A, con excepcin de una serie deartculos que les resultaron interesantes, entrelos que estaban:
- Memoria flash para computadora de 1GB.
- Tres telfonos celulares y un cargadorde bateras.- Un lbum de fotos de mis hijos.- Un pequeo papel escrito a mano con
telfonos y nombres anotados.- Una bandera cubana grande.- Tres brazaletes del 26 de Julio (M-26-
7) no originales, comprados comosouvenir.
Todo esto fue retenido, adems de las 214 fotosdecomisadas, la copia del acta de la Aduana, lospasaportes y el dinero, que ya haban sidoreflejados en un acta elaborada por Freyre en laUnidad 62. Me hicieron firmar un papel dondequedaba constancia de todo lo retenido y meentregaron:
- Una sbana blanca limpia pero muyusada.
- Un pequeo vaso plstico amarillolleno de mugre negra por dentro.
- Un pedacito de jabn de lavar muypequeo y de la peor calidad.
- Un pedacito de cartn con un nmero
anotado: 48326.
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Me dijeron que a partir de ese momento dejaba deser llamado por mi nombre para convertirme en esenmero, que deba aprendrmelo y cuidar muy bienel cartoncito, ya que era equivalente a un carnet deidentidad.
Un oficial me orden que caminara delante de l yme fue conduciendo por una serie de pasillos y
escaleras que continuamente estaban interrumpidospor imponentes rejas de gruesos barrotes, cerradascon candados y custodiadas por guardias.
Todo el trayecto de noche se hace ms lgubre eimpresionante por no estar totalmente iluminado,las rejas despintadas y medio oxidadas, que cada vezque se abren producen unos estruendosos yescalofriantes chirridos. Esto evidentemente es contoda intencin, pues aplicndoles un poco de grasano ocurrira, pero es parte del show para impresionaral nuevo recluso.
Al llegar al segundo piso hubo que esperar unosminutos a que abrieran la reja que le da acceso. Alentrar me entregaron un colchn de espuma degoma forrado de lona y fui inmediatamenteconducido a un espacio reducido, menor a un metrocuadrado, formado por tres paredes en forma de U,donde te ordenan permanecer mirando haciaadentro y con las manos atrs del cuerpo, sin voltearla cabeza para ver hacia afuera. Me tuvieron allunos minutos hasta que decidieron a donde meenviaran.
Me ordenaron salir de aquel hueco y fui conducido pordos guardias por el pasillo de la izquierda a paso rpido yllevando en las manos el colchn, el vaso, la sbana y elpedacito de jabn. Me condujeron por un largo pasilloque tiene al final una cmara en lo alto y a ambos ladoshay puertas de barrotes tapiadas y cerradas con potentescandados. Cuando bamos a la altura de la tercera puertaderecha me mandaron a detenerme y pararme antes de lapuerta y mirando hacia la pared, mientras uno de losguardias abra el candado. La puerta emiti un potentecrujido al abrirse, me ordenaron entrar y la cerraron tras
de m igualmente con el candado.
La primera visin que se tiene de una celda de 100A esrealmente ttrica, como detallar en un prximo captulodedicado solo a ellas. Despus me di cuenta de que estaprimera celda en la que haba residido era una de laspeores en cuanto al personal que se encontraba dentro.
Al entrar, los tres presos que estaban conversando sequedaron callados, cada uno en su cama, atentos al nuevocompaero recin llegado. Haba una cama vaca en elespacio de abajo a la izquierda, donde coloqu micolchn y dems cosas y me acost en silencio.
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A los pocos minutos los dems presos continuaron suconversacin, que redundaba todo el tiempo sobre elambiente carcelario y delincuencial al que estabanacostumbrados. Los tres eran de tez negra, al parecer con unamplio currculo como presidiarios. En toda la celda habaun fuerte olor a cigarro bastante desagradable.
A los pocos minutos se apag la luz, eran las 10:00 PM. Miscompaeros de celda continuaron conversando en laoscuridad, al parecer llevaban buen tiempo juntos y seconocan bien. Increblemente parece ser que me dormrpidamente y no despert hasta el otro da.
emoriasde100yAldab
MCaptul
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3:Laentrada
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villa
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retorno
1996aodel
del poder
estalinistaa
Cuba
Luego del derrumbe del campo socialista al menostres factores confluyeron en Cuba para pensar queen el ao 1996 pudo ocurrir el inicio de laconstruccin de una democracia en la isla. Esoselementos fueron: El incipiente dilogo de laadministracin norteamericana Clinton con elgobierno cubano; el surgimiento de una tendenciaclaramente reformista dentro los militantes delpartido en el que se destacaba, entre otros, elCentro de Estudios de Amrica (CEA); y la alianzaentre opositores pacficos cubanos, tanto internoscomo del exilio, conocida como Concilio Cubano.
La distencin in crescendo desde comienzos delprimer mandato presidencial de Bill Clinton en susrelaciones con el gobierno de La Habana, hizopensar a muchos en un real comienzo de mejorasen las relaciones bilaterales. La puesta en ejecucinde los contactos Pueblo a Pueblo de laadministracin Clinton, permita los intercambiosacadmicos, estudiantiles, y religiosos, siempreque se ut i l izara una l icencia general delDepartamento del Tesoro, aunque estos permisosnunca se haran extensivos a los ciudadanosnorteamericanos.
En Cuba, desde comienzo de los aosnoventa, un instituto de las ciencias socialescomo el Centro de Estudios de Amrica (CEA)realizaba investigaciones y propuestas que sibien no se apartaban de la lnea delpensamiento marxista, s conceban comodictatorial la concentracin del poderalrededor de un lder nico e insustituible. Lasinvestigaciones y debates acadmicos delCEA, contrario a cualquier institucin oficialcubana del momento, conceba al poder demanera horizontal, distribuido en direccionescolegiadas, cooperativas y asociacioneslocales descentralizadas.
Los investigadores del CEA lograron lahazaa, entre otras, de que el jefe delDepartamento Amrica en el Comit Central,Manuel Pieiro, al ias Barbarroja, lesautor izara a comienzo de los 90 lapresentacin en el centro de tericosestudiosos de la transicin a la democraciacomo A. Przeworki, ODonnel, Terry Karl yPhilippe C. Otro punto notable de este centrofue el debate de sus investigadores con altosdirigentes del Gobierno:
S o l a m e n t e d e l m b i t o
nacional, la institucin fuev is i tada en sus l t imostiempos por personajes comoRicardo Alarcn, Abel Prieto,Roberto Robaina, PedroRoss, Jos Ramn Balaguer,
Armando Hart, etc., nombresentre los que el lector podrdescubrir a varios miembrosdel Bur Poltico del PCC.
Todos declaraban al salirs en t i r s e f o r t a l ec idos y
complacidos con los debates
alfredo fernndez rodrguez
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Al otro lado del CEA, un hecho no menos relevante,ocurri el 10 de octubre de 1995 cuando la
oposicin pacfica cubana, en una operacininusitada, por primera vez se una. La alianza sedaba a conocer como Concilio Cubano. Elproyecto aunaba los esfuerzos no solo de laoposicin interna en la isla, sino tambin inclua alas organizaciones opositoras pacficas del exilio. Elacuerdo del 10 de octubre del 95 tuvo como puntoculminante la creacin de un parlamentopermanente en la isla, el cual funcionaria de manerailegal, as como la celebracin de la primera
Asamblea Constituyente independiente para el 24de febrero de 1996.
Concilio Cubano fue el primer intento,de gran envergadura y calado, deunidad de los demcratas cubanosdentro y fuera de Cuba. A partir deConcilio y aun cuando fue aplastado ysu gestor y Delegado Nacional, el Dr.Morejn Almagro, y su Vicedelegado,Lzaro Gonzlez Valds, entre otros,cumplieron largas condenas deprisin, signific la puesta de largode la oposicin interna en la luchainclaudicable contra la t i rana.Despus de Concilio se conoci porprimera vez en una escala si nosuficiente, s muy superior a la deentonces la existencia de la oposicincubana interna y el apoyo, como nuncaantes, de la oposicin cubana externa.Signific tambin la prueba de fuegode aquella primera agencia de prensa
libre, Habana Press, que dio inicio einaugur el camino de lo que hoy es elMovimiento Cubano de PeriodismoLibre, que t iene incontables ypequeas agencias a lo largo y anchode todo el pas, de una docena deperiodistas entonces, hoy (existen)ms de 100 ().
Cualquiera de estos tres factores que hubieseprogresado a punto de concretarse en xito,hubiera significado la prdida del poder para losCastro, situacin que en el mejor de los casos loshubiera llevado a una mesa de negociacin parala instauracin de una democracia en la isla. Porotra parte, la permisibilidad, por el gobierno de losEUA, de que millones de turistas norteamericanosdeambularan por una Cuba arruinada, hubierasido una imagen tan demoledora comoinsostenible, en los aos 90, para el socialismo deFidel Castro.
Los reformistas del CEA no conformaban unsimple grupo aislado, sus propuestas encontraroneco en el mismo Comit Central del Partido. Elhistoriador cubano exiliado Juan Antonio Blancoquien trabajaba entonces cercano al ComitCentral ha dado fe, en entrevista a Carlos AlbertoMontaner, de una creciente corriente reformistadentro de la institucin, corriente que lleg a hacerpropuestas concretas para la revisin del derechopenal, la libertad de reunin, as como ladesestatalizacin de algunas empresas en arasdel reavivamiento econmico del pas .
alfredo
fernndezrodrguez
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crticos que desarrollaba el CEAy p e d a n a g r i t o s s u spublicaciones y la colaboracinde sus integrantes, quienes a suvez integraban numerosascomis iones asesoras delEstado y del partido cubano.Este mismo tono fue el queprimaba en un documento
evaluativo que fue enviado alcentro en febrero de 1996,firmado por el miembro del burpoltico Jos Ramn Balaguer,en que aprobaba todo elprograma de trabajo para eseao y felicitaba a su colectivopor el trabajo realizado.1
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La desart iculacin de estos tresmovimientos, por los hermanos Castro,comenz a principios de 1996. El sbado13 de enero la organizacin Hermanos alRescate, firmante de Concilio Cubano,lanzaba octavillas sobre La Habana enapoyo a Concilio Cubano. Para entonceslos atrevidos proyectos del CEA habansido aprobados por el Comit Central,
patrocinador de la institucin.Los gestores de concilio cubano fuerondetenidos casi en su totalidad desde el13 de enero hasta el 24 de febrero. Enpoco ms de un mes 200 opositoresfueron a prisin; los que continuaban anen libertad, decidieron suspender laprimera reunin parlamentaria (ilegal) del24 de febrero, la cual sera saludada porel sobrevuelo de las avionetas deHermanos al Rescate.
En horas de la tarde del sbado 24 defebrero de 1996, cuando los Mig 23 de laFuerza Area Cubana derribaban lasavionetas Cessna de Hermanos alRescate, Fidel y Ral encontraban la
justificacin necesaria para continuar larepresin contra la oposicin interna, ascomo para librarse del no menospeligroso grupo de reformistas nacidosen el CEA, grupo que cada vez adquirams adeptos, incluso en el Comit
Central, y poner muros de contencin avarias instituciones que mostraban suvocacin de autonoma respecto alestado.
El derribo de las avionetas de losHermanos al Rescate, marc la ocasinpropicia para que los hermanos Castroregresaran al discurso de barricada quele ha permitido ejercer el poder a suantojo y conveniencias.
En un clima marcado por el regreso a losniveles de mxima tensin por lareaccin de los EUA, que en apenas 15das aprobaron la Ley Helms- Burton,que recrudece el embargo de los EUA aCuba, quedaba totalmente justificado elcierre del CEA, donde de paso susinvestigadores eran acusados de quintacolumnistas y agentes de la CIA por RalCastro, esto suceda en el discurso declausura del V Pleno del Comit Central.
Discurso que tambin era aprovechado
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para criminalizar el trabajo por cuentapropia, acusado en esa ocasin porRal, de caldo de cultivo para el trabajos u b v e r s i v o d e l e n e m i g o , aconsecuencia de esto se estableci unapoltica de aumento de impuestos y deinspecciones que redujo la cantidad detrabajadores del sector, de 210 000 afinales de 1995 a 150 000 a mediados de1996. .
Los hermanos Castro, con el derribo delas avionetas de Hermanos al Rescate,llenaban de nuevos bros la tensin entreCuba y EUA, tensin que si bien esta vezno era comparable a la de los das de laCrisis de Octubre, s surta el mismoefecto en el plano de las relacionesbilaterales Cuba-EUA.
Con la puesta en vigor de la ley Helms-Burton por el gobierno de los EUA, todoel poder regresaba de vuelta a manos deFidel Castro y junto con l el capitalpoltico necesario que le permita lomismo reprimir indiscriminadamente aopositores pacficos, como a cualquiermanifestacin, por ms incipiente quefuese, de un socialismo en teorademocrtico y autogestionado. Para elacadmico Bert Hurtmann la fechaescogida por los Castro para el derribode las avionetas (24 de febrero) paranada era casual, dotando a la accin deun doble rasero:
El mismo Fidel Castroestablece expresamenteuna conex in en t re e lderribo de las avionetas y losdisidentes en su pas. Dehecho, el derribo intencionaly mortal de las avionetas,
justamente el da en queestaba planificada la primerareunin nacional de laorganizacin cpula ded i s i d e n t e s C o n c i l i o
Cubano, tuvo a n ivelp o l t i c o - i n t e r n o u nc o n t u n d e n t e e f e c t ointimidante que difcilmentef u e f o r t u i t o . C o m o e lgobierno cubano acusacrnicamente a los gruposde oposicin de estar alservicio de los exiladoscubanos y de las fuerzasestadounidenses, as sepudo explicar el conflictointerno como parte de laa g r e s i n e x t e r n a c o n
renovada plausibilidad.
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o muertede Castro la polticaestadounidense contraponeuna especie de sublevacino muerte.
Una lnea de este captulo de ley va anms all y advierte que: Un gobierno detransicin en Cuba es un gobierno que noincluye ni a Fidel Castro ni a Ral Castro.Vale aclarar al respecto que si bien los
h e r m a n o s C a s t r o d e s c o n o c e ngenticamente el significado de la palabrademocracia, el negrseles por Ley todaposibilidad de participar en un supuestoproceso de democratizacin en Cuba,opcin que si tuvo el dictador chileno
Augusto Pinochet, por solo citar uno, se lesayud a legitimar internacionalmente sudiscurso de defensa ante las amenazas delos EUA, al tiempo que le daba licencia parareprimir a cualquier manifestacin de lasociedad civil en la isla por mnima queesta fuese.
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El ao de 1996 marc el fin de proyectos quecomenzaron a gestarse en la isla; tanto dentro dela oposicin pacfica interna, como al interior de lateora crtica marxista, as como el fin delcomienzo de la distencin del gobierno de losEUA, solo justificada en el ambiente de la guerrafra. Todo haba comenzado a raz de la cada delMuro de Berln y para 1996 pareca quecomenzaba a germinar.
El ao de 1996 cerraba con la aprobacin de laLey de reafirmacin de la dignidad y soberanacubana (Ley No. 80) en respuesta a la Ley HelmsBurton y precursora de la Ley mordaza 88 de1999.
La habilidad de los hermanos Castro, una vezms, estuvo por encima de lo que debi ser elcurso natural de una nacin en busca de lademocracia. Ambos supieron traer de vuelta elespritu de la guerra fra al segundo lustro de losnoventas, renovando una simbologa poltica quems tarde atizaran con el caso del nio Elin,para sustituirlo despus por el caso de los cincoespas cubanos presos en los EUA.
L o s E U A , c o n l a L e y H e l m s - B u r t o n ,especficamente con su captulo II Ayuda a unaCuba Libre e Independiente, coloca en lasmanos de los Castro un viejo anhelo, la
justificacin necesaria que les permitiera reprimira su antojo cualquier posibilidad de cambio dentrode su mandato, postergando una verdaderareforma hasta su misma desaparicin ya que esteaspecto de la Helms Burton deja sin salida parauna transicin a la clase dominante en el poder,veamos lo expresado al respecto por BertHoffmann:
Sin embargo, sera un error entendereso simplemente como un fallo ocarcter contraproducente de lapoltica estadounidense. Cuando laley Helms-Burton eleva a puntoesencial de la poltica cubana deWash ing ton prec isamente lasituacin de la propiedad antes de larevolucin, su propsito no esexactamente un proceso de apertura
accesible tambin para la actual elitecubana, sino la capitulacinincondicional de la revolucin. Lademocracia en Cuba que apareceen el nombre de la leyes secundariafrente a los intereses de largo plazode EEUU, propios de una poltica deg r a n p o t e n c i a c o n r a s g o sneocoloniales. Al mismo tiempo elpueblo cubano es tomado comorehn, por as decirlo, en esta luchapor el poder con el gobierno cubano,pues como lo formulara Luis ManuelGarca (p. 35), al socialismo
La contrarrevolucin en Cuba: el caso del Centro de Estudios sobre
Amrica. Haroldo Dilla Alfonso. Publicado en Kaos en la Red.
Se acab el comps de espera! Renace Concilio Cubano! Julio SanFrancisco. Publicado en el blog del Gobierno Constitucional Cubano.11.04.09
Jos Antonio Blanco entrevistado por Carlos Alberto Montaner.
hp://www.youtube.com/watch?v=BUTt2rIYRzc
Hermanos al Rescate (Brothers to the Rescue, en ingls) fue un escuadrn
de aviadores civiles y una organizacin de ayuda humanitaria formado por
exiliados cubanos y de d iversas nacionalidades que fue ampliamente conocido
por su oposicin a la revolucin cubana y el gobierno deFidel Castro. El
grupo se form en 1991 declarndose como una organizacin humanitaria con
el objetivo de ayudar y rescatar a los balseros que trataban de emigrar de Cuba
y de apoyar los esfuerzos del pueblo cubano a liberarse de la dictadura a
travs del uso de la no-violencia. Ver:
http://es.wikipedia.org/wiki/Hermanos_al_Rescate.
Apuntes de memoria sobre Concilio Cubano. Julio San Francisco. Publicadoen el blog de Gobierno Constitucional Cubano 13/7/11.
Ral Castro: Informe del V Pleno del Comit Central del PCC, 27 de marzode 1996.
Helms Burton a perpetuidad? Repercusiones y perspectivas para Cuba,
Estados Unidos y Europa. Bert Hoffmann. Publicado enNueva SociedadNro.151, septiembre-octubre 1997, pp. 57-72.
dem. P. 61.
Es importante destacar que el caso del CEA marc el primer, y hasta ahora
nico, enfrentamiento pblico de los Castro contra la academia cubana, pues ni
siquiera el cierre de la revista de filosofaPensamientoCrtico (1967-1971)
tuvo repercusin en los medios cubanos.
Ver: ley en http://www.cubavsbloqueo.cu/Default.aspx?tabid=247
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vela
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la
ovela
19 de octubre
por ediciones La pereza
en Miamimar rojo, mal azul
de
miguel coyula
novela
nove
novela
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na inspeccin de
UHerejas
carlos velazco
prlogo a Mar rojo, Mal az
Miguel Coyula no es un director que escribe, sino un cineasta queadems es escritor. Antes incluso. Y no porque la fecha determinacin de Mar rojo, mal azul y de un grupo de cuentos inditoshaya antecedido a sus primeros largometrajes, sino porque asume la
realizacin de sus pelculas como un autor su literatura. Ensolitario: guion, fotografa, edicin, msica y sonido tambin a sucuenta. Hasta piensa literariamente su cine, como confesaba en unaentrevista hace tres aos a partir de sus teoras del montaje: Cadavez que hago un encuadre, y corto, el siguiente tiene que ser unplano diferente. Porque creo que es igual en el lenguajecinematogrfico que en la literatura. Despus de un punto, escribesuna oracin distinta de la anterior con otro significado. Quizs porello utiliz de forma inconsciente el trmino distraccin parareferirse en la nota inicial a los catorce aos que se ha mantenidofilmando tras terminar en 1999 esta novela.
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No obstante, escritor, tampocose debe olvidar que Coyula escineasta. En Mar rojo, mal azulleemos la propuesta estticade su cine. Dosificada primero:se pulsa play y se narran hechosy dilogos en montajesparalelos, se describensecuencias, miradas que enfocan
y desenfocan el primer plano yel fondo que observan; mas enlas pginas siguientes seenuncia explcita en elpersonaje de Miguel, que vivecon una aspiracin: hacer unapelcula por la que morira.Por qu nos haces esto? Qute has credo que somos?, leespeta Ivn Kolvelt en unreclamo que parece ser del
personaje al autor.
Porque el Miguel de la novela aligual que el Coyula de Cuba unpas, a fin de cuentas, que esotra ficcin rechaza lasinvitaciones a trabajar enindustrias e instituciones, conlos reglamentos de pertenenciaque estas imponen; declina deltrabajo en equipo en la bsqueda
de una libertad que lecompartir al espectador una vezque logre materializar lapelcula de narracininteractiva que planea. Unalibertad, s, totalitaria, peroinofensiva, puesto que MiguelCoyula no encarna a un poltico.Se trata del nico totalitarismobenvolo: el ejercido por elcreador sobre su obra.
Se rastrea en Mar rojo, mal azulel origen de muchas de lasobsesiones latentes en lacinematografa del autor. No porgusto una vieja cmara analgicallega a manos de Ivn, y pasa deeste a Miguel, similar a aquellade cassette VHS en la que Coyulaadolescente grab imgenes queluego reciclara en uno de susprimeros trabajos: el corto
Clase Z Tropical. Entre esas
obsesiones, se encuentra lade diseccionar al individuoexponiendo los componentesque suelen asociarse a lopromiscuo y la oscuridad,asumiendo la tramposainocencia caracterstica dela infancia, que es la manerams descarnada y agresiva decuestionar.Si toda obra surge de laimaginacin, entonces esaobra no debe obedecer a lalgica de realismo alguno.De ah la densidad habitualen Coyula: fragmentacin dela narracin, yuxtaposicinde asociaciones mentales,donde es tan importante larevelacin como la elipsis;
partes que el espectador eneste caso el lector precisarearmar para hallar sutodo: Cada imagen puedeser una historia, y aunquesean muy diferentes entre s,siempre existir una lecturaque las unifique, testifica elpersonaje de Miguel.
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Si en cada uno de sus filmes Coyula interviene casi la
totalidad de sus planos, con una intencin plstica, en el
libro no se ha privado de concatenar texto e ilustracin
otro tipo de texto, al entrelazar el negro de las letras
impresas con el de las imgenes, como si el cineasta
percibiera la necesidad de enfatizar determinados rasgos no
solo con palabras. De este modo, el escritor nos sugiere la
mirada, tal como hara cmara en mano.
En mltiples situaciones de Mar rojo, mal azul debemos
permanecer alertas, pues parten de una proyeccin subjetiva
de personajes sumidos en una hiperrealidad confusa e
inconexa se sabe del despertar de clonados amnsicos que
solo dejan emerger el afn mayor de unos sobre otros: la
posesin. Cunta relacin no habr entre que el nio Ivn
se lamentase de las olas que destruan los complicadoscastillos levantados en la arena, el test realizado a sus
ocho aos en el que la palabra muerte le sugera mar, y
el hecho de que pida a Marina (ntese el nombre) que deje
ondear su cabello como el mar, donde la termina (o comienza)
viendo muerta?
Sobrecoge el misterioso objeto rojo una especie de flauta,
y cucarachas, siempre las cucarachas, y siempre rojas. En
ese futuro impreciso del siglo XXI de lluvias cidas que
despedazan a los seres humanos, plantas de energa
alternativa situadas en los polos y gases reparadores de la
capa de ozono; donde se evidencian las consecuencias de losintiles proyectos por crear hombres del futuro, est el
germen de la cinta de Coyula Red Cockroaches, y de su actual
produccin, Corazn azul. Aqu se vislumbra tambin el
arquetipo de personaje descolocado e insatisfecho de sus
filmes. Porque en esa primera imagen de un cuerpo flotando,
inerte, en el mar, reconocemos la incgnita de una nufraga
sumida para siempre en el sueo de otra vida lejos de la
tierra firme que conoce. Con Mar rojo, mal azul, la extraa
originalidad de Miguel Coyula ha alcanzado la dimensin de
literatura.carlos
velazco
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UCARACHASROJASFR
ENTEA
LMAR
M
iguelC
oyula
lucirnagas rojas y azules, qued
at rs e l repar to de b loques
cuadrados donde viva Django. Ms
asfalto. Las inmediaciones de la
jungla fantasma. Plantas mutadas
alumbradas por los faroles del auto.Ms asfalto. Ms. El carro se
estremeci. Marina no abri los ojos
y apenas movi los labios Pgate a
la izquierda y cruza. . . Ivn
disminuy la velocidad y cort
noventa grados atravesando el
separador, justo antes de que se
volviera un muro. El auto salt
pesadamente casi simultneo con
la voz de Marina. ...Ahora sigue por
la senda contraria hasta que veas
un terrapln. Dobla por ah y
estaremos en mi casa. Avanzar en
sentido contrario. Un brillo cegador.
El parabrisas se volvi blanco con el
ruido del camin que se acercaba
inevitablemente. Cuntas cosas
pueden pensarse en un instante.
Fogonazos. Del blanco surgi elmar iluminado, ante la muerte los
recuerdos son diurnos. El cielo sin
nubes, quemando en blanco la
imagen de Azucena Vamos a
casarnos. El brillo del mar y la voz
suplicaba Vamos... La voz desa-
Avanzaban rpido entre los dems
vehculos. Ya no llova. Iban callados.
Los edificios perdiendo primero el brillo,
luego la pintura. Desapareci el sol y el
cielo se hallaba suspendido en un azul
grisceo apagado, como los pocos
rboles mordidos por el salitre. La
avenida se acercaba al mar, al lmite de la
ciudad, a la involuntaria desolacin de
las ltimas casas. Humildes luces
mortecinas. Cercas descuidadas. Cajas.
Desechos. Hierba corta. Tierra. Arena.
Manchas. Rocas. Hilera de luces
naranjas a ambos lados del asfalto firme
y an caliente. El arco oscuro. Ella cerr
los ojos. l la mir. Bajo las luces
centelleantes del tnel todo pareca
irreal. Tom la mano de Marina. Fra
como un pez. Ella la retir para sealar la
salida del tnel. Sigue recto trece
kilmetros. Cruz los brazos sobre el
pecho mientras se recostaba en el
respaldo del asiento empujado hacia una
posicin casi horizontal. Quedaron atrs
las luces del peaje. La negritud de la
autopista con farolas en forma de X que
permanecan extraamente apagadas.
Aunque Ivn no lo vea, saba que estaba
all, a la izquierda de la carretera, el mar.
Imposible no sentirlo, aunque pasara en
s i lenc io . Como un en jambre de
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que se detuviera. Sali del auto y una brisa le
acarici el rostro. La lluvia se desvaneca en
la superficie, prevaleciendo el olor a mar.
Poderoso y atrayente. Ivn apret los labios
Me va a explotar la cabeza... Le brillaron
los ojos....Que reviente!Volvi al carro,
acomod a Marina lo mejor que pudo en el
asiento. Fue hasta el maletero y empuj con
todas sus fuerzas hacia el terrapln. Las
gomas no se movan. Otro empujn. Las
palmas y los dedos aplastados contra el
metal. Nada. Entonces la ira le subi por la
mdula, corri por las venas cidas hasta los
brazos y las piernas se crisparon con un grito
desgarrador. El carro se movi. Un paso. El
zapato hundindose en la tierra. Otro. Las
gomas giraban lentamente. Ivn corri a
abrir la puerta para corregir el timn hacia la
izquierda. Ya en el terrapln, el carro se
impulsaba cada vez ms. Entr y cerr la
puerta. Descendan. Ivn giraba la llave
pisando el acelerador, pero el motor no
respondi en lo ms mnimo. Marina segua
inmvil. Bajaron hasta que termin la
pendiente. Y agotado el ltimo impulso,qued el automvil definitivamente varado
en la hondonada.
Azucena apoy su cabeza amarilla en el
codo, contra el mantel blanco que cubra la
mesa sin servir.
pareca como ecos apagadosentre las olas. De
pronto los reflejos se funden en una ola blanca
gigante. Luz. La gruesa sirena del camin.
Reflejo, reaccin fsica. Con toda la fuerza, el
timn hacia la izquierda. A toda velocidad en la
curva, las gomas despegaron. Fraccin en el
aire y el carro cay en la cuneta de golpe. Se
apag el motor oxidado. Ivn respir mientras
intentaba calmar sus latidos ...Ese era el
camin... Ese era el cabrn camin. Gir la
llave, pero el motor estaba muerto. Entonces se
acord de ella. La cabeza de Marina contra la
puerta, el pelo tapaba su cara. Ivn extendi el
brazo tembloroso con toda la intuicin del miedo
y la volte. Tena sangre en la boca y un golpe en
la frente. Desesperado, Ivn busc el corazn.
Lata. Dej la mano pegada a su pecho. Ella
segua fra. Los dedos contra su piel se
deslizaron hasta el pubis. La cabeza le daba
vueltas. Siguiendo con la vista el tramo
iluminado por los faroles del auto, distingui el
inicio del terrapln que desapareca en la
oscuridad de una pendiente, cuesta abajo.
Intent encender el motor unas veces ms, sin
xito.
La cuneta estaba demasiado baja. Jams
podra empujar el carro hacia la carretera.
Tampoco tena sentido pedir ayuda. Era poco
probable que pasara un vehculo, mucho menos
Miguel Coyula
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El mar se volvi audible, y la luna emergi
lentamente entre las nubes, iluminando la
espuma que bata junto a la silueta de una
casa. En los bolsillos de Marina, Ivn encontr
un llavero azul en forma de pez que deca: YO.
Cerr el puo y lo guard en su bolsillo. Acto
seguido estir la mano hacia fuera para
comprobar que no llova. Entonces tom la
mochila de Marina y se la puso al hombro.
Ella segu posicin. Ivn laa en la misma
carg fuera del carro. Era liviana. Empez a
caminar hacia la casa. No poda creerlo. Apesar de todo, la tena en sus brazos. Su
inmovilidad era alarmante. El pelo le cubra
una parte del rostro. Era delgada. Frgil, pero
punzante. El filo de su cuerpo concentrado
bajo la piel tersa y fra. Caminar con ella en
brazos supuso la desaparicin del cansancio.
Sueo y pesadilla. Haba olvidado por
completo al camin. El ruido de sus pasos era
apagado gradualmente por el sonido creciente
del mar. El salitre le golpe los labios.
Entonces comprendi que todo aquello tena
que suceder. Estuvo escrito desde el primer
da que la vio. Crey en el destino. Detuvo sus
pasos. Finalmente. Era una casa no muy
antigua pero desnuda, excesivamente
maltratada por el mar.
Algo rompi la ventana para caer en el
medio de la mesa. Era una piedra envuelta
en un pape l . Azucena l a aga r r
atemorizada mientras se escuchaba el motor
de un camin que aceleraba alejndose. Entre
sus arrugas, el papel tena algo escrito: HAY
QUE COMPARTIR PARA CON-PARTIRTE.
NADIE SABE LO QUE TIENE HASTA QUE
LO PIERDE.
La llave entr sin problemas en la cerradura
oxidada y la puerta cedi sin problemas.
Tante la pared del recibidor hasta que dio
con e l in ter ruptor . Tres fogonazos
intermitentes encendieron una vieja lmpara
de nen, iluminando parte de la sala-
recibidor. Ivn deposit a Marina en un sof
deshilachado. El nen no bastaba. Su luz
azulada e imprecisa mantena el amplio local
en penumbras. Paredes despintadas.
Muebles expuestos a la sal del mar
colndose por el portal abierto. Ivn prendi
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una lamparita de mesa junto al sof y mir
alrededor pero all no estaba el telfono. Quizs
en la cocina o tal vez en un cuarto. Dobl por un
largo pasillo totalmente negro. Un punto blanco
al final: la luna a travs de una ventana. Bast
para ver que en aquel ltimo cuarto tampoco
haba telfono, nada sobre aquel suelo sucio y
resbaladizo. La ventana chirriaba lenta y
dbilmente por la ligera brisa marina. Era intil.
Se restreg ambas manos por la cara. Entonces
escuch un ruido de naturaleza indefinible
proveniente de la sala y extinguido rpidamente
con el golpe de un objeto contra el suelo. Qued
en el aire la intermitencia lejana de una forma
cada que no ha terminado de hallar el equilibrio
de su nueva posicin. Ivn dio media vuelta y
corri de regreso por donde vino, acercndose
cada vez ms al tenue resplandor de la
lamparita casi ahogado en la penumbra azulada
del nen. El dbil golpe intermitente disminua
su ritmo. Ivn asom la cabeza en direccin al
sof. Tirado en el suelo, el objeto rojo cesaba de
moverse mientras una cucaracha roja
desapareca corriendo por el portal. Ivn
levant la vista. Marina estaba de espaldas, de
pie junto al sof deshilachado. Avanz hacia ella
en silencio. Ella se volvi lentamente, limpiando
la sangre de su boca con la lengua. Ests
bien? No estaba bien. Se busc el golpe
en la frente. Me trajiste cargada?S...
De lejos tus ojos parecen negros. Y
que ms me hiciste?Ivn no lleg a
esconder la mano tras la espalda. Marina lo
escupi con desprecio. Una pausa. l se
pas la lengua por la comisura del labio y
t rag la sa l iva sa lada. E l la sonr i
mal ic iosamente. Cre que estabas
enfermo...Ivn se peg a ella. De cerca, los
ojos ya eran violeta oscuro, pero violeta. He
tragado cosas peores. Las palabras
tomaron cuerpo, el de un imn, las
respiraciones se cruzaron. Los labios se
envolvieron en el dixido de carbono. Al
principio sus bocas fueron gentiles, hasta
que las salivas se mezclaron. Fue ms
cercano al caos. Su lengua le barra a ella el
cielo de la boca, las encas, hincndose en
sus afilados colmillos. Ella cerr un poco la
mandbula mientras le clavaba las uas en la
espalda. Ivn la abraz apretndola contra
s, desnudndola con las manos y los pies, a
zarpazos, como si las extremidades fuesen
garras. Haba perdido la nocin del espacio,
no supo si se dejaron caer en el sof o en el
piso o en el agua. Ella se retorca. Su piel
segua fra y resbaladiza como u n pez, su
aliento era el mar. Los ojos conservaban su
peculiar geometra. La herida en su frente ya
no estaba. Ivn entre sus piernas. Ella le
mordi el pecho a travs de latela. l abri
los ojos. Sangre. Marina le hundi los colmi-
CUCAR
ACHASR
OJASFRENTEALMAR
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llos profundamente tirando de izquierda a
derecha sin llegar a desgarrar la piel. El le
separ la cabeza con ambas manos. Se
mordieron los labios. Ivn la tom por la cintura
girndola bocabajo y deslizando su boca por la
espalda hasta las nalgas. Entonces Ivn sinti
que la mano de Marina le desviaba la cabeza
enfrentndolo con su mirada. Ces todo
movimiento. Regresaba el sonido del mar, el
sof hecho jirones y la lamparita rota sobre el
piso sucio y resbaladizo de la habitacin. Ambos
ya estaban de pie. Ella esboz una sonrisa
tmida y amarga que muri al momento. Vas a
tener que conformarte con menos... Ivn mir
confundido la herida en su pecho. Seal la
sangre. Esto te parece menos? Ella encogi
los hombros con un gesto distrado. Me ha
gustado... Pero piensa en lo que te dije. Ivn se
llev las manos a la cara y respir hondamente.
Me estoy volviendo loco. Tu saliva Dijo con
la inseguridad que le proporcionaba estar
seguro nicamente de lo que acababa de decir.
Casi simultnea se estrell una ola contra las
rocas. ...Pero quiero que me contestes...
Marina lo cort violentamente No preguntesnada... Estoy bien. Y no debes quedarte aqu
mas tiempo. Vete, que ya es tarde y te van a
echar de menos...En el violeta de sus ojos se
reflejaba el mar con las pequeas ondulaciones
que an no eran olas. ...Trata de aceptar,
nunca de entender. Y detrs de su frialdad,
Ivn pudo apreciar que la primera parte de
la oracin esconda una splica, la
segunda era una orden.
fragmentos de Mar rojo, Mal azul.
Miguel Coyula
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Pero claro, para llegar a ese Olimpo tendraque atravesar la hostilidad de la cultura, delotro, del poder, del ndice asqueroso de lacrtica oficial, de circunstancias polticassiempre adversas a su reconocimiento comoescritor y el ser ignorado en su pas.Definitivamente no fue un profeta en su tierra.Guille fue el contestatario de toda polticaoficial; el incansable irreverente contra todoorden establecido. Por ello, cuando llegaba elmomento final de alguna de sus obras, loconverta en algo dilatado y tortuoso, puessaba, con horror, que la obra recin nacidapasaba de su yo ms ntimo a otra dimensinde pertenencia, terrible: a un mercado dondeva todo a morir; al mundo de la alienacinhumana que el denunci. El texto pasaraentonces a ser parte insoportable para l de unotro social que lo aniquilaba y al que solodecidi dejarle como herencia (o venganza?)la clera intelectual de la que tanto hablara,
que no fue exactamente su creacin, sino lanegacin al siglo XX de su prosa maravillosa.Una prosa que no se cansaba de alertar alhombre moderno de que ya no habaesperanzapara l, ni para los prximos, deserescuchados con odo atento e interesado.No haba el menor chance de llegar vivo alOlimpo Literario, como supieron llegar otros.Renunci a ello a los 47 aos, no olvidndosede llevarlo casi todo con l, excepto algunagran obra escondida debajo del colchn dealguna cama de la casa familiar, que escapnegligentemente y, por fortuna para nosotros,a su inspeccin.Y as, la noche del 2 de julio de 1993, unhombre nico determin su muerte, el mismoda que Ernest Hemingway determin la suya:su hroe eterno, legendario, el escritor que lsiempre quiso ser. Parece que el Maestro loinvitara a atravesar ese mismo da, y vaya asaber si a la misma hora, el portal de esaextraa dimensin y que Guillermo accedi.Habr sido el caso?No se sabe, nunca se sabr ya si fue desinodivino o humano el que los uni.
Espero que ests a buen recaudo, en exaltadodebate con El Papa, Tomas Mann, Kafka, tuquerido Joyce, la nica generacin dehombres a la que has pertenecido.
Gracias, mi hermano, por tu corta visita.
Hace hoy 20 aos muri el escritor cubanoGuillermo Rosales; el Guille; Guiller; Guillermito; ElWilly; William Van der Roses, para algn que otroloco genial que an queda muy vivo.Muri sin ningn vuelo potico por parte de losgrandes bardos; sin culpas para otros, sin el lloro desus pocos amigos; pues ya ni ellos resistan la presinsofocante de su locura final.Tuvo en su vida dos mudas de ropa, que a su debidotiempo se le caan hechas jirones del cuerpo;hacindolo un foco de risas por parte de unos; o de
desprecio por parte de otros, y si alguna muda nuevacaa en sus manos, terminaba en el cuerpo de algnamigo con menos suerte.Solo recuerdo como nico apego material una camisaManhattan que su ta le enviara en exiguo paquete,all por los aos 70's, que se fue desdibujando alcontacto agresivo del sudor y el jabn. Nada ms,seores!Solo quera un da ingresar al Olimpo Literario, conla certeza de que no pertenecera jams, pues nuncaperteneci a nada (creo que no he conocido a nadietan libre como l; sin embargo, l se crea preso desus fantasmas).
Para mis amigos, y para los que no son,un recuerdo.
ROSALES
sobreROSALES
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Leyma Rosale
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reina mara rodrguez
Elizabeth Mirabal y Carlos Velazco
http://www.
diar
iodecuba.com/cul
tura/1377644650_
4813.
html
Pienso en el proceso deinvestigacin necesario para estelibro sobre Guillermo Rosales. Nodebe haber sido fcil para ellos,al encontrarse con un mundo delque quedan muy pocas huellasrastreables (la foto, al final dellibro, de los restos del edificiode tres pisos donde estuvo larevista Mella lo confirma), hastallegar a una conjuncin detestimonios, documentos,
Los investigadores cubanosElizabeth Mirabal y Carlos
Velazco, autores de Tras lospasos del cronista. El
quehacer intelectual de
Guillermo Cabrera Infante
hasta 1965 (Premio EnriqueJos Varona 2009 y Premio dela Crtica Cubana 2011), sonjvenes nacidos en los ochentaque reinciden en tocar temas y
autores que fueron y son an,excluidos dentro de la Isla.
manifiestos, crtica literaria yentrevistas: un libro que trazaun modelo a seguir para lacrtica cubana, que hasilenciado durante aos elquehacer de muchos autores porrazones polticas, por elsimple hecho de no vivir dentrodel pas.Hay una vida vivida y malogradadentro de estas pginas, la deGuillermo Rosales, al que unopuede or a travs de los
prrafos escogidos y hasta delos ttulos de sus textos, comoVara de rey.Tendramos la
vara para medir lo que hubieraescrito, lo que hubierallegado a ser? Solo intentos,aproximaciones, flechazos de Eljuego de la viola y deBoarding Home, dos libros quele hace algunos aos y que hepasado a otros amigos para quelos conocieran. Sin embargo,desconoca la mayora de lostextos publicados en Mellaentre 1963 y 1964.
Rebeloide, por ejemplo. O
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por rosales
Viaje al ao 0. La meloda de uncampamento en las lomas de Orientedonde la verdad del cielo es cienveces ms azul y la tierra msardiente. La brigadista dormida enun taburete cerca de los leos:estampas de una poca donde existiun periodismo de vanguardiapoltica que, con sudesintegracin, se movi hacia laficcin en todos los sentidos.
Es preciso leer las descripcionesque Rosales hizo como reportero delugares tan ajenos a loliterario. Como esta: el tabacoes al principio un poco la tripasin personalidad. Luego loenrollan, lo pican, le ponen lacapa y le hacen la cabeza. Delrodador al drum y de aqu a loscangrejos, hasta que los dedos
mecnicos lo llevan finalmente a latambora, que es la rueda que loamolda y le da el toque deencantamiento. O aqu se trabajacon fuego. A 800, a 850 y hasta1.200 grados centgrados. El vidriose vuelve melcocha a los 800grados; una pasta roja que elsoplador moldea a gusto. Rosalesno solo lleva el tema a un gradoliterario a partir del lenguajeque retuerce, quiebra, rompe, sino
logra ser el objeto mismo: divisaen lo que lo convertirn o en loque tratan de convertirlo,amoldndolo, producindolo,doblegndolo en esa rueda parasubsistir; resistindose a ser algoamoldado, a convertirse en unapasta roja o melcocha como apareceen dichos textos.
UN DESENCANTO DE DOS ORILLAS
En esta investigacin (que estambin un recordatorio) seentrelazan momentos histricos,discursos que hicieron mella en larelacin del poder con losintelectuales, donde la revolucintendra que corregir defectos,diferencias. Pucho la mascotaemblemtica creada por MarcosBehmaras y Virgilio Martnez para
Mella sirvi para criticar a los
diferentes y a loshomosexuales. Aparece ya unaviolencia no solo simblica
como afirman Mirabal yVelazco, sino amenazante yfsica. En Hablar de GuillermoRosales est la explicacinexhaustiva de cmo cadavctima va golpeando a lasotras con tal de no formar
parte de los perdedores. As,el golpeador en el asilo deancianos de una de sus novelaso la pandilla infantil de laotra son reflejos de lo quesuceda en las calles de LaHabana o en el home de Miami adonde fue a parar Rosalesdurante su exilio hasta que,como Agar en su primeranovela, ech a correr parasiempre y se dispar
volndose la cabeza a los 47aos, un 6 de julio de 1993.
Silvia Rodrguez Rivero, enentrevista publicada en estelibro, afirma de l: tocfondo, fue humillado,arrastrado, odiado,despreciado por todos, por losque no lo entendan y porquienes lo quisimos. Su
literatura era l mismo, paraqu dejar un legado, unahistoria escrita, un poema aun mundo que lo rechaz y alque l no pudo entender niapreciar? No poda dejar deescribir porque era unescritor, pero eso no erasuficiente...Su sitio eran losextremos...La incompatibilidadde Guillermo con la sociedadera recproca, haba quepreguntarse entonces si lassociedades en que vivi tenantambin un padecimientomental.Qu hubiera sucedido,o mejor, qu no hubierasucedido, si aquel jurado delpremio Casa de las Amricasdonde concurs y donde sunovela Sbado de Gloria,Domingo de Resurreccin (comose llamaba por entonces Eljuego de la viola), con unjurado conformado por Alejo
Carpentier, Salvador Garmendia
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Pocas veces sabemos de qumaneras un escritor cubano haledo a otros escritores. Algonovedoso en este libro es quese aproxima al lector queGuillermo Rosales fue. Quieneslo conocieron enumeran autoresde los que siempre leshablaba: Apollinaire, segnSilvia Rodrguez Rivero.Kafka, Faulkner, Hemingway,Bulgkov, Babel, Malraux,SartreGuillermo Rosales, suvida y su poca sonreconstruidos a travs de suslecturas del mismo modo que unautor como W.G. Sebald intenta
con libros que no tienen ungnero definido, sino que estnhechos con la recortera detodos los hechos, conformaruna historia imposible casi dereconstruir por la guerra opor el abandono.
Los amigos que se encontrabanen la revista Mella tenan
segn palabras de Norberto
Fuentes en su entrevista unacultura muy slida, unacultura poltica, histrica yliteraria. Y es interesantever, aos despus, cmo losautores que influyeron engeneraciones posterioresprovienen de una apropiacindel lenguaje diferente: de unaidea del yo como deseo debuscar una eticidad, ms quede la epicidad de aquella
poca. Por sobrevivencia, enotros autores el realismo sefue convirtiendo en idealismo,en alegoras, en metforas queprovienen de la falta de loreal: lo hiperreal solo puedeestar donde lo real existe.Rosales, en cambio, no tuvoque pasar la etapa alegricaque tanto ha lastrado al ciney a la literatura cubana: lsalt directamente hacia loexistencial.
SOBRE ROSALES
No Jitrik, ngel Rama y DanielVias, hubiera sido premiada?Sobra decir dicen Mirabal yVelazcoque el libro nunca sepublic en Cuba. Pero siguiendoesta ruta de lo no ocurrido, quhubiera sucedido si GuillermoRosales hubiera recibido elgalardn y otros autores lo
hubieran ledo, y el pblicocubano y latinoamericano lohubiera conocido entonces?
El tiempo de su desengao tal vezhubiera durado un poco ms, con laesperanza de que los cuadros deturno eran los responsables de susituacin como intelectualperteneciente todava porentonces, a una vanguardiapoltica que quiso ser, adems,
una vanguardia esttica. Habratardado algo ms su desencanto, undesencanto que, segn los autoresde este libro, nace de habercredo en la utoparevolucionaria.
Tal vez se habra entretenidodurante este proceso de desengao,tal vez hubiera escrito ms,hubiera merodeado, aplazado, perol no fue premiado (no fue
escogido, bendecido), y lleg msrpido al centro del conflicto: seme acabaron las es y las ps...,y nadie le prest otras. Nadie lepudo prestar la palabra sal-va-cin, ninguno de sus amigos deMella que, por ms que cuentenahora sobre l en sus entrevistas,no lo pudieron ver, no sepercataron, no lo reconocan, yentre las manos, se les fueconvirtiendo en un fantasma.
Tampoco Carlos Victoria niReinaldo Arenas, ya en el exilio,con quienes hizo un triunvirato deescritores.
BOARDING HOME
reina
mara
r r z
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para rosales
El mundo de su novela Boarding Home(un asilo donde los locos estncuidados por expresidiarios), estmuy detallado en Hablar deGuillermo Rosales y es comparadocon otras novelas, especialmente,con Alguien vol sobre el nido delcuco, pero separando la obra deRosales de Kesey por su inclinacina una experiencia individual,ntima, que la une de nuevo a unaobra que me parece tambin muycercana: Piedra infernal, de MalcomLowry. El narrador WilliamFigueras, lo mismo que elPlantagenet de Lowry, estdescredo de todo y esta condicinmaldita lo hace habitar en un limbosituado al borde del infierno.Figueras, escritor como Rosales,escribe poemas, sueos, delirios,igual que Plantagenet empalizado en
un manicomio entre ladrillosrefractarios y alcohol. Enfragmentos de una entrevistapublicada en la revista Mariel,cuando obtuviera el premio Letrasde Oro, Rosales dijo: No oigo anadie. No veo televisin. No voy alcine. Consumo lo menos posible. Mimente solo tiene cabida para lo quetengo que escribir... Mi mensaje hade ser pesimista... No creo enDios. No creo en el Hombre. No creo
en las ideologas.
Mirabal y Velazco afirman que eldrama de Cuba, su conflicto comonacin, traspasa con mucho lavoluntad de un hombre, y es aqudonde personaje y autor se fundenen el drama del escritor,encadenado a un sitio mental: a uncampo de resistencia donde no hayalternativas, de un lado un horror,
del otro su metstasis: un pas,un home. Para Rosales la existenciamisma es una fuente decontradiccin mayor que la halladaen la propia ideologa: ensituaciones de exclusin absolutano importan las ideologas ni lasantiguas militancias. Cuando se hacado en desgracia, el doloriguala, y tanto el comunista comola burguesa, confluyen en el mismolugar... ambos han sido vctimas dela historia.
QUEMAR SUS MANUSCRITOS,
QUEMAR SU VIDA
Siete entrevistas VctorCasaus, Flix Guerra, NorbertoFuentes, Silvio Rodrguez,Eliseo Altunaga, EmilioHerrera y Silvia Rodrguez
Rivero cierran este libro.Si, como afirma Vctor Casaus,Guillermo Rosales forma partede esa generacin llamadageneracin salvada para lahistoria, este libro, atantos aos de su muerte,comienza a ser justicia de esaidea de salvacin, Pero, porqu no se han publicado suslibros en su pas, veinte aosdespus de su muerte? Entra
dentro de los absurdos queexistieron y siguenexistiendo a los que serefiere Vctor Casaus, el queRosales sea prcticamentedesconocido como escritor enCuba?
Cuando Casaus responde que sugran tragedia quizs sea su norealizacin o que su obra nolleg a cuajar, se refiere aque la obviaron en su propiopas o a la cantidad o lacalidad de la misma? Porqueson dos cosas muy diferentes.Un cuajar literario y otro queno lo es. Cuando dice, que nofue alguien de una obraconocida, es porque no lellega al lector por un hechoajeno a su voluntad, pero susnovelas trascienden ese hecho,incluso, del desconocimiento y
del tiempo, imposible deapaciguar con una ancdota,una amistad o unreconocimiento tardo, porquepertenecen sin lugar a dudas,a un tero mayor: el de labuena literatura que no tienefronteras y donde lasinceridad, la afectividad ola compasin no son unacalificacin literaria.
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con
rosales
El autor ha muerto, pero su obrano. Y muchas veces, la obra sbasta. No es el disparo final el quelo coloca en un sitio o en otro,sino su escritura; no por lacantidad o la acumulacin, sino porsu lenguaje, por su capacidad paracontar esos mundos que vivi. Y nopodemos mirarlo con pena, como loque pudo haber sido, sino por lo
que es, ya que la culpa de suexclusin ha venido de afuera, deuna imposibilidad mayor que sutemprana muerte.
En su entrevista, Norberto Fuentesafirma: conmigo en Miami,Guillermito no se hubierasuicidado... probablemente noshubiramos fajado, pero no sehubiera suicidado... quem unanovela que era una obra maestra, de
la cual no ha aparecido ningunacopia de 300 o 400 pginas sobre laguerra de independencia... El juegode la viola y Boarding Home eransencillamente la punta del icebergde lo que vena despus.
Fuentes puede sonar conmovedor,pero es ingenuo al exagerar laimportancia de su propio papel.Porque quien puede quemar susmanuscritos como Rosales hicieraest dispuesto a quemar su vida. Nohay diferencia entre una y otra: sejuega de verdad.
Hay que recuperar todo lo queGuillermo Rosales fue y pudo llegara ser, convertirlo en ese alguienque es para la literatura cubana,sin fronteras y sin tiempo;rescatarlo del olvido como hancomenzado a hacer estos dos jvenes
investigadores con valenta, sinconmiseracin, porque no estamoshablando solo de alguien que semeti un tiro en la cabeza, sino dealguien que tal vez lo hizo por nomatar a otros y se golpe a smismo como otros golpean a losdems.
Pensando en la interrogacin deNorberto Fuentes acerca de lo quevendra despus para Rosales,
recuerdo un parlamento deaquella pelcula sovitica,Pieza inconclusa para piano
mecnico: Y despus? Acasono somos todos fantasmas ya?.Y me pregunto si bastarnlibros como Hablar de GuillermoRosales para rescatar todo loperdido o si siempre seremos
cmplices.
n
ucuentoEL DIABLO Y LA MONJ
La llamaban La Baudilia, porque era la
copia femenina de su hermano, aquel
clebre Baudilio Cartablanca, de larga
trayectoria comunista que muri luego
en Venezuela, renegado. La misma
nariz de piquito, los mismos ojos
b o t a d o s y e l m i s m o h a b l a r
parsimonioso y suave que esconda, o
trataba de esconder, una ingenua
autosuficiencia.
La conoc en casa de los Quintela, en el
Reparto Apolo, y entr rpidamente en
confianza con ella porque era un esp
ritu abierto, agresivo y una excelente
narradora de historias.Una de aquellas historias era su propia
vida.
Dijo que haba conocido el amor tarde,
porque su hermano le espantaba los
novios. Lo dijo con risa, aunque con un
remoto dejo de amargura. El ltimo de
sus pretendientes haba s ido un
muchacho de su pueblo, Consolacin,
que vesta muy elegante y siempre
Del libro indito: El alambiq
3
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apareca con una pucha de rosas, oliendo a
perfume francs. Pareca un caballero antiguo,
y su re lac in con el la no pasaba de un
inofensivo agarrn de manos y un intercambio
de canciones en voz muy baja. Este noviazgo
dur tres meses, hasta el da en que Baudilio,
su hermano feroz, lleg temprano de la reunin
del partido y se enfrent al muchacho con unaexpresin de sorna.
Era un muchacho fino. Cruzaba las piernas a
la inglesa y hablaba con voz de poeta
provinciano. Baudilio lo mir bien, se enter de
que era un simple poeta, le toc los endebles
msculos del brazo, y al final dijo con voz
burlona:
As es que este es el mariconcito que te has
buscado.
Fue el final. El muchacho quiso protestar, pero
no pudo. En vez de atinar a responder la
insolencia con una palabra fuerte o un buen
directo al mentn, sali avergonzado de la
casa, con lgrimas en los ojos, y no volvi ms.
All decid meterme a monja.
Lo decidi en si lencio, contando con la
complicidad de su madre, que era catlica,
apostlica y romana. Primero estuvo en unconvento de la calle 23, en el corazn de La
Habana, donde no se poda ver la luz del sol ni
or el canto de las golondrinas.
Hasta all lleg su hermano Baudilio concuatro cofrades borrachos para tratar derescatarla e incorporarla al mundo social. No
se le abrieron las puertas; no lo dejaron verla, y
todo termin en que su hermano, ahto de ron,
descarg un peine de ametralladora sobre los
viejos muros del convento y se fue, echando
pestes de los curas y jurando que un da
volvera y la sacara por la fuerza.
Quizs por esto la superiora del convento
decidi ma