“Viviendo libre en Cristo” adaptado Iglesia Bautista “Visión de Reino” Depto Juvenil VI.A, 26 de Julio del 2009

“Viviendo libre en Cristo” 2da Parte, Nuestra seguridad en Cristo

5 to C a p í t u l o

Índice 1.- Estoy seguro (estoy a salvo) 2.- Estoy libre de condenación para siempre 3.- Estoy seguro de que todas las cosas ayudan a bien

Estoy seguro (estoy a salvo) La clave para entender la seguridad reside en aprender a relacionarla con lo eterno, con lo temporal. La inseguridad es causada por depender de las cosas temporales que no podemos controlar ni tenemos el derecho de hacerlo. El hombre suele ser llevado a buscar alguna sensación de seguridad, de sentirse a salvo al carecer de una relación y perspectiva eternas.

Dónde no buscar seguridad. Algunas personas buscan la seguridad en

los lugares físicos. No existe ningún lugar que te pueda garantizar absoluta seguridad. Pero hay veces que nos engañamos y encontramos ciertos espacios singulares que nos dan una falsa sensación de seguridad; el problema es que luego de un tiempo, esos lugares se transforman en nuestras cárceles.

No en las ganancias financieras. Otras personas buscan seguridad en sus finanzas, pero Jesús dijo otra cosa en Lucas 12:15-21. La crisis que vivimos actualmente, y que ha llevado a muchos al suicidio, son un ejemplo empírico de que si buscas seguridad en las finanzas, terminarás mal.

No en las relaciones temporales. Mucha gente busca seguridad en las relaciones temporales; los cónyuges se sienten inseguros ante la perspectiva de que los deje su pareja; los que comparten vivienda viven aprensivos por si el otro se muda; los empleadores temen la perspectiva de perder a su personal y los empleados, a perder su trabajo. No es posible buscar en algo temporal, un elemento eterno. La seguridad trasciende esta vida, por lo que buscarla en cualquier tipo de relación de esta tierra, es un camino directo al fracaso.

Cimientos temblorosos; pero promesas seguras. Enfrentamos la realidad de la segunda Venida de Cristo parados sobre cimientos temblorosos de los lugares físicos, las finanzas, las relaciones temporales. No tenemos que asustarnos, pero sí tenemos que tomar conciencia de la sobria advertencia de 1 Tesalonicenses 5:2-5

Seguridad- Nuestra posesión en Cristo. Filipenses 1:21 nos muestra que aquellos que resulta terrible y aterrador para el mundo, es una maravilla para los cristianos. La muerte, por medio de la seguridad que nos ha dado Cristo, es un paso hacia una eternidad de felicidad eterna. Esta es la seguridad que tenemos en Dios; que cuando acabe todo aquello que es temporal, lo eterno será maravilloso. Él cambió nuestra eternidad. ¡¡¡Alabado sea Dios!!! Es vital que puedas adquirir esta seguridad para tu vida. Cambiará tu perspectiva y tu forma de enfrentar la el poder entender en quién puedes encontrar la seguridad que cada ser humano necesita para vivir. Amado Padre Celestial: Te agradezco mi vida en Cristo. Sé que mi relación contigo es eterna. Enséñame a ver la vida como Tú. Abre mis ojos las Escrituras de los capítulos que siguen para que pueda entender que estoy seguro y a salvo en Tus brazos. Protege mi corazón y mi mente contra el malo. Deposito mi confianza en Ti para toda la eternidad y no confío en la carne. Oro en el precioso nombre de Jesús. Amén

Versículo para MEMORIZAR

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a

los que conforme a su propósito son llamados.

Ro. 8:28

“Jehová con sabiduría fundó la tierra;

Afirmó los cielos con inteligencia.

Con su ciencia los abismos fueron divididos,

Y destilan rocío los cielos. Hijo mío, no se aparten

estas cosas de tus ojos; Guarda la ley y el consejo,

Y serán vida a tu alma, Y gracia a tu cuello.

Entonces andarás por tu camino confiadamente, Y tu pie no tropezará.

Cuando te acuestes, no tendrás temor,

Sino que te acostarás, y tu sueño será grato.

No tendrás temor de pavor repentino,

Ni de la ruina de los impíos cuando viniere,

Porque Jehová será tu confianza,

Y él preservará tu pie de quedar preso.

Proverbios 3:19-26

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“Viviendo libre en Cristo” adaptado Iglesia Bautista “Visión de Reino” Depto Juvenil VI.A, 26 de Julio del 2009

Estoy libre de condenación para siempre. Se ha dicho que se podría dar de alta al 75% de todas las personas con trastornos mentales si tan sólo pudieran convencerse de que son perdonados. Muchos cristianos aparentemente sanos consideran difícil creer que están realmente libres de condenación. Algunos dicen: “Sé que Jesús murió por mis pecados y que estoy perdonado por los pecados que he cometido; pero ¿qué pasa si mañana decidiera pecar? En Romanos 6:10 encontramos “Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive” Cristo murió una vez por nuestros pecados y no tiene que morir una y otra vez. En la época del Antiguo Testamento era común la inseguridad del perdón, puesto que la sangre de los sacrificios de animales era insuficiente para expiar por los pecados. “Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez y para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención”. (Hebreos 9:12). Cuando Cristo murió por todos nuestros pecados de una vez por todas, ¿Cuántos de nuestros pecados eran aún futuros? ¡TODOS! No hay condenación por los pecados del pasado ni por los del futuro porque somos y estamos en Cristo. Cristo cargó con todos los pecados sobre si, y por esta razón, Dios el Padre le dio la espalda. Mas cuando Cristo resucitó, no había pecado en él. Tampoco hay pecados en nosotros que causen que Dios nos condene, porque estamos en Él

¿Significa esto que nunca pecamos? Por supuesto que no, pero ya no tenemos que pecar, y cuando pecamos no somos condenados. (1 Juan 2:1)

Venciendo la ley del pecado y de la muerte. Romanos 8:1 explica

nuestra falta de condenación por pecar. Ya no estamos en la carne (Romanos 8:9), y por ende, no estamos sujetos a la ley de la carne y el pecado. Lo que si hay que tener claro, que como cristiano, tienes la opción de vivir en la carne o vivir conforme al Espíritu. ¿Cómo elegirás vivir tu vida?

Discierne tu camino. ¿Cómo podemos saber si caminamos conforme a

la carne o conforme al Espíritu? Gálatas 5:19 te entrega la respuesta. Sólo es necesario que examines tu vida, y ver qué es lo que muestras a diario con tus acciones. Un árbol dará del fruto que le corresponde (Mateo 7:18) ¿Cómo reacciones cuando te enojas?

Lo que muestres como resultado de situaciones cotidianas te indicará qué camino sigues. Si notas que estás caminando según la carne, confiesa al Señor tu andar, pídele perdón a Dios y dile que Él vuelva a tomar el control de tu vida. Procura que en tu vida se cumpla Efesios 5:18-20

No en permitas que reine el pecado. Romanos 6:11 dice que ahora

nosotros estamos muertos al pecado. Debemos procurar vivir nuestras vidas en concordancia con esta declaración. No es que el pecado ya no tenga influencia sobre ti; la tiene, pero ya no tienes que acudir cuando el pecado te llama. Eres libre de la ley del pecado, no porque lo creas, sino porque Cristo nos ha hecho libre. Es importante creerlo porque somos lo que creemos que somos (Proverbios 23:7), es decir, actuaremos de acuerdo a lo que creamos.

Siervos de un nuevo pacto. No estáis bajo la ley, sino bajo la gracia”

Romanos 6:14). Sin ley, no hay trasgresión. Satanás intentará convencerte de que tiene el poder ante el Padre para acusarte de todos tus pecados, con el fin de que el Padre te condene, pero esto no es así. Esto no implica que podemos pecar deliberadamente, revisa Romanos 6:1-2 al margen, para que te quede claro esto. No debemos evitar el pecado porque temamos la condenación eterna, sino porque ya no queremos vivir esclavizados y avergonzar a nuestro Señor y a su Iglesia. “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” 2 Corintios 3:17.

“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús,

los que no andan conforme a la carne, sino conforme al

Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo

Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte”.

Romanos 8: 1-2

Hijitos míos, estas cosas os

escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado,

abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.

1Juan 2:1

Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús,

los que no andan conforme a la carne, sino conforme al

Espíritu. Ro. 8:1

Mas vosotros no vivís según

la carne, sino según el Espíritu, si es que el

Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no

tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

Ro.8:9

Así también vosotros consideraos muertos al

pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor

nuestro. Ro. 6:11

¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el

pecado para que la gracia abunde? 2En ninguna

manera. Porque los que hemos muerto al pecado,

¿cómo viviremos aún en él?

Ro. 6:1-2

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“Viviendo libre en Cristo” adaptado Iglesia Bautista “Visión de Reino” Depto Juvenil VI.A, 26 de Julio del 2009

Amado Padre Celestial: Te agradezco por mandar a tu Hijo a tomar mi lugar en la cruz. Opto por creer la verdad de que no hay condenación para aquellos que están en Cristo Jesús. Te agradezco por disciplinarme como a hijo Tuyo para que yo pueda dar el fruto de la justicia. Creo la verdad dicha en 1 Juan 4:18: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo”. Sé que Tú no me castigas cuando me disciplinas porque me amas. Renuncio a las mentiras de Satanás que dice que sigo sujeto a las leyes del pecado y de la muerte. Acepto mi responsabilidad de caminar en la luz y te pido que me muestres las veces en que he caminado conforme a la carne. Yo confieso estas veces a Ti y te agradezco por Tu perdón y limpieza. Ahora te pido que me llenes con Tu Espíritu Santo para que pueda caminar conforme a Tu Espíritu. Oro en el precioso nombre de Jesús. Amén

Estoy seguro de que todas las cosas ayudan a bien.

¿Qué es lo bueno? Un antiguo refrán chino cuenta de un joven que fue criado en un hogar campesino con escasas posesiones materiales. Un día pasó por la casa un extranjero llevando varios caballos consigo, y el hombre dio grandes voces: “Si hay un joven en la casa, quiero darle un caballo”. Así fue que aquel joven recibió el regalo más increíble que podía recibir dada su situación económica. ¡Qué cosa tan grandiosa tener su propio caballo!

Al día siguiente se cayó del caballo cuando andaba cabalgando, quebrándose una pierna. Bien, tener el caballo no era tan bueno después de todo, quizá hasta era malo. Sin embargo, al día siguiente bajaron las colinas unos guerreros que insistían en que el joven fuera con ellos a pelear, pero el muchacho no pudo ir porque tenía una pierna quebrada. ¡De pronto tener la pierna quebrada fue bueno!

El proverbio sigue sin terminar, alternando lo que parecía bueno en un día, resultaba malo al día siguiente, El problema es que, en realidad, no sabemos lo que es bueno para nosotros. Dios puede obrar a través de todo. Lo bueno es lo que Dios quiere.

Carácter probo en lo bueno y lo malo. Dios no ha prometido que todas las cosas que nos pasen serán buenas. Tampoco dice que nos evitará las malas. Él nos ha prometido que lo bueno puede salir de todas las cosas, hasta de aquellas más terribles, para quienes lo aman.

Pablo completa en Romanos 8:28-30 el pensamiento que empezó en Romanos 5:3-5 “Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”.

Lo cierto de todo, es que Dios efectivamente quiere probar y moldear nuestro carácter mediante las situaciones difíciles, pues nos dice que debemos lograr tener un acrecentado regocijo en medio de las diferentes presiones que se nos presentan.

Nuestra esperanza no debe ser escapar de las situaciones complicadas que enfrentamos, sino que hacer la voluntad de Dios, que es que permanezcamos ahí y crezcamos. Fundamentar la esperanza en las circunstancias favorables, siempre decepciona, pero si nuestra esperanza se basa en el amor de Dios y en nuestro carácter acorde al carácter de Dios, nunca nos desilusionaremos.

Nuestra esperanza no radica en creer que la vida debe ser como un suave navegar, y que si las cosas están difíciles ahora, pues mejorarán en la mañana siguiente. Nuestra esperanza radica en que Dios nos hará mejores personas conformándonos a Su imagen por medio de nuestras circunstancias difíciles.

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a

los que conforme a su propósito son llamados.

Porque a los antes conoció, también los predestinó para

que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para

que Él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a

los que predestinó, a éstos también llamó, y a los que

llamó, a éstos también justificó; y a los que

justificó, a éstos también glorificó”.

Romanos 8: 28-30

3

“Viviendo libre en Cristo” adaptado Iglesia Bautista “Visión de Reino” Depto Juvenil VI.A, 26 de Julio del 2009

El plan que Dios tiene para nosotros se fundamenta en Su

conocimiento previo de nosotros. Dios nos conocía desde la fundación del mundo y nos predestinó en Cristo a ser conformados a la semejanza de Su Hijo. ¿En qué forma nos conocía? Algunos maestros creen firmemente en la elección divina, lo que significa que Dios nos eligió para ser hijos Suyos desde el comienzo del tiempo. Aquí lo importante no es detenerse en el punto del libre albedrío o de la voluntad absoluta y soberana de Dios. Lo que realmente importa es que Dios, en su Omnipotencia, nos conoce desde siempre, (1 Pedro 1:2), y de acuerdo a este conocimiento, hay planes para cada hijo de Dios, es decir, cada uno de nosotros está aquí para ser útil en los propósitos de Dios.

Resulta entonces trascendental que nos demos cuenta que hemos sido conocidos y predestinados desde la fundación del mundo, aunque esto sólo se refiera al hecho de que Dios sabía en la eternidad quiénes iban a ser por fe su pueblo. Sin embargo, fuimos conocidos de antemano y predestinados a ser conformados a la imagen de Dios. Eso es los que “todas las cosas” de Romanos 8:28 están ayudando, en conjunto, a realizar en nuestras vidas: para que podamos asumir el mismo carácter de Cristo.

Amado Padre Celestial: Me sobrecoge y maravilla que me hayas escogido desde el comienzo del tiempo. Confieso que no entiendo por completo lo que eso significa realmente. Tú solo eres Dios. Acepto el propósito que Tú tienes para que mi vida sea conformada a Tu imagen durante los momentos de trastornos. Te agradezco la esperanza que esto me da y la seguridad de que Tú obras para bien en todas las cosas. Renuncio a las mentiras de Satanás que dicen que si pasan cosas malas es porque no soy cristiano o no camino en el Espíritu. Renuncio a la mentira de que Tú me abandonas en los momentos malos o que no hay esperanza. Asumo mi responsabilidad de dejar que Tú cumplas Tú propósito en mi vida; conformarme a Tu imagen. Pido Tu gracia para capacitarme a ser como Cristo. Ahora declaro que mi esperanza reside en saber que Tú obras por medio de todas las pruebas de mi vida para desarrollar la probidad de mi carácter. Oro en el precioso nombre de Jesús. Amén

Elegidos según la presciencia de Dios Padre en

santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo:

Gracia y paz os sean multiplicadas. 1Pedro 1:2